Tomás Marco - i

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(Negro plancha)
Tomás Marco
Segismundo [Soñar el sueño]
DAVID AZURZA
MANUEL GALIANA
DIRECTOR: JOSÉ LUIS TEMES
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To m á s M a r c o ( * 1 9 4 2 )
Segismundo (Soñar el sueño)
(2003)
Ópera de bolsillo,
e s t r e n a d a e n e l Te a t r o d e l Ta n t í n d e S a n t a n d e r
en la noche del 15 de mayo de 2003, con patrocinio de la
Obra Social y Cultural de Caja Cantabria.
L i b r e t o d e To m á s M a r c o ,
a partir de La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca,
y otros textos de Platón, René Descartes y Alberto Lista.
E s c e n a s e l e c t r ó n i c a s e l a b o r a d a s p o r To m á s M a r c o .
S e g i s m u n d o : D AV I D A Z U R Z A , c o n t r a t e n o r
Actor A (mito de la caverna): Manuel Galiana
Actor B: Helena Dueñas
Actor C: Jorge Merino
Actor D: Guillermo Amaya
Pedro Arriero, sintetizadores
Juan Carlos Felipe, clarinete y clarinete bajo
Ramón Ramos, violoncello
Juan Carlos Pelufo, percusión
Director: JOSÉ LUIS TEMES
4
TOMÁS MARCO
Segismundo (soñar el sueño)
cri
ESCENA 1
1
2
3
4
5
Introducción [4.08]
Mito de la caverna (I) [1.57]
SEGISMUNDO: Nace el ave, y con las galas... [9.27]
C - R E Y: S a b i o Ta l e s , d o c t o E u c l i d e s . . . [ 8 . 3 4 ]
D - C L O TA L D O : F u e , S e ñ o r, d e s t a m a n e r a . . . [ 4 . 0 9 ]
ESCENA 2
6 Mito de la caverna (II) [2.09]
7 SEGISMUNDO: ¡Válgame el cielo, qué veo! [2.32]
8 Intermedio [3.32]
9 C - R E Y: P é s a m e m u c h o q u e , c u a n d o P r í n c i p e . . . [ 2 . 3 2 ]
10 SEGISMUNDO: Pues en eso, ¿qué tengo… [5.27]
1 1 C - R E Y: A q u í l e h a b é i s d e d e j a r. . . [ 2 . 0 0 ]
1
Plant
Grupo
Dir.: J
2
Pourq
Orque
Dir.: J
3
Fanta
Diego
y Mike
Joven
Dir.: J
4
Canci
Grupo
5
Fract
Cuart
ESCENA 3
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
Mito de la caverna (III) [1.32]
SEGISMUNDO: Piadoso Príncipe es... [2.26]
D - C L O TA L D O : ¿ To d o e l d í a t e h a s d e e s t a r. . . [ 3 . 0 0 ]
S E G I S M U N D O : S u e ñ a e l r e y q u e e s r e y. . . [ 2 . 1 7 ]
Intermedio. Guerra [1.35]
SEGISMUNDO: ¿Otra vez queréis que vea... [2.42]
Coronación de Segismundo [3.31]
C - R E Y: D e s c i e n d e a m í , c o n s o l a d o r M o r f e o . . . [ 3 . 2 7 ]
B : C o n t o d o , d e b o c o n s i d e r a r. . . [ 2 . 0 0 ]
SEGISMUNDO: ¡Hipogrifo violento... [2.03]
Todas
[univer
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ESPAÑOL
SEGISMUNDO (SOÑAR EL SUEÑO)
Por Tomás Marco
Desde hace muchos años he pensado que La
vida es sueño encerraba un buen libreto musical. También, que éste podría transformar en
buena medida el formato de la obra original,
podándola de algunos de sus condicionantes
como teatro barroco, pero salvando la gran
fuerza y sonoridad de unos versos extraordinarios. Pese a que en la acción ocurren revoluciones, batallas, etc., la obra es, sin embargo,
un drama intimista en el que, a mi juicio, se
entrecruzan tres elementos: en primer lugar, la
visión de un mundo donde el sueño y la realidad son difícilmente discernibles y que nos previene de la fiabilidad de los sentidos. En segundo, una manera de ver el mundo como un reflejo lejano de su propia realidad, que nos es
inaccesible, conectado, a mi juicio, con el mito
platónico de la caverna. En tercero, un claro
conflicto edipiano entre un padre temeroso de
que el oráculo acierte y sea su hijo quien
acabe con él, y un hijo que guarda los agravios. En la obra hay además otros elementos y
un enredo amoroso, que sólo sirven para dar
variedad y longitud al drama barroco, pero
que si se suprimen no se afecta para nada al
núcleo de la obra.
Mi trabajo no es musicar La vida es sueño, sino
hacer una ópera de bolsillo sobre los principales elementos de la obra, a los que he añadido
textos de Platón, de Descartes –que también
6
ESPAÑOL
especuló con el sueño- y un muy poco conocido poema de Alberto Lista. Hay un personaje
principal, Segismundo, que desarrolla un papel
enteramente cantado, realzando así su pertenencia a una tierra de nadie entre la realidad
y el sueño. La voz escogida es además la de un
contratenor, una voz en cierto modo irreal y
muy conectada con el estilo musical barroco.
Además hay dos actores –eventualmente desdoblados en cuatro, como en esta grabación
discográfica-, que no cantan y que encarnan
diversos personajes; pero que, en lo que respecta al drama original, dan vida a Clotaldo y
al Rey. Y unas propuestas sobre la escenificación, que deben aclarar las direcciones en que
la obra se proyecta.
La obra está contada musicalmente y desarrollada desde la música por un pequeño conjunto instrumental que envuelve a la voz cantada
y que conduce musicalmente la acción cuando
aquélla no actúa. He procurado huír de las
convenciones de la ópera romántica y sí acercarme a algunas del teatro musical barroco y
renacentista, que creo conectan mejor con la
música contemporánea. Por supuesto, no he
pretendido hacer un pastiche neobarroco sino
música mía sugerida por los textos que he escogido, aunque creo que es una música perfectamente accesible dentro del espectáculo para
cualquiera que no esté lastrado por pesados
juicios antiguos o modernos, para espectadores con algo de curiosidad que no necesitan
ser muy conocedores del original, aunque esto
tampoco estorbe. A los muy conocedores
advierto que mi obra acaba con las palabras
con las que se abre la de Calderón. Es un
párrafo sobre el control del cuerpo por la
mente, en maravillosos pero crípticos versos,
que allí declama Rosaura, un personaje que yo
no empleo. Puede tomarse como una ambigüedad, una transformación de Segismundo en
Rosaura, un bucle tras el que todo puede volver
a empezar, o simplemente como un cierre que
me parece muy adecuado.
LA VERSIÓN DISCOGRÁFICA DE SEGISMUNDO
Por José Luis Temes
Pocas obras de la música escénica española
reciente resultarán tan adecuadas al medio discográfico como este Segismundo (soñar el
sueño), de Tomás Marco. El hecho de que el
texto dramático se halle envuelto siempre por la
electroacústica, la inmediatez que da el pequeño conjunto de cámara, de sonoridad intimista,
y la espacialidad que proporciona el libre tratamiento de los sintetizadores -ampliamente
desenvuelto en esta grabación- son los factores
que contribuyen a la fascinación sonora que la
grabación de esta obra nos produce.
Fue por esta razón por la que nada más ponernos a ensayar este nuevo trabajo escénico de
Marco de cara a su estreno en el Teatro de
Caja Cantabria en Santander, tuvimos todos la
sensación de que nos encontrábamos ante una
obra de excelente resultado discográfico e
incluso, yo diría, "radiofónico". Pues cierto tipo
de tratamiento de las escenas sólo actorales
recuerda a las mejores realizaciones que en
otro tiempo se hicieron en todas las radios
europeas de música dramática a través del
audio, sin el elemento visual como apoyo.
Bien es verdad que de cara a la grabación discográfica ha habido que hacer algunas pequeñísimas variantes sobre esta obra, que es eminentemente escénica; siempre, naturalmente,
con la plena conformidad del compositor de la
música y el texto. Para quien conozca la partitura -o haya visto la obra en su puesta en escena- informamos que las mínimas variaciones
que se encontrará ahora son las siguientes:
a. La partitura requiere dos actores para la versión teatral, que se desdoblan en varios personajes que revisten imágenes diferentes. Como
en la versión discográfica no se dispone, obviamente, del recurso de estas imágenes diferentes
para cada intervención, hemos optado por desdoblar en cuatro aquellos dos papeles originales, lo que facilita su comprensión auditiva: así,
dos de los actores (Manuel Galiana y Helena
Dueñas) aparecen sólo en las escenas del mito
de la caverna y en su derivación final a partir
de un texto de Descartes; y otros dos
(Guillermo Amaya y Ricardo Merino) desarrollan los textos calderonianos (más el bellísimo
poema final de Alberto Lista, que Marco encomienda al personaje del Rey).
b. En la versión teatral, la escena del mito de la
caverna (basada en un fragmento de los
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ESPAÑOL
ESPAÑOL
Diálogos, de Platón) aparece tres veces, pero
con un imagen diferente en cada una de ellas;
y además alargada en su texto cada vez sucesiva. Hemos creído que no tendría sentido en
una versión de audio repetir tres veces la
misma escena, por lo que las voces de los actores han sido aquí tratadas electroacústicamente de manera diferente en cada una de ellas –y.
por supuesto, convenientemente prolongadas
en su longitud, según se indica en el original de
Marco-, de manera que resultan, en efecto, la
misma escena, pero con una imagen sonora
diferente.
pensablemente visuales- han sido ligeramente
abreviados en la duración, pues una vez presentado el material sonoro correspondiente, no
tiene sentido en una versión discográfica prolongar ese "paisaje" si el espectador no esta
contemplando su correspondencia escénica.
c. El tratamiento original del sintetizador está
pensado para que pueda ser desarrollado en
escena por un solo ejecutante. Pero la libertad
que Tomás Marco otorga a esta parte puede
desarrollarse más ampliamente cuando no se
tiene el condicionante de la intervención en
vivo, por lo que algunas registraciones han
sido ligeramente superpuestas unas a otras en
estudio. De esta manera, además, se vincula
acústicamente el mundo sonoro del grupo en
vivo al de la música electroacústica. Algo parecido cabe decir de las intervenciones del percusionista, que se han realizado y grabado
pensando abiertamente en una versión audio,
diferenciada de una representación en escena.
DAVID AZURZA
d. Por último, algunos pasajes electroacústicos
que no llevan texto y que están pensados como
"paisaje sonoro" a ciertas acciones teatrales
–como, por ejemplo, la pequeña batalla de la
segunda parte, o la escena del águila, indis8
Salvo estos mínimos detalles, que consideramos más bien sugeridos por el simple sentido
común, el desarrollo de la obra corresponde
exactamente a las previsiones de su puesta en
escena.
Nació en Tolosa (Gipúzcoa) en 1968. Es licenciado en Bellas Artes, en la especialidad de
Restauración. Se inicia en el canto como tenor
dentro del Coro Hodeiertz, de Tolosa, para
pasar después a formarse como contratenor
con Isabel Álvarez, en San Sebastián. Terminó
también los estudios superiores de Canto en el
Real Conservatorio Superior de Madrid, donde
obtuvo el Premio de Honor fin de carrera y el
Premio Extraordinario Lucrecia Arana.
Ha realizado cursos de perfeccionamiento con
Richard Levitt y Joseba Carril, y clases de escena con Mª Jesús Uranga, Maite Agirre y
Enrique Santiago.
Es miembro de los grupos vocales Capilla
Peñaflorida y Conductus Ensemble, especializados en música antigua, y Kea, especializado
en música contemporánea; con ambos ha par-
ticipado en innumerables proyectos y grabaciones de polifonía vocal en ámbitos nacionales e internacionales. También ha colaborado
con otros grupos vocales: La Trulla de Bozes, La
Compañía Musical, Coral de cámara de
Pamplona, Nova Lux ensemble,
Capella
Compostelana, Música Liberata y Antigua
Capilla Hispana.
Estrenó la ópera de cámara Zapatos de mujer,
de Angel Illarramendi, en el papel del doctor.
En 2003 desempeña el papel protagonista en
el estreno mundial y grabación de la obra que
se contiene en este disco: la ópera de bolsillo
Segismundo de Tomás Marco. En 2006 estrena la ópera Dulcinea de Mauricio Sotelo en el
Teatro Real de Madrid, representada luego en
el Teatro Arriaga de Bilbao y Teatro de la
Maestranza de Sevilla. También en 2006 realiza la premiérè escénica de la ópera de
cámara Bonhomet y el cisne, de Eduardo
Pérez Maseda (Teatro La Abadía, Madrid),
con la Orquesta de la Comunidad de Madrid.
En 2007 colabora en el estreno absoluto de
la ópera El viaje a Simorgh, de José Mª
Sánchez Verdú, en el Teatro Real de Madrid.
Es director coral en activo y profesor de técnica vocal. Como compositor su actividad se
ha centrado específicamente en el ámbito
vocal. En Abril de 2004 crea la editorial
“Oihu hau Musika Korala” para difundir su
obra escrita.
JOSE LUIS TEMES
Nació en Madrid en 1956. Estudió principalmente con los profesores Labarra, Sopeña,
Llácer y Martín Porrás. Titulado por el
Conservatorio de su ciudad natal, dirigió entre
1976 y 1980 el Grupo de Percusión de
Madrid, y el Grupo Círculo entre 1983 y 1999.
Ha estado al frente de la práctica totalidad de
las orquestas españolas; también de otras de
diversos países: Filarmónica de Londres,
Gulbenkian de Lisboa, Filarmónica de Poznan,
Radio de Belgrado, etc. En sus veintisiete años
como director, Temes ha dirigido el estreno de
más de 280 obras, entre ellas cuatro óperas y
varios ballets. Ha publicado más de setenta discos, casi siempre con música contemporánea
española, y participado en los principales festivales internacionales de música nueva: Nueva
York, Londres, París, Roma, Milán, Viena,
Zagreb, Lisboa y un largo etcétera.
Ha compaginado siempre su trabajo como
director de orquesta con una amplia labor
como profesor, conferenciante y gestor. Es
autor de numerosos libros y ensayos, entre los
que destacan: Instrumentos de percusión en la
música actual (Digesa, 1979), Apuntes anecdóticos de historia de la música (Línea, 1983), un
extenso Tratado de Solfeo Contemporáneo
(Línea, 1982-1992), una biografía de Anton
Webern (CBA, 1988) y otra sobre José Luis
Turina (OFM, 2006) sí como dos volúmenes
sobre la historia perdida de El Círculo de Bellas
Artes de Madrid (Alianza, 2000/2003).
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ESPAÑOL
ENGLISH
SEGISMUNDO (TO DREAM THE DREAM)
Tomás Marco
I have for many years thought that Life is a
Dream contained a good musical libretto. And
that it might to a substantial extent transform the
format of the original work, pruning some of its
conditioning factors as Baroque theatre, but
preserving the great force and sonority of some
extraordinary verses. Although the action includes revolutions, battles, etc., the work is nonetheless an intimate drama in which, in my judgement, three elements intertwine: in the first
place, a vision of a world in which it is hard to
discern dream and reality, so warning us about
relying on our senses. Secondly, a way of
seeing the world as a remote reflection of its
reality, inaccessible to us and, to my way of
thinking, connected with the Platonic myth of
the cavern. In the third place, a clear Oedipal
conflict between a father fearful of the wisdom
of the oracle and that it will be his son who
finishes him off, and a son who nurtures his
grievances. There are also other elements in the
work, and a tangle of love, which only serve to
give the Baroque drama variety and length but
which, if removed, in no way affect its essence.
It is not my task to set Life is a Dream to music,
but to make a pocket opera dealing with the
main elements of the work, and to which I have
added texts by Plato, Descartes - who also
reflected on dreams - and a very little-known
poem by Alberto Lista. There is a main charac-
10
ter, Segismundo, whose role is entirely sung, to
highlight how he inhabits a no-man’s land between reality and dream. In addition, the chosen voice is that of a countertenor, which is to
some degree unreal, and intimately linked to
Baroque musical style. Moreover there are two
actors - perhaps sometimes playing the role of
four as in this recording - who do not sing and
who represent a variety of characters but who,
in relation to the original drama, give life to
Clotaldo and the King. And some proposals for
the staging, which must explain the directions
in which the piece is projected.
The work is recounted musically and developed
in terms of the music by a small instrumental
ensemble which envelopes the singing voice
and leads musically to the action when the
voice is not in action. I have sought to escape
the conventions of romantic opera and to
approach some of those of baroque and renaissance musical theatre, which I believe connect
better with contemporary music. I have not of
course sought to make a neo-baroque pastiche
but rather music of my own, suggested by the
texts I have chosen, although I do believe that
this music is perfectly accessible as part of the
spectacle for anyone not encumbered by
weighty ancient or modern judgements, for
spectators with a degree of curiosity who need
not be very familiar with the original, although
that is no impediment either. To those who do
know the original well, I warn them that my
work ends with the words which open that of
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ENGLISH
Calderón, in a speech about control of the
body by the mind, using marvellous but cryptic
verses, declaimed there by Rosaura, a character I have not used. This can be seen as an
ambiguity, a transformation of Segismundo into
Rosaura, a loop beyond which all can begin
over again, or simply as an ending that seems
to me most adequate.
ENGLISH
It was however necessary for the recording to
make some minute variations in this work which
is eminently scenic, always of course with the
full approval of the composer of the music and
the text. For those familiar with the score, or
who have seen the work staged, the following
are the minimum variations which will now be
noted:
Few recent Spanish works of music for the stage
prove to be so suited to recording as Tomás
Marco’s Segismundo (soñar el sueño). The fact
that the dramatic text is at all times cloaked in
the electroacoustics, the immediacy provided
by the small chamber ensemble, with its intimate sonority, and the spatiality derived from the
free treatment of the synthesisers - comprehensively deployed here - are factors contributing to
the sonorous fascination which the recording of
this work produces in the listener.
a. The score requires two actors for the theatre
version, who double for several characters bearing different images. Clearly, in a recording,
resort to these differing images for each intervention is not available, so it was decided to
divide those two original roles in four, facilitating their auditory understanding: thus two of
the actors (Manuel Galiana and Helena
Dueñas) appear solely in the scenes dealing
with the myth of the cavern, and its ultimate outcome, based on a text of Descartes; and two
others (Guillermo Amaya and Ricardo Merino)
work Calderon’s text (plus the beautiful final
poem of Alberto Lista, which Marco assigns to
the King).
This was why, as soon as rehearsals of this new
stage work by Marco began, for its premiere in
the Caja Cantabria Theatre in Santander, we
all had the feeling that we were dealing with an
eminently recordable work and even, I would
say, "radiophonic", in the way some approaches to the purely acted scenes recall the finest
productions once made by all the European
radios of dramatic music through audio, without the support of the visual element.
b. In the stage version, the scene of the myth of
the cavern (based on a fragment of Plato’s
Dialogues) occurs three times, but with three different images, and with the text lengthened for
each. It was thought that it would not make
sense to repeat the same scene three times in
an audio version, so that the actors’ voices are
here given a different electroacoustic treatment
on each appearance, suitably extended in
length of course as indicated in the composer’s
THE RECORDED VERSION OF SEGISMUNDO
José Luis Temes
12
original, so effectively producing the same
scene, but with a differing sonorous image.
c. The original treatment of the synthesiser is
conceived so that it can be developed on-stage
by a single performer. However, the freedom
Tomás Marco assigns to this facet can be implemented more fully if the conditioning factor of
live intervention is not present, so that some preset elements were lightly superimposed in the
studio. This also provides an acoustic link between the sonorous world of the live group and
the electroacoustic music. Something similar
can be said of the percussionist’ interventions,
performed and recorded with an audio version
clearly in mind, differentiated from a staged
representation.
d. Finally, some electroacoustic passages without text and which are conceived as a “sonorous landscape" for some theatrical actions e.g. the small battle in the second part, or the
eagle scene, which are essentially visual - have
been slightly shortened: once their sonorous
materials have been presented, it does not
make sense in a recorded version to prolong
this "landscape" if the onlooker is not able to
see the related scene.
Save these minimal details, considered rather
the result of pure common sense, the work develops precisely in line with the criteria for its staging.
DAVID AZURZA
Born in Tolosa (Gipúzcoa) in 1968, David
Azurza holds a Degree in Fine Arts, specialising in Restoration. He began singing as a
tenor in the Hodeiertz Choir in Tolosa, then trained as a countertenor with Isabel Álvarez in
San Sebastián. He also completed his senior
Singing studies in the Royal Senior Singing
Conservatory of Madrid, winning the
Graduation Honours Prize and the Lucrecia
Arana Extraordinary Prize.
David Azurza has taken finishing courses with
Richard Levitt and Joseba Carril, and stage
classes with María Jesús Uranga, Maite Agirre
and Enrique Santiago.
He is a member of the vocal groups Capilla
Peñaflorida and the Conductus Ensemble, specialised in early music, and Kea which specialises in contemporary music, having participated with both in innumerable national and international projects and recordings of vocal
polyphony. He has also collaborated with other
vocal groups: La Trulla de Bozes, La Compañía
Musical, the Pamplona chamber choir, Nova
Lux ensemble, Capella Compostelana, Música
Liberata and Antigua Capilla Hispana.
He premiered the chamber opera Zapatos de
mujer by Angel Illarramendi, in the role of the
doctor. In 2003, he played the lead role in the
world premiere performance and recording of
the work on this disc: Tomás Marco’s pocket
opera Segismundo. In 2006, he premiered the
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ENGLISH
opera Dulcinea by Mauricio Sotelo in the Teatro
Real in Madrid, which was then performed in
the Arriaga Theatre in Bilbao and the
Maestranza Theatre in Seville. Also in 2006,
he performed the stage premiere of the chamber ópera Bonhomet y el cisne by Eduardo
Pérez Maseda (La Abadía Theatre, Madrid),
with the Orchestra of the Community of
Madrid. In 2007, he has collaborated in the
premiere of the opera El viaje a Simorgh by
José María Sánchez Verdú, in the Teatro Real in
Madrid.
David Azurza works as choral conductor and
teaches vocal technique. His composing activity
has concentrated specifically in the vocal field.
In April 2004, he set up the publishing house
“Oihu hau Musika Korala” to make his written
work known.
JOSÉ LUIS TEMES
más de 280 obras, entre ellas cuatro óperas y
varios ballets. Ha grabado más de sesenta discos, casi siempre con música contemporánea
española, y participado en los principales festivales internacionales de música nueva: Nueva
York, Londres, París, Roma, Milán, Viena,
Zagreb, Lisboa y un largo etcétera.
Ha compaginado siempre su trabajo como
director de orquesta con una amplia labor
como profesor, conferenciante y gestor. Es
autor de numerosos libros y ensayos, entre los
que destacan: Instrumentos de percusión en la
música actual (Digesa, 1979), Apuntes anecdóticos de historia de la música (Línea, 1983), un
extenso Tratado de Solfeo Contemporáneo
(Línea, 1982-1992), una biografía de Anton
Webern (CBA, 1988) y otra sobre José Luis
Turina (OFM, 2006) así como dos volúmenes
sobre la historia perdida de El Círculo de Bellas
Artes de Madrid (Alianza, 2000/2003).
Nació en Madrid en 1956. Estudió principalmente con los profesores Labarra, Sopeña,
Llácer y Martín Porrás. Titulado por el
Conservatorio de su ciudad natal, dirigió entre
1976 y 1980 el Grupo de Percusión de
Madrid, y el Grupo Círculo entre 1983 y 1999.
Ha estado al frente de la práctica totalidad de
las orquestas españolas; también de otras de
diversos países: Filarmónica de Londres,
Gulbenkian de Lisboa, Filarmónica de Poznan,
Radio de Belgrado, etc. En sus veintisiete años
como director, Temes ha dirigido el estreno de
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SEGISMUNDO (SOÑAR EL SUEÑO)
El papel de Segismundo está realizado por un contratenor. Hay además dos actores que asumen
diversos papeles, entre ellos los de El Rey y
Clotaldo. No hacen falta más actores pero, si se
desea, se pueden incluir figurantes, mimos etc. [Ya
quedó dicho que en esta versión discográfica, los
papeles dramáticos se han desdoblado en cuatro,
sin alterar el texto original]. La música está compuesta para clarinete, violonchelo, percusión (uno o
dos intérpretes, con amplio instrumental), tecladosintetizador y medios electrónicos pregrabados,
que pueden manejarse desde el sintetizador. Los
instrumentistas pueden integrarse en la escena o
estar fuera de ella. En algunas representaciones, la
parte instrumental podría ir grabada, aunque no es
lo más recomendable. En todo caso, el cantante
debe actuar en vivo.
ESCENA 1
La escena está dividida en tres sectores. A la
izquierda, el antro de Segismundo, que debe ser
más cueva que torre, para ilustrar mejor el mito
de la caverna que se integra en la acción; a la
derecha, el palacio. El espacio del centro puede
reservarse para ilustrar de alguna manera ciertos aspectos de la acción por medio de proyecciones, marionetas, mimos, o lo que el director
de escena invente.
Se ilumina discretamente el sector de la mazmorra. Segismundo duerme y canta entre sueños.
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Entre tanto, C y D, que pueden ir vestidos con
batas de científicos, o con atributos de magos,
pululan a su alrededor, lo miden, lo observan
con aparatos, etc. Esto empieza antes de que él
cante, sigue durante la música introductoria y
acaba antes que el canto.
su infancia, sólo pueden ver los objetos que tienen enfrente. Detrás de ellos, a cierta distancia
y altura, supóngase un fuego cuyo resplandor
los alumbra y un camino escarpado entre el
fuego y los cautivos, y un muro a lo largo de
ese camino.
1 Introducción instrumental
Imagina personas que pasan a lo largo de ese
muro llevando objetos de todas clases, figuras
de hombres y animales, de manera que todo
ello aparezca en sombras sobre el muro. De
entre los portadores, unos se detienen a conversar y otros pasan sin decir nada.
Segismundo: ¡Ay, mísero de mí! ¡Ay, infelice! /
Apurar, cielos, pretendo, / ya que me tratáis
así, / qué delito cometí / contra vosotros
naciendo; / aunque si nací, ya entiendo /
vuestra justicia y rigor, / pues el delito mayor /
del hombre es haber nacido.
B: ¡Extraños prisioneros y cuadro singular!
Sólo quisiera saber, / para apurar mis desvelos / -dejando a una parte, cielos, / el delito
de nacer-, / qué más os pude ofender / para
castigarme más. / ¿No nacieron los demás? /
Pues si los demás nacieron, / ¿qué privilegios
tuvieron / que yo no gocé jamás?
A: Se parecen, sin embargo, a nosotros en
todo punto. No pueden ver otra cosa de sí mismos y de los que están al lado que las sombras
que producen enfrente de ellos en el fondo de
la caverna.
Se adormece. En el centro, los actores A y B
pasean exponiendo el mito de la caverna. Éste
puede ilustrarse con proyecciones, marionetas o
mimos; o ser accionado por los propios actores
con una luz y unos cartones.
Y respecto a los objetos que pasan, ¿pueden
ver otra cosa que las sombras de los mismos?
2 [Mito de la caverna, I]
A: Imagina un antro subterráneo con una abertura en su longitud que dé paso libre a la luz.
En esa caverna, hombres encadenados desde
Si los prisioneros pudieran conversar entre
ellos ¿no darían a las sombras el nombre de las
cosas mismas?
Y si en el fondo de su prisión hubiera un eco
para repetir las palabras de los transeúntes,
¿no imaginarían oír a las sombras mismas que
pasan ante sus ojos?
B: ¡No creerían que pudiese existir otra realidad que esas mismas sombras!
Se ilumina la mazmorra. A y B se marchan.
Segismundo, ya despierto, canta.
3 Segismundo: Nace el ave, y con las galas /
que le dan belleza suma, / apenas es flor de
pluma, / o ramillete con alas, / cuando las etéreas salas / corta con velocidad, / negándose
a la piedad / del nido que deja en calma; /
¿y, teniendo yo más alma, / tengo menos libertad?
Nace el bruto, y con la piel / que dibujan manchas bellas, / apenas signo es de estrellas, / gracias al docto pincel-, / cuando, atrevido y
cruel, / la humana necesidad / le enseña a
tener crueldad, / monstruo de su laberinto; /
¿y yo, con mejor instinto, tengo menos libertad?
Nace el pez, que no respira, / aborto de ovas
y lamas, / y apenas bajel de escamas /
midiendo la inmensidad / de tanta capacidad
/ como le da el centro frío / ¿y yo, con más
albedrío, / tengo menos libertad?
Nace el arroyo, culebra / que entre flores se
desata, / y apenas sierpe de plata, / entre las
flores se quiebra, / cuando, músico, celebra /
de los cielos la piedad / que le dan la majestad / del campo abierto a su huída; / ¿y
teniendo yo más vida, / tengo menos libertad?
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Pequeña pausa instrumental. Van saliendo C y
D, ahora como viajeros.
En llegando a esa pasión, / un volcán, un Etna
hecho, / quisiera sacar del pecho / pedazos
del corazón.
¿Qué ley, justicia o razón / negar a los hombre sabe / privilegio tan suave, / excepción
tan principal, / que Dios le ha dado a un cristal, / a un pez, a un bruto y a un ave?
Queda pensativo. Los actores C y D están frente a
la mazmorra; la rodean sin atreverse a entrar.
C: Rústico yace, entre desnudas peñas, / un
palacio tan breve / que el sol apenas a mirar
se atreve; / con tan rudo artificio / la arquitectura está de su edificio, / que parece, a las
plantas / de tantas rocas y de peñas tantas /
que al sol tocan la lumbre, / peñasco que ha
rodado de la cumbre.
Segismundo: ¡Ay, mísero de mí! ¡Ay infelice!
D: ¿Qué es lo que escucho, cielo? / Inmóvil
bulto soy de fuego y hielo. / Qué triste voz
escucho. / Con nuevas penas y tormentos
lucho.
Segismundo: ¿Quién mis voces ha escuchado?
C: No es sino un triste, ¡ay de mí!, / que en
estas bóvedas frías / oyó tus melancolías.
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(Negro plancha)
Segismundo: Pues la muerte te daré, / porque no sepas que sé / que sabes flaquezas
mías. / Sólo porque me has oído / entre mis
membrudos brazos, / te tengo de hacer
pedazos.
D: Con asombro de mirarte, / con admiración
de oírte, / ni sé qué pueda decirte, / ni qué
pueda preguntarte.
Huyen. Pequeña pausa instrumental.
Segismundo: Cuentan de un sabio que un día
/ tan pobre y mísero estaba, / que sólo se sustentaba / de unas hierbas que comía. /
¿Habrá otro -se decía- / más pobre y triste que
yo? / Y cuando el rostro volvió, / halló la respuesta, viendo / que iba otro sabio cogiendo
/ las hojas que él arrojó.
Oscuro en el lado de Segismundo. Se va iluminando el lado del palacio. El actor C encarnará ahora al Rey, y el actor D a Clotaldo.
Pequeño interludio instrumental. Mientras el
Rey recita los augurios, en el centro puede proyectarse algo relacionado con astrología,
astronomía y espacio en general. También
puede hacerse esto con marionetas, sombras
chinescas, mimos, etc. O ser representado de
algún modo por los dos actores. O una mezcla
de todo ello. El recitado que sigue lleva música
instrumental, aunque habrá otros muchos que
también la lleven.
4 C-Rey: Sabio Tales, docto Euclides, / que entre
signos, que entre estrellas / hoy gobiernas, hoy
resides, / y sus caminos, sus huellas / describes,
tasas y mides, / deja que en humildes lazos, /
deja que en tiernos abrazos, / hiedra de este
tronco sea, / rendido a tus pies me vea.
Ya sabéis que son las ciencias / que más curso
y más estimo / matemáticas sutiles, / por quien
al tiempo le quito, / por quien a la fama rompo
/ la jurisdicción y oficio / de enseñar más cada
día; / pues, cuando en mis tablas miro, / presentes, las novedades / de los venideros siglos,
/ le gano al tiempo las gracias / de contar lo
que yo he dicho. / Esos círculos de nieve, /
esos doseles de vidrio, / que el sol ilumina a
rayos, / que parte la luna a giros; / esos orbes
de diamantes, / esos globos cristalinos / que
las estrellas adornan / y que campean los signos, / son el estudio mayor / de mis años; son
los libros, / donde en papel de diamante, / en
cuadernos de zafiros / escribe con líneas de
oro, / en caracteres distintos, / el cielo nuestros
sucesos, / ya adversos o ya benignos.
Éstos leo tan veloz, / que con mi espíritu sigo /
sus rápidos movimientos / por rumbos y por
caminos. / ¡Pluguiera al cielo, primero / que mi
ingenio hubiera sido / de sus márgenes cimento
y de sus hojas registro; / hubiera sido mi vida /
el primero desperdicio / de sus iras, y que en
ellas / mi tragedia hubiera visto! / porque de los
infelices / aun el mérito es cuchillo; / que a quien
le daña el saber, / homicida es de sí mismo. /
Dígalo yo, aunque mejor / lo dirán sucesos míos,
/ para cuya admiración / otra vez silencio os
pido. (Pequeña pausa instrumental)
En Clorilene, mi esposa, / tuve un infelice hijo
/ en cuyo parto los cielos / se agotaron de prodigios. / Antes que a la luz hermosa / le diese
el sepulcro vivo / de un vientre -porque el
nacer / y el morir son parecidos- / su madre
infinitas veces, / entre ideas y delirios / del
sueño, vió que rompía / sus entrañas, atrevido,
/ un monstruo en forma de hombre; / y entre
sus sangre teñido, / le daba muerte, naciendo,
/ víbora humana del siglo.
Llegó de su parto el día, / y, los presagios cumplidos / -porque tarde o nunca son / mentirosos los impíos-, / nació en horóscopo tal / que
el sol, en su sangre tinto, / entraba sañudamente / con la luna en desafío; / y siendo
valla la tierra, / los dos faroles divinos / a luz
entera luchaban, / ya que no a brazo partido.
/ El mayor, el más horrendo / eclipse que ha
padecido / el sol, después de que con sangre
/ lloró la muerte de Cristo, / éste fue, porque,
anegado / el orbe entre incendios vivos, / presumió que padecía / el último parasismo: / los
cielos se oscurecieron, / temblaron los edificios, / llovieron piedras las nubes, / corrieron
sangre los ríos.
En este mísero, en este / mortal planeta o
signo, / nació Segismundo, dando / de su condición indicios, / pues dio la muerte a su
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madre, / con cuya fiereza dijo: / - Hombre
soy, pues que ya empiezo / a pagar mal beneficios. / Yo, acudiendo a mis estudios, / en
ellos y en todo miro / que Segismundo sería /
el hombre más atrevido, / el príncipe más cruel
/ y el monarca más impío; / por quien su reino
vendría / a ser parcial y diviso, / escuela de
las traiciones, / y academia de los vicios; / y
él, de su furor llevado, / entre asombros y delitos, / había de poner en mí las plantas; y yo,
rendido / a sus pies me había de ver / -¡con
qué congoja lo digo!- / siendo alfombra de sus
plantas / las canas del rostro mío. (Pequeña
pausa instrumental)
Pues dando crédito yo / a los hados que, adivinos, / me pronosticaban daños / en fatales
vaticinios, / determiné de encerrar / la fiera
que había nacido, / por ver si el sabio tenía
en las estrellas dominio. / Publicóse que el
infante / nació muerto y, prevenido, / hice
labrar una torre / entre las peñas y riscos
desos montes, donde apenas / la luz ha hallado camino / por defenderle la entrada / sus
rústicos obeliscos. / Las graves penas y leyes,
/ que con públicos edictos / declararon que
ninguno / entrase a un vedado sitio / del
monte, se ocasionaron / de las causas que os
he dicho. / Allí vive Segismundo, / mísero,
pobre y cautivo, / adonde sólo Clotaldo / le
ha hablado, tratado y visto.
Yo he de ponerle mañana, / sin que él sepa
que es mi hijo, / y rey vuestro, a Segismundo,
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(Negro plancha)
/ que aqueste su nombre ha sido, / en mi
dosel, en mi silla, / y, en fin, en el lugar mío, /
donde os gobierne y os mande, / y donde
todos, rendidos, / la obediencia le juréis;
pues con aquesto consigo / dos cosas con que
respondo / a las otras tres que he dicho:
Es la primera que, siendo / prudente, cuerdo y
benigno, / desmintiendo en todo al hado, /
que de él tantas cosas dijo, / gozaréis el natural / príncipe vuestro, que ha sido / cortesano
de unos montes / y de sus fieras vecino. Es la
segunda que, si él, / soberbio, osado, atrevido
/ y cruel, con rienda suelta / corre el campo
de sus vicios, / habré yo, piadoso, entonces, /
con mi obligación cumplido; / y luego en desposeerle, / haré como rey invicto, / siendo el
volverle a la cárcel / no crueldad, sino castigo.
Esto como Rey os mando; / esto como padre
os pido; / esto como sabio os ruego; / esto
como anciano os digo.
Mientras C-Rey recitaba el texto precedente, DClotaldo ha ido preparando ostensiblemente la
copa con la bebida. Al terminar el recitado, hay
un intermedio instrumental en el que se apaga el
palacio y se enciende la mazamorra. D-Clotaldo
mima una conversación con Segismundo y le da
de beber de la copa. Señala al cielo y debe proyectarse (o hacerse ver de otra manera) la figura de un águila. Segismundo se duerme. C y D
(u otros figurantes) ponen a Segismundo en unas
angarillas y lo transportan a la zona del palacio
donde lo acuestan. Puede ser una camilla con
ruedas o un carricoche fantástico. La escena es
muda, salvo la intervención instrumental.
Durante el recitado que sigue puede mimarse de
nuevo la acción muda que hemos visto, o proyectarse. Puede ser incluso una filmación de la
escena que acaba de suceder.
5 D-Clotaldo: Fue, Señor, desta manera: / con
la apacible bebida / que, de confecciones
llena, / hacer mandaste mezclando / la virtud
de algunas hierbas, / cuyo tirano poder / y
cuya secreta fuerza / así el humano discurso /
priva, roba y enajena, / que deja vivo cadáver
/ a un hombre, y cuya violencia, / adormecido, le quita / los sentidos y potencias... / Es
cierto que de secretos / naturales está llena /
la medicina; y no hay / animal, planta ni piedra / que no tenga calidad / determinada; y,
si llega / a examinar mil venenos / la humana
malicia nuestra / que den la muerte, ¿qué
mucho / que, templada su violencia, / pues
hay venenos que maten, / haya venenos que
aduerman?
Dejando aparte el dudar, / si es posible que
suceda, / pues que ya queda probado / con
razones y evidencias... / con la bebida, en
efeto, / que el opio, la adormidera / y el beleño compusieron, / bajé a la cárcel estrecha /
de Segismundo; con él / hablé un rato de las
letras / humanas que le ha enseñado / la
muda naturaleza de los montes y los cielos, /
en cuya divina escuela / la retórica aprendió /
de las aves y las fieras. / Para levantarle más
/ el espíritu a la empresa / que solicitas, tomé
/ por asumpto la presteza / de un águila caudalosa / que, despreciando la esfera del viento, pasaba a ser, / en las regiones supremas /
del fuego, rayo de pluma / o desasido cometa. / Encarecí el vuelo altivo, / diciendo: «Al
fin eres reina / de las aves, y así, a todas / es
justo que te prefieras».
Viéndole ya enfurecido / con esto, que ha
sido el tema / de su dolor, le brindé / con la
pócima, y apenas / pasó desde el vaso al
pecho / el licor, cuando las fuerzas / rindió al
sueño, discurriendo / por los miembros y las
venas / un sudor frío, de modo / que, a no
saber yo que era / muerte fingida, dudara /
de su vida. En esto llegan / las gentes de
quien tú fías / el valor desta experiencia, / y,
poniéndole en un coche, / hasta tu cuarto le
llevan, / donde prevenida estaba / la majestad y grandeza / que es digna de su persona.
/ Allí en tu cama le acuestan, / donde, al tiempo que el letargo / haya perdido la fuerza, /
como a ti mismo, señor, / le sirvan, que así lo
ordenas.
Y si haberte obedecido / te obliga a que yo
merezca / galardón, sólo te pido / -perdona
mi inadvertencia- / que me digas qué es tu
intento / trayendo desta manera / a
Segismundo a palacio.
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C-Rey: … y así he querido dejar / abierta al
daño esta puerta / del decir que fue soñado /
cuanto vió. Con esto llegan / a examinarse dos
cosas: / su condición, la primera; / pues él
despierto procede / en cuanto imagina y piensa; / y el consuelo, la segunda, / pues, aunque
agora se vea / obedecido, y después / a sus
prisiones se vuelva, / podrá entender que
soñó, / y hará bien cuando lo entienda; / porque en el mundo, Clotaldo, / todos los que
viven sueñan.
Se atenúa la luz, que queda sólo sobre
Segismundo, que duerme. Interludio instrumental.
ESCENA 2
De nuevo A y B escenifican el mito de la caverna. Puede ser exactamente igual que la primera
vez o con variantes notorias, aparte del hecho
de que ahora el relato va un paso más allá.
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(Negro plancha)
Si tuvieran que mirar al fuego, ¿no apartarían
la vista para mirar a las sombras, en las que
pueden fijarse sin esfuerzo? ¿no creerían
encontrar en ellas más claridad y distinción
que en lo que ahora se les muestra? Y cuando
afrontaran la luz del sol, deslumbrados sus ojos
con tanta claridad, ¿podrían ver alguno de
esos objetos que llamamos seres reales?
Decir que sueño es engaño: / bien sé que despierto estoy. / ¿Yo Segismundo no soy? /
¡Dadme, cielos, desengaño! / Decidme: ¿qué
pudo ser / esto que a mi fantasía / sucedió mientras dormía, / que aquí me he llegado a ver?
D-Clotaldo: Con los hombres como yo / no
puede hacerse eso
Pero sea lo que fuere, / ¿quién me mete a discurrir? / ¡Dejadme, quiero servir, / y venga lo
que viniere!
Arroja un muñeco por el balcón, rompe otros...;
la música traduce su furia. Entra C/Rey.
B: ¡Al pronto, no podrían!
A: Primero distinguirían las sombras, después
las imágenes de hombres y objetos sobre la
superficie de las aguas; por último, los objetos
mismos. Podrían más fácilmente mirar al cielo
por la noche a la luz de la luna y las estrellas.
Y, por fin, podrían no sólo ver la imagen del sol
sobre las aguas, o donde se reflejara, sino
fijarse en él y mirarlo donde se encontrara. (Se
van.)
C-Rey: ¿Qué ha sido eso?
8 Intermedio orquestal en el que Segismundo va
descubriendo los objetos, las armas, y tendrá en
sus manos muñecos que representarán hombres.
Aparece D-Clotaldo. Segismundo se abalanza
sobre él.
Segismundo: Traidor fuiste con la ley, / lisonjero con el Rey, / y cruel conmigo fuiste. / Y así
el Rey, la ley y yo, / entre desdichas tan fieras,
/ te condenan a que mueras / a mis manos
D-Clotaldo: ¡Señor...!
7 Se ilumina el palacio y Segismundo despierta.
6 [Mito de la caverna, II]
A: Imagina un antro subterráneo con una abertura en su longitud que dé paso libre a la luz. (…)
Si se desata a los cautivos, se les fuerza levantarse, a volver la cabeza, a mirar del lado de
la luz, harán todo ello con un gran esfuerzo; la
luz herirá sus ojos, y el alucinamiento que les
causará les impedirá distinguir los objetos
cuyas sombras veían antes.
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Segismundo: ¡Válgame el cielo, qué veo! /
¡Válgame el cielo, qué miro!/ ¡Con poco
espanto lo admiro! / ¡Con mucha duda lo
creo!
¿Yo en palacios suntuosos? / ¿Yo entre telas y
brocados? / ¿Yo cercado de criados / tan lucidos y briosos? / ¿Yo despertar de dormir / en
lecho tan excelente? / ¿Yo en medio de tanta
gente / que me sirva de vestir?
Segismundo: ¿No? / ¡Por Dios que lo he de
probar!
Segismundo: No / me estorbe nadie, que es
vana / diligencia; y ¡vive Dios! / que si os
ponéis delante vos, / que os eche por la ventana. / A mí todo eso me causa enfado, / nada
me parece justo / en siendo contra mi gusto.
D-Clotaldo: Pues, Señor, he escuchado / de ti
que en lo justo es bien / obedecer y servir.
Segismundo: ¿También oíste decir / que por un
balcón, a quien / me canse, sabré arrojar?
Segismundo: Nada ha sido: / a un hombre que
me ha cansado /
de ese balcón he arrojado.
C-Rey: ¿Tan presto una vida cuesta / tu venida
el primer día?
Segismundo: Díjome que no podía / hacerse…
y gané la apuesta.
9 C-Rey: Pésame mucho que, cuando / príncipe, a verte he venido, / pensando hallarte
advertido, / de hados y estrellas triunfando, /
con tanto rigor te vea; / y que la primera
acción / que has hecho en esta ocasión, / un
grave homicidio sea.
¿Con qué amor llegar podré / a darte agora
mis brazos, / si de sus soberbios lazos, / que
están enseñados sé / a dar muerte? ¿Quién
llegó / a ver desnudo el puñal / que dio una
herida mortal / que no temiese? ¿Quién vio, /
sangriento, el lugar a donde / a otro hombre
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dieron muerte / que no sienta… que el más
fuerte / a su natural responde.
Yo así, que en tus brazos miro / desta muerte
el instrumento, / y miro el lugar sangriento, / a
tus brazos me retiro; / y, aunque en amorosos
lazos / teñir tu cuello pensé, / sin ellos me volveré, / que tengo miedo a tus brazos.
Segismundo: Sin ellos me podré estar / como
me he estado hasta aquí; / que un padre en
contra de mí / tanto rigor sabe usar, / que con
condición ingrata / de su lado me desvía, /
como a una fiera me cría, / y como a un monstruo me trata, / y mi muerte solicita, / de poca
importancia es / que los brazos no me dé /
cuando el ser de hombre me quita.
C-Rey: / Al cielo y a Dios pluguiera / que a
dártele no llegara; / pues ni tu voz escuchara
/ ni tu atrevimiento viera.
Segismundo: Si no me le hubieras dado, / no
me quejara de ti; / pero, una vez dado, sí, /
por habérmele quitado. / Que, aunque el dar
el acción es / más noble y más singular, / es
mayor bajeza el dar, / para quitarlo después.
C-Rey: ¡Bien me agradeces el verte / de un
humilde y pobre preso, / príncipe ya!
10 Segismundo: Pues en eso, / ¿qué tengo que
agradecerte? / Tirano de mi albedrío, / si viejo
y caduco estás / muriéndote, ¿qué me das? /
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(Negro plancha)
¿dasme más de lo que es mío? / Mi padre eres
y mi Rey; / luego toda esta grandeza / me da
la naturaleza / por derechos de su ley.
nuevo es trasladado en la litera o carricoche, de
vuelta a la mazmorra.
Luego, aunque esté en este estado, / obligado
no te quedo, / y pedirte cuentas puedo / del
tiempo que me has quitado / libertad, vida y
honor; / y así, agradéceme a mí / que yo no
cobre de ti / pues eres mi deudor.
11 C-Rey: Aquí le habéis de dejar, / pues hoy su
soberbia acaba / donde empezó. Como estaba,
/ la cadena vuelvo a atar. / No acabes de despertar, / Segismundo, para verte / perder, trocada la suerte, / siendo tu gloria fingida / una
sombra de la vida / y una llama de la muerte.
¿Que quizá soñando estoy, / aunque despierto me veo? / No sueño, pues toco y creo / lo
que he sido y lo que soy. / Y aunque ahora te
arrepientas, / poco remedio tendrás; / sé
quien soy y no podrás / aunque suspires y sientas, / quitarme el haber nacido / desta corona
heredero. / Y si me viste primero / a las prisiones rendido, / fue porque ignoré quién era;
/ pero ya informado estoy / de quién soy y sé
que soy / un compuesto de hombre y fiera.
A rabia me provocas, / cuando la luz del
desengaño tocas. / Veré, dándote muerte, / si
es sueño o es verdad.
¡Qué pocas veces el hado / que dice desdichas, miente; / pues es tan cierto en los males,
/ cuanto dudoso en los bienes! / ¡Qué buen
astrólogo fuera, / si siempre casos crüeles /
anunciara; pues no hay duda / que ellos fueran verdad siempre!
Música instrumental. D/Clotaldo vuelve a ofrecer
una copa a Segismundo. Bebe y se duerme; de
Segismundo queda dormido. Los otros se van.
Intermedio orquestal, a solo o con proyecciones
oníricas.
ESCENA 3
De nuevo A y B escenifican el mito de la caverna.
En esta ocasión es completo y puede repetirse o
variarse el ritual de las dos veces anteriores.
12 [Mito de la caverna, III]
A: Imagina un antro subterráneo con una abertura
en su longitud que dé paso libre a la luz. (…)
Si uno de esos hombres volviera de nuevo a su
prisión para ocupar su antiguo puesto, en el tránsito de la plena luz a la oscuridad ¿no se encontraría como ciego? Y si, pasado el tiempo, tuviese que discutir con los otros prisioneros sobre las
sombras que ven, ¿no daría lugar a que éstos se
rieran de él diciendo que por haber salido de la
caverna había perdido la vista? (Se van.)
Se va iluminando el lado de Segismundo, que
aún está dormido.
13 Segismundo: Piadoso príncipe es / el que
castiga tiranos. / ¡Muera Clotaldo a mis
manos! / ¡Bese mi padre mis pies! / ¡Salga a
la anchurosa plaza / del gran teatro del
mundo / este valor sin segundo! / Por que mi
venganza cuadre. (Despierta)
Mas, ¡ay de mí! ¿Dónde estoy? / ¿Soy yo por
ventura? ¿Soy / el que, preso y aherrojado, /
llego a verme en tal estado? / ¿No sois mi
sepulcro vos, / torre? Sí. ¡Válgame Dios, / qué
de cosas he soñado!
C-Rey y D-Clotaldo se acercan a la mazmorra,
sin entrar.
C-Rey: La necia curiosidad / de ver lo que
pasa aquí / a Segismundo -¡ay de mí!- / de
este modo me ha traído. / Mírale allí, reducido
/ a su miserable estado. / ¡Ay, príncipe desdichado / y en triste punto nacido! / (a
Clotaldo): Llega a despertarle ya, / que fuerza
y vigor perdió / ese lotos que bebió.
Se marcha C-Rey. D-Clotaldo entra y se acerca a
Segismundo.
14 D-Clotaldo: ¿Todo el día te has de estar / durmiendo? Desde que yo / al águila que voló / con
tarda vista seguí / y te quedaste tú aquí, / ¿nunca
has despertado? (Nueva proyección del águila)
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Segismundo: No. / Ni aún agora he despertado; /que según, Clotaldo, entiendo, / todavía
estoy durmiendo, / y no estoy muy engañado;
/ porque si ha sido soñado / lo que vi palpable y cierto, / lo que veo será incierto; / y no
es mucho que, rendido, / pues veo, estando
dormido, / que sueño estando despierto. (De
nuevo, el águila.)
D-Clotaldo: Como habíamos hablado / de
aquella águila, dormido, / tu sueño imperios
han sido; / mas en sueños fuera bien / entonces honrar a quien / te crió en tantos empeños,
/ Segismundo, que aun en sueños / no se pierde el hacer bien.
Segismundo: Es verdad; pues reprimamos /
esta fiera condición, / esta furia, esta ambición, / por si alguna vez soñamos. / Y así
haremos, pues estamos / en mundo tan singular, / que el vivir sólo es soñar, / y la experiencia me enseña / que el hombre que vive
sueña / lo que es, hasta despertar.
Se va D/Clotaldo. Pequeño intermedio instrumental. Segismundo reflexiona.
15 Segismundo: Sueña el rey que es rey, y vive
/ con este engaño mandando, / disponiendo y
gobernando; / y este aplauso, que recibe /
prestado, en el viento escribe, / y en cenizas le
convierte / la muerte, ¡desdicha fuerte! / ¡Que
hay quien intente reinar / viendo que ha de despertar / en el sueño de la muerte!
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(Negro plancha)
Sueña el rico en su riqueza, / que más cuidados le ofrece; / sueña el pobre que padece /
su miseria y su pobreza; / sueña el que a
medrar empieza; / sueña el que afana y pretende; / sueña el que agravia y ofende; / y en
el mundo, en conclusión, / todos sueñan lo que
son, / aunque ninguno lo entiende. / Yo sueño
que estoy aquí, / destas prisiones cargado, / y
soñé que en otro estado / más lisonjero me vi.
hacerse, / bien como el florido almendro /
que, por madrugar sus flores, / sin aviso y sin
consejo, / al primer soplo se apagan / marchitando y desluciendo / de sus dorados capullos / belleza, luz, y ornamento! / Ya os conozco, ya os conozco, / y sé que os pasa lo
mesmo / con cualquiera que se duerme. / Para
mí no hay fingimiento, / que, desengañado ya,
sé bien que la vida es sueño.
¿Qué es la vida?: un frenesí, / ¿Qué es la
vida?: una ilusión, / una sombra, una ficción;
/ y el mayor bien es pequeño; / que toda la
vida es sueño, / y los sueños, sueños son.
18 Salen los soldados. Segismundo queda con la
corona y, tras una serie de dudas, se corona a sí
mismo mientras se proyectan escenas imperiales.
16 Intermedio instrumental. Guerra. Escenas de
revueltas. Pasan los actores con armas; pueden
combatir. También, proyecciones bélicas. C y D,
esta vez soldados, se acercan a Segismundo con
la corona en la mano.
17 Segismundo: ¿Otra vez queréis que vea /
entre sombras y bosquejos / la majestad y la
pompa / desvanecida del viento? / ¿Otra vez
queréis que toque / el desengaño o el riesgo /
a que el humano poder / nace humilde y vive
atento? / Pues no ha de ser, no ha de ser: /
Miradme otra vez sujeto / a mi fortuna. Y pues
sé que toda la vida es sueño, / idos, sombras
que fingís / hoy a mis sentidos muertos / cuerpo y voz, siendo verdad / que ni tenéis voz ni
cuerpo; / que no quiero majestades / fingidas;
pompas no quiero, / fantásticas ilusiones / que
al soplo menos ligero / del aura han de des-
Segismundo: Luego fue verdad, no sueño; / y
si fue verdad -que es otra / confusión, y no
menor- / ¿cómo mi vida le nombra / sueño?
Pues ¿tan parecidas / a los sueños son las glorias, / que las verdaderas son / tenidas por
mentirosas / y las fingidas por ciertas?
¿Tan poco hay de unas a otras / que hay cuestión
sobre saber / si lo que se ve y se goza / es mentira o es verdad? / ¿Tan semejante es la copia / al
original que hay duda / en saber si es ella propia?
Pues si es así, y ha de verse / desvanecida
entre sombras / la grandeza y el poder, / la
majestad y la pompa, / sepamos aprovechar /
este rato que nos toca, / pues sólo se goza en
ella lo que entre sueños se goza.
19 D-Clotaldo libera a Segismundo, que va al
centro de la escena. Luego ata a C-Rey en la
mazmorra. Segismundo pasa al palacio, donde
queda ensimismado en su poder. D es de nuevo
un científico abstracto, que evalúa todo desde el
centro.
C-Rey: Desciende a mí, consolador Morfeo, /
único dios que imploro, / antes que muera el
esplendor febeo / sobre las playas del adusto
moro. / Si el tiempo del placer para el dichoso / huye en veloz carrera, / une con breve y
plácido reposo / las dichas que ha gozado a
las que espera.
Mas -¡ay!- a un alma del dolor guarida / desciende ya propicio; / cuando me quites de la
odiosa vida, / me quitarás de mi inmortal suplicio.
¿De qué me sirve el súbito alborozo / que a la
aurora resuena, / si al despertar el mundo
para el gozo / sólo despierto yo para la pena?
/ ¿De qué el ave canora, o la verdura / del
prado que florece, / si mis ojos no miran su
hermosura / y el universo para mí enmudece?
/ El ámbar de la vega, el blando ruido / con
que el raudal se lanza, / ¿Qué son, ay, para
el triste que ha perdido, / último bien del hombre, la esperanza?
Corta el hilo de mi acerba desventura, / oh, tú,
sueño piadoso; / que aquellas horas que tu
imperio dura / se iguala al infeliz con el dichoso. / Ignorada de mí yazga mi mente, / y,
muerto mi sentido, / empapa el ramo para
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herir mi frente / en las tranquilas aguas del
olvido.
Ven, termina la mísera querella / de un pecho
acongojado. / ¡Imagen de la muerte! Después
de ella, / eres el bien mayor del desgraciado.
C-Rey se adormece y se hace oscuro en la mazmorra; B sale de sus meditaciones.
20 B: Con todo, debo considerar que soy un
hombre [una persona] y, por tanto, tengo la
costumbre de dormir y de representarme en
sueños las mismas cosas, y a veces cosas aun
menos verosímiles que los mismos locos.
Cuántas veces no me habrá ocurrido soñar
que estaba aquí por la noche, que estaba aquí
mismo, vestido junto al fuego, cuando estaba
en realidad desnudo y en la cama. En ese
momento, estoy seguro de que yo miro este
papel con los ojos de la vigilia, de que esta
cabeza que muevo no está soñolienta, de que
alargo la mano y la siento voluntariamente,
con plena conciencia; lo que acontece en sueños no me resulta tan claro y distinto como
todo esto. Pero pensándolo mejor, recuerdo
haber sido engañado, mientras dormía, por
ilusiones semejantes. Y fijándome en este pensamiento, veo de un modo tan manifiesto que
no hay indicios concluyentes ni señales que
basten a distinguir con claridad el sueño de la
vigilia, que acabo atónito y mi estupor es tal
que nadie puede persuadirme de que estoy
durmiendo.
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Supongamos ahora que estamos dormidos y
todas esas particularidades como abrir los
ojos, mover la cabeza, alargar las manos, no
son sino engañosas ilusiones, y pensemos que
acaso ni nuestras manos ni todo nuestro cuerpo
son tal como los vemos.
21Se marcha B. Segismundo deja la corona y
viene al centro de la escena como si todo recomenzase. Puede quitarse la peluca o casco, o
cualquier cosa que establezca su personaje masculino, y aparecer evidentemente como una
mujer. Mientras empieza a cantar Segismundo el
final, la grabación electrónica reproduce el diálogo del mito de la caverna.
Segismundo: Hipogrifo violento, / que corriste
parejas con el viento, / ¿dónde, rayo sin
llama, / pájaro sin matiz, pez sin escama, / y
bruto sin instinto / natural, al confuso laberinto
/ de esas desnudas peñas, / te desbocas, te
arrastras y despeñas?
¡Quédate en este monte, / donde tengan los
brutos su Faetonte; / que yo, sin más camino /
que el que me dan las leyes del destino, /
ciega y desesperada / bajaré la cabeza enmarañada, / deste monte eminente / que arruga
el sol el ceño de la frente!
Música a tope. Oscuro súbito.
Fin de "Segismundo (soñar el sueño)".
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Grabación, edición y masterización digitales realizadas en los estudios de CEZANNE PRODUCCIONES (Las Rozas, Madrid) en mayo/junio de 2003*. [cezanneproducciones.com]
Ingeniero de sonido: JAVIER MONTEVERDE
Auxiliar de estudio: Óscar Díaz
(* Excepto locuciones, realizadas en Estudios Sintonía, Madrid)
La versión discográfica de las tres escenas de la caverna ha sido realizada a través
del programa de tratamiento de sonido
"Digital Prodigy".
Duración total del disco: 71.04 m
(PERCUSIÓN: Timbales cromáticos, platos suspendidos, toms, tambores africanos,
gongs, watergongs, temple blocks, cajón flamenco, bongós, tumbadoras, quijada,
flexatón, cabassa, palo de lluvia, atabales, etc.)
Producción musical y artística: José Luis Temes
Nuestro mayor agradecimiento a la Consejería de Cultura y Turismo de la
Comunidad de Madrid por su ayuda a la financiación de esta edición discográfica.
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GRABACIÓN / RECORDING
Grabación realizada en los Estudios de Cezanne
Producciones, Las Rozas (Madrid) en junio de 2003
INGENIERO
DE SONIDO
/ SOUND
ENGINEER
Javier Monteverde
AUXILIAR
DE ESTUDIO
/ STUDIO
ASSISTANT
Óscar Díaz
PRODUCCIÓN
MUSICAL Y ARTÍSTICA
/ MUSIC
AND
ARTISTIC PRODUCTION
José Luis Temes
PRODUCCIÓN / PRODUCTION
José Miguel Martínez, Pilar de la Vega
Edición discográfica realizada
con la colaboración de:
COMENTARIOS / TEXTS / TEXTES
Tomás Marco y José Luis Temes
TRADUCCIÓN / TRANSLATION
VERSO
Gordon Burt
DISEÑO
GRÁFICO
APARTADO DE CORREOS 10265
28080 MADRID - ESPAÑA
TEL: + 34 91 446 90 94
FAX: + 34 91 446 19 41
[email protected]
www.verso-producciones.com
/ DESIGN
Pilar de la Vega
PORTADA / COVER
Antonio de Pereda: “El sueño del caballero” (1650)
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid)
©
Y
(P) 2007 BANCO
DE
SONIDO
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