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Economía y Salud
Estatutos
del Consejo
General
de COF
A examen
ENRIQUE GRANDA
Doctor en Farmacia. [email protected]
8 Farmacia Profesional
Vol. 20, Núm. 4, Abril 2006
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Puede sorprender que la primera vez que se lleva a cabo una reflexión
seria sobre un cambio en los estatutos sea en el mes de marzo de 1991,
dentro de la II Convención Nacional celebrada en Segovia
Las recientes elecciones
al Consejo General de
Colegios Oficiales de
Farmacéuticos,
inevitablemente
perdidas —como no
podía ser de otra
manera— por un grupo
de esforzados
colegiados de base1,
han puesto de
manifiesto el verdadero
problema que aqueja a
nuestro mayor órgano
de representación a
nivel nacional e
internacional, a saber,
unos estatutos por los
que se rige desde los
años 50 del pasado
siglo. Esos estatutos,
con los que todavía
contamos para todo,
han sufrido algunas
pequeñas
modificaciones
impuestas por la Ley de
Colegios Profesionales2
y el advenimiento de la
democracia en España,
pero son esencialmente
los mismos que se
aprobaron en 1948 y se
publicaron en 1957.
Vol. 20, Núm. 8, Septiembre 2006
E
n estos últimos años se han hecho
varios intentos de aprobar unos estatutos nuevos, pero todos los que se
han enviado a los ministerios competentes —fundamentalmente el de Sanidad— para el control de legalidad han
sido devueltos, prolongando sine die el
proceso de actualización y puesta al
día de este importante documento. En
este artículo se hace una revisión histórica de esos intentos fallidos de actualización y de los procesos electorales, siempre adversos para la oposición. También se analizan los aspectos
que deberían mejorarse en los estatutos que ahora se están tratando de
aprobar, a fin de que resistan un control mínimo de legalidad o un recurso.
Historia de la revisión
de los estatutos
Aunque hubo algunos intentos anteriores, puede sorprender que la primera vez
que se lleva a cabo una reflexión seria sobre un cambio en los estatutos sea en el
mes de marzo de 1991, dentro de la II
Convención Nacional celebrada en Segovia, que atendió algunas demandas históricas de los colegios y modificó parcialmente los antiguos estatutos, creando vicepresidencias y prometiendo vocalías de
nuevo cuño. Del mismo modo, en esa
convención se admitieron unas vocalías
de carácter autonómico, para adaptar —
sólo parcialmente— los estatutos a la estructura autonómica del Estado. A pesar
de estos cambios aparentes, las pequeñas
modificaciones que surgen de la reunión
de Segovia suponen la sistematización y
refusión de los principios inspiradores
del reglamento de 19573, que se manifiesta en todo su articulado, y muy especialmente en los aspectos de democracia
interna, representación, elección y remoción de los órganos unipersonales, y distribución de competencias entre ellos. El
texto resultante no resolvió los conflictos
relacionados con la autonomía de los colegios, sus competencias y las relaciones
de jerarquía y tutela del Consejo sobre los
colegios y ello se reflejaba en:
– La larga enumeración de funciones del Consejo General, que entra
en conflicto con las competencias de
los colegios, que son los que ostentan
legalmente las funciones de ordenación y disciplina de la profesión, y de
representación y defensa de los colegiados.
– La potestad disciplinaria que atribuye al Consejo, criticable desde el
punto de vista constitucional.
– La generalización de los recursos
de alzada contra los actos propios de
los colegios y muy especialmente aquéllos que dependen de los consejos autonómicos o que depende a estos fines,
de las comunidades autónomas respectivas.
Aunque estas propuestas fueron recurridas —y alguna de ellas ganada—
las votaciones de las propuestas de Segovia que aparecen en la tabla I dejan
patente la postura de la minoría dominante.
Proyecto de Estatutos
de la Profesión Farmacéutica
Un nuevo intento de cambio se produce en el mes de octubre de 2001,
cuando la asamblea del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos
aprobó por amplia mayoría el Proyecto de Estatutos de la Profesión Farmacéutica, que incluía los estatutos del
Consejo General y otras muchas cuestiones que afectan a los colegiados de
toda España4. La gestación del proyecto había sido lenta, sobre todo si
se tienen en cuenta los profundos
cambios introducidos por nuestra
Constitución y el diseño de la España
de las Autonomías. En diversas ocasiones se habían manejado borradores
que incluso hacía bastante tiempo se
habían dado a conocer a los colegiados, pero en aquel año se trabajó más
deprisa: se sometieron exclusivamente
a otras corporaciones profesionales,
asociaciones sanitarias, científicas,
empresariales y a las distintas administraciones públicas. Los colegiados,
Farmacia Profesional
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Economía y salud
Estatutos del Consejo General de COF
Tabla I.
Conclusiones de la Convención de Segovia en marzo de 1991
Cuestión estatutaria
Decisión
Votos
Vocalías de sección
Mantenimiento del
estatus actual
45 votos a favor
30 votos condicionados
a cuestiones específicas
Propuesta de vocalía
de farmacéuticos
sin ejercicio
A favor de su creación
30 votos a favor, 9 en contra.
A favor pero con condiciones,
35 votos
Representatividad
en la asamblea
Asamblea soberana
Unanimidad.
40 votos, cada colegio un voto
Proporcional pura, 5 votos
Proporcional corregida,
37 votos a favor
Representatividad en Desde la base
los órganos corporativos
55 votos a favor, 3 votos
en contra
Moción de censura
en la asamblea
A favor
Unanimidad
Voto delegado
No se admite
Unanimidad
Pleno ejecutivo
Sí
Unanimidad
Pleno mixto
Ejecutivo/legislativo
No por unanimidad
Representatividad en
el pleno de carácter
autonómico
Proporcional y corregida
24 a favor
55 en contra
en cambio, no fueron convenientemente informados, como ocurre con los
que actualmente se tramitan, a juicio
de quien esto suscribe.
Luces y sombras
Los informes sobre el proyecto emitidos por los distintos organismos
consultados en algunos casos introdujeron mejoras sustanciales y, en
otros, resultaron determinantes de
su futura legalidad. De particular interés resultó el informe de la dirección general de Recursos Humanos y
Servicios Económico Presupuestarios del Ministerio de Sanidad y Consumo5, que introdujo una serie de
objeciones que, finalmente, el proyecto recogió, cambiando buena parte de la filosofía con la que fue redactado inicialmente. En el informe realizado por la dirección general de
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Farmacia Profesional
Farmacia se ponían de manifiesto aspectos que hubieran hecho peligrar
su tramitación final, como el que se
refiere al carácter básico que pretendía tener en sus relaciones con los
consejos autonómicos y los colegios.
La dirección general de Farmacia indicó: «Las previsiones de estos artículos del proyecto no son, por tanto,
una imposición a los colegios y consejos autonómicos, sino un mecanismo
de coordinación del que la propia organización colegial se dota».
Tras la emisión de este informe, la
tramitación del proyecto quedó parada, por lo que no pudo ni siquiera
mostrar su ventaja más aparente, que
era, en definitiva, enterrar los estatutos de 1957, diseñados para una época
histórica en la que todo se basaba en el
modelo piramidal jerárquico, para acatar el principio de autonomía de los
colegios en su ámbito territorial, tal
como ha diseñado la Ley del Proceso
Autonómico6, cuyo artículo 15.3 pone
fin a la competencia de los consejos
generales para resolver los recursos
contra los actos de los colegios. Con
esta revisión llegamos a la nueva propuesta de estatutos, que se produce en
el mes de octubre de 2005 y que ha sido objeto de intensa polémica en las
pasadas elecciones.
Los estatutos que se
tramitan actualmente
Las leyes actuales disponen que los estatutos del Consejo General de COF
debe limitarse a la regulación del propio Consejo General, pero los que se
tramitan en la actualidad son abiertamente centralistas, ya que no tienen
en cuenta la distribución de competencias del Estado autonómico entre
administración general y comunidades autónomas. El texto en estudio sitúa al Consejo como órgano de gobierno de los colegios y árbitro de sus
decisiones. Pero esa función no le corresponde, porque según sentencias
del Tribunal Supremo, en virtud de la
Ley del Proceso Autonómico, no cabe
recurso de alzada ante los consejos generales contra los acuerdos de los colegios. Tampoco los estatutos de los
colegios requieren aprobación de los
consejos generales. La doctrina judicial está, además, confirmada por la
Ley 7/1997, de medidas liberalizadoras en materia de colegios profesionales. Así pues, al Consejo General no le
corresponde ni aprobar los estatutos
de los colegios, ni regular el funcionamiento interno de éstos, ni ser árbitro
de los actos o decisiones tomados legítimamente por los órganos de decisión de los colegios, que tienen personalidad jurídica propia y plena capacidad de obrar, y están dotados de
autonomía estatutaria y de libertad
para autorregular su organización y
funcionamiento. El Consejo también
pretende asumir competencias del Estado que no le corresponden, ya que
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El título 1 de los estatutos en trámite debería desaparecer
por completo, porque se dedica íntegramente a regular
de forma exhaustiva «el régimen de los colegios territoriales»,
haciendo caso omiso de la autonomía de los colegios e incluso
de su correspondiente ley reguladora
están reservadas a una ley estatal, así
como fijar los principios y reglas básicas de la organización y competencia
de los colegios.
Lo que cabría esperar de la corporación farmacéutica es, en realidad, la
elaboración de unos estatutos que,
además de regular el funcionamiento
interno del propio Consejo, sean estatutos generales de la profesión, estableciendo un régimen general de responsabilidades de los profesionales en
ejercicio, dentro de los límites fijados
por la legislación general y, en su caso,
autonómica. Pero, tal y como está el
actual proyecto de estatutos, cabe suponer que si el Gobierno llega a aprobarlo, lo hará eliminando la mayor
parte de su texto y cambiando completamente su filosofía. De lo contrario,
es muy probable que prosperen recursos contra ellos.
Defectos de los estatutos
en trámite
Ya el título 1 del proyecto debería desaparecer por completo, porque se dedica íntegramente a regular de forma
exhaustiva «el régimen de los colegios
territoriales», haciendo caso omiso de
la autonomía de los colegios e incluso
de su correspondiente ley reguladora.
Por la misma razón debería anularse la
incorporación, en buena parte de los
artículos de los estatutos, del término
«coordinación», con el que el Consejo
pretende asumir competencias que no
le corresponden sobre los colegios.
También debería desaparecer el término «ejecución», ya que no cabe imaginar de qué forma el Consejo General
piensa ejecutar a los colegios.
Por otro lado, cabe cuestionar también el artículo 30, que califica a la
asamblea general del Consejo de órgano soberano cuando, en realidad, todas
las funciones y competencias se le otorgan a la junta directiva o al presidente.
En cuanto a la representación de los
colegios en el Consejo, dejando a un
lado la cuestión de la mayor o menor
Vol. 20, Núm. 8, Septiembre 2006
proporcionalidad y no entrando tampoco en la polémica fórmula de la
«décima parte de la raíz cuadrada del
número de votos» que aparece en el
texto, sabemos que la proporcionalidad no llega a ser absoluta en ningún
proceso electoral. Es una cuestión sobre la que los propios colegios deberían poder debatir, reflexionar, argumentar ante sus colegiados, para alcanzar una solución de consenso, que
sea democrática y no resulte insolidaria. Si cualquier colegiado puede presentarse a un cargo de la junta directiva, los colegiados deberían poder
opinar y trasladar su opinión a la votación, lo que no encontramos por
ninguna parte en el texto en el que
trabaja el Consejo.
Para rizar el rizo, los estatutos en
trámite proponen en su artículo 31 un
sistema de elección del presidente del
Consejo también controvertido. El artículo 9.2 de la Ley Estatal de Colegios
Profesionales establece taxativamente
que los presidentes de los consejos generales de colegios profesionales serán
elegidos única y exclusivamente por
los presidentes de todos los colegios
de España, por lo que no puede atribuirse su elección a una asamblea general de la que forman parte otros muchos cargos, incluida la propia junta
directiva del Consejo General que, así,
se elige a sí misma. Los vocales de sección deberían ser elegidos en la candidatura general, ya que sabemos que no
todos los colegios tienen las mismas
secciones ni las mismas vocalías. Finalmente, tampoco cabe admitir que,
en relación con los colegios que deban
cuotas al Consejo, la asamblea general
pueda adoptar «cualesquier (sic)
acuerdos contra los colegios», indefinición jurídicamente inadmisible. Quizá,
y para probar la existencia de estos defectos, basta comprobar el contenido
de los estatutos de la Organización
Médica Colegial, cuya publicación se
ha producido el pasado mes de junio
y que esquematizamos en comparación con el proyecto del Consejo en la
tabla II.
Consecuencias de la falta
de revisión de los estatutos
El pasado mes de febrero, en la I Convención de Oficinas de Farmacia celebrada en Madrid, se rechazó la negociación que se estaba realizando sobre
la nueva Ley del Medicamento en lo
que se refiere a la venta de medicamentos por internet, la presencia del
precio en el envase, la trazabilidad y
tantas otras cuestiones entre las que
destaca la débil postura que se ha mantenido ante el mal suministro de medicamentos de estos últimos meses. Estas posiciones revelan, para muchos,
una falta de sintonía entre el máximo
órgano de representación de los farmacéuticos y el boticario de a pie, que
quizá podría haberse remediado de haberse actualizado convenientemente
los estatutos de los que hablamos.
En cuanto a la falta de renovación
del Consejo, hay que decir que se han
producido cuatro procesos electorales
desde 1994 en los que los candidatos
de oposición no han logrado sus objetivos. Para el recuerdo quedarán las
elecciones celebradas en julio de 1991,
en las que tocaba vacar al secretario y
a media junta, y en la que la oposición
consiguió el voto de 17 presidentes
que, de alguna manera, quedaron marcados desde entonces, y las de 1994,
en las que participó como aspirante a
presidente Alfonso Pérez Alberni, con
un programa de urgencia que incluía,
como oferta estrella, un cambio de estatutos y la convocatoria de elecciones. Esta candidatura obtuvo la no
desdeñable cifra de 21 votos. Luego vinieron las elecciones de 2003, en las
que José Enrique Hours obtuvo 19 votos y, finalmente, las celebradas en junio de 2006, con sólo 6 votos para la
oposición, pero otros 7 en blanco y 2
abstenciones, una novedad sobre las
elecciones anteriores, interpretada como voto de advertencia o de castigo.
En estos últimos comicios también
salieron a relucir los estatutos y una
convocatoria inmediata de elecciones
tras su aprobación, pero nada de esto
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Economía y salud
Estatutos del Consejo General de COF
Tabla I.
Comparación de los estatutos del Consejo General de Médicos (aprobados) y los del Consejo General
de Farmacéuticos (en trámite)
C.G. Médicos
C.G. Farmacéuticos
Titulo
Capitulo
Sección
Artículos
Contenido
Título
Capítulo
Sección
Artículos
Contenido
Capítulo I
Naturaleza y funciones
Título preliminar
Naturaleza de los colegios oficiales de farmacéuticos
Capítulo II
Órganos de gobierno. Composición,
funciones, forma de elección
y régimen organizativo
Título primero
De los colegios
Sección 1.ª
Constitución
Sección 1.ª
De las funciones básicas de los colegios
Sección 2.ª
La asamblea general
Sección 2.ª
Organización básica de los colegios
Sección 3.ª
El pleno
Sección 3.ª
De la colegiación y ordenación de la profesión
Sección 4.ª
cos
Comisión permanente
Sección 4.ª
Derechos, deberes y prohibiciones de los farmacéuti-
Sección 5.ª
Órganos unipersonales
Sección 5.ª
Régimen disciplinario (a los colegiados)
Sección 6.ª
Comisión deontológica,
Derecho médico y visado
Sección 6.ª
Régimen jurídico de los actos de los colegios
Sección 7.º
Régimen económico
Título segundo
Del Consejo y sus competencias
D. Transit. 1.ª
Disposición sobre secciones colegiales
Sección 1.ª
Naturaleza y funciones
D. Transit. 2.ª
Reglamento de régimen interior
Sección 2.ª
De los órganos del Consejo General
Sección 3.ª
De las atribuciones de los órganos del Consejo General
Sección 4.ª
Disposiciones comunes de los órganos del Consejo
Sección 5.ª (reza 10.ª) Régimen económico y presupuestario
Sección 6.ª
Relación con los consejos de las comunidades autónomas
Sección 7.ª
El proceso electoral
Disposiciones
adicionales
Reforma de los estatutos de los colegios
Normas de desarrollo
Comisión estatal de ética farmacéutica
Renovación de cargos
Impugnación de actos de los colegios
Disposiciones
transitorias
pareció inmutar a la mayor parte de
los presidentes, que prefirieron no
consultar a sus colegiados (tal vez esta iniciativa les habría acarreado problemas7).
Lo que está claro es que estas cosas
pasan porque el desinterés de los farmacéuticos —cultivado expresamente
por sus dirigentes— ha llegado al punto en que llega en las democracias más
maduras8. Aunque, no nos engañemos,
aquí hemos llegado por otra vía. ■
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Farmacia Profesional
Aplicación a estatutos particulares
Procedimiento sancionador
Notas
1. La candidatura de oposición estuvo formada
por Enrique Granda como presidente, Beatriz
Carbonell como secretaria, José Grau y Amparo
Salgueiro como vicepresidentes, Antonio García
Calvo como tesorero y Rosa Cortés como contadora. La votación se celebró el 8 de junio de
2006 y sólo obtuvieron 6 votos, aunque hubo 7
votos en blanco y 2 abstenciones, algo insólito
hasta ese momento en otras elecciones.
2. Ley 2/1974 de Colegios Profesionales.
3. Estos estatutos no son otros que los de 16 de
mayo de 1957, que han permanecido como referencia normativa, aunque con ligeras modificaciones, hasta la actualidad.
4. Granda E. Estatutos de la profesión. En proyecto. Farmacia Profesional. 2002;16(1):6-10.
5. Informe de la Dirección General de Recursos
Humanos y Servicios Económico Presupuestarios del Ministerio de Sanidad y Consumo
de 8 de marzo de 2001.
6. Ley 12/1983 del Proceso Autonómico.
7. Los presidentes de Segovia y Jaén fueron recurridos al encontrarse en el cargo en una situación irregular según la Ley de Colegios
Profesionales, ya que el de Segovia ejerce en
León y el de Jaén estaba jubilado desde hacía
varios años.
8. Hay ayuntamientos en Estados Unidos en los
se elige al alcalde con una abstención del
95%. También en esa democracia un actor de
cine puede llegar a ser gobernador de un Estado o incluso hasta presidente.
Vol. 20, Núm. 8, Septiembre 2006
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