el caso del terremoto de septiembre de 1985 en la ciudad

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ASOCIATIVO: EL CASO DEL TERREMOTO DE
SEPTIEMBRE DE 1985 EN LA CIUDAD DE
Roxana Muñoz Hernández
Introducción
'uestro trabajo está organizado alrededor de cuatro preguntas centrales para el caso del terremoto de septiembre de 1985 en la Ciudad de
México: ¿Los desastres naturales están relacionados con el cambio
social?, si esto es así, ¿cuales son las condiciones más importantes para
que se genere este cambio, ¿cuáles son las características de este cambio?,
y ¿cuáles son las consecuencias que estas características traen consigo?.
Primero veremos que una de las condiciones para que se generara un cambio social después del terremoto de septiembre de 1985 en la Ciudad de
México, fue la existencia de un tejido asociativo previo al desastre, es decir
de redes de Asociaciones Civiles, que desde 1970 hasta 1985 se estaba
trabajando con problemas relacionados con la vivienda en los viejos barrios
del centro de la Ciudad de México, barrios que posteriormente fueron los
más afectados durante el desastre.
Después veremos las características del carribio social que se generó después del desastre. En particular notamos que una de las más importantes
característicasde este cambio fue el desarrollo de un Movimiento Asociativo,
compuesto de Asociaciones Civiles antiguas y nuevas, sin precedente en la
historia de los desastres naturales en la Ciudad de México. Asociaciones
que no desaparecieron después del desastre sino que se cristalizaron, modificando su forma de interacción entre ellas mismas y con los actores sociales
gubernamentales participando en la formulación de políticas públicas de vivienda y se incorporaron después del proceso de reconstrucción a la vida
social y política de la Ciudad de México.
Veremos que otra de las características del cambio fue la participaciónactiva
de las mujeres en las Asociaciones Civiles de la Ciudad de México. También
Desastres naturales y.
ocurrieron cambios organizaciones en los actores sociales gubernamentales: un nuevo Sistema Nacional de Protección Civil, la creación de la Dirección General de Protección Civil con ramificaciones locales en los estados
y la creación del Centro Nacional de Prevención de Desastres por su parte
las Asociaciones Civiles establecieron nuevos lazos interorganizacionales
que se concretaron en redes de Asociaciones para diferentes propósitos:
Vivienda, Derechos Humanos, Mujeres, Medio Ambiente, Democratización,
etcétera.
Finalmente tendremos uiia breve presentación de las consecuencias de
estas características.
Desastres naturales y nuevos movimientos sociales
La presencia de los movimientos sociales es una constante en la vida de las
sociedades latinoamericanas, en tanto que los grupos han podido plantear
peticiones de cambio social.
El terremoto del 19 de septiembre de 1985 en la ciudad de México fue acompañado de un movimiento social, que llamamos asociativo por la participación mayoritaria de las asociaciones civiles. Este movimiento asociativo no
estuvo controlado por los partidos o el poder político lo que nos lleva a hablar
acerca de nuevos movimientos sociales, estableciendo un paralelo con el
conjunto de acciones colectivas que se han desarrollado en los países industrializados occidentales a partir de los años sesentas (Touraine, 1989; 243).
Las demandas del movimiento asociativo entraron al sistema político al pasar sus demandas sociales a demandas políticas. Su existencia demostró
los limites del sistema político mexicano y la presencia de nuevos actores
sociales deseosos y capaces de poner en cuestión la organización social.
El movimiento asociativo comenzó en los años setentas, por ser un movimiento de defensa comunitaria que se formó en los barrios pobres de las
colonias Guerrero, Morelos y Tepito. La participación de las comunidades
religiosas, católicas en estos barrios es otro aspecto del movimiento de defensa comunitaria. Esta acciones apuntan, sobre todo, a afirmar una identidad cultural, promoviendo el arraigo y la superviviencia de sus miembros.
Producción Económica
Por otro lado notamos que los desastres naturales y tecnológicos han aumentado en forma cuantitativa y cualitativa. Dos de las tendencias más importantes relacionadas con el incremento de los desastres son el incremento
de la industrialización así como la rapidez del proceso de urbanización (Quarantelly, 1994; 6).
La industrialización ha estado acompañada por una amplia difusión de la
tecnología, esta tendencia ha sido paralela al crecimiento de las poblaciones
en las áreas urbanas.
El terremoto del 19 de septiembre de 1985, de 8.1 grados en la escala de
Richter en la Ciudad de México, hizo ver con claridad la relación entre los
desastres naturales y el proceso de urbanización de las grandes ciudades.
La rápida concentración de la población en la Ciudad de México trajo consecuencias directas en el agravamiento de las condiciones habitacionales como el deterioro urbano en los espacios habitacionales para la población de
bajos ingresos. Es por ello que el terremoto produjo un mayor impacto en
las vecindades del centro de la ciudad, viviendas ya de por si muy deterioradas, de las cuales una buena parte se vino abajo y el resto fue declarado
inhabitable. En cifras oficiales se perdieron 30 mil viviendas, se dañaron 18
mil (parte de ellas irremediablemente) y 50 mil familias tuvieron que ser reubicadas temporalmente.
Aunque el terremoto destruyó también numerosas viviendas en varios
conjuntos habitacionales como el conjunto urbano Juárez en la Colonia
Roma, aquí aludiremos solo a lo ocurrido en las vecindades de los viejos
barrios del centro de la ciudad, ya que es justamente en este espacio donde
se formaron los primeros tejidos asociativos.
Condiciones
Tejido asociativo antes del terremoto del 19 de septiembre de
1985 en la Ciudad de México 1970-1985
La existencia de un tejido asociativo en los barrios del centro de la ciudad
antes del desastre, formado con los hilos de las experiencias sociales y organizativas en cuestiones urbanas de diversas asociaciones civiles durante el
periodo 1970-1985, les dio mayores posibilidades de respuesta ante la
emergencia y especialmente durante el proceso de reconstrucción.
Desastres naturales y...
Cabe señalar que en los primeros días después del terremoto hubo una gran
participación espontánea de los habitantes de la ciudad de México que colaboraron en diferentes tareas tendientes a auxiliar a los afectados por el sismo, una parte de esta participación llevó al surgimiento de nuevos actores
sociales como es el caso de Superbarrio y las otras desaparecieron al concluir el periodo de emergencia.
El tejido asociativo en la colonia Guerrero
Desde los años setentas encontramos experiencias de trabajo de las asociaciones civiles de vecinos y de asociaciones civiles de asistencia técnica y
financiera en los barrios del centro de la Ciudad de México.
Una de las experiencias más documentada es la que se dio en la colonia
Guerrero. Esta colonia tiene una gran tradición de organización, por ejemplo,
desde 1922 el sindicato de inquilinos del Distrito Federal se ubicó en el exconvento de Los Ángeles de la colonia Guerrero.
Es a partir de los años setentas que comienza propiamente lo que Ilamaríamos la vida asociativa de la colonia Guerrero, entendiendo por esta la participación e incorporación de sus habitantes en diversas asociaciones civiles.
Asociaciones civiles de vecinos
La Unión de Vecinos es una de las primeras asociaciones civiles de la colonia Guerrero. La causa de la organización fue el desplome de una vecindad
en la calle Sol número 169, el 15 de octubre de 1976. Este hecho generó
gran indignación entre los vecinos que ya estaban molestos por los desahucios que se habían venido efectuando, unos por terminación de contrato y
otros por la simple voluntad del dueño, así como la manifiesta indolencia de
los propietarios por reparar las viviendas. El objetivo de la asociación fue
lograr la permanencia de los inquilinos en la colonia, luchando contra la continua alza de las rentas y contra los desalojos, también se trató de mantener
en buen estado las viviendas haciendo las reparaciones urgentes que se requerían para evitar el desalojo con el pretexto de un posible derrumbe o insalubridad. La asociación esta compuesta por una asamblea general a la
que pertenecen miembros de elección popular y representantes de 36
vecindades, en 1981 ingresó a la Coordinadora Nacional del Movimiento
Urbano Popular.
Producción Econórr)ica
Asociaciones civiles de asistencia técnica y financiera en relación
con la vivienda
Las asociaciones civiles de asistencia técnica y financiera en relación con
la vivienda tienen su origen en las políticas públicas de remodelación urbana
que ante el deterioro urbano el gobierno comenzó a instrumentar desde la
década de los sesentas. Las características de estos programas gubernamentales fueron:
"desaparición de las vecindades y departamentos deteriorados y sustitución de
nuevas edificaciones, ampliación de las vías principales de circulación para
adecuarlas al flujo automotriz, y levantamiento de centros comerciales y edificios para el asiento de oficinas tanto del gobierno como de la iniciativa privada.
En suma acciones orientadas a la modernización inmobiliaria cuyo precio de
comercialización no es accesible para la población de escasos recursos que
ha habitado las antiguas viviendas" (Pliego, 1994; 106).
En el caso de la unidad Nonoalco-Tlatelolco (1963) fueron desplazados los
antiguos ocupantes pobres y sustituidos por estratos sociales medios. En
los casos de la colonia Guerrero (1975) y de la colonia Tepito (1972), los resultados fueron diferentes. Se constituyeron movimientos populares de resistencia que enfrentaron directamente los programas de reordenamiento
urbano y lograron detener los procesos de desalojo de los habitantes, promoviendo su arraigo. En este proceso se ubican las asociaciones civiles de
asistencia técnica y financiera de las colonias Guerrero y Tepito.
Es así como desde 1975 las asociaciones civiles de asistencia técnica trabajaron con la Unión de Vecinos de la colonia Guerrero en la elaboración de
contrapropuestas a los programas gubernamentales. Entre ellas destacaron: el Centro Operacional de Vivienda y Poblamiento (COPEVI) fundada
desde 1963, el cual a su vez fundó el Centro de Vivienda y Estudios Urbanos
A.C. (cENVI) y Casa y Ciudad, A.C.
CENVI presentó en 1976 a la Dirección de Planificación del Departamento
del Distrito Federal (DDF): "El Plan de Mejoramiento Urbano para el Barrio
LOS Ángeles" como contrapropuesta del proyecto gubernamental "Plan Guerrero" (1975). En el plan de CENVI se proponen una serie de medidas tendientes a que la renovación del barrio garantice la permanencia a corto y mediano plazo de la población y que esta permanencia signifique una mejor
construcción de las vecindades. Un trabajo similar fue llevado a cabo en el
barrio de Tepito.
Desasires naturales y.. .
La dimensión religiosa del tejido asociativo
También es importante señalar la dimensión religiosa que acompaña al tejido asociativo de la colonia Guerrero. La Parroquia de Los Ángeles que está
al origen de la fundación de esta colonia se encuentra erigida en el Santuario
de la Asunción de lzayoque construida en el lugar de una Ermita que desde
los primeros años de la Colonia albergaba una imagen de la Virgen María a
quien se le atribuían favores milagrosos vinculados a las inundaciones en
la antigua Ciudad de México.
Desde los años setentas la parroquia de Los Ángeles estaba a cargo de Jesuitas vinculados con la Teología de la Liberación, que pone el énfasis en
la organización como una forma para que los pobres puedan hacer valer sus
derechos y su dignidad. En 1975 el equipo parroquia1colaboró con COPEVI
para formar un grupo de promoción para retroalimentar a los vecinos. También la Unión de Vecinos mantuvo desde su fundación, en 1975, una estrecha relación de amistad y colaboración con la parroquia.
El tejido asociativo en la colonia Morelos
La experiencia del tejido asociativo de la colonia Guerrero se extendió a
otras colonias de la Ciudad de México como es el caso de la colonia Morelos.
La asociación civil Unión Popular de Inquilinos de la Colonia Morelos tenía
2 años de existencia antes del desastre en una lucha similar a la planteada
por la Unión de Vecinos de la colonia Guerrero y con la asesoría de esta última. En la misma colonia, La Peña Morelos era otra asociación con más de
7 años de trabajo antes del desastre en actividades culturales, teatro popular, música y gráficos en la zona.
El tejido asociativo en el barrio de Tepito
Otra experiencia del tejido asociativo antes del desastre la encontramos en
el barrio de Tepito cuando, en 1972, los propietarios de las vecindades iniciaron demandas de aumento de renta y juicios para la terminación de contratos
y arrendamientos, los líderes naturales de las vecindades y del tianguis integraron 2 asociaciones civiles para representar los intereses de los inquilinos y de los comerciantes (Plan de mejoramiento para el barrio de Tepito,
1982; 25, 131-134).
Producción Económica
En ese mismo año la paiticipación gubernamental en la renovación urbana
de Tepito se hizo más activa, comenzando con el "Plan Tepito", en los que
la comunidad participó a través de un Consejo representativo del barrio,
constituido por representantes de ambas asociaciones. A través de ellas se
trató que se considerara la vida comunitaria del barrio y la estrecha relación
entre vivienda-taller-comercio.
Cuando en 1979, CODEUR, décimo organismo gubernamental que intervino
en el Plan Tepito, intentó implantar en el corazón del barrio un gran centro
comercial y administrativo, llamado "Plaza Tepito", las asociaciones se opusieron a ello y recurrieron al taller número 5 de Autogobierno de la hoy facultad de arquitectura de la UNAM solicitando el apoyo técnico para elaborar
una propuesta alternativa que finalmente detuvo el proyecto de la Plaza.
La vida asociativa de los tepiteños es muy amplia, les ha permitido no solamente mantener su arraigo y participar en la toma de decisiones de lo que
puede y debe hacer en Tepito, sino que también han incursionado en el rescate y análisis del patrimonio cultural de su propio barrio, así lo demuestra
la existencia de grupos como "Arte Acá" y "El Ñero en la Cultura".
Antecedentes de la vida asociativa en el barrio de Tepito
En el barrio de Tepito fueron los comerciantes y trabajadores callejeros del
"baratillo" los primeros que se agruparon según su gremio, dando lugar a las
fraternidades de ayateros y carreras. La capacidad de los cuatro mercados
que se construyeron eri los sesentas no pudieron dar cabida a la totalidad
de los comerciantes y trabajadores callejeros que tuvieron que ser desplazados. Las bajas ventas que tuvieron los locatarios de los mercados durante
los primeros años, los obligó a solicitar al DDF, constantes acciones de desalojo contra quienes se instalaban en la vía pública a comerciar o trabajar.
Empezaron a proliferar comercios en las accesorias y zaguanes de las vecindades del barrio y ocasionales grupos con su maleta de mercancías que se
instalaban en la calle, después del mediodía, cuando las camionetas del DDF
terminaban su horario de recorrido. Los tianguistas encararon la situación,
con los de las camionetas del DDF,quienes aceptaron el pago de una cuota,
la cual disminuía conforme se prorrateaba entre mayor número de tianguistas que iban adquiriendo fuerza en la medida que retomaban las viejas
calles comerciales del barrio.
Desastres nafurales y..
Como las organizaciones de locatarios de los mercados y las fraternidades
de ayateros y carreros, ya habían sido retomadas por la CNOP y el PRI, fueron
los líderes de las calles y vecindades quienes crearon las asociaciones civiles del barrio de Tepito (Plan de mejoramiento del barrio de Tepito, 1982;
25, 131-134).
El tejido asociativo en TIatelolco
También en los sesentas encontramos otras experiencias de vida asociativa
en la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolcoque fue contruida a principios
de los sesentas sobre lo que fuera un barrio tradicional y popular de la Ciudad
de México, este proyecto implicó la construcción de 102 edificios de viviendas para una población de 60 mil habitantes.
La causa de la organización de asociaciones civiles de residentes de esta
Unidad Habitacional fueron los problemas de mantenimiento que se presentaron en los setentas. En mayo de 1976 se creó el Consejo de edificios en
Autoadministración como propuesta de los residentes de los edificios ante
el incumplimiento de Aseguradora Mexicana y Banobras en la reparación
de los daños causados por los sismos y de incrementar los espacios recreativos (Marvan y Cuevas, 1987; 113-114).
Más tarde en 1980 se formó la Asociación de Residentes de Tlatelolco que
realizó trabajos de beneficio comunitario y reclamó al DDF y al Fonapo solución a sus problemas. En 1983 se fundó el Frente de Residentes de Tlatelolco para enfrentar el aumento de las cuotas de gestión y mantenimiento en
los edificios no autoadministrados, por último la Coordinadora de Cuartos
de Azotea de Tlalteloco, en 1984, por personas de bajos recursos que alquilaban esos espacios como viviendas con el objetivo de frenar el deterioro
de estos espacios y los desalojos arbitrarios, así como lograr el reconocimiento de derechos a sus miembros como residentes de la Unidad.
En los 4 casos descritos, tenemos que las causas del tejido asociativo fueron
diversas: demandas sobre el suelo, planes de reconstrucción,mantenimiento de vecindades y edificios, terminación de contratos de arrendamiento,
arraigo y preservación de los barrrios. El tejido asociativo de Tlatelolco reúne
algunas particularidades, se trata de asociaciones civiles de capas medias
de propietarios o residentes de departamentos de un gran corljunto habitacional. Las asociaciones civiles de los tres casos restantes -colonia Guerrero, Morelos y Tepito- son asociaciones civiles de inquilinos o subarren-
Producción Económica
datarios de bajos ingresos que viven en vecindades de carácter precario y
comparten una experiencia de lucha contra los planes de remodelación urbana y capacidad de propuestas técnicas para el desarrollo de sus colonias.
La participación de las mujeres en las asociaciones civiles de la
ciudad de México antes del terremoto
Uno de los factores que consolidaron el tejido asociativo antes del desastre
fue la participación activa de las mujeres en las asociaciones civiles, la participación de las mujeres y de los temas feministas en las asociaciones civiles
ha sido un factor importante en el proceso del cambio social.
"Más allá de la acción llevada por mujeres de las clases medias, el aspecto más
interesante de la participación social y política de las mujeres concierne a los
habitantes de las colonias populares. En primer lugar porque en estos medios
subprivilegiados, la mujer es el centro de la familia. De suerte que frente a la
miseria o la pobreza, las necesidades de sus familias, alimentar a sus hijos, tener una vivienda para ellos, la esperanza de educarlos es la motivación más
fuerte para la organización de protestas y de acciones políticas'' (Touraine,
1989; 106-107).
La acción de las mujeres establece un vínculo fuerte entre la vida privada y
la acción social. Hablar de política es protestar contra el aumento de precio
del pan y de los autobuses y la insuficiencia de los programas de vivienda.
En la Ciudad de México antes del desastre encontramos dos niveles de participación de la mujer en las asociaciones civiles, por un lado el que se refiere
a las mujeres dentro de las asociaciones civiles de vecinos en las colonias
populares y por el otro los grupos de estudio y asesoría que orientan y apoyan a las primeras.
El encuentro de estas dos formas de participación de las mujeres antes del
desastre se dio en la Coordinadora del Movimiento Urbano Popular (CONAMUP)
que se constituyó en 1981 y que agrupaba entre otras a las asociaciones civiles
de vecinos. En 1983 la CONAMUP definió en su i v Encuentro Nacional que la
columna vertebral del movimiento urbano eran las mujeres.
Comenzó un proceso de reflexión de las mujeres de las colonias populares
sobre su problemática de género. En 1984 se formó La Regional de Mujeres
del Valle de México de la CONAMUP como una instancia centralizadora de
las asociaciones de mujeres existentes en las colonias afiliadas. Esto permitió la vinculación permanente de las mujeres en las colonias populares a tra-
Desastres nafurales y.
vés de redes locales y regionales. En este proceso las mujeres de las colonias populares fueron acompañadas no sin dificultades por las asociaciones
civiles dedicadas a los temas feministas como CIDHAL, Comunicación, Intercambio y Desarrollo Urbano en América Latina, que inició su trabajo desde
1979 en diversas colonias populares, generando interés por la temática del
género y la necesidad de espacios autónomos de mujeres. En 1980 organizó
el primer encuentro de sectores populares, con la participación de mujeres
del sector laboral, campesino y urbano popular.
También participaron en la Regional de Mujeres las siguientes asociaciones:
Equipo Mujer para la Acción Solidaria (EMAS, 1985) que trabaja en el área
de la salud de la mujer, Centro de Educación para Mujeres (CEM, 1985), en
proyectos sobre la mujer trabajadora, Acción Para la Integración Social (APIS,
1983) en el área de salud de la mujer, Mujeres en Acción Sindical (MAS,
1985), y Mujeres para el diálogo que dedican a la educación popular.
Las Comunidades Eclesiásticas de Base
No podemos dejar de mencionar otras formas de participación en el tejido
asociativo como el de las Comunidades Eclesiásticas de Base (CEB) que
apoyaron y ayudaron a las asociaciones civiles de vecinos y a las de asistencia financiera antes del terremoto.
En México las CEB nacen en el medio rural en los años setentas, pero es a
principios de los ochentas que participan en las asociaciones inquilinarias
de la Ciudad de México. La participación de los cristianos en las asociaciones
ha sido constante desde los inicios de las mismas, tanto en grupo como individualmente, su importancia en diferentes movimientos es tan grande como
mal conocida (Pliego, 1994; 160).
Las CEB reciben influencias por un lado de los grupos de Paulo Freire que
venían funcionando desde 1968. Su principal objetivo era transformar a los
individuos y grupos populares en sujetos de cambio de su medio a través
de principios pedagógicos liberadores centrados en la formación de la conciencia crítica y operante. Y por el otro en la Teología de la Liberación que
llega a México en 1971 y que venía gestándose desde mediados de los sesentas y era el producto de la influencia de diferentes corrientes europeas
y al mismo tiempo una búsqueda original de nuevos planteos teológicos
adaptados y comprometidos con la realidad latinoamericana.
Producción Económica
El taller número 5 de autogobierno de la Escuela de Arquitectura de la UNAM
La participación de las Instituciones Académicas, como el taller número 5
de autogobierno de la UNAM, contribuyó también a consolidar el tejido asociativo en los viejos barrios del centro de la ciudad. El autogobierno fue un
movimiento académico-político que se inició en 1972 en la Escuela Nacional
,
por la crisis general de los modelos
de Arquitectura de la U I ~ A Mprovocado
académicos desligados de los problemas sociales y por la crisis que atravesaba el desarrollo profesional de la Arquitectura y resultado de los brotes de
inconformidad estudiantil a partir de 1966 y 1968. El Taller número 5 de autogobierno, desde el inicio de sus labores en 1973, trabajó en vinculación estrecha con las asociaciones civiles, sindicatos, cooperativas, dando asesoría
técnica en apoyo de sus luchas y en respuesta a sus demandas.
Las asociaciones civiles de la colonia Guerrero y Tepito solicitaron su apoyo
para realizar propuestas alternativas de mejoramiento urbano y de vivienda,
también asesoraron a otras colonias populares en lztapalapa como San
Miguel Teotongo. Sus experiencias las reseñaron en tesis y en la revista Autogobierno que empezó a publicarse en 1976.
Nuevas culturas locales asociativas
Los grupos mencionados anteriormente como las Asociaciones Civiles de
Vecinos y las de Apoyo Técnico y Financiero, las CEE, la Conamup, el taller
número 5 de autogobierno. las asociaciones de mujeres contribuyeron a generar y consolidar el tejido asociativo y también al surgimiento de nuevas
culturas locales asociativas en los viejos barrios del centro de la Ciudad de
México durante el periodo de 1970 a 1985.
Entendemos por cultura local asociativa, un sistema de valores y de sentido
producido por un grupo social, que construye a través de diferentes prácticas
asociativas, respuestas fundamentales a su necesidad de comprender y dar
sentido a sus problemas básicos (Nuñez, 1990; 180-181).
Seguramente un aspecto importante que contribuyó al surgimiento de las
culturas locales asociativas en las colonias Guerrero, Morelos : Tepito fue
el peculiar uso del espacio, particularmente en las vecindades. A partir de
una superficie compuesta por un cuarto y una azotehuela, los inquilinos conforman un intrincado sistema de espacios en donde se desarrollan tanto las
Desastres naturales y..
actividades habitacionales propias de una vivienda, como las relacionadas
con la economía familiar, comercio, taller, bodega.
Además las vecindades son ellas mismas un sistema de habitación colectivo
en el que existe una vida comunitaria. Si la vecindad es un modo de habitar
que puede objetarse por muchas causas, su valor persiste gracias a este
modo de vida compartida y solidaria de sus habitantes: El patio de la vecindad, resguardado por una puerta, asegura la intimidad de la agrupación
vecinal en el que los niños comparten sus juegos con seguridad, el lavado
y el tendido de la ropa goza de u11espacio y se convierte en una actividad
de comunicación social, los vecinos se reúnen y organizan sus fiestas.
La base de la vida de estos barrios del Centro de la Ciudad es colectiva. Las
calles de los barrios y el tianguis tienen un rasgo de intimidad social que
antecede a la intimidad vecinal del patio de la vecindad que sucede a la intimidad familiar (Fundación para el apoyo a la comunidad A.C.; 13-17). Este
tratamiento espacial de intimidades favorece la creación de culturas locales
asociativas. Cada calle y cada vecindad de estos barrios tienen sus virtudes
y sus problemas, sus líderes naturales y sus niveles de comunicación. Y de
ello depende la mayor o menor participación de sus habitantes en las diversas asociaciones civiles.
Por otro lado las culturas populares de los viejos barrios de la ciudad de México generalmente pierden su originalidad ante los embates de la renovación
urbana, sin embargo en los barrios estudiados, precisamente por haberse
asociado contra las políticas públicas de renovación urbana y de haber mantenido el arraigo, pudieron también trabajar en el rescate del patrimonio cultural de sus barrios.
Características
El movimiento asociativo después del terremoto de 1985
La vida asociativa que se desarrolló en los viejos barrios del centro de la ciudad de México desde 1970 hasta 1985, propició el desarrollo de un movimiento asociativo después del terremoto, inusitado en la historia de los desastres naturales de la ciudad.
Producción Económica
La experiencia de esta vida asociativa dio mayores posibilidades de respuesta ante la emergencia y la reconstrucción incrementando la capacidad
de las asociaciones civiles de ofrecer alternativas viables para atender sus
demandas inmediatas como de largo plazo. Es importante destacar que además de las asociaciones ya existentes el desastre hizo surgir muchas nuevas
en áreas donde no existían o estaban sólo de manera embrionaria.
Llamamos movimiento asociativo a la acción de las asociaciones civiles antiguas y de las que se crearon a partir del desastre en la organización y asistencia técnica y financiera a los damnificados. Para resolver el problema de
la reconstrucción de las viviendas afectadas más de 40 asociaciones civiles
de vecinos se organizaron en la Coordinadora Única de Damnificados (cm),
el 19 de octubre de 1985.
Para apoyar con asistencia técnica y financiera a los damnificados e impulsar
el plan de reconstrucción se constituyó el Comité Popular de Solidaridad el
5 de septiembre de 1985 con la participación de asociaciones civiles, sindicatos independientes, universidades, grupos culturales y comunidades cristianas.
El terremoto profundizó los factores que habían impulsado antes la creación
de redes de asociaciones en los barrios del centro de la ciudad. Estas redes
se vieron fortalecidas por su experiencia organizativa de autoadministración
y de negociacion con las autoridades gubernamentales.
En un primer momento la movilización civil llevo al gobierno mexicano a la
expropiación de 5 mil viviendas el 11 de octubre de 1985. Posteriormente el
gobierno firmó un convenio para cancelar los obstáculos que estaban deteniendo los trabajos de reconstrucción. El convenio "Bases para la concertación de las acciones suscritas entre el gobierno mexicano y diversos organismos y asociaciones civiles nacionales e internacionales que han aportado
recursos para la reconstrucción" se firmó el 30 de marzo de 1986. Por parte
de los actores civiles firmaron el converrio: el Centro Cívico de Solidaridad,
la Fundación para el Apoyo de la Comunidad, Casa y Ciudad, Network.
Unicef, Fundación para el apoyo de la comunidad y ayuda infantil, Centro
Operacional de Vivienda y Población, Enlace, Comunicación y Capacitación,
Save for Children y la Cruz Roja Internacional.
La segunda fase de la concertación: "Convenio de la Concertación Democrática para la Reconstrucción" se firmó el 13 de mayo de 1986. Por parte
de los actores civiles firmaron 52 asociaciones de damnificados, la mayor
Desastres naturales y.
parte afiliados al CUD como las siguientes: Unión de Vecinos de la Colonia
Guerrero, Unión Popular de Inquilinos de la colonia Morelos -Peña Morelos
Tepito Arte Acá ,Coordinadora cuartos de azotea de Tlatelolco, Unión popular Centro morelos, Unión de vecinos y darrinificados 19 de septiembre,
Unión Popular Valle Gomez, Unión amanecer del barrio, etcétera.
Pariciparon en este convenio asociaciones en otros campos de acción: 10
Colegios y Cámaras; Colegio de Ingenieros Civiles, Colegio de Arquitectos
de México, Cámara Nacional de la Industria de la Construcción, Colegio de
Notarios del Distrito Federal etcétera.
Ocho Asociaciones Civiles de apoyo técnico: Videco, Centro Operacional
de Vivienda y Poblamiento, Network de México. Programa Metodista de Vivienda, COPEVI, etcétera, y 10 asociaciones de financiamiento: Fundación
para el apoyo a la comunidad, Fondo de Naciones Unidas para la Infancia,
Centro Cívico de Solidaridad, Cruz Roja Mexicana, entre otros, y finalmente
10 Instituciones académicas como el lnstituto Nacional de Antropología e
Historia, la Universidad Autónoma Metropolitana, El lnstituto Politécnico
Nacional, la Universidad Anáhuac, entre otras, en total 80 actores civiles
(Pliego, 1994; 177).
El movimiento asociativo en la reconstrucción de la vivienda
Uno de los problemas prioritarios después del terremoto fue la reconstrucción de las viviendas, aproximadamente 17 asociaciones civiles intervinieron directamente en la construcción y adquisición de viviendas, construyeron en la ciudad de México 7 mil viviendas nuevas y 400 accesorias,
sin tomar en cuenta los variados apoyos para la compra de terrenos y pago
de enganches. Si cuantificamos la participación de las asociaciones en relación con las viviendas nuevas realizadas por el programa gubernamental de
Renovación de Habitación Popular, este esfuerzo sólo llegó a representar
15 por ciento del total. Sin embargo cuando medimos el esfuerzo en relación
con otros parámetros, lo realizado tuvo un impacto diferente, por ejemplo
los criterios de trabajo de las asociaciones superaron a los gubernamentales
en diferentes aspectos, el tamaño de las viviendas era mayor, de 50 a 55
metros cuadrados contra 40, comenzaron a trabajar antes que el programa
gubernamental, se buscaba ajustar las condiciones crediticias a cada caso
particular, se donaban parte de los gastos, promovieron el arraigo de los
damnificados en sus respectivos barrios y establecieron programas de autoconstrucción de las viviendas. Además las asociaciones civiles realizaron
Producción Económica
acciones que no tuvieron paralelo con las realizadas por el gobierno. Consideraron la importancia de la reconstrucción de las formas de convivencia y
de la vida de las comunidades como criterio para la reconstrucción material.
Para lo cual desarrollaron proyectos comunitarios de coopertivas, empleos,
capacitación, emprendedores etcétera. Y finalmente destaca la influencia
alcanzada por las asociaciones civiles como agentes activadores del diseño
e implementación de las políticas públicas de vivienda aplicada durante el
proceso de la reconstrucción después del terremoto (Fundación para el Apoyo
a la Comunidad A. C.; 13-17).
A continuación se mencionan las acciones de reconstrucción de algunas
asociaciones civiles:
Fundación de Apoyo a la Comunidad A. C. (FAc)
Después del sismo, la Arquidiócesis de México decidió crear una instancia
para coordinar las ayudas a los damnificados, como un canal de donativos
a las comunidades afectadas. Para lo cuál en diciembre de 1985 se creó la
asociación civil: Fundación de Apoyo a la Comunidad. Su trabajo comenzó
orientado hacia la reconstrucción pero también a la asistencia médica y a la
creación de fuentes de empleo que se habían perdido a causa de los sismos.
FAC desarrolló su programa de reconstrucción a través de 6 proyectos operativo~:
l. Construcción directa: fue el proyecto más importante durante 2 6 3 aAos
siguientes a los sismos de 1985. La consfruccióndirecta se realizó con recursos
de la asociación en las delegaciones más afectadas, que resultaron ser las de
mayores niveles de precariedad económica;
2.Compra de inmuebles: este proyecto se utilizó para benefíciar a grupos de
familias de damnificados que mostraron inter6s y voluntad de reubicarse en
áreas no afectadas, en particular en los municipios de Cuaut~tlanIzcalli, Lerma
(Estado de México) y San Juan del Río (Querétaro);
3. Compra de terrenos: mediante este proyecto compró terrenos, que fueron
otorgados en calidad de donaciones o préstamos a las comunidades de damnificados;
4. Apoyo a insolventes: el 21 de abril de 1987,FAC, la Cruz Roja Mexicana y el
Voluntariado Nacional (posferiormente se incluyo al Fonapo) crearon un fideicomiso para apoyar a personas que por sus características (edad avanzada,
menores de edad y minusválidos de escasos recursos) no podían afrontar los
compromisos requeridos en el marco de los programas gubernamentales de
Renovación Habitacional Popular;
Desastres ncrfurales y...
5. Promoci6n ante organismos gubernamentales: destinados a apoyar a la población de damnificados que no lograba acceder a los servicios de vivienda por
poca o nula capacidad de gestidn y/u organizaci6n; y
6.Apoyos Diversos como reparaciones de viviendas y espacios de uso común,
créditos, donativos personales o comunitarios, apoyos a la autoconstruccibn,
asesoría tecnica a proyectos, apoyos jurídicos, apoyos de escrituracibn y pago
de servicios, etcetera.
Otro aspecto a señalar son los mecanismos novedosos de financiamiento
que introdujo FAC después del terremoto. Se trata de la utilización del servicio
de ingeniería financiera del SwapSocial que convierte la deuda pública
externa mexicana en capital aplicable a proyectos de beneficio social. Desde
1988 a 1994, FAC-FAPRODE (fondo de asistencia, promoción y desarrollo) ha
recibido el consentimiento del gobierno mexicano para operar 10
swaps-sociales con un valor de 253 millones de dólares.
Después del terremoto FAC siguió funcionando más de 9 años y posteriormente se transformó en un conjunto de asociaciones civiles de asistencia
social.
Centro Cívico de Solidaridad A. C.
(CECISOL)
Es una asociación civil formada por personas de origen empresarial, define
su objetivo central en términos de "procuración y canalización de fondos,
comunicación, orientación y enlace en favor de organizaciones y grupos que
realicen actividades de auxilio, de emergencia, de rehabilitación y de reconstrucción" (Pliego, 1994; 177).
En esta perspectiva las actividades de esta asociación se orientaron después del terremoto en 3 áreas: vivienda, educación y asistencia social con
un costo de 8 millones 726 mil 250 viejos pesos y un beneficio directo a 824
familias en materia de vivienda.
Comité Ecuménico Mexicano para la ayuda al desarrollo A. C.
Esta asociación civil formada el 25 de septiembre siguiente a los sismos, estuvo conformada por la Iglesia Presbiteriana, La lglesia Metodista, el Centro
de Coordinación de proyectos Ecuménicos, el Secretariado Internacional
Oscar Arnulfo Romero y la Iglesia Evangélica Luterana de habla alemana.
Producción Económlca
La acción de esta asociación civil cubrió tres campos de acción que eran solicitados por los damnificados:
1. Atención a la emergencia (albergues, mantas, ayuda medica);
2. Reconstrucción de la vivienda; y
3) programa de desarrollo comunitario, para ayudar a mejorar la sítuacibn de
los damnificados, muchos de los cuales habían perdido su fuente de trabajo o
enfrentaban graves problemas de salud o sicológicos.
Dos años después de los sismos, habia atendido 172 proyectos de vivienda,
30 proyectos de desarrollo comunitario y 36 proyectos de emergencia beneficiando a 3 mil 184 familias con un costo de 3 millones de dólares (Pliego,
1994; 180).
Las mujeres en la reconstrucción
Para realizar sus proyectos de vivienda las asociaciones se decidieron por
una de 2 alternativas:
l . Aceptar las condiciones de financiamiento gubernamental y las empresas
constructoras del programa de Renovación Habitacional Popular (RHP), pero defendiendo sus propios diseños, elaborados enfre las asociaciones de vecinos y
arquitectos de las universidades; y
2. Obtener financiamiento de las asociaciones de apoyo financiero, diseñando
sus proyectos con equipos tecnicos asesores, utilizando la autoconstrucci6n
con mano de obra vecinal.
En las 2 opciones las mujeres en las asociaciones de vecinos del centro de
la ciudad compartieron experiencias comunes:
7. "Porprimera vez las mujeres pudieron tener la oportunidad de serreconocidas
como interlocutoras válidas en las decisiones que se tomaron para el diseiio de
los proyectos, participando con sus opiniones y propuestas sobre sus viviendas;
2. Las mujeres asumieron la defensa de los proyectos y se convirtieron en las
gestoras más activas del conjunto de tareas que se debieron realizar para el logro de la vivienda: integrar comisiones para obtener informacíbn, hacer los trámites establecidos por las autoridades, demandar el cumplimiento de los acuerdos, insistir en la agilización delos trámítes y ejecucidn de las obras. mientras
trataban de resolver los múltiples conflictos que se presentaban en los campamentos y albergues;
Desastres nafurales y...
3. Las mujeres tuvieron la experiencia in6dita de ser parte de la construccidnde
la casa familiar, con o sin autoconstrucción, mediante su participación en la vigilancia de los diversos momentos del proceso constructivo: cimentación, calidad
de los materiales empleados, ritmo de /as obras y adecuacidn al disetío acordado entre vecinos y arquitectos;
4. Las mujeres tuvieron el aprendizaje de nuevos conocimientos y capacidades
en un circuito de relaciones sociales más diversificadas de las que tenían por
su rutina de vida antenoc y
5. El acceso de las mujeres jefas de familia y en particular las madres solteras
a la solución de la carencia de vivienda" (Massolo y Schteingart, 1985; 24-25).
Cambios organizacionales
También hubo cambios organizacionales después del terremoto, en los actores sociales gubernamentales, uno de ellos fue el establecimiento de un
Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) en 1986. Antes de este sistema solo existía para la prevención de desastres el Plan DN-iii de la Secretaría de la Defensa Nacional que se aplicó con muy poca efectividad después
del terremoto. El órgano de mayor jerarquía del SINAPROC es el Consejo Nacional de Protección Civil que coordina las acciones de las distintas instituciones que participan en el sistema. También se organizó la Dirección General de Protección Civil que coordina las oficinas locales de protección civil
en cada estado de la República Mexicana. Posteriormente en 1988, el Centro Nacional de Prevención de Desastres, ubicado en la UNAM, como un
centro de investigación y capacitación en materia de desastres, tiene como
función proporcionar apoyo técnico al SINAPROC.
Por su parte las asociaciones después de la reconstrucción establecieron
nuevos lazos interorganizacionales que se concretaron en redes y red de
redes en diferentes campos de acción con el objetivo de buscar opciones
de defensa, articulación y diseñar e implementar políticas públicas de desarrollo social.
Se pueden distinguir 3 tipos de redes:
1. las comunes o especializadas: Promoción de servicios de salud y de educación popular (PRODUSSEP). Integrada por 42 asociaciones en nueve estados de
la República (1984). Red Mexicana de derechos Humanos, conformada por 40
asociaciones en 21 estados de la República (1991). Colectivo Mexicano de Apoyo a la Niñez, integrada por asociaciones interesadas en la problemática del
niíío y de los jóvenes (1992). Frente por el Derecho a la alimentación con 130
asociaciones en 17 estados;
Producción Económico
2. Las redes amplias: Convergencia de asociaciones civiles por la democracia,
como instancia de arficulación de diversas asociaciones (1990). Foro de Apoyo
Mutuo con el fin de contribuir en forma más activa a la consolidación de la Sociedad Civil, en esta red participan 300 asociaciones (1992); y
3. Redes coyunturales: Foro Mexicano para Río: surge en el marco de la crisis
ambiental global y suma a las redes ambientales existentes como la federación
conservacionista mexicana y el pacto de grupos ecológicos (1992). Alianza
Cívica: Observación 94, surge con la convocatoria de siete asociaciones y su
propósito es colaborar con el proceso de limpieza electoral a través de campañas de educación ciudadana, el monitoreo de los medios de comunicación, la
observación de los organismos electorales y durante la jornada electoral, denuncia sobre las irregularidades (1994). Espacio Civil por la Paz: surge ante la
situación de guerra en Chiapas,su propósito central es el de apoyo en el proceso
de pacificación desde la experiencia y perspectiva de la sociedad civil. Hacia
Beljina 95: surge ante la necesidad de tener una presencia en la IV Conferencia
Mundial sobre la mujer que se celebro en Beíjng, China en 1995.
Consecuencias
Los efectos de los desastres naturales pueden ser múltiples y variados, por
lo general se presentan modificaciones temporales como el surgimiento de
grupos emergentes que se disuelven en cuanto termina el periodo de emergencia. Sin embargo en el caso del terremoto de la ciudad de México las
asociaciones laicas y religiosas que participaron después del desastre no
se disolvieron sino que se transformaron y cristalizaron, articulándose en
grandes redes que tratan de participar cada vez más en la formulación de
las políticas públicas de desarrrollo social.
Después del terremoto se presentó la primera concertación del gobierno
mexicano con las asociaciones civiles relativa a la reconstrucción, donde
también participaron en la formulación de las políticas públicas sobre vivienda, posteriormente el gobierno mexicano ha tratado de regular y controlar
a las asociaciones con diversas leyes como la legislación fiscal que estableció en 1992 y últimamente con la iniciativa de ley para crear un Sistema
Nacional de Asistencia Social con el objetivo de controlar a las mil 769 asociaciones que prestan asistencia social en el país.
Para las asociaciones que participan en los desastres se acaba de aprobar
el Nuevo Reglamento de Protección Civil para el Distrito Federal que establece que sólo podrán colaborar en actividades de rescate y apoyo a la
población en caso de desastre, los órganos oficiales y las asociaciones civiles registradas y capacitadas, mientras que los medios de comunicación a
Desastres naturales y..
su vez deberán regirse por los procedimientos y acciones que determine la
Dirección de Protección Civil para obtener y difundir la información. De tal
manera que en caso de desastre todas las asociaciones civiles estarán coordinadas por Protección Civil, la cual se encargará de establecer los procedimientos operativos de apoyo, además de proporcionar mecanismos de comunicación social. También Protección Civil será el órgano rector de todo
lo relacionado con programas de seguridad internos y especiales, así como
desarrollar modelos, técnicas y procedimientos para evaluar ejercicios de
respuesta ante situaciones de desastre. Así como los programas de capacitación de instructores y de difusión serán diseñados por la Dirección de Protección Civil, que al mismo tiempo se encargará de evaluar su vigencia, eficacia y aplicabilidad en instituciones públicas y privadas, empresas capacitadoras y asociaciones civiles. En suma se controla y restringe la participación de las asociaciones en los desastres.
Por su parte las asociaciones civiles son ya parte del escenario de la vida
social y política de México, después del desastre siguieron multiplicándose
en diferentes campos de acción, realizando Foros Nacionales e Internacionales, como es el caso de nuestras asociaciones civiles de vecinos del centro
de la Ciudad de México que se han constituido también en redes latinoamericanas de suelo urbano con el propósito de fortalecer su capacidad de interlocución frente a los gobiernos de la región e incidir en las políticas públicas
urbanas no solamente a escala nacional sino en la región latinoamericana.
Respecto a las mujeres observamos que el desastre y el proceso de reconstrucción les abrieron espacios políticos y sociales. Al ser afectadas en sus
viviendas, por derrumbe o deterioio, el "terremoto les removió el pensamiento", tuvieron que salir, participar y organizarse para iniciar lo más pronto
posible la reconstrucción de su casa, de su espacio vital par su reproducción
y el mantenimiento de su familia. Se vincularon también en redes de mujeres
para enfrentar sus necesidades más apremiantes. Una vez que lograron una
vivienda estable y la dotación de servicios públicos como agua potable, luz,
drenaje, pavimento, sus líneas principales de acción fueron salud, abasto y
consumo, guarderías y violencia contra las mujeres.
Conclusiones
El terremoto del 19 de septiembre de 1985 en la Ciudad de México no
solamente continuó las tendencias asociativas que ya existían antes del
Producción Económica
mismo, sino que propició nuevos cambios sociales cuyas características hemos analizado:
1. Cambios organizacionales en los actores sociales gubernamentales asícomo
en los actores sociales no gubernamentales;
2. Cambios culturales en la participación de las mujeres en las asociaciones
civiles;
3. Cambios en la relacidn entre las asociaciones civiles y el gobierno mexicano
que aceptd su interiocucidn y colaboracíón, en la formulacibn de las políticas
públicas sobre vivienda, y les fueron reconocidos sus derechos de accidn independiente; y
4. Cambios en la participación de la sociedad civil que se expresb en la espontaneidad de los primerosdías yposteriomente en un movimiento de asociaciones
civiles inkdito en la historia de los desastres naturales de la Ciudad de México.
También presentamos la existencia de un tejido asociativo en los viejos barrios del centro de la ciudad de México previo al desastre, compuesto principalmente de asociaciones civiles de vecinos y de asistencia técnica y financiera durante el periodo 'i970-1985. Tejido asociativo que fue ampliamente
apoyado por la comunidad académica y por la comunidad eclesiástica. Todas estas influencias generaron nuevas culturas locales asociativas en la
colonia Guerrero, Morelos y el barrio de Tepito. Decimos que la vida asociativa de estos barrios antes del desastre les dio mayores posibilidades de
respuesta durante el periodo de emergencia y de reconstrucción.
Desastres nohrrales y.
Bibliografía
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vivienda.
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de -1-latelolco", en Revista Mexicana de Sociología, UNAM, Vol. XLIX, núm. 4,
Oct-Dic.
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reconstrucción y mujer el sismo de 1985, El Colegio de México.
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Urbano Popular, UAM-A.
- Pliego Carrasco, Fernando, 1994, Hacía una Sociología de los Desastres
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Facultad de Arquitectura, Taller núm. 5, UNAM.
- Quarantelly, E.L., 1994, "Disasters and Catastrophes: "Their conditions in
and consequences for social development"; en Seminario Internaciona1:Sociedad y Prevención de Desastres, 23 al 25 de febrero, Coordinación
de Humanidades, UNAM.
- Touraine Alain, 1989, América Latina, Política y Sociedad, Espasa Calpe,
Madrid.
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