Paper Salvador Vega Telias

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Salvador Vega Telias
Promesas de campaña, mecanismos de control y accountability: El caso Chileno 1999 –
2006
Salvador Vega Telias
Abstrac
Las promesas de campaña son las herramientas con las que cuentan los candidatos para
acercarse a los electores, es aquel puente que generan para establecer una relación, la
cual puede estar representada en diversas formas, pero que siempre existe. El sistema
político no permite la existencia de mecanismos de control de cumplimiento de dichas
promesas. Existe un grado de consenso de que no se están cumpliendo estas promesas
pero el electorado sigue votando de la misma manera y siguiendo los mismos patrones
electorales, es aquí en donde las promesas de campaña se convierten en un factor
importante a la hora de analizar el sistema político en su conjunto, como forma de
relación en una campaña, pero como un factor volátil a la hora de rendir cuenta
(accountability) por parte de los candidatos frente a su electorado.
Palabras Claves: Promesas, campaña, candidatos, accountability, representación.
La democracia en Chile lleva un largo camino recorrido, aunque con ciertas
interrupciones, ha sido un camino marcado por los altibajos de un sistema político
altamente influenciado por los contextos existente en cada uno de los momentos
históricos, esto se debe a que todo sistema político es resultado de un contexto, como
también de sus influencias históricas
“El sistema político de un país en un momento dado no se da en el vacio. Su
estructura y características, así como la inserción en el mismo de los actores
políticos y sociales, se remontan al pasado. Los antecedentes históricos, los
procesos de continuidad y de cambio, de proyección lineal en el tiempo y de
cortes bruscos provocados por una crisis son determinantes a la hora de
comprender la realidad actual tanto en su sustancia institucional como en el
comportamiento de los actores” (Boeninger, 2007: 16)
El sistema político chileno ha sufrido diversas modificaciones, cambios y
reestructuraciones acordes a los contextos sociales, económicos y culturales que
existieron en los distintos momentos históricos. El sistema político chileno actual es el
resultado de las influencias de todos estos puntos.
Hoy en día se desarrolla un análisis del sistema político chileno enfocado en las bases
institucionales existente, los partidos políticos, el Estado, pero existen diversos aspectos
que no están siendo analizados como parte importante de este sistema político. En las
distintas encuestas, presentadas en Chile en el último tiempo, se puede observar
claramente como los números nos indican que existe un distanciamiento de la ciudadanía
con los partidos y coaliciones políticas.
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Cuadro Nº1
Fuente: “Encuesta: Evaluación Gestión del Gobierno” Informe mensual
Marzo 2009, Adimark GFK
Cuadro Nº2
Fuente: “Estudio Nacional sobre Partidos Políticos y Sistema Electoral”
Marzo-Abril 2008. CIEPLAN, Libertad y Desarrollo, PNUD, Proyect
América y CEP
En contraposición a estos datos presentados, se pueden observar los números
entregados por los diferentes procesos electorales que se han llevado a cabo en los
últimos tiempos en Chile, en donde la repetición de nombres en los candidatos electos es
una constante, esto se da tanto a nivel local, central como también a nivel legislativo. A
partir de estas afirmaciones se pueden esbozar diversas preguntas para analizar nuestro
sistema político, pero en este caso me enfocaré en un punto que emerge gracias al cruce
entre dos variables: el bajo nivel de identificación que existe de parte de la ciudadanía con
conglomerados y partidos políticos y la constante reelección de candidatos en cargos de
elección popular.
Este escrito tiene como tarea analizar algunos puntos que no se observan a
primera vista en el sistema político chileno, la representación es la forma de gobierno
existente en Chile, pero en este caso analizare un factor importante de esta, la relación
que se establece entre ciudadano y candidato y como esta se puede instaurar de ciertas
maneras de desarrollar el quehacer político de los candidatos electos. Uno de estos
puntos son las promesas de campañas que los candidatos a cargos de elección popular
establecen en sus campañas políticas, tanto a nivel local, central como legislativo, todos
los candidatos utilizan las promesas como base de las campañas políticas. Las promesas
electorales que los candidatos instituyen en sus campañas serán entendidas como
aquellos nexos que dichos candidatos establecen con los electores, ya que estas generan
conexión entre ambos en forma de aspiración por parte de los electores y como forma de
oferente u ofrecimiento por parte de los candidatos, esto se da gracias a que las
relaciones políticas en Chile ha sufrido cambios en los últimos años, el hecho de que la
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identificación con conglomerados y partidos políticos sea tan baja muestra claramente
como la relación entre elite política y ciudadanía ya no esta marcada en su totalidad por
parámetros ideológicos ni ideales, sino que más bien por parámetros de satisfacción de
necesidades por parte de los electores y afinidades carismáticas por parte de los
candidatos.
Representación, punto de partida
El sistema político chileno es una democracia representativa y funciona bajo los
parámetros de dicha forma de gobierno. El concepto de representación política engloba
distintos aspectos, esta pude ser definida como
“una relación de carácter estable entre ciudadanos y gobernantes por efecto
de la cual los segundos están autorizados a gobernar en nombre y siguiendo
los intereses de los primeros y están sujetos a una responsabilidad política de
sus propios comportamientos frente a los mismos ciudadanos por medio de
mecanismos institucionales electorales” (Cotta, 1996: 76)
Esta definición se restringe al los mecanismos de institucionales y de funcionamiento de la
representación, pero este concepto no puede quedar definió solo en los aspectos
“formales” (por llamarlos de algún modo), sino que se debe ampliar, y especialmente para
el tema de análisis en este caso, el espectro desde donde se va a analizar y comprender
los procesos y mecanismos del sistema político chileno. La representación también consta
de bases donde son fundados sus pilares, desde donde el un sistema político forja el
desarrollo del camino a recorrer, el pueblo, la ciudadanía son factores importantes a la
hora de hablar de representación política
“Fuertemente instalado en la filosofía política y en el derecho político, el
principio de soberanía del pueblo va a constituirse en el telón de fondo de los
argumentos específicos de la teoría de la representación” (Godoy, 2001: 19).
La representación puede definirse como aquel mecanismo de dejar en otros el deber de
decidir donde, como, por que y cuando, de las decisiones de una sociedad
“La democracia es una forma de norma. Aún en la democracia directa, las
decisiones de una mayoría son obligantes para todos, incluyendo a la minoría,
que encuentra que estas decisiones son contrarias a sus opiniones o intereses.
En una democracia representativa - nuestra forma de gobierno - estas
decisiones son tomadas por representantes electos e implementadas por
funcionarios designados en quienes los representantes delegan algunas de las
tareas de gobierno. Los representantes deciden lo que los ciudadanos tanto
deben hacer como lo que no pueden hacer y los coaccionan para que acaten
esas decisiones. Deciden cuánto tiempo los niños deben ir a la escuela, cuánto
deben pagar los contribuyentes por concepto de impuestos, con qué países se
debe entrar en guerra, qué acuerdos deben suscribir las partes privadas, así
como qué pueden conocer los ciudadanos acerca de las acciones del gobierno.
Y ellos imponen el cumplimiento de estas normas, aún contra la voluntad de
los individuos concernidos. En este sentido, ellos "mandan"” (Przeworski,
1998: 7).
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Al analizar la conceptualización de la representación, o mejor dicho, de este sistema
político denominado como democracia representativa, queda bastante claro el hecho de
que es un sistema en donde se deposita la facultad de decir en otros, que no son las
personas, sino que personajes electos por este cuerpo social determinado como
ciudadanía, pero esta representación no queda en los meros nombres y títulos de aquellos
conceptos que la fundan, se necesita observar y analizar más allá, se debe prestar
atención a todos aquellos aspectos de este sistema, como esta representación puede ser
establecida de ciertas maneras y como puede ser entendida por cada uno de los actores.
Esta representación de la que se habla no puede ser entendida ni analizada sin observar la
relación existente entre los actores que participan de este sistema, los cuales, son,
principalmente, los ciudadanos y la elite política, que en este caso será denominada como
candidatos y/o políticos.
Los conceptos aquí presentados han sido descritos por diversos autores de distintas
formas, pero todos estos conceptos están insertos dentro de lo que se llama proceso
político, el cual en este caso esta basado en el hecho de que la representación es un una
relación entre los intereses y los resultados (Przeworski, Stokes y Manin, 1999)
Cuadro N°3: Proceso Político
Responsiveness (Stimson)
(Sensibilidad)
Responsiveness (Stokes)
(Sensibilidad)
Preference
(Preferencia)
Signal
(Señal)
Mandates
(Mandatos)
Plicies
(Políticas)
Outcomes
(Resultados)
Sanctions
(Sanciones)
Accountability
Fuente: Przeworski, Stokes y Manin (1999).
En el cuadro presentado se observa como se identifica el proceso político, en donde existe
una relación directa entre intereses y resultados, cada uno de estos conceptos presentado
cumple una función en relación a los intereses y resultados.
Para este análisis se plantean tres concepciones con respecto al tema de la
representación, representación como mandato, representación como responsabilidad
(accountability) y por ultimo una concepción que mezcla las dos anteriores (Przeworski,
Stokes y Manin, 1999). En un primer punto la concepción de la representación como
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mandato expone un acercamiento a entender la representación como el mero hecho de
poner en unos la tarea de decidir en nombre de otros entregando al información acorde a
las acciones a desarrollar
“Desde cierto punto de vista - el "mandato" - las elecciones sirven para elegir
las buenas políticas y los políticos que apoyan tales políticas. Los partidos o los
candidatos formulan propuestas de políticas durante las campañas, y explican
cómo esas políticas afectarían el bienestar de los ciudadanos; los ciudadanos
deciden cuáles de estas propuestas quieren que sean implementadas y a qué
políticos encargar esa implementación, y los gobiernos las implementan. Por
consiguiente, las elecciones emulan una asamblea de democracia directa y la
plataforma vencedora se convierte en el "mandato" que el gobierno debe
cumplir.” (Przeworski, 1999: 18)
Esta concepción esta basada en el hecho de que los candidatos exponen las políticas que
van a llevar a cabo y bajo que circunstancias estas se van a desarrollar. Luego de que son
electos, los candidatos pueden o no implementar las políticas que ellos exhibieron a los
ciudadanos. Pero la aplicación o no de estas políticas puede inferir directamente en la
reelección de los candidatos, es decir, que la elección o reelección de algún candidato va a
depender de las políticas que pongan en marcha después de las elecciones
“la cuestión central del mandato - representación es: 1) si las políticas de los
mandatarios serán las mismas que se anunciaron como parte de su
plataforma electoral; y 2) si el cumplimiento de esta plataforma será la mejor
forma de actuar de acuerdo con los intereses de los electores.” (Przeworski,
1998: 19).
A raíz de estos dos puntos presentados para entender la representación como mandato es
necesario exponer cuales son las condiciones bajo las cuales se concreta el mandato –
representación (Przeworski, 1998): 1) Cuando los intereses de los políticos están acorde
con los intereses de los electores. 2) Cuando los políticos quieren ser electos y reelectos y
3) el mandatario es electo sobre la base de políticas que representan la preferencia de un
elector decisivo, y enfrenta la amenaza cierta de ser sancionado si se desvía en el
cumplimiento del mandato. Esta amenaza puede ser por parte de los partidos opositores
o de los mismos votantes, esto dependiendo del modelo que se pueda utilizar para
analizar el comportamiento de los votantes. La representación entendida como un
mandato establece los márgenes de acción, tanto para el candidato como para el elector,
ya que muestra como a la representación como un depósito directo de decisiones en otros
en nombre de los ciudadanos, y cuales son los márgenes de acción para cada uno de ellos,
claramente los limites de accionar son bastante restringidos, esto debido a que la
dinámica establecida en esta forma de entender la representación es una relación
bastante unidireccional, esto se concluye a partir de las tres condiciones presentadas
anteriormente, las cuales nos presentan un escenario en donde se exponen los
mecanismos por los cuales se concretiza este mandato. Este proceso presentado en
situaciones en donde se exponen aspectos directamente relacionados con los candidatos,
la posibilidad de que el candidato tenga las mismas preferencias que los electores, que el
candidato busque la elección o reelección o la posibilidad de la existencia de amenazas
hacia el candidato muestran que la relación esta dirigida específicamente a la figura del
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candidato como principal actor de la representación política, este punto se entiende
desde la perspectiva de que el mandato también es la condición posibilidad concreta o
real para la ciudadanía de dejar en otro la responsabilidad de la decisión, lo cual significa
que el elector y el candidato están entendiendo la representación como una lugar vacio de
nexos y relaciones reciprocas entre ambos, sin lazos comunicacionales ni flujos de
información constante, ya que la única relación existente sería la “entrega” de este
mandado a la hora de ejercer el voto en el acto electoral. La condición “obvia” que a
primera vista uno podría esbozar en la representación como mandato, es la idea de que
los candidatos tengan las mismas preferencias que los electores, pero el camino de la
sociedad puede establecer de que las situaciones contextuales cambien, todos tenemos
claro que los cambios sociales, culturales y políticos pueden estallar y desarrollarse en
cualquier momento y sin previo aviso, es por eso, que más allá de los programas y
políticas que pueden haber establecidos los candidatos, las circunstancias pueden llevar a
estos candidatos electos a desviarse del mandato. Pero el desvío esta marcado e
influenciado por las condiciones que buscan los candidatos electos, las situaciones que
marcarían el hecho de cambiar este mandato están determinados por lo que busca este
actor, por un lado mejorar el interés público, con lo cual la justificación esta dirigida a que
los cambios beneficiarán a los electores, y por el otro lado mantener el apego del
electorado con el candidato, es decir, lograr la elección o reelección, este último punto es
más difícil de justificar, pero si los resultados acompañan la satisfacción del electorado
esta puede ser basada en la adhesión de los mismos frente al candidato.
Según Przeworski, Stokes y Manin (1999) el mandato representación necesita de ciertos
aspectos para que pueda llegar a cumplirse
“The questions we need to examine are whether (1) electoral campaigns are
informative, that is, voters can justifiably expect that parties would do what
they proposed, and (2) pursuing the winning platform, the “mandate”, is
always the best interest of voters. We will say that “mandate –
representation” occurs if the answer to both these question is positive, that is,
parties truthfully inform voters about their intensions and the implementation
of these intention is best for voters under given circumstances” (Przeworski,
Stokes y Manin, 1999: 30)
Como se puede observar existen dos factores claves para asumir la representación como
mandato, la información y la valoración que se le entrega a este mandato, esto en sentido
de las expectativas tanto de los electores como de los candidatos, estos puntos no dejan
de ser importante para entender el desarrollo de la representación entendida como
mandato. La información es aquella forma en que son presentadas las plataformas
políticas por los candidatos, esta puede ser desarrollada a través de diversos mecanismos.
El mandato es la herramienta por la cual se relacionan ambos actores en esta forma de
entender la representación.
Una segunda concepción para entender la representación plantea la idea de la
responsabilidad, la representación entendida como responsabilidad (accountability) es
otra forma de entender las dinámicas de la representación
“Desde un segundo punto de vista - la "responsabilidad" - las elecciones sirven
para hacer a los gobiernos responsables por los resultados de las acciones
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realizadas. En razón de que pueden prever el juicio de los electores, los
gobiernos se ven inducidos a escoger políticas que a su juicio habrán de ser
evaluadas positivamente por los ciudadanos a la hora de la próxima elección.”
(Przeworski, 1998: 9)
La palabra responsabilidad es difícil de trabajar, esto se debe a que con constancia se
utiliza para diversos constructos conceptuales, los cuales van desde la injerencia de
alguien frente a otra persona, hasta el hecho de hacerse cargo de ciertos actos por
personas determinadas, en este caso el concepto de responsabilidad esta más cercano a la
concepción anglosajona del concepto accountability, al cual podemos asignarle un doble
significado, por un lado la condición de responsabilidad de los políticos con sus actos y
políticas adoptadas durante se encuentran en el poder y por otro lado este concepto esta
asociado a la rendición de cuentas por parte de los gobernantes, esto enfocado
principalmente a aspectos de comunicación de las políticas, programas o definiciones
llevadas a cabo por los políticos. Al plantear una concepción de la representación basada
la responsabilidad (accountability) se esta abriendo una ventana a observar de otra forma
esta representación política, ya no basada, únicamente, en la entrega de un mandato
como eje articulador de esta forma de gobierno, sino que incluyendo otros aspectos
importantes a la hora de analizar el sistema político chileno, como por ejemplo la
comprensión de estas dinámicas de representación que tienen los electores, más allá del
hecho de entregar este mandato a los candidatos y como estos electores pueden llegar a
establecer formas por las cuales pueden “castigar” a sus candidatos.
“Los gobiernos son "responsables" si los votantes tienen oportunidad de
discernir si están actuando en función de sus intereses y sancionarlos
oportunamente, de modo que aquellos gobernantes electos que actúen de
acuerdo con el interés de los ciudadanos puedan resultar reelectos y que
quienes actúen en sentido contrario a dicho interés no lo sean. La
responsabilidad - representación tiene lugar cuando: 1) los electores votan
para mantener en su cargo al gobernante sólo cuando éste ha actuado en
función de sus intereses, y 2) el gobernante electo implementa las políticas
necesarias para ser reelecto.” (Przeworski, 1998: 15)
Las dos condiciones que se dan para la existencia de una representación basada en la
responsabilidad están altamente marcada por los “castigos” que pueden ejercer los
electores a los políticos, el hecho de que un gobernante exponga de una u otra manera
las políticas y planteamientos de gobierno va a influir fuertemente en como se lleven a
cabo dichos procesos. El concepto principal a la hora de hablar de la representación como
responsabilidad es el de objetivo político, el objetivo del político puede ser muy diverso,
dese la coincidencia total de lo que hace con lo que quieren ciudadanos, hasta la
separación total de los intereses, pero aquí influye el tema de los costes que puede tener
esta separación de intereses entre políticos y electores, el rechazo, el cual es demostrado
a través de la no reelección del candidato. Es aquí en donde se puede comenzar a
observar las líneas de relación entre elector y político en esta forma de entender la
representación, ambos actores comienzan a desarrollar mecanismos de transacción entre
aquello que buscan y aquello que se les entrega o aquello que hacen, en primer lugar los
electores pueden observar como los políticos llevan a cabo ciertas políticas las cuales,
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según la perspectiva de un elector medianamente informado como lo llama Przeworski
(1998), pueden ser beneficiosas a largo o corto plazo, pero que en cierta circunstancia
puede conllevar alteraciones al status quo con lo cual puede causar ciertos resquemores
a los electores, es ahí donde los electores deben desarrollar formas de discriminar entre
sus interese y su bienestar contextual. En un segundo lugar los políticos pueden llevar a
cabo políticas que estén acordes a los intereses de los ciudadanos, pero esto puede causar
diversas reacciones, es por eso que el político debe acceder a un mecanismos de
transacción entre aquellos intereses que el puede tener (ser reelecto, obtener renta etc.)
con las políticas y planes que va a implementar.
Esta concepción de representación esta fuertemente marcada por el hecho del voto, pero
una forma especifica de este, el voto retrospectivo
“El punto de vista standard acerca de cómo opera el mecanismo de
responsabilidad se basa en el "voto retrospectivo". En esta perspectiva, los
ciudadanos establecen determinados parámetros de desempeño para evaluar
a los gobiernos, tales como "mis ingresos deben incrementarse al menos en
un 4% durante el término del mandato", "las calles deben ser seguras" e
inclusive "el equipo nacional debe para la Copa del Mundo". Los electores
votan contra el gobernante, a menos que satisfaga estos criterios. Por su
parte, el gobernante, queriendo ser reelecto y anticipando la regla de decisión
de los ciudadanos, hace todo lo que sea posible para satisfacer estos
criterios.” (Przeworski, 1998, 15-16).
Bajo esta análisis, existe la suposición por parte de los políticos que los posibles cambios
que pudieran desarrollar en sus planteamientos políticos van a ser bien juzgados por los
electores (Trejo, 2000), ya que lo que buscan es ser reelectos en sus cargos.
En tercer lugar el se plantea, de cierta forma, una concepción hibrida de la representación,
ya que expone como la utilización pura de alguna de ambas concepciones anteriores
puede conllevar a análisis equívocos de los procesos
“En un modelo puro de responsabilidad, los votantes utilizan el voto sólo con
un propósito, que es el de sancionar al gobernante, y toda la información
disponible para los electores está dada por el desempeño del gobernante. En
un modelo puro de mandato, los electores comparan las promesas que hacen
los candidatos para el futuro, y utilizan el voto sólo para escoger el mejor
candidato.” (Przeworski, 1998, 18)
Como se puede observar, la representación entendida solamente bajo alguna de las dos
concepciones puede dejar lugar a vacios explicativos por los cuales se nubla el análisis
asertivo y claro de los sistemas políticos, ambas explicaciones de la representación
enfrentan problemas, los que generan la incertidumbre a la hora de entender esta
representación política como conceptualización para desarrollar estudios de los diferentes
puntos y actores de estos sistemas. Por ejemplo la representación entendida bajo la
concepción de mandato tiene algunos problemas basados principalmente en puntos
relacionados con la los intereses que persiguen, tanto electores como políticos y en
información con la cuentan los actores
“La visión de la representación como la simple ejecución del mandato
ciudadano expresado en las urnas enfrenta cuatro problemas que,
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paradójicamente, la convierten en una visión débil de la representación. […]
En principio, ni los votantes ni los políticos cuentan con suficiente información
para elaborar un contrato detallado sobre el quehacer del gobierno en cuatro
o seis años de mandato. […] Además de carecer de información, […] los
votantes suelen ser presa de pasiones circunstanciales, particularmente en
épocas electorales. Las preferencias de los electorados cambian: son, de
hecho, endógenas al proceso político. Y lo que ayer parecía el camino
correcto, hoy puede parecer el equivocado. Pero así como las preferencias de
los ciudadanos están sujetas a cambios, el contexto económico, político, social
e internacional bajo el cual se lleva a cabo una elección suele cambiar una vez
iniciado el periodo de gobierno. […] Por último, uno de los principales
problemas en un sistema basado en la división de poderes es que no siempre
es claro cuál es el verdadero mandato de un electorado: cuando los votantes
ejercen el voto diferenciado, es decir votan por el partido X para ocupar el
poder Ejecutivo y por el partido Y para el Legislativo, la claridad del mandato
es difusa. (Trejo, 2000:48)
Estos problemas llevan a identificar cuales serian las posibles soluciones, pero el hecho de
que existan estos problemas marcan el accionar de la representación desde la concepción
de mandato, es decir, estos van a ser parte de la representación, entendida bajo la
concepción de mandato, constantemente, ya que de estos 4 problemas planteados
existen 3 que son inertes al sistema político, el único que puede ser resuelto bajo esta
misma lógica es aquel que menciona el hecho de que ni electores ni políticos cuentan con
la información necesaria para “firmar un contrato” de lo que tiene que ser el quehacer
político, este problema puede ser resuelto desde el punto de vista de la información y
comunicación, siempre se puede entregar más información y dejar todo al análisis, pero
esto también puede conllevar algunos problemas que pueden coartar el accionar tanto del
político como del elector, puesto que al desarrollar un formato de representación basado
en el 100% de conocimiento de la información puede conllevar un bajo nivel de
autonomía para la toma de decisiones por parte del político y un limite restringido para el
elector de posibilidad de cambio, el cual puede ser provocado por razones exógenas o
endógenas. No se puede esperar que en el sistema político los actores permanezcan
estáticos, el comportamiento de los actores en el sistema político esta fuertemente
marcado por el constante movimiento de los mismos, y los cambios son parte
fundamental de este sistema, es decir, no podemos, desde mi perspectiva, analizar los
sistemas políticos sin considerar los cambios como parte de estos sistemas, ya que si
adquirimos los cambios como parte del sistema político podremos prever y analizar de
manera mas eficiente y eficaz estos sistemas políticos, y en especial el sistema político
chileno. Los cambios deben ser adquiridos por la representación y no ser considerados
como un problema, esto debido a lo anterior y al hecho de que los cambios son inherentes
al ser humano, es por esto que la concepción de la representación como mandato no debe
asumir el concepto de cambio como un problema, sino que se debe asumir los cambios
como parte de los procesos sociales, políticos, económicos y culturales de un país. La
concepción de la representación como responsabilidad tampoco logra dar respuestas a
estos cuestionamientos, subsana parcialmente los problemas presentados por la
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representación entendida bajo la lógica del mandato, pero mantiene algunos problemas,
principalmente ligados al hecho del acto de gobernar de los políticos (Trejo, 2000).
La conceptualización de la representación, como ha sido expuesta en este apartado, es
bastante compleja, esto debido a que existen diversos aspectos que son importantes de
analizar, tanto la concepción de mandato como la concepción de responsabilidad
(accountability) ayudan a entender las dinámicas que se pueden observar en un sistema
de democracia representativa, queda bastante claro que entender la representación solo
desde una de las concepciones nos restringe a la hora de desarrollar un análisis concreto
de un sistema político, en especial el sistema político chileno, en donde el sistema
electoral y el sistema de partidos son un factor importante a la hora de hablar de
representación. La representación es aquel acto de tomar decisiones por otros o en
nombre de otros, pero esto conlleva otros procesos que fueron los que he presentado
anteriormente, el hecho de depositar el poder de decidir en otros es el resultado de
ciertos procesos, la representación, como ya he mencionado, no es un sistema estático,
sino que por lo contrario, la representación es un sistema dinámico, ya que involucra
movimientos, cambios, flujos y relación entre actores, además hablar de representación
es hablar de un fenómeno constante, al terminar el proceso electoral no concluye ahí la
representación, algunos pueden decir que la representación comienza en el momento que
termina la elección.
Un punto interesante, y coherente al análisis aquí presentado, es lo que establece
O’Donnell (1991) al proponer un nuevo concepto, la Democracia Delegativa, este
concepto nace a raíz de los diversos hechos presentados en Latinoamérica con las “nuevas
democracias” que el autor planeta como disparador de este concepto. La palabra delegar
viene a plantear otra forma de observar y analizar las democracias donde vivimos, la
tradición siempre ha expuesto la representación como nuestra forma moderna de
democracia, aunque según algunos autores esta democracia representativa no nació
como democracia en sí misma y en los primeros tiempos de la modernidad no era
considerada como un sistema democrático (Manin, 1995), pero eso es para un análisis
posterior al cual no voy a enfocarme en estos momentos, el concepto de delegar esta,
desde mi punto de vista, anclado en la misma base que el concepto de representar, pero
existen algunas diferenciaciones claras a la hora de aplicar estos conceptos a los sistemas
políticos, el delegar está más cercano al hecho de entregar un tangible, es decir, algo
concreto, en este caso viene ser el poder el entregado, al delegar yo entrego el poder de
decidir, ni si quiera en nombre de algo o alguien.
“The main points of my argument are: 1) Existing theories and typologies of
democracy refer to representative democracy as practiced, with all its
variations and subtypes, by developed capitalist countries. 2) Some newly
installed democracies (Argentina, Brazil, Peru, Ecuador, and Bolivia, plus the
Philippines and Korea, some Central and Eastern European countries, and—at
best—many of the countries emerged of the dissolution of the Soviet Union)
are democracies, in the sense that they meet Robert Dahl’s criteria for the
definition of polyarchy. 3) But these democracies are not—nor seem to be
moving toward—representative democracy; they present a set of
characteristics which tempts me to call them delegative democracies (DD). 4)
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DDs are neither consolidated nor institutionalized democracies, but they may
be enduring; in many cases, no imminent threat of an open authoritarian
regression, nor advances toward institutionalized representativeness, are in
sight. 5) Finally, I argue that we see the effect of an important interaction: the
deep social and economic crisis that most of these countries inherited from
their authoritarian predecessors powerfully multiplies the consequences of
certain conceptions and practices that lead in the direction of delegative, not
representative democracy” (O’Donnell, 1991)
Esta nueva forma de observar la democracia, más allá de la representación, abre un
mundo de posibilidades de análisis, por un lado esta conceptualización entrega nuevos
puntos de vista acerca de la democracia como sistema político, como hemos entendido
esta en la modernidad, esto a raíz de los nuevos fenómenos que O’Donnell (1991) pudo
observar con las “nuevas democracias en de América Latina principalmente, en donde se
pudo observar nuevos hechos que marcarían el quehacer de los sistemas políticos.
Marcado por un bajo nivel de institución, un alto grado de personalismo y bajo nivel de
conexión entre la ciudadanía y los políticos. Pero a pesar de que se pudiera considerar a la
democracia delegativa como concepto contrario a la representación, es importante
considerar también el hecho de que estos dos conceptos, tanto la democracia
representación como la democracia delegativa tienen como base la idea de entregar a
otros el poder o la responsabilidad de la toma de decisión, la diferencia esta, sostengo, en
el hecho de la relación que se establece entre actores en ambos términos de
entendimiento del sistema político.
The idea of representation involves an element of delegation: through some
procedure, a given collectivity authorizes somebody to speak for it and
eventually to commit the collectivity to abide by what the representative has
decided in her capacity as representative. Consequently, representation and
delegation are not polar opposites. This is why it is difficult to sharply
distinguish types of democracy which are organized around what I would call
“representative delegation” from those where the delegative element is
strongly predominant (O’Donnell, 1991)
Esta democracia delegativa, a pesar de compartir algunos aspectos con la democracia
representativa, no conlleva la idea de una relación entre los ciudadanos y los políticos,
como sí lo asimila la representación, la democracia delegativa considera a los ciudadanos
como un simple “observador” de las decisiones de los gobernantes, en este caso
ejemplificado en la figura del presidente, esto debido a que según esta concepción de
entender la democracia el voto seria un acto emocional por el cual compiten diversos
candidatos (O’Donnell 1991).
En resumen, aquí se cuenta con dos acercamientos a lo que llamamos democracia, por
lado una democracia representativa en donde se consideran dos formas separadas de
entender la representación, como mandato o como responsabilidad, en ambos caso
existen una forma, en menor o mayo grado, de relación entre ciudadanía y gobernantes o
políticos, por el otro lado una democracia delegativa en donde no existiría una relación
entre ciudadanos y políticos, sino que un distanciamiento entre ambos actores, puesto
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que ni la ciudadanía no buscaría ni los políticos buscarían generar estos vínculos de
comunicación.
Promesas electorales
Como ya he mencionado en páginas anteriores de este escrito, en Chile esta sucediendo
un fenómeno interesante de observar y analizar, existe un bajo nivel de identificación con
los conglomerados y partidos políticos tradicionales, llámese Concertación de Partidos por
la Democracia, Alianza por Chile y Juntos Podemos Más, pero a pesar de estos números
presentados por diversas encuestas, en donde la no identificación alcanza porcentajes
cercanos al 55%, los candidatos y conglomerados que son electos se repiten
constantemente desde la primera elección en el año 1990, post gobierno autoritario.
Existen diversas explicaciones al comportamiento electoral en Chile, distintos autores han
determinado cuales son las formas y los por qué del comportamiento electoral en Chile,
basándose en aquellos modelos acordes a este sistema político, pero en este caso no voy
a profundizar en este análisis electoral, sino que me voy a detener en un aspecto, o que
también puede ser llamada herramienta, que es utilizado en los procesos electorales, las
promesas de campaña o promesas electorales. Las promesas electorales pueden ser
definidas de diferentes formas, a pesar de que no existe una conceptualización clara
acerca de este herramienta tan utilizada dentro de los sistemas políticos, se puede
establecer que en un primer momento las promesas electorales pueden ser definidas
como aquellos compromisos que se establecen en momentos eleccionarios
“Las plataformas y promesas de campaña son, en principio, el guión a partir
del cual candidatos y votantes hacen sus primeros compromisos en la escena
electoral.” (Trejo, 2000: 49)
Esto nace a raíz de un cuestionamiento acerca de cómo se establecen los mecanismos de
conexione entre los candidatos y los ciudadanos, ya que, si no existe un nexo basado en la
identidad, debe ser otra la base desde donde se forjan las relaciones que se dan entre los
candidatos y los electores, esto tanto en momentos de elecciones como en momentos no
eleccionarios. Las campañas políticas electorales son la herramienta por la cual los
candidatos se exponen como tal, es la forma que cuentan para mostrar sus atributos y
para mostrara las “ideas” o programas y políticas a implementar en sus posibles
gobiernos. Las campañas electorales en Chile han sufrido diversos cambios en los últimos
tiempos, han cambiados las formas, los colores, los tipos, pero hay algo que no ha sufrido
cambio alguno, el hecho de que una parte importante de las campañas políticas están
basadas en promesas, esto se puede observar en todos los niveles electorales tanto a nivel
local como legislativo como también a nivel del gobierno central, pero un punto
importante a observar es que estas promesas si han cambiado, es verdad que durante
toda la historia política de Chile las promesas electorales han estado basadas en aspectos
materiales, pero antiguamente también se encontraba un aspecto ideológico dentro de
las campañas políticas electorales, se entregaba un discurso, una idea de cómo organizar y
llevar a cabo el desarrollo del país, es decir, que antiguamente en las promesas electorales
se podía encontrar dos aspectos claramente identificados, en primer lugar los aspectos
que llamare materiales, los cuales están directamente relacionados con concretizaciones,
por ejemplo el ofrecimiento de construcción de carreteras, creación de instituciones,
12
Salvador Vega Telias
promesas que se desenvuelven en ámbitos reales, en segundo lugar se encuentran los
aspectos ideales, los cuales están relacionados con las materias ideales de lo político, es
decir, aquellas materias que están directamente relacionadas con la ideología, con el
mundo de las ideas, por ejemplo el hecho de que antiguamente dentro del espectro de
promesas que se postulaban en las campañas políticas se podían encontrar las que
proponían cambios a niveles ideológicos relacionados con las concepciones y
entendimientos de los diferentes actores políticos, de la forma en que se debiera manejar
los distintos aspectos de la sociedad, distintas visiones de la economía, de la religión, de la
cultura etc. por ejemplo las discusiones ideológicas acerca de los términos económicos de
cómo se debía poner en marcha el desarrollo de Chile fueron temas de las campañas
políticas de los años 30 y 40, el papel del Estado y el mercado, las promesas estaban
ligadas fuertemente a los procesos ideológicos y sociales. Pero a pesar de esta separación
que pudiera haber existido entre promesas “reales” e “ideales”, siempre existía una
conexión entre ambas, puesto que la promesas reales dependerían de las promesas
ideales, puesto que las promesas reales serian instrumentas o herramientas para lograr
las promesas ideales. En la actualidad las promesa electorales que se pueden observar en
el sistema político chileno abarcan un espectro muy amplio de temas que van desde la
delincuencia y la pobreza hasta temas como la política exterior, la justicia y otros que
llaman mucho la atención de los ciudadanos, el proceso que se de en los momentos
electorales son muy interesantes, tanto a nivel de los candidatos como a nivel de los
ciudadanos, ya que muestran como se desarrollan diversas formas de relación entre los
diferentes actores del sistema político. Las promesas que se establecen, en la gran
mayoría de las candidaturas, son propuestas que han estado dirigidas y centradas en
temas específicos, que apuntan a la solución de temas o problemáticas “concretas”, los
grandes discursos y metarelatos ya no forman parte de las promesas electorales ni los ejes
programáticos que los candidatos exponen durante los periodos de campaña electoral.
Las promesas de campaña son un fenómeno que podemos observar a primera vista en los
momentos de campaña electoral, en este caso no voy a desarrollar un análisis de cómo
estas promesas inciden en el comportamiento electoral en el sistema político, para eso se
han esbozado diferentes teorías de cómo las campañas electorales influyen en el voto, en
este caso el análisis lo concentrare en el hecho de considerar a las promesas electorales
más allá de una herramienta de comunicación entre candidatos y electores, sino que
como una herramienta de conexión y nexo comunicativo entre estos dos actores, no tan
solo en momentos de campañas electorales, sino que también durante el periodo de
gobierno de los candidatos electos. Esto se explica debido al hecho de que hoy en día, en
donde la identificación con los conglomerados y partidos políticos es tan baja, las
promesas de campaña son aquel mecanismo por el cual el candidato logra generar un
vínculo con el elector, logra generar un nexo comunicativo, un puente por el cual el
candidato puede acercarse al elector. Las electores generan identificación a partir de los
intereses personales, los candidatos generan un abanico de promesas en virtud de las
necesidades que se pueden observar en todos los sectores y niveles, en este momento es
que cuando se genera la relación entre el candidato y el electo, en sentido de que el
candidato observa la necesidad, el elector recibe esta información y teniendo como punto
de partida la necesidad, genera la conexión con el candidato en forma de solución a una
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Salvador Vega Telias
problemática. Las promesas de electorales son la forma por la cual se lleva a cabo el
proceso de nexo o relación entre ciudadanía y políticos, no solo en momentos electorales,
puesto que estas promesas son aquel “producto” que el candidato ofrece y que el elector
quiere, esto se da en una dinámica de intereses, por un lado encontramos un candidato
que busca el interés de ser electo, por el otro lado encontramos al elector que busca dar
solución a las problemáticas personales, o comunitarias, pero a nivel micro, no busca
mejorar el nivel de vida de la sociedad, sino que busca mejorar aquellos sectores
adyacentes a su circulo más cercano.
Promesas y mecanismos de control
El cumplimento de las promesas electorales no esta institucionalizado, es decir, en el
sistema político chileno no existen mecanismos institucionales formales que obliguen a los
candidatos que resultan electos a cumplir sus promesas y ejes programáticos propuestos
durante los periodos de campaña. Los candidatos que resultan electos, en ningún sistema
democrático, están obligados legalmente a atenerse a sus campañas y plataformas
electorales (Manin, 1995), en Chile no existe dentro de la Constitución política ningún
mecanismos institucional por el cual se pueda regular legalmente el cumplimiento de
estas promesas electorales.
“En ninguna de las democracias existentes los representantes están sujetos a
obedecer disposiciones obligatorias. Las demandas de los ciudadanos contra
gobiernos que han traicionado promesas específicas formuladas durante sus
campañas, han sido rechazadas por las Cortes en varios países, […] Por
consiguiente, una vez que los ciudadanos han elegido a los representantes, no
cuentan con mecanismos institucionales para obligarlos a mantener sus
promesas.” (Przeworski, 1998, 14)
Solo existe un mecanismo capaz de cumplir esta tarea de regulación del cumplimiento de
promesas electorales, el voto.
“Las democracias cuentan, en teoría, con un mecanismo institucional que
permite la conversión de promesas electorales en programas de gobierno,
que a su vez, se lleven a la practica: el voto. Cuando un partido cumple los
compromisos adquiridos en anteriores elecciones, los ciudadanos tienen la
posibilidad de premiarle dándole de nuevo su confianza. En caso contrario,
pueden castigar al partido en cuestión negándole el voto en los siguientes
comicios.” (Barreiro, 1999: 149)
Según esta forma de observar la regulación del cumplimiento de promesas electorales por
parte de los candidatos electos, el control se lleva a cabo en los momentos eleccionarios,
considerar al voto o acto eleccionario como en el mecanismo institucional de control por
parte de la ciudadanía conlleva diversos procesos y hechos que muchas veces no
consideramos a la hora de depositar nuestro el voto. Claramente este punto de vista
puede dejar ciertos cuestionamientos acerca de cómo el voto puede llegar a ser él
mecanismo por el cual se desarrolla un control acerca de los programas y políticas que
desarrollan y llevan a cabo los políticos, a primera vista se puede observar algunas
debilidades con esta concepción, Przeworski, Stokes y Manin (1999) plantearon algunas
inconsistencias de este argumento, las criticas que presentan los autores frente a la
14
Salvador Vega Telias
posibilidad de considerar al voto como el único mecanismo de control hacia los políticos
están dirigidas a tres aspectos bastantes claros, el primero se enfoca a la limitación de
voto, el hecho de que la ciudadanía tenga una herramienta como el voto para juzgar un
sinfín de políticas y programas que se desarrollan hace que no sea capaz de juzgar la
totalidad de las acciones de los políticos. El segundo aspecto esta dirigido al hecho de la
descentralización del voto, no existe la forma de identificar si el voto que se lleva a cabo
puede estar en distintas perspectivas. Por ultimo el tercer aspecto esta dirigido al hecho
de que el votante cuenta con información limitada, la ciudadanía no cuenta con el total de
la información, ni si quiera el ciudadano más informado va a contar con el 100% de la
información, esto debido a que existe información que nunca escapa de los centros de
poder, la cual muchas veces explica el comportamiento de los políticos y las respuestas
acerca de los cuestionamientos del desarrollo de políticas y programas estratégicos.
El cumplimiento de promesas electorales, como ya mencione, no esta legalmente
reglamentado, las promesas que los candidatos exponen durante el periodo electoral
están determinadas por diversos factores, el contexto, los intereses, el sistema, etc., a su
vez el no cumplimiento de estas promesas esta marcado por diversos aspectos. Existen
diversas explicaciones y justificaciones acerca de los incumplimientos de dichas promesas,
las explicaciones que se esbozan dentro del sistema político para no llevar a cabo las
propuestas expuestas en las campañas electorales son bastante amplias, cada candidato
electo manifiesta desde distintos puntos de acercamiento las razones de los
incumplimientos o cumplimientos de estas propuestas, pero el cumplimiento de estas
promesas debe estar condicionado por aspectos que marcan las circunstancias y procesos
que se desarrollan dentro del sistema político
“El cumplimiento de promesas está sujeto a dos factores: (1) a los costes
derivados del mero hecho de cumplir y (2) a la presencia de condiciones
exógenas” (Barreiro, 1999: 150) 1
Estos dos factores son, básicamente, las razones por las cuales las promesas pueden ser
cumplidas o no, los candidatos al presentar sus promesas electorales durante el periodo
electoral no tienen la seguridad de que dichas promesas puedan o no ser cumplidas si es
que resultan electos, esto debe a que nadie puede prever el futuro, ningún candidato
tiene la seguridad de que en el futuro las circunstancias serán las mimas que en el
presente. Por ejemplo el ex Presidente Ricardo Lagos en su programa de gobierno realizó
un sinfín de promesas electorales, las cuales, a un primer análisis, correspondían a al
visión de un nuevo Estado enfocado al nuevo siglo que comenzaba. Una de las promesas
que realizó el ex Presidente Ricardo Lagos en su programa de gobierno fue la elección
directa de algunas autoridades regionales
“-Proporcionaremos la elección directa del Consejo y del Ejecutivo Regional,
precisando las funciones de gobierno interior y de coordinación de servicios
públicos que correspondan al Gobierno central, de las funciones de desarrollo
regional, las cuales recaerán en las instancias electas por la ciudadanía. Esta
reforma deberá ser parte de una propuesta global de la democratización del
1
Este conceptualización es tomada de Frejohn J. en “Incumbent performance and electoral control”, Public
Choie, 50: 5-25
15
Salvador Vega Telias
sistema político nacional y regional, incluido el tema del financiamiento de la
política” (Concertación de Partidos por la Democracia, 1999)
Esta promesa no fue cumplida durante el gobierno del Presidente Ricardo Lagos, ni
tampoco ha sido cumplida por el gobierno posterior, lo cual es ejemplo del hecho de que
en el sistema político chileno existe un gran distanciamiento entre aquello que prometen
los candidatos y aquello que ponen en marcha una vez que están en el poder. Las razones
que se han esgrimido para no poner en marcha esta promesa son aquellas relacionadas
con las dificultades existentes, tanto políticas como institucionales que implican llevar a
cabo esta reforma. Las razones por las cuales no se puede desarrollar esta reforma son
variadas, y han sido explicadas en diversas ocasiones por los políticos, hay que establecer
también que esta promesa no solo ha sido expuesta por los políticos que hoy en día
forman en el gobierno en Chile, sino que también ha sido propuesta por la oposición
política, es por eso que la justificación de que está estancada en el poder legislativo
tampoco suele ser la explicación al no cumplimiento de esta promesa, ya que en el poder
legislativo también existen diputados y senadores que adhirieron al programa de gobierno
presentado para el, en ese entonces, candidato Ricardo Lagos. Aquí las razones están
dirigidas a los costes que implica el poner en marcha una reforma como la que se
menciona, no solo para el ex Presidente Ricardo Lagos, sino que también para los políticos
de oposición hubiera significado un coste político importante.
Al encontrarnos en este situación en donde no existen mecanismos institucionales y el
voto no es un mecanismo 100% útil para desarrollar un control al cumplimiento de las
promesas electorales por parte de los candidatos electos, las dinámicas de
comportamiento y relación entre políticos y ciudadanía no son lo suficientemente claras y
se torna un ámbito turbio en donde ambos actores juegan roles totalmente distanciados
sin generar nexos de acción ni flujos de información. La democracia representativa
enmarca dentro de sí misma el concepto de acountability, más allá del hecho de que esta
representación pueda ser entendida bajo las concepciones de mandato o responsabilidad
(Przeworski, Stokes y Manin, 1999), esto se debe a que la representación de por sí esta
asumiendo la existencia de nexos de comunicación y flujos de información entre
ciudadanos y políticos, ya que más allá de estas diferenciaciones de la representación en
este sistema se esta actuando y decidiendo en nombre de otros, pero el concepto de
accountability no puede ser entendido de manera unidireccional, O’Donnell (1991) ha
planteado dos formas de concebir este concepto, dependiendo desde donde se realiza el
foco de control de las políticas y los programas desarrollados
Representation entails the idea of accountability: somehow the representative
is held responsible for the ways in which he acts in the name of those for
whom he claims to be entitled to speak. In consolidated democracies,
accountability operates not only, nor so much, “vertically” in relation to those
who elected the officer (except, retrospectively, at times of elections), but
“horizontally” in relation to a network of relatively autonomous powers (i.e.,
other institutions) that have the capacity of calling into question and
eventually punishing “improper” ways of discharging the responsibilities of the
given officer. (O’Donnell, 1991: 10)
16
Salvador Vega Telias
Estas dos formas de desarrollar accountability esta marcada por el lugar desde donde
proviene el control, la manera vertical esta relacionada directamente con un control
externo, el cual en este caso es desarrollado por los electores y esta restringido al
momento del transcurso de las elecciones, la manera horizontal esta directamente
relacionada a una red de instituciones u organismos que llevan a cabo un control desde
adentro, las cuales pueden ser de diversas formas y pueden desarrollar diversos
mecanismos por los cuales llevar a cabo el control, como lo proponen Przeworski, Stokes y
Manin (1999) se necesitan instituciones capaces de llevar a cabo un control, pero estos
controles están más dirigidos al hecho de considerar la accountability como
responsabilidad, en términos de la rendición de cuentas que deben entregar al país los
gobernantes, estos mecanismos están más bien dirigidos a la responsabilidad de los
políticos en el poder, que estos candidatos que resultan electos desarrollen su trabajo de
manera responsable y legalmente, estas instituciones, esta accountability horizontal no
esta dirigida a controlar el actuar de los políticos en ámbitos políticos, sino que en
ámbitos administrativos y legales. Claramente el único mecanismo de control político
sobre los políticos son las elecciones, las elecciones cumple varias funciones y una más de
ellas es ser la herramienta que utilizan los ciudadanos para castigar o premiar a los
políticos, dependiendo si los intereses coinciden o no
“Democratic theory has tradictionally considered that, althoughthe interests
of citizens and politicians may diverge, elections are the instrument whereby
citizens can ensure that politicians will act on their behalf and carry out their
policy preference” (Maravall, 1999: 154)
Bajo la idea de que el voto es el instrumento con el cual cuenta la ciudadanía para llevar a
cabo el control de los políticos acerca de los programas y políticas que implementa al ser
electos, la representación viene a ser una forma “flexible”, me refiero al hecho de que no
existirían mecanismos constantes de control, es decir, que durante el periodo de gobierno
existe un distanciamiento entre la figura del político con la figura del ciudadano, y durante
el periodo de elecciones existiría un acercamiento de ambos actores, esto en virtud de las
dinámicas que ya mencione anteriormente. De esta manera las promesas electorales se
presentan como una forma o herramienta para generar esto lazos entre políticos y
electores, solo en momentos electorales, ya que en momentos de gobierno no existiría la
necesidad de implementar dichos nexos. A su vez también hay que establecer que no
existiría una necesidad de que los políticos sigan al pie de la letra las promesas electorales
expuestas durante el periodo de campaña, un gobierno puede seguir siendo
representativo si no cumple con sus promesas electorales (Przeworski, Stokes y Manin
1999), en este sentido el nexo entre ciudadano y político durante los perdidos de gobierno
ya no serian las promesas electorales, sino que serian las justificaciones que llevan a estos
políticos a cumplir o no las promesas electorales (Barreiro, 1999), es decir, se puede
establecer que existen dos herramientas que utilizan los políticos para generar nexos y
flujos de información con los electores, esto dependiendo del momento que se
encuentren, durante períodos electorales la herramienta a utilizar será la promesa
electoral, bajo las dinámicas que ya he comentado, y en momentos de gobierno la
herramienta a utilizar será la justificación o explicación. Lo que aquí observamos es un
cambio en el discurso de los políticos, ya que al no existir mecanismos institucionales de
17
Salvador Vega Telias
control los políticos saben que el único riesgo de no cumplir una promesa es la reelección.
La comunicación es un factor importante a la hora de observar como cambian las
dinámicas de comportamiento dependiendo del momento y las circunstancias
“De forma general, la comunicación de representantes a representados es útil
para estos últimos. Para que los ciudadanos puedan discernir cuando deben
premiar o castigar a los gobiernos, han de tener el máximo de información
posible sobre como estos han actuado y qué resultados han obtenido”
(Barreiro, 1999: 153)
A pesar de la claridad que entrega la utilidad de la comunicación para los representados,
esta también es importante para los representantes, ya que es la forma que tienen para
entregar la información que creen necesaria que la ciudadanía tenga conocimiento, de
esta forma nuevamente entramos en una dinámica de intereses, ambos actores tienen
interés de conocer acerca del otro, de cómo puede ser desarrollado y puesto en marca el
interés propio en virtud de las relaciones que se dan en los diversos momentos y
contextos. De cierta forma la comunicación que se desarrolla entre políticos y ciudadanos
vendría a ser un herramienta de control no institucional esta es la base por la cual ambos
actores generan los lazos y nexos de relación, esto debido a que es la forma por la cual
estos actores se muestran al otro para el uso del voto como mecanismo de control.
“En suma, aunque las democracia no cuentes con ninguna institución que
asegure el cumplimiento de programas, los electores disponen de un
mecanismos principal de control, el voto, así como de otro mecanismos que
ayuda a que éste sea efectivo, como atender a las razones de los políticos. Por
su lado, los representantes, al buscar la elección o reelección, darán cuenta a
los ciudadanos de sus acciones, tratando de convencerles de que actúan en su
beneficio” (Barreiro, 1999: 154)
Más allá del hecho del hecho de entender la democracia desde la delegación o desde la
representación, con sus dos concepciones, queda claro que las democracias del mundo no
han adquirido las promesas de campaña como una institución, no han sido capaces de
asumir las promesas de campaña con un “contrato” entre candidatos y electores, pero
esto también tiene sus explicaciones, como ya he mencionado en el transcurso de este
escrito, los cambios son parte inherente de los sistemas políticos, no podemos esperar
que los gobernantes sigan un contrato establecido si sabemos que las circunstancias y los
contextos cambian durante el desarrollo social y político de los países
“¿Por qué, entonces, no existen mecanismos institucionales para forzar a los
ocupantes de cargos públicos a mantenerse fieles a sus plataformas
electorales? Históricamente, el argumento principal ha sido que se debe
permitir que los legisladores deliberen. […]Otro argumento histórico ha sido
que los votantes pueden no confiar en sus propios juicios.
[…]Presumiblemente, las elecciones establecen el calendario para cuando
deben rendirse cuentas. Por lo tanto, los ciudadanos pueden querer dar al
gobierno cierto margen para gobernar, y evaluar las acciones del gobierno en
el momento de las elecciones. […]Finalmente, las instituciones deben permitir
las condiciones para el cambio. Ninguna plataforma electoral puede
especificar de antemano lo que el gobierno debería hacer en cada situación
18
Salvador Vega Telias
de contingencia: los gobiernos deben tener cierta flexibilidad para manejarse
en circunstancias cambiantes. […] Los ciudadanos escogen políticas que
representan sus intereses o candidatos que los representan como personas,
pero quieren gobiernos con capacidad para gobernar. Como resultado, si bien
serían preferibles los gobiernos que mantengan sus promesas, la democracia
no cuenta con mecanismos institucionales que aseguren que las escogencias
del electorado serán respetadas.” (Przeworski, 1998: 14-15)
La utilización del voto como mecanismos de control contiene sus problemáticas, el voto
no es suficiente para desarrollar un control político adecuado de de los políticos, en la
actualidad en Chile se cuentan con instituciones capaces de llevar a cabo una
accountability horizontal en lenguaje de O’Donnell (1991) pero en sentido de la rendición
de cuentas en sentidos administrativos y legales que funcionan de manera adecuada, por
ejemplo la Contraloría General de la República. Las promesas de campaña son aquel
vínculo, en momentos electorales, entre candidatos y electores que luego se convierte en
justificaciones, razones y explicaciones en momentos de gobierno.
Conclusiones
Podemos observar en Chile que existen un sinfín de promesas electorales que se exponen
en las campañas electorales, alguna de ellas no son llevadas a cabo, pero a pesar de esto
la repetición de nombres y conglomerados y partidos políticos se da casi en un 100%, esto
demuestra que el incumplimiento de promesas de campaña no ha sido un disparador para
llevar a cabo un castigo a los políticos, esto se debe a que la comunicación que han
establecido los políticos ha estad acorde al proceso de acercamiento y distanciamiento, es
decir, los políticos han logrado establecer nexos comunicativos en periodos electorales a
través de las promesas electorales y han desarrollado buenas estrategias para poder
desarrollar justificaciones y explicaciones a los ciudadanos, la dinámica de doble juego ha
sido adquirida por el sistema político chileno casi en su perfección, en términos de que no
es vital cumplir las promesas de campaña para ser representativos, ya que casi todo es
justificable, y al no existir mecanismos institucionales de control, los políticos tienen
bastante claro que el control esta ligado al voto. Las promesas de campaña como nexo
comunicativo y como flujos de información logran generar vinculación entre electores y
candidatos en momentos electorales y las justificaciones al cumplimiento o
incumplimiento de estas son los nexos comunicativos y flujos de información en los
periodos de gobierno.
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Salvador Vega Telias
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