10Las familias al interior de los hogares

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XI Reunión Nacional de Investigación Demográfica en México
Cambios demográficos y políticas públicas
Aguascalientes, Ags.
30 de marzo a 1° de junio de 2012
Las familias al interior de los hogares. La importancia de su análisis para las políticas
públicas
Argisofía Pérez Moreno
Leonardo Marín Téllez
Las familias al interior de los hogares. La importancia de su análisis para las políticas
públicas
Argisofía Pérez Moreno1
Leonardo Marín Téllez2
Introducción
Los hogares y las familias son las unidades de intervención para los programas de
desarrollo y bienestar social. El Plan de Desarrollo Nacional 2007-2012 (PND) ubica a las
familias mexicanas no sólo como los beneficiarios de los programas sociales, sino como el
mecanismo de producción y reproducción de los beneficios que otorgan. Así, el estudio de
la familia corresidente es obligado para el análisis de los mecanismos de funcionamiento de
las políticas públicas en materia de bienestar social.
Los efectos de las transformaciones globales que se han producido en las últimas décadas
en las estructuras y los procesos económicos, así como en los ámbitos social y cultural han
sido extensamente analizados. En cambio, las transformaciones experimentadas por las
familias y las formas en que las políticas públicas incorporan esos cambios son áreas menos
estudiadas.
El análisis de los arreglos familiares en los Censos de Población y Vivienda y encuestas en
México, se ha llevado a cabo desde la perspectiva de los hogares, vinculando a las personas
que viven en ellos por lazos de parentesco con el/la jefe(a) del hogar. Esta perspectiva de
análisis limita a la familia al grupo de personas que cohabitan en una vivienda, dejando
fuera las relaciones con otros miembros de la familia que no comparten el hogar. Así, los
arreglos familiares harán referencia a núcleos conformados primordialmente por el/la
jefe(a) del hogar, su cónyuge, sus hijos(as) y algún(os) otro(s) familiar(es). Analizar a la
familia mediante su relación con el/la jefe(a) del hogar, impide conocer la serie de
relaciones familiares que pudiera existir dentro del hogar o la vivienda.
En esta ocasión, por primera vez en un censo mexicano, el Censo de Población y Vivienda
2010 incluyó una serie de preguntas para identificar al padre y a la madre de todas las
1
2
Jefe de Departamento de Evaluación de Procesos, Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Actuario, Facultad de Estudios Superiores Acatlán, Universidad Nacional Autónoma de México.
2
personas enumeradas con el cuestionario ampliado y, si es el caso, al cónyuge. Estas
preguntas ofrecen la oportunidad de construir núcleos familiares —conformados por
cónyuges con o sin hijos(as) solteros(as)— y poder analizar al interior de los hogares las
relaciones que se dan entre las personas que cohabitan en ellos, independientemente de su
relación con el/la jefe(a) del hogar.
El objetivo de este trabajo es mostrar que el análisis de los núcleos familiares permite
conocer mejor la forma en que están conformados los hogares y planear políticas públicas
adecuadas a las necesidades de las familias mexicanas.
Hogares y familias
Para Naciones Unidas (2008) el concepto de hogar “se basa en las disposiciones adoptadas
por las personas (individual o colectivamente) para satisfacer sus necesidades de alimentos
o de otros artículos esenciales para vivir”. El hogar puede ser unipersonal o multipersonal.
Los miembros del grupo pueden estar emparentadas o sin emparentar, o ser una
combinación de ambas clases. En este trabajo se considerará como hogar a la unidad
formada por una o más personas vinculadas o no por lazos de parentesco, que residen
habitualmente en la misma vivienda particular, ya que esa es la definición utilizada en el
Censo de Población y Vivienda 2010, que es la fuente de datos que se utilizará.
Por otro lado, la familia, como afirma Tuirán (2001) hace referencia a un grupo de personas
vinculadas entre sí por lazos consanguíneos, consensuales o jurídicos. Es la familia el lugar
en donde se da la reproducción biológica, la transmisión tanto de bienes y patrimonio, así
como de pautas de conductas y normas sociales entre generaciones. Por lo tanto, el estudio
de la familia se torna interesante desde muchas disciplinas.
El análisis de los hogares y su conformación es importante, pero incompleto cuando se
pretenden explorar los lazos de parentesco de sus miembros. Con la posibilidad de
identificar los diversos núcleos familiares dentro del hogar, se abre el abanico para conocer
las características de esta célula tan importante para la reproducción social (Bercovich y
Martins, 1999; Colecraft, 1996; Burch y otros, 1987).
3
La familia es una institución, una estructura de normas que fija roles sociales para la
constitución de la pareja sexual y de la filiación intergeneracional. Por ello, el paradigma
predominante de familia es la nuclear, comprendida por la pareja y los hijos(as). Por lo
tanto, el enfoque esencial en torno a esta institución la muestra inmutable, con una
estructura y organización interna invariables (Huenchuan y Guzmán, 2007; Arriagada,
2006; Therborn, 2004).
El paradigma de familia corresponde, entonces, al modelo patriarcal, es decir de un
matrimonio, donde el hombre es el proveedor y la mujer es la responsable de la
reproducción y las actividades del hogar. Se prevé que la convivencia sea de larga duración
y que existan hijos(as) e hijas propios con roles de género claramente definidos (Montaño,
2004; Jusidman, 2003; Jelin, 2007).
Sin embargo, aunque la familia nuclear sigue siendo importante, ya no es el hombre
proveedor y la mujer ama de casa los que la conforman. Las penurias y las crisis
económicas generan la necesidad de trabajar para muchos de los integrantes de esas
familias, independientemente de su género e incluso de su edad. Además la falta de
recursos genera dificultad de establecer una familia de forma independiente, por lo que los
arreglos familiares en las viviendas cambian y se puede encontrar más de un núcleo
familiar por vivienda.
Así, todo análisis de las familias definidas por su cohabitación en un hogar o vivienda,
llevará inevitablemente al referente de familia nuclear, encontrando una sola familia
nuclear, varias familias nucleares o familias extensas y compuestas, las cuales se pierden en
los análisis de la relación de parentesco con el/la jefe(a).
Esto se da porque la información censal y de encuestas se obtiene de viviendas u hogares y
existe la tendencia de identificar a la familia con esta unidad de observación. Por ello, es
importante tener en cuenta que la familia trasciende esos espacios y que no existe una
correspondencia absoluta entre viviendas u hogares y familias, sobre todo cuando las
limitantes operativas en eventos censales o levantamiento de encuestas impiden un análisis
más amplio.
4
Políticas públicas con visión de familia
Las políticas públicas y las legislaciones en general responden a una visión tradicional de
familia, sobre todo apoyando a las madres con hijos(as). Por ello, es importante poder
identificar los núcleos familiares, su conformación y características, dejando ver que el
modelo tradicional patriarcal no es ya el predominante (Loria, 2007; Jelin, 2005).
El modelo de bienestar que las políticas públicas proponen favorece a la familia nuclear
patriarcal y reproduce ciertos roles de género, dejando a las mujeres a cargo del cuidado
familiar. Además, mujeres, niños y ancianos se convierten en merecedores de la protección
y cuidado, en lugar de asegurar a las familias, se beneficia a los que se consideran
vulnerables (Sojo, 2007; Sunkel. 2006; Montaño, 2004).
La participación de las mujeres en el mercado de trabajo y la exigencia de sus funciones
para el cuidado del hogar y la familia terminan siendo una carga que puede llegar a tres
jornadas laborales. Esta situación es invisible en las políticas públicas, las cuales deberían
buscar la equidad entre géneros, tanto en la vida pública como en la privada y no perpetuar
la vulnerabilidad y la división de trabajo (Sunkel, 2006; Montaño, 2004; Carrasco, 2001;
Orloff, 1993).
El éxito del Programa Oportunidades se basa, entre otros factores, en la participación de
millones de mujeres sobrecargadas de trabajo. Oportunidades es un programa social que
opera con una noción tradicional de familia, donde la mujer es vista sólo como proveedora
de servicios domésticos y reproductivos y que, por lo tanto, puede dedicar su tiempo y su
esfuerzo a las corresponsabilidades que este programa exige como condición.
Las nociones que guían al programa no corresponden a acciones dirigidas a las familias que
promuevan relaciones de género más equitativas y se propongan conciliar los ámbitos
productivos y reproductivos de los hombres y las mujeres. El efecto de dichos apoyos se
reduce por el alto costo de los servicios ligados a la vivienda y a la asistencia de los
hijos(as) a la escuela. (Jelin, 2006; González de la Rocha, 2005).
Este programa, como muchos otros, subordina los derechos de las personas a la
sobrevivencia y fortalecimiento de la familia como institución y símbolo. Son necesarias
5
por tanto, políticas de autonomía y empoderamiento para instalar la lógica democrática en
la familia; ya no se trata de tener políticas que “produzcan” un tipo de familia, sino de
políticas que a través de la familia, permitan el bienestar de las personas.
Muchas de las políticas públicas dirigidas al bienestar social, parten de la vivienda como
unidad de intervención y asocian una familia a ésta, normalmente de tipo nuclear. Este es el
modelo de familia ideal que la sociedad contemporánea imagina. En el Plan Nacional de
Desarrollo se menciona la importancia de la familia y cómo ésta se ha “separado o ha
tenido que abrigar en su seno nuevos miembros para sobrevivir” (PND, 2007: 218)”. Al
referirse a la inclusión de nuevos miembros para sobrevivir podemos ver que la concepción
de familia de la que se parte es la de una de tipo nuclear.
Por lo tanto, el análisis de la organización familiar debería ser uno de los ejes principales de
los diagnósticos sociales y de la determinación de los mecanismos de implementación de
políticas. Las políticas separan a los individuos de la familia, así que aunque la familia es el
centro del discurso de las políticas públicas, el medio de llegar a sus miembros es
desarticulado (Mauras, 2005). No hay coherencia entre la extrema importancia asignada a
las familias por los gobiernos, las instituciones religiosas y los individuos y la atención que
efectivamente se les otorga en las políticas públicas.
Metodología
Se generaron arreglos familiares para los hogares de México con los datos de la muestra del
Censo de Población y Vivienda 2010 a través de la pregunta de parentesco con el/la jefe(a)
del hogar. También se generaron núcleos familiares con las preguntas de identificación del
padre, identificación de la madre e identificación del cónyuge.
La conformación de los arreglos familiares en los hogares es la propuesta por Tuirán (2001)
que considera lo siguiente:
Nucleares: incluye matrimonios sin hijos(as), matrimonios con hijos(as) solteros(as), padres
solos con hijos(as) solteros(as) y madres solas con hijos(as) solteros(as).
6
Unipersonales: sólo hay una persona en cada hogar.
Extensos: incluye a los nucleares con uno o más parientes y unipersonales con uno o más
parientes del/la jefe(a).
Compuestos: incluye a los nucleares con una o más personas no emparentadas y extensos
con una o más personas no emparentadas con el/la jefe(a).
Corresidentes: incluye dos o más personas sin parentesco con el/la jefe(a).
Los núcleos familiares están conformados por una pareja de cónyuges sin hijos(as); padres
con hijos(as) solteros(as), madres con hijos(as) solteros(as) y padres y madres con hijos(as)
solteros(as). Puede haber más de un núcleo familiar por hogar. Las viviendas con núcleos
familiares y otros parientes se catalogaron como extensas y las viviendas con núcleos
familiares y algún otro no pariente como compuestas. En caso de cohabitación y ningún
lazo de parentesco se consideran corresidentes.
Los resultados se analizan para identificar viviendas con más de una familia, algunas
características de las viviendas y de los padres, madres e hijos(as) de las familias.
7
Resultados
En el cuadro 1 se presenta
la distribución porcentual
de
hogares
y
familias
según su caracterización.
Puede verse que existen
más familias nucleares que
hogares nucleares, estas
familias
provienen
principalmente
de
los
Cuadro 1
Distribución porcentual de hogares y familias según tipo
Tipo
Hogares
Familias
Nuclear
63.0%
72.7%
Unipersonal
9.5%
10.0%
Extenso
24.5%
14.4%
Compuesto
2.3%
2.3%
Corresidente
0.7%
0.6%
Total
100.0%
100%
Fuente: Elaboración propia con base en INEGI (2011). Muestra del Censo
de Población y Vivienda 2010.
hogares catalogados como extensos —aunque también algunas son de hogares compuestos
y corresidentes—, pues existe una relación con el/la jefe(a) del hogar, pero además tienen
conformadas sus propias familias. La diferencia entre hogares y familias nucleares es de
cerca de 10 puntos porcentuales, esto nos da muestra de que los hogares considerados como
extensos, compuestos o corresidentes a través de la pregunta del parentesco con el/la jefe(a)
del hogar, en realidad pueden contener unidades familiares más pequeñas que comparten,
tanto los hogares como las viviendas.
Son
9.4%
las
Gráfica 1
Distribución porcentual de viviendas según
número de familias que habitan en ellas
viviendas que tienen
más de una familia
100.0%
90.0%
(gráfica 1). Esto
80.0%
70.0%
resulta interesante,
60.0%
ya que, en los
50.0%
40.0%
análisis
para
30.0%
identificar más de un
20.0%
10.0%
hogar al interior de
0.0%
la vivienda no se
en
su
presentan
interior
tantas
viviendas integradas
88.9%
7.6%
1
2
1.8%
3 o más
Fuente: Elaboración propia con base en INEGI (2011). Muestra del Censo de
Población y Vivienda 2010.
8
por más de un hogar. Esto es importante, ya que las políticas públicas deberían considerar
estos arreglos familiares amplios en las viviendas, pues sus integrantes tienen relaciones
más complicadas al interior que en los hogares de una sola familia. Además, los beneficios
de las políticas podrían quedar reducidos al asociar cada vivienda u hogar a una sola
familia.
Cuadro 2
Porcentaje de viviendas según algunas características por número de
familias en la vivienda
Características
Una famila
Dos o más familias
Existe hacinamiento
2.0%
0.6%
Tienen Luz
98.0%
99.0%
Tienen agua dentro de la
vivienda
88.9%
90.4%
Tienen drenaje conectado a
la red pública o fosa séptica
88.9%
90.0%
Fuente: Elaboración propia con base en INEGI (2011). Muestra del Censo de Población
y Vivienda 2010.
En el análisis de las
características de las
viviendas
según
existencia de una o
más familias en ellas
presentado
cuadro
2
en
el
resulta
interesante ver que
las condiciones de las
viviendas con más de una familia son mejores que las de las viviendas con una sola familia.
Esto tiene sentido, pues las personas vivirán en los espacios más adecuados para sus
necesidades, además de que al haber más miembros responsables de familia, y no sólo
un(a) jefe(a) del hogar y su cónyuge, los ingresos pueden ser mejores y las viviendas
entonces tener mejores características.
En la gráfica 2,
Gráfica 2
Distribución porcentual de viviendas según tenencia
por número de familias en la vivienda
se puede ver
que
en
las
viviendas con
más
de
una
familia habita
el
propietario
de la vivienda
en
mayor
80.0%
87.7%
76.4%
60.0%
40.0%
Una famila
14.9%
20.0%
que
7.4%
9.5% 5.2% Dos o más familias
0.0%
Propietario
porcentaje,
mientras
100.0%
Renta
Otra situación
Fuente: Elaboración propia con base en INEGI (2011). Muestra del Censo de
Población y Vivienda 2010.
9
las rentadas y prestadas son mayores en las viviendas con una sola familia. Esto también
tiene sentido, ya que las crisis económicas han dificultado a las familias de reciente
creación el adquirir vivienda propia, lo que los lleva a compartirla con sus padres o
abuelos(as), quienes sí pudieron ser propietarios.
En la gráfica 3 se pueden ver las edades de los padres, madres e hijos(as) de las familias
nucleares analizadas. Como se esperaba, los hijos(as) son jóvenes y los padres y madres se
encuentran en edades adultas. Esto habla de ciclos familiares jóvenes, con cargas
económicas fuertes debido a las necesidades de educación de los hijos(as). El promedio de
edad de los hijos(as) es de 15.3 años, de las madres 41.5 años y de los padres 43.3 años.
0.3%
12.5%
13.6%
20 a 29
años
8.2%
0 a 5 años 6 a 11 años 12 a 19
años
23.8%
20.3%
15.9%
2.4%
0.8%
38.5%
0.0%
0.0%
29.2%
0
0
24.1%
80.0%
70.0%
60.0%
50.0%
40.0%
30.0%
20.0%
10.0%
0.0%
64.8%
69.7%
Gráfica 3
Distribución porcentual de los hijos, madres y padres según grupos
de edad
30 a 59
años
60 y más
años
Hijos
Madres
Padres
Fuente: Elaboración propia con base en INEGI (2011). Muestra del Censo de Población y
Vivienda 2010.
En el cuadro 3 vemos algunas características de los hijos(as), padres y madres. Los
hijos(as) jóvenes tienen promedio de escolaridad acordes a su edad, esto debido a la
universalización de la educación, lo cual además se ve en el hecho de que los mayores
tienen niveles de escolaridad menores. También se pude ver que los trabajadores son pocos
en la adolescencia, pues su inserción escolar es mayor y a partir de los 20 años más de la
mitad trabaja. Los/las adolescentes, además son quienes realizan las labores del hogar
principalmente. También son ellos los beneficiarios de los programas de gobierno.
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Por otro lado, las madres tienen escolaridades menores que los padres adultos y adultos
mayores, pero mayores en los adolescentes y jóvenes, esto debido a la importancia que la
educación ha tomado para las mujeres, inclusive para las que son madres, contrario a lo que
se esperaría. Es importante recalcar que las mujeres más jóvenes, menores de 12 años
tienen menor escolaridad que los padres, posiblemente debido a que por el embarazo y
cuidado de hijos(as) pequeños(as) han tenido que suspender sus estudios.
Cuadro 3
Algunas características de los hijos, madres y padres por grupos de edad
Hijos
0 a11 años 12 a 19 años 20 a 29 años 30 a 59 años 60 y más años
Promedio de años de escolaridad
1.5
8.0
11.1
9.8
6.6
Porcentaje de trabajadores
16.9%
59.8%
71.6%
41.4%
Porcentaje de quienes realizan
70.0%
17.6%
0.8%
0.1%
quehaceres del hogar
Porcentaje de quienes reciben
22.3%
4.1%
5.5%
14.7%
apoyos de programas de gobierno
Madres
0 a11 años 12 a 19 años 20 a 29 años 30 a 59 años 60 y más años
Promedio de años de escolaridad
4.5
8.7
9.8
8.9
4.3
Porcentaje de trabajadores
18.0%
19.5%
33.4%
42.8%
16.9%
Porcentaje de quienes realizan
73.1%
72.6%
62.8%
54.2%
64.9%
quehaceres del hogar
Porcentaje de quienes reciben
6.3%
9.1%
14.7%
19.8%
30.9%
apoyos de programas de gobierno
Padres
0 a11 años 12 a 19 años 20 a 29 años 30 a 59 años 60 y más años
Promedio de años de escolaridad
7.9
8.5
9.6
9.6
5.8
Porcentaje de trabajadores
89.0%
89.2%
92.7%
91.3%
54.1%
Porcentaje de quienes realizan
0.5%
0.5%
0.3%
0.3%
1.7%
quehaceres del hogar
Porcentaje de quienes reciben
1.0%
2.3%
2.6%
7.1%
26.9%
apoyos de programas de gobierno
Fuente: Elaboración propia con base en INEGI (2011). Muestra del Censo de Población y Vivienda 2010.
Los roles se mantienen pues los hombres son los que trabajan y las madres las que se
encargan de las labores del hogar. Es importante ver que cerca del 90% de los padres
menores de 60 años trabajan, lo que muestra la carga social tan fuerte de proveedores que
tienen. Por otro lado, conforme aumenta la edad de las madres se reduce el porcentaje de
quienes se dedican a los quehaceres del hogar, debido a que los/las adolescentes cargan
después con esas actividades. Desafortunadamente con los datos censales no es posible ver
las actividades de cuidados que las mujeres suelen ejercer.
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Finalmente, los adultos mayores son los que reciben los beneficios de los programas de
gobierno en mayor medida y las madres, que como se había mencionado anteriormente,
termina siendo una carga adicional a sus funciones.
Conclusiones
El análisis realizado permitió ver cómo el ideal de familia nuclear se mantiene y la
asignación de roles persiste, dejando a los hombres como proveedores y a las mujeres como
amas de casa y cuidadoras de la familia. Así, que la familia nuclear permea no sólo en los
programas públicos, sino en la conformación real de roles e integración familiar. Esto
sucede, independientemente de si se cuenta o no con una vivienda para habitar para cada
familia. Esta situación queda oculta si sólo se hacen análisis a nivel de parentesco con el/la
jefe(a) del hogar.
También se pudo ver que las familias al interior de las viviendas pueden estar conformadas
por varios núcleos familiares que se ocultan si se conforman arreglos de familia a partir de
la relación con el/la jefe(a) del hogar. Esto es importante, ya que las políticas públicas están
dirigidas a las familias y sobre todo a sus integrantes, por lo que es necesario conocer sus
conformaciones al interior de las viviendas para una mejor canalización de los recursos y
beneficios que otorgan.
Aún quedan análisis pendientes, pero no queda duda de que las variables para identificar a
los padres, madres y cónyuges del Censo de Población y Vivienda 2010, son una
herramienta importante para el análisis de la conformación de familias en el país.
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Centro
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15
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