CAPITULO I: La Economía Uruguaya a fines del SXX

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UNIVERSIDAD DE LA REPUBLICA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y DE ADMINISTRACION
ESCUELA DE ADMINISTRACION
ECONOMIA
Material bibliográfico: Parte:7:
-
La Economía uruguaya a finales del SXX e inicios
del SXXI
C
Coooorrddiinnaaddoorr:: G
Guussttaavvoo D
Duuttrraa
INTRODUCCION
El presente material bibliográfico, contempla el contenido temático de la
séptima parte del programa del curso de Economía de la Escuela de Administración de
la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración.
El mismo, incluye los principales elementos de lineamiento económico que pautaron el
desenvolvimiento socioeconómico del Uruguay en las últimas décadas del SXX e
inicios del SXXI. Particularmente, contempla las características generales del proceso
de estabilización implementado a partir de 1990 y en particular condicionamiento
externo que el mismo implica en el marco de un mundo globalizado y con procesos de
integración.
Este material, está dirigido a los estudiantes del curso de Economía de la EDA, con el
objetivo de poder facilitar el acceso bibliográfico al mismo, así como también
constituirse en una mínima base como para poder profundizar en su contenido temático.
El capítulo I fue elaborado por Paola Azar y Claudia Sanguinetti. El capítulo II fue
resultado del trabajo conjunto de Mónica Belloni, Cecilia Lara e Ivone Perazzo
Quisiera destacar además la participación de Silvana Grosso y de Ivone Perazzo quien
además ofició de articuladora con las investigadoras del Instituto de Economía de la
Facultad de Ciencias Económicas y de Administración Gabriela Mordecki, Verónica
Durán, Sylvina Porras, y Sandra Rodríguez, las que realizaron valiosos y
enriquecedores aportes al material.
A todas ellas mi mayor agradecimiento por su colaboración y dedicación.
Por último, quisiera destacar y agradecer a la Oficina de Apuntes del CECEA, su
colaboración para la edición y su publicación.
Montevideo Julio de 2007
Gustavo Dutra
2
INDICE
Introducción
Página
2
Capítulo I
La Economía uruguaya a fines del siglo XX
I) Antecedentes
1Política Económica
1.1 El período 1970 -1985
1.2 El período 1985 -1990
1.3 El Mercado Laboral
1.4 Uruguay en la Década de los 90
2 - El Contexto Regional
2.1 Argentina y Brasil
2.2 Uruguay
4
4
4
7
8
11
12
12
14
II)
2.3
2.3.1
2.4
2.4.1
2.4.2
2.4.3
2.4.4
14
14
16
18
18
21
24
25
El Plan de Estabilización
El Período 1990 –1995
El Período 1995-1999
Balance de una década de crecimiento
El Producto y la Estructura Productiva
El Mercado de Trabajo
El Comercio Exterior
El Sector Público
Capítulo II
La Economía uruguaya a inicios del siglo XXI
1- Argentina y Brasil
2- Uruguay
2.1 El Producto y la Estructura Productiva
2.2 El Mercado de Trabajo
2.3 El Comercio Exterior
2.4 El Sector Público
29
30
30
35
38
42
3- Análisis y conclusiones
46
3
CAPITULO I: La Economía Uruguaya a fines del SXX
I) Antecedentes
Hacia 1970 las concepciones neoliberales de desarrollo adquieren un papel fundamental
en la conducción de la casi totalidad de los países latinoamericanos. De esta forma, las
políticas económicas aplicadas en la región se ubican en el marco estratégico inspirado
en esta corriente. La confianza ilimitada en el rol optimizador del mercado constituyó el
supuesto “madre” que proyectó las estrategias de mayor apertura comercial, financiera y
de reducción del papel del Estado, en forma independiente del momento concreto y de
la realidad específica de cada país.
1) Política económica
1.1 El período 1970-1985
En Uruguay, la década del setenta supuso el fin del período de estancamiento
económico que se venía experimentando desde los años cincuenta. El equipo económico
que asume tras el quiebre institucional de 1973, marcó el inicio de una nueva
orientación en la conducción económica.
Las medidas instrumentadas se sustentaron sobre los mencionados basamentos
neoliberales que fueron “adaptados” al caso uruguayo en el Plan Nacional de Desarrollo
(1973-1977). En el marco del modelo aplicado en una primera instancia se priorizó el
crecimiento económico a través de una contracción de la demanda interna basado en
una fuerte reducción de salarios, en el entendido que así, se generaría una acumulación
de capital que fomentara la inversión, crecería la economía y con ello se activaría el
empleo y los salarios.
Los pilares del modelo, fueron la apertura y liberalización de la economía,
principalmente en lo financiero, y en lo comercial. El combate de la inflación,
esencialmente a partir del manejo de variables cambiaras, fue el objetivo que se priorizó
a partir de 1978.
La liberalización financiera que tuvo lugar entre 1974 y 1978, se procesó a través de la
eliminación de encajes1, la liberalización de las tasas de interés, la unificación del
mercado cambiario y la eliminación de restricciones a la entrada de capitales. Se
establecieron pautas menos restrictivas para la asignación del crédito y
progresivamente, se removieron las barreras a la entrada de los bancos comerciales.
Estas medidas provocaron un crecimiento explosivo del crédito así como una entrada
masiva de capitales externos (al igual que en toda la región latinoamericana), favorecido
por la gran oferta de capitales a nivel internacional - producto entre otras cosas por los
petrodólares-, la tentadora tasa de interés ofrecida y la frágil estructura de análisis
técnico que demostraron tanto los bancos (cuyo objetivo era básicamente colocar el
dinero sin medir el riesgo) como los países receptores para orientar ese capital en una
reactivación económica que permitiera afrontar esos compromisos sin apremios.
1
Los encajes son depósitos de la banca privada en el Banco Central, que operan como respaldo.
4
La apertura comercial implicó el incentivo a las exportaciones “no tradicionales”2 y la
supresión de las cuotas de importación. A fines de 1978 se introdujo un cronograma
para la unificación de los aranceles en una tarifa global, que convergería desde un
máximo de 150% en 1979 a 35% en 1985. Las medidas orientadas al incentivo del
sector exportador se basaron en reintegros a las exportaciones, créditos promocionales,
exoneraciones fiscales, que junto al descenso de los salarios reales y de los aportes
patronales a la seguridad social se constituyeron en un verdadero fomento al comercio
exterior.
Paralelamente al proceso de apertura global, se intensificaron las relaciones comerciales
de Uruguay con Argentina y Brasil. En este marco, se firmó el Convenio ArgentinoUruguayo de Cooperación Económica (CAUCE) en 1975, y el Protocolo de Expansión
Comercial (PEC) con Brasil en 1976. Ambos convenios supusieron la eliminación de
barreras no arancelarias y la reducción recíproca de aranceles para un conjunto de
productos negociados.
Como resultado de estas políticas, se asistió a un importante crecimiento de las
exportaciones y de la inversión durante el período, siendo el sector manufacturero el
más dinámico y con mayor aumento en la productividad media.
A partir de 1978, el eje central del modelo económico, consistió en la adopción de una
política monetaria y cambiaria orientada al logro de la estabilización de precios. Es
decir que la orientación económica gira hacia el combate de la inflación. Se pretendía
disminuir el ritmo de incremento de precios reduciendo el costo de los productos
importados y transformando las expectativas sobre la evolución futura del dólar. Con
este objetivo, desde el 13 de octubre de 1978 el Banco Central del Uruguay (BCU)
comenzó a preanunciar la futura cotización del dólar con un ritmo decreciente, esto es el
aumento del tipo de cambio sería cada vez menor (este sistema se conoció como la
“Tablita”3) El intenso flujo de capitales externos que ingresaba al país, incrementó las
reservas y estimuló a las autoridades económicas de la época a aplicar este sistema
cambiario, ya que para hacer frente a una eventual demanda excesiva de dólares, que
presionara al alza la cotización del tipo de cambio, el BCU intervendría en el mercado
utilizando sus reservas ( vendiendo dólares) para mantener el sistema de tipo de
cambio.
En la misma dirección se orientaron las políticas fiscal (equilibrio en las cuentas del
sector público) y arancelaria (caída de tributos a la importación) como mecanismos
tendientes a evitar presiones sobre los precios.
Aunque en 1979-80 la economía creció con equilibrio fiscal y descenso de la inflación
(por el menor aumento del tipo de cambio), el saldo de la balanza comercial negativo y
el aumento de la deuda externa (por la entrada de capitales que financiaron el déficit de
cuenta corriente) revelaban la precariedad de los cimientos de este proceso volviéndolo
vulnerable a las condiciones externas4.
2
Se considera como exportación de bienes “tradicionales” a la exportación de bienes primarios derivados de la
actividad pecuaria. Esta denominación se debe a que tradicionalmente la inserción de Uruguay en el comercio
internacional se relaciono con la venta de esos bienes. Las exportaciones “no tradicionales” abarca rubros como
arroz, cebada, cítricos, textil, químicos y automotriz.
3
Consistía en un sistema de cambio fijo, con pequeñas devaluaciones preanunciadas por las autoridades.
4
El menor aumento del tipo de cambio promueve un descenso del ritmo inflacionario. Este proceso acompañado con
la rigidez de las tasas nominales de interés provoca incrementos de la tasa de interés real, incentivando el ingreso de
5
En 1982, México (junto a Brasil y Argentina los países de mayor deuda externa en
América Latina), declaró la moratoria en el pago de su deuda provocando una
conmoción en el sistema financiero internacional. En efecto, el sistema bancario
occidental estuvo al borde del colapso, no obstante el hecho que estos tres países no
plantearan una posición conjunta, al establecer negociaciones por separado, permitieron
a la banca acreedora tener tiempo para amortizar gradualmente sus activos perdidos y
sostener su solvencia. El sistema financiero internacional, reacciona cortando la
afluencia de capitales hacia la región, es decir el financiamiento y el crédito.
Sólo para México, el costo fue una grave recesión y una recuperación lenta e insegura:
el PBI por habitante era en 1986 un 10% inferior al que regía en 1981 en términos
reales y el salario real era un 30% menos que al inicio de la crisis. Efectos similares se
registraron en toda la región.
En el plano interno, la reducción de la entrada de capitales generó dudas sobre la
sostenibilidad del sistema cambiario, que requiere por su esencia una fuerte dosis de
reservas para mantenerlo. Este cambio en las expectativas junto al desequilibrio
comercial originado por la apertura, provocó un aumento de la demanda de dólares
forzando a una devaluación en noviembre de ese año cuando el BCU agotó sus reservas.
Súbitamente, el plan de estabilización sucumbió, la cotización del dólar se elevó
incontrolablemente, provocando graves prejuicios a los agentes especialmente a los
endeudados en dólares, quienes confiados en el modelo contrajeron compromisos en esa
moneda. Habían contratado créditos con un dólar a 6 pesos, pero ahora debían empezar
a pagarlos con un dólar libre y al alza. El endeudamiento se hizo explosivo desde
entonces, los sectores agropecuarios e industriales tenían comprometidos dos años de
sus respectivas exportaciones por concepto de deuda. La deuda externa uruguaya pasó
de 467 millones de dólares en 1981 a 1938 millones en 1982.
Por otra parte, la crisis bancaria generada por las dificultades para el cobro de los
préstamos nominados en dólares, fue enfrentada mediante el apoyo estatal. La crisis
llevó a una intervención masiva del gobierno, a través de la absorción de los créditos
incobrables de la banca privada quebrada, como forma de mejorar sus hojas de balance
capitales desde el exterior, la mayor acumulación financiera y el aumento de las reservas del BCU. Por otra parte, el
menor aumento del tipo de cambio que conduce al abaratamiento de los bienes importados fomenta el aumento de las
importaciones y el estímulo a la industria nacional que utiliza materias primas e insumos de origen extranjero
(crecimiento de industrias armadoras de electrodomésticos y automóviles) Por su parte el Estado mejora las cuentas
fiscales como consecuencia de la mayor recaudación que implica la recuperación de la actividad económica.
Sin embargo, aunque la inflación estaba cayendo, fue superior al ritmo de la devaluación del peso frente al dólar, este
rezago cambiario implica que el aumento de los precios internos en dólares sea superior al internacional, el país
pierde competitividad y se reducen sus exportaciones. El aumento de las importaciones y la disminución de las
exportaciones genera saldos deficitarios de balanza comercial, éstos déficit comerciales se refuerzan con el flujo de
intereses de deuda y las ganancias de empresas privadas transferidas al exterior (RX), conduciendo a déficit de
Cuenta Corriente que se cubren en primera instancia con entrada de capitales.
Los sectores productivos internos son jaqueados por la competencia de los importados. Además, las elevadas tasas de
interés reales aumentan los costos empresariales y reducen el consumo de los demandantes, ya deprimido por la baja
del salario real. En síntesis, al descenso de la rentabilidad de los exportadores y a los desequilibrios externos se le
suma las dificultades de las empresas que venden en el mercado interno. Esto provoca una caída en la recaudación del
gobierno, el estado reduce gastos para equilibrar las cuentas y esto acentúa la crisis, las dificultades financieras de los
consumidores y de los sectores productivos se trasladan al propio sector financiero que eventualmente no pueden
cobrar sus créditos. Se contraen nuevas deudas internas y externas para afrontar las antiguas, quiebra las políticas de
tipo de cambio.
6
y poder venderlos después; la compra de las carteras de los tres principales bancos
comerciales nacionales que, afectados por la crisis e insolventes, igual continuaron su
actividad; y el establecimiento a fines de 1982 de programas de refinanciación. Medidas
que supusieron un alto costo para el Estado y la sociedad uruguaya en su conjunto.
La crisis de la deuda externa abarcó a todos los países subdesarrollados y
particularmente los de América Latina. En 1988 el producto regional por habitante es
practicante el mismo que el alcanzado en 1980, las remuneraciones reales descendieron
en la mayoría de los países, la inflación y la deuda externa registran un incremento
espectacular en el período.
En efecto, en la década de los ochenta, la crisis de la deuda externa implicó para la
región latinoamericana en su conjunto, la aplicación de ajustes internos para poder
cumplir con el pago de los intereses de la misma afectando la actividad económica, a un
punto tal, que dicho período se le conoce como la década perdida. En todo este proceso,
Uruguay no fue ajeno a los efectos y condicionantes impuestos por la crisis de la deuda
externa
El elevado porcentaje de crédito en moneda extrajera tomado por el sector privado
previo a la devaluación de 1982, determinó un serio problema de sobreendeudamiento
de las empresas, que volvió más difícil su recuperación posterior. La profunda recesión
de la economía mundial (detonada, entre otros factores, por el aumento del precio del
petróleo en 1979) junto al problema de la deuda externa de los países latinoamericanos,
contribuyó a sumergir a Uruguay en una crisis y posterior estancamiento que se
prolongaría hasta 1984. Entre 1981 y 1983 el PBI uruguayo descendió un 15%, mientras
que a nivel industrial la caída fue más pronunciada, ubicándose en 23%. A mediados de
la década del ochenta, con la apertura democrática y el mejoramiento de la situación
externa, tendría lugar una nueva etapa de crecimiento
1.2 El período 1985-1990
El gobierno que asumió en 1985 encontró al país sumergido en una gran recesión. Las
medidas adoptadas se orientaron en dos sentidos. Por un lado, a incrementar los niveles
salariales, estimulando así la demanda interna. Por otro, a diferir los costos del
endeudamiento externo mediante negociaciones con los acreedores, en el entendido que las
transferencias hacia el exterior por motivo de pago de intereses generaban restricciones
para la inversión, porque su monto constituía una proporción importante del gasto público.
Por otra parte, tanto Argentina como Brasil implementaron planes de estabilización5 con
fuerte crecimiento de su demanda, favoreciéndose de esta manera las exportaciones de
nuestro país hacia la región. La recuperación de la demanda externa y la interna (por la
relativa recuperación salarial) permitió un mayor uso de una parte de la capacidad ociosa
consecuencia de la crisis.
5
En el caso de Argentina, se sucedieron tres planes a partir de junio de 1985: Austral, Primavera y Austral II. En
Brasil, el Plan Cruzado (febrero, 1986), Cruzadinho (agosto, 1986), Cruzado II (julio, 1987) y a principios de los
noventa, previo al Plan Real, los Planes Color I y Color II.
7
Adicionalmente, en estos años la tasa de interés internacional disminuyó, aliviando los
pagos por la deuda externa.
Se buscó mantener libertad para los movimientos de capitales, sostener el sistema
financiero y estabilizar el tipo de cambio real, todo lo cual aseguró el ingreso de capitales.
Esto propició una relativa recuperación, mejoró el empleo y los salarios. Los saldos
comerciales se volvieron favorables merced a la reducción de las importaciones, pero se
produjo un repunte inflacionario considerable.
Entre 1988 y 1989, ante el fracaso de los planes de estabilización de los países vecinos, se
detuvo el crecimiento productivo y de la inversión, iniciándose hacia 1990 una recesión,
producto de la pérdida de competitividad de la economía uruguaya cuyo costo asociado
fue el incremento de la inflación. Como muestra el gráfico 1 la inflación ascendió de 89%
en 1989 a 129% en 1990.
Gráfica1
La variación del IPC
Variación del IPC
140
120
100
80
60
40
20
0
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
Variación del IPC
Fuente: INE
1.3 El Mercado laboral
La evolución de los principales indicadores del mercado laboral exhiben profundas
transformaciones durante el período.
Como se observa en el gráfico 2 la década de los setenta mostró un permanente
descenso en el promedio de los salarios reales. La fuerte caída en 1972, marca una
pérdida superior al 20 % en el poder adquisitivo de los salarios que fue continuada por
sucesivos descensos sin interrupciones hasta 1979.
8
El contexto político contribuyó en las dificultades de funcionamiento sindical y
determinó la persistencia de ajustes salariales inferiores al aumento de los precios con la
consecuente pérdida de poder de compra de los asalariados.
En 1985, con el advenimiento de la democracia y la recuperación de los derechos
laborales y sindicales se verificó una fase de leve mejoría en el salario real. De todas
formas los valores se ubicaron muy por debajo de los precedentes a la década del
setenta.
ISR
Gráfico 2
Evolución del Salario Real
200
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1986 1988 1990
años
Fuente: INE. ISR Nivel general, promedios anuales. Base 1995 = 100
El descenso de los salarios reales fomentó estrategias familiares tendientes a aumentar
la oferta laboral mecanismo que a su vez ejerce una presión adicional sobre el mismo.
En este contexto se advierte el crecimiento de las tasas de actividad ( aproximación a la
oferta laboral) de mujeres6 y jóvenes en el mercado de trabajo.
Observando el Cuadro 1 es posible constatar que entre 1979 y 1985 la participación
activa de las mujeres en la fuerza de trabajo creció aproximadamente 10 puntos
porcentuales.
Cuadro 1
Tasa de actividad por Sexo en Montevideo
(porcentaje)
Año
1979
1981
1983
1984
1985
Total Hombres Mujeres
53,0
72,3
36,6
55,0
74,7
38,7
57,2
74,3
42,0
58,2
74,9
44,2
58,6
75,0
45,0
Fuente: Hintermeister (1988)
9
En tanto, la aproximación por tramo etáreo, presentada en el cuadro 2, revela un
crecimiento de la tasa de actividad específica7 para prácticamente todas las edades.
Aunque se da en mayor proporción para los tramos de edad más jóvenes. Es relevante,
porque refleja con claridad cómo el deterioro de las condiciones económicas presenta su
contrapartida en el mercado laboral: cuando empeoran la situación económica y se
reducen los ingresos de los hogares, más miembros de la familia salen a buscar trabajo.
Cuadro 2
Tasa de actividad por Edad en Montevideo
(porcentaje)
Año
1979
1981
1983
1984
1985
Total
53,0
55,0
57,2
58,2
58,6
14-19
39,8
30,9
38,5
39,5
39,4
20-24
75,9
68,7
79,3
80,6
81,3
25-34
78,0
74,2
82,5
83,7
84,7
35-44
75,8
73,0
80,3
81,0
80,8
45-54
63,0
63,6
70,3
71,6
71,6
55-64
39,8
40,5
44,3
46,2
46,9
65 y más
8,6
9,7
10,6
12,0
11,8
Fuente: Elaboración propia en base a datos INE
De acuerdo al cuadro 3, La mayor oferta de fuerza laboral no fue acompañada por un
dinamismo similar en la demanda de trabajo (aproximada por la tasa de empleo),. Ésta
permanece alrededor del 50% hasta 1981, cae abruptamente hacia 1982 y recién se
recupera en 1987. En este marco se verifica un aumento del desempleo, entre 1982 y
1984, Uruguay presentó tasas de desempleo que se situaron entre las más altas de
América Latina: en Montevideo se llegó a un tope de 15,3%.
Con la recuperación económica se recobran los niveles de empleo, y se constata un
descenso del desempleo, la tasa de desempelo se ubica en niveles cercanos al 8%.
Cuadro 3
Tasa de actividad, de empleo y de desempleo (total país)
(porcentaje)
Años
1971
1973
1975
1977
1979
1981
1983
1985
1987
1989
Tasa
actividad
54,4
54,6
54,9
55,2
55,5
55,7
55,9
56,1
57,6
57,4
de Tasa de empleo Tasa de desempleo
51,1
50,8
50,5
50,2
51,9
52,6
48,7
48,8
52,4
52,8
6,0
7,0
8,0
8,9
6,4
5,6
14,5
13,1
9,1
8,4
Fuente: La economía Uruguaya. J. A. Rocca
6
El incremento de la mujer en el mercado laboral obedeció además a otros aspectos no necesariamente económicos,
como culturales etc.
7
La tasa de actividad específica se define como el cociente entre la Población Económicamente Activa (PEA) de
determinado grupo y la Población en Edad de Trabajar (PET) del mismo grupo.
10
1.4 URUGUAY EN LA DÉCADA DEL NOVENTA
Para América Latina la década del noventa marcó el inicio de un período de
profundización de las reformas estructurales que habían comenzado a gestarse desde
fines de los años setenta y durante los años ochenta.
Desde los organismos financieros internacionales (Fondo Monetario Internacional
(FMI), el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre
otros) se sostenía que las economías latinoamericanas no recuperarían su capacidad de
crecimiento si no realizaban cambios profundos en su modelo de desarrollo. Por ello
promovieron que la política económica se encaminara a la liberalización de los
mercados y a la disminución de la intervención del Estado en la economía, con el
objetivo de elevar la eficiencia del aparato productivo. Este conjunto de medidas
integrarían lo que se conoció como programas de ajuste estructural, y se aplicaron con
distintos énfasis y alcances a la mayoría de los países subdesarrollados, especialmente
en Latinoamérica.
En la región, esta orientación general hacia la liberalización se tornó completamente
hegemónica a partir de 1985. El Consenso de Washington, fue parte importante de ese
proceso. Con la participación de técnicos del FMI, representantes de los gobiernos de
Estados Unidos y de países latinoamericanos, así como académicos de los países en
cuestión se celebró un acuerdo entre el BM, FMI, el BID y el gobierno Norteamericano,
en que aparecen suscritas las políticas de ajuste estructural recomendadas para la
región.
Estos programas pusieron énfasis en el saneamiento de las finanzas públicas, el control
de la inflación, la privatización de empresas del sector público, el impulso a la inversión
extranjera y la apertura comercial. Se postulaba que los sectores exportadores deberían
convertirse en el factor de arrastre que dotara a las economías latinoamericanas de las
divisas indispensables para crecer. Y claro, para orientar la actividad productiva hacia el
mercado externo, era indispensable, iniciar profundos cambios estructurales.
Hacia finales de los ochenta, la evaluación de los efectos de los ajustes económicos
sobre América Latina arrojó un balance bastante desalentador: escaso crecimiento,
aumento de la inseguridad, inflación. Estas condiciones contribuyeron a una
actualización de los principios del antiguo Consenso. Se incluyeron entonces: reformas
legales y políticas; instituciones regulatorias; anti-corrupción; flexibilidad del mercado
de trabajo; acuerdos de la Organización Mundial de Comercio; códigos y estándares
financieros; reducción de la pobreza.
Durante los primeros años de la década del noventa, estos esfuerzos y transformaciones
permitieron a las economías latinoamericanas crecer a una tasa de 3.6% anual. No
obstante, también se ampliaron las diferencias y rezagos sociales y regionales. En
particular, a partir de 1991 el continente registró una recuperación del crecimiento que,
sin embargo, no se tradujo en una reducción de sus problemas de empleo.8
2 El Contexto regional
8
En promedio, la tasa de desempleo para América Latina se ubicó en 7,06% entre 1991 y 1997. En tanto en la etapa
recesiva previa, entre 1984 y 1990, alcanzó el 7,13%.
11
2.1 Argentina y Brasil
A partir de mediados de la década del ochenta, los primeros gobiernos democráticos de
la región debieron encarar problemas similares, en especial el sobreendeudamiento y la
alta inflación que fueron enfrentados con planes de estabilización9. El fracaso de estos
últimos, significó que en la década del noventa las nuevas administraciones
implementaran nuevas reformas, más radicales: el Plan de Convertibilidad (Argentina,
1991) y el Plan Real (Brasil, 1993), que ligaron el valor de la moneda doméstica al dólar.
En abril de 1991 Cavallo, Ministro de Economía argentino, instrumenta lo que se conoce
como "Plan de Convertibilidad" que establece que el Banco Central venderá todos los
dólares que le sean requeridos a un tipo de cambio de uno (en un principio una ley de un
tipo de cambio único y fijo de 10.000 australes por dólar). También se obliga a mantener
una equivalencia del 100% entre las reservas en oro, divisas y títulos extranjeros y la
cantidad de dinero emitida por el Banco Central. Además se estableció una completa
libertad para mantener fondos en pesos, dólares o cualquier otra moneda y la libre
entrada y salida de capitales. El principal resultado logrado por este Plan fue una rápida
reducción de la inflación, pasando la misma a representar 5,2% en 1991.
En 1992, se establece una reforma monetaria que promueve una nueva moneda, el peso
argentino, que pasa a tener una relación de un peso por un dólar.
El sostenimiento de este Plan fue posible gracias a: las altas tasas de interés internas, en
comparación con las internacionales que provocaban un constante ingreso de capitales; el
mantenimiento de una política de privatizaciones; y la eliminación de todo tipo de
discriminación al capital extranjero.
En 1994, se estanca la entrada de capitales y se produce un aumento de la tasa de interés
internacional, apareciendo las primeras señales de enfriamiento de la economía. En este
contexto, el gobierno negocia con el FMI para solucionar las necesidades fiscales,
implantándose medidas de ajuste.
En el marco del Plan de Estabilización aplicado en Brasil (Plan Real) en julio de 1994, se
adopta una nueva moneda, el real, en la que pasan automáticamente a cotizarse los precios
de la economía convirtiéndose, no sólo en unidad de cuenta, sino también en el nuevo
medio de pagos. A consecuencia de este proceso, la tasa de inflación, que había superado
el 2 000% en 1993 ya en 1995 se había reducido a 13% y continuó disminuyendo hasta
llegar a un 2% en 1998.
A diferencia de otras experiencias de estabilización en la región, este plan fue diseñado
como un programa de cambios profundos de la economía y la sociedad brasileña. Entre sus
áreas claves se destaca no sólo el combate de la inflación sino también reestructuras del
sector financiero, fiscal y externo, así como una transformación productiva con una
recuperación de la inversión, orientada principalmente a la modernización de las empresas.
9
En el caso de Argentina, se sucedieron tres planes a partir de junio de 1985: Austral, Primavera y Austral II. En
Brasil, el Plan Cruzado (febrero, 1986), Cruzadinho (agosto, 1986), Cruzado II (julio, 1987) y a principios de los
noventa, previo al Plan Real, los Planes Color I y Color II.
12
Ya a mediados de la década del noventa, la coyuntura económica internacional develó la
frágil estabilidad que detentaban las economías vecinas. Concretamente, la continuidad del
Plan de Convertibilidad argentino se puso en duda a fines de 1994, cuando se desató la
crisis mexicana puesto que la estabilidad fiscal, (apoyo principal de dicho Plan), no estaba
asegurada. A fines de 1997, la economía brasileña recibió el impacto negativo de la crisis
asiática10,verificándose una crisis de confianza que determinó una brusca reducción de los
valores bursátiles y un ataque especulativo contra el real.
Hacia 1998, el país norteño sufrió nuevamente los efectos de una crisis de confianza de las
economías en desarrollo, que se desató a partir de la moratoria rusa de agosto y se concretó
en una salida muy importante de capitales y pérdidas de reservas. A principios de 1999,
ante la imposibilidad de frenar el drenaje de reservas necesarias para sostener el valor del
real, el gobierno inicialmente aplica una devaluación controlada de la moneda y a los
pocos días liberalizó totalmente el tipo de cambio. Esto también afectó seriamente a la
economía argentina que se vio sumergida en una profunda recesión11.
En materia laboral, la dinámica de los mercados de trabajo de nuestros socios en el período
de análisis, en nada escapó a la tendencia de desempleo creciente de las economías
latinoamericanas. En Argentina (Gran Buenos Aires) el índice se ubicó en 8,6% en 1990,
20,2% en 1995, cerrando la década con un valor de 15,7%. En Brasil (San Pablo) los
registros marcaron una tasa de 9% en 1995 y 12% en 1999.
Cuadro 4
Argentina: principales indicadores económicos
Años
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
PBI
(var. anual
%)
0
8.9
8.7
6.0
7.4
-4.6
4.4
8.1
3.9
-3.4
-0.8
Inflación (%
anual)
1344
84
17.5
7.4
3.9
1.8
0.1
0.3
0.7
-1.8
-0.7
Tasa de desempleo Saldo B. Comercial
(%)
mill U$S
7.5
6.5
7
9.6
11.5
17.5
17.6
14.9
12.8
14.2
15.1
8.300
3.700
-2.600
-3.700
-5.700
800
50
-4.353
-4.963
-2.175
1.102
Fuente: Informe de Coyuntura 2001, Instituto de Economía. F.C.E.A.
10
En el mes de julio y agosto de 1997, en respuesta a ataques especulativos contra sus monedas, Tailandia,
Filipinas, Singapur y Vietnam se vieron obligados a devaluar en medio de una fuerte crisis económica. El 23 de
octubre el índice de la Bolsa de Hong Kong cayó 10,4% y arrastró a las Bolsas del Sudeste Asiático y de Europa. En
los días siguientes volvió a caer y arrastró a todas las Bolsas del mundo. (Informe de Coyuntura Cuesta Duarte 1999)
11
El PBI brasileño se contrajo 0.8% respecto a 1998, en tanto el argentino sufrió una disminución de 3.5% en el
mismo período.
13
Cuadro 5
Brasil: principales indicadores económicos
Años
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
PBI
(var. anual
%)
-4.4
1.1
-0.8
4.2
5.8
4.3
3
3.3
0.2
0.8
4.2
Inflación (%
anual)
1585
475
1149
2489
929
22.0
9.1
5.2
1.7
8.9
6.0
Tasa de desempleo Saldo B. Comercial
(%)
mill U$S
7.2
7.9
9.1
8.7
8.9
9.1
9.9
10.2
11.7
12.1
11.0
10.800
10.600
15.200
13.300
10.500
-3.200
-5.500
-8.400
-6.604
-1.261
-697
Fuente: Informe de Coyuntura 2001, Instituto de Economía. F.C.E.A.
Como se desprende de los cuadros anteriores, la evolución de los principales
indicadores de Argentina y de Brasil presentan oscilaciones con años de fuerte
crecimiento, y otros de retracción que reflejan, en parte, el efecto de las crisis
internacionales (efecto Tequila 1995, crisis Rusa). Por su parte, las tasas de desempleo
evidencian una tendencia creciente en ambos países, principalmente en Argentina.
2.2 Uruguay
En la década del noventa, al igual que el resto de Latinoamérica, la economía uruguaya
protagonizó intensos cambios como consecuencia de la política macroeconómica, la
reforma del Estado y la apertura externa propiciadas por el gobierno que asumió en
1990.
En el área macroeconómica, el objetivo que guió el diseño de toda la política consistió
en el abatimiento de la inflación. Por lo tanto, las medidas tomadas en el área fiscal y
cambiaria (reducción del déficit fiscal y contención de la evolución del tipo de cambio)
fueron funcionales a la puesta en práctica del Plan de Estabilización.
II) El Plan de Estabilización
2.3. El período 1990-1995
En el ámbito fiscal, la década se inicia con un duro ajuste de Gastos Públicos y un severo
aumento de la carga impositiva. En efecto, basada en la concepción monetarista de la
inflación, las autoridades económicas sostenían que ésta era resultado del déficit fiscal.
El ajuste fiscal de 1990 implicó elevar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y los aportes
patronales; la modificación de la escala arancelaria y la eliminación de la devolución de los
14
impuestos indirectos a las exportaciones. Una de las medidas de mayor impacto que
integró el ajuste fue la reinstauración del Impuesto a las Retribuciones Personales (IRP) de
trabajadores, jubilados y pensionistas, que databa de los años setenta.
En el contexto de reducción del Gasto Público, se privilegió el gradual retiro del Estado de
la actividad económica, las medidas de desregulación y el estímulo a la libre competencia.
Adicionalmente, se modificó la política de contratación de funcionarios públicos y se
implementaron los retiros incentivados. Todos estos cambios constituyeron el marco de la
llamada Reforma del Estado.
Cuadro 6
Evolución de las tasas de IVA
Modificaciones
Enero – 1973
Nov. – 1974
Julio – 1975
Enero – 1978
Junio – 1982
Junio – 1984
Octubre –1987
Marzo – 1990
Febrero – 1995
Tasa
Básica
(%)
14
18
20
18
18
20
21
22
23
Tasa
Mínima
(%)*
5
6
7
7
12
12
12
12
14
*Aplicada a
medicamentos, hoteles y canasta familiar: pan, arroz, aceite, harina, carne de vaca y pollo,
pescado, pastas, sal, azúcar, y yerba.
Fuente: Instituto Cuesta Duarte
La política cambiaria utilizó al tipo de cambio como “ancla”, conteniendo su evolución
por debajo de la de los precios internos. Ello condujo a una “apreciación cambiaria”
(conocida como “atraso cambiario”).
Esta política tiene como objetivo reducir los precios internos vía el abaratamiento de los
importados (tanto los de consumo final como los insumos para la producción). La
modalidad elegida fue el establecimiento de una banda de flotación para el tipo de cambio,
que al igual que el régimen de tipo de cambio fijo, requirió un respaldo en las reservas
internacionales del Gobierno de forma que el Banco Central pudiera intervenir ante
presiones al precio del dólar.
Cuadro 7
Variación anual del IPC y del TC (en porcentaje)
Años
1990
1991
1992
1993
1994
1995
Inflación
129
81
59
53
44
35
Tipo de Cambio*
97
58
41
26
27
26
* A partir del promedio de la cotización mensual
Fuente: Instituto Nacional de Estadística
15
En cuanto a la política exterior, la apertura financiera adoptada en la década del setenta fue
acompañada en este período, por una aceleración de la apertura comercial. Ésta se basó en
tres pilares: la reducción unilateral de las barreras arancelarias y no arancelarias al
comercio con terceros países; los acuerdos de integración regional del MERCOSUR y la
ya mencionada política cambiaria.
La conjunción de la política cambiaria y la de apertura condujo a la apreciación del tipo de
cambio real del país, lo que redujo la capacidad de competir de las exportaciones
uruguayas y además estimuló el crecimiento de las importaciones.
En consecuencia, se produjo un significativo déficit de Balanza Comercial y de Cuenta
Corriente, sólo contablemente financiado con ingresos de capitales desde el exterior.
Desde el punto de vista de la política comercial y la cambiaria, y por ello de la fiscal, la
captación de capitales se tornó un factor central. Por lo tanto, el éxito de este modelo
quedó muy condicionado por el sector externo.
Otro eje del Plan de estabilización fue la política salarial. En este sentido, se practicaron
reajustes salariales respecto a una inflación futura esperada cada vez menor. El objetivo era
mantener estables los salarios en dólares con el fin de mejorar la competitividad.
Esta modalidad de indexación salarial fue de carácter obligatorio para el sector público
e indicativo para el privado, no habiendo sido utilizada por todos los sectores. Además,
a partir de 1992 el gobierno tomó una actitud pasiva en esta área, dejando de promover
las negociaciones colectivas.
Otros factores que influyeron sobre el empleo y el desempleo fueron la política de
contratación de funcionarios públicos, los retiros incentivados y las leyes de
reconversión que operaron para la Administración Central y para las empresas públicas.
Todos estos cambios constituyeron el marco de la llamada Reforma del Estado.
Como resultado de este conjunto de medidas, entre 1990 y 1994 el PBI registró valores
crecientes, por ejemplo en 1992 fue muy elevado (7,4%), registrándose un importante
aumento de las exportaciones tradicionales.
El repunte inflacionario se detuvo a instancias de la estabilidad cambiaria y el marco
externo favorable. En particular, si bien el logro de la estabilidad de precios, supuso
sujetarse a un tipo de cambio “bajo”, ello no perjudicó el flujo más importante de
exportaciones, ya que éstas se concentraban principalmente en la región (Brasil y
Argentina), quienes también llevaban adelante Planes de Estabilización con apreciación
cambiaria, de modo que en comparación con nuestros socios comerciales, el tipo de
cambio no dificultaba el comercio.
2.3.1 El período 1995- 1999
La administración que asumió en 1995, continuó y profundizó las políticas económicas
implementadas por el gobierno anterior. El objetivo central continuó siendo la
estabilización de precios vía la reducción del déficit fiscal. Asimismo, se promovió una
mayor inserción en el comercio internacional y la atracción de inversión extranjera como
estrategia para lograr el crecimiento económico.
16
En este caso, el contexto era diferente. En lo interno, el país venía de un período en que las
tasas de crecimiento promedio anual del PBI se situaron en 4,7% entre 1990 y 1994;
enfrentaba una menor inflación y una mayor liberalización en lo comercial. En el ámbito
regional, aunque Argentina experimentaba una fuerte recesión económica, sus efectos
adversos sobre nuestro país eran compensados por el incremento de la demanda
proveniente de Brasil, fruto del Plan de Estabilización iniciado el año anterior.
En términos de la política fiscal en 1995 tuvo lugar un nuevo ajuste con aumento de las
tasas de IVA y de su base imponible; incrementos en el IRP para los sueldos mayores a
seis Salarios Mínimos Nacionales; modificación de las formas de pago del Impuesto a
las Rentas de la Industria y el Comercio (IRIC) adelantando el mismo. Además se
estableció que los contribuyentes del Impuesto a las Rentas Agropecuarias (IRA), IRIC
e Impuesto a las Actividades Agropecuarias (IMAGRO) pagasen un monto mínimo
independientemente de su resultado económico. En línea con la profundización de las
reformas estructurales se continuó avanzando con la Reforma del Estado y del sistema
de la Seguridad Social.
La evolución del tipo de cambio (siempre ajustado al régimen de Banda de Flotanción)
mantuvo una pauta similar a la trayectoria de los precios para superarla a fines de la
década: en los dos últimos años de la década el tipo de cambio evolucionó por encima
del nivel de precios (Gráfico 3). Este comportamiento permitió comenzar a
contrarrestar, en parte, el desfasaje de los años anteriores.
Gráfico 3
Evolución del la Inflación y el Tipo de cambio
Inflación y devaluación
140
120
100
80
60
40
20
0
1990
1991
1992
1993
1994
1995
Variación IPC
1996
1997
1998
1999
2000
Variación TC
Fuente: Elaborado en base a datos del INE
En materia salarial en el Sector Público se aplicó una política restrictiva, congruente
con las metas fiscales. En el Sector Privado se mantuvo la misma postura de inicio de la
década, especialmente en torno a la no promoción de negociaciones colectivas.
La administración de gobierno del período debió enfrentar las dos crisis financieras que
afectaron negativamente la actividad económica de los mercados internacionales y en
particular, de la región. El impacto negativo de la primera (1997) sobre nuestro país fue
17
atenuado por el comportamiento de la economía argentina, que permitió mantener
estable nuestra demanda de exportaciones, especialmente a través del turismo. En
cambio, en 1999 Uruguay debió enfrentar por primera vez en la década una coyuntura
recesiva de sus dos principales socios comerciales simultáneamente (producto de las
crisis financieras internacionales). El resultado fue un deterioro de la actividad
económica, que aun está vigente.
Los ejes de la política económica de la segunda mitad de los noventa fueron la
profundización de los lazos comerciales con los países vecinos y la entrada de capital
financiero para cubrir los déficit externos.
La década se cerró con un nivel de inflación de un dígito. Desde esta perspectiva, el
Política de Estabilización tuvo un corolario exitoso12. En cuanto al nivel de actividad, si
bien sufrió una retracción hacia 1995 retomó la senda de crecimiento hasta 1999.
Sin embargo, cuando la economía de los socios comerciales comenzó a atravesar
mayores dificultades y se interrumpieron los flujos de capital hacia la región, las
repercusiones en la actividad interna del país fueron inmediatas y determinantes. La
pérdida de dinamismo de nuestra economía hacia 1999, como reflejo de los problemas
externos, evidencia la vulnerabilidad del estilo de crecimiento del conjunto de la década.
2.4 Balance de una década de crecimiento
2.4.1 El producto y la estructura productiva
Como se aprecia en el Gráfico 4, la evolución del PBI nacional fue creciente durante la
década. Los períodos de retracción coinciden con las crisis regionales: 1995, 1997 y
finalmente 1999.
Gráfico 4
Evolución y tasas de variación anuales del PBI
Fuente: INE. Volumen Físico, promedios anuales. Base 1983 = 100
12
La caída de la inflación se explica además del modelo de tipo de cambio aplicado, los planes de
estabilización aplicados simultáneamente en la región y la caída en el precio internacional de ciertos
materias primas como el petróleo
18
En 1999, los efectos de la coyuntura externa desfavorable de nuestros principales socios
comerciales, sumados a la caída de los precios internacionales de las materias primas
(principales productos de exportación), al crecimiento de los precios del petróleo y a las
decisiones de política interna, resultaron en una caída del 3,4% del producto respecto a
1998. Especialmente la devaluación brasileña significó un duro golpe para la economía
uruguaya, porque la modificación al alza del tipo de cambio de nuestro vecino provocó
una pérdida de competitividad de nuestros productos, quebrando la hasta entonces
“aparente armonía” en las políticas cambiarias de la región.
Las políticas adoptadas durante la década del noventa, condujeron también a una
reestructura sectorial de la economía.
En este sentido, se destaca la sostenida declinación de la Industria y del Sector Primario,
cuya participación en el PBI, medida a precios constantes, disminuyó 29% y 5%
respectivamente entre 1990 y 1999, a consecuencia de la reducción de los precios
relativos y de la competencia externa.
La menor participación relativa de la Industria se debió al cierre de empresas,
principalmente las de menor tamaño y pertenecientes al sector exportador.
La recomposición de los sectores de actividad implicó que el crecimiento se centralizara
en el área de Servicios Financieros y a Empresas y en menor medida en Comercio,
Restaurantes y Hoteles y en los Servicios Personales.
Cuadro 8
Participación porcentual de los sectores en el PBI
Sector
1980
1985
1990
1995
1999
2000
2001
Primario
10.9
12.3
8.5
8.2
5.3
6.2
6.3
Industria
25.9
27.1
26.5
19.1
16
16.1
15.6
Construcción
5.3
2.8
3.6
5.2
5.8
5.6
5.1
Servicios*
57.9
57.8
61.4
67.5
72.9
72
73
*Incluye: Electricidad, gas y agua; Comercio, Restaurantes y Hoteles, Transporte y
Comunicaciones Establ. Fin. y Seguros,Bs. Inm. y servicios a las empresas y SS. del Gobierno
Central. Fuente: INE
La información del cuadro permite constatar algunos fenómenos:
-
-
la consolidación del sector servicios como el mayoritariamente predominante,
que pasa del 58% en 1980 al 73% del PBI en 1999 y 2001.
la caída de la participación de la industria manufacturera en el PBI que pasa del
26.5% en 1990 a casi el 16 % a 2001, y explicado por el desmantelamiento
industrial y el cierre de empresas que implicó la apertura y el modelo de
estabilización con atraso cambiario y la reestructuración empresarial con
modificaciones en los procesos y productivos y tercerizaciones de servicios
el sector primario, mayoritariamente dominado por el sector agropecuario que
reduce la participación en el PBI prácticamente a la mitad presenta
19
heterogeneidades tecnológicas, con sectores que incorporaron tecnología de
punta (lechería etc.) y otros más rezagados. En conjunto el sector presenta las
consecuencias de las caídas de los precios internacionales y al igual que el resto
de la economía la falta de competitividad provocada por la relación cambiaria
con el resto del mundo.
Cuadro 8b
Participación de los sectores en el PBI (miles mill U$S)
1998
1,514
43
73
4,118
889
1,309
3,154
1,805
5,538
4,454
1999
1,149
28
72
3,487
828
1,332
2,933
1,847
5,684
4,399
2000
1,210
36
63
3,390
826
1,187
2,673
1,818
5,583
4,259
2001
1,161
30
55
3,076
789
1,007
2,400
1,737
5,487
4,000
22,897
21,759
21,045
19,742
Agropecuaria
Pesca
Canteras y Minas
Ind Manufacturera
Electricidad, Gas y Agua
Construcción
Comercio
Transporte
Serv. Frios.Inm y a Empresas
Sev. Comunales, Soc. Y Pers.
TOTAL
Complementando la información del cuadro 8, en términos de millones de dólares, se
destaca la irrelevancia participación de los rubros minas y canteras y de la pesca en la
estructura del PBI.
En particular, respecto a la evolución del stock ganadero el Cuadro 9 refleja el escaso
avance en términos de expansión de la producción. Como puede observarse las
unidades ganaderas son prácticamente las mismas a inicios y a finales del sXX
Cuadro 9
Evolución del stock ganadero
(miles de cabezas de ganado)
Años
Vacunos
Ovinos
1908
1961
1970
1980
1990
1996
8.193
8.792
8.564
10.658
8.137
10.678
26.286
21.738
19.893
18.652
23.667
19.865
Unidades
Ganaderas
15.703
15.003
14.284
15.987
14.899
16.353
Fuente: La economía Uruguaya. J. A. Rocca
20
Cuadro 9a
Evolución del stock ganadero
(miles de cabezas de ganado)
Años
1997
1998
1999
2000
2001*
Vacunos
10.533
10.297
10.389
10.326
10.595
Ovinos
18.280
16.495
14.491
13.170
12.083
Unidades
Ganaderas
15.756
15.010
14.529
14.124
14.047
Fuente J. A. Roca (*) DICOSE
Nota: para el cálculo de las unidades ganaderas un vacuno equivale a 3.5 ovinos
2.4.2 Mercado de trabajo
La característica más relevante del período resultó ser el crecimiento del producto sin un
descenso del desempleo, que por el contrario registró una trayectoria ascendente durante
la década.
La tasa de actividad, creciente durante el período, no fue absorbida por un aumento del
empleo de la misma magnitud. En este sentido, el “crecimiento sin empleo” fue la
norma durante el período. En particular, la tasa de desempleo, que aumentó durante
toda la década, aceleró su trayectoria a partir de 1994.
Cuadro 10
Tasa de actividad, de empleo y de desempleo (total país)
(porcentaje)
Años
1990
1992
1994
1996
1998
1999
2000
2001
Tasa de
actividad
57.7
57.4
58.1
58.2
60.4
59.3
59.6
60.9
Tasa de empleo Tasa de desempleo
52.8
52.5
52.8
51.3
54.3
52.5
51.6
51.2
8.5
8.5
9.2
11.9
10.1
11.4
13.6
16.0
Fuente: La economía Uruguaya. J. A. Rocca
La década del noventa muestra un cambio importante en la composición de la
ocupación por sectores, nivel de calificación y la calidad del empleo.
21
El empleo total creció lentamente. El sector que tuvo mayor incidencia en la destrucción
de puestos de trabajo fue el textil y de vestimenta, mientras que el que más influyó en la
creación de nuevos puestos fue el de servicios, especialmente los de consumo de no
residentes (Desarrollo Humano en Uruguay, 2001). Para el final de la década, el sector
terciario (Comercio, Transporte y Comunicaciones, Banca, Finanzas y Servicios
Personales y Públicos) corresponde casi al 80% de la población ocupada.
En general, los mayores impactos en términos de empleo fueron fruto de actividades
que no lograron enfrentar la competencia internacional o que introdujeron tecnologías
modernas y competitivas. Concretamente, se verificó una caída sustantiva del empleo en
el sector industrial del orden de 5%, lo que ha significado un número de alrededor de
80.000 puestos de trabajo perdidos en la década.
También se verificó una recomposición del empleo por sector de actividad, con una
disminución de la cantidad de funcionarios públicos.
Asimismo, se profundiza la tendencia al incremento del nivel de instrucción promedio
de la fuerza de trabajo. En términos absolutos, a lo largo del período 1991-1999 se
registró una pérdida neta de empleo de baja calificación de aproximadamente 50.000
personas, en tanto hubo un incremento de 67.000 en el empleo de calificación media y
de más de 30.000 en el sector de empleo calificado. 13 (Desarrollo Humano en Uruguay,
2001)
Otro característica del mercado laboral consistió en la consolidación del subempleo y la
precariedad, como características estructurales: es decir, pese al crecimiento económico
del período estos problemas no se resolvieron y tendieron a agravarse. Como se observa
en el siguiente cuadro, la población activa sin problemas de empleo disminuyó hacia
finales de la década.
Cuadro 11
Evolución de los problemas de empleo (total país)
(porcentaje sobre la PEA)
Clasificación
Con problemas de
empleo
Desempleo
Precariedad
Subempleo
Informalidad
(microempresas)
Sin problemas de
empleo
1991
50.1
1999
54.0
8.8
19.6
3.6
18.1
11.4
19.8
3.6
19.2
49.9
46.0
Fuente: Informalidad y Seguridad Social en Uruguay. Equipo de Representación de los
trabajadores en el BPS (ERT)
13
Los trabajadores de baja calificación son aquellos cuyo nivel educativo no superó primaria, preescolar, primer
ciclo de secundaria incompleta o UTU incompleta. Los trabajadores con calificación media tienen como máximo el
primer ciclo de secundaria completo, segundo ciclo de secundaria incompleto o completo, UTU completo, magisterio
o formación militar. Los trabajadores con alta calificación son aquellos cuyo nivel educativo alcanzó la Universidad
(completa o incompleta).
22
En el marco de las reformas estructurales, la búsqueda de mejoras en la competitividad
trajo aparejadas nuevas modalidades de contratación que tornaran más flexible la
adaptación de la empresa a las condiciones del mercado y redujeran los costos de
contratación.
En este período, se recurrió a las tercerizaciones por la vía de la subcontratación de
empresas o personas, favoreciendo la flexibilización14 y la desregulación15 de las
relaciones laborales.
A partir de 1990, se dejaron de fijar aumentos salariales generales. Sin embargo, esto se
dio sin un aumento de la conflictividad, pues el eje de los reclamos de los trabajadores
pasó a ser el empleo.
Con la administración que se inició en 1995, no se asistió a un cambio radical de las
políticas laborales, aunque existieron algunas diferencias respecto al período anterior.
La desregulación apareció bajo otras formas: se legitimaron las empresas unipersonales,
con lo que se pudo contratar a un trabajador pagándole un salario (contrato laboral) o
bien como empresa unipersonal (contrato comercial). Adicionalmente, se modificó el
régimen de prescripción de las demandas laborales a través de la Ley de Inversiones16.
En el nuevo escenario, la competencia internacional comenzó a establecer los límites
para las negociaciones y los acuerdos, la mayoría de las veces condicionados a los
aumentos de productividad: hay menos instancias para intervenir y administrar el
mercado de trabajo.
El modelo de crecimiento no pareció ajustarse a la idea que el crecimiento es
precondición para la generación de empleo. En efecto, las autoridades se vieron
enfrentadas a explicar por qué un significativo incremento del producto, no sólo no
generó un mejoramiento en el empleo, sino que lo deterioró.
Posiblemente, las causas del incremento del desempleo deban encontrarse en el modelo
de crecimiento basado en una demanda externa dinámica especialmente de Brasil y de
Argentina, una apertura comercial que expuso a la producción nacional a la
competencia internacional, y al sostenimiento de una pauta cambiaria que con el
objetivo de contribuir al descenso de la inflación, provocó un encarecimiento de los
14
La flexibilidad es la “reordenación de las diversas fuentes que concurren a la regulación de la relación del trabajo
y que tiene que ver con una nueva distribución del poder normativo entre el Estado y los actores sociales, ampliando
los espacios de la autonomía colectiva (negociación colectiva) y reduciendo los espacios que antes estaban destinados
a la ley”. (Supervielle y Quiñones, 1999)
15
La desregulación es “la imposición unilateral, vía contrato de trabajo, de las reglas, en beneficio exclusivo de una
de las partes (el empleador) y, por lo tanto, la derogación de las reglas preexistentes, que imponían limitaciones en el
marco de las relaciones laborales, para permitir la imposición de reglas por vía unilateral a favor del empleador”(Op.
Cit)
16
Ley 16.906 de Inversiones, creada el 7 de enero de 1998.
23
costos en dólares de nuestro país. A ello, deben agregarse al menos dos elementos: los
diferentes procesos de reestructuración productiva instrumentados por varios sectores
productivos nacionales, tendiente a la reducción de costos de producción con una
introducción e innovación tecnológica más intensiva en capital que en trabajo, y
segundo, las devaluaciones registradas a nivel internacional (sudeste asiático, la zona
del euro, países de Oceanía, de América Latina) que hicieron que el nuestro perdiera
competitividad en su comercio.
Con respecto a la evolución de las remuneraciones, si bien mantuvo un crecimiento
durante la primera mitad de los noventa, a partir de entonces se verificó un
estancamiento en términos reales.
La política de reducción del gasto público, sumado a los efectos de la apertura externa
en el sector manufacturero, incrementó el desempleo y ello actuó y sigue actuando
como un elemento de depresión de salarios.
Cuadro 12
Indice de salario real global
Base 1968=100
Años
1990
1992
1994
1996
1998
1999
2000
2001
Indice de Salario
Real
57
61
65
64
65
66
65
64
Fuente: La economía Uruguaya. J. A. Rocca
2.4.3 El Comercio Exterior
Durante el período se consolidó el doble proceso de apertura al mundo y a la región.
Las exportaciones en dólares crecieron a una tasa acumulativa anual de 6,5% y las
importaciones a una tasa acumulativa anual de 14%.
Cuadro 13
Evolución del comercio internacional
(millones de dólares corrientes)
Indicador
Exportaciones totales
Importaciones totales
Saldo Comercial
1990
1693
1343
350
1995
2106
2867
-761
1999
2237
3357
-1120
Fuente: Banco Central del Uruguay
24
La combinación de la apertura externa y la política cambiaria en el período provocó un
abaratamiento de las importaciones, que se multiplicaron por tres en tan sólo ocho años.
Como resultado, se pasó de un Saldo de Balanza Comercial positivo a uno
crecientemente deficitario (del orden del 5% del PBI anual).
Paralelamente, la concentración del comercio con los socios de la región, profundizada
a mediados de los setenta con el CAUCE (Argentina) y el PEC (Brasil), cobró nuevo
impulso con la firma del Tratado de Asunción que en 1991 dio lugar a la creación del
MERCOSUR. Para finales de la década, casi la mitad del comercio internacional de
Uruguay se dirigía a la región.
Cuadro 14
Evolución del comercio con el Mercosur
(millones de dólares corrientes)
Indicador
Exportaciones al Mercosur
Importaciones del Mercosur
Comercio total/Mercosur (%)*
1990
591
535
37.1
1995
992
1321
46.4
1999
1007
1462
44.1
*Exportaciones e importaciones totales
Fuente: Banco Central del Uruguay
El volumen del comercio exportador se orientó mayoritariamente a Brasil: las ventas a
ese país son un tercio del total para 1998. El esquema de intercambios se basa en la
venta de productos nacionales predominantemente del sector primario e importaciones
de productos industriales.
Con Argentina existe un comercio de corte más competitivo, registrándose un déficit
permanente en el intercambio comercial con ese país: las importaciones son siempre
mayores a las exportaciones. En este caso, el comercio es de corte intrasectorial, con
una mayor especialización al interior de las ramas de actividad.
Desde el punto de vista de los servicios, el principal ingreso provino del Turismo: se
captaron más de 600 millones de dólares por ese concepto en 1998, siendo el 70% de
los visitantes proveniente de la región.
2.4.4 El Sector Público
Los ajustes fiscales realizados por las sucesivas autoridades a partir de 1985 implicaron
un incremento de los impuestos y una disminución del gasto público que presenta cierta
rigidez pese a que el rubro Costo del Personal disminuye en pocos puntos.
25
Cuadro 15
Participación de los principales impuestos internos por categoría (%)
a- Sobre prod. Consumo y transac.
Valor Agregado
IMESI
OTROS
b- Sobre los ingresos
Rentas de Industria y comercio
IMAGRO
IMEBA (transit. Venta agropecuaria)
IRA
Otros
c- Sobre el patrimonio
Patrimonio
IMABA
Otros
1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998
100 100 100 100 100 100 100
57
63
62
64
66
70
71
36
33
33
30
30
26
26
7
4
5
6
4
4
4
100 100 100 100 100 100 100
62
68
78
90
94
89
84
5
7
6
2
0.5
0.5 0.01
22
12
4
3
2
7
7.6
8
10
8
3
1.5
0.5 0.03
3
3
4
2
2
2.
8
100 100 100 100 100 100 100
87
82
74
67
67
61
59
11
17
24
30
28
34
36
2
1
2
3
5
5
5
Fuente: Instituto Cuesta-Duarte
Cuadro 16
Gastos del Estado. Estructura del presupuesto por rubro (%)
(por período de gobierno)
Períodos de gobierno
Costo de personal
Resto de gastos de
funcionamiento
Inversiones
1986/89
33.1
55.7
1990/95
36.7
52.7
1995/99
31.2
58.7
9.8
10.7
10.2
Fuente: Instituto Cuesta-Duarte
En términos corrientes considerando el período 1994-1999, la recaudación por el IRP
pasó de 134 a 333 millones de dólares, mientras que por concepto de IVA la evolución
fue de 1279 a 1777 millones de dólares y considerando el IMESI, la recaudación pasó
de 584 a 611 millones de dólares.
Cuadro 17
Recaudación por los principales impuestos en millones de dólares corrientes
Impuestos
1994
134
IRP
1279
IVA
584
IMESI
SOBRE INGRESOS 295
SOBRE
175
PATRIMONIO
1995 1996 1997 1998 1999
190 285 289 308 333
1513 1637 1806 1922 1777
594 620 700 700 611
351 432 449 541 498
191
233
306
290
258
Fuente: Instituto Cuesta-Duarte
26
En lo que respecta al gasto público, parecería comprobarse que los instrumentos
utilizados para su reducción no han dado los resultados esperados, lo que induce a
pensar que existe cierta dificultad para poder disminuirlo.
Cuadro 18
Participación de cada inciso en el total del gasto
(porcentaje)
Inciso
Total Poder Ejecutivo
Poder Judicial
Tribunal de Cuentas
Corte Electoral
Tribunal de lo Contencioso
Administrativo
ANEP
Universidad de la República
INAME
Total Organismos del Art. 220
Poder Legislativo
Total
86/89
83.56
1.27
0.16
0.35
90/94
79.66
1.6
0.18
0.35
95/99
80.95
1.57
0.17
0.41
0.04
9.72
3.44
0.3
15.28
1.16
100
0.05
10.79
3.68
1.69
18.34
2
100
0.05
10.31
3.07
1.81
17.38
1.67
100
Fuente: Instituto Cuesta-Duarte
En la década del noventa, luego de una primera fase de incremento los egresos públicos
tendieron a estabilizarse. El aumento de la recaudación, atada estrechamente al nivel de
actividad y al consumo que crecieron en el período, generaron reducción en los déficit
públicos.
La crisis que se insinúa y luego se acentúa entre 1998-2001, repercute nuevamente
sobre los ingresos públicos y el descenso de éstos amplía una vez más la brecha con los
egresos.
Como consecuencia de lo anterior, los saldos globales entre egresos e ingresos
exhibieron un itinerario sumamente irregular durante el período.
Cuadro 19
Saldo fiscal como porcentaje del PBI
Años
1990
1992
1994
1996
1998
1999
2000
Ingresos- Egresos/PBI
-0.07
0.32
-1.8
-1.9
-1.1
-3.8
-3.6
Fuente: J.A. Rocca
27
La evolución expuesta permite extraer dos conclusiones:
-
-
la fuerte correlación entre el ciclo económico y los ingresos públicos. El hecho
de que el peso de los tributos recaiga mayoritariamente sobre la actividad
comercial determina esta situación.
La relativa estabilidad de los egresos y en consecuencia la fuerte correlación
entre los ingresos públicos y los saldos fiscales. Los períodos de auge
económico en los que aumenta el ingreso se caracterizan por la tendencia al
equilibrio fiscal, mientras que las fases de depresión económica implican una
disminución de ingresos y por lo tanto aumento del déficit. (J.A. Rocca)
En síntesis
La aplicación del modelo de estabilización iniciado en 1990 implicó:
•
•
•
•
•
•
•
•
un crecimiento económico significativo, que se revierte a fines de la década
el éxito en la reducción de la inflación que registra guarismos sin precedentes
una profundización del comercio con Brasil y Argentina
una pérdida de competitividad reflejado en un déficit comercial muy
significativo
una fuerte reducción de la actividad industrial
una tendencia creciente a la desocupación
un deterioro en la calidad y estabilidad laboral
una nítida dependencia del sector externo: en lo comercial y en lo financiero
28
Capítulo II
La Economía uruguaya a inicios del siglo XXI
1- Argentina y Brasil
El contexto regional fue ampliamente desfavorable para Uruguay en 2001 dado que las
dos economías vecinas tuvieron comportamientos muy negativos, particularmente
Argentina. La recesión comenzó en Argentina a fines de 1998 y se agudizó a partir de
comienzos de 2001. En dicho año, se agudizó la crisis financiera vivida por Argentina
provocada por el peligro de cesación de pagos, con un aumento del “riesgo país”
evidenciado por el encarecimiento de los créditos que se logran captar, por lo que el
gobierno debió flexibilizar el Plan de Convertibilidad, (eje de la política económica del
período) y ajustar las cuentas fiscales. Conjuntamente la instauración del congelamiento
de los depósitos de los ahorristas (más conocido como el corralito) fue quizás uno de los
últimos intentos del equipo económico para poder sostener el modelo económico, muy
profundamente afectado por una incesante corrida de depósitos bancarios. En este
contexto de fuerte incertidumbre la actividad económica sufrió una fuerte caída: el PBI
cayó 4,5% y el desempleo se elevó a 17,4%.
Finalmente en enero de 2002, se produce el abandono del Plan de Convertibilidad
cambiaria (1 a 1 respecto al dólar), reflejándose en una fuerte presión al alza del dólar.17
La economía brasileña también atravesaba una coyuntura desfavorable, si bien no
presentaba tasas de crecimiento negativas del PIB como Argentina. En efecto,
atravesaba una crisis energética que provocó caídas de la producción industrial y
presiones inflacionarias. Por otro lado, la crisis argentina y el menor crecimiento de la
economía estadounidense (principales socios comerciales de Brasil) afectaron las
exportaciones brasileñas, incrementaron el “riesgo país” y provocaron una fuerte
depreciación de su moneda, particularmente en los primeros nueve meses de 2001. Esta
tendencia que se mantuvo durante 2002 y se agudizó en la segunda mitad de año frente
a la incertidumbre generada ante la inminente victoria electoral de un partido de
izquierda.
Así, se produce una fuerte caída de la demanda de la región debido a la crisis argentina,
a la desaceleración de la economía brasileña y a un importante deterioro de la
competitividad de Uruguay con la región. Como consecuencia de lo anterior, se vieron
afectadas enormemente las exportaciones uruguayas con destino a Argentina y Brasil,
las mismas cayeron 18,7% a dichos destinos en 2001.
Si bien la economía argentina fue la más afectada durante la crisis (cayó 20 % en el
período que va del cuarto trimestre de 1998 al primero de 2002), su PBI estaba a finales
de 2006, un 17,1% por encima del valor previo a la crisis. La economía brasileña
también se recuperó y ha logrado un crecimiento moderado pero sostenido desde 2004.
Por tal motivo las exportaciones hacia nuestros principales socios comerciales en el
Mercosur se recuperaron notoriamente, aunque no alcanzaron los porcentajes previos a
la crisis.
17
En efecto tras un intento para manejar el incremento del tipo de cambio, el promedio mensual en octubre 2002 llegó a 3,66 pesos
argentinos por dólar.
29
2- Uruguay
2.1.1 El producto y la política económica
La recesión comenzó en Uruguay en 1999, se prolongó hasta 2002 y a partir del 2003 la
economía comienza a recuperarse. En 2006, la mayoría de las variables
macroeconómicas se habían estabilizado y el PBI se encontraba 7% por encima de los
niveles alcanzados previo a la crisis. Sin embargo algunas variables relevantes como el
salario real, el ingreso de los hogares o la pobreza se encuentran aún en proceso de
recuperación.
Evolución del PIB
(desestacionalizado y variación trim estral)
6
190
4
180
2
170
-4
Dic-06
Jun-06
Dic-05
Jun-05
Dic-04
Dic-03
Jun-04
Jun-03
Dic-02
Jun-02
Dic-01
Jun-01
Dic-00
Jun-00
Dic-99
Jun-99
Dic-98
-2
Jun-98
0
160
150
-6
140
-8
-10
130
variación trimestral
PBI desestacionalizado
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Instituto de Economía.
El período recesivo que atravesó el país puede ser explicado tanto por factores externos
como internos. En cuanto a los factores externos, se destacan la crisis regional que
comenzó en Brasil en 1999 y continuó en Argentina en los años siguientes, que afectó
enormemente a la economía uruguaya en sus diferentes dimensiones: productivo,
comercial y financiero.
Así, entre 1999 y 2000 la caída del producto uruguayo se explica básicamente por la
caída de la demanda de bienes desde Brasil, debido a la depreciación de la moneda
brasileña que provocó la caída de competitividad de los productos uruguayos.
Mientras que, entre 2001 y 2002, la fuerte caída del producto argentino que implicó un
brusco descenso de la demanda de nuestros bienes exportados, la disminución del
turismo hacia nuestro país y el retiro de los depósitos que los argentinos tenían en la
plaza uruguaya fueron factores determinantes que incidieron en la importante caída del
PBI uruguayo.
30
Año
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
Variación anual del
PBI
-2,8%
-1,5%
-3,4%
-11%
2,2%
11,8%
6,6%
7,0%
Fuente: BCU
Entre los factores internos, también en el 2001, Uruguay tuvo que enfrentar el cierre de
los principales mercados de exportación de carne, debido a la aparición en la región y en
el país de la fiebre aftosa en el ganado. A esto se sumaron las expectativas negativas de
los agentes económicos que postergaron sus decisiones de consumo e inversión y la
retracción de la inversión pública, factores que influyeron en la caída de la demanda a
nivel nacional.
Desde inicios de 2002 las reservas del Banco Central comenzaron a descender debido al
retiro de los depósitos bancarios del sistema. La falta de credibilidad de los agentes en el
programa económico del gobierno se observaba en los masivos retiros de depósitos
(corridas bancarias) y la compra de moneda extranjera que presionaba al alza el tipo de
cambio. El valor del dólar se ubicaba en el techo de la banda de flotación y el Banco
Central intervenía con reservas el mercado de cambios para mantenerlo dentro de la
banda.
El financiamiento externo se encarecía y se contraía, hecho que se reflejaba en el
continuo aumento del riesgo país18. Este indicador pasó de 217 puntos básicos en
diciembre de 2001 a 1870 puntos básicos en diciembre de 2002. La cotización de los
valores públicos uruguayos en el mercado de valores cayó significativamente en 2002,
luego de la pérdida del investment grade19.
La cuenta “Errores y omisiones” de la balanza de pagos, en el 2002 registró una cifra
significativamente superior al de otros años, con un déficit de 3.142 millones de dólares,
lo que refleja una importante salida neta de capitales no registrados (“fuga de capitales”)
explicada por el enorme retiro de depósitos del sistema financiero uruguayo.
El aumento de las tasas de interés a partir de junio de 2002 debido a las modificaciones
de la política cambiaria y la crisis financiera, generaba incertidumbre respecto al acceso
financiero al crédito que tenían las empresas y el público.
Ante la apremiante situación interna y externa el equipo económico del gobierno
combinó instrumentos de política cambiaria y fiscal de forma de mantener el modelo de
18
El riesgo país es un índice que intenta medir el grado de riesgo que entraña un país para las inversiones extranjeras.
Se calcula como la sobretasa que paga un país por sus bonos en relación a la tasa que paga el Tesoro de Estados
Unidos, es decir, la diferencia que existe entre el rendimiento de un título público emitido por el gobierno nacional y un
título de características similares emitido por el Tesoro de los Estados Unidos
19
Investment grade es la calificación que recibe un país cuyos títulos públicos son considerados aptos para la compra
por parte de fondos de inversión y compañías aseguradoras reguladas. Se mide según las agencias internacionales
calificadoras de riesgo.
31
estabilización. En enero de 2002, fueron establecidas nuevas pautas para la banda de
flotación (la amplitud y la pendiente se elevaron al doble: 12% mensual y 2,4%
mensual, respectivamente). En mayo se anunció que esa política se mantendría hasta fin
de año. Sin embargo, el 20 de junio se dispuso el abandono del régimen de tipo de
cambio fijo pasando a un régimen de libre flotación que rige hasta el día de hoy.
Paralelamente fueron implementados tres ajustes fiscales (febrero, mayo y Rendición de
Cuentas 2002) con el objetivo de abatir el déficit fiscal, a través de un conjunto de
medidas que preveían la reducción de gastos del Estado, creación de nuevos tributos y
aumento de los ya existentes.
A finales del mes de julio, la corrida de depósitos que enfrentaba el sistema bancario
desde inicios del año y que aumentaba día a día, llevó al Banco Central a determinar la
suspensión de actividades de cuatro bancos y establecer un feriado bancario que duró
cuatro días.
La crisis de confianza que sufrió el sistema bancario uruguayo fue estimulada
inicialmente por los sucesos de Argentina (corralito bancario) y determinó en el 2002
una caída de los depósitos en el sistema financiero, expresados en dólares, del 44,6%,
pasando de 14.994 millones de dólares a fines del 2001 a 8.313 millones de dólares a
fines del 2002.
En agosto de 2002, el Parlamento aprobó de forma urgente la ley que creaba el Fondo
de Estabilidad del Sistema Bancario para respaldar los depósitos a la vista y en caja de
ahorro en moneda extranjera del sistema bancario y así lograr detener la corrida de
depósitos. Dicho Fondo fue creado con el financiamiento otorgado por el FMI y la
ayuda del gobierno de Estados Unidos que otorgó un préstamo puente (por 1500
millones de dólares) para permitir la inmediata disponibilidad de los recursos. Los
depósitos de largo plazo en moneda extranjera del BROU y del BHU fueron
reprogramados, aplazándose los vencimientos de los plazos en tres años. El objetivo de
la creación del Fondo fue alcanzado pues se logró, en los meses siguientes, disminuir la
corrida de depósitos.
2.1.2 El Uruguay post devaluación
El PBI registró una pronunciada y sostenida caída desde 1999 al 2002 (alcanzando casi
un 20% en los cuatro años) con un muy significativo retroceso, del entorno del 11%,
sólo para el año 2002, año en el que se abandona el modelo de estabilización.
Por otra parte, el proceso de mantenimiento del modelo cambiario por parte del
gobierno desde la devaluación brasileña y su definitivo abandono en junio de 2002 tuvo
profundas consecuencias económicas y sociales para el país.
La importante devaluación de la moneda generó una gran incertidumbre entre los
agentes económicos (público y empresarios) acerca de la cotización en la que
finalmente se ubicaría y estabilizaría el dólar. En los hechos, esto significó incerteza
respecto a los precios de venta de bienes de consumo e inversión que dependen en parte
del precio de la moneda extranjera.
También se generó incertidumbre respecto a la política económica ya que los anuncios
del gobierno contaban con muy poca credibilidad por parte del público luego que se
32
había asegurado el mantenimiento de la banda de flotación hasta fines de 2002, sumado
a la remoción del Ministro de Economía y su equipo.
La inflación que en los años previos se había mantenido en niveles bajos, luego del
abandono de la banda de flotación se dispara, provocada por efectos inflacionarios
directos e indirectos. Varios artículos subieron de precio, muchos de ellos importados y
otros no, como el caso de la carne que registró importantes aumentos.
La transferencia de riqueza entre los sectores de la sociedad fue de gran relevancia. Los
deudores en dólares (entre los cuales se encontraban empresas) debieron enfrentar una
situación crítica debido al abrupto incremento de sus deudas y a la incertidumbre sobre
si se aplicarían quitas o rebaja de tasas para enfrentar sus obligaciones. Esta situación
significó una importante transferencia de riqueza desde los sectores endeudados en
moneda extranjera hacia los acreedores, que por el contrario, se beneficiaron
enormemente.
En el 2002, la actividad de todos los sectores disminuyó profundamente a excepción del
sector agropecuario que creció 6,6%, debido a los buenos precios internacionales de los
productos y a la reapertura de los mercados de carnes. La actividad cayó en forma más
importante en los sectores comercio, restaurantes y hoteles, construcción e industria
manufacturera provocados inicialmente por la crisis argentina y luego por la caída
abrupta del consumo y la inversión a nivel nacional.
A partir de la devaluación de la moneda nacional, los productos uruguayos comienzan a
recuperar competitividad con respecto a los del resto del mundo.
Con respecto a las medidas de política económica adoptadas por el gobierno para salir
de la grave crisis, en el 2003, el gobierno firma dos cartas de intención con el FMI para
continuar recibiendo financiamiento del mismo, donde quedan establecidas las
principales metas económicas: aplicación de una política fiscal que permita obtener un
superávit primario del sector público (3,2%), un programa monetario para limitar la
inflación (que en el 2002 se había disparado al 26%) y la búsqueda de una solución para
los cuatros bancos suspendidos.
Además, el gobierno impulsó una campaña de consulta entre sus acreedores locales y
extranjeros para lograr un canje de deuda pública que le permitiera postergar por cinco
años los vencimientos de deuda pública. La propuesta del gobierno contó con la
adhesión del 93% de los acreedores y el canje se concretó con éxito en mayo de 2003.
Esta medida evitó que el país entrara en default, lo que hubiera implicado el cese del
pago de las deudas a sus acreedores y posibilitó al Estado mantener su prestigio de
“buen pagador” conservando la confianza de inversores nacionales e internacionales.
El endeudamiento como porcentaje del PBI (ratio Deuda/PBI), a partir de 2002, se
dispara debido al aumento de la deuda y la importante caída del producto. En el 2003
dicho indicador alcanzó 111%, reflejando que la deuda pública equivalía a más de un
año de la actividad productiva del país.
33
Año
Deuda
Pública
Deuda
Pública
Externa
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
Mill U$s
5907,2
6138,4
6315,7
6904
7693
8526
9132
10072
11386
12445
13.322
13.944
13.709
Mill U$s
4647
4841
4995
5053
5644
5591
6092
5829
8299
9558
10.206
10.177
9.310
Deuda
Pública
Como %
del PBI
33,9%
31,8%
30,8%
31,8%
34,4%
40,8%
45,5%
54,3%
92,8%
111,2%
100,8%
82,8%
70,8%
Deuda
Pública
Externa
Como %
del PBI
26,6%
25,1%
24,4%
23,3%
25,2%
26,7%
30,3%
31,4%
67,6%
85,4%
77,2%
60,5%
48,1%
Fuente: Instituto de Economía
Durante el 2003, el sector externo fue más favorable debido a la mejora de la situación
regional e internacional. También la situación interna fue de menor incertidumbre y
mejora de las expectativas, debido a la mayor estabilidad del tipo de cambio y el éxito
del canje de deuda pública, todo lo que contribuyó a reactivar la demanda a nivel
nacional. El PBI creció un 2,5% respecto a 2002. Todos los sectores presentaron un
incremento de la actividad, excepto el sector electricidad, gas y agua (-7,6%),
construcción (-7,1%) y comercio, restaurantes y hoteles (-0,9%). El sector agropecuario
fue el motor de la recuperación económica, registrando un crecimiento del 14,4%,
mientras que la industria creció 4,6%.
En el 2004, la actividad continuó creciendo alcanzando un 11,8% de incremento del
PBI, uno de los valores más altos de la historia económica del país. Todos los sectores
productivos presentaron incrementos de actividad. El consumo e inversión privados,
principalmente, continuaron aumentando. Las exportaciones continuaron creciendo
gracias al sector externo favorable, así como las importaciones, especialmente las
compras en bienes de capital.
Durante el 2005, la evolución de la economía siguió siendo positiva, el PBI creció un
6,6%, mientras que todos los sectores productivos presentaron incrementos de actividad.
En el 2006, el país llegó a cifras record en exportaciones de bienes y servicios de
aproximadamente 5800 millones de dólares. También se registran cifras históricas en
los flujos de inversión extranjera que ingresaron al país.
2.1.3 Estructura productiva
Con respecto a la estructura productiva se observa en el cuadro que durante los años de
la crisis (1999 al 2002) los sectores agropecuario, industria y comercio, restaurantes y
hoteles registraron un descenso en la participación en el PBI para luego recuperarse en
los años siguientes hasta 2006. Por el contrario, el sector que incluye la actividad de las
instituciones financieras registra un incremento hasta el año 2002 y luego comienza a
34
descender hasta el presente, explicado por la importante reestructura
redimensionamiento que sufre el sistema financiero luego de la crisis del 2002.
y
El sector Transporte y comunicaciones registra un aumento en la participación del PBI
en todos los años, explicado por el incremento de la actividad del sector de las
comunicaciones (celulares, servicios de internet y telefónicos para empresas, etc.) a
nivel internacional y nacional.
El sector de la construcción registra una caída de la participación durante y luego de la
crisis con una lenta recuperación a partir del 2005.
ESTRUCTURA DEL PRODUCTO BRUTO INTERNO (%)
Sector de actividad
1990
1998
2000
Agropecuario
8,2
6,3
5,5
Industria
25,6
17,2
15,5
Electricidad, gas y agua
2,5
3,7
3,8
Construcción
3,4
5,5
5,4
Comercio, Rest. Y Hoteles
14,1
13,2
12,2
Transporte y comunicaciones
6,3
7,6
8,3
Establecim fin, serv empr, bs
inmuebles,etc
20,4
23,2
25,6
Servicios com, soc, per, gob
15,6
18,7
19,5
Otros (1)
3,7
4,7
4,1
PBI
100
100
100
Fuente: Instituto de Economía en base a datos del BCU.
Otros: Incluye Pesca, Minas y Canteras y derechos de importación.
2002
8,2
15,9
4,4
3,8
11
8,4
2004
10,7
19,8
4,3
3,2
12
8,9
2006
8,3
21,8
4,4
4
12,3
9,1
25,8
18,7
3,8
100
20
16
5,1
100
18,3
16,3
5,6
100
2.2 El mercado de trabajo
Entre los años 1999 y 2003, nuestra economía atravesó por una etapa de recesión y de
desequilibrios macroeconómicos que impactaron fuertemente en el mercado laboral y en
las condiciones de vida de la población, entre los que se pueden destacar la reducción
del número de ocupados y de los salarios, deterioro de la calidad del empleo, aumento
del desempleo, la emigración, la pobreza y la exclusión.
La recesión económica comenzó en el tercer trimestre de 1998 y los efectos negativos
de la misma empezaron a hacerse visibles rápidamente. Si bien la ocupación comenzó a
descender en el último trimestre de 1998, su tendencia a la baja se profundizó
sensiblemente a partir de mediados de 2002. En dicho año se agudizó la caída del
empleo derivada de la importante contracción de la actividad económica, y se
incrementó por cuarto año consecutivo la tasa de desempleo. Esta creció sostenidamente
y alcanzó un máximo de 20% en el último trimestre de 2002, cuando el desempleo
afectó a más de 250.000 personas. La tasa de empleo se situó en los niveles de 1983, los
más bajos desde que existe registro, y la de desempleo llegó a niveles nunca antes
alcanzados.
TASA DE DESEMPLEO TOTAL PAÍS URBANO (% y
var doce meses)
21
19
17
15
13
11
prom doce meses
FUENTE: IE, INE
Dic-06
Jun-06
Dic-05
Jun-05
Dic-04
Dic-03
Jun-04
Jun-03
Dic-02
Jun-02
Dic-01
Jun-01
Dic-00
Dic-99
trimestre
Jun-00
Jun-99
Dic-98
Jun-98
9
35
La crisis afectó a todos los sectores de actividad. Entre los años 1998-2003, si se estudia
la destrucción de puestos de trabajo por sector de actividad económica se destaca la
industria manufacturera, principalmente metalurgia, textiles, vestimenta y calzado.
Siguen en importancia la construcción y el comercio. Considerando simultáneamente la
categoría y el sector, los más afectados por la destrucción de empleos son los
asalariados privados de la industria manufacturera.
La crisis también contribuyó a profundizar las tendencias observadas en la década de los
noventa en cuanto al deterioro de la calidad del empleo (consolidación del subempleo y
precariedad) y al aumento del trabajo no asalariado. Entre los años 2000-2004 se
experimentó un fuerte deterioro de la calidad del empleo principalmente en los
trabajadores de empresas de menos de 5 ocupados, trabajadores por cuenta propia y
servicio doméstico (ver cuadro 2).
El nivel de ocupados con problemas de empleo pasó del 40.5 al 44.7% del total de
ocupados entre 2001 y 2004 a pesar del importante crecimiento del PIB durante este
último año, y dentro de éstos se destacan el aumento de los “no registrado” que son los
trabajadores sin cobertura de la seguridad social20. La calidad del empleo verificaría una
mejora sustancial recién en 2005.
La tasa de actividad se mantuvo relativamente estable entre los años 1999 y 2000,
mientras que en el año 2001 la misma subió debido al intento de las personas de atenuar
la caída de los ingresos de los hogares. A partir del 2002 dicha tasa de actividad reduce
el ritmo de crecimiento, lo cual puede atribuirse en parte a la emigración y al aumento
de los trabajadores “desalentados”21.
SALARIO REAL TOTAL PAíS
105
100
95
90
85
80
75
mensual
prom doce meses
FUENTE: INE
En un contexto de fuerte caída del PBI y de crecimiento del desempleo los salarios
reales se desplomaron. Los mismos inician una importante contracción desde 1999 que
continúa hasta 2004 donde alcanzan su punto más bajo. Los salarios reales cayeron más
20
21
Es “toda aquella persona ocupada que declara no tener derecho a jubilación en el trabajo que desarrolla” (INE)
Esta categoría incluye a aquellos trabajadores que dejaron de buscar empleo activamente por considerar que
no lo iban a encontrar. Por lo tanto, si bien se clasifican como económicamente inactivos, estarían dispuestos a
trabajar si tuvieran la oportunidad de hacerlo.
36
de 20% si se compara diciembre de1998 con diciembre de 2004. Esto puede atribuirse a
las altas tasas de desempleo, a la contracción de la demanda que reciben las empresas, a
la reducción del componente del gasto público asociado a las remuneraciones, al
incremento del IRP (por lo cual se reduce el salario líquido) y a la inflación. Dicha caída
contribuyó al incremento de los niveles de pobreza e indigencia que treparon a 31,8% y
3,9% de la población respectivamente en 2004.
Por su parte, la emigración ha sido para los uruguayos una importante válvula de escape
en las situaciones de crisis. Desde 1996 hasta fines de 2002 se habrían ido del país casi
100.000 personas pertenecientes a la población residente en localidades urbanas, de los
cuales aproximadamente 33.000 habrían emigrado en el período marzo-diciembre de
2002. Los emigrantes uruguayos son en su mayoría hombres y adultos jóvenes con un
nivel educativo considerado como medio y alto cuando se los compara con los
individuos de la misma edad residentes en el país. Según los familiares de los
migrantes, las razones por las que estos dejaron el país se relacionan claramente con la
situación del mercado de trabajo, tanto por los bajos ingresos (15%) como por el
desempleo (48%). Cuando se considera la migración por tramo de edades, la situación
del mercado de trabajo es también una razón de emigración relevante ya que existen
diferencias importantes según la etapa del ciclo de vida en la que las personas se
encuentren22.
La reactivación económica comenzó en el primer trimestre de 2003, aunque sus efectos
sobre el mercado de trabajo se hicieron visibles a partir del segundo semestre de ese año
y sobre los salarios recién a partir de 2005. La recuperación del empleo fue más lenta
que la del PBI. En efecto, mientras la tasa de empleo alcanzó el nivel previo a la crisis
recién en el último trimestre de 2006, el PIB superó dicho nivel en 7% al promediar
2006.
TASA DE EMPLEO TOTAL PAíS URBANO
(% y var doce meses)
56
55
54
53
52
51
50
49
48
prom doce meses
Dic-06
Dic-05
Jun-06
Dic-04
Jun-05
Dic-03
trimestre
Jun-04
Jun-03
Dic-02
Jun-02
Dic-01
Jun-01
Dic-00
Dic-99
Jun-00
Dic-98
Jun-99
47
FUENTE: IE, INE
Acompañando la recuperación del empleo, la tasa de desempleo se redujo
sostenidamente y se situó en 11,4% en promedio en 2006, aún algo por encima del
promedio de 1998.
22
"Uruguay: La emigración reciente", Pellegrino y Vigorito, 2004.
37
Cuadro Nº 2 : Evolución de los problemas de empleo urbano entre 1999-2005
Indicadores de calidad del empleo urbano 1998-2004 (en porcentaje sobre el total de
ocupados)
OCUPADOS
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
Con problemas
de empleo
20.2
21.5
40.5
42.7
44.6
44.7
43.5
Subempleados
3.7
4.8
4.5
5.6
5.0
4.0
4.7
No registrados
14.6
14.5
25.3
24.3
25.3
28.9
26.4
Subempleados y
No registrados
1.9
2.2
10.7
12.8
14.2
11.8
12.4
Fuente: Instituto de Economía (Notaro, Jorge. Documento)
En 2005 el porcentaje de empleos de mala calidad en el total de ocupados se redujo
explicado principalmente por la caída de los trabajadores no registrados, ya que el
porcentaje de subempleados y de subempleados y no registrados se incrementó respecto
al año anterior (ver cuadro 2).
En 2006, tras dos años de recuperación, el salario medio real todavía se encuentra 14%
por debajo del de 1998. Entre los factores que contribuyeron a la recuperación del
salario medio real se destacan la continuación del crecimiento económico, la
reinstalación de los Consejos de Salarios y el aumento del Salario Mínimo Nacional.
2.3 El comercio exterior
2.3.1 Evolución general de las principales variables
Tanto las exportaciones como las importaciones uruguayas registraron un importante
descenso entre 1998 - último año en que creció el producto - y 2002. Varios factores
contribuyeron en dicha caída. En lo que refiere a las exportaciones, la competitividad de
nuestro país se vio fuertemente afectada por la devaluación de la moneda brasilera a
partir de 1999 y luego, por la devaluación de la moneda argentina. A esto debe sumarse
la recesión en los países vecinos, particularmente en Argentina, que coadyuvó a una
menor demanda de productos desde la región. Por último, la importante caída del PBI y
de los ingresos de los uruguayos habrían afectado las importaciones. En este contexto,
las exportaciones cayeron 32,8% y las importaciones 48,5% entre 1998 y 2002. La
estructura de comercio que surge luego de la crisis presenta algunas diferencias
importantes respecto al que prevaleció en los `90, particularmente en lo que refiere a los
destinos de las exportaciones de nuestro país.
Evolución del comercio internacional
(millones de dólares corrientes)
Indicador
Exportaciones
totales
Importaciones
totales
Saldo Comercial
2002
1.861
2004
2.930
2006
3.952
1.964
3.113
4.774
-103
-182
-822
38
Fuente: Instituto de Economía.
En el marco de la significativa recuperación económica verificada en Uruguay desde
mediados de 2003, las exportaciones de bienes se incrementaron sustancialmente. En
2006 las ventas al exterior habían superado en 43% el nivel alcanzado previo a la
recesión (en 1998). Las exportaciones fueron por tanto un factor de gran relevancia para
explicar la recuperación económica que tuvo el país a partir de 2003. Sin embargo, esta
evolución favorable de las exportaciones, no afectó por igual a los distintos países de
destino. Los destinos de las exportaciones uruguayas se diversificaron a partir de la
crisis.
Exportaciones por destino 1998
Exportaciones por destino 2006
22%
42%
52%
13%
65%
6%
ARG+BR
EEUU
RM
ARG+BR
EEUU
RM
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Instituto de Economía.
Uno de los principales cambios fue que a partir de 2005 Estados Unidos pasó a ser el
principal receptor de exportaciones uruguayas de alimentos desplazando a Brasil, como
consecuencia de un incremento muy significativo de las ventas a este destino. Si bien
Brasil gana participación en este rubro en 2006, Estados Unidos continuó siendo el
principal destino. Así, mientras en 1998 las ventas al Mercosur representaban 55% del
total de las exportaciones, este porcentaje desciende a 22% en 2006.
2.3.2 Patrón de inserción comercial
El análisis de las exportaciones por sector muestra que no se alteró sustancialmente el
patrón de especialización del país. Continuaron siendo mayoritarias las exportaciones de
productos básicos y agroindustriales, aunque su participación en el total aumentó. En
efecto, las mismas representaban 56,3% de las exportaciones totales en 1995-1998
pasando a representar casi 74% en 2006. A su vez, dentro de este tipo de bienes las
exportaciones que más crecieron fueron las de alimentos básicos, con un significativo
incremento de las ventas de carne vacuna, lácteos, cebada y oleaginosos.
Cuando se analiza por destino no hay grandes cambios respecto a los resultados
obtenidos en la década del 90. Las exportaciones a la región tienen un mayor contenido
de valor agregado. El principal cambio lo representa el crecimiento de las exportaciones
al resto del mundo de bienes básicos y de origen agropecuario con bajo grado de
elaboración en detrimento de los bienes industrializados con base agropecuaria. Esto se
debe principalmente al ya mencionado incremento de las exportaciones de carne hacia
Estados Unidos.
39
Exportaciones por destino y producto. 2006
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
ARG+BR
EEUU
RM
Industriales sin origen agropecuario
Industriales de origen agropecuario
Básicos
Fuente: Elaboración propia en base a datos del IE.
Las importaciones también se recuperaron con rapidez, en 2006 habían superado en
25% a las alcanzadas en 1998, último año de crecimiento económico antes de la
recesión. Este comportamiento está en línea con el importante crecimiento del PBI en el
período. Esto se hace evidente cuando se analizan las importaciones por destino
económico.
Se incrementaron las importaciones hacia todos los destinos económicos pero las que
más lo hicieron fueron las de bienes de capital y las que tuvieron más incidencia sobre
el total fueron las de bienes intermedios. Si bien Brasil es el principal origen de las
importaciones de bienes de capital, se incrementaron en forma importante las
provenientes de Estados Unidos. No obstante, dentro de los bienes intermedios, los
suministros industriales elaborados provinieron cerca de un 50% de la región.
IMPORTACIONES POR DESTINO ECONOMICO-2006
Arg.
millones de dólares
Brasil
EE.UU.
RM
Total
Arg.
Brasil
%
EE.UU. RM
Total
CONSUMO
233,6
233,0
27,3
328,5
822,5
28,4
28,3
3,3
39,9
100
CAPITAL
64,1
162,9
99,1
219,9
546,0
11,7
29,8
18,2
40,3
100
INTERMEDIO
547,1
465,6
144,9
1.561,1
2.718,7
20,1
17,1
5,3
57,4
100
Otros
233,7
216,4
55,9
181,8
687,8
34,0
31,5
8,1
26,4
100
1.077,9
327,2
2.291,2
4.774,9
22,6
22,6
6,9
48,0
100
TOTAL GENERAL 1.078,5
FUENTE: Elaborado por el Instituto de Economía, en base al BCU y Uruguay XXI.
Desde el punto de vista de los servicios, el principal ingreso continúa siendo por
Turismo. Este rubro se vio muy afectado durante la crisis principalmente por la caída de
turistas argentinos. A partir de la recuperación económica crece el número de turistas y
40
se diversifican los orígenes de los mismos. Sin embargo, el crecimiento mayor se dio en
los gastos por turistas lo que estaría indicando que ingresaron al país turistas con mayor
poder adquisitivo. En efecto, mientras que el número de turistas se encontraba en 2006
20% por debajo de los niveles previos a la crisis, el monto de divisas gastado por éstos
se encontraba 15% por debajo. El saldo positivo entre exportaciones e importaciones de
servicios contribuyó a amortiguar un creciente déficit en el saldo comercial de bienes.
SBC (como % del PBI)
4,0
3,0
2,0
1,0
0,0
-1,0
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
-2,0
-3,0
Fuente: Elaboración propia en base a datos del IE.
La recuperación económica arrojó un saldo de la balanza comercial (SBC) favorable
hasta 2005. En 2006, si bien las exportaciones crecieron en forma extraordinaria, las
importaciones lo hicieron más por lo que el SBC como porcentaje del PBI fue de –
0,6%.
41
2.4 El sector público
Ingresos del Gobierno Central
La recaudación del Gobierno Central se basa fundamentalmente en impuestos, tales
como el IVA, el IMESI que son recaudados por la DGI, el IRP que es recaudado por el
BPS y los impuestos recaudados por el Comercio Exterior. 23
En efecto, su recaudación representa la mayor fuente de ingresos en relación al total de
ingresos del sector público no financiero, tal como se muestra en el cuadro 1, los
ingresos tributarios en los años 2005 y 2006 fueron respectivamente del entorno de 86
% y 88 % del total de ingresos del Gobierno Central.
Cuadro 1
INGRESOS DEL GOBIERNO CENTRAL (en millones de dólares corrientes)
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
4.357 4.081 3.857 2.744 2.398 2.862 3.630
INGRESOS
3.548 3.343 3.201 2.259 2.072 2.447 3.111
1. Ingresos tributarios
3.351 3.180 3.019 2.125 1.938 2.273 2.898
a) Internos
DGI
3.047 2.883 2.751 1.896 1.704 2.103 2.764
IRP
303
298
268
229
234
171
134
197
162
181
134
134
174
213
b) Comercio Exterior
809
738
656
486
486
415
519
2. Ingresos no tributarios (1)
(1)Incluye, entre otros, los aportes de las empresas públicas y los recursos de libre
disponibilidad.
Fuente: Instituto de Economía, a partir de datos del BCU.
2006
4.236
3.717
3.468
3.286
183
249
518
Desde 1999 y hasta 2003 se observa una evolución general decreciente en dólares
corrientes de la recaudación de impuestos por parte del gobierno central. Ello se
explicaría tanto como consecuencia de la recesión económica como por la variación del
tipo de cambio. A partir del año 2004, se aprecia un crecimiento en la recaudación
impositiva global y de todos los impuestos considerados aisladamente, con excepción
del IMABA. Dicha recuperación se debió a la recuperación de la demanda interna y la
mejor fiscalización que permitió reducir la evasión.
Dentro de los agentes recaudadores, el de mayor importancia desde el punto de vista del
volumen recaudado es la DGI, recaudando alrededor del 70% de los ingresos del Estado
y alrededor de 90% de los ingresos por tributos . En el año 2006, la recaudación de la
DGI alcanzó su máximo nivel desde 1999, el cual asciende a 3.588 millones de dólares,
representando un crecimiento de 11% respecto a ese año (Cuadro 2).
En cuanto a la participación relativa de los impuestos recaudados por la DGI,
nítidamente surge que el IVA es el ingreso principal, representando en los últimos años
más del 50% de la misma y junto con el IMESI, ese porcentaje supera el 63%, tal como
se comprueba en el cuadro 2b.
23
A partir del 1.07.07 se reformó el sistema tributario con el objetivo de lograr una estructura tributaria
más equitativa y simplificada. Para tal fin se eliminaron varios impuestos, entre ellos el COFIS, se
sustituyó el IRP por el IRPF -de base más amplia ya que grava ingresos no provenientes del trabajo como
los alquileres-, se redujo la tasa básica de IVA de 23% a 22% y la mínima de 14% a 10%, etc.
42
Por otra parte, el resultado primario corriente24 medido en dólares, de las empresas
públicas presenta un descenso a partir del 2001 hasta el 2004 y se recupera en los años
siguientes, tal como se muestra en el cuadro 1.
Cuadro 2
RECAUDACIÓN DE LA DGI ( en millones de dólares)
IVA
COFIS
IMESI
IRIC
PATRIMONIO
IMABA
RESTO
TOTAL BRUTO
1999
1.770
2000
1.638
611
469
146
97
156
3.249
628
444
145
90
147
3.092
2001
1.536
68
595
378
119
98
154
2.948
2002
1.016
85
368
243
121
98
130
2.061
2003
940
87
273
168
116
81
165
1.830
2004
1.191
104
323
293
131
66
200
2.308
2005
1.598
119
419
444
192
58
240
3.070
2006
1.912
135
466
548
198
55
274
3.588
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, a partir de datos de DGI.
Cuadro 2 b
RECAUDACIÓN DE LA DGI EN %
1999
2000
2001
2002
2003
2004
IVA
54,48% 52,98% 52,10%
49,30% 51,37% 51,60%
COFIS
2,31%
4,12%
4,75%
4,51%
IMESI
18,81% 20,31% 20,18%
17,86% 14,92% 13,99%
IRIC
14,44% 14,36% 12,82%
11,79%
9,18%
12,69%
PATRIMONIO 4,49%
4,69%
4,04%
5,87%
6,34%
5,68%
IMABA
2,99%
2,91%
3,32%
4,75%
4,43%
2,86%
RESTO
4,80%
4,75%
5,22%
6,31%
9,02%
8,67%
TOTAL
100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00%
BRUTO
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, a partir de datos de DGI.
2005
52,05%
3,88%
13,65%
14,46%
6,25%
1,89%
7,82%
100,00% 100,00%
Egresos del Gobierno Central
Tal como se desprende de los cuadros siguientes, la estructura de los egresos del
Gobierno Central, están muy concentrados en los Gastos Corrientes que suponen mas
del 92 % del total en los últimos años, y el resto corresponde al gastos público en
inversiones.
Cuadro 3
EGRESOS DEL GOBIERNO CENTRAL (en millones de dólares)
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
5169
4789
4683
3362
2905
3193
3902
EGRESOS
4627
4414
4349
3169
2759
2998
3676
1. Corrientes
Remuneraciones
1078
1027
978
669
511
582
752
Previsión Social
2087
2054
1989
1439
1109
1155
1377
24
2006
53,29%
3,76%
12,99%
15,27%
5,52%
1,53%
7,64%
2006
4428
4153
859
1510
Se entiende por resultado primario corriente a la diferencia entre ingresos y egresos corrientes.
43
Gastos
862
681
725
446
Transferencias
233
238
196
135
Intereses
367
414
461
480
541
375
334
193
2. Inversiones
Fuente: Instituto de Economía, a partir de datos del BCU.
403
111
625
146
491
119
650
195
657
158
732
226
798
160
826
275
Cuadro 3b
EGRESOS DEL GOBIERNO CENTRAL (en %)
1999
2000
2001
2002
2003
2004
100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00% 100,00%
EGRESOS
1. Corrientes
89,51% 92,17% 92,87% 94,26% 94,97% 93,89%
Remuneraciones 20,86% 21,44% 20,88% 19,90% 17,59% 18,23%
Previsión Social 40,38% 42,89% 42,47% 42,80% 38,18% 36,17%
Gastos
16,68% 14,22% 15,48% 13,27% 13,87% 15,38%
Transferencias
4,51%
4,97%
4,19%
4,02%
3,82%
3,73%
Intereses
7,10%
8,64%
9,84%
14,28% 21,51% 20,36%
2. Inversiones
10,47% 7,83%
7,13%
5,74%
5,03%
6,11%
Fuente: Instituto de Economía, a partir de datos
del BCU.
2005
2006
100,00% 100,00%
94,21% 93,79%
19,27% 19,40%
35,29% 34,10%
16,84% 18,02%
4,05%
3,61%
18,76% 18,65%
5,79%
6,21%
Entre los años 1999-2006, se verifica una reducción de los egresos del Gobierno Central
en dólares corrientes pasando de 5.169 a 4.428 millones de dólares, es decir un 15%
menos.
En cuanto a los egresos por rubro, los más significativos continúan siendo los de
Previsión Social y Remuneraciones que en el año 2006 significaron más del 53% de los
egresos totales, un guarismo significativo aunque menor al 64 % registrado en el 2000.
Por su parte, los egresos por intereses medidos en millones de dólares, han presentado
una evolución creciente en el período, como resultado del mayor endeudamiento
público del país. En efecto, en el período 1999-2006 el monto pasó de 367 a 826
millones de dólares pasando de representar un 7% a más del 18% de los egresos totales
en ese período.
Respecto a las inversiones, éstas se han reducido en las épocas de crisis de modo de
amortiguar el déficit fiscal, es decir, que las inversiones públicas presentan cierto grado
de variabilidad y dependencia del resultado de las cuentas públicas y el ciclo económico
así como el pago del endeudamiento público.
Resultado Fiscal
Resultado
Fiscal
(millones de dólares)
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
-812
-708
-826
-618
-507
-331
-272
-192
Fuente: Instituto de Economía, a partir de datos del BCU.
44
Considerando los cuadros anteriores, los mismos arrojan un resultado fiscal negativo
para todos los años considerados medidos en millones de dólares corrientes.
No obstante se verifica desde el año 2002 una tendencia descendente significativa de
forma que el déficit fiscal del 2006 fue menos de la cuarta parte de lo registrado en el
año 2001 en que alcanza el máximo en el período.
En efecto, si se observa el déficit fiscal consolidado25 como porcentaje del PBI en el
período 1999-2006, el mismo ha tenido una evolución favorable tal como se muestra en
el cuadro 4.
Los altos déficit fiscales de los años 1999-2002 se explican por la caída de ingresos
públicos debido a la recesión en la actividad económica, por la estabilidad en algunos
rubros de los egresos públicos y el crecimiento del pago de intereses de la deuda
pública. Dichos déficit se han financiado principalmente con endeudamiento, (lo cual
condujo a un aumento del ratio Deuda Pública/PBI), cuyos pagos de intereses
conforman uno de los componentes de gran peso de los egresos del Estado.
El fracaso de la política de ajuste fiscal de los años 2001 y 2002 se vio reflejado en un
déficit fiscal consolidado de 4,2% del PBI para cada año, alcanzando su mayor relación
para el periodo. No obstante, a partir del 2003 el déficit fiscal consolidado va
disminuyendo respecto al PBI, llegando al año 2006 con un resultado fiscal consolidado
de -0,6% del PBI, que se explica principalmente por el incremento de los ingresos
públicos, principalmente provenientes del crecimiento económico, y el control y
reducción de la evasión.
Cuadro 4
Resultado fiscal consolidado (en % PBI a valores corrientes)
Años
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
Resultado fiscal
consolidado/PBI
-3.9
-4.1
-4.2
-4.2
-3.2
-1.9
-0.8
-0.6
25
Se entiende por déficit fiscal consolidado al resultado negativo entre los ingresos y egresos de todo el
sector público, el cual incluye Gobierno Central, BPS, Empresas públicas, Intendencias y BCU.
45
3 - ANALISIS Y CONCLUSIONES
El mundo actual se presenta muy globalizado y transnacionalizado de una forma que
difícilmente se registren antecedentes históricos. En efecto, ni en la era comercial
mercantilista, ni en la era del dominio inglés ni tampoco en la posguerra de los años 50
se verifica una interrelación tan profunda con impactos y efectos encadenadas que
abarca a todo el planeta. Basta detenerse en la intermediación financiara internacional,
cuyas alteraciones y perturbaciones han desembocado en varias crisis cuyas
repercusiones han trascendido su lugar de origen (Sudeste Asiático, Rusia, Brasil,
Turquía etc.)
Conjuntamente, la producción y la innovación tecnológica se concentran en grandes
corporaciones y empresas transnacionales, quienes diseñan el producto e influyen en las
pautas de consumo a nivel global, y dominan ampliamente el comercio internacional.
Por otra parte, la readecuación y reingeniería de los procesos productivos que
implementan estas empresas, abarca entre otras cosas el desmembramiento geográfico
de la cadena de valor, la búsqueda de reducción de costos de producción y el
incremento de la productividad, asociado a una mayor competitividad exigida cada vez
más por el mundo de hoy, de forma de mantener o penetrar en los mercados.
¿Es posible modificar esa tendencia? La respuesta a esa pregunta parece un tanto obvia,
el funcionamiento y el poder que ejercen las grandes corporaciones internacionales, y
los inversores financieros no parece estar bajo el control de los estados nacionales,
incluso los del mundo desarrollado.
Sin duda, una de las características más salientes de la actualidad lo constituye la
incapacidad de las instituciones públicas y del comportamiento colectivo de los seres
humanos de estar a la altura de ese acelerado proceso de mundialización.
En efecto, las cambios ocurridos en las últimas décadas son tan dinámicos, que dificulta
medir sus impactos y adecuarse establemente, siendo ese uno de los grandes desafíos
que enfrentan los equipos económicos y los gobiernos sea cual sea su orientación
filosófica o ideológica, es decir ¿de qué forma insertarse en el complejo y dinámico
funcionamiento del mundo de hoy?
Si el proceso de globalización y de internacionalización que se vive a inicios del SXXI,
parece ser un proceso dado para los países latinoamericanos, y muy particularmente los
de economía pequeña como el Uruguay, determinar el margen de autonomía en la
aplicación de las políticas económicas parecería ser la gran discusión de nuestros días.
En efecto, la aplicación en nuestro país, de una política económica que procuró
mantener controlada la inflación, la aplicación de un sistema de tipo de cambio,
subordinado a ese fin, no se mantuvo principalmente por la dificultad de acceder a
financiamiento externo. Esto agravado por el incremento del riesgo, y la pérdida de
reservas internacionales ocurridas desde los primeros meses del 2002. Si a ello le
agregamos el deterioro de la balanza comercial (aproximadamente 5% del PBI) y por
ende su impacto en el saldo de cuenta corriente, el modelo dependió exclusivamente del
financiamiento externo.
46
¿Qué incidencia tienen los países en el financiamiento externo?
Sin dejar de considerar las diferentes acciones políticas, que puedan incentivar a la
captación de inversión extranjera directa, así como la potencialidad económica que
puedan tener los respectivos países, las decisiones de inversión directa obedecen
mayoritariamente a opciones estratégicas definidas por las empresas. Por lo tanto en ese
terreno, la incidencia está relativamente acotada.
En el plano financiero, más allá de la tasa de interés ofrecida y la confianza en el país
receptor, la libre movilidad de capitales que existe en la actualidad, hace que la
incidencia de los países en ese aspecto sea aún mucho menor, si es que existe alguna.
Por lo tanto, quedó verificado, tanto en lo comercial como en lo financiero que el
modelo económico de estabilización aplicado en el Uruguay desde inicios de la
década de los 90 presentaba una dependencia externa tal, que bastó que el
escenario externo se modificara, para que el modelo no pudiera sostenerse. En otro
ángulo el crecimiento de la economía en la década de los 90, no redundó en la
instauración de un núcleo autónomo de crecimiento, sino que parecería estar muy
correlacionado con el crecimiento económico de Brasil y de Argentina en el marco
de un modelo de estabilización con objetivos e instrumentos muy similares
Si el Uruguay como economía pequeña no incide en las decisiones mundiales, no incide
en el proceso de Globalización y en sus principales características actuales, ese
escenario debería tomarse como un dato y si analizar la forma de insertarse en el mismo,
que se torna como un elemento muy importante a abordar.
Perspectivas
Luego de la profundización de la crisis en el año 2002, el país vive del punto de vista
macroeconómico una relativa calma, con una inflación controlada, y una variación del
tipo de cambio estabilizada – aunque con tendencia a la baja- un crecimiento económico
significativo, un gran impulso comercial donde con favorabless precios internacionales
de varios productos de exportación etc. Ello asociado a un contexto de crecimiento
regional importante, y un contexto internacional también favorable. Como elemento de
suma preocupación, está la constante alza en el precio del barril de petróleo que ha
impactado duramente al interior de la economía y que todo hace indicar que ello esa
tendencia mantendrá en futuro cercano generando un escenario de encarecimientos de
los combustibles y su repercusión en los costos internos.
La demanda externa y los ciclos económicos nacionales
La demanda externa ha sido históricamente, una de las variables que han determinado y
explicado el devenir económico del país. Su efecto nítidamente se remonta a las últimas
décadas del S XIX, en donde el alto y sostenido crecimiento económico que tuvo el
país hasta las primeras décadas del SXX, fue impulsado por las exportaciones
agropecuarias fundamentalmente hacia Inglaterra, las que una vez disminuidas el
proceso de crecimiento se detuvo.
47
No es el único antecedente en el país, en que se producen ciclos de crecimiento
económico asociado a las exportaciones, es más recientemente, en el plan de
estabilización de los años 90, hubo un significativo crecimiento económico hasta que la
caída de las demanda externa brasileña y argentina, impactaron sensiblemente en el
modelo de crecimiento económico tal como reseñamos anteriormente.
En los últimos años también se refleja un gran impacto del comercio al crecimiento
económico y si bien hay una mayor diversificación en los destinos de comercio
respecto a los años 90, la durabilidad de la inserción comercial no está asegurada.
Reperfilamiento productivo
Sin dudas que rediseñar el parque productivo, constituye un tópico a abordar. En efecto,
reorientar la producción a la demanda de hoy de forma de producir aquellos rubros de
mayor inserción internacional, parecería ser un tema a analizar, más allá que no está
exento de dificultades.
El país requiere de un análisis profundo de inserción productiva en donde se produzca lo
que se venda ya que eso va a redundar en una mejora en el empleo en calidad y
estabilidad. Ello se asocia indudablemente entre otras cosas a la incorporación
tecnológica y la capacitación de la mano de obra calificada y no calificada, elemento
que no siempre está articulado con las necesidades productivas.
La inversión extranjera Directa
Entre los años 1995-1999 las inversiones extranjeras directas (IED) realizadas en el país
sobrepasaron los U$S 2.400 millones en el sector no financiero, que da un promedio
anual próximo a los U$S 500 millones.
Uruguay, no ha sido históricamente un captador de IED en la región latinoamericana,
la que ha sido dirigida mayoritariamente a Brasil. México, y Argentina y en años
puntuales a otros países .
No obstante ello, en los últimos años se percibe un fuerte flujo de inversión extranjera
directa, que en algunos casos amerita analizar sus impactos en el mediano y largo plazo.
En efecto, y de acuerdo a la información difundida, la inversión que realizará la
empresa Botnia, estaría en el orden de los U$S 1.200 millones es decir un 50% de la
IED que el país recibió en el segundo quinquenio de la década de los 90.
Paralelamente, y dado que el mercado que apunta esta empresa es indudablemente el
externo, el ingreso que se estima por sus exportaciones, es muy significativo,
proyectándose que el impacto de las exportaciones de Botnia incrementará el PBI del
país en el entorno del 1.5% a 2%.
48
Como es de conocimiento público se estima que se instalará una segunda empresa de
similares características y monto de inversión, también en el litoral y hay versiones de
la eventual instalación de una tercera empresa de este tipo en el centro del país.
Más allá de las consideraciones que se formulen sobre su instalación, de concretarse
estor proyectos, sin duda que los impactos a nivel nacional serán muy importantes y
estructurales
Si consideramos tan solo, que su instalación implicará una readecuación de los medios
de comunicación como en las vías de ferrocarril y de puertos – en donde hay también
propuestas de inversores extranjeros- , de suministro de insumos y de mano de obra etc,
podemos inferir que en pocos años, la matriz económica del país podría transformarse
significativamente.
Alianzas estratégicas
Dada la situación actual, discutir y analizar un plan de estrategias productivas o
tecnológicas con grupos de empresas extranjeras, parecería ser un camino a explorar. En
efecto, la tecnificación de la producción no basta por si sola para ser competitivo en el
mundo de hoy: el problema es el mercado. Invertir en tecnología es sin duda muy
importante, pero, no lo es menos asegurarse un mercado de forma de ser menos
vulnerable a los vaivenes internacionales. Ello podría lograrse, a través de alianzas
productivas o comerciales con empresas internacionales que son las que los dominan
mayoritariamente los mercados.
Este tópico, se torna hoy más relevante con lo referido anteriormente sobre el muy
significativo flujo de inversiones extranjeras directas que viene recibiendo el país, en
donde por la vía de los hechos, varias empresas localizadas en el país, se ven
favorecidas con un incremento de sus ventas con la instalación de Botnia – construcción
de embarcaciones, suministros de productos químicos etc-, los que multiplican el efecto
sobre la actividad económica, de generación de empleo etc.
El país y la integración regional
Definir el rol del país en los procesos de integración, parece ser a esta altura
impostergable. En los últimos tiempos ha habido discusión acerca de la conveniencia de
seguir integrando el MERCOSUR, solicitar integrar el NAFTA. impulsar Tratados de
Libre Comercio etc. Sin duda, que más allá que estos procesos de integración presentan
particularidades, definir como Estado, que modelo de integración debe seguirse por
encima de la orientación de los gobiernos de turno, se torna muy importante, para poder
posicionarse en ellos estratégicamente.
Si la apuesta es el MERCOSUR, reflexionar sobre las diferentes posiciones de Brasil y
de Argentina y analizar si es conveniente o no acompañar alguna de ellas, sin que sea
excluyente otra opción, así como analizar objetivamente los beneficios que su
integración implica pero también sus inconvenientes.
49
Si la apuesta es al NAFTA o la firma de Tratados de Libre Comercio para no depender
comercialmente de la región, requiere de un análisis técnicamente fundado de forma que
quienes decidan los hagan basado en ello y no basados en concepciones filosóficas o
ideológicas tal como ocurriera en los últimos meses con la discusión de la firma de un
TLC con los EUA.
La definición del tipo de integración siempre es decisiva porque impacta a los agentes
internos: empresarios, trabajadores, Estado, pero además porque en general trasciende e
influye por muchos años, por lo que una definición nacional se trona esencial para poder
proyectar una evolución comercial y no puede a nuestro entender contemplar visiones
tan diametralmente distintas o ideológicamente excluyentes que se sintetiza entre
“países amigos o no amigos”. ¿Cuál es la integración mas conveniente para el
Uruguay? es lo que debe analizarse, y que puede contemplar las existentes, modicarlas
o combinar con otras, pero para ello, las consideraciones técnicas deben priorizarse y
constituirse en un elemento indispensable para que luego se asuman las definiciones de
orientación política correspondiente.
Sin duda, que no se pretende agotar aquí, las posibles alternativas de inserción
internacional para el Uruguay, de forma de poder encauzar la economía nacional hacia
una mejora de la competitividad y el empleo, de todos modos se estima que las mismas,
sintetizan algunos de los principales problemas económicos y sociales que la coyuntura
actual presenta.
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