SOCIALISMO FEMINISTA: MÁS QUE UN DISCURSO

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Tensiones en la historia sobre la crítica literaria
Autor: Raúl García Palma
[email protected]
Maestría en Literatura Latinoamericana.
Sociólogo
Unellez-VPDS
01/07/2010
RESUMEN: Desde el texto de David Viñas Piquer, Historia de la crítica literaria, a
través de aproximaciones, se pueden seguir las tensiones en las que se han mantenido
los diversos enfoques establecidos como crítica literaria. Este artículo quiere buscar su
propia voz a partir del texto anterior, como se señala en la Primera Aproximación
(primera parte del análisis), donde surge la pregunta: por qué todo comienza con la
preocupación por la relación literatura-sociedad; en la Segunda Aproximación, se
establece que en la historia de la literatura el texto ha luchado por ser el centro del
análisis literario; la Tercera Aproximación, se centra en la exploración de del libro de
Viñas Piquer y su posibilidad de una teoría de la interpretación eclética en relación a los
métodos, lo que permitió señalar que llegar a la libertad como principio, es algo fecundo
pero inseguro.
Palabras Claves: Crítica literaria, Literatura, Sociedad, Teoría de la
interpretación.
Tensions in the history on the literary critique
ABSTRACT: From David Viñas Piquer's text, History of the literary critique, across
approximations, they can follow the tensions in those who have been kept the diverse
approaches established as literary critique. This article wants to look for his own voice from the
previous text, as it distinguishes itself in the First Approximation (the first part of the test),
where the question arises: why everything begins with the worry for the relation literature company; in the Second Approximation, it is found that in the history of the literature the text
has fought to be the center of the literary analysis; the Third Approximation, it centres on the
exploration of of the book of Viñas Piquer and his possibility of a theory of the interpretation
Eclética in relation to methods, which allowed to indicate that to come to the freedom as
beginning, it is something fecund but insecure.
Key words: literary Critique, Literature, Company, Theory of the interpretation.
INTRODUCCIÓN
La historia de la crítica literaria es un reto que muchos autores sitúan con el
nacimiento de la lingüística y otros en el formalismo ruso. En ambos espacios subsiste
la necesidad de una teoría de la interpretación, en un primer momento del lenguaje y
luego surge el interés por focalizarlo también en la literatura. A partir de estas
construcciones teóricas florecen nociones como lengua y habla, significante y
significado que se van a concretizar con el descubrimiento de una juego bifronte en la
cultura de los seres humanos. Tanto es la insistencia en esas dos caras de los sentidos y
códigos que intentan generar la comunicación, que Lévi-Straus establece desde la
antropología las “oposiciones binarias” en la cultura y así, con tanta fuerza para el
análisis del texto, pasará a formar parte de una técnica cuyo mayor objetivo será ordenar
el texto literario. El reto de ordenar la crítica literaria, entonces es multivariado y con
visos de distintos caminos emergentes, por cuanto a una teoría de la interpretación se le
opone en la crítica literaria una que señala la imposibilidad de la misma, aspecto
negativo en este tipo de historia, que surge del ordenamiento de un centro en el análisis
establecido por formalistas y estructuralistas. El reto de este artículo, será partir del
texto de David Viñas Piquer, Historia de la crítica literaria, a través de aproximaciones
que puedan diseñar una “otra” historia de este tipo de crítica que pueda ofrecer las
limitaciones y ganancias, de los caminos anteriores. En este trabajo analítico se habrá de
partir por buscar la innovación y el alejamiento del texto base y así conformar el propio,
uno que pueda vislumbrar como se señala en la Primera Aproximación, por qué todo
comienza con la preocupación por la relación literatura-sociedad; en la Segunda
Aproximación, se establece que en la historia de la literatura el texto ha luchado por ser
el centro del análisis literario, de igual forma surgirán contendores como el contexto
donde se origina el mismo; en la Tercera Aproximación, ya ha comenzado lo que han
denominado algunos teóricos como la postmodernidad en la literatura, teorías como la
Crítica Femenina y los Estudios Culturales concretizarán la exploración con la
posibilidad de una teoría de la interpretación eclética en relación a los métodos, lo que
permitió señalar que llegar a la libertad como principio, es algo fecundo pero inseguro.
Primera aproximación
La existencia de una teoría de la interpretación del texto literario, tiene una
historiografía donde diferentes etapas consolidan principios como:
a. El texto tiene un sentido que se puede clasificar y por ende ordenar;
b. El sentido posible del texto relaciona a la acción ordenadora con la práctica
científica de concretar el mundo;
c. Los textos cambian según las maneras de ordenar el mundo, es decir según las
diversas teorías de la interpretación;
d. Los textos que cuentan la historia de la teoría de la interpretación parecen
atascados en la imposibilidad de una teoría de la interpretación.
Para producir la historia sobre la crítica literaria, es necesario acudir a lo que este
tipo de ciencia acostumbra, revalorizar el tiempo como flecha lanzada hacia el futuro.
En esa flecha como opción darwiniana, se encontrarán autores, temáticas, tendencias y
conceptos, acompañados de los principios anteriores, en ellos se verifican qué piensan,
cómo revisan y por qué lo hacían y hacen su labor de determinada manera, los
denominados críticos literarios. Éstos últimos en algún momento como se podrá
observar más adelante, se han caracterizado y casi auto-nombrados como científicos por
encima del término de artistas de la crítica. En ese juego entre el bien y el mal, la
posibilidad de una Teoría de la Interpretación ha surgido como en todas las posibles
lecturas de las artes, desde una tensión entre si es dable desmontar el hecho literario o
no. Lo que allí inaugura tal tensión es la subjetividad con la cual podría enunciarse una
afirmación sobre lo real, porque preguntas: ¿en el arte se apunta hacia lo real? y ¿qué
verdades se manejan en el arte? Acompañan las certezas de estar fragmentado y
clasificando lo que se ha hecho con el texto literario, por medio de un hacer historia de
los modelos de interpretación de la literatura.
Éste es el tono descriptivo en que se construyó la Historia de la crítica literaria
(2002) de David Viñas Piquer, en el mismo se encuentra que las argumentaciones entre
la letra a hasta la c de los principios anteriores, se pueden colocar en un macroprincipio: es posible la(s) teoría(s) de la interpretación, la letra d niega esta afirmación.
Un cuadro donde resumir esta potencial teoría queda de esta forma:
Cuadro Nro. 1. Teorías sobre la Interpretación Literaria
Teorías Literarias
Sociológicas de la Literatura
Teorías Marxistas
Estructuralismo
Deconstrucción
Psicoanálisis
Tendencias/Autores
Positivista
Palabras Claves
Georgy Plejanov
Monumentos literarios
Teoría del Reflejo
George Lukács
Civilizaciones problemáticas
Escuela de Frankfurt
Teoría de la Mediación
Decadencia del Aura
Marxismo
Estructuralista
(Lucien Goldmann)
Louis Althusser
Visión de Mundo
Roland Barthes
Jonathan Culler
Jacques Derrida
Paúl de Man
Harold Bloom
Sigmund Freud
Carl Jung
Jacques Lacan
Charles Mauron
Sandra Gilbert y Susan Gubar
Crítica Feminista
Siegfried J. Schmidt
Teoría Empírica
Itamar Even-Zohar
Teoría de los Polisistemas
Dick Hebdidge
Estudios Culturales
Fuente: Autor según David Viñas Piquer (2002).
Autonomía
relativa
del
sistema
Intransividad
Convenciones de la lectura
Huella
La retórica del texto
Odio edípico
Mecanismos de defensa del
inconsciente
Inconsciente colectivo
Fase del espejo
Psicocrítica
Socialización patrialcal
Papeles de actuación
Interferencia
Articulación
En el libro de Piquer, todo apunta a que la manera de leer el texto literario, surge
cuando en el Siglo XIX, se buscó en éste su interpretación de la sociedad. Los
románticos se centraron en los tipos humanos que podían transmitir las grandes
pasiones, pero quien se le va a oponer por su necesidad de denominarse ciencia va ser el
positivismo, que focalizó la relación entre la sociedad y la literatura, asumiendo que esta
última es producto de las emergencias y cambios sociales.
Hegel consideraba que el Espíritu era la única fuerza motriz de
la historia y Taine estaba convencido de que el escritor expresa
verdades históricas y sociales, por eso las obras literarias son
monumentos (homenajes) a la época en que nacieron, lo que significa
que, además de monumentos, son documentos históricos. (Viñas
Piquer, 2002, p. 409).
Ese manejo de la verdad dentro del texto literario, será avasallado por conceptos
como la Teoría de Reflejo (Plejanov) donde la relación entre literatura y sociedad está
determinada por una indagación que realiza el escritor sobre los problemas humanos.
Estos problemas están en forma directa conectados con los medios de producción, si
ellos cambian, el arte también cambia, de allí que la literatura refleje la lucha de clases,
máxima contradicción marxista y que en el texto literario se presentará bajo la literatura
realista.
Dentro de las diferencias que al interior del marxismo se han presentado, está la
de Lukacs contra el concepto “lucha de clases”, para él no sólo la tensión en la sociedad
se da por el aspecto económico sino por la multitud de problemas que convierten al ser
humano, en un preocupado y nervioso individuo frente a la historia. De esa manera
Lukacs escribe la Teoria de la novela, donde describe cómo los escritores van
desenterrando, más allá del problema económico, el que se había hecho superficial
como tema, sus propias formulas para encontrar en lo humano la totalidad de la
dinámica histórica (Viñas Piquer, 2002, p. 422).
Frente a una necesidad, casi urgente, de un único modelo de interpretación
marxista, surge el realismo como única modalidad posible para los escritores, donde
Balzac, Dickens, Gogol, Tolstoi o Dostoievski, son los autores preferidos. Así el
realismo se convertirá en la orientación estética de esta modalidad estético ideológica,
aspecto que tratarán de ser cambiado por otras tendencias marxistas. Surge la Escuela de
Frankfurt, que se erige contra una única mirada sobre el arte, que además señala como
análisis innovador el carácter revolucionario de una vanguardia de las formas. Este
grupo no sólo eran marxistas diferentes, sino psicoanalistas y racionalistas clásicos en
búsqueda de otros objetos de estudios. Por ejemplo la comunicación y el arte fueron las
piedras angulares de muchos de los pensadores adscritos a esta escuela alemana.
A diferencia del marxismo ortodoxo que defendía el realismo como única
tendencia de la literatura, éstos combatían el realismo por detener el progreso del arte y
preferían la vanguardia por revolucionar las formas. La vanguardia protesta según
Teodor Adorno uno de sus mayores participantes, al ser estridente la forma como se
presenta la literatura que parece hermética, es la realidad sublimada que es una manera
de protesta del hombre por una sociedad injusta y burguesa. Es la mediación del arte
sobre la sociedad. Es el escritor que utilizando su técnica se aleja de la sociedad y
reaparece el conocimiento sobre la misma desde las profundidades de ese alejamiento
(Viñas Piquer, 2002, p. 424).
Ahora a la técnica de los escritores y artistas, se le agrega 1a técnica
reproductiva que aleja lo que tiene la obra como autentica por ser la primera e única, a
esta autenticidad la denomina Benjamin “el aura”, él la atribuye a condicionamientos
del contexto humano: “…la manera en que los sentidos perciben está determinada por
condiciones históricas, y no por condiciones naturales” (Viñas Piquer, 2002, p. 427). Se
inicia con la Escuela de Francfurt, el estudio que la reproducción en masa acarrea para
el arte, como son las necesidades estéticas de grandes poblaciones que ahora acceden a
ella y que reconceptualizan “lo artístico”, trascendiéndolo desde su horizonte sólo para
los que pueden tenerlo, al de a partir de la técnica reproductiva con el lema “para ser
usado” por las masas.
El marxismo y la literatura tendrán otro acercamiento a través del
estructuralismo, del cual uno de sus representantes será Lucien Goldmann. Para él los
monumento como lo pensaban los positivistas, no existen, lo que si va a requerir su
carácter de investigador será demostrar el por qué en lo que escribe un novelista o
narrador está ala clase social a donde éste pertenece. Su indagación determina un
renacer del interés por lo biográfico del autor del texto, aspecto que ya había sido dejado
de lado por el estructuralismo como se verá más adelante. Con el término “visión de
mundo de Dilthey, él proclama que a quien refleja el autor en su obra, no es su contexto
histórico sino a la visión de mundo de la clase social a la que éste pertenece. Lo
grandioso o lo innovador dentro del texto literario no es lo que hace el autor como
individuo que lo podría catalogar como genio, sino un concepto clave en Goldmann,
denominado estructura mental transindividual (Viñas Piquer, 2002, 430), que es el
centro de llegada de las múltiples perspectivas de las clases y grupos sociales del
contexto donde se desarrolla el escritor y que, cambia a medida que cambia la sociedad.
En este concepto, dentro de la teoría goldmanniana están planteamientos marxistas de
su maestro Lukács. Otro marxista estructuralista es Althurser para el que la sociedad es
una estructura pero sin un centro que lo determiné, así una obra literaria puede
trascender la ideología de su autor, por cuanto no refleja la clase social de donde éste
procede, sino que en permanente conflicto de la funciones dentro de la estructura social
el arte mostrará como es ese debate permanente. Aquella obra que lo haga también
usará determinados mecanismos de ficción para hacerlo y allí estaría su calidad para
innovar, cumpliéndose con estos conceptos la posibilidad de la existencia de supuestos
interpretativos para seguir los descubrimientos en la historia de la literatura.
Segunda aproximación
Como ya se había comenzado a exponer, que dentro de la literatura, así como
existen los principios que determinan que si es posible una Teoría de la Interpretación
de la misma, están los que proclaman la imposibilidad de análisis en ese espacio del
arte. También a partir del Estructuralismo se conocerá una dicotomía en la investigación
literaria, que de alguna forma marcará la crítica literaria, como el espacio donde se
defiende una ciencia de la significación de la palabra. Esta dicotomía no es más que
aquella donde se plantea que la crítica literaria tiene como único camino el texto, es
decir ella se bastará con el mundo que establece el creador como ficción, con sus
conflictos, sus maneras de construirse, acción apoyada sobre voces que tienen el límite
de ese mundo y nunca, porque no tiene tiempo para perder, el crítico literario intentará
analizar los contexto de la obra.
Ésta manera de acercarse al texto literario surge a partir del Estructuralismo que
lo toma de la lingüística de Saussure, éste autor concibió una ciencia de los signos
montado en la dicotomías significado y significante, por el primero de entiende lo que
denota el signo, por el segundo lo connota el mismo y que establece una relación directa
con la manera como lo entiende quien está al frente del mismo como decodificador, así
es elemental que de esta exploración surja una teoría de la comunicación como proceso.
A las dicotomías primero serán conocidas como “oposiciones binarias” donde se
presentará las funciones que cumplen cada uno de los significantes y donde comenzarán
a desarrollar sus significados bajo arbitraje de las relaciones que establecen en el mundo
del texto.
Además de rechazar al sujeto como fuente y unidad del
significado, los estructuralistas muestran su desinterés por el objeto
real, es decir, por el referente denotado por el signo, pues lo único que
de verdad les importa es estudiar la estructura del signo propiamente
dicho. Precisamente decía Barthes que el riesgo esencial del
Estructuralismo era su intransitividad entendida esta característica
como ausencia de relación con el mundo exterior (Piquer, 2002, p. 436
).
Es con el autor francés Roland Barthes que la actividad del crítico literario va a
tener un estatus que lo acercará al creador de la obra, colocándolo a su lado y frente al
mismo objeto de estudio como es el lenguaje. La intransitividad coloca entonces a las
Teorías de la Interpretación, como una, porque sólo aquellas que analizan los signos son
dignas de ser denominadas de esta manera. Entre ella el estructuralismo hace necesario
un manejo del lenguaje por parte del crítico que va a permitir su “despegue” como
creador, de esta forma se van a conseguir metateorías sobre las obras de los otros
escritores que se convertirán en sucesos literarios. En Barthes se inicia con su libro
Crítica y verdad (1972), un manejo del lenguaje como descifrador de sus propios
secretos, este segundo lenguaje tendrá para Barthes muchas de las categorías y técnicas
de la lingüística, donde se buscará la relación entre los signos y signos. En ese juego de
espejos puede surgir o deberá surgir un manejo de la lengua como se puede observar en
el siguiente llamado del escritor:
El texto que usted me escribe debe probarme que me desea.
Esa prueba existe: es la escritura. La escritura de esto: la ciencia de los
goces del lenguaje: su kamasutra (de esta ciencia no hay más que un
tratado: la escritura misma) (Barthes, 2001, p. 14).
Esta manera de cierre del texto sobre el mismo, hará exclamar como ley al
escritor francés que el autor ha muerto, aunque la misma literatura le es infiel porque ya
Borges lo había decretado desde un cuento (Rodríguez Fernández, 2005, pp. 103-112),
que para la literatura el autor no interesa, ironizando por completo a la sociología de
literatura en sus versiones positivista y marxista.
Si el anuncio de que el autor ha muerto surge en el estructuralismo, éste todavía
va a tener una afirmación mucho más fuerte que la anterior, ambas se convertirán en
principios epistemológicos de la crítica literaria. Esos cortes o rupturas entre el texto y
su contexto, surgen de la idea de perfección metodológica que viene de los formalistas
rusos, pasando por el estructuralismo antropológico de Lévi-Straus y que Goldmann,
ahora caracterizará como el alejamiento del signo de su referente y se convertirá en
aspecto histórico del proceso literario y es: la muerte de la literatura, que surge al
comparar al signo con lo que denota el signo, por cuanto éste, al cambiar la historia, la
cultura donde el escritor lo originó no le va decir lo mismo. El signo de esta forma se
deberá defender solo, esa defensa por otra parte no va a depender del cómo fue erigido:
historia de las innovaciones literarias, destreza del escritor en administrarlas,
conocimiento de su lugar y limitaciones dentro de la historia de la literatura y del género
donde se establece como escritor, sino dependerá de las pericias del lector de allí que el
estructuralismo se acompañe de una noción formalista como es: el lector ideal.
“En 1975, Jonathan Culler parte para sus estudios sobre La poética
estructuralistas de la distinción de Chomsky entre competencia y actuación y no de la
de Saussure entre lengua y habla” (Piquer, 2002, p. 445). Todo lector tiene una manera
intuitiva de comportarse dentro de su lengua, es un comportamiento que le permite
aprender las normas de su lengua y aplicarlas en su habla sin necesidad de reflexión
permanente. Lo que distingue a un lector ideal de otro que no lo sea, es su precisión de
análisis y eso lo da el conocimiento (competencia cultural). Para que un lector pueda
analizar un texto sin ingenuidad, es decir producir un planteamiento exacto de lo
sucedido en el texto requiere de conocer otros textos que le hablen sobre lo que está
encontrando, allí surge otro concepto como es el de intertextualidad. Éste ya lo había
trabajado Bajtin el formalista ruso que integra al marxismo a su posición teórica.
Para Kristeva (1982) el término de intertextualidad, y
siguiendo a Bajtin, refiere a la existencia de discursos previos como
precondición para el acto de significar. Define a la intertextualidad
como ´todo texto que se construye como un mosaico de citas y es
también la absorción y transformación de otro texto´. De esta forma,
las emisiones son inherentemente intertextuales, es decir, constituidas
por otros textos. La autora plantea la idea de inserción de historia
dentro de un texto. (Burgueno Negrete, 2006, p. 4).
Con Culler el estructuralismo abre otro campo a las Teorías de la Interpretación,
como es el lector donde se situará el análisis del texto, lo que provocará la crisis del
estructuralismo y permitirá el surgimiento de las teorías de la recepción y la semiótica
por cuanto se habrá de enriquecer la pragmática del texto. Esta tercera opción
completaría los siguientes métodos de acercamiento a la literatura:
Cuadro Nro 2. Métodos de acercamiento a la literatura
Teoría de la Interpretación
Del autor y el texto
Solo del texto
Del texto y el lector
Fuente: Autor. 2010.
Mecanismos de análisis
El reflejo
Funciones de los signos
Competencia
Métodos de análisis
El marxismo
El estructuralismo
Teoría de la recepción
En los métodos anteriores, subsiste una característica que los une, aquella que
los defiende como discurso científico y por lo tanto, éste legitima su calidad de teoría
sobre la interpretación del texto literario. Aspecto que un modo de interpretación como
es el deconstruccionismo, que no pretende llegar a ser modelo, convierte en su
oposición más grande.
Jacques Derrida quien es responsable de impulsar esta corriente interpretativa,
va contra cualquier teoría que se denomine totalizadora por creer que puede mantener
una verdad en sus postulados. El deconstruccionismo es desalojar la posible presencia
de un centro, de allí su afán por decir sólo lo que deja la huella de ese centro, que es
inalcanzable, de allí que se intente decir sobre su recorrido.
Para ser objetivos hay que permanecer en un solo sentido, ser
unívocos o monomedia. La lectura, en cambio, exige un acto
sinestésico, multimedia; el estilo de Derrida, que en el fondo no es un
estilo sino una contaminación de estilos, nace de la exigencia de
componer distintas modalidades de lectura. (Chiurazzi, 2008, p. 10).
La huella concepto derridiano, indica que la deconstrucción no pretende ser un
modelo de interpretación, en cambio, el lector al alejarse de la objetividad que pudiera
brindar el estructuralismo, sabe que debe realizar un ejercicio para esa composición de
multívocas lecturas del texto. El lector modelo es aquél que tiene sus sentidos abiertos a
la variedad de significados que cruza la ausencia de lo referencial, de allí que otro autor
de esta tendencia crítica de la literatura, como Paúl de Man señale: la imposibilidad de
la función referencial del lenguaje, en cambio para este autor el lenguaje tiene como
única función la retórica.
Con la utilización de los tropos como principio y fin de la lectura interpretativa,
la retórica se convierte en la revisión constante de sus cambios, para De Man la
imposibilidad de un sentido del texto es total por cuanto los significados cambian en
todo momento. Esa abertura plena de los textos orientará a los deconstruccionistas a
interpretar la poesía donde el tropo es el dueño. Cada poeta maneja a su manera la
producción retórica, de allí el postulado de Harold Bloom, en cuanto a la necesidad de
los poetas de matar al padre poético, es decir a los antecedentes que de alguna forma
han influido en su perfil creativo. Es lo denominado por Bloom como odio edípico
buscando una combinación de los tropos con el psicoanálisis y el misticismo cabalístico.
Tercera aproximación
Así como el marxismo es una teoría que apuesta por la relación autor y el texto,
con un concepto como el reflejo que emite la superestructura donde está la literatura,
hacia la sociedad, el psicoanálisis cuyo máximo mentor es Freud, establece que en el
campo literario en el texto se puede rastrear los mecanismos de defensa del inconsciente
como son: represión, proyección, transferencia y sublimación (Piquer, 2002, p. 542).
Estos se pueden observar en las figuras de la retórica, es decir hay un análisis sintáctico
del texto.
Esto no significa que todas las distinciones y definiciones de
Freud ya estén presentes en un tratado de retórica; pero la naturaleza
de los hechos que describe es rugosamente la misma. En algunos
puntos no llega a la descripción retórica (como el caso del chiste
verbal y las delimitaciones de figuras tales como la paronomasia, la
antanaclasia, la silepsis, etc.); en otros, llega a resultados semejantes
(por ejemplo, la confusión que hace entre hechos copresentes por un
lado, presentes y ausentes por el otro ya está en la incapacidad de los
retóricos para definir con nitidez la diferencia entre figura y tropo).
(Todorov, 1991, p. 380).
Lo siniestro como algo nuevo que regresa, se manifiesta en la literatura diferente
en cuanto se presenta en la neurosis y la psicosis, como una catarsis que realiza el
escritor por una parte, donde éste a través del acto de creación utiliza los mecanismos de
defensa del inconsciente por medio de sus personajes, por el otro es el lector que
enterado de lo que vive se puede detener por ser lectura, proyecta sus miedos y vive los
secretos de sus lecturas preferidas como sanación de sus propios temores, ambos actores
del proceso que involucra la literatura ven así el desplazamiento de su líbido o energía
sexual. Jung heredero de los postulados de Freud, se distancia del mismo por no estar de
acuerdo que la energía que controla a la psique sea la sexual, para él son los símbolos
como generadores de patologías y que a su vez, al ser determinados como carencia
puedan sanar al enfermo mental. Su categoría del inconsciente colectivo también lo
aleja del campo freudiano, por cuanto intenta leer la cultura y sus carencias mentales,
insuficiencias que se van a reflejar en la literatura donde existe un depósito de símbolos
que deben ser interpretados. Otro psicólogo es Lacan que asemeja el lenguaje al proceso
por el que se construye la personalidad humana, con el concepto de la fase del espejo
señala que los niños entre seis y dieciocho meses buscan otro a quien parecerse y lo
convierten en modelo, Lacan explica que lo que andan buscando en el reflejo del otro es
un significado que le hable y lo determine como significante. Dentro del psicoanálisis se
planteó el debate de lo interno/externo del texto, por cuanto tanto Freud como Jung
centralizaron en parte en el autor la fuente de todos los problemas psíquicos presentes
en el texto. En cambio Charles Mauron plantea que es de manera exclusiva en el texto,
esta escuela denominada psicocrítica buscará lo involuntario oculto bajo las acciones
textuales y con ello defenderá una postura objetiva y científica aspecto que niega a las
otras corrientes dentro del psicoanálisis.
Dentro de la literatura la confrontación masculino/femenino comenzó siendo un
derecho que pedían escritoras como Simone de Beauvoir de ser intelectuales y mostrase
en sociedad como tales, este derecho se ha convertido en análisis donde la utilización
del poder desmerita y silencia la acción que tiene la mujer en diversos campos, entre
ellos la literatura. La representación de las desigualdades hombre-mujer, dentro de la
literatura es denominada ginocrítica.
La crítica feminista ha enfatizado el hecho de que la capacidad
de dar sentido, asignar valor, ubicar y determinar, pertenece al "poder"
que se ejerce en el ámbito público masculino, espacio valorado y reconocido por sus funciones, protagonistas y restricciones. El espacio
privado es por lo tanto, asumido como desjerarquizado, sin significación o influencia en los procesos que se escenifican en lo público. A
lo anterior se agrega que la valoración que de lo público y lo privado
se hace y la supremacía que se establece de un espacio en detrimento
del otro, se extiende a los individuos y las individuas que "naturalmente" ocupan cada uno de ellos. (Valdivieso Ide, 2007).
La socialización patriarcal explicada por Gilbert y Gubar ha producido el
sacrificio y la represión de lo femenino, la historia del arte pareciera no realizada por las
mujeres, se cuenta cómo incluso en el Siglo XIX tuvieron que disfrazarse de hombres
para poder crear y proyectar su propio mundo, caracterizado por lo interior, la casa y lo
íntimo. La literatura tiene en la crítica femenina la lectura del contexto para determinar
qué sucede al interior del texto, mientras la sociedad ha sido más represiva con la mujer
los temas femeninos que incluyen a una mujer como heroína o personaje principal son
semi-escondidos. La Ifigenia de Teresa de la Parra, expone el sacrificio de la mujer de
su época para mantenerse alejada de los rumores como control social donde las mujeres
no tenían todas las libertades de ciudadanía. La escritora que es Ifigenia debe rechazar
esa necesidad para poder estar casada, los instrumentos para mostrar esta temática tan
novedosa para su época convirtió a Teresa de la Parra en un ícono de la literatura
femenina latinoamericana. El juego con los espejos donde la protagonista busca su
identidad y la armadura de la novela a través de cartas y diarios como objetos propios
del sexo femenino, que se revelan como poderosos espacios donde está el sufrimiento
de años de la mujer dentro de la sociedad y que en esta narrativa, se convierten en
recursos literarios aportados por Teresa de la Parra contra la socialización patriarcal.
Cuarta aproximación
Con el mismo carácter que la desconstrucción se distancia del estructuralismo
por medio de un rechazo al análisis binario de la sociedad, de la misma manera han
surgido teorías que interpretan a la literatura oponiéndose a la deconstrucción (ver
Cuadro Nro 3) por tener ésta un estilo narcisista de normatizarse dentro del mismo texto
sin mirar a nadie, sino de forma única a él mismo.
Cuadro Nro 3. Distanciamientos entre Métodos de Interpretación en la
Literatura
Teoría/Distanciamientos
Deconstruccionismo
Crítica Femenina
Teoría Empírica de la Literatura
Fuente: Autor. 2010.
Se Distancia del
Estructuralismo
Deconstruccionismo
Deconstruccionismo
Estrategia de distancia
Logocentrismo
Ginocrítica
Sistema
La crítica femenina es una de ellas como se observó en la sección anterior, al
permitir establecer la situación de la mujer cuando escribe en cualquier etapa de la
historia. Con la misma intención opositora se erige la Teoría Empírica de la Literatura,
que se postula como “científica”, lejos de esas interpretaciones deconstruccionistas que
quieren competir con el texto como creación de la palabra y que proclaman, la dificultad
para ser el último análisis sobre la situación del texto como código. En cambio esta
teoría busca situar la literatura por medio del concepto sistema situado en una relación
entre sistemas otros que constituyen lo real. Por esa dificultad de lo múltiple, ellos
señalan que su labor analítica deberá postular la interdisciplinariedad, acción que se
debe reasumir con la objetividad, por lo tanto trabajan con instrumentos que recogen la
información. “Estos métodos se concretan así, en pruebas tipo test, en encuestas tipo
pregunta-respuesta, etc” (Piquer, 2002, p. 563). Como lo ha presentado su máximo
representante Siegfried J. Schmidt, esta objetividad proviene de una indagación sobre
los papeles de actuación que les toca a los actores en ese conjunto de sistemas que
conforman la literatura. Estos papeles de actuación son: la producción, la mediación, la
recepción y la transformación. En el primero están el productor del texto y su
consumidor, tanto el primero como el receptor hacen posible los fenómenos literarios;
en la mediación están lo que hacen la movilización por la cadena de ventas, por cuanto
aquí estaría el marketing impulsados por los editoriales; el transformador en aquel
medio que pasa el comunicado que es la literatura y lo lleva y convierte a otro registro
como por ejemplo el cine. En los sistema literario existen unos principio que explicitan
mucho más el comportamiento tanto del productor como del receptor, ellos son: la
convención estética y la convención de la polivalencia, por el primero se entiende por
que el receptor sostiene la lectura aceptando lo que pasa en ese mundo y es que se da un
pacto de ficcionalidad . La segunda convención establece que existen múltiples
interpretaciones de los textos y todas son válidas, el valor dependerá de la experticia que
tenga el receptor para realizarla. La necesidad de esta teoría de objetividad es
directamente proporcional a la necesidad de aplicabilidad, otro concepto importante en
esta teoría, que busca que lo interpretado sirva para mejorar el contexto y pueda dotar a
la literatura de una propiedad funcional para la sociedad.
Otro marco interpretativo que se edifica contrario al deconstruccionismo,
pugnando su “cientificidad”, es la Teoría de los Polisistemas, cuyo gran representante es
el israelí Itamar Even-Zohar. Para él lo periférico en la literatura es lo que tiene una
importancia secundaria en un momento determinado, como por ejemplo la literatura
infantil, la literatura traducida y la literatura femenina. Existe un centro que tiene un
tensión constante en un movimiento perpetuo donde lo que hoy es centro puede ser
margen luego, a este movimiento lo denomina el crítico israelí transferencia. Los
sistemas de traducción han sido una línea de investigación para esta teoría, por medio de
la noción de interferencia se establece que puede existir un sistema fuente y otro
receptor, que comienza el último a recibir préstamos por carecer de repertorio necesario,
es decir cuando no tiene esta temática desarrollada y se observa que el sistema fuente se
va adueñando y lo que trae como consecuencia cambio en la cultura del otro.
Por último para delimitar el regreso del referente a la literatura se habrá de
exponer a los Estudios Culturales. Se presenta a finales del Siglo XX como alternativa a
la sociología, antropología, la ciencia de la comunicación y a la crítica literaria (Piquer,
2002, p. 571). Esta diversidad que busca llenar los Estudios Culturales en la literatura,
muy cercana al movimiento postmodernista, le hacen tener una apariencia
interdisciplinaria, sin embargo intenta trascender los métodos, de allí su postmodernidad
porque se apega al lema “todo vale” a nivel metodológico, de esta forma puede vincular
al estructuralismo, la semiótica y al psicoanálisis. La articulación que es uno de sus
conceptos importantes, también se observa en sus temáticas, porque intenta vincular
temas diversos como lo sexual, de género y de raza. Por su falta de coherencia
metodológica y sus tópicos que lo alejan por completo de la estructura interna de la
literatura, esta teoría, cuyo mayor impulsor es Dick Hebdidge y con el que se llega al
final de este artículo, es caracterizado como superficial y más sociología que crítica
literaria.
Conclusión
Partiendo del libro de David Viñas Piquer, Historia de la crítica literaria, se
buscó una línea de trabajo propia frente a los procesos propios de la crítica de la
literatura. Declarar o develar diferentes tensiones a lo largo de enunciados que
indagaban, sobre el mantenerse con objetividad frente al hecho literario y un límite,
entre tendencias que buscan un mundo textual que se defienda solo y otras que necesitan
del contexto para poder llevar sentido al texto.
Entre las tendencias está la del marxismo, donde entre sus autores, está Lukacs
quien se erige contra el concepto “lucha de clases”, para él no sólo la tensión se da en la
sociedad por el aspecto económico, sino por la multitud de problemas que convierten al
ser humano, en un preocupado y nervioso individuo frente a la historia. El marxismo y
la literatura tendrán otro acercamiento a través del estructuralismo, del cual uno de sus
representantes será Lucien Goldmann. Para él los monumento como lo pensaban los
positivistas, no existen, lo que si va a requerir su carácter de investigador será demostrar
el por qué en lo que escribe un novelista, está la clase social de donde éste pertenece.
Por otra parte, los acercamientos realizados, permitieron establecer dicotomías
como el descontruccionismo versus el estructuralismo, donde conceptos como la huella
derridiana, indica que la deconstrucción no pretende ser un modelo de interpretación, en
cambio, el lector al alejarse de la objetividad que pudiera brindar el estructuralismo,
sabe que debe realizar un ejercicio de multívocas lecturas sobre el texto.
Por último las teorías que se alejan del deconstruccionismo, instan a reconocer la
cultura, como es el caso: 1) de la crítica femenina, donde la socialización patriarcal
explicada por Gilbert y Gubar ha producido el sacrificio y la represión de lo femenino; 2
) la Teoría Empírica de la Literatura y la de los Polisistemas donde la sociedad se
presenta en una tensión permanente entre el margen y el centro, allí el lenguaje es
mediador; y 4) también en los Estudios Culturales una mezcla de ópticas metodológicas
gana con estridencia el decir sobre la literatura.
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