34 AÑO 1615 apareció publicada la ‘Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha’, en la que Miguel de Cervantes Saavedra cita en dos ocasiones el queso de Tronchón. Alicia Royo Teruel El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, publicada a comienzos de 1605, es la obra más destacada de la literatura española y una de las más importantes de la literatura universal. Entre otras muchas cosas, es considerada la primera novela moderna, pero constituye además “un testimonio muy valioso sobre la comida y la alimentación en la España del Siglo de Oro”, según la investigadora del Instituto Cervantes María Inés Chamorro. Entre estos alimentos se encuentra el queso de Tronchón, que Miguel de Cervantes cita en dos ocasiones en la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, aparecida diez años después. “En muchos casos ajenos a nuestro paladar, en otros reconocibles por quien lee los textos cervantinos, los alimentos que ingieren y saborean los personajes del Quijote se pueden hoy preparar y adaptar a nuestro gusto”, añade Chamorro. Así hoy, cuando se conmemora el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, es posible como entonces degustar el mismo queso que comía “el ingenioso hidalgo”, junto con su escudero Sancho Panza, gracias al trabajo llevado a cabo por Queseros Artesanos de Tronchón. Esta empresa familiar comenzó su andadura en 1990 en la localidad turolense que da nombre al producto. Con anterioridad, tan solo se hacía artesanalmente en las casas del pueblo y en las masías de los pastores. No es posible fijar la fecha en que comenzó a fabricarse el queso de Tronchón, pero sí existe la certeza de que era célebre en toda España en 1615, cuando Cervantes lo cita en dos ocasiones en la segunda parte de El Quijote, concretamente en los capítulos LII y LXVI. A pesar de su fama –documentada ya en una de las obras más conocidas de la literatura universal– y de su calidad, existió un período donde sufrió un serio peligro de desaparición, puesto que su elaboración y consumo estaba ligado a la economía familiar de los habitantes de la zona y muchos de ellos tuvieron que emigrar. En 1990, el matrimonio formado por Pilar Dalmau y Carlos Grau pusieron en marcha la quesería, en la que siguen trabajando junto a su hijo Juan Carlos y un empleado. Actualmente producen unos 18.000 kilos anuales aunque la cifra varía en función de la meteorología, “ya que procuramos que la leche sea de animales que salen al campo, y las producción son muy variables de un año a otro”, apuntan. Para fabricar esa cantidad son necesarios aproximadamente 150.000 litros de le- E l q u es o q u e y a comía e l “ i n ge n i oso h i d a l go” La empresa familiar Queseros Artesanos de Tronchón produce miles de kilos de este producto che si la curación de los quesos es de seis meses, aunque también ofrecen de dos meses. Seis ganaderos les suministran la materia prima, procedentes de Mirambel, Teruel, Aguilar del Alfambra, Villastar, Fuendetodos y Morella. Es esta última cuestión, la consecución de la leche, lo que impide el crecimiento de la producción. Y es que, según Grau, “en esta zona hay más demanda que oferta”. En estos momentos, añade, hay más escasez de leche de cabra que de oveja, pero no siempre ha sido así. “Si vuesa merced quiere un traguito, aunque caliente, puro, aquí llevo una calabaza llena de lo caro, con no sé cuántas rajitas de queso de Tronchón, que servirán de llamativo y despertador de la sed, si acaso está durmiendo”, le dice Sancho Panza a Don Quijote. A pesar de que el queso de Tronchón es nombrado y conocido por su lugar de procedencia, no cuenta con un Título: Las Queserías de Don Quijote de la Mancha Medidas: 420x297 mm Técnica: Fotomontaje Autora: Minerva Rodríguez Cabrejas marchamo específico, como una Indicación Geográfica o una Denominación de Origen (IGP/DOP). Por eso, actualmente se comercializan bajo el mismo nombre quesos que nada tienen que ver con el que producen Queseros Artesanos de Tronchón. Sobre este asunto, los propietarios de la quesería opinan que “es aberrante que, por pertenecer el nombre a un pueblo pequeño, los que pueden hacer algo para cambiarlo no lo hagan”. Según Grau, sería posible obtener el amparo de una IGP o de una DOP, “aunque no es sencillo, ni fácil de costear”, puntualiza. El trabajo realizado por la familia Grau Dalmau ha permitido que la fama del queso de Tronchón aumente cada año. Además de su presencia en ferias, su promoción se realiza fundamentalmente en las redes sociales. Y a través de su página web (www.queserosartesanosdetronchon.com), reciben pedidos desde todos los puntos de España, incluidas las islas, y también desde algún país europeo. En una ocasión, recibieron a un cliente que dijo ser un príncipe árabe, que estaba de visita en el Maestrazgo para cazar cabra hispana. Y muchos de los compradores saben que el queso de Tronchón se cita en El Quijote y siempre comentan lo mismo: “Muy bueno tiene que ser para que Cervantes lo nombrara siendo manchego el personaje principal de su novela”.