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DIRECCION PUBLICACIONES
ORDENES DEL DIA
CONGRESO NACIONAL
CAMARA DE SENADORES
SESIONES ORDINARIAS DE 2004
ORDEN DEL DIA Nº 415
Impreso el día 27 de mayo de 2004
SUMARIO
COMISION DE DERECHOS
Y GARANTIAS
Dictamen en los proyectos de las señoras senadoras Isidori (I), Caparrós (II) y Escudero (III), adhiriendo al Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación
Racial. Se aconseja aprobar otro proyecto de declaración. (S.-3.417 y 3.534/
03, S.-179/04.)
Dictamen de comisión
Honorable Senado:
Vuestra Comisión de Derechos y Garantías
ha considerado los proyectos de declaración de
la señora senadora Amanda Isidori adhiriendo
al Día Internacional por la Eliminación de la
Discriminación Racial a celebrarse el 21 de
marzo (S.-3.417/03); de la señora senadora
Mabel Caparrós adhiriendo al Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial (S.-3.534/03) y de resolución de la señora
senadora Sonia Escudero adhiriendo al Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial (S.-179/04); y, por las razones que
dará el miembro informante, os aconseja la aprobación del siguiente
Proyecto de declaración
El Senado de la Nación
DECLARA:
1. Su adhesión a la conmemoración del Día
Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, a celebrarse el 21 de marzo, que
fuera proclamado por la Asamblea General de
las Naciones Unidas mediante resolución 2.142
del 26 de octubre de 1966.
2. La necesidad de adherir a la Semana de la
Solidaridad con los Pueblos que Luchan Contra
el Racismo y la Discriminación Racial a celebrarse entre el 21 y el 27 de marzo del corriente
año.
De acuerdo a las disposiciones pertinentes
del reglamento, este dictamen pasa directamente
al orden del día.
Sala de la comisión, 18 de mayo de 2004.
Marcela F. Lescano. – Diana B.
Conti. – María L. Leguizamón. –
Laura M. Pass de Cresto. – Mario
A. Losada. – Ricardo Gómez Diez.
– Jorge A. Agúndez. – Graciela Y.
Bar.
ANTECEDENTES
I
Proyecto de declaración
El Senado de la Nación
DECLARA:
Su adhesión a la celebración del Día Internacional por la Eliminación de la Discriminación
Racial, que se conmemora en todo el mundo el
21 de marzo, por resolución de Naciones Unidas de 1966.
Amanda M. Isidori.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
A partir del año 1966, el 21 de marzo se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la
Discriminación Racial, en homenaje a las víctimas de la matanza de Sharpeville, Sudáfrica.
En 1960, la policía abrió fuego y mató a 69 personas en una manifestación pacífica contra las
leyes de pases del apartheid.
La Asamblea General de Naciones Unidas,
al proclamar el día en 1966, instó a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para
eliminar todas las formas de discriminación racial (resolución 2.142-XXI).
Se puede decir que el racismo como ideología surgió en Europa en el siglo XIX, sin embargo, los inicios del racismo se deben a la labor
realizada por Karl von Linné y George Louis
Leclerc, quienes con un afán meramente científico, catalogaron a todos los seres vivos, incluyendo a los humanos, en razas.
Posteriormente, el anatomista Peter Camper
estableció una taxonomía de las razas humanas, según la cual los seres humanos de raza
blanca se encontraban en primer plano y los
seres humanos de raza negra estaban al final.
Tal clasificación se basó en el estudio de cráneos de seres humanos, y se partió de aquellos
que Camper consideraba los más perfectos, las
cabezas de los atletas de la escultura clásica
griega.
A posteriori se formuló la primera teoría racista explícita, desarrollada por Joseph Arthur,
en su Ensayo sobre la desigualdad de las
razas humanas, en el mismo se establecía la
existencia de razas superiores y dominantes, las
mismas que se originaban en una familia común, la raza aria. Estableciendo que ésta ha
dado origen a las formas culturales más brillantes, como así también a las naciones más poderosas. Todas esta ideas tuvieron gran impacto y
acogida años atrás, fue en Alemania donde estas teorías racistas encontraron su mayor acogida; no debemos olvidar el horror del holocausto
y las víctimas del mismo.
Aunque el principio de no discriminación ha
sido establecido como uno de los fundamentos
del derecho internacional, la persistencia del
racismo, la discriminación racial, la xenofobia y
las formas conexas de intolerancia y la violencia contra hombres y mujeres, no por lo que han
hecho sino por lo que son, hacen necesario la
búsqueda de nuevas formas de abordar el problema secular.
Ante un problema de tan difícil solución, es
necesaria una legislación nacional más vigorosa, esfuerzos educativos y todo tipo de ayuda a
las víctimas de la discriminación racial. Debemos tener en cuenta que el nuestro es un mundo en el cual las amenazas como la pobreza, la
contaminación y la inestabilidad política no se
detienen en las fronteras nacionales, no distinguen entre razas, riqueza, estatus u otros
señaladores de identidad y constituyen también
una forma de discriminación.
La discriminación es una de las endemias más
feroces para las que el género humano aún no
ha encontrado un antídoto eficaz. En nombre
de tan brutal exclusión se han sublimado sutiles
métodos de dominación y también masacres que
repugnan a los hombres de bien.
Si bien el odio, el fanatismo y los prejuicios
son síntomas de una enfermedad que la humanidad ha padecido siempre. Pese al desmantelamiento del apartheid en Sudáfrica y el abandono de políticas segregacionistas por parte de
otros países, el racismo y la discriminación, por
desgracia, distan mucho de haber desaparecido; millones de hombres y mujeres siguen sufriendo todavía, y llegan incluso a perder la vida,
a causa del color de su piel, su origen étnico, su
religión o su condición social. El mundo debe
adoptar todas las medidas necesarias para eliminar la discriminación en todas sus formas y
manifestaciones.
Por el bien del futuro de la humanidad, espero que la celebración del Día Internacional de la
Eliminación de la Discriminación Racial ayude
a la reflexión de quienes gobiernan los Estados
y los organismos internacionales para que entre
todos se redoblen los esfuerzos para eliminar
toda forma de discriminación racial.
Señor presidente, por lo expuesto solicito a
mis pares la aprobación del presente proyecto
de declaración.
Amanda M. Isidori.
II
Proyecto de declaración
El Senado de la Nación
DECLARA:
1. Su entusiasta adhesión a la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de
la Discriminación Racial instituido por la Organización de las Naciones Unidas en memoria
de las víctimas del apartheid y al cumplirse el
37º aniversario de su proclamación.
2. La necesidad de adherir a la Semana de la
Solidaridad con los Pueblos que Luchan contra
el Racismo y la Discriminación Racial a celebrarse entre el 21 y el 27 de marzo del corriente
año.
3. Repudiar toda actitud que atente contra la
dignidad humana por causas de raza, sexo, nacionalidad o religión, ratificando su decisión de
sostener y defender el principio de igualdad entre los seres humanos.
Mabel L. Caparrós.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El racismo como teoría se fundamenta en el
prejuicio según el cual existen razas humanas
que presentan diferencias biológicas que justifican relaciones de dominio entre ellas, así como
comportamientos de rechazo o agresión. El término se aplica tanto a la doctrina como al comportamiento en ella inspirado y se relaciona frecuentemente con la xenofobia y la segregación
social, que son sus manifestaciones más comunes y evidentes.
A principios del siglo XX tuvo lugar una toma
de conciencia internacional del fenómeno y los
procesos de Nüremberg a los criminales de guerra nazis crearon una situación psicológica y
política decisiva en la voluntad de las naciones
civilizadas para erradicar el racismo de la faz
de la tierra. Y aunque el desafío perdure y debamos lamentar la existencia de brotes racistas
aun en países culturalmente evolucionados, la
ideología en que se basa ha sido sometida a una
crítica radical en la segunda mitad del siglo XX.
La ciencia ha rechazado el concepto de raza
poniendo en evidencia su carácter subjetivo y
basado en prejuicios psicológicos y morales.
Antropólogos, biólogos, genetistas y sociólogos
han demostrado que la noción de raza carece
de sentido en un contexto en que el género humano debe ser considerado como uno e indivisible.
El presente proyecto tiene por objetivo adherir a los actos conmemorativos del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación
Racial instituido por la Organización de las Naciones Unidas en memoria de las víctimas del
apartheid y al cumplirse el 37º aniversario de
su proclamación. Asimismo manifiesta su solidaridad con los pueblos que luchan contra el
racismo y la discriminación racial, respecto a
los cuales la Asamblea General ha establecido
especialmente la semana del 21 y el 27 de marzo de cada año para su observancia.
El objetivo final es apelar a la memoria colectiva, para que las nuevas generaciones conozcan los hechos aberrantes que tuvieron lugar en el mundo en el pasado cercano y que
nunca jamás deberán repetirse. Hace 42 años
un 21 de marzo, una sangrienta y brutal represión policial en Sudáfrica se cobraba 69 vidas
humanas, como método para afianzar y afirmar
el régimen discriminatorio institucional más violento del siglo, conocido mundialmente como
apartheid, en ocasión de una pacífica manifestación de ciudadanos de la ciudad de Sharpeville.
Esta ignominia mereció el repudio de las naciones civilizadas del mundo y en 1966 la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó que
se recuerde cada 21 de marzo el triste acontecimiento como Día Internacional para la eliminación de la Discriminación Racial rindiendo así
un justo homenaje a las víctimas de la persecución y el racismo. Pese a ello, en un nuevo siglo
de esperanzadoras señales, debemos lamentar
aún la existencia de situaciones de intolerancia
y discriminación que deben resolverse.
Esporádicamente Europa, Asia y América
siguen siendo sacudidos por brotes xenófobos y
racistas, que acosan a distintos sectores populares, ya sea por causa de nacionalidad, sexo,
religión, orientación sexual, convicciones políticas o discapacidad. Ello no obsta a reconocer
que desde siempre fue el continente africano
uno de los más afectados del mundo por las
muestras de intolerancia de las clases dirigentes que sometieron a sus pueblos a verdaderas
depuraciones étnicas para sostener su poder
económico y político.
La política de segregación racial practicada
por la República de Sudáfrica hasta 1994, la
masacre de la minoría tutsi en Ruanda en 1993
y la limpieza étnica emprendida por los serbios
en la antigua Yugoslavia a partir de 1991, constituyen flagrantes violaciones de acuerdos internacionales y son claros ejemplos de la complejidad del fenómeno y de la dificultad de
resolverlo y combatirlo desde el plano internacional. Pese a los claros postulados consagrados en la Carta de Naciones Unidas, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
en el Acuerdo sobre Derechos Civiles y Políticos, en la Convención para la Prevención y lucha contra el Genocidio o en la Convención sobre la Eliminación de cualquier forma de
Discriminación Racial, aún existen legislaciones
internas de algunos países que alientan, fomentan o permiten, por acción u omisión, este tipo
de practicas discriminatorias, xenófobas o racistas.
Ocurre que la humanidad ha debido recorrer
un largo camino de destrucción y masacre para
que la sociedad universal tome conciencia de
los males que la afectan. De esta forma y tras
dos guerras mundiales devastadoras en su contenido, fines y consecuencias, se arraigó en la
opinión internacional la convicción generalizada
de que la cuestión relativa al amparo de los derechos humanos trascendía los confines nacionales y se había convertido en un deber de todo
el concierto de naciones. Las tristes experiencias de violaciones emblemáticas a los derechos
humanos acaecidas en el siglo XX puso de relieve que no bastan las instituciones nacionales
para garantizar y defender estos derechos esen-
ciales del hombre y exigir el cumplimiento de
los deberes que le son correlativos, sino que la
comunidad internacional toda debe proteger,
garantizar y exigir el cumplimiento de estos derechos.
Es en este contexto que la Organización de
Naciones Unidas reconoció entre los fines de
su Carta fundacional: “Realizar la cooperación
internacional... en el desarrollo y estímulo del
respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, de sexo, de lengua o
de religión” (artículo 1º, párrafo 3º de la Carta
de las Naciones Unidas).
Desde ese memorable 26 de junio de 1945
en que el concierto de naciones adopta estos
principios rectores supranacionales, innumerables son los pactos y tratados en la materia suscritos por los Estados Partes y lo son asimismo
las matanzas, xenofobias, racismos y brotes
discriminatorios por motivo de raza, religión o
sexo que vulneran los derechos humanos de
millones de personas en todo el mundo. Puede
decirse entonces que ríos de tinta y de sangre
han corrido por igual en la defensa y el desprecio por los derechos humanos, las libertades fundamentales y la igualdad de las personas.
Pese a ello y pese a algunos progresos alcanzados por la humanidad, el siglo XXI muestra al
hombre repitiendo una y otra vez el sangriento recorrido hacia su propia destrucción en luchas
segregacionistas y xenófobas, repercutiendo las
matanzas en todos los rincones del planeta. Las
naciones del mundo debemos recordar el clamor de los mártires, reivindicar la lucha de
Richard Wright, Nelson Mandela, Oliver Tambo, Joe Slovo, Martin Luther King, Gloria
Steinem y tantos otros y fortalecer una conciencia internacional prospectiva hacia una sociedad universal más justa, digna e igualitaria.
En cumplimiento de los principios que informan nuestra identidad nacional e imbuidos de
los preceptos consagrados en el Preámbulo de
la Constitución Argentina, es deber insoslayable reafirmar nuestra más tenaz decisión
institucional de luchar por conductas sociales
que enaltezcan al ser humano en un espíritu de
solidaridad y tolerancia en la convivencia, como
el trayecto más corto contra los fundamentalismos raciales y los prejuicios xenófobos.
Por ello este Senado considera necesario reafirmar los más altos valores de la igualdad sin
discriminaciones y del respeto irrestricto a los
derechos humanos, posición históricamente sostenida por el cuerpo en la tarea de construir
cotidianamente una democracia que sea emblema de libertad y respeto para quienes habiten el
suelo argentino. Pero ese compromiso podría
verse malogrado si no mantenemos alertas a
las instituciones en el repudio incondicional a
las actitudes que atenten contra los derechos
humanos y contra la dignidad de todos los seres
humanos basados en consideraciones de raza,
religión o color.
El presente proyecto adhiere también a la Semana de la Solidaridad con los Pueblos que Luchan contra el Racismo y la Discriminación
Racial a celebrarse entre el 21 y el 27 de marzo
del corriente año. Esta convocatoria fue instituida en 1979 por la Asamblea General de Naciones Unidas como jornadas de renovada dedicación a los ideales de igualdad y libertad
humanas y a la promoción de campañas internacionales contra el apartheid durante el decenio 1990/2000. Los objetivos fijados por la comunidad internacional son tanto más ambiciosos
en tiempos en que la discriminación contra las
minorías, las poblaciones indígenas y los
inmigrantes ha aumentado al compás de teorías
y culturas supuestamente universalistas que
postulan la desigualdad y las diferencias entre
los hombres por causa de sexo, nacionalidad,
raza o religión.
Por los motivos expuestos, y en cumplimiento
de un mandato explícito de la Organización de
Naciones Unidas, solicito de mis pares la aprobación del presente proyecto de declaración.
Mabel L. Caparrós.
III
Proyecto de resolución
El Senado de la Nación
RESUELVE:
Adherir a la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, proclamado por la Asamblea General de las
Naciones Unidas, para celebrarse el 21 de marzo
mediante la resolución 2.142, de fecha 26 de octubre de 1966.
Sonia M. Escudero.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
En el marco de la conmemoración del Día
Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, es oportuno desde nuestro ámbito, elevar un llamamiento a la comunidad internacional, para que se renueven los esfuerzos en
la lucha contra las prácticas discriminatorias de
toda índole y se eliminen los prejuicios y las
creencias erróneas de superioridad de una raza
sobre otra.
La discriminación racial simboliza una negación
de los derechos humanos y las libertades fundamentales, y constituye no sólo una ofensa a la dignidad humana, sino también un serio impedimento
para el desarrollo económico y social. Su significado establece un obstáculo grave e insoslayable,
para la cooperación internacional y la conquista
de la paz.
Cabe mencionar que la fecha establecida para
esta conmemoración, es uno de los días internacionales más antiguos que celebran las Naciones Unidas. Se instituyó en el año 1966, a
raíz de un nefasto acontecimiento que conmovió profundamente a la opinión pública mundial
ocurrido el 21 de marzo de 1960 en Sudáfrica,
cuando las fuerzas policiales respondiendo al régimen racista, asesinaron a sesenta y nueve pacíficos manifestantes escolares que protestaban
contra las leyes del apartheid.
A pesar de que estos hechos han sido decisivamente condenados por las Naciones Unidas,
que el recuerdo a las víctimas de esta masacre
aún sigue vivo en la comunidad internacional y
que esta tragedia marcó un hito importante en
la lucha contra el racismo; aún continúan existiendo en algunos países y territorios, claros signos de xenofobia y formas conexas de intolerancia extremadamente serios, que alteran y
comprometen la noble evolución de la humanidad.
La discriminación se encuentra profundamente incrustada en las estructuras económi-
cas, sociales y políticas de muchas sociedades,
además de ser una de las causas de un gran
número de violentos enfrentamientos. Debemos
reconocer que, como en épocas precedentes, la
nuestra ha introducido nuevas formas de discriminación racial y que a pesar del desmantelamiento del apartheid y al abandono de las
políticas segregacionistas por parte de otros
países, el racismo y la intolerancia se ponen de
manifiesto en muchos de los conflictos actuales.
La identidad étnica, el aumento de las migraciones mundiales, los refugiados, entre otros, son
antagonismos no menos importantes que los anteriores y que muy distantes aún de desaparecer, se incrementan paulatinamente acompañando al fenómeno de la mundialización.
Reconocer tendencias, analizar los procesos
de evolución del hombre y su inserción en las
comunidades, abordar la difícil situación de las
minorías, los indígenas, los descendientes de
africanos y otras víctimas, servirá para razonar
nuevas estrategias que contrarresten los avances de los recientes estilos de intolerancia y responder a estas amenazas con argumentos válidos y sólidos.
En el Día Internacional de la Eliminación de
la Discriminación Racial, evoquemos a las víctimas del pasado y renovemos nuestro compromiso para intensificar los esfuerzos para prevenir, detectar y condenar, dondequiera que existan,
todas las políticas y prácticas de discriminación
racial y de segregación, así como los manejos
discriminatorios inherentes al colonialismo, a fin
de posibilitar un presente digno y construir un
futuro libre de este flagelo.
En virtud de lo expuesto, señor presidente,
invito a las señoras y señores senadores para
que acompañen al presente proyecto con su voto
afirmativo, reafirmando el compromiso de este
honorable cuerpo para cimentar un mundo en el
cual la igualdad sea una realidad para todos.
Sonia M. Escudero.
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