Noticias de Capellanía Octubre 2005 Índice 1 Por dónde empezar 2 El ánimo valiente 3 ¿Tan reales como la aritmética? 4 Actividades octubre’05 El cristiano sabe que cuanto más se acerca a la “Sabiduría Encarnada”, más se acerca a sí mismo. Mirar a Jesucristo es acudir a la luz que desvela las sombras y escondrijos de nuestra identidad tantas veces perdida. Por dónde empezar En un libro reciente que se ha hecho famoso, el crítico literario Harold Bloom se pregunta en el mismo título de su obra: «¿Dónde se encuentra la sabiduría?». Puesto que su vida, ya larga, la ha dedicado a leer y releer literatura profusamente, se sumerge en algunos libros de la Biblia, en Shakespeare y en Cervantes, en Homero y en Platón, y en otros pocos autores más de la historia de la literatura. Job, Hamlet, el Quijote, etc. son su fuente de inspiración. La lectura de obras selectas abre la mente a un conocimiento profundo del hombre. Nos hacen pensar sobre lo que somos y son los demás, sobre las cosas, e incluso para sacar orientaciones para la vida personal. El tan citado “conócete a ti mismo” del sabio griego es quizá la meta más alta del saber y, a la vez, la clave de interpretación de la realidad que nos circunda, siempre y cuando uno reconozca que este saber es vital. Y lo más difícil. La lectura nos puede ayudar mucho en esta ardua tarea, porque a través de los sabios personajes literarios como los que propone Bloom, nos acercamos al conocimiento propio. Estos personajes nos hablan de cosas que nos llevan al interior de nosotros mismos: el sufrimiento, la experiencia, la ciencia, las pasiones, la amistad, la fe... Hay en la Biblia unos libros llamados precisamente sapienciales: Job, Proverbios, Eclesiastés, Eclesiástico y Sabiduría, riquísimos en estética y en contenido, como asegura el propio crítico literario citado. Estos libros recogen la enseñanza gradualmente dispensada al pueblo elegido y que preparaba la revelación de la "Sabiduría Encarnada", Jesucristo. El Maestro, cuando compara a quienes habían acudido a la sabiduría bíblica anterior, representada en su exponente más popular y visible, Salomón, con los que ahora le escuchaban a Él pero no creían en su Palabra, dijo: «Pero aquí, hay más que Salomón» (Mat. 12, 42). El cristiano sabe que cuanto más se acerca a la "Sabiduría Encarnada", más se acerca a sí mismo. Mirar a Jesucristo es acudir a la luz que desvela las sombras y escondrijos de nuestra identidad tantas veces perdida. Mucho más allá de la literatura y de la experiencia y de la sabiduría de los maestros está el verdadero Rabí y Maestro: porque «aquí hay más que Salomón»; hay más, mucho más, que todos los sabios de entre los sabios. Cuando vamos a alguna parte, si no conocemos bien el camino mejor es ir bien acompañado. El apóstol Tomás le preguntó a Jesús: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podremos saber el camino?». Y Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn, 14, 5-6). Noticias de Capellanía Octubre 2005 Hay una disposición para el ánimo valiente que pertenece al dominio de lo noble y lo extraordinario. Para quien tiene tal índole, valentía y honor son lo mismo. Percibe la exigencia de la vida y se siente obligado a respetarse a sí mismo, a hacerle frente. Hay quien cuenta con ánimo valiente como temperamento natural. Son personas sin sentimientos blandos, que no se intranquilizan fácilmente. Su fantasía no es muy viva, y los peligros posibles no se le presentan claramente ante la vista. Así, atraviesa intacto situaciones peligrosas y las resuelve fácilmente. Una excelente situación para la vida práctica, pero quien tiene tales protecciones ha de guardarse bien de no volverse frívolo o brutal. Puede ocurrir también que el ánimo proceda de una clara salud del modo de ser: una gozosa fuerza vital que percibe las dificultades y peligros como algo que da tensión; una confianza en la existencia que siente con seguridad que las cosas irán bien. Esto es muy hermoso –si significa, por ejemplo, lo que se llama "buena raza". Claro que también tiene sus peligros, y quien tiene tales dotes naturales ha de cuidar de seguir siendo prudente y agradecido. El ánimo y la valentía significan aceptar la propia existencia. Esta existencia es un tejido de bien y de mal, de cosas gozosas y dolorosas, de cosas que ayudan y sustentan, así como de otras que estorban y cargan. 2 Finalmente, hay una disposición para el ánimo valiente que pertenece al dominio de lo noble y lo extraordinario. Para quien tiene tal índole, valentía y honor son lo mismo. Percibe la exigencia de la vida y se siente obligado a respetarse a sí mismo, a hacerle frente. Quizá no es especialmente fuerte en lo corporal; quizá es muy capaz de sufrir y por eso se siente herido por los obstáculos exteriores e interiores. A pesar de eso resiste firme, avanza tranquilamente, hace frente al acontecer sin miedo. Es decir, tiene nobleza natural; por supuesto, también predestinación para un destino difícil. Todo eso es disposición. Uno la tiene o no la tiene, y puede ser para bien como para mal. Si cae en manos de un prudente educador, quien así está dotado reconoce él mismo sus posibilidades y entonces las transforma en una vida útil, buena, incluso noble. Pero aquí vamos a hablar de lo que –si no se oponen a ello circunstancias especialmente desfavorables– es posible en todos y, por- tanto, puede ser también exigido moralmente: lo que es deber, para el cual hay que educarse. ¿Cómo conseguir la virtud? Vamos enseguida al centro desde el cual se determina todo lo restante y que, naturalmente, es también lo más difícil de realizar. Ahí el ánimo y la valentía significan aceptar la propia existencia: ya hemos hablado de eso en consideraciones anteriores. Esta existencia es un tejido de bien y de mal, de cosas gozosas y dolorosas, de cosas que ayudan y sustentan, así como de otras que estorban y cargan. El ánimo, sin embargo, significa que no se busque ahí lo que agrada o puede vivirse fácilmente, sino que se acepte el conjunto tal como es, en la confianza de que en ello reside la indicación divina. Todo hombre lleva en sí ese misterioso algo que se puede llamar la estructura esencial. Significa que las propiedades no están yuxtapuestas unas junto a otras, sino que forman una totalidad; algo en mutua dependencia, decidido; que sustenta, pero también exige. Ahí cada elemento apoya a los demás, así como cada cual lleva consigo su peligro y carga con él a los demás. Esa estructura esencial la lleva consigo el hombre en la vida: determina lo que él es y lo que puede, lo favorable y lo desfavorable –le determina a "él" precisamente. Ahí el ánimo significa que el hombre acepte esa figura básica de su existencia tal como es: que no seleccione parte de ella ni deje nada. Por ejemplo, no se puede ser un hombre de corazón sensible y percibir gozo, pero no dolor, pues lo uno condiciona lo otro. Poder sentir es algo hermoso: eso otorga las cosas grandes, la belleza del mundo. la profundidad del trato, las Noticias de Capellanía Octubre 2005 tensiones de la lucha, la felicidad de la obra. Pero el mismo sentir hace que el hombre sea invadido por cosas malas, por el dolor de las carencias, por el apuro de los conflictos humanos, por la infructuosidad del trabajo. No se puede tener lo uno sin lo otro. Así que aquí la primera valentía significa aceptarse a sí mismo como se es: con la fuerza de sentimientos del propio corazón, aceptar lo doloroso que lleva aparejado, igual que lo sabroso que otorga. Eso no significa que haya de llamarse todo bueno y hermoso, cierto que no. Pero por lo pronto hay que aceptar: y luego, a partir de ahí, ver lo que se puede cambiar, elevar, suavizar, mejorar. Romano Guardini «La esencia del cristianismo» La primera valentía significa aceptarse a sí mismo como se es: con la fuerza de sentimientos del propio corazón, aceptar lo doloroso que lleva aparejado, igual que lo sabroso que otorga. ¿Tan reales como la aritmética? Me gusta este antiguo resumen de John Cooper, de 1931: «Los pueblos del mundo, por mucho que difieran en los detalles de la moralidad, mantienen todos, o la práctica totalidad de ellos, al menos los siguientes preceptos básicos: Respeta al Ser Supremo, al ser o seres buenos que ocupan su lugar. No "blasfemes". Cuida de tus hijos. Son reprensibles el asesinato o las lesiones corporales, el robo, la calumnia deliberada o la mentira maliciosa contra un amigo o contra compañeros inocentes de la familia o de la tribu. El adulterio cierto está mal, aunque haya circunstancias excepcionales que lo permitan o fomenten, e incluso aunque las relaciones sexuales entre personas no casadas puedan ser vistas con lenidad. El incesto es un crimen execrable. Este código moral universal concuerda en gran medida con nuestro propio Decálogo en sentido literal estricto» (John M. Cooper, «The Relations Between Religion and Morality in Primitive Culture»). A pesar de lo que algunos antropólogos afirmaban es evidente que se equivocaron sobre Samoa y los IK de Uganda. Estos pueblos eran firmes defensores de la castidad y tenían un gran sentido del deber recíproco. Como otras personas, a veces los antropólogos ven sólo lo que quieren ver, incluso cuando no quieren ver nada. Es curioso que una parte del sentido moral común sea que existe un sentido moral común. No es sólo un tema recurrente en la filosofía, sino una tradición de la mayoría de las cultu- ras y un presupuesto de las escrituras judía y cristiana. Los filósofos llaman a este sentido común "la ley natural”, para connotar que de alguna manera radica en el modo de ser de las cosas. La tradición china la llama Tao; la india, dharma o rita. El Talmud dice que se les otorgó a los "hijos" o descendientes de Noé, es decir, a todos nosotros. Abraham estaba tan seguro de ella que se atrevió a discutir con Dios. Pablo afirmaba que cuando los gentiles hacen por naturaleza lo que exige la ley, manifiestan que sus obras están «escritas en sus corazones». Los pensadores inventan teorías controvertidas sobre la catadura moral del hombre corriente, teorías que ni interesan al hombre corriente ni las comprende. Pero aun así, el hombre sencillo se siente obligado por ellas. A falta de la revelación divina directa, ya no queda otro lugar desde el que iniciar una reflexión moral, un lugar desde el que el sabio pueda extraer los datos y pensar. Sin embargo, los buenos filósofos de la moral no lanzan tesis incomprensibles para todos excepto para ellos mismos; al contrario, parten de lo que ya conocemos y de ahí extraen las tesis latentes o presupuestas. Es curioso que una parte del sentido moral común sea que existe un sentido moral común. No es sólo un tema recurrente en la filosofía, sino una tradición de la mayoría de las culturas y un presupuesto de las escrituras judía y cristiana. J. Budziszewski «Lo que no podemos ignorar» Madrid 2005 3 Noticias de Capellanía Octubre 2005 Actividades octubre’05 Barcelona Madrid Santa Misa: Santa Misa: Confesiones: Confesiones: TODOS LOS DIAS: TODOS LOS DIAS: De lunes a viernes Horas: 7:45 y 12:35 Lunes, martes, jueves y viernes a las 13:30 Miércoles a las 8:30 y sábados a las 8:00 10 minutos antes de la Santa Misa 15 minutos antes de la Santa Misa De 15:30 a 16:00 SIEMPRE: SIEMPRE: durante el día, avisando a los sacerdotes durante el día, avisando a los sacerdotes Vela de adoración al Santísimo Sacramento: Vela de adoración al Santísimo Sacramento: •Viernes, 7 (De 15:15 a 16:00) •Jueves 6, 13, 20 y 27 (De 15:30 a 16:00) •Jueves, 6, 13, 20 y 27 (De 14:30 a 15:30) El papa Benedicto XVI bendijo una estatua de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, colocada en una hornacina externa de un lateral de la basílica de San Pedro del Vaticano. Se trata de la primera estatua del Pontificado de Joseph Ratzinger situada en el templo vaticano, ya que la última colocada fue la de San Gregorio Armenio, bendecida por el fallecido Juan Pablo II el 19 de enero. La estatua es obra del escultor Romano Cosci, mide cinco metros y ha sido realizada con mármol blanco de Carrara (Italia). Representa a San Josemaría con los brazos ligeramente abiertos vestido con los paramentos sacerdotales para oficiar misa. A los pies del santo el escultor ha colocado dos ángeles. Uno de ellos presenta a San Josemaría un libro abierto, con el versículo de san Juan «Et ego, si exaltatus fuero a terra, omnia traham ad meipsum» (Cuando sea levantado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí). Retiros Mensuales: Profesores, Antiguos Alumnos, participantes en Programas de Perfeccionamiento, personal no docente, familiares y amigos invitados Hombres Retiros Mensuales: Profesores, Antiguos Alumnos, participantes en Programas de Perfeccionamiento, personal no docente, familiares y amigos invitados Hombres •Martes, 11 (De 19:30 a 21:00) •Jueves, 13 (De 19:30 a 21:00) •Lunes, 10 (De 19:30 a 21:00) •Jueves, 20 (De 14:30 a 16:00) • Para Antiguos Alumnos del IESE Jueves, 20 (De 19:45 a 21:15) Lugar: Vitrubio, 3 Mujeres •Martes, 11 (De 14:30 a 15:30) •Martes, 18 (De 13:00 a 14:30) •Martes, 25 (De 16:50 a 18:15) Horario Capellanes: Horario Capellanes: • Joan Garcia Llobet Lunes, martes y viernes, de 10:30 a 19:00 • Domènec Melé Lunes a viernes de 8:15 a 9:00; martes y jueves de 19:00 a 21:00 y a horas convenidas • Ricardo Peris Lunes a viernes, de 9:00 a 19:00 • John Twist Lunes a jueves, de 10:30 a 13:30; miércoles y jueves, de 17:00 a 19:00 • Pelegrín Muñoz Lunes a viernes, de 10:00 a 17:00 • Ernesto Juliá Viernes, de 12:00 a 18:00 ( * Las actividades se realizan en el Oratorio del IESE, siempre que no se indique lo contrario Fiestas y celebraciones: 1 Santa Teresa del Niño Jesús, 2 Stos. Ángeles Custodios, 76 aniversario de la fundacion del Opus Dei, 4 S. Francisco de Asís, 7 Ntra. Sra. del Rosario, 12 Ntra. Sra. del Pilar, 15 Santa Teresa de Jesús, 18 San Lucas, Evangelista, 28 San Simón y San Judas, Apóstoles Noticias de Capellanía: [email protected] • www.iese.edu • Depósito Legal: B-12034-1998 • ISSN: 1139-6644 Avda. Pearson 21, 08034 Barcelona, Tel.: 93 253 42 00, Fax: 93 253 43 43 • Camino del Cerro del Águila, 3 (Ctra. de Castilla, km 5,180), 28023 Madrid, Tel.: 91 211 30 00, Fax: 91 357 29 13 ( El Papa bendice la imagen de San Josemaría en el Vaticano