Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones. (S-3002/10) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,... ARTÍCULO 1.- Modifíquese el artículo 261 de la ley 19.550 de Sociedades Comerciales, el que quedará redactado de la siguiente manera; “Artículo 261.- Remuneración. El estatuto podrá establecer la remuneración del directorio y del consejo de vigilancia; en su defecto, la fijará la asamblea o el consejo de vigilancia en su caso. El monto máximo de las retribuciones que por todo concepto puedan percibir los miembros del directorio y del consejo de vigilancia, no podrán exceder del veinticinco por ciento (25%) de las ganancias. Dicho monto máximo se limitará al cinco por ciento (5%) cuando no se distribuyan dividendos a los accionistas, y se incrementará proporcionalmente a la distribución, hasta alcanzar aquel límite cuando se reparta el total de las ganancias. A los fines de la aplicación de esta disposición, no se tendrá en cuenta la reducción en la distribución de dividendos, resultante de deducir las retribuciones del Directorio y del Consejo de Vigilancia. Cuando el ejercicio de comisiones especiales o de funciones técnico administrativas de carácter permanente por parte de uno o más directores, frente a lo reducido o a la inexistencia de ganancias impongan la necesidad de exceder los límites prefijados, sólo podrán hacerse efectivas tales remuneraciones en exceso si fuesen expresamente acordadas por la asamblea de accionistas, a cuyo efecto deberá incluirse el asunto como uno de los puntos del orden del día. Esta disposición no será de aplicación para las remuneraciones que se originen en tareas realizadas por directores ejecutivos que realicen funciones técnico administrativas de carácter permanente en relación de dependencia.”. ARTÍCULO 2.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. Liliana T. Negre de Alonso. - 1 FUNDAMENTOS Señor presidente El directorio es el órgano de administración natural y permanente de la sociedad anónima. Es un órgano bifronte pues le concierne tanto la administración societaria, como la dirección y gestión empresaria. Los directores deben conducirse en la administración de los negocios sociales con la diligencia y prudencia de un buen hombre de negocios conforme lo normado por el artículo 59 y 274 de la Ley 19550. El cartabón de un buen hombre de negocios como estándar de conducta implica que para poder cumplir con sus funciones, los directores deben conocer el mundo de las empresas y la disciplina que se ocupa de su estudio; es decir la ciencia de la administración de empresas. Esta conexión permitirá al jurista conocer cuáles son los documentos elementales con los cuales debe contar un administrador, quién y cómo debe confeccionarlos y con qué periodicidad. No podemos pensar que el Director se desempeña con los estados contables, pues la contabilidad histórica puede servir para conocer el pasado, pero la proyección societaria es lo relevante, pues la previsibilidad evita el daño, que los estados contables se limitan a reflejar. Para ello la disciplina de la administración de empresa brinda herramientas idóneas, denominadas instrumentos de la contabilidad de gestión. Entre estos se encuentran el plan de negocios, flujo de ingresos y egresos proyectado y el informe mensual de gestión. Esto hace que las sociedades inviertan en profesionales aptos para las funciones del directorio, aunque ello implique un gasto operativo del ente. Estos profesionales que integran en la actualidad los directorios ejercen funciones técnico administrativas de carácter permanentes y son denominados directores ejecutivos, por oposición a los directores societarios o de asiento. La diferencia fundamental entre unos y otros está dada por el régimen de responsabilidad. Los directores Ejecutivos según doctrina autorizada deben responder más severamente que los societarios atento a que son aquellos los que poseen mayor poder de conocimiento, a la luz del artículo 902 del Código Civil que sienta como principio que mayor sea el conocimiento mayor será el deber de obrar con responsabilidad. Este trato diferencial en materia de responsabilidad debería ir acompañado de un tratamiento también disímil en materia de remuneración. La presente iniciativa buscar equilibrar el sistema de manera tal que sea un todo armónico. Para ello consideramos que aquellos que 2 dedican su vida a la profesión, siendo ésta su modo ordinario de ingresos, no pueden compartir el riesgo empresario propio de los accionistas. La situación puede agravarse todavía mucho más, cuando existiendo ganancias que habiliten el cobro del estipendio, los accionistas en la asamblea deciden: capitalizarlas, constituir reservas, absorber perdidas de los ejercicios anteriores. El actual artículo 261 de la Ley 19.550, ha sido superado por la realidad que muestra el gobierno de la sociedad anónima actual, con un directorio más profesional y competitivo a las exigencias del mercado. Fijar un tope a la remuneración del director sobre las ganancias y, peor aún, sobre los dividendos declarados es a nuestro modo de ver la principal falla del sistema. Nuestros Tribunales vienen interpretando de manera reiterada y pacifica que el artículo 261 de la Ley de Sociedades Comerciales no solo limita el monto de los honorarios; si no que además los condiciona y subordina a la existencia de ganancias. De esta manera se traslada al director el riesgo empresario propio del accionista. La realidad empresarial de nuestros días, exige una asistencia técnica profesional permanente en la gestión de los negocios, y en la administración de intereses ajenos. Frente a ello es muy común la contratación de los denominados CEO (del inglés chief executive officer) es decir, el director ejecutivo, ejecutivo delegado, jefe ejecutivo, presidente ejecutivo, principal oficial ejecutivo. En suma, en la actualidad existe la figura del Director Ejecutivo que realiza funciones técnico administrativas de carácter permanente, y de directores societarios sin funciones permanentes, con distinto régimen de responsabilidad pero con igual trato remunerativo. Considerando también la existencia de directores ejecutivos con relación de dependencia, proponemos la presente iniciativa legisferante, buscando sustraer del alea propio de los negocios a directores ejecutivos con funciones permanentes, máxime en caso de relación de dependencia a los efectos de no soslayar el artículo 14 bis de la Constitución Nacional en lo referente a la remuneración justa. Consideramos a la remuneración de los que hacen de su profesión su modo de vida, un gasto de explotación conforme lo prevé el artículo 64 de la LSC es decir; de la ganancia bruta (total de ventas de bienes y servicios, deducidos los costos) se solventa entre otras cuentas, los gastos ordinarios de la administración. Es por todas estas razones que solicitamos a nuestros pares la aprobación del presente proyecto de ley. Liliana T. Negre de Alonso. - 3 4