Diagonal // Del 2 al 15 de febrero de 2006 44 // LIBERTADES Y DERECHOS FRONTERAS GLOBALES II Jeffry Scott DETENCIONES. Un grupo de inmigrantes mexicanos es detenido tras intentar entrar en los EE UU por las colinas que hay alrededor de Nogales (Arizona). Según un organismo oficial, 542 personas han muerto en esta frontera en los once primeros meses de 2005. DIVERSOS ORGANISMOS ESTIMAN UN PROMEDIO ANUAL DE 900.000 CRUCES Situación límite en la frontera México-EE UU En su mayoría son mexicanos, pero también hay centroamericanos e incluso de los países del sur. Son hombres y mujeres –muchos con sus hijos a cuestas– quienes, atraídos por un sueño que pocos consiguen materializar, cruzan diariamente hacia “el otro lado”, como le decimos en México a Estados Unidos. Yadira Hidalgo González Xalapa, México Las consecuencias de cerrar las puertas La crisis económica que padeció México en 1995 –un año después de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte– disparó las cifras de inmigrantes indocumentados que intentaron cruzar la frontera. Por ello, EE UU se puso en guardia y prácticamente militarizó la frontera con México a través del plan Operation Gatekeeper, una de las iniciativas de cierre de fronteras con más presupuesto y apoyo asignado en la historia. De esta manera, la patrulla fronteriza, encargada de la cacería de aliens latinoamericanos, vio cómo su presupuesto de 374 millones de La migración, que mantenía un carácter cíclico de ida y vuelta, se ha vuelto cada vez más permanente finales del 2004, más de 3.000 personas han muerto en el intento de alcanzar un salario en dólares americanos. Debido al reforzamiento de la vigilancia, los trabajadores indocumentados comenzaron a buscar nuevas rutas para acceder a los EE UU. Aquellas que resultaron las menos vigiladas también resultaron las más peligrosas. Tal es el caso de la zona conocida como ‘el corredor de la muerte’, que comprende el área desértica entre Ari- zona y Sonora. En ella han perecido cientos de inmigrantes, que sucumbieron ante las rigurosas condiciones del desierto. Así mismo, la zona montañosa conocida como ‘La Rumorosa’, ubicada entre Tecate y Mexicali, que según expertos es un poco menos “Qué lejos estoy del suelo donde he nacido…” En los Estados de Michoacán, Guanajuato, Jalisco y México, existen poblados enteros habitados sólo por mujeres, niños y ancianos. Los hombres jóvenes han emigrado y son ellos los que, contratados por patrones estadounidenses con salarios tres veces menores que los ofrecidos a trabajadores nativos, sin ninguna prestación o pago por horas extras, mantienen a flote la economía de este país. En el 2005, las remesas en divisas enviadas por los mexicanos que trabajan en EE UU casi alcanzaron los 20.000 millones de dólares, convirtiéndose en la principal fuente de ingresos para el país, superando lo obtenido por la venta de petróleo. Hasta principios del año 2000 se pensaba que quienes emigraban a los EE UU eran los campesinos que han visto mermadas sus posibilidades de hacer producir al rico campo mexicano. Pero eso ha cambiado. Si antes los emigrantes pertenecían en su mayoría a la población rural, ahora muchos de ellos pertenecen a las grandes zonas urbanas e incluso han ido a la universidad. Debido a ello, en México ya se empiezan a predecir las consecuencias de la ‘fuga de cerebros’. Cada año, más entidades de la República mexicana se suman al fenómeno migratorio y, por ello, Estados que en el pasado no contaban con una tradición migratoria, como Morelos, Puebla, Hidalgo, Veracruz y el Distrito Federal, han engrosado la cifra de más de ocho millones de mexicanos que residen y trabajan en EE UU, equivalentes al 3% de su población total. Pero a pesar de la gran cantidad de mexicanos en ‘el otro lado’ y de las remesas que envían, los últimos datos señalan que éstas apenas cubren las necesidades básicas de sus familias, y que muy poco de ellas se invierte en aho- Ha sido la muerte de Guillermo Martínez, el pasado 30 de diciembre, lo que ha provocado la respuesta más airada rros o en la creación de empresas, debido al encarecimiento de la vida en los Estados con más población emigrante. La timidez de ‘El Zorro’ Quienes emigran lo hacen por necesidad, arriesgan su vida en el intento y no tienen más certidumbre que la incertidumbre. El hacinamiento, la pobreza, la soledad y la explotación son las únicas seguridades. Los emigrantes se han convertido en los héroes nacionales de un México empobrecido, cuyo presidente, Vicente Fox, quien ha mostrado abiertamente su apoyo y simpatía al Gobierno estadounidense, no ha recibido más que desaires y portazos cuando, tímidamente, ha querido plantear un acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos. Así, el Gobierno mexicano continúa enmarañado en la red de un servilismo del que sólo ha conseguido humillaciones internacionales. La nueva ley y el nuevo muro La iniciativa de ley que pretende convertir en criminales a los mexicanos indocumentados y a quienes les den cualquier tipo de asistencia, así como construir un muro de 1.200 kilómetros en la frontera entre México y EE UU, ha sido el último capítulo de una historia que no se ha escrito a favor de sus principales protagonistas. El muro y la ley que lo promueve han hecho derramar mucha tinta y protestas airadas, ya no sólo de organizaciones civiles, sino también de un México humillado y más consciente de los derechos de aquellos que van jugándose el todo por el todo. Ha sido la muerte de Guillermo Martínez, inmigrante de 20 años que recibió un tiro por la espalda de un agente fronterizo el pasado 30 de diciembre, lo que ha provocado la respuesta más airada, en J.S. Por muy difícil que sea hacerse con el sueño americano, cualquier cosa es mejor que quedarse a vivir en un país en el que el empleo, los salarios y hasta las esperanzas escasean. Por ello la ola de empobrecidos no duda en intentar cruzar la frontera a pesar de las duras condiciones del viaje, que incluyen temperaturas extremas, humillaciones a su integridad física y emocional y, obviamente, el riesgo de dejar la vida en el intento. Los datos oficiales del Gobierno mexicano indican un promedio de 500.000 cruces al año; sin embargo, datos de organismos de derechos humanos y del Instituto de Naturalización e Inmigración de EE UU elevan esta cifra hasta los 900.000 cruces anuales. dólares casi se triplicó a 952 millones, y su número de agentes, encargados de ‘cazar’ ilegales, se elevó a 8.200 efectivos. Los habitantes de las zonas urbanas colindantes entre México y EE UU vieron ‘crecer’ cercas de acero, y los indocumentados se enfrentaron a los detectores de movimiento y sonido y a los telescopios infrarrojos para detección nocturna. Nuevos y relucientes helicópteros sobrevolaron zonas imposibles de alcanzar a pie, listos para cazar a la ‘amenaza inmigrante’ como si se tratara de un poderoso ejército que amenazara la soberanía del país del norte. Los datos señalan que desde que Operation Gatekeeper se puso en marcha en 1994, sólo se alcanzó a reducir un 1,2% la migración ilegal anual y que, de 1995 a difícil de andar que escalar el monte Everest, también se ha convertido en la tumba de muchos indocumentados desorientados o abandonados por los ‘polleros’ y ‘coyotes’, como se les llama en México a los traficantes de personas. Han sido éstos uno de los grupos más beneficiados con el reforzamiento de la vigilancia en la frontera, pues debido a las nuevas dificultades para ir y venir, los inmigrantes se arriesgan cada vez menos, lo que ha significado un incremento en la tarifa de cruce, que actualmente oscila entre los 800 y 2.000 dólares, sin más garantía que ponerlos en suelo estadounidense. De esta manera, la migración, que mantenía un carácter cíclico de ida y vuelta, se volvió cada vez más permanente. Así, a pesar de la militarización de la frontera, la inmigración continuó fluyendo al país del norte dejando claro que el hambre y la pobreza son factores más decisivos que miles de agentes armados hasta los dientes. PARAR EL MURO. Manifestación frente a la oficina de la patrulla fronteriza en Tucson (Arizona) contra la construcción en un tercio de la frontera de una valla y un muro . términos diplomáticos, del Gobierno de Vicente Fox. Sin embargo, en términos humanos ésta ha sido insuficiente, tibia, tímida, cobarde. Será a principios de este 2006 cuando la iniciativa de ley HR4437 será aprobada o no por el Gobierno de EE UU quien por un lado se ha mostrado interesado en un acuerdo de trabajadores temporales, mientras que al mismo tiempo se ha dejado presionar por el lado más conservador e influyente de su empresariado, que apoya abiertamente la ley antiinmigrante. Los más optimistas dicen que esta ley no prosperará pues tiene a todos los ojos del mundo en contra. Sin embargo, ya hemos sido testigos de que un ‘no’ expresado mundialmente para los que se creen gobernantes del mundo no basta.