Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 1 LA REVOLUCIÓN FRANCESA 1. LA FRANCIA DEL ANTIGUO RÉGIMEN. A finales del siglo XVIII Francia era el país más avanzado de Europa. El movimiento de la Ilustración y las nuevas teorías de los enciclopedistas circulaban por todo el continente. El crecimiento demográfico fue continuo a partir de la segunda mitad del siglo XVIII; en vísperas de la Revolución la población aumentó de 19 a 25 millones de habitantes. A pesar de todo el campesinado seguía representando el 85% de la población francesa. La actividad comercial y la producción artesanal habían experimentado un gran desarrollo. Francia exportaba a Inglaterra y a Bélgica materias primas y a los países del Mediterráneo oriental y a las colonias americanas productos elaborados. Vendía en toda Europa sus excelentes vinos, así como productos de lujo. Sin embargo el sistema de aduanas interiores y las trabas que imponían los reglamentos de los gremios, obstaculizaban el desarrollo del comercio. En las grandes ciudades los artesanos ocupaban distintos barrios El salario de un obrero variaba según sus oficios: sastres, curtidores, considerablemente: un albañil ganaba cuarenta sueldos, un carpintero o un ebanista podían llegar tintoreros... estaban obligados a pagar hasta cincuenta. No es mucho si tenemos en fuertes impuestos que recaudaban cuenta que el pan de cuatro libras, indispensable una red de funcionarios reales, y se en la dieta del obrero, costaba en tiempo normal entre ocho y nueve sueldos, pero en épocas de regían por una estricta reglamentación crisis podían alcanzar los doce y quince sueldos, e gremial, que obligaba a producir los incluso veinte, es decir, la mitad del salario artículos según modelos y cantidades cotidiano de un obrero medio. Por una parte, el pan representaba normalmente el 50 por 100 de establecidos, lo que dificultaba el los gastos de un obrero, las legumbres y el vino el abastecimiento del mercado. 16 por ciento, el vestido el 15 por 100, la luz el 1 A pesar de estas dificultades, por 100. Además debía alimentar y alojar a su familia.” la gran expansión comercial del XVIII favoreció el desarrollo económico de un amplio sector de la Godechot, J. Los orígenes de la burguesía, el que estaban al frente del llamado capital mercantil Revolución Francesa. (comercio, finanzas, pequeñas industrias..) que proporcionan a la monarquía tanto sus técnicos administrativos como los recursos y empréstitos necesarios para la marcha del Estado. CAHIERS DE DOLÉANCES DE LA COMUNIDAD DE En la agricultura también han ido UCHAU. penetrando las relaciones mercantiles, y se ha 1. Suplicamos humildemente a S.M. que ordene la superado el viejo régimen de servidumbre que aún supresión de todos los privilegios atribuidos a todas las tierras existía en Rusia o en la Europa Oriental. En Francia, la consideradas como nobles, cualquiera que sea la calidad de su poseedores; y que los impuestos de cualquier naturaleza, reales, mayor parte de la tierra pertenece a los estamentos provinciales y municipales sean repartidos entre todas las tierras, privilegiados: la nobleza, la Iglesia y también la ya sean nobles o plebeyas, en función de su valor en el catastro., pequeña y a la Corona; muchos campesinos habían 2. Atendiendo a que este tipo de impuesto no grava más que a los bienes inmuebles y que es justo que los capitalistas accedido a la propiedad de la tierra eb régimen de concurran también a las necesidades del Estado en proporción a arrendamiento o se encontraba a jornal con el señor u sus fortunas, suplicamos a S.M. se digne aprobar las medidas otro campesino. Pero a pesar que el régimen de que considere necesarias para que las municipalidades de su Reino queden autorizadas a incluir en las listas de impositores, servidumbre personal se mantenía en Francia en muy con contribuciones similares a las fijadas para los bienes pocos lugares, el sistema agrario y sus relaciones de inmuebles, a todos aquellos súbditos del Reino poseedores de dependencia económica agraria seguía reflejando la fortunas en metálico. 5. Suplicamos... ordenar la supresión de todos los importancia de las cargas feudales y de los tributos derechos de salida impuestos sobre los vinos del bajo Languedoc, señoriales. atendiendo a que este artículo es la principal fuente de ingresos de esta parte de la provincia y que los genoveses y otros extranjeros que adquieren el vino se aprovechan de esta El campesinado estaba obligado a entregar circunstancia para comprarlo a un precio mucho más bajo. una parte de la cosecha al propietario de la tierra o a 9. Finalmente suplicamos...la supresión de la milicia en pagarle su valor en dinero, así como a satisfacer una tiempos de paz y que, si en tiempos de guerra tiene S.M. necesidad de hombres, le sea permitido a cada comunidad serie de impuesto por las más variadas actividades designarlos.. (vanalidades) Además de estas cargas señoriales, Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 2 existían otros impuestos, como el diezmo que se pagaba a la Iglesia, y otros muchos en favor del rey. Todas estas cargas o tributos agobiaban al campesinado. Incluso los que habían comprado las tierras a bajo precio tenían que asumir los correspondientes impuestos. Con la llegada de una mala cosecha la situación económica del campesinado se hacia asfixiante. Para el pueblo llano, y en particular para los campesinos y obreros artesanales, la expansión económica del siglo XVIII no fue muy favorable. Los jornales no habían participado en absoluto de la prosperidad de las ganancias burguesas. Hasta 1780 los precios de los artículos de consumo se elevaron en un 65%, mientras que los jornales sólo lo hicieron en un 22% Por otro lado la revalorización del suelo y los precios agrícolas que se produjo a partir de 1750 habían beneficiado a los grandes terratenientes, que vieron aumentar sus rentas y, a los grandes agricultores, que obtenían importantes ganancias de la venta de sus excedentes. Al mismo tiempo, esta revalorización provocó un fenómeno de reacción feudal, lo propietarios de la tierra comenzaron a resucitar y a poner en vigor sus antiguos derechos señoriales y una serie de prestaciones de los campesinos caídas en desuso. Comenzaron a exigir, por ejemplo, una mayor rigidez en los contratos de arrendamiento, haciéndolos imposibles de satisfacer por los campesinos. A este renacer del feudalismo sobre el régimen de propiedad de la tierra, se añadió la cada vez más poderosa presión de los nobles, que intentaban desplazar a la burguesía de los cuerpos de la administración. Así en los diferentes grados de la administración se defendía el privilegio nobiliario frente a los “plebeyos”. Esta actitud de la aristocracia provocaba la hostilidad de los burgueses y de los campesinos y contribuyó en buena medida a la gestación de un clima prerrevolucionario. En definitiva, la Francia del Antiguo Régimen, a pesar de la prosperidad económica del siglo XVIII y del desarrollo experimentado por la burguesía, seguía siendo una sociedad rígidamente estructurada en órdenes, donde aún predominan las relaciones feudales. Los órdenes o estamentos privilegiados (clero y nobleza), además de no pagar impuestos directos, ocupaban también los empleos públicos más distinguidos y los más altos cargos de la jerarquía eclesiástica y de ejército. Al tercer estado, o estado llano, pertenecían todos aquellos que no eran nobles ni eclesiásticos, es decir, la mayoría de la población de Francia. Jurídicamente carecían de derechos políticos y estaban sujetos al pago de impuestos. Desde el punto de vista social, pertenecían a este estamento los elementos más activos de la economía: grandes comerciantes, burgueses importantes, empresarios de manufacturas, así como los sectores ilustrados y profesionales. También pertenecían a él los artesanos y el campesinado. Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 2-. EL PENSAMIENTO ILUSTRADO 3 “Instando a mi amigo cristiano a que me explicase qué es nobleza hereditaria, después de decirme mil cosas que yo no entendí (...) concluyó con estas voces, interrumpidas con otras tantas carcajadas de risa: “nobleza hereditaria es la vanidad que yo fundo en que, ochocientos años antes de mi nacimiento, muriese otro que se llamó como yo, y fue hombre de provecho, aunque yo sea inútil para todo.” Uno de los factores que más influyó en el estallido de la Revolución Francesa fue la corriente de pensamiento que surge en Francia y que tiene su momento culminante en torno a mediados del XVIII. La Ilustración constituye e movimiento ideológico europeo más importante desde el Humanismo y la Reforma. No va a ser sólo un movimiento cultural sino que va José Cadalso. Cartas marruecas. 1789. Carta XII incidir en las distintas formas sociales en que tiene lugar la vida comunitaria de los hombres. La ilustración encontró en la razón el instrumento adecuado para el desarrollo del hombre. La razón era la facultad que debía guiar al hombre en sus nuevas relaciones con la naturaleza, con la divinidad y con la sociedad. Aplicar la razón suponía ajercitar el espíritu crítico y rechazar todas aquellas tradiciones que ran aceptadas únicamente por hallarse apoyadas en un principio de autoridad y en un dilato pasado. La Ilustración se esforzó siempre por propagar entre los hombres los conocimientos útiles que removieran aquellos obstáculos que hasta entonces habían hecho imposible el logro de la felicidad en el seno de la sociedad. Mostraba su fe en el progreso y en la capacidad transformadora de la razón. Fue en el terreno político donde los ilustrados franceses proponen una serie de cambios que tuvieron una transcendencia enorme. Los tres pensadores principales de la Ilustración, Monstesquie, Voltaire y Rousseau, coinciden en pensar que el estado de la sociedad podía ser mejorado. Montesquie propugnó la división de poderes, como un medio para acabar con el absolutismo y la concentración de todo el poder en una sola persona o institución, de esta forma los poderes se limitan y se controlan mutuamente. Ejecutivo, legislativo y judicial son los tres poderes; concede al pueblo el legislativo. 3-. FRANCIA EN VISPERAS DE LA REVOLUCIÓN El fuerte impulso experimentado por la economía francesa en el siglo XVIII comenzó a manifestar ciertos signos de agotamiento en la década de 1780. La perdida de casi todas sus colonias americanas después de la guerra de los Siete Años (1756-1765), ya había afectado seriamente al comercio y la situación se agravó más tarde con la intervención francesa en la guerra de independencia de las colonias británicas de América del Norte (1777-1783), que produjo considerables gastos y obligó a recurrir a elevados prestamos. Por otro lado el tratado de comercio con Inglaterra firmado en 1786, beneficioso para algunos sectores, perjudicaba los intereses comerciales, y contribuyó en buena medida a que la industria experimentase dificultades. En la década de 1780 los países más avanzados de Europa intentaron un experiencia de comercio libre; se firmaron varios tratados comerciales y de navegación entre Francia y los jóvenes Estados Unidos, Inglaterra y varios países bálticos, con el fin de ampliar los intercambios y reducir las barreras aduaneras. De este modo, aunque era más fácil vender en Inglaterra, se dejaron de recibir los derechos aduaneros que debían pagar las mercancías británicas. un torrente de artículos ingleses inundó el mercado francés, provocando la alarma y el desconcierto entre comerciantes y manufactureros Sin embargo el problema más grave seguía siendo el abastecimiento de una población que había crecido a mayor velocidad que la producción de cereales. Francia vivía obsesionada por la escasez, por el recuerdo de las “revueltas de hambre” del siglo pasado y el temor a su repetición. Este problema, unido al encarecimiento continuo de los productos alimenticios, explicaban el descontento y agitación existente entre los campesinos y los sectores urbanos, cuya subsistencia dependía de la producción agrícola. El año anterior a la revolución, en el verano de 1788, la cosecha fue mala y el invierno resultó inusitadamente riguroso. La catástrofe agrícola cerró el mercado rural y en las ciudades, donde ya existía una abundante mano de obra, el paro se multiplicó y los salarios descendieron. En varias provincias estallaron insurrecciones de campesinos, que asaltaban los graneros de los señores, se repartían el trigo y exigían a los comerciantes, que vendieran el grano a un precio razonable. Los economistas burgueses venían proponiendo como único remedio para resolver estas situaciones la liberalización del comercio de los cereales (beneficiosa sobre todo para los propietarios y los comerciantes), pero el pueblo, por su partem seguía reclamando a tradicional reglamentación y en los periodos de escasez exigía incluso las requisas de grano y el establecimiento de precios fijos que fuese asequibles. Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 4 3-1-. La crisis financiera. Todos estos factores se sumaron para provocar una situación desesperada en las finanzas del estado. Los gastos que exigían el ejército, la corte, la política exterior, las obras públicas... eran muy superiores a los ingresos que se obtenían por medio de impuestos. Por otro lado, como los intereses que generaban las deudas contraídas por el Estado se abonaban con retraso, los banqueros se negaban a otorgar nuevos préstamos. De este modo a deuda francesa, considerablemente incrementada por la guerra de Independencia americana y por el despilfarro de la corte, no podía cancelarse. Esta mala situación de las finanzas francesas no se debía a la pobreza nacional, sino a que los estamentos privilegiados no pagaban los impuestos y consumían la mayor parte de la renta del país. La Iglesia, por su parte, consideraba que sus bienes no podían se gravados con impuestos del Estado, al que ya contribuía con su periódica y “libre donación” a las arcas del rey; pero esta aportación era muy inferior a lo que podría obtenerse mediante un impuesto directo sobre las tierras que poseía la Iglesia francesa. En definitiva al problema residía en que las clases que se beneficiaban de casi toda la riqueza del país no pagaban unos impuestos acordes con sus ingresos y, lo que era más grave, se resistían a ello por considerarlo propio de las clases inferiores. Esta situación en realidad, se venía arrastrando desde mucho antes, podría decirse que desde la época de Luis XIII y Richelieu. 3-2-. Las tentativas de reforma y la revuelta aristocrática. Esta resistencia obligó al gobierno real a buscar una salida para la situación. Ya al comienzo del reinado de Luis XVI, el economista Turgot, interventor general de fianzas, había propuesto suprimir el privilegio de no pagar impuesto del que gozaban los nobles y el clero. Pero la mayor parte de sus reformas fueron suprimidas, y la misma suerte corrió el programa económico de Necker, su sucesor. En 1783, Charles Alexandre de Calonne, un excelente y experimentado administrador, fue nombrado ministro de Hacienda para que acometiese la solución del problema, cuando ya no quedaba otra salida que transformar radicalmente la Hacienda Pública y su política fiscal, o bien declarar en bancarrota y no pagar las deudas contraidas, lo cual significaba no volver a obtener nuevos empréstitos. Calonne propuso establecer una “subvención territorial”, impuesto que habrían de pagar todos los terratenientes sin excepción; también planteó la supresión de aduanas interiores y de varios impuestos de consumo, así como la liberación del comercio de granos, la confiscación de algunas propiedades de la Iglesia y, por último, el establecimiento de Asambleas Provinciales con representación de los tres estados. Calonne sabía el alcance político de su proyecto y las dificultades que se plantearían para su aceptación por los organismos jurídicos, que estaban controlados por los sectores aristocráticos; los parlamentos, estados provinciales y asamblea del clero. Ni Luis XVI ni sus ministros se atrevían a imponer tales medidas por decreto y consideraron más prudente reunir una Asamblea de Notables, designados por el rey, para conseguir su aceptación del proyecto. Pero la Asamblea resultó menos dócil de lo que se esperaba; lo notables se opusieron frontalmente a las medidas y la opinión general reaccionó con estupor ante la crisis económica y la resistencia de la nobleza a ponerle remedio. El conflicto terminó con la destitución de Calonne. Le sustituyó el arzobispo de Toulouse, Brienne, protegido de la reina y enemigo de Calonne. Brienne obtuvo de los nobles un empréstito, que permitió evitar de momento la bancarrota. Pero a cambio los nobles exigieron la convocatoria de los Estados Generales, mediante los cuales podían controlar a la monarquía. Estos acontecimientos tuvieron repercusión en algunas provincias, donde la nobleza pidió el Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 5 ¿Qué es el Tercer Estado? El plan de este escrito es muy simple. Nos planteamos tres preguntas: 1ª ¿Qué es el Estado llano? Todo 2ª ¿Qué ha sido hasta ahora en el orden político? Nada 3ª ¿Qué pide? Llegar a ser algo ¿Quién osaría a decir que el Tercer Estado no contiene en su todo lo necesario para formar una nación completa? Es un hombre fuerte y robusto que un tiene aun un brazo encadenado. Si se hiciera desaparecer el orden privilegiado, la nación, no sería menos, sino más. Y ¿qué es el Estado Llano? Todo, pero un todo trabado y oprimido. Y ¿qué sería sin el orden privilegiado? Todo, pero un todo libre y floreciente. Nada puede funcionar sin él, todo andaría infinitamente mejor sin los demás. No basta haber mostrado que os privilegiados, lejos de ser útiles a la nación, no pueden sino dañarla y debilitarla. Es menester probar aun que el orden noble no entra en la organización social; que puede ciertamente ser una carga para la nación, pero que no sabría formar una parte de ella. En primer lugar nos es posible, entre el número de todas las partes elementales de una nación, hallar lugar para situar la casta de los nobles. Bien una pereza incurable, o el torrente de las malas costumbres, los hacen ajenos para los trabajos de la sociedad. La excepción y el abuso están por doquier junto a la regla y sobre todo en un vasto imperio. Pero tendremos que convenir en que mientras menos abusos existan de este tipo, más ordenado estará el Estado. El peor ordenado de todos sería aquel en que no solamente los particulares aislados, sino toda una clase entera de ciudadanos tendría como timbre de gloria el permanecer inmóviles en medio del movimiento general y consumiendo la parte mejor del producto, sin haber contribuido a nada a su creación. Una clase así es seguramente ajena a la nación por sus ociosidad. El orden noble es menos ajenos entre nosotros por sus prerrogativas civiles y públicas. ¿Qué es una nación? Un cuerpo de asociados que viven bajo una ley común y representados por la misma legislatura. ¿No es evidente que la nobleza tiene privilegios, dispensas, incluso derechos separados de los del gran cuerpo de ciudadanos? Por esto mismo sale de la ley común, y por eso sus derechos lo convierten en pueblo aparte dentro de la gran nación. Verdaderamente es un Imperium in imperio. Respecto a sus representantes que no están encargados en absoluto por la preocupación por lo pueblos. El cuerpo de sus diputados se reúne aparte. Pero aun cuando se reuniera en una misma sala con los diputados de los simples ciudadanos, no es menos verdad que su representación es distinta por esencia. Es ajena a la nación por principio, puesto que su misión no emana del pueblo, y por su objeto, puesto que consiste en defender no el interés general, sino el particular. El Estado llano abarca todo lo que pertenece a la nación y todo lo que no es el Estado llano no puede contemplarse como representante de la nación. ¿Qué es el Estado llano? TODO. Señores, ese día que mi corazón esperaba desde hace tiempo ha llegado por fin, y me veo rodeado de los representantes de la nación, la cual me glorifico en comandar. Un largo tiempo ha pasado desde las últimas sesiones de los Estado Generales, y aunque la convocatoria de esta asamblea pareciera haber caído en desuso, no he vacilado en restablecer un uso del que el reino puede sacar una fuerza nueva. La deuda del estado se ha acrecentado más bajo mi reinado, Una guerra costosa pero honorable ha sido la causa de ello: el aumento de los impuestos ha sido la consecuencia necesaria y ha hecho más sensible su desigual reaparición. Una inquietud general, un deseo exagerado de innovaciones se ha apoderado de los espíritus y acabarían por extraviar totalmente las opiniones si no nos apresuramos a fijarlas en una reunión de opiniones sabias y moderadas. Os reunido y veo con sensibilidad que ya ha sido justificada por loas disposiciones que los dos primeros estamentos han mostrado en renunciar a sus privilegios pecuniarios. La esperanza que he depositado en ver a todos los estamentos unidos en sus sentimientos no será traicionada. He ordenado ya recortes considerables en los gastos. Vosotros me presentareis aun ideas que recibiré con atención; pero a pesar del recurso temo, Señores, no poder aliviar a mis súbditos tan prontamente como desearía. Discurso de Luis XVI ante la sesión inaugural del los Estados Generales. 5 de mayo de 17 Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 6 restablecimiento de sus propios Estados Provinciales, en la región del Delfinado los nobles decidieron restablecerlos por su cuenta Ante la rebeldía de la nobleza, Brienne presentó su dimisión y el rey volvió a llamar a Necker, cuya primera medida fue aplazar la reforma, establecer parlamentos s y convocar los Estados Generales (que no se habían reunido desde el XVII) para el 1 de mayo de 1789. Algunos historiadores han calificado de “revolución aristocrática” este periodo de 1787 a 1789. Y en efecto durante estos años de crisis y enfrentamiento con los parlamentos, el protagonismo corrió a cargo de los magistrados y de la nobleza, que defendían los derechos parlamentarios frente al absolutismo. Pero, en la práctica, el restablecimiento de los Estados Generales suponía volver a 1614, a una asamblea de carácter feudal, y donde seguía manteniendo la vieja formula de un voto por estamento, con lo que el número de diputados por estamento carecía de importancia, ya que la votación final siempre sumaba dos votos (nobleza y clero) frente a uno del Tercer Estado. A pesar de todo, la convocatoria de los Estados Generales, significaba en aquel momento que la monarquía dejaba de ser absoluta. Era un paso importante, la intervención de la burguesía y la defensa de sus intereses por parte del Tercer Estado hicieron cambiar su sentido 3-3-. Los Estado Generales y la Asamblea Nacional Constituyente. El decreto real convocando los Estados Generales se difundió ampliamente y fue leído en todas las iglesias. La campaña electoral desempeñó un papel importante en la formación de la opinión general y en la reflexión sobre los diversos problemas que padecía la sociedad francesa. Cada Estamento confeccionaba unos “cuadernos de quejas”. Los nobles y el alto clero insistían en la necesidad de conservar la sociedad tradicional, dividida en estamentos, o defendían el fortalecimiento del parlamento frente al absolutismo real. La burguesía por el contrario, exigía en sus cuadernos la eliminación de los privilegios estamentales y de casta, así como la libertad del comercio y de la industria y, La Asamblea Nacional, considerando que, puesto sobre todo, poder político, para intervenir en la marcha que está llamada a establecer la Constitución del reino, a del Estado. Por sus parte, las peticiones del pueblo llevar a cabo la regeneración del orden público y a contenían abundantes quejas contra el aumento de las mantener los verdaderos principios de la monarquía, nada puede impedirle que continúe sus deliberaciones en cargas feudales, de los impuestos y del alto precio de los cualquier lugar en que se vea obligada a establecerse y arriendos, y también contra la injusticia de los tribunales que, en definitiva, dondequiera que se reúnan sus y la intransigencia de los señores que se apropiaban de miembros, allí está la Asamblea Nacional, propone que sus tierras. Pero a los Estado Generales sólo se todos los miembros de está Asamblea presten en este enviaron los cuadernos de quejas de las momento juramento de solemne de no separarse nunca circunscripciones más importantes; la burguesía urbana y de unirse en el momento en que las circunstancias lo y rural efectuaba antes una selección, eliminando los que exijan hasta que la Constitución del reino esté contenían reivindicaciones populares y campesinas que establecida y cimentada por sólidas bases, y que, afectaban a sus intereses. habiendo prestado juramento, todos los miembros y cada Los Estados Generales se reunieron en uno de ellos en particular, confirmarán por escrito con Versalles el 5 de mayo de 1789. El número de diputados su firma esta resolución inquebrantable. sumaba el millar, 250 de la nobleza, 250 del clero y 500 Juramento del Juego de Pelota, 20 de junio de 1789 del Tercer Estado, todos ellos miembros de la burguesía financiera y comercial, o bien intelectuales y profesionales cualificados. En la ceremonia de inauguración, el rey pronunció un discurso, insistiendo en la necesidad de contribuir al fisco, se quejó del estado alarmante en que se hallaba el país y de las nuevas ideas imperantes y lanzó advertencias contra las innovaciones. Al día siguiente los nobles y el clero se reunieron por separado para discutir cuestiones de procedimiento y la forma de votación. Por su parte el Tercer Estado insistió desde el principio en que las sesiones fueran conjuntas de los tres estamentos, y que la votación no fuera por orden sino nominal, a lo que se negaron nobleza y clero. Tras varias semanas de negociaciones infructuosas, el Tercer Estado comenzó, por su propia cuenta, a verificar los poderes o credenciales de los diputados de los tres estamentos. Varios representantes de la nobleza y del clero se incorporaron al estamento burgués, que se vio considerablemente aumentado. Cuando terminaron de pasar lista y a propuesta del abate Sieyès, el tercer estamento, se declaró “representante de la nación”, constituyéndose en un asamblea a la que denominaron Asamblea Nacional, declarando que el rey no tenía derecho a vetar sus decisiones. el tercer estado se había erigido en el poder supremo de la nación, término que adquirió un nuevo significado.. Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 7 Tres días más tarde cuando la Asamblea iba a reunirse, encontró cerradas por parte del rey las puertas del recinto donde tenían lugar las sesiones. Los diputados no se detuvieron ante ello; se trasladaron a una estancia próxima (un salón destinado al juego de pelota) y allí pronunciaron el solemne juramento de no abandonar la sala hasta concluir la elaboración de una Constitución para Francia. Ante este desafío el rey decidió tomar medidas enérgicas. Convocó una nueva reunión, y esta vez su discurso tuvo un tono más amenazador: anuló todas las decisiones adoptadas por el Tercer Estado, ordenando la disolución de la Asamblea Nacional y la vuelta al sistema de estamentos. El clero y la nobleza obedecieron al rey y abandonaron la sala, pero los representantes del Tercer Estado, como protesta permanecieron en sus lugares en la más silenciosa indignación. Al ver que la Asamblea Nacional no se disolvía, se reiteró la orden a lo que Mirabeau respondió: “Vaya y diga a su señor que nosotros estamos aquí por la voluntad del pueblo y solo la fuerza de las bayonetas nos puede arrojar de este lugar” La Asamblea Nacional continuó y muchos de los diputados de la nobleza se fueron incorporando a ella, atraídos por la fuerza del Tercer Estado. La nueva Asamblea compuesta por representantes de los tres ordenes decidió por votación definirse como Asamblea Constituyente. La importancia de esta decisión esta fundamental, porque con ello la Asamblea se atribuyó el poder que la hacía superior al monarca: redactar una Constitución llamada a regular la organización y distribución de poderes. 3-. LA TOMA DE LA BASTILLA La Asamblea Constituyente (1789-1791) comenzó sus sesiones en un momento de grave situación económica. La crisis de subsistencias, la escasez de alimentos y la subida de precios exacerbaban a las clases populares empujándolas a movilizarse. El rey aparentaba transigir con la existencia de la Asamblea, pero en realidad había decidido disolverla por medio de la fuerza. Las tropas reales comenzaron avanzar hacia Versalles y París, mientras el pueblo y los diputados seguían con inquietud las medidas del gobierno. El 12 de julio se supo en París que el rey había destituido a Necker, ministro partidario de las reformas. La noticia se consideró como prueba de que se estaba gestando un complot aristocrático y una gran manifestación de protesta se extendió por la calles y plazas de la capital. Hubo enfrentamientos con la tropas reales, pero en poco tiempo el pueblo parisino, armado con picas y piedras, se fue haciendo con el control de los barrios. En la noche del 14 al 15 de julio de 1789 todo París estaba movilizado y expectante. Se temía que las tropas reales asaltaran la capital. Los hombre levantaban barricadas y las mujeres amontonaban piedras en los tejados para arrojarlas a los soldados. Comenzaron a correr rumores de que la Bastilla, la vieja fortaleza medieval que venía siendo utilizada como prisión, se disponía a disparar sus cañones. Una muchedumbre enfurecida se dirigió a la fortaleza, dispuesta a asaltarla. Después de varias horas de sangriento asedio, el comandante de la prisión fue muerto y la guarnición se rindió. La insurrección de París y la toma de la Bastilla supusieron el comienzo de una insurrección general. Hasta entonces, los múltiples motines y enfrentamientos ocurridos no habían tenido mucha relación entre sí, pero a partir e este momento la mayoría de las ciudades de Francia comenzaron a imitar a la Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata Al oír un gran griterío salimos corriendo de la casa, entonces vi por primera vez los terribles actos de la revolución. La multitud paseaba de forma triunfal las cabezas del gobernador y del comandante de la Bastilla, a los que acababan de decapitar. En el espacio de veinte minutos un puñado de valientes, movidos por su amor a la libertad, tomaron la fortaleza. Samuel Bodditong 8 capital. El temor a un complot aristocrático, que había estado latente desde el principio, se fue extendiendo, hasta constituir lo que se ha llamado el “gran miedo”, que avanzaba poniendo en pie de guerra a la mayoría de los campesinos. A finales de julio, en las ciudades y pueblos se ocupaban los ayuntamientos, se formaban comités permanente y milicias urbanas, que más tarde tomaron el nombre de guarniciones nacionales. En las zonas campesinas, los labriegos asaltaron los castillos, se repartían los pastizales y los bosques de los señores y quemaban los viejos títulos de los derechos feudales sobre la tierra. Desbordado por los acontecimientos, el rey se resistía a dar la orden de una ofensiva militar sobre París, y ordenó la retirada de las tropas. Necker fue restituido y el aristócrata Lafayette, destacado general en la guerra de Independencia americana, recibió el nombramiento de comandante de la Guardia Nacional. 4-. LAS TRANSFORMACIONES DE 1789: 4-1-. Abolición del feudalismo y Declaración de Derechos del Hombre. Mientras los campesinos trataban de destruir por la fuerza el régimen señorial, la Asamblea Constituyente llegaba a la conclusión de que únicamente la abolición oficial de este régimen podía restablecer el orden y la paz en el país. La perplejidad y los intereses enfrentados reinaron en la Asamblea y las discusiones se prolongaban. Finalmente, durante la noche del 4 al 5 de agosto la Asamblea declaró. “El feudalismo queda abolido”. Se suprimieron los privilegios de los nobles y los diezmos de las iglesias. La resistencia de los propietarios a la aplicación de estas medidas y la negativa de los campesinos a pagar la citada contribución, provocó en 1790 una nueva movilización agraria y en muchas provincias hubo insurrecciones y enfrentamientos armados. También en las ciudades desabastecidas de alimentos, la agitación era continua. Para los artesanos y los proletarios la situación empeoraba, porque gran parte de la aristocracia había huido y con ello desaparecieron los encargos de artículos de lujo. Los negocios no prosperaban, aumentándose el paro, bajaban los salarios y la escasez de los alimentos básicos se iba agravando de día en día. Después de la resolución que declaraba abolido el feudalismo, la Asamblea Nacional hizo pública la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, el 26 de agosto de 1789. Este documento fue recibido como base de una filosofía universal que proclamaba los derechos del hombre sin distinciones de tiempo, lugar, raza ni nación. En su texto se exponen los fundamentos de una nueva sociedad y se condena toda la estructura política y social del antiguo Régimen. Los constituyentes fijaron las bases jurídicas que reconocían a cada hombre unos derechos fundamentales: la libertad, la propiedad y la resistencia a la opresión. La declaración tuvo, además una gran trascendencia histórica en el mundo en el que dominaban los regímenes absolutistas. Por todas partes comenzaron a surgir grupos pro-franceses y se produjeron movimientos contra las monarquías y los privilegios feudales. Este contagio de la Revolución produjo la reacción inmediata de las monarquías europeas, y el movimiento contrarrevolucionario se extendió también por todas partes Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 9 DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO. Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los Gobiernos, han decidido exponer, en una declaración, solemne los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre, para que esta declaración, constantemente presente a todos los miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y deberes, para que los actos del poder legislativo y los del poder ejecutivo puedan en cada instante ser comparados con el objeto de toda institución política y sean más representados; para que las reclamaciones de los ciudadanos fundadas desde ahora sobre principios simples e incontestables, tiendan siempre al mantenimiento de la Constitución y a la felicidad de todos. En consecuencia, la Asamblea Nacional reconoce y declara, en presencia y bajo los auspicios del Ser Supremo, los siguientes derechos del hombre y del ciudadano. Artículo 1º-. Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos, las distinciones sólo pueden fundarse en la utilidad común. Artículo 2º-. La meta de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos derechos son: la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. Artículo 3º-. El origen de toda soberanía reside esencialmente en la nación. Ningún órgano ni individuo pueden ejercer autoridad que no emane expresamente de ella. Artículo 4º-. La libertad consiste en poder hacer todo aquello no dañe a otro, por lo tanto el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otro límites que los que aseguren a los demás miembros de la sociedad el disfrute de estos mismos derechos. Estos límites no pueden ser determinados más que por la ley. Artículo 6º-. La ley es la expresión de la voluntad general. Debe ser la misma para todos, tanto si protege como si castiga.. Todos los ciudadanos tienen derecho a contribuir personalmente o por medio de sus representantes a su formación. La ley debe ser idéntica para todos. Siendo todos los ciudadanos iguales antes sus ojos, son igualmente admisibles a todas las dignidades puestos y empleos públicos, según su capacidad, y sin otro distinción que sus virtudes y talentos. Artículo 7º-. Nadie puede ser acusado, arrestado ni detenido más que en los casos determinados por la ley y según las formas por ella prescritas Artículo 9º-. Todo hombre ha de ser tenido por inocente hasta que haya sido declarado culpable. Artículo 10-. Nadie debe ser inquietado por sus opiniones, incluso religiosas, en tanto que su manifestación no altere el orden público establecido por la ley. Artículo 11-. La libre comunicación de pensamientos y de opiniones es de los derechos el más preciado del hombre. Todo ciudadano puede, por tanto, hablar, escribir, imprimir libremente, salvo la responsabilidad que el abuso de esta libertad produzca en los casos determinados por la ley. Artículo 12-. La garantía de los derechos del hombre y del ciudadano necesita una fuerza pública: esta fuerza está instituida para el bien de todo y no para la utilidad particular de aquellos a quienes está confiada. Artículo 15º-. La sociedad tiene el derecho de pedir cuentas a todo agente público de su administración Artículo 16-. La sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada ni la separación de poderes determinada, carece de Constitución. Asamblea Nacional Francesa, agosto 1789 Decreto de la Asamblea Nacional Constituyente del 5 de agosto de 1789. Abolición del sistema feudal. Art. 1º-. La Asamblea Nacional suprime en su totalidad el régimen feudal y decreta que los derechos y los deberes, tanto feudales como censitarios, los que hacen referencia a la mano muerta real o personal y a la servidumbre personal y los que la representan, quedan abolidos sin indemnización, y todos los otros declarados redimibles, y que el precio y la manera como se ha de hacer la redención serán fijados por la Asamblea Nacional. Art. 3º-. El derecho de caza y de coto abierto quedan igualmente abolidos. Art. 4º -. Todas las justicias señoriales son abolidas sin ninguna indemnización. Art 5º-. Los diezmo de cualquier tipo y los censos correspondientes, bajo cualquier denominación con la que se conozcan, quedan abolidos. Art 7-. La venalidad de los oficios de la judicatura y de la municipalidad se suprimen desde este mismo momento. La justicia tiene que ser gratuita. Art. 11º-. Todos los ciudadanos, sin distinción de nacimiento, pueden ser admitidos en todos los trabajos y dignidades eclesiásticas, civiles y militares, y ninguna profesión útil puede producir deshonra. Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 10 4-2-. Las jornadas de octubre de 1789 Durante las sesiones de la Asamblea Constituyente se fueron perfilando diversas tendencia políticas, aunque todavía no estaban estructuradas como partido, en el sentido actual del término. Las divergencias surgieron cuando la Asamblea tuvo que abordar la futura organización del régimen, que debía quedar reflejada en la constitución. Aristócratas y monárquicos estaban a favor de que el rey tuviera derecho a veto y apoyaban un legislativo bicameral y un sistema electoral censitario, siguiendo el modelo inglés. Los llamados patriotas partidarios de la soberanía nacional se oponían a ello, porque temían que la cámara alta restituyera en el poder a la aristocracia y que el rey ejerciera el derecho a veto contra los decretos de abolición del feudalismo. Una vez más el recelo contra la aristocracia tuvo un papel decisivo en el curso de los acontecimientos. El hermano de Luis XVI, el conde Artois, ya había salido de Francia y otros emigrados estaban intentando movilizar a los gobiernos monárquicos de Europa contra la Francia revolucionaria. El 5 de octubre se produjeron tumultos en los mercados de París, provocados por los sectores más afectados por la escasez. Al día siguiente una gran muchedumbre, sobre todo de mujeres se dirigió a Versalles, sitió el palacio real y obligó al rey a trasladarse a París. La revolución estaba evolucionando hacia el radicalismo popular Esta preocupación tuvo como consecuencia ciertas medidas adoptadas por la Asamblea, se aprobó una ley que autorizaba el uso de la fuerza para sofocar las revueltas populares, y se prohibía a los obreros asociarse. Por otro lado a la hora de establecer el procedimiento electoral no todos los franceses recibieron los mismos derechos ni adquirieron la categoría de ciudadanos contemplada en la famosa declaración de derechos. Las El 5de octubre unas cien mujeres me mujeres, cuyo protagonismo fue decisivo a lo largo del proceso, pararon en el puente de Notre Dâme, y me quedaron excluidas de la ciudadanía y del derecho a voto, como los dijeron que tenía que acompañarlas a Versalles menores de veinticinco años, los criados y todos aquellos que para exigir la entrega de pan. Al llegar a careciesen de domicilio. Todos estos constituían la categoría de Versalles vimos a la Guradia Real formada por ciudadanos pasivos. Eran considerados ciudadanos activos todos los tres filas delante del palacio. Le djimos al hombres mayores de veinticinco años que pagasen un impuesto oficial que habíamos ido para pedirle pan al directo equivalente a la remuneración de tres jornadas. La plenitud rey, y cuatro de nosotras fuimos conducidas a de derechos políticos residía en una tercera categoría, constituida su presencia. El rey fue muy amable y nos prometió que tomaría las medidas oportunas. por un número bastante limitado de personas, ya que sólo podían Dejamos al rey, y al día siguiente volvimos a alcanzar la categoría de diputados aquellos con propiedades y París en carruaje posibilidades económicas suficientes para poder pagar los elevados impuestos. Durante el periodo constituyente se aprobaron leyes de gran alcance histórico, que dejaron constancia del espíritu reformista. Las madres, las hijas y las hermanas, Aparte de la constitución aprobada en 1791, se procedió a la representantes de la nación, piden ser reorganización administrativa general, sustituyendo la tradicional constituidas en Asamblea Nacional. fragmentación feudal por una nueva basada en departamentos de Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las extensión más o menos de igual extensión. Se reorganizaron los únicas causas de las desgracias públicas y tribunales y se puso fin a la diferenciación social por estamentos, de la corrupción de los gobiernos, han suprimiéndose todos los títulos nobiliarios, se reformó el sistema de resuelto exponer en una solemne declaración contribuciones fiscales y se aprobaron una serie de leyes que los derechos naturales, inalienables y abolían las trabas existentes tanto para la iniciativa privada como sagrados de la mujer (...)" para la libertad industrial y mercantil Olimpia de Gouges, Derechos de la mujer y de la ciudadana Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 11 4-3-. La Iglesia y la Revolución. En cuanto a la Iglesia, la Asamblea aprobó la llamada Constitución Civil del Clero de 1790, provocando un grave conflicto con el papado que tendrá graves repercusiones en el futuro. En su aspecto económico, el conflicto estuvo relacionado con las necesidades financieras del Estado. Con el fin de conseguir dinero para el Estado los bienes de la Iglesia fueron confiscados y puestos en venta como bienes nacionales. La medida pretendía beneficiar a los campesinos sin tierra, sin embargo, los verdaderos beneficiarios fueron aquellos nobles y burgueses que pudieron comprarlas. En Francia sólo había un banco importante, la Caisse d´Escompte de París. Esta compañía previendo las posibles ganancias adelantó el dinero al Estado. El gobierno, como sistema de reembolsar este préstamo emitió unos billetes llamados Asignados, que estaban respaldados por los bienes de la Iglesia. Con estos billetes, se podían comprar los llamados “bienes nacionales”. El gobierno había previsto que a medida que estos bienes se vendieran los asignados se irían destruyendo. Pero se emitieron sin control y perdieron todo su valor. Ello contribuyó a que empezase a circular una moneda con muy poco valor que se aceptaba ni dentro ni fuera del país. El conflicto entre la Iglesia y la Revolución se debía a cuestiones relacionadas con las delimitaciones del poder civil y el eclesiástico. Los miembros de la Asamblea consideraban que la Iglesia era una autoridad publica y por lo tanto subordinada al poder del soberano (galicanismo). Los diputados votaron la Constitución Civil del Clero, por lo cual este pasaba a forma parte de un cuerpo de funcionarios, cuyos miembros serían designados por la asamblea de electores. Se exigió a todos los elementos del clero el juramento de fidelidad a la nación y a la nueva ley, pero ellos objetaron que debían primero fidelidad al Papa y a los obispos. Se solicitó la mediación del Vaticano, pero el Papa no sólo consideró la Constitución Civil del Clero como atentatoria contra las prerrogativas de la Iglesia, sino que condenó la revolución misma y toda su obra. Este conflicto agudizó las tensiones en el seno de la Asamblea, cuya resolución final fue exigir el juramento de fidelidad a la propia Constitución, incluida la Constitución Civil del Clero. El estamento eclesiástico se dividió en dos bandos, el más numeroso lo constituyeron los que se negaron a prestar juramento, que luego fueron llamados refractarios, y que adoptaron una actitud violentamente antirrevolucionaria. Esta escisión originó la existencia de dos Iglesias en Francia, una clandestina, sostenida por las donaciones voluntarias y los fondos que entraban desde el exterior, y otra oficial protegida y financiada por el Estado. 4-4-. La huida del rey y la tragedia del Campo de Marte. Desde que el rey fuera obligado a trasladarse a París, centró todos sus esfuerzos en intentar salir de Francia para reunirse con los nobles emigrados y solicitar ayuda de los gobiernos europeos para una intervención armada. El 20 de junio de 1791, la familia real logró salir en secreto del palacio de la Tullerias. Durante el trayecto hacia la frontera el rey fue reconocido por varios lugares, sin que nadie se atreviera a denunciarlo. Pero al llegar a Varennes un funcionario de postas detuvo el carruaje, a la voz de alarma acudió la Guardia Nacional, se concentraron campesinos y en medio de un tumulto el rey su familia fueron devueltos a París. El acontecimiento de Varennes causó una profunda impresión en el pueblo. Muchos franceses leales a la Revolución habían creído en las buenas intenciones de Luis XVI y culpaban de las intrigas a los malos ministros, pero la huida disipó las dudas sobre su complicidad con el complot aristocrático. Como consecuencia se produjeron tumultos y manifestaciones contra el rey, que fueron violentamente reprimidos por la Guardia Nacional. Se difundió la versión de que no había intentado huir, sino que había sido raptado por el pueblo. La protesta y la indignación se extendieron por los ambientes políticos de la capital. El 17 de julio de 1791, una gran manifestación se concentró en el Campo de Marte exigiendo su abdicación y su entrega a los tribunales. Un destacamento de la Guarda Nacional, la mando de Lafayette disolvió la manifestación abriendo fuego contra los concentrados y causando un elevado números de muertos y heridos. Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 12 La tragedia del Campo de Marte provocó la división abierta de la Asamblea. El club de los jacobinos sufrió una escisión cuando los parlamentarios de la monarquía constitucional agrupados en torno a Lafayette, formaron el club de los fuldenses. La dirección jacobina la ocuparon los partidarios de la República, bajo el liderazgo de Robespierre y Brisot. La Asamblea constituyente se disolvió el 30 de septiembre de 1791, después de haber concluido la Constitución, que fue firmada por el rey. Con ella se instauraba una monarquía constitucional, en la que la nueva Asamblea legislativa unicameral tendría que afrontar todavía la resistencia de Luis XVI, que no aceptaba el nuevo orden revolucionario 5-. EL REY Y LA ASAMBLEA LEGISLATIVA. Antes de la disolución de la Asamblea Constituyente se había acordado que ninguno de sus miembros podría formar parte de la nueva Asamblea Legislativa. Los diputados elegidos, todo ellos ciudadanos activos, eran más jóvenes y formaban una asamblea más revolucionaria, con muy escasos representantes de la derecha aristocrática. La derecha se constituía ahora por los fuldenses . La izquierda la representaban los diputados jacobinos. en cuyo club se decidía la actitud que habían de tomar sus afiliados. Muchos de ellos habían sido elegidos por el departamento de la Gironda, de ahí el nombre de Girondinos. Los llamados demócratas, el sector más radical de los jacobinos, ejercían su influencia a través de su líder Robespierre, aunque no era diputado por haberlo sido en la constituyente. Ante esta nueva situación el rey manifestó una actitud hostil, que se acentuó a medida que la asamblea fue tomando medidas más radicales: confiscación de bienes, severos castigos a los contrarrevolucionarios y privación de sus sueldos a los sacerdotes que no juraran la constitución. Luis XVI haciendo uso de sus prerrogativa vetó estas y otras medidas y dirigió sus esfuerzos a intensificar sus contactos internacionales. la presión de los sectores más radicales se acentuó en la Asamblea, las divergencias crecían y el rey decidió formar un nuevo gobierno girondino. Durante la primavera de 1792 la carestía de alimentos hizo aumentar los desórdenes en las ciudades, se exigían el establecimiento de precios fijos para los cereales y los más radicales pedían la pena de muerte para los acaparadores. Se acrecentaba el movimiento campesino reclamando tierra, mientras se extendía la amenaza de guerra. Entre los monarcas de otros países europeos se creo una fuerte corriente de opinión favorable a Luis XVI, basada en el miedo a que el fervor revolucionario fuese algo contagioso. En el sentir popular y entre los jacobinos la idea de la guerra como el único medio de salvar a los pueblos de la opresión prendió con fuerza. El rey consideraba que era un buen medio para recabar ayuda de las potencias extranjeras, sobre todo de Prusia y Austria. También los políticos girondinos veían en la guerra una solución a los problemas internos. Si la Constitución no podía funcionar porque el rey paralizaba todas las medidas con su derecho a veto, la guerra forzaría a Luis XVI a actuar lealmente, o de lo contrario sería acusado de alto traición y se le podría someter a juicio. Estos eran los razonamientos de Brisot. Pero los generales políticos, Lafayette, veían en la guerra no sólo el medio de adquirir prestigio, sino el de disponer de un ejército adicto para imponer sus programa. El entusiasmo revolucionario y los ideales patrióticos se fueron extendiendo, confiando en que la guerra permitiría hacer triunfar la revolución contra la tiranía. Robespierre dirá a la Asamblea: “Antes de combatir a la aristocracia más allá de las fronteras hay que destruirla en el interior, quedan aún demasiados contrarrevolucionarios capaces de aprovechar la guerra para aplastar la Revolución”. El ardor y los argumentos de los girondinos se fueron imponiendo en la Asamblea. Sólo Robespierre se resistió, haciendo ver que la guerra beneficiaría a la monarquía y que en todo caso, traería como consecuencia inevitable la dictadura, el debilitamiento de los franceses y la reacción nacional de los pueblos que se pretendían liberar. Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 13 5-1-. La guerra: 20 de abril de 1792. A pesar de los argumentos de Robespierre, la corriente a favor de la guerra se precipitó en los primeros meses de 1792. Pero en realidad ya había sido preparada mucho antes. Tras la humillación que Luis XVI había sufrido al ser detenido en Varennes, los representantes de los emigrados franceses se entrevistaron con el emperador de Austria y con el rey de Prusia. El resultado de la reunión fue la declaración de Pillnitz del 27 de agosto de 1791, por la cual ambos monarcas se comprometían a intervenir contra Francia, siempre que las demás potencias europeas unieran sus esfuerzos a los suyos. Pero los gobiernos europeos eran lentos en decidirse. El 20 de abril el rey propuso a la Asamblea la declaración de guerra al rey de Hungría y Bohemia y sólo una pequeña minoría votó en contra. Los partidarios de la guerra pensaban que está sería rápida y decisiva, perro se equivocaron; pronto se produjeron las primeras derrotas y desde 1792 Francia entró en un período de guerras que duró hasta 1815. Los ejércitos franceses, cuyos mandos pertenecían a la nobleza, anidaba la traición y el recelo de los oficiales hacia sus tropas; éstas, a su vez, iban perdiendo la confianza en los mandos, mientras los ejércitos austriacos y prusianos se aproximaban a las fronteras de Francia. La situación empeoró aún más debido a que la reina Maria Antonienta, hermana del emperador de Austria, había informado a los austriacos de los planes militares del ejército francés. La Asamblea endureció su política contra los enemigos de la Revolución y dispuso la formación de batallones de voluntarios para defender la capital y hacer frente a toda alternativa militar de los generales monárquicos. Luis XVI se negó a sancionar tales medidas, a pesar de los razonamientos de Roland haciéndole ver que su veto podría provocar una fuerte reacción entre los franceses, al indicar que el rey se alienaba decididamente al lado de los enemigos de Francia. El monarca, haciendo caso omiso de estos requerimientos, destituyó a Roland y a los ministros girondinos, y los fuldenses volvieron al poder. Ahora estaban decididos, con el apoyo de Lafayette y otros generales, a imponer sus programa a la Asamblea; desplazar a los jacobinos, revisar la Constitución reforzando el papel del rey y poner fin a la guerra por medio de un acuerdo con enemigo. La reacción popular no se hizo esperar. A lo largo de todo el país se fueron formando destacamentos de voluntarios que acudían a la defensa de París. El ardor patriótico y el impulso revolucionario dieron fama a los destacamentos armados de Marsella, cuyo himno se convirtió en el emblema nacional. El 3 de julio de 1972, el diputado Vergiaud, denunció la traición del rey y unos días más tarde la Asamblea declaró solemnemente “La patria está en peligro”. La alarma cundió en Francia, se distribuyeron armas a la población civil y los batallones de voluntarios marcharon al frente de batalla. Mientras tanto, el duque de Brunswick, comandante en jefe de los ejércitos prusianos, hizo público un manifiesto en el que amenazaba con la represión más implacable si la familia real sufría algún daño y no se restauraba en el poder a Luis XVI. Seguidamente estos mismos ejércitos junto con las milicias de franceses emigrados, comenzaron la ofensiva contra París. Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 14 5-2-. El derrocamiento de la monarquía. La Marsellesa El manifiesto prusiano confirmó todas las sospechas sobre el acuerdo del rey con sus aliados exteriores. Se organizó entonces un amplio movimiento popular, a través de las secciones o asambleas de barrio, cuyo poder iba a desbordar a la propia Asamblea. En el Ayuntamiento de París se eligió un Comité Municipal Revolucionario, la Comuna, cuyo programa incluía reivindicaciones económicas, derivadas de la carestía de los alimentos, además de una serie de exigencias políticas como la destitución del rey, convocatoria de una nueva Asamblea elegida por sufragio universal y renovación de las administraciones locales y provinciales. Ante estas exigencias los diputados girondinos defendieron la autoridad de la Asamblea, cuya iniciativa política debía mantenerse frente a la presión popular. Las secciones parisienses habían fijado un plazo para que la Asamblea llevara a efecto su programa; si llegado el día fijado no se hubieran puesto de acuerdo, tomarían al asalto las Tullerias. Lo que se llegó a producir, pero el rey se había refugiado en la Asamblea pidiendo auxilio. Tras intensos debates el rey fue despojado de sus funciones y recluido junto a su familia en la Torre del Temple. Derrocada la monarquía y vacante el gobierno, la Asamblea designó un consejo ejecutivo, presidido por Roland y otros ministros girondinos, al que se incorporó un representante de los jacobinos, Danton, como ministro de justicia. Se adoptaron importantes medidas para prevenir la temida reacción de los militares monárquicos, pero las malas noticias de la guerra, con los prusianos próximos a Verdún, hacían cada vez más urgente organizar la defensa interior y exterior. Bajo la presión de la Comuna, el consejo ejecutivo accedió a constituir un tribunal extraordinario para juzgar los crímenes de los contrarrevolucionarios, así como a fortificar la capital y autorizar los registros domiciliarios a los sospechosos. Comenzaron a ejecutarse los decretos contra los sacerdotes refractarios. Poco a poco se instauraba un régimen de excepción que pretendía ser la expresión de “justicia popular”, y que fue el precedente del Gran Terror. En cuanto al curso de la guerra, muchos oficiales aristócratas habían emigrado y el ejército revolucionario empezaba a recuperar la confianza. El 20 de septiembre de 1792 las tropas francesas derrotaron al poderosos ejército prusiano en la batalla de Valmy. Después de la victoria que sirvió sobre todo para elevar la moral, el ejército recuperó la ofensiva y en poco tiempo ocupó Bélgica, Saboya, Maguncia y otras ciudades de la orilla izquierda del Rhin. Marchemos, hijos de la patria, Que ha llegado el día de la gloria El sangriento estandarte de la tiranía Está ya levantado contra nosotros (bis) ¿No oís bramar por las campiñas A esos feroces soldados? Pues vienen a degollar A nuestros hijos y a nuestras esposas Estribillo: ¡A las armas, ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones! Marchemos, marchemos, ¡Que una sangre impura empape nuestros surcos! ¿Qué pretende esa horda de esclavos, de traidores, de reyes conjurados? ¿Para quien son esas innobles trabas, y esas cadenas tiempo ha preparadas? (bis) ¡Para nosotros, franceses ! ¡Oh, qué ultraje ! ¡Ningún arrebato debe ponernos nerviosos! Es a nosotros a quienes pretenden sumir De nuevo en la antigua esclavitud. Estribillo ¡Y qué! ! Sufriremos que esas tropas extranjeras Dicten la ley en nuestros hogares, Y que esas falanges mercenarias Venzan a nuestros valientes guerreros? ¡Gran Dios! ¡Con las manos encadenadas, nuestros frentes sobre el yugo se doblegarían! ¡Los viles déspotas llegarían a ser los maestros del destino! Estribillo ¡Temblad, tiranos, y también vosotros, pérfidos, Oprobio de todos los partidos! ¡Temblad! Vuestros actos parricidas van al fin a recibir su castigo. (bis) Todos son soldados para combatiros Si perecen nuestros héroes, Francia produce otros nuevos siempre dispuestos a luchar contra vosotros. Declaración de Su Alteza el duque regente de Brunswick-Lunebourg, commandante de los ejércitos combinados de Sus majestades el emperador y rey de Prusia, dirigida a los habitantes de Francia. Sus majestades el emperador y rey de Prusia, hánme confiado el mando de sus ejércitos combinados que han dispuesto en las fronteras de Francia, quiero anunciar a los habitantes de este Reino los motivos que han determinado las medidas de los dos soberanos y las intenciones que los guían. (...) poner fin a la anarquía en el interior de Francia, detener los ataques dirigidos contra el trono y el altar, restablecer el poder legal, devolver al Rey (Luis XVI) la seguridad y libertad de la que ha sido privado y ponerlo en condiciones de ejercer la legítima autoridad que le corresponde. Con estos objetivos, yo, el suscrito Comandante en Jefe de los dos ejércitos, declaro: (...) 2º Que (los ejércitos) no pretenden inmiscuirse en absoluto en los asuntos internos de Francia, sólo es su deseo liberarde su cautiverio, al Rey, a la Reina y la familia real y procurar a Su muy cristianaMajestad la seguridad necesaria para que pueda realizar sin peligro y sin obstáculos, las convocatorias que desee y trabajar para asegurar la felicidad de sus súbditos... (...)8° La ciudad de Paris y todos sus habitantes, sin distinción alguna, serán obligados a someterse sin tardanza al Rey,(...) las ya citadas majestades declaran bajo su palabra de honor, como Emperador y Rey, que si el palacio de las Tuillerias es forzado o atacado, que si la mínima violencia se realiza contra el Rey, la Reina o la familia real y que si su seguridad y libertad no son aseguradas de inmediato; la venganza ejemplar que infligirán jamás será olvidada... Por estas razones llamo y exhorto de forma apremiante a que ningún habitante del Reino presente oposición a las movimientos de las tropas bajo mi mando y, por el contrario, les procuren paso libre, les asistan y ayuden con buena voluntad en lo que las circunstancias requieran. _ Dado en el Cuartel General de Coblenza, el 25 de Julio de 1792. Firmado: Carlos Guillermo Federico. Duque de Brunswick-Lunebourg Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 15 6. LA CONVENCIÓN . GIRONDINOS Y MONTAÑESES. La victoria de Valmy coincidió con la apertura de la Convención, nombre que recibió la nueva Asamblea elegida por sufragio universal masculino y cuya principal misión era elaborar una nueva Constitución: la Constitución del Año I (1792). En la primera sesión se pronunció por la abolición de la realeza. Al día siguiente se ordenó que las actas y documentos se fecharan con la indicación de año I de la República Francesa. Menos unanimidad hubo en la Asamblea a la hora de decidir su carácter centralista y unitario. Los girondinos sentían una fuerte hostilidad contra el centralismo ejercido por París y contra la preponderancia de la Comuna. Las administraciones departamentales, que habían sido renovadas por sufragio universal se mostraban favorables a la descentralización. Finalmente la Convención definió la República como “una e indivisible” y para reforzar esta fórmula se estableció la pena de muerte contra aquellos que intentaran romper la unidad de la República. La Convención estaba representada por tres tendencias bien definidas: los jacobinos (llamados ahora montañeses); los girondinos, que eran la mayoría; entre unos y otros había un grupo de diputados, la llanura o el pantano. sin vinculación a ningunos de los anteriores. Al analizar la procedencia social de los dos grandes grupos, algunos historiadores han señalado que no había entre ellos grandes diferencias sociales ni de intereses, ya que procedían de las mismas capas burguesas. Sin embargo la mera procedencia geográfica refleja unos orígenes y unos planteamientos diferentes. Los girondinos procedían de las grandes ciudades portuarias , mientras que los montañeses tenían su origen en París y sus alrededores, estaban menos vinculados al mundo de los negocios y defendían los intereses de la pequeña burguesía y de la clases populares urbanas. Los líderes más conocidos del jacobinismo eran Danton, Marat y Saint-Just. Al margen de la procedencia social, el problema que más les separaba era la concepción misma de la república y su desarrollo. Pera muchos diputados el mayor peligro estaba en la subversión popular, y el retorno al orden constituía para ellos una necesidad perentoria. Para otros lo más importante era la defensa de la Revolución contra el peligro aristocrático en el exterior y en el interior. Pero para los jacobinos la defensa nacional imponía una alianza con el movimiento popular, que obligaba a dar satisfacción a las exigencias sociales de esos sectores y adoptar una política muy alejada del liberalismo económico. Las posturas políticas de la Convención estuvieron condicionadas por la presión de un tercera fuerza que actuaba desde fuera de la propia Asamblea; los sans-culottes, denominación que recibían los sectores populares urbanos, especialmente activos y organizados los de los barrios parisinos. Socialmente lo sains-coluttes representan a los habitantes de las ciudades que vivían de sus trabajo y que sufrían más directamente las dificultades de aprovisionamiento y crisis de subsistencia. No se debe confundir a los sans-coluttes con los indigentes o “ciudadanos desvalidos”. Su programa político tenía como punto de partida la soberanía popular y como aspiración social el principio de la igualdad. su aspecto reflejaba también su origen ya que no vestían el culotte utilizado por las clases acomodadas. De sus filas surgieron grupos más radicales como los enrafès o el grupo liderado por Hèbert, caracterizado por su extremismo anticlerical y cuyas acciones violentas preocuparon seriamente al propio gobierno revolucionario. 6-1-. El proceso de Luis XVI. Uno de los primeros problemas que hubo de afrontar la Convención fue el procesamiento de Luis XVI. Los girondinos habían intentado evitar este proceso que en su opinión conducía a una ruptura demasiado brutal, que podía desembocar en graves disturbios y la reacción de las potencias europeas. Los girondinos casi consiguieron convencer a la Asamblea, pero fue entonces cuando se descubrieron los papeles secretos de Luis XVI, que permitieron acusarle de alta traición y que fuese juzgado por la propia Asamblea. Los girondinos intentaron un último recurso, convocar al pueblo apelando a la tradicional veneración a la autoridad divina del monarca; los montañeses hicieron fracasar esa maniobra, acusando a los primeros de proteger al rey. Tras largos debates ña Convención se pronunció por la culpabilidad del rey y Luis XVI, ahora solamente el ciudadano Luis Capeto, fue guillotinado el 21 de enero de 1793. Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 16 La sublevación de La Vendée. La ejecución de Luis XVI provocó una oleada de estupor en toda Europa y a la coalición contra Francia se sumaron nuevos aliados, España, el reino de Nápoles, los príncipes alemanes y sobre todo Inglaterra, que se sentía amenazada por la anexión francesa de Bélgica. En abril de 1793, el general de los ejércitos del Norte desertó de sus mando y se pasó a los austriacos. El curso de la guerra comenzó a cambiar y los franceses acumulaban derrota tras derrota. Los descalabros bélicos se agravaron al abrirse un frente interno de guerra civil, provocado por la sublevación de La Vendée a comienzos de 1793. El aislamiento de esta región hizo que se mantuviera prácticamente intacto el régimen señorial; los campesinos continuaban vinculados a sus tradicionales formas de vida y a su clero. En este medio la Revolución suponía la destrucción de sus formas de vida ancestrales , impuesta por un poder exterior y ejecutada por la burguesía de las ciudades. El anuncio del reclutamiento forzoso provocó el estallido de la insurrección, que se extendió rápidamente. La contrarrevolución de La Vendée fue en sus origen antiburguesa. Las connotaciones monárquicas, clericales y nobiliarias surgieron posteriormente, a medida que los campesinos fueron siendo incitados por los sacerdotes refractarios, los agentes británicos y los partidos monárquicos del conde de Artois. 6-2-. La caída de los girondinos. Mientras los enemigos de la Revolución se entusiasmaban ante los avances de los ejércitos coaligados, entre las tropas revolucionarias cundían los rumores de que estaban siendo traicionados. Por otro lado, la insurrección de la Vendée y los reveses de la guerra agravaron las tensiones entre girondinos y montañeses, mientras que los sans-coluttes iban adquiriendo cada vez más protagonismo, exigiendo medidas radicales. Los girondinos debilitados políticamente en la Asamblea, intentaron tomar la ofensiva contra la Montaña acusando a sus líderes de incurrir en ilegalidad constitucional y de aspirar a la dictadura su accedían a las demandas de las sanscoluttes. Los argumentos políticos de Robespierre se impusieron y situaron el debate ante el problema de fondo que enfrentaba a ambas tendencias. Los girondinos iban perdiendo su hegemonía en la Convención, pero seguían controlando los municipios de las grandes ciudades; esta influencia les llevó a recuperar sus iniciativa en la Asamblea, dirigiendo sus ataques contra la Comuna de París. Las secciones parisinas respondieron violentamente, reclamando la depuración inmediata de la Asamblea; los diputados girondinos, sobre todo aquellos que intentaron salvar al rey, debían ser expulsados. El 2 de junio de 1793, una gran manifestación se dirigió a la convención y tras un intenso debate bajo el control de las milicias urbanas, fueron arrestados 29 diputados girondinos. Esta jornada puso en evidencia la creciente influencia de los sans-coluttes que parecían controlar la Asamblea a través de los montañeses. Por primera vez una insurrección popular desplazaba del poder a un partido, pero los propios montañeses experimentaban sentimientos contradictorios, les movía el deseo de imponerse a los girondinos, pero no podían evitar sentirse indignados ante la fuerte coacción que estaba sufriendo la Asamblea; además no dejaba de inquietarles que la dirección de la Revolución pasase a manos de los sans-coluttes. Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 17 7-. LA CONVENCIÓN MONTAÑESA Y EL GOBIERNO REVOLUCIONARIO. Con la caída de los girondinos se hacen con el poder los Jacobinos, o la Montaña, los sectores más radicales del parlamento, con el respaldo de las clases populares urbanas: Este periodo es más exaltado de toda la Revolución, el año II, desde junio de 1793 a julio de 1794 es llamado el Terror, por la radicalidad con la que se aplica el programa jacobino y los numerosas ejecuciones. Es también el periodo de guerra con el resto de Europa coaligada contra la Francia republicana, La Convención sigue siendo la seda de la soberanía nacional, aunque en realidad el poder es ejercido por el Comité de Salvación Pública, formado por una docena de miembros, de los que Robespierre comienza a destacar y a acaparar una creciente influencia; el Comité concentra en la práctica todos los poderes del estado, centralizando la administración, gestiona la guerra, controla la economía y la seguridad del Estado através del Comite de Seguridad Nacional, que señala a los sospechosos de contrarrevolucionarios y les conduce a la guillotina. Las ejecuciones masivas comenzaron en otoño de 1793, se persigue a todo sospechoso, sobre todo a los exilados, al clero refractario, a la nobleza, a los partidarios de los girondionos, en una purga completa contra todos los opositores al partido jacobino. En el terreno económico se intentó acabar con los problemas continuos de abastecimiento con la ejecución de los acaparadores y especuladores; se fijó un precio máximo a los productos de primera necesidad, llegando casi a nacionalizar todas la actividades productivas. Se suprime toda confesionalidad católica del Estado. En octubre de 1793 el calendario tradicional es eliminado y se implanta uno nuevo basado en la división racional del año, doce meses de treinta días y cinco días complementarios, los nombres de los meses hacen referencia al ciclo de trabajos agrícolas y a los cambios de las estaciones. En mayo Robespierre intentará reintroducir un principio metafísico al poder, estableciendo el culto al Ser Supremo, una combinación entre culto a las virtudes cívicas y a la naturaleza En lo relacionado con la guerra y la creciente amenaza de los ejércitos europeos, se reorganiza el ejército , decretando la leva en masa, imponiéndose el servicio militar a todos los hombres y la actividad militar se extiende a toda la nación, que se moviliza por completo, lográndose un ejercito de 600.000 hombres, toda la producción se concentra en la fabricación de armamentos y equipación. Ante esta movilización general de toda la sociedad era imposible que las tropas francesas no consiguieran frenar el avance de las tropas realistas. Las victorias se van sucediendo a lo largo del otoño de 1793, acabando también con la sublevación de la Vendée. A comienzos de 1794 el ejército llega ya a los 800.000 hombres. Simultáneamente la tendencia a un poder cada vez más centralizado en el Comité fue creciendo y en la primera de 1794 se desarrolla una segunda oleada del terror que en este caso afecta no sólo a los tradicionales opositores de los jacobinos, sino también a las facciones que había dentro del partido, como los seguidores de Hebert o de Danton. En junio de 1794 un decreto del Comité suspendia todas las La asamblea general de la sección de sansculottes considerando que para todos los ciudadanos existe el deber de poner y proponer las medidas que les parezcan más adecuadas para hacer renacer la abundancia y la tranquilidad pública, acuerda pedir a la Convención que decrete: 1.º Que los anteriormente llamados nobles no puedan ejercer ninguna función militar, ni ocupar ningún empleo público sea cualquiera su naturaleza; que los antiguos parlamentarios, los financieros y los sacerdotes sean destituidos de todas sus funciones administrativas o judiciales. 2.º Que todos los precios de los artículos de primera necesidad sean fijados de acuerdo con los de los años llamados antiguos, comprendidos los de 1789 y 1790 proporcionalmente a sus diferentes cualidades. 3.º Que los precios de las materias primas sean fijados también de manera que los beneficios de la industria, los salarios del trabajo y las ganancias del comercio que estarán reguladas por la ley, permita al hombre industrioso, al cultivador, al comerciante, el procurarse no sólo las cosas indispensables y necesarias a la conservación de su existencia, sino también todo aquello que pueda ayudar a su goce. 4.º Que los agricultores que por cualquier accidente hayan perdido la cosecha sean indemnizados por el erario público. 5º Que se conceda a cada Departamento una suma suficiente para que los precios de los artículos de primera necesidad sean los mismos para todos los individuos que integran la República francesa. 6.º Que las sumas concedidas a los Departamentos han de ser empleadas en hacer desaparecer las diferencias en los precios de los géneros de primera necesidad, motivada por los transportes, en toda la extensión de la República francesa, la cual debe procurar a cada uno de sus hijos las mismas ventajas. 7.º Que los arriendos sean anulados y vueltos al mismo precio en que estaban durante los años comunes que vosotros escogeréis para fijar invariablemente el precio máximo de los artículos y géneros de primera necesidad. 8º Que sea fijado un máximo a las fortunas. 9.º Que cada individuo sólo pueda poseer un máximo. 10. Que nadie puede tener alquiladas más tierras que las que son necesarias para una cantidad determinada de aperos de labor. 11. Que un mismo ciudadano no pueda tener sino un solo taller, una sola tienda. 12. Que todos aquellos que tienen mercancías o tierras a su nombre sean reconocidos como sus propietarios. La sección de los sansculottes piensa que estas medidas llevarían la abundancia y tranquilidad, harían desaparecer poco a poco la demasiada gran desigualdad de las fortunas, y acrecentarían el número de los propietarios. Historia del Mundo Contemporáneo. I.E.S Valle del Ambroz, Manuel Torres Zapata 18 garantías constitucionales, la figura del defensor en los procesos, cualquiera puede ser acusado de enemigo de la República, es la época del Gran Terror, que se desarrolla entre junio y julio, con más ejecuciones que en todos los años anteriores. Después de la muerte de Danton Robespierre fue perdiendo respaldo entre los sans-coluttes, que tenían miedo de su propio dirigente, las victorias militare alejan el fantasma de la contrarrevolución, los conservadores intentan acabar con esa situación. Finalmente el 9 de Termidor del año II (27 de julio de 1794) se produce la destitución de Robespierre como presidente del Comité de Salvación, su juicio y su ejecución. La reacción termidoriana estuvo protagonizada por los grupos burgueses de la Convención, que aunque rechazan los excesos del periodo jacobino, siguen siendo fieles a los principios originarios de la Revolución, los derechos individuales y la necesidad de una constitución escrita. 8-. EL DIRECTORIO. La caída de Robespierre supone un cambio de rumbo en la dirección de la Revolución, el principal problema es la escasa base social del nuevo régimen. La nueva constitución recuperó el sufragio censitario, con un sistema inderecto, se reduce el cuerpo electoral, sólo se puede votar a los “electores”, para lo que se fijan elevadas rentas. Se establece un sistema bicameral, la Camara de los Quinientos y el Consejo de los Ancianos, ambas cámaras eligen al poder ejecutivo, denominado ahora Directorio, formado por cinco miembros para evitar la concentración de poder que se había producido en la época jacobina. EL poder queda en manos de los propietarios El tribunal revolucionario se instituye para castigar a los enemigos importantes, tanto rurales como urbanos. del pueblo. El directorio tendrá enemigos tanto La pena por los delitos, cuyo conocimiento pertenece al tribunal a la derecha como a la izquierda, en París se revolucionario, es la muerte. mantiene el problema de los precios de los El acusado será interrogado en audiencia pública: se suprime, por alimentos y el invierno de 1795 es más duro superflua, la formalidad que precede del interrogatorio secreto. de lo habitual, aumenta el racionamiento de Si existieran pruebas materiales o morales, con independencia de productos básicos. Las protestas y los asaltos la prueba testimonial, no se oirá a los testigos, a menos que esta son cada vez más frecuentes en las grandes formalidad parezca necesaria, bien para descubrir a los cómplices, ciudades, en las que además los sectores bien por otras consideraciones mayores de interés público. sans-culottes están en contra de la deriva A los patriotas calumniados la ley les concede para su defensa jurados de patriotas: no se los concede a los conspiradores.” conservadora que está tomando la República, piden pan y la vuelta a la constitución de la El Terror. Ley de junio de 1794 Convención. El directorio tiene que apoyarse cada vez más en el ejército que comienza ganar un creciente protagonismo, no sólo por sus victorias, sino también porque de él salen nuevos personajes, jóvenes ambiciosos de hacer carrera política, que serán la base del pode que el Directorio no tiene. Las revueltas más importantes fueron las de Pradial (junio) de 1795. y una de las que mas repercusión alcanzó fue la de la “conjuración de los Iguales” liderada por Babeuf en 1796, sus demandas son nuevas y van más allá de la petición de pan, piden un reparto de los bienes y de los medios productivos, adelantándose a las movimientos obreros del siglo XIX. También se produjeron ataques desde los sectores monárquicos, que buscaban la restauración de la monarquía, reforzados con el retorno de los exilados y de parte del clero refractario. El bloqueo político del Directorio era cada vez mayor y las posibilidades de una salida a la situación pasan cada vez más por la intervención militar y por un golpe de estado. La inestabilidad fue creciendo a lo largo de 1797 y de 1798, en esas situación hay un personaje que se va imponiendo cada vez más, el joven general Napoleón Bonaparte, el triunfador de las campañas militares, cuyo ascenso se consagra con el triunfo del golpe de estado del 18 de Brumario del año VIII (9 de noviembre de 1799), que en realidad supondrá el final del ciclo revolucionario y el inicio del periodo napoleónico.