105-P-2000 SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las ocho horas y treinta y un minutos del día dieciséis de octubre del año dos mil uno. El presente juicio contencioso administrativo ha sido promovido por el licenciado Edwin Amílcar Hernández Méndez, de cuarenta y un años de edad al iniciarse este proceso, Abogado, de este domicilio, actuando como Apoderado General Judicial de la Sociedad compañía Promotora Optima Uno, Sociedad Anónima de Capital Variable, de este domicilio, de nacionalidad Salvadoreña, por medio del cual impugna los actos administrativos emitidos por el Concejo Municipal de San Salvador, siguientes: a) Acuerdo del Concejo Municipal de San Salvador, número seis, de fecha dieciocho de julio del año dos mil, mediante el cual se ordena cerrar los negocios denominados IZALCO VIDEOS, TROPICANA VIDEOS Y BINGO DE PARIS; y, b) Acuerdo del Concejo Municipal de fecha quince de agosto del citado año, que declara sin lugar la revocatoria solicitada y confirma la anterior resolución. Han intervenido en el juicio: La parte actora en la forma indicada; el Concejo Municipal de San Salvador, representado por el señor Alcalde Municipal y a través de su Apoderado General Judicial licenciado Javier Tránsito Bernal Granados, como autoridad demandada; y el licenciado Ulises Betuel Perla Rivera, mayor de edad, Abogado, de este domicilio, en carácter de Agente Auxiliar y en representación del señor Fiscal General de la República. CONSIDERANDOS: ANTECEDENTES DE HECHO. ALEGATOS DE LAS PARTES. I. En la demanda presentada y su ampliación esencialmente se señala: """I. HECHOS Y ORDEN DE CIERRE POR EL CONCEJO MUNICIPAL DE SAN SALVADOR 1. Que mi mandante es la titular del establecimiento comercial denominado BINGO DE PARIS, el cual está ubicado en el Paseo General Escalón antiguos cines paseo y uraya, número setenta y tres y setenta y cinco de esta ciudad, y se dedica a la explotación del negocio de máquinas traganíqueles, según permiso otorgado por la Municipalidad de San Salvador. Dicho negocio genera empleo y posibilita actividades turísticas. El permiso en cuestión le fue otorgado conforme lo dispuesto en el Art. 4 No. 24 del Código Municipal, que decía: "COMPETE A LOS MUNICIPIOS: 24: "LA AUTORIZACIÓN Y REGULACION DEL FUNCIONAMIENTO DE CASAS DE JUEGO, COMO LOTERIAS, RIFAS Y OTROS SIMILARES". 2- Con fecha 25 de julio de este año (sic.), aduciendo las reformas legales contenidas en los D.L. 730 y 27, el referido Concejo Municipal ha acordado ordenar el cierre de las actividades que se desarrollaban conforme la ley y en perfecto orden, en el establecimiento ya expresado. 3- Que mi representada recibió el Acuerdo del Concejo Municipal de San Salvador, número seis, de fecha dieciocho de julio de este año(sic.), mediante el cual se ordena cerrar los negocios denominados IZALCO VIDEOS, TROPICANA VIDEOS Y BINGO DE PARIS; Acuerdo fue impugnado oportunamente por mi mandante y a pesar de los argumentos expresados, el Concejo Municipal resolvió con fecha quince de agosto de este año(sic.), en el punto 13. 4 declarar sin lugar la revocatoria solicitada, y se mantuvo la decisión de otorgarnos el plazo de ocho días para cerrar el negocio denominado BINGO DE PARIS. II. INTERPOSICION DE LA ACCION CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA En virtud de lo actuado por el Concejo Municipal de San Salvador, no existe otro recurso administrativo contra tales actuaciones, por lo que procede la interposición de la acción contencioso administrativa, conforme el Art. 11 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa. III. EXPOSICION Y ARGUMENTOS. Los motivos en que fundamentamos este recurso son los siguientes: 1. SEGURIDAD JURIDICA. Por un valor y principio reconocido por nuestra Carta Magna, que es la SEGURIDAD JURIDICA (Arts. 1 y 2), los actos que emitan los funcionarios públicos no pueden ser desconocidos y revocados a su antojo, aun cuando se argumenten LEYES, razones de interés social u otras. Mi representada obtuvo una AUTORIZACION EN LEGAL FORMA, la cual le genera un DERECHO, LE CONSTITUYE UN PATRIMONIO, y por consiguiente no le puede ser desconocido, tiene UN DERECHO ADQUIRIDO MATERIALIZADO EN EL ACTO ADMINISTRATIVO DE AUTORIZACION. Quizás por desconocimiento de la normativa legal, el referido Concejo en forma precipitada CREE que al existir reformas a las LEYES, POSTERIORES A LA AUTORIZACION DEL PERMISO, ESTE CADUCA O DEJA DE SURTIR EFECTOS, y por tanto, se pretende DESCONOCER LOS DERECHOS CONFERIDOS AL AMPARO DE LA LEY EN VIGENCIA CUANDO SE EMITIERON LOS ACTOS DE AUTORIZACION. Para DEJAR SIN EFECTO LOS PERMISOS, AUTORIZACIONES, Y EN GENERAL ACTOS ADMINISTRATIVOS QUE CREAN DERECHOS A FAVOR DE PARTICULARES, NO BASTA UNA LEY O REFORMA A LA MISMA. Debe seguirse un procedimiento conforme a la ley puesto que así lo dispone la CONSTITUCION. Dice el Art. 11 Cn. "NINGUNA PERSONA PUEDE SER PRIVDA (sic) del derecho a la vida, A LA LIBERTAD, A LA PROPIEDAD Y POSESION, NI DE CUALQUIER OTRO DE SUS DERECHOS SIN SER PREVIAMENTE OIDA Y VENCIDA EN JUICIO CON ARREGLO A LAS LEYES". Es claro que no se puede PRIVAR DE UN DERECHO, como lo es la explotación de las ciento cincuenta máquinas traganíqueles ya autorizadas POR TIEMPO INDEFINIDO, por un nuevo acto administrativo del Concejo Municipal, en el año 2000, desconociendo los derechos conferidos a un particular. Hacerlo implicaría una expropiación y por tanto una indemnización PREVIA, según el tenor del Art. 106 Cn. Esta acción violenta los derechos ya adquiridos y reconocidos por las personas, vulnerando el derecho de propiedad de mi representada, así como la seguridad jurídica, fundamental en un Estado de Derecho, y posibilitándose así una incertidumbre tal que cualquier autorización, beneficio o incentivo quedaría sujeto a cualquier vaivén administrativo o legislativo. Atendiendo la SEGURIDAD JURIDICA, pilar fundamental de todo Estado de Derecho, los actos jurídicos no pueden DEJARSE SIN EFECTO de un día para otro, sin importar las consecuencias que esa REVOCACION, SUSPENSION O CESACION DE EFECTOS pueda conllevar. No se puede traspasar el umbral de lo legal a lo ilegal mediante un simple acto revocatorio, aun cuando medie un Decreto Legislativo. De lo contrario, ¿qué validez tendrían los Acuerdos del Concejo Municipal en materia de construcciones, urbanizaciones, establecimiento de negocios, etc., si una vez aprobados, con posterioridad, (en dos meses) se pudieran revocar? Ningún inversionista estaría seguro en sus inversiones, si de un plumazo se permitiera DESAUTORIZAR lo ya autorizado. Debe recordarse que mi representada incurrió en fuertes inversiones para el establecimiento del citado negocio. Cuando las efectuó SE CUMPLIO CON LA NORMATIVA LEGAL A ESA FECHA y se obtuvo todos los permisos de ley. Si con posterioridad, se modifica la ley o cambia el parecer de las nuevas autoridades, no pueden éstas, so pena de incurrir en arbitrariedades y en responsabilidad patrimonial, desconocer la legislación bajo la cual se otorgaron los permisos y desconocer los derechos que al amparo de tales se crearon para los particulares. Al haberse aprobado el permiso mi representada tiene DERECHO ADQUIRIDO, UN DERECHO DE PROPIEDAD, PARA EXPLOTAR CIEN MAQUINAS TRAGANIQUELES. Y por tal motivo fue que se incurrió en préstamos. No se puede desconocer simplemente tal derecho y mucho menos PRIVAR DEL MISMO sin la correspondiente indemnización, dado que hay inversiones realizadas al amparo del permiso. La seguridad jurídica significa: a) Estabilidad de las normas a aplicar; b) Aplicación de dichas normas a los casos. En nuestra situación, se está vulnerando la aplicación de las normas a los casos, dado que no obstante haberse concedido UN PERMISO, UNA AUTORIZACION, con posterioridad se pretende DESCONOCER O DEJAR SIN EFECTO LA MISMA. De nuevo habría que plantearse: ¿Qué sucedería si el Ministerio de Economía de un día para otro dejara sin efecto los beneficios fiscales otorgados a las empresas bajo el régimen de la Ley de Zonas Francas y Recintos Fiscales, o la Ley de Zonas Francas Industriales y de Comercialización? Permitir que eso ocurriera, significaría la fuga inmediata de los inversionistas porque en el país simplemente no habría leyes ni estabilidad en los actos. ¿Quién invertiría su dinero si la empresa o actividad a que se dedica en cualquier momento puede cruzar el umbral de la ilegalidad conforme los criterios de los funcionarios públicos o desconocerse los permisos para operar? ¿Qué garantía habría si se atrae inversionistas para que desarrollen actividades agrícolas, industriales, comerciales o de servicios, invierten miles de colones en ellas, y luego, se decide revocarles o dejarles sin efecto los permisos para instalarse? ¿Qué certeza habría en las leyes y actos si pueden ser modificados a la voluntad de los encargados de hacer cumplir las leyes? Esa es la función de un Estado de Derecho: garantizar los derechos fundamentales, protegerlos y evitar abusos de poder. Si esto no se garantiza o se hace efectivo, simplemente de nada valdrían las leyes y no estaríamos ante un Estado de Derecho, sino ante un Estado de funcionarios omnipotentes. Pero en un Estado de Derecho los funcionarios SON DELEGADOS DEL PUEBLO Y NO TIENEN MAS FACULTADES QUE LAS QUE LES DA LA LEY (Art. 86 inciso final Cn.) y no pueden desconocer NI LAS LEYES EMPEZANDO POR LA CONSTITUCION, NI SUS PROPIOS ACTOS. Por consiguiente, no pueden en forma arbitraria dejar sin efecto los actos administrativos emitidos legalmente ya sea por ellos mismos, o por anteriores funcionarios. Esto es lo que se consagra en el Art. 1 de la Constitución que establece: "EL SALVADOR RECONOCE A LA PERSONA HUMANA COMO EL ORIGEN Y FIN DE LA ACTIVIDAD DEL ESTADO, QUE ESTA ORGANIZADO PARA LA CONSECUCION DE LA JUSTICIA, LA SEGURIDAD JURIDICA Y DEL BIEN COMUN". El Art. 2 Cn también dispone: "TODA PERSONA TIENE DERECHO A LA VIDA, A LA INTEGRIDAD FISICA Y MORAL, A LA LIBERTAD, A LA SEGURIDAD, AL TRABAJO, A LA PROPIEDAD Y POSESION, Y A SER PROTEGIDA EN LA CONSERVACION Y DEFENSA DE LOS MISMOS"...(...). Queda claro que mi poderdante tiene un DERECHO ADQUIRIDO, EL DERECHO A EXPLOTAR LAS CIEN MAQUINAS TRAGANIQUELES UBICADA EN EL ESTABLECIMIENTO CONOCIDO COMO TROPICANA. Y ese derecho adquirido, o simplemente, ese permiso, forma parte ahora de su PATRIMONIO, DE SU DERECHO DE PROPIEDAD. Por tal motivo, el Acuerdo del Concejo Municipal en que ORDENA EL CIERRE DEL ESTABLECIMIENTO, le lesiona su patrimonio, a parte de vulnerar la seguridad jurídica consustancial a los actos del Estado o de cualquier entidad pública o municipal. Reitero, uno de los fines del Estado de Derecho es la Seguridad Jurídica. Pero ese fin, ese principio, ese valor, está siendo vulnerado con la actuación del CONCEJO MUNICIPAL al disponer dejar sin efecto el permiso concedido. Inclusive, hasta las leyes cuando se modifican, están obligadas a RESPETAR LOS DERECHOS OTORGADOS A LOS PARTICULARES EN VIRTUD DE LAS LEYES A DEROGAR O A MODIFICAR. Las razones prácticas ya han sido expuestas: Un régimen que no respetara los derechos otorgados a los particulares, sería cualquier cosa pero no un Estado de Derecho, puesto que cualquier derecho estaría sujeto a desaparecer conforme la voluntad de los legisladores, sin importar consecuencia alguna. En un régimen así, no habría garantía de ningún tipo de acto, contrato o negocio, puesto que todos estarían sujetos a prohibiciones, nuevas cargas, desautorizaciones, etc. Pero en un Estado de Derecho, hasta los legisladores tienen sus propias limitaciones, no son todopoderosos, y pueden modificar leyes para que surtan efectos HACIA ADELANTE, EN EL FUTURO, respetando las situaciones jurídicas ya presentadas. De acuerdo a los criterios sustentados por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, los actos administrativos tienen los siguientes atributos: a) constituyen una declaración que produce efectos jurídicos en forma directa e inmediata, ya que tales efectos surgen del acto mismo y no dependen de un acto posterior; b) constituyen una declaración unilateral del ente público; c) constituyen una declaración emitida en el ejercicio de una función material administrativa; y d) constituyen declaraciones que producen efectos jurídicos, o sea, CREAN DERECHOS Y OBLIGACIONES PARA AMBAS PARTES: ADMINISTRACION Y ADMINISTRADO. (Amparo 3-S-92). Y se sostiene también por dicha Sala que "el acto administrativo, en la medida que interviene en el ámbito social, debe tener una cierta duración; razón por la cual, uno de los principios que rige a los actos administrativos, lo constituye LA IRREVOCABILIDAD DE LOS MISMOS, CUANDO CREAN, DECLARAN O RECONOCEN DERECHOS A FAVOR DE LOS PARTICULARES"(Amparo 3-S92). En otra sentencia la Sala de lo Constitucional (1-I-96) expresó: """RESPECTO DE LOS PRIMEROS -ACTOS FAVORABLES- REITERADA JURISPRUDENCIA DE ESTA SALA HA SEÑALADO- ENTRE LA MAS RECIENTE, la consagrada en las sentencias pronunciada a las quince horas con diez minutos del día veintidós, y a las ocho horas con treinta minutos del día veintiséis, ambos del mes de febrero de mil novecientos noventa y seis. QUE LOS MISMOS GOZAN DE ESTABILIDAD. ASI, EN AMBAS SENTENCIAS SE SOSTIENE QUE UNO DE LOS PRINCIPIOS QUE RIGE A LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS ES LA IRREVOCABILIDAD DE LOS MISMOS, CUANDO CREAN, DECLARAN O RECONOCEN DERECHOS A FAVOR DE LOS PARTICULARES ; AFIRMANDOSE EN TALES SENTENCIAS, DE MODO CONCLUSIVO, QUE "LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS QUE CREAN DERECHOS SUBJETIVOS A FAVOR DE LOS PARTICULARES, NO PUEDEN SER REVOCADOS POR LA ADMINISTRACION, EN MERITO A QUE HAN OBTENIDO ESTADO DE FIRMEZA, ESTABILIDAD". Cabe aclarar que los actos favorables son los que amplían la esfera jurídica del administrado, crean una situación jurídica favorable, crean facultades. (José Antonio García, Los Actos Administrativos, pág. 225). Consecuentemente con el principio de SEGURIDAD JURIDICA, los actos administrativos son fundamentalmente irrevocables, estables, dado que muchos de ellos generan derechos subjetivos a los particulares y por ende, no pueden revocarse sin más. De lo expuesto, se concluye que por SEGURIDAD JURIDICA, no es posible revocar, dejar sin efecto, anular actos administrativos que generan derechos a favor de particulares, dado que ello lesiona derechos de los particulares, entre los cuales se encuentra el derecho de propiedad, que incluye los "derechos adquiridos" por el mismo. No se trata de rendir culto a la inmutabilidad de leyes o actos, sino que existen razones que hacen comprensible por qué de la estabilidad de los mismos, o los mecanismos y procedimientos para obtener su modificación. En el presente caso, al revocar o dejar sin efecto el permiso, se vulnera la seguridad jurídica y el derecho de propiedad de mi mandante. 2LIMITES A LA ACCION LEGISLATIVA: A) CUANDO CAMBIA LA LEY Y SE PRETENDE MODIFICAR SITUACIONES CREADAS ANTES DE LA REFORMA Y B) CUANDO SE TRATA DE UNA REFORMA UNA LEY Y NO DE UNA INTERPRETACIÓN. De acuerdo a nuestra Constitución, no existe una facultad todopoderosa de parte de la Asamblea Legislativa. Esta tiene la facultad fundamental de legislar pero RESPETANDO LOS LIMITES QUE LA CONSTITUCION ESTABLECE. En el caso en comento, el legislador no puede desconocer los actos emitidos por las Municipalidades DENTRO DE SUS ATRIBUCIONES. Por tanto, si pretendía quitarle atribuciones o modificárselas, tales reformas SOLO SURTIRAN EFECTOS PARA FUTURAS SITUACIONES, NO PARA LAS PASADAS. Dice el Art. 21 Cn: "LAS LEYES NO PUEDEN TENER EFECTO RETROACTIVO, SALVO EN MATERIAS DE ORDEN PUBLICO Y EN MATERIA PENAL CUANDO LA NUEVA LEY SEA FAVORABLE AL DELINCUENTE". Por tanto, cualquier reforma sólo puede tener EFECTO RETROACTIVO CUANDO SEA FAVORABLE AL REO EN MATERIA PENAL O SEA RECONOCIDA DE ORDEN PUBLICO POR LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Cabe decir que la Corte Suprema de Justicia ya ha conocido de situaciones similares y en sentencias de vuestra Sala de marzo de 1991, estableció que si una ley se modifica y la autoridad administrativa, al amparo de la reforma, revoca o modifica los Acuerdos que se hubieren emitido por ella misma bajo la situación legal antes de la reforma, tal acto deviene en ilegal porque la reforma sería inaplicable por inconstitucional al pretender modificar situaciones preexistentes. En otras palabras, tal reforma no puede ALTERAR LAS SITUACIONES YA CREADAS BAJO EL ORDENAMIENTO ANTERIOR A LA REFORMA; DEBE RESPETARSE EL ACTO EMANADO ANTES DE LA REFORMA. Dijo vuestra Sala: " LA ADOPCION DE UN DECRETO LEGISLATIVO QUE DEROGA O DESCONOCE LAS EXIGENCIAS QUE LA SEGURIDAD JURIDICA, COMO PRINCIPIO DE INNEGABLE JERARQUIA CONSTITUCIONAL, COMPORTA UN EJERCICIO AUTORITARIO NO CONSTITUCIONAL DE LA ATRIBUCION LEGISLATIVA, PORQUE IRRESPETA LA INTANGIBILIDAD DE DERECHOS EMERGENTES DE UNA LEY ANTERIOR". De igual manera en un amparo (3-S-92) la Sala de lo Constitucional expresó que "LOS INCENTIVOS FISCALES CONCEDIDOS A LA IMPETRANTE CONSTITUYEN DERECHOS SUBJETIVOS CREADOS Y DECLARADOS, POR PARTE DE LA ADMINISTRACION PUBLICA A FAVOR DE LA MISMA, LOS CUALES ENTRARON A FORMAR PARTE DEL PATRIMONIO DE AQUELLA DURANTE EL PLAZO ESTABLECIDO EN EL ACUERDO EJECUTIVO ANTES CITADO. HABIENDO INGRESADO DICHOS DERECHOS SUBJETIVOS EN EL PATRIMONIO DE LA QUEJOSA, INDISCUTIBLEMENTE ESTOS NO PODIAN SER OBJETO DE PRIVACION POR PARTE DE LA ADMINISTRACION PUBLICA, PUES ESTA, EN EL ACUERDO EJECUTIVO NUMERO DOSCIENTOS CINCUENTA Y SIETE, NO SE RESERVO LA FACULTAD DE REVOCARLO, NI DE DISMINUIR EL PLAZO SEÑALADO; GARANTIZANDOLE POR CONSIGUIENTE, LA SEGURIDAD DE MANTENER INCOLUME SU SITUACION JURIDICA". Por otra parte NO CUALQUIER INTERPRETACION AUTENTICA ES UNA INTERPRETACION. La Asamblea Legislativa no puede estar introduciendo REFORMAS A LAS LEYES nombrándolas INTERPRETACION AUTENTICA. El propósito de tales interpretaciones es dotarlas de efectos retroactivos, es decir, desde que se creó la ley o se reformó. Pero para que proceda una interpretación auténtica, es menester que se trate de eso, de una interpretación auténtica y no una verdadera reforma. Ha sostenido la Sala de lo Constitucional: "FINALMENTE EL TERCER INCISO EN RELACION CON EL SEGUNDO PERMITE AFIRMAR QUE EN AQUELLOS CASOS DE LEYES CUYOS TERMINOS ADOLEZCAN DE OSCURIDAD, O LO FUERAN DE DUDOSA O VARIA INTERPRETACION; AQUELLAS QUE NO CONTENGAN CONCEPTOS OSCUROS O SUSCEPTIBLES DE INTERPRETACION DUDOSA O VARIA, NO PUEDEN SER INTERPRETADAS Y EN CASO DE QUE LO FUERAN, "SE CONSIDERARA COMO UNA DISPOSICION SIN EFECTO RETROACTIVO"; EL DECRETO DE INTERPRETACION DEBERA SER OBEDECIDO SOLO PARA EL FUTURO, NEGANDOLE RETROACTIVIDAD. ASI LAS COSAS RESULTA QUE SE DEBE NEGAR EFECTO RETROACTIVO A LAS LEYES PRETENDIDAMENTE DECLARATIVAS QUE CONTENGAN DISPOSICIONES NUEVAS, CONSTITUTIVAS DE EVIDENTES AMPLIACIONES DE LA NORMA LEGAL QUE PRETENDEN INTERPRETAR DESDE LUEGO QUE SI LA LEY INTERPRETATIVA NO ES OTRA QUE LA QUE SE PRONUNCIA EN RELACION CON EL SENTIDO DUDOSO, OSCURO O CONTRADICTORIO DE LA LEY ANTERIOR, EN EL CASO QUE SE CONOCE EN LUGAR DE REDUCIRSE A EXPRESAR EL TEXTO CONTROVERSIAL O DIFICIIL (sic), QUE DICHO SEA DE PASO NO GUARDABA LA NORMA INTERPRETADA, SE SANCIONA UNA NUEVA DISPOSICION NO CONTENIDA EN EL ANTERIOR PRECEPTO, CON LO QUE RESULTA QUE EN PROPIEDAD NO HAY INTERPRETACION DE LA LEY SINO CREACION DE OTRA NUEVA". (Inconstitucionalidad 2-86). De esta jurisprudencia se concluye que una ley, no puede per se, declarar de la noche a la mañana, que una situación pasa de la ilegalidad a la legalidad. Tampoco se permite que vía interpretaciones auténticas, se otorguen nuevas atribuciones a una autoridad distinta de las contenidas en la ley, o en la reforma a la misma. Si se pretende ampliar o reducir tales atribuciones, ello devendrá en una nueva reforma con efectos a FUTURO, PERO NO PARA ATRÁS, NO CON EFECTOS RETROACTIVOS. En el caso que nos ocupa, el D.L. 27 confiere en realidad nuevas atribuciones a los Municipios, vía interpretación auténtica, cuando no se las había dado el D.L. 730 que reformó el Código Municipal. El art. 1 de dicho D.L. 27 que diz que (sic) interpreta auténticamente el Art. 4 numeral 24 del Código Municipal, modificado por virtud del D.L. 730, sostiene que "el permiso otorgado para el funcionamiento de las casas denominadas Casinos o salas de juego, en las que se ofrecen juegos traganíquel o tragaperra, veintiuno bancado, ruletas, dados y otros juegos instalados en dichos lugares, SERA LA MUNICIPALIDAD QUE OTORGO EL PERMISO, LA ENCARGADA DE CERRAR LOS REFERIDOS NEGOCIOS". Debe decirse que antes de tal INTERPRETACION AUTENTICA, QUE ES UNA VERDADERA REFORMA, LA MUNICIPALIDAD NO TENIA FACULTAD DE CERRAR TAL NEGOCIO, NI ES UNA ATRIBUCION CONSTITUCIONAL DE LAS MUNCIPALIDADES CERRAR ESTABLECIMIENTOS. En esta misma solicitud expresamos el punto de vista legal sobre tal materia. El D.L. 730 decía en su parte pertinente: "LA AUTORIZACION Y REGULACION DEL FUNCIONAMIENTO DE LOTERIAS, RIFAS Y OTROS SIMILARES; SIN EMBARGO, LOS MUNICIPIOS NO PODRAN AUTORIZAR NI RENOVAR AUTORIZACIONES PARA EL ESTABLECIMIENTO Y FUNCIONAMIENTO DE NEGOCIOS DESTINADOS A EXPLOTAR EL JUEGO EN TRAGA NIQUEL O TRAGAPERRAS, VEINTIUNO BANCADO, RULETAS, DADOS Y EN GENERAL, LOS QUE SE OFRECEN EN LAS CASAS DENOMINADAS CASINO". En ninguna parte de este Decreto se hace referencia a que dichas actividades son ILICITAS, NI TAMPOCO A QUE EL MUNICIPIO TIENE FACULTAD DE SANCIONAR NI DE CERRAR TALES NEGOCIOS. ¿Dónde está entonces el término OSCURO, DUDOSO de la norma? Más bien, lo que ocurre es que por D.L. 27 se AUMENTAN ATRIBUCIONES A LA MUNICIPALIDAD, QUE NI LA CONSTITUCION PERMITE, NI TENIA EXPRESA NI IMPLICITAMENTE LA REFORMA DEL CODIGO MUNICIPAL DEL D.L. 730 Por tanto no se está ante una INTERPRETACION AUTENTICA sino ante una verdadera REFORMA, la cual, por Constitución, solo se puede producir efectos A FUTURO, NO PARA ATRÁS. Por otra parte, debe observarse que con tal reforma, lo que se liberó fue del permiso necesario para que operen o funcionen tales negocios. Pero ciertamente no se requiere permiso para que funcionen tiendas, comercios, etc. Lo que deben hacer es registrarse y pagar sus impuestos y tasas municipales. En todo caso, queda claro que la interpretación contenida en el D.L. 27 no es tal sino una VERDADERA REFORMA, COMO LO FUE LA DEL D.L. 730. 3. PRIVACION DE UN DERECHO SIN NINGUN PROCEDIMIENTO. De acuerdo a nuestra Constitución, Art. 11 "Ninguna persona puede ser privada del derecho a la vida, a la LIBERTAD, a la PROPIEDAD Y POSESION, NI DE CUALQUIER OTRO DE SUS DERECHOS SIN SER PREVIAMENTE OIDA Y VENCIDA EN JUICIO CON ARREGLO A LAS LEYES". En el presente caso, sin mediar NINGUN TIPO DE PROCEDIMIENTO, SIN HABERSENOS OIDO, el CONCEJO MUNICIPAL HA ORDENADO EL CIERRE DEL ESTABLECIMIENTO QUE EL MISMO AUTORIZO, en otras palabras, haciendo una interpretación abusiva de las reformas legales ya citadas, deja sin efecto el permiso otorgado con anterioridad a dichas reformas. Esto también violenta la norma constitucional expresada porque NADIE PUEDE SER PRIVADO DE NINGUN DERECHO, tal como lo dice la parte final de la disposición, SIN UN JUICIO. Y aquí no ha habido ningún juicio ni procedimiento alguno. Es más, DEMUESTRA QUE EL CONCEJO MUNICIPAL SE APROVECHA DE SU PROPIA CULPA: PRIMERO AUTORIZA Y LUEGO PRETENDE DESAUTORIZAR, SIN IMPORTAR LAS INVERSIONES Y DERECHOS SURGIDOS DESPUES DE LA AUTORIZACION. Resulta que por virtud de la LEY SE QUIERE PRIVARNOS DE UN DERECHO. Esto es precisamente lo típico de regímenes de EXCEPCION O DE GOBIERNOS DE FACTO, DONDE SIN PREVIO JUICIO Y SIN PREVIA INDEMNIZACION, POR VIRTUD DE UN DECRETO SE QUITA O SUPRIME DERECHOS Y LIBERTADES. Tal proceder quedó en los años ochenta, antes de la vigencia de la Carta Magna. Por virtud de Decreto Ley de un gobierno de facto, se EXPROPIO LA TIERRA (REFORMA AGRARIA), SE ESTATIZO EL COMERCIO EXTERIOR DEL CAFÉ Y AZUCAR; SE EXPROPIO LOS BANCOS Y SE COMETIERON OTROS ATROPELLOS CONSTITUCIONALES. Esto conforme a la Constitución, NI POR LEY SE PUEDE HACER. Debe haber un JUICIO PREVIO Y SI SE EXPROPIARA, O SUPRIMEN DERECHOS, ENTONCES DEBE HABER INDEMNIZACION PREVIA. Sin embargo, esto no se ha observado. De un día para otro la Asamblea Legislativa se considera omnipotente e imbuida de atribuciones que exceden GARANTIAS CONSTITUCIONALES y el referido Concejo, sin observar los principios constitucionales que todo CIUDADANO Y FUNCIONARIO PUBLICO DEBE OBSERVAR, HACE CASO OMISO DE LA CARTA MAGNA QUE HAN JURADO CUMPLIR y disponen ordenar el cierre de un negocio lícito. Pero en el presente caso, pretenden ser meros aplicadores sin reparar las consecuencias de sus actos y que tanto el Concejo Municipal como sus integrantes pueden resultar perjudicados por una decisión precipitada. Lo más relevante del caso es que se ha privado a mi mandante de un DERECHO ADQUIRIDO, DE UN ELEMENTO QUE INGRESA AL PATRIMONIO DE MI REPRESENTADO, SIN HABERSE EFECTUADO NINGUN TIPO DE PROCEDIMIENTO. Esto es abiertamente ILEGAL y sin embargo, así se ha efectuado. Conforme a las normas jurídicas, el PERMISO, LA AUTORIZACION, son ACTOS ADMINISTRATIVOS que GENERAN DERECHOS A FAVOR DEL PARTICULAR. Para dejarlos sin efectos, se debe indemnizar o seguirse un procedimiento en que por lo menos se confiera el derecho de audiencia. Al haberse privado a la compañía PROMOTORA OPTIMA UNO, S.A. DE C.V. de un acto administrativo favorable, sin mediar ningún tipo de procedimiento y sin haber infringido ninguna norma, se nos está sancionando sin el debido proceso y violentando además la presunción de inocencia. Los actos administrativos tienen ciertos requisitos esenciales para su existencia. Entre ellos se tiene: a) deben provenir de un ente público con capacidad para emitirlo; b) deben tener un objeto; c) deben tener un contenido; d) deben tener una causa y motivación; y e) deben expedirse formalmente, es decir, mediante un procedimiento. El permiso o autorización otorgada a mi representada en 1996 constituye un acto administrativo, como ya se ha expuesto, y además generador de derechos a favor de un particular. Sobre este particular, debe reparase además que al privar a mi representada de un permiso, al ordenar su cierre, se le ha establecido una SANCION A PESAR DE NO EXISTIR NINGUNA INFRACCION(...). Importa aclarar que en el caso en comento, la situación es más delicada: sin ni siquiera haber infringido norma alguna, se le ha privado a mi representada de un derecho favorable. O sea, hay una doble falta cometida por el Concejo Municipal: 1) Haber privado a mi representada de un derecho sin ningún procedimiento; 2) Imponerle una sanción consistente en la privación de un derecho, sin tampoco haber infracción alguna y menos procedimiento. No sólo se ha vulnerado la seguridad jurídica, al violentar la estabilidad de los actos y el derecho de propiedad, sino también sin ningún procedimiento alguno, sin el debido proceso, sin PREVIA DECLARATORIA DE LESIVIDAD, como lo prescribe el Art. 8 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, se vulnera el derecho otorgado y reconocido de explotar ciento cincuenta máquinas traganíqueles, incurriéndose en este último caso en doble ilegalidad: no haber efectuado ningún procedimiento para dejar sin efecto el permiso y haber "sancionado" con la revocatoria del permiso, sin ni siquiera haber ninguna infracción. 4. PRIVACION DE UN DERECHO SIN NINGUNA INDEMNIZACIÓN De acuerdo a nuestra Constitución se reconoce el derecho de propiedad y se garantiza el mismo. Esto se consagra en el Art. 2 "TODA PERSONA TIENE DERECHO a la vida, a la integridad física y moral, a la LIBERTAD, a la seguridad, al trabajo, a LA PROPIEDAD Y POSESION, y a ser protegido en la conservación y defensa de los mismos". Esto se reitera en el Art. 103 Cn: "SE RECONOCE Y GARANTIZA EL DERECHO A LA PROPIEDAD PRIVADA EN FUNCION SOCIAL". Por tales motivos, el Art. 106 Cn expresa: "LA EXPROPIACION PROCEDERA POR CAUSA DE UTILIDAD PUBLICA O DE INTERES SOCIAL, LEGALMENTE COMPROBADOS, Y PREVIA UNA JUSTA INDEMNIZACION". En el presente caso, al privarse de un derecho subjetivo a mi representada, se está incurriendo en una variante de expropiación, no de bienes, sino de derechos. Dice al respecto el tratadista José Antonio García (Los Actos Administrativos, pág. 266): "Actos expropiatorios en sentido amplio abarcan toda privación singular de derechos o intereses patrimoniales legítimos". Eduardo García de Enterría considera que "La expresión legal quiere abarcar, como resulta claro, TODOS LOS DERECHOS DE NATURALEZA PATRIMONIAL, SEAN DE DERECHO PRIVADO O DE DERECHO PUBLICO" (Curso de Derecho Administrativo, Tomo II, pág. 208). Y agrega: EL REGIMEN DE LA EXPROPIACION CONFIGURA ASI UNA VASTISIMA POTESTAD DE SACRIFICIO EN FAVOR DE LA ADMINISTRACION: TODA SITUACION JURIDICA PATRIMONIAL DE CUALQUIER NATURALEZA" (Ibid, pág. 209). El Concejo Municipal tiene la facultad de privar a mi representada de sus derechos, pero previa una justa indemnización y declarar la causa de tal acto como de utilidad pública o interés social. En ninguna LEY se ha declarado que los juegos de azar y máquinas traganíqueles son contrarios al interés público y al interés social ni tampoco que son ilegales. Además, en este caso, para revocar el permiso concedido, o dejarlo sin efecto, para EXPROPIAR TAL DERECHO ADQUIRIDO POR MI REPRESENTADA, debe haber una justa indemnización. Esta indemnización estaría relacionada con las inversiones efectuadas, préstamos adquiridos, etc. que superan los DOCE MILLONES DE COLONES. De tal manera que si el Concejo Municipal decide dejar sin efecto un permiso, un acto favorable a un particular, el cual ha implicado inversiones por éste, en un ESTADO DE DERECHO COMO EL QUE NOS RIGE, debe haber una INDEMNIZACION JUSTA Y PREVIA. Pero hasta el momento, lo único que ha existido es la revocación del permiso, o el cese de sus efectos, sin mediar razones legales y mucho menos sin haber la indemnización por los perjuicios, por los daños que se ocasionara a mi representada al ordenar el cierre de sus operaciones, no obstante no haber incumplido ley alguna y además no tener vencido ningún permiso. 5. IGUALDAD JURIDICA. Nuestra Carta Magna reconoce como un DERECHO LA IGUALDAD ANTE LA LEY. Dice el Art. 3 : "TODAS LAS PERSONAS SON IGUALES ANTE LA LEY". Igual se consigna en los Pactos de Derechos Humanos: Art. 24 del Pacto de la Convención Americana de Derechos Humanos (San José) y el Art. 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La igualdad ante la ley supone que se DE UN TRATAMIENTO ANALOGO PARA QUIENES SE ENCUENTREN EN CIRCUNSTANCIAS ANALOGAS (Teoría Constitucional, Geoffrey Marshall, pág. 186) Únicamente se acepta jurídicamente que puede darse una clasificación de los distintos grupos de personas a quienes se aplicará una determinada ley, siempre que tal clasificación se base en una diferenciación COMPRENSIBLE; que haya CONEXIÓN entre el supuesto de la norma y la finalidad perseguida; que la distinción se base en una distinción real y SUSTANCIAL; que la distinción no sea caprichosa o arbitraria; que la clasificación sea RAZONABLE Y JUSTA. LA DISTINCION NO DEBE SER NI ARBITRARIA NI CAPRICHOSA Y MUCHO MENOS CARECER DE SUSTENTO REAL Y RAZONABLE. Únicamente cuando tenga las características expresadas, podría aceptarse un trato desigual a los que debieran ser tratados como iguales. Bidart Campos, otro jurista argentino sostiene que la igualdad implica que NO SE ESTABLEZCAN EXCEPCIONES O PRIVILEGIOS QUE EXCLUYAN A UNOS DE LOS QUE SE CONCEDE A OTROS EN IGUALES CIRCUNSTANCIAS" (Derecho Constitucional, Tomo I, pág. 259). Por eso, no se acepta como causal de diferenciaciones válidas o justas: raza, sexo, nacionalidad, etc. En nuestro caso, el Concejo Municipal actúa arbitrariamente y contra el principio de igualdad ante la ley, ya que únicamente ordena la suspensión de casinos o de los establecimientos donde se operan máquinas tragamonedas. El fundamento es que la ley los considera nocivos o contrarios a la moral y la Municipalidad ha aceptado tal entuerto. En primer lugar, si esto fuera cierto, habría entonces que cerrar las loterías de cartón, chingolingos, rifas y demás juegos de azar. Todos al final de cuentas, son especies de juegos de azar y donde existe la misma razón, debe existir la misma disposición, que es una consecuencia del principio de IGUALDAD ANTE LA LEY. POR TANTO, NI EL D.L. 730 NI LA ACTUACION DEL CONCEJO MUNICIPAL SON CONGRUENTES CON EL PRINCIPIO DE IGUALDAD ANTE LA LEY. A todos los juegos de azar debe prohibirse, autorizarse o regularse, pero no sólo castigar a una suerte de ellos. Las únicas discriminaciones RAZONABLES son aquellas donde exista una JUSTIFICACION ATENDIBLE PARA QUE SITUACIONES SIMILARES CONDUZCAN A CONSECUENCIAS DISTINTAS. Pero si este fuera el caso, debería de CERRARSE O PROSCRIBIRSE TODOS LOS JUEGOS DE AZAR, PERO SOLO SE CASTIGA LOS DE MAQUINAS TRAGANIQUELES. ¿Cuál es la diferencia SUSTANCIAL , REAL, FUNDAMENTAL Y NO CAPRICHOSA de las ruletas a un chingolingo y loterías de cartón, bingos, etc.? Consideramos que no existe ninguna diferencia ontológica y por tanto no está justificada la desigualdad y por tanto, el trato discriminatorio. Por otra parte, hay publicaciones de propaganda que aparecen en los periódicos principales del país, donde se anuncian shows de desnudos, damas de compañía, barras show, etc. ¿Qué excusa legal se pretexta para no proceder contra tales establecimientos, muchos de ellos lindantes con el delito, como es el caso de los prostíbulos?..(...). Es reconocido que cada quien tiene derecho a su intimidad y tal derecho incluye la forma de esparcimiento. Mientras no se perturbe al público o se afecte a terceros, cada quien tiene derecho a disponer de su dinero como quiera (Art. 2, 22 Cn.) y a decidir cómo se divierte. Pero resulta que vía leyes o vía interpretación excesiva y restrictiva de ellas, se pretende coartar la intimidad de cada persona, no permitiéndole que se entretenga como le parezca más conveniente: hay quienes gustan de asistir a cines, otros al teatro, otros a fútbol, otros a beber, otros a comer y otros a jugar en las mencionadas máquinas. Finalmente, debe enfatizarse que el negocio de juegos de azar también puede efectuarse por INTERNET que es la tecnología que está revolucionando al mundo. Existen muchos casinos y lugares cibernéticos donde se pueden efectuar apuestas, juegos, etc. Uno de ellos es HTTP://WWW.1 ON LINE-CASINO GAMES.COM, PERO HAY MUCHOS MAS. Si esto se puede hacer desde una computadora, entonces habría que prohibir también que quienes presten el servicio de internet o de navegación cibernética, toleren que sus usuarios puedan efectuar este tipo de actos. Pero de suyo cae que pretender lo anterior es simplemente un disparate. Sin embargo, una interpretación abusiva y absurda de las normas y un afán propagandístico podría tentar a hacer el ridículo de querer impedir que por internet los jugadores se dediquen a su entretenimiento. Entonces, habría que concluir que por INTERNET sí se puede apostar y gastar en juegos al azar, con lo que el dinero quedará fuera de El Salvador; pero en el país, tales actividades las clausurará la Municipalidad de San Salvador. 6. PRESUNCION DE INOCENCIA. El Art. 12 Cn. consagra la presunción de inocencia, la cual está referida a materia penal, pero se extiende a toda suerte de actos sancionatorios según jurisprudencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia...(...). Pero además el Art. 8 del Pacto Americano de Derechos Humanos, conocido como Pacto de San José (D.O. 19 de junio de 1978) establece al respecto: "1. TODA PERSONA TIENE DERECHO A SER OIDA CON LAS DEBIDAS GARANTIAS Y DENTRO DE UN PLAZO RAZONABLE, POR UN JUEZ O TRIBUNAL COMPETENTE, INDEPENDIENTE E IMPARCIAL, establecido con anterioridad a la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para LA DETERMINACION DE SUS DERECHOS Y OBLIGACIONES DE ORDEN CIVIL, laboral, fiscal, O DE CUALQUIER OTRO CARÁCTER". "2. TODA PERSONA INCULPADA DE DELITO TIENE DERECHO A QUE SE PRESUMA SU INOCENCIA MIENTRAS NO SE ESTABLEZCAN LEGALMENTE SU CULPABILIDAD". Tal garantía no se ha cumplido en el caso de mi representada. Simplemente mediante y (sic) un Decreto y la interpretación equívoca del mismo, a mi representada se le pretende cancelar sus operaciones no obstante tener un PERMISO EN REGLA, SIN VENCIMIENTO Y YA OTORGADO AÑOS ATRÁS. O sea, se ha partido de la creencia que la actividad de mi representada CAUSA PERJUICIOS A LOS VECINOS DE LA MUNICIPALIDAD. A un procesado por DELITO, por CONSTITUCION (Art. 12) y por DERECHO HUMANO (no excluido a ninguna sociedad), se le presume inocente mientras no se demuestre o pruebe su CULPABILIDAD, y por tal motivo, se le permite en muchísimos casos, que permanezca en libertad y otorgue cauciones para ello. Eso ocurre con las personas a quienes se les procesa por algún DELITO, por efectuar algo ILEGAL. El mismo principio rige para las actividades comerciales, porque es claro el texto de la sentencia de la Sala de lo Constitucional (I-3-92) ya citada y además el PACTO DE SAN JOSE, cuando se afirma que tal PRESUNCION DE INOCENCIA (garantía judiciales) se extienden a DERECHOS DE CUALQUIER CARÁCTER. En ese contexto, resulta que sin ni siquiera habérsele imputado y probado que su actividad es nociva y que genera perjuicios a la colectividad, SIN PROBARSE NADA, a mi representada ya se le presume que efectuará contravenciones, infracciones o molestias. O sea, a priori se le reputa como culpable de ejercer actividades molestas o perniciosas. Por tanto, sin ni siquiera haberla oído y vencido en juicio sobre acusaciones o molestias HASTA EL MOMENTO INEXISTENTES, se le está castigando con la imposibilidad de ejercer su actividad. Por tanto, es clara la violación a la PRESUNCION DE INOCENCIA. 7. AUSENCIA DE REQUISITOS EN EL ACTO DE CIERRE. Los actos administrativos tienen ciertos requisitos esenciales para su existencia. Entre ellos se tiene: a) deben provenir de un ente público con capacidad para emitirlo; b) deben tener un objeto; c) deben tener un contenido; d) deben tener una causa y motivación; y e) deben expedirse formalmente, es decir, mediante un procedimiento. En el presente caso, hay varias deficiencias, vicios. En primer lugar, no tiene causa: no existen los motivos suficientes, ni expresos ni tácitos, que fundamenten la emisión del Acuerdo revocatorio. Cuando esto ocurre, cuando no existen tales motivos, no hay CAUSA. El acto entonces no existiría porque no TIENE CAUSA. Dice García de Enterría en su tomo I de Derecho Administrativo: "si los motivos que la Administración invoca no existiesen, el ACTO CAE POR SI MISMO POR FALTA DE CAUSA" (pág. 514). La aparente causa es una disposición legal. En ningún instrumento legal se OBLIGA A LOS MUNICIPIOS A CERRAR U ORDENAR EL CIERRE DE LAS CASAS DE JUEGO QUE TIENEN MAQUINAS TRAGANIQUELES. Tampoco por LEY ALGUNA SE PUEDE CANCELAR EL PERMISO, EL CUAL NO TIENE NINGUNA FECHA DE VENCIMIENTO. No puede argumentarse que desde que surgió la Ordenanza Municipal "reguladora" de estos juegos, el permiso original venció, puesto que ni una ley, mucho menos una Ordenanza Municipal puede per se hacer caducar un permiso dado sin ningún plazo. Por otra parte, en lo expresado en el Acuerdo tampoco hay ninguna motivación, ninguna razón desarrollada ni explicada, sobre los móviles que condujeron al Concejo Municipal a dejar sin efecto el permiso. Simplemente se manifiesta que están haciendo cumplir la ley, la cual no OBLIGA AL CIERRE DE ESTOS NEGOCIOS, NI TAMPOCO LA LEY LOS DECLARA ILEGALES. Pero además de no tener causa ni motivación, el acto tampoco ha sido NOTIFICADO LEGALMENTE. Dice el tratadista José Antonio García (Los Actos Administrativos, pág. 286): "Los singulares (actos) DEBEN SER NOTIFICADOS, MIENTRAS QUE LOS GENERALES BASTA CON QUE SEAN PUBLICADOS. Un acto general puede ser notificado pues lo más encierra lo menos, PERO UNO SINGULAR, AUNQUE SE PUBLIQUE, NO ADQUIERE EFICACIA MIENTRAS NO SEA NOTIFICADO: hay aquí una obligación administrativa". Las resoluciones deben notificarse a la sociedad o titular (persona natural) que ostenta los derechos o a quien se le quieren hacer saber las disposiciones de quien notifica. Pero en el presente caso, se ACUERDA ORDENAR EL CIERRE DEL NEGOCIO LLAMADO IZALCO VIDEOS, TROPICANA Y BINGO DE PARIS. ¿Quién es el dueño o titular de tales establecimientos ? Sencillamente, mi representada se ha dado por enterada del contenido de tal comunicación, lo cual no equivale a notificación. Pero el establecimiento comercial IZALCO VIDEO, TROPICANA NI BINGO PARIS no son ninguna persona jurídica. Se trata del nombre de los establecimientos comerciales; no de la persona jurídica que es la titular de los mismos. En consecuencia, el pretendido acto revocatorio, adolece del vicio de no haber sido notificado en legal forma porque no se notifica LEGALMENTE AL TITULAR SINO AL ESTABLECIMIENTO. Todo esto conduce a una desviación de poder...(...). Según la Constitución (Art. 244): "Los funcionarios y empleados públicos RESPONDERAN PERSONALMENTE y el Estado subsidiariamente, por los DAÑOS MATERIALES O MORALES que causaren a consecuencia de la violación a los derechos consagrados en esta Constitución". Se reitera tal responsabilidad en el Art. 57 del Código Municipal, que dice: "LOS MIEMBROS DEL CONCEJO EN EL EJERCICIO DE SUS FUNCIONES RSPONDERAN (sic) INDIVIDUALMENTE POR ABUSO DE PODER O POR VIOLACION A LA LEY". Por consiguiente, el acto mediante el cual SE DEJA SIN EFECTO UN PERMISO O AUTORIZACION, O SE ORDENA EL CIERRE DE UN NEGOCIO, sin JUSTIFICACION VALIDA alguna, sin ninguna causa, motivación ni explicación, ocasionando perjuicio grave a mi representada; conllevará a una responsabilidad a los miembros del Concejo, según la normativa constitucional y legal aplicable, dado que ha habido un infracción a las leyes de la República. 8. EJERCICIO DE ATRIBUCIONES QUE CORRESPONDEN AL ORGANO JUDICIAL. Dice el Art. 14 Cn.: "CORRESPONDE UNICAMENTE AL ORGANO JUDICIAL LA FACULTAD DE IMPONER PENAS. No obstante la autoridad administrativa PODRA SANCIONAR, MEDIANTE RESOLUCION O SENTENCIA Y PREVIO EL DEBIDO PROCESO, las contravenciones a las leyes, reglamentos y ordenanzas, con arresto hasta por cinco días o CON MULTA". La Municipalidad no tiene facultad para ordenar el cierre de ningún negocio. En la sentencia de inconstitucionalidad proveída por la Sala de lo Constitucional a las doce horas del día diecisiete de diciembre de mil novecientos noventa y dos, publicada en el D.O. del 21 de diciembre de 1992, pág. 90, párrafo cuarto, se dijo: "ESTA SALA TIENE LA CONVICCION QUE LA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA NO PUEDE SANCIONAR CON CIERRE DE UN ESTABLECIMIENTO, LOCAL, NEGOCIO U OFICINA, LA INFRACCION A LAS LEYES TRIBUTARIA, PUES AL CONSTITUIR MATERIALMENTE UNA PENA, ELLO ES ATRIBUCION JUDICIAL. La misma sentencia expresó que: "AL ANALIZAR EL ART. 14 DE LA CARTA MAGNA, APARECE QUE SE HA AUTORIZADO A LA ADMINISTRACION -CON CARÁCTER EVIDENTEMENTE EXCEPCIONAL - A IMPONER MULTA O ARRESTO HASTA POR QUINCE DIAS, PERO EN NINGUN MOMENTO APARECE QUE SE LE CONCEDAN A AQUELLAS POTESTADES PUNITIVAS O SANCIONATORIAS, Y ES QUE HABIENDO SIDO ESTABLECIDOS EN FORMA EXCEPCIONAL, TALES FACULTADES SANCIONATORIAS DEBEN ENTENDERSE TAXATIVAS; Y, EN CONSECUENCIA, NO PUEDE HACERSE UNA AMPLIACION POR VIA LEGAL, PUES EN TAL CASO LA MISMA DEVIENE INCONSTITUCIONAL". De los criterios sostenidos por la Sala de lo Constitucional, se colige que la sanción consistente en dejar sin efecto un permiso o autorización a mi representada, ORDENAR EL CIERRE DE UN ESTABLECIMIENTO, a pesar de no haber ninguna infracción, es una sanción administrativa y por consiguiente tiene la misma naturaleza ontológica que una pena, por lo que a lo sumo podría el Concejo Municipal establecer o imponer una multa, tal como lo establece el Art. 14 de la Constitución, pero no ORDENAR EL CIERRE DE UN NEGOCIO y menos, cancelar el permiso, cesar sus efectos o revocarlo. En otras palabra, al dejar sin efecto el permiso o autorización el Concejo Municipal impide a mi representada ejercer su actividad LEGALMENTE, por lo que su establecimiento estaría cerrado, clausurado. Y por tal razón, es aplicable el precedente establecido en la sentencia ya expresada, que tal tipo de consecuencia jurídica negativa, no puede aplicarla la autoridad administrativa, sino sólo la judicial, ya que, como dice la Sala expresada: "LA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA NO PUEDE SANCIONAR CON EL CIERRE DE UN ESTABLECIMIENTO, LOCAL, NEGOCIO U OFICINA, LA INFRACCION A LAS LEYES TRIBUTARIAS, PUES AL CONSTITUIR MATERIALMENTE UNA PENA, ELLO ES ATRIBUCION JUDICIAL." Posteriormente, en el escrito de ampliación de la demanda sostuvo esencialmente que la autoridad demandada carecía de potestades para realizar el cierre; que el Código Municipal vigente desde mil novecientos noventa y seis establecía que correspondía a las autoridades edilicias la autorización, regulación y funcionamiento de casas de juego, loterías, rifas y otros similares, y que para dar cuerpo a este precepto se creó la Ordenanza Reguladora de la Actividad de Casas de Juegos, Rifas o Sorteos y Actividades Similares, y a partir de ese cuerpo legal se reguló la actividad económica sometiendo su ejercicio a una habilitación previa que correspondía emitir a la municipalidad, y así se le otorgó a la demandante el permiso con fecha veintidós de octubre de mil novecientos noventa y ocho; que este permiso caducó el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y ocho y en noventa y nueve se dio mediante actos tácitos; que luego la Asamblea modificó el Código Municipal, retirando a los municipios la potestad de autorizar y renovar la apertura de negocios del giro de su representada, lo que generó como consecuencias la desregulación de ese tipo de actividad y la derogatoria de la Ordenanza reguladora a que se ha hecho alusión. Que la desregulación significó de cara al administrado eliminar las restricciones que se habían establecido por la Ordenanza reguladora. Con ello y al no estar expresamente prohibida dicha actividad, se dejó abierta la posibilidad lícita de aquellos que tenían un permiso para seguir funcionando hasta que dicho supuesto fuera regulado. Que al eliminar los poderes de autorización se reguló en forma abiertamente contraria al contenido de la Ordenanza, lo que hizo desaparecer la obligación de renovar dichos permisos desde el diecinueve de noviembre de mil novecientos noventa y nueve. Señala además, que ya que la normativa retiró a la Administración el poder de autorizar, se eliminó también el poder de cierre, que así, no puede pretenderse por la vía de la interpretación, crear una potestad no establecida en la ley. Concluyó que el acto impugnado atenta contra la seguridad jurídica, y que fue dictado sin darle la posibilidad de defenderse, es decir como un acto "de plano". II. La demanda fue admitida, se tuvo por parte al licenciado Edwin Amílcar Hernández Méndez en el carácter en que compareció, y se pidió informe al Concejo Municipal de San Salvador, sobre la existencia de los actos que se le atribuían. Recibido el informe solicitado, se suspendió la ejecución de los actos adversados, se solicitó a la autoridad demandada un nuevo informe en que señalara las justificaciones de legalidad de los actos que se le imputaban y además se ordenó notificar al señor Fiscal General de la República la existencia de este proceso. Al contestar el informe justificativo el Concejo Municipal de San Salvador manifestó: "Que tal como lo relacioné en el primer informe rendido, el cierre de "BINGO DE PARIS ", propiedad de la sociedad antes mencionada, ubicado en Antiguo Local de los Cines Paseo y Uraya de esta ciudad, se fundamentó en el Decreto Legislativo Número 27, publicado en el Diario Oficial 124, Tomo 348, de fecha 4 de julio de este año, en el cual se hizo la interpretación autentica del Art. 4, No. 24 del Código Municipal, y mediante ello se facultó a la Municipalidad que otorgó el permiso de funcionamiento de las casas denominadas Casinos o Salas de juegos, a que ella misma se encargara de cerrar los referidos negocios; no sin antes la Honorable Asamblea Legislativa, ya había reformado el Art. 4 No. 24 del referido Código, a fin de que los Municipios no pudieran autorizar ni renovar autorizaciones para el establecimiento y funcionamiento que ofrecen las casas denominadas Casinos. Que a la sociedad en mención se le notificó la resolución de cierre pronunciada mediante Acuerdo Municipal Número Seis, celebrada en Sesión Ordinaria de fecha dieciocho de julio del corriente año(sic.); ya que con fecha seis de enero de este año(sic.), se les hizo saber a los propietarios de casas de juegos, que nos se les renovaría los permisos vencidos al treinta y uno de diciembre del año próximo pasado, los cuales les fueron otorgados de acuerdo a la Ordenanza Reguladora de la Actividad de Casas de Juegos Rifas o Sorteos y Actividades Similares; que no obstante habérseles comunicado éstos negocios siguieron operado, enmarcándose con ello en ilegalidad; que la base del cierre en comento se tomo de lo preceptuado en el Decreto 730, Publicado en el Diario Oficial 210, Tomo 345 de fecha once de noviembre del año próximo pasado Que de conformidad al Art. 2 y 3 de la Ordenanza Reguladora de Casas de Juegos Rifa o Sorteos y Actividades Similares, los negocios donde se explotan las actividades tales como: bingos, rifas, sorteos, instalación de máquinas tragamonedas y en general cualquier tipo de juegos de azar, tienen la obligación de solicitar permiso anual, es decir permiso con vencimiento al treinta y uno de diciembre de cada año, por lo que se desvirtúa la afirmación del Apoderado de la propietaria del negocio denominado "BINGO DE PARIS", ya que manifiesta que su funcionamiento en esta clase de actividades es en forma indefinida, considerándolo de esta manera como un derecho adquirido de su poderdante. Que mi representado al pronunciar resolución, ordenando el cierre de tal negocio, lo ha efectuado apegado a la ley, es decir con fundamento a los decretos legislativos antes relacionados, pues de lo contrario la omisión de los mandatos Legislativos le acarrearía al Concejo, incumplimiento al mandato Constitucional del Art. 235. Considero oportuno mencionar, que el permiso otorgado a la Sociedad en comento, consta en el Acuerdo Municipal Número 9.2, tomado en Sesión Extraordinaria celebrada el día catorce de octubre del año mil novecientos noventa y ocho, autorizándosele a la referida sociedad, la instalación de maquinas tragamonedas y bingo electrónico(...)". Se tuvo por rendido el informe solicitado a la autoridad demanda; y se tuvo por agregada la credencial presentada por el licenciado Ulises Betuel Perla Rivera, a quien se dio intervención en este proceso en carácter de Agente Auxiliar y en representación del señor Fiscal General de la República. Posteriormente la Sociedad demandante presentó un escrito reiterando que en el acto impugnado existía desviación de poder y violación al debido proceso. Por su parte la autoridad demandada presentó también un nuevo escrito. III. El juicio se abrió a prueba por el término de Ley, en el cual se recibió prueba testimonial ofrecida por la parte actora, para establecer desviación de poder en la emisión del acto impugnado. Se tuvo por agregada prueba documental presentada por ambas partes. De conformidad con el Art. 28 L.J.C.A., se corrieron los traslados respectivos, en los que al rendirlo la parte actora, manifestó: """"1) Uno de los argumentos que he expuesto en la demanda, es que el acto que ordenó el cierre, es ilegal, ya que el ente que lo ha dictado carece de potestades administrativas para pronunciarlo. Esta conclusión se desprende del análisis del cuadro normativo del cual las autoridades demandadas pretender extraer la potestad para ordenar el cierre. Sobre este punto y para abonar a lo ya expuesto anteriormente agrego: Que como aparece regulado en el Art. 131 numeral 5 de la Constitución de la República, corresponde a la Asamblea Legislativa "Decretar, interpretar auténticamente, reformar y derogar las Leyes secundarias". Como se lee, el constituyente estableció que la Asamblea puede: 1) Decretar, 2) Interpretar auténticamente, 3) Reformar, y; 4) Derogar las Leyes de la República. Cada uno de estos verbos, involucra una actividad claramente determinada. La primera es la regulación de aspectos novedosos y necesarios, el segundo implica explicitar el sentido de una disposición cuyo significado no es claro o bien de la forma en que debe entenderse una palabra frase o figura. Las dos restantes formas de legislar, llevan inequívoca a eliminar determinada norma jurídica, ya sea sustituyéndola por una nueva o simplemente dejarla sin valor jurídico. En el ejercicio de este poder la Asamblea Legislativa reformó el Art. 4 del Código Municipal, a partir del cual (previo a la reforma) correspondía a las Alcaldías Municipales otorgar la autorización para el funcionamiento de establecimientos como el de mi cliente. Tras la reforma, dicho numeral quedó redactado de la siguiente forma: "La autorización del funcionamiento de loterías, rifas y similares; sin embargo, los Municipios no podrán autorizar ni renovar autorizaciones para el establecimiento y funcionamiento de negocios destinados a explotar... en general, los que se ofrecen en las casas denominadas Casinos". Es evidente del texto literal, de la norma que el resultado de su vigencia es lo que se le denomina una REGULACIÓN DE COMPETENCIA NEGATIVA. Esta figura, que comúnmente es utilizada en su sentido inverso, sirve para determinar en forma de veda, el límite o prohibición para que un ente concreto, en este caso la autoridad municipal, pueda autorizar o renovar este tipo de autorizaciones. El resultado de lo anterior, es decir eliminar la aplicación de esta técnica de control sobre la actividad de los particulares, sin que exista en el ordenamiento jurídico determinación sobre a quien corresponde en adelante ejercer dicho control, implica que dicha actividad se encuentra falta de regulación y de prohibición, convirtiendo su ejercicio en una opción lícita para cualquier administrado que desee ejercitar tal actividad. En otras palabras, si se ha eliminado la necesidad de una autorización, es decir un aval previo de la administración para desarrollar esa actividad, es abiertamente contrario a lo establecido en el Art. 8 de la Constitución que se pretenda extraer una obligación de donde no existe. Siempre en ejercicio del numeral cinco de la Constitución, la misma Asamblea, decidió emitir una supuesta interpretación del Art.4 al que ha hecho relación, el texto de esta es: "interpretase auténticamente el Art. 4 numeral 24 del Código Municipal en el sentido que el permiso otorgado para el funcionamiento de las casas denominadas casinos o salas de juego, en las que se ofrecen..., será la municipalidad que otorgó el permiso, la encargada de cerrar los referidos negocios". En el principio de mi argumento me referí a la extensión de la palabra interpretar bajo lo cual es comprensible que la Asamblea hubiera determinado por ejemplo, que se debe entender por el término "otros similares", o bien que se entiende para efectos de la Ley por rifa, lotería, etc. Lo que no es posible es a pesar de que se pretenda disfrazar nominalmente con el término interpretación auténtica una verdadera reforma al recién reformado Art. 4. La doctrina explica que el nomen iuris, no vincula al juzgador, quien al percatarse de que cierta norma es esencia una reforma y no una interpretación auténtica, deba tenerla y conocerla por su real categoría. Es mas claro que el agua, que de una lectura de la reforma efectuada al Art. 4 lo único que se consiguió es eliminar de manos del Municipio la potestad de otorgar o revalidar los permisos, pero sin que pueda por medio inadecuado intentar la modificación (reforma) a una norma vigente. Por otro lado, en donde se ha visto que por la vía de las interpretaciones auténticas, se pueden otorgar a determinado ente potestades administrativas, cuando la doctrina es clara al decir que el establecimiento de las potestades administrativas siempre es un elemento reglado de todo acto, y que esta sometido a reserva de Ley. Es la Ley y no sus interpretaciones de donde se pueden extraer poderes o potestades en virtud de los cuales la administración puede restringir como en este caso el ejercicio de ciertas actividades. En suma es evidente la violación a la seguridad jurídica, porque el ente administrativo, ha actuado, intentando fundamentar sus actos en un instrumento inadecuado e inconstitucional es decir en audiencia de potestad administrativa que se traduce en una abierta violación al Art. 86 inciso tercero de la Constitución. 2) Me llama la atención que los entes demandados no se han expresado sobre el argumento anterior y han dirigido la mayoría de sus escritos, a señalar que mi cliente no tenía autorización para funcionar, sobre esto claro: que dicha afirmación es falsa, ya que si se hace una relación de las fechas, se podrá apreciar, que la Ordenanza Reguladora, que es la norma base a la cual se establecía la obligación de tener el permiso y de renovarlo, fue derogada tácitamente con la reforma al Art. 4 del Código Municipal, es decir el 14 de octubre de mil novecientos noventa y nueve. A lo que me refiero, es que mi cliente poseía como lo ha dicho la autoridad demandada, el permiso respectivo para desarrollar su actividad hasta el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y nueve. Claramente se denota, que esta fecha es posterior a la reforma del Art. 4 a la que ya me he referido. La conclusión es evidente, a quien debería haber pedido mi cliente autorización, si ya no había ente competente? Si ya la actividad se encontraba desregularizada, porque solicitar permiso a un ente que era incompetente para tales efectos? Por ello el argumento de la ausencia de permiso es insostenible y contradictorio. Sumando a lo expuesto la motivación del acto administrativo que ordenó el cierre (que es el acto cuya legalidad se contraviene en este juicio), jamás hizo relación a la caducidad el permiso o la falta de este, sino simple y llanamente dijo que emitía dicho acto en aplicación directa de la reforma y su irregular interpretación constitucional. Lo que es claro, es que las reflexiones que se hagan respecto a la falta o caducidad del permiso, son improcedentes en cuanto este es un argumento que nada tiene que ver con la legitimidad del acto controvertido en razón de la motivación del mismo. 3) Otro de los argumentos que he ensayado, es la violación al derecho o garantía de audiencia constitucional. Cómo relacioné en la demanda, la norma que dio origen al acto impugnado es una norma heteroaplicativa y no como pretende hacerlo creer la autoridad demandada autoaplicativa. Como señaló la Sala de lo Constitucional en sentencia de proceso de amparo de 25/V/1999. Ref. 169-98, la diferencia entre ambos tipos de norma es básicamente que en la norma autoaplicativa "no precisa de ningún acto posterior de ejecución o aplicación, sino que produce, desde su sola promulgación, efectos jurídicos" (Líneas y Criterios Jurisprudenciales de la Sala de lo Constitucional), mientras que la heteroaplicatividad involucra un acto de aplicación o ejecución. Es claro, que por la forma en la que esta estructurada la norma en base a la cual se ha pretendido el cierre del negocio de mi cliente, es una norma heteroaplicativa que requiere el dictado de un acto. Amarrado con esto es necesario que como lo manda la Constitución, deba ser precedido de un trámite mínimo que permita al particular la defensa oportuna y sistemática de sus intereses. Ya he expuesto que mi cliente ha invertido fuertes cantidades de dinero en las instalaciones, máquinas y empleados, como es posibles que sin mediar trámite alguno, se tome una decisión que le afecta profundamente sus intereses, sin mediar aunque sea un acto de trámite que buscara oírlo y vencerlo en juicio como lo dice la misma Constitución. Es un craso error, que la administración haya interpretado que pueda afectar los derechos de mi cliente sin seguir procedimiento alguno, pero es claro que la consecuencia de esto es la violación a la Constitución. Ya he dicho que uno de los vicios que afectan el acto impugnado, es el haber sido dictado sin procedimiento, esto lo hace ser un acto de plano, es decir un acto dictado sin procedimiento previo, esto sin lugar a dudas, redunda en una violación al derecho constitucional de audiencia. Llama poderosamente la atención, que la autoridad demandada, a lo largo de todo este proceso, no ha expresado ni una palabra, sobre este último argumento, en suma no ha alegado impugnado y mucho menos comunicó al sujeto receptor del acto su tramitación. Es claro y evidente que a fin de dictar el acto de cierre la administración no oyó al interesado, quien recibió posteriormente un acto administrativo que lesiona fuertemente su patrimonio sin haber otorgado la posibilidad de defensa previa y efectiva que establece la Constitución. Es innegable que los demandados tuvieron por el contenido del acto de cierre que oír al administrado a fin de que este oportunamente opusiera sus argumentos en contra de un acto que le afecta. Es claro que lo anterior hubiera requerido de un mínimo y constitucional procedimiento que es obvio que no se ha dado. No puede intentarse dar satisfacción al derecho de audiencia de mi cliente, dándole la oportunidad de interponer un recurso, dado que como ya se ha expresado por la Sala de lo Constitucional (sentencia en el proceso de amparo del 13/XII/1998. Ref. 459-97), esta defensa debe ser necesariamente previa, al dictado del acto administrativo. 4) Como último punto me refiero a la desviación, de poder, en el sentido que esta se encuentra probada con la deposición de los testigos, ya que estos como consta en el acta establecieron que la finalidad del Alcalde de cerrar el establecimiento de mi cliente es diferente a la establecida en la norma jurídica que regula tal potestad. A todo lo expuesto hay que sumar las continuas violaciones a la seguridad jurídica a las que ha sido objeto mi cliente, ya que este principio ha sido desmejorado mediante la adopción de actos arbitrarios como los expresado en este escrito.""" Por su parte, el Concejo Municipal de San Salvador manifestó: "a) se ha sostenido que el cierre del establecimiento denominado Casino "BINGO DE PARIS", propiedad de la sociedad OPTIMA UNO, S.A. DE C.V., se fundamentó en el Decreto Legislativo número 27, publicado en el Diario Oficial 124, tomo 348, de fecha cuatro de julio del año dos mil. b) Que no es cierto el planteamiento que hace el Apoderado de la sociedad propietaria del Casino que funciona en el establecimiento propiedad de ésta, ya que no obstante habérseles hecho saber que los permisos vencieron el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y nueve, tal negocio siguió ejerciendo la actividad comercial de Casino, y aún actualmente siguen operando, sin que dicha actividad este siendo sujeta de pago de impuestos municipales; no obstante ello la parte recurrente se apega a manifestar que como no existe norma reguladora al respecto, entonces, la actividad que como Casino ha seguido ejerciendo su mandante en el establecimiento BINGO DE PARIS, "es lícita", asimismo considera también dicho impetrante que tenía un permiso indefinido, o que éste fue otorgado mediante actos tácitos, expresándolo así en el libelo inicialmente presentado a esa Corte, así como en el escrito de ampliación. c) Que es de notorio percatar, que la tónica de las pretensiones iniciales expuestas por el recurrente ha cambiado, pues en el alegato que ha evacuado alude a las leyes autoaplicativas y heteroaplicativas encaminándose a cuestionar la interpretación auténtica del Art. 4 numeral 24 del Código Municipal, emanada de la Asamblea Legislativa; de ser así, entonces, se llega a determinar que no es el presente recurso el idóneo para sus pretensiones. Concluyendo Honorable Sala que: La actuación de mi mandante se encuentra apegada a derecho, ya que su fundamento ha sido la interpretación auténtica que del Art. 4 numeral 24 del Código Municipal, que efectuó la Honorable Asamblea Legislativa; tampoco es cierto que exista violación o agravio en los derecho de la recurrente, pues de ser cierto esta circunstancia, esta Honorable Sala, tendría que declarar que queda fuera de su ámbito el conocimiento de violaciones a normas de rango constitucional, las cuales caen dentro de la esfera de competencia de la Sala de lo Constitucional; y referente a la desviación de poder que pretende atribuírsele a mi representada, es de aclararle al recurrente, que cuando el acto administrativo se ha dictado de conformidad al ordenamiento legal, dicha desviación es inexistente""". Finalmente, la representación fiscal presentó su alegato en los términos siguientes: """Las resoluciones impugnadas están planteadas en hechos diferentes que han sido controvertidos por la parte actora en el presente juicio, en ese sentido la primera parte de la resolución se refiere a ordenar el cierre de los negocios "IZALCO’S VIDEOS", "TROPICANA DE VIDEOS" y "BINGO DE PARIS". En cuanto el recurso de impugnación interpuesto por la parte demandante, en la que fue declarado sin lugar, con base en las facultades que establecen los Arts. 86 Inc. 2º en relación con el 235 de la Constitución. Por lo anteriormente expuesto la Representación Fiscal es del criterio que las resoluciones proveídas por el Concejo Municipal de esta ciudad fueron emitidas de acuerdo a los Arts. 2 y 3 de la Ordenanza Reguladora de Casas de Juegos, Rifas, Sorteos y Actividades similares; así mismo con base en la reforma del Art. 4 numeral 24 del Código Municipal. Siendo legítimos estos intereses en el procedimiento administrativo, en el que se reconoce únicamente la legitimación de quienes ostentan el derecho o intereses personales o directos, a ese efecto la municipalidad restringe al titular del derecho y siendo éste de acuerdo a la Ordenanza Reguladora de Casas de Juegos, Rifas, Sorteos y Actividades similares, Art. 2 Inc. 2º. Como consecuencia de lo anteriormente relacionado la teoría general del Derecho Administrativo considera titulares de Derecho Subjetivo aquellos que obtienen esos derechos como consecuencia de una norma o un acto en ella basado, que directamente va destinado a proteger o a crear una situación jurídica que le beneficie y derechos de naturaleza contractual por actos administrativos singulares, tales como concesiones, autorizaciones y otros, considerados éstos técnicamente como derecho subjetivos; pero cabe hacer mención a esos derechos reconocidos legalmente en la posibilidad de distinguir sobre ellos intereses legítimos y difusos que de acuerdo a la obligación del Estado es de interés nacional, la regulación de sendas autorizaciones para el funcionamiento de ciertos negocios denominados popularmente como "casinos" en donde se practican distintos juegos de azar, y que siendo estos negocios notorio y publico la indignación de la población en general y además deber del Estado mantener el orden público y velar por la moral pública y las buenas costumbres, por lo que resulta necesario restringir las facultades de los Municipios con respecto a otorgar autorizaciones de esta naturaleza, por lo que puede afirmarse que cuando una institución que vela por los intereses de la sociedad en actos administrativos, defiende un interés común, defendiendo simultáneamente un interés personal. Esta solidaridad e interrelación social, especialmente en la época actual, en la que nos referimos al estado social y democrático de derecho que consagra nuestra Constitución, por lo que exige expresamente que esos intereses sean legítimos, personales y directos, por lo que la reforma al Art. 4 numeral 24 del Código Municipal restringe el ámbito de la municipalidad para con la legitimación directa de la sociedad.""" FUNDAMENTOS DE DERECHO. IV. El juicio se encuentra en estado de dictar sentencia. Actos impugnados y antecedentes Los actos objeto de la pretensión motivadora de este proceso son: a) El Acuerdo número seis, emitido por el Concejo Municipal de San Salvador el día dieciocho de julio del año dos mil, mediante el cual se ordenó cerrar los negocios denominados IZALCO VIDEOS, TROPICANA VIDEOS Y BINGO DE PARIS (en este juicio se controvierte el cierre de BINGO DE PARIS); y, b) El Acuerdo del Concejo Municipal de fecha quince de agosto del año dos mil, que declara sin lugar la revocatoria solicitada contra la anterior resolución, y la confirma en todas sus partes. Puntualmente, los principales hechos a tener en cuenta son los siguientes: 1) El treinta de marzo de mil novecientos noventa y ocho se publica la Ordenanza Reguladora de las Actividades de Casas de Juegos, Rifas o Sorteos y Actividades Similares, la cual establece que para realizar tales actividades se necesita permiso de la Municipalidad, sujeto a calificación de lugar por parte de la OPAMSS, y que el permiso que emita la Municipalidad vencerá el 31 de diciembre de cada año, y deberá renovarse en los primeros tres meses del año siguiente; 2) El catorce de octubre de mil novecientos noventa y ocho se emite el Acuerdo No. 9.2, mediante el cual se autoriza a Promotora Optima Uno, Sociedad Anónima de Capital Variable para la instalación de máquinas tragamonedas y bingo electrónico en el local que ocupaban los cines Paseo y Uraya, ubicados en el Paseo General Escalón; 3) El once de noviembre de mil novecientos noventa y nueve se publica el D.L. 730, en el cual se modifica el Art. 4 numeral 24 del Código Municipal, en el sentido que los municipios no podrán autorizar ni renovar autorizaciones para el establecimiento y funcionamiento de negocios destinados a explotar el juego en traganíquel o tragaperras, veintiuno bancado, ruletas, dados y en general, los que se ofrecen en las casas denominadas casinos. 4) El seis de enero del año dos mil se notifica a la Sociedad demandante que en base a dicha normativa no se les renovará el permiso para la explotación del negocio de máquinas tragamonedas, que venció el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y nueve; 5) El cuatro de julio del año dos mil se publica el D.L. 27 (interpretación auténtica del referido Art. 4), estableciendo que será la municipalidad que otorgó el permiso, la encargada de cerrar los referidos negocios; y, 6) Finalmente, el dieciocho de julio del referido año se dicta el acto que ordena el cierre del establecimiento. Fundamentos de la impugnación. La Sociedad demandante hace recaer la ilegalidad de los actos impugnados básicamente en los siguientes aspectos: Violación a la seguridad jurídica; Trasgresión a los límites de la acción legislativa. Petición de inaplicabilidad; Desregulación de la actividad y consecuente ausencia de potestades para el cierre; Privación de un derecho sin procedimiento; Privación de un derecho sin indemnización; Violación a la igualdad jurídica; Violación a la presunción de inocencia; Falta de requisitos en el acto de cierre; Desviación de poder; Ejercicio por el Municipio de atribuciones que corresponden al Órgano Judicial. Establecidos los límites de la pretensión, se pasa al análisis de cada una de las alegaciones formuladas: Sobre la violación a la seguridad jurídica La Sociedad demandante aduce en este punto que los actos que emitan los funcionarios públicos no pueden ser desconocidos y revocados a su antojo. Sostiene que al aprobársele la autorización obtuvo un "derecho adquirido", un "derecho de propiedad" para explotar máquinas traganíqueles por tiempo indefinido, que no puede afectarse por leyes posteriores a la emisión del permiso. Ante tales alegaciones, es preciso establecer dos aspectos trascendentales: En primer lugar, la Sociedad demandante plantea como premisa básica para sostener su petición, que es titular de un "derecho adquirido", inmodificable. Debe hacerse énfasis en el hecho que la adquisición de un derecho subjetivo, cuya fuente se atribuye a la obtención de un permiso o licencia, como en el caso planteado, si bien posee los elementos típicos del derecho en referencia, a él se suman otros elementos que sin desnaturalizarle plenamente, le condicionan o caracterizan de tal manera que ya no se está ante la adquisición simple y plena de esa categoría jurídica, ya que en el ejercicio de una autorización, el beneficiario queda sujeto al régimen de Derecho Administrativo, situación que le distingue y caracteriza por razones de orden público y de interés general. Miguel S. Marienhoff sostiene que la autorización no atribuye un nuevo poder o derecho, sino la facultad de ejercer un poder o derecho ya existente. Expone en consecuencia: "la autorización solo implica la remoción de un obstáculo legal para el ejercicio de un poder o derecho preexistente, no produce pues un cambio en el contenido del status jurídico de la persona o ente controlado". Así, la modificación de una autorización se refiere a la posibilidad de ejercicio de la actividad controlada. Por su parte, señala Luciano Parejo Alfonso en su "Manual de Derecho Administrativo", que la intervención administrativa, vía autorizaciones, descansa en una valoración del interés público, y por ello requiere una valoración de las condiciones para obtenerla y mantenerla. Para el caso, las autorizaciones para la instalación y funcionamiento de establecimientos que por la naturaleza de la actividad que desarrollan, involucran intereses de la colectividad. Todo lo anterior denota, que las condiciones de ejercicio de una autorización no pueden entenderse inmodificables, alegando un derecho adquirido. En todo caso, ha de entenderse correctamente el alcance de los "derechos adquiridos" y de la "seguridad jurídica". Ha sido ya superada la concepción clásica bajo la cual un derecho adquirido implicaba "petrificar" una determinada situación, e invocando la seguridad jurídica ésta quedaba "congelada" indefinidamente. La Sala de lo Constitucional de esta Corte, analizando el concepto de derechos adquiridos, expuso adoptando estas nuevas concepciones: "…Lo anterior no implica que el legislador no pueda suprimir o transformar las instituciones jurídicas existentes, puede, sin introducir innovaciones substanciales en dichas instituciones, modificar las reglas que rigen los derechos que derivan de las mismas, puede someter a nuevas condiciones la conservación y eficacia del derecho…". Y en el mismo contexto, aclaró que por seguridad jurídica: "…se entiende pues, la certeza que el individuo posee de que su situación jurídica no será modificada mas que por procedimientos regulares y autoridades competentes….". (Sentencia de amparo de las diez horas del día catorce de enero de mil novecientos noventa y siete). Así, el ordenamiento jurídico puede someter a nuevas condiciones la conservación y eficacia de un derecho; y es lícito, ante un cambio de régimen, la aplicación a futuro de la nueva normativa, incluso para regular la continuidad de situaciones nacidas al amparo de la normativa anterior. Se trata, simplemente, de una adecuación a las condiciones y exigencias del nuevo orden jurídico. Lo anterior contrasta con la afirmación de la Sociedad demandante, en el sentido que, la actividad realizada vía la autorización -es decir el funcionamiento del casino- no podía afectarse por leyes posteriores a su emisión. Es preciso aclarar que la adecuación a nuevas condiciones de ejercicio no implica aplicación retroactiva de la ley. En sentencia de las catorce horas y dieciocho minutos del día treinta y uno de agosto de mil novecientos noventa y nueve, esta Sala expuso: ""Francisco López Menudo, en el texto "Estudios sobre la Constitución Española. Homenaje al Profesor Eduardo García de Enterría", expone que según la doctrina de la eficacia inmediata: "nunca es retroactiva una ley si solo produce efectos a partir de su vigencia formal". Así, se prohíbe la retroactividad entendida como incidencia de la nueva ley en los efectos ya producidos por situaciones anteriores, de suerte que la incidencia en los derechos, en cuanto a su proyección hacia el futuro, no pertenece al campo estricto de la irretroactividad. (Francisco López Menudo: "Estudios sobre la Constitución Española. Homenaje al Profesor Eduardo García de Enterría". Editorial Civitas, S.A., Madrid, 1991). Lo anterior implica, que la aplicación inmediata de una norma -aún cuando regule situaciones nacidas al amparo de la anterior- no implica indefectiblemente retroactividad. .....En este contexto, la irretroactividad no puede interpretarse como una garantía absoluta de continuidad de un status. De conformidad a las premisas que se han expuesto ("el ordenamiento jurídico puede someter a nuevas condiciones la conservación y eficacia del derecho"; "la incidencia en los derechos, en cuanto a su proyección hacia el futuro, no pertenece al campo estricto de la irretroactividad") ante un cambio de régimen, la aplicación a futuro de la nueva normativa, incluso para regular la continuidad de situaciones nacidas al amparo de la normativa anterior, no comporta una aplicación retroactiva de la ley. Se trata, simplemente, de una adecuación a las condiciones y exigencias del nuevo orden jurídico...."". En este caso en particular, es preciso aclarar que la Sociedad demandante se contradice, ya que en su demanda afirma ser titular de un permiso por "tiempo indefinido", y luego acepta que éste estaba sujeto a plazo. Como se ha expuesto, la Sociedad demandante obtuvo en octubre de mil novecientos noventa y ocho su autorización para la instalación de máquinas tragamonedas y bingo electrónico. A esta fecha ya había entrado en vigencia la Ordenanza Reguladora de la Actividad de Casas de Juegos, Rifas o Sorteos y Actividades Similares, la cual establece que el permiso que emita la Municipalidad para ese tipo de actividades caducará el treinta y uno de diciembre de cada año, y deberá renovarse en los primeros tres meses del próximo año (Art. 2 inciso segundo). Así, en el acuerdo de autorización -el cual corre agregado a folios 170 del proceso- se expuso claramente como condición: "que cumplan con lo establecido en la Ordenanza que regula este tipo de negocios". Con todo lo expuesto, podemos sentar a este punto dos premisas trascendentales: 1) La autorización otorgada a Promotora Optima Uno, Sociedad Anónima de Capital Variable, no generaba una situación petrificada e inmodificable por la nueva normativa, dentro de los parámetros de la legalidad y constitucionalidad; y, 2) La citada autorización estaba sujeta a la Ordenanza Reguladora de la Actividad de Casas de Juegos, Rifas o Sorteos y Actividades Similares, conforme a la cual debía renovar el permiso cada año. Sobre la transgresión a los límites de la acción legislativa. Petición de inaplicabilidad. La demandante sostiene que el legislador no puede desconocer los actos emitidos por las Municipalidades dentro de sus atribuciones, y que si pretendía quitárselas o modificárselas, tales reformas solo surtirían efectos para futuras situaciones, no para las pasadas. El Art. 4 numeral 24 del Código Municipal, establecía originalmente la competencia de las Municipalidades para emitir autorizaciones y regular el funcionamiento de casas de juego, como loterías, rifas y otros similares. El D.L. 730, publicado el once de noviembre de mil novecientos noventa y nueve, reformó la citada disposición -en relación a la competencia de la municipalidad- de la siguiente manera: "24. La autorización y regulación del funcionamiento de loterías, rifas y otros similares; sin embargo, los municipios no podrán autorizar ni renovar autorizaciones para el establecimiento y funcionamiento de negocios destinados a explotar el juego en traganíquel o tragaperras, veintiuno bancado, ruletas, dados y en general, los que se ofrecen en las casas denominadas casinos". Dicha norma solo podía interpretarse, tal como señala la Sociedad demandante, con efectos a futuro: en adelante, no podrían autorizarse ni renovarse autorizaciones para el funcionamiento de casinos. La aplicación de este precepto al caso en estudio está íntimamente vinculado con lo expuesto en el punto de análisis anterior respecto a la supuesta violación a la seguridad jurídica. Como ya se ha señalado, la Sociedad Promotora Optima Uno, Sociedad Anónima de Capital Variable obtuvo su autorización sujeta a la Ordenanza Reguladora de la Actividad de Casas de Juegos, Rifas o Sorteos y Actividades Similares, conforme a la cual debía renovar anualmente su permiso. Es así que el D.L. 730 no fue aplicado a Promotora Optima Uno para incidir en situaciones pasadas, ha de entenderse que vedaba la posibilidad de que a futuro se le renovara la autorización en mención. A folios 98 del proceso corre agregada resolución del seis de enero del año dos mil, mediante la cual la Municipalidad notifica a la citada Sociedad que conforme a dicha norma no se les renovaría el permiso para la explotación del negocio de máquinas tragamonedas que venció el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y nueve. Con lo expuesto, se aprecia que en el caso en análisis la Municipalidad no aplicó el D.L. 730 para afectar situaciones pasadas, sino, como se ha expuesto, afectó las futuras renovaciones de las autorizaciones para el funcionamiento de casinos. Posteriormente se emite el D.L. No. 27 (publicado el cuatro de julio del año dos mil) interpretación auténtica de la reforma antes citada, que textualmente estableció: "Interprétase auténticamente el Art. 4 numeral 24 del Código Municipal, en el sentido que el permiso otorgado para el funcionamiento de las casas denominadas Casinos o salas de juego, en las que se ofrecen juegos traga níquel o traga perras, veintiuno bancado, ruletas, dados y otros juegos instalados en dichos lugares, será la municipalidad que otorgó el permiso, la encargada de cerrar los referidos negocios…". La demandante aduce al respecto que la Asamblea Legislativa no puede estar introduciendo reformas a las leyes nombrándolas interpretación auténtica, ni otorgar nuevas atribuciones a los Municipios. Añade que antes de tal interpretación auténtica -que a su parecer es una verdadera reforma- la municipalidad no tenía facultad de cerrar negocios, lo cual tampoco es una atribución constitucional. En concordancia con estas alegaciones, al final del proceso presentó un escrito pidiendo la inaplicabilidad de la citada interpretación auténtica. Para analizar esta alegación es preciso reparar en el hecho que, se había notificado a Promotora Optima Uno que su autorización para el año dos mil no sería renovada, con lo cual ésta siguió funcionando sin tener autorización. Sobre este punto, en sentencia de las catorce horas con catorce minutos del día treinta y uno de agosto de mil novecientos noventa y nueve, esta Sala expuso: "La técnica autorizatoria constituye una forma de limitación de la esfera jurídica de los particulares; y en ello en el sentido que, el legislador veda a estos el ejercicio de determinadas actividades, que sólo pueden llevarse a cabo, previa intervención de la Administración Pública, encaminada a constatar el cumplimiento de las condiciones previstas por el ordenamiento jurídico al efecto. Sobra decir que el legislador, mediante esta técnica, persigue algún fin de carácter público: recurre a ella para proteger determinados intereses colectivos, según la naturaleza de las actividades de que se trata. Es así como la potestad de conceder autorizaciones, lleva imbíbita la posibilidad de que la Administración Pública impida el ejercicio de las actividades reguladas, en los casos en que no exista la autorización debida...". En concordancia con lo anterior, el funcionamiento del casino sin la debida autorización, caía en el campo de la ilegalidad, por lo cual procedía su cierre, actuación que en principio competía a la autoridad que emitió la autorización. Como es sabido, nuestro sistema jurídico comprende la posibilidad de realizar un control difuso de la Constitucionalidad, a partir de la figura de la inaplicabilidad contemplada en el Art. 185 de nuestra Carta Magna, el cual establece: "Dentro de la potestad de administrar justicia, corresponde a los tribunales, en los casos en que tengan que pronunciar sentencia, declarar la inaplicabilidad de cualquier ley o disposición de los otros Órganos, contraria a los preceptos constitucionales." Es claro del tenor de dicha disposición que el control difuso de la constitucionalidad que la Carta Magna otorga a todo Tribunal, no es una potestad genérica, sino, se contrae a aquellas normas que ha de aplicar en el caso concreto que se le presenta. En el caso en análisis, se ha establecido que el cierre del establecimiento fue una consecuencia de la situación en que éste se encontraba, por lo cual esta Sala no ha de "aplicar" la referida interpretación auténtica para el análisis de legalidad que se le ha presentado. Lo anterior no implica que este Tribunal admita que, vía una interpretación auténtica se establezcan competencias -argumentación básica del demandante- se reitera, la posición sostenida es que en el caso en análisis, independientemente de la referida interpretación auténtica, el Municipio que había otorgado la autorización no renovada estaba facultado para verificar el cierre del establecimiento, ya que éste se encontraba funcionando sin autorización, en el campo de la ilegalidad. Sobre la supuesta desregulación de la actividad y la ausencia de potestades de cierre. La Sociedad demandante sostiene que al modificarse el Código Municipal, retirando a los municipios la potestad de autorizar y renovar la apertura de negocios del giro de su representada, se generó la desregulación de ese tipo de actividad. Aduce al respecto: "la desregulación significó, de cara al administrado, eliminar las restricciones que se habían establecido por la Ordenanza Reguladora. Con ello y al no estar expresamente prohibida dicha actividad, se dejó abierta la posibilidad lícita de aquellos que tenían un permiso para seguir funcionando hasta que dicho supuesto fuera regulado." Sostiene que la Ordenanza Reguladora de la Actividad de Casas de Juegos, Rifas o Sorteos y Actividades Similares fue derogada tácitamente con la referida reforma, ya que al eliminar los poderes de autorización se reguló en forma abiertamente contraria al contenido de la misma, lo que hizo desaparecer la obligación de renovar dichos permisos desde noviembre de mil novecientos noventa y nueve. Como se ha expuesto en párrafos anteriores, la técnica autorizatoria constituye una forma de limitación de la esfera jurídica de los particulares, en el sentido que el legislador veda a éstos el ejercicio de determinadas actividades, que sólo pueden llevarse a cabo, previa intervención de la Administración Pública. En este orden de ideas, el Art. 4 numeral 24 del Código Municipal establecía la competencia de las Municipalidades para emitir autorizaciones y regular el funcionamiento de casas de juego, como loterías, rifas y otros similares, sin establecer otra limitación. Con la reforma tantas veces mencionada, continúa otorgando la competencia en los siguientes términos: "Compete a los Municipios: 24. La autorización y regulación del funcionamiento de loterías, rifas y otros similares...". Pero inmediatamente acota: ".....sin embargo, los municipios no podrán autorizar ni renovar autorizaciones para el establecimiento y funcionamiento de negocios destinados a explotar el juego en traga níquel o traga perras, veintiuno bancado, ruletas, dados y en general, los que se ofrecen en las casas denominadas casinos". Lo anterior implica que subsiste la competencia de los municipios en relación a las casas de juego en general, pero que por decisión expresa del legislador, en adelante, no podrán autorizarse ni renovarse autorizaciones para el funcionamiento de las casas de juego denominadas casinos. Esto no puede entenderse en el sentido que el funcionamiento de casinos se haya "desregulado" como pretende la Sociedad demandante, lo cual sería un sofisma; sino, se reitera, que por expresa decisión del legislador, la Municipalidad no puede ya otorgar ni renovar este tipo de autorizaciones, por lo cual los establecimientos que funcionaban al amparo de las mismas han de dejar de funcionar. La demandante señala además, que ya que la normativa retiró a la Administración el poder de autorizar, se eliminó también el poder de cierre, y que así, no puede pretenderse por la vía de la interpretación crear una potestad no establecida en la ley. Como ya se ha expuesto, la reforma vedó a la Administración la posibilidad de otorgar o renovar "en adelante" las referidas autorizaciones, sin embargo, fue ella quien otorgó la autorización cuyo plazo había terminado, y por tanto, como ya se ha señalado anteriormente, quien tenía imbíbita la posibilidad de efectuar el cierre, en caso que el establecimiento funcionara sin la autorización debida. Ha de aclararse también, que no es válido el argumento sostenido por Promotora Optima Uno, S.A. de C.V., en el sentido que la citada Ordenanza dejó de producir efectos con la reforma del D.L. 730, pues a partir de esa fecha ya no era necesario ningún permiso y el plazo era indiferente. Como se ha expuesto, la referida Ordenanza fue publicada en marzo de mil novecientos noventa y ocho, fecha a partir de la cual los establecimientos que regulaba quedaron obligados para funcionar en adelante a renovar la autorización; la reforma del D.L. 730 se publicó en noviembre de mil novecientos noventa y nueve, vedando precisamente la posibilidad que en el año dos mil se renovaran las autorizaciones. Sobre la privación de un derecho sin procedimiento. Se argumenta que de acuerdo a nuestra Constitución nadie puede ser privado de ningún derecho sin ser previamente oído y vencido en juicio con arreglo a las leyes, y que en el presente caso, sin mediar ningún tipo de procedimiento ni habérsele oído, el Concejo Municipal ordenó el cierre del establecimiento que él mismo autorizó. Se enfatiza que no se siguió el debido proceso ni hubo una previa declaratoria de lesividad, como lo prescribe el Art. 8 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa. Añade en este mismo sentido, que la norma que dio origen al acto impugnado es una norma heteroaplicativa y no autoaplicativa, por lo cual era necesario un "acto de aplicación o ejecución", y que al no dictarse, el cierre se realizó "de plano". A esta altura del análisis, este Tribunal aprecia que todos los puntos alegados tienen una clara concatenación en un hecho de origen: se ha establecido ya que al establecimiento Bingo de París no se le renovó su autorización para el año dos mil. Se ha abordado también la naturaleza de la autorización, a lo que en este punto es pertinente abonar que, obtener una autorización en los casos que la ley lo prevé, se convierte en requisito sine qua non para el despliegue de la actividad que se pretende. Afirma Trevijano Fos en su texto "Los Actos Administrativos", que la autorización afecta la validez del acto, de tal modo que la realización de la actividad sin la previa autorización constituye un acto ilícito si la actividad es material, o ilegal si la actividad es jurídica, en consecuencia, reitera que "el sujeto que pretende obtener una autorización puede actuar sólo después de su expedición". Lo anterior implica que las autorizaciones producen efectos jurídicos ex nunc, es decir, es desde la emisión –o renovación- del acto de autorización que comienzan los efectos, y por ende puede desplegarse la actividad. Marienhoff sostiene que se trata de un control preventivo a priori, vale decir, de un control que debe producirse antes que la actividad se lleve a cabo, de tal modo que si ésta se realiza sin contar con la autorización, se trata de una actuación ilícita. En estos supuestos, el cierre del establecimiento no opera como una sanción, sino como la consecuencia connatural a la falta de autorización. A folios 98 del proceso corre agregada nota enviada a la Sociedad Promotora Optima Uno, S.A. de C.V. el seis de enero del año dos mil, mediante la cual se le notifica que con base a la reforma del Código Municipal, no se les renovaría el permiso para la explotación del negocio de máquinas tragamonedas que venció el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y nueve, de acuerdo al contenido de la Ordenanza Municipal que regula este tipo de juegos. Esto denota, que la Sociedad demandante era conocedora que su establecimiento funcionaba sin autorización, sujeta a que en cualquier momento se efectuara el cierre. En la ya citada sentencia del treinta y uno de agosto de mil novecientos noventa y nueve, luego de relacionar la posibilidad de impedir el ejercicio de actividades en los casos que no exista autorización, esta Sala expuso: "...Lo expresado implica que la situación descrita no pertenece esencialmente a la materia sancionatoria administrativa: simple y sencillamente estamos en presencia de casos en los que se está ejerciendo una actividad sin la autorización requerida por el ordenamiento, e impedir su ejercicio, implica evitar que se mantenga un accionar ilegal...". Por ello podemos afirmar, que no se han configurado las violaciones alegadas, ya que la Sociedad demandante parte de una premisa errónea: que se le privó de un derecho adquirido y se le sancionó con el cierre del establecimiento. Se concluye así que el cierre del establecimiento no fue una sanción, sino la consecuencia lógica ante el ejercicio de una actividad -en este caso el funcionamiento de casinos- sin haber obtenido la renovación del permiso. Por tanto, tampoco puede hablarse de una "revocación", o de la necesidad de seguir un proceso de lesividad. Con estas consideraciones, queda también desvirtuada la alegación relativa a que se le ha privado de un derecho adquirido sin una justa indemnización. La Municipalidad no procedió a una privación como tal, sino, se insiste, a la consecuencia natural ante una situación de hecho. Sobre el ejercicio de atribuciones que corresponden al Órgano Judicial La Sociedad demandante también sostiene que conforme al Art. 14 de la Constitución corresponde únicamente al Órgano Judicial la facultad de imponer penas. En párrafos anteriores ha quedado establecido que en el presente caso, el cierre del establecimiento no fue una sanción, sino la consecuencia lógica ante el ejercicio de una actividad sin haber obtenido la renovación del permiso, por tanto, la alegación formulada en este punto carece de fundamento. Sin perjuicio de lo anterior, es pertinente traer a colación, de manera ilustrativa, que ya en sentencia de las doce horas del día diecinueve de diciembre del año dos mil (juicio referencia 149-M-99), este Tribunal sostuvo que era inaceptable entender que la Administración solo estuviera facultada para imponer sanciones en los supuestos de arresto y multa. En la sentencia en mención se estableció, que a través de un enfoque sistemático, visualizado también como el principio de unidad de la Constitución, era claro que al realizar una revisión integral de la Constitución vigente, se encuentran otras disposiciones que de forma expresa o implícita atribuyen a la Administración pública potestades sancionatorias diferentes a las indicadas en el Art. 14 Cn., lo cual demuestra y confirma plenamente que las autoridades en ejercicio de la función administrativa, no sólo están facultadas para sancionar las contravenciones a las leyes o normas administrativas, mediante arresto o multa, sino, además, mediante otras sanciones como las indicadas en las disposiciones constitucionales citadas. Así, se expuso textualmente: "En ese sentido, debe quedar establecido que el Art. 14 Cn. en la versión de la Constitución vigente, al regular y atribuir a la autoridad administrativa la potestad de sancionar mediante arresto o multa las contravenciones, de ninguna manera tiene carácter restrictivo o excluyente, como para sostener, que la autoridad demandada en ejercicio de la función administrativa que naturalmente le compete, no pueda ser facultada legalmente para imponer otra especie de sanciones ante las contravenciones correspondientes." Asimismo se sostuvo: "la expresión "no obstante", usada en la segunda parte del Art. 14 Cn., para facultar a la autoridad administrativa la imposición de sanciones como el arresto y la multa, por las contravenciones a las leyes o normas administrativas, sólo implica el recordatorio del origen penal de esas sanciones, pero de ninguna manera, que se erija como la base para sostener, que son las únicas sanciones administrativas que la Constitución faculta a la autoridad administrativa en ejercicio de sus atribuciones legales." Sobre la violación a la igualdad jurídica. La violación al derecho de igualdad se hace recaer en el hecho que el Concejo Municipal únicamente ordena la suspensión de casinos o de los establecimientos donde se operan máquinas tragamonedas porque los considera nocivos o contrarios a la moral, pero no así otros juegos de azar -incluso en la internet-, shows de desnudos, damas de compañía, barras show, prostíbulos, etc. En relación a las actividades señaladas que no guardan relación con los juegos de azar, se constata que el citado Decreto 730 no hace alusión a ellas. En todo caso, es claro que la inconformidad del demandante en este punto se dirige contra la norma jurídica como tal, por supuesta violación a un derecho de índole constitucional, y no a la actuación del Concejo demandado. Sobre la violación a la presunción de inocencia Señala la Sociedad demandante que se le ha violado la presunción de inocencia, ya que se pretenden cancelarle sus operaciones, no obstante tener un permiso en regla otorgado años atrás, partiendo de la creencia que la actividad causa perjuicios a los vecinos de la municipalidad, sin habérsele probado tal hecho. En primer lugar, se aclara que ha quedado desvirtuado que el permiso a que alude Promotora Optima Uno, Sociedad Anónima de Capital Variable se entendiese por tiempo indefinido. Por el contrario, el permiso debía renovarse cada año, conforme a lo establecido en la Ordenanza Reguladora de la Actividad de Casas de Juegos, Rifas o Sorteos y Actividades Similares. Por otra parte, es falso que la Municipalidad basó el cierre en la presunción de que el establecimiento "causaba perjuicio" a los vecinos. Ésta ha señalado reiteradamente que dicho cierre tuvo como fundamento jurídico la reforma al Art. 4 numeral 24 del Código Municipal, conforme a la cual no podía renovarse la autorización para el año dos mil. Tanto en la notificación que se hizo a la Sociedad demandante sobre la imposibilidad de renovarle la autorización, como en el texto del Acuerdo de cierre, se citan como fundamentos del mismo normas jurídicas, y en ningún momento presunciones sobre desórdenes o perjuicios a la comunidad En relación a la "presunción" que la demandante sostiene que se deduce de los considerandos del D.L. 730, es claro también que tal inconformidad se refiere a la ley como tal, y no a la aplicación que de la misma ha realizado la Administración. Por tanto, no existe la ilegalidad alegada en este punto. Sobre la falta de requisitos en el acto de cierre Se argumenta que el acto impugnado carece de causa, pues no existen los motivos suficientes que fundamenten la emisión del acuerdo revocatorio; que tampoco hay ninguna motivación sobre los móviles que condujeron al Concejo Municipal a dejar sin efecto el permiso, y que además no fue notificado en legal forma, porque no se notificó a la Sociedad o titular sino al establecimiento, y que todo conduce a una desviación de poder. En relación al primer aspecto, ha de recordarse que la causa, elemento objetivo del acto administrativo, es la adecuación o congruencia efectiva a los fines propios de la potestad que se ejercita. La causa real es la determinada por la Ley, y el motivo es la intención del funcionario al emitir el acto. En el caso de autos como se ha señalado repetidamente, el permiso de la Sociedad demandante estaba sujeto a su renovación anual, y en aplicación de la normativa tantas veces citada, la autoridad demandada le notificó que no le renovaría los permisos vencidos al treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y nueve. En razón de lo anterior, la causa para ordenar el cierre del establecimiento tuvo su asidero precisamente en el hecho que, el establecimiento siguió funcionando sin autorización. Estas razones fueron expuestas por la autoridad demandada como fundamento de la orden de cierre –la cual corre agregada a folios 94 del proceso-, en la cual se señaló como fundamentos jurídicos: "a) Que según el Decreto 730 publicado en el Diario Oficial No. 210, Tomo 345, de fecha 11 de noviembre de 1999, la Honorable Asamblea Legislativa reformó el Art. 4 numeral 24 del Código Municipal, en el sentido que los municipios no podrán autorizar ni renovar autorizaciones para el establecimiento y funcionamiento de negocios denominados casinos, en donde se explotan juegos de traga níquel o traga perras, veintiuno bancado, ruletas y dados; ....d) Que con fecha 4 de julio del 2000, fue publicado en el Diario Oficial No. 124, Tomo 348, el Decreto No. 27 mediante el cual la Honorable Asamblea Legislativa, interpretó auténticamente el Art. 4 numeral 24 del Código Municipal, en el sentido que la Municipalidad que otorgó el permiso de funcionamiento, será la encargada de cerrar los negocios denominados casinos...". Asimismo, después de citar la reforma al Art. 4 numeral 24 del Código Municipal expuso como razones de hecho: "…b) Que en cumplimiento a ese Decreto con fecha 6 de enero del 2000 se notificó a los propietarios de casas de juegos que no se les renovarían los permisos que se vencieron el 31 de diciembre de 1999, y que les fueron otorgados de acuerdo a la Ordenanza Reguladora de la Actividad de Casas de Juegos, Rifas o Sorteos y Actividades Similares; c) Que no obstante esa notificación las casas de juegos siguieron operando sin ningún tipo de regulación...". En reiteradas ocasiones ha expuesto este Tribunal que la motivación exige que la Administración plasme en sus resoluciones las razones de hecho y de Derecho que le determinaron a adoptar su decisión. Es claro que en el caso en análisis han sido puntualmente invocados los fundamentos jurídicos y las razones de hecho que indujeron a la Administración a tomar sus decisión, por lo cual no existe el vicio de falta de motivación. En relación a los vicios de notificación que se aducen es preciso recordar que, como en anteriores ocasiones ha expuesto este Tribunal, el Derecho no ha de propugnar por la protección de las formas en tanto meras formas, sino atendiendo a la finalidad que las sustenta. Es por ello que el carácter formal de las notificaciones no se fundamenta en un mero rigorismo, sino precisamente en el propósito de asegurar que el administrado tenga efectivo y real conocimiento de la resolución de que se trate y pueda iniciar las acciones que correspondan. Es en razón de lo anterior que la invalidez o irregularidad de una notificación se subsana o convalida, si el administrado ha tenido conocimiento de los extremos que se contienen en la notificación, y así lo manifiesta expresamente o bien en forma tácita, para el caso, ejerciendo su derecho de defensa mediante la interposición de los recursos que el ordenamiento jurídico aplicable le franquea. En el caso en análisis, la Sociedad Promotora Optima Uno, S.A. de C.V., como propietaria del establecimiento Bingo de París, presentó ante el Concejo Municipal recurso de revocatoria contra la referida orden, el cual fue conocido por el Concejo, y cuya resolución ha sido también impugnada ante este Tribunal. Lo anterior implica que la notificación cumplió así su cometido, cual es como se ha señalado, dar a conocer al administrado el contenido de lo resuelto, a fin de ejercer las acciones correspondientes, por lo que de haber existido algún vicio, no se tradujo en indefensión para el quejoso. En este orden de ideas, tampoco existe incoherencia en el acuerdo de cierre: se ordenó el cierre del establecimiento, porque la Sociedad no tenía ya el permiso para operar. Sobre la desviación de poder. Promotora Optima Uno, S.A. de C.V. señala que el acto de cierre fue dictado incurriendo en desviación de poder, pues el Concejo Municipal se apartó del fin originario. Para resolver si ha existido el vicio alegado, es pertinente retomar las consideraciones sobre la motivación expuestas en párrafos anteriores: Un punto trascendental de la motivación es que permite ejercer un control, constatando si las razones que llevaron a la Administración a tomar una decisión están fundadas en Derecho, y si se ajustan a los fines que persigue la normativa aplicable. Esto permite desenmascarar un posible vicio de desviación de poder, entendido como el ejercicio de la potestad para fines distintos de los fijados por el ordenamiento jurídico. Como es sabido, la Administración actúa para satisfacer intereses generales, los poderes administrativos no son abstractos, utilizables para cualquier finalidad, sino que siempre están guiados por un fin específico, al apartarse del cual se ciega la fuente de su legitimidad. En el caso en análisis, sin afán de ser repetitivos, se reitera: en la motivación del acto impugnado ha quedado plasmado que el Concejo Municipal actuó en aplicación de la ley, y no por motivaciones personales. Por otra parte, la demandante solicitó la recepción de prueba testimonial para establecer la referida desviación de poder, y presentó un videocasete en que aparece una entrevista realizada al Alcalde Municipal de San Salvador, en relación al tema de los casinos. Se citaron como testigos a los señores Jorge César Hernández y José Luis Solórzano, moderadores de los programas de entrevista de Canal Treinta y Tres. En relación a las declaraciones dadas al Canal por el señor Alcalde Municipal de San Salvador, Héctor Ricardo Silva Argüello en relación a los casinos, el primero de ellos expuso que recuerda que el Alcalde expresó su deseo de realizar una consulta popular sobre el tema, que daría como resultado que la gente mostrara su desacuerdo con los casinos y se quejó de que la Asamblea Legislativa le había quitado las herramientas legales para cerrarlos, y manifestó que en su opinión personal no estaba de acuerdo con el funcionamiento de los mismos; el segundo de ellos expuso no recordar con exactitud a qué hizo referencia el Alcalde al tratarse el tema de los casinos, pues hace muchas entrevistas. De lo expuesto es claro que la deposición de los testigos no constituyó plena prueba, ya que éstos no fueron conformes ni contestes. Sin perjuicio de lo anterior es pertinente aclarar que en el examen de legalidad que a este punto se ha realizado, se han tenido en cuenta los alegatos vertidos por las partes en sede administrativa y dentro de este proceso, y sobre todo, en la motivación del acto impugnado. Ha de recalcarse que la decisión de cierre fue emitida por el Concejo Municipal de San Salvador, por lo cual los elementos de la motivación son los expresados en la resolución impugnada por dicho órgano colegiado, autoridad demandada en este proceso. Así, las declaraciones que pueda haber realizado el doctor Héctor Silva, son opiniones vertidas fuera del proceso por uno de los miembros del Concejo Municipal en mención, y este Tribunal considera, que las mismas no son prueba de desviación de poder en la emisión del acto adversado. A este punto, han sido desvirtuados los fundamentos de ilegalidad expuestos por la Sociedad Promotora Optima Uno, S.A. de C.V.. En consecuencia, se concluye que no existen los vicios alegados en las resoluciones emitidas por el Concejo Municipal de San Salvador en relación al cierre del establecimiento "Bingo de París". POR TANTO, con fundamento en las razones expuestas, disposiciones legales citadas y en los Arts. 31, 32 y 53 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa; 421, 427 y 439 Pr. C., a nombre de la República esta Sala FALLA: a) Que es legal el Acuerdo número seis, emitido por el Concejo Municipal de San Salvador el día dieciocho de julio del año dos mil, mediante el cual se ordenó el cierre del negocio "Bingo de París"; b) Que es legal el Acuerdo del Concejo Municipal de fecha quince de agosto del año dos mil, en el cual se declaró sin lugar la revocatoria solicitada contra la anterior resolución; c) Condénase en costas a la parte actora conforme al Derecho Común; y, d) En el acto de la notificación, entréguese certificación de esta sentencia a la entidad demandada y a la representación fiscal. NOTIFIQUESE.---M. ALF. BERNAL SILVA---J. N. R. RUIZ---RENE FORTIN MAGAÑA---M. CLARA---PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN---J. E. ESCALANTE D.---RUBRICADAS.