1 JUANA MANSO: PEDAGOGIA Y PROYECTO NACIONAL Rocío

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JUANA MANSO: PEDAGOGIA Y PROYECTO NACIONAL
Rocío Flax
Introducción
Juana Manso nace el 26 de junio de 1819. Su padre José María Manso era un
ingeniero andaluz que había participado de las Batallas por la Revolución de 1810, y
que luego fue colaborador del gobierno unitario de Bernardino Rivadavia en 1826. Su
madre se llamaba Teodora Cuenca, era porteña. El padre impulsó la creación de la
denominada Sociedad de Beneficencia, con el fin de fundar escuelas como las Catalinas,
y la de Montserrat. Manso estudia en esta escuela y completa sus estudios con clases
particulares de música. En el año 1840, debe exiliarse con su familia a Montevideo. Allí
mismo, ya en 1841, Juana Manso crea el Ateneo para Señoritas, donde se educa a las
jóvenes en aritmética, lectura, labores, el cuidado de los modales de las damas,
lecciones de moral, gramática, francés, piano, canto y dibujo. El Ateneo está ubicado en
su propia casa y es una forma de paliar la pobreza en que se encuentra sumida la
familia. En 1842, debido al sitio de Montevideo encabezado por Manuel Oribe, los
Manso tienen que exiliarse nuevamente, esta vez en Brasil. La familia vuelve a
Montevideo debido a los problemas económicos, y entonces Juana Manso es nombrada
directora de una escuela para niñas. En el año 1844 regresa, junto a su familia, a Río de
Janeiro. Entonces, conoce a su futuro marido el violinista portugués Francisco Saá de
Noronha. Juntos viajan a Estados Unidos y Cuba, regresando una vez más a Brasil en
1852. El matrimonio tiene dos hijas: Eulalia y Erminia. Su marido la abandona por una
“condesita muy aficionada a la música y a los músicos”1 -según las palabras de María
Velasco y Arias, primera biógrafa de Manso- y se radica en Portugal. Por esta razón,
Juana Manso decide volver a Buenos Aires en 1853. En 1859 su amigo José Mármol le
presenta a Sarmiento. Este coincide con Manso en la defensa de la educación pública y
mixta, por lo cual cuando Sarmiento crea la Escuela de Ambos Sexos Nº 1 la nombra
directora. En la década del sesenta (1862) escribe la primera versión del Compendio de
1
Citado en Arnoux, Elvira, “Reescrituras o “traslaciones” en la obra de Juana Manso”. En Letterature
d'America, nº 105, 2005.
2
la Historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Muere en 1875, a los 55 años.
Sus restos fueron trasladados recién en 1915 al Panteón del Magisterio en Chacarita.
Juana Manso y la educación
Una triste experiencia tenemos, de cuanto es importante, derramar la ilustración de las
masas, si hubiese sido ese primer paso después de Mayo 1810, y si se hubiese roto de
lleno con las tradiciones del pasado para emancipar la razón como se habían
emancipado todos los hombres, tal vez que ni tanta sangre habría empapado estas
tierras; ni tantas lágrimas habrían corrido. (Juana Manso, Álbum de Señoritas, Nro. 2, 8
de enero de 1854)
Juana Manso es una ilustrada del Río de la Plata y como tal lucha por la
existencia de una educación popular, es decir una educación para el conjunto de la
población. Dentro de esta concepción ilustrada, la educación forma parte del progreso
nacional y del fortalecimiento de las instituciones republicanas que tendrán como
resultado la constitución de un país civilizado. Manso considera que la enseñanza es una
ciencia y por tanto es necesario formar también a las maestras. Es por está razón que
participa de los “Anales de la Educación común” creados por Sarmiento, donde expone
en reiteradas ocasiones su adhesión al modelo de educación norteamericana.
Propone una relación amistosa entre el alumno y el maestro. Los términos que
utiliza para referirse a esa relación son: respeto, estímulo, voluntad de aprender,
amistad. Por esta razón es necesario erradicar el terror, los castigos físicos así como las
sanciones que despiertan el rencor y despecho de los alumnos, y cambiarlos por un
sistema de recompensas morales. También critica los métodos de enseñanza basados en
clases pasivas y memorísticas, prefiriendo desarrollar en los niños la observación, la
comparación y la reflexión. La siguiente cita de Manso resume las concepciones hasta
aquí esbozadas sobre la educación:
Educar es fortificar el cuerpo desde la más tierna edad según leyes de la salud para que
pueda resistir a las enfermedades; preparar la mente para comprender todas las
relaciones con la sociedad, atraer a una manifestación activa de todas las facultades con
que ha sido dotada para que obre en el conjunto armónico de la acción y adquiera
conocimientos útiles; robustecer la naturaleza moral donde el sentimiento del deber
3
reglamente nuestra conducta honorablemente, tanto en la vida privada como en la
pública. Para llenar cumplidamente este objetivo no basta que las maestras tengan
únicamente un buen corazón porque suponer eso, equivaldría a negar que la educación
es una ciencia. (Anales de la Educación Común, Vol. VIII, 29 de diciembre de 1869.)
En cuanto a la educación de las niñas, considera que esta debe impartirse de
forma homogénea en todo el país y por tanto deben eliminarse las materias de lujo (tales
como bordar, cantar, tocar el piano) puesto que eran una perdida de tiempo para las
hijas de pobres. Sin embargo, no por esto deben contar tan solo con una educación
rutinaria sino con una educación amplia que les permita ser mejores hijas, madres y
esposas. La educación debía llevar a la posterior emancipación de la mujer, la cual
tendrá una relación igualitaria con los hombres, en particular dentro del matrimonio.
Introdujo materias tales como trabajo manual y economía doméstica
Con respecto a la burocracia educativa, Juana Manso considera que las escuelas
de primeras letras debían ser mixtas y manejadas por mujeres. Recién a la edad de diez
años, es conveniente que los varones concurran a un establecimiento diferente. La
inspección de las escuelas debe subdividirse, puesto que es “muy inmoral que los
hombres ejerzan los deberes de Inspección en escuelas que manejan señoras y eso tiene
más peligro para la pública decencia que la aproximación de niños de diferentes sexos:
en los adultos hay más que guardar” (Anales de la Educación Común, Vol. IV, nº 41,
noviembre de 1866). Evidentemente, se está refiriendo a la discriminación y desprecio
que sufrió en carne propia a lo largo de toda su carrera.
En resumen, Juana Manso tenía en mente un modelo educativo similar a los
implementados en algunos países europeos, pero sobre todo similar al de Estados
Unidos. Consideraba por tanto el libro y la lectura como esenciales y es por esto que
encuentra necesario la construcción de un libro de primeras letras. Este es uno de los
objetivos con el que escribe El Compendio de la Historia de las Provincias Unidas del
Río de la Plata, primer libro de uso sistemático en las escuelas primarias argentinas.
Los misterios del Plata y La Revolución de Mayo de 1810
Las tres obras de Juana Manso que se considerarán en este trabajo están no solo
vinculadas con la historia sino también con la pedagogía. Luego de la independencia
4
argentina, surge algo que la escritora con su espíritu romántico no duda en denominar
“el pueblo”.2 Este pueblo es la masa de pequeñoburgueses que comienza a cobrar
importancia para la sociedad republicana y a la que se pretende educar. A partir de aquí
surge un nuevo público con acceso a la lectura. Público compuesto por obreros, mujeres
y niños de clases no acomodadas, resultado tanto del desarrollo de los medios gráficos
como de la buscada expansión del sistema educativo. El Compendio tendrá como
destinatario privilegiado a los niños de escuelas primarias. En cambio, Los Misterios del
Plata y La revolución de Mayo de 1810, tienen en cuenta preferentemente a las mujeres.
Ambos tipos de lectores necesitan ser educados. “Educados” según el modelo de país y
ciudadanía que se intenta construir. Por esta razón se construye una figura de
destinatario pasivo, al que se le exige la aceptación del discurso autorizado y no
necesariamente una reflexión acerca de lo se ve o lee.
La Revolución de Mayo de 1810 es una obra de teatro publicada en 1864. Este
“drama histórico” esta centrado en los episodios de la Semana de Mayo (del día 20 al 25
de mayo) y vincula los sucesos históricos con la historia amorosa de dos de sus
personajes principales: Manuel Belgrano y Domingo French. El objetivo que se propone
la obra es presentar a la ciudad de Buenos Aires como “cabeza de la revolución y el
progreso, guía política de la nación”,3 puesto que el proyecto nacional buscaba
organizar el país bajo la hegemonía porteña. La elección de los dos personajes
nombrados se vincula con los destinatarios que se proponen: una elite gobernante por un
lado y la masa de nuevos alfabetizados, por el otro. Si la figura de Belgrano debe
generar admiración y funcionar como un modelo para las futuras clases dirigentes, no se
puede esperar que el pueblo se proponga imitar al mismísimo padre de la Patria. Sin
embargo, si es posible identificarse con aquellos héroes “menores” como es el caso de
French. En palabras de Arnoux:
Si la primeras [las biografías de los héroes de la patria ] están destinadas a suministrar a
la clase dirigente porteña los soportes de una identidad que le permita asumirse como
representante de la nación y organizar el país, las otras [las figuras menores] buscan
2
La primera vez que habla de pueblo es en la siguiente cita que corresponde a la primera invasión
inglesa: “Las poblaciones se habían robustecido, es verdad, por la acción inevitable del tiempo, que había
creado un elemento nuevo, cuya existencia se revelaría en la hora marcada por la Providencia; y ese
elemento en germen era el Pueblo” Compendio, p. 65.
3
Arnoux, Elvira, “La Revolución de Mayo de 1810 de Juana Manso: el drama histórico en la construcción
del Estado”. En Osvaldo Pellettieri (Ed.), Itinerarios del teatro latinoamericano, Buenos Aires, Galerna,
2000, p. 180.
5
fortalecer el aparto de Estado, particularmente el militar, proponiéndoles a las masas
figuras con las que puedan identificarse, distintas de los caudillos y de los gauchos
indisciplinados del interior.4
Los lectores de este drama, son por tanto las nuevas masas que debían
internalizar la versión política que Mitre realiza de la Semana de Mayo -la Historia de
Belgrano y de la Independencia argentina sirven de texto fuente para la obra de teatroy que comienza a ser la historia oficial que maneja el Estado argentino. Asimismo, se
valora a la juventud y al pueblo como los agentes necesarios para realizar los cambios
de gran importancia, aunque también se alude a los peligros que pueden derivarse de la
acción política de las masas si estas no se encuentran bien encaminadas.
La reformulación del texto de Mitre se lleva a acabo de diversas maneras, en
algunos casos los personajes repiten las palabras que Mitre les asignaba, en forma
similar o con pequeñas trasformaciones, mientras que en otros casos se le asigna a los
personajes lo que en Mitre forma parte del relato histórico.
Los misterios del Plata –escrita posiblemente entre 1846 y 1850- es una novela
histórica que constituye como público a las mujeres que deben conocer la historia
nacional y que deben ser educadas de acuerdo a los valores patrios. Es por esta razón
que se pueden encontrar fragmentos que responden a la novela popular del siglo XIX,
leída por una amplia cantidad de mujeres, que se caracteriza por los “hechos policiales y
sentimentales, y permite conjugar la vertiente histórica con la del realismo cotidiano”.5
Novela histórico-didáctica busca persuadir de la legitimidad de la representación que
propone, razón por la cual el narrador se presenta como poseedor de una ética
irreprochable. Las ideas que pretende trasmitir son expresadas de manera clara ya sea
por el narrador como por los personajes ideológicamente afines con la autora.
La trama de Los misterios del Plata se basa en un episodio histórico situado
durante el rosismo que se inicia cuando Valentín Alsina se traslada, con su mujer y su
hijo Adolfo, de Montevideo a Corrientes y es apresado en el trayecto por orden de
Rosas. La novela pretende mostrar el desorden imperante durante el gobierno de Juan
Manuel de Rosas, así como la barbarie y el horror que contrastan con las características
atribuidas a la familia Alsina. Se busca contraponer a su vez el orden de las guerras de
4
Arnoux, Elvira, Los episodios nacionales: el proceso de construcción del relato patriótico ejemplar. En
Revista Interamericana de Bibliografía, OEA, nº 3, 1995, pp. 306 – 307.
5
Arnoux, Elvira, “Reescrituras o “traslaciones” en la obra de Juana Manso”. En Letterature d'America, nº
105, 2005 p. 4.
6
independencia -con sus jerarquías y valores- con los desbordes emocionales que
trascurren durante la época de Rosas. En otras palabras, la novela “expone
alegóricamente el paso, en la vida de la nación, de la etapa épica a la anarquía”6
Compendio de la historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata
El Compendio se edita por primera vez en 1862. La autora lo aumenta hasta el
año 1874. Sin embargo, existe una edición posterior que llega hasta el año 1881,
completada por sus hijas, cuya contribución es, sin embargo, escasa y se limita a unos
breves párrafos que sirven para dejar constancia de las presidencias de Nicolás
Avellaneda (1874) y de Julio Argentino Roca (1880) y para poder exaltar las figura de
ambos, en particular la de Roca.
Las fuentes en que se basa Juana Manso para escribir su libro son dos: El Ensayo
Histórico del deán Funes para la parte que se extiende durante la conquista y
colonización por parte de los españoles y La historia de Belgrano y de la Independencia
Argentina de Mitre para los acontecimientos que van desde las invasiones inglesas hasta
1816.
Ya en el prólogo, Juana Manso da cuenta de sus ideas ilustradas al proponer la
educación popular como elemento imprescindible para el progreso de la civilización. La
autoridad de Manso, es decir aquello que le permite aseverar que se debe enseñar y que
no, y por tanto que debe aparecer en su libro, se basa en su experiencia como maestra.
Se trata de un libro de primeras letras, y por lo tanto reconoce que no hay una
dimensión argumentativa que permita un análisis de lo que aparece en el escrito, sino
que se trata de una “narración sencilla de los principales hechos acaecidos, que más
tarde ampliará el análisis razonado a la luz de la filosofía histórica”.7
En el mismo prólogo, se puede observar una primera alabanza a los hombres que
participaron de la Independencia Argentina, cuando expone el objetivo del libro:
“Instruir a sus hijos, cimentando en sus corazones el amor a la patria y el respeto a la
6
Op. Cit. p. 17.
Manso, Juana, Compendio de la Historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Buenos Aires,
Ángel Estrada, 1881, p. VI
7
7
memoria de las viriles generaciones que la redimieron de la esclavitud colonial, para
labrar a costa de mil sacrificios la independencia patria.”8
Luego del Prólogo, el libro brinda una serie de datos geográficos del continente
americano en general y del territorio argentino en particular. Habla de los ríos, del
relieve, del clima enredando esta información con su propia postura frente a problemas
actuales: “El clima es tan variado como zonas comprende la Republica, y en esa
proporción están sus frutos, que nada dejan que desear, a no ser vías de comunicación
que faciliten su exportación y el intercambio del comercio”.9 Sigue, más adelante, con la
historia de América desde su descubrimiento, dando cuenta también de su población
anterior a partir de los estudios que se hicieron al respecto.
Durante esta primera parte, los españoles son vistos como algo positivo, puesto
que representan el progreso con respecto a la población natural de America: “indígenas
de piel rojiza, en estado salvaje e idólatra, como los del resto del Nuevo Mundo”10 Ya
en esta primera parte, se deja en claro, que el libro es descriptivo y no pretende dar
explicaciones de los sucesos que narra: “Los motivos que impulsaban a los navegantes
de la Edad Media, poco nos importan a nosotros, y mucho más interesante parece que
sepamos
quien
era
Cristóbal
Colon,
primer
descubridor
del
Continente
que
habitamos.”11 En esta cita, nos encontramos con una primera persona plural que se
mantendrá a lo largo de todo el libro y va a tratar de identificar a la maestra con sus
alumnos.
Si bien Manso se refiere a los indios como bárbaros, idólatras, que tomaban
ridículas figuras por encarnaciones de la Divinidad, no considera necesario ni
exterminarlos, ni siquiera maltratarlos. ¿Son bárbaros? Entonces hay que educarlos.
Manso se encuentra absolutamente en contra de la esclavitud y lo va a repetir a lo largo
de todo el libro, incluso luego de la abolición del tráfico de esclavos en 1813. La
defensa más elocuente de los esclavos se refiere todavía a la conquista:
A medida que catequizaban a los indios o los sometían por las armas, se repartían estos
en compañías desde cuarenta hasta doscientos, las que eran entregadas a un jefe blanco
que con el título de encomendero las gobernaba y hacia trabajar en provecho del
conquistador, sin salario ni beneficio equivalente, violando la ley natural que
8
Op. Cit., p. VI
Op. Cit., p. 6.
10
Op. Cit., p. 12
11
Op. Cit., p. 9.
9
8
garantizaba a cada hombre la libertad del trabajo, concedido por Dios para alcanzar con
el sudor de su frente el necesario sustento.
Así entendían los españoles de aquel tiempo la conversión de los salvajes,
esclavizándolos y oprimiéndolos como si Dios hubiese creado al hombre para
patrimonio de otro hombre.12
La relevancia del género epidíctico
El epidíctico es un de los tres géneros que postula Aristóteles en su Retórica. Su
finalidad es la de elogiar o reprobar lo hermoso o lo feo. Va encabalgado entre el tiempo
pasado (propio del género judicial)
y el futuro (del género deliberativo), puesto que
elogia o condena comportamientos pasados para que sirvan de ejemplo para el accionar
futuro de los espectadores. Su recurso típico es el exemplum o comparación, es decir
que se trata de un argumento por analogía. Según Roland Barthes, a principios del siglo
I A.C. aparece una nueva forma de exemplum: el personaje ejemplar, que encarna una
virtud en una figura: “son ejemplos destinados a persuadirnos de que hay que ser
valiente, de que hay que ser bueno”13
Por tanto, el discurso epidíctico se propone acrecentar la intensidad de la
adhesión a ciertos valores que se mantendrán en lo sujetos y que en el momento
indicado pueden llevarlo a la acción. En palabras de Chaim Perelman: “El orador
procura crear una comunión en torno a ciertos valores reconocidos por el auditorio,
sirviéndose de los medios de que dispone la retórica para amplificar y valorar. En la
demostración se emplean todos los procedimientos del arte literario, pues lo que se
intenta es que concurra todo lo que pueda favorecer la comunión del auditorio”.14 Este
tipo de discurso es llevado a cabo por aquellos que defienden valores tradicionales,
admitidos –es decir, aquellos que son objeto de la educación- y no lo valores polémicos
y controversiales.
El texto de Juana Manso abunda en discurso epidíctico. Si bien no intenta
elogiar valores tradicionales, se encarga de aquellos que las clases dirigentes intentaban
cimentar. Son los valores necesarios para que el pueblo se identifique como nación y se
12
Op. Cit., pp. 25-26
Barthes, Roland, Ayudamemoria, Barcelona, Ediciones Buenos Aires, 1982, p. 48.
14
Perelman, Ch y L. Olbrechts-Tyteca, Tratado de la argumentación, Madrid, Editorial Gredos, 1994, pp.
99-100.
13
9
inscriben dentro del proyecto de organización del Estado argentino. La educación
popular tenía un rol fundamental dentro de la construcción del Estado, no sólo era
condición necesaria para el progreso del país –como lo creía Manso- sino que también
era imprescindible para inculcar el fervor patrio a toda la población desde su infancia.
Es en esta época cuando se construyen todas las representaciones sociales vinculadas
con los Padres de la Patria y la comunidad nacional. Podría decirse que por ser el primer
manual de historia utilizado de forma sistemática en las escuelas primarias, el
Compendio de historia de Juana Mando es el que asienta estas representaciones que
atravesarán toda la educación argentina hasta el día de hoy.
Los segmentos en los cuales se corta el hilo narrativo para dar lugar a la
amplificación de los personajes construyen una figura del enunciador distinta. Es decir,
si el enunciador de la parte narrativa puede ser identificado con el maestro que dicta
clases en el aula, los discursos epidícticos, “con su énfasis emotivo, remiten a la imagen
del maestro- orador de los actos escolares, cuyo ethos (discursivo) se opone al tono más
ponderado de quien relata los acontecimientos históricos”.15
El siguiente ejemplo de discurso epidíctico llama la atención puesto que
pertenece al período 1615-1620 cuando no existía incluso el Virreinato del Río de la
Plata, y sin embargo ya se está hablando de patriotismo: “En cuanto a Hernandarias,
retirado de nuevo a la vida privada, vino a morir en la ciudad de Santa-Fe, lleno de
virtudes y de gloria, que en todo tiempo el fallo de la posteridad revindica y eleva a la
altura de la inmortalidad el nombre de los que aman la felicidad de su patria.”16
En otros casos se exalta las figuras de los héroes patrios en particular de San
Martín y Belgrano. Dice Manso acerca de este último:
Belgrano que después de su heroica y desgracia da campaña al Paraguay, donde aun así
mismo había hecho triunfar la revolución por otros medios que aquellos de que se le
diera el arbitrio, había pasado a la Banda Oriental, en conformidad con las órdenes
expedidas; y allí su tino, su prudencia y su firmeza habían amalgamado los elementos
en desorden y asegurado por sabias combinaciones un éxito feliz a las armas de la
revolución. 17
15
Arnoux, Elvira, “Reformulación y modelo pedagógico en el Compendio de la Historia de las Provincias
Unidas del Río de la Plata de Juana Manso”. En: Signo y Seña, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y
letras, Nº I, noviembre de 1992, p. 149.
16
Manso, Juana, Op. Cit., p. 39.
17
Op. Cit., p. 133
10
También es posible encontrar elogios a los héroes menores o incluso a grupos
anónimos que facilitan la identificación con el lector que se siente capaz de tomarlos
como modelo.18 Por último se alaba al pueblo en general, a todos los participantes de la
revolución magnificando de esto modo la importancia de este episodio no sólo para la
historia argentina sino incluso para la historia universal: “El momento supremo se
presentaba sin esfuerzo, como lo habían esperado los patriotas; ellos eran los dueños de
la fuerza, dominaban la situación, y resueltos y serenos abrigaban la conciencia de que
no iban a sustituir un gobierno por otro, sino a cambiar la faz de un mundo.”19
Así como es necesario elogiar a los patriotas, es también inevitable reprobar el
comportamiento de los españoles. Estos eran bien vistos cuando eran los agentes de la
civilización durante la conquista de América, pero luego se convierten en una fuerza
que ya no impulsa el progreso sino que lo obstaculiza. Incluso, es posible rastrear como
a través de los capítulos se va gradualmente pasando del elogio a España hasta llegar al
más completo deprecio. Esto se vincula, aunque nunca se diga explícitamente, con la
precaria situación política y económica que atravesaba España. Es decir, que no se trata
del Progreso, sino más bien del progreso económico de América. Así caracteriza al
Virrey Sobre-Monte: “El virrey huyó precipitadamente”20 , “Entre tanto Sobre-Monte se
hallaba a 40 leguas de la capital […] donde se había refugiado en el primer momento de
susto.”21
La Dictadura de D. Juan Manuel Rosas
Así se llama el capítulo que Juana Manso le dedica a los años que van desde
1835 a 1852. Este capítulo comienza con una definición, la única definición que se hace
de un término en todo el libro. Si en ninguna parte del Compendio la autora intenta
mostrar neutralidad en la exposición de los acontecimientos, es en este capítulo donde
más claramente da cuenta de su postura política. La insistencia que pone en describir y
definir lo que significó -según su punto de vista- el gobierno de Rosas, sirve para no
dejarle al niño ningún espacio de duda sobre que posición debe tomar.
18
En ese día memorable (2da. invasión inglesa), como el 12 de agosto del año anterior, los muchachos
eran los bomberos del ejército porteño, porque ellos corrían sin miedo ni fatiga por todas partes, todo lo
sabían, y prestaron a su patria servicios reales con su arrojo y presencia de espíritu. Compendio, p. 80.
19
Manso, Juana, Op. Cit., p. 101.
20
Op. Cit., p. 76.
21
Op. Cit.,p. 73.
11
De este modo comienza dicho capítulo: “antes de relatar este periodo de nuestra
historia, conviene darnos cuenta del significado de la palabra dictadura, que es sinónimo
de tiranía, despotismo, usurpación, y cuyos derivados son: Dictador, Tirano, Déspota,
Usurpador.”22 Por si no quedó claro que es un Dictador a través de sus sinónimos
continua con su definición: “Las sociedades se rigen por leyes emanadas del decálogo, o
lo diez mandamientos de la ley de Dios; y cuando un hombre se coloca más alto que
esas leyes y su voluntad se sobrepone a ellas, entonces ese hombre es dictador, tirano,
déspota, usurpador”23
La dictadura de Rosas es presentada como algo irracional, que corta el progreso
hacia la civilización que, a partir de la Revolución de Mayo, se estaba llevando a cabo
en las Provincias del Río de la Plata. Por esta razón habla de Rosas como de alguien que
actúa por “capricho”; o del rosismo en términos de “fantasía de los exaltados”, donde
exaltados se refiere a los mazorqueros. Al igual que en los Misterios del Plata se quiere
mostrar el terror que imperaba en la sociedad: “la situación de Buenos Aires había
empeorado tanto que sólo el terror reinaba soberano”;24 “Los asesinatos seguían sin
interrupción, y no se respetaba ni edad ni sexo. La Mashorca penetraba en las casas,
puñal y látigo en mano, atacando la inviolabilidad del hogar doméstico. Todos trataban
de huir de Buenos Aires, para salvar, ya que no los bienes, la vida a lo menos”.25 Por
supuesto aquí juega un papel fundamental su propia experiencia, al verse obligada a
partir a Montevideo en 1840: “pensar de modo contrario al restaurador fue un crimen de
alta traición, que era castigado con pena de muerte o con la deportación: esta última
para los más felices”.26
A pesar de tratarse de un manual destinado a niños de alrededor de seis o siete
años, no se ahorra ninguna imagen explícitamente violenta que pueda clarificar el
salvajismo que representaba Rosas. El único otro caso en que desarrolla una descripción
de manera tan cruda, se refiere a las inhumanas condiciones de vida que tenían los
indios en la mita, donde también quiere dejar una imagen muy profundamente vivida en
la mente de los alumnos.
En el caso del rosismo, luego de exaltar el patriotismo del
ejército de Lavalle y de los sacrificios que desarrollaron para enfrentarse al Dictador,
grafica el trágico final de algunos de ellos en manos de los bárbaros federales: “Cada
22
Op. Cit., p. 233.
Op. Cit., pp. 233 y 234.
24
Op. Cit., p. 239.
25
Op. Cit., p. 239.
26
Op. Cit., p. 236.
23
12
provincia tuvo su mártir; pero entre todos descuella el Dr. D. Marcos Avellaneda,
cortado en cuartos que fueron clavados en postes por los caminos, y su inteligente
cabeza en la misma plaza de Tucumán, frente a la morada de su esposa y de sus hijos
pequeñitos”;27 “Castelli, en lugar de evitar un encuentro haciendo la guerra de
montonera, se dejó batir y tomar prisionero. Su cabeza clavada en una lanza, fue
paseada con música por las calles de Buenos Aires y llevada a la casa de su propia
hermana. Este Castelli era hijo del Dr. Castelli, uno de los héroes de la Revolución de
Mayo”.28
En este último ejemplo, se contrasta además a los héroes de la Independencia
con el estado de salvajismo imperante durante el rosismo, donde los dirigentes eran ni
más ni menos que tildados de “caciques”, dándole evidentemente un matiz negativo al
término.
La República Argentina
La crítica a los caudillos se remonta a capítulos anteriores del libro y comienza
junto con las primeras menciones del federalismo. Ya en 1815, Juana Manso presenta la
figura de Artigas, primer caudillo que introduce la idea de Federación. Pero se trata de
una idea “que lejos de ser como en Norte-America la expresión del gobierno local, aquí
importaba el desmembramiento de la nación en ligas parciales de pueblos que obraban
sin conciencia neta del fin a que se encaminaban de esta suerte”.29 En esta cita se
pueden observar varios puntos interesantes. En primer lugar, Manso no dice desdeñar la
idea de federalismo tal como la platea Estados Unidos, pero sí la del federalismo que
proponían los caudillos, en tanto representaban el retraso y la disgregación que tanto
temía. Para ella, desde una mirada retrospectiva, es evidente que en el territorio de las
Provincias del Río de la Plata había una nación, una patria ya desde de 1810
y así
quiere presentársela a sus alumnos. Vinculado con esto, en la cita anterior llama la
atención que se refiera al “desmembramiento de la nación” cuando todavía no existía
tal cosa.
27
Op. Cit., p. 241.
Op. Cit., p. 240.
29
Op. Cit., p. 191.
28
13
Páginas atrás, en el Compendio, es posible encontrar referencias a la República
refiriéndose a 1814, o incluso a la virilidad republicana que caracterizó a los hombre de
la Revolución de Mayo, cuando no sólo no había un país definido sino mucho menos
una elección de la forma de gobierno que se establecería. Esto se debe al objetivo del
libro que, además de enseñar la historia a lo más pequeños, busca muy especialmente
inculcarles un modelo de país. País que siempre estuvo definido desde el
establecimiento del Río de la Plata, a la manera de un mandato divino –la Providencia30
en el Compendio-, donde siempre reinaron los sentimientos patrióticos por parte de su
población.
Queda claro que el modelo de país que se busca llevar a cabo debe ser
naturalizado para que los alumnos consideren que las cosas son así, porque es la única
posibilidad válida. Para esto, Manso relata las discusiones que en 1816 se tenía con
respecto a que régimen político se debía implementar, dando a entender que aquellos
que optaban por la monarquía estaban decididamente errados. Por supuesto en ningún
momento menciona que Belgrano, el héroe patrio, propuso no sólo una monarquía sino
que llego a pensar en restituir la dinastía de los Incas.31
Manso refuta por ridícula la posibilidad de establecer un régimen monárquico,
pero no solo esto, si no que también borra todas las huellas de los movimientos de
integración continental. Los ejércitos que participaron de la independencia de las
Provincias del Río de la Plata son denominados “ejércitos argentinos”. Y si bien se
nombra a Bolívar y otros movimientos revolucionarios que se estaban llevando a cabo
en otras partes del continente, se diferencia bien la Argentina como si fuera un país
destinado a constituirse como tal desde la misma fundación de Buenos Aires, en una
época donde los límites eran todavía inciertos.
Por último, se borra toda mención a los Congresos Hispanoamericanos, que
buscaban una alternativa de organización política basada en la Confederación de los
Estados. Esta propuesta tuvo gran importancia durante la década del 1820, en casi toda
América, si bien la Argentina negó su presencia en el Congreso de Panamá en 1826,
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Refiriéndose a la antesala de la Revolución de Mayo y a la instauración de libre comercio: “No
obstante este triunfo moral, el desaliento se había apoderado de los patriotas, aterrados por la sombra del
poder que caducaba a ojos vistas y al que la Providencia ya tenia marcada su hora.” Manso, Juana, Op.
Cit., p. 97.
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“Desde esta época (1815 a 1816) empiezan a modificarse las ideas de Belgrano: de republicano
ardiente se convierte en monarquista constitucional. Primero, se presta a coronar a un príncipe de la raza
borbónica, y luego concibe el extravagante proyecto de restablecer la dinastía de los Incas”. Mitre,
Bartolomé, Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina, Buenos, Aires, Editorial Juventud
Argentina, p. 26.
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esta resolución se llevo a cabo debido a la oposición que tenía en ese momento con
Brasil y las propuestas que habían surgido de incluir a este último dentro de la
Confederación.
A modo de conclusión
La educación popular tiene un rol fundamental para la concepción de país que
tiene Juana Manso, puesto que para ella la educación es el único medio para lograr el
progreso de la humanidad. Este ideal ilustrado guía toda su carrera, como docente y
también como escritora.
El Compendio de historia de Juana Manso está escrito teniendo en cuenta el
destinatario al que se encuentra dirigido: niños de escuela primaria como los que ella
tenía a su cargo. Pero esto no basta para explicar la totalidad de sus características. Lo
que orienta realmente la escritura del libro es el proyecto nacional que tenían en mente
las elites ilustradas del periodo post rosista. En ese entonces, se buscaba establecer a
Buenos Aires como cabeza del país. Demostrar su centralidad durante todo el periodo
independentista era la mejor manera de legitimar este proyecto. El libro de Manso busca
mostrar la importancia que tuvo Buenos Aires a largo de toda su historia desde sus
primeras fundaciones y para esto engrandece particularmente los sucesos de Mayo.
El Compendio sirve además para cimentar ciertas representaciones sociales y
sobre todo ciertos valores que deseaban instaurar los dirigentes. La exaltación de los
recientemente creados Padres de la Patria, la identidad nacional argentina, la confianza
en el progreso, el desprecio por el atraso que representaba España, la emulación de
modelos norteamericanos, el rechazo al caudillismo son tan sólo algunos de los
ejemplos que se pueden encontrar en el libro.
Lo mismo sucede con las otras dos obras de Manso consideradas en este trabajo:
Los misterios del Plata y La Revolución de Mayo de 1810. El objetivo es el mismo:
enseñar la historia argentina a partir del modelo de país que se busca construir y de las
representaciones que se busca generar en la población. Lo que cambia es el público al
que esta dirigida. Si en los Misterios está pensando básicamente en un público
femenino, en la obra de teatro se tiene en cuenta no sólo a las mujeres si no también a la
juventud en general.
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Para terminar, es importante destacar que no solo en sus obras literarias tiene
gran importancia los elementos históricos, sino que lo literario se cuela constantemente
en el Compendio. Si en sus obras literarias introduce elementos históricos para acercar a
través de géneros populares la historia a los nuevos lectores, el Compendio, por su parte,
está repleto de recursos literarios –género epidíctico, género épico, uso de metáforas,
manejo del suspenso, etc.- que facilitan la asimilación de la historia oficial por parte de
la población más pequeña.
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BIBLIOGRAFIA
Arnoux, Elvira, “Reescrituras o “traslaciones” en la obra de Juana Manso”. En
Letterature d'America, nº 105, 2005.
Arnoux, Elvira, “La Revolución de Mayo de 1810 de Juana Manso: el drama historico
en la construccion del Estado”. En Osvaldo Pellettieri (Ed.), Itinerarios del teatro
latinoamericano, Buenos Aires, Galerna, 2000.
Arnoux, Elvira, Los episodios nacionales: el proceso de construcción del relato
patriotico ejemplar. En Revista Interamericana de Bibliografia, OEA, nº 3, 1995.
Arnoux, Elvira, “Reformulación y modelo pedagógico en el Compendio de la Historia
de las Provincias Unidas del Río de la Plata de Juana Manso”. En Signo y Seña,
Buenos Aires, Facultad de Filosofía y letras, Nº I, noviembre de 1992.
Barthes, Roland, Ayudamemoria, Barcelona, Ediciones Buenos Aires, 1982.
Lewkowicz, Lidia, Juana Paula Manso. Una mujer del Silgo XXI, Buenos Aires,
Corregidor, 2000.
Mitre, Bartolomé, Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina, Buenos,
Aires, Editorial Juventud Argentina.
Perelman, Ch y L. Olbrechts-Tyteca, Tratado de la argumentación, Madrid, Editorial
Gredos, 1994.
Southwell, Myriam, “Juana P. Manso”. En Perspectivas: revista trimestral de educación
comparada, Paris, Unesco, vol. XXXV, nº 1, marzo 2005.
FUENTES
Manso, Juana, Compendio de la Historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata,
Buenos Aires, Ángel Estrada, 1881.
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