' .. . prender la ceniza dando un·· ligero golpe con ~1 puro en · el tacón de una <le ;:.us bo· tas. Nosotros, con el inacabable t4baco entre los dientes, somos vlctimas de una pre· EL AUTOR )a preocupación de que, ¡ju dar• EN EL _E S'(RENO ocupación: nos cuenta, aproxjmemGS la brasa al dcco· rado, atravesemos la sutil pared y ·le ·abfa· , l lN CIGARRO PURO r -·Le molesta á ustod que -perJJWlezc~- semos un ojo al a.puntador, desgra~ándolQ .; p_ara toda la vi4a·· ¡ Con~o no tenemos prác" Jlll'' UIJUI. • 1 ta Ufl.a ca'a d Uon Jacinto ·JlOS gula 'HLS J . Q t1ca en el manejo tic las armas de fuego .. , 1' D.&TU.S D~ LA CQUT!W• ._...... . • una.s nc;:-s ¡pondran ¡:111:::; en este tmoón Y om:mos )~ okt:t ~tiJorcs. _:.;o, 00 me 111o!esta; ALREDEDOR DEI.; MAESTRO Algunas actores y ~ctrices se t:.an agru. pado en el mismo rincón donde estaQ\OS. Frecutntemente, · susurran alabanzas. -; Qué hermoso es esto 1 ¡ Cómo -a.hood.a este hombre en la$ atlmas 1 1Qu~ intCII'S() ea! Una acbiz viene á contat'Te .a D. )a<:JJlto CJ.ué ~t:á- temblando; ·uu a.ctor :c'onñcta que •· t1.ene ~. la boca pQr la emoc1ón; Marga· -r-ita. X~ of"ece sus dos manos m,aravi· ' llosas a•l maestro pa,ra que compru~be au íriaMad..El maestro tiene Ulla frase amable W\a pa.~abra · cariñosa parJ. tcdos. Cuand~ Ribero hace su pr~er mutis, delipúés de la escena en ~lie rechaza el ofrecitTÜento de ''.Vale1btÍila' , le dice d autor: ...-Muy deoet14e... Has estado muy dec~n­ te a:l llf:> a.cqpl'alr ~ pin~o ... :re voy á, dat: un pu.rato... · v~a-e~ve. á callar; alU:réa su preocupación por _l_a ceniza con el inquieto juego con las sor-tajas QllC a-bundan en sus manos. Hay un temblor casi impcrceptxa'ble en ellas. Cuando le han llamado a escena la t>n)mera vet in· tentó defen-deii$C: · · ' - ¡Abona no; a•hora co! Que aú.., fal•~n - Fuma usted? · ' ~os hemos sentado; Benavente cnos hace la ·oferta de un fo11mid~~ puro, largo como una lanza. Nuestna. t.lrntdez;z,no. ~os confesado allect?" que sc;>mos tínud~ f-:-nos hace c:¡gcr el aagan'O ~ un roov1m1~to Cll el que no intervino nuestra VO)uota<J. En· tre las muchas cosas que'se· resisten á· nues· tra con-prensión figura esta de íúmar un puro que exceda de las dimensiones dé "un cigarnllo. Es la intoxicación y el ridículo lo que nos uredra. Uo fumador de puros que va con una viga cocendi<\a en los la· ¡,¡os, e:t ár.g-.Jlo recto con dla, en fonua de ~scu~dra, mtry serio, como si hiciesé Ja cosa mls na.tUJTal del n1undo, no se ha de·· tenido nu·nca á. reflexiOilall', á verse men· talmente; si no, es más que _probahle· que abandonase ~a costumbre. Dios, con su -.. omni5ciencia, pudo suponer al lanz¡l:I' al hombre so1n-e la tierra que haría WJ:a por· ci6n de c.r imenes y une porción dé tooterías. Duda.mos, oo oOOta.nte, que haya podido prever que su cria.tura predilecta diese aJ· . dos aJObos... . .. . . ,. "" gUDa vez on la mania de plantarle f vego á Poro lo dice con un gesto na.tural, ·sin una especie de ga.rrote 'y chupa¡rlo ciurante un ~r de horas. Flay, eingularmcnte, un a-fectación y sio ese núedo cómico · de casi periodo ea que la traza del fumador de pu~ todos los ~~. Lo ~eva.nta.ñ. 5c deja · · ros robre~a la.g más grotescas ca-ricatu- llevar... ras. Es en esos momentos en que el cigarro· EL I.J...6.NTO DE ..MAR~RJTA ancho ya, mordido, scmideshecho, aso~ Desde nuestro a.sieoto vemos aho~a. en aperw; entre los labios, c.omo al fuese la es~ último ~ de El mal ·que nos hacen, pro;>ia lengua del i.ndividuo la que :ndi"c$C e<e toda la escetla, No vemos la batería ru y él la hubiese sacado á refrCS"..a.r. públdco. Nos' pa.re:e estar contem.pla.ndo Este puro con que nos ha -obsequiado .el rwmeote un i.nterior de casa. Suena. la: [). Jacinto es la exaltación, el paroxismo 'duloé voz i:oim.mble de la Xlrgú, ta:n tior· del puro. en longitud y .en 1bondad. Con· na, tan blanda, tan femenina como no pue· Yirtiéndolo· en c~arrillos babríp. ~ i!:Q• ~ ·bad>er. ot:Rl voz. Margarita, enlutada, ner un estanco. · · ~ trlste, es1á cerca de la puerta; corea· de nos· . Nos decimos al encenderlo: otros. Las dolori~ frases de renunciación - ¡ Hay que morir 1 -· van brotando 000 una intoasá melancolía. ., DON JAClNTO La f~e luz del esecnario hace brillar :Senavente está: envüelto en un ga.bin otra. pequeña lu~it.a. en ·tos párpados de la gns. Su cuer:po, menudo, se ha. recogido li.Ctrtz. ¿ Uora JQ Xu:~u ... ? Miramos con m a. yor atención. La X1rgú está llorando veren la. silla; una de sus piernas está no ca· daderamente; hay un dol11e surco luciente ~lga.ndo, sino enroscada en la otra. ·Así, en sus meji~, y el a.ogustiado temblor de e cerca, parece más fino aún su rostro, su vo;. es. sUlCero. Entonces ~ta misma iu~ aguzado por la barbilla, donde blanquean C?C{>Cnenaa ooostra ~ue nos lleva a un esceplas canas. De un 1 ado á otro del crá- ttasmo un poco burlon para las ficciones teaneo se c.xticnden escasos pelos, intentando traJes, se toma grave y emociouada. ¿Estaformar sobre la calva como un puente en- mos entre unos bastidor-es, pr-esenciando una cu~ridod. Algunos consiguen llegar á rcÍat'sa, cerca de una actriz ... ? No; nosotros umr~c con sus hermanos los pelos de la no vemos al público, no oímos a{ apuntaotra Lau.~a. Pt_ros. menos afortunados. se dor¡ vemos llorar. de veras á una muj cr :¡uedan a la nutad do! camino estiraditos oamos su voz .smccramenfe acongojada. ~stiraditos como si aún cstuvi~sen hacien~ Jodo ya es realidad. Marg:w-ita es ahora do uu esfuerzo para prolongarse y llegar. Vale~tma, sufre su mismo ddlor, cree en Henavcute no habla, no se mueve en su ~e m9t:anle qac su vida está rota para asiento. Ha encendido el segundo puro y Sl.~p~ ... Es una humana tristeza que _pasa oye atentamente la vo.z de los aotores que gumendo, ~echa carne, hecha verdad, ante ll~ga distinta y clara . hasta nosotros.' Tan nuestros OJOS .. : Y en este pequeño instante tOlo puede apreci:1rse en él un minúsculo la marea de dolor que crece ~ la obra nos SÍQlo~•a de nerviosidad. Desde que se ~Izó CIIVUclvc también ; es un romántioo momento e.l tclc u. en los· tres actos, D. Jacinto man· que nos .l!ena de compasión. h_acia et·poeta lleuc <'1 mirar de sus· ojos menudos clava- que sufrto esta pena al escnb1rla hacia la do en la _cen iza de las antorchas que fuma. actriz que la padece también al reÍ>resentarla, haci~ nosotros mismos por.•. no sabemos ~~t;L ccn.aza parece merecer toda su aten· ctoa:. Pnmero ta sacude con d meñique; por q~c ... ; por ese .dolor secreto y difuso _l~lt~?o parece fr?tarla en _la chaqueta de que v!ve en todas las al!JlaS~ que adver-tiSa~sonc, c¡ue esta sentado JUnto i él; des- mos saemp~!! que preset1e1amos un ajeno dopues, apenas suro:en los Llancos residuos lor, c~m? SJtUl a voz hermana lo hiqese salir los s~c~de contra nn barrote del decorado; del nncon en Q!-1~ duerme y lo trajese á flor de nuestro espmtu ... ~or ulttmo, como si cs~o.s CJl sayo~ no le deJasen perfectamente satasfc<:~ho. dC'cidc ciC'~· NI. FE,RN,')!':U:?E.Z.-lo:LOREZ. ; r..