La ciencia, los científicos y el mal

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F. Abbona; G. Brenci; A. Clausse; G. Coyne; M. Dankert ; R. Ferro;
F. García Bazán; F. Gratton; G. Prosperi; H. Puyau; L.B. Archideo
EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS
El Mal y las Ciencias
Lila Blanca Archideo
(Coordinadora)
CIAFIC
ediciones
Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural
de la Asociación Argentina de Cultura
Epistemología de las ciencias : el mal y las ciencias / Lila Blanca
Archideo ... [et.al.] ; compilado por Lila Blanca Archideo ; con
prólogo de Lila Blanca Archideo. - 1a ed. - Buenos Aires :
CIAFIC Ediciones, 2009.
300 p. ; 23x15 cm.
ISBN 978-950-9010-50-5
1. Filosofía. 2. Epistemología. I. Archideo, Lila Blanca II.
Archideo, Lila Blanca, comp. III. Archideo, Lila Blanca, prolog.
CDD 121
© 2009 CIAFIC Ediciones
Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural
Federico Lacroze 2100 - (1426) Buenos Aires
e-mail: [email protected]
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Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Impreso en Argentina
Printed in Argentina
La realización de este simposio fue subsidiada en parte por el Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas Técnicas (2005)
LA CIENCIA, LOS CIENTÍFICOS Y EL MAL
Marcelo Dankert∗
Buenas tardes a todos. Va a ser un pequeño recreo esto, porque
el tema que voy a tratar es mucho, mucho menos endemoniado que el
que tratamos recién. Muy sencillito.
Yo entendí que este año el tema era: “La ciencia y el mal” o “La
ciencia en el mal”. Por lo tanto a lo mejor resulto confuso. El objeto
mío va a ser primero definir que entiendo por ciencia.
Ciencia, según los expertos deriva de un verbo latino “scire”,
saber, cuyo participio de presente es “sciens, scientis”, lo que se sabe,
el que sabe, y de ahí deriva nuestra palabra “ciencia”.
Por otra parte , una vez le preguntaron a Emanuel Kant, qué
entendía por el iluminismo, y él, que era germano parlante -vivía en
Königsberg, hoy Kaliningrado, y sería polaco-, contestó en
latín:“sapere aude”. “Sapere”, también es “saber” en latín, pero además
quiere decir saborear, y “aude”, que es el antecesor de nuestra
“audacia”, tener el coraje de hacer algo, atreverse. De modo que si
bien “sapere aude” quiere decir “atrévete a saber” una traducción más
libre sería: “tienes que tener la audacia de animarte a saber, a saborear
el conocimiento”. Porque a veces uno encuentra cosas tan
desconcertantes que hacen dudar y pensar ¿será cómo parece
realmente?, y tiene que tener el coraje, la audacia, de aceptar esos datos
que la naturaleza nos da. Porque la ciencia en definitiva es el resultado
de una conversación con la naturaleza, de una charla.
Algunos científicos podemos torturar a la naturaleza y hacer lo
que llamamos un experimento. La estamos molestando para que nos
conteste si lo que nosotros creemos es cierto o no es cierto. Otras
* Doctor en Ciencias químicas. Investigador del Instituto de Investigaciones
Bioquímicas de Buenos Aires.
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ciencias -como la del Padre Coyne- son más pasivas, tienen que
deducir cosas de lo que ven. Recién hace unos meses se ha hecho un
experimento en Astronomía, en el que bombardearon a un asteroide,
o a un meteorito, no recuerdo bien, y ahora están esperando ver qué
había adentro; pero que yo sepa es el primer experimento que se ha
hecho en esa ciencia que es de observación pura y de cálculos,
prácticamente. Pero nosotros tenemos la ventaja de poder torturar a la
naturaleza y deducir conclusiones.
Y entonces, en ese proceso se han ido sabiendo cosas y esas
cosas, que son la ciencia, se utilizan para un lado o para el otro: si se
utilizan para cosas buenas, son buenas, si se utilizan para cosas malas,
son malas, pero el conocimiento en sí -como decíamos la vez pasadaes neutro. El conocimiento es neutro, el malo o el bueno es el que lo
usa y lo destina a algo. Ejemplos hay a montones.
Alguien mencionó aquí a Arquímedes. Arquímedes, que era un
talento físico-matemático inventivo, defendió a su ciudad de Siracusa
del ataque de los romanos -dirigidos nada menos que por Marcelo-,
quemándole las naves con espejos convergentes que concentraban los
rayos de sol en las velas. ¿Estaba mal eso o estaba bien? Usó su
conocimiento para destruir a una serie de personas que finalmente
conquistaron Siracusa y al pobre Arquímedes lo mataron. Pero el
problema está en el ejecutor, en el hombre, no en el conocimiento.
Otro ejemplo que me parece ilustrativo es el de la pólvora. La
pólvora se inventó en la China, la pólvora es un explosivo ¿Qué es un
explosivo? Es un conjunto de sustancias que en forma muy rápida
liberan mucho calor y muchos gases, entonces provocan una expansión
que hace que, por ejemplo, el edificio se venga abajo, porque es como
si lo empujáramos hacia afuera en todos lados. Y la pólvora es nada
más que nitrato de amonio -que tiene mucho nitrógeno y oxígeno-,
carbón y azufre. Produce nada más que compuestos gaseosos a esa
temperatura, inclusive el agua que se forma está en forma gaseosa, así
que provoca una dilatación muy grande .Los chinos la usaron para
propulsar cohetes y hacer fuegos artificiales de distintos colores, con
distintas sales; una utilización bastante ingenua. Con el tiempo también
usaron cohetes para atacar al enemigo y hasta llegaron a diseñar
cañones, pero eso fue más tarde. En cambio los europeos en cuanto
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supieron de la existencia de ese explosivo inmediatamente le dieron un
fin bélico. Ya en el 1300 hay un sacerdote alemán, Berthold Schwarz,
que se sabe que fabrica pólvora. En Florencia hay un equipo que
fabrica cañones en 1330 aproximadamente. Y en la gran batalla de
Crecy, en 1346, que fue una de las primeras en la guerra de los cien
años entre Inglaterra y Francia, es la primera vez que se registra la
utilización de cañones, que sirvieron para muy poco, porque la verdad
es que el triunfo de los ingleses se debió a la habilidad de los arqueros
galeses, que manejaban el famoso “longbow” -el arco largo o grandecon una eficacia fenomenal: a 200 mts. tiraban con toda precisión y
además arrojaban unas 10 flechas por minuto, mientras que los
franceses tenían un sistema , la ballesta, que apenas tiraban 3 o 4, y
fueron derrotados. Pero en Europa la pólvora se usó básicamente con
fines de guerra, fue una utilización de algo que puede ser para divertir
o para matar, dependiendo de la persona que lo usara.
Otro gran explosivo lo inventó un italiano, Ascanio Sobrero, a
mediados de 1800, la nitroglicerina. Es un trinitrato de glicerina o
glicerol: 3 carbonos, 3 oxidrilos y 3 nitros, que tiene un carácter
espantoso, porque si uno lo toca o lo golpea explota. Es un líquido, a
veces al trasvasarlo de un frasco a otro explota. Es un explosivo
maravilloso, formidable, pero de mal carácter, entonces era difícil de
manejar. Con todo, un sueco decidió utilizarlo para las explotaciones
mineras, para hacer caminos, hasta que un día, en un desembarque,
vio que una damajuana rota en la playa ,al jarabe derramado lo
absorbía la arena y esa pasta que se formaba era perfectamente
manejable: la nitroglicerina estaba totalmente domesticada. Entonces
perfecciona la técnica y en vez de usar arena usa algo que se llama
kieselguhr, que es tierra de infusorios, unos microorganismos que están
rodeados de un esqueleto de silicio, con muchos poros y que tiene la
capacidad de absorber líquidos en cantidad enorme. Esa nitroglicerina
absorbida en el kieselguhr se transformaba en una pasta totalmente
manejable, absolutamente práctica para hacer explotaciones mineras,
caminos, etc. La bautizo “dinamita”. Este hombre hizo una fortuna
con eso y cuando murió toda esa riqueza la dejó para premiar a todos
aquellos investigadores que se destacaran en física, en química, en
ciencias biológicas, en literatura, y a los que hicieran todo lo posible
por la paz. Por supuesto estoy hablando de Alfredo Nobel. Así que un
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explosivo fenomenal se transformó en un elemento de bien. Entonces,
Ascanio Sobrero ¿era un canalla que inventó explosivos o era un
santo? Es muy difícil decidir eso, los límites son dificilísimos de
establecer.
Y como si esto fuera poco, también descubrieron que la
nitroglicerina salvó miles de vidas de cardiacos, porque cuando alguien
sentía un dolor en el pecho, unas puntadas, se ponía pastillitas de
trinitron –que era el nombre médico que tenía- actuaba como vaso
dilatador y se le pasaba el problema. El mecanismo de acción del
trinitron fue un misterio. Durante mucho tiempo pareció estimular la
liberación de algo que llamaban EDRF -Endothelium Derived
Relaxing Factor- es decir, factor relajante derivado del endotelio, que
era una manera de no decir nada, creían que era una proteína. Hace
poco tiempo, hará 4 o 5 años, se demostró que ese factor era oxido
nítrico (NO), un gas con funciones hormonales, de una vida cortísima,
tiene microsegundos de vida, pero en esos microsegundos hace cosas
y una de las cosas que hace es dilatar los capilares, así que se acabó el
misterio de la nitroglicerina. Entonces, Sobrero ¿es un delincuente?
¿es un santo? No podemos culpar al investigador. El investigador tiene
que buscar verdades, abrir caminos, de la utilización que le den a sus
hallazgos él es totalmente inocente, no tiene nada que ver.
También había pensado hablar de la bomba atómica, pero como
ya el Dr. Gratton nos dio una explicación tan completa, sólo voy a
mencionar algunos detalles sobre esta historia que realmente es
conmovedora por lo que sufrieron sus autores. Yo creo que los
investigadores son los más inocentes de todos porque la fisión nuclear,
es decir la ruptura de un átomo grandote en dos o tres o varios más
chiquitos lo descubrió un alemán, Otto Hahn, trabajando con su
colaboradora Lise Meitner. Lo descubrió mirando fisiones en un
sistema físico más o menos complicado y observo que se formaban
otras partículas. El elemento que se rompe es el uranio y lo que da es
calcio, estroncio y productos de ese tamaño. Fue una sorpresa, y vieron
que se liberaba una energía fenomenal. Eso pasó en 1939, el año en
que empieza la catástrofe con la declaración de la guerra de Inglaterra
a Alemania por haber invadido Polonia. Muchísimos físicos estaban
enterados de sus estudios y muchísimos físicos alemanes, en general
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de origen judío, se habían escapado de Alemania y se habían ido a
Estados Unidos, entre ellos Leo Szilard, Enrico Fermi y Albert
Einstein. Por iniciativa del primero, entre los tres mandan una carta a
Roosevelt diciéndole: los alemanes encontraron una potencial arma
terrible, si no hacemos algo nos van a destruir. Esa fue la esencia de la
carta y Roosevelt les hizo caso y se generó el Proyecto Manhattan. Al
frente de ese proyecto pusieron a otro alemán, que ya había emigrado
antes, el Dr. Oppenheimer. Además designaron a un militar, el famoso
general Richard Groves. No voy a entrar en los detalles, solamente
voy a decir que trabajaron un montón de personas con un entusiasmo
enorme, la obsesión era frenar a la locura de Hitler, destruir la
posibilidad de que ese monstruo destruyera a Europa, a América y a
todo el mundo. Pero Alemania se rindió mucho antes de que hubieran
terminado de hacer la bomba y entonces la bomba ya no tenía sentido.
Un investigador holandés, que había sido discípulo de uno de
esos físicos que todavía quedaban en Alemania, el Dr. Goudsmit, se
fue a Alemania y empezó a tratar de visitar físicos y ver qué estaban
haciendo para averiguar si habían llegado a hacer la bomba o no. Eso
desde el lado aliado. Desde el lado germano, los alemanes se habían
enterado de que existía la posibilidad de liberar energía de forma muy
violenta ,y por supuesto los esbirros de Hitler consultaron a los físicos
y les preguntaron “qué podemos hacer con la energía atómica”, y estos,
que no querían saber nada de fabricar armas de guerra, hicieron todo
lo posible para demorar la maniobra y la encararon en el sentido de
hacer un reactor con cantidades enormes de uranio, que no tenían y
que era dificilísimo conseguir, es decir, entre nosotros diríamos que
se dedicaron a “hacer tiempo” para demorar el proceso, porque
algunos de ellos eran decididamente antihitleristas y no tenían ningún
interés en apoyar un régimen que no les gustaba, aunque pudiera
interpretarse como una traición a la patria.
Cuando Goudsmit los encuentra y ve que realmente estaban
atrasadísimos, estaban todavía en la etapa preliminar de hacer un
reactor nuclear, es decir, menos de lo que Fermi había hecho en los
Estados Unidos, dijo “Fantástico, se acabó el problema de la bomba,
no hay que tirarla más”, y ya estaba casi lista, pero Groves dijo: “si
tenemos la bomba, la vamos a usar”: era militar. Efectivamente,
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Alemania rendida, el punto de mira se desvió hacia Japón. Ya tenían
tres bombas preparadas: una la hicieron explotar en Alamogordo,
Nueva México, y allí todos vieron horrorizados el efecto que produjo,
que fue bastante mayor al que se esperaba y los físicos se dieron un
susto espantoso. El mismo Szilard, que era el que había patrocinado la
idea de hacer estos estudios, convocó a todos los físicos para que
hicieran una nota –ya lo contó el Dr. Gratton- para parar todo. Pero
Groves, con mucha inteligencia, dice: esa nota es muy importante,
secreto de guerra, y nunca la movió del laboratorio porque decía no
tener personal para llevarla. Pero la gente quedó muy molesta. Por
ejemplo un alemán, James Franck, que había sido premio Nobel en el
año ’25 junto con Hertz -el de las ondas hertzianas-, dijo, “no, esto no
se puede hacer, es un disparate. Lo que tienen que hacer es…”, y le
mandó una carta a Truman -Roosevelt ya había muerto, murió el 12 de
abril de 1945- diciendo que tenían que hacer una exhibición del poder
de esa bomba. Nunca le contestaron. Ya habían llevado elementos a
una islita cerca de Japón para hacer la demostración… Todo quedo en
nada.
Tuve oportunidad de escuchar a Harold Agnew, uno de los
físicos que trabajó en el Proyecto Manhatan cuando estuvo en Buenos
Aires y nos dio una conferencia fascinante en la Academia de Ciencias
Exactas. Él no voló en el Enola Gay -que fue el avión que tiró la bomba
en Hiroshima-, sino en el de atrás. Una de sus misiones era sacar fotos
de todo el proceso, de la apertura del paracaídas que llevaba la bomba,
de la bola de fuego, del hongo que se hizo después, en fin, todos los
detalles están documentados por él. Reconozco que me moría de ganas
de preguntarle: “dígame ¿y no le remuerde la conciencia?”, pero me
dio vergüenza. Curiosamente a otro escucha no le dio vergüenza y le
hizo la pregunta, así es que tuvimos la respuesta: no le importaba
absolutamente nada, la respuesta fue, “estábamos en guerra, morían
miles de americanos por día y yo prefería que se murieran los
japoneses y no los americanos”.
Las cifras que yo tengo son un poco mayores que las que nos dio
Fausto. Que yo sepa en Hiroshima murieron más o menos unas ciento
ochenta mil personas, y en Nagasaki -que fue más aleatorio, porque en
la ciudad que era blanco estaba nublado ese día y como tenían dos o
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tres alternativas, Nagasaki fue una alternativa- ciento veinte mil
personas.
Tuve el privilegio de estar en las dos ciudades y de ir a los
Parques de la Paz correspondientes: les aseguro que es la cosa más
estrangulante que puede pasar, porque las evidencias que quedan son
increíbles. Infinidad de personas evaporadas, porque el calor era tan
grande que se evaporaban. Entonces ¿qué encontraban? Las marcas
en el piso, pues protegido por el cuerpo de la victima el pavimento que
no se había fundido por el calor. En los informes de los sobrevivientes
todos decían que lo que habían visto primero era una gran luz, no
oyeron nada. Claro, la luz llegó mucho antes que el ruido y después
vieron la ciudad ardiendo. Las ciudades japonesas eran casi todas de
madera y papel así que ardieron como pasto. Por ultimo oyeron el
ruido de la explosión. Algunos no sufrieron daño inmediato, pero a los
dos o tres días empezaban a desarrollar eso que se llamó queloides,
un producto de defensa del organismo, pero que es una deformación
del tejido cicatricial. Y bueno, las fotos que hay son espeluznantes. En
ambas ciudades hay un Museo de la Paz, con todos los relatos
grabados. Además los japoneses varones ya habían desaparecido todos,
estaban en el frente o muertos; y ese día justamente en Hiroshima
había que limpiar la calle de un bombardeo anterior, los chicos de
colegio estaban encargados de limpiar las calles, así que el mayor
número de víctimas fue de chicos de colegio o de las madres que los
iban a buscar. Se veían las fotos de los chicos con quemaduras
rarísimas, por ejemplo con una franja sin dañar, era la valija que
llevaban en la espalda, que lo protegió de la radiación; otros en los
que, vestidos con camisas a cuadros, se veían los cuadros en las
quemaduras, porque el color claro rechazaba la radiación, y el color
oscuro la dejaba pasar…
Es interesante que un árbol sobrevivió en esa zona. Cuando fui
todavía existía, bastante chueco pobre, pero existía. Y los únicos seres
que quedaron vivos, sobre todo en la zona que estaba justito debajo de
donde explotó la bomba, fueron las cucarachas, las cucarachas se
salvaron. Las cucarachas tienen un poder de sobrevida fenomenal, no
sé por qué. La cuestión es que se produjo una crisis entre todos los
investigadores, estaban realmente apenadísimos de haber hecho lo que
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habían hecho y de que no los hubieran escuchado las autoridades
administrativas para evitarlo.
Después a este señor Harold Agnew otro asistente le preguntó
para qué tiraron la bomba de Nagasaki -porque la primera era hecha en
base a uranio y la segunda estaba hecha en base a plutonio que es un
derivado- y contestó con toda tranquilidad “queríamos ver que
pasaba”. Ciento veinte mil personas murieron. Este señor era un físico,
pero con todo el aire de ser un militar porque estaba rapado
completamente, grandote, enorme, con aspecto bien enérgico y
deportivo.
Los pobres investigadores que trabajaron en eso se sintieron
angustiadísimos y lo fantástico es que trabajaron tan bien que casi no
hubo víctimas durante los estudios. Todo el mundo le tiene terror al
manejo y al manipuleo de lo nuclear y ahí, sin saber, sin tener
experiencia, hubo una sola víctima, un pobre canadiense, el hijo de
unos judíos canadienses. Había estudiado física y tenía la delicadísima
misión de verificar el aparato que juntaba las dos semiesferas de uranio
que al acercarse producía la masa crítica que provocaría la explosión.
Después de tirar esas dos bombas -es decir, ya habían usado las tres
que tenían- fabricaron otras y siguieron haciendo experimentos y él
siguió utilizando el sistema, pero se ve que en un exceso de confianza
se le escaparon las semiesferas y para evitar que se tocaran metió las
manos y separó las dos mitades, pero ya habían llegado a una
proximidad tal que se produjeron unas radiaciones fenomenales. Este
pobre santo, que se llamaba Louis Slotin, no perdió la calma, les pidió
a sus siete compañeros que ocuparan los lugares que habían estado
ocupando cuando se produjo la radiación, hizo los cálculos en el
pizarrón y dijo “yo estoy listo, pero ustedes se van a salvar”.
Efectivamente, los siete la pasaron bastante mal, pero sobrevivieron y
él se murió de una muerte espantosa a la semana. Así que es otro héroe
civil que cayó en esta aventura enloquecida.
Muchísimos se arrepintieron tanto de lo que habían hecho que
no encontraron nada mejor que pasarle datos al enemigo, es decir, a los
rusos. A dos los sorprendieron, al famoso matrimonio Rosenberg, que
fueron a parar a la silla eléctrica. Klaus Fuchs fue otro. Era hijo de un
Pastor protestante que se había hecho cuáquero. Así que eran personas
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buenísimas. Estuvo nueve años en prisión por pasar datos y finalmente
se escapó y se fue a Alemania Oriental a trabajar con los rusos.
Y creo que es interesante el juicio de Victor Weisskopf. Era un
judío activo creyente, miembro de la Academia Pontificia, consejero
de Juan Pablo II en temas nucleares, y dijo: “la primer bomba fue una
necesidad, la segunda un asesinato”.
Y es interesante recordar que Pío XII, en una reunión de la
Academia Pontificia de Ciencias del 21 de febrero de 1943, es decir
dos años antes, expresó su advertencia al uso destructivo de energía
atómica, al que fuera. Y en abril del ’46, es decir, ya terminada la
guerra, Monseñor Fulton Sheen, hizo el siguiente comentario. “Es de
destacar que el Santo Padre no sólo conocía sobre la energía atómica
y algo de su poder, sino que ejerciendo su deber de pastor principal de
la Iglesia, pidió a las naciones del mundo que no la usaran en forma
destructiva jamás”. No se oyó ese consejo, su voz moral no fue tenida
en cuenta.
Esto es lo que les pensaba contar de la bomba, donde hay
víctimas tanto entre los fabricantes o ejecutores y entre los pobres
japoneses. El blanco inicial eran los alemanes que se salvaron porque
ya habían sido derrotados.
Lila me pidió que hablara de bacterias. Las bacterias son
buenísimas, no hacen mal, vivimos gracias a ellas, pero con todo
fabrican el veneno más poderoso que existe. En la tabla I vemos el
efecto de algunos de estos venenos.
Por ejemplo, la toxina botulínica, Como su nombre lo indica
“botulus” -en latín salchicha- se aisló de las salchichas. Es una bacteria
que vive en los alimentos en descomposición y es el veneno más
poderoso que se conoce. Aquí está la dosis letal 50, es decir, la dosis
que mata a mitad de los animales que se prueban y eso está en
miligramos por kg. de animal, y fíjense que es 0,000000003, así es
que venenosísima, del orden del nanogramo por Kg. es capaz de matar.
Esto se ha determinado con ratones, pero de todas maneras es un dato
bastante aproximado.
Muchísima gente quiso utilizar todos estos venenos como arma
de guerra y la historia de las armas de guerra es viejísima porque, por
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Tabla I: Las toxinas más poderosas
a Calculado en base a un Kg. de cuerpos de ratón.
Atención: Especies diferentes e individuos en particular pueden poseer enormes
diferencias inmunológicas.
b Inyectado. Dosis orales son unas 500 veces menos toxicas.
c Individuos paulatinamente acostumbrados pueden incrementar su tolerancia
unas 100 veces.
ejemplo, ya en las Guerras del Peloponeso, los espartanos, en una
ciudad que estaban sitiando ,quemaron una pira de ramas y troncos
secos junto a la muralla y después le tiraron azufre arriba, con lo que
se produjo anhídrido sulfuroso, que es espantosamente asfixiante. Si
no los mató, después, cuando irrumpieron en la ciudad encontraron a
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los habitantes bastante disminuidos. Así que es viejísima esa idea de
usar cosas raras para matar. En África, por ejemplo, es muy común
que se envenenen las flechas con productos vegetales y a los animales
que cazan les tiran una flecha, el animal sale corriendo, pero después
de un tiempo empieza a agitarse hasta que finalmente cae y ahí lo
matan en serio, y a veces hasta le piden perdón por matarlo, porque
dicen “mirá disculpame, pero esto es para que coma mi familia”, lo
que es un ejemplo moral también. Así que se han usado siempre los
venenos.
En la Edad Media era muy común, a las ciudades que estaban sitiando, tirarles con catapultas animales muertos o deposiciones de los
enfermos para que se apestaran, es decir, no tenían muchos escrúpulos.
El asunto fue tan terrible que finalmente entre los distintos pueblos, por
ejemplo entre Francia y Alemania, se hicieron tratados de “no pelearnos
con esas cosas”. Y por ejemplo en Estrasburgo se hizo un pacto entre
Francia y Alemania -creo que fue en 1600 aproximadamente- donde dijeron “vamos a pelear con las armas convencionales”, lo que no
impidió que en la guerra del ‘14, es decir hace muy poco, se usaran otra
vez los gases tóxicos. Se usó primero cloro, que es muy asfixiante y
que se puede fabricar en una forma muy barata y los alemanes respondieron con un gas muy elaborado que, como se usó en a batalla de Ypres
en Bélgica, se llamó iperita, que es terrible porque es rompe máscaras,
entra por la piel es vesicante y forma ampollas, es infernal. Los ingleses
fabricaron otro muy parecido que era la lewisita, pero fabricaron el antídoto también. Es decir, hubo una explosión de gases y contragases y
al final, como todos lo podían fabricar, dijeron “con esto no juguemos
más”, se acabó la guerra, y no se usaron más.
Pero sí se usaron, por ejemplo, en Irak. Los usaron contra los
Kurdos -hace poco, en el siglo pasado-, y creo que en Irán también. Así
que depende un poco de la ética de los gobernantes que deciden usar
eso. Los fabricantes, los químicos, los fabricaron y ya la receta quedó
en manos de industriales inescrupulosos que lo que quieren es
venderla, así que sigo defendiendo a mis colegas. Hay infinidad de
gases tóxicos, ahora vamos a ver algunos.
Otra toxina brava es la toxina tetánica, que ustedes seguro
conocen, uno se corta un dedo y se le infecta y aunque la herida sea
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insignificante la toxina es tan poderosa que nos mata o nos enferma.
Está producida por bacterias, pero desparramar toxina tetánica en un
proyectil o un dispositivo adecuado es muy complejo, lo mismo que
la botulinica, no es práctico, así que no se usan con fines belicos.
La toxina diftérica es brava también. Las dos son neurotóxicos,
es decir, provocan alteraciones en la comunicación nerviosa, y la
botulínica, por ejemplo, se usa con fines estéticos, porque relaja los
músculos, entonces, las señoras que quieren parecer más jóvenes y
que se les vayan las arrugas de la frente, se inyectan la toxina en forma
bien distribuida y se le van las arrugas, se llama “botox”. Así que hay
gente para todo y utilizaciones de todo para todos. La toxina diftérica
altera el mecanismo de síntesis de proteínas, así que es muy peligrosa,
aunque a veces los enfermos se morían antes por asfixia que por efecto
de la toxina. Cuando estaba haciendo mi tesis necesitaba una pequeña
muestra de toxina diftérica, que sabia preparaban en el Instituto
Malbrán. Para allí me fui y me encontré con un señor preparándola. En
un tacho grande estaba precipitando la toxina, revolviendo con un palo,
y agregando sulfato de amonio para que precipitara, pues era una
proteína, además de ser un veneno bárbaro. Yo sabia que este señor
era un investigador destacado. Pero nunca pensé que fuera tan audaz.
Y realmente lo era. En esa época apareció en nuestro país lo que se
llamo el “Mal de los Rastrojos” y no se sabía que agente lo causaba.
Algunos decían que era una bacteria, otros, que era un virus. El dijo:
es un virus, y se lo inoculó, y se enfermó, pero como estaba bien
atendido se curó, pero demostró que era un virus. ¿Procedió mal? ¿Fue
un egoísta vanidoso que puso en peligro a su familia por pura
curiosidad? Creo que no. Los investigadores, reconozco, son un poco
especiales, por decir algo. Lamentablemente es uno de los que dejo el
país hace muchos años.
En la Tabla I hay otros venenos que no son de bacterias, pero son
también proteínas, es decir, cadenas de aminoácidos. El veneno de
cobra es muy agresivo y produce parálisis del sistema nervioso; el de
la planta del castor se extrae del aceite, llamado también aceite de
ricino. Casi todas las plantas producen venenos ¿Por qué? Porque están
ahí, más o menos inmóviles y son blanco de todo tipo de agresores:
bacterias, hongos, animales. Entonces tienen que defenderse de alguna
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manera. En general se defienden produciendo principios amargos, que
la hacen poco apetecibles, o venenos, que no llegan siempre a matar
al animal, pero le crean una reacción tal que ese animal no las prueba
mas.
El aceite de ricino que se toma ha sido purificado de tal manera
que le sacaron el veneno. Los otros son venenos de hongos, que tienen
mas o menos el mismo problema. La amanitina y la faloidina, son de
un hongo muy lindo que crece sobre todo en los bosques de robles, el
Amanita phalloides, y son venenosísimos porque destruyen el hígado,
es un drama. De todas maneras el orden de envenenamiento es
muchísimo menor que el de la botulina, que gana lejos a todos.
La “melitina” que es uno de los venenos de la miel de las abejas.
Las abejas conservan la miel metiéndole venenos, sustancias que
impiden que las bacterias la contaminen. Y ésa es graciosa porque es
un péptido muy chiquito, es una proteína chiquita, con forma de tubo,
pero en el que la parte de afuera es muy hidrosoluble y la parte de
adentro muy liposoluble, entonces es soluble en agua porque por fuera
es hidrofílica, pero cuando pica y la inyecta en el cuerpo de un animal
y penetra en sus células, o se pone en contacto con una bacteria, la
melitina se da vuelta como un dedo de guante. La parte lipofílica se
introduce en la membrana de las células (que también es lipídica) de
ese ser agredido y en su interior queda un tubito hidrofílico, como si
fuera un cañito, y las células se vacían. De modo que a donde llega este
veneno hace que se vacíen las células y la victima sufra las
consecuencias. Una defensa fenomenal, es un invento de las abejas.
La bugarotoxina es otro veneno de víboras. Muchísimas víboras
son venenosas, muerden a la víctima, la paralizan y después se la
comen entera. Así que siempre hay un principio de utilización del
veneno, no lo fabrican porque sí. Y son insensibles a su propio veneno.
Por otra parte todo esto nos enseña que la vida es parte de la
muerte, y matar no es malo, es para sobrevivir. Por supuesto, nosotros
vivimos matando a todo el mundo. No es ninguna novedad que en todas
las casas hay una paleta matamoscas, matamos a las cucarachas o a los
mosquitos, o a todo lo que nos moleste y después vamos al supermercado y compramos los pollos muertos, las vacas muertas, los chanchos
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muertos y a todos esos hubo que matarlos, alguien los mató, y tenemos
que matar para vivir. Y bueno, lo que contaban del tigre, de la gacela,
es lo mismo, eso no está mal, matar no está mal, el asunto es porqué
mato. Es decir, siempre el mal, que tanto mencionaron acá, está en el
actor, en el señor, y no en el conocimiento en sí necesario para matar.
Y hay otras sustancias, que no son proteínas, como la
tetraclorodioxina, que es un producto de los herbicidas, que a veces se
escapa y es un mutágeno terrible, es decir, causa mutaciones en los
seres vivos; la saxitoxina es el veneno que aparece en la marea roja,
cuando los bivalvos (almejas, mejillones, etc.) se enferman y uno se los
come, sin saber que están enfermos; es un veneno terrible.
Otros son venenos de peces, por ejemplo, la tetrodotoxina que
producen esos peces espinosos que se inflan. La palitoxina es de
corales; los corales tienen que defenderse porque están ahí quietitos,
los corales son animales, no son plantas, y bueno si viene un pez y los
muerde va a pasar un mal rato por lo menos, entonces no los muerde
más.
Y así hay toda una serie de sustancias venenosas diseñadas por
la naturaleza para defender a su portador o facilitarles la supervivencia;
algunas son más conocidas, todas son de menor actividad que las de
bacterias.
Y el hombre no se queda atrás: el somán es un gas de guerra, es
un neurotóxico, que también es poco venenoso en proporción; el
cianuro de potasio es famoso, el gran veneno; el arsénico, otro gran
veneno, pero las bacterias van lejos en cuanto a su toxicidad, pero lo
hacen para defenderse, y uno piensa, pero para qué quiere matar a su
huésped una bacteria. Bueno, las dos primeras bacterias de la Tabla
son Clostrídios. Ustedes saben que los Clostrídios son bacterias grampositivas, que tienen la capacidad de formar esporas, es decir, formas
de resistencia. Entonces, si un animal se enferma, esperan que se
muera, se lo comen, y después, cuando se acaba el alimento, esporulan,
y esperan a que pase otro y hagan la misma historia. Pero están
esperando en forma esporulada, es decir, en forma resistente, y esas
formas resistentes son a veces muy duras, se las puede hervir una o
dos horas y no les pasa nada, y a temperatura ambiente, en un potrero,
aguantan meses o años. En este caso tendría cierto sentido producir el
210
toxico porque viven un tiempo, después esperan, después viven otro
tiempo, esperan, tienen un sistema de diseminación que es el propio
animal. Pero la difteria no, por ejemplo. Entonces ¿por qué mata la
difteria? Es un misterio para qué le sirve matar. Y hay muchas bacterias
que matan, o virus que matan ¿Para qué?
En la Tabla II se muestran las fórmulas de algunos venenos de
hongos. Aparecen, por ejemplo, la alfa- amanitina y la faloidina,
producidos por la Amanita phalloides, ya mencionados en la Tabla I;
también figura la muscarina, producida por Amanita muscaria, un
pariente cercano del anterior y por su aspecto vistoso, rojo intenso con
manchitas blancas, siempre asociado a cuentos de hadas y de gnomos.
Es toxica pero no mortal; produce vómitos cefalea y otros malestares.
El Aspergilus flavus, que parasita a varias leguminosas (porotos, etc.)
produce aflatoxinas, la B2 es la mas peligrosa, es mutagénica y puede
producir cáncer. Finalmente la ergotamina, producida por el hongo
Claviceps purpurea, el conocido “cornezuelo del centeno”, es uno de
los componentes tóxicos que este hongo produce, llevando a
alucinaciones y muerte. Algunos de estos venenos se usan como
Tabla II: Formulas de algunas de las toxinas producidas por hogos.
211
remedios en cantidades chiquitas, no sólo para fines estéticos, como ya
se menciono, sino que la ergotamina por ejemplo, se emplea con
aquellos enfermos que tienen dolores nerviosos; desorganiza un poco
la conducción nerviosa y entonces calma el dolor. Les muestro esto
para que vean la complejidad de los compuestos que estos bichos, o
plantas o lo que sea, fabrican para defenderse. El gasto que tienen que
hacer es enorme, se les van grandes cantidades de ATP (trifosfato de
adenosina) para fabricar esas substancias. El ATP es el depositario
universal de la energía, así que les cuesta muchísimo, pero vale la pena
porque así los demás no los agreden.
La vida es una lucha constante, vivir es matar, vivir es luchar.
Todos estamos luchando ahora. Nosotros también producimos
venenos, y tenemos huéspedes que producen venenos por nosotros,
que son las bacterias. En nuestra piel vive un estafilococo que produce
una toxina que específicamente está dirigida al Staphylococcus aureus,
patógeno para el ser humano, y ataca un lugar específico del
Staphylococcus aureus .Es curioso que se peleen entre dos primos
hermanos ¿no se matan entre ellos? El que produce la toxina cambia
la estructura del blanco para ser insensible a su propio veneno. Es
decir, se crean unos mecanismos originales, maravillosos, para todo
este tipo de procesos.
Y las bacterias que tenemos adentro viven produciendo
antibióticos o bacteriocinas -se llaman también así los que producen
las bacterias-, que regulan la composición de la flora que tenemos en
el tracto intestinal. Así que matar es parte de la vida, no hay que
escandalizarse por eso, aunque parezca un horror.
Hay otro problema: ¿qué quiere decir estar muerto? Hace años
leí un libro interesantísimo escrito por un médico de Scotland Yard la policía de Inglaterra-, que tenía, entre otras cosas, que documentar
la muerte de los ajusticiados. Se los mataba ya fuera por horca o por
decapitación, y este señor contaba que en la horca no se mataba por
asfixia, sino porque se le dislocaban las vértebras del cuello,
destruyendo el sistema nervioso, pero en algunos casos el corazón
seguía latiendo, una, dos, tres horas después de ahorcado. A veces tenía
que decir: “fue ahorcado a tal hora, y el corazón dejó de latir a tal hora”
¿Cuándo se murió? No está claro.
212
Y peor con los decapitados. En Inglaterra mataban a hachazos,
en Francia con la guillotina, que era mucho más piadosa, fue un
progreso, fue un acto de piedad. Este medico decía que en los segundos
en que la cabeza está cayendo al canasto el cerebro tiene sangre, tiene
oxígeno, tiene todo lo que tiene que tener, seguro que el ajusticiado
cree que se cayó en un canasto. Y da un dato histórico, que es lo que
pasó con Carlota Corday, la niña que mato a Marat, uno de los tres
grandes dictadores de la revolución francesa. Este tirano tenía una
enfermedad en la piel y para mitigar el ardor se pasaba el día metido
en una bañadera cubierto con trapos constantemente humedecidos.
Esta niña decidió eliminar al tirano que estaba matando a cien
opositores por día; entonces se compró un cuchillo por dos francos,
después consiguió que la dejaran pasar a su oficina y lo mató a
puñaladas. Por supuesto a ella la mandaron a la guillotina, pero ella
sabía que le pasaría eso, entonces gentilmente se levantó el pelo, puso
la cabecita en la guillotina, se la cortaron, el verdugo, como era
habitual, la tomo del pelo, se la mostró a todos y ¿qué le gritaron?
¡Pobrecita! ¿Qué le van a gritar a una mujer joven? ¡Se imaginan qué!
Se puso colorada, las mejillas se le pusieron rojas. Eso lo registra la
historia, así que probablemente oyó o vio. No es fácil saber que es
estar muerto.
Últimamente con los progresos de la inmunidad y el
conocimiento de los grupos sanguíneos, los grupos tisulares y todas
esas cosas, los transplantes de órganos se han convertido en algo
relativamente común. Ahora, ¿de dónde saco el órgano que voy a
transplantar? Lo tengo que sacar de un señor que está muerto, pero
tengo que estar seguro de que está muerto, pero recién muerto. Si no
es así los órganos pueden comenzar a degradarse y en ese caso ya no
se pueden transplantar. Entonces ¿qué es estar muerto? Y esto hizo un
poco eclosión yo diría en la década del ’70 o ’80 aproximadamente
¿Cuándo puedo intervenir a un señor accidentado o “muerto” como
para sacarle los órganos? ¿Cuándo decido que está muerto?
Algunos países dijeron que cuando deja de respirar, otros que
cuando deja de circular la sangre por la cabeza. Lo que se acepta hoy
-creo, a lo mejor ustedes tienen un dato más correcto- es el
encefalograma plano. Ustedes saben que el cerebro produce una serie
213
de variaciones de potencial entre las distintas regiones, y se puede
hacer lo que se llama un electroencefalograma midiendo y registrando
la diferencia de potencial entre distintas posiciones de electrodos
fijados sobre el cráneo. Esa distribución de electrodos es convencional;
por comodidad se usa un sistema dado y así se lo puede comparar con
espectros normales. Cuando ya no hay mas diferencias de voltaje, es
decir, no se observan más picos en el grafico, el electroencefalograma
se va aplanando y se tiene lo que se llama un electroencefalograma
plano, entonces se puede intervenir. Recién entonces a ese señor
generoso, o señora generosa, que dio sus órganos se lo puede abrir,
sacar los pulmones, el corazón, el hígado, los riñones, los ojos, etc.
para darle vida a otro. Así que es un problema crítico, es muy
importante saber cuándo uno está muerto. El cirujano que hace eso ¿Si
se equivoca? ¿Es culpable? ¿No es culpable? Es muy difícil decidir
ahí, hay una responsabilidad tremenda por parte del médico.
Y ¿qué es lo que es estar vivo? ¿Cuándo se nace? Es otro
problema. ¿Cuando se fecunda el óvulo? ¿Cuando el óvulo se empieza
a dividir? ¿Cuántas divisiones? ¿Cuando se implanta en la matriz? A
veces los óvulos se implantan y después se pierden. Entonces,
¿Cuándo nace una persona? Eso es un problema terrible que todavía
no tiene solución. Los que se ocupan de ese tema ¿Hacen bien? ¿Hacen
mal? Al médico que hace eso y le permite tener un hijo a una señora
que estaba años esperando para tenerlo, la señora lo bendice, está
fascinada. Pero eso desgraciadamente hay que hacerlo con un poco de
estadísticas, entonces no le ponen un óvulo, le ponen cuatro y de esos
cuatro por ahí prenden dos y los otros se pierden, y se guardan cuatro
o cinco en la heladera o en la congeladora. Esos cuatro o cinco ¿Son
hermanos? ¿Son óvulos? ¿Son señores? Son problemas jurídicos
tremendos. Supongamos que la señora se muera y el padre quiere tener
más chicos. Se consigue una madre sustituta, los desarrolla ahí, son
nuevos hermanos. Supongamos que eso no lo hace y quedan en la
heladera, y el padre se muere y tienen que heredar. Esos embriones
¿Son herederos? ¿No son herederos? Hay una serie de problemas
fenomenales que, que yo sepa, no tienen solución por ahora. El que ha
estudiado mucho eso -y si les interesa el tema, invítenlo para que les
dé una charla- es el Padre Rafael Braun.
214
En lo que quiero insistir es en que los investigadores, en general,
son inocentes. El problema no está en el que descubre el proceso, en
el que aclaró el misterio, si no en el que ejecuta ese conocimiento en
un mal sentido.
La ciencia es básicamente buena, el conocimiento es bueno, y
además en todas las culturas es un atributo divino. Entre griegos y
romanos, Júpiter, un día que le dolía mucho la cabeza, pidió que le
dieran en ella un hachazo o un machetazo -no sé bien que era- y surgió
Minerva, la diosa de la inteligencia. Reconocían que era un atributo
divino, había una diosa especial para la inteligencia. Pero tenemos que
reconocer que esta diosa sin madre era también la diosa de la guerra.
Y además, como Júpiter era bastante picarón, cuando veía una niña
que le gustaba no tenía muchos escrúpulos; a una pastorcita muy
cariñosa la convenció varias veces y de ella tuvo nada menos que
nueve hijas. Esas nueve hijas son las nueve Musas, las responsables de
todos los conocimientos de los griegos, desde el canto, el verso, hasta
la astronomía; eran atributos divinos. Esa niña se llamaba “La
Memoria” -Mnemósine-, así que la memoria es importantísima para
saber. ¡Ojo!, Ahora que en los colegios está de moda no estudiar de
memoria, no estudiar versos, no saber nada de memoria, está mal; la
memoria es lo único que hace que seamos el mismo señor hoy que el
que éramos ayer. La memoria es a una persona como la historia a una
cultura. Una cultura, un país que no tenga respeto por su historia
desaparece, lo mismo pasa con los señores.
Entre los germanos, o mejor dicho entre los teutones, el tema era
peor porque los teutones eran salvajes guerreros, eran deportistas de la
guerra, vivían peleando. El orgullo máximo de un germano era morir
peleando y entonces venía una Walquiria, se lo llevaba al Valhalla, y ahí
disfrutaba de la presencia de Odín -Wodan, Wotan- que era el dios
máximo; y podía pelear todo el día, porque durante la noche se curaban
sus heridas. En cambio, el que no había muerto de esa manera iba al
Hell. El Hell en inglés pasó a ser el infierno, pero entre los germanos era
un lugar adonde iban las mujeres, los chicos y los varones que no se
morían en la guerra; era una manera de decir que eran unos pobres
diablos. Y el origen de Odín es todavía más interesante para nosotros,
porque él tuvo que luchar con sus hermanos, con sus primos, con su
215
padre, para tener el poder, ser el rey de los dioses, y era difícil ganar.
Entonces la consultó a otra de sus amadas, la Tierra -Erda- y Erda le
dijo: Si querés ganar tenés que beber de la fuente de la sabiduría. Y allá
se fue a buscar por montes, bosques, ríos, hasta que la encuentra, y
entonces quiere beber y una mano lo frena, es Mimir, el cuidador de la
fuente: “si querés beber tenés que dejar un ojo en prenda” le dice. Y
Wotan no duda, saca su cuchillo, saca el ojo y lo entrega, y bebe, y
entiende. Y a partir de ese momento sabe lo que tiene que hacer, adquiere
la sabiduría. Y ese ojo que le queda, es para los germanos el sol que da
vueltas todos los días vigilando las acciones de los hombres, porque
hace un convenio con los hombres. Esa fuente quedaba al pié del fresno
que sostenía la bóveda celeste, un fresno enorme; entonces corta una
rama de ese árbol sagrado, hace una lanza y hace un convenio con los
hombres: “yo voy a hacer esto si ustedes hacen aquello” y ahí van las
leyes de la guerra: no matar a las mujeres, no matar a los chicos; las
leyes de la hospitalidad: aunque sea un enemigo hay que darle casa para
pasar la noche y comida… Al día siguiente se batirán hasta morir… Ése
pacto está marcado en la lanza, porque estas tribus primitivas, cuando los
caciques hacían un convenio, ponían las lanzas una al lado de la otra, y
con la espada hacían marcas unas en un sentido y otras en otro sentido:
“y recuerden que acordamos que podemos cazar en la zona común de
todos” o,” yo voy a entregar mis mujeres a esa tribu, y ustedes me van
a entregar sus varones a esta tribu”, hacían un arreglo de ese tipo, y si
había alguna duda mostraban las lanzas, “estas marcas que coinciden
demuestran que hicimos el pacto”. Así que esa lanza simboliza el pacto
con los hombres. Y además, no sólo adquirió la sabiduría, sino que
Wotan en su trono tenía dos cuervos a la altura de sus hombros,
apoyados en el respaldo del trono y todas las mañanas los mandaba a
recorrer el mundo. Los cuervos vuelan planeando, buscando algún
cadáver y los alemanes habrán dicho “éste nos está vigilando”, porque
además están como colgaditos del aire y mueven la cabeza mirando para
un lado y para el otro como para ver que pasa. Los cuervos eran Munin
y Hugin -la Memoria otra vez y el Conocimiento-, es decir, tenía que ir,
ver que pasaba y después informar. Así que el conocimiento es un
atributo divino en todas estas culturas.
Y lo fascinante para mí es que también lo es en el Cristianismo.
Lo que hemos escuchado hoy, los capítulos del conocimiento, la Torah,
216
es la Sabiduría, los libros de la Sabiduría. La sabiduría está por todos
lados.
Y tenemos una festividad maravillosa que se transformó de una
fiesta agraria, en la fiesta de la sabiduría, el Pentecostés, que por alguna
razón misteriosa de ser de las más importantes ha pasado a un tercer
plano modestísimo. El cumpleaños de Jesús es mucho más importante
y ya nadie se acuerda de Jesús, porque para Navidad todos ponen
arbolitos, o coronas de muérdago, o el gordito vestido de colorado; en
fin, el nacimiento ya casi ni existe. Los católicos tenemos la obligación
de volver a exaltar el Pentecostés, que es la adquisición de la
Sabiduría. Así que creo que el saber es importantísimo y la ciencia es
absolutamente inocente y no tiene nada que ver con el mal.
Para terminar, recordemos las palabras del Santo Padre: “Muy
lejos de oponerse a la fe, la verdadera ciencia se alía con ella en una
fecunda simbiosis en la cual el conocimiento y el amor progresan
juntos”. Juan Pablo II.
DIÁLOGO
- Prof. Brenci: Non volendo, ha toccato un argomento con il qual è facile
dimostrare per esempio, che la maggioranza attuale dei ricercatori biomedici
sono o attori o complici di falsi gravissimi.
Lei ha posto l’argomento datazione della nascita e della morte. Ha
adombrato qualche dubbio sul fatto che il nuovo individuo inizi con la fusione
dell’uovo con lo sperma. A me risulta di una chiarezza estrema, che dalla
formazione dalla membrana pellucida in poi, il meccanismo posto in moto,
certamente, alla fusione nel emi-patrimonio maschile con quello femminile
e alla formazione di un genoma individuale della specie umana.
Non ci sono questioni. Dal mille e ottocento ottanta in poi, dalle
definizioni dell’anatomia comparata in poi, nessuno ha mai dubitato che
esistano una vita aploide e una vita diploide, che si susseguono nel tempo e
che quando termina la vita gametica inizia quella individuale euploide.
Attualmente, per decisione della Corte di Giustizia Europea, la vita
individuale comincia, invece, al dodicesimo giorno dopo l’unione dei gameti,
cioè, dodici giorni dopo la formazione del programma individuale il
fenomeno biologico ha un inizio falso perché così ha deciso de “iure”. È
tragico, dobbiamo cercare di sorridere, ma, è atroce.
Secondo punto. Morte. Il Vangelo in questi giorni afferma: “Qual è
quel padre che al figlio che li chiede un pesce darà un serpente?” Qualche
217
volta da pensare che non tutti scartino come danno il serpente. Ma al di là
delle considerazioni e delle battute, rendetevi conto che sono nascita e morte
sono diventati due argomenti tragici. Uno è dato dal fatto che nessuno può
essere in diagnosi di morte, ma spesso siamo in pronostico di morte. E il
pronostico è maggiormente o minormente vero o vicino a seconda degli
elementi che formano il quadro prognostico. In aggiunta quando pensiamo
che l’ultima parte del viaggio sarà breve, invece di aiutare il malato a vivere,
gli diamo il colpo di grazia e diciamo: benissimo questa è già morte, è una
morte a cuore battente con elettroencefalogramma a piatto. Premesso che non
esiste un elettroencefalogramma piatto, che ben undici donne dichiarate con
elettroencefalogramma a piato hanno mantenuto l’attività di quasi tutta la
parte neuroendocrina; la dimostrazione è stata che queste undici donne, che
erano fra il secondo e il quarto mese di gravidanza, hanno portato a termine
il parto.
Chiedo scussa, se mi accaloro su fatti come questi, ma il falso è molto
grave. Una autentica cultura del trapianto dovrebbe considerare la donazione
di tutti gli organi pari per padre donare un rene ad un figlio, oppure donare
una parte del fegato, con il vantaggio di una maggiore affinità genetica per il
trapianto.
Si sa che per fare accettare il trapianto utilizzando un certo numero di
microrganismi sappiamo produrre sostanze che ci permettono di bloccare la
reazione di rigetto, ma perché andare ad uccidere una persona in punto di
morte dicendo che quello è un atto di generosità, modificando completamente
un giudizio di valore morale, di valore etico, falsificando la realtà, ed
educando la gente ad una forma d’egoismo. La gente pensa in quel momento
non sarò in grado di difendere i miei interessi, se sono in condizioni tali che,
ecc. Tanto vale che io muoia, ma è un ragionamento nichilista, specie per un
medico ha l’obbligo di aiutare e curare il malato. Se poi curare vuol dire,
“ora, bene, ti appronto una camera a gas” questa è un’altra questione, però
bisogna dirlo apertamente, persino Hitler lo diceva, anche se le motivazioni
erano false.
Oggi viviamo, anche in campo scientifico, realtà false determinati dai
mass media, e purtroppo non esistono voci che urlano la verità, sia pure nel
deserto e chi va contro le opinioni canoniche non viene ascoltato.
Vorrei pregarvi di diventare testimoni di una vera, come si dice, cultura
del trapianto. Quando mio figlio, mia madre, mio padre, potranno aver
bisogno, non potrò offrir nulla perché oramai sono troppo vecchio e non sono
buono nemmeno come ruota si scarto, però la vera donazione è un atto
cosciente, ed ha un costo. Insisto, per me, oramai, non è più questione di
donazione personale, ma credo che la vera educazione all’aiuto reale con
amore del prossimo non sia quello di dire “pigliamo qualsiasi persona che ha
218
sbattuto con la machina e trapiantiamo i resti”. Bisogna poter dire: “io per un
atto d’amore offro a mio figlio il mio rene di destra, oppure la testa del fegato
… oppure qualcosa di fisicamente mio”.
Della correttezza del comportamento in questo campo e della vera
consistenza della “cultura del trapianto” bisognerebbe avere il coraggio di
parlarne.
- P. Coyne: secondo te, quando occorre la morte?
- Prof. Brenci: Quando avviene la morte? Secondo me esistono almeno tre
test molto importanti. Attività cerebrale, battito cardiaco autonomo e
respirazione autonoma. Mi ricordo che proprio venti anni fa, Lila mi portò
all’Università di Buenos Aires, a parlare della determinazione della fine della
vita e mi ricordo l’esistenza di grossi problemi per concordare il momento
della morte. Quando ero bambino mi padre mi aveva detto che quando ancora
si seppelliva in Chiesa, molto spesso accadeva che nella tomba dove
seppellivano quelli di casa, spesso avevano trovato l’ultimo seppellito che
cercava di togliere la pietra di chiusura per uscire fuori. Evidentemente,
quella che era apparsa come la sua morte non era la morte vera.
Per me, la morte è reale quando siamo in grado di provare la
cessazione della circolazione, cioè, l’arresto cardiaco, cosa che non ha valore
assoluto in quanto i risuscitati sarebbero tantissimi, pensando che anche dopo
un’ora di rianimazione qualche volta il cuore è ripartito; il secondo è la
conduzione diretta degli impulsi nervosi a livello cerebrale. Il terzo punto,
non ultimo, il blocco respiratorio? Un arresto respiratorio durato più di
un’ora, è indice di morte o de un danno cerebrale tale da portare certamente
a morte, questo naturalmente, a meno di interventi sostitutivi. Volendo
assicurarsi della morte, già la vecchia legge italiana con le ventiquattro ore
d’osservazione comportava un errore al massimo di uno su cento mila.
- P. Coyne: Quattro ore
- Prof. Brenci: Quattro ore se si controlla in termini di misure strumentali
certe, ma, già ventiquattro ore d’osservazione di un poverino sul letto, danno
una garanzia di uno su cento mila. Diciamo che poi, per quel uno, si spera che
i medici facciano l’osservazione strumentale del circolo, del respiro,
dell’elettroencefalo e che i risultati coincidano.
- Dr. Dankert: Totalmente de acuerdo Dr. Brenci. Yo tenía un amigo que se
fracturó la base del cráneo y vivió tipo planta durante cuatro o cinco años, no
sé cuántos…
- Prof. Brenci: Io ho una figlia, la numero quattro, che addirittura ha avuto la
rocca petrosa sfondata ed è guarita anche se non totalmente, perché ha un
gradino nella teca cranica di un centimetro e mezzo, ma vive bene, ha avuto
219
un figlio, che se fosse stata portata in un ospedale dove il responsabile fosse
stato un “trapiantista, sarebbe stata dichiarata trapiantabile e oggi non
esisterebbe più come individuo.
- Prof. Prosperi: Vorrei chiederti qual è il momento in cui tu ritieni che
possiamo parlare di morte. Tu hai portato una serie di esempi che riguardano
la diagnostica. La tua obiezione è che la diagnostica, con le modalità
comunemente impiegate non è sufficientemente affidabile. Hai detto ad
esempio che la constatazione di elettroencefalogramma piatto, effettuato con
le procedure ordinarie, non è probante. Io vorrei porre però una questione
diversa. Come abbiamo detto molte volte, la coscienza dell’uomo non può
essere ricondotta ad un fatto puramente fisico. Tuttavia sappiamo che il suo
manifestarsi è legato alla funzionalità di certe aree cerebrali, se queste sono
distrutte, almeno in questo mondo, la coscienza cessa e non è più riattivabile.
Poiché so che senti fortemente questo problema, la mia domanda
allora è questa. Se ci fosse un metodo, ragionevolmente sicuro, per accertare
che quelle zone della corteccia sono irrimediabilmente danneggiate al di là
di ogni possibile ricupero, pur a cuore battente, riterresti che si possa dire la
persona morta?
- Prof. Brenci: Si
- Prof Prosperi: Scusa, ma la domanda era questa: poiché sappiamo che le
cellule di un organismo muoiono in maniera graduale e successiva, qual è il
momento in cui ritieni si possa parlare di morte della persona? Mi chiedo se
per te sarebbe sufficiente accertare la morte di tutte le cellule implicate nelle
strutture che presiedono alla coscienza, pur essendovi altre funzioni a livello
inferiore, come il battito del cuore o la funzionalità dei reni rimaste integre?
Per esempio, mi pare che il cuore opportunamente assistito possa battere
anche all’esterno dall’organismo.
- Prof. Brenci: Un cuore meccánico può battere…
- Prof. Prosperi: Anche un cuore animale dovrebbe poterlo fare, perché il
battito non è regolato da segnali che vengono dal cervello.
Il problema che mi sembra importante, e di cui mi piacerebbe discutere
è: possiamo considerare un uomo morto se sono morte tutte le cellule in
qualche modo legate alla coscienza anche se altre funzioni sono rimaste
relativamente integre?
- Prof. Brenci: Credo che questa sia una domanda ipotetica del terzo. Noi
non sappiamo in nessun momento dove è localizzata la coscienza.
- Prof. Prosperi: Non sappiamo che essa cessa se sono danneggiate certe zone
del cervello?
220
- Dr. Dankert: Brenci tiene razón, es un problema. Por otra parte, para un
señor que tiene los riñones hechos trizas, conseguir un riñón es una bendición
- Prof. Brenci: Però noi la deduciamo sempre dalle conseguenze… tu pensa
che esiste un gruppo di cellule, quelle della poptosi, che addirittura
distruggono le cellule cerebrali dannati... Per fare in modo che tu non resti,
per esempio, paralizzato per tutta la vita, per una lesione, invece di formare
la cicatrice, eliminano le cellule, adesso si fanno anche durante l’operazione,
si fa in pratica l’induzione attraverso normalissimi stimolanti in
moltiplicazioni di cellule nervose.
- Prof. Prosperi: Non so, però non vedo molto il rapporto con quello che stavo
dicendo.
- Prof. Brenci: Il cervello è in parte riparabile.
- Prof. Prosperi: D’accordo. Ci sono anche cellule preesistenti e normalmente
tenute di riserva che possono intervenire a rimpiazzare altre distrutte. Però in
una certa misura le aree del cervello legate alla coscienza sono conosciute.
Lasciami fare allora, per capire, un periodo ipotetico di terzo tipo (che domani
dopotutto potrebbe diventare di secondo). Se fosse realmente possibile
accertare che tutte quelle cellule sono distrutte per te sarebbe sufficiente.
Insomma ti preoccupa un fatto diagnostico o hai delle riserve di carattere
concettuale ad un livello più profondo?
- Prof. Brenci: Finché il processo non è irreversibile, che sia irreversibile il
danno di avere una determinate entità. Nessuno traspiantista accetterà che il
danno irreversibile reale sia la base dello spianto, perché se il cuore non batte,
se il trasporto del messaggio nervoso non è almeno fino ad un minuto
massimo...
- Prof. Prosperi: Tu insisti sul cuore, io vorrei insistere sulle cellule nervose.
- Prof. Brenci: Appunto, tu insisti su una cosa che purtroppo ancora non
sappiamo.
- Dra. Archideo: De la situación actual, no hipotética, pero actual, ¿qué
condiciones tienen que darse?
- Prof. Brenci: Nessuna, secondo me, uno offre d’amico un pezzo di se stesso.
- Dra. Archideo: ¿Qué condiciones tienen que darse para decir que está
muerto?
- Prof. Brenci: Già detto quattro ore di controllo. Dice, “ma a quel punto, noi
non possiamo perché il cuore non lo possiamo più trapiantare, per esempio.
Cioè, noi subordiniamo la vita del danneggiato alla possibile utilizzazione
dei suoi pezzi.
221
- Dra. Archideo: Sí, pero la pregunta es ¿cómo me doy cuenta que una
persona está muerta?
- Prof. Brenci: Come c’era sempre il fatto per legge, e non c’erano eccezioni,
ventiquattro ore d’osservazione. Ma siccome questo va contro la possibilità
di trapianto, s’inventa la morte a cuore battente.
- Dr. Dankert: Precisamente ya desde hace milenios se sabe que dentro de
las veinticuatro horas siguientes de una pseudo muerte, el individuo puede
resucitar. Son veinticuatro horas tradicionalmente.
Lo que les quería contar, en base a lo que dijo el Dr. Brenci, es que el
cerebro es de una plasticidad fenomenal y conozco el caso de un chiquito
que tenía epilepsia, le sacaron el cerebro izquierdo, por supuesto dejó de
hablar, dejó de caminar y dejó de hacer casi todo, pero lo tomó un médico
bastante entusiasta y después de mucho entrenamiento y paciencia el chico
hoy, creo que tiene como doce o trece años, es absolutamente normal, salvo
que tiene medio cerebro, enseñó al otro medio a hacer las cosas. Por ejemplo,
tiene sólo medio campo visual, porque claro al cruzarse los nervios pierde
medio campo y tiene algunas otras fallas, pero en lo demás va a colegios
normales. Así que el cerebro es una maravilla y además tenemos dos
cerebros. En realidad, el cerebro que le sacaron desapareció, entrenó al otro
cerebro que en general lo usamos poco.
- Lic. Beltrán: Primero quisiera agradecerle al profesor Dankert por su
exposición, por lo ilustrativo y por lo ameno que resultó. Ciertamente también
me gustaría regresar al problema de la ciencia y de la ética que en el fondo
podría ser el título de buena parte de su disertación y por supuesto adelanto
desde ya mi acuerdo con la idea fundamental que usted expuso acerca del
carácter neutro del conocimiento en general y de la ciencia como tal, pero me
gustaría, si usted me permite, agregar algunos matices, no con el propósito
de invalidar lo que usted dijo, pero me parece que serían unas cuantas cosas
las que habría que pensar en honor a la complejidad y a la delicadeza que el
tema tiene, sobre todo en las condiciones de la cultura en la que estamos
viviendo actualmente.
Tratando de ser sintético quisiera, por empezar, destacar que si bien
hay un compromiso moral del científico o de la persona que se apropia del
conocimiento científico en relación al uso o a la utilización que se haga de él,
no hay que olvidar también que existen problemas morales vinculados a la
adquisición del conocimiento científico y a la enseñanza del conocimiento
científico.
En lo relativo a la adquisición conocemos situaciones pavorosas de
manipulación de la persona humana o incluso también de la naturaleza que
se han hecho en nombre del avance del conocimiento. Hace poco, recordarán
222
ustedes, el caso del presidente Clinton en Estados Unidos cuando pidió
disculpas a una comunidad de negros a quienes se los había usado como
cobayos para un experimento sobre la sífilis, se les había negado el
tratamiento para curarlos de la sífilis a fin de poder evaluar la evolución de
la enfermedad. Y hay muchos otros ejemplos de ese tipo, como los campos
de experimentación de los grandes laboratorios del mundo con los niños de
África a cambio de una bolsa de harina, porque esos chicos no tienen otro
remedio en la sangre, entonces el resultado del experimento es mucho más
puro que si se lo hiciera con niños norteamericanos que, de paso, está
prohibido por las leyes norteamericanas hacerlos.
En el tema de la enseñanza en las ciencias hay un tema también para
debatir y es si verdaderamente -como salió hace poco en un reportaje a un
científico, no recuerdo su nombre-, el conocimiento científico es democrático
o no lo es. Quiero decir, si todo le mundo tiene derecho a saber todo lo que
los científicos saben, porque, por un lado, parecería que sí, pero por otro lado
tenemos que pensar los riesgos que implica la posesión de ese conocimiento.
En alguna época yo tuve el berretín de querer ingresar al Instituto Balseiro en
Bariloche y una de las cosas que me llamó a atención cuando avanzaba en mis
intenciones fueron las advertencias -era la época del gobierno militar-, se me
hablaba de que los estudiosos en esas materias tiene una mayor
responsabilidad y tienen que someterse a un control mucho mayor de sus
propias vidas en función del valor estratégico que tiene ese conocimiento que
ellos van a recibir. Entonces, son temas difíciles y en los cuales uno no se
puede comportar ingenuamente.
Otra cosa que me gustaría agregar es acerca de un peligro que aparece
también cuando justamente a la ciencia se la usa como herramienta
ideológica, cuando sutilmente la ciencia se convierte en realidad en una
cosmovisión. Me viene a la memoria el caso de Jaques Monod y su obra El
azar y la Necesidad, cuyo último capítulo –“El Reino y las Tinieblas”- habla
precisamente sobre una propuesta conforme a la cual -según Monod por
supuesto- la ciencia, y en particular la biología, ha llegado al desarrollo que
finamente tuvo por el hecho de haber adoptado lo que Monod define como
principio de objetividad.
- Dr. Dankert: Estaba equivocado.
- Lic. Beltrán: Perfecto, pero usted sabe que fue Premio Nobel y además que
ese libro fue un Best Seller, fue una especie de historia del tiempo de la
década del ’70. Y en ese libro él dice explícitamente: la ciencia debe ignorar
los valores porque son resultado de una mentira con la cual se nos ha llenado
la cabeza en nombre de lo que él llama el “animismo” de las religiones
durante mucho tiempo. O sea, el argumento de Monod es que la ausencia de
223
bien y de mal es una conclusión científica.
Entonces, pensemos en las consecuencias que eso puede tener y por
supuesto eso no significa que estemos demonizando la ciencia, lo que está
haciendo Monod no es ciencia justamente. Y no le dieron el premio Nobel por
haber escrito ese libro, sino por sus investigaciones, etc. El premio Nobel fue
con Jacob.
- Dr. Dankert: Jacob, Monod y Lwoff. Elie L. Wollman, que fue el profesor
de los tres, no recibió el Premio Nobel. Wollman vivió en la Argentina mucho
tiempo y lo quieren mucho los que lo conocieron porque parece que era una
persona muy generosa y fue desconcertante que no le dieran el premio. El
premio Nobel se le puede compartir entre tres personas a lo sumo. Lwoff,
que es otro talento, había quedado colgado en un primer momento y después
hicieron fuerza para que lo incluyeran.
Pero Jacob y Monod hicieron una obra fenomenal, eran muchachos
jóvenes, eran “maqui” los dos, muy comunistas, y después fueron cambiando,
terminaron siendo casi conservadores los dos. Es muy graciosa la evolución
de esa gente. Y ese libro lo escribieron en su juventud, claro, estaban en plena
euforia. Casi todo lo que dicen en El Azar y la Necesidad y en La lógica de
lo viviente, ya está superado.
- Lic. Beltrán: La lógica de lo viviente es de Jacob, no es de Monod.
- Dr. Dankert: Sí, digo el grupo, están superados. La ciencia progresa a tal
velocidad… Lo escuché a Watson decir que el dogma de” DNA, RNA,
proteína” era irreversible y nadie lo iba a cambiar y era el hallazgo más
importante del siglo. A los dos meses aparecía la sintetasa inversa, la que iba
de RNA a DNA. Así que nunca se sabe, el que dice eso es un soberbio tonto.
- Lic. Beltrán: Y una última cosita. A propósito del ejemplo que usted puso
de la estimulación ovárica o de la utilización de técnicas con implantación de
muchos embriones, por una cuestión estadística. No sé si recuerdan el
episodio de los doce bebitos que fecundaron en Córdoba hace varios años. Es
decir, la estimulación falló, o fue demasiado enfática, y entonces esa mujer
quedó embarazada de doce criaturas. El debate era el del bote salvavidas, o
sea: bueno tenemos un bote -en este caso un útero- con capacidad para dos,
tres, cuatro chicos y tenemos que decidir a quienes se les da el derecho o la
posibilidad de vivir, etc. Fue un debate terrible. Por suerte -si cabe la
expresión- la naturaleza se ocupó de enviar al cielo a esos doce chicos, como
cabía esperar, pero durante un tiempo el debate existió y en un debate
televisivo un médico ocupado justamente en estas terapias de fertilización
asistida escuchó pacientemente los argumentos de muchas personas
enfurecidas por lo que había sucedido, y enfurecidas un poco contra la
224
ciencia, y la respuesta de él fue “si ustedes quieren tener un hijo éste es el
único camino posible”. Es decir, a veces percibo una especie de chantaje en
el hecho de que para legitimar sus procedimientos algunos científicos lo
proponen como el único camino posible y entonces eso genera una situación
de violencia moral en las personas y al mismo tiempo inspira mucha
confusión sobre el tema.
En otras palabras, son asuntos extremadamente delicados y creo que
usted de alguna manera nos ha ayudado a despertar la conciencia sobre todas
esas cosas y por eso me parecía importante de mi parte poder agregar estas
cosas. Desde ya muchas gracias profesor.
- Dr. Dankert: Usted tiene razón, pero ¿sabe lo que pasa? Que cuando una
madre potencial quiere tener hijos hace cualquier cosa por tener hijos y
entonces los médicos están presionados por la madre misma, y el último
recurso que usan en general es éste, porque prueban de todo. Algunas no
quieren llegar a este extremo por los inconvenientes éticos que puede tener,
porque hay que fecundar a varios óvulos porque sería más que puntería que
uno sólo se desarrollara normalmente. Fisiológicamente no todos los óvulos
fecundados se transforman en un chico, ni de lejos, a veces ni los que se
implantan.
- Lic. Beltrán: Algunos proyectos de ley quieren limitarlo a tres
- Dr. Dankert: No lo sé, pueden ser tres o cuatro, doce parece que se le fue la
mano.
- Lic. Beltrán: Eso fue por estimulación ovárica
- Dr. Clausse: La energía nuclear efectivamente fue como un despertar,
parecido al de la biología. Fue un darse cuenta súbitamente del peligro de la
tecnología -como contó Fausto- porque el poder que apareció de golpe era
mucho más grande que todo lo que había anteriormente. En realidad, es otra
tecnología más, que tiene peligros, pero que también trajo cosas buenas -todo
el mundo sabe que se usa como uno de los tratamientos de cáncer, y se usa
para producir energía.
En los comentarios que se han hecho sobre la bomba atómica, me
parece que hay mezclados varios problemas. Uno es el problema ético de la
muerte de civiles. Es claro que el único sentido que tiene una bomba atómica
es matar civiles, ya que desde que existe nadie va a poner a todo el ejército
en un mismo lugar, ya que se corre el peligro de ser destruido de un saque.
Por ello, la bomba atómica sirve básicamente para matar civiles. Pero -como
ya contó Fausto- también se hacía eso antes de la era atómica. En la Segunda
Guerra Mundial se llevó esto a la estrategia, porque la guerra se transformó
en una competencia de quién producía más rápido. Entonces había que
225
destruir los medios de producción, los cuales estaban en las ciudades. Esa
sistematización trae un problema ético nuevo comparado con otras épocas.
Este problema también aparece en la actualidad en el terrorismo.
Otro problema es la extralimitación en la defensa. La bomba atómica
arrasa de un plumazo con cientos de miles de vidas, con lo cual parecería
que se extralimita el legítimo derecho.
El otro problema es la moralidad de la investigación y desarrollo en el
área de defensa. Lo que llamaríamos investigación y desarrollo aplicadas
para matar. Marcelo mencionó que los mismos seres vivos desarrollan medios
letales para defenderse, las víboras, las abejas... Desde este punto de vista,
uno como científico puede intentar justificar la investigación en defensa
aduciendo que la misma naturaleza mata para defenderse.
Lo último que me quedaba del análisis es que yo iba diciendo que uno
de los elementos interesantes en el tema de la bomba atómica es el problema
más abstracto de la investigación en el mal o haciendo el mal. Es decir el
problema de si el científico era bueno y en realidad la sociedad o alguien
aplicaba mal los resultados, lo cual lleva naturalmente a plantearse la cuestión
de la moralidad de investigar en temas de defensa. La pongo en la mesa
porque no sé cómo responderla, para que los filósofos que están acá la tomen
como tema de trabajo: si es lícito usar la inteligencia para defenderse.
Uno diría: “en principio no es malo, pero hay límites”. Pero, el
científico ¿en realidad es inocente del mal uso que se pueda dar a sus
descubrimientos e inventos?, ¿qué grado de responsabilidad le cabe a alguien
que tiene más comprensión de ciertos aspectos de la realidad, cuando se los
usa, aunque sea accidentalmente, para defenderse, para defender a su país?
¿hasta qué punto es lícito esto?. Si uno dice sí (en principio), ¿qué alcances
tiene ese sí? Por ejemplo yo particularmente no investigaría en instrumentos
que hagan torturas, que hagan doler. Sin embargo hay ciertas líneas de
defensa que están ideadas justamente para provocar pánico al enemigo y con
eso evitar más muertes, por ejemplo. Es un problema complejo y que en
última instancia podría reducirse a la cuestión abstracta de la moralidad de la
investigación en defensa.
Uno dice: soy inteligente, con lo cual puedo hacer más cosas ¿Es lícito
que yo use esto? y ¿hasta qué punto es lícito? Porque al ser la inteligencia tan
poderosa, la diferencia que voy a tener con un enemigo que no aplica la
inteligencia en la guerra es enorme. No es como era antes, cuando si era más
inteligente y más astuto, podía moverme para esquivar la espada. Ahora
puedo diezmar toda la población enemiga. Todavía creo que no se llegó hasta
ese punto, pero se llegó cerca. Las armas nucleares pusieron un elemento de
sorpresa, estamos llegando al punto en que el poder que tiene la inteligencia
da para que la diferencia con el enemigo sea enorme.
226
Por eso es que justamente el control de la investigación nuclear es tan
importante. Cuando la CIA se da cuenta en los años sesenta de que cualquier
persona que tenga plutonio o acceso a material sensitivo y a cierta tecnología
podía hacer una bomba atómica que cabe en una valija, y la podía introducir
en Estados Unidos, en cualquier lugar … Pónganse en el lugar de alguien de
defensa. Dijeron, “esto es imposible de defender, tenemos que controlar
absolutamente todo gramo de plutonio que hay en el mundo”. Y
efectivamente es lo que hace el Organismo Internacional de Energía Atómica,
todo gramo, miligramo de plutonio que hay en el mundo está contabilizado
y no se puede mover. Ésos son los problemas que oyen en la radio con Irak,
con Irán, las acusaciones que se les hacen es que tienen material sensitivo, o
sea plutonio, sin declararlo. Ése fue uno de los problemas que ocasionó la
caída de la Unión Soviética, porque desde entonces anda dando vueltas
material sensitivo que no se sabe donde está.
- Dr. Dankert: Quería aclarar que esa institución de control tiene base en
Holanda, está en La Haya, y el presidente es un argentino, y él nos contaba
que, por supuesto, todas las irregularidades, los no cumplimientos de las
normas que se han propuesto a nivel internacional, las han hecho Rusia y
Estados Unidos. Entonces, es una ley para los débiles, ésa es la realidad.
Por otra parte, cuando alguien diseña un artefacto de esos infernales,
el único valor que tiene es o el factor sorpresa o la certeza de que el otro no
puede contestar de igual manera. Eso pasó con los gases. Los gases ya
desaparecieron, los han destruido en cantidades industriales y los que pagan
el pato ahora son los pescadores del Báltico, porque los gases los hundieron
en el Báltico, o en zonas cerca de Japón donde también hundieron varios
barcos con gases de guerra -iperita, lewisita y todos esos-. Y se dieron cuenta
de que no vale a pena hacer nada porque el enemigo lo puede hacer tan
eficientemente como él, entonces esa arma queda anulada.
Así que las leyes son muy pragmáticas en realidad, y poner normas
morales parecería que no tiene mucho valor porque nadie las va a cumplir, el
que quiere sobrevivir, quiere sobrevivir.
Hace años leí un libro fascinante, de un Premio Nobel, Alexis Carrel,
que se llamaba La Incógnita del Hombre, ese libro era fascinante para ese
momento. Cuando murió su mujer juntó los papeles que había escrito y
publicó otro libro que se llamaba “La Conducta en la Vida”, y ahí enunciaba
las tres leyes básicas de la biología. La primera ley dice: “Yo quiero vivir, y
para vivir puedo matar a cualquiera, inclusive a mis semejantes”; la segunda
ley dice: “Mi especie tiene que vivir” y para que la especie sobreviva, puede
hacer cualquier cosa, aún matarse él mismo” -el caso del padre que pone a la
familia en un bote que se va, y él se queda y se sacrifica para salvarlos de una
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situación especial-. Así la segunda ley mata a la primera, y la tercera ley,
mata a la segunda y a la primera, porque es la ley de la” Elevación del
espíritu”, es la ley que fabrica los héroes, los santos y los mártires: “No
importa que todos desaparezcamos, la idea tiene que seguir”. A mí me pareció
muy interesante.
Eso es muy lindo, pero con los políticos no funciona…
- Dra. Archideo: Es un problema bastante serio. Interesa el objeto –o sea, con
qué voy a defender-, interesa la intención –qué intención tengo al defender, interesa la buena voluntad de la persona y las circunstancias. Tener en cuenta
todo eso es bastante complejo, si se tratara de alguna manera que en algún
momento se dan bienes paralelos, ahí sí, tendría que buscar cuál es el bien
mayor con respecto al otro, pero hay que tener en cuenta también las
consecuencias que se pueden seguir y los riesgos que puede traer. Así que es
complejo y habría que resolverlo en cada caso.
Agradezco al Dr. Dankert y a todos los que intervinieron.
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ÍNDICE
Presentación
El mal. Aproximación filosófica
Lila B. Archideo
Il Problema del Male Fisico
George V. Coyne, S.J.
¿El Mal en la Física o el Mal empleo de la Física?
Fausto Gratton
La prueba ontológica en el racionalismo
Hermes Puyau
Il problema del male e le scienze della natura
Giovanni Prosperi
Suggerimenti dalla Matematica su come affrontare
la nozione di male
Ruggero Ferro
El mal y los males: Antigüedad y orígenes cristianos
Francisco García Bazán
La ciencia, los científicos y el mal
Marcelo Dankert
Ecos del sofisma del accidente en la ciencia y la tecnología
Alejandro Clausse
La Biologia e il male
Gianni Brenci
Su catastrofi e rischi
Francesco Abbona
3
5
27
55
85
95
119
161
197
229
261
279
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