RIOS y UN SESQUIC (1809-1837) LEÓN TROTSKI* NIKOLAI GÓGOL Gógol nació el 19 de marzo de 1809. Murió el 21 de febrero de 1852. Vivió, por tanto, menos de 43 años, mucho menos de lo que necesitaba la literatura. Pero en el breve plazo de su penosa vida hizo lo inagotable. Hasta Gógol la literatura rusa pretendía existir. Desde Gógol, existe. Él le dio existencia, enlazándola para siempre con la vida. En este sentido fue el padre del realismo o escuela naturalista, cuyo padrino fue Belinsky. Hasta ellos, "la vida y las convicciones que la vida alumbraba andaban por un lado, y la poesía por otro: la relación entre el escritor y el hombre era muy tenue, y hasta los más vitales, cuando cogían la pluma en calidad de literatos, no se preocupaban a menudo más que de las teorías acerca de la elegancia estilística, sin atender, en general, a la significación de sus obras, ni a trasponer la idea viva en la creación artística". "De esta insuficiencia -carencia de conexión entre las convicciones vitales del autor , y sus obras- sufría toda nuestra literatura, hasta el momento en que la influencia de Gógol y Belinski la transformó."1 Por razones perfectamente comprensibles, la tendencia satírica (en el sentido amplio del término) fue siempre la más viva, la más honesta y sincera , en la literatura rusa . No es en las reflexiones versificadas de Lomonósov sobre la utilidad del cristal, ni en la noble gallardía de las odas dejarvinianas, ni en la enternecedora senti mentalidad de las novelas cortas kara'mzinianas, sino en la sátira de Kantemir, en las comedias de Fomvizin, en las fábulas y sátiras de Krilov, en la gran comedia de Griboédov, donde es posible percibir el pensamiento social vivo, encarnado en formas más o menos artísticas. Esta corriente alcanzó su mayor latitud y profundidad con Gógol, en el gran poema "indigencia e imperfección de nuestra vida"... Al enraizar en la vida, la literatura se hizo nacional . • León Trotski . literatura y revolución. dos tomos. Ruedo Ibérico. varios traductores. Impreso en Francia. 1964. 204 Y208 pp, • Chernechevski: Ensayos sobre el periodo gogoliano de la literatura rusa . 1893. p, 250, CEREMONIAS DIFERIDAS GÓGOL: EL DEMONIO DEL JARDIN NÚMERO 126 SIN PODAR NOVIEMBRE-DICIEMBRE DE 2011 • $40 .00 PlAZA DE LA CIUDADELA 4, CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, CP 06040. TELÉFONO 4155 0830, EXTENSIONES 3851 Y 3858 CORREO ELECTRÓNICO [email protected] CERTIFICADO DE LICITUD DE TíTULO NÚM . 6270 CERTIFICADO DE LICITUD DE CONTENIDO NÚM . 4380 DIARIO DE UN LOCO CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES PRESIDENTA CONSUELO SÁIZAR DIRECTOR GENERAL DE BIBLIOTECAS FERNANDO ÁLVAREZ DEL CASTILLO VER A CHÉJOV CLARO REVISTA BIBLIOTECA DE MÉXICO DIRECTOR FUNDADOR JAIME GARCIA TERRÉS t DIRECTOR: EDUARDO LlZALDE EDITOR: JOSÉ ANTONIO MONTERO SECRETARIO DE REDACCiÓN: JOSÉ DE LA COLINA EL GORDO Y EL FLACO LA DAMA DEL PERRITO CONSEJEROS FUNDADORES: JUAN ALMELA, FERNANDO ÁLVAREZ DEL CASTILLO, MIGUEL CAPISTRÁN, ADOLFO ECHEVERRIA, VICTOR TOLEDO y RAFAEL VARGAS PROMOCiÓN EDITORIAL: MIGUEL GARCIA RUIZ ASISTENCIA EDITORIAL: MARINAGRAF A LARRA CON UNAS VIOLETAS MARTA DONls ASISTENCIA TÉCNICA Y CORRECCiÓN: PEDRO GARCIA RAÚL ZENDEJAS DE LA PEÑA COMERCIALIZACiÓN Y DISTRIBUCiÓN: ... . RUYSDAEL NAVA IMPRESiÓN: IMPRESORA Y ENCUADERNADORA PROGRESO, S.A . DE C.v. ARTlcULOS VARIOS JOSÉ ANTONIO MONTERO CEREMONIAS DIFERIDAS DOS BICENTENARIOS Y UN SESQUICENTENARIO N inguna publicación se considera a plenitud con el espacio disponible para satisfacer sus necesidades editoriales. Siempre serán insuficientes las páginas dedicadas a los diversos materiales que han de aparecer regularmente en ellas, de acuerdo con proyectos y programas previamente establecidos. Biblioteca de México no está exenta de tales limitaciones que, peor aún , reducen sus aspiraciones de mantenerse al corriente en las celebraciones de aniversarios literarios ineludibles por su trascendente significación . Esto explica, sin que lo justifique, la conmemoración que en el presente número de la revista se hace de tres grandes escritores, ya con una indiscutible reputación de clásicos , cuya obra mantiene atención , interés y gusto entre estudiosos, críticos y lectores: Nicolás Gógol (1809-1852), Antón Chéjov (1860-1904) Y Mariano José de Larra (1809-1837). Gógol es uno de los enormes escritores rusos cuya influencia se dispersó por todo el mundo, entre novelistas de distintas épocas, que no deja de reeditarse y de adaptarse para el cine y la televisión, como una mu~s­ tra de que perdura el vigor de un estilo en donde predomina la mordacidad, no carente del humor ácido, con los cuales representará la realidad de una época en la vida rusa donde conviven humillados y ofendidos, en medio de avaricia , hipocresía y mentiras. Nunca denso o superficial , con unos cuantos trazos describe formas de vida social: "Aquí es imposible pasear, pues toda esa gente que trabaja .. . llena la calle de humo y hollín ;" La crítica hacia hábitos y comportamientos es cruel pero auténtica . El hombre común -funcionario o empleadoes observado en su estrechez, corrupción y decrepitud enfermizas: describe una sociedad sórdida . Antes de Gógol las letras rusas seguían patrones extranjeros; con él aparece la literatura nacional rusa. Las almas muertas que noveló para mostrar la corrupción oficial siguen con vida, y la realidad supera a la ficción : en la Grecia actual , víctima de la globalización financiera, se descubrió que un funcionario cobraba salarios de trabajadores fallecidos. Gracias a Carlos Ancira , que representó el Diario de un Loco en la ciudad de México durante 16 años, incluso en San Petersburgo , este gran autor fue reconocido y disfrutado por un público lector mucho más amplio. 2 Biblioteca de México Como Gógol , Chéjov ha sido llevado a la televisión y el cine pero con mayor profusión y sus reediciones con estudios críticos se multiplican año con año, merced a ello, Rusia, ese país que fuera tan extraño para Occidente, es ahora no sólo más conocido, sino más atractivo. Si aquél pibuja el precario y decadente país que parecía no tener futuro , éste pinta el microcosmos de la pequeña burguesía recién llegada a la urbe, donde hallará el difícil y sinuoso camino hacia la modernidad y preparará la incorporación de la intelligentsia al futuro que transformará radicalmente al país y a sus habitantes. Conforme a la visión de Edmund Wilson , Chéjov crea una "Comedia Humana" en miniatura . Tolstoi dijo de este gran autor de filigranas: ".. . es un artista de la vida , un artista incomparable. El mérito de su arte consiste en que puede ser comprendido ... por cualquier hombre en general." La penetración psicológica en sus personajes es prodigiosa y moderna: él no enjuicia, expone la sofocación social y las ansias de libertad de hombres y mujeres . Si Mariano José de Larra viviera hoy en su lamentada España tendría material suficiente para redactar el notable periodismo que no sólo le dio fama , bienestar económico transitorio y paso a la posteridad, sino que mantendría la misma desazón que en su época, y volvería a reflexionar con semejante dolor: "Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla , como en una pesadilla abrumadora y violenta ." Sólo que Fígaro , a pesar del drama que vivía España entonces , no perdió nunca el humor ni el sarcasmo con que representaba la vida española: "¿ ... dónde está el cementerio? ¿Fuera o dentro? ¿Os movéis para ver muertos? ¿No tendréis espejos .. .?" Larra sería, en esta hora y en cualquier parte de este mundo alanceado por las convulsiones financieras, el mismo sarcástico crítico de la fragilidad humana , dispuesto a atizar las palabras para señalar y condenar vicios y abusos que han provocado la MEMORIA DE OTROS GRANDES: GÓGOL, CHÉJOV, LARRA " Ceremonias diferidas" ha llamado a estos homenajes nuestro equipo de redacción (con excesiva depravación social : "intrigar, estar bien emparentado, lucir más de lo que se tiene, mentir más de lo que se sabe, calumniar al que no puede responder, abusar de la buena fe , escribir a favor y no en contra del que manda". La obra de Larra es tan trascendente que hasta ediciones para niños se han publicado con selecciones de sus mejores artículos periodísticos . Escribir es comprometerse como persona y no sólo como artista , ésa sería la lección perdurable de Fígaro . precisión calendárica) , porque efectivamente los bicentenarios del nacimiento de Nicolás Gógol y de Mariano José de Larra se cumplieron en el 2009, y el sesquicentenario de Antón Chéjov se cumplió en el año 2010. Gógol (1809-1852) es un legendario fundador y un prosista de potencias extraordinarias, cuyas Almas muertas y otros tex- Ñiko\ai GO%O\ tos hoy muy célebres , ÑJl1as marcaron la ruta colosal tnUertaS por la que se movieron todos los escritores de la era siguiente, hasta alcanzar la fascinación de supremos creadores como el vasto e inigualable Dostoievsky. El propio Chéjov (18601904), de imponente obra teatrai y narrativa y nacido más de una década después de la muerte del autor del Diario de un loco, confesará la influen- cia del talento de Gógol y su incursión singular en un nuevo género del rea- 3 Biblioteca de Mexico EOMUNO WILSON* GÓGOL: EL DEMONIO DEL JARDíN SIN PODAR El centenario de la muerte de Gógol , 21 de febrero,** lo celebraron los rusos tanto aquí como en su patria , y fue tema de una conferencia en Columbia; pero no ha inspirado, hasta donde sé , ningún escrito en inglés, excepto un librito de Janko Lavrin, un profesor de lenguas eslavas de la Universidad de Nottingham en Inglaterra : Nikolai Gogol: A Centenary $urvey. El profesor Lavrin no es un gran crítico y no domina el inglés, pero a su manera , sin pretensiones , ha hecho un trabajo útil para presentar a los escritores rusos ante el mundo de habla inglesa , y este libro tiene su valor para nosotros porque trata ciertas fases de la vida de Gógol de un modo más satisfactorio que D. S. Mirsky en su History of Russian Literature, o que Vladimir Nabokov en su propio librito sobre el tema . Estos dos escritores dan una imagen más bien vaga de los deprimentes últimos años de Gógol , pero el profesor Lavrin sigue , etapa por etapa , los intentos desesperados del novelista por encontrar en la religión una fuerza que lo elevara al nivel de su misión -la misión que correspondía , según él , a un gran escritor ruso-, de la que tenía torturadores atisbos , pero sin poder confiar nunca • Edmund Wilson. Ventana a Rusia , trad ucción de David Huerta y Paloma Vi lle9as, Fondo de Cultura Económica , México, 1981 , 348 pp . •• De 1852 en que era capaz de cumplirla. El presente escritor se propone hacer uso del libro del profesor Lavrin como pretexto para añadir su propia contribución a la actual conmemoración de este extraño y gran escritor, el menos leído y comprendido en inglés de los cinco maestros rusos de la narrativa . Debe señalarse que una edición excelente de Gógol , en seis volúmenes pequeños y baratos ha sido publicada recientemente en la Unión Soviética, de modo que la mayor parte de su obra es ahora más accesible que en muchos años ; durante los cuales las ediciones presoviéticas tenían precios desorbitados. Esta nueva edición no está completa, ya que omite, junto con una serie de piezas menores, casi todo el último libro publicado de Gógol : Pasajes selectos de la correspondencia con sus amigos , en el que expresaba sus concepciones reaccionarias ; pero los volúmenes están bien impresos y son manejables, están provistos de buenas notas y llenos de curiosas ilustraciones tomadas de las ediciones vi ejas . (Desafortunadamente la traducción en seis tomos de Constance Garnett está agotada, pero Nabokov habla bien de la traducción más reciente , hecha por B. G. Guerney, de El abrigo, El inspector gen eral y Almas muertas.) Quien esto escri be ha utiliza4 Biblioteca de Mexi c o do esa edición soviética para llenar las lagunas que había en su conocimiento de Gógol y ahora puede decir que ha transitado por todas sus obras principales en ruso , de manera que en esa medida , por lo menos, está calificado para escribir sobre el tema. Es siempre arriesgado para un extranjero, que tiene que esforzarse para leer a un autor, discutir acerca de los clásicos de otro país con personas que los han conocido toda la vida. (Aunque el profesor Lavrin es esloveno, evidentemente se maneja con soltura en ruso .) A veces hay cosas sumamente importantes acerca de la jerarquía, y la calidad relativas que un extranjero no puede saber, porque sólo ha leído obras aisladas y no ve el desarrollo global de una literatura . He tratado de tener en mente una relación con esto , una observación que alguna vez me hizo Jean Cocteau : "Maupassant \ Gu y de Maupassant es un gran escritor en ruso ." Sin embargo, la necesidad misma que tiene un extranjero de prestar mucha atención a cada frase puede evitar que la narración lo transporte tan rápido que no pueda darse cuenta de qué se está diciendo exactamente y cómo lo está diciendo el autor, y llegar fresco a un clásico reconocido, con una mente madura y sin prejuicios, puede permitirle ver algunas cosas que han quedado ocultas para los lectores de lengua nativa, por sus asociaciones infantiles o las interpretaciones convencionales. A veces uno llega a tener esta experiencia con las obras de la propia literatura , cuando uno descubre sólo tardíamente en la vida la belleza y el sentido de alguna obra de Shakespeare que resultara aburrida cuando se leyó en la escuela. William Shakespeare A propósito del primero de estos puntos y antes de pasar al segundo : una palabra acerca de la impresión que causa el estilo de Gógol en el lector que se enfrasca en la lectura armado de un diccionario. Ningún otro de los clásicos rusos, en mi experiencia , presenta tantos obstáculos para el extranjero . Los párrafos se alzan ante él como sólidas paredes; las frases parecen continuar a lo largo de varias páginas . El vocabulario es extraño y enorme . En los cuentos ucranianos de Gógol, las palabras locales son un factor que debe tomarse en cuenta, como el escocés en Scott, y los glosarios proporcionados por el propio Gógol son con mucho insuficientes, aunque algo han hecho los nuevos editores para completarlos . Además , Gógol era afecto a recoger los vocabularios de las ocupaciones específicas y de las distintas clases , así como los dialectos locales, y le gustaba inventar palabras . Uno no debe descorazonarse al encontrar, por ejemplo , en el umbral del brillante fragmento Roma, la palabra áspera y hostil ishcher, que no está ni en el más amplio de los diccionarios, y enterarse por fin , en las notas de esta nueva edición , de que sólo tenemos la palabra de Gógol de que se trata de "una auténtica palabra rusa " que significa "carbón vivo". Si uno persiste, el embrujo de Gógol lo conducirá por sobre todos estos obstáculos y tropiezos ; no conozco a ningún otro escritor que exija tanto y que retribuya tanto el esfuerzo del lector. Gógol rara vez escribe una oración que no tenga interés desde el punto de vista literario -es decir, desde el punto de vista de un uso especial del lenguaje para crear impresiones-, y cualquiera de sus largos párrafos contiene tanta poesía y humor, hábil fraseo e inesperadas imágenes , que resulta delicioso verse forzado a seguir un ritmo lento de lectura . Es como si uno consumiera sin pausa un gran tazón de sopa ucraniana, llena de calabaza y betabel y papas , pedazos 5 Bibliotec a de Mexico lismo ruso . Ni Chéjov (tenido por el artífice superior del cuento), ni Gógol , tuvieron existencia muy larga (44 años de vida) pero la producción literaria que nos dejaron es inmensa y fascinante. Los ensayos magníficos que acompañan la breve antología de los dos rusos , pertenecen , como se hace constar, a la pluma de Edmund Wilson y están tomados de su gran libro Ventana a Rusia (FCE , 1981), en su edición española . No hay lector de las grandes obras del siglo X IX ruso que no haya admirado la producción de estos dos grandes. En cambio, aunque goza del merecido reconocimiento de todos los críticos e historiadores de la literatura hispana, bastante olvidado se encuentra para el lector de aficiones contemporáneas el indispensable Mariano José de Larra , que se suicidó a los 26 o 27 años de edad , dolido por su frustrado amor de una joven española. Es vasta su obra de cronista, de periodista y narrador que sorprendió a sus colegas desde que Larra, con sólida formación española y francesa , Herman Melville de esturión y tiras de carne de res o de pato , con una base de crema agria ... y no es que conozca ninguna sopa rusa así constituida (generalmente tienen menos ingredientes), pero no hay ningún otro escritor que parezca haberlo mezclado todo de esta manera . El estilo de Gógol es una variedad de esa prosa viscosa que -por razones bastante difíciles de entender- era tan popular a principios del siglo XIX: el bizcocho de Charles Lamb es un ejemplo típico. Así , en un campo distinto es el estilo narrativo, enloquecedoramente torturado, de un Hawthorne o un Herman Melville. Este estilo no permite ninguna progresión rápida. Un párrafo parece un mero amontonamiento de palabras , que lo mismo podría leerse para atrás que para adelante y en el que los ritmos logrados parecen un fin en sí mismo, ya que siempre están forzando al lector a detenerse y prestar atención en lugar de llevarlo hacia adelante . Este estilo debe haberse debido a alguna presión muy fuerte , ya que lo comparten hasta cierto punto un escritor que trabajaba en gran escala , como Balzac, e incluso un escritor popular, como Scott, que sí quería contar una historia . El establecimiento de un escenario en Balzac , los prelim inares de anticua rio en Scott son a menudo enredos de este estilo , cargado de paja y poco funcional, que combina lo pomposo con lo multifacético, actualidades torpemente manejadas con alusiones mitológicas vistosas . Ahora bien , Gógol es un maestro de esta prosa embrollada. Aunque parece estar sólo dando vuelta tras vuelta a sus densas y nutritivas páginas , como si se tratara de una conserva de fresas en una marmita , o de kasha que debe comerse con grosella o miel , o la masa llena de almendras y semillas de girasol para hacer una de las formas más fantasiosas, ricas y polimorfas del pan ucraniano que estos campesinos comen siempre , al final siempre resulta un plato terminado, que contribuye a un bien ordenado menú . El genio ruso del movimiento, que es uno de los grandes rasgos de la literatura rusa -no me disculpo , en relación con esto , por cambiar continuamente de metáfora- nunca le permite al estilo de Gógol atorarse realmente ; siempre hay un 6 Biblioteca de México drama en pie que no nos defraudará y, al mismo tiempo, las rapsodias, los inventarios, las anécdotas interpoladas y los enormes símiles homéricos que son cuentos cortos en sí mismos están manejados con un gran sentido de la retórica, de manera que no detienen nada, y siempre se convierten de un modo curioso en partes orgánicas de la narración. A pesar de todo lo que podría resultar paralizante o estancado, como la vida que Gógol pinta, siempre hay otra cosa que crea suspenso : un elemento de lo apasionado, lo détraqué , que puede sorprendernos en cualquier momento. En estas páginas, que por su estilo se asemejan a los intrincados bosques y los jardines invadidos de malas hierbas que son un motivo recurrente en la obra de Gógol, desde sus primeros cuentos de duendes hasta la propiedad de Plyushkin en Almas muertas, ocurren asombrosas transformaciones : de pronto aparecerá un demonio al final de un MENTI.ERe publicó sus primeros trabajos. Entre los varios seudónimos de los que hizo uso como cronista , se volvió celebérrimo el de "Fígaro". Innovador y liberal muy avanzado en su tiemPortadas de Tara s Bulba párrafo , se revelará un tesoro -aunque los tesoros son espejismos producidos por los demonios-; pero , a diferencia de las novelas góticas o los cuentos hoffmanianos de los que deriva Gógol , estas visiones tienen una fuerza emotiva , una intensa identidad y vida propia, que hacen parecer cerebral incluso a Poe y las fantasías de Hawthorne (como el velo negro del sacerdote y el sabbath negro del joven Goodman Brown) como simples fantasmas de palabras entretejidas. Hablo aún de los primeros cuentos ucranianos -Noches en una granja cerca de Dikan 'ka, y su sucesora , la serie de Mirgorod-, lo que me lleva al segundo punto: la posibilidad de que un lector extranjero pueda captar algunas cosas más fácilmente que un nativo. Voy a suponer que difiero de algunas de las explicaciones de estos cuentos que podemos encontrar en los ensayos de Lavrin , Nabokov y Mirsky. Éste es el departamento de la obra de Gógol más dado por sabido por los rusos. Leyeron por primera vez estos cuentos como cuentos de hadas o farsas acerca de cómicos aldeanos. "Era ... este tipo de cosa", dice Vladimir Nabokov, "los po, declara con franqueza pininos del falso humorista Gógol , que los maestros de las escuelas rusas hacían tragarse a los alumnos .. . Después de un lapso de unos veinticinco años me forcé a releer las Noches , y seguí tan inmune a ellas como lo fui en los días en que mi maestro no podía entender por qué la terrible venganza no me ponía la carne de gallina o Shponka y su tía no me mataba de risa" . Taras Bulba , el más largo de los cuentos de Mirgorod , está aparentemente prescrito para niños rusos como Ivanhoe lo está , o estaba , para los nuestros : como un entusiasmante relato histórico. Celebra las hazañas de los cosacos en ese período, más bien vagamente fijado en el siglo XV I o XV II , en que combatían contra los polacos o los tártaros . Sin embargo, si uno llega a estos cuentos después de leer Almas muertas, ve que están mucho más cerca de la obra posterior de Gógol de lo que Nabokov, por ejemplo , está dispuesto a admitir. Taras Bulba mismo tiene mucho en común con los terratenientes maniáticos y toscos que encuentra Chichikov en la novela . A pesar del elemento heroico, a pesar de la interpolación de pasajes que imitan el len7 Biblioteca de México su disgusto por el estilo aldeano y provinciano de la literatura de su tiempo y alcanza a publicar su novelesco libro El doncel de don Enrique el Doliente. Historias caballerescas del siglo xv, en el que lo anima un espíritu romántico similar al de su también grande coterráneo, el poeta Espronceda, muerto también en la juventud. Julio Torri , agudísimo, sabio y formidable lector, recuerda en su insuperable breviario sobre la literatura española lo que un especialista famoso , Lomba y Pedroza , dijo en la edición de Clásicos castellanos: "A nuestro parecer de la pluma de este escritor y no de otra alguna , salió la prosa española de más quilates .. . de cuantas se escribieron en la primera mitad del siglo XIX." E.L. guaje de la balada popular o de la épica , Gógol no puede evitar hacer de su jefe cosaco -que inicia gratuitamente una guerra para dar a sus dos hijos ocasión de exhibir su valentía; mata a uno de ellos sin dudarlo cuando, enamorado de una princesa polaca , el muchacho se pasa al enemigo y venga la muerte del otro , capturado y ejecutado por los polacos , dejando a Polonia convertida en un erial- menos un héroe que un monstruo cómico. Si Pushkin exclamaba, en relación con Almas muertas, "iDios mío, qué triste es Rusia!" , podía haber dicho de esta epopeya más temprana, "iQué horrible era la vieja Rusia!" Y la llegada de Taras al ghetto de Varsovia, en el que ha de esconderse por un tiempo, lanza a Gógol a un característico episodio , muy poco épico, de magnífica lobreguez cómica. Tampoco son los personajes de Terratenientes del viejo mundo, el primero de los cuentos de Mirgorod , tan diferentes en realidad de los de Almas muertas como uno se imaginaría por las descripciones que hacen de este cuento Mirsky y Lavrin (y Nabokov que cita a Mirsky y concuerda con él). El primero de estos críticos dice que en ese cuento "los humores vegetales de la vieja pareja , su suciedad, su glotonería, su egoísmo están idealizados y sentimental izados, y la simpatía patética es la principal emoción que despiertan en el lector". Gógol , dice Lavrin , "asqueado del ruido y el movimiento de una gran ciudad", convirtió a este anciano y a su mujer en la "encarnación de su propia idea de la paz y de ese intocado mundo pastoral que había conocido en su infancia ". La crónica de su glotone- Alexander Pushkin ría , continúa , no contiene "ninguna implicación de censura moral, ya que no es en conjunto más que un ejemplo de la 'vuelta del hombre a la naturaleza ', al contentamiento de las costumbres patriarcales desaparecidas o a punto de desaparecer, etcétera. Pero ¿es cierto que esta pareja del viejo mundo está muy idealizada por Gógol? ¿Realmente aprueba sus vidas vegetativas? El clímax de la historia llega cuando la gata de la anciana señora es seducida por los gatos forajidos que viven en los bosques pero se introducen por un agujero debajo del granero. La gata doméstica vuelve para que le den de comer (como le dan de comer continuamente al viejo señor) ; luego, cuando su ama alza el brazo para golpearla, escapa de nuevo hacia la libertad. La señora toma esto de inmediato como un signo de que la muerte le llega. Siente, sin duda, que la gata la abandona , pero también se crea la impresión de que esta vida de paz, comodidad y so- B blloteca de Mexico brealimentación, que no le basta a la gata, tampoco le basta a ella . Sin embargo, ella no puede huir como la gata, sólo puede escapar muriendo. Gógol es ciertamente elocuente en cuanto al dolor del anciano ante la muerte de la señora pero no es sentimental ; el autor deja claro que el luto por su mujer también es un asunto vegetal, que la echa de menos por "hábito" y no por "pasión". Las efímeras emociones de la juventud parecen infantiles, dice el autor, junto a este habituamiento largo y lento hasta que otro ser humano se convierte en parte de un hombre "que nunca se ha sentido arrastrado por ningún sentimiento fuerte, sino que toda su vida ha consistido simplemente en estar sentado en un alto sillón , comiendo peras secas y champiñones, y tomando parte en amables conversaciones". Pero no tenemos la impresión de que Gógol estaría satisfecho con semejante existencia. No, también este hogar es una selva , una condición rellena de gratificaciones sensuales que nunca pueden bastarle al alma, un modo de vida en el que, tarde o temprano, las cosas tomarán un curso extraño. Un impulso salvaje, una llamada extraterrena pueden de pronto conmoverlo todo. Los gatos del bosque se han deslizado como demonios. El viudo, al caminar por el huerto, cuyos árboles frutales con sus suculentos productos también han crecido en demasía, piensa un día que oye a su mujer llamarlo, y esto resulta ser un presagio de su muerte. Gógol nos dice aquí que a veces en su niñez imaginaba, en un día claro y tranquilo, una voz que lo llamaba por su nombre, y que entonces corría para encontrar a ese otro ser humano, posible consuelo de su sentimiento de desolación . Ninguna noche de furiosa tormenta , dice, en el corazón de un bosque inextricable, podía haberlo asustado tanto como el terrible silencio en medio de un día transparente . Ésta es una historia sutil e inquietante, en la que la Gemütlichkeit no es del autor sino parte del tema ; sin embargo, Marc Slonim, en su reciente libro The Epic of Russian Literature, es al parecer el único crítico en inglés que ha llegado a mencionar, por lo menos, que "bajo la superficie" de este cuento "respira el horror habitual en Gógol por la insignificancia y la trivialidad". En cuanto a la celebrada Pelea de los dos Ivanes, como sintetizó Lavrin el título , me parece un ejemplo típico de un clásico que todo el mundo conoce tan bien (los rusos lo invocan como los libros de "Alicia") que nadie le presta ya atención. Se supone que es un cuento enormemente divertido -aunque con un famoso suspiro y encogimiento final de hombros-, que narra una ridícula pelea entre dos ancianos raros y chiflados, uno de los cuales llama "ganso" al otro. Los rusos hablan de este cuento con la sonrisa prefabricada que tenemos nosotros para Tom Sawyer pintando la cerca o el viejo Weller diciendo al tribunal que su nombre se escribe con "we".* Ni por el comentario de Lavrin sobre este cuento ni por ningún otro de estos críticos podría uno hacerse una idea de su verdadero tema , porque a todos les parece que la pelea no tiene sentido . Lavrin sí afirma claramente que el cuento es en esencia amargo , pero sólo nos dice que el problema entre los dos viejitos locos es que "Iván Ivanovich quería comprarle a su amigo una pistola vieja que el otro no quería vender." En realidad , el problema es que Iván Ivanovich no puede soportar el sentimiento de inferioridad que le inflige la visión de la sirvienta de su vecino en el acto de colgar a secar todo un guardarropa de viejos uniformes, viejos trajes de fiesta y otros signos del rango superior que tiene su amigo , y le pide a Iván Nikoforovich que le dé la pistola , para inducirlo a conferirle algún signo de igualdad . La pelea no pod ría haberse resuelto nunca porque Iván Nikoforovich no podría jamás, en una crisis , refrenarse de tratar a Iván Ivanovich de haut en bas, e Iván Ivanovich nunca tampoco podría perdonarlo por ello . Se trata de una tragedia en la que el esnobismo provinciano destruye buenas relaciones humanas en una Juego de palabras intraducible: we, que el viejo Welle r emplea incorrectamente como nombre de la letra W, significa nosotros . [T.] * 9 Biblioteca de México comun idad tan aburrida y falta de estímulos que uno podría pensar que la gente intentaría preservarlas ; aunque el asunto es , por supuesto , que ciertamente la vulgar insistencia de Iván 1. incita a Iván N. a ponerse insolente y que, para hombres que no tienen nada que hacer, una guerra de orgullos que implica una cuestión de clase puede , al estimular cierto interés , resultar más satisfactoria que una amistad pacífica . En cualquier caso, los dos Ivanes, a su modo humilde, son monstruos que dan paso a los monstruos más formidables que encontraremos luego en Almas muertas. En Almas muertas ha desaparecido ya toda la gloria de la antigua leyenda ucraniana así como la divertida mitología de la tradición campesina ucraniana , e incluso la suavidad y la decencia de los confortables "terratenientes del viejo mundo". Nos vemos sumergidos en la vida revuelta , sucia , maloliente y agotada de los terratenientes borrachos , peleoneros , tétricos e ineficaces, brutales yautoafirmativos o locamente adquisitivos o estúpidamente ávidos . Luego de un preámbulo casi pickwickiano , en el que un hombre instala una hostería , este libro extraño , que nunca cesa de ser humorístico , nos condu ce a un dominio de horror: otra selva más densa , que es también un cenegal estancado . Gógol se demora, como sus personajes , en párrafos de un estilo apretado , aparentemente flemático, que ahora ha alcanzado la perfección ; sin embargo, este esti lo tiene una corriente subterrá nea y continua de tristeza, asco , dolor: una corri ente que condena y corroe . Hay todavía el extraño suspenso que en ocasiones se rompe por la violencia , pero que nunca se disipa del todo . ¿Qué significa -nos preguntamos- esta crónica de Chichikov, el alma vacía, que compra los nombres de siervos (llamados "almas" en la vieja Rusia) que han muerto a partir del último censo , para fingir que los posee y para pedir dinero a crédito? ¿No están también muertas las almas de sus amos? ¿Son estos terratenientes en realidad demonios que se le aparecen a Chichikov o es él mismo un demonio que ha venido a buscarlos a ellos? Descubierto en el distrito donde ha estado trabajando , se le ve por última vez alejarse en su carruaje . Hay un momento de respiro y horizontes abiertos: la troika se aleja velozmente con sus alegres campanillas . En esta Rusia aletargada y enmohecida , algo se ha puesto en movimiento, y Gógol tiene un momento de exaltación . Pero ¿a dónde va? , pregunta , y el horizonte no ti ene respuesta . Tampoco él es capaz de escapar de este mun do tan ted ioso como absurdo; y no tiene el poder 10 Biblioteca de Mexico de redimir a su héroe mediante el Purgatorio que planea como sucedáneo de este Infierno . En los fragmentos que nos han llegado de la Segunda Parte, el aventurero Chichikov, aunque encarcelado, aparece de nuevo como un canalla , y los personajes supuestamente virtuosos son víctimas de obsesiones como los de la Primera. La vida de Gógol estuvo llena de absurdos y Nabokov se aprovecha de ello, de un modo más bien cruel , para ridiculizar su última fase . Ésta es bastante más comprensible en el relato de Lavrin. El pobre Gógol , que creía que era su deber proporcionar a su público algo más positivo , responder a la pregunta que había enviado tras la troika fugitiva , ahora recurría a una especie de fanatismo impostado : se erigía en predicador y maestro y publicaba los Pasajes selectos de la correspondencia con sus amigos, donde glorificaba al terrateniente ruso como agente de Dios sobre la tierra y se oponía a la educación de los campesinos que, decía , no deberían siquiera conocer la existencia de otro libro que no fuese la Biblia . Pero las respuestas indignadas de sus amigos , con quienes había adoptado un tono didáctico, parecen haber conmovido seriamente su confianza en sí mismo. Llegó a sentir que, con todas sus pretensiones , en realidad no había encontrado aún a Dios. Visitó Palestina con la esperanza de una nueva revelación , pero no pudo encontrar a Dios ni siquiera allí, y finalmente cayó bajo la influencia de un sacerdote ruso de fuerte personalidad que, beato e ignorante en literatura , trató de persuadirlo a que dejara de escribir. Diez días antes de su muerte -ante la insistencia, tal vez, del sacerdote- quemó !a Segunda Parte de Almas muertas, en la que había invertido años de trabajo, y declaró más tarde que esto había sido un error y que el Demonio lo había inducido a cometerlo. La típica situación en Gógol es un súbito derrumbe de los cimientos de una impresionante construcción que hemos visto levantar con esfuerzo. Tenemos, así, la disolución de los terratenientes del viejo mundo; la pérdida de los dos hijos de Taras Bulba; la explosión entre los dos Ivanes; el robo del sobretodo en el famoso cuento posterior; los cataclísmicos descubrimientos, demasiado tardíos en las obras de teatro, de una impostura en gran escala: la de El inspector general y la del juego de confianza en Los jugadores; el abyecto salto por la ventana del prometido de La boda en el momento en que, con infinita dificultad , se ha logrado su casamiento; el derrumbe del tráfico fraudulento de Chichikov justo en el momento de su triunfo, cuando se le festeja con un brindis de la ciudad. Tu rgueniev se sugiere para estos casos y ha llegado a ser un tanto sospechosa . Sin embargo , indudablemente la derrota de Gógol está vinculada al hecho de que nunca lograra una vida sexual satisfactoria. El miedo al matrimon io es el tema cómiGógol presenta un caso poco ca del cuento Shponka y su común de frustrante callejón tía , deliberadamente inconclusin salida del espíritu , un can- so , y de la comedia más bien dado neurótico sin esperanza , menor La boda , y las dificultacombinados con un gusto por des de Gógol en este sentido la vida, una enorme vitalidad aparecen en otro tipo de tema , artística. Tan vigoroso y rico es que nunca logra desarrollar: el su talento que debe haber sido de la mujer ideal , brevemente difícil para sus amigos y lecto- entrevista y adorada de lejos: res prever que había de asfi- la casta pensionnaire que xiarse . Lavrin sugiere que hace tal impresión en Ch ichipuede rastrearse el problema kov; la belleza italiana que brihasta un complejo de Edipo, IIa entre la multitud a los ojos explicación que tantas veces del héroe de la proyectada Así Gógol y su gran libro, en el momento en que según Turgueniev toda la atención de Rusia se centraba en él y en su obra , inesperadamente se hundieron juntos. 11 Biblioteca de Mex ico novela sobre Roma . El magnífico principio de esta novela tiene más inspiración positiva que todo lo que ha sobrevivido de la Segunda Parte de Almas muertas . La nostalgia de Gógol por un mundo feudal se vuelve de algún modo más comprensible cuando se dramatiza en la persona de un príncipe italiano que regresa de su exilio miserable, para descubrir por primera vez su Roma nativa ; pero en el momento en que por fin se vuelve necesario, tras el largo y monumental principio, traer al príncipe a las relaciones directas con la deslumbrante Annunziata , la historia se quiebra abruptamente. En Viy, de la serie de Mirgorod , el viajero y la bella -tanto Gógol como sus héroes están siempre viajando- sí traban relación, pero con fatales resultados , y hasta qué punto este final fatal era inevitable en la vi sión de la vida que tenía el autor se ve por la modificación que hace del relato popular de que deriva el cuento . Se trata de una versión de la leyenda de vampiros en que un joven debe velar durante tres noches el cadáver de una mujer, que a medianoche resucita y lo ataca. Gógol dice que siguió el con el muchacho en el paseo cuento popular con exactitud , que tan mal fin tiene para él pero en las versiones de este -de vuelta en el colegio y relato que se encuentran en la calentándose en torno a sus colección de Afanasiev, el tazas- discuten largamente su Grimm ruso, el joven siempre destino. Dado que no han tenies capaz de defenderse con el do que compartir la prueba, salterio y el signo de la cruz, y deciden que si no hubiera sido finalmente derrota a la bruja . miedoso la bruja no hubiera Por lo que suelen ser los hábi- podido hacerle daño: 'Todo lo tos de los cuentos populares que hay que hacer es persigen general, podemos suponer narse y escupir en su cola, y que es el propio Gógol -el sóli- nada te pasa ." Pero este rito do ambiente ucraniano, más o nunca le ha dado resultados a menos realistamente presen- Gógol. Siempre es el Diablo el tado , es ciertamente muy de que se le aparece, nunca el Gógol- el responsable de que Salvador que tanto espera, y el estudiante sucumba en la cuando la aparición femenina tercera vigilia y caiga muerto a la que aspira llega a acercarde miedo cuando el vampiro se a alguno de sus héroes, pide refuerzos al Infierno (lo resulta ser diabólica también mismo que, en Taras Bulba , el ella. joven Andrei se ve destruido Sólo a Dostoievsky, en la por el encantamiento irresisti- siguiente generación, le ble que ha vertido sobre él la correspondería la revelación princesa polaca). Debe seña- cristiana. Uno de los rasgos larse que la joven está ven- más notables de la continuigándose. Antes se había pren- dad de la literatura rusa condido del estudiante bajo la siste en que Dostoievsky no forma de una vieja harpía, y él sólo mostrará una fuerte insólo pudo librarse de ella fluencia literaria de Gógol matándola a golpes, momento sino que incluso dará la imen que hubo de revelarse presión de verse perseguido como la típica belleza gogolia- por los demonios de Gógol y na, atemorizante e inalcanza- por la obligación de salvar el ble. En una irónica escena alma de Gógol. final , los compañeros que iban 12 Biblioteca de México NIKOLAI VASILIEVICH GÓGOL DIARIO DE UN LOCO* embargo, fíjate en la villa que alquila durante el verano. No se te ocurra regalarle una taza Hoy ha tenido lugar un acontecimiento extra- de porcelana dorada, pues te dirá que eso es ordinario. Me levanté bastante tarde , y cuando digno de un médico. Él se conforma tan sólo Marva me trajo las botas relucientes , le pre- con un coche de lujo o unos drojkas o una piel gunté la hora. Al enterarme de que eran las de visón de 300 rublos . Y, no obstante, por su diez pasadas , me apresuré a vestirme . Reco- aspecto parece tan modesto, y al hablar es nozco que de buena gana no hubiera ido a la tan fino. Te pide , por ejemplo, que le prestes oficina, al pensar en la cara tan larga que me la navaja para sacar punta a su pluma , y si te iba a poner el jefe de la sección. Ya desde descuidas un poco, te despluma de tal forma, hace tiempo me viene diciendo: "Pero, amigo, que ni siquiera te deja la camisa . Pero reconozco que nuestra oficina es dife¿qué barullo tienes en la cabeza? Ya no es la primera vez que te precipitas como un loco y rente, y en toda ella reinan una limpieza de enredas el asunto de tal forma que ni el mis- conducta y una honradez tales, que ni por mo demonio sería capaz de ponerlo en orden . soñación puede haberlas en la Administración Ni siquiera pones mayúsculas al encabezar Provincial. Además, todos los jefes se tratan los documentos, te olvidas de la fecha y del de usted . Confieso que, a no ser por la honradez y el buen tono de mi oficina, hace ya munúmero. iHabráse visto!. .. " iAh! iCondenado jefe! Con toda seguridad cho tiempo que hubiera dejado el departaque me tiene envidia por estar yo en el des- mento ministerial. Me puse el viejo capote y cogí el paraguas, pacho del director, sacando punta a las plumas de su excelencia . En una palabra , no hu- pues llovía a cántaros . En la calle no había biera ido a la oficina a no ser porque espera- nadie. Sólo tropecé con mujeres de pueblo ba sacarle a ese judío de cajero un anticipo que se arropaban con los faldones de sus sobre mi sueldo. iTambién ése es un caso! abrigos , comerciantes que caminaban resiAntes de adelantarme algún dinero sobre- guardándose de la lluvia bajo sus paraguas, y vendrá el Juicio Final! iJesús, qué hombre! Ya cocheros. Gente bien no se veía por ningún puede uno asegurarle que se encuentra en la sitio, a excepción de nuestra modesta persomiseria y rogarle y amenazarle ; es lo mismo: na, que caminaba bajo la lluvia. En cuanto la no dará ni un solo centavo. Y, sin embargo , en vi en un cruce, pensé en seguida: "iEh, amisu casa, hasta la cocinera le da bofetadas . guito! Tú no vas a la oficina . Tú estás disEso todo el mundo lo sabe . puesto a seguir a ésa que va delante de ti y No comprendo qué ventajas se tiene al tra- cuyas piernas estás mirando. iQué locuras bajar en un departamento ministerial. Ni son ésas! La verdad es que eres peor que un siquiera dispone uno de recursos. Pero no su- oficial . Basta con que pase cualquier modisticede así en la Administración Provincial , ni en lla para que te dejes engatusar. " Precisamente en el momento en que estaba el Ministerio de Hacienda, ni en el Tribunal Civil. Allí ves a un empleado cualquiera sentado pensando esto vi cómo una carroza se detehumildemente en un rincón escribiendo. Lleva nía ante un almacén junto al que yo me enun frac gastado y su aspecto es tal que ni si- contraba . En seguida reconocí la carroza: era quiera merece que se le escupa encima . Sin la de nuestro director. Me supuse que debería de ser de su hija, pues él no tenía por qué ir a estas horas a un almacén , El lacayo abrió la • Nikolai Vasilievich Gógol . Obras completas . tradu cción de 3 de octubre IreneTehernowa . Aguilar. Madrid. 1955. 1580 pp . 13 Biblioteca de México portezuela, y la joven saltó del coche, como un pajarito. Echó unas miradas en torno suyo, y al alzar sus ojos sentí que mi corazón quedaba herido ... iDios mío, estoy perdido! iEstoy perdido irremediablemente! y ¿por qué habrá salido ella con este mal tiempo? Después de esto nadie se atrevería a decir que las mujeres no se vuelven locas por los trapos. Ella no me reconoció y yo procuré ocultarme y pasar inadvertido, pues llevaba un capote muy manchado y cuyo corte, además, estaba pasado de moda. Ahora se llevan las capas con cuellos muy largos, y el mío era muy corto; además, el paño de mi capote distaba mucho de ser elegante. Su perrita no tuvo tiempo de entrar y se quedó en la calle. Yo la conozco, se llama Medji. No había transcurrido ni un minuto, cuando oí de repente una vocecilla que decía: -iHola, Medji! Vaya. ¿Quién será el que habla? Miré y vi a dos señoras que caminaban debajo de un paraguas. Una de ellas era ya anciana; la otra, muy jovencita. Pero ellas ya habían pasado, y nuevamente ·volví a oír la misma voz a mi lado. -¡Debería darte vergüenza, Medji! iQué diablos! Vi que Medji estaba olfateando al perro que iba con las dos señoras. "¡Vaya! ¿No estaré borracho? -pensé para mis adentros-o ¡Menos mal que esto no me ocurre a menudo!" -No, Fidele; estás equivocado. Yo estuve ... Hau , hau .. . Yo estuve muy enferma. iVaya con la perrita! Confieso que me quedé muy sorprendido al oírle hablar como una persona; pero después de reflexionarlo bien , no hallé en ello nada extraño. En efecto, en el mundo se dan muchos ejemplos de la misma índole. Cuentan que en Inglaterra emergió un pez y dijo dos palabras en un idioma extraño, tan raro, que desde hace dos o tres años los sabios hacen investigaciones acerca de él y aún no han logrado clasificarlo. También leí en los periódicos que dos vacas entraron en una tienda y pidieron medio kilo de té. Pero reconozco que me quedé aún mucho más sorprendido al oírle decir a Medji: -iEs verdad que te escribí, Fidele! Seguramente Poi kan no te llevaría la carta. Aunque me juegue el sueldo, apostaría que nunca se ha dado el caso de un perro que escriba. Sólo los nobles pueden escribir. Claro que también algunos comerciantes, oficinistas y, a veces, hasta la gente del pueblo sabe escribir un poco; pero lo hace de un modo mecánico, sin poner ni comas, ni puntos, y, claro está, sin ningún estilo. Esto me dejó muy sorprendido. He de confesar que desde hace algún tiempo a veces oigo y veo unas cosas que nadie vio ni oyó jamás. "Voy a seguir a esta perrita, y así me enteraré de quién es y de lo que piensa", resolví para mí. Abrí el paraguas y me puse a seguir a las dos señoras. Cruzamos la calle Gorojovaia y nos dirigimos a la calle Meschanskaia, y desde allí a la de Stoliar, y, finalmente, llegamos al puente de Kokuchkin, deteniéndonos ante una casa de grandes dimensiones. "Conozco esta casa -pensé para mí-: es la de Zverkov. i Un verdadero hormiguero! Pues sí que viven allí pocos cocineros y viajantes. En cuanto a los empleados, abundan como chinches. Allí vive un amigo mío que toca muy bien la trompeta." Las señoras subieron al quinto piso. "Bueno -pensé- ahora me voy a ir, pero antes he de fijarme bien en el sitio, para aprovecharlo en la primera ocasión que se me presente." * 4 de octubre Hoyes miércoles, y por eso estuve en el despacho de nuestro director. Vine a propósito un poco antes. Me senté y me puse a sacar punta a todas las plumas. Nuestro director debe de ser un hombre muy inteligente; tiene el despacho lleno de armarios con libros. Leí los títulos de algunos libros, y todos son científicos; así que ni en sueños son asequibles a nosotros, los empleados; además, todos están o en francés o en alemán. Cuando se mira a nuestro director, sorprende a uno por su aspecto imponente y por la seriedad que refleja toda su persona. Todavía no he oído nunca que haya dicho una palabra de más. Sólo cuando se le entregan los documentos suele preguntar: -¿Qué tiempo hace fuera? -Hace mucha humedad, excelencia. La verdad es que las personas, como nosotros, no se pueden comparar con él. Es lo que se dice un verdadero hombre de Estado. He notado, sin embargo, que me tiene especial cariño. ¡Ah, si su hija ... ! iNo, eso es una canallada!. .. Me entretuve leyendo La Abeja. iQué gente tan estúpida son los franceses! ¿Qué es 15 Biblioteca de México lo que pretenden? i De buena gana los hubiera cogido a todos y les hubiera dado una buena paliza ! Allí también leí la descripción de un baile hecha por un terrateniente de la provincia de Kurck. Los terratenientes de Kurck suelen escribir muy bien. Después me di cuenta de que eran ya las doce y media y que nuestro director aún no había salido de su dormitorio. Pero a eso de la una y media tuvo lugar un acontecimiento que ninguna pluma sería capaz de relatar. Se abrió la puerta, yo me levanté de un salto con los papeles en la mano, pensando que sería el director; pero cuál fue mi sorpresa cuando vi que era ella. iJesús, cómo iba vestida! Llevaba un traje blanco y vaporoso como un cisne. iY qué vaporoso! Y al alzar los ojos creí que me alcanzaban los rayos del sol. Me saludó y dijo con una voz semejante a la de un canario: -¿No ha venido papá? "Excelencia -quise decirle-, ¿quiere usted castigarme? Pues si tal es su deseo, que lo haga su excelencia con su propia manita." Pero iqué demonios! La lengua se me trabó; así es que sólo pude decir: -No, no estuvo. Ella me echó una mirada y miró también los libros y... dejó caer su pañuelo. Yo me precipité en seguida para recogerlo, pero resbalé sobre ese maldito entarimado y poco me faltó para caerme; sin embargo, logré conservar el equilibrio y alcancé el pañuelo. iSeñor, qué pañuelo! Era de batista finísima . Ella me dio las gracias y sus labios esbozaron una sonrisa un tanto irónica; luego se fue . Yo me quedé una hora hasta que el criado vino y me dijo: -Márchese a casa , Aksenti Ivanovich. El señor ya salió. No puedo soportar a los criados; siempre están tumbados en el vestíbulo, y ni por casualidad saludan a uno. Y no sólo eso, sino que un día, a una de estas bestias se le ocurrió ofrecerme un poco de tabaco sin levantarse de su sitio. iComo si no supiera el muy tonto que yo soy un funcionario de familia noble! No obstante, cogí yo mismo mi sombrero y mi capote y me los puse, pues sería inútil esperar ayuda de esa gente. Salí a la calle. Al llegar a casa me pasé un buen rato tumbado en la cama . Después copié unos versos muy bonitos: iMi almita! En tu ausencia, una hora, un año completo parece pasado sin ti. iOdiosa es la vida, ya solo, señora! Por eso yo pienso: "Si tú no vinieses , mejor [es morir" Deben de ser de Pushkin. Por la tarde, arropándome bien con mi capote , fui a casa de su excelencia , en donde estuve esperando para ver si la veía salir al subir en coche; pero ella no salió. 6 de noviembre El jefe de personal me ha puesto fuera de mí. Hoy, cuando llegué a la oficina , me hizo llamar y me dijo lo siguiente: -Pero dime: ¿qué es lo que estás haciendo? -iCómo! Yo no hago nada -le respondí. -Bueno. Reflexiona un poco. Ya has pasado de los cuarenta ; me parece que es hora de que te vuelvas un poco más inteligente. ¿Crees acaso que no estoy enterado de todas tus andanzas? iSé muy bien que andas detrás de la hija del director! Pero , hombre, imírate al espejo! iPiensa en lo que eres! iNO eres más 16 Biblioteca de México que un cero, que es menos que nada! ¡Si no tienes ni un centavo! Pero ¡mírate ... , mírate la cara en el espejo! iCómo puedes tú pensar en esas cosas! ¡Demonios! ¿Qué se habrá creído él? Si tiene cara de bola de billar con cuatro pelos en la cabeza que se unta de pomada y lleva rizados que es una irrisión. Y se cree que a él todo le está permitido . Ya comprendo por qué está furioso: es que me tiene envidia. Seguramente habrá visto que soy objeto de van , aunque se les regale el billete . También sus marcadas preferencias . ¡Pero ya puede cantó muy bien una artista . Me acordé de decir cuanto quiera , que me tiene sin cuidado! aquello .. ., ¡bueno, es una canallada! .. .; así es ¡Pues tampoco tiene tanta importancia un que no digo nada .. . consejero de la Corte! ¡Por llevar una cadena de oro en su reloj y encargarse unas botas de 30 rublos se cree alguien! ¡Que se vaya al diablo! ¿Acaso se cree que soy hijo de un plebe9 de noviembre yo o de un sastre o de un sargento? Soy noble. También yo puedo llegar a obtener el A las ocho fui a la oficina . El jefe de la sección mismo cargo que él. Sólo tengo cuarenta y hizo así como si no reparara en mí y en que dos años , que en realidad es la edad cuando había llegado. Yo también hice como si entre precisamente se empieza a trabajar. ¡Espera , nosotros nada hubiera ocurrido . Me entretuve amigo: también yo llegaré a ser coronel , y con ojeando los anuncios y luego comparándolos. la ayuda de Dios quizás algo más! También yo Salí a las cuatro y pasé delante del piso del gozaré de una reputación mejor que la tuya . director, pero no vi a nadie. Después de comer ¿Qué te crees, que en el mundo no hay hom- estuve casi todo el tiempo echado en la cama . bre más formal que tú? Espera un poco: cuando yo tenga un frac cortado a la moda y una corbata como la tuya , entonces no me llegarás n¡ a la punta de los zapatos . Lo malo es que no dispongo de medios. 11 de noviembre Hoy estuve en el despacho de nuestro director y saqué punta a veinticuatro plumas de su excelencia y a cuatro de su hija. A él le gusta y encanta que haya muchas plumas . iAh , qué 8 de noviembre cerebro el suyo! Siempre está callado , pero su Estuve en el teatro. Ponían Fila tka , el tonto cabeza debe de estar siempre reflexionando. ruso . Me reí mucho. Daban también un vau- Me hubiera gustado saber en qué suele pendeville con unas canciones muy graciosas sar y qué es lo que encierra aquella cabeza . sobre los jueces, particularmente uno que se Me interesaría observar de cerca la vida de refería a un consejero de registro , y que era estos señores , conocer todas las intimidades tan fuerte , que me extrañó que le hubiera y las intrigas de la Corte , saber cómo piensan dejado pasar la censura . En cuanto a los co- y lo que suelen hacer entre ellos . Muchas vemerciantes, se decía que abiertamente enga- ces pensé entablar conversación con su exceñaban al pueblo, y que sus hijos armaban lencia , pero el caso es que mi lengua se niega unas juergas terribles y se esforzaban por lle- a obedecerme . Sólo consigue pronunciar: gar a ser nobles. También había un cantar "Afuera hace frío o calor", y de all í no pasa . muy gracioso sobre los periodistas y la pasión Me hubiera gustado echar una mirada al salón que tienen de criticarlo todo ; de modo que los cuya puerta a veces está abierta , y también a autores de hoy en día escriben unas piezas las otras habitaciones. ¡Qué lujo y qué riqueza muy entretenidas. A mí me gusta mucho ir al hay allí! ¡Qué espejos y qué porcelanas! teatro. En cuanto tengo algún dinero en el bol- ¡Cuánto me alegraría echar una mirada a sillo no puedo contenerme y voy. Pero entre aquella parte del piso donde se encuentra la nosotros los empleados hay muchos que no hija de su excelencia! iAh , esto sí que me gustaría! ... Estar allí en el tocador, donde hay 17 Biblioteca de México todos esos tarritos y cajitas, esas flores tan delicadas que da miedo tocarlas ; ver su vestido, más ligero que el aire , por allí tirado . Me encantaría ver su dormitorio ... Debe de ser un sueño, un verdadero paraíso de ésos que ni en el cielo existen . Si pudiera ver el taburetito sobre el cual pone el pie al levantarse de la cama y cómo se pone una media blanca como la nieve sobre aquella pierna ... iAy, Señor! ... No. Mejor es que me calle y no diga nada .. . Sin embargo , hoy parece ser que el cielo me ha iluminado, pues de repente me acordé de la conversación que oí en el Nevski a los dos perros . "Está bien -pensé para mis adentros- ahora lo averiguaré todo. Es preciso que intercepte la correspondencia de estos dos perros , pues ella me procurará muchos datos ." He de confesar que una vez llamé a Medji y le dije: -Escúchame, Medji: ahora estamos solos ; si quieres, hasta puedo cerrar la puerta para que nadie nos vea. Anda, cuéntame todo lo que sepas sobre tu señorita: dime cómo es, y yo te juro que no se lo diré a nadie. Pero la muy astuta encogió el rabo entre las patas y se escabulló silenciosamente por la puerta como si no hubiera oído nada . Sospeché desde hace tiempo que los perros son mucho más inteligentes que las personas , y que incluso pueden hablar; sólo que son bastante tercos . El perro es un verdadero político: todo lo nota, no se le escapa ni un paso del hombre . Mañana sin falta he de ir a casa de Zverkov. Interrogaré a Fide/e , y si puedo , le cogeré todas las cartas que le escribe Medji. -Necesito hablar con su perrita -le respondí. La joven era tonta y yo lo noté en seguida. Mientras tanto, la perrita se precipitó ladrando; yo quise cogerla, pero la muy bribona por poco me muerde la nariz. Pero yo ya había visto su nido o camita , y era justamente lo que buscaba. Me acerqué a él y revolví la paja que había en un cajón ; con sumo placer vi un paquete con pequeños papelitos. Esa maldita, al ver lo que hacía , me mordió primero en la pantorrilla, y después, al darse cuenta de que yo cogía los papeles , empezó a ladrar con ademán de acariciarme ; pero yo le dije: "No, guapa; no hay nada que hacer." Me parece que la joven debió de tomarme por un loco, pues se asustó terriblemente. Al llegar a casa quise ponerme en seguida a descifrar esos papeles , porque no veo muy bien a la luz de las velas. Pero a Marva se le ocurrió fregar el suelo. Estas estúpidas finlandesas siempre son de lo más inoportunas. Así es que no me quedó otro remedio que el de ponerme a pasear reflexionando sobre lo ocurrido . Ahora, por fin , iba a enterarme de todo ; las cartas me lo revelarían todo. Los perros son muy inteligentes y no ignoran todas las relaciones íntimas; por eso seguramente en ellas hallaré la descripción del marido y de sus asuntos. De seguro que encontraré allí algo referente a ella ... i No, más vale callarse! Al atardecer llegué a casa y estuve la mayor parte del tiempo acostado en la cama . 13 de noviembre 12 de noviembre Al día siguiente salí a las dos, con la firme intención de ver a Fidele y de interrogarla . El olor a repollo que sale de todas las tiendas de la calle Meschanskaia me pone enfermo , y además , las alcantarillas de las casas tienen un olor tal , que no tuve más remedio que taparme la nariz con el pañuelo y echar a correr. Aquí es imposible pasear, pues toda esa gente que trabaja en oficios llena la calle de humo y hollín . Al tocar la campanilla , vino a abrirme una joven bastante mona, con la cara salpicada de pecas; era la misma que acompañaba a la anciana . Se ruborizó un poco al verme, y yo comprendí en seguida que ansiaba tener novio. -¿Qué desea? -me preguntó. Bueno; vamos a ver. La carta parece bastante clara ; sin embargo, la letra pone en evidencia al perro. Leamos : "Querida Fidele: Aún no puedo acostumbrarme a un nombre tan mezquino como el tuyo . iComo si no hubieran podido ponerte otro mejor! Fidele, Rosa , todos esos nombres son de un cursi subido . Pero dejemos esto a un lado. Estoy muy contento de que se nos haya ocurrido entrar en correspondencia .. ." La carta estaba redactada muy correctamente en cuanto a la puntuación y ortografía. Ni nuestro jefe de sección sería capaz de hacer otro tanto , aunque asegura haber estado estudiando en una universidad. Veamos más adelante: 18 Biblioteca de México ~ Mm aJ QHJ1pa ~ WhII %KOAM 'l3IKUA/)(J(J(ItI(1; ~tvm 1{j()9 -1c552 "Me parece que uno de los mayores place- gente de dar a los perros migas de pan heres en el mundo está en cambiar pensamien- chas bolitas . Siempre, durante las comidas , tos, impresiones y sentimientos con los de- algún señor empieza a triturar las migas de más ..." pan con sus manos, que Dios sabe qué poriBueno! Éste es un pensamiento cogido de querías habrán tocado antes , y te llama desuna obra traducida del alemán y cuyo título no pués para meterte entre los dientes esa dichorecuerdo ahora . sa bolita . Rechazarlo resultaría descortés; así "Lo digo por experiencia , aunque no haya es que no tienes más remedio que comértela corrido mucho mundo, pues no he pasado la a pesar del asco que te infunde ... " verja de nuestra casa . Pero ¿acaso mi vida no iVoto a mil diablos, qué tontería! iComo si transcurre felizmente? Mi señorita Sofía , así la no hubiera nada mejor sobre qué escribir! Veamos si en la otra carilla hay algo más intellama papá , me quiere con locura ... " iNO está mal! iNO está mal! iPero callémo- resante . nos! .. . "Me place mucho informarte de todo cuanto "Papá también me acaricia a menudo. ocurre en nuestra casa . Creo que ya te hablé Además me dan café con nata . ¡Ah, ma che- del señor más importante de la casa , al cual re! * He de decirte que no encuentro nada en Sofía llama papá. Es un hombre muy raro .. ." los grandes huesos, bien pelados , que come iAh , por fin! Ya sabía yo que los perros tiePoi kan en la cocina. Los huesos sólo son bue- nen opiniones políticas sobre todas las cosas . nos cuando provienen de alguna cacería y a Veamos lo que dice sobre papá .. . "... Un hombre muy raro . Permanece la condición de que no hayan chupado ya el tuétano. También está muy bien mezclar algunas mayoría del tiempo callado . Rara vez habla ; salsas, pero sin verduras ni especias . Pero no pero la semana pasada hablaba sin cesar hay cosa peor que esa costumbre que tiene la consigo mismo. No hacía más que preguntarse : '¿Lo recibiré o no?' Cogía un papel en una • En fran cés en el original. mano, mientras la otra permanecía vacía , y 19 Bibliotec a de México Nikf""\lái Gógol EL CAPOTE Noemí Vi lla muzo volvía a repetir: '¿Lo recibiré o no?' Una vez hasta se dirigió a mí con la siguiente pregunta : 'Tú qué crees , Medji, ¿lo recibiré o no?' Yo no pude comprender lo que quería decirme con eso ; sólo olfateé su zapato y me fui. Una semana después, ma chere , papá estaba loco de alegría . Toda la mañana recibió visitas de unos señores vestidos de uniforme que lo felicitaron por algo . Durante la comida estuvo tan alegre como nunca le viera ; no paraba de contar chistes . Después de comer, me levantó en sus brazos y me acercó a su cuello , diciéndome: 'iMira , Medji, lo que llevo!' Yo vi sólo una cinta , la olfateé , pero no hallé en ella ni el menor aroma ; finalmente , la lamí con cuidado, estaba algo salada ." iBueno! Me parece que este perro es un poco demasiado atrevido . Haría falta darle una buena paliza . iASí, pues , nuestro hombre es ambicioso! Habrá que tenerlo en cuenta . "Adiós , ma chere. Me marcho corriendo ... Mañana acabaré la carta . "i Hola , otra vez estoy contigo! Hoy, con Sofía , mi señorita ... " i Ah , veamos lo que pasa con Sofía! iEs una cana llada! Bueno, no importa , no importa; vamos a continuar... " .. .Sofía, mi señorita , estuvo todo el día sumamente ag itada . Se preparaba a asistir a un baile , y yo me alegré, pues aprovecharía su ausencia para escribirte. Mi Sofía está siempre muy contenta cuando va a un baile, aunque mientras se arregla siempre está enfadada. No logro comprender, ma chere, el placer que encuentra la gente yendo a un baile. Sofía vuelve a casa a las seis de la mañana. Y siempre veo, por su aspecto cansado y su cara pálida, que a la pobrecilla no le han dado de comer. Confieso que jamás podría vivir de este modo. Si no me dieran perdices con salsa o alas de pollo fritas, no sé lo que sería de mí. También es muy bueno un poco de salsa con kacha.* Pero las zanahorias , las alcachofas y los nabos nunca serán buenos ..." Tiene un estilo irregular. En seguida se ve que esta carta no ha sido escrita por una persona . Empieza bien, pero acaba de cualquier forma . Veamos otra carta; parece demasiado larga; además , no lleva ni fecha . "¡Ay, querida mía! Cómo siente una la proximidad de la primavera. Mi corazón palpita como si aguardara algo . Me zumban los oídos. Así es que a menudo tengo que levantar la pata y me apoyo y acerco a una puerta para escuchar. He de decirte que tengo muchos admiradores. A menudo los contemplo sentada en la ventana . ¡Ay, si supieras qué feos son . algunos! Uno de ellos es de lo más vulgar, es un perro callejero de lo más estúpido y creído; camina por la calle dándose aires de importancia. Y cree que todos han de mirarle. Pero iqué va , yo ni siquiera me he fijado en él! También un dogo, de aspecto terrible, suele pararse ante mi ventana . Si se levantara sobre las patas traseras , lo que de seguro el muy tonto no sabrá hacer, le llevaría la cabeza al papá de Sofía, no obstante ser éste un hombre bastante alto y corpulento . Debe de ser de lo más insolente. Yo gruñí un poco en dirección suya; pero él , como si nada . Podría haberme hecho un guiño, pero es un bruto, no tiene modales. Se está mirando mi ventana, con sus orejas largas y su lengua al aire . ¿Y crees acaso que mi corazón permanece insensible a todas estas ofertas? No, te equivocas, ma chere ... iSi hubieras visto a uno de mis admiradores, llamado Trésor, cuando salta la verja de la casa vecina!. .. iAy ma chere, qué carita tiene!" ¡Bah ! iQué asco! iQué demonios! ¿Cómo es pos¡ble llenar las páginas con semejantes tonterías? Ya no quiero saber nada de perros; quiero a una persona . Sí, eso es, una persona • Especie de cereal. Manja r típica me nte ru so . 20 Biblioteca de México para que pueda enriquecer el caudal de mi alma ... , y en vez de ello, iqué es lo que encuentro! iTonterías, sólo tonterías! Demos la vuelta a la página, a ver si hay algo mejor. "Sofía estaba sentada junto a una mesita cosiendo; yo miraba por la ventana a los paseantes, pues me gusta mucho observarlos, cuando entró el lacayo y anunció : "-El señor Teplov. "-Que pase -exclamó Sofía , y se abalanzó sobre mí para besarme-o iAy, Medjí! iSi supieras quién es! Es un gentilhombre de la Cámara , moreno, con ojos negros y brillantes como el fuego. "Sofía se marchó corriendo a su habitación . Un minuto después entraba el joven gentilhombre de la Cámara , que gastaba patillas. Se acercó al espejo y se atusó el cabello, luego inspeccionó la habitación. Yo dejé oír un gruñido y me senté en mi sitio. Sofía no tardó en venir y respondió alegremente a su saludo, y yo, como si no reparase en nada, continuaba mirando por la ventana , no obstante haber inclinado la cabeza en dirección a ellos para oír lo que decían. iAy ma chére! iDe qué tonterías hablaban! Hablaban de una señora que durante el baile se equivocó e hizo una figura en vez de otra; de un tal Bobov, que llevaba charretera y se parecía mucho a una cigüeña , y que por poco se cae. También contaron que una tal Lidina se imaginaba tener los ojos azules, cuando en realidad los tenía verdes, y otras tonterías por el estilo . 'i Qué diferencia tan grande hay entre el gentilhombre y Trésorf , pensé para mí. Ante todo, el gentilhombre tiene una cara ancha y completamente plana , con unas patillas alrededor, como si se las hubiera atado con un pañuelo negro. Trésor, sin embargo, tiene una carita fina y en la frente una pequeña calva blanca . iEn cuanto al talle de Trésor, ni se le puede comparar con el de Teplov! iY no hablemos ya de los ojos y de los modales! iJesÚS, qué diferencia! iNo sé, ma chére , lo que ha podido encontrar en su Teplov y por qué se muestra tan entusiasmada! ... " A mí también me parece eso un poco extraño. No puede ser que Teplov la haya seducido hasta tal punto . Veamos más adelante. "Me parece que, si le gusta este gentilhombre, le ha de gustar también ese funcionario que está en el despacho de papá. ¡Ay ma chére , s¡ vieras qué feo es! Se parece a una tortuga vestida con un saco .. . "¿Quién será este funcionario? .. . Tiene un apellido rarísimo. Siempre está sentado sacando punta a las plumas . Su pelo es como el heno y papá lo manda siempre en lugar del criado ... " Me parece que esta perra maldita hace alusiones sobre mí. iPero qué voy a tener yo el pelo como el heno! "Sofía no puede menos que reírse cada vez que lo ve ... " iMientes, perra maldita! iHabráse visto qué lengua de víbora! ¡Como si yo no supiera que todo ello es pura envidia! Acaso se figura que ignoro que son cosas del jefe de sección . Ya sé que me tiene un odio feroz y que hace cuanto está en sus manos para fastidiarme . Pero voy a mirar otra carta . Puede que encuentre allí la clave de todo . "Mi querida Fide/e , perdóname por no haberte escrito en tanto tiempo , pero es que estaba completamente hechizada . Ha dicho un escritor que el amor es una segunda vida, y esto es muy exacto. Además , en casa han sucedido grandes cambios. El gentilhombre viene ahora todos los días, y Sofía está perdidamente enamorada de él. Papá está muy contento . Hasta le oí decir a Gregorio, que es el que nos barre el suelo y que casi siempre habla consigo mismo solo , que pronto habrá boda , porque papá quiere casar a Sofía , o con un general , o con un gentilhombre de Cámara , o con un coronel ... " iQué diablos! No puedo seguir leyendo .. . Todo lo mejor ha de ser siempre , o para un gentilhombre de Cámara o para un general. ¡Parece que has encontrado un pobre tesoro y crees que podrás conseguirlo , pero te lo arrebata un general o un gentilhombre de Cámara! iQué demonios! Quisiera ser general , no para obtener su mano y las demás cosas , sino para ver con qué consideración iban a tratarme y cuántos miramientos me dedicarían . Después podría decirles en pleno rostro que me importaban un bledo . ¡Demonios, qué pena! Rompí en mil pedazos las cartas de la estúpida perra . 3 de noviembre No puede ser. Es mentira . iLa boda no se efectuará! iQué más da que sea un gentilhombre de Cámara! Esto no es más que un cargo de dignidad , no es ninguna cosa visible que se pueda coger con las manos. Por ser él un gentilhombre de Cámara no le va a salir 21 Biblioteca de México otro ojo en la frente ni va a tener una nariz de oro , sino que la tiene igual que yo y que todos los demás mortales; pero no come ni tose con ella , sino que huele y estornuda como todos. Ya en diversas ocasiones quise averiguar de dónde proven ían semejantes diferencias . ¿Por qué he de ser yo un consejero titular y con qué motivo? Puede que yo sea algún conde o algún general, y que sólo así paso por un consejero titular. Quizá ignore yo mismo quién soy. iCuántos ejemplos hay en la historia! Se ha dado el caso de que un sencillo villano, no digamos ya un noble, o un vulgar campesino de repente descubre que es todo un personaje e incluso, a veces , un rey. iY si un sencillo mujik llega a estas alturas , qué será entonces de un noble! Si , por ejemplo, de repente entrase yo vestido con el uniforme de general , lIevando una charretera en el hombro derecho y otra en el izquierdo, y con una cinta azul en el pecho , ¿qué pasaría entonces? ¿Qué diría mi hermosa ninfa? ¿Se opondría su papá , nuestro director? ¡Oh! Él es muy vanidoso . Es un masón , no cabe duda de que es masón , aunque aparente ser tan pronto una cosa como otra. Pero yo en seguida me di cuenta de que era masón , y si le tiende la mano a uno, sólo le da los dos dedos. ¿Acaso no puedo ser nombrado ahora mismo general , gobernador o intendente , o recibir cualquier cargo importante? ¿Me gustaría saber por qué soy consejero titular? ¿Sí, por qué he de ser precisamente consejero titular? nes de índole familiar o por temor a las potencias vecinas, como Francia y los demás países , se ve obligado a esconderse . También puede ser por otros motivos. 8 de diciembre Ya estaba dispuesto a ir a la oficina, pero me detuvieron diferentes motivos y en particular mis reflexiones . No puedo dejar de pensar en los asuntos de España . ¿Cómo puede ser que una doña sea reina? No lo permitirían. Inglaterra , sobre todo , no lo permitiría, y, además, los asuntos políticos de toda Europa . También se opondrán a ello el emperador de Austria y nuestro zar.. . Confieso que estos acontecimientos obraron con tanta fuerza sobre mí, que fui incapaz de hacer nada durante todo el día . Marva me hizo observar que durante la comida estuve muy agitado . En efecto, al parecer, dejé caer dos platos al suelo , que se hicieron añicos ; tan distraído me hallaba oDespués de comer, salí; pero no pude sacar nada en limpio. Después, estuve la mayor parte del tiempo tumbado en la cama , reflexionando sobre los asuntos de España . 5 de diciembre Hoy estuve toda la mañana leyendo periódicos . iQué cosas tan raras suceden en España! iHasta me fue imposible comprenderlo del todo! Se dice que el trono se halla vacante y que los altos dignatarios están en una situación muy difícil respecto a la elección del heredero, y que de allí proviene la indignación general. Esto me parece sumamente extraño. ¿Cómo puede estar el trono vacante? Dicen también que cierta doña ha de subir al trono . Pero una doña no puede subir al trono , eso es imposible, pues el trono debe ser ocupado por un rey. Pero dicen que no hay rey, mas es inadmisible que no haya un rey. Un Estado no puede estar sin un rey. Éste debe de existir, pero seguramente está de incógnito. A lo mejor, se encuentra allí mismo; pero por razo22 Biblioteca de México Ilustración de Marc Chagall , para una obra de Gógol Año 2000. 3 de abril iHoy es un gran día! iEn España hay un rey! iPor fin ha sido encontrado! Y este rey soy yo . Reconozco que al parecer me ha iluminado un rayo. No comprendo cómo pude pensar e imaginarme que era un consejero titular. ¿Cómo pudo ocurrírseme una idea tan loca? Menos mal que entonces no se le antojó a nadie meterme en una casa de locos. Ahora me ha sido revelado todo, ahora lo veo todo con claridad . Antes no comprendía, antes diríase que todo lo que veía estaba sumido en la niebla. Todo esto sucede, creo yo, porque la gente se imagina que el cerebro de una persona está en su cabeza ; pero no es así, es el viento quien lo trae del mar Caspio . Primero declaré a Marva quién era yo. Al enterarse de que se hallaba ante el rey de España, alzó los brazos' al cielo y por poco se muere del susto. Ella es tonta y jamás habrá visto al rey de España. Sin embargo, procuré calmarla y le aseguré con palabras indulgentes que estaba lleno de benevolencia para con ella y que no le guardaba rencor por haberme limpiado mal los zapatos algunas veces. Hace falta tener en cuenta que la pobre forma parte del pueblo y que no se le puede hablar de temas elevados. Se asustó porque está convencida de que todos los reyes de España son como Felipe 11. Pero yo le expliqué que entre Felipe II y yo no había el menor parecido, y que yo no tenía capuchinos . No fui a la oficina . iQue se vaya al diablo! iNO, ya no me cogerán más, amigos! iSe acabó, ya no copiaré más sus odiosos documentos! 86 de marzo Entre el día y la noche. Hoy vino a verme el ejecutor con el propósito de que fuera a la oficina, pues hacía más de tres semanas que no aparecía por allí. Yo fui a la oficina por pura broma . El jefe de sección pensaba seguramente que yo iba a saludarlo y pedirle excusas ; pero yo sólo le eché una mirada indiferente, que no era ni demasiado colérica ni demasiado familiar o benévola . Miré a todos esos bribones que estaban en la cancillería, y pensé : "¿Qué pasaría si supieran quién está entre ustedes? .. " iDios mío! iQué lío se armaría! El jefe de la sección en persona vendría a saludarme, haciéndome un profundo saludo, igual que hace ahora con nuestro director. Pusieron delante de mí unos documentos para que hiciera un resumen de ellos. Pero yo ni siquiera moví un dedo. Unos cuantos minutos después todos se hallaban sumamente agitados; al parecer, iba a venir el director. Muchos empleados se precipitarían a su encuentro. Pero yo no me moví de mi sitio. Cuando el director pasó por nuestra sección , todos se abrocharon el frac; mas yo no hice nada. iVenía el director! Bueno, ¿y qué? iJa- 23 Biblioteca de México más iba a levantarme delante de él! iQué era un director! (iEra un corcho y no un director! Un corcho de lo más corriente y nada más.) Uno de esos corchos con los que se tapan las botellas. Lo que más me hizo gracia fue cuando me trajeron un documento para que lo firmase. Ellos se figuraban que iba a firmar humildemente en el bajo de la página, pero yo escribí en el sitio principal, allí donde firma el director, Fernando VIII . Hacía falta ver qué silencio tan religioso reinó en la sala. Yo sólo hice un ademán con la mano y dije: "No son necesarios juramentos de fidelidad. " Después de lo cual salí. Me fui directamente al piso del director, que no estaba en casa . El criado no quería dejarme pasar; pero yo le dije unas cuantas palabras, y su efecto fue tal , que se quedó helado con los brazos caídos. Me dirigí sin cavilar al gabinete. La hallé sentada ante el espejo . Al entrar yo , dio un salto atrás . Yo, sin embargo, no le dije que era el rey de España ; sólo le declaré que le esperaba una felicidad tal , que ni siquiera podía imag inársela, y que, a pesar de todas las intrigas de nuestros enemigos, estaríamos juntos. No quise decirle más, y sal í. iOh , qué ser más pérfido es la mujer! Sólo ahora he comprendido lo que son las mujeres. Hasta ahora nadie sab ía de quién estaba enamorada la mujer. Yo fui el primero en descubrirlo. La mujer está enamorada del demonio. Sí, y esto no es ninguna broma . Los fisiólogos escriben tonterías acerca de ella ; pero ella sólo ama al demonio. Mire, desde el palco pasea sus gemelos. ¿Cree usted que mira a ese señor gordo con una condecoración? Nada de eso , mira al demonio que tiene detrás de su espalda . iMírele, se ha escondido en la condecoración! iMire ahora cómo le hace señas con el dedo! Y ella se casará con él. Sí, se casará . Y todos esos funcionarios padres de familia , todos esos que se insinúan en todos los sitios procurando introducirse en la Corte, y dicen que son patriotas y esto yaquello, todos esos patriotas no aspiran más que a conseguir arrendamientos. Serían , por dinero, capaces de vender a su madre, a su padre e incluso a Dios. Todo esto no es más que vanidad , yeso se explica , porque debajo de la lengua hay una pequeña ampolla, y dentro de ella , un gusanillo del tamaño de un alfiler, y todo esto lo hace cierto barbero que vive en la calle Gorojovaia. No me acuerdo cómo se llama; pero todo el mundo sabe que quiere predicar el mahometismo por el mundo entero , junto con una co- madrona. Por eso dicen que en Francia la mayoría de las personas se convierten al mahometismo. Cierta fecha. El día era sin fecha. Me paseé de incógnito por el Nevski. Pasó el coche del zar, y toda la gente se quitó el sombrero; yo también lo hice y me comporté como si no fuera rey de España. Encontré poco adecuado descubrir mi personalidad , así, delante de todos. Ante todo, he de presentarme en la Corte. Lo único que me retiene hasta ahora es que no tengo ningún traje de rey. Si por lo menos pudiera conseguir algún manto ... Pensé encargárselo al sastre; pero esta gente es tan burra, y, además, no cuidan de su trabajo desde que se han dedicado a los asuntos, y se están la mayoría del tiempo en la calle. Decidí hacer el manto de mi nuevo uniforme de gala , que sólo me puse dos veces ; pero temiendo que estos granujas fueran a estropeármelo , resolví hacerlo yo mismo. Cerré la puerta de mi cuarto para que nadie me viera, y emprendí la labor. Lo desarmé todo con ayuda de las tijeras, pues su corte ha de ser totalmente distinto. No me acuerdo de la fecha ni tampoco del mes. El diablo sabrá qué mes era . El manto ya está acabado . Marva dio un grito cuando me lo vio puesto. Sin embargo, no me atrevo aún a presentarme en la Corte . Hasta ahora no ha llegado la diputación de España . Y sin la diputación resultaría incorrecto . Rebajaría con ello mi dignidad . La estoy esperando a cada momento. 24 Biblioteca de México Gógol Me extraña que los diputados tarden tanto . ¿Qué motivos pudieron retenerlos? ¿Acaso Francia? Sí, es el reino más desfavorable a todo. Fui a Correos para informarme de si habían llegado los diputados españoles. Pero el empleado de allí es completamente estúpido y no sabe nada. Sólo me dijo: "No; aquí no hay ningún diputado español; pero si quiere mandar una carta, puede hacerlo y nosotros la certificaremos según la tarifa indicada." iVoto a mil diablos! iQuién habla de cartas! Eso son tonterías. Las cartas sólo las escriben los farmacéuticos ... Madrid, 30 de febrero y heme aquí en España . Esto ha sucedido con tanta rapidez, que apenas si puedo volver de mi asombro . Esta mañana se presentaron en casa los diputados españoles, y yo me fui con ellos en una carroza. Me extrañó la extraordinaria rapidez del viaje, íbamos con tanta velocidad, que en menos de media hora llegamos a la frontera de España. Claro está que ahora en toda Europa los caminos de hierro colado son muy buenos y el servicio de barcos está muy organizado. iQué país tan extraño es España! Al entrar en la primera habitación, vi a muchas personas con el pelo cortado al rape, y en seguida me figuré que debían de ser dominicos o capuchinos, pues tienen el hábito de afeitarse la cabeza. El comportamiento del canciller de Estado conmigo me pareció de lo más extraño : me llevó de la mano y me condujo a un cuarto , a cuyo interior me empujó, diciéndome: -Quédate aquí. Y si persistes en pasar por el rey Fernando, ya te quitaré yo las ganas de seguir haciéndolo. Pero yo sabía que esto no era más que una prueba, y protesté enérgicamente, lo que me valió por parte del canciller dos golpes en la espalda . Fueron tan dolorosos, que me faltó poco para gritar; pero me contuve al pensar que esto era sólo una costumbre caballeresca que siempre tenía lugar en los grandes acontecimientos, ya que en España se conservaban aún las tradiciones caballerescas . Al quedarme solo decidí ocuparme de los asuntos de Estado. Descubrí que la China y España eran el mismo país, y que sólo por ignorancia se consideran como estados diferentes. Aconsejo a todo el mundo que escriba en un papel la palabra España, y verá como sale China. Pero me está disgustando sumamente un acontecimiento que tendrá lugar mañana . Mañana, a las siete, se producirá un fenómeno terrible . La Tierra va a sentarse sobre la Luna . Acerca de esto ha escrito el célebre químico inglés Wellington . Confieso que sentí cómo mi corazón empezaba a latir de inquietud al pensar en la delicadeza y falta de resistencia de la Luna . Todos sabemos que la Luna se fabrica generalmente en Hamburgo, y, además, muy mal. Me sorprende cómo Inglaterra no presta atención a ello . La fabrica un tonelero cojo, y es evidente que el muy tonto no tiene el menor conocimiento de la Luna . Ha puesto una cuerda de alquitrán y el resto es de aceite de madera , y por eso huele tan mal por toda la Tierra , de tal forma que tiene uno que taparse las narices. Pero la Luna es un globo tan delicado , que es imposible que la gente viva allí, y ahora sólo viven las narices. Ésta es la razón por la cual no podemos ver nuestras narices, ya que todas están en la Luna . Al pensar que la Tierra , materia pesada y potente , iba a sentarse sobre la Luna , y al imaginarme el tormento que sufrirían nuestras narices, se apoderó de mí una inquietud tal , que me puse los calcetines y me calcé en el acto para correr a la sala del Consejo de Estado y dar órdenes , con el fin de que la policía no permitiese a la Tierra sentarse sobre la Luna . Los numerosos capuchinos que hallé en la sala del Consejo de Estado eran personas muy inteligentes, y cuando les dije: "Caballeros , salvemos a la Luna , porque la Tierra quiere sentarse encima de ella", todos en el acto ,se precipitaron para 25 Biblioteca de Méx ico Yo permanecí callado. Después dijo: -iAksanti Ivanovich , consejero titular, noble! Pero yo permanecía callado. -iFernando VIII, rey de España! Yo quise sacar la cabeza, pero pensé: "No, amigo, ya no me engañas . Otra vez me vas a echar agua fría sobre la cabeza. " Pero debió de verme, y me hizo salir con su palo de debajo de la silla. iQué daño hace ese maldito palo! Sin embargo, fui recompensado de todo con el Enero del mismo año, que tuvo lugar hallazgo que hice hoy. Descubrí que cada gallo después de febrero tiene una España y que la lleva debajo de las plumas. Pero el gran inquisidor se fue muy Hasta ahora no puedo comprender qué país enfadado, amenazándome con terribles castitan raro es España. Las costumbres populares gos. Yo no hice caso de su ira impotente, ya y el ceremonial de la Corte son completamente que obra sólo como una máquina, como un insextraordinarios. No comprendo, decididamente trumento en manos de los ingleses. no comprendo nada. Hoy me han afeitado la cabeza, a pesar de que grité como un condenado, diciendo que no quería ser un monje. Día 34 de febrero de 343 Pero ya soy incapaz de recordar lo que me pasó cuando empezaron a verterme agua fría sobre la cabeza. iJamás experimenté un infier- iNO, ya no tengo fuerzas para aguantar más! no semejante! Estaba a punto de volverme iDios mío! , ¿qué es lo que están haciendo rabioso, y apenas pudieron retenerme. No conmigo? Me echan agua sobre la cabeza . No comprendo el significado de esta extraña cos- me hacen caso , no me miran ni me escuchan . tumbre. iES una costumbre estúpida , absurda! ¿Qué les he hecho yo , Señor? ¿Por qué me Me niego a comprender la insensatez de los atormentan? ¿Qué es lo que esperan de mí? reyes, que hasta ahora no han sabido desha- jAy, infeliz de mí! ¿Qué les puedo dar yo? Yo cerse de estas costumbres. A juzgar por todo , no tengo nada . No tengo fuerzas , no puedo me figuro que habré caído en manos de la In- aguantar más todos los martirios que me quisición, y seguramente aquel a quien tomé hacen . Tengo la cabeza ardiendo , y todo da por el canciller no es más que el gran inquisi- vueltas en torno mío. iSálvenme, lIévenme de dor. Pero lo único que aún no logro comprender aquí! iQue me den una troika con caballos vees cómo un rey puede someterse a la loces! iSiéntate, cochero , para llevarme lejos Inquisición . Claro que de esto pueden tener la de este mundo! i Más lejos, más lejos, para culpa Francia y Polignac. iAh, este Polignac! que no se vea nada!. .. iCómo ondea el cielo iQué bestia! iJuró oponerse a mí hasta la delante de mí! A lo lejos centelleaba una muerte! Y por eso me persiguen todo el tiempo; estrella , el bosque de árboles sombríos desfipero ya sé , amigo mío, que obras bajo la pre- la ante mis ojos , y por encima de él asoma la sión de Inglaterra. Los ingleses son unos gran- luna nueva . Bajo mis pies se extiende una niedes políticos que siempre se insinúan en todos bla azul oscura; oigo una cuerda que sueña los sitios . Y sabe el mundo entero que cuando en la niebla; de un lado está el mar, y del otro, Inglaterra aspira rapé, Francia estornuda . Italia ; allí, a lo lejos, se ven las chozas rusas . ¿Quizá sea mi casa la que se vislumbra allá a lo lejos? ¿Es mi madre la que está sentada a la ventana? iMadrecita, salva a tu pobre hijo! Día 25 iVierte unas cuantas lágrimas sobre su cabeza enferma! iMira cómo lo martirizan! iAmHoy el gran inquisidor vino a mi habitación . para en tu pecho a tu pobre huérfano! En el Pero yo, en cuanto oí sus pasos desde lejos, mundo no hay sitio para él. iLO persiguen! me escondí debajo de la silla. Él , al ver que no iMadrecita , ten piedad de tu niño enfermo!. .. estaba, empezó a llamarme . Al principio gritó: i Ah ! ¿Sabe usted que el bey de Argel tiene -i Poprischew! una verruga debajo de la nariz? cumplir mi real deseo. Algunos treparon por las paredes con el fin de alcanzar la Luna; pero en aquel momento entró el gran canciller. Al verle, todos echaron a correr y yo, como rey, me quedé solo. Pero, con gran sorpresa por mi parte, me golpeó con un palo y me echó a mi cuarto . Tal es el poder de las costumbres populares y tradicionales en España. 26 Biblioteca de México EOMUNO WILSON VER A CHÉJOV CLARO Escribir acerca de Chéjov, para un crítico de habla inglesa , ha significado generalmente enredarse en las traducciones incompletas y revueltas de Constance Garnett y otros. He aquí un libro sobre ese tema -Chekhov: A Biographical and Critical Study (Chéjov: Estudio crítico y biográfico) , de Ronald Hingley-, escrito por un inglés que sabe ruso y que ha logrado obtener el nuevo material publicado por los soviéticos. Un rasgo curioso de la vida soviética es que el desaliento despiadado que se depara al talento en el campo de la literatura contemporánea apenas si parece haber afectado , en el campo académico, la publicación de ediciones de los clásicos rusos, a veces de una excelencia sin precedentes. Las Obras y cartas completas de A. P Chéjov, publicadas en veinte volúmenes entre 1944 y 1951 , contienen , en orden cronológico, todas las creaciones de Chéjov, hasta la última pieza, publicadas y no publicadas, con todas las variantes, los borradores y los pasajes suprimidos por el censor. [Me enteré luego, sin embargo, por un trabajo de Gleb Struve, que en el caso de las cartas de Chéjov sobre el director liquidado Meyerhold , los soviéticos hicieron sus propias supresiones . 1971 .] Cuando Hingley escribió su libro sólo habían aparecido los primeros once tomos, pero éstos, que incluían una inmensa cantidad de materiales publicados en revistas y que Chéjov nunca había reunido -reseñas y notitas tópicas , pies de dibujos humorísticos e incluso una columna de comentarios sociales moscovitas que Chéjov tuvo en su juventud-, proporcionaron a Hingley una posición mejor para dar un panorama de la obra de Chéjov que la de cualquier otro crítico , rusos incluidos , que escribiera en inglés. El libro es claro, sensato, competente , y ayudará a levantar la atmósfera crepuscular que ha velado parcialmente a Chéjov en inglés y que es resultado menos, como la gente cree , de sus cualidades morales y artísticas, que de la lejanía de Rusia y de los obstáculos que existen entre sus textos y nosotros. Nada podría ser más divergente de la concepción occidental de Chéjov que la del literato ruso promedio . En Inglaterra y Estados Unidos, Chéjov ha sido leído casi exclusivamente por un público literario especializado , para el cual ha llegado a ser en ocasiones un culto y por el que se ve considerado como el maestro de un arte tan exquisito, tan lejano de lo obvio por sus temas y su técnica, que sólo se puede comparar la actitud con que se le lee con la que existía hacia Hen- 27 Biblioteca de México ry James en los tiempos en que aún no había entrado a figurar como uno de los pilares del panteón nacional. Pero las primeras publicaciones de Chéjov eran esbozos humorísticos y notitas de comentarios para las revistas , del tipo de nuestras viejas Life y Puck, que escribía a los veintitantos años para juntar dinero para vivir mientras estudiaba medicina . Y entre los rusos siempre ha tenido un público que, aunque en ocasiones del todo insensible a sus obras maestras, nunca dejó de deleitarse con la fantasía de este humor inicial. La situación de Chéjov, de hecho , a partir del momento en que lo alentó el novelista Grigorovich a tomarse más en serio como escritor, como Howells a Mark Twain , no es diferente de la de Mark Twain cuando , después de publicar Huckleberry Finn , se vio en dificultades para quitarse su . Mark Twa in Ibsen reputación original como escritor divertido y popular. Algunos de los primeros cuentos cómicos de Chéjov -como el que aparece en inglés bajo el título A Horsey Name (Un apellido de caballo)- han tenido el mismo tipo de éxito que The Jumping-Frog of Calaveras County (La rana saltadora del condado de Calaveras), de Mark Twain . Son tan divertidos que Chéjov, el artista , se vio en dificultades para librarse de ellos , aunque el sentido de un chiste como Un apellido de caballo tiene una relación con la verdad psicológica que el cuento de Twain no tiene, y el elemento de humor en Chéjov -aunque ciertamente se volvió más refi nado- siempre ha sido mucho más fuerte de lo que pueden captar los lectores extranjeros. La transición del humor temprano al posterior está bien expuesta por David Magarshack, un británico nacido en Rusia que escribe en inglés, en otro libro reciente sobre Chéjov, Chekhov the Dramatist (Chéjov el dramaturgo) . Esta transición puede rastrearse claramente en las sucesivas revisiones que se han logrado reunir ahora del humorístico monólogo dramático Sobre el daño que hace el tabaco, el cual llegó a ser y es aún una pieza de repertorio para recital . La primera versión, de 1886, es una pieza cómica de vaudevilIe llena de toques tomados de los semanarios de peluquería , en que un conferenciante que habla contra el tabaco , un poco achispado , pierde el hilo de su discurso, se confunde hasta el punto de sacar una caja de rapé, y hace al público confidencias amplias acerca de su astuta mujer y sus muchas e incasables hijas: sin embargo , aun aquí, la base del chiste es la situación humana y la desmoralización del conferenciante tiene ya una nota macabra . La última versión de esta obra , escrita en 1902, al final de la vida de Chéjov, es una revelación . horrenda y conmovedora de la patética personalidad del conferenciante : "iOh! ", grita , en un estallido final , "itirar todo a la basura!. .. iSi sólo pudiera escapar de esta vida baja y despreciable y común que me está convirtiendo en un viejo idiota!. .. ¡Oh, ser capaz de huir a alguna parte, muy, muy lejos por los campos , donde pudiera levantarme como un árbol , como una columna , como un espantapájaros sobre las hortalizas, bajo el ancho cielo , donde poder mirar la luna brillante y quieta colgada sobre la cabellera toda la noche, y olvidar, olvidarlo todo!" Entonces ve a su autoritaria mujer, que lo observa desde bambalinas, y conduce su conferencia a una conclusión correcta . Las diferentes etapas de esta pie- 28 Biblioteca de México cecita muestran en miniatura todo el desarrollo de Chéjov. Sin embargo , esta vena de humor que recorre todo Chéjov no es más que uno de los diversos rasgos que el extranjero puede ignorar o malentender. Si Chéjov ha resultado desconcertante para los rusos, ello se debe a que quisieran situarlo en una posición política definida que él siempre se negó a tener. Su trabajo no es vago, sino compacto y denso, hecho de detalles concretos y rodeado de alusiones a cosas específicas . Sin embargo , tanto sus cuentos como sus obras de teatro , que han fascinado a los lectores occidentales , los han dejado en blanco o inseguros. Para tales lectores -a pesar de que estos relatos están bien enmarcados en su tiempo y su espacio , como los de Flaubert o las obras de Ibsen o Shaw- parecen ocurrir en un reino onírico . "No están iluminados [los personajes de Chéjov]" , escribe Somerset Maugham, en el prefacio a una antología de sus propios cuentos , "por la dura luz de la vida cotidiana Anton Chéjov sino imbuidos de una misteriosa grisura . Se mueven en ella como si fueran espíritus desencarnados. Pareciera que uno ve sus almas. Lo subconsciente parece surgir a la superficie , y se comunican unos con otros directamente, sin los impedimentos del lenguaje. Extrañas criaturas fútiles, con descripciones de su apariencia externa, impuestas sobre ellas como tarjetas de una exposición de museo, se mueven tan misteriosamente como las almas torturadas que se arremolinaban alrededor de Dante en el Infiemo . Se tiene la sensación de una vasta, gris, enorme multitud que vaga sin rumbo en un inframundo tenebroso ." Sin embargo, creo, no podemos culpar enteramente a las pálidas traducciones por el efecto neblinoso que Chéjov le produce a Maugham. Es verdad que Constance Garnett hizo a todos los escritores rusos sonar más o menos igual, mientras que la escritura de Chéjov, aunque a veces carece de color, nunca es oscura en ruso; más bien da la impresión de líneas enérgicamente grabadas en un magistral trabajo sobre acero. Pero , por supuesto, Maugham apenas si se siente en casa en estas William Somerset Maugham cuestiones de arte literario. Es más interesante que Virginia Woolf se encontrara desconcertada por Chéjov. En The Common Reader, escribe : Nuestras primeras impresiones de Chéjov no son de simpleza sino de extravío. ¿De qué se trata, y por qué hace una historia de semejantes cosas? , nos preguntamos conforme leemos cuento tras cuento ... Estas historias no concluyen , nos decimos, y procedemos a practicar una crítica basada en la suposición de que los cuentos deben concluir de una manera reconocible ... Tenemos que especular para descubrir dónde está realmente el énfasis .. . ¿Se trata de que está principalmente interesado no en la relación del alma con otras almas, sino en la relación del alma con la salud ; en la relación del alma y la bondad? Estos cuentos nos muestran siempre cierta afectación, pose, insinceridad . Alguna mujer ha establecido una falsa relación ; algún hombre ha sido pervertido por la inhumanidad de las circunstancias. El alma está enferma; el alma está curada ; el alma no está curada . Ésos son los puntos de énfasis en sus cuentos. Está claro que, para estos dos novelistas ingleses tan distintos, Chéjov es una especie de aparición , más bien insustancial y espeluznante , abstraída del tiempo y el espacio, que narra cosas que ellos apenas pueden distinguir. "No dudo", dice Maugham , con el leve tono de superioridad que le gusta adoptar con sus superiores , "de que Chéjov habría escrito cuentos de argumento ingenioso, original e impresionante si hubieran podido ocurrírsele. No estaba en su temperamento. Como todos los 29 Biblioteca de México Virginia Woolf buenos escritores , convirtió sus limitaciones en mérito. " Bueno, Chéjov sí logró en su primera fase -en la novela llamada en inglés The Shooting Party (Jl.paMa HaOxoTe): La partida de caza- un suspenso ciertamente original y lleno de sorpresas . (Se usó recientemente para una pelicula de Hollywood .) Esta novela, escrita para ganarse la vida , como folletón para una revista, es un trabajo muy característico de astuta observación social y aguda penetración psicológica (resulta extrañ o que Hingley describa este cuento extraordinario como "carente de mérito literario serio"); pero a Chéjov le importaba tan poco la narrativa de argumento que nunca la incluyó en un libro. Uno no puede esperar que Maugham apruebe el precepto que, según Iván Bunin , predicaba Chéjov : que al escribir un cuento uno debía quitarle el principio y el final. Pero debiera ser obvio para cualquiera cuya noción de cómo deben escribirse los cuentos no se informara con el argumento bien armado, con el "iOh! ," del párrafo final que Chéjov evitaba , que los cuentos y las obras de Chéjov son a la vez complejos y están muy densamente construidos. Hingley, que en ocasiones , al sintetizar los cuentos de Chéjov, sugiere que no ha percibido la estructura de éstos, no expone el sentido de la forma tan bien como Magarshack, quien analiza los modelos en las obras de teatro y demuestra la sutileza y tersura de su hermosa habilidad. Sin embargo , no cabe duda de que los lectores occidentales han sido seriamente desafiados por Chéjov más todavía que por cualesquier otros escritores rusos, por falta de familiaridad con los antecedentes culturales y sociales del mundo acerca del cual escribe. Es mucho más limitado y local que Tolstoi o Oostoievsky, y no siempre captamos sus alusiones o entendemos lo que quiere decir. Aunque Chéjov siempre es específico, muy seguro y preciso , nos parece que es elusivo y vago. "Estos matices evocativos en el diálogo", escribe correctamente Magarshack sobre las referencias literarias de Chéjov, "se pierden completamente en la traducción, con el resultado de que una versión inglesa de una obra de Chéjov distorsiona la reacción emocional que se supone ha de produci r entre el público, creando la impresión de que los personajes se expresan tan extravagantemente porque son 'rusos'." Tampoco se captan completamente todas las implicaciones sociales de los personajes chejovianos . Virginia Woolf, por ejemplo , ha señalado algo esencial en Chéjov, algo que puede entenderse en todas partes , pues si Chéjov no tuviera una significación humana general , no pertenecería a la gran tradi- Dostoievsky ción rusa , y fuera de Rusia nunca hubiera ejercido tan grande influencia. Pero también es parte de la tradición rusa tratar críticamente los problemas específicos de Rusia , y Chéjov no es una excepción a esto. No tenía un mensaje religioso , como Oostoievsky y Tolstoi , y deliberadamente se puso al margen de la política ; pero , después de todo, su cuento El Pabellón 6 fue uno de los relatos contemporáneos que más exaltaron a Lenin en su juventud , y toda su obra es un documento social de una poderosa calidad, si bien grandemente negativo. Un obstáculo adicional e innecesario para la comprensión de Chéjov en el extranjero procede de la traducción de Garnett, que revuelve los cuentos , no da ninguna indicación de cuándo fueron escritos y a veces coloca en contigüidad producciones separadas por décadas, de ma30 Biblioteca de México nera que destruye completamente la secuencia de unos veinticinco años de trabajo. O. S. Mirsky se quejaba de esto en su Contemporary Russian Literature (La literatura rusa contemporánea) , y Hingley insiste en ello . En las ediciones rusas los cuentos están generalmente presentados en el orden correcto, y en la nueva edición soviética cada uno ha sido cuidadosamente fechado . Sólo leyéndolos así es posible hacerse una idea del desarrollo artístico de Chéjov o de su visión total de la vida rusa . Si seguimos esta línea de desarrollo, vemos que, empezando por las piezas satíricas, Chéjov pasa a dominar el arte de la anécdota irónica, tan a menudo patética o trágica (difícilmente podría uno quejarse, me parece, de que no se entiende lo que quieren decir) y finalmente -en lo que Hingley llama el período tolstoiano de Chéjov (por ejemplo, en Una crisis nerviosa}- adquiere un interés moral o alcanza, como en su período "clínico" (El monje negro) , una nueva profundidad psicológica. Estos estudios se vuelven más amplios -La estepa, A Dreary Story (Un cuento melancólico), El Pabellón 6}- de manera que cubren toda una vida en raccourci, o una experiencia, con mayor detalle . Estas obras no son cuentos sino lo que Henry James llamaba nouvelles. (The Shooting Pariy, La partida de caza, que es anterior, es la única verdadera novela de Chéjov.) Chéjov entra en su fase final , que se extiende de 1894 hasta su muerte en 1904, en mi opinión a partir del cuento llamado A Woman 's Kingdom (El reino de una mujer), que sigue inmediatamente a El monje negro. El Monje habia sido una obra maestra de un tipo diferente de cualquiera de estas últimas: una historia acerca de lo sobrenatural , que tenía algo en común con Hawthorne, aunque también era la historia "clínica" de un caso psiquiátrico; y a través de todos los cuentos anteriores , incluso cuando se ocupan de vidas monótonas o sórdidas , había cierta vena grotesca, una nota no del todo plausible : un elemento de alivio satírico, de exageración cómica , incluso, en algunos casos, de fábula y de cuento de hadas. Pero no hay nada de esto en A Woman 's Kingdom , que simplemente describe un día en la casa de una mujer soltera: una crónica de incidencias do mésticas, sólida y soberbiamente tratadas , en que el as censo de la clase media industrial (tema de varios de los cuentos tardíos) recibe su primer tratamiento intensivo. Cambian aquí tanto el método como la escala . Rara vez tenemos una sola situación que -como en El Pabellón 6-, lIegue a un clímax irónico. Esta serie final de cuentos , de los que Chéjov sólo lograba producir unos pocos por año, se vuelven más y más complejos , implican diversos personajes y presentan , como las obras teatrales de estos años , todo un microcosmos social. Se trata en realidad de novelas comprimidas , y pronto llegamos a ver que Chéjov está componiendo, en su último período, una especie de Comedia Humana en miniatura . Está cubriendo toda la Ru31 Biblioteca de México sia contemporánea mediante una secuencia de estudios significativos, cada uno de los cuales , o cada grupo, se propone ocupar -y, para los fines del autor, más o menos agotar- un ambiente claramente definido. En efecto, se concentra aquí más en una anatomía de la sociedad rusa que en apreciar la cordura , como Virginia Woolf creía que estaba haciendo, de talo cual alma individual. En A Woman 's Kingdom (6a6be UapCTBo), y luego en A Doctor's Visit (CJlY'faH 83 npaKTHKH): Una visita del médico) y The New Villa (La nueva villa), se trata de la burguesía recién llegada, que ha crecido con las fábricas modernas y la moderna ingeniería, y ahora se encuentra aislada del pueblo del que surgió. En Tres años, se trata del viejo mundo de los comerciantes moscovitas , casi tan cerrado como ghetto, en que la fuerza de la vieja generación, beata , dura y opresiva, se ve por fin debilitada por la defección de sus hijos, que se casan con mujeres de clase más alta o intentan , como intelligentsia, escapar a un mundo más libre y más refinado; pero el intento no fructifica: no pueden adaptarse , y la esposa del hermano que se ha quedado con el negocio -una mujer de una familia del "condado", que ha sufrido mucho a causa de su grosera familia política- llega a sentir a la larga que su marido ha elegido al mejor bando. En El asesinato , se trata de una familia de posaderos que han aprendido a leer la Biblia y se encuentran poseídos por fanáticas ideas religiosas: una forma de iluminación que no los salva del salvajismo y la ignorancia. Los campesinos es un estudio del mundo campesino, que Chéjov está lejos de idealizar, como gustaba de hacer Tolstoi , o de sentimentalizar, como hacía a veces Turgueniev. Un campesino de la izba , que ha mejorado hasta el punto de convertirse en mesero en Moscú , cae en·fermo y vuelve al pueblo donde vive su familia, acompañado de su esposa y su hijo; aquí, rodeado de miserias y horrores a los que se ha desacostumbrado, se le deja morir de tuberculosis , mientras su mujer y su hija se hunden en el nivel sórdido y servil de la anterior generación . En un relato acompañante del ante- rior, In the Ravine (En la hondonada), Chéjov se ocupa de la influencia brutalizadora de los kulaks, la clase constituida por los campesinos prósperos. En esta familia un tanto más acomodada , el padre tendero vende carne mala , uno de sus hijos pasa dinero falso y la emprendedora nuera , que está construyendo una adobería en la tierra de su suegro y que teme que la priven de ella , elimina al nietecito, probable heredero, echándole encima agua hirviendo. Todo el mundo sabe lo que ha ocurrido, pero los campesinos más pobres no se atreven a protestar y no se hace nada al respecto . Estas dos historias sobre la vida campesina son como cultivos de gérmenes malignos examinados a través de un microscopio. En Elobispo, el penúltimo cuento que Chéjov llegó a completar antes de su muerte, fija en el microscopio un espécimen del tejido no del todo enfermo pero tampoco demasiado vigoroso de la Iglesia ortodoxa griega: un obispo campesino en agonía , que se ha elevado sobre el nivel de sus progeni32 Biblioteca de México tores , pero ahora descubre que no tiene a nadie cerca de él, se ha convertido en un clérigo profesional, preso en la rutina de sus deberes, sin haber experimentado ni un momento de sentimiento religioso genuino; claramente debía haber sido un intelectual laico, pero nunca tuvo oportunidad de convertirse en tal. En éstos , y en los cuentos inmediatamente anteriores, se presenta una variedad de otros tipos de campesinos , ex campesinos y clase media baja, cuyos miembros se conocen en Rusia como meshchane, junto con médicos, profesores , pequeños funcionarios provincianos, y -con tratamiento a gran escala en El duelo de 1891-la pretensiosa e inepta intelligentsia. Hay que señalar que en los cuentos de este período Chéjov no nos da una visión comparable de la clase terrateniente en decadencia, que es el tema de tres de sus últimas obras de teatro, y que esta clase, cuando llega a aparecer -el cuento titulado en inglés An Artist's Story es la única posible excepción- figura ge- neralmente, como en Mi vida, en un papel meramente incidental y está presentada en el grado máximo de degradación. Aquí no hay lagos con simbólicas gaviotas, no hay jardines de cerezos en flor. Magarshack da gran importancia a la repetida insistencia de Chéjov de que El jardín de los cerezos se planteaba como una comedia no lejana a la farsa, y dice que la intención del autor fue traicionada por Stanislavsky, que convirtió la obra en una cosa romántica; y es cierto que, si uno la lee, encuentra que el humor es más abierto, el glamour es menos denso, de lo que pueden hacer pensar las memorias de las producciones del Teatro de Arte de Moscú, vistas sin conocer el idioma. Sin embargo, la poesía y el pathos están allí: Chéjov los puso allí. Magarshack ciertamente se equivoca al pensar que no era el propósito de Chéjov hacernos pensar que el viejo mayordomo Firs debe morir en la casa tapiada, abandonado por sus irresponsables amos. La explicación que yo doy a las quejas de Chéjov en torno a la puesta en escena que hizo Stanislavsky de El jardín de los cerezos es que le incomodaba la ternura que, en estas últimas obras, él mismo mostraba por los dvoryane, los señores, clase a la que no pertenecía por su cuna y con la que siempre había adoptado un tono desdeñoso. Si parece protestar demasiado en sus cartas sobre el asunto de El jardín de los cerezos, podemos adivinar que queria evitar que se le achacara excesiva admiración (como Dickens en Our Mutual Friend, perturbado por el poder amenazante de la clase menos advenediza, sentía una cierta nostalgia por las clases altas cultivadas que hasta aquí había ignorado o ridiculizado). Sin embargo, a Lopajin, que compra el jardin -un siervo liberto, como el padre de Chéjov-, pero no puede, debido a sus orígenes, inducir ni siquiera a una parienta pobre de los dueños originales a que se case con él, Chéjov no lo trata como un héroe, como tampoco al narrador de La partida de caza. Éste, un hombre listo pero corriente, magistrado examinador provinciano, a la vez desprecia y envidia al conde local, dueño de una propiedad ruinosa y de una familia decadente no muy distinta pero sí menos atractiva que la de El jardín . Asesina con impunidad , ante los ojos del noble, a una muchacha que ha sido amante de ambos, al ver que ella prefiere al conde a pesar de lo poco atrayente que es, antes que al narrador, por quien sí siente cierta pasión fisica. El narrador engaña completamente a las autoridades del distrito y logra hacer enviar a Siberia a un campesino inocente, castigado por el delito que él mismo ha cometido. Finalmente lleva al conde a vivir con él, cuando éste se ha bebido su fortuna entera, porque es aún susceptible al prestigio del anciano y en consecuencia, disfruta su degradación . Este hombre de clase media en ascenso es la figura central en Chéjov. Éste es el tema -traspuesto a los términos de diversos medios sociales- de todos los cuentos mencionados antes. Y es preciso en este momento inquirir cómo juzgaba Chéjov a estos personajes. Es este tipo de gente el que llegó al poder al triunfar la Revolución rusa. Resulta chejovianamente irónico que, al preservar cuidadosamente su 33 Biblioteca de México obra , los rusos soviéticos supongan siempre -por lo menos cuando hablan de él en público- que todos los tipos que Chéjov describió eran monstruos y parásitos producidos por la corrupción del antiguo régimen , cuando, en su manera de rebajarse ante la autoridad , en su educación a medias y sus vulgares ambiciones, tienen tanto en común obviamente con quienes gobiernan la Unión Soviética. Veamos, entonces, qué pensaba Chéjov de estas gentes, de las que él mismo era parte y de cuyas cobardías, servilismos e hipocresías se preciaba -en una notable carta citada por Hingley- de haberse librado, declarando que había logrado finalmente "exprimir de mí mismo hasta la última gota de sangre servil" y convertirse en "un verdadero ser humano". Parecía muy consciente de que el futuro les pertenece. Hingley dedica algún espacio al inexistente problema de si Chéjov debía ser considerado un escritor "optimista" o "pesimista". "Hay consenso general", dice, "hoy día en Rusia en que Chéjov era un optimista, tanto en sus escritos como en su vida personal , y esta idea tiene el importante apoyo del propio Chéjov." Magarshack Chéjov y Gorki insiste en que las cuatro últimas obras de Chéjov representan "un drama de valor y esperanza". Ahora bien , es cierto que algún parlamento ocasional en estas obras da expresión al valor y la esperanza, pero cada vez que se toca esa nota --como se toca en el final de Las tres hermanas, cuando aquellas mujeres, carentes de marido o de amante , incapaces de romper con la vida de su estancada ciudad , empiezan a hablar del tiempo en que "nuestros sufrimientos se convertirán en alegría por aquellos que vivirán después de nosotras" y "la paz y la felicidad reinarán en la tierra"- , tales deseos y decisiones están vistos en una perspectiva patética . Es cierto que Chéjov mismo se sintió ocasionalmen- te impelido a profetizar en idéntico sentido. A. A. Kuprin cuenta que Chéjov le decía: "¿Sabes? , en trescientos o cuatrocientos años toda la tierra se convertirá en un jardín en flor." Pero el prospecto inmediato de un mundo administrado por los personajes de Chéjov no es en absoluto alegre. Uno no puede esperar, por supuesto , que haya una fe robusta en un hombre que se muere de tuberculosis, aunque tales inválidos tienen sus momentos de esplendor, pero la susceptibilidad de Chéjov a esta enfermedad -de la que padecen varios de sus últimos personajes , como por ejemplo Nikolai en Los campesinos- era en parte producto, sin duda, del duro esfuerzo por adaptarse intelectual , social y físicamente, del 34 Biblioteca de México que tantos de sus personajes padecen. "Lo que los escritores que pertenecen a la clase alta reciben como regalo de la naturaleza", escribía en una carta de 1889, "nosotros la intelligentsia de origen bajo, lo compramos al costo de nuestra juventud"; este costo en esfuerzo debilitador y la frecuente insuficiencia de lo que así se compraba estaban siempre presentes en Chéjov. Con todo, en uno de sus mejores cuentos, La estepa, nos hace sentir que las esperanzas de los campesinos que envían a su hijo lejos para que estudie pueden ser algo más que simplemente conmovedoras, que algo nuevo y sólido puede resultar de ello -aunque el obispo del penúltimo cuento bien podría ser este muchacho, ya viejo, que separado de su madre campesina nunca ha encontrado su verdadera vocación. Pero -curiosa y tal vez significativamente y, por cierto, de modo sorprendente para el lector que ha tomado estas obras en su orden cronológico- el último cuento que Chéjov terminó, Betrothed (HeBecTa: La prometida), enterrado por la señora Garnett en un volumen de obras de fecha muy anterior, suena como una nota de triunfante confianza . Una muchacha de provincias, espíritu independiente, rechaza a su prometido provinciano, cuya poshlost (esa combinación especial de vulgaridad, banalidad y afectación) siente que no puede tragar. Ha sido influida por un primo artista, que le ha dicho que debe ir a San Petersburgo a estudiar en la universidad, que cuanta más gente como ella se "dedique" y entrene, "antes descenderá a la tierra el Reino de los Cielos. Entonces, poco a poco, no quedará de tu ciudad piedra sobre piedra. Todo se volteará de cabeza ; todo cambiará , como por acto de magia. Se le- vantarán grandes y espléndidas casas, parques maravillosos, extraordinarias fuentes, personas notables." Este primo, un típico raté chejoviano, ha pasado de la pintura a la arquitectura, de la arquitectura a trabajar con un litografista, y nunca ha sido bueno para nada excepto para convencer a sus amigas de que manden al diablo su vida de familia. A diferencia de las tres hermanas, la Nadya de este cuento sí logra la ruptura, y encuentra, cuando vuelve de vacaciones, que su casa parece ahora pequeña e innoble. Le repele la vieja tradición , continuada por su abuela y su madre, de amontonar a los sirvientes en pequeñas habitaciones y hacerlos dormir en el suelo. No siente gran pena al descubrir que su madre y su abuela han abandonado incluso su círculo social como resultado de su impropia conducta al abandonar a su prometido. Ni siquiera la conmueve mucho recibir un telegrama que dice que su primo, que la había impulsado, ha muerto de tuberculosis. Se sacude la vieja casa y la ciudad -es como si la antigua vida hubiera ardido y las cenizas se las llevara el viento- y, llena de vida , alegría y esperanza, vuelve a su propio trabajo en la ciudad . Chéjov, así, al final de su vida , nos recuerda al Guardián del Camino, del bello poema de Edwin Arlington Robinson , en The Town Down the River. En él , Robinson hablaba, con sólo unos años de diferencia respecto de Chéjov, de un período de Estados Unidos que parece a veces, aunque no por las mismas razones, tan desalentador, tan lleno de frustraciones, como le parecía a Chéjov la Rusia de su tiempo . El guardián del camino que lleva a una gran ciudad · moderna advierte a la gente que viaja ansiosamente hacia ella , como los personajes de Chéjov viajan hacia Moscú y San Petersburgo, de sus peligros y desilusiones. Pero, cuando su propia vida está por terminar, y los viejos que han tenido éxito vuelven para decirle que ahora ven que tenía razón y para advertirle en cambio que su fin está próximo y que todos deberían abandonar sus esperanzas: ["Apagadas están , empero , vuestras linternas "But your lanterns are unlighted And the Town is far before you: Let us hasten, I implore you," Said the Watcher by the Way. "Long have I waited, Longer have I known That the Town would have its own, And the call be for the fated. y la Ciudad está lejos ante vosotros: Apresurémonos , os lo imploro". Dijo el guardián del camino. "Largo tiempo he esperado y más tiempo he sabido Que la Ciudad tendría lo suyo y el llamado es para los destinados . "En nombre de todo lo creado , No escuchemos más, hermanos: ¿Somos más viejos que todos? ¿Se interponen los planetas?" "iOíd!", dijo uno: "Yo oigo el Río, Que llama siempre, noche y día." "iAdelante, entonces! Las luces brillan", Dijo el guardián del camino.] "In the name of all created, Let us hear no more, my brothers; Are we older than all others? Are the planets in our way ?'~ "Hark, " said one; "1 hear the River, Calling always, night and day. ""Forward, then! The lights are shining," Said the Watcher by the Way. 22 de noviembre de 1952 35 Biblioteca de México ANTÓN CHÉJOV EL GORDO Y EL FLACO* En la estación del ferrocarril de Nicolaevski se encontraron dos amigos: el uno era gordo y el otro flaco. El gordo acababa de comer en la estación, y sus labios, húmedos de grasa, relucían como dos cerezas maduras. Exhalaba un olor a jerez y a azahar. El flaco , que se apeaba en aquel momento del vagón , iba cargado de maletas, bultos y cajas y olía a jamón y a posos de café . Tras él asomaba una señora delgadita y de larga barbilla , su mujer, y un alto colegial que guiñaba un ojo, su hijo. -iPorfirii! -exclamó el gordo al ver al flaco- . ¿Es posible que seas tú? .. iAlma mía!. .. iCuántos añosl. .. -iDios mío! -se asombró el flaco-. iMischa!. .. iAmigo de la infancial ¿De dónde sales? .. Ambos amigos de la infancia se abrazaron hasta tres veces y fijaron sus ojos llenos de lágrimas el uno en el otro. Ambos se sentían gratamente aturdidos. -iQuerido mío! -empezó a decir el flaco después del abrazo-. iEStO no lo esperaba! iQué sorpresa!. .. A ver... , imírame bien!. .. iTan guapo como antes!. .. iTan encantador y tan petimetre!. .. iOh Dios mío!. .. Bueno ¿y qué es de ti? .. ¿Rico? .. ¿Casado? .. Yo, como ves , ya lo estoy. Esta es mi mujer, Luisa , nacida Vanzenbaj .. . luterana ... Este es mi hijo, Nafanail, alumno de tercer año ... iY éste, Nafania, es mi amigo de infancia!. .. iEstudiamos juntos en la escuela! Nafanail, después de pensarlo un poco , se quitó la gorra . -Estudiamos juntos en la escuela -repitió el flaco-. ¿Te acuerdas cómo te impacientabas cuando te llamaban Eróstrato porque habías quemado con el cigarrillo un libro oficial? .. A mí me llamaban Efialtes porque me gustaba acusar. iJa, ja!. .. iQué chiquillos éramos!. .. iNO tengas miedo, Nafanail! iAcércate a él!. .. Esta es mi mujer, nacida Vanzenbaj ... , luterana ... Nafanail, de nuevo después de pensarlo un poco , se escondió tras la espalda de su padre . -iBien!. .. Y ¿qué tal vives tú , amigo? -preguntó el gordo, contemplándole con admiración-. ¿Trabajas? ¿Has prosperado? .. -Sí, amigo, sí trabajo ... Ya va a hacer dos años que soy asesor colegiado y tengo la • Antón Chéjov. Cuentos completos, versión directa del ru so de E. Podgursky y A. Aguilar, S. A. de Ediciones, Madrid , 1957, 1310 pp . Estanislao.' El sueldo es flojo , pero ... iqué se le va a hacer! ... Mi mujer da lecciones de música, y yo, en los ratos libres, hago pitilleras de madera . iUnas pitilleras magnificas! Las vendo a un rublo la pieza ... Y al que me lleva diez .. . o más de diez .. . le hago un descuento. Total , que nos defendemos. Estaba en la Delegación , pero ahora me han trasladado aquí, al mismo departamento. Y aquí seguiré trabajando ... Pero bueno ... , ¿y tu? Seguro que ya eres consejero civil ... ¿Eh? ... ¿A que sí? ... ¿No? .. -No, querido. Sube un poco más -dijo el gordo-o He llegado a consejero secreto. Tengo dos estrellas .. . El delgado palideció súbitamente y quedó petrificado , pero pronto en su rostro , yesparciéndose en todos sentidos , vino a dibujarse una ancha sonrisa . Diríase que sus ojos y todo su semblante irradiaban chispas , Todo él se encogió , se encorvó ... Sus maletas, bultos y cajas se encogieron y se arrugaron ... La larga barbilla de su mujer se alargó todavía más, Nafanail se cuadró y se abrochó todos los botones del uniforne , - Yo ... , excelencia ... iOh , qué satisfacción! .. . iUn amigo ... de la infancia , puede decirse .. ., y que resulte ser un personaje! ... iJe ... , je! .. . -Basta ... , ya está bien -dijo el gordo con un gesto de desagrado-. ¿Por qué empleas ese tono? iSomos amigos de la infancia, y esa apreciación de las categorías está fuera de lugar! -iPOr Dios! .. . iQué está usted diciendo! - contestó con una risita el flaco , encogiéndose todavía más-o La generosa atención que su excelencia me presta es para mí algo así como un licor vivificante ... Este , excelencia , es mi hijo Nafanail ... Mi mujer, Luisa ... , luterana , hasta cierto punto ... El gordo quiso replicar algo , pero el rostro del delgado expresaba tal veneración ... tal dulzura ... , tan respetuosa actitud .. ., que el consejero secreto sintió náuseas. Volviendo la cabeza , tendió una mano para despedirse, El delgado estrechó los tres dedos, saludó con todo su cuerpo y con la risita de un chico rió: -iJe ... je ... je! ... La mujer sonrió , Nafanail chocó los talones y dejó caer la gorra . Los tres estaban gratamente aturdidos . • Condecoración. 37 Biblioteca de México LA DAMA DEL PERRITO Corrió la voz de que por el malecón se había visto pasear a un nuevo personaje: La dama del perrito. Dmitrii Dmitrich Gurov, residente en Yalta hacía dos semanas y habituado ya a aquella vida , empezaba también a interesarse por las caras nuevas. Desde el Pabellón Verne , en que solía sentarse , veía pasar a una dama joven , de mediana estatura , rubia y tocada con una boina . Tras ella corría un blanco lulú. Después, varias veces al día , se la encontraba en el parque y en los jardinillos públicos . Paseaba sola, llevaba siempre la misma boina y se acompañaba del blanco lulú. Nadie sabía quién era y todos la llamaban La dama del perrito. "Si está aquí sin marido y sin amigos, no estaría mal trabar conocimiento con ella", pensó Gurov. Éste no había cumplido todavía los cuarenta años , pero tenía ya una hija de doce y dos hijos colegiales . Se había casado muy joven , cuando aún era estudiante de segundo año , y ahora su esposa parecía dos veces mayor que él. Era ésta una mujer alta , de oscuras cejas , porte rígido, importante y grave y se llamaba a sí misma intelectual. Leía mucho, no escribía cartas y llamaba a su marido Dimitrii, en lugar de Dmitrii. Él , por su parte , la consideraba de corta inteligencia , estrecha de miras y falta de gracia , por lo que temiéndola , no le agradaba permanecer en el hogar. Hacía mucho tíempo que había empezado a engañarla con frecuencia , siendo sin duda ésta la causa de que casi siempre hablara mal de las mujeres . Cuando en su presencia se aludía a ellas , exclamaba: - i Raza inferior! Considerábase con la suficiente amarga experiencia para aplicarles este calificativo , no obstante lo cual , sin esta raza inferior no podría vivir ni dos días seguidos . Con los hombres se aburría , se mostraba frío y poco locuaz; y, en cambio , en compañía de mujeres se sentía despreocupado. Ante ellas sabía de qué hablar y cómo proceder, y hasta el permanecer silencioso a su lado le resultaba fácil. Su exterior, su carácter, estaba dotado de un algo imperceptible , pero atrayente para las mujeres. Él lo sabía, y a su vez se sentía llevado hacia ellas por una fuerza desconocida . La experiencia, una amarga experiencia, en efecto, le había demostrado hacía mucho tiempo que todas esas relaciones que al principio tan gratamente amenizan la vida, presentándose como aventuras fáciles y agradables, se convierten siempre para las personas serias, principalmente para los moscovitas, indecisos y poco dinámicos, en un problema extremadamente complicado, con lo que la situación acababa haciéndose penosa . Sin embargo, a pesar de ello, a cada nuevo encuentro con una mujer interesante, la experiencia, resbalando de su memoria, se deslizaba no se sabía hacia dónde ... Quería uno vivir, y itodo parecía tan sencillo y tan divertido!. .. Así, pues, hallábase un día al atardecer comiendo en el jardín, cuando la dama de la boina , tras acercarse con paso reposado , fue a ocupar la mesa vecina. Su expresión , su manera de andar, su vestido, su peinado, todo revelaba que pertenecía a la buena sociedad , que era casada , que venía a Yalta por primera vez, que estaba sola y que se aburría ... Los chismes sucios sobre la moral de la localidad encerraban mucha mentira. Él aborrecía aquellos chismes; sabía que la mayoría de ellos habían sido inventados por personas que hubieran prevaricado gustosas de haber sabido hacerlo; pero , sin embargo, cuando aquella dama fue a sentarse a tres pasos de él, a la mesa vecina, todos esos chismes acudieron a su memoria: fáciles conquistas ..., excursiones por la montaña ... Y el pensamiento tentador de una rápida y pasajera novela junto a una mujer de nombre y apellido desconocidos se apoderó de él. Con un ademán cariñoso llamó al lulú, y cuando lo tuvo cerca le amenazó con el dedo. El lulú gruñó, y Gurov volvió a amenazarle . La dama le lanzó una ojeada, bajando la vista en el acto. -No muerde -dijo, enrojeciendo . -¿Puedo darle un hueso? Ella movió la cabeza en señal de asentimiento. -¿Hace mucho que ha llegado? -siguió preguntando Gurov en tono afable. -Unos cinco días. -Yo llevo aquí ya casi dos semanas. 38 Biblioteca de México Quedaron un momento silenciosos. -El tiempo pasa de prisa y, sin embargo , se aburre uno aquí- dijo ella sin mirarle. -Suele decirse, en efecto, que esto es aburrido ... En su casa de cualquier pueblo ..., de un Beleb o de un Jisdra ... , no se aburre uno, y se llega aquí y se empieza a decir en seguida : "iAh , qué aburrido! iAh , qué polvo!. .. " iEnteramente como si viniera uno de Granada! Ella se echó a reír. Luego ambos siguieron comiendo en silencio , como dos desconocidos; pero después de la comida salieron juntos y entablaron una de esas charlas ligeras, en tono de broma , propia de las personas libres, satisfechas , a quienes da igual adonde ir y de qué hablar. Paseando comentaban el singular tono de luz que iluminaba el mar: tenía el agua un colorido lila , y una raya dorada que partía de la luna corría sobre ella . Hablaban de que la atmósfera , tras el día caluroso , era sofocante . Gurov le contaba que era moscovita y por sus estudios , filólogo , pero que trabajaba en un Banco. Hubo un tiempo en el que pensó cantar en la ópera , pero lo dejó. Tenía dos casas en Moscú ... De ella supo que se había criado en Petersburgo, casándose después en la ciudad de S***, donde residía hacía dos años , y que estaría todavía un mes en Yalta , adonde quizá vendría a buscarla su marido, que también quería descansar. En cuanto a en qué consistía el trabajo de éste , no sabía explicarlo , cosa que la hacía reír. También supo Gurov que se llamaba Anna Sergueevna . Después, en su habitación, continuó pensando en ella yen que al otro día seguramente volvería a encontrarla. Y así había de ser. Mientras se acostaba repasó en su memoria que aquella joven dama aún hacía poco estaba estudiando en un pensionado , como ahora estudiaba su hija. Recordó la falta de aplomo que había todavía en su risa cuando conversaba con un desconocido. Era ésta seguramente la primera vez que se veía envuelta en aquel ambiente .... perseguida , contemplada con un fin secreto que no podía dejar de adivinar. Recordó su fino y débil cuello , sus bonitos ojos de color gris. "Hay algo en ella que inspira lástima", pensaba al quedarse dormido. 11 Ya hacía una semana que la conocía. Era día de fiesta . En las habitaciones había una atmósfera sofocante , y por las calles el viento , arrebatando sombreros , levantaba remolinos de polvo . La sed era constante , y Gurov entraba frecuentemente en el pabellón , tan pronto en busca de jarabe como de helados con que obsequiar a Anna Sergueevna . No sabía uno dónde meterse. Al anochecer, cuando se calmó el viento , fueron al muelle a presenciar la llegada del vapor. El embarcadéro estaba lleno de paseantes y de gentes con ramos en las manos que acudían allí para recibir a alguien. Dos particularidades del abigarrado gentío de Yalta aparecían sobresalientes: que las damas de edad madura vestían como las jóvenes y que había gran número de generales. Por estar el mar agitado el vapor llegó con retraso , cuando ya el sol se había puesto , permaneciendo largo rato dando vueltas antes ser de amarrado en el muelle. Anna Sergueevna miraba al vapor y a los pasajeros a través de sus impertinentes, como buscando algún conocido, y al dirigirse a Gurov le brillaban los ojos . Charlaba sin cesar y hacía breves preguntas , olvidándose en el acto de lo que hab ía preguntado . Luego extravió los impertinentes entre la muchedumbre . Esta , compuesta de gentes bien vestidas, empezó a dispersarse ; ya no pod ían distinguirse los rostros . El viento había cesado por completo . Gurov y Anna Serg ueevna continuaban en pie , como esperando a que, alguien más baja- Chéjov en 1893 39 Biblioteca de México ra del vapor. Anna Sergueevna no decía ya nada, y sin mirar a Gurov aspiraba el perfume de las flores. -El tiempo ha mejorado mucho -dijo éste-o ¿Adónde vamos ahora? ¿Y si nos fuéramos a alguna parte? Ella no contestó nada. Él entonces la miró ·fijamente y de pronto la abrazó y la besó en los labios, percibiendo el olor y la humedad de las flores ; pero en seguida miró asustado a su alrededor para cerciorarse de que nadie los había visto. -Vamos a su hotel- dijo en voz baja . y ambos se pusieron en marcha rápidamente. El ambiente de la habitación era sofocante y olía a perfume comprado por ella en la tienda japonesa . Gurov, mirándola, pensaba en cuántas mujeres había conocido en la vida. Del pasado guardaba el recuerdo de algunas inconscientes, benévolas , agradecidas a la felicidad que les daba, aunque ésta fuera efímera ; de otras , como , por ejemplo , su mujer, cuya conversación era excesiva , recordaba su amor insincero, afectado, histérico ..., que no parecía amor ni pasión , sino algo mucho más importante. Recordaba también a dos o tres bellas, muy bellas y frías , por cuyos rostros pasaba súbitamente una expresión de animal de presa , de astuto deseo de extraer a la vida más de lo que puede dar. Estas mujeres no estaban ya en la primera juventud, eran caprichosas , voluntariosas y poco inteligentes, y su belleza despertaba en Gurov, una vez desilusionado , verdadero aborrecimiento , antojándosel e escamas los encajes de sus vestidos . Aquí , en cambio , existía una falta de valor, la falta de experiencia propia de la juventud , tal sensación de azaramiento que le hacía a uno sentirse desconcertado, como si alguien de repente hubiera llamado a la puerta . Anna Sergueevna , la dama del perrito , tomaba aquello con especial seriedad , considerándolo como una ca íd a, lo cual era singular e inadecuado . Como la pecadora de un cuadro antiguo, permanecía pensativa , en actitud desconsolada . -iEsto está muy mal -dijo-, y usted será el primero en no estimarme! Sobre la mesa había una sandía , de la que Gurov se cortó una loncha , que empezó a comerse despacio. Una media hora , por lo menos, tran scu rrió en silencio . Anna Sergueevna presentaba el aspecto conmovedor, ingenuo y honrado de la mujer sin experiencia de la vida . Una vela solitaria colocada encima de la mesa apenas iluminaba su rostro; pero, sin embargo, veíase su sufrimiento . -¿Por qué vaya dejar de estimarte? -preguntó Gurov-. No sabes lo que dices. -iQue Dios me perdone!. .. -dijo ella , y sus ojos se arrasaron en lágrimas-. ¡Esto es terrible!. .. -Parece que te estás excusando. -iExcusarme!. .. ¡Soy una mala y ruin mujer!. .. iMe aborrezco a mí misma!. .. iNO es a mi marido a quien he engañado ...; he engañado a mi propio ser! iY no solamente ahora ... , sino hace ya tiempo!. .. ¡Mi marido es bueno y honrado, pero ... un lacayo! iNO sé qué hace ni en qué trabaja, pero si sé que es un lacayo!. .. ¡Cuando me casé con él tenía veinte años! iDespués de casada , me torturaba la curiosidad por todo!. .. iDeseaba algo mejor! iQuería otra vida!. .. iDeseaba vivir!. .. iAquella curiosidad me abrasaba!. .. iUsted no podrá comprenderlo , pero juro ante Dios que ya era incapaz de dominarme!. .. iAlgo pasaba dentro de mí que me hizo decir a mi marido que me encontraba mal y venirme!. .. iAquí, al principio, iba de un lado para otro , como presa de locura .... y ahora soy una mujer vulgar... , mala ..., a la que todos pueden despreciar! A Gurov le aburría escucharla. Le molestaba aquel tono ingenuo, aquel arrepentimiento tan inesperado e impropio. Si no hubiera sido por las lágrimas que llenaban sus ojos , podía haber pensado que bromeaba o que estaba representando un papel dramático. -No comprendo -dijo lentamente-. ¿Qué es lo que quieres? Ella ocultó el rostro en su pecho y contestó : -iCréame!. .. iCréame, se lo suplico!. .. iAmo la vida honesta y limpia y el pecado me parece repugnante!. .. iYO misma no comprendo mi conducta! La gente sencilla dice: "iCulpa del maligno!" ... Y eso mismo digo yo ... : iCulpa del maligno! -Bueno , bueno ... -masculló él. Luego miró sus ojos , inmóviles y asustados, la besó y comenzó a hablarle despacio, en tono cariñoso, y tranquilizándose ella, la alegría volvió a sus ojos y ambos rieron otra vez. Después se fueron a pasear por el malecón , que estaba desierto. La ciudad, con sus cipreses , tenía un aspecto muerto; pero el mar rugía al chocar contra la orilla . Sólo un vaporcilla , sobre el que oscilaba la luz de un farolito, se mecía sobre las olas . Encontraron un isvoschik y se fueron a Oranda. 40 Bibliote ca de Méx ico -Ahora mismo acabo de enterarme de tu apellido en la portería . En la lista del hotel está escrito este nombre: "Von Dideritz" -dijo Gurov-. ¿Es alemán tu marido? -No; pero, según parece , lo fue su abuelo . Él es ortodoxo . En Oranda estuvieron un rato sentados en un banco , no lejos de la iglesia , silenciosos y mirando el mar a sus pies . Apenas era visible Yalta en la bruma matinal. Sobre la cima de las montañas había blancas nubes inmóviles, nada agitaba el follaje de los árboles , oíase el canto de la chicharra y de abajo llegaba el ruido del mar hablando de paz y de ese sueño eterno que a todos nos espera . El mismo ruido haría, el mar allá abajo, cuando aún no existían ni Yalta ni Oranda .. .; el mismo ruido indiferente seguirá haciendo cuando ya no existamos nosotros. Y esta permanencia , esta completa indiferencia hacia la vida y la muerte en cada uno de nosotros constituye la base de nuestra eterna salvación , del incesante movimiento de la vida en la tierra , del incesante perfeccionamiento .. . Sentado junto a aquella joven mujer, tan bella en la hora matinal , tranquilo y hechizado por aquel ambiente de cuento de hadas, de mar, de montañas, de nubes y de ancho cielo ... Gurov pensaba en que, bien considerado , todo en el mundo era maravilloso .. . iY todo lo era , en efecto .. ., excepto lo que nosotros pensamos y hacemos cuando nos olvidamos del alto destino de nuestro ser y de la propia dignidad humana!. .. Un hombre, seguramente el guarda , se acercó a ellos . Los miró y se fue , pareciéndole este detalle también bello y misterioso. Iluminado por la aurora y con las luces ya apagadas , vieron llegar el barco de Feodosia . -La hierba está llena de rocío -dijo Anna Sergueevna después de un rato de silencio . -Sí. Ya es hora de volver. Regresaron a la ciudad . Después, cada mediodía , siguieron encontrándose en el malecón . Almorzaban juntos, comían , paseaban y se entusiasmaban con la contemplación del ma r. Ella observaba que dorm ía mal y que su corazón palpitaba intranquilo. Le hacía las mismas preguntas , tan pronto excitadas por los celos como por el miedo de que él no la estimara sufIcientemente. Él , a menudo, en el parq ue o en los jardini1I0s, cuando no había nadie cerca , la abrazaba de pronto apas ionadamente. Aquella completa ociosidad , aquellos besos en pleno día, llenos del temor de ser vistos; el calor, el olor a mar y el perpetuo vaivén de gentes satisfe- 41 Biblioteca de Méx ico chas , ociosas , ricamente vestidas, parecían haber transformado a Gurov. Este llamaba a Anna Sergueevna bonita y encantadora , se apasionaba , no se separaba ni un paso de ella ; que, en cambio, solía quedar pensativa, pidiéndole que le confesara que no la quería y que sólo la consideraba una mujer vulgar. Casi todos los atardeceres marchaban a algún sitio de las afueras, a Oranda o a contemplar alguna catarata . Estos paseos resultaban gratos, y las impresiones recibidas en ellos siempre prodigiosas y grandes. Se esperaba la llegada del marido. Un día , sin embargo , recibióse una carta en la que éste se quejaba de un dolor en los ojos , suplicando a su mujer que regresara pronto a su casa . Anna Sergueevna aceleró los preparativos de marcha . -En efecto, es mejor que me vaya -dijo a Gurov-. ¡Así lo dispone el Destino! Acompañada por él y en coche de caballos , emprendió el viaje , que duró el día entero . Una vez en el vagón del rápido y al sonar la segunda campanada , dijo: -iDéjeme que lo mire otra vez! iOtra vez! iAsí!. .. No lloraba, pero estaba triste; parecía enferma y había un temblor en su rostro . -iPensaré en usted! - decía-o iLo recordaré! iQuede con Dios !. .. iGuarde una buena memoria de mí! iNos despedimos para siempre! iEs necesario que así sea ! iNo deberíamos habernos encontrado nunca ! iNo!. .. iQuede con Dios! El tren partió veloz, desaparecieron sus luces, y un minuto después extinguíase el ruido de sus rueda s, como si todo estuviera ordenado a que aquella dulce enajenación , aquella locura , cesaran más de prisa . Solo en el andén , con la sensación del hombre que acaba de despertar, Gurov fijaba los ojos en la lejanía , escuchando el canto de la chicharra y la vi bración de los hilos telegráficos. Pensaba que en su vida había ahora un éxito, una ·aventura más, ya terminada , de la que no quedaría más que el recuerdo . Se sentía conmovido , triste y un poco arrepentido. Esta joven mujer, a la que no volvería a ver, no había sido feliz a su lado. Siempre se había mostrado con ella afable y afectuoso ; pero , a pesar de tal proceder, su tono y su mismo cariño traslucían una ligera sombra de mofa, la brutal superioridad del hombre feliz, de edad casi doble. Ella lo calificaba constantemente de bueno , de extraordina rio, de elevado . Lo con- Antón Ché¡ov la dama del perrito ttlfia os sideraba , sin duda, como no era , lo cual significaba que la había engañado sin querer.. . En la estación comenzaba a oler a otoño y el aire del anochecer era fresco . "iYa es hora de marcharse al Norte! - pensaba Gurov al abandonar el andén-o iYa es hora!. .." 111 En su casa de Moscú todo había adquirido aspecto invernal : el fuego ardía en las estufas y el cielo , por las mañanas, estaba tan oscuro que el aya , mientras los niños, disponiéndose para ir al colegio , tomaban el té , encendía la luz. Caían las primeras heladas ... iEs tan grato en el primer día de nieve ir por primera vez en trineo!. .. iContemplar la tierra blanca , los tejados blancos!. .. iAspirar el aire sosegadamente: en tanto que a la memoria acude el recuerdo de los años de adolescencia!. .. Los viejos tilos , los abedules , tienen bajo su blanca cubierta de escarcha una expresión bondadosa . Están más cercanos al corazón que los cipreses y las palmeras , y en su proximidad no quiere uno pensar ya en el mar ni en las montañas . Gurov era moscovita. Regresó a Moscú en 42 B iblio t e ca de M éxico un buen día de helada y cuando, tras ponerse la pelliza y los guantes de invierno, se fue a pasear por Petrovka,' así como cuando el sábado, al anochecer, escuchó el sonido de las campanas, aquellos lugares visitados por él durante su reciente viaje perdieron a sus ojos todo encanto. Poco a poco comenzó a sumergirse otra vez en la vida moscovita. Leía ya ávidamente tres periódicos diarios (no los de Moscú, que decía no leer por una cuestión de principio), le atraían los restaurantes, los casinos, las comidas, las jubilaciones ... ; le halagaba frecuentaran su casa abogados y artistas de fama , jugar a las cartas en el Círculo de los médicos con algún eminente profesor y comerse una ración entera de selianka.* Un mes transcurriría y el recuerdo de Anna Sergueevna se llenaría de bruma en su memoria (así, al menos, se lo figuraba) , y sólo de vez en vez volvería a verla en sueños, con su sonrisa conmovedora, como veía a las otras. Más de un mes transcurrió , sin embargo; llegó el rigor del invierno y en su recuerdo permanecía todo tan claro como si sólo la víspera se hubiera separado de Anna Sergueevna . Este recuerdo se hacía más vivo cuando , por ejemplo, en la quietud del anochecer llegaban hasta su despacho las voces de sus niños estudiando sus lecciones, al oír cantar una romanza , cuando percibía el sonido del órgano del restaurante o aullaba la ventisca en la chimenea ... Todo entonces resucitaba de pronto en su memoria : la escena del muelle, la mañana temprana , las montañas neblinosas. el vapor de Feodosia, los besos . Recordándolo y sonriendo paseaba largo rato por su habitación , y el recuerdo se hacía luego ensueño, se mezclaba en su mente con imágenes del futuro . Ya no soñaba con Anna Sergueevna. Era ella misma la que le seguía a todas partes como una sombra . Cerraba los ojos y la veía cual viva, más bella , más joven , más tierna y afectuosa de lo que era en realidad . También él se creía mejor de lo que era en Yalta. Durante el anochecer, ella le miraba desde la librería, desde la chimenea , desde un rincón .. . Percibía su aliento y el suave roce de su vestido. Por la calle, su vista seguía a todas las mujeres, buscando entre ellas alguna que se le pareciera . El fuerte deseo de comunicar a alguien su recuerdo comenzaba a oprimirle , pero en su casa no podía hablar de aquel amor, y fuera de ella no tenía con quién expansionarse . No , Una de las calles principales de Moscú. • Manjar ruso . podía hablar de ella con los vecinos ni en el Banco.. . ¿Encerraban algo bello , poético , aleccionador, o simplemente interesante, sus sentimientos hacia Anna Sergueevna? ... Tenía que limitarse a hablar abstracta mente del amor y de las mujeres. ; pero de manera que nadie pudiera adivinar cuál era su caso , y tan sólo la esposa , alzando las oscuras cejas , solía decirle: -¡Dimitrii! iEI papel de fatuo no te va nada bien! Una noche, al salir del Círculo médico con su compañero de partida , el funcionario , no pudiendo contenerse dijo a éste : -iSi supiera usted qué mujer más encantadora conocí en Yalta! ... El funcionario , tras acomodarse en el asiento del trineo, que emprend ió la marcha, volvió de repente la cabeza y gritó : -iDmitrii Dmitrich! ... -¿Qué? -iTenía usted razón antes ! ¡El esturión no estaba del todo fresco! Tan sencillas palabras, sin saber por qué, indignaron a Gurov. Se le antojaban sucias y mezquinas ... iQué costumbres salvajes aquellas! iQué gentes! iQué veladas necias! iQué días anodinos y desprovistos de interés! .. . iTOdo se reducía a un loco jugar a los naipes, a gula, a borracheras, a charlas incesantes sobre las mismas cosas! El negocio innecesario, la conversación sobre repetidos temas absorbía la mayor parte del tiempo y las mejores energías, resultando al fin de todo ello una vida absurda, disforme y sin alas , de la que no era posible huir, escapar, como si se estuviera preso en una casa de locos o en un correccional. Lleno de indignación , Gurov no pudo pegar los ojos en toda la noche, y el día siguiente lo pasó con dolor de cabeza . Las noches sucesivas durmió también mal y hubo de permanecer sentado en la cama o de pasear a grandes pasos por la habitación . Se aburría con los niños, en el Banco, y no ten ía gana de ir a ninguna parte ni de hablar de nada. En diciembre , al llegar las fiestas, hizo sus preparativos de viaje , y diciendo a su esposa que, con motivo de unas gestiones en favor de cierto joven , se veía obligado a ir a Petersburgo , salió para la ciudad de S***. Él mismo no sabía lo que hacía . Quería solamente ver a Anna Sergueevna , hablar con ella , orga nizar una entrevista si era posible . Llegó a S*** por la mañana , ocupando en la fonda una habitación, la ,mejor, con el suelo 43 Biblioteca de México alfombrado. Sobre la mesa, y gris de polvo, había un tintero que representaba a un jinete sin cabeza , cuyo brazo levantado sostenía un sombrero. Del portero obtuvo la necesaria información . Los von Dideritz vivían en la calle Staro-Goncharnaia, en casa propia, no lejos de la fonda . Llevaban una vida acomodada y lujosa, tenían caballos de su propiedad yen la ciudad todo el mundo los conocía ... -Dridiritz -pronunciaba el portero . Gurov se encaminó a paso lento hacia la calle Staro-Goncharnaia en busca de la casa mencionada . Precisamente frente a ésta se extendía una larga cerca gris guarnecida de clavos . "i A cualquiera le darían ganas de huir de esta cerca! -pensó Gurov mirando tan pronto a ésta como a las ventanas- o Hoyes día festivo -seguía cavilando- y el marido estará en casa seguramente. De todas maneras sería falta de tacto entrar. Una nota pudiera caer en manos del marido y estropearlo todo. Lo mejor será buscar una ocasión. " y continuaba paseando por la calle y esperando junto a la cerca aquella ocasión. Desde allí vio cómo un mendigo que atravesaba la puerta cochera era atacado por los perros . Más tarde , una hora después, oyó tocar el piano . Sus son idos llegaban hasta él , débiles y confusos. Sin duda era Anna Sergueevna la que tocaba . De pronto se abrió la puerta principal dando paso a una viejecita , tras de la que corría el blanco y conocido fufú. Gurov quiso llamar al perro , pero se lo impidieron unas súbitas palpitaciones y el no poder recordar el nombre del fufú . Siempre paseando , su aborrecimiento por la cerca gris crecía y crecía , y ya excitado , pensaba que Anna Sergueevna se había olvidado de él y se divertía con otro, cosa sumamente natural en una mujer joven obligada a contemplar de la mañana a la noche aquella maldita cerca . Volviendo a su habitación de la fonda , se sentó en el diván , en el que permaneció largo rato sin saber qué hacer. Después comió y pasó mucho tiempo durmiendo. "iQué necio e intranquilizador es todo esto! -pensó cuando al despertarse fijó la vista en las oscuras ventanas por las que entraba la noche-o Tampoco sé por qué me he dormido ahora ... ¿Cómo vaya dormir luego?" Después, sentado en la cama y arropándose en una manta barata de color gris, semejante a las usadas en los hospitales, decía enojado , burlándose de sí mismo: "iToma dama del perrito!. .. iToma aventura!. .. iAquí te estás sentado!. .." Chéjov y Tolstoi De pronto pensó en que todavía , por la mañana , en la estación , le había saltado a la vista un cartel con el anuncio en grandes letras de la representación de Geisha .. . Recordándolo , se dirigió al teatro . "Es muy probable que vaya a los estrenos", se dijo. El teatro estaba lleno . En él, como ocurre generalmente en los teatros de provincias , una niebla llenaba la parte alta de la sala , sobre la araña ; el paraíso se agitaba ruidosamente, y en primera fila , antes de empezar el espectáculo, veíase en pie y con las manos a la espalda a los petimetres del lugar. En el palco del gobernador, y en el sitio principal, con un boa al cuello , estaba sentada la hija de aquél, que se ocultaba tímidamente tras la cortina , y de la que sólo eran visibles las manos. El telón se movía y la orquesta pasó largo rato afinando sus instrumentos. Los ojos de Gurov buscaban ansiosamente, sin cesar, entre el público que ocupaba sus sitios . Anna Sergueevna entró también . Al verla tomar asiento en la tercera fila , el corazón de Gurov se encogió , pues comprendía claramente que no existía ahora para él un ser más próximo, querido e importante. Aquella pequeña mujer, en la que nada llamaba la atención , con sus vulgares impertinentes en la mano, perdida en el gentío provinciano, llenaba ahora toda su vida , era su tormento, su alegría , la única felicidad que deseaba . Y bajo los sonidos de los 44 Biblioteca de México malos violines de una mala orquesta pensaba en su belleza. Pensaba y soñaba. Con Anna Sergueevna y tomando asiento a su lado había entrado un joven de patillas cortitas, muy alto y cargado de hombros. Al andar, a cada paso que daba, su cabeza se inclinaba hacia adelante, en un movimiento de perpetuo saludo. Sin duda, era éste el marido, al que ella en Yalta, movida por un sentimiento de amargura, había llamado lacayo. En efecto, su larga figura, sus patillas, su calvita, tenían algo de tímido y lacayesco. Su sonrisa era dulce y en su ojal brillaba una docta insignia, que parecía, sin embargo, una chapa de lacayo. Durante el primer entreacto el marido salió a fumar, quedando ella sentada en la butaca . Gurov, que también tenía su localidad en el patio de butacas, acercándose a ella le dijo con voz forzada y temblorosa y sonriendo: -iBuenas noches! Ella alzó los ojos hacia él y palideció . Después volvió a mirarle, otra vez espantada , como si no pudiera creer lo que veía. Sin duda, luchando consigo misma para no perder el conocimiento, apretaba fuertemente entre las manos el abanico y los impertinentes. Ambos callaron . Ella permanecía sentada . Él , en pie, asustado de aquel azaramiento, no se atrevía a sentarse a su lado. Los violines y la flauta, que estaban siendo afinados por los músicos, empezaron a cantar, pareciéndoles de repente que desde todos los palcos los miraban. He aquí que ella , levantándose súbitamente, se dirigió apresurada hacia la salida. Él la siguió. Y ambos, con paso torpe , atravesaron pasillos y escaleras, tan pronto subiendo como bajando, en tanto que ante sus ojos desfilaban, raudas, gentes con uniformes: unos judiciales, otros correspondientes a instituciones de enseñanza, y todos ornados de insignias. Asimismo desfilaban figuras de damas: el vestuario, repleto de pellizas; mientras el soplo de la corriente les azotaba el rostro con un olor a colillas. Gurov, que empezaba a sentir fuertes palpitaciones , pensaba: "iOh Dios mío!. .. ¿Para qué existirá toda esta gente .. ., esta orquesta?" En aquel momento acudió a su memoria la noche en que había acompañado a Anna Sergueevna a la estación , diciéndose a sí mismo que todo había terminado y que no volverían a verse .. . iCuán lejos estaba todavía, sin embargo, del fin! En una sombría escalera provista del siguiente letrero: "Entrada al anfiteatro", ella se detuvo. -iQué susto me ha dado usted! -dijo con el aliento entrecortado y aún pálida y aturdida-o iApenas si vivo! ¿Por qué ha venido? ¿Por qué? .. -iCompréndame, Anna! iCompréndame! -dijo él de prisa y a media voz-o iSe lo suplico! iVámonos! Ella lo miraba con expresión de miedo, de súplica , de amor. Lo miraba fijamente , como si quisiera grabar sus rasgos de un modo profundo en su memoria. -iSufro tanto! -proseguía sin escucharlo-. ¡Durante todo este tiempo sólo he pensado en usted! ¡No he tenido más pensamiento que usted! ¡Quería olvidarlo!. .. iOh! ¿Por qué ha venido? .. ¿Por qué? .. En un descansillo de la escalera , a alguna altura sobre ellos, fumaban dos estudiantes, pero a Gurov le resultaba indiferente. Atrayendo hacia sí a Anna Sergueevna, empezó a besarla en el rostro, en las mejillas, en las manos. -¿Qué hace usted? ¿Qué hace? .. -decía ella rechazándolo presa de espanto-o ¡Estamos locos! iMárchese hoy mismo! iAhora mismo!. .. iSe lo suplico!. .. iPOr todo cuanto le es sagrado se lo suplico!. .. iOh! iAlguien viene! ... -alguien subía , en efecto, por la escalera-. iES preciso que se marche! -proseguía Anna Sergueevna en un murmullo-. ¿Lo oye , Dmitrii Dmitrich? .. iYO iré a verlo a Moscú , pero ahora tenemos que despedirnos, amado mío!. .. iDespidámonos! Estrechándole la mano, empezó a bajar apresuradamente la escalera , pudiendo leerse en sus ojos , cuando volvía la cabeza para mirarlo, cuán desgraciada era , en efecto. Gurov permaneció allí algún tiempo, prestando oído ; luego, cuando todo quedó silencioso , recogió su abrigo y se marchó al tren. IV y Anna Sergueevna empezó a ir a visitarlo a Moscú . Cada dos o tres meses una vez y diciendo a su marido que tenía que consultar al médico, dejaba la ciudad de S*** . El marido a la vez le creía y no le creía . Una vez en Moscú , se hospedaba en el hotel Slavianskii Basar, desde donde enviaba en seguida aviso a Gurov. Este iba a verla , y nadie en Moscú se enteraba . Una mañana de invierno y acompañando a su hija al colegio , por estar éste en su camino , se dirigía como otras veces a verla (su recado no lo había encontrado en casa la víspera). Caía una fuerte nElvada . -Estamos a tres grados sobre cero y nieva 45 Biblioteca de México los demás a través de sí mismo, no daba crédito a lo que veía , suponiendo siempre que en cada persona , bajo el manto del misterio como bajo el manto de la noche, se ocultaba la verdadera vida interesante. Toda existencia individual descansa sobre el misterio y quizá es en parte por eso por lo que el hombre culto se afana tan nerviosamente para ver respetado su propio misterio. Después de dejar a su hija en el colegio, Gurov se dirigió al Slavianskii Basar. En el piso bajo se despojó de la pelliza y tras subir las escaleras llamó con los nudillos a la puerta . Anna Sergueevna , con su vestido gris, el preferido de él , cansada del viaje y de la espera , lo aguardaba desde la víspera por la noche . Estaba pálida ; en su rostro, al mirarlo, no se dibujó ninguna sonrisa y apenas lo vio entrar se precipitó a su encuentro, como si hiciera dos años que no se hubieran visto. -¿Cómo estás? -preguntó él-. ¿Qué hay de nuevo? -Espera ... Ahora te diré ... iNO puedo!. .. No podía hablar, en efecto, porque estaba llorando. Con la espalda vuelta hacia él, se apretaba el pañuelo contra los ojos . -decía Gurov a su hija-o iClaro que esta temperatura es sólo la de la superficie de la tierra!. .. iEn las altas capas atmosféricas es complemente distinta! .. . -Papá. .. , ¿por qué no hay truenos en invierno? Gurov le explicó también esto. Mientras hablaba pensaba en que nadie sabía ni sabría , seguramente nunca , nada de la cita a la que se dirigía . Había llegado a tener dos vidas : una , clara , que todos veían y conocían , llena de verdad y engaño condicionales , semejante en todo a la de sus amigos y conocidos ; otra , que discurría en el misterio. Por una singular coincidencia , tal vez casual , cuanto para él era importante, interesante , indispensable ... , en todo aquello en que no se engañaba a sí mismo y era sincero ..., cuanto constituía la médula de su vida , permanecía oculto a los demás, mientras que lo que significaba su mentira , la envoltura exterior en que se escondía , con el fin de esconder la verdad (por ejemplo , su actividad en el Banco, las discusiones del Círculo sobre la raza inferior, la asistencia a jubilaciones en compañía de su esposa) , quedaba de manifiesto. Juzgando a 46 Biblioteca de México "La dejaré que llore un poco mientras me siento" , pensó él acomodándose en la butaca . Luego llamó al timbre y encargó que trajeran el té. Mientras lo bebía , ella , siempre junto a la ventana, le daba la espalda ... Lloraba con llanto nervioso, dolorosamente consciente de lo aflictiva que la vida se había hecho para ambos ... iPara verse habían de ocultarse ... , de esconderse como ladrones!. .. ¿No estaban acaso deshechas sus vidas? .. -No llores más -dijo él. Para Gurov estaba claro que aquel mutuo amor tardaría en acabar.. . No se sabía en realidad cuándo acabaría . Anna Sergueevna se ataba a él por el afecto, cada vez más fuertemente. Lo adoraba y era imposible decirle que todo aquello tenía necesariamente que tener un fin. iNO le hubiera creído siquiera!. .. En el momento en que, acercándose a ella, la cogía por los hombros para decirle algo afectuoso, alguna broma ... , se miró en el espejo. Su cabeza empezaba a blanquear y se le antojó extraño que los últimos años pudieran haberlo envejecido y afeado tanto ... Los cálidos hombros sobre los que se posaban sus manos se estremecían . Sentía piedad de aquella vida , tan bella todavía , y, sin embargo , tan próxima ya a marchitarse, sin duda , como la suya propia. ¿Por qué la amaba tanto? .. Siempre había parecido a las mujeres otra cosa de lo que era en realidad . No era a su verdadera persona a la que éstas amaban , sino a otra, creada por su imaginación , y a la que buscaban ansiosamente , no obstante lo cual , descubierto el error, seguían amándolo . Ni una sola había sido dichosa con él. Con el paso del tiempo las conocía y se despedía de ellas sin haber ni una sola vez amado . Ahora solamente , cuando empezaba a blanquearle el cabello , sentía por primera vez en su vida un verdadero amor. El amor de Anna Sergueevna y el suyo era semejante al de dos seres cercanos, al de familiares, al de marido y mujer, al de dos entrañables amigos . Parecíales que la suerte misma los había destinado el uno al otro, resultándoles incomprensible que él pudiera estar casado y ella casada . Eran como el macho y la hembra de esos pájaros errabundos a los que, una vez apresados, se obliga a vivir en distinta jaula. Uno y otro se habían perdonado cuanto de vergonzoso hubiera en su pasado, se perdonaban todo en el presente y se sentían ambos transfomados por su amor. Antes, en momentos de tristeza , intentaba tranquilizarse con cuantas reflexiones le pasaban por la cabeza . Ahora no hacía estas reflexiones. Lleno de compasión , quería ser sincero y cariñoso . -Basta ya , buenecita mía! -le decía a ella-. iYa has llorado bastante! iHablemos ahora y veamos si se nos ocurre alguna idea!. .. Después invertían largo rato en discutir, en consultarse sobre la manera de liberarse de aquella indispensabilidad de engañar, de esconderse , de vivir en distintas ciudades y de pasar largas temporadas sin verse. "¿Cómo liberarse, en efecto, de tan insoportables tormentos? .. ¿Cómo? .. -se preguntaba él , cogiéndose la cabeza entre las manos-o ¿Cómo? .. " y les parecía que pasado algún tiempo más la solución podría encontrarse ... Que empezaría entonces una nueva vida maravillosa ... Ambos ve ían , sin embargo , claramente que el final estaba todavía muy lejos y que lo más complicado y difícil no había hecho más que empezar. 47 Bibliotec a d e México LUIS CERNUDA * A LARRA CON UNAS VIOLETAS se queja su alma vagamente, El oscuro vacío de su vida. Mas no pueden pesar sobre esa sombra Algunas violetas , y es grato así dejarlas, Frescas entre la niebla, Con la alegría de una menuda cosa pura Que rescatara aquel dolor antiguo. H u(l Quien habla ya a los muertos, Mudo le hallan los que viven . Yen este otro silencio, donde el miedo impera, Recoger esas flores una a una Breve consuelo ha sido entre los días Cuya huella sangrienta llevan las espaldas Por el odio cargadas con una piedra inútil. Si la muerte apacigua Tu boca amarga de Dios insatisfecha, Acepta un don tan leve, sombra sentimental , En esa paz que bajo tierra te esperaba , Brotando en hierba, viento y luz silvestres, El fiel y último encanto de estar solo. Curado de la vida, por una vez sonríe , Pálido rostro de pasión y de hastío. Mira las calles viejas por donde fuiste errante , El farol azulado que te guiará, carne yerta, Al regresar del baile o del sucio periódico, y las fuentes de mármol entre palmas: Aguas y hojas, bálsamo del triste. La tierra ha sido medida por los hombres, Con sus casas estrechas y matrimonios sórdidos, Su venenosa opinión pública y sus revoluciones • Luis Cernuda , La realidad y el deseo (1924-1956), Fondo de Cultura Económica, México, 1958, 344 pp. 48 Biblioteca de México Más crueles e injustas que las leyes, Como inmenso bostezo demoníaco; No hay sitio en ella para el hombre solo, Hijo desnudo y deslumbrante del divino pensamiento. y nuestra gran madrastra, mírala hoy deshecha, Miserable y aún bella entre las tumbas grises De los que como tú, nacidos en su estepa, Vieron mientras vivían morirse la esperanza, y gritaron entonces, sumidos por tinieblas, A hermanos irrisorios que jamás escucharon. Escribir en España no es llorar, es morir, Porque muere la inspiración envuelta en humo, Cuando no va su llama libre en pos del aire. Así, cuando el amor, el tierno monstruo rubio, Volvió contra ti mismo tantas ternuras vanas, Tu mano abrió de un tiro , roja y vasta, la muerte. Libre y tranquilo quedaste en fin un día, Aunque tu voz sin ti abrió un dejo indeleble. Es breve la palabra como el canto de un pájaro, Mas un claro jirón puede prenderse en ella De embriaguez, pasión, belleza fugitivas, y subir, ángel vigía que atestigua del hombre, Allá hasta la región celeste e impasible. 49 Biblioteca de México LA REALiDAD Y EL DESEO MARIANO JOSÉ DE LARRA * FíGARO DADO AL MUNDO Et resurrexit tertio die. tuvo en eso mejor fin que las otras, le encuentro al menos la ventaja de ser la única de la cual una vez muerto se resucita al tercer día. Estoy decididamente por aquel género de muerte de que se resucita ; para no resucitar no vale la pena de morirse: de suerte que cuando en mi último artículo quedaba en el cementerio, me hallaba precisamente en el mismo caso que aquel de quien se cuenta que reconvenido porque oía con raras muestras de alegría un sermón de Pasión respondió : -Es que estoy en el secreto. -¿Qué secreto? -Toma -repuso-, en que ha de resucitar al tercer día . Yo, que me conozco, que sé mejor que nadie hasta qué punto soy capaz de vivir en un cementerio, sabía también que había de volver, como mi Divino Maestro, a juzgar a los vivos y a los muertos. Heme aquí de nuevo saliendo de entre las tumbas, impasible como un muerto; sacando la cabeza por entre las ruinas como un secretario de la Gobernación ; impalpable, imprendible, inconfinable, como cuerpo glorioso, y no dándoseme nada por nada , como alma de barbero; bacía debajo del brazo , como tienen la cabeza la mayor parte de las gentes que en vida y en muerte traté ; y navaja en mano, buscando barbas que hacer, como tienen el estilo los más de los oradores del día; páseseme el sustantivo por adjetivo en la actual confusión de cosas, para que pueda haber juego de palabras , juego inocente en un país donde se juega a la bolsa y a las conspiraciones descubiertas . Regañón y malhumorado en mi primera vida , dábame al diablo por cualquier cosa ; después de salido del cementerio, heme ya otro hombre, determinado en lo sucesivo a darme al mundo en lugar de darme al diablo. En mi entender es un error decir que cierra uno el ojo cuando baja a la tumba ; el cementerio me ha abierto los míos; convencido de esa verdad , juro a Dios, a fe de Fígaro , que no les (Pasión según los evangelistas) En punto a pasiones estoy, ivive Dios!, por la de nuestro Señor Jesucristo: óiganme los que no sean sordos , esto es, los que no sean ministros, y quiero ser diputado para estas Cortes y aprobar las medidas desmedidas, si no me dan cuantos me lean la razón . Recorramos las demás pasiones. Si la ambición es algo, es en gracia de suponerse que el que llega a mandar a sus semejantes (si el que manda tiene semejantes) les es en mérito y talento superior; por consiguiente en España es preciso ser muy modesto para ser ambicioso. No quiero hablar de la avaricia. Pasión de ricos . ¿Qué más quisiéramos nosotros que poder ser avaros? Pero para guardar algo es preciso tener algo . No digo nada de la envidia . Francamente. Mirémonos despacio unos a otros. ¿A quién tener envidia? ¿Qué es ganga aquí? ¿Ser empleado? Un empleado es como camisa de pobre, que tira todo lo más de domingo a jueves. ¿Ser propietario? En España todos tienen su viña a orillas del camino. ¿Tener ejecutorias de nobleza? Es como poseer papel del Estado. ¿Ser liberal? Tal cual teniendo casa en Canarias ... ¿Ser ministro? Es casi mejor ser liberal. ¿Ser escritor? Es mejor ser ministro, como es mejor ser gato que ratón . En una palabra , es preciso no tener sentido común para tener envidia en España. Entremos con el amor. Pero esta no es pasión , que es tontería , y si fuera pasión, sería la que más se pareciera a la de nuestro Señor Jesucristo. Dejemos en paz las demás pasiones, que no hacen a nuestro propósito; yo doy la preferencia a esta última, porque de las demás he oído decir que han llevado a muchos al sepulcro, y si bien la de nuestro Señor Jesucristo no • Mariano José de Larra , Artículos completos , recopilación , prólogo y notas de Melchor de Almagro San Martín , Aguilar, SA , de Ediciones , Madrid , 1968, 1482 pp . 51 Biblioteca de México Mariano José de Larra Fígaro \," . deseo a los que nos dirigen otro mal sino que aprendan más de lo que saben , y ruego a Su Divina Majestad, en consecuencia , que les haga pasar por unos cuantos años de cementerio. Hombres además tan amigos de la igualdad como de sus discursos parece , y tan desiguales en todo de los demás como de sus actos consta , han menester para igualarse con ellos pasar por ese aprendizaje, si es verdad , como comúnmente se dice, que la muerte lo iguala todo . Los filósofos cristianos han llamado unánimemente al mundo un valle de lágrimas; a ningún mundo viene más de molde esa lacrimosa y romántica calificación que a este donde voy a hacer mi entrada , mundo de dolor y de amargu ra, de fisonomías de cortes y de comunicados; no se puede dar un paso en él sin tropezar con la triste verdad. Porque ¿qué verdad más triste que un periódico de la oposición? Según ellos , las almas piadosas debemos creer que estamos en el mundo de paso . ¿A quién podrá cuadrar esta sentencia mejor que a los redactores de este periódico? Si a nosotros aludieron los filósofos al sentar aquella proposición , sin duda quisieron decir que estábamos de paso para Canarias. El padre Almeida asegura que en el mundo no hacemos más que una peregrinación : ioh padre perspicaz! Peregrinación , sin duda, a las islas adyacentes por medios verdaderamente peregrinos; ni nos falta el palo para seguir nuestro camino; cada día nos dan alguno nuevo y no esperado; no nos falta la calabaza; ni ¿cómo pudiera faltarnos en país donde cada hombre que sale y sube , y se da a luz, sale calabaza?, ni las reliquias, en fin, porque ¿qué otra cosa es todo lo que estamos viendo sino reliquias de lo pasado? Y si no tenemos sandalias , hagámonos cargo de qué parte de la peregrinación se ha de hacer por mar, y en cambio tenemos zapatos, mientras nos queden treinta y siete reales en el bolsillo propio o en el ajeno . y zapatos ingleses, que no hay sino decir: pies, ¿para qué os quiero sino para estos zapatos? Verdadera peregrinación , durante la cual nunca sabemos dónde nos tomará la noche, si bien nos consta que haremos noche, y, aun en caso de no tomarnos la noche, todas las demás cosas nos tomarán incluso las medidas. Estamos de acuerdo en todo y por todo con el padre Almeida , hasta cuando dice que no es en este mundo donde está la felicidad , verdad que no necesita que se la diga el padre Almeida a quien tiene ojos en la cara ; a la salida de este mundo está , venerable padre , y el enigma se ha descubierto porque , saliendo de él como saldremos para Canarias , debemos tener presente que los antiguos llamaban a estas islas las islas Fortunadas, es decir, la mansión de la felicidad ; así sea , que pronto lo hemos de ver. Hecha nuestra entrada en este miserable mundo, mundo de persecución y de justicia, mundo de desengaños y de fiscales de imprenta , mundo todo de jueces de hecho, y de denuncias y delaciones, recibamos el bautismo de sangre, primer sacramento que recibe todo cristiano que entra en él , y aguardemos con resignación el sacramento no menos serio de la penitencia que a vuelta de hoja nos espera . Váyase porque tampoco hay otros sacramentos: el de las órdenes no debe dar cuidado a quien como nosotros está dispuesto a no obedecerlas; el de la comunión lo dejamos para otros fieles , en tiempos como estos, en que nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino; en cuanto al del matrimonio, bastante infierno tenemos con el señor juez y el fiscal de imprenta , con quienes parece que estamos casados, según lo mal que nos llevamos. Nosotros no nos casamos con nadie, y sólo nos parecemos a los demás gentes del mundo en estar casa52 Biblioteca de México dos con nuestra opinión, bien diferentes en eso de las gentes que gobiernan, que cada día tienen una, verdaderos sectarios en ese punto de la poligamia , y de las costumbres de Oriente, por más que a primera vista parezcan personas enteramente desorientadas y que pierden el tino a un dos por tres. Individuos ya del mundo, saludamos a nuestra entrada a los que en él nos han precedido , y, preparados a la lid que nos espera, lo consideramos como un circo romano, en el cual vamos a luchar con las fieras ; no nos parece necesario indicar quiénes son las fieras y quiénes somos nosotros; y vueltos al César, al tirano, es decir, al Gobierno, pronunciamos, como los atletas que van a morir, la antigua fórmula de costumbre: Cesar, morituri te salutant; es decir: Ministerio Calatrava, los escritores que vas a desterrar te saludan. Después de tomada la venia de la autoridad , sólo nos resta quitarnos la montera con desenfado , y ofrecer la primera fiera que caiga a la salud del presidente y de toda la concurrencia . Pero si nosotros caemos , caeremos al menos como hombres de mundo, moriremos cantando como canarios , es decir, enjaulados , ya que la suerte quiere que no haya jaulas en España sino para los vivientes de pluma , que no son otra cosa los escritores. LAS CIRCUNSTANCIAS Las circunstancias , he pensado muchas veces , suelen ser la excusa de los errores y la disciplina de las opiniones. La torpeza o mala conducta hallan en boca del desgraciado un tápalo-todo en las circunstancias que, dice, le han traído a menos. En estas reflexiones estaba ocupada mi fantasía no hace muchos días, cuando recibí una carta , que, por confirmar mis ideas en el particular y venir tan oportunamente a este objeto, de que pensaba hacer un artículo de costumbres, quiero trasladar ad pedem litterae a mis lectores. Decía la carta : "Señor Fígaro. Muy señor mío: A usted , señor Fígaro , observador de costumbres, me dirijo con dos objetos: primero, quejarme de mi mala estrella ; segundo, inquirir de su experiencia, pues le imagino a usted, por sus escritos, hombre de esos que han vivido más de lo que les queda que vivir, si hay, efectivamente, de tejas abajo una fatalidad que persigue a los humanos, y una desgracia en el mundo, que se asemeje a la desgracia mía. Soy un verdadero juguete de las circunstancias, cuyo torrente no pude nunca resistir, y que así me envolvieron como envuelven los violentos remolinos de una hoya al inexperto nadador, que se arrojó incauto en la pérfida corriente del caudaloso río. Mi padre era inglés y rico , señor Fígaro , pero MAR O JOSE DE LA ARTl ULO 53 Biblioteca de México OasicosLitu'tlr70s D. MARIANO lOSE DE LARRA {FIGAJIO) -, Editorial A.top"61~! hallábase aislado en el mundo; era naturalmente metido en sí, y sólo un amigo tenía ; antojósele a este amigo entrometerse en una conspiración ; confió a mi padre varios papeles importantes; descubrióse la conspiración , y ambos tuvieron que huir. Vínose mi padre a España , reducido a oro lo que pudo realizar de sus cuantiosos bienes ; vio una linda gaditana, prendóse de ella , casóse, y antes de los nueve meses murió inconsolable, dando y tomando siempre en lo de la conspiración , que hubo de volverle el juicio. Vea usted aquí, señor Fígaro , a Eduardo Priestley, humilde servidor de usted , cuyo destino debía haber sido , sin duda , ser inglés, protestante y rico, español , católico y pobre , sin que pudiese encontrar más causa de este trastueque que las circunstancias . Ya usted ve que la tomaron conmigo desde pequeñito. Mi madre era mujer de rara penetración y de ilustradas ideas. Crióme lo mejor que supo , y en darme toda la educación que se podía dar entonces en España consumió el poco caudal que le dejara mi padre . Lleno yo de entusiasmo por la Magistratura, y aborreciendo la carrera militar a que querían destinarme, estudié leyes en la Universidad ; pero puedo asegurar a usted que, a pesar de eso , hubiera salido buen abogado, pues era raro mi talento , sobre todo para ese estudio . Probablemente, señor Fígaro , después de haber sido gran abogado, hubiera vestido una toga , hubiera calentado acaso una silla ministerial , y el Consejo de Castilla me hubiera recogido al fin de mis días en su seno, donde hubiera muerto descansadamente, dejando fama imperecedera. Las circunstancias, sin embargo, me lo impidieron . Había un Napoleón en el mundo, y fue preciso que este quisiera ser emperador, y emplear a sus hermanos en los mejores tronos de Europa para que yo no fuese ni buen abogado ni mal ministro. "Yo tenía sentimientos generosos; mis compañeros tomaron las armas y dejaron el estudiar nuestras leyes para defenderlas, que urgía más. ¿Qué remedio? Dejé, como fray Gerundio, los estudios , y me metí a predicador; es decir, me hice militar en obsequio de la patria . En la campaña perdí mi carrera , la paciencia y un ojo y las circunstancias me dejaron tuerto y capitán ; sabe el cielo que para ninguna de esas dos cosas servía . Yo , señor Fígaro , era impetuoso y naturalmente inconstante ; menos servía , pues , para casado , ni nunca pensara en serlo ; pero de resultas del bombardeo de Cádiz murió mi madre, que, gozando por sus relaciones de familia de algú n favor, hubiera adelantado mi carrera . Otro favor que me hicieron las circunstancias . Vime solo en el mundo, y en ocasión en que una linda aragonesa , hija de un diputado de las Cortes de Cádiz, recogiéndome y ocultándome en su casa , cubierto de heridas, me salvó la vida por una rara combinación de circunstancias ; caséme de honrado y de agradecido, que no de enamorado ; es decir, que me casaron las circunstancias . En mi segunda carrera debiera haber llegado a general , según mis servicios, que a otros fajaron haciéndoselos muy flacos a la patria ; pero era yerno de un diputado: quitáronme las charreteras , envolviéronme en la común desgracia , y las ci rcunstancias me llevaron a Ceuta , adonde bien sabe Dios que yo no quería ir; ah í hice la vida de presidiario y de mal casado, que cualquiera de esos dos dogales, por sí solo , bastara para acabar con un hombre. Ya ve usted que yo no tenía la culpa . ¿Quién diablos me casó? ¿Quién me hizo militar? ¿Quién me dio opiniones? En presidio no se hace carrera , pero se hace mucho rencor. Sin embargo, salimos de presidio , y como yo era hombre de bien , contúveme; pretendí, pero como no anduve por los cafés , ni peroré , medios que exigían entonces las circustancias para prosperar, no sólo no me emplearon , sino que me cantaron el trágala . Irritéme; el cielo es testigo que yo no había nacido para periodista ; pero las circunstancias me pusieron la pluma en la mano: hice artículos contra aquel Gobierno; y como enton54 Biblioteca de México ces era uno libre para pensar como el que estaba encima, recogí varias estocadas de unos cuantos aficionados, que se andaban haciendo motines por las calles . Esta fue la corona de laurel que dieron las circunstancias a mi carrera literaria. Escapéme, y fui a reunirme con los de la fe ; dijéronme allí que las circunstancias no permitían admitir en las filas a un hombre que había sido marido de la hija de un diputado de las Cortes de Cádiz, y no me ahorcaron por mucho favor. "'No pudiendo vivir como realista , fuime a Francia, donde, en calidad de liberal, me colocaron en un depósito, con seis cuartos al día. Vino , por fin, la amnistía, señor Fígaro. iEh! Gracias a una reina clemente, ya no hay colores, ya no hay partidos. Ahora me emplearán , digo yo para mí; tengo talento, mis luces son conocidas, soy útil .. . Pero, iay! , señor Fígaro , ya no tengo madre, ya no tengo mujer, ya no tengo dinero, ya no tengo amigos ; las circunstancias de mi vida me han impedido adquirir relaciones. Si llegara a hacerme visible para el Poder, acaso lograría; sus intenciones son las mejores del mundo; mas ¿cómo abrirme paso por entre la nube de porteros y ujieres que parapetan y defienden la llegada a los destinos? Las solicitudes que se presentan solas son papeles mojados. iHay tantos que piden por pedir! iHay tantos que niegan por negar! Cien memoriales he dado, otras tantas espaldas he visto . "Deje usted; veremos si estas circunstancias se fijan " -me dicen los unos-o "Espere usted -me responden los otros-; hay tantos pretendientes en estas circunstancias. " Pero , señor, replico yo, también es preciso vivir en estas circunstancias . ¿Y no hay circunstancias para los que logran? "Esta es, señor Fígaro , mi posición : o yo no entiendo las circunstancias , o soy el hombre más desdichado del mundo. El hijo del inglés, el que debía haber sido rico , magistrado, literato, general, hombre ajeno de opiniones , acabará probablemente sus tres carreras distintas en un solo hospital verdadero, merced a las circunstancias; al mismo tiempo que otros que no nacieron para nada, y que han tenido realmente todas las opiniones posibles, anduvieron , andan y andarán siempre levantados en zancos, por esas mismas circunstancias. De usted, señor Fígaro , No puedo menos de contestar al señor de Priestley que el daño suyo estuvo, si hemos de hablar vulgarmente , en nacer desgraciado, mal que no tiene remedio; si hemos de raciocinar, en traer siempre trocadas las circunstancias ; en no saber que, mientras haya hombres, la verdadera circunstancia es intrigar, estar bien emparentado, lucir más de lo que se tiene , mentir más de lo que se sabe , calumniar al que no puede responder, abusar de la buena fe, escribir en favor y no en contra del que manda, tener una opinión muy marcada, aunque por dentro se desprecien todas , procurando que esa opinión que se tenga sea siempre la que haya de vencer, y vociferarla en tiempo y lugar oportunos ; conocer a los hombres , mirarlos de puertas adentro como instrumentos y tratarlos como amigos , cultivar la amistad de las bellas como terreno productivo, casarse a tiempo y no por honradez, gratitud ni otras ilusiones, no enamorarse sino de dientes afuera , yeso de las cosas que puedan servir... Pero, santo Dios, gritará un rígido moralista, iqué cuadro! iiiMaquiavélicos principios!!! Fígaro no dice que sean buenos, señor moralista; pero tampoco Fígaro hizo al mundo como es , ni lo ha de enmendar, ni a variar el corazón humano alcanzarán todas las mejoras del mundo. Las circunstancias hacen a los hom- , ,,,,,~. ;,1IICftkI6: te , .~-::'Nt<ttfQli. .. _(f..,~ ~.. • :<"I"'.. ~,"~ ;.v~k\""""", - Eduardo de Priestley, 55 Biblioteca de México ... v · "'~ft~\ ~ t'" ..... . ~qu,f". """, . ~ o el hombre de las circunstancias." -"'.... .,.~OI.Y"'I. _ _ _ &01)0>. #..~~. .-.- • 16c~ ... ff» • ....,.ca "(~. , ...... .: - ' ~"OIMV.," .. ~.­ .. ~_ bres hábiles lo que ellos quieren ser y pueden con los hombres débiles; los hombres fuertes las hacen a su placer, o, tomándolas como vienen , sábenlas convertir en su provecho. ¿Qué son , por consiguiente, las circunstancias? Lo mismo que la fortuna: palabras vacías de sentido con que trata el hombre de descargar en seres ideales la responsabilidad de sus desatinos; las más veces, nada. Casi siempre el talento es todo. DIA DE DIFUNTOS [)E 1836 Fígaro , en el cementerio Beati qui moriuntur in Domino. En atención a que no tengo gran memoria, circunstancia que no deja de contribuir a esta especie de felicidad que dentro de mí mismo me he formado , no tengo muy presente en qué ¡ I I I , • Ef r U EL artículo escríbí (en los tiempos en que yo escribía) que vivía en un perpetuo asombro de cuantas cosas a mi vista se presentaban . Pudiera suceder también que no hubiera escrito tal cosa en ninguna parte , cuestión en verdad que dejaremos a un lado por harto poco importante en época en que nadie parece acordarse de lo que ha dicho ni de lo que otros han hecho. Pero suponiendo que así fuese , hoy, día de difuntos de 1836, declaro que si tal dije es como si nada hubiera dicho, porque en la actualidad maldito si me asombro de cosa alguna . He visto tanto, tanto, tanto .. ., como dice alguien en El califa . Lo que sí me sucede es no comprender claramente todo lo que veo , y así es que al amanecer un día de difuntos no me asombra precisamente que haya tantas gentes que vivan ; sucédeme , sí, que no lo comprendo. En esta duda estaba deliciosamente entretenido el Día de los Santos, y fundado en el antiguo refrán , que dice: Fíate en la Virgen y no corras (refrán cuyo origen no se concibe en un país tan eminentemente cristiano como el nuestro), encomendábame a todos ellos con tanta esperanza , que no tardó en cubrir mi frente una nube de melancolía; pero de aquellas melancolías de que sólo un liberal español , en estas circunstancias, puede formar una idea aproximada. Quiero dar una idea de esta melancolía; un hombre que cree en la amistad , y llega a verla por dentro; un inexperto, que se ha enamorado de una mujer; un heredero, cuyo tío indiano muere de repente sin testar; un tenedor de bonos de Cortes, una viuda que tiene asignada pensión sobre el Tesoro español , un diputado elegido en las penúltimas elecciones , un militar que ha perdido una pierna por el Estatuto y se ha quedado sin pierna y sin Estatuto, un grande que fue liberal por ser prócer y que se ha quedado sólo liberal , un general constitucional que persigue a Gómez, imagen fiel del hombre corriendo siempre tras la felicidad , sin encontrarla en ninguna parte ; un redactor de El Mundo, en la cárcel , en virtud de la libertad de imprenta; un ministro de España y un rey, en fin , constitucional , son todos seres alegres y bulliciosos , comparada su melancolía con aquella que a mí me acosaba , me oprimía y me abrumaba en el momento de que voy hablando. Volvíame y me revolvía en un sillón de estos que parecen camas , sepulcro de todas mis meditaciones, y ora me daba palmadas en la frente , como si fuese mi mal mal de casado; 56 Biblioteca de México ora sepultaba las manos en mis faltriqueras , a guisa de buscar mi dinero, como si mis faltriqueras fueran el pueblo español y mis dedos otros tantos gobiernos; ora alzaba la vista al cielo como si , en calidad de liberal, no me quedase más esperanza que en él; ora la bajaba avergonzado, como quien ve un faccioso más, cuando un sonido lúgubre y monótono, semejante al ruido de los partes, vino a sacudir mi entorpecida existencia. iDía de difuntos!, exclamé, y el bronce herido que anunciaba con lamentable clamor la ausencia eterna de los que han sido, parecía vibrar más lúgubre que ningún año, como si presagiase su propia muerte. Ellas también , las campanas, han alcanzado su última hora , y sus tristes acentos son el estertor del moribundo; ellas también van a morir a manos de la libertad , que todo lo vivifica, y ellas serán las únicas en España, isanto Dios! , que morirán colgadas . iY hay justicia divina! La melancolía llegó entonces a su término; por una reacción natural, cuando se ha agotado una situación , ocurrióme de pronto que la melancolía es la cosa más alegre del mundo para los que la ven, y la idea de servir yo entero de diversión .. . iFuera , exclamé , fuera! , como si estuviera viendo representar a un actor español ; ifuera!, como si oyese hablar a un orador en las Cortes; y arrojéme a la calle ; pero , en realidad , con la misma calma y despacio como si tratase de cortar la retirada a GÓmez. Dirigíanse las gentes por las calles en gran número y larga procesión serpenteando de unas en otras , como largas culebras de infinitos colores; ial cementerio, al cementerio! i Y para eso salían de las puertas de Madrid! Vamos claros, dije yo para mí; ¿dónde está el cementerio? ¿Fuera o dentro? Un vértigo espantoso se apoderó de mí, y comencé a ver claro. El cementerio está dentro de Madrid. Madrid es el cementerio. Pero vasto cementerio, donde cada casa es el nicho de una fam ilia, cada calle el sepulcro de un acontecimiento , cada corazón la urna cineraria de una esperanza o de un deseo. Entonces, y en tanto que los que creen vivir acudían a la mansión que presumen de los muertos, yo comencé a pasear con toda la devoción y recogimiento de que soy capaz las calles del grande osario. "Necios , decía a los transeúntes , ¿os movéis para ver muertos? ¿No tenéis espejos , por ventura? ¿Ha acabado también Gómez con el azogue de Madrid? iMiraos, insensatos , a vosotros mismos, y en vuestra frente veréis vuestro propio epitafio! ¿Vais a ver a vu estros padres y a vuestros abuelos cuando vosotros sois los muertos? Ellos viven , porque ellos tienen paz; ellos tienen libertad, la única posible sobre la tierra , la que da la muerte; ellos no pagan contribuciones, que no tienen ; ellos no serán alistados ni movilizados; ellos no son presos ni denunciados; ellos , en fin , no gimen bajo la jurisdicción del celador del cuartel ; ellos son los únicos que gozan de la libertad de _ : ::: ~. 57 Biblioteca de México ma. Los muchachos se habían divertido en tirarle piedras, y la figura maltratada llevaba sobre sí las muestras de la ingratitud . y este mausoleo, a la izquierda. La Armeria. Leamos: Aquí yace el valor castellano, con todos sus pertrechos. R. l. P Los ministerios. Aquí yace media España. Murió de la otra media. Doña María de Aragón. Aquí yacen los tres años. y podía haberse añadido: aquí callan los tres años . Pero el cuerpo no estaba en el sarcófago; una nota , al pie, decía: El cuerpo del santo se trasladó a Cádiz en el año 23, y allí, por descuido, cayó al mar. y ni los v... ni los diablos veo. y otra añadía, más moderna , sin duda: Y resucitó al tercer día. En el frontispicio decía: "Aquí yace el trono; Más allá , isanto Dios! : Aquí yace la inquisinació en el reinado de Isabel la Católica, murió ción, hija de la fe y del fanatismo. Murió de en La Granja, de un aire colado." En el basa- vejez. Con todo , anduve buscando, alguna mento se ve ían cetro y corona y demás orna- nota de resurrección; o todavía no la habían mentos de la dignidad real. La Legitimidad, puesto, o no se debía de poner nunca. figura colosal , de mármol negro, lloraba enciAlgunos de los que se entretienen en poner imprenta, porque ellos hablan al mundo. Hablan en voz bien alta , y que ningún jurado se atrevería a encausar y a condenar. Ellos, en fin, no reconocen más que una ley, la imperiosa ley de la naturaleza que allí los puso, y esa la obedecen." ¿Qué monumento es este?, exclamé al comenzar mi paseo por el vasto cementerio. ¿Es el mismo un esqueleto inmenso de los siglos pasados o la tumba de otros esqueletos? iPalacio! Por un lado mira a Madrid, es decir, a las demás tumbas; por otro, mira a Extremadura, esa provincia virgen .. ., como se ha llamado hasta ahora . Al llegar aquí me acordé del verso de Quevedo : 58 Biblioteca de México letreros en las paredes había escrito, sin embargo, con yeso, en una esquina , que no parecía sino que se estaba saliendo, aun antes de borrarse: Gobernación. iQué insolentes son los que ponen letreros en las paredes! Ni los sepulcros respetan . ¿Qué es esto? iLa cárcel! Aquí reposa la libertad del pensamiento. iDios mío, en España, en el país ya educado para instituciones libres! Con todo, me acordé de aquel célebre epitafio, y añadí involuntariamente: Santo; pero ya el Espíritu Santo no baja al mundo en lenguas de fuego. Aquí yace el Estatuto; vivió y murió en un minuto. Sea por muchos años, añadí; que así será . Este debió de ser raquítico, según lo poco que vivió . El Estamento de Próceres. Allá , en el Retiro. Cosa singular. iY no hay un Ministerio que dirija las cosas del mundo, no hay una inteligencia provisora , inexplicable! Los próceres, y su sepulcro en el Retiro . El sabio, en su retiro, y el villano, en su rincón . Pero ya anochecía , y también era hora de retiro para mí. Tendí una última ojeada sobre el vasto cementerio. Olía a muerte próxima . Los perros ladraban, con aquel aullido prolongado, intérprete de su instinto agorero ; el gran coloso , la inmensa capital , toda ella , se removía como un moribundo que tantea la ropa ; entonces no vi más que un gran sepulcro; una inmensa lápida se disponía a cubrirlo como una ancha tumba . No había aquí yace todavía ; el escultor no quería mentir; pero los nombres del difunto saltaban a la vista , ya distintamente delineados. i Fuera , exclamé, la horrible pesadilla, fuera! iLibertad! iConstitución ! iTres veces! iOpinión nacional! iEmigración! iVergüenza! iDiscordia! Todas estas palabras parecían repetirme a un Aquí el pensamiento reposa , en su vida hizo otra cosa . Dos redactores de El Mundo eran las figuras lacrimatorias de esta grande urna . Se veían en el relieve una cadena , una mordaza y una pluma. Esta pluma , dije para mí, ¿es la de los escritores o la de los escribanos? En la cárcel todo puede ser. La calle Postas, la calle de la Montera . Estos no son sepulcros. Son osarios , donde, mezclados y revueltos, duermen el comercio, la industria, la buena fe , el negocio. Sombras venerables , ihasta el valle de Josafat! Correos. iAquí yace la subordinación militar! Una figura de yeso, sobre el vasto sepulcro, ponía el dedo en la boca ; en la otra mano, una especie de jeroglífico hablaba por ella ; una disciplina rota. Puerta del Sol. La puerta del Sol ; esta no es sepulcro sino de mentiras. La Bolsa . Aquí yace el crédito español. Semejante a las pirámides de Egipto, me pregunté, ¿es posible que se haya erigido este edificio sólo para enterrar en él una cosa tan pequeña? La imprenta Nacional. Al revés que la Puerta del Sol, este es el sepulcro de la verdad . Única tumba de nuestro país donde , a uso de Francia , vienen los concurrentes a echar flores. La Victoria . Esa yace para nosotros en toda España . Allí no había epitafio, no había monumento. Un pequeño letrero que el más ciego podía leer, decía solo: iEste terreno lo ha comprado a perpetuidad, para su sepultura, la Junta de Enajenación de Conventos! iMis carnes se estremecieron ! iLo que va de ayer a hoy! ¿Irá otro tanto de hoya mañana? Los Teatros. Aquí reposan los ingenios españoles. Ni una flor, ni un recuerdo, ni una inscripción. El Salón de Cortes . Fue casa del Espíritu libro RTV VUELVA USTED MAÑANA Y OTROS ARTICULOS 59 B i bl io t eca de M éxico tiempo los últimos ecos del clamor general de han andado los pueblos muy acordes, ni los filósofos muy acordados, me limitaré a sentar las campanas del día de difuntos de 1836. Una nube sombría lo envolvió todo. Era la la proposición de que hay quien sueña a noche. El frío de la noche helaba mis venas . voces , sin contar los que sueñan a golpes y Quise salir violentamente del horrible cemen- porrazos . Hay tal que sueña, además, lo que le terio . Quise refugiarme en mi propio corazón , está pasando; y muchas veces acontece , lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de decía Sancho, soñar uno que se cae de una alta torre a un hondo abismo y encontrarse al deseos. iSanto cielo! También otro cementerio. Mi despertar sin saber cómo ni por dónde, cubiercorazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué to de contusiones y cardenales ; esto es precidice? Leamos . ¿Quién ha muerto en él? samente lo que suele suceder a los que sueñan en política. iEspantoso letrero! iAquí yace la esperanza! iSilencio, silencio! Quisiera yo, además, que me asegurasen hábiles filósofos cuándo sueño y cuándo estoy despierto, porque es a veces tanta la confusión que de la contrariedad de los sucesos El FIN DE LA FIESTA nace en mi fantasía , que, perdido ya el hilo, me Gran cosa es soñar, sobre todo para el que entrego a creerlo y a dudarlo todo , y no diera pueda buenamente soñar despierto, que soñar un real de a ocho por la certeza de aquello dormido eso cualquiera lo hace, y la dificultad mismo que estoy viendo: iCómo de esas veces entonces ya no está en soñar, sino en dormir. nos ha ocurrido tener ya encontrado un tesoro , Pero dejando aparte si en general dormimos o y apretarlo con las manos y restregarnos los soñamos, y si nos movemos para despertar, o ojos, exclamando: iOh, esta vez estoy dessi sólo nos volvemos del otro lado, así como el pierto; esta vez no se escapará!, y despertar a punto discutido, de si son los sueños combina- poco vacías las manos y llena la cabeza! A ciones casuales que se forjan y complican esos tales hábiles filosofos preguntaríales de sobre ideas conocidas, o proféticos y misterio- buena gana, por ejemplo , si fue realidad lo del sos anuncios del porvenir, porque en esto no año 20 o pesadilla ; si fue obra de sonámbulos 60 Biblioteca de México lo del 23, o verdadero candilazo de moro encantado, y si salen los sueños de muchas gentes de ahora por la puerta de marfil o por la de cuerno, según la clasificación que de los sueños ciertos y mentidos hizo Homero. Adónde iríamos a parar con tal preámbulo, y dónde despertaríamos, si nos dejaran después de tanto dormir, ni es eso para pensado ni menos es para dicho. Retrocedamos , o vámonos siquiera más despacio, ya que así lo exigen las circunstancias, y antes de que me sospeche mi lector de malicia, confesaré que todo este preámbulo conduce a contarle un sueño que no ha mucho tiempo he tenido . Fue el caso que dormía yo , y dormía hacía rato como cada hijo de vecino, con el tranquilo sueño de costumbre, cuando se me representó de pronto que había andado mucho camino, cosa que, por cierto, no era del todo verdad , como luego, en despertando, averigüé, y halléme en Bilbao poco más o menos, mezclado entre multitud de gentes que iban y venían , con notable turbación y desaliento. Ruido de armas sonaba por todas partes, voces y alaridos oía en derredor, chillones y quejumbrosos, como de quien está llevando una pesada zurra, y veía gran muchedumbre de facciosos fantasmas, que tal me parecieron , porque en queriendo llegar a tocarlos , luego se desvanecían . iCosa más natural en sueños! -¿Qué hacemos aquí? -gritaban unos. -¿Qué hemos hecho? -gritaban otros . -¿Qué haremos? -pensaban los más. -¿Qué nos harán? -añadían algunos. Estas fantasmas están adelantadas, dije yo para mí; ahora se andan en las conjugaciones ; mejor les fuera contentarse con declinar. Por lo visto, añadí, saben lo de Peñacerrada y lo de Vitoria ; y era así que lo sabían y que toda la algazara era motivada de hallarse esperando la decisión de lo que ellos llamaban su Gobierno . Fuime introduciendo como pude hasta la sala de la asamblea, y no fue poca fortuna ; poco después de entrar yo cerráronse las puertas, porque empezaba la sesión . Nadie echó de ver mi persona , porque aquellas gentes ya de suyo veían poco y en aquellos momentos sobre todo no estaban para distinguir de colores . Componían la reunión parte de los de Bilbao, parte de los escapados de Vitoria. Había quien no quitaba los ojos de la puerta , quien hablaba volviendo atrás la cabeza a cada frase , creyéndose perseguido , y quien cantaba por lo bajo para espantar el miedo. Levantóse , por fin , uno que hacía de principal , y con voz mal segura : -Señores -dijo-, no hay que tener miedo: no hagan ustedes caso de mí. Han vencido a los de Vitoria , pero a nosotros no nos vencerán . -De eso, yo respondo- interrumpió otro, colocándose las espuelas . -En buena hora; procedamos entonces a deliberar lo que en tan urgente caso se ha de hacer. Señores, el error ha estado en reunirnos y querernos constituir en orden y gobierno; opino que nos desbandemos, y si nos llaman facciosos , ¿qué importa? A bien que las palabras no matan . Sabidas son las ventajas de esa especie de guerra. Tomadas, pues , las medidas que para satisfacer a nuestro pueblo bajo creamos necesarias, y publicada una proclama , q!Je ya veremos de redactarla como podamos, por la cual se varíe la forma de nuestra existencia según las urgencias del momento , falta saber si habrá quien tenga ánimo para hacer la vida de faccioso andante ... - Todos- clamaron los presentes-, todos. Alzándose entonces varios de los concurrentes, salió de sus filas el más osado , y dirigiéndose al presidente con gran sumisión y respeto , imaginé hallarme de pronto trasladado a los antiguos tiempos de la caballería , según la petición , ceremonia y lenguaje que creí presenciar y oír. "Cosa increíble", dirán algunos ; pero como de esas cosas se ven en sueños , y como de esos sueños hay que verdades son . -Dos veces , señor Rebeldísimo (comenzó , que tal era el tratamiento que se me figuró oír, como había de haber oído excelentísimo u otro semejante); dos veces, señor Rebeldísimo, fui faccioso , y tengo para mí que es la vida que hay que hacer, y nada de esto de orden y Gobierno, como han tratado, gravemente errados, vuestras Rebeldísimas de plantearlo. Las causas perdidas , no nos hagamos ilusión ahora que el pueblo no nos oye , han de defenderse con gentes perdidas . Suplico a vuestra Rebeld ísima , pues , me avíe y autorice para salir de población y no volver a obedecer a especie alguna de bando , ni forma de Gobierno o Junta, y para volver a los montes, de que nunca debiera haber salido, según es grande la necesidad que tienen de mí los despoblados, y me dé licencia de pelear en calidad de faccioso para enderezar los del señor emperador Carlos v, nuestro amo y señor natural (que en paz descar;¡sa ), los cuales tengo 61 Biblioteca de México para mí que andan a la sazón en estos sus reinos, un tanto cuanto torcidos . -Levantaos -dijo el presidente , oh nuevo Don Merino-, y creed .. . -No me levantaré , señor Rebeldísimo, mientras no me otorgue el don que pedirle intento; no me haga vuestra Rebeldísima tan ignorante que no sepa , después de dos salidas que hice de mi aldea , con este mismo objeto, de correr los montes como faccioso en honra de Dios y provecho mío, enderezando derechos de gente menesterosa , y deshaciendo casas y otras frioleras ; no me haga, repito, tan ignorante que no sepa debo recibir la primera licencia de la Rebeldísima más inmediata , que luego las demás yo me las tomaré . -Yo os lo otorgo -dijo contestando el presidente en el mismo estilo anticuado y quijotesco de aquella gente atrasada-, yo os lo otorgo y os hago faccioso , aunque vos os lo pudierais hacer solo, para que toméis libremente y sin escrúpulo de conciencia el dinero de las administraciones, como es uso y costumbre de caballeros facciosos, saqueéis a vuestro sabor los pueblos que alcancéis a ver, huyáis de los más y acometáis a los menos, como en buena ley de esta orden que abrazáis se usa; y para que toméis en boca el nombre santo de la rel igión y del trono, siempre que alguna de las mencionadas cosas penséis hacer, que con eso os seguirán los pueblos enteros como la soga sigue al caldero, y os llevaréis de calle a las gentes; y nombrad la religión aunque os las hayáis con enemigos más cristianos que vos, si cabe, que sí cabrá , pues eso no importa al intento. -No me levantaré -añadió el andante faccioso-, mientras no me absuelva vuestra Rebeldísima del voto que en una malhadada exposición hice de defender los derechos de la reina doña Isabel ... -iMiren en qué se para el señor faccioso! -susurraron entonces los fantasmas todos. -Yo os levanto -repuso el presidente-, a pesar de no ser necesario: que yo tengo entendido que el caballero faccioso puede jurar y perjurar como y cuando y lo que guste, en poblado o en despoblado, de palabra o por escrito, con tal que no haga ánimo de cumplirlo. Además de que yo tengo para mí que faccioso tan cumplido como vuestra merced haría al jurar una restricción mental , como en muchos autores de estas cosas se encuentra . -S í hice. -Tanto más, señor andante , cuanto que el toque de ser faccioso está en salir a correr el campo, y no a jurar, y que si ha de correr el tal campo ha de ser por el caído, y no por el que mande; porque en otro caso no habría facción . Asiendo en seguida de una espada , ciñósela, añadiendo: -Con ella cortaréis cristianamente , hasta la quinta generación , los miembros de todos aquellos que pilléis desbandados y que no reconozcan al gran don Carlos v, y aun en caso de apuro, a los que le reconozcan . Este bastón -añadió, dándole el suyo propio, con las iniciales A. S. en el puño, que debían de querer decir a saltear- os servirá de mandar a palos . Dióle entonces un bofetón, en insignia y representación de los muchos que lleva diariamente su causa , y díjole: -Dios haga a vuestra Rebeldía muy buen faccioso y le dé ventura y aventuras . En cuanto a dinero, camisas y espuelas , fue advertido que no las traía , y preguntóle el que le armaba el porqué , a lo cual repuso que dinero no llevaba porque era sabido que un faccioso tenía dinero en todas partes donde lo hubiese , y que él pensaba ganar tanto y tan bueno en el primer encuentro, que no había de poderse contar; en lo de camisa , dijo que él no sab ía que ningún faccioso hubiese usado nunca camisa ; en punto a espuelas , contestó que él no había leído en ninguna parte , si bien no gustaba de leer, que llevasen los facciosos espuelas a sus expediciones, sino antes que había visto muchos que ni estribos llevaban , cuanto más espuelas ; pero que si lo juzgaba conveniente tan gran faccioso como era el señor Rebeldísimo, que él daría la vuelta a su lugar, donde conocía a un negro a quien pensaba pedírselas prestadas , pena de la vida . Díjole su Rebeldísima a esto que nada decían los libros de las espuelas , como cosa que se callaba por sabida , y que reparase , si no, cómo en todas las partes se aseguraba que se salvaban muchas veces los caballeros facciosos por la velocidad de sus caballos . Dio, pues , palabra el faccioso de llevar espuelas, y en cuanto a lo del velar las armas , convínose que no las velaría , por hallarse el cabecilla Sarsfield algo cerca ya de Bilbao a aquella hora , y porque harto tendría que velar quien había de anda r siempre a salto de mata ; con lo cual se acabó la ceremonia , creyéndola yo ver repetir poco más o menos con los demás que a tanta distinción y a tan holgada vida aspiraban ; y tomando en seguida todos para el despoblado, con los que del pueblo quisieron seguirlos , que fueron los menos. 62 Bibliote ca de México Gran bulla y confusión se armó, al llegar aquí, entre las gentes que en la plaza esperaban tumultuariamente ; desesperábanse los del Gobierno y pedían tiempo; pero como no fuera posible aplacar a la muchedumbre, cogió el presidente un papel blanco, y con gran prisa y temor, zurció una proclama, con honores de decreto, y saliendo a la escalera , y puesto en el dintel de la anchurosa puerta , comenzóla a leer, en los términos siguientes , si mal no me acuerdo, y decía conforme yo la oí en medio de mi pesadilla: "Fieles vasallos que ibais a ser del señor don Carlos v: Las cosas van de mal a peor y se acercan las tropas del cabecilla Sarsfield. ¿Cómo han llegado hasta aqui?, se me preguntará. Ahí veréis. Vuestra Junta, sin embargo, no cree oportuno esperarle; vosotros mismos conocéis que todo encuentro con él sería desagradable. Vuestro Gobierno, pues, meditada su situación, y que probablemente no podrá mandar donde manden las tropas de la reina, por antiguas antipatías que entre unos y otros existen, ha pensado jugarles una burla y darles un brillante chasco: pensarán acaso que los esperamos; pero vuestro Gobierno no espera a nadie; quédense, pues , solos , y ahí les quedan las provincias; nosotros imitemos al señor don Carlos v, y sigámosles la paralela. Hijos, corred , volad , no ya a las armas , pero corred, corred a donde podáis . Ellos quieren que haya libertad de pensar y de obrar..." -iQue escándalo! -gritó el pueblo. -Si no queréis pensar, pues, salvaos . Vuestro Gobierno ha decretado lo siguiente: "10 El Gobierno del señor don Carlos v se desgobierna por sí y ante sí. "20 En vista de que su majestad señor don Carlos v (que decíamos) se ha atenido a la paralela que le sigue el cabecilla Rodil , a lo largo del Portugal, declara el señor Carlos v nulo para el paso, y antes de desgobernarse nombra por su sucesor al señor Carlos VI , yasí sucesivamente hasta el fin de la numeración conocida, si fuese necesario. "30 Vuestro Gobierno, al desgobernarse, no queriendo separarse de lo usado en tales circunstancias, se lleva los fondos que tiene a su disposición, con el objeto de pasar a Francia o a cualquiera otra parte , pues es de todo rigor en esta clase de levantamientos que se salven las cabezas y sólo sean cogidos y fusilados los pobres que se han sacrificado." Larra ARTICUlOS DE COSTUMBRES AI1rologf. d ispueSIB y prologad. po< AZORIN Deeimou.ft. e4~cI 6 n -¡Bravo! iBravo! -interrumpió de nuevo el pueblo, enternecido, llorando a lágrima viva de entusiasmo y gratitud-o iBravo! iViva nuestro paternal Gobierno! "40 Vuestro Gobierno prohíbe a cualquiera de vosotros que penséis sobre ese ni sobre otro particular ninguno, debiendo dejar en libertad de pensar y obrar para los enemigos del señor ex Carlos v, quien tampoco piensa ni obra. "50 Vuestro Gobierno autoriza a todo el que quiera para salir a los campos a ser faccioso , y los gajes todos y manos puercas de esta especie de ocupación . "60 Da por nulos los ejercicios todos que diariamente celebrasteis por espacio de mes y medio, para prepararnos a recibir al enemigo, en vista de que ya no se le espera. "70 El Gobierno, en fin, de Su Majestad el señor don Carlos VI , rey por disposición de su augusto padre, quien le deja en herencia el cetro que nunca tuvo, os suelta y desata de todos cuantos vínculos os ligan a su causa , y renuncia generosamente a gobernaros, en vista de las vivísimas instancias que para ello le hace el cabecilla Sarsfield; pudiendo, el que guste, a su llegada, manifestarse fiel a sus principios y su causa, y decirse oprimido y forzado y demás fórmulas de estilo, hasta o asión más favorable. 63 B ib lioteca de Méxi co "Dada y tomada en Bilbao, antes del año 1, si cabe. " -iViva , viva! -gritaron a un tiempo los concurrentes . Grave rumor oí entonces que se acercaba por las calles: "iSarsfield! iSarsfield", gritaban varios. "iCarios v!", añadían débilmente algunos; y tal jira se armó y tal zalagarda, que imaginé que me llevaban los diablos, es decir, los facciosos en cuerpo y alma. Esparcióse entonces en derredor progresiva y densísima obscuridad , que unos decían ser el crepúsculo de la mañana y otros el de la noche; ni uno ni otro; era una opaca niebla que, a mi entender, se alzaba de la ría a proteger a los que huían. Veíase cada vez menos, oíanse truenos a lo lejos y tiros a lo cerca ; encontrábanse todas unas con otras, las fantasmas , y se empujaban y me hablaban a manera de soplo frío, y con un ruido monótono semejante al g/u g/u de botella que se vacía; palpábame, y mi carne se estremecía . Doblábanse las sombras, aparecían inmensos grupos a través. Por último, sucedió el silencio y desapareció aquella batahola de movedizas y apiñadas figuras ; como agua que se desliza se derramó y corrió fuera de las calles y plazas . De allí a poco, al estrépito y acompasado estruendo de las cajas y clarines y de numerosos vivas a Cristina y a Isabel , creí ver que la . niebla se esparcía y disipaba; seguíala yo por ver si era ella la que me ocultaba la inmensa muchedumbre del bando carlista ; pero en vano tendía la vista por uno y otro lado. Habrá quedado vacía la población , exclamé ; pero Bilbao estaba allí , y más numeroso gentío que antes llenaba de nuevo las calles y las plazas; las ventanas estaban llenas de gentes, lleno el aire de vivas ; alguna que otra cara , creí reconocer de las pasadas en la multitud ... (Cosas de sueños .) Pero ¿y los facciosos? Ellos y la niebla , todo había desaparecido. El entusiasmo, en fin , y la apretura , me despertaron dudoso y fatigado. "¿Fue sueño? -exclamé-. ¿Fue realidad? ¿Y las provincias rebeldes? " En aquel punto entró hasta mi lecho mi criado , y dándome un papel : "Señor -dijo-, la Gaceta extraordinaria ." iViva Cristina! iViva Isabel II! Las provincias son ya nuestras, y allí ya la fiesta es acabada. 64 Biblioteca de México C o n m o t i v o de la presencia de A l e m a n i a c o m o invitada de h o n o r a la Feria I n t e r n a c i o n a l del L i b r o de Guadalajara 2 0 1 1 , el G o e t h e - I n s t i t u t M e x i k o y el C o n a c u l t a , a t r a v é s de la Biblioteca de M é x i c o " J o s é V a s c o n c e l o s " y la Biblioteca V a s c o n c e l o s p r e s e n t a n el ciclo de lecturas b i l i n g ü e s e s p a ñ o l - a l e m á n : Sábado 19 de noviembre de 2 0 1 1 , 13:00 horas Leyendo a Wladimir Kaminer lENALi ITERNACIONAl Nadia Legarreta y Katharina Storch ERA||^ Sábado 26 de noviembre de 2 0 1 1 , 13:00 horas Leyendo a Siegfried Lenz Lectoras: Nadia Legarreta y Franca Seipolt MÉXICO 1-6 DE OCTUBRE 2012 Sábado 03 de diciembre de 2 0 1 1 , 13:00 horas L e c t u r a con la escritora Monika Marón Participan: la autora y Sandra Félix CONCURSO INTERNACIONAL DE PRODUCCIONES RADIOFÓNICAS Lecturas dirigidas a público adolescente y adulto | Entrada gratuita Muestra al mundo cómo suena la radio hoy. Presentaciones: Mezanine de la Biblioteca Vasconcelos ¡Participa! Consulta las bases en www.bienalderadio.gob.mx ©BienalRadio D Bienal de Radio Ubicada en Eje 1 Norte s / n esquina Aldama, Col. Buenavista. Informes: Biblioteca Vasconcelos 9157 2800 ext. 4 0 6 4 y 4043 Biblioteca de México 4155 0 8 3 0 ext. 3859 bibliotecademexicoe)yahoo.com.mx www.bibliotecademexico.gob.mx www.mexlcoescultura.com www.goethe.de/mx Fomentando la cultura construimos un Mcvico más fuerte REVISTADELA M i g u e l Á n g e l G r a n a d o s CIJ^F Texto inédito ! ' Λ F e r n a n d o del Paso flbe CANAL 22 PRESENTA LaDi^hO^ PALABRA la mano de Dios La celebración de nuestro lenguaje ^^Wnás Segovia C o n d u c e n Laura García. Germán Ortega, ^ P ^ ^ t r a s repúblicas I^HPel G o n z á l e z Dueñas ^ ^ o b j s e Tomás Segovia Emmanuel Carballo Poetas e s p a ñ o l e s del e x i l i o Gonzalo Celorio Fray S e r v a n d o y V a l l e - A r i z p e Antonio Navalón Las razones de O b a m a I g n a c i o Solares Cieeren Dios en tiempos violent G u i l l i r m o Vega Zaragoza S o b r e Tomas Transtromer Pable Espinosa Textos de I Federico Alvarez • Adolfo Gilly • Anamari G o m í s , Τ M o n i c a Lavín En el, oído de O d i s e o Fabienne Bradu Manael Rodríguez Lozano y Antónieta Rívas Mercado Myriam Moscona N a d i a Villafuerte Reportaje gráfico José Woldenberg Manuel Rodríguez Lozano Pablo Boullosa, Eduardo Casar y Nicolás Alvarado ANTÓN CHÉJOV EN EL DEPARTAMENTO DE CORREOS I • Hace pocos días enterramos a ia joven esposa de nuestro viejo compañero Sladl<opertzev. Después del entierro de aquella belleza, y según costumbre seguida por nuestros padres y abuelos, nos reunimos en el departamento de Correos para honrar su memoria. Cuando se sirvieron los blini,^ el viejo viudo se echó a llorar, y dijo: -¡Estos blini tan sonrosados me recuerdan a la difunta! ¡Son igual de bonitos! ¡Exactamente igual! - E n efecto -asintieron los que honraban la memoria de ésta-, tenía usted una mujer que era realmente una belleza. ¡Una mujer de primera clase! -Sí, señores... Al verla quedaba todo el mundo asombrado... Pero yo no la quería por su belleza ni por su buen carácter. Esas dos cualidades son comunes a cualquier naturaleza femenina y se encuentran con bastante frecuencia en la vida. La quería por otra cualidad de su alma. Quería a la difunta porque, a pesar de la viveza y animación de carácter, era fiel a su marido. Me era fiel, aunque sólo tenía veinte años, mientras que yo estoy próximo a cumplir los sesenta. ¡A mí..., un viejo..., me era fiel!... El diácono, que comía con nosotros, expresó su duda con una tos y un mugido elocuentes. -¿Quiere usted decir que no lo cree? -dijo el viudo, dirigiéndose a él. - N o es que no lo crea - s e azoró el diácono-. Pero es que hoy en día las mujeres jóvenes... son demasiado rendez vous..., demasiado sauce provencale... -Pues aunque lo dude, se lo he de demostrar. Yo me valía de distintos medios..., llamémoslos estratégicos..., como una especie de fortificación..., para sostener su fidelidad. Con aquel proceder y con mi astucia no había posibilidad de que mi mujer me engañara jamás. Defendía mi vida matrimonial pleando la astucia. Utilizaba unas palabras..., una contraseña... Sabía que me era suficiente nunciar una sola de aquellas palabras para pe dormir tranquilo en lo tocante a su fidelidad. - ¿ Y qué palabras eran ésas? - L a s más sencillas. Hice correr un rumor malic por la ciudad. Un rumor que les es a ustedes conocido. A todos iba diciendo: "Mi mujer, Aler tiene relaciones amorosas con nuestro jefe Policía, Iván Alekseich Salijvatsky." Estas palafc bastaban. Por miedo a la ira del jefe de Policía, había un solo hombre que se atreviera a hacer I corte a Aleña. Hasta se daba el caso de que salier huyendo cuando la veían para no dar que pensar i Salijvatsky. ¡Je..., je..., je...! ¡Porque eso sí...! alguno se hubiera tropezado con ese ídolo bigotuc lo hubiera pasado muy mal! ¡Por menos de nada es capaz de echarte encima cinco denuncias oficiales amparándose en la cuestión sanitaria..., o de, si ve tu gato en la calle, denunciártelo como si se tratara de una bestia vagabunda! - ¿ S u mujer no tenía entonces relaciones con Iva Alekseich? - n o s asombramos. - ¡ Q u é iba a tener, señores! ¡Todo era astucia i ¡Je..., je..., je...! ¿Verdad, jóvenes, que los he tenic muy bien engañados?... ¡Así es! Transcurrieron cerca de tres minutos en silenc Estábamos sentados, callados, dolidos y a la ve avergonzados de que aquel viejo gordo de la nariz colorada hubiera sabido engañarnos de modo tan taimado. - B i e n . Si Dios quiere, te volverás a casar -gruño el diácono. ' Especie de bocadillos ilquier p a r t i d o p o l í t i c o . Q u e d a p r o h i b i d o el us fomentando Vivir Mejor la cultura construimos www.gobiernofederal.gob.mx un México más fuerte www.conaculta.gob.mx