descargar en pdf

Anuncio
www.buzos.com.mx
29 de septiembre de 2014 — buzos
Escafandra
45
La demencia de Job y la inclemencia de su autor contra sí mismo
Ángel trejo RAYGADAS / Periodista - escritor
pero las dispara a raudales en descripciones y disquisiciones
en las que bastarían sólo un par de metáforas o un par de
variables de opinión. Es un barroco churrigueresco ostentoso y apabullante que termina por sepultar con exageraciones
Ilustración: Carlos Mejía
El escritor colombiano José María Vargas Vila (1860-1933)
cuenta en La demencia de Job la historia de un leproso que
heredó el mal de su padre y que su madre le ocultó de niño
y de joven para preservarlo tanto del recuerdo negativo que
tenía de aquél –siempre lo vio a distancia y jamás recibió de
él una caricia– así como de la causa por la que vivían aislados en una finca de la región selvática de Colombia. Cuando
llegan a avecindarse una extranjera y su hija (Catalina Ritter)
a una residencia cercana a La Villa de las Nefúfares, y Lucas
Poveda se enamora de ésta, el secreto de la llamada enfermedad bíblica empieza a develarse para desencadenar una
tragedia familiar en la que también intervienen un cura (don
Ciriaco) y Marta, una sobrina huérfana e hija adoptiva de
Carmen Luque, la madre de Lucas. Un primer drama episódico ocurre cuando Catalina Ritter se niega a casarse con Lucas
y a partir de éste se suscitan otros: don Ciriaco propone que
Lucas se haga seminarista para prevenir el arribo de la lepra;
cuando ésta llega Lucas tiene que renunciar al sacerdocio y
a una incipiente fama como autor literario y teológico; de
nuevo él y su madre deben aislarse en La Villa de los Nefúfares; Lucas se enamora y es correspondido por Marta; don
Ciriaco, que quería para sí a ésta, intenta rescatarla y al no
lograrlo arma un motín popular contra la familia Poveda. El
desenlace final es terrible: cuando Marta revela a Lucas que
está embarazada, éste la ahorca para evitar que haya descendencia, pero antes de hacerlo le dice: “Maldita sea tu vientre
que ha concebido el dolor; malditas tus entrañas fecundadas
por la lepra”.
La estructura narrativa de La demencia de Job es moderna, pues estimula y retarda con habilidad la información que
el lector va exigiendo de la historia, a fin de racionalizar el
suspenso y entregar el desenlace fatal hasta la última página.
La eficiencia de Vargas Vila es impecable, al igual que sus
descripciones deslumbrantes de la selva colombiana. En este
libro de 1916, escrito en plena madurez, el autor evidencia lo
que todo mundo sabía de él: que era un escritor que conocía
bien los modelos de escritura moderna, que era un crítico literario exigente y que podía escribir igual que sus contemporáneos, pero que inexplicablemente se obstinaba en escribir
con base en una retórica decimonónica, una temática “tremendista” al modo híperantiguo y con usos ortográficos peculiares que afectaban sus relatos. Sus imágenes poéticas son
novedosas y audaces, sus reflexiones incisivas y reveladoras,
sus brillantes discursos heréticos, morales y políticos. Quizá
fuera posible actualizarlo con base en una de las adaptaciones como las que hacen los traductores de poetas antiguos
–Homero, Dante, Virgilio, Vyasa, Valmiki, etcétera– cuyos
versos no pierden su esencia poética ni informativa al ser
vertidos en prosa moderna.
Descargar