Ing. Julio Ignacio Molinolo

Anuncio
Mensaje del Ing. Julio Molinolo
a los egresados de la Facultad de Ingeniería
Sr. Rector Dr. Mariano Brito
Sres. Decanos
Cuerpo Académico, Egresados
Familiares y amigos todos
Es para mí un gran honor y una gran alegría poder dirigirme a todos ustedes
esta noche, en que se coronan los esfuerzos académicos en la formación
profesional y humana de todos ustedes que reciben su diploma.
Me siento particularmente honrado por lo que significa esta casa como
institución, por el gran respeto que tengo por sus autoridades, por mis colegas
profesores, y muy especialmente, por el afecto y simpatía hacia ustedes, con
quienes he convivido especialmente en el último tramo de su carrera; así como
también por la significación de esta ceremonia de graduación.
Quiero comenzar con una muy breve referencia a la fecha, ya que estamos
este año cumpliendo 10 años desde que el 29 de abril de 1997, la Universidad
de Montevideo obtuviera la autorización oficial como universidad, e iniciado las
carreras de Ingeniería Civil e Ingeniería Industrial. Posteriormente la
Universidad inaugura una nueva sede en la calle Prudencio de Pena, y ya
desde el año 2005 la Facultad de Ingeniería funciona en su sede de la calle
Ponce, con nuevos laboratorios, aulas espaciosas, biblioteca y salas de
estudio.
Es un buen momento entonces para destacar, que al cabo de estos 10 años,
se han graduado mas de 80 ingenieros de esta Universidad, y también
reconocer que el importante esfuerzo económico que ello significa, tiene sus
frutos: la inserción laboral de los egresados de Ingeniería está en el 100%, de
hecho prácticamente todos Ustedes se encuentran ya trabajando.
Quisiera ahora referirme y traer a colación a Peter Drucker, profesor de
administración y de ciencias sociales, no voy a hablar de un ingeniero por
cierto, es alguien generalmente conocido por su aporte a los temas de
gerenciamiento. Pero ha escrito mucho de sociedad, economía y política, y uno
de sus Escritos Fundamentales: La Sociedad, aportará el marco conceptual
para situarnos en el contexto actual en el que los noveles ingenieros
desarrollarán su trabajo.
Drucker vaticinó ya en 1959, el advenimiento de la sociedad y del trabajador
del conocimiento de las nuevas tecnologías, especialmente informáticas, y
todos los elementos que hacen que la nueva sociedad, esta en la que vivimos
actualmente, sea diferente a la de la segunda mitad del siglo XX, como lo fue
ésta de la sociedad de la primera mitad del siglo pasado. De hecho, esta
Facultad ha incorporado la de Ingeniería Telemática, un área de
especialización de la Ingeniería que no existía hace 20 años. Este año
culminará sus estudios la primera generación de ingenieros formados en esta
especialidad.
Esta evolución, ilustrada por el hecho de que antes de la 1ª Guerra Mundial los
campesinos fueran el grupo social más numeroso, y se entendiera en aquellos
días como un axioma que los países desarrollados no serían capaces de
alimentarse a sí mismos… siendo que hoy todos se han convertido en
productores de alimentos
Para los inicios del 1900 asistimos al crecimiento del trabajador industrial,
sinónimo de “operador de máquinas” y constituidos para 1950 en el grupo
individual más grande de los países desarrollados, con una acumulación de
crecimiento de producción 50 veces mayor al cabo de 100 años.
Para 1990 esta realidad ya cambió drásticamente. Se produjo y se está
produciendo una transición del trabajo manual del obrero industrial que hace o
mueve cosas, al trabajo del conocimiento, y Drucker vaticinaba que, aunque tal
vez no serán el grupo más numeroso, sí forman el grupo que proporciona a
esta nueva sociedad emergente el carácter, el liderazgo y el perfil social.
La sociedad del conocimiento será inevitablemente mucho más competitiva,
decía, porque una vez que el conocimiento sea universalmente accesible, no
habrá excusas para el mal rendimiento. Esto es válido para los países, las
empresas, las industrias y también los individuos. Para cuando yo me gradué
(hace casi 20 años…) el poseer determinadas publicaciones extranjeras era un
factor que podía marcar la diferencia para poder llevar a cabo un trabajo, hoy la
información está disponible para todos, ese ya no es un motivo de
diferenciación.
Y aquí surge un gran tema, ya que por definición los trabajadores del
conocimiento son especializados, y su efectividad aumenta cuanto más
especializado es. Pero tan importante como este hecho, es el que emerge de la
necesidad de que tendrán que trabajar como partes de una organización. Por sí
mismo el conocimiento especializado no produce rendimiento alguno: un
cirujano no es efectivo sin un diagnóstico, un ingeniero estructural no puede
trabajar sin un buen estudio de suelos, etc.
Y entonces viene la pregunta, y aquí me dirijo a los graduados, que tal vez se
la estén formulando: me conviene ser un especialista, o me alcanza con ser
“generalista”? Sigo ya con los estudios de posgrado, una maestría, un
doctorado?
Tal vez estén pensando que no terminamos de festejar su graduación y ya los
estamos “mandando” a hacer estudios de posgrado…. Como decía, la
especialización es inevitable y necesaria, pero sobre todo es imprescindible
que los especialistas tengan la capacidad de relacionar su especialidad con
todo el universo del conocimiento y aplicarla. No se necesita un solo tipo de
profesional, no es necesario tener un doctorado para cualquier trabajo.
Seguro que se necesitan doctores, y esta Universidad ya tiene doctores
ingenieros entre sus profesores y egresados, y también casi graduados prontos
a comenzar sus estudios de doctorado, sepan que todos ustedes tienen muy
buena base para hacerlo si así lo desean.
Pero si bien es cierto que tal vez sea suficiente con unos pocos doctores en
cada área, con certeza necesitamos muchos más ingenieros que puedan en su
propio trabajo, unir conocimiento y habilidades de diferentes disciplinas. La
interdisciplinariedad y el contar con una sólida base científica son
características necesarias del trabajo actual, y una vez más les digo que salen
de esta casa muy bien munidos para este abordaje.
Decía Drucker también, que la innovación y la capacidad de correr riesgos
tienen que convertirse en una actividad integral sostenedora de la vida de
nuestras organizaciones, de nuestra economía y de nuestra sociedad.
En una sociedad dispuesta a correr riesgos, todos nos enfrentamos a un
tremendo desafío, que debemos explotar continuamente: la necesidad de
aprender y volver a aprender continuamente. Ya no es válida la antigua
premisa de que uno ingresa a una carrera, luego se desarrolla por un carril
profesional prefijado, bien definido y que conduce a un destino conocido. Pero
sin dudas la formación con la que cuentan es una formidable plataforma de
lanzamiento, sobre la cual podrán construir y desarrollar su futuro profesional, y
debemos estar preparados, ustedes, nosotros, a que dentro de 10 o 15 años
estaremos haciendo cosas nuevas y diferentes, y tendremos nuevos y
diferentes objetivos.
En un encuentro de profesores de la Universidad de Navarra, Barcelona, con
actividad permanente en el Instituto de Estudios Empresariales de esta
Universidad, ofrecieron el año pasado su visión sobre los aspectos clave para
multiplicar los emprendimientos y desarrollar oportunidades de crecimiento en
Uruguay.
Ellos señalaban que “la riqueza, hoy en día, de las naciones no son las
materias primas, no es la situación geográfica, es la formación y el coraje de la
gente emprendedora”. En relación a la situación de nuestro país y de los
rasgos distintivos de la mentalidad emprendedora planteaban como primordial
“la voluntad de triunfar”, y señalaban que aquí en Uruguay, a veces, se
presume de lo contrario; se presume de la tranquilidad, de la suavidad, de la
calma”.
Honestamente creo, que eso es algo que está cambiando, y donde,
afortunadamente ustedes, los más jóvenes, sabrán aportar a una nueva visión
de la actividad laboral, al genuino espíritu de empresa. Tenemos también una
responsabilidad, hay que ser buenos, procurando la excelencia en lo que
hacemos, con el sustento de tener una visión, de identificarnos con el resultado
deseado del trabajo que tenemos por delante.
Una de las habilidades más poderosas en el mundo del trabajo, cualquiera sea
el área en que nos desempeñemos, es la de crear resultados claros, aunque
esto no sea tan obvio como parece. Reenfocarnos continuamente en los
resultados deseados es la llave para obtenerlos, se trata de poner a prueba la
perseverancia, la paz y la plenitud de propósito.
Estos son los grandes desafíos que tenemos por delante. Es evidente que
nuestro país necesita mayor capacidad emprendedora, asumir riesgos, dar
saltos importantes en productividad, progresar en conocimiento, en innovación,
en mejorar sus infraestructuras y en la gestión de las mismas, y allí es donde
será requerido su aporte.
Yo los invito a que disfruten de su quehacer profesional, de esta
responsabilidad, y sobre todo de la gente con la que irán recorriendo su
camino, así como lo han hecho durante estos años en la Universidad.
Y disfruten muy especialmente este momento que es de genuina celebración,
los felicito por lo que han sido sin dudas para ustedes varios años de esfuerzo,
de trabajo arduo y de sacrificio, con satisfacciones, alegrías y también
frustraciones, que lograron superar, porque junto a ustedes hubo siempre un
padre, una madre, una familia y amigos que hoy los acompañan en este salón,
pleno de un merecido orgullo por lo que ustedes han logrado.
Para terminar quiero entonces citar estas palabras, pronunciadas en una
Iglesia de Sussex, Inglaterra en 1730, dicen así:
Una visión sin una tarea es sólo un sueño.
Una tarea sin una visión es un trabajo fatigoso.
Pero cuando la visión y la tarea van de la mano son la esperanza del
mundo.
Muchas gracias
Descargar