jaguei tishrei

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"Que al escuchar el sonido del este año, seamos inscriptos para un nuevo año pleno de
salud y de vida, de bienestar y de prosperidad, de paz interior y de concordia entre las
naciones, de mayor espiritualidad y compromiso con el judaísmo, de hijos identificados
con nuestras tradiciones, de redención y salvación".
Rabino Yerahmiel Barylka.
Porque estamos comprometidos con la educación y con el
judaísmo, nos parece importante, en este mes tan particular del
calendario hebreo, una vez más, estar cerca de ustedes.
Esperamos que este material nos sirva para reflexionar y crecer
juntos.
En este "menú" podrás encontrar:
1) JAGUEI TISHREI
2) ROSH HASHANÁ
3) IOM KIPUR
4) SUCOT - SHEMENEI ATZERET
5) SIMJAT TORA
¡¡Shaná Tova!! ( 5764)
1)
JAGUEI TISHREI
Elul es el último mes del año en el calendario judío. En él empezamos a sentir la
cercanía de todas las grandes fiestas que tienen lugar en el mes de Tishrei:
Rosh Hashaná, el Comienzo del Año, Iom Kipur el Día del Perdón, Sucot la Fiesta
de las Cabañas, Sheminí Atzéret y Simjat Torá , la fiesta en la cual finalizamos y
recomenzamos la lectura de toda la Torá.
Sin embargo, para el pueblo de Israel, Elul no es un mes particularmente especial por
ser el último del año, sino porque es el tiempo en el cual nos preparamos para recibir a
los Iamim Hanoraim - los días en los cuales somos juzgados por nuestro Creador; días
en los que D- s revisa todas las acciones que hicimos durante el año que finalizó y nos
juzga para el año entrante.
Nuestros Sabios nos enseñan que los cuarenta días que median entre Rosh Jodesh Elul
(el comienzo del mes) y el día de Iom Kipur, son días de complacencia, pues en ellos
D- s escucha los rezos de Su pueblo Israel.
Esto no significa que el resto del año D- s no acepte nuestro arrepentimiento. A pesar de
que durante todo el año D- s acepta el arrepentimiento sincero y verdadero de Sus hijos,
estos días son especiales y más propicios para lograr un acercamiento.
Esto lo aprendemos de la misma Torá. Moshé subió a la montaña para recibir
las tablas de piedra que contenían los Diez Mandamientos. Cuarenta
días más tarde el pueblo de Israel comenzó a preocuparse, pues ellos no
sabían qué había sucedido con Moshé Rabenu, que aún no había
descendido de la montaña. Es por eso que decidieron hacer un becerro
de oro para postrarse delante de él, y cuando Moshé bajo de la montaña
con las tablas de piedra y vio aquel siniestro espectáculo, decidió romper
las tablas como respuesta al pecado que había cometido el pueblo. El
pueblo de Israel corría un serio peligro: toda su continuidad dependía del
perdón Divino. Finalmente, el primer día del mes de Elul de ese año
(-1313 de la cuenta común; 2448 de la creación), Moshé Rabenu decidió
subir nuevamente a la montaña para pedir misericordia por el pueblo y
suplicarle a D- s el perdón para ellos. Esta vez, Moshé también
permaneció allí durante cuarenta días y finalmente logró cumplir con
éxito su objetivo: el pueblo de Israel había sido perdonado. El día diez de
Tishrei, Moshé descendió del Monte Sinaí con las segundas tablas de
piedra que contenían nuevamente los Diez Mandamientos, y le dijo al
pueblo de Israel que D- s los había perdonado.
Desde aquel año, los cuarenta días que comienzan en Rosh Jodesh Elul y finalizan el
diez de Tishrei, fueron consagrados para el arrepentimiento en cada generación, y
también el día diez de Tishrei fue consagrado como un día especial, en el cual D- s
perdona a su pueblo: el día de Iom Kipur.
Tishrei es un mes privilegiado del año hebreo. Repartido entre setiembre y octubre del
calendario común, sus primeros 23 días reúnen festividades judías en las que se cruzan
valores espirituales, conmemoraciones históricas y reminiscencias agrícolas.
Las festividades del mes de Tishrei marcan una singular parábola, un recorrido que va
de la introspección de Rosh Hashaná y la aflicción de Iom Kipur, al regocijo de Sucot
y la exaltación festiva de Simjat Torá.
La responsabilidad, la vitalidad, el estudio y la alegría son algunas de las marcas
distintivas del pueblo judío.
A partir de Rosh Hashaná hemos ingresado, según el calendario hebreo, en el mes de
Tishrei que se corresponde con el signo astrológico de Libra cuyo símbolo es la
Balanza, en hebreo Moznaym.
El signo del mes sugiere que durante esta época los actos y hechos de los hombres son
considerados y medidos por una balanza.
El nombre "Tishrei" contiene las mismas letras (en hebreo) que la palabra Bereshit
(comienzo), implicando que con él se inicia un nuevo año. El significado arameo de la
palabra Tishrei es expiación; el perdón de los hechos pasados de una persona le
permiten dar vuelta la hoja, pasar a un nuevo capítulo en su vida, y comenzar de nuevo.
Según el Sefer Yetzirá (el Libro de la Formación) cada uno de los meses del año fue
creado a partir de una de las letras simples del abecedario hebreo. Este dato proporciona
a los sabios una puerta de acceso al significado de cada mes.
Durante todo el año tenemos la posibilidad de trabajar las diferentes facetas que hacen a
nuestro crecimiento interior, espiritual. Pero aprendemos de nuestros sabios que existen
"tiempos" más propicios que otros. Para lograr sincronizar con la oportunidad, es
importante conocer cual es la particularidad de cada mes.
El mes de Tishrei/Libra, fue creado a partir de la letra hebrea Lamed, la misma que da
origen a la palabra "lev", corazón y es durante este mes precisamente que trabajamos los
sentimientos; si observamos la secuencia del año comenzando desde Pesaj en Nisan
(seis meses atrás), vemos entonces que Tishrei es el corazón del año. Durante este mes
tenemos la oportunidad especial de "corregir nuestros sentimientos". Durante el pasado
mes de Elul revisamos el curso de nuestras vidas, con el objetivo de corregir los
desvíos, y retomar al camino a lo esencial, una vuelta a la inocencia.
Tishrei es el mes de la unión entre D- s e Israel, y esta unión está especialmente
simbolizada a través de Iom Kipur.
Aseret Yemei Tshuvá (Diez días de Penitencia)
Los diez días que median entre Rosh Hashaná y Iom Kipur son conocidos como los diez
días de penitencia. Estos días, considerados por nuestros sabios como los más
favorables hacia D- s, transcurren en medio de plegarias, además de un honesto y
profundo examen de nosotros mismos, unidos en un esfuerzo por inscribir una nueva
página en el Libro de la Vida.
Yom Hadin (El Día del Juicio) comienza en Rosh Hashaná. Hay tres "evidencias" que
hay que presentar ante el Juzgado Divino, que son el arrepentimiento o la penitencia
(tshuvá), la plegaria (tefilá) y la justicia social (tzdaká).
Arrepentimiento - Tshuvá
Tshuvá, del hebreo Tshuv, significa "retorno". En la práctica tshuvá es evaluar la
dirección en que nuestras vidas están yendo, corregir nuestros errores y retornar al
sendero correcto. Este tipo de evaluación y mejoramiento personal realmente se lleva a
cabo continuamente a través de nuestras vidas, de lo contrario seguiríamos siempre
repitiendo los mismos errores.
Tshuvá es una etapa esencial en el proceso completo de aprendizaje. En algún momento
debemos detenernos en nuestra tarea cotidiana y mirar dónde vamos, evaluar nuestros
resultados, tomar decisiones nuevas que superen la situación y luego proceder a
seguirlas.
La época señalada en el calendario judío para la Tshuvá es en el mes de Elul, antes del
Año Nuevo y se prolonga hasta el mes de Tishrei, intensificándose durante estos días
(Atzeret Iemei Tshuvá).
El Shabat que cae durante estos días se denomina “ El Shabat del Arrepentimiento”
(Shabat Tshuvá), debido a que el párrafo profético (Haftará) que se lee durante la
mañana se inicia con la palabra ‘Tshuvá’ (literalmente retorno)- simbolizando el retorno
del Pueblo de Israel a D- s.
Desde comienzos de Elul el judío debe imbuirse de espíritu de arrepentimiento y de
crecimiento personal. El arrepentimiento ante los agravios leves de inmediato es
reparado, pero el arrepentimiento por sí solo no expía los pecados graves hasta el día de
Kipur.
Es la propia acción y la compunción verdadera personal, lo que permite lavar culpas y
enmendar las vidas.
Por esto es aconsejado y acostumbrado el que antes de Iom Kipur las personas se pidan
perdón entre sí, ya que Iom Kipur es distinguido por ser el momento propicio para la
confesión colectiva e individual.
El pedido de perdón debe ser dirigido al que recibió nuestras ofensas, ya que D- s puede
perdonar los pecados entre las personas, sólo si el perjudicado perdonó antes.
Las malas acciones tienen dos polaridades: la una referida de hombre a hombre; la otra,
de hombre a D- s. La una de la vida diaria, exterior, interhumana. La otra, del ámbito
del alma, de la conciencia. La primera es cosa de hombres y los hombres han de
resolverla;
"Las transgresiones que van del hombre al hombre,
no son expiadas por Iom Kipur, si antes
no son perdonadas por el prójimo".
De ahí que sea costumbre rogar previamente el perdón de nuestros semejantes; si ellos
no perdonan, D- s no podrá intervenir.
Para conseguir el real arrepentimiento es necesaria la profunda reflexión, el pensar
seriamente cerca de uno mismo y de sus relaciones.
Al igual que todas las acciones de nuestras vidas, el arrepentimiento debe ser verdadero
y honesto. El Talmud enseña que aquel que pide perdón pero tiene la intención de
incurrir en el mismo pecado, no es perdonado. El que comete malas acciones sin
inquietudes pues está consciente de que Iom Kipur perdona, no recibe el perdón.
Si realizamos una tshuvá sincera, si nos disculpamos ante la gente que
hemos engañado y perdonamos a los que nos han herido y trabajamos
hacia la reconciliación, podremos comenzar el año con un impulso
reanimado...
Tfilá (oración):
Durante estos días se inserta en la Shemoné Esré oraciones especiales tales como
Zojrenu L´Jaim y B´Sefer Jaim, por las cuales rogamos ser inscriptos en el Libro de la
Vida. De acuerdo a estas plegarias nos es representado D- s sentado, durante este
período, en el trono del juicio como Rey del Universo. Aquí sustituimos el término E- l
(D-s) por la palabra Melej (Rey), en ciertos pasajes de los Shemoné Esré.
Otra de las plegarias recitadas durante los Aseret Yemei Teshuvá es Avinu Malkeinu.
Esta oración Talmúdica incluye versos que fueron recitados primeramente por Rabí
Akiba, en los tiempos de sequía. Actualmente, sus primeras palabras, "Padre nuestro,
Rey nuestro", sirven de invocación para cada uno de los 44 versos de la oración actual.
La primera forma conocida de antes que fuera ampliada, contenía sólo 25 pasajes y se
halla en el Sidur de Rav Amram Gaón de la segunda mitad del siglo IX. Los versos
tratan particularmente de las aflicciones normales y de las necesidades humanas. Los
agregados reflejan períodos de persecución, martirio y peligro e invocan la asistencia
divina "por el bien de aquellos que padecieron el fuego y el agua por la santificación de
tu nombre", y similares.
Tzdaká:
TZDAKÁ viene de la palabra zedek, que significa justicia o virtud. Cumpliendo actos
de Tzdaká ayudamos a promover la justicia social y contribuimos a una forma de vivir
que creemos "correcta". La tzdaká es una obligación moral de socorrer las necesidades
de otros.
"De acuerdo a La Ley Oral de Israel, ningún hombre tiene derecho a más de un pedazo
de pan o madera mientras haya gente pobre a quienes les falte los requisitos mínimos
para vivir". (Salomón Schejter). Las riquezas naturales están para proveer las
necesidades vitales de todos, y nadie tiene derecho de apropiarse de grandes cantidades
de bienes mientras otros sean privados de ellas. Es una obligación moral repartir con los
necesitados. Este concepto puede ser extendido a las necesidades espirituales. Por
ejemplo, cuando la gente tiene problemas, pueden necesitar apoyo, cuando están tristes
necesitan alivio.
Cualquier actitud nuestra, más allá de deberes legales, llevada a cabo para ayudar a
cubrir las necesidades justificables de otros, es considerada como Tzdaká.
Consideramos diferentes grados dentro del concepto de Tzdaká:
*El primer grado: Cuando se ayuda constructivamente a una persona, consiguiéndole
trabajo o préstamo, o incluso se lo toma como socio en sus propias actividades.
*El segundo grado: Cuando no se sabe a quién se da, ni se sabe de quién se recibe.
*El tercer grado: Cuando se sabe a quién da, pero no de quién se recibe.
*El cuarto grado: Cuando se sabe de quién se recibió, pero el que no da no sabe a quién
le dio.
*El quinto grado: Cuando se da antes de que se lo pida.
*El sexto grado: Cuando se da después de que se solicita.
*El séptimo grado: Cuando se da al prójimo una donación insuficiente.
*El octavo grado: Cuando uno da al otro sin voluntad y con desagrado.
2)
ROSH HASHANÁ
La festividad de Rosh Hashaná tiene lugar al principio del mes hebreo de Tishrei y
celebra el comienzo de un nuevo Año Judío.
Es una festividad de origen bíblico, específicamente de la Torá, aparece en Levítico
23:24. "El séptimo mes, el primero del mes, tendréis reposo, una conmemoración de
teruá y una santa convocación".
Rosh Hashana (‘cabeza del año’), uno de los días más solemnes del año, se llama
también:
×
Yom Teruah- El Día de las Trompetas. En ese día se hace sonar el
shofar, y su sonido le pide al hombre que despierte de su letargo, cambie su vida,
mejore su conducta y abandone el mal camino.
×
Yom Hazikaron- El Día del Recordatorio; en él recordamos no
solamente sucesos de un oscuro pasado sino también incidentes en el camino recorrido.
Es un día en que se nos ordena recordar con gratitud las muchas veces que hemos sido
liberados de desgracias por la mano del todopoderoso.
×
Yom Hadin- El Día del Juicio, es una ocasión dedicada al auto- examen
y constituye un verdadero día de juicio y del recuerdo.
Mientras que la Biblia declara a Nisan como el primer mes del año, Tishrei es
considerado como el inicio del año civil, por eso fue el mes de la Creación y fue en este
mes que el año jubilar empezó, liberando a los esclavos y devolviendo las propiedades a
sus propietarios. A diferencia de otras festividades se celebra durante dos días, aún en
Israel.
Rosh Hashaná inaugura la temporada de los Iamim Noraim, que termina con Iom
Kipur. Es una ocasión para el auto examen, un Iom Hadin (día del juicio) tanto en el
sentido Divino como en el de juzgar nosotros mismos nuestras acciones. Es también un
día de recordación del camino recorrido durante el año.
Usos y costumbres relacionadas con Rosh Hashaná.
La única mitzvá que debe cumplirse en este jag es la de escuchar el sonido del shofar.
Hay ciertos usos y costumbres que valen la pena mencionar:
En lo que a alimentos se refiere:
a) Jalá Agulá (redonda): el pan debe ser redondo, por analogía con el año, círculo sin
principio ni fin.
b) Comer un trozo de manzana remojada en miel (Tapuaj B´dvash), al comenzar la
comida, lo que simboliza un año dulce y placentero. Previo a comerla y junto con
invocar la brajá "pri ha-etz", se expresa el deseo de que D-s nos depare un dulce y
placentero año.
c) El pescado se encuentra entre los platillos preferidos y es costumbre servir la cabeza
del pescado al dueño de casa, esto es en recuerdo de la promesa bíblica contenida
en Deuteronomio 28:13 que dice: "Y te pondrá D-s por cabeza y no por cola, cuando
obedecierais a los mandamientos del Eterno, Tu Dios".
d) También se acostumbra a comer en la noche de Rosh Hashaná: dátiles, granadas,
calabazas, garbanzos, zanahoria y puerros. Se acostumbra a repartir trozos de estas
frutas para que el simbolismo favorable de sus nombres se cumpla. Del mismo
modo se reparten las granadas invocando como las que sea Voluntad Divina que
nuestras acciones favorables se multipliquen semillas de esa fruta.
e) No se debe comer nueces en Rosh Hashaná porque la suma numérica de su nombre
(egoz) coincide con la suma de la palabra "pecado".
Otras costumbres:
a) Tashlij. Al atardecer del primer día de Rosh Hashana, muchos son los judíos que
acuden a orillas de un río y recitan versículos de los profetas y otras fuentes. Esta
ceremonia simboliza la expulsión de los pecados al agua. Demuestra el deseo de
cambio y olvido del pasado.
b) Encendido de luminarias. En esta festividad hay que encender velas. Se pronuncia
la bendición de lehadlik ner shel yom tov y el shehejeyanu.
c) Hatarat nedarim: Anulación de las promesas o juramento que un hombre ha
realizado durante el año. Esta ceremonia que se realiza ante tres personas que atienden
la declaración del interesado y, conforme a su deseo, determinan la anulación de sus
promesas.
d) Parte de los preparativos son también: cortar el cabello, tomar un baño y lucir
prendas elegantes, sobrias y limpias.
e) Con las tarjetas de Año Nuevo (Cartisei Brajá), se expresan los mejores deseos para
el año entrante y se envían a familiares y amigos. Las personas suelen desearse, la
víspera de Rosh Hashaná, “Leshana Tovah Tikatev Vetihatem” (Que seas inscrito en
libros de vida larga).
En Rosh Hashaná, los judíos generalmente se privan de sus ocupaciones y actividades
diarias y en lugar participan en actividades comunitarias de culto.
Los judíos sefaradíes tienen un Seder completo de Rosh Hashaná recordando el de Pesaj
y el de Tu Beshvat.
Tzom Guedalia (El ayuno de Guedalia)
El tercer día de Tishrei (al día siguiente de Rosh Hashaná) es Tzom Guedalia (el ayuno
de Guedalia), que conmemora la muerte de Rabbí Guedalia ben Ajikam, que guió
después de la destrucción del Templo al resto del Pueblo judío en Eretz Israel hasta las
manos de Ishmael ben Netaniahu. Su muerte marca el fin del asentamiento judío en
Israel.
Oraciones:
El servicio de oraciones se refiere primeramente a la vida y el bienestar de los
individuos y a la paz para la humanidad.
-
Unetane Tokef (Celebraremos la Santidad de este Día Supremo) es una de las
oraciones más importantes. Trata de los temas de este Día de rezos anunciando que
la caridad evita los malos decretos.
-
Malhuiot, Zihronot y Shofarot son rezos que implican la aceptación de la
Supremacía de D- s: (Malhuiot) un ruego a la Divina Providencia recordándole
(Zihronot) los méritos de nuestros antecesores, y la esperanza que la vida larga y la
paz desciendan sobre todo el mundo tal como lo proclama el Shofar.
Shofar:
Es un primitivo cuerno de cabra. Es uno de los primeros instrumentos musicales de la
humanidad.
Hasta hoy en día se mantiene su antigua forma y uso de las notas tradicionales.
×
Tekiah – Un largo y profundo toque que termina repentinamente
×
Shevarim – Tres breves toques
×
Teruah- nueve breves toques
×
Tekiah Guedola – El ultimo toque, una ‘Tekiah’ prolongada
El toque del Shofar que llama a los congregantes a que se arrepientan de sus malos actos
tiene lugar antes de la recitación del Servicio del Mussaf, excepto si Rosh Hashaná
coincide con Shabat. El Shofar suena unas cien veces, en intervalos específicos durante
el servicio, delante de una congregación en silencio absoluto.
En la antigüedad fue utilizado el Shofar en los siguientes acontecimientos históricos:
- Sonó desde la nube sobre el Sinai cuando Moisés recibió las Tablas de la Ley.
- Las murallas de Jericó cayeron con su sonido.
- El día que Ehud mató a miles en Moaz.
- Cuando se coronaba a un rey se hacía oír el sonido del Shofar.
En las épocas post- bíblicas el sonido del Shofar fue escuchado:
-
El primer día de Tishrei y en todas otras solemnes ocasiones.
-
En caso de alarma, incendio o inundación.
-
Y quizás figuró mágicamente en la ceremonia de hacer llover.
Su sonido convoca a la reflexión y a la acción, a vincularse como pueblo, como nación
y como estado. Este sonido remueve de las entrañas la modorra, y provoca un estado de
alerta que induce a la reflexión seria.
En la Era del Mashíaj, los muertos resucitarán cuando sea tocado el gran Shofar.
Cartisei brajá:
En el siglo XIV Rabi Jacob Haleví ben Moshé Moellín (1360-1427), propuso que se
añadiera en toda carta enviada durante el mes de Elul la inscripción "Leshaná Tová
Tikatevu". Esta costumbre se perpetuó durante cientos de años hasta hoy en día. Pero
recién a partir del siglo XIX se instituyó la costumbre de enviar tarjetas de felicitación
para el año nuevo o Kartisei brajá.
Las primeras tarjetas postales se produjeron en Viena el 1ero. de octubre de 1869 pero
no se hicieron realmente populares hasta que aparecieron en Alemania hacia 1889 las
primeras postales con ilustraciones. Las ilustraciones de los kartisim, utilizan técnicas
fotográficas y artísticas reflejando el contexto sociocultural y el acontecer de cada
época. Por ejemplo: paisajes de Israel, lugares sagrados y escenas del retorno a la
Tierra; imágenes de dirigentes sionistas como T. Herzl, D. Wolfson, etc.; imágenes de la
vida en el kibutz y del ejército de Defensa de Israel.
Entre los años 1898 y 1918 el enviar kartisei brajá causó furor en toda Europa. Su uso
se generalizó como medio de comunicación en las familias divididas entre los que
quedaban en Europa y los nuevos inmigrantes que vivían pendientes de lo que ocurría
"en el otro lado".
Estos kartisim también se coleccionaron transformándose así en un testimonio histórico.
A principios del siglo XX muchas imprentas judías en Varsovia tales como Yehudia,
Sinaí, Lebanón, etc., competían en la producción de kartisim ampliando la colección de
las mismas y mejorando estilos y contenidos.
Algunos editores mantenían en su estilo la temática judía, y otros representaban motivos
o inventos novedosos y de época como el aeroplano o el zepelín. Pero todos coincidían
en que los kartisim debían ser accesibles a todos.
Los kartisim fueron fuente de educación y entretenimiento y persiguieron fines
propagandísticos en una época en que los periódicos ilustrados estaban aún en estado
embrionario y los libros con fotos no eran fáciles de conseguir.
La editorial Yehudia, en Varsovia, fue una de las más famosas. Un álbum, con 249
kartisim firmados por el artista Jaim Goldberg de esta imprenta, se encontró en las
ruinas del Gheto de Varsovia. Este álbum se conserva aún en la Biblioteca Nacional de
Varsovia.
La temática de los kartisim de principios del siglo XX estaba compuesta por elementos
de la tradición judía (escenas del ciclo de vida judía) y por los nuevos ideales sionistas.
Las dos emigraciones, a EEUU y a Israel, se veían reflejados en los nuevos kartisim,
algunos con humor y otros con romanticismo. Algunos incluían fotos de familia y/o
poemas en idish de felicitación. En ciertos lugares, los kartisim quedaron como la única
documentación artística que se rescató después de la Segunda Guerra Mundial.
Tanto los judíos pertenecientes a círculos religiosos como judíos tradicionalistas
disfrutan del envío y recepción de kartisim, haciéndose habitual expresar deseos de
alegría, confraternidad y anhelos de paz. Los kartisim establecen un puente entre pasado
y presente de un legado cultural.
3)
IOM KIPUR
La celebración de Iom Kipur acontece diez días después de Rosh Hashaná.
Llamado el Sábado de los Sábados, completa los cuarenta días dedicados al examen de
conciencia y al balance del alma.
Su origen se remonta a los tiempos bíblicos, en los días en que existía el Templo en
Jerusalem. Su origen está en la Torá: Levítico XXIII 26-27-28 (VAIKRÁ) "Ciertamente
el día décimo de este séptimo mes (Tishrei) será el día de las expiaciones, convocación
santa os será y afligiréis vuestras almas y presentareis ofrenda a D- s. Y no habréis de
hacer ninguna clase de obra en este mismo día especial, porque es día de expiaciones
por vosotros delante del señor, vuestro D- s". Antes de estas palabras en Levítico XVI
30 de (VAIKRÁ) ya habla la Torá del concepto de purificación en Iom Kipur: "Porque
en este día haréis para ser purificados y de todos vuestro pecados quedaréis puros
delante de D- s."
Iom Kipur es un día de perdón y expiación de los pecados entre el ser humano y D- s y
entre el ser humano y el prójimo. En Rosh Hashaná los seres humanos son juzgados por
sus actos, pero el veredicto del juicio es fijado en Iom Kipur.
La conducta pasada del hombre se pesa sobre una balanza y D- s registra y sella su
destino en el "Libro de la Vida".
Es frecuente notar que la gente considera a Iom Kipur como un momento triste. Esta
imagen es errónea y debe ser modificada. Al comienzo de Iom Kipur recitamos la
bendición: "Shehejeianu", agradeciendo el hecho de haber podido llegar en vida a este
momento decisivo.
Costumbres
Iom Kipur, como toda festividad judía, comienza en la víspera. Este día se debe guardar
ayuno completo. No se come ni se bebe nada y está prohibido bañarse, untarse aceites y
perfumes, tener contacto sexual y trabajar. Es un día de plegarias, arrepentimiento y
penitencia. Según la tradición, se logra el perdón a través de la plegaria verdadera y
auténtica, el arrepentimiento y la tzdaká. Las plegarias que se encuentran en el Majzor
(libro especial para Iamim Noraim, Rosh Hashaná y Iom Kipur) tratan de penitencia y
arrepentimiento. En el hogar se encienden las velas festivas y también una vela de
recordación a los difuntos, llamada NER NESHAMA. El padre bendice a los hijos y se
parte rumbo al templo.
Una acción fundamental de la víspera es la de pedir perdón a aquellos a los que se le ha
hecho algún daño. Esta mitzvá refleja el interés de la religión judía no sólo por la
relación del hombre con D- s sino con los otros hombres.
¿Por qué nos vestimos de blanco?
En la tradición judía los atuendos blancos son símbolo de pureza y humildad. Cuando el
Cohen Hagadol- Sumo Sacerdote- entraba al Santo de los Santos en los días
reverenciales, en lugar de usar sus vestimentas típicas doradas, con campanitas, vestía
simplemente atuendos de lino blanco.
¿Por qué no usamos zapatos de cuero?
El uso de calzado de cuero era un lujo en los tiempos antiguos y por eso se hizo
costumbre calzar zapatos de lona o goma, simbolizando el día de aflicción.
¿Por qué ayunamos?
El comer y el beber y demás placeres corporales nos incitan a continuar en la
persecución de lo material y evitan que el alma procure la verdad y no es digno
presentarse al juicio delante de D-s comido y bebido. Es por eso que el hombre debe en
este día fortificar la fuerza de su alma para que ella sea digna de recibir la expiación de
D- s.
Oraciones
Antes del anochecer, en la sinagoga, se dice el Kol Nidré: declaración solemne de
anulación de las promesas incumplidas e imposibles de cumplir. Esta es la primer
plegaria con la que se inicia Iom Kipur. Se abre el arca, se sacan todos los rollos de
Torá, que serán portados por notables de la congregación y de pie se reza con antigua
melodía esta plegaria, cuyo origen se remonta a los primeros siglos de la Edad Media.
Kol Nidré se dice tres veces. Está escrita en arameo y su significado es que todos los
votos y las promesas que el judío ha hecho durante el año y no los ha podido cumplir,
solicita a D- s que le sean perdonados.
Por supuesto, de esto se excluyen las obligaciones económicas asumidas, que nada
tienen que ver con este pedido de perdón. El contenido de las plegarias, muchas de ellas
escritas por orden alfabético como Ashamnu, tiene como eje el reconocimiento de los
errores cometidos los pecados y las transgresiones y el pedido a D- s clemente y piadoso
que las perdone.
En Iom Kipur hay un servicio especial de recordación (IZKOR), donde se recuerda a
los familiares fallecidos, a las personas que dieron su vida por el pueblo judío y su fe y a
los muertos en atentados u otros actos criminales. A partir de 1973 incluye a los caídos
en la guerra de Iom Kipur en Israel, cuando el Estado judío fue atacado en el día más
sagrado del año.
El último servicio, Nehilá, es el cierre del Juicio Divino simbolizado por el cierre de las
puertas del Arca. Las puertas habían sido abiertas en Rosh Hashaná para exponer los
"errores" personales. En el momento en que se cierran el judío debe haber recibido el
perdón, las puertas no volverán a abrirse hasta el año próximo.
Este día solemne culmina en el templo después de la Nehilá, cuando se dice siete veces
"Adonai Hu Haeloim" (Adonai es el D- s) y se toca el Shofar (un solo y largo sonido
llamado TEKIÁ GUEDOLÁ).
Se estila también en los Iamim Noraim visitar las tumbas de familiares y de hombres
piadosos,
para
que
esto
ablande
nuestro
corazón
para
hacer
TESHUVÁ
(arrepentimiento).
Se concluye el ayuno con una comida que celebra con alegría el haber sido perdonados.
En Iom Kipur terminan los diez días de penitencia y arrepentimiento. En la dimensión
divina, alcanzará con el pedido de perdón a D- s, pero en la dimensión humana
esto no alcanza, hay que pedir perdón a las personas que hemos ofendido o
despreciado. Nuestros semejantes deben escuchar el perdón de nosotros, sincera y
verdaderamente. Hay que lograr el perdón de aquel que hemos ofendido; sólo de
esa manera seremos perdonados por D- s.
La atmósfera y la liturgia de Iom Kipur están caracterizadas por la solemnidad. Los
rezos culminan después de la caída de la noche con la proclamación de fe judía con el
sonido de una Tekiá prolongada en el shofar y con el saludo de "¡El año próximo en la
Jerusalem Reconstruida!"
Se culmina el día con regocijo, ya que el judío puede confiar en que ha obtenido el
perdón. El saludo tradicional es "guemar tov" (un buen fin), y tras finalizar el servicio
religioso en la sinagoga, cada judío debería dirigirse a su hogar para romper su ayuno y
para iniciar la construcción de la sucá, pasando de una mitzvá a otra
ininterrumpidamente.
¿No es contradictorio que la Torá diga que en Iom Hakipurim se expían todos
nuestros pecados, y que luego prescriba que hay que hacer todos los años Iom
Kipur?
Lo que la Torá quiere enseñarnos es que estamos en constante cambio, no existe la
quietud en lo que a humanidad se refiere. O progresamos (y somos moralmente,
culturalmente, socialmente, etc.), o regresamos a etapas más primitivas o menos
evolucionadas.
Cada año tenemos la oportunidad de enfrentarnos a nosotros mismos y de compararnos
con lo que son nuestros ideales y poder concluir: avancé o retrocedí.
La Torá nos brinda el regalo de que cada año podemos girar para ver a nuestras espaldas
y luego continuar avanzando.
4)
SUCOT
SUCOT es el nombre clásico de esta festividad. Pero además del sentido histórico, la
festividad de SUCOT tiene un estrecho vínculo con el ciclo anual agrícola, que se
manifiesta en otro de los nombres de la fiesta: JAG HAASIF - FIESTA DE LA
RECOLECCIÓN DE LOS FRUTOS, que se celebra en el cambio de año agrícola,
cuando la época de la cosecha llega a su fin.
Muchos son los motivos de alegría que rodean esta festividad, de ahí otro de los
nombres que recibe en nuestras fuentes, IMAN SIMJATEINU - TIEMPO DE
REGOCIJO; es la única fiesta donde está escrito que el judío debe alegrarse. Una
especial atmósfera de fiesta prevalece durante toda la semana de la festividad, en la cual
el habitar en una Sucá es el principal mandato.
En las fuentes más antiguas el acento está puesto en la base agrícola y otoñal de la
fiesta: Exodo 23 "la fiesta de la recolección, al término del año, al recoger del campo el
fruto de tu trabajo".
En el Levítico, aparte de los motivos agrícolas, se agregan los motivos históricoteológicos que se refieren a la salida de Egipto.
En la época del segundo templo se destaca la imagen de la fiesta como la alegría
popular en el templo y en las afueras de Jerusalem, en procesiones festivas y un ritual
fastuoso.
En la época del largo exilio, desde la destrucción del segundo Templo y hasta la
declaración del Estado, se dieron muchos cambios en el carácter de la fiesta. Ya no se
trataba del pueblo asentado en su tierra, que bendice su cosecha y ora a la lluvia para
que sea pródigo con él también en el año próximo. El tipo de ocupación en el exilio
cambió enormemente y por lo tanto, los rezos a la lluvia se convirtieron en un
ceremonial divorciado de la vida cotidiana. No es de asombrarse entonces, que el
componente agrícola- natural se debilitara tanto y que el componente nacional- religioso
se fortaleciera.
La Sucá en esa época representaba el estado temporario del pueblo en el exilio. Su casa
es una casa temporaria, que no es especialmente fuerte que se cambiará llegado el
momento por otra más firme en Israel. Ante los sufrimientos del exilio también aumentó
en el pueblo el aspecto mesiánico- nacional de la sucá, como símbolo del reinado de
Israel, un anhelo añorante del pueblo a lo largo de las generaciones.
Hoy el Pueblo judío de Israel vuelve a trabajar la tierra y a gozar de su fertilidad. La
fiesta otoñal de la cosecha, es la fiesta del agricultor satisfecho de la misma que aún
ahora, a pesar de los adelantos científicos, ansía las lluvias. Es la fiesta del pueblo que
logró retornar a la tierra, gracias al poder de la profecía sionista y al quehacer humano.
Recordamos las endebles cabañas que les tocó vivir a nuestros antepasados exiliados de
Sión y sabemos que el asentamiento en el Hogar Nacional fuerte y sólido no está
asegurado. Hay que proteger la casa y luchar por ella.
En la fiesta de Sucot moderna están presentes los tres tiempos: el pasado histórico
del Pueblo, el presente agrícola y nacional y la aspiración de realizar nuestros
valores en el futuro.
El séptimo día de SUCOT recibe el nombre de HOSHANÁ RABÁ que significa la
"gran salvación". Esta señalado en la tradición judía como el día en el que queda
definido el veredicto de cada persona sometida a juicio en Iom Kipur. En los círculos
jasídicos esto motivo la tradición de realizar un TIKUN LEIL HOSHANA RABÁ,
dedicar la 7ª- noche de SUCOT al estudio de la TORÁ. El 8º.día de Sucot recibe el
nombre de SHMINI ATZERET, un día agregado a la fiesta, ATZERET=ASAMBLEA
en recordación a las peregrinaciones a Jerusalem, donde se reunía el pueblo.
En Israel, este día también se festeja SIMJAT TORÁ.
¿Qué festejamos?
El motivo central de la festividad lo constituye la SUCÁ= CABAÑA construcción
precaria, que recuerda a las CABAÑAS en las que vivían los hijos de Israel, durante su
larga peregrinación de 40 AÑOS en el desierto, al salir de Egipto, cuando se dirigían a
la tierra prometida.
Una razón por la cual celebramos Sucot es para recordar que salimos de Mitzraim
(Egipto) y nos establecimos en el desierto, en cabañas temporarias. Esto sucedió en
Nisán, el mes de Pesaj.
¿Por qué se celebra justo en esta época del mes de Tishrei y por qué no en Nisán?
Nisán es el mes de comienzo del verano y todas las personas acostumbran a construir
cabañas para tener sombra, en cambio en el mes de Tishrei empieza la época de lluvias,
y la mayoría de las personas se establecen en sus casas. Por eso justo en esta época
festeja Israel la festividad de Sucot y se traslada de su vivienda a la Sucá para demostrar
que lo hace por un precepto de D- s y no por provecho propio.
El carácter agrícola de esta fiesta encontró expresión simbólica en la bendición conjunta
de cuatro plantas llamativamente diferentes. Una de las lecturas de esa festiva reunión
de los distintos frutos (lulav, etrog, hadás y aravá), alude al esencial pluralismo del
pueblo judío y llama a aceptar y bendecir la diversidad; lo otro del otro y lo otro de uno
mismo.
Según una antiquísima exégesis “las cuatro especies” constituyen una alegoría respecto
al pueblo hebreo, que representan cuatro tipos de judíos:
Etrog: Tiene un aroma dulce y sabe bien. Representa al judío que es un Talmid Jajam,
(erudito de la Torá) y el Tzadik (justo) que cumple buenas acciones.
Lulav: Es una rama de palmera. Un dátil tiene sabor delicioso pero no tiene un aroma
especial. Existen también algunos judíos que estudian la Torá pero que no cumplen
buenas acciones.
Hadás: Los adasim huelen maravillosamente pero no saben bien; esto es análogo a los
judíos que son Tzadikim (hombres justos) pero no son sabios de la Torá.
Aravá: ni sabe ni huele bien; esto es semejante a un judío que ni estudia ni observa la
Torá.
En estas “cuatro especies” simbólicas, lo que más importa no es la individualidad de
cada una de ellas, sino su unión y comunión total, las unas con las otras. Esta es la
perfecta comunidad.
También se interpreta que la costumbre de sacudir el ramillete de esas especies,
recuerda el balancearse de los cuerpos al ritmo de la plegaria o el estudio, adelante y
atrás, leyendo y repitiendo los textos una y otra vez.
Cada ritual y cada costumbre de las festividades judías fue creciendo y enriqueciéndose
a lo largo de los siglos y a lo ancho de las geografías con los aportes de los folclores y
las interpretaciones de cada comunidad.
Simbolismo de la sucá:
La construcción comienza normalmente cuando finaliza Iom Kipur, de manera que los
judíos puedan pasar de un precepto a otro o de una “fortaleza a otra”.
Apropiada - quizás como ningún otro emblema- resulta la Sucá como símbolo de la
existencia del Pueblo judío: frágil edificio expuesto a todos los embates de la intemperie
y fuerte, sin embargo, persistente como si sus muros fuesen de piedra; con un tejado por
el cual se cuelan la lluvia y el viento, pero por el que asoma también la luz del cielo. La
Sucá no ha de ser ni muy alta ni demasiado iluminada: modesta, como las exigencias
que debemos tener en la vida. Pequeña, más bien estrecha, obliga a sus ocupantes a
acercarse, a estar unidos; su atmósfera es cálida y cordial, simbolizando la fraternidad
que debe reinar entre los seres humanos.
La Sucá es también un símbolo de la existencia en el seno de la naturaleza, de la
inocencia, de la armonía humana, de la igualdad social. Algunos ven en esta “vivienda
precaria” el símbolo de la vida judía en la diáspora. En la diáspora nadie puede
establecer “su casa” definitiva.
La Sucá, frágil vivienda temporaria, nos remite a reflexiones profundas: ver la
precariedad de la propia existencia humana.
SUCOT es también una fiesta de igualdad. Tanto el rico como el pobre deben
trasladarse en esta fiesta a una cabaña. El rico deja sus aposentos y comodidades de todo
el año y por una semana vive lo que el humilde vive durante todo el año. Todos se
sienten más solidarios en estas fiestas, todos tienen un techo amplio y pueden ver el
mismo cielo. Esta idea debería ampliarse y convertirse en la aspiración de que
desaparezcan las diferencias también en los días hábiles y no sólo en los festivos.
El simbolismo de la sucá y el simbolismo de “las cuatro especies” se corroboran
recíprocamente, puesto que emergen del mismo plano ideal: la comunidad humana, la
justicia y la igualdad.
Costumbres y tradiciones:
1) Se comienza a construir la Sucá en seguida después de Iom Kipur. Debe tener por lo
menos tres paredes. Se cubre con sjaj (techo que debe ser construido de plantas que
crecen de la tierra); se debe cubrir de tal manera que haya más sombra que sol, pero
que a su vez permita ver las estrellas.
2) La obligación primordial de comer en la Sucá es la primera noche, y si llueve, debe
esperar una o dos horas para intentar cumplir con el precepto.
3) Las mujeres, las personas que se hayan en el transcurso de un viaje, o los enfermos,
no están obligados a comer en la sucá y cumplir con tal precepto.
4) Se toman cuatro especies de Sucot: Etrog, Lulav, Hadás y Aravá, sobre los que se
pronuncia una bendición en la sinagoga. Se acostumbra realizar una vuelta a la bimá
del Beit Kneset con el Lulav.
5) El séptimo día de Sucot, se llama Hoshaná Rabá. En ese día se hacen plegarias
especiales, pues se considera que en él sale el fallo Divino, pronunciado en Iom
Kipur. En ese día se hacen siete vueltas con el Lulav, en recordación de las vueltas a
la ciudad de Jericó, y se usan hojas de sauce como "hoshanot", que se golpean en el
suelo, recordando que así como las hojas pueden volver a crecer, el hombre puede
salvarse.
6) El octavo día es Shmini Atzeret, una fiesta propia, en la cual no es obligación estar
en la sucá, ni se usan el Lulav y el Etrog. En Israel, se hace en ese día la celebración
de la Torá.
7) Simjat Torá es la fiesta dedicada a la conclusión anual de la lectura de la Torá, y su
reinicio en las sinagogas. Es una festividad mencionada en el Zohar, y en ella lo que
reina es la alegría, haciéndose "hakafot" igual que con el Lulav, bailándose luego en
conjunto. Es una fiesta en la que se da gran participación a los niños.
Los judíos sefaradíes tienen una única costumbre para los Ushpizín. Preparan una silla
especial en la Sucá y ponen sobre ella una hermosa tela. Sobre la silla colocan libros
sagrados, todo en honor al invitado especial de ese día.
En Sucot se lee el libro "KOHELET" ECLESIASTES, cuya autoría la tradición la
atribuye al Rey Salomón. Este es un libro de reflexiones profundas sobre la vida, la
muerte y otros temas filosóficos que hacen a la existencia humana y a las grandes
preguntas.
Cuando salimos de nuestras casas y entramos en la Sucá, recibimos la presencia de
HaShem y de siete leales "pastores": Abraham, Itzjak, Iaakov, Iosef, Moshé, Aharón y
David. Cada día, uno diferente se encuentra a la cabeza y el resto del grupo lo
acompaña. Para poder merecer los siete huéspedes, es preciso invitar a la mesa a gente
necesitada.
SUCOT, es la tercera fiesta de peregrinaje a Jerusalem, junto con Pesaj y Shavuot.
Como vimos, tiene una importante connotación agrícola pero es también una festividad
histórica. Es la dramatización de un momento de la marcha del pueblo judío hacia la
libertad.
Para el judío la historia no es mero pasado, es continuidad, memoria viva, aprendizaje,
experiencia.
El hecho de pasar a morar en una Sucá durante una semana nos permite la oportunidad
de "cortar" la rutina de nuestras existencias; hacer un pequeño recreo a lo que es
cotidiano. Quizás evaluemos de un modo apropiado lo que es normal en nuestra vida, y
que precisamente por su normalidad, no sabemos (o podemos) valorarlo.
Quizás nos brinda la ocasión para que apreciemos lo afortunados que somos por lo poco
o mucho que nos toca disfrutar.
Sucot nos avisa: "recuerda que la vida es efímera, y que lo que consideras imperecedero
puede acabar...aprovecha el ahora para disfrutar y crecer".
Sucot además nos permite recordar que no somos lo que poseemos, ni los títulos, ni la
fama...sino que vamos haciéndonos, más allá de lo que materialmente y
circunstancialmente nos rodea.
Podemos aprovechar la Sucá como un lugar para visitar durante una semana, o una
puerta para llegar a conocernos un poco más a nosotros mismos.
SHEMENÍ ATZERET
El octavo día de Sucot es la corona que se suma a los siete días anteriores. Nunca se
logró esclarecer si constituye en realidad una festividad independiente o es parte de la
culminación de Sucot. Sin embargo, más allá de este día no tiene una idiosincrasia
específica, sí tienen algo que lo caracteriza de los demás: la lectura de la plegaria de las
lluvias en la sinagoga. Actualmente dicha oración vuelve a tener el sentido tradicional
en Israel, debido la trascendencia que tiene el agua en las fechas agrícolas.
En tierra de Israel Sheminí Atzeret y Simajat Torá son festejadas el mismo día; en la
diáspora, al concluir Sucot se festeja Shemini Atzeret y al día siguiente Simjat Torá.
Sucot posee tres mitzvot características singulares, de las cuales sólo comparte una con
Sheminí Atzeret, que son:
1) Morar en sucá.
2) Arbaat HaMinim
3) Vesamajta bejagueja (la obligación de estar felices)
Es la última de las mencionadas también mitzvá para Sheminí Atzeret.
En esta festividad se realiza la plegaria por la lluvia (para Eretz Israel). A partir de ese
día y hasta Pesaj, en la Amidá se intercala: "Mashiv haruaj unorid hagueshem"- "El que
hace que el viento sople y la lluvia caiga", expresión del deseo de que el año sea
bendecido, para que posea la irrigación suficiente como para preservar al pueblo de
hambre, pestes, dolores, etc.
Para pensar...
"Entonces vendrán el leví que no tiene parte ni heredad contigo, el huérfano y la viuda
que haya en tus ciudades. Ellos comerán y se saciarán, para que Hashem tu Elokim te
bendiga en toda obra que hagas con tus manos." (Devarim/ Deuteronimo 14:29)
La Torá nos regala con esta sección una formula que muchos han estado buscando
durante milenios: la forma de enriquecerse. Y el método es sencillo; ser generoso.
Al contrario de la idea popularmente aceptada, no es la persona avara la que cosecha
dinero; ni el que es duro para compartir el que se beneficia, sino el que brinda y se
brinda a los que tienen menos, o el que colabora sin esperar retribución a cambio, ese
es el verdaderamente bendecido con fortuna. Cuanto más consagramos a otros, tanto
más recibiremos.
Quizás el tesoro a percibir no sea material, sino en la forma de una renovada percepción
de lo que es realmente valioso...Quizás podamos comprender un poco más la razón por
la cual la fecha más dichosa (según la Torá: Sucot), posee un día "octavo" (Shemení
Atzeret) para detenernos a gozarlo...porque así aprendemos a que está justamente en el
"dar" el más precioso "recibir"...tal Sucot nos enseña y Sheminí Atzeret recalca, al
abstenernos un día más de enfrascarnos en nuestra rutina, para dedicarnos a crecer como
personas.
5)
SIMJAT TORA
La fiesta de Sucot llega a su culminación en el noveno día, llamado Simjat Torá. Esta
festividad es la alegría no por un acontecimiento histórico pasado, sino por un hecho
estrictamente presente: en este día se concluye la lectura de la Torá en la sinagoga. En
esta fiesta se leen los últimos capítulos del Pentateuco y de inmediato se leen los
primeros capítulos del mismo, para demostrar simbólicamente que esta lectura no tiene
fin. Si en Shavuot se conmemora el culminante momento de la entrega de la Ley divina,
en Simjat Torá el regocijo deriva de la recepción de la misma Ley en la existencia real.
Las festividades del mes de Tishrei (los Días Solemnes y Sucot), concluyen con esta
gran fiesta característica de la cultura judía, SIMJAT TORA, que el pueblo judío
estableció justamente en la diáspora, en los duros años del exilio forzoso.
El hecho de culminar y reiniciar la lectura de la Torá, se celebra con ceremonias llenas
de colorido y alegría, demostrativas del goce íntimo que la lectura de la Torá
proporciona al judío. Los rollos son extraídos del Arca Sagrada y se baila con ellos
alrededor del altar. Es la única oportunidad en la que los niños menores de 13 años son
admitidos en la lectura de la Torá.
En Simjat Torá nos regocijamos por haber sido escogidos para guardar un tesoro tan
valioso como es nuestra Torá. Somos los depositarios, portadores y abanderados de la
cultura, la civilización y la moral, pues la Ley judía es la fuente de todos estos valores.
La Torá predica la ética, y bellas virtudes como el pacifismo y la fraternidad. Exhorta al
respeto mutuo entre los seres humanos y condena las bajas pasiones; por eso ha sido la
guía de centenares de generaciones y el secreto de la fortaleza física y espiritual de
nuestro pueblo, desde su aparición en la escena histórica hasta el día de hoy.
No obstante todas las situaciones adversas que ha debido superar el pueblo judío, la
Torá se ha mantenido intacta porque es imperecedera.
Los jasidim preguntaron en cierta ocasión: ¿Por qué se celebra Simjat Torá
inmediatamente después de Sucot y no en Shavuot, cuando fue entregada la Torá? Ellos
mismos dieron respuesta a este interrogante: Cuando recibimos la Torá en Shavuot, no
sabíamos todavía su significado y si estaríamos en condiciones de observarla. Pero
transcurrido cinco meses, verificamos que nos era perfectamente posible cumplir con
todos sus mandamientos y aún regocijarnos con algunos de ellos, como por ejemplo,
con la fiesta de Sucot. Entonces, al haber experimentado todo lo bueno que la Torá
puede ofrecernos " nos alegramos en nuestras fiestas " con la Torá, que nos manda
precisamente, estar alegres.
Por eso celebramos Simjat Torá (cuyo significado literal es "alegría de la Torá") en el
mes de Tishrei, después de Sucot, y no en Shavuot.
La significación esencial y primera de la fiesta de Simjat Torá, es que cada judío tiene
su parte en la Torá, estudiando, difundiendo la cultura y contribuyendo al
mantenimiento de las instituciones encargadas de la educación popular.
La Torá nos inculca nobles sentimientos como la modestia, la compasión, la tzdaká, etc.
¿Por qué se asemeja la Torá al agua? Porque como el agua que fluye desde las colinas
hasta la profundidad del valle, así desciende la Torá hasta el hombre humilde.
Simjat Torá es la fiesta de la cultura judía que aviva en nosotros el sentimiento de apego
a la Torá, a nuestras tradiciones y nos enorgullece de pertenecer al Pueblo del Libro que
produjo un cúmulo de leyes tan perfectas y excepcionalmente avanzadas para la época a
la que se remontan; y es evidente que la mayoría de las civilizaciones antiguas y
modernas se basaron en los preceptos bíblicos para elaborar sus propias legislaciones.
¿Por qué precisamente se le llama Simjat Torá?
Una de las posibles respuestas, es porque reconocemos que la Sabiduría contenida en la
Torá es permanente, que nunca se acaba. Ni bien concluimos de conocerla,
inmediatamente podemos encontrar que aún queda por estudiar. Recomenzamos felices,
sabiendo que lo que es meritorio y valioso es el esfuerzo sincero por estudiar y
superarse, y no llegar a la conclusión final de algo tan inmenso como la Torá.
Otra razón, al igual que la Torá es in-finita, el Pueblo de Israel tiene la oportunidad de
no conocer límites y ser numeroso y útil a la humanidad.
SIMJAT TORÁ celebra la circularidad de la lectura de los primeros cinco libros de la
Biblia hebrea a lo largo del año judío; celebra el reinado de la palabra activa, creadora,
una palabra que siendo aparentemente tan frágil y fugaz, posee más fuerza que las
armas y la violencia, que enlaza el final con el principio, las generaciones mayores con
las más jóvenes y el pasado con el futuro, que a través de las Escrituras provoca, enseña
a pensar libremente, enseña a actuar responsablemente.
Para saber más...
Pliego BAMA/ ARTE Y CULTURA: Número Cinco/ Setiembre 2002/ Ser judío/5:
Moadei TISHREI
"Costumbres y tradiciones judías", Ana María Tapia Adler. Santiago de Chile, 1996.
"Israel y el zodíaco"
www.shalomonline.com
www.jewishagency-ed.org
(http://www.geocities.com/Athens/Acropolis/3402
(http://www.dnoam.cjb.net)
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