Poder Judicial de la Nación

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C.N° 44.176 AIgoldi, Dora Margarita s/
procesamiento@@.
Juzgado N°° 4 - Secretaría N°° 7
Reg. 226
///////////////////nos Aires,
22 de marzo
de 2011.
Y VISTOS: Y CONSIDERANDO:
I.
Llegan las presentes actuaciones a conocimiento de este
tribunal en virtud del recurso de apelación interpuesto por la defensa de Dora
Margarita Igoldi (fs. 18/20 de este legajo) contra el punto dispositivo I del
pronunciamiento del juez a quo mediante el que dispuso el procesamiento sin
prisión preventiva de la nombrada por encontrarla prima facie autora penalmente
responsable del delito de alteración de la identidad de un menor de diez años -art.
139, inc. 2° C.P.- en concurso ideal con el delito de falsedad ideológica -art. 293
C.P.- (conf. fs. 1/16).
El recurrente estimó que no se encuentra probada la comisión
de los delitos que se le endilgan a su asistida. Fundamentalmente, señaló que no
existen pruebas que acrediten que José Siracusa no sea hijo biológico de Igoldi. A
su vez, consideró, que ante la falta de prueba, es errónea la vinculación efectuada
por el juez de grado con relación al instrumento notarial otorgado el 23 de junio
de 1986, el certificado de reconocimiento de fecha 2 de setiembre de 1987 y el
certificado de nacimiento de fecha 24 de marzo de 1988.
También indicó que las declaraciones testimoniales existentes
en la causa no alcanzan para acreditar que el niño entregado en guarda a Jorge
Luis Siracusa a través de la referida actuación notarial sea el mismo que el que
nació el 24 de marzo de 1988.
Por último se agravió del tratamiento dado por el juez de grado
a la prescripción del ilícito de “falsificación de instrumento público” –sic- , ya
que, a su entender, estaría prescripto.
II.
Ceñidos al estricto marco del recurso traído a conocimiento de
este tribunal, del plexo probatorio reunido en la causa se desprende que los hechos
imputados se encuentran acreditados con el grado de convicción que se requiere
en los términos previstos por el artículo 306 del Código rito.
En efecto, a diferencia de los sostenido por el apelante, del
estudio genético que obra a fs. 602/607 surge que Dora Margarita Igoldi queda
excluida como madre biológica de las muestras del perfil genético (ADN)
oportunamente extraídas de elementos de aseo (cepillo de dientes y máquina de
afeitar) utilizados por José Siracusa.
La contundencia de dicha prueba basta para acreditar que José
Siracusa no es hijo biológico de Igoldi, a quien se le ha imputado el hecho de
haber alterado la identidad de un menor de diez años, la del nombrado,
conjuntamente con su marido Jorge Luis Siracusa -fallecido-. A su vez, el haber
hecho insertar a las autoridades del Registro de Estado Civil y Capacidad de las
Personas de esta Ciudad declaraciones falsas en el certificado de reconocimiento
confeccionado el 2 de septiembre de 1987 y posteriormente el de nacimiento de
fecha 24 de marzo de 1988, a raíz de los cuales se expidió el Documento Nacional
de Identidad N° 33.334.033. Cabe señalar que todo ello logró concretarse a través
de la acción judicial entablada por la encausada y su ex pareja en el Juzgado
Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 16, Secretaría 32, en el que se
resolvió inscribir el nacimiento de José Siracusa, ocurrido el 25 de junio de 1985
(expediente n° 270916).
El delito previsto en el artículo 139, inciso 2° del Código Penal
consiste en hacer incierto, alterar o suprimir la identidad de un menor de diez años
y retenerlo u ocultarlo.
Los elementos probatorios mencionados precedentemente
sumado a los distintos testimonios de allegados a la familia de Igoldi y Siracusa,
en los que se señaló que José no estaría al tanto de que no fuese el hijo biológico
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de Igoldi y el propio testimonio de José Siracusa en el que manifestó no haber
tenido dudas acerca de su origen hasta que se inició el juicio sucesorio de su padre
y de la formación de esta causa, conllevan a homologar lo decidido por el juez de
grado.
Con respecto al agravio del apelante relacionado con el acta
notarial aludida por la parte, que en un primer momento aparecía como un
instrumento para determinar el verdadero origen de José Siracusa, debe señalarse
que, más allá de la investigación que actualmente se está desarrollando en torno a
tal actuación, ella no fue considerada como elemento de cargo por el juez de grado
a la hora de endilgar responsabilidad a Igoldi. Tal es así que, en la resolución se
aclaró que, no existían elementos suficientes para reprochar a Igoldi el delito
previsto en el artículo 146 del Código Penal, ni con elementos suficientes para
afirmar que José se tratara de una persona que hubiera sido sustraída del poder de
su padres, o que hubiese sido abandonada por ellos, toda vez que se desconoce su
origen.
El hecho de que pueda conocerse cuál ha sido el modo a partir
del cual José Siracusa fue obtenido por Igoldi permitirá precisar los alcances de la
conducta de la encartada. De momento, como se dijo, cabe sujetarse a las
constancias probatorias existentes en autos y a la calificación legal escogida por el
a quo.
Con relación al tratamiento efectuado por el juez de grado con
respecto a la prescripción del delito de falsedad ideológica que se le imputa a
Igoldi, más allá de la escasez de fundamentos expresados por el apelante a la hora
de quejarse, se advierte que no ha reparado en que, para el caso de concurso ideal
de delitos, la prescripción de la acción penal rige por el término del delito de pena
mayor (conf. esta Sala C.N° 27.009 AMartínez, Marcelo y otros s/inf. ley 11.723 y
22.362, rta. el 17/05/96, reg. nro. 425 y sus citas).
Cuando se está frente a un supuesto en el que lo que se imputa
es una unidad delictual derivada de una única acción, no corresponde efectuar
procesalmente el desdoblamiento en base a calificaciones legales (conf. Sala I,
ANash@, reg. 435 del 6/7/93, c.n° 29.621 ACasella, M.@ del 28/4/98, reg. 283, c.n°
31.469,@Mamani Condori, N.@ del 16/12/99, reg. 1156 y en el mismo sentido Sala
II, c.n° 15.961, AMaidana, P. N.@, reg. 16.979, del 4/11/99).
Tal como ha sido considerada la situación procesal de la
encausada hasta el presente, esto es, con la concurrencia ideal de las figuras
penales previstas en los artículos 139, inciso 2° y 293 del C.P., no habilita a tratar
las conductas por separado.
Por las razones expuestas, los suscriptos concuerdan con el a
quo y sostienen que la base fáctica de la imputación se encuentra acreditada
conforme lo exige el artículo 306 del C.P.P.N..
III.
Por último, si bien en el juzgado de primera instancia se sigue
desarrollando la investigación a los fines de lograr determinar el origen biológico
de quien en la actualidad es José Siracusa, se estima que podría resultar de utilidad
solicitar información al Registro Nacional de las Personas acerca de la existencia
de aquellos que lleven el nombre de Carlos Enrique Haftstein, en la que además se
aporten datos filiatorios de cada uno para que puedan ser cotejados con alguna de
las constancias existentes en esta causa. Del mismo modo, averiguar qué datos
existen con relación a las personas que lleven el nombre de Carlos Enrique
Pierlorenzi, ya que de acuerdo a lo manifestado por Inés Brígida Haftstein a fs.
108/109 sería el nombre de su ex marido, oriundo de la provincia de Corrientes
con quien habría tenido hijos en común.
Por las razones expuestas, el Tribunal RESUELVE:
CONFIRMAR la resolución en todo cuanto decide y fuera materia de apelación.
Regístrese, hágase saber al Ministerio Público Fiscal y
devuélvase a la anterior instancia donde deberán efectuarse las restantes
notificaciones a que hubiere lugar.
Sirva la presente de muy atenta nota de envío.
JORGE L. BALLESTERO - EDUARDO FARAH
Poder Judicial de la Nación
El Dr. EDUARDO FREILER no firma por hallarse en uso de licencia.
Ante mí: SEBATIÁN CASANELLO.
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