[ie 1071] (24 octubre 1939)

Anuncio
Año XLV
Pamplona 24 de octubre de 1939
_ ÓROANO
DE LA "BIBLIOTECA CATÓLICO PROPAGANDISTA,
UNA PATRIA - UM ESTADO — UN CAUDILLO
La infiltración masónica
Núm. 1.068
ADMINISTRACIÓN, ESTAFETA, 31
DIRECCIÓN, NAVAS DE TOLOSA, 21, 2,o
UNA PATRIA: ESPAÑA — UN CAUDILLO: FRANCO
arrolló esa infección, vergüenza de la humanidad, que dejará recuerdo indeleble en la historia del mundo y que
por llamarla de algún modo llamamos la «Revolución mar*
xista>. La masonería, que tiene guerra declarada a la ciVIVAMOS ADVERTIDOS CONTRA UN ENEMIGO SECULAR
vijización—para nosotros no hay
N a v i s o del s e ñ o r A z NAVARRA
más
civilización que la cristiana,—
nar en A B C sobre
no perdona medio de hundirla,
manejos de la masonehundiendo a los pueblos en la dería en Portugal ha sido
gradación
moral y ma terial más
recogido por Informaciones, que
horrenda
y
convirtiendo
a (os homtratando de la actividad masónica
bres,
después
de
embrutecerlos
y
y del peligro que encierra para la
bestializarfos,
en
esclavos.
La
mapaz social y política de los pueblos
sonería es la secta endemoniada y
el designio masón, exclama, dirisatánica que pretende borrar la
giéndose a los españoles: «¡Cuiidea de Dios en las conciencias,
dado!»
exterminar la Religión, quitar a los
y mucho cuidado hemos de tehombres toda esperanza de vida
ner, en efecto, porque ya se ha visfutura eterna, enfangados en el
to a lo que ha conducido el predomaterialismo más vil y deprimente,
minio de la masonería en las esfeatraillarlos luego y someterlos a ía
ras oficiales en España.
tiranía más feroz, con pérdida -de
Una tarde, durante una reunión
la personalidad y del libre afbedrío
del llamado Parlamento de la sanque Dios ha otorgado a las humagrienta y mugrienta República, uno
nas criaturas, y de ahí que trate
de aquellos malvados, contestando
de lograrlo, [explotando la necedad
a un orador que atacaba a la made las muchedumbres, la estupidez
sonería, dijo con énfasis: «Aquí,
de las masas ilustradas, (a candicasi todos somos masones.»
dez del vulgo letrado, al que trata
y era verdad. Casi todos eran
de captar y capta con (as bengalas
masones, aquellos diputados repude vocablos sonoros, como fraterblicanos que alardeaban de serlo.
nidad, humanitarismo, filantropía,
En los despachos oficiales era frederechos del hombre, libertad de
cuente ver Negar visitantes que saColumnas del lado izquierdo del pórtico conciencia y de pensamiento, y toludaban y se saludaban entre sí SANGÜESA.
de
Santa
María,
(Véase artículo de M. Ancil.)
da la fraseología que repiten sin
con el signo masónico. Y bajo e '
entender cuantos pertenecen al stuftorum infinitos nu*
signo masónico y con el espíritu masónico judaico se desmerus, al conglomerado infinito de ios tontos: que no' lo
1
Honramos el presente número con este notable articulo de acson
tanto como para eximirlos de culpa por su tontería,
tualidad que escribió nuestro querido amigo y colaborador «Mirabal», fallecido recientemente en Madrid.
230
LA AV A LANCHA
porque a ninguno le da por cogerse los dedos contra la
puerta, sino que van en busca del mandil, aspirando a
provechos inmediatos, y mejor si son cuantiosos.
De estos los hay que, desde luego, venden a Cristo como Judas, y después de tal venta, ¿qué ha de contenerles para vender a su Patria, vendidos como están ellos
mismos?
!
La masonería es antinacional, antipatriótica, antifamiliar y antitodo. Bs una secta disolvente y criminal, y por
ser todo esto, Estado que quiera vivir y Estado que desee ser fuerte, ha de ver en ella al enemigo más enconado,
y por ello. Estado y Nación que aspiren a vivir, han de
proceder contra la masonería, aunque sólo sea por instinto de conservación. Implacablemente, llegando a negar
la nacionalidad al masón y declarando a la secta enemigo
nato de la Patria.
Y jay del pueblo que no extirpe la raíz de la trepadora
venenosa! Porque en la lucha perenne, si el descuido del
pueblo hace posible el zarpazo, la masonería ni duda ni
perdona: lo da,
y España tiene abiertas las heridas y sin restañar la
sangre del último zarpazo para que dude a su vez en extirpar de su suelo la semilla que ha producido el fruto
amargo de tanto dolor, de tanta desolación, de tantos y
tan espantosos crímenes. Fruto que de la misma semilla
masónica recogieron nuestros antepasados, a los que cupo la desgracia de ver cómo perdió España su Imperio
colonial por la traición fraguada en las logias desde los
días del constitucionalismo gaditano a los del katip-man
filipino.
MlRABAL.
PARA LOS PRÓXIMOS DlAS DE LA VISITA AL CAMPOSANTO
Menos flores y más oraciones
Mi voto va a ser Boy contrario a fa corriente. Es posiBfe que ésta me arrofíe; pero (os que contra corriente o aguas arriba Bemós navegado siempre
ya estamos curados de espanto, pues Sernos capeado todos fos temporafes, por vioíentos que
fueran. Después de todo, navegar a favor de
fofácif, de (o que empuja sin esfuerzo aíguno, es
tarea senciffa y cómoda; ío difícií es remar con'
tra todas fas difícuftades. Cuchar siempre cuesta
arriBa con ío que desciende en avafancBa atrope»
(fadora, como todo (o que no tiene razón y opone
(a fuerza.
Desde hace unos años—antes no se veta nada de es*
to,—y cada vez con más furor, e( día de Boy parece una Bataíía de flores. Por donde quiera que
vas se ven ramos, coronas, y (os camposantos se
asemejan a (os propios viveros de Uaíencia. Es
un recuerdo a (os muertos, y todo eíío se Bace con
(a mejor intención; pero BaBíando sinceramente,
¿no (es parece a ustedes que eso es un poco ostentoso, demasiado mundano ? Hay quienes se gas*
tan verdaderos dineraíes en adornar (as sepuíiw
1 ¡Nuestro querido colega «Eí Pensamiento Navarro» pub/(có en su
número de/ día de Todos Santos del año ultimo, este interesante y
atinado articulo de su ilustrado director, que reproducimos hoy y hacemos nuestro con sumo gusto.—^(N. de fa T{.)
ras.¿Gastarán otro tanto en sufragios por (as
aímas de (os que fueron encerrados en un pedazo
de tierra?¿Es en todos fos casos verdaderamente
eí recuerdo *de( que se fue (o que mueve a practi*
car aíardes de jardinería, o es (a ostentación, (a
vanidad, para que eí que va a pasar eí rato a fos
cementerios—que tamBién fos Bay—vea fos pri*
mores de floricuítura que adornan ciertos sepuf*
cros o tumBas?
Durante mucBos años, en este día. Bacía furor eí es*
perpento íiterarío, irrespetuoso y Bíasfemo, de
'Don Juan tenorio*. Todas fas compañías tea*
tra fes desempoívaBan en esta fecBa ai céíebre Bur*
fador, que donde quiera que fue, con éf fue tam*
Bien eí escándafo, y ef éxito de taquiíía estaBa
descontado. Nunca Be saBido, ni ío saBe nadie,
qué reíación tuvo esta festividad con ía que se es»
trena eínoviembre nostáfgico y tristón, con aque*
fía producción zorriífesca, recargada de majeza,
vino, atropeííos y crímenes. Ni sé tampoco por
qué se Bace ese derrocBe de flores, que con todo ío
que quiere significar y con toda fa Bueno inten*
ción que se tenga, tanto se parece a fas fiestas de
p agonía.
Es posiBfe que afguien se fíeve fas manos a ía caBeza
o se escanda fice; pero no me importa. Aunque to*
dos nos Bayamos contagiado de esa novedad, yo
Be discrepado siempre de efía, porque sé que fa
moda de convertir ios camposantos en Buertos
floridos Ba venido de donde no se cofoca en fas
sepufturas una fuz, que tiene más de recuerde
piadoso que una ffor—que fíevs en su fragancia
eíse fío de ía coquetería y deí mundanismo;—Ba
venido de donde no se reza, y fa oración si que es
eí verdadero Bomenaje a ios muertos, cuyo perfume eterno ííega Basta eí Giefo, porque estas otras
flores se marcBitan, como odvierte San Agustín,
y sóío fa píegaria es ío que recoge Dios.
Los camposantos tienen un significado que parece se
quiere Borrar con esos postizos jardineros, como
si se quisiera ir contra ios designios deí Creador.
Son fas ciudades de ios muertos, que con su se'
riedad característica invitan af recuerdo piadoso,
mientras que con esas ostentaciones de primavera
japonesa mueven a risa y a ofvidar fo que affi
existe. Por eso, aunque fa corriente me arroííe,
mantengo mi discrepancia desde ef puntó de vista
cristiano: Menos flores y más oraciones,—SAB.
Un manojo de epitafios
ifegan galopando sobre el corcel del tiempo
los primeros día? de noviembre, en los que es
costumbre muy laudable el ir al cementerio a
visitar a los que la guadaña de la muerte les
segó la vida, como se la enseñó el célebre
San Macario a un joven de Alejandría, que se le presentó cierta mañana, manifestándole deseos de abrazar su
Regla.
Queriéndole probar el Santo, íe dijo:
—Hijo mío, id al cementerio próximo, dirigios a los
muertos y decidles cuantas injurias puede pronunciar un
hombre irritado.
LA
:
Hízolo el joven, y al volver, le preguntó San Macario:
—¿Qyé respuesta os han dado?
—Ninguna.
—Pues volved y rodead el cementerio, cantando las
alabanzas de los que están enterrados.
Volvió y cumplió el encargo del Santo.
—¿Oye han dicho los muertos?—le preguntó el anacoreta cuando estuvo en su presencia.
—Nada.
—Aprovechaos, pues, de esta lección; imitad la indiferencia de los muertos per los juicios humanos, y viviréis
para Jesucristo.
Regla muy sabia para vivir santamente.
Pero no solo son los cadáveres los que nos adoctrinan
en el cementerio, sino también muy mucho los diversos
epitafios estampados aquí y allá.
Esas líneas, generalmente rimadas, que decoran las losas de los sepulcros, suelen encerrar profundas enseñanzas,
y son una especie de refranes, menos universales que los
propiamente tales, pero expresados con más amplitud que
éstos.
No hay para qué detenernos a probar que, así como
existen muchos tontos, frases hueras y conceptos ramplones en toda clase de composiciones, por ser parto de entendimientos obtusos, también hay epítaBos a quienes cuadran las definiciones transcritas, pero procuraremos escoger entre los más intencionados y de perfecta factura.
¿Quién no lamenta el vasallaje vergonzoso que le presta la mujer, en su gran mayoría, a la tiránica moda, bajo
cualquier aspecto que se presente? Tan dócil como es para los demás preceptos, tan fino y arraigado su espíritu
religioso en los múltiples menesteres de la vida, hay que
hacer, sin embargo, una excepción lamentable, y es en este punto concreto, porque acerca de él no le hacen mella
ni las enseñanzas de los santos Padres, ni la dirección de
la Iglesia, ni lo extravagante ni estrafalario de lo que le
exige el modisto, pues, dejando a todos los demás, solamente sigue las orientaciones de éste.
Muy bien lo expresó el poeta en el epitafio de una de
las más fanáticas:
Con tal empeño, Pilar,
que yace en este lugar,
quiso las modas seguir,
que murió por no dejar
ni aun la moda de morir.
-
231
AVALA N C H A
. . .
Bien merece severo reproche la mujer frivola, que rinde
homenaje a la moda sin reparar mucho en los topes que
pone la moral; pero no lo merece menos el petimetre que
descuida sus deberes religiosos y profesionales y pasa la
mayor parte del día ante ei espejo y huele a productos de
tocador a media legua de distancia.
Para esta clase de tipos que, si no abunda, por lo menos existe, hacía falta un epitafio, y efectivamente, hubo
poeta que lo compuso, y suena de esta manera:
Aunque en esta tumba veas
alfileres con brillantes
y sortijas con diamantes,
mortal, por eso no creas
que aquí hayan enterrado
dama alguna; aunque te asombre,
el que aquí yace era un hombre,
¡era un hombre afeminado!
Entre los incontables romanos Pontífices que han des°
collado en la Cátedra de San Pedro por su celo indomable y saludable intransigencia, aparece el Papa Pío V, que
por lo mismo fue maltratado por nuestro famoso Castelar,
artífice de la palabra, pero de ideas envenenadas.
No podía tolerar que el santo Pontífice pusiera en el
índice los libros nefastos y heréticos, y era porque su
doctrina se parecía a las de ellos.
En cambio, nuestro ínclito Lope de Vega, que se admiraba de las virtudes y proceder de aquel digno sucesor
dei Príncipe de los Apóstoles, compuso este hermoso epitafio en su honor:
-
Honran este mármol frío
las reliquias de un Pastor
de tan piadoso valor
que fue cinco veces Pío.
Volvió en su dorada edad
Roma el triunfo que solía;
enmudeció la herejía,
resucitó la verdad.
^
Este mismo Lope, de vena inagotable, dedicó un punzante epitafio a los médicos.
Esta clase benemérita, cuyo nobilísimo entretenimiento
es curar las lacras de la humanidad, muchas veces no
acierta con el remedio, porque Dios Nuestro Señor lo ha
ocultado a los hombres, y si lo manifestara siempre, nadie
moriría, lo cual sería contra el decreto del Altísimo, que
en pena del pecado ha dispuesto que el hombre muera /
nadie se libre de la muerte.
No obstante ello, el médico tiene que soportar fas iras
y sátiras de los que se ven defraudados en sus pretensiones, siendo así que tal vez ha hecho lo que puede.
Colocado, pues, en este ambiente, nuestro famoso poeta pone en boca del facultativo Eras tenes estos versos
intencionados:
Enseñé, no me escucharon;
Escribí, no me leyeron;
Curé mal, no me entendieron;
Maté, no me castigaron;
Ya con morir satisfice;
¡oh muerte!, quiero quejarme;
•,
bien pudieras perdonarme
por servicios qce te hice.
Antes de poner el punto final, hemos de hacer mención
de un tipo altamente funesto, si los hay, que con su pluma ha causado terribles daños en la sociedad; hombre,
por lo general, ignorante, pero al mismo tiempo, audaz,
osado, hablador sempiterno y discutidor de todo lo humano y aun divino. ¿No habéis adivinado quién es?
Pues resulta bien fácil; no es otro que el periodista liberal.
Era de esperar que alguien le pusiera en solfa, y lo hizo un poeta, dedicándole estos versos:
Bajo esta pesada losa
;^
Yace del mundo un portento,
• •
Qye hizo milagros sin cuento
Con facilidad pasmosa.
El, sin saber escribir,
y leer a duras penas,
De ciencia páginas Ilerfas
Sofía dar a imprimir.
V con tono magistral,
*
Hablaba de Teología,
Cánones, Filosofía,
De política y moral.
y por si hay quien se resista
A tenerlo como cierto,
Bástele saber que e! muerto
Fue un liberal periodista.
El parecido no puede ser mayor. ¿Volverá a brotar en
la nueva España?
EL PRIOR DE RONCESVALLES.
La escuela sín Dios es un crimen social. —Apaga en
la mente del niño aquella participación de luz increada
que ilumina a todo nombre que viene a este mundo; declara incognoscible para él e inaccesible, por tanto, el
inmenso reino de las esperanzas y de las alegrías inmortales, es no solo un horrible sacrilegio, sino bárbaro retroceso en la obra de civilización y cultura que veinte siglos han elaborado dentro de la confederación moral de
los pueblos cristianos. El que pretende interrumpirla o
torcer su rumbo se hace reo de un crimen social. La
sangre del Calvario seguirá cayendo gola a gota sobre la
humanidad regenerada, por mucho que se vuelvan las
espaldas a la Cruz.—M. Menéndez y Peíalo.
232
LA
CRISTO
A V A L A N C H A
REY
EN SU FIESTA DEL PRÓXIMO DOMINGO, 29 DE OCTUBRE
Tú eres e(Rey, Dios mío, de todos ios imperios,
e( Rey de fos espacios. Rey de (os Bemisferios;
todo eí mundo te (lama, mi Jesús, Cristo Rey.
Cristo Rey, en ef Cielo, (os ángeles gloriosos;
Cristo Rey, en (a Tierra, fos fJomBres soberbiosos,
aun agüe(ios mohadas que reniegan tu Ley.
Tú eres e( Rey de España, du(ce Crucificado;
ef Rey gue (os navarros BaBt'an recfamado
cuando esta((ó (a guerra de pena y de dofor;
Tú eres e( Rey divino que a Tranco fe guiada
por imperiafes sendas que tu fuz alumbrada
para dar a (a Patria tanta g(oria y Bonor.
Tú eres. Pastor fiumifde, ef Rey de fas Brigadas
Navarras gue a tu mando de voces deficadas
sembrada de victorias su paso arroffador',
Brigadas inmortales, navarros vaferosos,
gue af pie de tu Bandera morían orgullosos
por Dios y por España, por su Rey y Señor.
Tú eres el Rey de todos los fie'roes caldos
;
defendiendo tu trono, gue agüellas descreídos
marxistas y masones guerían derribar.
Rey eres Tú de todos los mozos mutilados
que al pie de tus sagrarios viven Boy regalados,
-gozando la victoria gue Subieron de alcanzar.
Tú eres Rey, Jesús mío, de todos los Bogares,
Tú eres gula y amparó de los cristianos lares;
cada Bogar es un templo elevado en tu Bonor.
Los padres y los Bijós, la familia cristiana,
son los gue Barón la España de Boy y de mañana,
católica, ferviente, llena de santo amor.
Tú eres Rey de los poBres, Bumildes, desgraciados;
de, todos fos gue sufren pacientes y caffados,
de todos fos que lloran la Bumana ingratitud.
Tú mitigas sus penas y socorres su duelo,
y amoroso les Brindas un rincón en el Cielo
porgue aguí, en esta vida, cargaron con tu Cruz.
Tú eres, divino Amante, el Rey de los amores
más puros y más dulces gue el néctar de las flores,
amores gue dan vida al alma espiritual;
amores gue te tienen Boy preso en los sagrarios
de todos los altares, de todos los santuarios,
envuelto en las blancuras del trigo candeal.
Tú eres Rey de Justicia severa y amorosa.
Tú premias y castigas con justicia piadosa,
porgue tu Ley la dicta tu grande Corazón.
Tus labios nos castigan y el Corazón perdona,
si tu espada nos Biere, tu amor, gue no adandona,
nos cura las Beridas y nos Brinda el perdón.
¿Dónde Bailarán los Bomdres otroRey más glorioso*
más Bumitde y sencillo, más grande y poderoso,
gue por dmor del Bomdre se penaa de una Cruz?
¡Que Busquen Boy los BomBres otro Rey más divino
gue Tú, Jesús amado, amante Peregrino
que das a nuestras almas la vida y la salud!
Que busquen hoy (os BomBres quien cure sus Beridas,
sus llagas cancerosas, dediondas y podridas,
con tan piadosas manos, con tan dulce Bondad.
Que Busquen quien les brinde su cuerpo generoso
en * Manjar'» delicado, tan grato y delicioso.
n Bailará en la tierra Rey de tanta bondad?
Cristo Rey Tú lo eres y por tal te aclamamos, .
y como a Rey, Dios mío, fervientes te adoramos
con amores Bumanos de noble exaltación.
Cristo Rey Tú lo eres, y Boy España, rendida,
a tus plantas te aclama, con voz enardecida,
¡Cristo Rey, Cristo Rey de (a Bispana Nación!
CI-RO
¿Para qué sirve la religión?
I. Inducción por hartos casos
—En este país de atavismo inquisitorial, se insiste pe*
sadamente en el tópico religioso.
Si se lamenta que los hombres van demasiado tras las
mujeres, luego salen ustedes con su tópico: ¡Falta de religión!
Sí nos quejamos de que son innumerables los que fif*
tran, luego sale lo mismo: la falta de religión.
Si los obreros y criados están cada día más ingobernables, dale con el tópico: porque cada día tienen menos re*
iigión.
Yo, por el contrario, me persuado de que la tan cacareada religión no sirve para nada, sino para cundir el
puchero de los curas y demás tropa que vive de la re*
Iigión.
y no crea usted que Improviso; que vengo indocumen*
tado, como dicen ahora. No, señor. He hecho estudios
prolijos sobre el particular. Una verdadera inducción; y
ya sabe usted que en la inducción se fundan todas las
ciencias modernas... ¡Ehem!
y don Facundo me miró como para sondear mi fe en
los razonamientos inductivos.
—Sí, hombre, sí: desde Bacón, el método inductivo ha
prevalecido en las ciencias.
—Eso es, desde Bacón de Verulam; completó don Facundo, felicísimo por mostrar su erudición enciclopédica.
Pues digo que yo he hecho durante largos años, casi
desde que me casé...
—Oye sería la última vez que estuvo usted en la
iglesia...
—Suplico a usted que no me interrumpa.
Asentí con la cabeza, y prosiguió:
—Pues, sí, desde aquel tiempo he ido haciendo esas
observaciones, ¿y por quién diría usted que comencé?
—No sé; tai vez por su mamá política.
—Precisamente, hombre; ¡por mi suegra! Una mujer
redgioslsima. ¿Querrá usted creer que se volvía loca si
por ventura se extinguía una lamparíta que reñía delante
de la Virgen del Pilar?
—Como buena aragonesa.
—Si señor; buena aragonesa, y más tozuda que un
adoquín.
Pues bien; aquella religiosísima mujer no nos dejó vivir en paz, con su genio de mil demonios, hasta que estiró
la pata... Buen poso haya su ánima. Ve usted, yo no soy
LA
AVALANCHA
religioso, pero soy incapaz de guardar rencor a nadie,
¡ni a aquella maldita suegra!
Pues vengamos a mi mujer, que no le va ea zaga a su
madre, ni en religión ni en mal genio. ¡Religión! y para
cada peseta que da a los pobres se gasta cinco mil en joyas y vestidos, y no hay manera de que sosiegue en casa
y tenga en orden las cosas de ella.
Dígame, por su vida, ¿de qué me sirve a mí la religión
de mi mujer?
—En efecto; a usted no le sirve de nada, y a ella, de
no mucho, si deja la obligación por la devoción.
—Lo que digo yo cuando viene con eso de ir a misa y
no trabajar las fiestas. ¡Primero es la obligación que la de*
voción!
—Hombre, hombre... Pero siga usted con su inducción.
—Pues no le digo a usted nada de las mujeres refigio»
sj'simas que hacen cornúpetos a sus maridos; y ya es algo que no tenga parte en el negocio el Padre confesor.
Pues ¿y los curas? ésos que deben ser la gente más religiosa, los que no podrían vivir sin la religión, ¿no ve usted los escándalos que están dando? Regateando misas como quien vende merluza; llevándole a uno un sentido por
enterrarle...
—Menos mal que cuando uno se deja enterrar es porque ya los sentidos no ie hacen servicio.
—En fin, señor, que yo he estudiado esto muy bien, y
he visto por experiencia que los mismos pecados tienen
!os religiosos que los irreligiosos: soberbia, avaricia, lujuria, ira...
—Exacto; y gula, envidia y pereza.
i
—Bueno, pues dígame usted entonces: si los que tienen
religión hacen los mismos pecados que los que no la
tienen...
—No decíamos /jacen, sino tienen.
—Llámele usted hache. Si tienen unos mismos pecados, pregunto yo: ¿de qué sirve la Religión?
RAMÓN RUIZ AMADO, S. J.
(Continuará)
BROCHAZOS DE LA T1ERR1CA
EL CERDO DE LA RIFA
o voy a pedir perdón a mis lectores por la palabra fuerte del encabezamiento.
La culpa es del diccionario español, que no tiene en su vastísimo repertorio palabra más dulce
para designar a los animales de la
raza porcina.
Si alguno hace <ascos> por la
palabreja malsonante, tenga en
cuenta que su misma boca paladea con gusto las costillas adobadas, las magras con tomate,
los chorizos picantes, las orejas
afbardadas, la cabeza en fiambre
y hasta el hocico de esos animales de nombre tan grosero, pero de sabor tan exquisito.
¡Qué cierto es que hombres y mujeres tenemos alma
de poeta y estómago de bestia...!
y no pido perdón por el empleo de la palabra fea, porque necesito pedirlo para juntar ese nombre grosero con
otro muy sagrado.
He de unirlo con el santo Nombre de Cristo, y para
eso sí que imploro mil perdones.
¡El cerdo del Santo Cristo...! Más que un tanto irrespetuosa resulta la frase; pero, en boca de labios cristianos
y pronunciada con veneración, desaparecen todas sus
irreverencias.
233
«El cerdo del Santo Cristo» llaman en Alio al tocínilfo
que, con solícito afán, cuidan y engordan para rifarlo por
las fiestas a beneficio de la Cofradía de la Vera Cruz.
En el presente «brochazo» quiero recoger esa costumbre original y tradicional, tal como me lo contaron los que
la conocen en todos sus pormenores.
Un jueves de la segunda quincena de septiembre, el
mayordomo de la Cofradía recorre los puestos de gorri*
nes en la plaza de Santiago—vulgo plaza délos cochos—
de la ciudad de Estella.
Va preciando los ejemplares de mejor presencia, y des*
pues de un regateo prolongado con un montañés, carga
sobre sus hombros el mejor ejemplar de la feria, o mercado.
El animalejo gruñe desaforadamente sobre las costillas
del mayordomo, recién nombrado, y es llevado al carro
del «recardero» de Alio y colocado en su sección correspondiente.
Cuantos ojean al cochinillo aseguran que, si Dios le da
salud, «hará» las treinta docenas de su antecesor.
En el pueblo se corre al momento la noticia de la llegada del «cerdo del Santo Cristo», y aquella noche la casa
del mayordomo parece un jubileo,
El gorrín descansa sobre un lecho de paja limpia, y
gruñe lastimosamente, añorando el recuerdo de sus compañeros de la sierra.
Junto al hocico tiene una cacerola vieja con patatas
cocidas, revueltas con «salvao»; pero, rendido de fa jornada, no hace caso al pienso.
—¿Se le pone la cinta?—insinúa un vecino.
—Si os parece, ahora mismo—dice la mujer del mayordomo.
Baja una cinta verde de seda, con cierres automáticos
atrás y con una campanilla de plata adelante.
La colocación del distintivo cuesta poco trabajo por el
cansancio del tocinillo, rendido del ajetreo del día. A la
mañana estaba en el «pasto» de Urbasa, y al obscurecer
ya está en Alio.
Con su corbata de seda en el cuello descansa aquella
noche el privilegiado animal, que durante un año ha de
recibir los mimos y caricias de grandes y chicos.
A la mañana siguiente hará la primera salida al público
bajo la custodia de la hija del mayordomo, a fin de que
no se aleje del barrio.
Las mujeres y niños le hacen corro y le pasan la mano
por el lomo. Una le acerca una hoja de berza, otra una
cabeza de maíz, ésta un puñado de trigo, aquélla una
fuente con pan mojado, y todas se desviven por acariciar
al cerdo de la rifa.
Aquella noche dormirá en la cuadra más próxima e irá
recorriendo todas las cuadras del pueblo.
Como no tiene domicilio fijo, come y duerme en adelante donde tiene hambre, o se le hace obscuro, y en todas partes lo tratan a «papo de rey» y le preparan lecho
blanco y limpio.
Poco a poco se acostumbra al trato de los chiquillos,
que juegan con él y le defienden de las acometidas de los
perros.
y a encuentra gusto en las manos infantiles, que le hacen caricias en sus lomos, y se tumba al suelo y gruñe
con satisfacción cuando le «arrascan».
Si de raza le viene al galgo ser rabilargo, at cerdo le
viene el zambullirse en el barro y revolver con el hocico
los charcos mal olientes.
De limpiarlo se encargará la primera vecina que lo vea
«puerco» y le lavará hasta las pezuñas. Sería bochornoso
para el pueblo que el cerdo del Santo Cristo apareciese a
los ojos curiosos de los forasteros con la menor mancha.
De día en día se le ve engordar, y al cumplir el año,
será el animal más lucido y gordo de su clase.
En el mes de septiembre se hace la rifa del animal, figurando ese acto como uno de los números de fas fiestas.
PABLO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ.
(Concluirá.)
LA
234
AVALANCHA
Pórtico de Sta. María la Real, de Sangüesa
'•**'•.-
J
-•'
(Conclusión)
"'''*'
'•
'
'*'
La compleja labor de las archivoltas ofrece una excelente obra artística. Los arcos ligeramente apuntados y su
imaginería de traza más fina indican una construcción más
moderna que la del imafronte, o sea de la iniciación del
período gótico. Desde la cenefa hojeada que resalta el
arco exterior y entre impostas circulares ajedrezadas, el
abocinado contiene cinco arcos con numerosas estatuitas,
cuya representación simbólica quizá se refiera a! Apoca*
fipsis de San Juan. En estas figuras de no gran diferencia
en su talla se ven animales fantásticos alados y otros des*
tinados a la caza y al sacrificio, niños y mujeres con vestimentas varias, hombres con artefactos del trabajo huma*
no, músicos con instrumentos, monjes y monjas en actitud orante, varones con filacterias en las manos, ancianos
de luengas barbas, santos y santas en actitud de suplicación al Cielo, personificación de virtudes y vicios, alegorías de la caridad y del egoísmo humano.
Una bien labrada imposta corona las jambas de las eni.'.'
la tercera a Judas Iscariote, ahorcado. Llevan túnicas
ajustadas, como las momias egipcias. El capitel de la primera está ornado con ramos y dibujos orientales, el de la
segunda es iconístico, representando la Circuncisión, y el
de la tercera es corintio, con dos filas de hojas de acanto.
Los capiteles iconísticos y tos dibujos orientales son del
siglo X I I ; la columna corintia, de fuste más delgado y
factura más fina, es del siglo XIII.
En el centro del tímpano está el Salvador sentado. Su
relieve, dispuesto en forma semejante al del friso, no es
idéntico, indicando distinto constructor. Lleva la mano alzada en actitud de bendecir. En cada uno de los cuatro
ángulos va un ángel sonando bocina encorvada. A su sonido resucitan los muertos, que se aprietan en fila para
asistir al Juicio; celébrase el juicio en la enjuta inferior derecha. En el centro está el arcángel San Miguel, con el
peso justiciero; a su derecha, tres santos varones con traje talar; a la izquierda, dos relieves de hombre y mujer, y
varias cabezas de precitos con horribles muecas, que parece arden en la piedra dó van colocados, En la enjuta
superior izquierda se hallan siete figuras de ancianos, y en
la derecha se hallan siete figuras de varones santos con
trajes talares. Una cenefa punteada separa el tímpano del
dintel. En el centro del dintel está la Virgen, sentada en
...
silla; lleva corona real. El Niño lá
mira sonriente, y va sentado en la
rodilla izquierda de María. Jesús
levanta la mano derecha en actitud
de bendecir. Las túnicas de ambos
son ajustadas, con pocos pliegues,
que caen rectos hasta la base. Es
iconografía de la Madre de Dios
del siglo XII. Lá hornacina de la
Virgen es de arco de medio punto,
apeado en columnas corintias oblicuas, con objeto de lograr una base más ancha, restando a las dos
adyacentes de ambos lados.
Acompañan a la Virgen los doce Apósoles, colocados en sus
nichos correspondientes, seis a cada lado de María, todos ellos en
medio relieve. Las columnas de los
nichos son unas lisas y otras salomónicas. La disposición y atributos
que presentan las figuras de este
dintel no son iguales a las de los
Apóstoles del friso. Todos ellos
visten palla griega, y excepto el de
uno, sus rostros son barbudos. En
la filacteria desarrollada que unos
;.
, ' llevan entre las manos se lee en
•
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NAVASCUÉS,—Ermita de Santa María
,.
• •„.•.' -•• caracteres latinos Simonis et Ju»
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Foto. Luciano
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de, y en la de otro, Mateus. Estos
relieves de los Apóstoles del dintel
treojivas y de los capiteles, extendiéndose a lo largo del
estuvieron pintados; todavía se notan vestigios de un color
abocinado en los dos lados de la puerta, y en ella apean
azulado entre los pliegues de sus trajes.
las archivoltas. Bajo la imposta van tres columnas por laSe apoya el dintel en dos robustas ménsulas; la de la
do, cuyos fustes son de imágenes labradas in situ; sobre
izquierda es una cabeza de vaca bien labrada, y la coloellas continúa el fuste cilindrico. La representación de es*
cada a la derecha, figura de dragón, englutiendo a tres
tas columnas es la siguiente: las tres cariátides de la izhombres. Descansan las ménsulas en dos jambas monolitas
quierda, mirando de frente, figuran las tres Marías. La prique terminan en el suelo.
mera, María Magdalena; segunda, la Santísima Virgen
MIGUEL A N C I L .
María, y la tercera, María, madre de Santiago. Llevan túnicas muy ajustadas, con pliegues rectos que caen hasta
los pies. Llevan en las manos libros, y en el que contiene
la Virgen María, que está abierto, indicando su lectura
f* O ¡V 1 C
A
con el dedo índice de la mano derecha, se lee: María
Mater X Leodegarius mefecit. Los capiteles de las dos
primeras columnas son iconísticos, representando la Anunciación y la Presentación de María en el templo; el de la
tercera columna es de ramos con dibujos orientales- Las
aristas en forma de medias cañas que forman el jambaje
de los iatercolumnios, van adornadas con filigranas en el
Antes de la venida de la maldita República, cuando en
cuarto y en la mitad de su alzado. Descansan jambas y
la calle de la Flor, de la villa y antigua corte de Madrid,
columnas en basas alzadas como un metro sobre el pavise levantaba la iglesia del Sagrado Corazón y de San
mento. Las tres cariátides del otro lado representan, la
Francisco de Borja <aquella iglesia que fue quemada el n
primera a José de A i imatea, la segunda a Nícodemus, y
de mayo de 1931, «Míchaele Maura imperante»)..., celeNAVARRA
.-
•
•
•
\
SIRVIENTES EJEMPLARES
LA
A VA LANCHA
braban en ella cada año los Caballeros del PHar una fiesta
que creo que llamaban «la Resta de la servidumbre», y a
la cual fiesta asistían príncipes y ministros, amén de muchos condes, marqueses y duques.
En dicha fiesta se premiaban con premios de mil pesetas, de mil quinientas y aun no sé si de tres mil, a los antiguos criados de casas grandes que llevaban en ellas bastantes años de servicio, y aconteció que alguna vez, parando mientes en el tiempo que estos fieles y honradísimos criados habían servido en las nobilísimas casas de
sus señores, me percaté de que ninguno de tales servidores había servido en dichas casas más de veinticinco años.
Por lo cual yo me sonreía melancólicamente considerando
que sin salir de mi modestísima casa solariega, es decir, de
la casa de mis padres y abuelos <que no eran títulos de
Castilla, aunque tenían sangre hidalga), podía haber presentado <si hubiera sido yo título de Castilla y caballero
del Pilar), podía haber presentado algunos ejemplares v i vos de servidores de mi casa que
llevaban en ella bastante más de
medio siglo.
políticas, de destierros, de embargos. Era carlista hasta (a
pared de enfrente; todos los días rezaba en el popular (1*
bro de San Ligorio las dulcísimas -Visitas ai Santísimo;
todos los años hacía por Navidad el Octavario bellísimo
de Sarda al Niño Jesús, y hnalmente, con mucha frecuencia comulgaba.
Poco después de su muerte (que lloramos todos mis
hermanos como una desgracia de familia) -leía yo por casualidad, como quien dice, un libro de poesías, en el cual
campeaba una muy gentil y cuyo, título es el siguiente;.
A una criada antigua.
En esta composición vi retratada casi de cuerpo ente*
ro a nuestra Manuela. Y al acabar de leer aquellos ver*
sos tan melancólicos y armoniosos, como llenos de verdad y de ternura, escribí debajo del último verso una sentencia de San Jerónimo en su clásica y hermosa epístola
a San Helíodoro, para dar fe de que aquellas páginas fragantes habían sido humedecidas con mis lágrimas.
l i n o de estos criados todavía vive; y por cierto que era muy conocido en la Administración de
nuestro querido colega «El Siglo
Futuro», y muy conocido también
de sus antiguos redactores, por haber llevado allí muchas veces papeles y recados míos.
Ochenta y cuatro años cumplió
en febrero último <y por más señas, en el día de la Candelaria), y
hace más de sesenta y seis años
que está en mi casa, después de
haber servido como bueno a mis
abuelos y a mis padres. Ya no tie. ne obligación ninguna de trabajar,
ya está jubilado hace tiempo; pero
vive en mi casa, que es la suya, y
aquí vive como un hijo de la niísma. y aunque algunos desús hijos
y su mujer, viven también en Madrid, él prefiere vivir «en casa de
los amos». Solamente los domingos
vive y mora con su familia natu»
PAMPLONA.—Casa de los Curtidores en el típico Barrio de la Rochapea
- ral, menos fas temporadas en que
su mujer <hija y hermana de anti,
*\. •
.
Tolo. Nicolás Ardanaz
*
• ' • •
'-'•••
guos servidores de mis padres), se
E l trabajo es en ti santa costumbre;
viene a vivir con nosotros. Muy pocos años hace que
Nunca esperas que el alba te despierte;
murió, confinando ya con los noventa años, «la ManueTu alma dócil, la dura servidumbre
la», otra criada antigua, la cual era más antigua en mi caEn ministerio del amor convierte.
sa que casi todos mis trece hermanos. Recién casados mis
9
padres, el año de 1857, entró de niñera de su primera hija
y hermana mía mayor; y en casa de mis padres ha vivido
La hermosa primavera de la vida.
la Manuela, con una hermana mía, hasta morir.
Aquel tiempo feliz, pronto olvidado,
E l amor que tenía a sus amos y a todos los suyos {parA l contemplar tu imagen bendecida
ticularmente a mi madre, a mi hermana mayor y a mí era
Surge del negro fondo del pasado.
tan grande que por amor a nosotros no quiso casarse nunca). Más, mucho más nos quería que a sus propios padres:
era la historia viviente de mi familia. Sucesos de ella que
De cada fatal golpe el eco triste
nosotros ignorábamos, nos los contaba menudamente y
En tu fiel corazón mudo guardaste;
con muy sabrosa delectación; de memoria se sabía la reTú con la viuda, viuda te sentiste;
lación de todos los acontecimientos, faustos e infaustos de
Huérfana, con los huérfanos lloraste.
la familia; gozaba con nuestras alegrías, sentía como proCada vez que aterrándonos, la muerte
pias nuestras penas, nos asistía como una madre amorosa
en nuestras dolencias, de algunas de las cuales <bien lo
Entraba en nuestro hogar pálida y fría.
recuerdo) fue víctima por ser contagiosa la enfermedad.
Tú fuiste quien veló serena y fuerte
Cuando murió mi madre, cuando mi hermana mayor enA l que su último sueño ya dormíatró para siempre en el convento, cuando yo estuve a piTe gusta hablar de los ancianos graves.
que de morir, estaba inconsolable, llorosa y apenada <a
veces, meses enteros); y los mismos dolientes teníamos
De Tos niños alegres y felices;
que consolar en tales trances a la amantísima Manuela.
El cuarto que nacieron, tú lo sabes;
Conoció a seis generaciones en mi casa: a un bisabuelo
La alcoba en que murieron, tú la dices.
mío, que vivió siempre y murió con mis padres; a mis
abuelos paternos y maternos; a mis padres, a sus hijos, a
Por eso conmovido te contemplo,
sus nietos y a sus bisnietos. A l dedillo sabía nombres y
Turbada el alma y húmedos los ojos.
fechas de nacimientos, de bautizos, de bodas, de muertes,
Columna sola y última de un templo
de enfermedades, de fiestas [de familia, de persecuciones
Del que restan no más tristes despojos.
236
LA
AVALANCHA
De aquel pasado que jamás olvido,
Del alma de mis padres buena y santa,
Algo en ti queda para mí querido,
Algo que me trastorna y que me encanta.
Al acabar de saborearme en tan preciosa composición,
no me contenté con encomendar fervorosamente a Dios el
alma de nuestra amante Manuela, sino que para que el
alma de tan fidelísima servidora lograse sufragios más copiosos que los míos y de infinita valía, inmediatamente me
personé en la casa o residencia de los Padres Benedictinos, de Madrid, y la inscribí para siempre en la Cofradía
de Animas de Siíos, que es el primer tesoro de sufragios
perpetuos para las Benditas Almas del Purgatorio.
CHAFAROTE
MESA REVUELTA
Nuestros amigos difuntos. —Con profunda pena hemos tenido noticia de que fue vilmente asesinado en Barcelona por las hordas marxistes, el día 27 de agosto de
1936, el virtuoso e ilustrado sacerdote y distinguido escritor M. I. Sr. Dr. D. José Erice Espelosfn, canónigo
penitenciario de Huesca, y últimamente, dignidad de la
Catedral de Mondoñedo.
En Pamplona residió varias temporadas, era entusiasta
de LA AVALANCHA y muchas veces nos favoreció con su
valiosa colaboración.
Nos asociamos al sentimiento que experimentan por
tan sensible pérdida sus familiares, y suplicamos a nuestros lectores encomienden en sus oraciones al estimadísimo finado.
R. I. P.
¡Atrás los libelos sectarios!-Nuestros queridos colegas *EI Pensamiento Navarro,, "Diario de Navarra y
"Arriba Espeña,, han publicado estos días interesantes y
enérgicos artículos de protesta de que se hallen expuestos a la venta ahora los libros del perverso escritor Pío
B a roja.
"Después del Alzamiento—dice "El Pensamiento,—
varias veces hemos combatido la obra literaria de este
hombre engreído, renegado y amargado, extrañados de
que todavía existiese sin ser condenado al tormento que
merecía todo lo que no respondiese a los ideales de la
Cruzada; y antes de la guerra, en otras épocas en que
era poco menos que delito de lesa cultura no elogiar al
autor del libelo "César o nada,, y que no faltaban creti-
nos que intentaban imitarle, combatimos su obra anticristiana y antipatriótica, muy a tono con aquella España
liberal, corrompida y decadente, en la que tan bien camparon, para completar el desquiciamiento e imponer la
anarquía, estos literatos sobre los que recae la culpa por
el esfuerzo sangriento que ha costado salvar a la Patria
de aquel estado caótico en el que fueron posibles todos
los alentados a Dios y a España, y al que tanto contribuyó esa literatura pornográfica, demagógica y anárquica,
que si estuvo oculta bujo la concha ladina, así como sus
autores, ha vuelto a aparecer y hasta a anunciarse como
se anunciaban todos esos exabruptos, como se anuncia
también "Yo inspector de alcantarillas,.
En su brioso artículo, dice "Arriba España,: "Otra vez
Baroja. Como una descarada y nefasta ofensiva a los
más caros sentimientos de la Nueva España, cae por las
librerías el aluvión de las obras completas de Baroja,
montañas de taimado papel que debió ser quemado públicamente en homenaje a los que murieron por Dios y
por España. Baroja es un causante directo de la descristianización de la juventud española, amigo de aquellas
evocaciones masónicas que en el siglo XIX cercaron el
Altar y el Trono. Baroja es un reo vulgar de lesa Patria
que debe comparecer ante el Tribunal de Responsabilidades con toda su extensa literatura corruptora.
,¡Qué bien hicieron aquellos valientes Requetés que,
en la primera hora, decomisaron al escritor en la raya de
Vera, como se decomisa un matute peligroso para la salud pública! Y sin embargo, poco después, Baroja entraba, por la puerta de un juramento católico, en el Instituto de España. ¿Qué pensar de todo esto? Se ha llamado
el Instituto, a sí mismo, "Senado de la Cultura,. En estas horas amargas de quiebra universal, de angustias del
saber, la tradicional Sabiduría española que dio valientemente mundos de inteligencia y de almas, debe resucitar
encarnada en su medida verdadera. Restaurar la verdad
y demoler el error. Demoler implacablemente toda esa
turbia obra, al estilo de Baroja, que engendró la duda, el
desamor más vergonzoso hacia España en el corazón de
los españoles..
Esperamos que de las librerías de nuestra Patria desaparecerán por completo los libros de Baroja, para que,
como dice "Arriba España,, no se contamine nuestra
juventud.
La fiesta de Cristo Rey en Pamplona. — Como preparación a la fiesta de Cristo Rey, viene celebrándose estos días en la iglesia de Jesús y María un solemne novenario, organizado por el Apostolado de la Oración, con
sermón que predica todas las noches el P. Vicente Alcorta, de la Compañía de Jesús, de la residencia de San
Sebastián.
Terminarán estos cultos con una brillante función, el
próximo domingo por la noche, en la S. I. Catedral.
Nuestras murallas. —En reciente orden del Ministerio de Educación Nacional, se declaran monumento histórico las murallas de Pamplona y cuantos elementos
pertenecen a ellas.
Cgya de Ahorros Municipal
Lleva SESENTA y SIETE anos recibiendo y administrando ahorros del pafs
y tiene la garantía total y comprobada del Excmo. Ayuntamiento de Pamplona
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0*50 por 100 anual
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. 3*00 „ „
Imposiciones semestrales
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„
OFICINAS
Raseo de Sarasate, núm. 5
LA
j
AVALANCHA
Villafeliz
•
S
i
o El paraíso
por perdido
Francisco García Cuevas
••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••i
••••«•«•••
(Continuación)
Sí que era urgente este negocio, y por serlo, no encontró oposición la diligencia que se proponia; todos tos de
la reunión la aprobaron por unanimidad, y después de
una votación algo accidentada, fueron nombrados el tío
Cabrito, el CaJzas y el Morrongo para que se avistaran
con el secretario Veneno y dieran principio a las operaciones que necesariamente debían preceder al reparto,
quedando tos comisionados en dar cuenta la noche siguiente a la asamblea liberal del resultado de su tan interesante gestión. '
Pero fue el caso que el taimado secretario, barruntando el compromiso en que se iba a ver si los revolucionarios le venían a pedir instrucciones para llevar adelante
la distribución de los bienes que les anunció, quiso ganar
tiempo hasta que llegara a la villa la Fuerza que habla
pedido al gobernador, y al efecto, escurriendo el bulto,
se salió al campo antes de que amaneciese el nuevo día,
y los comisionados no pudieron avistarse con él, ni tampoco le vieron el pelo al día siguiente, dejando inquietos
y recelosos a los que seguían discutiendo, sin ponerse de
acuerdo ni resolver nada, en el santuario del lío Pelos.
XVI
Más de cuarenta y ocho horas habían transcurrido después de los sucesos que quedan relacionados en los apartados anteriores, espacio de tiempo que fue un compás
desesperante para la hueste democrático de Villafeliz,
que ya echaba cuentas soñando con la posesión de productivos bienes. Pero es el caso que los comisionados
para recibir instrucciones del tío Veneno, como no le
hallaban ni muerto ni vivo por parte alguna, empezaron
a temer si le habría tragado la tierra, por cuya razón el
negocio del reparto no adelantaba un solo paso. También
el secretario, retraído en la casa de un convecino, esperaba impaciente la llegada de la Fuerza pública que había pedido al gobernador de la provincia, para darse a
luz y declarar valientemente en tal caso que no había
nada de lo dicho, porque el "Boletín, de la provincia
había padecido un error de imprenta, dando una noticia
equivocada e inexacta al anunciar lo que él comunicó al
pueblo la tarde de la consabida algarada, manifestando
además al público que los que diriamente leían periódicos no debían extrañar la equivocación del periódico oficial, pues es muy corriente que tales infundios se vean
publicados muchas veces por la prensa y luego desmentidos muy frescamente, pues el errar es de hombres.
i No vaya a creer el lector que el reparto de que se ocupaban los
villafelicenses es un hecho inventado que jamás ha ocurrido en España, pues de uno idéntico hemos sido testigos presenciales, y más
que testigos, e! cual ocurrió el año 187... en el pueblo de Becedas.
provincia de Avila, no llegando a verificarse ta adjudicación de las
fincas distribuidas en lotes, porque la Guardia civil acudió a evitarla
y llevó a la cárcel a más de una docena de vecinos que pacíficamente pensaron en el negocio y que, por más señas, Íes resultó algo
caro.
237
Curábase entre tanto el señor Cerrojo de su enfriamiento, sin que nadie se ocupara de él, porque las miras
de la multitud democrática se dirigían hacia otro lado
más sustancioso, y lo mismo hacían los que resultaron
con las cabezas rotas en la memorable jornada que pus»
en conmoción a todos los vecinos de la villa.
Y ¿qué va a pasar aqui? se preguntaban los unos a los
otros, a cuya pregunta nadie sabía contestar, aunque seguían las discusiones en el salón de conferencias del tío
Pelos.
En tal situación, excitó la curiosidad de los villafelicenses la llegada a la población de un carro, del que se
apearon cuatro caballeros bien portados y de señorial
apariencia que, sin sacudirse el polvo del camino, miraban de alto a bajo a los vecinos, que, con la boca abierta,
les contemplaban. Estos caballeros, examinando los edificios y la topografía de la población, preguntaban dónde
habría una fonda o restaurant que les diera hospitalidad.
En Villafeliz no había otro alojamiento que una posada
para trajinantes y caballeros, y a ella se encaminaron, no
sin detenerse a cada momento al fijar su mirada en éste
o en el otro viejo caserón, para discutir si era de la época del rey que rabió o si fue construido por los fenicios
o por los romanos, apuntando en sus respectivas carteras
las observaciones que les ofrecía el aspecto de la población. No traían por equipaje más que unas cajitas enfundadas, insuficientes para llevar en ellas la merienda, pero
que debían contener en su seno algo de valor, a juzgar
por el cuidado con que las conducían sus dueños. Debían
ser aquellos señores gentes campechanas, comunicativas
y de buen humor, que todo lo curioseaban y de todo tenían algo que decir, y desfundando una de las cajitas misteriosas, se la ponían delante, y después de una breve
manipulación la volvían a enfundar, sin que nadie entendiera aquella maniobra que llegó a infundir miedo a los
villaFelicenses, tanto que más de cuatro ciudadanos, cuando les veían sacar la cajita de su sudario, escapaban asustados, temiendo que de ella saliera algún proyectil o algún vestigio o cosa del otro mundo.
No quiero ocultarte por más tiempo, lector curioso, la
procedencia, abolengo y apostolado de aquellos soplados
señoritos. Eran, pues, si no les has conocido, los chicos
de la prensa, los reporters de los periódicos Ef Esquí*
fon, EfRadicaíy
La Charanga, que venían dispuestos
a meterse hasta en los charcos, a informarse de todo
cuanto pasaba y había pasado en Villafeliz, a celebrar interviús con el posadero primeramente, y luego con el
Calzas, con la Mellada y con todo bicho viviente, sacando fotografías instantáneas de personas y cosas, y apuntando los pelos, señales, lunares y berrugas de los prohombres de la población.
Dejémoslos en la posada, en la que se restauraban comiendo una tortilla de escabeche que se les sirvió, y no
les sigamos después, cuando se lanzaron a recorrer calles y domicilios, en cumplimiento de la interesante misión, del sagrado deber de tomar notas para dar luego a
la publicidad y sacar a relucir trapos limaos o sucios,
intimidades y cuadros domésticos que son a veces ofensas a las nances y a los estómagos de sus lectores.
' .
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•
" —=*•«•*=—
(Continuará)
. • '
Un minuto de filosofía.—No hagas lodo lo que quieres, ni gastes todo lo que tienes, ni creas todo lo que
oigas, ni digas todo lo que sabes.
i
1
Paquetería, Sedas
Htlos, Algodones
Lanas
" Botonarla, Bisutería 3ugueterli
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Guantes
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1
1
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238
LA
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Hora de consulla sobre organización de oficinas: De tres a coalro de ia tarde
Calderería, 28, 2.° - PAMPLONA
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