Evaluación global de las medidas agroambientales para aves esteparias en España (2007-2013) – Informe final completo – Proyecto financiado por: INFORME FINAL Proyecto Ganga: Evaluación global de las medidas agroambientales para aves esteparias en España (2007-2013) – Informe completo Informe elaborado por: Ana Carricondo, Yolanda Cortés y Patricia Martínez (SEO/BirdLife). * El capítulo 2.1 es un resumen del informe: Mario Díaz, Elena D. Concepción, Irene Guerrero, Amanda García del Rincón, Hicham Fathi, Yolanda Cortés y Ana Carricondo. 2012. Efectividad de las medidas agroambientales para la conservación de las poblaciones de aves esteparias en España. Informe Final. IRN-CCMA (CSIC). Madrid (Anexo 2.1.) * El capítulo 3.5 es un resumen del informe: Eva Iglesias, María Loureiro, Isabel Bardají, María Alló y Alfonso Lossada. 2012. Análisis socioeconómico de las medidas agroambientales para la conservación de aves esteparias. CEIGRAM (UPM). Madrid (Anexo 3.3.) Con la colaboración de: Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, IREC (CSIC-UCLM) Cita recomendada: Carricondo, A.; Martínez, P. y Cortés, Y. 2012. Evaluación global de las medidas agroambientales para aves esteparias en España (2007-2013): Proyecto Ganga (informe completo). SEO/BirdLife. Madrid. © SEO/BirdLife C/ Melquiades Biencinto, 34 28053 Madrid Tlf. 91 434 09 10 Fax: 91 434 09 11 e-mail: [email protected] www.seo.org Diciembre de 2012 INFORME FINAL ÍNDICE DE CONTENIDOS Resumen …………………………………………………………………………………………………….. 1 Presentación del informe ………………………………………….……………………………………... 3 1. Introducción ……………………………………………………………………………………………... 1.1. Agricultura, aves y medidas agroambientales …………………………………………………… 1.2. El Proyecto Ganga: objetivos ……………………………………………………………………… 1.3. Medidas agroambientales analizadas ……………………………………………………………. 1.4. Dificultades encontradas …………………………………………………………………………… 4 4 5 6 10 2. Análisis ecológico ………………………………………………………………………….................. 2.1. Efectividad ecológica de las medidas agroambientales ………………………………………... 2.1.1. Introducción ………………………………………………………………………………….. 2.1.2. Material y métodos ………………………………………………………………………….. 2.1.3. Resultados y discusión ……………………………………………………………………… 2.1.4. Conclusiones …………………………………………………………………………………. 2.2. Fenología reproductiva de las aves esteparias ………………………………………………….. 2.2.1. Introducción …………………………………………………………………………………... 2.2.2. Material y métodos …………………………………………………………………………... 2.2.3. Resultados y discusión ……………………………………………………………………… 2.2.4. Conclusiones 2.3. Estudio base para una propuestas agroambiental en Canarias ………………………………. 2.3.1. Introducción …………………………………………………………………………………... 2.3.2. Material y métodos …………………………………………………………………………... 2.3.3. Resultados y discusión ……………………………………………………………………… 2.3.4. Conclusiones y recomendaciones …………………………………………………………. 12 12 12 14 17 31 33 33 35 43 56 60 60 61 63 74 3. Análisis socio-económico de las medidas …………………………………………….................. 3.1. Introducción ………………………………………………………………………………………….. 3.2. Nivel de acogida a las medidas agroambientales de estudio ………………………………….. 3.3. Marco de funcionamiento …………………………………………………………………………... 3.3.1. Objetivos ……………………….……………………………………………………………... 3.3.2. Metodología …………………………………………………………………………………... 3.3.3. Resultados ……………………………………………………………………………………. 3.3.4. Conclusiones …………………………………………………………………………………. 3.4. Factores que influyen en la acogida ………………………………………………….................. 3.4.1. Casos de estudio: Aragón, Castilla-La Mancha y Cataluña …………………………….. 3.4.2. El nivel de información. Estrategias de comunicación de las medidas ………………. 3.4.3. Conclusiones …………………………………………………………………………………. 3.5. Aragón: Impacto económico, factores de decisión y modelización de preferencias ………… 3.5.1. Impacto económico ………………………………………………………………………….. 3.5.2. Factores que influyen en la participación …………………………………………………. 77 77 79 84 84 84 86 94 95 95 102 104 106 106 116 4. Discusión general y conclusiones …………………………………………………………………... 123 5. Propuestas ……………………………………………………………………………………………….. 131 Bibliografía ....................................................................................................................................... 135 INFORME FINAL Índice de figuras Figura 1.1. Tendencia de las aves comunes ligadas a medios agrarios en España. Figura 2.1. Localización de las 18 zonas de estudio de la evaluación ecológica. Figura 2.2. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias, territoriales y totales entre campos donde se aplican medidas agroambientales y campos control en la época reproductora. Figura 2.3. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias entre campos donde se aplican medidas agroambientales y campos control en la época estival. Figura 2.4. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias invernantes entre campos donde se aplican medidas agroambientales y campos control. Figura 2.5. Tamaños de efecto estandarizados de la efectividad de las medidas agroambientales para la riqueza y abundancia de aves esteparias territoriales y totales en primavera en campos focales de las 18 zonas de estudio. Figura 2.6. Media del tamaño de efecto por CC.AA. (incluyendo significativos y no significativos), considerando sólo la abundancia de aves esteparias en primavera en las parcelas focales. Figura 2.7. Tamaños de efecto estandarizados de la efectividad de las medidas agroambientales en las 17 zonas de estudio muestreadas en la primavera de 2010, los veranos de 2010 y 2011 y en el invierno 2010-2011. Los resultados se refieren a abundancia de aves esteparias totales en campos focales. Figura 2.8. Relaciones entre el tamaño de los campos focales y la riqueza de especies de aves esteparias territoriales y totales durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales durante los tres años de estudio. Figura 2.9. Relaciones entre el tamaño de los campos focales y la abundancia de aves esteparias territoriales y totales durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales durante los tres años de estudio. Figura 2.10. Relaciones entre la longitud de lindes con vegetación seminatural en torno a los campos focales y la abundancia de aves esteparias totales (territoriales y no territoriales) durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales en el año 2010. Figura 2.11. Relaciones entre la proporción de superficie cultivada en torno a los campos focales y la abundancia de aves esteparias totales (territoriales y no territoriales) durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales durante los tres años de estudio. Figura 2.12. Relaciones entre la proporción de prácticas agrícolas que tendrían en cuenta los requerimientos de las aves esteparias (según Llusia y Oñate 2003) y la abundancia de aves esteparias totales (territoriales y no territoriales) durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales en los años 2010 y 2012. Figura 2.13. Curvas de fenología de los cultivos de cada una de las zonas de estudio y porcentaje de aves esteparias totales con comportamientos que indican reproducción segura. Figura 2.14. Patrón de actividad de las aves durante el período de grabación. Figura 2.15. Ubicación de las áreas de estudio de Fuerteventura y Lanzarote. Figura 2.16. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en medios agrícolas y esteparios en Lanzarote. Figura 2.17. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en medios agrícolas y esteparios de Lanzarote. Figura 2.18. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en los distintos tipos de medios agrícolas en Lanzarote. INFORME FINAL Figura 2.19. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en los distintos tipos de medios agrícolas en Lanzarote. Figura 2.20. Periodos de reproducción de las aves esteparias en la isla de Lanzarote. Figura 2.21: Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en medios agrícolas y esteparios en Fuerteventura. Figura 2.22. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en medios agrícolas y esteparios de Fuerteventura. Figura 2.23. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en los distintos tipos de medios agrícolas en Fuerteventura. Figura 2.24. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en los distintos tipos de medios agrícolas en Fuerteventura. Figura 2.25. Periodos de reproducción de las aves esteparias en la isla de Fuerteventura. Figura 3.1. Porcentaje acogido a las medidas sobre la superficie potencial a nivel municipal. Figura 3.2. Mapa social. Figura 3.3. Marco de funcionamiento Figura 3.4 Nivel de formación de los agricultores encuestados Figura 3.5. Valoración de la efectividad de las medidas Figura 3.6. Orientación productiva de las explotaciones Figura 3.7. Tamaño de las explotaciones Figura 3.8. Interés por la información Figura 3.9. Fuentes de información preferidas Figura 3.10. Margen bruto con y sin medida 1.1. Escenario base Figura 3.11. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.1. Escenario base. Figura 3.12. Margen bruto con y sin medida 1.8. Escenario base Figura 3.13. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.8. Escenario base. Figura 3.14. Margen bruto con y sin medida 1.1. Escenario precios altos Figura 3.15. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.1. Escenario precios altos. Figura 3.16. Margen bruto con y sin medida 1.8. Escenario precios altos Figura 3.17: Impacto en la rentabilidad de la medida 1.8. Escenario precios altos. Figura 3.18. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Zaragoza. Figura 3.19. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Bajo Aragón. Figura 3.20. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Hoya de Huesca. INFORME FINAL Índice de tablas Tabla 1.1. Medidas analizadas en el proyecto y sus principales requisitos Tabla 2.1. Efectividad ex-ante de las medidas agroambientales dirigidas a la conservación de las aves esteparias en cultivos de cereal de secano según regiones en las programaciones de 2000-2006 (Llusía y Oñate 2005) y 2007-2013. Tabla 2.2. Número de pares de campos válidos en las 18 zonas de estudio. Tabla 2.3. Resultados del GLM considerando la aplicación o no de agroambientales como factor y la superficie del campo como covariable. Tabla 2.4. Especies de aves esteparias en las que se ha centrado el estudio. Tabla 2.5. Grupos bioclimáticos a los que se asignan cada una de las zonas de estudio. Tabla 2.6. Parámetros de desarrollo de los cultivos considerados. Tabla 2.7: Resultados de las correlaciones comparando los calendarios de reproducción de las aves con los valores de NDVI a lo largo del año. Tabla 2.8. Nº de observaciones registradas para cada una de las especies identificadas. Tabla 2.9. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en medios agrícolas en 2011 y 2012 en Fuerteventura. Tabla 3.1. Nivel de acogida a las medidas agroambientales de estudio. Tabla 3.2. Indicadores utilizados para la caracterización del área de aplicación. Tabla 3.3. Grupos de discusión con agricultores del Proyecto Ganga Tabla 3.4. Resumen de elementos destacados por comunidad autónoma durante la consulta social. Tabla 3.5. Principales diferencias entre los casos de estudio. Tabla 3.6 Tamaño de explotación de los agricultores encuestados (ha) Tabla 3.7 Edad de los agricultores encuestados (años) Tabla 3.8. Nivel de conocimiento de las medidas agroambientales entre los encuestados. Tabla 3.9. Factores favorables a la acogida. Tabla 3.10. Factores considerados para no acogerse a las medidas. Tabla 3.11. Valoración de los atributos de los contratos. Tabla 3.12. Distribución de los costes de las medidas analizadas Tabla 3.13. Porcentaje de la muestra representado por cada variable. Tabla 3.14. Descripción de los atributos de contratos agroambientales utilizados en el experimento de elección Tabla 3.15. Porcentaje de la muestra representado por cada variable. Tabla 3.16. Resultados del modelo logit condicional ampliado. Tabla 3.17. Disposición a aceptar los atributos de los contratos económicos. INFORME FINAL Resumen Según los datos de seguimiento de aves de SEO/BirdLife, las aves ligadas a medios agrarios siguen sufriendo el mayor declive en los últimos años, especialmente en el caso de las especies vinculadas a los sistemas de cereal de secano, para las que España es uno de los mayores refugios europeos. Esta tendencia, aunque se asocia en gran medida a las dinámicas de intensificación de estos cultivos, deriva también de los procesos de abandono o transformación ante la falta de rentabilidad en las zonas menos productivas. Las medidas agroambientales de la Política Agraria Común (PAC) son una de las principales herramientas disponibles actualmente para hacer frente a esta situación, pero es necesario asegurar que su diseño es el más adecuado para equilibrar los beneficios ambientales con el interés de los agricultores en aplicarlas. Por ello, y ante la nueva reforma de la PAC y los próximos programas de desarrollo rural para el periodo 2014-2020, SEO/BirdLife decidió en 2009 abordar un proyecto de evaluación de las actuales medidas dirigidas a las aves esteparias, especialmente focalizado hacia Zonas de Especial Protección para Aves (ZEPA) de la red Natura 2000. Los datos obtenidos en los muestreos de campo, realizados en parcelas tanto en primavera como en verano e invierno, han mostrado que en general estas medidas tienen un efecto positivo sobre las aves, en particular durante la época reproductora. Dicho de otra forma, las aves seleccionan preferentemente los campos gestionados según los compromisos agroambientales. En verano, los resultados son claramente positivos en su mayoría. Sin embargo, no se observa un patrón claro en invierno, periodo donde pueden afectar otros factores como los movimientos migratorios de las especies en esta época. El efecto a escala de paisaje y a largo plazo debe comprobarse con un seguimiento más amplio de las poblaciones en cada zona de aplicación. Por su parte, los trabajos realizados para el análisis socio-económico revelan la enorme importancia de la participación de los agricultores en el proceso de diseño de las medidas para evitar incoherencias entre los requisitos exigidos y las características regionales de las explotaciones, así como para garantizar una información eficaz una vez puestas en marcha. Desde la perspectiva económica, las medidas analizadas tienden a ser más rentables para las explotaciones menos productivas, teniendo el efecto contrario en regiones de alta productividad. Estos resultados son más evidentes en aquéllas regiones donde hay una mayor heterogeneidad de rendimientos, al ser calculadas las primas en base a valores medios. A la vista de estos resultados, SEO/BirdLife plantea, entre otras, tres propuestas clave para mejorar la eficacia de las próximas medidas agroambientales: establecer objetivos ambientales 1 INFORME FINAL claros; definir un ámbito de aplicación relevante en función de esos objetivos; y buscar el equilibrio entre las necesidades de las aves y la viabilidad agronómica de las prácticas requeridas mediante un proceso participativo tanto en el diseño como en su aplicación. Se considera además necesario garantizar la integración coordinada de las medidas en los planes de gestión de las zonas ZEPA, donde deberían priorizarse estas ayudas en caso de restricciones presupuestarias, y recuperar el concepto de incentivo en el cálculo de las primas. 2 INFORME FINAL Presentación del informe En la sección introductoria se expone brevemente la relación entre las aves esteparias y los sistemas agrarios, su evolución y la situación actual. Tras lo cual se presentan los objetivos del proyecto y las medidas agroambientales objeto de estudio en el mismo. Dada su relevancia para el desarrollo del trabajo y el alcance de los resultados obtenidos, se resumen también las principales dificultades encontradas a lo largo de los años del proyecto. La segunda sección está dedicada a la evaluación de la eficacia ecológica de las medidas estudiadas. Es decir, se analiza la contribución de la gestión fomentada mediante estas ayudas al que se supone su principal objetivo, la conservación de las aves agroesteparias. Se describen los principales métodos utilizados, con especial relevancia de los muestreos en campo, los análisis realizados a partir de los datos recogidos, y los resultados obtenidos más relevantes en los distintos enfoques planteados: eficacia global, variabilidad entre regiones, y efectos paisajísticos. Se presenta asimismo un estudio fenológico de las especies de interés, y el trabajo realizado paralelamente en Canarias, para determinar la pertinencia de la puesta en marcha de medidas agroambientales para las aves en esta región. La otra gran línea de trabajo del proyecto, el estudio socio-económico de las medidas, queda recogida en la tercera sección. El objetivo en este caso era identificar los factores determinantes para la participación de los agricultores en las medidas y su correcta gestión, así como analizar el impacto económico de estas ayudas sobre las cuentas de las explotaciones. Se describe aquí el nivel de acogida a las distintas medidas, la valoración del funcionamiento por parte de gestores y beneficiarios, y otros agentes implicados. Con un tratamiento más detallado, se presentan también tres casos de estudio basados en encuestas individuales a agricultores: Castilla-La Mancha, Cataluña y Aragón, y un análisis adicional en esta última región. En la sección cuarta, se discuten conjuntamente los resultados obtenidos en ambas líneas de trabajo, planteando las posibles interacciones entre ellas y las conclusiones más relevantes en relación tanto a los objetivos del proyecto, como a la propia metodología o posteriores necesidades de evaluación. Por último, en la quinta sección, se presentan una serie de propuestas basadas en las conclusiones alcanzadas, de cara a las posibles mejoras en el diseño, gestión y/o aplicación de las medidas, en el siguiente periodo de programación. Igualmente, se plantean futuras líneas de estudio para corroborar o profundizar algunas de las hipótesis que han quedado abiertas. 3 INFORME FINAL 1 INTRODUCCIÓN 1.1 AGRICULTURA, AVES Y MEDIDAS AGROAMBIENTALES En Europa, los usos agrarios ocupan la mayor parte del territorio, lo que da una idea bastante clara de la importancia de esta actividad en la gestión del mismo, ya sea en términos de cohesión territorial o de conservación ambiental. En España en particular, prácticamente el 50% de su superficie (más de 23 millones de hectáreas) está ocupada por cultivos o praderas, y eso sin tener en cuenta las superficies forestales pastoreadas regularmente. Lo más destacable es que gran parte de esta superficie presenta aún un alto valor ambiental por su importancia para la conservación de la biodiversidad. No en vano, de los más de 13 millones de hectáreas incluidos en la red Natura 2000, unos 10 millones corresponden a hábitats agrarios o han sido modelados por la actividad agrícola o ganadera. Sin embargo, los procesos de abandono rural y de intensificación agraria que tuvieron lugar especialmente en la segunda mitad del siglo XX conllevaron una brusca transformación del paisaje y de las prácticas que puso en peligro el delicado equilibrio alcanzado hasta entonces entre producción y conservación. En concreto, las aves esteparias, o mejor dicho agroesteparias, son tal vez el grupo más estrechamente relacionado con la agricultura, al encontrar en los cultivos herbáceos extensivos su hábitat prioritario y casi único, al haber desaparecido casi por completo las estepas naturales de las que proceden. Por este motivo, la continua reducción de las superficies dedicadas a cereal de secano derivada de su menor rentabilidad, unida a la intensificación de su gestión para optimizar los rendimientos, pone en peligro el mantenimiento de las poblaciones de estas especies. De hecho, según los datos obtenidos en los programas de seguimiento de SEO/BirdLife, son precisamente este grupo de aves las que presentan unas tasas de declive más acusado, frente a otras especies también asociadas a hábitats agrarios (figura 1.1). Los factores detrás de estas tendencias tanto en la actividad agraria, como consecuentemente en las poblaciones de aves asociadas, son diversos y complejos, por lo que la gestión de los espacios agrarios con objetivos de conservación ambiental resulta altamente difícil. No obstante, en el contexto europeo, la Política Agraria Común (PAC) ha sido y es uno de los principales elementos de influencia. Precisamente, la intensificación a partir de la década de los 60 estuvo en gran medida empujada por el apoyo de la PAC al aumento de la producción en sus primeras etapas. 4 INFORME FINAL Este inicial enfoque productivista de la PAC, si bien respondió al objetivo de garantizar los suministros, derivó también en importantes impactos ambientales. Por eso, en las sucesivas reformas de esta política, aún motivadas en mayor medida por otras causas, se intentó dar respuesta también a este problema. Así, en 1992 se crearon las ayudas agroambientales, dentro de un paquete de medidas de acompañamiento a los pagos directos. Dos décadas después, estas medidas, junto con los proyectos financiados por el programa LIFE, son casi las únicas herramientas disponibles en el marco de las políticas públicas para fomentar métodos de producción más sostenibles y contribuir a la conservación de la biodiversidad en los ambientes agrarios. Figura 1.1. Tendencia de las aves comunes ligadas a medios agrarios en España. 15 % de cambio (1998 = 0) 10 5 0 -5 -10 -15 -20 -25 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 General Arbóreas Campiñas norte Cereal Fuente: Programa SACRE. SEO/BirdLife, 2011 1.2 EL PROYECTO GANGA: OBJETIVOS Los elementos del escenario estaban claros. Las poblaciones del conjunto de aves esteparias siguen disminuyendo; los sistemas agrarios de los que dependen en mayor o menor medida vienen sufriendo un continuado proceso de abandono, intensificación o transformación; y más de 15 años de medidas agroambientales no han conseguido, en general, parar estas tendencias. Es más, apenas había estudios de evaluación en España sobre el efecto real que estas medidas estaban teniendo en las zonas de aplicación. Por otro lado, la gestión de los espacios de la red Natura 2000, y en particular la de aquellos ubicados en entornos agrarios sigue sin consolidarse, generando tensión en la población local y no consiguiéndose el estado favorable de las especies objeto de conservación. Paralelamente, la PAC afronta una reforma que habrá de ponerse en marcha a partir de 2014, 5 INFORME FINAL fecha en la que deberán estar además preparados los nuevos Programas de Desarrollo Rural y las correspondientes medidas agroambientales. Ante esta situación, el Proyecto Ganga, desde una perspectiva amplia, pretendía aportar argumentos e información para el debate sobre el futuro de la PAC, al menos en relación con estas medidas, y dar algunas orientaciones sobre la gestión de los espacios protegidos de carácter agrario. De manera más específica, se quería ayudar a la elaboración de la nueva etapa de programación de desarrollo rural, garantizando que las medidas que se pongan en marcha contribuyen efectivamente a detener el declive de biodiversidad, en este caso de las aves agroesteparias, a la vez que ofrecen una alternativa viable a los sistemas agrarios tal vez menos productivos o rentables, pero de gran valor natural, en particular a aquéllos situados en Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la red Natura 2000. Para ello, las líneas de trabajo se plantearon con el objetivo de obtener una visión de conjunto sobre la eficacia y el funcionamiento de las actuales medidas agroambientales dirigidas a aves esteparias en las comunidades autónomas (CC.AA.) más relevantes. En particular, se ha analizado el efecto real sobre las aves, y se han investigado los factores más importantes para un buen funcionamiento y los que determinan la decisión a participar por parte de los agricultores, con especial foco en sus vías de información. Adicionalmente, se ha buscado ampliar el conocimiento sobre la fenología reproductiva de las especies de interés, al ser este un punto clave en el diseño de las medidas, tanto para las aves como para la gestión de las explotaciones. 1.3 MEDIDAS AGROAMBIENTALES ANALIZADAS Dentro de las medidas agroambientales de los Programas de Desarrollo Rural, con cargo al fondo FEADER para el periodo 2007-2013, cada comunidad autónoma ha puesto en marcha numerosos esquemas para los distintos cultivos, sistemas ganaderos y problemas ambientales de su territorio. Como se recogió en el informe “Punto de Partida” del Proyecto Ganga (SEO/BirdLife, 2010), a diferencia del periodo anterior, en el que cada región sólo podía elegir de un menú único elaborado a nivel nacional, en esta ocasión, han podido diseñar sus medidas específicas. Esto ha permitido un mejor ajuste a la realidad local de cada caso, a la vez que una gran variedad de esquemas diferentes, incluso para sistemas agrarios y condiciones agroclimáticas similares. Prácticamente todas las comunidades autónomas con espacios ZEPA para aves esteparias o presencia de estas especies en sus territorios incluyeron una o varias medidas agroambientales dirigidas a su conservación en sus programas. Sin embargo, no todas han sido finalmente puestas en marcha (Andalucía y Madrid), e incluso algunas que sí se convocaron no han tenido respuesta por parte de los agricultores (La Rioja). 6 INFORME FINAL De todos los esquemas disponibles, también para moderar el esfuerzo necesario, se decidió trabajar sólo sobre aquéllos potencialmente más favorables o de mayor alcance, o con un objetivo más claro sobre las aves esteparias, seleccionando sólo una medida por región en el caso de que hubiera varias. No obstante, en el caso de Aragón se incluyeron tres de las medidas en el estudio, por tratarse de la única región en la que se han diseñado esquemas independientes para distintos sustratos posibles en los sistemas de herbáceos de secano (cultivo, barbecho, rastrojo, etc), frente a las medidas más integrales planteadas en el resto de zonas. Aunque los requisitos específicos varían de una medida a otra (tabla 1.1), en general se trata de conjuntos de acciones dirigidas a la extensificación del cultivo de cereal mediante la modificación del ciclo agrícola (mantenimiento de rastrojos, barbechos, siembras intercaladas de leguminosas), mantenimiento de superficies o franjas sin cultivar, la reducción del uso de fertilizantes y plaguicidas, y la adecuación de la cosecha u otras labores agrícolas al ciclo vital de las aves para disminuir la mortalidad en nidos y de adultos. Cabe señalar que debido a imprevistos sobre la puesta en marcha de las medidas en Extremadura y Andalucía, las medidas analizadas el primer año de trabajo no pudieron ser las agroambientales de los PDR. En la zona de Llanos de Cáceres en Extremadura se evaluó un programa de medidas compensatorias de la construcción de la autovía A-58 (Trujillo-Cáceres), y en Andalucía se optó por parcelas incluidas en el Programa de Conservación de Aves Esteparias de la Consejería de Medio Ambiente. Ya el segundo año, se incorporó la agroambiental de Extremadura, pero tuvo que descartarse definitivamente el trabajo en Andalucía. En Madrid, tampoco se llegó a poner en marcha la medida agroambiental prevista, y no se trabajó en las medidas compensatorias de las radiales, ya que hay un proyecto en marcha al respecto. 7 INFORME FINAL Tabla 1.1. Medidas analizadas en el proyecto y sus principales requisitos (más detalle en Anexo 1.1) CCAA Medida/s Requisitos An. Medidas agroambientales de los Programas de Desarrollo Rural Aragón Cultivo de alfalfa de secano - introducir cultivos de alfalfa en secano - limitaciones en las fechas de pastoreo, cosecha y labrado, pero no de superficie Cultivo de esparceta en rotación - introducir cultivos de esparceta en campos de 2-50 ha, - limitaciones en las fechas de pastoreo, cosecha y labrado Mantenimiento del rastrojo - mantener rastrojos anuales de larga duración, dejar parte de la paja sin recoger - limitaciones en las fechas de labrado; no uso de agroquímicos en rastrojos y barbechos E/S E E/S Castilla - La Mancha Agro sistemas extensivos de secano - superficie mínima: 2 has; mantener en secano; dejar un 3% sin cultivar (con vegetación, en lindes o islas) - utilizar semillas sin productos fitosanitarios peligrosos e incrementar las dosis habituales - mantener el rastrojo hasta el 1 de febrero siguiente a la cosecha (para parcelas de barbecho) - limitación en la fechas de cosecha - introducir cultivos de leguminosas y/o proteaginosas en un mínimo del 15% de la superficie acogida - introducir cultivos de cereales de ciclo largo en un mínimo del 10% de la superficie acogida - compromiso voluntario adicional: 50% del barbecho tradicional semillado con leguminosas. E/S Castilla y León Agro ecosistemas extensivos de secano - máximo 20% en regadío; dejar un 3% sin cultivar (con vegetación en lindes o islas) - utilizar semillas sin productos fitosanitarios peligrosos e incrementar las dosis habituales - mantener el rastrojo hasta el 1 de febrero siguiente a la cosecha (para parcelas de barbecho) - limitación en la fechas de cosecha. - introducir cultivos de leguminosas y/o proteaginosas en un mínimo del 15% de la superficie acogida - introducir cultivos de cereales de ciclo largo en un mínimo del 10% de la superficie acogida - compromiso voluntario adicional: 50% del barbecho tradicional semillado con leguminosas. E/S Cataluña Mejora de los hábitats esteparios de la Plana Agrícola de Red Natura 2000 - aplicación en parcelas agrícolas de más de 2,5 ha con barbecho y cereal de invierno - mantenimiento de barbechos con cubierta herbácea de al menos 2 años y altura mínima de rastrojos - superficies sin cultivar, pero con cubierta, en el menos el 10% - máximo 1 o 2 aplicaciones anuales de agroquímicos AAA/AAB - limitaciones en las fechas de cosecha, labrado y pastoreo (según ubicación oriental/occidental) E/S Extremadura Sistemas agrarios de especial interés para la protección de las Aves Esteparias - superficie mínima: 3 ha - limitaciones en las fechas de cosecha (no cosechar de noche) y otras labores agrícolas - altura mínima de corte y dejar sin cosechar el 10% del cultivo y alrededor de los nidos. - utilizar semillas sin productos fitosanitarios peligrosos E/S La Rioja Sistemas de extensificación para la protección de las aves esteparias - superficie mínima: 5 ha (2,5 ha de cultivo) - utilizar semillas sin productos fitosanitarios peligrosos - no cosechar los márgenes y dejar la paja sobre el terreno en el 50% de superficie - limitaciones en las fechas de algunas labores agrícolas; no cosechar de noche 8 S INFORME FINAL - introducir cultivos de leguminosas y/o proteaginosas en un mínimo del 5% de la superficie acogida - compromiso voluntario adicional: semillar con veza y no tratar el 25% del barbecho en zonas de interés para el sisón Murcia Extensificación de herbáceos de secano - plantar un árbol por hectárea acogida - mantener el rastrojo o sembrar leguminosas para abonado en verde. - cumplir con un índice de barbecho de 100 - dejar al menos el 5% sin cultivar (con vegetación, en franjas), y un 10% de cereal sin cosechar. - compromiso voluntario adicional: limitaciones de fecha para el pastoreo de rastrojos S Navarra Ayudas Agroambientales en Zonas Esteparias - superficie mínima: 20 ha - mantener rastrojos de larga duración y superficies de reposo (barbecho) - incorporar leguminosas en al menos el 5% de la superficie de cultivo, y el 25% del barbecho - limitaciones en las fechas de cosecha, otras labores agrícolas y pastoreo; no cosechar de noche - no cosechar los márgenes de cultivo y mantener la paja en el suelo en al menos el 25% E/S E/S Programas específicos de conservación Extremadura Medidas compensatorias Autovía TrujilloCáceres - introducir cultivos de cereal o leguminosas y/o barbechos en un 25% máx. (en ambientes de pastizales) - mantener rastrojos - limitaciones en las fechas de cosecha, laboreo y pastoreo Andalucía Programa de Conservación de Aves Esteparias - introducir cultivos de leguminosas - limitaciones en las fechas de aprovechamiento Elaboración propia a partir de los PDR y las órdenes de bases reguladoras de las ayudas. An.: Análisis llevado a cabo E: evaluación ecológica; S: análisis socioeconómico 9 E INFORME FINAL 1.4 DIFICULTADES ENCONTRADAS Debido al gran ámbito territorial de estudio, que ha incluido hasta 10 comunidades autónomas, la gestión y el manejo de la información y los recursos necesarios para el desarrollo de los trabajos han resultado enormemente complejos. Igualmente, la prolongación del proyecto durante varios años, sumada a la gran superficie cubierta, ha dado lugar a una alta variabilidad de situaciones y condiciones, en muchos casos imprevistas, que ha habido que afrontar de manera independiente. En el momento de preparación del proyecto, principios de 2009, se tomó como referencia lo establecido en los diferentes programas regionales de desarrollo rural (PDR), donde se enmarcan las medidas agroambientales, y se seleccionaron los esquemas de interés de entre las diversas ayudas previstas en ese momento. Sin embargo, a la hora de plantear el trabajo de campo en el primer año, ni Extremadura ni Andalucía habían puesto aún en marcha sus correspondientes medidas para esteparias. Ya para la segunda campaña de muestreo, se pudo trabajar sobre la medida de Extremadura, pero hubo que abandonar definitivamente el trabajo en Andalucía, que no ha llegado a convocar su ayuda en todo el periodo. En el ámbito de la evaluación ecológica se pudieron buscar alternativas en ambos casos, mientras que no ha sido posible desarrollar ninguna acción de la línea socioeconómica en Andalucía. Adicionalmente a estos inconvenientes, en 2010 se puso en marcha el Plan Nacional de Fomento de Rotaciones (PNFR), dentro del paquete de ayudas directas de la PAC. Se trata de una medida similar en sus requisitos a las agroambientales de estudio, pero de carácter anual, dirigida específicamente a las explotaciones de secano con rendimientos iguales o inferiores a 2Tn/ha. La competencia de esta ayuda con las agroambientales fue especialmente fuerte en el caso de Castilla-La Mancha, donde muchos de los agricultores que en un primer momento habían solicitado la ayuda agroambiental, renunciaron a ella para pasarse al PNFR. Este hecho provocó, entre otros efectos, que algunas de las parcelas seleccionadas para el trabajo de campo no fueran finalmente válidas y fuera más difícil encontrar parcelas apropiadas, al disminuir también las acogidas a la medida agroambiental de estudio. No obstante, la principal dificultad encontrada ha sido manejar el desfase entre la información de acogida disponible y la realidad en campo, que ha llegado a ser de casi un año. Es decir, la selección de parcelas de muestreo se ha realizado casi siempre sobre datos de acogida de la campaña agrícola anterior, lo que ha requerido comprobar sobre el terreno que todas seguían presentando cultivos herbáceos de secano, y la validación posterior, una vez estaba disponible la información de acogida, de las parcelas supuestamente acogidas (o no) a las medidas. En cualquier caso, el elevado número de parcelas muestreadas en cada ocasión ha permitido mantener una muestra suficiente para la realización de análisis fiables. 10 INFORME FINAL Otro elemento imprevisto ha sido la climatología, tanto del primer como del tercer año. El primero (2010) fue muy lluvioso, mientras que el último ha sido mucho más seco de lo habitual (2012), con temperaturas algo diferentes a los patrones medios en ambos. Estas condiciones, por un lado, dificultaron el trabajo de campo en algunos casos y, por otro, provocaron retrasos y adelantos (sobre la media) en los cultivos y la fenología de las aves, influyendo en cierta medida los resultados finales. Sin embargo, estas fuertes variaciones también han permitido tal vez obtener datos más representativos de las distintas situaciones derivadas de la alta variabilidad natural del clima mediterráneo. Por otro lado, dentro del trabajo para el análisis socio-económico, el mayor reto ha sido contactar con los agricultores. Al amplio ámbito de estudio que se pretendía cubrir por el proyecto, se unía la falta de costumbre y, en algunos casos, la falta de tiempo para participar en los encuentros convocados. Debido en gran parte a la multitud de proyectos para los que se pide la participación de los agricultores, y al hecho de que la convocatoria fuera realizada por una organización no gubernamental y no por la propia administración, muchos agricultores manifestaron falta de confianza en la utilidad de las actividades propuestas para solucionar sus problemas reales. En algunas regiones con situaciones específicas, se encontró también cierto recelo hacia convocatorias realizadas por una organización de carácter ambiental. Profundizando en la información que se les solicitó a los agricultores, se encontró un rechazo generalizado a dar información detallada sobre su gestión o sus cuentas. No obstante, gracias al esfuerzo realizado por el equipo del proyecto y a la colaboración de la administración y las oficinas comarcales en algunas regiones, finalmente se ha conseguido una amplia participación del sector agrario en todos los niveles: agricultores, organizaciones profesionales agrarias, y administración. De cara a los análisis económicos, la escasez o dificultad de conseguir información detallada a nivel municipal o de explotación han condicionado las variables y valores a incluir en algunos de los modelos. Así, si bien se han podido usar datos en gran medida representativos de las zonas estudiadas, cabría afinar más los resultados si se dispusiera de información más específica del tipo de explotaciones implicadas en las medidas. 11 INFORME FINAL 2. ANÁLISIS ECOLÓGICO 2.1. ANÁLISIS ECOLÓGICO DE LAS MEDIDAS AGROAMBIENTALES 2.2.1. INTRODUCCIÓN Los paisajes agrícolas, denominados pseudoestepas, ocupan una amplia extensión en la península Ibérica. Se trata de áreas abiertas muy deforestadas, dedicadas principalmente al cultivo de cereales de secano, conformadas por una mosaico de hábitats que incluyen cultivos de cereal o leguminosas, barbechos, labrados, rastrojos y, dependiendo de las zonas, manchas de vegetación natural (Suárez et al. 1997, Delgado y Moreira 2000). Este es el hábitat principal de un grupo de especies de aves, las denominadas esteparias. Entre las características de comportamiento comunes a este heterogéneo grupo de aves se encuentra la nidificación en el suelo, lo que las hace vulnerables a determinadas actividades o labores agrícolas, como la cosecha. Otros rasgos comunes son la tendencia a desplazarse caminando, el gregarismo, la coloración críptica y los comportamientos dirigidos a reducir la predación en los nidos (Suárez et al. 1997). Varios estudios han mostrado la importancia de la diversidad del paisaje de las pseudoestepas para la diversidad global de aves (Delgado y Moreira 2000) y para las poblaciones de determinadas especies (Moreira et al. 2004). De esta manera, la composición espacial ideal estaría formada por una mezcla de cultivos que pueda proporcionar hábitats para especies con diferentes nichos ecológicos. No obstante, la intensificación agrícola junto con el abandono de los campos y los cambios de usos de suelo en estos paisajes agrícolas, han tenido un impacto significativo sobre la composición del paisaje y su configuración (Stoate et al. 2001). La consecuencia común de ambos procesos suele ser la simplificación estructural, por medio de la pérdida de barbechos, la eliminación de las lindes, ribazos, y elementos no cultivados, la simplificación de las rotaciones, la reducción de la diversidad de cultivos o el aumento del tamaño de las parcelas (Stoate et al. 2001, Benton et al. 2003). En algunas áreas, tanto la intensificación agrícola como el abandono de las tierras coexisten en los mismos territorios. Estos procesos, ocurridos principalmente durante la segunda mitad del siglo XX, han tenido un impacto muy importante sobre las poblaciones de aves esteparias, que ha desembocado en un continuado declive de sus poblaciones (Suárez et al. 1997, Stoate et al. 2001). En parte para parar este proceso, del que paradójicamente también ha sido de alguna manera responsable, la PAC lleva desde 1992 poniendo en práctica las denominadas medidas agroambientales, consistentes en la concesión de ayudas a los agricultores a cambio de incluir en la gestión de su explotación un conjunto de prescripciones con objetivos ambientales e 12 INFORME FINAL intentar así paliar el declive general de las poblaciones de aves esteparias (Kleijn y Sutherland 2003). En concreto, durante el periodo actual de programación (2007-2013) se han estado aplicando una serie de medidas destinadas específicamente a mejorar el hábitat de las esteparias, por medio de la extensificación del cultivo de cereal, el mantenimiento de los rastrojos, las siembras intercaladas de leguminosas, el mantenimiento de franjas sin cultivar, la reducción del uso de fertilizantes y plaguicidas o la adecuación de la cosecha u otras labores agrícolas al ciclo vital de las aves. No obstante, y a pesar de que algunos estudios han podido demostrar el efecto positivo de las medidas agroambientales (ej., Kleijn et al. 2006, Gabriel et al. 2010), la eficacia de estas medidas sigue siendo un aspecto discutido, principalmente por la falta de análisis cuantitativos o por carencias en el diseño o análisis de las evaluaciones efectuadas (Kleijn y Sutherland, 2003, Kleijn et al. 2004, 2006). Incluso, medidas específicamente diseñadas para aves amenazadas han resultado tener una eficacia mixta o incluso negativa (Kleijn et al. 2001). En el lado opuesto, diversos estudios han demostrado o inferido la eficacia de las medidas específicas para mejorar el estado de conservación de especies esteparias amenazadas, por ejemplo Kleijn et al. (2006) en Castilla-La Mancha o Martín et al. (2012) en Castilla y León. En este último caso, los autores relacionan el aumento del número de avutardas en los últimos diez años con el incremento de leguminosas de secano, lo que también se ha correlacionado con la recuperación del sisón en el sur de Francia (Bretagnolle et al. 2011). El objetivo de este proyecto ha sido contribuir al debate sobre la efectividad de las medidas agroambientales dedicadas a las aves esteparias mediante un análisis simultáneo, a escala nacional, de 8 medidas agroambientales incluidas en los Planes de Desarrollo Rural regionales y de 2 medidas incluidas en programas específicos de conservación. Las preguntas a las que se ha pretendido responder son las siguientes: • si las medidas suponen un aumento en la abundancia y/o riqueza de especies que se reproducen y alimentan en los campos de cultivo manejados según los requisitos de las medidas en comparación con campos control cultivados del modo habitual; • si la efectividad de las medidas varía entre zonas de estudio y entre años; • si las variaciones en la efectividad se relacionan con las diferencias regionales en el diseño de las propias medidas o con la estructura del paisaje; y • si los efectos sobre las aves reproductoras se manifiestan también en el periodo postreproductor y durante la invernada. Para el diseño y análisis de esta evaluación se ha contado con el Dr. Mario Díaz, del Departamento de Biogeografía y Cambio Global (Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC). A continuación se presenta un resumen de los principales resultados; se puede consultar el informe completo en el Anexo 2.1. 13 INFORME FINAL De manera paralela se ha realizado un estudio basado en imágenes satélite para, a través del análisis entre parcelas acogidas y no acogidas a medidas agroambientales en cuanto a cobertura y estructura de la vegetación, determinar si estas medidas conllevan una mayor heterogeneidad de hábitat y si esto se relaciona o no con un mayor uso por parte de las aves. Esta acción se planteó con una fuerte vocación experimental, pues aunque son cada vez más numerosos los estudios que relacionan los datos obtenidos mediante sensores remotos con distintos aspectos de la ecología vegetal y animal, lo que se pretendía era determinar si esta herramienta podía ser utilizable de manera sencilla y generalizable para el seguimiento de los cultivos extensivos de secano en relación con distintos parámetros ecológicos de las aves que los ocupan. 2.2.2. MATERIAL Y MÉTODOS 2.2.2.1. ANÁLISIS DE LA EFECTIVIDAD DE LAS MEDIDAS AGROAMBIENTALES Áreas de estudio y medidas agroambientales El estudio se ha llevado a cabo en 18 áreas esteparias, pertenecientes a 7 comunidades autónomas, entre los años 2010 y 2012 (Figura 2.1). Los criterios de selección de las áreas de estudio fueron: que estuvieran ubicadas en zonas de interés para las esteparias (zonas ZEPA preferentemente), la representatividad de los sistemas agrarios asociados –los cultivos de herbáceos de secano-, y que estuvieran aplicando medidas agroambientales dirigidas a estas especies y hábitats. Todas excepto una (el área de Andalucía) están incluidas en zonas ZEPA definidas por su importancia para este grupo de especies. Aunque existen diferencias regionales, las medidas agroambientales evaluadas están dirigidas a la extensificación del cultivo de cereal mediante la modificación del ciclo agrícola (mantenimiento del rastrojo, siembras de leguminosas…), la reducción del uso de fertilizantes y plaguicidas y la adecuación de los ciclos de cultivo y cosecha al ciclo vital de las aves (ver capítulo 1 de este informe). En el caso de una de las zonas de Extremadura (ZEPA Llanos de Cáceres) la medida analizada forma parte de un programa de medidas compensatorias por la construcción de la autovía A-58, mientras que en Andalucía se seleccionaron parcelas incluidas en el Programa de Conservación de Aves Esteparias de la Consejería de Medio Ambiente. Ambos programas desarrollan acciones similares a las incluidas en las medidas agroambientales propiamente dichas. En 2010 se muestrearon 17 áreas, las mismas que en 2011 salvo que el área andaluza fue sustituida por otra en Cáceres, mientras que en 2012 el trabajo se concentró en sólo 11 zonas, teniendo en cuenta aquéllas donde hubo mayor estabilidad de las parcelas a lo largo del estudio, de cara a optimizar el esfuerzo. 14 INFORME FINAL 1. Secáns del Segrià (Lleida) 2. Bellmunt‐Almenara (Lleida) 3. El Plano‐Blanca Alta (Navarra) 4. Rincón del Bú (Navarra) 5. Estepas de Belchite (Zaragoza) 6. Estepas de Monegrillo (Zaragoza) 7. Campo Visiedo (Teruel) 8. Penillanuras‐Campos Sur (Zamora) 9. Camino de Santiago (Palencia) 10. La Nava‐Campos Norte (Palencia) 11. Tierra de Campiñas (Valladolid) 12. Área Esteparia Mancha Norte (Toledo) 13. Área Esteparia Mancha Norte (Cuenca) 14. Zona Esteparia Bonillo (Albacete) 15. Área Esteparia Este Albacete (Albacete) 16. Llanos de Cáceres (Cáceres) 17. Embalse de Talaván (Cáceres) 18. Andalucía (Jaén‐Córdoba) Figura 2.1. Localización de las 18 zonas de estudio de la evaluación ecológica. En cada zona se seleccionaron ocho pares de campos de 12,5 ha de superficie, según la metodología establecida en el Proyecto EASY (Kleijn et al. 2006), de manera que uno de los campos del par debía ser cultivado de acuerdo con las prescripciones de la medida agroambiental correspondiente (campo focal) y el otro, cercano al anterior y que actuaría como control, estaría cultivado del modo habitual. Los campos de cada par eran similares en cuanto a tamaño, tipo de cultivo y contexto paisajístico. Si las parcelas acogidas a la medida eran menores de 12,5 ha se seleccionaron campos adyacentes hasta completar el área de censo de 12,5 ha, para adecuarlas a las áreas de campeo medias de las especies consideradas, pero en estos casos el “campo focal” real era exclusivamente la parcela menor donde se aplicaban las medidas, y en los campos control se delimitó una parcela de extensión y ubicación similar para permitir las comparaciones a esa escala. Debido al desfase entre la información de acogida y la realidad en campo, los pares de campos no han sido siempre los mismos durante todo el proyecto. Los pares que finalmente no se ajustaron al diseño de acogida fueron eliminados del análisis de efectividad (aunque los datos recogidos en los muestreos fueron utilizados para otros apartados del estudio), aunque el elevado número de pares muestreado ha permitido mantener un tamaño de muestra suficiente para mantener la potencia de los análisis. Cada campo fue muestreado cuatro veces en las primaveras de 2010, 2011 y 2012, tres veces en los veranos de 2010 y 2011 y otras tres veces en el invierno de 2010-2011. Con los datos de las cuatro visitas de primavera, para cada campo se obtuvo el número de territorios establecidos de cada especie, según los criterios definidos por Bibby et al. (1992), así como el 15 INFORME FINAL número total de individuos que se encontraron alimentándose en las zonas de estudio, estimado como la suma de todos los contactos en las cuatro visitas. Para definir la estructura del paisaje, en cada campaña de muestreo se anotaron los usos del suelo y las lindes de todas las parcelas situadas en un círculo de 500 m de radio centrado en cada campo focal. Esta información se incorporó a un SIG sobre el que se midieron las siguientes variables: tamaño del campo focal, longitud total de lindes con vegetación seminatural, porcentaje de superficie cultivada total, proporción de cultivos herbáceos, cultivos leñosos, vegetación seminatural y la diversidad de los tipos de cultivos o de vegetación natural (usando el índice H’ de Shannon). En primer lugar se ha analizado la efectividad potencial de las medidas agroambientales – evaluación indirecta o ex-ante- para alcanzar su objetivo de conservación de las aves esteparias, en función del grado de cobertura de cada medida respecto a los requerimientos de hábitat de estas aves, siguiendo el método descrito por Llusia y Oñate (2005). En este proyecto se ha evaluado hasta qué punto la inclusión de las 21 prácticas definidas por estos autores como beneficiosas para las esteparias ha mejorado en el periodo actual de programación y si los resultados de esta evaluación a priori se relacionan o no con la efectividad real tras la aplicación de las medidas. Tanto los efectos de la proporción de requerimientos de las aves esteparias considerados por las medidas, como del entorno paisajístico sobre la efectividad de las medidas se analizaron mediante modelos mixtos generalizados (GLMMs). Para evaluar la efectividad directa de las medidas agroambientales sobre las aves esteparias – evaluación ex-post- se comparó la riqueza de especies y la abundancia total de aves entre campos apareados. El análisis se ha basado también en modelos mixtos de estimación generalizada (GLMMs) y la significación estadística de los modelos se estimó mediante el Criterio de Verosimilitud de Akaike corregido (AICc). Los efectos de la estructura del paisaje sobre la efectividad de las medidas se analizaron incorporando las variables del paisaje a los GLMMs como covariantes. 2.2.2.2. ANÁLISIS SATÉLITE DE HETEROGENEIDAD PAISAJÍSTICA También se ha evaluado mediante técnicas de teledetección si existen diferencias entre parcelas sometidas y no sometidas a medidas agroambientales en cuanto a la heterogeneidad de la vegetación, partiendo de la hipótesis de que debería la estructura debería ser más heterogénea en parcelas con medidas como resultado del mayor número de usos y cultivos fomentados por éstas. Este aspecto se ha analizado considerando dos índices de vegetación, el LAI (o Índice de Área Foliar) y el NDVI (ver descripción en otro apartado de este informe), derivados de las imágenes del satélite DEIMOS-I. El LAI es un índice que representa la proporción entre la superficie de hojas por encima del suelo y la superficie de suelo en la que 16 INFORME FINAL crece la vegetación. Se trata de un parámetro biofísico y adimensional, con un rango de valores que van entre 0 para el suelo desnudo y 6 para bosques densos. A partir de los valores de esos índices se calcularon dos medidas estadísticas de dispersión, la varianza (que indica la heterogeneidad espacial de los valores de NDVI y LAI, medida como la varianza de dichos valores) y la entropía (entropía espacial de los valores de NDVI y LAI). Previamente, sobre las imágenes de NDVI y LAI obtenidas, se aplicó un filtrado espacial kernel, con el objetivo de mejorar o suprimir detalles espaciales y así mejorar su interpretación visual. El tamaño de kernel seleccionado para el estudio fue de 5x5, en base a la unidad mínima cartografiable de las imágenes DEIMOS-1 y del tamaño de las parcelas. Por último, para extraer el estadístico de heterogeneidad y así poder analizar la heterogeneidad espacial de cada una de las zonas de estudio, se extrajeron los siguientes parámetros estadísticos tanto para el NDVI como para el LAI: mínimo, máximo, media, desviación estándar y coeficiente de variación (de Pearson). Para determinar si las diferencias en los distintos parámetros entre parcelas acogidas y no acogidas a agroambientales son significativas, se ha obtenido el valor medio de entropía y varianza de los índices LAI y NDVI para cada campo. A continuación se ha realizado un GLMM por cada zona de estudio y cada año, considerando como factor la acogida o no a la medida y la superficie de campo como covariable. 2.2.3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 2.2.3.1. EVALUACÍON DE LA EFICACIA DE LAS MEDIDAS AGROAMBIENTALES A) Evaluación indirecta Una vez hechos los ajustes correspondientes entre las prácticas contempladas en el estudio de Llusia y Oñate (2005), los requisitos de las medidas analizadas y la normativa aplicable en el periodo de programación actual 2007-2013, se ha comprobado cómo las medidas analizadas difirieron significativamente en su efectividad potencial, medida como el porcentaje de prácticas 2 deseables que incorporan (G 5= 26,15, p= 0,0001). En conjunto, excluyendo a Castilla-La Mancha y Extremadura del análisis por no haber sido incluidas en el trabajo de referencia, se observa que la efectividad potencial no varió entre periodos (G21= 0,04, p=0,847). Por regiones, la efectividad potencial aumentó en Cataluña (χ21=6,73, p=0,009), disminuyó en Aragón (χ21=5,19, p=0,023) y no mostró cambios significativos en Navarra y Castilla y León (χ21=1,64, p=0,200, y χ21=-1,46, p=0,227). Las medidas con mayor efectividad potencial fueron las del programa de Cataluña, con un 59% de prácticas deseables incluidas, mientras que las de menor potencial fueron dos medidas aplicadas en Aragón para promover el cultivo de leguminosas de secano, con sólo un 12% de 17 INFORME FINAL prácticas incluidas, aunque si se evalúan conjuntamente con la medida de mantenimiento del rastrojo, con la que son compatibles, el resultado sería del 36% (tabla 2.1). La medida agroambiental aplicada en Extremadura también presenta un grado de adecuación muy bajo, con sólo un 18% de prácticas, dirigidas casi exclusivamente a la gestión de las superficies cultivadas y en particular del momento de la cosecha, con algunas limitaciones adicionales a los laboreos durante el periodo de reproducción. Entre esos dos extremos, Navarra presenta un esquema más equilibrado entre tipos de prácticas, y Castilla-La Mancha y Castilla y León, con esquemas casi idénticos pero más orientados a fomentar las prácticas relacionadas con el uso del suelo, presentan valores de adecuación potencial del 53, 41 y 47% respectivamente. Entre las prácticas deseables, las que más se han adoptado en el periodo 2007-2013 han sido el retraso de la fecha de cosecha (80%) y la introducción de leguminosas, grano y especies forrajeras en la rotación (70%), seguidas por la introducción de barbechos de corta y media duración (60%) y el mantenimiento de rastrojos (50%). Estas prácticas influyen sobre todo en la conservación de los sustratos agrarios más seleccionados por las esteparias, prestando menos atención a efectos directos o indirectos sobre la mortalidad mediados por cosechas nocturnas o productos tóxicos. Aparte de las prácticas consideradas por Llusia y Oñate (2005), en el periodo actual se han incluido otros compromisos que podrían contribuir también a la conservación de las aves esteparias a través de mejoras en el hábitat o en la seguridad y disponibilidad de alimento. Entre ellas están las prohibiciones de actividades agropecuarias durante la reproducción de las especies (50%), el incremento de la dosis habitual de semillas de cereal y el barbecho semillado con leguminosas (30%), que difieren en mayor medida de las prácticas habituales en este tipo de cultivos que las citadas anteriormente. 18 INFORME FINAL Tabla 2.1. Efectividad ex-ante de las medidas agroambientales dirigidas a la conservación de las aves esteparias en cultivos de cereal de secano según regiones en las programaciones de 2000-2006 (Llusía y Oñate 2005) y 2007-2013 (este informe; véase la Tabla 1.1). Programación 2000-2006 Regiona Areas de estudiob Relativas al uso del suelo Mantener lindes entre campos y su vegetación Mantener el rastrojo en las parcelas para siembra Mantener el rastrojo en las parcelas para barbecho Introducir barbechos de corto y medio plazo en la rotación Introducir leguminosas grano y forrajeras en la rotación No utilizar variedades de cereal de ciclo corto No roturar pastizales permanentes Crear nuevas lindes entre campos o incrementar su anchura No cultivar las áreas perimetrales a los humedales Relativas a la gestión del cultivo No aplicar fitosanitarios sobre rastrojos o barbechos No cosechar durante la noche No usar semillas blindadas o sólo con productos de baja toxicidad Pastoreo de pastos permanentes, rastrojos y barbechos Emplear sólo productos de baja toxicidad (tipo AAA o AAB) Retrasar la cosecha fuera del periodo de cría de las especies Reducir las dosis de fitosanitarios Reducir las dosis de fertilizantes Mantener en buen estado las tierras abandonadas No labrar los barbechos durante el periodo reproductivo Hacer dos siegas de leguminosas antes del periodo de cría Desbrozar mecánicamente las parcelas matorralizadas c EFECTIVIDAD EX ANTE (%) 1 2 3 4 + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + 5 6 Programación 2007-2013 7 1 2 3.1 3.2 3.3 1, 2 3, 4 5, 6 7 5, 6 + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + 19 59 5 12, 13, 14, 15 6 6* 7* 17 16 18 + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + 19 43 67 48 0 0 29 + 4 8, 9, 10, 11 + 53 24 12 12 41 47 18 29 12 INFORME FINAL Otras prácticas (no evaluadas) Prohibición de todas las labores agropecuarias en épocas o lugares determinados Incrementar la dosis habitual de siembra de semillas de cereal Barbecho semillado con leguminosas Dejar paja sobre el terreno Pase de apero en rastrojos colindantes con terreno forestal Mantener rodales sin cultivar alrededor de los nidos de especies objetivo No recolectar todo el cereal Recolección con corte a mayor altura + + + + + + + + + + + + + + + + + Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1) 20 + + + + + + + + + + + + + + + + INFORME FINAL B) Evaluación directa Como se ha comentado anteriormente, en el momento de hacer la selección de los campos de estudio para cada temporada de muestreo, no se disponía de la información de las parcelas acogidas a las medidas agroambientales en la campaña agrícola vigente, con la excepción de las zonas de Andalucía y Llanos de Cáceres, así como de las 11 áreas de muestreo de 2012 (en este caso la selección se hizo en base a las solicitudes). Con el fin de mantener el diseño apareado del muestreo, para realizar el análisis se descartaron todos los pares de campos que finalmente no se ajustaron al diseño previo. Tras este ajuste, el número de pares válidos fueron: 89 en el año 2010 (en lugar de los 136 pares que fueron censados); 96 en la primavera y 106 en verano de 2011 (sobre 136 pares censados en cada estación); y 76 en 2012 frente a los 88 censados (tabla 2.2). Tabla 2.2. Número de pares de campos válidos en las 18 zonas de estudio para los años de estudio de 2010, 2011 y 2012 en primavera (P), verano (V) e invierno (I). Zona de estudio 1.Secáns del Segrià (Lleida) 2.Bellmunt-Almenara (Lleida) 3.El Plano-Blanca Alta (Navarra) 4.Rincón del Bú (Navarra) 5.Estepas de Belchite (Zaragoza) 6.Estepas de Monegrillo (Zaragoza) 7.Campo Visiedo (Teruel) 8.Penillanuras-Campos Sur (Zamora) 9.Camino de Santiago (Palencia) 10.La Nava-Campos Norte (Palencia) 11.Tierra de Campiñas (Valladolid) 12.A.E. la Mancha Norte (Toledo) 13.A.E. la Mancha Norte (Cuenca) 14.Zona Esteparia El Bonillo (Albacete) 15.A.E. Este de Albacete (Albacete) 16.Llanos de Cáceres (Cáceres) 17.Embalse de Talaván (Cáceres) Pares de campos 2010 (P,V,I) 2011 (P) 2011 (V) 2012 (P) 4 6 8 5 3 5 4 5 6 4 7 3 7 (2) 4 8 - 5 6 8 8 5 4 6 6 4 4 7 3 7 4 8 8 3 5 6 8 8 8 8 8 6 4 4 7 3 8 4 8 8 3 8 8 5 7 8 6 7 3 8 8 8 - 18.Andalucía (Jaén-Córdoba) 8 - - - TOTAL 89 96 106 76 En los muestreos de primavera se detectaron un total de 101 especies considerando los tres años de estudio, 105 en los muestreos de verano y 70 en los de invierno. En las tres estaciones el gremio de aves más abundante fueron las esteparias, tanto en términos de riqueza de especies como de abundancia. En verano e invierno las frecuencias medias de aparición siguieron un patrón similar al de la época de cría (ver Anexo 2.1). En primer lugar se ha analizado si existen variaciones interanuales en los efectos de la aplicación de medidas agroambientales, de la zona de estudio y de la interacción entre ambas. 21 INFORME FINAL Los resultados han mostrado variaciones interanuales según tipos de aves (considerando a todas las especies o sólo a las esteparias), si se trataba de aves territoriales o no y si se consideraba riqueza o abundancia. Los análisis realizados no permiten determinar si estas diferencias se deben a cambios en la abundancia general de las aves o si se explican por cambios en la efectividad de las medidas entre años, por lo que se decidió analizar por separado los datos de cada año de estudio. Efectividad en la época de cría Los resultados del ajuste de los modelos de estimación generalizada mostraron un efecto global positivo significativo de la aplicación de medidas agroambientales sobre la riqueza y abundancia de aves esteparias reproductoras en los tres años de estudio. Todas las comparaciones indicaron efectos positivos de las medidas, de manera que los valores fueron mayores en los campos con medidas que en sus controles cultivados del modo usual (figura 2.2), confirmando los resultados obtenidos en Kleijn et al. (2006) sobre las efectos positivos de las agroambientales en la Mancha Norte. 8 40 7 30 5 Abundancia Riqueza de especies 35 6 4 * 3 (*) n.s. 2 Control 25 Con medidas 20 15 *** 10 1 *** 5 0 n.s. 0 2010 2011 2012 2010 2011 2012 AVES TERRITORIALES 8 * 40 * 35 6 5 *** *** *** 30 * Abundancia Riqueza de especies 7 4 3 2 Control 25 Con medida 20 15 10 1 5 0 0 2010 2011 2012 2010 2011 2012 AVES TOTALES Figura 2.2. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias, territoriales y totales entre campos donde se aplican medidas agroambientales y campos control en la época reproductora. Las líneas verticales indican los errores típicos de la media (n.s.: p>0,1; (*): p<0,1; *: p<0,05; ***: p<<0,001). .Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1) 22 INFORME FINAL Efectividad en verano e invierno Los análisis de los datos estivales, aunque de manera menos clara que los de primavera, muestran también un efecto global positivo de la aplicación de medidas agroambientales. No obstante, los resultados no fueron significativos en el caso de la riqueza de especies ni sobre la abundancia de aves en zonas ampliadas a 12,5 ha en el verano de 2011 (figura 2.3). Los análisis de los datos de invierno no permiten extraer conclusiones sólidas (figura 2.4). 8 70 n.s. 7 60 * 5 n.s. n.s. 50 Abundancia Riqueza de especies 6 4 3 40 Control ** 30 ** Con medidas 20 2 1 10 0 CAMPO FOCAL 0 AREA AMPLIADA 2010 2011 CAMPO FOCAL 2010 2011 ÁREA AMPLIADA Figura 2.3. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias entre campos donde se aplican medidas agroambientales y campos control en la época estival. Las líneas verticales indican los errores típicos de la media. (n.s.: p>0,1; *: p<0,05; **: p<0.01; ***: p<0,001). 5 100 n.s. 4,5 80 n.s. 70 Abundancia Riqueza de especies 4 3,5 *** 90 3 2,5 2 60 Control Con medidas 40 1,5 30 1 20 0,5 10 0 *** 50 0 CAMPO FOCAL AREA AMPLIADA CAMPO FOCAL AREA AMPLIADA Figura 2.4. Diferencias en la riqueza de especies y en la abundancia de aves esteparias invernantes entre campos donde se aplican medidas agroambientales y campos control. Las líneas verticales indican los errores típicos de la media. (n.s.: p>0,1; ***: p<0,001). Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1) Efectividad de las medidas agroambientales: variabilidad entre regiones Tras analizar la variación del tamaño de efecto en primavera en función del grupo de especies y la escala de campo considerada, en adelante el informe se centrará en los resultados obtenidos considerando a las aves esteparias (tanto territoriales como totales) en campos focales. De las más de 170 estimas de tamaño de efecto para aves esteparias en campos focales durante la primavera de los tres años de estudio, el 83% fueron positivas (el 26% de ellas, 23 de C 12 2010 de uc í a 2011 ABUNDANCIA AVES TERRITORIALES 10 8 6 2 ‐2 0 ‐4 ‐6 24 Es da l te uc í de a (J aé nA l Se C ó b Pe ac g ri à rdo L a n i et (L ba ) le M lla n e ( id an u A ch ra lb a a) M a s ( ce o C a C n e N o r Z am t e) m am g r t e il ( o r in o p o lo ( To l a) d e V i Z ed si ar o Ti S er an ed a g ) ra tia o ( oz a de g T B o er ) C L a am ellm (Pa uel le ) M pi an ña u nt n c s ( i Ll R i ch a ( V L le a) an n i a os có No r ll a d a) de n d te do l ( i e Cá l B Cu d ) ce ú en re (N ca El s ( a v ) P C á a rr L a lan ce a) o re B Na (Na s) el va ch ( va P rr i B o t e ( al e a) ni Za r nc i Ta llo ag a) la (A oz vá lb a n a ) ( C ce ác t e ) er es ) An (J aé nA l Se g C ó r i rd o Pe b a c L a n i et à (L ba l ) M lla n e ( A ei d an c h u ra l b a a ) s c M a o N (Z et C a C n e o r am e) o m a m g ri t e ( in l p o lo To ra) o d e V i (Za led si Ti o r S er an ed o ag o ) ra tia (T z a) de g e B o r L a C a m e llm ( P u e l al ) M pi an ñ a u nt en c ( i c Ll R i h a s ( V L le a ) an n i a os có No r ll a d a) de n d te ( do l C á el B C u id ) ce ú en ( N ca r El es ( av ) P l C á a rr L a an ce a) o re Be N av (Na s) v lc a h i ( P a rr Bo t e ( al e a) Z n a nc T a i l l o ra g i a ) la ( A oz v á lb a ) n ac ( C et ác e) er es ) te da l Tamaño de efecto (t) 2,5 2,5 2 2 1,5 1 0,5 0 Tamaño de efecto (t) 2011 C am p Pe iña s ni ( C am Cam lla n Val in po ura l ad o o de Vi s (Z lid s ) a A nd S an ied mo o ra Es a lu tia ( c í go Ter ) te de a ( ( P ue A J aé ale l) lb ac n-C nci ór a) et e d ( A ob Se lba a ) El gri cet R in à e) La có Pla (L M n d no leid an el (N a ch B av ) ú a a N (N rra or B a v ) el ch te ( arr La ite To a) le M an Be (Za do ch llm rag ) Ll a un oz N an M t a os on ort (Ll ) de egr e (C eid i l ue a) l C ác o ( nc er Za es r a a) La ( C go ác za) N a er B va on (P es) i a Ta llo l en la (A c vá lb ia) a n (C cet ác e) er es ) 14 2010 de Tamaño de efecto (t) Es An 3 er ra am p Pe iña ni s C ( am Cam lla n Va l in po ura l ad o de V i s (Z olid s ) A i n S a ed am Es da l nti o ( ora te uc ag Te ) de ía o ( rue A (J a Pal l) lb én en ac -C c ia et e órd ) (A o Se lb ba ) a El gri ce R i t La ncó P la à (L e) M n d no leid an ( e ch l B Nav a) ú a a N (N rra B o el rte ava ) ch r La ite (To r a) le M an Bel (Za do ) ch lm ra g Ll u an Mo a N nt oz os n or (L a) de egr te ( leid C illo Cu a) ác e er (Za nca ra e ) L a s (C g o ác z a) N a B va er e o n (P s i a ) Ta llo l e la (A nc vá lb ia ) a n (C cet ác e) er es ) er ra INFORME FINAL significativas), y entre las negativas sólo el 9% fueron significativas. En este periodo del año, se han encontrado más efectos significativos para la abundancia de aves que para la riqueza de especies (G21=40,03, p<<0,0001) y para las aves totales que para las territoriales (G21=18,86, p<<0,0001) (figura 2.5). RIQUEZA DE ESPECIES AVES TERRITORIALES RIQUEZA DE ESPECIES AVES TOTALES 2012 3 2010 ‐0,5 ‐1 14 12 ‐8 ‐8 ‐10 ‐10 2011 2012 1,5 1 0,5 0 ‐0,5 ‐1 ABUNDANCIA AVES TOTALES 2012 2010 2011 Figura 2.5. Tamaños de efecto estandarizados de la efectividad de las medidas agroambientales para la riqueza y abundancia de aves esteparias territoriales y totales en primavera en campos focales de las 18 zonas de estudio. Las líneas horizontales punteadas por encima y por debajo del valor cero indican los valores críticos para α=0,05 (t=±1,98), siendo por tanto significativos por encima y por debajo de estas líneas. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1) El análisis muestra variaciones significativas en la efectividad de las medidas sobre las aves reproductoras entre zonas de estudio. Destacan algunas regiones donde los resultados son positivos y significativos en las tres primaveras estudiadas considerando la abundancia de aves 2012 10 8 6 4 4 2 ‐2 0 ‐4 ‐6 INFORME FINAL esteparias totales, como Secáns del Segriá, El Plano, Campo Visiedo, Penillanuras o Tierra de Campiñas, mientras que no hay ninguna zona con resultados negativos significativos para los tres años (figura 2.5). Agrupando las áreas de estudio por CC.AA., se observa que en casi todas las regiones el efecto es positivo, sobre todo para el número total de aves y en menor medida sobre el número de territorios, excepto en la zona de Andalucía, para la cual sólo tenemos una campaña de primavera, y en la comunidad extremeña, donde se han obtenido efectos negativos, sobre todo en 2012 (figura 2.6). No obstante, el hecho de que el contexto paisajístico en esta región esté compuesto por pastizales naturales y que el objetivo principal de las medidas analizadas sea principalmente la introducción de cultivos de cereal, hace pensar que el efecto haya que extraerlo de los datos de verano, cuando los pastizales están agostados y las aves pueden encontrar en los rastrojos un recurso trófico importante. Esta suposición queda respaldada por el efecto positivo altamente significativo encontrado en la zona de los Llanos de Cáceres en el verano de 2011 (figura 2.7). Figura 2.6. Media del tamaño de efecto por CC.AA. (incluyendo significativos y no significativos), considerando sólo la abundancia de aves esteparias en primavera en las parcelas focales. En el periodo postreproductor, no hubo ningún efecto de las medidas sobre la riqueza de especies esteparias, mientras que en el caso de la abundancia el tamaño de efecto varió entre zonas, con un efecto medio positivo. En invierno, tampoco hubo efecto sobre la riqueza, mientras que el tamaño medio de efecto sobre la abundancia de aves esteparias fue prácticamente cero. Los efectos fueron significativos en la mayor parte de las áreas en verano (figura 2.7); en 2010 la proporción de efectos significativos negativos fue igual que la de efectos positivos (5 de 15 en ambos casos) pero en 2011 fue mucho menor (2 y 7 de 16 respectivamente). En invierno dominaron los efectos negativos, tanto significativos como totales (figura 2.7). 25 TAMAÑO DE EFECTO (t) INFORME FINAL 28 PRIMAVERA 2010 VERANO 2010 24 VERANO 2011 INVIERNO 2010-11 20 16 12 8 4 0 -4 -8 -12 -16 Figura 2.7. Tamaños de efecto estandarizados de la efectividad de las medidas agroambientales en las 17 zonas de estudio muestreadas en la primavera de 2010, los veranos de 2010 y 2011 y en el invierno 2010-2011. Los resultados se refieren a abundancia de aves esteparias totales en campos focales. Las líneas horizontales punteadas por encima y por debajo del valor cero indican los valores críticos para α=0,05 (t=±1,98), siendo por tanto significativos por encima y por debajo de dichas líneas. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1) En resumen, la variación espacial en la efectividad de las medidas fue mayor en verano e invierno que en primavera, pero esta variación no se correlacionó significativamente en el tiempo, de manera que las medidas que fueron efectivas en primavera no tuvieron por qué serlo en verano o en invierno. El patrón general de efectividad fue, sin embargo, similar: mayores efectos sobre la abundancia que sobre la riqueza de especies, y mayoría de efectos positivos, en especial significativos, con la excepción del invierno, en que la mayoría de los efectos fueron negativos y significativos. Efectos de la estructura del paisaje y de la efectividad potencial de las medidas Los análisis efectuados demuestran que los campos de cada par no difieren en la estructura del paisaje en ninguno de los tres años de estudio para ninguna de las variables consideradas: tamaño del campo focal (como estimador de efectos de fragmentación), longitud de lindes (estimador de conectividad) y proporción de superficie cultiva (estimador de disponibilidad de refugios y hábitats alternativos) (Concepción et al. 2008, 2012). Esto significa que el 26 INFORME FINAL apareamiento de los campos con y sin medidas con respecto a su entorno paisajístico fue correcto. Por otro lado, los análisis muestran que las zonas de estudio no sólo difieren en el tipo de medidas que se aplican en ellas y en su efectividad potencial y real para la conservación de las aves esteparias, sino que también varían en aspectos relevantes de su complejidad paisajística, como el tamaño medio de campo, la longitud de lindes y la proporción de superficie cultivada. RIQUEZA DE ESPECIES TERRITORIALES 10 CAMPOS CONTROL CAMPOS CON MEDIDAS 8 6 4 2 0 -0.2 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 2.0 2.2 1.6 1.8 2.0 2.2 TAMAÑO DEL CAMPO FOCAL (ha, Log10) RIQUEZA DE ESPECIES TOTALES 10 8 6 4 2 0 -0.2 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 TAMAÑO DEL CAMPO FOCAL (ha, Log10) Figura 2.8. Relaciones entre el tamaño de los campos focales y la riqueza de especies de aves esteparias territoriales (arriba) y totales (abajo) durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales durante los tres años de estudio. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1) 27 INFORME FINAL Los resultados indican efectos significativos del tamaño de los campos focales sobre la efectividad de las agroambientales para aumentar la riqueza de esteparias, de manera que las riquezas de especies fueron mayores en los campos con medidas que en los controles, pero la diferencia disminuyó a medida que aumentaba el tamaño de los campos focales (figura 2.8). Por su parte, la abundancia de aves aumentó con el tamaño del campo focal, tanto en los campos control como en los campos con medidas, pero la efectividad de las medidas sobre la abundancia (es decir, la diferencia entre campos con medidas y campos control) disminuyó con el tamaño del campo (figura 2.9). 35 CAMPOS CONTROL CAMPOS CON MEDIDAS ABUNDANCIA (AVES TERRITORIALES) 30 25 20 15 10 5 0 -0.2 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 2.0 2.2 TAMAÑO DEL CAMPO FOCAL (ha, Log10) 260 240 CAMPOS CONTROL CAMPOS CON MEDIDAS 220 ABUNDANCIA (TODAS LAS AVES) 200 180 160 140 120 100 80 60 40 20 0 -0.2 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 2.0 2.2 TAMAÑO DEL CAMPO FOCAL (ha, Log10) Figura 2.9. Relaciones entre el tamaño de los campos focales y la abundancia de aves esteparias territoriales (arriba) y totales (abajo) durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales durante los tres años de estudio. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1) 28 INFORME FINAL En cuanto a la longitud de lindes, considerando el gradiente de todas las zonas de estudio en su conjunto (desde las grandes llanuras cerealistas de la meseta, a paisajes minifundistas y muy complejos en Aragón y Cataluña, menos apropiados para algunas de las esteparias más estrictas), se ha encontrado un efecto negativo sobre la abundancia de aves esteparias, aparentemente amortiguado por efecto de las medidas, como sugiere el hecho de que la abundancia disminuyó más rápidamente al aumentar la longitud de lindes en el entorno de los campos control que en los campos con medidas (figura 2.10). 180 CAMPOS CONTROL CAMPOS CON MEDIDAS 160 ABUNDANCIA (TODAS LAS AVES) 140 120 100 80 60 40 20 0 0 20 40 60 80 100 120 140 LONGITUD DE LINDES CON VEGETACION SEMINATURAL (m, raíz cuadrada) Figura 2.10. Relaciones entre la longitud de lindes con vegetación seminatural en torno a los campos focales y la abundancia de aves esteparias totales (territoriales y no territoriales) durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales en el año 2010. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1) El efecto de la proporción de superficie cultivada sigue el mismo patrón: disminución de la abundancia al aumentar la superficie cultivada en el paisaje circundante, pero con menor intensidad en los campos con medidas. No obstante, no se han encontrado efectos de las medidas hasta que no se superaba un umbral de superficie cultivada alrededor de los campos focales superior al 9%, aumentando a partir de este valor el tamaño de efecto positivo de las medidas sobre la abundancia (figura 2.11). Cabe señalar que este umbral en torno al 10% es similar al encontrado en otros trabajos realizados en otros países del centro y el norte de Europa aunque con un patrón opuesto, puesto que allí las medidas empiezan a ser eficaces en paisajes con al menos un 10% de hábitats seminaturales no cultivados (revisión en Tscharntke et al. 2012). En estas zonas la mayoría de las especies ligadas a medios agrarios son en realidad especies ecotónicas que dependen de los medios seminaturales para colonizar los cultivos, mientras que las aves esteparias objeto de nuestro estudio están especializadas en la explotación de medios abiertos y que por tanto dependen de un mínimo de superficie abierta, 29 INFORME FINAL cultivada, para colonizar estos medios. En cuanto al efecto negativo de la superficie cultivada sobre la abundancia, probablemente se deba a la presencia de cultivos no favorables para las aves esteparias, como los cultivos leñosos. 260 CAMPOS CONTROL CAMPOS CON MEDIDAS 240 220 ABUNDANCIA (TODAS LAS AVES) 200 180 160 140 120 100 80 60 40 20 0 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 SUPERFICIE CULTIVADA (%, arcoseno) Figura 2.11. Relaciones entre la proporción de superficie cultivada en torno a los campos focales y la abundancia de aves esteparias totales (territoriales y no territoriales) durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales durante los tres años de estudio. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1) 180 CAMPOS CONTROL CAMPOS CON MEDIDAS 160 ABUNDANCIA (TODAS LAS AVES) 140 120 100 80 60 40 20 0 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 PROPORCIÓN DE PRÁCTICAS INCORPORADAS (%, arcoseno) Figura 2.12. Relaciones entre la proporción de prácticas agrícolas que tendrían en cuenta los requerimientos de las aves esteparias (según Llusia y Oñate 2003) y la abundancia de aves esteparias totales (territoriales y no territoriales) durante la época de cría en los campos control y con medidas agroambientales en los años 2010 y 2012. Fuente: Díaz et al., 2012 (anexo 2.1) 30 INFORME FINAL Por último, la comparación del efecto real de las medidas con la efectividad potencial, estimada como la proporción de prácticas potencialmente beneficiosas para las esteparias, ha arrojado resultados contradictorios (figura 2.12). Esto sugiere que el uso de la proporción de prácticas agrícolas incorporadas a las respectivas medidas agroambientales, según lo propuesto por Llusia y Oñate (2005), puede no ser un buen indicador de su adecuación para estas aves, probablemente por un valor variable de las diversas prácticas listadas. . C) Análisis satélite de heterogeneidad del paisaje Al comparar la heterogeneidad del hábitat en parcelas acogidas y no acogidas a medidas agroambientales, a través del análisis de imágenes satélite (DEIMOS-I), parece no haber grandes diferencias, aunque no se ha obtenido ningún resultado concluyente (tabla 2.3). Tabla 2.3. Resultados del GLM considerando la aplicación o no de agroambientales como factor y la superficie del campo como covariable. F: campos acogidos a agroambientales y C: campos control, no acogidos. F>C acogidos más heterogéneos y viceversa. LAI varianza 2010 F>C C>F 2011 F>C Andalucía Penillanuras Cuenca Albacete Camino Santiago Visiedo LAI entropía NDVI varianza F>C Andalucía Penillanuras F>C Camino Santiago C>F F>C C>F F>C Toledo Andalucía Penillanuras Cuenca Albacete Camino Santiago Visiedo NDVI entropía F>C Andalucía Penillanuras F>C Camino Santiago C>F Toledo Esto podría sugerir que las prácticas requeridas por las medidas no suponen un cambio sustancial, en cuanto a los usos del suelo, respecto de la gestión habitual. Sin embargo, puede haber algún factor influyendo en el análisis, como la fecha en la que se tomaron las imágenes satélite, el tipo de medida evaluada o la presencia de parcelas inferiores a 1,2 has (unidad mínima cartografiable para el satélite por debajo de la cual la capacidad informativa es más limitada). Estas y otras posibilidades serán analizadas en próximos trabajos. 2.2.4. CONCLUSIONES A la vista de los resultados, las medidas agroambientales dirigidas a la conservación de las aves esteparias españolas pueden considerarse efectivas en su conjunto, puesto que tienen un efecto general positivo sobre la riqueza, pero sobre todo sobre la abundancia, de estas especies durante la época de cría. Durante el verano y el invierno los efectos han sido más variados, incluyendo efectos negativos, más abundantes en la última estación. En cualquier caso, debe recordarse que la metodología empleada mide el efecto local de las medidas en las parcelas donde se aplican frente a otras similares con gestión habitual en la misma zona, pero no así el efecto global a escala de paisaje o poblaciones, que dependerá 31 INFORME FINAL además del nivel de aplicación de las medidas en la zona de interés. Por otro lado, un mayor tamaño de efecto no necesariamente implica que la medida en sí misma (las prácticas que requiere) sea más beneficiosa para las aves que otras, si no que tiene un impacto positivo mayor en la zona en la que se aplica, en función de las características de dicha zona. La efectividad ha variado también mucho entre regiones, de manera que en algunas zonas las medidas han tenido un efecto positivo en los tres años de seguimiento, mientras que en otras los efectos globales han sido incluso negativos sobre las variables consideradas. En esta variabilidad se han mostrado como factores de influencia, más allá de las propias medidas, las características del paisaje agrario en el que se aplican. Algunos de los análisis realizados no han arrojado resultados concluyentes, por lo que es necesario plantear y comprobar nuevas hipótesis para completar la interpretación de los resultados. 32 INFORME FINAL 2.2. FENOLOGÍA REPRODUCTIVA DE LAS AVES ESTEPARIAS 2.2.1. INTRODUCCIÓN El objetivo de este apartado es presentar información concreta sobre la distribución temporal del periodo de reproducción de aves en medios agrícolas, en especial de las especies esteparias, que pueda ser de utilidad a la hora de mejorar el diseño de las medidas agroambientales y sus compromisos. En concreto, una de las labores agrarias que tiene una mayor repercusión sobre las aves esteparias, considerando que todas ellas nidifican en el suelo, es el cosechado, tanto por el impacto directo de la maquinaria utilizada, como por el aumento en la vulnerabilidad debido a la desaparición de la cubierta vegetal. Entre estos efectos están la pérdida de nidos y la mortalidad directa de pollos y adultos (Castaño 1995, 1997, Arroyo et al. 2002) así como la rápida y masiva eliminación del hábitat de reproducción y alimentación (Rodríguez-Teijeiro et al. 2009). La cosecha también supone la pérdida de hábitat para los invertebrados, alimento principal de los pollos (Rueda et al. 1993) y factor fundamental para su éxito de cría (Green 1984), lo que genera un rápido y marcado descenso de sus poblaciones (Braeschler 2005). Por ejemplo en Navarra se han encontrado elevadas tasas de pérdida de nidos de perdiz por efecto de la cosecha (el 46% del total) y en menor medida por la depredación posterior una vez retirada la cubierta vegetal. La totalidad de los nidos ubicados en los lindes llegaron a eclosionar, mientras que en los campos de cereal sólo alcanzaron el nacimiento la cuarta parte de los nidos (GAVRN 2010). En un experimento realizado en esta misma comunidad con codornices de granja se encontró que el 58% de los individuos adultos y el 60% de los pollos murieron aplastados o empacados (GAVRN 2005). También se han descrito bajos porcentajes de éxito reproductor de perdiz en cotos de caza de la provincia de Ciudad Real, asociados a la pérdida de nidos por las prácticas agrícolas, debido al solapamiento de las fechas de cosecha y las de eclosión de los huevos de perdiz (Casas y Viñuela 2010). Otra especie en la que se ha cuantificado el efecto de esta labor agrícola sobre su tasa de reproducción es el aguilucho cenizo, especie que selecciona mayoritariamente los sustratos agrícolas de secano para nidificar –hasta el 90% de los nidos en España y Portugal- (Ferrero 1995). En varias poblaciones se ha visto que la supervivencia de los pollos está directamente relacionada con su edad en el momento de la siega. Así, se ha descrito que menos del 30% de los pollos con edad inferior a 10 días en el momento de la siega alcanzaron la edad de vuelo, porcentaje que asciende al 61% en el caso en que los pollos tenían entre 11 y 20 días y al 82% cuando los pollos eran mayores de 20 días (Castaño 1995). También se ha encontrado una relación directa entre las fechas de puesta y el tipo de cultivo y la supervivencia de las poblaciones, ya que puestas muy tardías suponen pollos muy pequeños o huevos sin 33 INFORME FINAL eclosionar en el momento de la siega, lo que a su vez varía según el tipo de cultivo y la latitud (Corbacho et al. 1997). La importancia de esta factor es tal que algunos autores han encontrado que, sin medidas de protección específicas, las poblaciones de aguiluchos de Francia e Iberia podrían disminuir hasta un 60% debido a la mortalidad durante la siega (Arroyo et al. 2002). Es por tanto evidente la importancia de determinar los periodos de reproducción para establecer o sugerir las fechas de cosecha más adecuadas para minimizar sus efectos negativos sobre las aves esteparias. Ello es aún más acuciante considerando que buena parte de la información conocida hasta el momento puede ya no ser tan válida o actual debido a un fenómeno tan reciente como el cambio climático, que está afectando a procesos fenológicos como la reproducción y la migración de las aves (Sanz 2002). De esta manera, para especies como la codorniz se han constatado variaciones en las fechas de reproducción, con un retraso en las puestas por efecto del cambio climático y a los cambios en el hábitat de cría debidos en parte a él (Peñuelas et al. 2002). El estudio se ha centrado en las especies denominadas esteparias, principalmente en las que nidifican en el suelo y están vinculadas a los cultivos. Estas especies son las siguientes (Suárez et al. 1997): Tabla 2.4. Especies de aves esteparias en las que se ha centrado el estudio. Nombre común Aguilucho cenizo Aguilucho pálido Alcaraván común Alondra común Avutarda Bisbita campestre Calandria Codorniz Cogujada común Cogujada montesina Collalba gris Collalba rubia Ganga ibérica Ganga ortega Perdiz Sisón común Terrera común Terrera marismeña Triguero Nombre científico Circus pygargus Circus cyaneus Burhinus oedicnemus Alauda arvensis Otis tarda Anthus campestris Melanocorypha calandra Coturnix coturnix Galerida cristata Galerida thecklae Oenanthe oenanthe Oenanthe hispanica Pterocles alchata Pterocles orientalis Alectoris rufa Tetrax tetrax Calandrella brachydactyla Calandrella rufescens Emberiza calandra Fenología y grado de desarrollo de los cultivos mediante técnicas de teledetección Paralelamente a la recogida en campo de datos sobre la actividad reproductiva de las aves asociadas a la actividad agrícola, durante el proyecto se ha realizado un seguimiento satélite 34 INFORME FINAL de las zonas de estudio para intentar establecer relaciones entre el estado y estructura de los cultivos con la fenología de las aves y el uso que éstas hacen de las zonas a una escala más amplia. En concreto, se pretendía determinar si existe una relación entre el grado de desarrollo de los cultivos de cereal de secano, calculado mediante un índice de vegetación, y la fenología reproductiva de las aves esteparias. El uso de esta tecnología ha evolucionado mucho en los últimos tiempos, sobre todo como consecuencia de la urgencia por esclarecer las posibles consecuencias del cambio climático y otras graves amenazas de origen humano sobre el medio ambiente de todo el planeta. Determinar cómo los cambios ambientales afectan a la distribución y dinámica de la vegetación y a las poblaciones animales se ha convertido en un asunto importante para los ecólogos terrestres, con el fin de aportar mejores predicciones de los efectos del calentamiento global, la reducción de la biodiversidad y la degradación del hábitat (Pettorelli et al. 2005a). En este sentido el seguimiento temporal de los diferentes índices de vegetación proporciona directamente información sobre la dinámica y calidad de la vegetación, y son además muy adecuados para el estudio de las relaciones tróficas entre los animales y su hábitat (Pettorelli et al. 2007). Así lo demuestran algunos estudios recientes que han relacionado la dinámica de la vegetación, evaluada a través de los índices de vegetación como el NDVI (Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada) y productos derivados, con diferentes aspectos de la ecología, dinámica poblacional y distribución de especies animales (Pettorelli et al. 2005a, Plà et al. 2006, Leech y Crick 2007, Pettorelli et al. 2007, Bro-Jorgensen et al. 2008, Pettorelli et al. 2011, entre otros). Los resultados de todos estos trabajos sugieren que el NDVI (Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada) es una herramienta útil para conocer mejor cómo la dinámica y distribución de la vegetación afectan a la biodiversidad, rasgos vitales, patrones de movimiento y dinámica poblacional de las poblaciones animales. Videoseguimiento A finales de 2010 se instaló una videocámara en la ZEPA Estepas de Belchite, El Planerón y La Lomaza, en una parcela destinada al cultivo de alfalfa de secano incluida en la Reserva Ornitológica de El Planerón (Zaragoza). El objetivo de la acción era determinar la posible aplicación de esta tecnología para complementar el seguimiento de las aves esteparias y el estudio de su fenología. 2.2.2. MATERIAL Y MÉTODOS 2.2.2.1. FENOLOGÍA REPRODUCTIVA DE LAS AVES ESTEPARIAS Recogida de datos de campo 35 INFORME FINAL Los datos para determinar los periodos de reproducción de las aves esteparias se han recogido durante los muestreos de campo para el estudio de la efectividad de las medidas agroambientales, principalmente en los de primavera, aunque también se han tenido en cuenta las observaciones recogidas en los de verano e invierno. Durante los recorridos de censo (ver apartado 2.1.) se registraba el sexo, edad y el comportamiento de los individuos observados, asignándolos a una de las siguientes seis categorías: - Nidificación. En este comportamiento se incluían las categorías de nido ocupado, ave incubando, huevos o pollos, nido usado en el año o cáscaras de huevo que puedan asignarse a una especie, adultos con cebo o saco fecal en pico y comportamiento de distracción o fingimiento de heridas por parte de los adultos. - Observaciones de pollos y jóvenes. - Territorialidad, que incluye a macho con cantos territoriales, ave o pareja con territorio establecido (peleas entre machos, persecuciones, acosos a otras especies), cortejo o parada nupcial, y construcción de nido (aporte de material, entradas en agujeros…). - Reclamo. - Alimentación - Otros (descanso, ave posada, cuidado del plumaje, sin definir…) Según el Atlas de las Aves Reproductoras de España (Martí y del Moral 2003), las dos primeras categorías son indicativas de reproducción segura, y la tercera de reproducción probable. En la mayor parte de las ocasiones, las fechas de puesta y reproducción propuestas están basadas en los datos de comportamientos que indican reproducción segura, y sólo en unas cuantas especies se han tomado como referencia los que sugieren reproducción probable, en estos últimos casos siempre basándonos en bibliografía que así lo recomienda. Para cada especie, en cada zona, se ha calculado la proporción de individuos en las diferentes categorías de actividad en función de la fecha, agrupada por periodos de diez días o decenas. Finalmente, los resultados se han complementado con información bibliográfica y con los archivos de fenología reproductiva de SEO/BirdLife. Criterios seguidos para el establecimiento de las fechas de puesta y reproducción. La Comisión Europea, en su documento titulado Key Concepts of Article 7/4 of Directive 79/409/EEC, define los periodos de cría y reproducción para todas las especies cazables en Europa (Comisión Europea 2010). Siguiendo las recomendaciones de este documento, se define la temporada de cría como la etapa durante la cual una especie pone e incuba los huevos y saca adelante a los pollos hasta que salen sus plumas, incluidas segundas y 36 INFORME FINAL sucesivas puestas, según la definición de Cramp y Simmons (1977). El periodo de reproducción abarca la temporada de cría, la ocupación de las áreas de reproducción y también el periodo de dependencia de los jóvenes tras la adquisición del plumaje definitivo. Estos periodos se definen en grupos de 10 días, o decenas, por lo que se seguirá este criterio en el presente informe (asumiendo que el 1 de enero es el día 01). Para calcular las fechas de puesta y el inicio y fin de la reproducción se han eliminado las fechas extremas, por lo que se han tomado como referencia los periodos en los que el porcentaje de observación de cada categoría es mayor o igual al 5%. Esta medida sigue las recomendaciones de la CE de excluir los datos extremos y erráticos que caen fuera de los patrones normales de variación (Comisión Europea 2010). Los criterios seguidos para la establecer las fechas de puesta son los siguientes: - En caso de que se hayan observado adultos con cebo o saco fecal, al primer día de la decena se le ha restado el número de días de incubación para cada especie (según la información bibliográfica). Fecha puesta = 1er día decena (con observaciones ≥ 5%) - nº días incubación - En caso de que lo observado sea un nido, se ha restado una decena ya que se asume que los huevos fueron puestos antes del momento de la observación. Fecha puesta = 1er día decena (con observaciones ≥ 5%) -10 días - En caso de que lo observado sea un adulto mostrando comportamiento de distracción se ha procedido como en el supuesto anterior y se ha restado una decena, debido a que se desconoce si lo que el individuo defiende es un nido o un joven, por lo que se ha preferido seguir un criterio más conservador. Fecha puesta =1er día decena (con observaciones ≥ 5%) -10 días - En los casos en que se hayan observados pollos o jóvenes de especies nidícolas, se ha restado el número de días de incubación y el número de días que permanecen en el nido (según bibliografía), puesto que en esta categoría se incluyen los animales jóvenes que ya han abandonado el nido (de otro modo, la categoría utilizada hubiera sido “nido”). Fecha puesta =1er día decena (con observaciones ≥ 5%) - nº días incubación – nº días permanencia en nido - En el caso de que se hayan observado pollos o jóvenes de especies nidífugas, por la dificultad de asignar una categoría de edad a los individuos, sólo se ha restado el periodo de incubación. Fecha puesta = 1er día decena (con observaciones ≥ 5%) - nº días incubación 37 INFORME FINAL - En los casos en que para una especie haya datos de varias categorías de reproducción, se han seleccionado las fechas resultantes más tempranas. No obstante, en la gran mayoría de las ocasiones la década resultante ha sido la misma. En todos los casos, se han utilizado los tiempos de incubación establecidos en la bibliografía disponible. En conjunto, se puede concluir que los criterios anteriores arrojan unas cifras muy conservadoras, y que es posible que las fechas reales sean más tempranas. En cuanto a las fechas de inicio del periodo de reproducción, la CE establece los criterios a seguir para algunas especies: - Según el documento, hemos considerado que para las especies migradoras este periodo se inicia con la ocupación de los lugares de cría (localización de machos con canto territorial o adultos que desarrollan comportamientos de defensa del territorio), y para las residentes o donde las poblaciones sean mixtas, con la construcción del nido. Dado la dificultad de observar adultos aportando material al nido, hemos tenido en cuenta la fecha en la que se observaron los primeros machos con canto territorial o que desarrollaron comportamientos territoriales para las especies migradoras. - Perdiz roja: según la Comisión Europea, el inicio de la reproducción se considera desde la ocupación continua de los territorios de reproducción, que se calcula sucede 4 décadas antes de la puesta de los huevos. No obstante, en el informe de SEO/BirdLife (2004), se propone que el criterio a considerar sea la formación de las parejas debido a que la ocupación del territorio es un parámetro difícil de determinar sobre el terreno. Por este motivo, para determinar la fecha de inicio del periodo de reproducción se ha considerado la fecha de los primeros machos con canto territorial. - Codorniz: según la bibliografía, consideramos el inicio de la reproducción desde la ocupación continua de los territorios de reproducción, que se calcula sucede 3 décadas antes de la puesta de los huevos. Igual que en la especie anterior, se ha considerado la detección de los primeros machos con canto territorial para establecer la fecha de inicio del periodo reproductor (Peiró 1997). - Sisón y avutarda: se ha considerado el inicio del periodo de reproducción como la decena con los primeros avistamientos de machos realizando comportamientos de cortejo (“ruedas”) en los lek (Alonso y Palacín 2009). De la misma manera, para las dos especies de aguiluchos se ha descrito que los comportamientos agresivos (tanto intra como interespecíficos) tienen lugar para defender los territorios reproductivos, por lo que se ha utilizado este comportamiento para definir el inicio del periodo de reproducción (Wiacek 2004). - Para todas las demás especies para las que no se ha encontrado bibliografía que aporte datos al respecto, se ha considerado de manera arbitraria a la hora de fijar el inicio del periodo de reproducción dos decenas antes de la fecha de puesta extrapolada por observación directa en el campo. 38 INFORME FINAL Criterios seguidos para el establecimiento del fin del periodo de reproducción En cuanto al fin del periodo de reproducción, la CE establece que debe basarse en el vuelo definitivo de los jóvenes, incluyendo los de segundas y terceras nidadas de algunas especies. Por vuelo definitivo se entiende que los jóvenes son capaces de mantener un vuelo continuo y sostenido similar al de los adultos, y se corresponde con la independencia de los pollos, entendido como la pérdida de los cuidados y/o alimentación paternos. No obstante, en las situaciones en que el vuelo definitivo o independencia de los pollos sea difícil de establecer en el campo, el documento señala el número de decenas desde el final de la incubación. De esta manera, los criterios que se han seguido para establecer las fechas de fin del periodo de reproducción son los siguientes: - En el caso de que se haya detectado un nido, al último día de la decena se le suma el periodo de incubación y los días identificados en la bibliografía como el periodo de dependencia: Fin reproducción = 10º día decena (con observaciones ≥ 5%) + nº días incubación + nº días periodo dependencia - Si lo encontrado ha sido un adulto con cebo o saco fecal o un joven, se suma el periodo de dependencia: Fin reproducción = 10º día decena (con observaciones ≥ 5%) + periodo dependencia - En caso de que lo observado haya sido un adulto mostrando comportamiento de distracción, sólo se ha añadido la duración del periodo de dependencia, ya que no se pudo determinar si lo que defendía era un nido o un joven: Fin reproducción = 10º día decena (con observaciones ≥ 5%) + periodo dependencia - En aquellas especies en las que no se ha encontrado en la bibliografía información sobre la duración del periodo de dependencia, se ha sumado únicamente el número de días hasta que los pollos pueden mantener el vuelo; por lo tanto, los resultados obtenidos con este criterio son muy conservadores. - De igual manera, en el caso de la avutarda y el sisón, que son especies en las que el periodo de dependencia dura varios meses, se ha decidido considerar el número de días en los que adquieren la capacidad de volar para establecer el fin del periodo de reproducción. - Por último, la Comisión Europea establece el periodo exacto para definir el fin del periodo reproductor para la perdiz roja y la codorniz. El documento determina que en ambos casos queda fijado con la independencia de los pollos, aproximadamente 60 y 40 días respectivamente después de la eclosión. 39 INFORME FINAL Clasificación por pisos bioclimáticos La asignación de cada una de las zonas de estudio a un piso bioclimático (tabla 2.5) se ha hecho a partir de la información disponible en el Sistema de Clasificación Bioclimática Mundial (http://www.ucm.es/info/cif). La información proporcionada por esta página web, creada por el Centro de Investigaciones Fitosociológicas de la Universidad Complutense de Madrid, se basa en los datos procedentes de 1.281 estaciones distribuidas por toda España. A partir de datos como la altitud, latitud, series multianuales de datos climáticos (precipitaciones, temperaturas, parámetros estacionales y bioclimáticos…) y gran número de variables e índices más, calcula un índice bioclimático para finalmente asignar a cada estación un bioclima determinado. Cada uno de los tipos está definido por cuatro características: el tipo y subtipo térmico y el tipo y subtipo ombrotérmico, aunque en determinados casos se ha considerado también la variante bioclimática. Tabla 2.5. Grupos bioclimáticos a los que se asignan cada una de las zonas de estudio. GRUPO 1 Tipo o índice bioclimático Supramediterráneo superior seco superior 2 Supramediterráneo inferior seco superior 3 Mesomediterráneo superior seco superior (variante estépica) 4 Mesomediterráneo superior seco inferior (variante estépica) 5 Mesomediterráneo superior seco inferior 6 7 8 9 Mesomediterráneo inferior subhúmedo inferior Mesomediterráneo inferior seco superior Mesomediterráneo inferior seco inferior Mesomediterráneo inferior semiárido superior Zona de estudio Camino Santiago La Nava-Campos Norte Penillanuras-Campos Sur Tierra de Campiñas Parameras de Campo Visiedo Secáns del Segriá i Utxesa Bellmunt-Almenara Rincón del Bú-La Nasa-Tripazul El Plano-Blanca Alta Área Esteparia del Este Albacete Zona Esteparia de El Bonillo Área Esteparia Mancha Norte-Toledo Área Esteparia Mancha Norte- Cuenca Embalse de Talaván Jaén-Córdoba Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes Estepas de Belchite, El Planerón y La Lomaza Estepas de Monegrillo y Pina Solapamiento de las labores agrícolas y el periodo reproductor. Para determinar el posible efecto de las diferentes labores agrícolas o ganaderas, como la siega o el pastoreo, sobre la reproducción de las aves esteparias que nidifican en el suelo, se han extraído las fechas establecidas para éstas actividades de las diferentes órdenes reguladoras de cada una de las medidas agroambientales evaluadas. A continuación se discute el posible solapamiento de dichas labores con los periodos reproductivos que se desprenden de los muestreos de campo y de la bibliografía. 40 INFORME FINAL 2.2.2.2. FENOLOGÍA DE ESPECIES Y DESARROLLO DE LOS CULTIVOS El análisis de la curva de evolución de la actividad de los cultivos de extensivo se ha obtenido a partir de imágenes capturadas por el satélite MODIS-TERRA. El indicador de la actividad de la vegetación elegido ha sido el NDVI (Normalized Different Vegetation Index). Este índice se deriva de la tasa de reflectancia del rojo e infrarrojo cercano, y mide la cantidad de estas longitudes de onda reflejadas por la vegetación y capturada por el sensor del satélite. La fórmula se basa en el hecho de que la clorofila absorbe el rojo mientras que la estructura de las hojas refleja el infrarrojo cercano. Una masa vegetal en óptimas condiciones, es decir, en buen estado sanitario, posee una firma espectral que se caracteriza por un claro contraste entre bandas visibles y, en especial, la banda que corresponde al rojo y al infrarrojo cercano. Este comportamiento permite separar con relativa facilidad la vegetación sana de otras cubiertas. Cuando la vegetación sufre algún tipo de estrés, como plagas o sequía, su reflectividad será inferior en el infrarrojo cercano, aumentando en el rojo, con lo que el contraste entre bandas será mucho menor que si la planta no estuviera sometida a esa situación de estrés. Cuanto mayor sea el contraste, mayor vigor vegetal presentará la cubierta en cuestión. Por el contrario, bajos valores de contraste implicarían una vegetación enferma o senescente, y los contrastes casi nulos corresponderían a suelos cada vez más desnudos. El NDVI toma valores entre -1 y +1, donde los valores negativos corresponden con la ausencia de vegetación. Para cada año agrícola considerado en el estudio (desde el 1 de octubre hasta el 30 de septiembre) se han definido 36 periodos de 10 días, de manera que cada mes tiene asignado un total de tres periodos: ID 1DO ID DEFINICIÓN DEFINICIÓN Primer periodo de octubre 1DA Primer periodo de abril 2DO Segundo periodo de octubre 2DA Segundo periodo de abril 3DO Tercer periodo de octubre 3DA Tercer periodo de abril 1DN Primer periodo de noviembre 1DY Primer periodo de mayo 2DN Segundo periodo de noviembre 2DY Segundo periodo de mayo 3DN Tercer periodo de noviembre 3DY Tercer periodo de mayo 1DD Primer periodo de diciembre 1DJ Primer periodo de junio 2DD Segundo periodo de diciembre 2DJ Segundo periodo de junio 3DD Tercer periodo de diciembre 3DJ Tercer periodo de junio 1DE Primer periodo de enero 1DX Primer periodo de julio 2DE Segundo periodo de enero 2DX Segundo periodo de julio 3DE Tercer periodo de enero 3DX Tercer periodo de julio 1DF Primer periodo de febrero 1DG Primer periodo de agosto 2DF Segundo periodo de febrero 2DG Segundo periodo de agosto 3DF Tercer periodo de febrero 3DG Tercer periodo de agosto 1DM Primer periodo de marzo 1DS Primer periodo de septiembre 2DM Segundo periodo de marzo 2DS Segundo periodo de septiembre 3DM Tercer periodo de marzo 3DS Tercer periodo de septiembre 41 INFORME FINAL Los datos de fenología de los años agrícolas incluidos en el estudio se han comparado con los registros del año medio, basado en la seria histórica de MODIS. Este parámetro se ha calculado para cada uno de los 36 periodos del año agrícola desde el año 2001 hasta la actualidad. Por último, se han establecido 3 fases de análisis: - Año agrícola 2009-2010: incluye los valores de NDVI desde el primer periodo de abril (1DA) hasta el tercer periodo de septiembre (3DS). - Año agrícola 2010-2011: año agrícola completo. - Año agrícola 2011-2012: incluye valores de NDVI desde el primer periodo de octubre (1DO) hasta el segundo periodo de agosto (2DG). Los parámetros analizados para definir la fenología de los cultivos en cada zona de estudio son los siguientes (ver Anexo 2.3): Tabla 2.6. Parámetros de desarrollo de los cultivos considerados. ID Parámetro basado en fenología Descripción F1 Inicio de la época de crecimiento – Periodo Periodo del año (36 Periodos) en el que se observa un incremento positivo y consistente del NDVI al inicio del crecimiento del cultivo. F2 Inicio de la época de crecimiento – Valor de NDVI Valor de NDVI o punto de inicio de crecimiento en el que se observa un incremento positivo y consistente del NDVI al inicio del crecimiento del cultivo. F3 Final de la época de crecimiento – Periodo Periodo del año (36 Periodos) en el que se observa un incremento negativo y consistente del NDVI al final del crecimiento del cultivo. F4 Final de la época de crecimiento –NDVI Valor de NDVI o punto agostamiento en el que se observa un incremento negativo y consistente del NDVI al final del crecimiento del cultivo. F5 Periodo de Máximo Periodo del año en el que el NDVI observa un valor anual máximo. F6 Valor Máximo de NDVI Valor máximo de NDVI del año. F7 Duración de la época de crecimiento Número de periodos entre el Inicio y Final de la época de crecimiento F8 Amplitud Diferencia entre el valor Máximo e Inicial de NDVI F9 Integral de NDVI Integral de los valores de NDVI. Por último, se han comparado las curvas de fenología reproductiva de las aves esteparias en cada una de las zonas de estudio con su correspondiente curva de NDVI. El porcentaje de individuos de cada especie con comportamientos que indican reproducción segura en cada decena del año se ha transformado mediante arcoseno, mientras que para la serie de datos de NDVI se utilizó la transformación logarítmica. A continuación se ha realizado una correlación para determinar si existe relación entre las dos variables. 42 INFORME FINAL 2.2.2.3. VIDEOSEGUIMIENTO De manera experimental, se instaló una videocámara en la Reserva Ornitológica de El Planerón (Zaragoza) en una parcela con alfalfa de secano. Tras obtener el permiso del propietario de la parcela, se procedió a la instalación de una estructura formada por una plataforma de hormigón cercada por una valla metálica. En su interior se colocó una torreta de 2’5 m de altura con la videocámara, un armario metálico donde se ubica el equipo grabador, y un sistema solar de alimentación con las baterías correspondientes. La cámara fue programada para grabar todos los días durante cuatro horas (de 7 a 11 a.m.). En una primera fase, se instaló un software que detiene automáticamente la grabación cuando detecta movimiento en la parcela, con el objeto de disminuir el tiempo necesario para su visualización y análisis. Posteriormente, en otoño de 2011, con el fin de mejorar determinadas carencias encontradas en dicho software de visualización y para incrementar la calidad de las grabaciones obtenidas, se decidió cambiar la cámara por otra más avanzada e instalar dos sensores de movimiento y calor (sensor PIR). La función de estos sensores sería activar la grabación cuando detectaran la presencia de un ave o de cualquier otro organismo, por lo que en caso de estar correctamente calibrada se conseguirían únicamente grabaciones de aquellos animales que hubieran hecho saltar la alarma y no se necesitaría por tanto el software. 2.2.3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 2.2.3.1. FENOLOGÍA REPRODUCTIVA DE LAS AVES ESTEPARIAS A continuación se detallan los calendarios con los periodos reproductivos de las diferentes aves esteparias consideradas. El sombreado azul muestra los resultados de las observaciones recogidas en los tres años de muestreo (2010, 2011 y 2012). El sombreado verde procede de la información recopilada en la bibliografía y de los archivos de SEO/BirdLife, y sólo se indican cuando los datos encontrados extienden el periodo reproductor resultante del trabajo de campo. Las flechas muestran el inicio o fin del periodo de reproducción en aquellas especies con datos de campo insuficientes o donde no se ha hallado información bibliográfica para esa zona en particular. Las líneas discontinuas rojas representan las fechas de siega u otras labores agrícolas establecidas en las diferentes órdenes reguladoras de cada una de las medidas agroambientales evaluadas. En este apartado se muestran los calendarios de las zonas de estudio agrupadas por índice bioclimático, de manera que las 18 zonas han quedado agrupadas en 9 grupos bioclimáticos diferentes. En el Anexo 2.2 se pueden encontrar los calendarios de reproducción de cada una de ellas por separado. 43 INFORME FINAL i) Camino de Santiago Esta zona es la única de entre las estudiadas localizada en el piso bioclimático supramediterráneo superior, y está situada a una altitud de casi 800 metros sobre el nivel del mar. Contamos con los muestreos de tres primaveras para definir los periodos reproductores de las aves esteparias en esta zona de estudio. Con la información obtenida en dichos muestreos ha sido posible definir los de nueve especies, contando para otras dos (bisbita campestre y perdiz) de datos puntuales. El periodo reproductor más extenso encontrado corresponde con el aguilucho cenizo, que abarca desde la primera decena de marzo a la última de agosto. 1‐ CAMINO SANTIAGO Aguilucho pálido Alondra común Avutarda Bisbita campestre Calandria Codorniz Collalba gris Perdiz Sisón común Terrera común Triguero ENE FEB MAR ABR ► MAY ◄ ► ► JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC La fecha de siega en esta zona está establecida el 15 de julio, lo que puede interferir principalmente con la reproducción del aguilucho pálido y la codorniz y, en menor medida, de la alondra común, la terrera común y la collalba gris. ii) ZEPA Penillanuras y La Nava (Tierra De Campos) y Tierra De Campiñas Las 3 ZEPA restantes de la comunidad de Castilla y León, con altitudes muy parejas que van entre los 705 y los 785 m.s.n.m., se han agrupado en la categoría bioclimática Supramediterráneo inferior seco superior. En este grupo se han recogido datos sobre el periodo reproductor de once especies, teniendo una duración conjunta de 7 meses, desde febrero a agosto. Las especies con una época de cría más dilatada han sido la alondra y la avutarda. 2.NAVA+PENILLANURAS+ CAMPIÑAS Alondra común Avutarda Bisbita campestre Calandria Codorniz Cogujada común Collalba gris Perdiz Sisón común Terrera común Triguero ENE FEB MAR ABR MAY ◄ ► ► 44 JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC INFORME FINAL La fecha de recolección en estas zonas está fijada entre el 5 y el 10 de julio, por lo que esta actividad puede tener un efecto sobre la reproducción de casi todas las especies para las que tenemos suficiente información, principalmente sobre la alondra, la avutarda, la calandria, la codorniz y la perdiz. iii) Campo Visiedo Esta zona, situada a una gran altitud –algo superior a los 850 metros- es la única agrupada en el índice bioclimático Mesomediterráneo superior seco superior. Contamos con información suficiente para delimitar el periodo reproductor de 6 especies: alondra común, calandria, collalba gris, collalba rubia, perdiz y triguero, mientras que contamos con información parcial sobre el aguilucho cenizo, el bisbita campestre y la terrera común. 1 3‐ CAMPO VISIEDO ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC Aguilucho cenizo ◄ ► Alondra común Bisbita campestre ◄ ► Calandria Collalba gris Collalba rubia Perdiz Terrera común ► Triguero 1 Las líneas rojas representan el periodo establecido para realizar la siega de la leguminosa promovida por la medida agroambiental de esta zona (esparceta). La medida agroambiental evaluada en esta zona es la 1.2, para el cultivo de una variedad local de leguminosa (la esparceta). La respectiva orden que la regula establece dos intervalos para desarrollar determinadas labores agrícolas: prohibición del pastoreo u otro tipo de aprovechamiento entre el 1 de mayo y el 1 de junio, y realizar una única siega anual de la esparceta entre el 1 de junio y el 30 de agosto. Ambos periodos solapan de manera más que notable con los periodos de reproducción de todas las especies esteparias encontradas. iv) Lleida y Navarra Bajo el índice bioclimático Mesomediterráneo superior seco inferior, y con la variante bioclimática estépica, se agrupan las dos zonas de muestreo de la provincia de Lleida (Secáns del Segriá y Bellmunt-Almenara) y de las Bardenas Reales de Navarra (Rincón del Bú y El Plano). Como se puede apreciar en la figura siguiente, disponemos de abundante información para delimitar el periodo reproductor de 13 especies, además del sisón del que se dispone de información parcial. La temporada de reproducción en estas zonas se extiende desde la segunda decena de febrero (en el caso del bisbita campestre y la perdiz) hasta la primera de octubre (en el de la collalba gris), siendo la más dilatada la de la perdiz. 45 INFORME FINAL 4‐ LLEIDA + NAVARRA ENE Alcaraván común Alondra común Bisbita campestre Calandria Codorniz Cogujada común Cogujada montesina Collalba gris Collalba rubia Perdiz Sisón común Terrera común Terrera marismeña Triguero FEB MAR ABR ► MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC En conjunto, la cosecha en estas zonas cuatro se debe producir entre el 15 de junio (en la ZEPA Secáns del Segriá) y el 1 de agosto (en las parcelas sembradas con cereal de Navarra), lo cual de nuevo puede interferir de manera importante con la reproducción de la especies esteparias que habitan la zona. v) Castilla-La Mancha Según la clasificación bioclimática seguida, las cuatro zonas de estudio de la comunidad castellano manchega quedan englobadas bajo el mismo índice bioclimático, denominado Mesomediterráneo superior seco inferior. La variación altitudinal es de unos 200 metros, pues oscila entre los 725 metros de Área Esteparia de la Mancha Norte-Toledo, hasta los 930 de El Bonillo. Los muestreos de campo realizados en dichas zonas permiten delimitar el periodo reproductor de trece especies, que en conjunto se extiende desde el mes de febrero (collalba rubia, perdiz y sisón común) hasta el de septiembre (alcaraván, avutarda, calandria, cogujada montesina y sisón). En esta ocasión es el sisón común la especie con la temporada de reproducción más extensa. 5‐ CASTILLA‐LA MANCHA Aguilucho cenizo Alcaraván común Alondra común Avutarda Calandria Codorniz Cogujada común Cogujada montesina Collalba rubia Perdiz Sisón común Terrera común Triguero ENE FEB MAR ABR MAY ► JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC La fecha inicial de siega en esta comunidad autónoma varía por provincias entre el 10 y el 20 de junio, lo cual interfiere ampliamente con la reproducción de las esteparias en la región. 46 INFORME FINAL vi) Embalse de Talaván Esta zona es la única incluida en el tipo bioclimático Mesomediterráneo inferior subhúmero inferior, y está situada a unos 400 metros de altitud. Se cuenta sólo con un muestreo de primavera en esta zona, a pesar de lo cual ha sido posible determinar el periodo reproductor de 8 especies, además del sisón y la perdiz. El ciclo tiene una duración de cuatro meses, entre la segunda decena de marzo y la primera de agosto. 6‐ TALAVÁN ENE Aguilucho cenizo Calandria Codorniz Cogujada común Cogujada montesina Collalba rubia Perdiz Sisón común Terrera común Triguero FEB MAR ABR ► MAY ◄ JUN ► JUL AGO SEP OCT NOV DIC La fecha de siega establecida en la medida agroambiental en Extremadura es el 1 de julio, por lo que esta labor se produce una vez que han terminado o están a punto de terminar los periodos de reproducción de la mayor parte de las especies, siendo las más afectadas el aguilucho cenizo, la cogujada común y la terrera común. vii) Jaén-Córdoba La zona muestreada está situada a unos 600 metros de altitud, en el piso Mesomediterráneo inferior seco superior. La información recopilada en esta zona ha permitido establecer el periodo reproductor completo de tan sólo cuatro especies, dado que la zona sólo fue muestreada durante la primavera de 2010. Para la avutarda, la codorniz y la perdiz se ha podido completar ampliamente el periodo reproductor gracias a la abundante bibliografía encontrada. Como se observa, los periodos de reproducción comienzan la tercera decena de enero. En cuanto al fin del periodo, es la perdiz la que presenta las fechas más tardías, fijadas la segunda decena de septiembre. 2 7‐ JAÉN‐CÓRDOBA ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP Aguilucho cenizo ► Avutarda ► Calandria Codorniz Perdiz Sisón común ► Triguero 2 La línea representa la fecha de siega establecida por la medida agroambiental del PDR. OCT NOV DIC Según la orden de la medida agroambiental, la cosecha en esta zona se produce a partir del 30 de junio, lo cual puede afectar principalmente a la reproducción de la perdiz y en menor medida a la de la codorniz. No obstante, la información recopilada tan reducida no hace aconsejable extraer una conclusión determinante al respecto. 47 INFORME FINAL viii) Llanos de Cáceres La segunda zona de estudio de la comunidad extremeña está ubicada en el índice bioclimático Mesomediterráneo inferior seco inferior, a unos 460 m.s.n.m. Según la información recogida en las tres campañas de muestreo de primavera, el periodo reproductor de las ocho especies abarca desde la primera decena de marzo hasta la tercera de septiembre, siendo los dos más extensos el de la cogujada común y la perdiz. 8‐ LLANOS DE CÁCERES ENE Calandria Codorniz Cogujada común Cogujada montesina Collalba rubia Perdiz Terrera común Triguero FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC La fecha de siega en esta zona está establecida el 1 de julio, por lo que las labores de cosechado interfieren principalmente con la reproducción de la cogujada común y la perdiz, pero no con el del resto de las especies. ix) Monegrillo y Belchite Por último, bajo la categoría bioclimática Mesomediterráneo inferior semiárido superior, se agrupan las dos ZEPA restantes aragonesas, Belchite y Monegrillo, situadas a unos 450 metros. Los muestreos de estas zonas, que presentan unas características físicas muy similares caracterizadas por la aridez, han permitido determinar los periodos de reproducción de trece especies, nueve de ellos completos, siendo los más extensos el de la perdiz, la calandria y la terrera común. 3 9‐ MONEGRiILLO+BELCHITE ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC Alondra común Avutarda ► Bisbita campestre ► Calandria Cogujada común Cogujada montesina Collalba gris ► Collalba rubia Perdiz Sisón común ► Terrera común Terrera marismeña Triguero 3 Las medidas evaluadas en estas zonas no establecen fechas de siega; la medida 1.8 no permite el pastoreo ni realizar labores sobre la vegetación adventicia entre marzo y junio, periodo comprendido entre las líneas rojas. 48 INFORME FINAL Una de las medidas agroambientales evaluadas en estas zonas, la 1.1 (Mantenimiento del rastrojo), no establece unas fechas mínimas para realizar la siega u otras labores agrícolas que puedan tener un impacto sobre las aves nidificantes. En cuanto a la medida 1.8, la regulación establece que no se podrá pastorear ni realizar labores de gestión de la vegetación adventicia en los meses de abril, mayo y junio, ni alzar la alfalfa, en caso de que fuera necesario, antes del 15 de septiembre. La primera de estas medidas excluye la mayor parte del periodo reproductor de las especies esteparias, aunque sí afecta a la fase final de la reproducción de la terrera común, ganga ortega y perdiz. A la vista de los anteriores resultados, se puede apreciar que en casi todas las comarcas la siega solapa de manera notable con el periodo reproductor de las aves esteparias. Las regiones donde esta actividad interfiere menos con la cría son las cuatro zonas de Castilla y León, las dos de Extremadura y las de la comarca de Los Monegros. En la comarca que agrupa a las dos zonas de Lleida y las dos de Navarra, la fecha establecida en la orden de la segunda comunidad es bastante más respetuosa con la reproducción de las esteparias, mientras que en la primera la siega tiene lugar aproximadamente en la mitad del ciclo. Esto mismo es lo que ocurre en las cuatro zonas de Castilla-La Mancha y, en menor medida, en la comarca que incluye a la zona de estudio andaluza. 2.2.3.2. FENOLOGÍA Y GRADO DE DESARROLLO DE LOS CULTIVOS La caracterización de la fenología de los cultivos de las zonas de campo se muestra gráficamente en el Anexo 2.3, junto con una serie de valores con los parámetros de crecimiento de cada uno de los tres años agrícolas incluidos en el estudio (inicio de la época de crecimiento, valor de NDVI de inicio de la época de crecimiento, fin de la época de crecimiento, valor de NDVI de fin de la época de crecimiento, periodo de máximo valor de NDVI y valor máximo de NDVI). Relación entre el estado de los cultivos y la reproducción de las aves esteparias: En la figura 2.13 se muestran las curvas de fenología de los cultivos en cada una de las zonas y la curva de reproducción de las aves (datos acumulados de los tres años). Se han realizado análisis de correlación para determinar el efecto de los índices de NDVI sobre la reproducción de las aves esteparias. En una primera aproximación se compararon, para cada año agrícola, los resultados de los censos de campo (datos acumulados de los 3 años de los comportamientos que indican reproducción segura), diferenciados en decenas, con los valores de esas mismas decenas del promedio de NDVI de los tres años de estudio en cada una de las zonas de estudio. Los resultados de los análisis mostraron que sólo un bajo 49 INFORME FINAL porcentaje de las comparaciones fueron significativas, es decir, en pocas zonas de estudio se encontró una asociación entre las dos variables. Por este motivo, y en base a información sobre aves y otros grupos de organismos encontrada en la literatura científica - por ejemplo, se ha demostrado que el peso corporal y la supervivencia de los terneros de reno (Rangifer tarandus) en otoño está positivamente correlacionado con el NDVI en mayo (Pettorelli et al. 2005b)-, posteriormente se compararon los valores de reproducción en una decena determinada con el valor de NDVI de tres decenas anteriores. Con ello se pretende comparar la actividad reproductiva de las aves en un momento del año con el desarrollo de la vegetación un mes antes. Se asume este desfase al considerar la duración media del ciclo reproductor y de cada una de las fases que lo componen de las especies estudiadas. La tabla 2.7 muestra los resultados de comparar el ciclo reproductivo anual de las aves definido por los censos de campo con la evolución del NDVI a lo largo de cada ciclo agrícola. Como se puede apreciar en la tabla, el número de zonas donde se ha encontrado una relación significativa entre la reproducción de las aves y el desarrollo de los cultivos difiere mucho entre años. Si consideramos los tres años de estudio en conjunto, en 11 de las zonas analizadas se ha encontrado una correlación entre las dos variables, aunque en otras dos el valor de p es muy cercano a la significación, por lo que se puede decir que existe una asociación entre las dos variables analizadas en entre el 61 y el 72% de las comparaciones. Este porcentaje disminuye si se analiza cada año por separado. En 2010 se ha encontrado una correlación significativa entre las variables en sólo 8 de las 17 zonas de estudio (el 47%), en 2011 en otras 8 aunque dos más se encuentran cercanas al valor de significación (47-59%) y en 2012 en 5 de las 10 zonas. No obstante, es reseñable que para más del 80% de las relaciones significativas el nivel de significación es muy alto, inferior a 0,01, lo cual indica una estrecha relación entre las dos variables en esas zonas. Destaca el hecho de que haya zonas donde no se haya encontrado correlaciones significativas en ninguno de los años de estudio, como el Área Esteparia del Este de Albacete, mientras que en otras las variables están siempre relacionadas, como en los Llanos de Cáceres (si bien en 2011 las diferencias son marginalmente significativas). Llama la atención también la baja relación encontrada en las cuatro zonas de Castilla-la Mancha, donde sólo hay resultados significativos en El Bonillo en 2010 y en el Área Esteparia de la Mancha Norte-Cuenca, en 2011. 50 INFORME FINAL 51 INFORME FINAL Figura 2.13. Curvas de fenología de los cultivos de cada una de las zonas de estudio y porcentaje de aves esteparias totales con comportamientos que indican reproducción segura (datos acumulados de los 3 años). Elaboración propia a partir de datos de DEIMOS Imaging SL 52 INFORME FINAL Tabla 2.7: Resultados de las correlaciones comparando los calendarios de reproducción de las aves con los valores de NDVI a lo largo del año. Se presentan las 2 comparaciones de cada uno de los años de estudio por separado así como del valor promedio de los tres años de estudio. Se muestra el coeficiente de determinación r , los grados de libertad y la significación estadística (en negrita valores de p<0,05). 2 r Belchite Monegrillo Campo Visiedo El Plano Rincón del Bú Secans Segriá Bellmunt La Nava Penillanuras Camino Santiago Tierra Campiñas AEEA El Bonillo AEMN‐Toledo AEMN‐Cuenca Llanos Cáceres Talaván Jaen‐Córdoba 0,1465 0,5202 0,0400 0,5137 0,3784 0,3945 0,4686 0,2997 0,4043 0,5898 0,9304 0,2551 0,5854 0,0014 0,0036 0,6566 ‐‐‐ 0,1106 2010 gl 11 8 6 11 6 5 6 8 10 9 8 8 8 7 7 6 ‐‐‐ 6 2 p r 0,197 0,019 0,635 0,006 0,104 0,131 0,061 0,101 0,026 0,006 0,000 0,136 0,010 0,922 0,877 0,015 ‐‐‐ 0,421 0,2362 0,4983 0,0400 0,9112 0,9297 0,7337 0,5382 0,1163 0,0556 0,0836 0,7430 0,0729 0,0569 0,0421 0,3940 0,2437 0,6922 ‐‐‐ 2011 gl 12 14 16 14 9 11 13 15 15 14 14 15 14 12 11 12 10 ‐‐‐ 53 2 2012 gl p p r 0,078 0,002 0,426 0,000 0,000 0,000 0,002 0,180 0,362 0,277 0,000 0,294 0,374 0,481 0,022 0,073 0,000 ‐‐‐ 0,9123 ‐‐‐ 0,5529 0,0070 ‐‐‐ 0,9263 ‐‐‐ ‐‐‐ 0,0159 0,6895 0,4478 0,2610 ‐‐‐ 5 ‐‐‐ 5 6 ‐‐‐ 4 ‐‐‐ ‐‐‐ 4 5 5 5 ‐‐‐ 0,001 ‐‐‐ 0,055 0,843 ‐‐‐ 0,002 ‐‐‐ ‐‐‐ 0,812 0,021 0,100 0,241 ‐‐‐ 0,2669 0,6888 ‐‐‐ ‐‐‐ 6 6 ‐‐‐ ‐‐‐ 0,190 0,011 ‐‐‐ ‐‐‐ 2 r 0,2220 0,4019 0,1703 0,7482 0,5344 0,3850 0,3331 0,5162 0,3935 0,4635 0,6309 0,0593 0,1801 0,0206 0,0736 0,0022 0,6937 0,0884 2010‐12 gl 16 17 17 20 14 14 15 18 16 16 17 18 18 19 16 16 10 10 p 0,048 0,004 0,079 0,000 0,001 0,010 0,015 0,000 0,005 0,002 0,000 0,301 0,062 0,534 0,276 0,851 0,000 0,348 INFORME FINAL La falta de significación en algunas zonas y años puede deberse a que no se ha encontrado el desfase de decenas exacto entre los valores del NDVI y la reproducción de las aves, por lo que sería necesario investigar más sobre ello. El análisis conjunto detallado de las curvas de fenología de los cultivos y el ciclo reproductivo de las aves (figura 2.13) puede ayudar a reflexionar sobre este aspecto y llegar a alguna hipótesis de trabajo. Por otra parte, también puede deberse a un buen número de factores de distinta índole, como a una baja detección de individuos con comportamiento reproductivo o a la influencia de otras variables no consideradas que pueden estar directa o indirectamente relacionadas con el índice de vegetación usado, como la cantidad y distribución de las precipitaciones o los patrones de temperatura, tanto en las zonas de reproducción como en las de invernada en el caso de las especies migratorias. La comparación entre la reproducción de las esteparias y el NDVI de las zonas de estudio se ha realizado introduciendo un desfase de tres decenas entre ambas variables. La justificación de este procedimiento está documentada en la literatura científica, ya que recientes estudios han demostrado que los impactos del clima sobre la dinámica poblacional de diversos grupos animales son visibles tras un cierto lapso de tiempo. Como ejemplo, se ha demostrado que el peso corporal de los renos al nacer –valor afectado positivamente por el NDVI en junio- se correlaciona positivamente con la productividad de la población 3 o 4 años más tarde (lo que se corresponde con el inicio de la reproducción en las hembras (Couturier et al. 2009). Este desfase se debe a la propia dinámica endógena del sistema, ya que los distintos eslabones de la cadena trófica tienen que mantener la sincronía con sus recursos tróficos. Así, se sabe que el adelanto en la salida de las hojas resulta en un adelanto en la eclosión de las orugas, debido a que los insectos herbívoros, que son presa de muchas especies de aves, deben sincronizarse con sus fuentes de alimento. Sin embargo, salvo en las especies oportunistas (Visser et al. 2002, 2004), las aves no usan la abundancia de alimento como un indicador directo del momento de la reproducción, sino que atienden a una indicación indirecta, como la temperatura o las precipitaciones, por lo que encontrar cuál es el indicador ambiental que usan las aves para fijar el momento de la reproducción es un asunto muy relevante (Robinson et al. 2005). No obstante, estos desajustes pueden variar a escalas espaciales muy pequeñas en respuesta a parámetros ecológicos locales (Visser et al. 2004). Hay evidencias que apuntan a la existencia de desajustes como este en carboneros (Parus major), papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca) y halcones abejeros (Pernis apivorus) (Buse et al. 1999). En conclusión, los resultados obtenidos en este apartado son halagüeños y permiten pensar que es posible establecer una relación causa-efecto entre la reproducción de las aves y el desarrollo de los cultivos medido a través del NDVI. Es decir, las variaciones interanuales en la fenología de los cultivos podrían reflejar los cambios en los calendarios en la época reproductiva de las aves en función de las condiciones meteorológicas específicas de cada año. En cualquier caso parece claro que el NDVI representa una herramienta útil con la que relacionar clima y vegetación con la distribución, supervivencia, reproducción o crecimiento 54 INFORME FINAL animal a escalas espaciales y temporales grandes (Pettorelli et al. 2005a). Por todo ello, se puede concluir que el NDVI u otros índices remotos similares proporcionan un método de seguimiento barato, sistemático, repetible y verificable, y constituye una herramienta para evaluar la eficacia de diferentes prácticas de gestión (Alcaraz-Segura et al. 2009), como por ejemplo las agrícolas. 2.2.3.3. VIDEOSEGUIMIENTO En total se han analizado 127 jornadas de grabación durante el período de estudio. Las grabaciones registradas en dicho periodo suman un total de 464 horas y 33 minutos, y se han detectado un total de 247 aves en 224 observaciones diferentes. Como se recoge en la siguiente tabla, se han identificado al menos 9 especies diferentes, así como ejemplares de 3 taxones que sólo han podido ser identificados a nivel de Género. Tabla 2.8. Nº de observaciones registradas para cada una de las especies identificadas. Se indica el porcentaje que supone el número de registros de cada especie respecto al total de observaciones registradas (incluidas las no identificadas y las identificadas a nivel de Género). Nº de ejemplares detectados % respecto al total de aves registradas Lanius meridionalis 56 22,67% Calandrella brachydactyla 46 18,62% Upupa epops 22 8,91% Melanocorypha calandra 8 3,24% Burhinus oedicnemus 6 2,43% Pica pica 2 0,81% Anthus campestris 1 0,40% Circus aeruginosus 1 0,40% Hirundo rustica 1 0,40% 65 26,3% 208 84,21 % Especie NIVEL GÉNERO (3 taxones) Total En cuanto a la actividad de las aves a lo largo del tiempo de grabación, se ha observado un pico máximo después del amanecer y en las primeras horas del día, entre las 08:15 y las 09:45 horas. La actividad parece ir disminuyendo en las horas posteriores conforme se va incrementando la temperatura ambiental, aunque se aprecia un repunte hacia el final del período de grabación, al mediodía. 55 INFORME FINAL Figura 2.14. Patrón de actividad de las aves durante el período de grabación, comprendido entre las 08:00 y las 11:45 horas. Se indica el número de aves observadas/hora en cada rango horario estudiado (períodos de 15 minutos) y la línea de tendencia (en color rojo). Los resultados obtenidos en la segunda parte de la actividad, realizada durante el año 2012 con el fin de mejorar el equipo de grabación, no han mejorado de manera sustancial la detectabilidad de las especies objetivo. A la vista de todo lo anterior, se puede concluir que esta metodología no es la adecuada para el seguimiento de alaudidos u otras especies de pequeño tamaño como la mayor parte de las aves esteparias, puesto que este hecho dificulta su detección por los dos elementos utilizados en este proyecto (software de visualización y sensores PIR). No obstante, quizás se podría experimentar con otro tipo de sensores o tecnología capaz de detectar organismos tan pequeños. 2.2.4. CONCLUSIONES Del análisis de los calendarios de reproducción de las esteparias en cada una de las zonas de estudio se desprende que sería recomendable retrasar las fechas de siega lo más posible en las zonas de estudio para ajustarlas a los periodos de reproducción del mayor número de especies esteparias. Está demostrado que pequeños retrasos en las fechas de siega de tan sólo 7-10 días pueden hacer que disminuya el impacto de esta labor agrícola sobre algunas de estas especies, como los aguiluchos cenizos (Arroyo et al. 2002). De la misma manera, se ha comprobado que el retraso de unos 15 o 20 días en la maduración y posterior siega de la cebada con respecto al trigo, tiene como consecuencia un incremento en la probabilidad de supervivencia de los pollos de aguilucho nacidos en dicho cereal (Castaño 1995). 56 INFORME FINAL Sería deseable no obstante que las fechas de siega se revisaran y establecieran en cada ciclo agrícola de manera acorde a las condiciones climatológicas. Para ello se podrían utilizar herramientas como el seguimiento satélite de la maduración de los cereales (como hemos visto en el seguimiento de MODIS), puesto que los resultados del análisis entre el desarrollo de los cultivos (medido a través del NDVI) y la reproducción de las aves reflejan una posible relación causa-efecto. En el caso que nos ocupa, la aplicación más directa de esto sería poder determinar en cada ciclo agrícola y con antelación el momento más adecuado para la cosecha, considerando el estado de los cultivos y su mejor momento productivo, y el ciclo de las aves esteparias para disminuir en lo posible el impacto sobre su reproducción. En especies como la codorniz se ha visto que existe una correlación entre la duración de su estancia en una zona determinada y las precipitaciones acumuladas durante el periodo de cría, debido a que el ritmo de maduración de los cereales se acorta de manera notable en años de sequía (Puigcerver 1990). Este hecho también está bien descrito en el aguilucho cenizo, para el que se ha comprobado que en años en los que las lluvias primaverales tardías de finales de mayo o primeros de junio son abundantes, el impacto de la siega sobre la supervivencia de los pollos es menor, ya que se produce un retraso en la cosecha del cereal (Castaño 1995, 1997). En línea con esto, una medida complementaria con la anterior que contribuiría a aumentar la tasa de supervivencia de los pollos sería el uso de variedades de cereal del ciclo más largo que las características agroclimáticas de cada zona permitan (cebada frente al trigo, o variedades locales de este último), con lo que se conseguiría un retraso en las fechas de maduración suficiente para permitir que la mayor parte de los pollos hayan volado en el momento de la cosecha. No obstante, sería necesario tener en cuenta en el diseño de las medidas y el cálculo de la prima el posible incremento en el riesgo de daños por condiciones climatológicas adversas. Siendo conscientes de la complejidad que supone la elaboración de un calendario de siega específico para cada zona, establecido cada año agrícola en función de las condiciones climatológicas, es fundamental al menos que en los espacios de la red Natura 2000 definidos por la presencia de aves esteparias, o donde éstas especies tengan una situación especialmente sensible, el retraso de las fechas de cosecha se hiciese de forma obligatoria. La pérdida de beneficios de los agricultores por este motivo debería ser compensada por medio de ayudas a los espacios de esta red de protección o mediante otro tipo de líneas de financiación. No obstante, dadas las dificultades que puede suponer la puesta en práctica de esta medida, se podrían plantear otros cambios en el modelo de producción o modificaciones del actual que limiten o reduzcan el impacto de la siega sobre la reproducción de las aves esteparias. Una acción que sería altamente recomendable, y que de algún modo compensaría la pérdida de éxito reproductivo de las esteparias por efecto de la siega, sería la correcta gestión de los barbechos y su mantenimiento a largo plazo, al menos de las especies que más utilizan este sustrato para nidificar (como la terrera común, la calandria, la avutarda, la ganga ibérica, la 57 INFORME FINAL ortega o el sisón). Los barbechos constituyen un elemento clave para la conservación de la mayoría de las especies de esteparias, por su importancia como sustratos de nidificación y alimentación debido a la diversidad de plantas adventicias que alberga (Morales et al. 2006). En concreto, son un elemento clave para la conservación del sisón (Martínez 1994, Wolff et al. 2002, Morales et al. 2005, Morales et al. 2006, Leitao et al. 2010), hasta el punto de que su pérdida se ha identificado como la principal causa de declive en la densidad de machos (Delgado y Moreira 2010). Por todo ello, habría que fomentar la gestión tradicional de los barbechos (con alternancia de año y vez o al tercio), evitando tratarlos con fitosanitarios, creando franjas permanentes sin cultivar entre las parcelas, reduciendo su laboreo y evitando esta actividad en la época de reproducción. De la misma manera, sería deseable el mantenimiento de las lindes y ribazos, así como de franjas sin cosechar. De manera similar a los barbechos, estos elementos del paisaje ofrecen alimento y cobijo a las aves de estos medios, entre las que se encuentran la perdiz, el bisbita campestre, el alcaraván, la codorniz, la calandria, la collalba rubia o la collalba gris, entre otras. Para la primera especie se ha puesto de manifiesto la importancia crucial de las lindes como zonas de nidificación, presentando los mayores índices de éxito reproductor y siendo el sustrato de nidificación más seleccionado (Casas y Viñuela 2009). Por ello es muy importante fomentar su generalización así como prohibir su eliminación o reducción y el uso de agroquímicos. También sería recomendable dejar bandas periféricas de unos 5 m sin cosechar, lo que constituye una medida de gestión muy efectiva para la perdiz roja ya que la mayor parte de los nidos situados en los campos de cereal se localizan cerca de sus márgenes (Casas y Viñuela 2010). Igualmente importante, es el mantenimiento de los rastrojos sobre el terreno, prohibiendo su quema y retrasando al máximo su alzado. Este sustrato aporta refugio y alimentación a numerosas especies de esteparias, especialmente durante el otoño e invierno, como a la alondra común, alcaraván, codorniz, triguero, calandria, avutarda o sisón. El levantamiento de los rastrojos justo después de la cosecha tiene un alto impacto sobre las codornices ya que se elimina el refugio para la especie y sus presas (Comisión Europea 2009). Otra regulación básica sería la prohibición general del cosechado y empacado nocturno para evitar la muerte de buen número de ejemplares de algunas especies, al quedar desorientados y cegados por los faros en su periodo de descanso. Se debería establecer una hora a partir de la cual no estuviera permitido realizar esta actividad, como por ejemplo, una hora después de la puesta del sol. También se podría limitar el uso del rastrillo. Esta herramienta, utilizada para agrupar la paja una vez segada, resulta muy peligrosa para la avifauna, y provoca buena parte de la mortalidad durante el proceso de siega y empacado. El motivo de ello es la alta velocidad a la que trabaja, así como la amplitud de la banda de barrido, que dificulta la escapada de los animales. En la misma línea, sería recomendable utilizar, en la medida de lo posible, un recorrido de 58 INFORME FINAL cosechado y empacado que permita la huida de las aves nidificantes o presentes en el campo. La forma propuesta más habitual es realizar el recorrido desde el centro hacia fuera (Comisión Europea 2009), aunque los agricultores y conductores de este tipo de maquinaria argumentan la dificultad de ejecutar este movimiento. En un estudio específico sobre los efectos del cosechado y empacado sobre la perdiz y la codorniz realizado en Navarra, se propone un tipo de recorrido en forma de zig-zag desde un extremo hasta el otro del campo tras realizar unos pases por su periferia (GVRAN 2005). Por último, para las dos especies de aguilucho sería recomendable desarrollar campañas de salvamento de nidos. En el caso del aguilucho cenizo existen datos concretos que relacionan la probabilidad de extinción en 100 años de las subpoblaciones de esta especie con la fecha de cosecha del cereal, el sustrato donde ubica sus nidos de manera preferente (Arroyo et al. 2002). Sus resultados apuntan que, si más del 50% de los nidos de aguilucho se encuentran con pollos pequeños en el momento de la cosecha, la extinción se produce de manera segura. Las acciones de salvamento de nidos pueden llegar a reducir la probabilidad de extinción de modo significativo sólo si se salvan más del 50% de los nidos en peligro. Sin embargo, y como ya se ha comentado anteriormente, pequeños retrasos en la fecha de siega (de una semana en un caso concreto), pueden llegar a reducir en un 50% la probabilidad de extinción en ausencia de medidas de salvamento de pollos, aumentando el porcentaje si se combinan ambas acciones. De manera práctica, estos resultados implicarían la reducción de la mortalidad de pollos por efecto de la siega por debajo del 10%, retrasando la siega hasta mayo-julio según la latitud, en combinación con salvamento de nidos (Arroyo et al. 2002). 59 INFORME FINAL 2.3. ESTUDIO BASE PARA UNA PROPUESTA AGROAMBIENTAL EN CANARIAS 2.3.1. INTRODUCCIÓN El objetivo principal del proyecto Ganga es evaluar la efectividad de las medidas agroambientales dirigidas a la avifauna esteparia. Sin embargo, a pesar de las conclusiones del proyecto LIFE Hubara (LIFE03NAT/E/0000461) que demostraban la importancia de los cultivos para algunas de las especies de mayor interés presentes en las islas orientales, estas medidas no han sido aplicadas en el archipiélago canario. Por ello, y dadas las especiales características de la avifauna esteparia que alberga y de los sistemas agrícolas tradicionales existentes, se incorporó una línea de trabajo complementario en dichas islas, con el que se ha pretendido caracterizar la avifauna existente en los hábitats esteparios y agrícolas de las islas, establecer la fenología reproductiva de estas especies e identificar los usos agrícolas que resultan más beneficiosos para ellas. El objetivo último de todo ello es determinar si sería conveniente y posible diseñar un programa de medidas agroambientales similar a los desarrollados en la península para este grupo de aves. A todo ello debe sumarse que muchas de las especies consideradas adquieren especial relevancia desde el punto de vista de la conservación por tratarse de taxones endémicos de las islas o por habitar únicamente en este archipiélago en el contexto nacional y europeo. Estudios previos han puesto de manifiesto la importancia de los cultivos y de otros hábitats agrícolas para la avifauna canaria en general y para las especies esteparias en particular (Martín et al. 1996, Medina 1999, Carrascal et al. 2006). Especial interés merecen las especies de alto valor de conservación como la avutarda hubara (Chlamydotis undulata fuertaventurae), especie restringida a las islas de Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa. Los cultivos agrícolas ofrecen alimento predecible y de calidad para esta especie (Medina 1999), dependiendo del cultivo y del momento fenológico, siendo especialmente claves durante los meses más desfavorables en que la disponibilidad de alimento se reduce, que en estas latitudes son a finales de primavera y sobre todo en verano. Para el resto de las especies esteparias existe información bibliográfica sobre el uso de zonas agrícolas para el corredor sahariano (Cursorius cursor) (Emmerson y Lorenzo 2007a), el alcaraván común (Burhinus oedicnemus) (Martín 1987, Lorenzo et al. 2004), la ganga ortega (Pterocles orientalis) (Carrascal y Alonso 2005, Palomino 2005), la terrera marismeña (Calandrella rufescens) (Martín y Lorenzo 2001) y la codorniz (Coturnix coturnix) (Barone y Lorenzo 2007), entre otros. 1 http://www.seo.org/lifehubara/Castellano/Index_Life.htm 60 INFORME FINAL 2.3.2. MATERIAL Y MÉTODOS Áreas de estudio El proyecto se ha desarrollado en distintas áreas de las islas de Fuerteventura y Lanzarote identificadas previamente por SEO/BirdLife como importantes para las aves esteparias o IBA (Viada 1998, Lorenzo 2007). a) Lanzarote: Las zonas de estudio en Lanzarote son las siguientes: 1. Jable de Famara (Tinajo y Teguise). Incluye sectores de jable de El Cuchillo a Teguise, con cultivos y sin ellos. Coincide con la ZEPA Islotes del norte de Lanzarote y Famara. 2. Teguise (Teguise). Incluye sectores esteparios con cultivos y sin ellos dentro del área comprendida entre el Alto de Guanapay, Teseguite y Los Ancones. Coincide con la ZEPA Llanos de La Corona y Tegala Grande. 3. Vega de San Bartolomé (San Bartolomé, Teguise y Arrecife). Comprende las zonas esteparias con y sin cultivos de la Vega de San Bartolomé y Zonzamas, así como del jable de Argana y Güime. No está incluida en zona ZEPA pero está definida como IBA. 4. Playa Quemada (Yaiza). Incluye la zona esteparia de Cortijos Viejos, así como los cultivos de la Vega de Temuime. Limita con la ZEPA Los Ajaches, pero las zonas esteparias estudiadas carecen de dicha protección. 5. El Rubicón (Yaiza). Área esteparia y cultivos del Cortijo de las Maretas y El Terminito. Coincide con la ZEPA Llanos de La Mareta y Cantil del Rubicón. b) Fuerteventura: En la isla más meridional se han seleccionado cuatro zonas de muestreo: 1. Los Alares (Antigua). Incluye sectores esteparios, gavias en activo y abandonadas, y gavias con valla para evitar el trasiego de ganado. Coincide con la ZEPA Llanos y Cuchillos de Antigua. 2. Vega Vieja (Antigua). Cuenta con sectores esteparios, gavias en activo y abandonadas. Coincide con la ZEPA Llanos y Cuchillos de Antigua. 3. Lajares (La Oliva). Igual que las anteriores, incluye sectores esteparios, gavias en activo y abandonadas, y gavias con valla para evitar el trasiego de ganado. Incluye la ZEPA denominada Lajares, Esquinzo y costa del Jarubio. 4. Caldereta – Guisguey (La Oliva y Puerto del Rosario). Dispone de sectores esteparios, gavias en activo y abandonadas. No está incluida en zona ZEPA pero está definida como IBA. 61 INFORME FINAL Figura 2.15. Ubicación de las áreas de estudio de Fuerteventura y Lanzarote. Método de muestreo Debido a su carácter experimental, la metodología de muestreo es diferente al utilizado en la península. En este caso se ha usado un diseño de parcelas demostrativas en las que se dan distintos tipos de sistemas agrícolas. En cada una de las zonas se han seleccionado una serie de recorridos de muestreo que incluyen dos tipos de hábitats diferentes: estepas naturales y áreas cultivadas. Para el censo de aves se ha seguido una adaptación del método del transecto lineal con banda fija de 25 m a cada lado del observador, complementado con la realización de puntos de observación. En Fuerteventura, en cada zona de estudio se ha establecido un recorrido a pie de 3 km de longitud (12 unidades de 250 m) a modo de transecto lineal, completado con 5 puntos de observación en cada área de 15 minutos de duración. En Lanzarote se definieron 2 transectos y entre 6 y 8 puntos de observación en cada área de estudio. Los muestreos se desarrollaron durante las primeras horas de la mañana y últimas de la tarde, con buenas condiciones meteorológicas (ausencia de de lluvia y viento fuerte), y preferentemente en días soleados. Sólo se registraron las aves observadas en el interior de las zonas descritas. En la isla de Fuerteventura, donde el abandono de la actividad agrícola es más acusado, se identificaron parcelas agrícolas en desuso con el objeto de realizar siembras experimentales durante el ciclo agrícola 2012 y testar así la respuesta de las aves a una mayor disponibilidad de cultivos. Las siembras fueron llevadas a cabo por el Cabildo de Fuerteventura, previa autorización de sus propietarios, que cedió la maquinaria y personal necesario para preparar los campos de labor. Las especies seleccionadas para la siembra en dichas parcelas son 62 INFORME FINAL cultivos tradicionales de la isla, en concreto, cereal (trigo y cebada), mezcla forrajera y una leguminosa de cultivo tradicional (como el chícharo). Los tres tipos de cultivos se sembraron de forma más o menos equitativa, de manera que hubiera una buena representación de cada uno en cada zona de estudio. Para permitir la comparación con los datos recogidos en la campaña anterior, se mantuvieron los transectos y puntos realizados en la campaña de 2011, puesto que las parcelas de siembra fueron seleccionadas para que solaparan. En la isla de Lanzarote se han realizado cuatro campañas de muestreo: invierno 2010 y primavera, verano y otoño de 2011. En Fuerteventura, se han realizado las mismas campañas de muestreo que en la isla anterior y además primavera y verano de 2012, una vez que se realizaron las siembras en las parcelas experimentales. Aunque se ha caracterizado toda la avifauna presente en las áreas de muestreo, el trabajo se ha concentrado en las especies más ligadas a los medios agroesteparios. Análisis de datos Cada una de las observaciones de individuos se ha asignado a una de las dos categorías de hábitat: estepario o agrícola. Dentro de la segunda, se ha diferenciado entre: cultivos de cereal, hortalizas (batatas, patatas, calabazas…), leguminosas (garbanzos, chícharos, lentejas, alfalfa…), frutales (higueras, algarrobos, chumberas,… todos ellos situados normalmente en las lindes entre parcelas) o mosaico. En primer lugar, se ha hecho un análisis para determinar si existen diferencias en la abundancia y diversidad de aves esteparias entre los distintos medios (agrícola y estepario) y entre los diferentes cultivos para cada una de las estaciones. Para ello se ha realizado una U de Mann-Whitney en el primer caso y una Chi-cuadrado en el segundo. El primero de los test también se ha usado para determinar si existen diferencias en el uso de los diferentes hábitats entre 2011 y 2012 en Fuerteventura. Se ha excluido a la codorniz de todos los análisis por el reducido número de datos obtenido durante los censos. Fenología reproductiva de las aves esteparias El procedimiento para determinar los periodos de reproducción de las especies de aves esteparias está descrito en el apartado 2.2. 2.3.3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 2.3.3.1. LANZAROTE 63 INFORME FINAL Análisis de uso del hábitat Las especies detectadas en cada una de las zonas de muestreo a lo largo del periodo de estudio aparecen en el Anexo 2.4. En total se han detectado 52 especies de aves durante el año 2011, incluidas las esteparias, y entre las que se diferencias especies nidificantes y migratorias, tanto de paso como invernantes. Se ha hecho un primer análisis para determinar si las aves esteparias hacen un uso diferencial de los hábitats esteparios o agrícolas en cada estación. Los resultados muestran que tanto la diversidad de especies como la abundancia de aves son superiores en los hábitats agrícolas que en los esteparios (figura 2.16 y anexo 2.5), excepto la diversidad en primavera. En primavera las diferencias entre estas dos variables no han sido significativas; en verano, tanto la diversidad como la abundancia han sido significativamente superiores en los ambientes agrícolas, mientras que en otoño e invierno, únicamente la abundancia ha arrojado estos resultados. INVIERNO OTOÑO VERANO PRIMAVERA Lanzarote Diversidad Abundancia ** Diversidad ** Abundancia Estepario Agrícola Diversidad * Abundancia Diversidad ** Abundancia 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 Observaciones ponderadas Figura 2.16. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en medios agrícolas y esteparios en Lanzarote (* p<0,05; ** p<0,01). 64 INFORME FINAL Primavera Alectoris barbara Bucanethes githaneus Burhinus oedicnemus Es tepa ri o Calandrella rufescens Agrícola Chlamydotis undulada Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 Observaciones ponderadas Verano Alectoris barbara ** Bucanethes githaneus * Burhinus oedicnemus Es tepari o Calandrella rufescens Agrícol a Chlamydotis undulada Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 Observaciones ponderadas Otoño Alectoris barbara Bucanethes githaneus Burhinus oedicnemus Es tepa rio Calandrella rufescens Agrícol a Chlamydotis undulada Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5 3,0 Observaciones ponderadas Invierno Alectoris barbara * Bucanethes githaneus Burhinus oedicnemus Es tepa ri o Calandrella rufescens Agrícol a Chlamydotis undulada Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 Observaciones ponderadas Figura 2.17. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en medios agrícolas y esteparios de Lanzarote (* p<0,05; ** p<0,01). 65 INFORME FINAL Analizando la selección estacional de cada especie, se observa que en primavera no existe una selección estadísticamente significativa de ninguno de los medios aunque la abundancia de todas especies excepto de alcaraván son superiores en los agrícolas (figura 2.17). En verano, la selección de los medios agrícolas se repite en todas las especies (en la perdiz moruna y el alcaraván la selección es estadísticamente significativa) excepto en la ganga ortega, que sólo ha sido localizada en ambientes esteparios. En otoño, el patrón es similar aunque no hay diferencias significativas (sólo en el caso de la terrera marismeña las diferencias casi alcanzan el nivel de significación), siendo la abundancia en los medios esteparios ligeramente superior para la perdiz moruna. Por último, en invierno son tres las especies que han mostrado valores mayores en los medios esteparios: el alcaraván, la hubara y el corredor sahariano; no obstante, las diferencias son sólo significativas para la perdiz moruna, que ha seleccionado los medios agrícolas. Al analizar el uso de cada tipo de cultivo, en primer lugar se observa que en primavera los mayores valores de abundancia y diversidad se dan en los cultivos de cereal, mientras que en invierno tienen lugar en los cultivos hortícolas, siendo las diferencias significativas en las dos estaciones (figura 2.18). INVIERNO OTOÑO VERANO PRIMAVERA Lanzarote * Diversidad * Abundancia Varios Diversidad Frutal de linde Abundancia Mosaico Leguminosa Diversidad Hortícola Abundancia Cereal ** Diversidad Abundancia ** 0,0 2,5 5,0 7,5 10,0 12,5 15,0 Observaciones ponderadas Figura 2.18. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en los distintos tipos de medios agrícolas en Lanzarote (* p<0,05; ** p<0,01). El uso por especies se puede apreciar en la figura 2.19 y en el anexo 2.5. En primavera, la ganga ortega, la avutarda hubara y el camachuelo hacen un uso significativamente superior del cereal, la terrera marismeña de los cultivos hortícolas y la perdiz moruna de las leguminosas. 66 INFORME FINAL Primavera * Alectoris barbara Bucanethes githaneus ** Varios Frutal de linde Burhinus oedicnemus Mosaico ** Calandrella rufescens Chlamydotis undulada Pterocles orientalis 0,0 Hortícola * ** * Cursorius cursor Leguminosa 0,5 1,0 1,5 Cereal 2,0 2,5 3,0 3,5 Observaciones ponderadas Verano Alectoris barbara **Varios Bucanethes githaneus Frutal de linde Burhinus oedicnemus Mosaico Calandrella rufescens Leguminosa Chlamydotis undulada Hortícola Cereal Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0 Observaciones ponderadas Otoño Alectoris barbara Bucanethes githaneus ** Burhinus oedicnemus Varios Frutal de linde Mosaico Calandrella rufescens Leguminosa Chlamydotis undulada Hortícola Cereal ** Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 Observaciones ponderadas Invierno Alectoris barbara Bucanethes githaneus Varios Frutal de linde * Burhinus oedicnemus Mosaico Calandrella rufescens Leguminosa Chlamydotis undulada Hortícola ** Cursorius cursor Cereal Pterocles orientalis 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0 Observaciones ponderadas Figura 2.19. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en los distintos tipos de medios agrícolas en Lanzarote (* p<0,05; ** p<0,01). 67 INFORME FINAL En verano, únicamente existen diferencias significativas en el uso del camachuelo, con valores superiores en los cultivos de cereal, al igual que en otoño, aunque en esta última estación otra especie, el corredor sahariano, muestra valores significativamente mayores en la categoría de cultivos agrícolas varios. Por último, en invierno el alcaraván ha mostrado valores muy similares en los cultivos hortícolas y en los de cereal, mientras que la hubara ha sido encontrada con más frecuencia en los primeros. Fenología reproductiva de las aves esteparias En esta isla se ha recopilado suficientes observaciones para definir de manera razonablemente completa el periodo reproductor de siete especies, como se puede apreciar en la siguiente figura. LANZAROTE ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC Alcaraván común Avutarda hubara Bisbita caminero Camachuelo trompetero Codorniz Perdiz moruna Terrera marismeña Figura 2.20. Periodos de reproducción de las aves esteparias en la isla de Lanzarote (los colores siguen el esquema descrito en el apartado 2.2). De manera general la temporada de cría en esta isla comprende la primera mitad del año, en concreto abarca desde principios de diciembre hasta primeros de septiembre, aunque se concentra al periodo que va entre enero y julio. El periodo más largo lo presenta la especie de mayor tamaño, la hubara, seguida del alcaraván y del bisbita caminero. 2.3.3.2. FUERTEVENTURA Las especies detectadas en Fuerteventura se detallan en el Anexo 2.4. Análisis de uso del hábitat En cuanto a los resultados de la isla de Fuerteventura, se muestra claramente cómo la abundancia de aves es superior en los medios agrícolas en los meses de primavera y verano, mientras que en otoño e invierno es mayor en los esteparios (sólo hay diferencias significativas en verano e invierno). En cuanto a la diversidad de especies, los valores son superiores en los cultivos en todas las estaciones, aunque las diferencias sólo son significativas en primavera y verano. 68 INFORME FINAL INVIERNO OTOÑO VERANO PRIMAVERA Fuerteventura Diversidad ** Abundancia Diversidad * * Abundancia Estepario Agrícola Diversidad Abundancia Diversidad ** Abundancia 0,0 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0 12,0 Observaciones ponderadas Figura 2.21: Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en medios agrícolas y esteparios en Fuerteventura (* p<0,05; ** p<0,01). En primavera, todas las especies salvo la terrera marismeña y el corredor sahariano han mostrado valores superiores en los medios agrícolas (en el último caso, diferencias estadísticamente significativas), siendo las diferencias significativas para la perdiz moruna, el camachuelo trompetero y la avutarda hubara. En verano, de nuevo son los cultivos los medios más usados por todas las especies salvo por el corredor, aunque sólo el camachuelo y la avutarda hubara los usan de manera significativamente superior. A partir del otoño los medios esteparios comienzan a ser más usados. En otoño sólo el camachuelo selecciona de manera clara los medios agrícolas, igual que en invierno, aunque en ésta última estación la abundancia de terreras marismeñas fue estadísticamente superior en los esteparios. 69 INFORME FINAL Primavera Alectoris barbara * Bucanethes githaneus ** Burhinus oedicnemus Es tepari o Calandrella rufescens Agrícol a ** * Chlamydotis undulada Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 Observaciones ponderadas Verano Alectoris barbara * Bucanethes githaneus Burhinus oedicnemus Es tepari o Calandrella rufescens Agrícol a Chlamydotis undulada * Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 Observaciones ponderadas Otoño Alectoris barbara ** Bucanethes githaneus Burhinus oedicnemus Es tepa ri o Calandrella rufescens Agrícol a Chlamydotis undulada Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 Observaciones ponderadas Invierno Alectoris barbara Bucanethes githaneus * Burhinus oedicnemus ** Calandrella rufescens Es tepa ri o Agrícol a Chlamydotis undulada Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 Observaciones ponderadas Figura 2.22. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en medios agrícolas y esteparios de Fuerteventura (* p<0,05; ** p<0,01). 70 INFORME FINAL Respecto al análisis de uso de los distintos medios agrícolas (figura 2.23, Anexo 2.5), los resultados muestran cómo en primavera los mayores valores de diversidad y abundancia se dan en los cultivos de cereal (diferencias significativas sólo en la primera variable). En verano, la abundancia es mayor en las leguminosas, aunque las diferencias son sólo marginalmente significativas. Por último, en los meses de otoño e invierno no existe una selección clara. INVIERNO OTOÑO VERANO PRIMAVERA Fuerteventura Diversidad ** Abundancia Varios Diversidad Frutal de linde Abundancia Mosaico Leguminosa Diversidad Hortícola Abundancia Cereal Diversidad Abundancia 0,0 2,5 5,0 7,5 10,0 12,5 15,0 17,5 Observaciones ponderadas Figura 2.23. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en los distintos tipos de medios agrícolas en Fuerteventura (** p<0,01). Además, al analizar el uso de los distintos cultivos por parte de las especies consideradas, en primer lugar se desprende que sólo hay resultados significativos en primavera y verano. En la primera estación, hubaras y terreras marismeñas seleccionan significativamente el cereal, y la ganga ortega el mosaico de cultivos, mientras que en los meses estivales las avutardas hubaras y los camachuelos hacen un uso mayor de las leguminosas y los corredores saharianos de otros hábitats agrícolas, como enarenados. En invierno, sólo en la ganga ortega la presencia es superior en los cultivos hortícolas, siendo las diferencias marginalmente significativas. 71 INFORME FINAL Primavera Alectoris barbara Bucanethes githaneus Varios Burhinus oedicnemus Frutal de linde Mosaico Calandrella rufescens * Chlamydotis undulada Leguminosa Hortícola * Cursorius cursor Cereal * Pterocles orientalis 0,0 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0 12,0 14,0 Observaciones ponderadas Verano Alectoris barbara * Bucanethes githaneus Varios Frutal de linde Burhinus oedicnemus Mosaico Calandrella rufescens Leguminosa * Chlamydotis undulada Hortícola * Cursorius cursor Cereal Pterocles orientalis 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 Observaciones ponderadas Otoño Alectoris barbara Bucanethes githaneus Varios Burhinus oedicnemus Frutal de linde Mosaico Calandrella rufescens Leguminosa Chlamydotis undulada Hortícola Cereal Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 Observaciones ponderadas Invierno Alectoris barbara Bucanethes githaneus Varios Frutal de linde Burhinus oedicnemus Mosaico Calandrella rufescens Leguminosa Chlamydotis undulada Hortícola Cereal Cursorius cursor Pterocles orientalis 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 Observaciones ponderadas Figura 2.24. Comparación de la presencia de las diferentes especies esteparias en los distintos tipos de medios agrícolas en Fuerteventura (* p<0,05; ** p<0,01). 72 INFORME FINAL Por último, se ha comparado el uso de los distintos tipos de ambientes entre años de estudio. Hay que reseñar que las escasas precipitaciones caídas a lo largo del ciclo agrícola 2012 han hecho que las siembras planificadas y realizadas en el marco del proyecto en la isla no se desarrollaran, por lo que pueden no haber tenido un efecto sobre la selección de sustratos de las esteparias. No obstante, se ha realizado la comparación para determinar si dicha actividad agrícola ha tenido alguna influencia en la comunidad de aves de las áreas de estudio. El análisis muestra que la abundancia de aves en los cultivos agrícolas fue significativamente superior en el año 2012, mientras que la diversidad de especies fue muy superior en 2011 (Tabla xx). Cuatro de las especies han mostrado diferencias significativas de abundancia entre años de estudio: dos han mostrado valores mayores en 2011, el camachuelo y la perdiz moruna, y otras dos, la ortega y el alcaraván, en 2012. Tabla 2.9. Comparación de la abundancia de aves y la diversidad de especies esteparias en medios agrícolas en 2011 y 2012 en Fuerteventura. 2011 Promedio SD Abundancia aves 8,806 13,052 Diversidad especies 0,337 0,489 Alectoris barbara 0,778 3,602 Bucanethes githaneus 1,944 7,089 Burhinus oedicnemus 0,028 0,203 Calandrella rufescens 5,160 8,177 Chlamydotis undulada 0,146 0,473 Cursorius cursor 0,063 0,750 Pterocles orientalis 0,479 1,439 n 144 144 144 144 144 144 144 144 144 2012 Promedio SD 10,571 19,388 0,177 0,381 0,408 2,802 0,684 2,693 0,112 0,439 8,265 17,040 0,112 0,347 0,071 0,559 0,918 5,082 U Mann‐ Whitney 12116 11909,5 12806,5 12666,0 13394,0 13000,0 14100,0 13852,0 13152 n 196 196 196 196 196 196 196 196 196 P 0,023 0,002 0,001 0,006 0,034 0,187 0,979 0,204 0,037 Fenología reproductiva de las aves esteparias De la información extraída en los muestreos de campo se ha podido definir el periodo de cría de siete especies. FUERTEVENTURA Alcaraván común Avutarda hubara Bisbita caminero Camachuelo trompetero Corredor sahariano Perdiz moruna Terrera marismeña ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC Figura 2.25. Periodos de reproducción de las aves esteparias en la isla de Fuerteventura (los colores siguen el esquema descrito en el apartado 2.2). El calendario de reproducción obtenido es muy similar al de la isla de Lanzarote, estando concentrado en la primera mitad del año, entre enero y junio, aunque una especie, el corredor 73 INFORME FINAL sahariano de la que se cuenta con muy poca información en la bibliografía, lo extiende hasta incluir todo el mes de agosto. 2.3.4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES A la vista de los resultados, parece evidente la importancia de los sustratos agrícolas para el grupo de aves estudiado, probablemente relacionado con el carácter árido de las islas y el mayor desarrollo y valor alimenticio de los cultivos frente a la vegetación natural, especialmente en las épocas más calurosas y secas, como muestran algunos estudios previos (Medina 1999). En particular, se ha observado la selección preferente de la mayoría de las especies por los cultivos de cereales, las leguminosas y las hortalizas, variable entre islas, especies y épocas del año, a tener en cuenta en el diseño de un futuro programa agroambiental concreto. Por este motivo, como medida general se recomienda fomentar mediante mecanismos adecuados los cultivos tradicionales en cada zona, favoreciendo los mosaicos agrarios frente a los cultivos extensivos. Sería recomendable la recuperación de las gavias y demás terrenos agrícolas al menos en las zonas más favorables para las especies esteparias, aumentando la superficie destinada al cultivo de cereales, leguminosas y hortalizas, así como la plantación de higueras y otros frutales en las lindes. Una acción poco costosa sería la planificación conjunta con los organismos públicos correspondientes de los programas de siembra realizados en el marco de las acciones de conservación de especies cinegéticas y de fomento de variedades vegetales autóctonas, con el fin de maximizar su aprovechamiento por las especies de aves esteparias. Asimismo, la respuesta de las especies de mayor interés de conservación a este tipo de medidas también debe formar parte de las acciones futuras, por medio del seguimiento de sus efectivos y de estudios concretos que complementen las investigaciones efectuadas con anterioridad y durante el presente proyecto en ambas islas. De manera más concreta, se proponen a continuación una serie de medidas recomendadas para favorecer a las aves esteparias específicas para cada una de las islas. Lanzarote 1. Como se ha visto en los resultados las mayores riquezas y abundancias de aves esteparias se encuentran en las zonas agrícolas, aunque las áreas esteparias han sido seleccionadas por algunas especies en determinadas épocas del año. Un mosaico de los dos tipos de hábitats, donde sea posible encontrar de forma equilibrada cultivos tradicionales, diferentes en cada zona, con formaciones de vegetación natural, son capaces de ofrecer una mayor disponibilidad de alimento estacional frente a años malos. Por este motivo, como medida general se 74 INFORME FINAL recomienda fomentar mediante mecanismos adecuados los cultivos tradicionales en cada zona, favoreciendo los mosaicos agrarios frente a los cultivos extensivos. 2. Limitar el número de pases de labor, restringiendo en lo posible su número a las necesarias para la siembra. Este tipo de actividad se realiza con maquinaria agrícola del Cabildo y de algunos ayuntamientos, y su bajo precio ha hecho aumentar su frecuencia y ampliado las fechas tradicionales para realizarlo, generando serios problemas a las aves –incluyendo pérdida de nidos- y al suelo fértil debido a la pérdida por efecto del fuerte viento. 3. Conservar y fomentar la presencia de linderos de matorral, como las salsolas o aulagas, en los perímetros de las fincas y bordes de caminos. 4. Puesto que hasta hace pocos años el concepto de cultivo tradicional en Lanzarote llevaba implícito la no aplicación de agroquímicos, este debe ser un criterio prioritario para favorecer a aquellos agricultores que pretendan acogerse a cualquier subvención agrícola. 5. Diseñar una red insular de puntos de agua o bebederos que son vitales para casi todas las especies, prestando especial importancia a su distribución espacial y diseño para evitar que coincidan con zonas con alta densidad de depredadores, como gatos asilvestrados o perros domésticos. 6. Diseñar conjuntamente o asesorar al Cabildo Insular y a los ayuntamientos implicados en la planificación del programa de siembras incluido en el Plan Técnico de Caza de la Isla de Lanzarote (Concepción 2006), cuyo fin es mejorar las poblaciones de especies cinegéticas o el fomento de variedades vegetales autóctonas. De esta manera se podría hacer una selección de cultivos que también favoreciera a las aves esteparias, así como contribuir a fijar la ubicación de las parcelas, diseño y calendario de siembra y cosecha con el mismo fin. Sería también recomendable hacer un seguimiento de las siembras para atender su desarrollo. 7. Incentivar el uso de abrigos tradicionales contra el viento –elementos que protegen los cultivos del viento- y poner restricciones, no prohibiciones, al uso de vallados que por su altura y/o perímetro impidan el normal tránsito de aves como la hubara y el alcaraván. En concreto, se sugiere restringir los vallados con una altura superior a 0,8 m, con una distancia entre líneas inferior a los 15 metros o que cierren más de un 60% del perímetro de la finca. 8. Regular la tala de matorrales leñosos como aulagas y espinos (Lycium intricatum) que se realizan en algunas zonas de escasa vegetación arbustiva como Rubicón o Playa Quemada. Fuerteventura Como se ha comentado anteriormente en esta isla se ha venido produciendo en las últimas décadas un abandono gradual de la agricultura. Por este motivo, las principales medidas aquí propuestas persiguen la recuperación de una cierta actividad agrícola con el fin de favorecer a las aves esteparias. 75 INFORME FINAL 1. Recuperación de gavias y otros tipos de elementos de cultivo, al menos en las zonas más favorables para las especies esteparias, mediante el levantamiento o reparación de trastones o paredes de piedra derrumbados, la reposición de las capas de lapilli o grava volcánica en los enarenados, y el arado de gavias y otros campos de labor. 2. Aumentar la superficie destinada al cultivo de cereales, legumbres e higueras. Como se desprende de los resultados y de la información bibliográfica existente, algunas especies tienen preferencia por cultivos como los cereales (trigo o cebada), las leguminosas (garbanzos, lentejas, chícharos y arvejas) y los higos, como es el caso de la hubara. Por ello sería recomendable fomentar estos herbáceos, junto con el de maíz, siguiendo el calendario de cultivo tradicional, así como la plantación de higueras en las lindes, prestando especial importancia a la generación de mosaicos de especies. 3. De la misma manera que se ha expuesto para la isla de Lanzarote, planificación y mantenimiento de los cultivos realizados en el marco de las acciones de conservación de especies cinegéticas llevadas a cabo por el Cabildo de Fuerteventura, para maximizar su aprovechamiento por las especies de aves esteparias. 4. Se recomienda el vallado de las zonas destinadas a los cultivos para impedir el paso de conejos y ganado. Las vallas deberían estar debidamente señalizados para evitar el impacto de las aves. 5. Instalación de bebederos específicos para la avifauna, elementos que se consideran factores limitantes para la distribución de algunas aves esteparias, como la ganga ortega (Emmerson y Lorenzo, 2007b. Se propone la colocación de bebederos en las inmediaciones de los cultivos, siguiendo el modelo instalado por el Cabildo de Fuerteventura en numerosos enclaves de la isla, como en algunas de las áreas de muestreo (Vega Vieja y Lajares). 6. Evitar la eliminación de arbustos y hierbas silvestres en los trastones o partes no cultivadas de las gavias. La vegetación circundante a los terrenos de cultivo deben ser considerados zonas de resguardo, alimentación, descanso y cría para las aves. 7. Establecer unas fechas de siega adecuadas para que esta labor interfiera mínimamente con la reproducción de las aves esteparias, así como limitar el número y calendario de otras actividades como el arado para evitar también la pérdida de suelo. 76 INFORME FINAL 3. ANÁLISIS SOCIO-ECONÓMICO 3.1. INTRODUCCIÓN Desde el punto de vista socio-económico, el indicador más utilizado para medir el éxito en la implementación de los programas de medidas agroambientales es el grado de acogida por parte de los agricultores (Barreiro et al 2009). La participación de los agricultores en los programas de medidas agroambientales es voluntaria, por lo tanto, la disposición de éstos a implicarse es un elemento indispensable para lograr la efectividad de la política. A la hora de conseguir la aceptación de las medidas por parte de los agricultores, la compensación económica y los incentivos son condición necesaria, pero no es suficiente para lograr los objetivos planteados (Siebert et al 2006). En la toma de decisiones por parte del agricultor se conjugan una serie de factores intrínsecos y extrínsecos a éste. Entre los factores intrínsecos se encuentran la edad, el nivel de formación, el tamaño de la explotación o la participación en programas anteriores, y entre los factores extrínsecos el efecto de las modificaciones en la PAC, los mercados internacionales o el nivel de información que se les proporcione a los agricultores. En cuanto a los factores intrínsecos, Vanslembrouck et al (2002) estudiaron la predisposición de los agricultores belgas a participar en programas de medidas agroambientales, encontrando como factores determinantes significativos la edad del agricultor y el nivel educativo, además del tamaño de la explotación y la experiencia previa en programas similares. La participación del agricultor en programas agroambientales aumentaba cuanto menor era su edad, mayor su nivel educativo, mayor el tamaño de su explotación y mayor su participación en programas similares con anterioridad. Sin embargo, Potter & Lobley (1992) encontraron que cuando los programas de medidas agroambientales están enfocados hacia la extensificación, son los agricultores de mayor edad los que tienen mayor tendencia a acogerse, al no implicar una inversión de capital ni la necesidad de incrementar sus conocimientos. Paniagua (2001) encuentra mayor acogida de programas ligados a la extensificación en agricultores a tiempo parcial. Otros estudios científicos (Mathijs 2003, Barreiro et al 2009) destacan el papel del capital social como elemento determinante para la participación en los programas de medidas agroambientales. El capital social es definido de diferentes maneras según los autores, aunque todos coinciden en destacar la importancia de las redes y las estructuras sociales en las que se encuentran insertos los agricultores. 77 INFORME FINAL Además, el rechazo de los agricultores a adoptar prácticas no productivas, abandonando así su labor tradicional, es otro factor que actúa a veces como limitante para ampliar el grado de acogida de algunos programas de medidas agroambientales que implican actuaciones como la retirada de tierras de la producción a largo plazo o realizar la siembra pero no la recolección. Entre los factores extrínsecos aparecen los condicionantes económicos, determinados principalmente por la implementación regional de las medidas de la PAC y por las circunstancias en las que se encuentran en cada momento los mercados internacionales, y el nivel de información que se facilita a los agricultores a la hora de tomar la decisión. Barreiro & Espinosa Goded (2007) destacan en este sentido que si el conocimiento sobre las medidas agroambientales se incrementa entre los agricultores puede predecirse un incremento en el grado de acogida de estas medidas. Otros factores, menos estudiados hasta la fecha, son los vinculados a las limitaciones de la política en sí, y a la gestión que realizan las instituciones que son responsables de ellas (Laschewski et al 2004). La evaluación socio-económica de las medidas agroambientales para esteparias en el marco de este proyecto se plantea responder a las siguientes preguntas: • Cuáles son los puntos clave en los que incidir para optimizar el funcionamiento de las medidas de estudio. • Qué factores tienen en consideración los agricultores en la toma de la decisión de participar o no en los programas agroambientales. • Cómo valoran los agricultores los distintos atributos de las medidas. • Qué efectos tienen estas medidas agroambientales sobre la rentabilidad económica de las explotaciones en las que se aplican. 78 INFORME FINAL 3.2. NIVEL DE ACOGIDA A LAS MEDIDAS AGROAMBIENTALES DE ESTUDIO Dos son los factores en relación al nivel de acogida de las medidas que condicionan el logro de su efectividad. Por un lado, una aplicación real mínima en campo que permita observar beneficios ambientales y, por otro, la distribución espacial de su aplicación. La definición por parte de la Administración competente de la superficie objetivo, condicionada por las limitaciones presupuestarias y el grado de prioridad que se le de a las medidas de estudio frente a otros programas es el primer condicionante. Seguidamente, las modificaciones presupuestarias dentro del período de programación pueden llevar a cerrar las convocatorias a nuevas incorporaciones y ampliaciones de superficie, antes de haberse logrado los objetivos propuestos. Del otro lado, se encuentra la aceptación que cada medida tenga entre los agricultores. En este apartado se realiza una revisión de la acogida en las CC. AA. de estudio, utilizando los datos de acogida durante la anualidad 2011 (campaña agrícola 2010-2011) en comparación con la superficie objetivo planteada en los Programas de Desarrollo Rural, y teniendo en cuenta el año de cierre de la convocatoria. Tabla 3.1. Nivel de acogida a las medidas agroambientales de estudio. Comunidad autónoma Aragón1 Castilla-La Mancha Superficie acogida (ha) (1.1) (1.8) Sup. objetivo PDR (ha) 31.633,32 21.215,70 % Sup acog/ Sup obj. (1.1) 35.000 (1.8) 50.000 (1.1) 90,4% (1.8) 42,4% Año de cierre (1.1) 2007 (1.8) 20102 38.896,81 300.000 12,9% 2011 469.056,99 No especificado --- 2010 3.773,84 10.000 37,7% 2011 ---- 10.000 --- 2011 La Rioja 0 650 0% 2011 Navarra 6.544,44 20.000 32,7% 2009 Castilla y León Cataluña Extremadura Como se puede observar, en ninguna de las comunidades autónomas se han llegado a cumplir los objetivos que se establecieron. Además, en el caso de Navarra y en la medida 1.8 de Aragón, las convocatorias se cerraron mucho antes de cumplir los objetivos planteados para el presente período de programación. 1 En Aragón se ha decidido trabajar solamente con las medidas 1.1 y 1.8, dado que representan los principales requisitos que exigen estas medidas: mantenimiento del rastrojo, rotación año y vez y cultivo de leguminosas. Se elige la medida 1.8 en vez de la 1.2 al haber más superficie acogida. 2 Durante las anualidades 2009 y 2010, la incorporación de nuevas hectáreas a la medida 1.8 de Aragón estuvo limitada a 30 y 20ha/beneficiario. 79 INFORME FINAL 0-5 6 - 25 26 - 50 51 - 90 ZEPA esteparia Figura 3.1. Porcentaje acogido a las medidas sobre la superficie potencial a nivel municipal. En los mapas (figura 3.1) se muestra la concentración de esta superficie en el territorio, representándose a nivel municipal el porcentaje de superficie acogida a las medidas de estudio 80 INFORME FINAL en relación a la superficie potencialmente acogible, para dar una idea de las dimensiones del área de aplicación y de la concentración en el terreno de la superficie acogida. Tanto las dimensiones del área de aplicación, como la aplicación real de la medida y la coincidencia de ésta con superficies declaradas por su importancia para las aves esteparias es muy variable entre CC. AA. En el caso de Aragón, la concentración de la aplicación de la medida 1.1 en las ZEPA esteparias es algo mayor que en la 1.8. Tanto en Castilla-La Mancha como en Castilla y León, el ámbito de aplicación de las medidas es muy amplio, sin embargo en Castilla-La Mancha la aplicación real es muy baja, no llegando a concentrarse la superficie en ninguna ZEPA esteparia. En Castilla y León, con una elevada aplicación en el terreno, el porcentaje de superficie potencialmente acogible que finalmente está participando en la medida es elevado en algunas ZEPA esteparias. En el caso de Cataluña el área de aplicación se restringe a las ZEPA esteparias, pero la aplicación es muy baja, con lo que solamente se consiguen niveles de concentración de superficie acogida elevados en determinados municipios. Finalmente, aunque la aplicación en Navarra se realiza en todos los municipios del sur, la concentración es mayor en las zonas esteparias calificadas como ZEPA. Caracterización de las áreas de aplicación definidas para las medidas de estudio. Para caracterizar los municipios incluidos en el área de aplicación de las distintas medidas de estudio, se han utilizado cuatro indicadores (tabla 3.2). Para calcularlos, se han utilizado datos estadísticos a nivel municipal procedentes del último Censo Agrario (INE, 2009), datos de superficie municipal procedentes del Instituto Geográfico Nacional. La superficie incluida en la red Natura 2000 a nivel municipal ha sido calculada mediante un programa GIS a partir de las coberturas disponibles en la página Web del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Tabla 3.2. Indicadores utilizados para la caracterización del área de aplicación. Porcentaje de cultivos herbáceos de secano sobre el total de la SAU. Medida de la importancia que tienen a nivel municipal los cultivos herbáceos a los que se dirigen las medidas de estudio. Tamaño medio de la explotación de cultivos herbáceos de secano. Se calcula como Superficie de cultivos herbáceos de secano a nivel municipal dividido entre el número de explotaciones agrarias con cultivos de este tipo en el municipio. Porcentaje de cultivos herbáceos en regadío sobre el total de cultivos herbáceos. Importancia del regadío entre los cultivos herbáceos en el municipio. Porcentaje del municipio incluida en la red Natura 2000 Medida del peso en el municipio de la red de protección ambiental Natura 2000. Los resultados obtenidos para cada comunidad autónoma se pueden consultar en el anexo 3.1. A continuación, se especifican las principales diferencias: 81 INFORME FINAL Aragón El ámbito de aplicación de las medidas 1.1 de mantenimiento del rastrojo y 1.8 de cultivo de la alfalfa en secano está definido en base a la red Natura 2000 de Aragón, algo modificada para la medida 1.8, y por lo tanto coincide en muchos casos. Los municipios en los que los cultivos herbáceos de secano tienen más peso se localizan en el centro de la comunidad autónoma, principalmente en la provincia de Zaragoza, siendo aquí también donde este tipo de explotaciones es de mayor tamaño. Los cultivos herbáceos de regadío tienen un mayor peso proporcional en las provincias de Zaragoza y Huesca. Todos los municipios tienen una parte incluida en la red Natura 2000, que llega en bastantes casos a ser superior al 75% de su superficie. Cataluña La medida que se aplica en Cataluña restringe su ámbito a las ZEPA esteparias de la Plana Agrícola de Lleida. En esta zona, la proporción de cultivos herbáceos de secano es variable, representando una pequeña parte de la SAU en los secanos occidentales y teniendo mayor peso en los orientales, donde llega a representar en algunos casos hasta un 75% de la superficie agraria. Sin embargo, las explotaciones son de pequeño tamaño, siendo en muy pocos casos mayores de 30ha/explotación. En muchos de estos municipios los cultivos herbáceos en regadío tienen un peso considerable, llegando en algunos municipios a representar más de un 60% del total de los cultivos herbáceos, en la mayoría de los casos siempre fuera de los límites de la zona protegida. En la mayor parte de los municipios la superficie incluida en ZEPA es inferior al 50%. Castilla-La Mancha En esta comunidad la medida se aplica en toda la superficie dedicada a herbáceos de secano, siendo esta orientación mayoritaria en toda la región. Además, se encuentran explotaciones de gran tamaño, que en bastantes municipios superan de media las 150ha/explotación. El uso de herbáceos en regadío se concentra en algunas zonas. Castilla y León La definición del área de aplicación de la medida en Castilla y León se ha realizado en función del rendimiento productivo potencial. La orientación principal es el cultivo de herbáceos de secano, típico de la meseta, representando en muchos municipios más del 75% de la SAU. Además, abundan las explotaciones de gran tamaño, que suelen superar de media las 75ha/explotación. El regadío en este tipo de cultivos solo tiene relevancia en algunos municipios. 82 INFORME FINAL Extremadura La medida se aplica solamente en algunos espacios de la red Natura 2000. En general, el cultivo de herbáceos de secano es minoritario, representando menos del 25% de la SAU en la mayoría de los municipios, y las explotaciones son de pequeño tamaño, a excepción de las comarcas de La Serena y La Siberia. El regadío solamente tiene peso en algunos municipios. Región de Murcia El ámbito de aplicación de la medida se define en función del índice de barbecho, y afecta a toda la región. El cultivo de herbáceos de secano es minoritario, representando en general menos del 30% de la SAU de los municipios. También las explotaciones son de pequeño tamaño, superando solo en tres municipios las 30ha/explotación. El uso del regadío para cultivos herbáceos en la zona de aplicación es residual. Comunidad Foral de Navarra El ámbito de aplicación de la medida se restringe a los municipios del sur de la comunidad autónoma. Los municipios con mayor proporción de cultivos herbáceos en su superficie agraria se sitúan en el norte del área de aplicación, siendo también allí donde se encuentran las explotaciones de mayor tamaño, que en pocas ocasiones superan de media las 50ha/explotación. El cultivo de herbáceos en regadío cobra cierta importancia en algunos municipios del sur del área de aplicación. La Rioja La medida se aplica en regiones con un índice de barbecho superior a 10. El cultivo de herbáceos en secano tiene más peso en el norte y el este del área de aplicación, siendo también en esta zona donde las explotaciones son de mayor tamaño y donde tiene más incidencia el cultivo en regadío. Los municipios con mayor proporción de su territorio incluido en la red Natura 2000 se encuentran en el sur del área de aplicación, donde los cultivos leñosos tienen mayor peso. 83 INFORME FINAL 3.3. MARCO DE FUNCIONAMIENTO 3.3.1 OBJETIVOS Los objetivos de esta parte del estudio son 1) comprender el marco de funcionamiento de las medidas agroambientales dirigidas a mejorar el hábitat de las aves esteparias en las distintas CC. AA. del país en el período de programación 2007-2013 y 2) detectar los puntos clave sobre los que incidir para optimizar su funcionamiento, tanto desde un punto de vista técnico como político. Se ha trabajado en todas las CC. AA. con al menos una medida agroambiental de este tipo en marcha. Es decir, Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Navarra, La Rioja, Extremadura y Murcia. 3.3.2 METODOLOGÍA La metodología está compuesta por dos fases: 1) consulta social en campo, realizada a través de entrevistas a agentes regionales del sector y grupos de discusión con agricultores y 2) el análisis de la información obtenida a través de distintas técnicas de investigación social. Consulta social Las entrevistas Se ha utilizado una entrevista semi-estructurada, técnica de investigación cualitativa en la que a través de una serie de preguntas definidas con anterioridad por el equipo de investigación, se establece una conversación abierta con cada uno de los agentes, en la que se repasan los aspectos más relevantes de las explotaciones objetivo de la medida, de los agricultores y los factores que determinan su decisión de participar. A tal efecto, se ha utilizado una entrevista abierta y guiada (véase anexo 3.3) en la que se han tratado los siguientes puntos: a) factores externos que influyen en la viabilidad y rentabilidad de la explotación, b) principales tendencias en las explotaciones agrarias, c) factores que determinan la participación en medidas agroambientales, d) carencias detectadas en el presente período de programación, e) elementos a mantener en el próximo período de programación, f) elementos a mejorar en la definición de las medidas en el próximo período de programación, g) valoración del impacto de la medida, y h) valoración de la medida: compromisos, prima, incompatibilidades y modulación. 84 INFORME FINAL En el conjunto de las CC. AA. se ha entrevistado a 30 agentes, de los cuales 14 pertenecen a la Administración, 12 a organizaciones profesionales agrarias, y 4 a cooperativas agrarias y otras asociaciones. Los grupos de discusión con agricultores Para recoger la opinión directa de los agricultores se han utilizado grupos de discusión con productores de herbáceos de secano en distintos municipios, centrando la conversación en el funcionamiento de las medidas agroambientales para esteparias presentes en la región. Los grupos de discusión son una técnica de investigación que permite obtener información que nos dibuja un retrato de las perspectivas locales de manera combinada (Grudens-Schuck 2003). En la selección de los municipios se han utilizado dos criterios: a) la superficie acogida a la medida de estudio, seleccionando aquellos municipios en los que esta superficie era mayor, y b) en las CC. AA. en las que se ha realizado más de un encuentro, se ha seleccionado un municipio por provincia. Para lograr una efectiva difusión, se contactó con técnicos de Oficinas Comarcales Agrarias, sindicatos y cooperativas. Además, se difundió una nota de prensa y se distribuyeron carteles impresos y por correo electrónico. En cada grupo de discusión (tabla 3.3) se siguió una dinámica similar: breve presentación del proyecto y los objetivos del evento, debate sobre las medidas dinamizado por el personal del proyecto, toma de actas en un papelógrafo, lectura y aprobación de las mismas. Además, cada uno de los asistentes rellenó una pequeña encuesta en la que aportó la información sobre las características de su explotación y algunas variables de los agricultores,. Una descripción del desarrollo de cada encuentro se puede consultar en el anexo 3.2. Tabla 3.3. Grupos de discusión con agricultores del Proyecto Ganga CC. AA. Municipio Fecha Asistentes Aragón Alfambra (Teruel) 22/08/11 11 Belchite (Zaragoza) 23/08/11 4 Bujaraloz (Zaragoza) 24/08/11 27 Farlete (Zaragoza) 25/08/11 35 Horcajo de Santiago (Cuenca) 24/10/11 42 Torre de Juan Abad (Ciudad Real) 25/10/11 9 Molina de Aragón (Guadalajara) 27/10/11 4 Extremadura Castuera (Badajoz) 03/11/11 15 Región de Murcia Caravaca de la Cruz 07/11/11 38 Comunidad Foral de Navarra Bardenas Reales 10/11/11 60 Castilla y León Berlanga de Duero (Soria) 08/05/12 29 Moral de la Reina (Valladolid) 09/05/12 8 Castilla-La Mancha 85 INFORME FINAL En total, se han realizado doce grupos de discusión con agricultores, al menos uno en cada comunidad autónoma. A estos grupos acudieron un total de 282 agricultores, obteniéndose una medida de 23,5 agricultores/encuentro. Análisis de la información Para el análisis de la información se ha construido un mapa social, es decir, una representación gráfica de los grupos, organizaciones y colectivos de un territorio concreto y las relaciones que se dan entre ellos (Alberich 2007). El objetivo de esta representación es mejorar la comprensión sobre el funcionamiento de las medidas agroambientales, así como entender el nivel de participación en el proceso de los distintos actores implicados, que puede servir como herramienta de reflexión sobre las diferencias que existen en este sentido entre las distintas regiones. Posteriormente, se ha realizado un análisis de discurso, a través del cual se ha construido un marco de funcionamiento (esquema inter-relacional) en el que se han ordenado de manera sistemática los distintos aspectos del funcionamiento de las medidas agroambientales de estudio que han sido destacados durante la consulta social. Con este análisis, se pretende superar el conocimiento descriptivo de la realidad que nos aportan los datos estadísticos y aportar un conocimiento explicativo del funcionamiento. 3.3.3. RESULTADOS Los principales resultados obtenidos en este análisis se organizan en torno a 1) definición de los actores implicados en su funcionamiento y 2) puntos clave a los que prestar atención en el funcionamiento de las medidas agroambientales. Actores implicados en su funcionamiento. Las medidas agroambientales aparecen en el marco de la PAC avaladas por la demanda creciente en la sociedad de conservar e incrementar los beneficios ambientales aportados por la actividad agraria, por lo que los ciudadanos son el primer grupo implicado en el funcionamiento de las medidas. Los agricultores, como sujeto activo en la implementación de las medidas, a las que acceden de manera voluntaria, cobran una relevancia especial en el funcionamiento. Tanto la sociedad en general como los agricultores se encuentran a veces organizados en distintos tipos de asociaciones, que en muchos casos tienen interlocución con la Administración en el proceso de definición de las medidas. Este es el caso de las organizaciones conservacionistas y de las organizaciones profesionales agrarias. El colectivo científico juega un papel en algunos casos determinante en la definición de estas medidas, ya que las bases para la definición de los requisitos que se exigen en las medidas 86 INFORME FINAL agroambientales se encuentran en los resultados de investigaciones científicas, aunque en pocos casos esta información es específica de la región en la que se aplican. Finalmente, es la Administración autonómica la que tiene la capacidad de definir la medida, limitada por los condicionantes de la política a nivel estatal y europeo. Figura 3.2. Mapa social. Las relaciones entre los distintos agentes y su capacidad de influencia en la definición de la medida es variable entre CC. AA. Sin embargo, sí se da la constante de que en todas ellas la capacidad de decisión aumenta en el sentido indicado en la figura 3.2. La participación de los agricultores individuales en la definición de la medida es inexistente en todas ellas. Puntos clave a los que prestar atención en el funcionamiento de las medidas agroambientales El marco de funcionamiento elaborado en este trabajo (figura 3.3) está compuesto por cinco categorías: el marco legislativo, que viene definido a nivel europeo, y que marca los objetivos de la política agroambiental y las características generales de su funcionamiento, y también en el nivel nacional, con el programa marco de desarrollo rural, que define las bases de su aplicación en España. Las competencias de definición y gestión de las medidas corresponden a las CC. AA., siendo éstos dos elementos que pueden condicionar en gran medida el correcto funcionamiento. Además, cada región tiene unas características 87 INFORME FINAL intrínsecas específicas, tanto ambientales como agrarias y socio-económicas que incidirán también en la efectividad de las medidas que se aplican. Todos estos elementos condicionan el nivel de acogida que tengan las medidas, y la efectividad global que se obtengan. Figura 3.3. Marco de funcionamiento Se resumen brevemente los elementos dentro de cada categoría que han sido destacados en el proceso de consulta social. Marco legislativo 9 Se establece la obligación de mantener el compromiso durante 5 años, sin permitir ninguna flexibilidad para una duración menor. 9 Existen otros programas a los que el agricultor puede optar, que actúan como competencia de las medidas de estudio. En este período destacan las agroambientales dirigidas a agricultura ecológica y el Plan Nacional para el Fomento de las Rotaciones en secano. 9 La fórmula para el cálculo de la prima en función del lucro cesante y los costes adicionales no permite la inclusión de un incentivo o el reconocimiento en términos económicos de los beneficios ambientales generados. 88 INFORME FINAL 9 Las consecutivas modificaciones de las políticas agrarias, se perciben como inseguridad administrativa por parte de muchos agricultores. Los programas agroambientales en el marco de la PAC están concebidos para un período de 5 años. De cara al agricultor, esto le supone, por un lado, la seguridad de poder acceder a esa prima por hectárea durante los siguientes años, pero también se ve forzado a continuar en el programa (ante la obligación de devolver las ayudas percibidas, en caso contrario) aún si una vez puestas en práctica las medidas no le convencen, o cuando se dan condiciones del mercado más favorables para la productividad. Durante este período de programación se han puesto en marcha otros programas, también potencialmente beneficiosos para las aves esteparias, como es el caso del Plan Nacional de Rotaciones, enmarcadas en el pilar I de la PAC y por tanto con una base de compromiso anual, obteniendo en algunas regiones una mayor aceptación que las ayudas agroambientales de los programas de desarrollo rural (pilar II). En relación con la duración mínima de las medidas, en el desarrollo del trabajo del Proyecto Ganga en Castilla-La Mancha se ha propuesto como alternativa ligar la duración de los programas agroambientales a una rotación de cultivos completa, que podría ser en España, según la zona, de dos o tres campañas agrícolas. Esto permitiría tal vez dotar de un mayor sentido agronómico al período de duración de este tipo de agroambientales, sin limitar la aplicación de la medida a una sola anualidad. Con respecto a la convivencia de las distintas medidas aplicadas sobre los mismos sistemas agrarios, las situaciones que se han detectado en este período varían considerablemente entre CC. AA. En el caso de la Comunidad Foral de Navarra, la medida Ayudas agroambientales en zonas esteparias, fue compatible a nivel de parcela con las medidas Agricultura ecológica y el PNFR. En el otro lado de la balanza, en Castilla-La Mancha la medida Agro-sistemas extensivos en secano es incompatible a nivel de explotación con el PNFR, por lo que los agricultores tuvieron que optar entre una medida u otra, y ni siquiera pudieron incluir un porcentaje de la explotación en cada medida. La fórmula para el cálculo de la prima que se les ofrece a los agricultores como contrapartida de la puesta en práctica de los requisitos agroambientales (descrita en mayor profundidad en el apartado 3.5), solamente permite pagar por el coste añadido que las medidas supongan para la explotación, y los beneficios que se dejen de percibir, a lo que es posible añadir otros costes vinculados a requisitos que no corresponden al trabajo en campo sino a otros burocráticos. En esta situación, al agricultor se le ofrece una contrapartida económica que en teoría no genera ningún beneficio económico extra a la explotación. Sin embargo, existen otras opciones de cálculo de la prima, como la utilizada en otros períodos de programación, que incluían el concepto de incentivo, mediante el cual se justificaba un pago extra por el esfuerzo que conlleva al agricultor cambiar unas prácticas agrarias en la gestión de su explotación ya establecidas por otras nuevas y 89 INFORME FINAL desconocidas. Otra alternativa sería el uso de los pagos por servicios ambientales, en los cuales se establecen fórmulas de cálculo que asignan un valor económico a los beneficios ambientales generados por la explotación. Por último, la falta de seguridad en la continuidad de este tipo de políticas en el tiempo puede también actuar como freno para algunos agricultores y condicionar así el funcionamiento de las medidas. Definición de la medida ¾ La implicación de los diferentes agentes (principalmente agricultores, científicos y Administración) en la definición de la medida parece clave para su aceptación posterior. Los agricultores y sus organizaciones muestran interés en la participación en este proceso, para lograr optimizar la inclusión de las prácticas agroambientales en las explotaciones objetivo. ¾ La definición de los atributos de la medida (flexibilidad en la superficie acogida cada año, ámbito de actuación, prima, modulación, exigencias o requisitos) presenta gran variabilidad entre regiones y suscita ciertos debates, que se analizan con más detalle en los siguientes apartados. ¾ La definición clara de los objetivos de las medidas es un aspecto necesario, especialmente para poder evaluar después su funcionamiento. Además, los agricultores reivindican disponer de una mayor información sobre estos objetivos para entender así el porqué de las prácticas agrarias que se les exigen. ¾ La flexibilidad en la superficie acogida, es decir, la posibilidad de variar un porcentaje sobre la superficie inicial del contrato en las distintas anualidades del período de 5 años por el que se suscribe el contrato, presenta variabilidad entre las CC. AA., desde la obligación de mantener el 100% todos los años, como es el caso de Castilla-La Mancha, hasta la obligación de mantener un 60% de la superficie del primer año en Aragón. La falta de flexibilidad en este sentido es un limitante principalmente para aquellos agricultores que trabajan parte de sus tierras en régimen de arrendamiento. ¾ Para lograr una mayor adaptación de los requisitos y las primas a las condiciones específicas de cada explotación, se demanda una regionalización de los mismos. En las CC. AA. de mayor tamaño ya se contemplan regionalizaciones relacionadas principalmente con los calendarios incluidos en las medidas. Uno de los temas más recurrentes en las entrevistas y grupos de discusión con agricultores ha sido la falta de participación del sector agrario en la definición de las medidas agroambientales de estudio. La implicación de los agricultores y de los agentes del sector agrario en la definición de la medida tendría implicaciones en varios de los elementos: permitiría adaptar en mayor medida los requisitos de las medidas a las características de 90 INFORME FINAL las explotaciones y lograr un mayor conocimiento de las relaciones de las prácticas agrarias con la ecología de las especies objetivo. En cuanto a la flexibilidad en la superficie acogida durante el periodo de compromiso, el argumento que se sostiene para solicitarla es que en muchos casos los agricultores trabajan una importante proporción de las tierras en régimen de arrendamiento, por lo que no tienen la seguridad de poder contar con ellas durante los 5 años que duran los programas agroambientales. Una opción intermedia, como la utilizada en Aragón (que permite una variación a la baja de hasta el 40%), puede solucionar este problema. Gestión de la medida • La solicitud de las medidas agroambientales se incluye en todas las CC. AA. dentro de la solicitud del Pago Único, que se realiza a partir de abril y por tanto después de las labores de siembra, en el caso de los cultivos de cereal de invierno. Por lo tanto, el agricultor debe confiar en que se convocarán las ayudas y realizar las prácticas agroambientales. En este sentido, en Castilla y León se hace una preorden con la previsión de convocatoria y los requisitos que se incluirán en la agroambiental antes de que los agricultores realicen las siembras, hecho que está valorado muy positivamente por los agricultores. • El control del cumplimiento de los requisitos debe planificarse y ejecutarse en el momento adecuado, ya que algunos de los requisitos de estas medidas solo son observables en campo en determinados momentos del año. La Administración regional alega en algunos casos el no tener capacidad económica para organizar controles en varios momentos. • La realización de las comunicaciones por parte de la Administración a los agricultores solicitantes de las medidas, en lo relacionado a la aceptación de su participación en el programa y a las eventuales modificaciones de los requisitos durante el período del contrato, y la realización de los pagos en cada anualidad son dos puntos que han fallado gravemente en algunas regiones durante este período. • El nivel de información sobre las medidas del que disponen los agricultores es el elemento inicial que posibilita la decisión de acogerse a las mismas. En definitiva, la inseguridad administrativa que denuncian muchos agricultores, sobre el conjunto de las políticas agrarias y específicamente en lo relativo a las medidas agroambientales para esteparias, se manifiesta en varios elementos de su funcionamiento: en primer lugar, los agricultores efectúan la solicitud de entrar en el programa, y desde ese momento tienen la obligación de cumplir con los requisitos, sin embargo, no tienen conocimiento de haber sido admitidos hasta que se han realizado los controles y la pertinente notificación. Además, la Administración puede ir variando los detalles de los 91 INFORME FINAL compromisos de año en año, suponiendo para los agricultores una grave dificultad el estar al día de estas modificaciones. A esto se une el hecho detectado en este período de programación de graves retrasos en los pagos y en las comunicaciones de varias anualidades en algunas comunidades autónomas. La falta de atención a estos puntos puede suponer un grave contratiempo para el éxito en la implementación de las medidas de estudio, ya que todos ellos contribuyen a crear un ambiente de rechazo entre los agricultores. En cuanto a la disponibilidad de información por parte de los agricultores se detectan importantes diferencias entre regiones, que se analizan en el apartado 3.4. Características regionales • Las explotaciones agrarias de cultivos herbáceos de secano tienen en cada región algunas características diferenciales, que deben ser consideradas a la hora de definir los requisitos. En este sentido, destacan el tamaño y la forma de las parcelas, puesto que algunos requisitos de las medidas, como dejar una banda sin cosechar en el perímetro de cada parcela, tienen repercusiones muy diferentes en parcelas grandes y de dimensiones equilibradas, que en otras pequeñas y alargadas. • Los cultivos extensivos de secano han sido pastoreados tradicionalmente por ganado ovino y caprino para optimizar así el uso de los recursos, y en muchos casos se destacan conflictos que se crean con este sector debido a las limitaciones de aprovechamiento en barbechos, rastrojos y leguminosas durante determinados meses del año que imponen este tipo de medidas. • En algunas regiones, ha habido durante años expectativas de transformación de las tierras a regadío, opción que los agricultores en su gran mayoría perciben como más rentable, que han sido frustradas definitivamente con la declaración de zonas ZEPA. Esta situación en muchos casos posiciona a los agricultores en contra de las medidas agroambientales para aves esteparias. Aunque existe una idea bastante clara de cuáles son las prácticas agrarias potencialmente beneficiosas para las aves esteparias, es muy importante considerar en la definición de las medidas agroambientales las características de las explotaciones agrarias en cada región, así como el resto de aprovechamientos compatibles. En cuanto a las características de las explotaciones, el tamaño de parcela y el nivel de especialización en el cultivo de herbáceos de secano pueden ser determinantes. Además, la ganadería en extensivo convive en el terreno con la agricultura de herbáceos de secano, siendo utilizados rastrojos y barbechos para el pastoreo. Las condiciones de las medidas agroambientales de estudio limitan estas actividades y pueden tener un efecto en la ganadería de la región, generando una diferencia en la acogida y percepción de la medida entre agricultores-ganaderos y agricultores especializados. 92 INFORME FINAL Tabla 3.4. Resumen de elementos destacados por comunidad autónoma durante la consulta social. ARA NAV RIO MARCO LEGISLATIVO Flexibilidad años de compromiso Seguridad administrativa Fórmula de cálculo de la prima Interferencia con otras medidas DEFINICIÓN DE LA MEDIDA Atributos Definición de los objetivos Flexibilidad de la superficie acogida Participación Regionalización (prima/requisitos) GESTIÓN DE LA MEDIDA Momento de publicación de la medida Planificación y ejecución de los controles Comunicaciones Pagos Información CARACTERÍSTICAS REGIONALES Estructura de las explotaciones Regadío Interacción con la actividad ganadera 93 CyL CAT CLM EXT MUR INFORME FINAL 3.3.4. CONCLUSIONES Para lograr la eficiencia de una política es necesario analizar todo el ciclo del funcionamiento de la misma, de manera que se puedan identificar sus límites, y tenerlos en cuenta en cualquier evaluación que se realice. Gran parte de los inconvenientes que los agricultores destacan de las medidas no se refieren a los requisitos a implementar en campo, sino a la definición y gestión de las mismas. En la mayoría de los casos en los que se refiere a la medida en sí, se podrían solucionar con un diálogo previo o proceso de participación entre los agricultores, científicos y Administración competente, evitándose así que en la puesta en práctica de las medidas haya incoherencias entre los requisitos exigidos y las características de las explotaciones en las que se aplican, o perjudiquen a las prácticas ganaderas habituales en la zona compatibles con los objetivos de las medidas. Existe una demanda de mayor información sobre los efectos ambientales de las medidas por parte de los agricultores, e incluso de los técnicos del sector. 94 INFORME FINAL 3.4. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA ACOGIDA En este punto se plantea un análisis de los factores que influyen la decisión de acogerse a las medidas agroambientales de estudio por parte de los agricultores a través de la información recogida mediante encuestas individualizadas a agricultores en tres casos de estudio. Además, y entendiendo que el conocimiento de la existencia de las medidas y de las implicaciones que éstas tienen para la gestión de la explotación es el primer paso necesario para la toma de la decisión, se ha realizado también una serie de charlas informativas en distintos municipios, en los que además se ha solicitado a los agricultores asistentes rellenar un cuestionario sobre las fuentes de información, para poder desarrollar así estrategias de comunicación más efectivas. 3.4.1 CASOS DE ESTUCIO: ARAGÓN, CASTILLA-LA MANCHA Y CATALUÑA. Se han realizado tres casos de estudio en profundidad en Castilla-La Mancha, Aragón y Cataluña. En ellos se pretende recoger la variabilidad presente en el país, tanto en lo referente a los requisitos y el diseño de las medidas, como a las características de las regiones en las que se aplican. En la tabla 3.5 se especifican algunas de las principales diferencias entre las zonas de estudio. En cuanto a los requisitos que se exigen en las medidas implementadas en cada región, tenemos por un lado a Castilla-La Mancha con una medida integral para la explotación en la que se piden porcentajes de determinados cultivos de leguminosa, cereal de ciclo largo y barbecho, así como de tierras sin producción, y algunos requisitos de aplicación a nivel de parcela. En el caso de Cataluña se ha diseñado una medida específica para el cultivo del cereal, en la que se determina también una gestión de las tierras en barbecho, así como algunos otros requisitos de no producción y de aplicación en parcela. En el caso de Aragón, se ha optado por el diseño individualizado de las medidas, en este caso de estudio se han analizado dos medidas: la 1.1 que implica el mantenimiento del rastrojo en cultivos de cereal e implícitamente el mantenimiento de la rotación año y vez y la 1.8 que conlleva la implantación del cultivo de alfalfa en secano. En cuanto al ámbito de aplicación, en Castilla-La Mancha la medida se aplica en todas las explotaciones de herbáceos de secano de la comunidad autónoma, en Aragón se define un ámbito de aplicación basado principalmente en la red Natura 2000 y en Cataluña se restringe a las ZEPA esteparias de los Secans de Lleida. En Cataluña, y en algunas zonas de Aragón, existe un importante conflicto social debido a la frustración definitiva de las expectativas de transformación a regadío por la definición de algunos espacios de la red Natura 2000. La interferencia con otras medidas que se aplican potencialmente sobre las mismas explotaciones, es distinta también en cada región. En el caso del PNFR, principal competidor 95 INFORME FINAL de las medidas de estudio, en Castilla-La Mancha se decidió que fuera incompatible a nivel de explotación, mientras que en Aragón solamente es incompatible a nivel de parcela y en Cataluña no es de aplicación, debido a la mayor productividad de las tierras. Tabla 3.5. Principales diferencias entre los casos de estudio. FACTOR Tipo de requisitos exigidos Ámbito de aplicación CLM Sobre toda la explotación Toda la comunidad autónoma CAT Sobre cereal y barbecho Conflicto social --- Expectativas de transformación a regadío frustradas Interferencia del PNFR Incompatibles a nivel de explotación Bajo No se aplica Nivel de acogida Zonas ZEPA de la Plana Agrícola de Lleida Bajo ARA Individualizados en varias medidas Toda RN2000 Expectativas de transformación a regadío frustradas en algunas zonas Incompatibles a nivel de parcela Alto 3.4.1.1 OBJETIVOS Los objetivos que se plantean en este apartado son: 1) comprender qué factores influyen en la decisión de participar o no en los programas de medidas agroambientales de estudio, 2) analizar qué atributos de los contratos son mejor valorados por los agricultores, y 3) observar las diferencias entre los casos de estudio seleccionados. 3.4.1.2 METODOLOGÍA Para la recogida de información en cada caso de estudio se han utilizado encuestas personalizadas a los agricultores3. Éstas se han basado en un diseño similar para poder establecer así las comparaciones pertinentes, pero han sido adaptadas a las características concretas de cada una de las medidas implementadas y de las regiones, tras la ronda de entrevistas a agentes expertos realizada en cada una de las regiones. Se han realizado un total de 582 encuestas, de las cuales 126 se han realizado en Castilla-La Mancha4, 93 en Cataluña y 363 en Aragón. El porcentaje de acogidos a las medidas es de un 61,29% en Cataluña, un 3,2% en Castilla-La Mancha y en la muestra de Aragón, un 25,9% participa solo en la medida 1.1 y un 17,94% solo en la medida 1.8, y un 5,2% participa en ambas medidas. 3 La encuesta para el caso de estudio de Aragón se definió conjuntamente con el equipo del CEIGRAM. Las encuestas en Cataluña y Castilla-La Mancha se definieron tomando ésta como base para que fueran comparables. 4 Las encuestas realizadas en Castilla-La Mancha han sido posibles gracias al apoyo del IREC 96 INFORME FINAL Los factores favorables para acogerse a las medidas de estudio han sido valorados en una escala de Likert (1-5), al igual que los atributos de los contratos agroambientales. Por otro lado, para contabilizar las respuestas sobre los factores que han frenado la acogida se ha realizado un conteo del número de respuestas. 3.4.1.3 RESULTADOS Características de los agricultores encuestados y sus explotaciones Tamaño de la explotación El tamaño medio de explotación ronda las 100ha, encontrándose las de mayor tamaño en Castilla-La Mancha y las de menor en Cataluña. En Cataluña hay menor variación entre los tamaños de explotación, siendo el máximo de 400ha/explotación, mientras que en Cataluña y en Aragón se llega a las 800ha/explotación. En el caso de Cataluña, las explotaciones de los agricultores encuestados son en general de mayor tamaño que las medias registradas en la caracterización a nivel municipal. Tabla 3.6 Tamaño de explotación de los agricultores encuestados (ha) Variable Media DT Máximo Mínimo ARA 93,85 101,77 800 1 CAT 91,47 85,74 400 3,28 CLM 109,87 121,88 800 5 Aprovechamientos En cuanto a los dos aprovechamientos principales de este tipo de explotaciones, cultivos de leguminosas y cereales en secano. En las explotaciones de los agricultores que se han encuestado en Cataluña se cultiva solo cereal, que muchas veces se combina dentro de la explotación con otros cultivos herbáceos en regadío y cultivos leñosos. En el caso de Castilla-La Mancha el 98,39% de los agricultores que se han encuestado tienen cereal en secano en la explotación, y el 36,3% tienen leguminosas. En Aragón, el 93,6% incluyen cereal en su alternativa de cultivos y el 41,3% leguminosas. Edad de los agricultores La edad media de los agricultores encuestados ronda de medida entre los 50 y los 55 años, siendo en el caso de Castilla-La Mancha donde los agricultores son más jóvenes y en Aragón donde tienen mayor edad 97 INFORME FINAL Tabla 3.7 Edad de los agricultores encuestados (años) Variable Media DT Máximo Mínimo ARA 56,29 12,28 86 23 CAT 53,93 10,82 76 23 CLM 50,08 12,27 82 22 Formación Tanto en los casos de Castilla-La Mancha como en Aragón el nivel de estudios de la mayoría de los agricultores encuestados es la educación básica, mientras que en el caso de Cataluña son casi un 70% los que han superado el bachillerato. En la muestra de agricultores de Castilla-La Mancha el nivel de estudios es algo superior al de la muestra de Aragón. 15,22 Universidad 52,17 Bachillerato 77,78 Educación básica Sin estudios 3,2 CLM ARA CAT Figura 3.4 Nivel de formación de los agricultores encuestados Factores que influyen en la toma de decisión del agricultor El primer elemento necesario para que el agricultor pueda tomar la decisión de acogerse a las medidas es tener conocimiento de la existencia de las mismas. En la tabla 3.8 se aporta la información sobre el porcentaje de encuestados que afirmaron conocer bien las medidas, no conocerlas, y que éstas les sonaban, aunque no las conocieran bien. Se aprecia una clara diferencia entre las comunidades de Cataluña y Aragón, donde el conocimiento de las medidas es bastante elevado y Castilla-La Mancha, donde la mayoría de agricultores desconocen la existencia de estas medidas. Si bien es cierto que esta información parece ser representativa de la situación en cada una de las regiones, los resultados pueden estar sesgados por el nivel de acogidos en la muestra, diferente en cada comunidad autónoma. 98 INFORME FINAL Tabla 3.8. Nivel de conocimiento de las medidas agroambientales entre los encuestados. Sí No Les suena CLM (%) 18,25 65,08 16,67 CAT (%) 65,59 3,23 31,18 ARA (%) 58,40 19,28 22,31 Estas diferencias en la información sobre las medidas de la que disponen los agricultores, pueden estar relacionadas con la fuente de información que utilizan. Mientras que en Aragón y Cataluña la principal fuente de información son las Oficinas Comarcales Agrarias (40,4% y 50,4% de los encuestados), en Castilla-La Mancha queda relegada a una de las últimas, con tan solo un 7,4%, siendo las cooperativas la principal fuente de información, con un 34,7% de los encuestados. En cualquier caso, este aspecto se desarrolla en mayor profundidad en el siguiente apartado. Factores considerados para acogerse a las medidas Este aspecto solamente se valora en Cataluña y Aragón, al ser muy bajo el porcentaje de acogidos en Castilla-La Mancha. En ambos casos (tabla 3.9), los factores más valorados son la rentabilidad económica para la explotación y la seguridad en los ingresos que suponen las medidas. Seguidamente, las opiniones divergen entre los dos casos de estudio y en Aragón se valoran la facilidad en la gestión y el ahorro de tiempo, mientras que en Cataluña se valoran más la necesidad de estas medidas desde un punto de vista ambiental y sus efectos en la fertilidad de la tierra. Tabla 3.9. Factores favorables a la acogida. FACTOR Rentabilidad económica Seguridad ingresos Ahorro gasoil Facilidad gestión Disminución tiempo actividad Mejora de la fertilidad Necesidad ambiental CAT Media 3,05 3,02 1,83 NP 1,55 1,87 2,46 ARA Orden 1 2 5 6 4 3 Media 4,54 4,56 2,4 4,07 3,23 3,14 2,82 Orden 2 1 7 3 4 5 6 Factores considerados para no acogerse a las medidas En Aragón el principal motivo para no acogerse a las medidas de estudio es la competencia con otras medidas, mientras que esto ocurre en Castilla-La Mancha en menor medida, y en Cataluña no ocurre. En el caso de Castilla-La Mancha, cuando se puso en marcha el PNFR, muchos agricultores se cambiaron a éste, al tener características muy parecidas y suponer un compromiso solamente de un año. Sin embargo, este hecho parece no estar reflejado en las encuestas realizadas, debido a que gran parte de la zona que se ha muestreado no era de aplicación del PNFR. 99 INFORME FINAL En Castilla-La Mancha y en Cataluña, una vez conocida la existencia de las medidas, el principal freno a la acogida es la limitación que éstas suponen en la capacidad de decisión del agricultor para ir decidiendo las labores a realizar según vaya el año. La falta de adaptación al trabajo que se realiza en la explotación es un motivo que aparece representado en las tres CC. AA., especialmente en Cataluña. Tabla 3.10. Factores considerados para no acogerse a las medidas. CAT (%) ARA (%) Libertad sobre el plan de cultivos CLM (%) 38,84 33,33 Calendarios No se adapta a mi trabajo/Complica la gestión de mi explotación Papeleo/Burocracia Prima baja Otras medidas No entendía bien los requisitos No me la han concedido / No se ha vuelto a abrir la convocatoria Jubilación Poco terreno 15,70 10,74 10,74 8,26 8,26 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 13,64 0,00 27,27 0,00 24,24 0,00 0,00 0,00 0,00 4,11 5,48 0,00 2,74 47,95 0,00 4,11 13,70 21,92 FACTORES Valoración de los principales atributos de los contratos agroambientales teóricos. Se valoran cinco atributos de los contratos agroambientales: la prima, o cantidad de dinero que percibe el agricultor por hectárea que suscribe a la medida; la flexibilidad para no tener que acoger todos los años la misma superficie; la multa o importe que el agricultor debe pagar en caso de que se detecte un incumplimiento; el requisito de incluir un porcentaje de leguminosas en las tierras cultivadas y las limitaciones al aprovechamiento durante determinados períodos de tiempo. En los tres casos los agricultores afirman darle una mayor importancia a los atributos relacionados con la gestión de las medidas, como son la prima y la flexibilidad de que se dota a la medida agroambiental, y en el caso de Castilla-La Mancha y Cataluña también a la multa. Aparecen en un segundo plano en las tres CC. AA. los atributos relacionados con los requisitos de las medidas a aplicar en campo. Entre ellos, los agricultores dan una mayor importancia a las limitaciones de calendario relacionadas con los aprovechamientos, que a la obligación de incluir un porcentaje de leguminosas. Tabla 3.11. Valoración de los atributos de los contratos. ATRIBUTO Prima Flexibilidad Multa Leguminosas Calendario CLM Media 4,59 4,24 3,93 2,33 3,03 CAT Orden 1 2 3 5 4 Media 4,53 3,72 3,24 2,89 3,03 100 ARA Orden 1 2 3 5 4 Media 4,66 3,07 2,36 2,38 2,75 Orden 1 2 5 4 3 INFORME FINAL Percepción del efecto ambiental de las medidas de los agricultores encuestados Para valorar el efecto ambiental de las medidas percibido por los agricultores que potencialmente están encargados de ponerlas en práctica, se les ha preguntado cuál es en su opinión la efectividad de las mismas, y también qué otros beneficios pueden aportar estas medidas a las explotaciones en las que se aplican. a) Valoración de la efectividad de la medida por parte de los agricultores En Castilla-La Mancha y en Aragón parece haber una tendencia hacia la idea de que las medidas que se aplican tienen un efecto positivo sobre las poblaciones de aves esteparias. En el caso de Cataluña sin embargo, predominan las personas que piensan que las medidas no son efectivas. CAT 26 CLM 37 26 ARA Nada No mucho Algo Mucho Extremadamente NS Figura 3.5. Valoración de la efectividad de las medidas b) Otros beneficios proporcionados por las medidas En los tres casos de estudio, los agricultores que manifiestan encontrar otros beneficios a las medidas agroambientales de estudio son una minoría. Sin embargo, en este grupo, aparecen varios beneficios detectados, como son, en primer lugar, la disminución de la erosión del suelo (especialmente en Castilla-La Mancha), gracias al mantenimiento del rastrojo tras la cosecha. A esto le sigue, la valoración del incremento de nutrientes en el suelo, debido al descanso de la tierra de la producción al aumentar la proporción de las tierras en barbecho y a la implantación de cultivos de leguminosas. Por otro lado, la prevención de incendios también aparece como un beneficio de estas medidas, aunque en este punto en el caso específico de Cataluña, algunos agricultores afirman que el efecto es exactamente el contrario. De manera general, también se llama la atención en las tres regiones sobre los efectos positivos sobre la biodiversidad. 101 INFORME FINAL 3.4.2 EL NIVEL DE INFORMACIÓN. ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN DE MEDIDAS AGROAMBIENTALES PARA AVES ESTEPARIAS. El conocimiento de la existencia de las medidas es el primer paso indispensable para que los agricultores tengan la oportunidad de tomar la decisión sobre si acogerse a las mismas. Desde el proyecto Ganga se ha realizado un esfuerzo por comunicar su existencia y cómo éstas encajarían en las explotaciones sobre las que se aplican y en las economías de los agricultores. Además, de cara al diseño de estrategias de comunicación efectivas en futuros períodos de programación, se ha realizado una encuesta a los asistentes para establecer su nivel de conocimiento previo, las fuentes de información que utilizan y de cuáles preferirían disponer. Estos encuentros se han realizado en las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha, Castilla y León y Cataluña. En total, se realizaron 305 encuestas, de las cuales 147 se realizaron en Castilla-La Mancha, 36 en Castilla y León y 122 en Cataluña. Los encuentros se realizaron preferentemente en municipios de la red Natura 2000. Características de los agricultores asistentes. En primer lugar, se resumen a continuación las principales características de las explotaciones de los agricultores que asistieron a las charlas informativas, en lo referente al cultivo de herbáceos de secano, con los que se trabaja en las medidas objeto de este trabajo, y a las dimensiones de las explotaciones. Orientación productiva de las explotaciones: La gran mayoría de las explotaciones tienen en su plan de cultivo cereal de invierno en secano, además en Castilla-La Mancha y en Castilla y León un importante volumen de las explotaciones también incluye leguminosas en la rotación, mientras que en el caso de Cataluña este aprovechamiento era residual. CAT CyL 1,64 73,77 52,78 86,11 Leguminosas Cereal de invierno 65,31 CLM 84,35 Figura 3.6. Orientación productiva de las explotaciones Tamaño de las explotaciones: En la comunidad de Castilla y León predominan las explotaciones de mayor tamaño, y es el mismo caso, aunque en menor medida, en Castilla-La Mancha. Sin embargo, entre los encuestados en Cataluña son más abundantes las explotaciones de mediano y pequeño tamaño. 102 INFORME FINAL 4 >100 36 20,8 19 50 a 100 40 29,6 5 a 10 44 16 10 a 50 CLM 17 0 <5 36 CAT CyL 10,4 3,2 16 8 Figura 3.7. Tamaño de las explotaciones Fuentes de información Interés por la información: Más allá de la estrategia que se decida seguir para informar a los agricultores sobre la existencia y contenido de las medidas agroambientales de estudio, es necesario contar con la predisposición de los agricultores a recibirla. En este sentido, se ha preguntado, tras la exposición de la información sobre las medidas agroambientales, el interés que ha tenido para ellos la información que han recibido. 9,09 Nada 9,09 Poco 4,35 4,55 33,88 39,13 40,91 Algunas cosas 47,93 M ucho 56,52 54,55 CLM CyL CAT Figura 3.8. Interés por la información Como se puede observar en las tres comunidades autónomas en las que se ha trabajado, se manifiesta un interés por parte de los agricultores por la información recibida. Sin embargo, es posible que los agricultores no tengan acceso a la información desde una fuente cercana, o con la que se les permita interactuar. Los encuestados manifiestan que obtienen la información mayoritariamente desde sindicatos agrarios (CLM 50%, CyL 30% y CAT 33%), seguidos de la Administración (CLM 18%, CyL 20% y CAT 22%), existiendo pequeños grupos que se informan a través de otros agricultores (en CyL sobrepasa el 10%), asesores, bancos, prensa e Internet. 103 INFORME FINAL Fuentes de información preferidas por los agricultores En relación con lo anterior, y de cara a que en futuros períodos de programación se puedan diseñar estrategias más exitosas, se ha investigado la vía que los agricultores prefieren para recibir la información en estas tres regiones. Aparece de manera independiente a la región en la que se trabaje, que las charlas especializadas son la opción preferida por los agricultores para informarse de este tipo de medidas, seguida de los materiales escritos que ellos pueden consultar de manera independiente. Otras vías para obtener información como Internet o un teléfono de información son valoradas positivamente por un reducido porcentaje de los agricultores encuestados. Charlas especializadas 31 31 17 Organización agraria Internet 31 41 32 13 3 12 Teléfono de información 5 4 8 24 Manuales escritos 21 CLM CyL 28 CAT Figura 3.9. Fuentes de información preferidas 3.4.3 CONCLUSIONES De un lado, los agricultores que han decidido participar en las medidas de estudio lo han hecho principalmente por motivos económicos. Sin embargo, en Aragón, se valoran por encima parámetros de simplificación de la gestión y ahorro de tiempo y en Cataluña otros como la necesidad ambiental y la mejora en la fertilidad de las tierras. Por otro lado, entre los que han decidido no acogerse a las medidas, aparece la competencia con otras medidas como motivo mayoritario en Aragón, mientras que en Cataluña y Castilla-La Mancha, zonas en general más productivas, el motivo ha sido no querer limitar su capacidad de decisión sobre qué hacer en campo según vaya el año. De esta manera, aunque en la valoración de los atributos la prima y la flexibilidad aparecen como aquellos a los que los agricultores dan una mayor importancia, para los agricultores que deciden no participar en los programas agroambientales el limitante parece estar más relacionado con los requisitos a aplicar en campo que disminuyen su capacidad de decisión, especialmente en lo relacionado con los calendarios. 104 INFORME FINAL Por otro lado, parece manifiesto el hecho de que los agricultores tienen interés por recibir una mayor información sobre las medidas agroambientales a las que pueden optar en el marco de la PAC, y que de manera general prefieren hacerlo mediante charlas especializadas, que les permiten resolver sus dudas en el mismo momento, y con el apoyo de textos explicativos, que les faciliten una reflexión individual sobre la posibilidad que se les oferta. De esta manera, se puede recomendar incrementar las estrategias de comunicación con los agricultores sobre medidas agroambientales de manera más cercana, en los distintos municipios de aplicación o en las cabeceras comarcales, apoyadas con textos explicativos, y en colaboración con las organizaciones agrarias. 105 INFORME FINAL 3.5. ARAGÓN: IMPACTO ECONÓMICO, FACTORES DE DECISIÓN Y MODELIZACIÓN DE PREFERENCIAS En Aragón se han puesto en marcha varias medidas agroambientales para aves esteparias, de manera que los agricultores pueden optar a requisitos individualizados, ya sea mantenimiento del rastrojo y rotación año y vez (medida 1.1) o cultivo de leguminosas, esparceta (medida 1.2) o alfalfa de secano (medida 1.8), según las zonas. Esta situación diferencial con respecto al resto de CC. AA. permite analizar de manera independiente los distintos compromisos que componen la mayoría de medidas analizadas en este proyecto. En este apartado se ha decidido trabajar con las medidas 1.1 y 1.8, para cubrir el conjunto de requisitos que se aplican en la región. Entre las medida 1.2 de cultivo de esparceta y la medida 1.8 de cultivo de alfalfa en secano, se optó por la medida 1.8 al estar aplicándose en mayor superficie que la 1.2. 3.5.1 IMPACTO ECONÓMICO La participación en las medidas agroambientales de estudio implica el cumplimiento de determinados requisitos (véase apartado 1), que repercuten en el balance económico de la explotación. Los costes asociados pueden clasificarse en tres categorías: lucro cesante, costes adicionales y costes de transacción. En base a ellos se realiza el cálculo de la prima, en función de valores medios a nivel comarcal, regional o incluso superior. El lucro cesante se refiere a la disminución de ingresos por reducción de la producción (calendarios, reducción de superficies de cultivo, limitaciones al aprovechamiento, etc.). Los costes adicionales incluyen los incrementos en los costes directos (sustitución de fitosanitarios, trabajos mecánicos, compra de semillas, etc.). Los costes de transacción hacen referencia a costes de gestión, no derivados de la aplicación en campo de los requisitos (elaboración del plan de explotación y mantenimiento del cuaderno de campo). Calculando el porcentaje sobre la prima que suponen estos tres tipos de costes para cada una de las medidas (tabla 3.12), se obtiene que los costes incluidos en el lucro cesante son los que mayor peso tienen en el cálculo de las primas. Por lo tanto, si el territorio en el que se aplica la medida es homogéneo en sus rendimientos productivos, el impacto de la medida en la rentabilidad de las explotaciones sería similar. Sin embargo, si el territorio es heterogéneo la productividad puede convertirse en un factor decisivo en la decisión de participar o no en el programa agroambiental. 106 INFORME FINAL Tabla 3.12. Distribución de los costes de las medidas analizadas CC. AA. Medida Lucro Cesante (%) Costes Adicionales (%) Costes de transacción (%) Extremadura Sistemas agrarios de especial interés para la protección de las Aves Esteparias 74% 20% 6% Agroecosistemas extensivos de secano (con leguminosa) 62% 35% 9% 49% 29% 16% Cultivo alfalfa secano “Tierra Campos” 97% 0% 3% 20% 64% 17% 76% (43%) 9% (48%) 15% (9%) Cultivo de girasol de secano 0% 83% 17% Gestión de cereales de ciclo largo 45% 50% 5% Gestión de cubiertas en barbechos 96% 0% 4% Alimento avifauna 92% 8% 0% Cultivo de esparceta en rotación 100% 0% 0% Mantenimiento del rastrojo 100% 0% 0% Generación de corredores biológicos (en distintas zonas) 39% 46% 54% 61% 54% 46% 0% Castilla y León Castilla La Mancha Girasol de secano en rotación Agrosistemas extensivos de secano (con leguminosa) Cataluña Aragón Fuente: CEIGRAM, 2012 (anexo 3.3) Por otra parte, es importante tener en cuenta que los resultados económicos están sometidos a factores de riesgo que inciden en la volatilidad de las rentas que perciben los agricultores. Uno de los factores de riesgo más importantes es la volatilidad de los mercados agrarios, siendo un hecho constatado que ésta ha aumentado considerablemente en la última década (CramonTaubadel 2009) y se prevé una mayor volatilidad en el futuro (OECD 2011 y FAO 2012). Además hay que añadir una alta variabilidad climática que se traduce en fuertes oscilaciones en la productividad de las explotaciones. 107 INFORME FINAL 3.5.1.1 OBJETIVO A partir de estas consideraciones, se plantea el objetivo de evaluar el impacto que tienen estas medidas en la rentabilidad económica de las explotaciones en las que se aplican. A tal efecto, se plantea un estudio comarcal en Aragón. 3.5.1.2 METODOLOGÍA La metodología se basa en 1) la elaboración de un modelo económico para estimar el beneficio o margen de cultivo y 2) la realización de una simulación de Montecarlo para evaluar el impacto en el riesgo que afronta la explotación. Modelo económico para estimar el beneficio o margen de cultivo El modelo se aplica a nivel comarcal para captar las diferencias de rendimientos e identificar patrones espaciales en relación con la acogida. Se han incluido datos relativos a rendimientos, costes y precios (Gobierno de Aragón, INE, MARM y MINETUR, varios años) e información detallada sobre la contabilidad de explotaciones dedicadas a los cultivos herbáceos en la zona (MARM 2009), seleccionándose el cultivo de cebada como representativo del cereal en la zona. • Margen bruto: MB = P r + PU+ SAE – (Cd- Cmo- Camort) • Margen neto: MN = P r +PU+ SAE – (Cd- Cmo- Camort) – Cind Donde P es el precio del cultivo, r es el rendimiento de la explotación, PU representa el pago único de la PAC, SAE el pago agroambiental, Cd los costes directos y Cind los costes indirectos. En el coste de la mano de obra (Cmo) se incluye tanto la asalariada como la familiar, en el cómputo de los costes de maquinaria se incluyen los costes de amortización (Camort), y los costes indirectos excluyen los relacionados con el capital, como el canon de la tierra o los intereses financieros. Mediante el modelo se estima la rentabilidad de la explotación en su gestión habitual y al participar en las medidas. Se calcula también el impacto como la diferencia de rentabilidad con y sin medida, que puede utilizarse como indicador del incentivo económico a participar en las medidas. Para evaluar el impacto diferencial de la prima en la rentabilidad, se asume que si el agricultor decide no participar en ninguna de las medidas analizadas realizaría el cultivo de cereal con rotación año y vez, siguiendo con las prácticas tradicionales. Se definen dos escenarios que permiten considerar la influencia de los mercados agrarios: • Escenario base: refleja un año medio tanto en rendimientos como en precios, tomándose como referencia el período 2000-2010. 108 INFORME FINAL • Escenario precios altos: se asume un año medio en lo relativo a rendimientos y un incremento de los precios del cereal y la paja del 30% respecto al escenario base. Evaluación del impacto en el riesgo que afronta la explotación Para evaluar el impacto de participar en las medidas sobre el riesgo que afronta la explotación, se construye un modelo de simulación de Montecarlo que permite incorporar el carácter estocástico de las variables económicas y caracterizar en términos de probabilidad sus posibles resultados económicos. Se realiza para tres comarcas tipo en función de su productividad. 3.5.1.3 RESULTADOS La rentabilidad simulada para las explotaciones tipo sin medida (véanse figuras 3.10 y 3.12), nos ofrece una diferenciación entre comarcas, obteniéndose para algunas de ellas rentabilidades muy bajas, e incluso negativas, como es el caso de Zaragoza y Caspe, y para otras resultados positivos. Se entiende aquí que un margen bruto mayor que cero puede ser un umbral de referencia orientativo para caracterizar la tendencia a medio plazo, asumiendo que los ingresos de la actividad deben cubrir los costes directos, mano de obra y maquinaria para que exista incentivo suficiente para mantener la actividad. Escenario base Los resultados obtenidos para la medida 1.1 (figura 3.10) indican que esta medida mejora la rentabilidad de las explotaciones marginales. Si bien la cuantía absoluta de la prima es moderada, en términos relativos su influencia es importante ya que permite revertir la situación de rentabilidad negativa a positiva en algunas comarcas, y acercar al umbral de rentabilidad a aquellas explotaciones situadas en las zonas más marginales como Zaragoza y Caspe. 109 INFORME FINAL 250 200 150 119 106 92 84 100 €/ha 50 119 107 108 120 97 88 129 115 4845 3333 Sin medida 1720 2 ‐3 ‐8 ‐17 CA SP D E EL JI LO EJ EA CA D DA E L OS RO CA CA BA HO LL E YA RO D S LA E H A LM UE HO UN SC YA A IA D D E T E D ER OÑ UE L A GO DI NA LA L I TE RA M ON SE EG RR RO AN RI S BA IA GO D E M RZ A ON TA LB AN SO BR A SO RB M E ON TA NO ZA RA GO ZA ‐49 ‐58 ‐65 ‐76 ‐15 ‐25 ‐29 ‐42 ‐114 ‐116 ‐150 Con medida 1.1 CU EN CA NC A O CI ON ‐100 BA J RA G BA J O A ‐50 BO RJ A 0 ‐142 ‐145 ‐200 Figura 3.10. Margen bruto con y sin medida 1.1. Escenario base Fuente: CEIGRAM, 2012 (anexo 3.3) Se observa que el impacto o incentivo a participar se encuentra condicionado por la productividad de la comarca, reduciéndose, e incluso desapareciendo, a medida que aumenta la productividad agraria de la comarca. 40 29 30 20 28 18 16 €/ha 13 10 10 9 5 3 0 0 ‐3 ‐10 ‐8 ‐10 ‐13 ‐13 ‐12 ‐14 ‐20 Figura 3.11. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.1. Escenario base. Fuente: CEIGRAM, 2012 (anexo 3.3) Los resultados obtenidos para la medida 1.8 son más homogéneos entre comarcas, siendo en todas ellas positivos tanto el margen neto como el margen bruto para las explotaciones que participan en la medida. 110 INFORME FINAL 150 120 119 47 50 46 46 33 52 46 129 97 92 100 119 56 4847 54 49 43 54 59 49 52 61 56 44 17 ‐76 ‐100 Sin medida CA SP D E EL J ILO EJ EA CA D E L DA OS RO CA CA BA HO LL ER YA OS LA D A E H LM HO UE UN YA SC IA A D D E D E TE RU OÑ EL A GO DI NA LA L I TE RA M ON SE E GR RR OS AN RI BA IA D GO E M RZ A ON TA LB AN SO BR AR SO BE M ON TA NO ZA RA GO ZA ‐65 ‐3 ‐17 ‐25 ‐42 CU EN CA IN CA BO RJ A O C RA G ‐50 BA J O A BA J €/ha ON 0 ‐150 Con medida 1.8 ‐142 ‐145 ‐200 Figura 3.12. Margen bruto con y sin medida 1.8. Escenario base Fuente: CEIGRAM, 2012 (anexo 3.3) El impacto diferencial de la medida 1.8 es mayor que en la 1.1, acrecentándose las diferencias positivas y negativas entre comarcas. De esta manera, el impacto en la rentabilidad es muy positivo en las zonas de muy baja productividad y muy negativo en las regiones muy productivas. 225 191 200 186 175 150 125 123 111 91 100 74 €/ha 75 50 25 69 46 35 13 0 ‐1 ‐25 ‐50 ‐75 ‐36 ‐43 ‐65 ‐62 ‐100 ‐125 ‐150 Figura 3.13. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.8. Escenario base. Fuente: CEIGRAM, 2012 (anexo 3.3) 111 ‐57 ‐73 INFORME FINAL Escenario de precios altos En este escenario el incentivo a participar disminuye en todas las comarcas, pasando en algunas de ser positivo a negativo. Sin embargo, en las comarcas con menores rendimientos sigue siendo positivo. 250 232 239 231 242 232 230 207 201 200 177 158 150 154 138 135 120 112 99 100 90 82 81 74 Sin medida €/ha 5955 50 Con medida 1.1 3031 1518 CA SP D E EL JI LO EJ EA CA D E L DA OS RO CA CA BA HO LL ER YA OS D LA E H A LM HO UE UN SC YA A IA D D E T E D ER OÑ UE L A GO DI NA LA L I TE RA M ON SE EG RR RO AN RI S BA IA G D OR E M Z A ON TA LB AN SO BR AR SO BE M ON TA NO ZA RA GO ZA BO RJ A O C CU EN CA ‐50 BA J BA J O A RA G ON IN CA 0 ‐57 ‐76 ‐100 ‐54 ‐71 Figura 3.14. Margen bruto con y sin medida 1.1. Escenario precios altos Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3) 30 18 20 17 10 4 1 €/ha 0 ‐3 ‐7 ‐10 ‐15 ‐20 ‐8 ‐13 ‐20 ‐23 ‐30 ‐31 ‐40 ‐32 ‐37 ‐36 ‐50 Figura 3.15. Impacto en la rentabilidad de la medida 1.1. Escenario precios altos. Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3) 112 ‐35 ‐38 INFORME FINAL 400 300 268 268 232 200 266 280 239 177 158 135 112 €/ha 90 81 100 47 15 46 30 46 46 52 56 47 54 49 43 54 5949 59 52 Sin medida 61 56 44 Con medida 1.8 ‐100 ‐200 BO RJ A CU EN CA CA SP D E EL JI EJ LO EA CA D E L DA OS RO CA CA BA HO LL ER YA OS LA D A E H LM HO UE UN YA SC IA A D D E D E TE RU OÑ EL A GO DI NA LA L I TE RA M ON SE E GR RR OS AN RI BA IA D GO E M RZ A ON TA LB AN SO BR A SO RB M E ON TA NO ZA RA GO ZA BA J O AR AG ON BA JO C IN CA 0 ‐71 ‐76 Figura 3.16. Margen bruto con y sin medida 1.8. Escenario precios altos Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3) 150 121 125 115 100 75 50 25 33 17 €/ha 0 ‐10 ‐25 ‐32 ‐50 ‐75 ‐69 ‐83 ‐100 ‐125 ‐39 ‐112 ‐130 ‐150 ‐175 ‐200 ‐176 ‐225 ‐186 ‐214 ‐210 ‐250 ‐204 ‐224 Figura 3.17: Impacto en la rentabilidad de la medida 1.8. Escenario precios altos. Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3) Modelo de simulación de Montecarlo En las siguientes figuras (3.18 a 3.20) se representa la función de distribución para el margen bruto. Cada uno de los posibles valores de este parámetro, que se representan de menor a mayor, tiene una probabilidad asociada. 113 INFORME FINAL Eligiendo un nivel de confianza del 95%, cuando la probabilidad acumulada de la distribución alcance el 5%, ese valor indicará el valor en riesgo, que se define como la máxima pérdida esperada debida a condiciones adversas. Del otro lado de la gráfica, se encontraría el máximo beneficio esperado en condiciones óptimas. Comarca con muy baja productividad En las comarcas de muy baja productividad, como es el caso de Zaragoza (figura 23), las medidas actúan disminuyendo la volatilidad de las rentas. Así, en las explotaciones acogidas a la medida 1.1 la probabilidad de incurrir en pérdidas importantes es menor que en las explotaciones no acogidas. La probabilidad de tener importantes beneficios disminuye muy levemente al participar en la medida. Figura 3.18. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Zaragoza. Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3) Comarca de productividad media En las comarcas de productividad media, como es el caso de Bajo Aragón (figura 24), se mantiene el mismo efecto que en las comarcas con bajos rendimientos. 114 INFORME FINAL Figura 3.19. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Bajo Aragón. Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3) Comarca con productividad alta. En las comarcas con productividad alta como Hoya de Huesca (figura 25), la participación en la medida agroambiental provoca una mayor disminución de la probabilidad de tener beneficios importantes. Figura 3.20. Función de distribución del margen bruto – Comarca de Hoya de Huesca. Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3) 115 INFORME FINAL 3.5.1.4 CONCLUSIONES Los costes que conllevan las medidas agroambientales de estudio están vinculados principalmente al lucro cesante. Además, al calcularse las primas a través de valores medios de los rendimientos productivos, se crea una situación en la que la rentabilidad de las medidas está principalmente condicionada por la productividad de las explotaciones en las que se aplican. En las regiones de baja productividad, las medidas tienen un doble efecto de mejora de la rentabilidad económica y de disminución de la volatilidad de las rentas. Además, en escenarios de incremento de los precios, para estas regiones las medidas siguen manteniendo un efecto positivo en su rentabilidad. Este efecto va cambiando de signo según aumenta la productividad potencial, y en las comarcas con altos rendimientos la participación en los contratos tiene un efecto negativo en la rentabilidad de la explotación, que se acentúa en escenarios de precios altos. Además, la suscripción del contrato provoca una disminución de la probabilidad de tener altos ingresos. Comparando los dos tipos de medida, ambas tienen el mismo impacto sobre la rentabilidad, que se acentúa para la medida 1.8. En general, las dos son más atractivas para las explotaciones con menores rendimientos, especialmente como consecuencia de calcular las primas sobre valores medios. 3.5.2. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PARTICIPACIÓN 3.5.2.1 OBJETIVOS En este punto se plantean dos objetivos concretos: • entender qué factores influyen en la decisión de participar en el contrato agroambiental, • modelizar las preferencias hacia los contratos, estudiando las características más y menos valoradas y la disposición a aceptar. 3.5.2.2 FACTORES QUE INFLUYEN EN LA DISPOSICIÓN A ACEPTAR Metodología En primer lugar, se seleccionan las variables para la construcción del modelo en base a la bibliografía existente (por ejemplo, Vanslembrouck et al 2002 y Espinosa Goded y BarreiroHurlé 2009). Con respecto a la renta, se incluye una variable que identifica a los agricultores con una renta inferior a 20.000€ al año (‘rentabaja’). En relación con las características de la actividad agrícola se incluye una variable llamada ‘ZEPA’, que identifica a los agricultores que 116 INFORME FINAL declaran que su explotación se localiza en este tipo de espacio. También se identifican las explotaciones calificadas como prioritarias (‘calificación’). Se incluye además un indicador que denota si la persona encuestada se dedica a la actividad agrícola a tiempo completo (‘completo’). Asimismo, se analiza el efecto que tiene el grado de conocimiento de los encuestados acerca de las medidas propuestas (‘conoce’). En último lugar, y dado que una amplia mayoría de la muestra encuestada es masculina, se analiza el efecto de ser varón con respecto a determinadas características: creer que estas medidas son muy rentables (‘rentabilidad*hombre’), pensar que estas medidas son muy efectivas (‘efectividad*hombre’) y pensar que estas medidas son necesarias desde un punto de vista ambiental (‘ambiental*hombre’). Tabla 3.13. Porcentaje de la muestra representado por cada variable. Variable % Rentabaja 22 ZEPA 53,2 Calificación 42,1 Completo 70 Conoce 59,8 Hombre 82,9 Rentabilidad * hombre 38,1 Efectividad * hombre 27,4 Ambiental * hombre 14,4 Se utiliza un modelo logit, calculado con la versión LIMDEP NLOGIT 5.0. La especificación del modelo es la siguiente: z = x´β = edadi β + rentabajai β + ZEPAi β + ambientali β + ambiental* hombrei β + rentabilidadi * hombreβ +efectividadi * hombreβ +calificacióni β Resultados Se obtiene como resultado que los agricultores con rentas más bajas están más dispuestos a participar en las medidas, al igual que los varones que piensan que estas medias son muy rentables, los agricultores que afirman que sus explotaciones se encuentran localizadas en una ZEPA, y los agricultores que se dedican a tiempo completo a la actividad agrícola. Sin embargo, la variable que identifica a aquellos agricultores varones que creen en la importancia de estas medidas desde un punto de vista medioambiental muestra, paradójicamente, un efecto negativo en la disposición a participar. 117 INFORME FINAL 3.5.2.3 ANÁLISIS DE LAS PREFERENCIAS Metodología Los experimentos de elección guardan un gran parecido con el comportamiento habitual de los individuos, ya que consisten en elegir una alternativa entre un conjunto de alternativas disponibles. Adicionalmente, se puede incorporar un atributo monetario, y en este caso, se podrá estimar una disposición a aceptar (Hanley et al. 1998) por cada uno de los atributos considerados. En la práctica, se les ha ofrecido a los agricultores encuestados la opción de participar en unas medidas agroambientales teóricas, con características parecidas a las de las medidas analizadas. Los encuestados tenían la opción de elegir entre dos tipos de contrato, que conllevaban diferentes niveles para los atributos (tabla 11), o quedarse con su situación actual. Tabla 3.14. Descripción de los atributos de contratos agroambientales utilizados en el experimento de elección. Atributos Descripción Prima Cuantía de la ayuda (euros por ha de cultivo) Flexibilidad en la superficie acogida Libertad para decidir la superficie acogida cada año (% admitido de variación respecto a la superficie del primer año, sin penalización alguna). Niveles 30€/ha 60€/ha 90€/ha 120€/ha 0% 40% Multa adicional por encima de la devolución de la prima Sanción en caso de incumplimiento de las normas establecidas en la ayuda, que además de la devolución de la prima puede conllevar al pago de una cantidad adicional (euros/ha) 0€/ha 200€/ha Cultivar leguminosas en un porcentaje de la superficie acogida Obligación de incluir el cultivo de alfalfa o esparceta en un porcentaje variable de la superficie declarada 0% 20% Prohibición de laboreo o aprovechamiento de barbecho durante algunos meses del año Prohibición de realizar labores en el barbecho algunos meses del año Ninguna restricción 1 Abril al 1 Agosto Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3) El diseño del conjunto de elección fue realizado a través de un diseño factorial fraccional. Este proveía de 8 conjuntos de elección por individuo. A continuación, se utilizó este diseño de partida para mejorarlo, mostrando una eficiencia final del diseño seleccionado de un 97,60%. Para el análisis de las preferencias mostradas por los agricultores hacia los contratos propuestos se han seleccionado 9 variables basadas también en la bibliografía previa existente. 118 INFORME FINAL En primer lugar, se analizan los efectos de las variables sociodemográficas: la edad, identificando a los agricultores menores de 45 años (‘joven’) y el nivel educativo (‘educación’) diferenciando aquellos agricultores con estudios de bachillerato, formación profesional o universitaria. Adicionalmente, se incluye una nueva variable que es el producto de tener una renta anual inferior a 20.000€ al año y el atributo flexibilidad (‘flexibilidad*rentabaja’). La razón para incluirla es que durante la estimación de los modelos se ha observado que el atributo flexibilidad es negativo. Sin embargo y bajo un punto de vista racional, sería lógico pensar que disponer de una mayor flexibilidad sobre la superficie acogida debería de implicar un efecto positivo a la hora de participar en estas políticas. Finalmente, en este grupo de variables se incluye una variable dicotómica que nos indica si los agricultores encuestados trabajan tierras arrendadas (‘arrendar’). Otro aspecto condicionante es el grado de conocimiento de los encuestados acerca de las medidas propuestas (‘conoce’). También aquí, se incluye en el modelo el efecto de ser hombre con respecto a determinadas características: creer que estas medidas son muy rentables (‘rentabilidad*hombre’), pensar que estas medidas son ecológicamente muy efectivas (‘efectividad*hombre’), y pensar que son necesarias desde un punto de vista ambiental (‘ambiental*hombre’). Por otra parte, un aspecto de potencial interés es la influencia del capital social, que se recoge como el hecho de formar parte de un sindicato o similar (‘sindicato’). Tabla 3.15. Porcentaje de la muestra representado por cada variable. Variable % Joven 21,5 Educación 21,8 Arrendar 52,3 Conoce 59,8 Hombre 82,9 Rentabilidad * hombre 38,1 Efectividad * hombre 27,4 Ambiental * hombre 14,4 Sindicato 21,5 Finalmente, también se tendrán en cuenta las características de los contratos propuestos a los agricultores; es decir, la cuantía de la ayuda (‘prima’), la libertad para decidir la superficie acogida cada año (‘flexibilidad’), la sanción en caso de incumplimiento de los requisitos de la medida acogida (‘multa’), la obligación de incluir el cultivo de alfalfa o esparceta en un porcentaje variable de la superficie declarada (‘leguminosas’) y la prohibición de realizar labores en el barbecho algunos meses del año (‘restricción’). 119 INFORME FINAL Modelos empleados En primer lugar se estimó un modelo logit condicional simple, que permite calcular la probabilidad de que un determinado agricultor seleccione un contrato agroambiental concreto, siendo esta elección condicional sobre los atributos de la elección (Greene 1997 pp. 913-914; Maddala [1983] 1999, pp. 42), que en este caso son la prima, la flexibilidad, la multa, la inclusión de leguminosas y las restricciones en el calendario. En segundo lugar, se calcula un modelo logit condicional ampliado, donde se han incluido el resto de variables sociodemográficas y las características de las explotaciones explicadas anteriormente. Por último, se estima un modelo de parámetros aleatorios. Se ha especificado en la estimación que los atributos restricción, flexibilidad, leguminosas y multa son aleatorios y siguen una distribución triangular a una cara; por el contrario, el atributo prima se mantiene fijo.5 Resultados En el modelo logit condicional se obtiene que incrementos en la prima producen incrementos en el nivel de utilidad asociada a la medida, mientras que los incrementos en cualquiera del resto de atributos produce una disminución en la utilidad, en término medio. Con el modelo logit condicional ampliado (tabla 3.16) se complementa este resultado con los siguientes puntos: • Los agricultores más jóvenes prefieren no participar en este tipo de contratos, al igual que aquellos que trabajan tierras arrendadas. Además, los varones que piensan que estas medidas son efectivas en términos ecológicos, prefieren no participar en estos programas. • Un mayor conocimiento de las medidas aumenta la probabilidad de participar en los contratos agroambientales, así como, para los hombres, la rentabilidad económica percibida. • Por otro lado, los individuos que tienen rentas bajas valoran positivamente una mayor flexibilidad sobre la superficie que dedican a acoger las medidas. 5 Se opta por esta especificación, luego de estimar diferentes modelos en las que los parámetros aleatorios siguen diferentes distribuciones y comparar los diferentes estadísticos como el log-likelihood, el pseudo R2 de McFadden y el criterio AIC (criterio de información Akaike), con el fin de quedarse con el modelo que mejor ajusta (Hess (2010)). 120 INFORME FINAL Tabla 3.16. Resultados del modelo logit condicional ampliado. Variables Coeficientes Err. Std. Prob|z|>Z* Atributos Prima 0,021*** 0,001 0,000 Flexibilidad -0,006*** 0,002 0,004 Multa -0,002*** 0,000 0,000 Leguminosas -0,008** 0,004 0,034 Restricción -0,105*** 0,015 0,000 Características sociodemográficas Joven -0,686*** 0,205 0,002 -0,267 0,213 0,217 Educación Ambiental*hombre -0,744** 0,339 0,030 Sindicato -0,775*** 0,208 0,000 Características de las explotaciones y de las medidas Flexibilidad*rentabaja 0,007* 0,006 0,077 Arrendar -0,464** 0,185 0,035 Conoce 0,544** 0,203 0,023 Rentabilidad*hombre 2,314*** 0,313 0,000 Efectividad*hombre -1,109*** 0,190 0,000 Desviación estándar de los parámetros aleatorios Flexibilidad 0,006*** 0,002 0,004 Multa 0,002*** 0,000 0,000 Leguminosas 0,008** 0,004 0,034 Restricción 0,105*** 0,015 0,000 N 1452 2 Log-likelihood R -1086,082 Pseudo 0,279 Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3) Con el modelo de utilidad aleatoria se mantiene el signo y la significación de todas las variables. Estimación de la disposición a aceptar (DAA) Se mide en este punto la disposición de los agricultores a aceptar una determinada cantidad de dinero por tolerar una pérdida o renunciar a un beneficio. Como resultado se obtiene (tabla 3.17) que el atributo que más esfuerzo supone aceptar a los agricultores son las restricciones en el aprovechamiento durante determinadas épocas del año. Para el resto de atributos, los valores de la DAA son muy bajos. 121 INFORME FINAL Tabla 3.17. Disposición a aceptar los atributos de los contratos económicos. ATRIBUTO DAA(€) Err. Std P|z|>Z* Intervalo de confianza del 95% Restricción 4,913 0,688 0,000 3,565 6,261 Flexibilidad 0,264 0,092 0,004 0,083 0,445 Leguminosas 0,352 0,166 0,034 0,027 0,676 Multa 0,102 0,017 0,000 0,069 0,136 Fuente: CEIGRAM 2012 (anexo 3.3) 3.5.2.4 CONCLUSIONES Los factores económicos son los que más peso tienen en la decisión de acogerse a las medidas de estudio. De hecho, la magnitud de la prima es el único atributo que los agricultores discriminan positivamente. Además, aquellos agricultores que tienen rentas más bajas y los que las entienden como rentables, es más probable que participen en este tipo de contratos, reduciéndose esta probabilidad si las tierras que trabaja el agricultor son arrendadas. Por otro lado, aunque el hecho de que la explotación esté situada en zona ZEPA (o más bien que el agricultor sea consciente de ello) hace que el agricultor tenga una mayor probabilidad de participar en este tipo de contratos, paradójicamente aquellos agricultores que opinan que las medidas son efectivas desde un punto de vista ecológico tienen menos probabilidad de participar en las medidas. Más allá de las motivaciones económicas, y analizando el resto de atributos de los contratos, son las restricciones de aprovechamiento en determinados momentos las que tienen un mayor rechazo entre los agricultores. 122 INFORME FINAL 4. DISCUSIÓN GENERAL Y CONCLUSIONES El planteamiento del Proyecto Ganga ha sido analizar las medidas agroambientales dirigidas a la conservación de las aves esteparias en los sistemas de cereal de secano desde una perspectiva integral, aunando la evaluación ecológica y el estudio socio-económico, y empleando diversas aproximaciones. Asimismo, se ha planteado un análisis comparado entre los distintos esquemas y regiones pero sin pretender un estudio exhaustivo de cada una de las medidas. Tras estos años de trabajo, se puede afirmar que las medidas analizadas son global y mayoritariamente efectivas desde un punto de vista ecológico, mientras que la respuesta socioeconómica ha sido muy variada entre regiones, destacando la influencia de la correcta gestión administrativa, la importancia de un proceso de retroalimentación entre todos los agentes implicados y la regionalización o zonificación de las medidas. Igualmente, se observa cierta relación entre varios elementos de ambos análisis. Evaluación ecológica En cuanto a la evaluación ecológica, el principal obstáculo para determinar la efectividad de las medidas es su falta de objetivos ambientales específicos. Los programas establecen objetivos de aplicación en número de contratos o superficie acogida, pero no en relación con el efecto ambiental pretendido, en este caso sobre las aves esteparias. Si bien el nivel de acogida puede considerarse un indicador del éxito administrativo, y da información sobre sus implicaciones a escala territorial, no puede considerarse suficiente para valorar la efectividad ambiental. Ante la ausencia de objetivos concretos, el efecto ecológico de este tipo de medidas se ha venido midiendo (véase revisión en SEO/BirdLife, 2011) como las diferencias en el número de aves o especies observadas entre parcelas acogidas o no a las medidas, estimando un efecto positivo si las cifras son significativamente mayores en los campos donde se aplica la gestión requerida por las medidas frente a los que tienen una gestión convencional. Los análisis realizados arrojan, como se ha mostrado, un resultado global positivo para la efectividad ecológica en el periodo reproductor, especialmente sobre la abundancia de aves esteparias (aves totales y territorios), y no tanto sobre la riqueza, corroborando lo encontrado en estudios anteriores (ej. Kleijn et al. 2006 o Geiger et al. 2010). Bajo este efecto positivo global, se observa una importante variación entre zonas de estudio, determinada en parte por variables paisajísticas como el tamaño de los campos, la abundancia de lindes y la proporción de cultivos herbáceos. Agrupando los resultados por Comunidades 123 INFORME FINAL Autónomas (tabla 15), destacan como más efectivas (en términos de mayor tamaño de efecto positivo) las medidas de Navarra y Castilla y León, siendo esta última una de las que lleva más tiempo y con más continuidad aplicando estas medidas. En el otro extremo, es llamativo el efecto negativo observado en las parcelas de los Llanos de Cáceres donde se aplica la medida compensatoria, un resultado que habría que interpretar con cautela, ya que estudios previos en la zona, en el marco de varios proyectos LIFE, afirmaban un efecto positivo de la puesta en cultivo de parte de los pastizales, la práctica que se fomenta a través de este programa, y es probable que su efecto se observe en otra época del año. En el caso de Aragón, aunque el efecto general de las tres medidas analizadas es positivo pero moderado, ha podido aislarse el efecto del cultivo de esparceta (véase informe detallado), con un resultado positivo mucho más contundente. En el caso de Andalucía y Cataluña los resultados han sido también positivos en general, siempre con el mismo patrón de mayor efecto en la abundancia. Por su parte, la medida Castilla-La Mancha presenta un efecto menor, y en la zona de Extremadura donde se ha analizado la medida agroambiental del PDR no se observa ningún efecto claro. Tabla 15. Eficacia media estimada Comunidad Autónoma Andalucía (programa específico) Aragón Castilla-La Mancha Castilla y León Cataluña Extremadura (compensatoria) Extremadura (agroambiental) Navarra Efectividad* ++ ++ + +++ ++ ¿? +++ * Estimada como media de los resultados obtenidos en el periodo reproductor para aves esteparias totales en campos focales en las diferentes zonas de las CCAA Igualmente, los resultados varían entre épocas, con mayoría de efectos positivos pero menos significativos en verano y menos positivos en invierno. En cualquier caso, es destacable el mantenimiento en gran medida de la efectividad en la época post-cosecha, lo que puede derivarse en parte de la adecuación de algunas de las prácticas requeridas en esta época, como el retraso de las fechas de cosecha, el mantenimiento del rastrojo durante más tiempo o las limitaciones a los laboreos en los barbechos. La diferencia entre zonas en tamaño de efecto sobre la abundancia podría estar relacionado, además de con las variables paisajísticas citadas, con otros factores como el grado de intensificación en el área de estudio, de manera que el efecto local de la medida sea mayor al aplicarse en una zona de menor valor como hábitat para las especies (por ejemplo, con mayor relevancia de monocultivos de cereal y escasez de elementos paisajísticos, como puede ser el caso de Castilla y León) que en otra con mayor calidad ecológica general donde las prácticas fomentadas por la medida suponen un menor cambio o mejora del hábitat. En algunas zonas, incluso, podría estar influyendo la aplicación de otras medidas, como el PNFR, que conllevan 124 INFORME FINAL prácticas también beneficiosas (en particular la siembra de leguminosas), y por tanto una mayor disponibilidad de hábitat favorable para las aves también fuera de las parcelas acogidas a la medida agroambiental de estudio, reduciendo así el efecto de atracción de estas últimas (como puede ser el caso de Castilla-La Mancha). En el caso del menor efecto general sobre la riqueza, éste podría explicarse, al menos parcialmente, por el hecho de haber trabajado casi exclusivamente en zonas ZEPA designadas precisamente por su valor para las aves esteparias, con alta proporción de cultivos herbáceos extensivos. Es decir, el hábitat agrario de estudio ya se supone en gran medida favorable para estas especies, al menos estructuralmente. Derivado de lo anterior, cabe pensar que las medidas implican la mejora de calidad del hábitat mediante la reducción de molestias, o el aporte de recursos adicionales, lo que explicaría la mayor abundancia en las parcelas con medidas. Sin embargo, el conjunto de aves esteparias generalmente sigue utilizando todo el espacio ocupado por cultivos herbáceos con unas condiciones favorables suficientes. La evaluación realizada aquí permite conocer el efecto local de las prácticas fomentadas por las medidas, en cuanto a la respuesta de las aves presentes, determinándose una eficacia positiva si se demuestra la selección preferente por las parcelas gestionadas conforme a los requisitos agroambientales. Pero el efecto a escala global y sobre la evolución de las poblaciones, que dependerá también de la magnitud de la aplicación de la medida entre otros factores, debe estimarse de manera complementaria mediante censos de larga duración en todo el espacio. Como ejemplo, puede señalarse el caso de Castilla y León, donde a los resultados positivos obtenidos en esta evaluación para la actual medida agroambiental, se suman los altos niveles de acogida y la relación de ésta con la evolución positiva de algunas de las especies prioritarias de conservación, como la avutarda (Martín et al, 2012). Por otro lado, dado el enfoque más amplio del proyecto, no se ha entrado a valorar de manera independiente el impacto o efecto de cada una de las prácticas requeridas por las medidas, aunque sí se puede inferir la especial importancia del cultivo de leguminosas y el ajuste de las fechas de cosecha para conseguir unos resultados más positivos. Lo que queda claro es que la proporción de prácticas agrícolas incorporadas a las respectivas medidas agroambientales, según lo propuesto por Llusia y Oñate (2005), parece no ser un buen indicador de su eficacia real (medida en los términos descritos), tal vez por no considerar las posibles diferencias en el valor para las aves esteparias de las diversas prácticas listadas. De las dos prácticas citadas como aparentemente más importantes, es precisamente la limitación en la fecha de cosecha (y otros aprovechamientos en la época de reproducción) la que resulta más compleja. Hasta ahora se han establecido fechas fijas durante todo el periodo de compromiso, pero esto lleva a no considerar las posibles variaciones interanuales de la fenología tanto de los cultivos como de las especies. Los análisis realizados a partir de los datos de campo y del tratamiento de imágenes satélite han mostrado una relación entre la evolución anual de los cultivos y los periodos reproductivos 125 INFORME FINAL de las aves esteparias, que permitiría estimar con antelación las fases críticas de la reproducción. Convendría por tanto profundizar en este aspecto e intentar establecer un mecanismo para determinar en cada año el momento más adecuado para la cosecha, de manera que se optimizara el rendimiento de los cultivos garantizando la menor afección a las aves. Existen ya algunos ejemplos en otros países que vinculan la floración de plantas representativas de las zonas de interés con la fenología de las aves, usando esta relación para determinar las fechas óptimas de las labores agrarias en el marco de programas agroambientales cada año. La metodología utilizada en este estudio mediante el índice NDVI ha dado resultados halagüeños, por lo que se puede apuntar al uso de seguimientos satélite de la evolución de los cultivos como posible herramienta para determinar las fechas óptimas de cosecha cada año en este caso. Este método tiene la ventaja añadida de que permitiría una gestión sistemática de todo el ámbito de aplicación sin tener que hacer un seguimiento exhaustivo en campo, algo particularmente importante en zonas amplias como son muchas de las ZEPA esteparias. No obstante, de cara a facilitar la compatibilización entre rendimientos óptimos y molestias mínimas a las aves, sería recomendable fomentar variedades concretas que presenten una maduración más tardía. Esto permitiría que la mayor parte de los pollos de las especies esteparias hayan volado o alcanzado la mayor autonomía posible en el momento de la cosecha, aumentando su probabilidad de supervivencia, sin originar pérdidas en la producción. En este sentido, cabe señalarse la cebada frente al trigo, o variedades locales de este último, pero habría que tener también en cuenta en el diseño de las medidas y el cálculo de las primas los posibles incrementos en el riesgo de daños por condiciones climatológicas adversas. Por último, aunque no se ha estudiado directamente en este proyecto, las restricciones al aprovechamiento ganadero merecen una especial atención en varios sentidos. Si bien parece acertado limitar la entrada de ganado durante la época reproductora, debería facilitarse fuera de ella. El pastoreo de las rastrojeras o los cultivos forrajeros, además de mejorar la fertilidad del suelo, favorece la presencia de invertebrados asociados de gran valor alimenticio para las aves en determinadas épocas. Igualmente, los abrevaderos u otros puntos de agua para el ganado benefician a las aves esteparias, en particular en zonas exclusivamente de secano o sin fuentes naturales próximas. Paralelamente, los trabajos realizados en Canarias han podido constatar el interés de los cultivos para las aves esteparias en las islas más orientales del archipiélago. Por este motivo, y en función de los resultados obtenidos, como medida general se recomienda fomentar los cultivos tradicionales en cada zona, favoreciendo los mosaicos agrarios frente a los monocultivos. Sería recomendable la recuperación de gavias y otros terrenos agrícolas, al menos en las zonas ZEPA más favorables para las especies esteparias, aumentando la superficie destinada al cultivo de cereales, leguminosas y hortalizas, así como la conservación 126 INFORME FINAL y/o plantación de higueras y otros frutales en las lindes. Necesariamente, el programa agroambiental a aplicar debería acompañarse con un seguimiento intensivo en las primeras fases para comprobar la respuesta de las aves y la viabilidad agronómica, e ir mejorando su diseño. Evaluación socio-económica Desde un punto de vista social, es necesario conseguir la acogida por parte de los agricultores de las medidas de estudio, algo que por diferentes motivos se ha conseguido de manera muy variable en las distintas CCAA (tabla 16). Una vez lograda dicha acogida, se puede considerar como un éxito el nivel de satisfacción que alcancen los agricultores con respecto a la inclusión de las prácticas agroambientales en la gestión de la explotación. Tabla 16. Nivel de acogida sobre superficie objetivo Comunidad Autónoma Aragón Castilla-La Mancha Superficie acogida (ha)* (1.1) 31.633,32 (1.2) 5.300,81 (1.8) 21.215,70 38.896,81 Castilla y León % Sup acog/ Sup obj. (1.1) 90,4% (1.2) 66,3% (1.8) 42,4% 12,9% 469.056,99 --- 3.773,84 37,7% ---- --- La Rioja 0 0% Navarra 6.544,44 32,7% Cataluña Extremadura *Según datos para 2011, año en que todas las medidas dejaron de convocarse para nueva incorporación o ampliación de superficie. Para lograr la acogida de los agricultores, es necesario prestar atención durante su diseño también a sus efectos sobre las economías de los agricultores, así como en las preferencias que ellos manifiestan, y las motivaciones que les mueven en la decisión de participar o no en los programas, en la medida en que todo esto pueda convivir con los objetivos ambientales de las medidas. De manera recurrente, en el ámbito de trabajo de este proyecto, y en concordancia con la función productiva de la actividad agraria como la principal, la prima aparece como el atributo de los contratos más valorado por los agricultores, y la búsqueda de la rentabilidad económica como la principal motivación para acogerse a ellas. Sin embargo, las diferencias regionales y entre explotaciones dentro de una misma región, principalmente ligadas a sus rendimientos productivos potenciales, establecen distintas formas de buscar la rentabilidad en la gestión de la explotación. De esta manera, aparece un gradiente en cuyos extremos se pueden encontrar dos maneras de enfrentar la gestión de explotaciones de cultivos herbáceos de secano. De un lado, las menos productivas, con problemas para alcanzar la rentabilidad incluso con el apoyo público, y del otro, explotaciones más productivas 127 INFORME FINAL cuya rentabilidad varía en mayor medida en función de las variaciones de precios en los mercados agrarios. Estos dos tipos de explotaciones también responden de manera diferente a la opción teórica de participar en programas agroambientales para aves esteparias. Tras las motivaciones económicas, en Aragón, en general menos productivo que el área de estudio de Cataluña, se priorizan motivos como la simplificación de las prácticas agrarias y la disminución del tiempo dedicado a la actividad, mientras que en Cataluña se priorizan motivos de necesidad ambiental o beneficios indirectos para las explotaciones como la mejora de la fertilidad de la tierra. A estas diferencias en las motivaciones, se une el hecho de que económicamente la acogida es más rentable para las explotaciones situadas en zonas menos productivas, situación que se mantiene en escenarios de subida de precios del cereal, como se ha demostrado en el caso de estudio de Aragón. Este hecho es en principio extensible al resto de regiones, debido a que en todas ellas los principales costes considerados en el cálculo de las primas están vinculados con el lucro cesante, y las primas se calculan generalmente con valores medios. Para lograr optimizar el beneficio ambiental de las medidas de estudio es pertinente definir un ámbito de aplicación localizado en aquellas áreas donde la conservación sea prioritaria, especialmente en situaciones de limitaciones presupuestarias. Teniendo en cuenta lo anterior, una vez definido el ámbito, la rentabilidad económica, o dicho de otra manera el incentivo que suponen las medidas para las distintas explotaciones, debería ser lo más equitativo posible para favorecer una acogida homogénea en la zona. Por lo tanto, sería necesario regionalizar el cálculo de la prima hasta el nivel que sea posible, en función de la heterogeneidad productiva del área de aplicación. Además, en el actual período de programación, debido a las limitaciones de la fórmula del cálculo de la prima, se han utilizado en cierto modo los costes de transacción como vía para poder incrementar las primas, de manera que las medidas fueran atractivas para los agricultores. Esto se une al hecho de que las explotaciones menos productivas obtienen mayores beneficios económicos por participar en estos programas. Por tanto, en un escenario de mayor coherencia de la política, convendría recuperar el concepto de incentivo en el cálculo de la prima, justificado por el esfuerzo que supone renunciar a parte de la libertad de decisión y sustituir unas prácticas agrarias consolidadas por las que marcan los contratos agroambientales, e incluso valorando en términos económicos el beneficio ambiental que generan. De esta manera, se establecería un cálculo de la prima más transparente y coherente. En lo que respecta a los requisitos sobre las prácticas agrarias que incluyen las medidas, el principal freno a la acogida es la reducción en la capacidad de decisión sobre las labores que realizan en campo, especialmente en lo relacionado con las limitaciones a los aprovechamientos durante determinadas fechas, destacando la importancia de flexibilizar las medidas en la medida de lo posible. 128 INFORME FINAL Más allá de la decisión de los agricultores y de las prácticas específicas que incluyen las medidas de estudio, un frente que destaca en la búsqueda del buen funcionamiento de las mismas es la adecuada gestión por parte de las administraciones públicas, siendo la puntualidad en los pagos, una buena comunicación, y la correcta información a los agricultores elementos a los que se debe dar prioridad. En vista de los resultados de este trabajo, destaca la gestión de Castilla y León, avalada por el proceso de aprendizaje seguido durante varios períodos de programación. Respecto a la correcta información a los agricultores, la falta de información sobre la existencia de las medidas parece haber sido determinante en los bajos niveles de acogida en algunas regiones como Castilla-La Mancha. El hecho de que un incremento en el nivel de información con el que cuentan los agricultores conllevaría un incremento en el nivel de acogida ya fue apuntado por Barreiro y Espinosa Goded (2007). En este sentido, parece que las Oficinas Comarcales Agrarias pueden desempeñar un papel muy relevante en aportar esta información, que claramente es el primer paso para posibilitar la decisión de acogerse a las medidas. Como se ha comentado en el desarrollo del trabajo, hay otros factores que influyen la acogida, relacionados con las características individuales de los agricultores. En este caso, se ha realizado un análisis específico para Aragón, corroborándose lo encontrado por Potter y Lobley (1992) sobre que son los agricultores de mayor edad los que tienen más predisposición a acogerse a las medidas de extensificación. Son también los agricultores de rentas más bajas los que prefieren acogerse a estos programas y los agricultores a tiempo completo. Especial importancia tiene el hecho de que los agricultores que trabajan tierras en régimen de arrendamiento prefieren no acogerse a las medidas, debido a que no tienen la seguridad de poder contar con las mismas tierras durante todo el periodo de compromiso requerido, algo a considerar en el establecimiento de las condiciones de este tipo de ayudas, tal vez permitiendo cierta flexibilidad en los casos que sea posible. Por otro lado, y de cara a mantener en el tiempo el correcto funcionamiento de las medidas, aparece como necesaria la implicación del conjunto de los actores en el diseño de las mismas, así como en la retroalimentación posterior para posibles modificaciones, coincidiendo con lo apuntado por varios artículos en relación a otras políticas ambientales (ej. Raymond et al 2010). Este hecho cobra además especial importancia en el caso de los agricultores, como sujetos de su puesta en práctica, que conocen de primera mano cómo encajan las prescripciones agroambientales en la gestión del conjunto de la explotación. Se solucionarían así, además, los problemas detectados en relación a la adaptación a las características específicas de las explotaciones y a su complementariedad con el sector ganadero extensivo. A esto se añade que, según los resultados de este trabajo, los agricultores que entienden que las medidas de estudio son efectivas para la conservación de las aves esteparias, tienen menor disposición a participar en los programas agroambientales. Esto podría derivar de la percepción 129 INFORME FINAL por parte de los agricultores de una cierta relación inversa entre beneficios para las aves o el medio ambiente y los beneficios económicos, o que necesariamente siempre implican una reducción de la producción. En cualquier caso, un funcionamiento más participativo de los programas permitiría a los agricultores obtener de primera mano la información necesaria para la comprensión de la relación entre las prácticas agrarias exigidas y sus beneficios para la biodiversidad, teniendo así la oportunidad de debatirlas y hacer propio el objetivo de las mismas. 130 INFORME FINAL 5. PROPUESTAS Sobre la evaluación ¾ Establecer objetivos ambientales claros, preferentemente cuantitativos para facilitar una evaluación rigurosa. Como ya se ha planteado en ocasiones anteriores, a la hora de afrontar un estudio de evaluación de efectividad de una medida, sería fundamental contar con el objetivo concreto que se pretende alcanzar. Idealmente, un objetivo cuantitativo (% de variación, valores absolutos finales, etc.) permitiría presentar los resultados de manera mucho más clara en cuanto al progreso realizado hacia la meta propuesta. Esto es especialmente relevante en el caso de actuar sobre espacios de la Red Natura 2000, donde la legislación establece la obligación de definir objetivos cuantitativos para las especies de interés de conservación. No obstante, se puede asumir que no siempre sea posible o necesario plantear metas numéricas para las medidas agroambientales en sí, pero entonces debería establecerse al menos un objetivo cualitativo sobre el que poder contrastar los resultados de la evaluación (por ejemplo, aumentar o frenar el declive de las poblaciones de determinadas especies). ¾ Complementar la evaluación de efectos a nivel parcela con seguimiento a escala de zona de aplicación La metodología usada para evaluar el efecto en campo permite conocer la respuesta de las aves a escala local de parcela y puede considerarse la forma más apropiada para medir el impacto aislado de las prácticas aplicadas. Sin embargo, de cara a una valoración completa de la aplicación de las medidas, y potencialmente estimar un umbral de acogida mínimo o detectar otros factores de influencia, es necesario complementar la evaluación con un seguimiento a escala de zona de las poblaciones de las especies de interés. ¾ Desarrollar metodologías apropiadas para la evaluación en época invernal Las medidas analizadas incluyen requisitos relacionados con la gestión de los cultivos y la explotación a lo largo del año, más allá de la época reproductora, por lo que el trabajo de campo y los análisis correspondientes han intentado evaluar también el efecto de las medidas en verano y en invierno. Sin embargo, en particular durante la época invernal, las aves presentan unos patrones de distribución distintos, con movimientos migratorios y altas concentraciones de algunas especies, que exceden la escala de trabajo. Son pocos los estudios previos que han incluido estas épocas, y los resultados obtenidos en este proyecto, 131 INFORME FINAL específicamente para el invierno, parecen recomendar una aproximación metodológica más ajustada a las características de esta época. Sobre las medidas ¾ Definir un ámbito de aplicación coherente con el objetivo ambiental de las medidas Un punto clave en el diseño de las medidas es la decisión sobre el ámbito de aplicación de las mismas, que debe hacerse de manera coherente con los objetivos ambientales que las motivan. En este caso el objetivo es la conservación y mejora de las poblaciones de aves esteparias y parece pertinente focalizar su aplicación en los espacios ya declarados por su importancia para estas especies, como son las ZEPA esteparias. ¾ Regionalizar el cálculo de la prima en función de la diversidad productiva de la zona de aplicación. Una vez definido el ámbito de aplicación se debe intentar conseguir un nivel de aplicación homogéneo en el mismo, para lo cual parece imprescindible que el incentivo económico sea similar para todos los agricultores. Como se ha visto, al usar valores medios que no recogen adecuadamente la heterogeneidad productiva potencial en las regiones en las que se aplica, se deriva en que los agricultores con explotaciones con mayores rendimientos pueden perder el interés por participar. Consecuentemente, es necesario regionalizar el cálculo de la prima en función de la diversidad productiva de la zona de aplicación. ¾ Decidir en cada caso el objetivo específico de conservación, en base a información sólida sobre el estado de las poblaciones de las especies prioritarias. Además, las medidas deberán diseñarse de manera adaptada a las condiciones sociales y ecológicas de cada una de las zonas, teniendo en cuenta también el efecto que se busca con ellas. En este sentido, debe plantearse la reflexión en cada caso sobre si es necesario aumentar las poblaciones para asegurar su viabilidad, o solo garantizar su mantenimiento ante la amenaza de pérdida del hábitat agrario apropiado, en el marco del plan de gestión del espacio, si se está trabajando en zonas ZEPA. Para ello es importante contar con información sólida del estado de conservación de las poblaciones de las especies prioritarias. ¾ Lograr un proceso participativo y en la definición y funcionamiento de las medidas, a través de estructuras cercanas a los agricultores. 132 INFORME FINAL El logro de los objetivos ambientales debe conseguirse de la mano de los agricultores. A tal efecto, es necesario crear espacios de participación y aprendizaje mutuo en el diseño de las medidas con los agricultores, científicos y conservacionistas, que debe ser liderado por la administración pública que las desarrolla, y cercano al territorio, por ejemplo a través de las oficinas comarcales agrarias. De esta manera se facilitaría además una mayor y más directa información a los agricultores, tanto en lo que respecta a los fundamentos de las medidas agroambientales, como sobre sus posibles modificaciones y cualquier duda que pueda surgir, agilizándose así el proceso y facilitando que perduren en el tiempo. ¾ Buscar el equilibrio entre la idoneidad de las prácticas para las aves y la complejidad de su aplicación. En cuanto a los requisitos específicos de las medidas, se debe buscar el equilibrio entre las prácticas favorables para las aves y la viabilidad agronómica de las explotaciones, evitando compromisos demasiado complejos que disuaden a los agricultores de participar. ¾ Utilizar las herramientas disponibles para flexibilizar en la medida de lo posible las limitaciones de calendario en los aprovechamientos. De cara a compatibilizar al máximo los beneficios para las aves con la producción agronómica, existen herramientas, como el análisis de imágenes satélite desarrollado en este trabajo, que pueden permitir flexibilizar más y adaptar a las condiciones anuales los intervalos de tiempo en los que está limitado el aprovechamiento agrario y ganadero en las medidas agroambientales, principal escollo para la aceptación y aplicabilidad de las mismas. Sobre el marco regulatorio ¾ Recuperar el concepto de incentivo en el cálculo de las primas En el marco regulatorio actual, el cálculo de la prima de las medida agroambientales solo incorpora elementos que justifican los costes teóricos de las prácticas requeridas sin permitir una remuneración adicional por el valor ambiental que generan. Para conseguir niveles de prima más atractivos se llegan a incluir requisitos que no responden a las necesidades de las especies objetivo. Por lo tanto, para garantizar la aplicación homogénea en las zonas de interés y evitar un diseño artificioso se propone la recuperación del concepto de incentivo en el cálculo de las primas. 133 INFORME FINAL ¾ Integrar las medidas agroambientales en los planes de gestión de las ZEPA en coherencia con los objetivos específicos del espacio en cada caso. Esto debe plantearse en el actual debate sobre la reforma de la PAC, pero no es sólo cuestión de mejorar el cálculo de las primas. Las propuestas presentadas para la futura política agraria plantean la creación de un pago asociado a una serie de prácticas dirigidas a la sostenibilidad ambiental básica de la actividad agraria (“greening” o pago verde), incluyendo su contribución a la conservación de la biodiversidad global. En este sentido, algunas de las prácticas más genéricas requeridas en las medidas agroambientales analizadas (como la diversificación de cultivos o la creación de lindes) pasarían a formar parte de este nuevo pago verde, aplicándose por tanto a gran escala y contribuyendo así a frenar y revertir el declive de las aves comunes ligadas a los medios agrarios. Aún así, las medidas agroambientales dirigidas a la conservación de la biodiversidad en general y de las aves esteparias en particular seguirán siendo fundamentales para luchar contra el declive de estas especies y fomentar una gestión agraria más sostenible, aunque será necesaria una reformulación de las mismas y probablemente una mayor orientación a la protección de las especies más amenazadas y en las zonas prioritarias, como es el caso de las ZEPA de la Red Natura 2000. Precisamente, en estos espacios el objetivo obligatorio es la recuperación o conservación de las especies por las que fueron declarados, y en el caso de las zonas de carácter agrario, las medidas agroambientales son una de las herramientas clave, que deberán coordinarse con el resto de herramientas o medidas en el marco del correspondiente plan de gestión. Por tanto, desde la perspectiva de la conservación de especies y la coherencia política, deberá prestarse especial atención a una correcta articulación de los diferentes elementos en el marco de la futura PAC: condicionalidad, “greening” y medidas agroambientales. Y de éstos con los objetivos de conservación y la gestión de los espacios de la Red Natura 2000. 134 INFORME FINAL BIBLIOGRAFÍA Aebischer, N.J. y Kavanagh, B. 1997. Grey partridge. In Hagemeijer, W.J.M., Balir, M.J. (eds.), The EBCC Atlas of European Breeding Birds, their Distribution and Abundance. TyAD Poyser, London, pp. 212-213. Alcaraz-Segura, D., J. Cabello, J.M. Paruelo y M. Delibes. 2009. Use of descriptors of ecosystem functioning for monitoring a nacional park network: a remote sensing approach. Environ. Manage. 43: 38-48. Alonso, J.C. y Palacín, C. 2009. Avutarda (Otis tarda). Enciclopedia de los vertebrados ibéricos. Arroyo, B., J.T. García y V. Bretagnolle. 2002. 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Para la evaluación socio-económica: Ángel Arredondo, Silverio Cerradelo (TRENCA), Nicolás Ferrer, Elena de Prada y el equipo técnico de CIMAS han realizado las encuestas a los agricultores y han colaborado en los encuentros participativos. Agradecimientos: A Carlos Martín, miembro del equipo inicial del proyecto, que contribuyó al diseño del mismo; a Óscar Magaña, Javier Gómez, Almudena de Prada, Abel Barral y Estela Herguido y Angelina Borobia, por su ayuda en el tratamiento de los datos. A Luis Tirado y Maite Ríos (Delegación SEO/BirdLife de Aragón), Juan Antonio Lorenzo y Cristina González (Delegación SEO/BirdLife de Canarias), y Cristina Sánchez, Jordi Prieto y Albert Cama (Delegación SEO/BirdLife de Cataluña), por su apoyo en diferentes fases del proyecto. Al equipo técnico de DEIMOS Imaging SL por su asesoramiento en el trabajo con imágenes satélite. Al personal técnico de las administraciones competentes en las diferentes comunidades autónomas, por su colaboración en el suministro de información y en diferentes fases del proyecto. Por último, agradecemos especialmente su colaboración a los cientos de agricultores que han participado en los diferentes encuentros y en la realización de las encuestas. SEO/BirdLife trabaja desde hace décadas en la agricultura. Con el fin de demostrar y divulgar la importancia de esta actividad para la conservación de las aves en España, bajo la línea de acción “Sembramos Naturaleza”, se llevan a cabo proyectos dfemostrativos y campañas informativas, así como gestión directa en reservas propias. Además, se trabaja con las administraciones responsables para promover el apoyo público a los sistemas agrarios de mayor valor natural, en favor de las aves y los agricultores. El proyecto Ganga, desarrollado por SEO/BirdLife entre 2009 y 2012, ha contado con una subvención del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER) a proyectos piloto (ARM/1288/2009), en el marco de la Red Rural Nacional. www.seo.org