SABATO - Universidad de Cuenca

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UNIVERSIDAD DE CUENCA
FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
RESUMEN
LITERATURA Y PSICOANÁLISIS:
UNA APROXIMACIÓN A LA NARRATIVA
Y UNIVERSO LITERARIO DE ERNESTO SÁBATO
La interdisciplinaridad Literatura–Psicoanálisis, ha permitido
desde sus orígenes la aplicación de los postulados clínicos tanto
en la obra como en su universo literario, ofreciéndonos una
aproximación al texto desde una perspectiva más vivencial,
quizá más humana.
El objetivo central de esta investigación, ha sido el de tratar de
indagar en los estratos inconscientes que motivaron la escritura
de Ernesto Sábato, bajo la aplicación de ciertas teorías básicas
de Freud, Jung, Rank y Kristeva.
Ya en Primeros Tiempos y Grandes Decisiones, el propio
Sábato describió los determinantes fundamentales de su vida y
su escritura: la relación con su madre y la muerte de Ernestito,
su hermano menor.
A partir de estos dos aspectos, analizaremos una serie de
elementos concientes que se fusionan con ese conglomerado
de simbolismos inconscientes y que se plasman a través de su
creación.
Así, observaremos bajo esta influencia, el valor preponderante
del tema edípico como una constante en de obra sabatiana,
hecho que nos permitirá un análisis intertextual entre: la tragedia
griega, el complejo freudiano y la reconstrucción de la tragedia y
el mito en la trilogía sabatiana.
Como último aspecto, analizaremos brevemente la cuestión del
goce estético psicoanalítico, en relación a la influencia de
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Sábato en sus lectores, como una justificación
trabajo.
vital
de mi
PALABRAS CLAVE:
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Literatura y Psicoanálisis
Freud
Jung
Rank
Kristeva
Sábato
Sábato y el Psicoanálisis
Biografía
Análisis intertextual
Edipo
La trilogía sabatiana
El Túnel
Sobre Héroes y Tumbas
Abaddón el Exterminador
Análisis semiótico
Sinopsis
Personajes
personajes femeninos
personajes paranoicos
personajes esperanzadores
Oráculo
María
Alejandra
María de la Soledad
Fernando
Martín
Castel
Sabato
Bruno
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Símbolos
El Cuadro Maternidad
El mar
Los túneles
Cuevas
Las estatuas
El fuego
la ceguera
los ciegos
Sueños
Semiótica
la razón
Goce estético
Sublimación
Transferencia
Identificación
Proyección.
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INDICE
INTRODUCCIÓN
CAPITULO 1
LITERATURA Y PSICOANÁLISIS
Antecedentes
Conceptos psicoanalíticos
20
21
Bases Teóricas del Psicoanálisis Freudiano
32
Aportes más importantes en la interrelación Literatura Psicoanálisis:
Una sinopsis histórica de los trabajos de Freud
47
Carl Gustav. Jung y su relación con el análisis literario 56
Otto Rank: hacia su teoría del trauma del nacimiento 65
Julia Kristeva: Un concepto de Intertextualidad
68
El momento histórico de desarrollo del psicoanálisis
y su relación con el arte/literatura.
72
Las Vanguardias
El Surrealismo
Aparición y evolución de la “Crítica Literaria
Psicoanalítica”:
Algunos autores importantes
73
75
80
Clasificación de la “Crítica Psicoanalítica Literaria”
según el objeto atendido: obra, estructura, autor y
lector
86
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Presencia del Psicoanálisis en los Estudios
Literarios
Latinoamericanos y del Ecuador
89
Errores y Aciertos más relevantes en la historia de la
relación
“Literatura – Psicoanálisis”.- Fundamentos de su
validez.
96
CAPITULO 2
ERNESTO SÁBATO
¿UN AUTOR PSICOANALÍTICO O UN AUTOR
PSICOANALIZABLE?
Breve acercamiento biográfico al autor
104
De su infancia
110
Su juventud
118
Relaciones con el comunismo
124
De la ciencia al arte
127
Sobre su pintura
136
Sábato y el Peronismo, la publicación de Nunca Más,
el informe de la CONADEP.
139
El Existencialismo: Una filosofía del siglo XX
146
Sábato, un escritor existencialista
149
El Psicoanálisis, Sábato y su Arte: Justificaciones
para un Análisis interdisciplinario.
152
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CAPITULO 3
UN ANÁLISIS SEMIÓTICO
INTERTEXTUALIDAD ENTRE SÁBATO Y EDIPO
La Trilogía Sabatiana: Entre contenidos manifiestos
y el contenido latente
164
El Túnel.- Sinopsis
168
Sobre Héroes y Tumbas.- Sinopsis
169
Abaddón el Exterminador.- Sinopsis
172
Acercamiento semiótico a su obra:
Intertextualidad entre Edipo y la trilogía sabatiana 177
Los antecedentes o pretextos en la construcción
de sus obras.un respaldo para la intertextualidad Sábato-Edipo.185
Análisis de los Personajes: Psicoanálisis
y/o Psicopatologías
de los personajes principales. (Una
“reencarnación” de los seres edípicos)
193
Los personajes femeninos
197
Los personajes paranoicos y/o racionalizados:
Juan Pablo Castel, Fernando Vidal Olmos y
Sábato.
225
Los Personajes esperanzadores:
La “resistencia” al destino de: Martín,
Bruno, Carlucho, y Marcelo.
Tiresias: R, Schneider/Schnitzler
El Oráculo.- El Loco Barragán
Los recurrentes simbólicos
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240
243
246
247
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Las Metamorfosis
249
Semiótica de lo femenino
254
El mar, la playa y las aguas
255
El Cuadro Maternidad
258
Los túneles, sótanos y cuevas
265
Las estatuas
266
Las escaleras
270
La catedral de la Inmaculada Concepción
270
Otros símbolos
272
El fuego reivindicador
272
La obsesión por el suicidio y/o deseo de
Matar
274
Algunos sueños importantes.- Una interpretación
de su simbología
Y su relación con la intertextualidad Edipo-Sábato285
Los sueños de El Túnel
286
Los cuatro sueños de Castel
286
Los sueños en Sobre Héroes y Tumbas
297
Los sueños de Alejandra
297
Los sueños de Martín
300
Sueños de Fernando Vidal Olmos
304
Los sueños en Abaddón el Exterminador
307
Un sueño de Sabato
El descenso al mundo subterráneo de Fernando
y de Sabato:
307
Un estrecho camino hacia el abismo del
inconsciente.
308
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CAPITULO 4
ENTRE LA CRITICA
PSICOANALÍTICA:
UNA PSICO-BIOGRAFIA
BIOGRÁFICA
Y
LA
CONEXIONES ENTRE LA VIDA Y LAS OBRAS DE
SÁBATO
Relación Biográfica con sus obras
323
Entre El Túnel y Sábato
J. P. Castel
327
Proyecciones en los personajes centrales de Sobre
Héroes y Tumbas
340
Martín
340
Alejandra
345
Fernando Vidal Olmos
350
Bruno
364
Entre los personajes del Abaddón... y Ernesto
Sábato
370
Bruno
370
Sabato, el escritor del Abaddón...
373
El Complejo de Edipo sabatiano.- ¿Fijación o
Intertextualidad?
383
La necesidad de Retorno a la Madre “La fantasía
de la Reinfetación”
395
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CAPITULO 5
PSICOANÁLISIS Y GOCE ESTÉTICO
¿HACIA UNA LECTURA DEL LECTOR?
El inconsciente y el goce estético.
399
Del proceso de transferencia psicológico al
literario:
La identificación
La sublimación a través de la lectura
406
406
409
Los fantasmas del lector frente al escritor y sus
fantasmas:
Una lectura existencial para épocas Post – guerra411
El fenómeno de la subjetividad analítica.Una lectura personal.
414
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
JULIA AVECILLAS A.
424
430
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Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la
Educación
LITERATURA Y PSICOANÁLISIS:
UNA APROXIMACIÓN A LA NARRATIVA
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Tesis previa a la obtención del
Título de Licenciada en
Ciencias de la Educación en la
Especialidad de Lingüística,
Literatura
y
Lenguajes
Audiovisuales.
DIRECTOR: Lcdo. Felipe Aguilar
REALIZADO POR: Julia Avecillas A.
Cuenca - Ecuador
2007
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LITERATURA Y PSICOANÁLISIS:
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Agradecimiento
Quiero expresar mi mayor agradecimiento al Lcdo.
Felipe Aguilar, quien con su conocimiento y experiencia
orientó la realización de este estudio, a los distinguidos
profesores de la Especialidad de Lingüística, Literatura y
Lenguajes Audiovisuales de la Universidad de Cuenca,
cuya ayuda docente y humana, ha sido imprescindible en
la formación de estos años, a los profesores de la
Facultad de Psicología Clínica de la Universidad Católica
de Cuenca, por las enseñanzas impartidas con tanta
dedicación y esmero.
Agradezco efusivamente al Dr. Julio Woscoboinik,
miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, quien
pese a la distancia, contribuyó notablemente
nivel
académico
como
humano
en
tanto a
realización
y
culminación de este trabajo. Al Dr. Fernando Balseca, por
el tiempo y la ayuda de siempre.
A todos quienes me apoyaron de una u otra manera, por
el simple hecho de creer en los demás, mil gracias
JULIA AVECILLAS A.
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Dedicatoria
Para todo aquel, que haya descubierto su ceguera entre
los textos de Ernesto Sábato, y que como yo, busca
obsesivamente la comprensión de su oscuridad a través
de él.
A Ernesto Sábato, compañero y comandante
de esta
trágica batalla, a la que sonrientes hemos llamado vida.
A mis padres, portadores de sueños y fabricantes
de mis únicas verdades.
Por su confianza, amor y dedicación.
Con afecto, a mis hermanos y amigos.
JULIA AVECILLAS A.
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Yo, JULIA ISABEL AVECILLAS ALMEIDA declaro que la
presente investigación es de mi autoría y por
consiguiente de mi absoluta responsabilidad.
……………………………………
Julia Avecillas
JULIA AVECILLAS A.
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NOTA PRELIMINAR
“Algunos escriben la novelas que no
supieron vivir, otros viven la novela que no
pudieron escribir.”
Oscar Wilde
Tengo mis dudas de que la literatura tenga una función
plenamente catártica y liberadora. Catarsis, es un término
propio de la medicina, y significa purificación, eliminación
de gérmenes nocivos. Aristóteles fue el primero en
aplicarla a la literatura pues consideraba que la poesía es
un proceso que elimina las impurezas y escorias del alma
humana. Sin embargo, en la práctica, puede observarse
que la obra literaria, más allá de provocar ese remanso
que busca la purificación a través del texto, se constituye,
a veces, en un
vehículo de conmoción e incluso
incentivo de las más increíbles pasiones, hasta el punto
de que muchas personas hacen el amor, se drogan,
odian, roban, asesinan..., en función de los lineamientos
de la obra que crea un mundo alternativo en el cual el
lector se inmiscuye.
No me refiero a las obras de evidente intención de
denuncia y cambio social, pues sus propósitos suelen
JULIA AVECILLAS A.
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fracasar
clamorosamente.
Así,
Huasipungo,
nada
consiguió respecto a mejorar la vida de los indígenas –
recién en la Constitución de 1979 se concede el voto a
los analfabetos- o El sepulcro de los vivos de Fedor
Dostoievsky no humanizó los presidios siberianos, y Los
Miserables tampoco suavizó la crueldad del régimen
penal francés. Me refiero, más bien a obras que acaso
sin pretenderlo, provocan conmociones y cambios
radicales en las vidas de sus lectores, tal como es el
caso de la novela romántica, Las Cuitas del Joven
Werther
de
Goethe,
con
la
que
centenares
de
adolescentes conmovidos por la delicada sensibilidad del
protagonista que finalmente se auto elimina, vieron
proyectadas sus propias vivencias y se suicidaron, o la
ola de asesinos inexplicables que dejó la lectura de El
Extranjero, de Albert Camus, hasta el punto de que el
escritor francés se vio obligado a explicar en un nuevo
libro - El mito de Sísifo -, el verdadero alcance e intensión
de la novela. Más cercanos en el tiempo, incluso se
pueden citar obras como Compulsión de Meyer Levin o el
famoso El Guardián del Centeno1.
1
No entran en esta consideración obras que, en su momento, por factores diversos
estuvieron en el ojo de la tormenta. Pienso, por ejemplo, en Los versos satánicos o El
Código da Vinci y, definitivamente, nada tienen que hacer en este contexto autores con una
muy frágil, superficial e indisimulable intensión didáctica y moralizadora como Coelho, o C.
Sánchez que pretenden ser una especie de recetarios para la vida piadosa y feliz.
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Entre las obras que producen efectos definitivos en el
ánimo de sus lectores está, sin discusión, la obra de
Ernesto Sábato, un autor que con frecuencia ha recibido
un sinnúmero de cartas de sus lectores, en donde le
agradecen profundamente por su efecto vivificador.
Recuerdo haber leído en varias ocasiones, frases que se
condensan en la siguiente expresión:
“Sábato cambió mi vida”
Yo, voy más lejos y declaro con total propiedad, que
Sábato me marcó en una forma indeleble, me impactó y
transformó...
“Sábato salvó mi vida”.
Y no exagero.
Es posible que en eso haya influido, que cuando tomé
por
primera
adolescencia,
vez
una
esa
de
época
sus
novelas,
inefable
de
vivía
mi
sueños
y
frustraciones, de utopías y fracasos, de búsquedas y
desafíos, pero también es posible que me haya
encontrado a mí misma, porque cada ser tiene una
multiplicidad
de
identidades,
una
multiplicidad
de
personalidades, en su propio Yo, un mundo de fantasmas
JULIA AVECILLAS A.
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y de sueños que acompañan su vida, y la narrativa de
Sábato me reveló, que cada uno se conoce muy poco por
sí mismo.
Porque Sábato, lo reitero, me ayudó a encontrarme a mí
misma y pienso, incluso, que mi inclinación por los
estudios psicológicos tiene su punto de partida en esos
tiempos de mi adolescencia, pues ya lo decía el propio
Freud, los novelistas saben más del alma humana que
los propios psicólogos.
Así, contraje una deuda impagable con Ernesto Sábato, y
es por eso que abocada a la coyuntura de buscar un
tema para mi trabajo académico de graduación, me
permití una transgresión y elegí un autor, no ecuatoriano
y una lectura no crítica ni valorativa. De hecho, esto
suponía un conflicto, el hacer una lectura de la narrativa
de Ernesto Sábato desde la perspectiva psicoanalítica y
el carácter interdisciplinario de mi estudio, exigía la
tutoría de un especialista en el área psicológica.
Lamentablemente mi S.O.S., no tuvo eco, y en esa área
carecí de apoyo. Decidí sin embargo, asumir el desafío y,
nuevamente –ya no podría precisar el número- me
introduje en la tenebrosa belleza del universo sabatiano:
paranoicos que asesinan al único ser que podían
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comprenderles, hombres ingenuos y puros que veneran a
la mujer que les lacera y les humilla, adultos que buscan
la verdad y las certezas en medio del caos y la
incertidumbre...
Esta es mi lectura.
JULIA AVECILLAS A.
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INTRODUCCIÓN
“La obra de arte, cualquier obra
de
arte,
es
un
fenómeno
multideterminado y viene a ser
la resultante del interjuego de
una serie de fuerzas.
Ninguna disciplina por rica que
sea,
puede
captarla
en
el
esplendor de su totalidad. Lo
psicoanalítico solo puede captar
algo
de
la
esencia
de
lo
artístico... Ahora bien, el que la
lente psicoanalítica no pueda
explicar toda la creatividad no
quiere
decir
que
no
pueda
explicar nada de la creatividad”
SIMÓN BRAINSKY
Psicoanálisis y Creatividad
Creer que a través de la aplicación de la doctrina
psicoanalítica para la interpretación artística, somos
capaces de responder a todas nuestras inquietudes
JULIA AVECILLAS A.
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sobre una obra o un autor determinado, es una idea
ambiciosa y equivocada,
aunque no debemos olvidar
que en el acto creativo, más allá de su nivel estético, sus
recursos estilísticos, o demás artificios constructivos,
gravita en esencia, una parte vital de su creador, de su
contexto social, de una realidad intra e inter personal,
todo lo cual,
lo conecta
inevitablemente,
con la
diversidad de historias que guardan sus lectores.
El arte, como todo producto cultural humano, posee un
lenguaje profundo, que en ocasiones, como cuando
deseamos interpretar un sueño lleno de imágenes
extrañas, nos es imposible descifrarlo, y por el contrario,
sólo evocamos esa lluvia de símbolos, que intuimos nos
dice mucho sobre nuestras vidas, inquietándonos hacia
esa necesidad de entenderlos.
La obra literaria es como ese sueño, abastecido por un
sinnúmero de símbolos plurisemánticos donde el alcance
del analista es excesivamente limitado, y él, debe ser
conciente de dicho defecto, así como recordar siempre,
que la manera como alcancemos a leer una obra, nos
habla esencialmente de nuestras realidad interna, y, en
algunas ocasiones, de ciertos niveles vitales que en otra
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forma, acaso ni siquiera hubiéramos alcanzado a
sospechar.
Ante la complejidad de una obra como la que nos ha
brindado, el autor argentino
Ernesto Sábato, es
innegable que el reducir el campo de análisis a uno solo
de los tantos aspectos trascendentales que forman su
creación novelística, nos enfrenta a un acto de notable
peligrosidad.
restringirnos
Peligrosidad
a
en
específicos
cuanto
esquemas
de
significa
estudio,
sabiendo que, como sucede con todo análisis del arte,
siempre habrá mucho más por profundizar, y todo lo que
alcancemos a decir se agota, en plenas suposiciones,
puesto que ni siquiera su propio autor, tiene conciencia
total de lo que esconden sus historias.
Y sin embargo,
tenemos la convicción de que al
acercarnos a una obra de tan alta calidad humana,
haciendo
uso
psicoanálisis-
de
una
visión
humanística,
-el
para una aproximación interpretativa,
alcanzaremos una lectura mucho más vital y profunda, en
donde podamos incluso observar, ese intercambio latente
entre personajes, autor y lectores, cruzando el umbral
de la ficción hacia esa búsqueda del verdadero hombre,
de su realidad y el sentido de su creación.
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Comprendemos también, que al tratar de explorar en los
estratos inconscientes de un autor frente a su texto
literario, junto a la subjetividad
inevitable de todo
analista, somos vulnerables a ser arrastrados hacia una
serie de riesgos, y pese a ello, tenemos la seguridad de
poder superarlo, remitiéndonos, a las
sugerencias y
aciertos propuestos por el propio Sábato, quien a través
de
sus
novelas y ensayos, nos ha expresado
manifiestamente, esa necesidad por adoptar
una
posición más íntima, más sensible y humana, tanto así,
que
porqué
no
decirlo,
psicoanalítica,
para
un
acercamiento a su obra.
El autor reitera sus principios sobre el arte, los
determinantes de su escritura, la presencia de un
inconsciente creador y su necesidad catártica para
escribir, el acto de sublimación correspondiente a la
elaboración artística junto a la importancia de los
complejos procesos re-constructivos del lector ante
la
obra.
De esta manera, una aproximación psicoanalítica a la
trilogía
sabatiana
ha
sido
nuestra
propuesta
de
investigación; proyecto fusionado con una notable
esencia
biográfica de su autora, si recordamos que,
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ningún acto humano es para el Psicoanálisis
dado al
azar, porque así como para Sábato, la ceguera expresa
su metáfora obsesiva, para otros, la lectura de la obra
sabatiana ha sido una suerte de necesidad compulsiva
que, desde el momento mismo en que la hemos
descubierto, deseamos obsesivamente comprenderla, en
función a ese gran acervo de influjos inconscientes que
“nos
han permitido el gozo”, pero que, sin embargo,
conjuntamente al placer estético, ha contribuido a esa
contradicción y pugna entre la pulsión y la inhibición,
entre la razón y la inconsciencia; porque si todo proceso
que nos lleva al placer estético, esconde para sí, una
serie de
mecanismos defensivos del Yo, como
identificación, proyección, transferencia, compensación...,
es innegable, entonces, que más allá del gozo, están
imágenes que nacen de nuestro afán por purificarnos, a
través del placer y el dolor, las angustias y los goces de
otros seres/personajes, en una convivencia espiritual,
que nos lleva a la catarsis.
Es por esto que, entre el acto constructor y re-constructor
del arte, fluyen historias que emanen de humanos hacia
humanos, provocando la necesidad de mirar en ellas,
mucho más que personajes y narraciones ficticias. En la
literatura, se recogen vivencias, nombres y acciones que
JULIA AVECILLAS A.
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evocan
catástrofes,
sueños,
fantasmas,
hechos
profundamente biográficos, individuales y colectivos, que
nos llevan a la sublimación no solo a través de la
escritura, sino además, en la lectura.
Debemos recalcar, y es una obligación ética el hacerlo,
que el estudio alcanzado, aunque muy ambicioso en un
principio, redujo su campo de análisis –un capítulo - por
efecto de límites de tiempo, inaccesibilidad bibliográfica,
desconocimiento sobre ciertos temas, pero sobre todo,
por el lineamiento interpretativo que abordó nuestra
investigación, omitiendo los
análisis estructurales
lacanianos, para incorporar un nuevo autor: Otto Rank,
por su importancia y pertinencia con nuestro marco de
intertextualidad entre la trilogía sabatiana, la tragedia
griega, Edipo Rey y el análisis del Complejo de Edipo
freudiano.
Un estudio del mito en su reaparición a través de la teoría
psicoanalítica,
su
reconstrucción
en
tres
novelas
consecutivas que forman una sola obra magna: la historia
edípica de Buenos Aires a mediados de siglo XX, la
regresión edípica de su autor, o acaso la manipulación
del tema en su construcción, expresan en síntesis lo que
abordarán estas páginas a propósito de Sábato y su
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interrelación con la tragedia y el complejo de Edipo, el
gran tema universal, que con la influencia griega,
freudiana, y post-freudiana, no significan en ningún
momento un mero juego estilístico, sino por el contrario,
es mas bien un resultado expreso de la correlación
existente entre la vida del autor y sus obras, junto a la
relación entre la vida de los lectores y las obras que estos
prefieren, entre un tema que es parte individual del
hombre/Sábato,
pero
también
representa
la
universalidad, la colectividad, un fragmento de historia de
la humanidad.
Diríamos que, el Universo Literario, expresión de todo el
mundo biográfico que rodea la obra - vida de su autor -,
cobra una indiscutible influencia
artística;
individual,
en
la elaboración
lo que significa su contexto social, familiar,
a
más
de
sus
preferencias
artísticas,
influencias concientes - como el surrealismo francés y
por
ende
la
escogimiento
propia
de
la
doctrina
historia
psicoanalítica
latente,
sus
-,
el
causas,
simbologías, el perfecto control temático como el control
temático sobre el creador
- efecto inconsciente -,
permitiendo la creación de su obra, la reconstrucción de
una obra de enorme importancia para la humanidad en
JULIA AVECILLAS A.
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todos los tiempos de su existencia: ¿mito o complejo?,
¿inconsciente individual o inconsciente colectivo?.
Acerquémonos a esta búsqueda subterránea de las
influencias inconscientes sabatianas y su trascendencia
en los lectores, a través de cinco capítulos que inician
con un breve recuento del efecto que ejerció y ejerce el
psicoanálisis en los estudios literarios. Un estudio
biográfico
de
Ernesto
Sábato,
en
relación
a
la
importancia que estos datos tuvieron para la elaboración
de sus escritos; el análisis de las propias novelas en sí,
interesándonos por las historias manifiestas como
latentes. La correlación obra-autor, en una fusión
profunda entre la regresión edípica, el dominio del tema y
la creación.
El último de los capítulos tratados, harán referencia a uno
de los temas más importantes tanto para la Psicología
Clínica como para los estudiosos de la Literatura y su
valoración al
lector: la cuestión del goce estético, las
preferencias literarias, los procesos inconscientes que
nos llevan a apreciaciones especiales de ciertos autores
y obras, el proceso inconsciente que ha hecho en mí, el
escoger a Sábato para mi estudio, como a Sábato el
retomar a Edipo para su escritura.
JULIA AVECILLAS A.
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Acerquémonos a una indagación de un
autor tanto
psicoanalizable como psicoanalítico, sin desviarnos en
ningún
momento
de
nuestro
interés
principal,
abismémonos hacia ese esmero por descifrar...
¿Quién es Ernesto Sábato?
“Mis libros han sido un intento de responder a
esa pregunta. Yo no quiero obligarlos a leerlos,
pero si quieren conocer la respuesta, tendrán
que hacerlo”
ERNESTO SÁBATO
Abaddón el Exterminador
JULIA AVECILLAS A.
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CAPITULO 1
LITERATURA Y PSICOANÁLISIS
1. ANTECEDENTES.
Para abordar el tema de la relación existente entre los
conceptos Psicoanalíticos
y la interpretación literaria,
debemos remitirnos, en forma inmediata, a los propios
orígenes de la teoría freudiana, momento mismo, en el
que ya nos es posible apreciar las iniciales aplicaciones
de sus postulados teóricos al estudio de diversas obras
artísticas, especialmente literarias.
La preocupación por el proceso del
acto creativo, el
fantaseo, las temáticas escogidas, la catarsis del autor y
espectador y los fundamentos psicológicos del goce
estético, han sido, entre otros, los más destacados
intereses del psicoanálisis con relación al arte desde su
aparición.
Así, la doctrina psicoanalítica que en su génesis teórica
ambicionó dirigirse al área clínica, ha superado sus
primeros límites, para permitirnos, hasta nuestros días,
una evolución constante de sus posiciones y conceptos,
orientándonos a mejores
JULIA AVECILLAS A.
interpretaciones
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no solo
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artísticas, sino además, de todo fenómeno cultural, de
todo signo precedido por intenciones inconscientes que
rebasan
la
barrera
de
los
conceptos
netamente
estilísticos y retóricos - en nuestro caso -, tanto de la
producción como de la interpretación artística.
Partamos
por
psicoanalíticos
esto,
de
los
freudianos2
propios
más
conceptos
pertinentes,
en
consideración a las aplicaciones venideras en este
trabajo analítico.
1.1.1CONCEPTOS PSICOANALÍTICOS.
El uso del término “Psicoanálisis”, tiene su origen en la
aparición de un artículo escrito en francés acerca de la
psiconeurosis de defensa publicado en el año de 1896
por Sigmund Freud, quien anteriormente junto a Brewer,
ya se había referido al “método catártico” o del “análisis
psíquico” con similar significación.
2
Sigmund Freud.- (Freiberg, 1856 - Londres, 1939). Psiquiatra, fundador del psicoanálisis.
Estudió medicina en Viena, dedicándose inicialmente al estudio neurológico. Al separarse
de ésta área, se inició en la Hipnosis con Charcot en el Hospital de Salpetriere, (París) en
donde llegó a sus primeras conclusiones sobre los orígenes sexuales de las histerias.
Posteriormente se asoció con Brewer donde desarrolló el método catártico para sus
tratamientos. Pero fue a raíz de su publicación “La interpretación de los sueños” (1900) que
se abrió el camino real al psicoanálisis. La aparición de sus próximos libros forman parte de
una extensa obra de las teorías psicoanalíticas freudianas, de estas bien podríamos
mencionar: Psicopatología de la vida cotidiana, Tótem y Tabú, Más allá del principio del
placer, El yo y el ello, El malestar de la cultura,...
JULIA AVECILLAS A.
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Reiteremos por su importancia, que el Psicoanálisis inicia
sus trabajos
con una dirección explícitamente clínica,
dirigiendo sus intereses a la curación de enfermedades
nerviosas, especialmente la histeria, siendo entonces su
acepción primigenia la de Método Terapéutico.
Pero otra conceptualización que se le concedió
al
Psicoanálisis fue la de hipótesis o modelo explicativo de
la estructura y composición de nuestra vida psíquica y de
las fuerzas que obran en ella, al margen de las
condiciones neurológicas y biológicas, para interesarse
exclusivamente del
plano mental del hombre, de ese
espacio que va más allá de lo conciente, e indaga en lo
desconocido del inconsciente.
De allí, que al Psicoanálisis se le conoce finalmente como
una hermenéutica, una interpretación de los actos
humanos, permitiéndoles reconocer y resolver sus
lagunas a través de su comprensión. Esta significación
da
mayor
sentido
a
la
interrelación
Literatura–
Psicoanálisis, pues, al Psicoanálisis se le entiende, como
una Teoría de la Cultura, en donde nos es admisible la
interpretación de la religión, el arte, las costumbres, el
lenguaje y los códigos que forman las múltiples
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significaciones de los
diversos fenómenos culturales
humanos.
1.1.2BASES
TEÓRICAS
DEL
PSICOANÁLISIS
FREUDIANO:
a) La Hipótesis Fundamental del Psicoanálisis.Conocido también como “determinismo psíquico o
de la causalidad”.
Se considera que todos los
fenómenos psíquicos son causados o determinados
por algo, así, nada es
producido
al
azar,
para el psicoanálisis,
todo
está
precedido
por
intensiones o causantes.
Esta posición fue aceptada por todos los autores
psicoanalistas posteriores a Freud, aunque su
precursor, fue quien dio mayor importancia a la
primera infancia para la construcción psíquica y la
estructuración de la personalidad.
b) El procedimiento del
método psicoanalítico.-
Bajo la influencia de Charcot, Freud inició sus
estudios y tratamiento a través de la “hipnosis”, sin
embargo, al ver los deficientes resultados de esta
terapia, en la curación de sus pacientes, adoptó tres
procedimientos nuevos, cuya finalidad fue la indagar
JULIA AVECILLAS A.
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en la parte inconsciente del paciente. Estos
procedimientos son:
El relato a presión, la asociación libre de ideas y la
interpretación de los sueños.
Los dos primeros en conjunto, corresponden a la
expresión e interpretación del
discurso, que para
Freud, es el material nuclear de su análisis.
El relato a presión, es la enunciación de
elemento
todo
inconsciente que alcanza a cruzar el
umbral de la conciencia, con todos los mecanismos
que el individuo
utiliza en virtud de su
auto-
defensa, guiada tanto por el Id, por el Ego e incluso
por el Super Ego.
El individuo enuncia cuanta
información aparezca a su conciencia, y este corpus
corresponde la materia prima del análisis. En la
asociación, el propio paciente junto a la dirección de
su psicoanalista, elaborará la conexión de dichos
discursos
que
aparecieron
a
la
conciencia
aparentemente al azar, las relaciones simbólicas, su
vinculación
con
precedentes
conscientes
o
inconscientes,..., de esta manera, estará cercana la
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comprensión de las conexiones que guardan estas
causas internas con la conducta y vida del hombre.
En el año de 1900, Freud publicó La interpretación
de los sueños, obra con la que parte el auge del
Psicoanálisis
como
la
correlación
Literatura–
Psicoanálisis, a través de la cual, los estudiosos de
ambas áreas, siguen la analogía propuesta por el
propio autor para la comprensión de los sueños y el
arte bajo similares esquemas: la simbolización, el
desplazamiento y la condensación.
c) Clasificación
de
los
fenómenos
psíquicos.-
Jerarquizó los fenómenos psíquicos en tres estadios:
- Sistema Consciente: Registro de
todos aquellos
fenómenos de los cuales el individuo tiene pleno
conocimiento de su existencia, aquí se encuentran
los sentimientos y las sensaciones. Es por tanto el
conocimiento inmediato de las propias experiencias
del sujeto.
- Sistema
Preconsciente:
Fenómenos
como
el
pensamiento y los recuerdos que tienen fácil acceso
a la memoria consciente.
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- Sistema
Inconsciente:
Fenómenos
como
pensamientos y recuerdos de difícil acceso a la
conciencia, siendo necesario el empleo de los
métodos especiales psicoanalíticos, para indagar en
ellos.
Posteriormente modificó su descripción del aparato
psíquico, presentando un nuevo modelo llamado
“Hipótesis
Estructural”,
en
donde
subraya
la
importancia de la instancia represora “la censura”3,
sustituyendo estos términos por:
- El EGO o YO: Parte superficial del Id, modificada
por la influencia directa del mundo externo a través
de
los
sentidos
y
cuyas
funciones
son
la
comprobación de la realidad y la aceptación
mediante la selección y control de los deseos y
exigencias
procedentes
de
los
impulsos
que
emanan del Id.
Sus funciones son: Control motor, Percepción,
Memoria, Afecto, Sentido de la Realidad, Control
sobre el Ello, mediante el cual se produce la
3
Censura: Para el Psicoanálisis es la fuerza represora, que actúa para evitar la emergencia
del inconsciente, que puede acarrear vivencias dolorosas. La función de la censura está
localizada en el Super Yo, Diccionario de Psicología y Psicoanálisis.
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siguiente secuencia: angustia, principio del placer
(para evitar el displacer provocado por la angustia),
mecanismo de defensa.
- ID o ELLO: Integrado por las representaciones
psíquicas de las pulsiones que se encuentran desde
el nacimiento del hombre, cuando ocupa la totalidad
del aparato psíquico. Es considerada la fuente de
toda energía que dinamiza la personalidad, sede en
la que radican los instintos y El Principio del Placer.
No hay orden, ni razón, ni lógica, pudiendo
entenderse como la naturaleza animal o primitiva del
hombre.
El Id, tiende a descargar su energía, y al suceder
esto,
el
sujeto
experimenta
su
bienestar
y
satisfacción. Es inconsciente, y solo posee contacto
con la realidad a través del YO.
- SUPER EGO o SUPER YO: Parte ética de la
personalidad o código de la moral personal que se
desarrolla a través de la asimilación de las normas
que le dan desde la niñez los padres y que luego
continúa con una apropiación de las normas
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culturales. Sus funciones son morales: Aprobación o
desaprobación de actos y deseos, auto-observación
crítica, exigencia de reparación por el mal causado,
auto-estimación o afecto como premio por los
pensamientos o actos virtuosos. Estas funciones
son inconscientes y/o rara vez concientes.
d) El Complejo de Edipo.- Freud señaló como parte
fundamental de su teoría, las etapas del desarrollo de
la personalidad, donde aparecen sus conceptos sobre
la Sexualidad Infantil, señalando las siguientes fases:
- Oral
- Anal
- Fálica
- Período de Latencia
- Genital4
En esta teoría, aparece su trabajo completo sobre el
Complejo de Edipo dentro de la etapa Fálica, siendo de
carácter normal entre los 3 y 5 años, pero pudiendo
producir fijaciones o regresiones a esta etapa, en otras
edades del individuo.
4
Aunque esta última, no es vista como una etapa, propiamente dicha, sino como el
momento de identificación sexual totalmente estructurada.
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El Complejo de Edipo se refiere al afecto sexual que el
muchacho desarrolla hacia la madre, al mismo tiempo
que ve a su padre, como una especie de rival. Pueden
producirse
actitudes
mixtas,
“ambivalentes”,
desencadenadas por la ansiedad de castración, frente al
modelo de virilidad que representa su padre, pero
también por otros causales como la configuración
simbólica de la madre y/o el padre según la estructura
familiar.
Si el desarrollo es normal, abandona correctamente los
deseos amorosos hacia la madre y se esforzará por
asumir la función masculina, tratando de parecerse al
padre, y perdiendo la inclinación sexual hacia su madre.
Pero si uno de los dos progenitores proporcionara o
demasiada satisfacción o demasiada frustración, podrían
producirse fijaciones graves con consecuencias a largo
plazo.
El Complejo de Electra5, consiste en un proceso similar al
anterior, pero en cuyo caso, hace referencia al afecto que
la niña experimenta hacia su progenitor masculino,
5
Es importante aclarar que este aporte, lo hizo en realidad Carl. G. Jung, autor que
trataremos más adelante. Pero por la secuencia de las bases Psicoanalíticas a utilizarse en
este trabajo, hemos creído pertinente incorporar el concepto, seguido del Complejo de
Edipo, freudiano.
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considerando a la madre como su rival. Es importante
destacar que los intereses sexuales infantiles son muy
rudimentarios. Cuando la niña descubre su carencia de
pene, la relación con su madre resulta complicada,
porque la culpa a ella de este efecto.
En ambos casos, puede darse origen a lo conocido como
Complejo de Edipo o Electra de Tipo II, caracterizado por
un odio exagerado hacia la madre - en el caso del niño- o
hacia el padre - en el caso de la niña -, como resultado
de la propia ambivalencia. Y así mismo, fijaciones o
regresiones a estos estadios por no haberse podido dar
un desarrollo normal en la infancia - tanto por excesiva
satisfacción o por frustración -.
e) El Principio del Placer y el Pensamiento del
Proceso Primario.- Encarna la idea de que la
motivación básica del individuo es la búsqueda del
placer, mediante la reducción de las tensiones
instintivas. Este principio rige las actividades del Id,
impulsando a la persona a buscar alivio tan pronto
como las necesidades se producen.
La tensión surge cuando las necesidades están activas
y se reduce cuando se las satisface. Freud llegó a la
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conclusión de que algunas tensiones son placenteras y
constituyen fuente de motivación, por ejemplo, las
experiencias sensuales y de actividad por el placer que
proporcionan. Cuando el Id domina al Ego impera el
principio del placer a expensas de las consideraciones
razonables y morales.
El pensamiento del proceso primario es sumamente
personal o autista, no sigue las normas de la lógica, de
la realidad, del sentido común. El Ego podrá constituir
acaso un mundo de fantasía. Las limitaciones de la
realidad están suspendidas como sucede en el sueño,
o en la misma obra artística.
f) El Principio de la Realidad y del Pensamiento de
proceso secundario.- Si el Id es quien actúa con el
Principio del Placer, será el Ego quien se encargue
de establecer el principio de la realidad y por medio del
pensamiento del proceso secundario. El Ego ha de
tener en cuenta todos los hechos pertinentes en el
proceso de satisfacer las necesidades, puesto que la
búsqueda directa del placer, por lo general, no es
posible.
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Se produce un conflicto entre el principio del placer del
Id y el funcionamiento del principio de realidad del Ego.
El Ego tiene las posibilidades de conseguir la
satisfacción de las necesidades, de este modo el
principio de realidad tienen mejores resultados.
El Pensamiento de proceso secundario incurre en
conflicto con el pensamiento de proceso primario, y, a
menudo, este último gana porque requiere menos
esfuerzo y produce alivio inmediato de tensiones
insoportables.
g) Conflictos entre el Id y el Ego.- Comprendemos
ahora que, el Id siendo la fuerza pulsional en
búsqueda desenfrenada de placer, se encuentra frente
al Ego cuya función principal es frenar al Id irracional.
El Id es quien tiene los recursos pero el Ego hará
buena función de ellos.
Si el Ego no frenara al Id, la persona actuaría siempre
con carácter egoísta, netamente instintivo,
en
búsqueda de su única y exclusiva satisfacción.
El
Súper Ego, por su parte, consta de dos aspectos
importantes: La conciencia de las prohibiciones
culturales
JULIA AVECILLAS A.
y
el
Ideal
del
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Ego,
que
son
las
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representaciones de las prescripciones positivas que
se internalizan unos y otros, pero siempre con su
capacidad de aceptación de las reglas morales
sociales, es decir bajo su posición autocrítica.
h) Los Mecanismos de Defensa.-
Son procesos que
tienen como función reducir la ansiedad. En algunos
casos podrá también reforzar al Ego, pero la mayoría
de veces son estrategias protectoras. Su acción es
inconsciente.
La defensa tiene lugar de dos modos: mediante “autoengaño” o mediante la “deformación de la realidad”.
En el “auto-engaño” el individuo puede negar o
disminuir a un grado mínimo determinadas verdades
molestas a las que no desea enfrentarse. Por medio
de la “deformación de la realidad” el individuo altera los
acontecimientos para adaptarlos a sus deseos.
Entre los mecanismos de defensa más comunes
tenemos:
- La Racionalización.- Justificación de la conducta a
los deseos de la persona. Sin embargo, esto no
JULIA AVECILLAS A.
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significa “razonar” propiamente, sino “hacer parecer
razonables” las conductas de la persona.
- Proyección.- Como su nombre lo dice, corresponde
a un mecanismo mediante el cual, el sujeto mira en
los otros, aquellos aspectos que en realidad forman
parte de sí, como en una especie de espejo hacia la
sociedad,
alcanzando placer al mirar en el otro
aquello que mirándose a sí mismo produciría
angustia. El sujeto no visualiza sus debilidades y
defectos, sin embargo, es capaz de percibirlos en
los otros y hasta exagerarlo. En la literatura, el autor
proyecta en sus personajes parte esencial de su
realidad, incluyendo
desconoce
o
no
conscientemente
aquello que posiblemente
acepta,
expresa
junto
con
lo
que
como
elementos
biográficos. El lector por otra parte,
minimiza su
ansiedad ante los conflictos de los personajes, e
incluso de sus propios autores preferidos. Como
veremos en el último capítulo, este proceso es una
de las bases teóricas del goce estético.
- Formación de Reacción o Formación Reactiva.- Un
motivo que entra en conflicto con el Ideal del Ego, o
con un dictado de la conciencia se ve bloqueado por
JULIA AVECILLAS A.
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un motivo consciente de carácter opuesto. Antes
que el motivo llegue a la conciencia ha sido
convertido en su contrario. Puesto que los motivos y
emociones son disfraces, los sentimientos reales
emergen ocasionalmente a la superficie en forma
explosiva, o encuentran salidas desviadas, que son
aceptadas por los poderes que ejerce la censura.
Censurar en el otro, aquello que nos corresponde,
es en resumen lo que significa la utilización de este
mecanismo.
- Desplazamiento.- Implica la sustitución de una
salida obstruida por una salida disponible de
satisfacción
de
las
necesidades.
Los
objetos
sustitutivos producen indiscutiblemente ansiedad.
Inicialmente Freud analizó este mecanismo en la
elaboración onírica, donde por efecto de la censura
desplazamos
imágenes
a
situaciones
excesivamente
otras
para
evitar
traumáticas
o
angustiosas en el sueño. Es también mediante este
mecanismo
que
aparecen
las
elaboraciones
simbólicas. Un símbolo puede sustituir un elemento
que conscientemente el sujeto no desea aceptarlo.
Este uso simbólico es de vital importancia en la
comprensión psicoanalítica de las obras literarias.
JULIA AVECILLAS A.
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- Sublimación.- Se refiere a un desplazamiento social
y personalmente aceptable, en esta posición, Freud
ubicó al acto de producción artística. Las pulsiones
se desplazan a un acto creativo que disminuye la
angustia y las tensiones.
- Negación.- Consiste en tratar de no aceptar como
real un evento que perturba al Ego. Este escape
hacia la fantasía puede tomar muchas formas de las
cuales
parecerían
absurdas
a
los
ojos
del
observador objetivo.
- Aislamiento o Disociación.- Es la forma de separar
del resto de la psique, las partes de una situación
que suscitan ansiedad. Es el acto de atajar dicha
situación de tal manera que haya poca o ninguna
reacción emocional relacionada con el suceso. Los
eventos vuelven a ser contados en forma fría e
imparcial, como si le hubiera ocurrido a una tercera
persona.
- Compensación.-
Maniobras
inconscientes,
adaptativas y defensivas, mediante las cuales el Yo
crea cualidades opuestas a las reales, para
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disminuir la ansiedad por efecto de una deficiencia
en el sujeto.
- Identificación.- A través de este mecanismo, el Yo,
hace suyos rasgos y características de otras
personas o de normas de ideologías sociales.
Constituye
una
forma
de
internalización
en
contraposición con la externalización que opera en
la proyección. Este mecanismo es muy común en la
conexión Autor-Obra-Lector.
- Transferencia.- Es una proyección que Freud
analizó en el paciente con respecto al terapeuta. El
mismo que es tanto positivo como negativo. Este
proceso puede producirse en otras dualidades como
Estudiante – Profesor, Lector – Escritor. La
transferencia se produce como un efecto del
Complejo de Edipo no superado, y sin embargo, es
para el psicoanálisis, un aspecto fundamental para
el inicio de la curación del paciente.
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1.1.3APORTES
MÁS
IMPORTANTES
EN
LA
INTERRELACIÓN
LITERATURA - PSICOANÁLISIS: UNA SINOPSIS
HISTÓRICA DE LOS TRABAJOS DE FREUD.
En algunos tratados destinados a la explicación clínica,
Freud basó gran parte de sus estudios en análisis
literarios y artísticos para la aplicación de sus teorías
clínicas, además de interesarse por el acto creativo, la
construcción
simbólica,
el
desplazamiento
y
la
condensación, la posición del Poeta y el lector, el goce
estético, etc.
En este
sentido, es posible
cronológico
hacer un registro
de algunas de las obras freudianas más
importantes, concerniente a su vinculación con el acto
creativo artístico6.
-
1887- Cartas a Wilhelm Flies .- Realiza un estudio
del cuento de Carl Ferdinand Meyer, La Señora Juez,
afirmando que la temática de la historia, trata de “un
doble cometido”: recrear un hecho de la biografía del
personaje; y defenderse del mismo por su calidad
traumática
y
culpable,
llevando
a
cabo
6
Lo que se señalará a continuación, es un breve recuento de dichos trabajos, por lo que se
recomienda a los lectores interesados, remitirse a las propias fuentes: Sigmund Freud,
Obras Completas.
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desplazamientos del sentimiento de culpa sobre
personajes
que
de
alguna
manera,
por
su
externalización y proyección, liberan al que los
padece.
- 1900, La Interpretación de los sueños.- A partir de
esta obra, aparecen los conceptos de condensación,
desplazamiento y simbolización, de la misma manera
como la separación entre contenido manifiesto, que
corresponde a aquel
que el individuo recuerda al
despertar, y el contenido latente que es en realidad
aquel que el analista busca interpretar, esa especie de
desciframiento del contenido simbólico onírico y sus
procedimientos de construcción.
La condensación, se refiere a la omisión de parte del
material
inconsciente,
y
la
fusión
de
diversos
elementos inconscientes en una sola entidad; así son
ejemplos
la constitución de personas, objetos o
palabras, colectivas y mixtas.
El desplazamiento, deriva el deseo desde un objeto
inadmisible hacia un objeto admisible;
“elementos
esenciales, acentuados por un intenso interés, pueden
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ser tratados en la elaboración onírica como si
poseyeran un menor valor, y, en su lugar, pasan al
contenido manifiesto otros que poseían seguramente
menos valor en las ideas latentes”7
La simbolización, que representa el objeto del deseo
sexual por otro no sexual, entendiendo que en Freud,
lo sexual es todo aquello que brinda placer, y no han
de limitarse sus interpretaciones a acepciones de
genitalidad o conceptos afines, que han limitado
durante largo tiempo los trabajos del autor.
señala
que
“este
simbolismo
no
Freud
pertenece
exclusivamente al sueño, sino que es característico del
presentar inconsciente, en especial del popular y se
muestra en el folklore, los mitos, las fábulas, los
modismos, los proverbios, y los chistes”8, junto al arte,
a quien siempre equiparó en sus procesos creativos
con el sueño. El simbolismo es entonces una especie
de disfraz de las ideas latentes.
Y si el propio Freud fue quien presentó la original
analogía entre la construcción onírica y la producción
artística,
estos
tres
mecanismos
son
parte
configurativa primordial de la creación literaria. Para
7
8
Freud Sigmund,” La Interpretación de los sueños”, Obras Completas, pág. 33
Freud Sigmund, “La interpretación de los sueños”, Obras Completas, pág. 559
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Freud, los sueños representan además “la realización
de los deseos”. Se podría decir entonces, que el arte
expresa en muchas ocasiones,
realizado en estado de vigilia,
ese deseo no
pero sí, mediante la
fantasía, compensando las carencias a través de este
mecanismo, y produciéndose satisfacción
por la
realización de los deseos reprimidos.
- 1905, El Chiste y su relación con el Inconsciente.Analiza los mecanismos de elaboración del chiste, que
puede ser considerado como un compromiso entre una
descarga pulsional y un rechazo. Considera tres
categorías: el ingenio, el humor y lo cómico. La
importancia en el ámbito literario se debe a sus
aportes para la
comprensión del género cómico, o
incluso del humor dentro de cualquier obra.
- 1906, El Delirio y los Sueños en la Gradiva
de W.
Jensen.- Hace una interpretación de la construcción
onírica del personaje, aplicando
lo expuesto en su
obra, La interpretación de los sueños, en el personaje
ficticio: Nobert Hanold. Es decir, el autor psicoanalítico
se limitó al plano netamente textual de la obra,
introduciéndonos en diversos aspectos de su teoría, y
permitiéndonos
JULIA AVECILLAS A.
comprender
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los
diferentes
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mecanismos del inconsciente que estaban destinado a
la clínica en una realidad textual.
A partir de este momento se podrá analizar a un
personaje con el mismo marco teórico que se analiza a
un paciente, intentando indagar en la diversidad de su
mundo construido por otro mundo en el que subyace el
autor. Para Freud, los discursos son síntomas y todos
estos resultan de compromisos entre lo consciente y lo
inconsciente. Se entiende al texto literario como un
discurso ambiguo, que tiene un compromiso entre los
procesos primarios y secundarios - principio del placer
y principio de la realidad -. Es también posible leer a
este trabajo, como un bosquejo de su teoría sobre la
formación del símbolo que nace de las primeras
experiencias vividas y de la satisfacción alucinatoria de
los deseos irrealizables. El símbolo se encarga de
expresar lo que ha sido rechazado y disfrazado por la
censura, y es al mismo tiempo la expresión y el disfraz
lo que explica su ambigüedad.
- 1908, El Poeta y los sueños diurnos.- Pese a la
brevedad de este ensayo, es considerado el trabajo
más completo sobre la visión freudiana a propósito de
la construcción literaria en relación al fenómeno
JULIA AVECILLAS A.
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conocido como “la fantasía” en analogía con el juego
infantil, además la dinámica del simbolismo temático,
“el goce estético” y su relación con el mecanismo de
la identificación del lector.
En el plano de la creación, considera tres tipos de
actividades que pueden estar próximas a las del poeta:
el juego, el fantasma y el sueño.
En el juego, el niño ve los primeros comienzos de la
actividad poética. Mediante este proceso, el niño se
crea un mundo propio, o
mejor dicho “situando las
cosas de su mundo en un orden nuevo”. En el caso del
poeta, no pasa nada alejado del juego infantil, él crea
para sí, un mundo imaginario, que lo toma con la
absoluta
seriedad
incorporando
en
como
ello
sus
si
fuera
afectos
y
realidad,
tormentos,
distinguiéndolo netamente de la realidad, y logrando
mediante sus técnicas estilísticas,
la producción
artística, la catarsis.
El fantasear “adulto” tiene su origen en los deseos no
satisfechos
que
acaban
decepcionante realidad.
por
trasformar
la
En la adolescencia, la
fantasía sustituye al juego infantil, apareciendo dos
tipos de fantasía: los sueños eróticos y los sueños de
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poder, como el deseo de complacer al amado/a. De
allí que muchas novelas populares poseen esta
temática.
Pero en las novelas más estructuradas como por
ejemplo en la novela psicológica, estos fantasmas fantasías- pueden aparecer con diversos disfraces o
incluso, con diversos mecanismos de defensa, como
también parcializado en variados personajes que
encarnen sus contrariados “yoes” del autor, hecho
que también responde a procesos de identificación en
los lectores.
“Todavía en muchas de las llamadas novelas
psicológicas me ha extrañado advertir que solo
una persona, el protagonista, nuevamente, es
descrita por dentro: el poeta está en su alma y
contempla por fuera a los demás personajes.
Acaso la novela psicológica debe, en general,
su peculiaridad a la tendencia del poeta
moderno a disociar su Yo por medio de la auto
observación en Yoes parciales, y personificar
en
consecuencia
en
varios
héroes9
las
corrientes contradictorias de su vida anímica”10
9
Héroes y/o antihéroes como sucede en las obras de Sábato.
Sigmund Freud, “El Poeta y los Sueños Diurnos”, Obras Completas, pág. 1347
10
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Finalmente,
el último punto que trata Freud en este
trabajo, es el goce estético, o ¿cómo logra el poeta,
conseguir el goce en su receptor, lector o espectador?
Interpreta este placer ligado al proceso de proyección, a
través del cual, mirando en escena nuestros propios
fantasmas, nos identificamos con ellos sin sufrirlos
directamente
disminuyendo
así,
la
angustia,
permitiéndonos el goce.
- 1913, El tema de la elección de un cofrecillo, y las 3
hijas del Rey Lear.- Es importante destacar que la
obra shakesperiana ha sido la más analizada en las
obras de Freud con relación a la literatura11. Estos
temas
los
trascenderán
enlaza
con
mitos
generales,
que
de la temática concreta a otras
aplicaciones. Realiza un estudio “intertextual” de los
dos temas tratados con obras antiguas de mitos y
cuentos - El juicio de París, la fábula de Apuleyo, etc.-.
- 1917, Un recuerdo infantil de Goethe en Poesía y
Verdad. Se dedica al análisis biográfico del autor, y
aunque se diga que no existe un aporte que se vincule
11
Sobre esto, analiza Harold Bloom, destacando paralelamente ciertos errores que también
han sido ya enunciados con anterioridad por otros autores, como la cuestión edípica en
Hamlet, que remontándonos al texto sí posee sus limitaciones en la lectura Freudiana.
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con lo literario, podría considerarse el inicio para los
estudios
biograficos-literarios
dentro
del
marco
Psicoanalítico..
- 1919, Lo Siniestro.- Aquí analiza, El Hombre de la
Arena y
Los Exiliares del Diablo de
Hoffmann.
Señala que todas esas temáticas vinculadas a lo
terrible, lo siniestro propiamente, tiene una estrecha
conexión con la angustia de castración. De allí la
preferencia tanto de escritores como lectores a estas
temáticas, mediante el “principio de repetición”, a
través de
la fantasía, a manera de forma para
disolverlos. Además habla sobre el doble en la
literatura, el Yo fantástico, que captará todos los
fantasmas y alivianará al Yo real.
- 1928, Dostoyevsky y el Parricidio (Estudio sobre
Los hermanos Karamasov).- En este trabajo, Freud
fusiona finalmente tanto la temática de la obra literaria
con la cuestión biográfica del autor y con las facetas
de su personalidad: poeta, neurótico, moralista y
pecador.
Trata sobre el Parricidio de los personajes, frente al
odio
del
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padre
de
Dostoyevsky,
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el
odio
que
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corresponde al asesinato, la culpa y la necesidad del
castigo. La obra es vista como un acto de proyección y
de sublimación que disminuye la ansiedad biográfica
del autor. Además realiza un estudio comparativo de la
recurrencia de este tema: el parricidio, con otras dos
obras maestras de la Literatura Universal: Edipo de
Sófocles y Hamlet de Shakespeare.
- 1942, Personajes Psicopáticos en el teatro.- Nos
habla de la catarsis que experimenta el espectador, el
proceso de identificación con los personajes, Utiliza
nuevamente Hamlet para demostrar su teoría. .
1.2 CARL GUSTAV JUNG12 Y SU RELACIÓN CON EL
ANÁLISIS LITERARIO.
Posterior a Freud, aparecen nombres trascendentales
tanto para el área clínica como para los estudios
culturales. Entre ellos, debemos mencionar al autor,
de una de las teorías más importantes que han
permitido el avance de la correlación Literatura–
12
Jung nace en Zuiza 1875. Psicoanalista, discípulo de Freud, pero algunas investigaciones
que se oponen como: el inconsciente colectivo, la determinación de que el sexo no es la
fuente de conducta normal o patológica se separa de su círculo de estudio. Médico,
desempeñó la cátedra de Psiquiatría, que luego abandona para dedicarse a la psicoterapia.
Curioso e investigador viajó por el Africa y Centro América con el objeto de investigar la
sicología primitiva, entre sus temas más importantes se encontraron la religión y las
mitologías. Algunas de sus obras más importantes inician con su tesis doctoral Sicología y
Psicopatología de los fenómenos ocultos (1902), Sicología de la Conciencia (1920), Tipos
Psicológicos (1924) El Yo y la Inconsciencia (1948), etc.
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Psicoanálisis, alcanzando la construcción de una
nueva visión semiótica para la comprensión de todo
arte y todo Producto Cultural Humano, guiado por su
gran aporte del Inconsciente Colectivo.
De la vasta teoría jungiana, analizaremos ciertos
conceptos claves entre los cuales:
a) La magnitud de la Libido.- Si recordamos que
para Freud, la libido hizo referencia a la parte
pulsional estrictamente sexual del individuo, -y
aunque no con esto, se ha debido entender al
término sexual como exclusivo de genitalidad o
conceptos afines, sino más bien como una
tendencia
instintiva de búsqueda de placer del
hombre, búsqueda innata e indiscutible- ; para
Jung, la Libido corresponde a un concepto incluso
mucho más amplio. Por su parte, considera que la
Libido representa esa
“fuerza creadora y
generadora”13 – aunque esta fuerza no se exenta
del placer -, que distingue al hombre de las demás
especies animales.
Pulsión que lo conlleva a la
construcción de si mismo - en
el proceso de
individuación- , y del mundo que le rodea.
13
Jung, Carl Gustav, Transformaciones y símbolos de la Libido, pág. 138
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Por tanto, la libido comprende esa energía que
aflora hacia la realización del hombre. Y por esta
fuerza creadora y generadora, el hombre busca la
construcción artística, su perpetuación mediante
ésta, y no limitadamente
por un fantaseo que
permita la disminución de la angustia, o por una
tendencia defensiva yoica.
b) El Inconsciente Colectivo.-
Es considerada la
teoría más importante de los trabajos de Jung.
Constituye un poderoso influyente en el psiquismo
del hombre. El autor,
no niega al inconsciente
individual freudiano, sino que agrega a éste, un
plano más profundo, denominado: Inconsciente
Colectivo, depósito de las huellas némicas latentes,
heredadas del pasado ancestral del ser humano, no
solo de la historia racial de la humanidad sino
incluso,
de sus antecesores prehumanos o
animales.
Se lo considera como el residuo síquico del
desarrollo evolutivo del hombre, acumulado como
consecuencia de experiencias repetidas a través de
muchas generaciones, posee permanencia casi
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absolutamente desligada a todo lo personal y
parece ser universal. De allí, aparecen temas
comunes como el temor a la oscuridad, a las
serpientes, esto responde por ejemplo, a que
nuestros antepasados primitivos hallaron muchos
peligros y dificultades a la oscuridad y fueron
víctimas de serpientes venenosas.
El inconsciente colectivo es el fundamento social y
heredado de toda la estructura de la personalidad,
sobre él se rige el yo, el inconsciente personal y las
demás adquisiciones personales.
No se deben considerar a los conceptos del Jung,
como opuestos a los de Freud,
sino como una
ampliación de su teoría. Manifestación muy clara de
esto es, por ejemplo, el hecho de que si bien para
Freud no existió el término “inconsciente colectivo”,
ya
abordó
temáticas
simbólicas
de
carácter
universal, como la propia tragedia de Edipo, que
responde a fenómenos inconscientes universales
productos de una evolución psico-sexual natural del
hombre.
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Es importante destacar que también para Jung,
existe un determinismo que será la base de la
conducta humana.
La diferencia de este determinismo psíquico entre
Freud y Jung, se encuentra en que para el primer
autor, la base determinante en la construcción de la
personalidad del individuo y por ende su conducta,
está condicionada por los hechos de la primera
infancia, mientras que, Jung, sin negar esta teoría,
suma a estos determinantes, influencias culturales,
colectivas, e incluso prehumanas.
c) Los Arquetipos.-
Su primer estudio sobre los
Arquetipos lo realiza en Transformaciones y
Símbolos de la Libido, a propósito de las fantasías
de Miss Miller. La propuesta de Jung, en este caso,
es contraria a la de Freud, quien en sus análisis,
busca los determinantes individuales y de alguna
manera
“reductivos”.
Para
Jung,
habrá
que
encontrar determinantes “amplificados”, para la
comprensión de muchos fenómenos humanos, que
se relacionarán con mitos, el folklore, el arte
popular, etc.
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Así, las partes constitutivas del inconsciente
colectivo, son denominadas de diversas formas, ya
sean imágenes mitológicas, patrones de conductas,
pero de manera más común, arquetipos.
Este Arquetipo “es una forma de pensamiento
universal
que
contiene
importante
elemento
emocional y crean imágenes o visiones que
corresponden a ciertos aspectos de la situación
consciente en la vigilia normal”14.
Es un depósito, en la mente, de experiencias que
han sido constantemente repetidas a través de
siglos de generaciones en generaciones. Los mitos,
los sueños, los ritos, los síntomas neuróticos, el arte,
la
Literatura,
constituyen
fuentes
para
el
parte
de
conocimiento de estos arquetipos.
Al
igual
que
Freud,
y
la
mayor
Psicoanalistas, también se interesó en gran mediada
en la Literatura y su relación con la interpretación
psicoanalítica.
sintetizar
De sus trabajos,
algunos
aspectos
alcanzamos a
básicos
en
la
interrelación Literatura – Psicoanálisis:
14
Balarezo, Lucio, Introducción a la Psicoterapia. Pág. 220.
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- Hace hincapié en el fenómeno simbólico de los
sueños y su analogía con la obra artística
ampliando la teoría inicial de Freud.
“Así es que una palabra o una imagen es
simbólica cuando representa algo más que su
significado inmediato y obvio”15
- Considera
que
pensamiento
la
obra
primitivo
que
literaria
nubla
satisface
una
al
cultura
superior, hecho que también sucede en los sueños.
- Defiende que en la fantasía, en analogía a la obra
literaria, hay una forma de compensación donde se
cohesionan, tanto el contenido latente como el
manifiesto.
- Al igual como lo plantea la teoría freudiana, para
Jung, existe un mecanismo de identificación de los
espectadores o lectores con respecto a
los
personajes ficticios.
Hasta aquí, podremos notar el primer conflicto “aparente”
que
nos
suscita
por
trabajar
con
varias
teorías
psicoanalíticas conjuntamente, y que, en repetidas
15
Jung, Carl. El Hombre y sus símbolos, pág. 20
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ocasiones parecen oponerse entre si. Hay que reconocer
la importancia en establecer los límites que nos permitan
la comprensión o aproximación psicoanalítica a la obra
literaria haciendo uso de uno u otro corpus teórico para
la aplicación de las mismas en pertinencia con el autor,
obra o incluso lector a tratar.
No es sencillamente establecer una hermenéutica o ley
fija. Todo producto cultural humano, en el que se registra
la Literatura, por ser elaboración del hombre, es tan
subjetivo como su psiquis y por ende los resultados
interpretativos. Por lo tanto, dependerá mucho de la
experiencia del analista, como de cierta
especial,
habilidad
para no dejarse llevar por reglas o normas
específicas, que nunca se ajustan ni al acto creativo, ni a
su estudio, y menos aun, a la comprensión o intento de
comprensión del hombre.
Frente a estos dos autores y el correspondiente trabajo
que continúa, será por ejemplo,
línea divisora entre las
ardua tarea hallar la
influencias de “los primeros
tiempos” - inconsciente individual
de Sábato- , y los
determinantes inquebrantables del inconsciente colectivo.
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Porque estos dos términos,
inconsciente individual–
inconsciente colectivo, que aparentan una oposición
notable o incluso una contradicción analítica, - donde un
símbolo X, bien podría corresponder a una fijación infantil
o a la presencia de un arquetipo ancestral -, ofrecen
igual posibilidad de error para cualquiera de los dos
casos,
si el analista no ha sabido cohesionar
correctamente el símbolo con los demás elementos del
análisis, lo que es, en términos de Freud, el alcance de
la asociación.
En resumen, lo que se intenta decir hasta aquí, es que
la clave para el logro del analista, que juega con estas
teorías que a simple vista son antagónicas, dependerá
de su capacidad para resolver las interrogantes
que
respondan a la separación entre aquellos causales
individuales,
afluencias del inconsciente infantil de su
autor, lector
o personajes, ansiedades y procesos de
censura, fijaciones etc., frente a un tema, un personaje,
un diálogo, un símbolo universal, colectivo, cultural, un
arquetipo; encontrado el umbral donde el autor cruza la
barrera de su individualidad a su presencia en la historia,
a su pasado ancestral , a su voz cultural.
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1.3 OTTO RANK16: HACIA SU TEORÍA DEL TRAUMA
DEL NACIMIENTO
Dentro de los más destacados autores del Neo–
Psicoanálisis es importante nombrar,
al único autor
psicoanalítico que dedicó un enorme tiempo de sus
estudios a sus investigaciones sobre “El trauma del
nacimiento”,
teoría
fundamental
para
el
trabajo
interpretativo que veremos en los capítulos posteriores,
por el evidente carácter biográfico que posee la obra de
Ernesto Sábato.
Resumamos entonces, algunos de los aspectos que más
nos interesan de su teoría:
a) El Núcleo de la Personalidad.- Todo el desempeño
humano expresa la tendencia de reducir al mínimo el
temor a la vida, al mismo tiempo que se reduce al mínimo
el temor a la muerte.
Los términos de vida y muerte poseen un significado
especial para esta teoría. La vida equivale al proceso de
16
Nació en Viena, Austria, 1884. Murió en Nueva York en 1939. Fue miembro del círculo
íntimo de Freud. Practicó la Psicoterapia pero también se interesó en la Psicopatología.
Además de su propia obra escrita, fundó y dirigió tres influyentes periódicos europeos
consagrados al psicoanálisis. No fue médico, se formó en filosofía, sicología, historia y arte.
Esto fue un gran estímulo para Freud y su círculo. Se separó de Freud, por sus teorías
eróticas.
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separación e individualización, en cambio la muerte es lo
contrario, la unión, la fusión y la dependencia.
Así la tendencia nuclear se refiere a dos temores
contrarios.
La posibilidad de ser un individuo aislado y la de fundirse
con el mundo y con otras personas.
b) Naturaleza y fundamento de los temores.- Los dos
temores se manifiestan como estados de tensión
desagradable, así la tendencia general del individuo es la
reducción de la tensión.
Aunque incluso puede coincidir con Freud, en que cada
individuo posee ciertos instintos biológicos, como el
alimento, el agua, el sexo. Rank, no le concede principal
importancia a estos aspectos en la comprensión de la
personalidad.
Así para Rank, los instintos biológicos no suministran la
base intrínseca del conflicto. Es mucho más importante la
tendencia inexorable de los seres vivos a separarse e
individualizarse.
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El acto mismo de iniciación de la vida. El nacimiento es
una separación entre el individuo, y el cuerpo de la
madre.
c) El Trauma del nacimiento .- Para el autor, el nacer
es una experiencia profundamente traumática, porque el
individuo debe renunciar al medio cálido y relativamente
constante
del
útero,
donde
se
satisfacen
automáticamente sus necesidades, para pasar a un
mundo donde por primera vez se experimenta la
incomodidad, y las necesidades son atendidas de modo
insuficiente y tardío.
Al principio de su carrera, Rank consideró el trauma del
nacimiento como el hecho más significativo de la vida del
hombre, pero después,
si bien le concedió un lugar
fundamental de su teoría, la identificó como la primera,
pero solo una más, de una larga serie de separaciones
que marcan la vida del sujeto.
Afirma que las separaciones se originan en los procesos
biológicos, sicológicos y sociales
concomitantes a la
vida, como la separación del niño de su madre, para ir a
la
escuela,
para
alcanzar
su
independencia
en
alimentarse por sí mismo, etc.
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JULIA
KRISTEVA:17
UN
CONCEPTO
DE
INTERTEXTUALIDAD
Dentro de los aportes más representativos y de boga en
la semiótica planteada por esta autora francesa, también
de corriente neo-psicoanalítica, es importante enunciar el
valioso tema de la intertextualidad, concepto que abarca
un análisis cultural bastante amplio en la interpretación
artística
y
que
cruza
los
límites
del
término
“intertextualidad” originalmente planteado por M. Bajtin,
y posteriormente por
Jauss,...,
autores como Genette, Isser,
que esquematizan el
análisis al plano
netamente textual, donde situamos conceptos básicos
como: hipertexto, hipotexto, intertexto....
Sin embargo, a estos conceptos no se limita la totalidad
del término “intertextualidad”, propuesto por Kristeva.
Este término representa el verdadero proceso intertextual
17
Julia Kristeva.- Nace en Bulgaria, 1941. Trabaja como periodista y se doctora en
Lingüística en 1966, año en el que viaja a París, con el propósito de ayudar a Claude LéviStrauss en el Instituto de Antropología Social. Se une al grupo Tel Quel de Philippe Sollers y
Roland Barthes y participa en los seminarios de Jacques Lacan. Su formación lingüística se
refuerza con sus estudios de antropología y psicoanálisis. No tarda en convertirse en una
figura destacada en el mundo del pensamiento francés. Como profesora universitaria
enseña lingüística y psicoanálisis en la Universidad París VII. Es doctora Honoris Causa por
la Universidad Libre de Bruselas. Está en posesión de la Legión de Honor francesa. Entre
sus muchas aportaciones, en el campo de la semiótica cabe destacar la definición y estudio
de la “intertextualidad'. Entre sus obras, Des Chinoises (1974), La traversée des signes
(1975), Pouvoirs de l'horreur (1980), Le langage cet inconnu (1981), Histoire d'amour
(1983), Au commencement était l'amour, Les Nouvelles Maladies de l'âme, Soleil noir,
Etrangers à nous-mêmes (1988), Les Samouraïs (1990), Le Temps sensible, La Révolte
intime, Visions capitales, Le génie féminin.
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tanto en la creación literaria como en toda producción
artística y humana.
De su concepción sobre la “intertextualidad”, considera el
hecho de que ningún sujeto/autor puede producir un
texto/obra autónomo/a, sin un antecedente.
caso, no nos referimos únicamente
En este
a antecedentes
textuales que basan la conexión de obras con obras, e
incluso temáticas universales - arquetipos
tragedia edípica -
como la
en la re-elaboración textual, sino
además de todo el acervo cultural, tradicional, de
aquellos contenidos adquiridos tanto conscientemente
(en Sábato, influencias bibliográficas como Kafka,
Dostoyewsky,
Sartre,
Camus,...)
como
inconscientemente, desde la primera etapa de la vida,
sus traumas, frustraciones, fijaciones, etc.
“Tout texte se construit comme une mosaïque
de citations, tout texte est absortion et
transformation d'un autre texte”18.
(Todo texto se construye como un mosaico de
citas, todo texto es absorción y
transformación de otro texto)
18
Kristeva Julia, citado en: http://www.cmmoreno.net/definiciones.htm
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Y al hablar de “textos” no nos referimos estrictamente a
las obras literarias que fluyen como palimpsestos entre la
literatura
contemporánea,
sino
que
asumimos
y
aceptamos, que el texto es mucho más, pues todo
aquello
permisible
de
verbalización
ha
de
ser
considerado como tal; un producto cultural humano,
cualquiera que este sea, como un dios, un mito, un
fragmento de leyenda, un cuadro, un color, corresponden
sin lugar a dudas a un texto, pero acaso un recuerdo de
la infancia, un trauma, una alegría, un deseo reprimido,
un símbolo producto de desplazamientos provocados por
la censura a través de un sueño, una regresión a un
estadio que apenas y es exteriorizado por pequeñas o
grandes pulsiones del inconsciente..., al momento de ser
re-elaborado y formulado mediante la palabra, el ser
humano no lo convierte, de alguna manera, en una
especie de su único e irrepetible Neo-Texto.
Retomando la cita de Kristeva, observamos que, para el
efecto intertextual,
deben
cumplirse
dos procesos
consecutivos: Absorción y Transformación.
El primero, corresponde a
voluntario como
JULIA AVECILLAS A.
un mecanismo tanto
involuntario, es decir, consciente e
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inconsciente, mediante el cual nos desarrollamos en una
cultura. Aprendemos en este instante. De esta manera,
los textos adquiridos no son únicamente los referentes
literarios
que
emergen
de
la
obra
principal,
recordándonos sus antecedentes textuales, donde el
autor, generalmente, saca a relucir las obras literarias
que con mayor intensidad han marcado su vida,
incluyendo
las
suyas
propias
(como
posteriormente sucede en las novelas de
veremos
Sábato, y
especialmente en el Abaddón...).
Los verdaderos
textos que buscará conectar la
intertextualidad de Kristeva dentro de una perspectiva
psicoanalítica,
son incluso aquellos adquiridos mucho
antes del propio aprendizaje del lenguaje, diríamos aquí,
del nacimiento, lo que corresponde a un seguimiento
tanto de la lectura freudiana como de los aportes de
Jung. Inconsciente individual e Inconsciente Colectivo se
cohesionan, para “transformarse”, posteriormente, en un
nuevo campo semántico interno del individuo.
Así en el momento de la transformación, se le permite al
sujeto
desarrollarse
históricamente.
Aquí
esos
fenómenos asimilados, se deberán adaptar al contexto y
situación del sujeto, por lo tanto, hablamos de un
JULIA AVECILLAS A.
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componente dinámico, individual, “transformador”, donde
se busca una respuesta textual a esos otros contextos y
textos aprendidos en el tiempo de nuestra construcción
psíquica continua. Es así como podemos comprender a
la cultura, mediante estos dos procesos que son, en
esencia, lo que permiten la formación y reformación de la
misma.
Hemos analizado brevemente algunos de los más
conocidos
interrelación:
conceptos
representativos
Literatura-Psicoanálisis,
para
pero
la
no
pretendemos decir, que hasta aquí, se hayan agotado
las amplias y variadas teorías que podrían servir para
estos fines. Sin embargo,
los conceptos que se han
señalado, han sido presentados por su pertinencia con el
análisis que se elaborará en los capítulos siguientes, y
que será destinado a la obra y universo literario del autor
argentino, Ernesto Sábato.
1.5 EL MOMENTO HISTÓRICO DE DESARROLLO
DEL PSICOANÁLISIS Y SU RELACIÓN CON EL
ARTE/LITERATURA.
Durante el período de desarrollo y auge de la teoría
freudiana y post-freudiana, el mundo atraviesa históricos
cambios ideológicos, filosóficos, artísticos, y con esto,
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nuevas formas de expresión
“incomprensión” social.
como de comprensión e
Las vanguardias, la expansión
del existencialismo, los - cada día más poderososavances científicos y tecnológicos, utopías comunistas
que aparecen y desaparecen con sus propios ideólogos,
son claros ejemplos de estos históricos momentos,
período
desde
los
inicios
de
Siglo
XX
hasta
aproximadamente los 60´s –70´s.
Pero los tiempos más trascendentes para la humanidad
completa y especialmente para Europa, se sitúan entre
los años 1914-194719,
años de las dos Guerras
Mundiales y período entre guerras, época de destrucción
y pobreza,
de
genocidios y cataclismos, de bombas
atómicas.
Por estas épocas, aparece en Europa un conjunto de
movimientos artísticos denominados Las Vanguardias.
1.5.1 LAS VANGUARDIAS.
Fueron diversos movimientos artísticos, que hacen su
aparición
entre
Aproximadamente
las
desde
dos
guerras
inicios
de
mundiales.
la
primera,
alcanzando su auge en los años siguientes, decayendo
19
I Guerra Mundial: 1914-1918 - II Guerra Mundial: 1939 – 1945
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hacia
1920-1930,
y
desapareciendo
poco
tiempo
después.
Sus representantes vivieron en carne propia estas
catástrofes, y fueron considerados –en su mayoría- como
“antipatriotas”, por no formar parte de la guerra. Sin
embargo, posteriormente con el desarrollo de estos
movimientos,
surgen
grupos
que
sí
se
suman
“bélicamente” a la problemática vivida.
Entre
las
características
más
destacadas
de
las
vanguardias ponemos citar:
- Oposición a las estéticas
normas establecidas en
naturalistas como a las
los antiguos
modelos
creativos.
- Formas artísticas de minorías, “elitistas” y sus diversos
grupos tomaron una posición donde cada vez
intentaron crear una “nueva” forma de expresión
artística.
- Fueron grupos condenados a la fugacidad como al
perecimiento,
por
esa
continua
búsqueda
y
experimentación de lo nuevo.
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- El
lenguaje
tuvo
un
papel
preponderante,
considerándose como un medio de expresión de la
experiencia artística.
Con estas posiciones comunes, aparecen una serie de
movimientos artísticos con el nombre de “vanguardias”,
cada uno con sus distintos e individuales esquemas
creativos, promulgados especialmente a través de sus
correspondientes manifiestos. Entre los movimientos
artísticos de vanguardia más importantes
podemos
nombrar:
El
Cubismo,
El
Futurismo,
Expresionismo,
El
Dadaísmo,
El
El
Fauvismo,
El
Surrealismo,
El
Muralismo, el Creacionismo...
Pero
entre todas estas destacadas expresiones
artísticas, una fue la que mayor conexión con el
Psicoanálisis tuvo: El Surrealismo.
1.5.2 EL SURREALISMO
Movimiento vanguardista basado en el corpus teórico
freudiano. El Surrealismo apareció como un tipo de
vanguardia que continuó en cierta forma al Dadaísmo.
Surgió tanto en lo literario como en lo pictórico.
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En su pintura, onírica y subjetiva, los surrealistas trataron
de ir más allá de la realidad visible y consciente,
explorando desde diversos lados las honduras del
inconsciente. Podemos comprender fácilmente que sus
seguidores fueron también seguidores del Psicoanálisis,
aunque de una manera indirecta se adoctrinaron y
creyeron en sus postulados, y es el punto de partida de
sus métodos creativos.
La palabra surrealismo la utilizó por primera vez el poeta
Apollinare en 1917. En 1924, André Breton publica el
Manifiesto Surrealista y un año más tarde se celebró la
primera exposición en la Galería Pierre de París, donde
participaron autores como Arp, Man Ray, André Masson,
Miró, Picasso, Ernst y Pierre Roy.
Los Antecedentes literarios más importantes de este
movimiento se sitúan en Las Iluminations de Rimbaud y
en los Chants de Maldoror del Conde de Lautreamont.
El pintor más representativo de los primeros momentos
del surrealismo
fue Marx Ernst, cuya pintura es
equivalente al automatismo psíquico de los poetas
surrealistas, y en cuyas obras aparecen animales
JULIA AVECILLAS A.
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extraños y paisajes misteriosos que configuran un
universo fantástico.
Varios críticos e historiadores de la Literatura Universal,
destacan que en los primeros momentos del Surrealismo
hay una preponderancia psicológica pero sin valor
estético, efecto que llevó a muchos autores a procesos
creativos
limitados
a
una
“escritura
automática”
equivalente al relato a presión y la asociación libre de
ideas, lo que para ellos, provocó una Literatura muy
deficiente a nivel estético. Sin embargo, posteriormente, y
no solamente en Francia, aparecen autores de renombre,
reconocimiento histórico y altas calidades literarias, como
son los casos de los españoles García Lorca y Rafael
Alberti.
Uno de los aspectos más importantes para los creadores
surrealistas fue el sueño, su comprensión de si mismos
mediante estados oniroides, negando a la inspiración
proveniente de fuentes externas, y considerando que ella
solo puede fluir del interior mismo del hombre. Se
consideró al arte surrealista como una fuente de
liberación para sus autores. Cabe destacar que para
ellos, los fundamentos psicoanalíticos promulgados eran
notablemente freudianos.
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La evolución del arte surrealista - como movimiento - se
debe en gran medida a la producción de los tres
Manifiestos de Bretón. En
su primer momento,
el
surrealismo hizo gran uso de lo conocido como el
automatismo, la autohipnosis, los sueños provocados y
los juegos colectivos - como los conocidos cadáveres
exquisitos -. Su arte se instaura en una guerra inicial
hacia los antiguos conceptos de producción artística.
Entre 1924-1929, el Surrealismo encabezado por el
mismo Bretón se interrelaciona con el Comunismo,
excluyendo a autores como Artaud, Desnos y Soupault,
apareciendo el Segundo Manifiesto (1930), donde el
movimiento parece conectarse con un sentido social,
ensayando una propuesta política, y realizando la
actividad
surrealista
del
grupo
en
secreto,
pues
consideraban que su grupo debería ser una sociedad
secreta donde debe rehuirse la aprobación del público. A
este segundo momento del movimiento se suman autores
como Dalí y Tzara.
Un tercer manifiesto aparece más tarde, y con él, una
nueva época
para sus creadores, retornando al
esoterismo y a muchos aspectos nucleares que sirvieron
como base para la aparición del movimiento.
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Hace
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hincapié en la petrificación de las ideas y la degradación
de la obra literaria. Se destaca Duprey. Establecen como
método del surrealismo: el automatismo, el azar y el
onirismo, especialmente en la poesía.
Pero
el
surrealismo
ha
sido
entre
los
diversos
movimientos de vanguardia, sino el que más secuelas ha
dejado a la literatura y
influyentes,
desaparición.
pese
Sus
a
arte actual, uno de los más
su
degradación
imágenes,
y
perduran
posterior
en
nuevos
autores, en grandes autores de nuestra literatura, ya no
como autores surrealistas, -lógicamentecreadores
que
hacen
uso
sino como
conciente
o
inconscientemente, del surrealismo y sus técnicas. Así,
es innegable que este movimiento ha sido uno de los
pocos pertenecientes a las vanguardias, que forma parte
de la literatura de hoy, y no como meros retornos a una
literatura experimental, el surrealismo nunca fue una
simple experimentación, sino mas bien una nueva forma
de comprensión del “concepto de creación artística”, una
nueva poética creativa y de allí su influencia en autores
como en el propio Sábato.
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1.6 APARICIÓN
LITERARIA
Y EVOLUCIÓN DE LA “CRÍTICA
PSICOANALÍTICA”:
ALGUNOS
AUTORES IMPORTANTES
El interés por la interpretación psicoanalítica a las obras
literarias,
inicia
al poco tiempo de la aparición de la
Interpretación de los Sueños (1900), obra que, como ya
lo hemos
mencionado, marca una nueva forma de
comprensión no solo de la expresión artística, sino de los
diversos productos culturales humanos como: el mito, la
religión, las costumbres, el folklore, etc.
En estos primeros momentos, ya se determinó la
presencia de dos contenidos que estructuran la obra
literaria, en analogía20 con la construcción onírica: el
contenido manifiesto, aquel explícito y directo que puede
ser comprendido mediante una primera lectura, cuyo
lenguaje es directo, y su mensaje es en cierta manera
esa especie de disfraz que utiliza el autor para remitirnos
la verdadera historia;
y por otra parte está la historia
oculta, aquella que en cambio representa el contenido
latente de la obra, los deseos y las pulsiones disfrazadas,
los mensajes inconscientes que se le van de las manos al
propio autor, y que, en cierta manera, ni él mismo sabe en la mayoría de los casos- , que existen.
20
Pero esta analogía no fue planteada por los estudiosos de la Literatura, sino por el mismo
Freud, a propósito de sus interpretaciones artísticas.
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Se encontraron además en las obras artísticas, residuos
del desarrollo psico-sexual de su autor, resultados de
fijaciones
de
la
primera
infancia,
satisfacciones
inconscientes mediante la obra. El acto maduro de la
sublimación, un desplazamiento constructivo que permite
canalizar las angustias del hombre maduro como en el
juego el niño al eludir la realidad. Se analiza también el
proceso de “identificación”, proyección del autor en sus
personajes satisfaciendo muchos deseos reprimidos.
El trabajo del crítico se equiparó en estos primeros
momentos, con el de un psicoanalista, haciendo de las
obras y de sus autores una especie de psicoanálisis de
sus personajes y escritores.
Pero con la revisión de Jung, aparecen nuevos trabajos:
la denominada:
mitocrítica y la crítica arquetípica,
análisis y elaboraciones semióticas de las obras y su
relación con la cultura y la historia universal.
Entre los más destacados primeros investigadores
seguidores de Freud y Jung, en el análisis del arte, se
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encuentra Charles Baudouin21 , quien se interesó en el
tema de la creación literaria partiendo de mitos, y de los
complejos primitivos, como de la construcción simbólica
universal y el inconsciente colectivo. En la Literatura, su
trabajo más reconocido fue, El Psicoanálisis de Victor
Hugo.
René Laforgue, escritor francés, dedicó su trabajo y vida
a un estudio psicoanalítico de la neurosis de Baudelaire,
interesándose por la psicopatología del escritor.
Marie Bonaparte, analizó tanto la obra como su relación
con la vida de Allan Poe.
Pero fue Jean Delay , quien entre 1950-1960 utilizó por
primera vez la teoría freudiana en una obra de Crítica
Literaria, apareciendo con esto una especie de vertiente
de la conocida psicobiografía.
Desde entonces una continua aparición de trabajos
surgen en Europa y América, entre ellos tenemos:
Janine Chahasseguet-Smirgel con su estudio a la obra de
Samuel Beckett.
21
Baudouin, nace en Ginebra, primer escritor en lengua francesa que consagró su trabajo al
estudio psicoanalítico del arte.
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Gilberte Aigriesse, quien se dedica especialmente a un
estudio simbólico jungiano de la obra de Paúl Valéry.
Didier Anzieu, que elabora un estudio “del discurso de lo
obsesivo en las novelas de Robbe – Grillet”22
Jean Gillibert, quien retomando los conceptos freudianos,
se dedica al análisis de los fenómenos de creación
literaria.
Gérard Mendel, intentó elaborar una nueva teoría a la
que denominó como “sociopsicoanálisis”, representando
sus teorías según el modelo freudiano, a través de
análisis literarios.
Jacques
Delatre,
se
encargó
del
tema
de
la
homosexualidad en las obras literarias, analizando las
novelas de André Guide, Marcel Proust, y Henri de
Montherlant.
El
siguiente paso de evolución importante en los
estudios ya de relación interpretativa Psicoanálisis–
Literatura, se da a partir del Estructuralismo y Postestructuralismo, donde aparece una reformulación de las
22
Clancier Anne, Psicoanálisis - Literatura - Crítica, pág. 96
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teorías freudianas con la fusión marxista, feminista y
decostructiva. En esta línea, aparece la influencia de los
trabajos de J. Lacan, especialmente a partir de la
aparición de su Seminario sobre la carta robada, donde
el psicoanalista francés, toma un cuento de Allan Poe
para
la
explicación
de
una
de
sus
teorías
del
funcionamiento del inconsciente.
Posterior a Lacan, y bajo su influencia, se pueden
nombrar
autores
como:
André
Green,
Laplanche,
Mannoni, J. B. Pontalis, Guy Rosolato, Jacques Cain.
Pero la mayoría de estos
estudios de la Literatura,
autores, fueron más que
seguidores del Psicoanálisis
que aplicaron sus estudios a obras literarias, siguiendo
los modelos de su propio precursor, fusionando sus
investigaciones psicoanalíticas con su interés literario.
Así que, paralelamente nos encontramos con otro tipo de
investigadores,
aquellos
que
a
diferencia
de
los
anteriores, tenían una finalidad mucho más específica en
cuanto
al
análisis
literario:
el
“Análisis
Literario
Psicoanalítico”, la Crítica en sí, apareciendo los trabajos
de la famosa Crítica Literaria Psicoanalítica, trabajos que,
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como es de suponer,
nunca alcanzaron el nivel de
Crítica, en un sentido estricto y riguroso, pero son, sin
lugar a dudas, un aporte valioso e inédito en la búsqueda
de caminos y metodologías para la interpretación de las
obras artísticas.
Entre este nuevo grupo de escritores podemos nombrar:
A. Thibaudet, A. Beguin, M. Raymond, M. Alberés, (19201946) todos estos autores de lengua francesa,
dedicaron, independientemente,
se
al intento de una
“hermenéutica”, de la construcción de algunos esquemas
de análisis literario psicoanalítico.
Entre los críticos, que continúan a 1946, tenemos a
Goerges Blin, Guy Michaud, Gaëtan Picon,
y Claude
Vigée.
Y así en una continua evolución de trabajos, la crítica
literaria, o como bien, ahora se prefiere denominar, el
acercamiento a la Literatura desde una perspectiva
psicoanalítica hizo uso de la interdisciplinaridad para sus
aportes, apareciendo conexiones ya no solo con la
lingüística, sino con otras áreas. El mismo Lacan,
conectó a Derrida y Saussure, en sus trabajos. Los
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existencialistas no podían quedarse atrás y de allí, hasta
la
actualidad
encontramos
autores
como:
Serge
Doubrovsky, Bernard Pingaud...
Uno de los autores más importante en lengua española,
que ha dedicado su trabajo a la elaboración de pautas y
estudios
para
la
aproximación
literaria
mediante
esquemas psicoanalíticos es sin duda Carlos Castilla del
Pino, quien además nos ha ofrecido interrelaciones de la
teoría freudiana con el marxismo y otras áreas.
Autores más recientes de lengua española son: Daniel
Gerber, Fernanda Navarro, Edwin Sánchez, Frida Saal,
entre otros.
1.6.1CLASIFICACIÓN
PSICOANALÍTICA
DE
LA
LITERARIA”23
OBJETO ATENDIDO: OBRA,
“CRÍTICA
SEGÚN
EL
ESTRUCTURA,
AUTOR Y LECTOR.
A partir de estos diversos estudios, alcanzamos una
clasificación sintetizada - que hasta la actualidad es la
más acertada -, de los cuatro elementos específicos que
23
Es importante señalar, que el término crítica, se utiliza en virtud de la denominación a los
primeros trabajos interdisciplinarios Análisis Literario – Psicoanálisis, mas no, considerando
la verdadera acepción de crítica como tal.
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encargará la interpretación psicoanalítica
del mundo
literario.
a) El texto manifiesto.- Es decir, el análisis textual
mismo, la comprensión de las historias como actos
vivenciales, que ofrece
una lectura y aproximación
distinta de las obras. Este modelo de lectura, permite
un análisis de los personajes desde el plano clínico, la
interpretación
de sus conductas, los diálogos o
discursos, etc.
b) La psicobiografía del autor y su relación con la
obra.- En cuyo análisis se busca encontrar los
causales que han motivado al novelista o autor a la
creación de su obra. El acto de sublimación, escape de
sus pulsiones en un acto creativo. Estos trabajos nos
permiten buscar en las diversas fantasías de un autor,
parte esencial
de sus datos
biográficos,
que se
cohesionan y plasman, directa o indirectamente en las
historias escritas.
El Psicoanálisis freudiano da singular importancia a la
primera infancia como determinante de las temáticas,
símbolos
y
demás
elementos
escogidos
en
la
configuración de una obra por su autor, pero la teoría
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jungiana, nos ofrece una visión más extensa, el
cuestionamiento cultural que ha conllevado a sus
autores al tratamiento reiterativo de
temáticas
universales, permitiéndonos la presencia de temáticas
que emergen de nuestro pasado ancestral, de lo
conocido como ese maravilloso y extenso inconsciente
colectivo.
El texto ofrece un proceso en el que tiene lugar la
proyección, identificación, la presencia de deseos no
satisfechos de la misma forma como sucede en los
sueños, haciendo uso de formas y mecanismos de
ocultamiento por efecto de la censura. Pero además,
como en el propio sueño puede suceder, aparecen
símbolos que representan nuestra historia humana, e
incluso prehumana, temores a las cuevas, a los
abismos, a la ceguera o al fuego, que corresponden a
símbolos y elementos, capaces de cruzar la barrera
de su origen personal.
c) El acto creativo.- Permite el análisis de los distintos
mecanismos de construcción ya planteados desde el
propio
Freud.
Procedimientos
de
elaboración
simbólica, de condensación y desplazamiento, se
relacionan con la construcción onírica, donde de la
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misma manera como en la construcción literaria
aparecen estrategias de ocultamiento por la censura; y
verosimilitud, por la obligada externalización, surgen
variados procesos de ocultamiento.
d) El lector.- A través de este análisis, se busca la
comprensión por la preferencia del receptor (lector espectador) sobre una temática u otra. El mecanismo
de identificación que conlleva al denominado goce
estético, la compensación, el efecto catártico de la
lectura
que
disminuye
la
ansiedad
y
logra
la
internalización de las historias.
1.6.2 PRESENCIA DEL PSICOANÁLISIS EN LOS
ESTUDIOS LITERARIOS LATINOAMERICANOS Y DEL
ECUADOR
A América Latina, llega el Psicoanálisis paralelamente
con el Surrealismo. De allí que, en los países que se
destaca el movimiento y aunque no estrictamente como
movimiento puro, sino por la influencia de las técnicas
surrealistas
en
sus
obras,
es
donde
aparece
particularmente el interés por la interdisciplinaridad
Literatura- Psicoanálisis, hecho que nos permite nombrar,
de manera especial, a Argentina y Chile.
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Por otra parte, sabemos que estos países, por efectos
culturales e históricos,
han permitido una gran
asimilación de conceptos europeos y especialmente
franceses, provocando que
autores como el propio
Freud, Jung, Lacan, Rank, Kristeva, tengan
una gran
acogida por los estudiosos tanto del psicoanálisis como
de la crítica y el arte en general.
Resultado de esta realidad, es por ejemplo, la presencia
de la gran Escuela Psicoanalítica Argentina, la cual tuvo
su inicial interés de estudio, en las obras completas de
Sigmund Freud, pero que luego continuaron
su
adoctrinamiento en otros autores, hasta llegar a los
actuales neo-psicoanalistas, siendo este país, quizá en
toda Latinoamérica,
el que mayor preocupación e
inclinación por esta doctrina,
ha mostrado. Por otra
parte, México y Chile, han sido países de gran desarrollo
intelectual y que tampoco tardaron mucho para la
creación y producción de sus escuelas; teniendo como
base de interés, el área clínica, pero sin dejar de lado, la
importancia que el
propio
Psicoanálisis exigió,
la
valoración del arte y la cultura en general.
Debemos recalcar, sin embargo, que América Latina no
alcanzó autores puramente surrealistas, cuyas obras
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hayan compenetrado en dicho movimiento y sean
considerados estrictamente representantes del mismo.
Aunque autores como Huidobro o Girondo, y los propios
Escudero y Gangotena en Ecuador, muestran entre sus
obras, vivos ejemplos de las imágenes propias del mundo
inconsciente, y lo que va mas allá del pensamiento
racional. La presencia de imágenes visionarias, cuya
complejidad han enriquecido sus textos, son el resultado
que la influencia psicoanalítica/surrealista ha ejercido en
sus obras.
En lo que se refiere a la utilización de la teoría freudiana
y post-freudiana para esta comunión entre el arte y el
psicoanálisis, se crean incluso asignaturas en las
universidades de ciertos países, cuyos profesores
consideran el gran valor del conocimiento teórico de esta
interdisciplinaridad.
Otra característica del momento de arribo de las teorías
freudianas
en
nuestros
países,
es
la
presencia
simultánea de los textos marxistas. El pensamiento
socialista junto al Psicoanálisis son hacia las primeras
décadas del sigo XX, las lecturas más difundidas entre
los jóvenes estudiantes.
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El
Ecuador,
al
Latinoamericanos,
igual
se
como
enriquece
los
demás
con
este
países
doble
adoctrinamiento. El Psicoanálisis empieza a ser revisado
en nuestro país, aproximadamente hacia la segunda
mitad de la década de los 20´s, y paralelamente, llegan
los primeros textos de la teoría marxista.
Dentro de estos momentos de primera recepción
psicoanalítica, ubicamos a Humberto Salvador, valioso
escritor con notables influencias freudianas en obras
como “Esquema sexual” (1933), “Los Fundamentos del
Psicoanálisis” (1946) y “Las raíces psicológicas de la
comedia humana” (1965). Aunque su notable interés por
el Psicoanálisis no se limita a sus obras de ensayo, así
entre sus obras literarias nos encontramos con historias
que connotan con gran estridencia la influencia que esta
doctrina efectuó en sus escritos. Podemos enunciar
cuentos como: “El amante de las manos”24, “Cocktail”,
“Navaja”...
Pero al hablar de narraciones con influencia psicológica
en el Ecuador, debemos mencionar al autor de mayor
reconocimiento, incluso internacional, por su presencia
en la novela y cuento psicológico: Pablo Palacio, - autor
24
Sobre el fetichismo sexual.
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de la década de los 30´s -, en obras como “Un hombre
Muerto a Puntapies”, “El Antropófago” “Débora”...,
historias en las que, se destaca el
uso del discurso
introspectivo como base importante de sus obras, las
psicopatologías
elementos,
de
sus
personajes,
entre
otros
que si no pueden considerarse como
psicoanalíticos propiamente dichos, sí son parte esencial
del origen simbólico de la narración
psicológica en
nuestro país.
Será
apenas
hacia
la
década
de
los
50’s,
aproximadamente, que se registran trabajos que señalan
la propia correlación psicoanálisis-literatura, primeros
trabajos en los que ya se acepta la conexión establecida
entre el conocimiento o el análisis literario y la doctrina
freudiana.
En Guayaquil,
se destaca una predisposición a las
teorías post-freudianas “lacanianas”, haciendo de sus
Universidades centros de estudio de dichas teorías en su
interrelación con otras disciplinas y especialmente las
sociales (Política: Socialismo y Psicoanálisis, Filosofía:
Existencialismo y Psicoanálisis, Arte y Literatura: Crítica
Psicoanalítica).
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Posteriormente, aparecen
en las tres ciudades más
importantes del país, una especie de preferencia por
diversas escuelas, en las instituciones que hoy, en cierta
manera
pretenden
re-iniciar
esas
búsquedas
interdisciplinarias tan valiosas entre otras áreas y el
Psicoanálisis.
Se mencionó que en Guayaquil se registró un notable
interés por el Psicoanálisis Lacaniano, llevando su
influencia a la ciudad capital. Por otra parte en Cuenca,
sus
pocos
investigadores,
estuvieron
interesados
especialmente en la doctrina Freudiana, de allí los
trabajos de
Agustin Cueva Tamaríz, sobre la relación
existente entre la Literatura y el Psicoanálisis en Abismos
Humanos25.
Pero no por esto, podríamos pensar que nuestro país
hizo una Escuela Psicoanalítica, o incluso, que en la
actualidad exista un verdadero estudio de estas teorías,
pese a los actuales intereses de la Asociación Lacaniana
de Guayaquil, y otras entidades que han considerado la
importancia de esta doctrina tanto en la Clínica como en
25
Cueva Tamaríz Agustín, Abismos Humanos, Editorial de la Casa de la Cultura
Ecuatoriana, Núcleo del Azuay, 1952. (Serie de Artículos, que suman la mayoría de
trabajos del autor sobre ésta temática).
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los Estudios Culturales, pese además, del lugar donde ha
sido asignado hoy - con un siglo de retraso- el
psicoanálisis, en Universidades de Post-grados como la
Universidad Andina Simón Bolivar o la FLACSO en la
capital. Es posible - y sería de lamentar -, que estas
investigaciones sean
nada más que un juego de
“artificios literarios” que, haciendo uso de teorías que al
parecer nunca fueron valoradas como debieron en su
momento,
vuelvan
cada
día
más
elitistas
las
interpretaciones literarias o incluso los valores clínicos
que esta encierra.
Aunque es claro que actualmente sí existen nombres de
gran valor en la Crítica y Estudios Literarios de nuestro
país, que nos presentan artículos breves o largos,
superficiales o profundos, pero sobre todo, muy útiles
para quienes nos interesamos por estas áreas, así,
podríamos citar a: Abdón Ubidia, Fernando Balseca,
Alvaro Alemán,...
Autores y trabajos que nos obligan a cuestionarnos
¿porqué tras haber pasado un siglo desde la aparición
del Psicoanálisis su importancia no ha desvanecido? La
respuesta nos la dan cada uno de los nuevos autores
que siguen surgiendo en todo el mundo, y no solo en el
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área
de
estudios
investigaciones
artísticos,
psicológicas,
sino
y
en
las
propias
especialmente
de
psicodiagnóstico...
Es que el Psicoanálisis aun tiene mucho que
decirnos.
1.7 ERRORES Y ACIERTOS MÁS RELEVANTES EN
LA HISTORIA DE LA RELACIÓN “LITERATURAPSICOANÁLISIS”.-
FUNDAMENTOS
DE
SU
VALIDEZ.
Ya se ha dicho en reiteradas ocasiones que los orígenes
de la interrelación Literatura –Psicoanálisis, radicaron en
los trabajos de su propio precursor, y que, desde
entonces, una serie de investigadores entre los cuales,
algunos cuyos nombres significaron incluso escuelas
independientes:
Jung,
Lacan,
Otto
Rank,
Adler,
Kristeva..., hasta el surgimiento de trabajos que, tras el
siglo de proceso de la teoría psicoanalítica, siguen
elaborándose como
demostrando que entre estudios
culturales e interpretaciones psicoanalíticas hay un muy
notorio paralelismo, una especie de dos caminos
independientes pero que nos llevan
hacia un mismo
destino nos han mostrado la evolución de esta
interdisciplinaridad.
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Las investigaciones con las que hoy nos encontramos,
aunque con una notoria
tardanza cronológica al
surgimiento de la teoría psicoanalítica, - como son claro
ejemplo las de nuestro país -, otras, con algunas décadas
de adelanto como podemos observar en Argentina, Chile,
y las investigaciones constantes realizadas en la propia
Europa, representan precisamente esa evolución a las
interpretaciones proyectivas tanto del artista como del
receptor, ofreciéndonos
resultados cada día más
óptimos y que no se limitan netamente a los estudios
artísticos, pues ¿cual es la base del psicodiagnóstico
proyectivo de la psicología clínica actual?. ¿Acaso y no
son en efecto los
fundamentos psicoanalíticos que
respaldan la presencia de un inconsciente o de todos
esos elementos inconscientes que se plasman en el acto
expresivo-creativo tanto como en todo momento de
verbalización de un estímulo proyectivo?
En suma, se puede hacer un registro minucioso de
incuestionables errores en este intento de “interpretar o
aproximarse
al
arte
desde
una
perspectiva
psicoanalítica”, pero esto no significa que se deba negar
la cadena de aciertos y pasos positivos que permiten
aclarar la complejidad de la interdisciplinaridad e
interdependencia entre el Psicoanálisis y la Literatura.
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Es por esto que, las
cohesionan
estas
actuales investigaciones que
dos
áreas,
tanto
la
doctrina
psicoanalítica como las interpretaciones artísticas, tienen
hoy la finalidad de no “re-caer” en trabajos obsoletos, de
supremacía objetiva, y excesiva restricción, pues está
casi por demás recordar, que ni el psicoanálisis, ni el
arte, y mucho menos el hombre (creador o espectador)
es transparentemente objetivo, reducible a una fórmula, o
esquematizaciones de análisis.
Por el contrario,
está
estructurado por un sinnúmero de elementos subjetivos
que incluso, para el propio hombre, resultaría imposible
verbalizar,
y
desplazamientos,
por
ello
recurre
negaciones,...,
a
que
simbolismos,
fluyen
entre
sueños, fantasías, creaciones.
Refiriéndonos a las falencias más comunes por los que
ha atravesado la evolución de estos trabajos, iniciemos
refiriéndonos a su propia antigua conceptualización de:
“Crítica Literaria Psicoanalítica “.
Actualmente, tanto los estudiosos de la Crítica Literaria
como tal, como también aquellos que continúan estos
trabajos de interpretación psicoanalítica a las obras
artísticas, consideran que la categorización de “crítica” a
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los estudios psicoanalíticos del arte, poco o nada tiene
que ver con la misma. Efectivamente, al referirnos al
término “crítica”, el objetivo de esta área supone la
realización de juicios de valor, dentro del plano estético
sobre la obra artística, mismos que resultan imposibles
desde esta perspectiva. De tal manera, al Psicoanálisis
se le debe observar más bien como esa especie de
hermenéutica, un método interpretativo, un modelo de
acercamiento a la obra literaria, como el propio Freud ya
lo sugirió.
Partiendo entonces de esta primera enmendación sobre
la “Crítica Literaria Psicoanalítica”, podríamos enumerar
entre los desaciertos más frecuentes, los siguientes:
a) Trabajos cuyos autores han reducido su
campo de
análisis a una sola escuela psicoanalítica: Es decir, un
solo autor al que han considerado el más destacado e
importante. Claros ejemplos son las numerosas
interpretaciones lacanianas, arquetípicas jungianas.
Olvidando -al parecer- que la riqueza del psicoanálisis
se haya en la variabilidad de sus discursos, y por ende
su aplicabilidad subjetiva que concuerda con la
subjetividad del arte, y que ni Freud, ni Lacan, ni Adler,
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ni Kristeva, han sido, en ninguno de sus casos, los
únicos autores de esta teoría.
Por esta razón, encasillarnos en una sola teoría, es
mermar validez y pertinencia a todos esos trabajos
que, con su esfuerzo, realzaron la validez del
Psicoanálisis.
b) La limitación a un solo campo de análisis: Puesto que,
aquella supuesta “Crítica Literaria Psicoanalítica” que
no fue más que el inicio a la interrelación Literatura –
Psicoanálisis, se interesó de cuatro aspectos claros al
momento de los
estudios literarios:
Autor, Lector,
Estructura, Historias, motivando un grave problema,
pues en la mayoría de trabajos, sus investigadores
tomaron en cuenta, un solo elemento de análisis y
dejaron vacíos que hubieran podido solventarse si se
elaboraban trabajos menos esquemático y más
ecléctico.
c) Observar al objeto artístico como una entidad clínica:
lo que quiere decir, utilizar a la obra literaria como
modelo explicativo de sus teoría psíquicas, olvidando,
en consecuencia, que la metodología supone la
utilización de la doctrina freudiana y post freudiana
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para una posible comprensión distinta del arte y el
universo artístico que este encierra -autor-lector - .
Pese a los desaciertos enunciados, es lícito destacar,
que han existido momentos y aportes de gravitación
positiva en la evolución de este círculo Literatura Psicoanálisis
y su continuidad a un siglo de
nacimiento.
Así son innegables aspectos como:
a) Toda construcción artística posee una gran influencia
de procesamientos inconscientes de su creador, entre
los que se encuentran: el propio acto de “sublimación”,
“desplazamiento de las pulsiones hacia un objeto
creativo”, aquel mecanismo que permite la disminución
de la ansiedad producida por una diversidad de
causales tanto conscientes como inconscientes de su
autor, originadas incluso desde períodos prenatales.
b) En
el proceso constructivo y reconstructivo de la
creación artística, el
poeta y lector reviven en la
realidad de sus personajes, sus propias realidades,
permitiendo el mecanismo catártico a través de la
Literatura.
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c) Todo texto, en analogía al sueño, posee dos tipos de
estructuras en su discurso: aquella conocida como
contenido
manifiesto,
que
está
saturado
de
mecanismos de ocultamiento y de externalización, de
mecanismos
de
defensa,
de
procesamientos
lingüísticos, etc., y un contenido latente, que es el de
mayor interés para el Psicoanálisis, como también, el
elemento más trascendente para el autor y el lector.
d) Toda obra ejerce una respuesta independiente a sus
diversos lectores, lo que está marcado por aquello
conocido como la individualidad del goce estético, “la
individuación
canalizado
textual”,
por
un
permitiendo
proceso
de
el
disfrute
proyección
e
identificación que el lector percibe ante los personajes,
diálogos, historias de las obras, como de sus propios
autores.
e) No existe en ningún acto creativo, un objeto cuya base
no haya sido determinado por antecedente, en
Literatura podemos decir: No podría existir un texto,
sin la presencia de “pre-textos”. Dicho en palabras de
Kristeva “todo texto es absorción y transformación”,
pero no solamente todo texto inscrito entre páginas
sino además, todo texto digitado en nuestra memoria.
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Para
concluir,
podemos
decir
que
la
mayor
fundamentación de validez, para una aproximación
psicoanalítica a la Literatura, debe radicar inicialmente en
la aceptación de la existencia del inconsciente, existencia
que
desde
Freud,
resulta
imposible
negarla,
un
inconsciente que marca todo acto humano, sea este
voluntario o involuntario, lo que entonces, nos permite
regresar
a
la
propia
Hipótesis
Fundamental
del
Psicoanálisis: la causalidad, solo así, sea por efecto de
un inconsciente individual, o un inconsciente colectivo,
podremos entender que, ningún autor toma un tema para
escritura al azar, ningún símbolo es netamente un
recurso estilístico planteado por su autor y su gran
dominio de la escritura, ningún personaje aparece
sencillamente de la habilidad lingüística. Asimismo, que
incluso el acto más conscientemente voluntario, encierra
algunos elementos que el propio autor desconoce.
Podemos reiterar
entonces, que la preferencia de un
autor, o de un tipo de Literatura no es arbitraria a la mera
elección consciente de su lector, por el contrario, fluyen
mecanismos inconscientes que son, explícitamente
aquellos que rigen nuestra vida, nuestras búsquedas del
placer literario, y que por cierto, ha determinado la
elección de estas páginas escritas sobre Sábato
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CAPITULO 2
ERNESTO SÁBATO
¿UN AUTOR PSICOANALÍTICO O UN AUTOR
PSICOANALIZABLE?
“Leyendo a Sábato se tiene la
impresión
que
sabe
intuitivamente –o más bien como
efecto
de
una
sutil
autoobservación – todo lo que el
psicoanálisis
puede
decir
gracias al laborioso trabajo de
muchos años”
JULIO WOSCOBOINIK
Sábato y sus Fantasmas
Análisis de Informe sobre ciegos
2.1
BREVE
ACERCAMIENTO
BIOGRÁFICO
DEL
AUTOR.
Sábato nace en Rojas, Buenos Aires, el 24 de junio de
1911, a pocos días de la muerte de su hermano mayor,
JULIA AVECILLAS A.
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quien llevaba su mismo nombre, y en honor a quien fue
llamado, Ernesto. Este dato ha de ser muy importante
dentro de los elementos biográficos del escritor, puesto
que para él, como para la mayor parte de sus biógrafos,
representa parte fundamental de su vida posterior
especialmente
y
de la extraña relación con su madre,
quien conciente o inconscientemente, vio en Ernesto esa
especie de remplazo del otro, provocando también en
Sábato, esa carencia yoica, junto a procesamientos
afectivos duales, ambivalentes hacia la mujer/madre.
Sus padres fueron
Juana María Ferrari, mezcla de
italiana y albanesa, y Francisco Sábato, italiano puro,
quienes fundaron un hogar de
once hijos, entre los
cuales Ernesto fue el penúltimo.
En Rojas realiza sus estudios primarios, pero al cumplir
los 12 años, es enviado a la ciudad de la Plata, bajo el
cuidado de su hermano mayor Juan, estudiante de
Ingeniería, para cursar sus estudios secundarios en el
prestigioso Colegio de la Universidad de la Plata, lugar
donde más tarde continuó sus estudios universitarios,
alcanzando
el
corresponde a
Doctorado
en
Física.
La
ciencia
la primera área explorada por Sábato,
misma que será de gran trascendencia en su vida
JULIA AVECILLAS A.
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próxima, incluso cuando reniegue de ella por considerarla
el principio del ocaso del hombre.
Desde su adolescencia, Sábato exploró diversos caminos
y persiguió múltiples metas, y fue en esencia, lo que se
suele llamar una “personalidad multifacética”.
Paralelamente con sus estudios secundarios se vinculó
con movimientos anarquistas y comunistas que se
oponían a la problemática y dictaduras de su país,
haciendo del él, un gran ideólogo comunista que llegó
incluso al nombramiento de Secretario del Partido. Sin
embargo, abjuró de sus ideas
al comprender que
lo
conocido como “comunismo utópico” estaba muy lejos
de la realidad perversa y trágica del “comunismo
científico”, que al igual que el capitalismo, no hace más
que reprimir al hombre.
En sus viajes a
Francia, tanto por su prestigio en la
Física como por esa especie de huida al partido
comunista, se vincula vitalmente con el movimiento
Surrealista, inscribiéndose toda su actividad artística –
pictórica y literaria – de manera muy significativa dentro
de esta novísima corriente del arte.
JULIA AVECILLAS A.
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Así, Sábato se corresponde con esos personajes que
cruzan
umbrales
contradictorios,
arraigándose,
rechazando, enlazando, rescatando, partes mismas de
sus diversidades, pero proyectando cada una de ellas en
sus propias creaciones.
Por esto, ya no resulta muy difícil entender, cómo aquel
hombre arraigado a la ciencia, se apartó de ella con la
misma convicción con la que un día creyó en el
absolutismo de esa ciencia, alejándose totalmente del
objetivismo exacto y preciso, para sumergirse entre los
espacios incomprensibles del mundo artístico; cómo de
sus adoctrinamientos a grupos juveniles sobre el
comunismo, un día decide huir y rechazar al partido, a
sabiendas
de
compañeros;
inolvidables
lo
o
que
eso
cómo
noches
de
significaba
su
parisinas
compartir
con
los
para
sus
aquellas
maestros
surrealistas, no han cesado sus críticas constantes a
muchos aspectos relacionados con este movimiento, y
especialmente,
a
uno
de
sus
más
valiosos
representantes: Salvador Dalí.
Pero hay que destacar y jamás pasar por alto, que en
cuanto Sábato rechaza estos momentos vitales, - de sus
antiguas pasiones -, parece evocarlas, rememorarlas y
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nuevamente concebirlas como
parte de sí,
porque
efectivamente todas esas vivencias pasadas, incluso
aquellas que por defensa son negadas, a través de ese
extraordinario mecanismo proyectivo de la creación, son
externalizadas,
emergiendo
entre la fantasía y el
simbolismo, su verdadera identidad.
Esta serie de contradicciones, sin embargo, no aparecen
de
forma netamente explícita, como parte de una
biografía o la elaboración de sus memorias, Antes del
Fin, por el contrario, son expresadas y dejan percibirse,
más allá de lo manifiesto, muchas veces con un gran
deseo de ocultamiento, y que solo pueden decodificarse
en la diversidad de sus historias que forman una sola, a
través de la conocida “Trilogía Sabatiana”.
De la producción literaria de Sábato, cronológicamente
podemos situar entre sus obras de ensayo más
importantes y su novelística, las siguientes:
1945- Uno y el universo
1946 – Buenos Aires
1948 – El Túnel (NOVELA)
1951 - Hombres y engranajes
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1953 - Heterodoxia
1956 - El otro rostro del peronismo: Carta abierta a Mario
Amadeo.
1956 – El Caso Sábato: Torturas y Libertad de prensa:
Carta abierta al General Aramburu
1961 - Sobre Héroes y Tumbas (NOVELA)
1963 - El escritor y sus fantasmas
1963
Tango, discusión y clave
1968
- Tres aproximaciones a la literatura (Robbe-
Grillet, Borges, Sartre)
1969
- Itinerario
1969 - La convulsión política y social de nuestro tiempo
1974 - Abaddon el exterminador. (NOVELA)
1976
- La cultura en la encrucijada nacional
1976
- El Escritor y la Crisis Contemporánea. (
Conferencia de su visita a la Casa de la Cultura
Ecuatoriana, Quito)
1979 - Apologías y Rechazos.
1984 - Nunca Más
1999 - Antes del Fin
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2000 - La Resistencia.
2004 - España en los diarios de mi vejez.
2.1.1 DE SU INFANCIA
Tanto en sus Memorias, entrevistas, en artículos diversos
publicados autobiográficamente, e incluso en aquella
personificación del Escritor plasmada en el Abaddón...,
Sábato alude breve pero sustancialmente a su infancia.
Tal pareciera, que
el propio autor da
peculiar
importancia a este momento, interesándose en que sus
lectores y críticos conozcamos parte fundamental de ésta
época. Pudiendo ser, tanto por su estrecha relación con
el pensamiento psicoanalista y su aceptación del efecto
catártico de la creación, como quizá por esa estruendosa
vanidad que predomina psicológicamente en los autores,
a lo que, algunos críticos o estudiosos de la Literatura y
la Psicología, han denominado el efecto narcisista del
escritor.
La influencia del movimiento Surrealista, debió llevarlo
con más razón hacia el conocimiento del psicoanálisis;
siendo así que
sus novelas y pintura forman una
especie de auto - análisis y desfogue, a ese intento de
comprensión de sí mismo que anhelaban quienes
formaban parte de este movimiento.
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A propósito de su infancia, recordemos lo que Sábato
nos dice en “Algunas palabras autobiográficas”:
“... una infancia aterrorizada por mi padre y
entristecida por pesadillas, alucinaciones y
sonambulismo. Mi madre era muy tierna y
estoica, y me protegía de los arrebatos de furia
de mi padre, escondiéndome a veces en algún
armario, otras debajo de su propia cama”26
Biográficamente existen datos que el propio Escritor
considera
posibles
causales
para
sus
conductas
posteriores, y de manera principal la muerte de
“Ernestito” su hermano mayor, quien falleció días antes
de su nacimiento.
“Me llamo Ernesto, porque nací, el 24 de junio
de 1911, día del nacimiento de San Juan
Bautista, acababa de morir el otro Ernesto, al
que mi madre siguió llamando Ernestito, porque
murió siendo una criatura”27
“Aquel
nombre,
aquella
tumba,
siempre
tuvieron para mí algo de nocturno, y tal vez
haya sido la causa de mi existencia tan
26
Sábato Ernesto en El Pintor Ernesto Sábato. Páginas Introductorias.
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dificultosa, al haber sido marcado por esa
tragedia, ya que entonces estaba en el vientre
de
mi
madre,
y
motivó,
quizá,
los
misteriosísimos pavores que sufrí de chico”28
Nos señala
mientras
una muy estrecha relación con la madre,
que,
paralelamente,
una
fuerte
descompensación con la figura paterna:
“La tierra de mi infancia, como un pueblo
estremecido por fuerzas extrañas, se hallaba
invadida por el terror que sentía hacia él.
Lloraba a escondidas, ya que nos estaba
prohibido hacerlo y, para evitar sus ataques de
violencia, mamá corría a ocultarme”29
“La severidad de mi padre, en ocasiones
terrible, motivó, en buena medida, esa nota de
fondo de mi espíritu, tan propenso a la tristeza
y la melancolía”30.
“Pobre mamá, no comprendía, ni yo tampoco
en aquel entonces, que ese tormento en gran
27
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 21
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 21.
29
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 22.
30
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 30
28
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parte era el resultado de la convivencia
espartana, regida por mi padre”31
Sin embargo, nos
influyente
permite apreciar una inicial pero
ambivalencia
hacia
la
figura
materna,
culpándola indirectamente, de ese aislamiento excesivo
con el mundo que le rodeaba, lo que a posteriori
significará, un determinante para la personalidad del
escritor.
“Con tal desesperación mi madre se había
aferrado a mí para protegerme, sin desearlo, ya
que su amor y su bondad eran tan infinitos, que
acabó aislándome del mundo” 32
Pero lo más destacado entre sus biografías, a propósito
de
esta primera etapa de su vida, corresponde a los
mencionados “terrores nocturnos”, padecimiento de
sonambulismo, y tenebrosos estados oniroides que
reflejaron
una
traumatizante,
niñez
junto
excesivamente
a
conductas
angustiosa
y
extrañas
y
desconcertantes para el Sábato adulto.
31
32
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 22
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 22.
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“...las alucinaciones en las que de pronto
alguien se me aproximaba con una linterna, un
hombre a quien me era imposible evitar,
aunque me escondiera temblando debajo de
las cobijas. O aquella otra pesadillas en la que
me sentía solo en una cósmica bóveda,
tiritando ante algo o alguien – no lo puedo
precisar- que vagamente me recordaba a mi
padre.” 33
“Durante
mucho
tiempo
padecí
sonambulismo...” 34
Al cumplir los doce años, fue separado –nuevamentede su madre, y enviado a La Plata, donde habría de
hacer
sus estudios secundarios,
incrementando su
“temor a la vida” como lo diría Rank, porque hacia esos
años, no fue a la Plata por propio deseo, sino, por así
decirlo, por un “deber académico”, “una obligación
familiar” provocándose en esta separación en vez de un
refuerzo de “la individualidad”, de una “construcción de
una personalidad definida”,
sentimientos totalmente
contrarios: un considerable deseo de permanencia, de
33
34
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 21 - 22
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 22
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dependencia, “del no separarse”, disminuyendo aún más
la posibilidad “de vida”.
“... en medio del desgarramiento más hondo de
mi vida, mi hermano Pancho me
llevó a la
Plata para completar mis estudios”35
Pero en estas épocas de angustias y de desconcierto
ante lo que le ofrecían nuevas tierras, lejanas de su
familia, pero especialmente de su
madre, Sábato vio
nacer sus originarios intereses por la Pintura, actividad
en la que más tarde, alcanzará singular renombre.
“Pregunté como ir hacia el famosos bosque de
La Plata y allí me fui con las acuarelas, un
frasco con agua, un par de pinceles y un
cuaderno de hojas blancas...”36
Dato que el novelista señala en sus Memorias, y que a
primera
instancia
pareciera
un
elemento
poco
fundamental, y sin embargo, nos ayudará notablemente
para la comprensión de ciertos parámetros y rasgos de
personalidad del escritor, pues aquel día que parecía
pronosticarse como confortante para Sábato, dicho de
35
36
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 37
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 38.
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sus propias palabras,
“de pronto se convirtió en una
especie de cataclismo”, viviendo así un nuevo registro
traumático en aquella actividad creativa que apenas
iniciaba.
En sus Memorias relata:
“Me había llevado al bosque una paletita de
lata, una humilde imitación de la paleta de un
pintor, comprada por mi hermano en la
ferretería
del
pueblo,
Tenía
pastillas
de
acuarelas que para mí eran un tesoro, con la
que copiaba láminas de almanaques...
Pregunté como ir hasta el famoso bosque de
La Plata y allí me fui con las acuarelas, un
frasco con agua, un par de pinceles, y un
cuaderno de hojas blancas...Todo era plácido
en esa mañana y, por el poder de la belleza,
había olvidado mi melancolía. De pronto se
produjo un cataclismo, yo tenía menos de doce
años
y
estaba
solo,
en
una
ciudad
desconocida, cuando sorpresivamente apareció
un grupo de muchachos, de unos quince años,
que riéndose de mí, me arrebataron la paleta,
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pisotearon las humildes pastillas de acuarelas,
me rompieron los pinceles, y arrojaron lejos la
botellita con agua; riéndose hasta que se
fueron. Durante un tiempo que me pareció
infinito , yo permanecí sentado en el césped,
mientras me caían las lágrimas. Luego logré
levantarme
y
volví
lentamente
hacia
mi
pensión, pero me perdí y tuve que preguntar
varias veces donde estaba mi calle.
Cuando por fin llegué, entré en mi cuartito y
permanecí todo el día en la cama. Tiritaba
como si tuviese fiebre o quizá la tuve”37.
Aunque pareciera un dato no necesariamente relevante,
muy por el contrario, debe considerarse como tal. Porque
Sábato, ya desde su infancia tuvo un gran conflicto de
sociabilización, por así decirlo “desadaptada”,
efecto
promovido por la comunión “patológica” con su madre. Y
frente a este nuevo conflicto desencadenará uno de los
rasgos más importantes en la estructuración de la
personalidad del autor: sus rasgos paranoicos, su
desconexión con los grupos y rechazo hacia
37
ellos, a
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 37-38
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todos aquellos denominados “grupos sociales”, rasgo que
repercutirá también en la descripción del mundo psíquico
de sus personajes principales.
“La sensación de sentirse observado agravó,
como siempre, sus vergüenzas: se veía feo,
desproporcionado, torpe. Hasta sus diecisiete
años le parecían grotescos”38
Con esto, no nos resulta difícil realizar una breve
introducción a lo que más tarde será explicado
profundamente39.
Sábato
utiliza
características
paranoicas en la construcción de sus personajes, pero
nos atrevemos a decir, que es el propio Escritor, quien
posee rasgos de esta tipología, rasgos que son el
resultado, y consecuencia de muchos datos claves de su
infancia, lo que quiere decir, una identificación proyectiva
entre las estructuras psíquicas de sus personajes y sus
verdades “yoicas”.
2.1.2 SU JUVENTUD
Paralelamente con sus primeros momentos de vida
colegial, Sábato se enfrenta con sus iniciales intereses
38
39
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 15 ( Martín)
En el Capítulo IV.
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por la exactitud y perfección del mundo de la Física y la
Matemática:
“En un banco no demasiado visible, asustado y
solitario chico de un pueblo pampeano, vi a don
Elmiro Calvo, aindiado caballero de provincia,
alto y de porte distinguido, demostrar con
pulcritud el primer teorema”40
Para
el
escritor,
esta
perfección
permite
desplazamiento de sus angustias, siendo
un
él mismo
quien nos afirma este hecho:
“...intuí
que
esos
teoremas
eran
como
majestuosas catedrales, bellas estatuas en
medio
de
las
derruidas
torres
de
mi
adolescencia”41
Visto de ésta manera, lo que hará desde entonces, es
buscar el alcance sublimador, a través de
actividades, incluso antagónicas, como la
diversas
pintura, la
ciencia, el comunismo, la literatura, el ensayo,..., tratando
de purificar la diversidad de angustias propias de su
40
41
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 43.
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 43.
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mundo multifacético, en un desplazamiento consciente y
socialmente aceptable.
Pero su aferración y compromiso con cada una de estas
actividades, responden a formas de canalización de los
verdaderos fantasmas que le corresponden al hombre, y
no a sus imágenes, o personajes.
“Para apaciguar mi alma volqué mis emociones
y ansiedades en una serie de cuadernos que
quemé cuando fui más grande. Por la angustia
en
que
vivía,
busqué
refugio
en
las
matemáticas, en el arte y en la literatura”42
Aquellas, son también las épocas, donde se registran sus
afanosas lecturas de escritores rusos y nórdicos, de su
“espíritu turbio, tumuloso y caótico” con el que Sábato se
identifica.
Su vinculación con la Literatura, en su juventud, la debe
especialmente a la influencia del escritor, Don Pedro
Henríquez Ureña, profesor del Colegio de la Plata.
42
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 43
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“A él debo mi primer acercamiento a los
grandes autores, y su sabia admonición que
aún recuerdo: << Donde termina la gramática
empieza el gran arte. >>”43.
Así, un sinnúmero de lecturas iniciales, Sábato las
recuerda con el mismo desorden y asistematización con
que debieron aparecer: Salgari y Julio Verne, el
romanticismo
alemán
de:
Sxchiller,
Chateaubriand,
Gohethe, Rosseau. Autores nórdicos como: Ibsen,
Strindberg, el realismo ruso: Dostoievski, Tolstoi, Chejov.
También Cervantes, Wilde, Poe, Chesterton44. En fin,
lecturas de épocas, países y corrientes diversas.
En sus novelas se hará frecuentemente alusión a algunas
de sus lecturas, así estas referencias a los escritores
rusos en El Túnel:
“–Estoy seguro de que no te gustaría escribir,
por ejemplo, Los Hermanos karamazov...
- Será por eso –comentó Hunter- que en una
traducción española que acabo de leer (directa
del ruso, según la editorial) ponen Tolstoi con
diéresis en la i...
43
44
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 40-41.
Sábato Ernesto en, Antes del Fin, pág. 44.
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- Yo leí una vez una traducción francesa de
Tchékhov...
- Mi teoría –explicó- es la siguiente: la novela
policial representa en el siglo veinte lo que la
novela
de
caballería
en
la
época
de
Cervantes...”45
Por supuesto, estas conexiones pueden ser vistas
aparentemente como un simple juego de intertextualidad
explícito, de variado uso en la Literatura actual, pero
¿hasta que punto los juegos de intertextualidad que
parecen ser meros procedimientos estéticos, no connotan
profundamente la biografía de sus autores?. ¿Cómo
existiese intertextualidad sin el registro némico de los
palimpsestos, de los intertextos, de las obras, autores y
frases que se desprenden de siglos anteriores hacia el
nuevo texto, como textos que marcaron y reformaron la
vida de sus lectores?.
La intertextualidad es sustancial de una parte biográfica
del escritor, sea esto, como influencia e incluso como
sátira o repudio ante ciertas obras, pero es un conector
45
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 101-102 (Conversaciones entre Mimí y Hunter)
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biográfico entre escritor y escrito, entre procesos de
identificación,
re-elaboración,
decodificación,
entre
absorción y transformación.
Pero la sublimación primaria ya encontró su caudal en el
Autor, y fue a través de la exactitud y objetividad de la
ciencia, actividad que más tarde, dejará sus secuelas en
su obra literaria, y que es apreciable, con mayor precisión
en Uno y el Universo como en Hombres y Engranajes,
pero que también formará parte caractereológica de los
personajes de sus novelas,
a través de su raciocinio
excesivo, incluso sirviendo de herramienta para su propia
sátira y negación de ella, como podemos apreciar en
esta formulación elemental de este sofisma, con el que,
los lectores no podemos dejar de sorprendernos, pero
sobre todo, de catalogar al objetivismo racional como
sinónimo de “absurdo”.
“María y la prostituta han tenido una expresión
semejante46; la prostituta simulaba placer,
María, pues, simulaba placer; María es una
prostituta”47
46
Por tanto, A es semejante a B. / A = prostituta / B =A / B = prostituta /A y B son
prostitutas
47
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 136.
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Ante esta hipótesis y conclusión de excesiva objetividad
no nos cuestionamos acaso, ¿hasta que punto una
fórmula matemática elemental nos puede demostrar la
irracionalidad del hombre?
2.1.3RELACIÓN CON EL COMUNISMO48
Su interés tiene origen
en épocas colegiales, pero –
como es de suponer- el Escritor se identificó con aquel
comunismo denominado utópico, aquel que miraba con
exclusividad el sentido estricto de su concepto, sin
considerar los caminos de violencia y sectarismo que hay
que recorrer para implantarlo.
“Hacia los dieciséis años empecé a vincularme
con grupos anarquistas y comunistas.”49
Por esas épocas de juventud, Sábato comparte sus
reuniones con jóvenes, obreros, hijos de inmigrantes, en
un gran anhelo
por el cambio de la opresión que vivía
su país.
En una de esas reuniones en las cuales Sábato
adoctrinaba a grupos de jóvenes interesados en este
48
Comunismo: “Doctrina que propugna la desaparición de la propiedad privada y la
posesión en común de la riqueza social”, Diccionario Enciclopédico Grijalbo, Tomo I.
49
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 51.
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pensamiento,
conoce a Matilde Kusminsky–Richter,
quien más tarde se convertirá en su amada compañera,
esposa, y “más destacada crítica”, según él mismo lo
afirma en varias ocasiones.
En aquellos años, su relación con los anarquistas y
comunistas era conjunta, en un sentido ideológico, su
“relación afectiva con ambos grupos siempre fue
compartida” - lo dice en sus Memorias -. Pero tras la
Revolución Rusa, y sus secuelas ideológicas, se
encaminó hacia el comunismo, pero como ya lo hemos
destacado con anterioridad,
utópico, en un
hacia aquel comunismo
pensamiento que
habían defendido
muchos jóvenes entre los cuales él formaba parte
fundamental, pues aun no se
veía con claridad el
verdadero sentido y objetivismo del comunismo científico,
ese aterrador comunismo que incluso lo llevó hasta al
exilio.
En el año de 1930, tras decaer la democracia argentina,
con la dictadura de Uriburu, empieza esa búsqueda de
soluciones indispensables ante los conflictos sociales de
su país, decidiendo abandonar la universidad para
afiliarse disciplinadamente al Partido, persiguiendo el
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sueño
de
la
transformación
social
y
plenamente
convencido de que pelear contra la injusticia era su deber
como ser humano y como ciudadano argentino.
Su posición ante el movimiento comunista
fue de
militante y no solo de ideólogo, siendo más tarde incluso
nombrado Secretario del Partido, y víctima de una serie
de persecuciones que lo llevaron a abandonar la Plata y
refugiarse en
Avellaneda, el centro obrero más
importante.
Hacia 1934, el partido lo envía al Congreso contra el
Fascismo y la Guerra en Bruselas,
con el fin de
prepararse en el comunismo ruso. Pero es entonces
cuando
decide abandonar el partido, producto de la
inconformidad y la frustración que sintió por éste, viendo
la serie de atrocidades que se acercaban con el
comunismo científico, la dictadura de Stalin, y las nuevas
muertes de obreros y campesinos. Porque para Sábato,
todo esto era una señal clara de que el cambio social no
se encontraba sencillamente en un cambio de sistema
sino de ideología y de concepción de lo que realmente
significa el hombre, fuere de la clase social que fuere.
Entonces, desacata las órdenes y viaja a París, aunque
está conciente de que será considerado un traidor.
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Con apenas 23 años de edad, Sábato vive su primera
crisis ideológica que traerá, como consecuencia, cambios
radicales en sus convicciones como político, como
científico y como creador.
2.1.4 DE LA CIENCIA AL ARTE
Dos años más tarde (1936) vuelve a su país, y se casa
con Matilde, y junto a su retorno a Buenos Aires, regresa
a la Universidad donde se gradúa de Doctor en Ciencias
Físico – Matemáticas.
Luego de haber alcanzado su Doctorado, la Asociación
para el Progreso de las Ciencias, le otorga una beca
para trabajar en los laboratorios de Courie (1938). Pero
en esta segunda ocasión viaja a Francia con Matilde, y
Jorge Federico (su primer hijo).
En estos momentos, Sábato vive una crisis radical,
atrapado en un dualismo irreconciliable, entre las
certezas de la ciencia y las incertidumbres del mundo
artístico surrealista.
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“...
por
la
mañana
me
sepultaba
entre
electrómetros y probetas, y anochecía en los
bares, con los delirantes surrealistas.”50
“En
el
Döme
y
en
el
Deux
Magots,
alcoholizados en aquellos heraldos del caos y
la desmesura, pasábamos horas elaborando
cadáveres exquisitos”51
De aquellas inolvidables experiencias para el Escritor,
quedan nombres y autores de la historia del surrealismo
universal, entre ellos: el pintor cubano, Wilfredo Lam. El
grupo surrealista de André Bretón: Oscar Domínguez,
Marcelle Ferri, Matta, Tristan Tzara.
“El surrealismo tuvo el alto valor de permitirnos
indagar más allá de los límites de una
racionalidad hipócrita, y en medio de tanta
falsedad, nos ofreció un novedoso estilo de
vida. Muchos hombres de ese modo, hemos
podido descubrir nuestro ser auténtico” 52
50
Sábato Ernesto, Antes del Fin, pág. 66
Sábato Ernesto, Antes del Fin, pág. 66
52
Sábato Ernesto, Antes del Fin, pág. 72
51
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Pero fue Oscar Domínguez, pintor español, uno de los
personajes más importantes de esa época para Sábato,
de quien debemos recordar, no solo es un representante
latinoamericano de la creación literaria, sino además un
reconocido Pintor argentino. Así Domínguez representó
para Sábato una
notable influencia creativa como
además un gran impulso para su decisión de abandonar
el objetivismo puro de la ciencia, para sumirse en el
incomprensible y subjetivo mundo artístico.
Así, por estas épocas, empiezan los cuestionamientos
de Sábato sobre la perfección
e imperfección de la
ciencia, junto a los avances tecnológicos capaces de
permitir las atrocidades más bárbaras en períodos de la I
Guerra Mundial, y por su puesto, la interiorización de lo
que representó en realidad el Manifiesto Surrealista, la
concepción de su arte, la irracionalidad y el intento por
reencontrarse con el propio Yo, con su inconsciente
dominante
y
oculto,
cuyo
origen
evidente
es
el
Psicoanálisis.
En 1939, la beca fue trasladada a Boston, donde
continúan sus trabajos en la ciencia y publica un estudio
sobre los rayos cósmicos.
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Al volver a Buenos Aires (1940) su deseo por abandonar
la ciencia, estaba ya casi confirmado. Finalmente, al
regresar a la Universidad de la Plata, enseña “Teoría
Cuántica y Relatividad”, decidiendo que dejaría la ciencia
para siempre, aunque con ello se ganaría la crítica de
mucha gente que auguraba en Sábato, un gran hombre
del saber científico. El rechazo de sus maestros fue cruel,
pese a que Sábato explicaba que las razones profundas
de su abandono a esta área,
se encontraba en su
entrañable interés por el “incomprensible mundo del
arte”.
En estos momentos, publica
un artículo en la revista
Teseo, sobre La invención de Morel, novela de Adolfo
Bioy Cazares, y al ser leído, este ensayo por su antiguo
maestro de Colegio, Don Pedro Henríquez Ureña, es
invitado por él, a ir a Sur, “para presentarlo con Victoria
Ocampo” , quien para entonces,
era directora de la
Revista. Iniciará así su arduo trabajo en la revista y una
serie de encuentros y desencuentros, ternura y rencores,
amistad y distanciamiento, con la escritora Ocampo.
Aquellos acontecimientos datan aproximadamente hacia
1941.
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Paralelamente empieza a escribir para el Suplemento
Literario de La Nación, diario de Buenos Aires.
En realidad, son tiempos de agobio y perplejidad
existencial. Son tiempos de dudas e interrogantes sin
respuesta. Su existencia es un piélago de certezas en un
mar de incertidumbres. Incluso llega a pensar en el
suicidio. Es cuando Sábato busca un refugio y abandona
la ciudad hacia la Sierra Córdoba, a un rancho donde,
aunque en una situación económica casi marginal,
tendría espacio y tiempo para pensar y encontrarse a sí
mismo.
En aquellas lejanías y ya hacia 1943, inicia el verdadero
mundo literario de Sábato, cuando empieza a escribir:
Uno y el Universo, obra que será publicada en 1945.
“...documento de un largo cuestionamiento
sobre aquella angustiosa decisión, y también,
de
la
nostálgica
despedida
del
universo
purísimo”53
Pero los maestros de la ciencia no podían estar
conformes con el hecho de haber invertido en un genuino
53
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 75
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físico-matemático, para que luego lo dejara todo, “por el
arte”. Así que debió retomar unos trabajos pendientes
sobre “termodinámica”, aunque paradójicamente con esta
teoría, -al parecer contradictoria a los grandes científicos
de la historia -, Sábato da por concluida su etapa de
pensamiento objetivo.
Al regresar a Buenos Aires, bajo una situación económica
muy delicada, se dedica a dictar clases y hacer
traducciones para sobrevivir con su familia.
Con el Premio, concedido por la Municipalidad de Buenos
Aires, a Uno y el Universo,
visualizarse un
por primera vez parece
futuro provechoso en las letras para
Sábato.
Sin
embargo,
su
situación
económica
continuaba
conflictiva, no solo para él, sino para Argentina en
general, por lo que acepta un cargo que le ofrece la
UNESCO. Decide viajar solo a París, en el año de 1947,
encontrándose
con el decepcionante cuadro de unas
oficinas que anteriormente eran de la Gestapo. Nada
quedaba de los surrealistas y su arte iconoclasta, nada
quedaba de aquel secreto espacio que lo llenaba de vida
en las nocturnas charlas con sus amigos, nada quedaba
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del optimismo radical que les hacía soñar y perseguir
utopías, solo el desaliento, el pesimismo, la impotencia
de un mundo que había descendido a los niveles más
abismales: los millones de dólares que el hombre había
gastado empeñado en su propia destrucción, el odio y la
sangre esparcidos por el planeta, el genocidio de los
judíos, y la estupidez extrema de la bomba atómica
lanzada en Hiroshima en agosto de 1945.
En este momento,
Sábato inicia la escritura de su
primera gran novela: El Túnel.
“A través de la angustia, en una máquina
portátil comencé a escribir de manera afiebrada
la historia de un pintor que desesperadamente
intenta comunicarse”54
La situación en Europa, también está conflictiva, la guerra
fría no da un asidero para el optimismo, por lo que, a
pocos meses regresa a Buenos Aires, donde publica “La
Muerte en el Barro”, capítulo de la novela nunca
publicada La fuente muda
54
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 78
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En el año de 1948 finalmente la Editorial Sur, publica El
Túnel, obra mediante la cual Sábato se consagró en el
mundo de las letras, tanto en Argentina como a nivel
Universal, obteniendo el reconocimiento de críticos de su
país, pero especialmente europeos. Al poco tiempo
aparecen diversas traducciones de la obra.
En 1951 Publica Hombres y Engranajes, ensayo que se
cuestiona sobre el dinero, la razón, la crisis de la edad
moderna, haciendo un recuento de la evolución del
hombre desde el Renacimiento.
En 1953, Heterodoxia, un ensayo que resume una
multiplicidad de temas, que Sábato los analiza, los
cuestiona. Trata variados aspectos de gran interés para
él en relación con la época que vivimos, entre los temas
más destacados se encuentran: la dicotomía entre
hombre y mujer, sus roles en el pasar del tiempo, los
resultados de la evolución científica, etc.
Una serie de cargos importantes equilibrarán (por así
decirlo) esta nueva etapa biográfica del Escritor: Director
de la Revista popular Mundo Argentino, (1955), Publica
trabajos políticos: El Rostro del Peronismo, El Caso
Sábato,
Torturas y Libertad de Prensa, (1956). Es
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elegido Director General de Relaciones Culturales del
Ministerio de Relaciones Exteriores (1959), etc.
Sus publicaciones continúan, publica El Escritor y Sus
Fantasmas.
Aparece
su segunda magistral novela,
Sobre Héroes y Tumbas, consagrada como la más
importante
novela
argentina
contemporánea.
Posteriormente aparece Abaddón el Exterminador.
Sábato ha obtenido condecoraciones Latinoamericanas y
Universales, entre las cuales podemos citar:
El Premio Medice en Italia; con el Abaddón... obtuvo el
Premio de Mejor Libro Extranjero, otorgado en París; La
Gran Cruz al Mérito Civil, del
Gobierno de España;
Ciudadano Ilustre, de la Municipalidad de Buenos Aires;
El Premio Jerusalem; El Premio Cervantes; entre otros.
Visitó nuestro país, en el año de 1976, quedándonos de
su presencia la publicación del discurso El Escritor y la
Crisis Contemporánea, Editorial de la Casa de la Cultura
Ecuatoriana.
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Luego de haber sido nombrado presidente de la
CONADEP, y haber presentado su informe en el año de
1983, lo publica en 1984 bajo el titulo de Nunca Más.
En 1999 Sábato publica Antes del Fin: sus memorias, en
El 2000 la Resistencia, y en el 2004 España en los
diarios de mi vejez, obras con las que parecería que
nuestro escritor se ha despedido de la creación literaria,
dejándonos ahora la gran labor a sus lectores.
2.1.5SOBRE SU PINTURA
Tanto la Literatura como la Pintura sabatiana, tiene sus
orígenes en los años colegiales, pero es a partir de su
relación con los surrealistas franceses, que el Maestro
Sábato, encamina mayormente sus intereses.
Es por
esto que, el movimiento deja sus secuelas notables tanto
en la escritura como pintura del autor, así como en su
posición ante el arte y el proceso creativo.
La difusión de la obra literaria de Sábato ha hecho que,
hasta cierto punto, se soslaye y permanezca en la
penumbra su obra pictórica. Sin embargo, aunque
escasamente expuesta, su pintura no es algo deleznable.
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Un acercamiento a su obra pictórica, nos permite su libro
El Pintor Sábato, que nos presenta una suma de treinta y
cinco cuadros.
Entre ellos, es fácil distinguir la influencia y secuelas
asimiladas del Surrealismo, especialmente de Oscar
Domínguez y del Neo-Impresionismo “vangohgiano”.
Se destacan la presencia de rostros, el auto – retrato,
que es a su vez, una especie de desdoblamiento,
proyección de su yo interno, pero plasmado en
expresiones de el dolor, tristeza, necesidad y amargura.
¿No formarán parte esos rostros, de aquella proyección
inconsciente que ni el propio autor comprende o no
desea comprender? ¿Acaso no serán aquellos cuadros,
bosquejos o retratos de esos personajes que se mueven
y nos mueven entre los laberínticos túneles de Buenos
Aires en su trilogía?, ¿No serán el resultado manifiesto
de una influencia inconsciente que al igual como en el la
creación literaria inician con la catarsis pero finalmente
representan a Sábato, más allá de aquello que permite la
verbalización?
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Porque sabemos, como para los pacientes, es a través
del dibujo, más fácil la
expresión de sus sueños o
pesadillas, ¿no será entonces, que a base de la pintura
es menos complejo exteriorizar los fantasmas (fantasías)
del creador?.
“...Y la pintura me ha liberado de las tensiones.
Probablemente porque es una actividad más
sana, porque permite volcar de modo inmediato
nuestras pavorosas visiones, sin la mediación
de la palabra. Sin embargo, en las telas aún
perdura cierta angustia, un universo tenebroso
que solo una luz tenue ilumina”55
Es el propio Sábato quien expone, la interrelación entre
sus cuadros y personajes:
“Creo que lo que he pintado en este período
final de mi existencia, esos cuadritos que se
expondrán en Madrid, y que “me salen”
inevitablemente
sin
preconceptos
ni
deliberación, están vinculados a ciertos sueños
que hay en las tres novelas y a delirios como el
“Informe sobre Ciegos”56
55
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 65
Sábato Ernesto en una entrevista con Silvia Iparraguirre. Citado en Sábato y sus
Fantasmas por Julio Woskorboinik, versión electrónica.
56
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Los rostros que configuran los óleos de Sábato, se
caracterizan por marcar una necesidad y representar la
angustia, el miedo, la desesperación, a través de seres
espectrales, oníricos, como salidos de un cuento
fantasmal, imágenes de sus más tenebrosas pesadillas.
Destacan además los retratos de personajes como Kafka,
Dostoievsky, Baudelaire, autores que representan en
Sábato influencias de notable valor en su pensamiento y
creación.
Los colores oscuros son otro símbolo recurrente en sus
obras de pintura, elemento que nos recuerda el uso
temporal clásico de sus obras de ficción, el atardecer, el
anochecer, como si todos sus personajes permanecieran
en un mismo tiempo, siempre asomándonos hacia el
abismo de la noche y sus tragedias.
2.2 SABATO Y EL PERONISMO, LA PUBLICACIÓN DE
NUNCA MÁS, EL INFORME DE LA CONADEP.
Uno de los aspectos más importantes que marcan tanto
la vida como obra de Ernesto Sábato, fue sin duda la
situación política que vivió Argentina durante los
dolorosos
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años
de
dictaduras
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militares,
las
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desapariciones, los secuestros y un sinfín de actos
bárbaros.
Si la historia de América Latina es la historia de las
dictaduras, Argentina tiene el dudoso privilegio de ser
probablemente el país latinoamericano que mayor
presencia de dictaduras militares ha soportado.
La dictadura de Uriburo
que comienza con el golpe
militar de 1930, iniciará uno de los momentos de mayor
crisis social y económica de Argentina. En 1932 con la
ayuda del ejército y de los conservadores toma el
dominio el jefe del ejército, Agustín Pedro Justo. Hacia el
gobierno de Castilllo (1943), Argentina se encuentra en
un apogeo económico, especialmente de beneficio para
la clase obrera, quienes apoyaron la candidatura a la
presidencia de Juan Domingo Perón, quien con la ayuda
de la iglesia católica ganó las elecciones.
Argentina vio llegar una nueva etapa política, tiempos de
aparente apogeo económico. La clase obrera tuvo una
influencia decisiva a través de La Confederación General
de Trabajo. El carisma de su esposa, Eva Duarte, fue un
factor incontrastable que permitió la incorporación masiva
del obrerismo a la causa peronista.
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El primer gobierno de Juan Domingo Perón se da entre
los años 1943-1955, pero al verse ya los conflictos
económicos que este gobierno trajo - una gran inflación -,
aparece
un
movimiento
político
de
rechazo
antiimperialista y anticlerical que derrumbó al gobierno
en 1955.
Sin embargo ante la oposición obrera, quienes aun
esperaban el regreso del exmandatario, fue necesario un
nuevo golpe militar donde toma el mando Juan Carlos
Ognanía (1966-1970). Una serie de levantamientos entre
los cuales, la rebelión de 1969, trajo la presencia de dos
nuevos mandatarios (Roberto Levingston –1970-1971 y
Alejandro Lanusse – 1971-1973) de corto tiempo como
abrió las puertas para la necesidad del pueblo al regreso
de Perón quien vuelve al mando en el año de 1973 tras
las elecciones exigidas por su pueblo. La vicepresidencia estuvo a cargo de su segunda esposa María
Estela Martínez, una ex corista que no tenía las
cualidades de excepción que tuvo Eva Duarte, fallecida
en 1956.
El mandatario hizo alarde de una enorme capacidad para
manipular y dividir el país. Pronto la Argentina se
parcializó en dos bandos irreconciliables, “los protegidos”,
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especialmente un gran estrato de la clase obrera, y “los
antiperonistas”
entre
los
cuales
generalmente
se
encontró mas bien la clase media, y media – alta,
quienes fueron cruelmente reprimidos.
Argentina, y particularmente Buenos Aires, fue así el
escenario de una violencia política inédita.
El gobierno militar inició la llamada “guerra sucia”, contra
todos los oponentes, desapareciendo miles de personas,
que fueron víctimas de torturas y de muerte.
Tras
la
muerte
de
Perón,
toma
el
gobierno
la
vicepresidenta, pero en Argentina la crisis económica se
agudiza, por lo que en 1976, es derrocada tomando el
mando una junta militar, a cargo de: el Jefe del Ejército
Jorge Videla, el Jefe de Marina Emilio Massera, y el Jefe
de la Fuerza Aérea, Orlando Agosti.
A los pocos días de este hecho, Videla fue nombrado
Presidente de la República Argentina. A partir de este
momento, el Congreso, los partidos políticos, y las
organizaciones sindicales fueron declarados fuera de la
ley e incautados sus bienes.
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“Las
grandes
calamidades
son
siempre
aleccionadoras, y sin duda el más terrible
drama que en toda su historia sufrió la Nación
durante el periodo que duró la dictadura militar
iniciada en marzo de 1976 servirá para
hacernos
comprender
que
únicamente
la
democracia es capaz de preservar a un pueblo
de semejante horror, que sólo ella puede
mantener y salvar los sagrados y esenciales
derechos de la criatura humana. Unicamente
así podremos estar seguros de que NUNCA
MÁS en nuestra patria se repetirán hechos que
nos han hecho trágicamente famosos en el
mundo civilizado”57
En el año de 1981 el General Roberto Viola sustituyó a
Videla, y a finales del mismo año, este fue sustituido por
Leopoldo Galtieri.
En marzo de
1982, el gobierno militar en una guerra
suicida contra el gobierno británico, invadió las Islas
Malvinas, obteniendo una derrota inmediata. Luego del
fracaso, toma el mando el general Reynaldo Bignone,
quien anunció el retorno a un régimen constitucional y de
57
Prólogo de Nunca Más, Ernesto Sábato. Documento publicado internacionalmente por
Internet
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libertades civiles, convocando a elecciones en el año de
1983, año en el cual tomó la victoria democrática Raúl
Alfonsín, candidato de la Unión Cívica Radical.
El nuevo presidente democrático, tras el regreso a este
momento esperado por su pueblo, sacó a la luz pública el
tema de la GUERRA SUCIA, y sus consecuencias.
En el año de 1983 Ernesto Sabato fue elegido Presidente
de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de
Personas (CONADEP), teniendo
a su cargo la
investigación y la elaboración de un informe sobre los
crímenes de Estado cometidos en la dictadura militar
desde 1976. Se registraron miles de casos de abducción,
desaparición, tortura y ejecuciones. Un resumen de más
de 50.000 páginas de documentación fue publicado en el
año de 1984. Nunca Más. Informe de la Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (Eudeba,
1984), conocido también como el Informe Sábato, es el
testimonio de la desaparición y muerte de más de 30 mil
personas durante la dictadura militar instaurada en el
país desde fines de la década del 70's hasta principios
del 80's. Luego de miles de testimonios y hechos que
parecieran salir de un verdadero cuento de horror
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En las conclusiones del informe Sábato señala:
“Es posible afirmar que - contrariamente a lo
sostenido por los ejecutores de tan siniestro
plan- no solamente se persiguió a los miembros
de organizaciones políticas que practicaban
actos de terrorismo. Se cuentan por millares las
víctimas que jamas tuvieron vinculación alguna
con tales actividades y fueron sin embargo
objeto de horrendos suplicios por su oposición
a la dictadura militar, por su participación en
luchas gremiales o estudiantiles, por tratarse de
reconocidos intelectuales que cuestionaron el
terrorismo de Estado o, simplemente, por ser
familiares, amigos o estar incluidos en la
agenda de alguien considerado subversivo”58.
La Comisión concluyó con una serie de recomendaciones
para iniciar acciones legales contra los responsables,
iniciándose con este material un juicio que es visto desde
cualquier
perspectiva
racial
e
ideológica,
y
especialmente, desde nuestra visión de latinoamericanos,
que en mayor o menor medida hemos sido víctimas de
dictaduras, como un acto de redención y valentía, para
58
Sábato Ernesto, Nunca Más. Versión Electrónica.
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que “Nunca Más”, se repitan estos hechos de dolor y de
vergüenza en nuestros pueblos.
2.3 EL EXISTENCIALISMO: UNA FILOSOFÍA DEL
SIGLO XX
El Existencialismo corresponde a uno de los movimientos
filosóficos
mas
representativos
de
la
Cultura
Contemporánea. Su fundamento, se basa en investigar
los principales problemas que se le plantean al hombre
durante su existencia concreta. De algún modo el
existencialismo contó con dos antecesores: Niettzsche y
Kierkegaard, ambos del siglo XIX.
En el siglo XX, los principales filósofos de este
movimiento fueron: Heidegger, Merleau-Ponty, Sartre y
Camus, entre otros. Autores que marcan las lecturas
biográficas de Sábato.
“Las lecturas me han acompañado hasta el día
de hoy, transformando mi vida gracias a esas
verdades
que
solo
el
gran
arte
puede
atesorar”59
59
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 45.
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Y si bien, son evidentes las diferencias entre estos
autores, también se pueden anotar los siguientes rasgos
comunes:
1.- Todos prescinden de la filosofía de las esencias, es
decir,
rechazan
los
mecanismos
del
pensamiento
abstracto, metafísico, tomado como preocupación básica
la existencia humana, el Yo humano.
2.- La existencia humana es la actualidad, el momento
presente, la realización de unas posibilidades que revelan
las cualidades del hombre. Consideran que la existencia
precede de la esencia, que el hombre cuando nace, no
es nada, y que solamente existe cuando va decidiendo
libremente lo que es y lo que será.
3.- Consideran la existencia como
una forma de ser
específicamente humana. Las demás cosas son.
La
existencia es una forma de ser consciente, libre y activa,
que se define más por su realidad, que por su posibilidad.
A decir de Sastre,
“el hombre está condenado a ser
libre”.
“No hay otra manera de alcanzar la eternidad
que ahondando en el instante, ni otra forma de
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llegar a la universalidad que a través de la
propia circunstancia: el hoy y aquí.”60
Cabe considerar al existencialismo como una reacción
ante
la
Edad
de
la
Razón.
Los
racionalistas,
consideraban a la razón la facultad absoluta; el
existencialismo afirma que solamente explica un sector
muy reducido de la realidad.
El existencialismo, acepta al hombre como un compuesto
de razón y sentimientos, y dado que la razón carece de
respuesta a todos los problemas, el hombre debe
comprometerse.
resolverse
Las cuestiones que no pueden
objetivamente
han
de
plantearse
subjetivamente. El hombre ha de utilizar su libertad para
afirmarse frente al mundo.
Pero estos pensamientos no se agotan en una filosofía,
utiliza la Literatura como medio de transporte para su
promulgación ideológica y la filosofía existencialista tuvo
entre sus figuras epónimas a los llamados literatos
filósofos como Albert Camus y Jean Paul Sartre. No es
casual, por ello, que los dos hayan obtenido el Premio
60
Sábato Ernesto, en La Resistencia, pág. 17
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Nobel
de
Literatura,
aunque
Sartre,
en
gesto
controversial y polémico, lo haya rechazado.
Por esto, vale recalcar que el existencialismo es una
filosofía, una ideología en esencia, y no una corriente
estilística de las plásticas, como se ha analizado en
algunas ocasiones al tratarlo como un mero “ismo” de las
vanguardias.
Pero a diferencia de muchas expresiones filosóficas, el
Existencialismo ha dejado sus huellas
hasta nuestros
días, pudiendo observarse en diversas obras actuales, en
autores universales como Saramago, y en nuestro país,
en narradores como
Ubidia, Ruales, Vallejo, y en los
poetas Jara Idrovo y Carlos Eduardo Jaramillo.
2.3.1SÁBATO, UN ESCRITOR EXISTENCIALISTA
Partamos de una aclaratoria, el Boom Latinoamericano,
hace su aparición en la década de lo 60´s, mientras que,
la obra de Sábato, ya es reconocida a partir del año de
1948, por lo tanto, debe recordarse que el escritor es
anterior al auge del Boom, y pese a lo cual, es común
que la mayoría de estudios, lo ubiquen como uno de sus
más destacados representantes, junto a Borges y
Cortázar.
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Con la aparición de El Túnel, Sábato inicia su trabajo con
la literatura existencialista. Existencialismo que emerge a
través de las historias de sus
personajes, quienes
aparentemente anhelan cambiar su destino solitario como
sucede con el
pintor Juan Pablo Castel, ante la
presencia de María Iribarne, o más tarde en Sobre
Héroes y Tumbas con Martín
personajes
femeninos
existencial”,
frente a Alejandra,
equiparables
con
“el
ideal
que aparecen y desaparecen en los
registros de los cambios predestinados para sus
personajes masculinos. Vale la pena diferenciar, entre
aquel creador que en su literatura, elabora sus obras
mediante un excesivo uso
de imágenes estéticas
alcanzando con ello el reconocimiento de la crítica; y
aquel, cuyo pensamiento lo impregna entre cada uno de
sus imaginarios, de sus personajes, de sus diálogos,
matizándolo de esa calidad estilística que exige el buen
arte. Siendo esto lo que hace, Ernesto Sábato, un autor
que
fusiona su gran dominio de la Lengua, de la
Literatura, del trabajo laborioso que exige el arte para su
valoración
universal,
con
su
propia
realidad,
su
pensamiento, sus convicciones e ideales, en definitiva, su
historia.
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Bastaría
con
remitirnos
a
La
enfrentarnos ante la más clara
Resistencia
confesión,
para
de sus
destacados anhelos existenciales, frente a la frustración
que provoca el mundo que nos rodea.
“Yo he querido mostrar esa bondad suprema
del hombre en personajes simples como
Hortensia Paz o el sargento Sosa. Como ya lo
he afirmado, el ser humano no podría sobrevivir
sin héroes, santos y mártires porque el amor,
como el verdadero acto creador, es siempre la
victoria sobre el mal”61
Y para Sábato, es entonces su ideal existencial el arte, el
crear; quizá lo fueron otras áreas en diversos momentos
de su vida, como el comunismo, o incluso la Física y
Matemática, pero al haber dedicado la mayor parte de su
vida a la creación artística, nos refleja con ella,
transparentemente su pensamiento:
“Y pienso si no será siempre así, que el arte
nazca invariablemente de nuestro desajuste, de
nuestra ansiedad, y nuestro descontento”62
61
62
Sábato Ernesto, en La Resistencia, pág. 91
Sábato Ernesto, en La Resistencia, pág. 112
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2.4 EL PSICOANÁLISIS,
JUSTIFICACIONES
SÁBATO Y SU ARTE:
PARA
UN
ANÁLISIS
INTERDISCIPLINARIO
“ ... aquellos que sienten la necesidad oscura
pero obsesiva de testimoniar su drama, su
desdicha, su soledad...Son hombres que no
escriben
con
facilidad
sino
con
desgarramiento...
Esos hombres sueñan un poco el sueño
colectivo. Pero a diferencia de las pesadillas
nocturnas,
sus
obras
vuelven
de
esas
tenebrosas regiones en que se sumieron y
(siniestramente) se alimentaron, son la expresión o presión hacia el mundo de esas
visiones infernales...Motivo por el cual la obra
de arte tiene no solo un valor testimonial sino
un poder catártico, y precisamente por expresar
las ansiedades más entrañables de él y de los
hombres que lo rodean”63
Tanto por su
estrecha relación con los surrealistas
franceses, por la fuerte conexión que el Existencialismo
63
Sábato Ernesto, en El Escritor y Sus Fantasmas, pág. 142
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tiene con el Psicoanálisis64, como por el auge que tuvo
esta teoría en épocas de la creación de Sábato, es
imposible obviar su notable asimilación e influencia de
las doctrinas freudianas y post-freudianas, tan en boga
hacia los cincuenta,
tanto en Europa como Argentina
entre sus obras de ficciones y ensayos. Así que,
intentaremos dar un paso importante entre la distinción
de lo conocido como una representación de la novela
psicológica en general, cuyos parámetros han sido
valorados por Sábato en la construcción de sus obras,
como
el tipo de discurso que domina entre sus
personajes: “el monólogo interior” (la introspección); las
obsesiones y patologías con las que se han estructurado
sus personajes;
la reiteración de dichas obsesiones,
patologías, temas e historias sabatianas, incluso la
presencia del tema “Edipo” tan reincidente entre cada
una de sus obras, la disminución de relato de
acontecimientos y su sustitución por la descripción de la
psicología de sus personajes...; todo esto, frente al uso
de una simbología que en analogía con el simbolismo
onírico, fluye del inconsciente de su creador/escritor, de
lo más hondo del espíritu humano, de la reiteración de
64
Por ejemplo, la Hipótesis Fundamental del Psicoanálisis, el determinismo, la ley de la
causalidad. Por otra parte está el rechazo a la razón en el caso de el Existencialismo, y de
la conciencia en el Psicoanálisis, que se fusiona en una lucha contra los mismos elementos
“aparentes y superficiales” del hombre.
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sus expectativas sobre el arte, la valoración y aceptación
del psicoanálisis entre sus obras, el paralelismo entre la
estructuración del sueño y la creación literaria, la catarsis
de la cual es creyente mediante la elaboración artística,
el
respaldo
al
goce
estético
psicoanalítico,
etc.,
elementos que indudablemente nos llevan a pensar que
sus novelas, a más de “ser” consideradas por la Crítica y
estudiosos de la Literatura, como una representación de
la Novela Psicológica Latinoamericana, debería ser vista
paralelamente, o incluso, prioritariamente como una
representación
de
la
“Novela
Psicoanalítica”
en
Latinoamérica. Aseveración que pretendemos demostrar
en los capítulos siguientes, aunque estemos concientes
de que la crítica carezca de parámetros específicos para
categorizar este tipo de literatura.
Porque mientras los psicoanalistas hacen/hicieron uso de
la literatura para la explicación de sus postulados,
Sábato, hizo uso del Psicoanálisis, para la creación de
sus Obras.
Con esta primera noción de lo que pensamos sobre la
obra de Sábato, busquemos entonces la llave que nos
permita sumergirnos en una nueva interpretación, en esa
“re-creación” de aquello que, tan concientemente Sábato
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lo
elaboró
“haciendo
uso
del
Psicoanálisis”:
la
reconstrucción del gran tema Edipo; pero también de lo
otro, de lo que es imposible excluir de análisis
en la
creación de un artista, ese mundo que responde a lo
“ajeno de su conciencia”, lo inconsciente, aquello que el
propio autor desconoce y desconoció antes y después de
la escritura, pero las acepta, como -casi siempre- ha
aceptado
“posibles”,
a
las
interpretaciones
psicoanalíticas, por su considerable respeto a dicha
doctrina.
“A propósito de norteamericanos, sabés una
cosa?. Un tipo de no sé qué universidad hizo
notar en su tesis que mi novela comenzaba
frente a la estatua de Ceres....
- Y eso?
- La diosa de la fertilidad. Edipo.
Pero lo había hecho a propósito?
Qué?
Lo de la estatua de Ceres.
- Está hablando en serio?
Sí claro.
- Pero no... en aquel tiempo había aquí una
cantidad de estatuas. Recuerdo que había
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elegido primero la de Atenea. Después no me
gustó, no sé porqué. Hasta que puse Ceres.
- Entonces es probable que su inconciente lo
impulsara.
- Es probable.
- EL TUNEL, también empieza con una
maternidad.
- También me lo dijeron. Esos que hacen tesis
descubren todo.
Quiero decir que descubren lo que uno mismo
no sabía.
- Pero entonces está de acuerdo.
- En un sentido estrecho, no. Pero creo que si
escribís abandonándote a tus impulsos, pasa
un
poco
lo
de
los
sueños...Sí,
quizá
inconcientemente he estado dando vueltas
alrededor de la madre. Otro, hace un análisis
jungiano, los símbolos tales y cuales. No, no es
uno, son varios...Debe de haber algo entonces.
Pero a veces no es lo que creen, o por lo
menos
lo
que
algunos
creen:
no
son
consecuencia de lecturas”65.
65
Sábato Ernesto, En Abaddón el Exterminador, pág. 170. (Sabato) Nota: El subrayado es
nuestro.
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Como ya lo mencionamos, Sábato
respalda la teoría
Freudiana de la analogía entre el sueño y la creación
fantástica,
que
lo
continuaron
sus
seguidores
psicoanalistas:
“Era inútil que le explicara que algunas
realidades
sólo
pueden
expresarse
con
símbolos inexplicables, como el que sueña, no
comprende lo que sus pesadillas significan”66
“- Usted ha dicho a menudo que el arte y el
sueño tienen parentesco
- Claro, al menos en el primer momento. En el
momento en que el artista se sumerge en el
inconsciente, como cuando te dormís”67
Además, el acto creativo responde a la pulsión de
disminución de la angustia a través de un proceso
sublimador.
“No creas en los que escriben sobre cualquier
cosa. Las obsesiones tienen sus raíces muy
profundas, y cuanto más profundas
menos
numerosas son. Y la más profunda de todas es
66
67
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 29 (Sabato)
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 170 ( Sabato)
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quizá la más oscura pero también la única y
todopoderosa raíz de las demás, la que
reaparece a lo largo de todas las obras de un
creador verdadero...”68
“Cuando se escribe en serio... es el tema que
lo elige a uno. Y no debés escribir una sola
línea que no sea sobre obsesión que te acosa,
que te persigue desde las más oscuras
regiones, a veces durante años.”69
¿Y que representan sus obras?, el Escritor acepta que
en su novelística plasma la presencia de seres que, en su
construcción son parte misma de sí, una proyección, que
disminuye
la
censura,
y
busca
el
equilibrio,
defendiéndose de sus “fantasmas”, su pasado, su
inconsciente, de elementos comprensibles y aquellos que
ni él mismo entiende.
“Diría
que
es
la
obra
de
un
espíritu
contradictorio. Y que...se manifiesta mejor en
la ficción...ya que en ella puede encarnar en
diferentes personajes, sus desgarramientos
interiores, porque la ficción permite expresar su
68
69
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 102 ( Sabato)
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 102 ( Sabato)
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mundo interior en su enigmática diversidad y
unidad”70
Uno de los aspectos más importantes que defiende el
autor, en relación al acto creativo y al Psicoanálisis es “la
catarsis”:
“Tengo la convicción de que su dolor metafísico
se habría aliviado si hubiese podido escribir
ficciones, por su carácter catártico...”71
“Casi nunca he tenido sueños buenos, excepto
en estos últimos años, quizá porque mi
inconsciencia
se
fue
limpiando
con
las
ficciones”72
Defiende también, la posición trascendental de la obra
frente al lector, la capacidad de “re-elaborar” su
estructura mental, su realidad, su campo de percepción
nueva, del mundo y hacia el mundo, lo que la Literatura
puede hacer en la vida del Otro. Esto quiere decir, que
tanto lector como escritor se funden en un proceso de
identificación y/o proyección; que permite el gozo.
70
Sábato Ernesto, en El Escritor y sus Fantasmas, pág. 9
71
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 136
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 76
72
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“Después de leer El Proceso, quedamos
angustiados, no somos más la misma persona
que éramos al comienzo. Creo que fue Nadeau
quien dijo que las grandes novelas son
aquellas
que
transforman
al
escritor
(al
hacerlas) y al lector (al leerlas)”73
Porque para Sábato, la creación es lo único que conlleva
al conocimiento del ser en sí mismo, lo único que lo libera
de su mundo contradictorio, de sus angustias, temores y
pasado.
“El Arte es un don que repara el alma de los
fracasos y sinsabores”74
“¡Cuántas
veces,
hundido
en
negras
depresiones, en la más desesperada angustia,
el acto creativo había sido mi salvación y mi
baluarte!”75
“El contacto con cualquier obra humana evoca
en nosotros la vida del otro, deja huellas a su
73
Sábato Ernesto, en El Escritor y sus Fantasmas, pág.36
Sábato Ernesto, La Resistencia, pág. 114
75
Sábato Ernesto, La Resistencia, pág. 159
74
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paso que nos inclinan a reconocerlo y a
encontrarlo” 76
Me atrevería entonces a plantear la más controversial de
mis
hipótesis sobre su obra.
Sábato a través de su
excepcional conocimiento Psicoanalítico, re-elaboró en
sus historias, uno de los temas de mayor interés a nivel
de esta extensa doctrina, el Complejo de Edipo, tema
recurrente en sus tres obras. De tal manera que, pudiese
ser un error, la búsqueda inicial de un Edipo inconsciente,
pues el autor conociendo muy bien la teoría, el efecto de
dicho tema en sus lectores, la reacción de esta historia
en la historia universal, y la importancia de este tema, en
su auto comprensión, escogió una re-creación del Edipo
de Sófocles, en una Argentina del Siglo XX. (Realidad
apreciable en la intertextualidad explícita que presenta
tanto Sobre Héroes y Tumbas como el Abaddón...). Esto
podría hacernos suponer, que el autor solo hizo uso de
su corpus teórico y su genialidad a nivel literario, en un
aparente
“juego
de
intertextualidad”
-
textual77-,
disminuyendo el valor investigativo de todos aquellos que
durante años hemos intentado y seguiremos intentando
un aproximación literaria a su obra, con la aplicación de
76
Sábato Ernesto, La Resistencia, pág. 19.
Ya en el Capítulo I, mencionamos la diferencia entre la intertextualidad “textual”
originalmente tratada por Bajtín, frente a la intertextualidad cultural que interesa al
Psicoanálisis bajo los conceptos de Kristeva.
77
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las más elementales o profundas bases psicoanalíticas.
Pero el intento por aproximarnos a su obra mediante esta
perspectiva no es tan simple como parece,
pensamos
pues si
que de toda la teoría freudiana y post-
freudiana el autor habría podido escoger una inmensidad
de temas, y arquetipos universales, como elementos
teóricos de lo que en general expresa el Psicoanálisis,
cruzamos el umbral de la conciencia, y entonces nos
enfrentamos a la fase inconsciente del escogimiento de
dicho tema; porque si
Sábato eligió el tema edípico
conscientemente
su
selección
para
conciente,
producción
es
resultado
ficticia,
esa
de
una
fijación/regresión inconsciente, que poco a poco él ha ido
aceptando y considerando como posibles causales o
determinantes de sus obras, que poco a poco, quizá, el
mismo ha ido auto comprendiendo.
En Primeros Tiempos y Grandes Decisiones, Sábato nos
resume datos biográficos fundamentales de su vida con
relación a
sus novelas. Así que,
concientemente, el
Autor toma el gran tema de Edipo para la construcción de
sus historias, pero inconscientemente Edipo toma
a
Sábato para la proyección y regresión a dicho estadio.
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Acerquémonos, entonces, a una posible re-lectura de un
Edipo de siglo XX, y de un sinnúmero de símbolos
inconscientes
y
concientes
de
dicha
historia.
Acerquémonos a un Autor Psicoanalítico, como a una
obra y a sus lectores absolutamente psicoanalizables.
JULIA AVECILLAS A.
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CAPITULO 3
UN ANÁLISIS SEMIÓTICO
INTERTEXTUALIDAD ENTRE SÁBATO Y EDIPO
3.1 LA
TRILOGÍA
SABATIANA:
ENTRE
CONTENIDOS MANIFIESTOS Y EL CONTENIDO
LATENTE
Las obras de ficción de Ernesto Sábato, creadas y
publicadas consecutivamente,
se caracterizar por la
estrecha relación que poseen entre ellas, hecho que nos
permite un tipo de lectura continua,
progresiva, así
como un análisis global, “macro-histórico”, subdividido – o
subtitulado
-
en
tres
grandes
narraciones
“aparentemente independientes”, pero profundamente
entrelazadas.
El Túnel, Sobre Héroes y Tumbas y Abaddón el
Exterminador, son las tres novelas que forman esta
trilogía, a través de obras que guardan
un singular
campo semántico, una notable conexión explícita e
innumerables
vínculos
implícitos
entre
historias
manifiestas y/o latentes. Por eso pensamos que,
limitarnos a distintos análisis independientes
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de sus
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obras,
solo
nos
podrían
ofrecer
resultados
muy
superficiales como deficientes.
Luego de una primera lectura de estas novelas,
podríamos preguntarnos ¿Qué posible relación existe
entre la historia de “un pintor que mata a la mujer amada
por su incomprensión y celos”, con “el diario de un
paranoico
cuya
obsesión
inicial
radica
en
el
descubrimiento del secreto mundo de los ciegos?” o
¿Cómo descubrir los nexos que guardan “la tormentosa
historia amorosa que Martín
vive con la compleja y
misteriosa Alejandra” y “el hecho de que un Escritor
debiese, obligatoriamente,
novela para
crear su tercera y última
poder dominar a
sus
‘demonios-
personajes’ y que así, sus alucinantes presencias dejen
de atormentarlo?
Con el fin de
resolver esta clase de interrogantes,
habremos de diferenciar
Cuáles son los
inicialmente dos preceptos:
contenidos manifiestos de la trilogía
sabatiana, constituyentes de
esa sinopsis individual y
fragmentaria, que nos narran esas historias de menor
complejidad,
frente a aquel tormentoso y turbio
contenido latente, aquel que continua
a manera de
“capítulos”, la búsqueda por esa comprensión de lo
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165
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humano: Sábato, a través de sus obras, en una especie
de
“reconstrucción” del Complejo y/o la tragedia de
Edipo, respectivamente.
Sin embargo, mediante las propias historias explícitas,
podemos ya
captar ciertas
relaciones constantes y
fundamentales, así: la alusión de las dos novelas y sus
personajes anteriores entre las páginas del Abaddón...,
la reiteración de una alteración psíquica, específica, “la
paranoia” en Castel, Fernando Vidal Olmos, e incluso el
propio Sabato; nombres que aparecen y “reaparecen” en
personajes distintos, como María Iribarne, María de la
Soledad, Ana María, María Etchebarne...;
históricos
referentes
como el genocidio judío, las dos
guerras
mundiales, la explosión de las bombas atómicas, Hitler,
Perón, los secuestros...
Pero no podemos ni debemos limitarnos únicamente a
estos elementos.
La literatura en
contenidos mucho más
general,
posee
profundos que los que
aparentan. Al igual como en los sueños, la historia cifrada
en un lenguaje coherente guarda elementos mucho más
complejos de identificar: los contenidos latentes, “plurisemánticos”, que es en la trilogía de Sábato, la que nos
lleva a la explicación de esa historia “madre”, aquella
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que nos permite afirmar, por ejemplo, que la presencia
de un personaje como Castel, protagonista de El Túnel,
es también Martín del Castillo, personaje de Sobre
Héroes y Tumbas, (nótese incluso la relación de los
nombres: del Castillo con Castel) y que a su vez, se
convierten,
-estos dos personajes- en Fernando Vidal
Olmos, alcanzando su
configuración final en Sabato,
mediante el Abaddón...
De la misma manera, solo comprendiendo el tema
latente, Edipo, inmerso en la trilogía sabatiana, será
posible descubrir en Agustina a Alejandra, - personajes
de dos novelas diferentes -, como a María Iribarne y
María de la Soledad, en la misma Agustina y Alejandra.
Un
análisis
“intertextual”,
fundamentará
afirmaciones. Pero no tan solo, un
nuestras
estudio de
intertextualidad literaria entre la Tragedia de Edipo y las
obras de Sábato, sino entre la Tragedia de Edipo, la
construcción del Complejo Freudiano y la reconstrucción
de la Tragedia y el Complejo en las obras de Sábato.
Para poder sumergirnos en este desentrañamiento de
los elementos edípicos y su fusión simbólica con la
trilogía sabatiana, hagamos un recuento inicial de las
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historias manifiestas de las tres novelas, historias que
disfrazan al verdadero tema central, como lo sugieren
entre citas y símbolos, para llevarnos finalmente a
nuestro “subjetivo” desciframiento de ¿la tragedia o el
complejo?.
3.1.1EL TÚNEL.- SINOPSIS
Su trama central aborda los problemas existenciales y
humanos de la
incomunicación, personificados en el
pintor Juan Pablo Castel
y la
mujer amada,
María
Iribarne, a quien asesinó pese a considerarla como “la
única mujer que podía comprenderle”.
A través de un
monólogo interior, (mediante uso del
discurso introspectivo) a manera de confesión dentro de
una cárcel o manicomio, Castel nos describe la tortuosa
relación que vivió a partir del día en que conoció a María,
cuando en una exposición de sus cuadros, la muchacha
se fijó en una escena, que ningún otro espectador, ni
crítico, ni expertos en arte, habían dado importancia. Se
trataba del la escena de la “ventanita” del cuadro
Maternidad.
Toda la confesión, parece intentar convencernos de lo
razonable que pudo ser aquel asesinato premeditado,
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conforme más se adentraba en su relación con María. El
pintor, busca demostrarnos, que ante el hecho de no
poder tener otra escapatoria a su realidad: los engaños y
el dolor causado por ella, la única salida fue matarla.
A partir del día de la exposición, inicia Castel su
persecución hacia la joven, quien al parecer, fue la única
que entendió lo importante de aquel fragmento de la
pintura. Sin embargo, con este primer encuentro,
comienza una cadena insufrible de marchas y contra
marchas, dudas y certezas, momentos de dolor y
pequeñas alegrías. María estaba casada con un ciego de
nombre Allende, de edad avanzada, a quien decía querer
“como a un padre”,
y aparentemente, según nos lo
intenta hacer entender Castel, es también amante de su
primo, Hunter. Finalmente el pintor, por efecto de sus
desenfrenados celos, su paranoia, sus conflictos,
la
asesina con puñaladas en su pecho y en su vientre.
3.1.2SOBRE HÉROES Y TUMBAS.- SINOPSIS
El libro inicia con una crónica policial que anticipa los
hechos: Alejandra mata a su padre de dos disparos y
después se deja quemar junto a él, en el extraño mirador
que habitaba.
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Alejandra es la descendiente de una vieja familia
argentina que tuvo gran relevancia en la formación de la
Patria. Antes de morir, Fernando Vidal Olmos, padre de
la protagonista,
esconde un extraño "Informe sobre
ciegos", la narración o diario de un paranoico cuya
obsesión estuvo encaminada hacia la comprensión de la
secreta “secta de los ciegos”.
Martín cuenta a Bruno la historia de su turbia y extraña
relación con la joven, mientras Bruno piensa y vive
martirizado, observando en el mundo que le rodea, su
relación con Georgina, la madre de Alejandra y prima de
Fernando, quien fue para él, su grande e inalcanzable
amor.
Más de cien años atrás, el general Lavalle enloquecido
por el tiempo y la derrota, marcha con los restos de su
ejército, sin rendirse, ante los ojos de sus hombres más
leales. Entre ellos está el joven Celedonio Olmos,
antepasado
de
Fernando,
Alejandra
y
Georgina,
intentando buscar una razón para esa absurda e
imposible resistencia.
Básicamente
existen dos tiempos narrativos que se
contraponen y explican: la
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contemporánea cuyos
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personajes centrales son Martín, Alejandra y Fernando, y
la historia épica, de las guerras de emancipación
argentina y las luchas posteriores a la misma. Además
hace uso de una fuerte presencia de la situación civil y
política en tiempos de la construcción de la obra como los
ideales anarquistas, comunistas, que formaban parte
histórica de la Argentina viva en épocas de la aparición
de la novela.
Desde el primer encuentro de Martín y Alejandra en el
Parque Lezama, frente a la Estatua de Ceres, hasta la
noche en la cual Alejandra dispara a su padre, y se
quema viva en el Mirador de los Olmos, Martín
experimenta un continuo sufrimiento, una absoluta
desilusión ante la espera de la comprensión y el amor de
Alejandra. Luego de lo sucedido en la vieja casa de los
Olmos, la novela parece conducirnos hacia el trágico fin
de Martín, su suicidio, sin embargo, éste decide huir a su
destino, gracias a la presencia de un personaje maternal
y profundamente bondadoso: Hortensia Paz.
Así se
dirige a la Patagonia, donde finalmente intentará salir de
la tragedia vivida con Alejandra junto al camionero
Burich, con quien se augura un final distinto para Martín.
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Ante
la muerte de
Lavalle, los pocos hombres que
quedaban de su ejército, (165) llevan sus restos, a fin de
ponerlo
a salvo de Oribe,
oponente de sus fuerzas
(federales contra unitarios) y quien había jurado tener la
cabeza del Coronel para exponerla como símbolo de su
derrota. Sus hombres intentan llevarlo hasta la frontera
boliviana, pero tras lo difícil de su tarea, y por la
putrefacción de sus restos, Danel lo deja ir por el río,
conservando únicamente sus huesos, su cabeza y su
corazón, llegando al fin a Bolivia, donde todos estarán a
salvo de su adversario, pero con el recuerdo infinito de lo
que ha quedado atrás y el recuerdo heroico de la legión,
y su Coronel Lavalle.
3.1.3ABADDÓN EL EXTERMINADOR.- SINOPSIS
La obra aparece como una historia fragmentaria, donde
retorna a varios personajes de Sobre Héroes y Tumbas,
como
Fernando,
Martín,
Bruno,
Georgina, El Loco Barragán...
Beba,
Alejandra,
y recuerda además la
crónica policial del Pintor que mato a María Iribarne.
La
historia principal
posee un personaje central
extraordinariamente biográfico: Sabato78, o S, quien
siendo también escritor, es quien publicó sus dos novelas
78
Sabato, sin acento esdrújulo de la versión castellana, sino Sabato, de origen italiano.
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anteriores: El Túnel, y Sobre Héroes y Tumbas; y se
encuentra elaborando una última novela que le permita
tranquilizar sus pesadillas y las pesadillas de su esposa,
M - quien suponemos es Matilde-.
Esta última novela, aun no posee un nombre definido,
pero posiblemente la llamará: “El Angel del Abismo” o...
“Abbadón el Exterminador”.
El personaje revive todos los momentos trascendentales
de la biografía real de Sábato: sus viajes a París, sus
relaciones y cambios ideológicos con comunistas,
matemáticos,
abandonos
surrealistas,
ideológicos,
pintores,
etc.,
escritores,
mostrándonos
los
su
verdadera perspectiva del mundo que le rodea, su visión
sobre la literatura, el psicoanálisis, los grupos elitistas,
los recuerdos de su infancia: su madre, la muerte de
Ernestito...
Guarda una paternal amistad con Bruno, quien continúa
siendo – como en Sobre Héroes y Tumbas -, el
estereotipo del joven escritor (Alter Ego de Sabato).
Además, presenta un entrañable afecto a Marcelo, un
muchacho de excesiva humildad y sensibilidad social.
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Continúa y defiende su hipótesis inicialmente presentada
por Fernando Vidal Olmos, acerca del dominio del
Demonio en la Tierra, dominio que presenta su anticristo
en personajes como Hitler, y que permite comprender
todos los conflictos inhumanos que gobiernan en la tierra,
como campos de concentración, guerras, bombas
atómicas. Una historia apocalíptica, en períodos postguerra. Un …exterminador. La profecía anunciada por el
Apocalipsis, y reiterada en Sobre Héroes y Tumbas por
el Loco Barragán se había convertido en una realidad: el
gran dragón, había destruido la tierra, y el infierno estaba
representado en la tierra, por la Secta de los Ciegos.
Estas reflexiones son revisadas por su relación con un
extraño personaje que lo escribe y lo cita en varias
ocasiones para presentarle sus teorías sobre el mal, y las
justificaciones por las que se había interesado tanto en
Sabato y sus obras llenas de misterio y símbolos
oscuros, el doctor Schnitzler.
Sabato es quien creó sus personajes, pero algunos, o
todos a la vez, son mucho más que seres ficticios, son
seres de carne y hueso con quienes vuelve a
encontrarse, a quienes quiere o teme, según el caso.
Beba, es su confidente y amiga. Fernando salió de un
personaje complejo y tormentoso para el propio Sabato:
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R. A Alejandra la encuentra, la sujeta del brazo, e incluso
la habla tras una especie de aparición vivida por el
personaje/escritor.
Pero paralelamente, a la historia central de Sabato y su
lucha constante contra sus demonios: alucinaciones
oniroides, pesadillas,..., nos hallamos con otras historias
importantes, que se cohesionan entre sí, de la misma
manera como se fragmentan y se desenvuelven
individualmente, pero que se fusionan con la vida del
personaje central, de una u otra manera.
Agustina y Nacho, son dos hermanos que
reviven el
tema del incesto, y la historia griega de Electra. Ellos
habitan juntos, y al parecer, cuestionan, admiran y
repudian al escritor. Marcelo, es un joven que vive la
terrible historia de las torturas políticas y los golpes
militares. Lo secuestran por su relación con Palito,
guerrillero que conoció y combatió con el Che Guevara y
que encabezaba un grupo de oponentes al gobierno de
Argentina.
Hacia su adolescencia, Sabato conoce a Soledad, a
través de Nicolás, hermano de la muchacha y compañero
de colegio, quien lo invita en verano a la hacienda donde
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viven los Carranzas: Juan y Florencio – padre y tío de
Marcelo respectivamente- , y donde además vive
Soledad, a quien Sabato espera ansiosamente volver a
ver.
Tras el viaje,
Sabato se encuentra con R, a quien
recordaba de su infancia en Rojas, como un ser malvado
que lo llevó a experimentar los juegos más espantosos
de su niñez, evoca lo sucedido con un gorrión, al que
sacaron los ojos para ver la desesperación del ave por el
dolor y sus intentos de volar.
Después de estos tenebrosos juegos, Sabato no había
vuelto a encontrarse con R, hasta el momento del
descenso hacia los túneles, a los que fue conducido por
María de la Soledad para cumplir el ritual sexual con el
ojo/sexo de la joven deseada.
A través de esta obra, es el propio S, quien se enfrenta a
sus rasgos o su explícita paranoia con “la secta de los
ciegos”, y el ingreso a ella a través de Soledad... en el fin
de la creación y el creador, en la oscuridad o en la
muerte de Sabato, predestinado por el sueño de Bruno,
ante la lápida de escritor, inscrita en Capitán Olmos:
“Ernesto Sábato
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Quiso ser enterrado en esta tierra
Con una sola palabra en su tumba
PAZ” 79
3.2 ACERCAMIENTO
SEMIÓTICO
INTERTEXTUALIDAD
ENTRE
A
SU
EDIPO
OBRA:
Y
LA
TRILOGÍA SABATIANA.
La interrelación entre la tragedia edípica y las novelas de
Sábato, es sin duda, para un lector mínimamente
informado, de fácil e inmediata apreciación. Así, son
frecuentes los análisis que señalan la presencia del tema
del incesto, recurrente en todas las obras y entre diversos
personajes sabatianos,
el temor a los ciegos,
el
Complejo de Edipo que experimenta Martín frente a
Alejandra, o el de Electra identificado en Alejandra con
su padre.
Además, la
reaparición de símbolos como
fuego, murciélagos, serpientes,
túneles,
descensos...,
nos
pájaros,
ratas, catedrales,
obliga
a
pensar
inmediatamente en significaciones mucho más profundas
que las aparentes, posibles arquetipos desentrañables
de nuestros ancestros incluso pre-humanos.
79
Sábato Ernesto, en Abbadón el Exterminador, pág. 421.
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Sin embargo, estos muy valiosos análisis que han notado
la importancia del tema “Edipo” dentro de
la obra de
ficción sabatiana, poco o nada han profundizado en el
mismo, dejando apenas constancia de su análisis, en
menciones superficiales de dicho tema, o en el mejor de
los casos, limitándose a un estudio aislado de su obra, una sola novela- resultando del estudio, un mero
fragmento de lo que encierra en realidad, la “gran trilogía
sabatiana”.
Para encaminarnos hacia nuestro análisis, es necesaria
la interpretación inicial del símbolo conector de todas las
demás imágenes que connotan la re-contrucción de
Edipo en las obras de Ernesto Sábato, lo que en términos
de Charles Mauron llamaríamos su metáfora obsesiva80.
Porque entre todos los signos de la trilogía sabatiana,
uno
representa el centro de toda su creación;
aquel
elemento que corresponde a esa especie de Leit-motiv
simbólico, dentro las tres novelas, el símbolo de LA
CEGUERA.
La ceguera que en el mito griego corresponde al castigo
del incesto y en el Complejo freudiano, el temor a la
castración, - que en realidad son lo mismo, el castigo que
80
En Psicoanálisis – Literatura – Crítica de Anne Clancier. Pág. 246
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ejerce una ley, padre/dios según el caso- , prohibe el
deseo a la madre, y castiga ese amor-sexual del hijo
hacia ella.
Es así, como en esta re-elaboración de la tragedia griega
y/o el complejo freudiano, los personajes deben pagar
sus culpas: el parricidio, matricidio y el incesto, con la
oscuridad simbólica de la ceguera. Es por eso que, Vidal
Olmos, Castel, Sabato, la propia Alejandra, temen con
tanta vehemencia a los ciegos, seres ya castigados en
enmienda de su pecado, pero que en su castigo les
recuerdan, lo que han de pagar.
Si nos remontamos a la tragedia griega, Edipo se picha
los ojos tras las “videncias” de Tiresias, quien también
es ciego. La enorme relación entre la particularidad de
Tiresias con la forma como describe Sábato a los ciegos,
- seres con poderes psíquicos sobrenaturales -, es
fundamental, y se intensifica con el poder profético que
se le otorga a los pájaros, en el mito y la novela.
“Y yo, Tiresias, como castigo por haber visto y
deseado a Atenas mientras se bañaba, fui
enceguecido; pero apiadada la Diosa me
concedió el don de comprender el lenguaje de
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los pájaros proféticos; y por eso te digo que tú,
Edipo, aunque no lo sabes, eres el hombre que
mató a su padre y desposó a la madre, y por
eso has de ser castigado”81
Edipo es quien se castiga luego de presenciar el
ahorcamiento de su madre. Por eso Castel, Vidal Olmos
y Sabato, a pesar del temor a los ciegos, al castigo, son
ellos mismos quienes
ingresan hacia aquel mundo
subterráneo, de - la madre -, para luego ser sometidos a
la ceguera. Por eso investigan sobre
este mundo, a
sabiendas de que ellos mismos deberán castigarse para
cumplir con el oráculo.
Alejandra por su parte, también teme a la ceguera,
aunque ella deberá pagar el incesto con el fuego, y sin
embargo, tras el fuego, con la muerte se alcanza la más
infinita ceguera: la muerte.
“Sintió
que
Alejandra
se
detenía
como
paralizada por una descarga eléctrica.
- ¿Qué te pasa Alejandra? - preguntó Martín,
alarmado.
81
Sófocles, Edipo Rey. Cita realizada por el propio Sabato, en el Informe Sobre Ciegos,
discurso de F. V. Olmos, pág. 431.
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- Nada –respondió con sequedad-, pero
haceme el favor de no hablarme nunca de los
ciegos” 82
“Había tenido un estremecimiento cuando él
mencionó a los ciegos, ¿por qué? Se había
arrepentido apenas pronunciado el nombre
Fernando, ¿por qué?
Ciegos,
pensó,
casi
con
miedo.
Ciegos,
ciegos”83.
La
paranoia,
caracterizada
por
aquel
temor
casi
indescriptible a “ser perseguidos por el secreto mundo de
los ciegos”, no es un símbolo arbitrario ni sencillo. No es
netamente
una
sintomatología
patológica
de
sus
personajes para fortalecer el carácter psicológico de la
novela. La idea delirante persecutoria que viven ciertos
personajes, responde a dos tipos de temores edípicos:
a) Temor al castigo, en cuanto los ciegos representan
esa condensación simbólica del incesto y la tragedia,
82
83
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 51
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 83
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lo que provoca en ellos esa proyección y formación
reactiva que los obliga al odio.
b) Temor a la enunciación del oráculo, que se equipara al
cumplimiento del trágico final de sus destinos. El temor
a ser mirados, temor a ser observados por el mundo
de los “no–ciegos”, análogo a ese mundo
“sin-
pecado”, representa los convenios morales que no
permiten el incesto, la ley del padre en el Complejo,
pero sobre todo, el acervo moral del Súper Yo, que
nos obliga a cohibir al Id de sus fuerzas instintivas.
De esta manera, la moral de los ciegos, que es la moral
del pecado, corresponde al Castigo, o mejor dicho, a esa
especie de inquisidor/Atenas, que dirá cómo ha de pagar
el hombre sus acciones. En cambio los “otros”, son la
moral que no permite el incesto, que equilibra al Id, y sus
fuerzas instintivas, y al Yo, que en cambio lo obligará a
cumplir el castigo.
Esta es la esencia de la obsesión por los ciegos, animales primitivos que alcanzaron la tragedia -, por eso
temen al ojo y la mirada “moral”, de la sociedad, porque
se sienten tan similarmente juzgados,
como el propio
Edipo culpado por el hambre de su pueblo.
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En el
Abaddón...., obra con la que se cierra la
trilogía, Sábato logra un alcance simbólico de
la
comprensión misma del personaje S, y su relación con
las obsesiones y el concepto de LA CEGUERA.
Se
describe el acto sexual entre Soledad y Sabato como el
rito del ocaso, del retorno a la madre, y el castigo por el
acto sexual, convirtiendo a la ceguera en el castigo de S,
por el amor-sexual, que promueve su fijación y
reconstrucción del Complejo.
Pero tanto para el Psicoanálisis como para la creación
sabatiana, resultaría demasiado limitada la concepción
de la ceguera, al mero castigo del incesto en sí.
La ceguera simbólica, expresa el castigo a todos los
bajos instintos humanos, siguiendo la teoría filogenética,
rezagos de nuestro cerebro reptiliano, razón de un Id
pulsional hacia la búsqueda del placer, “el principio del
placer”.
Instintos que tienen una base en el deseo del
otro/madre en una fase rudimentaria del deseo sexual
infantil, pero que evoluciona con la madurez del hombre,
(neo-córtex). De allí, el deseo del poder, de los dominios
políticos, de la comunicación y la comprensión, que van
de la mano como elementos aparentemente secundarios
pero en realidad gravitantes en la obra.
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El propio Sábato lo sugiere:
“Al dormir cerramos los ojos, y por lo tanto NOS
CONVERTIMOS EN CIEGOS84”
Al dormir, es nuestro inconsciente dominante sobre
nuestra
conciencia
y
nuestro
Yo,
fluyendo
y
permitiéndonos la única aproximación real de nosotros,
hacia nosotros mismos, es decir, ese acercamiento a
nuestros instintos más bajos.
En el sueño, el hombre aparece en su más pura
animalidad, es tan salvaje e irracional que se convierte en
Ciego, en un ser sin moral ni leyes, un ser edípico por
naturaleza. En palabras de Freud “el sueño es la
realización de
nuestros deseos más profundos y
reprimidos. Es la realización de nuestras fantasías” es LA
CEGUERA.
Y si para Sábato, en la creación suceden cosas muy
parecidas al sueño, - como lo dijo el propio Freud-, ¿No
será que mediante la escritura, el autor deja salir, sus
84
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 147 ( Sabato)
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más profundos deseos y obsesiones, alcanzando solo
allí, la comprensión de “su oscuridad/ceguera”, de su
faceta inconsciente, instintiva, e irracional?.
3.2.1LOS ANTECEDENTES O PRETEXTOS EN LA
CONSTRUCCIÓN
RESPALDO
PARA
DE
LA
SUS
OBRAS.-
UN
INTERTEXTUALIDAD
SÁBATO-EDIPO
Una de las más destacadas recurrencias estructurales de
la novelística sabatiana, consiste en el uso del “Pretexto”, esa especie de antecedentes a sus obras e
historias, que nos guían hacia el sentido próximo de sus
novelas.
En El Túnel, el narrador protagonista, Castel nos anticipa:
“...en todo caso, había un solo
túnel, oscuro y solitario: el mío.”85
Si consideramos que Castel representa para la tragedia
Edípica, el protagonista adulto, quien ya cometió el
incesto, el matricidio (Complejo de Edipo, de tipo II), por
85
Sábato Ernesto, en El Túnel.
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efecto de
la ambivalencia, a Castel solo le queda un
camino por recorrer: su túnel, solitario y oscuro, El
Destino = la ceguera..
El inicio de la obra nos antecede al trágico fin de María
(nótese el nombre de María=madre, según la mitología
judeo-cristiana). María morirá como Yocasta. La madre
morirá como es su destino.
Pero Castel deberá
enfrentarse al destino de su ceguera, su castigo es el
encierro en una celda “oscura y solitaria”, desde donde
ya no tendrá acceso al mundo de los videntes, el
manicomio de donde nos narra los hechos.
Por otra parte, como lo sugieren algunos analistas de la
obra sabatiana bajo la concepción psicoanalítica,
retorno al Túnel que describe
el
la obra, suele ser
decodificado bajo una semiótica nuclear, “el retorno al
vientre materno”, resultado de ese deseo inconsciente de
volver a la fuente carente de necesidades “en la madre”.
Pero ¿realmente para Sabato, el retorno a la madre, a su
vientre, significa un acto placentero?
Una expresión ambivalente entre el deseo del retorno y el
desprecio a ese estadio es evidente por la descripción de
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símbolos
como
los
túneles
oscuros,
descensos
peligrosos, líquidos pegajosos y repugnantes, etc., frente
a la necesidad por alcanzar la gruta, cueva, madre..., el
retorno a la mujer.
Esta ambivalencia tiene su origen en el sufrimiento
prenatal de Sabato, asociado al dolor de la madre por la
muerte de Ernestito, su hermano mayor. Así, la plácida
fuente de vida –el vientre -, se convierte en un lago turbio
y doloroso, como lo proyecta a través de la ficción.
En Sobre Héroes y Tumbas, novela estructurada en
cuatro capítulos separados y diferenciados, entre los
cuales se encuentra el "Informe sobre Ciegos”, se utiliza
el “Pre-texto”
destacando de
correlación con
manera manifiesta, su
la tragedia de Edipo Rey, y los
Complejos de Edipo y Electra respectivamente.
En, la
“NOTICIA PRELIMINAR”, el Cronista –
Sábato/Sabato-, señala aspectos claves, que deberán ser
considerados para entender los hechos:
“LAS
PRIMERAS
INVESTIGACIONES
revelaron que el antiguo Mirador que servía de
dormitorio a Alejandra fue cerrado con llave
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desde dentro por la propia Alejandra. Luego
(aunque, lógicamente no se puede precisar el
lapso transcurrido) mató a su padre de cuatro
balazos con una pistola calibre 32. Finalmente,
echó nafta y prendió fuego.
Esta tragedia, que sacudió a Buenos Aires por
el relieve de esa vieja familia argentina, pudo
parecer al comienzo la consecuencia de un
repentino ataque de locura. Pero ahora un
nuevo elemento de juicio ha alterado ese
primitivo esquema. Un extraño “Informe sobre
ciegos”, que Fernando Vidal terminó de escribir
la noche misma de su muerte, fue descubierto
en el departamento que, con nombre supuesto,
ocupaba en Villa Devoto. Es, de acuerdo con
nuestras referencias, el manuscrito de un
paranoico. Pero no obstante se dice que de él
es posible inferir ciertas interpretaciones que
echan luz sobre el crimen y hacen ceder la
hipótesis del acto de locura ante una hipótesis
más tenebrosa. Si esa inferencia es correcta,
también se explicaría por qué Alejandra no se
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suicidó con una de las dos balas que restaban
en la pistola, optando por quemarse viva”86
Se señala que el asesinato de Fernando y el suicidio de
Alejandra, no podría ser un mera reacción de locura,
pues, a través del “Informe...”, cabría encontrar nuevas
hipótesis, y razones a considerar.
El Informe sobre Ciegos, en un sentido literal o
manifiesto, podría ser interpretado como el “diario de un
paranoico”, - como muchos analistas lo señalan -, sin
embargo,
a través de
su contenido latente, nos
enfrentamos con aquella paranoia persecutoria de la
culpa, a la cual,
ya hicimos referencia. Si
Fernando
tenía una relación incestuosa con su hija, el miedo de
Fernando hacia los ciegos, corresponde en realidad, el
miedo que ejerce el destino sobre él, ese miedo a la
verdad que viene del discurso de Tiresias, miedo a la
culpa y al castigo.
El Informe sobre Ciegos, correspondiente al tercer
capítulo de Sobre Héroes y Tumbas, ha sido publicado
en varias ocasiones como una historia independiente.
86
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas.
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Esta especie de pesadilla
y terror de su personaje
central Fernando, empieza con el siguiente canto:
“¡Oh, dioses de la noche!
¡Oh, dioses de las tinieblas, del incesto y del
crimen,
de la melancolía y del suicidio!
¡Oh, dioses de las ratas y de las cavernas,
de los murciélagos, de las cucarachas!
¡Oh, violentos, inescrutables dioses
del sueño y de la muerte!
El canto con el que inicia este informe - que se asemeja
notablemente con los cantos de las tragedias griegas -,
nos advierte a través de una red semántica, todos los
hechos a acontecer: incesto – crimen – suicidio / sueño –
ratas – muerte.
En la tercera y última
novela, vista como la más
autobiográfica de todas sus obras, encierra dos aspectos
claves en su estructura: la historia y la vida, lo que quiere
decir,
sociedad y hombre, inconsciente colectivo
e
inconsciente individual.
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El Personaje central S, - o el Escritor Sabato-, posee la
misma paranoia que Castel y F. V. Olmos, sobresale su
clamoroso temor al mundo de los ciegos, en comunión
con ese desquiciado interés por descubrirlo e ingresar en
él.
Sin embargo, en esta novela de estructura fragmentaria,
se
destacan
algunos
elementos
claves,
aparecen
personajes que corresponden a la historia de la
humanidad, y que crean como todas las obras de Sábato,
esa mezcla de ficción con crítica histórica, filosófica,
existencial, etc., característica de su creador. Aparecen
alusiones directas al mal, al rey de las tinieblas, a través
de anticristos como Hitler o Perón, como el capitalismo o
la ciencia, el objetivismo, la razón.
“Y tenían por rey al Ángel del Abismo,
cuyo nombre en hebreo es Abaddón, que
significa
El Exterminador.
APOCALIPSIS SEGÚN EL APOSTOL SAN
JUAN”
En una lectura
representa
JULIA AVECILLAS A.
profunda, el ANGEL DEL ABISMO,
mucho más, de lo que manifiestamente
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alude: gobernantes como Hitler, Perón, o cualquier otro
dictador, el mercantilismo o un sistema socioeconómico,
es más que la ciencia y el tecnicismo. El exterminador,
ese dueño del poder y su instinto bajo de asesino, el
Angel del Abismo, haciendo uso de nuestro análisis
intertextual,
corresponde
a
“Tiresias”,
“Atenas”,
al
“Oráculo de Delfos”, es decir, al poder que ejerce el
destino y el castigo sobre el hombre. Y mucho más, es la
pulsión instintiva que nos condena a actos refutables,
clandestinos, como la búsqueda de poder, las guerras, la
perversidad sexual, nuestra animalidad gobernando
sobre el hombre, el proceso involutivo de la humanidad.
La siguiente cita nos anticipa el fin y desaparición de sus
ficciones, tras el exorcismo de sus fantasmas. Sabato ve
aproximarse su muerte, y con ella el fin de su búsqueda
interior.
“Es posible que mañana muera, y en la tierra
no quedará nadie que me haya comprendido
por completo. Unos me considerarán peor y
otros mejor de lo que soy. Algunos dirán que
era una buena persona; otros, que era un
canalla.
Pero
las
dos
opiniones
serán
igualmente equivocadas.
JULIA AVECILLAS A.
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Mijail Iurevitch Lérmontov
UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO”87
3.3 ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES: PSICOANÁLISIS
Y/O PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PERSONAJES
PRINCIPALES. (UNA “REENCARNACIÓN” DE LOS
SERES EDIPICOS)
Aclaremos
inicialmente
que,
el
análisis
sobre
la
caracterización y construcción de los personajes de la
novelística de Sábato que presentaremos a continuación,
lo haremos en torno a los personajes considerados como
nucleares en sus ficciones. Del mismo modo, advertimos
que no es aconsejable un estudio independiente de cada
una de sus obras, por lo que, se seguirán las categorías
que el propio Sábato, ha creado; es decir, según sus
relaciones y similitudes tipológicas y/o patológicas, su fin
simbólico,
los
desencadenantes
que
producen
la
existencia de estos personajes, etc.
La conexión notoria entre estos
estrecha relación
con
una
la preponderancia del tema
universal anunciado, Edipo,
diversidad de
“seres”, tiene
y su
recreación entre la
las historias latentes de la trilogía
sabatiana.
87
Citas que inician Abaddón el Exterminador.
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Así que, cada uno de sus personajes girará en torno al
gran tema, o por lo menos, los más importantes.
Por su parte, los personajes “femeninos” se caracterizan
por presentar una categorización llena de ambivalencias.
La mujer-amante, sinónimo de destrucción, es la misma
destrucción que corresponde a la propia “madre”, la cual
por antonomasia, debería simbolizar, “la creación”, “el
nacimiento” y sin embargo, nos sugiere, en la mayoría de
los casos, lo contrario, pero sin perderse la esperanza y
la añoranza hacia ella. Lo femenino nos remota a la
sabia y hermosa Atenas, que condena a Tiresias, por
haberse enamorado de ella, como María y Alejandra que
anticipan a sus amantes los terribles hechos que luego
se desencadenarán:
“Tengo miedo de hacerte mucho mal”88.
“Porque no soporto a nadie a mi lado y porque
te haría mucho, pero muchísimo mal”89.
También representa a la sublime y fatal Yocasta, madre
y esposa de Edipo, símbolo del “incesto”, de la perdición
y la fatalidad de Martín y Castel: mujeres idealizadas en
“madre – amante”, o debiésemos decir, ideal de madre y
88
89
María en El Túnel, pág. 64
Alejandra en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 133
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de amante, incompatibles bajo el destino inquebrantable
del oráculo. Nos sugiere “Electras” que continúan con la
tragedia y el pecado a través de nuevas generaciones
como Agustina hermana y amante de Nacho, María
frente a su primo Hunter, Alejandra con su padre.
“ Oh, Electra! –dijo-. No te olvida ni Apolo,
rey de Crisia, fértil en rebaños,
ni el negro monarca del oscuro Aqueronte! 90
La mujer constituye entonces la
fuente de vida y
degeneración del hombre a través de
su destino,
oponiéndose al “ideal materno” e ideal ausente, de la
misma manera como Yocasta fue ausente para Edipo,
pero suplantada por la “Otra”, - Periboa91-, quien aun sin
ser su progenitora, le ofreció pequeñas o grandes
esperanzas en su niñez y juventud, como Hortensia Paz
a Martín, como M a Ernesto Sabato.
Los personajes masculinos, por su parte, se estructuran
en una
diversidad de fases regresivas posibles: la
infancia y la juventud idealizada, tiempo de utopías y
deseos de cambiar el mundo-destino, como el niño que
90
Citado por Sábato en Abaddón el Exterminador, pág. 55. Texto original de Sófocles que
lo rememora Nacho, ante el cuerpo de su hermana Agustina.
91
Nota: En algunas traducciones Peribea.
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vive exiliado de su pueblo, desconociendo el mito a
cumplirse, como el muchacho que huye de su pueblo
para evitar el incesto y parricidio al que lo encamina su
destino, como Martín, Marcelo, Carlucho....
Pero por otra parte está el adulto, aquel que ya conoce lo
que le depara el destino o acaso intenta rehuir del
castigo: la ceguera. Es representado en personajes
paranoicos, compulsivos, asediados por la vida y
asqueados por mundo que les rodea. Son Castel,
Fernando Vidal Olmos, el propio Sabato.
Tiresias es infaltable para cumplir los destinos: R,
Schneider...
jueces
quienes se convierten en la censura y
ante el
Edipo adulto/Sabato, como la propia
Alejandra con Fernando, como Castel con María,...
Los personajes sabatianos se entrecruzan en sus roles, y
así, son el resultado de esa “pluri-significación”, que
corresponde ya no solo a la estructuración conciente de
un Edipo de siglo XX, (fundamento y base de una de las
teorías más importantes y analizadas del Complejo de
Edipo de Freud) con la calidad literaria que corresponde
a un Escritor como Ernesto Sábato, sino además, de una
suma de voces inconscientes que cruzan las barreras de
JULIA AVECILLAS A.
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la estética y de la creación objetiva, del mero juego de
intertextualidad literaria, o ese deseo de auto-análisis del
escritor, creando esta extraordinaria ambivalencia entre
los personajes de estas tres inigualables novelas.
Porque la re-elaboración de un Edipo intertextual, junto a
la notable influencia de la doctrina Psicoanalítica, el
anhelo catártico, ese deseo por escapar de los
“fantasmas” del mundo interno de su escritor, un escritor
que vivió en carne propia nuevas tragedias con demonios
y dioses de otros nombres (Hitler... las guerras
mundiales...) no podría jamás ofrecernos personajes
planos y lineales, fáciles de describir o categorizar, sino
personajes complejos y plurisemánticos, como compleja
es
la
tragedia
del
hombre,
como
complejo
el
descubrimiento de sí mismo, a través de la fantasía y el
auto análisis.
3.3.1LOS PERSONAJES FEMENINOS
Las interpretaciones del símbolo mujer en el mundo
narrativo de Sábato, se han elaborado desde distintas
perspectivas, en ocasiones con opiniones antagónicas y
otras veces con estudios cercanos y emparentados entre
sí.
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Victoria Ocampo, por ejemplo, denominó a las figuras
femeninas de la novelística sabatiana, como “antifeministas”92, curiosa opinión que nos permite suponer,
la escritora debió limitarse a aspectos muy superficiales
y aparentes dentro de sus interpretaciones, pues no es
difícil apreciar,
la enorme fuerza que poseen estos
personajes dentro de las historias, mujeres que sugieren
ser incluso, más protagónicas y trascendentales, como
determinantes en la vida de los otros personajes. Porque
aunque siendo seres que mueren y que los sabemos
muertos desde el inicio de los textos, son paralelamente
los más fuertes y complejos, - quizá porque no siempre
la muerte es sinónimo de flaqueza, o quizá porque a la
muerte no debemos entenderla únicamente en su sentido
literal -.
Estos personajes poseen la capacidad para destruir al
hombre, con la misma facultad con la que lo transforma
o “re-crea”. Es perceptible sin mayores esfuerzos, que
su configuración es potencialmente superior a la
masculina, probablemente por una posible idealización
del
símbolo
materno
ausente
de
Sabato
-
el
92
En un artículo de Sur, cuando aun poseía la dirección de la Revista. (Número de la revista
desconocido). Este dato lo señala María Rosa Lojo, en La mujer simbólica en Abaddón el
Exterminador, conferencia del Homenaje a Sábato de sus colegas y amigos, pág. 183.
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escritor/personaje-, por el rol que debe tomar la mujer
para esa re-construcción
de una tragedia edípica en
cualquier época y cultura,
pudiendo ser tanto por
importes concientes y/o inconscientes; de cualquier
manera, es viable decir, que en la novelística sabatiana la
mujer es mucho más valorada, matizada en sus
descripciones, y dotada de una serie de notables
características como fortaleza, misterio, profundidad,...,
que la vuelve más poderosa o más importante que los
personajes centrales masculinos. Tanto así, que las
mujeres de su obra, son más poderosas que el propio
Fernando Vidal Olmos, paranoico de enorme capacidad
de manipulación y
maquinación para sus juegos
macabros, quien muere en “manos” de su propia hija,
Alejandra/Atenas.
Si hacemos uso de la teoría del inconsciente colectivo,
podríamos comprender algunas razones latentes que
pudieron contribuir para hacer de los personajes
femeninos sabatianos, esos seres tan potenciales como
en nuestros pueblos primitivos donde la base jerárquica
social estuvo en manos de las mujeres, el poder
matriarcal. Por otro lado, emana de la relación de la
madre tierra
JULIA AVECILLAS A.
con la maternidad, el poder de la
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fecundación que en última, o primera instancia, les vuelve
superiores al hombre.
Ahora pensemos en otra visión analítica de la mujer en
las ficciones de Sábato, aquellos trabajos que siguen los
postulados que el propio escritor, ha tratado en
Heterodoxia sobre “la sexualidad y la mujer”, un tratado
de “lo femenino” a través de la historia de la filosofía
existencialista. Un seguimiento de esta teoría, - la
comprensión de la mujer bajo líneas existencialistas- ,
resulta bastante preciso si consideramos que Sábato es
un autor por excelencia seguidor de esta filosofía, y que,
él mismo nos sugiere una posición de este tipo a través
de su conocido ensayo.
Sin embargo, cabe preguntarnos ¿hasta qué punto hay
un lineamiento coherente
entre el Sábato de los
Ensayos, frente al Escritor de Ficciones?. ¿Cómo
encontrar horizontalidad entre Vidal Olmos y el escritor
de La Resistencia?.
arbitrarios
Estos cuestionamientos no son
sino emergen de las propias líneas del
escritor
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“...las ideas de mis ensayos... no corresponden
tanto a lo que verdaderamente soy sino a lo
que querría ser”93.
Ya hemos señalado en el Capítulo II la evidente
influencia de los filósofos existencialistas franceses en el
pensamiento sabatiano, pero ahora lo interesante sería
situarnos en la línea divisora que nos permita diferenciar
tanto lo conciente, - el deseo de plasmar una filosofía en
la creación de sus ficciones -, de lo inconsciente - la
simbolización de la mujer más allá de lo que Heterodoxia
pudo decir, o quiso decir- . Porque una cosa es escribir
Ensayo, momento donde fluye la conciencia misma del
escritor, su reflexión sistemática, su ciencia
y su
objetividad, pero otra, y muy distinta, la creación de
ficción, la reaparición del juego infantil en una mente
mucho más organizada, en ese afán por eludir la realidad
y alcanzar la realización de los sueños, de la misma
forma como en el juego el niño, elude lo plenamente
objetivo.
Otro aspecto importante a destacar, si deseamos hacer
uso de una visión existencialista en el análisis de la
construcción femenina de las novelas de Sábato, es
93
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, discurso del propio S. Pág. 97
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buscar responder una interrogante que
ha estado
rondando en varios trabajos desde mediados de siglo XX,
a propósito del Existencialismo y el Psicoanálisis, ¿dónde
se separa la filosofía existencialista de la doctrina
psicoanalítica?
“...la filosofía existencial constituye a un tiempo
el resultado y la expresión de un mundo en el
que el peligro es norma de la vida del hombre.
También la psicoterapia se ocupa del problema
humano de la existencia diaria en semejante
mundo.
Las terapias anteriores a menudo
ignoraron ese aspecto total del problema del
paciente. De ahí el encuentro entre la filosofía
existencial y el psicoanálisis”94
Elaboremos un sencillo análisis de El Túnel que nos
permita la comprensión de algunos concomitantes
básicos
de
dicha
relación:
Existencialismo
y
Psicoanálisis.
El rol existencial de la Mujer nos sitúa en una primera
realidad:
María corresponde al “ideal existencial” de
Castel, quien lucha con toda su fuerza contra el destino
94
Ruintenbeek H.M, Psicoanálisis y Filosofía Existencial. Introducción. Pág. 15
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de su soledad y la incomunicación. Dentro de esta obra,
el elemento faltante del personaje, es el Otro: María, con
quien por fin, logrará esta comunicación y
el ser
comprendido. Entonces, María corresponde a ese ideal
necesario para romper el destino, destino que solo puede
quebrantar el hombre. María es la parte que falta al
Pintor, lo faltante está en el Otro, el Otro, que está fuera,
pero que en el fondo es él mismo. La comunicación es
sin duda, comunicación consigo mismo, pero a través del
Otro=María. ¿Acaso María, o el Otro faltante no puede
ser concebido también como
ese
Ideal del Yo que
busca la organización del hombre?. - Ideal inexistente,
que solo está en la mente del protagonista, porque al final
María, la mujer / ideal existencial, no fue lo que Castel
esperaba, y/o “necesitaba”-. Entonces nos enfrentamos
al uso conciente de esta relación. Si Sábato tuvo una
enorme
influencia
existencialista,
y
además
psicoanalítica, es obvio, en consecuencia, que se torne
incuestionable
el
registro
de
las
influencias
del
existencialismo y el psicoanálisis en sus novelas.
Ana Paula Ferreina95 interpreta a este Yo, faltante como
el Yo “Lacaniano”, que corresponde a la compensación
95
En El Túnel de Ernesto Sábato en Busca del Origen, Homenaje a Ernesto Sábato de sus
colegas y amigos, pág. 91
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de la figura materna en María, - en el estadio del espejo -,
análisis que co-ayuda de manera determinante para la
comprensión de dicha fusión.
Finalmente nos quedarían unas últimas preguntas por
resolver: ¿En qué momento la tragedia de Edipo no
permite un análisis existencialista?, o mejor dicho, ¿cómo
haciendo uso de la intertextualidad y re-creación trágica
de Edipo, que corresponde a una base para la
comprensión de la conducta universal del hombre desde
una perspectiva psicoanalítica (inconsciente
universal:
Freud - inconsciente colectivo: Jung – intertextualidad:
Kristeva)
no nos enfrentamos ante una diversidad de
pensamientos y “angustias existenciales”?. Es así como,
sin debatir ni mermar importancia a los trabajos que han
analizado, no simplemente a la mujer, sino a todos los
personajes, y a toda la novelística sabatiana bajo la
perspectiva existencialista, nos acercamos a la tercera
visión más importante de sus novelas, la que permita un
tratado de “ lo femenino” haciendo uso de nociones
Psicoanalíticas .
Existe
una
diversidad
de
estudios
semióticos
psicoanalíticos sobre el símbolo de la “mujer”, y de
manera especial por su estrecha relación y connotación
JULIA AVECILLAS A.
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con lo maternal biográfico del autor, que como sabemos,
no tiene su origen en
los críticos o analistas de sus
obras, sino en las propias obras de Sábato, entrevistas y
ensayos, en su auto – interpretación.
Entre estos estudios psicoanalíticos tenemos el trabajo
de María Rosa Lojo de Beuter en: La Mujer Simbólica en
Abaddón el Exterminador96. Un trabajo de aplicación de
la teoría jungiana, donde demuestra el uso de arquetipos
de diversas culturas en la construcción de María de la
Soledad, personaje del Abaddón... Análisis que nos será
muy útil para la comprensión siguiente del “símbolo mujer
sabatiano”,
pero
que
también
nos
llevará
a
cuestionarnos, si dicho símbolo corresponde a “toda” la
simbología femenina de Sábato. Pues
“La mujer
devoradora...” o “La mujer Serpiente...”, es solo un tipo
de constructo femenino dentro de esta extraordinaria
simbología.
Por supuesto, su análisis a propósito de
dicho personaje, es sumamente claro, pero, pensamos,
las construcciones simbólicas de la mujer de Sábato, no
se agotan en este único estereotipo.
Pero la base de las limitaciones para la comprensión del
símbolo mujer en Sábato, quizá se deba, especialmente,
96
En Homenaje a Ernesto Sábato, de sus Colegas y Amigos.
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al análisis independiente de sus obras, por ello,
continuaremos con una interpretación correlacional de los
personajes femeninos sabatianos.
En primer lugar, habrá que decir que en las obras de
Sábato, nos encontramos con tres tipos básicos de los
modelos
femeninos. Tres tipologías que nos llevan al
encuentro
de
los
mismos
dos
ejes
cardinales
fundamentales: lo maternal: la mujer-madre idealizada,
frente a lo pernicioso y fatal: la mujer-amante;
y que
entre estos dos modelos, se sitúa el más complejo de los
estereotipos
femeninos,
un
tercer
parámetro
que
cohesiona a los dos primeros: el de madre-amante y el
de creación – destrucción.
femeninos
A estos últimos modelos
los denominaremos:
“los ambivalentes”,
simbología utilizada de manera estridente y notoria en los
personajes
femeninos
centrales:
María
Iribarne,
Alejandra, y María de la Soledad, representaciones de
la madre/amante “creación-destrucción” equiparables a
Yocasta, la mujer que engendra y que le dota de vida a
Edipo, pero la misma que más tarde, es la causante de
la realización fatal de su destino: el castigo.
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a) La mujer – creación: Idealización de la madre.En la novelística de Sábato, es poco común encontrarnos
con personajes femeninos que no connoten en algún
momento
el ocaso, la destrucción. Sin embargo,
Hortensia Paz, - en Sobre Héroes y Tumbas- , es entre
los personajes femeninos de Sábato, el más bello
símbolo de la bondad. Símbolo de la madre adoptiva97
de Edipo, mujer que llena de esperanzas y cambia
momentáneamente el destino fatal del niño y joven
exiliado, de allí que Hortensia Paz aparece en la vida del
“joven” Martín como el último asidero que evita su
naufragio.
Hortensia
además, tiene una gran vinculación con la
imagen simbólica materna anhelada por Martín, aquella
figura idealizada de la madre, que él jamás conoció:
“Sintió la mano de la mujer en su frente, como
si le tomase la temperatura, como su abuela
infinitos años atrás”98
“El tono de su voz era el de la suave
amonestación que suele tener en algunas
madres”99
97
98
Periboa, esposa del Rey Pólibo.
Sábato Ernesto, Sobre Héroes y Tumbas, pág. 536
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En la última cita, podemos observar una interesante
aclaración “algunas madres”, no todas, pues existen
madres como Yocasta, que envía a su hijo a asesinarlo, o por lo menos acepta la decisión de Layo, su esposo- y
no conforme con esto, luego es la causante de su
perecimiento en la oscuridad. Símbolo que para la teoría
freudiana se correlaciona con la excesiva satisfacción o
la represión, agentes nucleares para la ambivalencia.
Escasamente se proyecta en el símbolo mujer de las
novelas sabatianas
seres nobles e inigualablemente
esperanzadores como Hortensia Paz, cuyo nombre
denota explícitamente sus características, pero menos
posible es la expresión de una representación femenina
constructiva cuando la nobleza va de la mano con lo
maternal.
Beba, personaje de Sobre Héroes y Tumbas, como de
Abaddón el Exterminador, confidente y amiga de Sabato,
es otro de los pocos símbolos femeninos, que representa
aspectos positivos, junto a M, que por sentido común la
asociamos con Matilde, esposa real de Sábato, el
escritor, como del personaje.
Pero M, es también la
madre de Jorge Federico, hijo de Sabato/Sábato, y
99
Sábato Ernesto, Sobre Héroes y Tumbas, pág. 538
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siendo esposa y madre, es un personaje “creador”,
compensación de la “madre faltante” del escritor. Porque
la mujer-esposa, suplanta a la madre en su rol de
cuidado al hombre, en su posición afectiva de compañera
y guía.
Ana María, - madre de Fernando- es matizada también,
con ciertos signos de bondad.
“...se parecía asombrosamente a Ana María: no
solo por sus rasgos físicos, como Alejandra,
sino y sobre todo por su espíritu: era algo así
como la quintaescencia de la familia Olmos, sin
la contaminación de la sangre violenta y
maligna de Vidal, refinada y bondadosa, tímida
y un poco fantasmal, con una sensualidad
delicada y profundamente femenina”100
b) La mujer - destrucción.Dentro de esta categorización, es necesario subdividir
dos tipologías: la mujer-madre-destrucción, y la mujeramante-destrucción. Lo que nos sugiere además, que
entre madre y amante hay una línea muy débil y
quebrantable, misma línea que une a la mujer que da
100
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 462
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vida al hombre, con la que luego se funde en la peor
expresión de la sexualidad:
el incesto, la muerte
simbólica, esa mujer necesaria para el cumplimiento de la
tragedia.
La madre en casi todos los casos de las novelas,
corresponde a un personaje cruel y devastador. Aquí no
hay ambivalencia, hay odio y rabia, en una simbolización
de “lo fatal”, y esto, especialmente cuando la madre se ha
convertido en un sinónimo de la sexualidad, de
carnalidad o también de superficialidad y engaño, como
la madre de Martín.
“Martín
seguía
oyendo
aquellos
boleros,
sintiendo aquella atmósfera pesada de baño y
cremas desodorantes, aire caliente y turbio,
baño caliente, cuerpo caliente, cama caliente,
madre caliente, madre – cama, canastacama,
piernas lechosas hacia arriba como en un
horrendo circo casi en la misma forma en que
él había salido de la cloaca y hacia la
cloaca...”101
101
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 40
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“Hasta ese momento las mujeres eran o esas
vírgenes puras y heroicas de las leyendas, o
seres superficiales y frívolos, chismosos y
sucios, ególatras y charlatanes, pérfidos y
materialistas ( “como la propia madre de
Martín, pensó Bruno que Martín pensaba)”102
Refiriéndonos al caso del pintor J. P. Castel, observamos
que este personaje, no nos hace
mayor alusión a la
“figura materna”, y sin embargo con un solo fragmento
de su confesión, al comparar a María con su madre, nos
registra una clave de asociación entre la figura materna y
el dolor del hijo.
El pintor señala únicamente
una
relación entre María y su madre: la muerte.
“Como con mi madre cuando chico, puse la
cabeza sobre su regazo y así quedamos un
tiempo quieto, sin transcurso, hecho de infancia
y de muerte”103
El retorno a la infancia, a la “unión”, es sinónimo de
muerte para el Pintor, es grato pero destructivo. ¿Acaso
el arraigo y la conexión de Rank, donde la unión es
sinónimo de muerte? La madre que al fundirse con su
102
103
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 22
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 116 (Castel)
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hijo, no le permite la libertad, lo agobia, lo destruye, de la
misma forma como la madre de Sabato, lo fundió para sí,
no porque éste fuera el hijo deseado sino porque –
patológicamente- fue visto como suplemento del otro, del
hijo muerto, de Ernestito.
La madre de Martín expresa de manera más notoria lo
conocido en la teoría freudiana como Complejo de Edipo
de Tipo II, canalizándose un odio desenfrenado hacia la
figura materna
por los recuerdos y la
actitud de la
misma
“Volvía a ver la cara pintarrajeada de su madre
diciendo “existís porque me descuidé” Valor, sí
señor, valor era lo que le había faltado. Que si
no, habría terminado en las cloacas.
Madrecloaca”104
“Y entonces, como si hablara consigo mismo,
agregó que durante mucho tiempo había creído
que no lo había amamantado por falta de leche,
hasta que un día su madre le gritó que no lo
había hecho para no deformarse y también le
explicó que había hecho todo lo posible para
104
Sábato Ernesto, Sobre Héroes y Tumbas, pág. 14
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abortar, menos el raspaje, porque odiaba el
sufrimiento...”105.
Este desprecio de parte de la madre de Martín hacia su
hijo, nos permite - una vez más -, encaminarnos hacia la
intertextualidad
entre la tragedia de Edipo Rey y las
novelas de Sábato. La madre de Martín es la expresión
manifiesta de la mujer que lucha en contra del
cumplimiento del oráculo. Martín es Edipo/niño-joven, así
que su madre intenta enviarlo a las “cloacas”, a la
muerte, de la misma manera como Yocasta intenta
deshacerse de su hijo, para evitar el parricidio y el incesto
que ha de cumplirse por destino.
Georgina,
cumple
con
el
rol
femenino
para
el
cumplimiento de la siguiente fase de la tragedia. Con la
configuración del complejo en el otro sexo, el Complejo
de Electra, la tragedia de Electra. Hay una vinculación
incestuosa entre Fernando y Georgina que eran primos
hermanos. Sin embargo la relación incestuosa no se
precisa por el simple hecho del parentesco entre
Fernando y la muchacha,
enamora de ella
sino en que
Fernando se
por su cercano parentesco y su
semejanza física con Ana María, su madre. Así,
105
la
Sábato Ernesto, Sobre Héroes y Tumbas, pág. 24
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relación entre Fernando y Georgina, es el resultado de
una proyección del deseo del hijo hacia la madre, lo que
profundiza el incesto.
“...este dato es importantísimo, Georgina se
parecía asombrosamente a Ana María” 106
Alejandra por su parte, odia a Georgina, de la misma
forma como Electra odia a su madre. En el Complejo, el
odio a la madre expresa los celos reprimidos a propósito
de su deseo hacia el padre, y la culpa por no ser varón.
Esto explicaría el porqué Alejandra odia a las mujeres.
Dicho odio se resumiría en una proyección de la madre y
de sí misma. El aparente odio a las mujeres, es en
realidad odio hacia la propia “Alejandra”, hacia la
construcción de su Yo, quien recuerda o desea imaginar
a la madre muerta, como único medio de compensación
a su rabia.
“Mi madre murió cuando tenía cinco años”107
“Por que, aunque usted se asombre, todavía
vive y no ha muerto, como creía Alejandra... o
106
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 462 ( Bruno)
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como aparentaba que creía. Alejandra tenía
muchos motivos para odiar a su madre, dado
su temperamento y su concepción del mundo ,
y muchos motivos para darla por muerta”108
“Alejandra despertaba la atención de los
hombres y también de las mujeres. Aunque por
motivos diferentes, porque a las mujeres no las
podía
ver,
las
detestaba,
sostenía
que
formaban una raza despreciable y sostenía que
únicamente podía mantenerse amistad con
algunos hombres...”109
Cuando la mujer pierde su rol materno y se transforma
en “la amante”, es decir, adquiere un rol sexualizado, lo
femenino toma un matiz de absoluta amoralidad y
engaño. Son los casos de la prostituta a la que visita
Castel, la Ciega con quien tiene relaciones Fernando y
las
mujeres
clandestinas
que
recuerda
frecuentado; el aparente placer que finge
haber
María, la
sexualidad de Soledad, la ciega con la que se funde en
unión Sabato... Pero de forma más evidente, a través de
la perniciosa sexualidad del incesto. Y no nos referimos
107
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 58. (Alejandra)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 461 (Bruno)
109
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 21 ( Bruno)
108
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al incesto manifiesto entre Alejandra con su Padre, sino
a la constante representación de este acto,
entre las
diversas historias sabatianas “menores”: María con su
primo Hunter, o incluso con su propio esposo, a quien
dice –querer como a un padre -, el incesto entre Georgina
y Fernando, entre Agustina y su hermano...
La imagen de la sexualidad exhibicionista y tormentosa
para el otro,
es otra constante de la novelística de
Sábato, quizá porque el sexo es visto como sinónimo de
fatalidad, porque en efecto, de no existir la cópula, Edipo
no hubiese tenido que pincharse los ojos, la tragedia
jamás se hubiese cumplido, ni el destino, ni la ceguera.
“...me explicó que una de las torturas que
aquella mujer había ideado era llevarle sus
amantes a la pieza donde vivía con el individuo
y acostarse delante de él... me explicó que...era
posible porque el tipo no sólo era ciego sino
paralítico”110
“Uno
de
los
pasatiempos
favoritos
de
Fernando, era llevar a la casa a mujeres que,
110
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 410. (Fernando)
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visiblemente
eran
sus
amantes,
...
convenciéndola a la chica (su joven esposa)
de que las recibiese y agasajase”111
“-Mi madre murió cuando yo tenía cinco años.
Y cuando tuve once lo encontré a mi padre
aquí con una mujer”112
Cuando Alejandra, recuerda el incidente en la playa con
Marcos Molina, evoca su propio discurso, sus diálogos y
su concepto de la sexualidad para entonces:
“– Yo no me casaré nunca –le explicaba-. Es
decir, no tendré nunca hijos si me caso.
El me miró extrañado, la primera vez que se lo
dije.
- ¿Sabés como se tienen los hijos? –le
pregunté.
-
Mas
o
menos
–respondió,
poniéndose
colorado.
- Bueno, si lo sabés, comprenderás que es una
porquería.”113
111
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 466
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 58 ( Alejandra)
113
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 68
112
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Como vemos, la sexualidad tiene un efecto devastador,
pero no por tratarse del sexo como tal, sino por ser el
vínculo más poderoso que permite la unión fatal con la
mujer.
Y si Alejandra rechaza la sexualidad, no es por un
rechazo mismo al sexo, ni a la sexualidad masculina, sino
porque abjura de su propio sexo, es decir, Alejandra no
desprecia al otro, se desprecia a sí misma, a su retorno a
un estadio fálico donde el Complejo de castración no le
permite la aceptación de su cuerpo y sexo, y aspira al
falo para alcanzar una identidad frustrada, la virilidad, al
mismo tiempo en el que presenta su odio hacia la madre,
culpándola a ella de una situación
a la que no se
resigna.
c) María, Alejandra y María de la Soledad: Personajes
ambivalentes: creación y destrucción, portadoras de
vida y de muerte.
Los personajes centrales femeninos de El Túnel, Sobre
Héroes y Tumbas, y Abaddón el Exterminador,
se
comprenden como: símbolos de creación, salvación,
ideal existencial, la madre anhelada, en definitiva, el ideal
del Yo; pero luego, a través de las relaciones con sus
compañeros, Juan Pablo, Martín, y Sabato, adquieren un
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segundo matiz, el oponente, la destrucción, el ocaso,
causa de la más absoluta devastación.
Concentrándonos a El Túnel, María es el único
espectador que en la exposición de
los cuadros de
Castel, se interesa por aquella imagen aparentemente
simple pero significativa y trascendente para su autor: la
imagen de la ventanita, interés en el que Castel ve la
solución para su soledad e incomunicación.
“Nadie se fijó en esta escena: pasaban la
mirada por encima, como por algo secundario,
probablemente decorativo. Con excepción de
una sola persona, nadie -pareció comprender
que esa escena constituía algo esencial”114
En el caso de Martín, personaje que al igual que el Pintor,
sufre un conflicto de “incomunicación”, mira
Alejandra, un
en
ser inefable e inaccesible que, sin
embargo, puede comprenderlo y guiarlo.
Cuando se
encontraba frente a la estatua de Ceres piensa:
“Alguien
está
tratando
de
comunicarse
conmigo”115
114
115
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 12 (Castel)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 15 (Martín)
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Cuando Sabato conoce a Soledad, en el aula de su
colegio, la “siente”, como un ser dotado de infinitas
características incluso extra humanas, cuyo poder
potencial radica, en la capacidad para comunicarse con
él:
“Estábamos
estudiando
un
teorema
de
geometría cuando me sobresalté como si a mis
espaldas hubiera aparecido uno de esos seres
que dicen llegan a la tierra en platos voladores
y que tienen el poder de comunicarse sin
hablar”116
Así inician las relaciones de los personajes centrales de
las tres novelas.
María y Alejandra en distintas facetas de sus relaciones
con J. P. Castel y Martín alcanzan un nivel de analogía
con la posición materna:
“Me hizo sentar nuevamente y me acarició la
cabeza como lo había hecho al momento...”117
116
117
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 241 (Sabato)
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 68 (Castel)
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“A veces siento, como si yo fuera un niño a tu
lado”118
“...le revolvió el pelo con una mano, como las
personas
grandes
suelen
hacer
con
los
chicos.”119
“Martín apoyó la cabeza sobre el pecho de
Alejandra, y ya nada le importó del mundo”120
“- Vamos a ver si se porta bien –dijo, como
quien habla a un niño-. Ya le he dicho que le
quiero y que lo quiero mucho, ¿qué más
quiere?”121
Desde el inicio mismo de sus encuentros hay una
relación absoluta y clara entre la madre y la primera
descripción de la simbolización de la mujer en estos dos
personajes: María Iribarne y Alejandra.
118
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 69 (Castel)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 48
120
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 126
121
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 133 (Alejandra dice a Martín)
119
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Por una parte, María y Castel tienen su primer encuentro
frente al cuadro de nombre Maternidad, mientras que
Alejandra y Martín se conocen frente a la Estatua de
Ceres, diosa de la fertilidad, (madre-tierra / Edipo) en el
Parque Lezama. Ambos
encuentros connotan una
relación directa con lo materno, al margen de esa sublime
relación que les une en una gran cantidad de momentos
a Martín con Alejandra, como la compensación de la
madre que nunca tuvo el personaje, esa madre
comprensiva y amable y, de igual manera, esa relación
con demostraciones de afectos maternales vividos por el
Pintor junto a María.
Pero continuando con la secuencia, y/o acaso el
paralelismo indispensable para la existencia de la
ambivalencia, Alejandra y María poseen el otro lado de
su construcción, “la destrucción”, bajo la inquebrantable
premonición de
una secuencia mítica: esperanza –
desesperanza, creación y muerte.
Bajo la visión de Castel, que en realidad es la única que
tenemos: María, la madre,
es paralelamente capaz de
engañarlo, estar casada con Allende
y verse a
escondidas con su primo Hunter.
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Alejandra, por su parte, posee una relación incestuosa
con su padre, Fernando Vidal Olmos, mientras dice
querer a Martín, destruyendo todas sus esperanzas en el
momento en el que se suicida. Es importante anotar que,
si Alejandra es el ideal de ese joven inocente, (Ideal del
Yo) su muerte se equipara con la destrucción de sus
únicas esperanzas - del poder de la comunicación y por
ende comprensión de sí mismo -, sin contar el engaño y
la laceración que para el muchacho significó la relación
que Alejandra tenía con su padre.
Lo femenino entonces, mediante estos dos personajes,
es representación del perecimiento y la devastación; del
cataclismo.
Pero, paradójicamente, ninguno de los dos personajes
masculinos muere. Contrariamente sí María y Alejandra,
e incluso sus muertes se anticipan y, con ello, se
difumina, caduca y desaparece el ideal del YO. Y es que,
muertas Alejandra y María, mueren sin duda Martín y
Castel, porque si para ellos, las dos mujeres representan
su compensación, el único elemento que les permite la
comunicación, la conciliación consigo mismos, la parte
faltante de su personalidad - la madre - al desaparecer
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María y Alejandra, ellos también mueren, o por lo menos,
una parte esencial de su realidad.
¿Y acaso por tradición cultural, por el antiguo mito judeocristiano, mediante el cual la mujer es la causante del
destierro del hombre del paraíso, habrá que culparla a
ella
como
ser destructor
y
encima
aniquilarla
o
aniquilarnos con ella? ¿O acaso porque la profecía
dictada por el oráculo, auguraba el pecado con la Madremujer, y por ende la perdición de Edipo?
Lo que sabemos y entendemos, es que muertas María y
Alejandra, muere una parte constitutiva, faltante y
elemental de sus personajes masculinos, como además
se cumple completamente el mito griego, Yocasta se
suicida, se ahorca, mientras Edipo se hunde en El Túnel
oscuro de la ceguera.
Pero el caso más impactante – o en el que se condensan
las dos anteriores historias - de este modelo de la
feminidad, se registra con la ciega del Abaddón..., María
de la Soledad, mujer con la cual Sabato descubre el
secreto mundo de los ciegos, a través del sexo.
Ese
sexo que representa culturalmente la unión del hombre y
la mujer para la procreación, es descrito en una visión
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primitiva, animalezca que permite la unión sexual a
través del coito con el ojo-sexo que castigará a Sabato
proveyéndolo previamente del conocimiento
– como
Edipo ante Tiresias - . Porque el destino del oráculo inicia
y culmina en ese sexo, de allí nace el hombre, en esa
sexualidad, Soledad representa a la madre, pero por esa
misma sexualidad, el hombre se destruye y se ahonda
en el castigo de la ceguera.
Así, María de la Soledad, es la Madre, que le otorga a
Sabato, la Soledad en su ceguera infinita, como la Madre
de Martín/Alejandra, que hace lo posible por quitarle la
vida, y en su retorno, abisma al muchacho en aquellos
momentos de tan profunda tristeza, como María Iribarne,
que cuando muere, deja a Castel en la mas espantosa
soledad, pero especialmente, como la madre de Ernesto,
quien por su estrecha relación con el hijo, de una manera
patológica, lo arrastró hacia la muerte simbólica del
arraigo, disminuyendo sus oportunidades de vida, como
Yocasta en el inicio y en el fin de la tragedia.
3.3.2LOS
PERSONAJES
PARANOICOS
y/o
RACIONALIZADOS
JUAN PABLO CASTEL, FERNANDO VIDAL OLMOS Y
SABATO.
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Continuando con esta interrelación entre
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Edipo y la trilogía Sabatiana, habrá que resolver algunas
interrogantes elementales como ¿Cuál es el papel que
desempeñan
los
personajes
“paranoicos”
construcción de estas novelas?. O ¿cuáles
en
la
son los
determinantes de dicha paranoia en los respectivos
personajes y su universo fantástico?
Para resolver estas preguntas, debemos ingresar en el
secreto y oscuro mundo de LOS CIEGOS.
La ceguera –como ya lo hemos dicho -, representa en la
tragedia de Sófocles, el castigo, un acto reivindicador a la
culpa,
mientras
que,
los
personajes
paranoicos
sabatianos, son la viva recreación de Edipo, el rey, es
decir, el Edipo adulto que teme y rehuye al castigo tras
haber cumplido ya con su destino. Por lo tanto, estos
tres personaje cuyo cumplimiento del oráculo ya se ha
efectuado, deben ser castigados por esa secreta secta de
los ciegos, -Tiresias-, secta de la que deberían huir, y
sin embargo, prefieren y/o deben enfrentarla, así como
retornar a ella, a sabiendas de que serán derrotados.
Vale recalcar que dentro de esta esquematización, hay
que distinguir que Sabato, el personaje del Abaddón… no
cumple en ningún momento la categoría de “personaje
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paranoico” - visto clínicamente como trastorno de la
personalidad -,
sin embargo, lo hemos clasificado en
esta sección por la diversidad de rasgos122 paranoicos
que expresa,
como síntoma proyectivo de
la propia
caracterología del escritor.
Analicemos algunas de las características que nos
permiten clasificar a los dos personajes: J. P. Castel y
Fernando Vidal Olmos dentro de este esquema, - seres
paranoicos -, no sin antes diferenciar claramente estas
dos posiciones psiquiátricas primordiales, psicosis y
trastorno paranoide.
Agustín F. Segui123, considera que Castel posee una
patología del tipo psicosis paranoica, lo que lo ubicaría en
una
esquizofrenia
paranoide.
Esta
observación
la
consideramos acertada en función de la presencia de
algunos elementos claves como: cuadros alucinatorios,
desconexión con la realidad,
delirantes persecutorias,
estados oniroides, ideas
de engaño y/o traición,
compulsividad, etc.
122
Es importante que el lector, sepa distinguir la connotación de rasgo: “característica
relativamente constante y estable del carácter propio de una persona” y trastorno como una
alteración de la configuración normal de la personalidad.
123
En Los Cuatro Sueños de Castel en El Tunel de Ernesto Sábato, en Homenaje a Ernesto
Sábato de sus colegas y amigos, pág, 69
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Sin embargo, si nos ubicamos dentro de
esta
interpretación, en la cual, habríamos de entender a estos
dos personajes como psicóticos, este hecho nos obligaría
a pensar lo mismo del cuadro clínico de Sabato,
personaje del Abaddón..., quien también presenta
cuadros alucinatorios124, como su encuentro con el ojo
sexo de María de la Soledad y su contacto con sus
propios personajes, como Alejandra.
Pero el aceptar estas interpretaciones, nos llevaría a un
acto sumamente riesgoso, por lo que
creemos, es
necesario dejar a un lado los delirios y alucinaciones
concebidos como cuadros en vigilia, para permitirnos un
análisis más bien en el plano onírico, es decir, donde
podamos interpretar esas sintomatologías como parte de
procesos del sueños, pesadillas, terrores nocturnos, etc.,
característicos de la biografía misma de su autor, donde
la simbología freudiana nos ayude a
semiótica
acercarnos a la
de sus personajes, de sus miedos, o sus
deseos frustrados, más no a esa aparente total
desconexión con la realidad.
Porque de otra manera, retornando a la concepción de
psicosis de los personajes,
124
radicalmente incluso
Alucinaciones de carácter oniroide: hipnagógicas o hipnapómpicas.
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podríamos decir lo siguiente,
si Castel posee una
psicosis, y El Túnel, no es más que la confesión de un
enfermo con tal patología, ¿cómo podríamos acercarnos
a la supuesta veracidad de los hechos de la novela?, ¿No
podríamos incluso creer que Castel jamás conoció a
María, y que todo no es más que el resultado de sus
alucinaciones “psicóticas, de sus delirios?. Así mismo, no
tendrían sentido los sueños de Vidal Olmos y su relación
con los sueños de Sabato,.., ni podríamos creer que
Sabato escribió dos novelas anteriores que, para sus
lectores, es un hecho latente.
Esos procesos seudoalucinatorios, deben ser leídos con
mayor propiedad como efectos oníricos, - o incluso
alucinaciones en el lapso vigilia-sueño-, mientras que los
procesos
obsesivos y de desorientación, pueden ser
vinculados a una forma de dominio del
inconsciente
sobre la razón. Porque recordemos que la estructura
inconsciente nunca podrá estar codificada en un lenguaje
conciso, sino dependerá de simbologías variadas, como
variado es el corpus mental que encierra un complejo o
una regresión, una fijación a un estadio fálico, y/o a un
retorno al inconsciente colectivo humano.
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Por estas razones, creemos oportuno mantener ciertos
límites en el estudio psicopático de estos personajes,
tomando desde nuestra perspectiva, “los
paranoides”
como sinónimo de trastorno de la personalidad, mas no
psicosis.
Señalemos algunos signos y síntomas que nos llevan a
pensar esto:
Los tres personajes poseen una capacidad de raciocinio
compulsivo,
brillante y no degenerativo, en una
racionalización defensiva que busca convencernos, - a
los otros y a ellos mismos- , que sus actos fueron la
única solución de sus conflictos.
El problema en las interrelaciones sociales y mínimo nivel
comunicativo corresponde a un elemento importante a
considerar.
Para Castel, el hecho de que nadie se fijara en la escena
de “la ventanita”, representa esa incapacidad por ser
comprendido
por
los
demás,
un
fenómeno
incomunicación con los otros, incluso con
de
todos esos
críticos de arte que visitaron su exposición.
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“Nadie se fijó en esta
escena: pasaban la
mirada por encima, como por algo secundario,
probablemente
decorativo...nadie
pareció
comprender que esa escena constituía algo
esencial”125
Bruno afirma de la personalidad de Fernando:
“No tenía amigos ni los quería o podía tener”126
El propio Sabato odia todo tipo de grupo, incluyendo
aquellos en los que se desenvuelve o formó parte
biográfica,
como
los
surrealistas,
psicoanalistas,
escritores, críticos.
Por otra parte, se distinguen las ideas persecutorias, de
engaño, y de conspiración en contra de ellos:
“Era evidente que lo seguía, puesto que jamás
antes lo había visto en BIELA” 127
“Me di vuelta lentamente, mientras sentía en mi
piel esa sensación que siempre acompaña a
125
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 12. (Castel).
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 472. (Bruno)
127
En Abaddón el Exterminador. Nótese que el discurso no lo realiza el propio S, y sin
embargo, se da por hecho un pensamiento del personaje.
126
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tales apariciones. Y levantando la cabeza,
como sabiendo el lugar exacto de donde
provenía aquella sensación...” 128
“...cómo
con
semejante
disparate
podía
persuadir a la Ciega? ¿A una ciega que
evidentemente
había
estado
ESPERÁNDOME?129
Castel recalca en su discurso el hecho de que María lo
engañaba con su primo Hunter, y con su esposo. Para
él, la joven incluso fingía placer en sus encuentros
amatorios, se burlaba de su supuesta ingenuidad, y sin
embargo, ninguno de estos hechos son dilucidados para
sus lectores, sino meras ideaciones del pintor.
Pero, la mayor de todas las obsesiones de los personajes
de ficción sabatiana,
consiste en
ese deseo por
desentrañar el mundo subterráneo, el mundo secreto de
los CIEGOS, así como huir de su conspiración en contra
de ellos.
128
Sábato Ernesto, en Abbadón el Exterminador. ( Sabato)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 386. (F.V. Olmos) Nótese el tipo de
letra para la palabra ESPERÁNDOME, lo que comprueba que, Vidal Olmos quería resaltar
el hecho de la espera de la ciega a la entrada del subterráneo que le dejaría ingresar en el
secreto y misterioso mundo de los Ciegos.
129
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Sobresale en ellos su capacidad manipuladora sobre los
otros.
Así, Castel obliga, en varias ocasiones, a que
María lo vea. Fernando,
por otra parte, posee esta
característica como uno de sus principales elementos de
su personalidad, lo que le permite incluso manipular, a un
personaje femenino tan complejo como Alejandra, de la
misma manera como a Georgina, antítesis de su hija, al
propio Bruno, quien es obligado a realizar esos juegos
inverosímiles que tanto atraen a Vidal Olmos como “jugar
a estar ciego” e ir en busca de la cabeza de Acevedo.
Hasta aquí, es importante destacar que no es arbitrario
catalogar a estos tres personajes dentro de esta
patología menor, pues efectivamente, sí presentan
rasgos y sintomatologías claves y claras, pero tienen sin
embargo un contacto notable con la realidad, con los
otros, y especialmente con la mujer/madre.
Por otra parte, un elemento muy particular - como ya lo
hemos señalado -,
justificaciones
y
es su constante empleo de
argumentaciones
que
pretenden
racionalizar sus conductas, - ¿raciocinio freudiano?- en
las más diversas circunstancias. Se dice pues, que este
mecanismo de defensa no es razonar en realidad, sino
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hacer parecer racional los actos cometidos por el
individuo. Al parecer el discurso completo de Castel, es
una especie de texto justificativo que busca emplear el
personaje
enclaustrado
en
un
manicomio
para
demostrarnos que, “el Pintor”, es decir, él, resulta ser
una víctima de su mala suerte, de su destino, de su
“túnel, oscuro y solitario”, de las mentiras y traiciones de
María.
Pero limitémonos a elementos más prácticos, más
explícitos, como podemos percibir si nos dirigimos a los
pensamientos de Vidal Olmos, y su diario o
“Informe
sobre Ciegos”, en su búsqueda obsesiva por el
descubrimiento del mundo secreto, en su investigación
procedimental.
En su afán por encontrar justificaciones racionales que
respondan a las problemáticas del mundo, nos presenta
sus hipótesis sobre la existencia de Dios:
“1° Dios no existe.
2°
Dios existe y es un canalla.
3°
Dios existe, pero a veces duerme: sus
pesadillas son nuestra existencia.
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4°
Dios existe, pero tiene accesos de locura:
esos accesos son nuestra existencia.
5°
Dios no es omnipresente, no puede estar
en todas partes. A veces está ausente ¿en
otros mundos? ¿en otras cosas?...”130
Raciocinio compulsivo que más tarde será continuado y
defendido por el propio Sabato, cuando recuerde los
pensamientos de Fernando – lo que quiere decir, sus
propios pensamientos al momento de crear a Fernando -.
Sabato ese personaje que creó al propio
S del
Abaddón... como a todos sus demás personajes
incluyendo a
Fernando,
al propio R, personificando
todas sus reflexiones y pensamientos en ellos. -¿Una
proyección en proyección?En la siguiente cita, podemos analizar el carácter
compulsivo del razonamiento en Fernando Vidal Olmos,
hecho que podríamos notar en los tres personajes.
“Esa NOCHE, mientras hacía el balance y
repaso que todas las noches hacía de los
acontecimientos”131
130
131
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 299
Sábato Ernesto, Sobre Héroes y Tumbas, pág. 336. El subrayado es nuestro.
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Aunque el raciocinio no se agota en una característica
que particulariza a ciertos personajes, o menos aún, en
un mero mecanismo de defensa. Pues si la razón es la
base fundamental de estos tres personajes masculinos
protagónicos, que se encuentran también representados
bajo una patología notoria, y con los trágicos finales de
una ceguera simbólica (muerte y encierro/soledad), es de
suponer que “la razón” representa entonces un símbolo
mucho más complejo de lo que aparenta, mas no una
sencilla sintomatología que describe la tipología de sus
personajes.
Esto quiere decir, que la razón posee su propia
significación, pues
la razón devalúa al hombre, tanto
como lo hizo el desarrollo industrial y tecnológico, esa
razón que dominó al mundo y que fue capaz de tantas
atrocidades durante la I y II Guerras Mundiales, razón
que destrozó al comunismo utópico para convertirlo en
una de las doctrinas políticas más cerradas y criminales
de la historia del hombre, aquella razón que le hizo al
Escritor, y a su personaje S, alejarse de la misma.
Elaboremos un pequeño análisis sobre el desarrollo de
la razón en su contraposición con el inconsciente. Para
el hombre de las cavernas –por ejemplo-, el incesto no
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corresponde a un acto pernicioso, porque mientras el
hombre posea aun su estado animalezco e instintivo, no
comete pecado, por lo tanto, no se haya destinado al
castigo. Porque el principio del placer solo representa
una condición natural del hombre, como el sexo y su
finalidad de reproducción. Contrariamente, en el hombre
racionalizado ocurre todo lo contrario, aquí cumplen su
papel represor e inquisidor, tanto los mecanismos
defensivos del Yo, como esa moral “socializada” del
Súper Yo; y en efecto,
hacia
las
todo acto autista encaminado
satisfacciones
netamente
instintivas
es
bloqueado por el principio de la realidad, el Yo y la
sociedad.
Pero
si es la “razón”, lo que nos diferencia de los
animales, ¿cómo sin esa razón no existe perdición ni
tragedia?
El complejo de Edipo, tiene en realidad un origen prehumano. Es el resultado de nuestro inconsciente
colectivo, pero dicha inconsciencia es la que permite que
el hombre no sea juzgado, pero en el momento en el que
toma cargo la consciencia, el humano se censura,
atemoriza y castiga.
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En el raciocinio descrito y expresado a través de los
personajes más conflictivos de las novelas sabatianas,
observamos el retorno a los niveles más regresivos de
sus seres, que en
simbólicos,
los correspondientes
mudan
a
especies
descensos
infrahumanas:
murciélagos, reptiles, peces, anfibios... Por tanto, este
raciocinio no es tan solo esa capacidad que nos vuelve
“un animal superior” (la evolución/involución del Id en el
Súper Yo), y aunque forme una parte preponderante
para la estructuración de la persona, en el paso a la
construcción de la conciencia, el ser humano a
objetivizado su calidad humana, en virtud de la
denigración del animal a la más primitiva criatura, “el
hombre”, que ya no lucha por sus instintos, sino por el
dominio de la razón.
Los personajes de Sábato, nos permiten reflexionar este
hecho,
pues paralelamente con la preponderancia
racional de sus personalidades,
parte
pura
que
por
se oscurece la única
naturaleza
inconsciente-. Así, los personajes se
poseemos,
-
el
corrompen entre
ese paradójico y desquiciado razonar, frente paranoias,
persecuciones y tragedias.
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Y es que la razón del hombre, ha permitido su ascenso a
niveles sorprendentes: comunicación vía satélite, internet,
operaciones laparoscópicas, etc., pero conjuntamente, y
hasta superiormente,
lo ha conducido a
abismos
irremediables, a momentos en los que el hombre, solo
puede avergonzarse de la especie a la que pertenece,
como la construcción de bombas atómicas,
los
laboratorios de experimentación nazis con niños judíos, la
extraordinaria tecnología para multiplicar especies de
drogas que serán consumidas en su gran mayoría, por
adolescentes y jóvenes de nuestros países...
Porque,
mientras el instinto tiene un fin de supervivencia y de
mantener la especie, la razón parecería tener el fin de
destruirnos.
Entonces, es el hombre quien en
su totalidad
se
destruye, de tal manera que, solo el Ideal del Yo, la moral
idealizada, no la alcanzada por la simpleza del Super Yo,
tiene la capacidad de salvarnos, tanto de la conciencia
como del primitivismo inconsciente.
Ese Ideal del Yo –equiparable con el ideal existencial -,
que expresa la bondad humana, los sueños, las utopías,
ese anhelo por servir a los otros, pendiente entre la línea
del instinto de conservación de nuestros semejantes –
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inconsciente -, y el respeto por ellos –conciente-, y que
no es ninguna de las dos cosas, sino el verdadero
elemento superior y característico de la humanidad, es
nuestra única redención.
Así, esa necesidad y lucha por convertirnos en hombres,
y dejar de ser “bestias”, es lo que nos sacude Sábato a
reflexionar, entre las páginas de sus ensayos y
particularmente en La Resistencia.
Un Súper Yo
idealizado que, en palabras del propio autor, no es en
realidad lo que el escritor es, sino lo que quisiera ser, la
moral que cruza las barreras de la razón, porque solo con
la razón, el hombre no ha alcanzado a su verdadera
estructura y evolución.
3.3.3LOS
PERSONAJES
ESPERANZADORES:
“RESISTENCIA” AL DESTINO DE:
LA
MARTÍN ,
BRUNO, CARLUCHO Y MARCELO
Partamos de un aserto: Martín, ante todo, debe ser
considerado como un significante de “la juventud”. –
afirmación respaldada en expresiones del propio Sábato . Por lo tanto, si equiparamos el discurso de La
Resistencia, - donde Sábato señala que para él, la única
esperanza del mundo se encuentra en la juventud -, con
la historia del personaje, resulta fácil justificar porqué
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Martín no se suicida, y porqué se caracteriza como el
personaje más noble, inocente, pero sobre todo,
esperanzador dentro de las obras.
Sin alejarnos de nuestro análisis intertextual entre Edipo
y Sábato, podemos decir que Martín representa al Edipo
niño-adolescente, ese Edipo que desea cambiar su
destino tras consultar al oráculo. Martín representa a ese
muchacho, que lejos de los pronósticos de Delfos, posee
la naturalidad de una vida llena de grandes augurios y
esperanzas, y al no ser asesinado de niño, es salvado de
su primer destino. ¿La huida de Martín a la Patagonia,
no es acaso equiparable con la huida de Edipo de
Corinto para no matar a sus padres?. De cualquier
manera, ambas huidas tienen un fin, y es el de alcanzar
la esperanza.
Otra clave de análisis del personaje Martín, es recordar
que su madre señala haber hecho todo - excepto el
raspaje por miedo al dolor-, para deshacerse del hijo. En
la tragedia, la madre del niño recién nacido acepta su
muerte, lo desea muerto. En la novela, Martín ve
aparecer una figura materna doble,
Hortencia Paz,
personaje alentador que se equipara con
la madre
sustituta de Yocasta y cuidadora de Edipo. Entonces,
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gracias a la presencia de Hortensia Paz, el niño-joven
no se enfrenta y sobrevive a su tragedia. Y es por su
juventud que Martín desconoce el indeseable mundo
de los Ciegos, mundo del incesto y del castigo, ¿será
acaso que Martín mantiene aun su primitivismo juvenil
que lo exenta del raciocinio y por ende, del pecado?
Bruno es un personaje relativamente paralelo a Martín,
concebido como la expresión viva
del joven escritor,
escritor que representa las primeras convicciones del
creador.
En Sobre Héroes y Tumbas, Bruno es el único personaje
que teniendo algún tipo de relación con Alejandra, brinda
esperanza y tranquilidad a Martín, huye de los juegos
extraños
y
maléficos
de
Fernando,
juego
que
corresponde a un enceguecer simbólico, un camino hacia
la corrupción del muchacho. Pero Bruno prefiere huir con
aparente cobardía, - que representa en realidad, la fuerza
del personaje para escapar al destino
que lo quiere
someter Fernando -, mientras en el Abaddón…, se
cuestiona sobre las verdaderas razones trascendentales
para ser Escritor, la interiorización del mundo, y la
exteriorización de su caos interior.
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Otros
personajes
sabatianos
presentan
similares
fortalezas dentro de sus roles secundarios.
casos de Marcelo, joven que muere
Son los
tras las torturas
políticas en el Abaddón..., sin perder sus ideales, pero
sobre todo, su lealtad,
tal
como se espera,
que
perduren los principios de la juventud - dicho en La
Resistencia -.
Carlucho, representa la simplicidad y la pureza, la
inocencia y la utopía. El pensamiento comunista, muy al
margen del objetivismo científico.
3.3.4TIRESIAS: R, SCHNEIDER / SCHNITZLER
Completando con la tragedia, estos personajes son la
simbolización
del castigo, la culpa ya canalizada.
Tiresias es enceguecido por haberse enamorado de la
Diosa Atenas, y posee la virtud de comprender el
lenguaje “profético” de los pájaros. Así, este lenguaje es
el que recuerda que el oráculo o mejor dicho el castigo,
tendrá fatalmente que cumplirse.
Por eso R odia a los pájaros y los castiga, como en un
símbolo de negación a su condena. Por eso Schneider es
una mezcla física entre pájaro y ratón, según lo describe
Sabato.
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El odio desenfrenado a los pájaros, expresa el rencor al
castigo, es una manera de eludir la ceguera, aunque a
su vez, no pueden dejar de castigar a aquellos que
cumplieron con la profecía de Delfos: el incesto.
En un momento, Alejandra adopta también esta posición,
pues es ella, quien castiga a su padre por la relación
incestuosa que los unía, aunque
de manera más
poderosa, como la propia Diosa Atenas, con el poder que
se le otorga al personaje femenino más complejo de la
trilogía, siendo ella misma quien se castiga, al prenderse
fuego para limpiar su culpa, como Yocasta, la madre de
Edipo quien se ahorca ante su hijo y su pueblo, en señal
de auto-castigo.
Una mezcla entre el oráculo y Tiresias, es expresado en
R, el personaje que provoca la unión y el conocimiento
del mundo de las tinieblas a Sabato. Porque es él quien
lo transporta a los brazos y la sexualidad de María de la
Soledad, y es él, quien le da la entrada al castigo. El acto
sexual es lo que le permite la entrada al mundo de la
Ceguera, pero no sencillamente por la sexualidad carnal,
sino por esa regresión intrauterina, que le permite la
comunión final, la muerte/ceguera, en la mujer/madre
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“ – Y ahora dijo R, tendrás que hacer lo que es
necesario que hagas.
Una fuerza extraña empezó desde ese instante
a gobernarlo y sin dejar de mirar y ser mirado
por el gran ojo vertical, se fue desnudando, y
luego lo hizo arrodillar ante Soledad, entre sus
piernas
abiertas.
Así
permaneció
unos
instantes mirando con pavor y sadismo al
sombrío ojo sexual.
Entonces ella se incorporó con salvaje fulgor ,
su gran boca se abrió como la de una fiera
devoradora , sus brazos y piernas lo rodearon y
apretaron como poderosos garfios de carne y
poco a poco, como una inexorable tenaza lo
obligó a enfrentarse con aquel gran ojo que él
sentía allá abajo cediendo con su frágil
elasticidad hasta reventarse. Y mientras sentía
que aquel frígido líquido se derramaba, él
comenzaba su entrada en otra caverna, aún
más misteriosa que la que presenciaba el
sangriento rito, la monstruosa ceguera”132
132
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 375
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Schnitzler, ha investigado toda su vida sobre el poder y el
dominio del mal en la Tierra. Este dominio lo controlan los
ciegos –para Sabato-. El mal, corresponde al incesto
simbólico. Pero el alcanzar la comprensión del mal y sus
dominios,
convierte a este personaje en una especie
vidente, en un ser con la capacidad de comprender y
alcanzar los límites del mal – a través de la razónconvirtiéndose en Tiresias, único interprete de la tragedia
de un pueblo.
3.3.5EL ORÁCULO.- EL LOCO BARRAGÁN
Este personaje,
cumple la función de representar la
profecía de Delfos, pero dicha predestinación no solo
augura el futuro de los personajes, sino cruza las
barreras de una ficción o recreación de una tragedia
universal a una tragedia de nuevos tiempos, advirtiendo
la presencia del fuego, ese fuego purificador, el mismo
que purifica el cuerpo de Alejandra, corresponde al fuego
de la Plaza Mayo, fuego que vine con el gran dragón, Perón-, interpretación que es válida en relación a la
importancia que
Sábato concedió a la política, sus
reflexiones, e incluso, sus contradicciones dentro de esa
misma visión política.
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Pero vayamos mas allá,
si
la tragedia de Edipo
corresponde a una historia que forma parte de una
historia universal, o debiésemos decir, de un Inconsciente
Colectivo, entonces todos en nuestro inconsciente nos
dejamos arrebatar por la pulsión del principio del placer
primario, el instinto. Así, ese deseo que nos retorna a un
estadio fálico, - en el Complejo de Edipo -, reiterado en
muchos hombres, como en el
propio Sábato, o
desplazado hacia otros deseos, incluso inferiores; por su
carácter simbólico también nos conduce al miedo, miedo
a la ceguera simbólica, que no es más que la
representación del castigo. Por lo tanto, todos debemos
pagar - en algún momento- con fuego, con ceguera, con
la oscuridad, con las guerras y conflictos de la tierra,
nuestro “origen en el pecado original”.
3.4 LOS RECURRENTES SIMBÓLICOS
Uno de los elementos más importantes y destacables en
la obra sabatiana, es el uso constante de símbolos que
nos remiten a la conexión existente entre las novelas de
Sábato y la gran historia de Edipo. Continuemos
entonces con esta esquematización de dichos elementos
en común de la obra sabatiana:
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“Más de una vez había meditado en la
existencia de aquella red subterránea, sin duda
por mi tendencia a cavilar sobre sótanos,
pozos, túneles, cuevas, cavernas y todo lo que
de una manera o de otra está vinculado a esa
realidad subterránea y enigmática: lagartos,
serpientes, ratas, cucarachas, comadrejas y
ciegos”133
“Algo turbio, relacionado con la realidad que
estamos viviendo, desde el inconsciente, como
un murmullo, me recordaba lo que estoy
pintando en estos últimos años: esos seres
terribles que salen desde el fondo de mi alma,
torres que se desploman, pájaros en cielos
incendiados...” 134
La comprensión simbólica en el arte al igual como en los
sueños, obliga a una asociación indispensable. Como en
los casos de simbolismos a través de los distintos tipos
de personajes, los arquetipos o elementos simbólicos
continúan con el enriquecimiento del gran tema matriz:
Edipo.
133
134
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 424 ( Fernando)
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 125
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3.4.1LAS METAMORFOSIS.
“Sabato observó como sus pies se iban
transformando en patas de murciélago. No
sentía dolor, ni siquiera el cosquilleo que podía
esperarse
a
resecamiento
causa
del
de
piel,
la
encogimiento
pero
sí
y
una
repugnancia que se iba acentuando, a medida
que la transformación progresaba: primero los
pies, luego las piernas, poco a poco el torso.
Su asco se hizo más intenso cuando se le
formaron las alas, acaso por ser solo de carne
y no llevar plumas. Por fin la cabeza...”135
“Algo me sucedía a medida que ascendía en
aquel resbaladizo y sofocante túnel de carne:
mi cuerpo se iba convirtiendo en pez, mis
extremidades
se
transformaban
repugnantemente en aletas, mi piel se cubría
de escamas...”136
Corresponde a un elemento reincidente en todas las tres
obras de ficción sabatiana. El acto de “metamorfosear”,
“mutar” de persona en animal, o “animalizarse”, es visto
135
136
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 398-399.
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 437 ( Sabato)
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por algunos críticos (superficiales) un mero resultado
de la influencia kafkiana hacia el autor. Efectivamente, es
de conocimiento común, que Kafka, fue entre otros, uno
de los autores más influyentes en la obra de Ernesto
Sábato, pero ¿Cuál es la intencionalidad y el verdadero
alcance de dichas representaciones en el marco histórico
de sus tres novelas?
Las metamorfosis de Sábato, siempre desencadenan en
dos
tipologías
simbólicas
básica:
los
pájaros,
(o
murciélagos) y las serpientes, anfibios reptiles o peces.
Los personajes que metamorfosean son
Castel,
Fernando Vidal Olmos y Sabato, los Edipos Adultos.
Estos personajes corresponden a esos hombres que ya
han visto cumplirse el oráculo, la tragedia, o en una
premonición del acto, como alcanzando a la comprensión
del “lenguaje profético de los pájaros” como escuchando,
quizá aun lejos, el susurro –graznido- de su Súper Yo,
código de la moral, que anuncia lo que deberán pagar
por sus actos.
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Si Tiresias, castigado por la Diosa griega
entiende
el lenguaje profético de
escucha y
los pájaros, estos
personajes convertidos en pájaro, escuchan el lenguaje
de la culpa, permitiendo que el Yo, (de alguna manera)
controle al Id,
a través de
su deseo instintivo de
protección y huida –en el principio de la realidad -, y por
efecto de ese Súper Yo, moralista y prohibitivo, el Yo,
escucha la inquisidora voz de los pájaros.
Pero a más de pájaros, está la presencia del otro tipo de
mutación: pez-reptil-serpiente..., un retorno a estados
acuáticos, primitivos, intrauterinos, e incluso antehumanos. Es decir, un retorno prenatal paralelo a
vivencias anteriores a las humanas, la ontogenia y la
filogenia juntas,
describiendo el origen mismo del
hombre.
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El incesto, el cumplimiento del Complejo o el Oráculo,
muta al humano en bestia: bestia marina, anfibio o reptil.
El retorno a las fases instintivas es la única justificación
del hombre para convertirlo en animal inferior. Pero ya
mencionamos que el incesto, es un mero símbolo de lo
que en realidad expresan los más bajos instintos
humanos. El retorno al reptil, explicaría la razón de las
guerras, las traiciones políticas, los homicidios, etc.
El deseo del poder territorial, de la lucha por alcanzar la
pertenencia, son el resultado de fijaciones en estos
momentos prehistóricos, y solo comprendiendo ese
pasado, intentamos comprender al hombre.
Por otra parte, debemos recordar que para la simbología
psicoanalítica, los reptiles y serpientes, poseen una
estrecha relación con el órgano sexual masculino, en
general, todo lo vertical es masculino y lo horizontal
femenino. - Aclaración presente en las propias novelas
de Sábato- . De tal manera que, esta conexión entre el
símbolo fálico y los instintos inconscientes que emanen
de nuestro inconsciente colectivo, se explican en una
asociación semiótica fundamental.
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La sexualidad, símbolo de nuestros instintos más básicos
y prehumanos, son a su vez, el principio de la ceguera,
que sería - como lo hemos mencionado -, resultado de la
evolución filogenética del hombre. Solo nuestra parte
reptil, anfibia, podría responder a tantas conductas
“inhumanas”. Ese cerebro primitivo, que surge tras el
dominio de los instintos y las pulsiones del Id sobre el
Ego, nos arrastra a esta involución del hombre.
Por otra parte, si los pájaros auguran el pecado como el
castigo, por esta razón, todos aquellos que auguran la
ceguera poseen sus características de pájaro, como
facciones de aves, voz de pájaro, etc.
Así, cuando Castel se mira al espejo y en su reflejo
observa un pájaro, este reflejo es la expresión de su
Súper Yo, esa parte acusadora de sí mismo, que le
augura su fatal destino: el manicomio y la soledad.
Los murciélagos, sugieren una simbología nocturna, nos
llevan a pensar en la tradición de los vampiros –seres
diabólicos que se alimentan de sangre para sobrevivir -.
El murciélago, es un habitante nocturno como la mayoría
de
los
personajes
sabatianos,
seres
que
se
desenvuelven básicamente en la oscuridad del atardecer
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y la noche, misteriosos y espectrales como los rostros de
sus cuadros.
Por otra parte, este animal/ave, habita
dentro de las
cavernas y las cuevas, símbolos que nos conducen al
imaginario del vientre de la madre, como morada y único
vínculo absoluto con el hijo, convirtiendo al hombre/feto
en una especie de ser/murciélago.
3.4.2SEMIÓTICA DE LO FEMENINO
Casi al iniciar este capítulo, se destacó la importancia
que muchos estudiosos de la novelística de Sábato haciendo uso del psicoanálisis -, han dado al tema de lo
femenino y su trascendencia entre las obras de su autor.
Este tema, no se reduce únicamente a la descripción de
sus personajes, por el contrario, la mayor parte de
símbolos inmersos en sus obras, colaboran en el
desciframiento de los tres arquetipos femeninos ya
analizados: la mujer-creación, la mujer-destrucción, y la
femineidad ambivalente.
Entre los símbolos que trataremos de analizar bajo
ciertos conceptos análogos a los utilizados para
la
interpretación de los sueños, y correlacionados con los
arquetipos
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femeninos,
anotaremos
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aquellos
que
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connotan
el retorno al mundo uterino, a la fuente
materna
En este campo semiótico, buscamos agrupar aquellos
elementos que sugieren un proceso regresivo a la fase
prenatal, al vientre, al líquido amniótico, a la fuente de
vida del hombre. Fuente que correlaciona dos aspectos,
el retorno a la tranquilidad con la madre, pero también la
fusión con ella que intensifica “el temor a la vida”, y por
tanto, lo arrastra a la muerte.
Entre estos elementos, destacamos el valor simbólico de:
el mar, la playa y las aguas; el cuadro Maternidad, los
túneles, las escaleras y descensos, las estatuas, la
catedral.
a) El Mar, la playa y las aguas.
En la carta que María escribe a Juan Pablo dice:
“He pasado tres días extraños: el mar, la
playa, los caminos me fueron trayendo
recuerdos de otros tiempos. No solo
imágenes, también voces, gritos y largos
silencios de otros días...”137
137
Sábato Ernesto, El Túnel, pág. 62. ( María)
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El agua, por antonomasia, ha sido considerada la
representación del origen de la vida. Varias culturas
prehispánicas incluso mucho antes que las teorías del
evolucionismo aparecieran, ya fundamentaban el inicio
de su especie en el surgimiento de las aguas: los lagos,
ríos y mares. El agua, además, nos permite la vinculación
regresiva al período
fetal en el líquido amniótico,
sinónimo de protección materna, de retorno a tiempos de
tranquilidad, sin carencias; a la unión inquebrantable con
la madre.
Pero esa misma agua, concebida como el origen de la
vida - individual y colectiva -, es para varias culturas, y
tal parece para la propia historia de la humanidad,
sinónimo de destrucción.
Muchos mitos, incluyendo el judeo-cristiano, hablan de
un diluvio universal que aniquiló a la humanidad,
cataclismo que dejó huellas en el pensamiento del
hombre moderno y que, para algunos historiadores,
corresponde a un hecho real, a un momento histórico de
los primeros tiempos del hombre.
Así que, esa misma fuente que nos remota al vientre de
la madre, al cálido espacio donde no hace falta nada más
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para nuestra existencia, es el mismo elemento que
destruyó culturas completas y arrebató la tranquilidad de
pueblos primitivos. Esto, conciente o inconscientemente,
es haciendo uso del pensamiento Jungiano, un gran
determinante, - colectivo-
para la ambivalencia que
encierra este símbolo..
En las tres novelas, encontramos varias recurrencias al
agua. En el propio cuadro Maternidad, está la playa que
connota una espera, porque la mujer espera a alguien,
posiblemente es la espera a Ernesto, - el personaje que
escribió el Túnel, S. del Abaddón...-, ya no Ernestito, el
niño que juega en primer plano.
De tal manera que,
sobre las aguas – en el líquido amniótico, en la
ambivalencia del agua original y agua letal -, se espera a
Ernesto, el niño que ha de venir.
Alejandra gustaba de nadar por la noche en el mar.
“ ... con la misma furia con la que nadaba en la
noche en el mar, en noches tormentosas, como
si nadase furiosamente en una gran noche
religiosa, en medio de tinieblas, fascinada por
la gran tormenta interior...” 138
138
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 63
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Cuando Sabato ingresa a los túneles subterráneos bajo
la cripta de la Inmaculada Concepción, donde habita el
secreto mundo de los Ciegos, una especie de líquido
pegajoso lo cubre,
a manera del líquido amniótico, -
misma escena que sucedió con Fernando- reviviendo la
salida del hombre del vientre de la madre, y sin embargo,
ese líquido se torna repugnante, como resultado de la
ambivalencia, del rechazo al dolor vivido en aquella
época.
Y más allá de esos recuerdos, es la propia
imagen de regresar a ella, a la madre, lo que se vuelve
verdaderamente repudiable, puesto que, tanto para el
complejo como para la tragedia, al regresar al vientre, se
producirá el incesto.
b) El Cuadro Maternidad.
Ya en el propio nombre de la pintura, hay una referencia
directa a la madre, o mejor dicho, su necesidad por
fusionarse con ella, origen de la vida y destino del
hombre.
El pintor nos presenta la siguiente descripción de su obra:
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“La gran mujer en primer plano, la mujer que
miraba jugar a un niño...”139
“Pero arriba, a la izquierda, a través de una
ventanita, se veía una escena pequeña y
remota: una playa solitaria y una mujer que
miraba el mar”140
En la estructura del cuadro, nos encontramos en primer
lugar con un elemento “doble”: la mujer.
• La mujer en primer plano, que mira jugar a un
niño, un niño vivo, que se observa también en un
plano primario para mujer, quien por el nombre del
cuadro, asumimos es la madre.
• La mujer de la esquina de la escena, alejada y a
la espera de algo. Esa mujer se describe mirando
el mar, el origen, el inicio, ¿la espera de un
nacimiento?, ¿el nacimiento de Sabato? Sí,
Sabato, el personaje del Abaddón, el escritor cuya
madre perdió a Ernestito – su hermano-, pocos
días antes de su nacimiento. Este hecho se
139
140
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 13 (Castel)
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 12 (Castel)
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convierte en un determinante fijo que marca la
posición
del
nuevo
niño,
del
escritor,
del
creador/personaje.
Entonces, la madre mira jugar al hijo que muere mientras
ella espera al nuevo niño, la espera corresponde a una
escena menor, - presente en la pequeña imagen de la
ventanita-.
y
se
simboliza
a
través
del
mar,
correspondiente a la espera de una nueva vida en el
vientre. Nadie más que María, (el retorno hacia una
nueva idealización, configuración de madre, proyección
de madre ausente hacia la mujer amada) advierte el
verdadero significado del cuadro, nadie más que María o la madre -, confiere el valor que merece, la espera del
nuevo Ernesto.
Pero no con ello deja de existir la
ambivalencia, por eso es que al final, - o desde el
principio -,
de su historia racionalizada, María está
muerta, la madre está muerta.
Por su parte, María respalda esta interpretación del
cuadro, en una de sus cartas a Castel:
“He pasado tres días extraños: el mar, la playa,
los caminos me fueron trayendo recuerdos de
otros tiempos. No sólo imágenes: también
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voces, gritos y largos silencios de otros días.
Es curioso, pero vivir consiste en construir
futuros recuerdos; ahora mismo, aquí frente al
mar, sé que estoy preparando recuerdos
minuciosos,
que
alguna
vez
me
traerán
melancolía y la desesperanza.
El mar está ahí, permanente y rabioso. Mi llanto
de entonces, inútil; también inútiles mis esperas
en la playa solitaria, mirando tenazmente al
mar. ¿Has adivinado y pintado este recuerdo
mío o has pintado el recuerdo de muchos seres
como vos y yo?
Pero ahora tu figura se interpone: estás entre
el mar y yo..”141
El retorno al vientre materno, las angustias internas en su
correlación
con
el
arquetipo
agua,
anteriormente
analizado bajo la ambivalencia creación/destrucción, es
evidente en la cita de la carta de María. No es la historia
de Castel, únicamente. La escena de la ventanita, es la
espera del nacimiento, y no solo de un hombre sino de
muchos pueblos, pero sobre todo, de muchos quienes
como él, en esa espera pasaron a formar parte de un
segundo plano, de aquellos en los que miles de voces y
141
Sábato Ernesto, en El Túnel (María).
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recuerdos, traen una necesidad por exorcizar a través de
esa pintura, los fantasmas de su pasado intrauterino y de
un pasado pre-humano. María dice: - ¿Has adivinado y
pintado este recuerdo mío o has pintado el recuerdo de
muchos seres como vos y yo?-. y con estas palabras
recurre ficticiamente al elemento clave del goce estético,
la identificación.
El propio Castel recalca el valor de aquella escena, no
solo para él, sino también para toda la humanidad,
porque todos retornan a ese mundo, al nacimiento,
porque el mar de la ventanita, es la madre misma, y más
aun, el origen del hombre.
“- Podría decir que toda mi obra anterior es
más superficial. No, no es que fuera más
superficial.
¿Qué era verdaderamente? ...
No sé, todo esto tienen algo que ver con la
humanidad en general ¿comprende?... A veces
creo que nada tiene sentido. En un planeta
minúsculo, que corre hacia la nada desde
millones de años, nacemos en medio de
dolores,
enfermamos,
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crecemos,
sufrimos,
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luchamos,
nos
hacemos
sufrir,
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gritamos, morimos, mueren y otros están
naciendo para volver a empezar la comedia
inútil"”
¿No podríamos equiparar a la muerte de Ernestito y el
nacimiento del escritor como una clara representación de
aquella “comedia inútil”?. Cada nacimiento en el mundo
es simultaneo a una
muerte, y de la misma manera
como sucedió entre Ernestito y Ernesto, millones de
personan anteceden con su muerte al nacimiento del
otro, millones de personas inician su recorrido absurdo
de ese círculo vicioso entre la vida y la muerte.
c) Los túneles, sótanos y cuevas
Un elemento simbólico
que se destaca en la trilogía
sabatiana, es la serie de imágenes que se asocian con
los “túneles”. Comenzando por algo obvio, el título de su
primera novela.
Esta simbología que para la semiótica psicoanalítica nos
conduce inmediatamente a una regresión, al momento
del paso del cuello uterino en el nacimiento, nos traslada
contrariamente, no solo al nacimiento, sino a un proceso
de retorno al vientre, a la fuente vital del útero de la
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madre, a la comunión con ella, en la muerte e
inexistencia del “no nacimiento”, a las cuevas.
Este
túnel que lo lleva a la vida o a
la muerte,
corresponde a una dualidad entre nacer o “reinfetarse”, a
la separación o el arraigo.
De esta manera, a través de estos túneles, los
personajes son conducidos tanto al recuerdo placentero
de la no carencia y la comunicación completa con la
madre, como al nacimiento, es decir, el momento
traumático de la primera separación y muerte del hombre.
Los sótanos que se encuentran bajo la cripta de la
Inmaculada Concepción son los que llevan tanto a
Fernando como a Sábato, hasta el conocimiento
“secreto” del mundo subterráneo de los ciegos.
En el primer caso, hacia la Gran Deidad, la Diosa de los
Ciegos, y en el segundo,
al ojo-sexo de María de la
Soledad, a la comunión con la madre, a través de ese
reingreso en ella.
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En ambos casos, los sótanos son ese camino hacia ellas,
hacia la entrega al destino, a la unión y el conocimiento
de la madre-carnalidad: el incesto.
Estos túneles y sótanos sabatianos, son el camino hacia
la mujer-madre, ya sea a través del ombligo –
dependencia materna-, o través de su sexualidad –coito, es decir, no en un proceso de salida, de renacimiento,
sino de entrada hacia la fuente, de reingreso, como en
una necesidad de pertenecer en ese espacio,
de
conformar “uno solo” en ella, solo a través del retorno a la
mujer.
Pero no se describe a la
mujer como un símbolo
evidente de maternidad, su construcción connota mucho
más. La presencia de la mujer, es también destrucción,
respuesta de una ambivalencia en la ideación de retornar
a ella, en un juego notorio entre deseo y rechazo, entre
una fuerza que conduce al hombre a su destino, y esa
capacidad/necesidad que se le otorga, para luchar contra
el mismo.
“De pronto abrió los brazos, levantó la cara y
exclamó, mirando hacia arriba, como en una
enigmática invocación:
- Cuevas, mujeres, madres”142
142
Ernesto Sábato, en Abaddón el Exterminador, pág. 250
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Como cuando Edipo retorna a la madre a través del
incesto, Sabato reingresa en la madre, a través de la
cópula, cumpliendo con su tragedia de retorno, con un
complejo no superado, con la historia re-escrita.
d) Las estatuas
Corresponden a otro símbolo de la femineidad. Martín ve
por primera vez a Alejandra frente a la estatua de Ceres
en el parque Lezama. Ceres, como el propio Sabato lo
señala en el Abaddón..., representa a la diosa de la
fertilidad, y esto, da un paso inmediato a la visión que se
tendrá a partir de este momento sobre la relación de
Alejandra
y
Martín.
Entonces,
la
novela
inicia
básicamente con esta imagen, representación de la
maternidad, y todo lo que además esta imagen encierra.
Martín mira fijamente la estatua como
si deseara
reencontrarse con esa madre idealizada de la que
carece. Como si en la profundidad de su espíritu buscara
reencontrarse con su destino.
En el Informe sobre Ciegos, Fernando Vidal Olmos, en
uno de sus cuadros oniroides, previo al descenso, se
encuentra frente a la gran estatua con forma de
mujer/pájaro/murciélago.
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“Entre las torres se levantaba una estatua tan
alta como ellas. Y en su obligo brillaba un faro
fosforecente que parecía parpadear, si la
muerte que reinaba en aquella comarca no
indicara que ese parpadeo no era más que una
ilusión de mis sentidos...
...distinguía ya con nitidez la estatua de la Gran
Deidad, terrible y nocturna, con poder sobre la
vida y la muerte. Las torres hacían guardia en
torno a ella. Estaba hecha con piedra ocre, su
cuerpo era de mujer, pero tenía alas y cabeza
de vampiro, en brillante basalto. Sus manos y
sus pies terminaban en garras. No tenía rostro.
La fosforescencia del Ojo se debía, tal vez, al
reflejo de fuego interior, porque ya era intenso,
ya vacilaba o disminuía...”143
Bajo la intertextualidad con Edipo Rey, la Estatua (Diosa
de los ciegos), nos recuerda a Atenas. En la novela,
representa a Alejandra. Cuando Alejandra toma la
decisión
de
matar
a
su
padre,
ella
sufre
una
transformación de Yocasta a Tiresias, de la misma
manera como la Estatua llama a Fernando a entrar en
143
Sábato Ernesto en Sobre Héroes y Tumbas. Pág. 436
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ella,
la estatua muta de Atenas a Yocasta, para el
cumplimiento del mito.
La Diosa de los Ciegos, nos recuerda también a la
esfinge del mito griego. –descrita con cuerpo de mujer,
alas de pájaro, cola de serpiente...- . ¿No fue acaso por
la esfinge, que Edipo encontró la entrada hacia el mundo
de la madre?. Porque si María de la Soledad representa
a la madre de Castel, Fernando y Sabato – Edipo -, la
visión de la gran estatua, es el reencuentro con la
Esfinge;
así, cuando Fernando ingresa en ella, está
entrando al reino de la madre, encaminándose a su
destino, es decir, a la ceguera.
En la tercera novela, la estatua que dejan frente a la casa
de Sabato, es una estatua con cuerpo de mujer, así que
parte importante de los misterios a desentrañar, radican
en dicho símbolo, en la femineidad.
La estatua es un llamado hacia el secreto mundo de los
ciegos, puesto que –aparentemente-, ella fue llevada por
los ciegos hasta la puerta de Sabato. Ellos le anticiparon
con esta pista, sobre las maquinaciones maléfica de la
secta, pero además, con ella le concedían pistas para
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su
ingreso en ese hábitat subterráneo al que solo
accedería mediante la unión con María de la Soledad.
Pero haciendo un análisis de las descripciones de estas
estatuas, podemos
decir que sus formas empuntadas
hacia arriba, pueden ser leídas como un símbolo fálico,
por tanto ambivalente entre la femineidad y la virilidad.
Tanto así, que la Gran Deidad, se encuentra entre dos
torres, figuras que
nos llevan inmediatamente a la
decodificación simbólica del órgano sexual masculino.
Esta doble significación, nos permite concluir en el hecho
que, solo a través de la comunión con la madre/mujer, el
hombre es capaz de alcanzar su virilidad, y solo el
ingreso o retorno a la mujer/madre, que es por naturaleza
la máxima representación del incesto ideal, permite la
superación del complejo de castración.
Sabato/Sábato nos cuenta de un padre represivo, mismo
que pudo contribuir en una fijación en dicho Complejo, la
fantasía
permite
el
escape,
a
través
de
la
reestructuración del hombre. La fantasía de reingresar en
la mujer, representa la superación del complejo, y ese
reforzamiento de simbologías fálicas, intensifican la
necesidad de la comunión materna, como la significación
regresiva a este estadio.
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e) Las escaleras.
Destaquemos que para el psicoanálisis las “escaleras”
representan el descenso o asenso a la vida, el retorno a
estadios pasados, a fases no superadas, una necesidad
de volcarse a otros tiempos, o de saltarse, escaparse, de
un estadio o fase fijada.
Las escaleras por las que baja Fernando Vidal Olmos, y
Sabato en sus respectivas historias, son el camino de
retorno a la mujer, a Yocasta. Son un juego dual entre la
entrada y la salida en ella, entre el nacimiento, que
corresponde a esa necesidad de separación, la vida, y el
reingreso en ella, en esa suerte de reinfetación e incesto,
en alcance del destino y de la muerte.
f) La catedral de la Inmaculada Concepción.
Otro
elemento
clave
que
colabora
para
las
interpretaciones psicoanalíticas que analizan el tema del
retorno al vientre materno, en la obra sabatiana, son los
imaginarios simbólicos de las
catedrales, frecuentes
entre los elementos recurrentes que nombra el autor
“entre catedrales y prostíbulos”144
144
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 46. ( Castel)
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Sábato, nos demuestra la analogía y la contradicción
entre la madre y la mujer deseada, entre la madre y la
amante, tal como sucede con
Yocasta en la tragedia
griega, y se reitera en Alejandra respecto a Martín, en
María con Castel, y Soledad con Sabato.
La catedral, psicoanalíticamente, nos remite en forma
inmediata a la mujer. Las casas, las iglesias,... son
símbolos de femineidad. Pero la catedral más importante
en las historias sabatianas corresponde a la Inmaculada
Concepción.
La Inmaculada Concepción –la madre -, reitera esa doble
significación
reconstrucción
característica
de
de
mujer
Yocasta,
en
esa
madre/amante,
creación/destrucción. La entrada hacia el secreto mundo
de los ciegos/el destino, se obtiene a través de
María/madre, a través de una mujer redentora, pero el
reingreso en ella, - en la culminación de la tragedia -,
será por medio de personajes alucinantemente lujuriosos
como Soledad. Es decir, inicia el destino –el nacimiento
del hombre -, en una mujer representada por la imagen
de la catedral, La Inmaculada Concepción, pero para
retornar a ella, en el incesto, esa misma mujer deberá
poseer las características instintivas y perniciosas que
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María de la Soledad.
Pero ambas imágenes son la
misma madre/amante, portadora de vida y de muerte.
3.4.3OTROS SÍMBOLOS
a) El fuego reivindicador.
El símbolo del fuego, es interpretado para diversas
culturas, como una llama de purificación de las culpas.
En la ideología cristiana, el purgatorio se representa
como una especie de “infierno” momentáneo, donde las
almas deberán pagar/quemar sus pecados, para luego
poder ir al Edén.
En la concepción simbólica del fuego sabatiano, este
elemento nos lleva a un significación similar, de tal
manera que, Alejandra, purga sus pecados a través del
fuego purificador. Cuando Sabato/Sábato escribe sus
borradores, casi siempre, - los ha prendido fuego -, como
una manera simbólica de deshacerse de ellos; pero no
propiamente de los textos, sino de todo aquello que los
textos guardan en sí: la realización de sus deseos, la
expulsión de sus fantasmas, el enfrentamiento con el
pasado, purificándose, de alguna manera de sus actos.
“...y eso usted lo sabe, infinidad de veces
consideré que debería destruir el Informe sobre
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Ciegos, como en otras ocasiones quemé
fragmentos y hasta libros enteros que lo
prefiguraban. Por qué? Nunca lo he sabido.
Siempre creí, y es lo que públicamente aduje,
en cierta propensión autodestructiva, la misma
que me ha llevado a quemar la mayor parte de
todo lo que escribí a lo largo de mi vida”145
Un aspecto interesante, a propósito del fuego, es cómo
enceguecen a María Etchebarne en el Abaddón.., “le
habían arrojado ácido en los ojos”, el crimen se suscita
de una forma parecida a cómo perdió la vista Iglesias en
Sobre Héroes y Tumbas. La “posible” venganza de los
ciegos, puede ser mediante el fuego, pero esa venganza
los enceguece, convirtiendo al fuego, en una entrada a la
secreta secta, lo que quiere decir, convirtiéndolo,
también, en otro medio de perdición.
Porque
ese mismo fuego purificador con el que se
pagará el pecado de la lujuria en los infiernos, posee el
mismo color de los amantes, de la pasión, de la sangre
y de la guerra.
145
Sábato Ernesto en Abaddón el Exterminador, pág. 16 (Sabato)
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Y en el acto de purificación con ese fuego dual, se
proveerá a Alejandra de su último y letal poder sobre los
otros, y
a través de esas llamas que inundan
los
cuerpos del pecado, se purgará el incesto del padre y de
la hija, de Fernando y Alejandra, en una imagen que
envuelve la última comunión de los amantes.
b) La obsesión por el suicidio y/o deseo de matar.
Uno de los temas que hemos considerado importante
destacar, ha sido
el uso recurrente de dos pulsiones
constantes en la trilogía: la tendencia suicida y el deseo
de matar.
Como podemos recordar, la primera obra de Ficción de
Sábato inicia con la memoria de un asesinato: Castel
mata a María Iribarne en “La Estancia”, incentivado por
sus irremediables celos y su rabia contra la muchacha
que aparentemente lo engaña. Una vez más nos
enfrentamos ante el inicial relato manifiesto, la historia
que nos permite entender que María (nombre común) es
asesinada por su infidelidad. Pero ¿dónde clava los
cuchillos Castel para matar a María?, o debiésemos
decir, ¿dónde escoge Sabato (el autor-personaje) el sitio
correcto, semióticamente correcto, para que Castel
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apuñale a la mujer amada, María, a la mujer que
representa la madre y el incesto?.
“...y clavé muchas veces el cuchillo en su
pecho y en su vientre...”146
Los senos y el vientre son la representación materna por
antonomasia. Los senos que son el vínculo conector
afectivo entre madre-hijo junto a la base de su
alimentación. Mientras que el vientre es el origen, el mar,
el inicio del hombre.
Castel toma “un cuchillo” para dar muerte a María, arma
punzante
que
psicoanalíticamente
se
decodifica
rápidamente como una simbología del miembro viril, el
falo. Así, la muerte de María, con
“el cuchillo en... su vientre”
es en realidad el último acto de conexión hombre – mujer.
Es el símbolo de ese “uno primordial”, a través del acto
sexual simbólico que lo llevará a la muerte y la locura, la
muerte y la soledad, la muerte y el suicidio de ese Ideal
146
Sábato Ernesto en El Túnel, pág. 152.
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del Yo faltante para Castel. La muerte de Yocasta y exilio
de Edipo.
En el momento en el que
Castel
mata
a María,
también se castiga a sí mismo. Al hundir el cuchillo se
hunde en su encierro, en su túnel oscuro y solitario, que
representa en realidad, la ceguera, el cumplimiento del
oráculo.
Ahora
aproximémonos a
otra historia de la misma
novela.
Cuando Hunter y
la miope Mimí
conversan sobre
literatura y las novelas policiales. Hunter relata la historiasinopsis de su novela “jamás escrita”. En donde
Sabato/Sábato, hace uso de una de los esquemas más
importantes para el psicoanálisis, la estructuración de la
psiques humana: El Yo, el Super Yo, y el Ello,
relacionándolo con el gran tema del suicidio y la
compulsión por matar.
No es reciente la afirmación teórica que considera a la
tendencia
suicida en una tendencia homicida, pues
suicidarse representa la acción del homicidio, por lo
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tanto, el
deseo de suicidarse, expresa un deseo de
matar.
Volviendo a Hunter y su hitoria, nos dice:
“Fíjate: un hombre tiene
madre, mujer y un
chico. Una noche matan misteriosamente a la
madre. Las investigaciones de la policía no
llegan a ningún resultado. Un tiempo después
matan a la mujer; la misma cosa. Finalmente
matan al chico. El hombre está enloquecido,
pues quiere a todos, sobre todo al hijo.
Desesperado decide investigar los crímenes
por su cuenta. Con los habituales métodos
inductivos, deductivos.... llega a la conclusión
de que el asesino deberá cometer un cuarto
asesinato, el día tal, a la hora tal, en el lugar tal.
Su conclusión es que el asesino deberá
matarlo ahora a él. El día y la hora calculados,
el hombre va al lugar donde debe cometerse el
cuarto asesinato y espera al asesino. Pero el
asesino no llega. Revisa sus deducciones:
podría haber calculado mal el lugar: no, el lugar
está bien; podría haber calculado mal la hora:
no, la hora está bien. La conclusión es
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horrorosa: el asesino debe estar ya en el lugar.
En otras palabras: el asesino es él mismo, que
ha cometido los otros crímenes en estado de
inconsciencia. El detective y el asesino son la
misma persona”.147
El deseo de matar y el suicidio son paralelos en esta
historia. El Id o Ello, y su deseo compulsivo por disminuir
la ansiedad y alcanzar el placer, es lo que le lleva –al
personaje - a los tres homicidios. Su instinto asesino
dominando las fuerzas de control del Super Yo, y el
equilibrio del Yo, continúan con sus actos. Por eso el
Super Yo, lo transforma en detective para investigar los
crímenes, pero es mas bien un mecanismo de defensa
del propio inconsciente, porque solo a través de la
investigación podría salvarse del suicidio. Sin embargo,
su compulsión a matar lo vence.
Si
nos
dirigimos
podríamos
correlaciona
hacia
comprender
mucho
su
que
con
autor/personaje/Sabato,
esta
la
compulsión
dualidad
se
entre
Ernestito/Ernesto. Si Ernesto se matara a sí mismo,
podría matar la sombra que lo acecha: su hermano, o
debiésemos decir, el recuerdo de su hermano. Sabato
147
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 106. ( Hunter)
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desea matar al hermano, pero eso solo lo alcanzaría a
través de su suicidio simbólico, de allí la recurrencia a la
fantasía, a la ficción, a sus personajes. Sabato, odia y
ama a la madre en un proceso dual, como efecto de la
ambivalencia.
Por
esta
razón,
Sabato
mata
–
simbólicamente- a la madre/María, pero es conciente de
que con su muerte, es arrastrado a la más profunda
soledad y tristeza, a la locura y el encierro, a la muerte en
su separación de ella.
Porque si Castel/Sabato, mata a María/la madre, en su
devastación y soledad, muerta ella, muere una parte
esencial de él, la parte faltante y que nunca encontrará.
Así, matándola a través de su reingreso en ella, a través
del cuchillo/falo en su vientre, Yocasta muere, y el se
enfrenta al destino de su oscuridad.
Ahora hagamos un recuento de la segunda novela de
Sábato, y las constantes de muerte, asesinatos y
suicidios.
En “El Dragón y la Princesa”, Capítulo I, de Sobre Héroes
y Tumbas, nos encontramos con la primera compulsión
asesina, los actos de la madre de Martín para enviarlo a
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las cloacas, anteriormente equiparado con la pulsión de
Yocasta por matar a Edipo/niño.
Esta simbología, también puede ser analizada, a través
de la utilización de elementos biográficos de Sabato, el
personaje del Abadón..., en relación a la proyección
simbólica de la muerte de Ernestito, y el rechazo a la
suplantación
del hermano muerto, que lo convierte,
significativamente, en un ser sin identidad, carente de
vida propia, y en esa especie de reemplazo del otro.
De esta manera, Ernestito no está ni vivo ni muerto, y con
él, Ernesto. Porque Ernestito, para sus padres, ha vuelto
a través del nuevo niño, pero sabemos que no lo es, y
con este proceso mental de sus padres, matan al nuevo
hijo. Conciente o inconscientemente,
la madre del
Escritor mata a Ernesto, al no verlo como una persona
distinta, desde el mismo momento de concederle el
nombre del otro niño.
Además, el sentido de la muerte fue para Sabato
concebida mucho antes que el sentido de su propia vida.
Porque la muerte, estuvo precediendo su propia vida. La
muerte de Ernestito es el entonces, el camino a su
nacimiento.
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“...con las palabras que la gitana parecía haber
dicho: veo la muerte delante o quizá alguien
que está muerto y verás delante de ti”148
Alejandra, recuerda “muerta” a su madre, el hecho de
considerarla muerta, o hacer parecer que ella está
muerta, significa matarla inconscientemente. Ese deseo
de matarla se debe en gran parte a la construcción del
Complejo de Electra (amor hacia el padre y rechazo y
rabia hacia la madre, por culparla a ella de la castración).
Pero para la Alejandra adulta, la Alejandra que cumple
con el incesto y el oráculo, la Alejandra que encarna el
deseo de la niña, ve paralelamente a su madre como una
rival. Por eso, es mejor mantenerla muerta, pero también
matando a Georgina, muere paralelamente Alejandra, o
una parte de ella, pues ni Georgina ni Alejandra son en
realidad los cuerpos deseados de Fernando, sino la
madre, Ana María. Y si Alejandra era esa especie de
proyección de Georgina, ambas lo eran de Ana María,
por eso matando a la madre, se
mata también ella,
compensando la muerte simbólica de Ana María.
148
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 243
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Algunos trabajos sobre esta novela, afirman que en
ningún momento de la obra se aclara si la relación entre
Fernando y Alejandra, fue con su voluntad o contra la
voluntad de la muchacha, podría tratarse de una violación
–lo sugieren -.
En
la escena en la que Martín ve por primera vez a
Alejandra y Fernando en el restaurante, Martín nos
afirma, se miraban como si se “odiaran y se amaran”. Y
aunque este hecho no es suficiente para contradecir
estas afirmaciones, en ningún momento en el que
Alejandra se refiere a Fernando lo hace con algún gesto
que nos motivara a pensar en una violación.
Por el
contrario, hay simbolismos paralelos que los une, de
alguna manera: ambos odian a los ciegos, o tienen
iguales ideales políticos...
Surge así la ambivalencia
amor/odio, como una característica del complejo.
Además, si bien no se dice nada sobre la voluntad de
Alejandra en sus actos sexuales con el padre, tampoco
se dice nada sobre lo contrario. Pero lo que sí sabemos
con certeza, es que Alejandra mata a Fernando, y que
al matar a Fernando, destruye parte complementaria de
sí misma, porque para la vida de Alejandra solo son ella y
su padre, el resto son meras comparsas. Además,
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Alejandra prende fuego al
Mirador, espacio que
representa a toda su estirpe, a toda su familia, a toda su
historia, sin importarle nada más que esa doble
purificación.
Mueren los dos, y al morir se cumple la tragedia. No
muere solo Alejandra, muere Ana María, la madre y el
hijo, entre el fuego de la pasión y la purificación, tras el
cumplimiento del incesto/oráculo.
La ambivalencia que se describe en la relación entre
Nacho y Agustina, hermanos unidos por el incesto en el
Abaddón... ,enfrenta los deseos de matar y morir con/en
el otro, y aunque no explícitamente una muerte homicida,
corresponde a ese morir en la unión y de vivir sólo a
través de una muerte. Pero puesto que esa separación
idealizada que los conduce a la vida, únicamente sería
posible, con la muerte del otro, al matar a Agustina o al
matarse el propio Nacho, no existiría ni vida ni muerte
para ninguno.
“Nacho se acercó, contemplándola con sombría
morbosidad. Hasta que súbitamente, gritándole
puta y repitiéndolo con histérico furor, se lanzó
sobre ella y arrodillado sobre la cama, con el
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cuerpo de la hermana entre sus piernas,
comenzó
a
golpearle
la
cara
a
puñetazos...Entonces comenzó a arrancarle la
ropa a jirones, desgarrándola con saña. Y
cuando la hubo desnudado, llorando a gritos la
empezó a escupir: primero en la cara y luego,
abriéndole las piernas, en el sexo”149.
Pero vayamos a algo más explícito. Ernesto Sabato, es el
autor/personaje, que ha creado sus dos anteriores
novelas, y se encuentra escribiendo incluso la tercera, para deshacerse de los fantasmas que le acosan -, pero
esos fantasmas son en propiedad, él mismo. Matando a
María, Sabato mata a la madre, o la figura materna, al
igual como matando a Alejandra, y dejando en soledad a
Castel o disparando a Fernando, e incluso exiliando a
Martín, se auto destruye/asesina a sí mismo.
Su
proyección en ellos, hace que todos esos actos los viva
también el autor/personaje, o aliviane esos deseos, a
través de la muerte/suicidio en ellos. Por lo tanto, ese
compulsión suicida, y/o deseo de matar, corresponde
innegablemente, a una compensación fantástica
del
autor.
149
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 395.
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“...hasta hoy no he matado a nadie. Aunque las
ganas no me han faltado. Y es probable que
esas ganas se expliquen en buena medida el
crimen de Castel” 150
3.5
ALGUNOS
INTERPRETACIÓN
RELACIÓN CON
SUEÑOS
DE
SU
IMPORTANTES.SIMBOLOGÍA
UNA
Y
SU
LA INTERTEXTUALIDAD EDIPO -
SABATO
Es muy importante anotar que, uno de los aspectos de
mayor interés para el Psicoanálisis, ha sido siempre, la
interpretación de los sueños.
La literatura en su proceso de asimilación de la teoría
psicoanalítica, ha configurado obras de gran magnitud
intertextual, entre las cuales se destaca evidentemente la
novelística sabatiana por su constante recurrencia a las
imágenes oníricas, alucinaciones o estados oniroides,
robustecidos con imágenes que tanto permiten una
interpretación psicoanalítica, al igual como guardan un
conglomerado de códigos psicoanalíticos.
150
Sábato Ernesto en El Escritor y sus Fantasmas, pág. 13.
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En nuestro interés por analizar algunos de los sueños o
estados oniroides que más impresionan en estas tres
novelas, no nos desviaremos del tema central “Edipo” en
la trilogía sabatiana.
3.5.1LOS SUEÑOS DEL TÚNEL
a) Los cuatro Sueños de Castel
Agustín Segui, en su trabajo Los Cuatro Sueños de
Castel en el Túnel de Ernesto Sábato151, afirma un hecho
nada contradictorio: “la existencia de una
secuencia
entre estos sueños”152. Veamos la consecución con la
que, efectivamente, aparecen:
• Primer sueño:
“Tuve este sueño: visitaba de noche una vieja
casa solitaria. Era una casa en cierto modo
conocida e infinitamente ansiada por mí desde
la infancia, de manera que al entrar en ella me
guiaban algunos recuerdos. Pero a veces me
encontraba perdido en la oscuridad o tenía la
impresión de enemigos escondidos que podían
asaltarme
por
detrás
o
de
gentes
que
151
En Homenaje a Ernesto Sábato, de sus amigos y Colegas.
Aunque en realidad el autor se refiere a “los tres sueños”, puesto que anota el origen del
tercer sueño, que lo desplaza de la secuencia de las interpretaciones que el da a los
152
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cuchicheaban y se burlaban de mí,. De mi
ingenuidad. ¿Quiénes eran esas gentes y qué
querían? Y sin embargo, y a pesar de todo,
sentía que en esa casa renacían en mí los
antiguos amores de adolescencia, con los
mismos temblores y esa sensación de suave
locura, de temor y de alegría. Cuando me
desperté, comprendí que la casa del sueño era
María. ”153
Manifiestamente, es el propio autor quien
nos da la
pauta central para la comprensión del mencionado
sueño. Para la teoría psicoanalítica, el símbolo casa,
evoca a la mujer. En este caso, a María, pero, como ya
se ha mencionado, María, no es simplemente la mujer
amada. María es la madre. Así que la casa a la que
retorna Castel, es en realidad, el retorno a la Madre del
Pintor, que en su reproducción del mito griego, se
equipara con el retorno a Yocasta.
Por eso nos dice: “Era una casa en cierto modo conocida
e infinitamente ansiada por mí desde la infancia, de
Sueños de Castel: Sueños que respaldan su teoría de que Castel es un personaje con
Psicosis Paranoide.
153
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 60-61. (Castel)
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manera que al entrar en ella me guiaban algunos
recuerdos”154.
Señala además que: “sentía que en esa casa renacían
en mí los antiguos amores de adolescencia , con los
mismos temblores y esa sensación de suave locura, de
temor y de alegría” .
Amores de adolescencia, amor
hacia la madre y rechazo al padre que se reproduce con
gran frecuencia en esta fase de la vida del hombre. Amor
hacia María.
Pero como el sueño no solo puede ser la reproducción de
nuestro inconsciente si no de nuestros deseos y temores
concientes, es claro que en el sueño, los enemigos que
aparecen son Hunter y Allende: “Pero a veces me
encontraba perdido en la oscuridad o tenía la impresión
de enemigos escondidos que podían asaltarme por
detrás o de gentes que cuchicheaban y se burlaban de
mí,. De mi ingenuidad”
A propósito del tema de Edipo y este sueño, Segui afirma
que “El Complejo de Edipo, por su parte, está y no
está”155. El autor se refiere explícitamente a la relación
entre María y Castel, “Una relación entre hombre y mujer
154
155
Sábato Ernesto, en El Túnel. Nota: el subrayado corresponde a la autora. (Castel)
En Los Cuatro Sueños de Castel... pág. 72
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no necesita ser edípica para proporcionar a ambos (aquí
sobre
todo
al
hombre)
esa
seguridad
que
prototípicamente confiere el retorno simbólico al útero
materno”156.
El problema de esta teoría, radica en el hecho de no
considerar los otros símbolos y las otras historias que
podríamos llamarlas secundarias, como determinantes en
la obra, los mismos que nos remiten inmediatamente a la
simbología de
la madre como el nombre mismo de
María, el cuadro Maternidad,
Pero por otra parte, si entre Castel y María no existió
como lo sugiere Segui, una relación edípica ¿qué tipo
de relación tenía María con Allende?, un anciano al que
ella solo veía “como un padre” y sin embargo era su
esposo, o ¿cómo olvidar la posible relación incestuosa
entre María y Hunter?.
Es lícito señalar, en todo caso, que Segui no hace uso de
una
interpretación
psicoanalítica,
donde
el
papel
fundamental que ocupa “la madre” en la simbología de
las narraciones, no puede ser omitido; sino que su
estudio es una fusión entre Psiquiatría y Análisis Literario.
156
En Los Cuatro sueños de Castel.., pág. 72
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• Segundo sueño:
“Había soñado esto: teníamos que ir, varias
personas, a la casa de un señor que nos había
citado. Llegué a la casa, que desde afuera
parecía como cualquier otra, y entré. Al entrar
tuve la certeza instantánea de que no era así,
de que era diferente a las demás. El dueño me
dijo:
- Lo estaba esperando.
Intuí que había caído en una trampa y quise
huir. Hice un enorme esfuerzo, pero era tarde:
mi cuerpo ya no me obedecía. Me resigné a
presenciar lo que iba a pasar, como si fuera un
acontecimiento ajeno a mi persona. El hombre
aquel comenzó a transformarme en pájaro, en
un pájaro de tamaño humano. Empezó por los
pies: vi como se como se convertía poco a
poco en unas patas de gallo o algo así.
Después siguió la transformación de todo el
cuerpo, hacia arriba, como sube el agua en un
estanque. Mi única esperanza estaba ahora en
los amigos, que inexplicablemente no habían
llegado. Cuando por fin llegaron, sucedió algo
que
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me
horrorizó:
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no
notaron
mi
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transformación. Me trataron como siempre, lo
que probaba que me veían como siempre.
Pensando que el mago los ilusionaba de modo
que me vieran como una persona normal,
decidí referir lo que me había hecho. Aunque
mi propósito era referir el fenómeno con
tranquilidad, para no agravar la situación
irritando al mago con una reacción demasiado
violenta ( lo que podría inducirlo a hacer algo
todavía peor), comencé a contar todo a gritos.
Entonces observé dos hechos asombrosos: la
frase que quería pronunciar salió convertida en
un áspero chillido de pájaro, un chillido
desesperado y extraño, quizá por lo que
encerraba
de
humano;
y,
lo
que
era
infinitamente peor, mis amigos no oyeron ese
chillido, como no habían visto mi cuerpo de
gran pájaro; por el contrario, parecían oír mi
voz habitual diciendo cosas habituales, porque
en ningún momento mostraron el menor
asombro. Me callé, espantado. El dueño de
casa me miró entonces con un sarcástico brillo
en sus ojos, casi imperceptible y en todo casa
sólo advertido por mí.
Entonces comprendí
que nadie, nunca, sabría que yo había sido
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transformado en pájaro. Estaba perdido para
siempre y el secreto iría conmigo a la
tumba....”157
El segundo sueño reproduce la visita de Castel a la casa
de Allende, el hombre que “lo estaba esperando”. Pero
de pronto, aquel hombre-mago lo convirtió en pájaro, y
nadie más que el hombre-mago podía percibirlo, de tal
manera que sus amigos no lo notaron. El hombre-mago,
es el retorno al mundo conciente. La representación de
Allende, un hombre ciego con poderes extrahumanos, le
permite convertirlo en pájaro, un ciego-vidente: Tiresias.
Pero de pronto lo convierte a él, en pájaro.
Es que, en el momento en el que Castel conoce a
Allende, descubre la relación de María con su esposo,
descubre que él, además era Ciego, así que, toma un
cambio de rol, y deja de ser Edipo, para convertirse,
ahora él, en quien los llevará al castigo. Este es el
momento crucial, cuando Castel se encaminará para el
cumplimiento de su propio oráculo: Matar a María, matar
a la Madre, y con ello, de alguna manera, también
vengarse del Ciego, pero sobre todo, de él mismo.
157
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 92. (Castel)
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Ahora bien, si tomamos el símbolo inicial “casa”, con la
misma connotación que el primer sueño, resultaría que
la casa representaría a María, es decir, a la madre.
Castel retoma nuevamente el rol de Edipo, porque si el
pintor es Edipo odiará a la madre por estar con Allende figura paterna -, y por encontrarse los dos – el padre y el
hijo - en la misma casa, es decir, por habitar en María,
uno deberá desaparecer. Aunque con ello, habría que
desaparecer primero a María.
Ya en el Abaddón..., Sabato señala la importancia de
Allende en el inicio de su trilogía, un –aparentementepersonaje secundario que sin embargo, es un elemento
nuclear para el desarrollo de sus dos próximas novelas.
• Tercer sueño:
“Tuve unas pesadillas en las que caminaba por
los techos de una catedral”158
Si retornamos a la interpretación del símbolo “catedral”,
recordamos la reiteración y uso del mismo en su
conexión con la femineidad, con la mujer. Ahora bien,
memoremos también, que la Catedral de la Inmaculada
158
Sábato Ernesto en El Túnel, pág. 89. (Castel)
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Concepción, es la entrada que permite el ingreso de
Fernando y Sabato al secreto mundo de los ciegos.
Castel se encuentra caminando entre los techos de dicha
catedral. Mientras más se funde en su relación con
María=madre, más cerca está de descubrir el túnel, la
oscuridad que se aproxima, es decir, el mundo del
castigo.
“También
aparecieron
trozos
de
sueños:
nuevamente la catedral en una noche negra, la
pieza infinita...”159
Pero si Castel está “sobre la catedral”, quiere decir, que
Castel se encuentra caminando “sobre María”, en su
deseo inconsciente, compensa el poder que no posee
sobre ella, desearía estar por encima de la madre,
pisotearla, denigrarla, y mientras lo hace, más cerca está
de ingresar en ella.
Se destaca una simbología ambivalente entre el deseo
de estar con o dentro de la madre, y la represión de su
odio, de dominarla como única manera de tenerla. Un
temor a la vida que intensifica su tendencia a la muerte.
159
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 122. (Castel)
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• Cuarto Sueño:
“un sueño que tuve en alguna de esas noches
de borrachera: espiando desde un escondite
me veía a mí mismo, sentado en una silla en el
medio de una habitación, sombría, sin muebles
ni decorados, y, detrás de mí, a dos personas
que me miraban con expresiones de diabólica
ironía: una era María; la otra era Hunter”160.
El temor a ser engañado y el temor a ser castigado se
fusionan en este sueño.
El nombre Hunter, que en traducción española del inglés
significa cazador, connota el temor de Castel a ser
“cazado” por el primo y amante de María. Porque si María
engañaba a su esposo con el pintor, era muy probable
que su primo, a más de ser su amante, supiera la verdad
de los hechos, así Hunter, se convertía no solamente en
el cazador de María, sino en el cazador de Castel.
Porque conocía su secreto, se transformaba de alguna
manera en Tiresias, puesto que al conocer los secretos
160
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 131. (Castel)
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de la trilogía, lo dotaba de poder sobre él, y se sentía
burlado no solo por la madre, sino además por el
cazador.
Pero en este sueño se evoca uno de los elementos más
importantes de la
biografía del escritor/personaje
Sabato. Cuando el escritor se convierte en un personaje
doble, es como si su estructura yoica se dividiera, y
paralelamente, lograra sacar, solo a través de la fantasía,
ese yo inexistente pero que formó parte esencial del su
historia, de su usurpación del niño muerto. Sabato se
mira a sí mismo y paralelamente mira al otro.
¿Pero
quien es Sabato?. ¿Es Ernesto o es Ernestito?. ¿Y
quienes serían entonces María y Hunter?, ¿quiénes
mirarían a Ernesto/Ernestito, “con diabólica ironía”?.
María es la madre, y biográficamente según lo ha
descrito el propio escritor a su padre, bien podríamos
equiparar a Hunter con el enérgico padre de su niñez,
esa especie de cazador de sus fantasías primarias, junto
a la madre abnegada que pese a amarlo tanto, nunca le
impartió un cariño verdaderamente perceptible como
suyo, a Ernesto.
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3.5.2LOS SUEÑOS EN SOBRE HEROES Y TUMBAS.
a) Los sueño de Alejandra.
• Primer Sueño:
“– A propósito de las iglesias, anoche tuve un
sueño curiosos. Estaba en una catedral, casi a
oscuras, y tenía que avanzar con cuidado para
no llevarme por delante a la gente. Tenía la
impresión (porque no se veía nada) de que la
nave estaba repleta. Con grandes dificultades
pude por fin acercarme al cura que hablaba en
el púlpito. No me era posible entender lo que
decía, aunque estaba muy cerca, y lo peor era
que tenía la certeza de que se dirigía a mí. Yo
oía como un murmullo confuso, como si
hablara por un mal teléfono, y eso me
angustiaba cada vez más. Abrí mis ojos
exageradamente para poder ver, al menos su
expresión. Con horror vi entonces que no tenía
cara, que su cara era lisa, y su cabeza no tenía
pelo.
En
ese
momento
las
campanas
empezaron a sonar, primero lentamente y
luego poco a poco, con mayor intensidad y por
fin con una especie de furia, hasta que me
desperté. Lo curioso, además, es que en le
mismo sueño, tapándome los oídos, yo decía
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como si eso fuera motivo de horror: ¡son las
campanas de Santa Lucía, la iglesia adonde
iba de chica!...”161
Continuando con la significación otorgada
a las
catedrales como símbolo de la femineidad, descubrimos
algunos elementos importantes en la significación del
sueño de Alejandra.
Alejandra ingresa en la “catedral”, y en este momento
adquiere su posición de mujer, viéndose como tal realidad que desde su niñez y adolescencia rechazaba y
quizá sea esta la razón principal por la que odia o reniega
de su madre, idealizándola como muerta -. Es así, que La
muchacha, ante el hecho de no ser varón, reconstruye el
Complejo de Edipo/Electra, despreciando a las mujeresmadre, porque las culpa de su “invirilidad”.
Pero en ese ingreso a la catedral, Alejandra también
retorna a Georgina, a la madre. Es ella la mujer, en la
mujer, y por eso el retorno se convierte en una pesadilla
para la joven.
Cuando “escucha las campanas” se
remota a esa época en la que como “niña” iba a la Iglesia
161
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 129. ( Alejandra)
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de Santa Lucía, convirtiéndose en un hecho tenebroso
estar con Georgina.
El Sacerdote, por otra parte, puede ser comprendido
como su propio Súper Yo, es la construcción de su lado
moral por los convenios sociales, de esa multitud que se
reafirma en el sueño a través de la gente. El Súper
Yo/sacerdote, no tiene una identidad clara, carece de
rostro, porque Alejandra, no tiene una conciencia clara de
lo que ella es, porque en la niñez, nuestra parte moral es
casi imperceptible, y nuestros actos están dominados por
los impulsos.
• Segundo sueño:
“... – Sueño siempre. Con fuego, con pájaros,
con pantanos en que me hundo o con panteras
que me desgarran, con víboras. Pero sobre
todo el fuego. Al final, siempre hay fuego. ¿No
crees que el fuego tienen algo enigmático y
sagrado?”162
El segundo sueño que nos relata Alejandra, - o que
evoca en relación a la reiteración de estos símbolos -,
162
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 129 ( Alejandra)
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representa, como es evidente, el augurio, la profecía,
como en las tragedias griegas, el destino por cumplirse.
El Fuego sagrado que castigará y purgará la culpa del
incesto, los pájaros y su comunión con Tiresias que
vendrán a acusar el pecado cometido entre ella y su
padre, animales que son clara representación de
imágenes
recurrentes
de
los
terrores
nocturnos
sabatianos: víboras, serpientes, arquetipos directos del
falo, del órgano viril, que lo arrastra hacia los pantanos de
su vida, hacia la fase más instintiva del hombre, en el
incesto.
b) Los Sueños de Martín.
• Primer sueño.
“AQUELLA NOCHE Martín tuvo el siguiente
sueño: En medio de una multitud se acercaba
un mendigo cuyo rostro le era imposible ver,
descargaba su hatillo, lo ponía en el suelo,
desataba los nudos y, abriéndolo, exponía su
contenido ante los ojos de Martín.
Entonces levantaba su mirada y murmuraba
palabras que resultaban ininteligibles.
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El sueño, en sí mismo, no tenía nada de
terrible: el mendigo era un simple mendigo y
sus gestos eran comunes. Y sin embargo
Martín despertó angustiado, como si fuera el
trágico símbolo de algo que no alcanzaba a
comprender; como si le entregasen una carta
decisiva y, al abrirla, observase que sus
palabras resultaban indescifrables y borradas
por el tiempo, la humanidad y los dobleces”163
Como ya hemos mencionado, Martín representa la
juventud –depositaria de esperanzas- con sus ideales y
sus metas. Para Sabato, en Martín y por ende, en las
manos de los jóvenes se encuentra el rifle del cambio, de
las utopías, allí el poder para combatir o perecer.
Pero por otra parte, si Martín es el Castel joven, Hunter,
el cazador, podría evocarse en el sueño de Martín, como
un augurio, en ese reaccionar paranoico, que augura su
destrucción, sin saber aún porqué.
Y también podría ser, que como en la novela nunca
escrita de Hunter, o como en el sueño en el que Castel
mira a su doble, por esa recurrencia a crear imágenes
163
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 143
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dobles en la simbología sabatiana, es posible interpretar
a ese hombre/mendigo,
que presenta el arma ante
Martín, sea una parte fragmentaria de la inconsciencia
del propio Martín, en esa lucha por sobrevivir o
suicidarse, el mendigo es su pulsión hacia la muerte
• Segundo Sueño:
“El cielo, aquel cielo del sueño, ahora parecía
iluminado con el resplandor sangriento de un
incendio. Y entonces vio a Alejandra que
avanzaba hacia él en las tinieblas enrojecidas,
con la cara desencajada y los brazos tendidos
hacia delante, moviendo sus labios como si
angustiada
y
mudamente
repitiera
aquel
llamado”164
Muchos críticos han llamado a Sobre Héroes y Tumbas,
una novela apocalíptica. No solo por mecanismos como
los que se presentan en este sueño, sino además,
Apocalipsis, en cuanto al “fuego” dictatorial que llegó a
Argentina pocos años después de la publicación de esta
obra a través de las catástrofes sucedidas en la guerra
sucia, la triple A, y luego, el retorno de Perón, las
164
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas. Pág. 447
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dictaduras
de
la
década
del
desencanto,
las
desapariciones, el fracaso y vergüenza en la guerra de
las Malvinas, la lucha ejemplar de las Madres de Mayo, el
inefable Saúl Menem y la crisis casi terminal a la que se
llegó a través de las estupideces del presidente De la
Rúa y las perversas reformas económicas de Cavallo.
Pero continuado con la intertextualidad entre Edipo y
Sábato, si el oráculo hace uso de los sueños para
predecir el destino que se acerca, y si son los
ciegos/videntes, los que tienen el poder de controlar “el
mundo de las pesadillas”, las pesadillas que advierten la
muerte de Alejandra, no es más que una manipulación de
los sueños a Martín, lo que decodificándolo sería “una
anunciación del oráculo de Delfos al joven Edipo”, de su
destino.
Porque Martín, es el propio Fernando, Castel o el propio
Sabato, solo que aún sin cumplir con lo predestinado por
el oráculo, así que, el joven Martín, aun no es preso del
instinto y de la carne, del Principio del Placer.
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c) Sueños de Fernando Vidal Olmos
• Primer Sueño:
“Hay un sueño que se me repetía mucho en mi
infancia: veía un chico (y ese chico, hecho
curiosos, era yo mismo, y me veía y observaba
como si fuera otro) que jugaba en silencio a un
juego que yo no alcanzaba a entender. Lo
observaba con cuidado, tratando de penetrar el
sentido de sus gestos, de sus miradas, de
palabras
que
murmuraba.
Y
de
pronto,
mirándome gravemente, me decía: observo la
sombra de esta pared en el suelo, y si esa
sombra llega a moverse no se lo que puede
pasar. Había en sus palabras una sobria pero
horrenda expectativa. Y entonces yo también
empezaba a controlar la sombra con pavor. No
se
trataba,
inútil
decirlo,
del
trivial
desplazamiento que la sombra pudiese tener
por el simple movimiento del sol: era OTRA
COSA. Y así, yo también empezaba a observar
con ansiedad. Hasta que advertía que la
sombra empezaba a moverse lenta pero
perceptiblemente...”165
165
Sábato Ernesto en Sobre Héroes y Tumbas. Pág. 305 ( Fernando)
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Es muy importante destacar, siempre que nos sea
posible, el conocimiento que Sábato demuestra en sus
escritos sobre la teoría freudiana. En la rememoración de
Fernando a propósito de su sueño, aclara que la
significación de la sombra, no responde a
mecanismo de simbolización simple,
un mero
sino por
el
contrario, este sueño significaba otra cosa. Algo más,
mucho más trascendental.
Los terrores de Fernando, su paranoia, sus temores
constantes a ser perseguido por algo, a que su realidad
se desmorone, a que el suelo desaparezca, es reiterado
por el inconsciente del personaje. Esa sombra que lo
persigue es su Súper Yo, su yo moral, acaso las aves
que más tarde lo enceguecerán en un próximo sueño,
acaso Tiresias que se acerca para advertir su final.
Este, representa
nuevamente un sueño profético, el
suelo de Fernando está por derrumbarse, está por
descubrir el secreto mundo de los ciegos, que es en
realidad, el cumplimiento de la profecía, de la purga por
el
pecado.
Pero
para
una
visión
estrictamente
psicoanalítica, un suelo o paredes por derrumbarse
implican el temor de la persona a la despersonalización.
Es decir, conciente o inconscientemente Fernando teme
JULIA AVECILLAS A.
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a la destrucción de su personalidad por la paranoia, por
sus obsesiones, por su locura.
Pero hay algo mucho más profundo en este sueño, como
sucede en todos esos sueños de presencias dobles,
incluso de la propia sombra ante el personaje. La
tendencia a la simbolización del doble expresado en este
sueño, se relaciona mucho con
la doble espera y el
juego del niño en el Cuadro Maternidad de Castel.
Fernando que es Sabato, gracias a la proyección del
autor en sus personajes, mira a otro niño jugar en la
habitación, mira entonces a Ernestito. El escritor no tiene
una identidad propia, pero tampoco tiene un recuerdo del
niño muerto, porque al final, nunca lo conoció, así que
ambos son en sí, su propio Yo, pero no existe una
configuración yoica correcta,
por el recuerdo de
Ernestito. Y es ante la presencia del niño, en ese
espejismo que se deteriora su personalidad, que el suelo
empieza a derrumbarse, y no es aventurero pensar, por
la importancia que Sábato otorga a su biografía al
momento de crear, que este sueño, haya sido, incluso,
una evocación de los terrores nocturnos sabatianos.
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3.5.3LOS
SUEÑOS
EN
EL
ABADDÓN
EL
EXTERMINADOR.
a) Un Sueño de Sabato
Luego de haber conocido a María de la Soledad.
“Esa noche soñé con ella. Yo iba avanzando
penosamente a lo largo de un pasadizo
subterráneo, que se hacía cada vez más
estrecho y asfixiante, de piso barroso, con luz
escasísima, cuando de pronto la vi de pie,
esperándome en silencio: mas bien alta, con
sus largos brazos y piernas, con caderas que
no correspondían a su delgadez. En la
oscuridad se destacaba por una especie de
fosforescencia. Pero lo que la hacía aterradora
eran las cuencas vacías de sus ojos” 166
En el sueño que Sabato tiene con Soledad, predice los
hechos, y su simbología manifiesta los significados que
hemos venido analizando anteriormente, y que se
consumarán en la unión sexual con la mujer.
166
Los
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 242
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túneles, los descensos, los pisos fangosos, lodosos,
“barrosos”, son los que le transportan hacia ella, hacia la
ceguera en ella, en el inconsciente letárgico y dulce de la
instintividad. La mujer es ciega, o se convierte en ciega
tras el ingreso de él en ella, por ese
“pasadizo
subterráneo”, que se equipara con el retorno a la madre
y el ingreso en la mujer, en un cuadro ambivalente entre
madre/creación – mujer/destrucción.
La comunión con ella, lo transporta a retornos
humanos, donde madre y niño son uno solo,
predesde
mucho antes, de la propia concepción.
3.6 EL DESCENSO AL MUNDO SUBTERRANEO DE
FERNANDO Y DE SABATO: UN ESTRECHO CAMINO
HACIA EL ABISMO DEL INCONSCIENTE.
Tanto para Fernando en Sobre Héroes y Tumbas como
para Sabato en el Abaddón..., es en el tiempo cúspide de
su persecución y apasionamiento por descubrir el
desconocido y misterioso mundo de los ciegos, el
momento que se caracteriza por esa excesiva presencia
de ansiedad, y sintomatologías propias de sus paranoias,
signos que nos remontan al pánico que responde a la ley
fijada por el oráculo: el inexorable caminar hacia la
ceguera.
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Ambos personajes, inician su ingreso hacia los túneles en
la entrada de la cripta de la Inmaculada Concepción. En
el caso de Fernando tras seguir a Iglesias, el ciego del
cual se encontraba tan interesado y sabía, sería el
camino que lo llevaría hacia la entrada del templo.
Mientras que Sabato, es arrastrado por R, es decir, por
Fernando, descubriendo Sabato la entrada hacia el
mundo de
los ciegos,
a través de Fernando, en su
construcción y proyección.
Estos personajes se caracterizan por
presentar una
descripción muy semejante al compartir los imaginarios
sabatianos: líquidos repugnantes que los acosan, el
esfuerzo por avanzar pese a los pantanos, el remar, los
descensos, los túneles, la mujer-estatua, Diosa de los
Ciegos en el primer caso, y la mujer-carne, Soledad en el
segundo.
El. oculto mundo de los ciegos, tiene su partida y su final
en la mujer, en la entrega a ella, a través del ingreso en
el Ojo-ombligo u Ojo-sexo según los casos.
El ombligo
que se equipara con la simbología dependiente, con la
unión materna, y el sexo, con unión en la mujer, con el
incesto.
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“El ojo aumentaba su tamaño y eso me daba
ánimos y a la vez pavor.
Y cuando por fin llegué ante Él, caí de rodillas,
y permanecí de ese modo largo rato.
Hasta que una Voz que salía o parecía salir de
aquel Ojo, dijo estas palabras: <<Ahora entra.
Este es tu comienzo y tu fin>>.”167
“Acercando el farol al cuerpo de Soledad,
iluminó su bajo vientre, hasta ese momento
oscurecido. Con horrenda fascinación, S vio
que en lugar de sexo Soledad tenía un enorme
ojo grisverdoso, que lo observaba con sombría
expectativa, con dura ansiedad.
- Y ahora - dijo R.- tendrás que hacer lo que es
necesario que hagas.”168
Ombligo-sexo y Ojo-Sexo, une al hombre con la mujer
doble, la mujer ambivalente de la que tanto hemos
hablado. El instante en el que el hombre alcanza la fusión
en el sexo-vientre, es cuando llega al estadio de máxima
inconsciencia. Cuando el niño recién nace, - y con más
razón el feto- posee su total instintividad. El retorno a la
mujer, el incesto en la madre, cuando al fin son uno solo,
167
168
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 437. (Fernando)
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 374.( Sabato)
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es el dejarse vencer por su más completa animalidad,
donde somos equitativamente iguales,
hombres y
animales, o donde el hombre alcanza su más pura
bestialidad.
La entrada de Fernando, se describe de la siguiente
manera:
“Sea como fuere, después de aquel recorrido
iterativo volvieron a la placita donde está la
Iglesia de la Inmaculada Concepción. Por un
instante
creí
que
entrarían
en
ella,
y
vertiginosamente pensé en criptas y en algún
secreto pacto entre las dos organizaciones.
Pero no: se dirigieron hacia ese curioso rincón
de Buenos Aires, formado por una fila de viejas
casas de dos pisos, tangentes al círculo de la
iglesia.
Entraron por una de las puertas que da a los
pisos altos y comenzaron a subir la sórdida y
vieja escalera de madera”169.
Y en el Abaddón...:
169
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 363 ( Fernando)
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“Caminó por Echeverría y de pronto se
encontró frente a la Iglesia de la Inmaculada
Concepción.
destacarse
Sombríamente
su
cúpula
comenzaba
sobre
el
lo
a
gris.
Lloviznaba y hacía frío. Qué estaba haciendo
ahí, como un tonto?. Los Ciegos, pensó
mirando la gran iglesia, imaginando su cripta,
los
túneles
secretos...
Lo
imaginaba
a
Fernando rondando en la madrugada aquella
entrada del mundo prohibido, y entrando por fin
en el universo subterráneo...”170
Sabato ingresa a los túneles secretos que lo llevarán
hasta Soledad guiado por R. En el Abaddón..., esta guía
es explícita, pero en Sobre Héroes y Tumbas, el
personajes también es guiado, aunque no de una manera
directa, pues Fernando sigue a Iglesias quien lo lleva
hacia la entrada.
Así, ambos personajes son llevados por el otro, hacia ese
mundo. En la reconstrucción edípica, son llevados por el
Oráculo de Delfos.
R e Iglesias son el destino, pero
abismándonos a una interpretación más biográfica con S,
R e Iglesias pueden ser comparados con Ernestito, quien
170
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 230-232
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obliga a Ernesto a esa necesidad al retorno intra –
uterino, al retorno a la madre como única manera de
estar en ella, de ingresar a ella. Ernestito, como último
hijo antes del nacimiento de S, prepara también el
camino –metafóricamente- , en una especie de anteceder
los pasos y las pautas al nacimiento. Una guía a la que
desprecia –inconsciente o concientemente – S, pero que
sin embargo sigue el camino en búsqueda de la madre.
Y así ambos personajes se enfrentan a los túneles
subterráneos, túneles que lo llevarán a la unión con la
mujer
a través de su ombligo y ojo –sexos-, para
alcanzar su máxima primigenia de “pez- reptil”, de
inconsciencia, donde el Id se apodera del hombre, y sin
embargo, en su totalidad instintiva e irracional es
todopoderoso y feliz.
Bajo esos túneles está la fuente, y dentro del sexo está la
inconsciencia humana, hacía allá se dirige el ser, porque
en el inconsciente alcanzamos nuestra integridad, ese
fue el verdadero deseo de Fernando y Sabato, una lucha
por conseguir el único “incesto puro”, la madre y el hijo, el
hombre dentro de la mujer, el máximo placer de madre y
niño, en la construcción de un solo ser.
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En este ascenso, que corresponde mas bien, al descenso
primitivo humano, los personajes se enfrentan a todos los
símbolos anteriormente analizados: las escaleras, el
agua, líquidos repugnantes que cubren sus cuerpos,
profundidades y pantanos que deberán cruzar, para
llegar finalmente a ellas: a la Diosa de los Ciegos, a
Soledad, a fin de ser atraídos por ellas, hasta su ingreso,
más allá de la cópula, o del sexo, en su vientre, en su
cuerpo, en el interno mundo de la inconsciencia.
La descripción de la pesadilla o alucinación premonitoria
de Fernando, antecedente al descenso, a través de su
viaje subterráneo, nos remite a la simbología del temor a
la castración del Complejo Freudiano a través de estas
imágenes:
“Estaba yo sobre una barca y la barca se
deslizaba sobre un inmenso lago de aguas
quietas, negras e insondables. ...
Arriba y a mis espaldas, es decir, a lo que sería
el Este de aquel inmenso piélago negro,
presentía
un
anciano,
que
lleno
de
resentimiento, también vigilaba mi marcha:
tenía un solo y enorme ojo en la frente, como
un cíclope...
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‘Todo será que pueda alcanzar la orilla antes
de la puesta del sol’, me encontré pensando o
diciendo...
La navegación era angustiosa y difícil...Pero
con
todo,
tal
era
mi
desesperación,
fui
avanzando, lenta pero progresivamente...me
animaba la idea de que debía llegar a una
montaña... ‘Allí está la gruta’ recuerdo que
pensé. Sólo sabía que debía llegar y que,
costase lo que costare, debía penetrar en ella.
A mis espaldas sentía la sonrisa siniestra del
Hombre. Sobre mí sentía el vuelo pesado de
los pterodáctilos, que planeaban y a veces
hasta me rozaban con sus alas. Mi temor
provenía no solo de su contacto gelatinoso y
frío sino de la posibilidad de que con sus picos
dentados finalmente se precipitasen sobre mí y
me arrancaran los ojos.
Faltaba poco, muy poco, para llegar a la gruta...
Mi cansancio pudo por fin más que mi
desesperación y caí...
Hundido en el barro, con el corazón latiendo
agitadamente
en
inmundicia...vi
como
medio
los
de
grandes
aquella
pájaros
planeaban lentamente sobre mi cabeza. Advertí
JULIA AVECILLAS A.
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a uno de ellos que bajaba...y posarse con un
hueco chasquido sobre el barro, frente mismo a
mí cabeza. El pico era filoso como un estilete,
su expresión tenía esa mirada abstracta que
tienen los ciegos, porque no tenía ojos: podía
yo distinguir sus cuencas vacías. Parecía una
antigua divinidad en el momento que precede
al sacrificio.
Sentí que aquel pico entraba en mi ojo
izquierdo,
y
por
un
instante
percibí
la
resistencia elástica de mi pupila...
Y mientras sentía que el agua de mi ojo y la
sangre bajaban por
mi mejilla izquierda,
pensaba ‘Ahora tendré que soportar en el otro
ojo’...su pico repitió la misma operación con el
ojo derecho...
Nada veía ahora, pero, con el inmenso dolor y
la curiosa repugnancia que sentía ahora por mi
mismo,
no
cejé
en
mis
propósitos
de
arrastrarme hasta la gruta... esa sensación de
cerrazón y también de seguridad, me reveló
que por fin había entrado en la gran gruta. Y
me derrumbé hacia el sueño”171.
171
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 380-384. ( Fernando)
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Esta especie de pesadilla que vive Fernando presenta
una serie de simbologías que nos permiten una doble
interpretación intertextual: tanto bajo conceptos de
reconstrucción de la tragedia como desde la regresión al
complejo.
El Ciego que mira a Fernando nos recuerda al anciano
Tiresias, que a través de sus videncias –con el tercer ojo
que se les confiere a los brujos y videntes-, puede ver
más allá de lo que nosotros podemos ver, y cuenta a
Edipo/Fernando de su crimen paterno y el incesto con
Yocasta, su madre.
Y el pájaro, “pincha” los ojos de Edipo/Fernando, y
él/Edipo, “como si quisiera facilitar la perversa tarea...”,
mantenía su cabeza erguida permitiendo al pájaro ciego
cumplir con el castigo.
El castigo de haber “reingresado” en la madre, a través
de Alejandra, de haber cumplido con un doble incesto,
incesto con Ana María pero a través de su hija, incesto
con la madre a través de Alejandra.
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El proceso de retorno al vientre, y toda su semiótica es
evidentemente clara, Fernando navega un lago, fuente
de vida, y tiene que caminar por ese líquido pantanoso,
que nos recuerda a la lucha
del niño con el líquido
amniótico al momento de nacer. Este líquido pegajoso lo
cubre, y cansado de tanto luchar y caminar –pasar hacia
el cuello intrauterino- , se derrumba, se cae, y en ese
momento cuando está cerca de la gruta/vientre, el temor
al castigo se transforma en Tiresias.
Pero psicoanalíticamente, estos signos nos sugieren
mucho más. El pico del pájaro que enceguece a
Fernando/Edipo, no solo se relaciona con el alfiler que
usa el personaje trágico para purgar sus culpas. Todo
elemento puntiagudo, filoso, alargado..., nos recuerda al
falo, al falo del padre omnipotente que enceguece al niño
– lo castra -, para evitar ese amor sexual hacia la madre.
El anciano ciego, al que teme, y que lo sigue con su vista
de cíclope, es el padre que controla sus actos, el ave, es
el falo del padre, que lo castra simbólicamente, que lo
vuelve inferior, menor. Pero a su vez, el proceso de
extirpación de los ojos, es el propio acto sexual. El ojo se
correlaciona mucho con el órgano sexual femenino por su
forma, mientras el pico del ave, sigue siendo el falo, la
única manera para entrar a la gruta/sexo de la madre, es
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a través del sexo femenino de Alejandra. Solo ciego, es
decir, tras el incesto, Fernando alcanzará la gruta.
Tomando la posición neo-psicoanalítica de Otto Rank,
podríamos equiparar
muerte. Pero esa
a la ceguera como sinónimo de
muerte simbólica que significa el
arraigo, la fusión con la madre, en cuanto no permite el
crecimiento individual del hombre, sino más bien,
la
dependencia, arrastrando al hombre a su ceguera.
Fernando necesita llegar a la gruta, necesita ingresar en
ella/en la madre, y con ello enceguece/muere, pero solo
en esa ceguera y muerte, alcanza su tranquilidad.
Y todo este proceso alucinatorio onírico o acaso sueño
en sí, no es más que la premonición de lo que más tarde
vendrá en realidad. El ingreso mismo hacia el
ojo –
ombligo de la Diosa de los ciegos, el incesto y el retorno
pre-humano.
“Pero mi corazón parecía haber entrado en
una existencia latente, como la de los reptiles
en los largos meses de invierno...”172
172
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas. Pág. 435 (Fernando)
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En el Abaddón..., la simbología se repite, a través de un
cúmulo de descensos, escaleras, túneles, hasta llegar a
“la gruta”, en este caso, a Soledad, a María de la
Soledad, - a la madre
que le confiere al hijo la soledad
-.
Esta vez la gruta está explícitamente en su sexo. En el
ojo/sexo que lo mira y espera, como la madre de Sabato,
que espera a Ernesto, pero no al escritor, sino al niño
muerto. Como la mujer en segundo plano, que espera
ansiosa algo a través de la ventanita en el cuadro
Maternidad...
Por eso la única forma de estar en ella, es a través del
incesto, de la comunión más grande que existe entre hijo
y madre, en el incesto intrauterino, a través de la “sádica
pero funeraria sexualidad”173 .
Así mismo, hay una analogía entre nuestras dos
concepciones del incesto, o una fusión entre los dos: la
comunión con la madre, y el retorno al inconsciente prehumano. La sexualidad es primitiva, como primitiva es la
fecundación, por eso el acto sexual entre Soledad y
Ernesto, se describe como un retorno hacia la cópula
173
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador. Pág. 375
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animal, de una manera salvaje y mítica. De la misma
manera como cuando fuimos reptiles, murciélagos, o
ratas. Al igual como con el hombre primitivo, el incesto
para las bestias no es juzgado ni considerado como
inmoral, por eso, en el momento en el que nos
fusionamos con la madre, alcanzamos el primitivismo
animal.
“ Entonces ella se incorporó, con salvaje fulgor,
su gran boca se abrió como la de una fiera
devoradora, sus brazos y piernas lo rodearon y
apretaron como poderosos garfios de carne y
poco a poco, como una inexorable tenaza lo
obligó a enfrentarse con aquel gran ojo que él
sentía allá abajo cediendo con su frágil
elasticidad hasta reventarse. Y mientras sentía
que aquel frígido líquido se derramaba, él
comenzaba su entrada en otra caverna, aún
más misteriosa que la que presenciaba el
sangriento rito, la monstruosa ceguera.”174
La ceguera, la muerte, la intensificación del temor a la
vida, solo se permite a través del retorno al vientre. Allá,
es hacia donde se dirige verdaderamente Sabato. No es
174
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 374 ( Sabato)
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tan solo, la evocación al
nacimiento, es el retorno al
momento mismo de la fecundación. Es el sexo del
hombre en la madre, es el recorrido y “El Ascenso”175
hacia el vientre, hacia el origen propio del hombre, de la
comunión inicial con la madre.
Pero como la unión con la madre, por efecto de la
ambivalencia, como respuesta de su sufrimiento prenatal
es vida y muerte, placer y displacer, en los túneles hay
líquidos hediondos, ratas y ceguera. Y tras los túneles
está esa cueva cálida/fría que lo lleva a la más profunda
oscuridad
y la muerte, a
la
más aterradora pero
deseada comunión con la mujer/madre.
175
Subtítulo del Abaddón...Pág. 375
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CAPITULO 4
ENTRE LA CRITICA BIOGRÁFICA Y LA
PSICOANALÍTICA:
UNA PSICO-BIOGRAFIA
CONEXIONES ENTRE LA VIDA Y LAS OBRAS DE
SÁBATO
“No hay nadie que haya jamás
escrito,
pintado,
moldeado,
esculpido,
construido,
inventado, a no ser para salir de
su infierno”176
4.1 RELACIÓN BIOGRÁFICA CON SUS OBRAS
Relacionar la obra de Ernesto Sábato con su biografía,
nos aleja –como es de suponer- de todos los concepto
estéticos y estructurales que tanto interesa a la Crítica
Literaria en nuestros días, de cualquier manera, por el
prestigio y excepcional nivel que Sábato tiene en las
letras universales, resulta ocioso descubrirlo. Bastaría en
176
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 78. Cita del famoso surrealista Artaud.
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todo caso, recordar dos premios de enorme significación,
que, con justicia, se le ha concedido: “Premio a mejor
novela extranjera con Sobre Héroes y Tumbas y
El
Premio Cervantes177, - que es una especie de Nobel para
la literatura escrita en español -.
Por lo tanto,
nuestro interés al haber tomado este
camino hacia
la explicación de su obra y universo
literario, nos obliga hasta cierto punto, a desligarnos
totalmente de aspectos formales y formalistas. En virtud
de esto, dejaremos a la Crítica, lo que es de la Crítica, y
a la Estética lo que le corresponde a la Estética, y nos
dedicaremos a aspectos que paradójicamente creemos
más complejos y profundos: ese intento por comprender
a la Literatura como una expresión de vida, como un
producto cultural humano, como una respuesta del
hombre, un discurso que sale de su esencia para nuevos
espíritus, una necesidad hacia miles de necesidades
distintas e individuales. Lógicamente, bajo el respaldo de
los discursos del propio Sábato, quien nos sugiere
buscar esa comprensión del arte, más allá de la estética
y el arduo trabajo de su autor con la lengua, en esa
necesidad nuestra por desentrañar la esencia misma del
texto y su autor.
177
El lector, puede remitirse al Capítulo II, para mayor información sobre los galardones
conferidos al Escritor.
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“Son muchos los que en medio del tumulto
interior buscaron el resplandor de un paraíso
secreto. Lo mismo hicieron románticos como
Novalis, endemoniados como el ingeniero
Dostoievski
y
tantos
otros
que
estaban
destinados finalmente al arte. A mí, como a
ellos,
la
literatura
me
permitió
expresar
horribles y contradictorias manifestaciones de
mi alma, que en ese oscuro territorio ambiguo,
pero siempre verdadero, se pelean como
enemigos
mortales.
Visiones
que
luego
expresé en novelas que me representan en sus
parcialidades
o
extremos,
a
menudo
deshonrosas y hasta detestables, pero que
también me traicionan, yendo más lejos de lo
que mi conciencia me reprocha”178.
En primer lugar,
intentaremos cohesionar los datos
biográficos descritos en el II Capitulo con el análisis
semiótico del III Capítulo, acto que promoverá un
enfrentamiento notable entre los distintos personajes de
ficción con su autor, en una pugna entre
fantasmas,
fantasías y realidad.
178
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 69
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Ya se ha señalado que los personajes de la novelística
sabatina,
esconden
y
permiten
ver,
aquellas
diversidades “yoicas” que configuran a su autor de una
manera biográficamente notoria, manifiesta y latente.
Retomemos algunos de los aspectos que más han
impresionado a sus lectores a propósito de la reaparición
de elementos biográficos en la construcción de sus
personajes.
“Los personajes profundos de una novela salen
siempre del alma del propio creador, y sólo
suelen
encontrarse
retratos
de
personas
conocidas en los caracteres secundarios o
contingentes. Pero aun en ellos, es difícil que el
escritor no haya proyectado parte de su
avasalladora
personalidad...
Por
eso
los
personajes de un escritor poderoso tienen
siempre un aire de familia: todos son en
definitiva hijos del mismo progenitor”179
“Además, ningún personaje verdadero era un
simulacro levantado con palabras: estaban
construidos
179
con
sangre,
con
ilusiones
y
Sábato Ernesto, en El Escritor y sus Fantasmas, pág. 91
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esperanzas, y ansiedades verdaderas, y de
una oscura manera, parecían servir para que
todos,
en
medio
pudiésemos
existencia,
de
esta
encontrar
o
por
lo
un
vida
confusa,
sentido
menos
su
a
la
remota
vislumbre.”180
4.1.1ENTRE EL TÚNEL Y SÁBATO
J. P. Castel, personaje que como Sábato, el escritor, es
también un Pintor reconocido, presenta un conjunto de
características que nos permiten pensar que, al leer sus
discursos, no leemos a Castel, sino en realidad a Sábato,
por su infinidad de relaciones.
Anotemos algunos ejemplos:
Tanto el pintor Castel, como el Pintor Sábato, eluden a
los grupos, las élites,
exposiciones, reiteran
los encuentros de artistas,
su desprecio manifiesto a la
crítica, o mejor dicho, a los críticos que critican “sin crear
nada”, a las jergas que los particulariza, etc.
180
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 11 ( Sabato)
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“Pero tengo otra razón: LOS CRÍTICOS. Es
una plaga que nunca pude entender. Si yo
fuera un gran cirujano y un señor que jamás ha
manejado un bisturí, ni es médico, ni ha
entablillado la pata de un gato , viniera a
explicarme los errores de mi operación, ¿qué
se pensaría? Lo mismo pasa con la pintura. Lo
singular es que la gente no advierte que es lo
mismo y aunque se ría de las pretensiones del
crítico
de cirugía, escucha con un increíble
respeto a esos charlatanes. Se podría escuchar
con cierto respeto los juicios de un crítico que
alguna vez haya pintado, aunque más no fuera
que telas mediocres. Pero aun en ese caso
sería absurdo, pues ¿cómo puede encontrarse
razonable que un pintor mediocre dé consejos
a uno bueno?”181
“Algunos críticos han penetrado notablemente
en intensiones o intuiciones de la obra, y hasta
me han iluminado a mí mismo. Pero también
están los que siempre explican al novelista
cómo debería haber escrito, qué es lo que
181
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 19
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debería haber puesto y que es lo que tendría
que haber quitado. Nos explican, en suma, el
libro que ellos habrían escrito en nuestro lugar,
proyecto que, lamentablemente, siempre queda
en esa límpida categoría platónica”182
Como podemos notar, los discursos son evidentemente
similares, aunque en el primer caso, la voz narrativa
provenga de un personaje de ficción y en el segundo, de
un discurso ensayístico. Se realza la realidad de que
ambos textos proviene de la misma voz, y aunque con
distintos nombres, son en esencia el mismo.
La exteriorización del autor a través del mecanismo de
defensa psicoanalítico conocido como proyección es
notable. El creador hace uso del discurso de sus propios
personajes para decir o re-enunciar aquello que busca
expresar sobre sus propios pensamientos.
En el Escritor y sus fantasmas, toma una cita
de E.
Caldwell., a propósito de los Literatos y Escritores
“La profesión de un escritor tiene un lado
penoso, que consiste en que el trabajo lo obliga
182
Sábato Ernesto, en El Escritor y sus Fantasmas, pág. 24
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a uno a mezclarse con una serie de literatos.
Para guardar las apariencias, una o dos veces
por año, hay que concurrir a una reunión y
pasar varias horas en compañía de críticos,
autores, radiales y gente que lee libros. Todos
ellos hablan una jerga que solo pueden
entender los literatos. Únicamente después de
proceder a una purificación de fondo puede uno
recobrarse y caminar con la cabeza en alto,
como un ser humano”183
De tal manera que, el mundo que rodea al pintor tiene
una gran relación con el mundo del Pintor Sábato.
“Después está el asunto de la jerga, otra de las
características que menos soporto. Basta
examinar cualquiera de los ejemplos: el
psicoanálisis, el comunismo, el fascismo, el
periodismo. No tengo preferencias, todos me
son repugnantes”184 .
El
Escritor
lo
asociaciones,...,
183
184
ha
señalado:
los
grupos,
las
le son, en suma, antagónicas a sus
Sábato Ernesto, en El Escritor y sus Fantasmas, pág. 100
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 17 (Castel)
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concepciones de trabajo y vida,
de allí
su crítica
constante a su lenguaje, comportamiento, a esas
máscaras intelectuales que excluyen a los otros como en
una especie de mofa elitista. No son las voces de sus
personajes, es Sábato, el escritor, el escéptico que nos
sorprende en sus ensayos, memorias y entrevistas, quien
a través de su escritura proyecta y reafirma sus
reflexiones, expectativas, desprecios y aprecios por la
humanidad.
Pero una de las características más notables que
identifican no solo a Castel, sino a todos los demás
personajes centrales masculinos – Fernando, Sabato y
de una manera mucho más sutil, Martín -, con la historia
biográfica sabatiana, es su continua tendencia al
raciocinio. A manera de un raciocinio compulsivo que se
convierte en una especie de sintomatología de la
paranoia de sus personajes, que tiene su origen en los
modelos de procesamiento científico imposibles de omitir
del acervo intelectual de su escritor. Acaso secuelas de
aquel momento de su vida,
en el que el escritor de
ficciones se encontró preso y apasionado por la Ciencia
y la Matemática. ¿Pero
porqué el autor tomó
precisamente a estos personajes para vestirlos de esa
facultad que en un momento correspondía parte misma
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de su ser, pero que luego despreció y abandonó con la
misma fuerza con la que un día creyó en ella?. ¿Y porqué
precisamente sus personajes desquiciados son los que
hacen mayor uso de dicha racionalización por más
mecanismo de defensa o síntoma patológico que
pretendiera formar en su construcción caracterológica?
Sobre esto, ya hemos hablado anteriormente en el
capítulo III, y sin embargo, es de tal importancia, que
intentaremos una profundización en el análisis e
interpretación de estos aspectos.
Recordemos que para Sábato, la objetividad de la ciencia
fue en un momento, esa especie de único esquema que
permitía la comprensión pura del hombre, pero más tarde
y hasta la actualidad, es visto por él mismo, como la
mayor desgracia del avance –retroceso - humano. Por
esa ciencia, el hombre se ha mecanizado, se ha volcado
a momentos de involución radical, ha demolido en forma
lenta pero fatal, todas sus costumbres y tradiciones, y ha
hecho tabla rasa de todos sus principios morales, lo que
explica el motivo por el que, el raciocinio compulsivo es
parte esencial de esos seres repelentes, desquiciados y
perversos, que alcanzan en ocasiones incluso una
categoría maléfica. Todas estas características son las
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mismas con las que el pueblo de la Tebas tras el
parricidio e incesto con Yocasta, miran a Edipo Rey.
Es decir, Castel, Fernando y Sabato, corresponden a ese
hombre que ha sido conducido por la corriente de sus
más bajos instintos, y por lo tanto, están condenados al
castigo, pero
frente al acto incestuoso, fue su propio
raciocinio, el que colaboró para la censura impuesta por
ese “razonar social”; y sus efectos, radican ahora en el
Súper Yo. Es por lo tanto, su racionalización, lo que lo
conduce al auto-castigo, de la ceguera.
Así, con el uso de la razón, el hombre es conciente de
sus “socialmente actos reprochables”, pero con la
“ilogicidad” de su razón, - la locura -, evade la censura.
Por todo esto, la racionalización de estos personajes,
provoca en los lectores ese
especie de paradigma,
donde la razón y la locura son lados opuestos y sin
embargo, cohesionables.
“...mi
cerebro
estaba
constantemente
razonando como una máquina de calcular: por
ejemplo, en esta misma historia ¿no me había
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pasado meses razonando y barajando hipótesis
y clasificándolas?”185
Los procesos de lucha entre el principio del placer y el
principio
de
la
realidad,
son
descritos
en
la
caracterización de estos tres personajes.
El gozo está en la locura, pero no a través de un placer
maléfico o morboso. Los personajes locos como
“Barragán o la vieja Escolástica, ...”, son seres dotados
de una extrema pureza y bondad, y sin embargo,
mientras
más
alcance
a
“la
razón”
tienen
otros
personajes, o sociedades enteras, - como la cultura
alemana, estadounidense y todos los “aparentemente”
pueblos desarrollados -, pese a su mayor control sobre
el bien y el mal, mayor control del Id por el Yo, pierden su
facultad para actuar con el bien, transformándose en
seres inferiores, muy inferiores, denigrados a estratos de
la más insólita animalidad.
“...este que te digo...Comenzó una obra para
demostrar el ascenso de la mentalidad primitiva
a la conciencia científica. Sabés lo que pasó al
185
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 39. (Castel)
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pobre tipo? Envejeció tratando de demostrarlo.
Pero era honrado y terminó aceptando su
derrota,
reconociendo
que
la
famosa
mentalidad ‘primitiva’ no es un estadio inferior
del hombre”186.
Pero estos tres personajes masculinos, no solo son
personajes matizados de racionalización. Ellos poseen
una serie de rasgos que los llevan hacia una especie de
locura –sus delirios -, hecho que nos lleva hacia la fusión
existente entre la razón y la locura, siendo ésta última, un
escape irracional que evita la censura, por tanto, el
castigo.
Así, a través de la locura, Edipo quiere/puede huir de su
Yo, puesto que la despersonalización, no es más que el
dominio de la irracionalidad sobre el Yo, la única manera
de escapar a la ceguera, es mediante la locura.
Por lo tanto, esta locura, se convierte en un mecanismo
defensivo del Yo, ¿Pero del Yo de los personajes o del
186
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 174 ( Sabato)
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Yo sabatiano? ¿Acaso y Sábato, no recurre al símbolo de
la locura, más allá de su afán conciente por demostrarnos
sus hipótesis y frustraciones sobre el saber científico, la
tecnología, el progreso, es decir, el poder racional, y se
encamina, hacia un escape irracional de aquella fusión
patológica con la madre para disminuir la angustia, la
ambivalencia, su propia racionalización?. ¿No será que a
través de esa irracionalidad del arte, Sábato pudo
escapar del objetivismo que en cierto momento, lo estaba
denigrando a un estado de cosificación, asfixiándolo,
aniquilándolo?. ¿O acaso el pensamiento racional, su
carencia de Yo, - por la ausencia de identidad “en los
primeros tiempos”-, lo ha llevado a permitir que la pulsión,
el inconsciente, - la locura simbólica- domine su
estructura psíquica, para escapar del dolor conciente,
individual y colectivo?
La ambivalencia de sus personajes es otra constante que
nos refleja a más de la complejidad de la escritura
sabatiana, la ambivalencia del propio Autor. Sábato, un
escritor de continuas contradicciones, no podía crear ni
proyectarse en personajes planos, simples y lineales.
“¡Cuántas veces esta maldita división de mi
conciencia ha sido la culpable de hechos
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atroces! Mientras una parte me lleva a tomar
una hermosa actitud, la otra denuncia el fraude,
la hipocresía y la falsa generosidad; mientras
una me lleva a insultar a un ser humano, la otra
se conduele de él y me acusa a mí mismo de lo
que denuncio en los otros; mientras una me
hace ver la belleza del mundo, la otra me
señala su fealdad y la ridiculez de todo
sentimiento de felicidad.”187
Esta dualidad, que corresponde a la dualidad de los
pensamientos de Castel, son la única razón que puede
explicar, cómo el autor del Informe Sobre Ciegos, puede
ser el mismo que escribió La Resistencia. Y cómo un
hombre que dedicó décadas de su vida a la ciencia,
abandonó todo lo que la ciencia auguraba para él, y
dedicarse a la Literatura.
La ambivalencia afectiva de Castel hacia María es una
clara demostración de este efecto. Pero si María es la
madre, registra entonces una ambivalencia hacia la
madre, como el propio Sábato. Amor hacia la madre que
extraña y ansiedad de su protección, pero rabia hacia ella
187
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 86 (Castel).
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por haberlo apartado del mundo, producto de esa
“suplantación” del hijo muerto:
“Mis sentimientos, durante todo ese período,
oscilaban entre el amor más puro y el odio más
desenfrenado.”188
Sábato ama y odia a su madre, y el rencor se suscita por
la “ceguera de la madre”189. Su idea de remplazo no le
permite
ver al verdadero Ernesto, por lo tanto, sus
cuidados están destinados a Ernestito, y mientras tanto,
el nuevo hijo, lo percibe.
Dos razones provocan el comportamiento de la madre: el
deseo de sustitución y el miedo a la muerte.
Deseo de sustitución, en cuanto ésta es la única manera
para volver a tener al hijo muerto –de allí la elección del
nombre -, y el temor a volver a perder a Ernestito, pero
no el temor a perder otro hijo, sino de volver a sufrir la
pérdida del mismo niño, del hijo sustituido.
188
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 71 (Castel)
Teoría de la madre ciega de Julio Woscorvoinik, en Sábato y sus Fantasmas. Se sugiere
al lector, recurrir al tema de: “La fantasía de la Reinfetación”, analizado como último punto
de éste capítulo.
189
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De esta manera, Ernesto crece en un tumulto de
ambivalencias, de temores e inseguridades, así la
influencia de “los primeros tiempos” en el Universo
Literario sabatiano.
Otro de los elementos biográficos que más llaman la
atención en la estructuración psíquica de Castel en su rol
proyectivo de Sábato – también reincidente en la
biografía de Fernando y Alejandra -, es la presencia de
sus pesadillas y terrores nocturnos, que llenan de
angustia las noches de sus personajes.
Recordemos que el autor padeció de estos trastornos
especialmente durante su infancia – aunque persistieron
en su adultez, como lo afirma en Antes del Finposiblemente por la influencia del sufrimiento intrauterino
que vivió en comunión con su madre por la muerte de su
hermano, por el dominio de su padre en el hogar, el rol
de la madre en cuanto a un afecto inapropiado, ... Lo
cierto es que,
estos terrores evocados como los
recuerdos más angustiosos de la infancia de Sábato,
intensifican la vida trágica de sus personajes de ficción.
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“Como dije, cuando desperté estaba en medio
de la habitación, de pie, bañado en sudor
frío”190
Las contradicciones biográficas se reflejan en las
contradicciones mentales de Castel, como un espejo del
pensamiento sabatino a través
del personaje Juan
Pablo.
“Muchas veces me ha pasado eso: luchar
insensatamente contra un obstáculo que me
impide hacer algo que juzgo necesario o
conveniente, aceptar con rabia la derrota y
finalmente, un tiempo después, comprobar que
el destino tenía la razón”191
4.1.2
PROYECCIONES
EN
LOS
PERSONAJES
CENTRALES DE SOBRE HÉROES Y TUMBAS.
Sábato ha señalado en varias ocasiones, que Martín es
entre todos sus personajes de ficción, el que más le
agradó crear.
190
191
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 94 (Castel)
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 131 (Castel)
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El escritor, en La Resistencia, afirma que
la única
esperanza del mundo está en las utopías propias de la
juventud, es por esto que el autor confiere a Martín, el
único fin alentador de todos sus personajes, pese a la
tragedia vivida, como quien lucha contra todas las
adversidades
del
hombre:
guerras,
dictaduras,
secuestros, muertes de seres amados,... y sin embargo,
huye hacia su vida, hacia su ideal de vida.
Por eso el desalentador y lógico
después que
final de Martín –
Alejandra le ha conducido a todos los
abismos y le ha hecho conocer las más devastadoras
angustias – el suicidio, se le escapó de las manos a su
creador, pues como él mismo lo afirma, “Martín quiso
vivir”, porque fue este personaje una idealización, de lo
que el escritor espera de la juventud, y de sus ideales por
salvar al mundo de los horrores que lo aniquilan,
salvándose inicialmente a sí mismo, del
espacio de
recelo y el tiempo de escepticismo en que le/nos ha
tocado vivir.
Siempre que hemos pensado en la construcción
caracterológica de Martín, hemos vinculado su huida a la
Patagonia, con lo que se nos sugiere a los jóvenes en la
Resistencia. De hecho, podríamos decir, que Martín es
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quien origina la Resistencia, como la introducción de su
próximo ensayo, en la mente de su autor, porque al no
suicidarse “resiste” del mundo que lo rodea, de su
fatalidad y su pasado con Alejandra,
- personaje que
muchos argentinos lo vinculan con la matria-patria, y los
desastres ocasionados en la dictadura peronista, de esta
manera, sólo los jóvenes podrán resistir a la corrupción, a
la historia, a la vergüenza argentina y latinoamericana,
para crear una nueva Patria.-. Y aunque el exilio suele
ser interpretado como una forma de morir, -“partir es
morir un poco”-, a Martín le espera un futuro que
dependerá mucho de su capacidad para crearlo y
construirlo, de su capacidad para “huir del destino” del
incesto y la ceguera.
Martín es por tanto, el único personaje sabatiano que
alcanza su ideal existencial, o al menos prosigue en su
búsqueda. Esto explica además, el hecho aparentemente
incongruente, de que una novela alucinante, lacerante y
abismal como lo es Sobre Héroes y Tumbas, tenga un
final tan esperanzador.
Pero es el propio Sábato quien nos demuestra esa
encarnación del deseo de sobrevivencia de Martín ante
la fatalidad de los hechos, citando en La Resistencia un
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fragmento de Sobre Héroes y Tumbas que permiten la
interrelación entre el Ensayo y la fantasía:
“Hoy ante la cercanía del momento supremo,
intuyo que un nuevo tiempo espiritualmente
muy rico está a las puertas de la humanidad, si
comprendemos que cada uno de nosotros
posee más poder sobre el mal en el mundo de
lo que creemos. Y tomamos una decisión.
Lentamente iba naciendo un nuevo día en la
ciudad de Buenos Aires, un día como otro
cualquiera de los innumerables que han nacido
desde que el hombre es hombre. Desde la
ventana, Martín vio a un chico que corría con
los diarios de la mañana, tal vez para
calentarse, tal vez porque en ese trabajo hay
que moverse. Un perro vagabundo, no muy
diferente del Bonito, revolvía un tacho de
basura. Una muchacha como Hortensia iba a
su trabajo.
¿Cómo había dicho Bruno una vez? La guerra
podía ser absurda o equivocada, pero el
pelotón al que uno pertenecía era algo
absoluto.
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Estaba D’Arcangelo, por ejemplo. Estaba la
misma Hortensia.
Un perro basta”192.
Martín, el único personaje principal que representa la
esperanza, el deseo de sobrevivir, pese a las “masacres”
que propenden destruir las utopías del hombre, de ese
anhelo y búsqueda por un mundo mejor, un mundo que
se aleje de la fatalidad de su destino - Edipo, los instintos
primitivos del ser humano: el poder, las guerras y
tragedias del mundo y del hombre en sí -, pero a través
de la juventud. Porque en la mirada de los jóvenes,
Sábato deposita todas sus esperanzas, dicho de otra
manera, Martín, la juventud, encarnan la utopía.
“Una utopía,
claro, pero sin utopías ningún
joven puede vivir en una realidad horrible”193
El reproche hacia la madre de Martín, proyecta
el
reproche hacia la madre del autor. Sábato ama a su
madre, con la misma intensidad con la que la culpa de
gran parte de sus fantasmas. El sufrimiento prenatal,
aunque no pertenezca a la culpabilidad materna, provoca
en el inconsciente,
192
193
represiones y ambivalencias
que
Sábato Ernesto, en La Resistencia, pág. 83
Sábato Ernesto, en Antes del Fin, pág. 57
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oscilan entre el amor y el odio. Martín mira en Alejandra
a la Madre, la idealización de la madre, nunca alcanzada
– quizá a Hortensia Paz/Periboa
-, a las caricias
maternales deseadas en confrontación con la “madrecloaca”. Una contradicción peculiar y común en los
sentimientos ambivalentes que re-aparecen, una y otra
vez en los personajes femeninos.
En Alejandra, uno de los elementos biográficos que más
llaman la atención en el proceso de proyección en la
creación de este personaje, son como ya lo habíamos
anotado, a propósito de Castel: los padecimientos de
sonambulismo y los terrores nocturnos compartidos con
su padre, Fernando.
“Te digo esto porque yo sufría grandes terrores
de noche, de modo que ya podés figurar lo que
me
podía
esperar
en
una
casa
abandonada?”194
“Sueños atroces, dolores de cabeza (en la
nuca, que luego se extendían a todo el cuerpo)
centelleos en los ojos”195
194
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 60 (Alejandra)
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Alejandra proviene de una familia colonial, tal como el
autor, de padres italianos y albaneses.
Una característica que vincula a Alejandra con otros
personajes sabatianos y con el propio Sábato, es la
dificultad social y el consiguiente repudio a dicha
sociedad, que en el escritor se corresponde con su
radical desprecio a las élites y los grupos minoritarios de
la índole que sean.
“Además ardía en deseos de estar sola... de
sentirme sola frente a la inmensidad de la
naturaleza, bien lejos de la playa donde se
amontonaba toda la gente inmunda que yo
odiaba”196
Un elemento que se reitera en los personajes sabatianos
como
una
proyección
propia
del
Escritor,
es
la
ambivalencia. En el caso del autor, ambivalencia a la
madre, - especialmente -, pero que se convierte en una
constante biográfica, desplazándose hacia todo lo que le
apasiona.
195
196
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 236. ( Alejandra)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 66 ( Alejandra)
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Porque solo aceptando la presencia de una ambivalencia
característica de
la
estructuración mental sabatiana,
podemos comprender la relación existente entre la pasión
y el dolor que le produce el acto creativo, incluso, más
allá de la catarsis, puesto que de su arte, emergen los
cuestionamientos más controversiales sobre el sentido y
sin sentido de la escritura.
“Porque ni aquel chico que un día se prendió
fuego en una plaza de Praga, ni Ernesto
Guevara,
ni
Marcelo
Carranza
habían
necesitado escribir. Por un momento pensó que
acaso era el recurso de los impotentes. No
tendrían
razón
los
jóvenes
que
ahora
repudiaban la literatura?”197
La
ambivalencia
afectiva,
que
se
origina
en
la
ambivalencia hacia la madre de Ernesto, se personifica
en Alejandra, quien
no comprende el verdadero
sentimiento que la lleva hasta Martín.
“Además, como te digo, no sé si eso me gusta
en vos o es lo que más odio”198
197
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 11 ( Bruno)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 16 (Alejandra) Nota: El subrayado es
nuestro.
198
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Pero la ambivalencia, también surge de una suerte de
aprendizaje con la relación materna. Así ¿Cuál era el tipo
de amor y de cuidado que proyectaba la madre de
Ernesto al niño/remplazo?, ¿qué era lo que realmente le
importaba a su madre? ¿la presencia del hijo o el hecho
de que el nuevo niño llevaba el nombre del hijo muerto,
convirtiendo a Ernesto en esa especie de parche del
duelo materno?. Así, la relación con el hijo no solo
produce dolor para Ernesto, sino además para la madre,
quien teme irracionalmente la repetición de la pérdida, y a
través de la personificación de Ernestito en
Ernesto,
retorna al sufrimiento vivido. De tal manera que, la madre
bajo
una
situación
ambivalente
entre
amor
y
dolor/rechazo, condiciona al niño bajo estos esquemas
de percepción del mundo materno, de la mujer/madre, de
la afectividad.
Por otra parte, en la construcción
de los personajes
femeninos
una
sabatianos,
existe
elaboración
compensatoria muy significativa. El escritor, rompe el
esquema común de la tradicional debilidad femenina y las
dota de poder y fortaleza, aunque no exclusivamente
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para crear sino para corromper, y, en última instancia,
destruirse a sí mismas.
Estos personajes femeninos poseen una fortaleza
notable y superior a la de los hombres, hasta el punto de
que son su perdición. Respecto a esta fortaleza incluso,
algunos han jugado, en forma un tanto arbitraria, con la
presunta etimología del nombre Alejandra, Aleja, andros,
la que aleja a los hombres, pero antes los hiere, los
lacera, los deshumaniza.
Es así como Sábato ha configurado una Alejandra que
simboliza la libertad, la fuerza, el poder y la complejidad
de una mujer que no se somete ante la autoridad
masculina, siendo incluso capaz de matar al personaje
aparentemente más poderoso de toda su trilogía,
Fernando.
Desde luego, en la tensión realidad – ficción, Alejandra,
María, y María de la Soledad, poseen las características
de vigor y rebeldía que nunca tuvo la madre del escritor,
siendo más bien en Georgina, - en su mansedumbre y
conformismo -, el personaje en el que se ven las
características biográficas de la madre del escritor.
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Pero Sábato, el hombre, a través de su proyección en
sus personajes, anhela, por lo menos, un fragmento de
esas fuerzas indomables, en la configuración de
su
progenitora.
“ese inesperado género de mujer que..,
parecía posee algunas de las virtudes de aquel
modelo heroico que tanto le había apasionado
en sus lecturas adolescentes”199
De tal manera que, María, Alejandra y María de la
Soledad, son una idealización materna, donde la mujer,
no sea sometida por su padre y lo cuide del castigo,
protegiéndolo de la castración amenazadora.
Sobre FERNANDO VIDAL OLMOS, el primer aspecto
fácil de advertir en la construcción biográfica del
personaje en estrecha relación con su autor y que nos
sorprende notablemente a sus lectores, corresponde a la
fecha de nacimiento.
“Me llamo Fernando Vidal Olmos, nací el 24 de
junio de 1911”200
199
200
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 22
Ernesto Sábato, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 305 (Fernando)
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Es decir, la misma fecha en la que nació Ernesto Sábato.
Sobre este aspecto, el autor nos aclara:
“En cuanto a Fernando, creo que representa
mi parte peor, mi lado nocturno. Le puse a él mi
propia fecha de nacimiento, como alguien
advirtió. Quizá por un acceso de humildad,
elegí para eso al peor de los cuatro201. O acaso
por esa tentación diabólica que todos sentimos
alguna vez en nuestra conciencia. Una mezcla
de autotortura, de menosprecio hacia uno
mismo, de liberación”202.
Junto con otros de sus personajes centrales - Castel,
Alejandra, el propio S-, Fernando padece terribles
terrores nocturnos, sonambulismo, y estados oniroides,
tal como biográficamente los padeció/padece Sábato
“...fueron las pesadillas de mi infancia y
alucinaciones las que me trajeron la primera
revelación”203
201
Se refiere a los cuatro personajes centrales de Sobre Héroes y Tumbas: Martín,
Fernando, Alejandra y Bruno.
202
Ernesto Sábato en El Escritor y Sus Fantasmas, pág. 22
203
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 291 (Fernando)
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Cuando Fernando recuerda su juventud, utiliza frases
que nos remontan a La Resistencia, a las palabras del
lúcido escritor, y no al discurso de “un paranoico”:
“Antes, cuando era más joven y menos
desconfiado...”204
“Como
si
todos
no
supiéramos
que
un
sinvergüenza que envejece no por eso deja de
ser sinvergüenza, sino que, por el contrario,
agudiza sus malos sentimientos con el egoísmo
y el rencor que adquiere o incrementa con las
canas”205
Las actividades inusuales, y hasta crueles que recuerda
Sábato en sus biografías,
se reiteran en la niñez del
personaje más oscuro de sus novelas, Fernando:
“Esta feroz lucidez que ahora tengo es como un
faro y puedo aprovechar un intensísimo haz
hasta vastas regiones de mi memoria: ...veo
cosas más lejanas: una fuente en la estancia,
una bochornosa siesta, pájaros y ojos que
pincho con un clavo”206
204
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 291(Fernando)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 341 ( Fernando)
206
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 289. (Fernando) Nota: Este dato,
biográfico es correlacionado con los datos biográficos que nos presenta Sabato, personaje
205
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“Siempre me preocupó el problema del mal,
cuando desde chico me ponía a lado de un
hormiguero armado de un martillo y empezaba
a matar bichos sin ton ni son...”207
La ambivalencia de los pensamientos de un personaje
“paranoico”,
tienen
mucha
vinculación
con
los
pensamientos del propio escritor. Efectivamente es el
escritor quien plasma sus pensamientos a través de
personajes
ficticios,
para
reflejarnos
sus
turbias
contradicciones, sus claras hipótesis, sus conclusiones:
“Una maestrita.... a la que utilicé durante
algunos meses para estudiar ciertas reacciones
de
intelectuales
de
suburbio,
pensaba,
naturalmente, que el odio y la guerra entre los
hombres
eran
debido
al
mutuo
desconocimiento y la ignorancia general, tuve
que explicarle que la única forma de mantener
la paz entre los seres humanos era mediante la
ignorancia recíproca y el desconocimiento”208
del Abaddón... más no, hemos encontrado registrado en otra biografía expuesta por el
propio escritor. Así, que pudiese ser un hecho netamente fantástico.
207
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 299 ( Fernando)
208
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 302.
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¿Pero cuál fue entre tantas, las razones por las que
Sábato decidió alejarse de la ciencia, pese al tiempo y la
convicción entregada a ésta durante años de su vida?.
No fue acaso, tras regresar a la Francia postvanguardista, a ese espacio lleno de destrucción gracias
a la CIENCIA, y su poder a través de sus avances y la
construcción de las bombas atómicas, capaces de tales
genocidios, de irremediables hecatombes?.
Porque pese a que
los surrealistas y especialmente
Domínguez, influyeron notoriamente para su nueva
dirección de vida,
frente a
fue el desencanto de sus ideales,
lo que el hombre fue capaz gracias al
tecnicismo, la ciencia y el razocinio, lo que desvirtuó sus
intereses para llevarlo hacia el misterioso mundo
subjetivo e irracional del arte.
Dice Fernando en su diario:
“...el alfabetismo resolvería el problema general
de la humanidad: momento en que yo le
recordaba que el pueblo más alfabetizado del
mundo era el que había instaurado los campos
de concentración para la tortura en masa y la
cremación de judíos y católicos”209
209
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 303 ( Fernando)
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Una vez más, encontramos el respaldo para pensar que
en
ningún
momento
podríamos
catalogar
a
los
personajes paranoides de Sábato, dentro de un cuadro
psicótico. ¿Acaso un psicótico - esquizofrenia paranoide puede
tener
tal
capacidad
de
comprensión
e
interpretación racional del mundo que le rodea, y las
barbaries a las cuales, el hombre, a través de su ciencia
y el desborde tecnológico han sometido al planeta?.
Los discursos que se leen, entre líneas, en el diario de
Fernando, son los discursos del Sábato real, vivo y
sensible, y ante sus reflexiones, ningún lector podría
atreverse a negarlo, porque posee una interrelación
sorprendente tanto como explícita.
Los referentes históricos fluyen como ejes contextuales
en cada una de sus obras, y, Sobre Héroes y Tumbas,
no podría ser la excepción. El viaje de Sábato a París,
tras la II Guerra Mundial, que le permitió percibir con
mayor proximidad lo que esto significó, nos recuerdan al
“comentario de la rata”210, que aparentemente es un dato
superficial dentro de toda la narración, pero que describe
210
En la Novela El Túnel, y que se reitera en Abaddón el Exterminador.
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en forma brutal, lo que históricamente sucedía en los
campos de concentración.
“...en un campo de concentración un ex
pianista se quejó de hambre y entonces lo
obligaron a comerse una rata, pero viva”211
Aparece un dato muy interesante entre la interrelación
biográfica de Sábato y el personaje Fernando. El grupo
de Bretón –los surrealistas-
y especialmente Oscar
Domínguez, fueron amigos de Fernando, tal como en la
vida del escritor.
“...también recordé que al encontrarme con
Domínguez, le pregunté por todos: por Bretón,
por Péret, por Esteban Francés, por Matta, por
Macell Ferry...”212
Retomando los datos biográficos de Sábato, podemos
recordar, que él, desde temprana edad tuvo una gran
relación -no solo ideológica sino además afectiva-, con
anarquistas y comunistas, y aunque mas tarde decidió
pertenecer activamente al Partido Comunista, no perdió
contacto con los anarquistas, a quienes siempre vio como
sus amigos.
211
Sábato Ernesto, en El Túnel, pág. 8. (Castel)
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Así, Fernando conoce a aquellos personajes reales, que
formaron parte vital del escritor.
“Y uno de esos conocidos, uno de importancia
para lo que sigue fue un español... llamado
Celestino Iglesias.
Lo vi por primera vez en un centro anarquista
de Avellaneda...”213
En lo que respecta las posiciones discursivas de muchas
denuncias y cuestionamientos sobre la época en la que
vivimos, sobrepasa el discurso del diario de un paranoico,
al discurso de su creador, como cuando a través de la
ficción
el
autor
intentara
enviarnos
mensajes
subliminales, que en realidad, son mensajes directos que
ingresan a nuestra conciencia, irrigando en la historia
manifiesta
en
sí,
un
lado
inconsciente,
para
concienciarnos sobre hechos mucho más fundamentales
y trascendentales que las historias aparentes.
“¡qué sensación de verdad se siente leyendo la
sección
policial
después
de
leer
las
declaraciones de los políticos!”214
212
213
214
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 417 (Fernando)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 310 (Fernando)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 324 (Fernando)
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Observemos la discusión de Fernando con la señorita
Gonzáles Iturrat:
“ -¡Con gente como usted el mundo nunca
habría ido adelante!.
-¿Y de dónde deduce usted que ha ido
adelante?
- Sonrió con desprecio.
- Claro. Llegar a Nueva York en vente horas no
es un progreso.
- No veo la ventaja de llegar pronto a Nueva
York.
Cuanto más se tarda mejor. Además, yo creí
que usted se refería al progreso espiritual.
- A todo, señor. Lo del avión no es un azar: es
el símbolo del adelanto general. Incluso los
valores éticos. No me va a decir usted que la
humanidad no tiene una moral superior a la de
la sociedad esclavista.
-Ah,
usted
prefiere
los
esclavos
con
sueldo”215.
“ ...Es mejor matar a los bichos humanos con
bombas Napalm que con arcos y flechas. La
215
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumba, pág. 332. Nota: El subrayado es nuestro.
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bomba de Hiroshima es más benéfica que la
batalla de Poitiers. Es más progresista torturar
con picana eléctrica que con ratas,
a la
china”216
“Alemania en 1993 era uno de los pueblos más
alfabetizados del mundo. Si la gente no supiera
leer, al menos no podría ser idiotizada por los
diarios y revistas. Desgraciadamente aunque
fueran analfabetos, todavía quedarían otras
maravillas
del
progreso:
la
radio,
la
televisión...”217
“...hasta habría que examinar el famoso
progreso material... No creo, por ejemplo, que
un pobre diablo que trabaja ocho horas diarias
en una fundición, bajo control electrónico, sea
más feliz que un pastor griego. En Estados
Unidos, paraíso de la mecanización, los dos
tercios de la población son neuróticos....cuando
se andaba a caballo: se tomaba aire y sol, se
contemplaba apaciblemente el paisaje. Los
apóstoles de la máquina nos dijeron que cada
día daría al hombre más tiempo para el ocio. La
216
217
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 332. ( Fernando)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 333 (Fernando)
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verdad es que el hombre tiene cada día menos
tiempo, cada día anda más enloquecido...”218
Bastaría tomar unas pocas citas de La Resistencia para
comparar los discursos y enfrentarlos como uno solo,
porque efectivamente, eso es lo que forman, una sola
obra, profunda e inmensa, haciendo uso de distintos
nombres y estilos, pero siempre, es el mismo Sábato,
incitándonos, obligándonos a cuestionarnos, a reflexionar
sobre la situación del mundo.
“Son muy pocas horas libres que nos deja el
trabajo. Apenas un rápido desayuno que
solemos tomar pensando ya en los problemas
de la oficina”219
“Las
sociedades
desarrolladas
se
han
levantado sobre el desprecio a los valores
transcendentales
y
comunitarios
y
sobre
aquellos que no tienen valor en dinero sino en
belleza...”220
218
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 334 (Fernando)
Sábato Ernesto, en La Resistencia, pág. 20.
220
Sábato Ernesto, en La Resistencia, pág. 44
219
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“Ahora la humanidad carece de ocios, en
buena parte porque nos hemos acostumbrado
a medir el tiempo de modo utilitario, en
términos de producción. Antes los hombres
trabajaban
a
un
nivel
más
humano,
frecuentemente en oficios y artesanías, y
mientras lo hacían eran más libres...
La vida de los hombres se centraba en valores
espirituales hoy casi en desuso,
como la
dignidad, el desinterés, el estoicismo del ser
humano frente a la adversidad. Estos grandes
valores, como la honestidad, el honor, el gusto
por las cosas bien hechas, el respeto por los
demás...”221
Pero es evidente que el discurso de Fernando y de todos
los demás personajes sabatianos, tiene como finalidad, el
enfrentarnos con nuestros fantasmas, el abrir nuestros
ojos ante esta “decepcionante realidad”. El enseñarnos
a resistir
y luchar en contra de
ella, como Martín,
combatiendo al destino y la tragedia.
Sábato nos promueve a la crítica del hombre a través de
sus ficciones y ensayos, a cuestionar el mundo en el que
221
Sábato Ernesto, en La Resistencia, pág. 47
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vivimos, su retroceso e involución, la decadencia de
valores que nos rodea, esa pérdida de ideales y sueños
colectivos, para conmovernos hacia la necesidad de
buscar un progreso verdaderamente significativo para el
ser humano, ese progreso espiritual que cada día lo
vemos
más lejano,
por efecto
del capitalismo, la
tecnología, el desarrollo industrial...
“Siempre me pareció portentoso que alguien
pudiera crecer, tener ilusiones, sufrir desastres,
ir a la guerra, deteriorarse espiritualmente,
cambiar
sus
ideas,
transformar
sus
sentimientos, y sin embargo seguir recibiendo
el mismo nombre: Fernando Vidal (Ernesto
Sábato?222). ¿Tiene algún sentido?
¿O es
verdad que, a pesar de todo, existe algún hilo,
infinitamente estirable pero milagrosamente
unitario, que a través de esos cambios y
catástrofes mantenga la identidad del Yo?”223
Así, Sábato, un autor multifacético que a través del
desplazamiento,
se entregó a
distintas ideologías y
actividades, como el anarquismo, comunismo, la ciencia,
la literatura, la pintura, cambiando sus posiciones sobre
222
223
Nota: el paréntesis y su texto interior, no pertenece a la cita.
Ernesto Sábato, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 308
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cada una de ellas, pero sin alejarse, - en ningún
momento -, de la totalidad que estas áreas representan.
Es por esto que,
si Sábato no hubiese experimentado
sus convicciones por la ciencia, no hubiese matizado de
raciocinio excesivo a algunos de sus personajes
principales como sinónimo de patología, como un
mecanismo de defensa freudiano a consecuencia de sus
cuadros de personalidad paranoides.
De la misma manera, de no haberse apasionado en sus
noches parisinas con la influencia de los surrealistas,
hubiese sido imposible que sus obras poseyeran la
cantidad de elementos oníricos y surrealistas que
sugieren. Tampoco habría un Marcelo que muera como
muchos jóvenes murieron entre las manos de tantos
criminales de la dictadura peronista, de no haber vivido,
en “carne propia”,
el contexto socio-político de la
Argentina de las dictaduras Sin su decepción ante el
objetivismo
ideológico,
no
habría
condensado
la
simplicidad utópica del comunismo en un personaje tan
puro como Carlucho...
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Es decir, sin cada una, de las facetas sabatianas, no
hubiésemos tenido en ningún momento, ninguna de
estas tres obras maestras, que reflejan, el Sábato de
logros y frustraciones, de lágrimas y esperanzas, el
Sábato real.
Sobre
BRUNO,
es
importante
destacar
que
es
considerado uno de los personajes más auto-biográficos
para los estudiosos de Sábato.
El propio Autor, en El Escritor y sus Fantasmas, añade
como una de las preguntas más significativas y
frecuentes de sus lectores y críticos, a propósito del
personaje Bruno, lo siguiente:
“Es Bruno un personaje autobiográfico?
He puesto en él deliberadamente algunas de
mis ideas más conocidas, y eso ha hecho creer
a
algunos lectores que el personaje me
representa. Pero observe que lo mismo hice
con Fernando...he puesto elementos míos en
los cuatro personajes centrales224...muchas de
las (candorosas) dudas o ilusiones que el
adolescente Martín expone al maduro Bruno
224
Refiriéndose a Sobre Héroes y Tumbas.
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son las mismas que en mi propia existencia me
ha
opuesto
entre
esas
dos
terribles
edades...”225
Así, Bruno se identifica como el joven apasionado por la
escritura. En el último capítulo de la novela Sobre Héroes
y Tumbas,
- “Un Dios desconocido”-, el personaje
alcanza su rol protagónico, convirtiéndoles en suyos, los
discursos, pensamientos e hipótesis sabatianas, a través
del proceso introspectivo de la creación.
La vida de Bruno presenta un notable paralelismo
respecto a los datos biográficos de Sábato. Recordemos
algunos de ellos:
El
personaje
conoce
a
Fernando
en
aquellos
movimientos anarquistas de los que también es parte a
temprana edad de su juventud, aproximadamente hacia
el año de 1930, tiempo en el que también Sábato, debía
tener aproximadamente unos 19 años, época de su gran
relación y decisión por formar parte del movimiento
comunista argentino.
225
Sábato Ernesto, en El Escritor y sus Fantasmas, pág. 22
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Otro de los aspectos biográficos que más sorprenden a
sus
lectores
por
la
relación
Autor
–
personaje,
corresponde a la separación de Sábato de su madre,
hacia sus doce años para realizar los estudios colegiales
en la Plata. El recuerdo de Bruno, identifica a una madre
muerte, misma simbología que representa la separación
o intensifica el dolor de la separación, haciéndola ver a
ella como muera, tras la separación de su hijo.
“Creo haberle dicho que perdí tempranamente
a mi madre y que, para colmo, me mandaron a
estudiar a una ciudad tan lejana de mi casa.
Estaba solo, era tímido y por desgracia tenía
una sensibilidad desdichada”226
En el capítulo II, al hablar de la separación de Sábato y
su madre, habíamos hecho referencia a la teoría de
Rank, en relación a la teoría de los temores: “temor a la
vida” y “temor a la muerte”, que expresa, el deseo del
arraigo en oposición al
deseo por ser uno mismo a
través de la independencia. El hecho de que la madre
de Bruno, aparezca como muerta tiene una estrecha
relación con esta teoría. La propia separación intensifica
el “temor a la muerte”, y paralelamente acrecienta
226
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 497
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también esa ambivalencia y/o ese deseo inconsciente de
desearla muerta, bajo mecanismos similares como los
que hicieron que Alejandra viera muerta a su madre. Un
accionar, que no es precisamente desearla muerta, sino
matarla ante su conciencia, disminuye el poder que ella
ejerce sobre él, idealizándola muerta como única
justificación para la separación.
Recordemos también que para este teórico – Otto Rank-,
el trauma del nacimiento, solo corresponde a un primera
separación dolorosa. Así, la separación de Bruno/Sábato,
para alcanzar los estudios secundarios, se equipara con
la primera separación, reforzando en el escritor – por la
excesiva comunión patológica de la madre-, un nuevo
proceso traumático que intensificará la ambivalencia
hacia la figura materna.
Sábato y Bruno, alcanzan la canalización de sus
angustias a través de una misma actividad: el acto
sublimador de la creación literaria.
“¿Cómo no iba a refugiarme en la soledad y en
esos mundos lejanos de la fantasía y de la
novela?”227
227
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 497 (Bruno)
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Sus preferencias literarias junto a sus ideales por luchar
contra la injusticia del mundo, su convicción comunista de
la juventud, se reproducen en este personaje.
“Es casi inútil que le diga que adoraba a
Schiller y sus bandidos a Chateaubriand y sus
héroes…
americanos,
al
Goez
von
Berlichingen. Estaba preparado para leer a los
rusos y quizá los hubiera leído en aquel
momento, si en lugar de ser hijo de burgueses
que era hubiese sido, como tantos otros
muchachos que después conocí , hijo de
obreros o de familia pobre; pues en aquellos
muchachos , la Revolución Rusa era el gran
acontecimiento de nuestro tiempo, la gran
esperanza...”228
La edad en la que Bruno termina el bachillerato,
concuerda notablemente con la edad en la que Sábato,
debió concluir sus estudios secundarios (hacia 1929229).
Por otra parte, biográficamente Sábato proviene de una
familia cuyos sustentos económicos era un molino
arinero, tal como se proyectan en los orígenes de Bruno.
228
229
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 497 (Bruno)
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 197 (Bruno)
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La simbolización de las
figuras paternas son poco
descritas y matizadas en las obras de Sábato, pero el
padre de este personaje, tiene mucho en común con lo
que el Escritor, recuerda de su propio padre, en Antes del
Fin.
“Mi padre estaba ya envejecido pero seguía
siendo duro y áspero”230
Es evidente que la personalidad del padre de Sábato,
reforzó esa enorme vinculación y necesidad materna entre Ernesto y su madre- , es decir, el Complejo de
Edipo, que el escritor nunca alcanzó a superar, aunque sí
lo descubrió,
nuestros
- puesto que comprender el origen de
traumas
y
conductas,
no
significan,
necesariamente, el camino para superarlos- .
Pero los mayores rasgos y hechos que se reproducen y
proyectan
en
sabatianos,
Bruno,
de
los
hechos
biográficos
lo podremos apreciar con mayor amplitud
en su tercera novela.
“¿no serán todas las esperanzas de los
hombres tan grotescas como éstas? Ya que,
230
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 197
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dada
la
índole
esperanzas
en
del
mundo
,
acontecimientos
tenemos
que,
de
producirse sólo nos proporcionaría frustración y
amargura; motivo por el cual los pesimistas se
reclutan entre los es esperanzados, puesto que
para tener una visión negra del mundo hay que
haber
creído
antes
en
él
y
en
sus
posibilidades”231
4.1.3 ENTRE LOS PERSONAJES DEL ABADDÓN... Y
ERNESTO SÁBATO
En la reaparición de Bruno dentro esta tercera novela, el
personaje es descrito como la reencarnación del joven
escritor
que
busca
ansiosamente,
los
utópicos
lineamientos para su escritura y las justificaciones de la
misma. Bruno es la regresión y proyección
de la fase
de inicio creativo de Sábato, junto a la representación de
todos esos jóvenes que le solicitan respuestas sobre
estas interrogantes a través de sus cartas y entrevistas,
y que el escritor, ha deseado contestarles por medio de la
ficción/novela.
231
Sábato Ernesto, en Sobre Héroes y Tumbas, pág. 302
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Por eso en las cartas y conversaciones entre Bruno y
Sabato, el escritor le confiere las mismas respuestas que
a cualquier joven que se hallase iniciando
en esa
tortuosa labor de la escritura.
“Me basta ver uno de tus cuentos. Sí, ya lo
creo que un día podrás llegar a ser algo
grande. ¿Pero estás dispuesto a sufrir todos
esos horrores?”232
“...tan pocas veces el creador es reconocido
por sus contemporáneos: lo hace casi siempre
la posteridad, o al menos esa especie de
posteridad contemporánea que es el extranjero.
La gente que está lejos...”233
“Y también deberás aguantar esa injusticia,
agachar el lomo y seguir produciendo tu obra,
como quien levanta una estatua en un
chiquero. Lee a Pavese: <Haberte vaciado por
entero de vos mismo, porque no solo has
descargado lo que sabés de vos, sino también
lo que sospechás y suponés, así como tus
estremecimientos,
232
233
tus
fantasmas,
tu
vida
Sábato Ernesto, en El Abaddón el Exterminador, pág. 99 ( Sabato a Bruno).
Sábato Ernesto, en El Abaddón el Exterminador, pág. 98 (Sabato)
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inconciente. Y haberlo hecho con sostenida
fatiga y tensión, con cautela y temblor, con
descubrimientos y fracasos. Haberlo hecho de
modo que toda la vida se concentrara en este
punto, y advertir que es como nada si no lo
acoge y da calor un signo humano, una
palabra, una presencia. Y morir de frío, hablar
en el desierto, estar solo día y noche como
muerto.>”234
Bruno es el escritor de La Resistencia, es decir, el Yo
sabatiano,
que se proyecta en este personajes,
reflejando esa parte interna de su personalidad llena de
frustraciones ante este mundo, pero aún así, tiene fe
viva en los otros, al recordar a seres como Carlucho, tan
puros, tan buenos, tan simples, como la juventud.
“cada frase servil le provocaba vergüenza por
la raza humana entera, sabía que podía
convertirse en delator policial o trepar hasta
convertirse en funcionario de éste régimen o
del opuesto. Y entonces volvía a pensar en
Carlos, con alivio. Aunque era un alivio
234
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 100 ( Sabato)
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doloroso, porque sabía cuánto costaba a seres
como Carlos la existencia de gusanos...” 235
“Hay días en que me levanto con una
esperanza demencial, momentos en los que
siento que las posibilidades de una vida más
humana
están
al
alcance
de
nuestras
manos...”236
Entre algunos de los datos más relevantes en cuanto a
interrelación entre las biografías ficticias y la real, no es
difícil advertir para un lector brevemente
sobre la vida de Ernesto Sábato,
interesado
que el personaje
Sabato, el escritor del Abaddón, es el que guarda
mayor conexión con su historia verdadera.
El
autor,
recurre
a
un
doble
proceso:
introspección/interiorización y proyección/exteriorización
para la configuración de este personaje. Acto mediante el
cual, él mismo se sumerge en su novela alcanzando el rol
protagónico, quizá buscando mediante este mecanismo,
aquella comprensión y dominio de su propio Yo, que
tanto ansía. –dominio en cuanto, alcanzar a controlar su
235
236
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 155 ( Bruno)
Sábato Ernesto, en La Resistencia, pág. 11
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pasado frente a la influencia que éste ejerce sobre su
presente -.
“... no hablo de un escritor dentro de la ficción.
Hablo de la posibilidad extrema que sea el
escritor de la novela el que esté dentro. Pero
no como un observador, como un cronista,
como un testigo.
- Cómo, entonces?
- Como un personaje más, en la misma calidad
que los otros, que sin embargo salen de su
propia alma. Como un sujeto enloquecido que
conviviera con sus propios desdoblamientos.
Pero no por ese espíritu acrobático, Dios me
libre, sino para ver si así podemos penetrar
más en ese gran misterio”237.
Retomemos algunos de estos datos, que conectan a
Sábato y Sabato.
El personaje S, está casado con M, a quien, por sentido
común lo relacionamos con Matilde, madre de
Jorge
Federico, hijo muerto tempranamente como lo recuerda
el autor en sus Memorias.
237
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 221 (Sabato)
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“No sé si ya le dije que por entonces, me había
ido a vivir solo, abandonando a M, y a mi hijo,
de la manera más despiadada, ...Al poco
tiempo ella se volvió a Argentina, y yo quedé
tan solo como de chico en una pesadilla”238
Sus rasgos paranoicos, sus terrores nocturnos, sus
angustias y contradicciones, sus pesadillas, se
materializan en el que es, indudablemente, el personaje
más biográfico de su construcción ficticia.
“Tuve la sensación de que alguien a mis
espaldas me observaba. Como sucede en tales
casos, la sensación se hizo insufrible y terminé
por darme vuelta. Una mujer joven tenía sus
ojos puestos en m: unos ojos grandes y
oscuros.
Pero
más
que
mirarme,
me
observaba.”239
“Sentía que volvían antiguas obsesiones que
cuando niño me habían aterrado. Y ahora me
aterraban aún más, precisamente porque se
238
239
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 255 (Sabato)
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 251 (Sabato)
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producían en una persona grande y rodeado de
otros que sólo creían en fórmulas matemáticas
y partículas atómicas, en explicaciones...
El sonambulismo. Adónde iba cuando me
levantaba de niño? Qué continentes había
recorrido en esos viajes? Mi cuerpo iba a la
sala, al cuarto de mis padres. Pero mi alma?”240
En realidad todos los datos biográficos que Sábato
registra como biográficos del personaje S, son los más
conocidos del Escritor. El desconcierto de su fecha de
nacimiento - si fue un 23 o 24 de junio -, la muerte de su
hermano pocos días (5) antes de su nacimiento. Sus
antiguas pasiones e ideales frente a sus posteriores
rechazos y repudios a esos antiguos momentos, su
afiliación al partido comunista, su tiempo en París en los
Laboratorios Curie; el compartir nocturno con los
surrealistas del grupo de Bretón,
la influencia de
Domínguez para abandonar la Ciencia y dedicarse
completamente al Arte; sus amistades literarias como
Victoria Ocampo y Jorge Luis Borges... Pero el dato que
más nos permite identificar al creador-personaje, son el
recuerdo de sus dos antiguas publicaciones El Túnel y
Sobre Héroes y Tumbas.
240
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 271 (Sabao)
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“Sólo publiqué dos novelas, de las cuales
solamente EL TUNEL, lo fue con toda decisión,
ya sea porque en aquel tiempo aun mantenía
bastante candor, o porque el instinto de
conservación no era todavía suficientemente
intenso, o en fin, porque en ese libro no
penetraba a fondo en el continente prohibido:
apenas si un enigmático personaje (enigmático
para mí, quiero decir), lo anunciaba de modo
casi imperceptible”241
“...usted lo sabe, infinidad de veces consideré
que debería destruir el informe sobre ciegos,
como en otras ocasiones quemé fragmentos y
hasta libros enteros que lo prefiguraban...”242
Estas citas nos explican un hecho claro, Sabato, el
personaje, es el mismo que creó las dos obras anteriores,
el mismo que tiene una fijación en el tema de Edipo, que
“lo anunciaba de modo casi imperceptible”, en El Túnel,
pero que en Sobre Héroes y Tumbas, ya posee la
transparencia
que
más
tarde
logrará
su
máxima
configuración y comprensión en la novela que ahora
241
242
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador , pág. 16-17 (Sabato)
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 16 ( Sabato)
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deberá
escribir,
personajes/sus
para
propios
salvarse
“yoes”
de
-
sus
sus
antiguos
fantasmas,
obsesiones y demonios- a través de una posible novela
cuyo nombre aún no está determinado, y que, mientras
la escribe, nosotros, sus lectores, la recreamos.
Pero jamás podríamos pensar, que estos procesos han
sido el resultado de un mero egocentrismo o vanidad, narcisismo característico de muchos escritores-.
Sábato, no corresponde a esos creadores que han
buscado la publicidad de sus vidas a través de su
escritura, y la razón más evidente de este hecho, radica
en que si el autor hubiese buscado esto, no se habría
deshecho de la gran cantidad de creaciones, que por lo
contrario, decidió quemarlas – como sucedió con
La
fuente Muda-, ni tampoco la decisión de publicar sus
obras, - posteriores a El Túnel -, habría sido por el
impulso y exigencia de su compañera y esposa, Matilde,
y la de sus amigos más cercanos.
Entonces, la razón por la que Sábato, recurre a este
mecanismo creativo y de auto purificación, proviene de
sus creencias y convicciones sobre el arte. Porque la
creación, es el mejor mecanismo para auto-analizarse,
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para auto-valorarse, para auto – exorcizarse de esos
fantasmas del pasado, de su realidad.
“Ese triste sentimiento que solo los escritores
pueden sufrir y únicamente ellos pueden
comprender, pensaba con amargura”243
De esta manera, una especie de juego de espejos entre
ficción
y realidad, permiten fusionar fantasmas y
fantasías, sorprendiéndonos la audacia del escritor al
ingresar en su obra, en ser parte esencial de la misma,
tratando de controlar mediante esa creación, sus otros
“yos” –otros personajes- , que habitan en su inconsciente,
enfrentándose contra ellos, hablándoles, tocándoles,
amándoles y odiándoles, como en una especie de lucha
entre sus impulsos y sus inhibiciones.
“Fue entonces cuando la vio caminar como una
sonámbula por la plaza hacia uno de aquellos
zaguanes viejos... Cómo podía no reconocerla?
Alta, con su pelo renegrido, con sus pasos.
Corrió hacia ella, hechizado, la tomó en sus
brazos, le dijo ( le gritó) Alejandra, Pero ella se
limitó a mirarlo con sus ojos grisverdosos, con
243
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador. Pág. 49
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la boca apretada. Por el desdén. Por el
desprecio?
Sabato dejó caer sus brazos, y ella se alejó sin
volverse. Abrió esa casa que también el
conocía y la cerró tras de sí.”244
¿Pero porqué Sábato/Sabato, debía terminar la trilogía?.
¿Cual fue el impulso que lo motivó a enfrentar –
nuevamente- sus fantasmas, en este último auto-análisis
del que sería imposible salir, sin despojarse o al menos
comprender gran parte de su realidad?
“SE DESPERTÓ GRITANDO,
acababa de verla avanzando en medio del
fuego, con su largo pelo negro agitado por las
furiosas llamaradas del Mirador, como una
delirante antorcha viva. Parecía correr hacia él,
en demanda de ayuda. Y de pronto, el sintió el
fuego en su propio cuerpo, sintió cómo
crepitaba su carne y cómo se agitaba debajo
de su piel el cuerpo de Alejandra...Sábato
volvía a preguntarse porqué la reaparición de
Alejandra parecía recordarle su deber de
escribir, aun contra todas las potencias que se
oponían. Como si fuera preciso, intentar una
244
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador. Pág. 33
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vez más el desciframiento de esas claves cada
día más escondidas...”245
Si recordamos el análisis semiótico que habíamos
elaborado sobre Alejandra, María Iribarne y María de la
Soledad..., comprendemos que ella/ellas “la figura
femenina ambivalente”, representa la madre, el retorno
hacia ella, es la regresión al Complejo no superado, al
amor y al odio, a ese
deseo de verla ardiendo
infernalmente entre ese fuego que la extinguirá en el
Mirador y verse a sí mismo, luchando con la misma furia
como Martín habría luchado para salvarla.
Entonces, esta pesadilla que vive Sabato, y la imagen
que corresponde a una visión imaginaria del escritor, es
la vuelta a la madre, la necesidad reiterativa por volver a
ella mediante la fantasía como compensación de la
ausencia.
Datos que parecen irrelevantes, marcan la presencia
directa de la realidad en la fantasía.
“Al poco rato llegó Schneider, quien... habló de
mi novela. No me habló de entrada del Informe
245
Sábato Ernesto, en Abaddón el exterminador. Pág. 93
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sobre
Ciegos,
sino
después
de
haber
comentado cosas diversas: Lo de Lavalle por
ejemplo. Y luego como si fuera algo curioso,
me preguntó sobre Vidal Olmos.
- Parece que usted tiene una obsesión con los
Ciegos –dijo riéndose groseramente.
- Vidal Olmos es un paranoico –le respondí -.
No cometerá la ingenuidad de atribuirme a mí
todo lo que ese hombre piensa y hace.”246
Y sin embargo, como es común en Sábato/Sabato,
surgen
las contradicciones, cuando los personajes se
tornan, incluso más poderosos que su propio creador.
Pero ese poder otorgado a sus personajes, no es un
poder netamente ficcional, es la evidencia del poder que
posee la pulsión sobre la inhibición, son las proyecciones
de sus estratos inconscientes,
los fantasmas que
alcanzan a dominar al escritor, mientras el escritor,
intenta dominar a sus fantasmas.
Por todo esto, se destacan esas notables contradicciones
entre personajes como
Castel, Fernando Vidal Olmos
frente a otros como Martín, el Sargento Sosa, la propia
246
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 60. (Sabato)
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Hortensia Paz.
Porque la construcción novelística de
Sábato/Sabato, es el vivo reflejo de las contradicciones
del
mundo intrapsíquico del hombre,
de la pugna
constante entre El Principio del Placer, y El Principio de la
Realidad, esa lucha deliberada entre la conciencia y la
inconsciencia, por esa dualidad existencial que describe
al hombre entre el bien y el mal.
4.2
EL
COMPLEJO
DE
EDIPO
SABATIANO.-
¿FIJACIÓN O INTERTEXTUALIDAD?
Al iniciar esta investigación, habíamos planteado un
lineamiento de análisis “relativamente” definido: Una
aproxiamación psicoanalítica a la obra y universo literario
de Ernesto Sábato; pues al igual como ha sucedido con
varios estudiosos
que han hecho uso de la teoría
psicoanalítica para la comprensión de las novelas de
Sábato,
apreciábamos
delimitados,
que
elementos
claramente
nos permitían –aparentemente- con
precisión, un estudio esquematizado, que pretendía una
interpretación psicoanalítica de la obra y universo
sabatiano.
Como muchos de estos trabajos - quizá todos- notamos
la presencia del
Complejo de Edipo, como un
determinante clave entre las obras del escritor, y la
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enorme relación que este tema tiene con un dato
biográfico de gran trascendencia como causal para la
fijación y no superación del escritor en dicho complejo,
como resultante de la relación patológica que lo unía a
él con su madre desde temprana edad, por efecto de la
muerte de Ernestito y esa especie de “suplantación” al
otro.
Muchos autores, observan
este dato biográfico desde
distintas perspectivas, ofreciéndonos lecturas diversas,
pero que al final, todas
llega al mismo centro, la
interrelación del Complejo de Edipo y los datos que el
propio
Escritor, nos señala en Primeros Tiempos y
Grandes Decisiones.
Pero tras este breve análisis que hemos alcanzado,
obligatoriamente habrá que cuestionarnos, ¿cómo un
autor con la complejidad de Ernesto Sábato, responderá
a las interrogantes psicoanalíticas que nos promueve tan
sencilla interpretación?.
Si biográficamente Sábato, en sus noches “parisinas”,
tuvo con los surrealistas franceses la más notoria
influencia para la decisión de su abandono a la Física y
Matemática con el fin de
volcarse hacia
ese nuevo
mundo de ficciones y novelas. ¿Cómo su literatura no
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habrá de tener como origen los postulados surrealistas conciente o inconscientemente.-. Y si los surrealistas especialmente al inicio de su movimiento- tuvieron como
base doctrinal los postulados psicoanalíticos, ¿Será
posible obviar,
el hecho de que Sábato, debió
adoctrinarse junto con Bretón o
Domínguez,
en la
novedosa teoría del Psicoanálisis y su búsqueda de la
comprensión del individuo a través del conocimiento del
inconsciente?.
De esta manera, tenemos ya una primera afirmación que
se opone radicalmente a la noción de un Edipo
netamente inconsciente en las obras de Sábato. Porque
el escritor,
a través de sus novelas,
explícitamente
nos demuestra
su enorme dominio de la teoría
psicoanalítica, resultado posible de
su interés sobre
dichos postulados.
¿Que sean intereses contradictorios? por supuesto, como
contradictoria misma es la vida del hombre, la vida de
Sábato, y toda su historia.
Citemos unos pocos ejemplos que nos ayudará a
comprender que Sábato, registra entre su amplio grupo
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de
lecturas,
la
Psicología
en
general
y,
muy
particularmente, el Psicoanálisis:
“En el piano, querido doctor, los tonos bajos
(oscuros) se hallan a la izquierda. Los altos o
claros a la derecha. La mano derecha toca la
parte racional, “la comprensible”, la melodía.
Observe cómo empieza a tomar importancia la
mano derecha en los compositores románticos,
eh?.
Primitivamente se escribía de arriba abajo,
como los chinos, o de derecha a izquierda,
como los semitas.
Recién las palabras
gnothiseauton, en el templo del Sol, corren de
izquierda a derecha. Observe, Dr. Sabato: la
primera forma bajaba a la tierra, la segunda, la
de los semitas, hacia el inconsciente o lo
pasado, recién la última, se orienta hacia la
toma de la conciencia”247
“Las
parálisis
histéricas
(no
lo
sabía?),
aparecen con más frecuencia en el lado
247
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador. Pág. 286. Esta lectura, que corresponde a
una “carta” enviada por el profesor Schnitzler a Sabato, cohesiona dos teorías básicas: la
antigua teoría de boga en décadas anteriores sobre el predominio de los hemisferios
cerebrales, con la aplicación de la teoría psicoanalítica jungiana.
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izquierdo, el lado sometido a las fuerzas
inconscientes”248.
Ya mencionamos en el Capítulo II, la relación que Sábato
encuentra entre la construcción onírica y el arte, pero
para encontrar dicha analogía, debe comprenderse sin
duda La interpretación de los sueños, que corresponde a
la base freudiana fundamental, para la explicación de la
analogía entre los procesos del sueño y del arte, además
la presencia de un
conglomerado de posiciones
psicoanalíticas ya tratadas, que tienen relación con el
proceso catártico de la creación, el goce estético, etc.
Entonces llegamos a la siguiente conclusión, la mayor
parte de los elementos que, muchos autores han
considerado como símbolos inconscientes en las obras
de Sábato, son mas bien símbolos intencionados, que
nos obligan a descifrar con más cautela la Tragedia y/o el
Complejo entre las novelas y sus personajes.
Pero ¿porqué de ese extenso corpus teórico que
representa
el
psicoanálisis
Sábato
escogió,
precisamente, el Complejo de Edipo para la construcción
248
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador. Pág. 356. Teoría freudiana.
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de sus novelas?. ¿Porqué si solo tomando el corpus
teórico de Jung, nos enfrentamos con un sinnúmero de
arquetipos que nos representan tanto a nivel individual
como colectivo, Sábato re-elaboro precisamente a un
“Edipo” contemporáneo en sus tres novelas?.
Estos cuestionamientos nos llevan a pensar, sobre lo
que en palabras de Freud y aceptadas por
Sábato,
corresponden a esa necesidad catártica del escritor,
puesto que, para el autor, la creación tiene como finalidad
este proceso de
auto análisis, y auto dominio, y
es
través de la purificación de sus escorias, que Sábato
encuentra la justificación de sus ficciones.
Así que,
Sábato fue el primero en “diagnosticar”, - mucho antes
que todos sus críticos y analistas -, que padecía de una
regresión o fijación en la etapa fálica por un Complejo de
Edipo no superado.
Pero no con ello se quiere decir, que Sábato hizo una
especie de manipulación del Psicoanálisis, o menos aún,
que un autor que conozca dicha teoría, no desentraña
símbolos e influjos inconscientes a través de sus obras.
Muy por el contrario, existen elementos
profundos e
inconscientes del escritor, que generalmente no son
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tomados en consideración, pese a que éstos, son la
expresión de los verdaderos fantasmas del hombre.
De esta manera, en el momento en que las historias y los
personajes sabatianos,
se le van de las manos a su
creador, pero el creador piensa tener el control sobre
ellos, es cuando la pugna entre pulsión e inhibición
alcanza el acto sublimador, equilibrándose la tensión que
todos esos demonios provocan en la mente del hombre,
pero paralelamente, aunque mediante un disfraz de
equilibrio, esos demonios vencen al Yo, es decir, emanan
de
la
estructura
conciente,
para
plasmarse
inconscientemente en la creación.
Bastaría con pensar en algunos datos que nos
demuestran este hecho:
¿Por qué - por ejemplo -, los personajes femeninos de
Sábato se han estructurado con mayor complejidad que
los personajes masculinos?
La personalidad de los progenitores de Sábato es típica a
nuestras culturas: un padre severo y distante, una madre
sumisa y silenciosa, - y además patológicamente
fusionada a Ernesto, por el recuerdo del otro hijo-.
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Así que los constructos femeninos simbólicos de Sábato,
corresponden a una suerte de compensación de la figura
materna carente y ansiada, como resultado de la fantasía
reprimida del autor, y que deja salir a través de sus
novelas, mediante una especie de proyección de sus
deseos hacia la configuración de la mujer–fantasía, una
mujer capaz de dominar al padre, y evitar las angustias
que éste provocó.
Ahora bien, si es el propio Sábato quien vivió en carne
propia un Complejo de Edipo por excesiva satisfacción
con el vínculo materno, y paralelamente por frustración teoría de la madre ciega -, era lógico que además de la
personalidad severa que tenía su padre, Sábato sobre
estimara este rol, por efecto de los celos inconscientes
y/o concientes hacia su madre, viendo al padre como un
gran rival, elemento esencial del Complejo.
La madre anhelada del Sábato escritor, es la mujer capaz
de mostrar al hombre, mayor fortaleza. Por eso sus
mujeres poseen un dominio absoluto
sobre el varón,
siendo poderosas ante él, y capaces de destruirlo, como
Alejandra, María , Soledad, Agustina...
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Muchas veces los nombres de los personajes creados
bajo la conciencia del escritor, tienen un origen, que va
allá de lo que posiblemente el
escritor pudo desear
decirnos. Un dato muy interesante es el nombre del
personaje femenino central del Abaddón... “María de la
Soledad”. Ya hemos dicho anteriormente que María
concientemente sugiere a la madre. Pero ¿porqué María
de la Soledad?. Si mediante el acto sexual, en la
reconstrucción edípica, este personaje lleva a Sabato a la
soledad de la ceguera, a la oscuridad del cumplimiento
del oráculo, al castigo, la mujer/ madre para el escritor,
connota
el alejamiento al mundo real - como
Alejandra/alejada...Por lo tanto, para Sábato, el retornar a la figura materna,
implica dejar el mundo que lo rodea para fundirse en
ella, nuevamente, en ese convivir patológico que sufrió
en su niñez tras la muerte de Ernestito su hermano, es la
muerte misma.
Porque la unión con la madre provoca el “temor a la vida”
internándolo en el arraigo, la dependencia, alejándolo de
la vida para fundirlo en ella, en la representación del
ocaso.
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La soledad es una de las bases de la estructuración
psíquica del escritor, un ser que pese a pertenecer y
haber pertenecido a distintos grupos
- pintores,
científicos, escritores, críticos, políticos,... - , siempre se
ha sentido, “como fuera de ellos”, promoviendo esa
regresión urgente a la unión con la madre/María..., pero
a través de ella, en su más infinita soledad.
Y dentro de la enorme influencia de aspectos que se le
escapan a la conciencia del escritor, es indiscutible el rol
que desempeñó el sufrimiento intra – uterino de Sábato
en la madre, como determinante para su estructuración
psíquica.
Razón por la que, el retorno al secreto mundo de los
ciegos, el retorno a la madre, corresponde a un retorno
doloroso y oscuro. Como cuando Sabato ingresa por la
cripta de la Inmaculada y siente un repudio grande por
ese líquido que lo rodea y asquea... Sábato posee un
rencor inconsciente a las simbologías que connotan el
retorno a la madre, desplazando estos sentimientos en la
fantasía de retorno al útero, a través de la mujer/sexo.
Se ha comprobado científicamente que muchos de
nuestros sueños, correlacionados con la simbología
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freudiana del retorno intrauterino, provoca distintas
reacciones de acuerdo a los acontecimientos prenatales.
Una madre que sufre, bloquea ciertas satisfacciones
intrauterinas, provocando en su re- elaboración simbólica,
- en sueños o fantasías- temor a dichos elementos como
al agua,
las escaleras, los túneles, las cuevas, -
alcanzando incluso niveles de fobia -.
En Sábato, es excesivamente notoria la ambivalencia que
proyecta a sus lectores, con relación a lo
femenino-
madre. El retorno al vientre, que es, a su vez, el retorno
al complejo de Edipo no superado, conlleva satisfacción
de las necesidades intrauterinas y de la primera infancia,
pero a su vez, el dolor que sufrió dentro de ella y fuera de
ella, por ese amor desenfrenado en sustitución del amor
al hijo muerto.
Una carencia de estructuración psíquica individual, puede
provocar una construcción “desadaptativa” en
personalidad
del
escritor,
quien
la
busca
desenfrenadamente alcanzar esa identidad carente,
mediante diversas actividades, diversas “sublimaciones”,
que nunca alcanzan a compensar su anhelo por lograr su
Yo ideal,
intentando
quizá con esto, destruir al niño
muerto y crear al verdadero Ernesto.
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Ya no aquel niño en primera plano que juega mientras su
madre lo mira - representado en el cuadro Maternidad-,
sino ahora, ese niño esperado y deseado, por la “otra
madre” - que es la misma -, pero desde esa ventanita
pequeña, que lo subordina, que vuelve metafóricamente
pequeño al “amor de madre y al nuevo niño” y que solo
“María”, la madre inexistente y elaborada a través de la
ficción, logró comprender.
Reiteramos, una vez más, que no podemos pensar que
Sábato manipuló al Psicoanálisis y por ende a sus
lectores en la construcción de sus obras, por el contrario,
el autor conciente de sus conflictos, de la anormalidad de
sus terrores nocturnos y mas hechos inusuales de su
biografía, buscó la interpretación de su propio ser, de
sus angustias, de su vida tan turbulenta y complicada,
alcanzando en gran parte dicha comprensión. Tanto así
que el propio Sábato ha señalado, y ha hecho hincapié,
en el error de aquellos que manipulan al Psicoanálisis
bajo esquemas excesivamente doctrinales.
Y es que efectivamente,
una parte de lo escrito, una
parte del Complejo, nace de su propia interiorización e
intento de comprensión, pero la otra, la mayor, la más
compleja, fluye de aquello que ni él mismo, ni Freud, ni
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ningún Psicoanalista, ha de alcanzar a comprender en su
totalidad, pues el hombre, no ha de ser comprendido en
su totalidad, jamás.
4.3 LA NECESIDAD DEL RETORNO A LA MADRE “ LA
FANTASÍA DE LA REINFETACIÓN”.
Uno de las teorías que más nos ha intrigado a propósito
del retorno intrauterino que sugiere la simbología
sabatiana, ha sido la planteada por Julio Woskoboinik, a
propósito de su interpretación del Informe Sobre Ciegos,
bajo una hermenéutica psicoanalítica. El autor sostiene
que la simbolización de la ceguera, tiene su significado y
origen en “la ceguera de la madre”.
Ante este efecto, el proceso de “reinfetación”, guarda la
fantasía biográfica de su autor, al retorno a la progenitora
como único medio que lo une “verdaderamente” a Sábato
con ella. Porque si el escritor fue visto para la madre
como un remplazo del hijo muerto, ella estuvo ciega
frente a él, de tal manera que, solo en el vientre de la
madre, Sábato alcanzaría una identidad verdadera, y un
vínculo con ella, sin usurpaciones.
Woskorboinik también destaca la dualidad existente entre
la unión con la mujer –relación materna, que connota vida
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-,
junto al acceso de muerte.
Entonces, esta
“reinfetación” tiene también una doble acepción: por un
lado está la vida, pero por el otro la muerte. Esto refleja la
ambivalencia como respuesta a los fenómenos psíquicos
dolorosos vividos por Sábato en su período prenatal, el
retorno es dolor, pero además, es muerte, muerte en el
arraigo, - volviendo a Rank- , el no permitirle funcionar ni
fusionarse con el mundo sino reprimirse en la sobre
protección que ni siquiera percibe como cuidado a sí
mismo, sino un cuidado sustituto del otro.
Esta interpretación nos lleva a un doble cuestionamiento.
¿Esta fantasía por la “reinfetación” es un proceso
inconsciente?, o acaso ¿es un mecanismo de su
interiorización y esa búsqueda de su auto comprensión?.
Para responder a estas preguntas, sería necesario, hallar
la línea divisora entre inconsciente y cociente, línea que, como es de nuestro conocimiento -, no existe. Sin
embargo, sabemos que a través de la fantasía el
sujeto/escritor,
alcanza
una
serie
de
mecanismos
indispensables que buscan el equilibrio, por medio de
procesos regresivos, compensatorios, proyectivos,.... La
fantasía, entonces, le permite el retorno a un estadio no
superado.
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Pero si tomamos en cuenta, el amplio
acervo
psicoanalítico que posee el escritor, ¿cómo no creer que
este proceso catártico de la escritura cumple una doble
función entre paciente y terapeuta?. Paciente en cuanto,
Sábato domina a sus fantasmas/fantasía para ponerlos
frente a sí, e incluso hablar con ellos, pero terapeuta en
cuanto aprende a descubrir el origen, los causales
determinantes de su creación, y los propios mecanismos
de defensa de dichos fantasmas y fantasía.
Así que, la fantasía de un escritor guarda en su mayoría
elementos inconscientes, pero en Sábato, es conciente el
sacar aquellas lagunas inconscientes. De esta manera,
su fantasía de “reinfetación”, es un escape hacia “la
realidad
fantástica”
a
través
de
una
serie
de
procesamientos concientes.
Por lo tanto, la razón por la que Sábato ha fusionado esa
serie de textos y contextos entre los cuales se hayan
concepciones psicoanalíticas evidentes, como el retorno
a la tragedia edípica – por su interrelación con el
Complejo-, el símbolo de la madre, la auto biografía,
entre otros aspectos,
ha sido por su necesidad
y
urgencia de auto comprensión existencial.
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CAPITULO 5
PSICOANÁLISIS Y GOCE ESTÉTICO
¿HACIA UNA LECTURA DEL LECTOR?
“En resumen la lectura es creación dirigida”249
J.P. SASTRE
“Los complementos más importantes de estas
ideas están constituidos por la teoría del
carácter de compensación que reviste la
satisfacción brindada por el arte, y la doctrina
de que la belleza formal no es más que un
señuelo, un anzuelo o un soborno que no
ofrece más que un placer previo, y que solo
prepara el camino para la consecución del fin
propio del arte, la liberación de nuestras
tensiones anímicas”250
249
250
Sábato Ernesto, en El Escritor y sus Fantasmas, pág. 150. Cita de Sartre.
Hauser Arnold, Teorías del Arte. “Tendencias y Métodos de la Crítica Moderna”, pág. 48.
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5.1 EL INCONSCIENTE Y EL GOCE ESTÉTICO.
Desde el inicio de este trabajo, hemos dirigido nuestro
particular interés, hacia
uno de los elementos menos
tratados, tanto por los seguidores del psicoanálisis en su
interdisciplinaridad
con la literatura, como por los
estudiosos de la literatura y la importancia que han
sabido dar a la presencia del lector, dentro de su rol
activo en la interpretación del texto literario.
La temática del goce estético, debe ser considerada en
la actualidad, como uno de los aspectos
de mayor
difusión para quienes trabajan y promueven campañas
con el fin de incentivar la lectura en jóvenes y niños, para
los encargados en la elaboración de guías de lecturas de
escuelas y colegios, para los propios profesores del área
de literatura, en fin, para todos aquellos que de una u
otra manera, somos quienes buscamos atraer a la lectura
a los otros.
Este último capítulo,
que la antigua “Crítica Literaria
Psicoanalítica”, se encargó de analizar, - la posición del
lector frente al texto -, es el camino que nos lleva a la
comprensión
de
los
procesos
inconscientes
que
conducen al gozo, al placer estético, por tanto a la
preferencia o rechazo de una obra, a la identificación con
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un personaje, al verdadero acto
de sublimación re-
creativo.
Cuando en las aulas, los profesores de colegios y
universidades nos hablan del acto comunicativo, se hace
referencia al proceso de conceptualización
produce,
gracias al efecto
que se
de decodificación de los
significantes que han sido receptados por el intérprete.
En palabras de Kristeva, diríamos al momento de
transformación cultural,
- proceso posterior al acto de
absorción conciente e inconsciente- .
Efectivamente, para quienes conocemos
breve o
profundamente algunos conceptos del acto comunicativo,
comprendemos el momento de apropiación de los
discursos,
en nuestro corpus mental,
como
un
momento de contextualización a nuestra realidad y
nuestro mundo intrapsíquico.
Y como toda obra de arte, implica un texto y un contexto
por decodificar, su absorción
y transformación se
equiparan con cualquier otro acto comunicativo.
En esta re-creación artística, el texto llega a nuestra
conciencia temporalmente,
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pasando hacia nuestra
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inconsciencia,
tras un lapso prudencial,
pero sin
perderse en ningún momento los conceptos adquiridos.
Ahora bien, este paso al inconsciente puede ser, hacia
un registro individual - como nos lo dice Freud-, o hacia
un registro colectivo - según Jung-;
pensamos
ambas direcciones deben ser aceptadas y
que
de allí la
importancia de temáticas universales como Edipo, que
nos ha permitido apreciar en Sábato, esa mezcla entre
determinantes individuales y colectivos.
Así, el goce estético tiene su fundamento
en este
proceso, en el proceso de decodificación textual, guiados
por
dos mecanismos de defensa nucleares: la
identificación y la compensación, junto a otros, por así
llamarlos,
secundarios pero que coayudan hacia el
alcance del gozo, como la negación, la proyección, la
interiorización, la sublimación misma del receptor.
Si tomamos la teoría freudiana que compara al sueño con
la obra de arte, comprendemos que si el sueño satisface
nuestros deseos reprimidos, el arte constituye un acto
análogo al mismo, no solo para sus autores sino también
para los lectores, de la misma manera como sucede con
la expectación del teatro o el cine.
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Por tanto, el arte permite la compensación del hombre al
satisfacer sus necesidades
disminuyendo la angustia,
no solo para el creador sino también para el que
reconstruye la obra en su corpus mental – el lector -.
Pero esta suerte compensatoria como nos sugiere la cita
de Hauser, es mucho más que un mero mecanismo de
defensa, existe una serie de procesos que permiten
equiparar al arte con el sueño, como la condensación,
desplazamiento y simbolización, que disminuyen la
censura, y nos permiten alcanzar la catarsis, y así, una
reconstrucción de nuestra realidad.
Pero podrían preguntarnos ¿cómo alcanzan este proceso
la mayor parte de personas, quienes no gustan de la
lectura?, la respuesta la encontramos, en la aceptación
de que todo objeto, permisible de verbalización, es un
texto, y más aún, de que todo fenómeno artístico –sea
elitista o popular -,
realiza el mismo efecto, y por tanto,
toda apreciación de códigos externos permiten “una
lectura”, encaminando así, la posibilidad del
placer
estético, ya sea a través del cine, la fotografía, pintura,
o cualquier producto sublimador
y sublimante del
hombre.
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El símbolo, es un elemento primordial en los códigos de
fusión
autor-lector,
por
su
carácter
universal
y
plurisemántico, permitiendo diversas contextualizaciones
según la diversidad de sus lectores, su estado de ánimo,
tipología de personalidad, el medio. Los momentos
históricos y las inquietudes de cada época influyen de
manera notoria sobre la apreciación artística.
Es tal el carácter subjetivo de la interpretación y
apreciación artística, que incluso para un mismo lector en
diferentes
edades
o
sencillamente
bajo
distintas
circunstancias, una obra tendrá una significación muy
distinta, por la diversidad de su personalidad.
Esto responderá porqué el hombre se siente identificado
con cierta Literatura que corresponde a la necesidad de
una época, tanto de su historia personal, como de la
historia de su sociedad. Las leyendas heroicas y
la
poesía romántica en tempranos años de juventud, el
modernismo junto a las narraciones de aventuras y
conquistas de la adolescencia, aquellos autores que nos
incitan hacia la reflexión en años de principio de nuestra
madurez...
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Con esto, también podríamos responder la razón por la
cual, la Literatura existencial, tuvo tanto auge en
el
período que apareció. Si el hombre pese al arrollador
avance de la ciencia y el desborde tecnológico, o
precisamente por estas causas, fue capaz de cometer
tantas estupideces y atrocidades, si súbitamente la
humanidad estuvo en una encrucijada en la que flotaban
un sinfín de preguntas y desgarramientos, si se había
perdido la confianza en la razón, porque gracias a ella, y
solo por ella, el ser humano caminaba porfiadamente a
su propia destrucción, solo una filosofía que proclamaba
la existencia y, con ella, la solidaridad y la posibilidad de
encontrar la verdad aquí, en la Tierra, podía mostrar
nuevos caminos, crear nuevos valores y caminar hacia
nuevas utopías.
Porque se supone que el hombre crea para su bienestar
y no para su destrucción, pero la ciencia demostró lo
contrario, no solo porque gracias a ella, se inventaron
armas letales, se asolaron los campos, se devastaron las
ciudades, sino también porque su aplicación –fría,
objetiva, imparcial -, significó el fracaso de las teorías
utópicas, como fue el caso, por ejemplo, del comunismo
que, en su momento, fue la esperanza de redención de
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los
países
latinoamericanos.
Por otra parte, solo a raíz de las vanguardias, la
expresión se libera de los estereotipos y moldeamiento
de pensamientos a los cuales, pese a todos los intentos
del arte, no podía escapar.
Con las vanguardias,
aparece una ruptura a las reglas, y una salida fantástica
de esa realidad a la que el hombre ya no quería
pertenecer, esta es la razón por la cual el existencialismo
fue visto en un momento como un ismo filosófico
fundamental, por así decirlo, de los movimientos
artísticos de entre guerras.
Porque esta filosofía, fue un escape catártico ante los
hechos irreversibles del dolor europeo y su influencia en
América, porque de una
u otra manera, el ideal
existencial proyectaba los deseos de juventud frustrada
de la Argentina en aquellos momentos de crisis política.
Porque la realidad de Argentina nada lejana se
encontraba a nuestros países, agobiados de dictaduras
militares y de constante crisis política y económica. Y a
pesar de todo esto, en autores como Sábato, la gente
veía resurgir la esperanza que, casi “subliminalmente” las
novelas sabatianas nos ofrecían, a través de personajes
como Martín...
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Porque a pesar de todo lo malo que
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perseguía
al
hombre
y
a
nuestros
pueblos,
encontrábamos seres bondadosos que nos reconciliaban
con la vida y el optimismo, como Hortensia Paz, como
Carlucho.
5.2 DEL
PROCESO
PSICOLÓGICO
DE
AL
TRANSFERENCIA
LITERARIO:
LA
IDENTIFICACIÓN.
La transferencia psicoanalítica, no se agota en lo que
interpretado
superficialmente,
por
neo–freudianos,
corresponde a una necesidad indispensable
para el
alcance a la cura del paciente, originado por un proceso
de proyección e idealización hacia el terapeuta.
Esa sensación de ser comprendido exclusivamente por el
psicoanalista se correlaciona con esa sensación única del
lector, de ser entendido por los diálogos de sus
personajes, como por sus propios autores.
“Los chicos me hablan de sus tristezas, de las
ganas de morir, me cuentan, también, como se
aferran a Martín y a Hortensia Paz, porque los
ayudan
a
resistir
esta
vida
atroz
y
despiadada”251.
251
Ernesto Sábato en Antes del Fin, pág. 169
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Si recordamos que el proceso de Transferencia nace en
el Complejo de Edipo, no resuelto, es lógico, que tanto
paciente como lector, sufra esa suerte de compensación
de la figura materna/paterna hacia su creador, que en
este caso, hace las veces de una especie de terapeuta,
que lo comprende y a través del cual, cumple y satisface
muchas de sus necesidades reprimidas.
Los personajes reviven en sus actos y pensamientos,
todo aquello que sería doloroso e imposible de verbalizar
bajo nuestra conciencia. Pero el
empuje inconsciente
para enfrentar a nuestros demonios, es lo que hace al
Yo,
recurrir a la fantasía, y en nuestro, caso,
a la
expectación de la fantasía, consiguiendo a través de ella,
el alivio inconsciente de nuestras angustias, y con su
efecto, una auto-comprensión, en la comprensión de los
otros, a través de nuestro fantaseo dirigido.
Identificarnos,
es por tanto mirar en personajes como
Fernando Vidal Olmos, nuestros más oscuros demonios,
y en personajes como Martín, nuestra más predominante
inocencia.
Y es que los seres que descubrimos en la escritura
sabatiana son tan duales como el hombre, como la propia
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fórmula de la pugna entre los procesos primarios y los
procesos secundarios, entre la pulsión - inhibición y
efecto, tras esa tendencia por alcanzar el
lucha de nuestro
placer y la
Yo por mantener el principio de la
realidad. La incisión de sus fantasmas, la contrariedad y
ambivalencia de ellos, son el espejo de la existencia
humana. Un maniqueísmo chato y simplista sería aceptar
la existencia de seres buenos y seres malos, lo que
solamente hay, en realidad, son actos bondadosos y
actos crueles.
Y así, como Sábato se identifica en su diversidad yoica,
los lectores nos identificamos en esa misma diversidad.
Persona significa máscara, y nuestras máscaras son
reflejadas a través de los personajes de ficción, las
alcanzamos a conocer, solo a través de esa proyección,
donde la censura no lucha contra la fantasía.
Y quienes no podemos escribir ficciones, las leemos y en
ellas descubrimos esa multitud de máscaras que, en la
mayoría de las ocasiones, las escondemos y acaso ni
siquiera las conocemos.
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5.3
LA SUBLIMACIÓN A TRAVÉS DE LA LECTURA.
“Inicialmente el psicoanálisis comprendía al
arte predominantemente como fenómeno de
descarga.
El artista, con ayuda de la sublimación, tiene la
capacidad de expresar y cumplir parcialmente
sus deseos latentes. El receptor de arte logra
esta misma realización sublimada de deseos
identificándose con el creador a través de su
producto”252
Cuando
analizamos
los
mecanismos
de
defensa
freudiano, se señaló que el proceso de sublimación, tiene
como finalidad fundamental, canalizar las energías
pulsionales que, sin esta canalización, provocarían
ansiedad y por tanto desequilibrio en el sujeto. El arte,
como el sueño, proporciona una serie de simbolismos
que impulsan al instinto a descargar sus procesos
primarios, y sin embargo, frente a las reglas que
establece el arte, el principio del placer se detiene, y se
equilibra entre la realidad y la fantasía, a través de la
obra.
252
Noy, P. “Form creation in Art: An Ego – Psychological Approach to Creativity”, Journal
Amer. Psy, Ass. Vol. XXVI, 1978. Citado por Brainsky, S. en “Más allá de la Contradicción”,
Capítulo II de Psicoanálisis y Creatividad. Pág. 88.
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De esta manera, no solo Sábato ha sublimado sus
tensiones a través de su creación, sino además, ha
equilibrado en muchos de nosotros, esos demonios
escondidos, por lo que, se han canalizado nuestras
pulsiones hacia el acto reconstructor de la lectura, de la
re – creación.
Es aquí, donde corre mayores riesgos el trabajo del
analista, quien más allá de un reconstructor – subjetivo del arte, intenta convertirse en un modesto intérprete de
esos códigos internos entre las fantasías del creador y
los mecanismos de su propio yo, buscando el equilibrio
inexistente, porque cada lectura es la creación de una
obra diferente.
“...el analista existe como tal gracias a la
proyección de la función sintética del yo de su
paciente y como un resto diurno que presta en
el silencio, o mediante las interpretaciones, y
siempre en el contexto del encuadre, las
configuraciones
manifiestas
para
que
el
paciente tenga un vínculo de expresión de sus
energías inconscientes, sus identificaciones
proyectivas y sus afectos”
253
253
Brainsky Simón, Psicoanálisis y Creatividad, pág. 91.
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Y sin embargo, el papel fundamental del analista,
que deberá tratar al máximo de alcanzar la objetividad
terapéutica, será tratar de “des-cubrir”, es decir, tratar de
“destapar” todos
esos mecanismos que el creador ha
utilizado, para el bien estético de su obra, y que con ello,
ha cubierto, todo ese influjo pulsional e inconsciente, que
lo llevó a su creación.
En este sentido, el acto sublimador, llega al máximo de
su alcance, porque el analista, no solo se dejará llevar
por lo que su inconsciente incita, sino además, deberá
luchar contra esas pulsiones internas, intentando en su
máxima posibilidad, la objetividad de su tarea.
En su trabajo, el analista utilizará la fantasía, como la
clave de integración entre los procesos primarios y los
procesos secundarios que permiten la fusión de los dos,
en un solo elemento, la creación / la interpretación.
5.4 LOS FANTASMAS DEL LECTOR FRENTE AL
ESCRITOR Y SUS FANTASMAS: UNA LECTURA
EXISTENCIAL PARA ÉPOCAS POST-GUERRA.
Luego de la concienciación de los efectos suscitados
en las dos guerras mundiales, el hombre en el mundo
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entero, ha sufrido una indignación, que solo el mismo
hombre será capaz de revertirla y superarla. En parte,
lo
que
Sábato
alcanzó
con
sus
obras,
es
paradójicamente lo que, en términos de psicoterapia,
podríamos llamar como una “sobresaturación”, adjunta
a
un
acervo
simbólico
que
reafirma
nuestras
necesidades.
A través de sus novelas, nos
re-enfrenta a
la
fatalidad de los actos humanos, conduciéndonos al
repudio de los mismos, y alcanzando una necesidad
de reconstrucción cognitiva, lo que permite, o nos ha
permitido, luego de las historias de sus personajes, de
las trágicas historias de sus tres novelas, el deseo por
luchar
y sobrevivir, de reafirmarnos en personajes
inocentes y puros como Martín, o de entrega solidaria
como Hortensia Paz.
Recuerdo haber leído hace muchos años, en algún
análisis sobre la novelística de Sábato, una frase que
decía:
“Sábato busca demostrarnos lo decepcionante
que resulta vivir en
esta realidad, pero lo
realmente terrible, es que lo logra”.
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Efectivamente, esto es lo busca demostrarnos el
escritor, al reflejarnos el ocaso del mundo en el cual
estamos inmersos, nos sacude al cambio. Nos incita
a esta urgencia por “resistir”, por La Resistencia, a
mantener nuestra dignidad, nuestros valores, nuestros
sueños, pese a la realidad del mundo, un mundo que,
como ya lo hemos mencionado varias ocasiones, solo
ha de poder cambiar, en las manos de la juventud.
Así, ya no nos importa Edipo ni Freud, los lectores
poco o nada se interesan en lo que está más allá de
las historias manifiestas o incluso, en ese afán por
descubrir lo latente. ¿Pero sus reflexiones, su
filosofía...? se interioriza en sus lectores provocando
los cuestionamientos que sus personajes exigen, nos
exigen.
Nos preguntamos sobre el poder de la ciencia y el
daño que ésta nos ha provocado. Sobre los ideales
muertos, sobre la maldad y la bondad, sobre el sentido
de leer incluso esas ficciones mientras cientos de
niños mueren de hambre en el Africa, sobre la pérdida
de los valores, sobre la decadencia del hombre.
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Leer las novelas de Sábato, nos lleva a cuestionarnos
cosas impresionantes, pero eso es posible, solo
gracias al nivel intertextual y humano de su escritura.
Intertextual en cuanto fusiona desde una biografía
explícita hasta nociones básicas del Manifiesto
Comunista, y humano en cuanto busca en la fantasía,
el acercamiento a sus fantasmas, y nos propone en
sus
fantasías,
el
descubrimiento
de
nuestros
fantasmas compartidos, por el carácter universal y
colectivo de la humanidad.
“Sólo el arte de los otros artistas te salva en
esos momentos, te consuela, te ayuda. Solo te
es útil (¡qué espanto!) el padecimiento de los
seres grandes que ten han precedido en este
calvario”254
5.5
EL
FENÓMENO
DE
LA
SUBJETIVIDAD
ANALÍTICA.- UNA LECTURA PERSONAL.
“Sentirían
otros
escritores
lo
que
él
experimentaba ante un desconocido que ha
leído sus libros? Una mezcla de vergüenza,
curiosidad y temor. A veces, como en ese
254
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 99.
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momento, era un chico, un estudiante que lleva
las insignias de sus tribulaciones y amarguras,
y entonces trataba de imaginarse por qué leía
sus libros, qué páginas podrían ayudarlo en sus
ansiedades, y cuáles, por el contrario, sólo
servirían para intensificarlas; qué fragmentos
marcarían con ferocidad y alegría, como
prueba de su rencor contra el universo, o como
una confirmación sobre su sospecha del amor
o la soledad. Pero otras veces era un hombre,
una dueña de casa, una mujer de mundo. Lo
que más le asombraba era esa variedad de
seres que pueden leer el mismo libro, como si
fueran
muchos
y
hasta
infinitos
libros
diferentes; un único texto que no obstante
permite innumerables interpretaciones, distintas
y hasta opuestas, sobre la vida y la muerte,
sobre el sentido de la existencia”255.
La subjetividad que encierra la multiplicidad de lecturas
que permite un texto, es lo que provoca la imposibilidad
de
esquematizar al estudio del arte, en una sola
corriente, bajo una única perspectiva, o un lineamiento
universal. Pero esta subjetividad, en vez de provocar un
255
Sábato Ernesto, en Abaddón el Exterminador, pág. 50
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daño a la obra artística, es lo que la enriquece y la
vuelve, cada día, más grandiosa e imperecedera.
Es posible, por ejemplo, que todos quienes hemos
indagado la obra sabatiana, encontrando un Edipo
conciente o inconsciente, subjetivamente deseamos
encontrarlo, proyectando de una u otra manera lo que
nosotros deseamos decodificar en Sábato, nuestras
fijaciones reprimidas y nunca superadas.
Es por esto, que al finalizar esta tesis, debo enfrentarme
con el más complejo de los análisis que he pretendido
lograr; y que, sin embargo, ha sido desde el principio de
mi investigación, la justificación y razón de ser de mi
trabajo.
Tratar de comprender porqué de todos los autores
-
pocos o muchos- que han formado parte esencial de en
mi vida, con quienes he “gozado” y aprendido a coexistir,
ningún otro autor había hecho en mí todo lo que hizo
Sábato.
No se si, esta última parte del presente análisis
sabatiano, se convertirá
en una especie de crítica
impresionista –al final no hay trabajo que no guarde las
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impresiones de su escritor -, en un simple elogio a
Sábato, o posiblemente en una
especie de auto
psicoanálisis, de cualquier manera, pretenderá ser una
aplicación de los postulados del goce estético, de la
presencia del lector en el proceso comunicativo autorlector, haciendo uso de la enseñanza del propio Sábato,
donde el escritor se convierte en personaje, donde el
psicoanalista termina psicoanalizado.
Volvamos entonces a los conceptos del goce estético. Si
el goce estético responde a esa facultad para disminuir
nuestras tensiones, alcanzando el gozo – quizá sadomasoquista- a través del
dolor ajeno, ficticio, hay
aspectos mucho más absolutos.
Los discursos que emiten los personajes, sus reflexiones,
identifican al lector alcanzando a través de ellos esa
especie de configuración yoica, que se refugiaban en los
estratos del inconsciente.
Los personajes de Sábato se caracterizan por sus
contradicciones, mismo túmulo de contradicciones que
se despiertan a raíz de la adolescencia. El adolescente
se identifica entre estos discursos, alcanzando el
bienestar personal.
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Esa es quizá la razón, por la que los jóvenes en sus
diversidades yoicas, se sienten tan identificados por los
personajes
sabatianos.
Por
eso
–quizá-,
en
esa
diversidad y ambivalencias a mis quince años,
tras
descubrir en una publicación incompleta, el primer
capítulo de Sobre Héroes y Tumbas, “El dragón y la
princesa”, me obsesionó comprender a Sábato, su obra y
universo literario, sin ser
conciente aún, que lo que
verdaderamente me obsesionaba, era comprenderme, a
mí misma, a través de él.
Contrario a lo revisado en cuanto a opiniones de Victoria
Ocampo, a propósito de que los personajes femeninos
de Sábato son “antifeministas”, para mi ingenua mente
adolescente, Alejandra provocó en mí, ese mecanismo
de defensa inconsciente denominado idealización.
Al poco tiempo conseguí la primera novela publicada por
Sábato, El Túnel, descubriendo en Castel, todo ese
razocinio absolutista, que en la adolescencia no es visto
como
patológico
sino
fruto
de
esa
serie
de
cuestionamientos naturales de lo humano, de esa
necesidad por saberlo todo, y de esa sensación de
incomunicación y no ser comprendido por nadie.
Momento en el que –por naturaleza evolutiva-, el
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adolescente busca la comprensión de la sociedad
mientras
se
cuestiona
profundamente
sobre
las
injusticias de la vida, sobre las atrocidades sociales, e
idealiza ese Yo fantástico, en la comunicación, luchando
y teniendo la ingenua convicción existencial de poder
cambiarlo todo, y con el sinnúmero de derrotas a cuestas
que nos obligan a sobrevivir.
Al conseguir la edición completa de Sobre Héroes y
Tumbas, cursaría aproximadamente los diecisiete años.
Aparente, momento en la que
estructuración de la
personalidad se encamina hacia su definición, y en el que
los ideales se construyen o mueren. Descubrir a Martín
significa hacer una pre-lectura de lo que más tarde se
convertiría en una obra completa:
La Resistencia.
Enfrentarse entre las crisis del hombre y salir vivo de ello,
es lo que nos sugiere el autor, pero que solo es posible
bajo la fuerza característica de la juventud.
Este efecto ha sido compartido por varios lectores.
Lectores que lo escriben y reafirman, que nada les llenó
el alma de esperanza, como un texto bíblico antes de su
muerte. Jóvenes que como yo, alcanzaron el suicidio en
personajes como Alejandra, y tras esos suicidios y la
huida de Martín, preferimos la segunda opción, pese a
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ser concientes de que, de una manera simbólica, el
exilio es otra manera de morir.
El Abaddón..., pienso, es una lectura más elitista, con ella
se han confundido muchos lectores al decir que, la única
diferencia entre Sábato y Borges en cuanto a nivel
literario, está en que, “Sábato sí se deja leer”. Sin
embargo, esta novela marca la diferencia. Para leer al
Abaddón..., no solo hay que tener una lectura previa de
sus dos novelas anteriores, hay que conocer algo/mucho
sobre literatura universal.
Para cualquier tipo de lector, por muy erudito que fuere,
ésta es una novela compleja, y pese a re-lecturas,
seguirá siendo compleja en cuanto a sus historias y
estructura, sin embargo, en cuanto a sus símbolos, no
nos dice nada novedoso con relación a las facetas yoicas
de su escritor.
El Abbadón..., parece convertirse en
esa especie de
vínculo personal entre el autor y sus lectores. Una
confesión más directa y profunda de quien es el escritor,
un antecedente de sus memorias: Antes del Fin.
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Sábato toma la posición que el psicoanálisis tanto teme,
la contratransferencia,
donde el terapeuta/escritor se
desinhibe y se refleja ante nosotros como lo que
realmente es, donde el terapeuta acepta que nuestros
fantasmas descubiertos, son también sus fantasmas, y
que él, al igual que nosotros, es un humano, antes que
un creador.
De sus ensayos,
percibimos sus más profundas
reflexiones, aquellas que las sentimos no como la
expresión
existencialista sabatiana, sino como el
pensamiento colectivo del hombre, los cuestionamientos
humanos. Así, identificándonos en él, encontramos en
sus
discursos,
aquello
que
desearíamos
elaborar
lingüísticamente, pero que sabemos, gravita como parte
de ese pensamiento abstracto que nos caracteriza.
Es limitado lo que se puede decir sobre un autor, a quien,
muchos de nosotros le debemos lo que somos, el haber
sobrevivido a la angustia y la depresión de una mente
incapaz de resignarse a la fatalidad que la rodea. Y
cuando hablamos de deberle la vida, no lo hacemos en
sentido metafórico, sino por el contrario, en un sentido
literal.
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Porque Sábato, no solo a través de sus historias
fantásticas, sino a través de su vida, llena de terrores,
llena de pasiones y abandono a dichas pasiones, permitió
en algún momento, y hasta hoy, ver más allá de una
realidad egoísta, donde creemos que nadie más que
nosotros ha sobrevivido a esa “decepcionante realidad”, y
sin embargo, se ha resistido con la esperanza, con el
esmero, con los sueños...
Éste es el Sábato que dentro de mi alcance subjetivo he
logrado interpretar. No un simple creador de ficción, ni el
mejor novelista argentino del siglo XX -dicho por
mencionados críticos a nivel universal -, no tan solo un
hombre capaz de cambiar la vida de miles de lectores, de
convertirlos en seres nuevos, de combatir con sus
fantasmas, y enseñarnos a combatir como él. Éste es el
escritor que ha comprometido a un sinnúmero de
personas a luchar por sus convicciones y a morir por
ellas si es necesario. A gritar con fuerza que “Nunca
Más”, nuestros pueblos serán explotados ni violentados
como Argentina, en el período de la guerra sucia,... Éste
es el Sábato que sencillamente yo he descubierto, o el
descubrimiento personal a través de Sábato.
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De cualquier manera, lo único cierto y que lo afirmo con
total propiedad, es que si realmente quieren conocer a
Sábato, es mejor que se acerquen a él, personalmente.
¡Búsquenlo, léanlo, reléanlo!
....quizá ustedes sí encuentren la verdad.
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CONCLUSIONES
- Es
importante
destacar
que,
la
aplicación
psicoanalítica a los estudios literarios, nada tiene que
ver con los intereses de la Crítica Literaria, cuya
finalidad consiste en establecer juicios valorativos
sobre las obras, sus técnicas, estilos, y demás
formalismos. Por el contrario, el uso de los postulados
freudianos y post-freudianos en las interpretaciones
literarias, lo que nos ha permitido –desde sus orígenes
-,
ha sido una aproximación a los textos, desde una
perspectiva más vital, más humana, donde autor,
personajes y lectores,
guardan una estrecha e
incuestionable relación, donde el texto pasa de ser un
objeto
analizable,
a
un
síntoma
convirtiéndose en una conducta,
interpretable,
en una respuesta
conciente, que esconde un conjunto de
realidades
inconscientes de su creador.
- El Psicoanálisis, es por otra parte, nada más que una
teoría que nos permite una hermenéutica alternativa
de la diversidad de interpretaciones que posibilita toda
obra artística. Puesto que, por su calidad multifactorial,
tanto interna como contextual, el arte nos abastece de
una variedad de lineamientos con los que se podría
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abordar su estudio. Así, nuestro análisis, no ha llegado
a ser más,
que uno de esos miles de análisis
posibles, a propósito de la obra sabatiana, y sin
embargo, no por ello, deja de tener su modesto valor
interpretativo.
- La novelística de Ernesto Sábato, cuya característica
principal radica en plasmar
todos esos elementos
constituyentes de su diversidad yoica, - que formaron
parte de su biografía -, como la asimilación del
surrealismo francés, el pensamiento comunista, la
pasión y rechazo posterior a la
ciencia, sus
cuestionamientos y contradicciones a
antiguas
convicciones, etc., no podría jamás explicarse en su
totalidad bajo un solo esquema de estudio; y menos
aún, una tesis cuyo tiempo de elaboración es tan
limitado, podría abordar eclécticamente todos los
aspectos fundamentales de su escritura. De allí, que la
interdisciplinaridad Literatura-Psicoanálisis, solo ha
respondido a un fragmento de lo que encierra la
totalidad
de
lastimosamente-
su
,
obra,
de
desentendiéndose
una
serie
de
-
aspectos
trascendentales de la creación sabatiana.
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- De esta lectura psicoanalítica, cuya finalidad esencial
estuvo encaminada a
descubrir aquellos estratos
inconscientes que motivaron la creación de Ernesto
Sábato, podemos señalar las siguientes conclusiones:
• La influencia de la primera infancia en la vida del
autor, es irrefutable en la configuración de sus
obras,
siendo
los
dos
determinantes
más
importantes de esta época: la relación con la
madre
y la presencia/ausencia del hermano
muerto, Ernestito.
• Tanto en las historias manifiestas, como en la
lectura latente, sobresale la presencia del tema
edípico, reiterado en cada una de sus obras, a
través de una doble intertextualidad. Por un lado
está, el retorno al mito griego, pero por otro, la
regresión
al
complejo
freudiano.
Esta
intertextualidad permite al autor como al lector,
encontrar una serie de elementos que hacen de la
trilogía, la re-creación tanto del complejo como de
la tragedia en una cultura y una ciudad moderna,
como expresión de esa
pulsión individual, la
sabatiana, y esa necesidad de identificación
colectiva, de sus lectores.
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• No podemos pensar, tras la influencia del
psicoanálisis en la biografía de Sábato, que todos
los componentes psicoanalizables de sus obras
son consecuencia de una respuesta netamente
inconsciente.
Por el contrario, su obra, es un
claro ejemplo del deseo de auto análisis del
creador, de la catarsis, de la auto comprensión
ansiada por el original intérprete, sin embargo,
también es ingenuo creer, que Sábato solo hizo
uso de una
doctrina que dominaba con total
propiedad, y que entre sus historias, no se
pueden descubrir un conglomerado de elementos
inconscientes, que en vez de mermar valor a la
escritura, la enriquece, bajo la riqueza del
hombre/Sábato.
• Dentro de esa re-creación de la tragedia y el
complejo de Edipo, sobresale una serie de
simbologías
que
permiten
biografía, la sociedad y
novelas.
cohesionar
su
las historias de sus
Pero entre todo este conjunto de
símbolos, uno posee el rol más significativo de
todas las ficciones sabatianas: la ceguera.
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• El símbolo de la ceguera, representa en esencia,
el temor al castigo como consecuencia del
incesto. Pero este castigo solo es posible por
efecto de la racionalización, y es aquí, en donde
se fusiona con la tragedia y el complejo, el tema
central
que Sábato concientemente analiza en
sus diversas obras: el poder de la razón. Puesto
que sin esa razón,
ni para el padre, - en el
complejo -, ni para Edipo - en la tragedia -, el
amor-sexual hacia la madre, tendría un valor
pecaminoso, dañino, o pernicioso. Por lo tanto, el
incesto corresponde a un símbolo universal de las
conductas instintivas, de la pulsión venciendo
todo esfuerzo por mantener el equilibrio del Yo,
por inhibir el placer. Mientras la ceguera, es el
resultado de las catástrofes humanas por efecto
del raciocinio de dichos instintos. Así, el hombre
deja de ser ese animal puramente primitivo e
instintivo
para
convertirse
en
una
bestia
racionalizada.
• El por qué los personajes paranoicos de Sábato,
tienen como característica primordial ese poder
de racionalización, posee la
finalidad de
demostrarnos que la razón no es precisamente
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aquella facultad
que nos vuelve más nobles o
más perfectos, y que, por el contrario, nos vuelve
inferiores a esos animales que bajo la teoría
evolucionista son nuestros antepasados. Así, el
primitivismo en la locura convierte al hombre en
inocente, y la razón en criminal.
• Bajo esta interpretación, Edipo, es solo un
símbolo del hombre luchando contra su destino,
dejándose arrebatar por los placeres que le incita
el instinto.
Así también,
supervivencia
encarnada
la necesidad de
en
Martín,
no
es
únicamente la proyección de esa confianza
vertida por Sábato hacia los jóvenes, es una
exigencia de conservación de nuestra especie...,
estas significaciones, entre otras,
son tan
profundas como universales. De tal manera que,
mediante la lectura, y tras esa secuencia de
mecanismos inconscientes que nos encamina al
gozo
–identificación,
compensación,
transferencia, sublimación-, comprendemos que
Sábato, no solo ha escrito su historia a través de
sus tres novelas,
sino que en ellas ha
reproducido la historia de la humanidad.
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