E E El juego de la vida en la terapia familiar FRANCISCO AVILÉS GUTIÉRREZ ste trabajo tiene como propósito compartir mi interés alrededor del trabajo de orientación y psicoterapéutico, con individuos, parejas y familias, visualizándolo de una manera particular y hacer una propuesta que, aunque no es nueva, tiene que ver con el hecho de considerar la vida como un “gran juego”, con reglas y objetivos, y formado a su vez por una gran cantidad de otros juegos. Mi hipótesis central es que si se conocen los objetivos y las reglas del juego y se desarrollan, a través del aprendizaje, las habilidades necesarias para jugarlo, se obtendrán en consecuencia logros, satisfacción, placer, bienestar tanto a nivel individual como grupal. Por el contrario, si no se respetan sus reglas, ni se conocen los objetivos, ni se desarrollan habilidades específicas, lo que se obtendrá como resultado es frustración, dolor, insatisfacción y malestar en general. UN JUEGO ES UNA ACTIVIDAD o ejercicio sometido a reglas, en el cual con frecuencia se gana o se pierde. Es toda actividad física o mental que no posee una aplicación inmediata, útil o determinada y cuya razón de ser, para la persona de quien se entrega a él, es el placer mismo que produce. En todas las culturas humanas y en todos los tiempos se han inventado y practicado juegos, miles de juegos de los que quedan abundantes testimonios históricos y arqueológicos. Entre los orígenes de los juegos se hallan posiblemente los rituales colectivos, religiosos, los deportes, las celebraciones sociales y los entretenimientos infantiles. Al “hommo ludens” le gusta jugar y aprender jugando. El juego tiene un enorme valor pedagógico y es uno de los recursos formativos más efectivo para el desarrollo de habilidades en los individuos. En ocasiones resulta difícil aplicar el calificativo de juego a una determinada actividad. El ajedrez, por citar un caso especial, ha sido considerado al mismo ANUARIO DE INVESTIGACIÓN 2005 • UAM-X • MÉXICO • 2006 • PP. 836-852 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR tiempo como deporte, juego, arte y ciencia. Este ancestral juego ha sido el sustento para la formulación de la teoría de los juegos. Las jugadas son la forma como progresa el juego de una fase a la siguiente, comenzando con la posición inicial hasta el movimiento final. Las jugadas pueden alternarse entre los distintos jugadores de una manera determinada o pueden ser simultáneas, son el producto de una decisión personal o del azar. En este segundo caso, un cierto objeto como un dado, una tarjeta con instrucciones o una ruleta genera una determinada jugada, cuyo efecto se puede calcular. La ganancia es lo que resulta al final de una partida. En algunos juegos, como el ajedrez o las damas, el resultado puede ser tan sencillo como declarar un ganador y un perdedor. En el póquer y otros juegos de apuestas, la ganancia puede ser también económica, en cuyo caso la cantidad viene determinada por el dinero que cada jugador apuesta y por el número de veces que cierto jugador gana durante el curso de la partida. Todos los juegos tienen objetivos aparte del de ofrecernos diversión y entretenimiento. Una estrategia comprende las opciones óptimas para cada jugador en cualquier momento del juego, es un plan que en general no se debe alterar, pase lo que pase en la partida. En la teoría de los juegos se investigan las situaciones conflictivas de los juegos estratégicos, en gran medida con el auxilio de métodos matemáticos. Resulta interesante para nuestros propósitos en este artículo señalar que los postulados de la teoría de los juegos pueden aplicarse al análisis de los conflictos interpersonales. Esta teoría es una esfera especializada de la cibernética. John von Neumann, considerado el fundador de la teoría del juego moderna, publicó en 1928 un artículo denominado, “Hacia una teoría de los juegos sociales”, en el cual planteó ideas fundamentales sobre la estructura de los juegos estratégicos. El mundo científico tuvo conocimiento de esta teoría sólo después de la publicación conjunta realizada por Von Neumann y Oscar Morgenstern, en 1944, de “A Theory of Games and Economic Behavior”. En la actualidad, la teoría del juego se utiliza en el análisis matemático de situaciones e interacciones conflictivas en muchas áreas científicas, por ejemplo, la evaluación de los procesos evolutivos (co-evolución) (Eigen y Winkler, 1993), y la clarificación de la conducta social de los animales en función de sus determinantes genéticos (Winkler y Seibt, 1973). VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 837 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR Los principios de la teoría de los juegos expresan en forma básica las características esenciales de la actividad humana; las decisiones de los jugadores representan acciones y posiciones; la función de utilidad, el hecho de que cada individuo busca la consecución de ciertos objetivos; la probabilidad y la función de la información significan que el jugador se representa modelos del medio, humano u otro cualquiera con los cuales tiene una interacción. La teoría de los juegos estudia los conflictos. Un conflicto puede resultar de la interacción entre grupos de individuos, en el que cada grupo controla una posición y una serie de variables. El resultado de esta interacción depende de las decisiones que se tomen. De la posición de partida se sigue a una secuencia de jugadas o movimientos que se desprenden de una elección determinada entre diversas opciones posibles y disponibles. El objetivo esta definido y existe un conjunto de reglas que deben ser respetadas. La teoría de los juegos distingue varios tipos de juegos, según el número de jugadores y las circunstancias del juego. Es así que se han creado juegos individuales, juegos de dos y juegos de más jugadores. Los juegos donde hay tres o más jugadores, resultan interesantes y significativos porque brindan oportunidades para observar procesos de cooperación, colaboración, alianzas, coaliciones, y confabulaciones. Entre los principios de la teoría de los juegos destaca: la ganancia de un jugador es igual a la pérdida de su oponente. Si los actores del juego son racionales, con un conocimiento completo de la estructura del juego, y si su estrategia es similar, el resultado debe ser previsible. Roger Caillois, en su libro Les jeux et les hommes, propone una visión esquematizada de los juegos dividiéndolos, de acuerdo con sus características, en cuatro diferentes grupos: Los que denomina Agón, son juegos de habilidad y competencia. Generalmente se dan en igualdad de circunstancias, en ellos los antagonistas se enfrentan en condiciones ideales susceptibles de dar un valor preciso al triunfo del vencedor. Se trata de una rivalidad que se da sobre una sola cualidad (rapidez, fuerza, vigor, ingenio, memoria, habilidad), ejemplos: los deportes que oponen a dos o más individuos o dos equipos —todos los juegos olímpicos, natación, tenis, fútbol, box, esgrima, levantamiento de pesas, etcétera. A la misma clasificación pertenecen los juegos de mesa VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 838 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR donde los adversarios cuentan desde el inicio con elementos del mismo valor y en el mismo número —juegos de damas, ajedrez, billar etcétera. Para cada jugador, la importancia del juego reside en ganar al oponente y ver reconocida su superioridad y maestría en un dominio determinado, para desarrollar la habilidad de jugarlo se requiere de un esfuerzo personal, disciplina y perseverancia. En el límite del juego encontramos el espíritu del AGON en todos los fenómenos culturales que obedecen a un mismo código, el duelo, el torneo y aun la guerra. En este tipo de juegos lo esencial es que resulte un vencedor y por consiguiente un vencido. Los juegos de azar denominados Alea —nombre en latín que se le da al juego de dados—, grupo en el que se reúnen todos los juegos que se basan en una decisión que no depende del jugador sino de la suerte, a diferencia de AGON, según este autor, niegan el trabajo, la paciencia, la habilidad, la calificación, la destreza, eliminan el entrenamiento, la regularidad y el valor profesional. Representan un abandono total al destino —juegos de azar, ruleta, etcétera. Implican una renuncia a la voluntad y por consiguiente un abandono al azar. Los juegos de azar son juegos típicamente humanos. Otras especies animales conocen los juegos de competencia, de simulacro y de vértigo, pero no tiene la posibilidad de abandonar su voluntad y aceptar en forma pasiva, sin luchar, la fatalidad de la suerte o el azar. Un tercer grupo está formado por los llamados juego de representación o Mimicry (de mimetismo).Todo juego supone la aceptación temporal de una ilusión, de un universo cerrado, convencional y aun ficticio. El juego puede consistir, no en el desarrollo de una actividad o en la aceptación de un destino en un medio imaginario, sino a volverse uno mismo un personaje ilusorio y a comportarse en consecuencia. El sujeto juega a creer y a hacer creer a los demás que él es diferente de sí mismo. Se disfraza y olvida en forma pasajera su personalidad para convertirse en otro, para representar un personaje. Ejemplo de esta modalidad son el mimo, el mago, el actor. El último grupo está formado por los juegos de vértigo o Ilinx. Consisten en una tentativa para destruir en un instante la estabilidad perceptual y provocar a la conciencia lúcida un cierto pánico voluptuoso. En todos los casos se trata de alcanzar un espasmo, un trance o aturdimiento que niega la realidad en forma inmediata y brusca. Como ejemplos tenemos las danzas de los derviches que consisten en dar vueltas y vueltas en forma acelerada VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 839 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR al ritmo de un tambor, la alteración de la conciencia se alcanza por el paroxismo de una rotación frenética contagiosa y compartida. Los voladores mexicanos de Papantla, de la misma manera, se suben a un palo de más de treinta metros de altura y descienden dando vueltas y amarrados de los pies mientras uno de ellos toca un pequeño tambor y una flauta danzando a esa altura sobre una superficie cuadrada de no más de cuarenta centímetros por lado. Actualmente el bongy, el motociclismo, el ski de velocidad, podrían ser considerados parte de esta categoría. En el lenguaje cotidiano existen muchas referencias a los juegos, así hablamos casi por libre asociación de juegos de niños, de mujeres, de hombres, de pareja, juegos familiares, juegos de palabras, juegos de la comunicación, juegos eróticos, juegos políticos, juegos de roles, juegos matemáticos, juegos florales, juegos prohibidos, terapias de juego. En Inglés se utiliza play y en francés jouer —cuyo significado en ambos idiomas es jugar— para referirse a la ejecución de instrumentos musicales. El término juego genera también asociaciones con las ideas de grupo, equipo, individuos, posiciones, estrategias, tácticas, movidas, habilidad, alternación de turno, las cuales a su vez nos remiten a las de jugadores, ataque, defensa y secuencia temporal. Al hablar de juego tenemos que considerar los siguientes principios: El principio irrevocable de la alternancia de turnos para los jugadores. El principio irrevocable de la existencia de reglas explícitas o implícitas. El principio de la aceptación por los jugadores de las reglas que lo rigen. La amplia posibilidad de mover según la habilidad e inteligencia estratégica de los jugadores. Como se ha planteado anteriormente, la teoría de los juegos puede entenderse como una teoría del conflicto y su solución. Su empleo en los procesos familiares sería una consecuencia de la aplicación de los conceptos cibernéticos. La familia es un sistema cuyo comportamiento está determinado por reglas, pautas de comportamiento. Estos comportamientos pueden compararse con un juego, en el cual todos los miembros de la familia —jugadores— tratan de satisfacer sus necesidades individuales, alcanzar sus propias metas, así como satisfacer necesidades y metas del grupo como VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 840 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR un todo. La competencia que se entabla para procurarse cada uno lo que necesita y le interesa termina por generar conflictos. Cada uno de los miembros de la familia debe idear una estrategia a fin de ganar o, por lo menos, reducir sus pérdidas al mínimo. Asimismo, los métodos terapéuticos pueden examinarse a la luz de la teoría del juego; frente a la resistencia al cambio del individuo o de la familia, el terapeuta debe concebir y proponer estrategias no competitivas, sino colaborativas, tendientes a lograr objetivos terapéuticos personales y colectivos. En los juegos estratégicos cada conducta está dirigida a un fin y servirá para obtener una ganancia. Dentro del marco de la teoría del juego es necesario hacer una distinción entre los tipos de juegos. En los juegos que suman cero, es decir en los que la suma de todas las perdidas y ganancias da cero, sólo uno de los jugadores puede ganar y por lo tanto guardan entre ellos una relación competitiva. Cada jugador experimenta sus relaciones con los demás como una rivalidad progresiva, se propiciarán constantes luchas por el poder debido al temor de hacer un mal trato, ser engañado y perder puntos. En los juegos que no suman cero todos los jugadores ganan y pierden en cierta medida, su relación está definida en términos de una actividad donde los conflictos no se perciben como insuperables y se establecen acciones para remontarlos de una manera armónica y colaborativa. En 1994 la Real Academia de Ciencias de Suecia favoreció con el premio Nobel a los especialistas Reinhard Selten, John Nash y John Harsányi, por su análisis del equilibrio en la teoría de los juegos orientados a comprender mejor los fenómenos económicos. Recientemente esta misma distinción fue otorgada al matemático Robert Aumann y al economista Thomas Schelling luego de sus aportaciones al análisis de estrategias en situaciones de conflicto, aplicadas a la cooperación y no a la confrontación, en relaciones de competencia a largo plazo. Robert Aumann es pionero en el análisis de los nombrados “juegos de repetición infinita”, para explicar bajo qué condiciones resulta más fructífera la cooperación de personas, empresas o naciones. “He desarrollado y expuesto un estilo de análisis para todo tipo de situaciones de conflicto y cooperación, ya sea en una familia, disputas laborales, el hampa, el manejo de relaciones internacionales o amenazas militares”, precisó (Reforma, 11 de octubre de 2005). VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 841 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR Todos los juegos tienen reglas. Entendemos aquí por reglas un conjunto de principios para hacer las cosas, como las normas o criterios que rigen el funcionamiento del juego, indican comportamientos, constancia y regularidad que exigen ser respetadas a fin de poder desarrollar el juego propiamente dicho, cuando no se respetan las reglas, se crea un desorden que puede dar lugar a sanciones, mismas que pueden o no estar previstas o definirse según la ocasión. En los juegos de la familia, cada familia establece sus propias reglas que operan como normas para prescribir y regular conductas. Las normas o reglas familiares están ampliamente influenciadas por juicios de valor que prevalecen en la sociedad. Estas reglas tanto explícitas como implícitas organizan la interacción familiar para mantener estable el sistema regulando los comportamientos de sus miembros. Las reglas proveen expectativas acerca de los roles, conductas y consecuencias que dirigen la vida de la familia. Las reglas operan como columna vertebral, como pautas de orden para organizar los deseos, los afectos y los comportamientos de los miembros de la familia. Jorge González Camarena Toda relación humana puede ser vista en Las petritas (1959) términos de una interacción de roles. Los mismos sujetos pueden tener comportamientos muy diversos según la posición donde se encuentren, es decir, según el estatus que ocupan y según el rol que juegan. Un individuo puede tener dificultades para adaptarse a un rol que le ha sido impuesto. Los roles sociales se transforman en función de los roles técnicos, económicos, ideológicos. En forma general, imprecisiones en la definición de un rol pueden engendrar dificultades en las relaciones de un sujeto y su entorno. Puede haber conflictos de roles. La expectativa de un cierto rol puede hacer evolucionar la conciencia y el comportamiento de quien se supone lo ejercerá. VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 842 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR Funciones y valores Puesto que la familia tiene funciones precisas como espacio intermedio entre el individuo y la comunidad pienso que es en este nivel donde es posible ejercer una influencia trascendente, es el espacio más importante para aprender a “jugar”. Es en la familia donde se desarrollan las habilidades cognitivas y conductuales necesarias para la integración intrapsíquica e interaccional. Consideremos a la familia de la siguiente manera: La familia es una totalidad dentro de la cual sus miembros interactúan. Los sistemas familiares se forman de elementos y de las relaciones entre ellos. Cada elemento es parcialmente un todo y totalmente una parte. La manera que tenemos de percibir la realidad se origina a partir de nuestras primeras relaciones en el contexto familiar. El concepto del “yo” proviene del “nosotros”, de nuestra identidad grupal. Nuestra individualidad se da y tiene sentido dentro de un contexto social. Cada individuo dentro del sistema juega un rol en el mismo. En la familia se aprenden y desarrollan las habilidades básicas para ejercer con efectividad los diversos roles o posiciones de juego en todas las dimensiones de la vida. Se establecen las reglas básicas y se aprende a respetarlas. El concepto de bienestar y conflicto cambia radicalmente cuando nos movemos del análisis de la persona hacia el análisis de las relaciones interpersonales. El comportamiento de los miembros de la familia está definido por reglas de varios tipos que tienen que ver con lo somático, el cuidado de la salud, ejercicio de la paternidad/maternidad, la participación de la familia extensa, de los amigos, el manejo del dinero, los asuntos domésticos, las festividades y celebraciones, la escuela, lo vocacional y laboral, lo emocional, lo sexual, el sistema de creencias, los valores, la cultura. Imaginemos ahora, por un momento, que la vida fuese un gran juego. ¿Qué tipo de juego sería? ¿De estrategia, de azar, de representación o de vértigo? o todos a la vez. VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 843 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR ¿De qué se trataría este juego? ¿Cuáles serían sus metas y cuáles sus objetivos? ¿Cuáles sus reglas básicas? ¿Sería un juego solitario o grupal? ¿Qué papel jugaría la salud física y mental en este juego? ¿Qué papel jugarían las emociones, el aprendizaje, el conocimiento, el trabajo, el placer la familia, el dinero, el poder, la fama, la moral y la ética, en este juego? ¿Cuál sería el papel de la cultura? ¿Qué se requeriría para jugarlo bien y ser exitoso? ¿Cuáles características consideran ustedes que tendrían los buenos jugadores? ¿Y cuáles los malos jugadores? ¿Cuál es el principio y el fin del juego? ¿Existirían juegos para la pareja humana? ¿Habría otro para la familia? Cada uno podríamos considerar, de acuerdo con nuestra experiencia, si hemos conocido hombres y mujeres que sean o hayan sido buenos y hasta excelentes jugadores. Podríamos incluso recordar sus nombres, así como también los de aquellas y aquellos que por el contrario estén siendo o hayan sido malos o aun pésimos jugadores. ¿Cuáles serían sus características, cualidades y limitaciones? Podríamos pensar en ¿qué tan buenos jugadores han sido nuestro padre y nuestra madre, otros miembros significativos de la familia? Finalmente, en un ejercicio autoreflexivo preguntarnos ¿cómo estaríamos nosotros mismos jugando este juego de la vida?, ¿qué tan bien o qué tan mal lo estamos haciendo, en lo individual, en la pareja, los diversos roles familiares y sociales que representamos? Nos preguntaríamos también si este gran juego se puede aprender-enseñar?, de ser así, ¿a quiénes correspondería esta tarea? VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 844 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR El juego de la vida en la terapia familiar Proponemos que el espacio para el trabajo psicoterapéutico pueda ser visto también como un espacio más para jugar, donde sea posible utilizar esta metáfora para facilitar que los miembros de la familia definan un compromiso de colaboración (ganar-ganar, jugar en el mismo equipo), objetivos tanto individuales como de pareja y familiares, y establezcan las reglas a seguir, se fijen los compromisos y las responsabilidades dependiendo de la posición de cada uno en el juego y se comporten en consecuencia, teniendo una idea clara del sentido y trascendencia de la colaboración y el enfoque grupal familiar, en la búsqueda de la realización y bienestar de todos y de cada uno de los miembros particular. La idea es invitar a los miembros de la familia a formar parte de un mismo equipo, definir posiciones y objetivos a ser perseguidos en forma colaborativa. Otros autores han hablado de los juegos familiares (Berne, Andofi, Sevinni Palazzoli, Pratta, por ejemplo), pero ellos se han centrado en los tipos de juegos que se dan al interior de la familia entre sus miembros y que van desde los muy saludables y gratificantes hasta los patológicos. Nosotros queremos destacar el juego que se establece entre la familia y la vida, de acuerdo con las diferentes etapas del ciclo vital. Definiendo éste más como un juego de estrategia y no de suerte, donde alcanzar objetivos individuales de pareja y familiares no es resultado del azar sino producto del compromiso grupal, la claridad en cuanto a las metas y el esfuerzo trabajo y disciplina para alcanzarlos. La formación en terapia familiar y de pareja con un modelo dinámicosistémico-integrativo, se sostiene sobre dos pilares importantes: por un lado, la teoría general de los sistemas, la cibernética y el constructivismo le dan su base teórica y epistemológica; el otro pilar es su práctica clínica que considera diversos aspectos técnicos como la observación de las familias en cámara con espejo unidireccional, o en forma directa, entrevistas con familias y parejas simuladas, el aprendizaje de una amplia variedad de intervenciones y prescripciones y la atención supervisada a pacientes. Creemos además que, junto con los aspectos epistemológicos y las técnicas a utilizar, los terapeutas deben tener también claro, el sistema de valores individuales y relacionales sobre el cual descansará su práctica clínica. VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 845 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR Cabe destacar que este último punto se menciona desafortunadamente con poca frecuencia y da lugar a confusiones sobre el rol del terapeuta y los objetivos a alcanzar en el proceso. De ahí que considero importante definir reglas para lograr los objetivos de crecimiento, estabilidad emocional y satisfacción en los juegos de la familia. Estas reglas podrían ser: Evitar una relación de competencia ganar-perder. Establecer una relación de compromiso, colaborativa, ganar-ganar. Definir en forma conjunta otras reglas, recursos, prioridades y responsabilidades, comportamientos. Definir bienestar, satisfacción y logro para cada miembro en particular, así como para el sistema en general. Establecer líneas de autoridad claras y consistentes. Evaluar periódicamente los resultados obtenidos y fijarse nuevas metas. Asumir los juegos humanos en familia implica el respeto por nuestras propias opiniones, respetando las opiniones de los demás. Sugiere una noción de mayor compromiso al asumir nuestras propias construcciones, pero no como verdades absolutas, sino como verdades relativas y perfectibles. De esta manera podríamos convertimos en seres humanos más comprensivos, al entender que los otros poseen otras formas conceptuales y que perciben, sancionan, y experimentan “la realidad” de una forma diferente a la nuestra. Flexibilizar nuestros puntos de vista personales y comprender al otro dentro de un marco de respeto a la individualidad y a la diversidad. Regresándonos un poco preguntémonos ahora ¿cuál es el objetivo del juego? En la actualidad lo que aprendemos en la casa, la escuela, la escuela de enseñanza media y la universidad está enfocado a la enseñanza-aprendizaje de destrezas y habilidades profesionales e intelectuales. Desde que somos pequeños aprendemos matemáticas, historia universal y nacional, geografía, física, biología y muchas otras disciplinas, los más afortunados, computación, lenguas extranjeras, la práctica de algún deporte, artes plásticas y a tocar un instrumento musical. No obstante, alejarnos del sufrimiento innecesario y buscar la felicidad es una de las más altas prioridades en las acciones y pensamientos de los hombres y las mujeres. En cierta medida podríamos considerarlo, desde Aristóteles, la parte medular de nuestras vidas. Lo que VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 846 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR sorprende es cómo siendo esto tan buscado y fundamental para el ser humano, le hayamos puesto tan poco cuidado y atención. ¿No resulta casi absurdo dedicar tanto tiempo y esfuerzo a educar intelectos y cuerpos al mismo tiempo que olvidamos y descuidamos nuestra vida emocional y el entrenamiento en roles sociales y familiares? Nadie aprende de una manera formal y sistemática a ser amigo, hijo, compañero, esposo, o padre, y de la misma manera, tampoco aprendemos a cultivar y a esforzarnos por alcanzar la felicidad. Pero ¿qué es esto que de una u otra manera todos buscamos? ¿Qué es la felicidad? ¿Cómo se define? ¿Cómo se reconoce? ¿Cómo se alcanza? ¿Es algo que se nos da o es algo que cultivamos? ¿Podemos ser felices sin saberlo? ¿Podemos aprender a ser felices? No tenemos posibilidad de saber si en este inicio de siglo el ser humano es más feliz o menos feliz que en otros momentos de la historia, no existe ningún registro ni estadística al respecto. Pero podemos suponer que cada época ha tenido sus formas particulares de felicidad e infelicidad. A lo largo de la historia ha habido interés variable en entender la felicidad y cómo alcanzarla. Filósofos y grandes pensadores de todas las culturas y todos los tiempos han hecho importantes aportaciones. En un intento por definirla tenemos que “la felicidad puede considerarse como un estado mental que proporciona sensaciones placenteras y que modula de manera agradable y positiva la recepción y la interpretación de los impulsos recibidos del medio ambiente, del almacenaje de la memoria, o de los propios receptores corporales” (Delgado, 1999). Una visión del concepto de felicidad nos señala que sería una cualidad, un estado funcional que como otros aspectos espirituales elude explicaciones materialistas. Mientras que un segundo punto de vista, investiga los fenómenos orgánicos y demás elementos que constituyen finalmente, la base biológica de la felicidad dentro del cerebro del hombre. La sensación de felicidad está dada por la salud física y mental, amar y ser amado, tener un lugar en la sociedad —ser alguien— creer en Dios, tener el dinero suficiente para satisfacer necesidades, poder para tomar decisiones, alcanzar una realización personal y ocupacional, disfrutar de reconocimiento laboral y profesional, crear y/o disfrutar del arte y de los resultados de la ciencia y la tecnología, asumir un compromiso de servicio y solidaridad hacia los demás. Es fundamental considerar que lo anteriormente VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 847 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR mencionado se puede lograr dentro de una concepción que pone a la familia su bienestar y funcionalidad en el centro de las prioridades y que contribuir desde lo individual a la integración y fortalecimiento de la vida familiar implica conciencia y trabajo diario. Junto con el doctor Delgado, psicofisiólogo, consideramos que es necesaria una ciencia de la felicidad, no tenerla todavía ha sido un error histórico que es necesario rectificar en este nuevo siglo y milenio. Es necesario reorientar el interés de la filosofía, de la ciencia, la tecnología y la actividad humana en general hacia la búsqueda de la felicidad para la mayoría de los seres humanos La felicidad y la psicoterapia Hoy en día tanto filósofos como personas comunes coincidimos en que alcanzar la felicidad es una meta principal de la vida. Las personas dedican una energía considerable a la búsqueda de la felicidad y a aferrarse a la misma con todo lo que encuentran a su alcance. Dado el significado de la felicidad como valor humano, tendría sentido preguntarnos si la felicidad es una meta viable en psicoterapia. Esto dependería desde luego, de la definición que hiciéramos del concepto felicidad. Aunque pueda no ser ético ni práctico ofrecer felicidad como meta terapéutica, el deseo humano de felicidad es tan omnipresente que resulta difícil ignorar. Por esta razón, aunque la psicoterapia y los psicoterapeutas no pueden garantizar a sus clientes-pacientes la felicidad, sí pueden ayudarlos a definirla personalmente y a cultivarla de acuerdo con algunos principios esenciales como los que se mencionan a continuación: Una forma es definir la felicidad como igual al placer intenso. Este es el tipo de felicidad que es impredecible y fugaz. Debido a que los estados de felicidad nos llegan de una manera intermitente pueden ser adictivos. Esto es lo que Thomas Szasz (1990) denomina “los premios de la vida”. Aunque los estados de felicidad pueden hacer que la vida merezca ser vivida, es un riesgo que las personas dediquen toda su vida a intentar aferrarse a estos estados. Es cuestionable —como juicio de valor— que muchas personas hayan despilfarrado sus vidas concentrando sus energías en la adquisición VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 848 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR de cuotas momentáneas de placer en lugar de aceptar estos momentos cuando llegan y dedicar sus talentos a metas más a largo plazo. Una segunda definición de felicidad es la de satisfacción general con la vida Desde esta definición la felicidad puede ser entendida como bienestar subjetivo. Los psicoterapeutas pueden animar a sus clientes a apreciar la diferencia entre estados de felicidad que son excitantes pero fugaces, y el bienestar subjetivo que, aunque menos excitante, es más predecible y estable. El bienestar subjetivo se puede alcanzar dedicando las energías personales a logros que conlleven una vida satisfactoria. La felicidad no es sólo un estado de júbilo sino un estado de seguridad y tranquilidad. La noción de satisfacción vital sugiere que es más fructífero conseguir la felicidad a través de la búsqueda de la estabilidad y serenidad emocional que vivir toda una vida persiguiendo picos impredecibles de excitación y sufrir los bajones entre éstos. Los estudios empíricos han mostrado que la felicidad general se correlaciona más con la frecuencia de experiencias placenteras pequeñas que con el logro de placeres intensos pero menos frecuentes. La mayoría de las personas pierden de vista el hecho de que gran parte de la felicidad es el resultado de sus expectativas y percepciones, así como, de las demandas que ellos han hecho a la vida. Es un error creer que la felicidad está determinada por acontecimientos externos a la persona. Conclusiones y propuestas Si consideramos plantearnos como objetivos del juego de la vida en la psicoterapia familiar, lograr el pleno desarrollo de los potenciales de cada uno de los miembros de la familia dentro de un contexto de compromiso que genere cuidados mutuos, seguridad, estabilidad emocional, satisfacción, alegría y paz interior, podemos considerar asimismo que: VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 849 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR Existen muchos juegos en las relaciones humanas. La vida puede concebirse como un “gran juego”, mismo que tiene sus reglas. Es necesario definir y comunicar con claridad y acordar los objetivos y las reglas que rigen estos juegos. Cada miembro de la pareja y la familia tiene un lugar, estatus, en la estructura, en el sistema y una diversidad de roles a desempeñar. Es necesario establecer modelos colaborativos en las relaciones familiares de modo que todos ganen. Es posible aprender y enseñar a jugar, es decir, adquirir conocimientos y desarrollar habilidades específicas. La salud física y mental se construyen, en la mayoría de los casos, a partir de la responsabilidad y el cuidado que tengamos en realizar las “jugadas” que nos convienen para este fin. Si aprendemos los juegos, respetamos sus reglas y jugamos con entusiasmo, podremos convertirnos en “buenos jugadores” y así desarrollar nuestras potencialidades, obtener bienestar, placer, satisfacción, armonía, felicidad y paz interior. La terapia puede ser vista también como un juego en sí misma, donde el elemento básico es la creación de un espacio para el análisis y la elección de las “jugadas” que nos lleven a una mayor integración individual y social. La metáfora del juego permite construir una idea diferente sobre las tensiones y conflictos de la vida desde una perspectiva menos amenazante y, por lo tanto, facilitar la participación, colaboración y compromiso de los miembros de la familia en un proyecto grupal. De tal manera que cada cambio y desafío se viva como una oportunidad para ejercitar y mejorar la integración familiar. En la formación de terapeutas familiares, al mismo tiempo que deben considerarse los aspectos epistemológicos y técnicos, se debe desarrollar un trabajo centrado en valores individuales, de pareja y familiares trascendentes, que le den sentido a la actividad y esfuerzo grupales, por oposición al hedonismo y la búsqueda individual del placer y la satisfacción momentánea de los deseos. VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL 850 EL JUEGO DE LA VIDA EN LA TERAPIA FAMILIAR Es importante entender que la dimensión espiritual, cada vez más presente en el discurso terapéutico actual, es uno de los aspectos más importantes para darle sentido a la vida personal y familiar. Se requiere que nuestro sistema de creencias incorpore ideas basadas en el juego, en las que se fomente la auto responsabilidad y no en el azar y la suerte para alcanzar satisfacción estabilidad y bienestar en general. Insistir en que el juego de la vida no es un juego individual, sino grupal, familiar y comunitario, de colaboración y no de competencia, puesto que es muy claro que la sobrevivencia en el ser humano, a diferencia de otras especies animales, no se deriva del hecho de ser el más fuerte individualmente, sino el más colaborativo. En forma complementaria a lo que otros autores han planteado, la importancia de la metáfora del juego al interior de la familia, radica en que la familia puede enfrentar la vida como equipo en un juego entre la familia y sus circunstancias. Todos en el “mismo equipo”, y donde “el adversario” está afuera en las vicisitudes de la vida misma. Finalmente, las reglas del juego familiar deben fundamentarse en la enseñanza-aprendizaje y cultivo de valores relacionales como el respeto, la reciprocidad, el interés por los demás, la confianza, la comunicación, el compromiso, la aceptación de las diferencias, la sinceridad, la solidaridad y el amor como compromiso vital. Bibliografía Acquaviva, Sabino (1998), Proyectar la felicidad, Losada, Buenos Aires. Andolfi, Mauricio (1985), Terapia familiar, Paidós, Argentina. Barragán, Mariano (1976), Interacción entre el desarrollo individual y desarrollo familiar, monografía núm. 1, Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil, México. 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