EL REPARTO DE LA BASURA Erase una vez una niña que no sabía cómo reciclar. Preguntó a su mamá como hacerlo y ella le explicó que era separar las basuras para luego recuperarlas y crear nuevos productos. Elena, que así se llamaba la pequeña, quedó con sus amigos para jugar en el parque como todas las tardes, después de hacer los deberes. Les contó lo que su mamá le había dicho y les propuso jugar a ser los superhéroes de la basura, repartió una bosa a cada uno y juntos fueron recogiendo papeles, botes y botellas que encontraron tirados por el suelo. Luego fueron a los contenedores de reciclaje y echaron los papeles y cartones, en el azul, los plásticos y las latas, en el amarillo y todos los vidrios en el verde. Desde ese día se encargarían de mantener limpio el parque y sus alrededores. Elena se despidió de sus amigos y al volver a casa se encontró un ser extraño, que tenía pinta de lobo. - ¿Qué haces tú por aquí, lobo? - preguntó Elena. - Yo no soy un lobo, soy de otra galaxia y vengo compañeros a llevarnos la basura. Tiraremos sobre ella y la convertiremos en desintegradoras, que utilizaremos para desaparecer todo lo que nos estorbe.extraterrestre. con mis bombas pistolas hacer dijo el Se llevó a la niña a su nave, que muy asustada preguntó que le iban a hacer. - Te convertiremos en uno de nosotros. – contestó el alienígena. La niña vio las llaves de la nave e intentó salir; pero los extraterrestres con sus poderes la paralizaron y la dijeron que si lo intentaba de nuevo, destruirían el mundo. La madre al ver que su hija tardaba y oír ruidos en la calle salió asustada a ver qué pasaba. Vio la nave y a su hija dentro. - ¡Devolvedme a mi hija!- gritó.- ¡o llamaré a todos los vecinos y os quemaremos la nave! Apareció de repente un “Megarrobot espacial”, controlador de los seres del universo, que convenció a los vecinos, que habían llegado con palos al oír los gritos de la madre, para que no pelearan con los alienígenas y que todos se ayudaran mutuamente. Los invasores soltaron a la niña y explicaron entonces que necesitaban la basura para fabricar pistolas desintegradoras con las que detener los terribles vientos que estaban destruyendo los planetas de su galaxia. Los vecinos dijeron que ellos también la necesitaban para reciclarla y que así conseguían que no ensuciara los ríos, no cortar tantos árboles y no producir gases malignos que contaminaban su atmósfera. El “Megarrobot” les propuso repartirla para que todos solucionaran sus problemas. A partir de entonces, una vez al mes, bajan con sus naves a recoger la basura, que les regalan los vecinos depositándola en sus correspondientes contenedores, y, como agradecimiento, se llevan también toneladas de humo que utilizan para dar forma a los malos vientos y atacarlos así en su nacimiento. Conclusión: Reciclar es bueno para todos.