Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 EDITORIAL Recibido el 10 de febrero de 2014 y aprobado el 20 de marzo de 2014 CONCEJOS VERDES: TRES DÉCADAS DE LUCHA AMBIENTAL DEAL ADVICE: THREE DECADES OF ENVIRONMENTAL FIGHT Margarita Marino de Botero, directora del Inderena en los años ochenta, creó un esquema de participación popular municipal que se denominó “Concejos Verdes”. La iniciativa partió de la Campaña Verde, la cual recorrió todos los municipios del país. Marino de Botero dice: Hicimos 800 Concejos Verdes Municipales, antes de que existieran los consejos de planeación municipal, antes de los consejos de cultura. Nos amparamos en una la ley de régimen municipal de 1982, que permitía la organización y la asociación municipales. El deterioro de los recursos naturales y la pérdida de la calidad de vida de la población, fueron el fundamento y motor para el lanzamiento de la “Campaña Verde”, una iniciativa de educación y participación ciudadana local, espontánea y permanente, para defender el patrimonio público. La Campaña Verde se inició en octubre de 1985, inspirada por el Inderena, con el propósito de concientizar a los alcaldes y a la comunidad en general, sobre la conveniencia de luchar y trabajar para poner fin a la devastación de los recursos y facilitar así un gran movimiento de participación social. (Marino de Botero) La campaña, que nació con el eslogan “Mil alcaldes siembran futuro”, en menos de 10 meses abarcó todo el país. Una mancha verde recorrió la geografía nacional, construyó viveros municipales y los dotó de semillas de árboles nativos para emprender la reforestación masiva en cada municipio. En esos años, uno de los problemas más sentidos era la deforestación y la erosión y degradación de los suelos, por la actividad humana. Y en el contexto internacional, se agitaba en la agenda pública: la crisis de los hidrocarburos, las alarmas por el agotamiento de los recursos, la destrucción de la biodiversidad, entre otros. Pasamos por todos los pueblos, encaramados en cajas de cerveza, [diciendo]: sin defender el medio ambiente, sin defender el agua, sin defender la productividad del suelo, sin defender el aire, no hay vida. Y si no hay vida, no hay desarrollo, no hay futuro para nosotros, no hay futuro para nuestros hijos, acompáñenos, colombianos, en esta campaña. (Marino de Botero) Más que una propuesta fundada en el conocimiento y la investigación científica, era una explosión de emotividad. Y la respuesta fue un estallido de afecto y de solidaridad de la gente, que había que canalizar de alguna manera. Y así surgió la idea de crear un lugar en donde se pudiera pensar lo ambiental, desde el ámbito local. Así nació el “Colegio Verde” de Villa de Leyva, un centro para la formación ambiental, que ha formado varias generaciones y se constituye, también, en centro de documentación y memoria del ambientalismo colombiano. En su mayoría los Concejos Verdes estuvieron conformados por alcaldes, párrocos, dirigentes cívicos, líderes comunales, artesanos, maestros, indígenas, obreros, es decir, por todos los entes fundamentales de opinión. Se movilizaron amplias masas populares y se comenzaron a conocer los instrumentos legales, administrativos y técnicos, que sirven para la gestión del medio ambiente y los recursos naturales, ©Universidad de Caldas 8 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 antes de que hicieran parte de la Constitución Política de Colombia. Eran tiempos en que los parques naturales más emblemáticos del país: Isla de Salamanca, Tayrona, Macarena y Gorgona, y humedales como la laguna de Sonso y la laguna de Fúquene y la sabana de Bogotá, eran sitiados por el avance de un modelo de desarrollo que privilegiaba el crecimiento económico sobre la preservación del ambiente y el bienestar humano. Esta participación masiva de la sociedad civil desde el ámbito local, que dio comienzo a los Concejos Verdes, emerge como un auténtico cambio en las costumbres nacionales de participar en los asuntos públicos, en especial por su estructura, que, en palabras de sus gestores: “[…] persigue el propósito de incentivar el debate ecológico y consolidar el poder del ciudadano frente a la orientación de su desarrollo”. En el fondo de la iniciativa, subyace la idea de crear poder desde la base, desde lo local, a partir del debate y la construcción colectiva, para la defensa del patrimonio público. La comunidad así organizada, adquiere nuevos elementos para ejercer control efectivo en la preservación de los recursos naturales, porque entiende que de ellos depende el desarrollo de su comunidad y su bienestar. Aunque fue una iniciativa del Inderena, en la dirección de Margarita Marino de Botero, su estructura y conformación plural, les garantizaba su plena autonomía en la toma de decisiones y, en consecuencia, “se constituían en auténticos interpretes de la comunidad y gestores del cambio”, para poder gestionar un manejo inteligente de su entorno. Sin duda, para el momento en Colombia, cuando la descentralización políticoadministrativa no existía y la Constitución Política de 1986, no contemplaba la participación ciudadana, como un derecho fundamental, la iniciativa fue revolucionaria. Con nostalgia sentencia Marino de Botero: La gente llamaba al Inderena a preguntar qué tenía que hacer. Se organizaban comités ambientales, que luego se transformaron en Cabildos Verdes y se comenzó a hablar de municipios verdes. En fin, pasó la vida y ahora, creo, no hay nada verde. Lo único verde que hay es el Ejército. La iniciativa de crear Concejos Verdes en los municipios del país, tuvo un importante reconocimiento de la comunidad internacional y trascendió las fronteras. El presidente de la Corte Internacional de Justicia, así se lo expresa en misiva enviada a Margarita Marino de Botero, Gerente General del Inderena: 13 de febrero de 1986 Margarita Marino de Botero Gerente General del Inderena Bogotá - Colombia Apreciada Señora: Estoy agradecido con el Inderena por la excelente sugerencia que han hecho para promover la protección ambiental. […] ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 08-10 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Estoy suficientemente preparado para seguir su consejo y difundir el mismo esquema en la India […]. Soy el Presidente de la Academia para la Investigación y Legislación del Medio Ambiente y me gustaría mucho tener una cooperación total con el Inderena en Colombia. Le estoy escribiendo a algunos de mis amigos para desarrollar también la idea de los Concejos Verdes en la India. […] Nagendra Sigh Presidente Corte Internacional de Justicia Palacio de La Paz - La Haya. Pero ¿qué son los Concejos Verdes? Los Concejos Verdes son cabildos municipales para la defensa y manejo del ambiente. Ideados dentro del marco del poder ciudadano y la democracia local, se pretende con ellos fortalecer la autonomía del municipio y la participación comunitaria en la vida local, así como también el conocimiento y solución de los problemas en materia ambiental. Sus tareas se sintetizan en: realización del inventario ambiental del municipio, participación comunitaria para garantizar la distribución equitativa del agua y su purificación, el tratamiento y la disposición de los residuos sólidos, la denuncia del deterioro ambiental y del paisaje, la búsqueda de soluciones efectivas y la participación en la toma de decisiones en lo relacionado con los proyectos de inversión públicos y privados que afecten el ecosistema local y regional. Se vislumbra en las tareas de los Consejos Verdes muchas de las iniciativas que hoy hacen parte de los instrumentos de participación ciudadana que contempla la Constitución Política, relacionados con el derecho de los colombianos a tomar parte en las decisiones que lo afectan y a disfrutar de un ambiente sano (art. 79). Sin duda, los Concejos Verdes constituían para ese momento el principio de un movimiento ambiental de origen popular y con características democráticas, antes de que se comenzara a hablar de ecologismo de los pobres en otros países. De ahí que hoy, a casi 30 años, de la creación de estos, cuando las locomotoras mineroenergética y agraria amenazan los bienes públicos y el bienestar de los colombianos, la organización y la participación ciudadana, para crear poder desde lo local, tal como lo insinuaban los Concejos Verdes, es un asunto que vale la pena resaltar. Ese legado histórico ambiental es el sustrato para el fortalecimiento de un ambientalismo popular que pueda enfrentar el avance del modelo de desarrollo depredador que se impone en el mundo, y que amenaza no solo el bienestar de los ciudadanos, sino también las condiciones que garanticen la vida en el planeta. Isaías Tobasura Acuña Profesor Universidad de Caldas E-mail: [email protected] Para citar este artículo: Tobasura, I. (2014). Concejos Verdes: tres décadas de lucha ambiental [editorial]. Revista Luna Azul, 38, 08-10. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=view&id=891 ©Universidad de Caldas 10 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 EL CÍRCULO VICIOSO DE LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN POBLACIONES RURALES MIGRANTES DEL ALTIPLANO BOLIVIANO Jack Matijasevic Mostajo1 Recibido el 15 de julio de 2013 y aprobado el 22 de agosto de 2013 RESUMEN El objetivo del presente artículo de reflexión es ver cómo el impacto del cambio climático ha influenciado en una masiva migración campo-ciudad y de cómo esta migración a su vez, influye en el cambio climático. Metodológicamente se ha trabajado revisando las conclusiones realizadas en estudios sobre el impacto del cambio climático en la agricultura, contrastado con la sistematización de experiencias del Desarrollo Comunitario en proyectos de agua y saneamiento en áreas periurbanas. Como resultado de esto se ha encontrado que las migraciones antes temporales, se están convirtiendo en definitivas, alentadas por mejoras económicas, pero que a su vez estos asentamientos periurbanos desordenados y sin planificación son fuentes emisoras de CO2 que contribuyen al calentamiento global y en consecuencia al cambio climático. Se concluye que los efectos del cambio climático alientan cada vez más a migraciones definitivas campo-ciudad y que este efecto se traduce en un círculo vicioso: migración producto de los cambios climáticos, urbanización desordenada que contribuye al cambio climático que a su vez es causa de la migración. Para evitar este fenómeno se recomienda aplicar estrategias de adaptación al cambio climático como la gestión integral del recurso hídrico, el manejo integral de cuencas y un mayor estudio de adaptación de los cultivos a las variabilidades climáticas. PALABRAS CLAVE Cambio climático, migración, socioeconomía. THE VICIOUS CIRCLE OF THE EFFECTS OF CLIMATE CHANGE ON RURAL MIGRANT POPULATIONS IN THE BOLIVIAN ALTIPLANO ABSTRACT The objective of the present article in reflection is seeing the impact of climate change has influenced in a massive migration field-city and how this migration at the same time, influencing climate change. Methodologically he worked reviewing the conclusions carried out studies on the impact of climate change on Agriculture contrasted with the systematization of experiences of community development projects in water and sanitation in peri-urban areas. As result of this has been found that migration before storms, are becoming definitive, encouraged by economic improvements, but at the same time these peri-urban settlements disordered and unplanned are sources of CO2 that contribute to global warming and thus to climate change. It is concluded that the effects of climate change will ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 encourage increasingly definitive migration field-city and this effect translates in a vicious cycle: migration product of climatic changes, disorderly urbanization contributing to climate change which, in turn, is cause of migration. To avoid this phenomenon, it is recommended to apply strategies of adaptation to climate change as the integral management of water resources, integrated watershed management and further study of adaptation of crops to climate variability. KEY WORDS Climate change, migration, socioeconomic. INTRODUCCIÓN El objeto de estudio del presente trabajo es mostrar cómo el cambio climático tiene impactos directos en los tejidos sociales de las poblaciones rurales del Altiplano boliviano. Dicho impacto se manifiesta en una migración campo-ciudad, que de haber sido temporal en el pasado, poco a poco se está convirtiendo en permanente, fenómeno que se presenta en las poblaciones más jóvenes. Esa migración que se asienta en áreas periurbanas de las capitales departamentales, a su vez deja una huella ecológica importante, debido a la falta de capacidad institucional que los municipios de las áreas urbanas tienen para satisfacer la demanda por servicios básicos y que al no poderla satisfacer se traduce en problemas ambientales. Las poblaciones de vocación campesina migran por los problemas de cambio climático, el cual incide en el bajo rendimiento de sus parcelas, buscando en áreas urbanas ingresos por trabajo remunerado que compense las pérdidas que las variaciones climatológicas ocasionan a sus cultivos. A su vez, la creciente migración que se asienta en áreas periurbanas ocasiona problemas ambientales, ya que las áreas periurbanas no cuentan con servicios de calidad en la gestión de aguas residuales, mal uso del agua y mal manejo de la basura. Produciéndose un círculo vicioso. Bolivia es un país que cuenta con una diversidad de pisos ecológicos, en los cuales las prácticas agrícolas también son diferenciadas. Todas las regiones de Bolivia en los últimos 30 años han sido castigadas con el cambio climático y las variaciones en el clima, efectos que han afectado la situación socioeconómica de los campesinos. En Bolivia hasta el Censo de 1992 el 60% de su población vivía en el área rural, este porcentaje ha cambiado completamente pues ahora la mayoría de su población está asentada en áreas urbanas. Este cambio porcentual tiene varias explicaciones, pero sin lugar a dudas una de ellas es el cambio climático. ©Universidad de Caldas 12 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 El Altiplano boliviano abarca a tres de los 9 departamentos de Bolivia, en este se encuentra el 39% de la población de Bolivia. El departamento de La Paz concentra el 69% de su población en áreas urbanas, Oruro el 62% y Potosí el 36% según datos del INE proyectados a 2010 con base en el Censo 20012. Desde los fenómenos climáticos ocurridos en los años de 1982-83 atribuidos a El Niño y La Niña, que fueron unos de los más severos registrados en estos 30 años y que afectaron a siete de nueve departamentos, estimándose pérdidas alrededor de los 726 millones de dólares, que afectaron a más de 1,6 millones de personas (PNUD, 2011). Se ha producido una masiva migración campociudad. Se puede decir que ante estos problemas de cambio climático como los de la década pasada, se estimó una pérdida de más de 500 millones de dólares anuales, las capacidades de respuesta no han sido lo bastante suficientes para enfrentar este tipo de situaciones, traduciéndose en efectos sociales directos los cuales se los puede apreciar en una constante migración interna y externa. Se ha podido comprobar que los rendimientos en calidad y cantidad de los productos han ido mermado considerablemente, haciendo insostenible la producción y la permanencia de las familias campesinas en sus lugares de origen, produciéndose migraciones primero temporales y luego definitivas hacia áreas urbanas en búsqueda de oportunidades en otros sectores, como la minería, la construcción y la economía informal (Valdivia et al., 2013). El gobierno de Bolivia ha generado procesos y acciones para enfrentar los problemas de cambio climático, se han elaborado propuestas y acciones estratégicas para encarar medidas de adaptación, viendo justamente que la estructura agrícola, principalmente la tradicional y de subsistencia, no cuenta con mecanismos de adaptación. En 2007 se creó el Mecanismo Nacional de Adaptación al Cambio Climático, instrumento que conjuntamente con el Plan Nacional de Desarrollo son los pilares para enfrentar los problemas de cambio climático. Paralelamente se ha elaborado también una normativa de gestión del riesgo, además de que la temática está considerada y contemplada en la nueva Constitución Política del Estado. Los objetivos estratégicos del Mecanismo Nacional de Adaptación al Cambio Climático, responden a la necesidad de establecer respuestas orientadas a reducir la vulnerabilidad al cambio climático en sectores identificados como tales, promover la adaptación planificada en el marco de los distintos programas sectoriales y reducir riesgos a los impactos del cambio climático (MPD, 2007). Para el Estado es de suma importancia que las estructuras del Gobierno puedan articular las estrategias institucionales para aplicar el Mecanismo, de tal manera que se trabaje en procura de avanzar en el conocimiento y las acciones necesarias para la adaptación al cambio climático. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Sin embargo, pese a los esfuerzos que se realizan para encontrar estrategias y medidas de adaptación, el crecimiento urbano producto de las migraciones campo-ciudad se va acelerando, las áreas periurbanas de las ciudades capitales van creciendo cada vez más, y con ellas mayores demandas de servicios y el ensanchamiento de una huella ecológica que está causando serios problemas al medio ambiente. METODOLOGÍA Para esbozar el presente ensayo se recurrió al análisis y lectura de trabajos concernientes a los efectos de cambio climático en la agricultura de Bolivia, en general y específicamente del Altiplano. Se contrastaron conclusiones para poder encontrar elementos de análisis sobre el impacto del cambio climático en el tejido social de esta zona. En el año 2012 mi persona realizó un trabajo de asistencia técnica para el Servicio Nacional para la Sostenibilidad de Servicios en Saneamiento Básico de Bolivia (SENASBA, 2012), dicha asistencia fue requerida para elaborar una sistematización de las experiencias de entidades y expertos en Desarrollo Comunitario en Proyectos de Agua y Saneamiento DESCOM, además de elaborar lineamientos complementario a la Estrategia Social del Sector. En dicho trabajo se pudo obtener información de las acciones que se están haciendo para dotar de sistemas de agua y saneamiento a áreas periurbanas de las ciudades capitales, producto de ello, en entrevistas con los técnicos que desarrollan el DESCOM se pudo advertir la alta migración campo-ciudad que se está produciendo en Bolivia desde hace varios años atrás y cómo esta migración masiva incide en el deterioro ambiental. El DESCOM es una estrategia del sector agua y saneamiento que a través de desarrollar un proceso participativo cuyo fin es el de proveer mecanismos para la sostenibilidad de los sistemas de agua y saneamiento, genera información de la población que va a beneficiarse con este servicio. La estrategia DESCOM, recaba información de la composición de la población en su estructura de grupo familiar, sus niveles de ingreso, educación, acceso a la salud y ahora se han incluido lineamientos que tiene que ver con el conocimiento sobre la problemática medioambiental. En el trabajo mencionado, se han sistematizado experiencias DESCOM en áreas periurbanas de capitales de algunos departamentos, la misma ha proporcionado información sobre los problemas de pobladores que en un 90% son provenientes de áreas rurales. La metodología participativa de levantamiento de la información y los talleres y reuniones comunales o barriales, ha proporcionado información con referencia a la procedencia de las familias en áreas periurbanas y el motivo de su traslado. ©Universidad de Caldas 14 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Esta información del diagnóstico levantado por los ejecutores del DESCOM, señala que la causa principal de la migración, es producto de los problemas de las variabilidades climáticas, las cuales están afectando los cultivos dañando la ya magra economía campesina, por lo que se ven en la necesidad de trasladarse a los centros urbanos en búsqueda de encontrar en ellos opciones de trabajo remunerado, que puedan dar balance a la reducción de sus ingresos agrícolas. Esta información, se contrastó con la lectura y análisis de bibliografía sobre los efectos climáticos en la agricultura en general y en particular con aquellos de la agricultura del Altiplano. Este análisis nos dio los elementos necesarios para discusión y las conclusiones del presente trabajo. RESULTADOS Clima y cambios Estudios al comportamiento del clima en Bolivia, son muy pocos, los cuales basan sus análisis en trabajos científicos puntuales, además del conocimiento y saberes de las poblaciones campesinas, bajo estos datos se han elaborado algunos escenarios que todavía presentan niveles altos de incertidumbre. Un análisis espacial y temporal de las tendencias climáticas para el Altiplano, muestra tendencias de incrementos de temperatura mínima y máxima extremas en los últimos 50 años, las cuales varían en las tres zonas altiplánicas: el Altiplano norte y centro con tendencias al incremento de la temperatura máxima, es decir al calentamiento. Mientras que en el Altiplano sur un enfriamiento en las temperaturas (García, 2010). La temperatura en la cordillera tropical andina ha tenido un incremento de 0,10ºC y 0,11ºC por década desde 1939, por lo que el ritmo de calentamiento se ha incrementado en los últimos años entre 0,32ºC y 0,34ºC por década, aspecto que ha influenciado en el retroceso o derretimiento de munchos de los glaciares, cuyas consecuencias se sienten en la baja disponibilidad de agua (Bradley et al., 2006). Con relación a las precipitaciones pluviales, en la región del Altiplano las percepciones muestran un incremento en los últimos años, aunque las estaciones son menos estables ya que las lluvias llegan más tarde y se ha acortado la época entre la primera y la última lluvia, las granizadas se han vuelto más frecuentes además de que el tamaño de los granizos es mucho más grande que hace 20 años atrás, afectando directamente a los cultivos; las heladas también han aumentado en frecuencia y fuera de época con afectación directa sobre los cultivos, a veces en el crecimiento y floración, pero con más regularidad destruyendo o “quemando” los cultivos. Los tres últimos años han marco la aparición de vientos ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 huracanados en zonas descampadas del Altiplano, con consecuencias directas hacia cultivos y ganado. Las nevadas han disminuido considerablemente en zonas donde antes nevaba mucho, y en zonas donde no lo hacía ahora se han incrementado (PNUD, 2011). Uno de los mayores problemas del cambio climático es el retroceso de los glaciares, el cual se convierte en el indicador más visible del cambio climático que está experimentando la zona de la cordillera3. Este es uno de los mayores problemas que está afectando y con seguridad afectará mucho más en el futuro a la actividad agrícola del Altiplano boliviano en general, pues la creciente demanda por productos agrícolas de una población que cada vez se incrementa más en áreas urbanas, confronta una disminución en el riego de parcelas y su consecuente disminución en rendimientos, lo cual atentará a la seguridad alimentaria. Las anomalías climáticas como El Niño y La Niña están asociados a los déficits de lluvias y a las sequías, sus efectos son variados y dependen de la intensidad de los mismos. Ante la imposibilidad de predicción del comportamiento y del grado de los mismos, se vuelve necesario realizar estudios serios y científicos bajo modelos regionales y globales. Ante este panorama, el conocimiento bajo observación y predicción con base al conocimiento cultural de los campesinos, se vuelve un mecanismo para no ser desechado, pues los comportamientos de la fauna silvestre, la observación de los astros y otros son variables del saber ancestral, que no debe ser desestimado, por el contrario debe ser aún más valorado, pues más allá de la superstición, se encuentra un conocimiento que arrastra un saber cultural de muchos siglos. Debido a que gran parte de las poblaciones agrícolas del Altiplano 4 boliviano trabajan la tierra de forma precaria, estas están expuestas a una serie de riesgos que provienen del clima, ya sea estos eventos atribuibles a sequías, granizadas o heladas o en el caso de poblaciones cercanas al Lago Titicaca a inundaciones. Estos eventos como se ha visto líneas arriba, se han agudizado en los últimos treinta años (PNUD, 2011), producto de ello es que los rendimientos y los volúmenes de producción han tenido variaciones considerables. Pero no solo son los volúmenes de producción los que se han visto afectados, sino también la cualidad de los productos, ya que los mismos tienden a una baja en cuanto a su calidad y variedad. La variabilidad climática estaría afectando a las variedades de algunos productos como es el caso de la papa, según Jiménez et al. (2013) se ha visto que las variedades de papas producidas en el Altiplano norte sufren la incidencia de heladas y granizo, que tienen un impacto directo sobre los niveles de producción y rendimiento, además de que las variaciones climáticas han traído consigo un incremento en cuanto a insectos y plagas, además de la proliferación de enfermedades. Este efecto podría hacer que incluso muchas de las variedades de papa estén en peligro de extinción, la ©Universidad de Caldas 16 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 tendencia es que para el año 2055, entre el 16% y el 22% de las variedades de papá hayan desaparecido (Thomas, 2008); (Valdivia et al., 2013). Este efecto también se ha sentido en los cultivos de quinua, aunque no tan severo como en otros cultivos. La expansión de la frontera agrícola de este cereal está atribuida a la demanda creciente interna y externa, se dice que los efectos en la disminución de la productividad se han hecho sentir. Este cereal tradicionalmente se siembra en terrenos de secano, sujeto a las precipitaciones pluviales y a la humedad del suelo; las lluvias han tenido considerables variaciones en la última década, y un incremento en las temperaturas (García, 2010). Si bien en los últimos años ha tenido un repunte en cuanto al volumen de producción, este no se ha dado a causa de la mejora en los rendimientos, sino en la habilitación de mayores parcelas de cultivo (García, 2010). Pero por otro lado, este cultivo es uno de los más resistentes a la variabilidad climática. La producción agrícola del Altiplano boliviano ha tenido considerables cambios a lo largo de los últimos 11 años, las variaciones han sido cíclicas, mostrándose disminución en los volúmenes de producción y también en la cantidad de suelo. Se puede decir que las disminuciones de los volúmenes de producción tienen total coincidencia con los episodios anómalos de El Niño y La Niña de 1982/83, siendo estos eventos los de mayor impacto en este sector. El impacto de las anomalías climáticas está deparando considerables pérdidas económicas a los campesinos, quienes se ven afectados directamente con el cambio climático. Se estima que entre los años 1982/83 las pérdidas totales alcanzaron los US$ 726 millones, mientras que para 2007/08 esta suma alcanzó a los US$ 567 millones (Naciones Unidas/CEPAL, 2007). Las políticas de Estado enfocadas al desarrollo rural, tienen la pretensión de revertir la situación crítica de las familias campesinas, para lo cual el Gobierno del Estado Plurinacional ha desarrollado instrumentos para enfrentar este cambio. [La] REVOLUCIÓN RURAL AGRARIA Y FORESTAL, que promueve la consolidación de la propiedad de las tierras trabajadas y la distribución de la tierra para los campesinos, indígenas y originarios, vía asentamientos comunitarios. La Revolución Rural impulsa intervenciones estratégicas en tres (3) niveles, y son ejecutadas por (4) cuatro Unidades Desconcentradas, promoviendo una economía rural plural, estatal, mixta y privada-comunitaria. La Revolución Rural busca impulsar el potenciamiento del conjunto de las capacidades productivas de los territorios rurales y la transformación de los sistemas productivos de los actores rurales, apoyándoles para consolidar ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 sistemas productivos y alimentarios más eficientes y tecnificados, ecológicamente sustentables y socialmente responsables, que garanticen la seguridad alimentaria y el desarrollo productivo rural. Esto supone: i) El fortalecimiento de la agricultura familiar campesina, indígena y originaria con base comunitaria, en actividades agropecuarias y agroforestales, y otras actividades productivas no agropecuarias, respetando sus propias visiones culturales; ii) El fortalecimiento de los procesos de industrialización de los recursos naturales renovables, a través de la constitución de empresas sociales públicas de carácter estratégico; iii) El MDRyT apoya al desarrollo de Emprendimientos Productivos, (pequeños, medianos y grandes) y Comunitarios, a través de crédito y transferencias directas no reembolsables de recursos financieros. (MDRyT, 2007) (MDRAyMA, 2007, p. 25-26) 5 El Plan Nacional de Desarrollo que propone la transformación del patrón de desarrollo primario exportador hacia un nuevo patrón de desarrollo integral y diversificado. Priorizará a las unidades pequeñas y medianas, orientando la integración vertical con la agroindustria. En el ámbito rural la agricultura se complementará con otras actividades no agropecuarias (turismo, manufactura, artesanías, servicios, procesos de pre industrialización, etc.) que permitan desarrollar procesos de desarrollo local. Impulsará el desarrollo de la PYMES locales, asociaciones de productores, OECAS que puedan concursar y adjudicarse las licitaciones municipales para generar movimiento económico (empleos e ingresos). (MPD, 2006, p. 131). Otro mecanismo es el del Decreto Supremo Nº 1523, 13 de marzo de 2013, establece como uno de los objetivos de la política de desarrollo rural integral del Estado, proteger la producción agropecuaria y agroindustrial ante desastres naturales e inclemencias climáticas, geológicas y siniestros. Denominado también “Pachamama”, el mismo que esta destina a campesinos pobres que por efecto de desastres naturales atribuibles al cambio climático puedan ser apoyados con la entrega de recursos económicos en un 100% al monto de pérdida declarado. Factor productivo El presente ensayo no pretende hacer un análisis de los cultivos en general y a detalle, o de la proporción de tierra cultivada; sin ©Universidad de Caldas 18 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 embargo, se tomará dos cultivos significativos de la zona para que los mismos sirvan de soporte para el análisis que grafica los impactos en la agricultura de la región. En el Altiplano sur la quinua y la crianza de camélidos son los productos principales de la economía rural campesina. La quinua ha tenido un incremento considerable en términos de volúmenes debido a que se ha generado una mayor demanda externa, consecuentemente las exportaciones han crecido más en relación al consumo interno. Las exportaciones bolivianas registradas crecieron en un 720%; en los últimos cinco (5) años la producción boliviana tuvo un aumento moderado, llegando a producir en 2012, 26 mil toneladas con un valor de US$ 80 millones (INE/ MDRyT 2009) (Fuente: Instituto Nacional de Estadística –INE– / Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras –MDRyT–). En 1990, el consumo promedio per cápita de quinua era de 4,75 kg/persona/año, mientras que el del arroz era de 37,8 kg/persona/año y el de fideo 22,25 kg/persona/año (PNUD, 2007). En 2009, el consumo promedio de los bolivianos era 1,8 kg de este grano por año, sin embargo, hay que considerar que en el oriente boliviano no se tiene mucho hábito en el consumo de quinua, por lo que este dato tendría que ser mayor, si es que se considera solo a los habitantes existentes en valles y zonas altas. El liderazgo de Bolivia en las exportaciones mundiales de quinua, con más del 85%, se debe a la calidad del grano producido y exportado, de tipo Quinua Real, de “tamaño grande y color blanco” (INE/ MDRYT, 2009). La misma fuente señala que las exportaciones bolivianas de quinua en el año 2008 bordearon las 26.000 toneladas por un valor cercano a los 80 millones de dólares, muy distantes de las 2.000 toneladas exportadas en el año 2002 por un monto de 2 millones de dólares. Los datos demuestran que un total de 25 países adquirieron el cereal boliviano el pasado año, siendo los principales: EEUU (64%), Francia (10%), Canadá (6%), Países Bajos (5,6%), Alemania (3,4%), Australia (2,3%) y Brasil (1,8%) significando casi el 94% (MDRYT / CONACOPROQ, 2009). La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) declaró 2013 Año Internacional de la Quinua, 130 países respaldaron la propuesta que Bolivia había presentado en el marco de la Conferencia de la FAO. La quinua, es uno de los pocos cultivos que se desarrolla sin muchos inconvenientes en las condiciones extremas de clima y suelos. La gran adaptación a las variaciones climáticas y su eficiente uso de agua convierten a la quinua en una excelente alternativa de cultivo frente al cambio climático que está alterando el calendario agrícola y provocado temperaturas cada vez más extremas. El Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal de Bolivia (INIAF) ha clasificado a la quinua entre las 21 semillas más resistentes al cambio climático junto con el haba, maíz, amaranto, cebolla y otras. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Aún siendo que este cereal se adapta a condiciones extremas de clima con precipitaciones entre los 150 a 250 mm, existen problemas debido a las variabilidades del clima, como la presencia de granizo, con daños irreversibles, sobre todo cuando ocurre en la maduración, desprendiendo los granos de la panoja, tumbando y humedeciendo la semilla. Cuando la granizada ocurre en las fases fenológicas vegetativas el daño afecta al área foliar y en casos extremos puede dañar el tallo (FAO, 2009). Un dato a tomar en cuenta es que las recurrentes nevadas en los últimos 10 años el sur del Altiplano que alcanzaron los 30 cm, influenciaron positivamente en la producción de quinua, por el hecho de que las nevadas humedecen el suelo, favoreciendo al rendimiento de la quinua (MDRyT / CONACOPROQ, 2009). Un problema que debe ser estudiado con mayor detalle es el referido al suelo, ya que producto de las expectativas económicas que los agricultores tienen ante una creciente demanda externa sobre este grano, se han habilitado extensos terrenos, los mismos que tienen capas de tierra arables muy sensibles debido a la erosión producto de la sequedad del ambiente (Arce, 2008). De darse una sobre utilización de la tierra podría generar daños irreversibles en su degradación, más aún que producto de estas expectativas se están mecanizando las labores agrícolas. Al momento existe una bonaza en el cultivo de la quinua, la cual está generando ingresos económicos que han llenado la expectativa de los agricultores, ya que la quinua es una planta que se adapta a condiciones climáticas severas, sin embargo se requieren mayores estudios a largo plazo para ver efectivamente cuál será su comportamiento a futuro, ante la degradación de suelos y la poca humedad de los suelos. La papa es el producto que abarca la mayor cantidad de tierras cultivadas del Altiplano, y contrario de la quinua el tubérculo es más sensible a las variabilidades climáticas tanto por precipitaciones pluviales arriba de las normales, como por sequías, heladas, granizo y nieve. No se tiene un dato exacto de la superficie cultivada, sin embargo su importancia en la dieta nacional hace que este sea el producto agrícola más importante del país. Se estima en 179 mil hectáreas cultivadas con una producción cercana a las 935 mil toneladas por año (MDRYT / CONACOPROQ, 2009). Según el estudio realizado por Jiménez, Romero y Yana (2013), “Cambio climático y diversidad de la papa en el Altiplano boliviano”, a diferencia de la quinua, la papa requiere de mejores condiciones para su cultivo, como suelos y humedad; este estudio realizado en tres municipios del norte del Altiplano en La Paz, concluye que no cabe duda de que existen severos efectos del cambio climático sobre todo en la organización económica social de estas poblaciones. La amplia variedad genética del tubérculo es lo que hace sostenible su producción, pese a ello se prevé la extinción de algunas variedades por efectos del cambio climático, aunque Jiménez et al. ©Universidad de Caldas 20 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 (2013) citan algunos estudios que atribuyen la pérdida de biodiversidad a aspectos culturales, económicos y de producción. La conclusión de este estudio asevera que el cambio climático está afectando a la organización productiva familiar, ya que debido a las variaciones climáticas las migraciones temporales a centros urbanos en búsqueda de ingresos adicionales se esta convirtiendo con mas frecuencia en migración definitiva, principalmente de los grupos mas jóvenes. Este hecho incide en las labores agrícolas del grupo familiar ya que existiría una disminución de la mano de obra y en consecuencia se presentaría una disminución de la producción agrícola. Estos elementos nos dan un panorama de que los impactos del cambio climático en la agricultura boliviana afectan y afectarán al sector en el corto y largo plazo. Factor socioeconómico Socioeconómicamente Bolivia es un país altamente vulnerable, la agricultura de la zona del Altiplano sigue siendo una agricultura de subsistencia, el 80% de las familias campesinas de esta zona viven del autoconsumo de sus productos agrícolas (PNUD, 2011); esta población tiene problemas en la nutrición y alimentación, debido a que no consume calorías y proteínas suficientes, acentuándose en altos porcentajes de desnutrición infantil (MSD, 2007). El acceso a la educación sigue siendo limitado, principalmente para las niñas, pese a grandes esfuerzos que se realizan para revertir esta situación. Las prácticas agropecuarias hacen que un gran porcentaje de las niñas abandonen tempranamente la escuela (UNICEF, 2005). El acceso a los servicios básicos: agua potable y alcantarillado, aún es limitado para muchas poblaciones del Altiplano boliviano, principalmente en los departamentos de Potosí y Oruro (MMAyA, 2008). A esto se suma la alta contaminación que sufren las parcelas y las aguas producto de la actividad minera. En Oruro los municipios más afectados son aquellos que son parte de la cuenca del Lago Poopó como Machacamarca, Poopó, Pazña y El Choro. Las parcelas sufren un constante deterioro debido a las aguas ácidas de mina que discurren por las microcuencas y por el propio río desaguadero, que alcanza a municipios de La Paz. En Potosí los municipios del norte y de gran parte del sudoeste (Altiplano sur) tienen graves problemas de contaminación de sus cuencas, ya que la explotación minera, principalmente la cooperativizada y chica no cuentan con medidas de mitigación y control de la contaminación como plantas de tratamiento de aguas ácidas o por lo menos de diques de cola. Para paliar los problemas económicos, desde muchos años atrás las poblaciones más jóvenes de las comunidades campesinas realizan migraciones temporales en épocas fuera de la siembra y la cosecha hacia las zonas urbanas de El Alto, La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Santa Cruz, además del norte Argentino y el norte de Chile, donde generalmente trabajan eventualmente en sectores ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 también agrícolas (Argentina, Santa Cruz), además de la construcción y principalmente en este último tiempo en la minería (Potosí y Oruro) (INE, Censo 2001). Por ejemplo, la tasa de migración por cada mil habitantes en los Lípez es de (-12,9); esto quiere decir que de mil personas que migran a otros países y al interior del país, lo hacen en un promedio de 13 habitantes; esto en relación al promedio del departamento de Potosí, es inferior (-14,8) (INE, Censo 2001)6. Esta migración que hasta hace pocos años atrás era temporal, poco a poco se está convirtiendo en una migración permanente, ya que encuentran en áreas urbanas muchos más beneficios de los que tienen en sus comunidades de origen, provocando serios problemas a las zonas periurbanas de las capitales departamentales. Estos problemas se traducen en una presión hacia una capacidad institucional rebasada de los gobiernos municipales en la demanda de servicios básicos, gestión de residuos sólidos, educación, salud y transporte. En la sistematización de las experiencias institucionales del DESCOM (SENASBA, 2012), se pudo advertir que uno de los problemas que generó la decisión de ir a vivir a las ciudades, fue el rendimiento y los márgenes de ganancia de sus anteriores actividades agrícolas que se habían reducido considerablemente, por lo que se buscaba una mejora de la situación económica con trabajos remunerados (minería en Potosí y Oruro), comercio, transporte y otros en La Paz. La ciudad de Potosí ha tenido un crecimiento poblacional en sus áreas periurbanas en grandes proporciones, toda esta población proviene del área rural; estos campesinos que requieren mejorar sus niveles de ingreso económico, van en búsqueda de oportunidades que la minería ofrece. Las constantes sequías, incremento de la frecuencia de heladas, frecuencia de granizadas y la merma de la calidad de las aguas producto de la contaminación de sus tierras y agua (paradójicamente por la actividad minera), hacen que pongan a la actividad agrícola como secundaria. Si bien muchas familias no han hecho un abandono total de sus tierras, han puesto el laboreo agrario como una actividad secundaria, ya que vuelven a sus tierras a sembrar lo necesario para cubrir las necesidades del grupo familiar, quedando las tierras 7 a cargo de las personas de edad avanzada . La producción en un 100% está destinada al autoconsumo. Los grupos poblacionales más jóvenes que se sitúan en las áreas periurbanas de las ciudades, poco a poco están adoptando una vida más urbana producto de la oferta de oportunidades de trabajo remunerado, estudio y posibilidades de ser parte de la economía informal que estas urbes ofrecen, pero a su vez también están adoptando una nueva cultura urbana, producto del acceso a la información y las comunicaciones, lo que hace que las poblaciones más jóvenes tiendan a una permanencia definitiva en las ciudades, abandonando completamente su vínculo con el área rural8. ©Universidad de Caldas 22 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Los precios que paga la minería a trabajos de peón, son mucho más altos de lo que un campesino pretende generar con los márgenes de comercialización de su producción agrícola. Lo que antes era una migración temporal atraída por un trabajo eventual, ahora convierte a estos centros urbanos mineros en su residencia permanente; se podría inferir que también es atribuible a ello la merma en su producción agrícola, tanto en los volúmenes como en la calidad de sus productos, producto del cambio climático. Ahora bien, si los efectos del cambio climático generan un proceso migratorio interno, estas poblaciones migrantes también contribuyen a una desmejora de la calidad ambiental por la huella que dejan en su llegada a los centros urbanos, los cuales no tiene la infraestructura suficiente para acogerlos. La acelerada urbanización que Bolivia está experimentando como se dijo líneas arriba, ha rebasado la capacidad de los municipios para atender temas de saneamiento básico y de la gestión de residuos sólidos, entre otros, lo cual contribuye de alguna manera al cambio climático y al deterioro ambiental. La vulnerabilidad social ante el efecto de los cambios climáticos es muy grande, la cual se traduce en esta migración constante, cuyo resultado es una ocupación del territorio de manera desordenada y sin planificación, provocando un deterioro de las cuencas, y en consecuencia incrementando los márgenes de pobreza. La creciente migración campo-ciudad, producto de las variabilidades climáticas atribuibles al cambio de clima por un lado, y por otro a factores socioeconómicos como la atracción de ingresos más altos y mayores posibilidades de acceso a la salud y dotación de servicios básicos, podría estar generando un círculo vicioso. Existe una marcada expectativa para conocer los resultados del Censo de 2012, ver cómo el desplazamiento poblacional ha cambiado el mapa del País. Los centros urbanos han crecido desmesuradamente, en un ritmo nunca antes visto. Seguramente el 9 INE nos proporcionará una tasa bastante alta ; como se decía, las migraciones campo-ciudad se han acrecentado en los últimos 10 años atraídas por mejores condiciones de vida, acceso a mejores niveles de ingresos económicos que ofertan las áreas urbanas en general y en particular las capitales de departamento. El acceso a los medios de comunicación ha abierto un mundo en el cual todos quieren participar con servicios de calidad, por lo que la demanda ha superado la capacidad de respuesta de los municipios. Esta demanda se ha convertido en una presión a las ciudades, pues no se había previsto semejante migración; la demanda por servicios ha sobrepasado la capacidad organizativa y administrativa de los municipios, repercutiendo financieramente también. La presión poblacional ha afectado mucho el comportamiento del medio ambiente; la demanda por agua y saneamiento es tal vez la más problemática y no avanza en su cobertura como lo hacen los medios de comunicación, medios que abren aún más la demanda por un mejor vivir. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Esta presión recae directamente sobre las cuencas de alimentación de agua, que proporcionan el recurso pero que a la vez son atacadas por la descarga de las aguas residuales de muchas de las urbes. La falta de plantas de tratamiento no solamente de aguas residuales, sino también de aguas ácidas en los centros mineros que en los últimos años desproporcionadamente se vierten sobre las cuencas10, y la falta de un manejo integral del recurso agua son problemas que aún no han sido resueltos. La falta de políticas de gestión de residuos sólidos en áreas periurbanas es un problema de alta seriedad, pues en muchos casos se improvisan botaderos de basura que no son tratados adecuadamente, la falta de educación ambiental y el desconocimiento de los problemas que las personas generamos al medio ambiente son factores que inciden drásticamente en su calidad. El choque cultural que la migración ahora produce es más alto que en décadas pasadas, pues los accesos a la información, el transporte y las carreteras que en gran proporción han mejorado en todo el país, contribuyen a que las personas, sobre todo las más jóvenes, adopten formas culturales acordes con el medio urbano. El círculo vicioso se genera en este proceso, pues la gente migra porque las condiciones de vida en sus comunidades de origen están desmejorando cada vez más producto del cambio climático, y por el otro lado en su asentamiento en las áreas urbanas y principalmente periurbanas están aportando más a la emisión de gases de efecto invernadero, lo cual como sabemos incide directamente en el cambio climático. ©Universidad de Caldas 24 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Indudablemente todos los estudios aquí citados nos llevan a la conclusión de que se están experimentando severos cambios climáticos, que impactan en la agricultura. La productividad y el rendimiento de las tierras están afectados por la variabilidad del clima con sequías, heladas, granizo y elevadas temperaturas, a esto se suma el peligro del retroceso de los glaciares en la cordillera afectando el riego de las parcelas. Las comunidades campesinas del Altiplano siempre han combinado el laboreo agrícola como primera actividad económica en la que la mayor parte de la producción está destinada al autoconsumo, con actividades de empleo eventual en áreas urbanas producto de migraciones temporales realizadas en épocas fuera de la siembra y la cosecha, para generar mayores ingresos económicos, pero a partir de los cambios producidos en el clima, estas poblaciones principalmente las más jóvenes, la migración temporal la están convirtiendo en migración permanente. El crecimiento del sector minero producto de la bonanza en el precio de los minerales, ha estado atrayendo a ingentes cantidades de mano de obra proveniente del campo, que encuentran en este sector niveles de ingresos que superan sus márgenes de ganancia ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 que antes tenían en la agricultura. Las labores mineras sin cuidado sobre el medio ambiente, son las mayores causantes de la contaminación que directamente atenta sobre los recursos hídricos que requiere la agricultura. La diversidad económica que el comercio informal ofrece es otro atractivo que atrae a jóvenes campesinos, en este sector encuentran márgenes de ganancia mejores a los que anteriormente tenían en sus lugares de origen; otros sectores como el transporte libre o el trabajo en la construcción, sector que dicho sea de paso ha crecido considerablemente, son también de atracción. Estas poblaciones migrantes que han salido de sus lugares de origen producto de los cambios climáticos, están produciendo problemas de contaminación ambiental en las ciudades, debido a que la capacidad institucional de los municipios ha sido rebasada, no pudiendo estos atender de igual manera en la prestación de servicios básicos: alcantarillado, agua potable y residuos sólidos. Su demanda por más transporte ha hecho crecer el parque automotor urbano. Si se suman todos estos aspectos, se puede inferir que la situación ambiental en estas áreas es bastante crítica, ya que la contaminación ambiental se ha incrementado y con ella un aumento en la emisión de gases de efecto invernadero. Si bien la contribución de Bolivia en general de GEI, con relación a otros países es mínima y que los efectos del calentamiento global y cambio climático son más atribuibles a los países desarrollados, no habría que pasar por alto el efecto que el crecimiento urbano tiene en el incremento de emisiones de CO2, por lo que convierte el problema en un círculo vicioso, pues los efectos del cambio climático hacen que las poblaciones rurales migren a las áreas urbanas, y por otro lado estas poblaciones en su crecimiento desordenado y sin planificación contribuyen a la emisión de CO2 que luego genera procesos de cambios en el clima. Es fundamental que el Mecanismo de Adaptación al Cambio Climático se constituya en un factor para poder atacar el problema, con base en estrategias que provean mejores condiciones de producción y comercialización de productos como es el caso de la quinua; es fundamental que se diversifique y se realicen investigaciones para el desarrollo de la papa y su adaptación al cambio climático. Se deben profundizar acciones de desarrollo comunitario para fortalecer las organizaciones productivas, determinando en estos procesos medidas de adaptación al cambio climático, rescatando el saber cultural y proporcionando otros conocimientos desarrollados a través de la investigación científica. La Gestión Integrada de los Recursos Hídricos y el manejo de cuencas deben ser estrategias de lucha contra el cambio climático; es fundamental el cuidado de los recursos hídricos en un mejor y eficiente embalsamamiento, pero además de un correcto manejo en su distribución tanto para el riego como para el consumo humano. ©Universidad de Caldas 26 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Los gobiernos municipales deben profundizar la implementación del DESCOM, si bien su objetivo principal es la sostenibilidad de la administración del agua y saneamiento, se debe profundizar en la educación ambiental y sanitaria, en la transmisión de conocimientos sobre la problemática ambiental y la responsabilidad que los pobladores deben tener con ella. REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Arce, Mario. (2008). Caracterización de Germoplasma de Quinua (Chenopodium Quinoa, W.) de Ecotipos Utilizados por Productores del Sudoeste de Potosí. Potosí, Bolivia: Fundación AUTAPO. Bradley, R.S., et al. 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Serie Documentos de Investigación. La Paz, Bolivia. Ministerio De Desarrollo Rural Y Tierras. MDRyT y Consejo Nacional De Comercializadores Y Productores De Quinua (2009). CONACOPROQ. “Política Nacional de Quinua” La Paz, Mayo 2009 revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Naciones Unidas, Comisión Económica para América Latina y el Caribe –CEPAL–. (2007). Alteraciones climáticas en Bolivia: Impactos observados en el primer trimestre de 2007. Recuperado de http://www.eclac.org/publicaciones/xml/4/29494/L792-1.pdf Organización De Las Naciones Unidas Para La Agricultura y La Alimentación FAO. (2009) Marco Nacional De Prioridades Para La Asistencia Técnica De La FAO (2010 – 2014) [en línea] http://coin.fao.org/coinstatic/cms/media/4/12711087666900/nmtpfbolivia.pdf PNUD. (2007). Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008. La lucha contra el cambio climático: Solidaridad frente a un mundo dividido. 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Valdivia, C., Seth, A., Jiménez, E. y Cusicanqui, J. (2013). Cambio climático y adaptación en el Altiplano de Bolivia. La Paz, Bolivia: CIDES-UMSA/Plural Editores. 1. Economista, Consultor. La Paz, Bolivia. [email protected] 2. A la fecha no se han presentado los datos del Censo 2012 que muestren la concentración poblacional en áreas urbanas y rurales, por tal motivo es que tomamos la relación proyectada, sin embargo se estima que este porcentaje no ha variado considerablemente en los departamentos de La Paz y Oruro, pero es posible que sí en Potosí, donde se ha experimentado una mayor migración campociudad, no solo a la ciudad capital, sino también a las ciudades intermedias como Villazón, Uyuni, Tupiza y principalmente Llallagua. 3. Este efecto está siendo estudiado por el Proyecto Regional Andino de Adaptación (PRAA) entre Bolivia, Perú y Ecuador financiado por el Banco Mundial. 4. El Altiplano boliviano se divide en tres regiones: norte, central y sur. 5. El Plan Nacional de Desarrollo fue elaborado el año 2006, tiene una vigencia de cinco años según el Decreto Supremo Nº 29272 del 12 de Septiembre de 2007. A la fecha no se tiene un nuevo documento orientador. 6. Aún no se cuenta con datos desagregados del Censo de Población y Vivienda 2012. 7. Se espera que este tema sea corroborado por el Censo 2012. ©Universidad de Caldas 28 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 8. No se ha encontrado información estadística actual sobre esta temática. 9. La tasa de crecimiento urbano del Censo 2001 fue de 3,6% (INE, 2001). 10. Los proyectos EMPLEOMIN y el de la Gestión de los Recursos Naturales de la Cuenca del Lago Poopó, con apoyo de la Unión Europea tienen entre sus resultados el de mitigar los efectos del trabajo minero sobre la cuenca Poopó, pero este esfuerzo no será suficiente para frenar la muerte del Lago Poopó. En Potosí pese a contar con un dique de colas en la localidad de San Antonio para mitigar las descargas de más de una treintena de ingenios mineros que realizan sobre la cuenca del río Pilcomayo, no representa la solución a este grave problema [el Ingenio procesa más de 4.000 toneladas de pasivos mineros al día, y a ese ritmo, se estima se colmate el año 2014 (Correo del Sur, 2011)]. Para citar este artículo: Matijasevic Mostajo, J. (2014). El círculo vicioso de los efectos del cambio climático en poblaciones rurales migrantes del Altiplano boliviano. Revista Luna Azul, 38, 11-29. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=892 ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 11-29 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 PERCEPCIÓN LOCAL ACERCA DE LA CALIDAD DEL AGUA Y LA HERPETOFAUNA EN FINCAS GANADERAS DEL MUNICIPIO DE MATIGUÁS, NICARAGUA Mario J. Gómez-Martínez1 Isabel Gutiérrez-Montes2 Fabrice Declerck3 Recibido el 26 de julio de 2013 y aprobado el 3 de septiembre de 2013 RESUMEN Las percepciones de los productores ganaderos respecto a su bienestar, la calidad del agua y la diversidad de herpetofauna fueron examinadas usando entrevistas semiestructuradas a los productores y a las instituciones locales. Las entrevistas se utilizaron para desarrollar indicadores enmarcados en los capitales de la comunidad y validados a través de cuatro talleres. Los resultados indicaron que los productores tienen percepciones similares respecto a las relaciones entre la calidad del agua y la biodiversidad. Los productores comentaron que la cantidad de agua ha ido disminuyendo, aunque la mayoría de los productores no perciben una relación entre la calidad del agua, la salud humana o la salud del ganado. Hubo una ausencia significativa de las instituciones locales, la promoción y la financiación de proyectos de conservación de la biodiversidad, el acceso y almacenamiento de agua. En cuanto a la herpetofauna, las respuestas de los productores se han centrado en las funciones medicinales, alimenticias y controladores biológicos que estos organismos proveen. La mayoría de los productores entrevistados afirmaron que la incorporación de sistemas silvopastoriles en fincas ofrece beneficios, incluida la mejora de la calidad del agua y la conservación de la biodiversidad agrícola. Los productores demostraron conocimientos locales en la ubicación de las fuentes de agua y el uso tradicional de la herpetofauna. PALABRAS CLAVE Anfibios, biodiversidad, capital natural, conocimiento local, Marco de los Capitales de la Comunidad, reptiles. LOCAL PERCEPTIONS ABOUT WATER QUALITY AND HERPETOFAUNA IN LIVESTOCK FARMS IN THE MUNICIPALITY OF MATIGUÁS, NICARAGUA ABSTRACT Perceptions of livestock producers regarding their welfare, water quality and herpetofauna diversity were examined using semistructured interviews with farmers and local institutions. Interviews was used to develop indicators framed in community capitals and validated through four workshops. The results indicated that producers have similar perceptions of the relationships between water quality and biodiversity. Producers indicated that the amount ©Universidad de Caldas 30 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 of water has been declining, although most producers do not perceive a relationship between water quality, human health or livestock health. There was a significant absence of: local institutions, biodiversity conservation projects promotion and financing, access and water storage. Regarding the herpetofauna, the’ responses of producers have focused on medicinal, nutritional functions and biological regulation that these organisms provide. Most farmers interviewed stated that the incorporation ogf agroforestry systems on offers benefits including improved water quality and conservation of agricultural biodiversity. Farmers demonstrated local knowledge in locating water sources and in the traditional use of herpetofauna. KEY WORD Amphibians, biodiversity, natural capital, Community Capital Framework, reptiles. local knowledge, INTRODUCCIÓN Nicaragua es un país que basa su economía nacional en el sector agropecuario (café, algodón, ganadería, azúcar, madera) (ONU, 2005), producto de la explotación de la riqueza biológica en diferentes regiones naturales (Walsh, 1999). Estas actividades económicas no obedecen a un plan de organización y son carentes de criterios de sostenibilidad (MARENA, 2002). En productores marginales, el modelo de producción predominante los obliga a ocupar zonas no aptas para la producción agrícola y pecuaria, lo que se manifiesta en la expansión de las áreas agrícolas, ocasionando una marginalidad mayor debido a la intensificación de procesos de degradación de la tierra, erosión del suelo y sequía, entre otros factores (Cupples, 2004). En zonas como el Pacífico de Nicaragua donde se ubica la mayor densidad poblacional agrícola e industrial, se presentan casos de explotación excesiva de los acuíferos y degradación progresiva de la calidad del agua, que amenaza la disponibilidad futura del recurso hídrico para la población (Castillo et al., 2006). En otras zonas como el centro del país, donde se ubica el triángulo lechero (departamentos de Boaco, Chontales y Matagalpa), el uso del suelo cambia a través de los años, presentando una tendencia a disminuir las áreas de bosques primarios y secundarios, mientras que aumentan las áreas de potreros, cultivos y urbanas (Rocha, 2002). Es importante entonces conocer la problemática del impacto de la ganadería en la conservación del agua, e identificar los factores que desmotivan a los productores en la toma de conciencia y decisiones que favorezcan el manejo de las microcuencas (Chará, 2003), además de fortalecer el bienestar de los productores (realidad socioeconómica) para un desarrollo sostenible de los agroecosistemas (Plieninger y Wilbrand, 2001). En este sentido, los sistemas silvopastoriles (SSP) son estrategias sostenibles y amigables con el ambiente en las fincas ganaderas (Naranjo, 2003). Pueden representar beneficios para la ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 conservación de la diversidad biológica, la prestación de servicios ambientales y el fortalecimiento del bienestar de las familias ganaderas (Harvey y Haber, 1999; Dagang y Nair, 2003; Pagiola et al., 2004). Además, son ideales en el mantenimiento y protección de los recursos hídricos de la matriz agrícola, que tradicionalmente es perturbada e intervenida por las prácticas ganaderas convencionales (Mahecha, 2002; Chará, 2003; Murgueitio, 2003; Chará et al., 2007; Ríos et al., 2007). En el caso del municipio de Matiguás (Nicaragua), una opción de este tipo puede ser económica y ecológicamente viable donde gran parte de los sistemas ganaderos son doble propósito y el manejo de árboles en los potreros es muy frecuente (Betancourt et al., 2003), abarcando gran parte de las cuencas hidrográficas de la zona, como ocurre en muchas partes del mundo (Murgueitio e Ibrahim, 2001). Para efectos del presente estudio y específicamente para conocer la percepción comunitaria del agua y la biodiversidad, se definió el bienestar de los productores como el balance y la sinergia entre los diferentes capitales comunitarios (natural, cultural, humano, social, político, financiero y construido). De acuerdo a su función, los capitales de la comunidad pueden ser agrupados en capitales de base (capital natural, el capital humano y el cultural), y capitales de desarrollo (capital social, el capital político, el capital financiero y el capital construido). Los capitales de base forman los cimientos mediante los cuales se pueden construir otros para propiciar un cambio social profundo. Por otro lado, los capitales de desarrollo son los que mueven con mayor o menor proporción el desarrollo de las comunidades (Flora, 2004; Flora, Flora y Fey, 2004; NRFC, 2005; Emery y Flora, 2006). Se hizo énfasis en la biodiversidad y el agua como componentes centrales del capital natural. Esta investigación utilizó metodologías participativas que permitieron conocer la percepción de los productores hacia la biodiversidad y la calidad del agua. Además, posibilitó analizar y demostrar la relación existente entre la biodiversidad y los principales usos del suelo y SSP con la calidad del agua, así como con el bienestar de los productores. Es aquí donde herramientas como el Marco de los Capitales de la Comunidad son de utilidad en la identificación de actores fronterizos claves en proyectos de reducción de la pobreza, expansión del liderazgo local, el apoyo a la autosuficiencia familiar e identificación de factores comprometidos en el bienestar de las comunidades (Flora, Flora y Fey, 2004). MATERIALES Y MÉTODO Descripción del área de estudio La investigación se realizó con productores ganaderos de las comarcas Paiwitas, Las Minitas, Patastule, Las Limas y El Bijagual, en el municipio de Matiguás y la comarca San Ignacio de Paiwas en el municipio de Río Blanco, en el departamento de Matagalpa, Nicaragua. La zona presenta una topografía con un rango altitudinal entre los 224 y 500 m y se localiza entre las coordenadas 85° y 27° de latitud Norte, 12° y 50° de longitud Oeste. Posee un régimen de ©Universidad de Caldas 32 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 lluvias anuales que varía entre 1200 y 1800 mm, con una distribución de mayo a noviembre y temperatura media anual que oscila entre 30 y 32°C (Ruíz, Gómez y Harvey, 2005). La zona de vida es bosque semideciduo (Meyrat, 2000) y presenta características de Bosque Húmedo Tropical (Holdridge, 1978). El principal uso del suelo en Matiguás corresponde a la ganadería doble propósito con pastoreo extensivo (Betancourt et al., 2003). Se caracteriza por encontrarse dominado por una matriz de pasturas abiertas que cubren el 56% del municipio, con 15% de pasturas arboladas, 11% de fragmentos de bosques, 7% de charrales, 3% de corredores ribereños, 2% de cercas vivas y 6% con otros usos de suelo (Useche, 2006). Sistematización de la información secundaria Se efectuó una sistematización de la información provista por el proyecto “Enfoques Silvopastoriles para el Manejo Integrado de Ecosistemas” (GEF-SSP), que se ejecutó por CATIE, CIPAV y NITLAPAN-UCA en Costa Rica, Colombia y Nicaragua, respectivamente, y financiado por el GEF y el Banco Mundial. En Nicaragua, la línea base integró a 137 productores distribuidos en 4 comarcas del municipio de Matiguás, estratificados en tres grupos: pequeño productor agrícola-ganadero (49%), ganaderos medianos (39%), productores ganaderos semi-intensivos (12%). También se realizó una búsqueda de información secundaria en instituciones de carácter estatal y organizaciones no gubernamentales (ONG), involucradas con la problemática ambiental y específicamente con programas o proyectos de agua en la zona de estudio, a fin de contrastar (triangular) con la información obtenida en las entrevistas semiestructuradas y los grupos focales. Identificación y selección de los productores De los 137 productores registrados en la línea base del proyecto GEF-SSP se tomó una muestra de 10 mujeres y 49 hombres quienes se estratificaron y renombraron en grandes (productores ganaderos semi-intensivos, n = 16), medianos (medianos ganaderos, n = 18) y pequeños (pequeño productor agrícolaganadero, n = 25). Para la tipología de productores grandes se tomó el 100% del grupo que corresponde en la línea base, para los grupos de productores medianos y pequeños fue el 34% y 38%, respectivamente. Entrevistas semiestructuradas y grupos focales Con el fin de indagar y completar la información necesaria para el análisis de la problemática del agua en la zona, se realizaron entrevistas semiestructuradas y talleres con grupos focales (Madriz, 2000; Grudens-Schuck, Lundy-Allen y Larson, 2004; Larson, Grudens-Schuck y Lundy-Allen, 2004). Los protocolos para la entrevista y los grupos focales se elaboraron teniendo en cuenta qué información relevante con la investigación no estaba registrada en la base de datos proporcionada por el proyecto GEF-SSP. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Para cada uno de los capitales se seleccionaron un número de indicadores (preguntas abiertas y específicas). En total se contó con 81 indicadores, entre los seleccionados de la base del proyecto GEF-SSP y los diseñados para esta investigación, clasificados por ejes temáticos dentro de cada capital (Tabla 1). Las instituciones (n = 10) relacionadas con la temática de la investigación y citadas por los productores fueron entrevistadas, para ello se elaboró un protocolo con un número de 7 a 11 indicadores. Adicionalmente, se realizaron observaciones participantes en la zona de estudio con el objetivo de corroborar parte de la información suministrada durante las entrevistas a los productores. Se realizaron cuatro talleres con adultos y niños empleando la metodología de Grupo Focal. Este método es una herramienta de investigación cualitativa que consiste en una reunión con modalidad de entrevista grupal abierta y estructurada (Grudens-Schuck, LundyAllen y Larson, 2004). Para ello se tuvo en cuenta lo planteado por Grudens-Schuck, Lundy-Allen y Larson (2004) y Larson, GrudensSchuck y Lundy-Allen (2004), identificando y seleccionando previamente un grupo de personas (6 a 12 individuos) con características similares (experiencia y conocimiento sobre el tema que se va a debatir). Análisis de los datos Las entrevistas semiestructuradas fueron tabuladas en una matriz conformada por tipo de productor (pequeño, mediano y grande) e indicadores (variables) agrupados por capital (natural, humano, social, político, cultural, físico o construido y financiero). La información adicional más relevante obtenida durante las entrevistas y en los grupos focales se agrupó por capitales en mapas mentales. Se aplicó estadística descriptiva y tablas de frecuencia para analizar las variables obtenidas de la línea base del proyecto GEF, complementada con la información obtenida de las entrevistas semiestructuradas. Se identificaron los factores relacionados con la percepción de los tres tipos de finqueros sobre la biodiversidad y ©Universidad de Caldas 34 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 calidad de las fuentes de agua para consumo humano y animal y su relación con los capitales de la comunidad. Se construyeron dos índices (índice por capital e índice general) para cada uno de los productores entrevistados (n = 59). Los enunciados de los indicadores previamente se estandarizaron como afirmativos. El índice por capital se elaboró tomando las respuestas de los indicadores de cada capital, estas fueron llevadas al intervalo [0,1] para su posterior sumatoria, el resultado corresponde al índice por capital. El índice general, consistió en la sumatoria de los índices por capital transformados al intervalo [0,1]. Los valores de los índices fueron analizados por una comparación de medias y un ANAVA de acuerdo al tipo de productor. Se utilizó para los análisis el software estadístico InfoStat/Profesional (Di-Rienzo et al. 2012). Los resultados fueron contrastados con la información adquirida de las instituciones para fundamentar la sinergia entre los capitales en relación con el capital natural. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Grupos de productores y capitales No se encontraron diferencias significativas (p ≤ 0,05) en la percepción de los tipos de productores (grandes, medianos y pequeños) con respecto a la relación entre biodiversidad y calidad de agua y la clase de capital. En el índice general de capitales por tipo de productor, el menor valor fue para el grupo mediano (2,97) y el mayor fue para los pequeños (3,37) (Figura 1). Según el índice de capitales, el capital político es percibido como de menor incidencia5, seguido del capital construido (reportes similares en las diferentes tipologías). Los capitales humano, financiero y social son los que se reportan como de mayor peso en el índice total. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Capital Natural Percepción de la calidad y cantidad del agua De acuerdo a lo detallado en la Tabla 2, cuatro de los 10 indicadores que conforman el tema de percepción de la calidad y cantidad del agua se relacionan con la tipología del productor (Chi Cuadrado p ≤ 0,05). El 69% de los grandes productores consideran que la calidad y cantidad del agua no afecta al ganado, mientras que la mayoría de los medianos (72%) y de los pequeños (60%) afirman que sí hay relación entre la calidad y cantidad del agua con la salud de sus animales (Chi Cuadrado p = 0,0459). Algunos productores (24%) son conscientes de que el agua no es de buena calidad para sus animales, pero al no tener más fuentes deben hacer uso de estas y evitar gastos adicionales por el traslado del ganado en busca de agua. Efectos de la ganadería y la agricultura sobre calidad de las fuentes de agua Con respecto a los efectos de la agricultura y la ganadería sobre las fuentes de agua, el 75% de los productores grandes creen que la agricultura y la ganadería inciden de manera negativa sobre las condiciones de las fuentes de agua que nacen y pasan por sus fincas (Chi Cuadrado p = 0,029) y de estos mismos, el 81% opinan ©Universidad de Caldas 36 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 que la ganadería seguirá afectando la calidad o cantidad de las fuentes de agua, mientras que el 38% consideran que la agricultura será la principal causa de contaminación de las fuentes hídricas. Este comportamiento es similar en el 83% de los productores medianos quienes consideran que la ganadería perturbará las fuentes hídricas. Pocos entrevistados mencionan la falta de un buen manejo de los empaques de los productos químicos agrícolas (principalmente herbicidas), los cuales, por lo general, terminan en las fuentes de agua (observación personal). Contrastantemente, el 60% de los pequeños productores indican que la agricultura y la ganadería no han afectado sus quebradas, aunque a futuro un gran porcentaje (60%) afirman que estas dos prácticas productivas seguirán incidiendo en los factores de calidad y cantidad de los recursos hídricos. Referente a lo antes mencionado un productor comenta: […] la gente fumiga mucho con químico, usted sabe que eso viene a caer abajo al agua, aunque uno diga yo estoy largo, pero cuando llueve todo eso va para allá. Mire yo gracias a Dios yo no acostumbro a fumigar nada por eso, pero si usted mira [menciona a un vecino] como fumigó todo eso allá y todos esos venenos vienen a caer a la caña, a los ojos de agua que tiene aquí abajo, aunque nosotros digamos no porque eso va para abajo, que se queda en la tierra, pero eso de una y otra forma llegan hasta el agua. Entonces con el tiempo nosotros tenemos toda contaminada las aguas, y eso nos va a perjudicar no solo a la ganadería, sino a nosotros también (Productor mediano, hombre adulto, comarca Paiwitas). Los entrevistados afirman como principales causas de contaminación o perturbación de los cuerpos de agua la deforestación (“despale”) y el permitir beber al ganado directamente en las quebradas o ríos (“aguar el ganado”). Los productores reconocen que los animales por medio de sus heces y orina están alterando las condiciones de calidad del agua, y que en la época de verano puede ser mayor el daño, ya que el caudal de las quebradas y ríos es menor. Esta percepción puede ser corroborada con los estudios realizados por Chará (2003) y Murgueitio (2003), quienes encontraron que la falta de cobertura vegetal nativa, la ganadería de pastoreo sin árboles y el libre acceso de los animales a los cuerpos de agua generan sedimentación, y las deposiciones incrementan en gran medida los coliformes fecales y patógenos que deterioran las corrientes de agua. Contradictoriamente, algunos productores creen que al correr el agua por su cauce (“100 metros aproximadamente”) estos contaminantes desaparecen por acción del golpe con las 6 piedras y otros elementos propios del cauce de los ríos . Los tres grupos de productores consideran que el abastecimiento del agua en la finca es suficiente para sus animales. Aunque el 63% de los grandes productores reportan que han dejado de utilizar fuentes de agua debido a la reducción del volumen de las mismas (Chi Cuadrado p = 0,0417), e insisten en que esto no afectará el ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 abastecimiento en la finca. El 61% del grupo de productores medianos estiman que en cinco años el suministro del agua no será suficiente para sus actividades siendo un problema latente, las tipologías pequeño y grande opinan lo contrario (Chi Cuadrado p = 0,0373). Situación similar es reportada por productores (9%) de los cantones de Orotina, San Mateo, Esparza y Miramar en el Pacífico de Costa Rica quienes manifestaron como problema para el ganado la falta de agua durante la época seca (Fujisaka et al., 1997). En general, los productores reconocen que existe una relación entre la herpetofauna presente en las fuentes de agua con la calidad de las mismas. Algunos productores (66%) perciben que los reptiles y anfibios se observan durante todo el año. La época de mayor abundancia de los anfibios (ranas y sapos) según el 78% de los entrevistados es en invierno, aunque un 15% observan que están presentes durante todo el año, el restante 7% los avistan en verano o no se han percatado. En el caso de los reptiles (lagartijas y serpientes) su distribución a lo largo del año es más homogénea, ya que el 36% de entrevistados las observan en verano, el 27% durante todo el año, el 7% en invierno y un 15% no se ha percatado al respecto. Estrategias de conservación del agua Los diferentes grupos de productores ganaderos en su gran mayoría (más del 92%) protegen los nacimientos que hay en las fincas. También coinciden en afirmar que han dejado bosques o partes de bosques sin cortar porque creen que favorecen la flora y la fauna presentes en sus propiedades. Sin embargo, como expresó un productor entrevistado, una de las principales causas de no conservación del agua es la “falta de cultura o conciencia”, las cuales pueden ser reforzadas por un programa o proyecto de educación ambiental: […] conservar el agua no es complicado, lo que pasa es falta de cultura de la conservación del agua, es más fácil deforestarla que reforestarla, por eso le digo que falta un programa para los productores y toda la gente que tiene agua, […], lo que no hemos sabido es conservarla (Productor grande, hombre adulto, comarca Las Limas). Con respecto a resultados obtenidos con las cercas vivas, los árboles dispersos y la regeneración natural para la permanencia de fuentes de agua en las fincas, entre el 50% y el 81% de los diferentes productores opinan que no han visto un resultado favorable. No obstante, Ríos, Andrade e Ibrahim (2008) evaluaron el impacto de las pasturas nativas sobrepastoreadas, pasturas nativas con árboles, pasturas mejoradas con árboles y un bosque secundario intervenido sobre el recurso hídrico en zonas de recarga. Dichos autores concluyeron que los sistemas silvopastoriles, al tener el componente arbóreo, mostraron mayores beneficios hidrológicos en la zona de recarga, ya que disminuyeron la escorrentía superficial e incrementaron la infiltración y favorecieron a una mayor conservación de agua en el suelo. ©Universidad de Caldas 38 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Capital Humano Calidad del agua y salud de la familia La mayoría de los productores pequeños, medianos y grandes (92%, 67% y 75%, respectivamente) afirman que la calidad del agua para consumo doméstico no afecta la salud de sus familias, aunque señalan que los análisis de laboratorio no han sido hechos en sus fuentes de agua. Es de resaltar que el Centro de Salud y la Alcaldía Municipal de Matiguás realizan monitoreos a los pozos de agua comunales que existen en las diferentes veredas. Durante las entrevistas de esta investigación se conoció que algunas de estas pruebas han reportado la presencia de coliformes fecales por encima de los niveles permitidos7. Capacitación en manejo del agua y herpetofauna El 50% de los medianos y grandes productores entrevistados afirman que han recibido capacitaciones sobre el manejo del agua o animales silvestres. El porcentaje es menor (44%) cuando se trata de los pequeños productores. Los entrevistados señalan varias instituciones como las encargadas de trabajar en temas de capacitación y asesoramiento del agua. Ninguno de los productores entrevistados manifestó haber tomado capacitaciones específicas sobre el manejo de la herpetofauna, pese a que el 37% de los entrevistados consideran que alguna especie de reptil o anfibio ha sido problemático para sus animales o cultivos. Varias especies son reportadas como nocivas por los productores, por ejemplo Sceloporus variablilis (lagartija) la cual corta y arranca las plántulas de maíz durante la germinación. Por su baja incidencia, estos daños no son considerados económicamente importantes; 8 además, con prácticas culturales como el uso de la “hulera” , pueden ser alejadas de los cultivos. Un solo productor reportó la aplicación de un biocida de síntesis química para contrarrestar estos ataques. El Rhinella marina es asociado según los productores con enfermedades en juveniles de aves de corral al “chupar” la cloaca. En cerdos este mismo comportamiento ocurre en la herida producto de la castración. En general, de las especies de serpientes reportadas, la mayoría son consideradas como peligrosas para los productores y el ganado. Capital Social Trabajo comunitario y calidad del agua En torno a la problemática del agua, se reporta que en algunas comarcas se organizaron y gestionaron proyectos para garantizar el acceso y abastecimiento permanente del agua. Los entrevistados en su totalidad manifiestan la intención de trabajar con otras personas y consideran que esto podrá mejorar la calidad del agua en su comarca. Es así como surge el proyecto de acueducto comunal en las comarcas de Paiwitas, Paiwas y San Ignacio con una cobertura de 45 familias. Similares estrategias fueron adoptadas en las comarcas Las Limas y Patastule por los productores en la gestión ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 de pozos comunales. En todos los casos, los beneficiarios de los proyectos se asocian y conforman una organización denominada Comité de Agua, la cual tiene como objetivo velar por el buen manejo, administración y uso del agua en los acueductos y pozos públicos rurales de las comarcas. Es importante resaltar que la participación en los comités de agua presentes en la zona de estudio no supera el 44% en los pequeños productores, seguido de los medianos (39%) y grandes (38%). Todos los productores grandes y medianos entrevistados consideran que existen problemas de calidad y acceso en las fuentes de agua local y nacional. En menor porcentaje (88%) los pequeños productores ratifican esta apreciación. A nivel nacional, algunos casos son producto de la explotación excesiva de los acuíferos y a la degradación progresiva de la calidad del agua por las actividades agrícolas e industriales. Esta situación es una amenaza latente para la disponibilidad futura de agua para usos vitales de la población (Castillo et al., 2006). Otros casos relacionados con la contaminación de pozos públicos por empresas (López, 2007), problemáticas por pozos clausurados (Munguía y Pérez, 2007) y la nueva Ley de Aguas (Pantoja y Córdoba, 2007) son algunos de los reportes que frecuentemente son publicados en los diarios nacionales (El Nuevo Diario, La Prensa). Toma de decisiones en la finca Los productores entrevistados comparten la toma de decisiones en el manejo de la finca, en mayor porcentaje los pequeños (88%) y medianos (89%). El 31% de los grandes productores comparten con personas distintas a su familia (mandadores o mayordomos). El más alto porcentaje de participación de las esposas en la toma de decisiones se presenta en los pequeños productores (48%), seguido de los medianos (28%) y en último lugar están los grandes (13%) (Chi cuadrado p = 0,0449). Es de notar que a nivel familiar este último grupo tiene un poco más de preferencia por los hijos en cuanto a la toma de decisiones. Capital Político Legislación e institucionalidad En su totalidad los productores entrevistados consideran que necesitan al gobierno o alguna ONG para proteger y mejorar la calidad del agua. El marco institucional reportado por los productores entrevistados está conformado por 17 entidades gubernamentales y no gubernamentales involucradas en la problemática del agua y la biodiversidad. Las instituciones frecuentemente mencionadas son Nitlapan-UCA (38%), ENACAL (14%), SANEBAR (11%), Agua para la Vida (11%) y FONDEAGRO (6%), el 20% restante está conformado por instituciones varias (Alcaldía Municipal de Matiguás, TROPITECNIA, INTA, MARENA, FONDESER, Centro de Salud San José, Iglesia de Matiguás, MINSA, Cruz Roja, MAGFOR, PROCAMPO, FUDEMAG). Durante las entrevistas, el 37% de los productores al menos reconocen una institución, un porcentaje cercano (34%) no identifican a ninguna entidad. El 14%, 12% y 3% de los productores (pequeños, medianos ©Universidad de Caldas 40 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 y grandes, respectivamente) reconocen dos, tres o cuatro instituciones. Además, citan principalmente como posibles ayudas por parte de estas entidades la adecuación y construcción de pozos y pilas, análisis de calidad de las fuentes de agua para consumo humano y animal, facilitación de materiales relacionados con el transporte de agua, capacitación y asistencia técnica. El 90% de los productores afirman que es necesario la implementación de más leyes que regulen la protección y manejo de los recursos naturales (agua y biodiversidad). Algunos de los factores mencionados por los entrevistados son: falta de conocimiento y aplicación de la legislación (incluyendo la poca presencia de la Policía Nacional o la Alcaldía Municipal), falta de conciencia y educación de los productores. El Consejo Municipal del municipio de Matiguás emanó como medida de control para mitigar los diferentes casos de abuso contra la fauna y flora, la Norma de Regulación y Control en el Manejo y Uso de los Recursos Naturales y del Ambiente (Alcaldía Municipal de Matiguás, 2003). Esta norma no es conocida en la comunidad e incumplida por algunos de los habitantes. Según entrevista realizada a la Policía Nacional (Municipio de Matiguás) en los ocho primeros meses de 2007 se realizaron seis operativos para controlar el transporte de leña. Ningún operativo fue realizado para controlar el vertimiento de aguas residuales en los ríos o quebradas, lavado 9 de vehículos o recipientes para el transporte de productos lácteos o caza y comercialización de animales como Iguana iguana y Ctenosaura similis vedados por el MARENA. Capital Financiero Incentivos y conservación del agua Las tipologías pequeño y grande reconocen en su totalidad que es importante ofrecer un tipo de incentivo y destinar más recursos públicos que favorezcan la conservación y mejoramiento de la calidad y acceso del agua. En un menor porcentaje (94%) los productores medianos consideran favorable estas medidas. Entre los incentivos mencionados por los productores están la construcción de pozos artesianos10, la provisión de materiales para el mejoramiento y adecuación de los pozos artesanales y pilas (tanques de almacenamiento de agua), materiales para el transporte de agua y aislamiento de las nacientes, análisis de la calidad del agua, entre otros (Figura 2). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Algunos productores afirman que hay una ausencia de instituciones financieras que otorgan créditos, préstamos o incentivos monetarios para la construcción de obras de almacenaje, conducción o abastecimiento del agua en las fincas. Esta información fue corroborada con las instituciones que ofrecen paquetes financieros en el Municipio. No obstante, algunos productores logran financiamiento para estas obras, utilizando ante las financieras figuras distintas de inversión del dinero a las aprobadas. Sí, tome un crédito para hacer el pozo […] no dije que era para hacer el pozo, porque no me lo daban, sí me dan para vacas, para ganado pues, pero para pozo no, para construcciones no. Yo dije voy a comprar dos vacas, bueno entonces tomé 1895 11 dólares [se refiere a la respuesta de la financiera], me fueron a ver las vacas, entonces yo di las mías e invertí el dinero en el pozo (Productora mediana, mujer adulta, comarca Patastule). Otro factor importante es que el 100% de los entrevistados opinan que mejorar la calidad y cantidad de las fuentes hídricas de consumo humano y animal presentes en las fincas valorizará las propiedades. Consideran igualmente que la madera y las vías de acceso que estén en la finca también influirán sobre el valor de la propiedad. También recomiendan la época ideal para comprar una finca en verano, otros afirman que muchas fincas dependen de la época (invierno y verano) para su óptima producción. Un productor entrevistado opina al respecto: [...] en verano, para saber si tiene agua, ver cómo es el pasto, porque en el verano todo se escasea. […] hay otras que solo son ©Universidad de Caldas 42 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 fincas veraneras, porque en el verano llueve menos, hay agua y pastos, hay otras que solo son de invierno, que solo en el invierno hay agua y hay comida, hay otras que sirven en las dos épocas, tienen agua en el invierno y en el verano, no son frías, no tienen demasiada precipitación de agua y no son muy fangosas, pueden andar en el invierno y en el verano los animales, esa es la finca cara, porque sirven en las dos épocas (Productor grande, hombre adulto, comarca Las Limas). Igualmente, la mayoría de los productores (75% al 80%) piensan que si cambian las pasturas naturales a pasturas mejoradas podrán obtener un mayor beneficio para la finca y la familia. Además, creen que adquirir más tierras o colocar riego no ayudará a mejorar la situación económica del hogar. Inversión y gastos relacionados con disponibilidad de agua Muy pocos de los entrevistados dijeron cuánto dinero gastan e invierten al año para tener agua para uso humano y animal en las fincas. Los gastos estimados varían de acuerdo a la actividad realizada que van desde 52 dólares hasta 2700 dólares, pero la gran mayoría son conscientes de que realizan una inversión para lograr el acceso al agua. Para la construcción de un pozo los productores invierten de 217 a 12 1283 dólares , este costo depende de factores como la profundidad de cavado, dureza del suelo, revestimiento de las paredes, brocado y tipo de bomba. Según lo narrado por un “pocero” entrevistado, la localización del sitio de perforación (dos posibles puntos) vale 54 dólares, cavar una vara cuesta 5 dólares y el brocal o revestimiento final vale 108 dólares. Sin embargo, algunos productores mencionaron que otro pocero cobra 11 dólares por ubicar el punto, en algunos casos por amistad esta misma persona no cobra por sus servicios. En algunas fincas la cavada del pozo la realiza el padre en compañía de sus hijos. Las personas que tienen acueducto pagan una mensualidad por este servicio de 0,54 dólar, el dinero recaudado es manejado por el Comité de Agua quien decide su inversión, principalmente es para reparaciones en las tuberías. En el caso de los pozos comunales la tarifa mensual es determinada por el Comité de Agua, en promedio es de 1 dólar mensual, el cual va a un fondo común que es administrado por el Comité. El dinero recaudado es utilizado en las reparaciones necesarias del área comunal del pozo. Otros gastos incurridos por algunos de los productores son: adecuación de pilas o albercas, compra de pichingas o barriles, transporte de agua y reforestación de las fuentes de agua. Accidentes ofídicos Los accidentes ofídicos se dan principalmente en ganado, algunos en equinos y unos pocos en gallinas. El mayor porcentaje (63%) de ataques ofídicos en las fincas se presentan en el grupo de grandes productores, seguido de los medianos (33%) y por último los pequeños (24%) (Chi Cuadrado p = 0,0429). Esta distribución en el ataque puede relacionarse con el hecho de que los grandes ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 productores cuentan con más cabezas de ganado por unidad de área que los otros grupos, aumentando la probabilidad de que un evento de esta naturaleza ocurra. Al respecto, la bibliografía consultada reporta que en sistemas de producción de doble propósito en la región central del Pacífico (Costa Rica) el 5% de productores entrevistados (n = 44) citan a las serpientes como problema para el ganado (Fujisaka et al., 1997). La especie Bothrops asper conocida localmente como Barba Amarilla es la más citada durante los talleres con grupos focales en ataques ofídicos, seguida de Lachesis stenophrys (Matabuey). Esta última serpiente no se reportó en los muestreos realizados en fincas ganaderas del municipio de Matiguás (Gómez-Martínez et al., 2011), los registros más cercanos para la zona son en el municipio de Chontales (Köhler, 2001). Además, Solórzano (2004) y Köhler (2003) describen que L. stenophrys se relaciona estrechamente con la selva húmeda inalterada o bosque lluvioso primario, haciéndola muy vulnerable debido a la acelerada destrucción de la cobertura natural. Esto posiblemente indica que es otra especie la responsable de los accidentes en las fincas ganaderas del municipio de Matiguás, como la serpiente Xenodon rabdocephalus conocida como la falsa terciopelo. Como síntoma del ataque ofídico en el ganado, los entrevistados señalan que se presenta inflación y secreciones de la zona afectada por acción del veneno, esto coincide con lo reportado por varios autores quienes consideran que el veneno está constituido por más de 50 sustancias, entre ellas la histamina, la serotonina y otros péptidos, que son los responsables de provocar la actividad inflamatoria, acciones vasomotoras y la producción de dolor durante el envenenamiento (INS, 2000; Rodríguez-Acosta, 2001; CastrillónEstrada, Acosta-Vélez y Hernández-Ruiz, 2007). En otros casos los entrevistados reportan la Boa constrictor principalmente como la causante de ataques a aves de corral. La información suministrada por el personal médico del Centro de Salud San José de Matiguás relacionada con accidentes ofídicos fue: nueve casos registrados en el 2006, de los cuales un solo caso fue por mordida de serpiente venenosa (no identificada). Para el 2007 (enero hasta agosto) se reportaron tres casos, ninguno por serpiente venenosa. Más de la mitad de los ataques ofídicos reportados en estos años se presentaron en menores de edad (1 a 17 años). Cuatro de los pacientes realizaban actividades agrícolas y de lavandería en los ríos al momento de la mordedura por serpiente. Según lo reportado por el Centro de Salud se cree que son más los casos de este tipo, pero debido a diversos factores, principalmente el cultural, los afectados no buscan tratamiento médico especializado, sino que acuden a prácticas de medicina tradicional como los curanderos. Este tipo de tratamiento es muy practicado también en el ganado. ©Universidad de Caldas 44 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Capital Cultural Usos de la herpetofauna Un 28% de los pequeños y medianos productores utilizan algún reptil o anfibio como medicinal, y en menor porcentaje los grandes productores emplean estos animales (6%). Dentro de los usos más frecuentes de la herpetofauna como medicinal, se menciona la utilización de sapos (Incilius coccifer) como posible remedio o cura para la erisipela13. Los productores reportan que los usan de la siguiente manera: […] uno lo agarra y se lo pasa en ayunas en todo aquello que le da uno, se pasa varias veces ahí, el sapito mire se pone más lleno de borroñitas como él, se sopla se revienta y se muere y uno se cura de eso […] es cierto porque yo lo probé en una nietecita que sufrió de eso (Productor pequeño, mujer adulta, comarca San Ignacio). Para otras afecciones de la piel, se reporta el empleo de lagartijas: […] la lagartija si, la hemos utilizado, o sea que yo la he utilizado, no sé si los demás la han utilizado, pero yo la he utilizado, hay una enfermedad que le sale debajo del pie, a una, que le dicen ojo de pescado, es como una ampollita pero es dura, se siente como una estaquita para dentro, entonces ese animalito lo hemos utilizado agarrándolo y pasándose así sobre él en forma de cruz, pasándola así para allá, aquí para allá [hace la seña de la cruz en su pie], es la lagartija de paredes, una que es amarillita brillanta, y se sana porque yo padecía de eso, porque me lastimaba algo y tá! como que me hincaba, y se quita, porque a mí me la dieron de remedio […] (Productor pequeño, mujer adulta, San Ignacio). Aceites extraídos de serpientes (B. constrictor) e iguanas (Iguana iguana) son utilizados en los dolores de las articulaciones, “huesos” y otras afecciones reumáticas, hematomas por golpes en humanos y animales e inflamación de la ubre en el ganado. La forma reportada en las entrevistas y talleres es la siguiente: […] entonces una lo mata en la mañana un ejemplo y se cuelga, y ya hasta en la tarde el aceite está abajo de viaje, entonces ese tuco [trozo o parte] de ahí se echa a freír y de ahí sale el aceite de la boa (Productor pequeño, hombre adulto,comarca Las Limas). Otros productores reportan usar las boas como controladores biológicos de ratas y otros roedores, como lo cita un mediano productor de la comarca Paiwitas: ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 […] he dejado cuatro bobas en la caña para que me controlen los ratones y ahora no tengo problemas. Una boba la llevé a la frijolera. […] en la casa se alborotó una ratonera, entonces agarre una [boa] y la traje para acá, la metimos debajo de una cama y se comió toditos los ratones […]. Usos similares en la cura de la erisipela durante la época hispanomusulmana o andalusí (siglo IX al XII) en España son reportados por Casal y Casal (2004), los escritos narran un tratamiento para las “placas de erisipela” que consistía en aplicar un sapo vivo abierto en canal en la zona afectada, este remedio según la lógica de los autores ya está en desuso. Reportes similares en Panamá son hechos por Garay (1932) quien cita los efectos del vientre frío del sapo que se frota contra las partes afectadas por la erisipela. Otros usos de los bufos son citados por Durán (2006) y Ramírez (2006). Cacería y comercialización de la herpetofauna Del 49% de los productores que consumen reptiles o anfibios, la especie más utilizada es la iguana (Iguana iguana) y el garrobo (Ctenosaura similis). Dos casos fueron reportados de consumo de ranas (especies no identificadas) y serpientes (Boa constrictor). La cacería de animales silvestres la practican del 8% al 13% de los productores, reportándose un mayor hábito dentro de la tipología grande. Es de anotar que algunos productores asocian la disminución o ausencia de las iguanas y garrobos en las comarcas con la cacería indiscriminada por parte de los habitantes de estas zonas y no con la disminución de las fuentes de agua. Las razones principales de consumo de la carne de iguana y el garrobo reportadas por los productores, es su alto contenido nutricional (“de mucho alimento”) y su buen sabor (“es rica”). El consumo de los huevos de la iguana fue mencionado pocas veces. Gutiérrez (1996) encontró que los habitantes de la región de Cosigüina (Nicaragua) atribuyen a la carne de garrobo propiedades medicinales y que los hombres de la comunidad insisten en afirmar que el consumo de este animal es reconstituyente y con propiedades afrodisiacas. Los entrevistados reportan que la mayor presión de caza para estos reptiles es en los meses de abril y mayo, incrementándose en la época de Semana Santa y coincidiendo con el periodo de veda establecido por el MARENA que se aplica desde el 1 de enero al 30 de abril de cada año (MARENA, 2004). El aumento del consumo de estos animales en Matiguás obedece a la costumbre tradicional nicaragüense de preparar carne de garrobo e iguana en la época de cuaresma, al servir de reemplazo de otras carnes, lo cual coincide con lo reportado para la región Pacífica del país (Gutiérrez, 1996). Otro punto relacionado con la caza y comercialización de fauna, es la adopción de mascotas, muy frecuente en los medianos productores con un 44%, los grupos restantes se encuentran entre el 20% y 13%. La compra de animales silvestres no supera el 12% de los entrevistados. ©Universidad de Caldas 46 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Conocimiento de la herpetofauna Los nombres comunes utilizados por los productores para identificar a las especies de reptiles y anfibios fueron aprendidos en su mayoría (93%) de sus padres. Sin embargo se encontró que dentro de la clase Reptilia, las especies del orden Serpentes son identificadas por los productores con más nombres que las especies del orden Sauria; en este último es muy generalizado el uso de los nombres gallego, cherepo y lagartija. En la clase Amphibia, las especies que conforman el orden Anura, los sapos (género Bufo) tienen nombres comunes locales, lo contrario ocurre con las ranas, las cuales son denominadas de acuerdo a su coloración o hábitos ecológicos. Los nombres comunes fueron mencionados por los productores durante los talleres con grupos focales, después de su identificación por medio de láminas fotográficas de las especias más abundantes reportadas para la zona. En general el 82% de los productores diferencian una rana de un sapo, en cambio el porcentaje disminuye cuando tienen que reconocer una serpiente venenosa de una no venenosa. Un estudio etnozoológico realizado por Sánchez (2006) en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca en México, encontró que varios de los nombres asignados a las diferentes especies tienen correspondencia a su morfología o etología. Por ejemplo, el nombre mangua de las ranas, que significa “patas largas”, hace referencia a las extremidades posteriores del anuro. Similares denominaciones tienen las serpientes como la cascabel (Crotalus triseriatus), que recibe el nombre de Kihmi-poseé, que en mazahua se refiere a las manchas que cubren su piel. Es de anotar que un gran número de productores desconocen los beneficios o el papel ecológico que puede desempeñar la herpetofauna en los sistemas productivos –controladores biológicos, polinización y dispersión de semillas (Galindo-Uribe y Hoyos-Hoyos, 2007)– y fuentes de agua (indicadores biológicos). Por lo anterior, demandan capacitaciones sobre el manejo de anfibios y reptiles, principalmente el reconocimiento y manipulación de serpientes. Otros productores afirman que las ranas y sapos por su coloración oscura y la textura de la piel (presencia de glándulas pronunciadas en las especies de la familia Bufonidae) son indicadores de suciedad o simplemente son rechazados por su estética. Creencias populares sobre la herpetofauna La sabiduría campesina transmitida de generación en generación por medios orales y de experiencia juega un papel importante en el reconocimiento y uso de la biodiversidad, ya que es adquirida del medio ambiente mediante sistemas particulares de cognición y percepción (Altieri, 1991). Además, se basa en un proceso histórico de acumulación y transmisión de conocimientos que se incrementa con la experiencia del propio productor, adquirida durante la repetición del ciclo productivo y su cultura que resultan útiles para manejar los ecosistemas (Ocampo y Escobedo, 2006). En el conocimiento local de los productores, algunas especies de reptiles y anfibios son consideradas peligrosas por presentar ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 comportamientos que ponen en riesgo la integridad física de pobladores de la zona y sus animales (Figura 3). Repetidamente los productores señalaron la serpiente “boba” (Boa constrictor): la “mordedura puede ser letal debido a la presencia de veneno en ciertas horas” (a la madrugada y cuando inicia la noche). Apreciación errónea debido a que esta especie de serpiente presenta una dentición de tipo aglifa (Solórzano, 2004). Insistentemente durante los talleres con grupos focales la gran mayoría de los productores afirmaron que las serpientes Erythrolamprus mimus, Pliocercus euryzonus, Oxyrhopus petolarius, Lampropeltis triangulum y Micrurus nigrocinctus, conocidas localmente como corales, son venenosas, además hicieron énfasis en que estos colubridae pican o hincan con la cola, debido a un aguijón presente en esta parte de su cuerpo el cual puede causar la muerte en humanos. En el caso de la mordedura, de las especies reportadas como corales falsas, solo M. nigrocinctus es letal por su veneno neurotóxico (Savage, 2002). Es importante indicar que O. petolarius, E. mimus y P. euryzonus presentan veneno moderadamente tóxico utilizado para inmovilizar las presas, y la mordedura en humanos (en los dos últimos casos) puede causar dolor local, inflamación y hematomas moderados (Solórzano, 2004). Otra creencia muy común entre los productores es con la serpiente mica (Spilotes pullatus), descrita como “un animal de mucha fuerza en su cola”. Además citan que esta parte del cuerpo es utilizada en forma de látigo para defenderse. Algunos productores cuentan historias sobre este colubridae que es empleado en el entrenamiento de algunos productores para desarrollar destrezas y habilidades con el machete. Algunas de las apreciaciones anteriores son típicas de la etología de la S. pullatus. Al respecto, Solórzano (2004) describe esta especie como una serpiente activa en la búsqueda de sus presas, con movimientos ágiles y rápidos, de hábitos terrestres y arborícolas. Presenta como medida defensiva disposición a morder, levantando generalmente la cabeza e inflando el tercio anterior del cuerpo, mientras vibra fuertemente la cola contra el suelo. Sin embargo, es equivocado creer que la mordedura de S. pullatus puede causar la muerte, el veneno es ausente en su dentición (Savage, 2002; Solórzano, 2004). ©Universidad de Caldas 48 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Localización de agua a través de la técnica del “posero” En repetidas ocasiones la técnica de vareo es muy utilizada por los productores en la búsqueda de agua del subsuelo para la construcción de pozos (“pozos cobados”). Según reportes de los entrevistados, esta práctica aumentó durante los últimos años en las comarcas Patastule y Las Limas debido a la creciente necesidad de construcción de fuentes de agua alternas para consumo animal y humano. La técnica del vareo es realizada por pocas personas denominados “poceros”14, quienes utilizan un alambre o alambrón de cobre no superior a un metro de largo y en forma de U. Estas personas argumentan que “es un don que Dios les dio”, en el caso del “pocero” entrevistado, comentó que ninguno de sus hijos puede realizar esta práctica. Antes de iniciar el recorrido para localizar el punto exacto donde se debe comenzar la perforación, los “poseros” tienen en cuenta posibles sitios que fueron seleccionados tomando criterios como: ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 fácil acceso, cercanía a la casa, proximidad a los bebederos o galeras, presencia de rocas, tipo de vegetación circundante y lugar seleccionado por el dueño. La búsqueda se realiza mientras se toma con las manos los extremos del alambre y conservando la forma de U. Cuando se encuentra un punto ideal (agua en el subsuelo) el alambre empieza a tener ondulaciones o movimientos bruscos, en algunos casos se retuerce o se rompe. La intensidad de las vibraciones en las manos determina la profundidad a la que se debe cavar para encontrar el agua y la cantidad de la misma. Estudios realizados a un grupo de campesinos en la región de Atlixco, Puebla (México) mostraron resultados similares en cuanto a la técnica de localización de agua para la construcción de pozos. Personas denominadas “vareros” utilizan trozos de madera de forma lineal y en estado verde de cuatro especies vegetales reportadas para tal fin, en algunos casos emplean trozos de alambre de cobre. Conocer el ancho de la corriente es importante, porque a partir de este dato es la recomendación que el “varero” hace al solicitante (Ocampo y Escobedo, 2006). Capital Construido Infraestructura y tecnologías relacionadas con la conservación y mejoramiento de la calidad del agua La percepción del 97% de los productores es que los sistemas silvopastoriles tienen una relación positiva con la calidad del agua y el número de reptiles y anfibios presentes en las fincas. Algunos argumentan que desde que dejaron árboles dispersos en los potreros o han colocado cercas vivas, estas prácticas ayudaron a proteger a los animales, además ven que las fuentes de agua en sus propiedades han sostenido su caudal durante más tiempo en la época de verano. Situación similar es reportada por Cerdán et ál. (2012), quienes encontraron que los productores conocen aspectos de la regulación del microclima por parte de los árboles en sistemas agroforestales de café en Centroamérica. Acerca de si ha mejorado la calidad y la cantidad de agua en la finca con la implementación de sistemas silvopastoriles y si estos favorecen a la herpetofauna, un productor afirma: […] sí, la cantidad de agua y la calidad de pasto pues, porque ahora tengo mucho pasto de corte y mantengo más ganado, hay más leche, por lo menos antes sacaba menos leche en este tiempo, ahora saco más y que debía ser lo contrario, pues me he preparado para estos tiempos con el agua, con la comida y no tengo problema en el verano, no tengo problema (Productor grande, hombre mayor, comarca Las Limas). Estudios realizados en Nicaragua y Costa Rica demostraron que la sustitución de pasturas nativas por mejoradas ayudan a disminuir la escorrentía y aumentar la infiltración (pasturas arboladas), resultados similares pueden ser vistos con los bancos forrajeros (gramíneas y leñosas) que debido a la alta densidad y a la elevada ©Universidad de Caldas 50 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 cobertura del suelo disminuyen el impacto de las gotas de agua sobre el suelo y la velocidad de la escorrentía (Ríos et al., 2007). Es de resaltar que un solo productor de los entrevistados (n = 59) aseguró que el nivel de su fuente de agua (quebrada) aumentó cuando él taló los arboles grandes de la rivera de la quebrada. Un comportamiento similar fue reportado en Villa Mills, Costa Rica, donde según las investigaciones ejecutadas en bosque nuboso natural con extracción del 20 o 30% del área basal de troncos recuperó fuentes de agua de aproximadamente 9300m3 ha–1 y 10500m3 ha–1 respectivamente, un volumen (7600 m3 ha–1) mayor de captación que el bosque sin explotación (Turcios, 1995). Los nacimientos de agua son cercados por la mitad de los grandes productores y un 32% y 39% por los pequeños y medianos, respectivamente. De las prácticas realizadas por estos productores para proteger sus nacimientos, se encuentra una relación entre el cercado y la siembra de árboles y arbustos con el tipo de productor (Chi cuadrado p = 0,0016) siendo más frecuente en la tipología grande (44%), seguido de los pequeños (16%) y en ninguno de los casos los productores medianos realizan estas prácticas en conjunto, ya que la mitad de ellos siembran árboles sin cercar la naciente. El 42% de los productores efectúan otras prácticas para proteger sus nacientes de agua. La protección de fuentes agua como riachuelos, quebradas, o ríos que cruzan por las fincas es realizada por la totalidad de los pequeños productores y por la mayoría (94%) de los medianos y grandes. Según los tres tipos de productores, las actividades más frecuentes para la protección de estos cuerpos de agua son la regeneración natural (92%) y la siembra de árboles y arbustos (36%). En menor porcentaje (3%), se citan actividades como evitar que lleguen las aguas residuales a los cuerpos de agua e instalar bebederos en los potreros. No obstante, es importante resaltar que ninguno de los pequeños y medianos productores evita el acceso del ganado a las quebradas o ríos que pasan por su propiedad, y solo el 13% de la tipología grande realizan esta actividad. Más aún se señala que los productores deben garantizar el acceso del ganado a las fuentes de agua durante las jornadas de pastoreo haciendo puntos de bebederos sobre las quebradas o ríos (“aguaderos”). En relación con la infraestructura presente en las fincas, se observa una concordancia con las tipologías de los productores (Chi cuadrado p ≤ 0,005). El almacenamiento del agua es realizado en menor grado por los productores pequeños (12%) y grandes (6%) y ausente en los medianos. Los productores pequeños reportan más letrinas (92%, Chi Cuadrado p = 0,0262) y agua por tubería dentro de las casas (48%, Chi Cuadrado p = 0,01) que los productores medianos y grandes. Específicamente para los grandes productores es muy poca la utilización de tubería para llevar el agua hasta sus casas (6%), esto posiblemente se debe a la alta existencia (93%, Chi Cuadrado p = 0,0002) de pozos en sus fincas; los productores pequeños son los que menos tienen pozos y repetidas veces se menciona dentro de las entrevistas su interés por construir o mejorar los presentes. Se encontró en algunos sitios que los productores tienen pozos propios en las fincas, esto reduce el uso de las construcciones comunales. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 CONCLUSIONES El bienestar de los productores ganaderos se ve afectado por la calidad y cantidad del agua presente en las fincas. La salud del finquero y sus animales puede verse afectada por la calidad y cantidad del agua. Cuando el agua es abundante y permanente durante todo el año, el bienestar de los productores es menos vulnerable. En el caso contrario, los productores deben realizar labores o gastos adicionales para suplir su necesidad del agua. Los productores ganaderos del municipio de Matiguás reconocen que la problemática existente en torno al agua a nivel local, regional y nacional está fuertemente relacionada con las prácticas agrícolas y pecuarias. Además, identifican los principales contaminantes de las fuentes de agua. Puntualmente en la finca perciben que la aplicación de químicos, la deforestación (“despale”) y el ingreso del ganado a las quebradas o ríos causan contaminación y deterioro en las fuentes de agua. Otros contaminantes son el lavado de vehículos (mayor proporción camiones transportadores de leche y ganado) y de recipientes utilizados en el transporte de leche, así como las aguas residuales de las queseras de la zona. La percepción de los diferentes grupos de productores (grandes, medianos y pequeños) en el municipio de Matiguás con respecto a la relación entre biodiversidad y calidad de agua y sus capitales (social, humano, político, natural, físico, financiero y cultural) en fincas ganaderas es muy similar. Esto favorece la toma de decisiones, elaboración y ejecución de proyectos o programas en la zona de estudio ya que no sería necesario la estratificación o diseño de propuestas distintas para cada grupo. De la herpetofauna reportada para el municipio de Matiguás y relacionada con las fuentes de agua, algunas especies de reptiles y anfibios tienen un significado e importancia para la comunidad, ya sea como fuente de alimento, controladores biológicos, tratamientos de enfermedades o indicadores del clima (inicio de la temporada de lluvias). Entre los anfibios se reporta el uso medicinal de Incilius coccifer en el tratamiento de la erisipela y en los reptiles Hemidactylus frenatus (lagartija) es empleada para el mal de ojo de pescado y el aceite de Boa constrictor en las afecciones reumáticas. En la gastronomía tradicional la Iguana iguana y Ctenosaura similis son las principales especies utilizadas en la dieta durante la época de cuaresma. Otros casos (Boa constrictor) se registraron como controladores biológicos de roedores e insectos. Los productores reconocen que hace falta una mejor implementación y aplicación de las leyes por las autoridades o entidades encargadas del área ambiental del municipio de Matiguás, así como programas de concientización y educación sobre la problemática del agua y los recursos naturales producto de las actividades pecuarias y ganaderas. Esto ocasiona un debilitamiento en las relaciones entre las instituciones y los productores (capital político) al no sentirse protegidos, respaldados y apoyados por las organizaciones. ©Universidad de Caldas 52 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 AGRADECIMIENTOS El financiamiento para la investigación mencionada en este artículo viene del World Bank-Bank Netherlands Partnership Program para el proyecto “The Impact of Improved Cattle Management Practices on Biodiversity Conservation”. Damos las gracias a los productores ganaderos de Paiwas, Paiwitas, Las Limas, Patastule y San Ignacio quienes nos permitieron trabajar en sus fincas y nos dieron parte de su tiempo y vivencias al momento de las entrevistas. REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Alcaldía Municipal de Matiguás. (2003). Norma de Regulación y Control en el Manejo y Uso de los Recursos Naturales y del Ambiente. La Gaceta, 15-05-03, 2409-2414. Altieri, M.A. (1991). ¿Por qué estudiar la agricultura tradicional? 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Profesor e Investigador, Grupo de Ganadería y Manejo del Medio Ambiente (GAMMA), Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza - CATIE, Costa Rica. [email protected] 4. La estratificación fue realizada por medio de clúster de acuerdo a las siguientes variables: (i) Porcentaje del área agrícola en la finca según usos de suelo. (ii) Hectáreas unidades de trabajo familiar-1 (haUTF-1). (iii) Total de vacas unidad de trabajo familiar-1 (vacasUTF1 ). (iv) Porcentaje de pastos en la finca. (v) Total días hombres unidad de área-1 (dht ha-1). 5. Los productores se refieren insistentemente a una sentida ausencia de institucionalidad y a la falta de implementación de leyes. 6. Como se afirmó repetidas veces en las conversaciones y entrevistas con los productores. 7. En Costa Rica el Reglamento para la Evaluación y Clasificación de la Calidad de Cuerpos de Agua Superficiales determina para el abastecimiento de agua para uso y consumo humano (Clase 1) permite < 20 unidades formadoras colonias (UFC), con tratamiento simple de desinfección (MINAE, 2007). En Honduras la Norma Técnica Nacional para la Calidad del Agua Potable no permite la presencia de UFC (Reyes, 2006). 8. Resortera o tirachinas, horquilla con mango a cuyos extremos se unen los de una goma para estirarla y disparar así piedrecillas, perdigones, etc. (RAE, 2007). 9. Pese a que está prohibido el lavado de vehículos y otras actividades, es muy frecuente en el puente del río Bulbul (12°49’36,72” N 85°26’12,85” O) encontrar libremente la realización de esta actividad (observación personal). 10. Pozos perforados, de diámetros reducidos y construcción totalmente mecanizada. 11. 18,47 córdobas por un dólar americano, según la tasa de cambio oficial al 10 de julio de 2007 (BCN, 2007). 12. 18,47 córdobas por un dólar americano, según la tasa de cambio oficial al 10 de julio de 2007 (BCN, 2007). 13. Inflamación infecciosa aguda en placas que afecta la epidermis, ligada generalmente a fiebre, linfangitis, leucocitosis y ocasionalmente adenopatías regionales, típicamente está asociada al Streptococcus pyogenes (Fica, 2003). 14. Sinónimo a zahoríes: personas que detectan manantiales, corrientes subterráneas de agua o incluso sustancias minerales (Ocampo y Escobedo, 2006). Para citar este artículo: Gómez-Martínez, M. J., Gutiérrez-Montes, I. & Declerck, F. (2014). Percepción local acerca de la calidad del agua y la herpetofauna en fincas ganaderas del municipio de Matiguás, Nicaragua. Revista Luna Azul, 38, 30-57. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=893 ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 30-57 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 DISTRIBUCIÓN DEL CONOCIMIENTO Y USOS POR GENERACIÓN Y GÉNERO DE PLANTAS COMESTIBLES EN TRES COMUNIDADES AFRODESCENDIENTES EN BOLÍVAR, COLOMBIA M.W. Pasquini1 Carolina Sánchez-Ospina2 Juan-Salvador Mendoza3 Recibido el 7 de agosto 2013 y aprobado el 5 de octubre de 2013 RESUMEN Durante las últimas dos décadas se han desarrollado muchas iniciativas para el rescate y la valoración de la diversidad de plantas útiles subutilizadas en distintas regiones del mundo. En Colombia se han realizado varias investigaciones etnobotánicas, sin embargo, se requiere ampliar las investigaciones sobre el uso de plantas comestibles por comunidades afrodescendientes. El objetivo global de la investigación era contribuir a la identificación de los saberes de las comunidades afrodescendientes de la Costa Caribe colombiana con respecto a la utilización, sistemas de manejo y producción de las plantas comestibles tradicionales. Este artículo se enfoca en la pregunta de cómo se distribuyen los saberes y cambian las prácticas de uso por generación y género de las plantas en tres comunidades del departamento de Bolívar. A través de una actividad con familias sobre el reconocimiento de 91 plantas se evidenció una pérdida intergeneracional de saberes y tradiciones de uso. Los porcentajes altos de no consumo y/o de consumo no reciente en combinación con las explicaciones dadas en grupos focales sugieren un declive en el uso alimenticio de alrededor de 20 plantas, en su mayoría silvestres y semisilvestres. Las razones dadas variaban según las plantas e incluían percepciones de cambio en las costumbres de producción, preparación de alimentos y consumo, y desaparición de ciertas plantas a causa de cambios en las prácticas de gestión del territorio y de los recursos naturales. Los adultos mayores pueden reconocer más plantas de las que usan. Los hombres reportaron niveles de reconocimiento más altos en comparación a las mujeres para el caso de 28 especies, principalmente de estatus silvestre. Los resultados muestran que el diseño de estrategias exitosas de fomento de procesos de desarrollo rural sostenible que pongan en valor la gran diversidad de plantas comestibles de la región necesita un enfoque diferencial según usuarios y recursos. PALABRAS CLAVE Etnobotánica, conocimiento tradicional, alimentos silvestres, afrocolombianos. ©Universidad de Caldas plantas comestibles, 58 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 DISTRIBUTION OF KNOWLEDGE AND OF USES OF EDIBLE PLANTS BY GENERATION AND GENDER IN THREE AFRICAN DESCENDANT COMMUNITIES IN BOLÍVAR, COLOMBIA ABSTRACT In the last two decades a significant number of initiatives have been undertaken to promote and revalue the diversity of useful underutilized plants in various regions around the world. In Colombia there have been various ethnobotanical studies, however, there is still a need for further research, particularly on the use of food plants in Afro-descendant communities. The overall objective of this research project was to contribute to the documentation of the use of traditional food plants and knowledge of the management and production systems by Afro-descendant communities in the Colombian Caribbean coastal region. This article focuses specifically on the question of how knowledge is distributed and how use practices of the plants change by generation and gender in three communities in the department of Bolívar. Through a recognition exercise, undertaken with families on 91 plants, evidence was found of intergenerational loss of knowledge and traditions of use. High percentages of reported non-consumption and/or not recent consumption combined with explanations given in focus groups, suggest a decline in the food use of about 20 species, the majority of them having wild and semi-wild status. The reasons given varied depending on the plant species and included perceptions of change in production and food preparation and consumption practices and the disappearance of certain plants because of changes in land use and natural resource management. Older respondents recognized more plants than they actually used. Recognition rates by men were higher in comparison to women in the case of 28 plants, mainly wild resources. These results highlight that the design of successful strategies to promote sustainable rural development processes which revalue the significant diversity of food plants in the region requires a differential focus depending on the user and the type of resource. KEY WORDS ethnobotany, traditional knowledge, food plants, wild foods, AfroColombians. INTRODUCCIÓN La rápida pérdida del conocimiento etnobotánico en las distintas regiones del mundo sigue causando preocupación y debate en la literatura académica acerca de las medidas a tomar para frenarla (Ramírez, 2007). Con el progresivo reconocimiento de sus aportes vitales para el desarrollo rural (Pardo y Gómez, 2003; Padulosi, 2011) y también para los sistemas de producción y consumo en ámbitos urbanos y periurbanos (Ambrose-Oji, 2009; Shackleton, ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Pasquini y Drescher, 2009), las últimas dos décadas han sido marcadas por un número creciente de iniciativas para el rescate y la valoración de la ríquisima diversidad de plantas útiles4. En Colombia varios estudios han documentado la diversidad de plantas utilizadas para distintos fines por varias comunidades; sin embargo, el grueso de los esfuerzos de la etnobotánica han estado concentrados en las comunidades indígenas, pasando por alto los conocimientos botánicos de las comunidades afrodescendientes (Maya, 2000) e incluso desconociéndolos como saberes válidos (Arocha et al., 2007). En realidad, como demuestran varios trabajos geográficos e históricos, la herencia de los africanos esclavizados ha influido significativamente sobre las prácticas agrícolas, el manejo y conocimiento contemporáneo en torno a los recursos naturales. Los esclavizados africanos introdujeron cultivos en el Nuevo Mundo y aportaron sus conocimientos sobre las prácticas de cultivo y de procesamiento (Carney, 2006). El análisis de Carney (2003) sobre el uso de plantas con fines terapéuticos en la zona del Caribe en relación a los usos en África occidental, muestra cómo se fusionaron dos sistemas de conocimiento, por medio de la experimentación de los esclavizados con plantas pertenecientes a las mismas familias botánicas que conocían desde sus países de origen por sus propiedades curativas, y por la adopción de conocimientos de la farmacopea amerindia. Como se resaltó durante el lanzamiento de la Sociedad Colombiana de Etnobiología en 2011, reconocer e incorporar los conocimientos de las comunidades afrodescendientes, indígenas y campesinas del país resulta imprescindible para lograr una gestión sostenible del territorio (Cruz y Sarmiento, 2012). Entre algunos de los trabajos de etnobotánica afrocolombiana que han tocado el tema de plantas comestibles, las cuales son el enfoque de este artículo, se puede señalar la descripción de flora de San Andrés y Providencia, con énfasis en plantas útiles (González, Nelson y Lowy, 1995), una investigación realizada en cuatro comunidades del municipio de Quibdó (Pino y Valois, 2004), un estudio de percepción y valoración de recursos fitogenéticos en una comunidad del municipio de Tumaco (Arroyo y Leyton, 1998), un estudio sobre la distribución y uso de palmas en el departamento de Chocó (Ríos et al., 1998) y varios estudios realizados en el Chocó 5 biogeográfico sobre zoteas , que incluyen investigaciones y trabajos participativos de conservación y recuperación de la biodiversidad, recopilados en el libro editado por Arroyo et al. (2001). Adicionalmente de interés para la investigación fueron algunos aspectos etnobotánicos publicados en las floras para el centro de Bolívar (Romero-Castañeda, 1965) y de los departamentos de Magdalena y Atlántico (Romero-Castañeda, 1965; Rodríguez et al., 2012), al igual que un estudio etnobotánico de la comunidad de San Jacinto en Bolívar que incluye plantas alimenticias (Bonzani, 1995) y una historia de la gastronomía del Caribe colombiano (Morales, 2010). El objetivo global de la investigación realizada era contribuir a la identificación de los saberes de las comunidades afrodescendientes en la Costa Caribe colombiana sobre la utilización, sistemas de ©Universidad de Caldas 60 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 manejo y producción de las plantas comestibles, para fomentar su aprovechamiento en beneficio de las comunidades. En este artículo se presentan los resultados parciales de dicha investigación, enfocándose en la pregunta de cómo el género y la edad influyen sobre el reconocimiento y el uso reportado de diferentes recursos en tres comunidades del departamento de Bolívar. MATERIALES Y MÉTODOS El estudio de caso se llevó a cabo en las localidades de Barú (Distrito Turístico y Cultural de Cartagena de Indias), María la Baja (municipio de María la Baja) y San Basilio de Palenque (municipio de Mahates) (Figura 1) y se desarrolló en tres fases que se describirán brevemente, aunque los resultados de este artículo se refieren principalmente a la fase 2, complementados con información de la fase 3. Esta sección está organizada en tres partes: una descripción de las tres localidades, la descripción de las etapas de la metodología y las características de la muestra de la actividad de reconocimiento con familias desarrollada durante la fase 2. Descripción de las localidades En esta sección se presenta información socioeconómica que permite contextualizar e interpretar algunos de los resultados de la investigación. Sin embargo, hay que notar que no se consigue el mismo tipo y detalle de información para las tres localidades y en particular la información sobre Barú es escasa. María la Baja es la comunidad más grande en términos de población. De acuerdo a los datos del último Censo General de 2005 realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE– (2005) la cabecera municipal de María la Baja, donde se desarrolló la investigación, contaba con una población total de 17878 personas, es decir el 39,5% de la población total del municipio; los hombres constituían el 50,6% de la población en la cabecera (afuera de la cabecera municipal los hombres componen el 52% de la población). En San Basilio de Palenque, según una encuesta del Sistema de Identificación y Clasificación de Potenciales Beneficiarios para programas sociales (SISBEN) de 2007, habitaban aproximadamente 3750 personas (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD–, 2009), si bien se calcula que otros 10000 palenqueros residen en otras ciudades, principalmente en Cartagena (el 50% de esta población), Barranquilla (39%) y Caracas en Venezuela (6%) (Soto et al., 2009). En el corregimiento de Barú, de acuerdo a datos de Planeación Distrital (Sentencia T-745 de 2010), vivía el 35,52% de la población total de la isla de Barú (que comprende los corregimientos de Santa Ana, Barú y Ararca), es decir, habitaban allí 2746 personas. Hoy en día las actividades económicas de la isla de Barú incluyen la pesca, el turismo, la acuicultura, la agricultura y la elaboración de artesanías. La pesca es la principal actividad generadora de empleo durante todo el año; la elaboración de artesanías constituye otro ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 renglón importante y las actividades turísticas generan empleo durante las temporadas vacacionales (Sentencia T-745 de 2010). Las actividades agropecuarias no generan mucho empleo y las parcelas que se cultivan son menores de 2 hectáreas (Sentencia T745 de 2010). Sin embargo, según relatos recolectados durante esta investigación de algunos informantes y particularmente algunos agricultores mayores, en el pasado la producción agrícola era mucho más significativa. Todos los hogares vivían de la agricultura y de la pesca y se sembraba una gran variedad de cultivos. La producción de frutales en particular era suficiente para que Barú surtiera de estos productos a Cartagena. La disminución de las actividades agrícolas se debe al desarrollo de las actividades turísticas, que implicaron la compra de tierras a partir de los años setenta con el fin de emprender grandes proyectos turísticos. El resultado de este proceso fue que la población raizal nativa perdiera el acceso a la mayoría de la tierra en la isla. En los últimos años se han generado muchas controversias y conflictos respecto a la legalidad de la compra de algunas de las tierras (por ejemplo, en el 6 caso de Hacienda Santa Ana ). María la Baja hace parte de una región más amplia denominada Montes de María. Esta región, poblada principalmente por campesinos y afrocolombianos, y considerada como la “despensa del Caribe”, ha pasado por fuertes transformaciones del sistema productivo. En los años setenta por las reivindicaciones de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, Línea Sincelejo, en esta región el gobierno nacional promovió un proceso de desconcentración de la tierra acompañado de asistencia técnica (PNUD, 2010). Sin embargo, de acuerdo al PNUD (2010) las deudas incurridas por los campesinos en los años ochenta para implementar los paquetes tecnológicos de semillas mejoradas y aplicación de fertilizantes químicos, sumadas a las deudas por la compra de sus tierras, llevó finalmente a una parálisis de producción, abriendo las puertas a la llegada en la década de 2000 de un proyecto de palma africana para la producción de biocombustibles en el municipio de María la Baja; este proyecto que aspira llegar a las 10000 hectáreas ha llevado a un marcado declive de la producción de cultivos de pancoger y al empeoramiento de las condiciones de vida de la mayoría de los campesinos. Los sistemas de producción fueron afectados asimismo por el surgimiento de grupos armados. En los años ochenta llegó la guerrilla, cuyas acciones se dirigieron en manera particular en contra de los grandes ganaderos: el robo de ganado y el secuestro de ganaderos constituyeron su fuente principal de ingresos. Como reporta el PNUD (2010) el surgimiento del fenómeno del paramilitarismo en los años noventa entonces se derivó del interés de los ganaderos y de los terratenientes de defender sus bienes y particularmente desde 1996 se incrementó dramaticamente la violencia con masacres, asesinatos selectivos y desplazamiento forzado. Aunque se justificó bajo la necesidad de eliminar la guerrilla, la violencia se dirigió más que todo hacia la población civil afectando particularmente representantes que iban en contra de los intereses de los grupos de poder; así en la región se dieron procesos de despojo de tierras derivadas de alianzas entre paramilitares y grandes propietarios, interesados en retomar de los campesinos las tierras que el Estado los había obligado a vender, y ©Universidad de Caldas 62 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 también entre paramilitares y narcotraficantes, interesados en asegurar la ruta que pasa por los Montes de María al mar para poder embarcar los estupefacientes hacia Panamá y el Caribe (PNUD, 2010). San Basilio fue el primer “palenque” fundado en los tiempos de la Colonia por un grupo de esclavos escapados, bajo el liderazgo de Benkos Biohó, y reconocido como primer pueblo libre de América; si bien la comunidad representa solo el 0,1% de la población afrodescendiente del país, tiene un reconocimiento importante por sus aportes a la “afrocolombianidad” por haber conservado las costumbres y prácticas de sus antepasados, llevando a que en 2005 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) declarara a San Basilio como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad (Soto et al., 2009). La principal actividad económica de Palenque es la agropecuaria, con el 90% del territorio dedicado a la producción pecuaria y el 9,7% del territorio utilizado para cultivos (PNUD, 2009), si bien según Soto et al. (2009) la agricultura es la más importante de la producción pecuaria en términos de generación de ingresos (a diferencia de los demás corregimientos del municipio de Mahates). De acuerdo a estos autores una de las principales fuentes de ingresos para las familias que residen en Palenque es la venta de dulces tradicionales, la cual es una actividad que involucra el 28% de las mujeres; por otro lado, la principal fuente de empleo y de ingresos para los hombres es el cultivo de productos como el ñame, el maíz y la yuca, que involucra el 20% de los hombres. Un 16% combina la agricultura con la producción pecuaria y la porción restante de la población se dedica a otras actividades económicas. Sin embargo, la comunidad no ha sabido aprovechar su capacidad organizativa y solidaria (con la cual ha podido poner en valor sus rasgos culturales y obtener posicionamiento político) para fortalecer las actividades productivas y darle un aprovechamiento empresarial (Soto et al., 2009). Hay que notar que la capacidad de producir alimentos para el autoconsumo en el territorio palenquero (lo cual se ubica en las faldas de los Montes de María) se redujo significativamente con el desplazamiento en 2001 por acción de grupos paramilitares de 55 familias que vivían en la comunidad de la Bonga; esta comunidad garantizaba el abastecimiento del casco urbano de ñame, yuca, plátano y otros productos que producía en cantidades significativas (Observatorio de Territorios Étnicos, s.f.). En conclusión se puede observar que, aunque varían las causas directas y los períodos de cambio, en todas las localidades se ha reportado un declive significativo de la producción de cultivos de pancoger y, asociado a esto, un cambio en términos de acceso a 7 zonas de monte . ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Fases de la investigación Con el fin de construir una línea base de las plantas comestibles cultivadas, silvestres y semisilvestres8 de la zona, durante la fase 1 se buscó entrevistar personas consideradas conocedoras de plantas alimenticias, principalmente hombres y mujeres mayores, en una mezcla de entrevistas individuales y entrevistas grupales, según un muestreo por conveniencia. La identificación botánica se realizó en campo por medio del uso de bibliografía especializada para la flora presente en el Caribe colombiano. Para especies arborescentes, en especial frutales maderables, se utilizó la información dendrológica proporcionada por Gentry (1996). Para especies herbáceas se utilizaron las claves y fichas taxonómicas proporcionadas por Romero-Castañeda (1965), González et al. (1995) y Chízmar et al. 9 (2009) . Como complemento algunos de los nombres comunes de las plantas fueron consultados en el diccionario de nombres comunes de las plantas de Colombia de la Universidad Nacional de Colombia (Bernal et al., 2013). A partir de las tendencias halladas en esta fase se refinaron las preguntas de investigación y se construyó la metodología para las fases sucesivas. ©Universidad de Caldas 64 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 La fase 2 se desarrolló en mayo-junio de 2011. En esta se buscó obtener datos cuantitativos frente a la pregunta de investigación. Debido a que el nivel de los conocimientos puede verse afectado por varios factores (Howard, 2006), especialmente en relación a las plantas no cultivadas, se decidió comparar los conocimientos y el uso reportado por tres generaciones (abuelos, padres, hijos). Se utilizó un muestreo intencional, de criterio, seleccionando familias en las cuales la generación mayor se identificaba en la comunidad como conocedora de plantas alimenticias. Se realizó entonces una actividad de reconocimiento de 103 plantas y una entrevista sobre los usos de cada una. Para el ejercicio se utilizaron láminas con las fotografías de cada planta y el listado de los nombres comunes locales. Si alguien no reconocía una planta, y esto fue el caso de varios adultos mayores por sus problemas de vista, se averiguaba el reconocimiento a partir del nombre. Debido al uso de múltiples nombres locales para identificar la misma especie o al uso del mismo nombre para identificar dos o más especies, un ejercicio de reconocimiento basado en fotografías y nombres locales estandarizados presenta inevitablemente cierto nivel de incertidumbre. Por esta razón, las especies que presentaron problemas de identificación evidentes se excluyeron del análisis y en los resultados se presentan los datos para 91 especies. En total se entrevistaron 74 personas de 13 familias, todas residentes en los cascos urbanos. Adicionalmente, en cada lugar se realizó una actividad con grupos de niñas y niños para clasificar sus preferencias de diferentes frutos silvestres, semisilvestres y cultivados, a partir de criterios definidos por cada grupo. La fase 3 se realizó en enero de 2012. Esta fase buscó profundizar alrededor de la percepción de los entrevistados sobre las causas de los cambios en el conocimiento y patrones de uso, por medio de grupos focales (diferenciados por género y por edad en cada lugar). Los integrantes de los grupos focales se seleccionaron de acuerdo a la técnica de muestreo de criterio. Los contactos con las familias y los participantes de los grupos focales se realizaron por medio de tres etnoeducadores en Palenque, el Director de la Casa de la Cultura en María la Baja y el Presidente de la Junta de Acción Comunal en Barú. Se utilizó estadística descriptiva para examinar la distribución del conocimiento y los patrones de uso a partir de la actividad de reconocimiento, los cuales se interpretaron a la luz de la información en los grupos focales y de la literatura. El propósito de la investigación fue presentado a los representantes de los Consejos Comunitarios en cada una de las localidades y se obtuvo el aval escrito para la realización de la investigación, a cambio del compromiso por parte del proyecto de entregar como contraparte los resultados a las comunidades. Distribución de la muestra en la actividad de reconocimiento por género y por edad en cada lugar (fase 2) La Tabla 1 muestra la distribución de mujeres y hombres de cada generación en cada lugar. Para delimitar la generación de los ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 abuelos, en este estudio se buscaron personas que tuvieran 65 o más años. Fue posible aplicar este criterio a los hombres, pero en el caso de las mujeres tres de las entrevistadas tenían menos edad. Nuestro propósito original era entrevistar a una pareja de abuelos (generación abuelos) y después a dos de sus hijos (generación padres) y a su vez a dos de los hijos de ellos (generación hijos), sin embargo, esto no fue posible en muchos casos debido a la movilidad de muchos miembros de la generación de los padres por razones económicas o porque no tenían hijos de la edad requerida para participar en la investigación. Inevitablemente, por las restricciones encontradas en el muestreo, hubo cierto nivel de superposición en las edades entre generaciones, pero como se puede observar en la Tabla 2, entre los promedios de la generación de los abuelos y de los padres había aproximadamente 30 años y entre la generación de los padres y de los hijos había una diferencia de 20 y 24 años, en el caso de mujeres y hombres, respectivamente. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Diferencias generacionales en el conocimiento Una inspección general de los datos, en forma agregada para todos los lugares, muestra que la generación de los abuelos pudo proveer la mayor cantidad de información. Sobre 91 especies10 (véase la Tabla 3 para el listado de las especies, su uso principal y su estatus), la generación de los abuelos proporcionó información para un total de 1545 entradas, la generación de los padres para 1341 y la generación de los hijos para 1190 (en total fueron 4076 entradas). En promedio, cada abuelo/a podía presentar información sobre 64,4 plantas, cada padre sobre 55,9 y cada hijo/a sobre 45,8. La Tabla 4 presenta los datos desagregados por lugar y por generación. Los promedios más bajos de cada generación se evidenciaron en Barú y, en contra a la tendencia que se esperaría (que efectivamente se dio en los otros dos lugares), la generación de los abuelos tenía un promedio un poco más bajo que la generación de los padres. Sin embargo, esto en parte se explica porque el primer abuelo ©Universidad de Caldas 66 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 entrevistado en Barú identificó un número muy bajo de especies, que incidió en el promedio. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 ©Universidad de Caldas No. 38, enero - junio 2014 68 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Entrando a mirar los datos en forma desagregada por planta, se pudieron observar diferencias marcadas entre la generación de los abuelos y la de los hijos especialmente para algunas plantas (los padres evidenciaron un nivel de conocimiento intermedio). Específicamente, en el caso de las frutas se observaron diferencias bastante pronunciadas en el caso del membrillo (el 37,5% de los abuelos vs. el 0% de los hijos reconoció esta planta), el guaimaro (45,8% vs. 3,8%), el melón de golero (50% vs. 7,7%), el icaco (50% vs. 7,7%), el algarrobo (62,5% vs. 23,1%), la guindaguinda (70,8% vs. 15,4%) y la piñuela (75% vs. 34,6%). De estas plantas solo el algarrobo y el icaco tienen estatus de plantas cultivadas. En el caso de las plantas utilizadas como verdura, los datos sugirieron una diferencia marcada en el reconocimiento de aquellas con estatus silvestre o semisilvestre, como la palma airaca (58,3% abuelos vs. 11,5% hijos), la palma amarga (70,8% vs. 19,2%), el 11 acababollo (87,5% vs. 23,1%), el bleo de golero (75% vs. 19,2%) y el bleo de puerco (75% vs. 11,5%), pero también varias especies cultivadas y de patio como la col (87,5% vs. 19,2%), el pepino criollo (83,3% vs. 34,6%) y la candia (91,7% vs. 26,9%). En el caso de las plantas utilizadas para dar sabor a la comida, se observaron menos diferencias intergeneracionales. Entre estas, la planta relativamente menos conocida por la generación de los hijos fue el culantro (66,7% vs. 46,2%), una planta que crece en hábitats modificados por la actividad humana. Finalmente, las generaciones más jóvenes evidenciaron un conocimiento menor en comparación a sus abuelos frente a ciertas plantas que se pueden utilizar como alimentos de base como el huevo vegetal (12,5% vs. 3,8%), el frutopán (45,8% vs. 15,4%) y la mafafa (66,7% vs. 26,9%), dos plantas aromáticas como la mejorana (33,3% vs. 0%) y la albahaca de monte (45,8% vs. 26,9%), y plantas con otros usos, incluyendo varios árboles como el caracolí (50% vs. 11,5%), el camajón (70,8% vs. 19,2%), el macondo (16,7% vs. 0%) y las palmeras como el corozo de aceite (75% vs. 19,2%) y la palma de vino (45,8% vs. 0%). ¿Plantas en desuso? Los datos presentados en la sección anterior se refieren solo al reconocimiento de la planta y no al uso, lo que implica que en algunos casos los participantes podían reconocer una planta, pero no utilizarla o incluso desconocer su uso alimenticio. Por esta razón, durante la entrevista se preguntó por la última vez que un entrevistado se acordaba de haber consumido cada planta y con qué frecuencia la consumía. Como otros métodos que se basan en que el entrevistado recuerde lo que ha consumido (p. ej. los ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 cuestionarios de frecuencia de consumo o la historia dietética), los datos no serán precisos debido a problemas de memoria y sesgos por la deseabilidad social de consumir o no cierto alimentos (Agudo, 2005). Así que con este método no se pretendía realizar una evaluación precisa del consumo de las diferentes plantas, sino buscar unos posibles patrones generales de uso. Las respuestas dadas por los entrevistados se consolidaron en 15 categorías, las cuales en parte surgieron de las mismas respuestas. Las categorías de uso no reciente12 y de no consumo fueron de especial interés porque pueden indicar una pérdida potencial de un uso alimenticio. Efectivamente, se registraron porcentajes altos en estas categorías en el caso de varias plantas (Tabla 5), sin embargo, las razones podían ser bastante variadas y de difícil interpretación. Dado que no existen líneas base de consumo de muchas especies en las zonas del estudio, es difícil definir cuándo estos porcentajes altos están indicando un probable cambio generacional en el uso o sencillamente que nunca han sido de uso muy común y difundido. Es por eso que las razones dadas por los entrevistados de no uso o uso no reciente se exploraron más en profundidad con grupos focales. ©Universidad de Caldas 70 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Por ejemplo, el grupo de las palmeras (Arecaceae) registró porcentajes altos de encuestados que nunca las habían consumido, pero las explicaciones diferían según la especie. La palma africana ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 tuvo un nivel de reconocimiento alto particularmente en María la Baja, pero como se menciona en la sección “Descripción de las localidades” es de introducción reciente y el aceite es para la venta externa y no para el consumo local. Así, los porcentajes altos de no consumo en este caso (el 84,6% de las 26 respuestas en la muestra total) no están indicando una pérdida de consumo. Por otro lado, es posible que los porcentajes altos de no consumo de otras palmeras sí estén indicando un descenso generacional en el uso, dado que los entrevistados que indicaban haberlas consumido eran predominantemente de la generación de los abuelos y algunos de los padres y también por el tipo de comentarios dados por los encuestados. Por ejemplo, en el caso de la palma amarga si bien algunos de los entrevistados podían explicar el uso alimenticio del cogollo, los jóvenes en particular lo conocían solo como fuente de material de construcción. En el caso del corozo de aceite varios podían explicar su uso, pero indicaban que ya no era común utilizarlo. Los porcentajes altos de no consumo de la mafafa (71,4% de 35 respuestas) y del bleo de chupa (75% de 12 respuestas) se podrían explicar ya que no son especies que parecen tener una tradición de consumo en ninguno de los tres pueblos. Pocas de las personas que reconocían el bleo de chupa pudieron indicar que había una tradición de uso en el Carmen de Bolívar y en San Juan Nepomuceno. En el caso de la mafafa, la mayoría de los encuestados indicaron que no se comía. Los que la conocían indicaron que la habían comido en otras zonas (p. ej. en La Guajira). Esto subraya cómo el conocimiento de una gran diversidad de plantas alimenticias está estrechamente ligado al territorio, producto de la interacción de las particularidades climáticas y edáficas y los 13 procesos culturales y económicos que se desenvuelven allí . Se registraron porcentajes relativamente altos de personas que indicaban que no habían consumido desde su niñez plantas comunes como el guásimo, la balsamina, el almendro y la uvita (42,5%, 37,8%, 34%, 36,4%, respectivamente, del total de respuestas dadas para cada planta). En este caso, muchos de los entrevistados aclararon que era comida de niños y no era costumbre de los adultos comer estas plantas. Por ejemplo, refiriéndose a la uvita pegajosa, un abuelo en Barú comentó “solo los pelaos14 y los pájaros la comen” y comentarios similares se registraron en todas las localidades para estas plantas. En el caso del almendro, de los 17 entrevistados que indicaron que lo habían comido por lo menos hace un año, 10 pertenecían a la generación de los nietos. El ejercicio de clasificación de preferencias para frutos, con grupos de niñas y niños en las tres localidades, mostró que estos grupos estaban familiarizados con varios frutos silvestres y semisilvestres disponibles en la zona, pero que muchos tenían una apreciación relativamente baja en varios criterios15. Por ejemplo, en Barú el almendro recibió un puntaje alto en el criterio de ‘accesibilidad’ (había una mata afuera de la escuela), pero el mínimo del puntaje en los criterios de ‘sabor’, ‘saludable’ y ‘multiuso’, lo que explicaría por qué el consumo de este se abandona en edad adulta. Fue más complejo definir el estatus de la verdolaga y del bleo de puerco. La verdolaga tuvo un buen nivel de reconocimiento, pero del total de 46 respuestas, el 95,7% no lo consumía y solo el 4,3% dijo ©Universidad de Caldas 72 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 haberla consumido hace años. La mayoría de los entrevistados no la consideraba comestible y muchos explicaron que era algo que comían los animales (icoteas y cerdos). Dado que muy pocas de las personas que participaron en la investigación conocían su uso alimenticio, no fue posible entender si en la zona nunca hubo una tradición muy significativa de consumo de dicha planta o si se podía estar viendo una pérdida de tradición muy avanzada16. El bleo de puerco fue reconocido por 29 encuestados y de estos el 62,1% no lo había consumido y el 8,3% lo había consumido hace años. Al igual que la verdolga fue difícil definir el estatus de la planta, pero se encontraron indicaciones de una pérdida de tradición, asociada a una probable percepción negativa de esta (como lo denota el nombre, es considerado alimento para cerdos). Es interesante notar que, para el contexto de San Jacinto en Bolívar, Bonzani (1995) ha indicado que si bien la verdolaga y el bleo de puerco hacían parte de la alimentación de grupos prehispánicos Zenú, su uso contemporáneo se relaciona con la alimentación de animales. Las especies para las cuales se registraron porcentajes altos de no consumo y/o de consumo de hace años que se combinaron con explicaciones que sugerían un declive en el uso alimenticio, incluyen el membrillo, la palma amarga, el bicho, el melón de golero, el guaimaro, la palma airaca, el camajón, la palma de vino, el frutopán, el caracolí, el corozo de aceite, el acababollo, el bleo de golero, la candia y la guindaguinda. A esta lista se podrían añadir dos saborizantes, el orégano y el culantro. Si bien un número relativamente importante de los encuestados reportaron un uso relativamente reciente de estas dos plantas (en la semana o en el mes), fueron particularmente los abuelos y en menor medida los padres quienes reportaban su consumo. Así, en estos dos casos también es posible que se esté viendo una pérdida de tradición de uso, aunque menos marcada con respecto a las otras plantas. Los datos presentados en estas dos secciones en combinación indican una erosión del conocimiento y de las prácticas de uso para varias plantas, lo que coincide con lo reportado con bastante frecuencia en la literatura. En Colombia se ha reportado la pérdida intergeneracional de costumbres ligadas a las zoteas (p. ej. Organización de Barrios Populares del Chocó –OBAPO–, 2001) y a los tubérculos andinos (p. ej. Aguirre, Piraneque y Pérez, 2012; Sánchez, 2012), debido a múltiples causas. Por otro lado, un estudio en un municipio del Quindío que utilizó un aproximación cuantitativa para determinar la relación entre características de los informantes y los tipos de uso, no encontró un declive generalizado de los conocimientos, pero indicó que podían haber relaciones significativas entre la edad y ciertos tipos de uso (Arango, 2004). En otros contextos latinoamericanos también se reporta el declive en el uso de plantas comestibles, por ejemplo, en Argentina (Muiño, 2012), Costa Rica (González, 2008) y Venezuela (Aranguren, 2005). El estudio en Argentina señaló, a igual de los datos de esta investigación, que el conocimiento no necesariamente tiene correlación con el uso y que particularmente entre los adultos mayores puede existir un mayor conocimiento sobre plantas comestibles que las que usan realmente (Muiño, 2012). En esta investigación en Bolívar fue evidente que las razones dadas para el declive en el uso variaban según la planta e incluían ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 percepciones de cambio en las costumbres de producción, preparación de alimentos y consumo impulsados por varias razones y desaparición (por lo menos a escala local) de ciertas plantas, a causa de cambios en las prácticas de gestión del territorio y de los recursos naturales (p. ej., la aplicación de plaguicidas y los procesos de deforestación que han afectado la cobertura original del bosque seco tropical17). Otros estudios coinciden en indicar que los cambios en el conocimiento y las prácticas de uso se derivan de la combinación de varios factores. En Costa Rica, por ejemplo, González (2008) ha reportado una erosión del conocimiento alrededor del uso de hortalizas nativas debido a la combinación de percepciones negativas de estas plantas, vistas como “alimentos para pobres o indios” (p. 186) con factores medioambientales que contribuyeron con la merma de estas plantas, tales como la desaparición de hábitats naturales y de los solares y también por el desinterés de la academia. En Argentina, Muiño (2012) evidencia que la disminución en el uso de algunos recursos vegetales silvestres se acompaña también por una pérdida de ciertas prácticas de preparación de alimentos (específicamente de conservas) y que hay sustitución con productos manufacturados del mercado. En el Pacífico vallecaucano Leyton-C. et al. (2001) identifican como factores contribuyentes a la pérdida de las zoteas los cambios de tradición y la sustitución con productos comprados de afuera, incluyendo productos procesados. Para el caso de San Jacinto en Bolívar, Bonzani (1995) observa que la desaparición del conocimiento sobre plantas surge cuando las personas ya no están directamente produciendo y obteniendo sus alimentos del medio en el cual viven y empiezan a depender de canales institucionales como tiendas y supermercados. Diferencias de género en el conocimiento Varios actores internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura –FAO– (1999) resaltan la importancia de adoptar un enfoque diferencial de género para apoyar los procesos de uso sostenible de la agrobiodiversidad. La literatura resalta que por sus actividades diferentes, los hombres y las mujeres tienen un conocimiento diferencial respecto a su entorno y a la diversidad de plantas locales útiles (veáse, p. ej., la discusión en Voeks, 2007). En este estudio se observó que a nivel agregado los hombres proporcionaron el 55,1% de las entradas, entonces estaban aportando relativamente más información que las mujeres (teniendo en cuenta el tamaño de la muestra, se habría esperado que los hombres aportaran el 51,4% de las entradas, si ambos géneros hubiesen aportado en la misma medida las respuestas). Esta diferencia, que es relativamente pequeña, podría explicarse tal vez por algún sesgo en las entrevistas, sin embargo, examinando los resultados en detalle, se observó que las diferencias en los aportes eran más pronunciadas para ciertas plantas (Figura 2), lo cual podría estar indicando un conocimiento diferencial alrededor de estas. La Figura 2 muestra las 28 plantas para las cuales los hombres aportaron el 60% o más de las respuestas. En primer lugar, se pudo ©Universidad de Caldas 74 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 observar que los hombres aportaron más respuestas con respecto a las palmeras (palma de vino, palma amarga, palma africana y corozo de aceite; en el caso del corozo la diferencia estaba menos marcada, pero se mantenía la misma tendencia de un mayor conocimiento por parte de los hombres). En segundo lugar, se observó en este grupo un alto porcentaje de plantas silvestres o semisilvestres. Y en tercer lugar, los hombres aportaron una proporción marcadamente más alta de información (el 73% o más de las respuestas) respecto a las plantas relativamente poco conocidas a nivel de toda la muestra, como por ejemplo, el huevo de morrocoyo (total de 4 respuestas sobre un total potencial de 74), el macondo (4), el huevo vegetal (5), la mejorana (12), el membrillo (12), el guaimaro (15), el orejero (15) y la palma de vino (15). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Sin embargo, cuando se compararon los resultados de la generación de los padres y de los abuelos en términos de diferencias de género, se evidenció que las diferencias entre hombres y mujeres estaban más marcadas en la generación de los padres. En la generación de los abuelos los hombres aportaron un 10% o más por encima de su aporte esperado18 para 21 plantas, mientras que en la generación de los padres esto pasó para 30 plantas. Examinando las 15 plantas para las cuales los hombres de la generación de los padres aportaron el 75% o más de las entradas, se pudo observar que en la generación de los abuelos, si bien se mantenía la tendencia de un mayor aporte de los hombres, las diferencias eran menos marcadas (Tabla 6). Por ejemplo, en el caso del corozo de aceite, el 77,8% de las 9 identificaciones de la generación padres fueron de hombres (versus el 50% esperado), mientras que de las 18 identificaciones por los abuelos el aporte relativo de los hombres bajó al 66,7% (versus el 54,3% esperado). Los datos se deben interpretar con cuidado dado que el número total de entradas por planta en algunos casos fue muy limitado. No obstante, combinando las tendencias generales de estos datos cuantitativos con las discusiones en los grupos focales, parecería que en este contexto podrían ser los hombres quienes todavía juegan un papel determinante en el reconocimiento de plantas comestibles silvestres y semisilvestres. Voeks (2007) argumenta que el conocimiento de las mujeres puede ser mayor en hábitats más intervenidos (como huertas familiares, senderos y sistemas de roza y quema), mientras que los hombres tienen más conocimiento de flora en bosques menos intervenidos y lejanos del hogar. Las diferencias en el conocimiento entre hombres y mujeres en este estudio se podrían explicar, entonces, por el acceso más frecuente a zonas de monte por parte de los hombres, debido a su mayor participación en labores agrícolas. ©Universidad de Caldas 76 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Esta posible explicación se refuerza cuando se considera que las mujeres de la generación de los abuelos aportan relativamente más a la muestra respecto a las mujeres de la generación de los padres. Las discusiones individuales y grupales indicaron que había un involucramiento mayor de las mujeres de la generación de los abuelos en las labores agrícolas, particularmente alrededor de María la Baja y Palenque. Hay varias razones que pueden haber aportado a la disminución de la participación de las mujeres en las labores en el campo. Una relevante puede haber sido la situación de inseguridad que, como se ha mencionado en la sección “Descripción de las localidades”, marcó la década de los noventa en esta zona, llevando al abandono de predios alejados del casco urbano. Hoy en día las mujeres se desplazan menos en las zonas rurales del municipio y no confían en quedarse durante la noche en las fincas. Adicionalmente en Palenque, según los relatos, la salida de las mujeres de las labores del campo surgió a raíz de su desenvolvimiento en la industria y comercialización de dulces tradicionales, lo que llevó a que empezaran a quedarse largos tiempos afuera del pueblo. Desde una revisión de 39 estudios de caso en América Latina, Howard (2006) resalta que es particularmente en los espacios de las huertas familiares (las cuales generalmente exhiben una mayor diversidad y complejidad respecto a la producción en finca), que las mujeres son las detentoras principales del conocimiento. De igual manera, se ha señalado que para los pobladores afrodescendientes de la costa chocoana los patios y las zoteas son espacios de identidad y de conocimiento femenino (Camacho, 2001). Cabe preguntarse entonces por qué no se detectaron tendencias de conocimiento mayor de las mujeres frente a las plantas de patio. Esto podría deberse a una pérdida ya acelerada de la tradición de producción en huertas caseras. Las discusiones indicaron, por ejemplo, que en María la Baja se habían reducido significativamente los patios y adicionalmente hubo reportes de la pérdida de la tradición de producción en trojas (estructuras similares a las zoteas véase Camacho, 2001). La disminución de la producción en patios y el declive en el uso de las trojas no se va a considerar en más detalle en este escrito, pero parece deberse a una combinación de procesos, que incluyen la expansión urbana, los cambios en la forma de preparar comida (sustituyendo ingredientes autoproducidos por otros comprados) y posiblemente la dedicación de las mujeres a otras actividades económicas (como por ejemplo lo que ha pasado en Palenque con respecto a la migración por temporadas largas de las mujeres para vender dulces). El declive de la producción en huertas urbanas puede haber llevado a que ya se haya perdido una proporción significativa de la agrobiodiversidad que tradicionalmente se conservaba en estos espacios, llevando solo a la identificación de plantas de patio relativamente bien conocidas en la línea base utilizada para el ejercicio de reconocimiento. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 CONCLUSIONES La información cuantitativa recolectada con 13 familias durante esta investigación ha destacado unas diferencias significativas entre generaciones, en términos del reconocimiento de varias plantas comestibles utilizadas tradicionalmente en las tres comunidades. La generación de los hijos evidenció niveles más bajos de reconocimiento de plantas con estatus silvestre y semisilvestre y de algunas especies utilizadas como verduras típicamente producidas en huertas caseras. Se pudo observar también que el hecho de que algunos de los entrevistados identificaran correctamente una planta, no implicaba necesariamente que conocieran su uso alimenticio o, incluso si lo conocían, que este uso fuera actual. De hecho, para varias especies se reportaron porcentajes altos de no consumo y/o de consumo de hace años. Para algunas de estas las explicaciones dadas indicaban una pérdida de tradición de uso y además había indicaciones de que el conocimiento para algunas plantas y sus usos se estaba perdiendo más rápidamente que para otras y que las causas variaban según la planta. Los datos indicaron que los hombres tenían un mayor conocimiento acerca de algunas plantas que se conseguían en el monte, algo que ya se ha reportado en otros contextos, pero un punto interesante fue que la diferencia de género en el conocimiento parecía menos importante en la generación de los abuelos respecto a la generación de los padres. Es claro que los patrones específicos encontrados en términos de conocimientos y de uso reportado de diferentes plantas en esta muestra no se pueden extrapolar directamente a la población general de las tres localidades. Sin embargo, cuando se triangula el hecho de que se haya registrado un patrón pronunciado de pérdida de conocimiento y de tradiciones de uso, incluso en familias que contaban con generaciones mayores reconocidas por su experticia en el tema de plantas comestibles, con lo reportado por diferentes grupos de discusión y entrevistas individuales en todas las fases de la investigación, es razonable hipotetizar una pérdida de conocimiento generalizada en las tres comunidades. Se requiere de manera urgente empezar a desarrollar estrategias para la recuperación y el aprovechamiento sostenible de las plantas comestibles en estas zonas, que tengan en cuenta el panorama complejo de lo que está pasando con el conocimiento en las comunidades. El éxito de estas estrategias dependerá entonces de entender no solamente cómo se distribuye el conocimiento, sino también los procesos que lo están cambiando, lo cual permitirá un diseño con un enfoque diferencial según grupos de usuarios y tipos de plantas. ©Universidad de Caldas 78 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 AGRADECIMIENTOS Esta investigación fue posible gracias a la financiación de la Universidad de los Andes. El equipo quiere agradecer Santiago Madriñán Restrepo por su apoyo y experticia; a Sognigbé N’Danikou por su participación en la fase 2 del estudio; y al equipo del CIDER por el apoyo en temas de logística y financieros. Un agradecimiento muy especial va a las comunidades locales que compartieron con generosidad su tiempo y conocimiento y de manera particular por su apoyo logístico a Víctor Fuentes, Estebana Vargas, Harlan Rodríguez, Manuel Pérez, Gavino Hernández y Tayler Miranda. POTENCIAL CONFLICTO DE INTERESES Los autores declaran no tener conflictos de interés en relación a la realización de la investigación. FUENTE DE FINANCIACIÓN Esta investigación fue financiada por el Fondo de Apoyo para Profesores Asistentes (FAPA) de la Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Agudo, A. (2005). Measuring intake of fruit and vegetables. Background paper for the joint FAO/WHO workshop on fruit and vegetables for health, 1-3 September 2004, Kobe, Japan. World Health Organization. Recuperado el 20 de junio de 2013 de http://www.who.int/dietphysicalactivity/publications/f&v_intake_ measurement.pdf Aguirre Forero, S.E., Piraneque Gambasica, N.V. y Pérez Mojica, I. (2012). Sistema de producción de tubérculos andinos en Boyacá, Colombia. Cuadernos de Desarrollo Rural, 9(69), 257-273. Ambrose-Oji, B. (2009). 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Gender, etnobotany and globalization in northeast Brazil. Singapore Journal of Tropical Geography, 28(1), 7-20. 1.Doctorado en Geografía (en el área de Estudios sobre Desarrollo). Pregrado en Ecología, Conservación y Medio Ambiente. Afiliación: Universidad de los Andes - Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo, Colombia. [email protected] La trayectoria de investigación de Margaret se caracteriza por su aproximación interdisciplinaria, que busca integrar perspectivas y metodologías de las ciencias naturales y de las ciencias sociales. Ha trabajado en investigaciones que conectan temas de agricultura, alimentación y medio ambiente en países en vías de desarrollo. Más específicamente sus proyectos se han enfocado en la gestión de la fertilidad de suelos en sistemas de producción hortícola urbanos y periurbanos, el rescate del uso de cultivos y plantas silvestres subutilizados en sistemas de producción a lo largo del continuo rural-urbano y la integración de sistemas de conocimiento locales o empíricos y sistemas de conocimiento científico. Margaret trabajó aproximadamente 6 años en investigación y gestión de proyectos en CAZS Natural Resources, un centro de la Universidad de Bangor en Gales, enfocándose en proyectos en África sub-Sahariana, y 4 años como docente e investigadora en el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo de la Universidad de los Andes en Colombia. 2.Magíster en Geografía (con enfoque en Etnobotánica). Pregrado en Estudios Latinoamericanos y Pregrado en Geografía (con énfasis en Medio Ambiente). Afiliación: Universidad de los Andes, Colombia. [email protected] Carolina tiene experiencia en trabajo con comunidades y temas relacionados con seguridad alimentaria, creación de nuevos mercados, educación del consumidor e investigación de iniciativas para dar valor agregado a productos locales y rescate de semillas tradicionales. Trabaja en temas relacionados con desarrollo sostenible, desarrollo de huertas productivas, arborización de espacios urbanos y educación ambiental. Carolina desarrolló su tesis sobre el Desuso y percepción de Tubérculos Andinos por una comunidad campesina en Ramiriquí, Boyacá, y ha estado involucrada en un estudio de la composición biológica en áreas propuestas para la conservación en Fiji (Biological surveys of proposed conservation area in Fiji) y en el proyecto “El uso alimenticio de plantas nativas y adaptadas por comunidades afrodescendientes en el Caribe colombiano”. 3.Pregrado en Biología con opción en Antropología. Afiliación: Universidad de los Andes, Colombia. [email protected] ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Juan se encuentra interesado en la conservación de los hábitats vulnerables del Caribe colombiano y su riqueza etnobiológica. Su enfoque de investigación se ha centrado sobre cambios en comunidades de vertebrados atribuidos a las actividades humanas como la tala y la expansión agrícola. Además de la representación etnozoológica de los reptiles y anfibios en el folclor, contribuyendo con publicaciones sobre nuevos registros de esta fauna para el país, Juan ha trabajado con actividades de rescate y educación ambiental sobre el conocimiento tradicional alrededor de las plantas medicinales y comestibles entre comunidades indígenas y afrocaribeñas presentes en los departamentos del Atlántico y Bolívar. 4.Véase por ejemplo los estudios recopilados por la organización internacional Crops for the Future: http://www.cropsforthefuture.org/ 5.Huertas elevadas construidas con cajones de madera, canoas viejas o guaduas (Arroyo et al., 2001). 6.Véase el documental Isla de Barú, la Gran Estafa, lo cual se menciona también en la Sentencia T-004 de 2011: http://www.youtube.com/watch?v=YFfBBFKMsPE, http://www.youtube.com/watch?v=tZFlJPRkx-g, http://www.youtube.com/watch?v=Z-oKJRc2UF4, http://www.youtube.com/watch?v=vvbU1jmlt6E, http://www.youtube.com/watch?v=0Rhv-o7ZbQY 7.En el contexto de la Costa Caribe colombiana hace referencia a zonas forestadas con poca o nula intervención, de donde se aprovechan recursos silvestres o semisilvestres. 8.Plantas que han sido sujetas a algún grado de gestión humana. 9.Este es un registro de plantas comestibles presentes en Centroamérica. Se encontraron varias plantas comunes. 10.Teniendo en cuenta que hay dos especies de bicho y dos especies de guamita. 11.Hay varias clases de bleo. El bleo se refiere a un tipo de planta de la cual se usan las hojas para la preparación de guisos y sopas. 12.Los porcentajes de consumo no reciente en esta sección se refieren a la suma de tres categorías: 3-5 años, más de 5 años, años (no precisa). 13.La actividad reportó diferencias en el conocimiento de diferentes plantas según el lugar geográfico, pero en este artículo no se profundizará en este tema. 14.Jóvenes. 15.No se muestran los datos detallados en este escrito. ©Universidad de Caldas 84 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 16.Merece resaltar que el consumo de la verdolaga es difundido en varios países africanos: http://database.prota.org/PROTAhtml/Portulaca%20oleracea_En .htm 17.Según estimativos de Etter de los años noventa (Instituto Alexander von Humboldt –IAVH–, 1998) en el país quedaba el 1,5% de su cobertura original. 18.En esta generación se habría esperado que los hombres aportaran el 54,3% de las identificaciones de cada planta, teniendo en cuenta que había 11 abuelas y 13 abuelos. El 10% por encima del aporte esperado significa entonces que los hombres aportaron al 64,3% de las identificaciones de esta generación. Para citar este artículo: Pasquini, M. W., Sánchez-Ospina, C. & Mendoza, J.-S. (2014). Distribución del conocimiento y usos por generación y género de plantas comestibles en tres comunidades afrodescendientes en Bolívar, Colombia. Revista Luna Azul, 38, 5885. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=894 ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 58-85 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 ANÁLISIS DE LA VULNERABILIDAD BIOFÍSICA A LOS RIESGOS POR INUNDACIÓN EN LA ZONA METROPOLITANA DE TOLUCA, MÉXICO Jesús Baruch Mendoza Mejía1 María Estela Orozco Hernández2 Recibido el 16 de septiembre de 2012 y aprobado el 5 de julio de 2013 RESUMEN Se realizó el análisis multicriterio de los factores físico-naturales de la Zona Metropolitana de Toluca (ZMT), con la finalidad de definir el índice biofísico de exposición a los riesgos por inundación. Para la elaboración del trabajo se utilizó información institucional e información de campo, la cual fue procesada a través de los métodos estadísticos y multicriterio con el apoyo de los Sistemas de Información Geográfica y de percepción remota. Los resultados obtenidos mostraron que el índice de riesgo alto, con un valor de 52,41% comprende los municipios de Lerma, Toluca, San Mateo Atenco y Metepec y cubre una superficie de 1032,73 km2; el índice 2 bajo cubre el 13,71% del territorio y una superficie 13,71 km ; por 2 último el riesgo biofísico medio abarca 687,20 km o 33,88% del territorio metropolitano. Se pretende que los resultados de la investigación contribuyan en la toma de decisiones en los campos de la protección civil, el desarrollo regional y la seguridad pública, así como la incorporación en los planes de desarrollo urbano y ordenamiento territorial con una visión de riesgo; y sea de utilidad en los campos de la protección civil, el desarrollo metropolitano, la seguridad pública y el ordenamiento territorial. PALABRAS CLAVE Vulnerabilidad, amenaza, riesgo, inundación, multicriterio. BIOPHYSICS VULNERABILITY ANALYSIS TO FLOODING RISK IN THE METROPOLITAN AREA OF TOLUCA, MEXICO ABSTRACT A multicriteria analysis of natural physical factors of the Toluca Metropolitan Area (ZMT) was performed in order to define the biophysical index of exposure to flood risk. Institutional information and field information was used for carrying out the work and it was processed through statistical and multi-criteria methods with the support of GIS and remote sensing. The results showed that the rate of high risk, with a 52.41% value includes the municipalities of Lerma, Toluca, San Mateo Atenco and Metepec, and covers an area of 1032.73 km2. The low rate covers 13.71 % of the territory and an area of 13.71 km2, and finally the average biophysical risk covers 687.20 km2 or 33.88% of the metropolitan area. It is intended that the research results contribute to decision making in the fields of civil protection, regional development and public safety, as well as incorporation into urban development plans and land use planning ©Universidad de Caldas 86 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 with a view of risk, and be useful in the fields of civil protection, metropolitan development, public safety and land use planning. KEYWORDS Vulnerability, threat, risk, flood, multicriteria. INTRODUCCIÓN La probabilidad de ocurrencia de las inundaciones se relaciona con las descargas hídricas; en México las lluvias atípicas han causado inundaciones y severos estragos en la infraestructura y en los asentamientos humanos. Los antecedentes sobre las inundaciones asociados a intensas lluvias en 2006, destacan los estragos ocasionados en la infraestructura y a la población de las zonas marginadas. Las fuertes precipitaciones en la cabecera de las cuencas y la deforestación provocan avenidas e intensos escurrimientos con una gran cantidad de material de arrastre y sedimentos en suspensión, lo cual ha provocado modificaciones en los cauces, reduciendo su área hidráulica (CAEM, 2007). En la Zona Metropolitana de Toluca (ZMT), Estado de México, el crecimiento de la población es un factor de presión que incrementa la demanda de tierras para el uso habitacional, desbordando el crecimiento hacia las áreas no aptas para la urbanización (DOF, 1993). El Valle de Toluca se extiende en una planicie con pendientes suaves de 2 a 5%; al sur de la ciudad capital se encuentran las laderas del Volcán Nevado de Toluca, constituidas por terrenos arenosos y deforestados, y al producirse los escurrimientos, el agua acarrea materiales que azolvan los cauces de los ríos y el sistema de drenaje. En 2006 se presentaron inundaciones que alcanzaron niveles de 40 y 60 centímetros de altura al oriente y sur de la ZMT, ocasionando daños físicos en las viviendas cercanas, pérdidas económicas y en general impacto en las actividades cotidianas. En este contexto se ubica la trascendencia de evaluar la exposición biofísica de los asentamientos humanos a los riesgos por inundación. ANTECEDENTES Uno de los aspectos que agudizan la exposición al riesgo, es la expansión desordenada de las ciudades, la población de menos recursos ocupa las peores tierras, zonas de laderas inestables o zonas de inundación. Como consecuencia de las condiciones caóticas se prevé un incremento en los niveles de riesgo y por lo tanto en el potencial de ocurrencia de desastres (Mansilla, 2002, p. 1); los gobiernos coinciden en la necesidad de generar estrategias de actuación, prevención y mitigación en el marco de la planificación y el desarrollo urbano. Los factores de riesgo en el ámbito urbano son múltiples y dependen del contexto en el que tienen lugar. Los rasgos del riesgo urbano, son los siguientes: a) La velocidad del cambio, b) la degradación ambiental urbana, c) la vulnerabilidad del ámbito urbano, y c) la aparición de nuevos riesgos (Park, 1999). Las experiencias resaltan la zonificación de las áreas de riesgo en una ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 unidad geográfica y su jerarquización, de acuerdo con criterios biofísicos, socioeconómicos e institucionales (Tabla 1). En México se han desarrollado diversos estudios relacionados con el tema de investigación, los cuales se resumen a continuación. Garnica y Alcántara (2004) realizaron un estudio hidrológico en el curso bajo del río Tecolutla, Veracruz; a través del análisis de vulnerabilidad, determinaron el riesgo de la región y establecieron que aproximadamente el 30% de la población es susceptible a algún tipo de riesgo, en particular las áreas susceptibles a inundarse. Para realizar el trabajo utilizaron criterios morfológicos y estadísticos, y técnicas de percepción remota. La metodología que siguieron puede servir de guía para estudiar áreas con la misma problemática. ©Universidad de Caldas 88 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 En este sentido el CENAPRED (2006) elaboró mapas de peligro por precipitaciones a partir de datos de las estaciones meteorológicas registradas por el Servicio Meteorológico Nacional, en las cuales se tienen registros de más de 20 años, sin embargo estos registros solo se han analizado en un periodo de retorno de cinco años, utilizándose para el diseño de obras de protección, tales como drenajes, drenes y alcantarillas. Uno de los estudios más representativos y con mayor relación con el tema de investigación es el de Talamantes y Gurría (2010), en él se hace un análisis de incidencia de efectos presentes en la cuenca del río Blanco, Veracruz, determinan las zonas de inicio de avenidas catastróficas, y las condiciones de degradación en cada una de las subcuencas presentes. Utilizaron la jerarquización y la superposición de diferentes parámetros. En el estudio se delimitaron las microcuencas de la cuenca del río Blanco, y se tomaron en cuenta las condiciones climáticas de la región, el uso del suelo, la pendiente del terreno de los ríos, entre otros, que tienen un efecto importante sobre el tiempo de respuesta de la cuenca hidrográfica. METODOLOGÍA El alcance de la investigación está definido por el objetivo y el diseño operacional de las variables e indicadores. Partimos de la relación estrecha que existe entre la amenaza de un fenómeno natural, la vulnerabilidad y el riesgo que se produciría en un sitio, comunidad, región o país (Figura 1). La amenaza se comprende como la ocurrencia potencial de un fenómeno natural, en un intervalo de tiempo y un área geográfica específica. La vulnerabilidad, susceptibilidad o propensión de los sistemas expuestos a ser afectados o dañados por el efecto de un fenómeno perturbador, es decir el grado de pérdidas esperadas ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 (CENAPRED, 2006). El riesgo es el grado esperado de pérdida (de elementos vulnerables) debido a fenómenos naturales particulares (amenaza), entonces Riesgo = Amenaza + Vulnerabilidad. El procedimiento metodológico comprende tres niveles de análisis, en la determinación de estos niveles se consideran los objetivos de la investigación (Figura 2). Equipo y materiales Las fuentes de datos para la investigación, incluyen la información proporcionada por diversos organismos que dependen de los gobiernos federal, estatal y municipal, entre ellos datos censales, imágenes satelitales, ortofotos, cartografía temática, reportes y estudios específicos, cartas temáticas sobre climas, edafología, uso de suelo y vegetación, corrientes superficiales y subterráneas en formato digital a escala 1: 20.000, 1: 50.000 y 1: 250 y los censos de población de los años 1990, 2000 y 2010. Para fundamentar los aspectos teóricos y empíricos de los riesgos por inundación en los asentamientos humanos se realizó la identificación, revisión y análisis de literatura que comprendió el campo del conocimiento del urbanismo y el campo de conocimiento ©Universidad de Caldas 90 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 de los riesgos naturales, y por medio de los Sistemas de Información Geográfica ArcGIS 9.2 se realizó la selección de las variables biofísicas y se diseñaron las bases de datos alfanumérica y cartográfica, para la manipulación, extracción y análisis de la información. Para poder realizar la cartografía del análisis y zonificación de la vulnerabilidad biofísica, se utilizó el método EMC, que es un conjunto de técnicas orientadas a asistir en los procesos de toma de decisiones y el cual se encuentra desarrollado ampliamente dentro del SIG. En el apartado siguiente se describen los procesos que involucra dicho método. Método de Evaluación Multicriterio El Método de Evaluación Multicriterio (EMC) utiliza los principios del proceso de análisis jerárquico desarrollado por Saaty (1980); está diseñado para resolver problemas complejos de criterios múltiples. Constituye un conjunto de técnicas de gran utilidad para investigar el territorio y coadyuvar a la gestión sustentable de los recursos naturales. Se trata de evaluar un conjunto de alternativas (unidades espaciales de observación) a la luz de múltiples criterios y prioridades en conflicto. Desde el punto de vista geográfico, las alternativas suelen ser un conjunto de porciones del territorio que son evaluadas con base en sus características ambientales, sociales o económicas (Barredo, 1996, p. 47). Un parte fundamental de este método es la matriz de decisión la (aij) la cual “[…] expresa las cualidades (valor numérico o simbólico) de la alternativa o unidad de observación i con respecto a los n atributos considerados” (Barba-Romero y Pomerol, 1997, p. 27) (Tabla 2). El conjunto de elección se refiere a las alternativas o entidades geográficas diferentes, caracterizadas por una serie de atributos que, cuando se les añade un mínimo de información relativa a las preferencias del decisor, se consideran criterios. Si los criterios corresponden a evaluaciones numéricas, se les denomina cuantitativos y cuando no presentan una unidad canónica de medida, se les conoce como cualitativos. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Dado que los valores de dicha matriz pueden ser estimados por el decisor en función de diversas unidades y escalas de medida, Saaty (1980) justificaba la elección de la siguiente escala de juicios (Tabla 3): De acuerdo con Barba-Romero y Pomerol (1997), existen diversas razones que justifican la utilización de la escala propuesta. Ellas son: el amplio abanico de posibilidades sin superar el número de valores que la mente humana puede contemplar simultáneamente y el uso de valoraciones enteras con incrementos (Franco-Maass, 2009). Morfometría Una de las herramientas más importantes en el análisis hídrico, es la morfometría. Esta, permite establecer parámetros de evaluación del comportamiento morfodinámico e hidrológico del sistema, así como analizar y comprender los elementos geométricos básicos del mismo (Méndez y Marcucci, 2006). Para la determinación de los parámetros morfométricos se usó el software ArGIS 9.2 y la extensión DetermHidro (Valtierra, 2007). Como base topográfica se usaron las curvas de nivel con cotas de 10 m, obtenidas de las cartas topográficas digitales que proporciona el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). En función de estas capas se realizó un Modelo Digital de Elevación (MDE), como base para modelar los flujos de agua y determinar la red de drenaje de la Zona Metropolitana de Toluca. ANÁLISIS DE LOS FACTORES FÍSICO-NATURALES QUE PROVOCAN LAS INUNDACIONES EN LA ZMT El subsistema físico-natural o medio físico está constituido por el territorio propiamente dicho y sus recursos. Su relación con los asentamientos humanos de la ZMT, se han establecido a partir del análisis del medio ambiente natural a partir de los aspectos como la ©Universidad de Caldas 92 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 edafología, la hidrología, el uso de suelo y vegetación y la población, como determinantes de esta relación. El objetivo de analizar el subsistema natural o medio físico es conocer cómo se utiliza el territorio y sus recursos naturales, incluyendo las degradaciones y amenazas que actúan sobre el mismo. Otro aspecto a considerar, es determinar la fragilidad o vulnerabilidad del territorio. Ubicación de la zona de estudio La unidad espacial en la que se realizó la investigación está conformada por el Valle de Toluca localizado en el centro-oeste del Estado de México. Se constituye en el altiplano más meridional de la cuenca del río Lerma hasta la Presa José Antonio Alzate. La ZMT se ubica en la porción central del territorio estatal, entre los 19°02’ y 19°32’ LN y 99°19’ y 99°56’ LO (Figura 3). Esta porción territorial 3 comprende los 14 municipios que conforman la Zona Metropolitana de Toluca y cubre una superficie de 1943 km2 albergando a 1’846.116 habitantes (INEGI, 2010). Clasificación de la vulnerabilidad edafológica La relación suelo-roca es importante para la formación de suelos, para el sostén de construcciones humanas y para la obtención del recurso agua, procesos que guardan estrecha relación con los asentamientos humanos. En la ZMT se localizan 10 grupos edáficos de los 38 establecidos en el mapa mundial de suelos de la FAO/UNESCO (1988), donde el Feozem es el suelo con mayor distribución en la zona cubriendo un 42% de la misma. Una vez realizada la clasificación edafológica se aplicó el método EMC al factor mencionado y se obtuvo la vulnerabilidad edafológica; los resultados se observan en el siguiente Mapa. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 En la Tabla siguiente se observa que la mayor parte de la ZMT presenta una vulnerabilidad baja con un 41% del total del área de estudio correspondiente a una superficie de 840,82 km2, mientras que los municipios de Lerma, Chapultepec, Calimaya y Almoloya de Juárez presentan una vulnerabilidad alta con un 39,80% del total de la ZMT que corresponden a 807,27 km2. ©Universidad de Caldas 94 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Clasificación de la vulnerabilidad del uso de suelo y vegetación La cobertura vegetal y los usos del suelo más actualizados para el Estado de México, son los determinados en el Inventario Nacional Forestal (INF) 2000-2001, elaborado por el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para la SEMARNAP y del cual se obtiene la tabla que muestra el tipo de vegetación y los usos del suelo, mismos que han sido utilizados en el presente estudio. La cobertura de uso de suelo y vegetación incluye las aplicaciones (tipo de ocupación y uso existente), ya sea agropecuarias-forestales o los espacios urbanos. Aplicando el método EMC a las coberturas de uso de suelo y vegetación antes mencionadas, se obtuvieron los siguientes resultados: En la Tabla siguiente se observa que la vulnerabilidad alta del uso de suelo y la vegetación predomina en la ZMT con un 56,30% con una superficie de 1.142,01 km2, mientras que la vulnerabilidad media es únicamente de 3,9% del total de la zona de estudio. Los municipios que presentaron una vulnerabilidad alta son: Zinacantepec, Xonacatlán, Toluca, San Mateo Atenco, San Antonio la Isla, Rayón, Otzolotepec y Ocoyoacac. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Clasificación de la vulnerabilidad hidrológica El Valle de Toluca es el lugar de nacimiento de la cuenca hidrológica del río Lerma-Santiago, una de las más grandes e importantes de México. Siguiendo el sentido del cauce del río Lerma, el valle se termina al norte, en el llamado estrechamiento de Perales, 9 kilómetros sobre el curso del río Lerma después de la Presa José Antonio Alzate. Lugar donde se localizan las fallas transversales que definen los límites de las subcuencas del Valle de Toluca e Ixtlahuaca-Atlacomulco, Estado de México. En los últimos 50 años los acuíferos de esta zona se han visto abatidos por la extracción constante de los volúmenes de agua para el Distrito Federal que es la capital del país, provocando entre otros factores que los niveles de perforación de pozos sean cada vez más profundos. Aplicando el método EMC al factor hidrológico se obtuvieron los siguientes resultados: ©Universidad de Caldas 96 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 En la Tabla siguiente se observa que la vulnerabilidad hidrológica alta cubre el 70,10% de la ZMT, la cual representa una superficie de 1.421,80 km2; los municipios pertenecientes a esta clasificación son: Rayón, Ocoyoacac, San Antonio la Isla, Almoloya de Juárez, Metepec, Toluca, San Mateo Atenco y Lerma. Con una vulnerabilidad media se encuentran los municipios de Mexicaltzingo y Xonacatlán con el 26,09% del total de la zona de estudio. Parámetros morfométricos de la ZMT A continuación se describen los resultados de los parámetros principales así como los valores de estos para la cuenca. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 a) Curva hipsométrica Refleja el equilibrio de la cuenca y la identifica en sus etapas de A) juventud, B) madurez y C) vejez (Senciales y Ferre, 1992). El Gráfico resultante se muestra a continuación: De acuerdo a la forma obtenida del Gráfico, se puede observar que el tipo de cuenca indica una clara tendencia hacia la etapa C o de vejez, en donde se puede interpretar la cuenca con fuertes procesos de erosión debido al tránsito de las escorrentías superficiales. b) Pendiente media del cauce Indica la pendiente media del río o cauce principal y su potencial para erosionar, íntimamente relacionado con la edad de la cuenca (Campos, 1987). Para su determinación se hace uso de los siguientes valores: Distribución y clasificación de la vulnerabilidad de la población en la ZMT La ciudad de Toluca inicia su configuración como Zona Metropolitana a partir de la década de los 60, derivado de la ©Universidad de Caldas 98 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 industrialización del corredor Toluca-Lerma y que a su vez significó cambios importantes de actividades productivas y sociales en estructura socioeconómica del Valle de Toluca, motivando la integración de municipios al conjunto metropolitano (COESPO, 2010). El volumen poblacional de la ZMT ha aumentado 6,3 veces en promedio entre 1950 y 2010; hoy cuenta con 1’846.116 habitantes asemejándose a un crecimiento lineal constante, al menos por población absoluta. Los municipios que más veces han aumentado su población en el periodo referido son: Metepec con 12,5, San Mateo Atenco (7,9) y Toluca (7,1). Aplicando el método EMC a la distribución poblacional antes mencionada se obtuvieron los siguientes resultados: En la Tabla siguiente se observa que la vulnerabilidad poblacional alta predomina en la ZMT con un 64,3% con 1305,49 km2, mientras que la vulnerabilidad media es de únicamente de 10,39% del total de la zona de estudio. Los municipios que presentaron una vulnerabilidad alta son: Almoloya de Juárez, Metepec, Toluca y Zinacantepec. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Integración de indicadores de vulnerabilidad para determinar el riesgo biofísico en la ZMT La integración de los indicadores analizados anteriormente se realizó mediante la aplicación del EMC a resultados obtenidos de los mismos, esto permitió obtener el Mapa siguiente en el que se refleja el riesgo biofísico de la ZMT. En la Tabla siguiente se observa que en términos generales la mitad de la ZMT presenta un riesgo biofísico alto con un valor de 52,41%, este porcentaje comprende los municipios de Lerma, Toluca, San Mateo Atenco y Metepec y cubre una superficie de 1032,73 km2. En ©Universidad de Caldas 100 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 cuanto a la clasificación del riesgo biofísico medio, éste representa una superficie considerable de la ZMT ya que la superficie que cubre es de 687,20 km2 y representa el 33,88% del total de la zona. Por último, la clasificación que presenta menores valores tanto en porcentaje como en superficie cubierta fue el riesgo biofísico bajo, ya que únicamente cubre el 13,71% del total de la ZMT con una superficie de 13,71 km2. Los valores antes mencionados son el resultado de clasificaciones de alta vulnerabilidad que presentaron los factores del uso de suelo y vegetación, la población y la hidrología, a excepción del factor edafológico que presentó un 39,80% del total de la ZMT, sin embargo este valor no está muy alejado de los otros factores clasificados como altos, lo cual significa que tiene una tendencia a convertirse en valor alto. CONCLUSIONES La cuenca hidrográfica, por ser la unidad física en la cual tienen lugar todos los procesos naturales, es asimismo la unidad natural y lógica para el desarrollo agrícola, ambiental y socioeconómico. Con el crecimiento demográfico y el aumento de las necesidades de urbanización, industrialización y producción de alimentos, los efectos de la actividad antropogénica ya no se limitan solo a zonas pequeñas ni a una comunidad en particular. Las fuertes precipitaciones en la parte alta de esta, así como la deforestación de la misma, han contribuido a que al presentarse las avenidas, el escurrimiento venga acompañado de una gran cantidad de material de arrastre y sedimento en suspensión. El peligro potencial a inundaciones y avenidas, combinado con la alta vulnerabilidad, de algunas comunidades tanto física como socioeconómicamente condicionan el nivel de riesgo al que están expuestas. De acuerdo a lo anterior, se puede afirmar que la ZMT se encuentra dentro de una cuenca de tipo C (de acuerdo a la curva hipsométrica resultante de la morfometría), geológicamente representa una ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 cuenca con valles extensos y cumbres escarpadas, por lo que ha sido sometida a un proceso intenso de erosión. Lo anterior está estrechamente relacionado con el uso del tipo de vegetación, la cual ha disminuido en un 10% en los últimos 10 años. Esta ausencia de cubierta vegetal suele incrementar las velocidades con que se mueve el agua en la cuenca, reduce la cantidad de agua infiltrada en el suelo y la interceptada por la vegetación. Otro factor importante es la textura del suelo, la cual también influye en la velocidad de infiltración del agua. En este caso en la ZMT contiene texturas arcillosas, las cuales originan más encharcamientos. Con lo mencionado anteriormente, podría decirse que la combinación de los factores mencionados contribuyen a provocar zonas inundables, aunado a otros factores como las precipitaciones extraordinarias. Se espera que los resultados obtenidos contribuyan en la toma de decisiones de diferentes sectores como protección civil o el desarrollo regional; también pueden ser utilizados en otros aspectos específicos como en el diseño de los programas de reordenamiento territorial con una visión de riesgo, apoyo a los planes de seguridad pública a través de los programas de protección civil o en adecuación de los planes de desarrollo urbano mediante la incorporación de información sobre riesgos hidrometeorológicos. REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Barba-Romero, S. y Pomerol, J.-C. (1997). Decisiones Multicriterio. Fundamentos teóricos y utilización práctica. Madrid: Ed. Universidad de Alcalá de Henares. Barredo Cano, J.I. (1996). Sistemas de información geográfica y evaluación multicriterio en la ordenación del territorio. Madrid: RAMA. pp. 1-58. Cabrera C., 1987. 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Profesor Investigador de la Facultad de Planeación Urbana y Regional y Centro de Investigación en Estudios Avanzados en Planeación Territorial, UAEM. [email protected] 3. Zona metropolitana, conjunto de dos o más municipios donde se localiza una ciudad de 50 mil o más habitantes, cuya área urbana, funciones y actividades rebasan el límite del municipio que ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 86-104 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 originalmente la contenía, incorporando como parte de sí misma o de su área de influencia directa a municipios vecinos, predominantemente urbanos, con los que mantiene un alto grado de integración socioeconómica; en esta definición se incluye además a aquellos municipios que por sus características particulares son relevantes para la planeación y política urbanas (SEDESOL/CONAPO/INEGI, 2005). Para citar este artículo: Mendoza Mejía, J. B. & Orozco Hernández, M. E. (2014). Análisis de la vulnerabilidad biofísica a los riesgos por inundación en la zona metropolitana de Toluca, México. Revista Luna Azul, 38, 86-104. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=895 ©Universidad de Caldas 104 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 LA RELACIÓN ENTRE PELTIGERA SP. Y RHIZOPHORA MANGLE EN ARROYO DE PLATA (BOLÍVAR), CARIBE COLOMBIANO Ricardo Álvarez-León1 Darío Avendaño-Remolina2 Adolfo M. Sanjuan-Muñoz3 Recibido el 25 de septiembre de 2012 y aprobado el 1 de julio de 2013 RESUMEN Objetivo: determinar la distribución y el estado de los rodales de manglar en Arroyo de Plata (Departamento de Bolívar). Metodología: se realizaron labores de campo a través del arbolado, mediante el muestreo biológico de la flora y de los parámetros físicos y químicos del agua y de los suelos a lo largo de transectos dentro del bosque. Resultados: la composición del rodal incluye cinco especies, Rhizophora mangle (mangle rojo, colorao o colorado), Avicennia germinans (mangle salado, prieto, negro o iguanero), Laguncularia racemosa (mangle blanco, amarillo o bobo), Conocarpus erecta (mangle zaragoza) y Pelliciera rhizophorae (mangle piñuelo). Asociado a la especie pionera (R. mangle) se encontró el líquen (Peltigera sp.), cuya relación se lleva a cabo solo cuando el mangle está en estado de degradación y los parámetros fisicoquímicos de las aguas y los suelos, son extremos. Conclusión: Los manglares mostraron características mixtas, tipo maduro ribereño y de cuenca, donde la especie invasora P. rhizophorae presenta el mayor IVI, debido a su alta densidad. El registro de los líquenes Peltigera sp. y su presencia en los manglares del Caribe colombiano no solo es el primero para esta Región, su distribución puede estar restringida a la zona costera, es incidental, y demuestra su gran capacidad de adaptación a los cambios ambientales, y puede ser considerada entre los en bioindicadores de las características ambientales, especialmente de las alteraciones actuales de los suelos y las aguas. PALABRAS CLAVE Peltigera, líquenes, Rhizophora, manglares, Caribe, Colombia. THE RELATIONSHIP BETWEEN PELTIGERASP. AND RHIZOPHORAMANGLE IN ARROYO DE PLATA (BOLIVAR), COLOMBIAN CARIBBEAN REGION ABSTRACT Objective: To determine the distribution and status of mangrove stands in Arroyo de Plata (Department of Bolívar). Methodology: Field work was conducted through woodland, using biological sampling of the flora and the physical and chemical parameters of water and soil along transects within the forest. Results: The composition of the stand includes five species, Rhizophoramangle (red, colorao or colorado mangrove), Avicenniagerminans (salty, ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 dark color, black or iguanero mangle) Laguncularia racemosa (white, yellow or bobo mangrove), Conocarpus erecta (zaragoza mangle) and Pelliciera rhizophorae (tea mangrove). The lichen (Peltigera sp), was found associated with the pioneer species (R. mangrove) whose relationship is carried out only when the mangrove is in a state of degradation and the physical-chemical parameters of water and soil, are extreme. Conclusion: Mangroves showed mature coastal basin type mixed characteristics, where the invasive species P. rhizophorae has the highest IVI due to its high density. Registration of Peltigerasp lichens and its presence of the Colombian Caribbean mangrove is not only the first for this region, its distribution may be restricted to the coastal zone, it is incidental and demonstrates its ability to adapt to environmental changes, and can be considered between the bio-indicators of environmental characteristics, especially of the the current alterations of soil and water. KEY WORDS Peltigera, lichens, Rhizophora, mangroves, Caribbean, Colombia. INTRODUCCIÓN Manglares. Los ecosistemas de manglar en el departamento de Bolívar, se extienden en forma discontinua a lo largo de la línea de costa entre los límites de los departamentos de Sucre y del Atlántico. La zona costera del departamento de Bolívar se encuentra delimitada al norte por las Salinas de Galerazamba (10°58’ N y 75°12’ W) en el municipio de Santa Catalina en límites con el departamento del Atlántico, y al sur por Boca Flamenquito (10°35’ N y 75°21’ W) en el Distrito Turístico y Cultural de Cartagena de Indias en límites con el departamento de Sucre; e incluye el Parque Nacional Natural Corales del Rosario e Islas de San Bernardo (CIOH/CARDIQUE, 1997; Sánchez-Páez et al., 1997). Presenta un clima con déficit hídrico considerable, con dos estaciones lluviosas y dos secas definidas por la zona de confluencia intertropical, en la cual la temperatura media anual es de 27,6ºC con máximos y mínimos anuales de 23,1 y 32,9ºC respectivamente, y una pluviosidad promedio de 1160 mm. La evaporación es igual o, en la mayoría de los casos, superior a la precipitación esbozando una deficiencia hídrica que influye notablemente en el desarrollo estructural de los bosques de manglar del departamento. Las formaciones de manglar están conformadas por cinco especies: Rhizophora mangle (mangle rojo, coloraoo, colorado), Avicennia germinans (mangle salado, prieto, negro o iguanero), Laguncularia racemosa (mangle blanco, amarillo o bobo), Conocarpus erecta (mangle zaragoza) y Pelliciera rhizophorae (mangle piñuelo), que son la totalidad de las especies encontradas en el Caribe colombiano (Sánchez-Páez et al., 1997). Estas especies se encuentran habitualmente mezcladas formando bosques mixtos sin mostrar un patrón de distribución definido, en donde A. germinans es generalmente la especie dominante en la parte interior de la floresta, mientras que R. mangle predomina en los sectores ©Universidad de Caldas 106 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 marginales limitando, en la gran mayoría de los casos, con los cuerpos de agua (Pino-Renjifo et al., 1999; Agudelo-Ramírez, 2000). A nivel general, en el departamento, el manglar se caracteriza por presentar un alto grado de intervención urbanística e industrial que se traduce en la degradación y pérdida continua de extensiones representativas de bosque y de suelo, siendo aprovechada por los nativos de la región en forma artesanal tan solo una pequeña parte del recurso forestal (Pino-Renjifo et al., 1999).El grado de desarrollo estructural alcanzado por los bosques es variable y está determinado por factores físicos como el tipo de suelo, la climatología local, las energías de subsidio y los tensores o presiones que los afectan sean de tipo natural o antropogénico (Sánchez-Páez et al., 1997). Líquenes asociados. Según Hawksworth et al. (2005): Los líquenes tienen un importante papel como bioindicadores de lectura inmediata de la contaminación medioambiental, de los cambios climáticos y de la estabilización del suelo. Se han realizado muchos trabajos acerca de este tema en regiones templadas, pero tan solo en algunos pocos casos las técnicas empleadas en este tipo de estudios han sido utilizadas en los trópicos (p. 71). La mayor parte de las investigaciones realizadas en los trópicos hasta la fecha, se relacionan con la contaminación ambiental y perturbaciones forestales, pero estas han sido ejecutadas solo en algunos pocos lugares, y permanecen aún sin realizar en la mayoría de las regiones tropicales. Las ventajas que poseen los líquenes para ser utilizados como bio-indicadores de lectura inmediata en los trópicos, se basan en que los trabajos pueden ser realizados sin la identificación total de las especies involucradas, y en el hecho de que son perennes y fácilmente discernibles a simple vista o con la ayuda de una lupa decampo. Esto último constituye un factor importante, ya que la falta de entrenamiento para la identificación es el principal problema en la realización de este tipo de investigaciones; a su vez, Wolf (1993) reconoce los patrones de biomasa y diversidad de las briófitas y líquenes en los diferentes gradientes altitudinales en el norte de los Andestropicales; además, Sipman et al. (2008) confirman que en Colombia existen 1444 especies de hongos liquenizados, pero que su número puede ascender a 3000-4000 especies. Según Martínez (1999), la forma de crecimiento foliácea pertenece al género Peltigera, cuyas especies están asociadas con cianobacterias como fotobiontes, y muchas de sus especies son consideradas indicadoras de madurez forestal. Martínez et al. (2003) discuten sobre la distribución del género y resaltan el número de especies, así como su dificultad para determinar las especies. De acuerdo con Miadlikowska y Lutzoni (2000), Peltigera (Peltigerineae, liquenizados Ascomycota) es uno de los géneros de líquenes más extendidos, con incorporación de asociaciones bilaterales y trilaterales, que involucran hongos, algas verdes (cf. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Coccomyxa), y las cianobacterias (cf. Nostoc). Se presenta en este género una amplia gama de caracteres morfológicos y químicos (compuestos secundarios) y la variación involucra niveles tanto intraespecíficos como interespecíficos. En comparación con muchos otros géneros de macro-líquenes, su taxonomía, incluyendo quimiotaxonomía, todavía sigue siendo poco conocida. Las clasificaciones de infragenéricos Peltigera son casi exclusivamente con base en la composición fotobionte del talo. Estas clasificaciones suponen que cada biytritaxones, tienen diferentes entidades monofiléticas. El género Peltigera nunca ha sido el centro de un amplio estudio filogenético. La subdivisión más reciente y de amplia aceptación del género en siete grupos, se basa principalmente en los caracteres morfológicos y químicos. Las relaciones entre las especies de Peltigera se han investigado sobre sus componentes químicos, morfológicos y subunidad grande de ADN nuclear ribosomal (LSU nrDNA) de datos. Vitikainen (1998), reconoce tres tipos principales de estructura del género Peltigera en Suramérica, donde se han identificado con base en estudios avanzados de bioquímica: P. laciniata(G. Merr. ex Riddle) Gyeln. Ecuador, Kalb 511 (H), en P. pulverulenta (Tayl.) Nyl. 1. Venezuela, Ahti 37205 (H) y P. pulverulenta 2.Ecuador, Ardvisson 4627 (H). Van Duunné y Wolf (s.f.), trabajaron intensamente en briófitos y líquenes epilíticos de las plantaciones de café, encontrando una diversidad muy alta. También a nivel nacional, Aguirre-Ceballos (2006, 2008), estudio la diversidad de los musgos y los líquenes de Colombia, evaluando y promoviendo su conservación. Posteriormente Aguirre-Ceballos y Rangel-Churio (2007), analizaron las amenazas a la conservación de las especies de musgos y líquenes en el país, y reconocen las especies amenazadas de la familia Peltigeraceae y el género Peltigera (P. collina, P.fibrilloides, P.membranacea, P. mexicana y P.microdactyla). Sipman (2008), enfatiza que Peltigera dolichorhiza (Nyl.) Nyl. Nylander (1860: 327 sub Peltigera polydactylavar. dolichorhiza), Nylander (1874: 71), Galloway (1985: 364), Vitikainen (1998: 136) Typus: Bogotá, 2600-2700 m, 1860 (?), Lindig 2519 p.p. (H-NYL 33203, Lectotipus) y Peltigera laciniata var. Irregularis Gyelnik Gyelnik (1932: 40), son las más conocidas y estudiadas. Recientemente Coca y Sanín (2010), describen 8 especies del género Coccocarpia Coccocarpiaceae), colectados también en el PNN Tatamá, de las cuales 7 (C. domingensis, C. erythroxy, C. filiformis, C. palmicola, C. pellita, C. prostrata,C. stellata) son novedades corológicas para el PNN Tatamá y una (C. microphyllina) para Colombia. Los géneros son novedades corológicas tanto para Tatamá, como para Colombia, siendo Sticta el género más rico. Pérez-Quintero y Watteijne-Cerón (2010), analizaron la estructura de una comunidad de líquenes y en especial la morfología del género folioso Sticta Stictaceae) en un gradiente altitudinal. La comunidad de líquenes epifitos esta distribuida en un gradiente altitudinal (2000-2600 m) también del PNN Tatamá. Se encontró que con el aumento en altura hay una disminución en riqueza y ©Universidad de Caldas 108 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 diversidad, lo cual se desvía del patrón encontrado generalmente en otros trabajos sobre líquenes y gradientes altitudinales. La comunidad a bajas alturas se compone principalmente de líquenes fruticosos (cobertura de 30% a 2070 m y 0% a 2560 m) y a mayores alturas de líquenes foliosos (cobertura de 15% a 2070 m y 43% a 2560 m). La altura, además de influenciar la estructura de la comunidad de los líquenes, puede afectar el desarrollo y la morfología de estos. En Sticta se presentaron variaciones intraespecíficas en la densidad de cifelas (órganos de intercambio gaseoso) asociadas a la altura, encontrándose un efecto significativo de la altura sobre la densidad de cifelas en las especies S. andensis y S. gyalocarpa (con un valor de ANOVA, de P= 0,008 y 0,05 respectivamente). Esto muestra un mecanismo de adaptación a los cambios ambientales que se dan con la altura. Rincón-Espitia (2011) documenta la composición de la flora liquénica corticícola en algunas localidades de las planicies y los macizos montañosos de la región Caribe. Se encontraron 348 especies de líquenes corticícolas, representadas en 950 ejemplares provenientes de cinco localidades, que corresponden a tres tipos de vegetación: bosque húmedo, bosque semihúmedo y bosque seco. Se describieron dos especies como nuevas para la ciencia y se encontraron 116 nuevos registros para Colombia, la mayoría de especies son nuevos registros para las áreas de estudio y algunos nuevos registros para el Neotrópico. Soto-Medina (2011) registra géneros para ocho municipios del Valle del Cauca (Cali, Buenaventura, Cerrito, Dapa, Jamundí, Restrepo, Roldanillo y Trujillo) y tres del Cauca (Caloto, Guapi y Coconuco). Las zonas de vida visitadas incluyeron bosque húmedo tropical, bosque seco tropical, bosque muy seco tropical, bosque premontano y subpáramo. Se encontraron 510 especímenes incluidos en aproximadamente 230 morfoespecies de líquenes, de los cuales 190 fueron identificados incluido Peltigera sp. y los restantes no se han trabajado a nivel de especie dada la complejidad y el escaso conocimiento taxonómico de los géneros. Coca et al. (2012), confirman que los Peltigerales están segregados del Orden Lecanorales, que contiene la mayor riqueza de cianolíquenes con aproximadamente 1700 especies distribuidas en todo el mundo. En el PNN Tatamá, entre los 2400 y los 3000 m con especies epifitas, foliícolas y terrícolas, la mayor diversidad se encontró a los 2600 m, especialmente en las familias Coccocarpiaceae, Loariaceae y Pannariaceae. Peltigera sp. solo se encontró en Santuario, Loc. Planes de San Rafael (entre Monte Zancudo y El Fracaso, 2800-3000 m). Ofrecen una clave para el reconocimiento del Orden Peltigerales: ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 2.Ascocarpos como peritecios o lirelas........ Varios órdenes (Ascomicetes). 2.Ascocarpos como apotecios.................................................................... 3. 3.Ascas bitunicadas............................................................AR THONIALES. 3.Ascas unitunicadas............................................................... ...................4. 4.Apotecioshemiangiocárpicos.................................. ..........OSTROPALES. 4.Apotecios gymnocárpicos........................................................... .............5. 5.Fotobiontechlorococcoide (en su mayoría Trebouxia)...LECANORALES. 5.Fotobionte cianobacterias (Nostoc o Scytonema), raramente algas verdes (solo en Lobariaceae y Peltigeraceae)................... PELTIGERALES. (Coca et al., 2012). Así como una clave para la identificación del género de Fotobionte [Peltigera, según Bungartz (2002), in Nash III et al.(2002)]: Apotecios pardos, situados en la cara superior del extremo de los lóbulos, en ocasiones éstos se pliegan en forma de silla de montar elevándose sobre el resto del talo. Cara inferior no corticada, pero surcada por venas de distintos tipos: desde finas, claras, bifurcadas hasta oscuras, anchas, planas y de aspecto reticulado, por lo que sólo se ve la médula inferior blanca en algunas pequeñas zonas ovaladas. Rizinas abundantes de muy diversos tipos. Talos grandes, algunos >30 cm, con lóbulos anchos >1 cm [talo con tomento homogéneo en la cara ventral, con venas y generalmente terrestre, Coca et al.(2012)]…Peltigera. (Barreno y Pérez-Ortega, 2003, p. 156). MATERIALES Y MÉTODOS Arroyo de Plata se encuentra ubicado en el sector de la Bahía de Barbacoas, la cual está localizada al noroeste del departamento de Bolívar, entre los 10º08’09’’ y 10º14’56’’ N y los 75º31’21’’ y los 75º40’17’’ W, abarcando una superficie de 140 km2 (Hinestrosa y Viña, 1986). En ella desembocan los caños Lequerica y Matunilla que se originan del Canal del Dique, los cuales son producto de la canalización del canal realizada en el siglo XVII, direccionando aguas a la Bahía de Barbacoas (Alvarado-Ortega, 2001).Los aportes continuos e importantes de agua dulce provenientes del Canal del Dique y que aportan sedimentos a la bahía por los caños Lequerica y Matunilla que con su dinámica deltaica originan la formación de “bancos” en sus desembocaduras, permiten la colonización por manglar. De acuerdo a lo anterior, el desarrollo de los bosques se divide en dos etapas: la primera etapa, se ©Universidad de Caldas 110 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 caracteriza por un rápido crecimiento y un buen desarrollo del manglar gracias a la presencia de aguas dulces, que aportan nutrientes y disminuyen la salinidad hasta niveles adecuados para el desarrollo del manglar. La segunda etapa, presenta una degradación del manglar debido a la saturación por sedimentos, que llegan a modificar los flujos hídricos del sistema provocando el estancamiento de las aguas, que al evaporarse aumentan los niveles de salinidad y la temperatura alterando progresivamente las condiciones descritas en la primera etapa. La estación muestreada en Arroyo de Plata se ubica a los 10°08’06,5” N y 75°32’35,8” W. En ella se delimitó una parcela perpendicular a la línea de costa, utilizando un cinta metrada de 120 m, sobre la cual se establecieron subparcelas de 100 m2 (10 x 10 m), usando cuatro tubos de PVC unidos por un cabo, abarcando 5 m a lado y lado de la línea direccional, y prolongado 10 m de longitud hacia el fondo o parte interna del bosque. En cada parcela se identificaron y marcaron todos los árboles de mangle para evitar el reconteo. A cada uno se le midió la altura total utilizando como referencia tubos de PVC de 2 m de largo y la circunferencia a la altura del pecho (CAP) a 1,3 m con una cinta métrica. Para la medición de la CAP se tuvo en cuenta lo sugerido por SchaefferNovelli y Cintrón-Morelo (1986). Con el fin de determinar los niveles de intervención o los factores estresantes, se realizaron anotaciones del estado de salud de cada árbol, indicando los vivos, muertos, talados y aquellos que tenían algún signo de deterioro o presencia de hormigas y termitas (Schaeffer-Novelli y Cintrón-Morelo, 1986). Para determinar el reclutamiento en los bosques de mangle de las 2 estaciones de muestreo, en cada subparcela de 100 m se lanzaron 2 al azar tres cuadrantes de 1 m . En los 30 cuadrantes se identificaron y contaron todas las propágulos y plántulas de mangle. A partir de las medidas tomadas en campo (número de árboles vivos registrados en cada estación, especie y CAP), se calculó el diámetro a la altura del pecho (DAP = CAP/π) y los atributos estructurales del bosque de manglar: densidad, área basal y diámetro de área basal promedio (Schaeffer-Novelli y CintrónMolero, 1986), además del índice de valor de importancia (IVI) (Matteucci y Colma, 1982). Para la determinación de variables físicas y químicas del agua intersticial y suelos, se ubicaron tres puntos (inicial, intermedio y final correspondientes a las abscisas k0+00, k0+050 y k0+100). Se midieron in situ pH, salinidad, oxígeno disuelto, conductividad y temperatura con una sonda multi-paramétrica. Para las variables a determinar en el laboratorio (turbidez, oxígeno disuelto, nitrógeno amoniacal, nitritos, nitratos, nitrógeno total, fósforo total, fosfatos, sodio, potasio, calcio, magnesio, cloruros, sulfatos, sulfuros y sólidos totales). Para la recolecta de muestras de agua y suelo, se cavaron agujeros de 50 cm de profundidad por debajo del nivel freático. Las perforaciones se realizaron de acuerdo al orden de ingreso al bosque desde la parte externa ─colindando con el agua─ hacia el interior, de esta forma el agua intersticial iba brotando, ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 alcanzando el nivel freático para luego decantarse. Las muestras de agua y suelo fueron recolectadas, almacenadas y preservadas siguiendo lo enunciado por Clesceri et al. (1998). Finalmente, se llevaron a cabo recorridos errantes en las florestas, tanto dentro como fuera de las parcelas, anotando los organismos asociados a los árboles de mangle y haciendo el respectivo registro fotográfico para la confirmación de la asociación incidental; posteriormente, se procedió a colectar manual y cuidadosamente los individuos, y a la identificación de los especímenes de líquenes, utilizando las claves especializadas (Bungartz, 2002; Barreno y Pérez-Ortega, 2003; Coca et al., 2012). RESULTADOS El bosque es maduro ribereño y de cuenca, de composición mixta que supera los 10 m de altura en algunos puntos, compuesto por R. mangle, A. germinas, L. racemosa y P. rhizophorae. El dosel es cerrado en los primeros metros y luego se abre en la medida en que la floresta se va degradando y las condiciones físico-químicas se hacen extremas. En la primera franja (de 20 m aproximadamente) se establece una mezcla de R. mangle y P. rhizophorae, en cuyas raíces se advierte colonización de bálanos, ostras, algas y esponjas. El suelo, en este segmento, presenta abundante hojarasca y numerosos embriones de R. mangle pequeños que en varios casos tienen adherido aún el collar epi-cotiledonear. En esta franja la regeneración natural es representativa. A partir de los 20 m se observa una mezcla de A. germinans, L. racemosa, R. mangle y P. rhizophorae. Las hojas de L. racemosa son pequeñas y los fustes presentan signos de defoliación, mientras que las de A. germinans presentan hongos “carbones” y blanqueamiento, evidenciando un estado fitosanitario deficiente. El suelo en este sector evidencia sequedad, desnudez y alcanza altas temperaturas haciendo más difícil el proceso de recuperación del bosque (Figura 1). ©Universidad de Caldas 112 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Entre los tensores que afectan al rodal cabe mencionar la tala de L. racemosa (16,0%), y R. mangle (16,1%) y la salinización del suelo, factor que está causando una degradación progresiva de la floresta a la cual puede deberse el 54,4% de mortalidad. Los efectos generados por la salinización del suelo se notan principalmente en los troncos (agrietados, con putrefacción en la parte basal y manchas amarillas en todo su contorno), las raíces (lenticelas expandidas) y en las hojas (pequeñas)(Tabla 1).Otros signos de este proceso se fundamentan en la presencia de hormigas y restos vegetales en forma desbordante. Asociada exclusivamente a R. mangle y solamente en aquellas plantas deterioradas de esta especie, se advirtió la presencia del liquen Peltigera sp., epífito de color verde claro, elongado y con desarrollo dicotómico (Figuras 1, 2, 3). En este punto es evidente el proceso de degradación de la floresta, la cual se asienta sobre un suelo arenoso, compacto y con costras de sal (Avendaño-Remolina et al., 2000). En la zona es muy frecuente encontrar “tapetes” de neumatóforos de L. racemosa que alcanzan alturas de hasta 15 cm ubicados alrededor de los fustes, mientras que los de A. germinans sobrepasan los 30 cm. En la parte media del rodal, entre los 80 y 100 m, la tala es más significativa. La salinización de suelos y aguas es causada por el rompimiento del flujo hídrico derivado del taponamiento de los canales de irrigación natural que aprovisionan el área (Figura 2). Hacia la parte final, el bosque recupera su vigor lo cual parece estar asociado a la cercanía de un cuerpo de agua. En este punto es R. mangle la especie que empieza a dominar y sus fustes superan los 10 m, el bosque sigue siendo abierto y el suelo despliega mayor cobertura vegetal, pues la cantidad de hojarasca aumenta (Figura 2). El mayor IVI lo presentó P. rhizophorae, seguida en importancia por A. germinans, R. mangle y por último L. racemosa. La mayor importancia de P. rhizophorae se debe principalmente a la cantidad de troncos presentes (216), lo cual influyó en una alta densidad relativa y alta frecuencia, no obstante su dominancia relativa fue la menor de todas las especies debido a su baja área basal producto de sus reducidos diámetros (4,51 cm en promedio) y la ausencia de fustales. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Por su parte, A. germinans presenta la mayor área basal y por tanto la mayor dominancia relativa, pero la densidad relativa es muy inferior a la de P. rhizophorae.La distribución de R. mangle es homogénea en el bosque por lo que registró la mayor frecuencia relativa, su área basal fue muy pequeña lo que influyó en su baja dominancia a pesar de tener el mayor número de fustales en la estación. L. racemosa, a pesar de presentar los mayores diámetros (23,03 cm), lo cual influiría en una alta área basal, presentó la más baja densidad relativa con la presencia de tan solo 18 individuos entre latizales y fustales. En cuanto a la regeneración natural se presentan en altas proporciones P. rhizophorae (2900 ind./0,1 ha) y R. mangle (2666,7 ind./0,1 ha), mientras que A. germinans y L. racemosa presentaron valores muy bajos, 500 y 133,3ind./0,1 ha, respectivamente. Se trata de un bosque joven y en crecimiento, con una gran cantidad de latizales que no alcanzan los 6 m de altura, el porcentaje de mortandad total es alto (44,3%), este aspecto y un porcentaje de tala del 10% han permitido el acceso de luz al sotobosque y con esto una alta regeneración natural (Tabla 2). ©Universidad de Caldas 114 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 El punto inicial corresponde a la orilla del caño (Arroyo de Plata), el punto medio se encuentra a 50 m del punto inicial y el punto final está a 100 m del punto inicial, siendo este punto final el que corresponde al área donde se encontraron los líquenes sobre plantas de R. mangle con abundantes líquenes costrosos y estructuras degradadas o en proceso de degradación (hojas amarillentas, tallo descascarado). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Peltigera sp., se halló en un área caracterizada por parámetros físico-químicos extremos en alguna medida, tanto de las aguas como de los suelos (aguas con temperatura de 28,4oC, pH de 6,1,oxígeno disuelto de 0,60 mg/l, nitrógeno amoniacal de 0,70 mg/k, nitritos de 0,003 mg/k, nitratos 0,38 mg/k, nitrógeno total 9,24 mg/k, fósforo total 1,76 mg/k, fosfatos 5,4 mg/k, sodio 7815,1 mg/k, potasio 246,6 mg/k, calcio 235,7 mg/k, magnesio 2500,0 mg/k, cloruros 25925,1 mg/k, sulfatos 3,65 mg/k, sulfuros 0,17 mg/k, sólidos totales 67528,0 mg/k, y suelos con pH de 6,1-6,7, nitrógeno amoniacal de 161,8 mg/k, nitritos de 0,168 mg/k, nitratos 1,14 mg/k, nitrógeno total 2682,1 mg/k, fósforo total 114,1 mg/k, fosfatos 350,0 mg/k, sodio 5693 mg/k, potasio 828,1 mg/k, calcio 1268,0 mg/k, cloruros 24734,6 mg/k, sulfatos 668,5 mg/k, sulfuros 380,6 mg/k). CONCLUSIONES Los manglares de Arroyo de Plata presentan unas características mixtas, tipo maduro ribereño y de cuenca, conformado por individuos de R. mangle, A. germinans, L. racemosa y P. rhizophorae. Con la particularidad de que la especie invasora entre los manglares, P. rhizophorae, presenta el mayor IVI, debido a su alta densidad. Inicialmente el dosel es cerrado y posteriormente se abre a medida que se presenta degradación de la floresta y las condiciones físico-químicas son menos favorables. El registro de los líquenes Peltigera sp. (Avendaño-Remolina et al., 2000), y su presencia en los manglares del Caribe colombiano, si bien es cierto es incidental, demuestra que gracias a su gran capacidad de adaptación a los cambios ambientales, bien pueden constituirse en bio-indicadores de las características ambientales y ©Universidad de Caldas 116 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 de las alteraciones actuales en Arroyo de Plata, cuya existencia se ve reforzada en el hecho de los manglares sobre los cuales se encontró el liquen, así como de los suelos poco estabilizados. Entre otrasventajas que poseen los líquenes para ser utilizados como bioindicadores de lectura inmediata en los trópicos es que los trabajos pueden ser realizados sin la identificación total de las especies involucradas, y en el hecho de que son perennes y fácilmente determinados a simple vista o con la ayuda de una lupa de campo (Hawksworth et al., 2005, p. 71). Los trabajos de Sipman (1984), Aguirre-Ceballos y Avendaño-Torres (2008), Avendaño-Torres y Aguirre-Ceballos (2009), Rincón-Espitia (2011),Rincón-Espitia et al. (2011),no citan a Peltigera sp., lo que ratifica que su hallazgo no solo es el primero para la Región del Caribe colombiano, sino que su distribución puede estar restringida a la zona costera del Caribe colombiano. En la Región Pacífico colombiano (Cordillera occidental-PNN Tatamá), Coca et al. (2012) la encontraron y manifiestan que en general la riqueza de especies de líquenes es similar a otros ecosistemas andinos (Sierra Nevada de Santa Marta-Buritaca-La Cumbre), obviamente todo podrá aclararse cuando se determinen los epítetos específicos. AGRADECIMIENTOS Queremos agradecer a Eugenio Escobar-Manrique, profesor de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira, por la reconfirmación de la identidad de los ejemplares; y al Herbario José Cuatrecasas Arumí, donde se encuentran los ejemplares registrados en Arroyo de Plata (Bolívar) Colombia. REFERENCIAS Agudelo-Ramírez, C. (2000). Estructura de los bosques de manglar del Departamento de Bolívar y su relación con algunos parámetros abióticos (Tesis Profesional). Fac. de Biología Marina, Univ.de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. 318p. Aguirre-Ceballos, J. (2006). Diversidad de los musgos (Bryophyta) y líquenes de Colombia-Una evaluación con propósitos de conservación (Tesis Doctoral). Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias, Instituto de Ciencias Naturales. 542p. ________. (2008). Diversidad y riqueza de líquenes en Colombia. En Rangel-Churio, J.O. (ed.), Colombia - Diversidad Biótica VI Riqueza y diversidad de los musgos y líquenes en Colombia (pp. 118). 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Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=896 ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 105-121 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 COMPARACIÓN DEL MÉTODO DIRECTO Y PRECIPITADO, PARA LA DETERMINACIÓN DE LOS NIVELES DE COLESTEROL HDL, EN GALLINAS PONEDORAS José Henry Osorio1 Jancy Darly Flórez2 Recibido el 3 de diciembre de 2012 y aprobado el 18 de julio de 2013 RESUMEN Objetivo: Comparar un método directo y un método de precipitado en la determinación del colesterol HDL en gallinas ponedoras. Metodología: Se obtuvo suero de 40 gallinas ponedoras en ayunas de 26 semanas de edad, de la línea Hy-Line W-36. El colesterol de las lipoproteínas de alta densidad se midió por el método directo a base de un detergente específico junto con N,Nbis(4-sulfobutil)-mtoluidina, y por el método de precipitación a base de fosfotungstato + Mg2+. Resultados: Las medias ± desviación estándar para los niveles de colesterol de las lipoproteínas de alta densidad, por los métodos directo y precipitado en mg/dl fueron de: 63,1±14,3; 13,3±3,5; respectivamente. El P valor del test F es inferior a 0,05, evidenciando diferencia estadísticamente significativa, con una confianza del 95% entre métodos. Conclusiones: Es factible la utilización del método directo a base de un detergente específico y N,Nbis(4-sulfobutil)-m-toluidina para la determinación del colesterol de las lipoproteínas de alta densidad en gallinas ponedoras, debido a que es un método que no es alterado por los altos niveles de triglicéridos de estas. PALABRAS CLAVE Detergente + DSBmT, fosfotungstato, lípidos, lipoproteínas. COMPARISON OF DIRECT AND PRECIPITATION METHODS FOR DETERMINING HDL CHOLESTEROL LEVELS IN LAYING HENS ABSTRACT Objective: To compare a direct method vs a precipitation method for determining HDL cholesterol in laying hens. Methodology: Serum of forty 26 weeks old fasting laying hens was obtained from the Hy-Line W-36. Cholesterol in high density lipoproteins was measured by direct method based on a specific detergent along with N,Nbis (4sulfobutyl)-m-toluidine, and through the precipitation method based 2+ on phosphotungstate + Mg . Results: The standard deviation mean ± for high density lipoproteins though direct and precipitation methods in mg/dl were: 63.1±14.3; 13.3±3.5 respectively. The P value for the F test is < 0.05 showing significant statistical difference between the two analyzed methods with a confidence level of 95%. Conclusions: It is feasible to use the direct method using a specific detergent and N,Nbis(4-sulfobutyl)-m-toluidine to determine high ©Universidad de Caldas 122 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 density lipoprotein cholesterol in laying hens, because this method is not altered by high levels of triglyceride. KEY WORDS Detergente + DSBmT, lipids, lipoproteins, phosphotungstate. INTRODUCCIÓN En las gallinas ponedoras se ha estudiado el metabolismo de los lípidos alterando la dieta, con el fin de aumentar la proporción de los ácidos grasos poliinsaturados en los triglicéridos (TG) y disminuir el colesterol total (CT) de la sangre y de la yema de huevo (Ayerza y Coates, 2000; Chowdhury et al., 2002), el cual finalmente va para consumo humano. Los TG y el CT son transportados en la sangre hasta los oocitos de las gallinas, por las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL, del inglés: very low density lipoprotein) que contienen la apolipoproteína VLDL-II (Walzem et al., 1999) y por las lipoproteínas de alta densidad (HDL, del inglés: high density lipoprotein) que también contienen dicha apolipoproteína (Vieira et al., 1995). En los primeros estudios realizados para separar y cuantificar las lipoproteínas en las aves, se utilizó el método de ultracentrifugación junto con el de electroforesis (Hermier et al., 1984; Hermier et al., 1989) para arrojar resultados del metabolismo de los lípidos en dicha especie. El método de ultracentrifugación, a pesar de la difícil recuperación de las lipoproteínas y a la falta de homogeneidad de las fracciones obtenidas (Palacios et al., 1999), se ha considerado como el método de referencia en combinación con el método de precipitado a base de heparina y cloruro de manganeso, si se requiere medir el colesterol de las HDL (Nauck et al., 2000). No obstante, este método no está totalmente estandarizado en la actualidad, debido a los altos costos operacionales y a la necesidad de personal entrenado para realizar las ultracentrifugaciones. Se han considerado otros métodos más fáciles y asequibles para la cuantificación de las lipoproteínas, pero dichos métodos se basan en la medición del colesterol que transportan las lipoproteínas medidas por ultracentrifugación. Existen diversos métodos para medir el colesterol de las HDL (CHDL), entre estos están los métodos de precipitado los cuales consisten en la precipitación de lipoproteínas no HDL, por acción de diferentes reactivos (que varían según el fabricante), y están los métodos directos, igualmente conocidos como homogéneos, los cuales disminuyen costos operacionales comparados con el de ultracentrifugación, estos métodos son específicos y están libres de interferencias endógenas tales como altas concentraciones de TG en sangre (Arranz et al., 1998; Warnick et al., 2001). Recientes investigaciones han estudiado el metabolismo lipídico en aves mediante técnicas de precipitado con fosfotungstato para la cuantificación del C-HDL (Salma et al., 2007; Yin et al., 2008); también han usado el método de ultracentrifugación junto con un método enzimático para los valores del colesterol de dicha lipoproteína (An et al., 1997), y métodos ya sea de precipitado o directos para medir el C-HDL en la sangre de las gallinas ponedoras (Liu et al., 2010; Yue et al., 2011). Sin embargo, en dichos trabajos ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 122-131 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 no aclaran la factibilidad de estos métodos, además de mostrar diferencias entre los valores arrojados, los cuales, deberían ya estar estandarizados. Debido a que los métodos directos se caracterizan porque sus valores no se interfirieren por altos niveles de TG en el suero, en el presente trabajo se comparan los métodos directo [detergente + N,Nbis(4-sulfobutílicos)-m-toluidina (DSBmT)] y precipitado (fosfotungstato + Mg+2) para la cuantificación del C-HDL, y así dilucidar si la ventaja que posee el método directo, la tiene el método de precipitado. MATERIALES Y MÉTODOS Animales y dieta. Ponedoras de la línea Hy-Line W-36, fueron levantadas en la Granja Montelindo, propiedad de la Universidad de Caldas (Manizales, Colombia), a una temperatura promedio de 25°C, y 13 horas de luz aproximadamente; fueron alimentadas hasta la semana 24 de edad con una dieta comercial para gallinas ponedoras, junto con todo el lote de aves. Se eligieron completamente al azar las aves a estudiar, manteniéndose en el mismo galpón, y durante las semanas 25 y 26 de edad, se alimentaron con una dieta a base de maíz, torta de soya y aceite de soya (Tabla 1), debido a que no fue posible obtener la información de la composición real de la dieta comercial. La producción durante las semanas 25 y 26 de las gallinas escogidas fue del 96% (sin tener en cuenta la mortalidad del levante y el alojamiento), con un peso promedio de 1.444 g. Al momento de la toma de las muestras, se realizó un ayuno previo de 13h±1h. El número de aves fue de 40, 3 se tomaron 5 cm de sangre directamente de la yugular. La sangre se centrifugó a 3000 rpm durante 15 minutos y el suero se congeló a -30°C. Métodos de análisis. Los reactivos para las determinaciones de CT, TG y colesterol HDL pertenecían a los laboratorios Biosystems S.A. (Barcelona, España). Dichos análisis fueron determinados por métodos enzimáticos-colorimétricos, de acuerdo a las recomendaciones del fabricante. Los análisis fueron realizados en un equipo RAYTO RT-1904C, analizador semiautomático de química. Determinación del colesterol HDL mediante el método de precipitado (fosfotungstato). Para realizar este método se usó 1 ml de reactivo (fosfotungstato 0,4 mmol/L y cloruro de magnesio 20 mmol/L), que se mezcló con 0,2 ml de la muestra de suero, se agitó bien y se dejó durante 10 minutos a temperatura ambiente, se centrifugó por 10 minutos a 4000 rpm. En el precipitado quedaron las VLDL, IDL y LDL, y en el sobrenadante quedaron las HDL. Finalmente, con máximo cuidado fueron transferidos 100 µl del sobrenadante, depositándolo en otro tubo de ensayo, se mezcló con 1 ml del reactivo para CT (descrito más adelante) y se incubó por 10 minutos en baño maría a 37°C. El C-HDL fue hidrolizado por la colesterol esterasa y la colesterol oxidasa, esto dio lugar a la ©Universidad de Caldas 124 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 formación de peróxido de hidrógeno que fue consumido por una peroxidasa en presencia de la 4-aminoantipirina (4-AA) y fenol, quedando como producto final la quinonaimina, siendo este producto proporcional al C-HDL de la muestra, y este se cuantificó espectrofotométricamente. Determinación del colesterol HDL mediante el método directo (detergente). Este método consta de: un Reactivo A, que contiene un Buffer good, colesterol oxidasa < 1 U/ml, peroxidasa < 1 U/ml, N,Nbis(4-sulfobutil)-m-toluidina 1 mmol/L, un acelerador 1 mmol/L. Un Reactivo B, que contiene: Buffer good, colesterol esterasa < 1,5 U/ml, 4-AA 1 mmol/L, ascorbato oxidasa < 3,0 KU/L y un detergente. Se tomaron 7 µl de la muestra de suero y se le adicionaron 750 µl del Reactivo A. Aquí es hidrolizado el colesterol de los portomicrones PM (quilomicrones en mamíferos), VLDL, lipoproteínas de densidad intermedia (IDL, del inglés: intermediate density lipoprotein) y lipoproteínas de baja densidad (LDL, del inglés: low density lipoprotein) por la colesterol oxidasa (CO), en una reacción no formadora de color. Inmediatamente después, se añadieron 250 µl del Reactivo B al producto del paso anterior. La mezcla se incubó por 5 minutos a 37°C. El detergente presente en dicho reactivo solubilizó el colesterol HDL, la colesterol esterasa y la colesterol oxidasa hidrolizaron el colesterol HDL, y dieron como productos finales colestenona y peróxido de hidrógeno; el peróxido de hidrógeno, junto con el DSBmT y la 4-AA, reaccionaron en presencia de una peroxidasa generando o produciendo quinonaimina y cuatro moléculas de agua. La quinonaimina es proporcional a la concentración de colesterol-HDL presente en la muestra, la cual se cuantificó espectrofotométricamente. Determinación colesterol total (CT). Para la determinación del CT en el suero, se mezclaron 10 µl de la muestra y 1 ml de reactivo (PIPES 35 mmol/L, colato sódico 0,5 mmol/L, fenol 28 mmol/L, colesterol esterasa > 0,2 U/ml, colesterol oxidasa > 0,1 U/ml, peroxidasa > 0,8 U/ml, 4-AA 0,5 mmol/L, pH 7,0). Se agitó bien la mezcla y se dejaron incubar los tubos durante 10 minutos, a temperatura ambiente. Los ésteres de colesterol se hidrolizaron por la colesterol esterasa, dieron lugar a colesterol libre, el cual por acción de la colesterol oxidasa formó colestenona + peróxido de hidrógeno, este último en presencia de la 4-AA y fenol dieron lugar a la quinonaimina por acción de la peroxidasa. La quinonaimina es proporcional al colesterol total de la muestra y se cuantificó espectrofotométricamente. Determinación de triglicéridos (TG). Se utilizaron 10 µl de la muestra y 1 ml de reactivo (PIPES 45 mmol/L, 4-clorofenol 6 mmol/L, cloruro magnésico 5 mmol/L, lipasa > 100 U/ml, glicerolquinasa > 1,5 U/ml, glicerol-3P-oxidasa > 4 U/ml, peroxidasa > 0,8 U/ml, 4-AA 0,75 mmol/L, ATP 0,9 mmol/L, pH 7,0). Se agitó bien la mezcla y se dejaron dejaron incubar los tubos durante 15 minutos a temperatura ambiente. En el anterior proceso, los triglicéridos fueron hidrolizados por la lipasa a glicerol y ácidos grasos, el glicerol, en presencia de ATP fue fosforilado por la glicerol-quinasa y dio lugar al glicerol 3P + ADP, el glicerol 3P en presencia de oxígeno formó peróxido de hidrógeno por acción de la glicerol-3P-oxidasa. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 122-131 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Finalmente, se cuantificó espectrofotométricamente la quinonaimina producto de la acción de la peroxidasa sobre el peróxido de hidrógeno en presencia de 4-AA y clorofenol, la quinonaimina es proporcional a la concentración de los TG. Análisis estadístico. Los datos fueron analizados usando ANOVA simple. Para el análisis estadístico se utilizó Statgraphics Plus 5.1. Las diferencias estadísticamente significativas se determinaron con el P < 0,05 del test F. Se realizó el coeficiente de relación de Pearson para las variables de CT y CHDL (método directo y precipitado), con una significancia de P < 0,01. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Cuando se realiza un estudio del metabolismo lipídico en las diferentes especies animales, hay que tener en cuenta que los métodos de evaluación del colesterol de las lipoproteínas son analizados o utilizados en humanos sanos, generalmente ayunados (Arranz et al., 1998), o con enfermedades metabólicas, tales como hipertrigliceridemia (Okazaki et al., 1997) o diabetes (Jensen et al., 2002; Guerra et al., 2005), entre otras. En el caso de las gallinas ponedoras, se han realizado diferentes estudios del metabolismo lipídico con la metodología disponible, mostrando valores específicamente del C-HDL y su baja o alta relación con la yema de huevo, sin tener en cuenta si los datos arrojados corresponden a la realidad de dicho animal, pues los altos niveles sanguíneos de TG en las gallinas pueden afectar los resultados de los métodos utilizados. En el presente trabajo se realizó el análisis del colesterol de las lipoproteínas de alta densidad, se encontró que los niveles séricos varían significativamente entre los dos métodos analizados. Las medias ± desviación estándar para los niveles de C-HDL, por los métodos directo y precipitado, en mg/dl, fueron de: 63,1±14,3; 13,3±3,5; respectivamente. El P valor del test F es inferior a 0,05, evidenciando diferencia estadísticamente significativa, con una confianza del 95% entre métodos (Tabla 2). 2+ Al analizar el método de precipitado con ácido fosfotúngstico + Mg , se debe tener en cuenta que dicho método consiste en formar complejos entre las apolipoproteínas B (apo B) de las VLDL, IDL y LDL con los poli-aniones y cationes divalentes que contienen los reactivos (Nauck et al., 2000), y así, lograr la posterior sedimentación de dichas lipoproteínas; sin embargo, este procedimiento se altera cuando hay niveles de triglicéridos superiores a 400 mg/dl en el suero (Palacios et al., 1999), formando complejos que evitan la precipitación completa de las lipoproteínas no HDL dando como resultado concentraciones de C-HDL superiores a las reales (Harris et al., 1997), aunque, en el inserto de los laboratorios Biosystems, dice que no se presentan problemas con niveles de TG < 1000 mg/dl (dando la posibilidad de utilizar dicho método en gallinas ponedoras). Teniendo en cuenta, que en las gallinas analizadas en el presente estudio se encontraron niveles de TG entre 396 y 1733 mg/dl con una media de: 881,5±345,2 ©Universidad de Caldas 126 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 (Tabla 2), existe la posibilidad de que los valores del C-HDL cuantificados por el método de precipitado con fosfotungstato + Mg2+ sean bajos a la realidad de la gallina ponedora. Sin embargo, dicha alteración no se presentó con falsos positivos, sino al contrario, hubo valores inferiores a lo esperado (Tabla 2), probablemente debido a la presencia de otras apolipoproteínas en las lipoproteínas de las gallinas ponedoras, tales como las VLDL-II (Schneider et al., 1990; Vieira et al., 1995), que no están presentes en las lipoproteínas de los humanos (Newsholme y Leech, 1987), especie donde fueron estudiados los diferentes métodos de evaluación del C-HDL. El método directo para la cuantificación de CHDL, además, de reducir costos operacionales, tiene como ventaja, que inhibe la reacción del colesterol de los PM, VLDL, IDL y LDL y mide directamente el C-HDL, sin afectarse por los altos niveles de TG en suero (Warnick et al., 2001), además, las recomendaciones de los laboratorios Biosystems, dicen que se aceptan valores de TG de 3000 mg/dl, mostrando que dicho método es más seguro de utilizar en las gallinas ponedoras. En la Tabla 3, se presentan los datos de cuatro estudios diferentes, de los niveles sanguíneos del C-HDL de gallina ponedora, con su respectivo método de evaluación o laboratorio responsable de los reactivos. Los niveles de C-HDL encontrados en el trabajo donde analizaron los efectos del ácido linoleico conjugado en la dieta, usando un kit comercial (Beijing Biological Technology Co.) (Yin et al., 2008), a base del 2+ método de precipitado con fosfotungstato + Mg (comunicación personal), no encontraron relación entre los niveles de C-HDL y el colesterol total de la yema de huevo. Los datos del C-HDL de otro estudio, donde evaluaron el efecto de bacterias del género Rhodobacter como aditivos en la dieta de gallinas ponedoras, usando un kit enzimático (Wako Pure Chemical Industries Ltd.) (Salma et al., 2007), también a base de fosfotungstato, encontraron que hay una relación inversamente proporcional entre los niveles séricos de C-HDL y los niveles de colesterol de la yema de huevo. Estos dos trabajos, están en el rango de los valores arrojados por el método directo a base de detergentes y DSBmT del presente estudio, pero no coinciden con los valores que arrojó el método de 2+ precipitado con fosfotungstato + Mg . Por lo tanto, contradicen los valores que se mostraron en la presente investigación, sin embargo, esto puede deberse a que los niveles de TG en dichas investigaciones son aproximadamente de 425 mg/dl y aparentemente, no habría un efecto negativo en los resultados por dicho método. Los valores del estudio donde usaron varios subproductos del cártamo en la dieta y cebo de ganado vacuno como control, fueron analizados por el método de ultracentrifugación junto con un kit colorimétrico para colesterol (An et al., 1997), los autores mostraron valores por debajo del rango del método directo a base de detergentes y DSBmT, pero, por encima del rango del método de precipitado con fosfotungstato del presente trabajo (Tablas 2 y 3). Particularmente, en dicho trabajo donde utilizaron el método de ultracentrifugación, no encontraron diferencias en los niveles séricos de C-HDL ni en los niveles de colesterol total de la yema de huevo con los cambios que realizaron en la dieta, por lo tanto no muestran si hay correlación entre estos parámetros. Por otra parte, una investigación donde analizaron el efecto del uso de aceites oxidados en la dieta, sobre el metabolismo de los lípidos, cuantificaron el C-HDL usando un kit enzimático (Beijing BHKT ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 122-131 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Clinical Reagent Co. Ltd.) (Yue et al., 2011). En contraste con los trabajos ya analizados, se observó que los valores se encuentran en el rango de los datos que arrojó el presente estudio por el método de precipitado con fosfotungstato + Mg2+. Conjuntamente, con el trabajo realizado por Liu et al. (2010), donde adicionaron a la dieta esteroles vegetales, tampoco encontraron diferencias significativas en los niveles C-HDL ni en el colesterol de la yema de huevo, con el cambio de la dieta. Aunque varios de los factores que pueden afectar los niveles de C-HDL en la sangre de las gallinas, son el tipo de línea de gallina ponedora (debido a la variabilidad genética) o algunos tipos de dieta utilizados, se pudo dilucidar, que el método de evaluación afecta en gran manera los resultados, por lo tanto, cuando se relacionan con otras variables, los análisis pueden llegar a ser equivocados. No obstante, aunque en el presente trabajo no se midió el colesterol de la yema, sí se cuantificó el CT del suero de las gallinas, encontrándose una media desviación estándar de: 147,4±37,9 (Tabla 2). Al realizar la correlación del CT con el C-HDL evaluado por el 2+ método de precipitado con fosfotungstato + Mg , no se encontró una correlación entre estas dos variables, pero al realizar la correlación entre el CT y el C-HDL por el método directo a base de detergente + DSBmT, sí se encontró una correlación positiva y significativa entre estas dos variables (Tabla 4), Debido a que las HDLs son unas de las lipoproteínas más importantes en el transporte del colesterol ya sea hacia el hígado o hacía la yema de huevo (Vieira et al., 1995), un método adecuado de evaluación de los niveles de C-HDL podría mostrar una relación o la falta de esta, entre el C-HDL y el colesterol de la yema de huevo. ©Universidad de Caldas 128 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 CONCLUSIONES Para la cuantificación de C-HDL en las gallinas ponedoras, es viable utilizar el método directo a base de detergente + DSBmT, debido que este método es adecuado para muestras de suero con niveles de triglicéridos elevados (hasta 3000 mg/dl). En el presente trabajo, el método de precipitado con fosfotungstato + Mg2+ mostró que dicho método se afectó negativamente, debido a que arrojó valores significativamente inferiores del colesterol de dichas lipoproteínas, probablemente debido a la presencia de las apilipoproteínas VLDL-II en las HDL de las gallinas ponedoras. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 122-131 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 REFERENCIAS ©Universidad de Caldas An, B.K., Nishiyama, H., Tanaka, K., Ohtani, S., Iwata, T., Tsutsumi, k. y Kasai, M. (1997). Dietary safflower phospholipid reduces liver lipids in laying hens. Poultry Science, 76(5), 689-95. Arranz, M.L., Tasende, J. y Martin, F. (1998). Comparison of two homogeneous assays with a precipitation method and an ultracentrifugation method for the measurement of HDL-cholesterol. Clinical Chemestry, 44(12), 2499-505. Ayerza, R. y Coates, W. (2000). 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Laboratorio de Investigación en Bioquímica Clínica y Patología Molecular, Departamento de Ciencias Básicas de la Salud, Universidad de Caldas. Manizales, Colombia. [email protected] 2. Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Caldas. Manizales, Colombia. Para citar este artículo: Osorio, J. H. & Flórez, J. D. (2014). Comparación del método directo y precipitado, para la determinación de los niveles de colesterol HDL, en gallinas ponedoras. Revista Luna Azul, 38, 122-131. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=897 ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 122-131 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 DIAGNÓSTICO DEL USO Y MANEJO DE PLAGUICIDAS EN FINCAS PRODUCTORAS DE CEBOLLA JUNCA Allium fistulosum EN EL MUNICIPIO DE PASTO Aracelly Arévalo C.1 Tito Bacca2 Alberto Soto G.3 Recibido el 3 de mayo de 2013 y aprobado el 9 de julio de 2013 RESUMEN El control de plagas y enfermedades en el cultivo de la cebolla en Nariño, se caracteriza por el uso del control químico. Por lo tanto, el objetivo de esta investigación fue identificar las condiciones de uso y manejo de plaguicidas de este cultivo en el corregimiento Buesaquillo, del municipio de Pasto. Para determinar el tipo de productos utilizados se realizó recolección y clasificación de envases vacíos de agroquímicos durante 6 meses. En la zona de estudio se realizaron 200 encuestas con 38 preguntas relacionadas con aspectos socioeconómicos, manejo de cultivo, uso y manejo de plaguicidas y sus riesgos potenciales. Los datos fueron sometidos a análisis de correspondencia múltiple. Se recolectaron 4710 envases vacíos, de los cuales el 46,3% correspondieron a fungicidas, el 12,4% a fertilizantes y el 9,3% a insecticidas. El principal criterio para aplicación fue el recomendado por los almacenes de expendio de agroquímicos (72%), la frecuencia de aplicación depende de las condiciones ambientales que va entre 8 y 15 días, el periodo de carencia en el 80% de los encuestados es de 15 días antes de la cosecha. El 74% de los agricultores expuestos a los plaguicidas son hombres y la mayoría (85,5%) tiene estudios primarios, el 53,5% no entiende la etiqueta del producto y algunos de los encuestados (19%) dicen haber sufrido síntomas de intoxicación, y la mayoría (70%) de los productores queman los envases de los plaguicidas. Bajo las condiciones del presente estudio se concluye que el uso de los plaguicidas es similar entre los encuestados, caracterizándose por su manejo inadecuado, el cual pone en riesgo la salud de los agricultores y amenazan con el equilibrio de este agroecosistema. PALABRAS CLAVE Agroquímicos, riesgos ambientales, control químico, minifundio. DIAGNOSTICS OF PESTICIDES USE AND MANAGEMENT IN PRODUCTIVE GREEN ONION Allium fistulosum FARMS IN THE MUNICIPALITY OF PASTO ABSTRACT Pests and diseases control in green onion cultivation in the department of Nariño is characterized by the use of chemical control. Therefore, the objective of the investigation was to identify the use and management conditions of pesticides on this crop in the small township of Buesaquillo, municipality of Pasto. To determine the type of products used, an empty agrochemical containers collection ©Universidad de Caldas 132 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 was carried out during six months. Two hundred surveys, with 38 questions related to socio-economic aspects, crop management, pesticide use and management and its potential risks, were carried out in the study zone. The data were submitted to multiple correspondence analyses. A total of 4710 empty containers were recollected, of which 46.3% corresponded to fungicides, 12.4% to fertilizers, and 9.3% to insecticides. The main criterion of application was the one recommended by the agrochemicals warehouse sale (72%); frequency of application depends on environmental conditions ranging between 8 and 15 days, and the grace period in 80% of the surveys is 15 days prior to the harvest. 74% of farmers exposed to pesticides are men and most of them (85.5%) have completed their primary school studies; 53.5% do not understand the product’s label, some of them (19%) claim to have suffered intoxication symptoms and most producers (70%) burn the pesticide containers. Under the conditions of this study it can be concluded that the use of pesticides is similar among the surveyed farmers, and is characterized by inadequate management, which puts farmers’ health at risk and threatens this agro ecosystem equilibrium. KEY WORDS Agrochemicals, environmental risks, chemical control, smallholding. INTRODUCCIÓN Los plaguicidas han contribuido en gran medida al aumento de los rendimientos en la agricultura mediante el control de plagas y enfermedades (Bhatnagar, 2001; Rekha, Naik & Prasad, 2006). Las plagas pueden llegar a ocasionar hasta un 45% de pérdidas de la producción anual de alimentos (Abhilash & Singh, 2008); con frecuencia, el control químico es el único medio disponible y eficiente para atacar este problema por las altas poblaciones alcanzadas por los artrópodos y los daños ocasionados. Sin embargo, se debe tener en cuenta que las alternativas de control químico pueden ser seguras, efectivas y prácticas si se utilizan racionalmente (García, Fuentes & Monje, 1995). Los plaguicidas surgen como una alternativa económica y de fácil acceso para los agricultores, pero el conocimiento que ellos tengan de las plagas y enfermedades representan el uso seguro y eficaz de estos productos (Bentley & Thiele, 1999; Osuna, 2004); además, juegan un papel clave en la agricultura moderna (Yaggen, Crissman & Espinosa, 2003). Estos productos también han generado problemas de diversa índole, derivados casi siempre de su uso inadecuado. Si en un principio se consideraron como la solución de los problemas fitosanitarios, hoy la experiencia y el mejor conocimiento de la complejidad de los ecosistemas agrícolas, han demostrado que deben ser un componente más del manejo integrado de plagas (Pretty & Waibel, 2005). Debido al incremento en las dosis de plaguicidas y al manejo inadecuado, se presenta acumulación de residuos de agroquímicos en diversos ecosistemas; problemas en la salud humana, daños al medio ambiente, resistencia de las insectos ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 a insecticidas y resurgencia de plagas, incremento de plagas secundarias y disminución de enemigos naturales (Harris, 2000). Otro problema que se presenta por la mala utilización de los plaguicidas es la falta de inocuidad de los productos agrícolas; se debe prevenir la presencia de residuos en los frutos al momento de la cosecha o reducir su cantidad al mínimo posible, maximizando los plazos de seguridad y disminuyendo el uso de tratamientos muy cercanos a la cosecha y en la poscosecha (Skidmore & Ambrus, 2004). La exposición a plaguicidas provoca una gama de problemas en la salud humana, cuyos peligros varían de acuerdo con el grado de exposición y manejo de los agroquímicos (Abhilash & Singh, 2008). De acuerdo con lo anterior, el objetivo de esta investigación fue realizar un diagnóstico sobre el uso y manejo de los plaguicidas agrícolas usados en el corregimiento Buesaquillo, del municipio de Pasto (Nariño). MATERIALES Y MÉTODOS El trabajo se realizó en el corregimiento Buesaquillo, veredas Buesaquillo Centro, La Alianza, Bellavista, San José, Tambo Loma, San Francisco, La Huecada y Villa Julia, localizadas en el municipio de Pasto (Nariño, Colombia), durante el periodo comprendido entre junio y diciembre de 2009. El corregimiento Buesaquillo, está localizado a 4 km del perímetro urbano de la ciudad de Pasto, y a una altitud entre 2500 a 2900 msnm; su principal actividad económica es la agricultura donde predomina el cultivo de la cebolla. El estudio se desarrolló en dos etapas. En la primera etapa se realizaron jornadas de recolección y clasificación de envases y bolsas vacías de plaguicidas utilizados por los agricultores, durante un periodo de seis meses, teniendo en cuenta el tipo de plaguicida, nombre comercial, ingrediente activo, tipo de formulación y grado toxicológico. En la segunda etapa se implementó una encuesta a los agricultores de la región, acompañados de una observación directa y la permanente interacción con los líderes de la comunidad. Para realizar la encuesta se estimó un tamaño de la muestra que se hizo mediante la aplicación de la fórmula expuesta por Hidalgo y Argoty (1988): Donde: p x q = 0,25 (que corresponde a la probabilidad de acierto y fracaso). ©Universidad de Caldas 134 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 e = 5% (porcentaje z = 1,96 (correspondiente a N = 400 (número de agricultores). de una error confianza estimado). del 95%). Mediante la aplicación de la encuesta, se evaluaron las siguientes variables: 1. Uso de plaguicidas: productos más utilizados, frecuencia, dosis, criterio de aplicación y asistencia técnica. 2. Cultivos sembrados: área, plagas más frecuentes y alternativas de control. 3. Aspecto socioeconómico del agricultor: edad, género, nivel educativo, salario y personas a cargo. 4. Condiciones de aplicación segura: persona responsable de las aplicaciones, lugar de la mezcla, equipo de protección, lectura de etiquetas, conocimiento del nivel de toxicidad, manejo de envases vacíos y sobrantes de productos, y mantenimiento de equipo de protección. 5. Condiciones ambientales y la percepción del riesgo, usos de fuentes de agua, existencia de escuelas y familias cercanas a los cultivos, conocimiento de síntomas de intoxicación y primeros auxilios. La información obtenida en la encuestas fue sometida a un análisis multivariado de correspondencia múltiple (ACM), para analizar las relaciones de dependencia e independencia de un conjunto de 53 variables evaluadas, utilizando el programa SPAD versión 3 (Morineau, 1998). RESULTADOS Y DISCUSIÓN Según la recolección y clasificación de envases vacíos de plaguicidas entregados por los agricultores de la región, se encontró que los productos más utilizados en la zona fueron los fungicidas con el 46%, los fertilizantes con el 12,4%, los insecticidas con el 9,3% y los coadyuvantes con el 6,7%. Entre los productos menos utilizados están los herbicidas con el 0,6% y los reguladores de crecimiento con el 0,4% (Tabla 1). Entre los plaguicidas más utilizados se encuentran los fungicidas con 42 ingredientes activos, sobresaliendo el Propineb con el 18%, Dimetomorf (11%), Metalaxil (8%), Fosetil aluminio (8%), ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Azoxystrobin (7%), Fenamidone (6%), Difenoconazole (4%), Azufre micronizado (3%), Cymozanil (3%), Folpet (3%) y Mancozeb (3%) (Tabla 2). En el grupo de los insecticidas se encontraron 16 ingredientes activos, entre los cuales se destacan: Clorpirifos (49%) y Metomil (17%) (Tabla 3). En cuanto a herbicidas, se encontraron 3 ingredientes activos de categoría toxicológica III: Glifosato (61%), Linuron (1%) y Metribuzin (1%). En la zona de estudio se utiliza una gran cantidad de agroquímicos, especialmente fungicidas. Según Castro (1998), en cultivos de hortalizas en minifundios, se utiliza alto número de plaguicidas (insecticidas y fungicidas), los cuales por su mal manejo se aplican en dosis inadecuadas, lo que ha generado contaminación ambiental y de los productos y una posible resistencia de plagas y de patógenos a los agroquímicos. Con respecto a la categoría toxicológica, la mayoría de los productos utilizados son de categoría III, que son medianamente peligrosos; llama la atención los de categoría I y II que representan mayor peligro al ecosistema (Tablas 2 y 3). Dentro de este grupo se destacan los insecticidas Metomil y Carbofuran que son extremadamente peligrosos y representan el 23% de los insecticidas utilizados, los cuales deben sustituirse por productos más seguros y que sean compatibles con programas de manejo integrado de plagas (Tabla 3). El tamaño de muestra obtenido fue de 196 encuestas, para lo cual se decidió realizar entrevistas a 200 agricultores de la zona. ©Universidad de Caldas 136 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 1) Condiciones del uso de plaguicidas Según la encuesta realizada, se pudo determinar que el 72% de los agricultores mencionan que el criterio de aplicación de los productos depende de la recomendación dada en el almacén de expendio. Ramos (2008), señala la importancia de que sea un profesional el encargado de prescribir los plaguicidas a utilizar, ya que dispone de varias alternativas para controlar un problema fitosanitario, además estos productos deben ser adquiridos en almacenes autorizados y de confianza. En cuanto a frecuencias y dosis de aplicación, se determinó que los agricultores aplican cada 15 días en tiempo seco y cada 8 días en tiempo de lluvias; la dosis de aplicación también es recomendada en el almacén de expendio, sin embargo, algunos agricultores aplican cantidades que ellos consideran convenientes, ya sean subdosis o sobredosis. Algunos productores de cebolla y operadores de equipos de fumigación tienen la creencia que un gran volumen, alta presión y dosis altas son los medios más adecuados para la aplicación de plaguicidas (Abhilash & Singh, 2008). El periodo de carencia es el periodo que debe transcurrir desde la última aplicación del plaguicida y la cosecha. En la zona de estudio se encontró que para el 80% de los agricultores el período es de 15 días antes de la cosecha, para algunos productos este periodo es adecuado, sin embargo para otros plaguicidas este lapso es mayor de 15 días como gran parte de los de categoría toxicológica I y II. Este aspecto es importante ya que según Bhanti y Taneja (2007) la restricción de las aplicaciones justo antes de la cosecha reducirá el nivel de residuos de plaguicidas en los productos que serán llevados al mercado. La disposición final que los agricultores dan a los envases y bolsas vacías es: la quema a cielo abierto (69,5%), enterrado (16,5%) y el 14% son arrojados al lote de cultivo. Actualmente se está implementando en la zona lo sugerido por Ramos (2008), que consiste en el plan de acción de devolución postconsumo de los envases para que este tipo de residuos sea eliminado de una forma ambientalmente adecuada. 2) Cultivos sembrados y plagas más frecuentes El cultivo predominante en la zona de estudio es la cebolla junca; las plagas más frecuentes son las chizas o cuzos Ancognatha sp. (Coleoptera: Scarabaeidae) (35,5%), babosas (39,5%), minador Liriomyza huidobrensis (Diptera: Agromyzidae) (19%) y trips (Thysanoptera: Thripidae) (5,5%). La aparición e intensidad de ataque de estas plagas según los agricultores, está altamente correlacionada con las condiciones climáticas. Entre las enfermedades más frecuentes en cebolla se identificó a Sclerotium cepivorum en un 37%, Cladosporium alli (32,5%) y mildeo velloso Peronospora sp. (30,5%), las cuales son enfermedades que pueden llegar a ocasionar grandes pérdidas económicas y son las más limitantes de la cebolla en Colombia (Pinzón, 2004). La arvense que tiene más presencia en la región y dentro del cultivo de cebolla junca es el corazón herido Polygonum nepalense (Polygonaceae), ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 con un porcentaje de 85,5%. El 99,5% de los agricultores realizan control químico, y el 0,5% utiliza además el control cultural, sobre todo en el manejo de residuos de cosecha y erradicación manual de arvenses. 3) Aspectos socioeconómicos de los agricultores El 86,5% de los agricultores expuestos a plaguicidas son mayores de 36 años de edad, de los cuales el 74% son hombres y el 26% son mujeres. El 85,5% tienen estudios primarios, el 12% secundarios, el 2% estudios técnicos profesionales y el 0,5% estudios universitarios. Con relación al área cultivada, el 76% de los agricultores tienen cultivos en áreas menores a una hectárea. Según Vela (2009), Buesaquillo tenía 7.902 habitantes a finales del año 2008, con un nivel de pobreza alto, representado en 5.976 habitantes con Sisbén (Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de programas sociales del gobierno de Colombia) nivel I, 1838 habitantes con Sisbén nivel II y 88 habitantes con Sisbén nivel III, datos que se pueden comparar con la encuesta aplicada ya que se obtuvieron agricultores (76%) que ganan menos de un salario mínimo, el 22,5% ganan entre 1 y 2 salarios mínimos y el 1,5% ganan entre 2 y 3 salarios mínimos de los cuales el 81,5% tienen más 3 personas dependientes de su salario y el 18,5% menos de 2 personas. 4) Condiciones de una aplicación segura de los plaguicidas El 60,5% de los dueños de las fincas realizan la aplicación de los agroquímicos. La mayoría de los agricultores consideran que es importante tener camisa manga larga, botas y sombreros durante la aplicación de los plaguicidas; a pesar de que en la zona se utilizan estos implementos, los agricultores por las condiciones climáticas de la zona utilizan ruanas, las cuales son usadas todos los días de trabajo sin importar la actividad a realizar y los posibles problemas de salud que pueda ocasionar este mal procedimiento. En cuanto a la lectura de las etiquetas antes de realizar la aplicación, se observa que el 53,5% la realiza sin entender su contenido; un alto porcentaje no lee las medidas que se deben tener en cuenta antes, durante y después de la aplicación. Por lo general, los agricultores no utilizan las mínimas normas de seguridad recomendadas para la aplicación de los agroquímicos de manera segura, representando un significativo factor de riesgo a la salud humana. La falta de educación en algunos agricultores hace que no puedan leer las etiquetas, por lo tanto no entienden las instrucciones sobre el uso de plaguicidas, dando lugar a accidentes, aplicaciones irregulares y excesos de uso de los productos (Wilson & Tisdell, 2001). La mayoría de los agricultores identifica el color de la banda que viene en la etiqueta del producto, pero no sabe qué información le brinda la misma. Los agricultores sugieren que las imágenes que traen las etiquetas deben estar más relacionadas con su cultura; aseguran que la información de la etiqueta del producto es muy técnica para ellos y es muy difícil de entender, se utiliza una fuente muy pequeña para una información tan grande. Rother (2008), afirma que es muy importante recordar que las etiquetas de los ©Universidad de Caldas 138 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 plaguicidas tienen un papel crucial en la protección de la salud y el medio ambiente. El 86% de los agricultores guarda el producto sobrante en su empaque original, el sitio de almacenamiento es la casa de habitación, en donde destinan cuartos separados, cajones, etc.; durante las visitas en campo se observó que en ocasiones se utilizan los mismos lugares de almacenamiento de productos de consumo humano y los plaguicidas, lo que aumenta el riesgo de envenenamiento accidental para cualquier miembro de la familia. Ramos (2008), menciona que los sitios de almacenamiento de plaguicidas deben estar aislados de viviendas y centros educacionales, hecho que no se cumple con los agricultores de la zona. 5) Condiciones ambientales y la percepción del riesgo del uso de los plaguicidas El equipo de fumigación más utilizado es la bomba de espalda, a la cual no se le hace mantenimiento. Shetty (2001), afirma que por lo general la mayor parte de los equipos de aspersión se usan en malas condiciones, debido a la falta de mantenimiento; un alto porcentaje de agricultores nunca cambia los empaques a sus equipos teniendo como resultado la mayoría de fugas por aspersión. Estas aplicaciones de plaguicidas pueden conllevar a una serie de peligros para la salud humana, los cuales varían de acuerdo con el grado de exposición y formas incorrectas de aplicación; los trabajadores agrícolas experimentan día tras día los efectos agudos del uso de plaguicidas con diferentes grados de gravedad (Antle & Pingali, 1995; Beshwari et al., 1999; Dung & Dung, 1999; Murphy et al., 1999; Yassin, Mourad & Safi, 2002; Maumbe & Swinton, 2003; Mancini et al., 2005). Forget (1991), menciona que en los países en vías desarrollo, el número de intoxicaciones por plaguicidas puede ser incluso superior a los reportados debido a la falta de información suministrada. Con relación a las intoxicaciones por plaguicidas, el 19,5% de los agricultores dice haber sufrido alguna vez síntomas de intoxicación y el 84,5% nunca ha tenido problemas de esta índole. Es importante destacar que el 84% de los agricultores no sabe sobre los primeros auxilios que se deben brindar al presentarse este problema. Según Casallas (2008), las personas que trabajan con plaguicidas deben conocer los síntomas que se presentan por intoxicación de plaguicidas, como son dolor de cabeza, debilidad, fatiga, mareos, náuseas o vómito, visión borrosa, etc. Atreya (2008), menciona que investigaciones en los países en desarrollo de todo el mundo muestran que el uso de plaguicidas en las explotaciones agrícolas a menudo conduce a síntomas agudos de intoxicación. La disposición de los envases y las bolsas vacías se hace de una manera inadecuada encontrándolos depositados en los lotes, en las carreteras, en las zanjas de las escuelas y en algunos nacimientos de agua, representando un peligro para la salud de los habitantes de la zona. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Análisis Multivariado de Correspondencia Múltiple (ACM) Con el ACM se pudo establecer que los 22 primeros factores permiten explicar el 61,32% de la variabilidad total, de los cuales sobresalen los dos primeros factores (Tabla 4). Clasificación jerárquica de la información: En la Figura 1, se observan las representaciones factoriales de los individuos y las variables colectadas en las encuestas según el Análisis de Correspondencias Múltiples, que fueron agrupadas a partir de características comunes dentro de ellos y distantes entre las clases. ©Universidad de Caldas 140 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 En general la población encuestada es muy homogénea, en su mayoría las variables se ubican juntas indicando similitud entre los grupos; los que utilizan una gran variedad de productos químicos, especialmente dentro del grupo de los fungicidas, presentan un nivel educativo básico en ocasiones incompleto y para la toma de decisiones del uso de un plaguicida siempre tienen en cuenta el concepto del almacén de expendio. La única excepción la presenta el grupo número tres porque es el único en la zona que no utiliza herbicidas dentro del ciclo productivo del cultivo de la cebolla junca. El uso de los plaguicidas por parte de los agricultores de los tres grupos es similar; hay una gran variedad de productos para el control de plagas. El grupo I es el más numeroso, gana en promedio menos de un salario mínimo, dentro del uso de los fungicidas no tiene inclinación por ningún producto en particular, para los insecticidas se observa una tendencia al uso del ingrediente activo Clorpirifos y el Glifosato para el grupo de los herbicidas. El grupo II es muy parecido al I, solo que además utiliza los ingredientes activos Profenofos como insecticida y Metribuzin para herbicidas. El grupo III gana más de un salario mínimo, presenta un gran uso de los ingredientes activos Propineb para fungicidas y Clorpirifos para insecticidas, este grupo no utiliza herbicidas en ningún momento del cultivo, caracterizándose por ser el único que se ha preocupado por implementar junto al control químico, control cultural para manejo de arvenses. Las características anteriores se asemejan a un grupo de minifundistas productores de papa de Boyacá, estudiados por Feola y Binder (2010) quienes concluyen que la problemática de la mala utilización de plaguicidas se debe a la falta de asistencia técnica que conlleva a un uso correcto y eficiente de los plaguicidas. Según estos autores, la única orientación es dada por los vendedores o empresas productoras de estos agroquímicos; estos además de vender deben informar sobre el uso seguro de plaguicidas, para que ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 el uso sea eficiente y se reduzcan los posibles efectos adversos. Esto es posible en parte con campañas como las adelantadas en Colombia, denominada Campo Limpio (Corporación Campo Limpio, 2013), y en América Latina (Thrupp, Bergeron & Waters, 1995). Según Feola y Binder (2010), la formación de cooperativas de agricultores conlleva a conocer mejor el mercado de los plaguicidas, reduciendo costos de estos insumos y recomendando los más seguros y eficientes, además de llevar otras informaciones del manejo de las plagas y enfermedades que no involucren el uso de agroquímicos. Otro factor definitivo, según Feola y Binder (2010), es la intervención colectiva de agricultores sobre el buen uso de plaguicidas; debido a que muchas veces la creencia individual prevalece ante graves errores como el mal uso o no utilización de equipos de protección, la promoción del diálogo social en las comunidades y líderes comunitarios contribuirían en estos procesos de aprendizaje. CONCLUSIONES El consumo de plaguicidas en la zona de estudio es alto; se presenta una amplia variedad de agroquímicos, destacándose el grupo de los fungicidas con 42 ingredientes activos diferentes. Los agricultores no utilizan elementos de protección durante la aplicación y al momento de preparar los productos para las aplicaciones fitosanitarias; además, la disposición de los envases y las bolsas vacías de los productos se realiza de una manera inadecuada, encontrándolos dispersos en lugares que representan un peligro ambiental y para la salud humana. Las condiciones de seguridad frente al uso y manejo de plaguicidas son ineficientes; los agricultores utilizan la misma ropa de uso diario para las aplicaciones de los agroquímicos. Los agricultores carecen de conocimientos básicos para la prestación de primeros auxilios en caso de intoxicación accidental en campo, desconocen los síntomas y las acciones inmediatas a tomar. AGRADECIMIENTOS A la Corporación Campo Limpio, por la financiación recibida. Al Ingeniero Agrónomo Lucio Rosero, por su colaboración durante la realización del trabajo. Al señor Francisco Matabanchoy y a la Ingeniera Agrónoma Patricia Portilla, dueños de los almacenes de expendio de Buesaquillo, por la cooperación en el desarrollo de la investigación. Al Sociólogo Daniel Guerrero por la orientación brindada, y a dos revisores anónimos que contribuyeron al mejoramiento del manuscrito. ©Universidad de Caldas 142 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Abhilash, P.C. y Singh, N. (2008). Pesticide use and application: An Indian scenario. Journal of Hazardous Materials, 165, 1-12. Antle, J.M. y Pingali, P.L. (1995). Pesticides, productivity, and farmer health: a Philippine case study. En: Pingali, P.L. y Roger, P.A. (comps.), Impact of pesticides on farmer health and the rice environment (pp. 361-385). Philippines: International Rice Research Institute. Atreya, K. (2008). Health costs from short-term exposure to pesticides in Nepal. Social Science & Medicine, 67, 511-519. Bentley, J. y Thiele, G. (1999). 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Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=898 ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 132-145 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 EVALUACIÓN AMBIENTAL ASOCIADA A LA EXPLOTACIÓN DEL YACIMIENTO DE MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN LA INAGUA, GUANTÁNAMO, CUBA Naisma Hernández-Jatib1 Mayda Ulloa-Carcasés2 Yuri Almaguer-Carmenate3 Yiezenia Rosario Ferrer4 Recibido el 15 de mayo de 2013 y aprobado el 16 de julio de 2013 RESUMEN El presente trabajo tiene como objetivo evaluar el impacto ambiental que produce la explotación del yacimiento de calizas La Inagua y elaborar el plan de medidas correctoras para minimizar los efectos negativos y compatibilizar la actividad minera con la protección del medio ambiente. Se utilizó una metodología de evaluación de impacto ambiental que integra distintas propuestas de otros investigadores. Se identificaron los impactos ambientales producidos por las acciones de desbroce, destape y extracción de materia prima, perforación y voladura, excavaciones, transportación, procesamiento de la materia prima y su almacenamiento; así como la interacción entre estas acciones y los componentes del medio (suelo, aire, agua, flora, fauna, paisaje, infraestructura y economía). Se estableció que los impactos más significativos ocurren durante el desbroce y destape, y que los componentes ambientales más afectados son el suelo, el aire, el agua y la economía. Finalmente se proponen medidas correctoras para mitigar las afectaciones ambientales. PALABRAS CLAVE Evaluación de impactos ambientales, yacimientos de caliza, materiales de construcción, minería a cielo abierto. ENVIRONMENTAL EVALUATION ASSOCIATED WITH THE CONSTRUCTION MATERIALS DEPOSIT EXPLOITATION IN LA INAGUA, GUANTANAMO, CUBA ABSTRACT This study aims to assess the environmental impact produced by the exploitation of “La Inagua” limestone deposit and to develop the corrective measures plan to minimize the negative effects and to make mining compatible with environmental protection. An environmental impact evaluation methodology was used in this study which integrates different proposals by other researchers. Environmental impacts caused by the actions of clearing, removal of raw material, drilling and blasting, excavations, transportation, processing of the raw material and its storage were identified, as well as the interaction between these actions and the environmental factors (soil, air, water, flora, fauna, landscape, infrastructure and economy). It was established that the most significant impacts occur during the clearing and removal of raw material while the most ©Universidad de Caldas 146 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 affected environmental factors are soil, air, water and the economy. Finally, corrective measurements are proposed in order to mitigate the environmental impacts. KEY WORDS Evaluation of environmental impacts, limestone deposit, construction materials, open cast mining. INTRODUCCIÓN En Cuba existen regulaciones ambientales para toda actividad que genere deterioro al entorno. En este sentido, se ha instituido la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) como uno de los niveles fundamentales de la gestión ambiental y se ha promulgado la Ley 81 (Ley del Medio Ambiente), que establece la obligación de minimizar o mitigar los efectos negativos al medio ambiente (CICA, 2001). La alta demanda de materiales de construcción en Cuba exige de una explotación cada vez mayor de áridos a todo lo largo y ancho del país (Fernández, 2009), la cual debe ejecutarse dentro del marco del desarrollado sustentable, compromiso asumido en la Agenda 21, aprobada en la Cumbre de la Tierra en el año 1992. El desarrollo de nuevos equipos de laboreo minero y de instalaciones de preparación de áridos, unido a las restricciones ambientales actuales, obliga a utilizar métodos de explotación que provoquen el menor impacto ambiental posible en el entorno donde se localizan las canteras, así como a reducir los costos de producción de manera que la industria de materiales de construcción sea económicamente viable (López-Jimeno, 1994). La ejecución de un proyecto de explotación minera incluye un conjunto de acciones que alteran o impactan el medio ambiente, las que deben estudiarse de forma específica para cada tipo de mineral y método de explotación (López-Jimeno, 1994). El incumplimiento de lo establecido en los proyectos mineros en cuanto a legislación ambiental ha propiciado, en ocasiones, que los terrenos explotados no sean adecuadamente rehabilitados al cesar las labores de minería (Watson, 2008). Una muestra de ello lo constituye la cantera La Inagua, localizada al sur de la Sierra Canasta, en la provincia de Guantánamo y explotada por más de 40 años. De la misma se extraen calizas de alta calidad mediante un sistema de explotación de trincheras-semitrincheras. Durante la ejecución del proyecto de explotación, en este yacimiento se han producido agresiones al medio natural con una incidencia similar a las ocasionadas por otro tipo de minería a cielo abierto (Das Neves, 2001). El objetivo de esta investigación es evaluar el impacto ambiental que produce la explotación del yacimiento de calizas La Inagua y ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 elaborar medidas correctoras para minimizar los efectos negativos y compatibilizar la actividad minera con la protección del medio ambiente. MATERIAL Y MÉTODO Para la realización del estudio se ejecutaron varias fases metodológicas en las que se resumen las técnicas, procedimientos y métodos de estudio que permiten entender, evaluar y concebir la influencia de la explotación del yacimiento La Inagua sobre el medio ambiente. La Figura 1 muestra la metodología utilizada. A continuación se describe el contenido de cada fase, definido a partir del estudio de diferentes metodologías (Leopold et al., 1971; López-Jimeno, 1996; Mateo, 1997; Conesa-Fernández, 2000; Espinoza, 2002; Sánchez, 2002; Gómez-Orea, 2003). 1. Análisis del proyecto, que consiste en su descripción física, sus elementos constituyentes, tecnología, materia prima, programas de desarrollo y los objetivos de la explotación de la cantera. 2. Definición del ámbito y diagnóstico ambiental. El ámbito es el área de extensión de las interacciones que se pretenden analizar, y que corresponden a la parte del ambiente que interacciona con el proyecto. 3. Identificación de acciones. Se define como acciones a las causas desencadenantes de impactos. Deberá definirse la magnitud, flujo y localización espacial. Ellas deberán distinguirse según el momento en que se producen, lo cual permitirá diferenciar las bases de desarrollo del proyecto. Para identificar las acciones capaces de producir impacto sobre las componentes del medio, se emplea el método de expertos, a través de la aplicación informática del Método Delphi, versión 1.0 (Legrá, 2012), listas de chequeos y escenarios comparados. ©Universidad de Caldas 148 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 4. Identificación de factores del medio susceptibles de recibir impactos. Los factores, elementos, cualidades y procesos del entorno que pueden ser afectados por el proyecto son los componentes del medio ambiente. Al igual que en el caso de las acciones, la identificación de los factores ambientales afectados se realizó utilizando la misma metodología. 5. Identificación y predicción de impactos. Consiste en determinar los impactos que surgen como consecuencia de la ejecución del proyecto de explotación y predecir la naturaleza de las interacciones proyecto-entorno. El resultado es una matriz de identificación que se obtiene a partir del método de expertos con la participación de especialistas y el estudio de escenarios comparados (Milián, Ulloa & Krebs, 2012). 6. Valoración de impactos. Según la International Association for Impact Assessment (IAIA), la valoración del impacto es el proceso de identificar las consecuencias futuras de una acción presente o propuesta. En esta etapa se realizó una simple caracterización de los impactos identificados y una valoración cualitativa de los mismos mediante su interacción con los factores ambientales. 7. Medidas de mitigación y correctoras, son las modificaciones o incorporaciones que se hacen a un proyecto para evitar, disminuir, modificar, o compensar el efecto del proyecto sobre el medio ambiente. Para la realización de este estudio no se contó con los indicadores de impactos, concebidos como los componentes estructurales que integran elementos del sistema para indicar el estado general del mismo, por lo cual, la determinación de las influencias del proyecto sobre el medio ambiente se realizó de forma cualitativa. RESULTADOS Definición del ámbito y diagnóstico ambiental Características geológicas del yacimiento: En el yacimiento de calizas La Inagua, donde se ubica la cantera Miguel Raposo (Figura 2), aparecen formaciones vulcanógenas de edad Paleoceno-Eoceno Medio, representadas por el grupo El Cobre, sobreyacido por calizas de la formación Charco Redondo y San Luis, del Eoceno Medio (Iturralde-Vinent, 1996). Las calizas se caracterizan por ser masivas y compactas, de color muy variable, llegando a tener tonos (blanco, beige, pardo amarillento, amarillo rosáceo, rojo amarillento); también aparecen arcillas de poca potencia rellenando oquedades o cubriendo las calizas en la superficie de algunas zonas (Das Neves, 2001). En los frentes de canteras se observan grietas con dirección predominante noroeste-sureste, con un ángulo de inclinación de 10°. El yacimiento presenta una potencia variable de 50 a 200 m, buzamiento de 10-12° en dirección sur-sureste y condiciones hidrogeológicas favorables. El nivel de las aguas subterráneas se ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 encuentra por debajo del límite inferior de las reservas calculadas (Iturralde-Vinent, 1996). La fauna que se observa en la concesión minera representa el remanente de la que originalmente poblaba esta zona, y no se caracteriza por un alto valor endémico. Análisis del proyecto El sistema de explotación que se emplea el yacimiento La Inagua es continuo longitudinal (Florián, 2012), laborando los horizontes superiores +180 m con diferentes características. Los elementos fundamentales del sistema de explotación son: a) Altura del escalón: se tienen en cuenta las propiedades físico-mecánicas de las rocas, características geológicas, parámetros de los equipos mineros de extracción y transporte y seguridad en los trabajos mineros. b) Ángulo del talud: 75° en función de que el buzamiento es de 10-12°, las rocas están poco agrietadas y son estables, sin sistemas de falla. c) Ancho de la plazoleta de trabajo: 79 m. d) Ancho de la berma de seguridad al final de la explotación: hasta 10 m entre escalones adyacentes. El esquema de preparación de todos los horizontes es similar, la apertura de cada uno se realiza utilizando caminos o trincheras de acceso de forma horizontal, utilizando como método de extracción del mineral útil la separación de la roca del macizo mediante perforación y voladura, luego se realiza la carga y se transporta la materia prima hasta la tolva del molino primario. El orden de laboreo se recoge en el plan calendario que garantiza la secuencia lógica de ©Universidad de Caldas 150 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 las actividades. Para el desagüe de la cantera, atendiendo a las características del yacimiento, típico de montaña, se utiliza el drenaje natural (Das Neves, 2001). Identificación de acciones Se identificaron las principales acciones susceptibles de producir impactos ambientales: desbroce, destape de materia prima, perforación y voladura, excavaciones, transportación, procesamiento de la materia prima y su almacenamiento. Identificación de factores del medio susceptibles de recibir impactos El medio donde se desarrolló el proyecto está constituido por elementos y procesos interrelacionados, que pertenecen a los subsistemas abióticos, bióticos, perceptual y socioeconómico (Conesa-Fernández, 2000; Gómez-Orea, 2003); a partir de las acciones, se identificaron los componentes del medio que reciben impactos: suelo, aire, agua, flora, fauna, paisaje, infraestructura y economía (Espinoza, 2002). Identificación y predicción de impactos Se identificaron los siguientes impactos sobre los factores ambientales: Suelo 1. Alteración de la geomorfología y la topografía. 2. Incremento de la dinámica de los procesos de erosión, transporte y sedimentación. 3. Compactación del suelo por el tráfico de la maquinaria pesada y el transporte. 4. Contaminación por adicionamiento de lubricantes y combustibles. Aire 5. Aumento del nivel de ruido por los trabajos de perforación y voladura, transportación y procesamiento. 6. Contaminación por gases y polvo. Agua 7. Cambio de las propiedades físico-químicas del agua. 8. Alteración del drenaje superficial y subterráneo por la formación de oquedades, así como de las cuencas hidrográficas y viales. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Flora 9. Pérdida de la vegetación: sectores de vegetación espontánea, arbórea y arbustiva, especialmente aromas (acacia sps.). Fauna 10. Destrucción del hábitat (se encuentran en la zona reptiles y roedores no endémicos). Paisaje 11. Alteración del paisaje natural por disminución de sus componentes (cárcavas, relieve). Infraestructura 12. Incremento del tráfico terrestre. Economía 13. Aumento del nivel de empleo en la actividad minera. 14. Beneficios económicos por la comercialización del material extraído. Con los elementos anteriores se elaboró la matriz de identificación de los impactos ambientales, que expresa el efecto de las interacciones entre acciones del proyecto y los factores del medio (Tabla 1). En la Tabla 1 se muestran los 14 impactos identificados, la mayoría de los cuales ocurre durante el desbroce, destape, perforación y voladura, y excavaciones. ©Universidad de Caldas 152 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Valoración de impactos De acuerdo con el grado de incidencia se determinaron tres categorías de impactos: negativos fuertes, negativos débiles y positivos medios (Gallardo et al., 2011). Los impactos negativos fuertes se presentan sobre los componentes ambientales: suelo, agua, aire, flora, fauna y paisaje. Al considerar el componente suelo se tuvo en cuenta que la alteración de la geomorfología y la topografía es de carácter irreversible, causando un incremento de la dinámica de los procesos de erosión, transporte y sedimentación, con la consiguiente pérdida de sus componentes esenciales, la compactación del suelo por el tráfico de la maquinaria pesada y el transporte, y la contaminación por adicionamiento de lubricantes y combustibles. Estos impactos son intensos y extensos, pues abarcan prácticamente la mayor parte del área, en otros casos pueden ser inmediatos, permanentes e irreversibles. En el aire se experimenta un aumento del nivel de ruido por los trabajos de perforación y voladura, transportación y procesamiento, así como de la contaminación por gases y polvo. En el caso de voladuras de cierta envergadura, también se pueden derivar impactos sobre la estabilidad del terreno y sobre construcciones próximas. De la emisión de polvo se pueden derivar impactos sobre la salud humana y la calidad de vida de los núcleos habitados próximos y sobre la vegetación y cultivos agrícolas que circundan la explotación. Es un impacto permanente mientras funcione la explotación, e incluso una vez cerrada, si no se realiza una adecuada restauración. Estos cambios son intensos y extensos, inmediatos y recuperables a mediano plazo. Al considerar el componente agua se tiene en cuenta la calidad del agua superficial; la actividad minera y el almacenamiento del material generan cambio en las propiedades físico-químicas de las mismas, y alteración en la estructura del drenaje superficial por la formación de oquedades y daños a los viales. Este impacto se considera intenso y extenso e irreversible en la mayoría de los casos. La flora de la zona se encuentra muy afectada por la acción del hombre debido a los impactos que ocurren en las áreas de extracción de la cantera y en las áreas incididas por las escombreras. La flora es destruida en la superficie que ocupa la explotación minera. La gravedad de este impacto depende de la calidad de la vegetación existente. El resurgimiento de la vegetación en el área de explotación exigirá cuidadosos trabajos de rehabilitación. Los impactos serán inmediatos, intensos, recuperables a largo plazo. La fauna que se observa en la concesión minera representa el remanente de la que originalmente poblaba esta zona, y no se ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 caracteriza por un alto valor endémico. El impacto se refleja, al igual que en los casos anteriores, en las áreas de explotación directa y en los depósitos de escombros. Se produce una destrucción completa de los hábitats y una desaparición parcial de la fauna sobre todo del suelo. Los cambios serán intensos, de extensión parcial, inmediatos y a mediano plazo, duraderos y parcialmente irreversibles. Los cambios en el paisaje están asociados a la alteración y disminución de sus componentes naturales en el área de explotación y escombreras. Se forman depresiones y excavaciones donde ocurren deslizamientos, movimientos de masas y formación de nuevos relieves, alteración del color, rotura de la cuenca visual, focalización de la percepción en la mina en detrimento de otros puntos. Los cambios serán intensos, localizados, permanentes e irreversibles en gran parte. La infraestructura recibe un impacto negativo débil por el incremento del tráfico terrestre, que puede convertirse en positivo por la utilización de los equipos de transporte para el traslado de la población. Los cambios serán intensos, abarcarán zonas más allá del área de la cantera, y su efecto positivo se presenta a corto y mediano plazo. La economía de la región recibe impacto positivo por el aumento del nivel de empleo de la población dedicada a la actividad minera, propiciando un incremento en el salario y, por consiguiente, la elevación del nivel de vida. La explotación del yacimiento reporta beneficios económicos tanto para la región, como para la economía nacional, por la comercialización del material extraído, sin embargo, es imposible por el momento cuantificar dichos beneficios comparados con las pérdidas ambientales que irremediablemente se producen. En síntesis, el impacto sobre los componentes ambientales se manifiesta de forma intensa y abarca todo el medio natural y social. Sus efectos, aunque se enmarcan en el ámbito estudiado, tienen una influencia directa en otras áreas vecinas. Los cambios se manifiestan inmediatamente desde las primeras etapas de explotación. Los impactos más significativos ocurren en el desbroce, destape y extracción. De forma general los impactos son pertinaces y permanentes, alguno de ellos irreversibles. La magnitud de los mismos exige de un plan de corrección de impacto bien argumentado, que trate por todo los medios de minimizar los impactos negativos y potenciar los positivos. Medidas de mitigación y correctoras Las medidas correctoras son acciones que deben formar parte del proyecto de rehabilitación; la propuesta elaborada se muestra en la Tabla 2. ©Universidad de Caldas 154 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 La ejecución de estas medidas representa un costo que puede disminuir los beneficios obtenidos, pero es necesario considerar que ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 la estrategia ambiental cubana exige que las empresas contabilicen los gastos derivados de eliminar o disminuir los impactos ambientales que generan, y rehabilitar o evitar los daños ambientales para legar a las generaciones futuras un medio ambiente de calidad. Es importante destacar que la realización de la rehabilitación, de manera progresiva y simultánea con la explotación, tiene ventajas operativas y económicas. El Manual de restauración de terrenos y evaluación de impactos ambientales en minería (López-Jimeno, 1996), recoge un apartado en que evalúa la repercusión económica de la restauración en los costos de explotación y afirma que el coste medio de restauración de una cantera de áridos puede ser de un 0,4% del precio de venta de una tonelada de árido, lo cual es a todas luces una cantidad insignificante. A nivel nacional existen ya muchas empresas mineras que realizan la rehabilitación simultánea o posterior a la explotación de canteras y que, por tanto, han asumido los costos ambientales de su actividad productiva, lo que refleja la voluntad de la comunidad minera de cumplir con la política ambiental del país. CONCLUSIONES Se identificaron los principales impactos ambientales que se producen durante la explotación de calizas en el yacimiento La Inagua a partir del establecimiento de las principales acciones susceptibles de producir dichos impactos (desbroce, destape de materia prima, perforación y voladura, excavaciones, transportación, procesamiento de la materia prima y su almacenamiento) y su interacción con los componentes del medio (suelo, aire, agua, flora, fauna, paisaje, infraestructura y economía). Todas las acciones del proyecto afectan en mayor o menor medida a todos los factores del medio. Los impactos más significativos ocurren en el desbroce, destape y extracción; los componentes del medio más afectados son el suelo, el aire, el agua y la economía. Para cada una de las componentes impactadas se proponen medidas para mitigar sus afectaciones. REFERENCIAS ©Universidad de Caldas CICA −Centro de Inspección y Control Ambiental−. (2001). 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Instituto Superior Minero Metalúrgico, Moa, Holguín, Cuba. [email protected] ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 146-158 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Para citar este artículo: Hernández-Jatib, N., Ulloa-Carcasés, M., Almaguer-Carmenate, Y. & Ferrer, Y. R. (2014). Evaluación ambiental asociada a la explotación del yacimiento de materiales de construcción La Inagua, Guantánamo, Cuba. Revista Luna Azul, 38, 146-158. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=899 ©Universidad de Caldas 158 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 COMPARACIÓN DE MÉTODOS CONVENCIONALES Y MOLECULARES PARA LA DETECCIÓN DE Giardia lamblia EN HECES HUMANAS Edwin Cardona1 Silvia Castañeda1 María Elena Álvarez2 Jorge Enrique Pérez2 Fredy Arvey Rivera Páez3 Germán Ariel López Gartner4* Recibido el 30 de mayo de 2013 y aprobado el 18 de septiembre de 2013 RESUMEN Los protozoarios del género Giardia representan algunos de los parásitos humanos más comunes en el mundo y están entre los principales causantes de infecciones gastrointestinales y enfermedades diarreicas en humanos. La detección del parásito se fundamenta generalmente en los métodos por concentración y microscopía convencional, pero estas técnicas presentan limitaciones por su baja sensibilidad e inespecificidad en el diagnóstico. En procura de mejorar los métodos de diagnóstico, las técnicas moleculares se perfilan como una alternativa promisoria. En este estudio se analizaron 88 muestras de heces provenientes de pacientes de una empresa prestadora de servicios de salud (ASSBASALUD) de la ciudad de Manizales (Caldas). Para la detección de Giardia lamblia en heces se compararon tres métodos diferentes por medio del porcentaje de positividad: los métodos convencionales de concentración de la muestra y observación microscópica, análisis por inmunoensayo (ELISA indirecto) y finalmente la amplificación de dos secuencias génicas nucleares por PCR. Se obtuvieron tres muestras positivas por concentración y microscopía convencional, dos por inmunoensayo y 26 por técnicas moleculares. El estudio sugiere que las pruebas diagnósticas rutinarias basadas en microscopía convencional e inmunoensayo, tienen más bajo porcentaje de detección de este parásito y que esta deficiencia puede ser compensada por medio de la implementación de métodos de diagnóstico molecular basados en PCR, como una estrategia complementaria de apoyo en el diagnóstico de este protozoo. PALABRAS CLAVE: Giardia lamblia, inmunoensayo, PCR. COMPARISON OF CONVENTIONAL AND MOLECULAR METHODS FOR DETECTION OF Giardia lamblia IN HUMAN FEACES ABSTRACT The protozoa of the genus Giardia represent one of the most common human parasites in the world and are among the main causes of gastrointestinal infections and diarrheal diseases in humans. Parasite detection is generally based on concentration and ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 conventional microscopy methods, but these techniques have limitations due to their low sensitivity and specificity in diagnosis. In an attempt to improve the diagnostic methods, molecular techniques are emerging as a promising alternative. In this study 88 stool samples from patients of a company that provides health services (ASSBASALUD) in the city of Manizales (Caldas) were analyzed. In order to detect Giardia lamblia in stool, three different methods were compared using the positivity percent: conventional methods for concentration of the sample and microscopic observation, analysis by immunoassay (indirect ELISA) and finally the amplification of two nuclear gene sequences by PCR. Three positive samples were obtained by concentration and conventional microscopy, two by immunoassay and 26 by molecular techniques. The study suggests that routine diagnostic tests based on conventional microscopy and immunoassay have lower detection rate of this parasite and that this deficiency can be compensated by means of the implementation of molecular diagnostic methods based on PCR, as a complementary strategy to support the diagnosis of this protozoan. KEY WORDS Giardia lamblia, immunoassay, PCR. INTRODUCCIÓN Las infecciones por parásitos intestinales constituyen un importante problema de salud pública en todo el mundo por sus altas tasas de prevalencia y amplia distribución mundial, en particular en las regiones tropicales y subtropicales de los países en vía de desarrollo. Se estima que alrededor de 480 millones de personas sufren de amebiasis y otras infecciones causadas por diversos protozoos intestinales, incluyendo a Giardia lamblia, Entamoeba histolytica, Cryptosporidium spp. y Cyclospora cayetanensis, entre otros, que pueden causar diarreas autolimitadas en individuos inmunocompetentes (WHO, 2002; Núñez, 2004). Los protozoarios del género Giardia son organismos unicelulares binucleados, anaerobios facultativos que infectan la parte superior del intestino delgado de muchas especies de vertebrados, entre ellos el humano. En los países desarrollados y en vía de desarrollo constituyen la causa más frecuente de infección gastrointestinal humana producida por protozoos parásitos, ocasionando infecciones sintomáticas en aproximadamente 200 millones de personas en Asia, África y América Latina, las cuales representan alrededor de 50.000 nuevos casos al año (Yason y Rivera, 2007; Barrientos, Torrico y Suárez, 2008). El interés por este protista flagelado se ha incrementado a partir de la segunda mitad del siglo XX, al ser reconocido como un patógeno potencial por primera vez en 1962 (Paulino, 2005), debido a que el hospedero infectado elimina el quiste de Giardia al medio ambiente con las heces, y el hospedero susceptible contrae la infección por la ingestión de estos a través de alimentos mal procesados o el agua sin tratamiento adecuado (Fernández y Díaz, 2003; Núñez, 2004). ©Universidad de Caldas 160 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Una de las técnicas de referencia más utilizada en los laboratorios para la detección de quistes de Giardia lamblia, es la observación directa bajo el microscopio utilizando el método por concentración o técnica de Ritchie (centrifugación con formol-éter), debido principalmente a su bajo costo y a la sencillez de la prueba. Sin embargo, la identificación por microscopía tradicional requiere tiempo, experiencia, además de ser poco sensible e inespecífica, ya que los quistes pueden confundirse con otros parásitos que presenten morfología semejante (González et al., 1999; Izquierdo et al, 2006). La aplicación de herramientas moleculares en los estudios de Giardia ha permitido avanzar en el entendimiento de la biología básica de este protozoo. En varias partes del mundo se han incrementado los esfuerzos para desarrollar mejores métodos que permitan detectar Giardia en humanos, en diversos animales y en muestras medioambientales, con miras a prevenir su difusión y a mejorar el diagnóstico para un tratamiento adecuado y oportuno (Cacciò et al., 2003; Corinne, Amar y McLauchlin, 2003; Johnston et al., 2010). La utilización de técnicas de biología molecular en los estudios de parasitología, ha permitido identificar la especie G. lamblia por medio de la detección de polimorfismos en regiones específicas (loci específicos) y no específicas (Random Amplification of Polymorphic DNA, RAPD) del genoma de esta especie (Corinne et al., 2003; Téllez, et al., 2003; Robertson et al., 2007; Gonçalves et al., 2008). Algunos genes, como los que codifican para la subunidad pequeña ribosomal y otros que codifican ciertas enzimas del metabolismo basal, han demostrado gran especificidad para la caracterización de este parásito (Monis et al., 1999; Cacciò et al., 2003; Téllez et al., 2003; Winkworth et al., 2008). Teniendo en cuenta que la giardiasis es una enfermedad gastrointestinal de humanos y otros animales, con un impacto socioeconómico importante en todo el mundo, su detección y diagnóstico certero cobran gran importancia para la prevención, vigilancia, control y tratamiento de la enfermedad, especialmente cuando las técnicas microbiológicas convencionales han sido muy limitadas para lograr estos propósitos (Molina et al., 2006). Varios estudios sobre la prevalencia de la giardiasis en Colombia, indican que esta puede estar en un valor de alrededor del 12% en la población general y del 28% entre niños de 1 y 4 años (Chaves et al., 2007; Carmona, Uscátegui y Correa, 2009; Medina et al., 2009). Algunos estudios indican que para 1980 el 81,8% de las personas en el país se encontraban parasitadas, de éstas el 63% con parásitos patógenos y 18% con parásitos no patógenos. Para la zona central colombiana, que incluye el departamento del Quindío, en 1980 se reportó una prevalencia de Giardia lamblia del 13,3% y en el año 2000 en niños de asentamientos temporales postterremoto se encontró 60,4%, pero se desconoce la frecuencia actual de parasitismo intestinal en la población de niños de guarderías por fuera de estos asentamientos temporales, y su relación con el estado nutricional (Lora-Suárez et al., 2002). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 El objetivo de este estudio es comparar por porcentaje de pruebas positivas tres métodos de diagnóstico de la giardiasis: las técnicas convencionales basadas en concentración y microscopía, las basadas en inmunoensayo enzimático (ELISA) y finalmente aquellas basadas en los análisis moleculares por medio de la amplificación por PCR del gen de la subunidad pequeña ribosomal (SSU-ADNr) y el gen de la enzima triosa fosfato isomerasa (TPI), todas ellas aplicadas a la detección de Giardia lamblia en muestras de materia fecal humana colectadas de pacientes adscritos a un servicio de salud en la ciudad de Manizales (Caldas). MATERIALES Y MÉTODOS En este estudio se analizaron 88 muestras, provenientes de materia fecal de pacientes humanos que consultaron por enfermedad diarreica al servicio de salud de la empresa prestadora de servicios de salud (ASSBASALUD) de la ciudad de Manizales (Caldas), durante los meses de junio a noviembre del año 2010. Las muestras se colectaron en frascos coprológicos estériles, se rotularon y almacenaron bajo refrigeración en neveras de icopor acondicionadas con pilas refrigerantes para garantizar una temperatura de 4°C, y se transportaron al Laboratorio de Genética de la Universidad de Caldas para su procesamiento. Las muestras se sometieron a tres tipos de análisis. Primero por el método de concentración de Ritchie utilizando formol-éter; luego por inmunoensayo enzimático ELISA (Enzyme-Linked Immuno-Sorbent Assay), mediante el kit comercial Giardia Celisa de CELLABS ® y finalmente por amplificación por PCR de dos secuencias génicas nucleares del parásito: gen de la subunidad pequeña ribosomal (SSU-ADNr) y el gen de la enzima triosa fosfato isomerasa (TPI). Detección de Giardia por concentración (microscopía) 1 g de heces se homogenizó en 7 ml de formalina al 10% v/v. La mezcla se filtró en gasa y se transfirió a un tubo cónico de centrífuga marca Falcon de 14 ml de capacidad, y se aforó a un volumen de 10 ml con éter etílico, se homogenizó por inversión y se centrifugó por 4 minutos a 1340 rpm. Cuidadosamente se recuperó la capa del sedimento que contenía el concentrado del parásito, y una gota del concentrado se depositó en lámina portaobjetos a la cual se le agregó una gota de lugol parasitológico, luego fue analizada con microscopio óptico utilizando el objetivo de 40X. Detección de Giardia por inmunoensayo Se utilizó el kit comercial para diagnóstico de Giardia Celisa de CELLABS ® A, el cual utiliza antígenos de los quistes de Giardia lamblia y anticuerpos monoclonales dirigidos contra dichos antígenos ligados a una placa los 96 pozos. Luego se agrega un anticuerpo policlonal conjugado con peroxidasa la cual al actuar sobre el peróxido de hidrógeno y la 3,3’, 5,5’-tetramethylbenzidine (TMB) que actúa como solución cromogénica genera un cambio de color proporcional a la concentración de antígeno presente en la muestra. En el procedimiento se incluyó un control positivo y uno ©Universidad de Caldas 162 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 negativo, para el primero se añadió una gota del antígeno de Giardia provisto por el fabricante del kit de detección. Para el control negativo se añadieron dos gotas del diluyente, y en los pozos restantes se adicionaron dos gotas del diluyente y una gota de la muestra de materia fecal diluida, se homogenizó y se dejó incubar a temperatura ambiente durante una hora. El contenido de los pozos fue descartado y cada uno se llenó con el buffer de lavado provisto por el fabricante del kit, para garantizar por completo la remoción de moléculas no unidas. Este paso se repitió tres veces. Posteriormente, se añadió el anticuerpo secundario conjugado y se dejó incubar a temperatura ambiente durante 30 minutos. Nuevamente se realizó un lavado con el buffer provisto por el fabricante del kit, se agregó el sustrato con el TMB y se incubó durante 10 minutos a temperatura ambiente en la oscuridad. Se mezcló 2 o 3 veces el contenido de los pozos y se observó la aparición del color azul. Luego de la incubación se agregó a cada pozo una gota de solución de parada, en este procedimiento se generó un cambio de color azul a amarillo cuando los resultados fueron positivos. Por último, se midió la absorbancia en un rango de 450 nm en el espectrofotómetro Nano Vue (General Electric - serie 110482), según el fabricante del kit, se consideró que una muestra era positiva cuando los valores de la absorbancia fueron ≥ de 0,15. Las muestras fueron analizadas por triplicado en el mismo ensayo. Detección de Giardia amplificación por PCR por métodos moleculares de Se usaron 200 μl de la muestra concentrada en tubos de 1,5 ml para realizar una serie de tres lavados con 200 μl de agua desionizada y 200 μl de buffer salino fosfatado (PBS 1X, pH 7,0), mediante centrifugación a 1500 g durante 10 minutos. Se realizó la extracción de ADN de las 88 muestras, por el método fenolcloroformo- alcohol isoamílico (25:24:1) (Gonçalves et al., 2008), cada muestra se procesó individualmente en cámara de bioseguridad clase IIA. Para evitar interferencias en el diagnóstico individual, al iniciar cada jornada de trabajo, se realizó la extracción de una muestra control, libre de parásitos, que permitía corroborar las condiciones del área de trabajo y la pureza de los reactivos. La cantidad y la calidad del ADN extraído, se determinó por electroforesis (Sanguinetti, Días y Simpson, 1994) y también con la ayuda del espectrofotómetro Nano Vue a una absorbancia de 260/280 nanómetros. Los análisis moleculares correspondieron a la amplificación por PCR de dos secuencias génicas nucleares comúnmente utilizadas como identificadoras del parásito, la subunidad pequeña ribosomal (SSUADNr) y el gen TPI (triosa fosfato isomerasa) (Sulaiman et al., 2003). Se utilizó la técnica de PCR anidada con el fin de maximizar la posibilidad de detección de ADN genómico y con ello incrementar la sensibilidad de la prueba. Para la PCR se usaron cuatro juegos de cebadores, dos para cada uno de los genes: AL4303 - AL4305, AL4304 - AL4306, AL3543 - AL3546 y AL3544 - AL3545 (Tabla 1), la especificidad de cada uno de los cebadores se evaluó con la herramienta “nucleótide blast” disponible en línea (http://blast.ncbi.nlm.nih.gov/). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Los productos de amplificación se separaron en geles de agarosa al 0,6% bajo condiciones de voltaje constante de 100 V y coloreados con bromuro de etidio. Para mejorar la resolución de las bandas también se utilizaron geles verticales de poliacrilamida al 6% coloreados con nitrato de plata (Sanguinetti et al., 1994; Robertson et al., 2007). RESULTADOS Se analizaron en total 88 muestras de materia fecal humana procedentes de pacientes que consultaron con síntomas de enfermedad diarreica a la empresa prestadora de servicios de salud, y se comparó el porcentaje de pruebas positivas mediante tres métodos diagnósticos: concentración (microscopía), inmunoensayo (ELISA) y molecular (PCR de los genes SSU-ADNr y TPI). Empleando el método convencional de concentración de muestra y microscopía óptica, se pudo comprobar que los quistes de Giardia tenían forma redonda-ovalada con un tamaño aproximado de 8 a 12 micrómetros de diámetro y una coloración citoplásmica ámbar positiva con el reactivo de lugol, lo cual concuerda con la descripción señalada en otros estudios (Beaver, Jung y Cupp, 1984; Adam, 2001; Inpankaew et al., 2007; Molina, 2009). En las placas montadas para microscopía también fue posible observar la presencia de otros microorganismos parasitarios, como por ejemplo Escherichia coli, Entamoeba histolytica y levaduras. El ADN obtenido mostró buena calidad según el análisis espectrofotométrico. Durante la amplificación de dos genes nucleares por PCR, la mayoría de las muestras positivas exhibieron tamaños acordes con lo reportado en la literatura (Figura 3). Sin embargo, para el gen nuclear SSU-ADNr, amplificado mediante los cebadores AL43 y PCR anidada, en 14 muestras del total analizadas se observaron productos de amplificación cuya estimación está alrededor de 180 pb (Figura 4), lo cual difiere de lo reportado en otros estudios con Giardia para este marcador (Sulaiman et al., 2003). ©Universidad de Caldas 164 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Por concentración y microscopía convencional en total se obtuvieron tres muestras positivas para Giardia lamblia (Figura 1). Por el método de inmunoensayo por ELISA se obtuvieron dos muestras positivas (Figura 2). Finalmente, por el método de amplificación génica por PCR de dos loci nucleares del parásito (SSU-ADNr y TPI) se obtuvieron 26 muestras positivas (Figura 3). Los resultados de los tres ensayos se resumen en la Tabla 2. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Las mismas muestras que resultaron positivas por el método convencional de concentración y microscopía, también lo fueron por el de inmunoensayo (ELISA) y por el de amplificación de dos genes nucleares por PCR. DISCUSIÓN Tanto el método convencional de diagnóstico de la giardiasis por concentración de la muestra y microscopía, como el de inmunoensayo por ELISA, presentaron bajo nivel de detección para la detección del parásito en heces humanas, comparados con los métodos moleculares basados en la amplificación por PCR de dos genes marcadores, la subunidad ribosomal pequeña (SSU-ADNr) y la triosa fosfato isomerasa (TPI). Es notablemente mayor el porcentaje de diagnósticos positivos (29,6% del total de muestras), comparado con las detecciones logradas por los otros dos métodos; 3,4% por microscopía convencional y 2,3% por inmunoensayo tipo ELISA (Tabla 2). ©Universidad de Caldas 166 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Estos resultados se pueden comparar con lo obtenido en otros estudios (Corinne et al., 2003; Braga y Catapani, 2005; Inpankaew et al., 2007; Miller y Sterling, 2007), los cuales reportan que los métodos de observación de quistes al microscopio y el diagnóstico del parásito por la técnica de inmunoensayo por ELISA, fueron menos eficientes comparados con el diagnóstico molecular utilizando amplificación génica por PCR. En el trabajo de Miller y Sterling (2007) los frotis se tiñeron por inmunofluorescencia y los quistes fueron confirmados en tres de las ocho muestras, pero en una cantidad mínima de dos a cuatro quistes por cada una, mientras que por el método molecular se detectó la presencia de Giardia en la totalidad de ellas. Se debe mencionar que el método de inmunoensayo tiene algunos aspectos que limitan su aplicación, pues requiere de una correcta recolección y conservación de la materia fecal; además, se puede ver afectado por las técnicas de concentración utilizadas y el tiempo transcurrido desde la infección hasta la aparición del parásito en heces, el cual puede ser de dos a tres semanas; por lo que suelen darse falsos negativos en los estadios iniciales de la misma o en el caso de pacientes con patrones de excreción bajos, en los que la detección o confirmación de la infección puede requerir el análisis de dos a tres muestras semanales durante cuatro a cinco semanas. En los resultados de amplificación por PCR del gen SSU-ADNr se observó que en 14 muestras analizadas existe un producto de amplificación aproximado de 180 pb (Figura 4). Por su parte otro estudio también reportó un producto de amplificación en este gen de tamaño diferente al esperado (Inpankaew et al., 2007). En dicho estudio también se utilizaron los mismos iniciadores AL43 para el gen SSU-ADNr, y el amplicón tenía un tamaño de 300 pb, excediendo hasta en 45 pb lo reportado por los demás autores. Todo esto sugiere, entre otras opciones, la presencia de un biotipo desconocido hasta ahora de Giardia lamblia presente en heces humanas en la población estudiada. Otras opciones incluyen la posibilidad de amplificaciones inespecíficas relacionadas con otros protozoarios asociados a la microbiota humana, como por ejemplo Chilomastix, Entamoeba o Trichomona, entre otros. Este resultado puede dar lugar a la realización de nuevos estudios, que pueden incluir métodos para la determinación de la sensibilidad y especificidad de las pruebas, incluso a través de la secuenciación de ADN para determinar con mayor precisión las nuevas variantes genéticas que pueden existir en poblaciones humanas poco estudiadas, como es el caso de Manizales. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 159-170 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Estos hallazgos sugieren que estos marcadores moleculares pueden ser objeto de una variación alélica importante entre aislamientos de la misma especie del parásito, un fenómeno que puede ser aprovechado como una herramienta eficiente para la tipificación molecular de genotipos variables del parásito, la realización de estudios de zoonosis potenciales (de riesgo) y la comprensión de las relaciones que deben existir entre el perfil genético de los aislados, las manifestaciones clínicas y la respuesta a los tratamientos. Todo lo cual conduce a la planeación de mejores estrategias de manejo, control y prevención de la giardiasis y una mejor comprensión de las dinámicas que gobiernan su epidemiología. AGRADECIMIENTOS A las biólogas Margarita Díaz y Carolina Osorio Solano, por su apoyo técnico en laboratorio; a la profesora Carmen Dussan Luber, M.Sc. por la asesoría estadística, y a todos los integrantes del grupo de investigación GEBIOME (Genética, Biodiversidad y Manejo de Ecosistemas) por prestarnos todo el soporte técnico, equipos y entrenamiento requeridos. A la Entidad Promotora de Salud ASSBASALUD, por facilitar la recolección de las muestras para los análisis. Finalmente, a la Vicerrectoría de Investigaciones y Postgrados de la Universidad de Caldas por la financiación del proyecto. REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Adam, R.D. (2001). Biology of Giardia lamblia. Clinical Microbiol. Reviews, 14, 447-475. Barrientos, P.D., Torrico, M.C. y Suárez, E. (2008). 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Departamento de Sistemas e Informática, Facultad de Ingeniería, Universidad de Caldas. * Autor para la correspondencia. Para citar este artículo: Cardona, E., Castañeda, S., Álvarez, M. E., Pérez, J. E., Rivera Páez, F. A. & López Gartner, G. A. (2014). Comparación de métodos convencionales y moleculares para la detección de Giardia lamblia en heces humanas. Revista Luna Azul, 38, 159-170. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=900 ©Universidad de Caldas 170 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 METODOLOGÍA PARA EL DIAGNÓSTICO DE ÁREAS URBANAS CON ALTA EXPOSICIÓN A RADIACIONES ELECTROMAGNÉTICAS EMITIDAS POR ESTACIONES BASE DE TELEFONÍA MÓVIL1 Lina María Gallego Serna2 Javier Ignacio Torres Osorio3 Jorge Abel Castañeda Salazar4 Recibido el 29 de junio de 2013 y aprobado el 13 de septiembre de 2013 RESUMEN La proliferación incontrolada de estaciones base de telefonía móvil (EBTM) en centros urbanos y, especialmente, en zonas con establecimientos considerados como vulnerables a las radiaciones no ionizantes (RNI) con relación al tipo de personas que albergan, ha generado preocupación por los posibles efectos nocivos para la salud que se pueden presentar en la población, a causa de la exposición a las radiaciones electromagnéticas emitidas por este tipo de equipos. Para abordar esta situación desde un enfoque técnico-ambiental, se diseñó e implementó una metodología para diagnosticar áreas con alta exposición a RNI emitidas por EBTM, en la que se tienen en cuenta factores amenazantes y vulnerables de este potencial escenario de riesgo. Esta metodología se estructura mediante la elaboración de un inventario de EBTM, una zonificación de las áreas con alta exposición a RNI emitidas por estas fuentes radioeléctricas y la implementación de una matriz multicriterios. Con la interacción de estos tres elementos, se genera un mapa de riesgo por exposición a RNI emitidas por EBTM, que facilita a nivel territorial la localización y visualización de áreas con alta exposición, teniendo en cuenta las zonas con mayor grado de vulnerabilidad. Finalmente, con base en estos resultados se obtiene un diagnóstico del escenario de riesgo por el posicionamiento de EBTM, pudiéndose identificar las zonas críticas o de alto riesgo, las cuales son consideradas como áreas sensibles donde se deben realizar de forma prioritaria las mediciones de las RNI de inmisión y emisión y, determinar el cumpliendo de los límites establecidos. La validación de esta metodología se efectuó en el municipio de Cartago (Valle del Cauca), donde se diagnosticaron las áreas con alta exposición a las RNI emitidas por las EBTM y se determinaron las zonas de alto riesgo. PALABRAS CLAVE Radiaciones electromagnéticas no ionizantes, estaciones base de telefonía móvil, escenario de riesgo, mapa de riesgo. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 METHODS FOR THE DIAGNOSIS OF URBAN AREAS WITH HIGH EXPOSURE TO ELECTROMAGNETIC RADIATION EMITTED BY MOBILE PHONE BASE STATIONS ABSTRACT The uncontrolled proliferation of mobile phone base stations (MPBS) in urban centers and especially in areas with facilities considered vulnerable to non-ionizing radiation (NIR) in relation to the type of people they are home to has generated concerns about the potential adverse health effects that may occur in the population, because of the exposure to electromagnetic radiation emitted by this type of equipment. To address this situation from a technical and environmental approach, a methodology to diagnose areas exposed to NIR issued by MPBS was designed and implemented, which takes into account threatening and vulnerable factors of this potential risk scenario. This methodology is structured through the development of an MPBS inventory, a zoning of the areas exposed to high NIR emitted by these radio-electric sources, and the implementation of a multicriteria matrix. With the interaction of these three elements, a risk map is generated by exposure to NIR emitted by MPBS, which facilitates the location and visualization of areas with high exposure at the territorial level, thus considering the areas of greatest vulnerability. Finally, based on these results a diagnosis of the risk scenario is obtained by the MPBS positioning , being possible to identify critical or high risk areas, which are considered as sensitive areas where NIR emission and immision measurements must be done as a priority and determine the accomplishment of defined limits. The validation of this methodology was made in the municipality of Cartago (Valle del Cauca), where areas highly exposed to NIR emitted by EBTM were diagnosed and high-risk areas were identified. KEY WORDS Non-ionizing electromagnetic radiations, stations, risk scenario, risk map. mobile phone base INTRODUCCIÓN La telefonía móvil celular ha tenido un crecimiento casi exponencial durante los últimos años, con operadores que incursionan en el mercado con nuevas tecnologías y redes móviles, para lo cual instalan mayor número de EBTM (estaciones base de telefonía móvil) que garanticen niveles de cobertura y calidad del servicio a todos los abonados, los cuales en Colombia llegaron a la cifra de 49’066.359 de usuarios activos para el cuarto trimestre de 2012 (Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones –MinTIC–, 2013). No obstante, este crecimiento acelerado ha generado un incremento en el número de personas expuestas a las RNI (radiaciones no ionizantes) emitidas por las EBTM, ubicadas en los centros urbanos y en las áreas rurales de los diferentes territorios. Esta situación genera un ambiente de preocupación por parte de los ciudadanos, autoridades y especialistas en el tema, ©Universidad de Caldas 172 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 frente a los posibles efectos nocivos que se pueden generar en las personas, a causa de la exposición a las RNI emitidas por este tipo de fuentes, entre otras (Gallego, 2011). Dando respuesta a esta situación, el 31 de mayo de 2011 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) clasificó los campos electromagnéticos de radiofrecuencia generados por los teléfonos móviles como “posiblemente cancerígenos”, tras revisar todas las evidencias científicas sobre exposición a radiofrecuencias como las emitidas por estos dispositivos (IARC, 2011). Por otra parte, la International Commission for No-Ionizing Radiation Protection (ICNIRP) había elaborado en 1998 una guía de niveles de referencia y restricciones básicas, cuyo cumplimiento garantizase la seguridad de los ciudadanos en lo referente a radioprotección, ante los efectos perjudiciales de la exposición a las RNI (ICNIRP, 1998). Un año después, el Consejo de la Unión Europea publicó la Recomendación 519 de 1999, que establece los niveles máximos de exposición del público en general a los campos electromagnéticos (CEM) entre 0 a 300 GHz (Úbeda, 2002). Igualmente, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) aprobó en el año 2000 la Recomendación UIT-T K.52, cuya finalidad es facilitar el cumplimiento de los límites de exposición de las personas a los campos electromagnéticos generados en una gama de frecuencia de 9 kHz a 300 GHz (UIT, 2000). Estas recomendaciones internacionales han sido acogidas por una 5 gran cantidad de países entre los que se encuentra Colombia ; sin embargo, las restricciones propuestas protegen a la población exclusivamente de los efectos térmicos –calentamiento de los tejidos vivos, entre otros efectos biológicos a corto plazo– que han sido estudiados y no plantean ningún tipo de duda científica. Por el contrario, frente a los efectos no térmicos existe una incertidumbre, dado que el mecanismo causal que relaciona las RNI con dichos efectos no ha sido aceptado de manera científica por los organismos internacionales de control, para lo cual se han planteado múltiples hipótesis explicativas (Embid, 2009; Touzet, 2010). No obstante, el hecho de que la IARC haya clasificado los CEM generados por los teléfonos móviles como “posiblemente cancerígenos”, plantea indicios para considerar como probada la relación de causalidad entre la exposición a las radiaciones electromagnéticas emitidas por estos dispositivos (teléfonos celulares y antenas de telefonía móvil) y la sintomatología o la enfermedad, como lo proponen diversos estudios epidemiológicos realizados por Santini et al. (2002), Navarro et al. (2003), Santini et al. (2003), Eger et al. (2004), Wolf y Wolf (2004), Hutter et al. (2006), Abdel-Rassoul et al. (2007) y Bortkiewicz et al. (2012). En estos estudios realizados a personas que viven en la cercanía de la EBTM, se ha encontrado que están expuestas a las RNI y que han presentado afecciones del sistema circulatorio, trastornos del sueño, irritabilidad, depresión, dificultades de concentración, visión alterada, náuseas, pérdida del apetito, dolores de cabeza, fatiga o cansancio injustificado, malestar, vértigos, trastornos auditivos, pérdida de la memoria, mareos, alteraciones dérmicas, disminución de la libido o deseo sexual y cáncer. Además, las investigaciones evidencian una correlación significativa entre los síntomas presentes ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 entre los vecinos y la densidad de potencia; por lo tanto, el número de síntomas registrados y la gravedad de ellos fue más elevado en la proximidad de la EBTM que a medida que se alejan (Pilette, 2007; Santini, 2006; Khurana et al., 2010). Estos estudios también han sido corroborados por diferentes declaraciones, entre las que se encuentra la Declaración de Friburgo (9/10/2002)6, en la que un grupo de médicos reclaman la atención de sus colegas y de los poderes públicos sobre la sintomatología que han presentado sus pacientes con relación a la exposición a las RNI emitidas por las EBTM y los teléfonos celulares (Interdisziplinare Gesellschaft fur Umweltmedizin –IGUMED–, 2002). Por consiguiente, se puede decir que la omnipresencia de las EBTM en los territorios ha generado lo que comúnmente se denomina escenario de riesgo –que en este caso es de origen antrópico tecnológico7– y que se caracteriza por ser un campo delimitado de una condición de riesgo para la salud pública del municipio, que se origina de la interacción de dos factores que son interdependientes, la amenaza y la vulnerabilidad8. El factor amenazante hace referencia a la probabilidad de que la exposición a las RNI emitidas por las EBTM generen efectos biológicos adversos o impactos a la salud de la población que se encuentra cerca a estas fuentes radiantes; mientras que el factor vulnerable hace alusión a la susceptibilidad de las personas para ser afectadas por las RNI (Torres y Ochoa, 2007; Gallego, 2011). En lo que respecta al marco normativo colombiano en materia de gestión del riesgo, se establece la necesidad de estudiar y localizar los riesgos antrópicos y, trabajar en la prevención y mitigación de este tipo de riesgos, como se define en las estrategias del Plan Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, expuestas en el Decreto 93 de 1998, Artículo 6 y en el documento CONPES 3146: “el conocimiento sobre los riesgos de origen natural y antrópico” y “la incorporación de la prevención y reducción de riesgos en los Planes de Ordenamiento y Desarrollo Territorial y, en los Planes de Desarrollo Sectorial”. Además, en la Ley 388 de 1997 de Desarrollo Territorial, se decreta a los municipios localizar y delimitar en la cartografía oficial las zonas que presentan alto riesgo para la localización de asentamientos humanos; por consiguiente, se deberá considerar como parte fundamental para los procesos de ordenamiento territorial y la gestión del riesgo de los municipios, y la identificación, evaluación y manejo adecuado del riesgo de origen antrópico tecnológico inherente al servicio de telefonía móvil. Por otra parte, y dando sustento a lo expuesto, la Corte Constitucional de Colombia emitió el 12 de diciembre de 2012 la Sentencia T1077/12, en la que se ordena “al Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones que, en aplicación del principio de precaución, regule la distancia prudente entre las torres de telefonía móvil y las viviendas, instituciones educativas, hospitales y hogares geriátricos”; igualmente, ordena “a la Agencia Nacional del Espectro que, en ejercicio de su función de vigilancia y control, verifique que la radiación emitida por las antenas de telefonía móvil celular se encuentren dentro de los límites permitidos, establecidos en la Resolución 1645 de 2005”. Conforme a lo anterior, se consideró que el potencial escenario de riesgo generado por las radiaciones electromagnéticas emitidas por ©Universidad de Caldas 174 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 las EBTM, requiere de la definición de una metodología que facilite a los investigadores y/o a los entes de control de los municipios el diagnóstico de las áreas con alta exposición a las RNI emitidas por las EBTM y la identificación de las áreas de alto riesgo; es por ello, que en esta investigación se expone un método con tres instrumentos que son válidos, viables y prácticos para analizar de forma integral la situación generada por la localización, instalación y funcionamiento de las EBTM a nivel urbano y, la interacción de estas con el entorno inmediato. Características de la interacción de las EBTM con el espacio circundante Estas características dependen de factores propios de las estaciones base y de los tipos de edificaciones que existen en la zona donde opera la estructura radioeléctrica; por esto, se consideran algunas edificaciones como vulnerables, por ejemplo: instituciones educativas, jardines infantiles, guarderías, hogares de bienestar familiar, centros de salud, hospitales, hogares geriátricos y centros penitenciarios. Estos sitios se determinaron como vulnerables, debido a que en ellos habita y/o concurre la población más susceptible a las RNI: niños(as), adultos mayores, personas con marcapasos, mujeres embarazadas y quienes tienen un sistema biológico sensible a estas radiaciones (Santini, 2006; Pilette, 2007). Sumado a ello, se debe tener en cuenta la distancia entre cada lugar vulnerable y la EBTM, puesto que la ubicación de un ser vivo a una menor distancia con respecto a la dirección de emisión del lóbulo principal de una antena de telefonía móvil implica una exposición con densidad de potencia más alta, dado que esta es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que hay al emisor. Con relación a la distancia, se establecieron tres áreas específicas para evaluar el factor vulnerable: menor a 100 m, entre 100 y 200 m, y entre 200 y 300 m; pues estudios epidemiológicos como los de Santini et al. (2002), Navarro et al. (2003), Santini et al. (2003) y Bortkiewicz et al. (2012) han relacionado algunos efectos perjudiciales en la salud humana o patologías específicas con cada una de estas áreas aledañas a las EBTM. En estos estudios se encontró que a una distancia menor a 100 m de las estaciones base, las personas presentan síntomas como: irritabilidad, tendencia depresiva, pérdida de la memoria, dificultades de concentración, náuseas, vértigos y disminución de la libido; entre 100 y 200 m de la fuente radiante los síntomas son: dolores de cabeza, perturbaciones del sueño y sentimientos de incomodidad, y a una distancia entre 200 y 300 m, el síntoma más común es la fatiga o el cansancio injustificado. Igualmente, se ha encontrado que a menos de 400 m de la fuente radiante aumenta la probabilidad de padecer algún tipo de cáncer (Eger et al., 2004); por lo tanto, se puede deducir que las áreas que se pueden ver afectadas por las radiaciones electromagnéticas, se localizan en un radio de menos de 400 m con respecto a las EBTM, en la dirección de emisión de los lóbulos principales. Como se señaló anteriormente, es importante tener en cuenta el tipo de edificaciones circundantes a la EBTM, puesto que según Santini ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 y Bonhomme (citados por Balmori, 2004), existen reemisores pasivos capaces de reflejar las ondas electromagnéticas (v.g. estructuras metálicas como: contraventanas, puertas de garaje y rampas de escaleras) o de amortiguarlas, por ejemplo: edificios, árboles, montañas u otras estructuras; es decir que estos elementos naturales y construidos son capaces de obstruir la señal entre la estación base y el móvil (Camacho y Torres, 2007). No obstante, en la mayoría de los casos las radiaciones electromagnéticas emitidas por las antenas de telefonía móvil penetran en los edificios colindantes y se propagan en el entorno por difracción y reflexión (Colegio Oficial Ingenieros de Telecomunicación, 2001). Por otra parte, se ha considerado que un individuo que habita en un edificio, el cual posee la EBTM, recibe menos radiación que el individuo del edificio vecino que está expuesto frontalmente y a menor distancia. Sin embargo, el habitante del edificio que porta la estación base puede estar irradiado por las reflexiones de las radiaciones electromagnéticas, esto solo si existe alguna estructura en el edificio vecino que refleje dichas ondas (ver Figura 1) (Grupo de Estudios de Bio-Ingeniería, 2007). Sin embargo, es importante que se evalúe si las personas que habitan en el último piso del edificio que porta la EBTM se pueden ver afectadas por lóbulos secundarios de las antenas ubicadas allí. En síntesis, el aumento de la potencia de radiación para sobrepasar los obstáculos de los edificios y el hecho de que estos sean estructuras de mayor densidad poblacional, con poca distancia a la fuente radiante, en la mayoría de los casos, con una altura similar a esta, son aspectos importantes para darle relevancia a este criterio al momento de seleccionar las áreas de alto riesgo por la exposición a las radiaciones electromagnéticas emitidas por las EBTM. Respecto a los factores propios de las estaciones base, es importante determinar el tipo de estructura que sirve de soporte al conjunto de antenas de telefonía móvil (v.g. se evidencian tres casos: antenas ubicadas en torres o mástiles localizadas al nivel del suelo (ver Figura 2), antenas en torres ubicadas en las azoteas de ©Universidad de Caldas 176 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 los edificios (ver Figura 3) y antenas ubicadas en la parte superior de un edificio o vivienda de menos de tres pisos (ver Figura 4). También, es importante conocer el número de antenas en cada EBTM, debido a que la cantidad y el tipo de antenas que se dispongan dependen de las características del espacio de cobertura y de la potencia a irradiar que desea el operador; en otras palabras, el número de antenas en una EBTM depende de varios factores, como: el tipo de célula, si hay compartición de infraestructura (ver Figura 5), y las características topográficas y urbanísticas del área de cobertura. Por lo anterior, si se desea dar cubrimiento a una celda o célula de gran área, se emplean antenas con ángulos horizontales más cerrados, dado que el alcance de la antena es mayor. Además, si el área de cubrimiento tiene un mayor número de edificios y de tráfico de llamadas (v.g. el centro de las ciudades), se reduce el área de las celdas de cobertura de las EBTM y se aumenta el número de estaciones en el sector, para poder garantizar niveles óptimos de señal a los usuarios, lo que genera más emisiones, y por ende, una mayor exposición del público (Federación Española de Municipios y Provincias, 2008; Gallego, 2011). Conforme a lo anterior, se puede decir que el número de antenas se segmenta en cinco (5) grupos; en primer lugar, los operadores del servicio de telefonía móvil disponen en las estaciones base como mínimo tres antenas que cubren un ángulo de 120° cada una; sin ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 embargo, se han encontrado EBTM con una y dos antenas, conocidas como microcélulas con radio de cubrimiento pequeño (ver figura 6); por lo tanto, se determina que podría presentarse un rango menor o igual a tres antenas en una EBTM (Federación Española de Municipios y Provincias, 2008; Gallegos, 2009). En segundo lugar, se establece un rango entre cuatro (4) a seis (6) antenas, debido a que es común que los operadores empleen cuatro antenas que cubren un ángulo de 90° cada una o seis antenas que cubren un ángulo de 60° (Balmori, 2004). Por otro lado, se define un rango entre siete (7) a nueve (9) antenas, otro entre diez (10) a doce (12) antenas y, finalmente, un rango mayor o igual a trece (13) antenas; puesto que, existen estaciones base con una cantidad elevada de antenas, por ejemplo, los casos donde se presenta compartición de infraestructura o emplazamiento. Por último, se determina como un factor crítico las EBTM que se encuentran a menos de 300 m una de la otra y en los casos donde se presenta compartición de infraestructura; puesto que, en el primer caso, se genera un área intermedia donde se superponen los CEM de las estaciones base cercanas, situación que se hace más crítica en la medida en que existan en esta área sitios identificados como vulnerables; mientras que, en el segundo caso, el área de superposición de los CEM se presenta cuando las antenas de varios operadores que comparten la infraestructura emiten sus lóbulos principales en la misma dirección. Esto implica que la superposición de los CEM se podría presentar en las áreas más cercanas a las EBTM, donde la densidad de potencia es mayor. METODOLOGÍA Se propone un método para diagnosticar las áreas urbanas con alta exposición a las RNI emitidas por las EBTM, el cual consta de tres instrumentos que son: (1) inventario de EBTM, (2) zonificación de las áreas con alta exposición a RNI emitidas por EBTM y (3) matriz multicriterios. El inventario de estaciones base suministra la información básica para desarrollar el mapa de zonificación y la matriz multicriterios, además, posibilita determinar el número de EBTM que poseen permiso para su instalación en el área urbana. En el mapa se visualizan y localizan todas las EBTM y los sitios vulnerables, con las distancias entre estos y las áreas de riesgo. Finalmente, la matriz multicriterios brinda mayor especificidad a la información presente en el mapa inicial, dado que valora otras características propias del sistema radiante y muestra su interacción con la población circundante; además, permite identificar los diferentes grados de riesgo para las áreas con alta exposición a las RNI emitidas por las EBTM. Inventario de EBTM El inventario de EBTM presenta dos actividades específicas que se pueden efectuar de manera paralela. Una consiste en georreferenciar todas las EBTM y los sitios considerados como vulnerables, que se encuentren a menos de 300 m de las estaciones base. Para este trabajo en campo, se debe contar con ©Universidad de Caldas 178 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 una matriz de localización y caracterización de EBTM en la que se consideran los siguientes aspectos: ubicación de la estación (dirección, comuna, y el barrio o urbanización), el operador, el año de instalación, el tipo de estructura que sirve de soporte al conjunto de antenas de telefonía móvil, el sitio de localización de la EBTM, el número de antenas localizadas en la EBTM y, las coordenadas geográficas de los sitios vulnerables, las estaciones base y los edificios cercanos (< 100 m de la EBTM) con alturas similares a la fuente radiante. La otra actividad es acudir a la Curaduría Urbana o a la oficina de Planeación Municipal para conocer la localización y el operador responsable de las EBTM que cuentan con licencia para su instalación en el área urbana del municipio. Esta información valida los datos recopilados en campo; además, permite identificar y ubicar las EBTM que no se encuentran en la base de datos del municipio; es decir, que no cuentan con la licencia o el permiso de construcción; lo que permite conocer a su vez, la dinámica que siguen los operadores respecto al crecimiento del sistema de las telecomunicaciones y las medidas de control que deben adoptar los entes competentes, las cuales deben ser incluidas en los Planes de Ordenamiento Territorial. Zonificación de las áreas con alta exposición a las radiaciones electromagnéticas emitidas por las EBTM Para zonificar las áreas con alta exposición a radiaciones electromagnéticas emitidas por las EBTM, se requiere de un mapa base del municipio, un software para el manejo de sistemas de información geográfica (v.g. ArcGis 9.3) y los puntos georreferenciados (EBTM y sitios vulnerables). Las distancias entre las EBTM cercanas y las distancias entre los sitios identificados como vulnerables y las estaciones base son determinadas a partir del sistema de información geográfica, junto con las áreas de mayor vulnerabilidad que tienen un radio de 100, 200 y 300 m respecto a la estación base. Estas áreas, a su vez, permiten identificar zonas de superposición de los CEM de las EBTM, que se encuentran a menos de 300 m una de la otra. Matriz multicriterios La matriz multicriterios se propone para caracterizar y evaluar los factores amenazantes y vulnerables que se pueden generar en el escenario de riesgo de manera específica, dadas las características propias de cada EBTM y la forma como esta interactúa con el espacio circundante, para así identificar y describir las áreas de alto riesgo por exposición a las RNI emitidas por EBTM. Para definir cada uno de los criterios de la matriz se analizaron conceptos técnicos y ambientales referentes al tema y se entrevistó a especialistas en materia de telecomunicaciones para confrontar y corroborar la importancia de cada criterio seleccionado en la elaboración de la matriz. Localización y valoración de las EBTM En la matriz multicriterios se tienen en cuenta los aspectos básicos del lugar de localización y las características de cada estación base, los cuales corresponden a algunos elementos tenidos en cuenta en ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 el inventario de EBTM (v.g. ubicación de la estación, el operador, el año de instalación, el tipo de estructura y la legalidad de la estación base). En lo que respecta a la evaluación de los factores de riesgo, se definieron cuatro criterios, siendo los dos primeros criterios los que evaluaron el factor vulnerable; mientras que, los otros dos criterios evaluaron el factor amenazante. Factor vulnerable El primer criterio valora la presencia y las características de los sitios vulnerables, instituciones educativas, jardines infantiles, guarderías, hogares de bienestar familiar, centros de salud, hospitales, hogares geriátricos y centros penitenciarios, en las áreas de influencia de las EBTM que se encuentran en un radio de 100, 200 y 300 m con respecto a estas. En este criterio se valoran de manera individual los sitios vulnerables identificados en la zona, teniendo en cuenta aspectos como: el grado de susceptibilidad de la edificación según su ubicación en las áreas de influencia de la EBTM y el tipo de población que se encuentra en la edificación. Con relación al primer aspecto, se le asigna un valor de tres (3) si el sitio vulnerable se encuentra en un radio de 100 m con respecto a la EBTM, un valor de dos (2) si la edificación se encuentra en un radio de 200 m y un valor de uno (1) si está a menos de 300 m. Por otra parte, si el sitio vulnerable corresponde a una institución educativa, jardín infantil, guardería, hogar de bienestar familiar o centro penitenciario se le asigna un valor adicional de cuatro (4), puesto que los niños(as) se consideran la población más susceptible a las RNI; mientras que las personas del centro penitenciario se encuentran expuestas las 24 horas del día al mismo rango de densidad de potencia. Por otra parte, a un hogar geriátrico se le asigna un valor de tres (3), dado que aunque la permanencia sea constante en el lugar, la esperanza de vida de un adulto mayor es menor, y si es un centro de salud u hospital se le da un valor de dos (2), debido a que las personas están allí de manera transitoria. Finalmente, se suman los valores de cada sitio vulnerable, para luego sumar estos subtotales y obtener así el total final para el factor vulnerable de la zona evaluada (ver Tabla 1). El segundo criterio se define con el fin de conocer si existen o no edificios de menor o igual altura a la fuente radiante, a una distancia menor o igual a 100 m. Para evaluar este criterio se estableció un valor de dos (2) a las estaciones base que tenían edificios cercanos de similar altura, un valor de uno (1) a las fuentes radiantes con edificios de menor altura, y un valor de cero (0) si no había edificios cercanos a la fuente radiante. Sin embargo, es importante tener en cuenta si los lóbulos principales de las antenas dispuestas en la ©Universidad de Caldas 180 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 estación base emiten o están direccionadas hacia el edificio, puesto que si las antenas están en contracara con el edificio no representan una amenaza (ver Tabla 2). Factor amenazante El tercer criterio hace alusión al número de antenas de telefonía móvil que se encuentran ubicadas en cada estación base. Para este criterio se tuvo presente la cantidad mínima y el posible valor máximo de antenas localizadas en la EBTM. Al determinar una valoración para este criterio se estableció un valor máximo de cinco (5) al último rango (mayor o igual a trece antenas), debido a que el número de antenas es directamente proporcional al número de lóbulos principales y secundarios; es decir, que cuando existe una mayor sectorización se incrementa el rango de cobertura y, por ende, se disminuye el espacio libre, lo que expone a la población adyacente a la radiación electromagnética del lóbulo principal de cada antena dispuesta en la torre. Por otro lado, se determinó un valor de cuatro (4) para el rango entre diez a doce antenas, un valor de tres (3) para el rango entre siete a nueve antenas, un valor de dos (2) para el rango entre cuatro a seis antenas y un valor de uno (1) para el rango menor o igual a tres (3) antenas (ver Tabla 3). El cuarto criterio evalúa la existencia de estaciones base localizadas a una distancia menor de 300 m una de la otra; considerándose que si existen estaciones base cercanas, se genera un área en que se superponen las radiaciones de ambas EBTM, aumentado así el nivel de exposición de la población en determinada zona (ver Figuras 7 y 8); además, valora aquellas situaciones donde se presenta compartición de infraestructura, dado que en estos casos también se generan áreas de superposición de los CEM, debido a que las antenas de los operadores que comparten la infraestructura pueden estar emitiendo sus lóbulos principales en la misma dirección; no obstante, esta situación se hace más crítica en la medida en que las áreas de superposición de ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 los CEM se presentan en las zonas más cerca de las EBTM, donde la densidad de potencia es mayor. Para evaluar este criterio se asignó un valor de uno (1) a la estación base ubicada a una distancia menor de 300 m de otra EBTM, un valor de dos (2) si hay dos o más estaciones base a menos de 300 m de la estación evaluada, un valor de cuatro (4) para la EBTM que presente casos de compartición de infraestructura, y un valor de cero (0) a la estación base que no tienen a menos de 300 m otra estación o no comparten la infraestructura con otro operador; no obstante, el valor de cero (0) que se le asigna a este criterio, no significa que la estación base deje de representar una amenaza para la población que se encuentra próxima a la fuente radiante, pues su valoración se da por otras características (ver Tabla 4). Finalmente, al evaluar cada una de las zonas donde se encuentran las EBTM según cada criterio y al obtener el resultado total de la suma de los valores de los criterios de cada área analizada (árean = 1er criterio + 2do criterio + 3er criterio + n criterio), se seleccionan las áreas de alto riesgo, teniendo en cuenta los resultados de la matriz. Para este caso, se estableció una escala de riesgo como se muestra en la Tabla 5. ©Universidad de Caldas 182 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 RESULTADOS Y DISCUSIONES La validación de la metodología para el diagnóstico de las áreas urbanas con alta exposición a radiaciones electromagnéticas emitidas por EBTM, se efectuó en el municipio de Cartago (Valle del Cauca), que por ser un área pequeña (con 1.394,304 ha en la zona urbana) y con densidad baja de EBTM, permitió validar esta en un tiempo moderado y someter a prueba el método. Según los resultados del inventario de EBTM, en el municipio de Cartago existen dieciocho (18) estaciones base, de las cuales nueve (9) son de Claro, cuatro (4) de Tigo, tres (3) de Movistar, y dos (2) de Tigo y Movistar (estaciones base compartidas). De las nueve que tiene Claro, siete (7) estaciones base cuentan con licencia para su instalación en el área urbana y dos (2) no tienen licencia; de cuatro (4) que posee Tigo, dos (2) tienen licencia y dos (2) no; mientras que, las tres (3) EBTM que tiene Movistar no poseen permiso de construcción; de la misma manera, que están ubicadas las dos (2) estaciones base que comparten Tigo y Movistar; arrojando lo anterior, un 50% de estaciones base que no cuentan con el permiso de instalación que es expedida por la Curaduría Urbana; lo que indica, que existe una carencia de un control físico por parte del Departamento de Planeación Municipal (ver Tabla 6). El inventario de EBTM y la matriz multicriterios permitió a su vez relacionar el estrato socioeconómico con el sitio de localización de las EBTM. Como resultado se observó que existen tres (3) estaciones base ubicadas en el interior de las viviendas, las cuales pertenecen a los estratos 2 y 3. Esto puede significar que las personas que tienen poca adquisición económica están más dispuestas a recibir una suma de dinero, que está entre 1,5 a 3,0 salarios mínimos legales vigentes (SMMLV) o hasta más, por arrendar el patio o parte de la vivienda para la instalación de una EBTM; además, generalmente estas personas desconocen los posibles efectos que generan las RNI emitidas por las EBTM en la salud de la población expuesta. Igualmente, se identificaron dos (2) edificios con EBTM en la parte superior, los cuales pertenecen al estrato 4; lo que indica que esta situación no es ajena para las ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 personas de los estratos altos que permiten la ubicación de las EBTM en las azoteas de los edificios, debido también al desconocimiento que tienen frente a los alcances del factor amenazante y por el pago que los operadores ofrecen, el cual es útil para cubrir los gastos de administración. Por otro lado, al analizar los resultados que arrojó el mapa de zonificación y la matriz multicriterios, se identificaron dieciocho (18) áreas con alta exposición a las RNI emitidas por las EBTM; de ese total, dos (2) áreas se caracterizan porque sus EBTM presentan compartición de infraestructura o emplazamiento, que corresponden a las EBTM ubicadas en las zonas 2 y 11 (ver Figura 9). Además, las áreas 9 y 12 se caracterizan por tener dos estaciones bases ubicadas a menos de 300 m de la EBTM localizada allí (ver Figura 10). De la misma manera, las zonas 6, 7, 10 y 11 se distinguen porque su EBTM tiene otra estación base a menos de 300 m (ver Figura 9); es decir, en el área urbana de Cartago seis (6) EBTM se encuentran a menos de 300 m una de la otra; además, dos (2) EBTM poseen compartición de infraestructura; lo que demuestra que se presentan áreas de mayor superposición de los CEM. Se pudo identificar, además, que en catorce (14) de las áreas con alta exposición a las RNI emitidas por las EBTM, se localizan sitios vulnerables en algunas de las áreas de afectación por la exposición a las RNI (que son radios de 100, 200 y 300 m con respecto a las estaciones base). Estos sitios vulnerables corresponden en su mayoría a hogares de bienestar familiar, colegios o instituciones educativas, jardines infantiles y centros médicos, lo que indica que la población más susceptible a las RNI, que son los niños(as), están siendo expuestos sin ningún control a este tipo de radiaciones. Por otra parte, al determinar la escala de riesgo para los diferentes escenarios, se identificaron once (11) áreas con un riesgo bajo, que corresponden a las áreas 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 15, 16, 17 y 18. Asimismo, se identificaron seis (6) áreas con riesgo medio, que pertenecen a las zonas 1, 2, 11, 12, 13 y 14 (ver Figura 9). Finalmente, se definió una zona como de alto riesgo, que corresponde al área de la EBTM ubicada en el barrio El Prado (9) (ver Figuras 10 y 11). Este sector se distingue porque la EBTM está ubicada a menos de 100 m de un centro de salud y un jardín infantil, y a menos de 300 m de otro centro médico y un jardín infantil, situación que se hace más crítica en la medida en que algunos de estos sitios están ubicados en el área de superposición de los CEM generados por dos EBTM (ver Figura 11). Sin embargo, es importante aclarar que en el área urbana del municipio no se identificaron varias zonas de alto riesgo, dado que existe menor concentración de EBTM en un mismo sector, por ser este un terreno plano, pequeño y con pocos elementos (v.g. edificios) que reflejen o generen difracción de las ondas electromagnéticas. ©Universidad de Caldas 184 Luna Azul ISSN 1909-2474 ©Universidad de Caldas No. 38, enero - junio 2014 revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 CONCLUSIONES La identificación de una zona de alto riesgo no depende únicamente del posicionamiento de una o varias estaciones base en un área específica, sino de cómo interactúan estas con el espacio circundante y de qué tipo de establecimientos hay en su entorno, pues se puede generar un riesgo más alto en la medida en que una EBTM con doce (12) antenas esté ubicada a menos de 200 m de un colegio o una clínica, que dos (2) o tres (3) estaciones base en un área donde no se tenga población vulnerable por largos periodos de tiempo. Los análisis desde las ingenierías no abordan de manera dimensional el escenario de riesgo de origen antrópico tecnológico, debido a que únicamente verifican si las estaciones base irradian valores inferiores a los límites estipulados en la norma, sin tenerse en cuenta los factores socioculturales y territoriales del área de estudio. Por esto, se consideró importante proponer la matriz multicriterios y el mapa de zonificación como instrumentos válidos y viables para que se perfeccionen los procesos de investigación y gestión que se emprendan con relación al diagnóstico de las áreas urbanas con alta exposición a las RNI emitidas por las EBTM; además, estas herramientas permiten ampliar el enfoque de la exposición poblacional a la radiación electromagnética como un tipo de contaminación emergente. El potencial escenario de riesgo generado por la exposición del público a las RNI emitidas por las EBTM se ha visto como un problema individual y no como un problema social, es por esto que este riesgo de origen antrópico tecnológico no ha sido incorporado en la planificación del desarrollo municipal, territorial y sectorial, a pesar de que el concepto de riesgo antrópico se encuentra incluido en la normatividad nacional en materia de gestión del riesgo; además, se debe considerar como un elemento que se debe evaluar e incluir en los procesos de desarrollo y ocupación del territorio. ©Universidad de Caldas 186 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Abdel-Rassoul, G., El-Fatech, O.A., Salem, M.A., Michael, A., Farahat, F., El-Batanouny, M. y Salem, E. (2007). Neurobehavioral effects among inhabitants around mobile phone base stations. Neurotoxicology, 28(2), 434-440. Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC). (2011). 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Este artículo es un resultado parcial del proyecto titulado: “Definición de una metodología para la realización de estudios en áreas con alto riesgo de exposición a las radiaciones electromagnéticas generadas por estaciones base de telefonía móvil; caso de estudio Manizales, Caldas” Código 0457011, y continuación del proyecto de grado denominado: Lineamientos para la gestión del riesgo de las áreas urbanas expuestas a las radiaciones electromagnéticas emitidas por las estaciones base de telefonía móvil. Estudio de caso: municipio de Cartago, Valle. Trabajo de grado laureado por la Universidad Tecnológica de Pereira. 2. Administradora Ambiental. Integrante del Grupo de Investigación Campos Electromagnéticos, Medio Ambiente y Salud Pública, Universidad de Caldas. Grupo de Investigación en Gestión Ambiental Territorial, Universidad Tecnológica de Pereira. [email protected] 3. M.Sc. Instrumentación Física. Integrante del Grupo de Investigación Campos Electromagnéticos, Medio Ambiente y Salud Pública, Universidad de Caldas. [email protected] 4. M.Sc. Instrumentación Física. Universidad de Caldas. [email protected] 5. Mediante el Decreto 195 de 2005 y la Resolución 1645 de 2005. 6. Firmada por 22 médicos el 9 de octubre de 2002. Realizada por IGUMED (Asociación Interdisciplinar para la Medicina Ambiental). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 171-190 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 7. Se caracteriza porque está determinado por la acción humana asociada al uso de la tecnología. 8. El riesgo se crea en la interrelación o intersección de estos dos tipos de factores, cuyas características y especificidades son sumamente heterogéneas. En la realidad es imposible hablar de amenaza sin la presencia de vulnerabilidad y viceversa, es decir, para que exista una amenaza tiene que haber vulnerabilidad. Para citar este artículo: Gallego Serna, L. M., Torres Osorio, J. I. & Castañeda Salazar, J. A. (2014). Metodología para el diagnóstico de áreas urbanas con alta exposición a radiaciones electromagnéticas emitidas por estaciones base de telefonía móvil. Revista Luna Azul, 38, 171-190. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=901 ©Universidad de Caldas 190 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 CONTAMINACIÓN DE OPERARIOS CON CLORPIRIFOS, POR PRÁCTICA DE “EMBOLSADO” DE BANANO (Musa sp.) EN URABÁ, ANTIOQUIA Juan Camilo Aguirre-Buitrago Sandra Carolina Narváez-González María Elena Bernal-Vera Elmer Castaño-Ramírez Recibido el 15 de julio de 2013 y aprobado el 9 de octubre de 2013 RESUMEN Introducción: Teniendo en cuenta el daño potencial que se genera en la salud humana en la región de Urabá (Antioquia, Colombia) a través de la utilización de agrotóxicos, con énfasis en clorpirifos, se realizó esta investigación donde se evalúan los niveles de contaminación de los operarios expuestos al insecticida contenido en la bolsa de campo empleada en el cultivo de banano. Metodología: Este trabajo descriptivo se llevó a cabo mediante la obtención de muestras de sangre a los trabajadores de las fincas seleccionadas. Se registraron los niveles de colinesterasa eritrocítica y la prevalencia de sintomatología asociada con la exposición a plaguicidas con énfasis en organofosforados. Mediante encuestas se obtuvo información demográfica, socioeconómica y laboral y se caracterizó la exposición individual y ambiental. Resultados: Se determinó que es una población joven (entre 20 y 40 años) con falencias en sus sistemas de protección a través de un vestido de labor que deja áreas expuestas. 80% de los embolsadores de una de las fincas han presentado alteraciones en su nivel de colinesterasa comparada con las otras analizadas, lo que demandaría una especial mirada ambiental y de procesos. La sobreexposición laboral a agrotóxicos (11 años de exposición promedia) debida a la especialización de trabajadores que manipulan además otros productos con otras categorías toxicológicas, demanda vigilancia epidemiológica integral de estos obreros y su actividad. Son numerosas las personas intervinientes en la ruta tóxica que sigue la bolsa impregnada con clorpirifos sin que se les hagan los chequeos mínimos de seguimiento sanitario. PALABRAS CLAVE Colinesterasa, intoxicación, plaguicidas. CONTAMINATION OF WORKERS WITH CHLORPYRIFOS, DUE TO “BANANA (Musa sp.) BAGGING TECHNIQUE” IN URABÁ (ANTIOQUIA, COLOMBIA) ABSTRACT Introduction: Considering the potential harm to human health that is generated in the Urabá region (Antioquia, Colombia) through the use of agro-toxic chemicals with emphasis in chlorpyrifos, this research was conducted in order to assess levels of contamination of workers exposed to insecticide contents in field bags used in banana crops. Methodology: This descriptive study was conducted obtaining blood ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 samples from workers in selected farms. Erythrocyte cholinesterase levels and the prevalence of symptoms associated with exposure to organophosphate pesticides with emphasis on organophosphorous were recorded. Demographic, socioeconomic and employment information was obtained and individual and environmental exposure was characterized. Results: It was determined that it is a young population (between twenty and forty) with gaps in their protection systems through a work dress that leaves areas exposed; 80% of the baggers of one of the farms have presented alterations in their cholinesterase level compared to the other analyzed, which would require special environmental and process supervision. Occupational overexposures to agro-toxic chemicals (average 11 years of exposure) due to the specialization of workers who handle other products with other toxicological categories demand comprehensive epidemiological surveillance of these workers and their activity. There are numerous people involved in the toxic route followed by bags impregnated with chlorpyrifos without having had the minimal health monitoring checkups. KEY WORDS Cholinesterase, poisoning, pesticides. INTRODUCCIÓN En Colombia, el modelo de desarrollo agrícola se sustenta principalmente en el uso de agroquímicos con usos sin la necesaria investigación técnica. Se omiten, la mayoría de las veces, las precauciones debidas al conjunto de las características regionales como la variación del clima, la diversidad de las especies y la heterogeneidad de las culturas (Varona et al., 2007). Las intoxicaciones causadas por plaguicidas son un problema central en salud pública, por la abundancia de químicos que los constituyen, y las múltiples aplicaciones en las actividades de la vida diaria basadas en más de 900 principios activos reconocidos a escala mundial como agrotóxicos, empleados en forma simultánea o secuencial en la misma zona, con una prolongada persistencia en el medio ambiente, y se constituyen en una importante fuente de contaminación. Por este motivo, la población se encuentra en un íntimo contacto con estos compuestos que pueden estar presentes en suelo, aire, agua o alimentos. La exposición ocupacional también constituye un tema de gran preocupación a escala mundial, debido a que la aplicación de los agrotóxicos generalmente está ligada a los riesgos para la salud por la aplicación de mezclas complejas de variados tipos de sustancias químicas (Hurtado & Gutiérrez, 2005). Las intoxicaciones agudas por organofosforados, son especialmente frecuentes en las zonas agrícolas, donde estos tóxicos se usan de forma habitual; destacando en este grupo el clorpirifos, que está en la lista de sustancias químicas reguladas por la Ley de Planeación para Emergencias y del Derecho a Saber de las Comunidades desde 1986 (The Emergency Planning and Community Right-toKnow Act of 1986, EPCRA, por sus siglas en inglés). Esto exige a ©Universidad de Caldas 192 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 los propietarios y operadores de las empresas que fabrican, importan, procesan o usan las sustancias químicas de esta lista, que notifiquen anualmente las emisiones de estas sustancias a cualquier tipo de medio ambiente. El clorpirifos es considerado una sustancia química peligrosa y está sujeto a regulaciones en la Ley de Agua Limpia y la Ley Federal de los Estados Unidos de Control de Contaminación de Agua. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ha establecido niveles límites de tolerancia para el clorpirifos en las materias primas para la agricultura y los alimentos para seres humanos y animales (Agencia de Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades –ATSDR–, 1997). La regulación de los plaguicidas en Colombia ha estado enmarcada en medidas de regulación directa (o de comando y control) por parte del Estado, y han obedecido a la influencia de medidas similares que se han tomado en algunos países desarrollados, como los Estados Unidos, pero sin tener en Colombia la misma capacidad de regulación y control. En este país con el Decreto 3518, de octubre 9 de 2006, se crean y reglamentan los Sistemas de Vigilancia de Salud Pública –Sivigila–, para la provisión en forma sistemática y oportuna, de información sobre la dinámica de los eventos que afecten o puedan afectar la salud de la población, con el fin de orientar las políticas y la planificación en salud pública; tomar las decisiones para la prevención y control de enfermedades y factores de riesgo en salud; optimizar el seguimiento y evaluación de las intervenciones; racionalizar y optimizar los recursos disponibles y lograr la efectividad de las acciones en esta materia, propendiendo por la protección de la salud individual y colectiva (Decreto 3518 de 2006). Sector bananero En la zona de Urabá, según registros de AUGURA (Asociación de Bananeros de Colombia), existen 344 fincas o unidades de producción sembradas, con tamaño entre 20 y 170 hectáreas (promedio 71 hectáreas por finca). En la zona del Magdalena 77,7% del área cultivada corresponde a fincas con extensión menor de 10 hectáreas, con pequeños productores (1.100) de bajo nivel tecnológico y de menor nivel competitivo en relación con las fincas de mayor tamaño relacionadas principalmente con las comercializadoras (Espinal, Martínez & Peña, 2005). Esta agroindustria en Urabá opera con una tipología de productor mediano y grande, tecnificados, con alto grado de integración vertical entre productores y comercializadoras. Actualmente las empresas transnacionales no participan directamente de la producción, ya que compran la fruta bajo contrato a las cooperativas o corporaciones que agrupan a los productores. Las transnacionales se dedican exclusivamente a la exportación comercial del producto. Este mecanismo es comúnmente usado en América Latina, donde además de las tres grandes transnacionales estadounidenses Chiquita, Dole (Standard Fruit Company) y Del Monte, participan también el grupo Noboa en Ecuador con la marca Bonita, las empresas colombianas Banacol, Unibán y Probán y las multinacionales Fyffes (Irlanda), Geest (Gran Bretaña) y Jamaica Producer. Las comercializadoras filiales toman sus decisiones en ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 sus respectivas casas matrices, por ejemplo Dole y Chiquita en Estados Unidos; Del Monte y Fyffes, en Londres, etc. (Velásquez & Giraldo, 2005). La agroindustria está integrada verticalmente desde la producción hasta la comercialización. Cuenta con dos fábricas de cajas de cartón, tres fábricas de polietileno y polipropileno, tres fábricas de sellos, cuatro astilleros, almacenes de insumos para los productores, servicio especializado de fumigación aérea en el control de la Sigatoka negra (Mycosphaerella fijiensis), manejo integral del sistema de transporte fluvial y marítimo, y la infraestructura de comercialización en el exterior para la distribución directa de la fruta en los países de destino (Espinal et al., 2005). Embolse de la fruta La práctica de cubrir los racimos de banano es muy antigua; durante siglos fue usada en las islas del Pacífico con materiales naturales como telas, yute y hojas de banano para proteger los racimos del frío y el sol para mejorar la calidad (Sierra, 1993). El desarrollo de la cobertura plástica se inició en Australia en 1955 con el uso de tubulares de PVC, que fue reemplazado muy pronto por fundas perforadas de polietileno de baja densidad (LDPE) por ser menos costosas. Esta práctica fue rápidamente extendida en la década 60 en todo el mundo bananero (Memorias Expoagricultura, 2001). En la década 70 se incorporó el insecticida de la familia de los organofosforados Dursban 1%, con nombre genérico “Clorpirifos”, para la protección de plagas. Otra alternativa para el control de insectos es la “Corbata” tratada con Clorpirifos 1% que se usa al mismo tiempo con la funda sin tratar (Memorias Expoagricultura, 2001). La funda Poly-D deriva su nombre de la marca “PolyDursban”, que fue hasta 1996 la resina exclusiva para fabricar la funda tratada, producida por Dow Chemical que tenía la patente. La funda Poly-D debe contener 1% de Clorpirifos al momento del embolse para que sea eficaz. El clorpirifos se cataloga como uno de los insecticidas más usados para tratar los plásticos que se emplean en la producción bananera (Memorias Expoagricultura, 2001). Intoxicaciones causadas por plaguicidas organofosforados El envenenamiento por insecticidas organofosforados produce la fosforilación irreversible de la acetilcolinesterasa en las terminaciones nerviosas. La recuperación ocurre cuando una nueva enzima reemplaza a la inactivada por el organofosforado; la sustitución de la acetilcolinesterasa fosforilada puede tardar entre varios días o algunas semanas (Díaz & Salinas, 2002). Entre los principales síntomas que aparecen como resultado de sobreexposición a estas sustancias son: náuseas, vómito, diarrea y dolor de cabeza. Como los organofosforados se absorben a través de la piel, el contacto cutáneo, puede, localmente, causar sudor y contracciones musculares involuntarias y puede llevar a otros efectos sistémicos de los descritos anteriormente (Amador & Astorga, 2006). Clorpirifos [0,0-dietil 0-(3, 5, 5-tricloro-2-piridil fosforotioato)] ©Universidad de Caldas 194 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 El clorpirifos es un insecticida descubierto por The Dow Chemical Company (Dow Química) en 1962, constituyéndose en uno de los ingredientes activos más utilizados del mundo para formular productos para el control de plagas. Se emplea para proteger distintos cultivos agrícolas importantes, como maíz, cítricos, alfalfa, maní, entre otros, del ataque de insectos. Se registró por primera vez en 1965, y ha estado presente en el mercado durante más de 40 años. Hoy está registrado en más de 98 países de todo el mundo, incluyendo las naciones más desarrolladas. Dow Agro Sciences LLC (Indiana, EE.UU.) es el principal fabricante de clorpirifos. Asimismo, existen otras compañías en China, Dinamarca, India e Israel que también fabrican clorpirifos (Dow Agro Sciences, 1998). Pertenece al grupo de los organofosforados, sintetizados inicialmente durante la Segunda Guerra Mundial como arma química que afecta al sistema nervioso. Los organofosforados interfieren la acción de la colinesterasa, una enzima que rompe un neurotransmisor cerebral crítico, lo que provoca una sobreestimulación nerviosa y varios síntomas tóxicos agudos. Entre los síntomas de envenenamiento están: dolores de cabeza, náuseas, mareos, salivación, sudoración, dificultad respiratoria, tos, rigidez en el pecho, visión borrosa y, en casos más graves, vómitos, diarrea, dolor abdominal y dificultad para hablar. Si se alcanzan niveles muy tóxicos se pueden producir convulsiones, coma e incluso la muerte. Entre los efectos crónicos están: dificultad para concentrarse y memorizar, desorientación, depresión grave, irritabilidad, confusión, dolor de cabeza, dificultad para hablar, reacción lenta a los estímulos, pesadillas, sonambulismo, y somnolencia o insomnio. También existen pruebas de estudios realizados con animales, de que la exposición crónica a niveles bajos de organofosforados afecta tanto al desarrollo como al funcionamiento neurológico de animales en crecimiento. Con estas pruebas, es posible defender que la exposición permanente a niveles bajos de organofosforados, afecta de forma adversa al desarrollo del sistema nervioso, y puede tener como consecuencias la disminución de la capacidad cognitiva, trastornos del comportamiento y otros déficits neurológicos (Amador & Astorga, 2006). El clorpirifos es un insecticida sólido blanco de apariencia cristalina y de aroma fuerte. No es muy soluble en agua, de manera que generalmente se mezcla con líquidos aceitosos antes de aplicarse a los cultivos. También se puede suministrar a los cultivos en forma de cápsulas. Se ha usado ampliamente en viviendas y en agricultura. En el hogar, se emplea para controlar cucarachas, pulgas, y termitas y en ciertos collares de animales domésticos para manejar pulgas y garrapatas. En agricultura, se utiliza en aspersión para controlar un gran número de plagas (ATSDR, 1997). Colinesterasa Es una enzima que en el cuerpo regula el sistema nervioso y ayuda a que trabaje apropiadamente. Los plaguicidas que pueden bajar la colinesterasa se llaman organofosforados y carbamatos. Ejemplos de plaguicidas organofosforados y carbamatos comúnmente usados ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 son: Clorpirifos (Lorsban), Carbaril (Sevin), Diazinon (Imidan) (Telasky, 2007). En la mayoría de los casos, una reducción en la colinesterasa, de hasta 50%, no causa enfermedad. Sin embargo, los trabajadores con niveles bajos de colinesterasa, corren el riesgo de enfermarse si continúan exponiéndose a los plaguicidas (Telasky, 2007). Cuando se toma la muestra de sangre, se miden dos tipos de colinesterasa: del plasma y de los glóbulos rojos. El primer examen corresponde al nivel basal personal y cada examen, después de ese, se compara con este nivel basal para averiguar si hay algún cambio (Telasky, 2007): Si el nivel de colinesterasa ha bajado y se sospecha que ha sido sobreexpuesto a los plaguicidas, entonces se debe revisar el trabajo que realiza la persona. Si el nivel de colinesterasa está muy bajo, la persona debe ser retirada temporalmente de manipular plaguicidas y de otras posibilidades de ser expuesto, hasta que su colinesterasa regrese a un nivel seguro. Los niveles de colinesterasa se detectan por dos razones: Si el nivel de colinesterasa de los glóbulos rojos o plasma baja más de 20% de su nivel basal, se debe revisar por parte de las empresas, cómo el trabajador manipula los pesticidas, averiguar cómo está siendo expuesto y hacer correcciones. Si el nivel de colinesterasa de los glóbulos rojos baja más de 30% o el nivel de colinesterasa de su plasma baja más de 40% de su nivel basal, el trabajador debe ser retirado de manipular pesticidas y de otras posibilidades de ser expuesto a pesticidas inhibidores de la colinesterasa (Telasky, 2007). Otros estudios que demuestran los riesgos en la salud por contacto con el clorpirifos Varias evidencias experimentales sugieren la existencia de un efecto genotóxico producido por la exposición aguda o crónica a algunos pesticidas; sin embargo, la información sobre genotoxicidad en seres humanos expuestos a mezclas de los mismos es limitada, particularmente en niños. Varias publicaciones señalan que algunos de los mencionados plaguicidas causan mutaciones, aberraciones cromosómicas y daño sobre el ADN en poblaciones ocupacionalmente expuestas. El biomarcador de genotoxicidad empleado con mayor frecuencia es el test de aberraciones cromosómicas (AC) en linfocitos de sangre periférica. Otro método empleado comúnmente es el ensayo de micronúcleos. Estos representan la presencia de fragmentos cromosómicos o cromosomas enteros que han sido excluidos del núcleo principal por causa de una división celular anormal por pérdida de la región central. Entre los agrotóxicos estudiados existen 28 que producen efecto genotóxico demostrable experimentalmente, 19 considerados probables cancerígenos categoría B2 por la Environmental Protection Agency (EPS). Sin embargo, es de destacar que este resultado es producto del análisis del efecto producido por cada uno de los agrotóxicos en forma aislada o combinada en hepatocitos de ©Universidad de Caldas 196 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 rata por medio del test de micronúcleos. Los investigadores observaron que ninguno de los compuestos utilizados evidenciaba un efecto genotóxico aplicado en forma aislada, pero detectaron un significativo aumento en la frecuencia de micronúcleos al utilizarlos en forma combinada (Monterroso & Ferreira, 2006). Se destacan los efectos del clorpirifos sobre el sistema nervioso de trabajadores bananeros en La Lima (Honduras) en 2003. SITRATERCO (Sindicato de Trabajadores de la Tela Railroad Company), denunció problemas de salud en embolsadores bananeros en La Lima (Honduras). Estos habían colocado diariamente 150 bolsas de polietileno impregnadas con clorpirifos alrededor de la fruta, con equipo de protección completo, durante 315 meses. Se analizaron los datos de 96 trabajadores menores de 50 años seleccionados al azar de las 10 fincas bananeras afiliadas al sindicato, 48 protegedores expuestos y 46 controles (24 de campo y 22 empacadores). Todos los protegedores, menos dos, tenían residuos detectables del metabolito 3,5,6-tricloro-2-piridinol (TCP) en orina (mediana 161 μg/g creatinina) frente a 1 control. Se midió la exposición dérmica en manos, antebrazos y área peribucal en tres embolsadores, encontrando residuos detectables en estas áreas. Los embolsadores, tenían colinesterasas plasmáticas y eritrocitarias significativamente más bajas que los controles. Los embolsadores presentaron más síntomas típicos de intoxicación aguda con organofosforados que los controles (Wesseling et al., 2005). En el sur de Chile fue visible la intoxicación por plaguicidas que sufrieron 60 trabajadoras y 13 trabajadores agrícolas temporeros mientras recolectaban manzanas. Todos sufrieron náuseas, principio de asfixia, vómitos y picazón al ingresar al predio de la empresa Agrícola y Comercial Santa Elena, en la ciudad de Angol, 600 kilómetros al sur de Santiago, que días antes había sido fumigada con el insecticida Lorsban 75 WG y el fertilizante foliar Wuxal Calcio. El Ministerio de Salud de Chile notificó 471 intoxicaciones agudas por plaguicidas (de octubre a abril), con tasa de 2,9 por cada 100 mil habitantes. 57% de los casos fueron de origen laboral y, de estos, 81% de obreras y obreros agrícolas, de los cuales más de la mitad se ocupaban en labores de temporada (Estrada, 2005). María Elena Rosas, coordinadora de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América Latina (RAP-AL), advierte “que por cada caso notificado hay otros cuatro sin notificar, y en algunas regiones del norte y del sur hay 10 más, lo que significa dos mil 500 a tres mil personas afectadas por año”. (Estrada, 2005) En 2000, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) del Ministerio de Agricultura, encargado de la normativa y fiscalización de los agroquímicos: […] clasificó al Lorsban 75 WG como “poco peligroso” considerando sus efectos agudos, aunque RAP-AL, Anamuri, la Corporación de ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Investigación en Agricultura Alternativa y el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales afirman que la exposición al mismo provoca graves dolencias a largo plazo. […] los trabajadores tienen el derecho de conocer tanto los efectos inmediatos como a largo plazo, los cuales deberían estar especificados claramente en la etiqueta. […] Según datos de la estatal Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, en 1997 Chile importó 16 mil 68 toneladas de plaguicidas, mientras que en 2003 las compras aumentaron a 22 mil 218 toneladas. Chile es uno de los mayores exportadores de frutas y hortalizas de América Latina, con cosechas que generan una importante proporción de empleo temporal, cubierto mayoritariamente por mujeres. En el agro chileno trabajan 800 mil personas, la mitad de las cuales son temporeras, y de ellas 250 mil son mujeres, a las que se suman adolescentes, niñas y niños. (Estrada, 2005) Los lineamientos de política en especial los contemplados en el Decreto 1843 de 1991, deben permitir necesariamente que las empresas productoras e importadoras de plaguicidas, las empresas prestadoras de servicios (transporte, distribuidores y aplicadores) y los usuarios de estos productos, desarrollen nuevas alternativas de control y manejo ambiental que impliquen un menor riesgo para la salud humana y el ambiente. Al desarrollar estos programas, se puede “iniciar un conjunto de actividades o medidas tendientes a evitar la presencia de la intoxicación por plaguicidas, como evento epidemiológico y al observar el comportamiento del mismo en un futuro, evaluar las medidas de intervención a implementar” (Hurtado & Gutiérrez, 2005, p. 256). Desde estas perspectivas y teniendo en cuenta el daño potencial que se genera en la salud humana en la región de Urabá (Antioquia) a través de la utilización de agrotóxicos, con énfasis en el uso del ingrediente activo clorpirifos, se realizó la presente investigación donde se evalúan los niveles de contaminación de los operarios expuestos al insecticida de nombre comercial más común Lorsban (48% EC y 2,5% DP), contenido en la bolsa de campo empleada en el cultivo de banano (una de las prácticas agrícolas utilizadas para la protección de la fruta en las fincas bananeras de toda la región); y se cumplen los siguientes objetivos específicos: ©Universidad de Caldas Caracteriza la población más vulnerable a la contaminación por agrotóxicos en las plantaciones. Establece el efecto acumulado de otros agrotóxicos usados en la explotación de banano y que pueden alterar la colinesterasa en labores del cultivo. Determina el tiempo de exposición a insecticidas durante la vida laboral de cada operario. Describe la ruta de exposición a la contaminación causada por el uso y la manipulación de la bolsa de campo impregnada con clorpirifos. 198 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Identifica los productos que han sido retirados de la explotación en los últimos dos años y que podrían guardar relación con alteraciones de la colinesterasa. METODOLOGÍA Ubicación y fecha del estudio Este trabajo, se llevó a cabo en los municipios de Chigorodó, Carepa y Nueva Colonia (Turbo), ubicados en la región de Urabá, en el departamento de Antioquia, lugares donde se concentra 70% de las exportaciones colombianas de la producción de banano tipo exportación. La zona de estudio está a nivel del mar, su clima es cálido-húmedo tropical, con niveles de humedad de hasta 80% y altos niveles de precipitación, dedicada casi por completo al cultivo del banano y plátano. Los valores de precipitación oscilan entre 2251 y 4250 mm/año. Es muy frecuente el uso de plaguicidas por aspersión y por fumigación aérea. Para el desarrollo de este trabajo, se seleccionó una finca por cada municipio y en cada una de estas se corrieron las encuestas y se tomaron las muestras de sangre, al personal previamente seleccionado. El trabajo de campo se llevó a cabo entre junio y agosto del año 2009, en el que se evaluaron las muestras de sangre de operarios y del grupo técnico y se compararon con resultados históricos. En la Tabla 1 se clasifican por labor: Población La población elegida fueron los trabajadores que realizan la labor de embolse en las fincas bananeras y permanecen en contacto directo con el clorpirifos, como ingrediente activo de estas bolsas empleadas para proteger el banano del ataque de plagas. Con fines comparativos se eligió otro grupo de personas quienes no se encuentran en permanente contacto con el clorpirifos, pero que se hallan expuestas a los agrotóxicos que se utilizan en la región de ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Urabá, especialmente a las fumigaciones aéreas, aplicación de herbicidas, y a los productos utilizados en el tratamiento poscosecha de la fruta (ingenieros, administradores y técnicos). En el trabajo de campo participaron 23 personas, todos adultos. El mayor número de trabajadores (11 de 23) se encontraban entre 20 y 30 años de edad (46%), le siguen los que estaban entre 31 y 40 años (6, 27%), cinco (22%) de 41 a 50 y solo una persona era mayor de 51; no había menores de 18 años. Recopilación de la información Se realizó mediante 23 encuestas con las que se obtuvo: información demográfica, socioeconómica y laboral; se documentó el estado de salud de la población estudiada y se caracterizó la exposición laboral y ambiental. Se estudiaron las hojas de vida, historial clínico y se hizo un análisis de sangre. A través de la unidad médica se practicó la toma de sangre en horas de la mañana y en condiciones de asepsia del lugar y con desinfección de la piel. Se extrajo la muestra de sangre mediante una punción venosa a cada participante, el cual debía estar en ayunas; la información se registró en un formulario y cada muestra fue almacenada y debidamente rotulada en tubos, para ser conservados en envases tecnopor. Una vez obtenidas todas las muestras se llevaron al laboratorio clínico UNLAB del municipio de Apartadó (Antioquia). El análisis de las muestras de sangre fue procesado por la Bacterióloga Luz Elena Ocampo Montoya y en condiciones del laboratorio clínico UNLAB, se empleó el método Michel implementado en la zona de Urabá por todos los centros de salud en convenio con las comercializadoras, para determinar los niveles de colinesterasa en los trabajadores del sector bananero. En Colombia, los valores de referencia de la colinesterasa se han tomado de estudios de países con características poblacionales, genéticas, biológicas, socioeconómicas y culturales muy diferentes del colombiano. Además, tales estándares han surgido de estudios con grupos muy pequeños no representativos de la población. Interpretación de resultados La interpretación de los resultados sobre la actividad de la colinesterasa se expresa en porcentaje, el cual oscila en un rango de 80% a 120%, considerando como valores de referencia internacionales: valores normales para actividad de la colinesterasa: mayor de 80% de actividad; valores anormales: igual y menores de 80% de actividad, indicador de sangre contaminada, asumiendo que el rango 80% como límite es un indicador de un bajo riesgo de intoxicación. Acciones correctivas Teniendo en cuenta los resultados del laboratorio, se asume que las personas que se encuentren en un valor de colinesterasa mayor o igual a 80%, continuarán desempeñándose en la labor de embolse, sin dificultades. En todos los casos donde el resultado de la actividad de la acetilcolinesterasa sea “anormal” (menor de 80%) se procede a la reubicación inmediata del trabajador por cuatro meses, lapso en el que se debe realizar la siguiente prueba para determinar ©Universidad de Caldas 200 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 los niveles de colinesterasa. Se destaca que, en la región de Urabá, se realizan tres exámenes de colinesterasa al año, número establecido por los centros de salud que operan en la zona y cubren exclusivamente a los trabajadores que se desempeñan en la labor de embolse. Los estatutos de las normas que certifican el banano como fruta de exportación, exigen anualmente la valoración de los niveles de colinesterasa en los embolsadores quienes, se considera, presentan un mayor riesgo por el permanente contacto con las bolsas de campo y su ingrediente activo: el clorpirifos. RESULTADOS La protección del racimo mediante la labor del embolse se realiza dos veces por semana con el trabajador indicado, este ejercicio implica que el obrero de campo debe llevar los elementos de protección necesarios y recomendados por el departamento de salud ocupacional y las herramientas requeridas para el desarrollo del trabajo: escalera (se ubica en las plantas para realizar la labor); machetilla (se usa en campo para cortar las bolsas); bolsas (impregnadas 1% del peso de la bolsa con clorpirifos, para proteger el racimo); cintas (usadas para la identificación del racimo). 52% (12 embolsadores) de los encuestados han estudiado básica secundaria, 17% (4 empleados) han cursado estudios superiores universitarios y 31% (7 embolsadores) tienen la básica primaria. El nivel de educación de estas personas les permite leer y entender con capacidad de comprensión los estatutos y normas establecidas en los sistemas de producción bananero. En general cuando las personas ingresan a trabajar en las comercializadoras, reciben una inducción sobre las políticas de la empresa y se les capacita en manejo de alimentos y seguridad personal. Quienes se dedican a la labor de embolse, reciben una capacitación al año acerca del manejo de agroquímicos, se les brinda los implementos de protección personal y se les vigila a través de los exámenes de colinesterasa la integridad de su salud. Frente a las capacitaciones de agroquímicos el cuerpo administrativo realiza pequeñas campañas para cumplir con los estándares de la norma, en la cual se informa de todo lo necesario a los operarios que manejan estos productos; sin embargo, 82% (19 embolsadores) de los encuestados no conocen los agroquímicos que se aplican en las fincas bananeras. Los elementos de protección personal que son usados por los embolsadores en la plantación bananera de la región de Urabá son: sudadera, buzo de manga larga, guantes de nitrilo, botas de caucho. Se observó la disposición de cada uno de los elementos de protección y la manera como cada trabajador los lleva puestos, destacando que este traje se considera el uniforme oficial de la comercializadora representada con un símbolo en el lado izquierdo del buzo. Se busca con esto, generar una identidad propia de los trabajadores que laboran en el grupo de fincas que exportan su fruta bajo una misma comercializadora, lo cual establece un orden y una logística en la producción de la fruta; es decir, aunque existen diversos propietarios de estas fincas productoras de banano, es la ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 comercializadora la que impone su marca en el mercado y consolida este grupo de fincas bajo un mismo concepto empresarial, orientados hacia el mismo objetivo. El trabajador tiene la oportunidad de participar de otras labores en la producción del banano. En la Tabla 2 se representan las labores (adicionales al embolsado) más frecuentemente realizadas por quienes tienen el embolse como actividad central y donde igualmente tienen contacto con plaguicidas. La labor de embolse es realizada por 20 trabajadores (74,1%), con esta como la labor principal, a través de la cual el operario tiene un mayor contacto con el clorpirifos contenido en cada una de estas bolsas de campo. El recibo de bolsa es una labor propia de la actividad (participan los mismos 20 trabajadores), puesto que cada uno debe dirigirse a la bodega donde se les entrega la cantidad de bolsas requeridas para el día, este ejercicio se hace dos veces diarias. El almacenista es la primera persona que recibe estas bolsas cuando ingresan a la finca y las acopia en la bodega, el contacto con este insumo es una labor obligada. Los elementos de protección de los almacenistas se basan en la utilización de una careta, guantes de nitrilo largo, camisa manga corta, pantalón y botas. Las bolsas de campo son entregadas por el almacenista a cada trabajador de manera personal. La rotura de la bolsa, es una actividad realizada por cinco obreros (18,5%) y consiste en quitar la bolsa que cubre el racimo cuando se encuentra en la empacadora para ser procesado en la etapa de poscosecha de la fruta. La manipulación del material de desecho, es realizada por quien debe recoger los residuos de bolsa que quedan al finalizar el proceso en las empacadoras, estos desechos se almacenan en canecas y se aíslan en una bodega. El desmane y lavado se realiza por siete operarios, y consiste en cortar las manos de los racimos que llegan a la empacadora para constituir los gajos de banano que finalmente se incluirán en una caja. Durante esta labor el trabajador no tiene contacto directo con el clorpirifos, pero sí con los fungicidas que se adicionan al tanque de mezcla en el que se lava la fruta. 35% de los trabajadores evaluados ingieren algún tipo de bebida durante la labor, lo cual se considera una acción con alto riesgo de intoxicación, debido a que los operarios tienen las manos contaminadas por el uso de las bolsas y muy fácilmente pueden entrar en contacto con el agua que consumen. ©Universidad de Caldas 202 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Como vínculo familiar, se denota 47% de la población en unión libre, 22% casados y 31% solteros. 17 personas de 23 (73%) tienen promedio de dos hijos por familia. La observación sobre la salud de los hijos muestra que 6% estaban enfermos; 94% de los hijos de los embolsadores no manifiestan hasta el momento problemas en su salud. Se destaca un caso de un niño enfermo, de 8 años de edad, correspondiente a 6% de la población evaluada, con retraso mental desde el nacimiento. Como antecedentes, el padre del menor es un hombre joven de 30 años de edad, su vínculo familiar está constituido por dos hijos más de 4 y 9 años de edad. En su trabajo, se ha desempeñado en los sistemas de producción de banano por 14 años y lleva 12 años realizando la labor de embolse de la fruta, además del manejo constante de las bolsas de campo impregnadas con clorpirifos, ha manipulado otros plaguicidas, entre ellos herbicidas, y ha manifestado molestias en su salud como: dolor de cabeza, ardor en ojos, decaimiento, irritación y ardor en la piel. Estos síntomas normalmente se presentan después de realizar la labor. En la historia clínica de este trabajador (A2) resaltan las variaciones de los valores de actividad de la colinesterasa en el tiempo. Tomando como referencia estos valores, se destaca que la salud de este trabajador ha presentado un descenso que se expresa en una de las pruebas realizadas y en dos de las siguientes pruebas los valores se encuentran en el límite, si se considera que 80% es el valor de partida en las pruebas de Michel. Algunos de los síntomas más frecuentes que afectan a los embolsadores aparecen en los dos gráficos siguientes: ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Otros factores incidentes son: 1) El consumo de licor y la adicción al cigarrillo son factores que alteran los niveles de colinesterasa y se convierten en elementos tributarios de los descensos en su actividad. 70% de los embolsadores fuman en promedio cuatro cigarrillos al día. 2) La ubicación de las viviendas. 13% (tres trabajadores de 23) tienen las casas en lugares por donde circulan los aviones de fumigación y donde las familias del trabajador y el mismo se encuentran en permanente contacto con los agroquímicos por efectos de deriva. 3) El consumo de fruta de rechazo no lavada es práctica de 100% de los trabajadores quienes la consumen diariamente y la llevan para el consumo familiar. Valoración de la actividad de la colinesterasa De acuerdo con el análisis de la actividad de la colinesterasa eritrocitaria en los exámenes de sangre realizada en los 23 asalariados del grupo de embolsadores de cada finca en estudio y el grupo técnico de apoyo de una misma comercializadora, 95% presentan actividad de colinesterasa de bajo riesgo (superior a 80% de los parámetros normales de sangre para esta prueba), mientras que 5% restante exhibe alteraciones en los valores de referencia. En las siguientes tablas se muestran los resultados del porcentaje de colinesterasa eritrocitaria a través del tiempo, tomando como referencia los antecedentes clínicos de cada embolsador que participó de las pruebas durante esta investigación. Asimismo, se evalúa el tiempo de exposición al contacto con el clorpirifos que han tenido a lo largo de su vida laboral. Los valores aquí expuestos, datan del año 2008 y una prueba realizada en 2009. ©Universidad de Caldas 204 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Seguimiento colinesterasa eritrocitaria, finca A. Finca ubicada en el municipio de Chigorodó (Antioquia), con extensión de 60 hectáreas y 34 trabajadores en total que manejan la producción de banano desde el campo hasta el llenado de las cajas, que son exportadas a diario a países europeos como Alemania y Bélgica. Los trabajadores embolsadores tienen contacto permanente con el clorpirifos presente en la bolsa de campo, empleada en la protección de la fruta. Se denotan niveles de colinesterasa alterados, en cuatro de cinco embolsadores a quienes se les practicó la prueba, con resultados por debajo de 80% o en niveles límite. Seguimiento de colinesterasa eritrocitaria, finca B. Finca ubicada en el municipio de Carepa (Antioquia), cuenta con una extensión de 160 hectáreas y 80 trabajadores. De acuerdo con el historial de pruebas de colinesterasa realizadas, se declara un nivel normal de colinesterasa con porcentajes que superan 90% en seis de siete embolsadores. Se presenta un caso alterado y uno en el nivel límite. Se trata de un operario de 29 años de edad con 10 años de experiencia laboral, quien presenta historial clínico inconsistente, ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 puesto que de cuatro valoraciones realizadas, la mitad presenta valores anormales (77% y 78%) lo que corresponde a una disminución del volumen de la colinesterasa, potencialmente debido al desempeño de su labor. Seguimiento de colinesterasa eritrocitaria, finca C. Finca ubicada en el municipio de Turbo (Antioquia), con extensión de 190 hectáreas y 90 trabajadores, de los cuales siete personas realizan la labor de embolse. El porcentaje de colinesterasa tiene comportamiento normal a través del tiempo, con valores de actividad de la colinesterasa en el límite, solo para un operario. Esta finca ha sido manejada durante los últimos tres años bajo los criterios de la norma Free trade, la cual hace referencia al comercio justo, motivando a los productores a invertir en el bienestar y calidad de vida de los trabajadores a través del incremento de un dólar por cada caja de banano que se produce en las fincas que adoptan esta modalidad. Teniendo en cuenta estas consideraciones, se genera en las comercializadoras una mayor conciencia en el cuerpo administrativo, sobre las condiciones laborales de los trabajadores; y estos a su vez adquieren una mayor cultura en el entorno de la producción bananera, lo cual hace que estas personas tengan disponible y hagan uso de los elementos de protección necesarios para la realización de cada labor, se informe y se capacite sobre el manejo de herramientas, uso de agroquímicos, manipulación de alimentos, derecho laboral, se realicen talleres de psicología y se les dé participación a los trabajadores mediante el derecho de opinar y denunciar las acciones administrativas con las que no están de acuerdo. A su vez, la agricultura presenta la tendencia a generar una producción limpia para obtener una fruta más sana, que es la razón por la cual el mercado europeo prefiere pagar un dólar más por cada caja de banano que se consume. En concordancia con este comercio justo, se restringe en estos sistemas productivos la aplicación de herbicidas y se establecen las coberturas nobles para desplazar arvenses competitivas, asimismo se exige que los trabajadores estén protegidos, consuman agua potable, tengan acceso a las duchas, tanto para aseo personal como en caso de accidentes por derrames; en general se realiza un trabajo que vela por la integridad y calidad de vida de todos los trabajadores, se obtiene una fruta que viene de una producción que evita el exceso de agroquímicos y con el incremento de un dólar por caja permite ganar tanto a los productores como a los trabajadores. Es factible considerar, que bajo el sistema de manejo que se ha llevado a cabo en esta finca durante los últimos tres años, los embolsadores demuestren estabilidad en la actividad de la colinesterasa como se expresa en la Tabla 4. Colinesterasa eritrocitaria, grupo técnico (D). Como parámetro comparativo, se realizaron las pruebas de colinesterasa en el grupo de apoyo técnico que labora en la comercializadora, haciendo referencia a ingenieros y administradores. Quienes participaron de esta evaluación, son profesionales en el campo de la agricultura y por lo tanto se desempeñan en diferentes labores del agro, por esta razón pueden estar en contacto permanente con la gran variedad de agrotóxicos que se emplean en la zona. Los resultados de los ©Universidad de Caldas 206 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 exámenes, expresan valores normales del nivel de colinesterasa con un caso en el nivel límite. Al comparar los valores de colinesterasa de este grupo técnico con los embolsadores de cada una de las fincas, el primero no exhibe alteraciones de colinesterasa, mientras que en los embolsadores hay subnormalidades en algunos valores durante los dos últimos años. Se considera que la diferencia se debe al permanente contacto con el clorpirifos al manipular constantemente las bolsas de campo y, a su vez, al período de tiempo que llevan realizando esta labor, razón por la cual los embolsadores son el grupo más vulnerable a través del tiempo. Otros agroquímicos en la producción de banano. Como parte complementaria al desarrollo de esta investigación, se hace necesario destacar que en la producción de banano se emplea otra serie de agroquímicos que contribuyen con el manejo de la producción como: La aplicación de herbicidas. Para el control de arvenses se utiliza glifosato como ingrediente activo de productos comerciales como Roundup 747 y otras marcas. Para el manejo de la plantación, se realizan ciclos de aplicación cada cuatro semanas. Implica que un trabajador realiza la labor que corresponde a la preparación de la mezcla y la aplicación del producto en el campo, y permanece en contacto directo con estos agroquímicos. Proceso poscosecha. Durante el proceso poscosecha de la fruta, se emplean fungicidas como Rally (ingrediente activo Myclobutanil, Triazol) y Amistar [ingredientes activos Azoxistrobina 20% p/v (200 g/L)], el ingrediente activo Azoxistrobina pertenece al grupo químico ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 metoxicrilatos y el ingrediente activo Difenoconazol 12,5% p/v (125 g/L) pertenece al grupo de los triazoles. Estos productos se aplican para la protección de la fruta con el propósito de evitar enfermedades como pudrición de la corona, y contribuyen con la protección en los períodos poscosecha, comercialización, hasta consumo de la fruta en lugares de destino. En el proceso poscosecha participan entre 15 y 30 trabajadores, lo cual depende del tamaño de la finca y del volumen de fruta proyectado en el día; cada una de estas personas puede estar expuesta, en cualquier momento, al contacto directo con estos fungicidas. Fumigaciones aéreas. Se emplean fungicidas sistémicos y de contacto como Baycor (ingrediente activo Bitertanol, grupo químico triazol), Bravonil (ingrediente activo Chlorothalonil 720 g/L, grupo químico cloronitrilo), Dithane (Mancozeb, grupo químico ditiocarbamatos), entre otros. Es la actividad fitosanitaria más compleja en la producción de banano, puesto que se realizan aplicaciones aéreas cada dos semanas cubriendo las fincas bananeras de toda la región de Urabá, esto implica que un gran número de trabajadores y una apreciable población se encuentren expuestos permanentemente al contacto directo con estos fungicidas, lo que se genera por deriva del producto durante la aplicación al cultivo. Frente a este panorama, las comercializadoras presentes en la zona, adoptan un programa de vigilancia epidemiológica en el cual se indaga a fondo la problemática presente. Dado que en la agroindustria bananera aún no se cuenta con evaluaciones de higiene al ambiente que incluyan: muestreos, cálculos estadísticos y resultados de productos utilizados en el proceso, con los cuales se determinen las áreas expuestas, se emplean solo como criterio la caracterización de los oficios de alta exposición realizados por las personas y el tipo de producto que manipula. En la zona de Urabá el manejo y control de la Sigatoka negra (Mycosphaerella fijiensis), se determina bajo el concepto de las compañías de fumigación aérea, quienes a través de un grupo técnico especializado, definen las aplicaciones rotativas de los productos en todas las fincas bananeras. De esta manera, para controlar el desarrollo de la enfermedad, la fumigación aérea se realiza a través de aplicaciones calendarizadas o programadas durante el año; cubriendo toda la zona. En la actualidad se están aplicando 30 ciclos de fungicidas, lo cual explica que se realicen fumigaciones cada dos semanas y algunas veces cada semana. Las evaluaciones de campo son realizadas por los supervisores técnicos de las compañías de fumigación, sin embargo el concepto de la aplicación fungicida está basado en la programación cíclica de los productos que se requieren aplicar al año, esto quiere decir que las aplicaciones de los fungicidas no se realizan en función del desarrollo de la enfermedad, sino que ya existe una programación con la que estas compañías consideran que garantizan el control de la Sigatoka en las plantaciones. ©Universidad de Caldas 208 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Durante los dos últimos años se ha retirado de la explotación bananera el Paraquat (categoría toxicológica I) ingrediente activo del herbicida gramoxone, que se utilizaba para controlar el crecimiento de arvenses; el producto fue retirado por exigencia del mercado europeo donde el agroquímico tiene restricciones por su categoría toxicológica. En Colombia ninguna norma prohíbe ni restringe su uso en los diversos sistemas de producción agrícolas y solo se prohíbe la aplicación aérea del producto según Resolución 3028 del 15 de agosto de 1989 expedida por el ICA. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Ruta toxicológica en la manipulación de la bolsa impregnada con clorpirifos Durante el trabajo de campo, se realizó un seguimiento sobre la producción y manipulación de las bolsas de campo empleadas en la zona, para la protección de la fruta, y se describe a partir de la siguiente ruta de exposición al clorpirifos: Fábrica de plástico En la región de Urabá se encuentra la fábrica de plástico de Banacol, que produce el volumen de plástico y fibra que necesitan las comercializadoras de banano ubicadas en la zona. Los materiales requeridos para la producción de bolsa de campo, al igual que la producción de fibra, son materias primas importadas (polipropileno y polietileno), provenientes de los subproductos de los hidrocarburos o derivados del petróleo, de esta forma los materiales son fundidos y mezclados por procesos térmicos a través de un sistema mecánico elaborándose grandes cantidades de bolsa y fibra al día. Las cantidades de bolsa que se producen, no alcanzan a satisfacer los volúmenes requeridos para cubrir la demanda en la zona bananera, razón por la cual se importan de otros países. Proveedores de bolsa de campo Cuando la fábrica produce los volúmenes de bolsa requeridos por las comercializadoras, son distribuidas por diferentes proveedores quienes se encargan de suministrar a cada finca la cantidad de bolsas de acuerdo con la semana solicitada por la dirección comercial; la cantidad de bolsa que una finca requiere está basada en los promedios de embolse de fruta que se realizan cada semana, de esta manera se controlan las cantidades exactas de bolsa de campo que cada finca debe manejar con base en los inventarios de fruta. Manejo de la bolsa en las fincas Las bolsas de campo son retiradas de los puntos de venta por los camiones de la comercializadora, y a su vez son llevadas a cada finca de manera independiente sin ser mezcladas con otros insumos o productos. Cuando el camión llega a la finca, el conductor hace la entrega del insumo de manera personal al almacenista, quien recibe las bolsas contando los rollos y registrando el ingreso del producto con su respectiva remisión, para asentar la información en el kárdex y otros registros necesarios. De esta manera, se le hace seguimiento y control a cada insumo que ingresa a la finca. Los rollos de bolsa son almacenados en una bodega de agroquímicos, bajo las respectivas normas de seguridad (iluminación, ventilación, ubicación). De allí, el material es entregado por los almacenistas a cada trabajador que realiza la labor del embolse, siguiendo un procedimiento de entrega con adecuado registro en un documento de: la cantidad de bolsas entregadas, el nombre del trabajador y la hora. En promedio se entregan 250 bolsas a cada trabajador en horas de la mañana y en las horas de la tarde 150. ©Universidad de Caldas 210 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Manipulación de la bolsa por el trabajador El trabajador, antes de iniciar la labor y recibir la bolsa de campo, debe prepararse y aprovisionarse a primera hora de la mañana de los objetos de protección personal y la herramienta. Cuando el trabajador cumple con los anteriores requisitos, procede a recibir las bolsas de campo que son entregadas por el almacenista de la finca, firma el correspondiente registro y se dirige a la plantación bananera, para ejecutar el embolse el cual, basado en las instrucciones del administrador de la finca, consiste en que el trabajador debe ubicar la bolsa teniendo en cuenta dos tipos de embolse: 1) Embolse prematuro: es aquel en el cual se pone la bolsa cuando descuelga la bellota, sin haber abierto las manos que constituyen el racimo. 2) Embolse presente: se pone la bolsa cuando el racimo tiene dos o tres manos abiertas. Este embolse se realiza solo donde la incidencia de plagas no ha afectado la calidad de la fruta. Un trabajador tiene un promedio de embolse comprendido entre 350 y 400 racimos al día, y permanece en contacto con las bolsas de campo desde las 6 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Realiza la labor dos veces a la semana; lunes y jueves o martes y viernes. Cuando el embolsador termina su jornada de trabajo, procede a quitarse la ropa de protección personal y a bañarse; para ello cuenta con las instalaciones necesarias para su aseo personal. La ropa que fue utilizada en el día es lavada por la persona encargada del aseo de todas las instalaciones de la finca, quien lava toda esta ropa dentro de la finca utilizando una lavadora; los elementos de protección implementados para esta persona son: guantes de nitrilo largos, botas y un delantal de plástico que protege el cuerpo de la persona de la humedad. Las aguas provenientes de este lavado, son conducidas por un sistema de tubería que las lleva hasta un pozo profundo, al cual llegan todas las aguas residuales que se producen en la finca como las aguas negras producto de la cocina y de los baños. El pozo dispone de varios filtros, lo que hace que las aguas permanezcan en un proceso de purificación desde que ingresan al pozo hasta que salen de este sitio para integrarse con los cauces de agua naturales, que circulan por los diferentes canales que se trazan en una finca bananera; finalmente, estas aguas llegan a los ríos que desembocan en el mar. Para el manejo de estas aguas contaminadas, se realiza una evaluación al año sobre la residualidad de las aguas a la entrada y a la salida del pozo, para determinar la eficiencia de la remoción de residuos orgánicos y la carga contaminante. Mediante la toma de estas muestras analizadas en un laboratorio, se determina el grado de contaminación que se está generando en las fincas bananeras. Manejo del residuo de bolsa El racimo de banano, se cosecha en el campo cuando cumple la edad y las especificaciones requeridas para los embarques; el procedimiento conlleva el corte del racimo en la mitad del vástago y posteriormente la ubicación de la fruta en garruchas que conducen los racimos con su correspondiente bolsa a lo largo de un cable, que se dirige a la empacadora; es en este lugar donde se realiza el tratamiento poscosecha. De esta manera, cada racimo llega a las ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 empacadoras, donde hay un trabajador encargado de retirar las bolsas de estos racimos para que puedan ser procesados. Las bolsas se recolectan durante el proceso, en canecas y posteriormente se almacenan en una bodega exclusiva para su manipulación, y de allí son entregadas a una cooperativa que les da diferentes usos a este material. Se requieren inicialmente dos trabajadores, el primer operario elige el racimo adecuado y corta la planta, y el segundo operario recibe en sus hombros, sobre una cuna el racimo cortado; posterior a esto, el racimo es llevado hasta el cable donde otro operario lo ubica sobre una garrucha constituyendo una fila de 20 a 25 racimos, para ser transportados hacia la empacadora por un último operario. Para realizar esta labor de cosecha, los trabajadores utilizan como implementos de protección la dotación personal, haciendo referencia a las botas de caucho, la sudadera y la camisa de cualquier tipo. Realmente no se evidencia ningún sistema de protección personal durante el proceso de la cosecha; el corte de los racimos se realiza por un grupo de cuatro trabajadores y únicamente la persona que transporta los racimos hasta la empacadora utiliza el casco como su implemento de protección. Se observó que los trabajadores que realizan la cosecha se encuentran en contacto directo y permanente con la bolsa de campo, desde que se corta el racimo de la planta hasta que es procesado en las empacadoras. Los racimos llegan a la empacadora, en donde se encuentra una persona encargada de quitar la bolsa que cubre cada racimo, esta persona utiliza como medio de protección: casco, botas, sudadera y camisa. Los operarios encargados de quitar y recoger la bolsa no utilizan los guantes de nitrilo, generándose un contacto directo de la piel con estas bolsas. Durante la realización de esta práctica se evidencian algunos residuos de bolsa que se quedan en el suelo, cerca de la empacadora. Algunos de estos residuos se recogen y se almacenan, pero estos pequeños fragmentos se pueden dispersar con facilidad en cualquier parte de la finca convirtiéndose en pequeños focos de contaminación. Es muy común encontrar pedazos de estas bolsas enterradas en el área de producción. Manejo de la bolsa por las cooperativas La bolsa de campo representa una fuente de contaminación latente, debido al contenido de clorpirifos, por esta razón es colectada sin sufrir procesos de lavado para evitar contaminación de las fuentes hídricas. Las fincas son la fuente primaria de recolección de las bolsas tratadas con clorpirifos, de allí se recolectan en camiones por parte de las cooperativas encargadas de cubrir gran parte de la zona en cuanto a la recolección del plástico; luego se dirigen a las instalaciones donde se prensan, y posteriormente se conforman pacas de 150 kilos. Estas pacas son empleadas en la industria para la fabricación de mangueras, escobas y otras herramientas e igualmente se usan en minería. ©Universidad de Caldas 212 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 DISCUSIÓN A pesar de la existencia de argumentos, basados en otras investigaciones y parámetros legales, que manifiestan el grave deterioro de la salud humana cuando se expone al trabajador al contacto permanente con el clorpirifos, en una población tan joven como la de los trabajadores de Urabá se determinó que algunas personas exhiben alteraciones en su historial clínico. Se usa un solo criterio de medida en el manejo médico (un único examen no muy específico sobre el nivel de colinesterasa y la reubicación al encontrar alteraciones), lo que pone en cuestionamiento la exposición permanente y de largo plazo de los operarios de campo al especializarles en la aplicación de una suma de agroquímicos y sus mezclas, con los consecuentes efectos en su salud. Los exámenes de colinesterasa realizados en el grupo de 23 personas, demostraron actividad subnormal a través del tiempo en cinco trabajadores en una de las cuatro valoraciones realizadas durante el período 2008 a 2009 y tres más estuvieron en el nivel límite, incluido el administrador. El tratamiento al cual fueron sometidos (los cinco operarios), fue la reubicación inmediata de su labor para desempeño en otro trabajo que no implicara la manipulación de agroquímicos por cuatro meses mientras tanto se realizó la siguiente prueba de colinesterasa. En este punto se definió si el trabajador continuaba reubicado o si por el contrario volvía a su actividad de embolsador. A partir de este procedimiento, se considera necesario en este ejercicio de investigación, que a los trabajadores que presentan alteraciones en cualquiera de sus valoraciones, debería realizárseles un segundo examen con mayor ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 profundidad (por ejemplo el ensayo cometa en eritrocitos) que juzgue las causas y determine con exactitud su estado de salud. Es evidente que, frente al tiempo de exposición y la protección mediante un vestido de labor todavía insuficiente, hay indicios de intoxicación aguda en todos los trabajadores y elementos de intoxicación crónica que se hacen más incidentes por el tipo de labor, que no solo queda en dos días de trabajo con embolsado, sino que se continúa con otros procesos de manipulación del plástico tratado con clorpirifos a lo largo de la semana, y que se traducen en efectos crónicos. Asaltan las siguientes preocupaciones: 1) Los exámenes de colinesterasa realizados bajo el método Michel están fundamentados en rangos de valores estandarizados y generalizados en poblaciones de otros países, por lo cual se asume que el método fue adaptado bajo el mismo criterio para las poblaciones colombianas. El procedimiento no enfatiza la situación clínica de cada paciente de manera particular, y la salud de estas personas se rige única y exclusivamente por los resultados de este método. En las comercializadoras no se tiene en cuenta el historial clínico ni los antecedentes de salud que estos trabajadores han desarrollado en otras comercializadoras diferentes. A su vez, los operarios no solo están expuestos al clorpirifos sino a una mezcla de productos agrotóxicos y por esta razón las pruebas para determinar los daños deben ser diferentes a las de colinesterasa; se aconseja, por lo tanto, hacer pruebas con biomarcadores. El panorama muestra ausencia de una instancia especializada y personal formado en medicina ocupacional. 2) Bajo el precepto de la certificación de las fincas bananeras, las empresas comercializadoras de banano establecen estrategias para complacer a las empresas transnacionales, que les obligan a garantizar la salud ocupacional. Esto quiere decir, que las comercializadoras cumplen frente a las normas laborales con los procedimientos necesarios, entre ellos realizar los exámenes de colinesterasa cada cuatro meses, y que de acuerdo con los resultados, el procedimiento sanitario como empresa solo tiene en cuenta la reubicación del trabajador cuando el obrero de campo está expuesto al plaguicida y solo hasta este punto llega la responsabilidad empresarial; el trabajador asume los riesgos en su salud y la trascendencia de los mismos. Este sector no exhibe voluntad para reconocer y prevenir enfermedades ocupacionales a tiempo, y cuando el riesgo de contaminación por clorpirifos se presenta, se le da un manejo solo legal. 3) Los productores bananeros son apáticos a la transferencia de tecnología que se realiza en la zona, en donde se ha demostrado en fincas experimentales que la protección de la fruta puede realizarse con bolsas sin contenido de clorpirifos a menor precio, demostrando excelentes resultados en la calidad de la producción. Sin embargo, las decisiones son tomadas por los propietarios quienes miran con desconfianza las nuevas alternativas en el manejo agrario, y por esta razón se casan con las técnicas antiguas de producción. ©Universidad de Caldas 214 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 4) Desde que se produce la bolsa de campo hasta que cumple todo su ciclo, es manipulada por un gran número de personas que entran en contacto diariamente con el contenido del clorpirifos que contiene la bolsa. De esta manera, no se descarta la posibilidad de que otras personas que no están realizando la labor del embolse, se vean afectadas por el clorpirifos. Se considera con este argumento, que los exámenes de colinesterasa no deberían limitarse a los embolsadores exclusivamente, y por lo tanto debería crearse un programa que involucre más personas, para minimizar los riesgos en la salud de los trabajadores que se desempeñan en torno a la producción de banano. El sector bananero juega un papel importante en la economía, especialmente en Urabá donde todas las actividades productivas giran en torno al negocio de producir y exportar banano. Aunque se desarrollan otros renglones productivos diferentes al banano como plátano, arroz, maíz, ganadería, hay una alta dependencia económica de la actividad bananera. Gran parte del manejo adecuado de los plaguicidas se debe basar en la capacitación y educación ambiental y sanitaria, que redunde en la prevención y minimización de riesgos asociados al uso y manejo de plaguicidas. En este sentido, es importante definir un plan nacional ambiental para orientar y optimizar los recursos, en el cual la coordinación institucional y la divulgación efectiva sobre los impactos generados por los plaguicidas permitan en un plazo muy cercano concientizar a la población rural y a los trabajadores sobre estos productos. Para ello, se debe trabajar de manera conjunta y coordinada entre el Estado, la comunidad, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado. Colombia es un país que por su posición geográfica presenta unas condiciones particulares climáticas y de alta biodiversidad, las cuales se reflejan en numerosas plagas que atacan a los cultivos agrícolas, pero igualmente brindan la oportunidad de disponer de agentes naturales para el control biológico. En este sentido, el país tiene el reto de manejar y controlar las plagas con criterios científicos racionales que propendan por una agricultura sostenible. Al respecto, vale la pena reseñar los esfuerzos que vienen adelantando varios países con condiciones económicas, culturales y geográficas diferentes a las colombianas, en el diseño e implementación de políticas que buscan la racionalización en el uso de plaguicidas pensando en la protección del medio ambiente y la competitividad del sector productivo agropecuario, como es el caso de Suecia que desde 1986 inició un plan de reducción de los riesgos al medio ambiente y a la salud de las personas; el Reino Unido desde 1986 lanzó un plan para minimizar el uso de plaguicidas y sus riesgos asociados; Dinamarca desde 1990 arrancó con un plan de acción para la reducción de las aplicaciones de plaguicidas; y Holanda desde 1993 empezó con un plan de protección de cultivos en varios años. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Amador, M. y Astorga, Y. (2006). Foro Emaús. 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Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=902 ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 191-217 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 APORTE DE HOJARASCA DEL MANGLE NEGRO (Avicennia germinans L.) EN EL CARIBE COLOMBIANO Álvaro Javier Martínez-Ballesteros1 Carlos Mario Plaza-Rodríguez1 Giovany Guevara2 Recibido el 22 de julio de 2013 y aprobado el 12 de octubre de 2013 RESUMEN A pesar que los manglares son reconocidos a nivel mundial como ecosistemas altamente productivos y ecológicamente importantes, en la actualidad, su extensión se ha reducido significativamente debido a las actividades humanas en las zonas costeras. Por lo tanto, es necesario investigar su dinámica y respuestas bajo el creciente y sostenido impacto del cambio climático y antropogénico. Durante dos estaciones climáticas contrastantes (sequía, lluvia) se estudió la producción de hojarasca del mangle negro Avicennia germinans L. en la bahía El Uno cerca al municipio de Turbo, noroccidente de Colombia (8° N). El aporte de materia orgánica fue separado por estructuras (hojas, ramas, flores y frutos) donde se registró un aporte significativamente mayor de hojas. La biomasa seca total durante ambas estaciones fue de 7,09±9,66 y 5,36±5,67 g -2 -1 m día . Los valores mínimos y máximos fueron de 0,63-8 y 0,493,65 g m-2día-1 durante la estación seca y lluviosa, respectivamente. Se detectaron diferencias significativas entre las estructuras orgánicas pero no entre las estaciones climáticas analizadas. Se discuten algunos impactos naturales y antropogénicos pasados y actuales, que afectan la dinámica de los manglares, al igual que la importancia de la producción de hojarasca para la productividad primaria y secundaria, en zonas altamente perturbadas del Caribe colombiano. PALABRAS CLAVE Golfo de Urabá, Mar Caribe, manglares, materia orgánica costera, productividad. CONTRIBUTION OF BLACK MANGROVE (Avicennia germinans L.) FALLEN LEAVES IN THE COLOMBIAN CARIBBEAN AREA ABSTRACT Although mangroves are recognized worldwide as highly productive and ecologically important ecosystems , at present its extent has been significantly reduced due to human activities in coastal areas. Therefore, it is necessary to investigate their dynamics and responses under the growing and sustained climatic and anthropogenic impacts. During two contrasting seasons (drought, rain) the fallen leaves production of the black mangrove Avicennia germinans L. was investigated at El Uno Bay, near Turbo Municipality, North-Western Colombia (8° N). Organic matter input was sorted by structure (leaves, branches, flowers, fruits) with ©Universidad de Caldas 218 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 leaves registering the highest significant values. Total dry biomass during both seasons was 7.09±9.66 and 5.36±5.67 g m-2day-1. The lowest and highest organic matter values were 0.63-8 and 0.49-3.65 g m-2day-1 during the dry and rainy season, respectively. Significant differences between organic structures but not between seasons analyzed were detected. Some relevant past and present natural and anthropogenic impacts affecting the mangroves dynamics are discussed, as well as the importance of fallen leaves input to the primary and secondary production in highly disturbed zones of the Colombian Caribbean area. KEY WORDS Gulf of Urabá, Caribbean Sea, coastal organic matter, mangroves, productivity. INTRODUCCIÓN Los manglares son ecosistemas estratégicos que crecen en zonas tropicales y subtropicales costeras (entre 35° N - 38° S) y presentan, generalmente, altas tasas de productividad primaria (Hogarth, 2007; Sánchez-Carrillo et al., 2009). A su vez, son ecosistemas que contribuyen con el reciclaje de nutrientes en ambientes estuarinos y costeros, a través del aporte de materia orgánica y los procesos de descomposición asociados (López-Portillo & Ezcurra, 1985; Lee, 1995; Hogarth, 2007; Sánchez-Andrés et al., 2010). Estos ecosistemas suministran una gran variedad de bienes (e.g., madera como combustible, para construcción y pesca, medicamentos, y alimento) y servicios (e.g., protección costera, control de erosión e inundaciones, apoyo a pesquerías, entre otros) (Primavera, 1998; Tam & Wong, 2002; Sanjurjo & Welsh, 2005). Sin embargo, actualmente existe una fuerte presión antropogénica sobre ellos, y a la vez, están sometidos al efecto del cambio climático (YáñezArancibia, Twilley & Lara, 1998; Gilman et al., 2008). La hojarasca (que incluye toda la materia orgánica vegetal que se desprende de los árboles), al igual que el crecimiento subsuperficial de las raíces, constituyen una fuente significativa de carbono (C) orgánico hacia el sedimento de los ecosistemas de manglar, ya que estos tienen la capacidad de atrapar eficientemente el material en suspensión dentro de la columna de agua (Alongi et al., 2005). Asimismo, el aporte de hojarasca en estos ambientes puede representar hasta un tercio de la productividad primaria neta. No obstante, existen otras fuentes que también suministran una entrada importante de C orgánico, entre las que se citan: material alóctono ribereño o marino, producción autóctona por micro o macroalgas bénticas o epifíticas y producción local por el fitoplancton dentro de la columna de agua (Lee, 1999; Kristensen et al., 2008; SánchezAndrés et al., 2010; Kamruzzaman et al., 2012). Como consecuencia, los ecosistemas de manglar son sitios de procesamiento intenso de nutrientes con un impacto potencialmente alto sobre el balance global del carbono (Lee, 1999; Mfilinge, Atta & Tsuchiya, 2002; Kristensen et al., 2008). La dinámica de la producción y descomposición de hojarasca en los manglares, ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 218-230 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 presenta una variación geográfica y estacional (López-Portillo & Ezcurra, 1985; Tam et al., 1998; Sánchez-Andrés et al., 2010), al tiempo que depende de los rasgos fenológicos de las especies; donde el crecimiento y senescencia de tejidos y órganos, pueden estar directamente relacionados con factores bióticos y abióticos (Sharma et al., 2012). A nivel mundial existen numerosos estudios sobre la producción y descomposición de hojarasca en manglares, especialmente en las regiones tropicales de Australia, Estados Unidos, Tailandia y Malasia (véase Tam et al., 1998; Tam & Wong, 2002; Komiyama, Ong & Poungparn, 2008; Kristensen et al., 2008; Feller et al., 2010). La mayor parte de la información publicada está relacionada con los géneros Rhizophora y Avicennia (Tam et al., 1998). En Colombia, las investigaciones sobre productividad de manglares han sido realizadas por Álvarez (2003), Galeano et al. (2010) y CortésCastillo & Rangel-Ch. (2011). Asimismo, se reportan estudios en la zona del Caribe colombiano, particularmente relacionados con el impacto antropogénico (Blanco-Libreros, 2009; Arroyave-Rincón, Blanco & Taborda, 2012; Blanco & Castaño, 2012; Blanco et al., 2012). En el costado occidental del golfo de Urabá, Cadavid (2010) realizó la evaluación del aporte, descomposición y química de la hojarasca de Rhizophora mangle L. En la laguna costera El Uno, no se reportan trabajos relacionados con el aporte y dinámica de la hojarasca de manglar; sin embargo, se han realizado otras investigaciones con invertebrados, peces y productividad (ver referencias en Amortegui-Torres, Taborda-Marín & Blanco, 2013). Aunque los manglares han sido resaltados como sistemas heterotróficos (Kristensen et al., 2008), la importancia del aporte de hojarasca para mantener su metabolismo, es aún desconocida, particularmente en zonas con altas tasas de impacto antropogénico como el golfo de Urabá (Blanco et al., 2012). El objetivo del presente estudio fue evaluar el aporte de la hojarasca del mangle negro, Avicennia germinans L. (Jiménez & Lugo, s.f.) en la laguna costera El Uno (golfo de Urabá), como una manera de detectar su potencial influencia en la dinámica de nutrientes en zonas costeras del Caribe colombiano y contribuir con un potencial manejo sustentable, donde se requiere de mayor conocimiento en el ciclo de nutrientes de estos ecosistemas estratégicos. MATERIALES Y MÉTODOS El golfo de Urabá es el sector más alejado del Mar Caribe, en este se presenta una transición entre playas arenosas, el delta estuarino del río Atrato (entre otros ríos de menor caudal) y costas rocosas, las cuales limitan al occidente con la República de Panamá. Su longitud es de alrededor de 80 km y presenta un ancho variable entre 5 y 50 km (García-Valencia, 2007). Se extiende desde Punta Arenas al norte de la costa oriental hasta Cabo Tiburón en la costa occidental (Chevillot et al., 1993). La laguna costera El Uno, se localiza en el delta del río Turbo (8º 05’ N - 76º 44’ O), en la parte central de la costa oriental del golfo de ©Universidad de Caldas 220 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Urabá (Caribe colombiano) (Figura 1). Tiene una extensión aproximada de 1,2 km2 y una profundidad promedio de 1 m (García & Correa, 2006). En la zona noroccidental de la laguna, se encuentra un manglar conformado desde la línea de costa hacia la zona continental por las especies R. mangle, A. germinans y Laguncularia racemosa (L.) Gaertn. f., respectivamente (CORPOURABÁ, 2003; Correa & Palacio, 2008). Observaciones in situ del manglar, indican que se encuentra bajo una alta intervención antropogénica (Figura 2). En la zona se presenta un periodo de lluvias abundante durante abril a noviembre y lluvias escasas de enero a marzo. La precipitación promedio anual fluctúa entre 2900 a 4100 mm, la temperatura ambiente oscila entre 26 a 28ºC, la humedad relativa del aire registra promedios mensuales entre 83 y 86%, el brillo solar presenta un valor promedio de 5 horas diarias, los vientos predominantes son los Alisios del Norte, el régimen de marea es semidiurno con una amplitud inferior a 0,5 m. También se registran cambios en la salinidad del agua, asociados estos a las condiciones climáticas, presentándose valores menores en la época de baja precipitación, debido a que los vientos Alisios retienen los aportes superficiales de agua dulce provenientes del río Atrato en la bahía Colombia (Chevillot et al., 1993). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 218-230 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Aporte de hojarasca, determinación del peso seco y comparación entre épocas climáticas El aporte de hojarasca fue evaluado durante dos épocas climáticas contrastantes: lluvia (noviembre-diciembre de 2012) y sequía (enero-febrero de 2013). En una zona del ecosistema de manglar entre la laguna El Uno y el delta del río Turbo, se ubicó una sección de 120 m paralela a la línea de costa, donde se instalaron 20 trampas de hojarasca (50 x 50 x 50 cm, ojo de malla de 5 mm) por cada época de muestreo. Estas se localizaron a 2,5 m de altura de la base de los árboles de A. germinans y se sujetaron con una cuerda desde los extremos (Figura 3). Debido a diversas restricciones logísticas, la recolección de las muestras se realizó a los 45 días de instaladas las trampas, durante cada época climática. El material orgánico de cada trampa fue colocado en bolsas de papel y transportado al laboratorio de la Universidad de Antioquia seccional Urabá, para su fraccionamiento (hojas, ramas, flores y frutos), secado y determinación del peso seco (g). El secado del material orgánico se realizó en un horno convencional a 80°C durante 48 h y posteriormente se pesó en una balanza semi- ©Universidad de Caldas 222 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 analítica (OHAUS® Pioneer™, 0,1 mg de precisión). Para detectar diferencias significativas del peso seco entre las estructuras orgánicas y las épocas de muestreo, se realizó un análisis de varianza de dos vías (variables: estructura orgánica, época de muestreo), después de la verificación de los supuestos de normalidad y homocedasticidad, y considerando las trampas como réplicas por cada época. La comparación entre las medias de los diferentes niveles del factor significativo, se realizó con la prueba a posteriori de Tukey. Los datos de peso seco (g m-2día-1) fueron convertidos para estimar la producción anual de hojarasca para el área de estudio. Los datos fueron analizados con el software STATISTICA versión 10 (StatSoft, 2011). RESULTADOS Producción hojarasca y separación por estructuras orgánicas Los valores de producción total de hojarasca (promedio ± desviación estándar) considerando ambos periodos, oscilaron entre 7,09±9,66 y 5,36±5,67 g m-2día-1. Los valores mínimos y máximos del aporte de materia orgánica fueron de 0,63-8 y 0,49-3,65 g m-2día-1 durante el periodo seco y lluvioso, respectivamente. Durante el periodo seco, el aporte promedio de hojarasca fue de 2,52±1,75 g m-2día-1, mientras que en el periodo lluvioso fue de 1,91±0,79 g m-2día-1. Al considerar la producción de hojarasca por estructuras durante los dos periodos, los valores fueron: hojas (12,22±5,07) > ramas (5,78±7,93) > flores (5,01±10,3) > frutos (1,89±2,11 g m-2día-1), y fue mayor para la época seca (Figura 4). Se detectaron diferencias significativas en la producción de las diferentes estructuras orgánicas pero no entre los periodos climáticos evaluados (Tabla 1). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 218-230 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 El aporte total de hojarasca estimado para el área de estudio fue de 8 ton ha-1año-1. DISCUSIÓN A pesar de los avances en el estudio de los manglares en Colombia, aún persisten zonas con escasas investigaciones como el caso del golfo de Urabá (Blanco et al., 2011). Los manglares del golfo presentan un desarrollo estructural, comparativamente mayor que los de otras áreas del Caribe colombiano (Sánchez-Páez et al., 1997), con una dominancia de Rhizophora mangle y representación escasa de A. germinans (Blanco et al., 2011). Sin embargo, en el área seleccionada para el estudio, existe una mayor abundancia de A. germinans (Hoyos, Urrego & Lema, 2011; Pérez, 2012) a pesar del creciente y sostenido impacto antropogénico. Estudios recientes han indicado que los manglares de las bahías de Turbo y El Uno (que representan un 2,9% de los bosques de manglar del golfo de Urabá), las cuales están separadas del cuerpo principal del golfo por grandes barreras depositadas por el río Turbo, presentan bosques altamente intervenidos por el hombre debido a cambios de uso del suelo, tala, ganadería, sobrepesca, entre otros, cerca de la zona urbana del municipio de Turbo, el más grande en las riberas del ©Universidad de Caldas 224 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 golfo (Blanco et al., 2012; Ortiz & Blanco, 2012; Amortegui-Torres et al., 2013; Gómez & Bernal, 2013). No obstante, existen acciones estratégicas promovidas por la autoridad ambiental (CORPOURABÁ, com. pers.) para la regeneración de las especies de mangle y manejo sustentable del mismo, que permiten reducir el impacto de la tala y extracción de madera del ecosistema de manglar. El aporte de hojarasca en los ecosistemas de manglar, ha sido ampliamente utilizado como una medida de la productividad primaria y un elemento fundamental en la productividad secundaria, como sustrato para consumidores y descomponedores; al igual que su papel en la formación del suelo, el ciclo de nutrientes y las transformaciones biogeoquímicas (Lugo & Snedaker, 1974; Lee, 1999; López-Portillo & Ezcurra 2002; Hogarth, 2007; CoronadoMolina et al., 2012). Los manglares son plantas esclerófilas siempreverdes con aportes de materia orgánica a lo largo del ciclo anual; sin embargo, tienden frecuentemente a concentrar la caída de hojarasca en estaciones determinadas (López-Portillo & Ezcurra, 2002). Nuestros resultados mostraron un aporte mayor de hojarasca durante la temporada seca, con una dominancia de las hojas sobre otras estructuras orgánicas. Este comportamiento fue similar al reportado por Arreola-Lizárraga, Flores-Verdugo & Ortega-Rubio (2004) en el golfo de California, México. Sin embargo, comparativamente estos autores registraron menores valores -2 -1 promedio de aporte diario de hojarasca (0,48 g m día ). Asimismo, Aké-Castillo, Vázquez & López-Portillo (2006) reportaron que la producción anual de hojarasca, donde las hojas representaron la fracción orgánica mayor (70%), siguió un patrón estacional con dos eventos máximos en la época seca y uno durante la lluviosa. Por el contrario, Coronado-Molina et al. (2012) registraron un efecto estacional y significativamente mayor durante la estación lluviosa, aunque los valores de producción de hojarasca fueron contrastantes entre períodos, en relación con nuestro estudio (lluvia = 2,4; sequía = 1,8 g m-2día-1). No obstante, aunque parece ocurrir una relación positiva entre la precipitación (estacionalidad) y el aporte de hojarasca, cada componente estructural sigue una secuencia diferente (López-Portillo & Ezcurra, 1985, 2002; Aké-Castillo et al., 2006). Algunos autores han indicado que el mayor aporte de hojarasca está directamente relacionado con la salinidad y esta a su vez con la precipitación (Yáñez-Arancibia et al., 1998; Feller et al., 2010). Los bajos niveles de salinidad son factores que contribuyen significativamente al aumento de la productividad (Hernández & Mullen, 1978; López et al., 1988; Ochoa, 1988). En la bahía El Uno, estos niveles son más bajos en épocas secas y mayores en periodos húmedos (Correa & Palacio, 2008). Esto se debe a que los vientos Alisios del noreste, atrapan en la bahía Colombia los aportes de agua dulce del río Atrato (Chevillot et al., 1993; Correa & Palacio, 2008). Los bajos niveles de salinidad que presenta la bahía El Uno, se pueden asociar con los mayores aportes de hojarasca registrados durante la época seca. Sin embargo, nuestros resultados deben ser considerados como preliminares dada la duración del periodo muestreado por cada época climática y a la ausencia de potenciales correlaciones que no pudieron ser analizadas, tales como aspectos de composición y estructura del bosque y la influencia de variables ambientales (e.g., precipitación, evaporación, radiación, temperatura y salinidad; López-Portillo & ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 218-230 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Ezcurra, 2002; Cortés-Castillo & Rangel-Ch., 2011; CoronadoMolina et al., 2012). Por lo tanto, se recomienda que para un estudio detallado sobre la dinámica de la hojarasca de los bosques de manglar en la bahía El Uno, se realicen estudios del aporte durante al menos un año e incluir otros aspectos relacionados con la composición y estructura de los bosques de mangle, así como el registro de otras variables ambientales, que puedan influir sobre la dinámica de nutrientes en estos ecosistemas costeros. CONSIDERACIONES FINALES Es necesario continuar con programas de monitoreo –idealmente bajo una perspectiva de largo plazo– de los ecosistemas de manglar en la zona estudiada y en los demás ambientes costeros de Colombia. Se requiere además de la valoración de la producción primaria y secundaria asociada con estos ecosistemas. Asimismo, es necesario lograr la capacitación de propietarios y habitantes de las zonas de manglar para promover un manejo sustentable y mantener un suministro constante de bienes y servicios para la población y la fauna; al igual que, establecer un área mínima de corredor para evitar la ampliación de la frontera ganadera y garantizar la conservación de la estructura y función del manglar. Finalmente, se deben apoyar los planes y programas de recuperación sugeridos por la autoridad ambiental, la academia y los pobladores rurales y urbanos del golfo de Urabá. AGRADECIMIENTOS A los profesores Jenny Leal, Tatiana Correa y Jairo Zapata por el préstamo de la balanza para el registro del peso seco de las estructuras orgánicas, a Genis Gomes por facilitar el horno para el secado del material, a la Universidad de Antioquia a través de la Corporación Académica Ambiental por el apoyo brindado a la presente investigación, y a la Universidad de Caldas por las facilidades dadas a G. Guevara para su participación en este proyecto. Agradecemos las sugerencias del comité editorial y de los revisores anónimos, que mejoraron significativamente la versión original del manuscrito. REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Aké-Castillo, J. A., Vázquez, G. y López-Portillo, J. (2006). Litterfall and Decomposition of Rhizophora mangle L. in a Coastal Lagoon in the Southern Gulf of Mexico. Hydrobiologia, 559(1), 101-111. Alongi, D. M., Pfitzner, J., Trott, L. A., Tirendi, F., Dixon, P. y Klumpp, D. W. (2005). Rapid sediment accumulation and microbial mineralization in forests of the mangrove Kandelia candel in the Jiulongjiang Estuary, China. Estuarine, Coastal and Shelf Science, 63(4), 605-618. 226 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 ©Universidad de Caldas Álvarez León, R. (2003). Los manglares de Colombia y la recuperación de sus áreas degradadas: revisión bibliográfica y nuevas experiencias. Madera y Bosques, 9(1), 3-25. 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Compartir los resultados metodológicos y de formación logrados mediante las Escuelas de Campo de Agricultores de Theobroma cacao L. desarrollados por la Universidad de la Amazonia en el marco del proyecto: “Desempeño agronómico, evaluación fitosanitaria y caracterización molecular de clones promisorios de Theobroma cacao L. provenientes de materiales vegetales élite presentes en sistemas productivos del bajo Caguán, municipio de Cartagena del Chairá” (ECAs-CAGUAN) que contó con el apoyo de Colciencias, el Comité de Cacaoteros del Bajo Caguán y Suncillas “ Chocaguán” y la Parroquia San Isidro Labrador. Metodología. El trabajo se realizó a partir del aprendizaje por descubrimiento, partiendo de los conocimientos y la experiencia previa de los campesinos, la reflexión, la nueva información y la aplicación de la misma. Esta situación implicó la formación a profesionales como facilitadores de ECAs, la definición participativa del currículo, la construcción de protocolos y la aplicación flexible de estos en campo. Resultados. La ECAs – CAGUAN, en su primer ciclo de formación lograron formar a 43 cultivadores y productores de Theobroma cacao L, es decir que el 78% de los que iniciaron el proceso y se logró un Indice de Incremento del Conocimiento (IIC) del 34%. Una de las lecciones aprendidas y quizás la más importante es la necesidad que las ECAs incorporen otros elementos de trabajo que van más allá de lo técnico y está relacionado con estrategias de trabajo social, afectivo y de sensibilidad, esto contribuirá a mejorar los procesos de adopción tecnológica en campo. Conclusiones. El proceso de las ECAs- Caguan, permitió a los agricultores entre otras cosas entender que el hallazgo de los élites y/o el mejoramiento genético es solo un factor que ayudará a que su producto mejore, pero la mayor responsabilidad está precisamente en ellos mismos, en la realización de las prácticas culturales y de manejo de sus cultivos. Palabras clave: ECAs, facilitador, agricultor ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Theobroma cacao L. FARMER FIELD SCHOOLS IN LOWER CAGUAN (Experience, Results and Lessons Learned) ABSTRACT Location. The Bajo Caguan region is located on the banks of the Cagúan River, municipality of Cartagena del Chaira, southeast of the Department of Caquetá in the Colombian Amazon region. Objective.To share methodological and training results achieved through Theobroma cacao L. Farmer Field Schools developed by the University of the Amazon under the project: " Agronomic performance, phytosanitary evaluation and molecular characterization of promising Theobroma cacao L. clones from elite plant material present in productive systems in the Bajo Caguan municipality of Cartagena del Chairá” (RCT-Cagúan) that was supported by Colciencias, the Cocoa Committee of Bajo Caguan and Suncillas, "Chocaguán",and the San Isidro Labrador Parish. Methodology. The work was conducted from discovery learning, based on the farmers’ previous knowledge and experience, reflection, new information and its application. This involved training professionals as FFS facilitators, the participatory definition of curriculum, building of protocols and flexible application of these in the field. Results. The FFS - Cagúan, in its first training cycle managed to train 43 farmers and producers of Theobroma cacao L, which means that 78% of those who started the process achieved an increase of Knowledge Index (IIC) of 34%. One of the lessons learned and perhaps the most important one, is the need to incorporate to the FFS other work items that go beyond the technical and that are related to social work, affective and sensitivity strategies, which will help improve technological adoption processes in the field. Conclusions. The FFS-Caguan process, allowed farmers, among other things, to understand that finding the elites and/or genetic improvement is only one factor that will help improve their product, but the main responsibility lies precisely in themselves, in conducting cultural practices and crop management. Keywords: FFSs, facilitator, farmer INTRODUCCIÓN El Theobroma cacao L., llegó al Caguán como cultivo de importancia económica, a finales de los 80´s, esta zona por tradición extractivista y luego cocalera, había sido militarizada, lo que impedía el libre comercio de la pasta de coca, situación que fue aprovechada por el sacerdote de Remolinos del Caguán, Padre Jacinto Franzoi, de la Parroquia San Isidro Labrador para impulsar una campaña en pro de los cultivos lícitos, esta se llamó: “no a la ©Universidad de Caldas 232 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 coca, si al caucho y al cacao; con esta iniciativa organizaciones italianas y la parroquia, buscaban que las familias sembraran Theobroma cacao L. y dejaran los cultivos de uso ilícito. Algunos campesinos creyeron en la alternativa e iniciaron aunque con poco conocimiento, las siembras de cacao. Posteriormente conformaron el Comité de Cacaoteros de Remolinos del Caguán y Suncillas (CHOCAGUÁN) y con el apoyo de Naciones Unidas construyeron la planta de chocolate “CHOCAGUAN” dando un mayor valor agregado a su producto, por esta lucha, en el año 2004 se hicieron acreedores al Premio Nacional de Paz. Desde entonces y aunque se rescatan logros significativos de los cultivadores de cacao, también es necesario precisar que las actividades económico – productivas de este colectivo, se ha debatido entre vaivenes y altibajos, pues si bien los campesinos hicieron un tránsito de la coca al cacao, en especial por los problemas de inseguridad social de lo ilícito, que hicieron que éste fuera cada vez menos atractivo y que buscaran nuevas alternativas productivas, algunos reincidieron en los cultivos de uso ilícito y abandonaron el cacao, esto colocó y aún coloca en riesgo el proceso social del cacao alternativa socioeconómica. Alguna de las razones y quizás la más importante por la cual las familias reinciden en lo ilícito, están relacionadas con su baja competitividad ante el mercado, por sus pocos niveles de producción, sus plantaciones son en un 90% híbridas, nunca se les hizo mejoramiento genético, por tanto tienen una alta susceptibilidad a plagas y enfermedades, esto aunado a la falta de conocimiento acerca del manejo cultural, ha hecho que los problemas fitosanitarios invadan los cultivos y sean cada vez menos productivos. Otro tema que afecta los niveles de producción es precisamente la avanzada edad de los sembrados, pues algunos superan los 20 años de edad, durante los cuales no se realizaron acciones para su sostenimiento y hoy la mejor opción es la renovación y/o el establecimiento de nuevas plantaciones No obstante, ciertas familias han iniciado ya con el establecimiento de nuevas plantaciones, pasando de las hibridas a plantaciones clonales, sin embargo, este proceso se ha adelantado con materiales introducidos, cuyo comportamiento no ha sido evaluado en la zona, por tanto se requiere generar conocimiento alrededor de posibles materiales élite que permita mejorar las condiciones de los sembrados y por ende la producción. El proyecto “Desempeño agronómico, evaluación fitosanitaria y caracterización molecular de clones promisorios de Theobroma cacao L. provenientes de materiales vegetales élite presentes en sistemas productivos del bajo Caguán, municipio de Cartagena del Chairá” nace de esta necesidad, fue formulado por la Universidad de la Amazonia en alianza con CHOCAGUÁN, con el ánimo de encontrar materiales locales resistentes a plagas y enfermedades, superiores en productividad a los materiales híbridos cultivados tradicionalmente, a partir de la determinación de bases científicas sólidas que permitan a la organización comunitaria, impulsar la renovación de las plantaciones viejas y el fomento de plantaciones ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 nuevas de cacao, en aras de una economía lícita para los habitantes de la zona. La estrategia para la generación de este nuevo conocimiento o eje transversal del proyecto consiste precisamente en un proceso de formación local dirigido a la gestión de la investigación, alrededor del establecimiento de Escuelas de Campo de Agricultores ECAs (ECA-CAGUÁN), como ejercicio piloto dentro de la Cadena Productiva de Cacao del Departamento del Caquetá. Las ECAs, constituyen un enfoque metodológico que busca fortalecer el conocimiento técnico de un cultivo en particular, partiendo del diálogo entre campesinos y técnicos; en ellas, los temas curriculares no son prediseñados, sino que se definen con la comunidad, no es condicionante para ingresar saber leer y escribir pues la metodología es lúdica y con demostración de método, tienen un proceso y un fin dado por el ciclo del cultivo que se trabaje y las reglas para su funcionamiento se constituyen en colectivo. En las sesiones de trabajo en cada uno de los temas, que además son seleccionados por los campesinos, de acuerdo a sus necesidades, se parte de los conocimientos previos de los sujetos y se incita al autodescubrimiento, a través de: 1) la experiencia, 2) reflexión, 3) nueva información, y 4) aplicación. Al finalizar un ciclo de ECAs, los asistentes son evaluados y certificados de acuerdo a los resultados de conocimiento adquiridos (Ardon, 2003). En este sentido, más que a sesiones de capacitación, con las ECAs se le apunta entonces a un proceso educativo, partiendo de que la educación de acuerdo con Ludojoski (1972), es algo intencional del ser humano en desarrollo, que en teoría contribuye al perfeccionamiento de su personalidad teniendo como base el relacionamiento y dialogo con: 1) la historia, en el sentido de las características propias de cada época y lo que ellas representan; 2) la naturaleza, entendida como factor hereditario y el medio ambiente físico; y 3) la cultura y desde ella los valores y creencias que las personas construyen, utilizan y apropian durante siglos. Ahora, si bien era un proceso educativo, recordar que tenía una particularidad y es que era un proceso educativo con adultos en Escuelas de Campo de Agricultores, por ello el trabajo se apoyó en la teoría de la andragogía, que desde el enfoque de la educación permanente, considera que el logro del proceso con adultos solo es posible si se crea una metodología especial, adecuada a la situación propia particular del adulto y el educando como colectivo, esto amerita evaluar el grado de madurez de su personalidad, la capacidad intelectual, pero sobre todo sus conocimientos teóricos y prácticos (Ludojoski, 1972). A partir de lo anterior, se plantea otro reto y es el tema “didáctico”; pues es el responsable de conducir el proceso de aprendizaje al ritmo particular de los adultos así como sus intereses y motivaciones. De igual forma el esquema grupos que contribuyan a una formación integradora de los valores individuales y comunitarios del grupo. ©Universidad de Caldas 234 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 MATERIALES Y MÉTODOS Localización geográfica y temporal: El departamento del Caquetá está ubicado al sur de Colombia y se sitúa entre los 2° 58 minutos de latitud Norte y 0° 40 minutos de latitud Sur, entre los 71° 30 minutos y 76 ° 15 minutos de longitud al oeste del Greenwich (IGAC, 1993). El Municipio de Cartagena del Chairá está localizado a la margen derecha del Río Caguán, aguas abajo del Sur del Departamento, sobre las Coordenadas 01º21'00" de Latitud Norte y 74º50`24" de Longitud Oeste del Meridiano de Greenwich. Se encuentra a una distancia de 120,5 Km de la capital del departamento, Florencia. El municipio presenta una precipitación promedio anual entre 2500 y 3500 mm, distribuidos en 10 meses, con una época relativamente seca entre diciembre y marzo; humedad relativa cercana al punto de saturación, con un promedio del 90%; temperatura media de 26°C; evaporación de 970,5 mm/año; brillo solar de 1508 horas luz/año; velocidad del viento promedio de 1,3 m/seg. y altura promedio de 234 m.s.n.m. El establecimiento de las ECAs, se hizo en el área rural del municipio de Cartagena del Chairá, en veredas localizadas sobre el margen del río Caguán, que corresponde a la zona de acción del proyecto de la Universidad-Chocaguan-Colciencias. Si bien el proyecto contemplaba el establecimiento de una ECA, debido al alto número de interesados, amplio nivel de dispersión y teniendo en cuenta los altos costos de transporte fluvial en que tendrían que incurrir las familias interesadas, se decidió establecer tres ECAs en tres puntos de encuentro que coincidieron con los lugares donde se establecerían las parcelas de investigación del proyecto: La vereda Cuba, La Vereda Palmichales y el caserío Cristales. La metodología de trabajo fue la siguiente: 1. Establecimiento de las ECAs Para el establecimiento de las ECAs, se siguieron las pautas metodológicas propuestas por Gallager (1999) y adaptadas por Pumisacho et al (2005). De igual forma se revisaron las experiencias en este campo en países como Nicaragua a través del Programa Estatal para la Seguridad Alimentaria (FAO, 2005); la experiencia en cacao desarrollada por el IICA en cacao en Perú (2007); por el Centro Internacional de la Papa (CIP), en papa en la ciudad de Andahuylas-Perú (CIP, 2008); el trabajo de USAID a través del programa MIDAS en Colombia en cultivos como Banano, Cacao y Hortalizas (USAID, 2009) y las experiencias en café y cacao desarrolladas por el IICA en la Selva Central (IICA, 2010) entre otras. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 - Definición del grupo: a través de las directivas de CHOCAGUÁN, se hizo una convocatoria abierta para las personas interesadas en participar en la Escuela de Campo de agricultores de cacao en la zona de estudio. En dicho encuentro se socializó el esquema metodológico de las ECAs, los compromisos y requisitos que se adquirían al ingresar a ellas. - Caracterización del perfil del grupo Con los interesados, se hizo la caracterización de los intereses del grupo y se definieron las reglas de juego para el funcionamiento. Para ello, se elaboró un cuadro de doble entrada, donde en la primera columna se registró el nombre de los participantes, en frente de cada nombre se colocó el número de árboles de cacao, la edad y la producción. Así mismo, se consignaron las expectativas en relación al proceso de capacitación-formación. - Definición del contenido temático: con cada uno de los grupos establecidos, se desarrolló un taller mediante la técnica de lluvia de ideas, en la que los cacaocultores listaron las necesidades de capacitación que a su juicio requerían. Posteriormente, se hicieron pruebas de caja para identificar el nivel de conocimiento, las claridades y confusiones que se podrían tener alrededor de las temáticas técnicas generales alrededor del cultivo. Finalmente y teniendo en cuenta los resultados de lo que consideraban que requerían aprender y los resultados de la prueba de caja, se obtuvo un listado amplio de los temas y con los integrantes de la ECA en pleno, se hizo respectiva selección en orden de prioridad empleando una matriz de priorización. 2. Construcción protocolos de las Guías de trabajo Con anterioridad a esta parte se hizo el entrenamiento del equipo de investigación en metodología ECA. Para ello se realizó una gira de aprendizaje al departamento de Santander con los facilitadores de FEDECACAO, donde se pudo apreciar en campo la ejecución de una ECA. El objetivo fue que el equipo no fuera un transferente de tecnología sino que se convirtiera en un facilitador del proceso. Aunque la palabra “protocolo”, lingüísticamente hace alusión a modelos y pasos a seguir de manera estricta, lo que aquí se elaboró fue un modelo de lo que se pudiera trabajar en cada uno de los temas, sin ser una camisa de fuerza. Para ello, el equipo técnico y metodológico del proyecto se reunió y ©Universidad de Caldas 236 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 para cada tema identificó unas preguntas introductorias clave, las dinámicas, las prácticas de campo a realizar, las evaluaciones del aprendizaje y también los requerimientos logísticos y de materiales necesarios para cada sección. Desarrollo de actividades de aprendizaje Teniendo como guía los protocolos diseñados en el apartado 2, se desarrollaron por espacio de un año de manera práctica los contenidos temáticos para la ECA seleccionados por los productores. Para ello se hicieron encuentros mensuales con duración de ocho horas, entre conversatorio y práctica con tareas particulares asignadas para el periodo entre una y otra sesión. 3. Evaluación Se hicieron dos tipos de evaluación: evaluación de aprendizaje y las lecciones aprendidas de las ECAS. La primera evaluación siguiendo las recomendaciones propuestas por USAID (2009), se hicieron al finalizar cada uno de los encuentros y consistió en una prueba escrita diseñada con preguntas, dibujos y ejercicios de campo los cuales se aplicaban en la ECA siguiente al tema evaluado. Al tener todos los resultados, estos fueron ponderados y expresados en porcentajes y de manera comparativa con los resultados de la prueba de caja inicial se halló el Índice de Conocimiento (IC). Las lecciones aprendidas se obtuvieron a partir de diálogos reflexivos con los campesinos acerca del proceso, en talleres de campo, la información fue sistematizada en una plantilla de doble entrada con el ánimo de poder identificar consensos y casos particulares. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 1. Establecimiento de las ECA Definición del grupo Se instalaron las tres Escuelas de Campo en los puntos definidos en la metodología: ECA Caguán – Cuba: 15 inscritos; ECA CaguánPalmichales: 10 inscritos y ECA Caguán – Cristales: 30 inscritos. Aunque las ECAs se establecieron en lugares y con grupos diferentes, los acuerdos internos y los compromisos a los que se llegaron para el funcionamiento fueron similares: 1) se recibirían inscripciones tanto de gente que tenía cacao, como que quisiera sembrar. 2) el cacaotero que faltara a más de dos encuentros ya no podría nivelarse y perdería el ciclo. 3) cada integrante llevaría algo ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 para preparar el almuerzo comunitario, con excepción de Cristales, pues allá el centro educativo a través del aporte del Centro y de los padres ofertarían el almuerzo para los estudiantes de la ECA. 4) la periodicidad de los encuentros sería mensual con fechas definidas en el encuentro anterior y solo por motivos de fuerza mayor se podría modificar y 5) las prácticas de campo se harían tanto en las parcelas de investigación como en las de los productores. Caracterización del perfil de los grupos Se encontraron tres tipos de asistentes a las ECAs. El primer grupo denominado Cacao en producción, que representó el 49% de los asistentes a las ECAs, presentándose su mayor presencia en la ECACAGUAN- Cuba, con 12 productores, seguido de Cristales y finalmente Palmichales (Figura 1). Se caracterizaban por tener plantaciones que en promedio, no llegaban a los 400 árboles en producción. Las edades de estas plantaciones superaban los 10 años de edad y su manejo se limitaba a recolectar los frutos, el rendimiento promedio se halló en 0,3 Kg.ha.año. Este grupo aunque correspondía a los productores expresaron su interés de establecer cacao nuevo. El segundo tipo de asistentes fueron los interesados en cultivar, que presentó el 40%, implicaban familias que habían tenido cultivo y lo habían dejado perder, o agricultores que querían dejar la coca e iniciar con el cultivo de cacao, la mayor presencia de asistentes con estas características se tuvo en la ECACAGUAN-Cristales. Finalmente y un grupo más pequeño, con el 11%, lo conformaban agricultores con cacao en crecimiento, esta personas con esfuerzos y el apoyo de instituciones como la Cruz Roja Internacional, habían iniciado el establecimiento de nuevas plantaciones pero se habían quedado sin asistencia técnica (Gráfica 1): ©Universidad de Caldas 238 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Definición del contenido temático Identificación de intereses de capacitación: la lluvia de ideas permitió identificar un interés marcado hacia la parte de injertación y mejoramiento genético del con el 94%, siendo este el tema que aparecía con mayor frecuencia en los tres puntos de encuentro; seguido de intereses como fertilización y manejo del suelo: 89%, siembra: 70%, y en menor frecuencia manejo de plagas: 40% enfermedades: 38% y prácticas de cosecha y poscosecha del grano: 18% (cuadro 1): Pruebas de caja: los conocimientos técnicos que de manera general tenían los campesinos alrededor del cultivo del cacao – en todas la ECAs-Caguán- coincidían en claridades y confusiones (Cuadro 2): ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 - De las 770 respuestas efectuadas por los participantes, el 67% fueron incorrectas y el 33% correctas. De las 515 respuestas incorrectas, se detectó que la mayor confusión estuvo en el tema de plagas enfermedades con el 16%, dicha confusión en relación al diagnóstico de plantaciones, puso en evidencia por tanto también errores en su forma de manejo. En segundo lugar de preguntas con respuesta incorrecta, se hallaron las relacionadas con el tema de suelos, injertación y siembras-viveros, con el 14% cada una. En una menor proporción de respuestas incorrectas el tema de podas con el 13%; selección de terrenos con el 7% y prácticas culturales con el 6%. Cabe advertir sin embargo que estos dos últimos temas solo tuvieron una pregunta referida a ellos y esto pudo afectar su porcentaje de participación en lo incorrecto. Esta prueba de caja, también permitió identificar el desconocimiento y por ende la no aplicación de las prácticas culturales preventivas y de manejo cultural en los cultivos (6%), tema que extrañamente nunca apareció como un interés de capacitación, lo que dejaba en claro la poca importancia en él, que sin embargo era el causante de ©Universidad de Caldas 240 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 los mayores problemas fitosanitarios y reproductivos en el cultivo. De igual forma se apreció una gran diferencia entre las formas de pensar entre productores con relación a las distancias y densidades de siembra y tipos de paisaje requeridos para el cultivo, pues mientras que para algunos los terrenos más óptimos eran las vegas, otros consideraban que en las vegas el cacao se inundaba y se perdía, por haber más humedad (Gráfica 2): Matriz de priorización: en las ECAs-Caguán de manera general se definieron los siguientes temas en el orden de prioridad como se puede seguir: Encuentro 1: Manejo semilla asexual de Theobroma cacao L. Encuentro 2. Establecimiento de viveros. Encuentro 3. Identificación y manejo de plagas y enfermedades en vivero. Encuentro 4. Selección de terrenos para Theobroma cacao L. y análisis de suelos. Encuentro 5. Trazado, ahoyado y siembra de Theobroma cacao L. en agroforestería. Encuentro 6. Manejo del cultivo del plátano como componente del SAF con Theobroma cacao L. Encuentro 7. Injertación en Theobroma cacao L. Encuentro 8. Podas de formación y manejo en Theobroma cacao L. 2. Construcción de las guías de trabajo: protocolos Aunque inicialmente se había dicho que se diseñarían los nueve protocolos para cada encuentro, finalmente se diseñaron 20, teniendo en cuenta otros posibles temas que en la realización de las ECAs, los productores fueron identificando como importantes para un segundo nivel de formación. Por el volumen de los protocolos aquí solo se presentará qué lleva cada uno de ellos, para mayor información de estos se invita a consultar el libro “Establecimiento y sostenimiento de plantaciones de Theobroma cacao L. en sistemas agroforestales: un currículo de acción participativa para el autoaprendizaje en la ECA-CAGUAN”. Las guías de trabajo o protocolos contienen una serie de recomendaciones para facilitar una ECA en cada uno de los temas, estas servirán de apoyo para cualquier otra ECA de Theobroma cacao L. que se quiera ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 desarrollar en otro proyecto o espacio, no pretende ser una camisa de fuerza. Cada una de las 20 guías o protocolos contemplan dos apartados generales: A y B: A. Preparación del encuentro: 1) reflexiones del equipo facilitador antes del encuentro, 2) se dan las indicaciones para seleccionar los escenarios de capacitación, las recomendaciones para preparar los lugares con los materiales y las herramientas necesarias para las actividades, y 3) se indica qué tipo de material pedagógico se requiere para el trabajo, así como la forma de diseñar las ayudas pictóricas y las preguntas. B. Desarrollo del encuentro: cada protocolo incluye 1) una dinámica introductoria sugerida alusiva al Theobroma cacao L. y a la zona de estudio, 2) dinámica de formación de grupos, construida a partir del contexto Caguán, 3) las preguntas introductorias sugeridas para el tema de cada encuentro, 4) dinámica de reanimación luego del almuerzo, 5) indicaciones para la práctica de campo, 6) esquema metodológico para hacer la plenaria de los resultados, y 7) sugerencias para hacer la evaluación de la sección y el cierre. 3. Desarrollo de actividades de aprendizaje En cada uno de los encuentros realizados, se pudo encontrar una amplia gama de conocimientos previos, algunos no tan confiables “científicamente hablando”, pero que fueron igualmente discutidos y evaluados en las actividades de aprendizaje con el ánimo de llegar a un conocimiento validado y construido dentro de la ECA. Durante el proceso en las ECAs – Caguán, se realizaron 20 encuentros. En cuanto a la temática abordada, se tiene que en las ECA Caguán Cristales y Palmichales se lograron desarrollar todos los temas del primer nivel, es decir fase de establecimiento y manejo, encuentros del número 1 al 7; en la ECA Caguán-Cuba por motivos de orden público se hicieron desde los temas 1 al 4. Se contó con la asistencia permanente de en promedio de 55 personas por ECA, con una interesante participación de los jóvenes y niños, en especial de la ECA Caguán- Cristales, pues de las 55 personas que asistieron regularmente a las ECAs Caguán, 28 se encontraron en rangos de edades entre los 10 y 25 años de edad. En relación a los resultados encontrados en cada uno de los encuentros y por lo que implica en términos de espacio en el presente escrito, solo se resumirán algunos de los principales hallazgos en los respectivos temas (cuadro 3): ©Universidad de Caldas 242 Luna Azul ISSN 1909-2474 ©Universidad de Caldas No. 38, enero - junio 2014 revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 En el cuadro 3, se resumen de manera general los principales resultados de los encuentros en la ECAs Caguan, cabe mencionar que estas ECAs obedeciendo los requerimientos de los asistentes y el perfil del grupo, iniciaron el proceso de formación con el tema de selección de la semilla y el establecimiento de los viveros. Esta situación es bastante particular, pues de acuerdo a las experiencias por ejemplo en Papa en la ECAs realizadas por el Centro Internacional de la Papa-CIP (2009), en Café por el Internacional Coffee Partner -ICP (2006), en Cacao por el IICA en Perú (2007), se tiene que las ECAs generalmente inician su proceso de formación a partir del tema plagas y enfermedades; además algunas se dedican puntualmente a una plaga o enfermedad, generalmente no se aborda desde el proceso de siembra de la plantación. ©Universidad de Caldas 244 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 La anterior particularidad puede tener su explicación en dos líneas, teniendo en cuenta que ECA es un mundo diferente y no sería posible establecer generalidades: una es en la genealogía de la ECA como proceso surgido de una necesidad y para atender un problema, el cual es identificado sobre lo que ya está, en este caso la plantación y otra es el perfil del grupo que se trabaje. A diferencia de los ejemplos referidos y en la misma línea de la experiencia de Pumishaco et al (2005), en agroforestería, el enfoque de las ECAs Caguán considera necesario brindar herramienta para aquellos agricultores que ya sea por decisión propia o porque su plantación lo amerita establecerán nuevas plantaciones, no solo solución de problemas particulares sino ofrecer nuevas alternativas. Otras experiencias por su parte inician desde el Diagnóstico Rural Participativo, vinculando herramientas como el diagrama de Ven o diagnóstico de necesidades de la comunidad (IICA, 2007), al respecto se tiene que este tipo de trabajos generan un mayor nivel de confianza entre el equipo facilitador del proceso, pero debe advertirse hasta donde se compromete la ECA, pues no se debe olvidar la razón de ser de esta. De acuerdo a los estudios encontrados, un ciclo de ECAs tiene una duración entre 10 y 12 sesiones, sin embargo, se reconocen la necesidad de que el ciclo sea más amplio. IICA (2006), plantea que un ciclo de formación debe ser de aproximadamente 23 sesiones de trabajo, distribuido en 4 módulos generales: lo técnico en establecimiento de plantación, manejo del cultivo, agroindustria y evaluación y entrega de resultados, este planteamiento y forma de desarrollar las ECAs, coincide en cierta medida con lo realizado en las ECAs en el Caguán donde en siete encuentros se abordó el proceso de establecimiento y renovación teniendo en cuenta el perfil de los agricultores que asistían a las mismas; pero teniendo claro que es un primer nivel de aproximación, y que aún queda pendiente el manejo integral del cultivo y la agroindustria. Sin embargo a partir de la dinámica de los ejercicios se pudo identificar que para lograr mayor apropiación de los temas, aún solo para establecimiento y rehabilitación se requieren más de las ocho sesiones realizadas. 4. Evaluación Evaluación del aprendizaje El tema de mayor apropiación de conceptos y manejo en campo fue el de trazado, ahoyado y siembra del cultivo del cacao donde el 91% de los agricultores demostraron claridad y domino; seguidamente el tema de podas con el 81%, plátano y suelos con el 60% e injertación y viveros con el 52% (Gráfica 3). El aspecto de plagas y enfermedades, continua siendo una dificultad para los agricultores pues aunque en el inicio en la prueba de caja el 72% de ellos tuvieron respuestas no acertadas en relación al tema, aún después del proceso de formación en las ECAs, el 50% de los asistentes continuaron con dificultades en el tema de identificación de los daños por plagas y síntomas de la enfermedad. Cabe mencionar que estos porcentajes son relativos a la población asistente a los encuentros que si bien en las pruebas de caja el total fue de 55 agricultores, este número varió en cada encuentro (Gráfica 3): ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Se aplicaron siete pruebas de conocimiento a 43 agricultores en las ECAs de Cristales y Palmichales, cada prueba en promedio tuvo entre seis y siete preguntas, para un total de 1.698 preguntas realizadas, de las cuales 1140 fueron respondidas de manera acertada, es decir el 67% y las 558 restantes presentaron respuestas incorrectas (33%). Lo anterior dejó ver un Índice de Incremento del Conocimiento (ICC) del 34%, teniendo en cuenta el 33% del conocimiento inicial registrado por los participantes. Este resultado aunque positivo, pues se logró incrementar el conocimiento de los productores casi al doble, muestra que es necesario continuar con el trabajo pues aún se tiene un 33% de conocimientos que no están claros y que ponen en riesgo el mantenimiento de las plantaciones. En términos generales, se tiene que la existencia de adecuados conocimientos previos en algunos temas, aunada a la validación de recomendaciones técnicas mediante los ejercicios prácticos realizados en cada finca, facilitó la adopción de estos por parte de los agricultores. De manera particular se tiene que el tema “podas de manejo” que aunque medianamente se conocía, no se realizaban en las plantaciones de los campesinos, se realizó en tres plantaciones antiguas (una por cada ECA), este ejercicio permitió visibilizar un impacto positivo en el cultivo en relación a la entrada de luz en el cultivo, coloración del follaje, desarrollo de la plantación, floración y fructificación. Cabe mencionar que en los inicios, los agricultores, se mostraron escépticos hacia la práctica, pues a su modo inicial de ver “cortarle las ramas al árbol de cacao era perder áreas de producción”, posteriormente al ver los resultados lo aplicaron en sus parcelas. En otra área, se halló que si bien para los agricultores el mejor suelo para el Cacao, es el del paisaje de vega, pudieron establecer comparaciones en diferentes calidades del recurso suelo en el paisaje de lomerío. Uno de los mitos que los campesinos tenían en ©Universidad de Caldas 246 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 su conocimiento, es que el recurso suelo aun trabajado o aprovechado con cierto cultivo, después de un periodo de descanso de “mas o menos 10 años, la vegetación ha permitido que se recupere y se puede volver a aprovechar”. Esto quedó en entredicho al analizar las propiedades físicas y biológicas del suelo en sus lotes que habían sido utilizados en cultivo de coca por espacio de cinco años y que llevaba 10 años en descanso, todos creían que ya se podía volver a aprovechar, pues había crecido una vegetación de porte alto propia de un rastrojo hecho. Al realizar la identificación de organismos vivos solo fue posible encontrar tres coleópteros, tomando 15 puntos de referencia. Esto permitió entender que el grave impacto del uso de los productos de síntesis química en el recurso y la biota y fauna asociada a este permanecía en el tiempo. En el área de injertación, se halló que aunque este era el tema de menos conocimientos previos también constituía el mayor interés. A partir de las ECAs, se logró que los campesinos conocieran y manejaran los conceptos de patrón, yemas y varetas portayemas y tipos de injertos entre otros. Así mismo, adquirieran la habilidad para diferenciar entre una plantación híbrida y una clonal y las principales las características diferenciales entre clones. Sin embargo, la falta de agilidad y exceso de fuerza al injertar por parte de los adultos, hizo que muchos no lograran el prendimiento esperado en los ejercicios prácticos encomendados como tareas. Aquí el apoyo de los jóvenes fue fundamental, pues para ellos si fue más fácil el desarrollo de las técnicas de injertación. Lecciones aprendidas - Lo ideal es manejar ciclos de formación por perfiles del grupo, esto se puede disgregar siempre y cuando se cuente con un número significativo de asistentes. En el caso de las ECAs en el Caguán por la dispersión de los asistentes, se hicieron grupos por facilidad de acceso, sin embargo, los grupos eran bastante heterogéneos, pues mientras algunos asistentes nunca habían tenido cacao y querían establecer, otros ya tenían plantaciones en crecimiento y otros ya estaban en punto final de su producción, esto hace en algunos temas pierdan interés para cierto tipo de asistentes, mientras que para otros sean los más relevantes. La lección aprendida en esta parte tiene que ver entonces con establecer dentro de las reglas del juego para el funcionamiento de la ECA la asistencia, solidaridad y respeto para todos los módulos de estudio independiente del nivel de conocimiento del tema. De igual forma se pudo aprovechar el mayor conocimiento previo de los agricultores que tenían plantaciones a nivel del compartir su experiencia, logros y fracasos. - No se debe generalizar avanzar un tema por encuentro, módulos como por ejemplo plagas y enfermedades son demasiado amplios y no se alcanzan a abordar en las ocho horas de trabajo. Esto fue necesario replantearlo con los productores, en razón a la poca disponibilidad de tiempo por sus múltiples tareas en los predios. - Es necesario que la ECA vaya acompañada de un proceso más frecuente de acompañamiento en campo no solo en el corto sino en el mediano y largo plazo, para evaluar la adopción del aprendizaje, ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 pues es diferente que los agricultores lo ensayen a que en realidad lo adopten en su predio. De igual forma las condiciones en los predios son particulares y algunos métodos son cambiados por ellos, funcionales o no bien vale la pena revisarlos y a partir de ahí construir nuevas bases de conocimiento. - Aunque teóricamente las ECAs tienen duración un año o lo que dure el ciclo del cultivo, estas formas de aprendizaje generan otro tipo de situaciones en las comunidades que van más allá de lo académico-productivo y están relacionadas con la unión de la vereda y el despertar interés por pensar no solo individualmente sino de manera colectiva, muchas veces por el diseño de la ECA misma donde se debe dirigir solo al cultivo, esos espacios y oportunidades no se identifican y no se aprovechan como debiera, pues son estratégicas a la hora de tomar decisiones, entre ellas, de nuevas adopciones tecnológicas. - Las ECAs en el Caguán fueron un pretexto para vincular a las familias al cultivo del cacao, en esta zona de trabajo, es muy frecuente jefes de hogar solo con los hijos, o madres cabeza de familia con sus pequeños, los cuales eran llevados por sus padres alas ECAs, por ello se hizo necesario hacer un plan de atención dentro de las ECAs lúdico de aprendizaje pero dirigido a los niños que llegaban a los encuentros, con el fin de que sus padres estuvieran concentrados en el ejercicio. - En las ECAs, se trabajó con olla comunitaria, para ello al inicio se delegaban unas personas que se encargaban de la preparación de alimentos, sin embargo eran asistentes a los encuentros que se quedaban sin la información, esta estrategia se cambió y entre todos los asistentes se llegaba más temprano al encuentro y se adelantaba el almuerzo y posteriormente si se iniciaba la ECA. - Las ECAs generalmente se hacen con dos facilitadores, es necesario una tercera persona dedicada específicamente a la sistematización de la información de percepción social, el sentir de los asistentes, el antes y el después, las cosas que no se pueden ver a simple vista. CONCLUSIONES La evaluación de la experiencia en el Caguán permitió una reflexión metodológica al interior del equipo de investigación, pues si bien fue y continúa siendo una investigación con enfoque mixto, multidisciplinaria, reconoce que la especificidad del conocimiento con que son formados los profesionales aunque se quiera hacer la transición a modelos más interdisciplinarios hay un riesgo alto que en el camino se pierdan elementos de la integralidad y aunque se trabaje con el conocimiento campesino, se continúe pensando solo en la parcela, no en la investigación y la generación de conocimiento para la sociedad y el territorio. El proceso de formación en la zona del Caguán con las ECAs de Theobroma cacao L., permitió que las familias se interesaran más por el cultivo y vislumbraran su importancia económica y la necesidad de incorporar tanto prácticas culturales idóneas para ©Universidad de Caldas 248 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 mejorar sus producciones como mejor organización social para volver a posicionar su producto. Los asistentes a las ECAs, comprendieron que no es solo el mejoramiento genético de sus plantaciones, como solución a sus problemas productivos, sino que esto va acompañado de una serie de elementos técnicos, como la adecuada selección de terreno, el plan de fertilización, el manejo integrado de plagas y enfermedades y las podas, cuya responsabilidad mayor, está en mano de ellos mismos. Las ECAs deben ser un proceso de aprendizaje no menor a tres años en el caso del Cacao, sobre todo cuando el perfil de los integrantes del grupo es tan heterogéneo y su localización es excesivamente dispersa, o en su defecto se deben contar con mayores recursos económicos que permitan cubrir los gastos de desplazamiento de los integrantes y reunirlos por perfil del integrante. La ECA, es una herramienta valiosa en procesos de educación popular pues propende por un aprendizaje social, por tanto no debe limitarse a un ejercicio de extensión rural en lo meramente técnico, esto se profundizará en los siguientes niveles de formación en la ECA-Caguán. Si bien la ECA es como su nombre lo dice Escuela de Campo de Agricultores dirigida a adultos, el papel de lo que piensan los hijos de los campesinos desde la niñez o la adolescencia acerca del cultivo con el que fueron criados o en el que su familia pretende ingresar, es de vital importancia para el sostenimiento del mismo en el tiempo, de igual forma para identificar los retos que se tendrán que afrontar en términos de adopción y desadopción. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ©Universidad de Caldas ARDON, M. ____. Escuelas de campo para agricultores (ECAs), en el desarrollo rural una propuesta metodológica coherente. 11 pgs. FAO. 2005. Las escuelas de campo para agricultores (ECAs) en el PESA Nicaragua. Una experiencia significativa de extensión para contribuir a la seguridad alimentaria en Nicaragua. Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Agencia Española de Cooperación. Tegucigalpa, Honduras. 27 pgs. ICP. 2006. Guía de Escuelas de Campo de Agricultores ECAs como estrategia de gestión de calidad de Café en el Norte de Perú. Lima, Perú. 58 pgs. LUDOJOSKI, R.L. 1972. Andragogía o Eduación del Adulto. Colección la Educación en el tiempo. Instituto de profesorado Verbo Divino Rafael Calzada. Buenos Aires. 275 pgs. ICP (Internacional Coffe Partners). 2006. Guía de Escuela de Campo de Agricultores - ECAs. Como estrategia de gestión de calidad de café en el norte de Perú. 58 Págs. revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 IGAC (Instituto Geográfico Agustín Codazzi). 1993. Aspectos ambientales para el ordenamiento territorial del occidente del departamento del Caquetá. 3v. CIP (Centro Internacional de la Papa). 2009. Sistematización de las Escuelas de Campo de Agricultores (ECAs) EN Andahuaylas. Lima, Perú. 44 Págs. IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura). 2010. Escuelas de Campo para Agricultores de Café y Cacao. Experiencias y lecciones aprendidas en la Selva Central. Lima, Perú. 44 Págs. IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura). 2007. Escuelas de Campo para Agricultores de Cacao en el Perú. Experiencias, resultados y lecciones aprendidas. Lima, Perú. 46 Págs. IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura). 2006. ACCESO (Programa Oportunidad de Apoyo a Exportaciones de Cacao en Países Andinos). Taller regional andino de transferencia tecnológica en cacao. Lima, Perú. 104 Págs. PUMISACHO. M., SHERWOOD. S. 2005. Guía metodológica sobre ECAs -Escuelas de Campo de Agricultores. Instituto de Investigaciones Agropecuarias- INIAP. Centro Internacional de la Papa- CIP. World Neighbor. Estación Experimental Santa Catalina. Quito- Ecuador. 184 pgs. USAID (United States Agency International Development). 2009. Guía para la implementación del Modelo Metodológico Escuelas de Campo de Agricultores – ECAS. USAID del Pueblo de los Estados Unidos de Norte América y Acción Social. 123 Págs. GALLAGHER, K. D. 1999. Farmers Field Schools (FFS): A Group Extension Process Based on Adult Non-Formal Education Methods. 25 Págs. REFERENCIA ELECTRÓNICA ACTRAV, ____. Apartados de la Teoría del aprendizaje social. Bandura 1977. Disponible En: hptt:// www.actrav.itcilo.org/courses/2008/A201019/resources/.../bandura.doc Fecha de consulta: 05 marzo de 2013. Agradecimientos Los autores agradecen al Comité de Cacaoteros de Remolinos del Caguán y Suncillas – CHOCAGUÁN, al Comité de Cacaoteros del Cristal-CHOCOCRISTAL, La Parroquia San Isidro Labrador, El Centro Educativo los Cristales, los amigos de Cuba, Palmichales y el Cristal, todas y cada una de las personas que asistieron a las Escuelas de Campo y recibieron al equipo de la Universidad de la Amazonia cada sesión de trabajo, a ellos nuestra gratitud, cariño y respeto. A cada uno de nuestros estudiantes que caminan hacia la transición agroecológica en otras formas de ver el mundo donde lo espiritual se convierte en parte fundamental de la construcción del conocimiento científico. ©Universidad de Caldas 250 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Potencial conflicto de intereses: la presente publicación se hace con permiso de los involucrados. Fuentes de financiación: la presente investigación fue posible gracias a la contribución económica del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación COLCIENCIAS, a través del convenio 719-2012 entre la Fiduciaria Bogotá, la Universidad de la Amazonia y el Comité de Cacaoteros de Remolinos del Caguán y Suncillas CHOCAGUAN. 1. Ingeniera Agroecóloga, Universidad de la Amazonia. M Sc. En Ambiente y Desarrollo, estudiante Doctorado en Antropología Universidad del Cauca. Docente Universidad de la Amazonia. 2. Ingeniero Agroecólogo, Universidad de la Amazonia. M Sc. En Agricultura Ecológica, estudiante Doctorado en Ciencias Agrarias, Docente Universidad de la Amazonia. Para citar este artículo: Sánchez Castillo, V. & Gamboa Tabares, J. A. (2014). Escuelas de campo de agricultores de Theobroma cacao l. en el Bajo Caguán (experiencia, resultados y lecciones aprendidas). Revista Luna Azul, 38, 231-251. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=904 ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 231-251 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 RECONFIGURACIÓN DEL PAISAJE Y AGROECOLOGÍA EN EL VALLE DEL CAUCA, 1850-2010 Reinaldo Giraldo Díaz1 Recibido el 3 de julio de 2013 y aprobado el 27 de agosto de 2013 RESUMEN Se presenta el concepto de paisaje como horizonte general analítico que permite abordar la relación hombre-naturaleza en el valle geográfico del río Cauca desde la perspectiva del desarrollo rural. El objetivo de este artículo derivado de investigación es mostrar la configuración exuberante y ubérrima del paisaje en 1850 y los distintos procesos sociales que empiezan a convertirlo en erial, debido a una nueva forma de apropiación del espacio geográfico basada en el crecimiento económico y el ideal de progreso y desarrollo. Metodológicamente, se plantean cinco períodos como trayectorias del desarrollo rural para señalar los procesos de transformación del paisaje desde 1850. Se encontró que la degradación progresiva del paisaje del Valle del Cauca ha sido impulsada por la modernización agraria y la adopción de modelos de desarrollo basados en el crecimiento económico. Se concluye que la agroecología, como forma de vida y alternativa al modelo industrial de producción de alimentos, permite la reconfiguración exuberante y ubérrima del paisaje vallecaucano. PALABRAS CLAVE Desarrollo rural, valle geográfico del río Cauca, interacción naturaleza-cultura. LANSCAPE RECONFIGURATION AND AGROECOLOGY IN VALLE DEL CAUCA FROM 1850 TO 2010 ABSTRACT The Concept of landscape is introduced as an analytical general horizon that allows addressing the relationship between man and nature in the geographical Cauca river valley from the perspective of rural development. The objective of this article, derived from research, is to display the exuberant and bountiful landscape configuration in 1850 and the various social processes that begin to turn it into wasteland, due to a new form of appropriation of geographic space based on economic growth and the ideal of progress and development. Methodologically, five periods are suggested as rural development trajectories to point out the landscape transformation processes since 1850. It was found that the progressive degradation of the Valle del Cauca landscape has been promoted by agricultural modernization and the adoption of development models based on economic growth. It is concluded that agro ecology, as a way of life and alternative to the industrial model of food production, allows the exuberant and bountiful reconfiguration of the Valle del Cauca landscape. ©Universidad de Caldas 252 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 KEYWORDS Rural Development, Geographic Valley of Cauca River, natureculture interaction INTRODUCCIÓN El artículo aborda una problemática importante para la agroecología, la de la configuración sustentable de los paisajes. Se analizan las configuraciones paisajísticas que han existido desde mediados del siglo XIX en el Valle del Cauca y su relación con los cambios en el sector agrario desde entonces, marcados por un creciente grado de insustentabilidad. El paisaje se concibe como impronta de las comunidades que participan en su transformación; por tanto, dada la doble esencia del paisaje, física y social (Morláns, 2005), depende de diversos factores, algunos supeditados o vinculados al medio natural y otros a las necesidades, aspiraciones y posibilidades humanas. Así, se da un fenómeno de percepción y de interpretación cultural que es un producto cargado de historia. Por eso, para hacer un estudio de los procesos de transformación del paisaje se deben proponer los escenarios y construir los modelos de utilización del espacio, buscando, principalmente, la connotación del área cultural para abarcar la complejidad de la interacción del hombre con el entorno (Bertrand, 1982). El trabajo objeto de estudio propone un ámbito regional: el valle geográfico del río Cauca, pues, los elementos del fenómeno de percepción tienen un origen y una historia, de suerte que son las comunidades humanas las que se desarrollan en el espacio (natural o heredado de una comunidad humana anterior) y lo organizan y ordenan, pues, las sociedades, al habitar el país vallecaucano hacen paisaje, convirtiéndolo en una manifestación de la permanente interacción sociedad-naturaleza. El espacio geográfico resultante de dicha interacción permite entender muchos de los problemas sociedad-naturaleza, pues su carácter de totalidad social, establece las mediaciones históricamente determinadas de la crisis socioambiental. Los procesos de producción del espacio pueden servir para articular lo segmentado, para conocer las interdependencias y las implicaciones que comportan lo natural y lo social. (Molano, 1995, p. 8) El paisaje constituye un ordenamiento espacial en el tiempo, pues el espacio geográfico se define como un conjunto de ordenamientos que surgen en un medio por la permanente interacción del hombre con la naturaleza; es así como se da el fenómeno de percepción y de interpretación cultural cargado de historia, pues, el espacio geográfico estructura y proyecta una sociedad integrada con y en la naturaleza, convirtiendo al territorio en un testimonio (Vásquez, 1995). Los elementos del fenómeno de percepción tienen un origen y una historia y son las comunidades humanas las que moran en el ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 espacio y lo organizan y ordenan, haciendo paisaje y convirtiéndolo en índice para la interpretación de esa presencia (Vásquez, 1995). Se debe connotar el área cultural para convertirla en objeto de análisis y develar la compleja interacción naturaleza-sociedad en el tiempo y en el espacio (Sauer, 1980, p. 42); el problema básico consiste en conocer las interdependencias y las implicaciones que comportan lo natural y lo social. Por tanto, la tarea a seguir consiste en construir los contextos en donde, dado que en las sociedades del neocapitalismo la intervención del hombre en la naturaleza se ha tornado depredadora, se permita establecer las mediaciones históricamente determinadas de la crisis socioambiental (Sauer, 1980). La noción de mediación se refiere al trabajo como mediador en esa íntima relación en la que la naturaleza se humaniza y el hombre se naturaliza (Schmidt, 1976). Con este trabajo se muestra que en el valle geográfico del río Cauca las estrategias del desarrollo rural han estado orientadas a la generación de plusvalía y, por tanto, a la pérdida de la relación vital del hombre con la naturaleza. De un habitar poéticamente el mundo (que se encuentra en los autores vernáculos del siglo XIX y principios del XX) se ha pasado a una exagerada cuantificación y medición de la naturaleza. Se sustenta que la agroecología permite la reconfiguración de un paisaje exuberante que indique la reconciliación del hombre con la naturaleza. METODOLOGÍA Localización Este artículo se centra en el valle geográfico localizado entre las cordilleras Central y Occidental, que en el departamento del Valle del Cauca alcanza una extensión de 316.334 ha, donde se asienta la mayor parte de la población. La actividad agroindustrial de la caña de azúcar, desde principios del siglo XX, pero especialmente después de la segunda mitad, ha generado una transformación radical del panorama ecológico y paisajístico, que se evidencia en su grave deterioro, causado por el uso intensivo e inadecuado de los recursos naturales (Álvarez & Pérez, 2009). El departamento del Valle del Cauca se ubica en el suroccidente colombiano. Tiene una superficie de 22.140 km2, equivalente al 1,9% del territorio nacional. El 38% de su territorio, corresponde a la región Pacífica y el 62% a la región Andina. Lo integran 42 municipios, 21 de los cuales se ubican en la margen izquierda del río Cauca, 20 a la derecha y el de Buenaventura que limita con el Océano Pacífico. Longitud Norte: 4°59´10" - Longitud Oeste: 76°. Se divide en cuatro regiones fisiográficas: la llanura del Pacífico con una superficie de 6.549 km2, la parte plana del valle geográfico del río Cauca con 3.370 km2 y las cordilleras Occidental con 7.314 km2 y Central con 4.907 km2. Estas condiciones hacen que en el Valle del Cauca haya presencia de ecosistemas variados y disimiles como manglares, bosques secos, bosques húmedos, selvas andinas y ©Universidad de Caldas 254 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 subandinas, bosques de niebla, subpáramos, páramos y zonas subxerofíticas y xerofíticas (Perafán, 2011). Hipótesis La degradación progresiva del paisaje del Valle del Cauca, desde el siglo XIX, que ha sido impulsada por la mal llamada modernización agraria y la adopción de modelos de desarrollo basados en el crecimiento económico, puede revertirse mediante una apuesta consecuentemente agroecológica. RESULTADOS Y DISCUSIÓN En el Valle del Cauca se adoptó desde principios de siglo XX un modelo técnico-económico basado en el control de la tierra y en el impulso del monocultivo, especialmente el de caña de azúcar e igualmente en la figura jurídica de la propiedad privada y la mercantilización de la tierra, como instrumento de acumulación de capital; produciendo un impacto sobre las comunidades locales de manera que no solo estaba en juego la tierra, sino el territorio y la biodiversidad (Giraldo, 2010a). La biodiversidad no debe entenderse únicamente como el conjunto de las diferentes especies presentes en un territorio, sino, además, como las posibilidades de apropiación que tienen las culturas de esta heterogeneidad, constituyendo lo que Foucault (1970) llama los dominios de saber. En este sentido, la disputa se desplaza de la tierra como ente jurídico-espacial a una dimensión donde la biodiversidad empieza a ser reconocida como biodiversidad cultural (Barrera-Bassols & Toledo, 2008). En el efecto producido por la irrupción violenta de los latifundistas en la franja plana del Valle del Cauca (desde mediados del siglo XX) deben, entonces, tenerse en cuenta la tierra, el territorio y la biodiversidad como factores ambientales y culturales involucrados e interrelacionados, los cuales sostienen la necesidad de preguntarse: ¿Cuáles han sido las consecuencias de la entronización de la agricultura industrial y su consustancial idea de desarrollo como crecimiento económico sobre las comunidades locales y su cultura? Para intentar dar una respuesta a dicho interrogante se debe partir de un análisis que nos permita explicar grosso modo el contexto histórico en el que emerge este modelo. Palacio (1997) propone un esquema de estudio en el que se encuentra el periodo 1850-1930: denominado Naturaleza liberalizada, con el cual aborda la dimensión cultural de la disputa en torno de la naturaleza. Según este autor, este período descriptivo-analítico se caracteriza por la formación del Estado nacional colombiano en búsqueda de apropiarse del territorio, de sentar las bases para la modernización política, económica y cultural, sobre la idea de construcción de la ciudadanía, colocando los cimientos de la ciudadanía individual y la privatización de la tierra. Desde el ámbito jurídico, se trata de la época en que se ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 generaliza la privatización de la propiedad de la tierra; comprende la recepción del código napoleónico adaptado por Andrés Bello, la distribución de bienes de manos muertas, la privatización de las tierras indígenas comunales, el ataque a otras formas de propiedad comunitaria y la división conceptual entre propiedad pública y privada. Desde el punto de vista del desarrollo se da la construcción de líneas de ferrocarril que apuntan a la conexión del centro del país con el mercado internacional, la navegación por el río Magdalena, la colonización antioqueña y de algunas llanuras costeras con la expansión de la ganadería y la expansión de la frontera agrícola por la colonización andina. Resaltan en este contexto, el desarrollo del modelo librecambista opuesto al proteccionista que predomina al inicio del período, y por tanto, modelos agroexportadores como claves de política económica. Más adelante toma auge el café que permitió la integración del mercado interno y el desarrollo de la economía parcelaria más o menos exitosa para la exportación entre 1900 y 1930. A fines del período, se incrementa la inversión extranjera para minería y agroindustrias, junto a la indemnización por la pérdida del canal de Panamá, contribuyen a ampliar la economía monetaria y sientan las bases para un lanzamiento más agresivo de la modernización del país y de la naturaleza. En este contexto de reflujo de las fuerzas económicas y políticas del país, la economía parcelaria en el valle geográfico del río Cauca resultó poco viable en términos de su articulación al mercado internacional. Estas formas productivas se consideran un obstáculo para una dirección agroindustrial ansiosa, que en 1929 hace llegar la misión puertorriqueña de Carlos Chardon, que empieza un reconocimiento agropecuario del Valle del Cauca y recomienda entre otras cosas, la actualización de las tecnologías en producción agrícola, incluyendo en la recién creada “Escuela de Agricultura” estudios académicos en las materias de fitopatología, genética, química de abonos, y en el lado pecuario, sugiere la introducción de razas bovinas mejoradas como Holstein, Charolais, Normando y dejar a un lado las especies de ganado criollo como la Hartón del Valle, justificados en sus bajos niveles de producción (Chardon, 1930). A partir del dictamen de la misión Chardon, se inicia el proceso de adopción del paquete tecnológico de “Revolución verde”, lo cual impone el violentamiento hacía los pequeños productores residentes en la zona plana del Valle del Cauca por medio de la instauración de la agroindustria cañera, que ya en 1950 cuenta con 16.000 ha (Mancini, 1953), llegando a completar hoy alrededor de 200.000 ha. El desarrollo de la “Revolución verde” trastoca la cultura de la biodiversidad parcelaria, puesto que al expandirse la caña de azúcar se acabó con un gran número de fincas y parcelas de producción diversificada que contaban con cultivos varios de pancoger y frutales nativos (Giraldo, 2010b). Este proceso de modernización e industrialización, que irrumpió con celeridad durante mediados del siglo XX, se vio acompañado por la presencia de la barbarie con todo su dispositivo de violaciones, desplazamiento, torturas, devastación ecológica y cultural, etc.; con el solo propósito de consolidar la hegemonía del nefasto modelo técnico-económico que hoy sigue dominando toda la región (Agudelo et al., 2000). Las condiciones impuestas por dicho modelo fortalecieron la injusta e irracional estructura agraria, basada en la concentración del poder ©Universidad de Caldas 256 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 económico y en la voraz tenencia de la tierra en manos de la clase dirigente, quien trazó el modelo productivo orientado hacia la explotación de los recursos naturales, lo que suscitaría de manera abismal la ampliación de las fronteras productivas, obligando a una mayor utilización intensiva del suelo agrícola, fracturando de modo irreversible la fragilidad de los ecosistemas y poniendo en peligro la permanencia de la vida humana en la región (Agudelo et al., 2000). Según Madero y Nuñez (2009) en 1995 en el Valle del Cauca existían 15.286 ha en humedales lénticos naturales de agua dulce a lo largo del río Cauca y en 2010 solo existen 52 humedales en 2.650 ha. Estos autores, aplicando la tecnología de Sistemas de Información Geográfica (SIG), en especial los programas ARCGIS y ERDAS, identificaron los cambios de cobertura de área y uso del suelo en las zonas de los humedales La Bolsa, Charco de Oro y El Pital, localizados en la parte plana del municipio de Andalucía corregimiento de Campoalegre y El Salto en el Valle del Cauca. Utilizaron fotografías aéreas de 1950 y 1998, imágenes Landsat 2002 y cartografía base de la zona. En relación con cobertura y usos del suelo, encontraron que en 1954 se observaban seis formas de uso y cobertura vegetal (Tabla 1) con predominio de pastura naturalizada que se hallaba en 588.25 ha y cubría el 61% del área total de la zona piloto de estudio (Figura 1). En menor proporción localizaron agricultura de bajos insumos en 190.60 ha que cubrían el 19,9% del área, seguida del área en humedales o madreviejas El Pital, La Bolsa y Charco de Oro. Las restantes clases de uso y cobertura vegetal estaban constituidas por bosques naturales de especies arbóreas propias de los humedales y cuerpos de agua remanentes (Madero & Nuñez, 2009). Para el año 1998 identificaron seis clases de uso y cobertura del suelo (Tabla 1 y Figura 2) con predominio de agricultura de altos insumos: 721,68 ha, es decir, el 85,5% del área total de estudio, lo que significa un cambio drástico en comparación con lo observado en 1954. Los humedales en estudio cubrían un área de 57,5 ha, seguido de bosque natural (35,15 ha). Según los autores de este estudio, en 1998 todavía se observan evidencias de agricultura de bajos insumos (cultivo de maíz en 17,17 ha), rodeada por el monocultivo de la caña en la isla que se encuentra en la parte interna del humedal El Pital. También se observaban gramíneas incluidas en la clase de cobertura denominada pastura naturalizada (10,75 ha). Los cuerpos de agua ocupaban el área más reducida en ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 la zona piloto con un reservorio (0,70 ha) destinado al riego del monocultivo de caña de azúcar. ©Universidad de Caldas 258 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Para el año 2002, utilizando imagen satelital Landsat, Madero y Nuñez (2009) observaron que continuaba el predominio de agricultura de altos insumos (850,45 ha) en el 87,34% del área total de la zona piloto de estudio, seguido del área en humedales (57,5 ha) (Tabla 1 y Figura 3). El resto de la zona se encontraba cubierta por cultivos de bajos insumos (37,31 ha), bosque natural (30,15 ha), bosque de guadua (3,34 ha), cultivo de cacao (0,67 ha). El cuerpo de agua más representativo (0,52 ha) se encontraba en lotes de la hacienda Madrevieja. Para este año la pradera natural había desaparecido de la zona piloto (Madero & Nuñez, 2009). En los tres momentos de análisis de Madero y Nuñez (2009) se puede ver cómo se ha pasado de un paisaje donde el hábitat natural ha sido poco modificado a un hábitat natural destruido o relictual. La intensificación de la explotación de la tierra mediante la implantación del monocultivo, no solo ha generado una sorprendente y aterradora erosión en la diversidad genética, sino que ha roto aquellos lazos de solidaridad, reciprocidad, y alteridad que unían en una verdadera comunión la relación entre los hombres y a su vez su relación con la madre nutricia: la Tierra (Sánchez, 1999). Esta red imbricada de relaciones entre el hombre y su entorno (como los imaginarios simbólicos y las memorias colectivas de los saberes locales y populares) fue menoscabada y soslayada por la concentración en la tenencia de la tierra. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Presentamos cinco períodos que sirven de horizonte y significante histórico a los fenómenos ambientales (naturaleza-cultura) acaecidos en el valle geográfico del río Cauca, pues como sostiene Ángel (1989) es importante incorporar la dimensión ambiental en la historia para construir lo que él ha dado en llamar Historia Ambiental: la necesidad de una historia ambiental surge porque la perspectiva ambiental reclama su propia manera de percibir el proceso histórico. La problemática ambiental es una dimensión inherente a las formas adaptativas de la especie humana, problemática que el desarrollo tecnológico ha hecho más evidente y acuciante, pero que se puede rastrear en cualquier período histórico, [...], lo ambiental no es, pues, una nueva dimensión que viene a adherirse artificialmente a los estudios históricos, impulsada por las corrientes de moda en el mundo actual. El hombre ha hecho historia transformando el medio ecosistémico. El paisaje no es solo un escenario para las luchas del hombre, ni representa exclusivamente el piso material, en el que se desarrolla su actividad. Significa más bien la raíz explicativa de su actividad social y simbólica. (Ángel, 1989, p. 46) Primer período (1850-1890) Este período es importante para indagar por el ambiente vallecaucano, porque permite mostrar la configuración exuberante y ubérrima del paisaje y los distintos procesos sociales que lo empiezan a transformar, debido a una nueva forma de apropiación del espacio geográfico (Giraldo, 2010a). Para llevar a cabo esta tarea se debe, primero, realizar una reconstrucción del paisaje en la percepción que de él tuvieron los autores vernáculos del siglo XXI y principios del XX, pues, esto posibilita analizar la compleja interacción de las comunidades humanas que habitaron la comarca vallecaucana con la naturaleza (Palacio, 1997). Aunque la vida de esas comunidades no se puede presentar como idílica, pues, entre otras cosas, hubo guerra y esclavitud, sí se puede develar que la intervención del hombre en la naturaleza no tiene necesidad de ser tan depredadora como la que se da en las sociedades contemporáneas. Durante los siglos XVIII y XIX, el sistema ecológico del valle geográfico en el cual se desarrolló la economía hacendataria y de pequeños propietarios representaba un enclave natural rico en biodiversidad, en cuya dinámica jugaban un papel fundamental las ciénagas, los ríos y la variedad de flora y fauna propios de los paisajes de esta región. (Perafán, 2011, p. 4) La belleza de este territorio se puede otear en las obras de los autores vernáculos del siglo XIX y principios del XX: ríos caudalosos, de cristalinas y rumorosas aguas donde moran innumerables pececitos de colores; grandes pantanos donde las ©Universidad de Caldas 260 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 iguazas, los coclíes y los patos, con su algarabía, encienden la alegría de una naturaleza ubérrima y reconfortante; hermosos, gigantescos y melenudos árboles, donde moran poéticamente los pájaros y musitan sus poemas de amor (Giraldo, 2009, 2010a; Giraldo, Quiceno & Valencia, 2010). Las comunidades ancestrales que habitaron estos territorios lograron establecer cierta relación con la naturaleza que les permitió regular su crecimiento demográfico, mantener sus sementeras con exquisitos maizales, yucales y frutales, pescar abundantes peces en ríos y lagunas, cazar animales que prodigaban el monte, y recrear el medio ambiente. Todo esto permitió el asentamiento de nuevos vallecaucanos, quienes descendían de los pocos indígenas que sobrevivieron a las enfermedades y maltratos de los españoles (los que se apoderaron de sus tierras y riquezas), y de los esclavos africanos, introducidos como consecuencia de la reducción de la mano de obra aborigen (Rodríguez, 2005, p. 187). Sobre la consolidación de la sociedad vallecaucana, Valencia (2006, p. 1-2) sostiene que: […] está asociada a lo que en otros lugares de América se conoció como “guerra de castas”, una de las consecuencias de la forma en que los grupos sociales del Nuevo Mundo fueron integrados a la sociedad occidental. Se trata de una sociedad surgida del conflicto: de largas luchas intestinas entre los indígenas, del enfrentamiento de los peninsulares con los nativos, de la larga resistencia de éstos y, ante su sostenida crisis demográfica, de la importación de población negra esclava, cuya reproducción biológica en diferentes mezclas interétnicas habría de mostrar a sus descendientes como el grupo social demográficamente dominante y que más lucharía por insertarse, primero, en la sociedad colonial y, después, en la republicana. Este autor también señala que: […] los campesinos vallecaucanos remontan sus orígenes a los pocos pueblos de indios encomendados que los españoles formaron en el valle, y cuya población sobrevivió a la tenaz resistencia que por más de un siglo, pijaos, chocoes y paeces, opusieron al establecimiento de la sociedad colonial en el Valle del Cauca. Se trataba de pueblos de indios de reciente creación, que más que en una fuente de tributos, se convirtieron en un medio de extracción de fuerza laboral para las estancias ganaderas, primero, y después para las haciendas productoras de carne vacuna, de guarapos aguardienteros, de azúcar y de cereales, con los cuales estancieros y hacendados, pudieron alimentar las cuadrillas de esclavos que llevaron a la frontera minera del Chocó, del Raposo, de ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Barbacoas y Tumaco en la costa del Océano Pacífico. (Valencia, 2007, p. 2-3) El campesino vallecaucano surge y se consolida como sector social durante el siglo XVIII y principios del siglo XIX, en medio de un sistema económico esclavista. Cuando desaparece la fuerza de trabajo esclava surgen arrendatarios, agregados y terrazgueros. Tradicionalmente, antes del siglo XIX, los propietarios de tierras en el valle geográfico del alto Cauca establecieron grandes posesiones, de río a río o de cima a cima, por lo cual no tuvieron dificultades de linderos (Almario, 1994). En 1824 el Estado decreta la suspensión del mayorazgo o derecho de progenitura, y, a mediados de siglo, la abolición de la esclavitud; para esta época llegan los comisionistas extranjeros y se asiste a varias guerras civiles. Todo esto llevó a que se agrandaran unas haciendas y se dividieran otras: se alteró el mecanismo que mantenía las propiedades territoriales y se dio comienzo a la convivencia de la grande, mediana y pequeña propiedad, a la reducción, principalmente, en las dimensiones de las haciendas, iniciando así un proceso de desmigajamiento en parcelas más pequeñas y en pastizales. Con el rompimiento existente entre la esclavitud, el catolicismo y la gran hacienda se posibilita la combinación de múltiples universos de referencia: se mezclan culturas. Mestizos, indios, esclavos, mulatos y blancos articulan sus especificidades y dan cabida a una diversidad social característica que Oscar Almario denomina vallecaucano de llanura (Almario, 1994, p. 42). La gran hacienda vallecaucana sufre, pues, un proceso de transformación debido, principalmente, a la difícil situación minera, a las continuas guerras civiles y a que la tierra devino mercancía: el conflicto por la propiedad de la tierra significó fragmentación de los grandes latifundios coloniales. Al tiempo que se fragmentaban las antiguas haciendas coloniales, extranjeros –algunas veces unidos con gente de la región– trataron de reagruparlas; en este proceso se destaca el caso de la familia Eder, que unieron tres haciendas: Guengue, Guavito y La Manuelita. Prosperó el sistema de arrendamiento a terrazgueros para la realización de las actividades ganaderas y el de peonaje para las labores agrícolas. Esto originó el fenómeno de los indivisos, que se dan por la venta de los derechos de hacienda por parte de los herederos de los antiguos hacendados después de la suspensión del derecho de progenitura. Este período trata de la época en que se generaliza la privatización de la propiedad de la tierra (se transforma la hacienda vallecaucana), llega la colonización antioqueña a las vertientes cordilleranas, se abre paso el modelo económico librecambista y la modernización del valle geográfico del río Cauca para integrarlo con el resto del país y del mundo. Estas situaciones contribuyen a alterar el paisaje vallecaucano que describen los autores vernáculos de mediados del siglo XIX, pues, lo que se buscaba era colocar el valle geográfico del río Cauca en el camino de la modernización. La producción excedente (creada por los campesinos) de gran demanda y aprovechada por propietarios y comerciantes fue consolidando un nuevo ambiente socioeconómico. Prosperaron en ©Universidad de Caldas 262 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 las haciendas los cultivos de cacao y tabaco, por su gran demanda externa e interna; conjuntamente se llegaron a tener relaciones comerciales muy dinámicas que explican el surgimiento de entidades financieras para facilitarlas. Segundo período (1890-1930) El arribo del siglo XX a la comarca vallecaucana está marcado por la inserción que logra el departamento al mercado internacional. Los esfuerzos del sector dirigente, desde mediados del siglo XIX se encaminan a modificar de forma paulatina el latifundio perteneciente a la zona plana y dar pie a una empresa agrícola rentable, lo cual repercute en la configuración que va tomando el valle geográfico del río Cauca (Perafán, 2011). El proceso de transformación de la hacienda tradicional vallecaucana en Ingenio Azucarero, que se inicia a mediados del siglo XIX con la compra de la hacienda La Manuelita por Santiago Eder (quien llegó a Colombia como cónsul de los Estados Unidos; pero se estableció en el valle geográfico del río Cauca y promovió la modernización y el monocultivo de la caña de azúcar) y la vinculación de Ernesto Cerruti y los hermanos Blum a la actividad agropecuaria, para los años 30 evidencia cambios significativos, pues, el bajo nivel tecnológico con el que se fabricaba panela, alcohol y panes de azúcar hasta finales del siglo XIX dio paso a una proliferación de Ingenios Azucareros en la comarca vallecaucana durante el decenio 1920-1930. Hasta la segunda década del siglo XX solo existió una central importante que trabajaba desde 1900 y cuyas piezas mecánicas se trajeron a lomo de buey en 1897 (Almario, 1994). Desde finales del siglo XIX el Valle del Cauca –que se erigió como departamento en 1910– fue consolidando su proceso de modernización, el cual se vio favorecido por la colonización antioqueña, la apertura del canal de Panamá, la construcción del Ferrocarril del Pacífico y la telaraña vial que hizo que el Valle venciera el aislamiento regional; en 1930 ya se tienen las condiciones de infraestructura básicas para la configuración de la industria azucarera. Las revoluciones del trabajo en 1860, la ganadería a principios del siglo XX y la del café de 1900-1920 en adelante procuraron la acumulación originaria de capital para que se desarrolle, a partir de 1950, la incorporación del modelo tecnológico suministrado para los cultivos comerciales (caña, arroz, algodón, sorgo y soya), caracterizado por el uso intensivo de tecnología, maquinaria, agrotóxicos y semillas mejoradas (Rivas, 1993, p. 13). Tercer período (1930-1950) La gestión del gobierno departamental se encamina a desarrollar económicamente el Valle del Cauca, se intenta subordinar lo rural a lo urbano y adoptar una política económica proteccionista. Cobra particular importancia, entonces, develar el proceso de industrialización que operó en el Valle del Cauca y sus impactos en la configuración del paisaje. En los años 30 se emprendieron cambios en las estrategias de desarrollo del país; fue la época de crecimiento orientada a la exportación y la industrialización, pues como el país ya contaba con ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 las bases materiales para sustentar la industria moderna, el equipo ya montado pudo trabajar a plena capacidad en un mercado relativamente libre de manufacturas extranjeras. Bajo estas condiciones se partió del presupuesto de que el crecimiento industrial generaría los productos y los puestos de trabajo que requería una población en crecimiento. En ese sentido se adoptaron políticas y planes de desarrollo tendientes a favorecer al sector industrial y urbano. El modelo de crecimiento enfatizó en el desarrollo de unos pocos cultivos y animales y con alta tecnificación, penalizando a la agricultura y las zonas rurales. En 1929 arribó al bucólico campo vallecaucano la Misión Puertorriqueña Chardon para realizar un reconocimiento agropecuario del departamento; para esta época la Misión enuncia que el Valle del Cauca presenta óptimas condiciones naturales para el cultivo de la caña. Los capitanes de industria de la región acogieron las recomendaciones de Chardon y años más tarde lograron hacer del Valle del Cauca el gran valle de la caña de azúcar. Constituyeron la Granja Experimental de Palmira – actualmente llamada ICA– y la Facultad de Ciencias Agropecuarias para crear los cuadros técnicos que fomentaron el modelo comercial de producción de unos pocos cultivos, siendo la caña de azúcar el más importante. Más que un reconocimiento agropecuario lo que vino a hacer la Misión fue estudiar posibilidades de desarrollo capitalista en el campo, pues, no tuvo en cuenta la exuberancia del paisaje vallecaucano y recomendó homogenizar los campos con caña de azúcar y tecnificar la producción de leche y ganado (Agudelo et al., 2000). Con el fin de intensificar el uso del suelo para explotación agrícola, el río Cauca y sus tributarios, así como el agua subterránea se consideraron como fuentes para suplir las necesidades de riego en la zona plana; se elaboraron planes de manejo en más de 60.000 ha “encaminados a frenar sus desbordamientos y se ejecutaron varias obras consistentes en canales, diques, obras de drenaje, puentes, mejoramiento del cauce y desvío de las inundaciones, lo que generó no sólo una reutilización de las tierras, sino un incremento del valor comercial de éstas” (Perafán, 2011, p. 7). Estos proyectos se realizaron más tarde, en la década del 60 en la zona plana, mediante la gestión de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, creada en 1954 (Perafán, 2011, p. 7). Según Martínez (1986), la acción del Estado en el sector agropecuario, en la década de 1940, se centra en unos pocos instrumentos de política, a saber: a) política de tierras (incluyendo su tributación); b) política de crédito; c) política de precios y comercialización; d) política tecnológica y de fomento de la productividad agrícola. Sin embargo, estos cuatro instrumentos de política agropecuaria “fueron realmente utilizados durante el período 1950-1976” (Martínez, 1986, p. 47). Sin embargo, incubaban grandes transformaciones en la configuración paisajística del valle geográfico del río Cauca. ©Universidad de Caldas 264 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Cuarto período (1950-1975) Caracterizado por la expulsión de los campesinos de sus terrenos, por el aumento de la producción de azúcar bajo el modelo de revolución verde y por la consolidación del Valle del Cauca como potencial agrícola e industrial. Entre 1950 y 1968 los campesinos fueron expulsados de 11.000 ha que pasaron a manos de ingenios; algunos se convirtieron en minifundistas, otros en jornaleros agrícolas por el sistema de contratistas (Coronado et al., 1977, p. 107) y muchos emigraron a los pueblos para vivir como proletarios. La producción de los propietarios que colindaban con los terrenos de los ingenios era autosuficiente: sembraban cultivos de pancoger. A esos pequeños productores se les bloqueó caminos, fumigó cosechas, controló la llegada de agua por medio de impuestos y derechos de los ríos y canales y, finalmente, debieron abandonar los predios donde constituyeron su economía de subsistencia para transformarse en asalariados (Agudelo et al., 2000). Fue así como los ingenios consiguieron expandir la industria azucarera y no como tan a menudo se afirma, simplemente por la conversión de tierras ganaderas en tierras para la producción de caña (Salazar, 1986, p. 19). En 1952, los dirigentes del departamento, elaboraron un plan de desarrollo económico de la cuenca hidrográfica del alto Cauca (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, 1955, pp. 3031). La realización de esos proyectos implicó que las familias campesinas ubicadas en las riberas de los ríos y que vivían de la pesca, la caza y cultivos de pancoger, perdieran sus parcelas y se desplazaran a tierras improductivas o muy distantes, generando modificaciones en el escenario paisajístico. Al iniciar la década de los 60 Cuba se independizó de los Estados Unidos y buscó otros proveedores de azúcar, encontrando en Colombia un nuevo proveedor. En ese momento el Banco Mundial y la Agencia Internacional de Desarrollo ponen a disposición el capital necesario para que los ingenios azucareros aumenten la producción de azúcar refinada e iniciaran un nuevo proceso de expropiación de tierras (Agudelo et al., 2000). A partir de 1950 el paisaje se alteró rápidamente, y ya para 1976, como lo expresa el señor gobernador del departamento del Valle del Cauca en la inauguración del Primer Foro Departamental sobre Contaminación Ambiental, el Valle del Cauca no era el verde Valle del Cauca; lo que en el lenguaje de los poetas se tenía por don se había convertido en lo dado para la agroindustria moderna. El Valle del Cauca ha sido el fruto del esfuerzo de nuestros antepasados, quien llegue por primera vez a nuestro Departamento y observe desde el avión los colores del verde que nos caracteriza, vea en forma equilibrada que gozamos de una hermosa planta y crea que así la dotó inicialmente la pura entrega de la providencia, se está formando una imagen equivocada, pues la verdad sea bien dicha quien conozca nuestra región podrá saber que el Valle del Cauca no era el verde Valle del Cauca, ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 nuestras tierras eran insalubres, la altiplanicie situada a 1000 metros del nivel del mar y enrollado sobre los hombros de las cordilleras, mal drenada por nuestro río padre y los afluentes que a él llegan, ha sido necesaria una lucha de generaciones para haber podido conquistar lo que en él tenemos, todo un esfuerzo titánico, es el esfuerzo de los vallecaucanos por nuestras tierras, aptas para la agricultura, en la medida en que se desarrollara el progreso agrícola comenzamos a desplazar la ganadería hacia la tierra de vertientes porque allí podríamos producir alimentos de mayor eficacia para nuestra región y todo el país, de tal manera que esta lenta evaluación del Valle no fue obra inventada ni fue el fruto poderoso, fue necesario drenarlo, canalizarlo, dominarlo, que las tierras se volvieran aptas y así lentamente con el esfuerzo de una clase directiva importante, y una calificada mano de obra que hasta nosotros ha llegado, para entregarle al país, un potencial agrícola e industrial. (Departamento del Valle del Cauca, 1976, p. 9) El objetivo básico de la política agraria colombiana en este período, consiste en aumentar la productividad agrícola mediante la adopción del modelo denominado Revolución verde. Para ello, se adoptan medidas como campañas de fomento de ciertos cultivos, protección arancelaria, provisión de estímulos y exenciones tributarias, celebración de convenios de asistencia técnica con entidades internacionales, creación de instituciones de investigación y capacitación, apoyo y creación de entidades educativas para la formación de técnicos, y la coordinación interinstitucional en la instrumentalización global de la política agraria (Martínez, 1986, p. 88). En 1961 se crea el INCORA y en 1962 el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) con el fin de centralizar las tareas de investigación, difusión y extensión que realizaban la División de Investigaciones Agrícolas (DIA), el Servicio de Extensión Agropecuaria y el Servicio Técnico Agrícola Colombiano Americano (STACA), sin embargo, solo hasta 1968 se especializó y desaparecieron los Institutos de Fomento y se menguó la participación de organismos internacionales, los cuales adscribieron sus programas a los proyectos del Instituto. Algunas agremiaciones como la Federación de Cafeteros, la Federación de Algodoneros y la Asociación de Productores de Caña de Azúcar, también cuentan con sus propios centros de investigación y asesoría técnica a productores. El conjunto de la política tecnológica se ha dirigido fundamentalmente a sostener el proceso de expansión de los cultivos comerciales. Tanto la asistencia técnica como el crédito supervisado registran los más altos índices de cubrimiento en la agricultura de tipo moderno. Asimismo la mecanización agrícola y la utilización de insumos químicos y semillas mejoradas, inducidas y sostenidas por el esfuerzo institucional, se ha dado ©Universidad de Caldas 266 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 con mayor énfasis en los cultivos considerados más dinámicos, desde el punto de vista del crecimiento de su producción y productividad. (Martínez, 1986, p. 91) En el período se observa un crecimiento significativo de la utilización de tractores y área tractorizada. De los 6.500 tractores existentes en 1950 se pasó a 24.621 en 1976. Los planes de desarrollo y política agraria del Estado explican este incremento, ya que se promovieron facilidades para el financiamiento externo de la importación de maquinaria, bajos aranceles y sobrevaluación de la tasa de cambio. El consumo de fertilizantes se multiplicó por 10 entre 1950 y 1960 y se triplicó entre 1960 y 1974 (Martínez, 1986, p. 93). El uso de herbicidas creció entre 1967 y 1974 a una tasa anual del 14% y el de fungicidas al 7%. El aumento del área sembrada con semilla mejorada creció a una tasa promedio anual de 9,6%. La introducción de cerca de 70.000 ha, para la producción cañera en la zona plana, entre 1960 y 1980, supuso el desplazamiento de agricultores familiares y, por tanto, de muchos de los cultivos típicos de la zona plana (Perafán, 2011). En este mismo período, la producción de azúcar prácticamente se cuadruplicó, al pasar de 328.372 a 1’247.488 toneladas. La superficie de caña sembrada experimentó en este lapso un incremento que significó duplicar las tierras empleadas en este cultivo, al pasar de 61.600 a 133.187 ha (Perafán, 2011). Como se puede colegir de estos datos, hay una acelerada homogenización del paisaje, relacionada con la pérdida de la biodiversidad, la expulsión de campesinos de sus parcelas y el crecimiento poblacional de la capital vallecaucana. Quinto período (1976-1993) Este período se caracteriza por la agudización de políticas económicas, ambientales y sociales orientadas a la homogenización del paisaje vallecaucano y a la desaparición de los relictos de bosque seco, humedales y economías campesinas. El fin es solucionar con las mismas recetas y modelos, los escollos (sociales, ambientales y políticos) generados por esas políticas. En 1975, bajo el lema del plan de desarrollo Para cerrar la brecha, el gobierno, partiendo de la existencia de dos colombias (una, próspera y rica, y otra, postergada y pobre), estableció como prioridades el Plan de alimentación y nutrición (PAN), y el Desarrollo rural integrado (DRI). El primero buscaba resolver las necesidades nutricionales lactantes en las ciudades y regiones con mayores niveles de desnutrición y, el segundo, modernizar y hacer más eficiente la producción de alimentos en las zonas de economía campesina (Vargas del Valle, 1994, p. 272). El DRI enfatizaba en convertir a las economías campesinas en eficientes empresas agropecuarias a través de asistencia técnica, capacitación e infraestructura. Con el fin de coordinar el PAN y el DRI, el Estado creó en 1976 el Departamento Nacional de Planeación (DNP), el cual, en una primera fase recibió préstamos del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y de la Agencia Canadiense para el Desarrollo (ACDI), para el financiamiento de los programas PAN y DRI. La ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 ejecución de la fase I del DRI se realizó por entidades públicas del nivel nacional bajo la dirección del DNP. Entre los principales ejecutores cabe mencionar el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), la Caja de Crédito Agrario, el Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (Incora), el Instituto de Recursos Naturales Renovables (Inderena), el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), la Central de Cooperativas de la Reforma Agraria (Cecora), el Fondo Nacional de Caminos Vecinales (Cavecinales), el Instituto Colombiano de Electrificación (ICEL), el Instituto Nacional de Salud, el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares (ICCE) y el Ministerio de Salud (Fajardo, 1994, p. 288; Vargas del Valle, 1994, p. 274). Según Fajardo (1994), los objetivos institucionales del DRI en la primera fase (1976-1982) eran: Aumentar los ingresos de los pequeños productores mediante el incremento de la productividad. Racionalizar la comercialización de la pequeña producción, mediante la organización del campesino y su mayor conocimiento del mercado. Mejorar las condiciones de vida del pequeño productor a través de la construcción de obras de infraestructura y de la prestación de servicios estatales básicos. Aumentar el empleo rural. Promover la organización campesina y la autogestión. Racionalizar el gasto público. La fase II del DRI (1982-1988) comenzó con la solicitud y aprobación de préstamos por parte del BIRF y el BID, con el fin de ampliar cobertura del programa a más municipios y departamentos. Mientras que los recursos de la fase I del DRI se invirtieron fundamentalmente en infraestructura, los de la fase II se destinaron a componentes productivos. Otro aspecto importante de la fase II es la vinculación de más entidades ejecutoras del programa, como secretarías de agricultura, institutos de desarrollo y organizaciones no gubernamentales. En 1987 el fondo DRI adquirió la calidad de establecimiento público descentralizado, adscrito al Ministerio de Agricultura. La fase III del DRI (1988-1993) inicia con la aprobación, en abril de 1988 por el Conpes, del Plan de Desarrollo Integral Campesino (PDIC), que buscaba solucionar los problemas de atraso de las zonas rurales del país. El PDIC se concibió como un programa de largo plazo (20 años). Entre 1990 y 1994, el gobierno de César Gaviria buscaba sepultar el modelo de desarrollo intervencionista y cepalino e instaurar un modelo abierto, sujeto a la competencia. Desmontó la intervención tradicional del gobierno a través de controles de importaciones, precios de sustentación y precios de cosechas. El plan del gobierno de Ernesto Samper, El salto social, entre 1994 y 1998 continuó con las políticas de “la Apertura” y de inversión propuestas por la administración Gaviria. ©Universidad de Caldas 268 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Agroecología y desarrollo rural para el siglo XXI La agroecología, como forma de vida y campo de conocimiento de vanguardia que busca sustituir el deterioro de la naturaleza y la cultura generado por el modelo agroindustrial de producción, permite resolver los problemas de la civilización urbano-industrial y responder a la lógica del neoliberalismo y la globalización económica, así como a los cánones de la ciencia convencional, cuya crisis epistemológica está dando lugar a una nueva epistemología, participativa y de carácter político (Altieri & Nicholls, 2009; Sevilla, s.f.). Es decir, la agroecología es la vía más sólida en la búsqueda de una configuración exuberante del paisaje vallecaucano, que evidencie una relación entre el hombre y la naturaleza no mediada por los intereses del capital sino por la afirmación de la vida. La política agraria y los planes y programas de desarrollo en Colombia, se han orientado a obtener una elevada tasa de crecimiento y a la “modernización” del campesinado (Martínez, 1986; Fajardo, 1994; Giraldo et al., 2010); están inscritos en la concepción de desarrollo que se agencia después de la Segunda Guerra Mundial, esto es, asociada a la idea de progreso que surge en el siglo XVIII con la economía clásica. Desde esta lógica, lo atrasado, que se vincula con lo tradicional y lo rural, debe reemplazarse por lo moderno y dinámico, relacionado con lo urbano y con la civilización occidental y europea (Toledo, 1992; Trpin, 2005, p. 4; Giraldo et al., 2010). Esto llevó a que se considerara, desde una visión eurocentrista, que algunos países eran desarrollados y otros subdesarrollados y que los subdesarrollados debían adoptar como modelo el paquete cultural occidental (Toledo, 1992; Trpin, 2005, p. 5). La visión del crecimiento económico como medio para alcanzar el desarrollo ha llevado a imponer la racionalidad productiva del capitalismo, donde el cálculo y la valorización de capital son bases fundamentales, sobre las racionalidades de producción campesinas, donde predominan la solidaridad y la ayuda mutua (Agudelo et al., 2000; Jaramillo, 2006, p. 50). Según Toledo (1992), bajo los efectos de la ideología generada por la civilización occidental, el campesinado es un sector “atrasado”, “arcaico”, “ignorante” e “improductivo”, al que hay que desaparecer de la faz de la tierra (con sus modos de producción, sus conocimientos y cosmovisiones, y sus formas de apropiación de la naturaleza), única manera de alcanzar la “modernidad rural” y la consolidación del modelo civilizatorio urbano-industrial. Este autor también sostiene de manera categórica que hoy esta visión ha llegado a su fin, pues los modelos de desarrollo rural elaborados y aplicados desde el “ojo de Occidente”, aparecen como uno de los aceleradores más notables de la crisis ecológica del planeta (Toledo, 1992, p. 73). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 252-273 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 A MODO DE CONCLUSIÓN La agricultura convivial (agroecológica) de los pequeños propietarios ofrece una respuesta consistente a la crisis de civilización, en términos no de un vuelo fantástico a un refugio agrario remoto, sino de una recolonización sistemática de la tierra, según pautas ecológicas. La agroecología permite la reconfiguración exuberante del paisaje en el valle geográfico del río Cauca; las investigaciones realizadas por los científicos de la agroecología demuestran que los sistemas de producción agroecológicos pueden ser tan productivos como los convencionales, prescinden de los agroquímicos y en general de insumos externos, consumen menos energía importada, conservan los recursos naturales y mantienen con vida el suelo y el agua (Speelman et al., 2007). La agroecología trabaja de la mano con las culturas tradicionales, representantes de todo un conjunto de civilizaciones alternativas (premodernas), que buscan amortiguar y resolver los problemas ambientales y sociales creados por la civilización urbano-industrial (Toledo, 1992). Al destruir la diversidad biológica silvestre, la variedad genética de las especies domesticadas de plantas y animales, y las miles de culturas identificadas por los genes o la lengua y, en consecuencia, la experiencia acumulada en forma de sabidurías locales o tradicionales, la civilización industrial está acabando con los principales componentes del complejo biocultural de la especie humana. Conforme este proceso de destrucción avanza, al extenderse los mecanismos de la modernización industrial, la especie humana incrementa lenta e inexorablemente su amnesia al suprimir áreas o sectores claves de su propia memoria, de su conciencia histórica. (BarreraBassols & Toledo, 2008, p. 191) La diversificación y embellecimiento del paisaje vallecaucano dependen de las diversidades biológica y cultural, hoy amenazadas por la globalización (Barrera-Bassols & Toledo, 2008). La agroecología contempla la diversificación, el reconocimiento y valoración de experiencias locales de producción, el diálogo de saberes, la valoración de lo ancestral, la investigación participativa y la búsqueda de agroecosistemas sustentables como uno de sus pilares fundamentales (Sevilla, 2006, p. 201) lo que la hace una herramienta clave en la reconfiguración y conversión del paisaje vallecaucano. ©Universidad de Caldas 270 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Agudelo, F. A., Becerra, C. E., Muñoz, M. del M. y Sánchez, W. (2000). Proyecto de Investigación. Estudio sobre la violencia generada por el modelo productivo de la agricultura industrializada en el Valle del Cauca. Cali: Escuela Superior de Administración Pública. Almario, O. (1994). La configuración moderna del Valle del Cauca. Espacio, Poblamiento, Poder y Cultura. Cali: Cecan. Altieri, M. y Nicholls, C. (2009). 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EXPERIENCIA PILOTO EN EL SECTOR EL OCHO Y PÁRAMO DE LETRAS1 Gloria Yaneth Flórez Yepes2 Ángela María Alzate Álvarez3 Alejandro Rincón Santamaría4 Recibido el 22 de agosto de 2013 y aprobado el 15 de octubre de 2013 RESUMEN La participación comunitaria es un aspecto relevante en la toma de decisiones para la implementación de acciones relacionadas con la protección del patrimonio natural. Objetivo: En el presente trabajo el principal objetivo es la construcción participativa de los lineamientos de uso y conservación de humedales en el sector El Ocho y Páramo de Letras. Método: La metodología comprende los siguientes pasos: 1) revisión de información secundaria; 2) una zonificación ambiental participativa de los sistemas productivos mediante la técnica de mapas parlantes, con la ayuda de la herramienta de AutoCAD; y 3) análisis del potencial turístico y florístico con base en los saberes tradicionales, y utilizando entrevistas con la comunidad, potenciales turistas y charlas informales. Resultado principal: La comunidad tiene conocimiento tradicional de los beneficios que ofrecen los recursos del ecosistema, pero no tiene las herramientas para lograr un sistema productivo sostenible; la zona de estudio tiene un gran potencial turístico, debido a las ventajas de paisaje e infraestructura; el uso actual del suelo es inadecuado con respecto a la normatividad ambiental. Conclusión principal: Es necesario formular e implementar estrategias de uso y conservación de humedales altoandinos que sean adecuados a las particularidades del ecosistema bajo estudio, puesto que las estrategias existentes a nivel nacional e internacional son muy generales. PALABRAS CLAVE Uso y conservación, potencial turístico y florístico, mapas parlantes, zonificación ambiental participativa, servicios ecosistémicos. COMMUNITY PARTICIPATION IN THE CONSTRUCTION OF GUIDELINES FOR THE USE AND CONSERVATION OF THE HIGH ANDEAN WETLANDS, A PILOT EXPERIENCE IN THE OCHO AND PÁRAMO DE LETRAS AREAS ABSTRACT Community participation is a relevant aspect in decisions making concerning the implementation of actions related to protection of natural heritage. In the present work, the main purpose is the participative construction of the guidelines for the use and conservation of wetlands in El Ocho and Páramo de Letras. The methodology includes the following steps: 1) review of secondary ©Universidad de Caldas 274 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 information; 2) a participatory environmental zoning of the productive systems using the talking maps technique and the AutoCAD tool; and 3) floral and touristic potential analysis, on the basis of traditional knowledge, by means of interviews to the community, potential tourists and informal talks. The main result of this research indicates that the community has traditional knowledge of the benefits offered by the ecosystem resources, but they do not have the necessary tools to achieve a sustainable productive system. The study area has a great touristic potential, due to its advantages of landscape and infrastructure but the current use of the land is inadequate according to the environmental law. The main conclusion of the work is that it is necessary to formulate and implement strategies for use and conservation of High Andean Wetlands which are adequate for the ecosystem under study, as the current national and international strategies are too general. KEY WORDS Use and conservation, floral and touristic potential, talking maps, participatory environmental zoning, ecosystemic services. INTRODUCCIÓN Colombia es uno de los cuatro países con mayor disponibilidad de recursos hídricos del planeta, y a pesar de esto se evidencia una carencia enorme en los niveles de sensibilización sobre el valor e importancia de todos los recursos naturales (Ministerio del Medio Ambiente, 2002). El acelerado y desmedido incremento en la demanda de recursos naturales necesarios para cubrir las exigencias del desarrollo del sistema actual, ha conllevado a una sobreexplotación casi de forma incontrolada de dichos recursos por parte de todos y cada uno de los habitantes de territorio. De hecho, se evidencia de forma progresiva su deterioro y desequilibrio. La capacidad de oferta de los recursos naturales es cada vez más limitada para satisfacer la vida moderna. Las ambiciosas demandas del mercado y los diferentes estilos de vida están ocasionando pérdidas y devastaciones exponenciales sin precedentes en el medio ambiente. Un caso especial de análisis es el caso de los humedales altoandinos, que comprende los complejos de humedales localizados o articulados a los ecosistemas altoandinos incluyendo ecosistemas de páramo (Astrálaga, Barrera & Montañez, 2005). En consecuencia de lo anterior, la conservación y restauración de los humedales toman suma importancia en términos ecológicos y sociales (Streever, 1999; SER, 2002). Es así como se adopta el término de ecosistema estratégico, refiriéndose a las zonas prioritarias en cuidado, protección y conservación estricta. Este término hace hincapié en la necesidad de velar por las condiciones óptimas que garanticen el sustento funcional de dichos ecosistemas con el pasar del tiempo, involucrando voluntades, esfuerzos y compromisos de todos los beneficiados (Márquez, 2002). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 El Instituto Alexander von Humboldt ha diseñado un documento para el uso y conservación de humedales, el cual está basado en la Política Nacional de Humedales, y cuyo objetivo es involucrar acciones e instrumentos en el marco del sistema nacional ambiental. En dicho documento se plantean los siguientes lineamientos: 1) lineamientos normativos, legislativos y jurídicos; 2) lineamientos de ciencia y tecnología, teniendo en cuenta que los inventarios o caracterizaciones disponibles no tienen suficiente detalle de los humedales, de modo que es muy difícil conocer las tasas de cambio en los diferentes sistemas, y no se pueden utilizar como instrumentos para el manejo (Naranjo, Andrade & Ponce, 1999); 3) lineamientos del Sistema Nacional de Áreas Protegidas; 4) lineamientos de Gestión Gubernamental, Interministerial e Intersectorial, que son importantes en el proceso tendiente a la formulación de una Política de Ordenamiento Ambiental del Territorio por parte del Gobierno Nacional (Ministerio del Medio Ambiente, 1998), donde se identifican algunos aspectos que tienen que ver con los ecosistemas de humedal; 5) lineamientos de participación ciudadana. La Convención Ramsar se creó como un marco orientador de cooperación regional entre diversos países, con la función de promover la conservación y uso sostenible de los humedales altoandinos. Colombia está incluido con una proyección hasta el 2015. En el presente trabajo se plantean los lineamientos de uso y conservación de humedales para el sector El Ocho y Páramo de Letras. Se parte de la estrategia de uso y conservación de humedales altoandinos propuesta por la Convención Ramsar en el año 2005 (Convención Ramsar, 2005). La idea es aplicar la estrategia de Ramsar a la comunidad de El Ocho y Páramo de Letras, en relación con el complejo de humedales altoandinos allí ubicados. Una de las bases de este trabajo es la zonificación ambiental e identificación del potencialidades florísticas y turísticas. Los lineamientos resultantes servirán como herramienta de planificación y de toma de decisiones a las diferentes instituciones que desarrollan proyectos de conservación en la zona de estudio. Además, contribuirán a repensar la sostenibilidad en la zona de páramo, sirviendo de ejemplo para su aplicación a otras zonas. El presente trabajo reconfirma la importancia de la participación de las comunidades en procesos de construcción de propuestas que ayuden a la decisión de acciones de uso sostenible de los recursos naturales a partir de su entendimiento y reconocimiento como parte de su entorno. En este sentido, el mayor aporte que se hace tiene que ver con la necesidad de involucrar a la comunidad en proyectos desde su formulación hasta su ejecución. ©Universidad de Caldas 276 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 MATERIALES Y MÉTODOS Localización y descripción del área de estudio El sector El Ocho y Páramo de Letras se encuentra en la vía que conduce hacia la ciudad de Bogotá, en el kilómetro 27 vía al Parque Nacional Natural los Nevados. Los predios presentes en este sector cuentan con un área promedio de 220 ha. Se encuentra a una altura que sobrepasa los 3600 msnm, teniendo un clima de páramo subandino. La precipitación promedio anual es de 1736 mm y los valores de humedad relativa son cercanos al 83%. En general presenta pocas horas de sol, nieblas frecuentes, vientos fuertes y lluvias de poca intensidad (Corpocaldas, 2007). El sector comprende humedales en jurisdicción de los municipios de Manizales y Villamaría, en el departamento de Caldas. Las principales haciendas que tienen humedales son: La Esperanza, La Virginia, Santa Teresa, El Bosque, El Nueve, Torrecitas y La Laguna. Esta región presenta una topografía típica de montaña, con pendientes muy largas de grado fuerte generalmente sobre rocas metamórficas, con una meteorización profunda que las hace susceptibles a la erosión (Corpocaldas, 2007). La investigación realizada está enmarcada dentro de la investigación descriptiva-cualitativa, que consiste de un medio metodológico que hace uso marcado de las palabras, traduciéndolas en textos, entrevistas, imágenes o gráficos para apreciar una concepción lo más acertada posible que caracteriza a un determinado fenómeno (Mejía, 2004). Técnicas e instrumentos Para el desarrollo de todo el proceso metodológico se desarrollaron las siguientes técnicas e instrumentos: visitas de campo, fichas de seguimiento, entrevistas, talleres con la comunidad. DESARROLLO DEL ESTUDIO Fase 1. Revisión de información secundaria inicial En esta etapa se hizo un análisis de las investigaciones precedentes. Se recopilaron las fuentes secundarias de información que estaban relacionadas con la zona de estudio, y principalmente aquellas que trataban de los humedales altoandinos. Se analizaron los aspectos relacionados con los servicios ecosistémicos del humedal. Igualmente se retomó la información de los resultados de la investigación realizada en el año 2011 relacionada con el análisis social (Flórez, 2012). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Fase 2. Construcción participativa de la zonificación del complejo de humedales La metodología utilizada para construir la zonificación ambiental participativa se basó en la utilización de mapas parlantes con el fin de lograr en la comunidad del sector El Ocho y Páramo de Letras un reconocimiento de su entorno. Las actividades para el desarrollo de esta fase fueron las siguientes: 1) Convocatoria y socialización del proceso metodológico. Comprende la convocatoria de los actores clave del proyecto y la socialización del proceso de construcción de los mapas parlantes. Se hace énfasis en la importancia de la participación organizada en la construcción de dichos instrumentos (Zamalloa, 2005). 2) Trabajo de campo para la construcción de los mapas parlantes con la comunidad campesina. En esta etapa se construyeron los mapas parlantes con la comunidad campesina presente en los predios del sector El Ocho y Páramo de Letras. Se realizaron visitas a los propietarios o administradores de cada uno de los predios, para identificar el uso actual del territorio, utilizando la siguiente pregunta orientadora: ¿En qué utilizamos nuestro territorio? Así, se recopiló de manera gráfica el conocimiento de los participantes sobre el territorio local y se fortaleció su identidad campesina. 3) Dibujo del mapa. Tomando como referencia los planos catastrales de los predios, se ubicaron en los mapas los linderos comunales y los hitos geográficos más importantes, teniendo en cuenta la inclusión de los siguientes criterios: relictos de bosque altoandino; humedales; zonas donde se ubican los nacimientos de fuentes hídricas y las porciones superiores de las microcuencas hidrográficas, particularmente aquellas que abastecen los acueductos municipales; humedales que se encuentren deteriorados por procesos de relleno o desecación, así como las zonas que lo rodean cuando han sido desprovistas de la vegetación original; sectores que presentan topografía escarpada y donde el mantenimiento de la cobertura vegetal es imprescindible para evitar la ocurrencia de procesos erosivos; sectores fuertemente intervenidos por actividades productivas. 4) Verificación en campo. Una vez dibujados los mapas, se realizó un recorrido por las principales áreas con la finalidad de comprobar los sectores y zonas de tratamiento. Durante el recorrido se georreferenció y se hicieron las correcciones respectivas, pintando y coloreando lo que se observa directamente en el terreno. 5) Construcción de los mapas futuros. Se construyeron los mapas parlantes del futuro, en compañía de la comunidad campesina. En ellos se plasmó la visión sobre el estado deseado del territorio en los años venideros. Esto incluye: las esperanzas y sueños en torno a un mejor aprovechamiento del recurso suelo, sobre el cual desarrollan sus actividades productivas; las ideas de progreso y los cambios deseados en el desarrollo integral de la zona. 6) Análisis. Se realizó un análisis de los mapas parlantes, integrándolos con la normatividad vigente para la zona de páramo, ©Universidad de Caldas 278 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 con el fin de identificar el cumplimiento, seguimiento y control de las normas por parte de la comunidad campesina. 7) Sistematización de la información. La digitalización y procesamiento de la información tomada para la construcción de los mapas se hizo con el software AutoCAD versión 2010. Fase 3. Identificación participativa del potencial turístico y florístico asociados a los humedales 1) Identificación participativa del potencial florístico. Inicialmente se hizo una recopilación de todas las investigaciones precedentes relacionadas con el inventario florístico, realizadas tanto en la zona de estudio como en otras de condiciones similares. Se consideró entre otros el Diagnóstico de los Humedales Altandinos elaborado por Corpocaldas y la Fundación Pangea (Fundación Pangea, 2007), y el diagnóstico de los humedales de la cuenca del río Otún por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Pereira S.A. E.S.P. y la Universidad Tecnológica de Pereira (Restrepo, Carranza & Duque, 2005). 2) Diseño y aplicación del instrumento de recolección de la información. En esta etapa se diseñó y aplicó una herramienta con el fin de conocer cuáles son los beneficios que la comunidad obtiene del ecosistema. La herramienta contiene información de las dinámicas entre los habitantes del sector, el ecosistema y las externalidades. En las entrevistas realizadas a la población se tuvo en cuenta: la relación del habitante con el ecosistema, los beneficios que el habitante obtiene del ecosistema, y el uso que le dan al servicio de flora ofrecido por el ecosistema. Estas entrevistas se realizaron a representantes del 100% de los predios en estudio. Los actores involucrados en esta fase, fueron: la comunidad del sector; los principales comercializadores de plantas medicinales y ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 aromáticas de la ciudad de Manizales, a quienes se les indagó sobre la situación del mercado de las plantas provenientes de la zona; y la Corporación Autónoma Regional de Caldas con el fin de conocer la aplicación de la normativa ante la comercialización de estas especies. 3) Identificación del potencial turístico. Se construyó y aplicó un instrumento de entrevistas, para identificar el perfil del turista potencial de la zona. Se considera la siguiente información: rango de edad, ocupación actual, preferencias al momento de la realización y planeación de un viaje turístico, preferencias de medios de transporte, prioridades, conocimiento de la zona, medios de información y divulgación de la misma y preferencias en alimentación al momento de visitar la zona. Las entrevistas se realizaron a 300 turistas de 500 que fueron al Parque Nacional Natural los Nevados en tiempo de temporada baja. Luego se realizó la sistematización y análisis de la información recolectada y las conclusiones correspondientes. Se tomaron en cuenta los siguientes aspectos para determinar si en realidad es beneficioso el desarrollo del turismo en la zona: recursos turísticos; infraestructura; inventario de empresas turísticas; características del territorio; ubicación del territorio con respecto a las principales ciudades, aeropuertos y otros destinos turísticos; consumo turístico; identificación de los posibles interesados como autoridades públicas, grupos de naturaleza y cultura, empresas turísticas. Se realizaron entrevistas en el sector, para averiguar: la evolución del turismo en la zona; las expectativas de la comunidad y los niveles de satisfacción relacionados con las actividades turísticas allí presentes; el grado de interés y disposición por desarrollar el turismo en la zona; las preocupaciones de la comunidad con respecto al turismo; el inventario de la infraestructura relacionada con alojamiento (tipo, capacidad, localización), restaurantes (de donde provienen los alimentos), atracciones existentes (tipo, situación, número de turistas, precio); circuitos de comercialización; promoción y comercialización del turismo en la zona, incluyendo los medios utilizados; actores encargados de esta comercialización; información proporcionada en dicha comercialización; inventario del transporte y medios disponibles; y otras instalaciones. Fase 4. Determinación de lineamientos de uso y conservación de humedales altoandinos Se realizó la recopilación de la información secundaria sobre las estrategias de uso y conservación de humedales, incluyendo la Convención Ramsar para los países andinos, y la metodología del Instituto Humboldt para establecer la estrategia de uso y conservación de humedales en el marco de la política de humedales interiores de Colombia. Además, se consideraron experiencias en otros países, como el caso de Chile, las cuales pueden en parte aplicarse a la zona de estudio. Para la formulación participativa de los lineamientos de uso y conservación de humedales altoandinos, se tomó como referencia ©Universidad de Caldas 280 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 los resultados del análisis social que se realizó para esta zona en el año 2011, donde se determinó la relación que la comunidad tiene con el ecosistema de humedales (Flórez, 2012). Además, se consideraron los resultados de las fases 1, 2 y 3 del presente trabajo, siendo especialmente importantes los resultados de la zonificación y de la identificación del potencial florístico y turístico. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Zonificación ambiental participativa Se realizó la identificación participativa del uso actual del territorio y la proyección futura, mediante la herramienta metodológica de mapas parlantes. La información registrada se muestra en la Tabla 1. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296 Luna Azul ISSN 1909-2474 ©Universidad de Caldas No. 38, enero - junio 2014 282 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 En la Figura 2 se muestran las actividades antrópicas en el humedal que causan deterioro del mismo: En la zona de estudio, los sistemas productivos que sobresalen son la ganadería y el cultivo de papa. En la mayoría de predios se tienen bosques protectores de fuentes hídricas y en el caso de los predios La Laguna, El bosque, Santa Teresa y Torrecitas, se han venido ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 ampliando las márgenes protectores a través de proyectos de restauración implementados por instituciones gubernamentales. Por otro lado, en algunos predios se hace rotación de cultivos como práctica de conservación de suelos. Con respecto a lo que la comunidad proyecta para el futuro, no está contemplada la conservación estricta dentro de sus predios. Algunos consideran que ya tienen las márgenes protectoras suficientes y que es mejor implementar una agricultura sostenible que permita desarrollar las actividades agrícolas y pecuarias. Solo para quienes tienen dificultades para la recolección de agua en verano es importante la ampliación de zonas protectoras. Además, los habitantes manifiestan la necesidad de potencializar el turismo en la zona independiente del turismo al nevado, la cual tienen otros servicios para los visitantes. Las amas de casa manifiestan la intención de promover el cultivo de plantas aromáticas y medicinales de la zona. Estas plantas han sido olvidadas, a pesar de que han ofrecido muchos beneficios en la cura de enfermedades propias de la zona del páramo. En la Figura 3 se muestran los mapas parlantes del presente y el futuro.Ç Comparación de los usos frente a la normatividad ambiental De acuerdo con la normativa y teniendo en cuenta los mapas actuales y futuros, se considera la siguiente zonificación: Zona de conservación y protección ambiental. Incluye los sectores con elementos naturales esenciales en la prestación de bienes y servicios ambientales, los cuales son fundamentales para el desarrollo local y regional. Abarca sectores con: 1) relictos de bosque nativo de páramo localizados en la parte alta de los predios en estudio, a una altura de 3500 msnm; 2) algunos fragmentos de bosque nativo localizados en las riberas de los nacimientos. El fin de estos sectores es proteger el recurso hídrico, que es el principal servicio ambiental proporcionado por el ecosistema de páramos, los humedales y su área de protección. ©Universidad de Caldas 284 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Zona de conservación de márgenes hídricas. La constituyen las riberas de las quebradas La Virginia, Laguneta, La Leona, La Paila, El Bosque, La Siberia y quebrada Negra. Uso principal. Incluye los sectores que pueden ser dedicados a: 1) Actividades productivas, teniendo como premisa el buen uso y manejo del suelo. 2) Conservación y la protección de los recursos naturales, con el fin de proteger los pocos relictos de bosque localizados en la parte en las zonas de protección. Uso compatible. Incluye sectores con revegetalización en pro del enriquecimiento del bosque o la protección del suelo y los nacimientos de agua. Es necesario realizar dicha revegetalización, debido a la poca presencia de bosque alrededor de los nacimientos de agua y humedales. De hecho, los habitantes de la zona han manifestado que el abastecimiento del recurso hídrico en época de verano es escaso. Usos prohibidos. Desecación y relleno de humedales. Se realiza en la mayoría de las fincas. Se elimina la humedad, dando como resultado un suelo orgánico con alto contenido de nutrientes y alta productividad. Este suelo se usa principalmente para pastos para ganadería (Corpocaldas, 2007). Introducción de especies exóticas de plantas y animales. Las especies de bosque introducidas al ecosistema de páramo se pueden cruzar con las especies nativas, ocasionando el surgimiento de nuevos ejemplares (híbridos), la desaparición de las especies nativas y la alteración del ecosistema (Segovia, 2011). Uso de sustancias tóxicas o contaminantes y productos químicos con efectos residuales. Para realizar el cultivo de papa se utilizan fertilizantes y pesticidas para evitar plagas. Zona de uso sostenible. Comprende zonas intervenidas con sistemas agropecuarios, por ejemplo de cultivos de papa y pastos para ganadería. Abarca la mayor proporción del área de la zona de estudio. Usos compatibles. Es una zona de prácticas de manejo y conservación de suelos, por ejemplo la rotación de cultivos de papa y ganado, y la aplicación de sistemas silvopastoriles. La aplicación de sistemas silvopastoriles no se lleva a cabo en la zona, pero es una alternativa importante para el mejoramiento del proceso productivo y la reducción del deterioro del suelo. Identificación del potencial florístico y turístico de la zona El trabajo reportado en el Diagnóstico de Humedales Altoandinos de Caldas, realizado por la fundación Pangea (Fundación Pangea, 2007), comprende un registro de 321 especies, divididas en monocotiledóneas, dicotiledóneas y helechos. Dicho trabajo fue realizado durante la estación seca. Las familias Asteraceae y Poaceae fueron las que presentaron un mayor número de especies registradas, lo cual concuerda con el patrón reportado para los páramos del departamento (Fundación Pangea, 2007). En la Tabla 2 se muestran las especies de mayor utilización tradicional en la zona. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296 Luna Azul ISSN 1909-2474 ©Universidad de Caldas No. 38, enero - junio 2014 286 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 La comunidad manifiesta que el nivel de comercialización de la flora es muy bajo, y se debe principalmente a plantas de uso medicinal. Según la comunidad, las plantas más representativas son: espino de oro, romero doméstico, mejorana, caléndula, árnica, yerbabuena, pringamoza, hinojo, cola de caballo y acedera. Visita a zonas de comercialización Se realizaron entrevistas a tres de los mayores comercializadores, que son tiendas naturistas. Se encontró que realizan comercio de mejorana, romero y mosca de páramo. Esto es favorecido por el alto precio de las especies endémicas del ecosistema de páramo. A su vez, esto ha propiciado su remplazo mediante plantas cultivadas que tienen las mismas propiedades. También se manifestó que hasta hace algunos años se comercializaba el frailejón de manera activa. Se realizaron visitas al pabellón de hortalizas de la Galería, en la ciudad de Manizales, donde se presenta una comercialización elevada de plantas aromáticas y medicinales. Según vendedores del lugar, las plantas comercializadas que les generan más ingresos y de las que tienen un mayor conocimiento de acuerdo a la demanda de las mismas son: mosca, mejorana, hinojo, musgo (usos ornamentales), orquídeas, cacho de venado (usos ornamentales), yerbabuena, ortiga, sanalotodo, árnica en bebidas aromáticas para dolores en los huesos, guasguin y moradita para tratar enfermedades de la sangre, espina de oro usada para la tos y problemas en los riñones, cimarrua conocida como mejorana de páramo usada como purgante, herbanecedora, granada, chicoria recomendada para problemas estomacales, valeriana (planta endémica del páramo). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 La posición de la Corporación Autónoma Regional de Caldas con respecto a la gestión, legalización de actividades y manejo de páramo en la zona, incluye lo siguiente: 1) para plantas aromáticas consideradas como flora silvestre, actualmente no se cuentan con una normatividad establecida que sea estricta y clara en cuanto a usos, manejo y comercialización de las mismas; 2) las plantas como helechos, espinas, musgos, la valeriana, el frailejón y demás especies nativas de páramo sí cuentan con estricta protección y prohibición con respecto a comercialización y manejo fuera de su área; 3) en caso de necesitar el estudio u observaciones de alguna de las plantas nombradas anteriormente, se debe solicitar estrictamente un permiso a la Corporación Autónoma Regional de Caldas (Corpocaldas), donde se explique de manera específica el objetivo de su solicitud y el tiempo en el cual será realizada dicha actividad. Identificación del potencial turístico El sector El Ocho y Páramo de Letras tiene una riqueza natural diversa, con potencial para realizar actividades que beneficien a la economía del sector mientras contribuyen a la conservación de la zona por parte de la comunidad. Este sector se caracteriza por poseer un paisaje de montaña, con relieve tipo vertiente, donde predomina el clima frío y muy húmedo. Se realizaron encuestas a la comunidad para identificar el potencial turístico, en los siguientes sectores: Laguna Negra, Hacienda La Laguna, Torrecitas, Hacienda La Esperanza, La Virginia, Santa Teresa, Letras, La Esmeralda y La Favorita. El sector cuenta con recursos turísticos y paisajísticos como el Parque Nacional Natural los Nevados y Termales del Ruiz. Adicionalmente, comprende la Reserva de los Bosques de la Chec, humedales presentes en gran cantidad de predios, recursos florísticos en gran cantidad que incluyen al menos 36 especies documentadas, y fauna. ©Universidad de Caldas 288 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 El consumo turístico generado por los visitantes, es básicamente de servicios de alojamiento y transporte. En el sector hay un pequeño comercio de implementos necesarios para la permanencia en la zona del páramo, incluyendo elementos como pasamontañas, guantes, gorros, cuyo valor está en el rango $10.000-$25.000. Los servicios de restaurantes son ofrecidos por la misma comunidad, incluyendo comida típica del lugar. El alojamiento en la zona es proporcionado por los mismos pobladores. En el sector de Laguna Negra se encuentran los espacios de alojamiento conocidos como ‘‘Zona de Ocio’’ y ‘‘Hacienda La Laguna’’, con capacidad para 8 y 12 personas, respectivamente. En Kumanday hay capacidad para 15 personas. Además, hay servicio de alojamiento, con zonas de camping o habitaciones. Para la definición del perfil del turista se realizaron entrevistas semiestructuradas a 300 de las 500 personas que visitaron el Parque Nacional Natural los Nevados en época de temporada baja. Los turistas que con mayor frecuencia visitan el sector El Ocho y Páramo de Letras están entre 20 y 30 años, de los cuales un 90% están cursando estudios avanzados y describen como mayor motivación a la hora de planear su viaje el tener espacios de diversión. Un 60% de los visitantes a la zona son pareja con hijos, el 40% restante corresponde a solteros que van en grupo con amigos o son pareja sin hijos. El 45% de los visitantes tienen preferencia de viajar en carro, aunque algunos mencionaban que esto también depende del destino. Al momento de viajar priorizan los precios de estadía y alimentación al igual que la diversidad de actividades. Más del 50% de los visitantes prefieren organizar su viaje por cuenta propia y el resto se dejan en manos de agencias turísticas. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 En la Figura 5 se ilustra un encuentro comunitario. Determinación de los lineamientos de uso y conservación para el sector El Ocho y Páramo de Letras Existen diferentes enfoques sobre la conservación, que corresponden a concepciones filosóficas asociadas a percepciones sobre la naturaleza y la sociedad. Algunas de estas dieron origen a la figura de áreas protegidas, que permiten tener una gran representatividad biológica y aseguramiento de bienes y servicios ecosistémicos (Castaño & Otavo, 1996). Los lineamientos de uso y conservación de los humedales de la zona de estudio, se plantean de acuerdo al análisis de la zonificación ambiental y de la identificación de potencialidades florísticas y turísticas, teniendo en cuenta los saberes tradicionales. Dichos lineamientos son: Incorporación de la comunidad en general dentro del proceso conservacionista, de manera participativa y activa. Reconocimiento de los servicios ecosistémicos desde el potencial turístico y florístico desde los saberes tradicionales. Reconocimiento participativo y reordenamiento del uso de los suelos (zonificación). Definición de acciones para los lineamientos Incorporación de la comunidad, dentro del conservacionista de manera participativa y activa proceso Antes de que la comunidad adquiera la cultura para conservar los humedales, estos deben ser reconocidos como parte del ecosistema. El análisis de Nikolas Luhmann (Luhmann, 1992, p. 38) menciona lo siguiente: “hasta qué punto se pueden estudiar los límites de los sistemas con su entorno, la conservación de los ©Universidad de Caldas 290 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 límites es la conservación del sistema”. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Hasta qué punto el sistema social y técnico ha sobrepasado los límites del ecosistema altoandino, y qué tanto lo han alterado o transformado? Los ecosistemas pueden ser transformados o pueden evolucionar por causas biológicas y climáticas (calentamiento global) de manera natural. Sin embargo, la presión antrópica acelera de manera contundente la degradación de los mismos (Flórez, 2012). Las prácticas de uso de los recursos dependen del sistema de valores de las comunidades, de la significación cultural de sus recursos, de la lógica social y ecológica de sus prácticas productivas. Así, la construcción de una nueva racionalidad requiere integrar los siguientes aspectos: la valoración de las condiciones ecológicas de sustentabilidad, y los significados y sentidos de la naturaleza, construidos a partir de la cultura (Leff, 2004). Así, es importante considerar los siguientes aspectos: Es importante que la comunidad conozca el humedal y sus beneficios para entender el ecosistema. Es importante dar un manejo adecuado a los sistemas productivos, utilizando herramientas que permitan disminuir los factores de presión en los humedales. Es importante considerar al humedal como aporte al sistema productivo y no como un inconveniente. Se debe descubrir cómo el ecosistema de humedal puede hacer parte del sistema productivo, sin deteriorarlo para ampliación de la frontera agrícola. Esto permite generar alternativas de conservación de los mismos. Hacer partícipe a la comunidad en los procesos de conservación, para lo cual se requiere que la comunidad se considere parte del ecosistema. Generar ingresos a partir de la conservación el humedal. El campesino deberá obtener ingresos a través de la venta de servicios ecosistémicos, tales como turismo, paisaje, cultivo de plantas medicinales. Lograr el equilibrio del sistema tecnológico. El sistema tecnológico es considerado como todo lo que genera desarrollo del sistema productivo, incluyendo formas de producción y herramientas. Según Reboratti (2006), para comprender la evolución de la relación sociedad- naturaleza se debe entender la evolución y construcción histórica de la misma. Un punto de inflexión importante en esta relación son los cambios en el modelo productivo, lo cual incluye la introducción de nuevas tecnologías. En este sentido, Leff declara que las formas de apropiación ambiental están fuertemente ligadas a identidades culturales de las comunidades locales. Dichas identidades son un patrimonio cultural y definen las prácticas de uso de la naturaleza (Leff et al., 2002). En la medida en que el sistema productivo se dirija a satisfacer solamente las necesidades económicas de las comunidades, los procesos de degradación de los humedales aumentarán de manera acelerada. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296 Luna Azul ISSN 1909-2474 Reconocimiento ecosistema No. 38, enero - junio 2014 del potencial turístico y florístico del La zona de estudio tiene un gran potencial turístico y de producción de plantas medicinales, y una gran oferta hídrica. Esto es importante en las decisiones de uso y conservación de los ecosistemas en cuestión. En la recopilación de esta información se tuvieron en cuenta los saberes tradicionales. En este sentido es necesario considerar los siguientes aspectos: Capacitación a las comunidades para el reconocimiento de los servicios ecosistémicos. Es necesario utilizar metodologías adecuadas para lograr que las comunidades se interesen en reconocer su ecosistema y que entiendan los servicios que este presta. Recuperación de plantas medicinales aledañas a los humedales. Los campesinos de esta zona de páramo tradicionalmente han utilizado plantas medicinales para la cura de enfermedades propias de la zona, como la artritis y las enfermedades respiratorias. Sin embargo, los comercializadores de estas plantas han realizado una explotación descontrolada que ha causado la pérdida de muchas especies. Por tanto, es importante desarrollar programas de recuperación de estas especies, con proyección al autoconsumo y al mercado. Para esto se deben fortalecer los saberes tradicionales en la comunidad, a través de capacitaciones y talleres de diálogo de saberes. Reconocimiento de la oferta turística. La localización de la zona de estudio en la zona amortiguadora del Parque Nacional Natural los Nevados, su paisaje y su riqueza florística y cultural, hacen que sea un potencial para el mercado turístico. Esto permitiría a la comunidad adquirir un ingreso adicional. El humedal sería el atractivo principal. Reconocimiento y reordenamiento del uso de los suelos (zonificación) Visión integrada del territorio por parte de la comunidad. Se debe tener una visión integrada del territorio por parte de la comunidad. Es decir, la comunidad debe entenderse a sí misma como parte del entorno, y entender cómo los componentes del sistema interactúan y se necesitan entre sí. Esta es la visión ecosistémica del entorno. Cambios en las formas de producir. La zona de estudio tiene grandes problemas en el uso del suelo y en la dinámica de la producción. Por tanto, es necesario implementar programas y métodos sostenibles, tales como rotación de cultivos, buen manejo de los pastos, uso de abonos orgánicos, implementación de cultivos con bajos impactos al ambiente. ©Universidad de Caldas 292 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Incorporación de prácticas amigables con el ambiente. Es importante la implementación de buenas prácticas agrícolas, pecuarias y de conservación de ecosistemas. Identificación de espacios que puedan ser destinados a la restauración y rehabilitación de ecosistemas. En el plan de manejo de páramos y en el plan de manejo de humedales, ambos realizados por Corpocaldas, se establece que gran parte de la zona de estudio debe considerarse estrictamente como zona de conservación. Sin embargo, esto no se cumple, lo cual es debido en parte al aspecto cultural y al hecho de que la papa y la ganadería han sido los principales cultivos tradicionales. Se requieren muchos años para que esta zona realice esfuerzos de conservación apropiados. Por el momento, es importante realizar acciones que conlleven a un uso sostenible del territorio. CONCLUSIONES Los mapas de zonificación participativa permiten expresar la visión que posee la comunidad del sector El Ocho y Páramo de Letras, sobre el uso y estado del territorio. Además, permiten expresar el escenario futuro deseado por los administradores de los predios, con respecto a temas de protección, conservación y uso sostenible de servicios ambientales. En la mayoría de predios hay una creciente preocupación por la conservación del páramo. La conciencia de la comunidad campesina sobre la importancia de la protección y recuperación del páramo ha crecido. Dicha conciencia está orientada a frenar la expansión de la frontera agrícola y pecuaria y a concentrar la producción en áreas más pequeñas. La desecación de los humedales que no se encuentran cercados por parte de la autoridad ambiental del departamento, se debe a que la comunidad tiene la idea de que este ecosistema es un ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 274-296 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 terreno que no representa oportunidades para generar ingresos económicos. La mejor manera de proteger nuestros páramos es impulsando su conservación y promoviendo prácticas de manejo sostenibles, que si bien, no evitan su destrucción, ayudan a mantener la diversidad de todas las formas de vida que allí se encuentran. La participación de entidades del Estado o privadas en los procesos de la comunidad, es vital para el éxito de proyectos en pro del desarrollo de la región. Los pobladores locales son el eje fundamental de los procesos que velan por la protección, conservación, manejo y usos sostenibles del ecosistema de páramo y los humedales. Los bajos niveles de conocimiento y procesos de información referentes a los beneficios que proporcionan los humedales a los pobladores locales, limitan las posibilidades de uso y manejo sostenibles de estos ecosistemas. Las estrategias de uso y conservación de humedales altoandinos a nivel internacional y nacional, son elaboradas de manera muy general por lo que es necesario implementar estrategias que sean aplicables a las particularidades de cada ecosistema. La estrategia de uso y conservación de humedales propuesta para el área de estudio, servirá como aporte a la ejecución de proyectos y planificación territorial tanto en la zona como para otros sectores. AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen a la Universidad Católica de Manizales que financió el desarrollo de esta investigación, bajo el nombre de “Análisis normativo y de servicios ecosistémicos para el planteamiento de lineamientos de uso y conservación de humedales altoandinos”; y a la comunidad del sector El Ocho y Páramo de Letras que participó en el proceso. REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Astrálaga, M., Barrera, X. y Montañez, R. (eds.). (2005). Informe. Taller para la edición final del documento de estrategia de humedales alto-andinos. Recuperado de http://www.ramsar.org/pdf/mtg/mtg_andean_salta_2005.pdf Castaño, C. y Otavo, E. (1996). Experiencias prácticas de participación comunitaria en el aprovechamiento y manejo sostenible de los ecosistemas boscosos: una contribución metodológica al desarrollo humano sostenible. Bogotá: Ministerio del Medio Ambiente. Convención Ramsar. (2005). Novena reunión de la conferencia de las partes contratantes en la convención sobre los humedales 294 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 ©Universidad de Caldas Ramsar. Recuperado de http://www.condesan.org/docinfonotas/ramsar%202.pdf Corpocaldas. (2007). Plan de manejo de páramos del departamento de Caldas. Manizales: Corpocaldas. Flórez, G. Y. (2012). Relación de la comunidad con el ecosistema de humedales en el sector El Ocho y Páramo de Letras. Revista de Investigaciones, 11, 72-86. Fundación Pangea (2007). Diagnóstico de humedales altoandinos de Caldas. Manizales: Autor. Leff, E. (2004). Racionalidad ambiental: la reapropiación social de la naturaleza. Ciudad de México: Siglo Veintiuno Editores. Leff, E., Argueta, A., Boege, E. y Porto C. (2002). Más allá del desarrollo sostenible. La construcción ambiental para la sustentabilidad: una visión desde América Latina. En Leff E., Ezcurra E., Pisanty, I. y Romero P. 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Magíster en Ingeniería Automatización Industrial. Ingeniero Químico. Docente Investigador, Grupo de Investigación en Desarrollos Tecnológicos y Ambientales, Universidad Católica de Manizales. [email protected] Para citar este artículo: Flórez Yepes, G. Y., Alzate Álvarez, Á. M. & Rincón Santamaría, A. (2014). Participación comunitaria para la construcción de lineamientos de uso y conservación de humedales altoandinos. Experiencia piloto en el sector El Ocho y Páramo de Letras. Revista Luna Azul, 38, 274-296. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=906 ©Universidad de Caldas 296 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 ESTRATEGIAS PARA LA MITIGACIÓN DE LA VIOLENCIA HOMICIDA EN LA FRONTERIZA CIUDAD DE CÚCUTA1 Alejandro Canal Lindarte2 Jemay Mosquera Téllez3 Carmen Graciela Flórez Peña4 Recibido el 12 de marzo de 2013 y aprobado el 29 de julio de 2013 RESUMEN La estructura del trabajo parte de la introducción, en la que se evidencian los procesos previos en los que se enmarca el estudio y la intención de realizar una contribución a las bases teóricas y prácticas para la gestión de los conflictos sociales extremos. El objetivo se centra en la definición de las dinámicas de la violencia homicida en la ciudad fronteriza de Cúcuta y en la formulación de estrategias para aportar a su mitigación. La aproximación metodológica parte de un enfoque transdisciplinar, de un acercamiento fenomenológico, epistemológico, de diálogo y reconciliación sobre la violencia urbana en Cúcuta, aborda la conceptualización de los conflictos sociales y su manifestación en entornos urbanos, para luego contextualizar e interpretar las relaciones multidimensionales que establecen los seres humanos en el territorio de la ciudad objeto de estudio. Posteriormente, se exponen los resultados, representados en un abordaje interpretativo, cuantitativo y cualitativo de los conflictos sociales que se dan en zonas de frontera, en la identificación de los elementos que configuran las dinámicas de violencia homicida de Cúcuta y, a partir de estos, se formula una serie de lineamientos y estrategias de mitigación de la violencia en dicha ciudad, como un aporte al fortalecimiento de los escenarios de defensa y participación social de las víctimas, de construcción de ciudadanía y búsqueda de la dignidad humana. PALABRAS CLAVE Conflicto, mitigación, víctimas, violencia homicida. MITIGATION STRATEGIES FOR HOMICIDAL VIOLENCE IN THE BORDER CITYOF CÚCUTA ABSTRACT The work structure starts with the introduction, in which the previous processes that frame the study and the attempt to make a contribution to the theoretical and practical bases for the management of extreme social conflicts is evidenced. The focus is on the definition of homicidal violence in the border city of Cúcuta and the formulation of strategies to help on its mitigation. The methodological approach starts from a transdisciplinary, a phenomenological, an epistemological, a dialogue and a reconciliation approach on the urban violence in Cúcuta. It addresses the conceptualization of social conflicts and their manifestation in urban settings, and then contextualizes and ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 interprets the multidimensional relations human beings establish in the territory of the city under study. Subsequently, the results are presented, represented in an interpretive, quantitative and qualitative approach of the social conflicts that occur in border areas, in the identification of the elements that make up the dynamics of homicidal violence in Cúcuta and from these, a set of guidelines and strategies to mitigate violence in that city is formulated, as a contribution to strengthening the defense and social participation scenarios of the victims, to build citizenship and the search for human dignity. KEY WORDS Conflict, mitigation, victims, homicidal violence. INTRODUCCIÓN En este documento se pretende hacer un aporte para la gestión de los conflictos sociales y su contenido es fruto de los resultados obtenidos en el desarrollo de la tesis de maestría de Alejandro Canal Lindarte5 y de procesos realizados en el grupo de investigación Gestión Integral del Territorio – GIT–6 de la Universidad de Pamplona. Inicialmente, se aborda la conceptualización de los conflictos sociales y su manifestación en entornos urbanos, para luego contextualizar e interpretar las relaciones multidimensionales que establecen los seres humanos en el territorio de la fronteriza ciudad de Cúcuta. Posteriormente, se definen los elementos estructurales de las dinámicas de violencia homicida y, a partir de estos, se formula una serie de lineamientos y estrategias de mitigación de la violencia en Cúcuta, como un aporte al fortalecimiento de los escenarios de defensa y participación social de las víctimas. METODOLOGÍA A partir de un acercamiento fenomenológico al tema de la violencia urbana en áreas de connotación y características especiales como la ciudad de Cúcuta, el estudio parte de una visualización transdisciplinar del tema (Hurni y Wiesmann, 2003), se basa en el diálogo, la reconciliación y la capacidad de reflexión epistemológica (Morin, 1994), define las fuentes de información secundarias para el razonamiento cuantitativo y se apoya en una metodología mixta (Tashakkori y Teddlie, 1998) que contempla el análisis documental, la observación etnográfica y la indagación directa mediante entrevistas semi-estructuradas, para construir un abordaje interpretativo de los datos. De esta forma, la investigación previa se convierte en la base de acceso al análisis de una postura conceptual propia y de la formulación de estrategias de mitigación de la violencia homicida en Cúcuta. ©Universidad de Caldas 298 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 La investigación denominada La violencia homicida en la fronteriza ciudad de Cúcuta (Canal, 2012), se desarrolló a partir de la postura epistemológica del pensamiento complejo de lo dialógico y antagónico, y su objetivo fue el de definir los ejes estructurales de la violencia homicida en Cúcuta con el fin de fundamentar políticas públicas que a su vez posibiliten el verdadero desarrollo de espacios urbanos binacionales, que por causa de la violencia y, de manera ascendente, pierden calidades sociales, potencian el deterioro de la calidad vida e impiden el avance integral de estos espacios metropolitanos de frontera. RESULTADOS Los conflictos sociales Como elemento de estudio, el conflicto se ha tratado desde diferentes disciplinas y ramas de las ciencias. Desde la perspectiva del ser humano como eje del complejo mundo de los organismos vivos, se ha abordado el aspecto antropológico del conflicto (Barnouw, 1979; Austin, 2007), sus condiciones biológicas y fisiológicas, así como su relación con los campos sociales y culturales del contexto. Según estos autores, los conflictos han estado presentes en todas las formas de sociedad cultural y, por lo tanto, no es conveniente considerarlo ni como benévolo ni como peligroso, tanto que en muchos casos ha sido posible lograr la unidad a través de la transformación positiva de uno o más conflictos. Desde el prisma fisiológico, según Morris (1976) cuando el ser humano entra en conflicto externo, su organismo sufre una transformación que lo prepara para resolver esa situación: se elimina instantáneamente la fatiga, se suministran grandes cantidades de energía para la lucha física por la supervivencia y la sangre es impulsada a los sitios donde es más necesaria, o sea al cerebro, para motivar el pensamiento y a los músculos para la acción violenta. De esta manera, se demuestra la actitud del cuerpo humano para asumir esquemas conflictivos (Morris, 1976, p. 125). A partir del pensamiento histórico, se trata la presencia natural del conflicto humano en los diferentes procesos civilizatorios. Su procedencia se atribuye, en un principio, de la necesidad de defender los excedentes de producción, bien de tipo agrícolas o bien producto de la caza para la subsistencia (Leakey y Lewin, 1977). En ese sentido, se asume que el conflicto se potenció en el momento en que el ser humano de la época, transformó su forma de vida pasando de la constante movilidad nómada, primero al asentamiento sedentario de pequeños poblados y después al asentamiento en grandes ciudades. Desde la óptica analítica de lo político, el conflicto es abordado como respuesta a las relaciones de poder (Curle, 1977). De otro lado, hay quienes como Dahrendorf (1971) consideran el conflicto como un hecho sociopolítico universal que debe ser resuelto con el cambio social. En cambio Marx, lo enfoca como una interpretación ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 económica de la dialéctica sobre la idea de la superestructura en la que el conflicto se genera por la lucha de clases, que a su vez es consecuencia de los medios de producción y la clase dominante. En esta misma línea de pensamiento, mientras Hegel considera que la lógica parte del principio conflictivo de la contradicción, Engels construye de forma esquemática sobre la dialéctica de Marx, las leyes de la conversión de la cantidad y la calidad y viceversa, la de la unidad y la lucha de contrarios y la ley de la negación de la negación, enmarcándose todos en el materialismo histórico cuyo carburante es la tan mencionada lucha de clases. Consecuentemente con lo anterior, la academia ha venido estudiando el fenómeno conflictivo. Algunos lo plantearon como un enfrentamiento entre dos o más personas, en donde uno intenta eliminar la resistencia del otro en el establecimiento de un derecho (Freund, 1987). Otros han propuesto definirlo como la incompatibilidad en los objetivos de dos miembros que pretenden establecer una relación social y que desde una vocación de universalidad, presenta principios y reglas aplicables tanto a los conflictos internacionales, como a los locales, societarios y familiares (Entelman, 2002, p. 29). Después, nace la idea según la cual es posible transformar positivamente las tensiones que conforman un conflicto para entenderlas como un potencial que permita evolucionarlas hacia la paz, de donde, dependiendo de los mecanismos utilizados para su transformación se obtiene un resultado (Muñoz y Martínez, 2011). A partir de los diferentes estudios ha sido posible entonces, observar los conflictos como el fenómeno generador de cambios positivos en las sociedades humanas o como un germen de la paz y no solo como agente de distorsionador de ella (Morin, 2005). Además, dentro del contexto de la regulación positiva de los conflictos, también se tienen en cuenta aspectos como el crecimiento moral teniendo en cuenta el sufrimiento y las injusticias que conllevan a daños psicológicos además de los físicos (BaruchBush y Folger, 1994). En 1987 surge el Instituto de la Paz y los Conflictos de la universidad de Granada, para el desarrollo de las teorías y los fundamentos de los estudios sobre la paz: paz compleja, conflictiva e imperfecta, en donde la conflictividad procede de la interacción de múltiples elementos y requiere ser investigada desde teorías de la complejidad. Esa contingencia permitió que investigadores, como Vicent Martínez, propusieran la necesidad de implementar un giro epistemológico para lograr ser realistas en el estudio de la paz, buscando nuevas alternativas positivas de observación del fenómeno. En esa línea, nace la teoría de la Paz Negativa como la ausencia de la violencia, pero circunscrita en un marco de desigualdad o inequidad de donde se desprende el concepto de violencia directa, como el intento de Paz Positiva y definida como la ausencia de violencia pero en un marco de justicia social para encontrar la teoría de la Cultura de Paz (Martínez, 2001). Cabe destacar, que dichas teorías generalmente están relacionadas con las técnicas de ©Universidad de Caldas 300 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 negociación de conflictos, la transformación de conflictos (Lederach, 1995), la resolución de conflictos, la mediación, la No violencia (Chupp, 1991; Burton, 1993) y la gestión de conflictos. Acorde con lo expuesto, es evidente que la cultura de la investigación de este fenómeno, tiende a la búsqueda positiva de la transformación de los conflictos, pero es claro también que esta tendencia no se evidencia en los resultados, dado que los niveles de violencia patentizan lo contrario, al menos en América Latina. Finalmente, se puede inferir que esta forma de aplicar los conceptos, desde algunas ópticas críticas, implican cuestiones que parecen no ser transformables dado que se refieren a la insatisfacción de algunas necesidades primarias del ser humano y en los cuales la transformación positiva del conflicto involucra forzosamente el proporcionar esas satisfacciones. Si esto no es posible, el conflicto permanecerá y entonces el esfuerzo debe dirigirse como mínimo hacia evitar manifestaciones de orden violento (Chupp, 1991; Burton, 1993). La apreciación conceptual de conflicto implica una noción realista del cosmos a partir de su naturaleza no ficticia, en la que opera ontológicamente, es decir, en el campo de la realidad, en tanto es ostensible en el carácter humano y en las formas que él mismo busca para atenuarlo. De esta forma, el conflicto está presente como un efecto de la constante tensión dual en que se desarrolla la vida, tanto en los campos de la psicología de lo moral, lo estético o lo religioso, como en el campo físico de lo material o lo exógeno. De acuerdo con lo anterior, en todo conflicto conviene buscar aspectos comunes que induzcan y faciliten la comunicación, proponer escenarios de correlación en los que las convergencias y divergencias reconozcan la posibilidad de una gestión positiva del fenómeno conflictivo. Los conflictos urbanos y la violencia homicida La violencia se ha convertido en un problema social global. Esto conlleva a que la dinámica de la globalización en la época actual, admita la proliferación de múltiples problemáticas que se revelan en condiciones equivalentes y en sociedades heterogéneas. La percepción que genera la impresión de inseguridad de los ciudadanos, es tanto o más trascendental que las cifras que determinan los niveles de violencia en un conglomerado urbano. Tanto así, que un individuo seguramente variará la forma de comportarse e irá tomando nuevas costumbres según sea su percepción del riesgo que sienta de convertirse en víctima de la violencia. Ya en el entorno de lo urbano, una comunidad que mantenga sensación constante de miedo pierde la capacidad para vivir en libertad. Esa limitación va a generar, muy seguramente, impedimentos para su normal desarrollo perdiendo en su cotidianidad la noción de lo público de los espacios, limitando su libre albedrío y llevándolo a sentir como sospechoso de su agresor, a todo aquel extraño que aparezca ante él (Nieto, 2003). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Esta sensación, por su signo emocional genera un acrecentamiento de los hechos, así como la costumbre de oír y fabricar consejas deformando la real información y amplificando los conflictos sociales, que indefectiblemente conllevan a dudar de los fundamentos de la democracia (Petrella y Vanderschueren, 2003). La noción conflicto urbano, podría entenderse entonces, como la producción del contenido social desatado por la ciudad o como la dinámica de la relación humana localizada geográficamente en un escenario de convivencia. Esto problematiza la ambigüedad de lo urbano y la relatividad de lo espacial, o de otra forma, la noción epistemológica de cómo el ser humano se apropia del concepto de ciudad. Una de las características acentuadas de la violencia urbana, es que el fenómeno no nace con la pérdida de los controles sociales tradicionales de los primeros inmigrantes del campo a la ciudad. Según las teorías de la sociología de la modernización, la transformación negativa de la conflictividad en violencia en los espacios urbanos, se da en la segunda o tercera generación urbana, con aquellos sujetos nacidos y criados en las ciudades y que ya habían perdido su relación y por ende su memoria con su pasado rural (Briceño de León, 2002). Quienes sostienen esta tesis, consideran que su origen está en la pobreza que impide el logro de las expectativas de las generaciones nacidas en las ciudades. Desde otra óptica, la violencia urbana es vista por algunos investigadores como un sinónimo de criminalidad, de tal manera que es normal asimilar la violencia urbana con los crímenes cometidos en los espacios públicos de las grandes urbes (Carrión, 1994). Así las cosas, se puede definir violencia urbana como el fenómeno generado en el marco de las múltiples clases de relación existentes en el desarrollo de la convivencia urbana y cuyos ejemplos más comunes son las amenazas, las agresiones físicas, el atraco, el secuestro y claro su máxima expresión, el homicidio (Vanderschueren, 1994). De esta manera, se contempla el proceso que lleva a la violencia en las ciudades como una relación social, con el carácter de conflicto, que incluye como mínimo a dos extremos opuestos, los cuales pueden ser sujetos individuales o colectivos, pueden tener un papel activo o pasivo en dicha relación (Guzmán, 1993), la cual a su vez se agudiza con fenómenos sociales como el narcotráfico y las luchas entre organizaciones rivales, las empresas criminales y las pandillas populares (Guzmán 1999, p. 46), de tal forma que los más afectados son los estratos más bajos (p. 53), es constatable que sí son ellos los más afectados. Además, al adicionarle al fenómeno violencia la variable homicidio urbano, se agregan elementos fundamentales de percepción, sin los cuales las observaciones realizadas no podrían ser integrales. La medición y la percepción de la violencia urbana transformada en homicidio, se desarrolla mediante la observación de la dimensión, el contexto, las posibles causas, los lugares y los tiempos en que ocurre, los mecanismos utilizados y las características generales de las víctimas en un espacio de tiempo determinado. A su vez, se ©Universidad de Caldas 302 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 requiere capturar la percepción que tienen los habitantes acerca de los niveles de homicidio en su ciudad y el impacto que este fenómeno genera sobre la sostenibilidad del tejido social que se configura en un espacio geográfico específico y contextualizado. Para desarrollar esta tarea, se propuso comenzar con el estudio de lo planteado y definido en el campo académico y científico sobre los conflictos, la violencia, el homicidio, la ciudad, el desarrollo urbano y la frontera. Este paso previo, se ha considerado básico para determinar los componentes clave de los productos a estudiar que permitieron definir los mecanismos de relación e interacción entre cada uno de ellos en el marco de un espacio físico espacial concreto. Para concluir este aparte de los conflictos urbanos no resueltos, como un camino hacia la violencia, es conveniente que se observe la ciudad como un sistema complejo y que genera su propia organización. Es indiscutible que ella alberga una enorme diversidad que a su vez genera un alto impacto en la inequidad social que ella representa. Tal como lo observa Morin (2005), la ciudad es un sistema estructurado y complejo que contiene ingente variedad de individuos, estructuras y funciones que se autorregulan mediante la aplicación de principios de libertad y coacción social dentro de un concepto de diversos espacios como el productivo, el habitable o el transitable pero dentro de una estructura con objetivos comunes e individuales que conllevan a la conflictividad mal transformada y por ende a la violencia. La frontera urbana como escenario de conflicto y violencia América Latina se sitúa muy por encima de otras regiones en la tasa de homicidios de jóvenes entre 16 y 25 años de edad, con un total de 36,4 homicidios por cada 100.000 habitantes, mientras que África, por ejemplo, registra 17,6 homicidios para este segmento demográfico. En Belo Horizonte entre 2004 y 2009, el 92% de las víctimas de homicidios fueron hombres, en Quito en 2009, el 87% de los asesinados fueron hombres, comparado con 90% en Bogotá y 65% en La Paz (BID, 2012). La violencia que hoy se produce en Latinoamérica no es movida por ideologías políticas ni se manifiesta en el contexto de una guerra civil, exceptuando los casos de Colombia y México (PNUD, 2002), en los cuales la concentración de la propiedad y la violencia muestran una incidencia negativa en el desarrollo humano (PNUD, 2011, p. 60) y se relacionan directamente con el narcotráfico proveniente de Colombia, que transita por Centroamérica y México, y tiene como meta Estados Unidos y Europa, vía África (UNODC, 2010). Se destaca también que “la violencia, el narcotráfico y la acción homicida se han agudizado, sobre todo, en las regiones fronterizas del país” (Ríos y Brocate, 2012, p. 18), en las que: […] las acciones armadas de los grupos irregulares aumentaron de forma significativa en ocho de los doce departamentos fronterizos. Entre los cinco con ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 mayor actividad armada en 2009 Nariño, en la frontera de Ecuador, ocupa el primer lugar; seguido de Norte de Santander y Arauca, limítrofes con Venezuela; Putumayo, en límites con Ecuador y Perú y Chocó, que limita con Panamá. (Echandía et al., 2010, p. 165) Al mismo tiempo, el concepto de frontera está condicionado por la cosmovisión que le imprima aquel que pretenda establecer un concepto adecuado del término. En el campo de las ciencias sociales y humanas, la noción de frontera sobrepasa los límites entre Estados y es esgrimida por los sociólogos como expresión de separación entre grupos culturales, lingüísticos o religiosos e indefectiblemente se asocia a una clase de contacto confuso e impreciso que lo muestra como conflictivo (Castro y González, 1989). Se plantea también, que la zonas de frontera deben analizarse desde el punto de vista sociológico e histórico (descrita como externa, fundada a partir del antiguo modelo reduccionista y fragmentario de la ciencia), así como desde la óptica psicológica (vista como interna, sustentada en el modelo integrador y holístico que nos propone la ciencia de hoy), para lograr así una visión de la totalidad de dicho concepto (Diesbach de Rochefort, 2002). Ante la aparición de los Estados-Nación, el concepto de frontera se enfoca más en lo político y parte de la concepción de frontera natural, definida como el límite de un territorio que será más legible y consecuentemente menos difícil de controlar en tanto se apoye en un obstáculo físico frecuentemente representada por una línea dentro de un plano cartográfico. De igual forma, la frontera posee un enorme contenido sociológico y económico que conlleva una intensa relación que puede rayar en la interdependencia de las poblaciones asentadas a ambos costados del límite entre dos países en donde hacen presencia múltiples actores, que propician relaciones dinámicas de toda índole, y que involucran transitoriedad, la cotidianeidad de sus acciones, y la heterogeneidad de situaciones que en ella se viven, lo que permite concluir que la frontera es un concepto que permanentemente muestra cambios tanto en el espacio como en el tiempo. El estudio de las fronteras requiere replantear el enfoque hacia los nuevos argumentos generados por el fenómeno de la globalización versus el realce de los procesos locales; tener en cuenta las fronteras internas de los mismos Estados nacionales dentro de la constante pugna por la territorialidad nacional, y por último, un análisis más concreto de la innegable articulación que debe existir entre frontera, región, nación y globalización (Fábregas, 2005). La condición espacial de la frontera se convierte entonces en elemento de alta variabilidad en lo referente a la violencia urbana, dado que sus amplios aportes a lo sistémico y complejo de lo citadino propicia escenarios en donde la conflictividad se potencia y exige mayores esfuerzos gubernamentales para que su transformación sea positiva y no aumente la incubación de focos de violencia representados en la pérdida violenta de vidas humanas. ©Universidad de Caldas 304 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Al mismo tiempo, las diferentes manifestaciones de la violencia, aparecen con mayor intensidad en las ciudades grandes, mostrando en cada una de ellas sus propias singularidades y con ritmos e intensidades diferentes en cada asentamiento y cada cultura. Según Villavicencio (1993, citado por Carrión 1994:5), “No existe expresión uniforme ni unívoca de la violencia en su conjunto, sino que la misma se caracteriza por la diversidad de sus formas y por sus múltiples ambigüedades.” Podría decirse entonces, que la violencia urbana nace de la transformación de los conflictos que realizan los habitantes de las ciudades, que posee contenidos transdisciplinares y que al involucrar en su evolución componentes sociales, económicos, políticos, culturales y ambientales, exige acciones conjuntas de todos los actores de la sociedad urbana para buscarle solución. La situación actual es la más dramática de la historia y su tendencia será al aumento si no se actúa decididamente, de manera integral, desde una perspectiva global pero con acciones específicas en cada comunidad, en cada ciudad como un órgano diferente. En las grandes ciudades, “la periferia rural-urbana (rururbana) actúa como una frontera permeable, donde las violencias en diversas claves se entremezclan y penetran hacia el corazón citadino; es zona de recambio entre civilización y barbarie, entre los cuerpos desplazados desde la ruralidad” (Echavarría, 2011, p. 32). La violencia homicida en Cúcuta Según Mosquera y Flórez (2009, p. 75): Las políticas públicas, generalmente, no están enmarcadas dentro de un espacio abierto de participación, coartan así a los actores públicos hacia la focalización de los problemas y necesidades a los cuales se les debe dar prelación y soluciones acertadas para aminorar la brecha de la desigualdad social y la atención oportuna que se debe brindar, tendiente a cubrir las necesidades básicas de una colectividad. Lo anterior, unido a los procesos de narcotráfico ha hecho que Colombia sufra del flagelo de la violencia homicida urbana con cifras cercanas a los 140.000 homicidios cada año (Londoño y Guerrero, 1999, p. 15) y ostenta el título de uno de los más violentos del mundo (Franco, 1999), escenario que cada vez se complica más por la permanencia del fenómeno durante más de 50 años, lo que la clasifica como uno de los Estados del globo en los que el fenómeno aún persiste (Guzmán y Camacho, 1997). A partir de la conceptualización inicial y de la contextualización de Cúcuta en su ámbito metropolitano y fronterizo se plantea un discurso, en el que los conflictos es lo innato, la violencia es lo que se aprende, la ciudad es el escenario y la frontera es el contexto y detonante (Figura 1). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 La violencia no solo es ubicua y elusiva, sino que parece crecer y multiplicarse rápidamente en todo el planeta y amenaza con potenciar uno de los problemas más intratables de la especie humana. Su veloz crecimiento hace que sea “uno de los problemas que más deteriora la calidad de vida de una nación” (Echeverri, 1994, p. 14) y es probable que la convierta en el problema más importante del ser humano para el siglo XXI. Lejos de lo que ha sido la nota predominante en Latinoamérica en la segunda mitad del siglo XX, la violencia que hoy prevalece no tiene motivaciones políticas ni se produce en un contexto de guerra civil, con excepción de Colombia y algunos focos de conflictividad política en México (PNUD, 2002). El enfoque político nacional hace que las regiones poseedoras de fronteras terrestres como la de Táchira, se encuentren inmersas con mayor fuerza en la crisis económica, producción e inversión, enlazada con la incertidumbre cambiaria, la ilegalidad y la fuga de capitales, que acrecientan los niveles de desconfianza mutua, generando tensiones en la frontera (Barrios y Rivas, 2012, p. 25). Contrariamente, Chaux (2002) afirma que la mayor parte de la violencia en Colombia no tiene nada que ver con el conflicto armado que vive este país y que la mayor parte de las investigaciones realizadas en el país sobre violencia se centran en el aspecto macro, especialmente sobre el conflicto armado entre las fuerzas del Estado y grupos irregulares que pretenden tomarse el poder por medio de las armas. De acuerdo con Canal (2012, p. 12), en el ámbito regional: […] la ciudad de Cúcuta, actúa como el principal centro de un área de conurbación binacional entre Colombia y Venezuela, más específicamente en la ©Universidad de Caldas 306 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 frontera entre el estado Táchira y el departamento del Norte de Santander. Se sabe que el fenómeno de la violencia perturba la calidad de vida de este conglomerado ciudadano y que su difusión en todos los ámbitos sociales, afecta las instituciones en las que normalmente se apoya, tales como, el gobierno y sus áreas educativas, de salud y hasta aquellas de carácter productivo. En este contexto, es evidente, es que dentro de un marco anormal como es el inverosímil conflicto armado que vive Colombia, llaman poderosamente la atención las cifras estadísticas de principios de este siglo que colocan, en los últimos años, al departamento Norte de Santander y especialmente la ciudad de Cúcuta y su área metropolitana, como una zona con los más altos incrementos en los índices de violencia, específicamente en la tasa de homicidios (Figura 2). El homicidio en la zona fronteriza de Cúcuta, registrado por las estadísticas nacionales como el más grave de los problemas sociales de esta zona del país, indefectiblemente afecta factores sociales como los culturales, los económicos, los de salud pública y los de seguridad ciudadana, convirtiéndose así, en un factor negativo en la búsqueda del desarrollo de esta región binacional. (Canal, 2012, p. 12) ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 La actualidad de la problemática sobre los índices de homicidio en la zona fronteriza de Cúcuta se evidencia en las estadísticas nacionales e internacionales, las cuales lo señalan como el más grave de los problemas sociales de esta zona del país (Figuras 3, 4 y 5). ©Universidad de Caldas 308 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Indefectiblemente, los altos índices de homicidio afectan negativamente las dinámicas sociales, tales como, la seguridad ciudadana y la salud pública, así como aspectos culturales, económicos y políticos, de tal mentar que estos se convierten en un factor negativo en sus niveles de competitividad global que a su vez afecta la búsqueda del desarrollo armónico de la región binacional en la cual está circunscrita la ciudad de Cúcuta. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Al transcribir la información alfanumérica al plano espacial de la ciudad, se clasificaron las intensidades del fenómeno homicida con referenciación semafórica de las intensidades del homicidio en las diferentes comunas de la ciudad, dándole a las zonas con mayor intensidad colores rojos oscuros y, siguiendo el orden cromático, el amarillo al de menor frecuencia (Figura 7). Este ejercicio permitió establecer la continuidad de determinadas comunas marginales y de mayor crecimiento irregular, como las zonas con más alto índice de homicidios en los últimos cinco años (comunas suroriental, norte, nororiental y occidental). De igual forma, aunque el estudio del fenómeno de la violencia homicida en la ciudad de Cúcuta ha permitido reconocer cierto efecto positivo resultante del proceso de desmovilización y de la disminución de los desplazamientos, se evidencia la continuidad del efecto negativo del narcotráfico y el lavado de activos en los índices de violencia. De esta forma, la zona metropolitana binacional de Cúcuta se ha convertido en un espacio urbano donde la dignidad humana sigue siendo objeto de constantes ataques mientras que el Estado colombiano se ha tornado incompetente para tomar medidas que mitiguen los embistes de la sociedad global y específicamente de los conflictos de poder entre Bogotá y Caracas, contra estas maltratadas zonas de frontera. Cúcuta, muestra particulares condiciones que la diferencian de los demás municipios del país. En esta ciudad, eje de una conurbación natural de carácter metropolitano binacional, se encontró que gran parte de su población es flotante, reconoce dos legislaciones, maneja dos monedas y, con frecuencia, tiene dos nacionalidades, además de practicar abiertamente una cultura de la ilegalidad. El histórico comportamiento pendular de la economía fronteriza invita a mercaderes sibaritas que, como los capitales golondrinas, aprovechan situaciones de bonanza y evacúan la ciudad apenas ©Universidad de Caldas 310 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 cambian sus condiciones; deja solo aquella población en condiciones de miseria incapaz de emigrar y que se asienta en cordones marginales; deteriora la calidad de vida de los habitantes, y potencia el círculo vicioso de la ilegalidad, la informalidad, la impunidad y el subdesarrollo. La condición limítrofe de la zona, propicia el asentamiento de delincuentes internacionales; el contrabando; la producción, promoción, comercio y tráfico de estupefacientes; la cultura de ilegalidad, del atajo o del todo vale, en donde impera el poder del dinero sin importar su procedencia y que corrompe la sociedad en todos sus niveles. La disputa del poder por parte de organizaciones ilegales en el manejo de sus negocios potencia el asentamiento de bandas sicariales en los cinturones perimetrales, aunada al constante uso de los recursos públicos por parte de las mafias que favorecen el lavado de dinero, mina el direccionamiento correcto de estos para mejorar la productividad, la educación y la salud; deteriora el tejido social y el sentido de pertenecía, e impide la verdadera democracia, la seguridad y la prosperidad. Lineamientos y estrategias para la mitigación de la violencia homicida en Cúcuta Con el fin de visualizar esquemáticamente los aspectos positivos y negativos de la percepción de la violencia y sus causas según los ciudadanos, se elaboró la siguiente Tabla en donde se determinan los aspectos internos y externos desde el contexto sociocultural y socioeconómico dentro una matriz de problemas y potencialidades que servirá de base para proponer los lineamentos y las estrategias para la gestión del conflicto objeto del estudio. A partir de los problemas y potencialidades identificados en Cúcuta, se propone una serie de lineamientos y estrategias desde los componentes político normativo, sociocultural y socioeconómico (Tabla 2). ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Como se puede observar, los lineamientos y las estrategias de intervención propuestos están relacionados con la participación y la cultura ciudadana, aspectos que fueron desarrollados operativamente en el año 2010 por Alejandro Canal, en su calidad de Concejal del municipio de Cúcuta, al presentar y lograr la aprobación de dos acuerdos municipales. En la búsqueda de incrementar la participación ciudadana en la construcción de la visión y el plan estratégico de la ciudad, se logró aprobar el Acuerdo Municipal 019 de 2010 por medio del cual se adoptó como política de competitividad y desarrollo para el municipio de San José de Cúcuta el proceso de formulación de visión y plan estratégico Cúcuta 2030. Además, mediante el Acuerdo 007 de 2010 del Honorable Consejo Municipal de Cúcuta, se institucionalizó el Programa de Educación y Cultura Ciudadana en San José de Cúcuta. Los resultados del presente estudio relacionados con la participación y cultura ciudadana como elementos clave en la prevención de la violencia, coinciden con un estudio patrocinado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el que se explora la cultura ciudadana, la necesidad de reconocer y modificar comportamientos que responden a creencias, emociones y factores culturales, como factor para el éxito a largo plazo en la mitigación de la violencia (BID, 2012) ©Universidad de Caldas 312 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 CONCLUSIONES Se acentúa la idea global, según la cual el aumento de una nueva forma de marginalidad social, asociada a la crisis global de los puestos de trabajo, la inoperancia real de los sistemas de protección social y por último, la discriminación urbana, parece convertirse en el eje sobre el cual gira una explicación al creciente proceso de conflictividad social, en la mayoría de ciudades. En el caso de Cúcuta, estas condiciones se potencian por el desarrollo de un complejo engranaje social que, alimentado por la dinámica fronteriza, atrae a un conglomerado humano que aprovecha las múltiples posibilidades de lucro ilícito de una amplia gama de actividades comerciales basadas en una economía subterránea. La incidencia del desplazamiento forzado producto de la violencia generada por el conflicto interno de violencia que vive la zona de frontera, el contrabando de gasolina y la ausencia de verdaderos planes urbanos de desarrollo, facilitan el asentamiento informal en la periferia y amplían las posibilidades de acceder a recursos en actividades propias del mercado laboral informal e ilegal. De igual manera, se observa cómo ciertos patrones considerados comunes como el entendimiento y la convivencia social, no encuentran respuesta en la enorme brecha que muestran los altos niveles de desigualdad en la distribución del ingreso y la escasa eventualidad de construir ciudadanía. De esta manera, se percibe un escenario en el cual la experiencia colectiva se advierte descompuesta y los fundamentos de orden social, económico y político que posibilitan la integración, han sufrido cambios estructurales: el concepto de ciudadanía relacionado con el ejercicio de la democracia, ha perdido autonomía y se limita a un ejercicio electoral condicionado por la baja participación ciudadana y las manipulaciones políticas propias de una pseudo-democracia. Por su lado, el desordenado crecimiento urbano y el sobredimensionamiento de los cinturones de miseria, afectan de forma directa el desarrollo de la ciudad en su dimensión socioespacial. La ausencia de planificación estratégica, en el marco de procesos excluyentes, da como resultado una progresiva segregación territorial de la población dentro de un contexto de violencia que se nutre de esta y, a su vez, alimenta la ilegalidad. Para los cucuteños es muy complejo diferenciar entre actividades labores productivas dentro de ley y fuera de ella, pues no se conoce, a ciencia cierta, la línea que marca la ilegalidad de una transacción y que configura una realidad bucleica de legalidad/ilegalidad presente en el contexto local. Inclusive, la percepción ciudadana sobre la seguridad de la ciudad, muestra que la mayoría de los pobladores de Cúcuta se sienten seguros en ella y no creen que puedan ser potenciales víctimas de homicidio, a pesar de conocer las altas cifras que en este aspecto muestra la ciudad, evento que amerita profundizar en el tema a través de otras investigaciones. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Finalmente, se puede resaltar la urgente necesidad que presenta la frontera de normas específicas que desde diferentes enfoques y dimensiones propenda por la disminución de los conflictos sociales y por la violencia homicida como una de sus máximas expresiones. En ese sentido, es deber de la academia aportarle a la sociedad herramientas e instrumentos de planeación participativa, de valoración y fortalecimiento de las identidades culturales, de promoción de la educación y la cultura ciudadana, en concordancia esta última con los resultados de la investigación liderada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2012, p. 253), que permitan a través de la ley, la gobernabilidad y la gobernanza, mitigar la violencia homicida y obtener la anhelada dignidad humana. REFERENCIAS ©Universidad de Caldas Austin, T. (2007). La antropología del conflicto y los métodos de resolución de conflictos en otras culturas. Serie Estudios en Resolución de Conflictos. SERPAJ Chile. Disponible en www.geocities.com/tomaustin_cl/ Barnouw, V. (1979). Anthropology - a General Introduction. Bosco Books (Looe, Cornwall, CON, United Kingdom). Barrios, N. y Rivas, N. (2012). La frontera Táchira – Norte de Santander: escarpada a la integración entre acuerdos y crisis. 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Hace parte de procesos adelantados en el marco de la tesis de maestría La violencia homicida en la fronteriza ciudad de Cúcuta (2012), y de investigaciones desarrolladas en la línea de gobierno local y políticas públicas del grupo de investigación Gestión Integral del Territorio –GIT– de la Universidad de Pamplona. ©Universidad de Caldas 316 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 2. Arquitecto, Especialista en Gestión de Proyectos Informáticos, Magíster en Paz, Democracia y Resolución de Conflictos. Profesor y miembro del grupo de investigación GIT de la Universidad de Pamplona. [email protected] 3. Arquitecto, Ph.D. en Arquitectura. Profesor asociado y director del grupo de investigación Gestión Integral del Territorio –GIT– de la Universidad de Pamplona. Asesor en la Comisión Intersectorial de Aseguramiento de la Calidad para la Educación Superior (CONACES) de la Sala de Artes y Humanidades. [email protected] 4. Abogada, Especialista en Derechos Humanos y M.Sc. en Derecho Administrativo. Investigadora del grupo GIT de la Universidad de Pamplona, Par Evaluadora del Sistema de Aseguramiento de la Calidad en Educación Superior (SACES) del Ministerio de Educación Nacional (MEN) en la CONACES. [email protected] 5. Trabajo titulado Los conflictos urbanos y la violencia en la fronteriza ciudad de Cúcuta. Norte de Santander. Colombia, y desarrollado en la Maestría en Paz, Desarrollo y Resolución de Conflictos de la Universidad de Pamplona, culminado en 2012. 6. El grupo GIT cuenta con la participación de un equipo multidisciplinar y las reflexiones académicas están relacionadas con resultados de investigaciones previas y productos académicos relacionados con la planificación y el desarrollo territorial (prospectiva estratégica, políticas incluyentes, gobernabilidad democrática y construcción de territorialidad, entre otros). Para citar este artículo: Canal Lindarte, A., Mosquera Téllez, J. & Flórez Peña, C. G. (2014). Estrategias para la mitigación de la violencia homicida en la fronteriza ciudad de Cúcuta. Revista Luna Azul, 38, 297-317. Recuperado de http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=v iew&id=907 ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 297-317 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 RESEÑA INVESTIGACIÓN EN ADMINISTRACIÓN RURAL RESEARCH IN RURAL MANAGEMENT ELMER CASTAÑO RAMÍREZ. EDITORIAL UNIVERSIDAD DE CALDAS, MANIZALES, 2013. Isaías Tobasura Acuña1 Recibido el 20 de octubre de 2013 y aprobado el 10 de febrero de 2014 La obra objeto de esta reseña –Investigación en Administración Rural– fue publicada en julio de 2013, por la editorial de la Universidad de Caldas. Aunque recoge diversos trabajos, con aportes de varios autores, el autor inspirador de la misma es el profesor Elmer Castaño Ramírez, docente titular del Departamento de Desarrollo Rural y Recursos Naturales de la Universidad de Caldas. Reitero el autor inspirador de la obra, dado que cuando se habla de un libro, es inevitable hablar de su autor. Ya lo decía M. Foucault (2010), en el ensayo Qué es un autor, retomando la frase de Beckett “qué importa quién habla –dijo alguien– qué importa quién habla”. Por supuesto que es importante quién habla y, sobre todo, quién escribe. Es importante indagar acerca de los intereses, motivaciones y preocupaciones intelectuales que lo llevaron a bordar una temática en particular, y cuáles fueron y son los objetivos y los propósitos que pretende alcanzar con la obra que somete a la comunidad académica y al público en general. Muchas veces se ignora el autor, pero en este caso, creo necesario que esté presente, porque como sabemos el profesor Elmer ha escrito varios libros, unos como único autor y otros en coautoría, pero creo que en Investigación en Administración Rural es donde se perfilan los aportes y la experiencia de una dilatada actividad profesional, primero como funcionario en instituciones bancarias, asistente técnico, propietario de finca y durante muchos años como profesor investigador en campos como la Administración Rural, la Historia Agraria y otras áreas afines, en la Universidad de Caldas y otras universidades de la región. En este recorrido de su proyecto de vida personal y profesional, el profesor Elmer advierte un déficit en estudios relacionados con los trabajadores latinoamericanos (supongo rurales), con respecto a otras regiones del mundo, por lo que se entrega a la tarea de construir un libro que, según sus palabras, “resultará útil para los pregrados de administración agropecuaria y los postgrados de gerencia agraria, como motivador para emprender ensayos teóricos y aplicados a nuestras realidades”. Añadiría a las palabras del autor, después de leerlo, que puede ser de interés de estudiantes y de otros profesionales de las ciencias sociales. El libro se estructura siguiendo como eje central la “Investigación en Administración Rural”, alrededor del cual giran varios tópicos de ©Universidad de Caldas 318 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 reflexión teórica y conceptual, en la primera parte, y resultados de investigación, en la segunda, distribuidos en 11 capítulos. En el primer Capítulo, “Reflexión sobre la ‘administración rural’ como ciencia”, hace un recorrido sucinto, que va de los clásicos a la tradición científica. Parte del supuesto de que la administración como proceso “instintivo” estuvo ligada al origen de la agricultura y posteriormente cuando surgen las ciudades se vincula a los procesos de gobierno de las ciudades-Estado. Desde mi punto de vista, se va demasiado rápido en un proceso que pudo durar miles de años, desde la domesticación de las primeras plantas y animales por las mujeres, hasta llegar a generar mecanismos de organización de tareas, que durante miles de años fueron de ensayo y error. Aunque la agricultura y los agricultores, durante miles de años, acumularon experiencia y conocimientos acerca de biología vegetal y animal, suelos, materiales de construcción, fabricación de utensilios y más tarde de herramientas, lo que vale la pena exaltar aquí es “[…] el papel jugado por los agricultores en la elaboración y aportación de la materia prima para el desarrollo de la meteorología, la astronomía (y astrología), la constitución de un calendario y la idea de naturaleza como generadora de todas las cosas, especialmente, las cosas vivas” (De Herrerra, 1996: 9). Y a esa lista, el profesor Elmer, le añade la Administración Rural, una subdisciplina de la administración, dedicada al estudio “del trabajo rural”. Columela, uno de los clásicos de la agricultura, en el IX libro de su obra De los trabajos del campo, dedica un capítulo al “capataz”, que en su primera y segunda acepción del DRAE es: Persona que gobierna y vigila a cierto número de trabajadores. Y Persona a cuyo cargo está la labranza y administración de las haciendas del campo. Dice Columela (1998, p. 237): […] al frente de la propiedad y de los que en ella viven (trabajan) es conveniente poner un capataz ni muy joven ni muy viejo. Pues los esclavos desprecian tanto al aprendiz como al anciano, ya que el uno no domina los trabajos del campo, y el otro no puede realizarlos; al primero la juventud lo hace negligente al segundo la vejez lo hace perezoso. Y más adelante agrega: “Cualquiera que esté destinado a esta tarea, conviene que sea a la vez muy sabio y muy fuerte, para que no solo enseñe a los subordinados, sino que él mismo pueda hacer fácilmente lo que ordena” (Columela, 1998, p. 237). Aquí lo que se puede detectar son principios de selección de personal, una de las tareas relacionadas con el campo de estudio propuesto por el autor de este libro. En el camino de perfilar el objeto de estudio de la Administración Rural, el autor, a partir de las raíces latinas deslinda regiones de la realidad que pueden ser estudiadas por especialidades de la administración, desde la administración pública, pasando por la administración de empresas, hasta llegar a la administración de ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 318-326 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 empresas agropecuarias, que por trabajar con objetos y procesos vivos adquiere identidad propia. Esta última la engloba en la “administración rural” que, según su propuesta, “también actúa […] sobre el conjunto de los agricultores, donde al carecer de gerentes visibles, tiene que investigar una unión de administración pública y administración de empresas agropecuarias, e incidir […] en un campo poco estudiado […]”. La intención del profesor Elmer, intuyo se orienta a la pretensión del Departamento de Desarrollo Rural de construir una escuela de pensamiento sobre y de lo rural, campo que ha sido abandonado por muchas disciplinas sociales. Un aspecto sugerente en este largo recorrido que hace el autor, desde los clásicos a la tradición científica, es la referencia a la escuela fisiocrática, en cabeza de F. Quesnay, escuela que en tiempos como los que corren, donde la creación de riqueza se ha convertido en una metafísica inaprehensible por los seres humanos, porque las grandes corporaciones y los bancos que especulan, con algo ficticio, una institución como es el dinero, son los que generan riqueza. Pero no hay que olvidar, y por eso se rescatan aquí a los fisiócratas, que la agricultura, sobre todo, la agricultura tradicional, es la única actividad humana que genera riqueza genuina, lo demás es pura especulación sobre la cual cabalga un modelo de sociedad que pretende crecer de manera infinita sin considerar los límites físicos del planeta. Es verdad: el trabajo del agricultor es lo único que produce algo más de lo que consume. Podolinsky (1850-1891), uno de los pioneros de la economía ecológica, dice que el ser humano es una máquina térmica, que puede convertir la energía que consume en trabajo útil, en el proceso agrícola. En efecto, contando con las leyes de la termodinámica, clasificó las fuentes de energía disponibles y comparó la productividad energética de diversos ecosistemas rurales descubriendo que la producción de biomasa era mayor cuando intervenía el trabajo humano con animales. Pero esa máquina térmica, tiene la capacidad de producir más energía que la que consume, mediante el aprovechamiento de la energía solar que hacen las plantas en el proceso de fotosíntesis. Por ello se dice que la agricultura es la única fuente real de riqueza. Según F. Quesnay: […] de la confrontación entre agricultura capitalista y campesina resultaba una neta superioridad de la primera en términos de capacidad productiva, y sugería a los fisiócratas la tesis de que la dirección de tipo capitalista, fiado en la responsabilidad y capacidad empresarial de los arrendatarios burgueses, fuese la más avanzada y la más deseable entre las otras formas de dirección. La presencia de formas no capitalistas era, pues, considerada como el residuo de una época próxima a su fin, esto es, como característica en una fase en transición que habría de desarrollarse hacia una generalización del orden capitalista en el campo. (Napoleoni, 1974, p. 19) ©Universidad de Caldas 320 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 Y eso es, ni más ni menos, lo que se pretende hacer con la política agraria nacional. El desarrollo del capitalismo agrario, a expensas del despojo y pauperización de los campesinos y pequeños productores. El Capítulo 2: “Análisis histórico de la administración rural”. En vista de que el objeto de estudio de la AR es el trabajo rural, hace una revisión a la luz de diferentes disciplinas acerca de la categoría o noción “Trabajo”, desde la sociología hasta el derecho, pasando por la física y la doctrina social de la Iglesia. Destaca el trabajo como categoría central de la Sociología, que estudia la naturaleza colectiva del trabajo y el sistema de relaciones que lo conforman. El trabajo hace parte esencial de la condición humana. En el proceso de evolución, el trabajo contribuyó a la humanización del Homo sapiens. Pero, ¡cuidado!, ciertas formas de trabajo hoy no solo afectan la condición física, sino que degradan la dignidad humana de los trabajadores. Lo deshumanizan. Y de hecho, así fue durante mucho tiempo para los esclavos. El autor, en la perspectiva de la administración rural, asume el trabajo en la acepción 6 del DRAE, como “esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, [a través del agro] en contraposición al capital”, que es en sentido estricto donde el trabajo genera riqueza real. Incluye la actividad humana y la búsqueda de un resultado que puede ser la producción de bienes materiales y culturales, para la satisfacción de sus necesidades fisiológicas y espirituales. En su más noble finalidad, la actividad humana al servicio de la autoafirmación y el crecimiento personal, es decir, al cultivo de lo humano. Pero el trabajo ha perdido su función humanizante al ponerse al servicio del capital. Lo dicho se puede ver claramente en la primera y segunda contradicción del capital. La primera es una condición interna del sistema, no tiene nada que ver con las condiciones de producción, ya se entienda de manera económica o sociopolítica. La primera se expresa en el poder social y político del capital sobre el trabajo, y se manifiesta en una crisis de realización, por sobre producción. Cuando el capitalista disminuye los salarios a sus trabajadores hasta el empobrecimiento, ocurre una crisis de la demanda por sobre producción y, en consecuencia, una disminución de la tasa de ganancia. La segunda contradicción ataca por el lado de los costos de producción. Se presenta cuando los capitalistas individuales reducen costos, por ejemplo, externalizando algunos hacia condiciones de producción naturales o de fuerza de trabajo o urbanas, con la intención de mantener las ganancias el efecto no deseado es aumentar los costos de otros capitalistas y bajando las ganancias obtenidas en la producción. La causa básica de la segunda contradicción es la apropiación y el uso autodestructivo por el capitalismo de la fuerza de trabajo, del espacio y la infraestructura urbana y de la destrucción de los recursos naturales y el medio ambiente. En síntesis, la primera es la explotación de la fuerza de trabajo por medio del capital, en tanto que la segunda, es la explotación del trabajo por el capital, a través de la destrucción y afectación de la naturaleza. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 318-326 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 En otros tiempos, muchas de las comunidades “premodernas”, tradicionales o indígenas realizaban sus actividades con el trabajo, pero este era fundamentalmente un medio para la vida. La finalidad no era la ganancia, sino la satisfacción de los sentidos estéticos; la reflexión ética y moral. Hoy, en la era del progreso sin límites, la invención del consumismo y sobre todo la avaricia del capital, nos ha llevado a creer que trabajar, trabajar y trabajar, para comprar y consumir más nos hará más felices. Por ello, el autor, considera que la administración rural como campo de conocimiento deberá privilegiar el estudio del trabajo rural, en las funciones de conducción, ordenamiento, control, planeación, e integración, para comprender de manera integral los problemas de los trabajadores rurales. Para ello hace una breve historia de la administración rural de los pueblos aborígenes de América, la historia fabril en Europa de M. Fernández Enguita en un anexo y la historia del trabajo rural colombiano. De la historia de la administración en los pueblos indígenas, destaco la referencia que hace el profesor Elmer al calendario, base posiblemente de la planificación de las actividades agrícolas, sociales y económicas: los aztecas practicaban una planificación y organización rígidas. “Fue allí donde se desarrolló el calendario, el que plasmado en una piedra, tenía las fases de la luna, el sol y permitía planificar las siembras, tratando de aproximarse a épocas lluviosas o de verano de acuerdo con sus necesidades”. Y en esto, los pueblos prehistóricos parecen compartir sus desarrollos tecnológicos. Veamos: […] desde Varrón persiste el propósito de elaborar un calendario de labores del cultivo, que no solo señale con signos inequívocos el momento más conveniente de iniciar cada labor, sino que, a la vez, constituya un repertorio de sucesiones de los diferentes tiempos. En el cuarto capítulo del primer libro de ‘De las cosas del campo’, Varrón elabora uno de los primeros calendarios de las labores agrícolas y del tiempo que hará en cada período; los signos que marcan los límites de cada período son de naturaleza astronómica y responden al doble ciclo del sol y de la luna. (De Herrera, 1996, p. 20) Pero nuestros antepasados más cercanos –los muiscas– no estuvieron al margen de estos avances. Las evidencias arqueológicas y los cronistas de Indias lo corroboran. Como guía de la agricultura y de otras actividades económicas es importante subrayar el hecho de que los muiscas hubieran poseído un calendario, en el cual podían establecerse las épocas de lluvia, de sequías, de heladas, etc. Era éste para la llegada de los primeros europeos, un conocimiento generalizado entre los muiscas; los conquistadores españoles pudieron dar cuenta de ello, y aun, aplicar este calendario de siembras a algunos de los productos que traían; no fue casual que las primeras cosechas exitosas de trigo en América se ©Universidad de Caldas 322 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 lograran en Tunja. Con respecto al calendario agrícola, el padre Simón cuenta que había una celebración para el inicio de las labranzas. Sobre las fiestas que hemos dicho tenían en la dedicación de sus casas y coronaciones de sus caciques, otras en los meses de enero, febrero y parte de marzo en las cabas de sus labranzas […] (Simón, T. III p. 405). (Villate, 1997, p. 8) En todo caso, la investigación sobre los sistemas agrarios de los pueblos amerindios aún es incipiente, si se considera que la manipulación y domesticación de las plantas, habrían comenzado en América de forma independiente en tres regiones: en el sur de México hace aproximadamente 9000 años, en los Andes peruanos hace 6000 años, y en el medio Mississippi hace 4000 años. En este tiempo, los Mayas y Aztecas en Mesoamérica y los Incas en tierras de Perú, Ecuador y Bolivia, alcanzaron desarrollos prodigiosos que dieron origen a ciudades-Estado hidroagrícolas. En el caso de los Incas, con avances nada desdeñables al momento de la llegada de los conquistadores. “El esplendor del pueblo Inca, que se inició cerca del año 1200, se inscribe en ese vasto movimiento de emergencia y reagrupamiento en imperios de civilizaciones agrícolas hidráulicas de América del Sur” (Masoyer y Roudar, 2008, p. 226). El capítulo se cierra con una profusa descripción de fuentes secundarias sobre el trabajo rural en Colombia, desde la república hasta nuestros días. Y en un anexo, del catedrático de la Universidad Complutense de Madrid: “Análisis histórico del trabajo fabril europeo”, que bien podría titularse: Del trabajo libre a la dominación capitalista. Apuntes para una historia de la infamia. Había mencionado al comienzo de esta nota, la importancia del trabajo en la evolución y humanización del Homo sapiens, pero con el paso del tiempo y en la medida en que los campesinos y artesanos perdían sus medios de vida, la demanda de brazos de la incipiente industria fabril, logró no sin dificultad domesticar la autonomía y libertad de los seres humanos hasta la esclavitud y los trabajos más degradantes. A los padres de la clase obrera [actual] se los castigó, en un principio, por su transformación forzada en vagabundos e indigentes. La legislación los trataba como delincuentes voluntarios: suponía que de la buena voluntad de ellos dependía el que continuaran trabajando bajo las viejas condiciones, ya inexistentes (Fernández, 2013, p. 324). El Capítulo 3: “Áreas sugeridas por investigar en administración rural”. En este capítulo, el autor señala la brecha que existe entre los avances tecnológicos de la agricultura y los desarrollos teóricos y propuestas metodológicas de las escuelas de administración aplicados al desarrollo agrario nacional. Al respecto se pregunta: ¿Acaso hemos diseñado desde las Escuelas de Administración las herramientas óptimas para ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 318-326 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 nuestros cultivos…? ¿Habremos identificado nuestras propias teorías del hombre colombiano [acorde] con su cultura, su diversidad mental, su etnia, su forma de pensar? ¿Disponemos de las herramientas para recolectar el café, transportarlo en y fuera de las fincas, sistemas de secado, limpieza y clasificación, aprovechando los recursos disponibles? El reto para la administración rural, los profesionales y aficionados a este oficio, en tiempos en que la agricultura pasa por la revolución biotecnológica, es aún mayor. Por estas y otras razones que, el autor esboza en preguntas, algunos problemas de investigación, clasificándolos en: teoría sobre la administración rural, trabajo rural, decisiones rurales, normas rurales, procedimientos rurales, política rural, economía campesina, empresa agraria y planeación regional. Y a renglón seguido, invita a los formadores en este campo a estructurar los currículos de los programas de administración agropecuaria y administración rural, en la investigación como esencia y razón de ser de la formación en este campo del conocimiento. La segunda parte del libro –capítulos 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10– presenta resultados de investigación como una pequeña pero significativa muestra de trabajos orientados a responder algunos de los interrogantes formulados en el Capítulo 3. En el cuarto: “Descripción histórica y actual de las herramientas manuales de uso agrícola en Caldas”. Un capítulo que describe y presenta gráficamente un conjunto de herramientas, algunas muy familiares y tradicionales como el azadón, la pala y el machete, y otras, menos conocidas, por ser de aparición reciente como el aroandes, dispositivo para asistir la recolección manual de café, el selector de arvenses y la sembradora abonadora manual más conocida como matraca, estas últimas diseñadas por el Centro Nacional del Café (CENICAFÉ). El Capítulo 5: “Riesgos profesionales asociados a la actividad cafetera”, tema central de la administración rural, sobre todo porque da cuenta de aspectos relacionados con el bienestar de los trabajadores, asunto que está subordinado al logro de la rentabilidad, en sistema de producción donde la mano de obra representa un porcentaje muy alto de los costos de producción. Hoy, cuando los productores han sido sometidos a la certificación de buenas prácticas agrícolas para acceder a los mercados, de los tres aspectos considerados: inocuidad de los productos, conservación y calidad del medio ambiente y bienestar de los trabajadores, este último es el menos importante en este arsenal de exigencias que tienen que garantizar los empresarios y productores agrarios. El Capítulo 6: “Evaluación de los sistemas de protección personal utilizados en labores agrícolas y pecuarias en Caldas”. Sobre este asunto relacionado con la condición más sensible de los seres humanos, no solo de los trabajadores, como es la salud, el trabajo pone de presente las deficiencias que se presentan en estos sistemas de protección en la mayoría de sistemas de producción de ©Universidad de Caldas 324 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 la región, aspecto sobre el que las autoridades correspondientes deberían asumir el liderazgo para que se implementen sistemas de protección a los trabajadores rurales, de manera que no vean menoscabada su salud. Capítulo 7: “Análisis económico del cultivo de la coca al oriente del departamento de Caldas”. Independiente de los resultados de este trabajo, destaco aquí la iniciativa de los autores, para investigar en uno de los cultivos declarados no solo de uso ilícito, sino “criminalizado” por el Estado. Es de ingrata recordación el comercial de televisión, radio y prensa que circuló en 2008, que decía algo como: “No cultives la mata que mata", en donde además de la coca se incluían la amapola y la marihuana. Por fortuna la Corte Suprema ordenó la suspensión del comercial, a partir de la tutela que interpuso Fabiola Piñacué, representante de Coca Nasa, iniciativa de defensa de la hoja de coca. En fin, como esta reseña es solo un abrebocas, los invito a acercarse a los temas aquí enunciados y a otros que solo mencionaré para no agobiarlos. Así, en el Capítulo 8, encontrarán los resultados del trabajo “Análisis social y valoración económica de turismo versus agricultura en el departamento de Quindío”. Sin duda, el turismo rural ha emergido no solo como una respuesta a mayores demandas de actividades de ocio y esparcimiento de la sociedad, sino fundamentalmente a la crisis de la producción cafetera. En consecuencia, y creo, es el caso del Quindío, el turismo no debería verse como una alternativa diferente a la caficultura y en general a la producción agraria, sino como una actividad complementaria. En el Capítulo 9, se presenta un diagnóstico de las cooperativas agropecuarias del departamento de Caldas, como opciones de organización solidaria de los productores rurales. En el 10, encontrarán un trabajo exploratorio de la aplicación de la teoría de restricciones (TOC por sus siglas en inglés) a tres empresas agropecuarias: cítricos, lulo y café. Para tener una idea, la teoría de restricciones aplica la teoría general de sistemas, según la cual todo sistema existe o es creado con un propósito. En consecuencia, la restricción de un sistema se define como cualquier evento que limita un sistema para maximizar su propósito o meta. Y finalmente, en el 11, el autor termina con una reflexión sobre el eje central de la obra Investigación en Administración Rural. Y en esta cobra relevancia, porqué es importante el autor, es decir las motivaciones que lo llevaron a concebir y materializar la idea, en lo que ha sido fundamental la experiencia alcanzada en su proyecto de vida académico y personal, que van de la mano. En síntesis, esta obra es un camino abierto para emprender iniciativas intelectuales por una región del conocimiento poco explorada: la Administración Rural. ©Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2014; 38: 318-326 Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 38, enero - junio 2014 REFERENCIAS Columela, L. (1998). De los trabajos del campo. Madrid: Siglo XXI de España. De Herrera, A. (1996). Agricultura general. Madrid: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Fernández E., M. (2013). “Análisis histórico del trabajo fabril europeo”. En: Investigación en Administración Rural. Manizales: Editorial Universidad de Caldas. Foucault, M. (2010). ¿Qué es un autor? Argentina: Ediciones Literales. Mazoyer, M. y Roudar, L. (2008). 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