PENAL rML año xvII nº2, 2011 26 Los profesionales de la salud frente a acciones de tutela por interrupción voluntaria del embarazo El presente artículo analiza un caso relacionado con una acción de tutela en la que el fallo de la Corte Constitucional, al revisar las decisiones de instancia, vinculó a un médico al pago solidario de una condena en perjuicios, sin que la acción de tutela fuera iniciada en su contra o él fueravinculado en el trámite de ésta L Ana María Chica Ríos* a actividad de los profesionales de la medicina está enmarcada profundamente por efectos de índole legal, no sólo en lo que respecta a su actividad propiamente dicha, sino a los alcances de ser vinculados a procesos o requeridos por autoridades judiciales. Los profesionales de la medicina pueden fungir como peritos o testigos de la atención en salud (testigos expertos), en escenarios judiciales o administrativos en los que se debata responsabilidad de otro profesional o de algún otro actor del sector salud, o en trámites de acciones de tutela en los que se analice si se ha vulnerado el derecho fundamental de un paciente. En el presente artículo nos ocuparemos de analizar un caso relacionado con una acción de tutela en la que el fallo de la Corte Constitucional, al revisar las decisiones de instancia, vinculó a un médico al pago solidario de una condena en perjuicios, sin que la acción de tutela fuera iniciada en su contra o él fuera vinculado en el trámite de ésta. * Abogada Senior scare. Especialista en Derecho Penal y Derecho Administrativo. 1 La Sala Tercera de Revisión que profirió la sentencia T-946 de 2008 adoptó como medida de protección a la intimidad de la menor involucrada en ese proceso, la supresión de su nombre y el de sus familiares, al igual que los datos e informaciones que permitan su identificación, tanto en la providencia como en toda futura publicación de la misma. En vez de ello, sus nombres fueron remplazados con un solo nombre ficticio que se distingue por encontrarse escrito en cursiva (Auto 377/10). | www.medicolegal.com.co | El caso María, en representación de su hija Ana1 presentó acción de tutela que tenía como finalidad lograr la interrupción voluntaria de su embarazo, por considerar que le estaban vulnerando los derechos a la integridad, a la salud, a la autonomía y a la intimidad de su hija. La menor de edad, con síndrome de Pradder Willy, fue remitida por su eps a un especialista en ginecología, y los padres de la joven en la consulta le solicitaron al ginecólogo que se le practicara una interrupción voluntaria del embarazo (IVE), pues su estado gestacional era consecuencia de una violación. El especialista ordenó una serie de exámenes para confirmar el embarazo y remisión a su eps y manifestó a los padres de la joven que no practicaba abortos, por objeción de conciencia. La eps negó la solicitud de Interrupción Voluntaria del Embarazo (ive) que los representantes legales de la menor habían presentando, y ante esta negativa los padres interpusieron una acción de tutela en contra de la eps por vulneración de los Derechos Fundamentales a la integridad, salud, intimidad y autonomía de la menor al no practicársele el aborto. Los fallos de instancia le negaron el amparo solicitado. En el trámite de la acción de tutela, Ana María Chica Ríos 27 Foto: ThinkStock PENAL ▼ el juzgado que conoció de la solicitud negó la práctica del aborto, sustentando su decisión en que a la fecha de la tutela la menor contaba con más de cinco meses de embarazo, y además no se demostró que la vida de la madre corriera peligro o que se presentaran malformaciones en el feto. Los padres de la menor interpusieron recurso de apelación contra la sentencia de la tutela que negó la práctica del aborto; en este momento el juzgado de segunda instancia solicitó al ginecólogo que por escrito diera respuesta a unos interrogantes en relación con la pertinencia de la interrupción del embarazo y el estado actual de la madre y del feto, requerimiento que atendió el médico y por escrito responde los interrogantes del Despacho que conocía de la apelación. La segunda instancia después de analizar el caso se pronunció, confirmando la decisión de negar la acción de tutela que pretendía la interrupción voluntaria del embarazo pues, al igual que el primer juzgado, consideró que el avanzado estado gestacional impedía ordenar la ive. La Corte Constitucional seleccionó estas decisiones para revisión y profirió la sentencia T-946 de 2 de octubre de 2008, que revocó las decisiones de tutela revisadas y concedió el amparo demandado para proteger los derechos sexuales y reproductivos, la integridad y la libertad de la hija de la accionante. La pro- La menor de edad, con síndrome de Pradder Willy, fue remitida por su EPS a un especialista en ginecología, y los padres de la joven en la consulta le solicitaron al ginecólogo que se le practicara una IVE, pues su estado era consecuencia de una violación. videncia del la corte, además de conceder el amparo a la accionante, ordenó la condena en abstracto a la ips y al médico que atendió inicialmente a la paciente, quien valga la pena precisar, no fue vinculado al trámite de la acción de tutela desde el inicio, pues ésta no se dirigió contra él, sino contra la ips. Como consecuencia de este fallo, un juzgado administrativo, a petición de los accionantes en el trámite de tutela, inició un proceso con el fin de tasar los perjuicios que debían ser pagados a la joven madre y a su núcleo familiar; en el mismo se condenó en concreto a la eps y solidariamente al médico a cancelar altas sumas de dinero. La Corte Constitucional negó un recurso presentado contra el fallo proferido por esa Corporación; posteriormente, el Procurador General de la Nación presentó solicitud de nulidad en el mismo sentido que la defensa del médico había sustentado sus recursos, al considerar que había existido violación al debido proceso y al derecho a la defensa por cuanto el médico no fue vinculado ni notificado del trámite de la tutela. Esta petición fue resuelta mediante auto 377 del 06 de diciembre de 2010, en el que si bien la Corte rechazó la solicitud de nulidad, ordenó aclarar la sentencia T-946 de 2008 y señalar que el pago de la condena en perjuicios no le era oponible al médico que atendió inicialmente a la paciente. OCTUBRE DE 2011 scare PENAL rML año xvII nº2, 2011 28 La interrupción voluntaria del embarazo (IVE) vs la objeción de conciencia del médico Recordemos que la Corte Constitucional consideró que en tres eventos específicos es posible realizar la interrupción voluntaria del embarazo y son los siguientes: 1. Cuando la continuación del embarazo constituya peligro para la vida o la salud de la mujer. 2. Cuando existe grave malformación del feto que haga inviable su vida. 3. Cuando el embarazo sea producto de una conducta delictiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo o de inseminación artificial, transferencia de óvulo fecundado no consentidas o incesto. Respecto a la objeción de conciencia, que sólo se puede invocar por personas naturales, la sentencia señaló que “la objeción de conciencia hace referencia a una convicción de carácter religioso debidamente fundamentada, y por tanto no se trata de poner en juego la opinión del médico en torno a si está o no de acuerdo con el aborto, y tampoco puede implicar el desconocimiento de los derechos fundamentales de las mujeres; por lo que, en caso de alegarse por un médico la objeción de conciencia, debe proceder inmediatamente a remitir a la mujer que se encuentre en las hipótesis previstas a otro médico que sí pueda llevar a cabo el aborto, sin perjuicio de que posteriormente se determine si la objeción de conciencia era procedente y pertinente, a través de los mecanismos establecidos por la profesión médica”3. El abordaje de este tema no resulta pacífico, en cuanto en la sentencia no se trataron temas que resultan trascendentales para la aplicación de la IVE, como por ejemplo el límite dentro del período de gestación para solicitar la IVE. Lo anterior resulta comprensible en cuanto las funciones de la Corte Constitucional no son de carácter legislativo y en este tema, al igual que lo ha hecho con la eutanasia, exhortó al Congreso de la República a regular la materia, lo cual no ha sucedido después de cinco años. El Gobierno realizó una reglamentación del tema a través de normas como el decreto 4444 3 Sentencia C-355 de 2006. | www.medicolegal.com.co | La objeción de conciencia tiene su fundamento en el derecho consagrado en el artículo 18 de la Constitución Nacional. de 2006, que fue suspendido por el Consejo de Estado, que consideró que “al no existir ley posterior a la sentencia de la Corte Constitucional, por sustracción de materia, no podía el Gobierno acudir al mecanismo de la potestad reglamentaria”4. Por esta razón, en la actualidad la única referencia para la aplicación de los tres eventos de despenalización es la sentencia de la Corte Constitucional y por lo tanto existe ausencia de regulación en el tema relacionado con la objeción de conciencia del profesional de la medicina que por determinadas razones se niega a realizar el procedimiento de ive. La objeción de conciencia tiene su fundamento en el derecho consagrado en el artículo 18 de la Constitución Nacional: “Se garantiza la libertad de conciencia. Nadie será molestado por razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia”. En la sentencia C 355 de 2006, la Corte reconoció de manera puntual este derecho al médico, pero ser objetor de conciencia requiere un manejo muy cuidadoso, para evitar consecuencias adversas de índole legal. Asimismo, se dice que el tema no es pacífico, precisamente por la ausencia de regulación legal sobre el tema, por cuanto al suspenderse el decreto 4444 de 2006 que reglamentaba la sentencia C-355 de 2006 y determinaba estrictamente lineamientos en cuanto a la presentación y trámite de la objeción de conciencia, se pueden presentar diversas interpretaciones y exigencias al respecto. Al quedar el decreto en mención sin efectos jurídicos, nuevamente se debe acudir a la sentencia que despenalizó el aborto en los tres casos allí contenidos y otras decisiones se han proferido por vía jurisprudencial abordando estos eventos, a fin de despejar las dudas que surjan; sin embargo es claro que cada quien puede dar una interpretación diferente a los alcances de esos fallos, y de ahí que se deba considerar la necesidad imperiosa de normatividad que regule el tema y que le permita a los profesionales de la salud conocer los deberes y sobre todo los derechos que les asisten en lo tocante a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ive). Del texto de la sentencia queda claro entonces que el médico que manifieste objeción de conciencia para la práctica de una ive, debe proceder inmediatamente a remitir a la mujer —que se encuentre en las hipótesis previs4 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Primera. Consejera Ponente: María Claudia Rojas Lasso. 15 de octubre de 2009. Ana María Chica Ríos 29 PENAL De ahí que los efectos jurídicos aplicados al ginecólogo de la condena proferida por la Corte Constitucional Violación al debido proceso y al dereen la sentencia cho de defensa ya mencionada El médico ginecólogo fue condenado solidapodrían consiriamente a indemnizar perjuicios, sin que fuederase abiertara vinculado como accionado en la acción de tutela interpuesta por los representantes legamente contrarios les de la joven embarazada. En este caso la participación del especialista en los trámites de la a los postulados acción de tutela tiene lugar como consecuencia de la solicitud que por escrito le hiciera el Juz- legales que rigen gado de Segunda Instancia, de dar respuesta a el ordenamiento unos interrogantes en su calidad de médico trajurídico tante, pero en ningún momento se le notificó o citó para que compareciera al proceso de tutela colombiano. en calidad de tutelado, y ello por una elemental tas— a otro médico que sí pueda llevar a cabo el aborto. Asimismo, es recomendable que se deje la anotación al respecto en la historia clínica, si el médico considera que por objeción de conciencia no puede realizar el procedimiento. En materia médica no existe actualmente regulación legal expresa al respecto, aunque el proyecto de reforma al Código de Ética Médica (Ley 23 de 1981) sí contempla expresamente este tema5. situación: la tutela que interpusieron los padres de la menor en gestación, sólo se dirigió en contra de la ips. De ahí que los efectos jurídicos aplicados al ginecólogo de la condena proferida por la Corte Constitucional en la sentencia ya mencionada podrían considerase abiertamente contrarios a los postulados legales que rigen el ordenamiento jurídico colombiano, pues no se le dio la oportunidad procesal de defenderse y explicar las razones profesionales y legales de su actuar. Esto vulneró lo preceptuado por el artículo 29 de la Constitución Nacional, es decir, su derecho al debido proceso. No obstante las solicitudes presentadas a la Corte Constitucional para que se decretara la nulidad del Fallo de Tutela 946 de 2008, por 5. Proyecto de reforma a la Ley 23 de 1981. “ARTÍCULO 12. OBJECIÓN DE CONCIENCIA. Se entiende por Objeción de conciencia la negativa de una persona natural a realizar un acto permitido por la ley, con base en sus convicciones personales. Cuando un médico tenga objeción de conciencia para practicar un acto médico, deberá manifestarlo en forma clara, de inmediato, verbalmente y dejando registro por escrito, tanto a la persona que solicitó sus servicios como a las entidades involucradas, si es el caso, advirtiendo que se debe buscar la atención de otro profesional que no tenga tal objeción. El médico objetor no demorará ni interferirá de ningún modo esa remisión. La objeción de conciencia deberá manifestarse siempre frente a un acto médico concreto, pero no será necesario argumentarla ni someterla a debate o controversia. Las instituciones asistenciales, asociaciones profesionales u otras personas jurídicas no pueden alegar objeción de conciencia” (http://eticamedicacolombia.blogspot.com/2010/09/texto-desarrollado-al-8-de-septiembre.html). ser violatoria del debido proceso, la Corte se pronunció en contra. Gracias a la intervención oportuna de la Procuraduría, el 10 de mayo de 2010 el señor Procurador avaló la solicitud de la defensa del especialista y elevó petición ante la Corte Constitucional para proteger los derechos fundamentales del profesional de la salud en referencia, en tanto que se ha vulnerado su derecho a la defensa en el trámite de la sentencia, y en consecuencia pide se decrete la nulidad de la sentencia o se aclare el contenido de la misma en cuanto a la situación del médico. Afortunadamente en este caso, después de múltiples acciones, se anularon las consecuencias legales de la condena al pago de perjuicios, en una decisión que evidentemente contrariaba los principios constitucionales que protegen el debido proceso y el derecho a una defensa, y la contradicción cuando se adelantan actuaciones en sede de tutela en contra de un profesional de la salud. Recomendaciones 1. Ante cualquier requerimiento judicial dentro de un trámite de acción de tutela, o cualquier otro, busque asesoría jurídica, lo cual le permitirá establecer el sentido del requerimiento y sus implicaciones. 2. Previo a emitir una respuesta revise el caso. Si usted es médico tratante, en virtud de lo dispuesto en el artículo 14 de la Resolución 1995 de 1999, puede tener acceso a la historia clínica, que le permitirá recordar los antecedentes del paciente, exámenes, diagnóstico, manejo implementado, remisión, etc., y todo lo concerniente a su atención. 3. Recuerde dejar registrado en la historia clínica de manera completa, cronológica y sobre todo legible lo relacionado con su atención médica. 4. Verifique en el despacho que le realiza la citación o requerimiento, la calidad en que ha sido citado, es decir, como médico tratante, testigo experto o como tutelado (este término se asimila a demandado) y, una vez conocida esta condición, asesórese. 5. Cuando pretenda hacer uso del derecho de objeción de conciencia, asesórese sobre los requisitos que debe seguir para ser objetor. OCTUBRE DE 2011 scare