Facultad de Filosofía y Humanidades. Licenciatura en Historia. Tesina Para el Grado de Licenciatura En Historia. SEXUALIDAD FEMENINA Y AUTOESTIMULACIÓN EN CHILE: UN ACERCAMIENTO DESDE LA REVISTA PAULA (1984-2012) Alumna: Valentina Valencia R. Profesor Guía: Manuel Gárate. Santiago, marzo del 2015. 1 Índice: Introducción------------------------------------------------------------------------------------Pág. 3 Primer Capítulo: Historia de la Sexualidad y la Autoestimulación Femenina----------------------------Pág. 15 Segundo Capítulo: Sexualidad Femenina y Autoestimulación en los Medios de Comunicación---------Pág. 35 Tercer Capítulo: Sexualidad femenina y autoestimulación dentro de la Revista Paula (1984-2012) Pág. 44 Conclusión------------------------------------------------------------------------------------Pág. 79 Bibliografía-----------------------------------------------------------------------------------Pág. 89 2 Introducción: Escribir “historia de las mujeres” en el siglo XXI resulta ser un gran desafío, aun cuando se tiende a pensar que en los tiempos modernos estas controversias ya han sido superadas desde la historiografía. Así lo menciona Francoise Thébaud cuando se pregunta a través de su libro: Escribir la Historia de las Mujeres y del Género, si podríamos decir que: “¿La historia de las mujeres y del género se ha integrado progresivamente en la disciplina, en la profesión y en las instituciones de enseñanza e investigación y que, en la actualidad, ostenta el lugar que merece en Francia?” 1, a lo que ella misma responde que si bien es innegable que el panorama ha evolucionado, no se puede ser tan optimista al respecto, y es que, para empezar, su legitimidad intelectual aún no parece estar plenamente garantizada. Hay quienes siguen observándola como un “área especializada” o más aún “particularista”, y tal como escriben las historiadoras Jacqueline Laufer, Catherine Marry y Margaret Maruani: “la necesidad de una lectura sexuada del mundo social sigue siendo una conquista pendiente” 2. Si bien Thébaud nos enseña el panorama que caracteriza actualmente a la historia de las mujeres en Francia, es interesante notar que incluso en dicho país, en donde se ha escrito una gran variedad de libros acerca de esta temática, resulte aún desfavorable el tratar 1 2 Thébaud, F., Escribir la Historia de las Mujeres y del Género, Ediciones KRK, Oviedo, 2013, Pág. 326. Thébaud, F., íbidem. 3 de asumir una historia “conjunta” que coloque en el mismo nivel la historia escrita para los hombres que para las mujeres, y para que no se observe la historiografía femenina como un “submundo” relegado a una “historia general asexuada”. Es más, volviendo a Thébaud, se nos señala que: “La historia de las mujeres y del género sigue encontrando fuertes resistencias marcadas por la indiferencia, el escepticismo o la hostilidad”3, e incluso “antifeminismo”, en donde las estrategias que se han utilizado para destituirla o descalificarla suelen ser ignorarla, atribuirle un nombre distinto, o asociarla a un enfoque que se le parezca y que permita “encubrir” su procedencia. Por otra parte, la autora nos comenta que el reconocimiento intelectual no siempre ha ido acompañado del institucional: “que es lo que posibilita que un ámbito de investigación se desarrolle y penetre en las formas habituales del conocimiento”. 4 Por lo tanto, se reconoce que en términos generales la disciplina historiográfica se ha abierto menos en este campo en comparación con la Sociología, las Ciencias de la Educación o incluso las Ciencias Políticas. En resumidas palabras, Thébaud reconoce que: “las resistencias se centran, en primer lugar, en la inclusión del ámbito de investigación […] y en las instituciones de enseñanza e investigación y, por ende, en la producción y, especialmente, en la transmisión de una cultura mixta.” 5 Teniendo esto presente, es que la historiadora termina su libro con la siguiente frase: “Yo me detengo aquí. La historia continúa” 6, a modo de seguir impulsando a que 3 Thébaud, F., íbidem. Thébaud, F., ibídem. 5 Thébaud, F., ibíd., pág. 328. 4 4 más historiadores, teniendo en cuenta estos antecedentes, prosigan haciendo historiografía, y colaboren para que exista una “ampliación” de las miradas de género dentro de la disciplina, puesto que la misma ayudaría y sería fundamental para realizar y transmitir una historia más justa, o dicho en otras palabras, una historia conjunta. Como se ha pretendido hacer notar más arriba, esta monografía persigue rescatar un ámbito particular de la historia de las mujeres, dado a que reconoce que: “escribir la historia de las mujeres requiere una <<voluntad de conocer>> de la que se ha carecido durante mucho tiempo.”7 Específicamente, se busca recoger y observar la manera en que una revista femenina como Paula ha transmitido y ha abordado la sexualidad femenina y la autoestimulación de las chilenas entre los años 1984 y el 2012. Se seleccionó este tiempo histórico debido a que se encontraron diferentes hitos en la discusión de la sexualidad en Chile, que dieron cuenta de que durante esos años se establecieron temáticas referente a la propuesta que este trabajo pretende llevar a cabo. Específicamente, escribir una historia sobre la sexualidad de las mujeres resulta interesante en cuanto permite hacernos consciente de que: “el continente de la sexualidad femenina todavía es un territorio desconocido, un universo sin explorar” 8, y que por lo mismo, es necesario analizar. Anne-Marie Sohn menciona que: “Antes del siglo XX, el cuerpo sexuado nunca había sido objeto de tanta atención” 9, y que su lugar central en el último cuarto del siglo XX tendría relación con la “liberación del deseo” que se vivió en 1968, año en que: “por 6 Thébaud, F., ibíd., pág. 333. Thébaud, F., ibíd., pág. 65. 8 Perrot, M., Mi Historia de las Mujeres, Fondo de Cultura Económica, 2009, pág. 57. 9 Sohn, A., El Cuerpo Sexuado, en: Historia del Cuerpo, Taurus, 2005, pág. 101. 7 5 primera vez las prácticas sexuales y el discurso sobre la sexualidad se combinan públicamente e imponen la irrupción de la vida privada en las cuestiones políticas.” 10 Sin embargo, tuvo que pasar un largo período para que se impusiese el derecho al placer, y su aceptación estaría relacionada con la “libertad”, por un lado, y con las exigencias de transparencia por otro, puesto que se exigía que la vida cotidiana del cuerpo se enmarcara dentro de los dos ámbitos antes mencionados. Conjuntamente, en la segunda mitad del siglo XX, el cambio científico trajo consigo la “medicalización” creciente del cuerpo sexuado. Esto, dado a que en el siglo anterior la elite y su “voluntad de saber” 11 permitió controlar los cuerpos a través de la “normalización” 12 de los comportamientos privados, principalmente de las mujeres y los niños. De este modo, la sexualidad pasa a convertirse en objeto de estudio, siendo su principal propósito perseguir las conductas sexuales “desviadas” u “ordinarias”, tales como el onanismo, las enfermedades venéreas y las “aberraciones” sexuales. Sohn comenta que: “Esta <<protosexología>> pone en guardia contra los excesos que debilitan el organismo y aconseja una gestión prudente del espera.” 13 A fines del siglo XIX nace en Alemania y en Inglaterra, la primera ciencia sexual, con la publicación en 1886 de la Psychopathia Sexualis del escritor Richard Von KrafftEbing, los Estudios de Psicología Sexual de Havelock Ellis y los trabajos de Magnus 10 Sohn, A., Ibídem. Para Foucault, La Voluntad del Saber refiere a la sobreproducción de discursos que se produjo en el siglo XX en occidente con respecto a la sexualidad, y que tenía como propósito conocer la verdad última sobre el acto sexual. Véase en: Historia de la Sexualidad, Volumen 1. 12 A modo de igualar la sexualidad de todo individuo a través del concepto de “enfermedad”, que desde la psiquiatría permitía patologizar toda conducta sexual que fuera diferente a la norma. Véase en: Historia de la Sexualidad, Volumen 1. 13 Sohn, A., Ibíd., pág. 108. 11 6 Hirschfeld. De esta manera, el comportamiento sexual queda definido entre lo “normal” y lo “anormal”, lo “sano” y lo “desviado”. Ya en el año 1905, Sigmund Freud, a través de: Tres Ensayos Sobre la Sexualidad14, reconoce el legítimo derecho al placer, lo que para Sohn: “constituye una ruptura considerable, ya que representa el paso de una sexualidad reproductiva a una sexualidad hedonista”. 15 De esta manera, surge una nueva definición acerca de las “perversiones sexuales”, relacionadas esta vez con una vida pulsional que conviene superar mediante un desarrollo psíquico armonioso. No obstante, en lo que concierne a las mujeres, el psicoanálisis freudiano develó una teoría “falocéntrica”, donde el órgano principal por excelencia debía ser el pene, y que por su carencia, las mujeres pasaban por un período de “envidia de pene” hasta que lograban encontrarlo fuera de su cuerpo y dentro de la relación con un hombre que les permitiese “completar” esta falencia. A la vez, para Freud el órgano regidor del placer sexual femenino debía ser la vagina, despreciando la utilización del clítoris como zona desde la cual se pudiera obtener placer sexual. Esta localidad era considerada “infantil” y por lo mismo no se aconsejaba utilizarla durante la adultez. Sin embargo, con la creación de la Escuela Inglesa y los aportes de las psicoanalistas Melanie Klein, Ernest Jones y Karen Horney16, dicha disciplina relativiza el placer vaginal, la envidia de pene e hipotetiza la existencia de una libido femenina. De esta forma, para Sohn el psicoanálisis: “ha contribuido de forma incuestionable a sacar la 14 Freud, S., Obras Completas, V. VII, Ed. Amorrortu. Sohn, A., Ibíd., pág. 9. 16 Véase en: Sohn, A., El Cuerpo Sexuado, en: Historia del Cuerpo, Taurus, 2005. 15 7 sexualidad del mundo del silencio y la vergüenza, Además, progresivamente, han ido legitimando el placer”.17 Teniendo como precedente estas teorías, es que en la segunda mitad del siglo XX nace la Sexología Científica a partir de los informes que el zoólogo Alfred Kinsey publica dentro del Institute for Sex Research de la Universidad de Indiana. Estas investigaciones se caracterizaron por no tener como objeto clasificar los comportamientos sexuales como normales y desviados, sino más bien: “se limitan a presentar un cuadro de las prácticas sexuales de sus contemporáneos gracias a una encuesta que descansa en una amplia muestra de 10.000 individuos”. 18 Referente a la sexualidad de las mujeres, estos informes son los primeros en negar la jerarquía de los orgasmos femeninos, rehabilita el placer clitoridiano, y concluye que son pocas las mujeres que no han tenido en su vida ningún orgasmo. Conjuntamente, para Kinsey, la sexualidad femenina es muy similar a la sexualidad de los hombres, lo que queda establecido a través de las mismas fases psicológicas que caracteriza a ambos géneros: excitación, clímax y detumescencia. Por lo cual, se declara que las diferencias en comportamiento sexual sólo tienen relación con una “socialización” que ha sido diferente tanto para los hombres como para las mujeres. Se aboga así por una “igualdad” en cuanto al “derecho a sentir placer”, lo que trae consigo un progreso importante en relación a la paridad de los géneros. 17 18 Sohn, A., Ibíd., pág. 110. Sohn, A., Ibídem. 8 A partir de la década de 1960, la sexología adquiere un rol terapéutico gracias a los avances del médico William Masters 19 y de la psicóloga Virgina Johnson 20, los cuales: “presentan un proyecto curativo basado en una observación en el laboratorio de las reacciones sexuales”. 21 Establecen una descripción de las fases del orgasmo (excitación, meseta, orgasmo y resolución), lo que les permite identificar con facilidad las disfunciones sexuales que presentaban sus pacientes. De este modo, aparece un nuevo objetivo dentro de las terapias sexológicas: el orgasmo, el cual, siguiendo a Sohn, pasa a ser: “una condición para la salud y el equilibrio mental.” 22 Con la aparición del SIDA 23 en 1981, la sexualidad vuelve a convertirse en un problema de salud pública que moviliza tanto a los políticos como a los médicos a tratar de modificar las prácticas sexuales de las personas. Para Sohn: “Las grandes investigaciones que se lanzan para identificar los comportamientos de riesgo modifican el discurso sobre la sexualidad, que pasa de ser hedonista a ser sanitario”. 24 Frente a esta nueva enfermedad, cada sociedad reaccionó de manera distinta y adoptó una política de prevención en función a los valores morales que caracterizaban a dichas comunidades. En la actualidad (siglo XX y XXI), y ya con la aparición en 1996 de la triterapia que permite controlar la replicación del virus del SIDA, el cuerpo pasa a sostenerse como “el 19 Véase en: Sohn, A., El Cuerpo Sexuado, en: Historia del Cuerpo, Taurus, 2005 Véase en: Sohn, A., El Cuerpo Sexuado, en: Historia del Cuerpo, Taurus, 2005 21 Sohn, A., Ibíd., pág. 112. 22 Sohn, A., Ibíd., pág. 113. 23 El Virus del SIDA (VIH) aparece cuando se comienzan a detectar varios casos de neumonía y sarcoma de Kaposi, un variante de cáncer de piel. El hecho de que la mayoría de los casos se presentaran en homosexuales dio pie a una investigación más exhaustiva que concluyó con la presencia, en todos los afectados, de un tipo de células sanguíneas. Esto derivó en que el virus se asociara a una destrucción del sistema inmunológico, lo que se traducía en una enfermedad crónica y mortal. Véase en: https://www.inspiraction.org/salud/sida/historia-del-sida, revisado por última vez el día 10 de enero del 2015, a las 17:50 hrs. 24 Sohn, A., Ibíd., pág. 117. 20 9 centro del poder”, y para Sohn, esto resulta especialmente característico para el cuerpo de las mujeres: “alrededor del cual se juega una importante partida de gestión y de control colectivo”. 25 Para la autora, en esta época son por primera vez las mujeres las que “ganan”, en cuanto se les permite controlar su fecundidad y acceder al placer sin escándalo ni peligro. Sin embargo, para la misma, la emancipación sexual no se condice con la igualdad de sexos, puesto que: “la liberación aparente de las reglas de la moral tradicional oculta a menudo la manipulación secular de las mujeres. El dominio masculino aprende a renovarse y avanzar, enmascarado bajo la bandera de la libertad sexual”. 26 Por lo cual, incluso la utilización de los métodos anticonceptivos, podrían estar siendo una nueva forma de controlar el cuerpo de las mujeres. Tanto la historiografía, como la historia cultural y la historia social han tratado de validar la sexualidad, y específicamente, la sexualidad femenina mediante la edición de libros como El Sexo Solitario de Thomas Laqueur (2005), el cual viene precedido: “de una introducción que precisa lo que es y lo que no es una historia cultural de la sexualidad y en la que el autor resume su propósito: explicar el nacimiento de la masturbación moderna <<en calidad de cuestión de moral sexual seria>>.”27 Volviendo a Thébaud, para la autora, a partir del año 2003, la sexualidad como temática historiográfica ya no se desprecia y puede estudiarse sin tapujos: “al tiempo que algunos historiadores más consagrados también la toman como objeto de estudio”. 28 De 25 Sohn, A., Ibíd., pág. 133. Sohn, A., Ibídem. 27 Laqueur, T., Sexo Solitario, una historia cultural de la Masturbación, Fondo de Cultura Económica de Argentina, Buenos Aires, 2007, pág. 311. 28 Thébaud, F., Escribir la Historia de las Mujeres y del género, Ed. KRK, Oviedo, 2013, pág. 312. 26 10 este modo, la autora nos revela que la revolución sexual del último tercio del siglo XX ha contribuido a que existan más publicaciones y nuevos estudios al respecto. Teniendo en cuenta todo lo anterior, es que este trabajo invita, en un primer capítulo, a realizar un recorrido por la historia de la sexualidad y la autoestimulación femenina. Dentro de un segundo capítulo, se consideró necesario analizar y hacer visible la sexualidad femenina y su autoestimulación a través de los medios de comunicación, mientras que en un último capítulo se abordó la sexualidad femenina y autoestimulación dentro de la revista Paula (1984-2012). Esto, dado a que a partir de nuestras indagaciones se pueden identificar variadas temáticas socioculturales que no han sido abordadas desde la medicina u otro campo de investigación. Lo cual, podría dar cuenta de un ámbito relevante para entender procesos históricos y sociales que no han logrado ser abordados en toda su magnitud. En un primer momento, esta investigación perseguía abordar solamente los discursos acerca de la autoestimulación femenina. Sin embargo, y dado a la escasez de fuentes que permitieran llevarla a cabo, se relegó a un tema más amplio y más abordado dentro de la realidad académica y de los medios de comunicación: la sexualidad femenina. Es por eso que este trabajo pretende unificar una gran cantidad de discursos que tratan principalmente sobre la sexualidad de las mujeres chilenas, y desde allí acercarnos al conocimiento referente a las práctica autoestimulatorias del género femenino en nuestro país. Particularmente, dentro de esta investigación monográfica se hace una revisión de la Revista Paula desde el año 1984 hasta el 2012. Se ha considerado esta fuente como un 11 medio de gran alcance femenino en Chile, y que por lo tanto, podría revelar importantes datos referentes a la temática de la sexualidad y la autoestimulación femenina. A la vez, se ha elegido el marco temporal señalado, puesto que se reconocieron diferentes hitos que nos ayudaron a comprender y a reflexionar sobre la importancia y los cambios históricos que se han registrados con respecto a la vida sexual de las mujeres chilenas. Es por ello que, teniendo como propósito hacer visible lo invisible, se persigue a través de esta investigación, considerar la sexualidad femenina y su autoestimulación como ámbitos que tienen una importancia sociocultural y que por lo mismo se hace necesario historizar. Para ello, se revisaron diferentes ediciones de la Revista Paula que van desde 1984 al 2012. Se ha seleccionado este tiempo histórico debido a que dentro de este primer año se encontró una encuesta realizada por un equipo de profesionales de la revista: DIAGNOS, el cual buscaba abordar ampliamente el tema de la sexualidad de los (a) chilenos (a). Allí destacaba información relevante para la conformación de este trabajo. La determinación de finalizar la revisión de la revista para el año 2012 es que es precisamente en esa fecha cuando Paula entabla más libremente el tema sobre la masturbación y sobre la utilización de aparatos sexuales que ayudaban a mejorar la sexualidad de las chilenas. Si bien este tiempo histórico puede ser considerado de gran amplitud, se debe tener en cuenta que desde el año 1990 Paula comenzó a vender sub-ediciones de la revista, tales como Paula Cocina, Paula Moda, y otros temas particulares que se emitían dentro de una edición completa de la revista. Además, la publicación de la revista se efectuaba mensualmente, hasta que en 1994 su edición se hace quincenal. 12 Por otro lado, en el año 1996 y hasta el 2007 (cuando sus editoras eran Alexandra Edwards y Milena Vodanovic), Paula deja de analizar y desarrollar temas que trataran específicamente sobre la sexualidad, y se dedica a publicar otro tipo de artículos. Agregado a ello, la intención de este trabajo también comprendía entregar una mirada amplia y cronológica, que permitiera al lector visualizar de una mejor manera los cambios que han surgido dentro de la revista referente a los temas sobre la sexualidad de las mujeres chilenas. El motivo por el cual se ha elegido la Revista Paula, es que la misma se identifica por ser un medio de comunicación dirigido particularmente a las mujeres y a privilegiar, tal como lo menciona Milena Vodanovic, su directora actual: “lo íntimo por sobre lo público, lo particular sobre lo general, las emociones detrás de las ideas, lo que hay en común entre seres diferentes”. 29 Esto se vio reflejado a la hora de ir en búsqueda de fuentes que permitieran realizar esta monografía, dado a que en ella se encontraban, a diferencia de otras revistas de la época, información relevante sobre temas controversiales y tabú como lo fue (y lo es en algún aspecto) la sexualidad de la mujer chilena y particularmente el acto masturbatorio de la misma. Tal como lo menciona la introducción del libro que editó Paula en el año 2012: “Más que venir a gimotear sobre el escándalo de la discriminación por género en nuestro país, Paula entró al mercado editorial con la firme decisión de 29 Allende, I., Donoso, C., Vergara, D., “Historias de Paula”, Ed. Catalonia, Santiago, 2013, pág. 13. 13 poner en aprietos esa desigualdad, de verla como un Chile arcaico y jurásico y como manifestación postrera del peor acervo que arrastramos como sociedad”. 30 Se agrega más abajo, y dentro del mismo libro, que: “Es la revista que ha invertido más franqueza y menos sensacionalismo en la discusión de la conducta sexual de mujeres y hombres”. 31 No se puede dejar de mencionar que Paula es una revista dirigida principalmente a las mujeres pertenecientes a los estratos medios altos y altos de la sociedad. Eso se hace visible dentro de sus publicaciones. Sin embargo, y dado a que la revista persigue un perfil de mujer profesional, fue el único medio que se encontró para hacer un análisis “serio” y “competitivo” acerca de la sexualidad femenina y la autoestimulación en Chile. Porque al ir a las fuentes se vio reflejado este interés de Paula por cuestionar, analizar y tratar la sexualidad de las mujeres chilenas, se invita al lector a hacer un recorrido por este trabajo que persigue finalidad hacer visible lo que aún no se ha visualiza acerca de las mujeres chilenas del siglo XX y XXI. 30 31 Allende, I., Donoso, C., Vergara, D., Ibíd., pág. 16. Allende, I., Donoso, C., Vergara, D., Ibíd., pág. 17. 14 Primer Capítulo: Historia de la Sexualidad y la Autoestimulación Femenina. Hablar sobre la sexualidad femenina, y particularmente sobre la autoestimulación de las mujeres, puede resultar un tema controversial y más aún difícil de abordar, debido a que se sigue considerando un tema perteneciente al ámbito de lo privado, de lo oculto, de lo tabú. Esto adquiere interés en cuanto permite observar una de las múltiples ambivalencias que quedaron enraizadas en el Chile post-dictatorial, en donde se enfatizaron los derechos democráticos y modernizantes (principalmente económicos) dentro de una sociedad que tuvo que adaptarse rápidamente a dichos cambios, y que por lo mismo, no estuvo exenta de contradicciones en su conformación social. Así lo señala la psicóloga Irma Palma cuando nos menciona que: “Muchos de los lenguajes y los sentidos de la modernidad recientes se instalaron y desarrollaron asociados a la experiencia de la dictadura, de modo que aún aparece desgarrada por la memoria y las huellas del horror y del silenciamiento, de la verdad oficial y de las verdades cotidianas silenciadas y reprimidas”. 32 La sexualidad femenina, como ya se mencionó anteriormente, responde a uno de esos ámbitos en donde las mujeres han tenido que vivir una liberación sexual que va 32 Palma, I., Trayectorias Sexuales, Vínculos y Contextos en la Generación que Hace su entrada en la Sexualidad Activa en Democracia, en: Revista Observatorio de Juventud, Nª10, 2006, pág., 7. 15 acompañada de múltiples cuestionamientos sociales. La socióloga Teresa Valdés reconoce que: “Las principales tensiones que enfrentan las mujeres en su vida sexual son las siguientes: Ellas deben buscar activamente una pareja, pero sin traspasar un tenue límite que las puede hacer parte del grupo de las ‘mujeres fáciles’. Esto significa que deben tener pocas parejas sexuales, eventualmente solo una”. 33 Para el sociólogo Richard Parker la sexualidad es una construcción social: “Entendida menos como producto de nuestra naturaleza biológica, que como sistemas sociales y culturales que dan forma no sólo a nuestra experiencia sexual, sino además a las vías por las que interpretamos y entendemos esas experiencias”. 34 Desde este aspecto, la sexualidad es comprendida dentro de un contexto sociocultural, mediante el cual el individuo logra una realidad y una definición sobre la sexualidad a partir de la relación que establece con y los demás. Por lo tanto, el comportamiento sexual es entendido como un comportamiento social y no como una mera consumación de impulsos biológicos. Siguiendo esta línea, la sexualidad no se puede definir de una manera absoluta, única e invariable, puesto que la misma es entendida de diversas maneras dependiendo de la realidad social a la cual se pertenezca. Para Michel Foucault, el que la sexualidad sea abordada desde un constructo sociocultural se traduce en que se encuentra estrechamente relacionada al “poder”, de modo que: “si bien toda la sociedad, en general, habla sobre sexualidad en las más diversas 33 34 Valdés T., ¿Existe una Sexualidad Chilena?, Flacso-Chile, pág. 10. Valdes, T., íbid, Pág. 10. 16 formas, el discurso universal sobre la sexualidad no expresaría más que una forma de control de la misma”.35 En este sentido, una determinada realidad sexual es entendida en la medida en que se reconozca e identifique el discurso desde donde emanan las ideas referentes a la sexualidad. Para Foucault esto hace necesario entenderla como un elemento político y social que ha jugado un papel trascendental dentro de la historia. El enfoque biomédico concibe un conjunto de discursos que se inscriben en el campo de la medicina, la sexología y la clínica psicosexual, las cuales abordan la sexualidad: “con fines descriptivos, analíticos y/o comparativos, en particular respecto a las disfunciones sexuales, el comportamiento sexual y las enfermedades de transmisión sexual”. 36 Estas investigaciones no se inscriben necesariamente en los debates ideológicos de las ciencias sociales, sino más bien enfatizan el método científico y la acumulación de hallazgos empíricos para determinar el conocimiento válido en el área, y se expresa como una tendencia esencialista: “en que las eventuales diversidades de comportamientos o actitudes se evalúan en relación con una normalidad que no es asumida en su relatividad social, sino como norma ideal”.37 Por otra parte, existe un número menor de textos (Teresa Valdés y Gabriel Guajardo) que están en desacuerdo con estas categorías sexuales y optan 35 36 Mejías, M., La Iglesia Católica en la Sexualidad y la Reproducción: Nuevas Perspectivas, en: http://bvirtual.ucol.mx/descargables/265_iglesia_catolica.pdf, revisado por última vez el día 27 de julio del 2014, a las 22:58 hrs, Pág. 53. Aravena, A., Sexualidad Juvenil y Cultura en el Chile Actual. Reflexiones desde el Campo de la Antropología, en: Revista Observatorio de Juventud, Instituto Nacional de la Juventud, Nª10, 2006, Pág. 2. 37 Guajardo, G. y Valdés, T., Investigación en Sexualidad en Chile 1990-2002, Centro Latino Americano de Sexualidad y Derechos Humanos-IMS/UERJ, FLACSO-Chile, Río de Janeiro, 2007, Pág. 23. 17 por renaturalizar la sexualidad: “filtrándose de diversas y sutiles formas en la investigación y debate público, sin un necesario liderazgo intelectual”.38 Desde otro ámbito, la Iglesia Católica y los discursos más tradicionales plantean la sexualidad: “como un bien, como uno de los dones creados por Dios y la consideran como parte integrante de la capacidad de amar que Dios les ha dado a hombres y mujeres, solamente aceptada a la reproducción, negando la posibilidad del goce, de la pasión y del placer”.39 Para respaldar esta postura se han hecho eco de los planteamientos científicos que les permiten, desde allí, criticar y refrenar las conductas que amenazan con liberalizar la sexualidad. Para Verónica Schiapacasse (matrona), Paulina Vidal (psicóloga), Lidia Casas (abogada), Claudia Dides (socióloga) y Soledad Díaz (periodista), en su estudio sobre La Salud y Los Derechos Sexuales y Reproductivos en Chile: 1990-2003, se reconoce que dichas perspectivas siguen: “influenciando muchas decisiones políticas y administrativas. Se requiere un cambio cultural que reconozca la diversidad presente en la sociedad chilena, y se deben diseñar políticas basadas en el pluralismo que permitan el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos”. 40 38 Guajardo, G. y Valdés, T., íbid, Pág. 20. 39 Mejías, M., La Iglesia Católica en la Sexualidad y Reproducción: Nuevas Perspectivas, en: , Pág. 53. 40 Casas, L., Díaz, S., Dídes, C. y Schiappacasse, V., La Salud y los Derechos Sexuales y Reproductivos en Chile: 1990-2003, Instituto Chileno de Medicina Reproductiva (ICMER), Corporación de Salud y Políticas Sociales (CORSAPS), en: Hacia una Agenda Sobre Sexualidad y Derechos Humanos en Chile (seminario-taller), Santiago, 2003, Pág. 42. 18 A su vez, existen discursos y perspectivas provenientes desde los diferentes medios de comunicación. Un estudio conducido por Francisco Lavín sobre la conducta sexual de los adolescentes chilenos concluye que: “es de singular interés el hecho de constatar la importancia otorgada por los/as jóvenes a los medios de comunicación en el tema de la sexualidad […] Llama la atención lo anterior tomando en consideración que las/os adolescentes son receptores pasivos de mensajes que en la mayoría de los casos tienen un contenido de escaso nivel educativo sobre el tema”. 41 El autor prosigue dando cuenta de la contradicción que existe entre la amplia cobertura que tienen estos medios, en especial la televisión, y la reticencia de ciertos sectores sociales a tratar el tema dentro de un ámbito social, como por ejemplo, mediante la realización de un programa de educación socioafectivo en sexualidad dentro del sistema educacional formal. Por su parte, para Ximena Jiles y Claudia Rojas, en la actualidad (siglo XX y XXI): “se ha atribuido a los medios de comunicación la difusión de un discurso respecto a la sexualidad etiquetado como una ‘hipererótica publicitaria’”, 42 en donde se resalta la importancia del placer por sobre otra dimensión de la sexualidad, y en donde la preocupación se acentúa en que estos contenidos carecen de elaboración teórica o reflexiva, 41 Guajardo, G. y Valdés, T., Investigación en Sexualidad en Chile 1990-2002, Centro Latino Americano de Sexualidad y Derechos Humanos-IMS/UERJ, FLACSO-Chile, Río de Janeiro, 2007, Pág. 37. 42 Guajardo, G. y Valdés, T., íbidem. 19 y más bien: “se actualiza en los productos mediáticos masivos donde la constante es el cuerpo de las mujeres visibilizado en tanto objeto sexual”. 43 Como se puede observar, las temáticas sobre sexualidad no dejan de ser controversiales en nuestro país, y más aún si nos remitimos a la sexualidad femenina, campo que aún no ha sido extensamente estudiado por la historiografía local, y que se hace necesario historizar en cuanto se reconoce como un ámbito que podría estar silenciando algo más que nuestra sexualidad. En Chile, la sexualidad femenina adquirió importancia dentro de un marco de democratización que supuso entender la sociedad como un conjunto de individuos libres e iguales, es por esto que Valdés sostiene que: “en este sentido se ha avanzado en las últimas décadas en el reconocimiento de los derechos de las mujeres y en la búsqueda de una mayor autonomía”. 44 A raíz de estos cambios en la sociedad, y siguiendo a Valdés, el ámbito privado también se vio permeado y se puso en cuestionamiento la tradición jerárquica entre los géneros, incluso el matrimonio: “pensado como una alianza de sangre con un objetivo reproductivo, se transforma en una alianza opcional y provisoria basada en el afecto”45, y es en este mismo contexto que la sexualidad de las mujeres se separa de la reproducción adquiriendo un valor en sí misma. La producción de estos cambios se vio 43 Guajardo, G. y Valdés, T., íbidem. 44 Valdés, T., ¿Existe una sexualidad chilena?, Flacso-Chile, Santiago, Pág. 2. 45 Valdés, T., íbidem. 20 favorecido por la introducción de métodos anticonceptivos 46, los cuales posibilitaron el control de la natalidad y la redefinición de las identidades de género en el siglo XX. Eric Hobsbwan menciona en Historia del Siglo XX que la venta de anticonceptivo, la información sobre métodos de control de la natalidad y la legalización del aborto, también colaboraron con un clima de relajación sexual, y con una ampliación de los marcos morales que hasta entonces se había mantenido incólume en el escenario social de varios países del mundo. Para Valdés, el que se hayan desechado los patrones habituales de identificación y significación de género trajo consigo que la modernidad exigiera a los individuos: “construir su propia identidad en un mundo complejo que les ofrece múltiples opciones, lo que genera mayor libertad y por lo tanto diversidad de cursos de acción, pero también produce incertidumbre” 47, lo que desembocó en una mayor reflexividad y negociación acerca del lugar del individuo tanto en la esfera pública como en la privada. En una investigación realizada por la misma autora en el año 2007, se concluye que: “las mujeres de sectores medios altos se embarcaron más libremente en su primera experiencia sexual, especialmente las mujeres que se beneficiaron de la liberación de los años 60. Las mujeres menores crecieron en el ambiente restrictivo 46 La píldora anticonceptiva hace su aparición el 23 de abril de 1960. Día en que recibió el permiso para ser dispensada y vendida explícitamente como anticonceptivo oral en Estados Unidos. Empezaba así una “revolución” que incidiría en los años venideros y en la vida de millones de mujeres, hombres, familias y en todas las sociedades que utilizaran este nuevo método de anticoncepción. Véase en: 50 años de la píldora anticonceptiva, publicada en: http://www.scielo.cl/pdf/rchog/v75n4/art01.pdf, y revisada por última vez el día 13 de enero del 2015 a las 14:34 hrs. 47 Valdés, T., íbid, Pág. 3. 21 impuesto por la dictadura militar […] Vivieron más conflictivamente la situación, aun cuando se iniciaron también antes de casarse”.48 Resulta interesante el que no se hayan realizado estudios más a fondo para comprender cómo experimentaron las mujeres chilenas la apertura sexual de los sesenta y es que, tal como nos menciona la socióloga Marcela Salas: “en nuestra sociedad existe la tendencia a considerar la sexualidad como algo especial y diferente de otras formas de comportamiento social, pero esta creencia debe ser abandonada si es que pretendemos entender las formas en que la sexualidad encaja con otros aspectos de la vida social”.49 Volviendo a Valdés, dentro de su estudio se conforma la siguiente pregunta: “¿Qué sucede hoy con los y las jóvenes, teóricamente más expuestos al influjo de las propuestas de la modernidad?”, 50 a lo que la misma responde que las investigaciones revelan discursos y prácticas contradictorias al respecto, las cuales no llegan a reflejar una propuesta coherente: “los jóvenes viven su sexualidad-mayoritariamente- en un contexto represivo y conservador, y buscan a tientas caminos alternativos. Sin embargo, no encuentran 48 Valdés, T., íbid, Pág.5. 49 Salas, M., Sexualidad Femenina y su Construcción Social, en: Psicosexualidad, Revista Chilena de Sexualidad, Vol. I, Santiago, 1989, Pág. 9. 50 Valdes, T., ¿Existe una Sexualidad Chilena?, Flacso-Chile, Santiago, Pág. 7. 22 un modelo claro a seguir. A través de sus prácticas están transformando de hecho un ámbito que la sociedad ha preferido silenciar”.51 El caso de las mujeres jóvenes es aún más restrictivo pero, sin embargo, es allí donde se han hecho patente los cambios más substanciales en cuanto a la manera en que éstas se encuentran experimentando una nueva sexualidad. Valdés sostiene que: “Ellas tienen relaciones sexuales prematrimoniales, pueden desarrollar una búsqueda activa de una pareja, desarrollan relaciones sexuales ocasionales, y es legítimo que ellas busquen placer en la sexualidad.”.52 No obstante, se reconoce que también recae en ellas el mayor peso de las tensiones y contradicciones de un proceso de modernización no acabado. Para la sexóloga Constanza del Rosario, el principal conflicto es que se les exige ser: “<<unas damas en la mesa y unas putas en la cama>>, cuando se nos viene criando para ser solo lo primero y luchar a toda costa contra lo segundo”.53 Salas menciona que a las mujeres se les enseña desde pequeña que la sexualidad es algo “sucio” y algo que deben mantener distante y controlado hasta que llegue la edad de practicarlo. Sin embargo, llegado el momento de la adolescencia, les cuesta relacionar el sexo como algo debido y permitido, luego de que a través de toda la infancia se les ha inculcado absolutamente lo contrario: 51 Valdés, T., íbid, Pág. 8. 52 Valdés, T., íbid, Pág. 10. 53 Del Rosario, C., Y si la Cama Hablara… ¿Y todas Íbamos a ser Reinas?, Aguilar Chilena Ediciones, Santiago, 2011, Pág. 185. 23 “la sexualidad no les resulta intrínsecamente atractiva, ya que por lo demás el acto sexual combina varios elementos que resultan desagradables dadas ‘las enseñanzas’ recibidas: involucra un estado de desnudez, contacto intergenital e intercambio de secreciones genitales. Esto explica en parte por qué muchas púberes consideran el sexo simplemente como un mal necesario para la concepción”. 54 A su vez, la autora señala que las jóvenes reciben una enseñanza social que las obliga a relacionar el sexo con el romanticismo, y en esta medida: “la repugnancia se puede vencer situando el acto sexual en un contexto romántico, conceptualizándolo en términos más bien metafísicos que físicos. Los sueños románticos y el deseo de ser madres sirven para legitimar un acto que de otro modo es muy poco recomendable”. 55 Del Rosario colabora con lo anterior añadiendo que: “desde chicas se nos transmite que es bien visto que nos dediquemos a soñar con encontrar una pareja con la cual disfrutar de las expresiones tiernas del amor y formar el día de mañana una familia; pero se nos niega el fantasear, anhelar y manifestar todo tipo de impulsos y deseos de carácter sexual”. 56 54 Salas, M., Sexualidad Femenina y su Construcción Social, en: Psicosexualidad, Revista Chilena de Sexualidad, Vol. I, Santiago, 1989, Pág. 16. 55 Salas, M., íbidem. 56 Del Rosario, C., Y si la Cama Hablara… ¿Y todas Íbamos a ser Reinas?, Aguilar Chilena Ediciones, Santiago, 2011, Pág. 179. 24 Siguiendo lo anterior, se vislumbra una sociedad chilena actual (siglo XX y XXI), en donde la sexualidad femenina se ha visto fuertemente sostenida por un doble discurso (relacionada con un amor más idealizado y asexuado y, por otra parte, una relación caracterizada por un amor más libre y sexualizado) conformado a raíz de los cambios substanciales que han sacudido a nuestro país en el ámbito de lo social, y que se relaciona principalmente con que: “el límite de lo que es permitido o indebido varía o es contradictorio, y esto lleva a una manera de vivir la sexualidad muy ambivalente; atractiva, pero más frustrante que satisfactoria, más difícil que natural, más oscura y oculta que legítima”. 57 Dentro de la sexualidad femenina, la autoestimulación ha sido un tema controversial y poco historizado en Chile. Sin embargo, y paradojalmente, se ha reconocido la importancia de la masturbación como un acto: “presente en la mayoría de los seres humanos, la que ha sido uno de los principales pilares, sobre el cual se ha construido la sexualidad, sana o confusa, que porta cada individuo, y es también esta experiencia la que se encuentra en la base (…) de la mayor o menor capacidad de sentir placer, dentro de lo genital y lo experiencial, que cada ser humano puede experimentar”. 58 57 Valdes, T., ¿Existe una Sexualidad Chilena?, Flacso-Chile, Santiago, Pág. 12. 58 Gallardo, J., Nuevas Consideraciones Sobre la autoestimulación Sexual, en: Psicosexualidad, Revista Chilena de Sexualidad, Instituto de Desarrollo Psicológico, Vol II, Santiago, 1985, Pág. 12. 25 La palabra masturbación proviene del vocablo latino manus stuprare, lo cual significa: “cometer estupro contra uno mismo utilizando las manos”. 59 También se le denomina como onanismo y provendría de Onán, personaje bíblico al cual se le obligó por mandato divino a mantener relaciones sexuales con la esposa de su hermano que acababa de morir. Onán, para no dejar embarazada a su cuñada, decide eyacular fuera de su vagina, tras lo cual: “por la pérdida de simiente y la desobediencia de Levirato, fue castigado por Yahvé”. 60 Si bien esta última explicación correspondería más bien a un caso de coitus interruptus, no se puede dejar de observar la connotación peyorativa que tuvieron estas terminologías desde sus inicios. La práctica masturbatoria no ha podido ser registrada desde su comienzo en la humanidad, pero para la sexóloga Georgina Burgos: “teniendo en cuenta que los mamíferos, y en concreto los primates, lo hacen y que la especie humana pertenece a estos dos grupos, parece razonable pensar que la masturbación ha formado parte de las prácticas sexuales de los homínidos a lo largo de la evolución”.61 En este sentido, la masturbación se inscribiría como parte de la herencia de nuestro carácter evolutivo. En la época de los griegos la masturbación era considerada: “una manera de liberarse del exceso de espera y, por tanto, una cuestión encaminada a mantener la salud 59 Bardi, A., Leyton, C., Martínez, V., Masturbación: Mitos y Realidades, Centro de Medicina Reproductora y Desarrollo Integral del Adolescente (CEMERA), Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Pág. 1 60 Bardi, A., Leyton, C., Martínez, V., Íbidem. 61 Burgos, G., La Masturbación, Ed. De Vicci, Barcelona, 2012, Pág. 13. 26 del cuerpo” 62, lo que se podría entender en la actualidad como una especie de masturbación terapéutica, puesto que la misma no se encaminaba hacia el placer sexual, sino más bien como modo de liberarse de los humores o fluidos corporales. Galeno (130 d.C. al 200 apróx.), reconocido médico griego, también recomendaba la masturbación femenina en cuanto: “permitía expulsar los humores sobrantes, liberarse de los dolores que causaba su retención y de los consiguientes ataques de histeria”. 63 Esto se debería principalmente a que en la época de Galeno y muchos siglos después, las mujeres pertenecían al mismo género que los hombres, en cuanto se estimaba que las mismas eran hombres imperfectos que habían quedado a “medio hacer”, ya que: “debido a una falta de soplo vital, los órganos genitales y las gónadas no habían podido salir al exterior, como sí lo habían hecho en los hombres, que habían culminado el ciclo del desarrollo”. 64 Al margen de la medicina, en esta época la masturbación no contaba con la aprobación social, dado a que la misma figuraba como un acto grotesco que rebajaba la dignidad del hombre. Sin embargo las mujeres, como hombres imperfectos, no eran juzgadas por practicar la masturbación, dado a que ya se consideraban seres humanos poco desarrollados. Es por eso que en el período de la Grecia y Roma antigua no era mal visto que a las mujeres se les aplicaran ungüentos en la zona de la vulva y el clítoris para liberar la retención del esperma y su posible putrefacción al interior del organismo. 62 Burgos, G., íbid, pág. 15. 63 Burgos, G, íbid, Pág. 16. 64 Burgos, G., íbidem. 27 En la temprana Edad Media (Siglo V al X) la masturbación seguía siendo un acto indigno: “reservado para las feas, los pobres, los infortunados, los indignos…una práctica solitaria que, si bien era de segunda división, aún no era moralmente sospechosa”. 65 Con el transcurso de los años, la masturbación pasó hacer un acto condenado por la Iglesia Católica, al tratarse de una práctica que atentaba contra los mandatos de Dios. No obstante la existencia de la sodomía, la fornicación y el adulterio no hacían tan visibles los reproches que la religión erigía contra dicha práctica. A fines del siglo XVI y durante el siglo XVII aparecen diversas publicaciones que relacionaron la autoestimulación con la causa de graves daños físicos y mentales que le impedirían al masturbador llevar una vida normal y le incapacitaría para unirse en matrimonio. En el siglo XVIII se publicó un libro anónimo que tuvo gran impacto e influencia dentro de la sociedad, su título corresponde a Onania, o el atroz pecado de la autopolución y todas sus espantosas consecuencias para ambos sexos, con consejos espirituales y físicos para aquellos que se han dañado con esta abominable práctica. Y una provechosa admonición a la juventud de ambos sexos. Como podemos notar, este escrito relacionaba la masturbación con un acto de violencia manual: “nociva para la estructura interna de los genitales que producía lesiones que causaban impotencia, eyaculación precoz, infertilidad y, con mayor frecuencia, supuración”. 66 Este texto contó con la aprobación de la 65 Laqueur, T., Sexo Solitario, una historia cultural de la masturbación, Fonde de Cultura Económica de Argentina, Buenos Aires, 2007, pág. 182. 66 Burgos, G., La Masturbación, Ed. De Vicci, Barcelona, 2012, Pág. 18. 28 comunidad médica de la época, y es por ello que muchos doctores relacionaron la masturbación con una práctica que iría degenerando el organismo de los seres humanos. Transcurría este panorama cuando en 1758 el médico suizo Samuel Tissot publicó: El onanismo. Tratado sobre los trastornos que produce la masturbación (Asociación Española de Neuropsiquiatría). En este libro se recogían gran cantidad de las ideas que había planteado Onania, pero esta vez se hizo hincapié en los efectos nocivos que la masturbación tenía para el sistema nervioso y se aseguraba que la pérdida de semen era equivalente a una hemorragia de grandes cantidades de sangre, lo que podía traducirse en un grave ataque hacia el organismo. Para Tissot las mujeres estaban expuestas a un daño más agudo que los hombres, puesto que el sistema nervioso femenino se consideraba más débil y vulnerable que el masculino. Ya en el siglo XIX y XX se comenzaron a diferenciar discursivamente los géneros, y de esta manera quedó en evidencia la poca utilidad del clítoris para la reproducción, por lo cual, Burgos declara que este órgano se convirtió: “en un órgano proscrito cuya única función era la voluptuosidad, el pecado y la degeneración física y moral”.67 A su vez se practicaba la masturbación terapéutica como tratamiento aplicado por los médicos para liberar a las mujeres de la histeria mediante la utilización de vibradores, masajes e hidromasajes. Entre 1890 y 1910 en Europa, el panorama social referente a la masturbación comenzó a cambiar a raíz de múltiples perspectivas que mostraban a la misma como una práctica más favorable que dañina. Así es como Havelock Ellis, uno de los primeros 67 Burgos, G., íbid, pág. 21. 29 especialistas de la sexología moderna, estaba convencido de que la autoestimulación no provocaba enfermedades mentales y físicas, sino que se relacionaba con una: “fuente legítima de relax mental”. 68 Por esos mismos años, Sigmund Freud comenzaría a relacionar el onanismo con la psique del ser humano, y si bien esta práctica era establecida como un elemento favorable para el tratamiento terapéutico, en las mujeres el psicoanalista establecía que la estimulación del clítoris se asociaba con una práctica infantil que no debía mantenerse en la etapa adulta, dado a que las mujeres debían situar a la vagina como el principal órgano de placer sexual. Tanto revuelo tuvo esta práctica entre la comunidad psicoanalista, que en 1910 la Sociedad Psicoanalítica de Viena celebró un simposio para tratar específicamente el tema referente al onanismo. En este encuentro, el psicoanalista Wilhelm Steckel afirmó: “que la masturbación era inofensiva y que lo que causaba el suicidio entre los jóvenes eran los horrores atribuidos a la masturbación y no ésta en sí misma”. 69 En aquel simposio no se llegó a una resolución con respecto al onanismo. Sin embargo, hubo acuerdo en considerar esta práctica como un hecho que se prestaba para intensas discusiones. En pleno siglo XX se llegó a la conclusión de que la masturbación “con mesura” no era nociva, pero que, sin embargo, su exceso requería ser atendida por un médico. A fines de la década de 1940 el científico Alfred Kinsey explicaría que el problema de esta práctica: “era que nadie estaba en condiciones de especificar la frontera entre la mesura y el exceso, lo cual era una circunstancia que creaba confusión y, por supuesto, la 68 Burgos, G., íbid, pág. 22. 69 Burgos, G., íbid, pág. 23. 30 inquietante duda de si la frecuencia personal era o no dañina”. 70 Con los resultados obtenidos por Kinsey en sus investigaciones, se dio a conocer que la masturbación masculina y femenina era una práctica recurrente, sin que ella causara graves perjuicios a la salud. Poco después, en 1966, en su libro titulado La Respuesta Sexual Humana, Masters y Johnson defendieron la masturbación como: “un modo saludable de mantener la función sexual, y debido a los hallazgos de sus investigaciones desarrollaron una terapia para solucionar las dificultades sexuales en la pareja, en la que incluyeron la masturbación como un recurso fundamental”. 71 Estos investigadores señalaron que una gran cantidad de mujeres describieron que los orgasmos provenientes de la masturbación eran fisiológicamente más satisfactorios que el coito, pero que éste último traía consigo una mayor satisfacción emocional. En el último tiempo, y específicamente en nuestro país, la masturbación ha sido abordada en el discurso público de dos maneras diferentes: 1) Por un lado padres, madres y educadores que consideran la autoestimulación erótica como: “una enfermedad, vicio, aberración o perversión sexual, relacionándolas con daños físicos y mentales irreversibles y, tras la cual se escondería un carácter degenerado y vicioso”. 72 2) Por otro lado, Juan 70 Burgos, G., íbid, pág. 25. 71 Burgos, G., íbidem. 72 Gallardo, J., Nuevas Consideraciones sobre la Autoestimulación Sexual, en: Psicosexualidad, Revista Chilena de Sexualidad, Instituto de Desarrollo Psicológico, Vol. II, Santiago, 1985, pág. 9. 31 Gallardo nos señala que ha existido un cambio dentro de la población latinoamericana: “que tiende a compatibilizar una visión más amplia, sana y real hacia lo autoestimulatorio, y que en las últimas décadas ha prendido fuertemente”. 73 Esto a raíz de los cambios que se han presentado en las visiones médicas y morales, las cuales han tendido a aceptar la masturbación como una práctica de autoexploración genital no dañina y natural perteneciente a un proceso biopsicosocial. No obstante, si bien este cambio se ha traducido en una actitud diferente en un gran número de personas, esto no ha implicado un cambio en el modo de vivenciar las prácticas masturbatorias. Para Gallardo: “en estas personas, se conjugan, por un lado, un conocimiento más completo, acertado y realista sobre la masturbación y, al mismo tiempo, viven, sienten y experimentan las marcas que sobre sus psiquis grabaron, año tras año, una educación sexual restrictiva e ignorante”. 74 Esto ha llevado a que dentro de nuestra sociedad existan padres que aceptan verbalmente las conductas de autoexploración de sus hijos y simultáneamente se angustian y comienzan a transmitir un mensaje que no se basa en la reprobación de este acto, sino que se traducen en un modo complejo y contradictorio de abordar la sexualidad. Esto ha provocado que sus primogénitos configuren: “un mundo confuso donde lo incongruente y/o caótico regirá la visión futura de su sexualidad”. 75 73 Gallardo, J., íbid, pág. 10. 74 Gallardo, J., íbidem. 75 Gallardo, J., íbidem. 32 El historiador español Jesús Ramos ha publicado variados libros para tratar la masturbación femenina, y en uno de sus escritos la describe como: “una práctica solitaria en más de un sentido. No sólo se trata de algo íntimo que, como todo el mundo sabe, suele hacerse la mayor parte de las ocasiones a solas y aisladas del entorno. Por eso se le conoce también como el placer solitario. Es que, además, pese a su extensión y cotidianeidad se practica en secreto, en una completa orfandad interior y un desampara social aún mayor.” 76 Es así como las mujeres no saben hasta qué punto actúan igual que las demás de su género. Se observa que el panorama chileno no dista mucho del descrito por Ramos, puesto que en nuestro país se ha tendido a observar la masturbación, en estos últimos años, como una práctica cargada de un doble discurso moral que no ha permitido que su realización conste de una completa aceptación social. Volviendo a Gallardo, éste nos confirma que: “en diversos estudios de casos, investigaciones, encuestas y cuestionarios, así como experimentos de laboratorios, son homogéneos al indicar que la mayoría de las mujeres que presentaban conducta masturbatoria en la adolescencia, presentan un adecuado ajuste sexual adulto, en tanto que un alto porcentaje de mujeres que no tuvieron conducta masturbatoria en dicho período, presentan dificultades en el ajuste sexual maduro”. 77 76 Ramos, J., Masturbación Femenina (su realidad y leyenda), Autoedición electrónica, Madrid, 2011, pág. 23. 77 Gallardo, J., Nuevas Consideraciones sobre la Autoestimulación Sexual, en: Psicosexualidad, Revista Chilena de Sexualidad, Instituto de Desarrollo Psicológico, Vol. II, Santiago, 1985, pág. 14. 33 En resumen, el autor nos revela que la aceptación de los propios impulsos sexuales nos ayuda a poder aceptar y entender nuestra propia sexualidad y la de los demás, lo que nos permitiría alcanzar una mayor autoaceptación y una vida sexual más placentera. 34 Segundo capítulo: La Sexualidad Femenina y Autoestimulación en los Medios de Comunicación. Dentro de los medios de comunicación, la sexualidad chilena ha tenido un protagonismo y una tribuna no despreciable. Sin embargo, los estudios que relacionan estas dos esferas son escasos (o casi nulos), y así lo evidencia la investigadora y consultora especializada en tomas de comunicación y género Uca Silva cuando nos menciona que: “El actual impulso, que ha renovado las investigaciones sobre los medios de comunicación debido al desarrollo tecnológico y los impactos de la globalización, ha pasado de largo cuando se refiere al tema de la sexualidad. Por otra parte, la incipiente línea de estudios sobre sexualidad ha prestado poca atención a cómo ha sido tratado este tema por los medios de comunicación.” 78 Y es por eso que, dentro de la presente investigación, se pretende estudiar el rol que han tenido los mismos en cuanto a la conformación de una cierta sexualidad chilena. Esto, principalmente porque se reconoce que estamos insertos dentro de un mundo mediatizado, lo cual implica que las prácticas sociales se transforman a raíz de la existencia y la influencia de diferentes medios de comunicación: “así, se afirma que debido al rol 78 Silva, U., Sexualidad y Medios de Comunicación: los relatos públicos de la intimidad, Sur Profesionales, Universidad Diego Portales, P. 109 35 protagónico que juegan los medios, éstos se han transformado no sólo en el nuevo escenario político, sino también en el principal referente de productos simbólicos” 79 Entre las primeras agrupaciones en identificar la importancia de la sexualidad dentro de los medios de comunicación, estuvieron las corrientes feministas de los años sesenta. Éstas tenían entre una de sus principales labores develar la dimensión cultural que poseía esta “tribuna mediática”, encargada de la construcción de los modelos sexuales que se desarrollaban dentro de un sector de la sociedad chilena. Los estudios que se realizaron y que estuvieron a cargo de dichas agrupaciones, revelaron la utilización del cuerpo de las mujeres como medio utilizado por el mercado para satisfacer las diferentes necesidades masculinas. Estas reflexiones evidenciaron un “abuso publicitario” en post de la explotación del cuerpo femenino que escondía tras de sí una sociedad machista que relacionaba a las mujeres como meros “entes” encargados de producir placer. En la actualidad, a dichos modelos sexuales se le reconoce con el nombre de “scripts sexuales” 80, y se definen como: “guiones culturales, prescritos y compartidos por el grupo, que legitiman una normalidad en materia de sexualidad y orientan las conductas sexuales”. 81 Examinar las conductas sexuales a partir de dichos “scripts” permite poner en relación lo que las personas piensan, la manera en que actúan, y el modo en que éstas se encuentran insertas y son influenciadas por el contexto sociocultural en el que viven. Por lo tanto, se permite que la sociedad pueda observar las transformaciones que van embargando a dichas prescripciones, y a la vez se les permite tener la posibilidad de organizar sus concepciones culturales y sexuales, por lo cual, estos guiones: “invitan a abordar la 79 Silva, U, Ibíd., pág. 110. Silva, U., Ibíd., pág. 111. 81 Silva, U., Ibídem. 80 36 sexualidad como un proceso de aprendizaje, de reconocimiento, de negociación y también de improvisación”. 82 En este sentido, este panorama nos reafirma la importancia de las instituciones mediales como principales productores de material simbólico, y a la vez, como tribuna encargada de develar las conductas sociales que se generan o que se están generando dentro de nuestra sociedad. Sin embargo, analizar los diferentes medios de comunicación requiere de un arduo trabajo, puesto que significa: “internarse en un área de constantes producciones de diversos discursos, la mayoría de las veces disonantes entre ellos” 83, donde la cantidad de elementos simbólicos resulta ser considerado. Más aún en la actualidad, en donde la gama de representaciones, narraciones y producciones de imágenes sobre la sexualidad se ha ampliado. No obstante, esto no ha significado que se hayan dejado de generar grandes polémicas y enfrentamientos entre lo que está y no está permitido transmitir a través de estos medios de comunicación, panorama que, siguiendo a Silva, se traducen en “transformaciones positivas”, capaces de discutir y dar a conocer las diferentes perspectivas que existen dentro de la sociedad con respecto a nuestra sexualidad. Dentro de estos cambios discursivos, la autora resalta las transformaciones que se han hecho presentes en las telenovelas que se transmiten en nuestro país, donde ha habido un espacio más amplio para mostrar o dar a conocer problemáticas o conductas sexuales que antes no se exhibían a través de la televisión: “relaciones prematrimoniales, orientaciones sexuales, hasta el momento discriminadas, embarazo juvenil, SIDA, son algunos de los temas relacionados que 82 83 Silva, U., Ibídem. Silva, U., Ibíd., pág. 113. 37 han llegado a conformar parte de los nuevos contenidos sobre el ejercicio de la sexualidad en este género televisivo”. 84 De este modo, han proliferado diferentes discursos dedicados a discutir sobre las variadas perspectivas que se mantienen en torno a la sexualidad chilena. En este sentido, Uca Silva hace mención al programa que se transmitió en el 2009 a través de Chilevisión, y que se titulaba: S.O.S La Sexualidad de los Chilenos. En este programa conducido por María Gracia Subercaseux y Rodrigo Jarpa, se buscaba revelar y hacer público los problemas sexuales presentes en nuestra sociedad. Para ello, se utilizaba el formato de docu-reality y se mostraba a diferentes parejas que se atrevían a hacer públicos sus conflictos sexuales, tales como la eyaculación precoz, la anorgasmia o la disfunción eréctil: “las intenciones de transgresión que conllevaban el tratamiento de temas privados, se desvanecían frente a la presencia de psicólogos, educacores y cientistas sociales que interpretaban y daban su visión 'correcta' sobre el tema tratado en cada ocasión”. 85 No obstante, luego de los primeros capítulos, en los que el programa obtuvo una alta sintonía, la gente dejó de interesarse por el mismo. Esto, tal vez a raíz de su tendencia educativa o de la falta de elementos lúdicos que le permitieran seguir atrayendo a los espectadores. Otro programa mediático que ha osado a tratar los temas de sexualidad dentro de nuestro país es el conocido Chacotero Sentimental 86, exhibición radial encargado de recoger los diferentes relatos de la audiencia referente a las experiencias sexuales que éstos han experimentado: 84 Silva, U., Ibíd., pág. 114. Silva, O., Ibíd., pág. 81. 86 Programa radial encargado de escuchar los problemas sentimentales, amorosos y sexuales de su audiencia. Su conductor, Rodrigo Artigoitia, más conocido como “el rumpy” opina y aconseja a sus locutores a través de la utilización de un lenguaje simbólico e informal. 85 38 “se adoptaba la textualidad inmediata de los relatos, concretando la apertura de un espacio público para difundir lo privado; lo cual también nos demuestra la disposición del habla privada para instalarse en lo público. Además, estos ejemplos también nos indican que la proliferación de discursos sobre la sexualidad (…) emergen con mayor fuerza desde las instituciones mediales que desde otras instituciones”. 87 El programa radial tuvo su primera aparición en la primavera de 1996, diseñado primeramente, como un consultorio sentimental dirigido a los jóvenes de clase media alta, y en donde se le dedicaba al sujeto que llamaba una canción específica y relacionada con la temática que había revelado públicamente. El programa se transformó en toda una sensación, llegando a obtener la mayor sintonía en horario vespertino a nivel nacional. Su conductor, Rodrigo Artiagoitia (el rumpy) poseía (y posee) una gran capacidad para dialogar y abordar estos temas a través de la emoción y la entretención. Además, lo característico del Chacotero Sentimental es que no primaba la censura, y ésta se establecía de modo indirecto sólo cuando su presentador así lo creía necesario. No obstante, el rol del animador era hacer visible mediante la información y la prevención (aunque no profesionalmente), temáticas sexuales que no se abordaran desde una perspectiva moralista: “Muchos jóvenes eran escuchados y podían relatar sus experiencias, sobre una temática sin registros públicos desde la cotidianeidad. Sin que sus comportamientos fueran estigmatizados como podrían serlo en los otros espacios supuestamente disponibles para hablar del tema tales como la Iglesia, la escuela y 87 Silva, O., Ibídem. 39 los padres. Por lo cual, este espacio medial se relacionaba con la libertad de poder hablar...”88 De esta manera, el programa del “Rumpy” hizo posible que se revelara un amplio repertorio de comportamiento sexual, que antes eran tratados como “tabúes” o no concernientes a la esfera pública de nuestro país. En el texto de Silva, también se hace mención al periódico The Clinic, que tuvo su primera aparición en el año 1998 a raíz de la detención de Augusto Pinochet en Londres. Si bien se nos indica que en un primer momento éste tuvo una visión: “sexista, machista y homofóbica”89, luego adoptó el tratamiento de la sexualidad mediante una amalgama de discursos relacionados con el ámbito político, en cuanto se enfocaba en revelar los abusos sexuales que se habían cometido durante la época dictatorial. A la vez, el periódico se dedicó a reivindicar la pornografía, a través de una sección encargada de criticar y recomendar los diferentes estrenos del cine pornográfico en Chile. Conjuntamente, The Clinic estableció una columna en la que “supuestamente” una mujer relataba explícitamente sus preferencias y sus prácticas sexuales. De esta manera se reconoce el aporte que este diario realizó al abordamiento de diferentes temáticas sexuales que, con anterioridad, habían gozado de la clandestinidad y que, por lo mismo, se mantenían fuera del tratamiento de la prensa escrita. La autora continúa identificando contenidos que han revolucionado la escena de la sexualidad a través de los medios de comunicación, haciendo hincapié en los avisos publicitarios del diario La Tercera. En estos clasificados la oferta se focaliza en las 88 89 Silva, O., Ibíd., pág. 116. Silva, O., Ibíd., pág. 117. 40 transacciones sexuales y las ofertas de espacios para los encuentros íntimos. Su relevancia corresponde a que estos avisos se encuentran instalados en un espacio público correspondiente a un medio tradicional e institucionalizado: “los clasificados del periódico de La Tercera, nos llaman la atención porque están ahí, y nos está enseñando un ejercicio y comportamiento de la intimidad de los chilenos que no tiene registro en los estudios sobre la sexualidad realizados hasta el momento”. 90 Por último, Silva menciona el género de los Reality show, como uno de los recientes fenómenos de la televisión chilena que, si bien no se refiere principalmente a la sexualidad: “ha intensificado la representación de la vida privada y la intimidad de las personas” 91. Lo que ha hecho más permisible el contacto entre la esfera pública y privada, dado a que esta última es exhibida y mostrada a todos los televidentes. Para Thomas Laqueur, la masturbación femenina ha sido abordada en los medios de comunicación (y específicamente en la televisión y las películas de Hollywood) con: “todas las vacilaciones de la cultura con base comercial que creó Onania: excitación taimada en combinación con miedo, vergüenza y abyección”. 92 Desde esta perspectiva, a través de la televisión los ideales liberalizadores quedaron desdeñados en post de una cultura mediática que optó por “ridiculizar” el acto masturbatorio. Basta con observar que “en las películas populares estadounidenses, hombres y niños son repetidamente capturados “haciéndolo” y 90 Silva, O., Ibíd., pág. 119. Silva, O., Ibídem. 92 Laqueur, T., Sexo Solitario, Una Historia Cultural Sobre la Masturbación, Fondo de Cultura Económica de Argentina, Buenos Aires, 2007, pág. 486. 91 41 son humillados, objeto de burla y emocionalmente castigados”. 93 Se mencionan películas como American Pie, The apprenticeship of duddy Kravitz, Belleza Americana, loco por mary y Maldito policía. Para el autor, esto revelaría que la televisión y el cine del siglo XX seguirían estado influenciados por una perspectiva tradicionalista para abordar el acto masturbatorio. No obstante, Laqueur nos revela que es otro el panorama que se observa a través de las páginas Web, dado a que la “era de Internet” se ha establecido como un medio que trasciende muchas de las restricciones de la cultura impresa de los tiempos pasados: “La Web posibilitó que la gente intercambie historias acerca de sus fantasías y deseos libre de censuras y de las voces autoritarias de médicos, clérigos, padres y pedagogos”. 94 De este modo, la masturbación logró quedar plasmada dentro de este nuevo medio de comunicación, y aunque las miradas moralistas también lograron proliferar a través de ella, se permitió que junto a éstas coexistieran discursos liberalizadores que abordarían dicha práctica como una fuente de autodescubrimiento individual. Lo cual, permitiría alcanzar un mayor placer sexual. El que esta herramienta pudiera ser utilizada de forma anónima y privada, generó que también estos temas pudieran ser visibilizados sin que el resto se enterara de lo que uno estaba observando. Laqueur, termina señalando que a pesar de la apertura que la masturbación ha alcanzado dentro de este nuevo medio de comunicación, ésta sigue siendo una práctica “misteriosa” y “oculta”, donde: 93 94 Laqueur, T., Ibídem. Laqueur, T., Ibíd., pág. 487. 42 “El placer potencialmente autárquico del sexo solitario afecta la vida interior de la humanidad moderna en un modo que no podemos entender aún. Sigue situado entre el autodescubrimiento y el ensimismamiento, el deseo y el exceso, la privacidad y la soledad, la inocencia y la culpabilidad como ninguna otra sexualidad de nuestra época”. 95 95 Laqueur, T., Íbid, p. 489. 43 Tercer Capítulo: Sexualidad Femenina y Autoestimulación Dentro de la Revista Paula (1984-2012). Antecedentes de la Revista: Paula es una revista femenina fundada en 1967 por el empresario Roberto Edwards y perteneciente a la familia del mismo, los cuales también son propietarios del influyente diario nacional: El Mercurio. En un primer momento la dirección y la edición de la revista estuvo a cargo de la periodista de la Universidad de Chile: Delia Vergara, la cual acababa de terminar un máster en la Universidad de Columbia en Nueva York. Su propósito era hacer de ella una revista moderna, hablar de los problemas reales de las mujeres y hacer un buen periodismo nacional. Para su realización, Vergara seleccionó a un equipo de periodistas afines con esta idea, todas pertenecientes a la Universidad De Chile con excepción de Isabel Allende, a la cual se le incluyó por su gran conocimiento sobre el tema. Para todas estas periodistas era fundamental que la revista reflejara el feminismo revolucionario que se estaba llevando a cabo en Occidente. Con esta finalidad, Paula se declaró abiertamente feminista, y reveló numerosos temas de la vida cotidiana de las mujeres, que resultaban controversiales e innovadores para el periodismo nacional de ese tiempo. Con la dictadura de 1973, y el autoexilio de Roberto Edwards a Estados Unidos, su creador declaraba que ya no quería una revista feminista, sino que “femenina”. Al no estar 44 de acuerdo con estos cambios, Delia Vergara fue despedida y reemplazada por la periodista Constanza Vergara, la cual asumió ese cargo de 1976 a 1986. En ese último año, toma la dirección de Paula la periodista de la Universidad Católica Andrea Eluchans (hasta 1993), la que es posteriormente reemplazada por su hermana y también periodista Celia Eluchans. Esta última se encontró a cargo de la dirección de la revista hasta el año 1995. Posteriormente, Paula quedó a cargo de la hija de su fundador: Alexandra Edwards. Fotógrafa y bióloga marina, asume la dirección desde el año 1996 a 1998. Ya en 1999 vuelve a cambiar la dirección de Paula por Paula Recart, la cual dejó este cargo en el año 2007. En la actualidad, Paula se encuentra dirigida por la periodista de la Universidad Católica de Chile: Milena Vodanovic. La cual, trabajó en la Revista Apsi, fue asesora comunicacional de Apple Chile y Expo-Sevilla y también fue libretista del programa de TVN: Cuéntame. Revista Paula es impresa por Donelly S. A. y se vende en kioscos y puntos de ventas de todo el país, como también a través de suscripciones tanto propias como asociadas al diario La Tercera. A continuación se presenta una tabla que pretende ordenar y hacer visibles las transformaciones que tuvo la revista en relación a los discursos sobre la sexualidad. Ello, vinculado a las diferentes directoras que estuvieron a cargo de la línea editorial de Paula, desde su inicio hasta la actualidad. 45 Delia Vergara (1967- Constanza 1976) Vergara Andrea Celia Alexandra Paula Eluchans Edwards (1999-2007) (1986- (1993- (1996-1998) 1993) 1995) (1976- Eluchans 1986) Recart Milena Vodanovic (2007 hasta la actualidad) Sexualidad desde una abordada Conforma equipo Tres Al mirada multidisciplinario: ediciones moderna y feminista. DIAGNOS, para abordar profesionalmente variados temas relacionados con la sexualidad femenina. igual Los discursos No que su sobre hay un Se cuestionamiento retoman inéditas antecesora, sexualidad explícito sobre los destinadas continúa femenina, temas sexuales. a brindándole son discursos sobre la reflexionar importancia reemplazados sexualidad sobre femenina y la y tribuna a por temáticas sexualidad de la las sexualidad relacionadas se incluye con la dentro cocina, la cada el edición. mujeres femenina chilenas. dentro de la moda revista. y hogar. 46 de En febrero de 1984, y bajo la dirección de Constanza Vergara, Revista Paula conformó, junto a un equipo de profesionales denominados DIAGNOS, un cuestionario que constaba de 26 preguntas y que fue destinado a ser respondido por cientos de mujeres chilenas. Su finalidad era: “que, a la luz de estos datos, podamos reflexionar sobre nuestra condición, nuestros juicios erróneos. Investigar, en este caso específico, en una zona sobre la que se tiende siempre un velo opaco y denso, como lo es el comportamiento y las actitudes sexuales.” 96 *Véase, a continuación, la ilustración que presentó la revista junto a este artículo (Revista Paula, edición n° 421, febrero de 1984). 96 Revista Paula, edición n°421, febrero, 1984, pág. 59. 47 Para ello, DIAGNOS decretó que las encuestadoras se limitaran a entregar y recoger los cuestionarios, para que de este modo se asegurara y se mantuviera en absoluta privacidad la identidad de las encuestadas, a las que no se les solicitó ningún dato que pudiera revelara su identidad. Los antecedentes que arrojó el test emitido por la revista reveló que: “Las mujeres chilenas siguen fomentando el machismo. Está insatisfecha sexualmente, por lo cual trata de compensar este problema, luego de casada, por vía de las fantasías secretas o de las relaciones extramatrimoniales, en una errónea búsqueda de reconocer su sexualidad y darle cauce. Y, claramente la mujer chilena sigue considerando el tema de la sexualidad y el erotismo como un tema tabú.”97 DIAGNOS agregaba que si se tomaban los resultados según segmento social, se podía ver que las actitudes más liberales se observaban en la clase media alta y entre los 18 y 39 años de edad, “sectores donde se detectan la mayor insatisfacción y la mayor fuerza en reclamar más igualdad.” 98 Esto, aclaraba el equipo, no quiere decir que en los demás grupos sociales el problema no estuviera presente, sino que éste no se hacía consciente o se encontraba encubierto por actitudes que favorecían el machismo, tales como la omisión o la sumisión a la realidad que se imponía desde el hombre. “Es lo que ocurre, significativamente, en el sector medio bajo y entre las mujeres mayores de 40 años.” 99 Luego de revelar este análisis sobre la sexualidad de la mujer chilena, la periodista Constanza Vergara realizó una entrevista al psiquiatra Rafael Parada, aduciendo que el 97 Revista Paula, edición n°421, febrero, 1984, pág. 83. Revista Paula, edición n°421, febrero, 1984, pág. 63. 99 Revista Paula, edición n°421, febrero, 1984, pág. 63. 98 48 comportamiento sexual iba mucho más allá de un acto meramente físico, puesto que en él iban mezclada una serie de actitudes, conductas y sentimientos del ser humano, que luego afectaban consciente o inconscientemente su manera de ser y su relación con los seres más próximos y con la sociedad. Siguiendo esta lógica es que la revista se veía en la necesidad de confrontar los datos obtenidos a través de la encuesta emitida, con los conocimientos clínicos del psiquiatra. El doctor Parada comenzó revelando que la encuesta coincidía en un gran porcentaje con los informes clínicos que él había realizado durante su carrera, y agregaba que: “Si a la mujer su vida sexual no la satisface, el revelarlo es para ella, de alguna manera, delatar al hombre.” 100 Prosiguió asegurando que: “Hay una asimetría entre ambos sexos. La mujer, según la encuesta, se siente como un objeto del placer del hombre, pero no se da cuenta de que también ella busca el placer a través del hombre.” 101 Sin embargo, reconocía que con la liberación femenina de los años 60’ se había avanzado en este respecto. Inmediatamente después, la periodista le preguntó al doctor: “¿Qué indica que un porcentaje tan alto de mujeres mientras hace el amor con su pareja piensen en otro hombre?” 102, A lo que Parada respondió que a diferencia de los países nórdicos, en los cuales se esperaba que la mujer llegara con algo de experiencia, la mujer chilena: 100 Revista Paula, edición n°421, febrero, 1984, pág. 71. Revista Paula, edición n°421, febrero, 1984, pág. 70. 102 Revista Paula, edición n°421, febrero, 1984, pág. 71. 101 49 “defiende las relaciones prematrimoniales, pero siempre que sean con el que va a ser su marido, el definitivo. Otra relación la esconde, porque al hombre todavía en Chile hay que darle la sensación de virginidad.”103 La periodista luego argumentó que en nuestro país el poder de la iglesia era aún muy fuerte, lo que no permitía cambiar tan fácilmente las costumbres. El doctor comentó referente a esta afirmación que: “Así como hay una batería de sumisión hay una batería de liberación. En cuanto a cambios, en los últimos años, hay un dato que sería objetivo: la invención de los anticonceptivos. Liberaron o separaron la maternidad del placer sexual. Y no sólo en el matrimonio, sino también en las relaciones prematrimoniales. Ya no existe el miedo a embarazarse y al matrimonio obligatorio entre los muy jóvenes como consecuencia de éste.” 104 Dentro de esta entrevista, también quedó al descubierto que un alto porcentaje de mujeres que respondió la encuesta, confesó que en lo primero que se fijaba al casarse con un hombre era en que éste le proporcionara la seguridad suficiente para poder vivir tranquila (tanto en lo material como en lo espiritual). Esto, agregó la periodista Constanza Vergara, relegaba a un segundo lugar el “romanticismo” que posteriormente las mujeres requerían y solicitaban dentro del matrimonio. A esto, el psiquiatra respondió que lamentablemente esta situación era muy frecuente en las mujeres que él había atendido. 103 104 Revista Paula, edición n°421, febrero, 1984, pág. 71. Revista Paula, edición n°421, febrero, 1984, pág. 71. 50 Cuando se le preguntó a Parada si él aconsejaba que las mujeres fueran más activas sexualmente, él respondió que debía existir una relación recíproca y conversable, y develó que: “Si se hiciera una curva sobre quién lo pasa mejor en el sexo se concluye que la mujer puede llegar a un clímax mucho más alto, tiene la posibilidad, además, de tener dos orgasmos seguidos. Entonces si el placer está dado en la mujer, ella podría perfectamente buscarlo con igual iniciativa que el hombre. Pero la mujer siempre tiene miedo. La primera relación sexual es siempre para ella muy traumática físicamente, tanto como lo es psicológicamente para el hombre.” 105 En la siguiente edición de la revista (en marzo de 1984), DIAGNOS decidió emitir las respuestas que se obtuvieron de una encuesta que esta vez había ido dirigida a revelar la sexualidad de los hombres chilenos. Esto, debido a que consideraron que era imprescindible tener la versión masculina sobre este tema, para poder entender a cabalidad la manera en que se estaba llevando a cabo la sexualidad de las chilenas. *A continuación se presenta la ilustración que presentó la revista junto a este artículo (Revista Paula, edición n° 423, marzo de 1984). 105 Revista Paula, edición n°421, febrero, 1984, pág. 72. 51 Comenzó la periodista revelando que: “Pese a que el sexo es un aspecto de la existencia que el hombre vivencia desde mucho antes que la mujer, por circunstancias netamente culturales, estas mismas circunstancias no lo hacen ‘aprender’ sobre la sexualidad más que las propias mujeres. Para ambos el tema sigue siendo tabú. Se mantiene en el terreno de lo desconocido, de lo no analizado. Las respuestas a las preguntas de fondo de la encuesta así lo demuestran.” 106 En el análisis general que se llevó a cabo a través de las respuestas del cuestionario realizado por los hombres se obtuvo que: “aparece como lógico que la mujer –vista desde la experiencia masculina- sea la que sólo en un 5,5% de testimonios sea quien tome la iniciativa para hacer el amor […] Sin embargo, y debido a que sobre todo en el estrato Medio Alto la mujer ha ido tomando una mayor conciencia sobre su sexualidad, ha ido obligando a su pareja a cambiar alguna de sus actitudes o a aceptar nuevas formas de conducta femenina. Es por esto que se podría postular que el hombre está enfrentado actualmente a una crisis de su existencia sexual en relación a la mujer.”107 Siguiendo la misma línea utilizada para el análisis que DIAGNOS llevó a cabo para descifrar el cuestionario de las mujeres, la revista Paula publicó, dentro de la misma edición, la interpretación de estos datos a manos del psicólogo Alfonso Luco. Al cual se le preguntó, entre otras cosas, si consideraba válida la hipótesis de que el hombre estuviera enfrentando una crisis sexual, producto de que la mujer se encontraba exigiendo más 106 107 Revista Paula, edición n° 423, marzo, 1984, pág. 64. Revista Paula, edición n° 423, marzo, 1984, pág. 67. 52 satisfacción y felicidad, y que esto lo estaría llevando a “sobre-exigirse”, dado a que muchas veces no podía cumplir con estas expectativas femeninas. El psicólogo respondió que para él, éste era un fenómeno real, y por lo demás nada nuevo si se tomaba en consideración que, tal como lo señalaba Master y Johnson: “la mujer empieza a entender sus derechos a una sexualidad; a sentir; a disfrutar la sexualidad. Pero no cambia sus valores en el sentido de eso exigírselo al hombre. Y no entienden, o no pueden aprender, que ésa es una función que ellas tienen que desarrollar por sí mismas.” 108 Agregaba también que, por otro lado, a los hombres (específicamente chilenos) se les educaba orientados a sobrevalorar la sexualidad, lo que también contribuía a diferenciar el rol femenino y masculino. En otra parte de la entrevista, se le preguntó al experto por qué parecía normal que un hombre tuviera su primera relación sexual con una mujer que no necesariamente sería su esposa, y a la vez negativo si una mujer tenía la misma conducta. Luco respondió que esto se debía a que existían patrones de conducta diferentes para ambos, y a la vez agregó que: “todo el sistema de represiones sexuales impuesto a la mujer se debe a que ella, desde el punto de vista fisiológico, está mejor dotada. Tiene una capacidad multiorgánica, entre otras cosas. Entonces, en estas sociedades machistas, lo que el hombre culturalmente hace es ‘emparejar’ estas potencialidades con las suyas, menores, reprimiendo a la mujer.” 109 108 109 Revista Paula, edición n° 423, marzo, 1984, pág. 68. Revista Paula, edición n° 423, marzo, 1984, pág. 71. 53 Luego de que la Revista Paula realizara estas encuestas e hiciera un análisis exhaustivo sobre las mismas, su línea editorial y el grupo DIAGNOS no continuó haciendo análisis acerca de la sexualidad de los chilenos. No obstante, en enero de 1987, y bajo la dirección de Andrea Eluchans 110, aparecieron tres ediciones inéditas de Paula encargadas de abordar netamente temáticas sobre la sexualidad. Estas ediciones se vendieron “sólo para mayores de edad” y se publicaron con el título de: “Sexo y Salud” en enero de los años 1987, 1988 y 1989. *A continuación se presentan, consecutivamente, las tres portadas correspondientes a las ediciones especiales de Revista Paula, Sexo y Salud (enero 1987, edición n° 494, enero 1988, edición n° 518, enero 1989, edición n°542). 110 Periodista de la Universidad Católica de Chile en el año 1979. Realizó un diplomado de audiencias dentro de la misma universidad en el año 2004. Directora de Revista Paula de 1986 a 1993. 54 En la introducción de la primera edición del año 1987, Eluchans sostuvo que: “Hemos pasado por las más insólitas exageraciones de los ‘deberes’ y de los ‘jamases’ en materia de sexo. La realidad que vivimos hoy está impregnada de esos extremos, desde la libertad absoluta hasta los más ridículos tabúes. No sólo existen inhibiciones respecto del quehacer sexual, sino también para hablar de determinados temas. Sin duda, esto ha sido motivo de muchos fracasos matrimoniales. La falta de diálogo de la pareja y el temor a expresar pensamientos y sentimientos relativos a la vida sexual es un tema que preocupa a la psicología moderna. Hoy se postula que es deber tanto del hombre como de la mujer conversar y comunicar a su pareja las propias inquietudes, y no esperar que el otro adivine sus gustos y molestias. Muchos psicólogos afirman también que éstos son temas para conversar “en el living y no en el dormitorio.”111 En esta primera edición dedicada al sexo, la revista introdujo un artículo escrito por Manena Fabres, el cual se titulaba: “LOS PORQUE DE LA MASTURBACIÓN” 112. La periodista comenzó sosteniendo que: “Tal vez uno de los temas más peliagudos y que tienen cartel de ‘reservados’ en relación al sexo es el de la MASTURBACIÓN. Para muchos, el solo hecho de 111 Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 5. Se ha respetado la mayúscula y lo ennegrecido del título original, porque se consideró que la manera en la que éste estaba escrito, también entregaba información relevante sobre este tema. 112 55 pronunciar la palabra les ‘eriza los pelos’, porque es algo obsceno, pecaminoso e impúdico…Pero, ¿qué hay verdaderamente detrás de esta conducta humana?”. 113 Para continuar con el análisis sobre la masturbación, Paula citó al psiquiatra Hernán Montenegro, el cual sostuvo que la masturbación obtenía un significado completamente diferente a través del ciclo vital del ser humano, y prosiguió sosteniendo que: “La MASTURBACIÓN114 es el problema más común de consulta en lo que a órganos sexuales se refiere.” 115 Luego se citó al psicólogo H. Reimpleim, el cual mencionó que: “La masturbación es la expresión de la inconsistente estructura síquica del joven que ha entrado en la maduración. Esto, acentúa por una parte la obtención de placer, rasgo típico de la mentalidad todavía semiinfantil. Por otro lado, es una muestra de la retracción sobre sí mismo, muy propio de la actitud introvertida del adolescente en este período del desarrollo.” 116 Además, aseguró que esta conducta se traducía en un síntoma de la inseguridad referente al impulso sexual que aún no estaba orientado a la reproducción. En el artículo se volvió a citar a Montenegro, el cual mencionó que este tipo de manifestaciones era común en niños que pasaban abandonados o solos durante largos períodos, dado a que, al no recibir estímulos de personas que fueran significativas en sus vidas, comenzaban ellos mismos a “autoestimularse”. Continuaba argumentando que: “La mala comunicación padre-hijo, el sentimiento de privación, la inseguridad o el mal 113 Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 30. Se mantuvo la mayúscula del texto original. 115 Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 30. 116 Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 30. 114 56 desempeño en el colegio, son también factores capaces de llevar a la masturbación […] Un muchacho que se masturba repetidamente (2 o 3 veces al día) es porque algo anda mal.” 117 Para el doctor Montenegro, la solución estaba en la simple distracción, el ordenamiento de su tiempo libre o la prevención de que los padres supieran en qué momento realizaban este acto sus hijos, y así poder corregir la actitud considerada como “peligrosas”, puesto que para el psiquiatra: “si bien se ha comprobado que no existe ningún perjuicio para la salud, los peligros pueden aparecer en la siquis.” 118 A un costado del reportaje realizado por Fabres, apareció la opinión del sacerdote y educador P. Gustavo Ferraris, el cual sostuvo que la búsqueda de placer indebida y unipersonal, estaba rompiendo la capacidad de relacionarse. Además, esta actitud se encontraba conduciendo al egoísmo y a la autosatisfacción sin referencia a otro, cuando para él, toda la orientación del ser humano estaba centrada en la relación mutua. Por lo cual, Ferraris sostenía que: “Hay que hacerle ver al niño que el resultado de la masturbación conduce a la soledad, a la tristeza y el vacío […] El joven que tiene una buena educación y desarrollo afectivo es menos propenso a la masturbación que el que está carente de amor.” 119 Dentro de esta misma edición, se presentó un artículo escrito por Celia Eluchans, el cual llevaba por nombre: “EL MATRIMONIO SIN SEXO”. En él la periodista aseguraba que muchos maridos se encontraban castigando con la indiferencia sexual a sus 117 Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 31. Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 31. 119 Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 31. 118 57 esposas. Esto debido a que muchas mujeres estaban teniendo actitudes “muy independientes” debido al acceso laboral y profesional que estaba caracterizando a la mujer de ese período. Inmediatamente después, en un reportaje escrito por María Eugenia Meza, y que se titulaba: “LAS JAQUECAS DE ELLOS”, se sostenía que: “El cambio en la actitud femenina de los últimos años ha provocado modificaciones en la manera masculina de enfrentar el sexo. Antes, ellas eran educadas por abuelas y madres para estar al servicio de ellos. Ahora, quieren ser dueñas de su sexualidad. La frase más comúnmente escuchada por los terapeutas de parte de las pacientes es ‘yo también quiero disfrutar.’”120 La periodista agregaba que desgraciadamente este cambio no había traído consigo una modificación del componente “machista” propio de la sociedad chilena. Esto provocó que el hombre entrara en un permanente cuestionamiento con respecto a que si sería capaz de satisfacer las exigencias emitida por su pareja: “lo que aumenta la inseguridad varonil. Todo el fenómeno desencadena, muchas veces, problemas de impotencia con la pareja permanente”. 121 El psicoterapeuta Giorgio Agostini, al cual se le citó dentro de este artículo, revelaba que las mujeres se quejaban de que sus maridos se “corrían” cuando ellas eran las que tomaban la iniciativa, y que todo esto se debía a que los avances que habían tenido las actitudes femeninas inhibían al hombre, el que respondía con una falta de interés sexual o con una aparente impotencia. 120 121 Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 46. Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 46. 58 Para finalizar con esta primera edición dedicada a tratar sólo temáticas sexuales, se emitió un escrito de María Eugenia Meza, el cual se titulaba: “LA FRIGIDEZ ha muerto”. En él se sostenía que, dentro de la experiencia clínica, tanto en Chile como en el extranjero apenas un uno por ciento de las pacientes presentaba frigidez por causas físicas. En las demás, las razones por las cuales no podían alcanzar el orgasmo no dependía solamente de ellas: “Una de las conclusiones más reveladoras de los expertos es que NO EXISTE MUJER FRIGIDA PER SE”.122 El psicólogo Jorge Agostini revelaba que: “Muchos hombres, ya sea por bruscos, por realizar malas maniobras o por apurones, transforman a sus parejas en aparentemente frígidas.”123Agostini sostenía también que hace veinte años, del total de personas que consultaban por problemas sexuales, un 56% correspondía a mujeres que habían sido enviadas al ginecólogo por sus maridos, los cuales consideraban que sus esposas padecían de frigidez. No obstante, el psiquiatra argumentaba que esto ha tendido a disminuir: “ahora la mujer tiene más conocimiento de su sexualidad y ha asumido un rol más activo. Entonces, ha desaparecido el caso de las que creían tener frigidez, cuando en realidad sólo faltaba que se las tratara adecuadamente”. 124 *A continuación se presenta la ilustración correspondiente al artículo: “La Frigidez ha muerto” (Revista Paula, edición n°494, enero 1987). 122 Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 48. Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 48. 124 Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 48. 123 59 Sin embargo, dentro de este artículo no se culpabilizaba sólo al hombre por la carencia de placer sexual de la mujer. Citando a la sexóloga argentina, María Luisa Lerer, se sostenía que: “La mala educación ha deshumanizado el sexo relegándolo al ámbito de lo sucio y pornográfico. Ciertamente es muy difícil que llegue a gozar una mujer que no se atreve a mirar, amar y tocar sus genitales, que los desconoce por completo […] Muchas mujeres sienten su sexo como algo feo, oscuro. Con esa sensación y desconocimiento es difícil abrirse a experiencias sexuales y alcanzar el placer”. 125 En el año1988 salió a la venta la segunda edición de Sexo y Salud. En su introducción, Andrea Eluchans escribió que: “El sexo ha sido históricamente un tema difícil de abordar […] Este siglo que nació en medio del más estricto puritanismo, vio surgir luego una gran revolución sexual: El Free Love de los años 60. Hoy, faltando poco para que termine el siglo, parece ser que el péndulo tiende a equilibrarse. Psicólogos, sociólogos y demás especialistas hablan de una valoración real del sexo. No es tema prohibido; no es sinónimo de pecado. Pero tampoco es algo que debiera vivirse en forma libertina y desordenada. El verdadero sentido de la sexualidad humana, que liga sexo y amor, parece estar imponiéndose. No a la visión añeja sexo-pecado… ¡No!, también, al sexo por el sexo. Algunos atribuyen este 125 Revista Paula, edición n° 494, enero, 1987, pág. 49. 60 cambio al Sida. Consideran a esta enfermedad un llamado de alerta; o una amenaza. Otros sostiene que es simplemente el equilibrio que termina por imponerse.” 126 Dentro de esta edición se publicó un artículo escrito por Celia Eluchans y Ximena Torres, el cual se titulaba: “DE LO DIVINAMENTE HUMANO DEL SEXO”. En este apartado se buscaba que tanto un jesuita (Alfonso Vergara) como un psiquiatra (Sergio Peña y Lillo) abordaran temas como la masturbación, la infidelidad, la virginidad y las relaciones prematrimoniales. Por lo cual, para lograr este cometido, se les entrevistó a ambos conjuntamente, puesto que de este modo se configuraban de una mejor manera la opinión de ambos profesionales. En una primera instancia se les preguntó si ellos consideraban que existía una sobrevaloración del sexo. Sergio Peña y Lillo contestó que más que una sobrevaloración, él consideraba que había una desvirtuación del mismo, donde se presentaba un: “hipererotismo cultural, particularmente cinematográfico publicitario, por una idolatría hacia el sexo que lo saca de su marco natural: el amor […] Esta hipererotización no es casual, sino que surge de una cultura que yo llamaría de valores periféricos, en la cual se estima lo externo y no lo substancial...”127 Colaboró con este argumento el sacerdote Alfonso Vergara, aduciendo que: “En esta cultura de lo desechable, de lo práctico, de lo material el sexo se ha visto reducido a la 126 127 Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 1. Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 1. 61 pura genitalidad. Esto ha provocado una desvirtuación, en especial a la hora de tomar un compromiso tan hondo como es el matrimonio.”128 Cuando se le solicitó al psiquiatra que se refiriera al desarrollo psicosexual del ser humano, éste respondió que el desarrollo pleno se alcanzaba cuando la relación sexual iba unida al amor. Señalaba, además, que la vida sexual femenina implicaba un compromiso mucho más profundo que la del varón, y sostenía que esto: “No es machismo, pero la infidelidad ocasional del hombre no puede hacerse equivalente a la de la mujer en su repercusión sobre la estabilidad de un matrimonio”. 129 En un apartado especial, y dentro de esta misma entrevista, apareció un reportaje que se titulaba: “MASTURBACIÓN: UNA CARIE SEXUAL”. En ella se le comentaba al psiquiatra que muchos libros de sexología recomendaban la masturbación en la mujer para alcanzar el orgasmo, fuese éste vaginal o clitorideano. En base a ello, Peña y Lillo argumentaba que: “El que la mujer tenga orgasmo clitorideano y no logre el vaginal implica una cierta inmadurez en su sexualidad.”130 Del mismo modo, la periodista le señaló al sacerdote que una de las ideas que promovían muchos sexólogos era que la masturbación es normal e incluso beneficiosa, porque permitía conocer los propios órganos y sus respuestas antes de la interacción sexual. A esto, Alfonso Vergara comentó que: “tener caries es normal, porque casi todos las tenemos, pero en lo funcional se trata de una enfermedad de las muelas. Lo mismo puede decirse de la masturbación. 128 Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 1. Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 14. 130 Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 14. 129 62 Hay un noventa por ciento de los muchachos que la practican, pero por su naturaleza la función de la sexualidad está orientada hacia la unión interpersonal”. 131 Peña y Lillo intervino diciendo que, aunque la masturbación no perjudicaba en lo biológico, ésta puede ser dañina en lo psicológico: “En los muchachos surgen con frecuencia sentimientos de inseguridad y timidez, producto de esta práctica”. 132 Después de esta entrevista, la revista expuso un artículo titulado: “LA NUEVA REVOLUCIÓN SEXUAL”. Éste se encontraba escrito por la periodista Ximena Torres, y revelaba que en Estados Unidos se llevaba la “onda” del “safe sex” en oposición al “free love” de los 70'. Agregaba Torres que: “El preservativo es símbolo de esta reacción provocada por el SIDA, que lideran los jóvenes ¡NO A LA PROMISCUIDAD! ¡SÍ A LA MONOGAMIA!” 133 Según la periodista, las revistas norteamericanas de todos los tipos, habían mencionado la transformación psicosexual que se estaba llevando a cabo. Mademoiselle, por ejemplo, había publicado: '¿Cómo hacer el amor este año?' y 'Nunca ame a un extraño'. Por su parte, The New York Times Magazine había escrito: 'El nuevo romance: tomándose la prueba del SIDA' y en New Yorker apareció: 'Los días del condón'. 134 La periodista añadía que este cambio de mentalidad iba fuertemente aparejado con la ampliación que había tenido la utilización del condón: 131 Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 14. Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 14. 133 Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 76. 134 Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 77. 132 63 “Sorprende el cambio operado en la publicidad de este artículo que -desde su nacimiento en el siglo XVII- lleva una vida discreta y pudorosa […] Hoy, en cambio, su uso se grita a través de coloridos afiches en el Metro, la calle y los medios de prensa escrita.” 135 Además, agregó que una encuesta realizada por la empresa Gallup en junio de 1987, reveló que las tres cuartas partes de los solteros neoyorquinos habían modificado su comportamiento sexual: “Alrededor de un tercio de hombres y mujeres solteros utilizan con mayor frecuencia que antes los preservativos; otro tercio limita el número de personas con las cuales mantiene relaciones sexuales; y un 34 por ciento averigua con mayor profundidad el pasado sexual de su pareja”.136 A esto se añadió que un 44% de los encuestados había declarado tener miedo de contagiarse con el virus del SIDA. Esto también habría afectado a la industria del cine y la televisión, los cuales habrían dejado de exhibir al sexo como su temática preferencial. El reportaje reveló que en una escena de la película Dragnet, el actor Tom Hanks estiraba su mano para tomar una caja de profilácticos. Sin embargo, cuando descubre que la caja se encuentra vacía, decide posponer el acto sexual. Por otro lado, en el último filme de Jame Bond, Timothi Dalton, el nuevo agente 007, deja de prodigarse de cama en cama y se limita a tener una sola pareja sexual. Su guionista, Richard Maibaum, habría explicado que: “el sexo indiscriminado ya 135 136 Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 77. Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 78. 64 pasó. Lo sensible y responsable es registrar esa característica del mundo que nos rodea”. 137 El artículo añadió que este regreso a conductas más conservadoras, no había perjudicado la satisfacción sexual de quienes la practicaban. Ello dado a que: “El 93% de los lolos y lolas consideran que su vida sexual es 'plena' y los satisface”. 138 Para finalizar, se mencionó que en Chile no se había logrado precisar si se había dado un fenómeno equivalente. Esto debido a que las dos principales cadenas farmacéuticas les habían entregado respuestas totalmente contradictorias al respecto: “En una nos dicen que a lo largo del año la demanda ha aumentado en forma significativa […] En la otra, en cambio, aseguran que si antes 'vendíamos tres mil por mes, hoy vendemos tres mil cien”. 139 En enero de 1989 Paula emitió la última edición especial dedicada a analizar temas referentes a la sexualidad. Esta vez Andrea Eluchans comenzó diciendo que: “Este número no pretende ser un manual de educación sexual, sino un conjunto de artículos y entrevistas sobre temas que inquietan a todos, que pocas veces se conversan, y que es bueno leerlos en la propia intimidad. Es una manera de contribuir a desmitificar el tema y, con ello, hacerlo más habitual sin abuso ni morbosidad”. 140 En esta edición, se encontraba un escrito titulado: “LAS 'YAYAS' SEXUALES”, en la cual se consultaba a una sexóloga, Fanny Muldman, cuáles eran los problemas más 137 Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 78. Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 79. 139 Revista Paula, edición n° 518, enero, 1988, pág. 79. 140 Revista Paula, edición n° 542, enero, 1989, pág. 1. 138 65 comunes de los chilenos en la sexualidad. Para la profesional, existía una especie de “círculo vicioso” formado entre las mujeres a las que se les hacía llamar “frígidas”, y la ansiedad que esto provocaba en los hombres chilenos. Los cuales, a raíz de esta situación, estaban eyaculando antes de que sus mujeres pudieran alcanzar el orgasmo. Por otro lado, la sexóloga comentó que los problemas sexuales de las chilenas también tenían relación con una mala educación: “la mujer es trancada en relación a su propio cuerpo. No se toca. Casi no tiene entrenamiento masturbatorio, lo que es un autoconocimiento útil para la sexualidad adulta y de pareja.” 141 Sin embargo, la doctora no responsabilizó solamente a la mujer. También comentó que el machismo que se encontraba caracterizando al hombre chileno lo llevaba a desconocer que las mujeres tuvieran sus propios ritmos. Esto se debía a que ellos están: “todo el tiempo obsesionados por rendir y temen ser rechazados”. 142 Para finalizar, Fanny Muldman declaró que el temor a lo sexual había llegado al extremo de que en Chile no se hiciera ninguna campaña de salud pública masiva para abordar el tema del SIDA. “Es que el sexo es algo que nos complica”143, agregó la sexóloga. En esta edición, también sobresalía un artículo que llevaba por nombre: “AMOR ENTRE MUJERES LAS HEREDERAS DE SAFO”. Este texto se encontraba escrito por María Eugenia Meza e introducía que: “Desde la antigüedad hasta hoy las lesbianas mantienen una historia secreta y casi invisible de la que poco se habla y menos se 141 Revista Paula, edición n° 542, enero, 1989, pág. 30. Revista Paula, edición n° 542, enero, 1989, pág. 30. 143 Revista Paula, edición n° 542, enero, 1989, pág. 51. 142 66 escribe”. 144 Para ahondar sobre este tema, se entrevistó a dos mujeres que eran parejas en la actualidad. En la primera parte de la entrevista, una de ellas declaró: “A nosotras, primero se nos discrimina por ser mujeres y después se nos hace a un lado como lesbianas”. 145 Y cuando se les preguntó por cómo se definían, una de ellas contestó que se identificaban por ser: “mujeres feministas que reflexionan sobre los problemas planteados por la sociedad patriarcal” 146 Casi al finalizar la entrevista a Simone, una de las dos lesbianas, se le consultó si existía algún cambio en relación con el propio cuerpo al estar en pareja con una mujer. Ella respondió que existía un cambio en cuanto a la óptica y la visión. Ese para ella sería un aporte que les entregaban las lesbianas al feminismo: “Dejamos de ver el cuerpo como un objeto de consumo, expuesto hacia los demás. Buscamos el atractivo en nosotras mismas y no en lo físico”. 147 A la vez se le consultó a Simone si también existían cambios en cuanto a la sexualidad. Ella respondió que estaba en contra de la ignorancia y el desconocimiento con respecto al clítoris y las demás zonas erógenas del cuerpo de la mujer: “Todo nuestro cuerpo es erógeno y cuando se habla sólo de la vagina, se restringe el placer nada más que al masculino. Lo vaginal y lo fálico son manifestaciones culturales de la dominación machista”. 148 144 Revista Paula, edición n° 542, enero, 1989, pág. 75. Revista Paula, edición n° 542, enero, 1989, pág. 75. 146 Revista Paula, edición n° 542, enero, 1989, pág. 76. 147 Revista Paula, edición n° 542, enero, 1989, pág. 79. 148 Revista Paula, edición n° 542, enero, 1989, pág. 79. 145 67 Inmediatamente después de esta entrevista, y por lo tanto dentro de la misma edición, Paula consultó al psicólogo Giorgio Agostini para que opinara desde su experticia con respecto a este tipo de relaciones. Él declaró que: “estas personas sienten que se 'adaptan' mejor en este rol, pero en el fondo no son verdaderamente felices ni realizadas. Por de pronto, tienen que renunciar al fruto natural del amor […] amor que lamentablemente es incapaz de sentir, en su verdadera dimensión, cualquier persona homosexual, quien a su vez ama, pero en forma posesiva y no madura”.149 En enero de 1991 la revista emitió un artículo titulado: “CUANDO HAGO EL AMOR”. En él, la periodista Graciela Romero consultó a diferentes personas tanto públicas como desconocidas sobre la manera en que ellas (o ellos) observaban y vivían su sexualidad. El primer entrevistado fue el actor Luis Gneco, y entre las declaraciones que entregó, confesó que: “la cuestión del SIDA lo enrolló un poco al principio, por la necesidad en algunas oportunidades de usar condón, o que eso lo pidiera su pareja. Hasta que consiguió que se convirtiera en otro episodio del juego amoroso”. 150 Florcita Motuda, por su parte, declaró que el estribillo de una de sus canciones, la cual señala que: “Para ser un buen amante, cuando estés solo tienes que padecer”, no tuvo gran éxito en las radios debido a que sólo una emisora se atrevió a transmitirla. El cantautor 149 150 Revista Paula, edición n° 542, enero, 1989, pág. 81. Revista Paula, edición n° 592, enero, 1991, pág. 14. 68 declaró que esto se debió a que: “en este país hay poca cultura general y erótica en particular, de manera que la masturbación, la pobre, resulta desprestigiada”. 151 Luis Alarcón reveló que: “el placer solitario del adolescente es una manera de aprender a conocer su cuerpo. A comunicarse él mismo con su cuerpo”. 152 En general, el reportaje trataba de dejar establecido lo poco que sabía y disfrutaba el chileno del sexo. Para un abogado anónimo el problema era que: “a las mujeres se les mete en la cabeza desde chicas, que hay que seguir siendo virginal a pesar del coito. Y a los hombres, que a la mujer bien amada no se le puede siquiera hablar de semen...”153 En enero de 1992, Lilian Olivares escribió: “¿POR QUE ELLOS NO OBTIENEN SUFICIENTE SEXO Y ELLAS NO OBTIENEN SUFICIENTE AMOR?”. En resumen, se explicó que esto se debía a la carencia emocional que caracterizaba a los hombres, a los que socialmente se les había restringido la posibilidad de conectarse con su sensibilidad, dado a que ellos debían ser los “dueños del mundo externo”, de las acciones y de las ideas. De este modo: “las únicas manifestaciones permitidas socialmente para él son los sentimientos de rabia y de apetencia sexual”. 154. Es así como, basado en estudios, la revista planteó que: “el acto sexual es uno de los pocos, si no el único medio que el hombre tiene de expresar intimidad y emoción”.155 Sin embargo no todo era tan decadente para el hombre, ya que al finalizar la revista reveló que: “la sociedad actual les está brindando la oportunidad de explorar el mundo 151 Revista Paula, edición n° 592, enero, 1991, pág. 14. Revista Paula, edición n° 592, enero, 1991, pág. 14. 153 Revista Paula, edición n° 592, enero, 1991, pág. 15. 154 Revista Paula, edición n° 617, enero, 1992, pág. 22. 155 Revista Paula, edición n° 617, enero, 1992, pág. 23. 152 69 interior de las emociones, las relaciones, la intimidad y el amor”. 156 Ello debido a que la mujer había logrado tener su propio trabajo, y con ello su propia independencia y seguridad. Lo que derivó en que la misma ya no buscase estos valores en el hombre, sino que en su propia persona. En 1994 la editorial de la revista cambió de directora reemplazando a Andrea Eluchans por su hermana: Celia Eluchans 157. En ese mismo año, la revista emitió un reportaje titulado: “JAGUARES SIN LIBIDO”. En él la temática seguía siendo la culpabilidad que sentía el (la) chileno (a) a la hora de sentir placer. La psicóloga Eugenia Weinstein sostenía dentro de este artículo que los chilenos estaban “antilibidinales” y: “más cargados al Tanatos que al Eros. Tenemos una cordillera mental, y en nuestra cultura el placer está asociado a trasgresión, a mil y una noches, a pecado”. 158 Agregaba la psicóloga que habíamos heredado una tradición que se habría horrorizado con los “toques” que Holley Hunter y Harvey Keytel se hacen en el film “La lección de piano”. Esto se debía a que, según Weinstein, las personas llegaban agotadas a sus casas. El trabajo había ocasionado que se fomentara una especie de mundo antilibidinal, donde el placer interactivo del encuentro con otros, de la intimidad, de hacer las cosas con las ganas, pasaba a un segundo plano. Aconsejaba a su vez que: “sería hora de empezar a hacerle más caso a las sensaciones internas, al llamado del cuerpo, a la merecida necesidad de autootorgarnos placer”. 159 156 Revista Paula, edición n° 617, enero, 1992, pág. 23. Celia Eluchans estudió en la Universidad Católica de Chile, y estuvo a cargo de la dirección de la Revista Paula del año 1994 al 1995. 158 Revista Paula, edición n° 669, enero, 1994, pág. 40. 159 Revista Paula, edición n° 669, enero, 1994, pág. 40. 157 70 En 1995 Ximena Torres escribió: “El cuánto, cómo y porqué de la sexualidad femenina”. Se entrevistó nuevamente a la psicóloga Eugenia Weinstein, la cual argumentó que desde la liberación femenina había surgido un nuevo conflicto para las mujeres: “nos exigen que nos comportemos sexualmente como los hombres”. 160 Para Weinstein durante años el problema esencial de la mujer había sido reprimir su sexualidad. Sin embargo, declaraba que a partir de la liberación femenina la balanza se había inclinado hacia el otro lado, lo que habría fomentado que se impusiera un modelo masculino de sexualidad, en donde todo se centraba en la obtención del orgasmo: “Los hombres miden su éxito, su competencia, en su propio orgasmo y en que la mujer lo alcance, razón por la cual la gran mayoría de nosotras hemos fingido en algún momento, simplemente, para no defraudar el ego masculino y dejar de ser queridas”.161 Por ello, Weinstein concluyó que si bien el discurso sobre la igualdad era muy importante, también era esencial destacar lo distinto que somos, y explicó que: “gran parte de los problemas sexuales radican en que los hombres creen que las mujeres funcionan como ellos y en que ellas sienten que deben funcionar como hombres”. 162 En enero de 1995 Ximena Torres escribió un reportaje que se titulaba: “LA NUEVA MORAL SEXUAL”. En ella el psicólogo Roberto Rosenzvaig (experto en problemas de pareja), declaraba que contrastaban los cambios que estaba viviendo la sociedad norteamericana (la reivindicación de la virginidad, la decadencia de la infidelidad y la recuperación de los afectos estables) y la realidad sexual que vivían los chilenos. 160 Revista Paula, edición n° 695, enero, 1995, pág. 31. Revista Paula, edición n° 695, enero, 1995, pág. 32. 162 Revista Paula, edición n° 695, enero, 1995, pág. 34. 161 71 El artículo apuntaba a revelar que los jóvenes santiaguinos de estrato social alto, solían tener en sus autos encuentros sexuales con hasta tres chicas de sectores populares cada noche de sábado: “Esa práctica encarna con cierto dramatismo la oposición entre la naciente revolución conservadora que vive el mundo desarrollado y la liberalidad sexual que en nuestros países sigue tan viva como en los 70, pero con elementos muy de los 90'”.163 Más abajo se le preguntó al experto qué significaba en la práctica esta nueva moral sexual, a lo que el psicólogo respondió que: “Es la consecuencia de la angustia existencial que dejaron los 80. De esa vida sin certezas, absolutamente acelerada, caotizada, en que la sexualidad se vincula a nuevos temores de enfermedad y de muerte. En medio de esto surge la necesidad de seguridad y estabilidad. ¿Dónde encontrarlas? En el vínculo y en la estrecha relación familiar”. 164 En esta línea, Rosenzvaig, declaró que la revolución puritana de Estados Unidos no se relacionaba con una imposición religiosa o externa, sino que hacia una opción de establecer relaciones más significativas entre las personas. Declaró que esta realidad estaba muy lejos de observarse entre los jóvenes chilenos, los cuales consideraban que por tener un mayor número de encuentros sexuales sabían más de sexualidad que ningún otro. Además, agregaba que a esto se le sumaba el peligro de tener más de una pareja sexual: “Yo no sé por efecto de qué distorsionada visión de la realidad creen que es imposible que ese muchacho con el que van a tener relaciones pueda estar 163 164 Revista Paula, edición n° 695, enero, 1995, pág. 34. Revista Paula, edición n° 695, enero, 1995, pág. 6. 72 contagiado con VIH, ser adicto, bisexual o promiscuo. Creo que cometen un verdadero acto psicótico”. 165 En 1996 la editorial de la revista cambió a su directora actual por Alexandra Edwards. 166 En este período, Paula dejó de profundizar directamente sobre temas sexuales, dedicando más espacio a tratar asuntos sobre cocina, moda u hogar. En 1999 asumió la dirección de la revista la periodista Paula Recart 167. Con ella la edición de Paula siguió restando tribuna a los temas de sexualidad (o a no tratarlos directa o profundamente), hasta que en el año 2008, y con la nueva dirección de Milena Vodanovic 168, la revista comienzó a incluir dentro de cada una de sus ediciones un espacio especial para reflexionar sobre la sexualidad. En ese mismo año se incluía un artículo titulado: “EL (BUEN) SEXO NACIONAL”. En él se incluyó un estudio realizado por el Centro de Encuestas del diario La Tercera. Éste se había realizado por vía telefónica a hombres y mujeres mayores de 18 años de edad, y que hubiesen vivido en las ciudades de Antofagasta, La Serena, Coquimbo, Santiago, Valparaíso, Viña del Mar, Concepción, Talcahuano y Temuco. Esta encuesta reveló que: “El 90% de las personas con pareja estable dice estar satisfecha o muy satisfecha con su vida sexual […] ¿Y cuál es la mejor solución cuando el sexo no es tan bueno como uno espera? El 76% cree que en ese caso hay que echar mano a apoyo profesional especializado.”169 165 Revista Paula, edición n° 695, enero, 1995, pág. 8. Bióloga marina y fotógrafa. Estudió su primera carrera en la Universidad de Stamford (1982), mientras que en 1990 realizó un magíster en fotografía dentro de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Asume la dirección de Revista Paula de 1996 al año 1998. 167 Periodista y directora de Revista Paula del año 1999 al 2007. 168 Periodista y directora de revista Paula (del 2008 hasta la actualidad). Esposa del ex ministro del Trabajo de Ricardo Lagos: Ricardo Solari (PS), quien es actual presidente del directorio de TVN. 169 Revista Paula, edición n° 1009, diciembre, 2008, pág. 27. 166 73 No obstante, estos datos dejaban entrever la incongruencia que existía entre estos resultados y la opinión que tenían la mayoría de los chilenos acerca de lo aburrido que era el sexo nacional. Para desentrañarlo, Paula agregó debajo de este reportaje un par de preguntas que invitaba a su audiencia a responder si se habían sometido alguna vez a una terapia sexual, o si alguien había descubierto que era bisexual o si algún lector había sospechado que era víctima de una adicción al sexo. Este sería el nuevo formato de Paula. En él se realizaban reportajes sobre sexualidad que al finalizar invitaban a la audiencia a resolver y a enviar una serie de preguntas acerca del tema sexual que se estaba abordado. Ya en febrero del 2009, se incluyó un artículo escrito por la periodista Lorena Penjean acerca de un nuevo programa de televisión: “SOS, La Sexualidad de los chilenos”. Este espacio sería transmitido por Chilevisión y estarían a cargo de la conducción Rodrigo Jarpa (sexólogo) y María Gracia Subercaseaux (fotógrafa). Se les preguntó a los conductores por qué era necesario hablar sobre sexo en la televisión, a lo que la conductora respondió que: “Hoy, hablar de disfunciones sexuales en un programa de televisión con testimonios reales, sin risitas y eufemismos, nos hace crecer”. 170 Específicamente, el programa de televisión buscaba abordar problemas sexuales tales como la anorgasmia, la disfunción eréctil o la falta de deseo sexual, a través de un formato de docu-reality cuya premisa se fundaba en televisar una terapia sexual a la que serían sometidas diferentes parejas. 170 Revista Paula, edición n° 1017, febrero, 2009, pág. 47. 74 Rodrigo Jarpa mencionó que: “La sexualidad de muchos chilenos está fallando por dos razones: por el egoísmo de buscar la satisfacción personal sin considerar al otro en sus necesidades y por el narcisismo.” 171 Dentro de la misma edición, se presentó un artículo titulado: “Sexo y Ciencia”. En él se realizó una entrevista a Mary Roach, científica norteamericana que se dedicaba a investigar sobre el orgasmo, la libido y los implantes genitales. Además, Roach observaba los últimos experimentos sexuales que se realizaban en humanos y animales. En él la periodista María José Viera-Gallo le preguntó si quedaba algún misterio sin resolver en el sexo, a lo que Roach respondió que sí, que efectivamente quedaba un tema pendiente dentro de la ciencia del sexo: “el orgasmo”. Y agregaba que: “sabemos que es un reflejo automático del sistema nervioso, pero no entendemos los múltiples caminos que llevan a él”.172 Es por ello que la científica decía estar muy interesada en escribir sobre el orgasmo femenino, y afirmaba que la masturbación de la mujer actuaba como una terapia para combatir la frigidez: “Según varios estudios actuales, tanto la estimulación del clítoris como la vibración vaginal provocadas por juguetes ayudan a desarrollar nuestra sensibilidad erótica”. 173 Sin embargo, declaraba que eran pocos los interesados en invertir en estudios que traten sobre la masturbación. Mencionó el caso de la secretaria de Clinton, Joycelyn Elders, la cual, en un panel sobre el SIDA en 1994, declaró que la masturbación debía ser enseñada a los jóvenes para prevenir conductas de riesgo, a lo cual fue inmediatamente despedida. 171 Revista Paula, edición n° 1017, febrero, 2009, pág. 48. Revista Paula, edición n° 1017, febrero, 2009, pág. 66. 173 Revista Paula, edición n° 1017, febrero, 2009, pág. 66. 172 75 En la misma edición de la revista, apareció una columna escrita por la ginecóloga Andrea Huneeus, la cual se titulaba: “Hágase cargo de su deseo sexual”. En él la doctora declaraba que los juguetes sexuales y la autoexploración ayudaban a la mujer a producir experiencias placenteras, lo que creaba un feed back positivo hacia el sexo y enseñaba a ambos miembros de la pareja a reconocer sus zonas erógenas. Agregaba Huneeus que los fármacos que se han empleado para mejorar la libido femenina son múltiples, pero su efectividad es variable. Nombra entre ellos los erectógenos (aumentan la irrigación y pueden producir una sensación placentera) y el uso de testosterona. A partir del año 2010 se observó un nuevo formato dentro de la revista. En él el apartado dedicado al sexo seguía presente dentro de cada edición, sólo que esta vez se recortaba el espacio a una página más una ilustración relacionada con el tema en cuestión. Además en esta nueva edición, más que analizar temas sexuales la revista se centraba en revelar datos que ayudaran a mejorar la sexualidad de los chilenos. Siguiendo este formato, en enero del 2010 Paula agregaba un artículo titulado: “Lecciones de Cama”. En él Andrea Lagos aconsejaba acerca de cómo acomodar el dormitorio para que se pudiera obtener una mejor vida sexual. En marzo del año en cuestión, se escribió el artículo: “Cómics sin ropa”, en el que Lagos entregaba información sobre historietas que trataban acerca de temas eróticos, y en los que se mostraban ilustraciones de los personajes desnudos o en posiciones comprometedoras. Un anónimo declaraba: “En pijama, o medios piluchos, mi amante y yo empezábamos a leer cómic por iniciativa mía, cada uno interpretando un personaje: él generalmente superhéroe 76 o cavernícola, y yo, una amazonas o una tremenda mina dibujada por el italiano Milo Manara, un clásico de los dibujos para adultos”. 174 Así Paula comenzaba a revelar diferentes datos para que sus seguidores mejoraran su sexualidad. Se señalaban diferentes “juegos eróticos” que se podían poner en práctica con la pareja, se entregaba información sobre la gran variedad de anticonceptivos que podía utilizar la mujer moderna, se hablaba sobre las diferentes enfermedades de transmisión sexual que podían estar entorpeciendo el sexo placentero con la pareja, o sobre juguetes sexuales de lujo o entretenidos que podían ser utilizados. Siguiendo este formato, el 7 de marzo del 2012, se publicaba un artículo titulado: “Deseo, orgasmo y aparatos”. En él se entrevistaba a una sexóloga sobre cuáles eran las preguntas más repetidas por las mujeres sobre sexo. En él, la profesional contestó que el tema del orgasmo era el más consultado por las féminas. Particularmente, el cómo tenerlo o cómo tener más. Agregaba que: “Hay mujeres que nunca han sentido un orgasmo, no tienen experiencia masturbatoria, no conocen su clítoris, entonces si ellas no saben de su cuerpo no pueden pedirle al hombre nada […] La masturbación es clave para aprender que el clítoris tiene que ser masajeado para lograr el orgasmo”. 175 Luego se le preguntó a la especialista qué pasaba con los aparatos de estimulación sexual, a lo que la Alessandra respondió que: 174 175 Revista Paula, edición n° 1043, marzo, 2010, pág. 35. Revista Paula, edición n° 1091, marzo, 2012, pág.45. 77 “Si vas a estar toda la vida con alguien tienes que salir de la rutina. Son herramientas que no suplantan el sexo tradicional, pero logran sensaciones muy intensas e inalcanzables naturalmente ¡Ningún hombre se mueve como un vibrador!”. 176 De este modo, en el año 2012 Paula transmitía abiertamente información acerca de los beneficios de la autestimulación y de la utilización de juguetes eróticos que podían ayudar a mejorar la sexualidad de muchas mujeres. 176 Revista Paula, edición n° 1091, marzo, 2012, pág. 45. 78 Conclusión: La sexualidad femenina ha vivido importantes cambios a través de la historia. Si bien ha sido tratada como un tema controvertido y difícil de ser analizado, a partir de los últimos tiempos se ha logrado retirar de lo propiamente privado para ser más abiertamente estudiado. En la sociedad chilena actual la sexualidad de la mujer se encuentra instalada como un tema contradictorio y ambivalente. Para algunos, esto tendría relación con la rápida adaptación social que tuvo que vivir el país luego de que se instaurara una economía libre de mercado, la cual trajo consigo nuevas transformaciones democráticas y modernizantes que aceleraron el proceso natural de reestructuración social. La época post-dictatorial (1990-2010) también trajo consigo la idea de entender la sociedad como un conjunto de individuos libres e iguales, lo que en la práctica se tradujo en la oportunidad de que las mujeres tuvieran la opción de tener los mismos derechos que los hombres, y que a su vez, pudieran alcanzar una mayor autonomía. A raíz de estos cambios, la mujer pudo acceder al ambiente laboral, lo que le permitió desligarse del hogar e incorporarse a la esfera pública de la sociedad. Esto provocó que la relación jerárquica que se entablaba entre hombres y mujeres fuera cuestionada, y que el matrimonio se transformara en una alianza opcional. La introducción de estos cambios se vio favorecido por la aparición de los métodos anticonceptivos, los cuales posibilitaron el control de la natalidad y la redefinición de las identidades de género. 79 Probablemente la Revolución Sexual de los sesenta también haya colaborado para que se modificara y se analizara la sexualidad de la mujer chilena. Sin embargo, la irrupción de la dictadura militar y las pocas, por no decir nulas, investigaciones que existen al respecto no permiten evidenciar el impacto real que ella alcanzó en Chile. Aun cuando se logró avanzar en la paridad de los géneros, en la actualidad las diferencias aún quedan evidenciadas en la sexualidad. Para Del Rosario y Valdés, el hecho de que las mujeres aún no puedan expresar libremente sus deseos sexuales sin ser juzgadas por los hombres y por la sociedad en general, permite entrever las tensiones y contradicciones de un proceso de modernización que aún no ha finalizado. En cuanto a la autoestimulación femenina, en nuestro país ha sido abordada de diferentes maneras. Principalmente los discursos que se mantienen sobre ella la relacionan, por un lado, como una enfermedad, una aberración o una perversión sexual que esconde tras de sí un comportamiento degenerado y vicioso. Por otro lado, ha existido un cambio dentro de la sociedad que permite entenderla de una manera más amplia y despatologizada. A su vez la renovación de los discursos médicos y morales ha tendido a aceptar la masturbación femenina como una práctica de autoexploración genital no dañina y natural. No obstante, aunque el significado del acto masturbatorio se ha ido renovando, aún en la práctica sigue existiendo una gran cantidad de angustia y reprobación. Esto ha desencadenado que una considerable cantidad de mujeres no se atreva a expresar públicamente que la practica, lo que ha terminado por conformar un ambiente complejo y contradictorio en torno a la sexualidad de la mujer chilena. Por otro lado, los medios de comunicación han tendido a transmitir una serie de 80 discursos sobre la sexualidad que la mayoría de las veces refleja la disonancia que existe al respecto. Más aún en la actualidad, en donde la gama de representaciones, narraciones y producciones de imágenes sobre ella se ha ampliado. No obstante, esto no ha significado que se hayan dejado de generar grandes polémicas y enfrentamientos entre lo que está y no está permitido transmitir a través de estos medios de comunicación. Panorama que, siguiendo a Silva, se traduce en “transformaciones positivas”, capaces de discutir y dar a conocer las diferentes perspectivas que existen dentro de la sociedad con respecto a nuestra sexualidad. Específicamente, la revista Paula comenzó el año 1984 interesándose fuertemente por la manera en que los chilenos, y particularmente las mujeres, se encontraban viviendo su sexualidad. A raíz de ello conformó un grupo de profesionales (pertenecientes a distintas carreras), los cuales fueron denominados: DIAGNOS. Ellos tenían la finalidad de entregar un análisis exhaustivo sobre la sexual de los chilenos. Los resultados arrojaron que las mujeres chilenas presentaban una actitud “machista” y que se declaraban insatisfechas sexualmente, lo que la llevaba a tener fantasías “ocultas” o directamente relaciones extramatrimoniales. Para DIAGNOS estas actitudes estaban relacionadas a la importancia que la mujer atribuía, en un primer momento, a la estabilidad que debía brindarle su pareja. De este modo, relegaba a un segundo plano el romanticismo que más tarde reclamaba a su pareja. Existía, por lo tanto, una clara falencia sexual en las mujeres, lo que también podía ser producto de que la sexualidad y el erotismo seguían viéndose como temas tabúes y privados dentro de la sociedad. 81 Por otro lado, los resultados arrojaron que si bien las féminas estaban aceptando tener relaciones sexuales prematrimoniales, aun les incomodaba el hecho de que para los varones la virginidad se siguiera considerando como un valor en la mujer. También se destacó la importancia que tuvo la introducción de nuevos métodos anticonceptivos en el mercado, dado a que su utilización liberalizó la vida de las mujeres casadas como también permitió la mantención de relaciones sexuales fuera del matrimonio. Por último, se reveló que el hecho de que la mujer no pudiera gozar plenamente de sexualidad. Esto se podría deber a que su capacidad multiorgásmica pudiera haber incomodado al hombre. Éste, aferrado a elementos “machistas”, podría haber apaciguado o silenciado el verdadero potencial sexual de la mujer. Cuando DIAGNOS realizó el mismo análisis para desentrañar la manera en que el hombre estaba viviendo su sexualidad, se reveló su falta de experticia en el tema, y la “crisis” que estaba viviendo a raíz de la mayor exigencia sexual que estaban solicitando las féminas del país. En estas ediciones, y con la conformación del grupo DIAGNOS, se dejaba entrever lo relevante que estaba siendo para Paula analizar e informar acerca de lo precaria que estaba siendo la sexualidad para las mujeres chilenas. Es por esto que en 1987, y apoyándose de los análisis entregados por DIAGNOS, la nueva directora de Paula, Andrea Eluchans, decide publicar tres ediciones dedicadas especialmente a entregar información sobre temáticas sexuales. Llama la atención de que estos ejemplares estuvieran prohibidos para menores de edad, siendo que los mismos no presentaban ningún contenido erótico explícito, sino más bien entregaban información teórica con respecto al tema. 82 Estas ediciones se titulaban “Sexo y Salud” y tenían como finalidad, según lo relata la propia Eluchans, que las parejas de nuestra sociedad pudieran reflexionar acerca de estos temas. No obstante, y a pesar de que pudieron haber cumplido con este objetivo, llama la atención la mirada conservadora con la que se desarrollaba una cantidad importante de los artículos que en ella se mostraba. Así lo demuestra el hecho de que la mayoría de sus reportajes fueran analizados por sacerdotes, psiquiatras y psicólogos que por lo general trataban estos temas de una manera más tradicionalista que liberal. Por lo tanto, si bien la revista buscaba develar una amplia gama de problemas sexuales femeninos, a la vez se encargaba de desarrollarlos de una manera en la que se pudieran reflejar los valores más conservadores de la sociedad. Lo anterior podría tener relación directa con la aparición del SIDA en los años ochenta. Enfermedad que terminó con la revolución sexual que se estaba viviendo en la década de los sesenta y de los setenta, y que llevó a que la sociedad volviera a rescatar los ideales de la monogamia y de la abstinencia sexual. La aparición de los profilácticos también colaboró con este ambiente, ya que su utilización prevenía el contagio de este virus. En cuanto a la masturbación, llama la atención como dentro de la primera edición de “Sexo y Salud” se incluyera un amplio reportaje para tratar el tema, pero que en ningún momento se mencionara la autoestimulación en relación a la mujer. Esto se podría deber a que ni siquiera se planteaba la posibilidad de que las féminas pudieran estar ejerciendo esta práctica tratada, dentro de la misma, como dañina, reiterativa e infantil. 83 La “frigidez” también es un tema que se menciona en numerosas ocasiones, lo que nos lleva a suponer que en esta época las mujeres vivían atemorizadas de padecerla y de descubrir que eran incapaces de sentir algún deseo sexual. No obstante, a medida que pasaban los años, Paula se hacía eco de las nuevas investigaciones que la relacionaban más con un problema masculino, que con la falta de libido de la mujer. De este modo, el concepto de frigidez fue reemplazado por el de anorgasmia o bajo deseo sexual. El lesbianismo fue abordado en una ocasión dentro de estas tres ediciones, y a pesar de que en un primer momento se entrevistó abiertamente a una pareja de lesbianas, dentro del mismo artículo la revista incluyó la opinión de un doctor que la consideró como una práctica posesiva e inmadura. Después de que la revista sacara a la venta estos ejemplares, la edición de Paula siguió encargada de analizar la sexualidad desde una óptica más conservadora, y así se mantuvo con Celia Eluchans desde 1994. En estos años prevalecían los argumentos a favor de una supuesta “crisis sexual” que se encontraba afectando al “hombre chileno”. El que las mujeres se estuvieran liberalizando y estuvieran exigiendo más explícitamente su derecho a sentir placer, los estaba llevando a replantear su rol en las relaciones y en la sociedad. Bajo la dirección de Alexandra Edwards en 1996, y posteriormente con la llegada de Paula Recart en 1999, la revista restó importancia al análisis de la sexualidad, y se dedicó a analizar otros temas. Sin embargo, con la dirección de Milena Vodanovic desde el 2008, Paula comenzó a incluir dentro de cada una de sus ediciones un espacio especial para tratar 84 asuntos sobre sexualidad, y en los cuales se incluía inmediatamente después una serie de preguntas que invitaban a la audiencia a participar sobre el análisis de estos temas. En el año 2009 se ponía en evidencia la importancia que estaba adquiriendo el “orgasmo” dentro de la comunidad científica. No obstante, aún se revelaba que las investigaciones que trataban sobre la masturbación, resultaban ser polémicas para la difusión científica. En ese mismo año, y a través del reportaje titulado: “Hágase cargo de su sexualidad”, la revista incluyó la opinión de la ginecóloga Andrea Huneeus, la cual mencionaba abiertamente que los juguetes sexuales y la autoexploración ayudaban a que las mujeres aprendieran a conocerse y pudieran tener experiencias más placenteras. Se agregaba la existencia de múltiples fármacos que se podían emplear para aumentar la libido femenina. De este modo, Paula comenzaba a renovarse y a adecuarse a la liberalización que paulatinamente iba siendo parte de la realidad de los chilenos. En el año 2010 se recortaba el espacio dedicado al sexo (una página), y se colocaba dentro de él una ilustración encargada de representar el tema que se estaba tratando. Esta vez la revista ya no se encargaba de analizar algún contenido sexual, sino que se limitaba a entregar información que pudiera colaborar para mejorar la sexualidad de las parejas chilenas. Se señalaban diferentes “juegos eróticos” que se podían poner en práctica, se entregaba información sobre la gran variedad de anticonceptivos que podía utilizar la mujer moderna, se hablaba sobre las diferentes enfermedades de transmisión sexual que podían 85 estar entorpeciendo el sexo placentero con la pareja, o sobre juguetes sexuales de lujo o entretenidos que podían ser utilizados. Manteniendo este formato, en el año 2012 Paula publicó un artículo titulado: “Deseo, orgasmo y aparatos”. En él se reveló lo importante que estaba siendo para las mujeres de nuestro país poder obtener un orgasmo, y se invitaba a que las mujeres accedieran a conocer su cuerpo y descubrir lo placentero que podía resultar incluir algún aparato sexual para esta finalidad. A través del orgasmo y del placer, las mujeres de nuestro país comienzan a dejar atrás el temor a la frigidez, y a buscar ayuda profesional que les permita poder disfrutar tanto en pareja como solitariamente. No obstante estos avances, se reconoce una contradicción entre el contenido que emite Paula en donde se acepta libremente el derecho a disfrutar y la necesidad de conocer nuestro cuerpo, y la realidad social que afecta a las chilenas. En ella, el acto masturbatorio aún sigue encasillado dentro de lo “reprimido”, y se sigue observando como una práctica privada que sería mejor no revelar. Esto estaría afectando el derecho “a sentir placer”, ya que como se sostiene en el primer capítulo de este trabajo, al parecer aún existiría una disonancia entre los discursos que revelan lo que las mujeres deben y no deben hacer. Tal vez pudiera colaborar con esta contradicción el hecho de que no se realicen investigaciones profesionales que inviten a que la sociedad chilena sea capaz de reflexionar al respecto, y de que a la vez, comience a ser consciente de que el derecho a una paridad de 86 género no debe reflejarse tan solo en la esfera pública, sino que también dentro de la vida privada de las personas. Probablemente el hecho de que la sociedad no quiera hablar acerca de sexo esté colaborando para que se siga manteniendo la desigualdad de género en Chile, y que por lo mismo no se haya podido alcanzar una paridad social entre hombres y mujeres dentro de nuestra sociedad. 87 Bibliografía: Fuentes Primarias: Revista Paula, edición n° 421, febrero de 1984. Revista Paula, edición n° 423, marzo de 1984. Revista Paula, edición n° 472, febrero de 1986. Revista Paula, edición n° 494, enero de 1987. Revista Paula, edición n° 518, enero de 1988. Revista Paula, edición n° 542, enero de 1980. 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