El Dinero Dr. Ruben Murillo

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EL DINERO EN NUESTRA VIDA
Eclesiastés 5:10
INTRODUCCIÓN. Estamos en una conferencia
misionera por lo tanto la palabra “dinero” siempre
esta a flor de piel.
Eclesiastés 5:10 “El que ama el dinero, no se
saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no
sacará fruto. También esto es vanidad.”
Lo que tenemos en esta porción Bíblica es una
enseñanza sobre la vanidad de las riquezas. Si
alguien estaba capacitado y documentado para
hablar sobre el tema, este era Salomón.
Salomón supo que era tener placer y riquezas
monetarias en abundancia, de allí que su opinión
sobre de que el dinero es vanidad tiene mucho
sentido.
Las riquezas, el deseo de los ojos, los deseos de la
carne, el orgullo, la mundanalidad, todo eso es
vanidad.
La vanidad es la excesiva confianza y creencia de
la propia capacidad y atracción muy por encima de
otras personas y cosas. La vanidad es el orgullo
basado en cosas vanas.
1
Muchos sin embargo le han fallado rotundamente
en creer que el dinero sirve para todo. Cierto que el
dinero puede comprar placer carnal, pero no una
esposa amorosa.
Puede comprar una casa, pero no el calor de hogar.
Una rica cena, pero no la comunión familiar, etc.
Hay quienes han ido aun más al extremo al creer
que con dinero se puede conseguir el poder de
Dios. Hechos 8:20
Cierto que se pueden conseguir favores políticos, y
sociales –agentes de tránsito- Hechos 24:26
“Esperaba también con esto, que Pablo le diera
dinero para que le soltase; por lo cual muchas
veces lo hacía venir y hablaba con él.”
En esta noche quiero tomar un tiempo para ver “El
dinero en nuestra vida” Antes que nada veamos…
1.
EL DIEZMO.
Es importante que sepamos exactamente lo que es
el diezmo y la parte que este tiene en la vida del
cristiano.
El Diezmo es la puerta del creyente hacia el pacto
de bendición.
El Diezmo es una ley espiritual tan efectiva como
lo son las leyes naturales. Así como la Gravedad
2
permite que los objetos caigan al suelo si son
dejados en el vacío, así el Diezmo permite al
creyente recibir "Dad, y se os dará; medida buena,
apretada, remecida y rebosando darán en vuestro
regazo; porque con la misma medida con que
medís, os volverán a medir.". Lucas 6:38.
El Diezmo es una Ley Espiritual que no tiene
limitaciones por el paso del tiempo. Aunque se
estableció en el Antiguo Testamento, esta ley hoy
continúa tan efectiva como siempre.
¿De dónde viene la palabra Diezmo?
La palabra Diezmo significa una décima parte.
Tanto en el Hebreo como en el Griego, estos
términos significan el "pago o dádiva de una
décima parte o porción."
¿Cuál es el propósito del Diezmo?
Cuando damos el Diezmo a Dios de nuestros
ingresos, ese acto le permite a Dios actuar en
nuestro defecto y bendecirnos.
Dios es el creador de todo lo que hay. Él lo posee
todo.
Nosotros
somos
simplemente
"administradores" de sus bienes.
El propósito del Diezmo es que Él desea que
nosotros le demos un 10% del 100% que Él nos da,
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para que nuestro corazón nunca esté concentrado
en las cosas que Él nos ha dado, sino en el Dador.
Cristo claramente estableció la razón del Diezmo y
de nuestras ofrendas a Dios: "Porque donde esté
vuestro tesoro, allí estará también vuestro
corazón.". Mateo 6:21
¿No es el Diezmo solamente para los tiempos del
Antiguo Testamento?
Es cierto que así como el Sábado, el Diezmo no
puede totalmente justificarse basándose en el
Nuevo Testamento. Sin embargo, el hecho de que
el Cristianismo haya dejado de guardar el último
día de la semana, el Sábado, no significa que
hayamos dejado de separar un día específico para
la adoración y la entrega total a la adoración de
nuestro Creador. Nuestro Sábado es el Domingo,
lo cual da continuidad a la ley espiritual del Día
Santo. El Sábado fue un principio espiritual que
determinaba el deseo de Dios de que el hombre
separara un día de la semana para entregarse total a
Dios. Hoy usamos el Domingo para, NO
SOLAMENTE ADORAR AL PADRE, SINO
PARA TAMBIÉN CELEBRAR LA VICTORIA
DE SU HIJO SOBRE LA MUERTE. El Sábado es
un principio espiritual establecido mientras la
Creación exista. De la misma forma, aunque el
Diezmo fue establecido, tal y como lo fue el
Sábado, durante los tiempos del Antiguo
Testamento, continúa siendo efectivo hoy día.
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Si hemos confiado en el Dios que en Génesis 3:15,
hace unos 6,000 años, prometió que un día enviaría
un Salvador, y lo hizo, debemos también confiar
en que así como Él, 6,000 años más tarde cumplió
su palabra, así hoy cumpla su palabra cuando le
promete lo siguiente:
Malaquías 3:10 “Traed todos los diezmos al
alfolí(A) y haya alimento en mi casa; y probadme
ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os
abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
Si usted da el Diezmo que corresponde al Señor,
¡Él no tiene más alternativa que bendecirle! De
hecho, esta es la única vez en toda la Biblia donde
el Señor nos reta a probarlo. ¿Desea aceptar el
reto?
¿Pecamos cuando no traemos el Diezmo al
Señor?
En el Nuevo Testamento no está claramente
establecido que no traer el Diezmo es pecado.
Basándonos en la ilustración proporcionada por
Jesús en Marcos 12: podemos ver que si usted no
da el Diezmo porque en realidad no tiene ningún
ingreso, usted no está pecando. Pero… ¿No se
moriría de hambre usted si en realidad no tuviera
totalmente nada que dar? En el caso de la anciana
de Marcos 12: su indigencia era total, pero en
medio de la pobreza más terrible, tomó todo lo que
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tenía y lo dio. ¿Acaso no lo dio con la esperanza de
que Dios honraría su palabra y le daría de regreso
bendiciones? ¡Esa fue la promesa hecha por el
mismo Dios!
Pues en nuestro caso, nosotros que hoy vivimos en
tal abundancia, ¿Acaso podríamos alegar que no
tenemos nada qué dar? ¡No! Si en su corazón está
la actitud de cumplir con la ley de "dar y recibir"
establecida en Lucas 6:38 ("Dad y se os dará"), el
Señor ciertamente cumplirá con su parte del pacto.
El pecado consistiría en no dar, cuando en efecto
tenemos. El pecado consistiría en colocar nuestra
confianza y esperanza a la "basura" de este mundo
en vez de en la Palabra y Promesas de nuestro
Dios.
Las estadísticas muestran que en Estados Unidos
solamente un 20% de los cristianos diezman. El
otro 80% queda sujeto a la siguiente reprensión:
Malaquías 3:8-10 “¿Robará el hombre a Dios?
Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En
qué te hemos robado? En vuestros diezmos y
ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque
vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento
en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová
de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los
cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta
que sobreabunde.”
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Yo soy de los que creen que la Iglesia no saldrá
nunca de la pobreza donde está sumida hasta que
nos detengamos de "robar" al Señor su Diezmo.
Ese es un principio espiritual que la Iglesia no
ejercita como debería. Los cristianos que no entran
en este pacto con Dios no necesariamente pierden
su salvación, ¡NO! Pero no son más que
pordioseros cuyo tesoro está en las cosas
materiales, en vez de en las promesas de Jehová
Jireh: El Proveedor.
¿Para qué usa las Iglesia el Diezmo y las
ofrendas?
1. Para pago del sueldo del pastor y otros obreros
de la Palabra.
2. Para pago de renta, utilidades, materiales, etc.
3. Para proveer ayuda a los necesitados en la
comunidad
4. Para comprar materiales para la educación de
sus miembros: Biblias, libros, himnarios, etc.
5. Para construcción de nuevas obras que
amplíen el alcance del Evangelio.
6. Para ayudar a los obreros, predicadores,
visitantes, etc. que visitan el templo para bendecir
al Pueblo de Dios con el estudio de la Palabra, etc.
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¿Cuán frecuentemente debe darse el Diezmo?
Debido a que el Diezmo es la décima parte de
todos sus ingresos, se debe separar una décima
parte de todos sus ingresos y traerlo al templo. Si
usted cobra semanalmente, separe el Diezmo
semanalmente y deposítelo la próxima vez que
vaya al templo a adorar. Si usted cobra
quincenalmente, o mensualmente, lo mismo aplica.
El Diezmo es y continuará siendo una ley
espiritual efectiva, ¡la practique usted o no!
2.
LA PORCIÓN DEDICADA PARA
EL GASTO FAMILIAR.
Génesis 42:1-2 “Viendo Jacob que en Egipto había
alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis
mirando? 2 Y dijo: He aquí, yo he oído que hay
víveres en Egipto; descended allá, y comprad de
allí para nosotros, para que podamos vivir, y no
muramos.”
Notemos que los hermanos de José fueron
mandados por su padre a Egipto a comprar el
grano necesario para subsistir.
“No tiene nada de malo que los hombres vallan de
compra al súper mercado”
Dios no es injusto. De hecho, es más que generoso.
Nos da el 90% con el propósito de tener para
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nuestras necesidades y para participar en las
necesidades que nos rodean.
No hay nada de malo en comprar alimento para
nuestra familia. No hay nada de malo en comprar
un buen pedazo de carne, etc.
Tampoco es pecado el tener un buen techo o un
buen vestido. Pero no debemos usar el diezmo para
ir al restaurante o pagar la camioneta o dar los
pagos de una casa nueva.
Lo de Dios a Dios.
Lo de nuestra familia a nuestra familia.
Y lo de la ofrenda especial para el santuario, ¡Es
del santuario!
3.
NUESTRA OFRENDA
SOBREABUNDANTE PARA LA
OBRA DEL SANTUARIO.
En este punto quiero tratar sobre las ofrendas que
se hacen con el fin de completar la obra del
santuario.
Concretamente me quiero referir a la ofrenda para
el fondo especial para comprar propiedad,
construcción, o reedificación del santuario.
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Éxodo 36:1-6 “Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y
todo hombre sabio de corazón a quien Jehová dio
sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la
obra del servicio del santuario, harán todas las
cosas que ha mandado Jehová. 2 Y Moisés llamó a
Bezaleel y a Aholiab y a todo varón sabio de
corazón, en cuyo corazón había puesto Jehová
sabiduría, todo hombre a quien su corazón le
movió a venir a la obra para trabajar en ella. 3 Y
tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que
los hijos de Israel habían traído para la obra del
servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos
seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada
mañana. 4 Tanto, que vinieron todos los maestros
que hacían toda la obra del santuario, cada uno de
la obra que hacía, 5 y hablaron a Moisés, diciendo:
El pueblo trae mucho más de lo que se necesita
para la obra que Jehová ha mandado que se haga. 6
Entonces Moisés mandó pregonar por el
campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer
haga más para la ofrenda del santuario. Así se le
impidió al pueblo ofrecer más;”
¿Cuánto dar para el fondo del terreno o edificación
del templo? No hay una cantidad específica, pero
bueno nos fuera tomar el ejemplo del pueblo de
Dios cuando Moisés por orden del Dios
Todopoderoso se dirigió al pueblo con el mandato
de ofrendar con una actitud voluntariosa. Así, que,
deducimos que las ofrendas que se den para
compra de terreno, edificación del templo o
10
reedificación del mismo deben ser mas que
generosas, según sea la voluntad.
Los gastos que implican compra de terreno y
construcción son demasiados grandes, de allí la
necesidad que las ofrendas del pueblo de Dios para
este fin deben ser más que generosas.
Lo que aprendemos del pueblo de Dios,
contemporáneos de Moisés es que dieron con
mano grande, tanto que lo recibido sobrepaso con
creces el presupuesto para la edificación del
templo.
2° Reyes 12:4-16 “Y Joás dijo a los sacerdotes:
Todo el dinero consagrado que se suele traer a la
casa de Jehová, el dinero del rescate de cada
persona según está estipulado, y todo el dinero que
cada uno de su propia voluntad trae a la casa de
Jehová, 5 recíbanlo los sacerdotes, cada uno de
mano de sus familiares, y reparen los portillos del
templo dondequiera que se hallen grietas. 6 Pero
en el año veintitrés del rey Joás aún no habían
reparado los sacerdotes las grietas del templo. 7
Llamó entonces el rey Joás al sumo sacerdote
Joiada y a los sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no
reparáis las grietas del templo? Ahora, pues, no
toméis más el dinero de vuestros familiares, sino
dadlo para reparar las grietas del templo. 8 Y los
sacerdotes consintieron en no tomar más dinero del
pueblo, ni tener el cargo de reparar las grietas del
templo. 9 Mas el sumo sacerdote Joiada tomó un
11
arca e hizo en la tapa un agujero, y la puso junto al
altar, a la mano derecha así que se entra en el
templo de Jehová; y los sacerdotes que guardaban
la puerta ponían allí todo el dinero que se traía a la
casa de Jehová. 10 Y cuando veían que había
mucho dinero en el arca, venía el secretario del rey
y el sumo sacerdote, y contaban el dinero que
hallaban en el templo de Jehová, y lo guardaban.
11 Y daban el dinero suficiente a los que hacían la
obra, y a los que tenían a su cargo la casa de
Jehová; y ellos lo gastaban en pagar a los
carpinteros y maestros que reparaban la casa de
Jehová, 12 y a los albañiles y canteros; y en
comprar la madera y piedra de cantería para
reparar las grietas de la casa de Jehová, y en todo
lo que se gastaba en la casa para repararla. 13 Más
de aquel dinero que se traía a la casa de Jehová, no
se hacían tazas de plata, ni despabiladeras, ni
jofainas, ni trompetas; ni ningún otro utensilio de
oro ni de plata se hacía para el templo de Jehová.
14 porque lo daban a los que hacían la obra, y con
él reparaban la casa de Jehová. 15 Y no se tomaba
cuenta a los hombres en cuyas manos el dinero era
entregado, para que ellos lo diesen a los que hacían
la obra; porque lo hacían ellos fielmente. 16 El
dinero por el pecado, y el dinero por la culpa, no se
llevaba a la casa de Jehová; porque era de los
sacerdotes.”
2° Reyes 22:4-7 “Ve al sumo sacerdote Hilcías, y
dile que recoja el dinero que han traído a la casa de
12
Jehová, que han recogido del pueblo los
guardianes de la puerta, 5 y que lo pongan en
manos de los que hacen la obra, que tienen a su
cargo el arreglo de la casa de Jehová, y que lo
entreguen a los que hacen la obra de la casa de
Jehová, para reparar las grietas de la casa; 6 a los
carpinteros, maestros y albañiles, para comprar
madera y piedra de cantería para reparar la casa.
7 y que no se les tome cuenta del dinero cuyo
manejo se les confiare, porque ellos proceden con
honradez.”
El diezmo es una cosa y la ofrenda para el
santuario es otra muy diferente.
4.
LA
OFRENDA
SANTOS.
PARA
LOS
Si bien muchas son las veces que se hace alusión a
la ofrenda de los macedonios como si fuera
ofrenda de diezmos, no es así.
Como cristianos que hemos
recibido el
conocimiento del evangelio, estamos en deuda con
los que no han tenido esta oportunidad.
Cada una de las iglesias debe tener la enorme
satisfacción de ser un participante del evangelismo
mundial. Y cada uno de los cristianos tiene que
tener conciencia de que es un deudor y tiene que
saber cómo pagar esa deuda.
13
Hubo un tiempo en que las jóvenes iglesias en
regiones
recientemente
evangelizadas
se
conformaban con recibir misioneros. Para ellos la
idea del misionero era el de una persona que
llegaba de Norteamérica. Pero esto ha dejado de
ser así. Las iglesias en México- por ejemplo- están
imitando a ustedes en cuanto a las conferencias
misioneras, en cuanto a la Promesa de fe para
misiones.
Si pretendemos levantar la cosecha en todo el
mundo durante esta generación, tendremos que
hacerlo con una visión de cooperación y esfuerzo
de todas las pequeñas iglesias locales esparcidas
por doquier, con la participación de cada uno de
los cristianos en el desafío de evangelizar al
mundo.
Cada una de las iglesias- cada cristiano- debe darse
cuenta que su existencia no puede limitarse
solamente a disfrutar de la gracia y de las
bendiciones de Dios, para sí misma, sino de
compartirlas con otros.
Es responsabilidad de los pastores inculcar en la
congregación una visión misionera. Y se puede
impartir esa visión misionera, estimulando a los
cristianos a orar por los sembradíos del mundo.
Ese es el mandamiento que hemos recibido de
Jesús: “A la verdad la mies es mucha, mas los
obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies,
que envíe obreros a la mies.” Y no podemos orar
14
intensamente por una necesidad sin sentirnos
comprometidos en ello personalmente.
Cada iglesia debería levantar una ofrenda
misionera para apoyar a aquellos a quienes Dios ha
llamado y enviado a Sus campos.
La ayuda misionera tiene que ser un esfuerzo
permanente y generoso.
El programa misionero debería comenzar en la
iglesia local y proyectarse a los extremos de la
tierra. Hechos 1:8 nos guía en este aspecto: “pero
recibiréis poder, cuando haya venido sobre
vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo
último de la tierra.” Comenzamos con nuestra
“Jerusalén” fundando la iglesia local. No debemos
despreocuparnos sobre la suerte de las aldeas
vecinas y ciudades de nuestra Judea (provincia).
Las misiones no son únicamente para los extremos
de la tierra, sino para nuestra provincia vecina.
Se entiende que los misioneros no van con la
intención de ocupar pastorados sino de evangelizar
y establecer Iglesias. De ahí que deban contar con
un sostén permanente.
Con la explosión demográfica que sacude al
mundo, las mies se han multiplicado a cifras
astronómicas. Las puertas están abiertas. Contamos
con la promesa de que cuando el evangelio sea
15
predicado como testimonio a todas las naciones,
vendrá el fin. Una gloriosa responsabilidad, que es
al mismo tiempo una pesada responsabilidad,
desafía a la Iglesia de nuestros días. Llevemos el
mensaje a toda la tierra hasta que vuelva Cristo.
¿Cómo llevar ese mensaje? Yendo o dando.
Lo de Dios a Dios.
Lo de la familia a la familia.
Lo del santuario, al santuario.
Lo de misiones a misiones.
¡Y el ser fiel a cada una de estas promesas trae
recompensa!
CONCLUSIÓN: Si hubiese alguien entre vosotros
que diga: “Yo no tengo para dar para el fondo de la
propiedad o para la edificación del Templo, y
tampoco tengo para dar a misiones” Yo te digo que
todo comienza aceptando la invitación que Dios
nos hace en Isaías 55:1 “A todos los sedientos:
Venid a las aguas; y los que no tienen dinero,
venid, comprad y comed. Venid, comprad sin
dinero y sin precio, vino y leche.”
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