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Concierto de
Juan Diego Flórez
en México
E
por Ingrid Haas
l pasado 10 de octubre, el tenor peruano Juan Diego
Flórez dio un extraordinario concierto de arias de ópera
y canciones latinoamericanas en el Auditorio Nacional,
acompañado por la Orquesta Sinfónica de Yucatán bajo la
dirección de Juan Carlos Lomónaco.
Comenzó el programa con la obertura de La Cenerentola de
Rossini, siguiendo con la sublime interpretación del aria del
Príncipe Ramiro ‘Si, ritrovarla io giuro.’ Fue un deleite escucharlo
en vivo con la pureza del sonido de su voz y degustar sus claras
y limpias coloraturas. Con un cantante de la talla y la calidad de
Flórez, el espectador sólo debe sentarse y disfrutar, sin preocuparse
de que no vaya a llegar al agudo o de que se le quiebre en
cualquier momento la voz. Su seguridad para los sobreagudos es
impresionante y los emite sin esfuerzo alguno aparente, con un
sonido libre que enchina la piel.
Después de la obertura de Semiramide, Flórez cantó el aria de
Idreno ‘La speranza più soave’. Uno agradece que el tenor peruano
haya incluído en sus tres arias rossinianas las cabalettas que a
veces pueden/suelen omitirse si se cantan las arias en concierto.
Siguió la obertura de Guillaume Tell, y culminó la primera parte
del concierto con la difícil aria de Arnold, ‘Asile héréditaire’, en
donde Flórez se lució a más no poder con la cabaletta en donde
nos mostró por qué es el mejor tenor rossininano de nuestros
tiempos.
A continuación, la orquesta tocó el Danzón No. 2 de Arturo
Márquez, que sonó mucho mejor que el Huapango. Cerró el
programa con la canción “Alma llanera”, de Pedro Elías Gutiérrez.
La gran ovación no se hizo esperar al terminar el concierto y,
aunque algún sector del público le pedía de encore que cantara
“Granada” y “Júrame”, Flórez nos dio gusto a los operómanos con
el aria de Tonio de La fille du régiment, ‘Ah, mes amis’, y como
segundo encore cantó la también célebre aria ‘La donna è mobile’
del Rigoletto de Verdi.
Fue un festín vocal que dejó fascinados a los asistentes al concierto
de este tenor peruano que es, hoy por hoy, uno de los grandes
artistas líricos del mundo. Será un placer el verlo de nuevo, pero
ahora en pantalla gigante, el día 9 de abril, cuando canté en el
Metropolitan Opera de Nueva York el rol protagónico de la ópera
Le comte Ory de Rossini. Esperemos que la próxima vez que venga
a cantar a México sea ya, por fin, al Palacio de Bellas Artes. o
La segunda parte del concierto tuvo a varios compositores y estilos
diferentes. Comenzó con una elegante interpretación de ‘Una
furtiva lagrima’ de L’elisir d’amore de Donizetti; son en momentos
como éste cuando escuchamos la grandeza de un cantante como
Flórez. La forma en que matizaba cada frase y la manera en que
nos fue llevando, a través de la emotividad tan sutil que tiene esta
aria, nos mostró qué tan sublime llega a ser el arte del canto con
voces como la suya. Siguió con el aria de Roméo et Juliette de
Gounod, ‘Ah, leve toi soleil’, con una elegancia y entendimiento
del texto que invita al escucha a degustar cada frase del aria.
Pasando a la parte latinoamericana, la Orquesta Sinfónica de
Yucatán interpretó el Huapango de Moncayo, con uno que otro
detallito de afinación que habrá que cuidar, y siguió Flórez con
una muy sentida y bien interpretada versión de la canción “Ella”
de José Alfredo Jiménez. Supo darle el estilo propio a esta canción
y le imprimió el sentimiento necesario, sin caer en manierismos.
Muy emotivo fue escucharle “La flor de la canela” con un arreglo
que él mismo hizo de esta canción tan cercana a él. Se notaba cómo
disfruta cantarla, haciendo gala de su perfecta dicción al cantar.
noviembre-diciembre 2010
pro ópera
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