186 May - Scherzo

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N_186.QXD
21/4/11
19:54
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ANUNCIO CLASSIC SCHERZO
21/4/11
20:08
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C L A S S I C R E C I TA L S
“Esta nueva mini-serie es, y no tiene reparos en ello, nostálgica y presenta recitales
originales tal y como se publicaron por primera vez en los años 50, 60 y principios de los 70.
Los recitales históricos de artistas de la talla de Regine Crespin, Renata Tebaldi, Franco Corelli,
Hilde Gueden, Marilyn Horne y Robert Merrill, aparecen ahora en CD por primera vez
y además totalmente reprocesados, todo ello en serie media”.
Recital Regine Crespin
Arias de ópera italianas de:
Verdi, Ponchielli, Mascagni, Puccini y Boito
Regine Crespin, soprano
1CD 0028947539322
Recital Tebaldi & Corelli
Grandes duos de ópera de:
Puccini, Verdi, Cilea, Ponchielli
Renata Tebaldi, soprano - Franco Corelli, tenor
1CD 0028947552222
Recital Hilde Gueden
Canta la opereta Evergreens
Vienna State Opera Orchestra & Opera Chorus
Robert Stolz, director - Hilde Gueden, soprano
1CD 0028947539421
Recital Marilyn Horne
Arias de: Rossini, Meyerber, Mozart y Donizetti.
Orchestra of the Royal Opera House, Covent Garden
Lewis, director - Marilyn Horne, soprano
1CD 0028947539520
Recital Robert Merrill
Arias de: Otello, Un ballo in maschera,
Il Trovatore, Pagliacci, Don Carlo, etc.
Robert Merril, barítono
1CD 0028947539629
Recital Carlo Bergonzi
Arias de Verdi, Meyerbeer, Giordano,
Cilea, Puccini, etc.
Carlo Bergonzi, tenor
1CD 0028947539223
AÑO XIX Nº 186 Mayo 2004 6 €
DOSIER
OPINIÓN
CON NOMBRE
PROPIO
2
Festivales de verano
ENCUENTROS
Christoph Eschenbach
8
Ana María Sánchez
Rafael Banús Irusta
Bruno Serrou
10
Daniel Harding
AGENDA
20
ACTUALIDAD
NACIONAL
48
60
Suiza o la música
como emblema
Luis Suñén
EDUCACIÓN
Pedro Sarmiento
ACTUALIDAD
INTERNACIONAL
EL CANTAR DE
LOS CANTARES
ENTREVISTA
Ilia Gringolts
Juan Antonio Llorente
64
136
REPORTAJE
Luis G. Iberni
12
113
Discos del mes
140
142
Arturo Reverter
144
LIBROS
LA GUÍA
CONTRAPUNTO
146
Norman Lebrecht
148
152
SCHERZO DISCOS
65
Sumario
Colaboran en este número:
Javier Alfaya, Daniel Álvarez Vázquez, Julio Andrade Malde, Íñigo Arbiza, David Armendáriz Moreno, Rafael Banús Irusta, Alfredo Brotons
Muñoz, Francisco Carlos Bueno Camejo, Domingo del Campo Castel, Jacobo Cortines, Patrick Dillon, Carmelo Di Gennaro, Giacomo Di
Vittorio, James Edwards, Fernando Fraga, Manuel García Franco, José Antonio García García, Mario Gerteis, José Guerrero Martín,
Fernando Herrero, Leopoldo Hontañón, Bernd Hoppe, Luis G. Iberni, Norman Lebrecht, Luciana Leiderfarb, Juan Antonio Llorente, Fiona
Maddocks, Nadir Madriles, Santiago Martín Bermúdez, Joaquín Martín de Sagarmínaga, Enrique Martínez Miura, Blas Matamoro, Ana
Mateo, Pedro Mombiedro, Antonio Moral, Antonio Muñoz Molina, Miguel Ángel Nepomuceno, Rafael Ortega Basagoiti, Josep Pascual,
Javier Pérez Senz, Pablo Queipo de Llano Ocaña, Francisco Ramos, Arturo Reverter, Justo Romero, Stefano Russomanno, Carlos Sáinz
Medina, Pedro Sarmiento, Bruno Serrou, Franco Soda, Luis Suñén, José Luis Téllez, Claire Vaquero, Asier Vallejo Ugarte, Pablo J. Vayón,
Juan Manuel Viana, José Luis Vidal, Albert Vilardell, Carlos Vílchez Negrín.
Traducciones
Rafael Banús Irusta (alemán) - Enrique Martínez Miura (italiano) - Barbara McShane (inglés) - Juan Manuel Viana (francés)
Impreso en papel 100% libre de cloro
PRECIO DE SCHERZO
PRECIO DE LA SUSCRIPCIÓN:
por un año (11 Números)
España (incluido Canarias)
en Europa y América:
60 €.
Europa:
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Europa: 6 €.
Reino Unido: 5 £.
USA, México y
América del Sur: 10 $
Esta revista es miembro de
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Revistas Culturales de
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organismo público ni privado. La dirección
respeta la libertad de expresión de sus colaboradores. Los textos firmados son de exclusiva
responsabilidad de los firmantes, no siendo
por tanto opinión oficial de la revista.
1
OPINIÓN
OPINIÓN
EDITORIAL
2
VIEJA CULTURA EUROPEA
U
n año más, SCHERZO recoge en sus páginas las propuestas de los más
importantes festivales de verano en España y en el mundo, prestando
atención así a una de las manifestaciones más peculiares de lo que llamamos música clásica. A partir de la creación del de Salzburgo, los festivales,
sobre todo en Europa, han representado una mezcla peculiar de apertura y
formalismo frente a lo que podríamos llamar las temporadas regulares. Los
hay distendidos y protocolarios, democráticos y exclusivos, baratos y caros,
casi todos aprovechan lugares muy especiales y la mayoría representan un
valor añadido para ese turismo veraniego, generalmente de alto poder adquisitivo, que tanto suele influir en la economía de las ciudades que los acogen.
La suspensión de muchos de ellos el año pasado en Francia, recordada estos
días a la búsqueda de que no vuelva a repetirse el conflicto laboral que originó la crisis, puso de manifiesto hasta qué punto cultura, economía y sociedad
van aquí de la mano.
Naturalmente, los festivales más deslumbrantes marcan la pauta
general. Se habla del fin del reinado de Peter Ruzicka en Salzburgo, de las
buenas perspectivas que se abren en Glyndebourne con la llegada de Vladimir Jurowski, del retorno de Pierre Boulez a Bayreuth o del escándalo que
pueda causar en Edimburgo el montaje de Il trovatore a cargo de Calixto Bieito. Lucerna se abre al tema de la libertad, Pésaro sigue siendo el referente rossiniano, Kuhmo el reino de la música de cámara y Wexford el de la rareza. Y,
entre nosotros, Granada, San Sebastián, la Coruña o Perelada pasan de Mozart
a Dalí o del camino de Santiago a Isabel la Católica en una búsqueda necesaria de una personalidad propia e identificable.
Ahí es donde quizá esté el gran reto de los festivales veraniegos, en
su posibilidad de ofrecer algo distinto, en la especialización sensata y no
excluyente, en la diferenciación con los repertorios de temporada. Es verdad
que las grandes orquestas o los grandes espectáculos atraen especialmente a
quienes viven allí donde es más difícil escucharlos a lo largo del año, pero
también lo es que la irradiación de una programación distinta será a la larga
más fructífera para la capacidad de atracción del lugar de que se trate. También lo han sabido entender pequeños festivales españoles que se acercan
con mayor o menor timidez a la puerta de las manifestaciones del verano,
pidiendo un sitio a través de una voz propia.
En todo caso hay que reconocer que la cultura de los grandes festivales, los que siguen siendo referencia inevitable año tras año, ha acabado por
unir lujo y necesidad pero con el aliciente de una apuesta por la creación que
seguramente sería imposible fuera de ellos. A la vista de los problemas financieros de tantas orquestas y de tantos teatros de ópera, los grandes festivales,
con sus patronos privados anhelantes de reconocimiento y glamour, pueden
permitirse aún el lujo de la apuesta. Pueden ser un banco de pruebas pero
también el lugar donde las prestigios se consolidan o se arruinan, donde las
orquestas se crecen, los solistas se cuidan y, sobre todo, los directores de escena de los espectáculos operísticos se juegan su reputación.
Si las temporadas regulares de los teatros de ópera o de las grandes y
no tan grandes orquestas sirven para mantener un ritmo adecuado a necesidades y pretensiones, los festivales marcan la excepción como norma y sólo en
esa excepcionalidad acaban por darse sentido propio. Otra cosa es que también sean el espejo de una sociedad que se mira mucho a sí misma, que se
regocija con cada encuentro anual en un marco incomparable mientras sigue
viviendo sus contradicciones. Salzburgo, Bayreuth, Edimburgo, Pésaro, Aixen-Provence… vieja cultura europea, cimientos de un presente que no debiera olvidar que el futuro existe.
OPINIÓN
La música extremada
Diseño
de portada
Argonauta
(Salvador
Alarcó
y Belén
Gonzalez)
UN PARTIDO DE TENIS
Foto portada:
J. Henry Fair
E dit a : S CH E RZ O E D IT ORI AL S .L .
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Gerardo Queipo de Llano
Pr e s id en te
Javier Alfaya
Consejero Delegado
Antonio Moral
REVISTA DE MÚSICA
Director
Luis Suñén
Redactor Jefe
Enrique Martínez Miura
Edición
Arantza Quintanilla
Maquetación
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Iván Pascual
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Javier Alfaya, Domingo del Campo,
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José Antonio Andújar
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Cristina García-Ramos (coordinación)
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DOBLE ESPACIO S.A.
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(E mail: [email protected])
Colaboradores
Cristina García-Ramos
Impresión
GRAFICAS AGA S.A.
Encuadernación
CAYETANO S.L.
Depósito Legal: M-41822-1985
ISSN: 0213-4802
A
Thelonious Monk le gustaba
mucho jugar al ping pong.
Con la paleta en la mano se
movía con la misma lenta agilidad con que deambulaba por el
escenario cuando se apartaba del piano para dejar que sus músicos improvisaran. Golpeaba la pelota con una
gracia seca, imprevisible, como entre
el azar y la maestría, igual que golpeaba las teclas. Arnold Schoenberg, en
su soleado exilio de California, se aficionó tanto al tenis que llegó a inventar un sistema de notación para registrar las jugadas. Dicen que después
de cada golpe de raqueta se quedaba
mirando la trayectoria de la pelota,
como con la intención de observar
un fenómeno físico por completo aleatorio. En Hollywood, en el verano
de 1937, George Gershwin invitaba a
su mansión con piscina y jardín a su
vecino Arnold Schoenberg, y los dos
se pasaban las mañanas jugando al
tenis, mientras muy cerca de ellos,
observando con indulgencia soñolienta las jugadas bajo el ala de una
pamela, Paulette Goddard tomaba el
sol al filo de la piscina, vestida con
un traje de baño que según testimonios solventes cortaba la respiración.
Gershwin era un coleccionista ávido
de arte moderno: entre sus cuadros,
aparte de obras de Picasso, de
Derain, de Juan Gris, de Rouault,
estaba el notable retrato que le había
pintado Arnold Schoenberg. Joven,
cargado de dinero y de éxito, Gershwin alimentaba en aquellas mañanas de soleada placidez algunas desazones privadas: triunfaba en Broadway, pero no acababa de situarse en
Hollywood, y los críticos le habían
perdonado la vida cuando estrenó
dos años atrás Porgy and Bess la ópera en la que había puesto toda su
voluntad de ser aceptado como un
músico serio; estaba enamorado de
esa mujer de ojos claros y cara redonda que le sonreía desde el filo de la
piscina, y no sabía que la distancia
que notaba en ella se debía en gran
parte a que ya estaba casada en
secreto con otro, con Charles Chaplin, también vecino en Beverly Hills,
y anfitrión de exiliados centroeuropeos y judíos, entre ellos, también,
Arnold Schoenberg. A pesar de su
aire de salud, de firme energía norteamericana, George Gershwin llevaba
meses sufriendo dolores terribles de
cabeza, mareos, pérdidas repentinas
de memoria. Tocando la parte solista
de su Concierto para piano y orquesta se había quedado en blanco. Sus
amigos achacaban esos síntomas al
rechazo que le producía Hollywood,
y le aconsejaron que acudiera a un
psicoanalista. Sólo unos meses después, en el otoño, Gershwin murió
de un tumor cerebral, sin haber cumplido 39 años.
Su amigo, su compañero en las
partidas de tenis, el compositor de
música difícil y terrible acento germánico, Arnold Schoenberg, le dedicó
una necrológica afectuosa y concienzuda, mostrando un aprecio por la
obra de Gershwin y una falta de prejuicios de los que la mayor parte de
sus incondicionales no habrían sido
capaces. Él, Schoenberg, encarnaba
la música más radical, más revolucionaria, árida, difícil, memorable: Gershwin era el autodidacta que inventaba sin apariencia de esfuerzo melodías que cualquiera tarareaba apenas
estrenadas en los teatros, que ganaba
ríos de dinero, que mostraba una
satisfacción entre impúdica e ingenua
por su propio éxito. Según propia
confesión, Schoenberg hubiera deseado que su música la silbara alguien
con la misma facilidad con que se silbaban por la calle las canciones más
populares de Gershwin: y también
hubiera querido darles una vida más
confortable a su mujer y a sus hijos, y
no someterlos a las estrecheces del
sueldo de un profesor prestigioso y
mal pagado, al que le quedó como
pensión, cuando se jubiló en la universidad de California, la suma mensual de 38 dólares. Quizás él también,
durante los partidos de tenis en el
verano de 1937, miraba de soslayo y
con deseo a Paulette Goddard, cuando emergía gloriosamente de la piscina con el pelo pegado a la cara y los
claros ojos muy brillantes. Tantos
años después, en otro siglo, muchos
de nosotros escuchamos con parecida devoción a Arnold Schoenberg y a
George Gershwin, y nos gusta imaginarlos jugando al tenis bajo el sol del
verano, lejos del presentimiento de la
muerte próxima y de la ruina inminente de Europa, cordiales entre sí y
poseídos cada uno de su propia
maestría, de sus diversas amarguras e
imposibilidades íntimas, enamorados
en secreto de Paulette Goddard.
Antonio Muñoz Molina
3
OPINIÓN
Prismas
SHOSTAKOVICH CONTROVERTIDO
S
i hay un compositor del siglo XX
cuya obra crece cada día es,
muy posiblemente, Shostakovich. No sé si es el compositor contemporáneo más interpretado tanto
en las salas sinfónicas como en las de
cámara, o en las teatros de la ópera,
ni tampoco el más grabado, pero sí
el que se ha hecho más popular. A
las críticas de antaño, muchas veces
lastradas ideológicamente, ha sucedido el entusiasmo. El descubrimiento
en el mundo occidental, relativamente reciente, de sus cuartetos, ha convertido en piezas fundamentales de
la música camerística, que ejercen un
atractivo cada vez mayor sobre un
público que no se reduce a los melómanos de siempre.
Pero si Shostakovich ha recibido
por fin el reconocimiento que se le
debía, su vida sigue siendo un misterio. Una pregunta fundamental sigue
en suspenso: ¿fue un resistente pasivo, que expresó su disidencia del
sistema soviético, de modo críptico
en sus obras, o fue un comunista
convencido al que la progresiva
degradación de la revolución bolchevique alejó de sus creencias políticas? Un reciente artículo de Jeremy
Elchler en The New York Times volvía
a plantear hace unas semanas la
cuestión. Elchler recuerda la polémica sobre la credibilidad del libro de
Volkov, que todo el mundo cita pero
del cual casi nadie está muy seguro,
utilizando las argumentaciones de
varios artículos recientes como el de
Laurel Fay, que ya en 1980 lo había
puesto en duda seriamente, y el
reciente A Shostakovich Casebook,
editado por Malcolm Hamrick
Brown.
Shostakovich vivió todo el horror
de la represión en los años treinta y
después, en los años terribles que
siguieron a la II Guerra Mundial, el
período menos conocido pero no
menos salvaje de los crímenes estalinistas. Lo que desconcierta es que en
1960, cuando todavía parecía posible
para muchos una regeneración del
sistema soviético, pidiera el ingreso
en el PC. Si algo se sabe de Shostakovich, aparte de que era un músico
genial, es que no tenía nada de
oportunista. ¿Por qué entonces,
cuando no lo necesitaba, esa petición de ingreso? No hay respuesta, al
menos por ahora, y ahí puede estar
la clave del enigma.
Javier Alfaya
CONCURSO DE COMPOSICIÓN SINFÓNICA
PARA GRAN ORQUESTA Y CORO OPCIONAL
“SANTANDER 250 AÑOS”
convoca :
dotación :
plazo pr esentación :
lugar pr esentación :
bases completas :
4
A yuntamiento de Santander
12.000 euros y estr eno de la obra v erano 2005
hasta 29 octubr e 2004
Ser vicio de Cultura
c/ Los Escalantes 3, 3ª planta,
39002 Santander
Tlf. 942-20-06-39
Email: [email protected]
w w w.ayto-santander.es
OPINIÓN
Musica reservata
POESÍA Y MÚSICA
A Celia Fernández Prieto, que algo tiene que ver en esto
E
l texto poético tradicional se distingue de la prosa por
sus propiedades musicales: métrica, rima, acentuación.
Una estrofa cualquiera consta de líneas que contienen un
número fijo de sílabas, cuya cantidad y disposición define la forma correspondiente (soneto, romance…) y cuyos sonidos finales se repiten en los siguientes de acuerdo a ciertas
simetrías (por ejemplo: haciendo corresponder versos pares o
versos impares). La similitud entre esta disposición discursiva y
la forma melódica es obvia: frases del mismo número de compases (lo más común es cuatro u ocho) articuladas en bloques
simétricos (antecedente y consecuente) a modo de pregunta y
respuesta y cuyo final reposa en una cadencia perfecta sobre la
tónica (que equivaldría a la consonancia) y una intermedia,
denominada semicadencia, sobre la dominante (que equivaldría a la asonancia). Naturalmente, hasta la música del clasicismo más académico ofrece desviaciones respecto a este esquema: pero eso sucede igualmente en formas poéticas como la
silva, esa mezcla de heptasílabos y endecasílabos que admite
incluso versos blancos y que puede articularse con una libertad
tal como para abarcar del Cántico espiritual de Juan de Yepes
(o De la Cruz) a las Soledades de Luis de Góngora.
El tercer factor, y el de mayor trascendencia, es la distribución de acentos dentro de la línea poética: cada verso es una
especie de unidad enunciativa en virtud de la dialéctica que
establece entre la significación y la estructura rítmico-acentual
a cuyo través esa significación se manifiesta, como sucede en
este fragmento de un soneto de Garcilaso:
El ancho campo me parece estrecho,
la noche clara, para mí es escura,
la dulce compañía, amarga y dura
y duro campo de batalla el lecho
La posición de los acentos tónicos en el interior de cada
línea duplica en el plano de la fonética (esto es: en la abstracción del sonido) el paradigma que vertebra el sentido: ancho
campo se opone a estrecho, y esa oposición en que reposa la
unidad significante refuerza su poder enunciativo gracias al ritmo creado por los acentos principales al coincidir con los conceptos enfrentados, patrón que se reitera en los versos sucesivos. La idea básica puede ser convencional, pero la presencia
del artificio fonético le confiere el hálito inequívoco de la escritura poética: no es el significado sino la música que en ese significado se inscribe y a cuyo través alcanza éste su realidad
material lo que trasmuta en sublime aquéllo que, sin ella, fuese
tal vez mera trivialidad.
La poesía descriptiva opera con abstracción aún más acusada: este famoso pareado con que finaliza la quinta octava de la
Fábula de Polifemo y Galatea de Góngora aporta un ejemplo
particularmente ilustre:
infame turba de nocturnas aves
gimiendo tristes y volando graves
La división bimembre de los versos y el encadenamiento
de las mitades respectivas tal vez no fuera más allá de un mero
juego formalista de no ser por el inconmensurable logro que
supone la coincidencia de los dos acentos principales del primero sobre la sílaba tur, con su vocal cerrada: la oscuridad del
sonido, la asociación que establece entre tímbrica y rítmica,
expresa mejor que cualquier metáfora —mejor incluso que la
propia imaginería conceptual que se pone en juego— la cuali-
Diego Velázquez: el poeta don Luis de Góngora y Argote. Boston,
Museo de Bellas Artes
dad lóbrega de la caverna del titán. En un registro diferente,
podemos hallar la misma idea en el arranque del que quizá sea
el más hermoso soneto de Quevedo:
Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra
El verso sólo completa su sentido al llegar al sujeto que,
con fuerte distorsión sintáctica, concluye la frase vertiéndose
sobre la línea sucesiva: esa anhelante dilatación cadencial (que
llamamos encabalgamiento) rompe la simetría al dirigir su
énfasis sobre la primera sílaba de la última palabra, donde el
acento incide —también aquí— sobre la vocal más oscura para
forjar la unidad entre significado y significante. Cualquier otra
ordenación haría imposible esa confluencia decisiva entre lo
musical y lo conceptual (el orden normalizado sería “la sombra
postrera podrá cerrar mis ojos”): la música es el agente que
traspone los elementos de la frase.
La emoción poética surge del vínculo que música y palabra
establecen en la médula del texto, como un destello súbito
entre la organización lingüística de aquélla y la sustancia musical de ésta que revelase el desbordamiento de cada uno de
tales universos sobre la faz del otro. Tan sólo cuando la música
se encarna en el concepto alcanza éste la cualidad de lo poético: la poesía es la primera —o si prefiere, la última— formalización musical posible.
José Luis Téllez
5
SCHERZO liceo dobleOK 2004 FIL
26/4/26
08:28
1
Página 1
ABONO A
Miércoles, 13 de octubre de 2004
Cuarteto Borodin
Cuarteto Residente del XIII Liceo de Cámara
Ciclo “Diálogos imaginarios” I
D. SHOSTAKOVICH
Cuarteto nº 7 en fa sostenido menor, op. 108 (1960)
L. v. BEETHOVEN
Cuarteto nº 7 en fa mayor, op. 59 nº 1 “Rasumovski” I (1806)
D. SHOSTAKOVICH
Cuarteto nº 11 en fa menor, op. 122 (1966)
Temporada
2004-2005
Avance de Programación
2
ABONO B
Jueves, 14 de octubre de 2004
Cuarteto Borodin
Cuarteto Residente del XIII Liceo de Cámara
Ciclo “Diálogos imaginarios” II
XIII Liceo
de Cámara
D. SHOSTAKOVICH
Cuarteto nº 1 en do mayor, op. 49 (1938)
L. v. BEETHOVEN
Cuarteto nº 8 en mi mayor, op. 59 nº 2 “Rasumovski” II (1806)
D. SHOSTAKOVICH
Cuarteto nº 8 en do menor, op. 110 (1960)
3
ABONO A
ABONO A
Miércoles, 1 de diciembre de 2004
Cuarteto Kopelman
S. PROKOFIEV
Cuarteto nº 2 en fa mayor, op. 92 (1942)
N. MIASKOVSKI
Cuarteto nº 13 en la menor, op. 86 (1949)*
P. I. CHAIKOVSKI
Cuarteto nº 3 en mi bemol menor (1876)
* Estreno en España
8
ABONO B
Martes, 21 de diciembre de 2004
Cuarteto Villa Musica
Kalle Randalu,
piano
Ciclo “Nuevos cuartetos” II
M. CANALES
Cuarteto de cuerda en re mayor, op. 3 nº 1 (1774)
J. TURINA
Cuarteto para piano y cuerdas en la menor, op. 67 (1931)
A. ARACIL
Cuarteto de cuerda nº 3 (2004)*
E. GRANADOS
Quinteto para piano y cuerdas en sol menor (1898)
* Estreno absoluto
Obra encargo del Liceo de Cámara de la Fundación Caja Madrid
Miércoles, 27 octubre de 2004
Cuarteto Artemis
Arcángel,
cantaor
Ciclo “Nuevos cuartetos” I
J. C. ARRIAGA
Cuarteto nº 1 en re menor (1824)
M. SOTELO
Cuarteto nº 2 para cuerdas y cantaor “Artemis” (2003-04)*
W. A. MOZART
Cuarteto nº 23 en fa mayor, K 590 “Prusiano” I (1790)
* Estreno absoluto
Obra encargo del Liceo de Cámara de la Fundación Caja Madrid en
coproducción con la BBC de Londres y la WDR de Colonia.
4
7
ABONO B
Viernes, 5 de noviembre de 2004
Trío Beaux Arts
W. A. MOZART
Trío en si bemol mayor, K 504 (1786)
A. SCHNITTKE
Trío para violín, violonchelo y piano (1992)
F. MENDELSSOHN
Trío nº 1 en re menor, op. 49 (1839)
9
ABONO A
Miércoles, 12 de enero de 2005
Cuarteto Oleg Kagan
Viktor Tretjakov, violín
Yuri Bashmet, viola
Natalia Gutman, violonchelo
Vassili Lobanov, piano
L. v. BEETHOVEN
Cuarteto para piano y cuerdas en mi bemol mayor,
op. 16 bis (1796-1810)
R. SCHUMANN
Cuarteto para piano y cuerdas en mi bemol mayor,
op. 47 (1843)
J. BRAHMS
Cuarteto para piano y cuerdas nº 1 en sol menor,
op. 25 (1861)
10
ABONO B
Viernes, 28 de enero de 2005
Cuarteto Borodin
Cuarteto Residente del XIII Liceo de Cámara
Ciclo “Diálogos imaginarios” III
5
ABONO A
Jueves, 25 de noviembre de 2004
La Risonanza
David Plantier y
Olivia Centurioni, violines
Caterina dell’Angelo, violonchelo
Franco Pavan, teorba
Fabio Bonizzoni, órgano y dirección
III centenario de la muerte de Heinrich von Biber
H. v. BIBER
Integral de Las sonatas del Rosario (c.1676)
I. Misterios Gozosos
II. Misterios Dolorosos
6
ABONO B
Sala de Cámara
11
ABONO A
Domingo, 30 de enero de 2005
Cuarteto Borodin
Cuarteto Residente del XIII Liceo de Cámara
Ciclo “Diálogos imaginarios” IV
L. v. BEETHOVEN
Cuarteto nº 15 en la menor, op. 132 “Galitzin” (1824?-25)
D. SHOSTAKOVICH
Cuarteto nº 15 en mi bemol menor, op. 144 (1974)
Viernes, 26 de noviembre de 2004
La Risonanza
AUDITORIO NACIONAL
DE MÚSICA
D. SHOSTAKOVICH
Cuarteto nº 9 en mi bemol mayor, op. 117 (1964)
L. v. BEETHOVEN
Cuarteto nº 9 en do mayor, op. 59 nº 3 “Rasumovski” III (1806)
D. SHOSTAKOVICH
Cuarteto nº 10 en la bemol mayor, op. 118 (1964)
Riccardo Minasi, violín y viola
Caterina dell’Angelo, violonchelo
Franco Pavan, teorba
Fabio Bonizzoni, órgano, clave y dirección
III centenario de la muerte de Heinrich von Biber
H. v. BIBER
Integral de Las sonatas del Rosario (c.1676)
III. Misterios Gloriosos
IV. Passacaglia
Balletti Lamentabili
Mensa Sonora (Partes II y III)
12 ABONO B
Jueves, 10 de febrero de 2005
Cuarteto Alban Berg
Ciclo “Diálogos imaginarios” V
F. SCHUBERT
Cuarteto nº 10 en mi bemol mayor, D 87, op. post. 125
nº 1 (1813)
R. HAUBENSTOCK-RAMATI
Cuarteto nº 2 “In memoriam Christi Zimmerl” (1977)
F. SCHUBERT
Cuarteto nº 15 en sol mayor, D 887 (1826)
SCHERZO liceo dobleOK 2004 FIL
13
26/4/26
ABONO A
Viernes, 11 de febrero de 2005
Cuarteto Alban Berg
Ciclo “Diálogos imaginarios” VI
A. BERG
Suite Lírica (1925-26)
F. SCHUBERT
Cuarteto nº 14 en re menor, D 810
“La muerte y la doncella” (1824)
14
ABONO B
Jueves, 24 de febrero de 2005
Cuarteto Belcea
Manuel Barrueco,
guitarra
Ciclo “Nuevos cuartetos” III
)
L. BOCCHERINI
Quinteto para guitarra y cuerdas en mi menor, G 451 (1799)
J. M. SÁNCHEZ VERDÚ
Cuarteto de cuerda nº 7 “Arquitecturas de la memoria” (2004)*
W. WALTON
Cinco Bagatelas para guitarra (1972)
L. BOCCHERINI
Quinteto para guitarra y cuerdas en re mayor, op. 40 nº 2,
G 341 “Del Fandango” (1788)
* Estreno absoluto
Obra encargo del Liceo de Cámara de la Fundación Caja Madrid
15
Miércoles, 2 de marzo de 2005
Juliane Banse,
soprano
Ciclo “Diálogos imaginarios” VII
F. MENDELSSOHN
Cuarteto nº 2 en la menor, op. 13 (1827)
J. WIDMANN
Cuarteto para cuerdas y soprano “Nueva York” (2004)*
F. MENDELSSOHN / A. REIMANN
Ocho Lieder para soprano y cuarteto de cuerda
sobre poemas de Heinrich Heine (1996)**
* Estreno. Obra encargo de la WDR de Colonia en coproducción con
la BBC de Londres y el Liceo de Cámara de la Fundación Caja Madrid
** Estreno en España
ABONO A
Sábado, 5 de marzo de 2005
Pinchas Zukerman, violín
Marc Neikrug, piano
6)
W. A. MOZART
Sonata en si bemol mayor, K 378/317d (1779)
J. BRAHMS
Sonata nº 2 en la mayor, op. 100 (1886)
L. v. BEETHOVEN
Sonata nº 10 en sol mayor, op. 96 (1812; rev. 1814-15)
17
ABONO B
Miércoles, 16 de marzo de 2005
Cuarteto de Tokio
)
F. J. HAYDN
Cuarteto en do mayor, op. 33 nº 3 “El pájaro”, Hob.III.39 (1781)
T. TAKEMITSU
“A Way a Lone” para cuarteto de cuerda (1980)
I. STRAVINSKI
Tres piezas para cuarteto de cuerda (1914)
W. A. MOZART
Cuarteto nº 15 en re menor K 421 (1783?)
18
19
Página 2
ABONO B
Jueves, 7 de abril de 2005
Cuarteto de Tokio
ABONO A
Jueves, 17 de marzo de 2005
Cuarteto de Tokio
Ciclo “Diálogos imaginarios” VIII
W. A. MOZART
Cuarteto nº 22 en si bemol mayor, K 589 “Prusiano” II (1790)
L. v. BEETHOVEN
Cuarteto nº 6 en si bemol mayor, op. 18 nº 6 (1800)
F. MENDELSSOHN
Cuarteto nº 1 en mi bemol mayor, op. 12 (1829)
TIPOS DE ABONOS
Se establecen dos tipos de abono –Ciclos A y B– a precio reducido (20% de descuento sobre la venta libre) con doce programas cada uno.
Joan Enric Lluna, clarinete
Ciclo “Diálogos imaginarios” IX
F. MENDELSSOHN
Cuarteto nº 5 en mi bemol mayor, op. 44 nº 3 (1838)
E. CARTER
Cuarteto nº 1 (1951)
W. A. MOZART
Quinteto para clarinete y cuerdas en la mayor, K 581 (1789)
20 ABONO A
Sábado, 9 de abril de 2005
Cuarteto Hagen
F. J. HAYDN
Cuarteto en sol mayor, op. 76 nº 1, Hob.III.75 (1797)
G. KURTÁG
Officium breve, op. 28 “In memoriam Andrea Szervánszky” (1989)
E. GRIEG
Cuarteto en sol menor, op. 27 (1877-78)
21
ABONO A
Martes, 17 de mayo de 2005
Cuarteto Alban Berg
Heinrich Schiff,
violonchelo
Ciclo “Diálogos imaginarios” X
ABONO A
Cuarteto Artemis
16
08:28
F. SCHUBERT
Cuarteto nº 12 en do menor, D 810 “Quartettsatz” (1820)
G. KANCHELI
“Night Prayers” para cuarteto de cuerda y
cinta magnetofónica (1991)
F. SCHUBERT
Quinteto de cuerdas en do mayor, op. 163, D 956 (1828)
22
ABONO B
Miércoles, 25 de mayo de 2005
The Lindsays
F. J. HAYDN
Cuarteto en sol menor, op. 74 nº 3, Hob.III.74 “El jinete” (1793)
M. TIPPETT
Cuarteto nº 3 (1946)
L. v. BEETHOVEN
Cuarteto nº 16 en fa mayor, op. 135 (1826)
23
ABONO A
Martes, 7 de junio de 2005
Cuarteto Emerson
Ciclo “Diálogos imaginarios” XI
J. S. BACH
El Arte de la Fuga, BWV 1080: Contrapuntos I, II y III. (1747-50)
F. MENDELSSOHN
Fuga del Cuarteto en si bemol mayor, sin opus. (1823)
J. S. BACH
El Arte de la Fuga, BWV 1080: Contrapuntos V y VII
F. MENDELSSOHN
Capricho para cuarteto de cuerda, op. 81 nº 3 (1843)
J. S. BACH
El Arte de la Fuga, BWV 1080: Contrapuntos IX, X y XII
F. MENDELSSOHN
Cuarteto nº 4 en mi menor, op. 44 nº 2 (1837)
24
ABONO B
Miércoles, 8 de junio de 2005
ABONO A
1
3
5
7
9
11
13
16
18
20
21
23
A. Cuarteto Borodin I
A. Cuarteto Artemis I+Arcángel
A. La Risonanza I
A. Cuarteto Kopelman
A. Cuarteto Oleg Kagan
A. Cuarteto Borodin IV
A. Cuarteto Alban Berg II
A. Dúo P. Zukerman/ M. Neikrug
A. Cuarteto de Tokio II
A. Cuarteto Hagen
A. Cuarteto Alban Berg III+H. Schiff
A. Cuarteto Emerson I
2
4
6
8
10
12
14
15
17
19
22
24
B. Cuarteto Borodin II
B. Trío Beaux Arts
B. La Risonanza II
B. Cuarteto Villa Musica+K. Randalu
B. Cuarteto Borodin III
B. Cuarteto Alban Berg I
B. Cuarteto Belcea+M. Barrueco
B. Cuarteto Artemis II+J. Banse
B. Cuarteto de Tokio I
B. Cuarteto de Tokio III+J. E. Lluna
B. The Lindsays
B. Cuarteto Emerson II
X. 13.X.2004
X. 27.X.2004
J. 25.XI.2004
X. 1.XII.2004
X. 12.I.2005
D. 30.I.2005
V. 11.II.2005
S. 5.III.2005
J. 17.III.2005
S. 9.IV.2005
M. 17.V.2005
M. 7.VI.2005
ABONO B
J. 14.X.2004
V. 5.XI.2004
V. 26.XI.2004
M. 21.XII.2004
V. 28.I.2005
J. 10.II.2005
J. 24.II.2005
X. 2.III.2005
X. 16.III.2005
J. 7.IV.2005
X. 25.V.2005
X. 8.VI.2005
PRECIOS Y VENTA DE ABONOS
CICLOS A y B (12 conciertos por ciclo):
ZONA A (Butacas y Tribuna central)
ZONA B (Tribunas laterales)
192 Euros
163 Euros
RENOVACION DE ABONOS
Los actuales abonados podrán renovar las mismas localidades
que tienen actualmente en su poder para la XIII edición del
Liceo de Cámara de la temporada 2004-2005, presentando
en taquilla las localidades correspondientes al último concierto
de cada uno de los respectivos ciclos de abono:
ABONADOS AL CICLO A:
Concierto nº 24. CUARTETO ALBAN BERG (21.V.2004)
ABONADOS AL CICLO B:
Concierto nº 23. CUARTETO ALBAN BERG (19.V.2004)
La renovación de abonos tendrá lugar exclusivamente en las
taquillas del Auditorio Nacional de Música del 15 de junio al
6 de julio de 2004 y será necesario presentar la localidad
correspondiente al último concierto del XII Liceo de Cámara
de la temporada 2003/04.
NUEVOS ABONOS
Los abonos que hayan quedado sin renovar, si los hubiere, se
podrán adquirir del 13 al 31 de julio y del 7 al 18 de septiembre de 2004 en las taquillas del Auditorio Nacional de
Música, en la Red de Teatros del INAEM (dentro de los horarios habituales de despacho de cada sala) y mediante el sistema de venta telefónica, llamando al número de Serviticket
902 332 211 (de 8 a 24 horas).
PRECIO Y VENTA DE LOCALIDADES
ZONA A (Butacas y Tribuna central)
ZONA B (Tribunas laterales)
20 Euros
17 Euros
Las localidades sobrantes que hayan quedado sin vender por el
sistema de abono, si las hubiere, se podrán adquirir igualmente
en las taquillas del Auditorio Nacional de Música, en la Red de
Teatros del INAEM (dentro de los horarios habituales de despacho
de cada sala) y mediante el sistema de venta telefónica llamando
al número de Serviticket 902 332 211 (de 8 a 24 horas).
VENTA ANTICIPADA: Del 23 de septiembre al 2 de octubre de 2004 para cualquiera de los 24 conciertos programados en el XIII Liceo de Cámara.
VENTA PARA CADA CONCIERTO: Con una semana de
antelación a la fecha de celebración del mismo.
FORMA DE PAGO: Tanto los abonos como las localidades de
venta libre se podrán adquirir en efectivo o mediante tarjetas
de crédito o débito: Cajamadrid, Visa, Eurocard, Master Card,
American Express, Servired y Dinners Club.
Cuarteto Emerson
Teléfono de información: 91 337 01 40
Ciclo “Diálogos imaginarios” XII
AVISO IMPORTANTE: Todos los programas, fechas e intérpretes
del XIII LICEO DE CÁMARA de la Fundación Caja Madrid son susceptibles de modificación. En caso de cancelación de alguno de los conciertos programados, se devolverá a los abonados 1/12 parte del
precio del abono adquirido y al público en general el importe del precio de la localidad. La devolución se hará efectiva 7 días después
de la cancelación del concierto en el lugar donde fue adquirida la
localidad. La suspensión de un concierto, no así su aplazamiento, será la única causa admitida para la devolución del
importe de las localidades. Se recomienda conservar con cuidado las localidades, pues no será posible su reposición en caso de
pérdida, deterioro o destrucción. No se atenderá ninguna reclamación una vez retiradas las localidades de taquilla.
J. S. BACH
El Arte de la Fuga, BWV 1080: Contrapuntos I y IV (1747-50)
F. MENDELSSOHN
Fuga para cuarteto de cuerda, op. 81 nº 4 (1827)
J. S. BACH
El Arte de la Fuga, BWV 1080: Contrapuntos VI y XI
F. MENDELSSOHN
Cuarteto nº 3 en re mayor, op. 44 nº 1 (1838)
J. S. BACH
El Arte de la Fuga, BWV 1080: Contrapunto XIII
F. MENDELSSOHN
Cuarteto nº 6 en fa menor, op. 80 (1847)
J. S. BACH
El Arte de la Fuga, BWV 1080: Contrapunto XIV
NOTA: Todos los conciertos se celebrarán a las 19:30 horas.
AVISO IMPORTANTE
Con la colaboración del Miniserio de Educación, Cultura y Deporte
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CON NOMBRE PROPIO
Constructor de orquestas
CHRISTOPH ESCHENBACH
PROPIO
CON NOMBRE
MARRINER
Orquesta de Filadelfia. Christoph Eschenbach. Valencia. Palau. 28-V-2004. Gil
Shaham, violín. Brahms, Shostakovich. Madrid. Auditorio. 29-V-2004. Berg, Mahler.
C
8
hristoph Eschenbach, a la cabeza hoy de las Orquestas de
Hamburgo, París y Filadelfia,
afirma que “No es el hecho de
dirigir numerosas orquestas lo que me
interesa, sino lo que puedo hacer con
cada una de ellas. En lugar de buscar
sus afinidades propias, quiero tocar
Beethoven con la Orquesta de París de
una manera alemana, y Ravel con una
orquesta alemana alla francesa. Y lo
mismo con una americana. Son el
oído, la concepción, la visión de las
sonoridades del director los que hacen
la interpretación. Es capital que una
orquesta tenga un director musical. La
única que puede pasar sin él es la
Filarmónica de Viena, cuya personalidad está forjada por generaciones de
músicos. Tienen la misma manera de
tocar desde hace doscientos años, los
mismos instrumentos, ¡y esa sala…!”.
Desde su primer puesto de director
musical en la Orquesta Filarmónica del
Estado del Palatinado en Ludwigshafen, Eschenbach está hoy, a sus sesenta
y cuatro años, considerado como un
constructor de orquestas. En efecto,
reavivó la tradición de la Tonhalle de
Zúrich, que había sido elevada a su
cima por Hans Rosbaud y Rudolf Kempe. Después tomó las riendas de la Sinfónica de Houston a la que convirtió, a
lo largo de once años, en una de las
principales orquestas americanas.
“Reclutamos —explica— a jóvenes de
muy alto nivel y trabajamos mucho.
Hacer evolucionar a una buena orquesta al rango de formación de primer plano siempre me ha apasionado. Una
orquesta debe destacar en todos los
repertorios, del barroco al contemporáneo, como hicimos en Houston. Invité
a especialistas del barroco que enseña-
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CON NOMBRE PROPIO
ESCHENBACH
ron la técnica y el fraseo pues, aunque no soy partidario de los instrumentos antiguos, considero que una
orquesta no debe desatender el estilo más adecuado”.
Director musical de la Orquesta de París desde 1999
y de la de Filadelfia a partir de 2003, pianista de renombre, Eschenbach se lanzó a la dirección de orquesta tras
un encuentro con George Szell. “Le conocí tocando en
Salzburgo junto a su Orquesta de Cleveland, con Herbert von Karajan en el Concierto para tres pianos de
Mozart. Karajan tocaba el tercer piano y dirigía desde el
teclado, yo tocaba el primer piano y Jörg Demus el
segundo. Szell estaba presente y, a la salida del concierto, me dijo: ‘¿Puedo dirigir su debut americano en Cleveland?’ Respondí: ‘Naturalmente, estaría muy honrado…’. ‘Pero, —añadió; esto era en 1967— sólo será
posible en 1969. Mientras tanto, es necesario que trabajemos juntos’. Y eso fue al día siguiente. Me hizo trabajar todo mi repertorio para piano y me invitó a sus
ensayos. Como él estaba a menudo en Europa, adapté
mi agenda para poder seguirle. Aprendí mucho en contacto con él, pues no solamente era un inmenso director sino también un gran pedagogo. Poco antes de su
muerte, yo debía de dar un concierto con él en Blossom, pero estaba tan enfermo que Pierre Boulez tuvo
que reemplazarle. Así toqué bajo su dirección el Concierto de la Coronación de Mozart. ¡Fue magnífico!”.
“Filadelfia —se felicita Eschenbach— tiene una gran
tradición modelada por los gigantes Leopold Stokowski
y Eugene Ormandy, y después por Riccardo Muti y
Wolfgang Sawallisch. Yo no soy más que el séptimo
director musical en ciento tres años; aunque alemán
como yo, mi predecesor adaptó el famoso Philadelphia
Sound que viene de Stokowski con su free bowing, un
golpe de batuta que amplifica la sonoridad. Esta tradición ha creado una resonancia lujuriosa en las cuerdas,
particularidad aplicable sólo a las obras del siglo XIX y
de la primera mitad del XX. Pero la orquesta sabe que
debe evolucionar y adaptarse a lo que toca”.
Eschenbach y la Orquesta de Filadelfia realzarán
una gira por España este mes de mayo, con obras de
Berg, Mahler, Brahms y Shostakovich.
Bruno Serrou
DISCOGRAFÍA SELECCIONADA
Adams/Glass: Conciertos para violín. ROBERT MCDUFFIE.
SINFÓNICA DE HOUSTON. Telarc 80494.
Berio: Rendering. SINFÓNICA DE HOUSTON. Koch 373822H1.
Berlioz: Sinfonía fantástica. ORQUESTA DE PARÍS.
Naïve V 4935.
Brahms: Sinfonías. SINFÓNICA DE HOUSTON. Virgin 5613602.
Bruckner: Sinfonía nº4. ORQUESTA DE PARÍS.
Ondine ODE 1030-2.
Mozart: Sinfonía concertante K. 364. Concierto para
violín K. Anh. 56. MIDORI, NOBUKO IMAI. ORQUESTA DE LA NDR
HAMBURGO. Sony SK 89488.
Pintscher: Sur départ. Herodiade-Fragmente. Música de
Thomas Chatterton. ORQUESTA DE LA NDR DE HAMBURGO.
DE
Teldec 84530-2.
Schoenberg: Orquestaciones de Bach y Brahms.
ORQUESTA SINFÓNICA DE HOUSTON. RCA 09026686582.
Schumann: Sinfonías. ORQUESTA DE LA NDR DE HAMBURGO.
RCA 74321618202.
Strauss: Lieder con orquesta. RENÉE FLEMING. SINFÓNICA DE
HOUSTON. BMG 09026685392.
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CON NOMBRE PROPIO
Wagner de época
DANIEL HARDING
Valencia. Palau de la Música. 17-V-2004. Orquesta de los Campos Elíseos. Director:
Daniel Harding. Németh, Begley, Reiter. Wagner.
P
ocos nombres han aparecido
con tanta fuerza en los últimos
tiempos como el jovencísimo
Daniel Harding que visitará el
Palau de Valencia con un programa
dedicado íntegramente a Wagner y
que tiene el interés añadido de contar
con la Orchestre des Champs Elysées.
Es verdad que, en los últimos años, se
han potenciado como nunca las figuras de los jóvenes maestros. Tras el
éxito del modelo Esa Pekka Salonen,
que empezó siendo un adolescente, o
el de Simon Rattle, encumbrado antes
de llegar a los cuarenta, la juventud se
impone lo mismo que en otros ámbitos de la vida cotidiana. Ahí están los
casos de Sakari Oramo, que lleva ya
unos cuantos años con fortuna diversa
en Birmingham o Ilan Volkov, titular
de la Orquesta de la BBC Escocesa
que, por cierto, visita estos días nuestros auditorios. A su lado podrían
sumarse media docena de personalidades que, progresivamente, se imponen
en las temporadas internacionales. Sin
embargo, el ejemplo de Harding es un
poco especial, ya que se puede hablar
de todo un niño prodigio que con
poco más que de veinte años se
enfrentaba a las mejores formaciones
de Europa con críticas entusiastas. En
una época de crisis discográfica, tiene
en su haber dos óperas y media doce-
na de grabaciones con un contrato en
exclusiva. En ese lanzamiento han
tenido mucho que ver sus dos mentores, Simon Rattle y Claudio Abbado. El
primero le dio la opción de debutar en
su orquesta de Birmingham en 1994,
lo que le permitió obtener el premio
Best Debut de la Royal Philharmonic
Society. Tras dos años de colaboración
con el maestro inglés, fue elegido por
Abbado como su asistente entre 1995 y
1996, lo que le abrió las puertas de la
Filarmónica de Berlín. Ese año hacía
su presentación en los Proms, siendo
el director más joven de la historia de
estos festivales. Después, todo ha ido
rodado. Ha sido principal director invitado de la estimable Orquesta de
Trondheim —una de las mejores formaciones provinciales en Noruega—
para pasar después por la de Norrköping en Suecia y culminar como responsable de la Deutsche Kammerphilhamonie de Bremen. Ha dirigido las
mejores orquestas desde Berlín a la
Sinfónica de Londres pasando por la
Gewandhaus, la Dresden Staatskapelle
y un largo etcétera. En el terreno de la
ópera, hay que destacar sus apariciones en Aix-en-Provence con cuyo
director, Stéphane Lissner, mantiene
una excelente relación. Allí dirigió un
estupendo Britten —The turn of the
screw— el Don Giovanni de Peter
Brook y llevará a cabo, si las huelgas
no lo impiden, una Travatia el próximo verano. También ha dirigido, o lo
hará en breve, a la Royal Opera House
y la Ópera de Viena. En España ha
dirigido a su Orquesta de Bremen en
una gira que no levantó grandes polémicas. La visita que realiza al Palau de
Valencia con la Orquesta de los Campos Elíseos tiene un gran interés, ya
que podremos escuchar el repertorio
wagneriano con instrumentos de época, lo que puede darnos algunas claves de la crisis vocal a la que se
enfrentan las gargantas que aspiran a
cantar Wagner.
Luis G. Iberni
DISCOGRAFÍA
Beethoven: Oberturas.
Britten: The turn of the Screw.
DEUTSCHE KAMMERPHILHARMONIE BREMEN. Virgin 5453642.
Brahms: Sinfonías nºs 3 y 4.
I. BOSTRIDGE, J. RODGERS. MAHLER CHAMBER ORCHESTRA. Virgin 545512.
Haydn: Conciertos para chelo.
G. CAPUÇON. MAHLER CHAMBER ORCHESTRA.Virgin 5455832.
Lutoslawski: Varias obras. S. KRINGELBORN.
ORQUESTA DE CÁMARA DE NORUEGA. Virgin 5452752.
Mozart: Don Giovanni. SOLISTAS. MAHLER CHAMBER ORCHESTRA.
D. K. BREMEN. Virgin 5454802.
Virgin 5454252.
Le boeuf sur le toit.
Obras para violín y orquesta.
R. CAPUÇON. DEUTSCHE KAMMERPHILHARMONIE BREMEN.
Virgin 5454822.
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AGENDA
AGENDA
Con renovado impulso
LA ORQUESTA DE LA SUISSE ROMANDE
undada en 1918 por
Ernest Ansermet, la
Orquesta de la Suisse
Romande estuvo muy
marcada por este gran director, que permaneció a su
frente durante casi cincuenta años. Ansermet pensó
seria y largamente en su
sucesor, puesto para el que
incluso llegó a considerar a
Ataúlfo Argenta, que dirigió
al conjunto en varias ocasiones y legó con él varios discos, pero cuya inesperada
muerte frustró el proyecto.
Las batutas que se sucedieron, por lo tanto, fueron:
Paul Kletzki, Wolfgang
Sawallisch, Horst Stein,
Armin Jordan —acaso el
que más claramente sintonizara con la tradición ansermetiana—, Fabio Luisi, que
introdujo a la centuria en la
interpretación de la ópera, y
Pinchas Steinberg. Próximamente, será Marek Janowski
quien se ponga al frente de
la formación. De acuerdo
con lo expresado por Steve
Roger, administrador general de la Orquesta, ésta está
F
12
en trance de superar la crisis
por la que atravesó hace
unos años. Crisis artística,
económica y de público: del
primer aspecto se ha ocupado la dirección de Steinberg, un director con “oficio” que ha buscado asegurar las bases técnicas del
conjunto.
Las cuestiones económicas son tal vez más arduas,
pero se ha puesto en marcha un ambicioso plan que
trata de compaginar el
hecho de que la orquesta
pertenece a una fundación
privada —que cuenta con
numerosos patrocinios de
empresas y benefactores—
con la participación de la
ciudad y el cantón. Para
Metin Arditi, presidente de
la Suisse Romande, esta
mezcla de lo público y lo
privado puede tal vez ser
algo “paradójica” pero también indicativa de que la
orquesta es un bien ciudadano. Por lo que respecta a
la renovación del público,
se actúa para hacer llegar la
música a los niños en la
escuela antes de que entren
en la adolescencia, si bien
Arditi no cree en el envejecimiento del público de la
música culta, porque considera que ésta sólo se valora
bien en la madurez.
Por su parte, Roger
expone el ambicioso plan
de actuación, consistente al
fin en colocar a la Suisse
Romande entre las diez
mejores orquestas europeas:
la grabación de nuevos discos, con una política de
programación muy concreta, de lo que es buena prueba el registro con obras de
Bloch (dirigido por Lior
Shambadal, RSR) y la grabación con Felicity Lott y
Armin Jordan de piezas de
Chausson, Ravel y Duparc
(æon), muy bien acogido
por la crítica. El repertorio
actual de la Suisse Romande
es generalista, aunque no
deja de hacer hincapié en
los franceses y los rusos, a
los que Ernest Ansermet
dedicara tanta atención.
La música actual, sin
embargo, figura con cautela
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Foto: Erich Auerbach
ANSERMET
STEINBERG
AGENDA
en los programas —recordemos que se hace un esfuerzo
por recuperar a parte del
público perdido o conseguir
uno nuevo—, aunque se realizan igualmente encargos,
por ejemplo los inmediatos
que señala Roger a Jarrell y
Eötvös. Pero no sólo para ser
ofrecidos una sola vez, sino
para difundirlos en varias
ocasiones. Asimismo, las
giras van a constituir un eje
fundamental de la renovación de la orquesta, como la
que trae la Suisse Romande
—que sólo había estado una
vez en Barcelona— a varias
ciudades españolas este mes
de mayo.
Enrique Martínez Miura
Orquesta de la Suisse Romande. Pinchas Steinberg. Nikolai Znaider, violín. Obras de Chaikovski. Barcelona. Palau. 20-V-2004.
Madrid. Auditorio. 21-V-2004. Murcia. Auditorio. 22-V-2004. Pamplona. Palacio de Congresos. 24-V-2004.
Dedicado a Francia
MÚSICA ANTIGUA EN EL CUARTEL
dos clases magistrales del primero de estos violagambistas—, una velada de laúd por
Hopkinson Smith, un concierto de Hippocampus, bajo
el título Las notas perdidas, y
un programa con obras de
fines del XV por Tritonus.
En mayo quedan aún dos
convocatorias: La Folía y
Pedro Bonet y La Risonanza
y Fabio Bonizzoni.
BONIZZONI
D
esde el pasado 19 de
abril viene celebrándose en el madrileño
Centro Cultural Conde Duque el IV Festival de
Música Antigua, que en esta
ocasión está dedicado a la
música francesa. Han pasado
ya la sesiones dedicadas al
Parnaso francés, con Wieland
Kuijken y Philippe Foulon —
a la vez que se celebraron
Madrid. Centro Cultural Conde Duque. 3-V-2004. La Folía.
Pedro Bonet. Obras de Boismortier y Montéclair. 6-V-2004.
La Risonanza. Fabio Bonizzoni. Obras de Couperin, Rameau ,
Blavet.
Ópera en escenarios naturales
CARMEN EN SEVILLA
A
nte más de doscientos
periodistas llegados
de todo el mundo,
Michael Ecker, productor ejecutivo de Opera on
original Site, presentó en
Sevilla el pasado 5 de marzo
las últimas novedades en relación a las representaciones de
Carmen que tendrán lugar
entre el 2 y el 11 de septiembre próximos en escenarios
naturales de la capital andaluza. Carlos Saura (director de
escena), Rafael Palmero (diseñador de los escenarios),
Gerardo Vera (director artístico y de vestuario) y el tenor
Neil Shicoff, que cantará el
papel de don José en la pri-
mera función, comentaron
sobre el terreno las características de esta producción, que
en palabras de Saura será una
Carmen “popular, colorista,
respetuosa y creativa”. Aunque aún no se conocen los
detalles de todos los repartos,
Olga Borodina será compañera de Shicoff el 2 de septiem-
bre, y también se espera la
participación de Angela Gheorghiu, Denyce Graves, Walter Fraccaro y Ruggero Raimondi, entre otros. Ecker
anunció que en 2005 Opera
on original Site representará
Fidelio en las ruinas de Itálica
y en 2006, Don Giovanni de
Mozart.
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AGENDA
Después de casi 100 años
UN REESTRENO DE ARRIAGA
L
a Joven Orquesta Juan
Crisóstomo de Arriaga
(Majadahonda) dirigida
por Vicente Martínez ha
elegido recientemente como
base de dos de sus programas dos obras de Juan Crisóstomo de Arriaga: la Obertura op. 20 (1821) y la Sinfonía en re menor para gran
orquesta (1825). La Obertura
op. 20 permanece inédita y
los materiales han sido preparados, para la interpretación en estos conciertos, por
los responsables de Coordinación y Dirección artística
Pedro y Pablo García López
de la Osa, a partir del autógrafo de la partitura. No se
conserva noticia de que haya
vuelto a interpretarse desde
1906 en que formó parte del
programa del concierto para
celebrar el primer centenario
de Juan Crisóstomo en Bilbao. Se trata de una de las
obras más notables del
autor, donde pueden apreciarse los avances que había
experimentado desde la
composición de sus primeras
obras.
La brillante interpretación, fruto del esfuerzo de
los jóvenes que han hecho
posible esta recuperación,
estuvo a la altura de las circunstancias y recibió calurosos aplausos.
Del Liceu al Palau
CAMBIO DE AIRES
14
MARTÍNEZ IZQUIERDO
L
a primera temporada
diseñada por Ernest
Martínez
Izquierdo
como director titular
de la Orquestra Simfònica
de Barcelona i Nacional de
Catalunya (OBC) concluye
oficialmente con dos audiciones de la Missa da
Rèquiem de Verdi (Auditori,
1 y 2 de mayo) que reafirman su fructífera colaboración artística con el Orfeó
Donostiarra. Tras la larga
etapa dirigida por Lawrence
Foster, marcada por las
giras internacionales y la
intensificación de la actividad discográfica, soplan
nuevos aires en la línea
artística del conjunto sinfónico catalán. Sus principales
objetivos para la temporada
2004-2005 son consolidar el
aumento del público y
diversificar el repertorio
programando más música
del siglo XX e introduciendo obras del período barroco, en un proceso de recuperación de un repertorio
que en los últimos años se
ha convertido en patrimonio casi exclusivo de los
conjuntos especializados.
Crece el número de
conciertos, que pasan de 74
a 82, y la diversidad de propuestas, pero la creación
estrictamente contemporánea sigue a raya: sólo dos
estrenos —obras de Xavier
Benguerel y Alberto García
Demestres. En cuanto a las
giras, se mantiene la habitual visita de intercambio
con la Orquesta Nacional
de España (ONE) y una cita
en el Musikverein de Viena,
a finales de 2005, mientras
la Orquesta Tonkünstler de
Viena actuará en el Auditorio. También se mantiene el
Festival de Mozart, con
Christian Zacharias al frente
de tres programas consagrados al clasicismo, y en la
amplia oferta, de la que
SCHERZO dará cumplida
información en el especial
dedicado a las temporadas
de las orquestas españolas,
destaca el creciente prota-
gonismo de compositores e
intérpretes nórdicos, por los
que el titular Ernest Martínez Izquierdo siente una
especial afinidad. En cuanto
a la búsqueda de nuevos
públicos, señalar que se
ponen a la venta 17.000
entradas más que en la temporada que ahora se cierra,
en la que se han ofrecido
160.358 localidades.
Nuevos aires entran
también en las perspectivas
de crecimiento del Auditori
de Barcelona, que cumplió
su quinto aniversario el
pasado mes de marzo. En la
presentación de la tempora-
da de la OBC, los representantes de la Generalitat y el
Ayuntamiento de Barcelona, de los que dependen el
Auditori y la OBC, mostraron su satisfacción por el
cambio político, que juzgan
beneficioso para poder
finalizar las obras de la sala
de música de cámara —
sigue pendiente la obtención del 50% de su financiación a cargo del Ministerio
de Cultura— y culminar así
un proyecto artístico que
lleva años varado. Quedan
otros temas pendientes,
puesto que, aunque parezca mentira, el Auditori de
Barcelona sigue siendo un
auditorio inacabado: basta
ver ese desangelado escenario, con el espacio vacío
que debería ocupar un
órgano que por no tener,
no tiene ni presupuesto de
compra. Mientras el Palau
de la Música ha culminado
con éxito su ampliación —
la inauguración de sus nuevas instalaciones, varias
veces anunciada y aplazada, tuvo lugar el pasado 22
de abril— el Auditori sigue
sin poder desplegar todas
sus actividades cinco años
después de su inauguración. Y eso, más que optimismo por el cambio, precisa una voluntad política
firme, clara y, a ser posible,
rápida.
Javier Pérez Senz
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AGENDA
LA LUNA DE BARCELONA
R
ecientemente comienza a prestarse internacionalmente la atención que merecen a las
óperas de Haydn. En España,
también han empezado a
interpretarse, bien que en versiones de concierto. Por ello,
el montaje de la disparatada
comedia Il mondo della luna,
sobre un texto de Goldoni,
estrenada en Esterháza en
1777, supone todo un acontecimiento. Se trata de una
coproducción del Teatro del
Liceo y el Teatre Lliure, que
contará con un reparto vocal
salido del XL Concurso Internacional de Canto Francesc
Viñas. La interpretación de la
ópera de Haydn es fruto de
un taller de ópera, una de las
experiencias más novedosas
de la programación del Liceo.
HAYDN
El Lliure en el Liceo
Barcelona. Teatro del Liceo.
3/9-V-2004. Haydn,
Il mondo della luna. Taller
de ópera del Teatre Lliure.
Grandes intérpretes
A CINCO Y A DOS
L
PIRES Y CASTRO
as próximas sesiones
del ciclo de Grandes
Intérpretes serán algo
atípicas, en primer
lugar, una velada de música
de cámara por Elisabeth
Leonskaja y el Cuarteto
Borodin, con un exigentísimo programa a base de tres
quintetos
monumentales
(Schumann, Franck y Shostakovich). No menos atractiva
será la sesión que reunirá a
Maria João Pires, tan admira-
da por el público madrileño,
con el joven pianista brasileño Ricardo Castro, ganador
del Concurso Internacional
de Leeds, en el que se alternarán obras a solo con otras
a cuatro manos.
Madrid. Auditorio Nacional. 3-V-2004. Elisabeth Leonskaja, piano. Cuarteto Borodin. Obras
de Schumann, Franck y Shostakovich. 24-V-2004. Maria João Pires, Ricardo Castro, piano.
Obras de Chopin, Schumann y Schubert.
UN ESTRENO DE OLAVIDE
C
Madrid. Auditorio
Nacional. 11-V-2004.
ORCAM. José Ramón
Encinar. Obras de Olavide,
Remacha y Granados.
uando hace dos años
un jurado formado
por músicos profesionales dio unánimemente el premio Reina Sofía
al compositor madrileño
Gonzalo de Olavide se produjo la sensación, muy
extendida, de que se había
llevado a cabo un acto de
justicia. En efecto, Olavide,
que trabajó muchos años en
grandes centros musicales de
Alemania y en Suiza, es una
de las figuras más indiscutibles de la composición española, pero es también una
figura aislada, que se sitúa en
el polo opuesto de la tendencia al show business y a la
autopublicidad —una forma
como otra cualquiera del
autobombo— no infrecuentes en nuestros medios musicales. Olavide tiene en su
haber una obra escasa pero
de extraordinaria calidad.
Hace poco una de sus piezas
más admiradas, Tránsito iba
a ser interpretada por la ONE
bajo la dirección del excelente director de orquesta polaco Antoni Wit, pero las interminables turbulencias de la
formación estatal, a las que
dio un marco de tragedia el
bestial atentado del día 11 de
marzo, dieron al traste con la
reposición de una obra que
había sido estrenada hace ya
muchos años por Jesús López
Cobos en un inolvidable concierto. Ahora nos llega, el 11
de mayo, el estreno absoluto
en el Auditorio Nacional de
Madrid de una nueva composición, Concertante Divides,
para gran orquesta y un coro
de 36 personas. Los intérpretes serán la Orquesta y Coro
de la Comunidad, dirigidos
por José Ramón Encinar. Una
ocasión, pues, para acercarse
al mundo creativo de un
compositor deliberadamente
marginal pero que goza de la
admiración y del respeto del
público y, aun más significativamente, de una gran
mayoría de sus colegas.
completará la serie con la
presencia del dúo formado
por el violinista Pablo Martín
Acevedo y el pianista
Duncan Glifford y dos
jóvenes virtuosos del
teclado: Denis Kozhukhin y
Boris Giltburg, este último
segundo gran premio en el
XIV Festival Internacional de
Piano de Santander. El ciclo
de este año rinde homenaje
a la memoria del profesor
Vicente Cacho Viu.
Escuela Reina Sofía
APUESTAS DE FUTURO
U
n año más la
Escuela Superior de
Música Reina Sofía,
con el patrocinio de
BT España, presenta su ciclo
que, con el título La
Generación Ascendente,
16
dedica a sus mejores
alumnos, a sus apuestas de
futuro. Cuando aparezca
este número de SCHERZO,
ya se habrán celebrado los
dos primeros conciertos. A
lo largo de mayo y junio se
Madrid. Auditorio Nacional. 12 y 26-V-2004 y 10-VI-2004.
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TEMPORADA
2004-2005
ORQUESTA Y CORO
NACIONALES DE ESPAÑA
JOSEP PONS DIRECTOR
ARTISTICO Y TITULAR
CONCIERTO 1 CICLO I
1, 2 Y 3 OCTUBRE 2004
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
CORO NACIONAL DE ESPAÑA
CORO DE LA COMUNIDAD DE MADRID
CORO DE CÁMARA DEL PALAU DE LA MÚSICA
CATALANA
A. Schönberg Gurrelieder
Elizabeth Whitehouse, soprano (Tove)
Charlotte Hellekant, mezzosoprano
(Waldtaube)
Thomas Moser, tenor (Waldemar)
Thomas Randle, tenor (Klaus Narr)
Albert Dohmen, bajo (Bauer)
Barbara Sukowa, narradora
Josep Pons, director
CONCIERTO 2 CICLO I
8, 9 Y 10 OCTUBRE 2004
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
M. Lindberg Feria
M. Ravel Concierto para piano y orquesta en Sol
mayor
J. García Román De civitate speculorum.
Epitafio
para la Reina Isabel la Católica (Encargo OCNE.
Estreno absoluto)
J. Sibelius Sinfonía núm. 5, en Mi bemol mayor,
opus 82
Joaquín Achúcarro, piano
Tuomas Ollila, director
CONCIERTO 3 CICLO II
22, 23 Y 24 OCTUBRE 2004
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
ORFEÓN DONOSTIARRA
G. Mahler Sinfonía núm. 2, en Do menor,
“Resurrección”
María José Moreno, soprano
Iris Vermillion, mezzosoprano
Rafael Frühbeck de Burgos, director
CONCIERTO 4 CICLO II
19, 20 Y 21 NOVIEMBRE 2004
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
J. M. Sánchez Verdú Taqsim
T. Takemitsu Quotation of dream
W. Lutoslawski Variaciones sobre un tema de
Paganini
C. Franck Sinfonía en Re menor
Katia y Marielle Labèque, dúo de pianos
George Pehlivanian, director
CONCIERTO 8 CICLO II
14, 15 Y 16 ENERO 2005
ORQUESTA Y CORO NACIONALES
DE ESPAÑA
J. Strauss Die Fledermaus, obertura
G. Mahler Des Knaben Wunderhorn (selección)
A. Berg Sieben frühe Lieder
F. Lehár Die lustige Witwe (selección)
Ana Ibarra, soprano
Markus Eiche, barítono
Josep Pons, director
CONCIERTO 5 CICLO I
26, 27 Y 28 NOVIEMBRE 2004
ORQUESTA Y CORO NACIONALES DE ESPAÑA
W. A. Mozart Concierto para piano y orquesta
núm. 9, en Mi bemol mayor, K 271,
“Jeunehomme”
W. A. Mozart Misa en Do menor, K 427 (417a)
Nelson Freire, piano
Deborah York, soprano I
Laura Alonso, soprano II
Christian Elsner, tenor
Karsten Mewes, bajo
Lorenzo Ramos, director
CONCIERTO 6 CICLO II
10, 11 Y 12 DICIEMBRE 2004
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
G. Mahler Sinfonía núm. 10 (edición: Deryck
Cooke)
Josep Pons, director
CONCIERTO 7 CICLO I
17, 18 Y 19 DICIEMBRE 2004
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
C. Halffter Adagio en forma de rondó
D. Shostakovich Sinfonía núm. 7, en Do mayor,
opus 60 “Leningrado”
Semyon Bychkov, director
CONCIERTO 9 CICLO I
21, 22 Y 23 ENERO 2005
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
R. Wagner Preludio y muerte de amor de “Tristán
e Isolda”
R. Strauss Salomé, opus 54, escena final
A. Schönberg Erwartung, opus 17
Ana María Sánchez, soprano
Anja Silja, soprano
Josep Pons, director
CONCIERTO 10 CICLO II
28, 29 Y 30 ENERO 2005
ORQUESTA Y CORO NACIONALES DE ESPAÑA
F. J. Haydn L'infedeltà delusa, obertura
P. I. Chaikovsky Suite núm. 4, en Sol mayor,
opus 61, “Mozartiana”
W. A. Mozart Sinfonía núm. 32, en Sol mayor,
K 318
F. Schubert Misa núm. 4, en Do mayor, D 452
Susan Bullock, soprano
Simone Schröder, mezzosoprano
Donald Litaker, tenor
Michael Volle, bajo
David Atherton, director
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CONCIERTO 11 CICLO I
4, 5 Y 6 FEBRERO 2005
ORQUESTA NACIONAL
DE ESPAÑA
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CARTA BLANCA
A HANS WERNER
HENZE
CONCIERTO 17 CICLO I
1, 2 Y 3 ABRIL 2005
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
F. Schubert Sinfonía núm. 7, en Si menor,
D. Glanert Aurum ed Argentum, movimientos de
D 759, “Inacabada”(*)
una misa de Heinrich Isaac (Estreno mundial)
A. Bruckner Sinfonía núm. 9, en Re menor (verG. Mahler Totenfeier
sión original)
Philippe Herreweghe, director
H. W. Henze Concierto para violín y orquesta núm. 3
H. W. Henze Sinfonía núm. 5
(*) Antigua numeración: número 8.
Benjamin Schmid, violín
CONCIERTO 18 CICLO I
Peter Rundel, director
CONCIERTO 12 CICLO I
11, 12 Y 13 FEBRERO 2005
ORQUESTA Y CORO
NACIONALES DE ESPAÑA
CARTA BLANCA
A HANS WERNER
HENZE
J. S. Bach Obertura núm. 3, en Re mayor, BWV
1068
H. W. Henze Das Floß der Medusa
Josep Pons, director
CONCIERTO 13 CICLO II
18, 19 Y 20 FEBRERO 2005
ORQUESTA NACIONAL
DE ESPAÑA
CARTA BLANCA
A HANS WERNER
HENZE
F. J. Haydn Sinfonía núm. 83, en Sol menor,
Hob 1:83, “La poule”
L. de Pablo Latidos
H. W. Henze Appassionatamente plus
L. Berio Quattro versioni originali della «Ritirata
notturna di Madrid» di L. Boccherini sovrapposte
e rascritte per orchestra
Arturo Tamayo, director
8, 9 Y 10 ABRIL 2005
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
A. Webern Passacaglia, opus 1
F. J. Haydn Concierto para violonchelo y orquesta
en Do mayor, Hob VIIb:1
J. Brahms Sinfonía núm. 4, en Mi menor, opus 98
Heinrich Schiff, violonchelo y director
CONCIERTO 19 CICLO II
15, 16 Y 17 ABRIL 2005
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
THE GABRIELI CONSORT
G. F. Haendel Athalia, HWV 52
Dominique Labelle, soprano (Athalia)
Mhairi Lawson, soprano (Josabeth)
Michael Chance, contratenor (Joad)
Paul Agnew, tenor (Mathan)
a determinar, bajo (Abner)
Paul McCreesh, director
CONCIERTO 20 CICLO II
6, 7 Y 8 MAYO 2005
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
CONCIERTO 14 CICLO II
25, 26 Y 27 FEBRERO 2005
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
M. García Obertura de “El califa de Bagdad”
(Edición crítica de Manuel Blancafort)
F. J. Haydn Sinfonía concertante en Si bemol
mayor, Hob.l:105
R. Schumann Sinfonía núm. 2, en Do mayor,
opus 61
Josep Pons, director
CONCIERTO 15 CICLO I
4, 5 Y 6 MARZO 2005
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
T. Bretón Escenas andaluzas
J. A. Amargós Suite flamenca (Encargo OCNE.
Estreno absoluto)
A. Márquez Danzón núm. 2
C. Garrido-Lecca Danzas populares andinas
B. Galindo Sones de mariachi
Miguel Poveda, voz
Juan Gómez “Chicuelo”, guitarra
Miguel Harth-Bedoya, director
CONCIERTO 16 CICLO II
18, 19 Y 20 MARZO 2005
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
CORO DE LA COMUNIDAD DE MADRID
J. S. Bach /
A. Schönberg Coral “Komm, Gott, Schöpfer,
Heliger Geist”, BWV 667
A. Berg Concierto para violín y orquesta
A. Webern Seis piezas para orquesta, opus 6
J. S. Bach Cantata núm. 78, “Jesu, der du meine
Seele” BWV 78
Sergei Teslia, violín
Ilan Volkov, director
A. Berg Tres piezas para orquesta, opus 6
H. Wolf Drei Gedichte von Michelangelo
A. von Zemlinsky Eine florentinische Tragödie,
opus 16 (ópera, versión de concierto)
Jane Irwin, mezzosoprano
Francisco Vas, tenor
Willard White, barítono
Josep Pons, director
CONCIERTO 21 CICLO I
13, 14 Y 15 MAYO 2005
ORQUESTRA SIMFÓNICA
DE BARCELONA I NACIONAL DE CATALUNYA
CONCIERTO 23 CICLO II
3, 4 Y 5 JUNIO 2005
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
L. van Beethoven Concierto para piano y
orquesta núm. 1, en Do mayor, opus 15
D. Schnebel Beethoven Symphony
L. van Beethoven Sinfonía núm. 4, en Si bemol
mayor, opus 60
Christian Zacharias, piano y director
CONCIERTO 24 CICLO I
10, 11 Y 12 JUNIO 2005
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
CORO NACIONAL DE ESPAÑA
CORO DE LA GENERALITAT VALENCIANA
M. de Falla /
E. Halffter Atlántida (versión de Lucerna)
Ofelia Sala, soprano (Reina Isabel)
a determinar, soprano (Pirene)
Joan Cabero, tenor (Tricéfalo)
Francesc Garrigosa, tenor (Tricéfalo)
Manuel Lanza, barítono (Corifeo)
José Antonio López, barítono (Tricéfalo)
Pléyades, Dama de la Corte y Paje
Josep Pons, director
CONCIERTO EXTRAORDINARIO I
23 ABRIL 2005
ORQUESTA Y CORO
NACIONALES DE ESPAÑA
CUARTO CENTENARIO
DE LA PRIMERA EDICION
DEL “QUIJOTE”
R. Strauss Don Quixote, opus 35
C. Halffter La del alba sería, suite de la ópera
“Don Quijote”
Asier Polo, violonchelo
María Rodríguez, soprano (Aldonza)
Diana Tiegs, soprano (Dulcinea)
Miquel Ramón, barítono (Cervantes)
Pedro Halffter, director
CONCIERTO EXTRAORDINARIO II
30 ABRIL 2005
ORQUESTA Y CORO
NACIONALES DE ESPAÑA
CUARTO CENTENARIO
DE LA PRIMERA EDICION
DEL “QUIJOTE”
J. Massenet Don Quichotte (selección)
J. L. Turina DQ (Don Quijote en Barcelona)
(selección)
José Ramón Encinar, director
G. Mahler Sinfonía núm. 6, en La menor, “Trágica”
Ernest Martínez Izquierdo, director
CONCIERTO 22 CICLO II
20, 21 Y 22 MAYO 2005
ORQUESTA Y CORO NACIONALES DE ESPAÑA
A. Dvorák Stabat Mater, opus 58
Iride Martínez, soprano
Katharina Kammerloher, mezzosoprano
Donald Litaker, tenor
Jan-Hendrick Rootering, bajo
Matthias Bamert, director
Veinticuatro programas de abono, en conciertos
de viernes, sábado y domingo. Todos los
conciertos se celebran en el Auditorio Nacional de
Música de Madrid (C/ Príncipe de Vergara, 146.
Tel. 91 337 01 40).
Venta de abonos: (Renovación según días y
ciclos) Desde el 20 de abril. Venta libre de
abonos: Desde el 2 de junio.
Lugares de venta:
Auditorio Nacional de Música, teatros del INAEM
(Teatro de la Zarzuela, Teatro María Guerrero y
Teatro Pavón).
Venta telefónica (Servicaixa: 902 33 22 11).
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ACTUALIDAD
BARCELONA
20
MIÉRCOLES DE PASIÓN
L’Auditori. Ibercamera. 31-III-2004. Rufus Müller, tenor (Evangelista); Michael George, bajo
(Cristo); Nancy Argenta, soprano; Michael Chance, contratenor; Mark Wild, tenor; Andrew
Foster-Williams, bajo (Pilato). Orquesta y Coro de The Academy of Ancient Music.
Director: Paul Goodwin. Bach, Pasión según san Juan.
BARCELONA
Las circunstancias de
tiempo, era el miércoles
de Pasión, favorecían la
escucha atenta y piadosa
del relato del evangelio
de San Juan, de su glosa
y comentario. Las circunstancias de espacio,
en cambio, eran en principio
desfavorables. La Academy
of Ancient Music, un conjunto exquisito y breve, como
es típico de los especialistas
en la música “antigua”, está
pidiendo como lugar natural
una capilla gótica o neogótica de “college” inglés y la
inmensidad vacía y fría del
Auditori no le sienta bien.
Quizá por eso la música y el
canto que compuso ese otro
santo, “san” Johann Sebastian, no nos llevaron al punto de conmoción pietista
para el cual (y para el servicio de Dios) fueron compuestos. Pero, en todo caso,
no fue por falta de rigor, de
investigación musical y filológica, ni de belleza en la
interpretación. Ésta quizá
pudiera haberse ahorrado
alguno de los “tics” propios
de los que se dedican a la
música antigua: el órgano,
de puro “positivo”, positivamente no se oía; por huir de
las exageraciones románticas
en los calderones a final de
versículo, en los corales, se
pasa a una ligereza que tampoco conviene al piadoso
canto de los fieles; y, a no
ser que se saquen consecuencias exageradas de la
dudosa presencia de un laúd
en el acompañamiento del
Arioso Betrachte, meine Seel’
(está escrito en la partitura
original, pero todo indica
que su parte la realizaba el
“cembalo”) no sabemos qué
pinta una tiorba, que más se
ve que se oye, en el “ripieno” (pero, eso sí, “hace”
música antigua). En fin, si se
prevé un contratenor para la
parte de “Alto”, prevéase
que tenga suficiente y bien
Michael Putland
NAC I O NA L
ACTUALIDAD
Fuera de su marco
Paul Goodwin
timbrada voz dentro de su
tesitura, para que no nos
pasemos en añorar a Norma
Procter. A cambio de eso, la
clave de toda la Pasión, el
recitativo del texto de la
Escritura, fue maravillosamente resuelto por el tenor
Rufus Müller: calidad y cantidad de la voz, color, cuidado de la dicción, espiritual
sobriedad en el canto, pero
expansión del sentimiento
cuando la conmovedora
escritura de Bach así lo pide
(el siempre esperado “weinete bitterlich”, las lágrimas
de Pedro; o el pasmoso “geiselte”, cuando el Evangelista
se refiere a la flagelación de
Jesucristo), todo eso convenció y conmovió (sólo un
pero, ya que se trata de tan
filológicas reconstrucciones:
el Evangelista debe leer, tie-
ne que leer el texto sagrado,
por más que lo domine tan
profundamente como en
este caso). Con Müller dialogaron cumplidamente los
dos bajos, George, que
desempeñó con digna profundidad la parte de Cristo,
y Foster-Williams, muy bueno en su parte de Pilato y
suficiente en las arias, como
Argenta y, un poco menos,
Wilde en las suyas. Los conjuntos estables de la Academy y su director, Paul
Goodwin, sirvieron con justeza a Bach, lo que es
mucho, pero les faltó, quiza,
ya se ha dicho, un punto
para recrear la piadosa
unción con que el cantor de
Santo Tomás compuso esta
música.
José Luis Vidal
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ACTUALIDAD
BARCELONA
Dos sopranos en recital
LAS DIVAS
Stefano Massimo
Barcelona. Gran Teatre del Liceu, 26-III-2004. Angela
Gheorghiu, soprano; Jeff Cohen, piano. Obras de Scarlatti,
Gluck, Martini, Bellini, Donizetti, Verdi, Gounod, Bizet,
Massenet, Delibes, Alessandrescu, Brediceanu, Gheciu y
Dendrino. 3-IV-2004. Montserrat Caballé, soprano; Manuel
Burgueras, piano. Obras de Stradella, Leo, Scarlatti,
Mercadante, Donizetti, Cilea y Massenet.
Angela Gheorghiu y Montserrat Caballé
Albert Vilardell
Recital
Kozená
Canciones de Ravel,
Shostakovich, Respighi,
Schulhoff y Britten.
^
ció una serie de obras, entre
las que merece destacarse la
belleza de la canción de
Dendrino. Ajustado el acompañamiento de Jeff Cohen.
Montserrat Caballé mantiene
en la actual etapa de su
carrera su interés por obras
desconocidas, que se adaptan a sus condiciones actuales, donde mantiene la
exquisita musicalidad y ese
canto fluido y elegante. El
programa incluía fragmentos
de Il Floridoro, de Stradella,
Ciro riconosciuto, de Leonardo Leo, Il conte d’Essex,
de Mercadante, Malvina y
Adelia, de Donizetti, Tilda,
Gina y Gloria, de Cilea, para
acabar con Arianne y Eve,
de Massenet, intercalando
alguna canción de estos
compositores, a los que dotó
de estilo y elegancia característica, siendo acompañada
con corrección, por Manuel
Burgueras.
^
E
n ocho días, han dado
recitales en el coliseo de
las ramblas dos grandes
divas, la primera en el
momento álgido de su carrera, la segunda en su madurez. Angela Gheorghiu es
una cantante con una voz
no especialmente bella y
penetrante, pero se impone
por su capacidad de comunicar y transmitir al oyente
sentimientos y la máxima
expresión en cada una de
sus intervenciones. El programa, que era variado, no
tenía un especial riesgo,
pero la soprano rumana
demostró, con una cierta
teatralidad, por qué está
donde está. Su fraseo sabe
diferenciar épocas y estilos,
usando con inteligencia el
canto legato y los portamentos, con un canto muy musical de los autores italianos y
una estudiada sutileza en los
franceses. Angela Gheorghiu
contribuye a la difusión de
los autores de su país y ofre-
Magdalena Kozená, mezzosoprano
Malcolm Martineau, piano
1CD 0028947158127
"Este nuevo álbum es un viaje a través de esferas
culturales, lenguajes y atmósferas diferentes. Magdalena ha
elegido obras de Ravel, Shostakovich, Respighi, Schulhoff y
Britten que pueden ser interesantes descubrimientos
incluso para muchos amantes del la canción"
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ACTUALIDAD
BARCELONA
OBC
POR DERECHO PROPIO
Barcelona. L’Auditori. Temporada de la OBC. 19-III-2004. Ida Haendel, violín. Coro Madrigal. Cor Lieder Càmera.
OBC. Director: Franz-Paul Decker. Obras de Bizet, Sarasate y Ravel. 26-III-2004. Martha Argerich, piano. OBC.
Director: Franz-Paul Decker. Obras de Ginastera, Schubert, Schumann y Piazzolla.
Assumpta Burgués
L
os dos conciertos de la
temporada de la OBC
anteriores a Semana Santa han tenido como protagonistas —y triunfadoras absolutas— indiscutibles a dos
máximas figuras en sus respectivas especialidades: la
violinista Ida Haendel y la
pianista Martha Argerich.
Ambas en un momento
espléndido de forma, de
madurez, de expresividad,
de dominio total de los
resortes del instrumento, de
equilibrio emocional, de
ductilidad en el lenguaje.
Ambas, además, sobrias en
su cometido y sin embargo
difícilmente superables en la
exuberancia de recursos y
registros. Impresionante y
conmovedor el Sarasate
(Fantasía sobre temas de
Carmen, op. 25 y Aires gitanos, op. 20) ofrecido por Ida
Haendel. Y de grandísima
altura el Ravel de Tzigane.
Rapsodia de concierto para
violín y orquesta. Virtuosis-
MARTHA ARGERICH con la OBC
mo para abordar lo brillante
y pirotécnico, sentido en la
expresión, dominio del fiato,
ductilidad en las gradaciones
sonoras, limpieza exquisita
en los ataques, musicalidad
extrema… Martha Argerich,
por su parte, se encargó del
Concierto para piano y
orquesta en la menor, op. 54
de Schumann, obra romántica en la que la pianista
argentina penetró con espíritu de disección pero a la vez
con sensibilidad extrema,
sabiduría y afán de dominación no exento, sin embargo,
del deseo —materializado—
de diálogo, porque no se trata de imponer sino de concertar. Es decir, de hacer verdadera música. Impresiona
en Ida Haendel y en Martha
Argerich su actitud al interpretar, desprovistas ambas
de tics, exhibicionismos, falsas posturas, vicios adquiridos o gestos de cara a la
galería. Y se agradece, además de todo ello, que se
centren en lo que importa:
penetrar en la obra y gozar
al darla vida. Porque así los
oyentes ganamos con seguridad. Franz-Paul Decker, uno
de los dos principales directores invitados de la OBC,
fue el nexo de ambos conciertos. Su momento actual,
por encima del bien y del
mal, le permite centrarse
también él en hacer música.
Que luego resuelva con desigual resultado las obras
escogidas es inherente a su
condición de director. Así
nos pareció con sus versiones de Bizet (Sinfonía nº 1
en do mayor), Ravel (Daphnis et Chloé, suite nº 2),
Ginastera (Glosas sobre
temas de Pau Casals, op. 48),
Schubert (Obertura Rosamunda, D. 644) y Piazzolla
(Tangazo. Variaciones sobre
Buenos Aires).
José Guerrero Martín
Messiaen, ese clásico
DE LA NATURALEZA, EL CIELO Y LAS ESTRELLAS
Barcelona. L’Auditori. Músiques Contemporànies Nous Sons 2004. 2-IV-2004. Paul Crossley, piano; David B.
Thompson, trompa. OBC. Director: Ernest Martínez Izquierdo. Messiaen, Des Canyons aux étoiles.
H
22
abía empezado el ya
tradicional Festival de
Músiques Contemporànies Nous Sons, en la edición
de este año, con un intenso
concierto —tal vez no suficientemente equilibrado en
la selección y distribución del
programa— a cargo de Percussions de Barcelona, el
grupo creado en 1978 por el
prematuramente malogrado
Xavier Joaquín, cuya heterogénea oferta comprendió
obras de Carles Santos, PereJosep Puértolas, Akira Nishimura y Ruud Wiener. Al cabo
de diez sesiones —desarrolladas entre el 16 y el 31 de
marzo—, cuarenta y cuatro
obras, treinta y siete estrenos
en España, y cinco primicias
absolutas, llegamos al cierre
de lujo con la monumental
Des Canyons aux étoiles, de
Olivier Messiaen, que se
ofrecía en primera audición
de la OBC, en esta ocasión
dirigida por su titular Ernest
Martínez Izquierdo. El resultado, además de espectacular, alcanzó elevadas cotas de
calidad. El director barcelonés —tan buen conocedor
del compositor de Aviñón,
con quien trabajó en Francia— ofició la ceremonia
mística y pagana a la vez —
hora y media larga de duración en total— con sabiduría
y eficacia, cuidando las texturas y los planos sonoros,
dando a la reducida cuerda
su cabal función, extrayendo
la brillantez, la potencia y los
matices de cada uno de los
infinitos sonidos en el
momento exacto y de la
manera más adecuada. Esta
dilatada partitura evocadora,
contemplativa y reflexiva,
fruto de la experiencia que
Messiaen tuvo en su visita a
algunos parques naturales de
Utah (Estados Unidos), es un
compendio de muchas cosas,
donde hay serialismo, politonalidad, ritmo, melodía, altos
vuelos líricos, majestuosidad
no gratuita… Todo ello
sabiamente condimentado y
domeñado por el intimismo
y la sobriedad. La OBC respondió espléndida y esplendorosamente, que no es lo
mismo. Magnífico y perfecto
el pianista Paul Crossley,
reconocido especialista en la
música de Messiaen. Excelentes los demás solistas. Y
en conjunto, todo colaboró
para que el Festival se clausurara con una sesión de
auténtica música. De las que
contribuyen a hacer justicia a
la buena música contemporánea. Y, por lo tanto, a hacer
afición.
J.G.M.
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ACTUALIDAD
BILBAO
Estreno britteniano
UN PETER GRIMES MEMORABLE
24
Han sido esta temporada, por el momento, dos
estrenos los que han
merecido los mayores
aplausos del público bilbaíno. Dos títulos que hace
no pocos años hubiera sido
realmente
sorprendente
encontrar en la programación anual de la ABAO: la
coproducción de Jenufa de
la Staatsoper de Viena y de
la Janácek Opera de Brno
triunfó de manera rotunda el
pasado noviembre, y en esta
ocasión ha sido la producción de Peter Grimes de la
Moneda de Bruselas la que
ha merecido el reconocimiento del público bilbaíno.
Curiosamente, sin ser el de
la Moneda un coliseo de
medios excesivamente superiores a los de los existentes
en España, su presencia en
nuestro país estos últimos
años está siendo notable
(precisamente este año ha
hecho Wintermärchen, de P.
Boesmans, en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona),
ya que su trabajo es garantía
de entrega y calidad cuando
se trata de presentar partituras más o menos novedosas.
De hecho, un título como
Peter Grimes puede resultar
tan atípico en la temporada
bilbaína como natural en la
bruselense, donde podría
ser considerada como una
obra de repertorio. Si ya la
inclusión de los dos novedosos títulos en la temporada
bilbaína mostraba que se
remaba en la dirección
correcta, a pesar de las iniciales reservas por parte del
público, la buena acogida de
aquéllos por parte de éste
ha venido a confirmar dicho
buen rumbo.
Peter Grimes, que efectivamente nunca antes se
había representado en Bilbao, es una obra basada en
un poema de G. Crabbe, y
narra cómo la contradictoria
personalidad de su protago-
Moreno Esquibel
BILBAO
Palacio Euskalduna. LII temporada de la ABAO. 31-III-2004. Britten, Peter Grimes. Michael Myers, Hélène Bernardy, Terje
Stensvold, Sarah Walker, Anne Collins. Coro y Orquesta del Théâtre Royal de la Monnaie. Director musical: Kazushi Ono.
Director de escena: Willy Decker. Escenografía y diseño de vestuario: John MacFarlane. Iluminación: Max Keller.
Producción del Théâtre Royal de La Monnaie de Bruselas.
Peter Grimes en la ABAO, en la producción del Teatro de la Moneda
nista, su misantropía y su
desdicha se enfrentan a la
hipocresía, los chismorreos y
cruel desconfianza de los
habitantes de Borough
(“Villa”), el modesto pueblo
de pescadores en el que
vive, conduciendo el drama
hacia un final trágico. El crudo lenguaje de Britten incorpora ideas propias de un
realismo expresionista, planteando un viaje a una Inglaterra decimonónica y casi
decadente. En su deseo de
crear una ópera puramente
inglesa, incluye fragmentos
musicales de inequívoco
color folclorista británico. Es,
en definitiva, una obra maestra que reúne lo mejor de su
autor y cuya fama no para
de crecer sesenta años después de su exitoso estreno.
Visualmente el espectáculo fue muy atractivo. En
una puesta en escena minimalista dominada por un
imponente plano inclinado,
la gris atmósfera permanentemente presente, incluso
acechante, ayuda a comprender e intensificar la turbia relación entre Grimes y
Borough, así como el infausto desenlace final. Willy
Decker, encargado de la
dirección escénica, controla
el escenario con una maestría
teatral ejemplar, mientras
Max Keller logra, a cargo de
la iluminación, efectos
impactantes, incluso tenebrosos, como la inmensa sombra
que proyecta Grimes al
entrar a la taberna “El Jabalí”
(Acto I, Escena II) intimidando a todos los presentes.
Musicalmente, el resultado fue también muy bueno.
El impecable trabajo de la
Orquesta del Théâtre Royal
de la Monnaie permitió a
Kasushi Ono desarrollar un
discurso muy coherente,
detallista y cargado de
impresionantes contrastes
dinámicos. No hubo una
sola escena que no mereciera la atención de Ono, cada
idea musical tenía un porqué y de cada una de ellas
se podía disfrutar. Por su
parte, el Coro del Théâtre
Royal de la Monnaie, con
sus 61 grandes artistas sobre
el escenario, hizo de su
actuación el auténtico corazón de la representación. Se
pudo ver tras ella un trabajo
serio, una sincronización
vocal y de movimientos
sobre el escenario realmente
admirables.
Sin duda el reparto estuvo a la altura. En general,
todos demostraron haber
trabajado y comprendido
bien sus papeles, y supieron
integrar sus ideas en la
visión de Ono. Probablemente la voz del tenor
Michael Myers, que sustituía
al en principio anunciado
Albert Bonnema, careciese
del volumen necesario para
encarnar al personaje central
de la obra, pero su propuesta es dramáticamente interesante y musicalmente suficiente para mantener el
notable nivel del conjunto
de la representación. Se
aplaudió mucho a la soprano belga Hélène Bernardy,
que además de cantar bien y
con gusto, exhibió tal vez la
mejor voz de la noche. Su
Ellen Orford fue un personaje creíble, conmovedor y
que inspiraba compasión.
Destacaron también la veterana Sarah Walker en el
papel de Sra. Sedley, cuya
línea de canto y su no excesivamente bella voz se adecuaban perfectamente a la
forma de ser de la chismosa
mujer, y Terje Stensvold,
magnífico barítono y actor,
en el de Balstrode. El público premió con cariño al chico Alex Schiphorst, que
encarnaba al desdichado
John, quien supo hacer frente a la presión del auditorio
con una naturalidad bastante
digna de admirar.
En suma, fue una noche
de ópera para recordar, en
la que quedó demostrado
que todo buen trabajo acostumbra a tener resultados en
consonancia. Y además no
es difícil extraer de este éxito una reflexión: ¿quién pondrá ahora en duda la acertada política de incluir títulos
inhabituales en la temporada
de ópera de Bilbao? Cada
vez quedan menos argumentos para cuestionarla. Si
es que queda alguno.
Asier Vallejo Ugarte
o SCHERZo 200x280color
1 18/09/2004
19/09/2004
21/4/11
21:56
Kraus Sinfonía en do menor
Página 1
C. Zacharias piano y director
17 28/01/2005
29/01/2005
30/01/2005
Mozart Concierto para piano y orquesta nº. 14
Mozart Concierto para piano y orquesta nº. 15
Mozart Serenata nº. 9 “Posthorn” 1-3
18 09/02/2005
C. Zacharias piano y director
Mozart Concierto para piano y orquesta nº. 11
Miércoles
26/09/2004
19 11/02/2005
Mozart Música del balet Idomeneo
C. Zacharias piano y director
Mozart Concierto para piano y orquesta nº. 13
D. B. Thompson trompa
12/02/2005
13/02/2005
20/02/2005
E. Martínez Izquierdo director
Beethoven Concierto para piano nº. 5 “Emperador” G. Cascioli piano
17/10/2004
Saariaho Du Cristal
T. Ollila director
Rajmáninov Concierto para piano y orquesta nº.2
E. Leonskaya piano
Música de películas de ciencia ficción
23 11/03/2005
31/10/2004
L. Foster director
06/11/2004
07/11/2004
13/11/2004
14/11/2004
20/11/2004
21/11/2004
M. Valdés director
Ligeti Lontano
E. Martínez Izquierdo director
Mendelssohn Concierto para violín y orquesta nº. 2 J. Bell violín
Wagner Lohengrin. Acto III preludio 1º y 2ª escena
F.-P. Decker director
Wagner Parsifal. Acto I cuadro II
N. Secunde soprano
P. Frey tenor
Orfeó Català (dir. J. Vila)
R. Strauss La mujer sin sombra. Fantasia
F.-P. Decker director
R. Strauss Capriccio. Escena final
F. Lott soprano
Boulez Rituel in Memoriam Bruno Maderna
E. Martínez Izquierdo director
Gerhard obra a determinar
L. Pesek director
Lara Hopscotch
M. Lindberg piano
Scriabin Concierto para piano y orquesta
J. Perianes piano
Lindberg Concierto para piano y orquesta
25 01/04/2005
Brahms Concierto para piano y orquesta nº. 2
E. Martínez Izquierdo director
Mestres Quadreny La realitat lliure
J. M. Colom piano
Montsalvatge Desintegració Morfològica
02/04/2005
03/04/2005
de la Xacona de Bach
L. Foster director
P. Amoyal violín
Koëring Concierto para violín y orquesta
Chaikovski Sinfonía nº. 6 “Patética”
Sibelius Pelleas y Melisande
10 19/11/2004
M. Grubinger percusión
Resto de programa a determinar
24 18/03/2005
Dvorak Sinfonía nº. 8
9 12/11/2004
12/03/2005
13/03/2005
Koussevitzki Concierto para contrabajo y orquesta C. Rahn contrabajo
Shostakóvich Sinfonía nº. 15
8 05/11/2004
Ligeti Melodien
Wagner La Valquiria. Acto I 3ª escena
Rossini Guillermo Tell. Obertura
K. Järvi director
Saint-Saëns Concierto para piano y orquesta nº. 2 J. Farran piano
escena de la Consagración
Á. Albiach director
23/10/2004
24/10/2004
7 30/10/2004
Gruber Rough Music.
Sibelius Sinfonía nº.5
22 04/03/2005
05/03/2005
06/03/2005
Nielsen Sinfonía nº. 4 “La Inextinguible”
6 22/10/2004
R. Strauss Intermezzo. Cuatro interludios sinfónicos Orquesta Tonkünstler de Viena
Berlioz Sinfonía Fantástica
21 25/02/2005
26/02/2005
27/02/2005
Stravinski La consagración de la primavera
5 16/10/2004
A. J. García violín
Concierto para percusión y orquesta
20 19/02/2005
Mozart Sinfonía nº. 35 “Haffner”
Beethoven Egmont. Obertura
V. Petrenko director
Arvö Part Tabula rasa
Beethoven Sinfonía nº. 7
Mozart Concierto para trompa y orquesta
02/10/2004
03/10/2004
Prokófiev Obertura sobre temas hebreos
Shostakóvich Sinfonía nº. 9
Mozart Serenata nº. 12
Martín y Soler Una cosa rara. Obertura
4 01/10/2004
M. Camilo piano
Charles “Seven looks”
Mozart Serenata nº. 9 “Posthorn” 4-7
3 25/09/2004
E. Martínez Izquierdo director
Demestres “Festa” Obra encargo OBC
Gershwin Concierto para piano y orquesta
Haydn Sinfonía nº. 80 en re menor
2 22/09/2004
Bernstein West Side Story
Schnyder The Revelation of Saint John
Orquesta y Coro del
Brahms Réquiem alemán
Gran Teatre del Liceu
Respighi Fuentes de Roma
J. Caballé director
26 08/04/2005
Beethoven Sinfonía nº. 4
09/04/2005
10/04/2005
Beethoven Sinfonía nº. 5
J. López Cobos director
S. Weigle director
11 26/11/2004
27/11/2004
28/11/2004
Benguerel Concierto para piano (obra encargo OBC) A. Attenelle piano
27 16/04/2005
17/04/2005
R. Strauss Sinfonía Doméstica
12 10/12/2004
11/12/2004
12/12/2004
Granados Goyescas. Intermedio
R. Gamba director
28 22/04/2005
Brotons Concierto para flauta y orquesta
M. Martínez flauta
23/04/2005
24/04/2005
Holst Los Planetas
Coro de Cambra del Palau de la
Boccherini Stabat Mater. Obertura
C. Scimone director
Pergolesi Stabat Mater
A. Moreno Lasalle soprano
Vivaldi Gloria
Coro Madrigal (dir. M. Barrera)
Mendelssohn Paulus.
J. López Cobos director
R. Sheeran soprano
C. Elsner tenor
Música Catalana (dir. J. Casas)
13 17/12/2004
Beethoven Sinfonía nº. 9 “Coral”
18/12/2004
19/12/2004
21/12/2004
E. Martínez Izquierdo director
C. Càrmina (dir. F. Marina)
09/01/2005
30/04/2005
01/05/2005
Chaikovski La Bella durmiente
X. Puig director
30 06/05/2005
07/05/2005
08/05/2005
15/01/2005
16/01/2005
Webern Seis piezas para orquesta
Haydn Sinfonía nº. 100
L. Hager director
Mozart Arias a determinar
B. Hendricks soprano
14/05/2005
15/05/2005
Berg Tres piezas orquestales
J. Pons director
Zemlinski Una tragédia florentina
J. Irwing mezzo
F. Vas tenor
W. White barítono
Homs Invenció
A. Ros Marbà director
Bartok Concierto para violín y orquesta nº. 2
K. Novell violín
Brahms Sinfonía nº. 2
Orquesta Nacional de España
Wolf Tres cantos sobre Miguel Ángel
Mahler Sinfonía nº. 10. Adagio
22/01/2005
23/01/2005
E. Martínez Izquierdo director
Mahler Sinfonía nº. 6 “Trágica”
Mahler Canciones a determinar
16 21/01/2005
Buster Keaton
Proyección de películas con música en directo C. Davis director
Chaikovski El cascanueces
31 13/05/2005
15 14/01/2005
“Cine mudo: Buster Keaton”
Cor de Cambra Auditori
E. Granados de Lleida (dir. X. Puig)
14 08/01/2005
Orfeó Català (dir. Josep Vila)
29 29/04/2005
32 20/05/2005
21/05/2005
22/05/2005
Sibelius Oceánidas
E. Martínez Izquierdo director
Dutilleux Concierto para violonchelo y orquesta
A. Karttunen violonchelo
Chaikovski Sinfonía nº. 5
Información de nuevos abonos en el 93 247 93 07 y en www.obc.es
Patrocinadores oficiales de la OBC:
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ACTUALIDAD
CUENCA
Cuenca, eñocionante y ascética
EL FULGOR DEL ESPÍRITU
CUENCA
Fotos: Santiago Torralba
XLIII Semana de Música Religiosa. 2/6-IV-2004. Hespèrion XXI. La Capella Reial de Catalunya. Jordi Savall. Scheidt,
Obras de Schein y Charpentier. Gustav Leonhardt, clave. Obras de L. Couperin, Böhm, Bach y Krebs. The English
Baroque Soloists. The Monteverdi Choir. Director: John Eliot Gardiner. Bach, Misa en si menor. Jordi Savall, viola da
gamba. Obras de Abel, Bach y Demachy. Orquesta Nacional Checa. Coro de Cámara de Praga. Director: Ondrej
Lenard. Houda-Saturavá, Vykopalova, Cerny, Chmelo. Obras de Dvorák. Alia Mvsica. Director: Miguel Sánchez.
Simulata sanctitas. Octeto Ibérico de violonchelos. Director: Elías Arizcuren. Obras de Bernaola, de Pablo, Xenakis,
Sánchez Verdú y Riley. Grupo Alfonso El Sabio. Luis Lozano Virumbrales. De la Torre, Escobar, Pastrana, Anchieta.
Viana Consort. Director: Ángel Recasens. Lobo y Anerio.
26
El tradicional festival conquense que se desarrolla
a la par que su Semana
Santa ha tenido en la edición de este año un especial relieve. En la primera
mitad, las tres patas que
caracterizan la Semana brillaron por calidad e interpretación: grandes páginas del
repertorio, recuperación de
nuestro patrimonio musical y
estreno de obras contemporáneas. El concierto inaugural, el Viernes de Dolores,
corrió a cargo de Jordi Savall
con su grupo Hespèrion XXI
y la Capella Reial de Catalunya, que, como primicia, ofreció el encargo que Forum
Barcelona le ha hecho a Arvo
Pärt, un canto de Pax Domine de gran expresividad y
sugerencias.
El gran repertorio estuvo
en Antonín Dvorák y la
Orquesta de Cámara Checa
y el Coro de Cámara de Praga. Agrupaciones que se
mueven como pez en el
agua en su repertorio nativo:
el Salmo 149, la Misa en re
mayor y el Te Deum, que
cantaron con fuerza y elasticidad. Por el contrario, las
agrupaciones checas no
estuvieron tan acertadas en
la presentación de la obra
estreno que firmaba José
María Sánchez Verdú. Empañaron una obra llena de
matices y ricas sonoridades.
Titulada Tenebræ (memoria
del fuego), está inspirada en
lo que José Ángel Valente
escribió sobre Tres lecciones
de tinieblas y las Lamentaciones de Jeremías. El texto
es el camino para presentar
una obra de gran personalidad marcada por una sola
línea sobre la que se levantan distintas columnas de
sonido que se van repitiendo y repitiendo, desde el
Jordi Savall en la Fundación Antonio Pérez
pianísimo al forte, hasta llevarnos al clímax, al fulgor de
sentir la obra en toda su
extensión. Magnífico estreno
en una desmerecida lectura.
El segundo estreno del festival era Arcángeles del compositor californiano Terry
Riley, el creador del minimal, de la música naïf. Ésta
en cambio estuvo tocada
impecablemente por el Octeto Ibérico de Violonchelos
de Elías Arizcuren, pero no
goza de la inspiración que se
aprecia en otra de sus obras
como Requiem for Adam (de
1999), que también es para
octeto de chelos. Junto a
Arcángeles se ofrecieron partituras de Sánchez Verdú,
Xenakis, Bernaola y Luis de
Pablo. Destacamos ahora la
de este último: …Eleison, un
requiem a la memoria de su
amigo Bernaola. Obra reflexiva, de complejo desarrollo,
de preguntas con muchas
respuestas, una partitura que
el tiempo colocará entre lo
más sobresaliente del maestro bilbaíno.
John Eliot Gardiner en el Auditorio de Cuenca
La recuperación histórica
la marcó Miguel Sánchez,
con su grupo Alia Mvsica y
Ángel Recasens, con su Viana Consort, en cuidadas
interpretaciones y minuciosas interpretaciones de polifonía española. Algo desencajada y bastante desequilibrada fue la lectura que hizo
el grupo Alfonso X El sabio,
que dirige Luis Lozano
Virumbrales, de la honras
fúnebres de Isabel I La Católica. Parece mentira que
estas partituras hayan tardado quinientos años en reestrenarse; ello pone de manifiesto el interés que existe
por nuestro patrimonio
musical.
Otra exquisitez a la que
sólo se puede acceder en un
festival como el de Cuenca
es a la música en la intimidad de pequeños y coquetos escenarios. Los responsables fueron Jordi Savall y
Gustav Leonhardt. El primero en la Fundación Antonio
Pérez, con obras de maestros alemanes y franceses, y
el segundo en la Iglesia
románica de Arcas (un pueblo serrano cercano a Cuenca). Nos quedamos con el
maestro del clave que, con
mitones y partituras manuscritas, nos dio una clase particular de cómo entiende a
L. Couperin, G. Böhm, J. S.
Bach y W. F. Bach: arcaico y
virtuoso. Ese mismo día,
después de este J. S. Bach
asceta y de mesa camilla,
tuvimos la gracia de escuchar al Bach altivo y luminoso de su Misa en si menor.
La impresionante interpretación que nos ofreció John
Eliot Gardiner, con The
English Baroque Soloists y el
Monteverdi Choir, caló con
indescriptible emoción en
músicos y público; de esas
veces que la técnica se evade para dar paso a los sentimientos que encierra una
partitura de esta profundidad. Vivencias que uno
recordará toda su vida, que
se cuentan en unidades.
Pedro Mombiedro
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ACTUALIDAD
CUENCA
Polifonía, música de cámara, gregoriano...
SONES DEL HUECAR
Cuenca. XLIII Semana de Música Religiosa. 7/11-IV-2004. Les Talens Lyriques. Director: Christophe Rousset. Obras de F.
Couperin, Leo y Caldara. Michael Thomas, violín; Micke Stirling, chelo; Joan Enric Lluna, clarinete; Jan Gruithuyzen, piano.
Consort de Violas da Gamba. Director: Carles Magraner. Obras de del Puerto, Messiaen y Dowland. La Colombina. Director:
Josep Cabré. Schola Antiqua. Director: Juan Carlos Asensio. Victoria, Oficio de Semana Santa. Schola Antiqua. Director: Juan
Carlos Asensio. Triduo Sacro. JONDE. Director: Antoni Ros Marbà. Bruckner, Octava. Naouri, Agnew, Azzaretti, FosterWilliams. Coro y Orquesta Age of Enlightenment. Directora: Emmanuelle Haïm. M. A. Charpentier, David et Jonathas. Forte,
Monar, Davislim, López. Coro de la Comunidad de Madrid. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Víctor Pablo Pérez. Obras
de Mozart. Al Ayre Español. Director: Eduardo López Banzo. Música de las catedrales españolas del s. XVII.
L
a segunda parte de la
XLIII Semana conquense
se abrió con la actuación
de Les Talens Lyriques, con
Christophe Rousset al órgano y la dirección. Ofreció el
grupo versiones estilistas y
expresivas, con un punto de
teatralidad, de las Tres lecciones de tinieblas para el
Miércoles Santo de Couperin, junto a lecturas casi operísticas de dos Lecciones de
Semana Santa de Leonardo
Leo y O Sacrum convivium
de Caldara. Se contó con
dos sopranos de excelente
canto exento de vibrato.
El estreno absoluto de la
obra de David del Puerto,
Advenit, defraudó un tanto
en el uso de la plantilla
empleada por Messiaen en
su obra maestra. La idea de
tocar entre los movimientos
del Cuarteto para el fin del
tiempo de éste las Lachrimæ
de Dowland se reveló absurda, por cuanto lo único que
se consiguió fue romper la
continuidad y la tensión de
lo que parecía una estupenda
versión del Cuarteto —pero
sin llegar a serlo, al carecer
de unidad— con el tañido
mediocre y monótono de las
violas da gamba. Una experiencia totalmente fracasada.
Uno de los momentos
más esperados de la presente edición era la producción
del monumental Oficio de
Victoria por La Colombina y
Schola Antiqua. El empleo
del canto llano —espléndidamente defendido por
Asensio y su grupo— creó el
contexto necesario para la
polifonía de Victoria, bien
que se procediera a los cortes imprescindibles para
reducir la interpretación a
los límites temporales de
tres conciertos. El balance
global de las tres jornadas
La Colombina y Schola Antiqua en la iglesia de San Miguel
Emmanuelle Haïm en el Auditorio de Cuenca
dedicadas a Victoria debe
tenerse como positivo, aunque se apreciaran algunas
debilidades en el canto de
La Colombina —que ha
experimentando algunos
cambios en sus integrantes—, sobre todo en la
segunda sesión. Schola Antiqua y Juan Carlos Asensio
dieron también toda una lección de música funcional en
su participación de los oficios del Triduo sacro.
No es éste el lugar para
discutir si la Octava Sinfonía
de Anton Bruckner tiene o
no algo de religioso, lo
importante es que asistimos
a una magnífica interpretación, a cargo de la JONDE y
Ros Marbà, de sólida arquitectura y cuidado fraseo; en
especial, en el tiempo lento.
La admirable entrega de los
instrumentistas del primer al
último compás debería hacer
meditar a más de una orquesta formada por adultos.
Otro punto fuerte de la
Semana lo constituyó la
recreación de David et
Jonathas de M. A. Charpentier, obra que Haïm planteó
con vivacidad y brillantez
extraordinarias. Su entendimiento de las danzas, por
ejemplo, fue obviamente el
de una conocedora.
Una pena que el programa mozartiano de la Sinfónica de Galicia acabase descompensado por una primera parte más bien pobre, un
aria suelta de David penitente y la endeble cantata K. 42.
La gran Misa K. 427, en
cambio, contó con una aproximación muy nítida y animada, tal vez únicamente
perjudicada por una cierta
tendencia al grito en fortísimo del coro.
Finalmente, el renovado
Al Ayre Español y López
Banzo desenterraron varios
tesoros españoles del siglo
XVII, lo que puso de nuevo
de manifiesto la gran categoría de autores como Sebastián Durón o Patiño.
E.M.M.
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ACTUALIDAD
LA CORUÑA
Bruckner y Mahler
LO MEJOR DE CADA UNO
Rafa Martín
VÍCTOR PABLO PÉREZ
Auditorio. 19-III-2004. Ewa Kupiec, piano. Orquesta Sinfónica
de Galicia. Director: Stanislav Skrowaczewski. 3/4/04. Obras
de Chopin y Bruckner. Orquesta Sinfónica de Galicia. Orquesta
Joven de la OSG. Coro de la OSG. Coro de la Comunidad de
Madrid. Cinzia Forte, soprano; Marjana Lipovsek,
mezzosoprano. Director: Víctor Pablo Pérez. Mahler, Sinfonía
nº 2 “Resurrección”.
LA CORUÑA
El primer concierto mostró un singular acoplamiento de dos compositores muy diferentes.
También fueron dispares
los resultados. En el Concierto nº 2 de Chopin,
gustó, aunque no entusiasmó, Ewa Kupiec que
ofreció una lectura poco tradicional: contenida y de sutiles contrastes; Skrowaczewski realizó una magnífica
labor concertadora. Pero
donde el director polaco
maravilló en verdad al público fue en la Sinfonía nº 2 de
Bruckner, al traducir los
cambiantes y contrastados
sentimientos que alberga la
partitura: delicadeza, fuerza,
unción religiosa, inspiración
satánica, sentimiento de la
naturaleza. La Sinfónica de
Galicia, bajo su batuta, dio
lo mejor de sí misma. La versión permanecerá para el
oyente coruñés como una
auténtica referencia.
La estremecedora Sinfonía nº 2 de Mahler halló brillante traducción en la batuta de Víctor Pablo que concertó con autoridad los
amplísimos elementos —dos
solistas, dos coros, dos
orquestas— que requiere
este cuadro sinfónico monumental y atormentado, de un
Mahler en sentido puro. No
es la primera vez que me
28
refiero a la predilección que
muestra el director burgalés
por el repertorio sinfónicocoral y a los excelentes
resultados que obtiene con
este tipo de obras. Y también a la especial empatía
que mantiene con algunos compositores: Mahler,
Bruckner, Shostakovich, entre otros. El entendimiento y
la transmisión del mensaje
del compositor austriaco son
evidentes. Magníficas las dos
solistas, sobre todo la conocida mezzo, Marjana Lipovsek. Espléndidos los dos
coros, tanto el de la OSG
como el de la Comunidad de
Madrid; uno y otro se hallan
en un buen momento artístico, bien regidos por Company y Casas, respectivamente; dirigidos por Víctor
Pablo, han cantado con una
admirable conjunción: precisos, afinados y logrando pianísimos de una perfección
asombrosa. Mención especial para la Sinfónica de
Galicia, reforzada con la
agrupación de jóvenes. Tal
vez el mayor mérito sea para
éstos que han actuado junto
a sus maestros sin demérito
alguno, sin el menor fallo. Al
final, impresionantes y repetidas aclamaciones. Una
gran velada.
Julio Andrade Malde
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ACTUALIDAD
MADRID
De Babilonia a una estación espacial
CIERRA LOS OJOS
Desde Pésaro del último
verano, pasando por
Turín, llega este montaje
del suizo Kaegi, iconoclastamente
gratuito,
donde la Babilonia original se convierte en una
enorme sala, evocando con
toda su escenografía y
maquinaria filmes de agentes secretos o ciencia ficción.
A tan aparatoso espectáculo,
con abundante presencia de
una muy bien manejada
comparsería (todo hay que
decirlo), no puede negársele
ni coherencia ni laboriosidad, pero ello hace aún más
lamentable la inanidad de
tamaño trabajo para lograr
resultados tan poco convenientes, porque nada aportan a la ópera rossiniana (a
la que incluso perjudican en
comprensión y goce), resultando asimismo de una agobiante fealdad y mal gusto,
apreciación extensible al original pero disparatado vestuario, indigno de un profesional de la categoría suficientemente demostrada de
William Orlandi. Menos mal
que, cerrando terapéuticamente los ojos, lo que se
escuchaba sí era de un Rossini y, encima, de altísimo
nivel.
A comenzar por la pulquérrima, transparente lectura de Zedda, muy bien concertados orquesta (notable)
con coro (excelente), en una
comunicación fluida de foso
y escena, viva de tiempos,
limpia de contrastes, enérgica de impulso. Zedda cada
vez dirige mejor. Bien arropados por los siempre capaces Eduardo Santamaría
(Mitrane), María José Suárez
(Azema) y Riccardo Ferrari
(sólido Fantasma de Nino),
de menos a más, Bou destacó como es preceptivo la
parte normalmente en recitato de Oroe, solemne y
poderoso, con una voz de
bajo que paulatinamente
Javier del Real
MADRID
Teatro Real. 17-IV-2004. Rossini, Semiramide. Ángeles Blancas, soprano (Semiramide); Daniela Barcellona,
mezzosoprano (Arsace); Ildar Abdrazakov, bajo (Assur); Antonino Siragusa, tenor (Idreno); Felipe Bou, bajo (Oroe). Coro
y Orquesta del Teatro Real. Director musical: Alberto Zedda. Director de escena: Dieter Kaegi. Escenografía y figurines:
William Orlandi. Iluminador: Roberto Venturi.
Ángeles Blancas en Semiramide de Rossini en el Teatro Real
parece adquirir mayores
contornos. Siragusa tiene la
voz que corresponde al
papel de Idreno (ya que no
está pensado para un tenor
rossiniano “napolitano”, tipo
David o Nozzari), muy bien
resuelta y situada como es
necesario “muy arriba”, emitida con pasmosa seguridad,
por lo que cantó las dos dificultosas arias deslumbrando
por las posibilidades y por el
intachable estilo; de hecho,
inatacable, fue el mejor de
todo el equipo. La voz de
Abdrazakov es de gran
riqueza, en color, rango y
volumen; aunque sigue
necesitando pulir algo su
canto, esperó a su magnífica
escena para arrasar, sin
paliativos, dejando también
hasta entonces otras muestras de su categoría, en el
dúo con la soprano, por
ejemplo.
Tras una cavatina impecable de planteo y fervor,
Barcellona fue el Arsace
extraordinario, por lustre
canoro y concepción del
personaje, que ya ha demostrado en el sancta sanctorum
rossiniano de Pésaro y en
algún que otro decisivo
escenario internacional. De
cualquier modo, sigue
patente el hecho de que la
parte de este contralto in
travesti le es a veces demasiado grave para unos óptimos medios que adquieren
su mejor expansión en la
zona del centro (robusto) al
agudo (desprendido).
Blancas fue creciendo y
mucho, desde un aria que
sonó vagamente destemplada y con una coloratura a
veces poco limpia, mejora
bien apreciable a medida
que la voz se calentaba,
diseminando detalles de
mucha clase y culminando
su segundo dúo con Arsace
de forma magistral. Su fascinante presencia escénica,
por belleza y autoridad de
movimientos, fue un aliciente más para admirar los
resultados, en una entrega
que se potencia cuando el
papel le permite la expresividad propia de una artista
de raza y con abundantes
recursos para exponerla.
Fernando Fraga
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ACTUALIDAD
MADRID
Dos sainetes
PERICIA TEATRAL
Jesús Alcántara
TON KOOPMAN
Madrid. Teatro de la Zarzuela. 15-IV-2004. Serrano, La mala sombra. Milagros Martín. Pilar Jurado. Milagros Ponti.
Juan Meseguer. Enrique Ruiz del Portal. José Carlos Gómez. Sergio de Frutos. Paco Torres. Juan Matute. Emilio
Gavira. Raúl Talavera. El mal de amores. Mar Abascal. Pilar Jurado. Amanda Serna. Enrique Baquerizo. José Lifante.
Francisco Maestre. José Alonso. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Director musical: Miguel Roa. Director de
escena y escenografía: Francisco Nieva.
La mala sombra, de José Serrano y los hermanos Álvarez Quintero en el Teatro de la Zarzuela
D
30
isfrutaremos hasta el
próximo 16 de mayo
de la nueva producción que el céntrico Teatro
de La Zarzuela nos ofrece en
un programa doble dedicado a dos sainetes, producto
de la afortunada colaboración del músico valenciano,
José Serrano, y de los comediógrafos sevillanos, Serafín
y Joaquín Álvarez Quintero.
El tipo de obras a las que
se consagró Serrano al
comienzo de su carrera fue
aquél que enlazaba con la
tradición del género chico
decimonónico y que hizo
posible su pervivencia y
renovación. Junto a las de
Chapí vinieron a asegurar la
fórmula saineteril de los
escritores de Utrera, cuyo
teatro ocupa un lugar propio. En sus mayores aciertos
combinaba la sutileza psicológica, con un fondo humano y realista de la mejor
cepa castiza. Con ellos llega
la hora del teatro costumbrista andaluz, algo superfi-
cial, si se quiere, pero elegante y equilibrado, por el
que desfila la pintura de personajes, más que caracteres,
tipos, ambiente, enredo y
deleite con situaciones verdaderamente chispeantes y
con un lenguaje realista.
A poco de cumplirse un
siglo del estreno de El mal
de amores (1905) y La mala
sombra (1906) en el Teatro
Apolo de Madrid celebramos la recuperación de
estos sainetes que son escasamente conocidos en nuestros escenarios. Cada uno
de ellos constituye una buena demostración de lo que
en el género chico eran
capaces de realizar José
Serrano y sus libretistas.
Serrano con una Introducción y cuatro números
musicales en cada uno de
ellos nos da sus cálidas y
humanísimas
melodías,
todavía apuntadas, sin el
desarrollo que sus pentagramas alcanzarán posteriormente. Si El mal de amores
tiene música más inspirada,
con libreto que se me hace
inferior, a mi modo de ver,
y la presencia de una
corriente suavemente más
melodramática, La mala
sombra es literatura y arte.
Su esencia no está en el
argumento, sino en el diálogo, lleno de vida e ingenio
que absorbe toda la atención de los espectadores.
Presenciamos en el Teatro de la Zarzuela un espectáculo que quiso abordar a
los hermanos Álvarez Quintero con modernidad por
parte del escenógrafo y
director de escena, Francisco
Nieva, siempre creativo en
sus propuestas. La fantasía y
el preciosismo, así como
gran plasticidad estuvieron
presentes en ambos sainetes.
Añádase evocación lírica,
luces de magia y caballo en
escena, para dar con una
sabia fórmula, que trata de
superar el ineludible paso
de los años entre los espectadores de ayer y hoy, con
su tendencia al esperpento y
con su pizca de surrealismo.
Hubo un buen nivel de
actuación en un reparto que
respetó todas las características principales de los Quintero, y la escena corrió ágil, graciosa y chispeante.
Milagros Martín (Pepa la
Garbosa), Pilar Jurado (Leonor y Mariquilla), Enrique
Ruiz del Portal (Angelillo),
Mar
Abascal
(Carola),
Amanda Serna (La Amapola), Javier Alonso (Antoñillo), y Enrique Baquerizo
(Rafael) -que destacó en el
dúo de Rafael y Carola (El
mal de amores)- realizaron
un buen trabajo tanto en el
aspecto actoral como en el
canoro.
Miguel Roa preparó los
materiales musicales que se
encuentran en la SGAE y dio
el apoyo musical, al frente
de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, con su ya
consabida maestría.
Manuel García Franco
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ACTUALIDAD
MADRID
Gracia y elegancia
DEL ADRIÁTICO AL MANZANARES
Javier del Real
Madrid. Teatro Real. 15-IV-2004. Rossini, Il viaggio a Reims. Laura Giordano (Corinna), Lola Casariego (Melibea),
Mariola Cantarero (Folleville), María Rodríguez (Mme. Cortese), Israel Lozano (Belfiore), José Manuel Zapata (Libenskof),
David Menéndez (Lord Sidney), Simón Orfila (Don Profondo), Eric Martínez-Castignani (Trombonok), Marco Moncloa
(Don Alvaro). Orquesta-Escuela de la Orquesta Sinfónica de Madrid. Director musical: Josep Vicent. Director de escena
y elementos escénicos: Emilio Sagi. Figurinista: Pepa Ojanguren. Iluminación: Guido Levi.
María
Rodríquez,
Marco
Moncloa,
Simón Orfila,
Eric MartínezCastignani y
Lola
Casariego en
Il viaggio a
Reims de
Rossini en el
Teatro Real
U
n mayoritario reparto
vocal hispano, homogéneo en el estilo,
equilibrado en la vocalidad,
entusiasta en la entrega,
puso en pie esta producción
de Sagi que llega de Pésaro
y que va camino de convertirse en un clásico. Por la
gracia, sencillez, elegancia e
inteligencia de un concepto
donde los personajes aparecen descritos con sutiles pinceladas, en medio de una
acción jamás estancada (por
ejemplo, hasta el incómodo
ballet es utilizado sabiamente), en un alarde de sagaz
eficacia teatral. La Cantarero
domina su personaje en lo
vocal y en lo escénico y
David Menéndez mostró
unos interesantes medios de
bajo, con un canto cabal
apenas enturbiado por algunas vacilaciones. Al lado,
dos tenores con un futuro
envidiable: el madrileño
Lozano y el granadino Zapata, aquél más lírico que éste,
pero ambos con voces ricas,
bien colocadas, sólidamente
preparadas. Zapata, especialmente, deslumbró en un
papel de tesitura terrible,
exhibiendo un canto di sbalzo espectacular. Giordano,
la única no española del
reparto, fue la Corinna que
ya triunfara en Pésaro y
otros lugares, voz límpida y
penetrante, que lució sobre
todo en sus dos momentos
solistas. Muy desenvuelta y
efectiva la Cortese de Rodríguez, creciéndose paulatinamente, lo mismo que la
Melibea de Casariego, en
una complicada tesitura de
extremos,
dignamente
resuelta por la experimentada mezzosoprano. Orfila
extrajo de Medaglie incomparabili inusitados matices y
Martínez-Castignani perfiló
convenientemente a Trombonok, mientras Moncloa
dibujaba su graciosa y tópica
parte. El resto necesitaría
también un positivo comentario, si el espacio lo permi-
tiera. Pese a que del foso,
intermitentemente, llegó
demasiado volumen y en
algunos momentos haría falta lectura con más ritmo y
vivacidad, Vicent hizo un
buen trabajo de concertación contando con una
orquesta flexible. En dos
palabras: un éxito.
Fernando Fraga
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ACTUALIDAD
MADRID
Ciclo de la ORCAM
REDESCUBRIR A
CHAIKOVSKI
CAMERISMO Y
COMEDIMIENTO
Madrid. Auditorio Nacional. 17-III-2004. Vadim Repin, violín.
Orquesta de la Radio de Flandes. Director: Andreas Weiser.
Obras de Weber, Chaikovski, Britten y Stravinski.
Madrid. Auditorio Nacional. 30-III-2004. Orquesta de la
Comunidad de Madrid. Director: Rudolf Barshai. Obras de
Haydn y Schubert.
VADIM REPIN
RUDOLF BARSHAI
Repin, maduro y expresivo
L
32
a Orquesta de la Radio
de Flandes es de esas
formaciones que parecen imponentes en un primer contacto (el chaparrón que soltó en el pórtico de la obertura de Euryanthe), para luego ir desflecándose poco a poco,
mostrando algunas costuras (calaría el ataque de
Claro de luna en los Interludios marinos), sin dejar
de demostrar, eso es cierto, una buena conjunción
general entre sus miembros, más aún que una
auténtica calidad en las
intervenciones a solo.
Ni santo ni diablo, aunque sí seguro y eficaz, su
rector Andreas Weiser contó
en el Concierto para violín
de Chaikovski con un solista
como Vadim Repin, expresivo y maduro, con un vibrato
de impecable dosificación.
Su arco teje y desteje a la
vez con arte e industria. Del
instrumento brota siempre
un sonido amplio, rutilante,
que se afila en los pasajes en
punta y es denso en zona
grave o en la suntuosa franja
central. Y la impresión que
transmite, casi de montaje
fabril, no anula otras más
elevadas. En el Andante
destacó la cresta de las
notas más escarpadas sin
ceder un ápice de terreno al
sentimentalismo.
En la segunda parte Weiser no tuvo realmente problemas en la obra del ya
mencionado Britten, del que
mostró su cara más matemática, su oficio un poco de
cuadrícula, para ofrecer una
versión más potente que
realmente singular. El postre
fue la suite stravinskiana de
1919 de El pájaro de fuego,
en verdad un dulce pájaro
de juventud. A Weiser le faltó gracia, elevación, en la
“entrada en escena” del protagonista (una de las músicas más coreográficas que
existen), y más bien escasearon sutilezas y matices en la
debussyana Ronda de las
princesas. Sin embargo, muy
fiel a sus maneras, cobró
nuevo impulso y tomó altura
gracias a Katschei y su Danza infernal, así como en la
Apoteosis final.
J. Martín de Sagarmínaga
P
udimos percibir en el
sonido orquestal que el
veterano maestro ruso
consiguió en la primera obra
en programa, la Sinfonía n°
86 de Haydn, una nitidez
inhabitual, combinando esta
virtud con una fluida respiración en la ejecución, lo que
dota al resultado de una sensación de espontaneidad y
fácil combinación en el canto
de los diversos grupos instrumentales, muy particulares.
Se trabaja el tejido musical
desde una visión de pureza
camerística, huyendo de
cualquier abuso en la dinámica. La música fluye y se
consiguen efectos como diseños increíbles de la cuerda
en el Capriccio Largo, con un
fraseo detallado y desahogado, se da en el tiempo
siguiente de la sinfonía una
elasticidad enorme en el fraseo de las maderas, y resulta
inefable el comienzo del
cuarto tiempo. Todo a partir
de una técnica directorial de
apariencia sumaria y que, si
por algo llama la atención, es
porque parece no haber
cambios en la batuta se
toque lo que se toque.
En opinión de quien firma, no se alcanzaron cotas
similares en la Sinfonía n° 9
“La Grande”, de Franz Schubert. Se percibió; se palpó,
mejor dicho, una adecuación
de tempi total. ¿Que ocurrió,
entonces, para que no se
diera una interpretación
señera, como fue la de la
sinfonía de Haydn? Intuyo
que con algún ensayo más sí
que habría sido posible. Una
observación al concepto de
Barshai: es absolutamente
clásico, y no da paso a la
menor tensión ni al menor
atisbo de romanticismo en su
interpretación de esta sinfonía. Se afanó en buscar el culmen sonoro de una arquitectura musical, sin lograrlo del
todo. En todo caso, opinable.
Lo que sí resultó evidente es
que el maestro no quería que
la orquesta se le disparase a
sonoridades románticas (sus
bruscos gestos de comedimiento así lo indicaron), y la
orquesta fue privada de la
soltura que había expresado
en Haydn, mejor controlada;
lo que fue una lástima.
José A. García y García
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ACTUALIDAD
MADRID
Exigentes sesiones zemlinskyanas
HASTA QUE LLEGÓ SU
HORA
Madrid. Auditorio Nacional. XII Liceo de Cámara. 30, 31-III2004. Cuarteto Prazák. Vanda Tabery, soprano; Brenno
Ambrosini, piano. Obras de Zemlinsky, Schoenberg,
Webern, Beethoven y Berg. 17-IV-2004. Cuarteto Casals.
David Quiggle, viola. Obras de Schoenberg, Zemlinsky y
Bruckner.
Rafa Martín
CUARTETO PRAZÁK
L
a interpretación de los
cuartetos de Zemlinsky
constituye una de las
grandes novedades del Liceo
de Cámara en curso. No
hubo, sin embargo, suerte
con el Primero, dicho algo
superficialmente por el Prazák. Más centrados, por concepto y realización, los Dos
movimientos en su proximidad a la vanguardia vienesa
de la época. Igualmente
apropiada la versión del
Segundo de Schoenberg,
todo un recorrido que nos
lleva a un inexplorado universo sonoro. La soprano
Vanda Tabery —aun con su
tendencia a perder consistencia del timbre en el agudo— contribuyó eficazmente a esa fascinante sensación
de descubrimiento. El difícil
Cuarto Cuarteto de Schoenberg mereció una interpretación en la que se pasó de
secuencias soñadoras (Comodo) a otras de grandeza
trágica (Largo).
Ya en la segunda jornada, los miembros del Prazák
reprodujeron un Tercero de
Zemlinsky que pareció no
estar muy lejos del Berg
menos radical; de éste, obtuvieron una traducción
ardiente y sin un solo respiro de la Suite lírica. Junto a
estas dos grandes obras, el
Quinteto op. 16 —versión
alternativa con cuerda de la
obra original para vientos—
de Beethoven supuso un
gracioso descanso, en tanto
que el Quinteto con piano
de Anton Webern, aunque
se potenciaran sus elementos de modernidad, una
página poco representativa
del estilo de su autor. En
ambas, Ambrosini produjo
un sonido algo grueso y
duro.
El Cuarteto Casals pasó
con soltura la prueba de su
arduo programa: su Tercero
de Schoenberg, con todo,
resultó algo árido y de escaso relieve. Mucho mejor el
acercamiento al Segundo de
Zemlinsky, situado como
pieza de transición. El poco
camerístico Quinteto bruckneriano —con el refuerzo
del viola David Quiggle,
antiguo miembro del cuarteto— fue expuesto con
entrega y expresividad, si
bien se tornaron un poco
hirientes algunas sonoridades en fortísimo.
E.M.M.
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ACTUALIDAD
MADRID
De Japón a Hungría
PENSAMIENTOS EXÓTICOS
S
e enfrentaban la ORTVE
y Adrian Leaper, su
director titular, a una
obra de Toru Takemitsu,
autor que no han frecuentado (si bien en abril volvió a
sus atriles). En Twill by Twilight, significativamente dedicada a Morton Feldman, y
no estuvieron del todo a la
altura. Faltó sin duda afinidad, trato asiduo a través de
más ensayos, lo cual se tradujo en una visión esforzada, con titubeos en trompetas y trombones y, aunque
aseado, su gran tapiz luminoso no fue restituido en
toda su belleza. Faltó delicadeza, en Takemitsu suprema, y matización sonora. Las
cosas fueron sin duda mejor
en el Concierto para viola de
Hindemith, más afín a sus
modos de hacer, con un
ADRIAN LEAPER
Madrid. Teatro Monumental. 19-III-2004. Jensen Horn-Sin Lam, viola. Donald Kaasch, tenor. Coro de la Comunidad de
Madrid. Orquesta y Coro de la Radio Televisión Española. Director: Adrian Leaper. Obras de Takemitsu, Hindemith, Kodály
y Chaikovski. 25-III-2002. Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana. Coro de la ORTVE. Director: Adrian Leaper.
Obras de Wagner, Schumann y R. Strauss.
solista muy querido por la
orquesta, Horn-Sin Lam.
Bien secundado en este caso
por una plantilla reducida,
contó relatos llenos de
facundia y verbosidad, apoyados en su complacencia
en los sonidos claros y bien
cincelados, exprimiendo la
mayor dulzura en Nun laube, lindlein, laube. Más al
buen nivel de costumbre el
Capricho italiano de Chaikovski, en versión tan extravertida como volcada hacia
la consecución del gran
aplauso final.
Al iniciarse el Idilio de
Sigfrido, y esto no es broma,
se oía un ruido espantoso
proveniente de la cafetería.
No es que algo tan chusco
fuera la nota dominante, claro está, pero tampoco ayudó
demasiado un arranque algo
incierto —sin densidad ni
riqueza en los arcos—, que
luego Leaper fue enderezando durante la obra en curso,
para acabar plasmando una
aceptable lectura pero sin
ese fraseo y esa efusividad
de cuño romántico que
dicha obra pide a voz en grito. El director, parece claro,
se mueve mejor entre bloques homófomos, como
pudo observarse en el
Requiem für Mignon de
Schumann. El desempeño
coral, con una nueva mixtura de formaciones, también
subió de punto frente al difícil Psalmus hungaricus del
programa anterior.
J. Martín de Sagarmínaga
Temporada de la ONE
MÚSICAS DE DUELO
34
coloreado por el timbre
luminoso de la excelente
Ofelia Sala, la ternura y el
desgarro de O Eia, Mater, en
el que destacó la prestación
de Sara Fulgoni, la honda
religiosidad del cuarto movimiento, Fac me tecum, o la
unción del conclusivo Christe, cum sit hinc exire.
Rafa Martín
O
frecido en memoria
de las víctimas del 11
de marzo, el primer
concierto de abril de la ONE
agrupaba dos incontestables
obras maestras del repertorio
sinfónico-coral de todos los
tiempos. En la primera de
ellas, el despojado y admirable Stabat Mater del polaco
Karol Szymanowski, la
escrupulosa y atenta dirección de Pons logró sacar a la
luz, con suficiente riqueza de
matices, la riquísima paleta
expresiva que atesora esta
página cimera del último
período creador —ligado al
descubrimiento del folclore
autóctono y la música religiosa antigua— del magistral
autor del Rey Roger.
Así, el recogido patetismo de la primera sección,
JOSEP PONS
Madrid. Auditorio Nacional. 4-IV-2004. Ofelia Sala, soprano; Sara Fulgoni, mezzo; Gustavo Peña, tenor; Robert Holzer,
bajo. Orquesta y Coro Nacionales de España. Director: Josep Pons. Obras de Szymanowski y Mozart.
Orquesta y coro mostraron
un ajuste muy estimable en
las explosiones dramáticas
del complejo Virgo virginum
præclara. Faltó, sin embargo, algo de fuerza, en el
doliente Qui est homo, achacable a la baja forma vocal
(advertida por megafonía)
de Robert Holzer.
En el Requiem mozartiano, con un elenco más reducido, Josep Pons optó por
una visión contenida e intimista, que supo ser emotiva
sin excesos, de tempi moderadamente ligeros —sin
morosidades ni precipitaciones— y que huyó de la
grandilocuencia hiperromántica en busca de una mayor
agilidad y transparencia en
las texturas. Muy notables,
sin necesidad de cargar las
tintas, Rex tremendæ, Confutatis, Lacrimosa y un muy
matizado Agnus Dei. Como
en la obra de Szymanowski
el cuarteto vocal resultó —
con ventaja para el dúo
femenino (Offertorium)—
algo descompensado.
Juan Manuel Viana
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ACTUALIDAD
MADRID
Ciclo complutense
A LA ESTELA DE CARMIGNOLA
Madrid. Auditorio Nacional. 31-III-2004. Il Giardino Armonico. Viktoria Mullova, violín. Director y flauta de pico:
Giovanni Antonini. Obras de Vivaldi, Sammartini y Haendel.
concepto expresivo que
ha hecho famoso al Giardino. Como solista “invitada” del concierto (y de
toda la gira) figuró la violinista rusa Viktoria Mullova, una virtuosa del violín
moderno que, como tantos violinistas actuales, se ha
pasado recientemente de las
cuerdas de metal a las cuerdas de tripa de los instrumentos originales. Su interpretación como solista, en
los sensacionales conciertos
vivaldianos RV 208 (con sus
centelleantes cadencias) y
RV 277, rayó siempre la
excelencia, y la Mullova
demostró por doquier que
es una auténtica virtuosa,
con una técnica violinística
impecable —si bien con un
empleo del legato un tanto
excesivo para el repertorio
barroco—, un sonido muy
sugestivo y un gran poder
comunicativo, todo en perfecta comunión con el Giardino; sin embargo, la gran
audacia de su propuesta
DEBORAH VOIGT
I
l Giardino Armonico tocó
en Madrid, en medio de
una gran gira por España
y dentro del VIII Ciclo Complutense de Conciertos, con
un programa atractivo donde los haya: tres señeros
conciertos de Vivaldi (Op.
III, nº 10 RV 580, Grosso
Mogul RV 208 e Il favorito
Op. XI, nº 2 RV 277), dos
conciertos de Giuseppe
Sammartini y el Concerto
grosso Op. VI, nº 5 de Haendel, es decir, un espléndido
recital barroco hecho a
medida del conjunto historicista milanés. Como es norma de la casa, la espléndida
orquesta dirigida por Giovanni Antonini dictó una
lección de sabiduría estilística, musicalidad, claridad
expositiva y destreza técnica, cualidades todas ellas
que vinieron presididas por
un admirable empaste de la
cuerda y unas poderosas
gradaciones dinámicas puestas en todo momento al servicio del vehemente, teatral
queda aún muy lejos —en
refinamiento estilístico y,
sobre todo, en poética— de
ese milagro (vivaldiano, claro) que ha obrado Giuliano
Carmignola con la Orchestra
Barocca di Venezia, cuyos
inigualables trabajos parecen
haber inspirado esta aventura —por lo demás muy saludable— de la violinista rusa
con el conjunto milanés, que
por cierto ya ha colaborado
en algunos conciertos con el
gran violinista de Treviso.
En cualquier caso, resultan
muy apetecibles los frutos
discográficos que pueden
llegar de la mano del Giardino con la Mullova, como por
ejemplo el maravilloso concierto tardío para violín de
Vivaldi RV 187 cuyo Finale
fue ofrecido como propina y
que, por increíble que
parezca, aún permanece inédito en disco. Por su parte,
el director y flautista Antonini fue un magnífico solista
—aunque quizá demasiado
afectado— en el célebre
Concierto en fa mayor para
flautino y cuerda de Giuseppe Sammartini, mientras que
la orquesta del Giardino dio
seguramente lo mejor de sí
misma —con cuatro formidables solistas— en el fascinante Op. III, nº 10 RV 580
vivaldiano y, también, en el
ya referido y delicioso Finale
del RV 187 tocado como primer bis. Con todo, lo único
que cabe lamentar de la
noche fue la inadecuación
—una vez más— de la Sala
Sinfónica del Auditorio
Nacional para albergar conciertos de orquestas barrocas: evidentemente el lugar
“natural” para este tipo de
conjuntos “camerísticos” —
con no más de tres o cuatro
instrumentos por parte— es
la Sala de Cámara, pero eso
es algo que, por obvias razones de pecunio, no suele
gustar demasiado a los sesudos programadores de estos
pagos.
Pablo Queipo de Llano
Cámara en la Fundación Canal
ESTRENO DE JAVIER JACINTO
Madrid. Auditorio de la Fundación. 28-III-2004. Karina Azizova y Francisco José Segovia, piano a cuatro manos. Obras de Jacinto,
Schubert, Ravel y Stravinski.
C
36
ontinúan firmes, con
interés mantenido y
asistencia creciente, las
citas de cámara confiadas las
tardes de los últimos domingos de cada mes por la Fundación Canal a solistas de la
Orquesta y Coro de la
Comunidad de Madrid. No
ha sido excepción la que
protagonizaron el mes de
marzo, venciendo cualquier
posible temor previo de
monotonía por la única presencia del piano a cuatro
manos, los magníficos instrumentistas e intérpretes
Karina Azizova y Francisco
José Segovia.
Es cierto que el contenido
del programa, tan bien concebido como se acostumbra
en este ciclo —sin que faltara
en él el correspondiente
estreno absoluto de obra
encargada, ni la inteligentemente buscada variedad de
estilos—, facilitaba muy
mucho la elusión de cualquier pesantez, pero no lo es
menos que, para ello, ha de
acertarse por los encargados
de las traducciones en la
nada fácil tarea de dotar a
cada compositor de su estilo
propio y ofrecerle con las
características mecánicas, técnicas y físico-sonoras que le
son propias. Lo que consiguieron en muy considerable
grado Azizova y Segovia a lo
largo de este cuarteto de
páginas, con tanto que
desentrañar y que diferenciar:
Guadiana, de Javier Jacinto
—el estreno mundial—; la
Fantasía en fa menor D. 940,
de Franz Schubert; Ma mère
l’oye, de Maurice Ravel, y La
consagración de la primavera, de Igor Stravinski, en la
transcripción que fue haciendo el propio autor a medida
que componía la versión
orquestal y que se utilizó
para los primeros ensayos del
“ballet”.
La pieza que se estrenaba, Guadiana, del compositor y docente guipuzcoano
Javier Jacinto (Pasajes,
1968), está dedicada a José
Ramón Encinar y es muestra
muy evidente, aun en sus
escasos ocho minutos de
duración, tanto de la claridad de ideas que maneja el
autor en sus más recientes
producciones —aquí, el
aprovechamiento virtuosístico de la aparición y desaparición de breves “corrientes”
de notas que se añaden al
material inicial de una obra
propia anterior de ese título—, como del muy acabado
oficio técnico con el que las
organiza y trata.
Leopoldo Hontañón
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ACTUALIDAD
MADRID
Ciclo de Grandes Intérpretes
FREIRE, SUTIL Y LUMINOSO
Rafa Martín
L
a presentación de Nelson Freire en el ciclo
de Grandes Intérpretes
constituía una de las sesiones más esperadas de la presente temporada que organiza la Fundación Scherzo.
Gonzalo Alonso, en su
comentario para La Razón,
que tituló “Freire, sonido
sensible”, definió al artista
como “uno de esos pianistas
cuyo nombre no suena tanto
como el de otros, aunque
sus cualidades sean más que
notables sin llegar a colocarle entre la media docena de
los más grandes”. El crítico
reconocía en su texto que
Freire produce “un sonido
tan bello como sensible y
siempre equilibrado”, concluyendo que “lo mejor de la
tarde se halló en la Fantasía
en do mayor op. 17 de Schumann, expuesta con tanta
sobriedad como pasión”.
NELSON FREIRE
Madrid. Auditorio Nacional. 20-IV-2004. Nelson Freire, piano. Obras de Beethoven, Schumann y Chopin.
Por su parte, Enrique
Franco, en su artículo de El
País titulado “El arte maduro y
trascendental de un grandísimo pianista”, consideraba a
Freire “un nombre decisivo
dentro de la generación de los
años cuarenta”. En su criterio,
el desarrollo del programa
supuso “Tres maneras de
entender el piano romántico
en sus valores instrumentales
y puramente artísticos que
Freire recrea y diferencia con
una elevación que empieza
en la misma calidad de su
sonido hermoso y poético,
intenso como la luz y afectivo
como la intimidad”. Para
Franco, el “concepto interpretativo del pianista brasileño es
siempre una lección de claridad, amor por la perfección,
pasión por el detalle, voluntad de cantar y afán por desvelarnos los últimos secretos
de cada obra y cada pasaje”.
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ACTUALIDAD
MADRID
Música de hoy
DE NUESTRO PIANO, A BERIO Y HOSOKAWA
H
a llegado, ha superado, mejor dicho, su
ecuador, la edición
2004 —la octava ya— de ese
ciclo tan espectacular en su
propuesta general como
interesante en sus sucesivas
plasmaciones concretas que
es esa Música de Hoy que
inventó, organiza y dirige
Xavier Güell. Me quiero
apresurar a decir, aunque
callado estaba dicho, que la
cita cuasitelegráfica a que
obliga la acumulación en
este último mes de tres de
las citas de la serie, en modo
alguno significa minusvaloración del empeño, sino
pura y simple cuestión de
espacio. Las tres de interés y
atractivo grandes.
En la primera de ellas,
confiada a ese pianista cada
vez más compenetrado con
los estilos y técnicas de hoy
que es Alberto Rosado, se
ofrecían las obras completas
para piano que hasta hoy
han escrito tres composito-
res nuestros: David del Puerto (Madrid, 1964), José María
Sánchez Verdú (Algeciras,
1968) y José Manuel López
López (Madrid, 1965).
Excepto el segundo, autor
de una sola obra, Pulsación,
poseen los otros dos suficiente y bien repartido catálogo demostrativo en ambos
casos de lógica y bien medida modificación de ideas
creadoras y de aprovechamiento instrumental. Así, el
duro virtuosismo de del
Puerto en su Verso IV de
1994, se torna amabilidad en
el Cuaderno para los niños
de 2003/04; como la combinación que López López utiliza de piano y cinta en Lo
fijo y lo volátil de 1996, la
convierte en su repetido
gusto último por los juegos
escalísticos. El éxito acompañó a todos.
Acompañó asimismo, y
con caracteres de excepcionalidad, tanto a la memoria
de aquel prodigioso inventor
TOSHIO HOSOKAWA
Madrid. Auditorio Nacional. 19-III-2004. Alberto Rosado, piano. La obra para piano de del Puerto, Sánchez Verdú y
López López. 27-III-2004. Ictus Ensemble. Homenaje a Luciano Berio. 31-III-2004. Joan Enric Lluna, clarinete. Trío
Arbós. Monográfico Toshio Hosokawa.
de Música con mayúscula
que fue Luciano Berio (Oneglia, 1925-Roma, 2003),
como a quienes nos lo tradujeron: el formidable Ictus
Ensemble. La justicia del
veredicto del público que
había acudido en muy buen
número a la sala de cámara
del auditorio es inapelable.
Berio pertenece ya por derecho propio, y en puesto de
privilegio, a la mejor cultura
universal. A cuanto los citados intérpretes hicieron con
los ejemplos que representaban treinta años de su quehacer creador —de 1960 a
1990— el sobresaliente se le
queda corto.
Finalmente, Joan Enric
Lluna, clarinete, y el Trío
Arbós— nos trasladaron sólo
cuatro días después cinco
ejemplos, de entre 1992 y
2000, de ese japonés de creciente fama que es Toshio
Hosokawa (Hiroshima, 1955).
Pugnando, sin el éxito completo por ahora, por remedar logros de Takemitsu, su
gusto por la contención, la
serenidad y aun el silencio
—muy presente en Nach
Klänge y su vecindad en
Memory—, fue bien entendido y transmitido fielmente
por nuestros músicos.
Leopoldo Hontañón
Temporada del CDMC
ALTO DIÁLOGO DE PERCUSIÓN
Madrid. Auditorio Nacional. 16-III-2004. Neopercusión y Amores. Obras de Takemitsu, Ohana, Barber, Byars y Xenakis.
S
38
í. El diálogo que protagonizaron en un espectacular escenario ese
espléndido par de conjuntos de percusión que son el
valenciano Amores y el
madrileño Neopercusión
fue verdaderamente de
muy alta categoría, tanto
por su interesante y variado
programa, como por la calidad extraordinaria con la
que se ofreció. No ya variedad, sino muy marcada
antítesis se disfrutó ya en la
primera parte, en la que el
nebuloso clima de la plurifocal Seasons (1970), tan
querido por el compositor
japonés Toru Takemitsu
(1930-1996), era contradi-
cho, en un giro de carácter
de ciento ochenta grados,
por los cuatro Études choregraphiques (1955) de Maurice Ohana (1913-1992), si
con alusión en el tercero a
los misterios de nuestra “saeta”, plenos los demás de
atmósfera contraria a la del
japonés por densidad, espectacular miscelánea tímbrica y
aún dureza expresiva nada
disimulada.
Semejante enfrentamiento lo volvíamos a encontrar
en la segunda parte, después de la demostración por
el valenciano Llorenç Barber
(1948) en sus Pàgines amigues i cupons de descompte,
de 2001, de que con su
poderosa imaginación siempre se puede dar un paso
más en el rico mundo de la
géstica como componente
de la “música de acción”,
enriquecida aquí con escaleras, páginas amarillas, platos
o cucharas.
Sí, porque la disociación
visual y auditiva que habíamos experimentado en la
primera parte de la sesión al
ver y escuchar la propuesta
de Ohana tras la de Takemitsu, volvió a vivirse tal cual al
ofrecérsenos
Idmen B
(1985), de Iannis Xenakis
(1922-2001), inmediatamente después del título de
Gavin Bryars (1943) One
Last Bar Then Joe Can Sing
(1994). En efecto, las concomitancias de clima y atmósfera que en éste se aprecian
con la propuesta de Takemitsu, hallan no menos
explícita y clara contradicción en la energía expresiva
y en la densidad estructural
de Idmen B.
Ya se han dejado claras
las permanentes excelencias
de las versiones. Sólo queda
dejar constancia nominal de
quienes las posibilitaron:
Ángel García, Pau Ballester y
Jesús Salvador “Chapi”, de
Amores, y Rafael Gálvez,
Philippe Spiffer y Juanjo
Guillem, de Neopercusión.
L.H.
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ACTUALIDAD
PAMPLONA
III Ciclo de Música Contemporánea
SOMBRAS SONANTES
Teatro Gayarre. 2-IV-2004. Sciarrino, Vanitas, naturaleza
muerta en un acto. Marina Makhmoutova, mezzo; María Luz
Rivera, piano; Andrés Ruiz, violonchelo. Director de escena:
Tomás Muñoz.
PAMPLONA
Hace unos cuantos
meses, también en el
Teatro Gayarre, una
representación del Pierrot lunaire produjo no
pocas deserciones entre
los asistentes. ¿Qué pasará entonces cuando suene la
música de Sciarrino, me preguntaba al dirigirme al teatro? No estaba lleno; unas
dos terceras partes del aforo.
“Vamos a estar en familia”,
comentaban algunos. Ese
era, en efecto, el clima que
se respiraba. No hubo deserción alguna. El público fue a
lo que fue: nada menos que
al estreno en España de
Vanitas, uno de los primeros
trabajos escénicos del compositor italiano, escrito en
1981, y quedó subyugado
por el universo sonoro y
visual que se le brindó.
Muchas fronteras se traspasaron en esta velada. Para
empezar, las de “comienzo”
y “final”. La representación
no empezó tras los timbrazos
de rigor. Ya había empezado
antes, mientras la gente se
quitaba los abrigos y charlaba. Durante estos momentos
previos, algo se movía en
una esquina del escenario:
dos pequeñas figuras bailaban, abrazadas, girando
sobre una peana. Con el teatro a media luz, suena la
canción Stardust, evocación
del tiempo de la felicidad del
abrazo, que la música y la
memoria tratarán ¿en vano?
de recuperar. Súbitamente la
sala queda a oscuras, y una
luz proyecta la sombra de
los danzantes en una superficie translúcida triangular. El
violonchelo —magistral en
esta recreación de “sonidos
vacíos”, llenos de silencio—
susurra ecos de la canción
en trémolos sobre sonidos
armónicos. El piano evoca la
atmósfera de un tiempo
pasado. Una mujer, con un
traje de fiesta, alza los brazos. “Rosa quæ moritur,
unda quæ labitur, mundi
delicias docens fugaces” canta. La danza quiere ser eterna, pero choca con la fugacidad del tiempo, que todo lo
troca en pasado. ¿Puede la
música ganarle esta batalla al
tiempo, haciendo del mismo
tiempo eternidad? Vanitas
no se puede encuadrar en
ningún género. Como sugiere Tomás Muñoz, es un
inmenso lied. Un canto que
se metamorfosea y se refleja
a sí mismo, en un intento de
durar siempre. El violonchelo es el eco de la voz, como
las sombras lo son del
recuerdo.
La puesta en escena de
Tomás Muñoz resultó de
una sutileza y audacia poco
comunes, y reflejaba una
honda comprensión de esta
“Naturaleza muerta en un
acto”. No faltaron imágenes
de vídeo proyectadas en la
pantalla triangular. Los intérpretes estuvieron a la altura
de la música. El piano, en
pasajes de sonoridad intermedia, emitía un sonido
demasiado franco, que no
armonizaba con la evanescencia de esta música. La
mezzo prescindió con soltura de la coloratura de su
voz, sin resultar artificial.
Resultó algo inexpresiva en
la parte coreográfica de su
papel, lo que restó dramatismo a la representación. En
ningún momento dio la sensación de que lo que cantaba era difícil (¡y vaya si lo
era!), indicio de dominio técnico y de interiorización de
la música. Durante toda la
velada, las figuras siguieron
girando, arrinconadas en
una esquina, fuera de la
escena, apenas visibles. Tras
el estremecedor glissando
descendente del chelo, el
silencio, la oscuridad. Tras
estos, el girar silencioso,
eterno, de la danza.
David Armendáriz Moreno
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ACTUALIDAD
SAN SEBASTIÁN
El pianista tocó uno de sus caballos de batalla
LA GENEROSIDAD DE ACHÚCARRO
SAN SEBASTIÁN
El gran pianista bilbaíno
Joaquín Achúcarro fue el
protagonista absoluto del
concierto ofrecido dentro de la temporada de la
OSE en el Kursaal. A sus
71 años, mostró una gran
vitalidad ante el instrumento y una contundencia aplastante ante la
partitura. En definitiva, fue
un gran placer para los sentidos verle y escucharle. Verle,
porque toca el piano de un
modo tan especial que parece que sus manos estén
absolutamente fusionadas
con las teclas. No las toca,
las acaricia, las mima. Su lección fue magistral en lo técnico, no en vano se enfrentó
una vez más a una partitura
fetiche en su carrera artística,
la Rapsodia sobre un tema de
Paganini op. 43 de Rachmaninov, partitura que le hizo
ganar el concurso de Liverpool en la década de los
años cincuenta. Desde un
punto de vista más humano,
el maestro ofreció una clara
muestra de generosidad, ya
que dio el todo por el todo y
eso siempre es de agradecer.
Tanto que los bravos lograron arrancarle un precioso
Preludio del mismo autor.
La formación orquestal
inició su trabajo con la interpretación del poema sinfónico La isla de los muertos op.
29. La cuerda sonó grave,
segura, concisa. El poema
sonó muy intenso, con la
gran orquesta a pleno rendimiento y atenta siempre a la
ACHÚCARRO
Auditorio del Kursaal. 22-III-2004. Joaquín Achúcarro, piano. Orquesta Sinfónica de Euskadi. Director: Gilbert Varga. Obras
de Rachmaninov, Musorgski-Ravel y Brahms.
exigente y precisa batuta de
Gilbert Varga que pidió contrastes y sobre todo tempi en
ocasiones demasiado rápi-
dos. Este último elemento se
dejó vislumbrar varias veces
en los Cuadros de una exposición de Musorgski-Ravel
que mantuvieron el necesario toque de espectacularidad a través de una versión
efectista y en la que algunas
secciones orquestales lucieron su trabajo, aunque en
ocasiones anduvieron un
tanto desajustadas. Los volúmenes fueron en todo
momento generosos, los
metales y la percusión sonaron a destajo en la grandeza
del final de La gran puerta
de Kiev, aunque quizá en
demasía. La Danza húngara
nº 5 de Brahms sonó a
modo de bis.
Íñigo Arbiza
Música para una coronación
GOD SAVE... A KING
L
40
a originalidad de Robert
King quedó patente en
el Kursaal no sólo en
cuanto a la magnífica interpretación de cada una de
las obras, sino por su puesta en escena. La música elegida fue la que se interpretó
en la Abadía de Westminster el 11 de octubre de 1727
durante la coronación del
rey Jorge II. Dispuso al coro
en el centro del auditorio,
fuera del escenario, entre el
público, las seis trompetas a
ambos lados del mismo y
los tambores recorriendo el
trayecto hasta el escenario.
El sonido mayestático dio
redondez a un inicio lleno
de pompa hasta que todos
los intérpretes se colocaron
ya en la caja escénica donde fueron interpretando
cada una de las obras utilizadas en el mencionado
acto histórico, como si se
tratase de la misma corona-
ción en sí en sus distintas
partes, La Procesión, La
Entrada, El Reconocimiento,
Letanía y La Anunciación en
la primera parte y La Investidura, La Coronación, Te
Deum, Coronación, El
Homenaje, La Coronación
de la Reina y La Salida en la
segunda.
Los cantores hicieron las
delicias del público con un
color y brillo preciosos, además de seguridad y, sobre
todo, homogeneidad. Desde
el O Lord, grant the King a
long life de W. Child del inicio se intuía que los derroteros canoros recorrerían senderos más que interesantes.
Fueron muchos los momentos reseñables, entre ellos, el
melódico y bonito Aleluya
del Let thy hand be strengthened de Haendel, la delicada
y sutil letanía O God, the Father of Heaven de T. Tallis
con el coro cantando a cap-
ROBERT KING
San Sebastián. Auditorio Kursaal. 16-III-2004. Coro y orquesta The King’s Consort. Dircector: Robert King. La coronación
del rey Jorge II. Obras de Purcell, Child, Haendel, Blow y Gibbons.
pella y la reiterativa melodía
del solista. La orquesta tocó
atenta a las indicaciones de
la dinámica y juguetona
batuta de King, sumándose
al canto, dejando los instrumentos a un lado, en el
Come Holy Ghost de J. Farmer hasta llegar a la redondez de Zadok, the priest. El
virtuosismo continuó a través de preciosos coros como
la exacta y segura entrada
del Behold O God our defen-
der de J. Blow, los magníficos solos de algunos miembros del coro en el Te Deum
de O. Gibbons hasta My
Heart is inditing de Haendel.
Robert King y sus chicos fueron aplaudidos con ganas y
el sabor de boca que dejaron
entre los donostiarras fue,
una vez más, tal y como se
esperaba, mucho más que
dulce.
I. A.
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ACTUALIDAD
SEVILLA
Ópera-pantomima
EL BOSQUE ANIMADO
Guillermo Mendo
Teatro de la Maestranza. 24-III-2004. Janácek, La zorrita astuta. Tatiana Monogarova (la zorrita), Igor Tarassov (el
guardabosques), Pavel Cernoch (el maestro), Marco Moncloa (el párroco) Fernando Latorre (Harasta), Helena Gallardo
(el zorro). Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, Coro de la AA. del Teatro y Escolanía de Los Palacios. Director musical:
Tomás Netopil. Director de escena: David Pountney.
SEVILLA
La zorrita astuta de Janácek en el Teatro de la Maestranza de Sevilla
42
No creo que le resulte
fácil a un público que
asiste por primera vez a
la representación de La
zorrita astuta captar el
significado último de esta
fábula de senectud donde se
funde y confunde lo humano con lo animal. Los hilos
que unen los diferentes planos de este imbricado simbolismo no siempre están a
la vista en una primera lectura. Pero eso no impide
que el espectador pueda
dejarse llevar por un juego
de imágenes que le transporte a un mundo más de
sugerencias que de explicaciones; o puede, por el contrario, que no sea capaz de
liberarse de sus ansias de
comprensión y permanezca
fuera de la historia, percibiendo de ésta la inconexión
de su discurso. Por fortuna
el género operístico no es
unidireccional y permite que
la atención se centre en uno
o varios de sus componentes cuando no interesan
otros.
En esta Zorrita unos
habrán disfrutado con la
riqueza armónica de la masa
orquestal y habrán percibido
los influjos de Debussy y del
expresionismo; a otros les
habrá interesado más la
investigación sobre el folclore moravo y la lengua dialectal; otros se habrán sentido inclinados a desentrañar
el sentido de este bestiario y
a relacionarlo con la tradición que hizo posible la
aparición de un Kafka. Todo
esto estaba servido en un
escenario donde el genio de
Janácek hacía su aparición
por vez primera. Una apuesta que se consideraba arriesgada para un teatro que en
sus años de existencia ha
obviado los títulos más
famosos de este compositor,
desde Jenufa a De la casa de
los muertos.
La producción de la
Ópera Nacional de Gales
sigue teniendo la frescura de
lo bien concebido. Escenográficamente la historia se
cuenta con sobriedad, no
exenta de imaginación y gracia. Vestuario e iluminación
le prestan el colorido necesario para recrear el bosque
en su continuo renovarse.
Pero lo más sobresaliente, a mi juicio, ha sido la
excelente interpretación de
la protagonista, Tatiana
Monogarova, en su complejo papel de Bystrouska, tan
femenina siempre ya sea vista como inasible mujer o lista vulpeja. Qué manera de
actuar, qué movimientos, y
qué manera de cantar o de
declamar con todos los mati-
ces y fuerza expresiva. Una
actuación inmejorable fruto
de un talento genuinamente
teatral, como es el de la
soprano rusa, y a su vez el
de una acertada dirección
escénica como lo corroborara el resto de cantantes y
actores.
Los tres actos de esta
ópera-pantomima transcurrieron con fluidez, expresando con acierto el cambio
de estaciones y, lo que es
más esencial, el paso del
tiempo. La Orquesta, brillante; y los Coros, por camino
ascendente, con especial
mención para la meritoria
Escolanía de Los Palacios.
Bienvenido este bosque animado de Janácek que puede
propiciar el que pronto se
representen en Sevilla sus
grandes obras maestras.
Jacobo Cortines
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ACTUALIDAD
SEVILLA
Ciclo de Grandes Pianistas
YUNDI LI, EL IMPACTO
Teatro de La Maestranza. 21-III-2004. Yundi Li, piano.
Obras de de Chopin y Liszt.
Y
undi Li impactó en su
recital de presentación
en Sevilla, dentro del
ciclo de grandes pianistas
promovido por el Teatro de
La Maestranza. El joven artista chino, nacido en 1982, en
Chongquing, deslumbra por
su técnica sin fisuras y conmueve por una musicalidad
innata que no conoce de
reservas ni medianías. Nada
tiene que ver con esa imagen
de devorateclas que algunos
aficionados aún mantienen
de él. Li ha crecido y se ha
convertido en un as del teclado. En todos los sentidos.
Basta comparar el calibrado y perfecto Chopin de
su primer disco (grabado en
septiembre de 2001) con el
ahora interpretado en Sevilla
—vibrante , cargado de vida
y pleno de mórbidos acentos líricos— para confirmar
su mayoría de edad artística.
El sonido, bellísimo; la técnica, infalible, fueron base de
interpretaciones profundamente románticas, intensamente bellas. Todo, fraseo,
color y equilibrio armónico,
aparecían al servicio de una
naturaleza volcada sin reservas al pentagrama. Yundi Li
toca con una franqueza y
valentía que convencen y
cautivan.
Tras el preludio admirable de los dos Nocturnos op.
9 y un Vals en la bemol
mayor op. 42 excéntricamente dicho a doscientos por
hora, en el que el temperamento y la inexperiencia traicionaron la franqueza juvenil
del artista, el recital cobró su
más alta dimensión con unos
Scherzos de Chopin —Primero y Tercero— absolutamente memorables, en los
que el virtuosismo quedó
eclipsado por la riqueza de
ideas y la imaginación innata
de este coloso al que hay
que comenzar a ver como
uno de los grandes del teclado del siglo XXI. Fogosidad
y elegancia, canto y nitidez
armónica, se abrazaron a tra-
vés de realizaciones abrasadoras en las que asomaron y
se conjuntaron las mejores
cualidades del pianismo
decimonónico con las últimas corrientes estéticas.
Clásico y moderno, Yundi Li es un mago del color y
del canto. También de la
emoción y del melodismo.
El poso belcantista que subyace en la obra de Chopin
inspira sus recreaciones preciosistas y portentosamente
calibradas. Como ocurrió en
los quietos y cantables compases iniciales del Andante
spianato y Gran polonesa
brillante que cerró la primera parte del recital, donde la
suave melodía quedó coloreada en un universo vaporoso y transparente, resaltado por un acompañamiento
de sutileza extrema.
Luego, en la segunda
parte, llegó Liszt, con su
arrolladora Sonata para piano en si menor. Yundi Li se
adentró en sus recovecos
más vanguardistas y virtuosísticos para brindar una lectura cargada de dramatismo
e intensidad emocional. El
final, como el principio,
siempre en pianísimo, dejó
boquiabiertos a todos. Y no
por el deslumbramiento que
provoca tan apabullante
derroche técnico —¿cómo se
puede tocar tan bien?— sino
por la contagiosa capacidad
comunicativa de este artista
que en su estrenada madurez atrapa y retiene la atención emocional del oyente.
La explosión del público al
final del concierto fue, naturalmente, enorme. El gozo
se prolongó aún fuera de
programa durante cerca de
media hora. Un nuevo
Scherzo de Chopin —el
Segundo— la Campanella
de Liszt y la enjundiosa paráfrasis de Liszt sobre el Rigoletto de Verdi, fueron algunas
de las propinas que coronaron tan impactante maravilla.
Justo Romero
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ACTUALIDAD
VALENCIA
Una Pasión con efectos mínimos
LA ESENCIA EN SU FRASQUITO
Palau de la Música. 28-III-2004. Gabrieli Consort and Players. Director: Paul McCreesh. Bach, La pasión según san Mateo.
PAUL McCREESH
VALENCIA
Nunca, ni siquiera cuando en 1997 ellos mismos
vinieron formando un
coro de dieciocho efectivos, se había oído en el
Palau de Valencia una
Pasión según san Mateo
como la que este año nos
han traído Paul McCreesh y
los grupos vocal e instrumental que habitualmente
dirige. Literalmente se destapó el frasquito de las esencias con una voz por línea,
es decir, veinticuatro instrumentistas y ocho cantantes.
Colectivamente, éstos dieron
un rendimiento espléndido.
Siendo tan pocos, no extrañó que en los coros de reflexión se tendiera a aligerar
los tempi. Como turba, sin
embargo, no faltó fuerza, y
cuando en algún momento
el tono quedó blando fue
sobre todo responsabilidad
del director. Mark Padmore
y Peter Harvey, los únicos
de hace siete años que repetían, coincidieron en mostrarse
expresivamente
mucho más comprometidos
con sus respectivos papeles
de Evangelista y Cristo. En
sus arias, Harvey, además,
cantó con una elegancia
sólo igualada por el obbligato de la viola d’amore en
Komm, süsses Kreuz. El
buen gusto para el fraseo
fue tónica general a la que
sobre todo se atuvo Daniel
Taylor, por la naturalidad de
su impostación una auténtica rara avis en la cuerda de
contratenores.
Muy correctos el tenor
Joseph Cornwell y el bajo
Stephan Loges, algo tendente a la declamación la soprano Mhairi Lawson y dotada
de menor densidad tímbrica
que el resto la mezzosoprano Diana Moore, completaron elenco. Salvo las arias
con obbligato instrumental,
que supervisaba con la mirada, McCreesh dirigió de
memoria con exquisita sensibilidad para el mínimo
detalle todos los demás
números de esta memorable
Pasión, en la que se consiguió el máximo, o casi, con
lo mínimo.
Alfredo Brotons Muñoz
Nueva obra de Montesinos
ESTRENO DE IMPACTO
E
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l Concierto para violín y
orquesta de Eduardo
Montesinos (Valencia,
1945) ha recibido la acogida
más calurosa jamás tributada
a un estreno por el público
del Palau en temporada de
abono. Logró el triunfo la
combinación de ortodoxia
tonal, estructura y formas
clásicas, melodías y ritmos
de inspiración mayoritariamente jazzística, más una
orquestación de equilibrado
colorismo como aderezo.
Todo muy fácilmente asimilable para unos oídos ávidos
ya de variaciones sobre lo
que como poco hace setenta
años resultó, si no revolucionario, sí novedoso: conver-
sión, aunque fuera efímeramente, de una orquesta sinfónica en una big band.
Se contó como solista
con un violinista de excepción, el francés Pierre Amoyal (París, 1949), que se
implicó en la interpretación
con armas y bagajes que en
su caso se concretan en el
sonido noble y ancho, la
afinación exacta y la digitación precisa. No menos
entrega y un conocimiento
de la partitura como si se
tratara del más trillado
repertorio mostró en el
podio Álvaro Albiach. Superados ciertos mínimos titubeos iniciales, antes la precisión mecánica y la ligere-
za de espíritu sin incurrir en
trivialidad habían distinguido una interpretación de las
dos Suites para orquesta de
Stravinski en la que las
intervenciones individuales
más destacadas correspondieron a flauta y flautín en
el Vals, trompeta en la Polka, trompeta y tuba en la
sección central del Galop.
Ocupó por fin toda la
segunda parte una versión
de la Escocesa de Mendelssohn brillante y sólida, en
general rápida pero dotada
de aún más nervio, y de
nuevo justamente premiada
con abundantes palmas.
A.B.M.
ÁLVARO ALBIACH
Valencia. Palau de la Música. 16-IV-2004. Pierre Amoyal, violín. Orquesta de Valencia. Director: Álvaro Albiach.
Obras de Stravinski, Montesinos y Mendelssohn.
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ACTUALIDAD
VALLADOLID
Ciclo de la OSCyL
EL PRESENTE Y EL FUTURO
VALLADOLID
En ocasión de la visita
de la Orquesta Sinfónica
de Barcelona y Nacional
de Cataluña, dirigida por
José Serebrier, que hizo,
por cierto, una Cuarta
Sinfonía de Chaikovski,
coincidieron en el Teatro Calderón los cuatro
gerentes que ha tenido el
conjunto castellano-leonés.
Carlos Rubio, Joan Ollé,
Valentina Granados y el
actual recién nombrado,
Enrique Rojas. Fue una reunión distendida y cordial en
la que se habló del positivo
presente de la Orquesta y su
esperanzador futuro. Dentro
de dos o tres años se habrán
finalizado las obras de un
auditorio en un complejo
que comprende el Conservatorio de Música y la Escuela
de Arte Dramático. Lástima
que no se haya aprovechado
la ocasión para que el nuevo
edificio pueda servir también
para espectáculos operísticos
o de otro tipo como los
homólogos de La Coruña o
el Kursaal de San Sebastián.
Una ocasión perdida que no
tardaremos en lamentar.
La Orquesta de Castilla y
León, con una programación
reducida en número de conciertos, debido a los compromisos del Teatro Calderón, ha mejorado ostensiblemente. El aumento progresivo del número de profesores
—hoy mismo están convocadas nuevas plazas—, fundamentalmente en el cuerda,
se ha hecho notar en los
últimos conciertos, así como
la positiva evolución de su
Director Titular, Alejandro
Posada. El hito se ha marcado en una positiva versión
de La consagración de la
primavera, banco de pruebas para cualquier conjunto
sinfónico. Hoy resulta casi
normal su programación,
pero recuerdo que en
Madrid, la entonces excelente Orquesta Nacional, tuvo
que esperar a Igor Marke-
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ALEJANDRO POSADA
Orquesta Sinfónica de Castilla y León. 26-II-2004. Director: Alejandro Posada. Sam Walton, marimba. Obras de Milhaud,
Creston y Stravinski. 25-III-2004. Director: George Pehlivanian. Leonel Morales, piano. Obras de Marco, Gershwin y
Chaikovski. Director: Uros Lajowitz. Gabriel Estarellas, guitarra. Obras de Prieto, Chaikovski y Prokofiev.
vich para ponerla en sus
atriles en una versión portentosa. Después Frühbeck
la dirigió en varias ocasiones
y el propio Markevich con la
Orquesta de la Radiotelevisión. Para el conjunto castellano-leonés ha supuesto el
mayor desafío de su historia,
habiendo salido victorioso
de la prueba.
Al joven Alejandro Posa-
da le van muy bien las obras
en las que el ritmo es fundamental. Después de una versión de calidad de las Variaciones “Enigma” de Edward
Elgar, con la que inauguró
un coqueto auditorio en
Medina del Campo, no muy
compensado desgraciadamente en lo acústico, su
interpretación de La consagración de la primavera,
precedida de El buey sobre el
tejado de Milhaud y un
curioso Concierto para
marimba y orquesta de Paul
Creston, demostró su capacidad para dominar la obra de
Stravinski, acertando a marcar su complejos y variados
ritmos, buscando el equilibrio de los grupos orquestales con dominio de la dinámica y fuerza expresiva consiguiendo que el metal no
tapara a la cuerda en los fortes y fortísimos de la partitura. Los sucesivos conciertos
dirigidos por George Pehlivanian y Uros Lajowitz dejaron una buena versión del
Manfred de Chaikovski y
otras más discretas de
Romeo y Julieta, de este
compositor y de Prokofiev,
en las que el sonido orquestal no fue muy fino precisamente. Las obras contemporáneas españolas de Tomás
Marco y Claudio Prieto, ésta
en estreno mundial, mostraron buena factura técnica,
sin otras connotaciones.
Gabriel Estarellas en la última, que actuó con guitarra
amplificada, estuvo correcto.
Un buen Gershwin el de
Leonel Morales.
Por último, y en una
política que Enrique Rojas
ha prometido potenciar, han
constituido un gran éxito
unos conciertos específicos
para niños, interpretándose
en el último con adecuada
narración El Moldava de
Smetana y unas danzas de
Dvorák en un cuento que
hizo las delicias de los
pequeños
espectadores.
Igualmente se han formado
una serie de grupos de
cámara, octetos, cuartetos,
todos ellos compuestos
exclusivamente por profesores de la Orquesta con programas muy variados y compositores que van desde
Beethoven hasta Stravinski y
Prokofiev.
Fernando Herrero
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ACTUALIDAD
ZAMORA
Festival Internacional de Música Pórtico de Semana Santa
ESCRITO EN EL PARAÍSO
Iglesia de San Cipriano, Teatro Principal, Iglesia de San
Sebastián de los Caballeros de Toro. 19/28-III-2004. The
Tallis Scholars, La Tempesta de la OBS, Speculum, Orquesta
Barroca de Sevilla, Camerata Iberia, The Hilliard Ensemble,
La Risonanza.
THE HILLIARD ENSEMBLE
ZAMORA
Del 19 al 28 de marzo,
Zamora fue capital de la
música antigua al concitar entre sus muros y en
diferentes marcos históricos de la provincia, el
II Festival Internacional de
Música, que bajo el lema
Escrito en el Paraíso sirvió
de Pórtico de la Semana
Santa. La iglesia de San
Cipriano, el Teatro Principal
de Zamora y San Sebastián
de los Caballeros de Toro,
acogieron a los grupos The
Tallis Scholars, La Tempesta
de la OBS, Speculum,
Orquesta Barroca de Sevilla,
Camerata Iberia, The Hilliard
Ensemble y La Risonanza,
todo un mundo de espiritualidad y relaciones culturales
y humanas con la música
como denominador común.
La formación inglesa The
Tallis Scholars, dirigida por
su titular y fundador, Peter
Phillips, abrió este singular
Pórtico. El programa contaba con dos obras de indiscutible calidad entre las más
sobresalientes del Siglo de
Oro: el Miserere de Gregorio
Allegri y la Misa del Papa
Marcelo de Palestrina. El
Miserere de Allegri tuvo en
el grupo inglés a unos intérpretes de excepción, destacando en especial la soprano Deborah Roberts, de voz
de una transparencia luminosa, que sumió la hermosa
iglesia románica de San
Cipriano en un sepulcral
silencio sólo roto por esas
escalas ascendentes de su
voz, de lo mejor con lo que
cuenta Peter Phillips. La
Misa del Papa Marcelo de
Palestrina volvió a mostrar la
calidez de unas voces sin
fisuras, de forma especial en
el Sanctus y el Agnus
empastadas y afinadas hasta
la perfección. Otro de los
extraordinarios grupos que
estuvieron presentes en esta
semana de espiritualidad
musical fue el británico
Hilliard Ensemble, integrado
por un contratenor, dos
tenores y un bajo. Tomás
Luis de Victoria y Palestrina
llenaron todo el denso programa, con el Officio
defunctorum, en el que las
palabras y el sentido del texto son esenciales. Voces de
una afinación tan ajustada
que es difícil encontrarla
hoy día en grupos que canten con esa acabada perfección. Fueron junto a The
Tallis lo mejor de este Pórtico zamorano que sin duda
tendrá continuación en años
venideros, pues su calidad
así lo demanda.
Miguel Ángel Nepomuceno
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ACTUALIDAD
ALEMANIA
INTERNACIONAL
EL SUEÑO DE MORGANA
Komische Oper. 6-III-2004. Haendel, Alcina. Geraldine McCreevy, Annette Markert, Ewa
Wolak, Joannette Zomer, Markus Schäfer, Nanco de Vries. Director musical: Paul McCreesh.
Director de escena: David Alden. Decorados y vestuario: Gideon Davey.
Nuevamente nos encontramos con la conocida
situación de “teatro en el
teatro”. David Alden ha
montado Alcina de
Haendel como el sueño de
Morgana, quien trabaja de
acomodadora en un cutre
cine de barrio o en un teatro
de la periferia de los años 50
del siglo pasado. Predomina
en el montaje esa estética
pop que encontramos hoy
por todas partes, y el director de escena tampoco consigue en la primera parte
desenredar la confusa
acción, que se vuelve aún
más complicada a causa de
irritantes absurdos.
Es de gran efecto el aria
de bravura de Morgana al
final del primer acto, montada como un gran número de
revista, que Brigitte Geller
supo aprovechar con su fácil
BERLÍN
ACTUALIDAD
Intensa versión de Alcina
virtuosismo y su bello timbre lírico. En el segundo, la
tragedia de Alcina toma
cuerpo, a medida que la
maga va perdiendo sus fuerzas en favor del amor, y el
montaje gana en profundidad. Geraldine McGreevy
alcanzó, en su gran aria
Ombre pallide, a plasmar el
conmovedor retrato de una
mujer que tras la pérdida de
su amado es arrancada de su
entorno. Corre entre sillas
rotas, arranca el papel de las
paredes y lo convierte en
cenizas, mientras caen trozos del techo —el reino de
Alcina se desvanece. El
dominio estilístico, así como
la intención dramática y la
expresión existencial dieron
a su interpretación la categoría de lo extraordinario.
Annette Markert fue un Ruggiero de cálidos y emotivos
acentos, pero le faltó volumen en las partes heroicas.
Lo contrario que a Ewa
Wolak como Bradamante,
espléndida en su aria de
venganza. Joannette Zomer
cantó deliciosamente las
arias del joven Oberto, y
Markus Schäfer lució una
impecable coloratura como
Oronte. Sólo Nanco de Vries
como el preceptor Melisso
desmereció algo del excelente reparto.
Desde el podio, Paul
McCreesh se ocupó del
soporte orquestal, luciendo
un amplio espectro dinámico. Los músicos siguieron
con bravura sus tajantes
indicaciones de tempi y ofrecieron en los muchos y brillantes solos espléndidas
muestras de su capacidad.
Bernd Hoppe
Hasmik Papian protagoniza una absurda Aida
CARNAVAL EN EL NILO
LEIPZIG
Opernhaus. 13-III-2004. Verdi, Aida. Hasmik Papian, Piero Giuliacci, Lidia Tirendi, Ain Anger,
Andrzej Dobber, Petri Lindroos, Anna Lissovskaia. Director musical: Marco Guidarini. Director
de escena: Wolfgang Engel. Decorados: Horst Vogelgesang. Vestuario: Katja Schröder.
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Su Don Carlo de Verdi
en este mismo teatro no
fue ningún éxito, y ahora
Wolfgang Engel ha vuelto a fracasar con Aida. El
sobrio decorado de Horst
Vogelgesang muestra una
construcción arquitectónica
sobre el escenario giratorio
con paredes blancas, pequeñas aberturas y podios escalonados. En este entorno
actúan los principales protagonistas con tal desamparo,
que dudamos que haya una
dirección de escena. En el
segundo cuadro vemos el
sacrificio ritual de una desnuda bailarina del templo
por parte del robusto Radamés. En la escena triunfal
caen confettis y serpentinas
sobre el divertido público,
con copas y botellas de
champán recibiendo al victorioso Radamés.
Por suerte, el nivel musical estuvo muy por encima
del escénico. En el papel
titular, la soprano armenia
Hasmik Papian mostró una
voz dramática de enorme
volumen y magnífica proyección, con unos ricos graves y dominando sin problema los concertantes. A cambio, hubiésemos deseado
una mayor variedad de matices. A pesar de su poco
agraciada presencia, Piero
Giuliacci fue un Radamés de
tonos heroicos y potentes,
aunque a veces su metal
sonó algo agrio. Lidia Tirendi hizo una Amneris de timbre cálido y acentos pasio-
nales. Ramfis, al igual que
todos los sacerdotes, maquillado de blanco y con la
cabeza rapada, tuvo mucha
autoridad en Ain Anger,
como el dramático Amonasro de Andrzej Dobber. Petri
Lindroos compuso un Rey
sin mucho relieve, mientras
que Anna Lissovskaia causó
una buena impresión como
Sacerdotisa. Excelente el
coro del teatro, con unos
poderosos bajos, y a muy
buen nivel también la
Orquesta de la Gewandhaus
dirigida por Marco Guidarini,
quien supo plasmar la delicada melancolía del preludio
y dar a las grandes escenas
su necesario pathos teatral.
B.H.
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ACTUALIDAD
AUSTRIA
Rattle, mozartiano exquisito
DRAMA JOCOSO Y ÓPERA SERIA
Festival de Pascua. 3-IV-2004. Mozart, Così fan tutte. Cecilia Bartoli, Magdalena Kozená, Barbara Bonney, Kurt Streit,
Gerald Finley, Thomas Allen. Filarmónica de Berlin. European Voices. Director musical: Simon Rattle. Directores de
escena, escenografía y vestuario: Ursel y Karl-Ernst Herrmann. 6-IV-2004. Philip Langridge, Magdalena Kozená, Anne
Schwanewilms, Christiane Oelze, Peter Hoare, Ian Caley, Jonathan Lemalu. Filarmónica de Berlín. European Voices.
Director: Simon Rattle. Mozart, Idomeneo (versión de concierto).
SALZBURGO
El reciente Festival de
Pascua de Salzburgo se
ha confirmado como
una de las manifestaciones más notables, en el
plano artístico, de los
últimos tiempos. Ello en
virtud de un programa
que, a cargo de Sir Simon
Rattle, ha demostrado inteligencia y coherencia interna.
Junto al Così fan tutte de
Mozart, el director inglés y
su Filarmónica de Berlín,
han presentado Idomeneo
en forma de concierto, o sea
la primera ópera seria del
Mozart maduro junto al último dramma giocoso. En el
aspecto musical, la ejecución
de Idomeneo ha sido de una
emoción impagable: Rattle,
mozartiano finísimo, ha
librado a la ópera de la pátina de neoclasicismo rígido
que incluso grandes directores le habían conferido (se
piensa, sobre todo, en Karl
Böhm), para darle a cambio,
un pathos inimaginable a
primera vista. Ya que Idomeneo se articula sobre todo
sobre los recitativos acompañados —magníficos—,
ligados a menudo sin solución de continuidad a las
arias subsiguientes, Rattle
puso un cuidado extremo en
su realización, sin negar,
con todo, la matriz barroca
de la obra maaestra. A la
retórica de los afectos se
sumó una cálida sensibilidad, una sensualidad que
atravesó la música de principio a fin. Fue una pena que
el reparto vocal no estuviera
en la misma longitud de
onda del director, que regaló emociones sin cuento: el
Idomeneo de Philip Langridge resultó vocalmente fatigado y hasta Christiane Oelze
(Ilia) no se encontró totalmente a sus anchas con la
inclemente escritura del personaje. Mejor se desempeñaron Anne Schwanewilms
SIMON RATTLE
(Elettra) y Magdalena Kozená (Idamante).
También de Così fan tutte
puede hablarse como de un
espectáculo memorable, gracias no sólo a la maravillosa
lectura musical de Rattle —la
manera sublime con la que
acompañó Soave sia il vento
permanece paradigmática en
ese sentido—, sino también a
la contestada dirección de los
Herrmann, que parte del presupuesto de que Fiordiligi y
Dorabella son conscientes
desde el principio de la trama urdida por don Alfonso y
sus amantes, con lo que las
dos damas ferraresas participan en un juego que no han
escogido pero en el que se
implican a fondo. Una lección única de teatro, que en
el aspecto escénico presentaba el inmenso espacio del
Grosses Festspielhaus casi
vacío, donde sólo las luces
construían los diversos
ambientes. Los berlineses
confirmaron, si ello fuera
necesario, su impresionante
capacidad de adaptarse a los
más variados repertorios (era
la primera vez que tocaban
Così en escena), mientras
que el reparto estuvo señalado por las bravísimas Cecilia
Bartoli (Fiordiligi) y Magdalena Kozená (Dorabella), junto
a los menos convincentes
Gerald Finley (Guglielmo),
Kurt Streit (Ferrando) y Thomas Allen (Don Alfonso).
Inaudible la Despina de Barbara Bonney.
Carmelo Di Gennaro
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ACTUALIDAD
ESTADOS UNIDOS
Éxito de Mattila en el papel titular
SALOMÉ JUNTO AL MURO
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Por cada patrocinador
que estuviera molesto
por la presencia de cámaras de vídeo y por la iluminación de la nueva
Salome del Met, hubiera
debido haber al menos
una docena que estuvieran agradecidos de que algo
tan extraordinario fuera captado para la posteridad. El
Met no tenía la intención de
grabar la producción, pero la
eufórica acogida del público
en el estreno —sin mencionar la de los ojos y los oídos
de los gerentes— fue más
que suficiente para hacer que
una grabación fuera casi una
exigencia.
Ni la dirección escénica
de Jürgen Flimm, ni los
decorados de Santo Loquasto, por excelentes que fueran, hubieran merecido por
sí solos esa atención; como
tampoco la habría merecido,
aun con los hallazgos tímbricos y afortunado brío que
hubiese (fue la Salome más
veloz que recuerdo haber
oído) en la dirección musical de Valeri Gergiev. No,
fue por otra cosa; a saber, la
propia Salome, por la siempre fascinante y carismática
Karita Mattila. Sería difícil
encontrar fuera del reino de
la fantasía una encarnación
más perfecta de este papel
casi imposible. Eso no quiere decir que fuera perfecta.
Hay otras Salomes en la historia del Met —Nilsson,
Rysanek, Marton— que la
han superado en fuerza. En
disco, en el otro extremo de
la gama dinámica, Caballé y
Studer han hecho más matices y delicada magia en la
“música de hadas” a la luz
de la luna, tal como Strauss
mismo pedía en su partitura.
Pero Mattila cantó con bastante fuerza cuando tuvo
que hacerlo y con sutileza
donde fuera necesario, y la
voz, aunque característicamente se seca y se niega
resonar o flotar en los agudos, sigue siendo un hermo-
Ken Howard
NUEVA YORK
Metropolitan Opera. 27-III-2004. Strauss, Salome. Karita Mattila, Larissa Diadkova, Siegfried Jerusalem, Albert Dohmen.
Director musical: Valeri Gergiev. Director de escena: Jürgen Flimm. Decorador: Santo Loquasto.
Karita Mattila como Salomé en el Metropolitan
so y sensible instrumento en
perfecto estado. Y no se
podía pedir más de su interpretación dramática: una
hermosa mujer que se mueve con una gracia felina,
encantadora en su papel de
la voluble princesa, medio
inocente, medio amoral, que
parecía preguntar, en palabras del viejo lamento de
Dion y los Belmont “¿Por
qué no puedo ser una jovencita enamorada?”. Su danza,
que tenía un poco de Dietrich, un poco de Hayworth
y mucho de Madonna, daba
la impresión de una embriagada y mareante improvisación en lugar del acostumbrado baile coreografiado y
ensayado para maximizar un
talento mínimo en ese movimiento. Cuando su recompensa resultó ser más de lo
que realmente había exigi-
do, la Salome de Mattila
pareció medio exultante,
medio horrorizada por su
sangriento premio y por el
orgasmo (representado gráficamente) que sigue al añorado beso, pero, cuando
empezó a caer el telón y la
espada del verdugo estaba a
punto de cortar, ella, firme,
descubre su cuello al igual
que una descabellada Julieta
deseosa de unirse con su
decapitado Romeo.
El amor es ciego, como
se dice, y la cabeza de
Jochanaan fue entregada a
Salome con los ojos vendados, tal como ella le ve por
primera vez. Sin embargo,
parecía que Salome estaba
cegada por una cosa que no
era la imperturbable y poco
romántica figura de Albert
Dohmen, y que escuchaba
“geheimnisvolle
Musik”,
música misteriosa, y no los
robustos pero deslucidos
tonos teutónicos que salieron de esa garganta a punto
de ser cortada. Siegfried
Jerusalem fue un Herodes
para esta etapa a lo Bush; un
chico “simpático” pero poco
inteligente, prendado por la
Derecha Religiosa y por una
familia que no deja de exigir. Larissa Diadkova, su
mujer, que tragaba champán
sin parar (en esta muy actualizada puesta en escena, era
evidente el reclamo publicitario para Veuve Cliquot),
cantó espléndida y refrescantemente libre de toda
caricatura; y Matthew Polenzani fue el Narraboth de dulce voz que muere lentamente. Entre un excelente reparto secundario, Morris Robinson como el Primer Nazareno destacó con su resonante
voz y resuelta presentación.
Flimm, como siempre, se
mostró ducho en usar motivos que parecían naturales
para sus cantantes, pero —
quizás aprendió la lección de
su anterior Fidelio— no
sobrecargó a Mattila con
demasiados detalles cuando
lo que importaba era cantar.
Él y Loquasto llevaron la
acción a Oriente Medio a
mediados del siglo XX; a un
lado del escenario, un muro
de losas combado con candelabros eléctricos de pared
enmarcando una escalera, y
por el otro, unas almenas
parecidas a dunas guarnecidas por unos ángeles de la
muerte de alas blancas y túnicas negras que aparecían
encima de la prisión-cisterna
del Bautista. La verdad es que
esta Salome no era muy diferente de la nueva producción
del otoño de 2002 de la New
York City Opera, pero lo que
faltó en la puesta en escena
de esta última estaba presente en la del Met; una princesa
a la que valía la pena mirar y
escuchar.
Patrick Dillon
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ACTUALIDAD
FRANCIA
Un espectáculo en torno a Goyescas
EL PELELE, REJUVENECIDO
Matthew
&White
Countertenor
París. Théâtre 13. Le pantin de Goya. Estelle Boin, Magali Paliès, Cyrille Lovighi, Vincent Eveno.
Compagnie Influences. Director de escena: Jean-Luc Paliès.
PARÍS
Sorprende que en un
teatro de barriada como
el Théâtre 13 de París
encontremos el espectáculo Le pantin de Goya: es
ópera, no teatro dramático;
lo protagonizan jóvenes
artistas, no actores; es un
género considerado elitista,
se presenta como una propuesta transversal, esto es,
cruzada de géneros y de
sentidos… La producción
es de la Compagnie
Influences, que dirige JeanLuc Paliès, una asombrosa
mente escénica. Esta compañía tiene desde hace
tiempo una vocación española que algún día habrá
que agradecerle. Esta puesta en escena es un paso
más, un paso importante,
en esa vocación. Además,
el
espectáculo
quiere
demostrar que la ópera es
teatro y que sin teatro no
hay ópera posible.
Colette Nucci, directora
de Théâtre 13, mostraba su
asombro consigo misma por
aceptar en su teatro un
espectáculo así, pero es “tan
bello…”. Este asombro no
era tal, sino el disfraz de la
complicidad con que se le
explica al público de un
local como ese el cambiazo
de programa; al fin y al
cabo, Nucci ha participado
en otros proyectos de Paliès.
Le pantin de Goya parte
de Goyescas e incluye obras
para piano y vocales (dos de
las Majas dolorosas, una
copla). Se respeta el esquema de la obra y de la tradición operística: un cuarteto
vocal con su pareja de enamorados (soprano, tenor), el
rival (barítono) y la intrigante (mezzo). Se reduce la instrumentación a un quinteto.
Los conjuntos y el coro los
garantiza el propio cuarteto
vocal. Se canta en español y,
sobre diapositivas de pinturas de Goya de todas las
épocas (cartones para tapiz
y pinturas negras), se ubican
los sobretítulos en versión
Tafelmusik
“M.White posee una
bella voz excepcional.”
International Record
Review, UK
AN 2 9813
ZELENKA, VIVALDI, CALDARA, SCARLATTI
de la dramaturga Louise
Doutreligne.
El cuarteto lo forman
cuatro voces jovencísimas,
tiernas incluso. Hay dos
voces bastante prometedoras y relativamente hechas,
como la de la soprano Estelle Boin, de centro poderoso
y unos agudos en progresión que la llevarán sin duda
más arriba; como la de la
mezzo Magali Paliès, con
voz espesa, con mucho
cuerpo, centro muy rotundo
y capacidad para los graves.
Ambas tienen timbres muy
bellos. El tenor y el barítono
(Cyrille Lovighi, Vincent
Eveno) tienen más futuro
que presente, y su inexperiencia contrasta con la también joven pero no bisoña
presencia de las voces femeninas. Cumplen ambos jóvenes con sentido y con pundonor: ya decimos que el
futuro es suyo, si siguen así.
La realización escénica
juega con el simbolismo más
que con el verismo. El Granados-Puccini cede el paso
al que bien pudiera tener un
parentesco con Debussy y
Maeterlinck. Paliès acumula
las sugerencias de raigambre
simbolista y consigue un
bello espectáculo de voces y
de pura actuación escénica.
Se basa no sólo en Goya, no
sólo Granados, sino también
en el arreglo de Jérôme Boudin, que asume también el
piano del quinteto. Al piano
se le añade violín, chelo,
flauta traversa y una guitarra
que a menudo va “por
libre”. Otra de las bazas de
Paliès es el baile de raíz flamenca que le fascina y que
aquí cumple una bella función entre escenas “fuertes”.
La franco-israelí Sharon Sultan y la española Katia Benito asumen alternativamente
el cometido de bailaoras. Y
como todo esto no se podía
perder en lo efímero del teatro, la Compagnie Influence
ha editado un bello CD.
Al salir del espectáculo,
sigue uno perplejo, porque
se trata de algo desusado.
Unos protagonistas jovencísimos que se enfrentan a los
papeles violentos y fuertes
de Goyescas; un espectáculo
que funciona con el público
a pesar de su “rareza”, de su
formato, de su propuesta; un
trocito de la España estilizada (no tópica) recreado por
una compañía que se acerca
de manera permanente a lo
español… ¿No merecería la
pena verlo aquí?
S.M.B.
Matthew White, Mélodies et
récitals vocaux 17e et 18e siècles
ELEGEIA (AN 2 9902)
BACH
TELEMANN
HANDEL
MARCELL0
VIVALDI
SCARLATTI
AN 2 9760
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mundo, ejemplar en cualquier sentido…”
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“Magnífica interpretación llena de virtuosismo
de las hermanas Nadia y Annie Labrie...”
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ACTUALIDAD
FRANCIA
Vodevil e ironía
LOCAS JORNADAS
París. Opéra de Paris Garnier. 21-III-2004. Ravel, L’heure espagnole. Puccini, Gianni Schicchi. Sophie Koch, Patrizia
Ciofi, Elena Zilio, Jeannette Fischer, Tiziana Tramonti, Yann Beuron, Jean-Paul Fouchécourt, Franck Ferrari, Alain
Vernhes, Roberto Saccà, Donato Di Stefano. Orquesta de la Ópera Nacional de París. Director musical: Seiji Ozawa.
Director de escena y vestuario: Laurent Pelly. Decorados: Caroline Ginet y Florence Evrard.
Eric Mahoudeau
E
l díptico presentado por
la Ópera de París Garnier es una prolongación al festival nipón que
Seiji Ozawa dirige desde
hace algunos años y que
valió a la Bastilla una suntuosa Condenación de Fausto de Berlioz. Reunidas a
menudo en escena, La hora
española de Ravel —que tiene por compañera habitual
la segunda ópera del compositor francés, El niño y los
sortilegios— y Gianni Schicchi de Puccini —última tabla
del tríptico del músico italiano tras Il tabarro y Suor
Angelica— no tienen demasiado en común. Asombra
que estas tres obras, concebidas como otros tantos
actos de una ópera, se
representen en una sola
velada muy escasas veces.
Allí donde Ravel maneja un
humor cáustico y equívoco
para evocar una España fantasmagórica con una ternura
distante aumentada en un
vodevil que jamás cae en el
prosaísmo,
Puccini
se
sumerge en la ironía de la
commedia dell’arte, inspirándose en el Infierno de
Dante para extraer una ópera cruel.
Con el fondo de unos
decorados idóneos abrumados por un inusitado desor-
Ferrari, Fouchécourt, Beuron, Koch y Vernhes en La hora española
den, el director de escena
Laurent Pelly propone una
verdadera lección de teatro.
La tienda del relojero es un
divertido fárrago de objetos
y muebles de todo género
en el que los cinco personajes practican la seducción y
los equívocos con un excepcional sentido de la come-
dia. En Puccini, la fortuna
del difunto se refleja en un
amontonamiento de armarios y relojes, animado por
una dirección de actores
digna de las comedias italianas de los años treinta.
Ambos repartos, que tienen
dos cantantes comunes (los
excelentes Jean-Paul Fou-
chécourt y Alain Vernhes),
resultaron de una perfecta
homogeneidad.
Sophie
Koch, avispada relojera,
confirma, tras su Compositor
de Ariadne auf Naxos,
cómo puede llegar a convertirse en la mezzo que tanto
se espera en Francia: voz
cálidamente aterciopelada
con un timbre voluptuoso
de mil colores, espontánea y
excelente comediante, dejó
estupefactos tanto a sus cuatro compañeros, todos destacables (Yann Beuron,
Jean-Paul
Fouchécourt,
Franck Ferrari, Alain Vernhes), como al público.
Gianni Schicchi aparece
dominado por la versatilidad
de Alessandro Corbelli, que
otorga al papel titular una
malicia que no deja de evocar a Volpone, así como por
los jóvenes enamorados
Patrizia Ciofi y Roberto
Saccà, cuyos dulces sueños
forman un gracioso contrapunto a las discordias de sus
mayores, traicionados por la
superchería de Schicchi. Seiji
Ozawa dirigió todo con un
fervor entusiasta que irradió
a foso y reparto, plasmando
el refinamiento de la escritura de Ravel y el impulso de
la de Puccini.
Bruno Serrou
A las víctimas de los atentados de Madrid
VIBRANTE HOMENAJE
París. Radio France. Sala Olivier Messiaen. 22-III-2004. Bach, Pasión según san Juan. Christoph Genz, Siegfried Lorenz,
Kathouna Gadelia, Aurore Ugolin, Sébastien Droy, Vincent Deliau, Marc Mauillon. Solistas de la Orquesta Nacional de
Francia. Orquesta y Coro del Conservatorio Nacional Superior de Música de París. Director: Kurt Masur.
A
52
nte un patio de butacas paralizado por la
emoción, la Pasion
según san Juan de Johann
Sebastian Bach fue interpretada en homenaje a las
víctimas de los atentados
de Madrid que habían
enlutado España y consternado de horror al mundo
libre once días antes. Tras
los testimonios de condolencia expresados hacia las víctimas y sus familias por
Jean-Marie Cavada, director
de Radio France, y Diego
Bermejo, consejero de la
embajada de España en
París, Kurt Masur arrancó
con sobrecogimiento el
inmenso coro inicial de la
obra maestra bachiana,
interpretada por los alumnos
del departamento de disci-
plinas vocales del Conservatorio de París. Forjado en la
gran tradición de Leipzig,
donde dirigió cada año
durante veinte las dos Pasiones del Cantor, Masur ha
optado por un efectivo bastante nutrido, tocando la
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ACTUALIDAD
FRANCIA
Paródico y anticuado
LOS CHASCOS DE OTELO
París. Opéra de Paris Bastille. 8-III-2004. Verdi, Otello. Vladimir Galuzin, Jean-Philippe Lafont, Barbara Frittoli,
Jonas Kaufmann, Sergio Bertocchi, Gian Battista Parodi, Elena Cassian. Orquesta y Coro de la Ópera Nacional
de París. Maîtrise des Hauts de Seine. Coro de niños de la Ópera Nacional de París. Director musical: James
Conlon. Director de escena: Andrei Serban. Decorados: Peter Pabst. Vestuario: Graciela Galan.
H
En un decorado horrible,
violentamente iluminado por
unos colores sin matices, los
protagonistas se mueven de
manera tosca, sin saber la
mayor parte del tiempo qué
hacer con su cuerpo. La
visión de Serban es simplista, rebajada a un cliché
maniqueo entre buenos y
malos. Disfrazarle de diablo
con un traje negro no hace
más que ridiculizar al personaje de Yago, que no tiene
estrictamente nada que ver
con una vulgar caricatura de
malvado. Que la chaqueta y
el pantalón sean demasiado
anchos y parezcan hechos a
patadas aumenta la sensación de ridículo. Tampoco
ayudó nada que la noche
inaugural, en medio del
cuarto acto, una avería eléctrica otorgara al espectáculo
un aspecto de abeto navideño. En lo relativo al reparto,
Jean-Philippe Lafont realiza
un Yago paródico, de manera que el espectador apenas
comprende lo que pasa por
la cabeza del personaje shakespeareano. Vladimir Galuzin —que había entusiasmado en Orange, el verano
pasado, donde interpretó un
Otelo de hermosa factura—,
decepcionó: aquí no fue
más que una sombra de sí
mismo. Barbara Frittoli es
una conmovedora Desdémona, y su voz cálida y fresca. Elena Cassian (Emilia),
Jonas Kaufmann (Cassio),
Sergio Bertocchi (Roderigo)
y Gian Battista Parodi (Lodovico) completaron provechosamente el plantel vocal.
En el foso, James Conlon
dirigió la obra maestra de
Verdi con fervor y óptica
wagneriana.
orquesta con instrumentos
modernos acompañados de
un continuo integrado por
viola da gamba, tiorba, clave
y órgano.
Sin duda en razón de la
inexperiencia de los protagonistas, la confusión se
apoderó, por desgracia, de
ciertos conjuntos como el
coro inicial y algunas escenas de masas, mientras que
los corales y el coro final,
más contenidos, resultaron
también más apropiados.
Los tiempos escogidos por
Masur fueron vivos pero la
articulación sigue siendo
tradicional, con unos bajos
demasiado acentuados por
influencia de la estética
romántica, lo que cada vez
resulta más anticuado desde la aportación indiscutible de las aproximaciones
barrocas.
Los dos intérpretes principales provocaron la admiración: Christoph Genz,
Evangelista de voz sólida
como el bronce, timbre
ardiente y clara dicción, su
encarnación tuvo una irreprochable precisión. Lírico y
autoritario, Siegfried Lorenz
realizó un Jesús impresionante hasta el dolor, de una
grandeza muy humana. Las
otras partes solistas fueron
asumidas por alumnos del
departamento de disciplinas
vocales del Conservatorio
de París. Si la soprano Kathouna Gadelia triunfó en
sus dos arias, pese a un
vibrato demasiado acentuado, a la mezzo Aurore Ugolin le faltó una mayor proyección en el grave. De los
dos tenores, citemos sólo a
Sébastien Droy, de voz segu-
ra y plena de emoción.
La Orquesta del Conservatorio de París se
benefició de la asistencia
de diversos solistas de la
Orquesta Nacional de
Francia, tres de ellos ocupando la segunda posición
de sus respectivos atriles.
El continuo asociaba profesionales
aguerridos
(Emmanuelle Guigues, viola da gamba y Massimo
Moscardo, tiorba) y estudiantes (clave y órgano).
Eric Mahoudeau
ace quince años, Petrika Ionesco firmaba
una producción de
Otello para las dimensiones
exactas de La Bastilla que
reunía a Plácido Domingo,
Kallen Esperian y Renato
Bruson. Aquella producción
habría podido permanecer
en el repertorio de la primera escena lírica de Francia, al
menos si se compara con lo
que ha propuesto esta temporada Andrei Serban, que
tuvo la suerte de tener que
ausentarse de París la noche
del estreno. La casualidad ha
contribuido seguramente a
obligarle a atender la presidencia de un jurado en la
Universidad de Columbia.
Pero esto quizá explique lo
otro, pues acaso no haya
dispuesto de tiempo para
ocuparse de este Otello, que
parece provenir de otra época, en la que el concepto de
dirección de actores ni
siquiera se vislumbraba.
Descubierto en Francia por
una destacable Zauberflöte
representada en Nancy y
después en el Châtelet parisino, Serban ha realizado
para la Ópera de París lo
mejor (Lucia di Lammermoor) y lo peor (I Vespri sicilianni). Con Otello, el director de escena rumano ha
ofrecido lo peor.
Escena de Otello en el Teatro de la Bastille
B.S.
B.S.
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ACTUALIDAD
MADRID
GRAN BRETAÑA
La Royal Opera estrena la obra maestra de Shostakovich
LÚGUBRE LIRISMO
54
Violenta, embriagadora
y erótica, la emocionante nueva producción de
Lady
Macbeth
de
Mtsenk de la Royal
Opera nos recuerda de
nuevo que Shostakovich
fue de naturaleza teatral —
o lo hubiera sido si no fuera porque el despótico régimen soviético cortó de raíz
su carrera en la ópera. Su
gran error fue que en esta
ópera de 1934 simpatizó
con la homicida y libidinosa heroína. Cuando, dos
años después de su exitoso
estreno, Stalin la vio, la
prohibió inmediatamente.
Así que esta obra maestra,
con la excepción de algunas diluidas versiones autorizadas, languideció en el
cajón del olvido durante las
siguientes cuatro décadas.
Ahora, totalmente rehabilitada, Lady Macbeth sigue
siendo una vibrante novedad en el repertorio y su
capacidad para conmocionar es tan potente como
antes. La inolvidable escenificación de la English National Opera de 1987 estuvo
en cartel durante muchísimo
tiempo pero esta es la primera vez que la Royal Opera monta la obra usando su
orquestación original, la que
hoy se suele preferir. El
resultado es una proeza.
Richard Jones, cuyo muy
discutido Anillo para el
Covent Garden se convirtió
en un patrón para la aventura en las producciones de
ópera, ha evocado una tétrica y claustrofóbica imagen
de la vida en un pueblo
soviético, con cada detalle
observado exhaustivamente,
cada movimiento meticulosamente coreografiado. Los
decorados de dos habitaciones colocan la acción en
una genérica lobreguez de
la época soviética a finales
de los años 50.
El sólido reparto fue
mayoritariamente británico.
A John Tomlinson, que
Clive Barda
LONDRES
Royal Opera House Covent Garden. 1-IV-2004. Shostakovich, Lady Macbeth de Mtsenk. John Tomlinson, Stefan Margita,
Katerina Dalayman, Christopher Ventris. Director musical: Antonio Pappano. Director de escena: Richard Jones.
Lady Macbeth de Mtsenk de Shostakovich en el Covent Garden de Londres
sigue descubriendo nuevos
papeles en este momento
avanzado de su carrera, se
le vio poderoso y monstruoso en su papel de Boris, el
receloso y voyeur suegro de
Katerina, la Lady Macbeth
del título. Stefan Margita fue
perfectamente mezquino y
débil como Zinovi, el impo-
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tente marido. Al cantar el
papel titular por primera
vez, Katerina Dalayman
cambió de los agudos a los
susurros y de puta voluptuosa a trágica heroína, con
una facilidad consumada.
Richard Jones tuvo una
hábil solución para la famosa escena sexual en la que
Katerina sucumbe a su zalamero amante Sergei (un elocuente Christopher Ventris,
a lo Elvis); todo ocurría
detrás de un armario, movido al ritmo de la pasión.
La partitura, impresionantemente competente
para un compositor que
entonces tenía poco más de
25 años, exige unos esfuerzos hercúleos del coro y de
la orquesta. Ambos, bajo la
segura y comprometida
batuta de Antonio Pappano,
se mostraron magníficos,
con unos soberbios solos
de los instrumentos de
madera y una chispeante
banda de metales en el
escenario. Si el penetrante
volumen de los estridentes,
sardónicos y vulgares pasajes golpeaba los sentidos,
fue el oscuro y velado lirismo lo que se quedó grabado en la memoria.
Fiona Maddocks
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ACTUALIDAD
ITALIA
Sólo Devia salvó la obra de Bellini
SOPORÍFERO
Federico Buscarino
Teatro degli Arcimboldi. 30-III-2004. Bellini, Beatrice di Tenda.
Mariella Devia, José Bros, Anthony Michaels-Moore, Maria Pia
Piscitelli. Director musical: Renato Palumbo. Director de
escena, escenografía y vestuario: Pier’Alli.
MILÁN
Mariella Devia y Anthony Michaels-Moore
El Teatro alla Scala, que
atraviesa una evidente
crisis de ideas, ha retomado, a diez años de
distancia, su producción
de Beatrice di Tenda de
Bellini, firmada por Pier’Alli
y dirigida por Renato Palumbo y con Mariella Devia en
el papel protagonista. Lo
que ya en su momento se
vio como un espectáculo
viejo, hoy —aunque el regista ha hecho numerosas
modificaciones—, resulta
todavía más rancio y polvoriento, por el simple motivo
de que Alli se fía de la (inexistente) dramaturgia belliniana, de proverbial debilidad. Por lo tanto, recorre
ciegamente la historia de
Beatrice, seducida y abandonada por Filippo. Los referentes escénicos a la pintura
renacentista son evidentes,
pero igualmente inútiles. El
espectáculo resulta gris y
plúmbeo. Tampoco supo
sacarlo Palumbo de la catatonia; tempi lentos, a veces
lentísimos, pesadez, poco
cuidado de los conjuntos,
una lectura incolora, en continuo mezzoforte, que sólo
por un verdadero acto de fe
se creería perteneciente al
teatro. Maravillosa, en cambio, Mariella Devia, bien que
la voz empieza a denotar
algunas pequeñas resquebrajaduras, pero la clase, el
color, el perfecto conocimiento del estilo, la limpieza
de la emisión, resultan como
poco extraordinarios. A su
lado, los modestos José Bros
(Orombello) y Anthony
Michaels-Moore (Filippo),
entre otros completamente
fuera de estilo. Digna Maria
Pia Piscitelli como Agnese.
Sólo queda esperar que la
nueva dirección artística del
teatro de un giro por todos
reclamado.
Carmelo Di Gennaro
JOSEPH
CALLEJ A
Arias para tenor, Arias de Verdi,
Donizetti, Cilea y Puccini
Joseph Calleja, tenor
Orquesta Sinfónica y Coro de
Milán Giuseppe Verdi
Riccardo Chailly, director
1CD 0028947525028
A los 24 años Calleja posee el tipo de voz con la que
soñarían la mayoría de los tenores de 30 años: brillante,
lírica y poderosa... este muchacho llegará lejos"
The independent on Sunday, London
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ACTUALIDAD
ITALIA
Homenaje a Petrassi
LA EXTRAÑA PAREJA
Teatro dell’Opera. 23-III-2004. Petrassi, Il Cordovano. Rosa Ricciotti, Valentina Valente, Antonella Trevisan,
Giorgio Surian, Gianluca Zampieri, Claudio Barbieri, Carlo Di Cristoforo. Escenografía: Gianni Dessì. Mascagni,
Cavalleria rusticana. Giovanna Casolla, Nicola Martinucci, Franco Giovine, Monica Minarelli, Antonella Trevisan.
Escenografía: Renato Guttuso, en reelaboración de Maurizio Varamo. Director musical: Marcello Panni. Director
de escena: Stefano Vizioli. Vestuario: Anne Marie Heinreich.
Corrado Maria Falsini
ROMA
Programa doble en un
extraño acoplamiento sin
ninguna afinidad musical. Tal vez hubiera sido
mejor juntar Il Cordovano a una ópera contemporánea, como Il telefono de
Giancarlo Menotti, en vez de
Cavalleria rusticana, una
obra no muy interpretada en
Roma, donde se estrenó el 17
de mayo de 1890. Ambos
libretos proceden de obras
literarias: el entremés El viejo
celoso de Cervantes (1615) en
la traducción de Eugenio
Montale y la novela de Giovanni Verga. Y escenografías
artísticas en los dos casos,
debidas a Gianni Dessì y
Renato Guttuso. Doble celebración petrassiana, por el
centenario de su nacimiento
y al año de su muerte. Petras-
si quedó seguramente más
fascinado por la musicalidad
de la traducción que por la
trivial trama renacentista. Una
operita bufa, en la que un
viejo celoso hasta la locura
de su joven mujer, que es
embaucado por un gallardo
jovencito que se esconde tras
un tapiz de Córdoba. Marcello Panni dirigió con ligero
equilibrio, siempre en el filo
de la ironía, la rica y compleja orquestación. Estupendos
todos los intérpretes: Rosa
Ricciotti, de bella voz, decidida y ágil; Giorgio Surian, con
verdadera vis cómica. El
recién restaurado órgano
litúrgico del teatro, querido
en 1921 por el propio Mascagni, entonces director esta-
ble, es una feliz recuperación. Escenas coloreadas y
geométricas y admirables los
figurines inspirados en los de
Balenciaga de los años cincuenta. Camaleónico, Panni
volvió la página y dirigió con
brillantez y aguda inteligencia a Mascagni. Contó con la
versátil Antonella Trevisan en
el doble papel HorticosaMamma Lucia. Giovanna
Casolla, de voz penetrante y
alerta la vocalidad de los dos
eternos rivales, Nicola Martinucci y Franco Giovine.
Escenografía retomada de
bocetos de Gattuso del Rey
Roger de Szymanowski del
Teatro Massimo, con vestigios dóricos a la sombra de
cúpulas y mujeres de negro.
Franco Soda
Vuelve a Italia una ópera de Prokofiev
GROTESCO Y MELANCÓLICO
Teatro Regio. 21-III-2004. Prokofiev, Bodas en el monasterio. Nikolai Gassiev, Alexander Gergalov, Irina
Mataeva, Nadezhda Vassileva. Director musical: Gianandrea Noseda. Director de escena: Vladislav Pazi.
Escenografía y vestuario: Alla Kozhenkova.
TURÍN
El Teatro Regio ha programado una ópera rara
de Prokofiev, que no se
veía en Italia desde 1959,
cuando fue puesta en escena en el San Carlo de Nápoles, pero traducida al italiano. Ha sido una realización
de valor absoluto, que sin
duda ha tenido su punto de
fuerza en el director Gianandrea Noseda.
El director milanés posee
una afinidad especial con el
repertorio ruso, dado que
hace años que es Principal
Director
Invitado
del
Mariinski de San Petersburgo. Noseda ha evidenciado
conocer hasta en sus más
mínimos detalles una partitura que le es queridísima,
de la que ilumina no sólo el
56
aspecto cómico-grotesco,
sino también una melancolía
inefable. Compuesta en
1940, atípico ejemplo de
ópera bufa del siglo XX, fue
posiblemente el único éxito
verdadero del Prokofiev
soviético: la red de la censura iría cerrándose poco a
poco y ya no sería posible
para el maestro componer
como hubiera deseado. En
Bodas, Prokofiev busca
construir una prosodia que
se adhiera lo más posible al
ritmo del texto, de modo
que las palabras sean siempre comprensibles. Noseda
lo sabe y por ello acompañó
a los cantantes con calibrada
bravura que secundaba cada
matiz de las voces. El extraordinario dominio de Proko-
fiev del material musical se
resuelve siempre por medio
de una exuberante orquestación, abundante en citas
sobre todo de Mozart. El ritmo dramático tiene pocas
pausas (tal vez en un cuadro
del segundo acto) y a mantener alta la tensión contribuyó de modo decisivo la
ceñida dirección de Noseda.
El montaje, procedente
del Mariinski, puede que no
sea modernísimo (se reproduce una Sevilla de cartón
piedra, hecha de sencillos
fondos pintados), pero que
con todo resulta funcional
no sólo para la comprensión
de la refinada intriga, sino
para la resolución cómica de
algunas escenas cruciales,
como la de los frailes borra-
chos (cuadro VIII). Excelente asimismo el numeroso
reparto, del que sobresalió
sin duda el Don Gerolamo
de Nikolai Gassiev, a sus
anchas tanto vocal como
escénicamente; junto a él,
los estupendos Alexander
Gergalov (Don Ferdinando),
Irina
Mataeva
(Luisa),
Nadezhda Vassileva (la dueña), la bella Tatiana Pavlovskaia (Clara) e irresistible Sergei Alexashkin, como el
mercader Mendoza, por lo
demás personaje con un
ramalazo de antisemitismo.
También relevante la prestación de Evgeni Akimov,
excelente Don Antonio.
Óptimos, coro y orquesta.
Carmelo Di Gennaro
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ACTUALIDAD
PORTUGAL
Programa Rachmaninov-Zemlinsky
CAMINOS DIVERGENTES
Teatro San Carlos. 29-III-2004. Rachmaninov, El caballero avaro. Zemlinsky, Eine florentinische Tragödie. Vladimir
Vaneev, Vsevolod Grivnov, Jon Ketilsson, Johann Verner Prein, Fredrika Brillembourg. Director musical: Jonathan Webb.
Director de escena: Paul Curran.
LISBOA
Entre el 29 de marzo y el
4 de abril, el Teatro de
San Carlos acogió la original propuesta de
englobar dos óperas en
un solo espectáculo: El
caballero avaro de Sergei
Rachmaninov y Eine florentinische Tragödie de Alexander Zemlinsky. Presentar dos
lenguajes musicales que
coinciden temporalmente
pero que se bifurcan en
caminos distintos (el primero exponente de un romanticismo tardío más conservador que el segundo) era de
por sí un desafío interesante
y generador de gran expectativa. Jonathan Webb se
hizo cargo de la dirección,
Paul Curran de la puesta en
escena (fue su primera
experiencia en Portugal) y
Kevin Knight de la escenografía y Robert A. Jones de
la iluminación. El resultado
fue excelente en la ópera
del compositor ruso y suficiente en la del austriaco.
Pasamos a explicarlo.
En El caballero avaro,
Vladimir Vaneev (Baron) y Arnold Kocharyan (Duque)
Knight dispuso una estructura giratoria que permitió la
clara definición de los tres
espacios de la historia, creando la impresión de movimiento. La solución escenográfica contribuyó a delinear
del argumento, basado en
una pieza de teatro de Puchkin. Vladimir Vaneev estuvo
magistral en el papel del
aristócrata patológicamente
afectado por la avaricia y
Vsevolod Grivnov interpretó
un Albert emotivo y convincente. La densidad dramática, la calidad vocal y un
escenario adecuado tuvieron
como consecuencia un todo
equilibrado y, en algunos
momentos, genial.
En Eine florentinische
Tragödie, el elenco se mostró
a la altura de la elevada exigencia musical de Zemlinsky.
Jon Ketilsson, Johann Verner
Prein y Fredrika Brillembourg nos ofrecieron interpretaciones absolutamente
impecables de sus personajes, pero no contaron con el
beneficio de un encuadramiento eficaz. Para empezar,
la opción de situar en la
actualidad un texto del siglo
XIX (cuyo autor es Oscar
Wilde) derivó en la incoherencia —se habla de la “paz
en Italia”, de laúdes y caballos en medio de un “diseño”
futurista. La contradicción
temporal le retiró al texto la
dimensión trágica —que los
cantantes restituyeron, aunque sin ningún apoyo. En
ambas óperas, la dirección
de Webb ante la Orquesta
Sinfónica Portuguesa merece
nuestro aplauso, por su precisión y expresividad.
Luciana Leiderfarb
Estreno lisboeta de Neither
EL ENCUENTRO DE FELDMAN Y BECKETT
Lisboa. Teatro San Carlos. 15-IV-2004. Feldman, Neither. Petra Hoffmann. Director musical: Emilio Pomàrico.
Director de escena: David de Almeida.
L
a ópera que Morton
Feldman y Samuel Beckett no quisieron denominar ópera y llamaron, simplemente, Neither, fue representada en el Teatro Nacional de San Carlos entre el 15
y el 17 de abril. Al mismo
tiempo, tuvo lugar un ciclo
de conciertos en el que se
tocaron obras importantes
del compositor —como The
Rothko Chapel y los tres
números de The Viola in my
Life— y un coloquio internacional que se tituló Hablar
de Feldman. En lo que concierne a la ópera, contó con
dirección de Emilio Pomàrico, iluminación de Pasquale
Mari y tratamiento visual de
David de Almeida y António
Escudeiro. La soprano Petra
Hoffmann interpretó las frases de Beckett que Feldman
trabajó una por una, “como
si fueran palabras”.
Desde el inicio fue posible detectar los aciertos y las
desventajas de la producción. Por un lado, claramente destacada, estaba la música, con sus insondables
resonancias, su difusión, su
evolución infinitesimal, en
las manos de un director
que supo construir una lectura diáfana y rigurosa de la
obra. La Orquesta Sinfónica
Portuguesa respondió con
su mejor sonoridad e inspiración y Petra Hoffmann
ajustó su voz a la neutralidad exigida.
Por otro lado, en términos visuales, se optó por la
proyección de palabras, frases e imágenes en una
superficie rectangular más o
menos estática que aparecía
y desaparecía. La solución
creó momentos plásticos e
interesantes, pero no logró
estar al nivel de la extraordi-
naria arquitectura de la obra
—la opción de mantener a
la soprano inmóvil durante
su actuación, negándole el
gesto teatral como si estuviera en un concierto, tampoco
se comprende. Se enfrentan
así dos ideas que, por lo visto, no encontraron puntos
en común: la de Pomàrico,
ágil, compleja, y la de
Almeida (que es artista plástico), cuya percepción
visual de la música aparece
invadida por una serenidad
excesiva.
L.L.
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ACTUALIDAD
SUIZA
La ópera de Salvatore Sciarrino sobre Macbeth
EL BALBUCEO DE LA MODERNIDAD
Theater. 27-III-2004. Sciarrino, Macbeth. Sorin Coliban, Anna Radziejewska, Woong-jo Choi, Valeri Tsarev, Nina Amon.
Director musical: Johannes Debus. Director de escena: Reinhild Hoffmann. Decorados: Hugo Gretler.
Will van Lersen
LUCERNA
No se entiende prácticamente nada. Trozos de
texto en italiano, de los
que se desprenden palabras aisladas en constante repetición (pronto
comprendemos que también
en lo musical la repetición
es una importante especialidad en el lenguaje sonoro
de Sciarrino). Medio cantadas, medio balbuceadas (y
descubrimos que el antinaturalismo es un elemento
central en el compositor italiano). Sin embargo, lo
entendemos todo: porque
conocemos el Macbeth de
Shakespeare, que es presentado aquí en cierto modo de
manera destilada (junto a
algunos añadidos de Heiner
Müller y otros). Y porque la
música de Sciarrino, en su
modernidad sin compromiso, nos habla de manera inequívoca. Trata del mortal
mecanismo del poder, de la
soledad de los asesinos. El
propio autor habla de “crímenes execrables, que no se
atreven a describir ni el lenguaje ni el corazón, a los
que hay que otorgarles una
silenciosa reflexión”.
Una silenciosa reflexión:
con ello está perfectamente
definido el envoltorio musical de esta serie de crímenes
en los Highlands escoceses
que constituye la tragedia
shakespereana. Pues tam-
Anna Radziejewska como Lady Macbeth
bién las dos orquestas de
cámara —una en el foso tradicional, la otra detrás de la
escena— proporcionan casi
siempre sólo un reducido
comentario. Y lo hacen con
una técnica vanguardista
(glissandi, sonidos de flageolet, a menudo a una voz en
notas mantenidas o en nerviosos espasmos). Muy rara
vez, y aquí Sciarrino es un
maestro de la alusión, suenan
citas: del Macbeth de Verdi,
de la escena del Comendador
de Don Giovanni de Mozart.
Por lo demás, el músico italiano avanza tenazmente por
su propio camino entre el
ruido y la interiorización
—con timbres alambicados
en la permanente búsqueda
del estado psíquico de sus
personajes.
Todo esto tiene algo de
alucinación, y es reforzado
por la destrucción de los planos de representación. Es
totalmente lógico que el Teatro de Lucerna haya escogido
para esta audaz empresa a
una directora de escena que
procede del teatro danzado
en su sentido más amplio.
Reinhild Hoffmann, que últimamente está muy solicitada
por teatros de primera, ha
puesto hasta ahora, con otra
obra de Sciarrino (Luci, mie
traditrici), y una de Mozart
(Betulia liberata, en la iglesia
de los Jesuitas) los acentos
más importantes de la cartelera operística de la era de
Barbara Mundel en Lucerna,
que se acerca a su fin. Tam-
bién Hoffmann valora —
como Sciarrino— la estilización coreográfica. El ritual
congelado en poderosas imágenes: una pared gris inclinada y con puertas, de la que
surgen espacios cerrados.
En sus presupuestos
musicales, el Macbeth de
Sciarrino lleva a un pequeño
teatro como el de Lucerna
hasta sus límites. Hay que
volarlos, como demuestra de
modo contundente esta
representación dirigida musicalmente por Johannes
Debus. Los cantantes, en su
mayoría procedentes del
repertorio tradicional, confirman que es necesario motivarlos para el teatro musical
progresista. Esto sirve para
los dos protagonistas, Sorin
Coliban y Anna Radziejewska, quienes al final están
obligados a unos solos extremadamente largos. Estos
pasajes, en los que prácticamente no tiene lugar ninguna acción, requieren del
público mucha paciencia —
cuanto más sangrientos son
los hechos, más consecuentemente son trasladados al
interior de los personajes.
Cuando explotan los crímenes, estalla también la música, rompiéndose en pequeñas piezas sonoras: el mundo, la vida como fragmento.
Mario Gerteis
Gluck pasado por Berlioz
CLAROSCUROS
Ópera. 21-III-2004. Gluck, Orfeo y Eurídice. Elodie Méchain, Marie Arnet, Cassandre Berthon. Director musical:
Nicolas Chalvin. Director de escena y escenografía: Ludovic Lagarde. Coreografía: Stéfany Ganachaud.
LAUSANA
La Ópera de Lausana
ha ofrecido una nueva
y atípica —desde diversos puntos de vista—
producción de Orfeo
ed Euridice de Gluck.
La versión escogida fue la
que Berlioz presentó por
pimera vez el 19 de
58
noviembre de 1859 en el
Théâtre Lyrique de París,
pensada para adaptarse a
Pauline Viardot, y que por un
lado restituía la tesitura original de contralto para Orfeo y
que por otro operaba una
especie de fusión entre las
versiones de Viena de 1762
(en italiano) y la de París
(1774). El trabajo de Berlioz
fue muy personal y original:
si por un lado lo reducía
todo en lo dramático a los
términos mínimos; del otro,
caracterizaba sugestivamente
a los personajes de manera
más fuerte, con los pasajes
más subrayados incluso por
la presencia del recitativo
acompañado en lugar del
seco y de una nueva visión
tanto instrumental como dramática de la acción y de la
partitura. En tal contexto, se
ha adecuado perfectamente
la dirección hierática y estili-
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ACTUALIDAD
SUIZA
William Christie dirige Radamisto
POR EL AMOR DE UNA MUJER
ZURICH
Opernhaus. 14-III-2004. Haendel, Radamisto. Mijanovic, Nikiteanu, Mayr, Hartelius, Rey, Magnuson y Hauustein.
Director musical: William Christie. Director de escena: Claus Guth. Nueva producción.
zada de Ludovic Lagarde,
que se basaba en una idea
dramática de Pierre Kuentz y
se servía del bello vestuario
de Virginie y Jean-Jacques
Weil y la apropiada iluminación de Sébastien Michaud y
la coreografía de Stéfany
Ganachaud y, por último,
pero no menos importante,
de las oníricas y sensuales
proyecciones de vídeo en
blanco y negro de la belga
Cynthia Vandecandelaère
que hacían pensar mucho en
Francis Bacon y se fundían a
la perfección con el proyecto
propio Haendel en 1728.
Una vez más fue el
director americano el gran
protagonista de una velada
repleta de aciertos gracias a
una dirección musical cuidada, llena de matices, chispa
y vitalidad. Christie, conocedor como pocos maestros de
este repertorio, mimó con
celo
extraordinario
la
orquesta barroca de La Scintilla y cuidó siempre de unas
voces, a las que nunca privó
de su natural vibrato. Brilló
con luz propia la sugestiva
contralto búlgara Marijana
Mijanovic (Radamisto), que
ya había triunfado anteriormente en esta misma plaza
con Il trionfo del tempo e del
disingano. Su voz densa y
oscura, con una extensión
de poco más de una octava,
está muy bien timbrada y se
muestra increíblemente sugestiva en el registro grave.
Su papel, junto con el de
Zenobia (que encarnó estupendamente la otra mezzosoprano de la compañía, la
rumana Liliana Niketeanu,
que se acercaba por primera
vez a una ópera de Haendel), tiene la parte vocal más
brillante de una partitura un
tanto desigual, que posee
momentos y arias de extraordinaria belleza como ocurre con su aria Ombra cara
la más famosa de toda la
obra. Una vez más Mijanovic
se llevó el gato al agua, consiguiendo un rotundo éxito.
La soprano Malin Hartelius
rayó a gran nivel en el papel
escénico general. Notable el
reparto: la estatuaria Elodie
Méchain, memorable Orfeo,
de bella presencia escénica y
en posesión de una voz de
timbres cálidos y aterciopelados, además de técnicamente
refinada y ágil. A su lado, la
soprano sueca Marie Arnet
fue una Eurídice de gran elegancia, discreción y finura
tanto vocal como escénica,
en tanto que la soprano francesa Cassandre Berthon (El
Amor) proporcionó una voz
radiante y óptimamente
impostada, lírica e impecable
en el registro agudo. El
coro, estupendamente preparado por Véronique
Carrot, se fundía a la perfección en escena con los
protagonistas. Nicolas Chalvin, a la cabeza de una
Orquesta de Cámara de
Lausana en gran forma,
proporcionó un inmejorable servicio a los cantantes,
exaltando simultáneamente
los sutiles y delicados claroscuros de la partitura de
Gluck revisada por Berlioz.
mucho más amable y menos
comprometido de Polissena
e Isabel Rey volvió a demostrar que tiene un filón por
delante en el repertorio
barroco, en el que cada vez
se encuentra más sólida. A
pesar de que en esta ocasión
le robaron el aria del último
acto y que el papel de Tigrane le quedaba demasiado
central —y por tanto le restaba posibilidades de lucimiento en su espléndido
registro agudo. Su actuación
fue sobresaliente, brillando
sobre todo en su contemplativa aria Segni di crudeltà
que fue cantada con un hilo
de voz, un primor increíble
y una elegancia sin igual.
Fue uno de los mejores
momentos de la ópera y
una de las arias más aplaudidas de toda la noche. El
resto del reparto lució a
menor altura: Reinhard
Mayr y Rolf Haunstein estuvieron simplemente co-rrectos como Tridate y Farasmane, y Elisabeth Magnuson
fue un deslucido Fraarte en
el aspecto vocal, aunque lo
bordó teatralmente.
El director de escena
alemán Claus Guth acertó
con una lectura actualizada
de la obra por medio de
una ambientación sencilla,
un precioso vestuario y una
magnífica dirección actoral,
que pretendía clarificar el
enrevesado y farragoso
libreto de Nicola Francesco
Haym, de difícil comprensión para el espectador de
hoy, aunque cosechó un
gran éxito en la época del
estreno, según se cuenta.
La trama es una guerra
endiablada entre familias
por el amor de una mujer y
en ella se reivindica el enaltecimiento de la fidelidad
conyugal, tema predilecto
de la ópera seria, que
muchos años después alcanzaría su zenit con el Fidelio
de Beethoven.
Giacomo Di Vittorio
Antonio Moral
Suzanne Schwiertz
Alexander Pereira, director de la Operhaus de
Zurich, parece dispuesto
a convertir su recoleto
coliseo de la hermosa
plaza de Bellevue, junto al
lago que le da nombre a la
ciudad, en una referencia
obligada de la ópera barroca
en Europa. Tras los éxitos
cosechados durante la pasada temporada con los estrenos suizos de Il trionfo del
tempo e del disingano de
Haendel y Les Indes Galantes de Rameau, dirigidas respectivamente por Minkovski
y Christie (ambas comentadas en estas páginas), el
pasado 14 de marzo se ha
presentado una nueva producción de Radamisto, uno
de los títulos menos transitados en los teatros y el disco
(la única grabación existente
dirigida por McGegan para
Harmonia Mundi se encuentra descatalogada) de las 44
escritas por Haendel, aunque en España tuvimos la
oportunidad de conocerla
en escena hace dos años en
Bilbao y Salamanca, gracias
a la gira de una producción
salzburguesa, dirigida por
Martin Haselbock. William
Christie, responsable musical
del nuevo proyecto haendeliano, ha preferido utilizar la
primera versión de 1720
(aunque bastante recortada)
a la segunda revisada por el
Isabel Rey y Malin Hartelius en Radamisto de Haendel
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ENTREVISTA
Ilia Gringolts
“NUNCA FALTA QUIEN TE AME O QUIEN TE ODIE”
N
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Fotos: J Henry Fair
acido en una familia de la
Rusia más humilde, hijo de
un violinista aficionado, de
quien heredó el amor por
ese instrumento, Ilia Gringolts vio la
luz en San Petersburgo en 1982. Con
cinco años recibió las primeras
clases de violín de un profesor que,
al terminar el curso, lo calificó de
caso perdido para la música. Todo
cambió cuando su nueva enseñante,
Tatiana Liberova, lo acogió bajo su
tutela durante diez años. Fue el
tiempo en que comenzó a quemar
etapas en concursos hasta que, en
1995, consiguió alzarse con el
primer trofeo Internacional en el
Yehudi Menuhin. Desde ese
momento comenzó su vertiginosa
carrera, una vez depurados sus
conocimientos en la Juilliard School,
tutelado por Itzhak Perlman, quien se
convertiría desde entonces en su
mentor. Gringolts, que en la
actualidad reside en Nueva York,
debutó en recital en España el
pasado verano. Ahora regresa para
dar una vuelta más de manivela en
nuestro país interpretando con la
Sinfónica de Tenerife el Concierto de
Sibelius, cuya grabación acaba de
aparecer en el mercado.
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ENTREVISTA
ILIA GRINGOLTS
Haber nacido en la década de los 80, ¿le
confiere grandes ventajas frente a sus paisanos músicos de las generaciones previas
a la suya?
¿Ventajas? También a mí me tocó
crecer aún en la Rusia de los 80. Ese
término se le podría aplicar tal vez a
gente de otros países. Pero en Rusia,
una vez que en 1991 se desintegró la
Unión Soviética, nos tocó vivir a todos
unos momentos muy dramáticos, incluyéndome a mí. Se produjeron grandes
dificultades económicas; la gente, en
términos generales, era muy pobre. Los
cuatro componentes de mi familia vivíamos en un estudio menos que humilde. Pasamos momentos terribles, en
muy malas condiciones. Mientras mi
hermana estaba en el colegio, yo tenía
que ensayar en el mismo cuarto en que
mi madre trabajaba. Crecer en ese
ambiente de la Rusia de finales de los
80 y principios de los 90 convertía el
menor acto en todo un desafío en el
que no veo yo demasiadas ventajas.
Al menos pudo tener una doble formación…
Eso sí tiene algo más que ver con la
realidad. En San Petersburgo acudía a
dos escuelas distintas. Era lo habitual
para todos los que queríamos estudiar
música, porque no existía una escuela
dedicada exclusivamente a esa actividad. Tenía que ir a tu colegio y luego a
un centro especializado en música. Y
en ese trajín se te iba mucho tiempo.
Después de ir al colegio cada mañana,
dos o tres días a la semana le tenías
que dedicar la tarde a la escuela de
música que estaba a más de una hora
de mi casa. Cuando cumplí los 15 años
me planteé que no era posible para mí
compaginar ambas actividades, porque
además de que ya estaba empezando a
dar conciertos, tenía que prepararme
para acudir a concursos. Ante la disyuntiva, opté por quedarme sólo con la
escuela de música con más frecuencia,
y seguir formándome en las otras disciplinas en casa.
Lo de la doble formación hacía referencia a
su posibilidad de prepararse entre San
Petersburgo, con Tatiana Liberova y, luego,
en Estados Unidos, en la Juilliard con Itzhak
Perlman y Dorothy Delay.
Antes de nada quiero aclarar una
cosa, que aparece en mis biografías. Y
es que mi trabajo con Itzhak Perlman
fue a tiempo completo. Con Delay creo
que asistí en total sólo a tres o cuatro
clases. Eso es todo. Y además, también
en aquellas clases estaba presente Perlman. Lo que quiere decir que soy totalmente un alumno de Perlman.
El sistema de enseñanza americano, ¿le
resultó semejante al que había seguido en
su país, o muy dispar?
Entre las dos escuelas por las que
pasé en San Petersburgo y la de Nueva
York hay grandes diferencias en todos
Incluso llegó a tiempo de conocer a
Menuhin. ¿Cómo lo recuerda?
También con él mantuve una corta
relación. Pero entonces, con 12 o 13
años, yo era muy crío. Fue un encuentro fugaz que se concreta en mi recuerdo en el hecho de que él estuviese en
el jurado del premio que llevaba su
nombre y en las fotos que mi padre me
hizo con aquel anciano personaje. Pero
no toqué para él personalmente ni me
llegó ningún juicio que hubiese emitido
acerca de mí interpretación. Y a mí, con
esa edad, ni se me ocurrió preguntárselo. Él se limitó a escucharme, simplemente. Como los demás miembros de la
mesa que juzgaban a los candidatos
que optaban a ganar aquel concurso.
C
on Perlman, que es
alguien que siempre te
está infundiendo ánimos,
tuve la oportunidad de
conversar más a fondo. Pero
el solo hecho de estar cerca
de él ya era razón suficiente
para conseguir inspiración.
los aspectos. En Rusia me enseñaron
las bases, las técnicas, y todo lo que
necesitaba para integrarme en una
escuela musical y empezar a prepararme para llegar a ser un buen músico.
En el college, con Perlman, aprendí lo
demás: todo lo referido a ritmos, a fraseos… En ese momento, la técnica que
has aprendido te sirve solamente para
resolver los problemas musicales.
¿Qué le debe a cada uno de sus maestros?
A Liberova le estoy muy agradecido
por haberme dado los rudimentos técnicos con los que valerme por mí mismo para construir música. Fue muy
importante para mí en una edad en la
que empiezas a crecer a toda prisa. Si
en ese momento no hay alguien que se
preocupe de que hagas todo como es
debido, corrigiendo tus fallos y diciendo cómo debes arreglarlos, puedes crearte lastres para el resto de tu vida. Y
ella tenía una excelente técnica que
sabía transmitir a los alumnos. Y sigue
haciéndolo, puesto que continúa en
activo. Con Perlman, que es alguien
que siempre te está infundiendo ánimos, tuve la oportunidad de conversar
más a fondo. Pero el solo hecho de
estar cerca de él ya era razón suficiente
para conseguir inspiración.
¿Cómo es que un repertorio tan grande
como el que se ha escrito para violín lo
reducen casi todos los intérpretes a media
docena de conciertos, de Beethoven a
Berg? No es de extrañar el caso de una
colega suya, que ha renunciado a tocar el
de Chaikovski, a fuerza de repetirlo.
Yo no quisiera ser tan categórico. A
mí por ejemplo, que me gusta mucho
el Concierto de Chaikovski, y lo interpreto con mucha frecuencia, cada vez
que lo hago encuentro en él algo nuevo. Ese fenómeno se da siempre en las
grandes obras. Si me parece un error
dejar de profundizar en alguna de esas
creaciones de referencia, más aún,
negarte a tocarla. Eso es algo que, definitivamente, no entra en mis cálculos
mientras, como digo, siga percibiendo
nuevos aspectos cada vez que vuelvo a
ellas. Lo que hago al tiempo es ir incorporando obras nuevas. Como en mi
último disco donde, junto al Concierto
de Sibelius, he incluido sus Humoreskes, mucho menos conocidas y que no
por eso dejan de ser piezas fantásticas.
Otro tanto podría decir de Conciertos
de Prokofiev, que tampoco se programan en exceso. Y del mismo modo
pretendo comportarme en todos los
terrenos. De ese modo, al tiempo que
hago los conciertos más conocidos, los
alterno con otras obras nuevas que voy
aprendiendo. Esos trabajos que, aunque no gocen del mismo reconocimiento general, no por ello dejan de
tener un alto grado de calidad. Es el
caso del Concierto de Schumann, que
en estos momentos estoy preparando,
o de Locatelli, uno de los conciertos del
Opus 3 que, junto al Rondó en la
mayor, de Schubert, comienzo a rodar
en estos días. Por otra parte, estoy
dedicándole tiempo a la música de
cámara. Por ahí van mis alternativas,
mientras voy estudiando más y más
literatura musical.
¿Cómo ve a sus colegas de sello discográfico y de stradivarius, como Gil Shaham o
Anne-Sofie Mutter? ¿Como camaradas, con
sentimiento de rivalidad…?
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ENTREVISTA
ILIA GRINGOLTS
No, no hay rivalidad. Hasta ahora
sólo los contemplo con mucho respeto
como un espejo en el que mirarme,
con la esperanza de algún día ser tan
grande como una Mutter o un Shaham,
a los que tengo como verdaderos ídolos. Y no sólo a ellos, me gusta aprender de todos: de la gente de mi generación, y de las anteriores. Fijándote en
ellos puedes dotar cada vez de más
riqueza a tu propia interpretación.
Y ellos a usted, ¿lo ven como su relevo
generacional, la nueva sangre?
Lo único que puedo decir es que
todos los que he conocido son muy
agradables conmigo, y me he hecho
amigo de ellos. Nunca he coincidido
con Anne-Sophie Mutter, pero sí con
Shaham y con toda su familia, que son
una gente majísima.
Igual que él, usted ha elegido Nueva York
como domicilio…
Sí, Gil vive cerca del apartamento
en el que me he instalado.
Toca el Ex-Kiesewetter, un strad de 1723
prestado. El día que sea suyo, ¿se considerará mayor de edad?
Eso no tiene nada que ver con llegar a ser adulto en la música, sino en
tener mucho dinero. Para tener tu propio stradivarius debes ser millonario, y
yo no lo soy.
¿Escucha a los otros e imita o se escucha a
sí mismo y depura?
Estoy convencido de que cuando
estás empezando tienes que imitar a los
demás, porque eres demasiado joven
para tener ideas claras. Hasta que, a
medida que va pasando el tiempo,
comienzas a fijarte en lo que haces tú
mismo. Y ahí estoy en este momento,
depurando lo que hago y escuchando
cada vez menos a otros violinistas.
Como curiosidad, me gusta escuchar a
los pianistas para depurar mi técnica y
mis modos de frasear. Y además de
eso, me gusta leer mucha música, y de
ahí es de donde extraigo más ideas, a
partir de las experiencias relatadas por
gente de la música. Harnoncourt, por
ejemplo, que en una sola página te
desvela muchísimas cosas.
Hablaba de su técnica, ¿como la equilibra
con el sentimiento y el virtuosismo?
Para mí la técnica no deja de ser
más que una herramienta. Una herramienta musical, tal vez más difícil de
dominar, y por eso le he dedicado toda
mi vida. Siempre he trabajado ese
aspecto, y mis profesores me han ayudado mucho para lograrlo. Pero tener
buena técnica no implica ser un virtuoso. El virtuoso tiene que partir de ser
un buen músico y desde ese momento,
empezar a trabajar para conseguir ese
propósito.
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Después de haber pasado con éxito por los
concursos —incluidos el Menuhin de Londres, el Wieniawski de Polonia y el Pagani-
ni de Estados Unidos, ¿confía en su eficacia?
Creo que hoy día los concursos son
necesarios para todo aquel que quiera
afrontar una carrera, lo que no quiere
decir que yo esté de su parte. Por el
contrario, me parece que quien piense
que el músico ideal es el que surja de
una competición está equivocado, porque siempre estaremos comparando
valores subjetivos. En fin, que estoy
muy contento de haber concurrido a
tantos pero no me gustaría tener que
presentarme a otro.
Conoce bien a Shostakovich y Chaikovski,
que usted ha unido en un disco, ¿son dos
caras de una misma moneda o dos realidades distintas?
¿Dónde queda aquel Wieniawski que tocó
en 1994 en su debut con una orquesta sinfónica —la de Moscú— y que parece haber
olvidado?
No es así, el Segundo Concierto de
Wieniawski continúa estando en mi
repertorio, porque me parece un concierto excelente. Muy de vez en cuando
me lo solicita alguna orquesta, pero
también es verdad que no con la frecuencia que a mí me gustaría. Si
alguien me lo pide, por supuesto que
lo interpreto.
De los grandes le quedan Brahms, Beethoven, Mendelssohn. ¿Para cuándo los deja?
Para mí son dos realidades distintas.
Chaikovski y Shostakovich son ambos
músicos rusos con la diferencia que
puede existir entre dos músicos de
cualquier país nacidos en dos siglos
distintos. Sus ideales, sus carismas, sus
dogmas serán diferentes. El punto de
vista de un compositor ruso del siglo
XX será siempre más personalista y teórico que el de otro del siglo XIX, fundamentalmente vertido en el lado romántico y sentimental. Chaikovski está tan
convencido de esto como Shostakovich
del dogma soviético del momento que
le tocó vivir, aunque comparativamente
estemos hablando de dos hitos de la
música rusa.
Si estamos hablando de la grabación, no lo sé. Probablemente eso lo
contestaría mejor Deutsche Grammophon. En cuanto a conciertos, algunos
de ellos ya los he incluido. Hace unos
días hice el de Mendelssohn con la Sinfónica de Austin, y en junio lo repito
con la Deutsches-Symphonie de Berlín.
Y el de Brahms lo tengo que tocar en
julio en España, y el año próximo en
Viena. En cuanto a los que ya he grabado, el de Chaikovski lo tengo programado en los próximos meses de agosto
y septiembre, y el de Shostakovich en
octubre, además del par de Prokofiev
que tengo para ese mes. Y no quiero
olvidar entre las novedades la Sinfonía
española de Lalo, con la que regreso en
febrero a España.
El que en su nuevo disco haya incluido a
Prokofiev, ¿implica que va a seguir pasando
revista a los compositores de su tierra?
Aún le falta jugar la baza de las grandes
orquestas del viejo continente, como las
Filarmónicas de Viena y Berlín.
No quiero decir que no, porque hay
mucha música rusa buena que no he
hecho aún. Pero creo que lo más
importante es mantener los ojos abiertos a todo el repertorio, incluyendo
algunas de las obras que yo mismo he
compuesto.
Ya he trabajado con orquestas en
las dos ciudades, pero es cierto que
aún no lo he hecho con las Filarmónicas. La única orquesta europea de esas
características con la que he trabajado
ha sido la Filarmónica de Londres. Otra
cosa es Norteamérica donde trabajo
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ENTREVISTA
ILIA GRINGOLTS
lante, tengo previsto hacer todas sus
Danzas españolas. Estoy deseándolo,
porque, aparte de entrar en consideraciones acerca de si era o no un gran
compositor, me encanta ese carácter
tan fuerte que Sarasate imprime a sus
obras, llenas de orgullo nacional y de
sentimiento, difíciles de encontrar en
otros.
¿Pondría en el mismo nivel a Sarasate y
Paganini?
Creo que podría hacerlo, y en
ambos casos pensando también en esa
fuerte influencia de la música popular
que derrochan. Y, llegado el caso, diría
que me gusta más Sarasate. También es
cierto que no he tocado muchas obras
de Paganini. Con todo, puedo decir
que me resulta más atractivo Sarasate
por ese diálogo tan fluido que sabe
establecer entre el violín y el piano. Se
produce mejor el juego del dúo.
¿Cuándo debutó en nuestro país?
con las de Filadelfia, Chicago, Los
Angeles. Y el año próximo no voy a
entregarme mucho a las grandes agrupaciones, porque me he propuesto
centrarme especialmente en recitales
con piano y en música de cámara.
¿Qué sentimientos le inspira la música de
cámara?
Muy gratos. Me gusta mucho, aunque desgraciadamente no le he dedicado mucho tiempo. Prácticamente sólo
los veranos, cuando me entregaba a
esta disciplina, que es una de mis favoritas. Ahora, cuando tengo un cuarteto
con el que quiero trabajar todo lo que
me sea posible. Y el pasado año grabé
el Quinteto de Taneiev, que espero salga pronto al mercado.
Cuando se animó a tocar Bach, recurrió a
las partituras con notaciones personales del
propio compositor ¿es ese su modo de trabajar habitual?
Así es, me gusta conocer de primera mano lo que el creador escribió. Por
eso me gusta estudiar las ediciones originales y acudir a los manuscritos cuando la partitura se me queda corta en
información. Y a partir de ese momento, siendo siempre respetuoso, puedes
tener un criterio personal más abierto,
imaginando qué quiso decir realmente
en esas páginas el compositor.
¿A partir de esa lectura entre líneas puede
permitirse ser más original?
No he pretendido en ningún
momento ser original en absoluto. La
finalidad última que yo me he propuesto es estar lo más cerca posible de lo
que allí está escrito.
Lo que no quita que su Bach tenga defensores y detractores.
Esas son cosas que no sólo pasan
en la música. siempre tienes que andar
con cuidado con lo que haces, porque
no faltará quien te ame, ni tampoco
quien te odie.
¿Cómo se lleva con el repertorio contemporáneo, después de haber estudiado
composición con Jeanna Metallidi, de
haber escrito música con 15 años, de haber
grabado a Berio y Schnittke y de haber protagonizado el estreno mundial de Pulsar,
de Augusta Read Thomas?
La estrené, pero apenas la he repetido hasta el momento. Por desvelar
mis aficiones, podría decir que, entre
mis favoritos están Ligeti y John Adams,
aunque no he tocado demasiado su
música. Para el año que viene me han
propuesto hacer el concierto de Gubaidulina, Ofertorium. Veremos qué ocurre finalmente. Por lo pronto me la tengo que aprender, porque soy consciente de que es una gran obra.
Algunos músicos hablan de la proximidad
en sentimientos entre la música española y
la rusa. ¿Cuál es su opinión, después de
haber interpretado alguno de nuestros
compositores?
Si en algo se aproximan una y otra
es, tal vez, en ese gran uso por parte de
ambas de la música popular. Tanto
unos como otros regresan a los orígenes. Lo he percibido al tocar Falla o
Albéniz. Los dos retoman las raíces del
folclore. Y eso es algo que se percibe
claramente en algunos compositores de
mi país. Por ejemplo, en Chaikovski,
Rimski-Korsakov, Mussorgski. Incluso
Shostakovich acude como referencia a
la música del mundo que le rodea.
¿Qué le recuerda el nombre Romanza
andaluza?
El título de un concierto que interpreté. De vez en cuando pienso que
debería grabar toda la música de Sarasate posible. Por lo pronto, para el próximo año tal vez, o un poco más ade-
En Mallorca hace un año en recital,
y ahora voy a Tenerife, por primera vez
con una orquesta.
¿Qué tipo de química percibió con el público español?
La reacción de la audiencia del concierto de Palma fue excelente. Tan cálida como la noche de agosto en la que
se programó el concierto, en el que
estuve acompañando por Itamar Golan.
El patio en el que se programó estaba
lleno, y a pesar del calor, nos tocó
interpretar tres bises más. Creo que fue
una gran velada.
Por eso se le ve dispuesto a regresar a
España con frecuencia…
Sí. Después del concierto de ahora
en Tenerife, tengo previstos otros dos
en febrero en Pamplona y Madrid con
la Filarmónica de Estrasburgo y otro en
Bilbao en junio de 2005. Un año lleno
de actividad en España, ya que en
noviembre regreso con recitales a
Valencia, Sevilla, y de nuevo a Bilbao.
Por lo pronto, hablemos de Tenerife, donde interpretará el Concierto para violín de
Sibelius. ¿Cómo se encuentra frente a una
orquesta alguien que proclama su libertad
interpretativa?
Es cierto que ser libre es la meta
que me he propuesto, aunque tengo
claro que sólo es posible ser libre cuando se ejerce una libertad responsable.
Únicamente de ese modo funciona la
libertad. Sobre todo en un concierto
con orquesta donde, teniendo en cuenta que eres libre, al tiempo debes ser
consciente de que hay setenta músicos
pendientes de ti y de lo que tú haces.
De lo que te tienes que preocupar en
ese momento es de conseguir una bella
armonía y una hermosa música. Eso no
quita que, cuando tocas solo, introduzcas algunas innovaciones.
Juan Antonio Llorente
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D I S C O S
EXCEPCIONALES
LOS DISCOS
XCEPCIONALES
DEL MES DE MAYO DE 2004
La distinción de DISCOS EXCEPCIONALES se concede a las novedades discográficas que a juicio
del crítico y de la dirección de la revista presenten un gran interés artístico o sean de absoluta referencia.
BEETHOVEN: Fantasía op. 80.
Sonata op. 31, nº 2. CORIGLIANO:
Fantasía. PÄRT: Credo. H. GRIMAUD,
piano. CORO Y ORQ. DE LA RADIO DE
SUECIA. Director: ESA-PEKKA SALONEN.
DEUTSCHE GRAMMOPHON 471 769-2.
Un programa curioso que posee
una coherencia y lógica fuera de
toda duda. Un disco magnífico.
C.V.N. Pg. 77
BRAHMS: Quinteto con
clarinete op. 115. Trío para
clarinete, violonchelo y piano op.
114. JOAN ENRIC LLUNA, clarinete.
CUARTETO DE TOKIO. LLUÍS CLARET,
violonchelo; JOSEP COLOM, piano.
HARMONIA MUNDI HMI 987048.
3 CD ARCHIV 474 510-2.
Esta versión es la interpretación más
recomendable en estos momentos,
probablemente la más redonda de
las disponibles. R.O.B. Pg. 84
LOTTI: Misa Sapientiæ.
BACH: Magnificat BWV 243a.
BALTHASAR-NEUMANN-CHOR.
BALTHASAR-NEUMANN-ENSEMBLE.
Director. THOMAS HENGELBROCK.
DEUTSCHE HARMONIA MUNDI 77534 2.
Lluna, junto al Cuarteto de Tokio,
ha firmado una lectura extraordinaria de ambas páginas. E.M.M. Pg. 77
Música suntuosa y exuberante
interpretada con fuerza admirable y
que nos llega en todo su esplendor. P.J.V. Pg. 86
BUXTEHUDE: Ciaccona,
MONTSALVATGE: El gato con
il mondo che gira.
STYLUS PHANTASTICUS. ALPHA 047.
Stylus Phantasticus pone al descubierto la cara italiana del barroco
alemán y la carga de una urgencia
mediterránea. El resultado es sorprendente. S.R. Pg. 79
CAGE: Roaratorio: An Irish
Circus on Finnegan’s Wake.
JOHN CAGE, recitador.
2CD MODE 28/29.
Con Roaratorio nos situamos ante
una de las cimas absolutas de Cage
como autor (y practicante) de arte
sonoro. F.R. Pg. 66
DELIUS: Marcha Capricho, e.a.
REAL ORQUESTA NACIONAL DE ESCOCIA.
Director: DAVID LLOYD-JONES.
NAXOS 8.557143.
Inteligente selección de obras y
estupenda dirección de David
Lloyd-Jones. Un disco perfecto
para quien quiera escuchar al verdadero Delius. C.V. Pg. 81
HAENDEL: Música acuática.
TELEMANN: Música acuática.
ZEFIRO. Director: ALFREDO BERNARDINI.
AMBROISIE AMB 9946.
A su paso por las aguas, Zefiro ha
sido capaz de provocar un auténtico maremoto. Una interpretación
asombrosa. P.J.V. Pg. 83
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HAENDEL: Saúl. NEAL DAVIES,
ANDREAS SCHOLL, MARK PADMORE, SUSAN
GRITTON, GABRIELLI CONSORT & PLAYERS.
Director: PAUL MCCREESH.
botas. M. MARTINS, A. COMAS, I. MONAR,
E. MARTÍNEZ-CASTIGNANI, S. PALATCHI.
ORQUESTA SINFÓNICA DEL GRAN TEATRO
DEL LICEU. Director: ANTONI ROS MARBÀ.
COLUMNA MÚSICA 1CM0103.
Un compacto para todos los públicos, cuyo valioso contenido reclama ser poseído y disfrutado por
tirios y troyanos J.R. Pg. 87
MOZART: Trío para piano,
clarinete y viola, K. 498. Quinteto
para clarinete y cuerda, K. 581.
P. MORAGUÈS, clarinete; F. BRALEY,
piano; V. MENDELSSOHN, viola.
CUARTETO PRAZÁK.
PRAGA PRD/DSD 250 200.
Música de muchísimos quilates,
ahora interpretada con garantía de
rigor y calidad. J.G.M. Pg. 88
PENDERECKI: Pasión según san
Lucas. I. KLOSINSKA, A. KRUSZEWSKI, R.
TESAROWICZ, K. KOLBERGER. CORO Y
ORQUESTA FILARMÓNICA NACIONAL DE VARSOVIA. Director: ANTONI WIT.
NAXOS 8.557149.
Solistas, coro y orquesta sensacionales, con un convincente Wit a la
batuta. Una versión, sin duda, llamada a ser referencial. J.P. Pg. 89
VERDI: Otello. PLÁCIDO DOMINGO,
RENÉE FLEMING, JAMES MORRIS. ORQUESTA
CORO DEL METROPOLITAN DE NUEVA
YORK. Director musical: JAMES LEVINE.
Director de escena: ELIJAH MOSHINSKY.
Y
DEUTSCHE GRAMMOPHON 073 092-9.
La Desdemona de Fleming es
modélica. Levine demuestra que
esta partitura verdiana es una de
sus predilectas. F.F. Pg. 109
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DISCOS
RAUTAVAARA
Koichi Miura
JOHN ELIOT GARDINER
JAMES LEVINE
WILLIAM CHRISTIE
Michel Szabo
Pekka Elomaa
Año XIX – nº 186 – Mayo 2004
Novedades líricas en DVD
ÓPERA EN IMÁGENES
P
SUMARIO
ACTUALIDAD:
Ópera en imágenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
ESTUDIO:
John Cage. F.R.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
Elliott Carter. S.M.B. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
REEDICIONES:
Coro. A.B.M. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Kissin en Brilliant. R.O.B. . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Malibran-Music. F.F. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
DG Collectors. D.A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
Mozart en Brilliant. D.C.C.. . . . . . . . . . . . . . . 70
EMI Encore. J.P. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Walhall. A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
DISCOS de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . 74
DVD de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS . . . . . 111
EL BARATILLO. Nadir Madriles . . . . . . . . . 112
ese a que la crisis presupuestaria ha rebajado notablemente
el ritmo de grabaciones operísticas en los últimos años —en
perjuicio, sobre todo, de las efectuadas en estudio— son
varios los lanzamientos de interés anunciados para los próximos
meses que cuentan como máximo aliciente con el soporte visual
del DVD.
Así, el repertorio barroco contará con la deliciosa Platée de
Minkowski y Les Musiciens du Louvre-Grenoble ofrecida hace
un par de temporadas en la Ópera Garnier (TDK) que —privada
de la escena— pudo escucharse en el Palau de Valencia y que
incluye las voces de Paul Agnew, Mireille Delunsch, Yann Beuron y Vincent Le Texier. Igualmente de Rameau, Les Boréades
podrá oírse y contemplarse en la edición que BBC Opus Arte
consagrará a la reciente producción de Rober Carsen y William
Christie. También Dynamic se apunta de nuevo a este formato
con la Agrippina de Haendel protagonizada por Véronique
Gens y dirección de Jean-Claude Malgoire.
Igualmente se anuncia la inmediata aparición de El gallo de
oro de Rimski-Korsakov filmado hace dos años en el Châtelet
por TDK con la Orquesta de París y el Coro del Mariinski de San
Petersburgo bajo la enérgica batuta de Kent Nagano y dirección
escénica de Ennosuke Ichikawa.
El catálogo wagneriano de Deutsche Grammophon en DVD
sumará al reciente Tristán e Isolda de Ben Heppner, Jane Eaglen
y James Levine —con las fuerzas del Metropolitan neoyorquino—, los Maestros que, en el mismo teatro y con idéntica batuta, ha filmado también Brian Large; el reparto lo encabezan
Morris, Pape, Mattila y, de nuevo, Heppner.
BBC Opus Arte será la encargada de recuperar los recientes
y muy alabados Troyanos que Gardiner dirigiera en el Châtelet
el pasado otoño al Coro Monteverdi, la Orquesta Revolucionaria
y Romántica y un extenso elenco que incluye las voces de Susan
Graham, Anna Caterina Antonacci, Gregory Kunde, Laurent
Naouri y Mark Padmore, con producción de Yannis Kokkos. El
mismo sello presentó el pasado 20 de abril en el Teatro Real la
edición del Merlín de Albéniz escenificado hace ahora menos
de un año en el coliseo madrileño con dirección musical de José
de Eusebio y las voces de David Wilson-Johnson, Stuart Skelton,
Eva Marton y Carol Vaness.
Y para finalizar, un estreno: el Rasputin de Rautavaara protagonizado por Matti Salminen, que Mikko Franck dirigiera en
Helsinki el pasado septiembre. Edita Ondine.
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ESTUDIO
Takehisha Kosugi y John Cage
music. TAKEHISHA KOSUGI, violín amplificado,
electrónica en vivo; MICHAEL PUGLIESE, cinta;
DAVID TUDOR, electrónica en vivo.
MODE 24. DDD. 74’06’’. Grabación: Washington,
V/1989. Productor: Brian Brandt. Ingeniero: Rob
Miller. Distribuidor: Diverdi. N PN
CAGE: Roaratorio: An Irish
Circus on Finnegan’s Wake. JOHN
CAGE, recitador. 2CD MODE 28/29. DDD. 112’.
Grabación: Colonia, X/1979. Productor: Klaus
Schöning. Ingeniero: Mikhail Liberman.
Distribuidor: Diverdi. N PN
T
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akehisa Kosugi (compositor electroacústico, fundador del grupo experimental Ongaku y autor de obras
Fluxus), el percusionista Michael Pugliese y el célebre pianista David Tudor
abordan las dos piezas totalmente aleatorias del primer disco consagrado a
Cage bajo el signo de la quietud, forjando un tejido de sonidos tranquilos, muy
caro, por lo general, al universo del
compositor, del que surgen, de forma
repentina, ráfagas e interconexiones
entre los distintos objetos sonoros que
perturban puntualmente la atmósfera de
recogimiento. Kosugi, Pugliese y Tudor
optan, legítimamente, por esta vía, que
da mejores resultados en la primera de
las piezas, la extensa Five stone winds,
que en Cartridge music. Quizás llevados
por la puntualización de Cage con respecto a que Cartridge music es una obra
para “small sounds”, los intérpretes se
empeñan en exceso en una interpretación de sonidos calmos. La secuencia de
ruidos forjada por Pugliese y compañía,
a partir de los “amplified small objets”,
no resiste comparación con la interpretación que Mario Bertoncini y sus colaboradores hicieran para el sello Edition RZ
en 1989. Aquí, la pieza Cartridge music
se beneficiaba de un tejido mucho más
puntillista, que obraba en la escucha de
forma mucho más insidiosa, perturbadora. Los silencios apenas si eran perceptibles, pues el material se enriquecía y
renovaba continuamente, sin dejar un
segundo de pausa. El estado de excitación de Bertoncini y sus colegas contagiaba al oyente, mientras que en la prestación de Pugliese y compañía, en el
sello Mode, ocurren muchas menos
cosas.
Con todo, con Cartridge music hay
que tener en cuenta que estamos ante
una de las más felices producciones
electroacústicas de Cage, de la misma
forma que con Roaratorio (las lecturas
que hiciera Cage de distintas partes del
Finnegan’s Wake de Joyce) nos situamos
ante una de las cimas absolutas de Cage
como autor (y practicante) de arte sonoro. A medio camino entre la pieza radiofónica y el text-sound (Roaratorio no
sería propiamente poesía fonética, pues
el recitado de Cage es, literalmente, una
lectura del texto original y no una recreación a partir de la voz amplificada),
Roaratorio es una de las obras en las
que la concepción de Cage de los sonidos como parte indeleble de la naturaleza cobra mayor sentido. Con este estuche, formidablemente editado por Mode,
con profusión de textos explicativos, el
medio fonográfico conocería a principios de los años 90 (el disco se publicaría en 1992) y en su vertiente dedicada
al material sonoro más desapegado de la
tradición, uno de sus momentos más
gloriosos.
Las lecturas —voz melodiosa, canto
salmódico— que John Cage efectúa de
los textos de Joyce se cuentan, en su
serenidad y suspensión temporal, entre
las creaciones más sugestivas del músico
norteamericano. Elaborado a base de
“mesostics” (acrósticos del nombre de
James Joyce) a partir de fragmentos del
Finnegan’s Wake, Roaratorio es un compendio de todos los sonidos pertenecientes a los lugares citados o imaginados en su libro por el escritor irlandés.
El monumental ensamblaje sonoro opera
en la escucha como un universo sin
principio ni fin. Al igual que Finnegan’s,
la pieza musical Roaratorio se concibe
como un ciclo, un continuo. A la vez
que el libro, la música no posee unidireccionalidad alguna. Cada palabra contiene en sí múltiples palabras. Cada sonido, multitud de sonidos.
Es curioso observar, ante la profusión de sonidos que anidan en Roaratorio, que la idea tan habitual en Cage de
conducir el discurso por la simplifica-
Betty Freeman
CAGE: For stone wind. Cartridge
JOHN CAGE
LOS SONIDOS EN JOYCE
ción de acontecimientos (homofonía en
lugar de la secular polifonía), en una
pieza como esta se desvanezca de alguna manera. La proliferación de acontecimientos sonoros simultáneos crea una
auténtica polifonía que contradice, al
menos por esta vez, el sentido homofónico del material en Cage. Queda, igualmente, la viva y alegre música de los
objetos joyceanos dispuestos por Cage
como una suerte de paisaje sonoro. Y es
que el mundo contenido en esta pieza
es todas las cosas, todas las disciplinas a
un tiempo.
Roaratorio aporta, además, otro dato
apasionante: se sabe que Joyce quedó
casi ciego al final de su vida. Es muy
probable que el escritor llegara a pensar
que el Finnegan’s Wake, más que leído,
debería ser escuchado. Según Cage, “el
más directo contacto con las palabras
del libro se realiza a través de su escucha”. Cage deja que el libro produzca su
propio sonido, que nos enseñe su música (la del caos de las palabras y del
mundo), que nos muestre su belleza (la
del canto popular irlandés, la de las
campanas, el agua, el fuego y los pájaros). La voz dulce y melodiosa de Cage
nos hace partícipes del misterio de la
palabra, palabra y sonido múltiple, del
gran circo que es Finnegan’s Wake.
Francisco Ramos
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ESTUDIO
Ed Spanjaard y Peter Eötvös
CARTER, DISPUESTO A CUMPLIR CIEN AÑOS
NAÏVE MO 782089. DDD. 69’45’’. Grabaciones:
Colonia y Utrecht, X y XII/1994; X/1999.
Productores: Stephan Hahn, Michel Dan der Aa.
Ingenieros: Stefan Jackspiel, Mark Hohn, Guido
Tichelman. N PN
CARTER: What Next? Asko Concerto.
VALDINE ANDERSON (Rose), SARAH LEONARD
(Mama), HILARY SUMMERS (Stella). WILLIAM
JOYNER (Zen). DEAN ELZINGA (Harry/Larry).
EMANUEL HOOGEVEN (Kid). ORQUESTA DE
CÁMARA DE LA RADIO DE HOLANDA. Director:
PETER EÖTVÖS.
ECM New Series 1817 472 1882. DDD. 52’10’’.
Grabaciones: Amsterdam, 9-IX-2000 (What next?:
en vivo); Hilversum, IX/2001. Productores: Ron
Ford y Ted Diehl (Concierto). Ingeniero: Frans
Meyer. Distribuidor: Nuevos medios. N PN
L
as doce piezas del recital de Homenajes y dedicatorias de Elliott Carter
(que cumplirá cien años en 2008)
invocan la vanguardia. Lo hacen de
manera deliberada, al menos a través de
dos procedimientos: en las obras para
varios instrumentos, se trata de explotar
sobre todo la línea de timbres cambiante, pariente cercanísimo de la Klangfarbenmelodie; en las obras para un instrumento solo, Carter suele intentar diferenciarse de las proezas a las que el siglo
XX ha sometido a los instrumentos solistas, desde Edgar Varèse hasta Luciano
Berio. Aquella cercanía y esta diferenciación no son contradictorias para el
enunciado de la vanguardia, porque
uno aproxima lo que el otro contempla
a distancia.
En el corazón del recital, tres piezas;
dos para instrumento solo, arpa y oboe,
y una tercera para ambos instrumentos.
Están dedicadas a la pareja formada por
Ursula y Heinz Holliger, arpista y oboísta. Las líneas son sinuosas, sin esos saltos interválicos tan propios de aquella
vanguardia. No cultiva Carter esos saltos,
aunque no los desdeña en las piezas
para varios instrumentos. Sí cultiva en
ocasiones los contrastes, aunque no tanto en estas piezas centrales; sí, por ejemplo, en Scrivo in vento, para flauta, dedicada a Robert Aitken, de sensibilidad se
diría que más cercana a un despliegue a
lo Berio.
El recital se abre y se cierra con dos
obras maestras, piezas muy distintas y
de muy diferentes timbres, pero en
ambos casos con una clara propuesta
orquestal. Luimen es pieza camerística
de 1997, cuyos colores se lo deben casi
todo a esta tradición (¿tradición?) que va
desde Pierrot Lunaire hasta el serialismo
integral. Canon for 4, de 1984, se atiene
a una letra más explícitamente vanguardista: tímbrica muy manifiesta en el
transcurrir de la línea, interválica ocasionalmente saltarina, procedimientos de
variación a ultranza dentro de una escritura contrapuntística muy densa que no
se basa sólo en las diferencias de color,
etc. Ambas fechas vienen a limitar la creación de Carter para este CD, salvo la
pieza Changes, para guitarra sola, de
1983. El sonido vanguardista de todas
ellas es muestra de una actitud permanentemente juvenil y de búsqueda de
este superviviente de los sonidos de un
siglo. No es el sonido de una vanguardia
con fecha caducada, sino el de la vanguardia que retorna a la fuente sin renegar de los años de peregrinación.
Hay muchos compositores de ópera,
pero pocos que hayan empezado a los
noventa. Esto viene a decir David
Hamilton en sus notas a What next?,
ópera de seis personajes que han sido
víctimas de un accidente al que sobreviven. ¿Hay asunto más contemporáneo?,
parece preguntarse Carter, que le encargó el libreto al joven Paul Griffiths. Es
cierto que son seis voces (o cinco), es
verdad que son seis personajes, pero
esta miniatura de apretada trama sonora
dejaría descolocado al público operístico más avanzado. No por lo atrevido
del lenguaje, que a estas alturas ya no
sorprende, sino por el propio planteamiento lírico-dramático reducido, en el
que un conjunto de cámara apoya el
despliegue de las auténticas protagonistas, que son las voces. Esta interesantísima ópera es encargo de la Staatsoper de
Berlín, y se estrenó en septiembre de
1999 junto con una reposición de Von
Heute auf Morgen, de Schoenberg. Lo
ELLIOTT CARTER
Betty Freeman
CARTER: Homages & Dedications:
Luimen, Scrivo in vento, Con
leggerezza pensosa, Changes, Esprit
rude Esprit doux, Bariolage, Inner Song,
Immer Neu, Gra, Enchanted preludes,
90+, Canon for 4. NIEUW ENSEMBLE.
Director: ED SPANJAARD.
que aclara mucho las cosas. La dirección musical fue de Daniel Barenboim,
y la escénica de Nicolas Brieger. Un año
después tenía lugar la grabación que
ahora recibimos.
El CD operístico se completa con
una pieza concertante para dieciséis
músicos compuesta en 2000, encargo del
ASKO (Ámsterdam Kammerochester).
Incluso en este despliegue clasicista del
Asko Concerto, la orquesta de Carter suena como pariente muy cercano de lo
que todavía hoy llamamos vanguardia.
Estamos ante dos discos holandeses
de muy alto nivel artístico. Por una parte, el protagonizado por el Nieuw
Ensemble de Ámsterdam, dirigido por
Ed Spanjaard, con obras ajenas y una
propia (encargo, queremos decir); el virtuosismo se une a la sensibilidad por la
música de nuestro tiempo. Por otra,
tenemos a un reputado compositor y
director, el húngaro Peter Eötvös, al
frente de una excelente orquesta de
radio, entre cuyos cometidos irrenunciables está la defensa de la música contemporánea. Dos excelentes grabaciones, dos joyitas, un montón de propuestas sonoras que no sonarán a plenamente nuevas porque tienen mucho de resumen de medio siglo de vanguardias, un
compendio sin hojarascas caducas.
Santiago Martín Bermúdez
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REEDICIONES
Coro
THE SIXTEEN: LOGROS Y LÍMITES
N
o sería fácil exagerar la importancia del coro The Sixteen (y de su
orquesta hermana, The Symphony
of Harmony and Invention) en la evolución de la interpretación musical con instrumentos originales y criterios historicistas desde que en 1977 lo fundara quien
todavía lo dirige, Harry Christophers
(Goudhurst, Kent, 1953). La reedición de
Coro permite una nueva apreciación.
Con la afinación impecable y la rotundidad del empaste como principales virtudes en el apartado técnico, en el estilístico es donde más dudas suelen provocar
sus propuestas; un gaje seguramente inevitable cuando el repertorio abarca del
pre-Renacimiento a nuestros días. Porque, frente a la promiscuidad musical de
por ejemplo un John Eliot Gardiner o un
Christopher Hogwood, Christophers
parece tener otro concepto de la trascendencia de los planteamientos autenticistas (o al menos de los métodos para
hacerla efectiva) y se le conocen muy
pocas “aventuras extraconyugales”.
En los diez años transcurridos desde
que fueron grabados, el Oratorio de
Navidad, Esther y el disco dedicado a
Portugal han venido a ocupar puestos
muy diferentes en sus respectivas listas
de preferencias. Este Bach (Lynda Russell, Catherine Wyn-Rogers, Mark Padmore, Michael George, COR16017) desde luego no desbanca ni al inmaculado
Gardiner ni al refinado Herreweghe. La
coherencia entre el todo y las partes es
evidente, pero lograda a base de lo que
Domingo del Campo Castel (véase
SCHERZO, nº 82, p. 81) apreciaba justamente como rigidez rítmica, suavidad
del trazo melódico y neutralidad en el
análisis. Mucha más imaginación se halla
en Suzuki, que además goza del beneficio de unas tomas de sonido impecables
(véase SCHERZO, nº 135, p. 81). Si lo
que se busca es emoción, bien es cierto
que muy matizada hacia la serenidad
por lo reposado de sus tempi pero contando con un Scholl pletórico, la opción
es Jacobs. Y, con la pega de extenderse
a lo largo de tres compactos, Rilling consigue un equilibrio de la emoción con el
raciocinio y una precisión en los detalles
absolutamente inatacables (véase
SCHERZO, nº 149, p. 82).
Esther, en su versión original de
1718 para el duque de Chandos y con
una sonata en lugar del habitual concierto como interludio, sí reporta un triunfo
máximo de estos grupos y de un equipo
de solistas en el que sobre todo Argenta,
Chance y Padmore se muestran en plena
forma, lo mismo que los técnicos de
sonido (COR16019).
La indagación en algunos de los rincones más oscuros del catálogo ha sido
una constante en Christophers y compañía. Sirvan como brillantes muestras la
recuperación de los polifonistas portugueses del siglo XVII João Lourenço
Rebelo y Diogo Dias Melgás (COR16020)
en la selección inteligentemente patroci-
nada por instituciones culturales autóctonas o el cuarto de los cinco volúmenes
dedicados a esa joya de la corona británica que es el libro de música coral de Eton
(La flor de la virginidad, COR16018).
Naturalmente, la relativa falta de información fiable y contrastada hace que las
decisiones estilísticas resulten más discutibles, pero que nunca se traspasen los
límites de la verosimilitud constituye un
enorme mérito en estos casos.
En el disco de Tavener, finalmente,
lo que por último se estimará es el alud
de profesionalidad en la traducción de
una imitación de la música religiosa
bizantina tan falsa como mortalmente
aburrida (COR16015).
Alfredo Brotons Muñoz
Brilliant
EVGENI KISSIN EN CONCIERTO
B
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rilliant recupera en una caja (92118)
cuatro discos procedentes de grabaciones en vivo del entonces jovencísimo Kissin, realizadas entre 1983 y
1989, es decir, cuando el artista contaba
entre 12 y 18 años. Grabaciones en vivo
en las que asombra el nivel técnico de
este joven superdotado, y donde hay
que elogiar un juvenil impulso y una
aproximación interpretativa que huye de
la “seguridad”. El apabullante final de
unos Estudios sinfónicos de Schumann
que por lo demás no pasan artísticamente de lo discreto, resulta vibrante y habla
de un pianista que puede —en ese
momento— llegar a ser excepcional si
madura con equilibrio (ahora, con la
perspectiva que da el escuchar sus grabaciones más recientes, cabe añadir que
si cuida más el color de su sonido en la
gama forte). La lógica inmadurez se
aprecia en demasiada falta de sutileza e
introspección en buena parte de la gran
página schumanniana. Estamos ante un
pianismo que apabulla más que emociona, pero hay que ser conscientes de la
tempranísima edad y asombrarse de que
se pueda tocar así cuando apenas se ha
empezado a crecer.
Entre los cuatro discos se encuentra
la grabación (de 1984) de los dos Conciertos de Chopin con Kitaenko, en vivo,
que en su día comenté desde estas líneas (véase SCHERZO, nº102, p. 79). Grabación impecable en lo técnico, aunque
todavía, lógicamente, muy encorsetada y
convencional en lo artístico, pero siempre con muy buenas maneras. Algo que
podría servir como resumen de todo el
álbum. Documentos, en cualquier caso,
atractivos para quienes estén interesados
en seguir la evolución de este pianista, y
tampoco hay que olvidar que se ofrecen
a precio de orillo, ingrediente que junto
a una selección inteligente de repertorio
y artistas, marca el merecido éxito de
este sello.
El contenido de los discos es el
siguiente: Chaikovski (Concierto nº 1,
Orquesta Sinfónica de la Academia de
San Petersburgo, Valeri Gergiev) y Shostakovich (Concierto nº 1, Orquesta de
Cámara de San Petersburgo, Vladimir
Spivakov); Chopin (Conciertos nº 1 y 2,
Filarmónica de Moscú, Dimitri Kitaenko); Liszt (Waldesrauschen, La Leggierezza, Sueño de amor nº 3, Rapsodia
húngara nº 12, Estudio de ejecución
trascendental nº 10), Schumann (Estudios sinfónicos, Variaciones Abegg, Widmung, trans. Liszt); Chopin (Vals nº 14,
Mazurcas op. 63, nº 2; op. 30, nº 3; op.
24, nº 4; op. 68, nº 4; op. 50, nº 3; Fantasía op. 49, Sonata nº 3). Insisto: no se
trata de versiones de referencia, pero sí
ilustran con fidelidad e interés los
comienzos de un pianista técnicamente
asombroso pero al que le faltaba (y aún
le falta) buenas dosis de equilibrio y
madurez artística.
Rafael Ortega Basagoiti
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REEDICIONES
Malibran-Music
ECOS DEL PASADO
M
alibran-Music continúa incrementando su catálogo con sabrosas
propuestas de un viaje sonoro
hacia el pasado, aunque cada vez con
menos información complementaria,
dictados económicos imperan, algo
siempre de lamentar. Las cinco nuevas
grabaciones que la suerte me facilita
comentar se inician con dos tipiquísimas
opéras-comiques de compositores surgidos a la par o como consecuencia del
éxito, siempre perenne, de Jacques
Offenbach: Victor Massé y Charles
Lecocq.
El disco dedicado al primero (MR
559) parece diseñado por la proustiana
Odette de Crézy por el planteo de
repertorio, pues aparte de los cortes
dominantes, dedicados a las vicisitudes
sentimentales de Jeannette, hay fragmentos de Galathée, Paul et Virginie,
La Reine Topaze y, la menos conocida,
La mule de Pedro. Destacan en el disco
las presencias de la excelente Ninon
Vallin, siempre musical, a gusto con el
repertorio y en su estilo, y el barítono
martin nizardo Léon Ponzio. De Jeannette, grabación parisina de 1922 (salvo
la conocida obertura, registrada en 1948
por Jules Gressier), está todo lo que
debe estar, especialmente el dúo de la
pareja protagonista Halte-là, s’il vous
plaît y la mejor conocida (gracias a
Ellen Beach Yaw y más recientemente a
Joan Sutherland, para quien se la rescató su marido Bonynge, afecto a este
repertorio) “aria del ruiseñor”. Sobresale, en las páginas complementarias, la
nítida interpretación que hace André
Balbon de Tristes amours de la más
ambiciosa partitura masseana, Galathée.
De La fille de Madame Angot de Lecocq
(MR 549), registro con la famosa
orquesta de los Conciertos Lamoureux
dirigida profesionalmente por aquel
Gressier en 1952, operita ya conocida
por la grabación de 1972 de Mady Mesplé para EMI, aparecen sus principales
fragmentos, como el rondó Certaiment
j’aimais Clairette, el duettino Voyons
monsieur o la canción política Jadis les
rois, así como la obertura y el inspirado
coro de conspiradores. En el equipo
vocal encargado de poner todo esto en
pie sobresale el habitual buen hacer del
barítono Michel Dens y de la mezzo
Solange Michel, que llegó a grabar al
completo una respetable Carmen de
Bizet. En los añadidos para dar al registro un contenido temporal generoso,
André Balbo da cuenta de su versatilidad con un aria de La petite mariée,
mientras que el gran vals con coro de
Les cent vierges nos permite apreciar de
nuevo la inspiración lecocquiana y su
deuda al modelo offenbachiano.
Modelos
Si hay un modelo imperecedero de
canto baritonal éste lo facilita sin duda
Mattia Battistini, de quien el disco Mali-
bran (MR 555) selecciona varias interpretaciones de obras verdianas, que van de
la primeriza Ernani al Otello de madurez. La voz noble y clara, el estilista
impecable que liga los sonidos de forma
impoluta (un modelo: Alla vita che t’arride de Renato), el cantante del registro
generoso, el artista imaginativo (que se
toma sus licencias, pero siempre para
mejoras y no para evitar compromisos),
el de la perfecta línea canora (O sommo
Carlo de Ernani, Per me giunto de
Posa), el intérprete que sabe distinguir
estados de ánimo y diferenciar situaciones (nada más opuesto a la amabilidad
del Di Provenza de Germont que el insidioso relato de Yago Era la notte o el
tormentoso enfrentamiento de Rigoletto
con Gilda), todo esto y mucho más se
halla en esta entrega que alcanza los casi
80 minutos de duración.
La rusa Felia Litvinne, que fue capaz
de cantar la Dalila de Saint-Saëns y la
Brünnhilde wagneriana, merece también
un amplio perfil por parte del sello galo
(MR 552), con grabaciones que reflejan
su amplia gama interpretativa, pues van
de la Ximène de Massenet (dos versiones de la intensa Pleurez mes yeux, sin
indicar fechas como la mayoría de los
registros) a la de la muerte de la Isolda
wagneriana. En medio, un espectacular,
muy personal, doblemente Ho jo to jo de
Walkyria, contrastando con una refrescante interpretación de la Habanera de
Carmen. Como curiosidad final, dos
colegas (una rusa, Nina Koshetz, otra
francesa, Germaine Lubin), cantan el
mismo momento chopiniano, Tristesse, o
sea el Tristeza de amor, que cuenta con
letra de la propia Litvinne, que fuera
igualmente autora de libros biográficos y
docentes.
Si el arte de la Litvinne ha de admirarse con cautela, teniendo en cuenta la
época, el paso del tiempo y el cambio
de estética y gustos, no ocurre lo mismo
con el de Tito Schipa. Schipa sigue siendo un tenor actual, modelo para la presente y las sucesivas generaciones. No
se puede cantar mejor, con tamaña naturalidad y semejante juego colorístico y
expresivo, aunque se tome las libertades
que todos conocemos acerca de las bajadas de tono de algunas páginas para una
tesitura algo corta de agudo. El disco
Malibran (MR 551) recoge interpretaciones ya míticas, en cabeza el soneto de
Fenton, el sueño del Des Grieux massenetiano, el aria de Ernesto de Don Pasquale, la serenata de Arlequin de Payasos o el Prendi l’anel ti dono de Elvino
en Sonnambula. Junto a ellas, otras
interpretaciones de repertorio más ligero
y no menos difundidas, como el Ay, ay,
ay de Pérez Freire o el Marechiare de
Tosti. De la interpretación de cualquiera
de ellas, como de las otras que no se
citan, el tenor sigue siendo un referente
ineludible y, a menudo, inalcanzable.
Fernando Fraga
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REEDICIONES
Deutsche Grammophon Collectors
ENTRE PURCELL Y RODRIGO
N
os llegan cuatro nuevas aportaciones a la ya cada vez más amplia
oferta de la Collectors Edition,
serie media de la DG y de su sello de
música antigua Archiv, que va nutriéndose de su enorme fondo de catálogo
con algunos de los artistas más destacados que han grabado para ellos; el abanico temporal es también grande, incluyendo casi todas las épocas y estilos, en
una clara intención de llegar a un público que busque la seguridad de versiones
de garantías, buen precio y un repertorio
que se mueva dentro de los autores y
obras más conocidos. Así, en una caja
de cinco discos se incluyen el Dido y
Eneas, El rey Arturo, Diocleciano, Timón
de Atenas y varias Odas de Purcell (474
672-2) en versiones de The English Concert y de una larguísima lista de voces
(Paul Agnew, Mark Ainsley, Nancy
Argenta, Michael Chance, Lynne Dawson, Ann Sofie von Otter…) dirigidos
todos por Trevor Pinnock… Son grabaciones realizadas entre 1988 y 1994, que
en general ofrecen un exquisito equilibrio, refinamiento y brillantez, con intervenciones vocales espléndidas, en las
que prima la perfección técnica, la
riqueza sonora y el pulso dramático-teatral; en algún momento puede echarse
de menos mayor libertad expresiva, fantasía en definitiva, pero el rigor filológico y la coherencia del clavecinista y
director británico se imponen en el computo global.
Con un lenguaje de menor proximidad a los criterios historicistas del barroco, válida en todo caso y con fuerte per-
sonalidad, afrontan el violinista Shlomo
Mintz, el chelista Mischa Maiski y el guitarrista Göran Söllscher, las Sonatas y
Partitas para violín BWV 1001-1006, las
Suites para chelo BWV 1007-1012 y
diversas obras para laúd y transcripciones para guitarra (BWV 995-1000, 1006
a, 1005, 1007, 1008 y 1012), de J. S.
Bach (474 641-2); son seis CDs de registros comprendidos entre 1981 y 1991
repletos de musicalidad y virtuosismo, a
veces con ciertas arbitrariedades, especialmente en el caso de Maiski, pero
siempre con unas cotas de calidad ciertamente elevadas.
Nos encontramos también con una
caja con 8 CDs dedicados al violinista
Gidon Kremer, que interpreta diversas
obras para violín y piano grabadas entre
1984 y 1995 junto a Martha Argerich,
Valeri Afanasiev y Oleg Maisenberg (474
648-2); son tres discos con las Sonatas
de Beethoven con Argerich, dos con las
de Brahms y la Segunda de Busoni, con
Afanasiev, y los tres restantes con Sonatas y otras piezas de Schumann, R.
Strauss, Prokofiev, Bartók, Janácek y
Messiaen, en todas ellas con Argerich
excepto en la Sonata de Strauss en que
le acompaña Maisenberg. Interpretaciones por parte Kremer llenas de intensidad, apasionadas, más dramáticas que
líricas, buscando siempre nuevos caminos expresivos; las Sonatas de Beethoven apuestan, con la inestimable ayuda
del fogoso temperamento de Argerich,
por una visión muy contrastada, incisiva,
que puede resultar en algún momento
un tanto árida; mientras las de Brahms
aparecen paradójicamente muy contenidas, serenas, aun con ese sonido tan
peculiar del violín que evita siempre
cualquier atisbo preciosista. Es en la
música de Strauss, Prokofiev y Bartók,
donde las versiones se convierten en
auténticas referencias por su carácter y
unidad.
Por último, tenemos la caja dedicada
a la guitarra española (474 666-2) en la
que Narciso Yepes, con distintas orquestas y directores, realiza a través de cinco
CDs un extenso recorrido por el repertorio español para ese instrumento: Sanz,
Mudarra, Soler, Albéniz, Granados,
Tárrega y J. Rodrigo, son los principales
autores aquí recogidos. Difícil encontrar
un intérprete que se adapte mejor a los
aromas y colores de estas obras, siempre
con un excepcional dominio técnico y
una frescura y variedad sin parangón.
Daniel Álvarez Vázquez
Brilliant
EPISODIOS MOZARTIANOS
B
rilliant Classics ofrece dos álbumes
de música de Mozart, de once y
diez discos respectivamente, dedicados a los cuartetos y quintetos para
cuerda el primero (92267), y a las serenatas y divertimentos el segundo
(92266). De este último se excluyen las
obras del género destinadas a instrumentos de viento, consideradas en
general como un capítulo propio y aparte. Los cuartetos se han dividido en dos
grupos, los de juventud tomados de la
edición de Claves de 1989 y 1991 a cargo del Cuarteto Sonare que ofrece versiones correctas y bien diseñadas, y las
diez obras de madurez que el Cuarteto
Franz Schubert de Viena grabó en 1994
para Nimbus. Este conjunto hace gala de
un fraseo preciso y de facilidad en la
elocución; el talante es intimista y el
sonido discreto y algo apagado. La cantabilidad frena los momentos más pasionales que discurren con excesiva cautela
sin apenas destellos o contrastes.
La integral de los quintetos para
70
cuerda, grabada por BIS en 1989, corrió
a cargo del Cuarteto Orlando y Nobuko
Imai, viola. La versión es depurada y
equilibrada y aunque el primer violín se
ve algo forzado, por ejemplo, en el Finale del Quinteto K. 593, se alcanza en
general una consonancia de mínimos,
por así decirlo, muy pertinente. La carga
patética y la intensidad lírica de los
Quintetos K. 515 y 516 se elude, con lo
que el discurso resulta en muchos
momentos atildado y demasiado previsible. El álbum tiene un estrambote inesperado porque no se anuncia en el título, el Divertimento para trío de cuerda
K. 563, grabado en 1991 para Ricercar
con instrumentos de época por François
Fernández, violín, Ryo Terakado, viola, y
Rainer Zipperling, violonchelo. Aquí el
panorama cambia completamente, y el
clasicismo tradicional es sustituido por
un juego más áspero y enriscado que,
con todas sus imperfecciones, aporta un
talante experimental muy de agradecer.
El segundo álbum, consagrado a
serenatas y divertimentos, tiene también
la propina de un CD dedicado a marchas,
procedente de una grabación realizada
con corrección por la Orquesta del
Mozarteum de Salzburgo dirigida por
Hans Graf, La Camerata de Berna bajo
Thomas Füri (Divertimentos K. 247 y 287,
Novalis/AVC, 1989) y la Orquesta de
Cámara Franz Liszt a las órdenes de János
Rolla (Serenata K. 185 y Gallimathias
Musicum K. 32, Hungaroton), hacen unas
lecturas tradicionales sin mayores preocu-
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EMI Encore
MADRIGALES Y SINFONÍAS
S
iguen reeditándose grabaciones de
EMI a bajo precio en la serie Encore,
grabaciones que hasta ahora estaban, mayoritariamente, en serie cara
(aunque haya alguna que otra excepción) y, en el lanzamiento que ahora
presentamos, encontraremos más de una
referencia imposible de encontrar en el
mercado al haber sido descatalogada.
Una de estas últimas (que conocemos
gracias a su aparición en serie cara hace
ya unos años) es The King’s Singers
Madrigal History Tour (5 85713 2), en la
que el grupo vocal The King’s Singers
(que lo mismo graban canciones de The
Beatles o The Beach Boys, madrigales
de Janequin, repertorio contemporáneo
o música de cine), junto a The Consort
of Musicke a las órdenes de Anthony
Rooley, nos ofrecen un variado programa renacentista con madrigales de autores italianos, ingleses, franceses, españoles y alemanes. Este grupo vocal se luce
en este repertorio (de hecho, se luce en
todo lo que hacen, aunque no faltan aficionados a los que les resultan exasperantes sus bromas musicales y su peculiar virtuosismo interpretativo), si bien
podríamos hacerle algún que otro reproche en un ámbito que ellos conocen
bien pero el oyente actual también gracias a grabaciones no menos relevantes
que ésta y, posiblemente, más rigurosas.
Por ejemplo en la interpretación de
Fatala parte (escrito erróneamente Fatal
la parte, y cantado Fatale porte, ¡toma
ya!) de Juan del Encina (¿o debemos
escribir Juan del Enzina?), absolutamente
paciones estilísticas. Para tres de las
composiciones más conocidas, las Serenatas Nocturna K. 239, Posthorn K. 320
y Haffner K. 250, se ha escogido la grabación que hizo en 1986 Colin Davis al
frente de la Orquesta Sinfónica de la
Radio de Baviera (Novalis/AVC), desde
una óptica sinfónica y en exceso suntuosa. De todos modos, no hay que olvidar
que estas obras, pensadas en principio
para el mero entretenimiento, apuntan
rasgos evidentes de experiencias posteriores de mayor calado y Davis explota
con coherencia este aspecto, apoyado
en un conjunto orquestal de indiscutida
calidad que en todo momento se pliega
a sus intenciones. Para completar el
álbum, el editor ha acudido a grabaciones realizadas expresamente para el mismo por la Orquesta de cámara del electorado del Palatinado, repartiéndose la
tarea directorial Florian Heyerick y Jiri
Malát. Ambos mantienen una buena
línea mozartiana, en especial el primero
y más concretamente en el Divertimento
K. 334, expuesto con la sensibilidad
poética, entre elegíaca y humorística, tan
característica de su autor.
Domingo del Campo
inadecuada al no haberse entendido,
obviamente, ni el texto ni el carácter de
la pieza. Debe contrastarse aquí la primera parte (que tiene que interpretarse
muy lentamente) y la segunda (más rápida, como una danza), mientras que ellos
la hacen toda igual, rapidísima. Pero la
siguiente obra, la ensalada La bomba de
Flecha, hace que nos olvidemos de estas
aparentes minucias (que no lo son tanto,
y menos a estas alturas) y disfrutemos
tanto en el repertorio español como en
el resto: el ejemplo de la irresistible versión del célebre Tanzen und Springen
de Hassler ya bastaría, pero, ¿qué decir
de la bellísima interpretación del anónimo francés Mignonne, allons voir si la
rose, o de la que es una de las mejores
interpretaciones que se hayan grabado
del genial The Silver Swan de Gibbons?
Un compacto muy recomendable que
vuelve a estar disponible, y ahora a un
precio irrisorio teniendo en cuenta la
que contiene.
Un salto en el tiempo nos lleva al sinfonismo mozartiano (Sinfonías nº 35
“Haffner” y nº 41 “Júpiter”) de la mano
de todo un experto como es Marriner al
frente de su Academy of St Martin in the
Fields (5 85695 2), unas versiones suficientemente conocidas, que no necesitan
presentación y sobre cuyo nivel de excelencia ya se ha dicho todo, si bien no está
de más acercarse a ellas una vez más.
Más Mozart, ahora camerístico, con
los dos Cuartetos con piano K. 478 y K.
493 (5 75873 2) en versiones no menos
expertas con Christian Zacharias al piano y un trío de cuerda de lujo (Frank
Peter Zimmermann, Tabea Zimmermann
y Tilman Wick). Interpretaciones, también éstas, ya conocidas y apreciadas
cuya reedición merece celebrarse.
Siguiendo con música de cámara, el interés del lanzamiento se mantiene muy
alto con los Cuartetos de cuerda op. 12 y
op. 13 de Mendelssohn por el Cuarteto
Cherubini (5 85692 2) y con sonatas para
violín y piano de Debussy, Ravel y Janácek por Frank Peter Zimmermann y Alexander Lonquich (5 85707 2), dos compactos espléndidos.
En el apartado de música para solista,
un atractivo programa Chopin por Barenboim (5 85689 2) y un variadísimo recital
(de Haendel a Nino Rota y en medio, casi
de todo) por la arpista Mariko Anraken (5
85710 2) merecen interés, especialmente
el primero, con el joven Barenboim de la
primera mitad de la década de 1970 ya en
su madurez interpretativa.
En el ámbito sinfónico, los cinco
últimos compactos de este lanzamiento
nos ofrecen repertorio popular en versiones ya conocidas y de alto nivel. Su
sola enumeración animará al aficionado
a hacerse con ellas en el caso de que
todavía no las tenga en casa. veamos:
Dvorák (Sinfonía nº 5, Obertura Otelo y
Scherzo capriccioso) por Jansons al frente de la Filarmónica de Oslo (5 85701 2);
la Quinta Sinfonía de Bruckner por
Welser-Möst dirigiendo la Filarmónica de
Londres (5 75861 2), ésta, una estupenda
versión (grabada en directo en Viena en
1993) que merece atención (hay competencia, sí, y esta grabación no hará que
se tambaleen las referencias, pero está
muy bien; Los planetas de Holst y la Sinfonia de Requiem de Britten por Rattle
con la Philharmonia y la Sinfónica de la
Ciudad de Birmingham (5 75867 2), una
versión ya clásica, como clásica es la de
los conciertos para piano de Chaikovski
(nº 1) y de Rachmaninov (nº 2) con
Weissenberg y Karajan (5 85704 2); y
para terminar Augustin Dumay (5 85699
2) protagoniza un programa francés de
lucimiento para el violinista (obras de
Saint-Saëns, Fauré y Lalo) con Hikotaro
Yazaki y Manuel Rosenthal al frente de
la Filarmónica de Monte-Carlo, un compacto de esos que se escuchan solos y
que hacen disfrutar. Así pues, un lanzamiento plagado de buenísima música en
versiones de interés.
Josep Pascual
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Walhall
NOCHES GLORIOSAS
E
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l sello Walhall nos presenta una propuesta de dieciséis óperas en grabaciones históricas, una parte importante de la cual no había sido publicada
en nuestro país, con un sonido, teniendo
en cuenta las fechas y procedencias del
registro, generalmente interesante y que
comentaremos en función del teatro del
que fueron tomadas y de sus características especiales.
Empezaremos por las grabaciones
procedentes del Metropolitan de Nueva
York y con Don Giovanni (WLCD 0005)
dado el 6 de enero de 1951, que cuenta
con un equipo de cantantes de calidad
en un repertorio no del todo habitual,
donde destaca la musicalidad de Paolo
Silveri, el carácter de Regina Resnik, la
personalidad de Ljuba Welitsch, la
corrección de Eugene Conley y el estilo
algo bufo de Salvatore Baccaloni, dirigidos con profesionalidad por Fritz Reiner.
La funciones de Carmen (WLCD 0006)
del 27 de marzo de 1943 contaron con
dos figuras del teatro neoyorquino en
otro tipo de voces: Licia Albanese, que
destaca por su bella voz y fraseo, pero
poco francés y Leonard Warren, con un
timbre importante, donde sobresale más
la brillantez que el detalle, siendo la
pareja principal la formada por Lily Dianel, de voz excesivamente lírica y con
un desparpajo limitado y Raoul Jobin, el
que más domina la obra, con un Don
José que alterna los momentos líricos
con los más apasionados, dirigidos con
Sir Thomas Beecham, que ya entonces
dominaba la ópera de Bizet, a la que
sabe dotar de color y grandeza.
La versión de Alceste (WLCD 0014),
dada el 29 de marzo de 1952, está cantada en inglés y cuenta con la presencia
arrolladora de Kirsten Flagstad, cuatro
años antes de su grabación en italiano,
donde podemos encontrar una verdadera lección de fuerza interpretativa e
identificación con el personaje y los
planteamientos de Gluck, acompañada
por Brian Sullivan y Francesco Valentino, con una dirección de oficio, aunque
hoy puede parecer anticuada, de Alberto Erede. También del mismo compositor se nos propone Orfeo ed Euridice
(WLCD0008) del 20 de enero de 1940,
que cuenta con un terceto de cantantes
habituales, con Kerstin Thorborg, que
hace un Orfeo profundo, dentro del
estilo de la época, junto a la delicada
Euridice de Jarmila Novotna y el suficiente Amore de Marita Farrell, dirigidos, con su capacidad habitual, por
Erich Leinsdorf.
Cierra el ciclo americano tres grabaciones que son una muestra de noches
gloriosas, con repartos de disco: Le nozze di Figaro (WLCD 0013) contó la
noche del 1 de marzo de 1952 con la
presencia de tres grandes artistas, Victoria de los Ángeles cantando una impecable Condesa, con una elegancia, fraseo y
musicalidad que impactan, Cesare Siepi,
que ya nos muestra las cualidades que
serán aún más evidentes en su grabación
con Kleiber, donde sorprende por la
definición del personaje, junto al estilo
expresivo de Giuseppe Valdengo, que
imprime al Conde un grado de ambivalencia. Del resto del reparto, mencionaremos la corrección de Mildred Miller, la
discreción de Nadine Conner y entre los
secundarios la presencia de cantantes de
tanta calidad como Salvatore Baccaloni,
como Bartolo, Roberta Peters, como Barbarina y Jean Madeira como Marcellina,
dirigidos con una gran variedad de matices por Fritz Reiner.
La segunda obra es Lohengrin
(WLCD 0011) del 27 de marzo de 1937,
que tiene el especial interés de contener
la única Elsa conocida de Kirsten Flagstad, donde muestra su excelsa maestría
y su clara definición del personaje, con
un sorprendente detalle. Completan el
reparto el siempre efectivo René Maison, junto a cantantes habituales del
Met, dirigidos con entrega y profesionalidad por Maurice Abravanel. La guinda
es la versión de Falstaff (WLCD 0012)
representada el 26 de febrero de 1949,
por la presencia omnipotente de Leonard Warren, que es capaz de definir el
personaje de forma magistral, sin caer
en falsos histrionismos, acompañado
por el Ford de Giuseppe Valdengo y
artistas de la categoría de Regina Resnik,
Cloe Elmo, Licia Albanese, y Giuseppe
Di Stefano, en un momento perfecto de
voz y de línea, dirigidos por Fritz Rei-
ner, que consigue estimular el espíritu
de conjunto.
De los registros de los teatros alemanes trataremos primero de los que
corresponden a obras poco divulgadas.
Max von Schillings fue un autor que
gozó de una gran fama en su tiempo,
pero sus veleidades políticas hicieron
que su obra quedara en el olvido, lo que
realmente es una injusticia porque su
ópera más conocida, Mona Lisa (WLCD
0003), merece estar en el repertorio. Se
trata de una partitura postwagneriana
que tiene relación con la corriente verista de la época y posee una gran calidad
expresiva y melódica. Tal fue la importancia en su época, que después de su
estreno en el Liceu de Barcelona, el
apóstol wagneriano Joaquim Pena hizo
una traducción al catalán, que ayuda a
seguir la obra. La versión dada en Berlín
el 3 de mayo de 1953, supera el nivel de
la anterior existente, de CPO, y cuenta
con la presencia de Inge Borkh, densa y
explícita, Hans Beirer, exponente de la
fuerza vocal y Mathieu Ahlersmeyer, de
fraseo cuidado, dirigidos con vitalidad
por Robert Heger. Caso contrario fue el
de Korngold, cuya música fue considerada degenerada por el régimen nazi y
desplazada al olvido, con el resultado de
su emigración a América, donde su
carrera discurrió más por el mundo del
cine. Su opera más conseguida y emblemática es Die Tote Stadt (WLCD 0004)
que tuvo mucho éxito en su estreno, a
partir de una historia muy dramática, de
gran inspiración, fuerza y melodía de
influencias post-románticas. La grabación que nos proponen fue realizada en
Munich, en 1952, y cuenta con un buen
equipo de profesionales, integrado por
Maud Cunitz, Karl Friedrich, Hans Braun
y Benno Kusche, dirigidos con oficio
por Fritz Lehmann. Cierra el grupo Hans
Heiling de Heinrich Marschner, (WLCD
0010) compositor que es importante en
la estética alemana del siglo XIX, aunque
fue eclipsada por el empuje wagneriano,
de la que paradójicamente fue algo precursor. La música es interesante, dentro
del romanticismo germano y está más
conseguida en los momentos fantasiosos. En esta ocasión en Hamburgo, 19 a
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24 de junio de 1950, encontramos un
interesante trabajo de equipo, en el que
destaca Alexander Welitsch, con buen
timbre central, que sabe dar un carácter
misterioso, Helene Werth, de voz pequeña pero musical, junto a Margot Guillaume, Karl Friedrich y Res Fischer, con
Wilhelm Schüchter al frente de los cuerpos estables de la NDR, con una versión
convincente.
Dentro de los registros procedentes
de teatros germanos se incluyen, de
acuerdo con las costumbres de la época, obras italianas cantadas en alemán,
donde encontramos figuras importantes,
las más destacadas de las cuales acostumbran a superar bastante el estilo
idiomático, tanto cantantes como directores, pero realmente el estilo de canto,
el idioma y la visión directiva les dan a
veces un carácter germano. En La forza
del destino (WLCD 0002), Hamburgo,
diciembre de 1952, encontramos a Carla
Martinis, de medios algo líricos pero
conocedora del estilo, Martha Mödl,
espectacular Preciosilla, Rudolf Schock,
Josef Metternich, Gottlob Frick y Gustav
Neidlinger, expresivo Melitone, bajo la
batuta del efectivo Hans Schmidt-Issertedt. Aida (WLCD 0007), Munich, septiembre de 1953, el nivel es inferior con
cantantes correctos, pero algo limitados.
Leonora Lafayette, Georgina von Milinkovic, Josef Gostic y otros más efectivos, Ferdinand Frantz, Gottlob Frick y
Walter Berry, con Clemens Kraus que
consigue una versión bastante cuidada.
Lucia di Lammermoor (WLCD 0015),
cantada en Berlín, el 22 de enero de
1953, cuenta con Maria Stader y Ernst
Haefliger, cantantes musicales y Dietrich
Fischer-Dieskau, en un planteamiento
demasiado extrovertido, con una dirección coherente de Ferenc Fricsay. Cierra
el grupo Tosca (WLCD 0016), dada en
Munich, en septiembre de 1953, con
Leonie Rysanek, que refleja bastante
bien el espíritu de Floria Tosca, Hans
Hopf, perfecto de voz y algo menos de
estilo y Josef Metternich, insuficiente
Scarpia, dirigidos con interés por
Richard Kraus.
El último grupo corresponde a versiones legendarias, ya publicadas con
anterioridad, con mejora de sonido, y
destacaremos Tristan und Isolde (WLCD
0001), primer Tristan del nuevo Bayreuth y que en esta función del 23 de
julio de 1952, contó con la presencia de
los cantantes con voces especiales Martha Mödl y Ramón Vinay, pero que fueron capaces de una integración, una
pasión y un dolor conmovedor, arropados por la importante presencia de
Hans Hotter, el canto noble de Ludwig
Weber y la corrección de Ira Malaniuk,
con una dirección del mejor Herbert
von Karajan, que consigue un sonido
impactante y una gama de matices, a
veces con una cierta lentitud, que
enmarca el drama wagneriano. La versión más conocida de La flauta mágica
de Furtwängler es de Salzburgo en
1951, pero dos años antes Die Zauberflöte (WLCD 0009) había subido al
escenario de Salzburgo, el 27 de julio de
1949, en una versión que expresaba su
visión algo especial de la obra, pero con
valores que una vez asumidos permiten
gozar de un planteamiento muy coherente, donde lo espiritual está por encima de la anécdota y la mística es preferida al teatro. Contó con un gran elenco
de cantantes entre los que destaca Irmgard Seefried, con una Pamina realista,
Wilma Lipp, habitual Reina de la Noche
de la época, que supera las dificultades
del papel y le da estilo, Walter Ludwig,
con un planteamiento algo extrovertido
pero coherente y Josef Greindl, que
impacta por la fuerza vocal y expresiva.
Cierra la oferta una especial versión en
italiano de Die Zauberflöte (WLCD
0017), grabada en la RAI de Roma, el 19
de diciembre de 1953, con diálogos en
el mismo idioma que pueden ayudar a
la comprensión y con un reparto que
cuenta con figuras importantes. A destacar la única Pamina disponible de Elisabeth Schwarzkopf, cantada con delicadeza y humanidad, la Reina de la Noche
de Rita Streich, de voz algo pequeña
pero de canto seguro y que supera las
dificultades. También son muy importantes el Tamino de Nicolai Gedda, que
complace por la elegancia en el fraseo,
y el canto detallista, junto al Papageno
de Giuseppe Taddei, ejemplo de cómo
un artista es capaz de asumir todo el
repertorio con clase y conseguir el
impacto cómico sin caer en abusos fuera de lugar, siendo lo más flojo el Sarastro de Mario Petri, con una dirección de
Herbert von Karajan de concepción lírica de gran belleza expositiva.
Albert Vilardell
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CRÍTICAS de la A a la Z
DISCOS
ANCHIETA-BACH
ANCHIETA:
Misa Sine Nomine. Salve Regina.
LORETO FERNÁNDEZ IMAZ, órgano. MINISTRILES
DE MARSIAS. CAPILLA PEÑAFLORIDA.
Director: JOSEP CABRÉ.
NAXOS 8.555772. DDD. 67’23’’. Grabación:
Villabuena (Álava), X/2000. Productor: T. van Geest.
Ingeniero: J. Müller. Distribuidor: Ferysa. N PE
Juan de Anchieta (1462-1523), miembro
de una prominente familia vasca, sirvió a
varias generaciones de reyes de Castilla,
desde Enrique IV (en cuya capilla seguramente cantó siendo niño) hasta Carlos
I, pasando por Isabel la Católica y Juana
la Loca. Compositor muy apreciado en
su tiempo, no es mucho lo que se conserva de él, aproximadamente treinta
piezas entre misas y magnificats (dos de
cada), motetes y canciones.
Este disco de Naxos presenta la Misa
Sine Nomine (conocida también como
Misa de cuarto tono) en un supuesto
entorno litúrgico, acompañada por motetes y piezas organísticas del propio
Anchieta, Josquin, Peñalosa, Urreda y
Cabezón. Josep Cabré dirige a una Capilla Peñaflorida formada exclusivamente
por voces masculinas (tres por parte) y a
los Ministriles de Marsias unas versiones
de gran intensidad expresiva, bien perfiladas y de suficiente transparencia, aunque en algunos momentos hubiera sido
deseable un poco más de refinamiento y
una más clara diferenciación tímbrica de
las voces. Los instrumentos de viento,
que doblan o sustituyen a las partes vocales, suenan empastados y perfectamente
afinados, manteniendo siempre un adecuado equilibrio con el coro. Pese a ello,
es una pena que una obra tan impresionante como el Sancta mater istud agas
de Peñalosa se ofrezca en versión puramente instrumental, con lo que se merma
su potencial expresivo y retórico. Grabación espaciosa y con suficiente reverberación que rescata a un compositor muy
poco atendido por la discografía hasta
ahora, aunque esta misma misa mereció
en 1995 la atención de conjunto Live Oak
and Company para el sello Centaur.
la dirección de bandas militares y por la
composición de abundante música para
cine sobre todo.
Entre sus numerosos premios, el
Nacional de Música en 1950 por sus Seis
canciones españolas y el Ciudad de Barcelona en 1953 por su poema sinfónico
Alvargonzález. De su producción camerística, la dedicada al piano ocupa un
lugar destacado por su cuantía y es la
que en este doble CD se recoge. Del grupo de compositores españoles que surgieron del magisterio directo o indirecto
de Falla y de la innegable influencia de la
modernidad que emanaba de París fue
surgiendo un fondo musical del que
beberían después no pocos autores. De
ese fondo y de otro más genuinamente
hispano, con evidentes componentes folclóricas y populares, se alimentó Asins
Arbó, que desarrolló un estilo ecléctico y
perfectamente funcional. El pianista Jesús
María Gómez se desenvuelve bien en
este mundo, en el que penetra para después transmitir sus versiones con pulcritud y una sobriedad que, siendo en
general cualidad, en ocasiones se nos
antoja excesiva. Difícil es también diferenciar a veces en cuanto a tratamiento
las distintas etapas del autor: piezas de
clara inspiración popular (Tres danzas
españolas, Cuatro piezas populares castellanas, Flamenco, Tres piezas valencianas, Tres canciones zamoranas, Piezas
portuguesas); piezas de salón (Ensueño
vals); estampas musicales (Siete piezas
románticas); música para documentales
televisivos (Envío a María Zambrano,
Las joyas de Dalí); obras de investigación
musicológica (Diez motivos del Romancero Español)… Composiciones, todas
ellas, comprendidas entre los años cuarenta y noventa, es decir, entre la juventud y el umbral mismo de su fallecimiento, y cuyos títulos resultan explícitamente
ilustrativos de su contenido.
J.G.M.
BACH:
P.J.V.
Conciertos de Vivaldi BWV 972, 973,
975, 976, 978 y 980. LAURA ALVINI, clave.
Obras para piano. JESÚS MARÍA GÓMEZ, piano.
FRAME CD FR9618-2. DDD. 51’58’’. Grabación:
Florencia, II/1996. Productor: Paolo Paolini.
Ingeniero: Marzio Benelli. Distribuidor:
LR Music. N PN
ASINS ARBÓ:
2 CD EGT. 929/CD1 y CD2. DDD. 66’ 56’’ y 72’
26’’. Grabaciones: Valencia, IX/2002 y X/2003.
Productor: P. Bodí. Ingenieros: A. Ródenas y J. G.
Bastidas. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN
Nacido en Barcelona pero afincado en
Valencia desde muy pequeño, Miguel
Asins Arbó (1916-1996) se distinguió por
Disco registrado hace ya ocho años con
los seis conciertos de Vivaldi transcritos
para el clave por Bach (tres de L’Estro
Armonico, dos de La Stravaganza y uno
de la Op. 7), obras de las que existen ya
en el mercado algunas versiones de interés (encabezadas por el registro de Oli-
TIPO DE GRABACIÓN DISCOGRÁFICA
N Novedad absoluta que nunca antes fue editada en disco o cualquier otro soporte de audio o vídeo
H Es una novedad pero se trata de una grabación histórica, que generalmente ha sido tomada de un
R
concierto en vivo o procede de archivos de radio
Se trata de grabaciones que ya han estado disponibles en el mercado internacional en algún tipo
de soporte de audio o de vídeo: 78 r. p. m., vinilo, disco compacto, vídeo o láser disco
PRECIO DE VENTA AL PÚBLICO DEL DISCO
PN Precio normal: cuando el disco cuesta más de 15 €
PM Precio medio: el disco cuesta entre 7,35 y 15 €
PE Precio económico: el precio es menor de 7,35 €
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ANCHIETA-BACH
ver Beaumont para Erato en 1999). Estas
que nos brinda la veterana Laura Alvini
resultan pulcras y bien contrastadas, a
pesar de que el estridente y agreste sonido del instrumento empleado mediatiza
demasiado sus logros. Los tiempos rápidos suenan vigorosos y brillantes, a
veces algo atropellados, como en el
Allegro de apertura de BWV 972 o en la
giga final de BWV 975. En los lentos la
clavecinista italiana se muestra más flexible con el tempo y concentra todos sus
esfuerzos expresivos, obteniendo algunos momentos de indudable impacto
emotivo como en el Largo e spiccato de
BWV 978 o en el Largo de BWV 980,
con una resolución muy elegante de
esos acordes repetidos que suenan tan
scarlattianos.
P.J.V.
BACH:
Suites para violonchelo solo BWV 10071012. MICHAEL KEVIN JONES, violonchelo.
2 CD EMEC E-056/7. DDD. 73’10’’ y 76’45’’.
Grabación: Nueva York, X/2002. Ingeniero:
Antonio Palomares. Distribuidor:
Nuevos Medios. N PN
Con un Stradivarius de 1667 cedido por
el Metropolitan Museum of Art de Nueva
York, Michael Kevin Jones ofrece una
interpretación muy personal de las Suites
bachianas, dominada por un impulso rítmico y una vehemencia expresiva considerables. Versiones nerviosas y agitadas,
con profusión de ornamentos, retenciones de tempo y alargamiento de los finales de frase, que quedan perjudicadas
por la falta de homogeneidad del sonido, fácilmente apreciable en el Preludio
de la peliaguda Sexta, con evidente pérdida de color en el registro agudo.
Jones es generoso con los contrastes
dinámicos y su articulación es en general clara, aunque sin alcanzar la transparencia (quizá demasiado austera) de
Jaap ter Linden para Harmonia Mundi.
Plantea el fraseo con gran libertad, y no
sólo en los preludios (el de la Segunda
parece especialmente improvisado), por
lo que los tiempos de danza aparecen
muy estilizados, sobre todo en los casos
de las allemandes y las sarabandes o en
los minuetos de la Segunda, cuya línea
melódica se regodea en un rubato de
claro ascendente romántico. Más ágil y
cortante resulta la acentuación de las
danzas rápidas, que en algunos casos
(courantes de la Segunda y la Cuarta,
bourrées de la Cuarta o gavotas de la
Sexta) son de un brío y una vitalidad
contagiosos.
En la selva de versiones de estas
obras, las de Michael Kevin Jones terminan por encontrar un sitio propio, entre
la vieja escuela de un Tortelier o un Rostropovich y la intensidad y la libertad
más cercanas al estilo barroco de un
Bylsma (en sus dos grabaciones) o de
Wispelwey (en la segunda), aunque sin
alcanzar ni su poesía ni su profunda
musicalidad. Notable, en cualquier caso.
P.J.V.
BACH:
Suites para violonchelo solo BWV 10071012. ALEXANDER KNIAZEV, violonchelo.
3 CD WARNER 2564 61294-2. DDD. 67’23’’,
60’51’’ y 41’56’’. Grabación: París, IX/2003.
Productor: Étienne Collard. Ingeniero: Jean
Chatauret. N PN
La discografía de las Suites de Bach es
lo suficientemente rica para componer
todo un abanico de aproximaciones
diferentes y complementarias. Desde
Casals hasta Rostropovich se puede uno
encontrar con el exquisito equilibrio de
un Gendron (Philips), la elegancia de
Bylsma (Rca y Sony) o la riqueza tímbrica de Paul Tortelier (EMI).
La versión de Kniazev, buen chelista
aunque tendente aquí a lo pasional,
redunda en el concepto iniciado por
Rostropovich, en la que predomina lo
reflexivo y una atemporalidad estética.
De las opciones existentes, ésta es la
más lenta de todas, pero no implica
necesariamente una caída de tensión e,
incluso, es difícil apreciar ese aumento
en los tempi. Sin llegar a la vivacidad de
otras propuestas ésta resulta ágil y fluida
gracias, en gran medida, a una articulación clara y precisa.
Pero si en concepto se puede asociar a Rostropovich, no logra la profunda
humanidad de aquél, el sonido doliente
y de una profunda dignidad. La desnudez del alma en cada movimiento. Toma
otro camino, algo más distante, si se
quiere, pero también ponderado, a pesar
de la tendencia algo visceral que comentamos antes. Podría parecer contradictorio, pero al escuchar, por ejemplo, la
Courante de la Suite nº 2, se puede
apreciar con toda claridad. Podrá no
cambiar las cosas en cuanto a referencias se refiere, pero el de Kniazev es un
Bach más que interesante.
C.V.N.
BACH:
Cantata “Mein Seel erhebt den Herren”
BWV 10. Cantata “Wer nur den lieben
Gott lässt walten” BWV 93. Cantata
“Was willst du dich betrüben” BWV
107. Cantata “Wo Gott der Herr nicht
bein uns hält” BWV 178. YUKARI
NONOSHITA, soprano; MATTHEW WHITE,
contratenor; MAKOTO SAKURADA, tenor;
PETER KOOIJ, bajo, CORO Y ORQUESTA DEL BACH
COLLEGIUM DE JAPÓN. Director:
MASAAKI SUZUKI.
BIS CD-1331. DDD. 75’43’’. Grabación: Kobe,
IV-V/2002. Productor: Thore Brinkmann. Ingeniero:
Dirk Lüdemann. Distribuidor: Diverdi. N PN
Tras la elevada cumbre coronada en el
volumen 21º de esta integral de cantatas
bachianas (véase SCHERZO, nº 180, p.
78) y el hasta cierto punto esperable
bache del siguiente (véase SCHERZO, nº
184, p. 72), el 23º, donde se reúnen cuatro cantatas escritas en julio de 1724, puede describirse como intento frustrado o,
mejor, incompleto de remontada. Consti-
Café Zimmermann
MÁS QUE CONCIERTOS
BACH: Concierto de Brandemburgo nº
3 en sol mayor BWV 1048. Concierto
para dos violines en re menor BWV
1043. Suite en do mayor BWV 1066.
Concierto para oboe y violín en do
menor BWV 1060. CAFÉ ZIMMERMANN.
ALPHA 048. DDD. 58’29’’. Grabación: Metz,
VI/1993. Productora: Aline Blondiau. Ingeniero:
Hughes Deschaux. Distribuidor: Diverdi. N PN
Iguala y aun mejora el segundo la mag-
nífica impresión causada por el primer
volumen (véase SCHERZO, nº 166, p.
81) de estos “conciertos para varios instrumentos” de Bach. El compositor sólo
llamó así a los seis que, a partir de la
biografía publicada por Spitta en 1879,
todos conocemos como Conciertos de
Brandemburgo por estar dedicados al
Margrave de tal título Christian Ludwig,
hermano menor del rey Federico I y tío
de Federico Guillermo. Por lo visto hasta ahora, cada entrega del Café Zimmermann va a contener uno de ellos
junto a un número variable de piezas
que amplían el concepto “concierto”
por lo menos hasta las suites para
orquesta. Las interpretaciones vuelven a
distinguirse por los ritmos incisivos en
los tempi rápidos (el Brandemburgo nº
3 y las danzas de la Suite como muestras supremas), la contención de la
expresividad en los lentos (el Largo del
Doble Concierto es todo un modelo de
serenidad) y la perfección de los ajustes
y equilibrios en todo momento y circunstancia. En este último respecto, el
brillante bordón tímbrico que, bien por
arriba o, más frecuentemente, por
debajo de las líneas principales marcadas por el colectivo, establece el clave
de Céline Frisch puede considerarse
como una de las marcas de la casa más
conspicuas. Unas tomas de nuevo estupendas refuerzan si cabe el calor de la
recomendación.
Alfredo Brotons Muñoz
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BACH-BRAHMS
tuyen sin duda sus puntos fuertes las
contribuciones del coro y, sobre todo,
tanto colectiva como individualmente, de
la orquesta. El coro inicial de la BWV 178
es, de hecho, un justificado candidato a
figurar en una selección de los números
mejor logrados de toda la serie. El juicio
favorable para el director que lo hasta
ahora dicho implica se confirma, por
ejemplo, en el brioso fraseo con que casi
inmediatamente se acompaña el aria para
bajo. Las rémoras más importantes se
encuentran en el elenco solista. La alternancia entre blancura e impostación en
Nonoshita arruina su aria de la BWV 93,
donde tan buena prestación rinde por
cierto el oboe obbligato. Sakurada se
muestra más cómodo en los recitativos
que en las arias, donde, según su acostumbrada irregularidad, va del sobresaliente en la de la BWV 178 a lo claramente insuficiente en la de la BWV 93, pasando por el sólo aceptable en la primera y
el notable en la segunda de la BWV 107.
Matthew White, debutante en esta plaza
pero todavía sin picadores (quiero decir,
sin aria propia), cumple. En cuanto a
Peter Kooij, mantiene su línea habitual de
fiabilidad técnica y pertinencia expresiva,
pero por él mismo y por sus colegas, las
BWV 93 y BWV 178 resultan preferibles
en las versiones de Herreweghe.
A.B.M.
BEETHOVEN:
Cuarteto de cuerda en fa mayor op. 59,
nº 1. Cuarteto de cuerda en do mayor
op. 59, nº 3. CUARTETO BORODIN.
CHANDOS CHAN 10178. DDD. 72’59’’.
Grabación: Moscú, III/2003. Productor: Edward
Shakhnazarian. Ingeniero: Vitali Ivanov.
Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN
De la histórica formación del Borodin
ya sólo queda en activo el octogenario
Valentin Berlinski. Aun así, continúa
siendo una formación sólida y competente aunque haya perdido la grandeza
de la histórica formación nacida en 1945.
Ahora comienzan la que se pretende sea
la primera integral de los Cuartetos de
Beethoven firmada por el Borodin, pues
hay que recordar que la formación original sólo grabó los trece primeros cuartetos, en gran parte por la falta de voluntad de Rostislav Dubinski (primer violín
hasta 1976) y el absoluto desinterés de
Mikhail Kopelman (su sustituto hasta
1995). Berlinski ha pensado que éste es
el momento de cumplir uno de sus sueños y ha colocado la primera piedra con
dos de los Cuartetos “Razumovsky”.
Los resultados, todo hay que decirlo,
no aportan nada excepto su solvencia.
Lejos de versiones de referencia como
las del Tokio (RCA), el Italiano (Philips)
o, más actuales, las del Takács, el Borodin plantea una lectura clásica en el término más estilístico, en la que el orden y
la estructura se tornan en protagonistas
casi absolutos. No hay magia, pero sí
oficio. Un sinónimo del querer y no
poder, me temo.
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C.V.N.
Afanasiev y Soudant
LÓGICA Y DETALLE
BEETHOVEN: Concierto para piano nº
3 en do menor op. 37. Concierto para
piano nº 5 en mi bemol mayor op. 73
“Emperador”. VALERI AFANASIEV, piano.
ORQUESTA DEL MOZARTEUM DE SALZBURGO.
Director: HUBERT SOUDANT.
2 CD OEHMS OC 311. DDD. 84’34’’.
Grabación: Salzburgo, XII/2001 (op. 37) y
VI/2002. Productor: Dieter Oehms. Distribuidor:
Galileo MC. N PM
T anta es la discografía existente de
estas dos obras que parece mentira que
haya todavía quien las grabe. Sobre
todo si no va a realizar aportaciones
significativas a las grandes referencias
del
pasado
(Solomon/Boult
y
Serkin/Bernstein en el caso del Tercero,
Serkin/Walter, Fischer/Furtwängler y
Backhaus/Krauss) o del presente, encabezada por la integral de Brendel y Rattle. Pero abstrayéndonos de ello, el presente disco es bueno, muy bueno. No
compite con ellos, pero ni falta que le
hace.
Afanasiev es un pianista detallista y
muy cuidadoso a pesar de la tendencia
que tiene a marcar los matices de forma
excesiva. Sufre de cierta tendencia al
excesivo entusiasmo sobre el teclado,
sin duda apoyado sobre una sólida técnica y su capacidad para lograr una
articulación limpia y contraste en los
BRAHMS:
Sonata nº 3 en fa menor op. 5.
Intermezzo op. 76, nº 7. Capriccio op.
76, nº 2. Danzas húngaras nº s 1-3, 6
y 7. EVGENI KISSIN, piano.
RCA 82876 52737 2. DDD. 56’15’’. Grabación:
Friburgo, XII/2001. Productor: Jay David Saks.
Ingeniero: Mike Hatch. Distribuidor: BMG. N PN
El aún joven Evgeni Kissin (33 años en
este 2004, aunque nos parezca que tiene
muchos más por el tiempo que lleva “en
el candelero”) continúa llevando al disco
las obras parte de lo más ambicioso del
repertorio romántico. Le toca ahora a
Brahms, con su monumental Op. 5,
acompañada aquí por un par de piezas
de la Op. 76, pertenecientes a otro ámbito estético, y por cinco Danzas húngaras, que nos llevan al mundo más virtuosista y ligero. Kissin tiene cierta querencia evidente por Brahms, como lo
refleja su recital para DG (en Laser Disc)
de 1991, donde interpreta, por cierto
con bastante buen tino, la Op. 116 del
músico de Hamburgo.
Escuchando el otro día ese recital y
hoy este nuevo disco, me surge la
impresión de que Kissin ha conservado
su sabio matiz y, por supuesto, su formidable técnica, pero creo que con los
años su sonido a partir del mezzoforte se
ha endurecido en exceso. En el hermosísimo Andante espressivo de la Sonata,
verdadero centro de gravedad de la
obra, hay pianísimos estupendos, pero
planos sonoros (¡qué transparencia en
la parte final del Allegro del Emperador!). Esa preocupación por el detalle
se ve magnificada por la tendencia clásica de la interpretación, despojada de
veleidades románticas. Los esfuerzos
por mostrar los más mínimos detalles
podrían pasar por ser una extravagancia preciosista, pero no es el caso, pues
el conjunto resulta de una lógica cartesiana. Con el apoyo de una Orquesta
del Mozarteum a un altísimo nivel y la
dirección de un consistente Hubert
Soudant, volvemos a escuchar estos
conciertos con gozo.
Carlos Vílchez Negrín
los fortísimos resultan un punto hirientes. El Kissin más joven mostraba un
sonido igualmente poderoso (la Wanderer o la Rapsodia de Liszt en el recital
citado) pero creo que más bello. Por lo
demás, creo que en esta ocasión se le
escapan cosas, por ejemplo el gran crescendo hasta el clímax del citado Andante
espressivo, construido, creo, con demasiada precipitación, sin alcanzar la tensión que otros (Julius Katchen, Daniel
Barenboim, Clifford Curzon o, en otra
dimensión más polémica, pero para el
firmante igualmente atractiva, Anatol
Ugorski) consiguen.
Se trata de pianismo, sin duda, apabullante en lo técnico y en lo sonoro, de
una interpretación con notable impulso
y sobresaliente ejecución, pero creo que
algo falto de emotividad en algunos
momentos, en comparación con las versiones citadas.
Interpretación, no obstante, de indudable interés, pero en opinión del firmante, inferior a las citadas. Algo similar
ocurre en las Op. 76, donde el alegre
Capriccio queda muy bien traducido,
mientras al Intermezzo le falta algo de
lirismo y reposo. El virtuoso ruso se luce
(aunque de nuevo demasiado contundente en los fortísimos) en las Danzas
húngaras.
Un disco interesante, pero no exento
de reparos. Toma sonora estupenda.
R.O.B.
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BACH-BRAHMS
Hélène Grimaud y Esa-Pekka Salonen
LA LINEA INDEFINIDA
BEETHOVEN; Fantasía para
piano, coro y orquesta en do
menor op. 80. Sonata para piano en re
menor op. 31, nº 2.
CORIGLIANO: Fantasía on an ostinato.
PÄRT: Credo para piano, coro mixto
y orquesta. HÉLÈNE GRIMAUD, piano. CORO Y
ORQUESTA DE LA RADIO DE SUECIA.
Director: ESA-PEKKA SALONEN.
DEUTSCHE GRAMMOPHON 471 769-2.
DDD. 68’31’’. Grabación: Estocolmo, IX/2003.
Productor: Sid McLauchlan. Ingeniero:
Jürgen Bulgrin. N PN
T ras su fructífera etapa en Teldec, la
pianista francesa ha recalado, con un
nuevo contrato en exclusiva, en el sello
amarillo. Para su debut ha escogido un
programa curioso en su concepción,
pero que si se analiza con detalle,
posee una coherencia y lógica fuera de
toda duda. En él traza una línea estética
que une dos siglos de música. De
hecho, la mitad del programa (Corigliano y la Sonata de Beethoven) la ha
estado girando por varios países, incluido España en la anterior edición del
Ciclo de Grandes Intérpretes, bajo la
misma idea conceptual. Con Fantasia
on an ostinato, Corigliano nos devuelve, en esencia, a la música del XIX. La
obra se basa en la repetición de un
famoso pasaje del segundo movimiento
de la Séptima Sinfonía de Beethoven,
un fragmento que no duda en calificar
de minimalista. Pero la verdad es que,
en su fuero interno, el compositor norteamericano no es más que un romántico convencido. Grimaud lo entiende así
y enlaza ambas estéticas como si de un
viaje al pasado se tratase. La obra posee
el aliciente, además, de dejar a criterio
del intérprete la duración de las repeticiones, lo que convierte cada ejecución
en una experiencia diferente.
Su Beethoven carece de grandes
alardes, entre otros motivos porque no
le hace falta. Apuesta por la limpieza y
la transparencia. La Sonata posee el
aroma del último clasicismo. Mira al
frente sin olvidar una herencia haydniana tan presente. La Fantasía Coral
cuenta con una dirección de Salonen
que resulta vibrante y contrastada al
frente de una orquesta y coro de impecables prestaciones. Grimaud cambia
de tercio para imprimir carácter grandioso a una pieza que lo pide a gritos.
Al final, Pärt nos devuelve, mediante otra obra coral, al siglo XX, un viaje
de ida y vuelta donde el concepto es
plenamente distinto. Ya no hay rastro,
como en el caso de Corigliano, de un
pasado presente. El estonio nos condu-
ce por otros caminos a otros destinos
en los que el piano, a través de un arreglo del Preludio en do mayor de El clave bien temperado de Johann Sebastian
Bach, se resiste a abandonar la historia.
Una especie de lucha entre el coro y
orquesta y el instrumento que sabiamente interpreta la todavía joven pianista gala. Al final de este canto a la
idea de “ama a tus enemigos” (en palabras del propio compositor), ambos
caminos se entrecruzan y caminan de la
mano hacia una conclusión conciliadora. Un disco, pues, magnífico en su
concepción y en su resultado.
Carlos Vílchez Negrín
Lluna, Cuarteto de Tokio, Claret, Colom
SERENIDAD CREPUSCULAR
BRAHMS: Quinteto con
clarinete en si menor op. 115.
Trío para clarinete, violonchelo y
piano en la menor op. 114.
JOAN ENRIC LLUNA, clarinete.
CUARTETO DE TOKIO.
LLUÍS CLARET, violonchelo;
JOSEP COLOM, piano.
HARMONIA MUNDI HMI 987048. DDD.
63’51’’. Grabación: Gerona, VI y XII/2003.
Productores: Miquel Roger y Pere Casas.
Ingeniero: Miquel Roger. N PN
Al
igual que ocurriera con Mozart,
Brahms compuso su Quinteto con clarinete para un instrumentista determinado, Richard Mühlfeld. En nuestros días,
todos los grandes clarinetistas que practican la música de cámara han llevado
la obra al disco; a esa nómina debe
unirse Joan Enric Lluna que, junto al
Cuarteto de Tokio, ha firmado una lectura extraordinaria de la página. La grabación recoge los frutos de la experiencia de colaboración del solista y el grupo en marzo de 2001, en el seno del
ciclo madrileño Liceo de Cámara.
En el inicial Allegro, los intérpretes
crean seductoras sonoridades, especialmente en el registro grave, atractivas
texturas y un diálogo de timbres. El clarinete se integra de modo muy natural,
sin perder nitidez pero no adoptando
un papel concertante exagerado. Hay
una serena melancolía y el grado justo
de tensión, como se aprecia en el
ascenso al clímax. El inmediato Adagio
es más desesperanzado; dotado de un
comienzo delicadísimo, con el clarinete
en admirable contrapunto hasta que
toma la línea principal y canta con
dolorido acento. Este retrato subjetivo
de la derrota brahmsiana abunda en
grandes aciertos, como el soliloquio del
instrumento de madera sobre los trémolos de las cuerdas. El tono llega a hacerse incluso trágico; el cierre cuenta con
un ppp admirable. Elegante fraseo en el
Andantino, con un nervioso Presto non
assai, donde el clarinete interviene con
virtuosismo. La exposición del Finale
aporta una medida diferenciación de
los fraseos y las articulaciones. La conclusión va tornándose más nihilista,
hasta la maravillosa entrada del clarinete muy poco antes de la pesimista vuelta al silencio.
También es de gran categoría la
versión del Trío, que incluye una equilibrada mezcla tímbrica, sensacionales
intervenciones del chelo, un piano en
funciones vertebradoras y un clarinete
siempre expresivo y punzante.
Enrique Martínez Miura
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BRAHMS-CHARPENTIER
Sonatas para violonchelo y piano. YEGOR
DYACHKOV, violonchelo; JEAN SAULNIER, piano.
ANALEKTA FL 2 3167. DDD. 78’36’’. Grabación:
Domaine Forget (Saint-Irénée), XII/2002. Productor:
Mario Labbé. Ingeniero: Steven Bellamy.
Distribuidor: Diverdi. N PN
Nos hace llegar este disco una nueva
grabación de las Sonatas para violonchelo y piano op. 38 y op. 99 de Brahms,
añadiendo a su interés la transcripción
para ambos instrumentos, de la Sonata
para violín y piano en sol mayor op. 78.
La Sonata en mi menor op. 38 es la primera de las siete que nos han llegado
entre las que Brahms compuso combinando dos instrumentos. Ofrece la curiosidad de estar estructurada en tres Allegros, al haber suprimido el autor un
Adagio que escribió para la misma. Con
referencias a Bach, el juego del chelo y
el piano es evidentemente polifónico, y
queda una densa obra que se aligera en
el Allegretto quasi Menuetto. En lo que
respecta a la Sonata en fa mayor op. 99,
nace transcurridos más de veinte años
desde la anterior, y chocó un tanto
cuando salió a la luz por su juego, nada
habitual, sobre las tonalidades, trabajando con el fa dominante en modulaciones
que el mismo Brahms dijo apoyar en la
práctica de antecesores suyos.
La Sonata para violonchelo y piano
en re mayor op. 78 es, decía, una transcripción de la Sonata para violín y piano
en sol mayor op. 78. Su autor se desconoce aún en nuestros días, y fue sobrenombrada Regen-Sonate debido a la utilización del Regenlied del propio Brahms. A
mayor abundamiento, las notas de carpetilla contienen el poema de Klaus Groth
que el músico de Hamburgo musicó.
Dos artistas de distintos orígenes se
ensamblan —esa puede ser su cualidad
más destacable— en una labor seria, de
gran compenetración, y que capta las
cualidades estéticas del genio de Hamburgo, aunque su madura labor pueda
pecar ocasionalmente de más brumosidad que arrebato romántico. El disco no
arrebata nada a interpretaciones anteriores en disco (Rostropovich/Serkin, Du
Pré/Barenboim) e incluso la más moderna de Starck/Eschenbach. Pero tiene
calidad y añade la transcripción citada. Y
si se quiere escuchar algo al borde de lo
inefable, váyase, por ejemplo, al
comienzo de la Opus 38 o al Adagio de
la Opus 99.
J.A.G.G.
BRAHMS:
La bella Magelone. ROMAN TREKEL,
barítono; OLIVER POHL, piano;
BRUNO GANZ, narrador.
2 CD OEHMS OC 331. DDD. 93’49’’.
Grabación: Berlín, V y IX/2003. Productor: Dieter
Oehms. Ingeniero: Michael Glaser. Distribuidor:
Galileo MC. N PM
78
Este ciclo juvenil de Brahms se basa en
una serie de poemas de Ludwig Tieck,
uno de los primeros románticos alemanes. Cuentan una historia que Brahms
antologó para hacer sus canciones. Entre
medias, otros textos van rellenando la
secuencia. En esta versión se recuperan
todas las palabras de Tieck, repartidas
entre canto y recitación, de modo que la
historia se puede seguir en su integridad.
La lectura, nunca mejor dicho, es
doble y de pareja excelencia. Un narrador de lujo, el actor Bruno Ganz,
demuestra que, aparte de las películas en
las cuales lo hemos visto, es un experto
cultor de los clásicos de su lengua y un
intérprete de Shakespeare. Consciente de
que no está en la escena sino leyendo
versos, escande y marca las cadencias
con maestría, buen sonido e impecable
dicción.
Trekel es un bajo barítono de timbre
brillante, emisión impetuosa y expresividad marcada y sincera. Aparte del placer
sonoro que puede suscitar, su recitación
es convincente y variada, alternando las
partes líricas, más íntimas y meditativas,
con las narrativas y dramáticas, en el
conjunto variopinto que un muchacho
llamado Johannes Brahms fue capaz de
construir. Pohl, experto y sabio en este
repertorio, se pone a la altura de sus
compañeros.
B.M.
BRAHMS:
Concierto para piano nº 2 en si bemol
mayor. FRANÇOIS-FRÉDÉRIC GUY, piano.
ORQUESTA FILARMÓNICA DE LONDRES. Director:
PAAVO BERGLUND.
NAÏVE V7977. DDD. 46’48’’. Grabación: Londres,
IV/2003. Productor: Jean-Pierre Loisil. Ingeniero:
Mike Hatch. N PN
BRAHMS
BRAHMS:
El joven pianista francés se lanza, con
esta grabación, a la arena de las grandes
obras del repertorio. Y lo hace sin paracaídas. Con una lectura luminosa, muy
mediterránea. Pero al mismo tiempo
carente de una fuerza mantenedora del
discurso, que siempre aparece destemplado, sin la suficiente entereza arquitectónica que sustente la interpretación de
una obra de esta magnitud. Ante referencias como las de Richter/Leinsdorf
(RCA), Serkin/Szell (Sony), Gilels/Reiner
(RCA) o Pollini/Abbado (DG) esta lectura hace aguas por lo básico, por lo
obvio, si se quiere, pese a la naturalidad
del discurso y la pura deleitación sonora
de alguno de sus pasajes.
Pero la fragilidad estructural pasa factura en una obra como ésta, y al final
queda la sensación de falta de unidad en
el desarrollo y una amalgama de buenas
intenciones apoyado en una técnica resolutiva pero no cautivadora y en un soporte orquestal algo brusco a cargo de Berglund, que no parece entender la profundidad del lenguaje brahmsiano. Además,
dejan traslucir falta de entendimiento
entre director y solista. Mientras el galo
apuesta por lo apolíneo, el director contempla la obra de una forma más combativa, más racial. Habrá que esperar a
otras ocasiones para disfrutar del pianismo de un intérprete que apunta alto.
C.V.N.
BRANDL:
Quintetos para trío de cuerdas, fagot y
piano, op. 13 (63), op. 61 y op. 62.
CALAMUS ENSEMBLE.
MDG 603 1175-2. DDD. 68’53’’. Grabación:
Alemania, X/2002. Productores: Werner
Dabringhaus y Reimund Grimm. Ingenieros:
Holger Schlegel y Neil Pemberton. Distribuidor:
Antar. N PN
C asi
desconocido en nuestros días,
Johann Evangelist Brandl (1760-1837)
es otro de los contemporáneos de
Haydn y Mozart cuya música está siendo resucitada por la industria discográfica, en este caso con acierto y para
goce del escucha ajeno hasta ahora a
la obra del compositor alemán. Educado en el ámbito de la iglesia, pese a lo
cual no quiso ser cura, y siempre muy
relacionado con ella, Brandl escribió
sinfonías, misas, oratorios, óperas y
música de cámara (seis Cuartetos para
cuerda que dedicó a Haydn, siempre
presente en él como maestro indirecto). En este segundo volumen dedicado a los quintetos, MDG nos presenta
los que Brandl compuso para trío de
cuerdas, fagot y piano, los Opus 13
(que aparece también como Op. 63 en
otra copia), 61 y 62, obras escritas, respectivamente, en 1798 y 1800 los dos
primeros, y alrededores de 1800 el último. Estilísticamente, es música encuadrable en el estilo galante. Y en un
sentido más amplio, dentro del clasicismo propio del siglo XVIII. En realidad,
Brandl fue un seguidor entusiasta de
Haydn y de sus postulados, y sólo muy
al final de su vida pareció aceptar ciertos trazos románticos, que no aparecen
en los Quintetos que nos ocupan. Estamos ante una música festiva, de salón,
de calidad dentro de su género y desde luego grata para el oído que la descubra ahora. El Calamus Ensemble responde a la solvente tradición centroeuropea de practicar la música de cámara
a partir de una preparación ancestral.
Los miembros del conjunto, cuatro alemanes y un esloveno, sirven con altas
cotas de calidad al espíritu y a la letra
de las obras que tiene entre manos. El
piano tiene a su cargo el peso de la
parte concertante, los demás instrumentos combinan muy bien con él y el
fagot añade la nota inquietante y de
misterio propia de este instrumento.
Loable, además, la labor de recuperación, por cuanto los manuscritos originales desaparecieron, las copias no
están completas, algunos Opus no fueron anotados, y las dificultades y los
inconvenientes con que se han encontrado los estudiosos han estado continuamente presentes.
J.G.M.
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BRAHMS-CHARPENTIER
Stylus Phantasticus
VIGOR SOLAR
BUXTEHUDE: Ciaccona,
il mondo che gira.
STYLUS PHANTASTICUS.
ALPHA 047. DDD. 60’57’’. Grabación: Seewen
(Suiza), XI/2002. Ingeniero: Hugues Deschaux.
Distribuidor: Diverdi. N PN
Dietrich Buxtehude tiene para la mayo-
ría una imagen severa y austera: es
imposible dejar de asociar su nombre
con la amplitud majestuosa de sus grandes fugas para órgano, o con el claroscuro luterano de sus cantatas sacras. Pero
los tópicos siempre se apoyan en frágiles
certidumbres. Es suficiente escuchar el
Allegro final de la Sonata en la para violín, viola da gamba y continuo, o la cantata Herr, wenn ich nur dich hab’ para
preguntarse: ¿De verdad lo que estamos
oyendo es Buxtehude? Sí, y hay mucho
más. Stylus Phantasticus se ha empeñado en realizar un viaje heterodoxo por la
obra del compositor alemán y ha desen-
CARISSIMI:
Misa “L’homme armé”. Exurge cor
meum. O vulnera doloris. Extremum
Dei Judicium. I MADRIGALISTI AMBROSIANI.
Director: GIANLUCA CAPUANO.
STRADIVARIUS STR 33653. DDD. 55’06’’.
Grabación: Crema, XI/2002. Ingeniero: Michael
Seberich. Distribuidor: Diverdi. N PN
Este disco nos ofrece una buena mues-
tra de la música religiosa de uno de los
principales compositores de la Roma
contrarreformista, Giacomo Carissimi. Si
es cierto que la Misa “L’homme armé”,
la última de las múltiples que desde el
siglo XV se compusieron sobre esta
célebre canción borgoñona, es de atribución dudosa, bien podría ser obra del
compositor romano, por su mezcla de
estilo antiguo y moderno y su simbolismo retórico.
Es obra compleja, escrita para doce
voces (en tres coros) y bajo continuo,
que I Madrigalisti Ambrosiani interpretan con una voz por parte, consiguiendo un transparente desbrozamiento de
texturas y una notable intensidad de
contrastes.
Extremum Dei Judicium es uno de
los numerosísimos oratorios compuestos
por uno de los maestros del género, en
este caso sobre temática apocalíptica,
con sus obligadas trompetas y su mezcla de recitativos, ariosos y coros, que el
conjunto que dirige Gianluca Capuano
interpreta con encendida teatralidad. Se
completa el disco con dos motetes:
Exurge cor meum, para voz solista, dos
violines y continuo, que canta con ligereza el tenor Makoto Sakurada, y O vulnera doloris, para voz y continuo, interpretado por el bajo Salvo Vitale con
sobriedad ornamental e impecable
línea. Interesante.
P.J.V.
terrado todos aquellos ejemplos musicales que tienen que ver con la variación
sobre bajo ostinado: chacona y passacaglia. El resultado es sorprendente: en
piezas como la cantata Quemadmodum
desiderat cervus o la Sonata op. 2, nº3
para violín, viola da gamba y continuo,
la música baila con pasión y vigor, el
rigor va de la mano del entusiasmo y de
la celebración de los sentidos (colores,
arrebatos, humores).
Stylus Phantasticus sigue la evolución de estas partituras adhiriéndose al
perfil abrasador de los ritmos obsesivamente repetidos y constantemente
variados. A la valiosa plantilla instrumental —encabezada por músicos
como Pablo Valetti, Friedericke Heumann o Dirk Börner— se añaden aquí
las bien conocidas voces de María Cristina Kiehr o Víctor Torres. Como ocurrió en su anterior disco dedicado a
Erlebach, Stylus Phantasticus pone al
CERCÓS:
Piano-ballet. Fragment. Sonata.
Preludis ambulants. Preludi, recitatiu i
fuga. MIQUEL VILLALBA, piano.
ANACRUSI AC 040. DDD. 62’31’’. Grabación:
X/2003. Productor e ingeniero: Miquel Roger. N
PN
El sello Edicions Albert Moraleda publicó en 2001 un espléndido primer volumen de la integral de la música para
piano de Josep Cercós (referencia
0136) a cargo de uno de los pianistas
más destacados de nuestro país, Emili
Blasco. El contenido de aquel compacto nos prometía una muy interesante
integral excelentemente interpretada
por un pianista que accedió a los
manuscritos originales y que conoce
como pocos el legado de este insigne
compositor, no suficientemente valorado y artífice de un estilo muy personal
que, al decir de Blasco, no ha hallado
continuadores en creadores posteriores.
Por razones que se nos escapan, a ese
primer volumen no le ha seguido un
segundo, de momento; algo inexplicable habida cuenta de su calidad tanto
por el programa (que contiene, entre
otra obras, la magistral Sonata en si
menor, que también encontramos en el
que presentamos hoy). Y una de las
obras del presente compacto, Pianoballet (compuesta en 1985), fue estrenada, precisamente, por Blasco en 2002
en un concierto espléndido en El Vendrell al que asistió el que suscribe, concierto en el que, además, pudimos
escuchar una versión inolvidable de
una de las mejores obras de Cercós,
Preludi, recitatiu i fuga (de 1949), composición que denota la profunda
influencia de Reger, autor vinculado a
Cercós por razones biográficas y de afinidad artística (cabe recordar que un
discípulo de Reger, Cristòfor Taltabull,
descubierto la cara italiana del barroco
alemán y la carga de una urgencia
mediterránea. Una dinámica de efectos
complementarios que una vez más produce resultados espléndidos.
Stefano Russomanno
fue maestro de Cercós). El compacto de
Villalba que edita ahora Anacrusi viene a
enriquecer la escasa discografía con
obras de Cercós y como importante contribución a ello merece celebrarse. El
programa es suficientemente representativo de la evolución del lenguaje de Cercós, desde sus vinculaciones con el postromanticismo hasta su heterogéneo y
personal estilo del final de su actividad
creadora, percibiéndose en las obras
intermedias diversas influencias (Bartók,
Hindemith, Stravinski). Las versiones de
Villalba son plenamente convincentes,
pero no se queden sólo con este compacto, acudan también al de Blasco
mencionado antes.
J.P.
CHARPENTIER:
Salve Regina a tres coros. Misa a cuatro
coros. Salut de la veille des “O”. La
negación de san Pedro. EX CATHEDRA.
Director: JEFFREY SKIDMORE.
HYPERION CDA 67435. DDD. 73’12’’.
Grabación: Londres, I-II/2003. Productor: Mark
Brown. Ingeniero: Julian Millard. Distribuidor:
Harmonia Mundi. N PN
Skidmore realiza una interesante incursión en la música religiosa de Charpentier. Las dos primeras obras representan
importantes aportaciones al estilo policoral; en el Salve regina, la versión maneja
con eficacia las masas y las sensaciones
espaciales; notables los solos vocales en
la frase “ad te suspiramus”. El trabajo de
Ex Cathedra de conjunción de voces e
instrumentos en la Misa es muy sobresaliente, aunque las dos interpolaciones de
canto llano parecen caer un tanto por su
inferior fluidez. Contundente el alegre y
algo atípico Agnus Dei. Skidmore explota
a conciencia la variedad de plantillas de
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CHAIKOVSKI-FASCH
Gennadi Rozhdestvenski
ELOCUENCIA
CHAIKOVSKI: Oprichnik. VASILI
SAVENKO, ELENA LASOSKAIA, DIMIRI ULIANOV,
IRINA DOLJENKO, VSVELOD GRIVNOV,
ALEXANDRA DURSENEVA. CORO Y ORQUESTA
DEL TEATRO LÍRICO DE CAGLIARI. Director:
GENNADI ROZHDESTVENSKI.
3 CD DYNAMIC CDS 430/1-3. DDD. 191’07’’.
Grabación: Cagliari, I/2003 (en vivo). Productor:
Danilo Prefumo. Ingenieros: Angelo Caselli,
Paolo Piga y Antonio Ferraro. Distribuidor:
Diverdi. N PN
Es ésta la primera ópera de Chaikovski
que ha llegado íntegramente hasta
nosotros y pasa por vez primera al disco. Las dos anteriores, Voivoda y Undina, fueron destruidas por su autor,
bien que se hayan podido conocer parcialmente o mediante reconstrucción —
la primera— a partir de los materiales
del estreno. Oprichnik, con libreto del
compositor, es una gran ópera épica,
un colorista y vibrante fresco histórico
en la tradición que veía a Iván el Terrible como un monstruo demoníaco. En
el centro de las masas —manejadas por
cierto con maestría—, a la manera de la
gran ópera francesa, la historia de amor
de Natalia y Andrei le permite al compositor dar adecuado cauce a su vena
las antífonas de la “O”, dichas con claridad y sentido retórico. La óptica dramática se impone en La negación de san
Pedro; aquí la labor de los solistas vocales es sobresaliente. Estupendo disco, en
suma, para conmemorar el tricentenario
de la muerte del compositor.
E.M.M.
COUPERIN:
lírica. No es seguramente Oprichnik
una obra maestra, contiene todavía
algunos desequilibrios e incoherencias,
pero sí que se trata de una ópera solventemente construida, con pasajes de
intensidad límite. La proximidad de
Chaikovski al mundo de los Cinco
nacionalistas es más que notable, por el
uso de cantos populares y danzas,
como las del acto cuarto.
La interpretación recogida en los
discos corresponde a la reposición
moderna que la obra esperaba. La toma
en directo incluye ruidos y aplausos,
incluso sobre la música misma, pero
esto no deja de ser un mal menor. Con
la convencida dirección de Rozhdestvenski, la obra se mantiene elocuentemente en pie. Coro y Orquesta del Teatro Lírico de Cagliari rinden al máximo,
aunque varios pequeños defectos sean
perceptibles; por ejemplo, en la cuerda.
No obstante, la batuta le descubre un
hilo colorista, nervioso y dramático a la
ópera. El virtuosismo de las masas es
alcanzado, por ejemplo, en el primer
coro del pueblo del acto tercero, pero
lo más definitorio de la lectura probablemente sea la continuidad del melodismo chaikovskiano; un lirismo, por lo
en el francés original, empezando por
“Corelli al pie del Parnaso ruega a las
Musas ser recibido entre ellas”. El tratamiento interpretativo se distingue por la
delicada acentuación de los matices identificativos de los dos estilos sucesivamente parodiados, hasta que al final de la
Apoteosis de Lully primero se ensaya y
luego se aprueba la colaboración pacífica
entre ambos sobre la cima del Parnaso y
bajo el paternal auspicio de Apolo. Bien
estuvo lo que tan bien acabó.
Apoteosis de Corelli. Apoteosis de Lully.
La Sultana. La Steinkerque. LONDON
BAROQUE.
BIS-CD-1275. DDD. 65’40’’. Grabación: East
Woodhay, I/2001. Productora e ingeniera: Marion
Schwebel. Distribuidor: Diverdi. N PN
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P ocas veces se habrá aplicado más
merecidamente a un músico el calificativo de “grande” que a François Couperin.
Situado en el ojo del huracán desencadenado por el encuentro de dos corrientes
musicales tan diferentes como la francesa
y la italiana en la primera mitad del siglo
XVIII, llevó a cabo una síntesis de fecundidad tanto más provechosa cuanto que
supo conservar lo mejor de ambas concepciones y potenciar una con otra. En
este disco se presentan dos de las muestras más explícitas de la plena consciencia con que se abordó esa justamente llamada reunión de gustos. Cada uno de los
fragmentos de las respectivas apoteosis
de Corelli y Lully, los campeones de cada
uno de los bandos primero enfrentados y
luego felizmente reconciliados va precedido de la lectura de su título explicativo
A.B.M.
demás, no ajeno al de la obertura fantasía Romeo y Julieta. El reparto es extraordinariamente sólido y responde con
eficacia a las demandas de una nueva
vocalidad —inclinada hacia lo dramático— expresadas por el autor en esta
ópera. Muy notables las voces más graves, pero no menos sensacional el trabajo de la ardiente y juvenil pareja protagonista, Lasoskaia y Grivnov. Imprescindible grabación, en suma, si se
desea conocer la evolución del teatro
musical de Chaikovski.
Enrique Martínez Miura
Allegro con fuoco final, sin que los otros
dos movimientos, los impares, carezcan
de lógica y peso realmente sinfónicos,
aunque se presentan como una preparación de ambas culminaciones. El Vltava
del Dúo de Praga es un broche interesante e intenso, aunque relativamente menor
en un recital en el que la Sinfonía “Del
Nuevo Mundo” se despliega en una interpretación en la que no se echa especialmente de menos el original sinfónico,
todo ello en virtud de una intensidad y
una musicalidad desbordante a cargo de
dos espléndidos pianistas, los checos
Zdenka y Martin Hrsel. Excelente.
DVORÁK:
Sinfonía nº 9 “Del Nuevo Mundo”.
SMETANA: Vltava. DÚO DE PIANO DE PRAGA.
S.M.B.
PRAGA PRD/DSD 250 189. DDD. 53’35’’.
Grabación: Praga, VI/2003. Productor: Jaroslav
Rybár. Ingenieros: Václav Roubal, Karel Soukeník.
Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN
EÖTVÖS:
El aliento sinfónico suele aparecer muy
matizado, muy debilitado, en las lecturas
de reducciones pianísticas de las grandes
obras para orquesta. Sin embargo, aquí
estamos tanto ante una escritura de
auténtico alcance sinfónico como ante
interpretaciones de gran altura que conservan y acrecientan ese impulso. Se trata
de una versión compuesta por el propio
autor, y de una lectura de un dúo pianístico que ya ha dado pruebas de cómo
convertir en sonidos orquestales lo que
es sólo reducción para dos intérpretes al
teclado. Los puntos culminantes son tal
vez el contenido Largo y el resolutivo
BMC CD 097. DDD. 54’13’’. Grabación: Colonia,
IX-X/2002. Productor: Harry Vogt. Ingenieros:
Walburga Dahmen, Mark Hohn, Reiner Kühl,
Thomas Sehringer. Distribuidor: Diverdi. N PN
Snatches. MARKUS STOCKHAUSEN, trompeta;
LASZLO GOZ, trombón. MUSIKFABRIK. ORQUESTA
SINFÓNICA DE LA BBC. ORQUESTA DE JAZZ DE
BUDAPEST. Director: PETER EÖTVÖS.
P eter Eötvös nunca ha escondido su
amor por el jazz. La frase que acompaña
este disco no podría ser más clara: “Las
tres piezas son un ‘mensaje en botella’
desde mi mundo a todos aquellos que
aman el jazz”. Snatches of a conversation
(2001), para trompeta, speaker y conjunto; el concierto para trompeta Jet Stream
(2002) y Paris-Dakar (2000), para trombón y big band, aprovechan de diversa
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CHAIKOVSKI-FASCH
David Lloyd-Jones
EN SU PUNTO
DELIUS: Marcha Capricho.
Tres pequeños poemas
sinfónicos. Rapsodia americana.
El camino al jardín del Paraíso.
Dos piezas para pequeña orquesta.
Una canción después del amanecer.
Danza fantástica. REAL ORQUESTA
NACIONAL DE ESCOCIA.
Director: DAVID LLOYD-JONES.
NAXOS 8.557143. DDD. 63’38’’. Grabación:
Glasgow, VIII/2002. Productor e ingeniero: Tim
Handley. Distribuidor: Ferysa. N PE
Hasta en ciertos círculos de la crítica
inglesa se considera a Delius un compositor más bien aburrido, pero la
mayoría de aquella opta por otorgarle
una importancia que, a pesar de ello,
no acaba de traspasar el Canal de la
Mancha. Quizá el punto de la cuestión
esté en colocar su música en el punto
justo, ni tan deudora de Debussy como
se ha dicho muchas veces ni tan inequívocamente británica como se ha repetido otras tantas. Delius fue un cosmopolita, trabajó en Estados Unidos, estudió
en Alemania, fue amigo de Grieg y
vivió y murió en Francia, lo que parece
suficiente para demostrar su universalidad. Pero, por encima de todo, Delius
fue un dominador de la impresión, del
forma atmósferas y elementos del jazz.
Nada que objetar: Eötvös escribe muy
bien, domina con inteligencia los recursos instrumentales, aunque uno tiene la
impresión de estar presenciando un ejercicio estilístico sutil y habilidoso, en donde falta precisamente lo que es el motor
vital del jazz: la improvisación. Casi para
compensar esta ausencia, el disco finaliza con dos entrañables improvisaciones
sobre temas de la ópera El balcón de
Eötvös, a cargo de Béla Szakcsi (piano) y
Gábor Gadó (guitarra eléctrica).
S.R.
EÖTVÖS:
IMA. Cosmos. Correspondence.
WDR RUNDFUNKCHOR KÖLN. WDR
SINFONIEORCHESTER KÖLN. ANDREAS GRAU
Y GÖTZ SCHUMACHER, pianos.
CUARTETO PELLEGRINI.
BMC CD 085. DDD. 59’21’’. Grabación: Colonia,
IX-X/2002. Productores: Harry Vogt. Ingenieros:
Walburga Dahmen, Mark Hohn, Reiner Kühl,
Thomas Sehringer. Distribuidor: Diverdi. N PN
Pasito a pasito, Eötvös está a punto de
tener grabada en disco la totalidad de su
obra. Las dos primeras piezas de este
compacto tienen en común cierto talante
cósmico. IMA (2001-2), para coro y
orquesta, supone la continuación de
Atlantis, también publicada con anterioridad por el sello BMC. En ella volvemos a
escuchar al mejor Eötvös, autor aquí de
un amplio fresco de carácter casi meditativo. Cosmos (1961/99), para dos pianos,
paisaje, de la evocación y, a la vez, de
su trasposición orquestal, un virtuoso
del color y un excelente constructor de
pequeñas formas. Quizá desde Beecham y Barbirolli ha sido difícil hallar
quién tradujera con el suficiente convencimiento su universo y ello ha pesado a la hora de su valoración. Esta vez,
y dentro de la excelente serie que
Naxos dedica a la música británica,
todo contribuye al triunfo de Delius. La
inteligente selección de obras, que
recoge desde lo muy conocido, como
las Dos piezas para pequeña orquesta
—Escuchando el primer cuco en primavera y Noche de verano en el río— o El
camino al jardín del Paraíso de la ópera Romeo y Julieta de aldea, a lo menos
trillado, como sería el caso del resto del
programa. A ello hay que sumar la estupenda dirección de David Lloyd-Jones,
que huye de cualquier languidez, que
aleja a Delius de la tentación de acercarlo a una especie de sesteo musical
para poner de manifiesto sus cualidades
como creador con vivacidad —muy
interesante su lectura mucho más vigorosa de lo habitual de las Dos piezas
para pequeña orquesta— y muy buen
gusto. Especialmente conseguido resulta El camino al jardín del Paraíso, con
está inspirado por la hazaña de Gagarin y
se propone reflejar en sus compases episodios del desarrollo del Universo, con
un lenguaje deudor de Bartók y Messiaen. Correspondence (1992-93), para cuarteto de cuerda, tiene como punto de partida un pasaje de la correspondencia
entre Mozart y su padre. La música ofrece
una dramaturgia abstracta, al intentar traducir a la música de manera literal la
sucesión de las palabras y los pensamientos expresados en las cartas por los dos
interlocutores. Un experimento interesante (que recuerda la Obertura fonética de
Ramón Barce), aunque demasiado cerebral para sustentar sus más de quince
minutos de duración.
S.R.
FASCH:
Overture FWV L: G16. Cuartetos FWV
L: C2, c2, A3, d1 y Es1. SERGIO AZZOLINI,
fagot; HANS-PETER WESTERMANN Y ALESSANDRO
PIQUÉ, oboe. LA STRAVAGANZA KÖLN.
Directora: VERONIKA SKUPLIK.
CPO 777 015-2. DDD. 71’30’’. Grabación:
Honrath, VIII/2002. Ingeniero: Holger Urbach.
Distribuidor: Diverdi. N PN
Johann Friedrich Fasch (1688-1758) es
recordado como candidato a cubrir la
plaza de Cantor de Santo Tomás de Leipzig, cargo para el que, finalmente, sería
designado Bach. Fasch fue descartado, ya
que acababa de ser nombrado maestro
de capilla de la corte de Anhalt-Zerbst,
donde pasó la mayor parte de su carrera,
todo el lirismo y el dramatismo contenido de la acción teatral. La Real Orquesta Nacional de Escocia le sigue con
extremo cuidado y el resultado es extraordinario. De esta forma, la presente
versión se coloca a la cabeza de la discografía junto a los citados Beecham
(Dutton) y Barbirolli (EMI) y por encima de versiones más actuales como las
de Elder (Hallé) o Andrew Davis (Teldec). Un disco perfecto para quien
quiera escuchar al verdadero Delius.
Claire Vaquero
y además “por no hallarse en condiciones
de enseñar”. No era su primer contacto
con Leipzig; allí, había sido alumno de
Kuhnau precisamente en la escuela de
Santo Tomás, estudió derecho en su Universidad y fundó en 1708 un Collegium
musicum a imitación del que había creado Telemann en la ciudad años antes.
Actualmente se exhuman algunas de sus
composiciones con cuentagotas pues, de
hecho, ningún editor hasta la fecha ha
contemplado publicar la integral de su
obra, y por tanto el acceso a la misma no
resulta fácil. Los conciertos seleccionados
en este CD son de estructura tradicional
italoalemana, con gran protagonismo del
fagot concertado en la mayoría de ellos.
Independientemente de un cierto toque
personal, se advierten no pocos rasgos de
época en el muy veneciano Adagio del
Concierto en la mayor o en la robustez
bachiana del Concierto en re menor en el
que aparecen concomitancias, incluso
temáticas, con el Concierto BWV 1060
(Allegro inicial). En cuanto a la Overture
en sol mayor que completa el CD, sigue
igualmente moldes conocidos, en la línea
de Telemann. Son páginas que se siguen
con interés gracias al buen hacer de La
Stravaganza Köln que se expresa con elocuencia natural y una cohesión encomiable, a falta de mayor imaginación ornamental. El diálogo lúdico entre solistas y
conjunto se despliega con facilidad y soltura y, en síntesis, este volumen constituye un aporte muy estimable al conocimiento de un autor bastante olvidado.
D.C.C.
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FOGGIA-HAENDEL
FOGGIA:
Psalmodia vespertina. CAPELLANTIQUA.
Director: BERNHARD PFAMMATTER.
DIVOX Antiqua CDX 70207. DDD. 68’03’’.
Grabación: Berna, 1/3-II-2002 (en vivo). Productor:
Wolfram M. Burgert. Distribuidor: Gaudisc. N PN
El romano Francesco Foggia (1604-1688),
digno contemporáneo de Cavalli y Carissimi, realizó una breve carrera internacional que le llevó a las cortes de Munich y,
quizá, Viena. A principios de los años 30
regresó a Italia, sirviendo como maestro
di cappella en varias iglesias, especialmente en Roma. Precisamente mientras
trabajaba en la basílica de san Lorenzo in
Damaso de esta ciudad, se publicó en
1667 Psalmodia vespertina. Este disco
incluye de esta importante colección cinco Salmos, Magnificat y Salve Regina; se
completa con dos motetes del mismo
Foggia, un versículo de Tomás Luís de
Victoria, un himno de Domenico Massenzio más las antífonas gregorianas para las
Vísperas de la fiesta de un papa canonizado. Bernhard Pfammatter revela ser un
buen conocedor de esta música, en la
que Foggia se muestra sensible a las nuevas corrientes estéticas. El planteamiento
es sobrio y a la vez brillante, con continuos cambios de luz y juegos espejeantes de acentuada movilidad, sin que la
continuidad quede nunca comprometida.
Al mismo tiempo, extrae de voces e instrumentos los más variados efectos y una
indudable calidad general, a pesar de la
toma en directo. De especial relieve es la
atención que se presta a las leyes de una
retórica ya plenamente barroca. En el
Magnificat son muchos los ejemplos: la
agitación de Dispersit superbos, los melismas de Deposuit, el repentino silencio
tras Dimisit inanes, el cromatismo de
Recordatus misericordiæ suæ. Y en el
mismo sentido cabe citar el pasaje Ad te
clamamos del Salve Regina, donde la
expresividad alcanza uno de los puntos
culminantes de este CD, valioso tanto
por su contenido musical como por su
interpretación.
D.C.C.
A. Y J. B. FORQUERAY:
Suites para clave nº 2 en sol mayor, nº 4
en sol menor. La Laborde (Allemande,
de la Suite nº 1 en re menor).
La Morangis ou la Plissay (de la Suite
nº 3 en re menor). La Rameau,
La Guignon, La Léon (de la Suite nº 5
en do menor). LUC BEAUSÉJOUR, clave
(Yvew Beaupré, 1995, sobre modelos de
Hemsch y Blanchet).
NAXOS 8.553717. DDD. 76’06’’. Grabación:
Québec, VI/1996. Productor e ingeniero: Johanne
Goyette. Distribuidor: Ferysa. N PE
Beauséjour completa su andadura por la
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música para clave de Forqueray en este
segundo volumen, que ya tiene ¡8 años!
desde que se grabó. Lectura correcta,
pero se echa en falta algo de vivacidad y
brío, de esa crudeza tan propia del francés, que aparece en momentos como La
Leclair o los pasajes más virtuosistas de
La Mandolina. La interpretación de
Beauséjour es elegante, bien construida y
correctamente ejecutada, pero en
muchos momentos su fraseo resulta un
tanto lineal y plomizo. Hay piezas donde
el dibujo, muy repetitivo —Le Carillon de
Passy, La Latour— demanda del intérprete una imaginación en el fraseo, en la
ornamentación, en el colorido que no
sólo está en la variación de registros, sino
en la inflexión del ritmo. Riqueza donde
uno echa de menos a Leonhardt (Sony) o
Rousset (Decca), que además emplean
instrumentos soberbios (sobre todo el
francés, que emplea el Hemsch de la Cité
de la Musique). En resumen, versiones
correctas pero grises, que sin embargo
pueden servir de introducción a esta
música hermosísima a precio de orillo.
R.O.B.
FRANCK:
Obras para órgano. SUSAN LANDALE, órgano.
2 CD CALLIOPE CAL 9941.2. DDD. 156’.
Grabación: 2002. Productor: Philippe Bardon.
Ingeniero: Igor Kirkwood. Distribuidor: Harmonia
Mundi. N PN
L a obra para órgano de César Franck
supone una de las claves en el desarrollo del instrumento en el siglo XIX en
paralelo a Brahms, aunque tomaran, en
muchos sentidos, caminos diferentes
hasta llegar a Widor y Reger, Duruflé y,
con la evolución en el tiempo, a Messiaen. Su corpus ha sido analizado repetidamente y su importancia estética está
fuera de toda duda.
En lo que a este lanzamiento se refiere, no se trata de una integral de la música organística del belga. Se trata más bien
de lo más conocido e, incluso, de lo de
más calidad. No ha incluido el Andantino
op. 25, ni las Tres Antífonas, ni las Seis
Piezas op. 28-33, ni las Tres Piezas op. 3537, ni L’Organiste op. 41, que hubieran
aportado un atractivo adicional dada la
escasez de versiones discográficas existentes. El trabajo de Susan Landale frente
a tres instrumentos diferentes (Iglesia de
Saint-Étienne en Caen, San Sulpicio en
París y la Basílica del Santa María del
Coro en San Sebastián) se puede calificar
de estructuralista. Incide en los aspectos
constructivos de las partituras (uno de los
puntos fuertes del autor) hasta el punto
de sacrificar cierta dosis de fantasía en
pos de un acusado sentido de la literalidad. Esta aproximación puramente germánica encaja muy bien con el estilo del
autor, aunque echemos de menos una
mayor luminosidad.
C.V.N.
HAENDEL:
Música para clave. LAURA ALVINI, clave.
FRAME CD FR9934-2. DDD. 60’16’’. Grabación:
Florencia, I/2000. Productor: Paolo Paolini. Ingeniero:
Marzio Benelli. Distribuidor: LR Music. N PN
Recital haendeliano de la veterana Laura
Alvini, lastrado por el uso de un instrumento de reducido espectro, con tendencia al sonido metálico y estridente.
Se incluyen las Suites nºs 7 y 8 del
segundo volumen de piezas para clave
(1720), un aria con variaciones, un capricho y una chacona sueltas más dos célebres fragmentos de su ópera Rinaldo (la
obertura y el aria Lascia ch’io pianga) en
adaptaciones para el clave de su contemporáneo William Babell.
Las interpretaciones son cuidadosas,
delicadas y, cuando uno se acostumbra
al sonido del instrumento, disfrutables.
Alvini contrasta con eficacia los tiempos
de danza de las suites, consiguiendo
recreaciones de gran expresividad tanto
de las dos alemandas como de la Zarabanda de la nº7. Ágiles y brillantes suenan gigas y correntas y algo atropelladas
las variaciones del Aria en si bemol
mayor, aunque la tendencia general es
al uso de tempi moderados y a un preciso control rítmico que, en ocasiones (la
gran Chacona en sol Mayor HWV 435),
hace que la música suene con rigidez
excesiva.
P.J.V.
HAENDEL:
Música de cámara. L’ÉCOLE D’ORPHÉE.
6 CD BRILLIANT 92192. DDD. 395’16’’.
Grabación: 1991. Productores: Simon Lawman y
Bob Auger. Distribuidor: Cat Music. R PE
Separado de una colección haendeliana
más amplia, esta recopilación de la música de cámara del compositor sajón supone una interesante y asequible edición,
que viene a aclarar el siempre intrincado
mundo de esta parte de su producción,
aquejado de problemas de autenticidad o
seguridad acerca del instrumental óptimo
para su interpretación. No es el menor de
los valores de los discos el contener, por
ejemplo, todas las Sonatas para flauta
conocidas, que además Stephen Preston
interpreta con elegancia, corrección y
sólida técnica. En las Sonatas para violín,
John Holloway presenta una sonoridad
tal vez un punto acerada, pero su tañido
es fluido y estilista, al igual que el de
David Reichenberg en las Sonatas para
oboe. Un bloque sustancial de la publicación está consagrado a las Sonatas en
trío, las Op. 2, las Op. 5, y las de dos violines sin numeración de opus. Estas obras
merecen las que son probablemente las
mejores traducciones del álbum, con
magníficas aportaciones de los violinistas
John Holloway y Micaela Comberti, Stephen Preston a la travesera y Philip Pickett
a la flauta de pico. Este último se enfrenta a las Sonatas para flauta de pico y lo
hace con solvencia; la sensación final de
monotonía que se impone debe achacarse más bien a la propia naturaleza del
instrumento. Interesante reedición, en
suma, aunque las notas del cuadernillo
sean más bien pobres y genéricas.
E.M.M.
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FOGGIA-HAENDEL
Sonnerie
LA IDEA INFINITA
HAENDEL: Sonatas en trío op. 2.
SONNERIE.
AVIE AV0033. DDD. 65’55’’. Grabación:
Londres, X/2002. Productor e ingeniero: François
Eckert. Distribuidor: Gaudisc. N PN
Resulta escandaloso que escaseen las
grabaciones íntegras actualmente disponibles de las seis Sonatas op. 2 de
Haendel, probablemente una de las
cumbres máximas del género sonata en
trío. La edición príncipe de Walsh
(1730) dejaba abiertas prácticamente
todas las posibilidades para los instrumentos melódicos, aunque la escritura
hace recomendable la solución adoptada en este disco: pareja de violines salvo en la primera sonata, donde uno de
esos atriles se cede a una flauta. La
estructura se atiene al modelo sonata
da chiesa (lento-rápido-lento-rápido)
en un último, insuperable desarrollo de
la tradición establecida por Corelli, con
cuya obra Haendel debía de estar pro-
fundamente familiarizado. La sensación
de “ya oído” no es rara: muchos motivos son utilizados una y otra vez en
múltiples contextos diferentes y aun
aquí se repiten diseños al menos similares. En cualquier caso, lo realmente
admirable es el diríase que infinito
número de modos en que Haendel era
capaz de tratar una idea.
Las interpretaciones son de extremada elocuencia porque no hay un
solo pasaje en que no se acierte a dar
con el tempo y el moldeado del fraseo
que mejor respondan al matiz emocional que lo escrito demanda. Las dos violinistas, Monica Huggett y Emilia Benjamin (y también el flautista sustituto de
ésta en la Sonata nº 1, Wilbert Hazelzet), se tratan como amigos íntimos de
toda la vida, es decir, conocedores cada
uno en el otro de los puntos débiles
para disculparlos y de los fuertes para
potenciarlos. A que la vitalidad del diálogo no decaiga contribuye en buena
medida la constante inyección de imaginación que formando el bajo continuo
derrochan Joseph Crouch al violonchelo
y Matthew Halls a los teclados (órgano
en las Sonatas nºs 2 y 6, clave en el resto). Calurosamente recomendado.
Alfredo Brotons Muñoz
Alfredo Bernardini
MAREMOTO
HAENDEL: Música acuática.
TELEMANN: Música acuática.
ZEFIRO. Director: ALFREDO BERNARDINI.
AMBROISIE AMB 9946. DDD. 75’29’’.
Grabación: Londres, VI/2003. Ingeniero: Simon
Fox-Gál. Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN
D os de las obras más populares del
barroco orquestal se reúnen en este disco grabado de forma asombrosa en
junio pasado durante un concierto en
Londres. Digo asombroso porque la
perfección en la ejecución resulta casi
milagrosa, lo cual nos hace suponer
que es muy probable que se hicieran
algunas tomas adicionales a las registradas en vivo. A estas alturas y en obras
tan grabadas es muy difícil sorprender,
pero Zefiro lo consigue gracias a unas
interpretaciones que igualan en agilidad, colorido, contrastes, equilibrio,
vitalidad y profundidad a las mejores
(pienso, por ejemplo, en Gardiner y
Savall para Haendel, y en Goebel y
Dombrecht para Telemann), pero las
superan, a mi modo de ver, en la carnosidad, la brillantez, la suntuosidad y la
precisión que muestran los instrumentos de viento. En mi opinión, nunca
antes se había conseguido conciliar esa
extraordinaria presencia de oboes, flautas, fagotes, trompas y trompetas que se
detecta aquí con un sonido de tanta
potencia y tanta brillantez sonoras y a
la vez con esa sutileza en el color y esa
delicadeza en el fraseo, apreciables por
ejemplo en el Aria de la Suite en fa de
la obra haendeliana o en la Sarabande
telemanniana. Soberbia la concepción
rítmica de la obertura de Telemann, en
la que la transparencia de las texturas
resulta también sobresaliente. Tempi en
general rápidos, pero equilibrados.
Algunos juegos con la agógica (Harlequinade de Telemann, con una sorprendente guitarra en el continuo, de
forma especialmente obvia) no resultan
en absoluto amanerados, sino que sirven para transmitir una refrescante sensación de flexibilidad y naturalidad, a la
par que contribuyen a potenciar el sentido expresivo de una música que se
nos presenta desbordante de imaginación, brío y vitalidad. A su paso por las
aguas, Zefiro ha sido capaz de provocar
un auténtico maremoto.
Pablo J. Vayón
www.scherzo.es
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Paul McCreesh
GRANDES SECUNDARIOS
HAENDEL: Saúl, oratorio HWV
53. NEAL DAVIES, barítono (Saúl);
ANDREAS SCHOLL, contratenor (David); MARK
PADMORE, tenor (Jonathan); SUSAN GRITTON,
soprano (Merab); NANCY ARGENTA, soprano
(Michal); PAUL AGNEW, tenor (Sumo
Sacerdote); JONATHAN LEMALU, bajo
(Fantasma de Samuel). GABRIELLI CONSORT &
PLAYERS. Director: PAUL MCCREESH.
3 CD ARCHIV 474 510-2. DDD. 77’47’’, 46’23’’
y 41’34’’. Grabación: Londres, X/2002. Productor:
Christopher Alder. Ingeniero: Andrew Halifax.
Distribuidor: Universal. N PN
Q ue Paul McCreesh se desenvuelve
mejor, mucho mejor, en Haendel que
en Bach es algo, creo, ya bien conocido
a estas alturas. Tras Teodora, Salomon y
El Mesías, su cuarta incursión discográfica en los grandes oratorios del músico
de Halle se centra en Saúl, otra de sus
grandes páginas dramáticas, obra de
enorme belleza en muchísimos de sus
números, que se ha convertido en una
de las favoritas de los aficionados e
intérpretes. McCreesh la afronta con su
habitual sentido del colorido y buena
fluidez y riqueza de contrastes en el discurso dramático. Pero el mayor interés
reside esta vez en un elenco sobresaliente, en el que paradójicamente la
estrella no es el protagonista, sino las
superlativas contribuciones de otros,
con Andreas Scholl y Mark Padmore a la
cabeza. El contratenor se luce, musical y
vocalmente, en todas sus intervenciones. Escúchense tan sólo Your words, O
King o el dueto con Michal poco después, ambos en el acto II. El tenor luce
también su hermosa voz y su exquisito
gusto cantando, como tantas veces. No
es que el resto sea despreciable en
absoluto. Gritton (escúchese su estupendo Author of Peace) y Argenta están
sobresalientes, y lo mismo puede decirse de Agnew. Neal Davies compone un
protagonista convincente en lo dramático, aunque sólo suficiente en lo vocal
(McIntyre, con Mackerras, tiene más
presencia, y algo similar ocurre con
Miles para Gardiner y el siempre magnético Fischer-Dieskau en su grabación
con Harnoncourt, notablemente cortada
respecto a la que ahora se comenta).
Orquesta y coro merecen, como viene
siendo costumbre en ambos, los mayores elogios, con mención especial para
los espléndidos solos de órgano a cargo
de Timothy Roberts (que merece similar
calificación por su labor de continuo
desde el clave), ejecutados en un instrumento bellísimo debido a Timothy Russell (1829), hoy instalado en la Iglesia
Unitaria de Wareham. McCreesh, como
dije con anterioridad, vuelve a ofrecer
un Haendel intenso, rico en contrastes y
atmósferas, fluido y natural, lejos de las
veleidades de “esqueleto camerístico
ligero” en las que se empeña en Bach,
con desalentadores resultados. Aquí
dirige con sensibilidad, creyéndose bien
lo que hace (escúchese la brillante Sinfonía tras el mencionado aria de Gritton, o el impulsivo recitativo subsiguien-
HAYDN:
Sonata para piano en do mayor Hob.
XVI:50. Sonata para piano en mi bemol
mayor Hob. XVI:52.
BEETHOVEN: Concierto para piano y
orquesta nº 2 en si bemol mayor op. 19.
DEJAN LAZIC, piano. ORQUESTA PHILHARMONIA
CLÁSICA DE BONN. Director: HERIBERT BEISSEL.
CHANNEL CCS SA 19703. DDD. 67’27’’.
Grabaciones: Stuttgart, III/2002; Eindhoven,
VI/2002. Productores: C. Jared Sacks y Pieter
Wispelwey. Ingeniero: C. Jared Sacks. Distribuidor:
Harmonia Mundi. N PN
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D ejan Lazic nació en Zagreb en 1977
pero se ha formado en Salzburgo como
pianista, clarinetista y compositor, tres
campos en los que se produce en público desde 1987. Suceda lo que suceda en
los otros, si en el primero de los citados
sigue cumpliendo promesas como hace
en este disco, es muy posible que nos
encontremos ante el nacimiento de un
divo del piano. El programa es extraño y
su ejecución, con las dos sonatas grabadas en estudio y el concierto en vivo,
también. En lo que a Lazic se refiere, las
tres versiones son sin embargo de primer nivel. En las dos sonatas extremas
de la última trilogía de Haydn en el
género está sencillamente impecable,
consistente en los Allegros y muy imagi-
te de Saúl). Y cuando uno cree firmemente lo que hace, es mucho más probable que capte la atención del oyente.
La toma de sonido es magnífica, y el
resumen, bien sencillo: esta versión de
McCreesh es la interpretación más recomendable en estos momentos, probablemente la más redonda de las disponibles. La de Harnoncourt (Teldec), pese
a sus grandes virtudes, elimina demasiada música, la de Gardiner (Philips),
sobresaliente en cuanto a dirección y
con el valor añadido de su formidable
coro y orquesta, tiene un protagonista
mejor (Miles), pero Ragin y Ainsley,
sobre todo el primero, son inferiores a
Scholl y Padmore. Otras, como Neumann o Mackerras, simplemente no
alcanzan el nivel de la presente o han
envejecido con dificultad.
Rafael Ortega Basagoiti
HAYDN:
Cuartetos op. 64, nº 5 “La alondra”; op.
76, nº 2 “Las quintas” y op. 77, nº 1
“Lobkowitz”. CUARTETO DE JERUSALÉN.
nativo en los Adagios, especialmente en
el de la nº 50, donde con extraordinario
despliegue de fantasía mantiene la
expresión cantabile en un discurso
mayoritariamente recitativo. El Segundo
de Beethoven suena en general peor y
la orquesta está todo lo bien que en
principio cabe esperar de una orquesta
regional alemana; es decir, correcta pero
sin especiales bellezas tímbricas ni de
inspiración. El solista exhibe una claridad en la digitación y una espontaneidad en el fraseo fascinantes, y deja una
espléndida muestra de su capacidad
puramente creativa en la cadencia propia que sustituye a la original en el primer movimiento. En ese Allegro se halla
quizá el único motivo de reserva seria
que en el terreno conceptual cabe hacer
a la interpretación: la ralentización del
tercer tema tanto en la exposición
(4’02’’) como en la recapitulación
(9’03’’). Poca cosa en un CD que de
momento, sin ser imprescindible, no
estará de más en ninguna discoteca.
A.B.M.
HARMONIA MUNDI HMC 901823. DDD.
66’15’’. Grabación: Haarlem, IV/2003. Productor:
Martin Sauer. Ingeniero: Tobias Lechmann. N PN
Musicalidad, rigor, estilo creíble, colorido no muy variado pero refinado, elección justa e inteligente de los tempi, he
aquí algunas virtudes, nada desdeñables,
exhibidas por este joven conjunto en su
respuesta al desafío que supone interpretar tres conocidos y reiterados cuartetos de Haydn, sobre los que existe una
jurisprudencia abundante y de calidad.
El primer violín anda un poco justo
cuando se le imponen ejercicios acrobáticos aunque, en general, mantiene una
sonoridad sedosa que puede parecer
insuficiente en movimientos que requieren una mayor acidez “a la húngara”,
como el Vivace assai del Cuarteto op.
76, nº 2. El violonchelo destaca por la
ponderación de sus intervenciones, fundamento de una rítmica sólida que permite ilustrar los contracantos y la polifonía oculta —a veces no tanto: Menuetto
del Op. 76, nº 2 de estas páginas. Sería
deseable una mayor fuerza dinámica en
el Menuetto del Op. 64, nº 5, y, en gene-
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ral, en los finales, en los que falta vigor
de gesto y se incurre en algún amaneramiento por mor de un enfoque excesivamente pulido. De todos modos, el saldo
es positivo y este volumen constituye un
excelente punto de partida para aquellos
que deseen iniciarse en el fascinante
universo camerístico de Haydn.
D.C.C.
HILDEGARD VON BINGEN:
Sponsa Regis. LA REVERDIE.
ARCANA A 314. DDD. 71’. Grabación: Seren, IVV/1999. Productores: Klaus L. Neumann y Michel
Bernstein. Ingenieros: Charlotte Gilart de
Keranflec’h y Klaus L. Neumann. Distribuidor:
Diverdi. N PN
Aunque con altibajos, no cesa sino todo
lo contrario la fascinación que desde
hace unos lustros ejerce la figura de Hildegard von Bingen. Mujer e intelectual,
su concepción de la Virgen María como
reina triunfante se toma como signo de
protofeminismo antes que como consecuencia de su condición de representante de los últimos coletazos del neoplatonismo en una Edad Media que en el siglo
XII está a punto de caer en las garras del
aristotelismo tomista, al que acabará
acompañando una iconografía de María
como madre llorosa al pie de la Cruz. Su
música, con textos de imprescindible lectura para su comprensión, inaugura y
casi llena por completo la subsección del
catálogo dedicada al gregoriano femenino. En ella han encontrado, en efecto, un
auténtico filón grupos como Anonymous
4, Sequentia o, ahora, La Reverdie. No
sale mal parado este último en la comparación, pues las voces de sus cinco componentes consiguen un hermoso empaste, una afinación impecable y un fraseo
tanto más expresivo cuanto absolutamente unánime, aunque sin producir
aquella no para todos grata impresión de
oír una sola voz multiplicada por cuatro
en volumen, sino conservando siempre
la de coro. La calidad de las tomas, que
admiten un nivel razonable de reverberación, tan sólo en momentos aislados
(como en la pista 12) se ve empañada
por cierta saturación distorsionadora.
A.B.M.
KAGEL:
Obras para piano. PAULO ALVARES, piano.
CPO 999 965-2. DDD. 111’51’’. Grabación:
Bremen, III/2000. Producción: Radio Bremen,
NRW. Ingeniero: Klaus Schumann.
Distribuidor: Diverdi. N PN
Tantz-Schul. ORQUESTA SINFÓNICA
DE LA RADIO DE SAARBRÜCKEN.
Director: MAURICIO KAGEL.
WINTER & WINTER 910 099-2. DDD. 76’45’’.
Grabación: Saarbrücken, 2003. Producción:
Winter and Winter. Distribuidor: Diverdi N PN
Coinciden en el mercado dos registros
bien diferentes de Mauricio Kagel, este
singularísimo compositor del que aún
muchos aficionados conservarán la idea
equivocada del especulador de sonidos
y talante excéntrico que de continuo nos
han ofrecido los manuales de historia de
la música. Autor de una obra de enorme
riqueza, siempre alrededor de la música
misma, Kagel empieza ahora a ser mejor
comprendido, gracias a la presencia
cada vez mayor de su obra en el medio
discográfico. Aunque queda una buena
parte de su catálogo, quizás la más radical, pendiente de revisión, ocasiones
como la que sirven estos dos registros
suponen una oportunidad para adentrar
en una estética que va mucho más allá
de la experimentación. Si bien Kagel es
un caso excepcional de anticonformismo
y ninguna obra suya está pensada para
una escucha fácil, no es menos cierto
que también cabe en sus propuestas el
disfrute con un material que se sitúa tanto en la cúspide del pensamiento musical más actual como mantiene siempre
lazos bien visibles con el concierto clásico. Kagel es un conocedor absoluto de
la técnica musical y, en él, cada pieza
parece estar elaborada hasta en los más
mínimos detalles, con continuas alusiones a la tradición, pero sin servirse de
ella como material para el pastiche ni la
nostalgia. Es así como funciona el ciclo,
muy atractivo y de gran presencia sonora, del disco Winter & Winter, TantzSchul (Ballet d’Action), compuesto en
1988 a partir de las ilustraciones que
acompañan al texto de 1716 Nueva y
curiosa escuela teatral de danza, de
Gregorio Lambrazi. Las 18 piezas que
integran el ciclo se hallan imbuidas del
mismo tono (evocación de danzas populares) que preside las mucho más acabadas Stücke der Windrose y, como ellas,
presentan un tejido sonoro de gran
transparencia y simplicidad, movido sólo
por el placer de hacer música.
Ese mismo placer se encuentra en la
serie de obras que se incluyen en el disco para piano, ciclo que increíblemente
ha estado inédito hasta ahora para el
grueso de aficionados (el volumen de
Fayard La musique de piano la desconoce totalmente, a favor de la esencial obra
de Kabalevski). El ramillete de piezas es
excelente y va desde la gran Metapiece,
de 1961, en cuatro versiones (cada una
añadiendo más complejidad y riqueza de
texturas a la versión precedente), hasta À
deux mains, de 1995. A la extraordinaria
musicalidad de Metapiece, sucede el
soberano estudio para piano que es An
Tasten, clásica en la forma (uso masivo
de acordes perfectos mayores y menores)
y estimulante en el resultado sonoro. La
secuencia de acordes que da origen a la
melodía es de tal sutileza que, en la escucha, no es fácil distinguir la voz principal
de la del acompañamiento.
La obra de menor peso es precisamente una escrita en la década de los
90, Passé composé, ciertamente poco inspirada, lastrada por una duración excesiva. Ragtime, que cierra el disco, goza de
ese encantador ambiente de las Stücke
der Windrose y el “ballet d’action”: suerte de suite musical sobre un folclore
imaginario.
F.R.
KHACHATURIAN:
Música de “Spartacus”. Oda fúnebre en
memoria de Lenin. Oda a la alegría.
MARINA DOMASHENKO, mezzosoprano.
CORO RENACIMIENTO ESPIRITUAL DE RUSIA.
ORQUESTA FILARMÓNICA DE RUSIA.
Director: CONSTANTINE ORBELIAN.
DELOS DE 3328. DDD. 58’13’’. Grabación: Moscú,
VI/2003. Productor: Vladimir Koptzov. Ingeniero:
Andrés Villalta. Distribuidor: Gaudisc. N PN
De entrada, ya observamos una singula-
ridad en el presente CD que nos brinda
el sello Delos: el pianista y director Constantine Orbelian es el primer estadounidense que se ha convertido en director
titular de una orquesta rusa. De ascendencia rusa y armenia, Orbelian ha sido
el encargado de seleccionar las tres obras
aquí reunidas, representativas de los años
50 del compositor armenio Aram Khachaturian (1903-1978): un resumen del
ballet Spartacus (1952-1954), Oda fúnebre en memoria de Vladimir Ilich Lenin
(1950) y Oda a la alegría (1956). La
Orquesta Filarmónica de Rusia tiene bien
asimilado este repertorio y lo interpreta
sin gran brillantez —no se tome en sentido peyorativo—, es decir, sin buscar el
gran efecto —cosa que podría porque
Spartacus da para ello— y poniendo el
acento en la homogeneidad y en el equilibrio de la formación, méritos en los que
el director —que se asegura en obtener
versiones sin sobresaltos— tiene bastante
que ver. Estamos ante una música que
bebe de la tradición armenia, en la que
se distinguen el carácter lírico, la potencia rítmica, la inspiración en la danza, el
sabor armónico y la peculiar orquestación. En la Oda fúnebre en memoria de
Lenin ha visto Orbelian el requiem del
propio Khachaturian. Y en cuanto a la
Oda a la alegría, parece más evocadora,
triste, nostálgica y melancólica que alegre: sólo hacia el final adquiere un tono
optimista, de himno luminoso. La joven
mezzosoprano siberiana Marina Domashenko hace gala de una bonita voz, con
cuerpo, bien timbrada y capaz de matizar
en lo expresivo. El coro, en su breve
intervención, se muestra a la altura
requerida, dentro de la tradición rusa en
este género.
J.G.M.
KORNGOLD:
Cuarteto de cuerda nº 2 en mi bemol
mayor op. 26.
KREISLER: Cuarteto de cuerda.
CUARTETO BRODSKY.
CHALLENGE CC 72052. DDD. 52’56’’.
Grabación: Londres, VII/1999. Productor: Arthur
Jonson. Ingeniero: Julian Millard. Distribuidor:
Diverdi. N PN
Tras un primer disco dedicado a Scho-
enberg, Webern y Zemlinsky, el inquieto
cuarteto británico saca a la luz el segundo volumen de la serie Música desde
Viena en el que incluye dos obras más
amables que las anteriores, donde prima
el espíritu clásico vienés dentro de una
tradición menos rompedora que los
anteriormente citados. Tanto Korngold
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KORNGOLD-MOZART
como Kreisler ejemplifican esta tradición
y ninguno de los dos está relacionado
con el cuarteto como medio de expresión musical.
Ambas son piezas que denotan facilidad en la escritura y escasez de dificultades en lo expresivo. El de Korngold,
por ejemplo, destila la claridad de ideas
y la limpieza que siempre caracterizó sus
obras mayores. Poseía el don de la
melodía y la capacidad comunicativa
para llevarla a cabo. En Kreisler se nota
su pasión por el detalle y su constante
reto técnico. No se trata de un descubrimiento decisivo, pero sí muestran la otra
cara de la Escuela de Viena.
El Brodsky plantea su interpretación
desde una óptica más lúdica que dramática. Entiende las dos obras como un
juego de contrastes de un carácter puramente romántico aunque la obra de
Korngold posea, bajo su cobertura convencional, una gran riqueza melódica.
No se complica la vida con dobles lecturas. Es lo que hay, y a la vista está.
C.V.N.
LASSO:
Lagrime di San Pietro. Melancholia.
HOFKAPELLE. Director: MICHAEL PROCTER.
CHRISTOPHORUS CHR 77255. DDD. 76’36’’.
Grabación: Ruppertsberg, X/2001. Productor e
ingeniero: B. Gütler. Distribuidor: Diverdi. N PN
Lasso legó su última obra con Las lágri-
mas de San Pedro. Terminada pocos días
antes de su muerte y compuesta “para mi
devoción personal y bajo el peso de la
edad”, como dejó escrito en el Prólogo, la
obra se configura como una serie de
veinte madrigales espirituales sobre textos de Luigi Tansillo más un motete final,
Vide homo, un profundo lamento sobre el
Crucificado, posiblemente con texto del
propio compositor y que funciona a
modo de resumen de un ciclo con el que
el músico, sintiendo cercano el final de
su vida, aspiraba a lograr el perdón por
sus múltiples debilidades humanas. Escrita a siete voces, Las lágrimas de San
Pedro es una de las cimas de la polifonía
renacentista. Música compleja y difícil
tanto para los intérpretes como para los
oyentes, algunos de los más grandes
especialistas del Renacimiento se han
acercado a ella sin terminar de captarla
por completo. Pienso en Paul van Nevel
en una versión, con voces e instrumentos, para Sony, o en Herreweghe, en una
interpretación a cappella para Harmonia
Mundi, posiblemente las dos más intensas de la media docena de grabaciones
que pueden hallarse hoy en el mercado.
Las siete voces masculinas de Hofkapelle nos brindan una recreación muy
ágil, de tempi rápidos, incluso más que
los del grupo de Anthony Rooley (L’Oiseau-Lyre). Aunque el conjunto de Michael
Procter tiende a desequilibrarse por las
voces más agudas, sin alcanzar el equilibrio de las versiones ya citadas, es reseñable su esfuerzo por destacar los recursos retóricos puestos en juego por Lasso,
obteniendo una atmósfera de notable
gravedad expresiva. El disco se completa
con los trece motetes a seis voces de
Melancholia, otro ciclo tardío de Lasso,
interesante aun sin la unidad ni la riqueza
expresiva de las Lágrimas.
P.J.V.
Thomas Hengelbrock
DE LA SABIDURÍA
LOTTI: Misa Sapientiæ en sol
menor. BACH: Magnificat BWV
243a en mi bemol mayor. BALTHASARNEUMANN-CHOR. BALTHASAR-NEUMANNENSEMBLE. Director. THOMAS HENGELBROCK.
DEUTSCHE HARMONIA MUNDI 05472 77534
2. DDD. 61’40’’. Grabación: Gönningen, XI/2000
(Bach); X/2002 (Lotti). Productores: Wolfgang
Stengel (Bach), Michael Sandner (Lotti).
Ingeniero: Jakob Händel.
Distribuidor: BMG. N PN
Tras su exitosa grabación del Requiem
de Antonio Lotti (1667-1740), Thomas
Hengelbrock vuelve sobre el compositor veneciano, con una apasionada y
encendida versión de la Misa en sol
menor, obra en estilo concertante, compuesta sólo de Kyrie y Gloria, que
alcanzó en su época notable fama.
Haendel, Zelenka y Bach llegaron a
tener copias de ella. El músico de Halle
la aprovecharía para algunas de sus
obras, como tenía por costumbre.
Zelenka la arregló para interpretarla en
Dresde y la designó como Misa Sapientiæ. No es probable que Bach la hiciese
representar en Leipzig, pero no cabe
duda de que su estudio le influyó a la
hora de afrontar la composición de su
MARTINU:
Sinfonías nºs 1-6. ORQUESTA SINFÓNICA DE
BAMBERG. Director: NEEME JÄRVI.
3 CD BIS 1371/1372. DDD. 182’20’’. Grabación:
Bamberg, 1987-1988. Productor: Robert von Bahr.
Ingeniero: Siegbert Ernst. Distribuidor:
Diverdi. R PM
H ace unos diez años proponíamos al
86
respetable un número extra de SCHERZO sobre referencias fonográficas sinfónicas. Allí estaban las integrales Martinu
Misa en si menor. Al frente de sus estupendos conjuntos, Hengelbrock interpreta aquí la versión de Zelenka, combinando brillantez y profundidad, refinamiento y músculo, gracias a un coro
de tamaño medio (hasta cuatro voces
por parte) y una orquesta proporcionada y equilibrada, de la que destacan el
traverso de Karl Kaiser en Domine Deus
y la trompeta de Andreas Lackner en un
soberbio Quoniam. La música, suntuosa y exuberante, es interpretada con
fuerza admirable y nos llega en todo su
esplendor.
Hengelbrock completa el disco con
la versión original del Magnificat de
Bach, escrita en mi bemol mayor para
la Navidad de 1723, como desvela la
inclusión de cuatro himnos luteranos
navideños. Menos conocida que la versión posterior (en re mayor, previsiblemente arreglada en 1733), la original se
ha grabado poco, aunque recientemente mereció la atención de Herreweghe
(Harmonia Mundi) que, como era de
esperar, obtuvo una interpretación refinada, austera y muy expresiva. La interpretación de Hengelbrock es también
notable, de gran delicadeza, articulaciones que contrastan viveza y relajación
entonces existentes: Václav Neumann
con Filarmónica Checa, Bryden Thomson con Orquesta Nacional de Escocia y
Neeme Järvi con la Sinfónica de Bamberg. Las expectativas eran optimistas: el
mundo sinfónico de Martinu se imponía,
habría más integrales. Apenas ha sido
así, sólo hemos visto llegar la de Naxos,
todavía inconclusa, al menos en cuanto
a distribución (Nacional de Ucrania,
dirección de Arthur Fragen). Muchas
expectativas fonográficas se han defrau-
con notable eficacia y colores tenues, a
los que sin duda ayuda el uso de un
diapasón muy bajo (392), el típico de la
música francesa de la época. Unos
solistas salidos del coro pero de calidad
(como demuestran los nombres de
Constanze Backes, Hans Jörg Mammel
o Wolf Matthias Friedrich), un conjunto
coral empastado y enérgico y una
orquesta ágil pero robusta redondean
un disco de notabilísimo interés.
Pablo J. Vayón
dado, no ha sido esa la única. Pero al
menos puede el aficionado disfrutar
ahora de una reedición de la integral de
Järvi, que si era excelente hace diez
años, ahora es de total referencia, junto
con la de Václav Neumann (referencia
absoluta, a nuestro juicio) y, sin duda,
con la de Bryden Thomson.
Por los años en que Neeme Järvi
grababa esta integral Martinu, ya empezaba su nombre a destacar como el de
un maestro todo terreno y toda inspira-
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KORNGOLD-MOZART
ción. Sorprendía entonces, y aún ahora,
el equilibrio entre la fuerza implacable
de un discurso sin respiro y el lirismo de
las sugerencias encerradas en los característicos Largos de Martinu (Tercera,
Cuarta, Sexta).
Las dos primeras sinfonías plantean
un nivel tan elevado que las dos sinfonías medias parecen incapaces de superar.
Pero la Quinta y la Sexta constituyen la
culminación y la crisis de una serie que
se plantea como una secuencia enérgica,
impulsiva, fuerte. Es decir, estamos ante
una verdadera referencia de la sinfonías,
una oportunidad si todavía existe ese
hueco en la discoteca.
S.M.B.
Antoni Ros Marbà
UNA LECCIÓN DE BUEN HUMOR
MONTSALVATGE: El gato con
botas. MARISA MARTINS,
mezzosoprano; ANTONIO COMAS, tenor;
ISABEL MONAR, soprano; ENRIC MARTÍNEZCASTIGNANI, barítono; STEFANO PALATCHI,
bajo. ORQUESTA SINFÓNICA DEL GRAN TEATRO
DEL LICEU. Director: ANTONI ROS MARBÀ.
COLUMNA MÚSICA 1CM0103. DDD. 75’17’’.
Grabación: Barcelona, IX/2002. Productor: Antoni
Parera Fons. Ingeniero: Albert Moraleda.
Distribuidor: Diverdi. N PN
V uelve el sello Columna Música a
poner a disposición del aficionado y en
óptimas condiciones la música maravillosa de Xavier Montsalvatge (19122002). En esta ocasión, tras la diana que
supuso la modélica grabación de Una
voce in off, la inquieta discográfica barcelonesa retorna al Montsalvatge operístico para presentar una bellísima grabación de la deliciosa ópera en dos actos y
cinco cuadros EL gato con botas, primera y juvenil incursión lírica de Montsalvatge. Se trata de una verdadera joya del
género, estrenada en el Liceu el 10 de
enero de 1948, y que hoy, como escribe
Enrique Franco en los comentarios que
acompañan la grabación, “pasado más
de medio siglo, resulta que la pieza,
basada en el libreto de Néstor Luján,
sigue tan viva y coleando como el fantástico animalillo que le da razón de
ser”.
La ópera es una gozada de principio a fin. En ella, el creador de las Canciones negras utiliza un lenguaje personal e inconfundible, que bebe y asume
muy diversas influencias para manipularlas y hasta incluso parodiarlas con
ese humor fino y sensible que siempre
distinguió el hacer personal y profesional de Montsalvatge. Las resonancias
francesas —Ravel y su Niño y los sortilegios— se cruzan con la luminosa música antillana inventada por el compositor. Inolvidable resulta la sensual y dulzona Danza del papagayo. El inicio,
por su parte, con esa obertura perfectamente orquestada y apuntes minimalistas, es el pórtico de esta ópera marcada
por el original hacer de quien es uno
de los compositores imprescindibles del
siglo XX español.
Tanta maravilla encuentra precisa
respuesta tanto en los intérpretes como
en el tratamiento discográfico de la grabación, en la que nuevamente hay que
aplaudir con entusiasmo el impagable
hacer del sello Columna Música, que ha
preparado una edición cuidada al detalle. Tanto la sobresaliente calidad técnica de la toma de sonido —algún corte
mal ensamblado no logra restar méritos
a tan excepcional trabajo discográfico—,
como la presentación del compacto —
que incluye el jugoso libreto de Luján—
, y la información multimedia que lo
completa —con una distendida entrevista en soporte audiovisual a Montsalvatge, realizada por Mac McClure— acercan al oyente al mundo mágico de esta
ópera protagonizada en su ya lejano
estreno por la soprano Toñy Rosado y
el tenor Ángel Anglada, que actuaron
bajo la dirección de Carlos Suriñach.
En esta ocasión la batuta es la de Antoni
Ros Marbà, que firma uno de sus trabajos discográficos más dignos de encomio. Su encendida interpretación se tiñe
de humor, fantasía, color y pasión por el
detalle para reproducir con contagioso
acierto el mundo mágico de la partitura.
Todo es excepcional en una dirección
que siempre ha estado próxima a la
música paisana y amiga de Montsalvatge. La tantas veces cuestionada Orquesta del Teatro Liceu suena bajo el gobierno de Ros Marbà francamente bien. Sea
por prodigios de las sofisticadas técnicas
de grabación, sea por el buen hacer de
los músicos o por trabajo global de
todos, la realidad es que la ópera y su
importante tejido sinfónico se escuchan
con verdadero deleite.
El indicado capítulo vocal revela
que no hacen falta grandes nombres ni
voces del otro jueves para firmar un trabajo de calidad. La mezzosoprano hispano-argentina Marisa Martins encarna
un Gato cargado de chispa y encanto.
Más zorro que el hambre. Su sensuali-
MOZART:
Concierto para clarinete y orquesta en la
mayor, KV. 322. Quinteto para
clarinete en la mayor, KV. 581. MARTIN
FRÖST, clarinete. AMSTERDAM SINFONIETTA.
Director: PETER OUNDJIAN. CUARTETO VERTAVO.
BIS CD-1263. DDD. 64’18’’. Grabación: IV/2002.
Productor: I. Petry. Ingenieros: T. Brinkmann y A.
Ruge. Distribuidor: Diverdi. N PN
Aunque las versiones de estas dos excep-
cionales obras para clarinete de Mozart
son irreprochables en los aspectos técnicos, el talante interpretativo resulta sorprendentemente gris. Martin Fröst es un
reconocido clarinetista, que posee una
gran capacidad virtuosística, nitidez y
belleza sonora, y soberbio cuidado de la
línea melódica; sin embargo, tanto en el
concierto como en el quinteto, y en buena parte por un acompañamiento anodi-
dad antillana y la exquisita franqueza de
su vocalidad cautivan desde el primer
instante. Uno casi sueña con heredar —
como el molinero— un gato tan mágico
como ella. A su lado, el afortunado
Antonio Comas construye un Molinero
hermosamente cantado, que se desenvuelve bajo el influjo benefactor de su
gato encantado.
Más sordo que una tapia —“criado”,
majestad, ha dicho “criado”, y no “venado”— el Rey del barítono Enric Martínez–Castignani es tronchante y divertido. Por su parte, el impactante y grave
Ogro de Stefano Palatchi aparece lleno
de solemnidad y salud vocal. Su wagneriano y torpe encuentro con el “Gatito
sarnoso” —que parodia al de Alberich y
Loge de la tercera escena de El oro del
Rin; aquí, el presuntuoso Ogro se convierte en fiero león, danzante papagayo
y, finalmente, en cazado ratón, mientras
que en el prólogo de la Tetralogía el
ingenuo Alberich se muta en dragón y
sapo— se erige como uno de los
momentos más hermosos y mejor resueltos de la ópera. Isabel Monar canta —
como siempre— bárbaramente, y es una
verdadera Princesa encantada. En definitiva, un compacto para todos los públicos, cuyo valioso contenido y estupenda
materialización reclaman que sea poseído y disfrutado por tirios y troyanos.
Justo Romero
no, la sutileza, expresividad y elegante
intensidad de la música de Mozart quedan
bastante desdibujadas. El Concierto se
muestra en su parte orquestal demasiado
uniforme, contenido, como si no quisiera
despegar el vuelo ni acaparar un protagonismo que debiera compartir con el clarinete. En el Quinteto predomina también
ese talante frío y distante que no acaba de
convencer. La grabación es muy buena.
D.A.V.
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MOZART-ORBÓN
Moraguès, Braley, Mendelssohn, Prazák
UNA PARTIDA DE BOLOS
MOZART: Trío para piano,
clarinete y viola en mi bemol
mayor, K. 498. Quinteto para clarinete
y cuerda en la mayor, K. 581. PASCAL
MORAGUÈS, clarinete; FRANK BRALEY, piano;
VLADIMIR MENDELSSOHN, viola.
CUARTETO PRAZÁK.
PRAGA PRD/DSD 250 200. 50’24’’. Grabación:
Marsella, I-II/2003. Ingeniero: René Gambini.
Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN
Dos nexos relacionan a estas dos obras
escogidas para el CD que ahora nos
ofrece Praga Digitals: el clarinete como
instrumento igualitario dentro del grupo
de cámara y Anton Stadler como destinatario de ambas composiciones. Stadler, amigo y hermano de logia masónica
de Mozart, estaba considerado el mejor
clarinetista de aquel momento y es lógico que se pensara en él al crear ciertas
piezas. Stadler y Francisca von Jacquin
(la hija del dueño de la casa donde se
reunían a veces) eran compañeros del
genio de Salzburgo —que tocaba la viola o lo que se terciara— en sesiones
musicales. Estamos ante palabras mayores, ante dos obras maestras del autor,
MOZART:
Divertimentos para instrumentos de
viento K. 213, 240, 252, 253 y 270.
Doce piezas para dos trompas, K. 487
(496a). ENSEMBLE PHILIDOR.
Director: ERIC BAUDE.
CALLIOPE CAL 9329. DDD. 78’58’’. Grabación:
París, 2003. Productores: Jacques Le Calvé y
Michaël Adda. Ingeniero: Jean-Marc Laisné.
Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN
Bajo el nombre colectivo de Ensemble
88
Philidor, se alternan en este disco un
grupo de seis instrumentistas de viento y
un dúo de trompas naturales sin ningún
componente común. Los primeros, tres
parejas de oboes de dos llaves, trompas
naturales y fagotes de siete llaves, interpretan los cinco llamados Divertimentos
de Salzburgo, cuatro de ellos fehacientemente fechados entre 1775 y 1777. Los
segundos insertan, de tres en tres, las
doce piezas escritas “en Viena, el 27 de
julio de 1786, durante una partida de
bolos”, según atestiguan los restos conservados de un manuscrito, que no permiten en cambio establecer con plena
certeza para qué instrumentos estaban
destinadas si es que lo estaban para unos
en concreto. Como suele suceder de
manera más acusada en estos casos de
obras marginales dentro el catálogo de
un gran compositor, los intérpretes
(como indirectamente se refleja hasta en
los comentarios de la carpetilla) pueden
intentar atenerse a la literalidad de la
música que tienen delante o trascenderla. La vía intermedia por la que parece
optar el sexteto tiene el mérito de no
perder nunca de vista la condición de
desenfada Tafelmusik impuesta desde el
que figuran como muestras altísimas del
mejor clasicismo. El clarinete pasó con
Mozart de ser un instrumento popular a
entrar con categoría de protagonista en
la música camerística (tal vez el Quinteto aquí incluido sea la primera obra de
la historia de la música que asocia el clarinete a un cuarteto de cuerda). Y puesto que de obras maestras se trata, los
intérpretes han de estar a la altura debida. Y lo están.
La toma de sonido, por el sistema
DSD (Direct Stream Digital) potencia
debidamente al clarinete, que es la
intención del disco, sin ir en detrimento
de los demás instrumentos. Perfecta la
salvaguarda del espíritu clasicista de las
obras abordadas. Y estupenda la prestación de los intérpretes: el pianista Frank
Braley (un piano que es etéreo en sus
manos), el violista Vladimir Mendelssohn (descendiente del ilustre linaje y
persona de vastísima cultura musical), el
clarinetista Pascal Moraguès (un clarinete que adquiere protagonismo por su
calidad) y el Cuarteto Prazák (heredero
de la rica tradición musical bohemia).
Música de muchísimos quilates, hija de
exterior, al tiempo que el fraseo subraya
los anticipos de la profundidad futura
que, sobre todo en el respecto armónico,
aquí y allá se anuncia en las partituras.
Sin dejar de pagar el peaje de virtuosismo correspondiente, el dúo de trompas
también lo supera con toda brillantez en
versiones absolutamente impecables.
A.B.M.
L. MOZART:
Sinfonia di caccia. Sinfonia “Die
Bauernhochzeit”. Sinfonia burlesca.
Sinfonia en sol “Neue Lambacher”.
L’ORFEO BAROCKORCHESTER.
Director: MICHI GAIGG.
CPO 999 942-2. DDD. 63’28”. Grabación: Linz,
XI/2002. Productor: Burkhard Schmilgun.
Distribuidor: Diverdi. N PN
Siempre jugosa, la música de Mozart —
padre— y pese a la figura algo negativa
de cara a sus hijos que la historia nos ha
cedido, contagia “joie de vivre” y fluye
con espontaneidad que se suma a sus
innegables atractivos. En su línea, hay
diversidad considerable en las cuatro
sinfonías que aquí se han grabado.
La primera en el disco, Sinfonia di
caccia, es una obra de total desenfado,
espontánea y hasta teñida de ágil rusticidad, dominada por las características
trompas de caza. Pensada para sugerir la
atmósfera de una boda campesina, la
segunda sinfonía de las grabadas está
dominada por el desenfado y la jocundia
de tal acontecimiento, utilizándose instrumentos populares. Por lo que corresponde a la Sinfonía burlesca, se adapta a una
algunos de los mejores momentos de su
autor, creada entre amigos, con ánimo
de divertirse (con lo cual divierten a los
demás) y ahora interpretada con garantía de rigor y calidad. Recuérdese que el
Trío es apodado “de los bolos”, por
haber sido gestado a continuación de
una partida de este juego, al que tan aficionado era Mozart. Música y diversión.
Gozosa cosa.
José Guerrero Martín
estética camerística, sin que la claridad de
texturas, excelente, la diferencie del resto: tiene, por ende, un tiempo final de
carácter danzable. La Sinfonía “Neue
Lambacher” se atiene al modelo clásico
que emana de la escuela de Mannheim,
dentro de patrones convencionales para
la época. La interpretación es refulgente
por espíritu, exactitud y pulcritud orquestales, por parte de L’Orfeo Barockorchester, fundada en 1996 dentro de criterios
historicistas, bajo la dirección de Michi
Gaigg, que ha heredado y continúa los
criterios y la contundencia en la ejecución de su maestro Harnoncourt, dentro
de unas medidas irreprochables. La toma
de sonido, ejemplar.
J.A.G.G.
ORBÓN:
Danzas sinfónicas. Tres versiones
sinfónicas. Concerto grosso. ORQUESTA
SINFÓNICA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS.
Director: MAXIMIANO VALDÉS.
NAXOS 8.557368. DDD. 66’17’’. Grabación:
Avilés, 1998. Ingeniero: David Walters.
Distribuidor: Ferysa. R PE
No más lejos de los pasados días navi-
deños, hablaba quien esto escribe con el
director Edmon Colomer sobre Julián
Orbón y alababa él sus excelencias como
compositor. Ahora llega este CD de
Naxos que sólo alabanzas y parabienes
nos provoca hacia la labor de recuperación de autores propios porque, huyendo de provincianismos, chauvinismos,
papanatismos y demás ismos negativos,
eso significa restituir la memoria histórica
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MOZART-ORBÓN
André Richard
LA FIDELIDAD ACÚSTICA
NONO: Io, frammento da Prometeo.
Das atmende Klarsein. ROBERTO
FABBRICIANI, FLAUTA BAJA; CIRO SCARPONI,
CLARINETE CONTRABAJO. SOLISTENCHOR
FREIBURG. DIRECTOR: ANDRÉ RICHARD.
2 SACD COL LEGNO WWE 20600. DDD.
111’07’’. Grabación: Salzburgo, 2001.
Productores: Wulf Weinmann y Armin Köhler.
Ingeniero: Klaus Dieter Hesse. Distribuidor:
Diverdi. N PN
La fortuna discográfica de la música de
Nono no hace sino aumentar. Ya son
cuatro las grabaciones de Das Atmende
Klarsein. André Richard, fiel colaborador del compositor italiano en la década de los ochenta, toma aquí la batuta
para dirigir al Solistenchor Freiburg,
una formación fundada en 1982 por
Arturo Tamayo precisamente para interpretar esta obra. Dos años más tarde,
estos mismos solistas tomarían parte
activa también en la realización de Prometeo (del que aquí se ofrece un
amplio fragmento).
Estamos, por lo tanto, ante unos
músicos que trabajaron directamente
con Nono todos los delicados equilibrios que sustentan estas partituras. Y
se saben la lección de memoria. La
suya es una versión que sería imposible
encontrar más fidedigna, y que cuenta
asimismo con la participación de otros
importantes colaboradores de Nono: el
flautista Roberto Fabbriciani y el clarinetista Ciro Scarponi. Sin embargo, más
que en lo musical —irreprensible en
todos los aspectos— es en el aspecto
técnico donde esta versión marca la
diferencia. Las excelentes tomas (las
grabaciones se realizaron en 2001 en el
ciclo Zeitfluss que organiza el Festival
de Salzburgo) aprovechan la nueva tecnología del SACD: una importante
mejoría si se tiene en cuenta la importancia que en Nono tienen las dinámicas bajas y sobre todo la dislocación
espacial de las fuentes sonoras.
Stefano Russomanno
Antoni Wit
INTENSIDAD
PENDERECKI: Pasión según san
Lucas. IZABELLA KLOSINSKA, ADAM
KRUSZEWSKI, ROMUALD TESAROWICZ, KRZYSZTOF
KOLBERGER. JAROSLAW MALANOWICZ, órgano.
CORO DE NIÑOS DE VARSOVIA. CORO Y
ORQUESTA FILARMÓNICA NACIONAL DE VARSOVIA.
Director: ANTONI WIT.
NAXOS 8.557149. DDD. 76’24’’. Grabación:
Varsovia, 2002. Productores e ingenieros: Andrzej
Lupa y Aleksandra Nagórko.
Distribuidor: Ferysa. N PE
La Pasión según san Lucas de Penderec-
ki (título original: Passio et mors Domini
nostri Iesu Christi secundum Lucam) fue
compuesta entre 1965 y 1966, contándose entre la discografía de esta obra una
grabación dirigida por el propio autor
ampliamente divulgada, pero siendo
quienes son los intérpretes de la que presentamos ahora, la atención que ésta
merece es evidente. Wit es todo un
experto en el repertorio contemporáneo
(recordemos sus excelentes versiones de
música de Messiaen) y los efectivos que
tiene ante sí en esta ocasión (de los cua-
y hacer justicia a artistas hasta ahora tan
ignorados. Se recogen aquí tres obras de
los años 1954, 1957 y 1961, respectivamente, representativas del segundo periodo estilístico del asturiano, caracterizado
por la fusión de la tonalidad practicada
en el periodo anterior con recursos
modales e incluso atonales, por la
influencia de la música estadounidense y
latinoamericana, y por la asimilación de
la música europea contemporánea. En
Tres versiones sinfónicas se perciben la
querencia hacia el universo de Copland y
la recreación rítmica como juego orques-
les es director artístico desde enero de
2002) son, de entrada, adecuadísimos
(más allá de lo geográfico) para su interpretación por estar ya familiarizados con
la música de Penderecki. El estilo neorromántico y de heterogéneas influencias
del actual Penderecki poco tiene que ver
con esta obra, si bien es cierto que en
ella el autor plasmó experiencias anteriores (como el serialismo) al lado de nuevos referentes (como el gregoriano). Es
una obra tan fascinante que merecería un
análisis más detallado del que aquí podríamos ofrecer, de modo que nos limitaremos a recomendar vivamente esta versión por el profundo conocimiento que
sus intérpretes demuestran de ella, con
una fuerza y un dramatismo verdaderamente extraordinarios, arrebatadores, al
menos tan notables como en la famosa
grabación a las órdenes del autor. Es ésta
una versión intensísima, sin concesiones
a la más mínima suavidad ni al ensimismamiento, todo en ella es vitalidad a la
vez que profundidad expresiva (el O
Crux ave inicial, de climas tan contrastantal. Danzas sinfónicas no puede ocultar
la latinoamericanidad del autor. Y Concerto grosso es ya una obra de transición
hacia un tercer periodo del compositor
que nos ocupa, que se caracterizará por
el ensimismamiento interior. Todo ello se
resume en la maestría en la instrumentación y en la riqueza del colorido orquestal, sin olvidar la exigencia rítmica y la
variación, con lo que Orbón amalgama,
elabora, moldea y sintetiza las referencias
a la música española —desde el gregoriano y Luis de Milán a Falla—, los sones de
la América latina, los ritmos africanos y
tes, ya es más que suficiente para darse
cuenta de ello). Los solistas están sensacionales (tanto los tres cantantes como el
evangelista que declama el texto), como
también lo están el coro y la orquesta,
con un convencidísimo y convincente
Wit a la batuta. Una versión, sin duda,
llamada a ser referencial.
Josep Pascual
cuantos elementos toma de donde cree
conveniente en cada caso. Afortunadamente, esta recuperación cuenta con la
Orquesta Sinfónica de Asturias, que actúa
a gran altura y transmite el programa elegido en inmejorables condiciones de calidad, lo que además de sus valores intrínsecos cabe achacar también a la dirección
del chileno Maximiano Valdés, buen
conocedor del repertorio contemporáneo. El mejor brillo americano a través de
un instrumento asturiano.
J.G.M.
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D I S C O S
PEPPING-ROLLA
PEPPING:
Heut und Ewig. SÄCHSISCHES VOCALENSEMBLE.
Director: MATTHIAS JUNG.
TACET 123. DDD. 63’19’’. Grabación: Crostau,
2002. Productor e ingeniero: Andreas Spreer.
Distribuidor: Gaudisc. N PN
Rasgo definitorio del siglo XX ha sido el
historicismo, en cuanto morosa detención en formas pretéritas abstraídas de
su contexto, entre otras cosas porque a
diferencia de épocas anteriores, se contaba ya con los medios para conocer y
absorber el pasado. Ernst Pepping
comenzó su actividad compositiva con
un cierto tono experimental para encerrarse luego en una vía austera basada
en modelos barrocos, renacentistas y
aun anteriores, que primaban la técnica
del cantus firmus y del contrapunto
lineal sobre todo en su música coral
sacra y profana, tal vez lo más sustancial
de su catálogo, pero también en sus
obras para órgano, orquesta y de cámara. Nacido en 1901 en Duisburgo, en
1934 obtuvo un puesto en la Escuela de
música sacra de Spandau donde permaneció el resto de su carrera realizando al
mismo tiempo funciones docentes en la
Escuela superior de música de Berlín.
Una biografía típica de Kapellmeister,
dividiendo su tiempo entre la enseñanza
y la acción. Si su técnica recuerda en
algunos aspectos a Reger, el tratamiento
de las antiguas estructuras le aproxima a
Hindemith, y su contribución a la música
sacra alemana puede equipararse a la
llevada a cabo por Johann Nepomuk
David y Hugo Distler.
Compuesto en 1948-49, el ciclo de
Lieder para coro sobre poemas de Goethe titulado Heut und Ewig, (Ahora y
siempre) es una de sus obras más importantes y ambiciosas. Se divide en un proemio y cinco cuadernos, englobando 27
poemas, algunos tan conocidos en el
ámbito del Lied como Prometeo, Ganymedes o La canción de las Parcas. Director y coro consiguen un alto nivel en una
empresa que entraña graves dificultades
técnicas y expresivas. Las voces suenan
flexibles y transparentes, descifrando con
nitidez los más enrevesados contrapuntos. En general prevalece la gran línea
por encima de la ilustración de las palabras —Gefunden—, pero también hay
ejemplos de lo contrario —el casi recitativo de Vorschmark. Se abordan muchos
matices: humor en Kläffer, sensualidad
en Immer halt ich die Liebste, serenidad
en Anakreons Grab… Todo ello hace de
este disco un fiel testimonio de las contracorrientes y contradicciones en que se
desenvolvió el siglo pasado.
D.C.C.
PROKOFIEV:
Sonatas para violín y piano nºs 1 y 2,
opp. 80 y 94bis. 5 Mélodies para violín
y piano op. 35bis. JAMES EHNES, violín;
WENDY CHEN, piano.
90
ANALEKTA Fleurs de Lys FL 2 3145. DDD. 66’20’’.
Grabación: Québec, IX/1999. Productor: Brad
Michel. Ingeniero: Carl Talbot.
Distribuidor: LR Music. N PN
Un nuevo registro de las dos excelentes
sonatas violinísticas de Prokofiev, más
las cinco Mélodies para violín y piano.
En este caso, el violinista canadiense
James Ehnes, apoyado por otra instrumentista de origen chino, la pianista
Wendy Chen, plantea un discurso ágil,
agresivo a veces, incluso ácido, a menudo a punto de perder aliento, sobre todo
en determinados puntos de la Primera
Sonata. No falta el obligado, el reclamado lirismo que impone Prokofiev en piezas como éstas, en especial en las Mélodies o en movimientos como los dos
Andante de las Sonatas. No falta la ligereza que reclama la Segunda Sonata,
pero es una ligereza desmentida por
unas líneas tirantes, en alerta. En cualquier caso, eso que no falta sirve de
equilibrio a la verdadera manera de
plantear Ehnes estas obras: como crescendos, como pujas, como luchas, que
se despliegan con una decidida y desbordante musicalidad.
Tal vez se trate de una opción más
clara, más evidente, de algo que no está
ausente en lecturas anteriores de estas
obras, que empiezan a ser abundantes.
En cualquier caso, un nuevo excelente
disco, lleno de vigor y fuerza, de unas
piezas que empiezan a sernos más que
familiares.
S.M.B.
PROKOFIEV:
Concierto para violín y orquesta nº 2
op. 63. Cenicienta, suites nºs 1
y 3 opp. 107 y 109.
MIRA WANG, violín. ORQUESTA
SINFÓNICA DE LA RADIO DE SAARBRÜCKEN.
Director: THIERRY FISCHER.
PUCCINI:
Gianni Schicchi. ALBERTO RINALDI, barítono
(Schicchi); TATIANA LISNIC, soprano (Lauretta);
MABEL PERELSTEIN, mezzo (Zita); STEFANO
SECCO, tenor (Rinuccio); FELIPE BOU, bajo
(Simone). ORQUESTA FILARMÓNICA DE MÁLAGA.
Director: ALEXANDER RAHBARI.
NAXOS 8.660111. DDD. 48’20’’. Grabación:
Málaga, IV/2002. Productor: Michael Seberich.
Ingeniero: Peter Golser. Distribuidor: Ferysa. N PE
La jocunda e impecable obrita de cínico
humor con la que Puccini hizo su incursión en el género, huyendo brevemente
de su mundo melodramático, ha merecido numerosas y memorables versiones.
Esta no alcanza los máximos niveles
pero tampoco comete excesos y faltas
reprobables. Quizá puede censurarse, en
general, una toma de sonido que privilegia a la orquesta y deja las voces en
segundo plano, a veces en desmedro de
la claridad de los conjuntos, tan importantes en la partitura.
Rahbari se preocupa por la claridad
de lectura más que por los contrastes. Su
expresividad es reticente y la calidad de
su sonido, de buen metal. A sus órdenes
hay un conjunto de cantantes de notoria
suficiencia, pareja sonoridad y minucioso recitado. Destaca, por la nobleza de
medios y señorío de elocución, el bajo
Bou. Secco es un tenor lírico juvenil de
segura emisión y cómodos agudos. El
protagonista de Rinaldi no pasa de discreto ni baja de digno. Es difícil olvidar a
Taddei, Gobbi o Capecchi, pero si no se
puede emularlos, más vale hacer lo propio con modestia.
B.M.
BERLIN 0017632BC. DDD. 55’40’’.
Grabación: Saarbrücken, VIII/2002.
Productor: Thomas Raisig. Ingeniero:
Erich Heigold. Distribuidor: Gaudisc. N PN
RAMEAU:
U na nueva lectura del Segundo Con-
AMBROISIE SR 031. DDD. 74’57’’. Grabación:
París, VII/2003. Productor e ingeniero: Jiri Heger.
Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN
cierto violinístico de Prokofiev, con una
espléndida violinista de origen chino.
Entre paréntesis: algo ocurre con lo violinistas de ese origen y la obra de este
compositor ruso, y ahí están los créditos
de los registros para demostrarlo. Como
era de esperar, Mira Wang posee un
dominio y ejerce un virtuosismo de altísimo nivel. El lirismo del Andante assai
central lo resuelve esta violinista con
elevada tensión y elegante sentido del
canto; un canto que a veces es como un
ballet en el que el violín fuera una ballerina ideal y la viéramos danzar. Al parecer, Mira Wang toca el Concierto de Gerhard; ya quisiéramos oírselo. Thierry Fischer y el conjunto de la Radio de Saarbrücken acompañan con exactitud, con
sugerencia.
El disco se completa con fragmentos
del ballet Cinderella, y pese a que no se
trata de obras cercanas en el tiempo hay
una subterránea comunicación que presta unidad al acoplamiento. Un soberbio
disco, una nueva referencia del Concierto op. 63.
S.M.B.
Transcripciones para clave de obras
escénicas: Dardanus, Castor et Pollux,
Pygmalion y Les indes galantes.
KENNETH WEISS, clave.
N aturalmente, la transcripción para
teclado de obras orquestales y sinfónicocorales, propias o ajenas, no es un
invento de Brahms, sino tan antiguo
como el mismo arte de componer música. Como tantos otros antes y después
de él hasta que la demanda menguara
sensiblemente cuando el negocio y el
conocimiento encontraron otras vías de
expansión más eficaces en los medios
electrónicos de reproducción del sonido,
Jean-Philippe Rameau halló en este
expediente el medio más adecuado para
difundir sus óperas y ballets entre un
público sin acceso a las representaciones
teatrales, al tiempo que para aumentar
sus ingresos pecuniarios. El estadounidense Kenneth Weiss, colaborador habitual de William Christie, presenta en este
disco transcripciones propias de sendas
selecciones de la tragedia en música
Dardanus y de la ópera Castor et Pollux
junto a la debida a Claude-Bénigne Balbastre de otra del ballet Pygmalion y la
que el propio compositor hizo de una
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suite de su ópera-ballet Les indes galantes. Además de por la impecable calidad
técnica, las interpretaciones son excelentes por la captación y transmisión de los
contenidos dramáticos que se logra. Los
dos claves empleados poseen por otro
lado timbres de características muy definidas que también se explotan con suma
pertinencia para la consecución de los
efectos deseados: más crujiente para
Dardanus y Pygmalion, más noble para
Castor… y Les indes... Tomas cercanas y
fieles.
A.B.M.
Mikko Franck
UNA TRAGEDIA BUFA
RAUTAVAARA: La casa del sol.
ANNA-KRISTIINA KAAPPOLA, RAIJA REGNELL, MIA
HUHTA, HELENA JUNTUNEN, ULLA RAISKIO,
JUKKA ROMU, TUOMAS KATAJALA, TOMMI
HAKALA, MARKUS NIEMINEN, PETRI BÄCKSTRÖM.
ORQUESTA SINFÓNICA DE OULU.
Director: MIKKO FRANCK.
2 CD ONDINE ODE 1032-2D. DDD. 84’29’’.
Grabación: Oulu, III/2003. Productora: Laura
Heikinheimo. Ingeniero: Enno Mäemets.
Distribuidor: Diverdi. N PN
Rautavaara considera esta ópera en dos
actos compuesta en 1990 como una
“tragedia buffa”, algo bastante contradictorio pero que halla una explicación
en la relación entre el argumento (basado en hechos reales) y su tratamiento
(el libreto es obra, también, de Rautavaara). Veamos. Rautavaara lee el periódico un día del invierno de 1987 y le llama la atención una noticia que cuenta
que dos hermanas, ya ancianas, han
muerto de frío en su casa. Estas hermanas eran las supervivientes de una familia rusa de origen anglo-alemán que
había emigrado a Finlandia a raíz de la
Revolución de 1917 cuyos miembros
nunca se adaptaron a su nuevo entorno
cultural y vivieron prácticamente en la
REUBKE:
Sonata para piano en si bemol mayor.
BEETHOVEN: Sonata para piano n° 21
en do mayor op. 53 “Waldstein”. Ocho
variaciones en fa mayor sobre “Tändeln
und Scherzen” WoO 76.
RICHARD RAYMOND, piano.
ANALEKTA Fleurs de lys FL 2 3172. DDD. 64’55’’.
Grabación: Domaine Forget
(Saint-Irénée). Productor: Mario Labbé.
Ingeniero: Steven Bellamy. Distribuidor:
LR Music. N PN
Encontramos en el canadiense Richard
Raymond un pianista sutil y cristalino —
perlado es el término que se emplea por
lo común— con planteamientos más vertidos a lo clásico que a lo romántico. Pero
no solamente el sonido de Raymond tiene
esa cualidad, sino que su toque pianístico
tiene una cualidad etérea que impregna
sus interpretaciones. Visión rápida, ágil,
impecable en el juego dedos, del Allegro
con brio de la Waldstein, profundo el
tiempo siguiente, emerge elegante el Rondó y le sigue lleno de ímpetu, el comienzo del Prestissimo.
Tiempo le dio a Julius Reubke, en su
corta vida de veinticuatro años, de estudiar cumplidamente con Liszt después de
hacerlo en el Conservatorio de Berlín. Su
Sonata en si bemol menor es un exponen-
miseria en su casa (La casa del sol) y
recordando permanentemente sus años
felices en Rusia. Precisamente ese
recuerdo y el paso del tiempo constituyen el argumento de la ópera, que es,
para Rautavaara, “un homenaje irónico
a esa fase de la cultura europea que, a
principios del siglo pasado, era tan real
y que hoy no es más que una especie
de sueño”, de modo que la trama de La
casa del sol es en realidad “la síntesis
del sueño y la realidad”. Los personajes
que por ella desfilan representan actitudes vitales distintas, algo que, según su
autor, lleva a un pluralismo que “se
encuentra en la música de la ópera o en
la técnica y en la actitud estilística” que
depende de “cada situación expresiva
de la obra. Las voces son mayormente
cantables, melódicas, y raramente hay
recitativos”. Así hallamos aquí un ejemplo más del lenguaje heterogéneo del
actual Rautavaara, si bien, como en
otras obras recientes del autor, domina
lo que ha dado en llamarse neorromanticismo (sin abdicar de la tonalidad),
todo ello con el habitual dominio instrumental, vocal y dramático de Rautavaara, un auténtico hombre de teatro. Prevalece aquí la melodía, lo cual hace que
te romántico, maduro, envidiablemente
maduro para su edad, que, teniendo
como modelo la justamente célebre Sonata en si menor, maneja los dos temas principales de modo que presagia un pianismo muy posterior a su tiempo. Obra muy
interesante, e infrecuente. Se descuelgan
de las dos obras anteriores ofrecidas en
esta grabación, las Ocho variaciones en fa
mayor sobre “Tändeln und Scherzen”
WoO 76, también recogidas en la misma,
al tratarse de una de tantas obras como
demostración de oficio y que dieron en el
de Bonn algunos frutos imperecederos.
Aunque se escuchan con gratitud por su
poca frecuencia en registros discográficos,
no tienen especial relieve.
J.A.G.G.
ROLLA:
Conciertos y Sinfonías. MARIO CARBOTTA,
flauta; DENIS ZANCHETTA, corno di bassetto.
ORCHESTRA DA CAMERA MILANO CLASSICA.
Director: MASSIMILIANO CALDI.
DYNAMIC CDS 429. DDD. 62’12’’. Grabación:
Milán, VI/2002. Productor: Danilo Prefumo.
Ingeniero: Rino Trasi. Distribuidor: Diverdi. N PN
El compositor italiano Alessandro Rolla
(1757-1841) es una figura poco conoci-
esta ópera, ya a la primera audición,
resulta sumamente atractiva y a menudo
las sonoridades orquestales evocan la
irrealidad del sueño y un cierto distanciamiento respecto a la tragedia que
subyace en su argumento. Así pues, una
ópera verdaderamente bellísima que
contribuye a cimentar la fama de Rautavaara como uno de los operistas más
importantes (¿el más importante?) de la
actualidad. La versión, de la máxima
calidad, hace plena justicia a la obra.
Una grabación destinada a ser un éxito.
Josep Pascual
da, a caballo entre dos siglos y cuya
obra es una mezcla de la música instrumental tradicional italiana con el estilo
germánico. Director de la Scala de Milán
y profesor del conservatorio de la misma
ciudad, su producción musical es extensa, destacando principalmente sus obras
para violín y viola por la novedosa escritura musical empleada.
La presente grabación del sello italiano Dynamic nos presenta cuatro obras
de su producción sinfónica. Son partituras de carácter plenamente clásico, aunque presentan ciertas características que
apuntan al incipiente romanticismo de la
época. La primera Sinfonía en re mayor,
tiene la brillantez típica presente en las
obras con esta tonalidad. Las líneas
melódicas están muy definidas y el
carácter de la partitura es netamente
mozartiano.
La siguiente Sinfonía en si bemol
mayor tiene una línea diferente, poseyendo un talante más dramático sobre
todo en su primer movimiento. Después
de un delicado Andantino la obra finaliza con un virtuosístico Presto, interpretado técnicamente de forma irreprochable
por la Orquesta de Cámara de Milán.
Las dos obras que cierran el registro
son dos Conciertos para flauta y para
corno de bassetto, respectivamente. En el
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primero de ellos, el flautista Mario Carbotta nos muestra un sonido grande, de
bello timbre y con una capacidad para
ejecutar los pasajes más complicados
técnicamente con enorme naturalidad.
Por otro lado en el Concierto para corno
de bassetto en fa mayor, resalta la genuina musicalidad de Denis Zanchetta que
realiza una verdadera recreación de esta
singular obra, sobre todo en el gracioso
Rondó que clausura la grabación.
El director italiano Massimiliano Caldi logra mantener el interés a lo largo de
todo el registro, logrando un trabajo
redondo desde el punto de vista musical. Tres de las obras son primeras grabaciones mundiales, lo que hace de este
disco una interesante opción de compra.
C.S.M.
SAARIAHO:
Cendres. Grammaire des rêves. Solar.
New Gates. ENSEMBLE CHAMP D’ACTION.
MODE 91. DDD. 50’03’’. Grabación: Gante,
1999. Productores: Luk Vaes y Bart de Sitter.
Ingeniero: Gilbert Steurbaut.
Distribuidor: Diverdi. N PN
El reconocido conjunto Champ d’Action
nos presenta en este compacto cuatro
obras camerísticas de Kaija Saariaho, dos
de las cuales (Grammaire des rêves y
Solar) demandan el concurso de un
director, aquí James Wood. Cendres la
escuchamos en versión para flauta, violonchelo y piano (los créditos nos dicen,
erróneamente, para flauta, viola y arpa)
y su material se basa en una obra bien
conocida de la autora finlandesa, la concertante …à la fumée. Saariaho se propone en Cendres que cada instrumento
mantenga un carácter propio en todos
los sentidos (melódico, tímbrico…) si
bien la visión de conjunto no puede
obviarse. También la oposición-relación,
en este caso entre voces e instrumentos,
entre los elementos que intervienen en
una misma obra lo encontramos en
Grammaire des rêves, para soprano,
contralto y conjunto instrumental. Es
esta una obra bellísima y muy poética,
de la mejor Saariaho, tendente a la simplicidad pero de una innegable complejidad que demanda la atención del oyente; un pequeño esfuerzo que se ve, por
supuesto, recompensado. Solar, para
grupo instrumental (con sintetizador)
parte de una cierta experimentación
armónica muy atractiva que ya se adivina en la obra anterior y que aquí parece
profundizarse.
Un fragmento del ballet Maa es el
origen de New Gates, para flauta, viola y
arpa (de hecho, es una transcripción de
la segunda parte, para flauta, clave y
violonchelo, de ese ballet), que es una
muestra más del personal y poético estilo de la autora, sin duda una de las compositoras más interesantes del panorama
actual.
Las versiones patentizan un profundo conocimiento de las obras y es este
un compacto que merece conocerse.
92
J.P.
SACK:
Lieder y obras para tecla. Lieder y obras
para tecla de C. H. Graun, C. G.
Krause, J. F. Agricola, Marpurg,
Nichelmann, Schale. KAI WESSEL,
contratenor; CHRISTOPH HAMMER, fortepiano.
ASSAI M 10 222302. DDD. 68’50’’. Grabación:
Dormagen, XI/2001. Productora: Barbara
Schwendowius. Ingeniero: Jürgen Königsfeld.
Distribuidor: Diverdi. N PN
Johann Philipp Sack (1722-1763), orga-
nista de la catedral de Berlín a partir de
1756, coincidió en la capital prusiana
con Carl Friedrich Fasch, los hermanos
Graun, Marpurg, Kirnberger y Emanuel
Bach. Todos ellos contribuyeron a lo
que se ha llamado la Primera escuela
berlinesa del lied que floreció hacia los
años cincuenta, para distinguirla de la
segunda escuela, reunida en torno a
Johann Friedrich Reichardt y Zumsteeg
después de 1780. Las obras que se conservan de Sack, quince lieder, entre ellos
tres odas dramáticas sobre poemas de
Friedrich Wilhelm Zachariä, y seis
pequeñas piezas para fortepiano, se
recogen en este CD, que se completa
con lieder de Carl Heinrich Graun, Christian Gottfried Krause, Johann Friedrich
Agricola, Marpurg, Nichelmann y unas
variaciones para tecla de Schale. El contratenor Kai Wessel despliega un gran
sentido dramático sobre todo en las tres
odas de Sack y un refinado arte en los
matices, el fraseo y la prosodia, así como
una expresión espontánea y natural que
hace olvidar, o al menos palía, la monotonía que siempre produce la estructura
estrófica de los lieder de esta etapa histórica. Christoph Hammer en un fortepiano del taller de Michael Walker según
un modelo Silbermann de 1749, que se
conserva en el Museo nacional germánico de Nuremberg, coadyuva a vivificar
estas melodías a base de una ornamentación sobria y bien aquilatada.
D.C.C.
SCARLATTI:
Sonatas, vol. IV. K. 140-187.
PIETER-JAN BELDER, clave.
3 CD BRILLIANT 92106. DDD. 60’25’’, 70’22’’ y
57’52’’. Grabación: Utrecht, V, IX y XI/2002.
Distribuidor: Cat Music. N PE
E l cuarto volumen de la integral de
sonatas scarlattianas que, siguiendo rigurosamente el orden del catálogo de Kirkpatrick, el holandés Pieter-Jan Belder
graba para Brilliant confirma las buenas
sensaciones de los tres anteriores. Ante
todo, Belder evita cualquier tipo de
extravagancia, es riguroso con los tempi
y la rítmica de las piezas, más que solvente técnicamente y de notable agudeza musical. Sus interpretaciones son en
general flexibles, elegantes y están ornamentadas con muy buen gusto. Tal vez
no alcance a profundizar en los contrastes y en el sentido poético de muchas de
estas piezas al nivel de los más grandes
(Baiano, Staier, Hantaï, Ross, Haas), pero
sus interpretaciones resultan claras, limpias y por momentos muy sugerentes,
como en las K. 160 y 167, en las que
hace un uso muy expresivo de los silencios, o en la K. 148, de línea elegantísima y nítida articulación. La K. 176 está
muy bien contrastada entre los dos tempi exigidos y en la K. 177 las repeticiones son sometidas a pequeñas variaciones agógicas y rítmicas de gran expresividad. Su pulsación resulta especialmente delicada en las K. 148 o 162, aunque
en esta última se hubiera precisado un
poco más de contraste.
Por el contrario, las sonatas más
rápidas suenan a veces un poco atropelladas (K. 142, 143 y 170, esta última
necesitada de más reposo) y en ocasiones la línea melódica tapa demasiado la
armonía de la mano izquierda (K. 164 y
165). En el terreno expresivo, se muestra comedido en momentos en los que la
música pide algo más de intensidad y
fogosidad (K. 141) y, tratando de evitar
el sentimentalismo, se queda algo corto
en el ensoñamiento que otras interpretaciones obtienen de la K. 144. En definitiva, versiones muy interesantes de las
sonatas de Scarlatti que, al precio que se
venden los discos de Brilliant, se convierten casi en imprescindibles para
cualquier aficionado a la música del
compositor napolitano.
P.J.V.
SCELSI:
Ixor. Preghiera per un’ombra. Ko-Lho.
Pwyll. Tre pezzi. Three latin prayers.
Rucke di Guck. CAROL ROBINSON, clarinete;
CLARA NOVAKOVA, flauta;
CATHY MILLIKEN, oboe.
MODE 192. DDD. 58’48’’. Grabación: Chatillon,
s. f. Productora: Carol Robinson. Ingeniero: Daniel
Deshays. Distribuidor: Diverdi. N PN
Hymnos. Hurqualia. Konx-Om-Pax.
Canti del Capricorno. PAULINE
VAILLANCOURT, soprano; DOUGLAS AHLSTEDT,
tenor. CARNEGIE MELLON PHILHARMONIC &
CONCERT CHOIR.
Director: JUAN PABLO IZQUIERDO.
MODE 95. DDD. 60’23’’. Grabación: Nueva York,
II/2000. Productor: Juan Pablo Izquierdo. Ingeniero:
Harold Walls. Distribuidor: Diverdi. N PN
Ante las piezas de cámara de Giacinto
Scelsi se tiene la certeza de que no están
compuestas como obras cerradas en sí
mismas, a la espera de poder ser mostradas en una interpretación estándar.
Antes al contrario, se trata normalmente
de obras pensadas en estrecho contacto
con los intérpretes destinatarios de las
piezas o, en todo caso, que han sido
reelaboradas, en un trabajo conjunto
entre el autor y el ejecutante, hasta llegar
al convencimiento de que la pieza ha
alcanzado el grado óptimo esperado. En
el disco Mode conteniendo piezas de
cámara, fundamentalmente de los años
50 para clarinete, flauta y oboe, aunque
se asiste a una recreación posterior ya
ajena a la supervisión de Scelsi, se siente
la presencia de Carol Robinson, la gran
clarinetista, que transmite al oyente su
particular y fructífera experiencia en la
propia mansión de Scelsi, a primeros de
los años 80, cuando trabajara en torno a
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Ari Rasilainen
LA MÚSICA COMO COMUNICACIÓN
SALLINEN: Una obertura solemne
(King Lear). Chorali. Sinfonías nºs 1 y
7. STAATSPHILHARMONIE RHEINLAND-PFALZ.
Director: ARI RASILAINEN.
CPO 999 918-2. DDD. 62’58’’. Grabación:
Ludwigshafen, VI/2002. Productor e ingeniero:
Stephan Reh. Distribuidor: Diverdi. N PN
Sallinen estuvo presente en las sesiones
de grabación de las obras de este compacto, de modo que los intérpretes se
beneficiaron de ello, si bien a un director de la talla de Ari Rasilainen (sobre
cuyo talento llamamos la atención desde aquí una vez más), profundo conocedor de este repertorio, no le resulta
imprescindible. Con todo, no está de
más saberlo para acabar de convencernos de que el ciclo sinfónico de Sallinen
que inaugura CPO con este compacto
será, al menos, tan interesante como el
recientemente concluido de Atterberg
(todo un descubrimiento para muchos).
Pues bien, resulta que cuando Sallinen
escuchó la grabación que aquí se nos
ofrece de su Sinfonía nº 1 (de principios de la década de 1970) le pareció
que esta obra era “de factura más
impresionista de lo que la recordaba”.
Reconoce que en ello debe influir algo
las obras Kho-lo e Ixor. El conocimiento
de esta música por parte de Robinson,
que ha aprendido del maestro el arte de
producir las vibraciones necesarias en su
instrumento para crear la sonoridad
espacial tan querida por Scelsi, es lo que
más llama la atención del presente registro, repleto de obras de un despojamiento casi doloroso, esencial. Da igual que
sea Ixor, Kho-lo, para flauta y clarinete o
las espléndidas Tre pezzi, de 1954: todas
las obras contienen el universo especial
de este autor único. La lección de Scelsi
se concreta en la construcción de una
música que el oyente la percibe próxima, una música que pareciera provenir
de la improvisación, de la inspiración
del instante y no de una tarea de composición larga y laboriosa: una música
hecha con sonidos y no con notas.
El disco ofrece una sorpresa, la versión de las Three latin prayers, la preciosista obra vocal de Scelsi de 1970, arreglada aquí para clarinete. No se pierde
nada del encanto de la pieza, que queda
como una de las muestras más puras del
arte del italiano.
Si bien no tienen ni Pauline Villancourt, la soprano, ni el tenor Douglas
Ahlstedt las cualidades extraordinarias
de un Nicolas Isherwood, intérprete en
una memorable prestación de los Cantos
de Capricornio en el sello Hat Art, la
selección de los Cantos, mostrada en el
disco Mode “Orchestral works, vol. 1”,
es de lo más pertinente, pues no se trata
de piezas de fácil acceso. Antes que la
formidable dramaturgia que es capaz de
la interpretación e incluso “las técnicas
de grabación ultramodernas”. Con esta
obra, y con Chorali (que aquí también
escuchamos y que fue compuesta por la
misma época), Sallinen dio un cierto
cambio de rumbo en su trayectoria creadora, acercándose a un cierto neoimpresionismo teñido de neorromanticismo
que apuntan a su estilo posterior, vinculándose así ya entonces al sinfonismo
de Sibelius aunque sin romper nunca
del todo con el poso que dejaron en él
experiencias vanguardistas anteriores.
Ya de la segunda mitad de la década de
1990 son la Sinfonía nº 7 y Una obertura solemne (King Lear), una y otra de
contenido programático, basadas respectivamente en El señor de los anillos y
en El rey Lear shakespeareano, que nos
presentan al compositor de gran capacidad evocadora (e incluso descriptiva)
de este operista nato que es, también,
un sinfonista de interés. Las cuatro
obras de este compacto, todas ellas
magníficas, dan cuenta del gran poder
comunicativo de Sallinen, cuya música
se dirige, evidentemente, a un público
amplio, no necesariamente familiarizado
con la contemporaneidad, de modo que
aquellos que amen a Sibelius, Richard
transmitir Isherwood, en las versiones
aquí presentes (los Cantos nº s 1, 2, 14,
15 y 19) se refuerza el lado más místico
y orientalizante del autor, hasta llegar a
tonos realmente sombríos, sobrecogedores en el último de los Cantos, para
voces con apoyo de los instrumentos de
la orquesta.
Salen peor paradas las tres grandes
piezas orquestales de este disco. La versión por excelencia de obras como Hymnos, Hurqualia y la inmensa Konx-OmPax sigue siendo la de Accord a cargo de
la Orquesta de Cracovia y Jürg Wyttenbach. La grandeza inherente a estas composiciones supera las posibilidades de
unos instrumentistas, los de la Carnegie
Mellon Philharmonic, que, aunque es
seguro que dan lo mejor de sí mismos,
no son capaces de insuflar ese lado vertiginoso que Wyttenbach descubre a la
perfección en la escritura orquestal de
Scelsi. No hace falta más que comparar
el potente uso de los metales en la versión de Cracovia con el tímido aporte
tímbrico de los norteamericanos para
afirmar que estamos ante lecturas diametralmente opuestas. El verdadero Scelsi
está en manos del experto Wyttenbach,
quien, además, contó con una toma de
sonido soberbia en aquellas grabaciones,
lo que no se puede decir de los responsables del disco de Mode: al sonido de la
orquesta le falta sensación de profundidad, precisamente lo que quiso expresar
con más ahínco Scelsi.
F.R.
Strauss y otros postrománticos, tienen
una cita con él. Pero no sólo a estos va
dirigido este compacto, sino que cualquiera puede hallar razones para abordar su audición, pues lo que se nos
ofrece es buenísimo y está interpretado
con la eficacia y entrega habituales en
Rasilainen. Estamos, pues, ante el principio de una integral de lo más prometedor. Convendrá estar al corriente de
los sucesivos volúmenes. De momento,
este es para no perdérselo.
Josep Pascual
SCHOENBERG:
Noche transfigurada op. 4. Sinfonía de
cámara op. 9. ORQUESTA DE BAVIERA.
Director: ZUBIN MEHTA.
FARAO B 108 042. DDD. 54’15’’. Productor: Felix
Gargerle. Ingeniero: Andreas Caemmerer.
Distribuidor: Gaudisc. N PN
Z ubin
Mehta ha abordado a menudo
determinadas obras de Schoenberg,
como las Variaciones op. 31, pero una
de sus favoritas parece ser la Sinfonía de
cámara op. 9, que le hemos podido
escuchar con una u otra formación
incluso en nuestro país. Ya la grabó para
Decca, y ahora repite en este sello. La
elección de Noche transfigurada como
acoplamiento intenta sin duda mostrar
las cercanías del Op. 9 con el mundo tardorromántico del que partía el maestro
vienés. En su momento, la Sinfonía
pudo resultar dura y difícil para los contemporáneos, pero aún quedaba mucho
para las obras no tonales. El sentido del
acoplamiento no lleva, sin embargo, a
renunciar al contraste. La lentitud elegida por Mehta para exponer poco a poco
el crescendo que va y viene en Noche
significa que en esta lectura el maestro
indio mira hacia atrás, mientras que el
despojamiento de su interpretación del
Op. 9 supone la opción contraria. Esto
es, Mehta opta por la cercanía, y sin
embargo marca con claridad los dos
mundos de Schoenberg, uno de aprendizaje, primera maestría y despedida, y
otro de enfrentamiento con el porvenir,
todavía con la carga del espíritu del
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SCHOENBERG-SHOSTAKOVICH
SCHUBERT:
Los amigos de Schubert. Vol. 2. BRIGITTE
GELLER, soprano; ULRICH EISENLOHR, piano.
NAXOS 8.557171. DDD. 70’10’’. Grabación:
Berlín, XII/2002. Productor: Dirk Hüner. Ingeniero:
Willi Leopold. Distribuidor: Ferysa. N PE
SCHUBERT
pasado. Al enfrentar así ambas obras,
Mehta parece sugerirnos que no se trata
de progreso ni de evolución, sino de
cambio. Y que el cambio procede del
acervo romántico, de la efervescencia
cromática, y que ahí está el punto de
partida hacia las líneas más diáfanas y
sin embargo más complejas del Op. 9. La
base de Mehta es una espléndida
orquesta virtuosa que sin embargo parece un conjunto distinto en cada obra. Un
disco de considerable interés por ejecución y por planteamiento.
S.M.B.
SCHUBERT:
Fantasía en do menor, D. 2e. Suleika,
op. 14. Segundo canto de Suleika, op.
31. Minueto en la mayor, D. 334.
Primero y segundo cantos de Elena, op.
52, nº 1 y 3. Tercer canto de Elena
(Himno a la Virgen), op. 52, nº 6.
Adagio en sol mayor, D. 178. Margarita
en la rueca, op. 2. Minueto en la
menor, D. 277a. Canto de Mignon;
Canciones de Mignon, op. 62, nºs 2, 4 y
3. JOHANNETTE ZOMER, soprano; ARTHUR
SCHOONDERWOERD, fortepiano.
ALPHA 044. DDD. 64’58’’. Grabación:
La Chaux-de-Fonds (Suiza), I/2003. Productor e
ingeniero: Hughes Deschaux. Distribuidor:
Diverdi. N PN
Para un oyente desprevenido o simple-
mente desconocedor de lo que puede
deparar un Schubert interpretado con
criterios estrictamente historicistas, no
son muy halagüeñas las primeras impresiones que respectivamente causan Arthur Schoonderwoerd y Johanette Zomer
en los inicios de la Fantasía en do
menor, D. 2e y de Suleika, op. 14. Sin
embargo, una vez acostumbrado el oído
y aceptadas como “naturales” las resonancias en múltiples planos armónicos
del fortepiano, la atención pasa a centrarse en el hermoso fraseo con que, fruto de una muy matizada pulsación, consigue su tañedor borrar toda sensación
de caja de música resquebrajada. Algo
semejante sucede con la soprano, que a
partir de la zona de paso encontrará
siempre muchas dificultades para mantener con toda brillantez y redondez las
notas largas, especialmente en dinámicas
bajas. El carácter mayoritariamente lírico
del repertorio escogido no obra a favor
de una aceptación paralelamente unánime a la que sin duda merecen la perfecta dicción y comprensión de los textos.
Resulta totalmente coherente con lo
dicho que los Lieder mejor logrados de
todo el recital sean, en primer lugar, una
Margarita en la rueca cargada de estupendo dramatismo y los pasajes más cercanos al recitativo del ciclo de Mignon.
Disco, pues, recomendado sobre todo
para los paladares schubertianos más
exquisitos, o expertos y curtidos, que
quieran aventurarse por caminos aún
poco trillados (al menos con este rigor),
pero al que también se ha de advertir
que las escuchas repetidas mejoran.
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A.B.M.
Para su inmensa producción cancioneril,
Schubert se valió de fuentes muy variadas, desde grandes nombres de la poesía
universal, en textos originales o traducidos, hasta los amigos que aparecen en
este compacto: Franz von Schober,
Matthäus von Collin, Franz von Bruchmann, Albert Stadler y Franz von Schlechta. En rigor, ninguno de ellos es un gran
poeta pero el título de la amistad schubertiana les basta para evitar el olvido.
Paisajes solitarios, la niña amada a distancia, la desdeñosa rompecorazones, la
luna, el sueño y el despertar, el vagabundeo, algo de la España hidalga y demás
tópicos de la cantera, insisten en estas
canciones. Pero también está Schubert,
claro, y eso cambia el registro de los
lugares comunes. Algunas piezas como
Noche y sueños o En un atrio cuentan
entre lo mejor del músico. Geller es una
excelente heredera de la soprano juvenil
de cámara.
Recuerda la tradición que viene de la
Schumann pasando por Seefried, Giebel
y Ameling. Su timbre es fresco y cristalino, su dicción es límpida, su lirismo fluye
sin tropiezos, su expresividad es rica y
directa. Puede contarnos breves historias,
describir un ambiente o meditar a la luz
del infalible satélite lunar. En la citada
Noche y sueños ofrece una viñeta de antología. Eisenlohr, bien conocido en este
tipo de obras, cumple con maestría.
B.M.
SCHULHOFF:
Concierto para piano y pequeña
orquesta.
ANTHEIL: Sinfonía de jazz para
piano y orquesta.
GERSHWIN: Concierto en fa.
MICHALE RISCHE, piano. ORQUESTA SINFÓNICA
DE LA RADIO DE BERLÍN. Directores: WAYNE
MARSHALL (ANTHEIL Y GERSHWIN). ORQUESTA
SINFÓNICA DE COLONIA, WDR. Director:
GUNTHER SCHULLER (SCHULHOFF).
ARTE NOVA 82876 51051 2. DDD. 64’25’’.
Grabaciones: Colonia, XII/1993 (Schulhoff), Berlín,
XII/2002, II/2003 (resto). Productores: Günther
Wollesheim (Colonia); Jens Schübnemann y Florian
Schmidt (Berlín). Ingenieros: Franz-Peter Esser
(Berlín). Distribuidor: Galileo MC. N PM
Este disco se titula Piano Concertos of
the 20s, vol. II. El lector tal vez recuerde
un primer volumen, con el mismo pianista y para el mismo sello, con obras de
Antheil, Copland, Honegger y Ravel
(véase SCHERZO nº164, pp. 72-73). Ese
momento de oro o acaso de plata de la
música que se oía en Europa y en parte
en Estados Unidos ha inspirado a este
magnífico pianista alemán, hasta el
momento, estos dos discos. Estamos
ante una idea de vanguardia que se
desarrolla en esos años en que se sistematizará el serialismo, se define el neoclasicismo y se asumen las aportaciones
llevadas a cabo desde antes de la guerra.
Vemos que Antheil repite en este CD, y
lo hace con una obra que, pese al título,
no tiene gran cosa de jazz, que en rigor
es deudora del espíritu de obras como
Le boef sur le toit y que se presenta como
una secuencia rondó-popurrí, con sus
citas, evocaciones, incursiones en el
mundo de la música ligera, etc. Schulhoff, que no es americano, sino checo,
está más cerca del espíritu jazzístico en
esta sugestiva obra concertante, tres
movimientos de una musicalidad pletórica. En cuanto a Gershwin, tanto en el
Concierto en fa como en la Rapsodia
sigue sobre todo el espíritu del blues.
Hay que tener en cuenta que jazz no significaba lo mismo para las gentes de
hace ochenta años que para los de los
años 60 y 70 del siglo XX; y, de ahí, en
adelante.
Era un término que aludía a inquietudes nuevas y actitudes de ruptura,
puesto que se asociaba “a la danza, la
vitalidad” e incluso “el acto sexual” (Diccionario del Jazz, Anaya & Mario Muchnik, p. 627), y no se da a conocer hasta
1917. Por lo tanto, muy bien podía ser
para ellos jazz lo que para nosotros es
música comercial, ligera, danzante, cosas
así. A condición de que fuera todo bastante movidito; es decir, el blues iba por
otra parte y todavía faltaba mucho para
el cool jazz. Lo cierto es que un recital
como éste tiene algo de evocación honda y entrañable. Estas músicas formaron
parte de un icono sonoro que, aunque
no se agote en ellas, les debe buena parte de lo más típico y significativo de una
era que, como todas, se desconoció a sí
misma clamorosamente.
Esta modernidad que cumple ochenta años sigue teniendo su gracia y su
fuerza, sigue sugiriendo que fue vanguardia y que algo le queda de ese espíritu. Michael Rische, con dos muy buenas orquestas de radio y dos directores
muy distintos entre sí, consigue un CD
sugestivo, cordial, tenso, nervioso y
saludable. Uno de esos directores, Schuller, es uno de los más destacados compositores de Estados Unidos, pero también es un músico integral. Schuller dirige el acompañamiento, precisamente, de
la obra no americana del CD.
El joven británico Wayne Marshall es
pianista, organista, director, músico de
jazz y compositor. Para los tres artistas,
este repertorio es el de sus ascendientes
inmediatos. Ni siquiera ancestros, apenas los abuelos. Y a los abuelos uno los
respeta mucho. Por eso consiguen los
tres, con ambas orquestas, este espléndido disco.
S.M.B.
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SCHOENBERG-SHOSTAKOVICH
SCIARRINO:
Pagine & Canzoniere da Scarlatti.
CUARTETO DE SAXOFONES XASAX.
ZIG-ZAG TERRITORIES ZZT 031001. DDD.
68’12’’. Grabación: Blois, IV/2003. Producción:
WDR. Ingeniero: François Eckert. Distribuidor:
Harmonia Mundi. N PN
Luci mie traditrici. JUNKO SALTO, TIMOTHY
SHARP, BEATE GABRIEL, GALINA TCHERNOVA,
RALPH HEILIGTAG. ENSEMBLE
RISOGNANZE. Director: TITO CECCHERINI.
STRADIVARIUS STR 33645. DDD. 70’07’’.
Grabación: Milán, VII/2002. Producción:
Academia de Montegral, Risognanze. Ingeniero:
Michael Seberich. Distribuidor: Diverdi. N PN
P eter Szendy, en el libro Escucha, de
reciente edición en Paidós, reivindica el
acto de la escucha al asignar al oyente el
papel de re-creador, en su mente, de la
obra musical. El compositor que lleva a
cabo la transcripción y el arreglo de la
obra del pasado, asume el papel de
oyente que quiere hacernos escuchar su
propia escucha. Este es el caso de Sciarrino cuando se propone servirnos en un
arreglo para cuarteto de saxofones músicas de Gesualdo, Scarlatti, Mozart, Porter, Gershwin y el Ars Nova. El disco
Pagine & Canzoniere da Scarlatti, maravillosamente interpretado por el grupo
Xasax, recoge un vibrante y sustancioso
abanico de obras que, como se dice en
el formidable texto que acompaña al
registro (que merece una lectura detenida), firmado por Jean-Baptiste Apéré,
quedan aquí convertidas en objetos
sonoros de nuestro tiempo: Sciarrino no
quiere demostrar nada, sólo desmonta el
original para ofrecernos algo así como
las líneas y los nervios de cada una de
las composiciones tratadas. La transformación es absolutamente fascinante y el
resultado puede sorprender y conmover
a todo tipo de públicos. Los momentos
fuertes del disco son el Adagio de la
Gran Partita de Mozart, las piezas anónimas del Ars Nova, las Sonatas nºs 223
y 257 de Scarlatti y, sobre todo, la versión de la canción de Cole Porter I’ve got
you under my skin. Este clásico del siglo
XX, que hemos admirado en la voz de
Sinatra, cobra un tono especialmente
nostálgico en el arreglo de Sciarrino y la
formidable prestación de Xasax: una
obra maestra.
El registro de Stradivarius de la pieza
de teatro musical Luci mie traditrici,
compuesta por Sciarrino a partir de la
obra de Cicognini acerca del asesinato
de Maria de Avalos a manos de Carlo
Gesualdo, nos viene a demostrar, como
ya lo hiciera la versión del Klangforum
Wien (sello Kairos), que estamos ante
una obra, a falta del componente escenográfico, que pierde enormemente sólo
con la escucha. El tono sutil, casi a punto de extinguirse de puro evanescente,
del tejido sonoro dispuesto por el italiano, funciona muy bien en creaciones
como Vanitas, donde la ductilidad de la
voz otorga un fuerte tono dramático,
pero aquí la uniformidad del canto y el
arsenal instrumental en constante pianissimo, acaban por ahogar el discurso. El
material habría funcionado mucho mejor
en una pieza de más corta duración. La
obra discurre libre de tensiones, con lo
que queda como un ejercicio de estilo.
El Luci mie traditrici de la nueva
versión de Stradivarius es mucho más
convincente que la del sello Kairos. Las
diferencias son notables ya desde el mismo inicio: en el Prólogo, la voz de presentación del drama está demasiado presente en la versión de Kairos, con una
toma de sonido en exceso plana, que no
respeta la indicación del libreto: la voz
ha de encontrarse “dietro il sipario”
(detrás del telón). Esa característica de
las voces, como si adoptaran el papel de
solistas de una pieza para voz e instrumentos y no representasen un drama,
pesa sobre toda la lectura que hacen los
músicos del Klangforum Wien de esta
obra, mientras que en la versión del
sello italiano, la mejor prestación de los
cantantes (Beate Gabriel y Junko Salto a
la cabeza) y la excelente toma de sonido, permiten escuchar la obra en ese
tono justo de temblor (seres casi incorpóreos, parientes lejanos de Pelleas), de
susurro, que tanto fascina a Sciarrino.
F.R.
SHOSTAKOVICH:
Conciertos para piano nºs 1 y 2.
SHCHEDRIN: Concierto para piano
nº 2. MARC-ANDRÉ HAMELIN, PIANO; MARK
O’KEEFFE, TROMPETA (Shostakovich, nº 1).
ORQUESTA SINFÓNICA DE LA BBC ESCOCESA.
Director: ANDREW LITTON.
HYPERION CDA67425. DDD. 63’15’’. Grabación:
Dundee, III-IV/2003. Productor: Andrew Keener.
Ingeniero: Simon Eadon. Distribuidor: Harmonia
Mundi. N PN
Este CD propone treinta años de literatu-
ra concertante para piano en la URSS. No
puede tratarse de un mal resumen, puesto que están representados los dos grandes de sendas generaciones de la composición soviética, desde la juvenil entrega del Shostakovich anterior al éxito (y al
martirio) de su segunda ópera, hasta la
también juvenil segunda de Rodion
Shchedrin; juvenil, pero algo menos.
Andrew Litton trata con delicadeza, con
sumo cuidado, con misterio tanto el Lento del Concierto op. 35 como el Andante
del Op. 102. El estilo es tal vez el mismo,
pero el alcance y el temperamento han
cambiado. No aparecen aquí los contrastes que dejan apreciar claramente las sinfonías compuestas en esos años. Estamos
ante movimientos lentos ganados por el
ensueño, en el que Litton y Hamelin se
recrean y deleitan. Son los movimientos
extremos, sin embargo, los que dejan ver
una continuidad espiritual entre ambas
piezas concertantes. ¿No recuerda mucho
a Prokofiev?
Las rupturas se hacen evidentes en
Shchedrin. Aunque el universo tonal siga
siendo el mismo, su puesta en cuestión
es evidente. Ya no queda rastro de clasicismo o de romanticismo de salón, y
emergen las agresiones a aquel otro imaginario sonoro que acaso Shostakovich
se vio obligado a mantener. Tampoco
está lejos Prokofiev, cuya lección es tan
necesaria como la del autor de La nariz.
Hamelin y Litton cambian de tono: el
estruendo, la agresión sonora se imponen, aunque una secuencia de contrastes finales permitan que asome por allí
la intermitencia de un Andante. Ese ir y
venir, ese surgir y volverse a hundir, esa
agresión sonora como vocación de libertad constituyen el despliegue estético
que se propone con estos más de treinta
años soviéticos. Un excelente virtuoso,
Marc-André Hamelin, y un magnífico
acompañamiento, la BBC escocesa y
Andrew Litton, le dan excelencia al recorrido. El trompeta Mark O’Keeffe puntea
las sugerentes líneas líricas o humorísticas que matizan el Op. 35. En fin, de
nuevo los dos Conciertos de Shostakovich, pero en espléndidas propuestas y
con un contraste muy sabio en la obra
de Shchedrin.
S.M.B.
SHOSTAKOVICH:
Sinfonía nº 7 “Leningrado”.
WDR SINFONIE-ORCHESTER KÖLN.
Director: SEMION BICHKOV.
AVIE AV 0020. DDD. 72’30’’. Grabación: Colonia,
II/2003. Productor: François Eckert. Ingeniero:
Christoph Gronarz. Distribuidor: Gaudisc. N PN
No es la Leningrado el único título que
plantea Shostakovich como un crescendo-bomba, pero sí el más conocido y el
más característico. Dime cómo buscas la
explosión del Allegro final y te diré qué
sinfonismo me planteas. El equilibrio
sonoro que en Shostakovich suele ir del
discurso nocturno y desolación al de
crecimiento e inflamación lo encuentra
Bichkov, con la Orquesta de la Radio de
Colonia, por los métodos clásicos, ortodoxos y bien probados de los viejos
maestros. No es que Bichkov se muestre
mimético, es que se atiene a un espíritu
que ha dado bueno resultados, y en el
que maestros como él han bebido hasta
inspirarse.
Bichkov nació en 1952 en esa ciudad sometida a cambios de nombre a
que se refiere el título de la sinfonía. La
leyenda del cerco debía de estar viva,
mas también sus matices y el lado horrible que no viajó al oeste con las partituras esperadas por Toscanini y otros
maestros. Tal vez por eso consigue Bichkov, que emigró tan pronto como 1975
(año de la muerte de Shostakovich, precisamente), un discurso muy equilibrado, en el que la épica tiene tanto derecho a presencia como el horror (marca
de fábrica). Se imponía el optimismo en
tiempos de Shostakovich, como un
deber. Bichkov lo asume así, al cabo de
los años, porque, aunque no único, es
uno de los sentidos encerrados (¿el más
explícito?) en el itinerario en que se
resuelve ese peligroso Allegro final. En
ese sentido, es la de Bichkov y Colonia
una espléndida lectura, acaso a mitad de
camino entre los viejos maestros y los
discursos que permitió poco a poco la
distancia.
S.M.B.
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SHOSTAKOVICH-DEL TREDICI
Cuarteto Brodsky
ATREVIMIENTO Y MESURA
SHOSTAKOVICH: Los cuartetos de
cuerda. CUARTETO BRODSKY.
6 CD TELDEC 2564 60867-2. DDD. 375’52’’.
Grabación: Berlín, II, VII y IX/1989. Productor:
Bernhard Mnich. Ingenieros: Michael Brammann y
Eberhard Sengpiel. Distribuidor: Cat Music. R PM
Hace algo más de once años realizába-
mos en estas páginas un estudio comparativo de las tres integrales de los
Cuartetos de cuerda de Shostakovich
que en ese momento se encontraban
en formato CD: la segunda del Borodin
(EMI), la del Fitzwilliam (Decca) y la
entonces reciente del Cuarteto Brodsky
(1989). Esta última la reedita ahora Teldec, justo en el momento en que el
Challenge Classics, el sello que ahora
acoge al Brodsky, realiza un excelente
lanzamiento de nuevos registros de esta
agrupación.
El mercado (por decirlo así) estaba
dominado a finales de los ochenta por
aquellas dos integrales, que habían
adquirido la reputación de indiscutibles. La irrupción del Brodsky fue
valiente, no sólo por el desafío en sí,
sino por aceptarlo en los términos en
que estos jóvenes instrumentistas lo
hicieron. El Brodsky no llegaba para
decir lo que ya habían dicho los compatriotas de Shostakovich o los compatriotas británicos del Brodsky. No venían a ser más dramáticos, más expresivos, más chirriantes que el Fitzwilliam.
Venían a decir otra cosa. Y a lo largo de
quince bellísimos cuartetos, supieron
SHOSTAKOVICH:
Sinfonía nº 10. O RQUESTA N ACIONAL
FRANCIA. Director: KURT SANDERLING.
DE
NAÏVE V 4973. ADD. 53’25’’. Grabación: París,
Théâtre des Champs-Elysées, 8-I-1978 (en vivo).
Ingeniero (reprocesado): Jean-François Pentefract.
Distribuidor: Naïve. N PN
Más o menos en paralelo con su inolvi-
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dable parcial Shostakovich para Eterna
(sello de la RDA cuyos fondos han pasado
en su mayor parte a Berlin Classics), Sanderling grababa esta Décima en París, en
vivo, con resultados muy semejantes, a
pesar de la índole tan distinta de la Nacional francesa con respecto a la Sinfónica de
Berlín. Atención, hemos escrito índole, no
calidad ni categoría, que en eso habría
que ponerse histórico, ya que no es lo
mismo la Nacional Francesa de 1978 que
la de unos años antes. En cambio, la Sinfónica intramuro mantiene en esas décadas un nivel siempre igual a sí mismo.
Sanderling conoce el secreto de Shostakovich, como tantos aficionados y artistas,
pero él sabe darlo, motivarlo, prepararlo,
planificarlo. El resultado es el aparente
equilibrio entre la crueldad dolorida de
los lentos y el rechinar de los Allegros que
se fingen danzantes. Equilibrio, en este
caso, es palabra equívoca, porque lo que
Sanderling provoca tiene poco de equili-
decir algo distinto en cada ocasión; no
por oposición, sino dentro de la lógica
de un discurso que tenía sentido en
cada uno de los quince cuartetos y,
además, a lo largo de un solo discurso
deducido de cada de uno esos discursos parciales.
El Brodsky se aventuró, sin forzar
las cosas, por el lado de la ironía, por el
de la sugerencia (aunque fuera a costa
de la brillantez), por el de la elegía, que
a menudo ponían en cuestión después
de enunciarla. Y cuando era necesario
negar o afirmar, los del Brodsky huían
de lo rotundo. No renuncian a lo chirriante, porque entonces no sería Shostakovich: atención al Allegretto que cierra el Cuarto. Pero se sienten a sus
anchas en el despliegue cantabile del
Sexto. El más conocido de todos ellos,
el Octavo, es una culminación, no la
única, y en esta obra crispadísima se
advierte el sentido de la integral: no
hay virulencia ni violencia más allá de
lo estrictamente acotado por un decidido sentido de la medida, donde las
cosas apenas son manifiestas. Esa contención se mantiene en los terribles episodios de Noveno y Décimo. La dialéctica entre paz y renuncia se enseñorea
de los últimos cuartetos. Poco a poco
comprendemos el sentido de unas lecturas que buscan el clasicismo de lo
austero, incluso el lado apolíneo del
horror. Estamos ante unas versiones
que son un compromiso, un equilibrio
y una búsqueda de sentidos más allá de
brado. Pero no es inexacta, porque el arte
de este director expresa equilibradamente
una trágica fragilidad en la que está desterrada la solemnidad, aunque no el lirismo.
En resumen, excelente testimonio en vivo
de una visita parisiense de Kurt Sanderling hace más de treinta y cinco años, de
enorme interés, aunque no resulte
imprescindible para quienes conozcan o
posean la lectura berlinesa.
S.M.B.
SHOSTAKOVICH:
Sinfonía nº 10. ORQUESTA BEETHOVEN DE
BONN. Director: ROMAN KOFMAN.
MDG Gold 337 1201-2. DDD. 55’26’’. Grabación:
Bad Godesberg, III/2003. Productor: Werner
Drabinghaus y Reimund Grimm. Ingeniero:
Werner Drabinghaus. Distribuidor: Antar. N PN
La Décima de Shostakovich se configura
poco a poco como una de las favoritas.
Tiene algo de programa secreto: ¿secreto
a voces? Tiene uno la impresión, sin duda
discutible, de que el meollo está en esa
terrible danza del breve Allegro, segundo
movimiento en forma de Scherzo cuyo
clima de exasperación regresa en la
segunda parte del cuarto movimiento,
Andante-Allegro. Ahí encontramos alegría
lo evidente, lo rotundo, lo notorio.
En fin, la del Brodsky de finales de
los ochenta sigue siendo ahora una de
las grandes propuestas, junto con las
compañeras de aquel amplio comentario; y junto con al menos otras dos aparecidas más tarde, una anterior, la del
Cuarteto Shostakovich (Olympia), y otra
reciente, la del Emerson String Quartet
(Deutsche Grammophon). Sin contar
con la primera integral del Borodin ni,
desde luego, con la que esta agrupación
no llegó para concluir para Virgin, y que
hubiera sido la tercera. Ninguna de ellas
dice lo que dicen las demás. Y, entre
esos discursos, sigue siendo referencia
la atrevida y mesurada lectura, cargada
de sentidos, de aquellos jóvenes del
Brodsky hacia 1989.
Santiago Martín Bermúdez
desbordante, ilimitada, borracha. Es una
alegría innoble, es la alegría por la muerte
de alguien, de algo. Y el autor aporta
acervo popular para ese autorretrato en la
miseria: retrato del músico como caníbal/víctima, o acaso retrato del terrorista
bailarín. No necesitamos dar detalles.
Shostakovich guardaba silencio sinfónico
desde la Novena. Han pasado ocho años
y puede mirarse al espejo. Y lo que ve le
horroriza tanto, que se retrata en ambos
abominables Allegros. Quién sabe si no
está ahí la progresiva actualidad de esta
obra para nuestros días. Pocas épocas
han sido como la nuestra, que busca el
efecto de Narciso en la autodenigración.
Hay un espectador actual, típico aunque
no medio, que necesita la denigración de
su entorno para sentirse mejor. Provisionalmente, efímeramente mejor; casi como
quien toma una dosis. Es una necesidad,
no un vicio. Necesidad estética, es decir,
con algo de repulsivo. Por eso, Shostakovich es uno de sus músicos. Con el olfato
tan exquisito de Drabinghaus y Grimm,
salta de nuevo una Décima de alto nivel.
Roman Kofman y una orquesta fuera de
los circuitos hacen sonar esta Décima con
esa síntesis de lirismo tenso y ominoso,
por una parte, y de caricatura injuriosa
por otra, que tanto necesita esta obra y
otros muchos momentos del itinerario
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SHOSTAKOVICH-DEL TREDICI
estético de Shostakovich. Desmuestra
Kofman conocer uno de los secretos del
arte de hacer sonar Shostakovich, de
conseguir belleza a partir de elementos
enfermizos unas veces, turbadores otras,
con lo que también tienen su oportunidad ecos de épica y de pura lírica. Un
excelente disco, que no revolucionará la
discografía de este ya gigantesco compositor, pero que sin duda se colocará por
méritos junto a otros grandes, junto a
otras Décimas que lo acogerán con beneplácito, no con indulgencia (Mravinski,
Karajan, Sanderling, Kondrashin, Rozhdestvenski, Svetlanov, Haitink, Barshai).
S.M.B.
SOLER:
Sonatas para clave. Vol. 9.
GILBERT ROWLAND, clave.
NAXOS 8.555032. DDD. 72’41’’.
Sonatas para clave. Vol. 10.
GILBERT ROWLAND, clave.
NAXOS 8.557137. DDD. 73’51’’. Grabaciones:
Surrey, VII/2000 (vol. 9) y VII/2002. Productor e
Ingeniero: John Taylor. Distribuidor: Ferysa. N PE
Paso a paso, el clavecinista escocés Gil-
bert Rowland completa la integral de
sonatas para teclado del Padre Soler con
la eficacia y regularidad que hasta ahora
le han caracterizado. La fórmula de presentación es siempre la misma: combina
varias sonatas de un solo movimiento
con otras de tres o de cuatro, que en los
últimos volúmenes, incluido el noveno,
formaba parte del Op. 8. Este volumen
incluye, además, una de las piezas más
populares del compositor de Olot, la
Sonata nº 84, además de otras de plena
madurez, como la nº 119 y la nº 132. El
décimo contiene, entre otras, la nº 64,
segunda de la colección de seis escritas
en 1777, o la nº 61, compuesta un año
antes de su muerte, que contiene todos
los elementos del arte desarrollado por el
autor en su plenitud. Las lecturas de
Rowland resultan enérgicas y rotundas,
quizás un punto excesivamente estructuralistas, pero la solidez de la propuesta la
convierte en una opción válida aunque
por debajo de trabajos aislados como los
de Maggie Smith o Alicia de Larrocha (al
piano). Su preocupación por los aspectos
técnicos le resta capacidad de fantasía.
Resulta en algunos momentos demasiado
uniforme (Allegretto de la nº 64 o la nº
78, por ejemplo). Falta variedad aunque
sobre solvencia.
C.V.N.
STRAVINSKI:
Suite italiana para violín y piano.
Divertimento para violín y piano. Dúo
concertante para violín y piano. DORA
BRATCHKOVA, violín; ALDO ORVIETO, VIOLETA
POPOVA Y ANDREAS MEYER-HERMANN, piano.
CPO 999 941-2. DDD. 55’06’’. Grabaciones:
Saarbrücken, VII/1996 y II/1997. Productores:
Wolfgang Korb y Burkhard Schmilgun. Ingenieros:
Helmut Hill y Winfried Götzinger. Distribuidor:
Diverdi. N PN
Señalemos de entrada una nota característica que ya no suele darse en la selección de obras para conformar un CD: la
coherencia del programa aquí ofrecido.
Estamos, en efecto, ante tres composiciones para violín y piano de Igor Stravinski
(1882-1971), todas ellas escritas, en el
intervalo de tres años, dentro de la primera mitad de la década de los treinta del
siglo pasado. Bien representativas de esta
etapa del compositor ruso, llámese neoclásica o como quiera llamársele, y pertenecientes al periodo de su nacionalidad
francesa, de su italianismo y admiración
por el fascismo —del que después se
desengañaría—, de su dedicación a la
dirección de orquesta, de su atención al
piano como solista —a menudo con el
violinista americano Samuel Duschkin o
con su hijo Sulima—, y lejos pues de su
nacionalización estadounidense, de su
periodo americano y de su adscripción al
serialismo. Añadamos la calidad interpretativa: intensidad, emotiva expresividad,
ajustado y sobrio virtuosismo, potencia y
pulcritud, ductilidad, en la violinista búlgara Dora Bratchkova, que penetra en el
espíritu de cada una de las obras resaltando sus características, sean el tono burlesco, la recreación melódica, la puesta al
día de ecos del ayer más o menos lejano… A no menos altura prestan sus servicios los pianistas Aldo Orvieto, Violeta
Popota y Andreas Meyer-Hermann, en
sus respectivas obras, siendo perfectos
complementos del violín o desarrollando
un diálogo de igual a igual con él, según
las exigencias del compositor. Quedan de
manifiesto la ironía y la intencionalidad
de la Suite italiana; la luminosidad y la
habilidad combinatoria del Divertimento;
el lirismo, la brillantez y la riqueza melódica del Dúo concertante. No es tan difícil, como puede verse, hacer coexistir la
coherencia con la intención didáctica —
mostrarnos aquí un periodo determinado
de un compositor que años después daría
un giro notable a su trayectoria—, y a la
vez facilitar al aficionado un programa
grato a sus oídos.
J.G.M.
TOCH:
Sinfonías nºs 1 y 4. ORQUESTA SINFÓNICA DE
RADIO DE BERLÍN. Director: ALUN FRANCIS.
LA
CPO 999 774-2. DDD. 66’38’’. Grabación: Berlín,
IV/2002. Productor: Klaus Bischke. Ingeniero:
Henri Thaon. Distribuidor: Diverdi. N PN
Brahms, Bruckner y César Franck abordaron la composición de sinfonías ya en
su madurez; lo mismo Ernst Toch (18871964), que escribió su Sinfonía nº 1 a
los sesenta y tres años de edad. Toch llegó, pues, tarde a la sinfonía, después de
haberse dedicado preferentemente a
componer obras de cámara y más tarde,
empujado a establecerse en Estados Unidos por la llegada de los nazis al poder
(Toch era vienés y judío), a la música de
cine. En Estados Unidos también se
dedicó a la enseñanza y ello le llevó a
componer más bien poco (aparte de las
bandas sonoras), hasta que en 1948
decidió dedicarse plenamente a la com-
posición al sentir que la muerte se acercaba (tuvo un ataque al corazón y estaba, desde su huída de Europa, profundamente deprimido). De modo que sintió
la necesidad de componer y abordó la
sinfonía. Y para componer su Sinfonía
nº 1 buscó un refugio en el que no
hubiera teléfono ni nada que le molestara, y lo halló en su Viena natal, donde se
estrenó con éxito, dándola después a
conocer Klemperer en Amsterdam, Keilberth en Colonia y Steinberg en los Estados Unidos. la estructura de cada uno de
sus cuatro movimientos es muy libre y
su lenguaje es sumamente personal, creando la sensación de que no es del todo
tonal ni del todo atonal, aunque los vínculos con la tonalidad tradicional son
evidentes, como también es evidente
que la creación de la obra obedece a
una profunda necesidad expresiva. La
posterior Sinfonía nº 4 (estrenada en
1957 por Antal Dorati) está dedicada a
Marian MacDowell (viuda del compositor Edward MacDowell) y Toch escribió
unos textos de reconocimiento a esta
dama que explican la obra, que debían
ser recitados en el estreno. No fue así,
pero en esta grabación Alun Francis los
declama siguiendo las indicaciones del
compositor. Por encima de lo poco o
mucho que el texto ilustre acerca de la
música, ésta es (como en el caso de la
Sinfonía nº 1) lo suficientemente abstracta y personal como para poder prescindir de las palabras. Excelente, como
siempre, Alun Francis, buen conocedor
de la música de Toch, cuyas Sinfonías
nº 2, 3, 5, 6 y 7 ya ha llevado al disco.
J.P.
DEL TREDICI:
Syzygy, para soprano, trompa y
orquesta de cámara. 4 Canciones con
poemas de James Joyce. 2 Canciones
con poemas de James Joyce. Vintage
Alice. LUCY SHELTON, soprano; JAN
HARSHAGEN, trompa; PEPPIE WIERSMA Y
WIM VOS, tubular bells (Syzygy). ASKO
ENSEMBLE. Director: OLIVER KNUSSEN (SYZYGY).
DAVID DEL TREDICI, piano (CANCIONES). LEO VAN
OOSTROM Y MICHAEL VAN DIJK, saxos; HANS
WESSELING, mandolina; HELENUS DE RIJKE,
banjo: MINY DEKKERS, acordeón.
DEUTSCHE GRAMMOPHON 20/21 447 753-2.
DDD. 69’. Grabaciones: Utrecht, IV/1993 (Syzygy);
La Haya, XII/1994 (Alice); Nueva York, XII/1997
(Canciones). Productores: Willem Hering y Renée
Jonker. Ingenieros: Adriaan Verstijnen y Nelson
Wong. N PN
Atención a estas obras que son teatro y
son voz. Si consideramos obras de
juventud de un autor que ahora tiene
setenta y seis años las compuestas antes
de los treinta, tres de las cuatro aquí
incluidas lo son plenamente: los dos
ciclos de Canciones y el díptico vocal
Syzygy; los textos, en los tres casos, son
de James Joyce (de colecciones como
Pomes Penyeach). Algo posterior es Vintage Alice (1972), enloquecida escena
relativa a un “mad tead-party”. No es la
primera ni la última vez que la Alicia de
Carroll tienta a David del Tredici, que
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DEL TREDICI-VERDI
Carole Cerasi
PIEZAS OTOÑALES
TOMKINS: Música para clave
y virginal. CAROLE CERASI.
METRONOME MET CD 1049. DDD. 73’33’’.
Grabación: East Woodhay, XII/2000. Productor:
James Johnstone. Ingeniero: John Taylor.
Distribuidor: Gaudisc. N PN
Thomas Tomkins (1572-1656) compuso
casi toda su obra para teclado al final
de su longeva y fructífera existencia,
cuando pudo retirarse tranquilamente
gracias al matrimonio de su hijo con
una viuda adinerada. La música, que
mira al pasado (a su maestro Byrd, fundamentalmente), es de gran variedad, e
incluye In Nomines, danzas, fancies,
voluntaries, grounds, variaciones y
algunas piezas humorísticas o de carácter. En un clave y un virginal basados
en modelos holandeses, la sueca de origen turco-sefardí Carole Cerasi ofrece
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compondrá años más tarde Final Alice,
violentísima música para un texto que
no lo es tanto; y que ya había entrado
en los dominios de esta inquietante
muchacha con otras obras. El mundo
sonoro de Syzygy es en lo instrumental
rico y colorista, mientras en lo vocal
hace uso de toda una serie de recursos
entonces recientes en la explotación de
la voz, con un resultado que podríamos
considerar de un vanguardismo personal; es decir, es algo diferente al vanguardismo, si la vanguardia reclama ejército o al menos guerrilla o banda armada, y no es éste el caso. Un compositor
de veintinueve años nos plantea este
díptico de auténtica música como muestra de su capacidad de desarrollo y de la
aplicación de descubrimientos sonoros
que aún hoy nos dicen algo, entre otras
cosas porque en su día renunciaron a la
provocación y pretendieron un sentido;
uno, o varios. El caso es que con obras
como el díptico abandona del Tredici el
seguidismo atonal. Los dos ciclos de Joyce con acompañamiento pianístico son
pleno aprendizaje, obras bellas que tienen muy en cuenta el puente entre
aportación del siglo XX y tradición posromántica; ésta, como referencia, no
como elemento constitutivo, porque hay
más Viena y, sobre todo, más Francia en
estos dos ciclos que pasado lejano o
esencia vanguardista. Ahora bien, la propuesta de Vintage Alice resulta aún más
sugestiva, atrevida y teatral: Alicia, ella
sola delante del sombrerero y la liebre, a
las que aquí no se les permite decir ni
cantar palabra (¿hay que tomarse esto
como un alivio?), desgrana a Carroll y un
canto que es una nursey rhyme un poco
tontorrona, que se deforma, que echa a
volar y que no hay quien la detenga ni
la comprenda al final. El texto para Alicia viene de Carroll, pero también de
“otros materiales victorianos”; hay que
notar, hacia el final, un esperpéntico
Dios salve a la reina. El acordeón, pero
en este disco una muestra de diecinueve de esas piezas interpretadas con una
exquisita sensibilidad. Sus versiones
están planteadas desde el equilibrio
más depurado de la polifonía, una
notable agilidad en la articulación, elegancia ornamental y tempi moderados,
que permiten respirar majestuosamente
a las pavanas y trotar con gracia a las
gallardas.
La sonoridad tenue y cálida del virginal es convenientemente aprovechada en piezas tan hermosas y expresivas
como La pavana triste para estos tiempos turbulentos, datada el 14 de febrero
de 1649, apenas dos semanas después
de la ejecución del rey Carlos I, o en
Fortune my Foe, de impecable cantabilidad. El timbre del clave es mucho más
brillante, lo cual es bien aprovechado
para el contraste de colores y permite
también los saxos y la mandolina, crean
una casita sonora muy especial para esta
casi media hora con Alicia. Ojo, también
era casi media hora el díptico, y con esto
no señalamos sino la capacidad de desarrollo de David del Tredici tanto en su
última juventud como en su primera
madurez. Este CD le deja a uno con
ganas de más obras de este compositor.
Lucy Shelton es la heroína del recital, un recital bello y sugerente que ella
eleva a obra de arte sonora tanto en las
tres veces Joyce como en el monólogo de
Alicia. Recorre Shelton una buena parte
de la historia vocal de Occidente en su
muestrario de voces acompañadas, y
hasta recita. La acompaña Knussen en
las obras con acompañamiento, y el propio compositor en los dos ciclos juveniles de Joyce. Sentido, humor y una
belleza con su poquito de agresividad:
un muy buen disco.
acentuaciones más intensas, incluso
agresivas, como en la Gallarda de Lady
Folliott’s.
Pablo J. Vayón
Pese a la alta calidad que la caracteriza, la música de Vallet ha tenido hasta la
fecha una escasa resonancia discográfica
(cabe recordar, no obstante, el monográfico que Hopkinson Smith le dedicó en
Astrée hace una década, hoy descatalogado), por lo que la iniciativa de Paul
O’Dette resulta muy oportuna. El laudista
estadounidense tiene la rara virtud de
convertir en sencillo todo lo que hace.
Toca el instrumento con la misma naturalidad de alguien que bebe un vaso de
agua: el sonido es claro y brillante incluso
en los pasajes polifónicos más complicados, las piezas respiran por medio de fraseos siempre adecuados a su carácter
expresivo. Y, como ya ocurría en su
Dowland, la vena melancólica no se vuelve nunca apesadumbrada y plomiza. En
suma, un disco que hace honor tanto al
compositor como al intérprete.
S.R.
S.M.B.
VALLET:
Le secret des muses. PAUL O’DETTE, laúd.
HARMONIA MUNDI HMU 907300. DDD.
74’02’’. Grabación: Québec, V/2002. Productora:
Robina G. Young. Ingeniero: Brad Michel. N PN
Reunida bajo el título Le secret des muses,
la obra para laúd de Nicolas Vallet —
publicada entre 1615 y 1616— es una fascinante mezcla de profundidad y ligereza.
De formación francesa, el músico enriqueció su paleta expresiva con la lección
de los laudistas ingleses, con quienes
entró en contacto desde 1615, cuando se
trasladó a los Países Bajos. Su obra abarca
la fantasía cromática (Fantasie La Mendiante), de una riqueza polifónica y una
melancolía dignas de Dowland; la pavana
(Pavanne en forme de complainte), de un
lirismo intensísimo; hasta llegar al bullicio
sureño de las danzas sobre bajo ostinado
(Carrillon du Village, La Chacona).
VERDI:
Nabucco. BOGUSLAW SZYNALSKI, barítono
(Nabucco); BARBARA KUBIAK, soprano
(Abigaille); RADOSLAW ZUKOWSKI, bajo
(Zaccaria); BARBARA KRAHEL, mezzosoprano
(Fenena); WALERY KOSTIN, tenor (Ismaele).
CORO Y ORQUESTA DE LA ÓPERA DE WROCLAW.
Director: EWA MICHNIK.
2 CD DUX 0318-19. DDD. 123’38’’. Grabación:
Wroclaw, XII/2000 (en vivo). Ingeniera: Malgorzata
Polanska. Distribuidor: Diverdi. N PN
P rocedente de la Ópera de la ciudad
polaca de Wroclaw nos llega este registro
en vivo del Nabucco verdiano del sello
Dux. La grabación de la temporada 20002001 parece haber sido uno de los éxitos
de aquella temporada por la calidad del
reparto vocal integrante de la producción. El papel protagonista es responsabilidad de Szynalski, una voz baritonal de
color netamente verdiano y que tiene
momentos de gran dramatismo, sobre
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DEL TREDICI-VERDI
Paavo Järvi
EL PLACER DEL ACOSO
TÜÜR: Concierto para violín y
orquesta. Aditus. Exodus. ISABELLE
VAN KEULEN, violín. CITY OF BIRMINGHAM
SYMPHONY ORCHESTRA. Director: PAAVO JÄRVI.
ECM New Series 1830 472 497-2. DDD. 61’10’’.
Grabación: Birmingham, V/2002. Productor:
Manfred Eicher. Ingenieros: Peter Laenger y
Stephan Schellmann. Distribuidor: Nuevos
Medios. N PN
E n la música del estonio Erkki-Sven
Tüür (1959) hay habitual repetición,
pero sus procedimientos no son minimalistas. Hay también en estas tres
obras una tendencia —casi vocación—
hacia las gamas dinámicas forte. En
progresión, en secuencia motivada,
pero continua, casi diríamos que
insobornable. La belleza convencional
acecha aquí y allá, pero pronto vemos
que no era acecho, sino evocación para
el desmentido. No podemos detenernos
en los interesantes apuntes biográficos
que contienen las notas de este recital
Tüür, en la vida de este compositor
joven hasta ayer mismo, que nació
soviético y creció en un clima algo más
relajado de fines de guerra fría y crisis
con moribundia del sistema mismo. Fue
músico inquieto, con un pie en el rock
mal visto por el poder invasor y el resto
del alma y el cuerpo en las herencias
vanguardistas cuyas noticias fragmentarias pasaban las fronteras. Este CD nos
trae obras suyas muy recientes.
Primero, un amplio Concierto para
violín en tres movimientos con sonoritodo en el ultimo acto. La soprano dramática Kubiak da la réplica con el complicado papel de Abigaille, mostrando
una voz grande, con capacidad para la
coloratura y sin cambiar de color en ningún punto de todo su registro vocal. La
realización de la cabaletta Salgo giá del
trono aurato es uno de los puntos más
sobresalientes de toda su interpretación.
Del resto de reparto vocal cabe destacar
el Zaccaria del bajo Zukowski de voz
grande, legato muy cuidado y muy adaptado al estilo verdiano. También hay que
destacar el timbre aterciopelado de la
mezzosoprano Krahel como Fenena y el
bello color vocal del tenor Kostin como
Ismaele. El coro presenta unas voces muy
empastadas y consigue momentos especialmente atractivos, como la interpretación del celebérrimo Va pensiero, donde
se resalta de forma especial la realización
de los pianos. La directora Ewa Michnik
realiza un trabajo concertador aceptable,
marcando los tempi de manera muy articulada y destacando el carácter marcial
de la obra. La grabación es excelente y de
no ser por la aparición de aplausos en la
finalización de las arias no parecería un
registro en vivo. La presentación es muy
atractiva, lo que hace de esta grabación
una buena opción de compra, teniendo
en cuenta que tampoco el mercado disco-
dades que se alejan siempre del vacío a
fuerza de dibujar paisajes en notas
tenidas (como el que se alza a lo largo
del movimiento central; al menos, hasta
que se rompe), a fuerza de plantear
crescendos y de proponer diversidades
de fusión entre el solista del violín y el
tutti multicolor. El Concierto no desdice
de la tradición virtuosística del género,
ni de sus evocaciones en líneas y en
secuencias, ni mucho menos. A veces
incluso parece insistir en reivindicar ese
pasado. Pero eso es sólo uno de los
procedimientos que Tüür plantea en
esta obra de amplio aliento. Lo que sí es
cierto es que aquí hay escasas huellas
de lo que conocemos como vanguardia.
Auditus, pieza orquestal de sólo
nueve minutos, también diseña un
paisaje en sonidos permanentes, continuos, tenidos. No faltan la progresión
ni el dramatismo, no faltan el crecimiento ni la culminación. Ni el clímax.
Es decir, el paisaje se llena; y se llena
hasta rebosar. El paisaje es sonido originario, y al llenarse de sonidos se torna
otro paisaje. Exodus, obra central en el
tiempo de las tres aquí propuestas, es
de 1999. Poco menos que el doble de
duración de Auditus, aquí el paisaje no
tarda en llenarse de animales sonoros.
Es una carrera, un saltarello, un traveling de sonidos, más que un paisaje. En
él culmina este bello recital que constituye un acoso para el aficionado, el
acoso sufrido y gozado como experiencia estética. Música sin pathos, música
gráfico ofrece muchos registros de la óperas de juventud de Verdi, si lo comparamos con otras partituras del mismo autor.
C.S.M.
VERDI:
Simon Boccanegra. C RISTINA G ALLARDO DOMÂS (Amelia), ROBERTO FRONTALI (Simon),
ROBERTO SCANDIUZZI (Fiesco), ROBERTO
ARONICA (Adorno), MARZIO GIOSSI (Paolo).
ORQUESTA Y CORO FILARMÓNICO DE CLUJ.
CORO LÍRICO DE CANTABRIA. Director:
ANTONELLO ALLEMANDI.
RTVE Música 65206. DDD. 129’09’’. Grabación:
Santander, VIII/2003 (en vivo). Producción: RNE.
Ingenieros: Manuel Perales Calderón y José María
Díez Monzón. N PN
Grabada en vivo en el Festival Interna-
cional de Santander, la versión puede
ocupar un lugar destacado dentro de la
ponderada discografía de esta excelente
obra verdiana. Por varias razones, comenzando por la apropiadísima lectura de
Allemandi, conveniente de tiempos, fuertemente dramática o arrebatadoramente
lírica según las oportunidades, siempre
atenta al cantante y a la pintura de la
situación y aprovechando los buenos
medios orquestales y corales a su disposi-
con drama, estas tres obras no dejan
indiferente; es más, no te dejan, no te
abandonan, no te permiten respiro en
ningún momento. Isabelle van Keulen,
a la que está destinada el Concierto, se
pelea a brazo partido con la Orquesta
de Birmingham durante treinta y cinco
minutos, y entre ella y Paavo Järvi consiguen una magnífica propuesta. Järvi y
la orquesta, ya solos, plantean y
replantean con virtuosismo, colorismo
e inspiración sonoridades semejantes
en forma de alternativas a través de las
otras dos piezas. Un disco excelente, de
altísimo nivel, con obras de ahora mismo de un compositor de cosas ardientes: no hay que fiarse de la geografía
antes de haberse quemado con cada
obra, o al menos con una.
Santiago Martín Bermúdez
ción. Scandiuzzi, un Fiesco ya sobradamente conocido (entre otras por su grabaciones de Londres y Tokio de 1990 y
1991), sigue dando buena estatura al
solemne y algo intolerante personaje,
pese a algunas fisuras momentáneas que
aparecen en el timbre. Frontali no es, en
principio, el barítono heroico que parecería convenir a una entidad musical tan
rica y profunda como Boccanegra, pero
el barítono tiene experiencia, tiene temperamento latino y es de aliento generoso, saliendo adelante del oneroso empeño con bastante honestidad. Aronica y
Gallardo-Domâs cuentan con instrumentos básicamente líricos, por lo cual (sobre
todo por parte del tenor) pueden a veces
sentirse apurados por la escritura verdiana; salen airosos de la prueba, por su solidez como intérpretes y por los medios
vocales puestos en juego. La soprano, y
es preciso destacarlo, canta con aires de
gran señora, por ejemplo, su aria Come in
quest’ora bruna, logrando hacerse perdonar aquí y partitura adelante algún que
otro agudo discutible. De aceptable nivel
el equipo acompañante, desde el Paolo
de Grossi a las colaboraciones de Alberto
Arrabal, como descollante Pietro, y Julio
Morales como el Capitán.
F.F.
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VILLA-ROJO-WÖLFL
Jesús Villa-Rojo
UN GRAN COMPOSITOR
VILLA-ROJO: Bach-Preludio. Espirales.
Conmemorativa. Tiempos. GRUPO LIM.
DIRECTOR: JESÚS VILLA-ROJO.
LIM CD010. DDD. 61’53’’. Grabación: Madrid,
2003. Producción: LIM. Ingeniero: Pepe Loeches.
Distribuidor: Ferysa. N PN
Jesús Villa-Rojo es, ya desde hace años
(y eso no lo descubrimos aquí y ahora),
una de las más destacadas personalidades de la música contemporánea. Su
labor como intérprete comprometido en
la divulgación del repertorio actual (y
muy especialmente de los compositores
españoles) merece ser, si cabe, más
reconocida de lo que es. Su prestigio
internacional, en este sentido, es grande,
pero además es un compositor digno
del máximo interés (su música orquestal, por ejemplo, debería ser más y
mejor conocida de lo que es) y este
compacto, con el autor a las órdenes de
ese milagro que es el LIM, con obras
camerísticas propias, es un ejemplo más
de ello. El compacto que presentamos
hoy empieza con una composición brillantísima y sumamente atractiva, BachPreludio. Al decir de su autor, en esta
obra que parte de Bach “tomo su fuga
XX de El clave bien temperado para
desarrollar un proceso compositivo propio (…). Efectivamente las ideas surgen
de Bach, habiéndome permitido combinar los timbres en la configuración de la
WEBER:
Abu Hassan. Sinfonía nº1 en do mayor.
WOLFGANG VÖLZ, narrador; JÖRG DÜRMÜLLER,
tenor; JOHANNA STOJKOVIC, soprano;
FRANZ-JOSEF SELIG, bajo. CORO WERK RUHR.
CAPPELLA COLONIENSIS DE LA WDR.
Director: BRUNO WEIL.
DEUTSCHE HARMONIA MUNDI 05472 77979 2.
DDD. 78’25’’. Grabación: Colonia, V/2002.
Productor: Richard Lorber. Ingeniero: Franz-Peter
Esser. Distribuidor: BMG. N PN
La estructura original del singspiel queda
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muy desdibujada al sustituirse los diálogos originales por la intervención de un
narrador. Sin embargo, este inconveniente
es compensado por la fidelidad a la música y lo chispeante de la interpretación. El
elemento claramente lúdico aparece ya en
la obertura y atraviesa toda la aproximación de Weil a esta simpática obrita. Dürmüller está magnífico en el papel titular,
sobre todo en el aria Was dann zu
machen?, una sencilla cantilena acompañada a la guitarra. Los otros solistas rinden
a semejante altura. La Sinfonía es una
obra menor de material temático algo
pobre y numerosas soluciones formularias, en especial en el primer movimiento.
Así y todo, la convencida lectura de Weil
es capaz de extraer música de esta partitura. Incluso encuentra resonancias beethovenianas en el Allegro con fuoco inicial,
muy claramente expuesto. Burbujeante el
por lo demás curioso Scherzo. La respues-
obra para realizar los diseños más representativos aunque llegando a conseguir
una compleja concatenación de elementos que multiplican el significado estético y técnico de la composición”. El título da cuenta de la libertad con que
aborda esos elementos de raíz bachiana
(es un preludio de estructura tan libre
como impecable) aun no siendo ajeno
al rigor que caracteriza el trabajo de
Villa-Rojo. Es ésta, sin duda, una de sus
composiciones más relevantes y personales, cuya audición bastaría a aquellos
que todavía no conozcan a Villa-Rojo a
interesarse por su música. Para no perdérselo. En Espirales, Villa-Rojo acude a
otra idea ajena, ésta de Petrassi (una
breve célula de tres notas de su Estri), y
la fantasía del compositor de Brihuega
vuelve a ponerse aquí de manifiesto. Le
sigue Conmemorativa (escrita para celebrar los primeros veinticinco años del
LIM), una obra que “transcurre alrededor de las vivencias y experiencias realizadas desde una perspectiva ambiental
que puede por otra parte responder a
los criterios de interrelación artística y
cultural actual”. La heterogeneidad de la
obra, pues, se explica de este modo,
actuando como nexo unificador una
melodía de Bach (el coral Es ist genug).
Termina el programa con una de las
obras más conocidas de Villa-Rojo, el
cuarteto de cuerda Tiempos (de 1970),
ta instrumental es de primer orden, con
intervenciones sobresalientes de la cuerda, flautas, fagotes y trompas.
E.M.M.
WELLESZ:
Sinfonía nº 2 op. 65 “Inglesa”. Sinfonía
nº 9 op. 111. ORQUESTA SINFÓNICA DE LA
RADIO DE VIENA. Director: GOTTFRIED RABL.
CPO 999 997-2. DDD. 75’05’’. Grabación: Viena,
2002. Productor: Florian Rosensteiner. Ingeniero:
Andreas Karlberger. Distribuidor: Diverdi. N PN
El modélico sello alemán CPO continúa
dando a conocer la obra orquestal de
Egon Wellesz, uno de tantos compositores malditos que no han encontrado hueco en el repertorio en parte por culpa de
la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias. Eso no le impidió ser, en los
años treinta, uno de los compositores
más interpretados de Centroeuropa gracias a sus ballets y óperas (casi todas en
colaboración con Hugo von Hoffmanstal). Fue con la anexión de Austria por
parte de Alemania cuando se vio obligado a emigrar a Gran Bretaña e iniciar una
nueva vida. Tras el final de la guerra
comenzó a escribir sinfonías hasta un
total de nueve (siempre ese número
mágico), la última en 1971, tres años
antes de su muerte. Este disco permite,
por tanto, apreciar su evolución, siempre
reflejo de su época más decididamente
vanguardista antes de llegar al fascinante y personal lenguaje actual. En Tiempos, “conviven el rigor estructuralista
con la libertad interpretativa de la aleatoriedad”, y hoy, tantos años después de
haberse escrito continúa resultando, no
sólo interesante, sino también sumamente atractiva, incluso a partir de la
mera audición, sin profundizar demasiado en la partitura en el plano conceptual o analítico. No es de justicia con el
contenido de este compacto otorgarle
un comentario tan breve como éste pero
las limitaciones de espacio se imponen,
así que háganse con él y disfrútenlo.
Josep Pascual
al margen de vanguardias con dos obras
distantes entre sí casi 25 años. De la
influencia de su idolatrado Mahler a un
estilo más personal, en el que se concede
ciertas licencias estéticas, aunque sin
abandonar jamás unos principios básicos.
Las versiones de Rabl se centran en
transmitir la energía del lenguaje orquestal
del austriaco. Sus lecturas tienden a parecer demasiado viscerales aunque merezcan, a tenor de lo escuchado, un grado
más de refinamiento para poder apreciar
la finura en el trazo y su habilidad para tratar el material instrumental. No obstante,
es una opción espléndida para descubrir a
un compositor que merece mejor suerte
que la que la historia le ha deparado.
C.V.N.
WOLFF:
For 1, 2 or 3 people. Exercise 27. Bread
and roses. Edges. MALCOLM GOLDSTEIN,
violín y voz; MATTHIAS KAUL, percusión, voz y
zanfoña.
WERGO WER 6658 2. DDD. 75’24’’. Grabación:
1999-2002. Productor: Christoph Classen.
Ingeniero: Thomas Eschler. Distribuidor:
Diverdi. N PN
T ras el compacto con obras de Cage
(WER 6636 2) el dúo Goldstein-Kaul nos
ofrece ahora un programa centrado en
las obras de Christian Wolff (n. 1934),
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VILLA-ROJO-WÖLFL
Werner Andreas Albert
ÁRBOL ANCESTRAL
S. WAGNER: El tilo sagrado, op. 15.
JOHN WEGNER (Arbogast), DAGMAR
SCHELLENBERGER (Hildegard), KSENIJA LUKI
(Sigrun), MECHTHILD GEORG (Gundelind),
THORSTEN SCHARNKE (Fritigern), VOLKER HORN
(Philo), HEIN HEIDBÜCHEL (Caius), KATALIN
HALMAI (Autonoë), ROMAN TREKEL (Antenor),
SOON-DONG KWON (Instigator). CORO Y
ORQUESTA DEL LA RADIO DE COLONIA.
Director: WERNER ANDREAS ALBERT.
Arnold Schönberg dijo en alguna ocasión que Siegfried Wagner (1869-1930)
fue víctima de su árbol genealógico.
Efectivamente, no debió de resultar fácil
para el compositor hijo de Richard Wagner y nieto de Liszt imponer su obra
musical en un mundo en el que, además
de competir con el abolengo de ese
pasado increíble, le tocó convivir con el
genio de su amigo Richard Strauss. Wagner fue un discreto director de orquesta y
un compositor mediocre, pero no más
que tantos otros de su tiempo y de todos
los tiempos. De grandilocuente pluma y
enrevesada imaginación, su hacer siempre se vio ensombrecido por la poderosa
silueta de su padre, con el que la comparación resultaba siempre inevitable.
Entre 1898 —que escribe Der
Bärenhäuter (El portador de la piel de
oso)— hasta 1930, en que aún trabaja en
su decimoquinta y última ópera, Das
Flüchlein, das jeder mitbekam (La pequeña maldición que cada cual recibió), Siegfried Wagner intentó en su nada desdeñable producción ser siempre él mismo y
encontrar un lenguaje propio. Sin embargo, jamás pudo liberarse del estigma de
su padre y de una afirmación cultural
que, paradójicamente, le impidió asumir
la extraordinaria revolución que su padre
desencadenó en la música del siglo XX.
Todo ello se debatió con detalle
durante el Primer Congreso Internacional
Siegfried Wagner, celebrado entre el 15 y
el 20 de octubre de 2001 en Colonia con
el objetivo expreso de estudiar la figura y
la obra del único hijo varón de Richard
Wagner. Durante el encuentro, promovido por la Sociedad Internacional Siegfried
Wagner, se estrenó en la vanguardista
Philharmonie de la capital renana, con
carácter absoluto y en versión de concierto, la última ópera concluida por Siegfried
Wagner, Die Heilige Linde, opus 15 (El tilo
sagrado), escrita en 1927 a partir de un
extenso fragmento sinfónico compuesto
en 1922 que acabaría convirtiéndose en
el preludio de la ópera y, probablemente,
también en su mejor episodio. La trama
de El tilo sagrado, densa y mal desarrollada, se basa en un rocambolesco libreto
en tres actos del propio compositor,
ambientado en el siglo III y que, hijo de
su padre, versa sobre la perenne búsqueda de identidad de la nación alemana.
Todo a través de un árbol de tantas connotaciones para los teutones como el tilo,
protector de la injusticia, símbolo de la
paz, protector femenino —en alemán la
palabra tilo, Linde, es femenina— de la
vida y del amor… No es casual que en el
país de los Wagner haya más de 500 localidades que contengan en su nombre la
palabra Linde; o que la más hermosa avenida de Berlín —en la que está la Staatsoper de Barenboim, y que desemboca en
la Puerta de Brandeburgo— se denomine
precisamente Unter den Linden (Bajo los
tilos).
Ahora, el sello CPC, de la mano de
la poderosa y musicalísima Westdeutschen Rundfunks Köln, edita la grabación
de aquél concierto operístico. La grabación es estupenda desde todos los puntos de vista. Su “Deutsche” calidad técnica está en sintonía con los méritos de la
otro compositor norteamericano (aunque
nacido en Niza) cuya producción presenta evidentes vínculos con el anteriormente mencionado. El contenido básico de la
presente grabación lo constituye la extensa For 1, 2 or 3 People (1964), composición que se ve salpicada aquí por la interpolación de otras obras del autor entre
sus diez partes. Como Cage, Wolff se
benefició del contacto con el pianista
David Tudor, además de con Morton
Feldman, de modo que en su estilo confluyen la aletoriedad y un peculiar minimalismo que poco tiene que ver con los
Glass, Nyman y demás. Wolff, más que
proveer a los intérpretes que abordan sus
obras de partituras en el sentido convencional, propone o da pistas más o menos
explícitas sobre aquello que desea,
entrando pues en la indeterminación también en el plano (digamos) gráfico. Pero
Wolff no demanda improvisadores, sino
que prevé el resultado entendiendo que
éste será, en última instancia, producto
de la interacción de los intérpretes entre
ellos y, a su vez, con el material que él
les propone. La influencia de Cage es,
pues, notoria en los planteamientos, que
se aprecia muy especialmente en For 1, 2
or 3 People. Pero aquí hay más, pues en
Exercise 27 (1988) se aprecia una intención extramusical, al aludir al carácter
militar de la percusión, lo cual sirve al
autor para mostrar su vena pacifista,
según propósito reconocido por éste. En
Bread and Roses (1976, para violín solo)
hallamos una sorpresa: la alusión directa
a un canto relacionado con las luchas
obreras estadounidenses que da cuenta
de un cierto cambio de orientación estética de Wolff, socialista convencido, que
introduce un evidente afán comunicativo
expresado en secuencias melódico-rítimicas de fácil aprehensión por parte del
oyente. Edges (1968), la obra con que termina el programa, pertenece al mundo
3 CD CPO 999 844-2. DDD. 149’08’’.
Grabación: Colonia, X/2001. Productor:
Hans-Martin Höpner. Ingeniero: Franz Peter Esser.
Distribuidor: Diverdi. N PN
interpretación, en la que los envidiables
mimbres de la propia emisora —Coro y
Orquesta de la Radio de Colonia— se
erigen en protagonistas de esta ópera en
la que los tejidos coral y orquestal
desempeñan sustancial cometido.
El maestro Werner Andreas Albert,
siempre tan ducho en sacar a relucir
partituras desconocidas, hace alarde de
sus inquietudes y solvencias para plantear una versión con la que, sorprendentemente, da la impresión de llevar toda la
vida conviviendo. Todo se desarrolla
con una perfección y naturalidad verdaderamente admirables. Más que de un
estreno absoluto, parece tratarse de la
interpretación de una obra plenamente
asentada en el repertorio. Entre los cantantes, que sí podrían haber puesto algo
más la carne en el asador —Dagmar
Schellenberger, compone una Hildegard
gélida y bien cantada—, destacan la propia Schellenberger, el barítono John
Wegner (ha sido el último Telramund en
Bayreuth), que configura un bien modelado y aún mejor cantado Arbogast, y,
por supuesto, Roman Trekel, un lujazo
como Antenor.
Justo Romero
de For 1, 2 or 3 People y su largo cuarto
de hora de duración puede parecer excesivo para más de un oyente. Una música
no precisamente fácil que muestra, una
vez más, la profunda influencia de Cage
en la música posterior.
J.P.
WÖLFL:
Sonatas para piano op. 25 y op. 33.
JON NAKAMATSU, piano.
HARMONIA MUNDI HMU 907324. DDD.
69’49’’. Grabación: Los Angeles, VIII/2002.
Productor e ingeniero: Brad Michel. N PN
Joseph Wölfl pertenece a esa pléyade de
compositores eclipsados por la poderosa
figura de Beethoven, a pesar de haber
gozado de mucho reconocimiento en
vida. Nacido en Salzburgo en 1773, Wölfl
fue alumno de Leopold Mozart y Joseph
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WÖLFL-RECITALES
Haydn, y pronto fue considerado un niño
prodigio. Años más tarde, su reputación
en París era tal que fue considerado allí el
mejor pianista de Europa. Su relación con
Beethoven fue cordial, hasta el punto de
dedicarle sus Tres Sonatas op. 6, y ambos
coincidieron y tocaron juntos en público
en alguna ocasión. Su vida algo errante le
llevó a pasar largas temporadas en Bohemia, Alemania, París e Inglaterra, donde
falleció en 1812.
Wölfl fue un autor prolífico y la cantidad de material que legó ha causado
no pocos problemas a los estudiosos de
su obra. Las sonatas que contiene el disco pertenecen a su etapa inglesa, de plena madurez, en las que ya aventuraba
de forma explícita la llegada del romanticismo. La escritura es impecable, así
como el uso de los recursos expresivos
de la forma sonata, que llegan a su punto de máxima expresión en la serie de
Tres Sonatas op. 33. Nakamatsu, vencedor en 1997 del Concurso Van Cliburn,
lo enfoca desde ese punto de partida,
aunque tiende a resultar algo excesivo
en su visión del prerromanticismo. Quizás una apuesta algo más equilibrada
hubiese resultado más acertada, pero
descubre por la puerta grande a un compositor inexplicablemente olvidado.
RÉMI BOUCHER. GUITARRISTA.
Granados: Valses poéticos.
Castelnuovo-Tedesco: Cappricio
diabolico. Regondi: Introducción y
capricho. Rodrigo: Sonata giocosa.
Asencio: Col·lectici íntim. Duarte:
Variaciones sobre un tema popular
catalán.
ditos) si bien entre lo menos divulgado
hallamos las imaginativas Variaciones
sobre una canción popular catalana de
Duarte, que se basan en la preciosa
melodía La cançó del lladre, que ya fue
objeto de atención por parte de Llobet si
nos ceñimos al mundo guitarrístico.
C.V.N.
RECITALES
ROBERTO ALAGNA. TENOR.
Nessun dorma. Páginas de Turandot
(dos versiones), Andrea Chénier,
La Wally, Giulietta e Romeo, La bohème
(Leoncavallo), La Gioconda, Cavalleria
rusticana, Adriana Lecouvreur, I zingari,
Zazà, La cena delle beffe, Fedora, Sly.
ORQUESTA DE LA ROYAL OPERA HOUSE,
COVENT GARDEN. LONDON VOICES.
Director: MARK ELDER.
EMI 5 57600 2. DDD. 65’41’’. Grabación:
Londres, IV-VI/2003. Productor: David Groves.
Ingeniero: Jonathan Allen. N PN
Un disco nuevo de Alagna es siempre bien
recibido porque, aparte de la interpretación
en sí, suele estar planteado con una lógica y
un primor apreciables. Éste, que se mueve
en torno al verismo, no es una excepción.
Aparte de incluir dos lecturas (diferentes),
abriendo y cerrando la entrega, del Nessun
dorma, que da nombre al registro, una de
ellas con el coro final de la obra propuesto
por Alfano, el repertorio elegido se sale algo
de la rutina. Hay páginas también muy conocidas (de Turiddu, Loris Ipanoff, Maurizio di
Sajonia o Chénier), pero sobresalen las
menos notorias. Alagna sigue manteniendo
su impacto sonoro, su carisma vocal e interpretativo, pese a que algunos momentos
parecen algo onerosos para sus medios,
compactos y firmes, pero esencialmente líricos. Dentro de la notable calidad global del
registro, en el que colaboran entregadamente
director, orquesta y coro y donde lo menos
interesante es una trivial lectura de la célebre
Amor ti vieta o un correcto Cielo e mar de
Enzo Grimaldo. A la hora de dar relevancia a
lo más sobresaliente, son las dos arias de
Adriana Lecouvreur, seductoramente
expuestas (muy de acuerdo, por tanto a las
intenciones del personaje, que está camelando entonces a Adriana y a la Bouillon), también las dos pertenecientes al Marcello de
Leoncavallo (sobre todo Testa adorata, insuperable), la mórbida serenata de La cena
delle beffe o, en contraste con la anterior, el
movido relato de Sly en el acto primero de la
considerable partitura de Wolf-Ferrari. Porque Alagna canta siempre bien, sabe apropiarse de la melodía y exponerla con delicadeza o fuerza, según sus posibilidades, y
además dar a cada personaje su significado,
bagaje propio de un artista de su fantasía,
atrapando con esas armas al oyente que suele rendirse sin condiciones, ante timbre tan
hermoso e intérprete tan sutil.
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F.F.
ANALEKTA Fleurs de Lys FL 2 3957. DDD. 66’43’’.
Grabación: Québec, s. f. Productor: Mario Labbé.
Ingeniero: Johanne Goyette. Distribuidor: LR
Music. N PN
Al poco tiempo de aparecer el magnífico compacto de Rémi Boucher con
obras concertantes de Moreno Torroba y
García Abril, acompañado por el Ensemble Amati, el guitarrista canadiense nos
presenta un sugestivo programa de composiciones originales para guitarra sola,
a excepción de los pianísticos Valses
poéticos de Granados, que se nos presentan aquí transcritas para las seis cuerdas sin que conste el autor de tal versión. Y precisamente es esta obra de
Granados lo primero que escuchamos.
La interpretación de Boucher es espléndida y hace justicia al título de esta
encantadora composición. Igualmente
poética es la versión de Boucher del
Col·lectici íntim de Asencio (atención;
ésta es la grafía correcta del título de la
obra y del apellido de su autor, y no tal
como los encontramos escritos en las
notas, portada y contraportada del compacto). Manuel Babiloni, uno de los más
destacados guitarristas del panorama
actual, llevó el Col·lectici íntim de Asencio al disco en un compacto aparecido
en 1995 (EGT 656) y considera esta
composición como una “obra culminante del repertorio guitarrístico contemporáneo”, en la que su autor “consigue la
elevación de la guitarra hasta el más alto
nivel de fusión entre ritmo y melodía
popular valenciana y armonía culta e
impresionista”. Y la versión de Boucher,
quizá sin alcanzar la excelencia e idiomatismo de Babiloni, merece atención,
destacando sobre todo como adecuado
vehículo del virtuosismo de Boucher,
como también lo es el resto del programa, todo él moviéndose entre la exigencia técnica, en ocasiones realmente
espectacular al ser presentada con rotundidad por el guitarrista canadiense, y la
sensibilidad de que hace gala este intérprete. El recital, pues, se nutre de obras
suficientemente conocidas (véanse cré-
J.P.
HEIDI BRUNNER. MEZZOSOPRANO.
OBRAS DE MOZART, WAGNER, HAYDN Y
RESPIGHI. KRISTIN OKERLUND, piano. ORQUESTA
RSO DE VIENA. Director: BERTRAND DE BILLY.
OEHMS OC 325. DDD. 64’26’’. Grabaciones:
Viena, VIII/2002 y VIII/2003. Productor: Dieter
Oehms. Ingeniero: Anton Reininger. Distribuidor:
Galileo MC. N PM
Brunner es una mezzo juvenil de timbre
claro, que suena más a soprano corta
que a mezzo, aunque su repertorio operístico (Rossini travestido o con faldas,
Charlotte, Adalgisa, Orlofsky) corresponde a esta última tesitura, sin obviar
papeles de extensión ambigua. Su técnica de emisión es correcta y su dicción,
aplicada.
El menú es variado y va del clasicismo dieciochesco al impresionismo del
siglo XX, pasando por Wagner, cuyas
canciones sobre texto de la Wesendonk
se oyen con el original acompañamiento
de piano. Unas arias de concierto de
Haydn y Mozart y el respighiano Tramonto completan el programa.
La cantante es proba, impersonal, distante. Su aporte a la discografía de estas
obras es módico, pero no reprobable.
Buen trabajo el de la pianista y excelente,
como siempre, Billy en lo suyo.
B.M.
ANNE GASTINEL. VIOLONCHELISTA.
Dvorák: Concierto nº 2 en si menor.
Bloch: Rapsodia hebraica. Haydn:
Concierto nº 1 en do mayor Hob. VII: 1.
Concierto nº 2 en re mayor Hob. VII: 2.
Saint-Saëns: Concierto en la menor op.
33. Lalo: Concierto en re mayor. Fauré:
Elegía en do menor op. 24. ORQUESTA
NACIONAL DE LYON. DIRECTOR: ENMANUEL
KRIVINE. LOS SOLISTAS DE MOSCÚ. Director:
YURI BASHMET.
3 CD NAÏVE V4969. DDD. 162’18’’. Grabaciones:
1995-1998. Ingeniero: Jean-Marc Laisné. R PM
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Joseph Calleja
ATENCIÓN AL TENOR
DECCA 475 250-2. DDD. 52’57’’. Grabación:
Milán, III, VI y IX/2003. Productor: Andrew
Cornall. Ingenieros: Philip Siney, Jonathan Stokes,
Roberto Brenner. Distribuidor: Universal. N PN
J oseph
Calleja, un tenor maltés, ha
irrumpido con fuerza en el mundillo
operístico y prueba de esta fuerza es
este recital que le dirige con las debidas
garantías de sapiencia y profesionalidad
una batuta del nivel de Chailly. A los
veintitantos años, Calleja parece tener
ya su voz de tenor lírico tirando a ligero
completamente “hecha”. El sonido
(mediterráneo, o sea, naturalmente hermoso), más liviano que compacto, fluye
claro y espontáneo sin fisuras ni desi-
En una caja de tres CDs reagrupa Naïve
varias grabaciones anteriores del repertorio para chelo y orquesta a cargo de la
joven chelista francesa Anne Gastinel.
Artista sensible, expresiva, de sonido delicado y fraseo muy lírico, destaca especialmente en los conciertos de Saint-Saëns,
Lalo y Fauré, donde el clima poético y la
elegancia de las líneas melódicas quedan
muy bien reflejados en sus versiones. En
el de Dvorák y los de Haydn los resultados no son tan redondos, y no sólo por la
inevitable comparación con las excepcionales referencias de los Rostropovich,
Fournier o Maiski, sino también porque
en Dvorák echamos de menos mayores
contrastes, idiomatismo y robustez sonora, y en los de Haydn, una continuidad
discursiva que a menudo aparece quebrada, en unas lecturas un tanto faltas de
convicción. La orquesta de Lyon le acompaña con profesionalidad y discreción en
la mayor parte del programa, y los Solistas
de Moscú lo hacen en Haydn de un modo
bastante rutinario y poco adecuado estilísticamente. Las tomas de sonido son en
general de gran claridad y presencia, y las
notas, como suele ocurrir casi siempre,
interesantes pero escasas.
D.A.V.
BARBARA HENDRICKS. SOPRANO.
Páginas de La Wally, Evgeni Onegin,
L’enfant prodigue, Carmen, The Rake’s
Progress, Adriana Lecouvreur, Madama
Butterfly y Capriccio. ORQUESTA
FILARMÓNICA DE RADIO FRANCIA.
Director: PAAVO JÄRVI.
EMI 5 57532 2. DDD. 68’02’’. Grabación: París,
XII/2002 y VI/2003. Productor: Alain Lanceron.
Ingeniero: Joël Soupiron. N PN
La Hendricks goza de un gran prestigio
discográfico, con un público fervoroso
gualdades, fresco y suntuoso, cantando
tanto en forte como en piano, del registro grave al agudo o sobreagudo (sin
embargo, el laverò de la cabaletta de
Alfredo le queda mejor que el equivalente del Duque de Mantua, algo contraído). Su canto es limpio, agradable,
oportuno, con la suficiente imaginación
para dar a cada momento su propio
valor dramático y evitar el tedio o la
linealidad. (Algunas apoyaturas casi
imperceptibles en el ataque de pocas
notas agudas pasan casi desapercibidas). El repertorio discográfico elegido
es el idóneo, incluyendo la liviana La
dolcissima effigie de Adriana Lecouvreur (traducida de forma encantadora,
algo ajena, la verdad, a la personalidad
de Maurizio di Sajonia), pues no nos lo
podemos imaginar luego, en la beligerante Il russo Mencikoff. Pero haciendo
balance global, los más logrados son los
momentos de Nemorino (Quanto è
bella) y la escena del Edgardo donizetHENDRICKS
JOSEPH CALLEJA. TENOR.
Páginas de La traviata, Macbeth,
Rigoletto, L’elisir d’amore, Lucia di
Lammermoor, Adriana Lecouvreur,
L’arlesiana, Madama Butterfly.
ORQUESTA SINFÓNICA Y CORO DE MILÁN
GIUSEPPE VERDI. Director: RICCARDO CHAILLY.
que adquiere fielmente cualquier nuevo
registro de un repertorio de múltiples
facetas. Más afecta a la sala de concierto
que al escenario lírico este disco, denominado con algo de pretensión Au cœur
de l’opéra, recoge interpretaciones de
partituras operísticas, la mayoría de ellas
jamás cantadas por la soprano en el
escenario y, que por otro lado, es poco
probable que las llegue a cantar alguna
vez. Pues no hay papel que menos se
acomode a los medios de la Hendricks
que la Adriana Lecouvreur de Cilea, la
Wally cataliniana o la Carmen bizetiana,
por más que sea aquí la bien cómoda
Habanera la que haya seleccionado la
ambiciosa cantante. La Hendricks, una
intérprete muy formada, madura y fina;
con su voz de soubrette, con un vibratello que ha conseguido imponer como
marca de fábrica (y que en esta ocasión
parece menos evidente), muy encantadora y con cierto gancho, se pasea por
estas variadas páginas exhibiendo su
canto agradable, su cuidada musicalidad
y sus buenas intenciones. Sus muchos
admiradores le agradecerán el repertorio
elegido que ella sabe captar y transmitir,
únicamente por el lado musical o melódico, y con el experto y halagüeño apoyo instrumental de Järvi, alcanza los
mejores momentos en la berloziana aria
de Lia, en algunos recodos de la escena
final de la Condesa straussiana y en el
estupendo momento stravinskiano de
Anne Trulove, papel que esta artista
interpretó valientemente para un filme
de Inger Aby en 1995.
F.F.
tiano, que está planteada al completo
con una excelente intervención del coro
(y decorosa colaboración de Giovanni
Battista Parodi en Raimondo), pudiendo
demostrar así Calleja sus distintas posibilidades canoras y expresivas.
Fernando Fraga
JANINE JANSEN. VIOLINISTA.
Obras de Chaikovski, Khachaturian,
Saint-Saëns, Shostakovich, Williams,
Vaughan Williams y Ravel. REAL ORQUESTA
FILARMÓNICA. Director: BARRY WORDSWORTH.
DECCA 475 011-2. DDD. 57’22’’. Grabación:
Watford, II/2003. Productor: Dominic Fyfe.
Ingeniero: Philip Siney. N PN
Ha nacido otra estrella. Janine Jansen
pasa a formar parte de una nueva pléyade de violinistas jóvenes que vienen
pisando fuerte y que a su talento unen
una imagen atractiva que hace las delicias de los expertos en marketing. Un
repertorio popular y asequible unido a
una portada sugerente y… a intentar
vender discos. Ello no es criticable si
detrás del lanzamiento hay una artista, y
en este caso sí lo hay a tenor de lo escuchado. El disco contiene un poco de
todo y su resolución puede considerarse
óptima en la gran mayoría de las piezas,
aunque con ciertos matices.
Las obras rusas, entre las que destacan la Romanza de la Suite de “El tábano”
de Shostakovich, están resueltas con las
dosis justas de virtuosismo (Nocturno de
Masquerade, de Khachaturian) y soltura.
Las dos de Saint-Saëns (Habanera e Introducción y Rondó caprichoso) muestran un
excesivo academicismo. Todo está en su
sitio, de una forma ordenada y técnicamente irreprochable. En medio de todo
esto se permite el capricho de incluir el
tema principal de la película La Lista de
Schindler escrita por John Williams. Una
versión, por cierto, carente del lirismo
melancólico de la original de Itzhak Perlman. Por último, The Lark Ascending de
gran belleza y Tzigane, a la que le falta un
punto de sensualidad y madurez, cualidades éstas que estamos seguros que irá
adquiriendo con el paso del tiempo.
C.V.N.
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KIRI TE KANAWA. SOPRANO.
A Portrait. Páginas de Puccini,
Canteloube, Mozart, R. Strauss, Bach,
Fauré, Franck, Korngold, J. Strauss, II,
Rodgers, Lloyd-Webber, Davis, Te Rangi
Pai, Gay, Haendel, Villa-Lobos, Brahms,
Bizet, Verdi, Loewe, Kern y Herbert.
Varias orquestas y directores.
2 CD DECCA 475 459-2. ADD/DDD, 146’20’’.
Grabaciones: 1976-1994. Varios Productores e
Ingenieros. R PM
La bella Kiri Te Kanawa ha cumplido,
esplendorosa aún, 60 años y su sello más
cercano le dedica este homenaje, que
puede resumir o ilustrar su carrera. La
cantante está aquí representada con cierta
holgura, como intérprete teatral (echando
en falta su Doña Elvira, con sus mozartianas Condesa y Pamina muy por encima
de las puccinianas Tosca y Manon o la
verdiana Violetta Valéry), de cámara (con
dos Canteloubes de la Auvernia, de
manual), religiosa (paseándose finísimamente pía entre Haendel, Bach y
Brahms), de opereta y comedia musical
(a destacar el fragmento de My Fair Lady,
partitura que grabó completa junto a
Jeremy Irons), sin que falte un tributo a
su tierra maorí en la bellísima Hine e
hine. En estos 18 años de diferencia entre
las grabaciones esta voz de lírica pura,
perfectamente encuadrada en su categoría, apenas ha perdido esmalte ni proyección, ganando algo de densidad y manteniendo su riguroso sentido del canto ligado y alguna que otra caída pasajera en
sentimentalismos o cursilerías, pero con
una fuerza musical de indudable reclamo,
que aparece en toda su pureza, por ejemplo, en el aria de las Bachianas de VillaLobos (dicha con una melancolía muy
apropiada), o en todo su esplendor en el
aria de Micaela de Carmen (papel justamente adaptado a su personalidad), dirigida respectivamente por Jeffrey Tate y
Georg Solti, dos de los muchos directores
de categoría que han acompañado a la
cantante en su provechoso currículum.
F.F.
ANNE SOFIE VON OTTER. MEZZO.
Acuarelas. Canciones suecas. Obras de
Larsson, Alfvén, Nystroem, Rangström,
Nordqvist, Frumerie, Linde y Aulin.
BENGT FORSBERG, piano.
DEUTSCHE GRAMMOPHON 474 700-2. DDD.
72’56’’. Grabación: Estocolmo, V/2002. Productor:
Marion Thiem. Ingeniero: Andrew Wedman.
Distribuidor: Universal. N PN
Excelente idea es esta de reunir en un
104
compacto una muestra antológica de la
canción de cámara sueca (incluido algún
ejemplo noruego) del siglo XX. Prueba
que ha habido una continuidad estética
en esa zona del arte escandinavo, donde
prosperaron trabajos protegidos por las
grandes sombras cercanas de Sibelius,
Grieg, Stenhammar y Nielsen. Un romanticismo tardío y bien destilado, que no
rehuía las caricias untuosas de la sensibilidad decadente y los desgarros expresionistas, se convirtió en un buen exponente de la feria estética de variedades que
montó el Novecientos.
VON OTTER
RECITALES-VARIOS
Lamentos de amor donde se mezclan
el dolor y el goce, paisajes de íntimos
bosques y fiordos abiertos al infinito,
noches polares y primaveras risueñas,
frutos sabrosos de los interminables días
estivales, abismos interiores, brumas
doradas por soles esquivos, arrebatos y
meditaciones, son una estimulante pluralidad de humores como para trazar un
seductor programa. Von Otter es una de
las mejores intérpretes del repertorio. Su
voz es intensa y esmaltada lo justo para
las exigencias de estas páginas, y la capacidad de pasar entre exigencias expresivas muy distintas sin perder la unidad
estilística ni la propiedad idiomática, es
notable. Sin duda, estos registros se convierten en referencias. La tarea del pianista Forsberg contribuye con maestría al
feliz resultado de conjunto.
B.M.
THOMAS STEWART. BARÍTONO.
Un retrato. Obras de Schubert, Brahms,
Wolf, Mahler y Wagner. ERIK WERBA y
MARTIN KATZ, piano. ORQUESTA DE LA ÓPERA
ALEMANA DE BERLÍN. Director: EUGEN JOCHUM.
VAI VAIA 1205. ADD. 69’09’’. Grabaciones:
Nueva York y Berlín, 1966, 1968 y 1970 (en vivo).
Ingeniero: Raymond Edwards. Distribuidor: LR
Music. N PN
El norteamericano Stewart fue uno de
los mejores cantantes wagnerianos de su
cuerda en las décadas de 1960 y 1970.
En tal campo resulta bien conocida su
carrera y los dos fragmentos de su Hans
Sachs en Los maestros cantores consolidan su prestigio, por si fuera necesario.
Su órgano es noble y poderoso, la emisión exhibe una infalible seguridad y el
instrumento está al servicio de un artista
fuerte a la vez que inteligente, capaz de
desgranar un texto y producirlo con
intención densa y eficaz.
Menos valorada es su tarea como
cantor de cámara y, en ese sentido, esta
antología, hecha por él mismo a partir de
tomas en vivo, cumple un excelente
papel documental. Stewart, sin perder la
noción de lo que es la cámara cancioneril, emite poderosamente y dramatiza,
cuanto se puede y debe, la interpretación
de sus piezas. Sus más notables aciertos
son las obras narrativas como El rey de
los elfos de Schubert o los números de El
cuerno de la abundancia de Mahler,
como asimismo aquéllas que, en Wolf,
siempre se cantan desde un personaje.
Desenfadado o dolorido, desgarrado o
ensoñadoramente feliz (claro está, se trata de Brahms), de todo sabe persuadirnos Stewart con señorío y solvencia.
Elogiar los oficios de Werba, Katz y
Jochum sería superfluo y palabrero.
Quedan en manos y oídos del lector.
B.M.
VARIOS
BIENVENIDA Y DESPEDIDA.
Poemas y canciones con textos de
Goethe. Obras de Reichardt, Beethoven,
Schubert, Fanny Hensel, Mendelssohn,
Wolf, Pfitzner y Busoni. HANS-JÜRGEN
SCHATZ, recitador; ANDREAS SCHMIDT, barítono;
RUDOLF JANSEN, piano.
2 CD BERLIN 0017592 BC. DDD. 58’14’’ y
56’33’’. Grabación: Berlín, V/2003. Productor:
Franz Kämpfer. Ingeniero: Martin Freitag.
Distribuidor: Gaudisc. N PN
Textos de Goethe y prosas (entre ellas,
cartas) de personajes que tuvieron que
ver con él (Beethoven, Bettina Brentano,
Mendelssohn y su hermana, etc) dan
lugar a una alternancia de voz cantada y
hablada que tejen una suerte de historia,
la del diálogo entre el gran escritor y
unos músicos interesados en ligar su
obra a la del dios de Weimar.
La selección se divide en capítulos
temáticos: la relación entre Goethe y
Friedrike Brion según las memorias del
primero, Poesía y verdad de mi vida; la
amistad discipular de los hermanitos
Mendelssohn, Schubert poniendo música a los poemas goetheanos, Beethoven
y está todo dicho, las opiniones de
Goethe sobre la musicalización de sus
versos (cartas a Zelter y Schöpke), las
canciones de Wolf y Busoni sobre el
mismo material y momentos de Wilhelm
Meister.
La entrega es novedosa y sugestiva.
El resultado no cae por debajo del decoro. La limpia lectura de Schatz conecta
con el canto de Schmidt, que es más literario que musical. Dice con nitidez y
escande el verso con sentido de la forma
cadencial, aunque sus medios sean
módicos y la emisión de abra y desdibuje hacia el agudo. Musicalmente, el protagonismo es de Jansen, especialmente
en los compromisos mayores, Wolf y
Busoni.
B.M.
HABANERA.
CUARTETO DE SAXOFONES HABANERA. Obras de
Grieg, Glazunov y Dvorák.
ALPHA 041. DDD. 64’ 27’’. Grabación: Saint
Germain, VII/2002. Productores: Valerie Aimard y
Sebastian Billard. Ingeniero: Hugues Deschaux.
Distribuidor: Diverdi. N PN
El Cuarteto de Saxofones Habanera presenta este registro para el sello Alpha,
donde se incluyen tres obras para esta
particular formación, de las cuales sólo
una de ellas está compuesta para esta
agrupación instrumental, se trata del
Cuarteto para saxofones en si bemol
mayor opus 109 de Glazunov.
Esta obra contiene un primer movimiento lleno de vivacidad, donde los
temas melódicos son expuestos con gran
elegancia por parte de los miembros del
conjunto instrumental. La sección central
es un tema con variaciones, partiendo
de un motivo principal de melodía muy
inspirada y que va desarrollándose con
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RECITALES-VARIOS
una facilidad musical destacable. Finalmente la obra termina con un movimiento de carácter rítmico, donde este tipo
de instrumento de viento suena de
manera muy articulada.
La grabación se completa con dos
obras que se inscriben dentro del terreno de la transcripción instrumental. Por
un lado, tenemos el Cuarteto “americano” de Dvorák, donde el virtuosismo
instrumental es más patente, sobre todo
en los tempi rápidos y de marcado
carácter rítmico. Para completarse con la
inspirada Suite Holberg de Grieg, donde
la belleza de cada uno de los temas que
componen los diferentes números son
ejecutados con gran musicalidad.
Las transcripciones son todas de
Christian Wirth, uno de los miembros del
cuarteto de saxofones. El sonido de la
grabación es de gran calidad, manteniendo un equilibrio notable en los diferentes
registros de este instrumento de viento,
no llegando nunca a la distorsión sonora.
La presentación es magnífica, sobre todo
por el original diseño de la caja y la
abundancia de notas introductorias.
C.S.M.
MÚSICA NAVIDEÑA DE
LA INGLATERRA GEORGIANA.
Obras de Fawcett, Stephenson, Marsh,
Hill, Madan, Cooke, Adams, Key, Taylor,
Tremain, Anónimo, Matthews, Wainwright y Storace. P SALMODY . T HE P ARLEY OF
INSTRUMENTS. Director: PETER HOLMAN.
HYPERION CDA67443. DDD. 71’55’’. Grabación:
Suffolk, VII/2003. Productor: Martin Compton.
Ingeniero: Tony Faulkner. Distribuidor: Harmonia
Mundi. N PN
P ara envidia (si es que consciencia
hubiera) de quienes aún tenemos tanto
patrimonio patrio por descubrir, los compositores británicos de nivel medio o aun
por debajo de eso van accediendo, con
lentitud pero seguridad, a los anaqueles
de las tiendas de discos. En esta ocasión,
la atención se centra en aquellos “de provincias” que entre finales del siglo XVIII
y principios del XIX nutrieron de novedades el repertorio de cánticos (sección
Navidad) en las iglesias anglicanas. En el
colmo del autenticismo, pero como se
advierte en la carpetilla sin llegar a la
imitación de los acentos regionales, a los
diecisiete componentes del grupo Psalmody, que se encargan de los números y
pasajes concertantes, como coro se ha
confiado en una congregación de cincuenta aficionados. Medidos por los
patrones habituales de belleza y empaste
tímbricos, el juicio no podría ser muy
elogioso, pero aquí la intención es otra, y
seguramente a los promotores de esta
iniciativa discográfica no disgustaría del
todo si inaugurara una tradición estilística popular en el ámbito estrictamente
práctico al que parece dirigirse. Por lo
demás, en cuanto a precisión y ajuste de
las entradas nada puede reprocharse a
ninguno de los participantes. Esto, por
supuesto, incluye a los instrumentistas
del Parley, entre los que se ha de destacar al organista Luke Green. Sobre todo
en los pasajes masivamente corales, la
sensación de entusiasmo que se transmite resulta muy estimulante. Que es probablemente lo que se pretendía.
A.B.M.
LA PARTENZA.
Obras de Balfe, Belgiojoso, Benedict,
Costa, Donizetti, Pacini, Peri, Czerny,
Poniatowski, Rossini, Rossi, Savinelli,
Morales y Gabussi. LAURA CLAYCOMB,
soprano; BRUCE FORD, tenor; MANUELA CUSTER,
mezzo; ROBERTO SERVILE, barítono; RICHARD
BISSILL, trompa; DAVID HARPER, piano.
OPERA RARA ORR227. DDD. 78’48’’. Grabación:
Londres, VII/2003. Productor: Patrick Schmid.
Ingenieros: Chris Bracklik y Chris Bowman.
Distribuidor: Diverdi. N PN
El último registro de la discográfica británica Opera Rara es un conjunto de dieciocho piezas para voz y piano de catorce compositores diferentes. Todos ellos
enmarcados en el siglo XIX, donde se va
desde los celebérrimos Donizetti y Rossini a otros más desconocidos como Carl
Czerny o Melesio Morales. El disco presenta el titulo genérico de La Partenza y
cada una de las composiciones tiene una
afinidad con esta situación tan presente
en la ópera y la literatura decimonónica.
La voz de la soprano Laura Claycomb se
muestra en todo su esplendor en cada
una de las cuatro piezas que canta en
solitario. Su momento más sobresaliente
lo tiene en la canzone All’amante lontano de Giuseppe Poniatowski (18161867), donde el control del canto legato
y la habilidad para la coloratura se
hacen más patentes. La mezzosoprano
Manuela Custer es uno de los descubrimientos de la grabación, por la opulencia vocal mostrada y la adecuación estilística. Su interpretación de la cantata
Sempre penoso e torbido de Michael
William Balfe (1808-1870), con trompa y
piano, está llena de aciertos vocales e
instrumentales, donde la realización de
la coloratura es de una claridad admirable. Esta pieza tiene un bello acompañamiento de trompa de Richard Bissill.
Uno de los cantantes habituales dentro de las grabaciones de Opera Rara es el
tenor norteamericano Ford, quien en cada
una de las páginas su voz clara de tenor
lírico se adapta con suma facilidad a la
escritura vocal de estos compositores. Su
interpretación de la arietta Ecco quel fiero
istante de Sir Julius Benedict (1804-1885)
está llena de matices y le da oportunidad
de mostrar su excelente línea de canto.
Finalmente, Servile exhibe su voz de barítono lírico de perfecto legato e indudable
belleza tímbrica, sobre todo en la canzone
Non m’ami più de Donizetti, donde estas
cualidades se hacen más ostensibles. La
claridad de la grabación es de una transparencia sonora excepcional, que logra
un perfecto equilibrio entre la voz y la
parte instrumental. La presentación, como
en todas las producciones de Opera Rara,
es de una exquisitez brillante. Recomendable plenamente.
C.S.M.
PEREGRINAJE MEDIEVAL
A SANTIAGO.
Cantos medievales de peregrinos.
ENSEMBLE FÜR FRÜHE MUSIK AUGSBURG.
CHRISTOPHORUS CHR 77264.
DDD. 53’15’’. Grabación: Augsburgo, IV/2003.
Productor: Hanno Pfistener. Ingeniero: Hieronymus
Cavalli. Distribuidor: Diverdi. N PN
Hubo un tiempo en que el Camino de
Santiago no era sólo el recuerdo de un
movimiento espiritual europeo que sirve
como pretexto para pingües negocios
turísticos, sino ese mismo movimiento
real, como en la actualidad puede serlo
en el Islam la obligación de visitar los
lugares santos de la Meca al menos una
vez en la vida.
Tampoco la cultura generada en torno a esa peregrinación era considerada
como objeto digno de subvención ministerial, sino la forma entonces actual y
natural de concebir el mundo. Reconstruir esa cultura, siquiera sea fragmentaria, es lógicamente un objetivo imposible de conseguir; no, en cambio, vano el
intento de lograrlo cuando se emprende
con honestidad intelectual y artística. Esa
parece ser la actitud de los cuatro miembros, cantantes a la vez que tañedores
de instrumentos, del Grupo para la
Música Antigua de Augsburgo en su
selección de músicas que cualquier
peregrino alemán bien pudo oír en su
viaje de Alemania a Compostela, pasando por Francia (con detención especial
en Aquitania) y el norte de la Península
Ibérica, entre los siglos XII y XV. La idea
de desplazamiento viene ya sugerida en
el mismo inicio del disco por la manera
en que las voces se aproximan desde el
silencio hasta constituirse en una masa
sonora que no perderá su redondez y
homogeneidad hasta el final. No es para
oírse todos los días, pero vale la pena.
A.B.M.
PIANO CONTEMPORÁNEO
ESPAÑOL.
Obras de Prieto, Barce, Marco,
Cruz de Castro, Guinjoan, Calandín,
Adam, Roncero y Cano. RICARDO
J. ROCA PADILLA, piano.
2 CD EGT 932-CD. DDD. 52’32’’ y 38’06’’.
Grabación: XI/2003. Productor: Paco Bodí.
Ingenieros: Alfonso Ródenas y Jorge G. Bastidas.
Distribuidor: Harmonia Mundi. N PN
Este doble compacto nos presenta nue-
ve obras bien distintas entre sí de otros
tantos compositores; así pues, tal como
podemos leer en el título del artículo de
José Luis García del Busto que acompaña la grabación, se trata de “Nueve piezas, nueve personalidades”, y también al
decir del crítico “los nueve músicos
cuyas partituras recoge esta grabación
pertenecen a grupos generacionales en
total madurez”.
Convendremos también con García
del Busto en que “el panorama de la
composición española es hoy día tan
heterogéneo y vario como, sin duda,
viene a mostrar esta amplia antología”.
Hay evidentes referencias al pasado (por
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D I S C O S
VARIOS
J.P.
SON DE LOS DIABLOS.
Tonadas afro-hispanas del Perú.
DIANA BARONI, voz. SAPUKÁI.
ALPHA 507. DDD. 52’06’’. Grabación: París,
V/2002. Ingeniero: Hugues Deschaux.
Distribuidor: Diverdi. N PN
E n 1779 Baltasar Martínez Compañón
fue nombrado obispo de Trujillo, ciudad
de la costa norte del Perú. Fue un personaje extraordinario, heraldo de la Ilustración en tierras americanas, fundador de
centros educativos para indios y mestizos y protector de las lenguas nativas
quechua y aymara, como informa el texto de presentación del disco. Pero además realizó un gigantesco inventario en
nueve volúmenes donde se recoge la
vida de esas vastas tierras, su fauna, flora, costumbres ancestrales y rituales,
ilustrado con imágenes.
En las páginas de uno de los volúmenes se incorporan tonadas para voz
y bajo cuyos textos adoptan la lengua y
métrica castellanas, cinco de las cuales
han sido incluidas en este CD, que
también comprende melodías extraídas
del Journal de la Société des Américanistes del Museo del Hombre de París y
tonadas transmitidas oralmente, algunas de raíces africanas como la que da
título al disco. Todas estas piezas han
sido arregladas y “actualizadas” por los
intérpretes, lo que les presta cierta unidad estilística.
Su fuerza rítmica y la belleza de
algunas melodías proporcionan una
escucha grata; la tímbrica es muy atractiva gracias a la gran riqueza y variedad
de los instrumentos que arropan a las
voces, aunque se eche en falta una
mayor diversificación, necesaria aun sin
escudarse en presupuestos puristas.
106
D.C.C.
LA SONATA TRÍO EN LA
INGLATERRA DEL SIGLO XVII.
Obras de Gibbons, Coprario, Lawes,
Jenkins, Locke, Simpson, Blow y Purcell.
LONDON BAROQUE.
BIS CD-1455. DDD. 70’15’’. Grabación: East
Woodhay, X/2002. Productor e ingeniero:
Jens Braun. Distribuidor: Diverdi. N PN
Este disco y el consagrado a Couperin
que se comenta en este mismo número
de SCHERZO indican en el grupo London
Baroque un interés especial por las vías
de consolidación del barroco musical en
los distintos países europeos y en los
diversos géneros de cámara. La selección
de música inglesa del siglo XVII se presenta, no en la portada pero sí en las primeras frases de los comentarios interiores, como primero de una serie de ocho
dedicados al seguimiento de la evolución
de la sonata trío. Las composiciones se
ordenan por orden cronológico de alumbramiento a fin de que se aprecien más
claramente las tres fases del desarrollo
desde la sustitución de los consorts por
dos instrumentos melódicos y un continuo (Orlando Gibbons, John Coprario,
William Lawes y John Jenkins), pasando
por el logro de la preeminencia por parte
de la voz más aguda (Matthew Locke y
Christopher Simpson), hasta la plena conquista del nuevo lenguaje armónico y
contrapuntístico (John Blow y Henry Purcell). Las versiones, sensibles hasta el más
mínimo detalle en que se refleja la acumulación progresiva de todos estos factores, destacan además por la nitidez con
que se percibe cada una de las voces y
por el hermoso empaste que éstas consiguen bajo cualquier circunstancia. A tan
recomendables resultados contribuye en
medida no despreciable la elevada calidad de las tomas.
A.B.M.
TANGOS Y MALAMBOS.
Músicas de Piazzolla y Ginastera. HÉCTOR
MORENO Y NORBERTO CAPELLI, pianos.
FRAME CD FR 9508-2. DDD. 65’46’’. Grabación:
Greve (Chianti, Italia), VI/1995. Productor: Paolo
Paolini. Ingeniero: Marzio Benelli. Distribuidor:
LR Music. N PN
El maestro Ginastera y su alumno Piazzo-
lla se encuentran, una vez más, en un
compacto, esta vez con arreglos para dos
pianos de obras originalmente escritas
para uno solo (Danzas argentinas de
Ginastera), una orquesta sinfónica (ballet
Estancia del mismo) y un quinteto de
tango, en el caso de Piazzolla: Las estaciones porteñas, Tangazo, Tríptico del
ángel. Por excepción, Adiós Nonino es
confiado a un piano solo, en el ejemplo,
Capelli. Cabe discutir la legitimidad de las
transcripciones. Si un músico ha optado
por determinado dispositivo, no corresponde alterarlo. Pero, a la vez, si la tarea
se ha hecho con la dignidad artística y
técnica de este compacto, merece respeto. Ginastera, “reducido” a piano doble,
muestra sus armonías y la superposición
de ritmos con mayor nitidez. Piazzolla, en
cambio, gana sonoridad pero el énfasis le
quita intimismo de tango.
Las versiones son cuidadosas y solventes. Los pianistas se oyen equilibrados, frasean con limpieza y consiguen
una timbración agradable y esmaltada.
B.M.
ANDREA MARCON
ejemplo a Turina en la Turiniana de
Prieto, y a Bach en el Bachground de
Marco) y lo que García del Busto define
como ejemplos de “estudio de virtuosismo” (de hecho, el resto, visto como cierta experimentación o, cuanto menos,
búsquedas originales). Aunque la música
en la mayoría de las casos se explica
suficientemente a sí misma y por sí misma, el leer los comentarios que de cada
una de estas nueve obras han redactado
para la grabación sus respectivos autores, es de utilidad.
El excelente pianista Ricardo Jesús
Roca Padilla resulta plenamente convincente en este variadísimo programa que
permite apreciar su versatilidad como
intérprete. De modo que, como resultaría muy extenso comentar aquí, aun de
manera breve, cada una de las obras, se
impone el conocimiento directo de éstas
a partir de su audición. Un compacto
éste, pues, merecedor de todos los elogios al superar una importante contribución a la difusión de nuestro rico patrimonio musical actual (todas las obras
datan de los últimos diez años) interpretadas con convicción.
TRES SIGLOS DE MÚSICA
ITALIANA PARA ÓRGANO.
ANDREA MARCON.
DIVOX Antiqua CDX-75228-2. DDD. 73’35’’.
Grabaciones: Treviso, 1993-1997. Ingenieros:
Diego Fasolis y Pere Casulleras. Distribuidor:
Gaudisc. N PN
E ste disco es una selección de cuatro
recitales previos aparecidos en el mismo
sello Divox, que Andrea Marcon registró
en cuatro órganos de la ciudad de Treviso, construidos entre 1750 y 1858. La
recopilación incluye música de compositores italianos de los siglos XVII, XVIII y
XIX, desde Michelangelo Rossi, nacido
en 1602, hasta el Padre Davide da Bergamo, fallecido en 1863, pasando por
Storace, Pasquini, Domenico Scarlatti,
Pescetti, Galuppi, Paganelli y Valeri.
Marcon es un músico imaginativo y
audaz, que sabe aprovechar la gran
variedad de recursos de los instrumentos
que emplea. Especialmente atractivo
resulta el de la iglesia de San Nicolás, en
el que interpreta cuatro sonatas de Scarlatti con una combinación de registros
de extraordinaria riqueza. Una variada
paleta sonora tiene también el instrumento de la Iglesia de San Leonardo,
obra también, como el anterior, de Gaetano Callido. Aquí, el estilo galante de
las sonatas de Pescetti y Galuppi queda
perfectamente recogido en unas interpretaciones contrastadas, ágiles y ligeras.
Imponentes y majestuosos resuenan en
cambio la Toccata de Rossi o el Ricercare de Storace, tocados con sobriedad y
exquisita delicadeza en un instrumento
algo más antiguo de Pietro Nacchini.
Sonoridades más robustas y contrastes
ya plenamente románticos obtiene Marcon del instrumento de la Iglesia de San
Agustín, en el que suenan las obras, de
melodías frescas y sencillo ropaje armónico, del Padre Davide da Bergamo.
P.J.V.
TROBADORS.
Cantos trovadorescos de amor
cortesano. CAPELLA DE MINISTRERS. Director:
CARLES MAGRANER.
LICANUS CDM 0308. DDD. 59’37’’. Grabación:
Játiva, VI/2000. Productor: David Antich.
Ingenieros: Alfonso Ródenas y Jorge Bastidas.
Distribuidor: Diverdi. N PN
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VARIOS
R ecordada
la distinción por Carles
Magraner en las notas de la carpetilla,
obsérvese que este es un disco dedicado
a los trovadores (troubadours en francés) y no a los troveros (trouvères); es
decir, no a los poetas-músicos que,
escribiendo en langue d’oïl (antecedente
del francés moderno), expandieron hacia
el norte de Europa el arte de cantar de
corte en corte el amor cortesano, sino a
los que, manteniendo fidelidad a la langue d’oc y al estilo de resonancias moriscas, en gran número acompañaron al rey
Jaime I en sus empresas de conquista
hacia el sur. Son 22 piezas, la mitad puramente instrumentales, debidas a figuras
de nombres tan resonantes como Raimbaut de Vaqeiras, Bernart de Tolosa,
Aimeric de Peighilhan, Bernart de Ventadorn, Peire Vidal, Berenguer de Palou,
Guiraut de Bornelh, Peire Cardenal y Peire Raimon de Toloza, más tres anónimas.
La cantante Ruth Rosique, David Antich a
las flautas, Efrén López alternando vihuela, ’ud y sas, Octavio Lafourcade al laúd
medieval, Carles Magraner a la viella y
Pau Ballester a cargo de una percusión
que incluye salterio recrean con notable
verosimilitud todo un mundo de exotismo que en realidad no es más que el
anteayer de la música en la costa mediterránea occidental. Unas tomas muy minuciosas en el establecimiento de jerarquías
de distancia entre las fuentes sonoras
contribuyen a crear un clima general de
misteriosa sensualidad y espontaneidad
en el fraseo.
El VIOLÍN VAGABUNDO.
A.B.M.
Bartók (trans. Székely): Danzas
populares rumanas. Schedrin: Imitación
de Albéniz. Frolov: Pieza en estilo de
blues. Krein: Capricho hebraico. Kroll:
Banjo y violín. Paganini (arr. Kreisler): La
campanella. Ponce (trans. Heifetz):
Estrellita. Rajna: Tarantulla. Sarasate:
Fantasía de concierto sobre Carmen.
Scott (arr. Kreisler): Lotus Land.
Chaikovski: Valse-Scherzo. Vladigerov:
Horo de “Paráfrasis búlgaras” op. 18.
GRAF MOURJA, violín; NATALIA GOUS, piano.
HARMONIA MUNDI HMC 901785. DDD.
67’35’’. Grabación: París, II/2002. Productor:
Étienne Collard. Ingenieros: Alessandra Galleron y
Etienne Collard. N PN
U n variadísimo programa, repleto de
alusiones a diversos folclores y a estilos
bien distintos, como el que nos propone
este compacto sirven para mostrar una
vez más la riqueza de la literatura violinística y la versatilidad de ese “instrumento vagabundo, por su tamaño y su
ligereza” (tal como nos dice el texto que
acompaña la grabación) que, aun siendo
familiar su timbre y su imagen, conserva
su parte de misterio”. Popular y culta,
para la danza y para el concierto, virtuosística a menudo, la música para violín
da para mucho y este programa, sin ánimo exhaustivo y sin proponerse ser una
representación de las posibilidades del
instrumento, nos propone: “Virtuoso o
primitivo, aristócrata o proletario, el violín ignora los dominios reservados; proteiforme, nada le es extraño”. Y cabe
todo; el jazz (en la obra de Frolov), la
música de salón (en la de Chaikovski),
el exotismo (en la de Scott), el refinamiento, lo anecdótico expresado en
obras a veces casi onomatopéyicas, el
color local… La sola enumeración de las
obras que aquí escuchamos ya bastaría
para saber qué encontramos en este
compacto. Así pues, el programa es muy
atractivo y variadísimo, atrapando la
atención del oyente ya desde la primera
obra, la Pieza en estilo de blues de Frolov, interpretada como si de auténtico
jazz se tratara. Vamos, un compacto para
disfrutar y para pasar un muy buen rato,
magníficamente interpretado de principio a fin por un excelente violinista
acompañado por una atenta pianista que
deviene cómplice perfecta. Un divertimento de calidad.
J.P.
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D I DS VC DO S
BACH:
CRÍTICAS de la A a la Z
D
V
D
BACH-VERDI
Variaciones Goldberg BWV 988.
ROSALYN TURECK, piano.
VAI 4252. 99’. Grabación: San Petersburgo,
VII/1995. Productor: Viktor Sokolov. Ingeniero:
Viktor Dinos. Distribuidor: LR Music. N PN
Esta grabación en directo desde la Gran
Sala de la Filarmónica de San Petersburgo ya fue comentada en formato audio
dentro de la edición que VAI dedicó a la
insigne pianista norteamericana hace tan
sólo unos pocos meses (véase SCHERZO
nº 182, p. 73). Ya en su momento,
comentamos la extraordinaria lentitud de
la propuesta, que se explaya en la búsqueda, mediante el preciosismo, de la
pureza del lenguaje. La pianista se recrea
en el universo bachiano con deleitación,
sin gratuidades ni banalidades. En ese
tiempo, la merma técnica era más que
evidente (contaba ya con 81 años de
edad) pero la suplía con la claridad de
ideas de una intérprete en plena madurez de su arte.
La calidad de las imágenes es muy
baja, mientras que la realización resulta
excesivamente estática y poco imaginativa. Pero al mismo tiempo es un documento importante que permite ver en
acción a una de las grandes intérpretes
del Kantor que dio el siglo XX, al margen de gustos personales o propuestas
estéticas.
C.V.N.
MAHLER:
Des Knaben Wunderhorn. THOMAS
HAMPSON, barítono; WOLFRAM RIEGER, piano.
TDK Les Voix de Notre Temps DV-VTTH. 86’46’’.
Grabación: París, Teatro Châtelet, 2002. Productor:
Frank Tripier. Ingeniero: Rodolphe Pacaud.
Distribuidor: JRB. N PN
Como intérprete mahleriano, Hampson
108
es bien conocido. Orilla lo inútil elogiar
su arte. Desde la nobleza de su timbre de
barítono claro hasta el dominio magistral
de los volúmenes, pasando por su afinación impecable, su alemán modélico y
una variedad incontables de fraseos y
dispositivos expresivos, todo ello configura el bagaje de uno de los grandes
barítonos de cámara de la historia.
En Mahler se siente especialmente
en casa y ello explica que lo haya abordado completo. La meditación religiosa
de extrema gravedad y vertical hondura
no le impide cantar como un campesino
que fatiga el soleado sendero del verano, sencillo y desprevenido. Y si hemos
sabido escuchar al artista norteamericano, ahora una astuta secuencia de primeros planos permite advertir la profundidad vivencial de sus interpretaciones,
cuanto le pasa a Hampson mientras está
diciendo y cantando a Mahler. Sensible y
fuerte, elegante y dúctil, inteligente y
entregado, son adjetivos que, aproximadamente, pueden contribuir a definir la
constelación Hampson.
Si se puede decir lo mismo del pianista, quede dicho. Entre canción y canción, ambos artistas nos cuentan sus
relaciones con el mundo mahleriano, su
lectura de cada obra, la organización del
programa. Los tenemos en casa, vestidos
de camisa y jersey. Por si faltara algo, los
reconocemos como amigos o, según
prefiere Mahler, como compañeros de
camino.
B.M.
MASSENET:
Manon. ARREGLOS ORQUESTALES DE LEIGHTON
LUCAS Y HILDA GAUNT. Coreografía: KENNETH
MACMILLAN. Solistas, CUERPO DE BAILE Y
ORQUESTA DEL ROYAL BALLET Y LA ROYAL OPERA
HOUSE. Director musical: ASHLEY LAWRENCE.
Decorados y vestuario: NICHOLAS GEORGIADIS.
Dirección de vídeo: COLIN NEARS.
WARNER MUSIC VISION 8 573-84201-2. 112’.
Grabación: Londres, 1982. R PN
C on fragmentos de obras massenetia-
nas, excluida la ópera homónima, se
montó en 1974 este ballet argumental,
con toda la complejidad de puesta en
escena y los eficaces momentos de danza solista que la historia requiere. El
resultado es un espectáculo de refinado
colorido, suntuosamente vestido, exquisito de reconstrucción histórica, que exige un mecanismo de ensayo y puesta en
escena resuelto con brillante pericia por
las masas londinenses. El baile es neoclásico y abunda en bonitos lugares
comunes, que permiten disfrutar de la
trama, aunque algún dúo de los protagonistas, por reiterativo, podría aligerarse.
Las masas y los solistas son impecables y sería farragoso enumerarlos, aunque resulte injusto callarlos. Limitándonos a las estrellas, vayan por delante los
protagonistas, Jennifer Penney y Anthony Dowell, con el físico de los papeles muy adecuado y luciendo solvencia
de baile y propiedad actoral que aguanta
cualquier cercanía. Dowell, en especial,
gran solista de adagios, con un juego de
piernas cercano a la escultura, una musicalidad inspirada, una presencia elegante de galán sensible y un creciente dramatismo en el desarrollo y degradación
de su personaje.
Magnífico el Lescaut de David Wall,
macizo y veloz, de un cinismo a toda
prueba, variado en una actuación donde
alterna el baile de carácter con momentos de comicidad, como el antológico
dúo con Monica Mason, en el cual debe
bailar, sostener y hacer el borracho, con
un virtuosismo y una fuerza histriónica
de gran altura.
B.M.
MONTEVERDI:
Vespro della Beata Vergine. PENICCHI,
SIMBOLI, BALCONI, SCHOFRIN, BEASLEY, DORDOLO,
NAGLIA, MALETTO, CARNOVICH, GRANDINI,
ZANASI. CORO DE LA RADIO SUIZA DE LUGANO.
ENSEMBLE MORE ANTIQUO. CONCERTO PALATINO. I
BAROCCHISTI. Director: DIEGO FASOLIS. Director
de vídeo: MANDO BERNARDINELLO.
ARTS 47609. 97’35’’. Grabación: Catedral de San
Lorenzo, Lugano, 18-VI-1998. Productores:
Giuseppe Clericetti y Renzo Rota. Ingeniero:
Jochen Gottschall. Distribuidor: Diverdi. N PN
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BACH-VERDI
La filmación recoge una interpretación
muy vital y estilista de las Vísperas monteverdianas habida en la catedral de
Lugano. La escasa iluminación y lo recogido del lugar obligaron a Bernardinello
a una realización muy constreñida y no
demasiado imaginativa, pero que resuelve a base de la dosificación de primeros
planos de los solistas y planos medios
del coro o los instrumentistas el siempre
arduo problema de animar la conservación de las imágenes de un concierto.
Fasolis cuenta para su traducción con
dos fuertes bazas, el flexible coro y la
participación siempre sensacional de
Concerto Palatino. Los solistas vocales,
con algunas desigualdades en los tenores
y contratenores, rinden con solvencia e
incluso total entrega. Muy sensual, por
ejemplo, el Duo Seraphim. Notable el
comienzo del Deus in adiutorium, a cargo de Marco Beasley, poseedor tal vez
no de una gran voz, pero siempre intencionado y expresivo, como evidencia asimismo en Audi cœlum. La aproximación
de Fasolis tiende más a la majestuosidad
—pese a lo reducido de los medios
empleados— que a la atención por el
detalle. Hay incluso soluciones un tanto
expeditivas, como el trazo grueso del
bajo del comienzo del Duro Seraphim.
E.M.M.
MONTEVERDI:
Il ritorno d’Ulisse in patria. KRESIMIR SPICER (Ulises), MARIJANA MIJANOVIC (Penélope),
CYRIL AUVITY (Telémaco), OLGA PITARCH
(Minerva), PAUL-HENRY VILA (Neptuno). LES
ARTS FLORISSANTS. Director musical: WILLIAM
CHRISTIE. Director de escena: ADRIAN NOBLE.
Director de vídeo: HUMPHREY BURTON.
VIRGIN 4 90612 9. DDD. 174’. Entrevista con
W. Christie: 11’. Grabación: Théâtre du Jeu de
Paume, Aix-en-Provence, VII/2002.
Productor: François Duplat. N PN
Está teniendo buena suerte esta ópera
monteverdiana en sus últimas ediciones
en DVD; tras la excelente de Harnoncourt, llega esta de Christie valiosa e
interesante. El montaje de Noble es eficaz, se amolda al pequeño teatro y consigue momentos visuales muy logrados,
como el de La Fragilidad Humana, desnudo y a la tenue luz de una hoguera.
Se trata ante todo de una gran velada de
teatro que cuenta, en lo musical, con la
sensacional contribución de la pareja
protagonista y el estilo retórico mantenido de la batuta. Mijanovic construye una
Penélope atormentada, de gran riqueza
psicológica. Su expresividad efectiva
pero seca y las ocasionales resonancias
algo viriles de su timbre contribuyen a
esta visión del personaje. Por su parte,
Spicer elabora un Ulises en general
heroico, que dosifica también con acierto matices y cambios de estado de ánimo. Igualmente extraordinaria Olga
Pitarch como Minerva y Amor. La presencia escénica de la diosa cobra una
importancia singular, al igual que los
personajes de Telémaco y Eumeto, que
son tratados con un relieve nuevo. Sin
embargo, el hincapié en la dimensión
teatral de la obra le lleva a Christie a servirse para los restantes papeles de magníficos actores que no poseen voces
sobresalientes. Buena respuesta del conjunto de Les Arts Florissants, bien que lo
reducido de la plantilla haga más claramente perceptibles algunos leves desajustes. Intachable el sugerente trabajo
del bajo continuo.
E.M.M.
James Levine
UN DRAMA INTERIOR
VERDI: Otello. PLÁCIDO DOMINGO
(Otello), RENÉE FLEMING
(Desdemona), JAMES MORRIS (Jago). ORQUESTA
Y CORO DEL METROPOLITAN DE NUEVA YORK.
Director musical: JAMES LEVINE. Director de
escena: ELIJAH MOSHINSKY. Director de vídeo:
BRIAN LARGE.
DEUTSCHE GRAMMOPHON 073 092-9. 142’.
Grabación: Nueva York, X/1995. Productora:
Louisa Briccetti. Distribuidor: Universal. N PN
Moshinsky y sus colaboradores (Micha-
el Yeargan, en lugar de los decorados de
Timothy O’Brien, y Peter J. Hall) varió
provechosamente su montaje del Covent
Garden de enero de 1987 (en DVD para
Pioneer en su reposición posterior) y
que viajó al Real madrileño, adaptándolo al gusto norteamericano, quedando
del original apenas algunas evocaciones en el acto III. Así, el espectáculo se
enriquece visual y decorativamente, sin
perder aquel trazado minucioso de la
sicología de los personajes que era su
mayor acierto. Hay que afirmar rotundamente que la mayor parte del éxito
de esta traducción en imágenes se debe
a la cámara de Brian Large, un maestro
indiscutible de la narración visual, que
hace la toma justa y precisa para que
no solamente el drama interior de los
personajes aparezca en toda su cruda
manifestación, sino potenciando además la simbología o el valor narrativo
de los objetos. Por ejemplo, es de apreciar el valor que pone en filmarnos el
pañuelo de Desdemona, tan decisivo
para los acontecimientos. Domingo
construye desde el interior su Otello,
mejorando anteriores interpretaciones,
dada la intensidad del concepto, la
experiencia de varios años bregando
con el papel, su desprendida entrega y
una saneada situación vocal. La Desdemona de Fleming es modélica, por la
voz, hermosísima, el canto de exquisita
musicalidad y la construcción del personaje, siempre dentro de la más loable
tradición interpretativa. A Morris, en
principio, parece convenirle poco su
personaje, por tipo de voz y personalidad. Pero este nunca vulgar artista
supera las dificultades de tesitura (algunas notas agudas son mejorables), con
un Jago, quizás no tan maléfico como
ése al que nos tienen acostumbrados
otros intérpretes referenciales (siempre
los mismos, Tito Gobbi y Giuseppe
Taddei), pero eficaz y desenvuelto,
ayudado por una presencia escénica
absolutamente convincente y conveniente. En el resto del equipo, merecen
destacarse al agradable Cassio de
Richard Croft, la resistente Emilia de
Jane Bunnell y el sobresaliente Lodovico de Alexander Anisimov. Levine
demuestra que esta partitura verdiana
es una de sus predilectas, por tantas
razones como logros alcanzados, en
sonoridad, concepto, definición de
atmósferas y progresión dramática.
Fernando Fraga
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D I DS VC DO S
RECITALES-VARIOS
RECITALES - VARIOS
EL ARTE DE JOAN SUTHERLAND.
Recital operístico del 11 de diciembre
de 1963. Obras de Bellini, Rossini, Donizetti, Ricci y Verdi. ORQUESTA DE LA CBC.
Director: RICHARD BONYNGE. En blanco y
negro. Recital de cámara del 12 de
febrero de 1969. Obras de Bononcini,
Händel, Bellini, Rossini, Grechaninov,
Alabiev, Abt, Gounod, Bizet, Massenet,
Delibes y Balfe. RICHARD BONYNGE, piano.
En color.
VAI DVD 4254. 110’. Filmaciones de la Canadian
Broadcasting Corporation. Productor: Robert Scott.
Digitalización: VAI, 2004. Distribuidor:
LR Music. N PN
No conviene intentar una descripción
vocal de Sutherland ni detallar su repertorio de belcantista. Todo ello es sobradamente conocido. El valor de estas filmaciones originalmente hechas para la
televisión es documentar su desempeño
en los escenarios y sus preferencias (o
las de Bonynge) en el campo de la canción de cámara.
Sutherland era una señora de maciza
presencia, sumaria como actriz y preferentemente muy vestida, a la manera de
las divas del siglo XIX que evoca en sus
intermedios hablados. Los números elegidos le permiten el lucimiento de un
utillaje virtuosístico de gran efecto:
cadencias cromáticas, adornos, velocidades, trinos, picados y cuanto se ocurra
hacer en la noche de las tracas vocales.
En la canción, aparte de algunas
páginas barrocas, las preferencias van al
romanticismo y, más especialmente, al
tardío y finisecular del Ochocientos.
Aquí Sutherland muestra sus virtudes y
sus deficiencias con marcada distancia:
su dicción es turbia y simple (a veces no
se sabe en qué idioma canta) y su expresividad, monótona. Lo mejor de esta parte son sus imitaciones al canto de ciertos
pájaros, en la tradición de la soprano de
coloratura como ruiseñor mecánico.
Especial mención merece Bonynge,
quien selecciona las páginas y guarda el
estilo con finura y elegancia. No habría
sobrado una buena lección de fonética
italiana, alemana y francesa.
B.M.
LAS DANZAS DE PLISETSKAIA.
MAIA PLISETSKAIA, NICOLAI FADEIECHEV, VLADIMIR
VASILIEV, YURI ZHDANOV, MARIS LIEPA. BALLET DEL
TEATRO BOLSHOI. Director: VASILI
KATANIAN. Director de vídeo: ABRAM KHAVCHIN.
VAI DVD 4264. 70’. Filmación: 1964. Montaje:
Sovexportfilm, 1970. Digitalización: VAI, 2003.
Producción: Estudio Central de Documentación
Fílmica. Distribuidor: LR Music. R PN
La carrera de Plisetskaia abarca un reper-
110
torio amplísimo de ballet clásico y neoclásico de escuela soviética, en el que
figuran los grandes títulos del siglo XIX
junto a Prokofiev (Romeo y Julieta, La flor
de piedra), Khatchaturian (Espartaco),
Glazunov (Raymonda) y algún momento
operístico, como la danza de las esclavas
persas de Jovanchina de Musorgski.
Sería superfluo y despectivo para el
avisado lector ponerse a enumerar el
catálogo de excelencias de la grandísima
bailarina. En estas películas se puede
recorrer una antología de su obra, donde quedan patentes, aparte de que la
acompañan eminentes colegas y masas
de primera calidad. Lo peculiar de la
entrega reside en los reportajes a la misma Plisetskaia, en los que explica su
relación con un cuerpo que parece bailar desde los cabellos hasta los dedos.
También la vemos ensayar, dialogar con
sus maestros, recordar su infancia (su
madre fue actriz de cine y su hermano
Azari, bailarín y profesor de baile), probarse trajes, calentar las piernas, estudiar
partituras con los directores de orquesta.
Dada la habilidad de los montajes, en
ningún momento decae el interés del
relato, donde hacen contrapunto la escena y las bambalinas, la vida cotidiana de
los artistas y los momentos excepcionales en los que, como el moribundo cisne
de Saint-Saëns, una mujer puede convertirse en animal mitológico y alegoría de
la belleza, frágil e inmortal.
B.M.
relato bailado con coreografía de Rostislav Zakharov sobre música de Asafiev.
Data de 1934 y es una evocación del
choque entre tártaros y rusos occidentales, con un kan magnánimo y enamorado, una doncella secuestrada y una
amante despechada que la mata y es
ultimada por los sicarios. Todo es muy
eficaz, lujoso y académico, como corresponde a la estética estalinista. Ulanova
se confronta con la joven Maia Plisetskaia, carnosa, decidida, estelar. Los conjuntos son de una vistosidad digna del
mejor Hollywood y el technicolor, delicioso de vivacidad.
Algo similar ocurre con Las llamas
de París (1932), donde insiste el músico
y cede la coreografía a Vasili Vainonen.
Esta vez nos vamos al París del 89, con
un pueblo heroico y revolucionario,
enfrentado a una aristocracia malvada,
pomposa y cruel. Gana el pueblo, con
banderas y danzas, una heroína muerta
y fondos de carmañolas, sairás y marsellesas a todo tren. Dentro de una espectacularidad que ya se las quisiera mister
De Mille, los números de los solistas
pueden deslumbrar por su virtuosismo.
Allí están, jóvenes y omnipotentes, la
Sangovich, Gottlieb y Chabukiani. Todo
es academia de la mejor y lo mejor puede con cualquier academia.
ESTRELLAS DEL BALLET RUSO.
Obras de Chaikovski y Asafiev. Solistas
DEL BALLET BOLSHOI. Solistas, CORO Y
ORQUESTA DEL KIROV DE LENINGRADO.
Directores: E. DUBOVSKOY Y P. FELDT.
VAI 4263. 81’. Grabación: 1953. Paso a video:
1981, Sovexportfilm. Masterización: VAI, 2003.
Distribuidor: LR Music. R PN
Un excelente documento, originalmen-
te hecho para el cine, sobre el ballet
ruso de los años cincuenta, contiene este
DVD donde se reúnen dos generaciones
de bailarines en prueba de la sólida continuidad de una tradición.
Una síntesis de El lago de los cisnes
rescata el final de Galina Ulanova,
madura y algo corta de movimientos,
pero aún veloz y con un estilo de posturas realmente ejemplar. Konstantin Sergeyev, quien revisa la coreografía original de Petipa, es el Príncipe de las leyendas, regio de presencia, imperial de
solos, capaz de mostrar hasta qué punto
un partenaire puede bailar aun cuando
sostiene a la solista. En la mala del caso,
Natalia Dudinskaya exhibe un virtuosismo equiparable a la vulgaridad de su
fraseo. Encantadora es la puesta en escena, con decorados propios de un libro
de cuentos infantiles, mezclado con
dibujos animados y elementos de filmación al aire libre, que hacen del conjunto, coloreado con viveza de viñeta
legendaria, un verdadero acontecimiento
cinematográfico. Inútil es elogiar los
cuerpos de bailes, de una disciplina intachable, con sus solistas animosos y su
bufón de vértigo y su brujo aterrador.
La fuente de Bakhchisarai es un
B.M.
SILVIE GUILLEM:
Margarita y Armando. Música de Franz
Liszt. COREOGRAFÍA DE FREDERICK ASHTON.
CON NICOLAS LE RICHE Y ANTHONY DOWELL.
PHILIP GAMMON, piano.
WARNER MUSIC VISION 5050467 012127. 52’.
Grabación: Japón, 2003. Dirección: Ha Van Kern.
Escenografía y vestuario: Cecil Beaton. N PN
E scrito para Margot Fonteyn y Rudolf
Nureyev, este ballet se vale de la Sonata
en si menor de Liszt, obra maestra muy
poco apta, por su vaguedad rítmica, para
el baile. Ashton hizo un pastiche que
mezcla la pantomima del cine mudo con
una secuencia en flash back e insertos
de baile clásico. Es de pobre eficacia
aunque da lugar a una actuación dramática de cierta amplitud.
Guillem y Le Riche son dos bailarines actores de gran calidad y baste, para
probarlo, seguir sus primeros planos. Él,
además, es un bailarín blanco leve y elegante, capaz de cumplir con las evoluciones del caso, saltar con blandura y
caer con sutileza. Beaton, en el material,
no se esforzó demasiado. Dowell, sombra de lo que fue, hace de comparsa.
El DVD se completa con tomas de
un viaje por Japón, ensayos y conversaciones, que poco aportan, por su desorden, a la comprensión de lo que hacen
los artistas. Con elementos de tal calidad
podría haberse hecho algo más interesante y mejor estructurado.
B.M.
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D I S C O S
ÍNDICE
ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS
Alagna, Roberto. Tenor. Obras de
Puccini, Giordano y otros. EMI. 102
Anchieta: Misa y Salve Regina. Cabré.
Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Arte de Joan Sutherland.
Recitales de 1963 y 1977. VAI. 110
Asins Arbó: Obras para piano.
Gómez. EGT. . . . . . . . . . . . . . . . 74
Bach: Cantatas. Vol. 23. Suzuki. BIS. 75
— Conciertos.
Café Zimmermann. Alpha. . . . . . 75
— Conciertos de Vivaldi.
Alvini. Frame.. . . . . . . . . . . . . . . 74
— Sonatas y otras. Varios. DG. . . . 70
— Suites para chelo. Jones. EMEC. 75
— Suites para chelo. Kniazev.
Warner. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
— Variaciones Goldberg. Tureck.
VAI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
Battistini, Mattia. Barítono. Obras de
Verdi. Malibran. . . . . . . . . . . . . . 69
Beethoven: Conciertos para piano 3,
5. Afanasiev/Soudant. Oehms. . . 76
— Cuartetos op. 59, 1 y 3. Borodin.
Chandos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
— Fantasía coral. Y otros.
Grimaud/Salonen. DG.. . . . . . . . 77
Bienvenida y despedida.
Canciones con texto de Goethe.
Schmidt/Jansen. Berlin.. . . . . . . 104
Bizet: Carmen. Albanese, Warren,
Dianel/Beecham. Walhall. . . . . . 72
Boucher, Rémi. Guitarrista. Obras de
Granados, Rodrigo y otros.
Analekta. . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
Brahms: Bella Magelone.
Trekel/Pohl. Oehms.. . . . . . . . . . 78
— Concierto para piano 2.
Guy/Berglund. Naïve.. . . . . . . . . 78
— Quinteto y Trío con clarinete.
Lluna/Tokio. H. Mundi. . . . . . . . 77
— Sonata 3 y otras. Kissin. RCA. . . 76
— Sonatas para chelo.
Dyachkov/Saulnier. Analekta.. . . 78
Brandl: Quintetos. Calamus. MDG.78
Bruckner: Sinfonía 5.
Welser-Möst. EMI. . . . . . . . . . . . 71
Brunner, Heidi. Mezzo. Obras de
Mozart, Wagner y otros. Oehms.102
Buxtehude: Ciaccona. Stylus
Phantasticus. Alpha. . . . . . . . . . . 79
Cage: Stone wind. Roaratorio.
Tudor/Cage. Mode.. . . . . . . . . . . 66
Calleja, Joseph. Tenor. Obras de
Verdi, Donizetti y otros. Decca. 103
Carissimi: Misa y otras.
Capuano. Stradivarius. . . . . . . . . 79
Carter: Homenajes y dedicatorias.
Spanjaard. Naïve. . . . . . . . . . . . . 67
— What next? Anderson, Leonard,
Summers/Eötvös. ECM. . . . . . . . . 67
Cercós: Obras para piano.
Villalba. Anacrusi. . . . . . . . . . . . 79
Chaikovski: Concierto para piano 1.
Weissenberg/Karajan. EMI. . . . . . 71
— Oprichnik. Savenko, Lasoskaia,
Ulianov/Rozhdestvenski.
Dynamic. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
Charpentier: Salve Regina y otras.
Skidmore. Hyperion. . . . . . . . . . 79
Chopin: Sonatas y otras. Barenboim.
EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Couperin: Apoteosis de Corelli y
Lully. London Baroque. BIS. . . . . 80
Danzas de Plisetskaia. VAI. . . . . . 110
Delius: Marcha capricho y otras.
Lloyd-Jones. Naxos. . . . . . . . . . . 81
Donizetti: Lucia di Lammermoor.
Stader, Haefliger, FischerDieskau/Fricsay. Walhall. . . . . . . 73
Dumay, Augustin. Violinista. Obras
de Fauré, Ravel y otros. EMI. . . . 71
Dvorák: Sinfonía 5 y otras. Jansons.
EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
— Sinfonía 9. Dúo de piano
de Praga. Praga. . . . . . . . . . . . . . 80
Eötvös: IMA y otras.
Pellegrini. BMC. . . . . . . . . . . . . . 81
— Snatches. Eötvös. BMC.. . . . . . . 80
Estrellas del ballet ruso. Obras de
Chaikovski y Asafiev. VAI. . . . . 110
Fasch: Obertura y cuartetos.
Skuplik. CPO.. . . . . . . . . . . . . . . 81
Foggia: Psalmodia vespertina.
Pfammatter. Divox.. . . . . . . . . . . 82
Forqueray, A. y J. B.: Suites.
Beauséjour. Naxos.. . . . . . . . . . . 82
Franck: Obras para órgano.
Landale. Calliope. . . . . . . . . . . . 82
Gastinel, Anne. Violonchelista. Obras
de Dvorák, Bloch y otros. Naïve.102
Gluck: Alceste. Flagstad, Sullivan
Valentino/Erede. Walhall.. . . . . . 72
— Orfeo y Eurídice. Thorborg, Novotna,
Farrell/Leinsdorf. Walhall.. . . . . . . . 72
Guillem, Silvie. Bailarina. Warner. 110
Habanera. Cuarteto de saxofones.
Alpha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
Haendel: Música de cámara.
Orphée. Brilliant. . . . . . . . . . . . . 82
— Música para clave. Alvini. Frame.82
— Saúl. Davies, Scholl,
Padmore/McCreesh. Archiv. . . . . 84
— Sonatas op. 2. Sonnerie. Avie. . 83
Haendel/Telemann: Música acuática.
Bernardini. Ambroisie. . . . . . . . . 83
Haydn: 3 Cuartetos.
Jerusalén. H. Mundi.. . . . . . . . . . 84
— Sonatas 50, 52. Lazic. Channel. 84
Hendricks, Barbara. Soprano. Obras
de Bizet, Puccini y otros. EMI. . 103
Hildegard: Sponsa regis.
Reverdie. Arcana. . . . . . . . . . . . . 85
Historia del madrigal.
King’s Singers. EMI. . . . . . . . . . . 71
Holst: Planetas. Rattle. EMI.. . . . . . 71
Jansen, Janine. Violinista.
Obras de Chaikovski, Williams y
otros. Decca. . . . . . . . . . . . . . . 103
Kagel: Obras para piano.
Alvares. CPO.. . . . . . . . . . . . . . . 85
— Tantz-Schul.
Kagel. Winter & Winter. . . . . . . . 85
Kanawa, Kiri Te. Soprano. Obras de
Puccini, Mozart y otros. Decca. 104
Khachaturian: Música de “Espartaco”.
Oda. Orbelian. Delos.. . . . . . . . . 85
Kissin, Evgeni. Pianista.
Obras de Schumann, Chaikovski y
otros. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . 68
Korngold: Cuarteto 2.
Brodsky. Challenge. . . . . . . . . . . 85
— Tote Stadt. Cunitz, Friedrich,
Braun/Lehmann. Walhall.. . . . . . 72
Kremer, Gidon. Violinista. Obras de
Beethoven, Brahms y otros. DG.. 70
Lasso: Lágrimas de san Pedro.
Procter. Christophorus. . . . . . . . . 86
Lecocq: Fille de Madame Angot.
Gressier. Malibran. . . . . . . . . . . . 69
Litvinne, Felia. Soprano.
Obras de Wagner, Massenet
y otros. Malibran. . . . . . . . . . . . . 69
Lotti: Misa y Magnificat. Hengelbrock.
Deutsche H. Mundi. . . . . . . . . . . 86
Mahler: Knaben Wunderhorn Lieder.
Hampson/Rieger. TDK.. . . . . . . 108
Marschner: Hans Heiling. Welitsch,
Guillaume, Friedrich/Schüchter.
Walhall. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Martinu: Sinfonías. Järvi. BIS. . . . . 86
Massé: Antología. Varios. Malibran.69
Massenet: Manon.
Lawrence. Warner. . . . . . . . . . . 108
Mendelsohn: Cuartetos opp. 12, 13.
Cherubini. EMI. . . . . . . . . . . . . . 71
Monteverdi: Retorno de Ulises.
Spicer, Mijanovic, Auvity/Christie.
Virgin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
— Vísperas. Penicchi, Simboli,
Balconi/Fasolis. Arts. . . . . . . . . 108
Montsalvatge: Gato con botas.
Martins, Comas, Castignani/Ros
Marbà. Columna Música. . . . . . . 87
Mozart: Bodas de Fígaro.
De los Ángeles, Siepi,
Valdengo/Kleiber. Walhall.. . . . . 72
— Concierto y Quinteto de clarinete.
Fröst/Oundjian. BIS. . . . . . . . . . . 87
— Cuartetos con piano.
Zacharias y otros. EMI. . . . . . . . . 71
— Cuartetos y Quintetos.
Sonare. Brilliant.. . . . . . . . . . . . . 70
— Divertimentos para viento.
Philidor. Calliope. . . . . . . . . . . . 88
— Don Giovanni. Resnik, Welitsch,
Conley/Reiner. Walhall. . . . . . . . 72
— Flauta mágica. Seefried, Lipp,
Ludwig/Furtwängler. Walhall.. . . 73
— Flauta mágica. Schwarzkopf,
Gedda, Taddei/Karajan. Walhall. 73
— Serenatas y divertimentos.
Graf/Füri. Brilliant. . . . . . . . . . . . 70
— Sinfonías 35, 41. Marriner. EMI. 71
— Trío y Quinteto con clarinete.
Moraguès/Prazak, Praga. . . . . . . 88
Mozart, L.: Sinfonías. Gaigg. CPO. 88
Música navideña inglesa.
Obras de Fawcett, Marsh y otros.
Holman. Hyperion. . . . . . . . . . 105
Nono: Io. Atmende Klarsein.
Richard. Col Legno. . . . . . . . . . . 89
Orbón: Danzas y otras.
Valdés. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . 88
Otter, Anne Sofie von.
Canciones suecas. DG.. . . . . . . 104
Partenza. Obras de Balfe, Costa y
otros. Ford, Servile/Harper.
Opera Rara. . . . . . . . . . . . . . . . 105
Penderecki: Pasión según san Lucas.
Klosinska, Kruszewski,
Tesarowicz/Wit. Naxos. . . . . . . . 89
Pepping: Haut und Ewig. Jung. Tacet.90
Peregrinaje medieval a Santiago.
Frühe Musik Augsburg.
Christophorus. . . . . . . . . . . . . . 105
Piano contemporáneo español.
Obras de Prieto, Barce y otros.
Roca Padilla. EGT. . . . . . . . . . . 105
Prokofiev: Concierto para violín 2.
Wang/Fischer. Berlin. . . . . . . . . . 90
— Sonatas para violín.
Ehnes/Chen. Analekta. . . . . . . . . 90
Puccini: Gianni Schicchi. Rinaldi,
Lisnic, Perelstein/Rahbari. Naxos.90
— Tosca. Rysanek, Hopf,
Metternich/Kraus. Walhall. . . . . . 73
Purcell: Odas y otras.
Pinnock. Archiv.. . . . . . . . . . . . . 70
Rameau: Transcripciones para clave.
Weiss. Ambroisie.. . . . . . . . . . . . 90
Rautavaara: Casa del sol. Regnell,
Huhta, Romu/Franck. Ondine. . . 91
Reubke: Sonata. Beethoven: Sonata
21. Raymond. Analekta. . . . . . . . 91
Rolla: Conciertos y sinfonías.
Caldi. Dynamic. . . . . . . . . . . . . . 91
Saariaho: Cendres y otras.
Champ d’Action. Mode. . . . . . . . 92
Sack: Lieder y obras de tecla.
Wessel/Hammer. Assai. . . . . . . . 92
Sallinen: Sinfonías 1, 7.
Rasilainen. CPO. . . . . . . . . . . . . 93
Scarlatti: Sonatas. Vol. 4.
Belder. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . 92
Scelsi: Ixor y otras.
Robinson e. a. Mode. . . . . . . . . . 92
— Hymnos y otras. Izquierdo. Mode.92
Schillings: Mona Lisa. Borkh,
Ahlersmeyer/Heger. Walhall. . . . 72
Schoenberg: Noche transfigurada,
Sinfonía op. 9. Mehta. Farao. . . . 93
Schubert: Amigos de Schubert. Vol.
2. Geller/Eisenlohr. Naxos. . . . . . 94
— Canciones de Mignon y otras.
Zomer/Schoonderwoerd. Alpha.. 94
Schulhoff: Concierto para piano.
Rische/Marshall. Arte Nova. . . . . 94
Schipa, Tito. Tenor.
Obras de Donizetti, Bellini
y otros. Malibran. . . . . . . . . . . . . 69
Sciarrino: Luci mie traditrici.
Ceccherini. Stradivarius.. . . . . . . 95
— Pagine. Xasax. Zig Zag. . . . . . . . 95
Shostakovich: Conciertos para piano.
Hamelin/Litton. Hyperion. . . . . . 95
— Cuartetos. Brodsky. Teldec. . . . 96
— Sinfonía 7. Bichkov. Avie. . . . . . 95
— Sinfonía 10. Kofman. MDG. . . . 96
— Sinfonía 10. Sanderling. Naïve. . 96
Sixteen, The. Grupo vocal. Obras de
Bach, Haendel y otros. Coro. . . . 68
Soler: Sonatas. Vols. 9 y 10. Naxos. 97
Son de los diablos. Tonadas
peruanas. Baroni. Alpha. . . . . . 106
Sonata en trío en Inglaterra.
London Baroque. BIS.. . . . . . . . 106
Stewart, Thomas. Barítono. Obras de
Schubert, Wolf y otros. VAI. . . . 104
Stravinski: Suite italiana y otras.
Bratchkova/Orvieto. CPO. . . . . . 97
Tangos y malambos. Obras de
Piazzolla y Ginastera.
Moreno/Capelli. Frame. . . . . . . 106
Toch: Sinfonías 1, 4. Francis. CPO. 97
Tomkins: Obras para clave.
Cerasi. Metronome. . . . . . . . . . . 98
Del Tredici: Canciones.
Shelton/Knussen. DG.. . . . . . . . . 97
Tres siglos de música italiana para
órgano. Marcon. Divox. . . . . . . 106
Trobadors. Cantos cortesanos.
Magraner. Licanus. . . . . . . . . . . 106
Tüür: Concierto para violín.
Keulen/P. Järvi. ECM. . . . . . . . . . 99
Vallet: Secret des muses.
O’Dette. H. Mundi. . . . . . . . . . . 98
Verdi: Aida. Lafayette, Milinkovic,
Gostic/Kraus. Walhall. . . . . . . . . 73
— Falstaff. Warren, Valdengo,
Resnik/Reiner. Walhall. . . . . . . . 72
— Forza del destino. Martinis,
Mödl, Neidlinger/Schmidt-Issertedt.
Walhall. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
— Nabucco. Michnik. Dux. . . . . . 98
— Otello. Domingo, Fleming,
Morris/Levine. DG.. . . . . . . . . . 109
— Simon Boccanegra.
Gallardo-Domâs, Frontali,
Scandiuzzi/Allemandi. RTVE. . . . 99
Villa-Rojo: Espirales y otras.
Villa-Rojo. LIM. . . . . . . . . . . . . 100
Violín vagabundo. Obras de Bartók,
Paganini y otros. Mourja/Gous.
H. Mundi.. . . . . . . . . . . . . . . . . 107
Wagner, R.: Lohengrin. Flagstad,
Maison/Abravanel. Walhall. . . . . 72
— Tristán e Isolda. Mödl, Vinay,
Hotter/Karajan. Walhall.. . . . . . . 73
Wagner, S.: Tilo sagrado.
Wegner, Schellenberger,
Georg/Albert. CPO. . . . . . . . . . 101
Weber: Abu Hassan. Sinfonía 1.
Dürmüller, Stojkovic, Selig/Weil.
Deutsche H. Mundi. . . . . . . . . . 100
Wellesz: Sinfonías 2, 9. Rabl. CPO.100
Wolff: Edges y otras.
Goldstein/Kaul. Wergo. . . . . . . 100
Wölfl: Sonatas para piano.
Nakamatsu. H. Mundi. . . . . . . . 101
Yepes, Narciso. Guitarrista. Obras de
Sanz, Soler y otros. DG. . . . . . . . 70
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EL BARATILLO
MAESTROS POR UN TUBO
valancha de maestros. Los de TIM los sacan por un
tubo, encantados seguramente del éxito de lanzamientos anteriores, que ha debido sorprender hasta a la propia empresa. La verdad es que a 14,95 euros la caja con
veinte discos la cosa sería de risa si no fuera como para dar
gracias a Dios todos los días. Para empezar, los nombres
son de enorme altura, estratosférica en algunos casos. De
otra parte los discos se oyen muy bien —ahora mismo estoy
escuchando una Séptima de Beethoven por Stokowski del
año 1927 y se oye de maravilla, sin soplidos. Mis respetos al
ingeniero que haya limpiado las fuentes. Ya podían aprender en el Manzanares, que va, según nos han dicho estos
días en Madrid, hecho un asco.
Bueno pues, ya que estamos, empezaremos con Stokowski (205651). Segundo volumen dedicado al que los de
TIM llaman Maestro celebre —así, en italiano, sin acento—,
que lo fue más que ninguno. Grabaciones de 1927 a 1945
de las que, como hay mucha tela que cortar, destacaremos
solamente las cosas raras y alguna más. Por ejemplo, Concierto para piano y orquesta de Grieg con Percy Grainger
de 1945. Una fabulosa Cuarta de Sibelius del 32, el Concierto para dos pianos y orquesta de McDonald —puede oírse mientras uno se toma una hamburguesa—, una Quinta
de Shostakovich de 1939 o una Tercera de Brahms de 1928.
Hay Chaikovski, Rimski, Franck o Beethoven, todo marca
de la casa, con sus caprichitos y sus genialidades.
A Hans Knappertsbusch lo llaman Maestro energico
(205229) y, con grabaciones de 1928 a 1950, se le presenta
en toda su variedad. Sorprenderá a algunos su garboso
acercamiento a los valses de Johann Strauss I y a nadie sus
inmarcesibles lecturas de la Cuarta y la Séptima de Bruckner. En Richard Strauss y en Wagner, un maestro, como es
sabido por todos, lo mismo que en el Preludio de “Palestrina” o en Tercera, Séptima y Octava de Beethoven. Curiosidades muy interesantes los dos poemas sinfónicos de Liszt
—Los preludios y Mazeppa.
Ernerst Ansermet —Maestro avanzato (221905)— es
para muchos que no le vieron nunca el epítome de la atención a lo contemporáneo, que en sus días era, por ejemplo,
Stravinski, que aparece como solista de su Capriccio para
piano y orquesta. Junto a una amplia selección del ruso hay
también rarezas, como la Sinfonía concertante para dos pianos y orquesta de Dinu Lipatti, que interpretan Madeleine
Lipatti y Béla Siki como solistas o Satrarii del propio Lipatti
quien, además es solista en una de las dos versiones que se
ofrecen del Concierto nº 1 de Liszt —la otra es con Benedetti-Michelangeli. Una preciosidad La sulamita de Chabrier
con Suzanne Danco como soprano etérea, como en la Shéhérazade de Ravel. Y hay un Falla: Noches en los jardines
de España con Jacqueline Blanchard al piano.
A Otto Klemperer le llaman —vaya usted a saber por
qué— Maestro mistico (203284). Tomas sonoras de 1926 a
1951 en un recorrido apasionante que empieza con Corelli
A
112
y termina con Weill. Se recuperan cosas de los primeros
cincuenta como La canción de la tierra —Calvetti y Dermota— y la Segunda Sinfonía —Vincent y Ferrier— de Mahler.
A su lado, y de las mismas fechas, cuando grababa con la
Sinfónica de Viena, nada menos que la Missa Solemnis de
Beethoven y, con el Concertgebouw, la Sinfonietta de Janácek y el Concierto para viola de Bartók. ¿Se les ponen los
dientes largos, verdad? Pues, para desengrasar, quién lo
diría, las oberturas de Mignon de Thomas y El murciélago
de Johann Strauss II y una Alborada del gracioso de 1926.
No sé si todo el mundo calificaría a Karl Böhm de Maestro decente (220822), pero así lo llaman los de TIM y no voy
a ser yo quien les enmiende la plana. Con Filarmónica de
Viena, Filarmónica de Berlín y Orquesta del Estado de Sajonia —Staatskapelle de Dresde— presenta grabaciones de
1936 a 1951. Claro está con Mozart, pero también con el
Concierto para violín de Beethoven —Max Straub— y los
Tercero, Cuarto y Quinto para piano con, respectivamente,
Kalessa, Gieseking y Fischer. Primera y Segunda de
Brahms, Cuarta y Séptima de Bruckner y, al lado, la Obertura de “La novia vendida” de Smetana o la de Aida de
Verdi, a más del Intermedio de Pagliacci. En su elemento
con Richard Strauss —Don Juan y Till Eulenspiegel— y,
como curiosidades, Variaciones y fuga sobre un tema de
Mozart de Reger y Sinfonía en re mayor de Pfitzner.
Y cerramos con una de mis debilidades personales. El
gran Artur Schnabel, Maestro espressivo (205217). Agárrense,
que vienen curvas. Los cinco conciertos para piano y
orquesta de Beethoven con Sargent, Dobrowen y Galliera
—sí, ya sé que había mejores directores que el primero y el
último, pero aquí cumplen. Los dos conciertos de Brahms
con Szell y Boult —nada que objetar— y cuatro de Mozart
con Sargent, Rodzinski y el gran Süsskind. A eso le añaden
sonatas de Mozart y Schubert —de este también Impromptus y el Quinteto “La trucha”—, un Bach para escuchar con
cuidado al lado del de Fischer y alguna cosa más y el retrato es para colgarlo en el salón.
No lo duden ni un minuto a la hora de hacerse con
estos álbumes tan baratos. La interpretación musical ha
cambiado, como los tiempos, pero estos señores han hecho
historia y sin ellos no sería posible contemplar lo que hoy
se nos da —bueno, malo o regular— sin la necesaria perspectiva estética. Stokowski, Klemperer, Knappertsbusch y
Schnabel han atravesado el tiempo en perfecto estado de
revista. Ansermet fue un maravilloso buscador al que se le
oye con la admiración necesaria y la imparable rehabilitación de Böhm pasa por conocer estos testimonios tempranos. Repito: se oye muy bien. Así que, a eurito y medio el
disco, ustedes me dirán.
Nadir Madriles
[email protected]
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FESTIVALES DE VERANO
ALEMANIA
Bayreuth . . . . . . . . 114
Halle . . . . . . . . . . . 116
Munich . . . . . . . . . 115
Schleswig-Holstein 116
AUSTRIA
Bregenz . . . . . . . . . 119
Innsbruck. . . . . . . . 118
Salzburgo. . . . . . . . 117
Schubertiada . . . . . 118
Viena . . . . . . . . . . . 119
ESCANDINAVIA
Drottningholm. . . . 120
Kuhmo . . . . . . . . . . 120
Savonlinna . . . . . . . 121
ESPAÑA
Granada. . . . . . . . . 124
La Coruña . . . . . . . 122
Perelada. . . . . . . . . 123
San Sebastián. . . . . 125
ESTADOS UNIDOS
Santa Fe . . . . . . . . . 126
Tanglewood . . . . . . 126
FRANCIA
Aix-en-Provence . . 128
Montpellier . . . . . . 129
Orange . . . . . . . . . 128
Saintes . . . . . . . . . . 129
REINO UNIDO
Edimburgo . . . . . . . 130
Glyndebourne . . . . 130
IRLANDA
Wexford. . . . . . . . . 131
ITALIA
Florencia . . . . . . . . 133
Pésaro . . . . . . . . . . 132
Verona . . . . . . . . . . 133
SUIZA
Gstaad . . . . . . . . . . 134
Interlaken . . . . . . . 135
Lucerna . . . . . . . . . 134
Verbier. . . . . . . . . . 135
Zurich . . . . . . . . . . 135
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D O S I E R
FESTIVALES
Bayreuth
RETORNAN BOULEZ Y PARSIFAL
Está de moda hablar
mal de Bayreuth. ¡Ni
caso! Nada, ni aquí ni
allá ni más allá, resulta comparable a la
experiencia incontable de sentir la
música de Wagner sobre la quieta Verde Colina, en el interior del adusto
Festspielhaus allí levantado por el propio Wagner. Así que, si puede, no se
pierda la oportunidad de ser uno de los
1900 privilegiados que cada día asisten
a alguna de las treinta representaciones
que, entre el 25 de julio y el 28 de
agosto, se sucederán en el marco de
una programación que presenta como
novedad la vuelta al foso invisible de
Pierre Boulez (1925). Será con una nueva producción de Parsifal, dirigida
escénicamente por el cineasta Christoph Schlingensief y que contará con el
debut en el papel titular del tenor
Endrik Wottrich, yerno del propio
Wolfgang Wagner, quien dirige el festival con mano férrea desde 1951.
La nueva y muy esperada producción de Parsifal ha despertado enorme
expectativa, especialmente tras los falli-
dos y sucesivos montajes concebidos
por Wolfgang Wagner en 1975 y 1989.
Al aliciente renovador de la vuelta de
Boulez (que ya había dirigido en Bayreuth el festival escénico sacro entre
1966 y 1968, además de la famosa
Tetralogía de Chéreau entre 1976 y
1980) se añade la presencia renovadora
de Schlingensief (1960, Oberhausen) y
la intervención de la mezzo estadounidense Michelle DeYoung como
Kundry. La escenografía es compartida
por Daniel Angermayr y Thomas Goerge, mientras que los figurines son de
Tabea Braun.
La programación se completa con el
bastante mejorado Anillo firmado por
Jürgen Flimm y dirigido musicalmente
por Adam Fischer (con un cuidado
reparto vocal que, digan lo que digan
los de la moda, es muy difícil de reunir
RICHARD WAGNER FESTSPIELE.
Del 25 de julio al 28 de agosto.
www.bayreuther-festspiele.de
en otro lugar: Dean Smith, Graham
Clark, Harmut Welker, Olaf Bär…, aunque tampoco faltan este año los Sigfridos decepcionantes de Wolfgang Schmidt y Christian Franz); el fabuloso
Holandés errante de Claus Guth estrenado el año pasado con unánime éxito,
protagonizado por John Tomlinson
bajo la cuidadosa dirección de Marc
Albrecht, y el coloreado y discutido
Tannhäuser de Phillipe Arlaud, que
cuenta en el foso con la figura cada día
más arraigada en Bayreuth de Christian
Thielemann. Sobre el escenario, Glenn
Winslade (Tannhäuser) y Riccarda Mecbeth (Elisabeth) rivalizarán con la
poderosa presencia vocal y escénica
del aclamado Wolfram de Roman Trekel. Todo adobado por un coro que
parece de otro mundo y una orquesta
que acaricia la música de Wagner como
ninguna otra, y escuchado en la acústica invisible de Bayreuth. No hay duda:
hay que vivir Bayreuth. Al menos una
vez.
Justo Romero
Jochen Quast
Philippe Gontier
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PIERRE BOULEZ
SIGFRIDO
ALEMANIA
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FESTIVALES
Munich
AL SUR DE ALEMANIA
a capital bávara sigue dando muestras de su europeización lírica porque tiene uno de los festivales donde conviven muchas estéticas diferentes, en periodos temporales de amplia
manifestación. Para esta primaveraverano de 2004 prevé numerosos
espectáculos entre nuevos o reprises,
en los que Wagner y Verdi tienen protagonismo junto a Gluck o Berg, Haendel o Gounod, Donizetti o Debussy o
Britten. Por supuesto, que además de
ópera los muniqueses gozarán de
selectos conciertos, ballet y recitales
con Violeta Urmana, Jonathan Lemalu,
Felicity Lott, Waltraud Meier, Ian Bostridge, Dorothea Roeschmann, entre
otras glorias. Echando una rápida ojeada a tan atrayente programa la vista se
detiene en Edita Gruberova que será
una vez más Elisabetta en Roberto
Devereux, papel asumido por Zoran
Todorovitch con el Nottingham de Paolo Gavanelli poniendo algo de color
mediterráneo en el cosmopolita conjunto que completa la Sara de Jeanne
Pilland. Luego, las expectativas se disparan ante el excelente tenor argentino
Marcelo Álvarez, previsto para el
Romeo gudoniano, con la Juliette de
Angela-Maria Blasi, en medio de la
puesta escénica de Andreas Homoki y
la dirección musical de Marcello Viotti.
L
De repente, se repara en que Margarita
de Arellano pasa en pocos meses de
actividad canora de Papagena y el wagneriano Pájaro del bosque a interpretar
la pelgarona Lulu de Berg, empujada
por Michael Boder y el a veces espléndido regista David Alden. Aparte de la
reposición del Tannhäuser de David
Alden, el peaje Wagner está asegurado
con la nueva producción de Los maestros cantores, a cargo de Zubin Mehta,
la estrellona batuteril del acto, y Tomas
Langhoff, con un equipo de cantantes
donde es fácil destacar a Jan-Hendrik
Rootering (Sachs), Kurt Moll (Pogner),
Robert Dean Smith (Walther) y la prometedora Michaela Kaune, triunfante
Tatiana chaikovskiana en Basilea,
recientes Ilia en Berlín y Katia Kabanova en Amberes, en un Idomeneo de
Lothar Zagrosek y Hans Neuenfels.
Sumando a todo esto, Vesselina Kasarova será sin duda un impecable Orfeo,
Gerry Magee un atractivo Pelléas, Barbara Frittoli la impecable Desdemona
verdiana que casi todos conocemos y
disfrutamos (aquí flanqueada por Dennis O’Neill y Sergei Leiferkus, de los
que evitamos hablar) y Sarah Connolly
una experta Lucretia (de Britten, desde
luego).
Fernando Fraga
MÜNCHNER OPERN-FESTSPIELE.
Del 26 de junio al 31 de julio de 2004. www.staatsoper.de
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D O S I E R
FESTIVALES
Halle
HAENDEL EN SU CASA
H
alle, la bella ciudad sajona que
vio nacer a Haendel, propone
este año un nuevo festival bajo la
advocación de su hijo predilecto. Entre
el 3 y el 13 de junio desfilarán por la
Opernhaus, la Ulrichkirsche, la Marktkirche o el Teatro Goethe de Bad
Lauchst algunas de las máximas figuras
de la interpretación haendeliana. Abrirá
el día 3 un concierto dirigido por Alessandro de Marchi a la Orquesta del Festival y, a partir de ahí, se sucederán,
como atracción principal, unos cuantos
oratorios y óperas en versiones muy
prometedoras. Así, El Mesías, dirigido
por Lars Ulrik Mortensen a Concerto
Copenhagen y al Coro Filarmónico de
Cámara de Estonia. Le seguirán Hércules y Deborah, ambos con dirección del
citado De Marchi; Serse, bajo la batuta
de Norbert Baxa; Lotario, con un reparto muy interesante en el que figuran
nombres como Núria Rial, Kristina
Hammarstrom y Huub Claessens; Imeneo con dirección musical de Uwe Grood; Judas Macabeo, con Christoph
Genz en el papel titular; Teseo en producción de Axel Köhler con dirección
musical de Wolfgang Katschner.
Otros conciertos y recitales, de no
menor enjundia, acompañan a los platos fuertes vocales. El gran laudista
Hopkinson Smith presentará un programa de música barroca en el marco ideHALLE HAENDELFESTSPIELE.
Del 3 al 13 de junio de 2004.
www.haendelfestspiele.halle.de
al de la casa natal de Haendel. Jordi
Savall y Le Concert des Nations negociarán una apasionante sesión dedicada
a Rosenmüller, Biber, Pachebel, Vivaldi, Bach y Haendel. En el capítulo de
las curiosidades, un divertido pasticcio
con arias, dúos y tercetos de compositores como Bononcini y Stefani, un llamado “Spettacolo Barocco” sobre Alcina también dirigido escénicamente por
Axel Köhler.
Además, excursiones organizadas,
conferencias, espectáculos para niños,
una comedia teatral de Paul Braz cuyo
título lo dice todo —Un posible encuentro de los señores Bach y Haendel en el
año 1747— y, cómo no, una despedida
con fuegos artificiales.
Claire Vaquero
SCHLESWIG-HOLSTEIN
Gudrun Hensling
HALLE
Schleswig-Holstein
CON SABOR BOHEMIO
E
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ste variado y dinámico festival que
inunda todos los veranos de buena
música el Norte de Alemania alcanza este año su decimonovena edición,
que, al igual que las dos precedentes,
está dedicada a un país europeo. Después de España y el Reino Unido, ahora le toca el turno a la República Checa,
con su presidente, Václav Klaus, como
patrón de honor.
Bajo el título Nostalgia de Praga
habrá conciertos tan atractivos como el
de la Orquesta de la Radio de Munich
con Marcello Viotti, que une el melodrama de Georg Anton (o Jirí Antonín)
Benda Ariadne auf Naxos —con Brigitte Fassbaender como recitadora— con
arias de óperas de Mozart relacionadas
con la capital checa a cargo de la mezzo Susan Graham; o la versión de con-
cierto de Rusalka de Dvorák con
Michaela Kaune, Sergei Larin, Lioba
Braun y Dagmar Peckova, al mando de
Christoph Eschenbach. La Orquesta del
Festival estará dirigida por Kent Nagano (Segunda Sinfonía de Mahler, en la
sesión inaugural), Valeri Gergiev (Sueño de una noche de verano de Mendelssohn, Variaciones rococó de Chaikovski en versión para viola con Yuri
Bashmet, Gran Sinfonía en do de
Schubert), Libor Pesek (Stabat Mater
de Dvorák), Friedrich Haider (programa Wagner con Peter Seiffert y Petra
SCHLESWIG-HOLSTEIN MUSIK FESTIVAL.
Del 10 de julio al 29 de agosto de 2004.
www.shmf.de
Maria Schnitzer), Eiji Oue (gran fiesta
de clausura con Mischa Maiski y Sabine Meyer, entre otros) o el citado
Eschenbach, director musical del festival (Sinfonietta de Janácek, Lieder
eines fahrenden Gesellen de Mahler
con Thomas Hampson, Octava de
Dvorák).
Otras figuras de renombre son Magdalena Kozená (en un bellísimo programa de arias de Haendel con Les Violons du Roy), Waltraud Meier, Alfred
Brendel, Frank Peter Zimmermann,
Gerhard Oppitz, Rudolf Buchbinder,
Ian Bostridge, Philip Glass, Nina
Hagen, Giora Feidman, Ute Lemper,
Wynton Marsalis, Dianne Reeves o
Bobby McFerrin.
Rafael Banús Irusta
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FESTIVALES
Salzburgo
COMIENZA LA CUENTA ATRÁS
PETER RUZICKA
Jörg Oberheide
da a Harnoncourt en Zurich. Otro de los
grandes atractivos será sin duda el estreno en Salzburgo de Die Tote Stadt de
Korngold (6 funciones), en una producción encomendada a Willy Decker, que
está coproducida por los teatros de Viena, Amsterdam y el Liceu barcelonés. Al
frente de la Filarmónica de Viena se
pondrá el director americano Donald
Runnicles con un sólido equipo vocal
encabezado por Angela Denoke (Marietta) y Bo Skovhus (Fritz).
En el capítulo mozartiano se repone
inexplicablemente el bodrio del Rapto
en el serrallo (5 representaciones) con
un equipo musical y vocal distinto al
del pasado verano. En el foso estará el
rutinario Marcello Viotti, que sustituye
al aburrido Ivor Bolton, mientras que
en la pareja protagonista, Regina
Schörg y Christoph Strehl, harán lo propio con Iride Martínez y Jonas Kaufmann, que fracasaron estrepitosamente
el año pasado. La nueva producción de
Così fan tutte, firmada en lo escénico
por el matrimonio Herrmann, acaba de
ser estrenada con gran éxito en Pascua,
aunque ahora llega al festival de verano
completamente descafeinada. Simon
Rattle, que la borda musicalmente,
cede la batuta al joven Philippe Jordan,
de prometedora carrera. Tampoco vendrán ni Cecilia Bartoli, que hace una
verdadera recreación de Fiordiligi; ni
Magdalena Kozená, que encarna una
de las mejores Dorabellas de los últimos años (en su lugar lo harán Tamar
Iveri y Elina Garanca). La chispeante
Despina de Barbara Bonney cede su
papel a la pre-jubilada Helen Donath
¡64 años! y en el apartado masculino, el
tenor mozartiano Kurt Streit (Ferrando)
le pasa el testigo al belcantista Ramón
Vargas (aquí a lo mejor salimos ganando) y Nicola Ulivieri sustituye a Gerard
SALZBURGER FESTSPIELE.
Del 24 de julio al 31 de agosto de
2004. www.salzburgfestival.at
EL RAPTO EN
EL SERRALLO
Karl Forster
La noticia oficial de
hace unas semanas
de que Peter Ruzicka
no continuará como responsable artístico del Festival de Salzburgo más allá de
2006, fecha que expira su contrato de
cinco años, no ha hecho sino confirmar
un secreto a voces del desencuentro
existente entre el compositor alemán y
la prensa de habla alemana, por un
lado, y las tres administraciones públicas que lo sostienen, por el otro. A
diferencia de la polémica, pero eficaz
gestión de Mortier, verdadero terremoto mediático que además consiguió
todo lo que se propuso, incluido
mucho dinero de los patrocinadores; la
dirección de Ruzicka no ha hecho sino
multiplicar cada año, un poco más, la
profunda crisis de identidad del festival
y aumentar el problema económico,
agravado por los recortes dinerarios
públicos y la disminución alarmante de
patrocinios privados. Ruzicka comienza
pues su cuenta atrás con el Año Mozart
(2006) como horizonte y con el reto de
poner en pie todas las óperas del compositor local. Entre tanto, comienza el
baile de nombres sucesorios: Alexander
Pereira, Thomas Hampson… incluso se
habla de Plácido Domingo. Tiempo
habrá para la especulación, ahora pasemos a comentar la próxima edición.
Nikolaus Harnoncourt será el encargado de levantar el telón operístico —
junto con su inseparable Jürgen Flimm
en la escena— en el estreno salzburgués
de King Arthur de Purcell en la Felsenreitschule (10 funciones), dentro de la
triple jornada inaugural del festival
(19:00 horas), que abrirá sus puertas el
24 de julio con el concierto matinal
(11:00 horas) de la Filarmónica de Viena, dirigida por Seiji Ozawa, y la función
teatral del tradicional Jedermann (17:30
horas) en la plaza de la catedral. El Rey
Arturo será interpretado por el Concentus musicus Wien y el Coro de la Ópera
de Viena. Entre el nutrido reparto de
voces especializadas destaca la soprano
española Isabel Rey, cantante muy ligaAUSTRIA
Finley. Solo se mantiene el veterano
Thomas Allen como Don Alfonso, que
por cierto lo hace muy bien.
Si Ruzicka hubiera conseguido, al
menos, que Carlos Kleiber dirigiese
finalmente este verano El caballero de
la rosa, título que en un principio se
pensó para él, es muy posible que la
prensa alemana le hubiera concedido
una tregua, pero para colmo de males
la ópera más querida de Richard
Strauss en Salzburgo la liderará el
insustancial Semion Bichkov, que no es
exactamente lo mismo. El reparto, algo
desigual, presenta el gran atractivo de
Angelika Kirchschlager (Octavian) y la
incógnita de Adrianne Pieczonka en el
sugestivo papel de la Mariscala. Franz
Hawlata es muy probable que por una
vez encuentre su papel con el rudo
Baron Ochs, y la encantadora Miah
Persson, seguro que dará muy buen
juego como Sophie. Sólo cabe esperar
que Robert Carsen, uno de los directores de escena más interesantes de hoy
día, no se traicione a sí mismo y nos
presente esta nueva producción al gran
nivel que acostumbra. En versión de
concierto se ofrecerán dos títulos: Guerra y Paz de Prokofiev con Gergiev y
sus huestes del Mariinski (Hvorostovski
y Netrebko) e I Capuleti e I Montecchi
de Bellini con Ivor Bolton, al frente de
la Orquesta del Mozarteum, de nuevo
con Netrebko y Barcellona.
Los conciertos sinfónicos y los recitales no presentan novedades significativas respecto a la oferta de otros años.
Habrá eso sí un estreno absoluto de
Aribert Reimann, encargo del festival,
dentro del ciclo de la Filarmónica de
Viena (Eschenbach), que será dirigida
también por Muti, Ozawa, Prêtre y Harnoncourt. Volverá la Filarmónica de
Berlín con Rattle para su cita anual de
dos conciertos y entre las orquestas
invitadas destacan el Concentus musicus (Harnoncourt) y la Filarmónica
Checa (Albrecht) con un monográfico
Dvorák. La música actual ocupará una
parcela importante en el festival. Ruzicka ha invitado de nuevo a Cristóbal
Halffter, en esta ocasión para participar
en la Academia de verano, además de
dirigir un concierto de cámara con obra
suyas y el Concierto para clave y cinco
instrumentos de Falla. El joven alemán
Jörg Widmann (1973) y el gran maestro
húngaro György Kurtág (1926) serán
los compositores residentes con un
ciclo específico de nueve conciertos y
obras suyas en otros diez.
Antonio Moral
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FESTIVALES
Schubertiada
LA VUELTA DE DIESKAU
D
efinitivamente instalada ya en la
localidad de Schwarzenberg, en
el corazón verde de Austria, la
Schubertiada de este año está estructurada en cuatro fases. La primera, que ya
se habrá desarrollado cuando aparezcan
estas líneas, giraba en torno al tenor
inglés Ian Bostridge y sus amigos
(Dorothea Röschmann, Thomas Quasthoff, Julius Drake, Bengt Forsberg o el
ascendente Cuarteto Belcea, pero también el grupo Europa Galante con Fabio
Biondi). La segunda tiene lugar del 20
al 23 de mayo, bajo el lema Los sonidos
mágicos de Mozart, y en ella intervienen, entre otros, el Cuarteto Hagen, el
Octeto de Viena, Till Fellner, el Trío
Abegg, Diana Damrau o el Cuarteto
Alban Berg con Tabea Zimmermann.
Sin embargo, los dos grandes bloques siguen siendo los que se desarrollan al principio y al final del verano.
En junio pasarán por aquí, por sólo
citar a algunos, Cecilia Bartoli, Robert
Holl, Oleg Maisenberg, el Cuarteto
Artemis, Andreas Scholl, Matthias Goerne, el Trío Fontenay con el joven y prometedor barítono Jonathan Lemalu,
Waltraud Meier, Simon Keenlyside,
Alfred Brendel (solo y a dúo con Pierre-Laurent Aimard y con su hijo Adrian
SCHUBERTIADE GMBH. Del 20 al 23
de mayo, del 10 al 27 de junio y del 27
de agosto al 12 de septiembre de 2004.
www.schubertiade.at
Brendel), la Camerata Salzburg con
Heinrich Schiff al frente, Bernarda Fink
o todo un clásico como Peter Schreier.
En septiembre repiten muchos de ellos,
reforzados por artistas de muchas campanillas como Violeta Urmana, Felicity
Lott, Anne Sofie von Otter o Edita Gruberova. Dos ilustres nombres del canto
alemán, la soprano Gundula Janowitz y
el barítono Dietrich Fischer-Dieskau,
serán esta vez los encargados de impartir lecciones magistrales. El último, además, anuncia su presencia en una Liedermatinee, lo cual es todo un acontecimiento, ya que el legendario cantante
berlinés lleva muchos años retirado de
los escenarios.
Rafael Banús Irusta
Innsbruck
FESTIVAL ENTRE
MONTAÑAS
E
SCHUBERTIADE
HARNONCOURT
l Festival de Innsbruck se desarrolla
este año del 13 al 28 de agosto,
bajo el lema Klangfarbe als Qualität, El timbre como calidad. Dos rarezas en las óperas programadas. La primera, Eliogabalo de Cavalli, dirigida en
el podio por René Jacobs y en la escena por Vincent Broussard, y con importante presencia española, Silvia Tro y
Núria Rial; la segunda, un Giulio Cesare
in Egitto de Sartorio, dirigido por Attilio
Cremonesi. El resto de los timbres,
todos ellos de calidad, se reparten en
diversos recitales en los que participan
el violonchelista Jaap ter Linden, el laudista Paul O’Dette, la soprano Rosemary Joshua, el alto Dominique Visse
con su Ensemble Clément Janequin, o
los belgas Huelgas Ensemble y Paul
van Nevel. Comparten también cartel
con ellos el Ensemble Stylus Phantasticus con María Cristina Kiehr y Furio
Zanasi, y el violagambista Juan Manuel
Quintana en un concierto que comparte con el tenor Tophi Lehtipuu. Una
variedad de timbres y de voces para un
festival acogedor y elegante.
Ana Mateo
INNSBRUCKER FESTWOCHEN.
Del 13 de julio al 28 de agosto de
2004. www.altemusik.at
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INNSBRUCK
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FESTIVALES
Bregenz
EL WEILL DESCONOCIDO
E
l Festival de Bregenz dedica una
buena parte de su programación de
este verano a presentar varias de las
facetas menos conocidas del compositor
alemán Kurt Weill. Como la opereta Der
Kuhhandel, una obra escrita en París,
cuando el autor ya había abandonado
su país, que bajo el aspecto de un idilio
campesino esconde una fuerte sátira
política. El director artístico del festival,
el británico David Pountney, será el
encargado de la puesta en escena, en
una coproducción con la Opera North
de Leeds y la Volksoper vienesa, que
cuenta entre sus cantantes con Natalia
Kovalova, Rolf Haunstein y Christoph
Homberger, y estará dirigida musicalmente por Christoph Eberle. Otro montaje de indiscutible interés es el que
une dos óperas en un acto, surgidas
ambas en la Alemania de los años 20:
Der Protagonist, con libreto de Georg
Kaiser, y Royal Palace, con texto de
Ivan Goll. En los conciertos sinfónicos,
Weill tendrá también una importante
representación, como en los programas
de la Sinfónica de Viena con Yakob
Kreizberg (Los siete pecados capitales) y
Ulf Schirmer (Requiem de Berlín). También vendrá la Sinfónica de la Radio
Bávara con su nuevo titular, Mariss Jansons (Octava Sinfonía de Dvorák, Vida
BREGENZER FESTSPIELE.
Del 16 de julio al 19 de agosto.
www.bregenzerfestspiele.com
de héroe de Richard Strauss).
En el espléndido escenario sobre el
Lago Constanza continúa este año la
aplaudida versión de West Side Story de
Leonard Bernstein debida a la directora
de escena Francesca Zambello, a partir
de la producción original de Jerome
Robbins y con dirección musical de
Wayne Marshall. Este último, además,
subirá por primera vez a la Sinfónica de
Viena al impresionante decorado (en
las óperas, la orquesta toca escondida,
y el sonido es amplificado a través de
un sofisticadísimo sistema) para tocar
un programa íntegramente dedicado a
Bernstein, con la estrella de la comedia
musical americana Kim Criswell.
Rafael Banús Irusta
Viena
ARTE Y MUNDO
L
WEILL
ERTIADE
HARNONCOURT
WEBERN
as célebres Wiener Festwochen
giran este año en torno a la idea “El
arte es lo que el mundo ha sido”. El
arte espejo del mundo. Una propuesta
esencial pero inconcreta, a la que se
puede asimilar cualquier tipo de programación. Y la que Luc Bondy, responsable de este magno festival, ha
diseñado es realmente espectacular,
brillantísima e inabarcable en un
comentario como éste, en el que, por
supuesto, nos referimos únicamente al
apartado estrictamente musical; no tratamos las parcelas teatrales, cinematográficas o de artes plásticas.
Detenemos la mirada en las celebraciones en torno a Webern, de quien
se ofrece toda su obra, en combinación
con la de otros autores más o menos
relacionados, a lo largo de dos jornadas. Artistas de primerísima: Klangforum Wien, Coro Schoenberg, Filarmónica de Viena, Cambreling, Cuarteto
Aron, Friedrich Cerha… De este último
músico, excelente compositor también,
se incluye la ópera Der Rattenfänger en
versión revisada. Otra gala de la música
escénica contemporánea —ya clásica
realmente— se instala en la actuación
de Boulez con el Ensemble InterContemporain en un bello programa ya
ofrecido en Aix-en-Provence que incluye El retablo de Falla, Rénard de Stravinski y Pierrot lunaire de Schoenberg
en producción del imaginativo Klaus
Michael Grüber. Boulez es también
protagonista en la sesión que sirve para
presentar en Viena de su obra Répons.
Se estrena la ópera del austriaco
Johannes Maria Straud Berenice, inspirada en una historia de Poe, en un
montaje de Claus Guth. Y se presentan
producciones novedosas de dos óperas
ya más de repertorio: Così fan tutte de
Mozart, firmada en Colonia por Robert
Lehmeier, y Pelléas et Mélisande de
Debussy, de la que son responsables
Jossi Wieler y Sergio Morabito.
Dientes muy largos para la impresionante serie de conciertos sinfónicos y de
cámara dentro de lo que podríamos
denominar programación normal. Hay
un estreno de Pierluigi Billone, alumno
de Lachenmann y Sciarrino; y multitud
de propuestas atractivas: Gurrelieder
con la Filarmónica y Jansons, varios
Bruckner con Harnoncourt, Rattle, Prêtre; una Theodora de Haendel por el primero de los citados; versión de concierto de la ópera Vanda de Dvorák con
Gerd Albrecht en el podio; la Octava
Sinfonía de Henze por Boder, Carmina
Burana por Muti, varios Janácek por
Mackerras… Recitales de Brendel, Pollini, Hampson, actuación con orquesta de
Cecilia Bartoli y un largo etcétera en el
que se incluye una multitud de veladas
camerísticas de quitar el hipo.
Arturo Reverter
WIENER FESTWOCHEN.
Del 7 de mayo al 20 de junio de 2004.
www.festwochen.at
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Drottningholm
DOS ESTRENOS
El Festival de Drottningholm recupera
este año algo del
espíritu que inspiró los primeros tiempos de su actividad: estrena dos nuevas
obras que, justamente, se interpretarán
en sueco y con una mayoría de población nacional. Castratos del compositor
sueco, aunque de origen claramente
húngaro, nacido en 1943 y desde 1968
instalado en Estocolmo, Myklós Maros.
Castratos habla del encuentro en Florencia entre el rey Gustavo III y los
famosos eviratos Farinelli y Marchesi
(citado en otras ocasiones como Marchesini). El libreto de Lasse Zilliacos
parte de la novela homónima de Sven
Delblanc y la producción será dirigida
por Ann-Margrett Pettersson, una regista bien activa en la Ópera Real de Estocolmo, aunque tuviere la sabrosa opor-
ESCANDINAVIA
tunidad también de reglar el debut
escénico de Jennifer Larmore en Carmen (Los Ángeles, 1998) con Plácido
Domingo. Cecilia and The Monkey
King es un encargo del festival a un
joven compositor, Reine Jönsson, que
escribió la obra para una orquesta típica del siglo XVIII, además de emplear
instrumentos suficientes para darle al
conjunto el color “chino” necesario
para que la acción resultara sonoramente comprensible, como un sarrusophone, pariente cercano del oboe y el
saxofón. El texto reúne dos fábulas,
una de ellas china, que narra el
DROTTNINGHOLMS SLOTTSTEATER.
Del 3 de junio al 24 de julio de 2004.
www.drottningholmsslottsteater.dtm.se
encuentro entre Monkey King y la atrevida Cecilia que viaja desde su nativa
Gotemburgo a la lejanísima Cantón
(por supuesto, disfrazada de hombre
porque estamos igualmente en el siglo
XVIII) y queda fascinada por un actor
que, precisamente, representa en escena el papel de Monkey King en una
ópera. Entre los elementos del equipo
artístico, compuesto en su totalidad por
personal patrio, destaca la atractiva
protagonista del personaje titular de
Cecilia, la soprano Kerstin Avemo, de
rica y agradable voz y desenvuelta aptitud escénica, protagonista allá hace
unos pocos años de un aplaudido
Amore en el Orfeo y Eurídice de Gluck.
Dirige desde el foso Staffan Larson y en
la escena Patrick Sörling.
Fernando Fraga
Kuhmo
EN FINLANDIA CON HAYDN
DROTTNINGHOLM
E
l gigantesco legado para cuarteto de cuerda del gran maestro austrohúngaro configura la columna central sobre la que se sustenta el Festival de música de cámara de Kuhmo que llega este año a su XXXV edición. Los cuartetos Borodin, Petersen, Lindsay, Danel, Diotima, New Helsinki y Castagneri, entre más de una docena de agrupaciones, serán algunos de los artífices de esta magna integral haydniana. Luciano Berio —
fallecido ahora hace un año— y sus catorce Sequenzas serán otro de los
atractivos de este certamen que, en dos semanas, acumula más de noventa conciertos en los que se darán cita alrededor de 170 músicos de Finlandia y otros países.
Felix Mendelssohn es uno de los compositores con fuerte presencia en
los programas: sus Tríos y Sonatas para piano, sus Sonatas para violonchelo, sus magníficos Cuartetos, Quintetos y Octeto de cuerda y otras obras
infrecuentes como la Pieza de concierto para clarinete, corno de basseto y
piano, la Sonata para clarinete o el Sexteto con piano podrán escucharse
junto a diversas composiciones de Brahms, Bruckner (Quinteto de cuerda), Dvorák, Rubinstein (Sonatas para chelo y piano), Rachmaninov, Dohnányi, Magnard (Cuarteto de cuerda), Prokofiev (Cuartetos, Sonata para
flauta y piano, Cinco canciones sin palabras), Copland, Schoenberg
(Cuartetos nºs 2 y 4, Fantasía para violín y piano), Korngold (Cuarteto nº
3, Suite op. 23), Bartók (Cuartetos nºs 4 y 6), Martinu (Cuarteto con piano,
Trío nº 2, Sonata para chelo nº 2), Hindemith (Das Marienleben), Stravinski, Eisler, Bloch (Baal Shem, Suite para viola y piano), Krenek (Cuarteto
nº 7), Respighi, Shostakovich, Varèse, Crumb o Xenakis, entre otros
muchos. El húngaro György Kurtág figura —con tres veladas monográficas— entre los invitados de honor de un festival cuyo componente local
brilla en la obra de autores como Sibelius, Leiviskä, Kuula, Madetoja,
Oskar Merikanto, Rautavaara y Sallinen. A destacar, igualmente, el estreno
de sendos encargos efectuados a Jouni Kaipainen (Cuarteto nº 5) y Tapio
Tuomela (Quinteto para flauta, clarinete, violín, violonchelo y piano).
KUHMO
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KUHMO CHAMBER MUSIC. Del 11 al 25 de julio de 2003.
www.kuhmofestival.fi
Caj Bremer
Juan Manuel Viana
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FESTIVALES
Savonlinna
DEMONIOS Y MÁSCARAS
A
lgo más de un mes va a ocupar la
presente edición del más finlandés
de los festivales, el de Savonlinna,
entre el 1 de julio, que abre el Requiem
de Antonín Dvorák, y el 6 de agosto,
que cierra la interesantísima El demonio
del que fuera virtuoso pianista, además
de profesor de Chaikovski en el Conservatorio de Moscú, Anton Rubinstein.
Esta atractiva obra, estrenada en 1875 y
que en 1906 diera a conocer en París
Chaliapin (en ruso mientras sus compañeros de reparto lo hacían en traducción francesa), tiene como protagonista
central a Egils Silins, bajo de nada vulgar repertorio pues canta a Haendel,
Berlioz, Rossini, Verdi, Chaikovski y
hasta a Martinu y Manuel de Falla,
teniendo a su favor el hecho de haber
interpretado ya la obra de Rubinstein en
Zurich. En los equipos de la programación savonlinniana abundan los cantantes nórdicos, así como en los recitales; y
en este capítulo se debe citar el que
estará a cargo de la rubita Karita Mattila,
con páginas de Duparc, Rachmaninov,
Dvorák y, para hacer patria, Saariaho.
Además de todo esto, Cynthia Makris
(que pasa de ser Marietta de Die tote
stadt a Salome, Lady Macbeth o la Francesca de Zandonai sin prejuicios ni perjuicios) cantará Turandot con el final
tradicional de Franco Alfano y no el
más flamante de Luciano Berio; JeanPierre Furlan Los cuentos de Hoffmann,
avalado por las previas buenas acogidas
en tan incómodo pero agradecidísimo
papel en la Salle Gaveau de París, Lieja
y Estrasburgo (ellas son: Anna-Kristiina
Kaappola —Olympia—, Marianna Kulikova —Giulietta— y Sabina Cvilak —
Antonia—; Kaludi Kaludov repetirá el
Turiddu mascagniano y el Canio de
Leoncavallo, mientras que el Ballo in
maschera verdiano, en su localización
sueca original (que no es la discutible y
puede que innecesaria puesta en pie
del Gustavo III de Philip Gosset), contará con el protagonismo tenoril de Emil
Ivanov, eslavo con una reconocible
experiencia verdiana a sus espaldas
(Radamés en Verona, Foresto en Niza,
Manrico en Macerata), en medio de un
reparto completamente escandinavo.
Fernando Fraga
Värisuomi - Matti Kolho
SAVONLINNA OPERA FESTIVAL.
Del 1 de julio al 7 de agosto de 2004. www.operafestival.fi
Caj Bremer
Värisuomi - Matti Kolho
TURANDOT en Savonlinna
SAVONLINNA
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FESTIVALES
La Coruña
MOZART Y AMIGOS
Destacar con tan
poco espacio disponible lo que es la oferta
del Festival Mozart coruñés es una tarea
casi de chinos laboriosos. Van, en su
lugar, algunos apuntes indicativos y,
como suelen ser en estos casos, algo
personales. En medio de la nutrida programación concertística, con importantes recitales de piano, violín y canto,
destaca la Missa solemnis de Beethoven,
a cargo del estupendo Víctor Pablo
Pérez y la no menos admirable Sinfónica
de Galicia, apoyando a un detallista
cuarteto vocal: Ruth Rosique, Iris Vermillion, Joan Cabero y Peter Mikulas. Pero
serán quizás los seis títulos teatrales los
que llamarán más la atención por la originalidad y variedad de la propuesta.
Porque muy novedoso es el proponer
Gli amori d’Apollo e di Dafne de Francesco Cavalli, compositor de tan actual
renacimiento, que contará con dos protagonistas inatacables: Alberto Zedda
ESPAÑA
(¿quién no recuerda su Incoronazione di
Poppea de Monteverdi en La Zarzuela?)
y Pier Luigi Pizzi (a quien esta estética le
va como a pocos). La presencia mozartiana está servida por dos rarezas juveniles: el singspiel sacro, escrito con apenas
once años, La obligación del primer
mandamiento (con María José Moreno,
de imprescindible presencia coruñesa, y
el muy prometedor David Menéndez,
que pasó en triunfo por la “factoría”
Rossini de Pésaro) y La finta giardiniera
(con un sólido equipo donde pueden
destacarse a Carmela Remigio o Carmen
Oprisanu, a las órdenes de Gustav Kuhn
y Emilio Sagi). Un doble Rossini compite
con el compositor titular del festival, el
de la deliciosa farsa La cambiale di
FESTIVAL MOZART DE LA CORUÑA.
Del 21 de mayo al 3 de julio de 2004.
www.festivalmozart.com
LA FINTA GIARDINIERA, de Mozart
LA CAMBIALE DI MATRIMONIO, de Rossini
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matrimonio (donde, de nuevo, la Moreno hará un magnífico papel como
Fanny) y la inefable Donna del lago, no
lamentablemente en la climática producción de Luca Ronconi para Pésaro, sino
en versión de concierto, y que cuenta
con un terceto de ensueño, seguramente
hoy inigualable: Juan Diego Flórez, Iano
Tamar y Daniella Barcellona. Dirige,
otro no podía (ni debía) ser, Alberto
Zedda. Ahí queda eso. Para colmo, la
última baza operística es la encantadora
operita donizettiana L’elisir d’amore con
cuatro solistas que la harán doblemente
deliciosa: Patrizia Ciofi (Adina), Carlos
Chausson (¿hay mejor Dulcamara?), José
Julián Frontal (Belcore) y Antonino Siragusa (Nemorino). Mario Gas pone la
escena y el sonido del foso llega de la
Sinfónica de Galicia y Víctor Pablo
Pérez. La producción es del Gran Teatro
del Liceo barcelonés.
Fernando Fraga
LA OBLIGACIÓN DEL PRIMER
MANDAMIENTO, de Mozart
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FESTIVALES
Peralada
DALINIANA
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arecía lógico que en el año del
centenario del nacimiento de
Dalí, este festival, situado muy
cerca del Museo de Figueres, dedicado al pintor, evocara su memoria con
algo significativo. Lo hace con dos
espectáculos de danza, Dalidance
(con músicas de Beethoven, Schubert, Chopin, Schumann y Liszt) y El
sombrero de tres picos/Café de Chinitas, que emplean reproducciones de
los telones que el artista realizara en
los Estados Unidos en los años 40,
nunca presentados en Europa con
excepción de Laberinto. Los coreógrafos son Ramón Ollé y José Antonio Ruiz, con sus compañías Metros y
Centro Andaluz de Danza. Es de lo
más relevante de un festival que quizá no posee el grado rupturista y original, dentro de la gran amplitud que
sus dirigentes quieren otorgarle, del
de el año pasado.
Novedad significativa es la ópera
1714, Món de Guerres, obra antibelicista de diversos jóvenes creadores. El
libreto es de Albert Mestres y la música,
de Joan Enric Canet, Ximo Cano,
Ramón Ramos, Rafael Reina, Josep
Vicent y el ya no tan joven Josep Maria
Mestres Quadreny. El citado Vicent,
autor de la concepción musical, dirigirá
la función en esta versión semiescenificada de Ramón Simó. Y si de ópera
hablamos, mencionemos la magistral El
caso Makropoulos de Janácek (150 años
de su nacimiento), por el competente
Teatro Hélikon de Moscú con la siempre imaginativa visión escénica de
Dimitri Bertman. Una obra verista,
Madama Butterfly de Puccini (estrenada en Milán hace cien años), es el
FESTIVAL CASTELL DE PERALADA.
Del 10 de julio al 18 de agosto.
www.festivalperalada.com
siguiente título, puesto en escena por
Lindsay Kemp, con las voces de Gallardo Domas, Aronica y Zancanaro y la
dirección musical de Marco Armiliato.
Cerrando este capítulo, se presenta la
Ópera Nacional de China, con la milenaria La diosa del río Lu.
Parece interesante, por lo novedoso, el ballet La cenicienta de Johann
Strauss II, que exhibirá el Ballet de
Cuba. Y más rutinaria la presencia de
la Orquesta Toscanini con Lorin Maazel (Respighi, Dvorák). De cierto relieve es el ciclo en torno a jóvenes y
valiosos pianistas españoles de hoy:
Torres Pardo, Perianes, Baselga, Iván
Martín. Se anuncian asimismo actuaciones de Ruggero Raimondi y Ute Lemper y, en otras parcelas, bien integradas en un festival tan multidisciplinar,
Serrat, Paco de Lucía y Woody Allen
(con su banda de jazz).
Arturo Reverter
EL CISNE, telón de Salvador Dalí utilizado para CAFÉ DE CHINITAS
PRIMER
Mozart
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FESTIVALES
Granada
ALUSIONES
S
e plantean una serie de alusiones
que otorgan interés a un certamen
que tiene bastante más sustancia de
lo que puede parecer en una primera
mirada. Sobre esas alusiones se ha creado un tejido inteligente. La primera es
a Isabel la Católica, de cuya muerte se
conmemora el quinto centenario a través del canto mozárabe y el sama de
Marruecos, de músicas de De la Rue y
canto llano del XV (Ensemble Organum
de Marcel Pérès), de cantos de sinagoga (Emil Zrihan) y de músicas de su
tiempo (Ensemble Plus Ultra de Michael Noone).
La segunda es a la famosa cantaora
La Niña de los Peines, gran protagonista del Concurso de Cante Jondo de
Granada en 1922 (nuevo espectáculo
de Estrella Morente). Una tercera alusión es para el llorado Paco Guerrero,
de quien se interpretan sus electrizantes Zayin I-VIII (por el creador y especializado Cuarteto Arditti, que presenta
también en España un cuarteto de
Orbón y toca obras de Janácek en el
150 aniversario del moravo) y su parcial orquestación de la Iberia de Albé-
niz (Orquesta de París con Eschenbach). Dalí es otro aludido en su centenario; con dos conciertos: uno que
hace referencia a Los putrefactos, término acuñado por él, Lorca, Buñuel y
Pepín Bello para ironizar sobre las
corrientes creadoras de la época, con
obras de Lavista (estreno), Revueltas,
Piazzolla y Rihm (música para la película El perro andaluz, que será proyectada); otro que lleva por título El alegre
apocalipsis, con partituras de Schoenberg (Oda a Napoleón, con Gurruchaga), Gerhard, Falla y Krása (estreno en
España) (Ensemble Modern de Frankfurt, dirigido por Sian Edwards).
Podríamos establecer otra alusión al
mundo de la zarzuela en sus distintas
épocas: la barroca y clásica, poco conocida (María Bayo y los excelentes Les
Talens Lyriques con Christoph RousFESTIVAL INTERNACIONAL DE
MÚSICA Y DANZA DE GRANADA.
Del 18 de junio al 4 de julio de 2004.
www.granadafestival.org
set), y la tradicional, con un título tan
emblemático como La verbena de la
Paloma de Bretón, en una producción
de Comediants en el Carlos V.
Hay, aparte de algunos de los citados, nombres de cierto fuste en el
entramado propuesto: los pianistas
Volodos (Beethoven, Scriabin) y
Aimard (Ravel con París), el veterano e
imprevisible director Michael Gielen
(con la Orquesta de la ciudad: Beethoven y Dvorák), Cuarteto Kronos. La
ONE, con Pons, ofrece su tradicional
colaboración en un programa que acoge la Sinfonía para ocho voces y
orquesta de Berio y la Sinfonía nº 10
de Shostakovich). La de París cierra la
muestra con la Sinfonía Lírica de Zemlinsky, con dos buenas voces: Goerne y
Diener.
Sólo podemos mencionar ya, de
pasada, dejándonos cosas, los trasnoches flamencos, Paco de Lucía, el Festival de los Pequeños (Viaje mágico por
el mundo de la ópera) y el ballet de
Blanca Li (El amor brujo y Nana y Lila).
Arturo Reverter
PACO DE LUCÍA
CUARTETO ARDITTI
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ROUSSET
CHRISTOPH ESCHENBACH
MICHAEL GIELEN
LES TALENS LYRIQUES
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San Sebastián
NUEVAS VÍAS
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una voz de relieve muy prometedora,
la segura y musical Ana María Sánchez, Vasili Gerello, Elena Zaremba y
la creciente Ofelia Sala. Semion Bichkov, con su Orquesta de la Radio de
Colonia, dirige la versión de concierto
de Elektra de Strauss, con un reparto
apañado sin grandes cosas: Polaski,
Schwanewilms, Runkel, Walker y
Kübler. Aunque el aficionado medio lo
que estará esperando es la actuación
del tenor Juan Diego Flórez en La
donna del lago de Rossini, que dirigirá
Riccardo Frizza. Darina Takova,
Daniela Barcellona, Gregory Kunde y
Simon Orfila están al lado del divo
peruano, que deberá aquí —como
antes en La Coruña— salvar una partitura muy comprometida.
Lo sinfónico no ofrece este año
especiales sorpresas, lo que no signifiQUINCENA MUSICAL DE SAN
SEBASTIÁN.
Del 5 de agosto al 6 de septiembre.
www.quincenamusical.com
ca que no haya cosas de interés: Filarmónica de Rotterdam con Gergiev
(concierto francés y Romeo y Julieta
de Prokofiev), Filarmónica de Londres
con Jurowski y la presencia de Gilbert
Varga para el Requiem de Brahms,
con la Orquesta de Euskadi y el Orfeón Donostiarra. Como es habitual se
cuida mucho la parcela de música
antigua, este año con la presencia de
una composición extraordinaria, las
Sonatas del Rosario de Biber, que
tocará en tres sesiones el grupo La
Risonanza.
El apartado de música contemporánea está habitado por el nombre del
compositor alemán Helmut Lachenmann (Stuttgart, 1935), que se sitúa,
junto al de otros colegas, en los atriles
del Grupo Neopercusión, de las guitarras de Delume, Aschour y Márquez,
del clarinete de Estellés y el grupo
electrónico Musikene y en los del pianista Marino Formenti. Y no falta el
ciclo de órgano, que dirige esta vez
Zsigmond Szathmáry.
Arturo Reverter
LA RISONANZA
SEMION BICHKOV
VALERI GERGIEV
UN BALLO IN MASCHERA
HELMUT LACHENMANN
entro de su habitual planificación, siempre clara y linealmente
trazada por estratos, la Quincena
se anima en esta edición con dos nuevas ventanas. La primera está dedicada
al Camino de Santiago en Euskadi y a
las músicas conectadas con él. Por
ejemplo, las del Codex Calixtino: Cantigas de Santa María (Cuarteto Urueña), Misa Sancti Jacobi (agrupación
Alfonso X el Sabio), El camino de las
estrellas (Escuela Gregoriana de
Donosti). La segunda ventana aglutina
actos en torno a la leyenda In vino…
música: folclore vasco, De la taberna a
la corte (músicas medievales) (Grupo
Arte Factum), concierto del contratenor
José Hernández Pastor (Milán, Mudarra, Narvaéz…) y numerosas actuaciones callejeras.
La ópera continúa teniendo gran
presencia. Tres títulos podrán seguirse. El único representado, Un ballo in
maschera de Verdi, en producción del
Teatro de Mannheim firmada por Werner Schroeter y dirigida musicalmente
por López Cobos. Cantan (días 16, 18
y 20 de agosto) Francisco Casanova,
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Santa Fe
NOVEDADES A LA FUERZA
Debido a la configuración tan especial de
su escenario (no hay
techo para sostener decorados volantes)
la Ópera de Santa Fe no puede intercambiar decorados con otras compañías,
y por lo tanto es necesario crear nuevas
producciones especialmente diseñadas
para ella. Esta temporada tres de las cinco producciones son óperas que se
escenifican por primera vez: Simon Boccanegra, Agrippina y La sonnambula.
Boccanegra inaugurará la temporada el
2 de julio, con la soprano rumana Doina
Dimitriu, en el papel de Amelia, y el
barítono británico Anthony MichaelsMoore, como Simón. Luego, en agosto,
interpretarán estos mismos papeles la
soprano Patricia Racette y el barítono
Michael Dalavan. El tenor Marcus Haddock cantará Gabriel Adorno en todas
las representaciones, y dirigirá por primera vez en Santa Fe el maestro italiano,
Corrado Rovaris. Los expertos probablemente preferirán el reparto de agosto. El
director musical de la compañía, Alan
Gilbert, dirigirá el nuevo Don Giovanni.
El reparto está lleno de cantantes que
hacen su debut con Santa Fe, entre ellos
EE UU
una estrella en ascenso, el barítono
polaco Mariusz Kwiecien que será el
protagonista. Es un hombre apuesto y
un actor natural, así que debe de ser
ideal para el papel. El espléndido bajo
norteamericano Kevin Short hará el
papel de su fiel Leporello. Chas RaderSheiber, que, al parecer, ha aprendido a
domesticar sus conceptos vanguardistas
más escandalosos, será el director de
escena. Se repondrá Béatrice et Bénédict
de Berlioz, representada por última vez
en Santa Fe en 1998, con varios de los
cantantes principales originales, aunque,
sin la primera Béatrice, la mezzo Susan
Graham, que será sustituida por la igualmente alta mezzo hungara Viktoria
Vizin, que hace su debut con la compañía. Dirigirá el excelente maestro irlandés Kenneth Montgomery. Francisco
Negrin se encargará de dirección escénica de Agrippina de Haendel. Su carrera
reciente ha incluido tanto grandes éxitos
como la reciente Orlando de Covent
THE SANTA FE OPERA. Del 2 de julio
al 28 de agosto. www.santafeopera.org
Garden, como fracasos como el Don
Giovanni de la Ópera de Glimmerglass.
Los tres protagonistas del reparto son
artistas excelentes: las sopranos Christine Goerke y Lisa Saffer y la mezzo Kristine Jepson. Dirigirá el maestro Harry
Bicket. El éxito de esta producción
podría depender en cómo piensa enfocarla Negrin, pero es casi seguro que el
público más conservador no estará muy
entusiasmado. En reconocimiento de la
asombrosa soprano de coloratura francesa Natalie Dessay, Santa Fe estrenará
La sonnambula. Y seguramente será
una producción “innovadora”, ya que el
director escénico será Stephan Grögler.
Dos excelentes artistas que cantan por
primera vez con la compañía, respaldarán a Natalie Dessay: el tenor Shalva
Mukeria en el papel de Elvino, y el bajo
Giovanni Furlanetto como el conde
Rodolfo. El maestro Evelino Pidò llevará
la batuta. Dado el soberbio arte de Natalie Dessay, esta producción puede ser el
gran éxito del año, para clausurar una
temporada muy dinámica de la Ópera
de Santa Fe.
James Edwards
SANTA FE
Tanglewood
DIEZ AÑOS DEL OZAWA HALL
A
TANGLEWOOD
ntes de la apertura oficial del 9 de julio, en la que actuarán la Sinfónica de Boston
con Kurt Masur y la Lincoln Center Jazz Orchestra con Wynton Marsalis, habrán intervenido ya el Mark Morris Dance Group o la vocalista y pianista de jazz Diana Krall.
Pero el grueso del festival lo siguen constituyendo los programas de la Sinfónica de Boston, que tiene su sede de verano en este bucólico escenario al aire libre. La prestigiosa
agrupación será dirigida por el habitual Frühbeck de Burgos (en un programa Ravel con el
pianista Leon Fleisher y en otro que une la Octava de Beethoven con fragmentos de Los
maestros cantores de Wagner), Christoph von Dohnányi (Brahms), Ingo Metzmacher,
Emmanuel Krivine, James DePreist, Charles Dutoit, Hans Graf (Dvorák). Solistas de excepción son los violinistas Midori, Joshua Bell e Itzhak Perlman, el chelista Yo-Yo Ma (que
interpretará la obra de Tan Dun The Map), las sopranos Renée Fleming y Deborah Voigt,
los pianistas Peter Serkin, Yefim Bronfman y Martha Argerich, o el barítono Bryn Terfel.
Este año se celebra el décimo aniversario del Ozawa Hall, la sala de conciertos cubierta, con una gala a cargo de la orquesta del Tanglewood Music Centre dirigida por el propio Seiji Ozawa, y en la que intervendrán, entre otros, el compositor John Williams (que
cumple también 25 años de colaboración con la orquesta, y en particular con su variante
ligera, la famosa Boston Pops), Yundi Li, Stephanie Blythe, los Boston Symphony Chamber
Players y el coro del festival. El recinto acogerá también sesiones de música de cámara y
antigua por los cuartetos Juilliard y Emerson, la Orchestra of the Age of Enlightenment
(Conciertos de Brandemburgo de Bach), Boston Baroque (Vísperas de Monteverdi) o el
Hilliard Ensemble, así como recitales de Dawn Upshaw, Pierre-Laurent Aimard, Jean-Yves
Thibaudet, Christian Tetzlaff o Lars Vogt. Asimismo habrá un ciclo de música contemporánea confiado a la dirección de Robert Spano.
Rafael Banús Irusta
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TANGLEWOOD FESTIVAL.
Del 1 de julio al 22 de agosto de 2004. www.bso.org/tanglewood
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AIX
ORANGE
Aix-en-Provence
LISSNER PROPONE
Si los sindicatos franceses lo permiten
(recuérdese la recalcitrante huelga del año anterior), Aixen-Provence desarrollará su próxima
edición, muertos sus principales inventores entre ellos el adorable Gabriel
Dussurget, para el gran público entre el
5 al 31 de julio. El meollo de la celebración está en sus cinco títulos operísticos y en el concierto mahleriano del
joven Daniel Harding con una Canción
de la tierra con sabor vocal nórdico
(Anna Larsson, Jorma Silvasti), en la
versión de Arnold Schoenberg. El amor
de las tres naranjas de Prokofiev, cielos, es coproducción con el Teatro Real
de Madrid, lo cual habla de la internacionalización de nuestro cada vez más
boyante escenario. Cantada en ruso,
puesta escénica de Philippe Calvario
(esperemos que no resulte un ídem
para los espectadores), musicalmente la
FRANCIA
coordina Tugan Sokhiev.
Luc Bondy, como suele hacerse
desde casi siempre, pone en escena el
Hércules haendeliano, con el habitual
in loco William Christie y sus huestes
instrumentales y corales, con la deliciosa Iole de Christine Schäfer y el viril
protagonismo del elegante William Shimell, que últimamente parecía algo
sumido en el anonimato.
La producción de La traviata de
Peter Mussbach de Berlín (estrenada
por Barenboim con, mira por dónde, la
Schäfer) llega de la mano de Harding y
con la Violetta de Mireille Delunsch,
turnándose con la más anónima Anna
Samuil. La reposición de El rapto en el
FESTIVAL D’AIX EN PROVENCE.
Del 8 de junio al 17 de julio de 2003.
www.festival-aix.com
serrallo representará al nunca faltable
Mozart (el Festival nació, como se sabe,
hace 56 años en su honor) contando
con la interesante presencia de Marc
Minkowski y los no menos interesantes
decorados de Miquel Barceló.
Un estreno mundial puede que despierte el previsto interés. Se trata de
Hanjo, una demanda del Festival a Toshio Hosokawa (nacido en 1955), que
tomó para el libreto (propio) la obra
del mismo nombre del escritor suicida
Yukio Mishima. Cantan Ingela Bohlin y
William Dazeley, cantantes muy adictos
al repertorio contemporáneo, y dirige
Kazushi Ono, con montaje teatral de
Anne Teresa de Keersmaeker, explicándose esta presencia femenina belga en
el equipo internacional por ser una
coproducción con el Teatro Real de la
Moneda de Bruselas.
Fernando Fraga
Orange
VERDI Y BIZET EN EL ANFITEATRO
R
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ecitales, con orquesta por supuesto, de Barbara Hendricks a dúo
con el barítono François Le Tezier
y otro de la espectacular Natalie Dessay
enmarcan los dos títulos que programa
la próxima edición del Festival de
Orange, a desarrollar con permiso de
las inclemencias del tiempo (son famosos sus vientos por su recalcitrante
molestia) en el anfiteatro romano a la
sombra de la estatua de Augusto y
durante el mes de julio, porque por
algo es espectáculo veraniego. Las dos
óperas, por sus escenas de masas y
situaciones proclives a la espectacularidad, son muy apropiadas para el lucimiento de los registas, ya que se trata
de Nabucco y de Carmen. La partitura
verdiana, dirigida musicalmente por el
sensato Pinchas Steiberg, tiene regia
(bueno, digamos mise en scène por
imposición localista) de Charles Roubaud. Éste, pese a no ser un cacareado
nombre de la escena lírica internacio-
nal, lleva una larga y exitosa actividad
sobre todo francesa; concretamente en
Orange ya ha dirigido bien acogidas
producciones de Aida, Turandot, Norma o Don Carlo, además de tener el
raro privilegio de dirigir en el Kirov de
San Petersburgo, con su señor feudal
Valeri Gergiev, Samson et Dalila y La
traviata, con la maravillosa Anna
Netrebko. Nusan Neves, ya bregada
como Abigaille en lugares tan peligrosos como Parma o Busseto, canta junto
a Lado Ataneli, ya impuesto como gran
barítono en todos teatros del mundo,
además de con el bueno de Giacomo
Prestia como Zaccaria y Misha Didyk
en el modesto papel de Ismaele. La
mezzo de origen español Béatrice UríaCHORÉGIES D’ORANGE.
Del 10 de julio al 2 de agosto.
www.choregies.asso.fr
Monzón hace la insignificante Fenena,
pero luego para compensarla los organizadores le permiten interpretar por
enésima vez su papel referencial, Carmen (lo hizo en Madrid, en la producción de Sagi para el Real, como tantos
tendrán en mente). Su Don José es,
¡vaya reclamo!, Roberto Alagna y su
Micaela la excelente Norah Amsellem,
con Ludovic Tezier como Escamillo. La
puesta en escena corre a cargo de Jerome Savary, un inquieto regista, responsable de una propia versión del mito
hispano, Carmen 2, le retour, estrenada
no ha mucho en Turín, y de la que, respetando la salud mental de los posibles
lectores de estas líneas, es mejor no
entrar en detalles. Dirige la Orquesta
Filarmónica de Radio Francia (que turna con la Suisse Romande en Nabucco), el ahora más itinerante MyungWhun Chung.
Fernando Fraga
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CHRISTOPHE ROUSSET
Éric Larrayadieu
Jesús Martínez
PHILIPPE HERREWEGHE
ANDREAS STEIER
SAINTES
Saintes
Tubery. Estos últimos ofrecerán en la
Catedral Saint-Pierre un recorrido
por la Europa barroca del norte y del
sur.
Por último, la Orquesta de los
Campos Elíseos, dirigida por Philippe
Herreweghe, interpretará el Concierto
para piano nº3, la Sinfonía nº3 y la
obertura Las criaturas de Prometeo,
de Beethoven, y cerrará el festival con
los Kindertotenlieder de Gustav Mahler y la Quinta de Anton Bruckner,
fieles al recorrido que iniciaran hace
dos años por las sinfonías del organista de St. Florian.
Ana Mateo
ACADÉMIES MUSICALES DE SAINTES.
Del 14 al 25 de julio de 2004.
www.abbayeauxdames.org
Montpellier
PASIÓN POR LO INSÓLITO
C
omo es habitual desde su creación, la atención al repertorio
olvidado constituye uno de los
grandes atractivos de las sesiones líricas en esta nueva edición del Festival
de Radio France y Montpellier. Al
estreno galo de Il Re Teodoro in
Venezia —ópera en dos actos de
Giovanni Paisiello reelaborada por
Hans Werner Henze— que se escuchará en versión de concierto a cargo
de Enrique Mazzola al frente de la
Orquesta Nacional de Montpellier se
sucederán otras considerables rarezas
como La sombra del asno, comedia
postrera de Richard Strauss (ya anunciada el año pasado) que cuenta con
la dirección escénica de René Koering, la batuta de Juraj Valcuha y un
reparto vocal encabezado por JeanLuc Viala, Franck Cassard y Vincent
Le Texier.
Otro interesante estreno en ver-
sión de concierto será la olvidadísima
Salomé (1908), primera ópera de las
seis que compusiera Antoine Mariotte
(1875-1944) —alumno de d’Indy en
la Schola Cantorum—, que contará
con las voces de Nora Gubisch y Laurent Naouri y la dirección de Friedemann Layer. No menos atractiva se
adivina la exhumación de la trilogía
de oratorios Putifar, Giaccobe y Giuseppe, que el propio autor, el romano
Pietro Raimondi (1786-1853), estrenara con gran éxito en la capital italiana
un año antes de su muerte. Igualmente en versión concertante, Sumi
Jo y Marco Guidarini al frente de la
FESTIVAL DE RADIO FRANCE ET
MONTPELLIER.
Del 11 al 31 de julio de 2004.
www.festival-rfmontpellier.com
EMMANUEL KRIVINE
E
ste año hay novedades en el Festival de Saintes. La más principal
es que los conciertos dedicados a
Bach corren en esta edición a cargo
de la orquesta Freiburger Barock,
eso sí, junto al coro del Collegium
Vocale al que escucharemos también
en un interesante programa monográfico dedicado a William Byrd y
dirigido por Peter Phillips. Marek
Janowski se pondrá al frente de la
Orquesta de Poitou-Charentes para
dirigir la monumental obra de Messiaen Des Canyons aux etoiles, y el
Coro de Cámara Accentus, dirigido
por Laurence Equilbey, interpretará
un programa ruso en su totalidad,
con obras de Rachmaninov, Sviridov
y Scriabin.
En cuanto a los habituales del
Festival, participan en él como solistas Andreas Staier, Jean-Gihen Queyras, Bernard Fouccroulle o Jean
Éric Larrayadieu
NOVEDADES EN LAS ACADEMIAS
Filarmónica de Niza defenderán Rita
ou le mari battu, ópera cómica de
Donizetti.
El repertorio barroco cuenta con dos
importantes primicias: L’Empio punito,
ópera en tres actos (1669) de Alessandro
Melani, a cargo de Les Talens Lyriques
comandados por Christophe Rousset y
el oratorio La Giuditta de Alessandro
Scarlatti que será defendido por Rinaldo
Alessandrini y su Concierto Italiano.
Armin Jordan (El barón gitano en
versión de concierto con la Nacional
de Francia), Belohlavek, Krivine,
Amoyal, Kissin, Staier, las hermanas
Labèque o Magdalena Kozená se
cuentan entre los intérpretes del resto
de conciertos que completan la programación que llenará de música
durante el mes de julio la hermosa
capital del Bajo Languedoc.
Juan Manuel Viana
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FESTIVALES
Edimburgo
DE NONO A BIEITO
Bieito, conocido por sus gráficas e
intransigentes interpretaciones, pueden
tener razón. La otra nueva producción
fundamental es de casa: la nueva Orfeo
y Euridice de la Opera North junto con
Emio Greco/PC, una innovadora y fascinante colaboración muy conocida por
el publico del Festival por su esquemáticas coreografía, dirección, decorados,
sonido e iluminación, todo hecho por
el epónimo equipo creativo de Emio
Greco y Pieter C. Schotten.
A pesar del éxito del Anillo del año
pasado, esta temporada la Ópera escocesa sólo interpretará Oberon de Weber
en versión de concierto, dirigida por
Richard Armstrong con Jane Irwin,
Barry Banks y Garry Magee, en los
papeles principales. Otra ópera de
Weber, el compositor destacado este
año por el Festival, será, en versión de
concierto, Der Freischütz con Charles
EDINBURGH INTERNATIONAL
FESTIVAL. Del 15 de agosto al 5 de
septiembre de 2004. www.eif.co.uk
Mackerras dirigiendo la Orquesta de
Cámara Escocesa junto a relevantes
cantantes como Hillevi Martinpelto,
Christopher Maltman y Jonas Kaufmann. La última ópera de Weber de las
tres interpretadas este año será Euryanthe, con la Orquesta Escocesa de la
BBC, dirigida por David Robertson, y
con los cantantes Anne Schwanewilms,
Christine Brewer y Alfred Reiter.
Y también tocará en el Festival, la
otra imprescindible orquesta escocesa,
la Royal Scottish National Orchestra,
dirigida por Leopold Hager, que interpretará Capriccio de Strauss con Soile
Isokoski (la Condesa), Anne Sofie von
Otter (Clarion), Josef Kaufmann (Flamand) y Christopher Maltman (Oliver).
Si todo esto no resulta suficiente, los
aficionados de ópera en Edimburgo,
también tendrá la rara oportunidad de
escuchar el oratorio de Honegger de
Jeanne d’Arc au bucher, en un recital
de Violeta Urmana, y el Castillo de Barba azul cantado por Petra Lang y John
Relyea.
Fiona Maddocks
Glyndebourne
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encabezará el reparto de El caballero
avaro, mientras Felicity Palmer, Alessandro Corbelli y Sally Matthews protagonizarán Gianni Schicchi.
Las otras producciones de esta
temporada musicalmente equilibrada
son reposiciones: la controvertida pero
deslumbrante escenificación hecha por
Graham Vick de Pelléas et Mélisande
de Debussy, dirigida por Louis Langrée con Marie Arnet y Russell Braun
como intérpretes principales y John
Tomlinson como Golaud; Carmen de
Bizet, con Rinat Shaham como la epónima anti-heroína, Paolo Carignani de
director musical y David McVicar de
escena; Rodelinda de Haendel en la
elegante versión de film noir de JeanMarie Villegier con Emma Bell y la
Orquesta de la Edad de la Ilustración
dirigida por Emmanuelle Haïm; Jenufa
en la muy popular puesta en escena
de Nikolaus Lehnhoff, dirigida por
Markus Stenz con un importante
reparto en el que Orla Boylan interpreta el papel de Jenufa y Kathryn
Harries el de Kostelnicka.
Fiona Maddocks
CARMEN, en Glyndebourne
D
os producciones sobresalen en la
temporada que ofrecerá Glyndebourne este año: una nueva Die
Zauberflöte y un infrecuente programa
doble de El caballero avaro de Rachmaninov y Gianni Schicchi de Puccini.
Una programación tan imaginativa
sugiere que Glyndebourne, bajo su
nueva y juvenil dirección artística, está
ampliando horizontes.
Vladimir Jurowski, ya muy instalado después de tres años como el
director musical de la compañía, dirigirá Mozart y Adrian Noble, más conocido por su trabajo con el Royal Shakespeare Company, hará su debut en
Glyndebourne. El prestigioso reparto
internacional incluye al fascinante
barítono samoano Jonathan Lemalu,
que se está ganando fama como un
soberbio cantante que también sabe
actuar. Con toda seguridad, su Papageno tendrá una dosis excepcional de
comicidad. Jurowski dirigirá el programa doble Rachmaninov/Puccini, y
Annabel Arden, una idiosincrásica y
dotada directora de escena, hará su primera producción para Glyndebourne.
Sergei Leiferkus en su papel de barón,
CALIXTO BIEITO
EL REINO DE JUROWSKI
Franz Neumayr
Este año un acontecimiento destaca entre la inusitadamente
fuerte y radical oferta operística del
Festival de Edimburgo: Al gran sole
carico d’amore de Luigi Nono. La Ópera estatal de Hanover, que montará tres
óperas en una semana, estrenará la
obra de Nono, en la que el coro es el
protagonista y la narrativa tradicional
desaparece. La ópera, que llega con
mucho retraso al Reino Unido, vendrá
en el montaje de la Scala de 1975. Además, esta dinámica compañía alemana
repondrá su Pelléas et Mélisande con
Will Hartmann y Alla Kravchuk en los
papeles titulares, dirigida, en un elegante y contemporáneo decorado, por
Jossi Wieler y Sergio Morabito, y dirigido musicalmente por Shao-Chia Lü.
La propaganda del festival se
esfuerza para hacer parecer igualmente
fascinante la producción de la compañía de Il trovatore de Verdi, al añadir la
advertencia “Algunas personas pueden
encontrar que ciertas escenas son de
una naturaleza demasiado explícita”.
Considerando que el director es Calixto
GRAN BRETAÑA
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FESTIVALES
Wexford
EL PARAÍSO DE LO RARO
Igualmente típico de Wexford es su
elección de cuál Vestale embellecería el
pequeño escenario del proporcionalmente diminuto Theatre Royal. Al
haber despachado el trato “familiar”
que dio Spontini a la misma historia en
1979, el festival se decidió por algo más
provocadoramente oscuro —es la cuarta puesta en escena de una ópera de
Mercadante. Esta presunta opera dei
duetti sigue el argumento de Spontini,
pero elimina el feliz final —cómo no,
teniendo en cuenta que su libretista,
Salvatore Cammarano había empujado
la Lucia de Donizetti hacia la locura
cinco años antes, y llevaría a Manrico,
Leonora y Azucena a su funesto destino
trece años después.
Siempre vale la pena escuchar las
operas de Mercadante, e incluso los
desilusionados aficionados de Bellini
deberían de sentir alguna curiosidad
Cuando, a primera
hora del primer
domingo de la temporada del otoño pasado, el gerente
saliente y el director artístico a punto de
salir anunciaron a la prensa que se
inauguraría la temporada 2004 con
Adelson e Salvini de Bellini, pareció
como si estuvieron dando una ambigua
respuesta a la habitual crítica al festival
—con su predisposición artística por las
cosas italianas y de Europa del Este—
que no es lo bastante irlandés. Después
de todo, esta poco conocida primera
ópera del gran representante del bel
canto, a pesar de su pedigrí de puro italiano, está ambientada en Irlanda. Pero
parece incluso más típicamente wexfordiano porque en un momento entre
entonces y ahora, Irlanda se vio suplantada por la antigua Roma, y La vestale
(1840) de Saverio Mercadante, una ópera incluso más ignota que Adelson, fue
colocada en lugar de ésta: bien, hasta
San Patricio pasó cierto tiempo en la
Ciudad Eterna, y sólo unos cuantos
siglos más tarde que la malhadada vestal y el general imperial de Mercadante.
WEXFORD FESTIVAL OPERA.
Del 14 AL 31de octubre de 2004.
www.wexfordopera.com
Derek Speirs
Mike Hoban
MERCADANTE
Franz Neumayr
IRLANDA
GLYNDEBOURNE FESTIVAL OPERA.
Del 20 de mayo a 28 de agosto de
2004. www.glyndebourne.com
por ver La vestale el 14 de octubre.
Cammarano es un nombre relativamente familiar a los aficionados de la
ópera, que seguramente han escuchado
más palabras escritas por él (para otros
compositores) que música compuesta
por Mercadante. De modo similar, es
más probable que los aficionados estén
más familiarizados con los autores del
material que sirvió de fuente para las
otras dos óperas que ofrecerá esta temporada Wexford que con la música sus
compositores. Eva de Josef Foerster
(1899), que se dará la segunda noche
del festival, el 15 de octubre, no se
representa muy a menudo, ni siquiera
en su tierra natal, la República Checa;
pero seguramente habrá autenticidad
en la producción de Wexford, gracias a
los muchos cantantes checos y el residente Coro de Cámara Checa que forma el núcleo de coro del festival. ¿La
fuente de la ópera? Una obra llamada
La mujer del campesino de Gabriela
Preissova, cuya Su hijastra se convirtió
en la Jenufa de Janácek sólo cinco
años después del estreno de Eva.
Hasta hace poco nadie recordaba a
Walter Braunfels, el compositor de la
tercera ópera que subirá a las tablas (16
de octubre), la Prinzessin Brambilla,
basada en una novela corta homónima
de E. T. A. Hoffmann. Estrenada en
1909 y muy admirada entonces por,
entre otros, Ferruccio Busoni., esta
Phantasiestück fue revisada dos décadas más tarde y es ésta la versión que
se oirá. La serie de Decca, tan echada
de menos, la Entartete Musik, publicó
una obra que resultó ser una mágica
sorpresa, Die Vögel, otra ópera de
Braunfels, y hay grandes esperanzas de
que esta novedad de Wexford ofrecerá
a los oyentes un encanto similar.
Como siempre, las óperas estrenadas
en el teatro principal forman sólo una
parte del espectáculo de Wexford, que,
al aparecer, sigue sin parar durante los
dieciocho días que dura el festival y ofrece un poco de todo: versiones hábilmente resumidas de famosas óperas queridas
por el publico, recitales vocales, conciertos orquestales y corales, y hasta la música tradicional irlandesa y bulliciosas
comedias. La hospitalidad del festival y
el encanto de la vieja ciudad costera son
legendarios, y si el Festival de Ópera de
Wexford no es lo bastante irlandés para
algunos (y, al parecer, los que más pegas
ponen son los ingleses) es casi imposible
imaginar que pudiera celebrarse en otro
lugar que no fuera ese.
Patrick Dillon
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FESTIVALES
Pésaro
“CORRADINO” FLÓREZ
ROSSINI OPERA FESTIVAL.
Del 6 al 20 de agosto de 2004.
www.rossinioperafestival.it
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Pero el momento cumbre del Festival estará marcado por el regreso de
Juan Diego Flórez al papel que le sirvió de triunfal trampolín: Corradino de
Matilde di Shabran que volverá a cantar con Riccardo Frizza y en una nueva
regia de Mario Martone que sustituye
en el Teatro Rossini a la anterior, interesante pero algo aparatosa de Pier’
Alli para el Palafestival. Junto a este
dios tenoril peruano estarán la siempre
responsable Annick Massis (sustituyendo a la muy bonita pero bien modesta
Elizabeth Futral que la cantó en 1996),
Bruno de Simone y Hadar Halevy,
entre otros.
En el primer avance de programación que poseemos no aparece por
ningún lado Bruno Praticò, ¿será posible que esté ausente este año?
Fernando Fraga
Boceto de Gianni Carluccio para la escenografía de
VOLO DI NOTTE, de Dallapicola
PLÁCIDO DOMINGO
JUAN DIEGO FLÓREZ
ción: Vesselina Kasarova y Patrizia Ciofi, con Víctor Pablo Pérez y su gallega
orquesta en el foso.
La nueva producción de Elisabetta
(de Daniele Abbado), dirigida por
Renato Palumbo (en vertiginoso ascenso y con una gran y original labor en
Martina Franca) reúne a Mariola Cantarero (se supone que en Matilde ¿o será
en la protagonista?), Sonia Ganassi
(téngase en cuenta el anterior paréntesis), José Bros (aquí no hay titubeo:
cualquiera de los dos exigidísimos
tenores, el bueno de Leicester o el perverso de Norfolk) y Antonio Siragusa
(ídem inmediato paréntesis).
Trevor Leighton
El siempre fascinante
Festival de Pésaro,
donde todo se confabula para que el visitante disfrute no
sólo musicalmente y atesore recuerdos
de diferente cariz, se desarrollará como
es casi una constante entre el 6 y el 20
de agosto. La propuesta es la habitual
(Il viaggio a Reims,aunque no el de
Sagi para los alumnos de la Accademia,
la farsa Il trionfo delle belle de Stefano
Pavesi), destacando como siempre los
tres títulos operísticos que centran el
acontecimiento, a los que hay que añadir inmediatamente una Petite messe
solennelle que va a dirigir y tocar (al
piano) Michele Campanella, sumando a
todo ello la cantata Il vero omaggio.
Vuelve la bella producción de Pizzi
(bueno, una de tantas, pues debe de
llevar ya más de cuatro) de Tancredi
con dos añoradas solistas de excepITALIA
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D O S I E R
FESTIVALES
Florencia
HOMENAJE A DALLAPICCOLA
D
e abril a junio, aparte por sus
perennes atractivos museísticos y
ciudadanos, Florencia, ese “árbol
florido” como la define Rinuccio en
Gianni Schicchi, atrae desde hace 67
años además por su Mayo Musical Florentino, al que todos queremos ir. Este
curso ofrece, como ya es norma,
recitales (incluyendo una maratón dedicada a Rachmaninov con jóvenes
pianistas), conciertos, ballet y, que no
falte nunca, ópera. Mehta, Muti,
Boulez, Noseda son algunas batutas
que reclaman la atención y aglutinan
público, al frente de agrupaciones (que
si el lector es astuto enseguida sabrá
emparejar) como el Ensemble InterContemporain, la Filarmonica della
Scala, la Sinfonica Nazionale della RAI
o la titular del Maggio Musicale
Fiorentino. Las cuatro óperas distribuidas en tres programas son Los
maestros cantores de Wagner, pensada
por Graham Vick para el Covent Garden londinense (y que ya vieron antes
los turineses), que en el Teatro Comunale dirigirá como es casi preceptivo
Zubin Mehta. El reparto reúne garantías
como la de Dietrich Henschel en
Beckmesser, Emily Magee como Eva,
Robert Dean Smith en Walther (cantándolo casi en paralelo con Munich) y,
puede que, Franz Hawlata en Sachs. El
Idomeneo de Mozart es nueva producción, a cargo de nuevo de Graham Vick
con su frecuente decorador y figurinista
Richard Hudson. Cantan Bruce Ford
(firme protagonista), Monica Bacelli
MAGGIO MUSICALE FIORENTINO.
Del 23 de abril al 14 de junio de 2004.
www.maggiofiorentino.com
(ideal Idamante), Verónica Cangemi
(impecable Ilia) y Alexandra von der
Weth (Elettra, según noticias que se filtran, de una brillantez y luminosidad
apabullantes). Como este año es el centenario de la muerte de Luigi Dallapiccola (fallecido precisamente en Florencia en 1975), el Festival le dedica un
recuerdo con el programa doble Volo
di notte (sobre Saint-Exupéry y estrenada en Florencia en 1940) e Il prigioniero (estrenada en la Radio de Turín en
1949, a partir de l’Isle-Adam), a cargo
de una batuta de la seguridad, nivel y
experiencia de Bruno Bartoletti, con un
joven profesional en escena, Daniele
Abbado. Vocalmente hablando, llama
la atención, en la segunda de las obritas, Rosalind Plowrigth en el papel de
La Madre.
Fernando Fraga
Verona
DOMINGO EN LA ARENA
Figurines para IDOMENEO en Florencia
P
lácido Domingo se presentó en la Arena de Verona en julio
de 1969 en un triple debut: en el del papel agudo de Calaf de
Turandot de Puccini, en Italia y en el dicho anfiteatro. Veinticinco años después el recinto le acogió apoteósicamente al interpretar sucesivamente tres actos, uno de cada ópera: el primero de
Otello (con Daniela Dessì) y los terceros de La bohème (con Cecilia Gasdia, que es por cierto veronesa) y Aida (con Daniela Longhi), dirigido en las tres ocasiones por Nello Santi quien estuviera
en el foso también en una memorable Manon Lescaut pucciniana
que el tenor hispanomexicano cantara allá en 1970, con la incombustible Magda Olivero. Retorna el incansable tenor este verano
para ofrecer un recital, en principio el día 4 de agosto y sin que
aún haya transcendido o concretado su contenido que, dado el
repertorio y la imaginación del intérprete, abre un sinfín de posibilidades. A varios meses del inicio del popular y atractivo acontecimiento veronés poco se sabe en concreto de su programación.
Sólo se han adelantado algunos títulos de esos que el público que
acude fielmente espera encontrar: Aida, Il trovatore y Rigoletto
verdianos, se supone que en producciones respectivas de Franco
Zeffirelli, las dos primeras, y la muy “danzarina” de Charles Roubaud la tercera, editada en DVD por TDK, con Aquiles Machado,
Leo Nucci e Inva Mula. Se anuncian como nuevas producciones
La traviata verdiana, que ocupa el puesto dejado por la veterana
de la gloria local, Gianfranco de Bosio, y Madama Butterfly de
Puccini con Hugo de Ana (asimismo, como es su costumbre, en
triple tarea de escenógrafo y figurinista también), sustituyendo a
las precedentes lecturas que allí montaran últimamente Renata
Scotto, Beni Montrésor y Paolo Micciché.
Fernando Fraga
ARENA DI VERONA. Del 19 de junio al 28 de agosto de 2004.
www.arena.it
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D O S I E R
FESTIVALES
Gstaad
Lucerna
SIN FRONTERAS EN LIBERTAD
El Festival Menuhin
de Gstaad sigue llevando el nombre de
su ilustre fundador, Yehudi Menuhin,
pero hace mucho tiempo que ha rebasado sus límites originales. En cualquier
caso, su hijo, el pianista Jeremy
Menuhin, continúa al frente del mismo.
En la carpa del festival, y, sobre todo,
en innumerables iglesias del Oberland
bernés entre Lauenen y Saanen, entre
Rougemont y Zweisimmen, hay una
multitud de actividades. Son en total
unas setenta, y a menudo se rompen
las fronteras de lo tradicional. Así, junto
a un espectáculo multimedia como The
Sound of the Alps figura la entretenida
opereta de Benatzky Zum weissen
Rössl. O la lectura de la correspondencia entre George Sand y Frédéric Chopin al lado de un concierto con almuerzo, La cuisine du 19me siècle. Tampoco
faltan los grandes conciertos orquestales —entre otros con la Kremerata Baltica y la London Symphony Orchestra
con Andrew Davis, la Orquesta de
Cámara de Basilea con Christopher
Hogwood y la Sinfónica de la Radio
Bávara con Zubin Mehta. Y no hay que
olvidar a la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen con el astuto showman
HK Gruber; o el programa de Ivan Fischer al frente de la Budapest Festival
Orchestra, titulado alla zingarese.
En el centro del festival se mantiene, sin embargo, la música de cámara
en todas sus variantes imaginables —y
así debe ser. El violinista Renaud
Capuçon y sus amigos (el flautista
Emmanuel Pahud, el clarinetista Paul
Meyer, entre otros) intervienen en tres
ocasiones. El pianista Alfred Brendel es
más trabajador aún: presentará tres
conciertos y una lectura de poemas
propios. También habrá bandas del
país con folclore helvético así como
actuaciones al aire libre de un conjunto
de trompas alpinas. Un particular acento festivo lo pondrán los Improvisationstage Gstaad: excursiones musicales en diversas direcciones, hacia
Johann Sebastian Bach o España o Bulgaria, en las que desempeña un importante papel el encuentro entre la música clásica y antigua, el jazz y la música
popular.
SUIZA
E
l motivo Libertad guía el presente
Festival de verano de Lucerna, lo
cual no se refleja en la totalidad de
las casi cien manifestaciones, aunque sí
se ve claramente en las sinfonías de
Shostakovich, en el Fidelio de Beethoven (en una versión de concierto de la
Staatsoper de Berlín al mando de
Daniel Barenboim), en Il canto sospeso
de Luigi Nono y los Canti di prigonia
de Luigi Dallapiccola. El Teatro de
Lucerna aportará también en esta línea
la ópera de Viktor Ullmann Der Kaiser
von Atlantis.
La gran novedad en el programa lo
constituye la Lucerne Festival Academy,
que tiene lugar por primera vez y ha
sido confiada a Pierre Boulez. Cerca de
120 jóvenes instrumentistas serán asesorados por especialistas en la música
de los siglos XX y XXI. Los que pasen
la prueba intervendrán en diversos programas de cámara y se reunirán finalmente en una orquesta dirigida por el
propio Boulez. Ya en su segunda vuelta se encuentra la Lucerne Festival
Orchestra formada por Claudio Abbado
con eminentes solistas y miembros de
la Mahler Chamber Orchestra. También
aquí habrá música de cámara, desde
diversas formaciones hasta pequeña
orquesta (con Daniel Harding y Abbado); el maestro milanés tendrá a su cargo otros tres conciertos (Quinta Sinfonía de Mahler, acto II del Tristán de
Wagner con Violeta Urmana y Ben
Heppner, Cuatro últimos Lieder de
Richard Strauss con Renée Fleming).
Pero el grueso de la riquísima oferta lo siguen constituyendo como siempre los (28) conciertos sinfónicos.
Varios conjuntos se erigen, con al
menos tres programas, en orquestas
residentes: Orquesta de Cleveland con
Franz Welser-Möst, Staatskapelle Berlin con Barenboim (con programas
centrados exclusivamente en Beethoven), Sinfónica de la Radio Bávara y
Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam, ambas con su titular Mariss
Jansons, y por último la Filarmónica
de Viena con Valeri Gergiev. También
podrá escucharse a la Staatskapelle
Dresden con Bernard Haitink, la Filarmónica de Oslo con André Previn (y
Anne-Sophie Mutter), la Filarmónica
de Berlín con Simon Rattle, la Filarmónica de San Petersburgo con Yuri
Temirkanov, la Sinfónica de la NDR
con Christoph von Dohnányi, la Filarmónica de Munich con Zubin Mehta y
la de la Scala de Milán con Riccardo
Muti. Como compositor residente, el
inglés Harrison Birtwistle presentará
sus obras en nueve conciertos. Y el
artista estrella, con diversas actuaciones y clases magistrales, será el pianista Maurizio Pollini.
Mario Gerteis
LUCERNE FESTIVAL.
Del 13 de agosto al 18 de septiembre de 2004. www.lucernefestival.ch
LA NOVIA VENDIDA, en Zurich
GSTAAD
VERBIER
Mario Gerteis
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MENUHIN FESTIVAL GSTAAD.
Del 16 de julio al 4 de septiembre de
2004.
www.menuhinfestivalgstaad.com
LUCERNA
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D O S I E R
FESTIVALES
Interlaken
EMOCIONES
E
ntre los festivales clásicos de Suiza,
el de Interlaken, situado entre los
lagos de Thun y Brienz y al pie de
las orgullosas cimas de los montes Eiger,
Mönch y Jungfrau, es sin duda el más
íntimo. Este año celebra su 44ª edición,
y, bajo la dirección artística de Martin
Studer-Müller, ha preparado seis escogidas veladas en la exquisita sala del balneario. Con el lema Emociones, se quiere
apelar directamente a los sentimientos.
El concierto inaugural estará a cargo de
la joven y sensacional violinista rusa
Patricia Kopachinskaya (con el Concierto
en mi menor de Mendelssohn), acompañada por la Joven Filarmonía de la Suiza
Central, que no es otra que la ambiciosa
orquesta de la Escuela Superior de Música de Lucerna, cuyo director Thüring
Bräm estará al frente de la misma.
Las dos sesiones de música de cámara estarán presentadas bajo los respectivos títulos El contraste de los sentimientos
y Alegría de vivir juvenil. Dos pequeños
y solventes conjuntos locales se encargarán de las interpretaciones: el Quinteto
INTERLAKNER MUSIKFESTWOCHEN.
Del 15 al 28 de agosto de 2004.
www.interlaknermusikwochen.ch
con piano de Suiza (Schumann, Dvorák,
Franck) y el Cuarteto Carmina (Arriaga,
Haydn), al que se unirá en Boccherini
Rolf Lislevand con su guitarra barroca.
Y los dos conciertos sinfónicos
serán defendidos por la Orquesta
Nacional de Letonia con su director
Andris Nelson y solistas prominentes:
Gabor Boldoczki tocará el Concierto
para trompeta de Hummel, y Nikolaj
Znaider el endiabladamente difícil Concierto para violín de Erich Wolfgang
Korngold, escrito originalmente para
Jascha Heifetz.
Mario Gerteis
Verbier
JUVENTUD Y VETERANÍA
T
ras celebrar el pasado año su primera década de vida (que será festejada con la publicación de un disco conmemorativo por DG), este festival
suizo se prepara para la undécima edición con un programa centrado en la
magnífica Orquesta de Jóvenes del Festival, que estará dirigida por Valeri Gergiev (Concierto para piano de Grieg con
el excelente pianista noruego Leif Ove
Andsnes, Sinfonía “Leningrado” de
Shostakovich), Yuri Temirkanov (en un
programa Musorgski-Shostakovich-Stravinski con otro solista de campanillas, el
violinista ruso Vadim Repin), y en tres
ocasiones por el director musical del fes-
tival, el estadounidense James Levine
(que ha escogido, entre otras suculentas
obras, los Lieder eines fahrenden Gesellen de Mahler con Thomas Quasthoff,
el Concierto para piano de Schumann
con Martha Argerich, Erwartung de
Schoenberg con la veteranísima soprano
alemana Anja Silja o, para la sesión de
clausura, la Segunda Sinfonía de Mahler
con Marjana Lipovsek como contralto).
VERBIER FESTIVAL & ACADEMY.
Del 16 de julio al 1 de agosto de 2004.
www.verbierfestival.com
Para poner los dientes bien largos,
ahí va el resto de los participantes: Yuri
Bashmet al frente de los Solistas de Moscú (con el refuerzo de la violinista Sarah
Chang o el chelista Pieter Wiespelwey),
Mischa Maiski, Nikolaj Znaider, Nobuko
Imai, Michael Collins, Lang Lang, Isabelle
van Keulen, Renaud y Gautier Capuçon,
Julian Rachlin, Boris Pergamenschikov,
Maxim Vengerov, Lynn Harrell, Joshua
Bell, Evgeni Kissin… Y, para los amantes
del canto, dos estrellas ascendentes, el
contratenor norteamericano Bejun Mehta
y la soprano rusa Anna Netrebko.
Rafael Banús Irusta
Zurich
ACENTO CHECO
E
n el Festival de Zurich intervienen
casi todas las instituciones culturales de la ciudad, incluidos los
pequeños teatros y la Kunsthaus. El
centro musical lo constituye la Tonhalle
con su orquesta, que estará especialmente dedicada, en el centenario de la
muerte de Antonín Dvorák y el 150
cumpleaños de Leos Janácek, a la música checa. Destacan las interpretaciones
de Janácek por Marek Janowski (Taras
Bulba, Sinfonietta y Misa glagolítica),
mientras que Wolfgang Sawallisch presentará un concierto dedicado íntegramente a Dvorák (con Garrick Ohlsson
en el Concierto para piano) y otro con
el ciclo Mi patria de Smetana. El tenor
John Mark Ainsley brindará el ciclo de
canciones de Janácek Diario de un
desaparecido. También se dedicará a
compositores bohemios un conjunto
formado en torno al oboísta Heinz
Holliger, con obras de Jan Dismas
Zelenka, Marek Kopelent y Pavel Haas.
La Opernhaus exhibirá lo mejor de
su temporada, que, con La novia vendida de Smetana y Katia Kabanova de
Janácek (en el recuperado y significativo
montaje de Ruth Berghaus) tiene también marcado acento checo. Hay que
ZÜRCHER FESTSPIELE.
Del 18 de junio al 11 de julio de 2004.
www.zuercher-festspiele.ch
destacar también Les Boréades de Rameau en la realización de Laurent Pelly y
bajo la batuta de Marc Minkowski, así
como algunos montajes con nombres
estelares: Neil Shicoff, Thomas Hampson e Yvonne Naef en el Don Carlo de
Verdi, o José van Dam, Peter Seiffert y
Matti Salminen en Los maestros cantores
de Wagner. El punto final lo pondrá la
esperada última producción de la temporada 2003/4: Franz Welser-Möst dirigirá El caballero de la rosa de Richard
Strauss en la producción de Sven-Eric
Bechtolf; Nina Stemme, Vesselina Kasarova, Malin Hartelius y Alfred Muff cantarán los principales papeles.
Mario Gerteis
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ENCUENTROS
Ana María Sánchez:
“NADIE ME CREERÍA COMO LADY MACBETH”
D
esde que hace una década decidiese cambiar las aulas por las tablas, la soprano alicantina Ana
María Sánchez se ha convertido en una de las voces españolas más solicitadas del panorama
actual. Su brillante trayectoria la ha llevado a actuar en teatros como el San Carlos de Lisboa, la
Ópera de Zurich, el Metropolitan de Nueva York, la Deutsche Oper de Berlín, además de todos los
principales escenarios de nuestro país. Y defendiendo siempre un repertorio muy comprometido, que
incluye títulos como Los hugonotes, Guillermo Tell o Norma, además de las grandes heroínas verdianas.
Acaba de incorporar nuevos éxitos a su carrera en su debut como Tosca en el Teatro Real y abordando el
pasado febrero su primera Desdémona de Otello en Bilbao. En junio, hará Ildegonda del drama
homónimo de Arrieta en la versión de concierto que dirigirá López Cobos.
Puede decirse que la suya fue una vocación tardía.
go una labor de guía, aunque yo en
aquel momento era muy ingenua. Ella
estaba convencida de que yo era una
cantante y no me daba cuenta. Cuando
ella murió, me pareció que le debía por
lo menos el intentarlo. Dejé un trabajo
seguro y di un giro total a mi vida. Me
vine a Madrid, a estudiar en la Escuela
Superior de Canto, que era donde mi
Javier del Real
Como vocación sí, apareció tarde.
Pero, como afición, yo creo que es de
toda la vida. Siempre me ha gustado
cantar, y lo hacía en el orfeón de mi
pueblo, Elda. Sin embargo, yo estaba
convencida de que mi auténtica vocación era la enseñanza. De hecho, estu-
ve siete años en el Liceo Francés dando clases de lengua y literatura. Pero
luego ocurrió una cosa muy importante en mi vida, como fue el contacto
con Dolores Pérez, mi maestra de canto. En sus últimos meses de vida,
durante su enfermedad, tuvimos
mucho tiempo de hablar de su profesión. Creo que estaba haciendo conmi-
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ENCUENTROS
ANA MARÍA SÁNCHEZ
maestra decía que tenía que terminar, y
empecé a conocer lo que era el Teatro
Real, La Zarzuela… aunque lo que es
un cantante no se sabe hasta que no se
ejerce la profesión. Puedes pensar que
te gusta la música, que te gusta cantar,
ser cantante y todo lo que eso conlleva
es otra historia, una auténtica locura.
Pero, bueno, después de aquel año de
excedencia decidí que me iba a dedicar
a esto. Empecé a luchar, a hacer audiciones, que la gente me escuchara, los
concursos de canto…
El nombre de Dolores Pérez quizá no diga
nada a muchos, pero ha sido una de las
grandes cantantes que ha dado nuestro
país. Entre otras cosas, la mejor Beltrana
de Doña Francisquita, en la mítica grabación con Alfredo Kraus y Ana María Olaria.
Sí, por supuesto. Ella había cantado mucho en Italia, y se dio a conocer
como Lily Berchman, que era el
segundo apellido del padre. Pero luego hubo un problema porque había
otra persona con un nombre muy
parecido y tuvo que cambiarlo, y decidió que, si se llamaba Dolores Pérez,
pues que ya estaba.
Uno de sus primeros lanzamientos fue
nada menos que la Abigaille de Nabucco,
que cantó en Palma de Mallorca. ¿Volvería
a repetirla ahora?
No, creo que no. Aquello fue una
forma de salir al panorama operístico y
de que me conocieran. Además, fue
algo que me vino como de rebote,
porque yo había hecho la cover de la
soprano que interpretaba el papel de
Abigaille durante los ensayos, y había
estado trabajando con Romano Gandolfi. Cuando llegó la soprano titular,
lógicamente me marché. Pero, al año
siguiente, repusieron la obra y el
maestro Gandolfi pidió que cantase yo
la protagonista. Cuando llegué, a él,
desgraciadamente, le operaron del
corazón y no me pudo dirigir. Por
suerte, pienso que ya tenía una edad y
una madurez vocal para salir viva del
intento, pero no creo que sea un papel
muy adecuado hoy por hoy para mi
voz.
Quizá en aquel momento se pensaba en
usted como una soprano dramática.
A veces hay quien dice que soy
una soprano dramática, porque recuerda aquello. Sin embargo, soy una
soprano lírica ancha, con tendencia a
lo spinto, pero no una dramática. Aunque mi voz tenga un volumen que
puede llevar a engaño, está también el
color, hay un terciopelo, que no es de
dramática. Si yo hiciese la Lady Macbeth, no se la creería nadie. Para
empezar, no soy “mala”. No tengo ese
color incisivo. Qué le vamos a hacer.
Afortunadamente, no empezaron a ofrecerle Walkyrias a continuación.
Pero sí Isolda, y cosas así, y dije
inmediatamente que no, que a mí el
canto me gusta y quiero durar mucho.
Intento respetar a mi voz, no hacerle
daño. Me encantaría cantar una Isolda,
pero no tengo el filo, la cuchilla para
atravesar la orquesta. Me destrozaría el
instrumento, y al mismo tiempo no
serviría a la música.
Usted tiene varios campos de actuación en
España, donde, por suerte, la escuchamos
bastante. El sitio en que posiblemente le
hayan ofrecido más rarezas es Bilbao, porque a ver quién se enfrenta con Los hugonotes o con el Zigor de Escudero, que sin
embargo fue escogida en El Cultural de El
Mundo como la mejor ópera del año 2003.
Es que Emilio Sagi hizo un montaje
maravilloso. Pero todavía sigo considerando que fue casi un milagro. Me lo
propusieron cuando estaba haciendo
las funciones de Norma en el Liceo, a
mediados de enero. Me mandaron la
partitura y observé, en primer lugar, la
tesitura vocal, que no tenía problemas.
Pero había que aprenderse una ópera
en euskera en mes y medio.
Sin embargo, usted ya había ganado un
premio a la mejor intérprete en euskera en
el Concurso de Canto de Bilbao.
Así es. Había ganado ese premio,
precisamente, por cantar en un coro.
Cuando me presenté a aquel premio,
casualmente hubo un intercambio de
mi coro con el de Deusto, y allí cantaban dos profesoras de euskera. Les
dije que tenía que cantar unas canciones de Sorozábal, el aria de Mirentxu,
etc. y que si me ayudarían. Ellas se
mostraron encantadas, me enseñaron
la fonética y me corrigieron hasta que
quedó, pues eso, de Deusto. Cuando
llegué, tuve suerte y gané el premio.
Quizá esa idea fue lo que llevó a la
ABAO a llamarme para el Zigor. Una
de las cosas que más satisfacción me
produjo fue que mucha gente vino a
comentarme que se me entendía todo,
y la viuda del maestro me dijo que
Escudero había imaginado una voz
como la mía para el papel de Lore. Así
que el esfuerzo no fue en vano. El
euskera es un idioma que te ayuda a
cantar.
Ya ha salido a colación la Norma, que
supongo que ha sido uno de los retos más
importantes de su carrera.
Un reto muy importante, sí, sobre
todo por hacerla en Barcelona. Es una
obra muy complicada, muy difícil,
pero cantarla en el Liceo lo hacía aún
más complicado porque en las mentes
de todos los aficionados está todavía
“la” Norma, que ha sido Montserrat
Caballé. Pero, bueno, entendieron que
éramos cantantes distintas, con versiones distintas, y la mía les pareció válida. Gracias a Dios, y dentro de que las
comparaciones son inevitables, creo
que nadie puede cantar Norma como
Caballé, ni como la cantó anteriormente Callas. Pero se aceptó que yo diese
mi versión.
¿Cómo se sintió en el papel?
Muy bien, y muy arropada por
todo el equipo del teatro y por el
público barcelonés. Y tuve la inmensa
satisfacción de que la propia Caballé
me manifestase su aliento y su apoyo.
Porque entendió que estaba pasando
por un momento difícil, y me dijo: haz
lo que sabes hacer.
Para ustedes, las actuales sopranos, debe
de ser muy duro que las estén comparando con sus ilustres antecesoras como
Caballé, Sutherland, Freni…
Pero gracias a Dios no somos iguales, porque si no seríamos clones y lo
interesante del arte es ver las distintas
interpretaciones. Todo va evolucionando, el ser humano también. Evolucionan los instrumentos, el diapasón…
Las cuerdas vocales son las mismas,
aunque tomemos más Cola-Cao y
midamos 1’80. La visión del mundo
que se podía tener hace 50 años cantando estas óperas no es la misma que
tenemos ahora. Aunque las emociones
humanas son primarias y siguen siendo las mismas. Pero está muy bien que
no seamos iguales. Quien intente imitar a Callas o a Caballé se puede
estampar contra la pared, porque son
artistas irrepetibles. Lo único que hay
que hacer es leer la música, estudiarla,
pasarla por el tamiz de las emociones
y las experiencias propias, y de ahí tiene que resultar algo que es lo que
ofreces al público. Si lo que ofreces es
sincero y sale del corazón, seguro que
va a llegar al público.
En los últimos años, se está orientando
hacia el repertorio belcantista: Lucrezia
Borgia, las tres reinas donizettianas…
No somos tanto los cantantes quienes decidimos sino los teatros. Si te
ofrecen un papel apropiado a tus
características, lo aceptas. Últimamente
he tenido este tipo de ofertas, me he
visto con fuerzas para poder resolver
estos papeles y los he aceptado. Pero,
hasta ahora, había estado cantando
principalmente Verdi, del que he
hecho casi todas sus grandes óperas,
excepto Otello, que voy a debutar en
Bilbao, Falstaff o Luisa Miller.
Y acaba de cantar también su primera Tosca.
El próximo mes de junio voy a
cumplir diez años de carrera, y creo
que he cantado ya 35 títulos diferentes,
algunos de ellos bastante extraños,
como el estreno mundial de Maror de
Manuel Palau, Los hugonotes, Zigor, el
Guillermo Tell en cinco actos y sin un
solo corte (!), que canté en Lisboa… He
hecho varias cosas que son complicadas y que ahí están, pero que, por desgracia, no se vuelven a repetir nunca
más. Pero, ya digo, siempre es la pro-
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Rafa Martín
ANA MARÍA SÁNCHEZ
intérpretes españoles, no hacemos este
trabajo, no lo va a hacer nadie. Próximamente voy a grabar con RTVE Música y la SGAE un disco de zarzuela, con
piezas desconocidas o muy poco
conocidas.
De todo este catálogo, ¿tiene alguna heroína predilecta?
Cada vez que canto una ópera me
enamoro de la protagonista, que en
ese momento es el papel que más me
gusta. Pero creo que si tuviese que
quedarme con uno, sería la Crisotemis
de Elektra. Este personaje me ha dejado muy marcada desde la primera vez
que lo canté, en Valencia, al lado de
Eva Marton y Leonie Rysanek. Fue
algo increíble. Luego lo volví a hacer
en el Real también con Eva Marton, en
Sevilla con Renata Scotto de Clitemnestra… Es uno de esos papeles de los
que no te puedes separar. El tratamiento de Strauss y de Hofmannsthal
es tan profundo que te cuesta separar
tu vida de lo que le ocurre a ella, no sé
por qué. Me imagino que será un tema
de psicoanálisis, pero, cuando acabas
de hacerlo, no puedo aceptar otra cosa
hasta que no han pasado quince o
veinte días. Sólo me ha pasado con
este personaje.
¿Hay previstos otros papeles de Strauss?
No, por el momento, sólo la escena final de Salomé con la Orquesta
Nacional, en enero de 2005.
No sé si se la habrán ofrecido pero ¿ha
pensado en la posibilidad, siquiera remota, de cantar Turandot?
puesta del teatro, y tú la aceptas o no.
¿Cómo ve el papel de Tosca?
Para mí, Tosca es sobre todo una
mujer con un gran temperamento.
Muy vital, capaz de derretirse, o, por el
contrario, tan fuerte como para ser
capaz de matar y de suicidarse por
amor. Es una mujer sobre la que no
manda nadie. Ella elige vivir con Cavaradossi, siendo una persona muy religiosa, pero que se rebela cuando Scarpia le propone sus intenciones. Es una
mujer con unas ideas morales muy claras, y muy impulsiva.
¿Se ve a sí misma con algo de Tosca?
Rotundamente, no.
¿Ni siquiera en su aspecto de gran diva?
No, porque la gran diva de 1900
no es la de hoy, ni muchísimo menos.
Pero tampoco me veo de reina Isabel
en Roberto Devereux, y la tengo que
hacer. Partiendo de la base de que yo
no soy nada celosa. Ahí ya tropezamos. Un poco impulsiva sí, y bastante
temperamental.
¿Cómo se siente en esta producción?
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Muy bien, porque es una producción donde se nos ha facilitado todo al
máximo. No hay grandes escollos
escénicos que superar, sino que todo
está en función del máximo respeto
vocal. Sin perder por ello, por supuesto, su escena maravillosa. Al estar dirigida por una actriz, es muy interesante
que se haga un análisis psicológico de
cada personaje. Porque hay que sacar
una gran gama de colores. Tosca transcurre en menos de 24 horas, y pasa de
ser una chica enamorada que tontea
con Mario Cavaradossi en ese juego
casi de niños entre los enamorados,
hasta convertirse en una mujer de su
categoría humana que llega a matar
por no ceder ante Scarpia y luego,
cuando se ve perdida, cuando ha perdido el amor, decide suicidarse. Hay
una evolución rapidísima en muy poco
tiempo.
Su próxima visita al Real será con la Ildegonda de Arrieta.
Sí, una obra preciosa, que recuerda
mucho al primer Verdi.
Ha participado ya en unos cuantos estrenos y recuperaciones de obras españolas,
un trabajo sin duda muy interesante.
Yo creo que sí. Si nosotros, los
Sí, me la ofrecieron en ese mismo
paquete de Brunildas e Isoldas. Pero
me siento mucho más Liù. Lo que pasa
es lo de siempre con la cuestión de las
tesituras. Cada vez las Liù son más
ligeras porque las Turandot son también cada vez más ligeras. Porque,
¿dónde están ahora las sopranos verdaderamente dramáticas? La última ha
sido Eva Marton. Y, claro, como ahora
hay sopranos líricas anchas que hacen
la Turandot, hay que poner a una ligera para Liù. Y yo creo que eso a Puccini es lo que menos le hubiese gustado.
Porque para Puccini la mujer, la Liù,
era una soprano lírica, con todo lo que
conlleva ese color, ese timbre. Puccini
encontraba ahí esa dulzura, ese amor,
esa entrega, esa capacidad de sacrificio
que tiene Liù, o Mimì. Por cierto, en
Tosca no sabe muy bien cómo encontrarlo, y parece que pone el Vissi d’arte como para salvarla, ya que el resto
del tiempo no la trata muy bien. No es
el tipo de mujer para la que estaba
acostumbrado a componer. En Tosca,
al tener que ponerle el temperamento
y los celos, él mismo confesaba que
no se había quedado muy tranquilo.
Hace poco, Nuria Espert decía lo mismo,
que se notaba que Tosca y Turandot no
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ANA MARÍA SÁNCHEZ
eran su modelo de mujer.
No, nunca se hubiera casado con ellas.
Usted empezó como profesora, y creo que
ya ha tenido alguna experiencia en la
enseñanza del canto. ¿Le interesa este
campo?
Sí, mucho. Hace dos años empecé
cerca de mi casa, en Callosa d’en
Sarriá, a colaborar con estudiantes de
canto, y ha sido una experiencia maravillosa. Este año, a pesar de tener un
verano muy cargado, he reservado
también una semana porque disfruto
muchísimo dando mi punto de vista a
personas a las que quizá les abres un
camino (a otros no, porque no todo lo
que digas tiene que ser válido para
todos). Me parece que, si alguien sabe
una cosa, tiene el deber de contarla.
Ha grabado El Pessebre de Casals con
Lawrence Foster, el recital del Real con
López Cobos, también la Ildegonda se va a
publicar en disco…
Pero siempre son cosas que se editan a partir de un concierto. Como La
vida breve de Falla, que he hecho
recientemente en Oviedo con la OSPA
y Max Valdés. Pero no tengo una casa
de discos. Nunca he sabido cómo funciona esto. La verdad es que el disco
no es lo que más me motiva ni más
ilusión me hace.
Usted intervino en aquel polémico Ballo in
maschera, que por poco vuelve a quemar
el Liceo.
Tengo muy buen recuerdo de
aquella producción, porque Calixto
Bieito es un hombre de teatro. Puede
tener una concepción que te gustará o
no, pero todo lo que hizo tenía su justificación. Cuando nos explicó su proyecto del Ballo, a todos sin excepción
nos pareció una idea genial. Que luego, en el momento de llevarlo a escena, hay detalles en los que te puedes
pasar y en otros no llegar, eso ya es
otra cuestión. Pero el concepto teatral
era estupendo.
Su interpretación de Amelia era magnífica.
Calixto Bieito es también una persona para quien la labor del cantante
es cantar, aunque por supuesto no
podemos estar quietos cantando un
aria sin decir nada más que cosas
bonitas. Nos ayudó muchísimo.
Después hizo un Ballo muy diferente en el
Met.
Sí, el clásico de Faggioni. Me hizo
muchísima gracia comprobar que, después de haberlo visto cientos de veces,
la gente seguía aplaudiendo el decorado al levantarse el telón del último
cuadro. Fue una experiencia maravillosa. Canté muy a gusto, y el trabajo allí
es fantástico. Es un gran teatro.
¿Cuáles son otros teatros en los que le
gustaría actuar?
Yo considero que el público, me
da igual que sea de Nueva York,
Madrid o Barcelona, que saca una
entrada y va a ver un espectáculo
quiere disfrutar de la música. El teatro
de mis sueños es aquél en el que haya
un público dispuesto a disfrutar de la
música y de lo que yo pueda darle.
Luego, hay teatros en los que te sientes como en casa, como el Liceo, el
Real, Bilbao, Oviedo… lugares que he
visitado tantas y tantas veces. La gente
ya te conoce, te para y te saluda por la
calle. También he estado muy a gusto
en la Ópera de Hamburgo, la Deutsche Oper de Berlín, la Ópera de
Zurich…
¿Y una obra que le encantaría cantar por
encima de todo?
Suor Angelica, pero no puedo cantarla ni en casa. Lo he intentado, pero
no llego ni a terminar el aria. Hace
poco di una conferencia sobre la
muerte en la ópera, y al llegar a Suor
Angelica me tuve que parar porque
me emocioné muchísimo. Tengo un
hijo al que a menudo le dejo solo, y al
oír eso del niño que no estaba con su
madre…
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Cómo no, más estrenos: después
de Ildegonda, vendrá Le roi de Lahore
de Massenet en La Fenice. Van a ser
las terceras Navidades que pase fuera
de casa, pero al menos voy a tener la
suerte de compartirlas con mi amiga
María José Montiel. Es un cuento fantástico, y si lo hacen bien puede resultar algo increíble. Todo eso aderezado
con recitales de lied, un Ballo in maschera este verano en San Sebastián
con López Cobos…
Nos queda precisamente el tema del lied.
Es un campo que me ha gustado
siempre muchísimo: el lied, la canción
francesa, la canción española… Creo
que para un cantante de ópera, y más
si hace un repertorio tan fuerte como
el que yo hago, es muy bueno ir alternándolo con el lied, porque es una
forma de encontrar más colores en la
voz y en la expresión. Luego puedes
trasladar todo eso a la ópera, enriquecerla mucho más. Aquí también me
gusta mucho Strauss, en especial los
Cuatro últimos lieder.
Rafael Banús Irusta
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REPORTAJE
SUIZA O LA MÚSICA COMO EMBLEMA
La presencia en Madrid a lo largo del ciclo Música de Hoy de los más interesantes compositores suizos del presente ha puesto de actualidad en España la música helvética. Además, la gira española de la Orquesta de la Suisse
Romande nos acerca a una formación mítica, que ha pasado por distintas peripecias en su historia pero sin la cual
—y, sobre todo, sin el esfuerzo de su fundador, Ernest Ansermet— no se entenderían las relaciones entre compositores e intérpretes a lo largo de buena parte del siglo XX. La música suiza es hoy un organismo activo, bien sostenido por su propia sociedad, con apoyos privados y públicos y con una creciente presencia internacional. El
empeño suizo en darse a conocer forma parte probablemente de una sensación de aislamiento, de un cierto temor
por dar la sensación de ofrecer la espalda al resto de una Europa que la liga más a las cuestiones financieras que a
las culturales.
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Foto: cortesía Fundación Paul Sacher
E
l caso es que Suiza no aparece
para muchos aficionados a la
música —al menos para los no
especializados— precisamente
como una suerte de baluarte de la
modernidad. Y, sin embargo, basta
hojear la lista de sus mejores compositores actuales y de sus modos de
escritura para comprobar que nada
más lejos de la verdad. Nombres
como los de Klaus Huber, Beat
Furrer, Hanspeter Kyburz, Heinz
Holliger o Michael Jarrell forman
hoy entre lo más irreductible de lo
que antes se llamaron vanguardias y
hoy, con el nombre que se quiera,
siguen estando ahí, presentes y
actuantes.
Y como todo tiene su historia, el
inicio estaría en dos nombres fundamentales: el director de orquesta
Ernest Ansermet, que hizo de Suiza
lugar de privilegio para los estrenos
de la contemporaneidad más inteligente, y el mecenas y compositor
Paul Sacher, quien fue capaz de convertir en cultura esa otra seña de
identidad suiza: el dinero. La Fundación Paul Sacher de Basilea sigue
siendo, como desde el primer día,
un lugar de peregrinación para
investigadores y curiosos de la música contemporánea. Los legados de
compositores como Igor Stravinski,
Béla Bartók, Anton Webern, Elliott
Carter, Cristóbal Halffter, Hans Werner Henze, György Kurtág o György
Ligeti forman un fondo único en el
mundo, ordenado y accesible.
Si Basilea es el centro académico,
por así decir, de la música suiza,
Zurich es su capital por número de
conciertos y por diversidad de oferta. En primer lugar, su Teatro de la
Opera es uno de los más activos del
mundo, con representaciones prácticamente todos los días del año,
incluyendo en ocasiones sesiones de
mañana y tarde. La impronta del
estilo que Harnoncourt ha impuesto
a su orquesta ha hecho de la Ópera
de Zurich un lugar de privilegio para
Paul Sacher y Pierre Boulez en Ammerschwihr, 1961
escuchar el repertorio barroco y clásico. Con una sala de dimensiones
más bien reducidas, un público fiel y
una excelente organización administrativa y artística, Zurich es, como
Stuttgart o como Francfort, uno de
esos teatros europeos a seguir siempre por su imaginación y su capacidad de sorpresa. La Tonhalle es una
hermosa sala de conciertos, una de
la más bellas y de mejor sonoridad
de Europa, y ha dado nombre a una
orquesta por cuya dirección titular
han pasado Volkmar Andreae, Hans
Rosbaud, Rudolf Kempe o Christoph
Eschenbach. Hoy David Zinman ha
elevado la orquesta a una categoría
verdaderamente internacional, grabando discos —integrales Beethoven, Strauss y Schumann— y apareciendo en los festivales más importantes. En la Orquesta de Cámara de
Zurich el trabajo del británico
Howard Griffiths, un director bien
conocido en España, ha significado
la apertura de la formación desde los
presupuestos estéticos y estilísticos
de Edmond de Stouz, su fundador y
titular durante más de cincuenta
años. En Lucerna, la muy vital
Orquesta Sinfónica presenta, sin
alharacas, una temporada de enorme
interés mientras ha visto acrecerse su
reputación desde la época en que
asumió su titularidad Jonathan Nott,
hoy en Bamberg. Entre los grupos
de cámara hay que destacar el joven
Cuarteto Terpsycordes, uno de los
mejores del panorama mundial entre
los que se han dado a conocer en
los últimos años y que, si sigue en
su línea ascendente —ha ganado ya
los concursos de Trapani, Weimar y
Graz—, dará, sin duda, mucho que
hablar.
Creación y sociedad
Naturalmente, esta eclosión de
orquestas y teatros de ópera requiere una adecuada red de infraestructuras que las acojan. En este sentido,
el palacio de festivales de Lucerna es
el ejemplo más claro de lo que debe
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REPORTAJE
SUIZA
Beat Furrer
Heinz Holliger
Hanspeter Kyburz
INFORMACIÓN SOBRE LA MÚSICA
CONTEMPORÁNEA SUIZA
SWISS MUSIC INFORMATION CENTRE
http:/www.miz.ch/links/de.aspx
SWISS MUSIC INFORMATION CENTRE
(MÚSICA CONTEMPORÁNEA)
http:/www.musicedition.ch
ASOCIACIÓN DE COMPOSITORES SUIZOS
http:/www.asm-stv.ch
PRO HELVETIA
http:/www.pro-helvetia.ch
CD PRODUCTIONS
http:/www.musikszeneschweiz.ch/home.asp?home=yes
Howard Griffiths
David Zinman
ser una moderna sala de conciertos
en la que a la importancia de la
acústica se una la estética y la multifuncionalidad. El edificio —bello y
audaz al mismo tiempo— diseñado
por Jean Nouvel y dotado de una
gran sala de una acústica excepcional, se integra en la pequeña y muy
hermosa ciudad suiza no sólo en lo
puramente arquitectónico. El Festival
de Lucerna es hoy, como puede verse en las páginas de este número de
SCHERZO dedicadas a la actividad
veraniega en el mundo de la música
clásica, uno de los que presentan
una programación más original, asumiendo muy bien su papel animador
frente a las temporadas regulares no
ya de la propia Lucerna sino —dada
la facilidad de las comunicaciones
en Suiza— de todo el país.
Hablábamos al principio de la
música contemporánea. Ahí Suiza ha
echado el resto a la hora de primar a
los nuevos creadores, y los grupos
especializados florecen de manera
espectacular. El ejemplo más eviden-
te es el Contrechamps, quintaesencia
de la dedicación a lo nuevo, y que
no se aflige lo más mínimo a la hora
de presentar creaciones más cercanas a la pura performance que a la
interpretación convencional. En este
aspecto de lo contemporáneo es
básica la acción de Pro Helvetia, el
organismo suizo dedicado al apoyo
y la difusión de la cultura de su país
en el mundo. La literatura, el teatro,
el cine, la danza, la música y los
estudios culturales tienen en Pro
Helvetia un sostén sin el que su realidad floreciente sería muy distinta.
El presupuesto de Pro Helvetia lo
aportan los municipios, los cantones
y la Confederación.
Y, naturalmente, hablando de
música, están los discos. La firma
Musikszene, con la colaboración de
emisoras de radio suizas y alemanas,
dedica buena parte de sus esfuerzos
a la grabación de música helvética
actual. Sin los discos, como es sabido, es imposible hoy la difusión de
las nuevas obras. Y Musikszene ha
puesto en el mercado monográficos
dedicados a Huber, Kelterborn,
Kyburz, Gaudibert, Vassena, Ott,
Jarrell y Blank.
Pero todo esto no tendría demasiado sentido sin un tejido social
que diera a la música la importancia
que se merece. En Suiza hay 384
escuelas de música con cinco mil
profesores y 233.000 estudiantes.
192 orquestas de aficionados, veinticuatro semiprofesionales, once
profesionales y ocho teatros líricos
aseguran una vida musical en la
que, como dato curioso, se hayan
censados setecientos sesenta profesionales de la música que desarrollan su actividad como compositores, solistas, directores de orquesta
o musicólogos.
Y una curiosidad para terminar:
nada menos que 4500 acordeonistas
están afiliados a la Asociación Federal de Acordeón. Eso, desde luego,
también es hacer música.
Luis Suñén
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EDUCACIÓN
NUEVOS RUMBOS EN LA ENSEÑANZA SUPERIOR VASCA
Musikene, nuevo Centro Superior de Música del País Vasco, se dispone a terminar su tercer curso
M
usikene (www.musikene.net)
es el nombre propio del Centro Superior de Música del
País Vasco, dependiente del
Departamento de Universidades y destinado a desempeñar un papel importante en el ámbito de la educación
musical superior de Euskadi. Se trata
de un proyecto de la Consejería de
Educación de esta comunidad autónoma, para cuya gestión se ha creado
una fundación privada, con un patronato presidido por la Consejera de
Educación, Anjeles Itzueta. Musikene
comenzó a funcionar en 2001 con cerca de cincuenta alumnos que constituyen una primera promoción que completará sus estudios en 2005 o 2006,
según la duración de sus estudios.
Hoy, ciento cincuenta profesores
imparten clases de tres cursos a doscientos treinta y cinco alumnos repartidos en más de cuarenta especialidades. Está previsto que la cifra de alumnos llegue a cuatrocientos cincuenta.
La sede provisional de Musikene es el
Palacio de Miramar, representativo edificio donostiarra situado entre las playas de La Concha y Ondarreta.
Nueva gestión
142
Nos encontramos ante un centro en el
que destaca su nuevo sistema de gestión unido a un claro esfuerzo presupuestario. Musikene se convierte semanalmente en el punto de encuentro de
profesores de toda Europa. Un porcentaje significativo del profesorado acude
a Musikene desde distintos puntos de
España, Francia, Alemania, Portugal,
Bélgica, etc., y entre los profesores de
Musikene encontramos a excelentes
solistas de diversas orquestas europeas
o agrupaciones de cámara, pedagogos
de prestigio internacional, y en general
un número significativo de músicos
que desempeñan una muy visible actividad profesional. La oferta es amplia:
de Kepa Junquera, especialista en instrumentos de la música vasca, a Wolfgang Güttler, contrabajista durante diez
años de la Filarmónica de Berlín; del
violista Garth Knox, que entre muchas
de sus actividades ha pertenecido al
cuarteto Arditti, al saxofonista polaco
Andrzej Olejniczak, conocido en España por sus sólidas creaciones jazzísticas; del violonchelista Asier Polo al
compositor Carles Guinovart, y así
podríamos continuar una muy larga lista en la que destaca no sólo la elección
Palacio de Miramar, sede de Musikene
de excelentes músicos, sino la de nuevos perfiles hasta ahora rara vez asociados a un conservatorio superior: por
ejemplo, imparten clases de música de
cámara en Musikene el Cuarteto Casals
y el Quinteto Moraguès. Además,
muchas de las novedades vienen de la
mano del nuevo plan de estudios,
comúnmente conocido como grado
superior LOGSE, del que hemos hablado en números anteriores. Este nuevo
currículo ha abierto la puerta al jazz, el
flamenco, la música antigua o las especialidades de pedagogía, entre otras, y
es evidente que su aparición, sin ser
causa necesaria, ha servido de excusa
para dar un importante giro en la concepción de algunos centros superiores,
ahora directamente dependientes de
las respectivas comunidades autónomas. Uno de los mayores alicientes de
esta nueva situación es que parece
haber despertado un saludable sentido
de competencia entre centros. La abundancia de los mismos, más de veinte
en España, sin contar con los que algunas comunidades autónomas desean
crear todavía, permite describir un
panorama muy competitivo, en el que
va a hacer falta mucho más que dar las
clases habituales para mantenerse entre
los primeros. Ante todas estas novedades no cabe sino felicitarse. El camino
es largo y un centro no se consolida en
pocos años, pero qué duda cabe de
que los primeros pasos se han dado y
de que Musikene supone una apuesta
política y educativa de una envergadura tal que va a ser difícil ignorar en el
futuro inmediato.
Organización
La organización de Musikene queda
reflejada en su reglamento, en el que
se estipula que existen órganos no
académicos, como el coordinador
general (Nicolás Barrasate) la junta
rectora, el director gerente (Fernando
Vázquez) y la responsable de comunicación (Dorleta Lasagabaster), y por
otra parte los órganos académicos,
como son la junta directiva, el consejo
del centro, un director artístico (Alejandro Zabala), un director técnico, un
jefe de estudios (Josetxo Bretos) y un
secretario académico. El patronato, por
su parte, lo componen diecisiete
miembros, de los cuales diez son cargos políticos y el resto representantes
de instituciones musicales como el
Orfeón Donostiarra, la Asociación de
Escuelas de Música del País Vasco, el
Archivo Vasco de la Música ERESBIL,
la Universidad del País Vasco, la
Orquesta Sinfónica de Euskadi, y el
Conservatorio de Vitoria.
No está de más recordar que el pla-
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EDUCACIÓN
zo para la preinscripción para el curso
que viene, que se abrió el 30 de marzo,
termina este 15 de mayo (ver más
información en la página web citada al
comienzo), un plazo que probablemente coincide con el de muchos otros
centros y en el que comienza el decisivo proceso en el que tanto los alumnos
como el centro encuentran su “media
naranja”. Ante tantas novedades cabe
advertir al menos de una cosa cierta a
quienes estén interesados en cursar el
grado superior: esto no es lo que era.
Hay, como se puede ver, cambios
cuantitativos y cualitativos. Los estudios superiores duran más años, se articulan en un número mayor de asignaturas y el número de horas de dedica-
ción ha crecido notablemente, pero
además el contenido de las asignaturas
es más diverso y exige al alumno
simultanear una formación práctica con
una formación humanística, algo que
los anteriores planes de estudios no
habían cuidado tanto.
Pedro Sarmiento
Entrevista con Alejandro Zabala
“LA FORMACIÓN QUE SE OFRECE HOY NO HA EXISTIDO NUNCA
EN ESPAÑA”
E
l Director Artístico de Musikene,
Centro Superior de Música del País
Vasco, nos habla de algunos de los
proyectos que este centro ha puesto en
marcha. Es fácil apreciar en sus palabras una sana emoción: un nuevo plan
de estudios, una cuidada selección de
alumnos, un profesorado de un alto
nivel y un decidido apoyo político
explican, entre otros motivos, que la
labor de dirigir este centro sea, además
de muy exigente, apasionante.
¿Con qué objetivo nace Musikene?
Nosotros somos ambiciosos y queremos no solamente ser faro y foro de
la música, sino liderar todo el entramado, todo el corpus musical, toda actividad que tenga que ver con la enseñanza musical en el País Vasco, y creo que
estamos legitimados para hacerlo. Desde que se creó Musikene, tuvimos claro que no solamente íbamos a ser un
centro de enseñanza reglada, sino que
aspiramos a más. Tenemos objetivos
de gran alcance.
¿Nos puede mencionar algún ejemplo?
Sí, varios. En primer lugar, el centro ofrece ciertas particularidades
como es el funcionamiento de la
orquesta, la big band y el coro en forma de encuentros, al igual que las
jóvenes orquestas. Es un sistema que
está dando muy buenos resultados. Por
supuesto, vamos a crecer y tenemos
previsto ofrecer en el futuro también
estudios de postgrado. El curso de
música tradicional que ofrecemos
actualmente está sirviendo como experiencia piloto para diseñar una titulación en música tradicional que comenzará en el curso 2005-06. Aumentaremos el número de especialidades en
pedagogía instrumental, comenzaremos los estudios de música antigua y
los de musicología y muchas cosas
más, pero para eso debemos esperar a
tener un nuevo edificio.
¿Y qué hay respecto de proyectos en colaboración con otras instituciones?
Tenemos el Proyecto Garat, de
recuperación y divulgación del reper-
torio para cuartetos de cámara, el
Seminario Internacional de Jazz de
Zarauz, la actuación de nuestra orquesta en diversos puntos de España y
otros proyectos que están ahora en
fase de confirmación y de los que muy
pronto podremos dar detalles.
Bayona como aquí y su trabajo no se
limita a los cuartetos de cuerda u otros
instrumentos, sino que es muy interesante su contacto con los profesores y
alumnos del departamento de composición y de otros departamentos interesados.
Parece bastante claro que la música de
cámara y la música contemporánea están
recibiendo un gran impulso.
Musikene, además de mostrar una vocación internacional, parece bastante conectada con el ámbito de la enseñanza musical francesa.
Sí. Por una parte, el nuevo currículo de grado superior da una mayor
importancia a la música de cámara,
pero además hemos puesto en marcha
el Proyecto Garat, muy relacionado
con esta especialidad.
Es un proyecto Interreg de la Unión
Europea, destinado a fomentar la colaboración interfronteriza. En Garat vamos
a colaborar con el Conservatorio de
Bayona, el archivo ERESBIL y el Instituto Cultural Vasco. Garat se organiza en
tres apartados: conocer el repertorio de
cuartetos de cuerda del País Vasco,
difundirlo y, por último enriquecerlo
con encargos a compositores.
Sí, es cierto, y en el caso del Conservatorio de Bayona lo que ha sucedido
es que, en medio del proceso de descentralización de la enseñanza superior
en Francia, ellos han visto en nosotros
el lugar en el que pueden desembocar
sus alumnos. En vez de aspirar ellos
mismos a implantar la enseñanza superior, nos tienen a nosotros. Además,
algunos de nuestros profesores son precisamente profesores del Conservatorio
de París. Cuando el director general de
la música y la danza francés visitó Musikene y se encontró por los pasillos con
algunos de ellos, entendió rápidamente
la postura del Conservatorio de Bayona.
¿Cuál es la participación de los alumnos de
Musikene?
¿Cuál es su balance de estos primeros años
de Musikene?
Toda. Los alumnos van a recibir
clases de seis agrupaciones de cámara
de prestigio, que además de incluir
estas obras en sus conciertos van a trabajarlas en clase. Van a hacer intercambios con el conservatorio de Bayona.
Van a disponer en nuestra biblioteca
de las ediciones y materiales relacionados con las mismas. Por otra parte van
a trabajar muy de cerca con los compositores residentes, a quienes se
encargará la composición de obras
para estas formaciones. Creo que es
una forma excelente de apoyar la
música de cámara.
Estamos muy satisfechos. Hemos
reunido a un profesorado de altísima
calidad; en cuanto a nuestros alumnos,
tenemos ya a dos premiados en el Certamen Intercentros, al que concurren
todos los alumnos de conservatorios
superiores de España, el saxofonista
Enrique Mielgo y la violonchelista Georgina Sánchez Torres. Por otra parte,
nuestro centro se puso en marcha en
muy poco tiempo y desde entonces
hemos ido ganando en previsión. Ante
la falta de espacio en este edificio, está
ya destinado un solar junto al campus
universitario de San Sebastián. Tenemos
muchos más proyectos, como la colaboración con la SGAE, la participación
de nuestros profesores doctores en los
cursos de la Universidad del País Vasco,
y muchos otros.
¿En qué consiste?
Háblenos del compositor residente.
Para la selección del compositor
residente se ha organizado un concurso internacional en el que ha resultado
elegido en esta edición el compositor
francés Laurent Martin. Laurent Martin
ya está impartiendo clases tanto en
Pedro Sarmiento
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VOCES
El cantar de los cantares
EL PASAJE
Callas
N
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os enfrentamos hoy con una
de las cuestiones más arduas
y más discutidas del canto. Un
problema a cuya solución se
han aplicado las escuelas de todo
tiempo y lugar. No hay que confundir
el término con el homónimo utilizado
por los belcantistas para indicar una
manera de realizar las florituras y que
también interesa dilucidar en esta sección. Recordemos la definición que de
esta acepción daba, en su Diccionario
de la música (Milán, 1826), Pietro
Lichtenthal: “Especie de ornamento
melodioso que consiste en varios sonidos que se suceden por escalas o por
saltos y van a caer sobre una sílaba del
texto o sobre una nota principal.
Deben estar inspirados por un gusto
delicado y venir en ayuda de la expresión, ya que, en caso contrario, no servirían más que para hacer brillar el
talento del cantante”. El célebre castrato Pierfrancesco Tosi se hacía ya eco
de esta forma de adorno y distinguía
entre el pasaje batido o marcado y el
pasaje en glissando o ligado (Opinioni
de’ cantori antichi e moderni. Bolonia,
1723).
Pero aquí, como decimos más arriba, lo que nos interesa realmente es
tratar de lo que se denomina el pasaje
de registro, para lo que conviene que
estudiemos, aunque sea brevemente,
este concepto. En 1913 Silva (Il canto
e il suo insegmaneto razionale. Bocca,
Turín) conectaba el término registro
con el léxico empleado en la técnica
del órgano. “Los registros del órgano
—decía— sirven para cambiar el timbre y la naturaleza de las notas del instrumento; partiendo de este concepto,
se podrá decir que la voz cambia de
registro cuando el sonido vocal (…)
cambia necesariamente de timbre y de
naturaleza”. En la didáctica de la voz
cantada, escribe Rachele Maragliano
(Coscienza della voce nella scuola italiana di canto. Curci, Milán, 1970),
“por registro se entiende una serie de
sonidos de igual timbre, producida
por un mismo mecanismo de la laringe, en equilibrada relación con los
acoplamientos de las cavidades de
resonancia”. En este sentido, Glover
(Physiologie de la voix. Dicccionario
del Conservatorio. Delagrave, 1926) y
Venturini (Elementi di fisiologia della
voce e della parola. tas Kompass,
Milán, 1968), entre otros, consideran
que existe “una estrecha armonía funcional y orgánica entre los órganos de
la fonación verbal”.
Pertile
Mecanismos
La emisión de la voz al hablar, la
que podríamos estimar como espontánea, tiene apenas un intervalo de cuarta. Cuando elevamos el diapasón o
cuando trasladamos la cuestión al ámbito del canto, ponemos en funcionamiento mecanismos que intentan acoplar los músculos y adaptar las cuerdas
vocales a los sonidos más altos. De
acuerdo con estas premisas, Maragliano
define el pasaje como “el momento en
el que se prepara la modificación de la
posición de las cuerdas vocales, que,
sobre todo en el registro bajo, a medida
que los sonidos se elevan se hacen más
sutiles (de ahí la expresión de registro
sottile para la voz de cabeza). Durante
este proceso las cuerdas vocales se cargan siempre más estrechamente y varían la propia posición y el propio juego
fino que, en los sonidos extremos,
vibran solamente por los bordes”.
Mecanismos que dan lugar al falsete,
que en tiempos belcantistas era la base
del registro de cabeza.
El catedrático Ramón Regidor
(Temas del canto. Real Musical, Madrid,
1975) define el llamado pasaje como
“un cambio de posición y de sensación
en la emisión vocal a partir de determinada frecuencia de sonido, dentro de
un mismo registro”. Para lograr la
homogeneidad de los registros o posiciones, la voz, que en las notas más
graves de la tesitura posee una resonancia de pecho, ha de cambiar en las
altas (según las frecuencias para cada
tipo: normalmente alrededor de 425 a
500) a una resonancia de cabeza con el
fin de evitar las sonoridades abiertas.
Ello supone una modificación en la
colocación de la laringe (que es, recordémoslo, donde se ubican las cuerdas o
filamentos vocales y los cartílagos aritenoides donde se encastran) y una nueva disposición de sus mecanismos
vibratorios. Se produce así lo que se
denomina “cobertura a plena voz” sin
que intervenga el falsete, en proceso
por tanto distinto al de los belcantistas.
Es un hallazgo relativamente reciente,
que puede considerarse hijo del romanticismo. Antiguamente, el sonido era de
menor vibración y no resonaba en las
cavidades craneales superiores.
El fin de una era
Con este descubrimiento termina
toda una era en la que el pasaje no
suponía la cobertura que hoy observa-
Varady
Vickers
mos, sino que, como se comenta, el
sonido se tramitaba bajo la forma del
falsete o falsete reforzado. La vibración
iba sobre el aliento, no, como después,
mezclada con el aliento. Si, llegadas las
notas críticas, de separación entre la
primera y segunda octavas, la voz no
circula en ese terreno o no viaja, en su
plenitud, con la correspondiente contracción laríngea, hacia los resonadores
altos, el único camino que queda es el
del sonido abierto, forzado, desgarrado, feo y antimusical; como el del Giuseppe Di Stefano de los peores días o,
en otra parcela, como el emitido por
Raphael en sus cursis canciones. Una
manera de evitar ese salto, ese cambio
de sonoridad y propiciar que el timbre
sea siempre el mismo, igual, homogéneo, es preciso no esperar al límite
máximo del registro —usualmente, del
re al fa agudos, según las voces—, sino
preparar antes el paso, aligerando un
poco la emisión y modificando levemente la forma de la vocal. Redondear,
cubrir un poco. Decía Lohmann
(Stimmfehler und Stimmberatung.
Schott, Maguncia, 1964): “Cuando
cubro justamente entre el mi y el fa, los
agudos vienen dados naturalmente y
tengo la sensación de que el sonido
comienza fuera de mí, en el aire circundante”. Se habrá conseguido la
siempre ansiada fusión de registros.
Hemos de seguir a Tosi, aun cuando los presupuestos respecto a la
sonoridad de cabeza sean hoy, como
se ha comentado, diversos a los de su
época. Evidentemente, como decía el
estudioso italiano, la voz de pecho y la
de cabeza han de ir unidas, las dos
octavas han de poseer el mismo timbre, ya que si la unión no es perfecta
la voz tendrá más de un registro y,
consecuentemente, perderá su belleza.
Lo cual no quiere decir que no se pueda cantar, y bien, cuando no se establece esa homogeneidad tímbrica. Son
muchos los casos de cantantes que,
amén de no contar con una voz bella,
manifestaban palmarias desigualdades
entre unas y otras franjas de su tesitura. Y nos ponían los pelos de punta
por la hermosura, intensidad, fuerza y
expresividad de sus interpretaciones.
Los nombres de Maria Callas, Julia
Varady, Aureliano Pertile, Jon Vickers
son algunos de los muchos que podrían citarse.
Continuaremos con este fundamental tema en la próxima entrega.
Arturo Reverter
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LIBROS
Una Historia clásica
UNA REEDICIÓN NECESARIA
VV.AA.: Historia de la Música.
Varios traductores. Coordinación y revisión de
Andrés Ruiz Tarazona. 12 vols.
Turner Música. Madrid, 2ª edición, 2003.
L
a colección de doce volúmenes de
la Historia de la Música, publicada
en castellano por la editorial Turner,
es de gran utilidad, ora para el estudiante de la Licenciatura Historia y Ciencias de la Música, ora para los alumnos de
Conservatorio e Institutos, ora para investigadores y profesionales. Si se trata de
público aficionado o “diletante”, su lectura
puede resultar un tanto árida, por la profundidad y complejidad temática. Las parcelas de la Historia de la Música son tratadas con un gran rigor intelectual. Eso sí,
existen en la inmensa mayoría de los volúmenes loables propósitos por acercarse al
gran público; sin perder por ello la orientación académica e investigadora. Sirva de
ejemplo la modélica introducción de Giorgio Pestelli a las transformaciones de la
vida musical a fines del siglo XVIII (Volumen 7, La época de Mozart y Beethoven).
La musicología italiana ha realizado
notables aportaciones durante estos últimos años. Quizás las más interesantes
sean aquellas referidas a la Historia de la
Ópera; en especial, como es lógico, a la
ópera del país transalpino. El dúo Pestelli-Lorenzo Bianconi, sin abandonar el
prisma tradicional consagrado a los estilos y las formas operísticas, han abordado otros aspectos, como las estructuras
dramático-teatrales, las relaciones institucionales y los factores de producción.
Muy apreciados por los universitarios,
los manuales de esta colección se han
convertido en libros de cabecera o de
lectura recomendada en las más variopin-
tas universidades españolas; entre ellas,
la Universidad de La Rioja, con su Licenciatura on line. Así, el volumen II (escrito
por Giulio Cattin), continuado por el III
(F. Alberto Gallo), para la Historia de la
Música medieval; o el volumen VIII
(Renato Di Benedetto) y los siguientes,
para el siglo XIX.
La presente reedición de la colección
completa era, a todas luces, necesaria;
pues ya era bastante difícil conseguir
algún ejemplar suelto de la misma. Los
precios se han mantenido prácticamente
invariables con la conversión a la moneda única europea (12 €), al alcance de
cualquier bolsillo. Sin embargo, existen
algunos pequeños despistes y carencias.
Así, no se especifica que se trata de
una reimpresión. Consecuentemente,
tampoco se indica la fecha de la reedición. Ni siquiera figura en la página final.
La reimpresión es ad pedem literæ; es
decir, no se ha agregado ni una sola página de texto, respetando escrupulosamente la misma paginación con la maquetación previa, de 1986. Tampoco han cambiado los diseños de las cubiertas: la única novedad es el color crema de los
enmarcados, que sustituyen al amarillo
pálido anterior. Acaso conscientes del
éxito que la colección hubo tenido, y tiene, los editores han querido preservarla
intacta en esta reedición, como si se tratase la colección de un clásico. Y, realmente, las aportaciones de este puñado selecto de musicólogos italianos tienen el
valor de lo clásico; esto es, aportan elementos intangibles. Empero, no obstante,
se podría haber hecho, al menos, una
actualización bibliográfica.
Con todo, podemos felicitarnos por
esta reedición.
Francisco Carlos Bueno Camejo
Un recorrido fluido por el género lírico
LA ÓPERA AL ALCANCE DE TODOS
ROGER ALIER: Historia de la ópera.
Ma non Troppo. Barcelona, 2002. 378 págs.
R
146
oger Alier es bien conocido en
nuestro medio operístico porque
ha sabido sintetizar su fervor por el
melodrama y su amistad con la
dorada fauna de los divos y divas con un
conocimiento estudioso y destilado de la
materia. Fruto de esas convergencias es
este libro, destinado tanto al iniciado en la
ópera como a quien desea informarse a
partir de su mera curiosidad por el género.
Concebido en un lenguaje preciso
pero sin alardes de tecnicismos impropios de la empresa, el trabajo de Alier
cumple un fluido recorrido a través de las
épocas y los lugares donde ha prospera-
do la ópera. Autores, intérpretes, teatros y
públicos van desfilando ordenadamente,
acompañados de una profusión de ilustraciones antiguas y actuales, algunas
realmente fastuosas, que permiten apreciar la evolución del teatro cantado en
términos de escenografía, vestuarios y
técnicas de interpretación actoral.
Desde luego, las grandes figuras
merecen tratamientos especiales y personalizados, como son los casos de Mozart,
Gluck, Verdi o Wagner, pero siempre
encuadrados en los mayores espacios
históricos que fijan escuelas y tendencias. Alier no ha dejado rincón por
explorar y así podemos llegar hasta los
teatros de la isla de Malta pasando por
Lima, Seúl y Dublín, aparte de la obvia
colección de grandes nombres más o
menos popularizados. Para quienes quieran ensanchar el campo de sus lecturas,
una concisa y selecta bibliografía habrá
de servir como orientación. Una cronología a tres columnas vale como esquema
temporal y evolutivo que facilita la tarea
de quienes buscan informaciones de parcial puntualidad.
Alier ha sabido llenar su cometido
con objetividad y, aunque nunca se ahorra juicios de valor, los emite con prudencia y fundamento, de modo que el
lector, comparta o no sus conclusiones
valorativas, consiga respetarlas por su
mesura y racionalidad.
Blas Matamoro
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GGUUÍ A
ÍA
LA GUÍA DE SCHERZO
ALICANTE
SOCIEDAD DE CONCIERTOS
21-V: Yeruham Scharovsky, Marta
Zabaleta, piano. Haim, Chopin,
Borodin.
4-V: Jonathan Gilad, piano.
20: Orquesta de Valencia. Walter
Weller. Alois Gerhard, chelo.
CASTELLÓN
AUDITORIO
BARCELONA
MAAZEL
1,2-V: Orquesta Sinfónica de
Barcelona y Nacional de Cataluña
[www.obc.es]. Orfeón Donostiarra.
Ernest Martínez Izquierdo. Sánchez,
Rey. Verdi, Requiem. (Auditori
[www.auditori.org]).
3: Orquesta Filarmónica Nacional de
Hungría. Zoltán Kocsis. Dezsö Ránki,
piano. Liszt, Strauss. (Ibercámera
[www.ibercamera.es]. (Auditori).
4: Cuarteto de Tokio. Takemitsu,
Janácek, Beethoven. (Ibercámera.
Palau [www.palaumusica.org]).
10: Orquesta Filarmónica Arturo
Toscanini.
Lorin
Maazel.
Mendelssohn, Mahler. (Ibercámera.
(Auditori).
11: Sinfónica de Tokio. David
Giménez. Strauss, Brahms. (Palau
100).
20: Orquesta de la Suisse Romande.
Pinchas Steinberg. Nikolai Znaider,
violín. Chaikovski. (Palau 100).
22: Adrianne Pieczonka, soprano;
Ian Burnside, piano. Schumann,
Liszt, Barber, Chaikovski. (Teatro del
Liceo).
24: Sinfónica de la BBC. Leonard
Slatkin. Christian Lindberg, trombón.
Barber,
Turnage,
Takemitsu,
Shostakovich. (Palau 100).
GRAN TEATRE DEL LICEU
WWW.LICEUBARCELONA.COM
1-V: Concerto Italiano. Rinaldo
Alessandrini. Monteverdi, Vísperas.
5: María José Martos, soprano; Marisa
Blanes, piano. Martín y Soler.
7: Capella de Ministrers. Coro de la
Generalitat Valenciana. Misterio de
Elche.
8: I Musici. Vivaldi.
12: Orquesta Filarmónica Arturo
Toscanini.
Lorin
Maazel.
Mendelssohn, Mahler.
17: English Chamber Orchestra.
Orfeón Donostiarra. Leopold Hager.
Mozart, Requiem.
21: Supramúsica. Telmo Campos.
Códax.
24: Pedro Sáinz Villegas, guitarra.
Turina, Segovia, Rodrigo.
25: Filarmónica de Budapest. Rico
Saccani. Dvorák.
27: Stil Concertant. Olga Pitarch,
soprano. Mozart, Martín y Soler.
CÓRDOBA
ORQUESTA DE CÓRDOBA
WWW.ORQUESTADECORDOBA.ORG
20-V: Gloria Isabel Ramos. Gabriele
Maria Ronge, soprano. Díez, Svendsen, Wagner, Chaikovski.
EUSKADI
SINFÓNICA DE EUSKADI
WWW.ORQUESTADEEUSKADI.ES
31-V: Christian Mandeal. Frank Peter
Zimmermann, violín. Lalo, Mahler.
(San Sebastián).
GRANADA
ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA
WWW.ORQUESTACIUDADGRANADA.ES
7-V: Olli Mustonen. Mustonen,
Mozart, Beethoven.
14: Josep Pons. Debussy, Chaikovski, Falla.
BILBAO
PALACIO EUSKALDUNA
WWW.EUSKALDUNA.NET
LES PECHEURS DE PERLES (Bizet).
Fournillier. Maestrini. Arteta, Bros,
Vassallo, Flores. 1,4,7,10-V.
SOCIEDAD FILARMÓNICA
148
3-V: Concerto Italiano. Rinaldo
Alessandrini. Monteverdi, Vísperas.
6: Cuarteto Belcea. Michael Collins.
Haydn, Janácek, Brahms.
11: Academy of Saint Martin in the
Fields Chamber Ensemble. Mozart,
Danzi, Beethoven.
20: Bernarda Fink, mezzo; Roger
Vignoles, piano. Haydn, Schumann,
Granados, Rodrigo, Nin.
26: Frank Peter Zimmermann, violín;
Horacio Pace, piano. Bach, Busoni,
Brahms.
PONS
IL MONDO DELLA LUNA (Haydn).
Teatre Lliure. 3,4,5,6,7,8,9-V.
SIEGFRIED (Wagner). De Billy.
Kupfer. Treleaven, Clark, von Kannen, Halfvarson. 16,26-V.
GÖTTERDÄMMERUNG (Wagner).
De Billy. Kupfer. Polaski, von Kannen, Struckmann, Juon. 23,29-V.
21: Giovanni Antonini. Katia y
Marielle Labèque, piano. Boccherini,
Mozart, Beethoven.
JEREZ
TEATRO VILLAMARTA
WWW.VILLAMARTA.COM
6-V: Academy of St. Martin in the
Fields Chamber Ensemble. Rossini,
Mozart, Beethoven.
21: Filarmónica de Budapest. Rico
Saccani. Tamás Varga, chelo. Dvorák.
LA CORUÑA
FESTIVAL MOZART
WWW.FESTIVALMOZART.COM
20-V: Sinfónica de Galicia. Coro de
Cámara del Palau de la Música de
Barcelona. Víctor Pablo Pérez.
Rosique, Vermillion, Cabero, Mikulas.
Beethoven, Misa solemne.
GLI AMORI D’APOLLO E DI DAFNE
(Cavalli). Zedda, Pizzi. Martins, Cardos, Mateu, Pizzolato. 21,23-V.
22: Massimo Damerini, piano. Sgambati, Glazunov, Di Bari.
28: Alba Ventura, piano. Schumann,
Debussy, Rachmaninov.
29: Luisa Castellani, soprano. Solistas
de la OSG. Petrassi, Dallapiccola,
Nono, Berio.
30: Trío de Cuerda Manuel Quiroga.
Schubert, Mozart.
MADRID
3-V: Cuarteto Borodin. Elisabeth
Leonskaja, piano. Shostakovich,
Schumann, Franck. (Grandes Intérpretes.
Fundación
Scherzo
[www.scherzo.es]. Auditorio nacional
[www.auditorionacional.mcu.es]).
LEONSKAJA
CÁCERES
ORQUESTA DE EXTREMADURA
WWW.ORQUESTADEEXTREMADURA.COM
LAS PALMAS
FILARMÓNICA DE GRAN CANARIA
WWW.ORFIGC.COM
7-V: Ondrej Lenard. Coro de la
OFGC. Aghova, Mikulas. Dvorák,
Stabat Mater.
14: Fabio Biondi. Mozart, Scarlatti,
Tartini.
28: Alejandro Posada. Sergio Marrero, violín. Álamo, Mozart.
SOCIEDAD FILARMÓNICA
3-V: Academy of St. Martin in the
Fields Chamber Ensemble. Rossini,
Mozart, Beethoven.
13: Peter Frankl, piano. Beethoven,
Schumann.
25: Cristina Gallardo Domâs, soprano; Mzia Bachtouridze, piano. Granados, Falla, Montsalvatge.
G. DOMÂS
NACIONAL
LEÓN
AUDITORIO
WWW.AUDITORIOCIUDADDELEON.NET
7-V: Abendmusik. David de la Calle.
Música en tiempos de las catedrales.
24: Katia y Marielle Labèque, pianos.
Programa por determinar.
28: Raina Kabaivanska, soprano.
Rubinstein, Dvorák, Verdi.
30: Sinfónica de Castilla y León
“Odón Alonso”. Dorel Morgu. Alberto Rosado, piano. Bizet, Chaikovski,
Brahms.
LUGO
FESTIVAL DE MÚSICA CIUDAD DE LUGO
3-V: Plamen Velev, chelo; Kennedy
Moretti, piano. Bach, Fauré, Popper.
5: Carlos Méndez, contrabajo. Dragoneti, Berio, Tabakov.
7: Ismael Jordi, tenor; David Menéndez, barítono; Rubén Fernández
Aguirre, piano. Bellini, Donizetti,
Verdi.
13: Octeto Ibérico de Violonchelos.
Elías Arizcuren. Glass, Riley, Halffter.
18: Anna Larsson, contralto; Roger
Vignoles, piano. Schubert, Brahms,
Strauss.
20: Orquestra da Escola de Altos
Estudios Musicais. Antoni Ros Marbà.
Mozart, Schubert.
25: L’Assemblée des Honnestes
Curieux. Haendel, Corelli, A. Scarlatti.
28: Orquesta Sinfónica de Castilla y
León. Lorenzo Ramos. Mozart,
Respighi y Pärt.
31: Capela Compostelana. Coro Universitario de Santiago de Compostela.
Miro Moreira. Fernández de Huete,
Flecha, Torrejón y Velasco.
ORQUESTA DE LA
COMUNIDAD DE MADRID
Auditorio Nacional. Sala Sinfónica
Martes, 11 de mayo de 2004.
19,30 horas
José María Gallardo, guitarra
Cecilia Díaz, mezzosoprano
José Ramón Encinar, director
Gonzalo de Olavide
Concertante-divide **
Fernando Remacha
Concierto para guitarra
Enrique Granados
Dante
** Estreno absoluto. Obra encargo
de la Consejería de las Artes de la
Comunidad de Madrid
ABONO 17
ORQUESTA DE LA COMUNIDAD
DE MADRID
Auditorio Nacional. Sala Sinfónica
Martes, 18 de mayo de 2004.
22,30 horas
Ana Comesaña, violín
Ángel García Jermann, violonchelo
José Ramón Encinar, director
Franz Joseph Haydn
Sinfonía nº 84 en mi bemol mayor
Alfred Schnittke
Concerto Grosso nº 2 *
Piotr Ilyich Chaikowsky
Romeo y Julieta. Obertura-fantasía
* Estreno en España
ABONO 18
ORQUESTA DE LA COMUNIDAD
DE MADRID
Auditorio Nacional. Sala Sinfónica
Miércoles, 26 de mayo de 2004.
19,30 horas
Elena Mihailova, violín
Enrique García Asensio, director
Paul Hindemith
Cinco piezas para orquesta de
cuerda, op. 44
Max Bruch
Concierto para violín y orquesta
nº 1 en sol menor, op. 26
Ludwig van Beethoven
Sinfonía nº 7 en la mayor, op. 92
ABONO 19
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GGUUÍ A
ÍA
TEATRO REAL
Auditorio Nacional de Música
19 de mayo de 2004
19,30 horas
Información: 91/516 06 60.
Venta telefónica: 902 24 48 48
(Atento. Grupo Telefónica).
Venta en Internet: teatro-real.com.
Visitas guiadas: 91 / 516 06 96.
Primera Parte:
Muerte y transfiguración,
poema sinfónico, op. 24
de R. Strauss
Concierto nº 2 en sol menor para
violín y orquesta, op. 63
de S. Prokofiev
Solista: Ara Malikian, violín
Segunda Parte
Noches en los Jardines de España
de Manuel de Falla
Solista: Guillermo González,
piano
Iberia: El Puerto,
de I. Albéniz/Arbós
Catalonia de I. Albéniz.
Director: Jesús López Cobos
CENTRO PARA LA
DIFUSIÓN DE LA MÚSICA
CONTEMPORÁNEA
CONCIERTOS MAYO 2004
Auditorio Nacional
Sala de Cámara
18 de mayo 2004.19:30 h.
ORQUESTA DE FLAUTAS DE
MADRID
Director: Salvador Espasa
Obras de E. Costa, T. Garrido,
J. Mª García Laborda,
M. Escribano, S. Espasa.
Auditorio Nacional
Sala de Cámara
20 Mayo 2004. 19:30 h.
ENSEMBLE “LES CORDES”
Director: Guillaume Bourgogne
Obras de: J. Dassié, N. Bacri,
J. Rueda, A. Webern
4,5: Cuarteto Belcea. Haydn, Bartók,
Mozart. / Mozart, Janácek, Bartók.
(Ciclo de Cámara y Polifonía. A.N.).
6,7: Cuarteto de Tokio. Mozart,
Webern, Beethoven. / Schubert,
Zemlinsky, Mozart. (Liceo de
Cámara. A.N.).
7,8,9: ONE [ocne.mcu.es]. Arturo
Tamayo. Antonio Meneses, chelo.
Dvorák, Henze. (A.N.).
11: Antonio Meneses, chelo; Gérad
Wyss, piano. Bach, Beethoven,
Stravinski, Grieg. (C.C.P. A.N.).
13: Sinfónica de la RTVE. James
McMillan. Rueda, MacMillan. (Música
de Hoy [www.musicadhoy.com].
A.N.).
15: Ensemble Contrechamps. Beat
Furrer. Furrer, Holliger, Kyburz.
(Música de Hoy. A.N.).
18: Orlando Consort. Ockeghem,
Requiem. (Siglos de oro. Monasterio
de la Encarnación).
MAYO
ÓPERA:
PIKOVAYA DAMA
de Piotr Ilich Tchaikovsky.
Mayo: 15, 18, 20* y 21. * Función
fuera de abono. Producción de
Los Angeles Music Center Opera.
Director musical: Jesús López
Cobos. Director de escena:
Gottfried Pilz. Solistas: Plácido
Domingo, 15, 18, 21) / Ian Storey
(20), Nikolai Putilin (15, 18, 21) /
Pavlo Hunka (20), Albert
Schagidullin, Francisco Vas, Miguel
Ángel Zapater, Emilio Sánchez,
Elena Obraztsova (15, 18, 21) /
Viorica Cortez (20), Susan Chilcott
(15, 18, 21) / Hasmik Papian (20),
Nancy Fabiola Herrera, Itxaro
Mentxaka.
COMPAÑÍA NACIONAL
DE DANZA
Mayo: 25, 26, 27, 28 y 29*. * Dos
funciones: 12:00 y 20:00 horas.
Director artístico: Nacho Duato.
Director musical: Pedro Alcalde.
FALLING ANGELS
Coreografía: Jirí Kylián.
Música: Steve Reich.
WORK WITHIN WORK
Coreografía: William Forsythe.
Música: Luciano Berio.
WHITE DARKNESS
Coreografía: Nacho Duato.
Música: Karl Jenkins.
PROGRAMA PEDAGÓGICO DE
DANZA Mayo: 26, 27 y 28.
Director musical: Andrés Zarzo.
TEATRO DE LA ZARZUELA.
Jovellanos, 4. Metro Banco de
España. Tlf.: (91) 5.24.54.00.
Internet: http: //teatrodelazarzuela.mcu.es/. Director: José Antonio
Campos. Venta localidades Taquillas Teatros Nacionales o teléfono
de ServiCaixa: 902 33 22 11.
Horario de Taquillas: Venta anticipada de 12 a 17 horas. Días de
representación, de 12 horas, hasta
comienzo de la misma.
La Mala Sombra y
El Mal de Amores,
(Programa doble) de José Serrano.
Libro de Serafín y Joaquín Álvarez
Quintero. Del 15 de abril al 16 de
mayo de 2004 (excepto lunes y
martes) a las 20 horas. Miércoles y
Domingos, a las 18 horas.
Dirección Musical: Miguel Roa.
Director de Escena y Escenografía:
Francisco Nieva. Orquesta de la
Comunidad de Madrid.
Entradas a la venta.
X CICLO DE LIED
Lunes 17 de mayo, a las 20 horas
Susan Graham, mezzosoprano,
Malcom Martineau, piano.
Programa: J. Brahms, C. Debussy,
A. Berg, F. Poulenc, A. Messager
y M. Simons.
Coproducen:
Fundación Caja Madrid y
Teatro de La Zarzuela.
— Real Orquesta Filarmónica.
Daniele Gatti. Christine Schäfer.
Mahler, Strauss, Berg. (Ibermúsica.
A.N.).
19,21: Cuarteto Alban Berg. Haydn,
Berg, Brahms. / Mozart, Urbanner.
(Liceo de Cámara. A.N.).
21: Orchestre de la Suisse Romande.
Pinchas Steinberg. Nikolai Znaider,
violín. Chaikovski. (Ibermúsica. A.N.).
21,22,23: OCNE. Rumon Gamba.
Frank Peter Zimmermann, violín.
Lara, Britten, Holst. (A.N.).
24: Maria João Pires, Ricardo Castro,
pianos. Schubert, Chopin. (Grandes
Intérpretes. Fundación Scherzo. A.N.).
25: Frank Peter Zimmermann, violín;
Enrico Pace, piano. Bach, Busoni,
Brahms. (C.C.P. A.N.).
— Sinfónica de la BBC. Leonard
Slatkin. Emanuel Ax, piano. Mozart,
Shostakovich. (Ibermúsica. A.N.).
28,29,30: OCNE. Antoni Ros Marbà.
Mei Ting, piano. Chopin, García
Abril, Ravel. (A.N.).
29: Micrologus. Polifonía profana del
s. XV. (Toledo. Iglesia de San Román).
— Orquesta de Filadelfia. Christoph
Eschenbach. Berg, Mahler. (Ibermúsica. A.N.).
MÁLAGA
FILARMÓNICA DE MÁLAGA
7,8-V: Christian Badea. Simone
Pedroni, piano. Martucci, Respighi.
14,15: Alexander Rahbari. Antonio
Meneses, chelo. Smetana, Dvorák,
Rachmaninov.
28,29: José de Eusebio. Tzimon Barto, piano. Lutoslawski, Chopin,
Glazunov.
MURCIA
AUDITORIO
WWW.AUDITORIOMURCIA.ORG
11-V: Virtuosos de Bruselas. Marc
Grauwels, flauta. Vivaldi, Mozart,
Schubert.
14: Sinfónica de la Región de Murcia.
Marcus Bosch. Boris Giltburg, piano.
Mendelssohn, Liszt, Brahms.
30: Sinfónica de la Región de Murcia.
José Miguel Rodilla. Esplá, Zárate,
Ginastera, Milhaud.
PAMPLONA
PALACIO DE CONGRESOS Y AUDITORIO
WWW.BALUARTE.COM
MADAMA BUTTERFLY (Puccini).
Cavallaro. Kemp. Tasca, Portilla,
Popescu, García. 7,9-V.
13,14: I Pomeriggi Musicale.
Montsalvatge, Haydn, Chaikovski.
18: Coral de Cámarade Pamplona,
Monteverdi.
27,28: Orquesta Pablo Sarasate,
Ernest Martínez Izquierdo. Brahms.
SANTIAGO DE COMPOSTELA
AUDITORIO DE GALICIA
Real Filharmonía de Galicia
www.auditoriodegalicia.org
13-V: Real Filharmonía de Galicia.
E. Martínez Izquierdo. S. Parry,
mezzosoprano. Montsalvatge,
Guinjoan, Lindberg, Berio.
19: Orquestra da Escola de Altos
Estudios Musicais. A. Ros Marbà.
M. Todorova, violín. Mozart,
Schubert.
27: Real Filharmonía de Galicia.
M. Zumalave. G. González, piano.
Ravel, Shostakovich.
SEVILLA
SINFÓNICA DE SEVILLA
WWW.ROSSEVILLA.COM
6,7-V: José Collado. Vadim Gluzman,
violín, Prokofiev, Schumann.
TENERIFE
ORQUESTA SINFÓNICA
DE TENERIFE
Auditorio de Tenerife
www.sinfonicadetenerife.com
Información: 922 239 801
7-V: J. Pons/Y. Itskovich. Amargós
y Shostakovich.
11-V: Joven Orquesta de la
Sinfónica de Tenerife/P. Opie/
S. Belonogov. Britten.
14-V: H. Schellenberger. Mozart
y Schumann.
21-V: V. Sinaiski/I. Gringolts.
Sibelius y Shostakovich.
28-V: Víctor Pablo/
J. Rodgers/Coro Comunidad
Madrid. Mahler.
VALENCIA
PALAU DE LA MÚSICA
WWW.PALAUVALENCIA.COM
4-V: Academy of Saint Martin in the
Fields Chamber Ensemble. Mozart,
Danzi, Beethoven.
7: Orquesta de Valencia. Vjekoslav
Sutej. Marta Zabaleta, piano. Janácek,
Chopin, Kodály.
14: Coro de RTVE. Orquesta de
Valencia. Enrique García Asensio.
Lara, Castelnuovo Tedesco, Prokofiev.
15,16: Rudolf Buchbinder, piano.
Beethoven, Sonatas.
17: Orquesta de los Campos Elíseos.
Daniel Harding. Németh, Begley,
Reiter. Wagner.
HARDING
ORQUESTA SINFÓNICA
DE MADRID
21: Orquesta de Valencia. Walter
Weller. Brahms, Boccherini, Dvorák.
23: Orquesta Saito Kanen, Seiji Ozawa. Takemitsu, Bartók, Chaikovski.
26: Kuba Jacowicz, violín. Pianista y
programa por determinar.
28: Orquesta de Filadelfia. Christoph
Eschenbach. Gil Shaham, violín.
Brahms, Shostakovich.
29: Coro de la Generalitat. Orquesta
de Valencia. Walter Weller. West,
Irwin, Harteros. Schoenberg, GurreLieder.
VALLADOLID
TEATRO CALDERÓN
WWW.TCALDERON.ORG
L’ELISIR D’AMORE (Donizetti). Mega.
Sparvoli, Chausson.17,19,21-V.
ZARAGOZA
AUDITORIO
WWW.AUDITORIOZARAGOZA.COM
3-V: Jonatahn Gilad, piano. Mozart,
Beethoven, Schubert.
4: Filarmónica Nacional de Hungría.
Zoltán Kocsis. Dezsö Ránki, piano.
Liszt, Strauss.
21: Sinfónica de la BBC Escocesa.
Ilan Volkov. Han-Na Chang, chelo.
Strauss, Shostakovich, Stravinski.
25: Grupo Enigma. Juan José Olives.
Asier Polo, chelo. Rueda, Hindemith,
Enescu.
26: Filarmónica de Budapest. Rico Saccani. Tamás Varga, chelo. Smetana,
Chaikovski.
149
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GUÍA
AMSTERDAM
DE NEDERLANDSE OPERA
WWW.DNO.NL
DIE WALKÜRE (Wagner). Haenchen.
Audi. Keyes, Rydl, Dohmen, Margiono. 1,5,9,13,16,21-V.
PETER GRIMES (Britten). Wigglesworth. Zambello. Begley, Hahn,
Joll, Jones. 2-V.
BERLÍN
FILARMÓNICA DE BERLÍN
WWW.BERLIN-PHILHARMONIC.COM
19,20,21-V: Semion Bichkov. London Voices. Berio, Berlioz.
26,27,28: Coro de Cámara RIAS.
Nicholas Kraemer. Gritton, Bickley,
Blaze, Ainsley. Haendel, Belshazzar.
DEUTSCHE OPER
WWW.DEUTSCHEOPERBERLIN.DE
ELEKTRA (Strauss). M. Albrecht.
Berghaus. Szönyi, DeVol, Westbroek,
Goldberg. 2-V.
COSÌ
FAN
TUTTE
(Mozart).
Mühlbach. Jenor. Diener, Gantner,
van der Walt, Ihle. 6,8,11,14-V.
ARIADNE AUF NAXOS (Strauss).
Rennert. Marelli. Anthony, Vondung,
Aikin, Hossfeld. 15,8,21-V.
DER FREISCHÜTZ (Weber). Weigle.
Decker. Ketelsen, Nylund, Hossfeld,
Eglitis. 30-V.
IDOMENEO (Mozart). Zagrosek.
Neuenfels. Van der Walt, Koch,
Donose, Fontana. 1,5,12-V.
ŒDIPE (Enescu). Mandeal. Friedrich.
Ruuttunen, Nikolski, Carlson, Schörner. 2-V.
LUCIA DI LAMMERMOOR (Donizetti).
Ranzani. Sanjust. Bieber, Lipovsek,
Fernández, Wiedstruck. 9,13,17-V.
DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Meier.
Krämer. Stefanescu, Kaune, Hagen,
Bieber. 15-V.
WERTHER (Massenet). Piollet. Baumgarten. Clarke, Lie, Schubert, Schörner. 16,19,22,26-V.
MANON (Massenet). Guingal. Lievi.
Nadelmann, Sala, Fernández, Miller.
20,23,27,30-V.
SALOME (Strauss). M. Albrecht. Freyer. Walther, Nielsen, Kollo, Johnson.
25,29-V.
FILADELFIA
ORQUESTA DE FILADELFIA
WWW.PHILORCH.ORG
STAATSOPER
WWW.STAATSOPER-BERLIN.ORG
DON GIOVANNI (Mozart). Klingele.
Mussbach. Reuter, Lascarro, Webster.
2,8,15,21,23,29,31-V.
MEFISTOFELE (Boito). Carignani.
Hilsdorf. Doss, Hernández, Raspagliosi, Piira. 16,20,22,28,30-V.
COSÌ FAN TUTTE (Mozart). Jordan.
Dörrie. Kammerloher, Röschmann,
Breslik, Queiroz. 2,5,10,14-V.
NOS (Shostakovich). Nagano. Mussbach.. Byrtel, Francis, Priew, Höhn.
6,8-V.
MADAMA BUTTERFLY (Puccini).
Jones. Gramss. Gauci, Lang, Rossi,
Daza. 15,20,23-V.
ELEGIE FÜR JUNGE LIEBENDE
(Henze). Jordan. Pade. Schmidt,
Rügamer, Müller, Lang. 22,26,28-V.
DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Weigle. Everding. Muzek, Pape, Amos,
Kammerloher, Trekel. 27,30-V.
BRUSELAS
LA MONNAIE
WWW.LAMONNAIE.BE
ELIOGABALO (Cavalli). Jacobs.
Boussard. Tro, Joshua, Zazzo, Visse.
2,4,6,7,9,11,12-V.
CLEVELAND
ORQUESTA DE CLEVELAND
WWW.CLEVELANDORCHESTRA.COM
150
DRESDE
SEMPEROPER
WWW.SEMPEROPER.DE
1-V: Alan Gilbert. Jian Wang, chelo.
Lindberg, Stenhammar, Haydn, Ravel.
6,7,8: Mitsuko Uchida, piano y
dirección. Mozart.
13,15,25: Franz Welser-Möst.
Bridge, Birtwistle, Schubert.
20,23: Franz Welser-Möst. Coro de
Cleveland. Gaesten, Brewer, Palmer,
1,4-V: Christoph Eschenbach. Gidon
Kremer, violín. Shostakovich, Mahler.
6,7,8: Christoph Eschenbach. Messiaen, Bruckner.
FRANCFORT
OPER FRANKFURT
WWW.OPER-FRANKFURT.DE
MARCON
ARIODANTE (Haendel). Marcon.
Freyer. Ernman, Surguladze, Kang,
Fontosh. 1,7-V.
GINEBRA
GRAND THÉÂTRE
WWW.GENEVEOPERA.CH
LES NÈGRES (Levinas). Kontarsky.
Nordey. Belobo, Cole, Hyman,
Voschezang. 2,4-V.
IDOMENEO (Mozart). Gielen. K. y E.
Herrmann. Lewis, Minutillo, Remigio,
Schörg. 7,9,11,13,15,17,19-V.
Zajick. 3,9,12,15,18,30-V.
LE NOZZE DI FIGARO (Mozart).
Reck. Judge. Bayrakdarian, Schrott,
Fedderly, Rivera. 22,26,29-V.
THE SOUTH BANK CENTRE
WWW.SBC.ORG.UK
LYON
OPÉRA NATIONAL DE LYON
WWW.OPERA-LYON.ORG
5-V: Real Orquesta Filarmónica.
Daniele Gatti. Christine Schäfer,
soprano. Strauss, Mahler.
6: Orquesta Philharmonia. Mikko
Franck. Simon Trpceski, piano.
Sibelius, Grieg, Shostakovich.
9: Cuarteto Mosaïques. Haydn,
Mozart, Schubert.
10: The King’s Consort. Robert King.
Mozart, Haydn.
11:
Mikhail
Pletnev,
piano.
Beethoven, Chaikovski.
13: Cuarteto Alban Berg. Haydn,
Shostakovich, Brahms.
16: Coro y Filarmónica de Londres.
Kurt Masur. Watson, Larsson, Studebaker, Selig. Beethoven, Misa solemne.
18: Evgeni Kissin, piano. Chopin,
Medtner, Stravinski.
19: Orquesta Philharmonia. Coro
Bach. David Hill. Mozart, Brahms,
Beethoven.
20: Real Orquesta Filarmónica.
Daniele Gatti. Joanna MacGregor,
piano. Mozart, Bartók.
22: Orquesta Philharmonia. Philharmonia Voices. András Schiff.
Hartelius, Groop, Odinius, Müller.
Bach, Misa en si menor.
23: Coro y Filarmónica de Londres.
Howard Shore. Shore, Sinfonía “El
señor de los anillos”.
24: Orquesta Age of Enlightenment.
Vladimir Jurowski, Alexei Lubimov,
piano. Bortnianski; Beethoven, Mozart.
25: Real Orquesta Filarmónica.
Charles Dutoit. Maxim Vengerov.
Vaughan Williams, Britten, Ravel.
27: Orquesta Philharmonia. Vladimir
Ashkenazi. Chaikovski, Mahler.
28: Orquesta Saito Kinen. Seiji Ozawa. Takemitsu, Bartók, Chaikovski.
30: Orquesta Philharmonia. Vladimir
Ashkenazi.
Brahms,
Haydn,
Chaikovski.
ROYAL OPERA HOUSE COVENT GARDEN
WWW.ROYALOPERAHOUSE.ORG
IL TROVATORE (Verdi). Downes.
Moshinsky. Berti, Cedolins, Mishura,
Ataneli. 3,6,11,14,19,22-V.
ARABELLA (Strauss). Von Dohnányi.
Mussbach. Mattila, Hampson, Bonney, Korn. 21,24,27-V.
LISBOA
TEATRO SÃO CARLOS
WWW2.SAOCARLOS.PT
LOS ANGELES
FILARMÓNICA DE LOS ANGELES
WWW.LAPHIL.COM
IL TURCO IN ITALIA (Rossini). Abel.
Monticelli. De Candia, Vinco, Forte,
Teixeira. 6,8,10,12,14-V.
6,7,8,9-V: Miguel Harth-Bedoya.
Joshua Bell, violín. Bernstein,
Corigliano, Elgar.
14,15,16: Robert Spano. André
Watts, piano. Copland, MacDowell,
Dvorák.
21,22,23: Esa-Pekka Salonen. Gidon
Kremer, violín. Lindberg, Bartók,
Sibelius.
28,29,30: Esa-Pekka Salonen. Mitsuko Uchida, piano. Lim, Mozart,
Brahms.
LONDRES
THE BARBICAN CENTRE
WWW.LSO.CO.UK
1,2,5,6,8-V: Sinfónica de Londres.
Veleri Gergiev. Prokofiev, Sinfonías.
6: Cuarteto Prazak. Janácek, Dvorák.
13: Ivan Moravec, piano. Janácek,
Smetana.
17,20,23: Coro y Sinfónica de Londres. Colin Davis. Elliott, Pertusi,
Henschel, Nadal. Verdi, Falstaff (versión de concierto).
LOS ANGELES OPERA
WWW.LOSANGELESOPERA.COM
IL TROVATORE (Verdi). Foster. Lawless. Radvanovski, Farina, Frontali,
LES BOREADES (Rameu). Minkowski. Pelly. Delunsch, Leger, Agnew,
Allen. 9,11,13,15,17,19,21-V.
MINKOWSKI
ARABELLA (Strauss). Törzs. Negrin.
Nylund, Drabowicz, Larsson, Bowers.
22,25,28,31-V.
21: Alexander Baillie, chelo; James
Lisney, piano. Beethoven, Sonatas
para chelo.
26: Coro y Sinfónica de Londres.
Andrew Davis. Smirnov, Mahler.
HAMPSON
AMBERES
DE VLAAMSE OPERA
WWW.VLAAMSEOPERA.BE
Held. Strauss, Elektra (versión de
concierto).
27,28,29,30: Franz Welser-Möst.
Pierre-Laurent Aimard, piano. Rossini, Dvorák, Shostakovich.
AIMARD
INTERNACIONAL
MILÁN
TEATRO DEGLI ARCIMBOLDI
WWW.TEATROALLASCALA.ORG
FALSTAFF (Verdi). Muti. Strehler.
Maestri, De Carolis, Filianoti, Frittoli.
2,4,6,8,11,13,15-V.
MUNICH
FILARMÓNICA DE MUNICH
WWW.MUENCHNERPHILHARMONIKER.DE
2,3-V: Sylvain Cambreling. Trojahn,
Dukas, Dutilleux.
13,14: Coro Filarmónico. Rafael
Frühbeck. Jansen, Vermillion, Lippert, Lika. Beethoven, Misa solemne.
19: Peter Ruzicka. Killmayer, Lachenmann, Petersson.
24,25,27: Sakari Oramo. Isabelle
Faust, violín. Debussy, Jolivet,
Stravinski.
BAYERISCHE STAATSOPER
WWW.STAATSOPER.DE
LULU (Berg). Boder. Alden. Arellano,
Karnéus, Fox, Moll. 2,5,8-V.
LOHENGRIN (Wagner). Auguin.
Friedrich. Pape, Heppner, Diener,
Leiferkus. 3,9,16,20-V.
FIDELIO (Beethoven). Fischer. Mussbach. Rasilainen, Gambill, Schwanewilms, Moll. 13,15,19-V.
LE NOZZE DI FIGARO (Mozart).
Bicket. Dorn. Skovhus, Watson,
Kozená, Relyea. 21,24,27-V.
MANON
LESCAUT
(Puccini).
Delacôte. Homoki. Lukács, Strauch,
Palombi, Helm. 23,25,29-V.
NUEVA YORK
FILARMÓNICA DE NUEVA YORK
WWW.NEWYORKPHILHARMONIC.ORG
1-V: Charles Dutoit. Martha Argerich,
piano. Ravel, Schumann, Prokofiev.
5,7,8: Marin Alsop. Chenoweth,
Groves, Allen, Price Bernstein, Candide (versión de concierto).
11,12,13: David Robertson. Garrick
Ohlsson, piano. Ives, Copland,
Varèse.
15,19,20: Alan Gilbert. Mahler, Copland, Berg, Ives.
21,22,25: John Adams. Ives, Adams.
27,28,29: Lorin Maazel. Leon Fleisher. Stravinski, Ravel, Ives.
METROPOLITAN OPERA
WWW.METOPERA.ORG
DAS RHEINGOLD (Wagner). Levine.
Eaglen, Voigt, Morris, Held. 3-V.
DIE WALKÜRE (Wagner). Levine.
Eaglen, Voigt, Naef, Domingo. 4-V.
RUSALKA (Dvorák). Davis. Fleming,
Urbanová, Zajick, Larin. 5,8-V.
SIEGFRIED (Wagner). Levine. 6-V.
DON GIOVANNI (Mozart). Davis.
Deshorties, Polenzani, Mattei, Pertusi.
7-V.
GÖTTERDÄMMERUNG (Wagner).
Levine. 8-V.
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GUÍA
COIN
2-V: Ensemble Baroque de Limoges.
Christophe Coin. C. P. E. y W. F.
Bach, Mozart. (Châtelet).
5: Orquesta Barroca de Amsterdam.
Ton Koopman. Yo Yo Ma, chelo.
Haendel, Vivaldi. (Teatro de los Campos Elíseos [www.theatrechampselysees.fr]).
9: Fazil Say, piano. Bach, Haydn,
Beethoven. (Châtelet).
11: Felicity Lott, soprano; Angelika
Kirchschalager, mezzo; Graham
Johnson, piano. Schubert, Schumann,
Brahms. (T. C. E.).
13: Coro de Radio Francia. Orquesta
Nacional de Francia. Emmanuel Krivine. Schumann, Manfred. (T. C. E.).
14: Ensemble Matheus. Coro
Akademia. Jean-Christoph Spinosi.
Vivaldi. (T. C. E.).
16: Augustin Dumay, violín;
clavecinista por determinar. Bach,
Corelli, Vivaldi. (Châtelet).
17: Il Giardino Armonico. Giovanni
Antonini. Vivaldi. (T. C. E.).
26: Ensemble Orchestral de Paris.
Jesús López Cobos. Jean-François
Heisser, piano. Cagneaux, Falla,
Brahms. (T. C. E.).
27: Orquesta Saito Kinen. Seiji Ozawa. Bartók, Chaikovski. (T. C. E.).
Berg, Brahms.
14: Sinfónica de la Radio de Viena.
Michael Boder. Lilia Zilberstein,
piano. Mendelssohn, Henze, Rachmaninov.
15,16: Sinfónica de Viena. Georges
Prêtre. Bruckner, Novena.
18,19: Orquesta de Filadelfia.
Christoph Eschenbach. Beethoven,
Shostakovich. / Messiaen, Bruckner.
22,23: Filarmónica Checa. Charles
Mackerras. Pierre-Laurent Aimard,
piano. Dvorák, Janácek.
25: Orquesta Saito Kanen. Seiji Ozawa. Takemitsu, Bartók, Chaikovski.
26: Maurizio Pollini, piano. Programa
POLLINI
PARÍS
por determinar.
27: Clemencic
Clemencic. Biber.
Consort.
STAATSOPER
WWW.WIENER-STAATSOPER.AT
IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini).
Halász. Garanka, Schade, Fink, Nucci. 1,12-V.
FALSTAFF (Verdi). Luisi. Stoyanova,
Henschel, Lisnic, Terfel. 2,5,8-V.
JAKOBSLEITER (Schoenberg) /
GIANNI SCHICCHI (Puccini). Boder.
Dene, Weber, Kerl, Nucci. 4,7-V.
TRISTAN UND ISOLDE (Wagner).
Thielemann. Voigt, Fujimura, Moser,
Holl. 9,13,16,20-V.
THIELEMANN
OPÉRA BASTILLE
WWW.OPERA-DE-PARIS.FR
IL TROVATORE (Verdi). Benini.
Zambello. Michaels Moore, Mescheriakova, Diadkova. 2,4,12,15,18-V.
LA DAMNATION DE FAUST
(Berlioz). Elder. Lepage. Larmore,
Groves, Ramey, Fel. 24,27,30-V.
PALAIS GARNIER
WWW.OPERA-DE-PARIS.FR
ALCINA (Haendel). Nelson. Carsen.
Orgonasova,
Kasarova,
Ciofi,
Genaux. 13,16,19,22,25,28,31-V.
THÉÂTRE CHÂTELET
WWW.CHATELET-THEATRE.COM
LES PALADINS (Rameau). Christie.
Montalvo. Lehtipuu, Piau, Naouri,
Velletaz. 14,16,17,19,22,24,26,28V.
VENECIA
TEATRO MALIBRAN
WWW.TEATROLAFENICE.IT
DER FREISCHÜTZ (Weber). Haider.
Nel. Schnitzer, Costa, Welkert, Seiffert. 28,30-V.
VIENA
MUSIKVEREIN
WWW.MUSIKVEREIN.AT
BARENBOIM
2-V: Daniel Barenboim, piano.
Beethoven, Sonatas.
10: Filarmónica de Viena. Chorus
Viennensis. Mariss Jansons. De Vol,
Meier, Botha, Quasthoff. Schoenberg,
Gurrelieder.
13,15: Susan Graham, mezzo; Malcolm Martineau, piano. Debussy,
René
CARMEN (Bizet). Märkl. Baltsa,
Isokoski, Rouillon. 11,15,19,23,27-V.
L’ELISIR D’AMORE (Donizetti).
Chaslin. Kühmeir, Giordano, Daniel,
Sramek. 17-V.
TOSCA (Puccini). Viotti. Papian, Ikaia-Purdy, Mastromarino. 22-V.
DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Jones.
Poblador, Röschmann, Rydl, Kammerer. 25,29-V.
L’ITALIANA IN ALGERI (Rossini).
Chaslin. Baltsa, Isokoski, Shicoff,
Rouillon. 28,31-V.
SIEGFRIED (Wagner). Märkl. Watson,
Franz, Titus, Zednik. 30-V.
ZURICH
OPERNHAUS
WWW.OPERNHAUS.CH
LA FANCIULLA DEL WEST (Puccini).
Fournillier. Pountney. Valayre, Cura,
Pons, Vogel. 1,4,7,9-V.
DIALOGUES
DE
CARMELITES
(Poulenc). Plasson. Nickler. Rey,
Palmer, Kaluza, Macias. 2,5,8,11,13,
19,21,28-V.
CARMEN (Bizet). Plasson. Mussbach.
Baltssa, Mosuc, Janková, Shicoff.
6,15-V.
LA TRAVIATA (Verdi). Viotti. Flimm.
Mosuc, Peetz, Aronica, Pons.
16,20,22,31-V.
I VESPRI SICILIANI (Verdi). Rizzi.
Lievi. Marrocu, Schmid, Raimondi,
Nucci. 23,27,29-V.
DIE
ZAUBERFLÖTE
(Mozart).
Soltesz. Miller. Miklósa, Janková,
Kohl, Friedli. 25-V.
151
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CONTRAPUNTO
LA DISPUTA POR SHOSTAKOVICH
E
152
n la profundidad del mediooeste estadounidense se está
preparando un misil de la
guerra fría para lanzarlo.
Desde la University of Indiana Press en Bloomington, se están
enviando por correo ejemplares
anticipados de lo que se asegura
académicamente será “la última
palabra sobre la polémica Shostakovich”.
“Polémica”, según el uso de hoy,
es una palabra esquiva. Indica que
alguien ha mentido y cometido un
delito pero no ha sido cogido o es
tan importante que se le tiene miedo. Por ejemplo, la BBC habla de un
conocido pornógrafo como “polémico”.
En lo que se refiere a Dimitri
Shostakovich, la “polémica” surgió
cuando se publicó un volumen de
memorias, llamado Testimonio, en
Nueva York en 1979, cuatro años
después de la muerte del gran compositor. Cuenta sus sufrimientos bajo Stalin, su rechazo al
comunismo, su cáustico menosprecio de algunos de sus famosos colegas. Fue Solomon Volkov, un músico de Leningrado
que emigró en 1976, “a quien el compositor narró las memorias
y quien las editó”.
Al salir Testimonio, conmocionó más a los músicos occidentales —que perezosamente se habían tragado la línea oficial de que
Shostakovich fue un leal soviético— que al público ruso, que
siempre había detectado una subyacente disidencia en su música,
el comentario contrapuntístico de una humanidad ultrajada.
Las autoridades soviéticas reaccionaron en bloque a Testimonio desmintiendo su contenido; movilizaron a la familia y
amigos de Shostakovich para que atacaran las memorias como
fraudulentas. Volkov mostró varias páginas de su manuscrito
que habían sido firmadas y convalidadas por el propio compositor. Durante la década de los 80, el hijo del compositor
Maxim y muchos de sus amigos desertaron de la Unión Soviética. Uno tras otro, autenticaron la veracidad de Testimonio.
Se desintegró el estado soviético y la simple verdad dejo de
ser conflictiva. Shostakovich había, según las palabras de su
íntimo amigo Mstislav Rostropovich, redactado una historia
secreta de la tiranía soviética en sus 15 sinfonías y un relato de
sus particulares tormentos en sus 15 cuartetos para cuerdas. Así
que fin de la “polémica” o al menos así lo parecía.
Sin embargo, para un grupo de académicos de USA, educados en la Unión Soviética, la simple verdad no fue aceptable.
Durante la década de los 90, esa pandilla de doctos montó
varios asaltos a Volkov en un intento de imponer una visión
contra-revisionista de Shostakovich como un tímido y dócil ciudadano soviético. Dirigidos por Richard Taruskin de la Universidad de California, estos catedráticos se hicieron con el control
de las editoriales. Un aliado de Taruskin, Laurel E. Fay, escribió
una biografía “acreditada” de Shostakovich para Oxford University Press, que retrataba al compositor como servilmente
obediente a los caprichos de Stalin. El nuevo Shostakovich
Casebook, editado para Indiana Press por Malcolm H. Brown,
recoge unos artículos que atacan Testimonio. Brown no los
sometió a Volkov en Nueva York para sus comentarios. Así
valen la imparcialidad erudita y el espíritu de investigación.
Volkov y su mujer Marianna viven en un apartamento de
una habitación en una torre que está
situada en Broadway, frente al río
Hudson, que con la luz temprana se
parece a su Neva nativo. Tomamos
un par de coñacs recientemente y le
conté noticias que me habían llegado
de un marchante ruso que recordaba
que le había visto cuando venía a
visitar al enfermo Shostakovich, con
el manuscrito en mano, para su verificación. Con desaliento, Volkov se
encogió de hombros; fue acusado
por los Taruskines de ser un mentiroso y un falsificador y de que apenas conocía al compositor.
Su réplica a sus calumnias es un
estudio de Shostakovich y de Stalin,
recientemente publicado por Little
Brown, que remonta el anticomunismo del compositor a los albores de
su vida creativa.
El impacto del terror estatal en el
aislado compositor está gráficamente
ilustrado en unas nuevas memorias,
Maxim y Galina (Short Books). Los
hijos recuerdan cómo su padre fue convocado por el NKVD, el
precursor del KGB, y le exigieron que volviera con una “confesión” que implicaba a otros en una conspiración contra el estado. El propio Shostakovich se presentó a la mañana siguiente
en la Casa Grande en Leningrado y pasó todo el día esperando
en un pasillo. ¡Y luego para decirle que su interrogador mismo
había sido detenido y que él podía marcharse!
El resto de su vida se lo pasó haciendo un delicado equilibrio entre la necesidad de proteger a su familia y el deseo de
atestiguar.
Elaboraba códigos basados en sus iniciales para insertar mensajes en sus partituras. El Octavo Cuarteto, que todos concuerdan
es su obra más personal, fue escrito en 1960 después de que le
obligaran a ingresar en el Partido Comunista. Galina recuerda la
página dedicatoria original: “a la memora de mí mismo”.
Las pruebas de su valor moral y el malestar político son tan
abrumadoras que es difícil imaginar cómo un musicólogo, por
muy aislado de la realidad que esté, podría hacer creer que es
de otra forma. Sin embargo, Taruskin y sus compañeros de viaje mantienen a capa y espada su versión y su perseverancia es
poderosa. Taruskin tiene el eco del New York Times, el único
periódico de los Estados Unidos que se toma en serio estos
asuntos; también prepara para Oxford una historia en seis
tomos de la música occidental que dejará en la memoria de las
generaciones venideras de estudiantes su perversa opinión
acerca de Shostakovich.
¿Qué es lo que mueve a estos recalcitrantes? Es difícil decirlo sin que vayan a ver a un psicoanalista, pero lo que Taruskin,
Fay y Brown tienen en común en sus currículos es una feliz
etapa estudiantil en la antigua Unión Soviética, donde la vida
era espartana y Shostakovich un lenguaje secreto en el que
nadie en Occidente había penetrado aún. No pueden perdonar
a Volkov por sus revelaciones, ni pueden retractarse de sus
propias teorías sin parecer como idiotas. Y así prosperan estos
nostálgicos lacrimógenos, luchando en una guerra fría desde
sus cátedras, inconscientes del descrédito que echan sobre la
indisciplina de la musicología y sobre la buena fama del héroe
más grande de la época soviética: Dimitri Shostakovich.
Norman Lebrecht
S C H E R Z O
VIERNES, 11 DE JUNIO DE 2004 A LAS 19:30 HORAS
SCHERZO PIANO
Y
DEUTSCHE GRAMMOPHON
Presentan en Madrid al pianista
Lang Lang
PROGRAMA
R. SCHUMANN
Variaciones Abegg en fa mayor, op.1
Entrada exclusivamente por invitación
para los suscriptores de la revista
SCHERZO PIANO hasta agotar el aforo
disponible por estricto orden de llegada
de las peticiones.
TAN DUN
8 Memories in Watercolor, op. 1
F. CHOPIN
Noctuno en re bemol mayor, op.27 nº 2
MÁXIMO DE DOS INVITACIONES POR SUSCRIPCIÓN
Aclamado en las principales salas de todo el mundo, el joven pianista LANG LANG (Shen Yang, China 1972), hará su
presentación madrileña en el Auditorio Nacional el próximo 11 de junio de 2004. Ganador de prestigiosos concursos
internacionales (IV Concurso de Jóvenes Pianistas de Alemania y Concurso Tchaikovsky de Jóvenes Músicos, celebrado
en Japón en 1995, y Premio Leonard Bernstein en su primera edición), LANG LANG debutó en el Carnegie Hall de Nueva
York en abril del 2001 junto a la Sinfónica de Baltimore y Yuri Temirkanov. En diciembre de ese año actuó junto a la
Orquesta de Filadelfia, bajo la batuta de Wolfgang Sawallisch, y en julio de 2002 ofreció cinco conciertos en una semana
en el Festival de Ravinia acompañado por la Sinfónica de Chicago, en solitario y a dúo con Christoph Eschenbach. Entre
sus últimos compromisos figuran actuaciones con la Filarmónica de Londres (Eschenbach); una gira por Europa con la
Sinfónica NDR de Hamburgo; conciertos con la Sinfónica NHK de Japón y Charles Dutoit; y su debut con la Filarmónica de
Nueva York dirigida por Lorin Maazel. Ha ofrecido recitales en las principales ciudades de Estados Unidos, así como en
Europa (Londres, París, Viena, Zúrich, Munich, Milán, Bamberg, Lisboa, Rotterdam, Estocolmo, San Petersburgo,
Valencia y Bilbao) y Asía (Singapur, Manila, Kuala Lumpur, Hanoi, Pekín, Shangai, Hong Kong y Seúl). Ha actuado en los
festivales internacionales de la BBC Proms de Londres, Aspen, Marlboro, Tanglewood, Saratoga, Verbier, Schleswig
Holstein y en el Festival de Piano del Rhin. En 2004 tiene previstas actuaciones con la Filarmónica de Los Angeles (Alsop),
Orquestas de Filadelfia y París (Eschenbach) Filarmónica de Londres (Jurowski), Filarmónica de Israel (Chaslin),
Staatskapelle de Berlín (Baremboim) y Filarmónica de Berlín (Simon Rattle). Desde 2002 graba en exclusiva para
Deutsche Grammophon, compañía con la que ha publicado dos discos: Primeros Conciertos para piano de Tchaikovsky y
Mendelssohn (Orquesta Sinfónica de Chicago y Daniel Barenboim) y un recital en vivo, grabado en noviembre de 2003 en
el Carnegie Hall, que acaba de salir al mercado.
ORGANIZA Y PATROCINA:
AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA
SALA DE CÁMARA
DISEÑO: ARGONAUTA
F. SCHUBERT
Fantasía en do menor, D 760 “Wanderer”
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