HERÁLDICA Cátedra Intergeneracional. Prof. Gonzalo J. Herreros Moya TEMA 1 LA HERÁLDICA, UN LENGUAJE Definición, concepto y cuestiones fundamentales sobre la heráldica CONCEPTO, DEFINICIÓN Y ETIMOLOGÍA El Arte del Blasón (R.A.E.) La Ciencia de los Heraldos (Barón de Cobos de Belchite) La ciencia o arte que enseña a descifrar y componer con acierto los escudos de armas (Asensio y Torres) Es el arte o ciencia que regula la formación de los escudos nobiliarios. (Vaquerizo Romero) La Ciencia que por medio de emblemas y esmaltes sirve para diferenciar unos linajes de otros (Cadenas y Vicent) Un lenguaje simbólico […] de significado más profundo (Molinero Merchán) Los escudos heráldicos, la heráldica, es el lenguaje iconográfico resultante del uso de insignias familiares, hereditarias y combinables, como identificación de un linaje o varios, superponiéndose al individuo. Esta iconografía está compuesta de colores, figuras y atributos determinados. Está concedida por la autoridad soberana competente, pero es validable en todos los demás estados que la practiquen. LA VERDADERA TRASCENDENCIA DE LA HERÁLDICA PASARA DE LA “CIENCIA HERÁLDICA” Que responde al qué y al cómo (más puramente estética) A LA “PRÁCTICA HERÁLDICA” Debe responder a quién, dónde, cuándo, porqué… Y extraer toda su importancia social Los principales estudiosos comparten que el primer uso de escudos de armas debió de darse en Centroeuropea en el siglo XII, para diferenciar en el campo de batalla o en las justas nobiliarias a los principales señores feudales y a los reyes, así como a sus ejércitos, mediante el uso de esmaltes o figuras en sus escudos, ya que los escudos de las armaduras eran las partes más visibles de los caballeros de la época. De ahí se difundió al norte y a las islas británicas, a la península ibérica, a Italia y al Mediterráneo a través de corrientes tan importantes como la Primera y la Segunda Cruzada, así como los matrimonios entre los nobles y soberanos europeos. Ejemplos de ropajes históricos donde se puede comprobar la utilidad del origen de la heráldica: la diferenciación a simple vista en el campo de batalla de las guerras medievales, cuando aún no existían ejércitos nacionales profesionales, y en los torneos y justas de honor que practicaban los nobles. A la izquierda: grabado del rey de Navarra vestido con su caballo para el campo de batalla. Siglo XIV. Arriba: ropa de los lacayos de la corte de los Reyes Católicos, reproducción de la hermandad de la Caridad de Córdoba. S. XX El uso puramente utilitario con el que nació la heráldico lo podemos observar hoy en los campos de fútbol, con las distintas equipaciones reglamentarias de los equipos para diferenciarse entre ellos Heráldica es nobleza La sociedad medieval estaba idealmente dividida en tres Órdenes: oratores (los que rezan, la Iglesia), bellatores (los que hacen la guerra, los nobles) y laboratores (los que trabajan, el común) La naturaleza jurídicamente desigual del Antiguo Régimen: el privilegio, del latín “privi” y “lex”, es decir, sus propias leyes. Los grupos privilegiados eran la nobleza y el clero, que a su vez eran los minoritarios. La nobleza es la única con capacidad de levantar y liderar armas, y de ahí el poder político subyacente en una sociedad muy militarizada tal y como consta: “Porque en defender yacen tres cosas esfuerzo, et honra et poderío”, Código de las Siete Partidas de Alfonso X, Partida 2, título XXI. Los reyes en este sentido son también nobles, pues durante la Edad Media no son más que unos primus inter pares, los primeros entre los iguales. Solo las clases privilegiadas tuvieron heráldica: Realeza, Nobleza y Alto Clero No se puede entender la heráldica sin conocer la diferenciación entre “Nobles” y “Pecheros” o el Común, ya que solo los primeros eran las clases privilegiadas. La Heráldica fue una práctica vigente de representación del poder mediante emblemas familiares, que poco a poco se hizo hereditario dentro de los linajes de los grupos privilegiados como emblemas de su poder. Así, estuvo vigente su uso legal hasta el siglo XIX, en que desaparecieron los privilegios de manera legal con las revoluciones liberales burguesas. En la pirámide de la izquierda puede observarse la compartimentación de los ESTAMENTOS en las sociedades anteriores del siglo XIX. Elementos esenciales de la práctica heráldica La heráldica representa esencialmente de manera iconográfica NOBLEZA Y PODER Pero representa a la nobleza identificando a la FAMILIA Y LINAJES, es decir, superponiendo la sangre a los individuos. Se compone de diferentes ELEMENTOS COMUNES con que articular su lenguaje: los cuarteles, colores, imágenes de objetos, que se combinan entre sí para identificar los linajes y sus enlaces A grandes rasgos, la organización de esos elementos estéticos y por qué de la representación heráldica describe una NORMA POSTERIOR AL USO, ya que encontramos casi tantas excepciones a todas las reglas que hemos heredado de la tratadística del siglo XIX que apenas si podemos ofrecer reglas realistas de su práctica entre los siglos XII al XVIII. A pesar de que nace en la Edad Media, la heráldica alcanza LA PLENITUD DE LA EDAD MODERNA, generalizándose a muchos más aspectos sociales, espacios y referencias documentales Por una cuestión sociológica, los CARGOS ECLESIÁSTICOS TIENE HERÁLDICA POR “CONTAGIO”, es decir, per se no la tuvieron en origen, pero los íntimos vínculos familiares entre el alto clero y la nobleza señorial hicieron que los jerarcas de la Iglesia acabaran usando escudos NO SON UNIVERSALES, es decir, no todos tuvieron, ni tenemos, escudo de armas strictu sensu. La heráldica se refiere a linaje (personas emparentadas en grado conocido) y no apellidos. Su espacio de acción es más cultural que geográfico, ya que lo encontramos en EUROPA Y AMÉRICA, por esta esta última colonia de países del Viejo Continente ELEMENTOS VISUALES FORMALES DE LA HERÁLDICA ESMALTES CUARTELES O PIEZAS FIGURAS ELEMENTOS EXTERIORES ESMALTES La denominación a la francesa (“Gules”, “Azur”, “Sinople”…) de la tratadística heráldica es, en gran manera, una impostura de origen romántico, historicista y forzado. Si atendemos a las fuentes documentales originales, observaremos cómo se habla de “castillo rojo” y “campo verde” con un “águila negra”, de una manera mucho más natural y comprensible. ESMALTES El monje jesuita Silvestre Pietrasanta (1590-1647) inventa un código de tramas y equivalencias para los colores heráldicos en su obra De simbolis heroicis -1634- y Tesserae gentiliatae -1638-. Solucionó las confusiones entre los esmaltes cuando era muy caro pigmentarlos o por el desgates del tiempo Ejemplo de Blasón coloreado con las tramas propuestas por Pietrasanta. Francisco Pacheco Fernández de Córdova. Colegio Santa Victoria, Córdoba. Siglo XVIII CUARTELES O PIEZAS Los cuarteles o piezas son las diferentes compartimentaciones que podemos encontrar dentro de un escudo y que proceden de la primitiva combinación básica de colores. Ello ha dado lugar a identificar, grosso modo, cada cuartel con un linaje diferente, aunque hay linajes que están definidos per se por el conjunto de varios de ellos de manera inseparable Dentro de la distribución de cuarteles vemos a menudo una jerarquía, siendo el que está a la izquierda el de primer valor sanguíneo, y de la derecha el siguiente; igualmente, el que está más arriba precede al de abajo. Siempre que haya un escusón en el centro suele ser el de la varonía o linaje principal. CUARTELES O PIEZAS Barras Fajas Bandas Cruz Ajedrezado o Jaquelado Aspas Bordura Las combinaciones de colores pueden afinarse y generar otro tipo de imágenes, como las que se reflejan arriba. CUARTELES O PIEZAS En la heráldica española vamos a encontrar dos elementos o piezas muy habituales: la bordura y el entrado en punta. Ejemplo de bordura en el Escudo de Córdoba. Se trata de una bordura Componada (compuesta a su vez de varios cuarteles) de Castilla y León. En el escudo de España observamos a Granada en el entrado en punta. Si fuera de mayor tamaño hasta ocupar todo el tercio inferior, lo llamaríamos mantel o mantelado Las figuras o también llamados muebles son todos los elementos definidos y concretos, reales o irreales, que puede contener un escudo. Son muy habituales leones, dragones, castillos, ruedas, cruces, águilas, mesas, árboles, flores de lis, rosas, hojas, ondas de agua, pozos, alas, brazos, etc. En ocasiones esos elementos son parlantes, es decir, la familia Cabrera tiene en su escudo dos cabras, o los reyes de Castilla tienen un Castillo A la derecha observamos la genealogía heráldica de los descendientes de Fernando III y cómo combinaron las figuras de los escudos de sus antepasados FIGURAS FIGURAS Algunos ejemplos de figuras de heráldica en la nobleza cordobesa. Catálogo heráldica conservado en el Archivo de Viana (Córdoba) FIGURAS Las Imágenes y las combinaciones Las diferentes enseñas familiares se combinaron con el paso de los siglos dando lugar a escudos cada vez más complejos y ricos. A la izquierda, el escudo de los Cabrera, condes de Villanueva de Cárdenas en el siglo XVIII, que representa a los Sotomayor, Angulo, Cárdenas y Armenta y, en escusón, a los Cabrera FIGURAS En algunos cuarteles observamos cantidades muy grandes de figuras. En la imagen, escudo de armas del cardenal don Pedro de Salazar, obispo de Córdoba, en cuyo segundo cuartel observamos 13 estrellas ELEMENTOS EXTERIORES Los elementos exteriores son una serie de adornos con significado propio o sin él que rodean y completan el diseño del escudo de armas. Yelmos o celadas. Con la mayoría de los escudos de armas los tuvieron, grosso modo no aportan contenido a los blasones más allá de remarcar su origen militar. Coronas. En el siglo XIX se concretó una jerarquía de coronas que debían portar los escudos según su grado en el escalafón nobiliario, desde el rey hasta el hidalgo simple. Aunque fue una tendencia a finales del Antiguo Régimen, ciertamente no posee ningún rigor histórico anterior a 1800. El Manto de Grandeza. Uso que comenzó a generalizarse en el siglo XVII, y claramente usado en los siglos XVIII y XIX, que distinguía tras el escudo un manto de armiño como símbolo de la dignidad de Grande de España. Lemas y divisas. Textos a menudo latinos que tenían algunas familias de carácter histórico, a modo de grito de guerra o enseña de su abolengo, valor y memoria. Elementos religiosos. Son muy importantes para conocer la dignidad eclesiástica de los escudos. El capelo, y las borlas (para todos los jerarcas) y las llaves con la tiara en el caso de los papas, son la manera más clara de identificar a los prelados de la Iglesia. Existen otros muchos elementos exteriores, digamos, secundarios, que algunos tratados añaden para diferenciar también cargos cortesanos, prelaturas eclesiásticas específicas o rangos militares. Por lo general no fueron usados. Distinciones nobiliarias. La pertenencia a una orden nobiliaria, sea militar (Santiago, Montesa Alcántara, Calatrava, San Juan de Jerusalén) o civil (Carlos III), también se exhibió de manera simbólica en los escudos de armas a través de cruces y collares Los tenantes. Son piezas sin significado histórico o nobiliario, que se usaron como diseño estético para sostener los escudos de armas. Fueron figuras reales o fantásticas, humanas o animales, a veces realmente originales y vistosas. ELEMENTOS EXTERIORES: los yelmos o celadas y las Coronas En esta imagen se describen un orden estético de los yelmos absolutamente irreal y ficticio, pues no existió nunca una jerarquía de diseño en los yelmos, por un lado, y por otro jamás el sentido frontal, derecho o izquierdo de su orientación conllevó legitimidad o bastardía. El caso de las Coronas sí que fue tendencialmente usado de esta forma a finales del siglo XVIII y sobre todo ya en el siglo XIX, por que tampoco tiene un rigor histórico real. Podemos encontrar escudos con yelmo y sin corona, con corona y sin yelmo, con ambas cosas, o sin ellas, sin que por ello podamos deducir a menudo con certeza el rango nobiliario del propietario ELEMENTOS EXTERIORES: Las coronas Ejemplo práctico de dos escudos con yelmos, con idéntico contenido, pero uno orientado a la izquierda y otro a la derecha. Casa solariega de los Cea, calle Tejón y Marín, Córdoba Caso práctico de la arbitrariedad del uso histórico de estos elmentos: escudo de los señores de Lucena con yelmo (izda.) y de sus descendientes, ya convertido en duques de Segorbe y Cardona y marqueses de Comares (arriba) sin yelmo y con una corona de diseño libre En otras ocasiones encontramos los yelmos saliendo de las coronas (arriba, caso de la familia Villaceballos, simples hidalgos) o imágenes concretas que hacen las funciones de corona como el águila que usaron los señores del Encinar de Villaseca, (derecha) en Córdoba, de inspiración similar al diseño de los Reyes Católicos Sí que es cierto que a medida que avanzamos en el Antiguo Régimen, los escudos que nos encontramos con un sencillo yelmo pertenecen al escalafón más bajo de la nobleza. Abajo, dos casos de familias de la más baja hidalguía, si es que realmente lo fueron, del siglo XVIII de Córdoba ELEMENTOS EXTERIORES: Manto de Grandeza Ejemplo del manto de Grandeza del escudo del I duque de Hornachuelos, ascendido a tal categoría en 1868 Escudo de los marqueses de Benamejí con la corona reglada de marqués y con el manto de Grandeza, dignidad concedida en 1790 a esta casa marquesal ELEMENTOS EXTERIORES: lemas y divisas Fue común que algunas familias exhibieran lemas o divisas exteriores en sus escudos, como herencia de los antiguos gritos de guerra medievales, que a menudo servían para enaltercer la historia de sus linajes. A la izquierda, el escudo de la condesa de la Quemadas exhibiendo el propio de los Gutiérrez de los Ríos “Fluminum Familia Gothorum et sanguinen regum”; a la derecha, de la casa de Alba, en el palacio de las Dueñas de Sevilla, con el lema “Tu in ea et ego pro ea” ELEMENTOS EXTERIORES: Los Blasones eclesiásticos Solo podemos saber a simple vista si un escudo es de un eclesiástico, bien un canónigo de una catedral, bien un papa de Roma, por una serie de distinciones exteriores: el capelo y las borlas, o la tiara y las llaves. En su apartado correspondiente veremos las diferencias entre ellos, pero sí que debemos estar prevenidos: no todos los eclesiásticos decidieron diseñar su escudo con estos elementos(aunque sí la mayoría), y no todos los usaron con el orden de jerarquía, digamos, protocolario. ELEMENTOS EXTERIORES: Otros atributos civiles y religiosos Muchos tratados y bibliografía insisten en recopilar como “normativos” y obligatorios muchos otros elementos exteriores de diferenciación de cargos civiles y eclesiásticos, tales como mazas, anclas, cañones, báculos, cruces parroquiales, identificadas con cargos como Camarero, Mayordomo, Almirante, Abad o abadesa. Por lo general, no son realistas o no al menos hasta muy finales del Antiguo Régimen. ELEMENTOS EXTERIORES: Collares, banderas y cruces Escudos de don Juan de Austria, y de distintos duques de Alba, donde se muestran los collares de la Orden del Toisón de Oro, así como banderas históricas ganadas en batallas por este linaje. Escudos de armas de los siglos XVII y XVIII de familias de la nobleza sevillana y cordobesa que poseen cruces de Santiago, Calatrava y San Juan de Jerusalén, demostración de su pertenencia a estas órdenes ELEMENTOS EXTERIORES: Tenantes Cortesanos tenantes en el escudo de Felipe II sobre el Arco del puente en Córdoba Tenantes a la manera de héroes griegos que se diseñaron en el escudo del obispo de los Cobos, en Jaén. Hospital de Santiago, Úbeda Interesantes soldados de corte grecolatino que sostienen el escudo del Gran Capitán en el monasterio de los Jerónimos de Granada. Blasones acompañados de dos pavas tenantes de la misma Casa solar, perteneciente a los Sigler de Espinosa, en dos de sus puertas, de similar composición, forma y distribución. Están fechadas ambas en 1597 Rótulo antiguo de la calle Tomás Conde, que toma su origen en las figuras tenantes del blasón de la casa de Juan Sigler de Espinosa