La rehabilitación cardiaca es un sistema terapéutico de carácter multifactorial, un conjunto de actividades necesarias para asegurar a los enfermos del corazón, una condición física, mental y social óptima, que les permita ocupar por sus propios medios un lugar tan normal como les sea posible en la sociedad. Estos programas incluyen pautas de control de factores de riesgo, actuaciones a nivel psicológico y diferentes sistemas de entrenamiento físico. Con todas estas medidas, se pretende conseguir un enlentecimieto de la progresión y, si es posible, la regresión de la aterosclerosis en el sistema cardiovascular, disminuir la incidencia de nuevos eventos cardíacos, hospitalizaciones y mortalidad, al tiempo que se mejora la reinserción sociolaboral. Beneficios: Facilitan el abandono del tabaquismo, con lo cual se consigue mejorar el pronóstico de los pacientes con angina y reducir el riesgo de recidivas. De igual modo, se facilita el control de la tensión arterial en hipertensos.(4) El entrenamiento físico produce efectos directos sobre la red vascular coronaria, el riego miocárdico y la reactividad vasomotora coronaria. Ha puesto de manifiesto crecimiento de capilares en el miocardio, dilatación o crecimiento de la red de colaterales y aumento del diámetro de las arterias epicárdicas. Esto conduce al aumento de la reserva coronaria y de la microcirculación. Mejora de la contractilidad miocárdica. El entrenamiento genera cambios en las proteínas contráctiles que contribuyen al aumento de la contractilidad miocárdica, favoreciendo la producción del isómero de la miosina con elevada concentración de ATP-asa, posiblemente mediada por la estimulación de los receptores alfa durante el ejercicio. Los sujetos sometidos a entrenamiento aeróbico experimentan clara mejoría de la función ventricular. Este hecho constituye un importante factor pronóstico. (1, 2) El entrenamiento mejora marcadamente la capacidad funcional, demostrada por el aumento del consumo máximo de oxígeno y la disminución de las demandas del miocardio para un mismo nivel de trabajo. Esta mejora de la capacidad funcional se traduce en mejora de la disnea. A este efecto contribuyen también la reducción del trabajo respiratorio y la mejora de la cinética diafragmática y de los componentes periféricos, que contribuyen a la mejora de la astenia. (2,3) Reducción de la mortalidad en personas con alto nivel de riesgo en prevención primaria (reducciones de mortalidad cardiovascular del 35% y de la total del 33% en personas activas comparadas con las sedentarias. (1, 2) El ejercicio proporciona importantes beneficios desde el punto de vista psicológico y ambiental, favoreciendo la reincorporación laboral. El acondicionamiento físico consigue disminuir la ansiedad y prevenir la depresión. La mejora de la condición física les permite contemplarse en un contexto de salud, más que como inválidos cardiópatas, con fortalecimiento de la sensación de bienestar, de autoestima y autoconfianza , mejora de las ganas de vivir y orientación positiva y constructiva para estimular la participación en nuevas actividades y eliminar los temores asociados con el esfuerzo físico. Desde el punto de vista económico, aumenta la productividad, reduce la incapacitación permanente, disminuye el número de consultas médicas y hospitalizaciones y reduce la necesidad de medicación para control de los síntomas. Mejoría de los síntomas al haber disminución de la demanda de O2. (3) Mejoría del sedentarismo: menor tasa de eventos coronarios, disminuye la progresión de la enfermedad coronaria, y mejora la sobrevida hasta en un 12% por cada MET. Mejoría de los niveles lipídicos. La actividad física moderada o intensa disminuye los niveles de triglicéridos y eleva los de colesterol HDL. Es importante la asociación con una dieta adecuada y un óptimo control farmacológico. (4) Disminuye el número de hospitalizaciones. Mejoría sobre la actividad sexual y otras actividades cotidianas asociadas a limitaciones desencadenadas por la enfermedad. Revertir o estabilizar los procesos de Aterosclerosis, con mejoría a su vez en los niveles de PA.(5) Mejora el control autonómico por el aumento del tono vagal y la reducción de la activación simpática. Al revertir la clase funcional en algunos pacientes, también se evitan transplantes miocárdicos. Así mismo, después del transplante cardíaco mejora la tolerancia al ejercicio, eleva el umbral aeróbico y mejora la respuesta ventilatoria. (4) Mejora la tolerancia al ejercicio , evaluada por la duración del ejercicio y por el pico V̇O2. Los cambios en el pico de VO2 oscilan entre el 12% y el 31 %. La mayor parte de la mejora se produce en la semana 3, pero puede continuar hasta 6 meses si se continúa con el programa de ejercicios, estos cambios son mayores en pacientes con cardiopatía no isquémica. Los incrementos en el pico VO 2 se han correlacionado con otras mejoras, como un aumento en las mitocondrias musculares y mejora la respuesta ventilatoria. (6) Bibliografìa 1. Braverman DL. Am J Phys Med Rehabil 2011; 90:599 - 611 2. Yancy, CW et al. 2013 ACCF/AHA Guideline for the Management of Heart Failure, Journal of the American College of Cardiology (2013), doi: 10.1016/j.jacc.2013.05.019. 3. Pielpoli M, Correa U, Benzer W. European Heart Journal. 2010; 31: 1967 - 1976. 4. Sanagua, J. Acosta, G. Rasmussen, R. Ejercicios y Rehabilitación Cardíaca.Cap 10. P. 222-226. 5. Pérez, L. et al. Rehabilitación Cardiovascular en pacientes con Insuficiencia Cardíaca Crónica de etiología Isquémica. Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas. vol.31 no.4 Ciudad de la Habana oct.-dic. 2012 6. Ileana et al. Exercise and Heart Failure.A Statement From the American Heart Association Committee on Exercise, Rehabilitation, and Prevention. Circulation. 2003; 107: 1210-1225