GARCÍA MÁRQUEZ Del cronista al escritor

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GARCÍA MÁRQUEZ
Del cronista
al escritor
Por Norma Klahn *
'00
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Cuando a pa rece un texto
nuevo de un autor tan céleb re
como Ga briel García Márquez,
se hace difícil leerlo sin pens ar
en su obra previa. Sus credencia les como a utor hicieron posible la venta de más de dos millones de cop ias en dos meses
de su últ imo libro Crónica de una
muerte anunciada. Ning una obra ,
como dice j au ss, se pre senta
como una a bsoluta novedad en
un espa cio vacío sino que ha ce
record ar al lector (oyente) los
hor izontes de expectat iva y las
reglas famili ares de otros textos, qu e entonces pueden variar, ser corregidos, cambiar o
simplemente repetirse.'
Crónica de una muerte anunciada repite procedimientos técnicos y temáticos utiliz ad os en obras anteriores : el uso del discurso anunciativo, la creación de personajes excéntricos, la
incorpo ración de los sueños y las profecías, el ambiente pue ·
blerino, la voz comunal, y el papel determinante del destino.
Pensamos que el cambio reside más bien en la transformación que sufre la figura del cronista . Desaparece el cronista
de Cien años de soledad y de " Los funerales de la Mamá Grande " , y reaparece con vestimenta moderna, como periodistainvesti gador.
Tomando en cuenta estas ideas haremos una lectura de
Crónica que responde a un estudio del cronista en " Los funerales ". Nos concentraremos en la función del narrador como
cronista y relator de una serie de hechos , que en estos dos casos definen un a tradición y una cultura. Notemos que en
ambos casos, al presentar la figura del cronista que asume
distintas func iones, el autor j uega con un género que pa rticipa tanto de la historiografía como de la literatura.
Cantor de la tradicción oral
El cronista de " Los funerales
de la Ma má Grande " comprende dos tipos de nar rad ores:
el relator que proviene de la
tradición ora l, aq uel que contaba sus experiencias o la de los
demás en un intento de conservar viva una cultura por med io
de la memoria ; y el cronista
que recoge dotes de su experiencia vivida y los ord ena cronológicam ente en forma de narrati va . Este relat or-cantor que
comprende al cronista se ha ido
ausentando poco a poco y está
en vías de desaparición en la sociedad modern a como ha discutido Walter Banjarnin. "
Es este momento de su desaparición el que capta " Los funer ales ". Muerta la Mamá Grande, él afirma su derecho a
conta rnos los event os basados en su visión. " Algunos de los
allí presen tes dispusieron de la suficiente cla rividen cia para
comp render que est aban asistiendo al nacimiento de una
nue va época. "! Este narrador, como todo cantor de la tradición oral necesita una audiencia y nos seduce para que lo escuchemos. Nos contará eventos " inverosímiles" pero " verídicos " para que la historia de la Mamá Grande y su reino no
per ezcan en el olvido : para que sigan vivos en la memoria, y
para que el mensaje de su histori a perm ane zca intac to a través de múltiples recuentos. Dentro de esta tradición, está
implícito el papel qu e desempeña la memoria y la repetición . Así, el cantor, que se enfrenta con la difícil ta rea de
cautivar la atención de un público, de mantener su interés, y
de asegurarse de la pervivencia del relato, se ve en la necesidad de concentra rse en la forma , de acud ir a la inventi va, a
la imaginación y hasta a la exageración. Lo cotidiano, lo
1. Ha ns Ulrich G umbrecht el al ; " La histo ria litera ria como desa fío de la
ciencia literaria " , La actual ciencia literaria alemana Sala ma nce : Anaya, 1971.
2. Véase W alter Benj am in, " T he Story reller " , Iluminations Ncw York:
Scho ken Books, 1978, 83-109.
3. Gabriel Garcí a M árq uez, " Los funerales de la M am á G ra nde " , Los
funerales de la M amá Grande Buenos Aires: Ed itoria l Suda merica na, 1973,
p. 146. Todas las citas y las obse rvaciones de la ob ra pr ovienen de esta edición .
• Nor ma Kla h n es p rofesora de literat ura hispán ica en Columbia University. El art ículo que pu bl icam os es un fragmento del libr o Ensayos críticos sobre García M árqlle<., en prensa, qu e próx ima mente aparecerá en Españ a .
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probable, no es lo que puede reactivar la memoria sino como
, diceJean Franco "lo maravilloso, lo heroico, lo que se destaca de lo diario . "4
Este cronista promete contarnos" la verídica historia", la
que se antepone a " aquella que registran los anales históricos. Ahora que la nación sacudida por los funerales ha recobrado el equilibrio es la hora de recostar un taburete a la
puerta de la calle y empezar a contar desde el principio los
pormenores de esta conmoción nacional, antes que tengan
tiempo de llegar los' historiadores."!
El relato hace alusión directa o indirecta a tres modos historiográficos, a tres maneras de entender la realidad que son
los anales, la crónica y la historia. Los anales, el modo más
antiguo de registrar eventos, reproduce los acontecimientos
en orden cronológico sin atribuirles ningún significado dada
la creencia que se producen por ley divina. Los "anales his"' tóricos" a los que se refiere el cronista en "Los funerales" registran los eventos sin atribuirles ningún significado que no
sea el de su acontecer. No existe una narración en esta forma
de representación y por ende ninguna historia. En los anales, la interpretación quedaría totalmente abierta. El cronista de "Los funerales" insiste en la narración de los hechos, en
escribir una crónica que se desprenda de la experiencia vivida y así pueda anteponerse a los historiadores, cuyo discurso emana de la subjetividad de una visión particular.
Según Hayden White, la narratividad tiene que ver con
los temas de ley, legalidad, legitimidad, autoridad: la realidad que se presta a ser representada por medio de la narración es la del conflicto entre el deseo y la ley. En los sitios
donde no existen normas, no puede darse un sujeto ni la clase de evento que se presta a la representación narrativa." El
cronista entiende que los distintos eventos funcionan como
parte de un orden legal. En todas estas representaciones de
la realidad se hace necesario un sujeto común a todos los referentes. En los anales ese sujeto es Dios, que al no existir en
el tiempo no puede funcionar como sujeto de la narración.
La clase de sociedad que hace posible el paso de los anales a
la crónica es aquella que encuentra un equivalente de la divinidad, algún ser sagrado con la autoridad y el poder de
Dios pero inserto en el tiempo.
. La Mamá Grande, ente semi-divino con autoridad y poder absoluto en el tiempo, sirve como principio organizador
de la cultura captada por el cronista antes de desaparecer.
Dice Jean Franco : "Lo que va a morir no solamente es esta
cultura basada en la alianza de familia, rito y espectáculo,
(que valoriza el placer y el juego sobre e! valor de cambio)
sino también una forma de poder, el poder que fluye del
cuerpo de la persona suprema y por lo tanto del territorio. "7
Esta cultura pre-industrial, con una actitud carnavalesca
hacia la vida se acaba con la desaparición de la Mamá
Grande que muere virgen y sin herederos. Antes de morirse
dice el cronista "se quitó el anillo con el Diamante Mayor y
se lo dio a Magdalena, la novicia, a quien correspondía por
ser la heredera menor". Aquel era el final de una tradición :
Magdalena había renunciado a su herencia en favor de la
iglesia. Es interesante notar que el poder vuelve indirecta-
mente al espacio divino . Su muerte abre paso al orden'
político-social del Estado, a la propiedad privada, al poder
abstracto que se dispersa y por su dispersión se paraliza. En
otras palabras, se abre paso al mundo histórico moderno.
Muerta la Mamá Grande el Estado toma el poder; su ineptitud es, según la presenta el cronista, risible y aterradora a la
vez: " Se impartieron órdenes para que fuera embalsamado
el cadáver, mientras se encontraban fórmulas, se conciliaban pareceres o se hacían enmiendas constitucionales que
permitieran al presidente de la república asistir al entierro. "8
El cronista tiene conciencia de lo que está sucediendo, y
antes de que lleguen "los barrenderos" , antes de que el
tiempo altere y borre la memoria, insiste en contar sus experiencias para dejar otra versión de los acontecimientos. Su
misión es la de rescatar la cultura percibida como utopía
amenazada por su desaparición, rescatarla desde el testimonio colectivo como parte de la historia ."
Como en toda crónica, la narración termina en e! presente
del cronista, y por ende, carece de cierre , pero no así de consejo. Aquí se desdobla e! cronista como relator. Aquél , que
como dice Benjamín, siempre tiene consejo para su público.!? Dice al despedirse: "Sólo faltaba entonces que alguien
recostara un taburete en la puerta para contar esta historia,
lección y escarmiento de las generaciones futuras y que ninguno de los incrédulos del mundo se queden sin conocer la
noticia de la Mamá Grande, que-mañana miércoles vendrán
los barrenderos y barrerán la basura de lus funerales , por todos los siglos de los siglos. "11
El consejo que se desprende a través de todo el relato es e!
de mantenerse siempre "incrédulos" de la histori a oficial
que aquí incluye los medios de comunicación. El discurso
histórico es el menos objetivo, porque según White tiene cierre y presenta un mundo capaz de hablar por sí solo y de
asumir la forma de una historia acabada y coherent e: "En
este mundo, la realidad porta la máscara d(' un significado,
cuya plenitud y acabamiento sólo podemos imaginar y nunca experimentar. "U El discurso de un narrador que testimonia lo que ve adquiere una forma abierta y múltiple mientras
que el discurso sin narrador contiene la ideología de una autoridad ausente y unívoca. Para e! Garc ía Márquez de " Los
funerales " ese discurso es peligroso : la moral impuesta desde afuera sólo puede beneficiar al Estado; la moral que surge
desde la experiencia de! narrador es para el beneficio del
pueblo.
García Márquez al identificarse con el cronista clarividente de! relato motiva al lector a cuestionar, a tomar conciencia de su realidad. No es una vuelta al pasado lo que
propone el autor. El pasado es irrecuperable : lo que tenemos que rescatar de esa cultura ahistórica es la figura del
cronista, encarnación de la resistencia dentro de la historia.
Los clarividentes cumplen una función doble: hacer ver al
pueblo y dejar su testimonio como reto al discurso de la autoridad.
Periodismo y literatura
En Crónica de una muerte anunciada desaparece el cronista de
" Los funerales " para dar paso a un cronista que sólo mano
4. Jean Franco, " Memoria, narración y repetición: La narrativa hispanoamericana en la época de la cultura de masas", en David Viñas , Angel
Rama et. al, Más allá del boom: Literatura y mercado, México: Marcha Editores, 1981, p. 111.
5. Garcla Márquez, " Los funerales .. .", p. 127.
6. Hayden White, "The Value of Narrativity in the Representation of
Rea1ity", Critical Inquiry, VII, 1 (Autumn, 1980), p. 16.
7. Franco , "Memoria, repetición.. .", pp. 114-116 .
8. Garcla Márquez, "Los funerales ... ", p. 134.
9. Véase Victoria F. Chase, " (De) mitificación en Los funerales de la
Mam á Grande " , Texto Crítico, 16-17 (1980 ), pp. 233-24 7.
10. Benjamin, p. 86.
11. Garcla M árquez, "Los funerales ... ", p. 147.
12. White, p. 24 .
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tien e víncu los débiles con ese ca ntor extra-oficial. Este cronista represent a má s bien al per iodista cont emporáneo qu e
utiliz a los recursos y las convenciones literarias de la ficción
pa ra recrea r un evento. Como el cronista de antaño, insiste
en descubrir otra verdad, la no oficial. El periodist adetecti ve enca rna la bú squeda romántica de la verda d, bu sca descubrir el enigma, la verdad detrás de los hechos . En
este rela to la palab ra " crónica" alude no sólo al ordena mient o de eventos sin o al artículo periodístico.
Según H elmut Bonheim, la manera en que empieza una
narración a punta al modo na rrativo que la época considera
~ á s p o~ul ar. En este texto es aparente, desde la primera pág~n~ , la influ encia qu e ejerce sobre el discurso el modo periodístico, mod o del que participan muchas novelas contempo-
r áneas .' " Se reemplaza al cronista historiador por el periodista . El uso de deícti cos, de verbos de acción, el estilo dire cto y de un habl a presentado indire ctamente (me dijo que .. .)
son indica tivos del peri odismo y del cuento que pri vilegia al
inform ador. El relato medi at izado por un narrador as ume
un ton o oral , escuchamos el cuento más que visualiza rlo; o
sea la diegesis (na rración) cobra importanci a sobre la mimesis
(imitac ión) . El relator se con vierte en artesano que logra retener a sus oyentes hast a el final de la narración por su virtuosidad técnica. Al recoger los testimonios, 27 años después de qu e sucedieron, el relator les da el orden que dict a la
memoria : el de la inversión. Ir hacia un final es meno s im13. Véase Helmut Bonheirn, Nartatir M odes Ca mb ridge : D. S. Brewer.
19112.
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port a nte que captar el final según está implícito en e! pr incipio y en los episodios que conducen a ese fin. Por eso la
muerte de Santiago Nasar no es tan importante como los hechos que la precipita ron.
García Márquez ha dicho en una entrevista que en la crónica logró por,primera vez una integración per fecta de! periodismo y I_literatura; y que e! periodismo le ayuda a mantener un contacto con la realidad que es esencial a la literatura ; la literatura le enseña a escribir. "Aprendí", dice "a
ser periodista leyendo buena literatura." 14
Llegó la nota roja
No es de extrañar entonces, en su vocación por ambas disciplinas, su admiración por Martín Luis Guzmán y el hecho
de que Muertes históricas, de Guzmán sirviera de modelo narrativo en la construcción de Crónica.15 El uso de la letra
grande y de los deícticos, el estilo de reportaje, directo y conciso, e! detalle preciso y sobre todo el intento logrado de captar con precisión los eventos que precipitaron la muerte de
una persona condenada de antemano. Unos cuantos ejemplos serán suficientes para notar las afinidades que demuestran los textos. Las diferencias son muchas más y no insisto
a hora en ellas porque no consti.tuyen el objeto de 'este trabajo.
La primera frase de Muertes históricas como en Crónica, nus
sitúa de inmediato en el'conflicto y nos anuncia el final: " El
5 de mayo por la mañana, la situación política y militar de
Venustiano Carranza no tenía remedio. " 16 Carranza sin saberlo se encamina hacia la muerte, lo sabe el narrador y los
que lo rodean. Desde el principio advertimos el papel que ju- ~
garáel destino: "Es decir que tuvo la visión de estar cumpliendo un destino claro y acariciador a la luz de su ceguera,
mientras de hecho inconsciente e implacablemente, caminaba hacia otro, negro y cruel, que estaba aguardándolo. " 17
T ermina con el asesinato de Carranza. Los gestos más comunes, las palabras más triviales, y los eventos aparentemente rutinarios se magnifican, cobran otra dimensión
cuando anteceden el desenlace. La tragedia reside en e! total
desconocimiento-que las víctimas tienen de su muerte ineludib le. .En ambos casos, el cronista implícitamente demuestra que las muertes anunciadas se deben a causas históricas
o sociales, es decir, se dan en el ámbito de la " cultura" y no
de "la natura ".
El cronista de la obra de García Márquez recrea no un
crimen político de una figura importante históricamente
sino un crimen pasional de gente pueblerina quesucede en
Sucre. La historia está basada en un crimen verdadero, y sus
personajes, con los nombres cambiados, responden a individuos de la vida real. El testimonio de estos personajes es recreado por el cronista que no presencia los eventos que condujeron al crimen. Aunque la trama está subordinada a un
hecho verificable su recreación proviene de la imaginación
del autor. El argumento es sencillo: Un hombre es asesinado
por culpa de una joven que , devuelta la noche de su boda,
dela ta el nombre del que será victimizado. Nunca se sabe si
14. Francisco Fajardo, "El último opus de Garcla Márquez ", La mañana, Montevideo , mayo lO, 1981.
15. Esta relación me fue indicada por el autor en una conversación realizada en la librería Mat:ondo Nueva York, otoño, 1982. Martln Luis Guzmá n, Muerteshist6ricas, México : Compañia General de Ediciones, 1959.
16. Guzmán, p. 33.
17. Guzmán , pp. 35-36.
el hombre m uert o er a verda deramente culpable de la ofénsa
que se le imputó.
'
Si como dice Umberto Eco cada texto delínea un proyecto
de su " lector modelo " como componente de una estrategia
estructural, o en otras palabras e! lector no puede usar el
texto como quiere sino como el texto quiere ser usado "(leído) ,18 las est rategias textuales de Crónica nos remiten a las
convenciones de prensa amarilla o nota roja que une la idea
de noticia con la de espectáculo, y que de alguna manera
atrae a un público más amplio. El cronista de este bestseller, cuenta con el escandaloso evento para obtener y.retener lectores. Es interesante qu e los primeros articulas _que
aparecieron sobre Crónica fueron de lectore s que leyeron la
obra como verdad. Estos lectores se concentraron en el cpn- ,
tenido : contrastan y comp aran los eventos y sus personajes
con sus contrapartes verificable s. Explot an lo sensacional
como estrategia que provoca una curiosidad extratextúal.
Veamos este titular de Interoiu: " La verda dera crónica de
una muerte anunciada : Estuvimos con los protagonistas
reales de la novela de Gar cia Márquez. Crénica, el último bestseller de Garda M árqu ez, está basada en una terrible y verídica historia que sucedió hace treinta a ños en el pueblecito de Sucre. El escrito r ha recup erado para la literatura lo
que ocurrió aquella mañana lluviosa del mes de enero en
• de amo r, honor, ce1os y muerte. " 19
que se gestó una tragedia
Otro titular de la revista ch ilena lloy dice : " Fui testigo del
crimen. Sacó de la tumba al a migo de sus 20 años porque le
penaba " peor que mis con stant es dolores de dientes ~ mue las ... " y volvió a enterrarlo de un prolongado, agonizante,
, . pero efectivo plumazo. " 20 Ade más de apelar a las masas, estos artículos establecen el hecho de que hay dos textos, uno
ficticio (en el sentido de ordenam iento y r.ecreación imagin~­
tiva) y otro verídico , basado en las entrevistas. Como.e n el h. bro de Guzmán, el texto invita a busca r otras versiones.
,
En un artículo, J. G. Coba Borda, indica que García M árquez entregó el libro a la ed itorial " luego que en una ~eu" nión de paisanos oyó las respe ctivas versiones d~ los testl~os ;~
sobrevivientes y comprendió qu e la suya, la versión de qUien..,
no estaba presente pero cuya pr ima boba tampoco se ~Iam~- ,
ba Angela Vicario era mejor todavía. "2 1 Esta aclaración ch-.!
, vorcia el texto del referente.
.
.:\
, La denominación de algunos person ajes con sus nombres 7
verdaderos y el atributo de nombres simbólicos a otros es .~
una clave significativa. El autor deliberad amente h~ com< ~
' puesto un texto que contie~e un código dobl~ y que mcluye ,:~
:~' las estrategias para decodificarlo como ambiguas. Aunque
'. desdésu aparición el texto se nos muestra como obra de fíe: J ::i6i1' y'exige ser leído como tal , el he~ho de b.asars~ en u~ ~e-. '
cho y personajes verificables p:rmlte no solo. ~a Identificación del autor con el narrador sino la elaboració n de un relato que aparenta un grado ma~or de ~ea l i da d.
,(
El cronista-investigador, a diferencia del relator de LOS
' fu'herales", no se configura como autoridad. Nos confrontamas con un cronista que no presencia los hechos. Recoge I.os
datos de testigos desde el principio desconfiables : " Muchos
coincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante...
pero la mayoría estaba de acuerdo en que era un tiempo fú:'18. .Umberto Eco. " El lector modelo ", en Lector in Fabula, Barce1?na,
Editorial Lumen , 1981.
~ 1 9 . Carme1a Rivadeneyra , Inu nnu, Año 6, No. 271 (29 j ulio-4 agosto,
. 1981), pp. 38-40.
.20. HoY (12 al8 de agosto de1981 ), pp. 29·38.
. .,
21. J. G. Cobo Borda, " Crónica de una mu~rl~ anunciada" , la nueva novela
de Ga rcla Márquez, &0. 234 (abril, 1981), p. 609.
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neb re con un cielo turbio y bajo un den so olor de agua dormid a ." 22 El investig ador recoge datos qu e contradicen el sumar io oficial, Los test igos adm iten q ue no dijero n tod a la verdad du rante el juicio o qu e de hecho mintieron. Este dato
importa nte establece la exist encia de dos órdenes legales : el
oficial y escrito y el popular y oral. Sin emba rgo, las contra diccion es en las declaraciones de los testigos ind ican qu e
ellos tam bién en gañan al narrador. Las declara cion es son
más bie n excusas , pr etext os, disculp as , ac usaciones o invenciones. Unos bu scan eximirse con orgullo cierta culpa bilidad ind irecta . La narración se complica par a el lector , dad o
que el punto de vista en primera persona implica explícitament e la subjetividad . El narrador admite hab er ocult ad o
información de Santiago Nasar en cuanto a su relación con
Ma ría Alejandra." Nos encontra mos con un narrador que
tiene el poder de retener, deform ar o incorporar información. Si el cronista de " los funerales " pretende cierta objetividad en su función de testigo que transcribe los eventos inmediatamente, el relator de Crónica llega mucho tiempo despué s de " los barrenderos " a rescatar la historia de la memoria aje na. Al recoger los testimonios, tantos a ños después, el
relat or les da el orden que dicta la memoria : el de la inver-
sión. Ir hacia un final es menos import ante, 'en este cas o, que
ca p ta r el final según está implícito en el principio y en los
episodios q ue cond ucen a ese fin. El investigador busca darle inteligibil idad a un acto de violencia qu e el tiempo no ha
lograd o bo rra r de la ment e colectiva del pueblo.
Transgresión de los códigos
La narrati va se cierra , se capta el evento en su tota lida d .
Los sucesos adquieren sentido como elementos constit utivos
de un a tr ag edia puebl erin a en qu e la fatalidad par ece tener
un pap el decisivo. A trav és de la obra todas las intuiciones,
los sueños y los actos simbólicos anunciado s por el na rrador
o los testigos se cump len. Se espera qu e la muerte de la víctima se interprete como ironía del destino. Parec ería una
vuelta a la visión qu e se desprende de los a nales; los sucesos
ocurren por razones a históricas; no acusan ni defienden un
orden legal.
Sin emba rgo son otras las posibilidades del sent ido que se
desprenden del texto . Desde el principio se nos presenta un
mundo cuyo s patrones normales de actividades han sido
trastocados. Nada ocurre como debería. Esto es imposible
cua ndo los códigos mor ales de una sociedad han sido transgredidos. Nadie previene la muerte (ni el pueblo, ni la iglesia, ni la ley), nadie contraviene las leyes que sostienen el sistema imperante, para que esa legalidad perdida pueda ser
restaurada. La legalidad se establece de nuevo, por medio
de los códigos de un a moralidad doble. La sociedad afirma
los dict ámenes de la a utorida d oficia!. La madre del narrador acepta la inevitable muerte. No busca alertar a la víctima sino " prevenir a mi comadre Plácida. No es justo que
todo el mundo sepa que le van a matar el hijo, y que ella sea
la únic a que no lo sabe. " 24 La novia de Pablo no sólo prest a
apoyo a la empresa sino que la incita: " Yo sabía en que andaban -me dijo- y no sólo esta ba de acuerdo, sino que
nunca me hubiera casado con él, si no cumplía como hombre. " 25 El párroco " recorda ba la rendi ción como un acto de
una gra n dignidad. " 26 Ademá s es significativo que la
puerta principal de la casa de Plácida Linero se ha ya reparado con fondos públicos.
Nadie cre e en la culpabilidad de Santiago Nasar, ni el
juez que pr esidió el j uicio hacía 27 años ni el cro nista investigador cuya nue va evidencia exime de nuevo a la víctima . Si Sa ntiago Nasa r era culpable o no, su matanza, acto
sacrificial, era imprescindible para restaurar la armonía en
la comunidad. Este acto crimina l, aunque impuesto por la
sociedad, se encuentra bajo los designios de la tr agedia si
aceptamos que se presenta una situación en donde las posibles líneas de acción del protagonista se reducen drásticamente. Si para Claude Bremond la lógica de los eventos de
la narración es una lógica de posibles, en esta novela cort a
Nasar funciona más bien como paciente y no como agente
de sus acciones . Al nivel de la escritura, el discurso anunciativo establece una lógica de impos ibles narrativos Y " En un
conflicto " , dice T. G. Pavel, " bien equ ilibrado, los dos lado s
tienen idealmente las mism as oportunidades de ganar, la
22 . Ga br iel Ga rc ía M árqu ez, Crónica de una muerte anunciada C olu mbia :
Edi to ria l O vej a Ne gr a , 1981, p . 10. T od a s las citas y observacion es de la
obr a provien e n de esta ed ición.
23. Pa ra u na interpretació n qu e acusa a l narrad or de ser el a utor del crimen v.é ~ se el art í~ u l o de Angel R ama , " G arc ía Márq uez entr e la tr a gedi a y
la policial o cró nica y pesquisa d e la cró nica d e una mue rte a nu ncia da" en
Sin Nombre, Vo l. 12, No . 1 (oct-d ec, 1982), 7-27.
24 . Garc ía M árquez, Crónica, p. 34.
25. lbid., p. 84.
26. Ibid., p. 67.
27. C la ude Brem ond . " La lógica de los po sib les narrativos " en Análisis
estructural del relato. Roland Bar th es et al. Ar gent ina: Editoria l Tiem po Contem poráne o. 1970.
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victoria le pertenece al que conozca mejor las reglas deljuego. "28
tan azorado que no encont raba el cami no de su casa. so
En esta trama, o en este drama, el protagonista tiene todas las desventajas. Según René Girard en Vialence and the Sacred, la sociedad escoge un chivo expiatorio que es por lo general ún sust ituto, alguien que representa " el otro " . A esa
víctima se dirige la violencia que podría de otra manera desembocar en un miembro de la comunidad a quien consciente o inconscientemente se desea proteger. El denominador común que determina la eficacia de! sacrificio amortigua todas las tensiones internas, los celos, las peleas y las rivalidades contenidas dentro de la comunidad. " 29 El papel
que desempeña la comunidad queda explícito en e! texto.
Minutos antes de que el sacrificio sangriento se efectúe:
De rep ente todo en voz comu nal, voz que en esta obra no
cum ple la mism a función qu e el coro griego, le grita n direcciones contradi ct oria s perturbá ndolo aún más . " De todos
lados empezaron a gritarle, y Santiago Nasar dio varias
vueltas al revés y al derecho, deslumbrado por tantas voces a
la vez. " Llega confu so a la puerta principal donde lo esperaban los hermanos.
De~pu?s del crimen la comunidad se asegura de que no
habra mas matanz,:s. Según Girard, las víctimas escogidas
por la comunidad (Angela supo escoger la víctima) no motivan otros crímenes. " El Coronel Aponte pre ocupado por los
rumores visitó a los ár abes, fam ilia por familia, y al menos
por esta vez sacó una conclu sión cor recta . Los encontró perplejos y tristes con insignias de duelo en sus altares y algunos lloraban a gritos sentad os en el suelo, pero ninguno abrigaba propósitos de vengan za . . . Nad ie pensó en una represalia de la familia de Plácida Linero . " " Los árabes", dice el
narrrador, "constituían una comunidad de inmigrantes pacíficos. Eran unidos, lab oriosos y católicos. Se casaban entre
ellos . " Nasar como Bayardo San Roma n constituyen " e l
otro ". En el pu eblo los rela cionaban por su preocupació n
con el dinero . La madre del narrador ve a Bayardo ser desconfiable y describe sus ojos ama rillentos como " oj os de
oro " . El pueblo recuerda que Sa ntiago Nasa r sacó la cuenta
de los gastos de la boda . Comenta el narrador : " Polo Carrillo, el dueño de la plant a eléctri ca, pen saba q ue su serenid a d
no era de ingenuidad sino de cinismo : "Creía que su plata lo
hacía intocable, -me dijo. Fau sta L ópez, su mujer comentó : como todos los turcos. "
El drama de honor español se transforma en un ritual
complejo y sangriento. Nuestra s expecta tivas de leer e! texto
como crónica periodística o novela negra se frustra n . El
enigma no se resuelv e y nos q uedamos con la configura ció n
de un espacio cuyo sentido trasciend e la pu ra anécdota aparentemente trivial.
El cronista, a diferen cia de aq uel de "los funerales", no se
distancia de la colectivid ad lo suficiente para as umir una posición crítica y asumir el pap el de desmitificador. En un primer plano se percibe un narrad or qu e forma parte de una
comunidad que defiend e el orden qu e mantiene una sociedad cerrada y machista. Existe sin em bargo, otro nivel en el
que se efectúa la desmitifi cación de ese mundo anacrónico,
de valores cuestionables qu e representa Sucre, y éste se da al
nivel del estilo. A través de la iron ía y el humor negro se destaca una comunidad cuyos mod os de pensa r y actuar aparecen risibles y finalmente hast a grotescos. Se nota un narrador que se siente incómodo en ese mu ndo del que participa.
El texto configura un narrador am biguo qu e se exime de
cargo alguno dado que no está presente cuando ocurren los
hechos : ha pasado la noche en un pro stíb ulo, y a otro que
aparece más tarde y habla de " una muerte cuyos culpables
podíamos ser todos . "
En Crónica desaparece e! cronista de an ta ño que se establecía como autoridad por su clarividencia; sab iduría que le
permitía dar consejo . El cronista contemporáneo de este texto que ha perdido ese sitio privilegiado. En vez de consejo
nos da información, cargada de significación. El cronista nos
comunica, por ejemplo , que el j uez (personaje con quien se
siente indentificado) escribe al margen de un folio: " Dadme
un prejuicio y moveré el mundo. " <>
García Márquez por Levine
La gente se dispersaba hacia la plaza en e! mismo sentido
que ellos. Era una multitud apretada, pero Escolástica
Cisneros creyó observar que los dos amigos caminaban en
e! centro sin dificultad, dentro de un circulo vac ío, porque
la gente sabía que Santiago Nasar iba a morir, y no se
atrevían a tocarlo ... La gente se había situado en la plaza
como en los días de desfile, todos lo vieron salir, y todos
comprendieron que ya sabía que lo iban a matar, y estaba
28 . Thomas G. Pavel, " T ragedy and the Sacred : Notes Towards a Semantic C haracterizati on of a Fictional Genre." Poetics 10 (1981), 231.242.
29. Ren éGira rd, Violenaand the Sacred Baltimore:Johns Hopkins University Press, 1972.
30. García M árquez , Crónica, p. 134 Y149.
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