Documento descargado de http://www.elsevier.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Percepción social de la biomedicina en España Eulalia Pérez Sedeño y María José Miranda Suárez Departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad. Centro de Ciencias Humanas y Sociales. CSIC. Madrid. España. FUNDAMENTO Y OBJETIVOS: Dado el cada vez más destacado interés de los estudios de percepción pública de la ciencia, en concreto de la biomedicina, en elaborar marcos de referencia comunes a las políticas europeas y nacionales, este artículo pretende aportar una panorámica de los últimos estudios de percepción de la biomedicina en España. En concreto, revisamos las últimas encuestas realizadas a nivel nacional y europeo y qué niveles de convergencia o divergencias presentan. MATERIAL Y MÉTODO: Exploramos comparativamente la Tercera Encuesta Nacional sobre Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología realizada por la FECYT, atendiendo especialmente aquellas secciones donde se plantean cuestiones biomédicas, con el Eurobarómetro de Investigación médica y salud publicado por la Comisión Europea. RESULTADOS: Los tres ejes en torno a los cuales se ha podido realizar el análisis comparativo en ambas encuestas son: nivel de interés, nivel de información y actitudes en torno a políticas de ciencia, tecnología y biomedicina. La divergencia en algunos resultados, como el grado de interés de la ciudadanía por estos temas, depende en parte de las diferentes metodologías empleadas en el diseño de las encuestas. CONCLUSIONES: Por ello, se demanda tanto la realización de más estudios a nivel nacional específicos o sectoriales de biomedicina, como la utilización de indicadores estandarizados a nivel europeo. También, se hace necesaria la realización de análisis cualitativos que permitan reforzar las relaciones ciencia, tecnología y sociedad. Palabras clave: Percepción social de ciencia y tecnología. Política científica. Cultura científica. Biomedicina. Social Perception of Biomedicine in Spain BACKGROUND AND OBJETIVES: There is increasing concern that studies of public understanding of science, especially biomedicine, should be expected to bring shared frameworks to European and national policies. The present article aims to provide a critical overview of the most recent studies of public understanding of biomedicine in Spain. Specifically, this essay reviews the similarities and differences in the latest European and Spanish surveys. MATERIAL AND METHOD: Throughout this article we compare the Third National Survey of Social Perception of Science and Technology produced by the Spanish National Science and Technology Foundation, focusing on issues related to biomedicine, and the Medical and Health Research. A special Eurobarometer Public Survey published by the European Commission. RESULTS: The two surveys were compared attending to the three main common items of science, technology and biomedicine: the level of interest, the level of information and political attitudes. Some discrepancies in the results of the two studies, such as public interest in these subjects, may partly be due to the different methodologies used in the survey designs. CONCLUSIONS: Further national studies exploring public understanding of science, technology and biomedicine at the national level, as well as the use of European standards, would be of great help in other cross–national studies and policies. Improving qualitative studies would also be useful to strengthen relations among science, technology and society. Key words: Social Perception of Science and Technology. Scientific Policies. Scientific Literacy. Biomedicine. Correspondencia: Dra. E. Pérez Sedeño. C/ Albasanz, 26-28. 28037 Madrid. España. Correo electrónico: [email protected]; [email protected] 6 Med Clin (Barc). 2008;131(Supl 5):6-11 Introducción Durante mucho tiempo se ha considerado que la ciencia y la tecnología eran espacios inmunes al influjo de aspectos sociales, económicos, políticos, etc. La ciencia se ocupa de cuestiones de hecho, no admite juicios de valor y produce conocimiento universal que sólo el científico, el experto, posee. Esta concepción clásica de la ciencia y la tecnología, cuyo máximo exponente político se nos revela en Science. The Endless Frontier (1945) de V. Bush1, mantiene su neutralidad, su uso indistinto positivo o negativo, y apela a la responsabilidad de inventores y usuarios, a la vez que considera que son los expertos, los especialistas en ciencia y tecnología, quienes deben gestionar los cambios (aunque ante esta postura «optimista», mayoritaria, hay otra pesimista que sostiene que la tecnología es autónoma, posee lógica propia y se rige por unas reglas ajenas a nosotros, es más fuerte, esclaviza y toma vida propia). Pero el optimismo reinante tras la segunda guerra mundial en el mundo occidental, que legitimó una política de «cheque en blanco» para los científicos, experimentó en los años sesenta y setenta una serie de cambios. Se produjeron diversos acontecimientos que propiciaron una forma diferente de considerar y reflexionar sobre la ciencia y las relaciones entre ésta y la sociedad. Uno de los primeros fue, sin duda, el bombardeo nuclear de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, seguido del inicio de la carrera espacial y diversos accidentes medioambientales, como accidentes nucleares civiles, vertidos de residuos contaminantes o envenenamientos por fármacos. Los movimientos pacifistas, medioambientalistas y feministas alzaron sus voces, de las cuales una de las más prominentes es la de Rachel Carlson2 en su Silent Spring (1963). Así pues, esos fallos tecnológicos y usos indebidos del conocimiento científico llamaron la atención de la sociedad sobre las actividades científicas y tecnológicas. La oposición pública aparecía como un importante obstáculo para la innovación, y el interés por medir la percepción pública se incrementó. En los últimos años se han producido enormes avances en diversas disciplinas, como la genética, la biotecnología o las tecnologías de la información. Aunque hay un acuerdo casi unánime en que la generación y la aplicación de conocimiento científico y tecnológico desempeña un papel fundamental en la mejora de la calidad de vida de la sociedad y en la modernización productiva y ayuda a que los países se inserten en el escenario mundial. Esos avances han producido debates sobre su utilización actual o futura, sus implicaciones sociales y éticas, etc., y también han variado muchas cosas en nuestro entorno. Por ejemplo, las tecnologías de la información y de la comunicación han cambiado nuestra forma de trabajar y de comunicarnos, así como nuestras relaciones personales y sociales. La información llega a cualquier parte del mundo de manera instantánea conectando personas y lugares que se encuentran a miles de kilómetros. El conocimiento científico universal y su gran desarrollo reciente han hecho posible una universalización tecnoeconómica, pero también la profundización de las desigualdades sociales, a la vez que ha incrementado la apropiación de ese Documento descargado de http://www.elsevier.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ SEDEÑO E ET AL. PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA BIOMEDICINA EN ESPAÑA. conocimiento de forma asimétrica. Al mismo tiempo, nuestras sociedades han experimentado un gran desarrollo político que ha abierto todos los ámbitos de la política pública al escrutinio social y la participación ciudadana; pero la ciencia y la tecnología siguen siendo percibidas como algo ajeno y distante por algunos ciudadanos, aunque la intensa actividad en el ámbito de la difusión y divulgación científica de la última década puede cambiar esa percepción. Por eso es necesario abrir las políticas públicas sobre ciencia y tecnología a las sensibilidades y las opiniones de los ciudadanos afectados e interesados, de forma que se facilite la factibilidad práctica de la innovación y se profundice en la democratización de los sistemas. Y además, hay que orientar los sistemas de ciencia y tecnología hacia las necesidades de las poblaciones, de forma que se propicie un desarrollo social integral de los países en el que también sea atendida la demanda social sin valor de mercado. Esas experiencias deben ser compartidas en y con la sociedad mostrando la importancia que poseen para su bienestar. La toma de decisiones debe ser cada vez más solidaria, debido a que estamos en una sociedad cada vez más globalizada y los menos favorecidos apenas entienden la ciencia y la tecnología, aunque los medios les «informan», los «movilizan» e incluso los «dirigen». El desafío es claro: sensibilizar, orientar y abrir socialmente la ciencia y la tecnología. Un reto que afecta especialmente a los países en desarrollo y, en ese sentido, España parece ajustarse al patrón de «país en desarrollo». Estudios de percepción pública de la ciencia, la tecnología y la biomedicina Los estudios de percepción pública de la ciencia y la tecnología se originan en el mundo anglosajón, con los movimientos de scientific literacy (alfabetización científica) y public understanding of science (comprensión pública de la ciencia). El primero es un movimiento de origen norteamericano que pretende medir el grado de alfabetización científica de la sociedad diseñando encuestas con preguntas científicas básicas sobre hechos bien establecidos. Es decir, se plantean preguntas sobre contenidos, sin tener en cuenta la complejidad de la actividad científica. Pero la ciencia no es sólo conocimiento, en el sentido de «información», sobre hechos o datos; los procedimientos, los procesos, la naturaleza del conocimiento en función de los temas y de las técnicas aplicadas son sumamente importantes, así como los valores sociales que en ella se expresan. El segundo de los movimientos señalados, fundamentalmente de origen británico, pretende valorar la capacidad de la sociedad para entender la ciencia, sus aplicaciones y sus relaciones con la sociedad, por lo que sus preguntas no plantean cuestiones de contenido científico, sino que son de tipo social, político o económico. Así pues, se pone en cuestión el componente semántico más tradicional de la noción de cultura científica que se reduce al plano del conocimiento científico. En efecto, nos parece más adecuado, dado que la noción de cultura científica incorpora ya destrezas y habilidades comunicativas, lo que conlleva perfilar un tipo de cultura relativa también a las formas organizacionales de la producción científica y, sobre todo, sus interacciones, que entran también a formar parte de los procesos de percepción pública de la ciencia. Los trabajos de percepción pública de la ciencia han ido tomando forma gracias al desarrollo combinado y paralelo del trabajo de los grupos de investigación de John D. Miller en Estados Unidos y John Durant en Reino Unido en torno a encuestas norteamericanas y europeas. Su énfasis en especificar dimensiones de análisis concretas en cuestionarios comparables favoreció que estas investigaciones se extendiesen a Europa y otros países, de modo que en los noventa ya comenzaban a tener un nivel significativo de fundamentación empírica. Desde hace varias décadas se vienen realizando encuestas periódicas sobre interés, percepción y opiniones públicas acerca de la ciencia y la tecnología en general o aspectos particulares de ellas. En el ámbito estadounidense, The National Science Board de la National Science Foundation (NSF) elabora bianualmente el informe Science and Engineering Indicators. Con él no sólo se continúa elaborando encuestas sobre actitudes públicas hacia la ciencia y la tecnología, realizadas desde los años setenta, sino que también se plantean estrategias y recomendaciones de promoción que incorporar a las políticas nacionales. En la experiencia europea, destaca el papel de la Comisión Europea en la puesta en marcha de marcos de acción a través de programas como el Forecasting and Assesment of Science and Technology (Programa FAST). Con él se pretendía pronosticar y analizar las consecuencias de la incorporación de nuevas tecnologías a los Programas Marco de I+D. De ahí la emergencia de líneas de análisis específicas, como robótica o biotecnología, en los Eurobarómetros que han medido en los últimos tiempos cuestiones de percepción de la ciencia en el ámbito europeo. La elección específica de la percepción pública de la ciencia como objeto de estudio de opinión y actitudes mediante el Eurobarómetro de 1992 a 2003 se debe, fundamentalmente, a tres razones. En primer lugar, las decisiones en las que influye la ciencia cada vez forman parte más directa de nuestros actos cotidianos, aunque sea de forma inconsciente. Además, para que una sociedad avanzada pueda desarrollarse y participar eficazmente en las decisiones que le afectan, es imprescindible que posea una mínima cultura científica que se extienda horizontalmente por toda ella. Finalmente, en la actual sociedad del conocimiento, la formación científica de los ciudadanos es cada vez más una exigencia de la democracia. En la primera encuesta general que se realizó en Europa (Eurobarómetro 35.1, 1991) ya se comenzó a investigar la actitud de la población europea en torno a la biotecnología, aunque también en torno a la ciencia y la tecnología en general. Desde entonces, han sido incorporadas en todas las encuestas sucesivas (Eurobarómetro 39.1, 46.1, 52.1, 58) sin grandes cambios significativos en los cuestionarios, a excepción del Eurobarómetro 46.1, de 1996. A raíz de la quinta encuesta, se publicó el informe Europeans and Biotechnology in 2002, bajo la dirección de G. Gaskell. En él, pese a que se comprueba en general una actitud de desconfianza respecto a las biotecnologías, se muestra un mayor apoyo a la biomedicina por sus posibles beneficios para la salud. En este sentido, y siguiendo las propuestas del programa FAST, hay que distinguir entre la biotecnología, basada en el uso potencial de la modificación genética de los organismos, desde las bacterias a los animales; y el área de biomedicina y salud, que abarca investigación, tratamiento y prevención de enfermedades, hábitos de vida saludables, etc. Como veremos, esta área es la de primera preferencia para los ciudadanos en la tercera encuesta. Pero el programa FAST ya previó un cambio con respecto al optimismo de gobierno e industria, pues habían comenzado a levantarse críticas sobre la biotecnología: era urgente prestar atención a temas tales como la percepción y la aceptación públicas de los usos de la biotecnología debido a la desconfianza respecto a la ética de las grandes empresas, los valores de los científicos —que habían dejado a un lado el desinterés mertoniano y el altruismo— y la excesiva relación entre las empresas y las agencias u organismos gubernamentales. Por lo que se refiere a España, el Centro de Investigaciones Sociológicas Med Clin (Barc). 2008;131(Supl 5):6-11 7 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ SEDEÑO E ET AL. PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA BIOMEDICINA EN ESPAÑA. (CIS) y otros organismos, como la Fundación BBVA, han promovido, desde los noventa, algunos estudios y encuestas sobre percepción de tecnologías específicas, como el caso de las biotecnologías, algunos de los cuales se caracterizan por contrastar ciertos resultados sorprendentes o controvertidos de los Eurobarómetros. En el ámbito iberoamericano, pese a que hace más de veinte años que se realizan estudios de percepción, hasta hace poco no se ha empezado a hacer encuestas normalizadas con cierta periodicidad. En ese sentido, la Organización de Estados Iberoamericanos y la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología han promovido este tipo de estudios comparativos, que han conseguido progresivamente respaldo institucional, como el de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) o el Centro REDES de Argentina, entre otros. Estas tres instituciones tienen en la actualidad un objetivo prioritario, lograr un estándar iberoamericano de indicadores de percepción social y cultura científica, que está en fase de elaboración. En España, la FECYT realiza, desde el año 2002 y con una periodicidad bianual, encuestas nacionales sobre percepción pública de la ciencia y la tecnología que, al igual que los Eurobarómetros, consideran de manera separada los temas de biotecnología y biomedicina y salud. Dichas encuestas miden habitualmente tres planos distintos de la relación de la sociedad con la ciencia: grado de interés e información en cuestiones de ciencia y tecnología, nivel de conocimientos científicos y actitudes hacia la ciencia y la tecnología. A continuación presentamos los principales resultados de la Tercera Encuesta Nacional sobre Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología, realizada por FECYT3 en 2006, en colaboración, en este caso, con el CIS. En su análisis, la pondremos en relación con el Eurobarómetro Medical and Health Research. A special Eurobarometer public survey4 publicado por la Comisión Europea en 2007. El principal objetivo de la encuesta, en línea con las precedentes, es analizar la forma en que la sociedad española percibe la ciencia y la tecnología, así como la evolución de esta percepción en el tiempo. Para hacer posible esta comparación longitudinal, la encuesta mantiene buena parte de los indicadores anteriores. Por otra parte, se han renovado algunos indicadores, lo que se traduce en la incorporación de un nuevo bloque que analiza la ciencia y la tecnología como política pública. Esta tercera encuesta presenta, además, la particularidad de permitir el análisis estadísticamente significativo de los resultados desagregados por comunidades autónomas. Esto ha sido posible gracias al aumento de la muestra, dado que se han realizado cerca de 7.000 entrevistas en todo el territorio nacional, mientras que en 2004 la muestra fue de 2.501 entrevistados y en 2002, de 3.088. El trabajo de campo se realizó durante septiembre y octubre de 2006 a población española de más de 15 años. Las entrevistas se realizaron presencialmente en el domicilio de los encuestados. La distribución muestral es polietápica, estratificada por conglomerados, con selección de las unidades primarias de muestreo (municipios) y de las unidades secundarias (secciones) de forma aleatoria proporcional. La selección de las personas se realizó mediante rutas aleatorias, con cuotas de sexo y edad. El error muestral para datos totales es de ±1,2. La presentación de los resultados se articula en tres bloques principales. En el primero, se analiza el nivel de interés e información por temas científicos y tecnológicos, lo cual incluye: a) el análisis de las preferencias informativas (por temas y por medio de comunicación utilizado); b) la evaluación de la satisfacción de los ciudadanos con el grado de información recibida y su confianza en los medios de 8 Med Clin (Barc). 2008;131(Supl 5):6-11 comunicación, y c) el estudio de la percepción de los ciudadanos respecto a la formación científico-técnica recibida. El segundo apartado se centra en la imagen social de la ciencia y la tecnología. La primera parte, dedicada a la visión de la ciencia, analiza la valoración de los ciudadanos respecto a los aspectos negativos y positivos del conocimiento científico, así como de las ventajas y dificultades del progreso científico y técnico. Se trata, igualmente, de comprobar si existe una percepción diferenciada de ciencia y tecnología o si éstas presentan perfiles similares para la ciudadanía. En la segunda parte del bloque se aborda la imagen de la ciencia como profesión y la valoración que se tiene de los investigadores, incluidos los que se marchan al extranjero para proseguir con sus carreras. Por último, el tercer apartado corresponde al conjunto de indicadores que permitan considerar la ciencia y la tecnología desde la perspectiva de las políticas públicas. En él se trata la percepción de los ciudadanos sobre los recursos que las distintas entidades dedican a la investigación, considerados también de manera comparativa entre comunidades autónomas y respecto de la Unión Europea. En segundo lugar, se detallan los ámbitos a los que la población considera que se debe dedicar una atención preferencial. Finalmente, cerrando el informe, se analiza la confianza que los ciudadanos depositan en una serie de instituciones, con especial atención a las relacionadas con la ciencia y la tecnología. El Eurobarómetro, por su parte, se realizó en un contexto en el que la investigación biomédica es una de las prioridades de la investigación europea, tal y como se puede comprobar en la elaboración del programa marco para el período 2007-2013 aprobado por la Comisión Europea el 6 de abril de 2006. El incremento en la inversión de esta área se concibe siempre unido a la capacidad de transformar exitosamente los resultados de las investigaciones en nuevos productos, servicios y procesos, favoreciendo para ello la colaboración entre países. El trabajo de campo de este Eurobarómetro se llevó a cabo entre el 7 de junio y el 12 de julio de 2006. La muestra la constituyeron 24.796 personas de los 25 estados que componen la Unión Europea, así como de los países que estaban ingresando en ese momento (Bulgaria y Rumanía). Interés por temas científico-tecnológicos y biomédicos Los principales objetivos del Eurobarómetro han sido medir las actitudes de la ciudadanía europea en torno a los proyectos colaborativos de investigación en biomedicina, así como su cofinanciación europea, a la vez que conectarlo con su grado de interés por la ciencia y la tecnología en general y la biomedicina en particular. Para ello se les preguntó el grado de interés en torno a ciertos tópicos en una escala tipo Likert con un número par de opciones de respuesta. Los temas de interés eran: naturaleza y medio ambiente (84%), investigación médica y de salud (71%), noticias europeas e internacionales (70%), temas económicos y sociales (68%), deportes y actividades al aire libre (66%), ciencia y tecnología (60%), arte y literatura (52%), y famosos y entretenimiento (42%). El análisis de estos resultados por países muestra que el 62% de la población española está interesada en investigación en medicina y salud y un 50%, en ciencia y tecnología. Pese a que baja aproximadamente 10 puntos respecto a la media europea, son cifras mucho más elevadas que las que muestra la tercera encuesta nacional de percepción de ciencia y tecnología de la FECYT, en la que los temas científicos y tecnológicos ocupan una posición discreta en la escala de interés informativo de la población española (fig. 1). El 10% de los encuestados los citan entre sus temas de interés in- Documento descargado de http://www.elsevier.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ SEDEÑO E ET AL. PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA BIOMEDICINA EN ESPAÑA. 0 Fig. 1. Temas informativos por los que se tiene interés (máximo 3 respuestas). Fuente: FECYT; 2006. Deportes Medicina y salud Alimentación y consumo Arte y cultura Sucesos Educación Política Medio ambiente y ecología Trabajo y empleo Viajes/turismo Ciencia y tecnología Economía y empresas Temas de famosos Inmigración Astrología/ocultismo Otros No sabe formativo. Es un porcentaje similar al que suscitan temas dispares, como el terrorismo o los viajes, pero que queda muy por debajo de los temas que encabezan la tabla, como son los deportivos (30%), los de medicina y salud (26%) y el cine y los espectáculos (20%). El desequilibrio de datos entre la encuesta europea y la española se puede explicar en parte si comparamos las opciones de respuesta en ambas. En el Eurobarómetro se obliga al encuestado a posicionarse en cada ítem, mientras que en la española se ha de elegir tres tópicos de una variedad mucho más amplia que la europea. Por otro lado, el análisis sociodemográfico del Eurobarómetro plantea que el perfil de los nuevos Estados miembro y en proceso de ingreso es diferente de los antiguos Estados miembro, que muestran un interés mucho más alto, ya que la población estudiada en los primeros es mucho más joven, con menos estudios y menos experiencia personal con enfermedades. La población europea está en general más interesada en el conocimiento de los resultados de las investigaciones (78%) que en sus objetivos (65%) y su metodología (57%). Dicha visión instrumental de la biomedicina se percibe también en la encuesta española, donde expresan un elevado índice de acuerdo (del 1 al 5) en que la investigación científica y tecnológica ayudará a curar enfermedades como el sida, el cáncer, etc. (4,27 puntos). Lo que no exime que valoren que las aplicaciones de la ciencia y la tecnología hayan generado importantes riesgos para la salud (3,18 puntos). En general, el 94% de la población encuestada está de acuerdo en que el desarrollo económico y la posibilidad de hacer frente a enfermedades y epidemias son las ventajas fundamentales del progreso científico y técnico. De ahí que los médicos sean la profesión más valorada (con un 4,29 sobre 5). Información de ciencia y tecnología, biomedicina Respecto el tipo de fuentes de información que se manejan, varía también en función del interés que muestran los europeos en temas de ciencia y tecnología, y de investigación médica y de salud en el Eurobarómetro. Como era de esperar, una amplia mayoría de la ciudadanía europea encuestada señala que la televisión es la principal fuente de información; en concreto, el 70% de la muestra que afirma estar interesada en la investigación biomédica. Un 39% afirma 10 20 30 30 23 20 19 17 16 15 14 13 12 11 10 10 8 5 2 2 3 7 consultar periódicos y, más aún, un 24% afirma que personal médico e investigador es fuente de información también. En la encuesta nacional de percepción también aparece la televisión como el principal medio de comunicación utilizado para abordar temas de ciencia y tecnología, aunque Internet también comienza a ser un recurso cada vez más utilizado. De todos modos, en general se refleja una visión crítica respecto a la cantidad de información que se obtiene de los medios de comunicación en general, ya que se considera que es insuficiente, tanto en televisión (45%) como en prensa diaria (47%) y radio (48%) (fig. 2). En cuanto a la confianza depositada en la calidad de información que se recibe de estas fuentes, el Eurobarómetro muestra que en general la mayoría confía en el personal médico e investigador (53%), aunque no esté directamente relacionado con la investigación de la cual se está informando. También se muestra un alto grado de confianza (47%) en el personal universitario o de centro de investigación. En todo 46 Televisión Internet 25 Revistas de divulgación científica o técnica 25 Prensa diaria 22 Radio 17 Prensa gratuita 4 Revistas información general 4 9 NS/NC Ninguno 6 Fig. 2. Medios de información que le inspiran más confianza a la hora de mantenerse informado sobre ciencia y tecnología (máximo 2). Fuente: FECYT; 2006. Med Clin (Barc). 2008;131(Supl 5):6-11 9 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ SEDEÑO E ET AL. PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA BIOMEDICINA EN ESPAÑA. 100 Cáncer 2002 2004 2006 80 60 SIDA 31 Enfermedades degenerativas Enfermedades cardiovasculares 55 53 47 40 74 29 16 Células madre/ ingeniería 36 27 28 14 Salud mental 10 20 7 0 10 11 10 10 6 España está más adelantada España está al mismo nivel España está más retrasada NS/NC 80 Medio ambiente 27 Fuentes nergéticas 20 Alimentación 13 Ciencias humanas y sociales Tecnologías de la información y las comunicaciones 11 7 Agricultura 6 Seguridad y defensa 6 Transportes 4 Tecnología aeroespacial 1 NS/NC 3 Fig. 4. Ámbitos en los que se considera que debería ser prioritario el esfuerzo de investigación aplicada cara al futuro. Fuente: FECYT; 2006. caso, ambos están seguidos de periodistas especializados (31%) e instituciones internacionales (25%). Sin embargo, a la hora de desglosar estos resultados por países, España es uno de los países que menos confianza muestra con el personal médico o investigador (27%). Políticas de biomedicina El Eurobarómetro también muestra una correlación entre la valoración positiva de los proyectos de investigación en medicina y salud colaborativos y su relación con la financiación europea. Obviamente se enfatiza más en los estados que llevan más tiempo en la Unión Europea y han recibido este tipo de financiación. Sin embargo, España muestra uno de los niveles más bajos (33%) en la valoración de la financia- 10 Med Clin (Barc). 2008;131(Supl 5):6-11 6 Diabetes NS/NC Fig. 3. Posición de España respecto de la media de la Unión Europea en lo que concierne a la investigación científica y tecnológica. Fuente: FECYT; 2006. Medicina y salud 7 Vacunas 1 Fig. 5. Ámbitos en los que querría que se orientara principalmente el esfuerzo investigador en salud. Fuente: FECYT; 2006. ción europea para estos proyectos, junto a Lituania (30%), Irlanda (25%) y Reino Unido (22%), nivel que viene a coincidir con el escaso conocimiento que muestra la población encuestada en torno a la existencia de proyectos de investigación en salud y medicina donde colaboran varios grupos de investigación europeos (el 31% en España y Lituania; el 30% en Reino Unido, y el 28% en Irlanda). En la encuesta de FECYT, la percepción que se muestra de la investigación científica y tecnológica española en Europa es que está retrasada respecto a la media europea (53%) y el papel que otorga a la Unión Europea en el respaldo de la investigación científico-tecnológica es similar a la del Eurobarómetro. Aunque se mantenga en ese sentido por debajo de la media europea, en el contexto de la encuesta nacional es una proporción importante, pues muestra un 20,4% de respaldo a la Unión Europea y un 27,8% al gobierno central, frente a otros tipos, como los gobiernos autonómicos (7,7%) y las empresas (2,8%). Aunque se demandan más recursos para la investigación científica-tecnológica (20%), no se encuentra entre las partidas más solicitadas, como es el caso de la seguridad ciudadana (50%), el medio ambiente (40%) y las obras públicas (33%) (fig. 3). De nuevo se constata esa imagen tradicional y utilitarista de la ciencia y la tecnología en general, y de la biomedicina en particular, al observar en la encuesta nacional las preferencias en cuanto a los temas fundamentales en torno a los cuales se ha de orientar el trabajo de los investigadores españoles. Entre todos los ámbitos, destaca claramente el de la medicina y la salud, con un 80% de las respuestas. Medioambiente y energía son otros dos campos considerados preferentes por un buen número de ciudadanos. Sin embargo, no se entiende como prioritaria la investigación aerospacial (apenas un 1% de las respuestas) ni en transportes (4%). Tampoco se otorga mucha importancia (6%) a la investigación en seguridad y defensa, a pesar de que éste era un ámbito para el que se pedía de manera mayoritaria el aumento del gasto. Tal inversión, pues, parece que se vincula no tanto al I+D como al incremento de otras partidas del presupuesto (fig. 4). No obstante, esta primera elección de ámbitos de investigación preferenciales nos deja unas categorías muy amplias, en las que tienen cabida numerosos temas. La encuesta indaga también con más detalle en los principales objetivos a Documento descargado de http://www.elsevier.es el 01/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ SEDEÑO E ET AL. PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA BIOMEDICINA EN ESPAÑA. Breves consideraciones finales Dieta y salud 37 Nutrición 33 Seguridad alimentaria 30 Alimentos biológicos 29 Cadenas de procesado 12 Alimentos de producción alimentaria 11 10 Alimentos funcionales 8 Alimentos transgénicos NS/NC 6 Fig. 6. Ámbitos en los que querría que se orientara principalmente el esfuerzo investigador en alimentación. Fuente: FECYT; 2006. los que la población española considera que se deben dirigir los esfuerzos de la ciencia. En el área de medicina y salud, que era la primera en la lista de preferencias de los ciudadanos, destaca la petición de investigar la cura del cáncer (citada en tres de cada cuatro respuestas). A continuación se señala como prioridad el avance en la investigación de otras enfermedades, como el sida y las enfermedades degenerativas (ambas en torno al 30% de las respuestas). La ingeniería genética y la utilización de células troncales son consideradas como tema de investigación prioritario con menos fuerza que los anteriores (el 16% de las respuestas), pero en cualquier caso superan en la escala de preferencias a objetos de estudio como las vacunas o la diabetes (fig. 5). Pero hay otros ámbitos, por ejemplo en alimentación, donde surgen temas relacionados con la biomedicina y la biotecnología, en los que la ciudadanía muestra interés porque se desarrolle la investigación (fig. 6). Así vemos que destacan la dieta y salud, junto a la nutrición (íntimamente relacionados) o los alimentos biológicos, mientras sólo un 8% de los entrevistados indicó los alimentos transgénicos como un tema de investigación prioritario. Hasta aquí hemos presentado, de manera general, un breve análisis de la percepción que la sociedad española posee sobre la ciencia y la tecnología y, en especial, sobre la biotecnología, bien entendido que la III Encuesta Nacional de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología no va encaminada específicamente al área biotecnológica. Este tipo de encuestas tradicionales proporciona información muy valiosa acerca de las tendencias generales referidas a cómo los ciudadanos no expertos ven la ciencia y la tecnología. Por ese motivo, esperamos que la FECYT y otras instituciones sigan realizando este tipo de estudios o se animen a llevar a cabo otros específicos o sectoriales. Sin embargo, consideramos que, para aprehender la complejidad de las relaciones entre la ciencia y el público, es necesario realizar otras actuaciones complementarias. Estudios de tipo cualitativo ayudan a obtener una imagen más rica de las relaciones entre la ciencia y los no expertos y, por lo tanto, también pueden sugerir cómo reforzar las relaciones entre ambos mundos. La confianza del público en actores e instituciones y la relevancia de las investigaciones e innovaciones para los intereses sociales son algunas de ellas. Estos trabajos sobre «comprensión pública de la ciencia» apuntan hacia la necesidad de crear líneas de acercamiento bidireccionales. Parte de su enseñanza es que el esfuerzo por acercar la ciencia al público no puede ser únicamente un esfuerzo de «alfabetización» o divulgación desde los expertos hacia el público general. Expertos y políticos han de dialogar con la sociedad atendiendo a sus demandas, respetando sus opiniones y escuchando sus aportaciones. Sólo de esta manera podrán desarrollarse intervenciones tecnocientíficas socialmente sensibles y eficaces. Declaración de conflicto de intereses Las autoras han declarado no tener ningún conflicto de intereses. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1 Bush V. Science: the endless frontier. A rapport to the President. Washington: United States Government Printing Office; 1945. 2 Carson R. Primavera silenciosa. Barcelona: Crítica; 1963. 3 FECYT. III Encuesta Nacional sobre Percepción de la Ciencia y la Tecnología (2006) [citado 30 Jun 2008]. Disponible en: http://www.fecyt.es/ fecyt/docs/tmp/345032001.pdf 4 Comisión Europea. Medical and Health Research 2006. A special Eurobarometer public survey [citado 20 Jun 2008]. Disponible en: ftp://ftp.cordis.europa.eu/pub/fp7/docs/ebs_265_en.pdf Med Clin (Barc). 2008;131(Supl 5):6-11 11