LA RESTAURACIÓN DEL PALACIO SAN CARLOS

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II Jornadas Latinoamericanas Patrimonio y Desarrollo
La Plata - abril 2013
LA RESTAURACIÓN DEL PALACIO SAN CARLOS
Autores: Mg. Arq. Marcelo L. Magadán([email protected])
Arq. Alejandra Bruno([email protected])
Palabras-clave: Conservación, restauración, consolidación, edificio histórico, ruina, turismo.
¿Se imaginan ustedes a un equipo de albañiles, de carpinteros, de ebanistas, de revocadores
instalando, en semejante pasado, su sacrílega utilería y rehaciéndonos en ocho días, una
casa que uno nunca hubiera conocido y donde uno se creería de visita? ¿Una casa sin
misterios, sin rincones, sin trampas bajo los pies, sin escondrijos? ¿Una especie de salón
municipal? (Antoine de Saint-Exupéry, refiriéndose al edificio)
UN POCO DE HISTORIA:
El Palacio San Carlos, se encuentra ubicado en el Parque homónimo, a unos 4 km del centro de
Concordia (Prov. de Entre Ríos).Fue construido para Eduardo Demachy, un industrial francés, que
compró unas 100 has. sobre el río Uruguay para instalar un establecimiento dedicado a la
fabricación de conservas, velas, jabones y un saladero.El edificio se ubicó sobre una loma, a 350 m
de la costa, un lugar privilegiado desde el que se observa el entorno y buena parte del río.
Aprovechando la topografía se construyeron dos plantas: una principal en la parte alta, y una
accesoria en la baja, rodeando parcialmente a la loma que contenía las dependencias de servicio
entre las que se encontraban la Caballeriza y los dos únicos locales que aún se conservan
techados. A la planta alta se accede, a nivel, desde el Suroeste, mientras que la conexión entre
ambas se daba a través de dos escaleras interiores ubicadas en correspondencia con las alas en
que se divide el nivel inferior.
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Planta Baja.En el centro, la parte ocupada por el terreno natural.Entre otros elementos, se indican las pasarelas y escaleras.
La construcción, que tenía una superficie cubierta de 1.200 m2, se habría erigido a partir de planos
traídos de Francia. La obra comenzó en 1886 y finalizó en 1888, cuando fue ocupada por los
Demachy. En ella se emplearon tanto materiales locales, como importados. La piedra delos
cimientos y los muros exteriores, así como las arenas, son locales y se extrajeron de los
afloramientos que se encuentran en los alrededores. Es altamente probable que los ladrillos y la cal
sean de la zona. Entre los materiales importados se encuentran las chapas acanaladas de las
cubiertas del piso alto y los rieles empleados en parte de los dinteles, las bovedillas y las columnas
de la Caballeriza. La madera de pisos y revestimientos habría venido de Alemania; los hogares de
mármol de Italia y otros materiales de Francia. La casa poseía cañerías de hierro y un sistema de
desagües cuyas evidencias aún se conservan. En ciertas terminaciones, como en las juntas de las
piedras y el revestimiento interior de los desagües se empleó cemento, seguramente importado.
Planta Alta. Están señalados Los patios de acceso (cuadrícula), los muros derrumbados y las pasarelas y escaleras.
En la obra trabajaron uno o varios canteros que, entre otros elementos, tallaron los mampuestos
que conformaban las esquinas de las fachadas, las claves y las impostas de los arcos. Todos los
muros de la planta baja son de piedra. Las fachadas de la planta alta son de piedra por fuera y
ladrillo común por dentro. También de ladrillos son los divisorios interiores de este nivel. Los
entrepisos, las escaleras, los pisos, los cerramientos (puertas, ventanas, celosías), parte de los
dinteles y la estructura de la cubierta eran de madera. La cubierta, como se dijo, fue construida con
chapas acanaladas. Las canaletas eran de zinc y las rejas de hierro forjado.
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Corte longitudinal. Se observan las dos plantas que conforman el palacio.
La casa estuvo ocupada por los Demachy hasta 1891, cuando la abandonaron repentinamente, sin
que se volviera a saber de ellos, lo que disparó variadas versiones acerca de su suerte. Luego tuvo
varios propietarios, hasta que 1929 pasó a ser propiedad de la Municipalidad de Concordia, que la
alquiló a otra familia de origen francés, los Fuchs Valón, que la ocuparon hasta 1935 y que habrían
de recibir a Antoine de Saint-Exupéry. Este famoso piloto y escritor vivió en nuestro país entre 1929
y 1930, trabajando como director de la Aeroposta Argentina. Volaba en un avión Laté 25. Unos
dicen que buscando un sitio donde hacer una escala intermedia entre Buenos Aires y Monte
Caseros (Corrientes), en la ruta a Asunción del Paraguay. Otros mencionan que fue un desperfecto
mecánico. Lo concreto es que terminó en el Palacio San Carlos, al que visitaría varias veces y al
que describió en su relato “Oasis” del libro Tierra de Hombres (1939), diciendo, entre otras cosas:
“Pero en un recodo del camino se descubrió, a la luz de la luna, un bosquecillo y detrás de
esos árboles, una casa. ¡Qué cosa extraña! Compacta, maciza, casi una ciudadela. Castillo
de leyenda que ofrecía, al trasponer el porche, un refugio tan apacible, tan seguro, tan
protegido como un monasterio.”
En ese escrito también mencionó a los FuchsVallon y, en especial, a Edda y Susanne, las niñas de
la familia, a sus animales y experiencias a las que, además, refirió en otros escritos, incluyendo su
obra más conocida: El Principito.
Dos vistas del palacio que lo muestran cuando estaba en uso y luego de que se hubieran derrumbado el techo y parte de los muros.
La construcción quedó abandonada. Fue saqueada y en septiembre de 1938 sufrió un incendio
perdiendo, entre otros elementos, los techos y parte de los dinteles de madera. Algunos muros se
agrietaron y, con el tiempo, terminaron por derrumbarse. El saqueo continuó. Se perdieron algunas
rejas y cuando no quedaban otras cosas de valor se llevaron parte de las piedras de los muros
caídos. A la par, San Carlos en ruinas se convertía en emblema de lugareños y atractivo para el
turismo. Fue así que, al menos en dos oportunidades (1974 y 1996) la Municipalidad de Concordia
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realizó trabajos de mantenimiento. En ambos casos se intervinieron elementos estructurales: arcos
y dinteles. En el caso de los dinteles, parte de los originales de madera fueron reemplazados por
perfiles metálicos y por vigas de hormigón armado. Para ello es evidente que desarmaron y
rearmaron los muros intercalando los mampuestos. Fue así que se colocaron piedras en lugares
que debieran estar ocupados por ladrillo o se emplearon ladrillos comunes colocados con una traba
diferente de la original. En todas estas intervenciones se empleó un mortero de cemento como
ligante. También se incorporaron tensores metálicos para sostener la parte subsistente de la
fachada Noroeste. Uno de estos tensores tiempo después se caería, dejando de funcionar.
Si bien estas intervenciones pueden ser objetadas a la luz de algunos de los criterios
contemporáneos de restauración, hay que reconocer que fueron decisivas a la hora de frenar los
derrumbes.
EL PROYECTO DE RECUPERACIÓN:
Que el edificioes un hito para la memoria local y de la región quedó demostradouna vez más en
1997,cuando los concordienses, a través de una Consulta Popular convocada por el Honorable
Concejo Deliberante, se expresaron a favor de recuperarlo, junto asus otros aspectos patrimoniales
vinculados con la cultura, la historia y el ambiente del lugar.Esta demanda fueatendida en2008,
cuando se firmó un convenio entre la Municipalidad de Concordia (propietaria del palacio), la
CAFESG (Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande) y el CAPER (Colegio
de Arquitectos de la Provincia de Entre Ríos, Regional Noreste), para que éste último organizara un
concurso de antecedentes destinado a contratar un equipo de profesionales que se hiciera cargo
del proyecto de “Consolidación y Puesta en Valor de las Ruinas del Palacio San Carlos”.
El equipo elegido estuvo integrado por la Arq. Alejandra Bruno, el Arq. Jorge Lessa, el Ing.
Florencio Bourreny el Arq. Marcelo L. Magadán, los dos últimos como asesores en estructuras y en
restauración, respectivamente. El proyecto se entregóen mayo de 2009, en un acto público con la
presencia del Gobernador y de otras autoridades provinciales y locales.
Tuvo como premisa restaurar el palacio en estado de ruina, preservándolo y optimizando su uso en
tanto recurso histórico y turístico, realizando las tareas necesarias para brindar seguridad tanto para
el público, como para el propio edificio. Se buscaba conservar la materialidad subsistente de la obra
y su autenticidad, descartandola reconstrucción de las partes perdidas, respetandola imagen que
del mismo, se encontraba incorporada a la memoria de vecinos y visitantes. La restauración
buscaba salvaguardarla obra tan íntegramente como había llegado hasta ese momento, basándose
en los principios del máximo respeto por las partes originales subsistentes, la mínima intervención,
la diferenciación de las partes intervenidas mediante la expresión de su contemporaneidad,
manteniendo su neutralidad estética y adoptando soluciones reversibles.
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Algunos dinteles originales de madera mostraban las huellas del incendio y las grietas afectaban a parte de los muros.
Los problemas más graves de edificio estaban ligados a la falta de seguridad del visitante, tanto por
el mal estado de conservación de algunas componentes, como por la falta de elementos de
contención, ya que al haberse derrumbado parte de los muros, el público quedaba expuesto al
vacío en varios puntos del recorrido. Además, la falta de control del acceso y de los recorridos
facilitaba el vandalismo. Su consecuencia más visible era la proliferación de grafitis e inscripciones
que cubrían un alto porcentaje de la superficie de los muros, aún en las partes más altas y de difícil
acceso, como las cargas sobre las cornisas.
Para ordenar esta situaciónse planteó cerrarlo y trazarrecorridos interiores mediantepasarelas
metálicas y dos escaleras en las alas laterales, vinculando las plantas del edificio. En lo posible,
pasarelas y escaleras, se retiraron de los muros, evitando el contacto directo del visitante. Se
minimizó el impacto de estas estructuras apoyándolas sobre pequeños pilotes.El sistema se
proyectó con materiales contemporáneos, teniendo en cuenta las condiciones de mantenimiento y
de reversibilidad de sus componentes.En los accesos se previeron rampas desmontables que
hacen accesibleslos recorridos a personas con discapacidad motriz. En los pisos se emplearon
paneles metálicos reticulados que dejan ver a través de ellos, no interrumpiendo las visuales.
La intervención propuso además incorporar un sistema de iluminación, crear un Centro de
Interpretación y trasladar el grupo sanitario y el kiosco ubicadosentonces sobre el acceso Suroeste,
hacia la parte baja de la loma, mitigando el impacto visual.
LA OBRA DE RESTAURACIÓN:
En 2011 CAFESG llamó a una Licitación Pública para la “Consolidación y Puesta en Valor de las
Ruinas del Palacio San Carlos”, que fue ganada por Conkret S.A., una constructora de Concordia.
Dos de los profesionales del equipo de proyecto, losarquitectos Bruno y Magadán, se sumaron a la
obra, como Representante Técnica y Asesor en Restauración, respectivamente. Hasta ahora se
han desarrollado dos etapas de trabajo:entre Noviembre de 2011 y junio de 2012 y diciembre del
mismo año a marzo de 2013.La veintena de operarios y los subcontratistas que trabajaron
estuvieron bajo la jefatura de Javier Grimaldi. La restauración de los revoques históricos la
realizóSimón Arias. La arqueología de apoyo estuvo a cargo de un equipo conducido por el Dr.
Daniel Schávelzon y la Dra. Ana Igareta, mientras que los análisis de los morteros históricos fueron
realizados por la Lic. Marcela Cedrola.
Al tratarse de una ruina, la intervención se basó en la recuperación de los componentes originales
subsistentes, limitando las restituciones de faltantes a los casos estrictamente imprescindibles por
razones de seguridad.
La obra comenzó con la revisión sistemática del edificio, registrando su estado y definiendo las
acciones a desarrollar y las estrategias a seguir. Los procedimientos más importantes estaban
relacionados a la limpieza y la consolidación de los muros. En primer lugar se trabajó en la
eliminación de la vegetación superior que afectaba pisos y paredes, incluyendo el corte de algunas
ramas de la centenaria magnolia que se ubica en la esquina Este del palacio, las que apoyaban
sobre la fachada. Esta tarea estuvo a cargo de personal de la Municipalidad de Concordia.
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Graffitis y vegetación invasiva cubrían buena parte de los muros.
Respecto de la limpieza, era necesario eliminar la suciedad, los grafitis y el biofilm (líquenes,
musgos, etc.) que afectaban gran parte de la superficie de piedras y ladrillos. La diferente
naturaleza de éstos llevó a aplicar distintos procedimientos, incluyendo el lavado con agua a
diferentes presiones y la aplicación de bactericidas y geles removedores. También fue necesario
eliminar mecánicamente las concreciones insolubles existentes en los arcos del acceso a la
Caballeriza. Los revoques interiores que aún conservan restos de pintura a la cal se limpiaron
cuidadosamente mediante cepillado, preservando los testimonios de color. Para tratar a los grafitis,
los que habían sido realizados con diversos productos, fue necesario realizar ensayos para dar con
el procedimiento más adecuado. En algunos casos hubo que dejar restos de los mismos para no
degradar el material del sustrato.
También se realizaron diferentes ensayos de los morteros a emplear en la reposición de revoques y
juntas, hasta encontrar colores y texturas compatibles con los originales. Hablando de revoques y
vandalismo, en el basamento de la fachada de la Caballeriza fue necesario reponer el recubrimiento
para regularizar la superficie que se encontraba muy dañada como consecuencia de las
inscripciones hechas con elementos punzantes, con una profundidad que alcanzaba alos 10 mm.
Los revoques originales que se encontraban desprendidos fueron fijados al sustrato mediante
inyecciones de morteros específicos, mejorados mediante la incorporación de una resina acrílica.
Los que estaban disgregados fueron tratados con agua de cal, tratamiento que también se aplicó a
las juntas y a algunos ladrillos originales.Siguiendo con las consolidaciones, la integración de
mampuestos faltantes o el reemplazo de los fracturadossolo se realizaronen aquellos casos en que
peligraba la estabilidad del conjunto, p.ej.: en los parteluces de las ventanas. Tampoco se
completaron los muros,exceptuando la fachada Noroeste donde era necesario reintegrar dos rejas
originales recuperadas y colocar una puerta-reja en remplazo de una original perdida para controlar
el acceso. Allí, el tramo de muro que se integró acompaña el desplome de la fachada. Los
fragmentos de sillares fracturados y pequeños faltantes en piezas estructuralesfueron tratados
empleando morteros epoxi. Tal el caso de las claves e impostas de los arcos.
Buscando limitar los desplomes facilitados por algunas fallas en las trabas entre ellos fue necesario
vincular los muros exteriores con los interiores, colocando tensores metálicos ejecutados con barras
de sección circular y cabezales de PNU.Cabe mencionar que el edificio contaba con tensores
antiguos colocados sobre los coronamientos, lo que induce a pensar que este problema existe
desde su origen, situación agravada luego por la pérdida de las cubiertas.Puestos en servicio estos
nuevos elementos se retiraron dos tensores ubicados en el interior de los locales que intentaban
sostener la fachada Noroeste sin mucho éxito, Uno de ellos se había caído desde hacía tiempo.
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En el caso de las fachadas Sureste y Suroeste seconstruyeron dos contrafuertes en reemplazo de
los muros transversales perdidos.Para ello se emplearon ladrillos comunes asentados en un
mortero a la cal reforzado, eligiendo materiales cuyos colores se integran visualmente al conjunto,
pero diferenciándolos de los originales por el tamaño y la disposición de los
mampuestos.Unasituación particular se planteó en el ángulo Oeste de la construcción donde el
compromiso estructural del contrafuerte era mayor, por lo que se levantó un tabique de hormigón
armado revestido con la misma piedra delas fachadas, en parte recuperada de los derrumbes y en
parte extraída de los afloramientos del entorno. En todosestos casos, los contrafuertes se
vincularon con los muros originales mediante barras aletadas fijadas con un adhesivo híbrido en
base a resina vinylester. Para poder construir el contrafuerte que sostiene al muro Sureste fue
necesario recomponer un dintel perdido para lo cual se empleó una viga cinta de hormigón armado.
Los agujeros de origen cultural (p.ej.: los empotramientos de vigas), en tanto testimonios
históricos,fueron conservados. También se mantuvieron en su sitio restos de tirantes, clavos,
perfiles, canaletas, caños, chapas acanaladasu otros elementos empotrados y se consolidaron los
mampuestos o rellenos de juntas disgregados, dejando de lado su reemplazo. Igual criterio se
siguió con los muros que se presentaban agrietados y desplazados, los que se consolidaron
manteniéndolos en su posición actual.
Los materialeso partes que se incorporaron a la obra quedaron identificados. En el caso del
contrafuerte que recompone el ángulo Oeste se simplificó la terminación de la junta, dejando de
lado el rehundido central de las originales. Este criterio se siguió en todas las juntas en las que fue
necesario integrar faltantes para restablecerla continuidad de los paramentos evitando que el agua
de lluvia penetre al interior de los muros y evitando sus secuelas de deterioro.
Claves e impostas de reposición, necesarias para completar sectores de muros devolviéndole la
estabilidad perdida por efecto de los derrumbes parciales, se hicieron en hormigón reforzado con
fibras de polipropileno, en reemplazo de la piedra usada primigeniamente. En los cerramientos
(rejas y paños fijos de vidrio) la diferencia se marca por la tecnología empleada en uno y otro caso.
Para recuperar la estanqueidad, también se sellaron fisuras y grietas, se integraron los revoques
faltantes en cargas y cornisas subsistentes y se ejecutó un capping en el coronamiento de los
murosexpuestos por la pérdida de las cubiertas o por derrumbe parciales. Para evitar impactos
visuales, este se limitó a los coronamientos que no se observan fácilmente desde los recorridos
peatonales. En los muros bajos se optó por el tomado de las juntas de los remates. En el primer
caso se empleó un mortero a la cal reforzado con la inclusión de una malla de fibra de vidrio como
refuerzo, para mejorar su comportamiento ante los esfuerzos generados por la dilatación y
contracción.
Las grietas fueron tratadas de acuerdo ala separación de sus bordes, respetandosiempre los
desplazamientos y desplomes existentes. Fue así que cuando éstas tenían separaciones que
admitían la colocación de mampuestos, fueron cerradas mediante su inclusión. Hubo algunos casos
en el ala Noroeste, junto a la fachada, donde en el extremo superior las separaciones superaban
los 50 cm. En cambio, cuando éstas eran más pequeñas se procedió a completar la superficie (a
modo de un tomado de juntas) para colar luego un mortero de relleno en el interior.
Un caso especial fue el de la mocheta existente en el denominado Local 18, junto a la fachada
Noroeste, que recubre un caño de chapa la que, encontrándose parcialmente desprendida, fue
fijada a los muros donde se apoya mediante zunchos metálicos.
Las condiciones de estanqueidad de cornisas, remates, coronamientos y bordes superiores de los
paños de revoques se mejoraron aún más aplicando un hidrofugante de siliconas. En el caso de los
revoques, además se ejecutó un reborde chanfleadoque facilita el escurrimiento del agua.
Los dinteles fueron revisados para analizar su estabilidad y el estado de las vigas de madera
subsistentes afectadas, tanto por el incendio de 1938, como por su posterior exposición a la
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intemperie. Las que estaban en buen estado se conservaron como testimonio de la construcción
original. Cuando se detectó que habían perdido su capacidad portante se las reemplazó por vigas
metálicas construidas a partir de PNI, siguiendo el criterio adoptado en una de las anteriores
intervenciones. Recordemos que las mismas se produjeron en 1974 y 1996, empleando vigas
metálicas y de hormigón armado. Además se empleó cemento para asentar los tramos de muros de
recalce, los que se llevaron a cabo intercalando materiales, p. ej.: colocando piedra donde en origen
había ladrillos. Dada la resistencia de estos parches se decidió dejarlos, emprolijándolos mediante
su perfilado, ya que intentar reemplazarlos implicaba poner en riesgo a las partes originales
subsistentes en el entorno. Por otro lado quedaron como testimonio de esas obras.
En cuanto a los solados perdidos, se colocaron pisos en damero en los accesos del nivel alto,
respetando la disposición de los originales de mármol de Carrara y lajas negras, que se observaban
en antiguas fotografías y de las que se encontraron algunos indicios en el lugar. Esta tarea incluyó
la reposición de los contrapisos. En los interiores, se dejó el terreno a la vista, nivelándoloy
corrigiendo las pendientes para evitar encharcamientos yfacilitar el escurrimiento hacia las bocas
del sistema de desagüe que se incorporó como parte de la intervención. Resultaba importante
evitar la acumulación de agua de lluvia en el nivel alto ya que esto facilitaba el deterioro de los
muros de la planta baja que contienen el terreno. Por los indicios encontrados los pisos de la planta
alta –inexistentes- fueron de madera, constituidos por tablas o listones apoyados en tirantes. En el
ala Noroeste del nivel inferior se hallaron restos de un solado de ladrillos. En algunos locales de esa
misma ala existe una carpeta de cemento que pareciera ser más moderna. En el ala Noresteel piso
es de tierra, al igual que en la Caballeriza, espacio destinado a alojar el Centro de Interpretación al
que se hace referencia más adelante.
En relación a la herrería original, se consolidaron los anclajes de las rejas y se reparó el portón del
acceso del piso alto, colocando en los extremos de las dos hojas un rodamiento y una guía para
facilitar su accionamiento, dejándolo en funcionamiento y permitiendo cerrarlo.
De las cubiertas de chapa acanalada del nivel alto solo quedan algunos restos sobre las fachadas
Noreste y Noroeste, empotrados en el muro de carga. Estos restos fueron recortados para
minimizar el movimiento de palanca producido por el viento.
En la bovedilla que cubre el sector de la Caballeriza, en la planta baja, se realizaron mínimas tareas
de limpieza y consolidación. Allí, el deterioro más importante estaba relacionado a las filtraciones
del agua de lluvia desde el piso superior que corresponde al sector del acceso Suroeste al nivel
alto. Por ello se reparó el piso existente aplicándole una membrana líquida en base a poliuretano,
incluyendo una tela de refuerzo, que fue protegida por una carpeta de cemento.
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Pasarelas y escaleras ordenan la circulación de los visitantes. Contrafuertes de ladrillos sostienen parte de las fachadas.
EL PALACIO CUENTA SU HISTORIA:
El seguimiento arqueológicode la obra estuvo destinado a recuperar la información contenida en el
terreno, en aquellos casos en que debía excavarse para permitir la construcción de los desagües,
los pilotes de apoyo de la pasarela y las bases de las escaleras. Así, la apertura de pozos de
sondeopermitióconocer el potencial del sitio y recuperar restosmateriales relevantes que se
hallaban enterrados.Además se realizó la recolección de materiales ubicados tanto en superficie
como en los montículos que contenían material de derrumbe recuperado y reutilizado en la obra.
Esta investigación permitió recuperar diversos restos culturales que incluyeron fragmentos de loza
sanitaria, restos de frascos y botellas de vidrio y de vajilla de loza blanca, botones de nácar, etc. A
esto se sumaron diversos elementos constructivos metálicos del edificio (herrajes, clavos, tornillos y
bulones, bisagras), el mango de hueso pulido de un cepillo de dientes y un cairel de una lámpara
antigua. Estos materiales están en poder de CASFEG y se exhibirán en el Centro de Interpretación.
El tipo y contenido de los depósitos excavados, junto a la dureza del suelo y la pendiente de la loma
en que se sitúa el palacio condicionan la aparición de material lo que, por el momento, impide
construir una hipótesis sobre en uso y funcionalidad de los diversos locales que lo componen.
Un aspecto interesante que quedó al descubierto es el sistema de desagües originales construidos
con ladrillos comunes revestidos con cemento, que cuenta con un complejo trazado que conduce el
agua hacia el exterior, en diferentes puntos de la barranca. También se detectó la presencia de
cañerías de hierro que parecen haber servido para alimentar de agua al edificio.
Además de la investigación histórica y la arqueológica, a lo largo de la obra se llevó un registro
recolectando la información que se iba poniendo en evidencia a medida que se avanzaba con los
trabajos.A lo largo de la obratambién se guardaron los restos de materiales y objetos encontrados
en el edificio, entre los que se cuentan elemento de madera que formaron los dinteles y los pisos,
parte de chapas de la cubierta, grampas, fallebas, ladrillos, baldosas, etc.
Uno de los desagües encontrados y parte de los objetos excavados durante la intervención.
LA INTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA DEL PALACIO:
Con el fin de que el visitante cuente con información que lo ayude a comprender un edificio en ruina
que, aun habiendo perdido parte de sus elementos constitutivos, sigue conteniendo datos valiosos
que dan cuenta de su historia, no solo en términos constructivos y tecnológicos, sino también de
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ocupación y de uso, se ha previsto el montaje de Centro de Interpretación. Este se concretará en el
sector de la antigua Caballeriza, en la planta inferior, el único que conserva las cubiertas. Constará
de una Sala de Exposición y dos locales anexos destinados a atención de público y oficina. En el
primero se brindará al visitante información sobre el edificio y los atractivos turísticos de la región.
La exposición se proyectó a partir del relato de la historia del Palacio en su contexto geográfico,
histórico y social, a través de un recorrido que tendrá como puntos de atracción y soportes de
información diferentes elementos, entre los que se cuentan: paneles, vitrinas, los objetos excavados
y los elementos constructivos recolectados durante la restauración del edificio. El recorrido incluye
la presentación de uno de los desagües que pasan por debajo de ese local y de un video que ayude
con sus imágenes a contar la citada historia. La información del centro se complementará con la
cartelería ubicada dentro del edificio y con visitas guiadas.
Los espacios que ocupará este Centro fueron preparados cerrándolos con las puertas y ventanas
necesarias, se les construyó un piso de madera montado sobre una estructura metálica que genera
una cámara de aire y lo separa del terreno. Además se restauraron los muros y bovedillas,
procediendo a consolidar los dinteles, tanto interiores, como exteriores, así como las columnas
metálicas de la sala de exposición. En esta etapa ha quedado planteado un anteproyecto de la
puesta del centro, la responsabilidad de la ejecución es hoy de la Municipalidad de Concordia, en
tanto propietaria del edificio y encargada de su uso y custodia.
OTROS APORTES DEL PROYECTO:
Se trata de un proyecto singular donde se recuperó un edificio centenario en estado de ruina
tratándolo como tal, sin pretender reconstruirlo para volverlo a lo que fue, consolidándolo y frenando
el deterioro haciéndolo más seguro y buscando, al mismo tiempo, enriquecerlo como atractivo para
los visitantes desde el punto de vista de su interpretación.
Esta intervención apuntó a respetar la materialidad en tanto soporte de una imagen que se ha
conformado en emblema de Concordia y de Entre Ríos y facilitó la formación de recursos humanos
especializados los que fueron entrenados en restauración de edificios históricos en un lugar del
interior de la Argentina donde no había mayor experiencia en el tema. Quedó demostrado que
profesionales, técnicos y operarios locales, con el apoyo de especialistas que aportan
conocimientos específicos pueden alcanzar juntos el objetivo de preservar nuestro patrimonio
cultural, para goce y uso de las generaciones actuales y de las venideras.
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Vistas de antes y después de dos sectores del edificio.
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