Instituto de Ciencias y Estudios Superiores de Tamaulipas A.C Maestra: Lic. Lilia Beatriz Urbina Ramírez Alumno: José Manuel Barrón de León Literatura del Barroco El Barroco es un movimiento artístico y cultural dominante en el siglo XVII caracterizado por una evolución de las ideas y aspectos temáticos y formales del Renacimiento. La visión neoplatónica e idealista del mundo renacentista entra en crisis, se hace compleja, conflictiva y contradictoria. Los recursos formales se intensifican en la búsqueda de nuevos caminos para la expresión artística. Al principio el término barroco no se utilizó más que para las artes plásticas, es en los años 1920 cuando se empieza a hablar de barroco literario, aunque su período de influencia se ubica entre los siglos XVI y XVII dando la idea de que el movimiento afectó no sólo a la forma y a la plástica, sino también a las formas literarias. Aún más importante, asumir la existencia de un barroco literario supone asumir el barroco como un movimiento de tipo ideológico, no sólo formal y ver su profunda relación con la Contrarreforma. Sin embargo, esto llevó a algunos mucho más allá, negando su relación con el Renacimiento y presentándolo como un movimiento enfrentado, lo que tampoco es cierto. Características del Barroco El Barroco se caracteriza por lo siguiente: Pesimismo: El Renacimiento no consiguió su propósito de imponer la armonía y la perfección en el mundo, tal y como pretendían los humanistas, ni había hecho más feliz al hombre; las guerras y las desigualdades sociales seguían estando presentes; el dolor y las calamidades eran comunes en toda Europa. Se instala un pesimismo intelectual, cada vez más acentuado, unido al carácter desenfadado de que dan testimonio las comedias de aquella época y las truhanerías en que se basan las novelas picarescas. Actitud de los escritores Ante la crisis barroca, los escritores españoles reaccionan de varias maneras: Evadiéndose: Tratan de desentenderse de la realidad, y lo hacen cantando hazañas o viejas glorias del pasado, o bien presentan un mundo ideal en que los problemas se resuelven debidamente y triunfa el orden. Este es el caso del teatro de Lope de Vega y sus seguidores. Otros, sin embargo, prefieren refugiarse en el mundo del arte y de la mitología, como es el caso de Góngora. Satirizando la realidad: Otro grupo de escritores opta por burlarse de la realidad, como Quevedo, Góngora en algunas ocasiones y la novela picaresca. Con estoicismo: Exponen su queja sobre la vanidad del mundo, la fugacidad de la belleza y de la vida, la fama transitoria. El máximo exponente de esta actitud fue Calderón de la Barca en los autos sacramentales. Moralizando: Critican los defectos o vicios proponiendo modelos de conducta acordes con la ideología política y religiosa de su época. Sus principales exponentes son la prosa narrativa y doctrinal de Gracián y Saavedra Fajardo. Desengaño: Como los ideales renacentistas fracasaron y, en el caso de España, el poder político estaba desvaneciéndose, el desengaño continúa y surge en la literatura, que en muchos casos recuerda a la de dos siglos antes, con la Danza de la Muerte o las Coplas a la muerte de su padre de Manrique. Quevedo dice que la vida está formada por «sucesiones de difunto»: en ellas se van convirtiendo los nacidos, desde los pañales hasta la mortaja con la que se cubren los cuerpos exánimes. En conclusión, nada tiene importancia, sólo hay que conseguir la salvación eterna. Preocupación por el paso del tiempo Pérdida de confianza en los ideales renacentistas EL CONTEXTO EN QUE SE DESARROLLA EL BARROCO Se suele situar entre el Renacimiento y el Neoclásico. En tiempo de la Contrarreforma, respuesta a la Reforma y después de una crisis en Europa. Como estilo artístico el barroco surgió a principios del siglo 17 y de Italia se irradió hacia la mayor parte de Europa. Durante mucho tiempo ,siglos 18 y 19. el término barroco tuvo un sentido peyorativo, con el significado de recargado, desmesurado e irracional, hasta que posteriormente fue revalorizado a fines de siglo 19 por Jacob Burckhardt y luego por Benedetto Croce y Eugenio d'Ors. •¿Quién fue el escultor más destacado de ese siglo y cuales fueron sus obras más representativas? Velásquez Diego (1599-1660) Es la figura más importante de la pintura barroca española. Algunas de sus obras características de sus años juveniles son sus bodegones con figuras (El almuerzo, Museo del Ermitage; 1618, La vieja friendo huevos, Col. Cook, en Richmond; 1619, El aguador de Sevilla, Col. Wellington), y sus cuadros de asunto religioso (Cristo en casa de Marta, National Gallery de Londres), que demuestran un profundo estudio del natural, con un esquema compositivo típicamente manierista. Un aspecto del barroquismo del Velásquez joven es su preferencia por la composición de medias figuras Pintó en su primer período madrileño diversos retratos reales (Felipe IV ) otros retratos (Conde-Duque de Olivares, Hispanic Society), bufones, y cierra el ciclo con la obra maestra de este período, Los borrachos (1628,). Hacia. 1631 señala un gran paso en su pintura: su colorido se enriquece con un color más suntuoso, modelando más con colores que con las sombras. Esta segunda etapa madrileña es abundante en obras: cuadros religiosos (Cristo después de la flagelación; 1641-43, Santos ermitaños1641-43, Coronación de la Virgen, ), retratos reales (1632, Príncipe Baltasar Carlos; 1632-34, Felipe IV, Isabel de Borbón, etc.), retratos ecuestres (Felipe IV, ; Príncipe Baltasar Carlos), otros retratos (Conde-Duque de Olivares, a caballo, ; Duque de Módena, Módena; Diego del Corral, Pablillos) y grandes composiciones (1635, Rendición de Breda, ). Los retratos de estos años (1651-60) demuestran la madurez que ha alcanzado su arte, en el que domina el problema de la representación atmosférica y de la luz (infanta María Teresa; la reina Doña Mariana; infanta Margarita, Viena; Felipe IV, etc.). Francisco de Zurbarán (1598-1664) Una de sus obras maestras fue Cristo crucificado (1627). El convento de la Merced Calzada le encargó (1628) una extensa obra cíclica sobre la vida de San Pedro Nolasco; del mismo año es el San Serapio, para el mismo convento (Wadsworth Atheneum, Hardford), así como una serie de retratos de doctores de la Orden mercedaria ( Fray Jerónimo Pérez, Fray Hernando de Santiago, etc). Inició su período de plenitud con el ciclo pintado para la iglesia del Colegio de San Buenaventura en Sevilla (1629). Es una época de acentuado tenebrismo y de composiciones monumentales (1630, Visión de San Alonso Rodríguez, Academia de San Fernando; 1631, Niño Jesús con la corona de espinas, en la que demuestra su habilidad para dibujar cuerpos humanos, 1631, Triunfo de Santo Tomás de Aquino, 1633, ciclo de los apóstoles,; 1633, Bodegón de la colección Contini,). En 1634 hizo su primer viaje a Madrid para decorar parte del salón de Reinos ( Fuerzas de Hércules, Socorro de Cádiz, y Expulsión de los holandeses de la isla de San Martín, hoy perdido),. Murillo, Bartolomé Esteban (1617-1682) En 1645 consiguió el primer éxito con sus once cuadros para el convento de franciscanos de Sevilla, que reflejan influencias de Ribera, Velázquez y Zurbarán; a este grupo pertenece el San Diego de Alcalá dando de comer a los pobres, falto aún de la delicadeza vaporosa de sus obras más avanzadas; en cambio, en otra de estas pinturas, La cocina de los ángeles, la personalidad de Murillo se muestra ya formada, la composición se hace más libre y la luz más cálida. El período mejor y de más calidad es el comprendido entre 1650 y 1660, en el que su estilo muestra una gradual suavización. Entre 1660 y 1670 las formas se hicieron más atormentadas, la pincelada más viva y amplia, recordando en muchos cuadros a Rembrandt (cuadros de Santa María la Blanca). Entre 1670 y 1674 ejecutó para la iglesia de la Caridad otra serie capital de pinturas (San Juan de Dios, Santa Isabel de Hungría, Milagro de los panes y de los peces).Fue el pintor de la Inmaculada Concepción una de sus facetas magistrales la constituyó la pintura de género, estampas de fuerte naturalismo, por las que desfila toda unas galería de pícaros, mendigos y pilluelos, protagonistas de la novela picaresca española del s. XVII: Pícaros comiendo melón, Los niños fruteros (ambos en el Museo de Munich), Mendigo etc. En general, la pintura de Murillo refleja el matiz optimista y bondadoso de la religiosidad española del s. XVII, en especial de la devoción popular. La literatura barroca. Géneros. El siglo XVII es una época de esplendor en lo literario que afecta a todos los géneros: la poesía presenta una gran variedad de temas, tonos y estilos. Los poetas barrocos toman como modelo a los autores renacentistas y también buscan inspiración en la literatura popular. Los tres grandes autores de la poesía barroca son Lope de Vega, Luis de Góngora y Francisco de Quevedo. Se publica numerosas novelas picarescas , que en una medida u otra siguen el modelo del lazarillo de Tormres. Entre ellas destacan el Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, y el Buscón, de Francisco de Quevedo. Florece también esta época una prosa didáctica y moralizante, con obras como El Criticón, de Baltasar Gracián. El gran teatro clásico de la literatura española se forma en el Barroco. Su creador fue Lope de Vega, quien supo dar con una fórmula teatral (la llamada comedia nacional) que satisfizo los gustos del público. Otro de los principales dramaturgos de la época fue Pedro Calderón de la Barca, autor de dramas filosóficos y principal cultivador del auto sacramental. La lírica del Barroco La lírica del barroco parte de la lírica renacentista, aunque se buscan nuevos temas y nuevas formas de expresión. Los temas reflejan con frecuencia las inquietudes que presidían la sociedad de la época: la crítica de las costumbres, la fugacidad de la vida, el desengaño o la muerte. Todos estos motivos aparecen enfocados con perspectivas tanto serias como humorísticas.