TEópico special Agricultura argentina: sustentables, hasta cuándo? Pengue, Walter Alberto* "Son los hombres los que aran su próprio surco" José Ingenieros, en Las Fuerzas Morales Cruzando el puente hacia el nuevo milenio, nuestra agricultura está sufriendo transformaciones transcendentales, que de la mano de un modelo productivo global, la ha posicionado como generadora exclusiva de commodities. El nuevo sistema, permite incrementar - mediante la aplicación intensiva de insumos y su combinación con nuevas tecnologías de creciente aceptación - los rendimientos físicos de los cultivos de alta respuesta, pero con resultados y consecuencias ambientales, sociales y económicas que recién comenzamos a evaluar. Este sistema productivo es presentado como única alternativa económica que permitiría aprovechar "eficientemente" nuestras tradicionales ventajas comparativas y generar a su vez nuevas ventajas competitivas que nos posicionarían en mejores condiciones que nuestros competidores. Pero, el riesgo de seguir una única alternativa obliga a repensar si no deberíamos considerar otras opciones viables con un marco sustentable Podrá la agricultura argentina y sus actores escapar a la simplificación que nos presenta la producción de commodities o, sumado a esto, deberá abrir nuevos senderos que le permitan diversificarse, fortalecer sus agroindustrias y hasta aprovechar el fuerte nicho comercial que la 48 * Mg. Sci. En Políticas Ambientales. GEPAMA CEA - Universidad de Buenos Aires. Agroecol.e Desenv.Rur.Sustent.,Porto Alegre, v.2, n.4, out./dez.2001 demanda de alimentos más sanos nos abre, al requerir ese "valor agregado natural" que hasta hace pocos años tuvieron nuestras pampas? La sustentabilidad excede la mera conservación de los recursos naturales y del medio ambiente para convertirse en la expresión de un desarrollo económico y social estable y equitativo. El pasaje de una agricultura convencional a una sustentable es un proceso lento, complejo, que difícilmente se da en forma natural (Viglizzo, 1994) 1. S i g n i f i c a disponer de un conjunto de instrumentos económicos, sociales u de políticas, así como de tecnologías y conocimiento de procesos aplicables que orienten los mecanismos y señales de los mercados en función de esos objetivos. "El mercado puede ser un eficiente medio de asignación de recursos pero sus invisibles manos, muchas veces, deben tener quién las oriente" (Norgaard, 1999)2. Más allá del discurso sobre nuestra "eficiencia productiva" que considera solamente los resultados económicos de corto plazo, la realidad indica que comienzan a aparecer indicadores de deterioro de los recursos que encienden una luz amarilla a lo que se considera un manejo sustentable no sólo en el plano económico, sino también en los aspectos sociales y ambientales. En las últimas dos décadas, con la incorporación de nuevos cultivos como la soja y sus paquetes tecnológicos, la agricultura argentina, especialmente la de la Región Pampeana, ha cambiado su típico rol productivo, de moderado consumo de insumos y rendimientos medios, hacia un nuevo umbral de producción, intensivo en capital, maquinaria, agroquímicos y ciclos agrícolas que están dejando sus secuelas de erosión y TEópico special susceptibilidad en los suelos manejados com un afán de beneficio económico de corto plazo, junto con el empobrecimiento de la biodiversidad, los ecosistemas y hasta los propios productores (Pengue, 1996)3. Tecnologías como el riego, la fertilización sintética, maquinarias, agroquímicos para todo tipo de plagas, malezas y enfermedades, la siembra directa, las variedades transgénicas - resistentes a herbicidas o plagas como Diatraea, una oruga - se ofrecen al productor y amplían su ventana de control, la simplificación de los controles o la posibilidad de intensificar su producción que las hacen sumamente atractivas para el empresario agropecuario. Tecnologías todas, que a su vez, se hallan difundidas globalmente, y que también permitirán que otros productores en todo el orbe puedan ser tan o más competitivos que los nuestros en el mediano prazo. Las nuevas tecnologías, especialmente las variedades transgénicas de soja y maíz han permitido disminuir los costos de producción - menor precio del herbicida - en un 15% (Torriglia et al, 1994)4, siendo por el outro lado, la tendencia de nuestra oferta y la mundial también creciente, con la consiguiente caída en los precios de estos commodities, frente a una demanda que se mantiene constante. La soja se há constituido en el cultivo más importante del país, cuyo centro productivo relevante, caracterizado por óptimas condiciones ambientales y estructurales es la Zona Núcleo de la Pampa Ondulada. El doble cultivo trigo-soja, ha permitido incrementar la rentabilidad de la empresa agropecuaria y su expansión fue estimulada primero por la órbita oficial y luego por las multinacionales de la producción y el dinamismo de la industria aceitera y de los sectores comerciales que vieron en la soja un producto con futuro (Morello, 1997)5. La expansión ha sido y sigue siendo netamente territorial, avanzando sobre la propia frontera agropecuaria favorecida por las nuevas variedades, dado que el culti- vo, a diferencia de los ya asentados en la región como el maíz, siempre ha estado acompañado por un alto componente tecnológico importado. Las oleaginosas, que incluyen el girasol, lino, maní, canola y por supuesto la soja, han tenido un aumento ininterrupido en superficie. Como decía Di Pace (1992), si como la infraestructura instalada permite preverlo, el papel que se le ha asignado a la Argentina como productor de granos no es más de país cerealero sino de país aceitero y productor de harinas para alimento de animales, quizás pueda surgir en la Argentina outro slogan: "Argentina aceitera". La misma tendencia se acentúa hoy en día con la siembra de materiales transgénicos como las sojas RR - resistentes al glifosato que en esta campaña alcanzaron el 80% de la superficie implantada (casi siete millones de hectáreas), pero cuya influencia - al no poder diferenciar variedades convencionales y transgénicas - comprende, para la óptica de los mercados externos, el total de nuestra producción de unos 20 millones de toneladas según los pronósticos más optimistas. Sojas transgénicas, siembra directa y consumo de herbicidas - especificamente glifosato (Cuadro Nº 1) han constituido un conjunto basico aplicado por la mayoría de los productores. La siembra directa - aplicación de semillas sin remover sustancialmente el pan de tierra - es una tecnología conservacionista que ha permitido disminuir los serios niveles de erosión de suelos, pero no puede afirmarse ligeramente que sea sustentable, si se la sostiene únicamente en el control químico de mazelas, utilizando insumos derivados del petróleo. La siembra directa es uno de los pilares de la agricultura continua, que ha desplazado al tradicional planteo de rotaciones agricolo-ganaderas de nuestras pampas, y que ahora se sinergiza com el nuevo uso de las variedades resistentes al glifosato. El motivo de este crecimiento exponencial 49 Agroecol.e Desenv.Rur.Sustent.,Porto Alegre, v.2, n.4, out./dez.2001 TE ópico special Cuadro N° 1. Evolución de la superficie en Siembra Directa, Consumo de herbicidas y Superficie implantada con sojas RR en la Argentina 1991/92 1992/93 Siembra directa. 500.000 700.000 1993/94 1994/95 1.600.000 2.400.000 2.800.000 3.300.000 Total de Has Consumo 1.000.000 2.500.000 5.000.000 1995/96 1996/97 1997/98 1998/99 4.000.000 7.500.000 8.000.000 12.000.000 20.000.000 28.000.000 58.000.000 glifosato En Equiv. Litros Sojas RR - Has 800.000 1.417.500 7.000.000 a Fuente: Pengue, W. Evaluación tecnoecológica de la producción sojera, en prensa. 1999. a. Un 50% de la semilla utilizada en esta siembra, responde a lo que se conoce como "bolsa blanca" es decir, aquella semilla cosechada y guardada por el próprio productor o comercializada sin marca, situación que por supuesto afecta el interés del obtentor. de las sojas RR estriba principalmente en que se encuentran con un mercado ávido de productores deseosos de dar una "solución definitiva" al problema del manejo de las malezas y a los costos que representaban los herbicidas - aproximadamente un 30% del margen bruto -. Ciertamente, la cantidad de principios activos utilizados se redujo de más de 30 moléculas sintéticas disponibles en casi 100 productos y formas comerciales diferentes a uno sólo, el glifosato. Por un lado es cierto que, en conjunto el valor de los agroquímicos que se vendieron en el país se redujo en un 16%, bajando de casi 900 millones de dólares vendidos en 1997 a 776 en el 98 (Cuadro N° 2). Pero en volumen, se vendieron 132 millones equivalente litro de agroquímicos, lo que implica una descarga mayor - del orden del 7% sobre el medio ambiente. Por otro lado, cuando las ventas del conjunto de herbicidas para soja se redujeron en un 10% - especialmente en "matayuyos" para gramíneas anuales o perennes como el sorgo o el gramón - las ventas de glifosato se duplicaron pasando de 60 millones a 120 millones de dólares, lo que implica un fuerte cambio en el patrón de uso del herbicida. De seguir la tendencia actual, el consumo de glifosato seguiría creciendo, no sólo por el uso de las sojas RR, sino por la posible Cuadro Nº 2. Ventas de Agroquímicos en la República Argentina. En millones de dólares. Por año 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Herbicidas 230,3 292,6 375,0 448,1 545,5 634,7 535,5 Insecticidas 60,7 63,3 87,6 105,9 141,3 166,5 133,5 Fungicidas 26,0 28,8 30,0 31,4 43,3 53,0 49,6 Acaricidas 6,8 6,5 8,7 9,6 12,7 12,5 9,9 Curasemillas 2,6 4,7 7,4 13,2 21,4 30,3 31,3 Vários 9,9 10,1 12,8 17,9 27,4 27,7 16,8 Total 336,3 406,0 521,5 626,1 791,6 924,6 776,6 50 Fuente: Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes. 1998. Observese que los herbicidas representan casi un 70% de las ventas. Outro crecimiento importante, lo están teniendo los curasemillas, justamente por la necesidad de proteger cada vez más, las semillas biomejoradas, de mayor precio. Agroecol.e Desenv.Rur.Sustent.,Porto Alegre, v.2, n.4, out./dez.2001 TEópico special liberación comercial de los próximos maíces RR, RRBt y Bt, que cerrarían el ciclo productivo com la utilización de un solo instrumento de control. La situación plantea que, desde el ámbito científico, sean pertinentes preguntas sobre el manejo que se estaría dando al agroecosistema y las consecuencias de tales acciones en el mediano y largo plazo. La inyección de insumos externos es incuestionablemente afectiva, incrementando en términos físicos, el rendimiento en hasta cinco veces más que con prácticas tradicionales, pero esta tecnología, en muchos casos mal implementada, tiene severas consecuencias. Los países desarollados han aplicado sistemáticamente altos niveles de insumos y los resultados ambientales, sociales y económicos han hecho que muchas técnicas sean revisadas. En este sentido, comparativamente com Francia o los EE.UU. la Argentina sigue siendo, un país com bajos niveles de consumo de insumos. A modo de ejemplo, mientras nuestro país agrega un promedio de 250 g. de principio activo de insecticidas por ha/año, Francia arroja sobre sus campos 10 veces más de producto y los EE.UU. cuatro veces. En relación con el consumo de fertilizantes, sucede algo similar, Argentina aplica muy poco aún, y en producciones puntuales (unos 14 kg/ha/año), Francia 300 y EE.UU. 100. El cambio más notable se produce en el consumo de herbicidas, donde estamos ya cerca de los guarismos norteamericanos (unos 1000 g. pa./ha/año), diferenciándonos de todas formas de Francia, que aplica al doble. Los guarismos, son sólo un indicador informal de la "salud" de nuestra agricultura en comparación com nuestros competidores, que se refleja, incluso en producciones convencionales competitivas con estabilidad del agroecosistemas - según varias fuentes, mientas en Francia el 50% de los mamíferos, 40% de las aves y 38% de los reptiles nativos se encontraban en peligro de extinción, en los EE.UU. esas cifras eran de aproximadamente el 10% cada una, mientras en nuestro país, si bien hay riesgo sobre la población de mamíferos nativos (del 10%), el efecto sobre las aves y reptiles era escaso. Una "salud agrícola" que debemos proteger, mantener y ponteciar frente a la fuerte presión por homogeneizar la producción en una sola tendencia - la producción de cierto tipo de commodities - muy peligrosa no sólo para los actores agrícolas sino para la sociedad argentina en su conjunto. La sanidad natural de nuestras pampas, es un valor de mercado que no podemos darnos el lujo de dilapidar. Entonces, frente a una opción que se nos quiere presentar como única, com materias primas cujos precios internacionales seguirán bajando, con países que irán ingresando a estas mismas producciones, vía nuevas tecnologías en semillas fácilmente adoptables - que contribuirán por outro lado, a la caída de nuestras propias ventajas comparativas, al permitir que regiones menos productivas ingresen a los mercados mundiales o demanden menos nuestros productos -, con una necesidad de tecnología de insumos siempre creciente, con productores agropecuarios cada día más endeudados cuyo rescate - vía nuestros Bancos Nación y Provincia - debe hacerse com tasas de refinanciación subsidiadas para que sigan produciendo lo mismo, Argentina debe por lo menos, permitirse repensar si no será necesario apoyar la diversificación de nuestros caminos productivos. Favorecer por ejemplo, la implementación de políticas que estimulen la poliproducción integrada y la promoción a la generación de tecnología híbrida, es decir, con un fuerte componente tradicional que garantice su aceptación social y su ajuste ecológico local, además de elementos modernos que permitan la administración y comercialización exitosa (Morello et al, 1999) 6 entre muchas otras. La tendencia mundial y nacional indica que por una cuestión de escala, sólo los grandes y medianos productores - con capacidad financiera y poder de negociación - podrán mante- 51 Agroecol.e Desenv.Rur.Sustent.,Porto Alegre, v.2, n.4, out./dez.2001 TE ópico special nerse en el mercado de commodities. Estos productores son los responsables de seguir abasteciendo en el mediano plazo, la cuota de materias primas del mercado mundial. Pero, en este mercado, no hay cabida para el pequeño productor e incluso para muchos medianos, que para sobrevivir, deberán lisa y llanamente diversificar sus líneas productivas. Todos estos productores - que manejan unidades económicas con una alta componente de capital, especialmente tierras y maquinaria - deberán comenzar a analizar su possibilidad de transformarse en generadoras de "specialities" para abastecer a una demanda creciente y de alto poder adquisitivo. Es claro, que con las todavía ventajas comparativas que tenemos, el sector agrario tendrá que estructurar ventajas competitivas genuinas que apoyadas en una fuerte componente informativa, se apropie de nichos del mercado mundial altamente exigente en productos de excelente calidad alimentaria. Asegurar mercados de este tipo que exigen calidad, cantidad y continuidad amerita la necesidad de fortalecer o crear nuevas instituciones, diseñar políticas económicas, financieras, tecnológicas y sociales que permitan al productor, actuar como un empresario independiente y decidir que hacer frente a un abanico más amplio de oportunidades. Los "specialities" responden a producciones diferenciadas para mercados específicos como los alimentos orgánicos - com valor agregado natural -, los productos regionales, el fortalecimiento de las denominaciones de origen y las producciones alternativas. La producción orgánica, involucra solamen- te en la Unión Europea unos 7.300 millones de dólares de un mercado mundial de 16.000 millones, al que la Argentina tiene mucho potencial para ofrecer. La producción orgánica, generalmente más cara que la convencional, justifica sus precios más altos en que implica más mano de obra directa y menos maquinaria, utiliza menos agroquímicos y fertilizantes sintéticos, favorece la actividad y estabilidad laboral en el campo disminuyendo la emigración y además es rentable para el productor y beneficiosa para el consumidor y el medio. La demanda de productos naturales crece exponencialmente en Europa (en el 2005 alcanzará el 10% del volumen comercializado) en detrimento de los productos convencionales y los derivados de la ingeniería genética que se han puesto en el mercado hasta ahora. La producción agrícola argentina está entonces en un punto de inflección, que requiere que defina si seguirá un solo camino o incursionará en varios senderos productivos que la inestabilidad creciente de los mercados. Deberá demostrarle al mundo que su sistema productivo es sustentable y que está dispuesta a producir con la calidad que los mercados mundiales requieren o mantener la postura de pensar que existe parte de una demanda mundial cautiva que aceptará la forma en que lo hacemos y los tipos de alimentos que hemos decidido ofrecerles. Pensar en esto último sentido, nos llevaría a una posición insostenible e incierta sobre la colocación de nuestro excedentes explortables y nuestro futuro. A Notas 1 52 Viglizzo, E. Deserrollo Agropecuario Sustentable. INTA-INDEC. Bs. As., 1994. 2 Nogaard, R. Primera Conferencia sobre Economía y3 Política Ambiental. Bs. As. 1999. Pengue, W. The Agriculture's Sustainability in Argentina, en Designing Sustainability. The Fourth Biennal Meeting of the ISEE. Boston University, Boston, 1996. 4 Torriglia, A. et al. Los agricultores argentino reducen Agroecol.e Desenv.Rur.Sustent.,Porto Alegre, v.2, n.4, out./dez.2001 un 15% sus costos. En Gazeta Mercantil Latinoamericana. Año 4, 156. 18/04/1999. 5 Morello, J et al. Argentina: Granero del mundo Hasta cuando? Bs. As., 1997. 6 Morello, J y Matteucci, S. El dificil camino al manejo rural sostenible en la Argentina, en Biodiversidad y uso de la tierra. Conceptos y ejemplos de Latinoamérica. Colección CEA, 24, 1999.