“Carta entre hermanos” CATEQUESIS POR CORRESPONDENCIA ENCUENTRO Nº15 Entremos al Reino de Dios ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 2 TEMARIO 1-La Misión de la Iglesia……........................................................pág. 3 2-¿Qué es el reino de Dios?............................................................pág. 3 3- La despedida…….……………..................................................pág. 9 4- Bautismo de Jesús…………......................................................pág.11 5- Jesús predica el Reino de Dios………………………………..pág.13 6- Las parábolas del Reino…….....................................................pág.15 7- ¿ Qué significa convertirse?…………………………………...pág.29 8- El Reino de Dios y la Iglesia…………………………………. pág.31 9- Resumen……………………………………………………….pág.34 10- Preguntas para responder…………………………………….Pág. 39 Nihil Obstad Pbro. Claudio Castricone Coordinador del Área Adultos de la Junta Nacional de Catequesis 25 de abril del año 2010 Imprimatur Monseñor Héctor S. Cardelli Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Penitenciaria 2 de junio del año 2010 Contenido: Ana María Terradas. Ilustraciones: Carlos Julio Sánchez Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 3 Querido hermano: En el Encuentro pasado hemos hablado de nuestra Iglesia y hemos dicho que nosotros somos las piedras vivas que la forman y que tenemos la misión de vivir y predicar la Palabra de Dios. “No son ustedes los que me eligieron a mí; soy yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que prediquen en mi nombre”. Juan 15,16 1- LA MISIÓN DE LA IGLESIA La Iglesia fue fundada por Jesús para que continuara Su Misión en el mundo. ¿Cuál fue la Misión de Jesús? Jesús vino al mundo con una sola Misión: Predicar el Reino de Dios. Así decía el Señor: ”Tengo que anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios porque para eso he sido enviado”. Lucas 4, 43 Jesús tenía un solo mensaje: el Reino de Dios. Esta era Su Misión y la delegó en nosotros. Su Misión es nuestra Misión. 2-¿QUÉ ES EL REINO DE DIOS? Para poder responder esta pregunta vamos a comenzar por hablar de Juan Bautista. Como usted recordará, querido hermano, algo hablamos de Juan en el Encuentro Nº 10: “Los predicación de Jesús. Los que son felices”. Allí dijimos que la parienta de María, llamada Isabel, había tenido un hijo llamado Juan. Y que Juan llegó a ser un gran profeta en Israel. Su misión fue anunciar la venida de Jesús, el Mesías esperado por siglos en el pueblo de Israel. En tiempos de Jesús, hacía como quinientos años que no aparecía por Israel un profeta. Un verdadero profeta que les anunciara la tan esperada llegada del Mesías, el Cristo, el Salvador que debía establecer en el mundo el Reino de Dios. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 4 En los últimos años habían aparecido algunos que se presentaron como profetas. Pero resultaron ser falsos profetas; eran sólo caudillos políticos, más preocupados por la lucha contra los romanos que por el Reino de Dios. El pueblo de Israel clamaba por un profeta verdadero con las Palabras del Salmo: “Ya no vemos prodigios en nuestro favor. Ya no hay ningún profeta”. Salmo 74, 9 Pero no habían perdido la esperanza, porque conocían los anuncios de los antiguos profetas. Como éste, por ejemplo: “Enviaré a mi mensajero y él preparará el camino delante de mi. Y enseguida entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan. ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando el mensajero aparezca? Porque él es como el fuego de una fundición y como la lejía que se usa para blanquear”. Malaquías 3,1. 2 Este mensajero de Dios fue Juan. ¿Recuerda sus palabras? ”Renuncien a su mal camino, porque el Reino de Dios está cerca”. Mateo 3, 2 A Juan lo llamaban también “el Bautista" porque bautizaba a la gente que lo seguía. Más adelante hablaremos de su bautismo. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 5 Juan preparó el camino para la llegada de Jesús. El mismo Juan que siendo niño había saltado de alegría en el vientre de Isabel, cuando ella saludó a María embarazada de Jesús. ¿Lo recuerda? En el texto que hemos leído, el profeta Malaquías habla de fuego que quema y de lejía que blanquea. Así era Juan. Le ardía por dentro el deseo de que todos se encontraran con Cristo el Mesías. Y su alma era pura como queda la ropa después de haber estado empapada por la lejía. Por eso, por ser tan honesto y tan duro en su franqueza, la gente lo reconoció como un verdadero profeta. “Todos tenían a Juan como profeta”. Mateo 21, 26 Así describe el Evangelio a Juan Bautista: “Juan tenía su ropa hecha de una piel de camello, ceñida con un cinturón de cuero. Su comida eran langostas y miel silvestre”. Mateo 3, 4 Se cree que Juan Bautista fue, o pudo ser durante algún tiempo, miembro de alguna de las comunidades religiosas que vivían en el desierto: Por eso el evangelista Mateo dice que Juan era: “Una Voz que grita en el desierto”. Mateo 3,3 Un escritor cristiano llamado Papini pinta a Juan de esta manera: “Solo, sin casa, sin nada suyo fuera de lo que llevaba encima. Envuelto en una piel de camello, ceñido por un cinturón de cuero. Alto, adusto, huesudo, quemado por el sol, peludo el pecho, la cabellera larga cayéndole por la espalda, la barba cubriéndole casi el rostro, dejaban asomar, bajo las cejas selvosas, dos pupilas relampagueantes. …Juan, quemado su cuerpo por el sol del desierto, quemada su alma por el deseo del Reino, es el animador del fuego. En el Mesías que va llegar, ve al Señor de la llama” ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 6 El profeta Juan Bautista se había hecho tan popular que lo seguían las multitudes. “Iban a buscarlo gente de toda la región de Judea y todos los habitantes de Jerusalén”. Marcos 1,5 ¿Por qué tanto entusiasmo? Porque predicaba el Reino de Dios y lo hacía de una manera muy exigente. Y porque él mismo vivía lo que predicaba. Vamos a meditar un poco sobre lo que significa ser un verdadero profeta. El verdadero profeta, y eso debemos ser nosotros, querido hermano, es un hombre que se ha dejado quemar por el fuego del amor de Dios. Y ese fuego purificador lo impulsa con ardor y sin vacilaciones a predicar la Palabra de Dios, para que todos puedan entrar a Su Reino. Cueste lo que cueste, pase lo que pase, el profeta sigue adelante. Nunca calla. Porque no puede, ni quiere, dejar de predicar el Reino de Dios. ¿Es que alguien puede negarse a Dios después de haberse sentido de verdad iluminado por el fuego de Su Amor? ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 7 EL PROFETA Dice Dios: Antes que te formara dentro del vientre de tu madre, antes que tú nacieras te conocía y te consagré. Para ser mi profeta en las naciones yo te escogí, irás a donde te envíe y lo que mande, proclamarás. Dice el profeta: Tengo que gritar, tengo que arriesgar ¡Ay de mí si no lo hago! ¿Cómo escapar de Ti? ¿Cómo no hablar, si tu Voz me quema dentro? Tengo que andar, tengo que luchar. ¡Ay de mí si no lo hago! ¿Cómo no hablar, si tu Voz me quema adentro? Dice Dios: No temas arriesgarte porque contigo yo estaré, no temas anunciarme porque en tu boca yo hablaré. No traigas nada porque a tu lado yo estaré. Es hora de luchar, porque mi pueblo sufriendo está. Al profeta sólo le importa cumplir la misión que Dios le ha encomendado. No le es posible, aunque quisiera, sacudírsela de encima. La cumplirá aunque le vaya en eso la vida. Como le pasó a Juan Bautista, el día en que el rey Herodes le hizo cortar la cabeza en el calabozo donde lo tenía encarcelado, porque lo había denunciado ante todos como adúltero. Que lo era. Lo que más atraía a la gente de Juan Bautista, era su bautismo. Entre los judíos de entonces era común lavarse las manos o los pies en señal de purificación. Pero eso era algo exterior. Lo que hacía Juan era muy distinto. Les pedía conversión y arrepentimiento en lo profundo del corazón. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 8 Así lo dice Evangelio: “Juan bautista empezó a bautizar en el desierto. Allí predicaba un bautismo de conversión, para el perdón de los pecados. Y decía: detrás de mi viene el que es más fuerte que yo; y yo no soy digno de arrodillarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los bautizo con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo” Marcos 1, 4. 7-8 ¿Cuál era la predicación del Juan el Bautista? “La gente le preguntaba: ¿Qué debemos hacer? Y él les respondía: El que tenga dos túnicas que dé una al que no tiene. El que tenga para comer que haga lo mismo. Vinieron también unos publicanos a bautizarse. Y le preguntaron: ¿Qué debemos hacer? El les dijo: No cobren más de lo que es justo. Le preguntaron también unos soldados: Y nosotros, ¿qué debemos hacer? Él les dijo: No hagan extorsión a nadie, no hagan denuncias falsas y confórmense con lo que ganan”. Lucas 3, 10-14 Juan Bautista pedía arrepentimiento y cambio de vida; después vendría Jesús que pediría dejarlo todo para seguirlo… Era tanta la popularidad de Juan Bautista que la gente comenzó a pensar que él era el Mesías, o también que era el gran profeta Elías que había vuelto a la vida. Por eso los judíos mandaron a algunos sacerdotes y maestros de la ley para que averiguaran quién era este hombre: “Le preguntaron a Juan: ¿Quién eres tú? Juan lo declaró y no les ocultó la verdad: No soy el Mesías. Le preguntaron: ¿Quién eres entonces? ¿Eres Elías? Contestó: No lo soy...…. Yo soy como dijo el profeta Isaías, la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor”. Juan 1, 19-20. 23 Aquí se nos presenta Juan Bautista con toda la humildad de un verdadero profeta. Su misión había sido preparar la venida de Jesús el Mesías. ¡Jesús es la Única puerta de entrada al Reino de Dios! ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 9 Los sacerdotes y fariseos se habrán retirado tranquilos al comprobar que éste no era el Mesías que les haría sombra. Y la gente se habrá quedado un poco desconcertada, pero con esperanza. Cuando se fueron todos, Juan Bautista habrá mirado en dirección a Jerusalén. Sabía que un día, no muy lejano, por aquella pendiente vería bajar a alguien distinto, cuyas sandalias no era digno de desatar. En Nazaret, entre tanto, Jesús, un carpintero desconocido, se ataba las sandalias para ir al desierto a encontrarse con el profeta que estaba anunciado Su llegada. 3- LA DESPEDIDA La noticia de la predicación del profeta Juan Bautista llegó a todos lados y también a Nazaret, donde vivía Jesús. Por entonces, Jesús ya era todo un hombre, había cumplido más de treinta años y era la cabeza de familia. Se supone que José ya estaría muerto porque los Evangelios no dan rastros de su presencia. Era Jesús quien llevaba la casa y la carpintería. Cuando Jesús escuchó hablar del profeta Juan, se dio cuenta de que el Mesías debía hacerse conocer. ¡Era la señal del Padre que había estado esperando! Ante el llamado de Su Padre, Jesús respondió: “Padre, aquí estoy para hacer tu Voluntad”. Hebreos 10,9. Su vida cambió desde ese momento. María lo sorprendía orando mucho más que antes. ¡Y las palabras de Simeón volvían una y otra vez al corazón de la madre! “A ti misma una espada te atravesará el corazón”. Lucas 2,34-35 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS Aquel dolor anunciado por el profeta Simeón, se había hecho presente, y la madre lo aceptaba. Ella había dado su Sí a Dios desde el día en que Jesús se formó en su seno. ¡Y no se echaría atrás! Una y otra vez, con cada latido de su corazón, repetiría las mismas palabras que le dijera al ángel Gabriel: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí la Voluntad de Dios”. Lucas 1,38 Este Sí a la Voluntad del Padre, dado tanto por el Hijo como por la madre, hizo que la despedida se diera en un clima de oración… Pero doloroso. Un autor cristiano, reflexiona sobre la vida de Jesús en Nazaret y su cambio cundo tenía más de treinta años: Porque él había trabajado en la madera, su oficio. Era obrero carpintero. Había sido incluso un buen obrero como había sido bueno en todo. ¡Cuánto amaba él este oficio de la madera. ¡El oficio de las cunas y de los ataúdes, (que se asemejan tanto) el oficio de las mesas y las camas! ¡Cuánto había amado el trabajo bien hecho, la obra bien hecha! Hasta el día que comenzó su Misión. Hasta el día en que se reveló como el único gobierno del mundo. 10 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 11 El día que demostró al mundo que él no tenía otro igual. Hasta el día en que se empeñó en darle a Dios lo que es de Dios. Charles de Peguy 4- BAUTISMO DE JESÚS Un día Jesús llegó a donde estaba bautizando Juan y se metió entre la gente para ser bautizado. Cuando Juan lo vio, supo enseguida que era el Mesías al que venía anunciando desde que comenzó a predicar. Veamos cómo fue el encuentro: “Por aquellos días vino Jesús de Galilea al río Jordán, para encontrar a Juan y para que éste lo bautizara. Pero Juan se negó diciéndole: ¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti. Jesús le respondió: Dejame ahora porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces Juan lo bautizó. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 12 Después de ser bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Al mismo tiempo, se oyó una Voz del Cielo que decía: Este es mi hijo amado, en quien tengo puesta mi predilección”. Mateo 3, 13-17 Jesús se presentó ante Juan Bautista de la mejor manera en que podía ser reconocido como el Mesías: La total pureza divina metida en los pecados de la humanidad. En este río Jordán Jesús no tenía pecados personales que lavar, pero estaba empezando a lavar los pecados del mundo. En su Bautismo, Jesús se sumergió en la miseria humana. Dejó toda su ropa en la orilla y entró en medio de la fila de los pecadores. Así, desnudo, se acercó a Juan para ser bautizado. Fue entonces cuando el Cielo se abrió y el Espíritu Santo bajó en forma de paloma. Se escuchó la Voz del Padre proclamando Su Amor por el Hijo que se bautizaba para lavar los pecados de los hombres: “Después de bautizado. Jesús salió del agua, y en ese momento se abrieron los cielos y vio al el Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre Él. Al mismo tiempo se oyó una Voz del Cielo que decía. Este es mi Hijo Amado, en quien tengo puesta mi predilección” Mateo 3, 16-17 En el Bautismo de Jesús se hace presente la Santísima Trinidad. • El Padre que habla en el Cielo abierto. • El Hijo que se sumerge en los pecados de la humanidad. • El Espíritu Santo que baja en forma de paloma. Con la venida del Mesías, Juan Bautista había cumplido su misión. La Luz había llegado al mundo. Al profeta, anunciador de la venida de Jesús, le esperaba la cárcel y la sentencia de muerte... como a la mayoría de los profetas. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 13 Recuerdo estas palabras de Jesús que bien mereció nuestro querido Juan Bautista. “Felices ustedes cuando por hacer el bien los insulten, los persigan, y digan toda clase mentiras contra ustedes por mi causa. Alégrense y pónganse contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el Cielo. Pues de la misma manera persiguieron a los profetas”. Mateo 5, 11-12 Jesús amaba a Juan Bautista y lo elogió diciendo: “¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salieron a ver, si no? ¿Un hombre con ropas finas? ¡No! Los que visten con ropas finas están en los palacios de los reyes. Entonces, ¿qué fueron a ver?, ¿a ver un profeta? Sí, y les digo, más que un profeta. Este es el hombre de quien dice la escritura: Yo voy a mandar mi mensajero delante de ti, que preparará por delante mi camino. En verdad les digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista, y sin embargo el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él” Mateo 11,7-11 Juan Batista amaba a Jesús y lo mejor que dijo de Él fue esto: “Este es el cordero de Dios que quita los pecados del mundo” Juan 1,29 5-JESÚS PREDICA EL REINO DE DIOS Estaba preso Juan, cuando Jesús empezó a predicar diciendo: “El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la buena Noticia”. Marcos 1,1 Y más tarde dirá: ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 14 ” El Reino de Dios ha llegado a ustedes”. Mateo 12,28 Cuando leemos el Evangelio, vemos que allí se habla muchas veces del Reino de Dios o también del Reino de los Cielos. Que significa lo mismo. Por eso la predicación de Jesús es llamada: “Evangelio del Reino” Mateo 4, 23 Reino de Dios quiere decir que Dios es el Rey y Señor de todo lo que existe. Lo invisible y lo visible. Del Cielo y el universo entero. Muchos pueden preguntarse: si Dios es infinitamente bueno y justo, ¿por qué hay mal en el mundo? ¿De dónde viene tanta violencia, enfermedad, catástrofe, destrucción? Si el mal está en el mundo no es porque Dios lo quiera. Al contrario, el mal va contra los planes de Dios. Todo este mal viene causado porque el hombre no cumple la voluntad de Dios. No le obedece. No quiere estar bajo su autoridad. Y así anda el mundo… Jesús dice muy claramente de dónde viene el mal que hay en el mundo: Porque de adentro del corazón de los hombres salen las malas intenciones: Inmoralidad sexual, robos, asesinatos, infidelidad matrimonial, avaricia, maldades, fraude, libertinaje, envidia, lujuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de adentro del hombre y contaminan al hombre”. Marcos 7,20- 23 El ser humano ha sido creado muy bueno. Pero puede decidir hacer el mal y no vivir como Dios lo creó. El mal siempre es corrupción de algo bueno. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 15 Sabemos que Dios no es la causa del mal; pero sabemos también que Dios puede sacar bien del mal. ¡Cuántas veces el dolor causado por un mal cometido nos ha hecho volver a Dios! Dios nos ha dado a sus hijos el Don de la libertad. Pero, ¿qué hemos hecho nosotros con ese Don maravilloso? ¡No lo usamos! Porque muchas veces hemos decidido no ser libres sino esclavos de todas esas perversidades que señala Jesús en el Evangelio que acabamos de leer. Cuando la persona vive sólo para dar gusto a los deseos de su carne, se aleja cada vez más de su espíritu. Se vuelve cada más superficial y sin vida interior. Es un muerto en vida. Porque la verdadera vida viene del espíritu, no de la carne. “Los que viven para la carne, buscan las cosas de la carne. Los que viven para el Espíritu, buscan lo espiritual” Romanos 8,5 Por supuesto que Dios podría habernos programado para que nosotros hiciéramos solamente lo bueno. Para que no pudiéramos hacernos daño ni dañar a los demás. Pero en ese caso no seríamos libres, sino simplemente autómatas, robots, o animales movidos sólo por los instintos. No tendríamos la felicidad de poner nuestra voluntad al servicio del bien y del amor. De elegir ser hijos libres de Dios,… como Jesús 6- LAS PARÁBOLAS DEL REINO DE DIOS Para mostrarnos cómo actúa en el mundo el Reino de Dios, Jesús nos habla por medio de parábolas. Veamos algunas: Parábola del sembrador “Una vez salió un sembrador a sembrar. Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino. Vinieron los pájaros y se las comieron. Otras cayeron entre las piedras, donde no había mucha tierra, y brotaron enseguida porque la tierra no era muy profunda; pero en cuanto salió el sol se marchitaron y por no tener raíz se secaron. Otras cayeron entre espinos; crecieron los espinos y las ahogaron.Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. El que tenga oídos para oír, que entienda. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 16 Ustedes pues, escuchen la parábola del sembrador. Cuando se oye la Palabra del Reino y no se la lleva al corazón, viene el maligno y arrebata lo sembrado en el corazón. Éste es el que fue sembrado a lo largo del camino. La semilla que cayó entre las piedras, es aquel que oye la Palabra de Dios y enseguida la recibe con alegría. Pero como no tiene raíz en sí mismo, sino que es inconstante, cuando se presenta una contrariedad o persecución por causa de la Palabra, enseguida se viene abajo. La semilla que cayó entre los espinos, es el que oye la Palabra de Dios pero las preocupaciones del mundo y la atracción de las riquezas ahogan la Palabra, y no da fruto. Pero la semilla que cayó en tierra buena, es el que oye la Palabra de Dios y la comprende. Éste sí que da fruto y produce cien, sesenta o treinta veces más”. Mateo 13,3-9. 18-23 Esta parábola habla de las distintas maneras con que los hombres reciben la Palabra del Reino de Dios. El mensaje es que la Palabra de Dios no debe ser ahogada por las dificultades que los hombres le presenten, sino que debe ser recibida en un corazón donde haya buena tierra, para que pueda germinar y dar frutos para Dios. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 17 En la época de Jesús, una cosecha del siete por ciento era considerada buena. Pero aquí el Señor nos habla de una cosecha hasta del cien por cien. Algo muy exagerado que debió llamar la atención a los oyentes. Jesús nos enseña con esta parábola que la cosecha al fin del mundo será grandiosa. Y que, a pesar de todos los males que vemos entre nosotros, la llegada del Reino es imparable y el resultado final será maravilloso e incalculable. Como cristianos tenemos la responsabilidad de colaborar con Jesús para que el Reino de Dios crezca y se extienda por todo el mundo. Meditemos esta enseñanza de la Iglesia: “Las dificultades internas y externas no deben hacernos pesimistas o inactivos. Lo que cuenta aquí como en todo sector de la vida cristiana…. es la confianza que brota de la fe, o sea, de la certeza de que no somos nosotros los protagonistas de la misión, sino Jesucristo y su Espíritu. Nosotros únicamente somos sus colaboradores”. Misión de Cristo Redentor - Punto 36 Parábola del trigo y la cizaña “El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras la gente estaba durmiendo, vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo, y se fue. Cuando el trigo creció y empezó a echar espigas, apareció también la cizaña. Entonces los trabajadores fueron a decirle a su patrón: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña? Respondió el patrón: Esta es obra de algún enemigo. Los obreros le preguntaron: ¿Quieres que arranquemos la cizaña? No, dijo el patrón, pues al quitar la mala hierba podrían arrancar también el trigo. Déjenlos crecer juntos hasta la hora de la cosecha. Y al tiempo de la cosecha, diré a los obreros: Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla. Y al trigo guárdenlo en mi granero”. Mateo 13,24-30 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 18 Esta parábola nos habla del campo del mundo donde el bien y el mal están mezclados por todos lados: En las familias, en los lugares de trabajo, en la política, en las Instituciones, en las ciudades, en los países, en las religiones, en la Iglesia. En todas partes. Por eso Jesús les dice a los trabajadores que querían limpiar el campo del mundo, que por ahora no hagan nada. Que esperen. Hasta que todos se conviertan en el buen trigo de Dios. ¡La paciencia de Dios es infinita! ¿Cuál es nuestra misión como Iglesia de Jesús? Hacer que la conversión del corazón a Dios llegue a todos los lugares. Mostrar a un mundo que siempre ha adorado la riqueza y el poder, que es posible cambiar y volver a Dios. Que es posible hacer que reinen en el mundo los valores del Reino de Dios: el amor entre los hermanos, la justicia, la paz universal. Debemos predicar que tanto el presente como el futuro están puestos bajo la acción de Dios, y que Dios les ofrece a todos los hombres la posibilidad de entrar en Su Reino. Esto significa tener a Jesús como Único Señor de nuestra vida, y hacer que cada persona lo reciba como Su salvador personal y aprenda a vivir de acuerdo a Sus enseñanzas. ¡Esta es la manera de hacer crecer el Reino de Dios en el mundo! El bien va a triunfar en el mundo, querido hermano. En su vida, en mi vida, en la vida de todos… Ni dudarlo. Porque el Amor de Dios es invencible. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 19 Si el Reino de Dios crece lentamente es porque Dios tiene paciencia con nosotros y nos espera… para que todos podamos encontrar allí nuestro lugar. Dios respeta a sus hijos. Sabe que el mal es muchas veces más fuerte que nuestras buenas intenciones. Sabe que necesitamos tiempo para afirmarnos en el bien. Por eso nos tiene paciencia. “Dios tiene paciencia con nosotros, porque no quiere que ninguno se pierda sino que a todos llegue la salvación”. 2ª Pedro 3,9 Este cuento nos ayuda a comprender el por qué de la paciencia de Dios. Un hombre tenía en su casa un criadero de gusanitos de seda. Cuando los gusanitos se convertían en mariposas, recogía los capullos de seda donde habían estado y los vendía a un comerciante de telas finas. Habían salido todos los gusanitos de sus capullos convertidos en lindas mariposas, pero había uno que se demoraba y no salía. El dueño del criadero pensó: --- Pobrecito, será mejor que lo ayude para que pueda convertirse en mariposa y volar como las demás. Tomó un cuchillo filoso y abrió unos milímetros el envoltorio del gusanito. Al poco rato el gusanito salió de su capullo convertido en mariposa. Asombrado, el dueño del criadero vio que la mariposa tenía sus alas rotas y le era imposible volar. Desde ese día, el dueño del criadero aprendió que tenía que tener paciencia para respetar el tiempo de maduración de cada gusanito. Jesús nos dice, en la parábola del trigo y la cizaña, que Dios espera el tiempo de la cosecha para quemar la cizaña y guardar el trigo.¿Cuál será el tiempo de la cosecha? Cuando Dios reine para siempre, tanto en el Cielo como en la tierra. Cuando haya vencido todo el mal. Que será al fin del mundo. En la segunda venida de Jesús al mundo. Sobre el fin del mundo nos enseña la Iglesia: “El día del juicio, al fin del mundo, Cristo vendrá en la Gloria para llevar a cabo el triunfo definitivo del bien sobre el mal que, como el trigo y la cizaña, habrán crecido juntos en el curso de la historia”. Catecismo de la Iglesia Católica - Punto 681 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 20 Cuando le preguntaron a Jesús cuándo sería el fin del mundo, contestó de esta manera. “Por lo que se refiere a ese Día y cuándo vendrá no lo sabe nadie, ni los ángeles del Cielo, ni el Hijo, sino solamente el Padre. Estén preparados y vigilando, porque no saben cuándo llegará ese momento”. Marcos 13, 32-33 ¿Qué pasará en el fin del mundo? Será el Día en que Jesús entregue al Padre Su Reino purificado. Será el Día en que Dios reinará para siempre. El Día en que Dios gozará de sus hijos y nosotros de nuestro Padre. Para siempre. El último libro de la Biblia habla de cómo será la vida de los hijos de Dios después del fin del mundo. “No necesitarán ni del sol ni de la luna para que los alumbren. Porque serán iluminados por la Gloria de Dios. Y su lámpara será Cristo, el cordero”. Apocalipsis 21,23 Nos enseña la Iglesia: “No sabemos cómo se transformará el universo. Ciertamente la figura de este mundo, deformado por el pecado, pasa, pero se nos enseña que Dios ha preparado una nueva morada y una nueva tierra en la que habita la justicia y cuya bienaventuranza llenará y superará todos los deseos de paz que se levantan en los corazones de los hombres”. Catecismo de la Iglesia Católica. Punto Nº 1048 En el día de nuestra muerte, querido hermano, nuestra alma se presentará ante Dios y nuestro cuerpo quedarán en la tierra. Y cuando venga el fin del mundo, nuestro cuerpo resucitará y se unirá a nuestra alma. Y seremos como Jesús Resucitado. “Esta es la Voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él tenga vida eterna, y yo lo resucite en el último día”. Juan 6,40 Cuando nuestra alma y nuestro cuerpo vuelvan a unirse en el fin del mundo, ya no existirá el mal ni la muerte. Será el triunfo definitivo de Jesús porque nos habrá unido a Dios para siempre. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 21 “Porque Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. El último enemigo en ser destruido será la muerte. Entonces Dios habitará en medio de ellos. Ellos serán su pueblo y Él será Dios con ellos. Dios secará todas las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni llanto, ni gritos ni fatiga, porque el mundo viejo habrá pasado”. 1ª Corintios. 15,25-26; Apocalipsis 21,3-4 Vamos a meditar un momento en estas Palabras de Jesús que leímos más arriba: “Estén preparados y vigilando, porque no saben cuándo llegará ese momento”. Marcos 13,33 ¿Qué significa estar preparados y vigilando? : Significa vivir cada día como si fuera el último de nuestra vida, porque no sabemos si la muerte nos llevará este mismo día y tampoco sabemos si hoy será el fin del mundo. Significa tener siempre encendida la Luz de nuestra fe y de nuestras buenas obras para que, cuando vayamos a la presencia de Dios, Jesús nos diga: “Vengan benditos de mi Padre, reciban la herencia del Reino preparada para ustedes desde la creación del mundo” Mateo 25, 34 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 22 Señor, aquí tienes mi lámpara encendida. Enséñame a llevar Tu Luz por toda mi vida, para que cuando vengas a mi puerta a golpear yo pueda tu Rostro contemplar. Parábola de la levadura “El Reino de los Cielos se parece a la levadura que tomó una mujer y la metió adentro de dos medidas de harina, hasta que fermentó toda la masa” Mateo 13, 33 El Reino de Dios trabaja en el mundo de forma tan silenciosa y misteriosa como crece el poquito de levadura que hace fermentar toda la masa para hacer el pan. Con la llegada de Jesús, querido hermano, el mundo ha comenzado a caminar hacia Dios. Pero Dios no impone su reinado a la humanidad. La va transformando lentamente en la medida en que la humanidad se va dando cuenta de su necesidad de salvación. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 23 El Reino de Dios va renovando todas las instituciones para liberarlas de las esclavitudes a las que están sometidas… aunque esas instituciones no se den cuenta de estas esclavitudes. O no quieran darse cuenta, por toda la maraña de los intereses que las pueden tener atrapadas. Estamos hablando de Instituciones sociales, políticas, deportivas, religiosas, culturales, laborales, y tantas otras, donde el mal se ha infiltrado. ¡No hace falta decir cómo está de envenenado el mundo en que vivimos! Pues bien, este mundo, con todas sus injusticias y maldades, es amado por Dios y lo está reformando desde adentro, desde lo más hondo. La prueba más clara de la Voluntad divina de salvar al mundo es la venida de Jesús. Toda su vida y su predicación apuntan a un único fin: hacernos dignos de entrar en el Reino de Dios. Dios ha hecho Alianza de Amor eterno con sus hijos. Y esa Alianza no se romperá jamás. Sobre la fidelidad de Dios nos habla el profeta Isaías: “Porque mi amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz no se moverá, dice el Señor, que tiene compasión de ti”. Isaías 54,10 Así como vemos el mal que nos rodea, también vemos el bien que va creciendo por el amor de tantas personas y asociaciones que luchan en beneficio de la humanidad. Personas y asociaciones que trabajan a veces en medio de muchas dificultades y hasta de persecuciones. A ellos Jesús les dice: “No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque a ustedes el Padre ha querido darles el Reino”. Lucas 12,32 A nuestra Iglesia Jesús le pide que forme comunidades que se comprometan en este cambio radical que el mundo necesita. Que sean útiles para el Reino de Dios, junto con todos los demás hombres y mujeres de buena voluntad. Que lleven a todos el mensaje de que Dios los ama y los invita a ser constructores activos en la construcción de Su Reino. La levadura de la que nos habla Jesús, no es otra que la levadura del amor. Es la está haciendo fermentar silenciosamente toda la humanidad para el Reino de Dios. “Un mandamiento les doy, que se amen los unos a los otros como yo los he amado”. Juan 15,12 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 24 Parábola del tesoro y la perla “El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra ese campo. También se parece el Reino de los Cielos a un comerciante que anda buscando perlas finas. Al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra”. Mateo 13, 44-46 El Reino de Dios, querido hermano, es la perla preciosa que debemos encontrar. Aunque para eso debamos sacudirnos de todo lo que no sirve, nos pesa, nos molesta, nos destruye la vida. Esto quiere decir: venderlo todo… para poder tener la riqueza del Reino de Dios. Cuentan que un peregrino andaba caminando desde hacía varias semanas buscando en la soledad un profundo encuentro consigo mismo. Iba de camino a un pueblo de campesinos cuando vio en el suelo una piedra que le llamó la atención. La levantó y, lleno de asombro, vio que se trataba de un diamante muy valioso del tamaño de su puño. Lo guardó en su bolsa junto con el pan duro que llevaba para su alimento. Era entrada la noche cuando llegó cerca del pueblo. Se recostó a la sombra de un gran algarrobo y se quedó dormido enseguida, porque estaba muy cansado. Esa misma noche, un campesino muy pobre que vivía en el pueblo soñó que debajo del algarrobo grande estaba durmiendo un peregrino que tenía un diamante de gran valor. Soñó también que, si conseguía ese diamante, podría venderlo y así tener mucho dinero y vivir sin preocupaciones económicas por el resto de su vida. Apenas se levantó fue al lugar donde estaba el algarrobo grande y encontró durmiendo al peregrino. Lo despertó y le dijo: — ¡Dame el diamante, dame el diamante! — ¿Tú dices éste que tengo en mi bolsa? — ¡Si, ese diamante, dame ese diamante! — Pues bien, aquí lo tienes, tómalo. El campesino tomó el diamante y se fue corriendo a su casa para esconderlo en el lugar más secreto. Llegó la noche, el peregrino se durmió tranquilo debajo del algarrobo grande, pero el campesino no podía dormir. Daba vueltas y vueltas en la cama con una idea fija en su cabeza. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 25 Apenas amaneció tomó el diamante y se fue adonde estaba el algarrobo grande y allí encontró dormido al peregrino. Cuando lo despertó, el peregrino le dijo: — ¿Qué quieres de mí? ¡Ya no tengo nada para darte! — ¡Sí que tienes algo para darme! Te devuelvo el diamante porque quiero que me des esa otra riqueza que tienes adentro tuyo que te hace capaz de desprenderte de esta piedra tan valiosa. Cuando hemos descubierto el tesoro del Reino de Dios, ningún precio es demasiado alto para entrar en él. Para no quedar afuera, debemos cambiar muchas cosas en nuestra vida. Debemos pasar: • Del “tener”, que es valor del mundo, al “compartir”, que es Valor del Reino de Dios. • Del “poder”, que es valor del mundo, al “servir”, que es Valor del Reino de Dios. • Del “prestigio y el aparentar”, que es valor del mundo, a la “humildad”, que es Valor del Reino de Dios. No sólo es necesario dejar lo malo para hacer lo bueno, es necesario también renunciar a muchas cosas que son buenas pero que no están en los proyectos de Dios. Como por ejemplo: Robarle tiempo al descanso para dedicarlo a escuchar las confidencias de otra persona y darle un consejo oportuno. Cuidar a un enfermo aunque eso signifique no ir a una fiesta. Compartir lo poco que se tiene con el que nada tiene…Y tantas otras cosas que significan renunciar a nuestro bienestar para hacer el bien a los demás. Trabajar para que Dios reine en el mundo, querido hermano, significa no sólo dejar de hacer lo que nos gusta para ayudar a los demás. Significa también sacrificarnos para que el bien triunfe sobre el mal. Es denunciar una estafa o corrupción, salir en defensa de una persona maltratada, ser testigo de una injusticia. Es nuestro modo de pedirle a Dios con nuestra vida lo que oramos en el Padre nuestro: “¡Venga a nosotros tu Reino!” Mateo 6, 10 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 26 Este fue el clamor de Jesús durante toda su predicación. Renunció a todo para poder ser de todos. Y así se hizo Él mismo modelo del hombre nuevo del Reino de Dios. Su Vida y su Muerte nos hablan de Su entrega libre y dolorosa para que el mal deje de dominar a los hombres y se establezca para siempre el reinado de Dios. Por eso pudo decir: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” Juan 15,13 ¿Cómo es la puerta de entrada al Reino de Dios? Por supuesto que no es ni ancha, ni cómoda, ni divertida, Jesús nos enseña que es angosta. Pero que es la Única que lleva a la verdadera vida. “Entren por la puerta angosta. Porque es ancha la puerta que lleva a la perdición y son muchos los que entran por ella. Pero ¡qué angosto es la entrada y qué estrecho es el Camino que lleva a la vida! Y qué pocos la encuentran!”. Mateo 7,13.14 La puerta de entrada al Reino de Dios es angosta porque sólo pueden entrar los que tienen un corazón pobre….Que son los que han puesto sus vidas en las Manos de Dios. “Felices los que tienen un corazón pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Mateo 5,3 Ellos son sus preferidos. Así lo dijo Jesús al comienzo de su Misión: “He sido enviado para anunciar la Buena Noticia a los pobres, para proclamar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos”. Lucas 18 4, ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 27 Jesús nos enseña que es angosto el Camino del que sufre por la injusticia, del que llora arrepentido por sus faltas, del que se siente marginado, despreciado, desvalorizado. Que es angosto el Camino del que tiene misericordia, del que ama con un amor no fingido, del que tiene pureza de corazón, del que sabe perdonar, del que tiene hambre y sed de justicia, del que busca el bien de todos. Para Jesús, los que se creían mejores que los demás y los despreciaban estaban lejos de la salvación; en cambio, los pecadores arrepentidos de verdad estaban más cerca de Dios. Por eso les decía a los fariseos que se creían los más puros: “En verdad les digo que los publicanos y las prostitutas llegarán antes que ustedes al Reino de Dios. Porque Juan vino a ustedes por el camino de la justicia, y ustedes no le creyeron, mientras que los publicanos y las prostitutas le creyeron”. Mateo 21, 31- 32 Para dejar que Dios reine en nuestra vida debemos apartarnos del ancho y fácil camino de la hipocresía, del egoísmo, de la comodidad, de la vagancia, del amor al dinero y de los tantos falsos dioses que nos ofrece el mundo y que nos hacen vivir en la oscuridad de una vida alejada de Dios y sin sentido. Donde se rechaza el Amor de Jesús… Escuchemos esto tan fuerte que nos dice Jesús: “La luz vino al mundo y los hombres prefirieron la oscuridad porque sus obras eran malas .El que obra el mal odia la luz y no va a la luz, no sea que sus obras sean descubiertas” Juan 3,20-21 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 28 Debemos hacernos puros como los niños. Así lo pide Jesús: “Si no te haces como los niños no entrarás en el Reino de los Cielos” Marcos 10, 15 “Agrándame la puerta, Padre, porque no puedo pasar, la hiciste para los niños y he crecido a mi pesar. Si no me agrandas la puerta, achícame por piedad, vuélveme a la edad primera en que vivir era soñar”. Jacinto Benavente Nuestro hermano francés Jacques Fesch habla de la puerta angosta de entrada al Reino de Dios, en una carta que escribió a su madre el sábado 3 de agosto de 1957. Está en el libro. “Luz sobre el cadalso y celda 18”. He copiado partes de la carta porque es larga. Mamá querida: La vida es un camino estrecho que termina en una puertita que se abre hacia la verdadera vida. Para pasar hay que dejarse crucificar primero sobre la cruz que cierra la entrada. Si el sufrimiento y el miedo te hacen retroceder, no entrarás. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 29 Es cierto que la mayor parte del tiempo no se pide nuestra opinión, ¡de no ser así muy pocos pasarían! Pero con los sufrimientos llega la fe y con la fe las Gracias que nos son distribuidas sin mezquindad y con generosidad. La carga se vuelve dulce y el dolor se transforma en alegría, y lo que está oculto a los ojos de los hombres, se vuelve luminoso para quien atrae el Señor. Conoces estas Palabras de Jesús: “Te doy gracias, Padre, porque has revelado estas cosas a los pequeños y las has ocultado a los grandes”. Es verdad. Todo lo que es depreciado por el mundo se vuelve precioso para el Señor. Tengo conciencia de que en la hora actual mucho me ha sido dado, y tengo la firme esperanza de que mucho más me será dado. Hay grandes misterios que nos rodean. No te hagas demasiada mala sangre por mí, soy yo quien tiene la mejor parte. Hasta el lunes. Te abrazo de todo corazón. Jacques 7- ¿QUÉ SIGNIFICA CONVERTIRSE? Dijimos que Jesús predicaba el Reino de Dios diciendo: “El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la buena noticia”. Marcos 1,15 Aunque ya hemos hablado de la conversión en otros Encuentros, viene bien profundizar un poco más en este tema sobre el que tanto insiste Jesús. Comencemos diciendo que, para hablar de conversión, primero debemos entender lo que es arrepentirse. Arrepentirse significa sentir tristeza por haber ofendido a Dios y haber vivido lejos de Él. Cuando nos hemos arrepentido de verdad buscamos cambiar de vida. Ese cambio de vida se llama conversión. Convertirse es dar una media vuelta para darle la espalda a nuestras malas obras y seguir el llamado de Jesús. Si no se da este cambio, el arrepentimiento ha sido una mentira. “No todo el que diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumpla la Voluntad de mi Padre del Cielo”. Mateo 7,21 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 30 Si el arrepentimiento es sincero siempre lleva a la conversión. Pero si nos quedamos nada más que en el arrepentimiento, y no cambiamos de conducta, no hay conversión. Todo sigue igual. La conversión nos debe sacudir, movernos el piso. Ya no se puede vivir como antes. Por la conversión nos hacemos de Jesús y nos unimos a la Causa por la que Él vivió, murió y resucitó: El Reino de Dios. La verdadera conversión pasa por el cambio en nuestras relaciones con Dios y con los demás: “Hemos recibido de Dios este Mandamiento: el que ama Dios, ame también a su hermano” 1ª Juan 4,21 Cuando nos arrepentimos de verdad de nuestras faltas, debemos acercarnos al Sacramento del Perdón. Una vez perdonados, debemos demostrar con obras que hemos cambiado Entonces, como el hijo perdido y encontrado de la Parábola de Jesús, hemos vuelto a la casa de nuestro Padre, de donde nos habíamos alejado. ¡Allí nos espera el gran Banquete del Reino de Dios! “Comamos y hagamos una gran fiesta. Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida. Estaba perdido y lo he encontrado. ¡Y comenzó la fiesta!” Lucas 15,23-24 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 31 8- EL REINO DE DIOS Y LA IGLESIA Cuando Jesús eligió a sus doce apóstoles para fundar con ellos Su Iglesia, puso a Pedro como cimiento y cabeza diciéndole: “Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” Mateo 16, 18 El verdadero nombre del Pedro era Simón, pero Jesús le puso el sobrenombre de Pedro, que quiere decir piedra, para señalar su misión de ser la piedra base sobre la que se asienta la Iglesia. Dijimos al comienzo de este Encuentro, que la Iglesia tiene la Misión de hacer crecer el Reino de Dios en el mundo. De hacer que todos conozcan a Jesús y lo sigan por Su Camino. “yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.” Juan 14,6 La Iglesia está formada por el Papa, los Obispos, los Sacerdotes y por todos los bautizados en el fuego del Espíritu Santo. Por lo tanto, todos tenemos la misión de hacer crecer el Reino de Dios en el lugar que ocupemos en la Iglesia. ¡Todos nosotros somos discípulos misioneros de Jesús! ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 32 Hay un consejo muy sabio que dice: “Florece allí donde estás viviendo” Donde usted está viviendo en este momento, querido hermano, es donde Jesús le pide que sea su discípulo misionero. “El que cumple la Palabra de Dios y la enseña a otros ése será grande en el Reino de los Cielos”. Mateo 5,19 Unido a sus hermanos de comunidad, tiene mucho para hacer en un lugar donde hay hermanos que pueden estar sufriendo soledad, tristeza, marginación. ¡Es una tarea que dará fruto abundante para el Reino de Dios! Para ser piedras vivas de la Iglesia, debemos luchar para que el bien reine sobre el mal. No basta con ayudar al más pobre para que no pase necesidades. Que hay que hacerlo en primer lugar, por supuesto. Pero debemos ir más lejos todavía. Debemos comprometernos para que cada persona reciba a Jesús en su vida y entre en el Reino de Dios. Debemos comprometernos, hasta la raíz del alma, para que el Reino del amor, de la justicia, de la solidaridad, de la fraternidad, de la igualdad, de la paz, se vaya instalando cada vez más en nuestra sociedad. Hacer crecer el Reino de Dios en este mundo significa cambiar las estructuras injustas. Denunciar cualquier forma de corrupción y trabajar para sanearlas. Hacer que se respete la dignidad de las personas y más aún cuando son pobres, desvalidas o hayan cometido alguna falta. Todos somos hermanos por ser hijos de Dios, sin importar cuales sean nuestras creencias o condición social, y para todos están abiertas las puertas del Reino de los Cielos. Sobre nuestro deber de construir el Reino de Dios en el mundo nos habla la Iglesia: ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 33 “El Reino actúa transformando las relaciones humanas y crece a medida que los hombres aprenden a amarse, a perdonarse y a servirse mutuamente…La naturaleza del Reino es la comunión de todos los seres humanos entre sí y con Dios. … El Reino interesa a todos: a las personas, a la sociedad, al mundo entero…Construir el Reino significa trabajar por la liberación del mal en todas sus formas” Misión de Cristo Redentor - Punto 15 Vamos a dedicar a nuestra Madre del Cielo, querido hermano, el final de este Encuentro. Dijimos que en el Reino de Dios los primeros que entran son los que tienen un corazón pobre, porque están entregados sólo a la Voluntad de Dios. ¿Quién tiene un corazón más pobre que María, que dijo un SÍ total a la Voluntad de Dios para ser la madre de Jesús y también nuestra Madre? “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí la Voluntad de Dios". Lucas 1,38 ¿Quien mereció como María este elogio sobre su fe total en Dios, que sólo un alma despojada de todo egoísmo puede recibir? “Eres feliz, María, por haber creído” Lucas 1,45 ¿Quien es más pobre que María que compartió la cruz de su Hijo, el más pobre entre todos los pobres? “ Junto a la cruz e Jesús, esta su madre” Juan 19,25 Por esa total entrega a la Voluntad de Dios, por esa fe y confianza sin límites en su Misericordia, nuestra Madre bendita, pobre y humilde, es la Reina y Señora de todo lo creado. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 34 “Una gran señal apareció en el Cielo. Una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza” Apocalipsis 12,1 ________________________________________________________ RESUMEN Dios eligió al pueblo de Israel para que allí naciera Jesús, el Mesías. Con la Misión de establecer en todo el mundo el reinado de Dios. Muchos profetas de Israel anunciaron la venida del Mesías a lo largo de los siglos: El último de ellos fue Juan Bautista, diciendo: “Renuncien a su mal camino, porque el Reino de Dios está cerca” (Mateo 3,2) ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 35 Juan Bautista daba un bautismo de conversión para el perdón de los pecados y decía: “Detrás de mi viene el que es más fuerte que yo; y yo no soy digno de arrodillarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los bautizo con agua, pero Él los bautizará con el Espíritu Santo” (Marcos 1,7-8) Cuando Jesús escuchó decir que el profeta Juan Bautista estaba anunciando Su llegada, se despidió de su madre y fue a buscarlo para hacerse bautizar por él. “Después de bautizado. Jesús salió del agua, y en ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Al mismo tiempo se oyó una Voz del Cielo que decía. Este es mi Hijo amado, en quien tengo puesta mi predilección” (Mateo 3, 16-17) El profeta Juan Bautista estaba preso cuando Jesús empezó a predicar diciendo: “El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la buena noticia.” (Marcos 1,15). Reino de Dios, o Reino de los Cielos, quiere decir que Dios es el Rey y Señor de todo lo que existe en el Cielo y en el universo. Si Dios no reina en todo mundo, es porque muchos de sus hijos no le obedecen. Jesús dice de dónde viene el mal que aparta a los hombres de Dios: “Porque de adentro del corazón de los hombres salen las malas intenciones: inmoralidad sexual, robos, asesinatos, infidelidad matrimonial, avaricia, maldades, fraude, libertinaje, envidia, lujuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de adentro del hombre y contaminan al hombre” (Marcos 7,21- 23) La conversión es la condición para entrar al Reino de Dios. Convertirse es dar una media vuelta para darle la espalda al pecado y seguir a Jesús. El camino que lleva a la conversión es el arrepentimiento. Si no hay un verdadero cambio de conducta, el arrepentimiento ha sido una mentira. “No todo el que diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la Voluntad de mi Padre del Cielo” (Mateo 7,21). El Señor nos enseña, por medio de parábolas, como está actuando el Reino de Dios en el mundo. Nos dice que crece como semilla sembrada en buena tierra o como levadura que hace fermentar la masa. La semilla, la levadura, es el Espíritu Santo que entra en la humanidad para transformarla desde lo más hondo, para convertirla en una nueva realidad. La humanidad necesita un comienzo nuevo que únicamente Dios le puede dar. Nos enseña también que el Reino de Dios crece como trigo en medio de la cizaña, significando que el bien y el mal están mezclados en el mundo. Pero que, al final de los tiempos triunfará el bien. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 36 Jesús nos dice cuáles son los preferidos en el Reino de Dios: “He sido enviado para anunciar a los pobres la buena noticia, para anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos (Lucas 4, 18). El Evangelio los llama también pequeños, que nada cuentan en la sociedad. Para esta humanidad pecadora destina Jesús el Reino. Cuando Jesús haya vencido todo mal, vendrá el reinado absoluto de Dios. Que será al fin del mundo. Cuando le preguntaron a Jesús cuando llegará ese Día, Él contestó: “Por lo que se refiere a ese Día y cuándo vendrá, no lo sabe nadie, ni los ángeles del Cielo, ni el Hijo, sino solamente el Padre. Estén preparados y vigilando, porque no saben cuándo llegará ese momento” (Marcos 13, 32-33). La Misión que Jesús le ha dado a la Iglesia es Su misma Misión. “La Iglesia, enriquecida con los dones de su Fundador, observando fielmente sus preceptos de caridad, de humildad y de abnegación, recibe la Misión de anunciar el Reino de Cristo y de Dios, de establecerlo en medio de todas las gentes, y constituye en la tierra el germen y el principio del Reino” (Concilio Vaticano II. Sobre la Iglesia. Punto 5). El Papa, los obispos, los sacerdotes y todos los bautizados en el fuego del Espíritu Santo, somos discípulos misioneros de Jesús. A todos nosotros el Señor nos pide continuar Su Misión: “Me ha sido dado todo poder en el Cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 18- 20) María, nuestra Madre, por su entrega total a la Voluntad de Dios y por su alma pobre y humilde como la su Hijo, es la Reina y Señora de todo lo creado: “Una gran señal apareció en el Cielo. Una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. (Apocalipsis 12,1). ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 37 Querido hermano: En el próximo Encuentro: “Somos discípulos misioneros de Jesús”, meditaremos sobre la Misión que Jesús nos ha confiado: Predicar Su Nombre y vivir Sus Enseñanazas para que el Reino de Dios crezca en todos lo corazones. No olvide compartir con los demás lo que ha aprendido en este Encuentro. Que Dios lo bendiga y bendiga a sus familiares y personas más queridas. Me despido de usted con mucho cariño. Ana María _________________________________________ MIS NOTAS …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………………………...…… …………………………………………………………………………………………………………………..………. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS HOMBRES NUEVOS Danos un corazón grande para amar. Danos un corazón fuerte para luchar. Hombres nuevos, creadores de la historia, constructores de nueva humanidad; hombres nuevos que viven la existencia como riego de un largo caminar. Hombres nuevos luchando en esperanza caminantes sedientos de verdad; hombres nuevos sin frenos ni cadenas hombres libres que exigen libertad. Hombres nuevos, amando sin fronteras por encima de razas y lugar; hombres nuevos al lado de los pobres compartiendo con ellos techo y pan. Danos un corazón grande para amar. Danos un corazón fuerte para luchar. 38 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS “Carta entre hermanos” ENCUENTRO Nº 15: Entremos al Reino de Dios PREGUNTAS PARA RESPONDER (Contestar y mandar las hojas con la carta) 1- ¿Qué le ha impresionado de la persona del profeta Juan Bautista? …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… Jesús es la puerta de entrada al Reino de Dios, y a todos los que son pobres y humildes de corazón les dice: “No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque a ustedes el Padre ha querido darles el Reino” (Lucas 12,32) 2- ¿Qué significa para usted estar ya, ahora, en el Reino de Dios? …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… 3-¿Pude contar algún hecho bueno sucedido que le haya mostrado que el Reino de Dios está creciendo en el mundo? …………………………………………………………………………………………………………………………… 39 ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 40 …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… Jacques Fesch dice en la carta que mandó a su madre, lo que significa para él entrar al Reino de Dios por la puerta angosta. La carta está en la página 29. 4- ¿Puede decir lo que significa para usted? …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………………………………. 5-¿Qué opina de este dicho popular? “Para que el mal reine en el mundo sólo hace falta que los que saben hacer el bien no lo hagan” …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… Leímos en este Encuentro: convertirse es dar una media vuelta para darle la espalda al pecado y tomar por el camino del bien. Si no se da este cambio, el arrepentimiento ha sido una mentira. ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 41 6-¿Por qué cree usted que una persona que se arrepiente de un mal cometido puede no pasar a una verdadera conversión? …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… Cuando Jesús habla del fin del mundo dice: “Estén preparados y vigilando, porque no saben cuándo llegará ese momento”. (Marcos 13,33) 7- ¿Qué opina sobre estas Palabras del Señor? …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… Dijo Jesús: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”. (Juan 6,54) 8- ¿Qué significa para usted recibir a Jesús en la Eucaristía? …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… ENCUENTRO N: 15: ENTREMOS AL REINO DE DIOS 42 9- ¿Qué significa para usted ser discípulo misionero de Jesús donde está viviendo? …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… 10-- ¿Qué temas le han interesado más de este Encuentro? ¿Por qué? …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… 11 -¿Podría darnos nombres de compañeros que quieren escribirse con uno de nosotros? Gracias. …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………………………………