¿Qué reconocimiento le otorgaría a la figura de Sigmund Freud en el contexto actual del siglo XXI? Sigmund Freud Falleció el 23 de septiembre de 1939, a los 83 años de edad en Londres, Inglaterra. Este año se cumplen 75 años desde su muerte y podemos decir que S.Freud es un clásico actual. El reconocimiento en el siglo XXI es proporcional a la influencia que sus investigaciones tienen a nivel de la cultura y de la ciencia. Es uno de los grandes pensadores modernos y probablemente uno de los personajes más influyentes de la historia ya que sus descubrimientos clínicos sobre el inconsciente y la pulsión, que hoy quedan actualizados por la neurociencia, han revolucionado la forma de entender al hombre. Sus trabajos sobre la religión, la sexualidad, la homosexualidad, los movimientos de masas, así como otros tópicos relacionados con la cultura y su malestar lo destacaron entre los pensadores del siglo XX. El Freud Museum, en el 20 de Maresfield Gardens en Hampstead, fue la casa de Sigmund Freud y su familia cuando escaparon de la anexión nazi de Austria en 1938. Aunque las teorías de Freud sobre el estudio del funcionamiento psíquico han generado y generan controversias, es innegable que el pensamiento psicoanalítico ha dejado una gran huella en los más importantes filósofos y psicólogos del SXX. Su influencia ha sido captada por distintas corrientes de pensamiento, por el arte en sus distintas expresiones, también por la antropología y la sociología. Es indiscutible que el creador y fundador del psicoanálisis, con sus descubrimientos sobre la interpretación de los sueños, sus teorías sobre la agresividad, la sexualidad y la angustia así como el adentrarse en el terreno del inconsciente, sentó las bases de la psicología actual y de las terapias psicológicas que hoy conocemos. Al demostrar la existencia y el poder del inconsciente creó un enfoque totalmente nuevo en la comprensión de la personalidad humana. Elaboró una compleja teoría de la personalidad, revolucionó las propias bases de la psicopatología, rompiendo los límites de lo normal y lo patológico, marcando un antes y un después en el campo de la salud mental, creando un sistema de comprensión y tratamiento para las enfermedades mentales. La investigación que inicio Freud sobre los procesos inconscientes y del deseo humano ha tenido un gran impacto a nivel social porque Freud inauguro con el psicoanálisis un tratamiento para el malestar de la vida cotidiana, desvelando las conexiones íntimas e inconscientes de nuestros actos y padecimientos. En este sentido la influencia de Freud, se deja ver en como la terminología psicoanalítica forma parte del imaginario común. En la actualidad numerosos conceptos psicoanalíticos están presentes en la vida diaria, se comparten y se escuchan tanto en medios de comunicación como en las conversaciones de calle: que si el lapsus de este político, el sueño que tuve ayer, que si su novia es igual que su madre, o si quiere matar al padre, conceptos y terminología que han calado en la sociedad y todo lo dicho da a Freud y al psicoanálisis la dimensión de clásico y su reconocimiento a la influencia de su obra. Creo que mientras haya psicoanalistas que garanticen la continuidad del psicoanálisis y la formación de otros psicoanalistas y pacientes que necesiten ser escuchados en aquello que dicen y hacen pero no comprenden, que quieran calmar su ansiedad, o hallar soluciones a sus problemas trabajando su subjetividad, a partir de los hallazgos y del dispositivo ideado por Freud, el psicoanálisis seguirá vigente y reconociéndose. Por otra parte, la vigencia de Freud también se puede reconocer en el mundo occidental a través del número de Escuelas y Asociaciones Psicoanalíticas, que existen hoy en día y cuya actividad se manifiesta en los congresos, jornadas, coloquios y actividades de formación que realizan las diversas instituciones por toda España. Pero lo más relevante en estos momentos a mi modo de ver es, que buena parte de los descubrimientos de Freud la investigación neurocientifica los está redescubriendo y los está validando, está poniendo sobre el tapete la vigencia de muchas de sus hipótesis. Así en la articulación entre Neurociencia y Psicoanálisis se están abriendo caminos de debate respecto al sentido de los hallazgos. Freud puso en cuestión las concepciones médicas y neurológicas de su época y el centro mismo de la vida psíquica del hombre, abriendo un campo de intervención terapéutica. La neurociencia ha demostrado que la mayoría de los procesos que sobredeterminan nuestro pensar y accionar, son inconscientes. Hoy la neurociencia nos explica lo que el psicoanálisis viene planteando, desde la clínica, hace 100 años, a saber: que en el origen del ser humano, es el otro, la presencia del otro, de sus palabras cuidados o su falta, la interrelación con el cuidador principal lo que favorece y determina el desarrollo psicológico y también neuronal. El psicoanálisis aporta la importancia fundamental y fundacional que tiene la relación con el otro. El concepto de que el Yo se funda y se desarrolla en la relación con el otro son conceptos que están hoy en día asimilados por todo el mundo y son aportaciones del psicoanálisis. La clínica psicoanalítica trabaja con la constatación de que no sólo los factores genéticos constituyen la personalidad y sus desequilibrios. También existen otras influencias importantes, como la experiencia del nacimiento, las tempranas relaciones con los padres, la sexualidad, las pérdidas, los miedos y la manera de vivir la ansiedad. Estas experiencias cruciales, vividas en el núcleo familiar, van estableciendo determinadas pautas de sentimientos, fantasías y relaciones inconscientes e interpersonales, que se encuentran en la raíz de los problemas por los cuales las personas buscan ayuda. La neurociencia ha aportado evidencias de como las palabras tienen un efecto neurobiológico y son susceptibles de poder modificar la red neuronal. Las palabras son importantes, con ellas se puede hacer feliz o infeliz a una persona, llevarla a la desesperación, transmitirle conocimientos etc. Provocan efectos emotivos y constituyen el medio general para la influencia reciproca de los hombres. Por eso su gran valor en cualquier intervención psicológica, psicoanalítica o psicoterapéutica. Freud demostró que observando atentamente las palabras y el comportamiento de un paciente, se podía acceder a comprender el funcionamiento del inconsciente y su vida pulsional. Creo que hay que resaltar que muchos neurocientíficos se están comprometiendo cada vez más con las teorías de Freud, al menos en lo que se refiere a algunas de sus tesis fundamentales. Científicos de la talla de Eric Kandel, Premio Nobel de Medicina y Fisiología (2000), o Antonio Damasio, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2005) reclaman un diálogo entre las neurociencias y el psicoanálisis. Dice Kandel que, acerca de la mente, no hay todavía concepción más coherente e intelectualmente satisfactoria que el psicoanálisis; y que los descubrimientos del inconsciente, de la sexualidad en la infancia temprana, de la interpretación de los sueños y del poder curativo de una escucha especializada, son revolucionarios. Según el neurólogo Antonio Damasio, las principales ideas de Freud sobre el afecto son consonantes con las perspectivas más avanzadas de la neurociencia. Mark Solms, señala que la cartografía neurológica reciente tiene bastante correlación, en líneas generales, con la estructura de la personalidad diseñada por Freud. Ed Tronick es un psicólogo del desarrollo que ha ayudado a formar conceptos de desarrollo en el psicoanálisis. También los trabajos de la psiquiatra Regina Pally, tratan de establecer vínculos en el campo de las neurociencias con los conocimientos clásicos y más recientes del psicoanálisis. El objetivo y primer eje referencial del trabajo, según la intención de la autora “es aportar luz sobre los circuitos cerebrales de la emoción y demostrar que estos se aplican a aspectos clínicamente relevantes: ansiedad, trastornos psicosomáticos, sentimientos de apego y comunicación no verbal”. El segundo gran eje teórico la autora de establecer el puente de unión entre la neurociencia de la emoción y el psicoanálisis, pues ambos se centran en mecanismos inconscientes. Para finalizar decir que en plena era de las terapias farmacológicas, donde se da un empuje a la medicalización generalizada apuntando a la remisión sintomática como objetivo, la psicología y el psicoanálisis son herramientas insustituible para la comprensión de nuestro comportamiento y de nuestras emociones, ocupándose de las cuestiones del padecer humano. Pero la eficacia de los nuevos psicofármacos, con pocos efectos secundarios y fácil prescripción, han relegando el priorizar los factores psicológicos y sociales de los pacientes en el trabajo clínico, medicalizando, a veces, problemáticas de la vida cotidiana. Pero numerosas terapias psicológicas y el psicoanálisis en muchas ocasiones puede ser tan eficaces como los fármacos. Hoy en día la vía analítica sigue siendo el camino de la subjetividad, haciendo hincapié en la verdad particular del sujeto, que otorga a la escucha del sufrimiento humano su dignidad ética. Stefan Marianski, de la Casa Museo Freud, en Londres dice: "No tienes que leer a Freud para vivir en un mundo donde Freud es importante o para pensar de manera freudiana". ¿Qué influencia cree que han tenido sus aportaciones en nuestro país? La pregunta es amplia y compleja, pero intentare decir algo. En nuestro país a pesar de que se produjo la primera traducción a un idioma extranjero de la obra de Freud, su difusión e influencia quedó truncada por la guerra civil, esta produjo marcas determinantes en la sociedad y marcó también al psicoanálisis, cuya implantación en España se había iniciado durante la República. Durante la República, las ideas psicoanalíticas estuvieron presentes en debates parlamentarios y el psicoanálisis empezó a calar en la sociedad española, gozando de una cierta difusión en los medios profesionales, intelectuales y culturales, gracias al discurso progresista y al deseo de incorporar nuevas ideas para regenerar y dinamizar la cultura y la sociedad españolas. Sin embargo la guerra civil y la posterior represión a todos los niveles, cultural, y científica hicieron que las teorías freudianas chocaran, como en el resto de Europa, con las ideas conservadoras de la época y especialmente con la ortodoxia católica española. Ángel Garma Entre los pioneros del psicoanálisis en España son muchos los nombres que habría que reseñar y que influyeron en su implantación, difusión y sobrevivencia. Pero voy a destacar al primer genuino analista español Ángel Garma (1904-1993) que en los años 20 fue el primer analista freudiano que practicó el psicoanálisis en España. Se formó en Alemania con importantes psicoanalistas como Karen Horney, Otto Fenichel…conoció a J. Lacan. La guerra civil de algún modo vetó la entrada de la cultura europea en nuestro país y muchos grandes personajes tuvieron que exiliarse, entre ellos Garma que fundó en Argentina junto a otros analistas la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), publicando la primera revista de Psicoanálisis de habla castellana. Como él salieron de España, forzados por sus ideas políticas, o bien abandonaron la profesión, la mayoría de los psiquiatras seguidores de Freud. Esto tendrá consecuencias graves en los futuros derroteros que seguirá el psicoanálisis en España. Hay que decir que el psicoanálisis, durante el periodo franquista, no existió como para difundirse de forma amplia y convertirse en un fenómeno social, pero si consiguió perdurar y luchar con la oposición de la psiquiatría oficial que iba de la aceptación tolerada al rechazo, sorteando el aislamiento social, cultural y psicológico. En la década de los 50 surge de nuevo el interés por el psicoanálisis gracias a algunos psiquiatras seguidores de Garma, que tuvieron que enfrentarse al Opus Dei que consideraba a Freud un genio satánico, y judeo-masónicos a sus seguidores. Como Garma en su momento, algunos de estos psicoanalistas marcharon a Berlín para continuar su formación. En 1951 llegó a España la psicoanalista Margarette Steinbach que supuso el inicio de un grupo de psicoanalistas que se psicoanalizaron con ella y que seguirían después caminos diversos para continuar su formación: unos en París, otros en Suiza, EE.UU, y Buenos Aires. En 1959 nacerá en Barcelona la primera asociación española de psicoanálisis: La Sociedad Luso Española, que fue reconocida por la IPA (International Psychanalytic Association) y por el gobierno español. Sin embargo, la escasez de publicaciones por parte de los analistas y su obligado encierro, en un intento de velar por la supervivencia de su institución, impedían la transmisión de su pensamiento, limitando así su visibilidad en la sociedad española del momento. Pero fue con el cambio de régimen en España y con la llegada de un grupo numeroso de psicoanalistas latinoamericanos que se estaban instalando en España, huyendo de otra dictadura, que en la época de la transición, el psicoanálisis encontró abiertas las fronteras para su difusión en España. En el trascurso de los 70 renació, el interés hacia el psicoanálisis, especialmente en cuanto a las traducciones de textos psicoanalíticos, y Freud ocupó un lugar nada insignificante en las revistas culturales, coincidiendo con el auge de la antipsiquiatría. Entre 1971 y el 1974 se crean las asociaciones psicoanalíticas de Barcelona y Madrid. En 1972 aparece una nueva edición de las obras de Freud, y esta vez ya sin censura eclesiástica. Jacques Lacan, que ya en 1958 había pronunciado una conferencia en Barcelona, en el marco psiquiátrico, es invitado de nuevo en 1972, sin que en ninguna de las dos ocasiones su presencia despertara más que un interés puramente minoritario. Jacques Lacan Oscar Massota La apertura y la recuperación de las libertades condujeron a la búsqueda de fuentes nuevas. En 1975 llegó Oscar Massota, máximo exponente en esos momentos del psicoanálisis lacaniano en lengua española. Este maestro resultó una verdadera novedad en el panorama psicoanalítico español. Massotta fundó en Barcelona La Biblioteca Freudiana e impartió Seminarios en Barcelona, Madrid, Valencia, Vigo. Masotta introduce un retorno a la lectura de la obra de Freud, que es el inicio de un verdadero movimiento. Alrededor de él, y de otros argentinos de renombre, como Armando Bauleo se agrupan profesionales interesados en el psicoanálisis. A mediados de los 80 se ampliaron y reorganizaron las asociaciones pertenecientes a la IPA con la incorporación de numerosos analistas, al tiempo que varios grupos lacanianos se incorporaron al Campo Freudiano tras la visita de Jacques-Alain Miller. En 1983, se celebran las primeras Jornadas del Campo Freudiano en España y en el año 1985, es el primer Seminario del Campo Freudiano en España, como resultado de un proceso de expansión del Campo Freudiano en España. De esta manera, el panorama psicoanalítico español quedó constituido por dos grandes bloques: la IPA y el Campo Freudiano, junto a una serie de pequeños grupos que mantuvieron sus actividades de formación, foros de discusión o que se reunieron para organizar, durante largo tiempo, jornadas de trabajo anuales. Sin lugar a dudas en estos momentos se produjo un tiempo nuevo para el psicoanálisis freudianolacaniano en España. Creció el número de grupos y asociaciones de orientación lacaniana integrados no sólo por latinoamericanos, sino también por españoles que se habían formado en Europa y por docentes franceses que viajaban a España periódicamente como el psiquiatra psicoanalista Gerard Pommier y mantenían aquí seminarios y análisis. Marcando todo esto lo que es hoy la situación española del psicoanálisis. Pero a pesar de la existencia de todos estos grupos, instituciones con sus múltiples actividades, en España el sistema público de salud promovía la terapia de orientación conductista y en 1995 con la publicación de un Real Decreto 63/1995, del 20 de Enero, que regula la asistencia en Salud Mental dentro del Sistema Nacional Sanitario, B.O.E. nº 35, 10/2/95, donde se explicita la exclusión del psicoanálisis, junto a la hipnosis, de la cartera de servicios del sistema público. Sin embargo esto, no ha impedido la presencia de muchos profesionales, psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales… con formación analítica en la Salud Mental. Profesionales generalmente muy comprometidos con la clínica, que han contribuido en gran medida a que el psicoanálisis no quedara relegado únicamente a las consultas privadas al alcance sólo de unos pocos. Hay que decir que en España es muy poca la presencia del pensamiento freudiano en las universidades, prácticamente no se enseña en las facultades de psicología, solo en algunas, y el esfuerzo por difundirlo y enseñarlo corre por cuenta de las instituciones psicoanalíticas. Los planes de estudio no lo incluyen como asignatura y se le nombra en textos introductorios de psicología de un modo rápido y como simple interés histórico. Aunque hay que resaltar que también hay profesores universitarios que transmiten a sus alumnos el significado profundo, relacional y humano del psicoanálisis. Normalmente en las facultades de psicología impera la corriente cognitiva-conductual, que está más cerca del establishmen psiquiátrico, que es en su mayoría de tendencia biologista. Es importante señalar que hoy en día los Colegios Oficiales de Psicólogos, contemplan que una de las líneas teóricas de intervención psicoterapéuticas por la que optan muchos psicólogos en su formación clínica es el psicoanálisis. Por ello el psicoanálisis tiene espacios de formación y difusión, tiene un lugar reconocido como una alternativa terapéutica más. A pesar de todos los avatares, el psicoanálisis sigue adelante, sigue vivo y cada vez son más los psicólogos, psiquiatras, terapeutas y otros profesionales que creen que más allá de la actualidad de Freud, es difícil entender a los pacientes sino se comprenden las fuerzas inconscientes que determinan su comportamiento. A su juicio, ¿qué ha supuesto para su desarrollo profesional? ¿Sus descubrimientos le han afectado directamente? Diría que profesionalmente el psicoanálisis me ha posibilitado la capacidad de entender las claves para una mayor comprensión de las realidades psíquicas, y con ello ampliar la efectividad en las intervenciones con los pacientes. La formación en psicoanálisis también me ha permitido pensar en el sufrimiento psíquico y emocional que hay detrás de multitud de síntomas físicos. Pudiendo observar como ese sufrimiento con el que se llega a consulta se transforma en el síntoma de otra cosa. El psicoanálisis es un método terapéutico eficaz porque se dirige a la causa de la patología y caminar en esa dirección facilita la vida al sujeto. En este dispositivo terapéutico se rescribe la historia singular del analizante utilizando como instrumentos el dialogo y la palabra y cuyos efectos son de liberación emocional y alivio sintomático. Considero que no es una terapia superficial sino excelente ya que a través de la palabra y la escucha se tiene en cuenta la causalidad de los síntomas y del sufrimiento, haciendo hincapié en la verdad del sujeto. En ella no sólo se escucha aquello que el sujeto quiere decir, sino lo que dice más allá de lo que sabe que dice. En el proceso psicoanalítico el paciente aborda sus conflictos y trata sus dificultades, permitiendo que el sujeto salga de esas defensas alienantes que lo perpetuán en conductas destructivas, al tomar conciencia de lo que se oculta tras sus quejas. Claro que el psicoanálisis me ha afectado directamente y comenzó a afectarme cuando leí por primera vez “La interpretación de los sueños” me entusiasmo y me intrigo, quede seducida. Por ello estudie psicología y luego realice formación psicoanalítica y análisis personal, pase por varios divanes. Hoy puedo decir que todos esos procesos me han ayudado a crecer como persona y como profesional de la psicología, me han ayudado a manejar mi vida o al menos a intentarlo. Concepción Sánchez Beltrán. Psicóloga Clínica. Psicoanalista. Vicedecana II del COPCV. Sede Alicante BIBLIOGRAFIA - Historia del Psicoanalisis en España, parteI;II;III. Publicado en Diván el Terrible. - La influencia del pensamiento freudiano en la cultura actual. Roberto M. Goldsteinberes. - El legado de Freud en la cultura occidental. Adela Semper Donet. - La vigencia de Sigmund Freud. Juan Fernando Pérez. - ¿Por qué aún el psicoanálisis en el siglo XXI? Juan del Pozo. - Psicoanálisis en España (1893-1968) Francisco Carles, Isabel Muñoz, Carmen Llor y Pedro Marset. Edita: Asociación Española de Neuropsiquiatría, Col. Estudios. - Perspectivas actuales entre neurociencia y psicoanálisis. Alonso del Campo Urbano y Bettini Marco, Universidad de Granada. - Como las Neurociencias demuestran el Psicoanálisis. Gerard Pommier.