Adolfo González Henríquez Residencia de la familia Pellet Buitrago. callejón del Progreso entre las calles Real y España, donde funcionó desde 1930 La Voz de Barranquilla. Huellas 23. Uninorte. Barranquilla. pp. 43-54. Agosto1988. ISSN0120-2537. 43 Entre los meses de febrero y junio de 1987 funcionó el Taller de Música Costeña con el auspicio del Centro Cultural Cayena de la Universidad del Norte. La idea era atraer estudiantes y profesionales de distintas disciplinas hacia la reflexión organizada sobre temas de la música típica del Caribe colombiano. Fue concebido como un espacio intermedio entre la investigación científica profesional -la actividad sistemática de producir conocimientos científicos, por una parte, y la docencia pura y simple, el necesario aprendizaje de nociones básicas. por la otra. Un espacio donde pudieran adquirirse herramientas teóricas básicas para entender la realidad cultural de la música típica costeña. de tal modo que se utilizaran inmediatamente para analizar la realidad social con la amplitud que implica combinar lo recién aprendido y lo vivido. sin ninguna contra prestación académica. sólo movidos por el deseo de realizar algo que ellos sentían como plenamente satisfactorio. Sin su colaboración no hubiera sido posible la elaboración de este trabajo y a ellos damos gracias: Sandra Granados. Tania Chemás. Myriam Huyke y Clotilde Pineda mostraron lo importante que puede ser una profunda motivación por la música popular. Gracias también a Zandra Vásquez de Alvarez, Directora del Centro Cultural Cayena. inspiradora de este esfuerzo. Para hacerles justicia a todos, no sobra recordar que los yerros de este trabajo son exclusivamente míos. ESTRATEGIA DE LA REFLEXION Los resultados de estas sesiones se consignan en este documento que ahora se entrega al público. Es la síntesis de un trabajo conjunto de varias personas cuya nota común es el amor por la música caribeña. No debe buscarse en estas páginas la impronta del científico profesional sino el entusiasmo organizado de aficionados inquietos. ¿Cuál es el sentido de pensar y escribir sobre los problemas actuales de la música costeña? No puede ser otro que elaborar una producción intelectual que silVa como instrumento para int.e.rvenir activam,ente e? el proces~ de el~borac~on de nuestra musica tIpIca. es decIr. disenar pohticas de ~orto. media~o y ~argoplazo que,s~IVande correctIvos a las sltua~Iones problematIcas .actuale~ buscando reacuvación del sector musl.c~l costeno. ~ esta urgencia.por °iorga~~ea los rltmos vernaculos una debIda va orac on nace de obs.e,IVarlo que ocurre musicalmente hoy en la reglon. ,. La mala musica esta d~minando el ambiente y su mal ejemplo se esta reproduciendo c.on la abundancia de la verdo!a~a. La existencIa d~l mal se constata con un rapIdo re?aso de l~s artlculos de la prensa regional y nacIonal: caSI todos coinc~denen af~ar que lo.~tie~pos dora?os de la musica costena fueron otros, es decIr.. que ella se encuentra en retroceso y que se esta perdiendo un inmenso tesoro cultural. Vale decir. en otras palabras. que la Costa Atlántica no ha sido constante y fiel custodio de algo que. como la música costeña. es patrimonio cultural de todos los colombianos. los unos porque nacieron en ella y los otros porque crecieron amándola. Hay inquietantes indicios, conocidos de todos, sobre el peligro de que nuestra gran tradición musical. orgullo de la región, se va olvidando cada vez más en una suerte de amnesia colectiva de proporciones gigantescas. Visto en perspectiva. creo que la idea del Taller fue un éxito porque arrojó resultados interesantes como lo son una serie de inquietudes que encontraron forma. y una serie de personas que 10graron conformar un cierto trabajo de equipo investigativo con un énfasis en la música popular. Lo más interesante de todo es que los estudiantes que se vincularon al Taller lo hicieron Para frenar este proceso de abulia se impone el rescate de nuestra riquísima y sorprendente historia musical, tarea investigativa que ha comenzado a abordarse con seriedad con el apoyo institucional de la Universidad del Norte. Sin embargo. no siempre la investigación científica de la historia musical alcanza a intelVenir de lleno en las actividades cotidianas sonoras de los cos- Con esta óptica un poco experimental se organizaron sesiones de trabajo no necesariamente para formular enunciados científicos acabados. sino para la tarea un poco más libre de ventilar inquietudes y encontrar los problemas más urgentes de la música costeña, un poco dentro de aquella vieja idea epistemológica según la cual la formulación de un problema será exitosa en la medida en que encuentre preguntas adecuadas que son el fundamento de respuestas certeras. L~ metodología se ajustó a las condiciones y objetivos del Taller. así como a los temperamentos necesariamente dinámicos de quienes suelen interesarse por las cuestiones musicales. Se seleccionó un tema objeto de análisis. tema desde luego vinculado a la problemática de la música costeña se diseñó una bibliografía correspondiente que fue trabajada en discusiones organizadas donde se iban afinando criterios analíticos que silVieron para realizar determinadas obselVaciones sobre la realidad circundante. 44 Elías de recursos y de tiempo para efectuar desplazamientos por fuera de la ciudad. pero también, y es lo más importante, el hecho de que Barranquilla ha sido desde hace muchos años el punto de confluencia de la mayor parte de las corrientes musicales y folclóricas de la Costa. y, por eso, estudiar la ciudad muchas veces equivale a estudiar la región. Esta "ciudad regional" es también un epicentro del mercado disquero nacional. Finalmente. entre la profusión de aspectos. se limitó la reflexión a la radio y su influencia en la cultura musical de la ciudad. La carencia de estudios previos sobre la música en Barranquilla. limitaciones de tiempo y el carácter informal del equipo de trabajo aconsejaron abandonar cualquier intención de abordar la vida musical en su totalidad. lo cual sólo hubiera producido una dispersión de esfuerzos poco fructífera. Se escogió la radio como objeto de análisis por su gran capacidad de crear opinión. poder que en ocasiones aparece como mágico o se revela incluso como dictatorial. illENTillAD Pellet Buitrago. teños. Por esta razón. el Taller consideró necesario concentrar su atención, en el momento actual: El Presente como Historia es el título de un libro de Paul Sweezyque recuerda la unión de lo diacrónico y lo sincrónico. para hablar el lenguaje de los estructuralistas. Es. además. una buena costumbre metodológica el elaborar un referente contemporáneo para examinar el pasado. no para los efectos evolucionistas y falaces de lo que en filosofía se ha denominado "la proyección al origen" sino para tener la perspectiva de un proceso histórico y social que explique la relación que pueden tener el pasado y el presente con el futuro. Mirar el presente tiene la ventaja. por otra parte. de poder vivir la coyuntura de una manera reflexiva procurando desarrollar la perspectiva de una elaboración superior para nuestra música típica. A la alegre tarea de comentar las incidencias musicales de todos los días se entregó. pues. el Taller de Música Costeña. CULTURAL y RADIODIFUSION El 8 de diciembre de 1918 nació La Voz de Barranquilla, primera emisora colombiana, fundada por Elías Pellet Buitrago, ingeniero de ascendencia norteamericana. En 1934, los costanicenses Miguel Angel y Alex Blanco Salís fundaron la Emisora Atlántico, consolidando así el desarrollo de un medio de comunicación aparecido entre nosotros un poco después del cine y mucho antes que la 1V, pero que alcanzó una in-fluencia mucho mayor que éstos, al menos en lo que a proyección musical se refiere. Para el análisis del papel de la radio barranquillera en la confom¡ación de la cultura musical de la región se hace necesario profundizar ciertas simplificaciones generales que. llevadas al extremo. terminaron sustituyendo las particularidades históricas y concretas por unos enunciados abstractos. En la teoría de la comunicación, con mucha frecuencia se oye mencionar la "lógica mercantilista" o la "manipulación de la ideología dominante" como procesos característicos de los mass media. Pero, si se repiten incesantemente estos enunciados generales hasta amenazar con volverlos lugares comunes, se dejarán por fuera del análisis teórico muchos aspectos de la realidad. Explico: es obvio que. enclavada dentro de un sistema social donde impera la ló-gica mercantil, la radio funciona de acuerdo anormas Este análisis de la práctica musical cotidiana comerciales. como también lo es que.como debe comenzar enfocando lo que ocurre en el regla general. reproduzca la ideología do-minante punto de convergencia más importante de la re-gión: de la sociedad; de otro modo, su existen-cia Barranquilla. Lo aconsejaron así considesería problemática para la totalidad social, raciones pragmáticas relativas a la limitación 45 por no decir que se haría prácticamente imposible. Sin embargo, en el análisis específico de la radio en sociedades históricamente concretas muchas veces se hace necesaria cierta flexibilidad puesto que la "lógica mercantil" y la "ideología dominante" se han combinado frecuentemente con la identidad cultural y el desarrollo musical. Jesús Martín Barbero, investigador de la Universidad del Valle y autoridad con reputación intemacional en materia de comunicación, explicó recientemente en el V Taller Latinoamericano de Música Popular, celebrado en Bogotá, que la radio tuvo cierta eficacia social en América Latina entre 1930 y 1950 como vehículo de identidad cultural y de organización nacional para las dispersas masas latinoamericanas de origen rural que llegaban alas ciudadesl, las cuales estaban anterionnente de~articuladas: según esto, la radio funcionó eficazmente para crear lazos y formar un nuevo conjunto con viejas tradiciones y nuevos símbolos, estos últimos creados por la industria cultural. que le pennitió adquirir connotaciones ajustadas a la idiosincrasia regional. Esta libertad explica, tal vez, la influencia que tuvo en Barranquina la poderosa radio cubana, fundamentalmente la CMQ, Radio Progreso y La Cadena Azul, todas de La Habana, que aportaron la amplitud y profundidad de un medio caribeño más desarroliado. Como las bandas todavía no estaban congestionadas, las emisoras cubanas entraban en vivo durante el día. Cuba, pionera de la radiodifusión latinoamericana, inundó el ambiente 10cal con espacios que se hicieron muy populares como las célebres radionovelas de Félix B. Caignet y, como veremos más adelante, con la música más vital del mundo caribeño. Igualmente, las voces de la radio barranquillera tuvieron como escuela a los extraordinarios locutores cubanos y más de uno aprendió a vocalizar escuchando La Corte Suprem~ del Ar!e, hora de radioaficionados que dirigla Jose Antonio Alonso en la CMQ 2. LOS RADIOTEATROSy LAS ORQUESTASDE PLANTA Algo de esto tuvo lugar en Barranquilla. Lanaciente radiodifusión criolla no fonnaba parte, desde luego, de una gran cadena nacional o multinacional en la cual apoyarse para obtener materiales destinados a la programación, por lo cual tenía necesariamente que nutrirse de lo que le entregaba el entorno. Esto no alcanzó a notarse en las primeras emisiones de La Voz de Barranquilla en las cuales las expresiones musicales criollas estuvieron casi que prohibidas, pero, en las circunstancias anotadas, ésta era una situación que debía superarse rápidamente, como en efecto sucedió, y ya a mediados de la década del 30 la música radiodifundida tenía un sabor local. Cuando se escriba la historia de la música"costeña, se apreciará la coincidencia entre el nacimiento de la radiodifusión y la gradual aceptación de la música costeña por las clases altas de Barranquilla. Por esto, se puede pensar que la radio contribuyó a reforzar los patrones de identidad cultural. La radiodifusión barranquillera tuvo, pues, una influencia que fue tal vez decisiva en el desarro110de la música costeña. Y no sólo por el hecho circunstancial de que ambos fenómenos coinciden en el tiempo, sino por el hecho concreto de que la radio local proporcionó escenarios y mercado de trabajo para los músicos en una escala sin precedentes. No parece que se provocaron aquí desplazamientos de mano de obra, efecto señaldo para Cali por Alejandro Ulloa: "Para el caso de Cali, los primeros afectados fueron los músicos. Dejaron de contratarlos para animar las fiestas familiares y en su lugar aparecieron los radios y los tocadiscos que se acoplaban manualmente... La animación en vivo del pequeño conjunto empezó a ser desplazada por el milagro tecnológico o cuando menos a competir con él" 3, Tal vez la presencia de un folclor sonoro tan vital como el costeño impidió que, desde un principio, la radio se presentara como un sucedáneo de la música viva. No existía en aquel entonces una organización multinacional de los medios masivos de comunicación con fuerza para imponer la tendencia a la unifonnidad de gustos en todos los países, ni había estrategias sofisticadas para controlar mercados. La radio barranquillera tuvo, pues, la posibilidad de un desarrollo más o menos libre En esta función catalizadora del ambiente musical ocuparon un lugar principal los radioteatros y las orquestas de planta de las distintas emisoras. Los primeros surgieron de la necesidad de tener programaciones musicales en vivo porque los discos eran escasos por tratarse de un articulo importado y las grabaciones de intérpretes y 1 Néstor García Canclini, De por qué el científico social es un cazador oculto; Jesús Martín Barbero, Carta abierta a Néstor García Canclini, en Magazm Do~al No. 273 El Espectador, Bogotá, 19 de junio de 1988, pp. 17-20. 2 .b i' .Entrevista con Tomas de Alba, sra ac on magnetofonica, Barranquilla, 1987. 3 Ulloa. 1986, p. 4. 46 música colombiana eran más escasas todavía. Esto impuso la necesidad de contar cada emisora con una orquesta de planta que amenizara las funciones y acompañara a los distintos artistas invitados. Aquí nacen las grandes orquestas barranquilleras: primero fue la orquesta de planta de La Voz de Barranquilla dirigida por Emirto de Lima, y, luego, la Orquesta Sosa, la Emisora Atlántico Jazz Band, la Orquesta Emisoras Unidas y tantas más. La orquesta que dirigía De Lima, en concordancia con el temperamento de su director, se inclinaba hacia la música clásica, los ritmos europeos y del interior; las demás, sin despreciar la música clásica y la denominada "brillante", eran funfamentalmente orquestas caribeñas de baile que trabajaban eljazz, la música afrocubana y los ritmos populares costeños. Como dato curioso, la Orquesta Sosa, tal vez la primera orquesta caribeña que tuvo la ciudad, no fue fundada por costeño alguno sino por un santandereano: el maestro Luis F. Sosa. Es necesario a estas alturas aclarar el status social de la música costeña en la ciudad de Barranquilla. A principios de siglo, ella carecía de aceptación generalizada pues las distintas clases sociales tenían gustos musicales igualmente distintos. Las clases altas participaban de una cultura eurocentrista que privilegiaba la música clásica como algo más "elevado", junto con valses, polkas, mazurcas y otros ritmos populares de origen europeo; despreciaban la producción regional mirándola como manifestación de culturas primitivas o inferiores. También miraban con buenos ojos la música del interior del país, tal vez por contener características parecidas a la cultura musical europea. Un ejemplo de la distancia que sentían frente al medio se presentó en 1910 con motivo de la celebración del Centenario de la Independencia: en el Club Barranquilla se presentó la Estudiantina del Centro Artístico, formato de origen hispánico muy popular en el interior pero que nunca ha tenido acogida masiva en la Costa. Curiosamente, la ciudad de Barranquilla tuvo una estudiantina treinta años antes de tener una gran orquesta de música caribeña 4. ~ste d~stancia~iento frente a la música coste~a 1IDpliCOtambien cierta resistencia un poco mas activa: las anécdotas que suel~ referir Alfredo ?e la Espriella sobre la prohibicion de una cancion llamada Tócame el trigémino los salones de aquella alta sociedad -supuestamente por inmoral- ilustran el lado picante de los obstáculos que la cultura vernácula debía vencer. Algún 4 AlbumdelRecuerdo ClubB~quilla. .47 día habrá que hacer la recopilación de todo este anecdotario picante, toda la letra menuda y todos los pasos equívocos e inequívocos porque la historia en tono menor condimenta y da color, en fin, configura el sabor especial de la época. Las razones históricas de esta prefe:r~nciahabrá que buscarlas en el proceso de conformación de las clases altas barranquilleras, las cuales se nutrieron desde el siglo XIX de inmigraciones extranjeras y migraciones del sector rural costeño y del interior. Semejantes corrientes aportaron, por una parte, una ideología señorial heredada de tiempos coloniales que discriminaba abiertamente las expresiones de la cultura popular, y, por la otra una capacidad de trabajo y una cultura ajena al medio. A esto puede agregarse el hecho de que estas corrientes llegaron a una ciudad sin pasado colonial con más trazas de factoría comercial que de asentamiento urbano plenamente determinado, y, por tanto, no existía una propuesta cultural propia con la cual se fueran relacionando los recién llegados. Por otra parte, los colegios en donde se educaban los hijos de las clases altas solían ser instituciones religiosas con personal docente usualmente de origen europeo o del interior, y portadores, por tanto, de una cultura musical extraña al entorno social custeño. Por último, la reivindicación sistemática de los valores de la Costa Atlántica, elemento que hubiera podido constituir un factor de transformación, carecía entonces de expresiones universales y de proyección social. Por otra parte, los sectores populares eran portadores de una profunda cultura popular que les otorgaba una personalidad muy propia y un folclor sonoro vigoroso que ha sido el semillero de las mejores tradiciones musicales costeñas. Nuestra música típica, surgida de gaitas, fandangas, danzas y comparsas, estuvo durante mucho tiempo circunscrita a barrios populares, pueblos y festividades tradicionales. Hoy tenemos suficientes elementos sobre su desarrollo histórico como para saber que Si logró sobrevivir a conquistadores, capellanes, prohibiciones y demás, muy fuerte ha de ser. Mecanismos de resistencia cultural en un principio, ya a comienzos del siglo XX la encontramos pugnando por abrirse un espacio social en las ciudades del litoral costeño, y, especialmente, en un momento muy particular de la historia de Barranquilla, cuando era una urbe de modernidad ejemplar, al menos en el contexto suramericano. La gran flexibilidad social de la ciudad, su proclividad a los hitos y liderazgos, su apertura ocasional hacia propuestas atrevidas, fueron un ambiente propicio para el viaje de Angel María Camacho y Cano a Nueva York en 1928, hecho que constituyó la "mayoría Radioteatro de La Voz de la Patria. de edad" para una música costeña hasta entonces confinada en sus solares nativos 5. Esto coincidió con el nacimiento de la radio. una nueva tecnología de comunicaciónque hizo posible la existencia de una nueva cultura urbana. como bien lo sostiene Jesús Martín Barbero: La radio. posibilitando el paso de las culturas rurales. que eran aún las de las mayOrías. a la nueva cultura urbana. haciendo posible su entrada en la modernidad sin perderse del todo. sin abandonar por completo ciertos rasgos de 'identidad rural'. dando persistencia e introduciendo elementos de una cultura oral. organizada en base a una racionalidad expresivo-simbólica. en una cultura urbana que empieza a organizarse sobre una racionalidad instrumental. Y la radio también va a ser clave en la gestación del sentimiento nacional. en la traducción de la idea de nación en sentimiento y cotidianeidad. Un sentimiento nacional que en la radio de esos años no desactiva completamente el orto. el de pertenencia a una región6. 5 Ver más detalles del proceso anterior en González, 1987. 6 48 Martin Barbero. 1987, p. 74. La radio. entonces. no sólo proporcionó un centro de trabajo para los músicos y un punto de divulgación de sus esfuerzos. sino que colaboró en el desarrollo de una cultura musical urbana en la Costa Atlántica. Tanto el contexto social como la necesidé;ldde ajustar la interpretación musical a esta tecnología imponen esto como una necesidad. En estos años 30 se tocan los mismos ritmos folclóricos de siempre pero ya existe una interpretación urbana con cierta elaboración en el arreglo. cierta capacidad de articular diferentes tipos de influencias. y. evidentemente. hay un mundo de distancia entre un porro de la Emisora Atlántico Jazz Band y el de una banda de viento rural. y es también en los espacios rurales donde la música costeña encontró un pariente que sería su aliado formidable en la lucha por conquistar la ciudad: la música afrocubana. que por esos días estaba de moda en todo el mundo. Las listas de discos importados que aparecen casi diariamente en la prensa barranquillera de la época empiezan a registrar por esos días la llegada de sanes y boleros en versiones del Tño Matamoros. el Sexteto Habanero. el Sexteto Nacional y otros grupos cubanos de gran calidad: también llegó El tambor de la alegría. un tamborito panameño que alcanzó un éxito sin precedentes. tal vez por su eventual popularidad entre los huelguistas bananeros de 1928. Indudablemente. la disponibilidad de pastas fonográficas contribuyó mucho a la divulgación de la música cubana en Barranquilla por dos razones principales: en primer lugar. era posible divulgarla en circuitos domésticos y sitios de esparcimiento colectivo: en segundo lugar. se hacía posible su programación por las emisoras locales. Más importante todavía debió ser la influencia de las emisoras cubanas que entrabanen vivo y en directo. como se dice hoy en el argot de los mas s media: poderoso debió ser el impacto que produjo en los oídos de los barranquilleros el escuchar diariamente a los mejores músicos cubanos y sabemos hoy que muchos de los grandes músicos locales hicieron su aprendizaje en la programación cubana. y que escuchar esta programación constituía una vital tarea cotidiana para las mejores orquestas de la ciudad pues de allí extraían inspiración para sus arreglos. Como se obsen-a. la música cubana fue recibida aquí mejor que si fuera propia: efectivamente. muchos barranquilleros de clase alta eran reacios a la cumbia y al chandé al tiempo que bailaban el son y la guaracha. Pero esto creó las condiciones para que los oídos receptivos a la moda internacional de la música cubana se volvieran sensibles a los ritmos de su propia tierra. A finales de los años 30. la célebre Orquesta Casino de la Playa. de La Habana. realizó una histórica visita a Barranquilla para inaugurar el Jardín Aguila y esto definitivamente catalizó el ambiente de la urbe que se proponía ser la Sultana del Caribe que cantó Jaime García en inolvidable bolero con .la Emisora Atlántico Jazz Band. LA MUSICA EN LA RADIO DE HOY Una socióloga norteamericana sostiene que "los medios de comunicación llegan a mayor número de colombianos que el sistema educativo y probablemente ejercen una influencia más penetrante" 7. y esta observación es de una certeza meridiana para Barranquilla. ciudad donde los medios masivos de comunicación han mostrado ser determinantes en la formación de la opinión pública. La radio local es un buen ejemplo de esto y presenta extremos masificantes bien exóticos y conocidos: durante muchos años. los seguidores del fútbol han asistido al estadio con receptores mediante los cuales un locutor dirige la apreciación del partido que todos están observando. situación aparentemente contradictoria que ex- ¡, Cit.por Alvarez, 1983, p.285. presa cierta inseguridad del públi~O en sus propios juicios deportivos y una exceSIvadependencia frente a los juicios -objetivos o no- de un determinado locutor. En materias musicales. esta mas,-,-lcación no presenta rasgos tan polarizados como en el fútbol: de todos modos. el público barranquillero sí tiene un mínimo nivel de opiniones y sensibilidades musicales que ningún locutor podría desconocer impunemente. Por ejemplo. sería muy dificil mantener un espacio radial en horas de mayor sintonía con bambucos y pasillos. música que muy pocas posibilidades tiene de ganar una audiencia masiva por muy sofisticados que fueran los mecanismos de persuasión utilizados y por muy carismáticos que fueran los locutores. Respetando estos mínimos parámetros. se observa que. por lo general. la radio barranquillera constituye un eficaz medio de inducción al consumo de determinados productos musicales. Para esto se utilizan un buen número de locutores con cierto carisma y que ostentan un ascendiente considerable sobre amplios sectores sociales. Obsérvese que estos locutores. a pesar de su ampli~ sintonía y de gozar de cierta credibilidad entre los sectores populares. de ninguna manera se ajustan a lo que algunos investigadores norteamericanos. inspirándose en el caso de los locutores negros de los años cincuenta. llaman "héroes culturales" 8. es decir. personajes que reelaboran el lenguaje y los estilos populares y generan fenómenos de identificación masiva en un público que les otorga capacidades especiales para obtener logros ordinariamente ubicados más allá de los hombres comunes y corrientes. No es seguro que. en todos los casos. los locutores barranquilleros proyecten su trabajo hacia la re afirmación de la cultura popular. es mucho más probable. en cambio. que su labor de identificación cultural esté montada s.ob~ebases más endebles porque colocan sus pnon.dades en. las necesidades del mercado, y n? son mdependI~ntes de la e~tru~~ura mu~tmacIon~l de los me.dIos de comurncacIon que tIenden SIempre hacIa la uniformidad del gusto antes que hacia los acentos particulares. La inducción al consumo se basa en la oferta de esquemas musicales simples. facilistas. repetitivos que hagan expedita la venta del producto y conviertan al público en un ente de reacciones fácilmente previsibles y controlables como para asegurar indefinidamente la reproducción del proceso. Este proceso de inducción al consumo, ' 8 Williarns, 1986. 49 de productos musicales debería ser mirado con atención por los investigadores. Quizás entonces se desmistificaría totalmente la idea de que el público escogela música que le gusta, cuando lo cierto es precisamente lo contrario: los gustos musicales de esta "ciudad regional" que es Barranquilla se determman a partir de lo que le ofrecen al público, de la costumbre auditiva que le imponen desde arriba. En la práctica, al público lo educan en una cierta mtma que configura un oído musical que excluye sonidos extraños a la "moda": tanto se le condiciona que se le vuelve sectario y neurótico, incapaz de reconocer la bue!1a calidad en sonidos distmtos que rompen sus malos hábitos auditivos. Los empresarios de espectáculos musicales conocen bien un notable síntoma de esto: una orquesta podrá tener excelente calidad musical, pero si no tiene canciones "de moda" o "pegando", el público barranquillero jamás afluirá masivamente a disfrutar. Desde luego que todo ocurre como si el público fuera un autómata, un mero epifenómeno, de la publicidad, pero, también es importante anotar que esto encarece necesariamente el costo del entretenimiento noctumo pues permite cobrar precios de especulación por la presentación de los músicos más cotizados: por el contrario, muchos músicos de buena calidad que no cuentan con canciones "de moda" y que cobrarían precios módicos por sus presentaciones.. no encuentran trabaj o. Si algo resalta en todo lo anterior es el alto índice de comercialización de las frecuencias radiales, hasta el punto de que la música transmitida reviste igualmente carácter comercial. Esto tiene dos clases de consecuenCiasigualmente deplorables: por una parte, la oferta de música clásica queda reducida a unas mínimas proporciones que resultan francamente inadmisibles si se piensa en el enriquecimiento cultural de los barranquilleros: por otra, la música popular de mejor calidad queda excluida mediante una especie de $elección automática retorcida, es decir, que sobreviven no los más fuertes o aptos sino los más "comerciales", canciones de construcción esquemática y pegajosa que correspondan a los códigos auditivos de uso corriente, es decir, el lugar común hecho sonido. Se trata de no proponer1e demasiadas dificultades al oyente para así propiciar su captación. En cuanto a la música clásica se refiere. su radiodifusión tiene proyecciones muy limitadas por una serie de problemas que flotan en el ambiente. Una gran parte de la población está condicionada negativamente frente a ella. víctima de una cortina de humo impuesta por el bajo nivel cultural de la ciudad. Esto hace que en Ba- 50 o ~ti ~ o ij E " lo. " -a 1: :s " ~ -a ~ ~ Ernma Revollo, la Novia del Micrófono, de la radio barranquillera. primera locutora rranquilla prospere la idea peregrina de que la delectación de la música clásica es algo "elitistalO,lo cual le resta audiencia entre muchas personas que, por lo demás, están legítimamente preocupadas por la cultura popular. Otra limitación importante en la radiodifusión de la música clásica es una noción soterrada. chabacana y generalmente inconsciente: los costeños. se piensa. no tienen necesidad de escuchar música clásica porque su temperamento no les lleva a ello.. Esta objeCiÓnes infundada porque no hay motivo alguno para suponer que la cultura musical de Occidente y la cultura sonora propia de la Costa Atlántica se excluyan mutuamente. y el éxtasis ante los acordes beethovenianos bien puede conciliarse con el frenesí 'J>orlos baj os de Alejo Durán. como alguna vez señalara Alfredo GómezZurek. Por demás. es una actitud que desconoce olimpicamente la historia musical en estas tierras de mestizaje: una investigación que está todavía por hacerse mostraría la correspondencia que existe entre los mejores momentos de Bellas Artes. la Orquesta Filarmónica y la Opera de Barranquilla. la Banda Departamental. y la época de oro de la música costeña. Por esto. incluso desde el punto de vista de quienes están interesados en reactivar nuestra música típica. reviste capital importancia el ampliar el radio de acción de la música clásica. Por otra parte. la radioaudiencia de la música clásica en Barranquilla se ha visto afectada por la oferta tan restringida de bienes culturales que ha padecido la ciudad durante mucho tiempo, como consecuencia del cierre del antiguo Teatro Municipal y los varios lustros que demoró la construcción del Arnira de la Rosa. En el entretanto no sólo desaparecieron la Orquesta Filarmónica. la Opera y la Banda Departamental. sino que varias generaciones de barranquilleros crecieron sin hábitos de e.scuchar conciertos o audiciones de música clásica en general y las emisoras locales que antiguamente se especializaban en ese tipo de música desaparecieron o cambiaron su orientación; en semejante desierto. vale la pena reconocer los solitarios esfuerzos del Profesor Alberto Assa con su Concierto del Mes, que durante más de treinta años se mantuvo como la única instancia permanente organizadora de conciertos de música clásica. Al contrario de lo que muchos podrían creer. la música clásica no es necesariamente un evento de minorías o inacc~sible a la músi~a popular, sino que ha sido sustraída a los patrones de consumo masivo porque. como señala Alberto Upegui Acevedo, "tiene duraciones unitarias incompatibles con los sistemas de comercialización de la radiodifusión" 9 y no se ajusta a la estridencia característica utilizada en la radio barranquillera para llamar la atención del oyente. Esto significa que las posibilidades que puede ofrecer el cuadrante para escuchar música clásica son las emisoras culturales: Radio Cultural Uniautónoma, de la Universidad Autónoma del Caribe, que transmite algunos programas de música clásica. y Uninorte FM Estéreo. de la Universidad del Norte. cuyas transmisiones diarias de música clásica cubren la casi totalidad de su programación de 18 horas. Además. está la Radiodifusora Nacional de Colombia. que posee la más completa discoteca del país y publica un Boletín que en el pasado fue una de las mejores reVistas musicológicas del Continente. Asimismo, vale la pena destacar el ejemplar esfuerzo de César Ruiz. quien durante varios años ha transmitido música clásica a través del programa semanal 9 Upegui, 1976.p.6. Momento musical (Un oasis musical en un desierto melódico) por La Voz de la Patria. en la banda A.M. Desgraciadamente. la sintonía de las tres primeras emisoras es increíblemente reducida. La austeridad de la política oficial en materia de presupuesto para la cultura. la juventud de los esfuerzos de las emisoras culturales locales. y la eventualidad de la comercialización debido a los altos costos. son las principales limitaciones que tiene la radio cultural en nuestro medio. ¿Qué hacer para captarle una audiencia masiva a la música clásica? Ello depende no sólo de una buena programación sino de unas estrategias trazadas conjuntamente por todos los interesados: universidades. colegios. instituciones culturales, industria y comercio. sindicatos. juntas de acción comunal. etc. Las acciones pertinentes incluirían una oferta permanente de cursos de apreciación musical y un aumento sustancial de la oferta de conciertos en Vivo para todos los sectores de la población. En lo posible. la construcción de nuevos escenarios y salas de música, concha acústica. etc. Sin embargo, estas medidas apenas serían un remedio parcial. Lo verdaderamente decisivo sería la rehabilitación del Conservatorio Pedro Bia- va. y, en general. de la Facultad de Bellas Artes. institución que ti~ne capacidad po~e~cial _p~ra generar und amplIa demanda de musIca claSlca así como para producir músicos capace~ de ejecutar conci~rtos en viv? Asimismo. ~ena igualmente crucI:l.lla creacion de una emIS?~acultural en Bellas A:tes, la cual se co~v.ertma en ';In importante estImulo para la creatIvIdad de quIenes trabajan profesionalmente las temáticas culturales. .Como ya se indICOanteriormente. en el terreno de la música popular los esquemas de inducción al consumo imperantes en la radio tienen el efecto de otorgarle prioridad -si no exclusivida~- a la programación de números "comerciales para poder captar la mayor cantidad de oyentes. La máxima rentabilidad se combina c?n el menor esfuerzo: se parte del discutible y comodo supuesto de que los sectores populares sólo están en capacidad de consumir música superficial. lo cual tiene la ventaja. desde el punto de vista de costos. de no requerir esfuerzos ni personal capacitado para efectos de orientar la apreciación de los ritmos populares. Dada la aceptación generalizada y la sintonía masiva que tiene la música popular. esto quiere decir que la estructura del oído musical barranquillero está determinada por los criterios mer- 51 cantiles del momento. es decir. está nivelada por lo bajo porque esa es la implicación de la práctica comercial establecida. En lo musical. prácticamente no existe lo que podría llamarse una "radio de opinión" y no hay alternativas cultas para la música popular en la radio barranquillera. La calidad de la oferta de música popular en las frecuencias radiales es asombrosamente pobre: fundamentalmente se programa salsa. vallenato. merengue. "música de Medellín", baladas, rock. Estas dos últimas clases de música corresponden al sonido multinacional elaborado por l~s corporaciones fonográficas internacionales y nada tienen que ver con la cultura popular costeña. Sus efectos sobre la sociedad requerirían de un examen por aparte y, por ahora. basta observar que la literatura científica norteamericana más reciente señala en forma casi unánime la inducción a la violencia y la manipulación a través del sexo y las drogas que esta música prorecta hacia la juventud 10. La salsa que se programa no es siempre de la mejor calidad: frecuentemente son "salsitas" de fácil digestión que terminan olvidadas a los seis meses: lo que más se aproxima al sonido inmenso de la "salsa dura" son El Gran Combo y la Sonora Ponceña, conjuntos de proyecciones bastante conservadoras en el contexto global de la salsa caribeña. Los .números más ~xperi~entales que tratan la tematica de las Justones Uazz latino. calypso jazz. afro son. etc.) están vedados para la radiodifusión, y. con esto. se le quita al público la posibilidad de conocer uno de los caminos futuros más atractivos y viables para la música del Caribe. Igualmente, rara vez suena algún número de la música cubana contemporánea, cuya calidad es indiscutible. Con frecuencia, ocurre también que canciones de inmensa calidad estética son vetadas por considerárselas demasiado largas: así ha ocurrido con la excele~te versión que hizo ~y Barreto de Que viva la musica;' el extraordinano Guaguancópara todos los barrios de las Estrellas Areito. y La vara y la moneda. Como consecuencia. la "salsa dura". esa exuberante manifestación triunfal de la cultura caribeña. tiende cada vez más a convertirse en artícul? marginal para delectación de los e.scogidos Inlentras que gran parte de la poblacion permanece ajena a lo mejor de la musica antillanao El merengue dominicano aparece en la radio con 10 V . l l l 11 N 2 d la .quillera er, por eJemp o, e vo umen o. e revista especializada PopularMusicand Society. dedicada casi íntegramente al tema 52 demasiada frecuenCia cubriendo el espacio que deja la salsa neoyorquina en su crisis actual.. No se trata del merengue cibaeño o apambichao que bailaron los barranquilleros en los años 50 y que dejó recuerdos inolvidables como Avelina. A lo oscuro, La empalizá y muchos más. El merengue que inunda nuestros oídos hoy por hoy está lejos del sonido folclórico de Angel Viloria y difícilmente se puede aceptar que proceda también de San Pedro de Macorí. la tierra del arco iris: es un merengue tocado con formato grande (saxo. trompeta. piano. trombón. etc.) y persigue competir en el mercado internacional con todo lo que esto puede significar cuando no hay una fusión profunda. Auncuando no se puede afirmar que sean músicos incipientes. con frecuencia son monótonos por la carencia de ideas. y presentan la peligrosa tendencia a reelaborar baladas, cosa que resta sabor y muchas veces difunde mensajes que son el colmo de la banalidad. Sin embargo. lo más pernicioso de esta invasión dominicana de última hora es que su afán por penetrar el mercado colombiano la lleva a reenvasar música costeña en versiones "internacionales" donde salen perdiendo las tradiciones musicales de ambos países: hay números importantes y casi tradicionales del cancionero costeño que nuestro público no conoce sino a través de versiones dudosas amerengadas.como es el caso de La guachema. La mú:)ica vallenata tiene un lugar de privilegio en la oferta global y esto está en correspondencia con su gran volumen de ventas, lo cual no implica necesariamente buena calidad. A esto están ligados fenómenos como el de la numerosa migración rural de los últimos años proveniente del Cesar y la Guajira. así como la economía subterránea que en años recientes ha afectado a toda la región. Esta música se resiente por muchos motivos sobre los cuales hay una cierta ilustración por las discusiones suscitadas tanto en la prensa regional como la nacional sobre la contraposición entre el "vallenato tradicional" y el "vallenato moderno". que recoge temáticas y estilos diferentes y más urbanos: por otra parte, su desarrollo ha estado afectado por las limitaciones musicales propias del acordeón. Además. la carga de machismo y agresividad que con tanta frecuencia se hacen presentes en sus mensajes no sólo le ha alienado la simpatía de algunos sectores intelectuales sino que constituye una influencia problemática sobre las mentes de la juventud que vale la pena tener en cuenta en sus debidas dimensiones. Valga anotar que frente a todo esto, el comportamiento de la radio barranha sido perfecta y precariamente co- . momento se ha preocupado . 1 merCla .y en ningun por diseñar programas de opinión que orienten susceptible ' TODO ELECTRICO ' ALMACEN matos. .el de tocarse Otros ~handé, ritmos el mapalé, practicamente 't '.(\ lOS , mejOReS Es cierto Del nados fundir RADIOS munDO han ,[ , '~rmen' , 'Undine: ~ A "8 ..1 ' I , ~ ~ o ~ ~ .g a ~ ~ § ~e C d : ~ S n c:: ~' A 1 d ~' 8 e ' nOmBReS SU e n A n A R m o ni o S o S COm O e L '.- T E L E F U N K E N ~.( '" ~ hay una de las serie cumplido una labor están radiales. de espacios valiosa el pasado musical. vestigaciones Por otra especializadas denomi- al mantener parte, la sobre vi- el jazz -jquién falta de historia costeña hace que no existan específicos de "vieja guardia" de inla programas costeña. lo creyera!- casi no cuenta con programación radial, fuera de las emisoras culturales. Esto ocurre en una ciudad que se cuenta entre los primeros sitios del mundo en conocerlo: la primera orquesta de jazz llegó a Barranquilla en 1923, apenas dos años después de Londres y unos cuatro años después de su salida de Nueva Orleáns, efemérides que se considera su presentación en sociedad mundial. y no es que carezca potencialmente de audiencia masiva, es que esta audiencia sido cultivada con esmero. Aviso de Prensa, Barranquilla, etc., ondas forpuya, vo el recuerdo de muchos de nuestros tesoros musicales. Sin embargo, estos programas están limitados por el marco comercial de la radio, el cual no permite comentarios especializados dirigidos a mejorar la refle-x:ión del público sobre Finalmente, Qu e TAn la el bullerengue, desterrados que como como "de vieja guardia", d dicados a dimúsica que ya pasó "de moda", y que ellos música radiales ~ con los más variados importantes masiva jamás ha hacia 1940. .' la apre~~acion del va!le~ato y apunten hacia la protecclon de esta mUSlca que, de todos modos, fo~a parte valiosa del patrimonio cultural cos- Para terminar, citaremos las palabras to Upegui Acevedo, hombre de amplia cia en el medio de la radio colombiana, sintetiza así el problema más profundo dio comercial: de Alberexperien- quien de la ra- teno. En cuanto al resto de la música típica costeña se refiere, la mayor parte de lo que se programa es realmente "música de Medellín", una interpretación de motivos costeños hecha por músicos costeños con criterios impuestos por la industria fonográfica antioqueña y bogotana teniendo en cuenta los gustos de un mercado nacional situado fundamentalmente en el interior del país. Sonido paisa, como quien dice, es decir, música costeña deteriorada. Por otra parte, el porro y la cumbia, tal vez los ritmos más importantes de la Costa, no se escuchan frecuentemente sino entre diciembre y el carnaval, y no existe una programación dirigida que busque incrementar su popularidad y nivel de apreciación. El paseo vive una especie de muerte civil confundido entre la música vallenata; ya casi nadie se acuerda que el paseo no es vallenato sino un ritmo típico de toda la Costa Quienes por años hemos sido radiodifusores s~bemos que desde una sala de programacion de una emisora se crean y se derrumban ídolos, ritmos, temas, canciones, orquestas y cantantes con la misma facilidad con que se juega ~on soldaditos de bronce.. Conocemos el trafico que corre por los pa~l~los de las emisoras, de las c~sas fonograúcas, de los representantes artlsticos, de los intereses disqueros, no éticos, que pone, quita, ex.alta. derrumba CanCi?nes, .cantantes e interpretes. Desde la radIo se d~cta y se ha dicta,do siempre el gusto mu~:cal de la mayona de los colombianos. 11 U¡x:gui, 1976,p. 6. 53 ~ BffiLIOGRAFIA Alvarez, Lugardo. Estructura y funcionamiento de los medios de comunicación. en La sociedad colombiana y la investigación social, Memoria del IV Congreso Nacional de Sociología. 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