UNIVERSIDAD DE LA REPUBLICA FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y DE ADMINISTRACION ESCUELA DE ADMINISTRACION ECONOMIA Material bibliográfico: Parte:7: - La Economía uruguaya a finales del SXX e inicios del SXXI C Coooorrddiinnaaddoorr:: G Guussttaavvoo D Duuttrraa INTRODUCCION El presente material bibliográfico, contempla el contenido temático de la séptima parte del programa del curso de Economía de la Escuela de Administración de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración. El mismo, incluye los principales elementos de lineamiento económico que pautaron el desenvolvimiento socioeconómico del Uruguay en las últimas décadas del SXX e inicios del SXXI. Particularmente, contempla las características generales del proceso de estabilización implementado a partir de 1990 y en particular condicionamiento externo que el mismo implica en el marco de un mundo globalizado y con procesos de integración. Este material, está dirigido a los estudiantes del curso de Economía de la EDA, con el objetivo de poder facilitar el acceso bibliográfico al mismo, así como también constituirse en una mínima base como para poder profundizar en su contenido temático. El capítulo I fue elaborado por Paola Azar y Claudia Sanguinetti. El capítulo II fue resultado del trabajo conjunto de Mónica Belloni, Cecilia Lara e Ivone Perazzo Quisiera destacar además la participación de Silvana Grosso y de Ivone Perazzo quien además ofició de articuladora con las investigadoras del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración Gabriela Mordecki, Verónica Durán, Sylvina Porras, y Sandra Rodríguez, las que realizaron valiosos y enriquecedores aportes al material. A todas ellas mi mayor agradecimiento por su colaboración y dedicación. Por último, quisiera destacar y agradecer a la Oficina de Apuntes del CECEA, su colaboración para la edición y su publicación. Montevideo Julio de 2007 Gustavo Dutra 2 INDICE Introducción Página 2 Capítulo I La Economía uruguaya a fines del siglo XX I) Antecedentes 1Política Económica 1.1 El período 1970 -1985 1.2 El período 1985 -1990 1.3 El Mercado Laboral 1.4 Uruguay en la Década de los 90 2 - El Contexto Regional 2.1 Argentina y Brasil 2.2 Uruguay 4 4 4 7 8 11 12 12 14 II) 2.3 2.3.1 2.4 2.4.1 2.4.2 2.4.3 2.4.4 14 14 16 18 18 21 24 25 El Plan de Estabilización El Período 1990 –1995 El Período 1995-1999 Balance de una década de crecimiento El Producto y la Estructura Productiva El Mercado de Trabajo El Comercio Exterior El Sector Público Capítulo II La Economía uruguaya a inicios del siglo XXI 1- Argentina y Brasil 2- Uruguay 2.1 El Producto y la Estructura Productiva 2.2 El Mercado de Trabajo 2.3 El Comercio Exterior 2.4 El Sector Público 29 30 30 35 38 42 3- Análisis y conclusiones 46 3 CAPITULO I: La Economía Uruguaya a fines del SXX I) Antecedentes Hacia 1970 las concepciones neoliberales de desarrollo adquieren un papel fundamental en la conducción de la casi totalidad de los países latinoamericanos. De esta forma, las políticas económicas aplicadas en la región se ubican en el marco estratégico inspirado en esta corriente. La confianza ilimitada en el rol optimizador del mercado constituyó el supuesto “madre” que proyectó las estrategias de mayor apertura comercial, financiera y de reducción del papel del Estado, en forma independiente del momento concreto y de la realidad específica de cada país. 1) Política económica 1.1 El período 1970-1985 En Uruguay, la década del setenta supuso el fin del período de estancamiento económico que se venía experimentando desde los años cincuenta. El equipo económico que asume tras el quiebre institucional de 1973, marcó el inicio de una nueva orientación en la conducción económica. Las medidas instrumentadas se sustentaron sobre los mencionados basamentos neoliberales que fueron “adaptados” al caso uruguayo en el Plan Nacional de Desarrollo (1973-1977). En el marco del modelo aplicado en una primera instancia se priorizó el crecimiento económico a través de una contracción de la demanda interna basado en una fuerte reducción de salarios, en el entendido que así, se generaría una acumulación de capital que fomentara la inversión, crecería la economía y con ello se activaría el empleo y los salarios. Los pilares del modelo, fueron la apertura y liberalización de la economía, principalmente en lo financiero, y en lo comercial. El combate de la inflación, esencialmente a partir del manejo de variables cambiaras, fue el objetivo que se priorizó a partir de 1978. La liberalización financiera que tuvo lugar entre 1974 y 1978, se procesó a través de la eliminación de encajes1, la liberalización de las tasas de interés, la unificación del mercado cambiario y la eliminación de restricciones a la entrada de capitales. Se establecieron pautas menos restrictivas para la asignación del crédito y progresivamente, se removieron las barreras a la entrada de los bancos comerciales. Estas medidas provocaron un crecimiento explosivo del crédito así como una entrada masiva de capitales externos (al igual que en toda la región latinoamericana), favorecido por la gran oferta de capitales a nivel internacional - producto entre otras cosas por los petrodólares-, la tentadora tasa de interés ofrecida y la frágil estructura de análisis técnico que demostraron tanto los bancos (cuyo objetivo era básicamente colocar el dinero sin medir el riesgo) como los países receptores para orientar ese capital en una reactivación económica que permitiera afrontar esos compromisos sin apremios. 1 Los encajes son depósitos de la banca privada en el Banco Central, que operan como respaldo. 4 La apertura comercial implicó el incentivo a las exportaciones “no tradicionales”2 y la supresión de las cuotas de importación. A fines de 1978 se introdujo un cronograma para la unificación de los aranceles en una tarifa global, que convergería desde un máximo de 150% en 1979 a 35% en 1985. Las medidas orientadas al incentivo del sector exportador se basaron en reintegros a las exportaciones, créditos promocionales, exoneraciones fiscales, que junto al descenso de los salarios reales y de los aportes patronales a la seguridad social se constituyeron en un verdadero fomento al comercio exterior. Paralelamente al proceso de apertura global, se intensificaron las relaciones comerciales de Uruguay con Argentina y Brasil. En este marco, se firmó el Convenio ArgentinoUruguayo de Cooperación Económica (CAUCE) en 1975, y el Protocolo de Expansión Comercial (PEC) con Brasil en 1976. Ambos convenios supusieron la eliminación de barreras no arancelarias y la reducción recíproca de aranceles para un conjunto de productos negociados. Como resultado de estas políticas, se asistió a un importante crecimiento de las exportaciones y de la inversión durante el período, siendo el sector manufacturero el más dinámico y con mayor aumento en la productividad media. A partir de 1978, el eje central del modelo económico, consistió en la adopción de una política monetaria y cambiaria orientada al logro de la estabilización de precios. Es decir que la orientación económica gira hacia el combate de la inflación. Se pretendía disminuir el ritmo de incremento de precios reduciendo el costo de los productos importados y transformando las expectativas sobre la evolución futura del dólar. Con este objetivo, desde el 13 de octubre de 1978 el Banco Central del Uruguay (BCU) comenzó a preanunciar la futura cotización del dólar con un ritmo decreciente, esto es el aumento del tipo de cambio sería cada vez menor (este sistema se conoció como la “Tablita”3) El intenso flujo de capitales externos que ingresaba al país, incrementó las reservas y estimuló a las autoridades económicas de la época a aplicar este sistema cambiario, ya que para hacer frente a una eventual demanda excesiva de dólares, que presionara al alza la cotización del tipo de cambio, el BCU intervendría en el mercado utilizando sus reservas ( vendiendo dólares) para mantener el sistema de tipo de cambio. En la misma dirección se orientaron las políticas fiscal (equilibrio en las cuentas del sector público) y arancelaria (caída de tributos a la importación) como mecanismos tendientes a evitar presiones sobre los precios. Aunque en 1979-80 la economía creció con equilibrio fiscal y descenso de la inflación (por el menor aumento del tipo de cambio), el saldo de la balanza comercial negativo y el aumento de la deuda externa (por la entrada de capitales que financiaron el déficit de cuenta corriente) revelaban la precariedad de los cimientos de este proceso volviéndolo vulnerable a las condiciones externas4. 2 Se considera como exportación de bienes “tradicionales” a la exportación de bienes primarios derivados de la actividad pecuaria. Esta denominación se debe a que tradicionalmente la inserción de Uruguay en el comercio internacional se relaciono con la venta de esos bienes. Las exportaciones “no tradicionales” abarca rubros como arroz, cebada, cítricos, textil, químicos y automotriz. 3 Consistía en un sistema de cambio fijo, con pequeñas devaluaciones preanunciadas por las autoridades. 4 El menor aumento del tipo de cambio promueve un descenso del ritmo inflacionario. Este proceso acompañado con la rigidez de las tasas nominales de interés provoca incrementos de la tasa de interés real, incentivando el ingreso de 5 En 1982, México (junto a Brasil y Argentina los países de mayor deuda externa en América Latina), declaró la moratoria en el pago de su deuda provocando una conmoción en el sistema financiero internacional. En efecto, el sistema bancario occidental estuvo al borde del colapso, no obstante el hecho que estos tres países no plantearan una posición conjunta, al establecer negociaciones por separado, permitieron a la banca acreedora tener tiempo para amortizar gradualmente sus activos perdidos y sostener su solvencia. El sistema financiero internacional, reacciona cortando la afluencia de capitales hacia la región, es decir el financiamiento y el crédito. Sólo para México, el costo fue una grave recesión y una recuperación lenta e insegura: el PBI por habitante era en 1986 un 10% inferior al que regía en 1981 en términos reales y el salario real era un 30% menos que al inicio de la crisis. Efectos similares se registraron en toda la región. En el plano interno, la reducción de la entrada de capitales generó dudas sobre la sostenibilidad del sistema cambiario, que requiere por su esencia una fuerte dosis de reservas para mantenerlo. Este cambio en las expectativas junto al desequilibrio comercial originado por la apertura, provocó un aumento de la demanda de dólares forzando a una devaluación en noviembre de ese año cuando el BCU agotó sus reservas. Súbitamente, el plan de estabilización sucumbió, la cotización del dólar se elevó incontrolablemente, provocando graves prejuicios a los agentes especialmente a los endeudados en dólares, quienes confiados en el modelo contrajeron compromisos en esa moneda. Habían contratado créditos con un dólar a 6 pesos, pero ahora debían empezar a pagarlos con un dólar libre y al alza. El endeudamiento se hizo explosivo desde entonces, los sectores agropecuarios e industriales tenían comprometidos dos años de sus respectivas exportaciones por concepto de deuda. La deuda externa uruguaya pasó de 467 millones de dólares en 1981 a 1938 millones en 1982. Por otra parte, la crisis bancaria generada por las dificultades para el cobro de los préstamos nominados en dólares, fue enfrentada mediante el apoyo estatal. La crisis llevó a una intervención masiva del gobierno, a través de la absorción de los créditos incobrables de la banca privada quebrada, como forma de mejorar sus hojas de balance capitales desde el exterior, la mayor acumulación financiera y el aumento de las reservas del BCU. Por otra parte, el menor aumento del tipo de cambio que conduce al abaratamiento de los bienes importados fomenta el aumento de las importaciones y el estímulo a la industria nacional que utiliza materias primas e insumos de origen extranjero (crecimiento de industrias armadoras de electrodomésticos y automóviles) Por su parte el Estado mejora las cuentas fiscales como consecuencia de la mayor recaudación que implica la recuperación de la actividad económica. Sin embargo, aunque la inflación estaba cayendo, fue superior al ritmo de la devaluación del peso frente al dólar, este rezago cambiario implica que el aumento de los precios internos en dólares sea superior al internacional, el país pierde competitividad y se reducen sus exportaciones. El aumento de las importaciones y la disminución de las exportaciones genera saldos deficitarios de balanza comercial, éstos déficit comerciales se refuerzan con el flujo de intereses de deuda y las ganancias de empresas privadas transferidas al exterior (RX), conduciendo a déficit de Cuenta Corriente que se cubren en primera instancia con entrada de capitales. Los sectores productivos internos son jaqueados por la competencia de los importados. Además, las elevadas tasas de interés reales aumentan los costos empresariales y reducen el consumo de los demandantes, ya deprimido por la baja del salario real. En síntesis, al descenso de la rentabilidad de los exportadores y a los desequilibrios externos se le suma las dificultades de las empresas que venden en el mercado interno. Esto provoca una caída en la recaudación del gobierno, el estado reduce gastos para equilibrar las cuentas y esto acentúa la crisis, las dificultades financieras de los consumidores y de los sectores productivos se trasladan al propio sector financiero que eventualmente no pueden cobrar sus créditos. Se contraen nuevas deudas internas y externas para afrontar las antiguas, quiebra las políticas de tipo de cambio. 6 y poder venderlos después; la compra de las carteras de los tres principales bancos comerciales nacionales que, afectados por la crisis e insolventes, igual continuaron su actividad; y el establecimiento a fines de 1982 de programas de refinanciación. Medidas que supusieron un alto costo para el Estado y la sociedad uruguaya en su conjunto. La crisis de la deuda externa abarcó a todos los países subdesarrollados y particularmente los de América Latina. En 1988 el producto regional por habitante es practicante el mismo que el alcanzado en 1980, las remuneraciones reales descendieron en la mayoría de los países, la inflación y la deuda externa registran un incremento espectacular en el período. En efecto, en la década de los ochenta, la crisis de la deuda externa implicó para la región latinoamericana en su conjunto, la aplicación de ajustes internos para poder cumplir con el pago de los intereses de la misma afectando la actividad económica, a un punto tal, que dicho período se le conoce como la década perdida. En todo este proceso, Uruguay no fue ajeno a los efectos y condicionantes impuestos por la crisis de la deuda externa El elevado porcentaje de crédito en moneda extrajera tomado por el sector privado previo a la devaluación de 1982, determinó un serio problema de sobreendeudamiento de las empresas, que volvió más difícil su recuperación posterior. La profunda recesión de la economía mundial (detonada, entre otros factores, por el aumento del precio del petróleo en 1979) junto al problema de la deuda externa de los países latinoamericanos, contribuyó a sumergir a Uruguay en una crisis y posterior estancamiento que se prolongaría hasta 1984. Entre 1981 y 1983 el PBI uruguayo descendió un 15%, mientras que a nivel industrial la caída fue más pronunciada, ubicándose en 23%. A mediados de la década del ochenta, con la apertura democrática y el mejoramiento de la situación externa, tendría lugar una nueva etapa de crecimiento 1.2 El período 1985-1990 El gobierno que asumió en 1985 encontró al país sumergido en una gran recesión. Las medidas adoptadas se orientaron en dos sentidos. Por un lado, a incrementar los niveles salariales, estimulando así la demanda interna. Por otro, a diferir los costos del endeudamiento externo mediante negociaciones con los acreedores, en el entendido que las transferencias hacia el exterior por motivo de pago de intereses generaban restricciones para la inversión, porque su monto constituía una proporción importante del gasto público. Por otra parte, tanto Argentina como Brasil implementaron planes de estabilización5 con fuerte crecimiento de su demanda, favoreciéndose de esta manera las exportaciones de nuestro país hacia la región. La recuperación de la demanda externa y la interna (por la relativa recuperación salarial) permitió un mayor uso de una parte de la capacidad ociosa consecuencia de la crisis. 5 En el caso de Argentina, se sucedieron tres planes a partir de junio de 1985: Austral, Primavera y Austral II. En Brasil, el Plan Cruzado (febrero, 1986), Cruzadinho (agosto, 1986), Cruzado II (julio, 1987) y a principios de los noventa, previo al Plan Real, los Planes Color I y Color II. 7 Adicionalmente, en estos años la tasa de interés internacional disminuyó, aliviando los pagos por la deuda externa. Se buscó mantener libertad para los movimientos de capitales, sostener el sistema financiero y estabilizar el tipo de cambio real, todo lo cual aseguró el ingreso de capitales. Esto propició una relativa recuperación, mejoró el empleo y los salarios. Los saldos comerciales se volvieron favorables merced a la reducción de las importaciones, pero se produjo un repunte inflacionario considerable. Entre 1988 y 1989, ante el fracaso de los planes de estabilización de los países vecinos, se detuvo el crecimiento productivo y de la inversión, iniciándose hacia 1990 una recesión, producto de la pérdida de competitividad de la economía uruguaya cuyo costo asociado fue el incremento de la inflación. Como muestra el gráfico 1 la inflación ascendió de 89% en 1989 a 129% en 1990. Gráfica1 La variación del IPC Variación del IPC 140 120 100 80 60 40 20 0 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 Variación del IPC Fuente: INE 1.3 El Mercado laboral La evolución de los principales indicadores del mercado laboral exhiben profundas transformaciones durante el período. Como se observa en el gráfico 2 la década de los setenta mostró un permanente descenso en el promedio de los salarios reales. La fuerte caída en 1972, marca una pérdida superior al 20 % en el poder adquisitivo de los salarios que fue continuada por sucesivos descensos sin interrupciones hasta 1979. 8 El contexto político contribuyó en las dificultades de funcionamiento sindical y determinó la persistencia de ajustes salariales inferiores al aumento de los precios con la consecuente pérdida de poder de compra de los asalariados. En 1985, con el advenimiento de la democracia y la recuperación de los derechos laborales y sindicales se verificó una fase de leve mejoría en el salario real. De todas formas los valores se ubicaron muy por debajo de los precedentes a la década del setenta. ISR Gráfico 2 Evolución del Salario Real 200 180 160 140 120 100 80 60 40 20 0 1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1986 1988 1990 años Fuente: INE. ISR Nivel general, promedios anuales. Base 1995 = 100 El descenso de los salarios reales fomentó estrategias familiares tendientes a aumentar la oferta laboral mecanismo que a su vez ejerce una presión adicional sobre el mismo. En este contexto se advierte el crecimiento de las tasas de actividad ( aproximación a la oferta laboral) de mujeres6 y jóvenes en el mercado de trabajo. Observando el Cuadro 1 es posible constatar que entre 1979 y 1985 la participación activa de las mujeres en la fuerza de trabajo creció aproximadamente 10 puntos porcentuales. Cuadro 1 Tasa de actividad por Sexo en Montevideo (porcentaje) Año 1979 1981 1983 1984 1985 Total Hombres Mujeres 53,0 72,3 36,6 55,0 74,7 38,7 57,2 74,3 42,0 58,2 74,9 44,2 58,6 75,0 45,0 Fuente: Hintermeister (1988) 9 En tanto, la aproximación por tramo etáreo, presentada en el cuadro 2, revela un crecimiento de la tasa de actividad específica7 para prácticamente todas las edades. Aunque se da en mayor proporción para los tramos de edad más jóvenes. Es relevante, porque refleja con claridad cómo el deterioro de las condiciones económicas presenta su contrapartida en el mercado laboral: cuando empeoran la situación económica y se reducen los ingresos de los hogares, más miembros de la familia salen a buscar trabajo. Cuadro 2 Tasa de actividad por Edad en Montevideo (porcentaje) Año 1979 1981 1983 1984 1985 Total 53,0 55,0 57,2 58,2 58,6 14-19 39,8 30,9 38,5 39,5 39,4 20-24 75,9 68,7 79,3 80,6 81,3 25-34 78,0 74,2 82,5 83,7 84,7 35-44 75,8 73,0 80,3 81,0 80,8 45-54 63,0 63,6 70,3 71,6 71,6 55-64 39,8 40,5 44,3 46,2 46,9 65 y más 8,6 9,7 10,6 12,0 11,8 Fuente: Elaboración propia en base a datos INE De acuerdo al cuadro 3, La mayor oferta de fuerza laboral no fue acompañada por un dinamismo similar en la demanda de trabajo (aproximada por la tasa de empleo),. Ésta permanece alrededor del 50% hasta 1981, cae abruptamente hacia 1982 y recién se recupera en 1987. En este marco se verifica un aumento del desempleo, entre 1982 y 1984, Uruguay presentó tasas de desempleo que se situaron entre las más altas de América Latina: en Montevideo se llegó a un tope de 15,3%. Con la recuperación económica se recobran los niveles de empleo, y se constata un descenso del desempleo, la tasa de desempelo se ubica en niveles cercanos al 8%. Cuadro 3 Tasa de actividad, de empleo y de desempleo (total país) (porcentaje) Años 1971 1973 1975 1977 1979 1981 1983 1985 1987 1989 Tasa actividad 54,4 54,6 54,9 55,2 55,5 55,7 55,9 56,1 57,6 57,4 de Tasa de empleo Tasa de desempleo 51,1 50,8 50,5 50,2 51,9 52,6 48,7 48,8 52,4 52,8 6,0 7,0 8,0 8,9 6,4 5,6 14,5 13,1 9,1 8,4 Fuente: La economía Uruguaya. J. A. Rocca 6 El incremento de la mujer en el mercado laboral obedeció además a otros aspectos no necesariamente económicos, como culturales etc. 7 La tasa de actividad específica se define como el cociente entre la Población Económicamente Activa (PEA) de determinado grupo y la Población en Edad de Trabajar (PET) del mismo grupo. 10 1.4 URUGUAY EN LA DÉCADA DEL NOVENTA Para América Latina la década del noventa marcó el inicio de un período de profundización de las reformas estructurales que habían comenzado a gestarse desde fines de los años setenta y durante los años ochenta. Desde los organismos financieros internacionales (Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre otros) se sostenía que las economías latinoamericanas no recuperarían su capacidad de crecimiento si no realizaban cambios profundos en su modelo de desarrollo. Por ello promovieron que la política económica se encaminara a la liberalización de los mercados y a la disminución de la intervención del Estado en la economía, con el objetivo de elevar la eficiencia del aparato productivo. Este conjunto de medidas integrarían lo que se conoció como programas de ajuste estructural, y se aplicaron con distintos énfasis y alcances a la mayoría de los países subdesarrollados, especialmente en Latinoamérica. En la región, esta orientación general hacia la liberalización se tornó completamente hegemónica a partir de 1985. El Consenso de Washington, fue parte importante de ese proceso. Con la participación de técnicos del FMI, representantes de los gobiernos de Estados Unidos y de países latinoamericanos, así como académicos de los países en cuestión se celebró un acuerdo entre el BM, FMI, el BID y el gobierno Norteamericano, en que aparecen suscritas las políticas de ajuste estructural recomendadas para la región. Estos programas pusieron énfasis en el saneamiento de las finanzas públicas, el control de la inflación, la privatización de empresas del sector público, el impulso a la inversión extranjera y la apertura comercial. Se postulaba que los sectores exportadores deberían convertirse en el factor de arrastre que dotara a las economías latinoamericanas de las divisas indispensables para crecer. Y claro, para orientar la actividad productiva hacia el mercado externo, era indispensable, iniciar profundos cambios estructurales. Hacia finales de los ochenta, la evaluación de los efectos de los ajustes económicos sobre América Latina arrojó un balance bastante desalentador: escaso crecimiento, aumento de la inseguridad, inflación. Estas condiciones contribuyeron a una actualización de los principios del antiguo Consenso. Se incluyeron entonces: reformas legales y políticas; instituciones regulatorias; anti-corrupción; flexibilidad del mercado de trabajo; acuerdos de la Organización Mundial de Comercio; códigos y estándares financieros; reducción de la pobreza. Durante los primeros años de la década del noventa, estos esfuerzos y transformaciones permitieron a las economías latinoamericanas crecer a una tasa de 3.6% anual. No obstante, también se ampliaron las diferencias y rezagos sociales y regionales. En particular, a partir de 1991 el continente registró una recuperación del crecimiento que, sin embargo, no se tradujo en una reducción de sus problemas de empleo.8 2 El Contexto regional 8 En promedio, la tasa de desempleo para América Latina se ubicó en 7,06% entre 1991 y 1997. En tanto en la etapa recesiva previa, entre 1984 y 1990, alcanzó el 7,13%. 11 2.1 Argentina y Brasil A partir de mediados de la década del ochenta, los primeros gobiernos democráticos de la región debieron encarar problemas similares, en especial el sobreendeudamiento y la alta inflación que fueron enfrentados con planes de estabilización9. El fracaso de estos últimos, significó que en la década del noventa las nuevas administraciones implementaran nuevas reformas, más radicales: el Plan de Convertibilidad (Argentina, 1991) y el Plan Real (Brasil, 1993), que ligaron el valor de la moneda doméstica al dólar. En abril de 1991 Cavallo, Ministro de Economía argentino, instrumenta lo que se conoce como "Plan de Convertibilidad" que establece que el Banco Central venderá todos los dólares que le sean requeridos a un tipo de cambio de uno (en un principio una ley de un tipo de cambio único y fijo de 10.000 australes por dólar). También se obliga a mantener una equivalencia del 100% entre las reservas en oro, divisas y títulos extranjeros y la cantidad de dinero emitida por el Banco Central. Además se estableció una completa libertad para mantener fondos en pesos, dólares o cualquier otra moneda y la libre entrada y salida de capitales. El principal resultado logrado por este Plan fue una rápida reducción de la inflación, pasando la misma a representar 5,2% en 1991. En 1992, se establece una reforma monetaria que promueve una nueva moneda, el peso argentino, que pasa a tener una relación de un peso por un dólar. El sostenimiento de este Plan fue posible gracias a: las altas tasas de interés internas, en comparación con las internacionales que provocaban un constante ingreso de capitales; el mantenimiento de una política de privatizaciones; y la eliminación de todo tipo de discriminación al capital extranjero. En 1994, se estanca la entrada de capitales y se produce un aumento de la tasa de interés internacional, apareciendo las primeras señales de enfriamiento de la economía. En este contexto, el gobierno negocia con el FMI para solucionar las necesidades fiscales, implantándose medidas de ajuste. En el marco del Plan de Estabilización aplicado en Brasil (Plan Real) en julio de 1994, se adopta una nueva moneda, el real, en la que pasan automáticamente a cotizarse los precios de la economía convirtiéndose, no sólo en unidad de cuenta, sino también en el nuevo medio de pagos. A consecuencia de este proceso, la tasa de inflación, que había superado el 2 000% en 1993 ya en 1995 se había reducido a 13% y continuó disminuyendo hasta llegar a un 2% en 1998. A diferencia de otras experiencias de estabilización en la región, este plan fue diseñado como un programa de cambios profundos de la economía y la sociedad brasileña. Entre sus áreas claves se destaca no sólo el combate de la inflación sino también reestructuras del sector financiero, fiscal y externo, así como una transformación productiva con una recuperación de la inversión, orientada principalmente a la modernización de las empresas. 9 En el caso de Argentina, se sucedieron tres planes a partir de junio de 1985: Austral, Primavera y Austral II. En Brasil, el Plan Cruzado (febrero, 1986), Cruzadinho (agosto, 1986), Cruzado II (julio, 1987) y a principios de los noventa, previo al Plan Real, los Planes Color I y Color II. 12 Ya a mediados de la década del noventa, la coyuntura económica internacional develó la frágil estabilidad que detentaban las economías vecinas. Concretamente, la continuidad del Plan de Convertibilidad argentino se puso en duda a fines de 1994, cuando se desató la crisis mexicana puesto que la estabilidad fiscal, (apoyo principal de dicho Plan), no estaba asegurada. A fines de 1997, la economía brasileña recibió el impacto negativo de la crisis asiática10,verificándose una crisis de confianza que determinó una brusca reducción de los valores bursátiles y un ataque especulativo contra el real. Hacia 1998, el país norteño sufrió nuevamente los efectos de una crisis de confianza de las economías en desarrollo, que se desató a partir de la moratoria rusa de agosto y se concretó en una salida muy importante de capitales y pérdidas de reservas. A principios de 1999, ante la imposibilidad de frenar el drenaje de reservas necesarias para sostener el valor del real, el gobierno inicialmente aplica una devaluación controlada de la moneda y a los pocos días liberalizó totalmente el tipo de cambio. Esto también afectó seriamente a la economía argentina que se vio sumergida en una profunda recesión11. En materia laboral, la dinámica de los mercados de trabajo de nuestros socios en el período de análisis, en nada escapó a la tendencia de desempleo creciente de las economías latinoamericanas. En Argentina (Gran Buenos Aires) el índice se ubicó en 8,6% en 1990, 20,2% en 1995, cerrando la década con un valor de 15,7%. En Brasil (San Pablo) los registros marcaron una tasa de 9% en 1995 y 12% en 1999. Cuadro 4 Argentina: principales indicadores económicos Años 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 PBI (var. anual %) 0 8.9 8.7 6.0 7.4 -4.6 4.4 8.1 3.9 -3.4 -0.8 Inflación (% anual) 1344 84 17.5 7.4 3.9 1.8 0.1 0.3 0.7 -1.8 -0.7 Tasa de desempleo Saldo B. Comercial (%) mill U$S 7.5 6.5 7 9.6 11.5 17.5 17.6 14.9 12.8 14.2 15.1 8.300 3.700 -2.600 -3.700 -5.700 800 50 -4.353 -4.963 -2.175 1.102 Fuente: Informe de Coyuntura 2001, Instituto de Economía. F.C.E.A. 10 En el mes de julio y agosto de 1997, en respuesta a ataques especulativos contra sus monedas, Tailandia, Filipinas, Singapur y Vietnam se vieron obligados a devaluar en medio de una fuerte crisis económica. El 23 de octubre el índice de la Bolsa de Hong Kong cayó 10,4% y arrastró a las Bolsas del Sudeste Asiático y de Europa. En los días siguientes volvió a caer y arrastró a todas las Bolsas del mundo. (Informe de Coyuntura Cuesta Duarte 1999) 11 El PBI brasileño se contrajo 0.8% respecto a 1998, en tanto el argentino sufrió una disminución de 3.5% en el mismo período. 13 Cuadro 5 Brasil: principales indicadores económicos Años 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 PBI (var. anual %) -4.4 1.1 -0.8 4.2 5.8 4.3 3 3.3 0.2 0.8 4.2 Inflación (% anual) 1585 475 1149 2489 929 22.0 9.1 5.2 1.7 8.9 6.0 Tasa de desempleo Saldo B. Comercial (%) mill U$S 7.2 7.9 9.1 8.7 8.9 9.1 9.9 10.2 11.7 12.1 11.0 10.800 10.600 15.200 13.300 10.500 -3.200 -5.500 -8.400 -6.604 -1.261 -697 Fuente: Informe de Coyuntura 2001, Instituto de Economía. F.C.E.A. Como se desprende de los cuadros anteriores, la evolución de los principales indicadores de Argentina y de Brasil presentan oscilaciones con años de fuerte crecimiento, y otros de retracción que reflejan, en parte, el efecto de las crisis internacionales (efecto Tequila 1995, crisis Rusa). Por su parte, las tasas de desempleo evidencian una tendencia creciente en ambos países, principalmente en Argentina. 2.2 Uruguay En la década del noventa, al igual que el resto de Latinoamérica, la economía uruguaya protagonizó intensos cambios como consecuencia de la política macroeconómica, la reforma del Estado y la apertura externa propiciadas por el gobierno que asumió en 1990. En el área macroeconómica, el objetivo que guió el diseño de toda la política consistió en el abatimiento de la inflación. Por lo tanto, las medidas tomadas en el área fiscal y cambiaria (reducción del déficit fiscal y contención de la evolución del tipo de cambio) fueron funcionales a la puesta en práctica del Plan de Estabilización. II) El Plan de Estabilización 2.3. El período 1990-1995 En el ámbito fiscal, la década se inicia con un duro ajuste de Gastos Públicos y un severo aumento de la carga impositiva. En efecto, basada en la concepción monetarista de la inflación, las autoridades económicas sostenían que ésta era resultado del déficit fiscal. El ajuste fiscal de 1990 implicó elevar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y los aportes patronales; la modificación de la escala arancelaria y la eliminación de la devolución de los 14 impuestos indirectos a las exportaciones. Una de las medidas de mayor impacto que integró el ajuste fue la reinstauración del Impuesto a las Retribuciones Personales (IRP) de trabajadores, jubilados y pensionistas, que databa de los años setenta. En el contexto de reducción del Gasto Público, se privilegió el gradual retiro del Estado de la actividad económica, las medidas de desregulación y el estímulo a la libre competencia. Adicionalmente, se modificó la política de contratación de funcionarios públicos y se implementaron los retiros incentivados. Todos estos cambios constituyeron el marco de la llamada Reforma del Estado. Cuadro 6 Evolución de las tasas de IVA Modificaciones Enero – 1973 Nov. – 1974 Julio – 1975 Enero – 1978 Junio – 1982 Junio – 1984 Octubre –1987 Marzo – 1990 Febrero – 1995 Tasa Básica (%) 14 18 20 18 18 20 21 22 23 Tasa Mínima (%)* 5 6 7 7 12 12 12 12 14 *Aplicada a medicamentos, hoteles y canasta familiar: pan, arroz, aceite, harina, carne de vaca y pollo, pescado, pastas, sal, azúcar, y yerba. Fuente: Instituto Cuesta Duarte La política cambiaria utilizó al tipo de cambio como “ancla”, conteniendo su evolución por debajo de la de los precios internos. Ello condujo a una “apreciación cambiaria” (conocida como “atraso cambiario”). Esta política tiene como objetivo reducir los precios internos vía el abaratamiento de los importados (tanto los de consumo final como los insumos para la producción). La modalidad elegida fue el establecimiento de una banda de flotación para el tipo de cambio, que al igual que el régimen de tipo de cambio fijo, requirió un respaldo en las reservas internacionales del Gobierno de forma que el Banco Central pudiera intervenir ante presiones al precio del dólar. Cuadro 7 Variación anual del IPC y del TC (en porcentaje) Años 1990 1991 1992 1993 1994 1995 Inflación 129 81 59 53 44 35 Tipo de Cambio* 97 58 41 26 27 26 * A partir del promedio de la cotización mensual Fuente: Instituto Nacional de Estadística 15 En cuanto a la política exterior, la apertura financiera adoptada en la década del setenta fue acompañada en este período, por una aceleración de la apertura comercial. Ésta se basó en tres pilares: la reducción unilateral de las barreras arancelarias y no arancelarias al comercio con terceros países; los acuerdos de integración regional del MERCOSUR y la ya mencionada política cambiaria. La conjunción de la política cambiaria y la de apertura condujo a la apreciación del tipo de cambio real del país, lo que redujo la capacidad de competir de las exportaciones uruguayas y además estimuló el crecimiento de las importaciones. En consecuencia, se produjo un significativo déficit de Balanza Comercial y de Cuenta Corriente, sólo contablemente financiado con ingresos de capitales desde el exterior. Desde el punto de vista de la política comercial y la cambiaria, y por ello de la fiscal, la captación de capitales se tornó un factor central. Por lo tanto, el éxito de este modelo quedó muy condicionado por el sector externo. Otro eje del Plan de estabilización fue la política salarial. En este sentido, se practicaron reajustes salariales respecto a una inflación futura esperada cada vez menor. El objetivo era mantener estables los salarios en dólares con el fin de mejorar la competitividad. Esta modalidad de indexación salarial fue de carácter obligatorio para el sector público e indicativo para el privado, no habiendo sido utilizada por todos los sectores. Además, a partir de 1992 el gobierno tomó una actitud pasiva en esta área, dejando de promover las negociaciones colectivas. Otros factores que influyeron sobre el empleo y el desempleo fueron la política de contratación de funcionarios públicos, los retiros incentivados y las leyes de reconversión que operaron para la Administración Central y para las empresas públicas. Todos estos cambios constituyeron el marco de la llamada Reforma del Estado. Como resultado de este conjunto de medidas, entre 1990 y 1994 el PBI registró valores crecientes, por ejemplo en 1992 fue muy elevado (7,4%), registrándose un importante aumento de las exportaciones tradicionales. El repunte inflacionario se detuvo a instancias de la estabilidad cambiaria y el marco externo favorable. En particular, si bien el logro de la estabilidad de precios, supuso sujetarse a un tipo de cambio “bajo”, ello no perjudicó el flujo más importante de exportaciones, ya que éstas se concentraban principalmente en la región (Brasil y Argentina), quienes también llevaban adelante Planes de Estabilización con apreciación cambiaria, de modo que en comparación con nuestros socios comerciales, el tipo de cambio no dificultaba el comercio. 2.3.1 El período 1995- 1999 La administración que asumió en 1995, continuó y profundizó las políticas económicas implementadas por el gobierno anterior. El objetivo central continuó siendo la estabilización de precios vía la reducción del déficit fiscal. Asimismo, se promovió una mayor inserción en el comercio internacional y la atracción de inversión extranjera como estrategia para lograr el crecimiento económico. 16 En este caso, el contexto era diferente. En lo interno, el país venía de un período en que las tasas de crecimiento promedio anual del PBI se situaron en 4,7% entre 1990 y 1994; enfrentaba una menor inflación y una mayor liberalización en lo comercial. En el ámbito regional, aunque Argentina experimentaba una fuerte recesión económica, sus efectos adversos sobre nuestro país eran compensados por el incremento de la demanda proveniente de Brasil, fruto del Plan de Estabilización iniciado el año anterior. En términos de la política fiscal en 1995 tuvo lugar un nuevo ajuste con aumento de las tasas de IVA y de su base imponible; incrementos en el IRP para los sueldos mayores a seis Salarios Mínimos Nacionales; modificación de las formas de pago del Impuesto a las Rentas de la Industria y el Comercio (IRIC) adelantando el mismo. Además se estableció que los contribuyentes del Impuesto a las Rentas Agropecuarias (IRA), IRIC e Impuesto a las Actividades Agropecuarias (IMAGRO) pagasen un monto mínimo independientemente de su resultado económico. En línea con la profundización de las reformas estructurales se continuó avanzando con la Reforma del Estado y del sistema de la Seguridad Social. La evolución del tipo de cambio (siempre ajustado al régimen de Banda de Flotanción) mantuvo una pauta similar a la trayectoria de los precios para superarla a fines de la década: en los dos últimos años de la década el tipo de cambio evolucionó por encima del nivel de precios (Gráfico 3). Este comportamiento permitió comenzar a contrarrestar, en parte, el desfasaje de los años anteriores. Gráfico 3 Evolución del la Inflación y el Tipo de cambio Inflación y devaluación 140 120 100 80 60 40 20 0 1990 1991 1992 1993 1994 1995 Variación IPC 1996 1997 1998 1999 2000 Variación TC Fuente: Elaborado en base a datos del INE En materia salarial en el Sector Público se aplicó una política restrictiva, congruente con las metas fiscales. En el Sector Privado se mantuvo la misma postura de inicio de la década, especialmente en torno a la no promoción de negociaciones colectivas. La administración de gobierno del período debió enfrentar las dos crisis financieras que afectaron negativamente la actividad económica de los mercados internacionales y en particular, de la región. El impacto negativo de la primera (1997) sobre nuestro país fue 17 atenuado por el comportamiento de la economía argentina, que permitió mantener estable nuestra demanda de exportaciones, especialmente a través del turismo. En cambio, en 1999 Uruguay debió enfrentar por primera vez en la década una coyuntura recesiva de sus dos principales socios comerciales simultáneamente (producto de las crisis financieras internacionales). El resultado fue un deterioro de la actividad económica, que aun está vigente. Los ejes de la política económica de la segunda mitad de los noventa fueron la profundización de los lazos comerciales con los países vecinos y la entrada de capital financiero para cubrir los déficit externos. La década se cerró con un nivel de inflación de un dígito. Desde esta perspectiva, el Política de Estabilización tuvo un corolario exitoso12. En cuanto al nivel de actividad, si bien sufrió una retracción hacia 1995 retomó la senda de crecimiento hasta 1999. Sin embargo, cuando la economía de los socios comerciales comenzó a atravesar mayores dificultades y se interrumpieron los flujos de capital hacia la región, las repercusiones en la actividad interna del país fueron inmediatas y determinantes. La pérdida de dinamismo de nuestra economía hacia 1999, como reflejo de los problemas externos, evidencia la vulnerabilidad del estilo de crecimiento del conjunto de la década. 2.4 Balance de una década de crecimiento 2.4.1 El producto y la estructura productiva Como se aprecia en el Gráfico 4, la evolución del PBI nacional fue creciente durante la década. Los períodos de retracción coinciden con las crisis regionales: 1995, 1997 y finalmente 1999. Gráfico 4 Evolución y tasas de variación anuales del PBI Fuente: INE. Volumen Físico, promedios anuales. Base 1983 = 100 12 La caída de la inflación se explica además del modelo de tipo de cambio aplicado, los planes de estabilización aplicados simultáneamente en la región y la caída en el precio internacional de ciertos materias primas como el petróleo 18 En 1999, los efectos de la coyuntura externa desfavorable de nuestros principales socios comerciales, sumados a la caída de los precios internacionales de las materias primas (principales productos de exportación), al crecimiento de los precios del petróleo y a las decisiones de política interna, resultaron en una caída del 3,4% del producto respecto a 1998. Especialmente la devaluación brasileña significó un duro golpe para la economía uruguaya, porque la modificación al alza del tipo de cambio de nuestro vecino provocó una pérdida de competitividad de nuestros productos, quebrando la hasta entonces “aparente armonía” en las políticas cambiarias de la región. Las políticas adoptadas durante la década del noventa, condujeron también a una reestructura sectorial de la economía. En este sentido, se destaca la sostenida declinación de la Industria y del Sector Primario, cuya participación en el PBI, medida a precios constantes, disminuyó 29% y 5% respectivamente entre 1990 y 1999, a consecuencia de la reducción de los precios relativos y de la competencia externa. La menor participación relativa de la Industria se debió al cierre de empresas, principalmente las de menor tamaño y pertenecientes al sector exportador. La recomposición de los sectores de actividad implicó que el crecimiento se centralizara en el área de Servicios Financieros y a Empresas y en menor medida en Comercio, Restaurantes y Hoteles y en los Servicios Personales. Cuadro 8 Participación porcentual de los sectores en el PBI Sector 1980 1985 1990 1995 1999 2000 2001 Primario 10.9 12.3 8.5 8.2 5.3 6.2 6.3 Industria 25.9 27.1 26.5 19.1 16 16.1 15.6 Construcción 5.3 2.8 3.6 5.2 5.8 5.6 5.1 Servicios* 57.9 57.8 61.4 67.5 72.9 72 73 *Incluye: Electricidad, gas y agua; Comercio, Restaurantes y Hoteles, Transporte y Comunicaciones Establ. Fin. y Seguros,Bs. Inm. y servicios a las empresas y SS. del Gobierno Central. Fuente: INE La información del cuadro permite constatar algunos fenómenos: - - la consolidación del sector servicios como el mayoritariamente predominante, que pasa del 58% en 1980 al 73% del PBI en 1999 y 2001. la caída de la participación de la industria manufacturera en el PBI que pasa del 26.5% en 1990 a casi el 16 % a 2001, y explicado por el desmantelamiento industrial y el cierre de empresas que implicó la apertura y el modelo de estabilización con atraso cambiario y la reestructuración empresarial con modificaciones en los procesos y productivos y tercerizaciones de servicios el sector primario, mayoritariamente dominado por el sector agropecuario que reduce la participación en el PBI prácticamente a la mitad presenta 19 heterogeneidades tecnológicas, con sectores que incorporaron tecnología de punta (lechería etc.) y otros más rezagados. En conjunto el sector presenta las consecuencias de las caídas de los precios internacionales y al igual que el resto de la economía la falta de competitividad provocada por la relación cambiaria con el resto del mundo. Cuadro 8b Participación de los sectores en el PBI (miles mill U$S) 1998 1,514 43 73 4,118 889 1,309 3,154 1,805 5,538 4,454 1999 1,149 28 72 3,487 828 1,332 2,933 1,847 5,684 4,399 2000 1,210 36 63 3,390 826 1,187 2,673 1,818 5,583 4,259 2001 1,161 30 55 3,076 789 1,007 2,400 1,737 5,487 4,000 22,897 21,759 21,045 19,742 Agropecuaria Pesca Canteras y Minas Ind Manufacturera Electricidad, Gas y Agua Construcción Comercio Transporte Serv. Frios.Inm y a Empresas Sev. Comunales, Soc. Y Pers. TOTAL Complementando la información del cuadro 8, en términos de millones de dólares, se destaca la irrelevancia participación de los rubros minas y canteras y de la pesca en la estructura del PBI. En particular, respecto a la evolución del stock ganadero el Cuadro 9 refleja el escaso avance en términos de expansión de la producción. Como puede observarse las unidades ganaderas son prácticamente las mismas a inicios y a finales del sXX Cuadro 9 Evolución del stock ganadero (miles de cabezas de ganado) Años Vacunos Ovinos 1908 1961 1970 1980 1990 1996 8.193 8.792 8.564 10.658 8.137 10.678 26.286 21.738 19.893 18.652 23.667 19.865 Unidades Ganaderas 15.703 15.003 14.284 15.987 14.899 16.353 Fuente: La economía Uruguaya. J. A. Rocca 20 Cuadro 9a Evolución del stock ganadero (miles de cabezas de ganado) Años 1997 1998 1999 2000 2001* Vacunos 10.533 10.297 10.389 10.326 10.595 Ovinos 18.280 16.495 14.491 13.170 12.083 Unidades Ganaderas 15.756 15.010 14.529 14.124 14.047 Fuente J. A. Roca (*) DICOSE Nota: para el cálculo de las unidades ganaderas un vacuno equivale a 3.5 ovinos 2.4.2 Mercado de trabajo La característica más relevante del período resultó ser el crecimiento del producto sin un descenso del desempleo, que por el contrario registró una trayectoria ascendente durante la década. La tasa de actividad, creciente durante el período, no fue absorbida por un aumento del empleo de la misma magnitud. En este sentido, el “crecimiento sin empleo” fue la norma durante el período. En particular, la tasa de desempleo, que aumentó durante toda la década, aceleró su trayectoria a partir de 1994. Cuadro 10 Tasa de actividad, de empleo y de desempleo (total país) (porcentaje) Años 1990 1992 1994 1996 1998 1999 2000 2001 Tasa de actividad 57.7 57.4 58.1 58.2 60.4 59.3 59.6 60.9 Tasa de empleo Tasa de desempleo 52.8 52.5 52.8 51.3 54.3 52.5 51.6 51.2 8.5 8.5 9.2 11.9 10.1 11.4 13.6 16.0 Fuente: La economía Uruguaya. J. A. Rocca La década del noventa muestra un cambio importante en la composición de la ocupación por sectores, nivel de calificación y la calidad del empleo. 21 El empleo total creció lentamente. El sector que tuvo mayor incidencia en la destrucción de puestos de trabajo fue el textil y de vestimenta, mientras que el que más influyó en la creación de nuevos puestos fue el de servicios, especialmente los de consumo de no residentes (Desarrollo Humano en Uruguay, 2001). Para el final de la década, el sector terciario (Comercio, Transporte y Comunicaciones, Banca, Finanzas y Servicios Personales y Públicos) corresponde casi al 80% de la población ocupada. En general, los mayores impactos en términos de empleo fueron fruto de actividades que no lograron enfrentar la competencia internacional o que introdujeron tecnologías modernas y competitivas. Concretamente, se verificó una caída sustantiva del empleo en el sector industrial del orden de 5%, lo que ha significado un número de alrededor de 80.000 puestos de trabajo perdidos en la década. También se verificó una recomposición del empleo por sector de actividad, con una disminución de la cantidad de funcionarios públicos. Asimismo, se profundiza la tendencia al incremento del nivel de instrucción promedio de la fuerza de trabajo. En términos absolutos, a lo largo del período 1991-1999 se registró una pérdida neta de empleo de baja calificación de aproximadamente 50.000 personas, en tanto hubo un incremento de 67.000 en el empleo de calificación media y de más de 30.000 en el sector de empleo calificado. 13 (Desarrollo Humano en Uruguay, 2001) Otro característica del mercado laboral consistió en la consolidación del subempleo y la precariedad, como características estructurales: es decir, pese al crecimiento económico del período estos problemas no se resolvieron y tendieron a agravarse. Como se observa en el siguiente cuadro, la población activa sin problemas de empleo disminuyó hacia finales de la década. Cuadro 11 Evolución de los problemas de empleo (total país) (porcentaje sobre la PEA) Clasificación Con problemas de empleo Desempleo Precariedad Subempleo Informalidad (microempresas) Sin problemas de empleo 1991 50.1 1999 54.0 8.8 19.6 3.6 18.1 11.4 19.8 3.6 19.2 49.9 46.0 Fuente: Informalidad y Seguridad Social en Uruguay. Equipo de Representación de los trabajadores en el BPS (ERT) 13 Los trabajadores de baja calificación son aquellos cuyo nivel educativo no superó primaria, preescolar, primer ciclo de secundaria incompleta o UTU incompleta. Los trabajadores con calificación media tienen como máximo el primer ciclo de secundaria completo, segundo ciclo de secundaria incompleto o completo, UTU completo, magisterio o formación militar. Los trabajadores con alta calificación son aquellos cuyo nivel educativo alcanzó la Universidad (completa o incompleta). 22 En el marco de las reformas estructurales, la búsqueda de mejoras en la competitividad trajo aparejadas nuevas modalidades de contratación que tornaran más flexible la adaptación de la empresa a las condiciones del mercado y redujeran los costos de contratación. En este período, se recurrió a las tercerizaciones por la vía de la subcontratación de empresas o personas, favoreciendo la flexibilización14 y la desregulación15 de las relaciones laborales. A partir de 1990, se dejaron de fijar aumentos salariales generales. Sin embargo, esto se dio sin un aumento de la conflictividad, pues el eje de los reclamos de los trabajadores pasó a ser el empleo. Con la administración que se inició en 1995, no se asistió a un cambio radical de las políticas laborales, aunque existieron algunas diferencias respecto al período anterior. La desregulación apareció bajo otras formas: se legitimaron las empresas unipersonales, con lo que se pudo contratar a un trabajador pagándole un salario (contrato laboral) o bien como empresa unipersonal (contrato comercial). Adicionalmente, se modificó el régimen de prescripción de las demandas laborales a través de la Ley de Inversiones16. En el nuevo escenario, la competencia internacional comenzó a establecer los límites para las negociaciones y los acuerdos, la mayoría de las veces condicionados a los aumentos de productividad: hay menos instancias para intervenir y administrar el mercado de trabajo. El modelo de crecimiento no pareció ajustarse a la idea que el crecimiento es precondición para la generación de empleo. En efecto, las autoridades se vieron enfrentadas a explicar por qué un significativo incremento del producto, no sólo no generó un mejoramiento en el empleo, sino que lo deterioró. Posiblemente, las causas del incremento del desempleo deban encontrarse en el modelo de crecimiento basado en una demanda externa dinámica especialmente de Brasil y de Argentina, una apertura comercial que expuso a la producción nacional a la competencia internacional, y al sostenimiento de una pauta cambiaria que con el objetivo de contribuir al descenso de la inflación, provocó un encarecimiento de los 14 La flexibilidad es la “reordenación de las diversas fuentes que concurren a la regulación de la relación del trabajo y que tiene que ver con una nueva distribución del poder normativo entre el Estado y los actores sociales, ampliando los espacios de la autonomía colectiva (negociación colectiva) y reduciendo los espacios que antes estaban destinados a la ley”. (Supervielle y Quiñones, 1999) 15 La desregulación es “la imposición unilateral, vía contrato de trabajo, de las reglas, en beneficio exclusivo de una de las partes (el empleador) y, por lo tanto, la derogación de las reglas preexistentes, que imponían limitaciones en el marco de las relaciones laborales, para permitir la imposición de reglas por vía unilateral a favor del empleador”(Op. Cit) 16 Ley 16.906 de Inversiones, creada el 7 de enero de 1998. 23 costos en dólares de nuestro país. A ello, deben agregarse al menos dos elementos: los diferentes procesos de reestructuración productiva instrumentados por varios sectores productivos nacionales, tendiente a la reducción de costos de producción con una introducción e innovación tecnológica más intensiva en capital que en trabajo, y segundo, las devaluaciones registradas a nivel internacional (sudeste asiático, la zona del euro, países de Oceanía, de América Latina) que hicieron que el nuestro perdiera competitividad en su comercio. Con respecto a la evolución de las remuneraciones, si bien mantuvo un crecimiento durante la primera mitad de los noventa, a partir de entonces se verificó un estancamiento en términos reales. La política de reducción del gasto público, sumado a los efectos de la apertura externa en el sector manufacturero, incrementó el desempleo y ello actuó y sigue actuando como un elemento de depresión de salarios. Cuadro 12 Indice de salario real global Base 1968=100 Años 1990 1992 1994 1996 1998 1999 2000 2001 Indice de Salario Real 57 61 65 64 65 66 65 64 Fuente: La economía Uruguaya. J. A. Rocca 2.4.3 El Comercio Exterior Durante el período se consolidó el doble proceso de apertura al mundo y a la región. Las exportaciones en dólares crecieron a una tasa acumulativa anual de 6,5% y las importaciones a una tasa acumulativa anual de 14%. Cuadro 13 Evolución del comercio internacional (millones de dólares corrientes) Indicador Exportaciones totales Importaciones totales Saldo Comercial 1990 1693 1343 350 1995 2106 2867 -761 1999 2237 3357 -1120 Fuente: Banco Central del Uruguay 24 La combinación de la apertura externa y la política cambiaria en el período provocó un abaratamiento de las importaciones, que se multiplicaron por tres en tan sólo ocho años. Como resultado, se pasó de un Saldo de Balanza Comercial positivo a uno crecientemente deficitario (del orden del 5% del PBI anual). Paralelamente, la concentración del comercio con los socios de la región, profundizada a mediados de los setenta con el CAUCE (Argentina) y el PEC (Brasil), cobró nuevo impulso con la firma del Tratado de Asunción que en 1991 dio lugar a la creación del MERCOSUR. Para finales de la década, casi la mitad del comercio internacional de Uruguay se dirigía a la región. Cuadro 14 Evolución del comercio con el Mercosur (millones de dólares corrientes) Indicador Exportaciones al Mercosur Importaciones del Mercosur Comercio total/Mercosur (%)* 1990 591 535 37.1 1995 992 1321 46.4 1999 1007 1462 44.1 *Exportaciones e importaciones totales Fuente: Banco Central del Uruguay El volumen del comercio exportador se orientó mayoritariamente a Brasil: las ventas a ese país son un tercio del total para 1998. El esquema de intercambios se basa en la venta de productos nacionales predominantemente del sector primario e importaciones de productos industriales. Con Argentina existe un comercio de corte más competitivo, registrándose un déficit permanente en el intercambio comercial con ese país: las importaciones son siempre mayores a las exportaciones. En este caso, el comercio es de corte intrasectorial, con una mayor especialización al interior de las ramas de actividad. Desde el punto de vista de los servicios, el principal ingreso provino del Turismo: se captaron más de 600 millones de dólares por ese concepto en 1998, siendo el 70% de los visitantes proveniente de la región. 2.4.4 El Sector Público Los ajustes fiscales realizados por las sucesivas autoridades a partir de 1985 implicaron un incremento de los impuestos y una disminución del gasto público que presenta cierta rigidez pese a que el rubro Costo del Personal disminuye en pocos puntos. 25 Cuadro 15 Participación de los principales impuestos internos por categoría (%) a- Sobre prod. Consumo y transac. Valor Agregado IMESI OTROS b- Sobre los ingresos Rentas de Industria y comercio IMAGRO IMEBA (transit. Venta agropecuaria) IRA Otros c- Sobre el patrimonio Patrimonio IMABA Otros 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 100 100 100 100 100 100 100 57 63 62 64 66 70 71 36 33 33 30 30 26 26 7 4 5 6 4 4 4 100 100 100 100 100 100 100 62 68 78 90 94 89 84 5 7 6 2 0.5 0.5 0.01 22 12 4 3 2 7 7.6 8 10 8 3 1.5 0.5 0.03 3 3 4 2 2 2. 8 100 100 100 100 100 100 100 87 82 74 67 67 61 59 11 17 24 30 28 34 36 2 1 2 3 5 5 5 Fuente: Instituto Cuesta-Duarte Cuadro 16 Gastos del Estado. Estructura del presupuesto por rubro (%) (por período de gobierno) Períodos de gobierno Costo de personal Resto de gastos de funcionamiento Inversiones 1986/89 33.1 55.7 1990/95 36.7 52.7 1995/99 31.2 58.7 9.8 10.7 10.2 Fuente: Instituto Cuesta-Duarte En términos corrientes considerando el período 1994-1999, la recaudación por el IRP pasó de 134 a 333 millones de dólares, mientras que por concepto de IVA la evolución fue de 1279 a 1777 millones de dólares y considerando el IMESI, la recaudación pasó de 584 a 611 millones de dólares. Cuadro 17 Recaudación por los principales impuestos en millones de dólares corrientes Impuestos 1994 134 IRP 1279 IVA 584 IMESI SOBRE INGRESOS 295 SOBRE 175 PATRIMONIO 1995 1996 1997 1998 1999 190 285 289 308 333 1513 1637 1806 1922 1777 594 620 700 700 611 351 432 449 541 498 191 233 306 290 258 Fuente: Instituto Cuesta-Duarte 26 En lo que respecta al gasto público, parecería comprobarse que los instrumentos utilizados para su reducción no han dado los resultados esperados, lo que induce a pensar que existe cierta dificultad para poder disminuirlo. Cuadro 18 Participación de cada inciso en el total del gasto (porcentaje) Inciso Total Poder Ejecutivo Poder Judicial Tribunal de Cuentas Corte Electoral Tribunal de lo Contencioso Administrativo ANEP Universidad de la República INAME Total Organismos del Art. 220 Poder Legislativo Total 86/89 83.56 1.27 0.16 0.35 90/94 79.66 1.6 0.18 0.35 95/99 80.95 1.57 0.17 0.41 0.04 9.72 3.44 0.3 15.28 1.16 100 0.05 10.79 3.68 1.69 18.34 2 100 0.05 10.31 3.07 1.81 17.38 1.67 100 Fuente: Instituto Cuesta-Duarte En la década del noventa, luego de una primera fase de incremento los egresos públicos tendieron a estabilizarse. El aumento de la recaudación, atada estrechamente al nivel de actividad y al consumo que crecieron en el período, generaron reducción en los déficit públicos. La crisis que se insinúa y luego se acentúa entre 1998-2001, repercute nuevamente sobre los ingresos públicos y el descenso de éstos amplía una vez más la brecha con los egresos. Como consecuencia de lo anterior, los saldos globales entre egresos e ingresos exhibieron un itinerario sumamente irregular durante el período. Cuadro 19 Saldo fiscal como porcentaje del PBI Años 1990 1992 1994 1996 1998 1999 2000 Ingresos- Egresos/PBI -0.07 0.32 -1.8 -1.9 -1.1 -3.8 -3.6 Fuente: J.A. Rocca 27 La evolución expuesta permite extraer dos conclusiones: - - la fuerte correlación entre el ciclo económico y los ingresos públicos. El hecho de que el peso de los tributos recaiga mayoritariamente sobre la actividad comercial determina esta situación. La relativa estabilidad de los egresos y en consecuencia la fuerte correlación entre los ingresos públicos y los saldos fiscales. Los períodos de auge económico en los que aumenta el ingreso se caracterizan por la tendencia al equilibrio fiscal, mientras que las fases de depresión económica implican una disminución de ingresos y por lo tanto aumento del déficit. (J.A. Rocca) En síntesis La aplicación del modelo de estabilización iniciado en 1990 implicó: • • • • • • • • un crecimiento económico significativo, que se revierte a fines de la década el éxito en la reducción de la inflación que registra guarismos sin precedentes una profundización del comercio con Brasil y Argentina una pérdida de competitividad reflejado en un déficit comercial muy significativo una fuerte reducción de la actividad industrial una tendencia creciente a la desocupación un deterioro en la calidad y estabilidad laboral una nítida dependencia del sector externo: en lo comercial y en lo financiero 28 Capítulo II La Economía uruguaya a inicios del siglo XXI 1- Argentina y Brasil El contexto regional fue ampliamente desfavorable para Uruguay en 2001 dado que las dos economías vecinas tuvieron comportamientos muy negativos, particularmente Argentina. La recesión comenzó en Argentina a fines de 1998 y se agudizó a partir de comienzos de 2001. En dicho año, se agudizó la crisis financiera vivida por Argentina provocada por el peligro de cesación de pagos, con un aumento del “riesgo país” evidenciado por el encarecimiento de los créditos que se logran captar, por lo que el gobierno debió flexibilizar el Plan de Convertibilidad, (eje de la política económica del período) y ajustar las cuentas fiscales. Conjuntamente la instauración del congelamiento de los depósitos de los ahorristas (más conocido como el corralito) fue quizás uno de los últimos intentos del equipo económico para poder sostener el modelo económico, muy profundamente afectado por una incesante corrida de depósitos bancarios. En este contexto de fuerte incertidumbre la actividad económica sufrió una fuerte caída: el PBI cayó 4,5% y el desempleo se elevó a 17,4%. Finalmente en enero de 2002, se produce el abandono del Plan de Convertibilidad cambiaria (1 a 1 respecto al dólar), reflejándose en una fuerte presión al alza del dólar.17 La economía brasileña también atravesaba una coyuntura desfavorable, si bien no presentaba tasas de crecimiento negativas del PIB como Argentina. En efecto, atravesaba una crisis energética que provocó caídas de la producción industrial y presiones inflacionarias. Por otro lado, la crisis argentina y el menor crecimiento de la economía estadounidense (principales socios comerciales de Brasil) afectaron las exportaciones brasileñas, incrementaron el “riesgo país” y provocaron una fuerte depreciación de su moneda, particularmente en los primeros nueve meses de 2001. Esta tendencia que se mantuvo durante 2002 y se agudizó en la segunda mitad de año frente a la incertidumbre generada ante la inminente victoria electoral de un partido de izquierda. Así, se produce una fuerte caída de la demanda de la región debido a la crisis argentina, a la desaceleración de la economía brasileña y a un importante deterioro de la competitividad de Uruguay con la región. Como consecuencia de lo anterior, se vieron afectadas enormemente las exportaciones uruguayas con destino a Argentina y Brasil, las mismas cayeron 18,7% a dichos destinos en 2001. Si bien la economía argentina fue la más afectada durante la crisis (cayó 20 % en el período que va del cuarto trimestre de 1998 al primero de 2002), su PBI estaba a finales de 2006, un 17,1% por encima del valor previo a la crisis. La economía brasileña también se recuperó y ha logrado un crecimiento moderado pero sostenido desde 2004. Por tal motivo las exportaciones hacia nuestros principales socios comerciales en el Mercosur se recuperaron notoriamente, aunque no alcanzaron los porcentajes previos a la crisis. 17 En efecto tras un intento para manejar el incremento del tipo de cambio, el promedio mensual en octubre 2002 llegó a 3,66 pesos argentinos por dólar. 29 2- Uruguay 2.1.1 El producto y la política económica La recesión comenzó en Uruguay en 1999, se prolongó hasta 2002 y a partir del 2003 la economía comienza a recuperarse. En 2006, la mayoría de las variables macroeconómicas se habían estabilizado y el PBI se encontraba 7% por encima de los niveles alcanzados previo a la crisis. Sin embargo algunas variables relevantes como el salario real, el ingreso de los hogares o la pobreza se encuentran aún en proceso de recuperación. Evolución del PIB (desestacionalizado y variación trim estral) 6 190 4 180 2 170 -4 Dic-06 Jun-06 Dic-05 Jun-05 Dic-04 Dic-03 Jun-04 Jun-03 Dic-02 Jun-02 Dic-01 Jun-01 Dic-00 Jun-00 Dic-99 Jun-99 Dic-98 -2 Jun-98 0 160 150 -6 140 -8 -10 130 variación trimestral PBI desestacionalizado Fuente: Elaboración propia en base a datos del Instituto de Economía. El período recesivo que atravesó el país puede ser explicado tanto por factores externos como internos. En cuanto a los factores externos, se destacan la crisis regional que comenzó en Brasil en 1999 y continuó en Argentina en los años siguientes, que afectó enormemente a la economía uruguaya en sus diferentes dimensiones: productivo, comercial y financiero. Así, entre 1999 y 2000 la caída del producto uruguayo se explica básicamente por la caída de la demanda de bienes desde Brasil, debido a la depreciación de la moneda brasileña que provocó la caída de competitividad de los productos uruguayos. Mientras que, entre 2001 y 2002, la fuerte caída del producto argentino que implicó un brusco descenso de la demanda de nuestros bienes exportados, la disminución del turismo hacia nuestro país y el retiro de los depósitos que los argentinos tenían en la plaza uruguaya fueron factores determinantes que incidieron en la importante caída del PBI uruguayo. 30 Año 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 Variación anual del PBI -2,8% -1,5% -3,4% -11% 2,2% 11,8% 6,6% 7,0% Fuente: BCU Entre los factores internos, también en el 2001, Uruguay tuvo que enfrentar el cierre de los principales mercados de exportación de carne, debido a la aparición en la región y en el país de la fiebre aftosa en el ganado. A esto se sumaron las expectativas negativas de los agentes económicos que postergaron sus decisiones de consumo e inversión y la retracción de la inversión pública, factores que influyeron en la caída de la demanda a nivel nacional. Desde inicios de 2002 las reservas del Banco Central comenzaron a descender debido al retiro de los depósitos bancarios del sistema. La falta de credibilidad de los agentes en el programa económico del gobierno se observaba en los masivos retiros de depósitos (corridas bancarias) y la compra de moneda extranjera que presionaba al alza el tipo de cambio. El valor del dólar se ubicaba en el techo de la banda de flotación y el Banco Central intervenía con reservas el mercado de cambios para mantenerlo dentro de la banda. El financiamiento externo se encarecía y se contraía, hecho que se reflejaba en el continuo aumento del riesgo país18. Este indicador pasó de 217 puntos básicos en diciembre de 2001 a 1870 puntos básicos en diciembre de 2002. La cotización de los valores públicos uruguayos en el mercado de valores cayó significativamente en 2002, luego de la pérdida del investment grade19. La cuenta “Errores y omisiones” de la balanza de pagos, en el 2002 registró una cifra significativamente superior al de otros años, con un déficit de 3.142 millones de dólares, lo que refleja una importante salida neta de capitales no registrados (“fuga de capitales”) explicada por el enorme retiro de depósitos del sistema financiero uruguayo. El aumento de las tasas de interés a partir de junio de 2002 debido a las modificaciones de la política cambiaria y la crisis financiera, generaba incertidumbre respecto al acceso financiero al crédito que tenían las empresas y el público. Ante la apremiante situación interna y externa el equipo económico del gobierno combinó instrumentos de política cambiaria y fiscal de forma de mantener el modelo de 18 El riesgo país es un índice que intenta medir el grado de riesgo que entraña un país para las inversiones extranjeras. Se calcula como la sobretasa que paga un país por sus bonos en relación a la tasa que paga el Tesoro de Estados Unidos, es decir, la diferencia que existe entre el rendimiento de un título público emitido por el gobierno nacional y un título de características similares emitido por el Tesoro de los Estados Unidos 19 Investment grade es la calificación que recibe un país cuyos títulos públicos son considerados aptos para la compra por parte de fondos de inversión y compañías aseguradoras reguladas. Se mide según las agencias internacionales calificadoras de riesgo. 31 estabilización. En enero de 2002, fueron establecidas nuevas pautas para la banda de flotación (la amplitud y la pendiente se elevaron al doble: 12% mensual y 2,4% mensual, respectivamente). En mayo se anunció que esa política se mantendría hasta fin de año. Sin embargo, el 20 de junio se dispuso el abandono del régimen de tipo de cambio fijo pasando a un régimen de libre flotación que rige hasta el día de hoy. Paralelamente fueron implementados tres ajustes fiscales (febrero, mayo y Rendición de Cuentas 2002) con el objetivo de abatir el déficit fiscal, a través de un conjunto de medidas que preveían la reducción de gastos del Estado, creación de nuevos tributos y aumento de los ya existentes. A finales del mes de julio, la corrida de depósitos que enfrentaba el sistema bancario desde inicios del año y que aumentaba día a día, llevó al Banco Central a determinar la suspensión de actividades de cuatro bancos y establecer un feriado bancario que duró cuatro días. La crisis de confianza que sufrió el sistema bancario uruguayo fue estimulada inicialmente por los sucesos de Argentina (corralito bancario) y determinó en el 2002 una caída de los depósitos en el sistema financiero, expresados en dólares, del 44,6%, pasando de 14.994 millones de dólares a fines del 2001 a 8.313 millones de dólares a fines del 2002. En agosto de 2002, el Parlamento aprobó de forma urgente la ley que creaba el Fondo de Estabilidad del Sistema Bancario para respaldar los depósitos a la vista y en caja de ahorro en moneda extranjera del sistema bancario y así lograr detener la corrida de depósitos. Dicho Fondo fue creado con el financiamiento otorgado por el FMI y la ayuda del gobierno de Estados Unidos que otorgó un préstamo puente (por 1500 millones de dólares) para permitir la inmediata disponibilidad de los recursos. Los depósitos de largo plazo en moneda extranjera del BROU y del BHU fueron reprogramados, aplazándose los vencimientos de los plazos en tres años. El objetivo de la creación del Fondo fue alcanzado pues se logró, en los meses siguientes, disminuir la corrida de depósitos. 2.1.2 El Uruguay post devaluación El PBI registró una pronunciada y sostenida caída desde 1999 al 2002 (alcanzando casi un 20% en los cuatro años) con un muy significativo retroceso, del entorno del 11%, sólo para el año 2002, año en el que se abandona el modelo de estabilización. Por otra parte, el proceso de mantenimiento del modelo cambiario por parte del gobierno desde la devaluación brasileña y su definitivo abandono en junio de 2002 tuvo profundas consecuencias económicas y sociales para el país. La importante devaluación de la moneda generó una gran incertidumbre entre los agentes económicos (público y empresarios) acerca de la cotización en la que finalmente se ubicaría y estabilizaría el dólar. En los hechos, esto significó incerteza respecto a los precios de venta de bienes de consumo e inversión que dependen en parte del precio de la moneda extranjera. También se generó incertidumbre respecto a la política económica ya que los anuncios del gobierno contaban con muy poca credibilidad por parte del público luego que se 32 había asegurado el mantenimiento de la banda de flotación hasta fines de 2002, sumado a la remoción del Ministro de Economía y su equipo. La inflación que en los años previos se había mantenido en niveles bajos, luego del abandono de la banda de flotación se dispara, provocada por efectos inflacionarios directos e indirectos. Varios artículos subieron de precio, muchos de ellos importados y otros no, como el caso de la carne que registró importantes aumentos. La transferencia de riqueza entre los sectores de la sociedad fue de gran relevancia. Los deudores en dólares (entre los cuales se encontraban empresas) debieron enfrentar una situación crítica debido al abrupto incremento de sus deudas y a la incertidumbre sobre si se aplicarían quitas o rebaja de tasas para enfrentar sus obligaciones. Esta situación significó una importante transferencia de riqueza desde los sectores endeudados en moneda extranjera hacia los acreedores, que por el contrario, se beneficiaron enormemente. En el 2002, la actividad de todos los sectores disminuyó profundamente a excepción del sector agropecuario que creció 6,6%, debido a los buenos precios internacionales de los productos y a la reapertura de los mercados de carnes. La actividad cayó en forma más importante en los sectores comercio, restaurantes y hoteles, construcción e industria manufacturera provocados inicialmente por la crisis argentina y luego por la caída abrupta del consumo y la inversión a nivel nacional. A partir de la devaluación de la moneda nacional, los productos uruguayos comienzan a recuperar competitividad con respecto a los del resto del mundo. Con respecto a las medidas de política económica adoptadas por el gobierno para salir de la grave crisis, en el 2003, el gobierno firma dos cartas de intención con el FMI para continuar recibiendo financiamiento del mismo, donde quedan establecidas las principales metas económicas: aplicación de una política fiscal que permita obtener un superávit primario del sector público (3,2%), un programa monetario para limitar la inflación (que en el 2002 se había disparado al 26%) y la búsqueda de una solución para los cuatros bancos suspendidos. Además, el gobierno impulsó una campaña de consulta entre sus acreedores locales y extranjeros para lograr un canje de deuda pública que le permitiera postergar por cinco años los vencimientos de deuda pública. La propuesta del gobierno contó con la adhesión del 93% de los acreedores y el canje se concretó con éxito en mayo de 2003. Esta medida evitó que el país entrara en default, lo que hubiera implicado el cese del pago de las deudas a sus acreedores y posibilitó al Estado mantener su prestigio de “buen pagador” conservando la confianza de inversores nacionales e internacionales. El endeudamiento como porcentaje del PBI (ratio Deuda/PBI), a partir de 2002, se dispara debido al aumento de la deuda y la importante caída del producto. En el 2003 dicho indicador alcanzó 111%, reflejando que la deuda pública equivalía a más de un año de la actividad productiva del país. 33 Año Deuda Pública Deuda Pública Externa 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 Mill U$s 5907,2 6138,4 6315,7 6904 7693 8526 9132 10072 11386 12445 13.322 13.944 13.709 Mill U$s 4647 4841 4995 5053 5644 5591 6092 5829 8299 9558 10.206 10.177 9.310 Deuda Pública Como % del PBI 33,9% 31,8% 30,8% 31,8% 34,4% 40,8% 45,5% 54,3% 92,8% 111,2% 100,8% 82,8% 70,8% Deuda Pública Externa Como % del PBI 26,6% 25,1% 24,4% 23,3% 25,2% 26,7% 30,3% 31,4% 67,6% 85,4% 77,2% 60,5% 48,1% Fuente: Instituto de Economía Durante el 2003, el sector externo fue más favorable debido a la mejora de la situación regional e internacional. También la situación interna fue de menor incertidumbre y mejora de las expectativas, debido a la mayor estabilidad del tipo de cambio y el éxito del canje de deuda pública, todo lo que contribuyó a reactivar la demanda a nivel nacional. El PBI creció un 2,5% respecto a 2002. Todos los sectores presentaron un incremento de la actividad, excepto el sector electricidad, gas y agua (-7,6%), construcción (-7,1%) y comercio, restaurantes y hoteles (-0,9%). El sector agropecuario fue el motor de la recuperación económica, registrando un crecimiento del 14,4%, mientras que la industria creció 4,6%. En el 2004, la actividad continuó creciendo alcanzando un 11,8% de incremento del PBI, uno de los valores más altos de la historia económica del país. Todos los sectores productivos presentaron incrementos de actividad. El consumo e inversión privados, principalmente, continuaron aumentando. Las exportaciones continuaron creciendo gracias al sector externo favorable, así como las importaciones, especialmente las compras en bienes de capital. Durante el 2005, la evolución de la economía siguió siendo positiva, el PBI creció un 6,6%, mientras que todos los sectores productivos presentaron incrementos de actividad. En el 2006, el país llegó a cifras record en exportaciones de bienes y servicios de aproximadamente 5800 millones de dólares. También se registran cifras históricas en los flujos de inversión extranjera que ingresaron al país. 2.1.3 Estructura productiva Con respecto a la estructura productiva se observa en el cuadro que durante los años de la crisis (1999 al 2002) los sectores agropecuario, industria y comercio, restaurantes y hoteles registraron un descenso en la participación en el PBI para luego recuperarse en los años siguientes hasta 2006. Por el contrario, el sector que incluye la actividad de las instituciones financieras registra un incremento hasta el año 2002 y luego comienza a 34 descender hasta el presente, explicado por la importante reestructura redimensionamiento que sufre el sistema financiero luego de la crisis del 2002. y El sector Transporte y comunicaciones registra un aumento en la participación del PBI en todos los años, explicado por el incremento de la actividad del sector de las comunicaciones (celulares, servicios de internet y telefónicos para empresas, etc.) a nivel internacional y nacional. El sector de la construcción registra una caída de la participación durante y luego de la crisis con una lenta recuperación a partir del 2005. ESTRUCTURA DEL PRODUCTO BRUTO INTERNO (%) Sector de actividad 1990 1998 2000 Agropecuario 8,2 6,3 5,5 Industria 25,6 17,2 15,5 Electricidad, gas y agua 2,5 3,7 3,8 Construcción 3,4 5,5 5,4 Comercio, Rest. Y Hoteles 14,1 13,2 12,2 Transporte y comunicaciones 6,3 7,6 8,3 Establecim fin, serv empr, bs inmuebles,etc 20,4 23,2 25,6 Servicios com, soc, per, gob 15,6 18,7 19,5 Otros (1) 3,7 4,7 4,1 PBI 100 100 100 Fuente: Instituto de Economía en base a datos del BCU. Otros: Incluye Pesca, Minas y Canteras y derechos de importación. 2002 8,2 15,9 4,4 3,8 11 8,4 2004 10,7 19,8 4,3 3,2 12 8,9 2006 8,3 21,8 4,4 4 12,3 9,1 25,8 18,7 3,8 100 20 16 5,1 100 18,3 16,3 5,6 100 2.2 El mercado de trabajo Entre los años 1999 y 2003, nuestra economía atravesó por una etapa de recesión y de desequilibrios macroeconómicos que impactaron fuertemente en el mercado laboral y en las condiciones de vida de la población, entre los que se pueden destacar la reducción del número de ocupados y de los salarios, deterioro de la calidad del empleo, aumento del desempleo, la emigración, la pobreza y la exclusión. La recesión económica comenzó en el tercer trimestre de 1998 y los efectos negativos de la misma empezaron a hacerse visibles rápidamente. Si bien la ocupación comenzó a descender en el último trimestre de 1998, su tendencia a la baja se profundizó sensiblemente a partir de mediados de 2002. En dicho año se agudizó la caída del empleo derivada de la importante contracción de la actividad económica, y se incrementó por cuarto año consecutivo la tasa de desempleo. Esta creció sostenidamente y alcanzó un máximo de 20% en el último trimestre de 2002, cuando el desempleo afectó a más de 250.000 personas. La tasa de empleo se situó en los niveles de 1983, los más bajos desde que existe registro, y la de desempleo llegó a niveles nunca antes alcanzados. TASA DE DESEMPLEO TOTAL PAÍS URBANO (% y var doce meses) 21 19 17 15 13 11 prom doce meses FUENTE: IE, INE Dic-06 Jun-06 Dic-05 Jun-05 Dic-04 Dic-03 Jun-04 Jun-03 Dic-02 Jun-02 Dic-01 Jun-01 Dic-00 Dic-99 trimestre Jun-00 Jun-99 Dic-98 Jun-98 9 35 La crisis afectó a todos los sectores de actividad. Entre los años 1998-2003, si se estudia la destrucción de puestos de trabajo por sector de actividad económica se destaca la industria manufacturera, principalmente metalurgia, textiles, vestimenta y calzado. Siguen en importancia la construcción y el comercio. Considerando simultáneamente la categoría y el sector, los más afectados por la destrucción de empleos son los asalariados privados de la industria manufacturera. La crisis también contribuyó a profundizar las tendencias observadas en la década de los noventa en cuanto al deterioro de la calidad del empleo (consolidación del subempleo y precariedad) y al aumento del trabajo no asalariado. Entre los años 2000-2004 se experimentó un fuerte deterioro de la calidad del empleo principalmente en los trabajadores de empresas de menos de 5 ocupados, trabajadores por cuenta propia y servicio doméstico (ver cuadro 2). El nivel de ocupados con problemas de empleo pasó del 40.5 al 44.7% del total de ocupados entre 2001 y 2004 a pesar del importante crecimiento del PIB durante este último año, y dentro de éstos se destacan el aumento de los “no registrado” que son los trabajadores sin cobertura de la seguridad social20. La calidad del empleo verificaría una mejora sustancial recién en 2005. La tasa de actividad se mantuvo relativamente estable entre los años 1999 y 2000, mientras que en el año 2001 la misma subió debido al intento de las personas de atenuar la caída de los ingresos de los hogares. A partir del 2002 dicha tasa de actividad reduce el ritmo de crecimiento, lo cual puede atribuirse en parte a la emigración y al aumento de los trabajadores “desalentados”21. SALARIO REAL TOTAL PAíS 105 100 95 90 85 80 75 mensual prom doce meses FUENTE: INE En un contexto de fuerte caída del PBI y de crecimiento del desempleo los salarios reales se desplomaron. Los mismos inician una importante contracción desde 1999 que continúa hasta 2004 donde alcanzan su punto más bajo. Los salarios reales cayeron más 20 21 Es “toda aquella persona ocupada que declara no tener derecho a jubilación en el trabajo que desarrolla” (INE) Esta categoría incluye a aquellos trabajadores que dejaron de buscar empleo activamente por considerar que no lo iban a encontrar. Por lo tanto, si bien se clasifican como económicamente inactivos, estarían dispuestos a trabajar si tuvieran la oportunidad de hacerlo. 36 de 20% si se compara diciembre de1998 con diciembre de 2004. Esto puede atribuirse a las altas tasas de desempleo, a la contracción de la demanda que reciben las empresas, a la reducción del componente del gasto público asociado a las remuneraciones, al incremento del IRP (por lo cual se reduce el salario líquido) y a la inflación. Dicha caída contribuyó al incremento de los niveles de pobreza e indigencia que treparon a 31,8% y 3,9% de la población respectivamente en 2004. Por su parte, la emigración ha sido para los uruguayos una importante válvula de escape en las situaciones de crisis. Desde 1996 hasta fines de 2002 se habrían ido del país casi 100.000 personas pertenecientes a la población residente en localidades urbanas, de los cuales aproximadamente 33.000 habrían emigrado en el período marzo-diciembre de 2002. Los emigrantes uruguayos son en su mayoría hombres y adultos jóvenes con un nivel educativo considerado como medio y alto cuando se los compara con los individuos de la misma edad residentes en el país. Según los familiares de los migrantes, las razones por las que estos dejaron el país se relacionan claramente con la situación del mercado de trabajo, tanto por los bajos ingresos (15%) como por el desempleo (48%). Cuando se considera la migración por tramo de edades, la situación del mercado de trabajo es también una razón de emigración relevante ya que existen diferencias importantes según la etapa del ciclo de vida en la que las personas se encuentren22. La reactivación económica comenzó en el primer trimestre de 2003, aunque sus efectos sobre el mercado de trabajo se hicieron visibles a partir del segundo semestre de ese año y sobre los salarios recién a partir de 2005. La recuperación del empleo fue más lenta que la del PBI. En efecto, mientras la tasa de empleo alcanzó el nivel previo a la crisis recién en el último trimestre de 2006, el PIB superó dicho nivel en 7% al promediar 2006. TASA DE EMPLEO TOTAL PAíS URBANO (% y var doce meses) 56 55 54 53 52 51 50 49 48 prom doce meses Dic-06 Dic-05 Jun-06 Dic-04 Jun-05 Dic-03 trimestre Jun-04 Jun-03 Dic-02 Jun-02 Dic-01 Jun-01 Dic-00 Dic-99 Jun-00 Dic-98 Jun-99 47 FUENTE: IE, INE Acompañando la recuperación del empleo, la tasa de desempleo se redujo sostenidamente y se situó en 11,4% en promedio en 2006, aún algo por encima del promedio de 1998. 22 "Uruguay: La emigración reciente", Pellegrino y Vigorito, 2004. 37 Cuadro Nº 2 : Evolución de los problemas de empleo urbano entre 1999-2005 Indicadores de calidad del empleo urbano 1998-2004 (en porcentaje sobre el total de ocupados) OCUPADOS 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 Con problemas de empleo 20.2 21.5 40.5 42.7 44.6 44.7 43.5 Subempleados 3.7 4.8 4.5 5.6 5.0 4.0 4.7 No registrados 14.6 14.5 25.3 24.3 25.3 28.9 26.4 Subempleados y No registrados 1.9 2.2 10.7 12.8 14.2 11.8 12.4 Fuente: Instituto de Economía (Notaro, Jorge. Documento) En 2005 el porcentaje de empleos de mala calidad en el total de ocupados se redujo explicado principalmente por la caída de los trabajadores no registrados, ya que el porcentaje de subempleados y de subempleados y no registrados se incrementó respecto al año anterior (ver cuadro 2). En 2006, tras dos años de recuperación, el salario medio real todavía se encuentra 14% por debajo del de 1998. Entre los factores que contribuyeron a la recuperación del salario medio real se destacan la continuación del crecimiento económico, la reinstalación de los Consejos de Salarios y el aumento del Salario Mínimo Nacional. 2.3 El comercio exterior 2.3.1 Evolución general de las principales variables Tanto las exportaciones como las importaciones uruguayas registraron un importante descenso entre 1998 - último año en que creció el producto - y 2002. Varios factores contribuyeron en dicha caída. En lo que refiere a las exportaciones, la competitividad de nuestro país se vio fuertemente afectada por la devaluación de la moneda brasilera a partir de 1999 y luego, por la devaluación de la moneda argentina. A esto debe sumarse la recesión en los países vecinos, particularmente en Argentina, que coadyuvó a una menor demanda de productos desde la región. Por último, la importante caída del PBI y de los ingresos de los uruguayos habrían afectado las importaciones. En este contexto, las exportaciones cayeron 32,8% y las importaciones 48,5% entre 1998 y 2002. La estructura de comercio que surge luego de la crisis presenta algunas diferencias importantes respecto al que prevaleció en los `90, particularmente en lo que refiere a los destinos de las exportaciones de nuestro país. Evolución del comercio internacional (millones de dólares corrientes) Indicador Exportaciones totales Importaciones totales Saldo Comercial 2002 1.861 2004 2.930 2006 3.952 1.964 3.113 4.774 -103 -182 -822 38 Fuente: Instituto de Economía. En el marco de la significativa recuperación económica verificada en Uruguay desde mediados de 2003, las exportaciones de bienes se incrementaron sustancialmente. En 2006 las ventas al exterior habían superado en 43% el nivel alcanzado previo a la recesión (en 1998). Las exportaciones fueron por tanto un factor de gran relevancia para explicar la recuperación económica que tuvo el país a partir de 2003. Sin embargo, esta evolución favorable de las exportaciones, no afectó por igual a los distintos países de destino. Los destinos de las exportaciones uruguayas se diversificaron a partir de la crisis. Exportaciones por destino 1998 Exportaciones por destino 2006 22% 42% 52% 13% 65% 6% ARG+BR EEUU RM ARG+BR EEUU RM Fuente: Elaboración propia en base a datos del Instituto de Economía. Uno de los principales cambios fue que a partir de 2005 Estados Unidos pasó a ser el principal receptor de exportaciones uruguayas de alimentos desplazando a Brasil, como consecuencia de un incremento muy significativo de las ventas a este destino. Si bien Brasil gana participación en este rubro en 2006, Estados Unidos continuó siendo el principal destino. Así, mientras en 1998 las ventas al Mercosur representaban 55% del total de las exportaciones, este porcentaje desciende a 22% en 2006. 2.3.2 Patrón de inserción comercial El análisis de las exportaciones por sector muestra que no se alteró sustancialmente el patrón de especialización del país. Continuaron siendo mayoritarias las exportaciones de productos básicos y agroindustriales, aunque su participación en el total aumentó. En efecto, las mismas representaban 56,3% de las exportaciones totales en 1995-1998 pasando a representar casi 74% en 2006. A su vez, dentro de este tipo de bienes las exportaciones que más crecieron fueron las de alimentos básicos, con un significativo incremento de las ventas de carne vacuna, lácteos, cebada y oleaginosos. Cuando se analiza por destino no hay grandes cambios respecto a los resultados obtenidos en la década del 90. Las exportaciones a la región tienen un mayor contenido de valor agregado. El principal cambio lo representa el crecimiento de las exportaciones al resto del mundo de bienes básicos y de origen agropecuario con bajo grado de elaboración en detrimento de los bienes industrializados con base agropecuaria. Esto se debe principalmente al ya mencionado incremento de las exportaciones de carne hacia Estados Unidos. 39 Exportaciones por destino y producto. 2006 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 ARG+BR EEUU RM Industriales sin origen agropecuario Industriales de origen agropecuario Básicos Fuente: Elaboración propia en base a datos del IE. Las importaciones también se recuperaron con rapidez, en 2006 habían superado en 25% a las alcanzadas en 1998, último año de crecimiento económico antes de la recesión. Este comportamiento está en línea con el importante crecimiento del PBI en el período. Esto se hace evidente cuando se analizan las importaciones por destino económico. Se incrementaron las importaciones hacia todos los destinos económicos pero las que más lo hicieron fueron las de bienes de capital y las que tuvieron más incidencia sobre el total fueron las de bienes intermedios. Si bien Brasil es el principal origen de las importaciones de bienes de capital, se incrementaron en forma importante las provenientes de Estados Unidos. No obstante, dentro de los bienes intermedios, los suministros industriales elaborados provinieron cerca de un 50% de la región. IMPORTACIONES POR DESTINO ECONOMICO-2006 Arg. millones de dólares Brasil EE.UU. RM Total Arg. Brasil % EE.UU. RM Total CONSUMO 233,6 233,0 27,3 328,5 822,5 28,4 28,3 3,3 39,9 100 CAPITAL 64,1 162,9 99,1 219,9 546,0 11,7 29,8 18,2 40,3 100 INTERMEDIO 547,1 465,6 144,9 1.561,1 2.718,7 20,1 17,1 5,3 57,4 100 Otros 233,7 216,4 55,9 181,8 687,8 34,0 31,5 8,1 26,4 100 1.077,9 327,2 2.291,2 4.774,9 22,6 22,6 6,9 48,0 100 TOTAL GENERAL 1.078,5 FUENTE: Elaborado por el Instituto de Economía, en base al BCU y Uruguay XXI. Desde el punto de vista de los servicios, el principal ingreso continúa siendo por Turismo. Este rubro se vio muy afectado durante la crisis principalmente por la caída de turistas argentinos. A partir de la recuperación económica crece el número de turistas y 40 se diversifican los orígenes de los mismos. Sin embargo, el crecimiento mayor se dio en los gastos por turistas lo que estaría indicando que ingresaron al país turistas con mayor poder adquisitivo. En efecto, mientras que el número de turistas se encontraba en 2006 20% por debajo de los niveles previos a la crisis, el monto de divisas gastado por éstos se encontraba 15% por debajo. El saldo positivo entre exportaciones e importaciones de servicios contribuyó a amortiguar un creciente déficit en el saldo comercial de bienes. SBC (como % del PBI) 4,0 3,0 2,0 1,0 0,0 -1,0 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 -2,0 -3,0 Fuente: Elaboración propia en base a datos del IE. La recuperación económica arrojó un saldo de la balanza comercial (SBC) favorable hasta 2005. En 2006, si bien las exportaciones crecieron en forma extraordinaria, las importaciones lo hicieron más por lo que el SBC como porcentaje del PBI fue de – 0,6%. 41 2.4 El sector público Ingresos del Gobierno Central La recaudación del Gobierno Central se basa fundamentalmente en impuestos, tales como el IVA, el IMESI que son recaudados por la DGI, el IRP que es recaudado por el BPS y los impuestos recaudados por el Comercio Exterior. 23 En efecto, su recaudación representa la mayor fuente de ingresos en relación al total de ingresos del sector público no financiero, tal como se muestra en el cuadro 1, los ingresos tributarios en los años 2005 y 2006 fueron respectivamente del entorno de 86 % y 88 % del total de ingresos del Gobierno Central. Cuadro 1 INGRESOS DEL GOBIERNO CENTRAL (en millones de dólares corrientes) 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 4.357 4.081 3.857 2.744 2.398 2.862 3.630 INGRESOS 3.548 3.343 3.201 2.259 2.072 2.447 3.111 1. Ingresos tributarios 3.351 3.180 3.019 2.125 1.938 2.273 2.898 a) Internos DGI 3.047 2.883 2.751 1.896 1.704 2.103 2.764 IRP 303 298 268 229 234 171 134 197 162 181 134 134 174 213 b) Comercio Exterior 809 738 656 486 486 415 519 2. Ingresos no tributarios (1) (1)Incluye, entre otros, los aportes de las empresas públicas y los recursos de libre disponibilidad. Fuente: Instituto de Economía, a partir de datos del BCU. 2006 4.236 3.717 3.468 3.286 183 249 518 Desde 1999 y hasta 2003 se observa una evolución general decreciente en dólares corrientes de la recaudación de impuestos por parte del gobierno central. Ello se explicaría tanto como consecuencia de la recesión económica como por la variación del tipo de cambio. A partir del año 2004, se aprecia un crecimiento en la recaudación impositiva global y de todos los impuestos considerados aisladamente, con excepción del IMABA. Dicha recuperación se debió a la recuperación de la demanda interna y la mejor fiscalización que permitió reducir la evasión. Dentro de los agentes recaudadores, el de mayor importancia desde el punto de vista del volumen recaudado es la DGI, recaudando alrededor del 70% de los ingresos del Estado y alrededor de 90% de los ingresos por tributos . En el año 2006, la recaudación de la DGI alcanzó su máximo nivel desde 1999, el cual asciende a 3.588 millones de dólares, representando un crecimiento de 11% respecto a ese año (Cuadro 2). En cuanto a la participación relativa de los impuestos recaudados por la DGI, nítidamente surge que el IVA es el ingreso principal, representando en los últimos años más del 50% de la misma y junto con el IMESI, ese porcentaje supera el 63%, tal como se comprueba en el cuadro 2b. 23 A partir del 1.07.07 se reformó el sistema tributario con el objetivo de lograr una estructura tributaria más equitativa y simplificada. Para tal fin se eliminaron varios impuestos, entre ellos el COFIS, se sustituyó el IRP por el IRPF -de base más amplia ya que grava ingresos no provenientes del trabajo como los alquileres-, se redujo la tasa básica de IVA de 23% a 22% y la mínima de 14% a 10%, etc. 42 Por otra parte, el resultado primario corriente24 medido en dólares, de las empresas públicas presenta un descenso a partir del 2001 hasta el 2004 y se recupera en los años siguientes, tal como se muestra en el cuadro 1. Cuadro 2 RECAUDACIÓN DE LA DGI ( en millones de dólares) IVA COFIS IMESI IRIC PATRIMONIO IMABA RESTO TOTAL BRUTO 1999 1.770 2000 1.638 611 469 146 97 156 3.249 628 444 145 90 147 3.092 2001 1.536 68 595 378 119 98 154 2.948 2002 1.016 85 368 243 121 98 130 2.061 2003 940 87 273 168 116 81 165 1.830 2004 1.191 104 323 293 131 66 200 2.308 2005 1.598 119 419 444 192 58 240 3.070 2006 1.912 135 466 548 198 55 274 3.588 Fuente: Instituto Nacional de Estadística, a partir de datos de DGI. Cuadro 2 b RECAUDACIÓN DE LA DGI EN % 1999 2000 2001 2002 2003 2004 IVA 54,48% 52,98% 52,10% 49,30% 51,37% 51,60% COFIS 2,31% 4,12% 4,75% 4,51% IMESI 18,81% 20,31% 20,18% 17,86% 14,92% 13,99% IRIC 14,44% 14,36% 12,82% 11,79% 9,18% 12,69% PATRIMONIO 4,49% 4,69% 4,04% 5,87% 6,34% 5,68% IMABA 2,99% 2,91% 3,32% 4,75% 4,43% 2,86% RESTO 4,80% 4,75% 5,22% 6,31% 9,02% 8,67% TOTAL 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% BRUTO Fuente: Instituto Nacional de Estadística, a partir de datos de DGI. 2005 52,05% 3,88% 13,65% 14,46% 6,25% 1,89% 7,82% 100,00% 100,00% Egresos del Gobierno Central Tal como se desprende de los cuadros siguientes, la estructura de los egresos del Gobierno Central, están muy concentrados en los Gastos Corrientes que suponen mas del 92 % del total en los últimos años, y el resto corresponde al gastos público en inversiones. Cuadro 3 EGRESOS DEL GOBIERNO CENTRAL (en millones de dólares) 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 5169 4789 4683 3362 2905 3193 3902 EGRESOS 4627 4414 4349 3169 2759 2998 3676 1. Corrientes Remuneraciones 1078 1027 978 669 511 582 752 Previsión Social 2087 2054 1989 1439 1109 1155 1377 24 2006 53,29% 3,76% 12,99% 15,27% 5,52% 1,53% 7,64% 2006 4428 4153 859 1510 Se entiende por resultado primario corriente a la diferencia entre ingresos y egresos corrientes. 43 Gastos 862 681 725 446 Transferencias 233 238 196 135 Intereses 367 414 461 480 541 375 334 193 2. Inversiones Fuente: Instituto de Economía, a partir de datos del BCU. 403 111 625 146 491 119 650 195 657 158 732 226 798 160 826 275 Cuadro 3b EGRESOS DEL GOBIERNO CENTRAL (en %) 1999 2000 2001 2002 2003 2004 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% EGRESOS 1. Corrientes 89,51% 92,17% 92,87% 94,26% 94,97% 93,89% Remuneraciones 20,86% 21,44% 20,88% 19,90% 17,59% 18,23% Previsión Social 40,38% 42,89% 42,47% 42,80% 38,18% 36,17% Gastos 16,68% 14,22% 15,48% 13,27% 13,87% 15,38% Transferencias 4,51% 4,97% 4,19% 4,02% 3,82% 3,73% Intereses 7,10% 8,64% 9,84% 14,28% 21,51% 20,36% 2. Inversiones 10,47% 7,83% 7,13% 5,74% 5,03% 6,11% Fuente: Instituto de Economía, a partir de datos del BCU. 2005 2006 100,00% 100,00% 94,21% 93,79% 19,27% 19,40% 35,29% 34,10% 16,84% 18,02% 4,05% 3,61% 18,76% 18,65% 5,79% 6,21% Entre los años 1999-2006, se verifica una reducción de los egresos del Gobierno Central en dólares corrientes pasando de 5.169 a 4.428 millones de dólares, es decir un 15% menos. En cuanto a los egresos por rubro, los más significativos continúan siendo los de Previsión Social y Remuneraciones que en el año 2006 significaron más del 53% de los egresos totales, un guarismo significativo aunque menor al 64 % registrado en el 2000. Por su parte, los egresos por intereses medidos en millones de dólares, han presentado una evolución creciente en el período, como resultado del mayor endeudamiento público del país. En efecto, en el período 1999-2006 el monto pasó de 367 a 826 millones de dólares pasando de representar un 7% a más del 18% de los egresos totales en ese período. Respecto a las inversiones, éstas se han reducido en las épocas de crisis de modo de amortiguar el déficit fiscal, es decir, que las inversiones públicas presentan cierto grado de variabilidad y dependencia del resultado de las cuentas públicas y el ciclo económico así como el pago del endeudamiento público. Resultado Fiscal Resultado Fiscal (millones de dólares) 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 -812 -708 -826 -618 -507 -331 -272 -192 Fuente: Instituto de Economía, a partir de datos del BCU. 44 Considerando los cuadros anteriores, los mismos arrojan un resultado fiscal negativo para todos los años considerados medidos en millones de dólares corrientes. No obstante se verifica desde el año 2002 una tendencia descendente significativa de forma que el déficit fiscal del 2006 fue menos de la cuarta parte de lo registrado en el año 2001 en que alcanza el máximo en el período. En efecto, si se observa el déficit fiscal consolidado25 como porcentaje del PBI en el período 1999-2006, el mismo ha tenido una evolución favorable tal como se muestra en el cuadro 4. Los altos déficit fiscales de los años 1999-2002 se explican por la caída de ingresos públicos debido a la recesión en la actividad económica, por la estabilidad en algunos rubros de los egresos públicos y el crecimiento del pago de intereses de la deuda pública. Dichos déficit se han financiado principalmente con endeudamiento, (lo cual condujo a un aumento del ratio Deuda Pública/PBI), cuyos pagos de intereses conforman uno de los componentes de gran peso de los egresos del Estado. El fracaso de la política de ajuste fiscal de los años 2001 y 2002 se vio reflejado en un déficit fiscal consolidado de 4,2% del PBI para cada año, alcanzando su mayor relación para el periodo. No obstante, a partir del 2003 el déficit fiscal consolidado va disminuyendo respecto al PBI, llegando al año 2006 con un resultado fiscal consolidado de -0,6% del PBI, que se explica principalmente por el incremento de los ingresos públicos, principalmente provenientes del crecimiento económico, y el control y reducción de la evasión. Cuadro 4 Resultado fiscal consolidado (en % PBI a valores corrientes) Años 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 Resultado fiscal consolidado/PBI -3.9 -4.1 -4.2 -4.2 -3.2 -1.9 -0.8 -0.6 25 Se entiende por déficit fiscal consolidado al resultado negativo entre los ingresos y egresos de todo el sector público, el cual incluye Gobierno Central, BPS, Empresas públicas, Intendencias y BCU. 45 3 - ANALISIS Y CONCLUSIONES El mundo actual se presenta muy globalizado y transnacionalizado de una forma que difícilmente se registren antecedentes históricos. En efecto, ni en la era comercial mercantilista, ni en la era del dominio inglés ni tampoco en la posguerra de los años 50 se verifica una interrelación tan profunda con impactos y efectos encadenadas que abarca a todo el planeta. Basta detenerse en la intermediación financiara internacional, cuyas alteraciones y perturbaciones han desembocado en varias crisis cuyas repercusiones han trascendido su lugar de origen (Sudeste Asiático, Rusia, Brasil, Turquía etc.) Conjuntamente, la producción y la innovación tecnológica se concentran en grandes corporaciones y empresas transnacionales, quienes diseñan el producto e influyen en las pautas de consumo a nivel global, y dominan ampliamente el comercio internacional. Por otra parte, la readecuación y reingeniería de los procesos productivos que implementan estas empresas, abarca entre otras cosas el desmembramiento geográfico de la cadena de valor, la búsqueda de reducción de costos de producción y el incremento de la productividad, asociado a una mayor competitividad exigida cada vez más por el mundo de hoy, de forma de mantener o penetrar en los mercados. ¿Es posible modificar esa tendencia? La respuesta a esa pregunta parece un tanto obvia, el funcionamiento y el poder que ejercen las grandes corporaciones internacionales, y los inversores financieros no parece estar bajo el control de los estados nacionales, incluso los del mundo desarrollado. Sin duda, una de las características más salientes de la actualidad lo constituye la incapacidad de las instituciones públicas y del comportamiento colectivo de los seres humanos de estar a la altura de ese acelerado proceso de mundialización. En efecto, las cambios ocurridos en las últimas décadas son tan dinámicos, que dificulta medir sus impactos y adecuarse establemente, siendo ese uno de los grandes desafíos que enfrentan los equipos económicos y los gobiernos sea cual sea su orientación filosófica o ideológica, es decir ¿de qué forma insertarse en el complejo y dinámico funcionamiento del mundo de hoy? Si el proceso de globalización y de internacionalización que se vive a inicios del SXXI, parece ser un proceso dado para los países latinoamericanos, y muy particularmente los de economía pequeña como el Uruguay, determinar el margen de autonomía en la aplicación de las políticas económicas parecería ser la gran discusión de nuestros días. En efecto, la aplicación en nuestro país, de una política económica que procuró mantener controlada la inflación, la aplicación de un sistema de tipo de cambio, subordinado a ese fin, no se mantuvo principalmente por la dificultad de acceder a financiamiento externo. Esto agravado por el incremento del riesgo, y la pérdida de reservas internacionales ocurridas desde los primeros meses del 2002. Si a ello le agregamos el deterioro de la balanza comercial (aproximadamente 5% del PBI) y por ende su impacto en el saldo de cuenta corriente, el modelo dependió exclusivamente del financiamiento externo. 46 ¿Qué incidencia tienen los países en el financiamiento externo? Sin dejar de considerar las diferentes acciones políticas, que puedan incentivar a la captación de inversión extranjera directa, así como la potencialidad económica que puedan tener los respectivos países, las decisiones de inversión directa obedecen mayoritariamente a opciones estratégicas definidas por las empresas. Por lo tanto en ese terreno, la incidencia está relativamente acotada. En el plano financiero, más allá de la tasa de interés ofrecida y la confianza en el país receptor, la libre movilidad de capitales que existe en la actualidad, hace que la incidencia de los países en ese aspecto sea aún mucho menor, si es que existe alguna. Por lo tanto, quedó verificado, tanto en lo comercial como en lo financiero que el modelo económico de estabilización aplicado en el Uruguay desde inicios de la década de los 90 presentaba una dependencia externa tal, que bastó que el escenario externo se modificara, para que el modelo no pudiera sostenerse. En otro ángulo el crecimiento de la economía en la década de los 90, no redundó en la instauración de un núcleo autónomo de crecimiento, sino que parecería estar muy correlacionado con el crecimiento económico de Brasil y de Argentina en el marco de un modelo de estabilización con objetivos e instrumentos muy similares Si el Uruguay como economía pequeña no incide en las decisiones mundiales, no incide en el proceso de Globalización y en sus principales características actuales, ese escenario debería tomarse como un dato y si analizar la forma de insertarse en el mismo, que se torna como un elemento muy importante a abordar. Perspectivas Luego de la profundización de la crisis en el año 2002, el país vive del punto de vista macroeconómico una relativa calma, con una inflación controlada, y una variación del tipo de cambio estabilizada – aunque con tendencia a la baja- un crecimiento económico significativo, un gran impulso comercial donde con favorabless precios internacionales de varios productos de exportación etc. Ello asociado a un contexto de crecimiento regional importante, y un contexto internacional también favorable. Como elemento de suma preocupación, está la constante alza en el precio del barril de petróleo que ha impactado duramente al interior de la economía y que todo hace indicar que ello esa tendencia mantendrá en futuro cercano generando un escenario de encarecimientos de los combustibles y su repercusión en los costos internos. La demanda externa y los ciclos económicos nacionales La demanda externa ha sido históricamente, una de las variables que han determinado y explicado el devenir económico del país. Su efecto nítidamente se remonta a las últimas décadas del S XIX, en donde el alto y sostenido crecimiento económico que tuvo el país hasta las primeras décadas del SXX, fue impulsado por las exportaciones agropecuarias fundamentalmente hacia Inglaterra, las que una vez disminuidas el proceso de crecimiento se detuvo. 47 No es el único antecedente en el país, en que se producen ciclos de crecimiento económico asociado a las exportaciones, es más recientemente, en el plan de estabilización de los años 90, hubo un significativo crecimiento económico hasta que la caída de las demanda externa brasileña y argentina, impactaron sensiblemente en el modelo de crecimiento económico tal como reseñamos anteriormente. En los últimos años también se refleja un gran impacto del comercio al crecimiento económico y si bien hay una mayor diversificación en los destinos de comercio respecto a los años 90, la durabilidad de la inserción comercial no está asegurada. Reperfilamiento productivo Sin dudas que rediseñar el parque productivo, constituye un tópico a abordar. En efecto, reorientar la producción a la demanda de hoy de forma de producir aquellos rubros de mayor inserción internacional, parecería ser un tema a analizar, más allá que no está exento de dificultades. El país requiere de un análisis profundo de inserción productiva en donde se produzca lo que se venda ya que eso va a redundar en una mejora en el empleo en calidad y estabilidad. Ello se asocia indudablemente entre otras cosas a la incorporación tecnológica y la capacitación de la mano de obra calificada y no calificada, elemento que no siempre está articulado con las necesidades productivas. La inversión extranjera Directa Entre los años 1995-1999 las inversiones extranjeras directas (IED) realizadas en el país sobrepasaron los U$S 2.400 millones en el sector no financiero, que da un promedio anual próximo a los U$S 500 millones. Uruguay, no ha sido históricamente un captador de IED en la región latinoamericana, la que ha sido dirigida mayoritariamente a Brasil. México, y Argentina y en años puntuales a otros países . No obstante ello, en los últimos años se percibe un fuerte flujo de inversión extranjera directa, que en algunos casos amerita analizar sus impactos en el mediano y largo plazo. En efecto, y de acuerdo a la información difundida, la inversión que realizará la empresa Botnia, estaría en el orden de los U$S 1.200 millones es decir un 50% de la IED que el país recibió en el segundo quinquenio de la década de los 90. Paralelamente, y dado que el mercado que apunta esta empresa es indudablemente el externo, el ingreso que se estima por sus exportaciones, es muy significativo, proyectándose que el impacto de las exportaciones de Botnia incrementará el PBI del país en el entorno del 1.5% a 2%. 48 Como es de conocimiento público se estima que se instalará una segunda empresa de similares características y monto de inversión, también en el litoral y hay versiones de la eventual instalación de una tercera empresa de este tipo en el centro del país. Más allá de las consideraciones que se formulen sobre su instalación, de concretarse estor proyectos, sin duda que los impactos a nivel nacional serán muy importantes y estructurales Si consideramos tan solo, que su instalación implicará una readecuación de los medios de comunicación como en las vías de ferrocarril y de puertos – en donde hay también propuestas de inversores extranjeros- , de suministro de insumos y de mano de obra etc, podemos inferir que en pocos años, la matriz económica del país podría transformarse significativamente. Alianzas estratégicas Dada la situación actual, discutir y analizar un plan de estrategias productivas o tecnológicas con grupos de empresas extranjeras, parecería ser un camino a explorar. En efecto, la tecnificación de la producción no basta por si sola para ser competitivo en el mundo de hoy: el problema es el mercado. Invertir en tecnología es sin duda muy importante, pero, no lo es menos asegurarse un mercado de forma de ser menos vulnerable a los vaivenes internacionales. Ello podría lograrse, a través de alianzas productivas o comerciales con empresas internacionales que son las que los dominan mayoritariamente los mercados. Este tópico, se torna hoy más relevante con lo referido anteriormente sobre el muy significativo flujo de inversiones extranjeras directas que viene recibiendo el país, en donde por la vía de los hechos, varias empresas localizadas en el país, se ven favorecidas con un incremento de sus ventas con la instalación de Botnia – construcción de embarcaciones, suministros de productos químicos etc-, los que multiplican el efecto sobre la actividad económica, de generación de empleo etc. El país y la integración regional Definir el rol del país en los procesos de integración, parece ser a esta altura impostergable. En los últimos tiempos ha habido discusión acerca de la conveniencia de seguir integrando el MERCOSUR, solicitar integrar el NAFTA. impulsar Tratados de Libre Comercio etc. Sin duda, que más allá que estos procesos de integración presentan particularidades, definir como Estado, que modelo de integración debe seguirse por encima de la orientación de los gobiernos de turno, se torna muy importante, para poder posicionarse en ellos estratégicamente. Si la apuesta es el MERCOSUR, reflexionar sobre las diferentes posiciones de Brasil y de Argentina y analizar si es conveniente o no acompañar alguna de ellas, sin que sea excluyente otra opción, así como analizar objetivamente los beneficios que su integración implica pero también sus inconvenientes. 49 Si la apuesta es al NAFTA o la firma de Tratados de Libre Comercio para no depender comercialmente de la región, requiere de un análisis técnicamente fundado de forma que quienes decidan los hagan basado en ello y no basados en concepciones filosóficas o ideológicas tal como ocurriera en los últimos meses con la discusión de la firma de un TLC con los EUA. La definición del tipo de integración siempre es decisiva porque impacta a los agentes internos: empresarios, trabajadores, Estado, pero además porque en general trasciende e influye por muchos años, por lo que una definición nacional se trona esencial para poder proyectar una evolución comercial y no puede a nuestro entender contemplar visiones tan diametralmente distintas o ideológicamente excluyentes que se sintetiza entre “países amigos o no amigos”. ¿Cuál es la integración mas conveniente para el Uruguay? es lo que debe analizarse, y que puede contemplar las existentes, modicarlas o combinar con otras, pero para ello, las consideraciones técnicas deben priorizarse y constituirse en un elemento indispensable para que luego se asuman las definiciones de orientación política correspondiente. Sin duda, que no se pretende agotar aquí, las posibles alternativas de inserción internacional para el Uruguay, de forma de poder encauzar la economía nacional hacia una mejora de la competitividad y el empleo, de todos modos se estima que las mismas, sintetizan algunos de los principales problemas económicos y sociales que la coyuntura actual presenta. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Azar Paola, Rodríguez Sandra, Sanguinetti Claudia (2001): Análisis de la Duración del Desempleo. Uruguay 1986-1999 Trabajo Monográfico F.C.E. y Ad Antía Fernando. Uruguay: crisis y reactivación económica en los ochenta y en los dos mil. Bucheli, M. (1998) Flexibilidad en el mercado de trabajo en el Uruguay. CEPAL, Montevideo. Buxedas, M., Aguirre R. y Espino A. (1999) Exclusión social en el mercado de trabajo: el caso uruguayo. O. I.T., 105, Santiago de Chile. Cassoni, A., Labadie, G. y Allen, S. (1994) Reformas del mercado laboral ante la liberalización de la economía. El caso uruguayo. 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