Violación a los Derechos de Estabilidad Laboral y Libertad de

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Opinión Legal
Violación a los Derechos de Estabilidad Laboral
y
Libertad de Asociación.
de
Roberto Sjunnebo
en el marco de
LO-TCO proyecto
de Derecho Laboral
Caso 205-5
Nicaragua
2008
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Introducción
Según la información recibida se fundó un sindicato local (Sindicato de
Trabajadores de la Empresa AFL Honduras, S. de R.L. – en adelante “el sindicato
local”) en la empresa Honduras, S. de R.L. (en adelante “la empresa”) con sede
en el parque industrial Zip El Porvenir en el municipio El Progreso, departamento
de Yoro.
Cuando la empresa descubrió que se había creado un sindicato local, inició
acciones contra los socios del sindicato. Las acciones se intensificaron cuando el
sindicato preparó un pliego de peticiones para negociación del primer contrato
colectivo. En Mayo de 2008, el empleador empezó a despedir miembros del
sindicato y amenazó a los demás con el cierre de la empresa si insistían en su
derecho de organización y negociación de un contrato colectivo. Según la
empresa había necesidad de reducir las actividades de la planta. Después de los
despidos de los trabajadores sindicalizados, el sindicato quedó con 30 socios de
los 585 trabajadores en la planta.
La organización central, Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras, ha
presentado una queja al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Las
autoridades, no obstante, no han actuado contra la empresa que ha continuado
amenazando los sindicalizados con el cierre de operaciones si continúan
ejerciendo su derecho de organización.
Los antecedentes entregados indican que los miembros del sindicato no han
presentado ninguna demanda a la Corte Laboral para lograr el reintegro al
trabajo y/o daños y perjuicios. Debido a las intimidaciones sufridas han aceptado
indemnización por cese.
Legislación nacional
La constitución de la república de Honduras estipula que los trabajadores y los
empleadores tienen derecho de asociación y afiliación. Además, los tratados
internacionales ratificados por Honduras forman parte de la legislación nacional
cuando hayan entrado en vigor. En caso de conflicto entre un tratado o
convención y una ley nacional, prevalecerá el primero. El Código Laboral estipula
que un empleador, en caso de reducción del personal, dará prioridad a los
sindicalizados. No obstante, respetará los derechos de antigüedad y dará
preferencia solo en igualdad de condiciones.
Derecho internacional
La OIT
La fuente más importante de derecho internacional aplicable al presente caso es
el convenio 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación,
y el convenio 98 sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva.
Honduras ratificó el convenio 87 el 27 de junio de 1956 por lo cual el convenio
forma parte de la legislación interna. En el caso de conflicto con otra ley nacional
prevalecerá el convenio.
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La disposición más importante del convenio 87 se halla en el artículo 2, que dice:
“Los trabajadores y los empleadores, sin ninguna distinción y sin autorización previa,
tienen el derecho de constituir las organizaciones que estimen convenientes, así
como el de afiliarse a estas organizaciones, con la sola condición de observar los
estatutos de las mismas.” Además, el artículo 11 especifica: “Todo Miembro de la
Organización Internacional del Trabajo para el cual esté en vigor el presente
Convenio se obliga a adoptar todas las medidas necesarias y apropiadas para
garantizar a los trabajadores y a los empleadores el libre ejercicio del derecho de
sindicación.”
El derecho de organizarse también es protegido por el convenio 98, ratificado por
Honduras el 27 de junio de 1956. Dado que el convenio ha sido ratificado por
Honduras forma parte de la legislación interna. En el caso de conflicto con otra ley
nacional prevalecerá el convenio.
El artículo 1o de esta convención estipula: “Los trabajadores deberán gozar de
adecuada protección contra todo acto de discriminación tendiente a menoscabar la
libertad sindical en relación con su empleo.” En artículo 3 se dice: “Deberán crearse
organismos adecuados a las condiciones nacionales, cuando ello sea necesario,
para garantizar el respeto al derecho de sindicación definido en los artículos
precedentes.”
Los convenios 87 y 98 han sido interpretados varias veces por el Comité de libertad
sindical de la junta directiva de la OIT.
El Comité ha declarado que ninguna persona podrá ser perjudicada en su empleo
por su afiliación sindical o participación presente o pasada en actividades sindicales
legítimas. (Véase Digesto de 1985, paras 538 y 551). Además, nadie podrá ser
perjudicado en su empleo por afiliación a un sindicato aún cuando el sindicato no
haya sido reconocido por el empleador como representante de la mayoría de los
trabajadores interesados (véase Digesto 1985, para 540).
El comité ha declarado que nadie podrá ser despedido o perjudicado en su trabajo
por su afiliación sindical o participación presente o pasada en actividades sindicales
legítimas y que es importante prohibir o penalizar en la práctica todo acto
discriminatorio antisindical en cuanto al empleo (véase Informe 270, caso no 1460,
para 63; Informe 272, caso no 1506, para 132 e Informe 295, caso no 1764, para
461).
Un gobierno que se ha obligado a garantizar el derecho de organización a través de
medidas apropiadas debe tomar medidas adicionales, cuando sean necesarias, para
que esta garantía sea real. Las medidas adicionales pueden incluir la protección de
los trabajadores contra discriminación antisindical en el empleo (véase Digesto 1985,
para 539). Medidas inadecuadas de protección contra discriminación antisindical, y
en especial contra despidos, pueden resultar en la desaparición de sindicatos de
empresa. Por esta razón hay que tomar medidas para asegurar una protección más
amplia de dirigentes de todo tipo de organizaciones así como de delegados y
miembros de sindicatos contra cualquier acto discriminatorio.
Para garantizar la eficaz aplicación del artículo 1o del convenio 98 se pueden
introducir medidas y sanciones explicitas en la legislación (véase 1996 Digesto, para
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697, Informe 300, caso no 1799, para 209; Informe 329, caso 2172, para 351 y caso
no 2068, para 436; Informe 334, caso no 2222, para 210 e Informe 335, caso no
2265, para 1347). Siempre y cuando la protección contra discriminación antisindical
sea garantizada, los métodos adoptados para proteger los trabajadores pueden
variar de país en país. No obstante, cuando haya discriminación, el gobierno debe
tomar todas las medidas necesarias para eliminarla, sin importar los métodos
normalmente aplicados (véase 1996 Digesto, para 737; Informe 307, caso no 1877,
para 403 e Informe 330, caso no 2229, para 950).
El gobierno tiene la obligación de prevenir todo acto de discriminación antisindical y
de asegurar que quejas de discriminación antisindical sean examinadas en el marco
de procedimientos nacionales que deben ser puntuales, imparciales y vistos como
tales por las partes interesadas (véase 1996 Digesto, para 738 y, por ejemplo,
Informe 307, caso no 1877, para 403; Informe 310, caso no 1880, para 539; Informe
321, caso 1972, para 77; Informe 327, caso no 1995, para 211; Informe 330, caso no
2126, para 152; Informe 334, caso no 2126, para 73; Informe 335, caso no 2228,
para 897; Infome 336, caso no 2334, para 536; Informe 337, caso no 2395, para
1200 e Informe 338, caso no 2402, para 467).
En casos de supuesta discriminación antisindical, las autoridades competentes para
oir casos laborales deben iniciar inmediatamente una investigación y tomar las
medidas necesarias para remediar cualquier efecto de la discriminación antisindical
presentada para su consideración (véase Digesto 1996, para 754 y, por ejemplo,
Informe 308, caso no 1897, para 476; Informe 309, caso no 1852, para 335, Informe
310, caso no 1880, para 539; Informe 318, caso no 1987. para 56; Informe 320, caso
no 1989, para 327; Informe 328, caso no 2116, para 364; Informe 331, caso no 2068,
para 265; Informe 334, caso no 2200, para 757; Informe 337, caso no 2371, para
238 e Informe 338, caso no 2407, para 492).
Cuando un gobierno se ha comprometido a asegurar que el libre ejercicio de los
derechos sindicales será garantizado por medidas apropiadas, tales garantías deben,
para ser eficaces, ser acompañadas por medidas que incluyan la protección de los
trabajadores contra discriminación antisindical en el empleo (véase Digesto 1996,
para 744). Quejas contra actos de discriminación antisindical deben normalmente ser
vistas por un mecanismo nacional que, además de ser puntual, también debe ser
imparcial y visto como imparcial por las partes involucradas. Las partes deben
participar en el proceso en una forma apropiada y constructiva (véase Digesto 1996,
para 750; Informe 330, caso no 2158, para 853; Informe 331, caso no 2187, para
443; Informe 332, caso no 2262. para 397 e Informe 334, caso no 2126, para 73).
A menudo puede ser difícil o hasta imposible para los trabajadores presentar
pruebas de un acto de discriminación antisindical cometido contra ellos. Esto
muestra la gran importancia del artículo 3 del convenio 98, que estipula que se
deben crear organismos adecuados a las condiciones nacionales, cuando ello sea
necesario, para garantizar el respeto del derecho de sindicación (véase Digesto
1996, para 740; Informe 310, caso no 1867 para 88; Informe 311, caso no 1934 para
127, Informe 316 caso no 1970, para 556, Informe 330, caso 2186, para 372,
Informe 333, caso no 2186 para 354 e Informe 335, caso no 2265, para 1348).
Además de un organismo preventivo para prevenir discriminación antisindical (como,
por ejemplo, obligación de solicitar permiso de la inspección laboral antes de
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despedir a un dirigente sindical), otras medidas para asegurar la eficaz protección
pueden exigir que cada empleador declare que el motivo del despido de un
trabajador no tiene relación con sus actividades sindicales (véase 1996 Digesto,
para 752 y el Informe 335, caso no 2265, para 1348).
El comité ha dicho que los gobiernos han de tomar las medidas necesarias para dar
a los inspectores laborales el libre acceso, sin aviso previo, a cualquier lugar de
trabajo, para realizar cualquier examen o investigación necesario para poder
examinar la observación de las disposiciones legales – incluidas las relacionadas
con discriminación antisindical (véase 1996 Digesto, para 753 y el Informe 336, caso
no 2316, para 55).
El comité ha revisado varios casos sobre libertad sindical y el derecho de
organización relativos a Honduras. En el caso no 2157, el comité constató que el
requisito de presentar un caso a las cortes sería un proceso excesivamente largo y
que el gobierno debería tomar urgentes medidas para el reintegro del gran número
de dirigentes sindicales y socios de SITRATIARA. El comité también subrayó la
necesidad de imponer sanciones rápidas y disuasivas cuando se han cometido actos
antisindicales. El caso fue presentado por la Federación Internacional de
Trabajadores del Textil, Vestuario y Cuero.
Una organización sindical puede presentar una queja directamente al Comité de
libertad sindical, sin el consentimiento de la república de Honduras.
Las Naciones Unidas
Según el artículo 20 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, toda
persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas. Toda
persona tiene, además, según el artículo 23.4, derecho de fundar sindicatos y de
sindicarse para la defensa de sus intereses.
Según el artículo 81 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a afiliarse al de su
elección, con sujeción únicamente a los estatutos de la organización
correspondiente, para promover y proteger sus intereses económicos y sociales.
Honduras ratificó este instrumento el 17 de febrero de 1981.
Según el artículo 22 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, toda
persona tiene derecho a asociarse libremente con otras, incluso el derecho a fundar
sindicatos y afiliarse a ellos para la protección de sus intereses. Honduras ratificó
este instrumento el 25 de agosto de 1997.
Dado que Honduras ha ratificado los pactos arriba mencionados, estos forman parte
de la legislación interna. En caso de conflicto con otra legislación interna,
prevalecerán las convenciones.
Convención Americana de Derechos Humanos
Según el artículo 16 de la Convención Americana de Derechos Humanos, toda
persona tiene derecho a asociarse libremente con fines ideológicos, religiosos,
políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, deportivos o de cualquiera otra
índole. Honduras ratificó esta convención el 5 de septiembre de 1977. De ahí que
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esta convención forma parte de la legislación interna. En caso de conflicto con otra
legislación interna, prevalecerá la convención.
La Convención Americana de Derechos Humanos es interpretada por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Según la jurisprudencia, el despido de
empleados por actividad sindical, o sea, por participación en una manifestación para
derechos laborales, es una violación del artículo 16 de la convención (véase el caso
Baeno-Ricardo et al. v. Panamá). En comparación con la jurisprudencia del Comité
de libertad sindical, la jurisprudencia de la Corte Interamericana es menos elaborada
en cuanto a derechos laborales. La razón probablemente se halla en el
procedimiento de quejas. Un individuo no puede presentar su queja directamente a
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sino debe hacerlo a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión determina si la queja es
admisible o no. La república de Honduras, no obstante, ha aceptado la jurisdicción
contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En otro caso se
requiere que un estado parte presente voluntariamente casos a la Corte.
Declaración americana de los derechos y deberes del hombre
El artículo 22 de esta declaración dispone que toda persona tiene el derecho de
asociarse con otras para promover, ejercer y proteger sus intereses legítimos de
orden político, económico, religioso, social, cultural, profesional, sindical o de
cualquier otro orden. Esta declaración no es un tratado vinculante, pero la Corte
Interamericana y la Comisión la consideran una obligación vinculante para los
estados miembros de la OEA. No obstante, la declaración tiene poca influencia en
los países que han ratificado la Convención Americana de Derechos Humanos,
como Honduras.
Conclusión y posibles remedios
La república de Honduras ha ratificado todos los instrumentos internacionales
relevantes en lo que se refiere al derecho de asociación y afiliación. Una convención
ratificada es considerada ley vinculante en Honduras. De ahí que un individuo puede
fundamentar una queja ante una corte nacional en un tratado internacional. La
legislación nacional también parece aceptar y proteger la libertad de asociación y
afiliación.
En el caso presente, el problema no es que falta legislación nacional, sino que las
autoridades públicas no logran hacer respetar la legislación. Las autoridades no han
protegido los empleados de la empresa. No obstante, si los empleados aceptaron
voluntariamente el pago de indemnización por cese, una corte puede considerar que
la empresa y los miembros del sindicato han llegado a un acuerdo para resolver el
conflicto. No obstante, a juzgar por la descripción del caso parece que los miembros
del sindicato no aceptaron la indemnización voluntariamente, sino después de haber
sido intimidados. Un acuerdo logrado en estas condiciones no puede ser
considerado vinculante.
Si el acuerdo mencionado no es vinculante, opino que la república de Honduras, con
su falta de acción, ha violado todos los tratados mencionados arriba.
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La legislación internacional más elaborada y precisa aplicable al caso presente se
encuentra en las convenciones 87 y 98.
La jurisprudencia del Comité de libertad sindical dice que nadie será perjudicado en
su trabajo por su afiliación sindical o actividades sindicales legítimas. Además, nadie
será perjudicado en su trabajo por afiliación sindical aún si el sindicato no haya sido
reconocido por el empleador como representante de la mayoría de los trabajadores
en cuestión. Cuando se trata de casos de supuesta discriminación antisindical, las
autoridades competentes en asuntos laborales deben iniciar inmediatamente una
investigación y tomar las medidas necesarias para remediar las consecuencias de la
discriminación antisindical. Tal investigación debe ser puntual e imparcial. Los
inspectores laborales deben tener libre acceso a los lugares de trabajo sin necesidad
de dar aviso previo.
En el caso presente, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social no actuó. También
parece que la inspección realizada por los inspectores laborales fue parcial. Por lo
tanto, la república de Honduras ha violado las convenciones 87 y 98 de la OIT.
El Comité de libertad sindical de la OIT puede examinar quejas de organizaciones
sindicales individuales. Por lo tanto recomiendo que en el caso que nos ocupa se
presente una queja al Comité de parte del sindicato sectorial o local.
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