RESOLUCIÓN Nº 92 /2012 En Buenos Aires, a los 17 días del mes de mayo del año dos mil doce, sesionando en la Sala de Plenario del Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación “Dr. Lino E. Palacio”, con la Presidencia del Dr. Manuel Urriza, los señores consejeros presentes, y VISTO: USO OFICIAL El expediente otros c/Dres. Petra Fernández” 434/2008, López y caratulado Cuitiño, sus Pereyra acumulados “Yanzón González Rodolfo y y Demetrio expedientes 72/2009, 99/2009 y 132/2009, de los que RESULTA: HECHO I: 1º) A fs. 1/7 obra la presentación ante este Consejo de la Magistratura Escayola, Viviana efectuada Pablo Laura Gabriel Beigel y por los Salinas, Rodolfo Sres. Carlos Yanzón Alfredo Varela contra Alfredo Juan López Cuitiño, Carlos M. Pereyra Julio Demetrio Federal de Petra Fernández, Apelaciones de integrantes Mendoza, en de Guevara Álvarez, los Dres. González y la virtud Cámara de las consideraciones que exponen en la denuncia. El objeto de dicha denuncia se refiere a la conducta que consistió en el dictado del decisorio de fecha 18 de septiembre del año 2008, por el que se dispuso la libertad del Sargento del Ejército Osvaldo Benito Martel, acusado por los delitos de tormentos agravados en concurso ideal con lesiones leves en perjuicio de Margarita Rosa Camus, actual Jueza de Garantías de la justicia sanjuanina y nieta del entonces Gobernador de San Juan, Eloy Camus, quien también fuera detenido. Por este mismo hecho formuló denuncia contra los mismos Magistrados el Secretario de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos -Dr. Eduardo Luis 1 Duhalde- con fecha 18 de marzo del 2009, la que fue agregada a este expediente. 2º) Dicho decisorio judicial fue agregado a estos actuados y de él se desprende que con fecha 1 de septiembre del 2008, con la firma de los Dres. Julio Petra Fernández y Carlos Martín Pereyra González, y el voto en disidencia del magistrado Alfredo López Cuitiño, se resolvió “REVOCAR el procesamiento y prisión preventiva de Osvaldo Benito Martel y dictar la falta de mérito del mismo por la presunta comisión de los delitos de tormentos agravados en concurso ideal con lesiones leves agravadas en perjuicio de Margarita Rosa Camus”. Además, el Tribunal de Alzada adelantó la resolución al Juzgado Federal de intervención a fin de que arbitrara lo necesario para otorgar la inmediata libertad en la causa al encartado Osvaldo Benito Martel. Ahora bien, valoración que previo merece ingresar al a Consejo este tratamiento el de la decisorio cuestionado, resulta forzoso destacar, al menos, parte de los fundamentos a partir de los cuales el titular del Juzgado Federal N°2 de San Juan resolviera decretar el procesamiento y prisión preventiva de OSVALDO BENITO MARTEL en la causa penal ya referenciada. 3º) En dicha causa se investigan los tormentos y lesiones a que fuera sometida Margarita Rosa Camus, en el curso de su detención, sospechada de violar la ley que sancionaba conductas subversivas destinadas a la toma del poder político. La descripción puntual de las torturas y vejámenes de las que fuera víctima se tomó de sus denuncias y diferentes declaraciones, debiendo agregarse que causaron en la Sra. Camus una lesión permanente consistente en un descenso de su riñón izquierdo, diagnosticada inicialmente como poliquistosis renal, resultando en definitiva una ptosis de génesis traumática. Las pruebas valoradas por el Juez federal fueron extraídas de los autos N°4661 “C/ Camus, Margarita p/ Inf. a la ley 20.840”, reservados en Secretaría, cuyo instructor prevencional fue el entonces Teniente Eduardo Daniel VIC de los que resulta: 2 A fs. 3 se halla acreditada la detención de Margarita Rosa Camus el día 25 de noviembre de 1976 en oportunidad de presentarse voluntariamente ante las autoridades del R.I.M. 22 y su traslado ese mismo día al Instituto Penal de Chimbas. Tal como surge a fs. 26/27 el día 17 de marzo de 1977 la nombrada declaró ante el Juez Federal, y con relación al tema indicó “…los Instituto apremios Penal de ilegales Chimbas, a que fue sometida consistiendo los en el mismos en golpes, amenazas con armas de fuego y la aplicación de la picana eléctrica”. A fs. 43 obra la denuncia por detención y torturas efectuada por Camus el día 17 de mayo de 1984 ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, en la USO OFICIAL que manifiesta que fue detenida el 25 de noviembre de 1976 “por personal del Ejército a cargo del Teniente Olivera” y “torturada en conociendo a el dos Penal de de ellas Chimbas” a por quienes cinco denomina personas como “el Sargento Martel y el Teniente Víctor Hugo Vic”; iniciando el Juzgado de Instrucción Militar Nº 81 los Autos Nº6606/85 “Denuncia por: Presunto Hecho Delictuoso (Subsec. de Derechos Humanos)”-Expediente Letra: OB 5 0950/2760- Legajo Nº 8387, Causa Nº 147, remitida y continuada ante la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza bajo el Nº49.110 -C- 426. A fs. 104/142 se agregan copias de parte de los autos Nº4.661 “C/ Camus Margarita Rosa Por Presunta Infracción A La Ley Nº 20.840 s/ Actividad Antisuversiva". A fs. 144/145, en oportunidad de declarar Camus ante la Instrucción Militar J.I.M. 81, radicado en Mendoza, ratifica su denuncia de fs. 43/45 rectificando las circunstancias en que fuera detenida, dando detalles de la detención y de los tormentos padecidos, relatando que denunció ante el Juez los apremios y torturas sufridas y las amenazas de muerte de las personas que la torturaron. El juez le manifestó que no podía hacer nada porque estaba 205/206 Camus bajo dependencia del personal militar. A fs. declara ante la Excma. Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, ratifica su declaración de fs. 112/113 de la causa 49110-C-4263 y agrega que durante su tortura en el Penal de Chimbas, luego de ser picaneada le retiran la capucha y, habiéndosele corrido la venda por los 3 golpes recibidos, reconoce al enfermero Vargas (fallecido) y ve a las cuatro o cinco personas que la interrogaron y torturaron. También manifiesta que su abuelo el Profesor Eloy P. Camus, Gobernador de San Juan hasta el 24 de marzo de 1976, estaba detenido pero sometido a un régimen distinto y fue testigo de las veces en que fuera trasladada al lugar de tortura. Asimismo, relata los problemas renales que sufrió como consecuencia de los golpes recibidos y en virtud de los cuales se le diagnosticó “poliquistosis renal” y que luego de estudios realizados por el Dr. Gallo resultó que su riñón derecho se había descolgado unos diez centímetros quien lo atribuyó a los golpes recibidos. Manifiesta que vio llevar al lugar de tortura a Hilda Díaz, María Josefina Casado de Nacif, Ana María García, Zulma Carmona y a Silvia Pont. A Hilda Díaz y Ana María García las vio en malas condiciones. Como responsables los detenidos nombraban al Teniente Gómez, porque había trato directo con él, Martel y “el Turro”. A fs. 285 se reinician estos actuados en virtud de lo dispuesto en el punto VII de la resolución de fs. 987/989 de los autos N°6204 “Denuncia por la presunta desaparición de María Ana Erize”. A fs. 316/318 y 339/340 se agregan las declaraciones de Camus prestadas en los Autos N° 4767 y N°6481 que, sumadas a las declaraciones prestadas en esta causa a fs. 323/327 vta. y 344/345, reitera en lo fundamental los hechos ya narrados aportando mayores datos consistentes en que el día 25 de noviembre de 1976, en horas de la mañana, a raíz de una citación de la autoridad militar, concurrió en compañía de sus padres al R.I.M. Nº 22; allí la recibió el Teniente Coronel Adolfo Díaz Quiroga, quien la llevó hasta una oficina en la que estaba una persona que se identificó como Teniente Olivera. Luego, Díaz Quiroga se retiró y fue interrogada a cara descubierta por el Teniente Olivera respecto a su abuelo Eloy Camus, quien había sido Gobernador de esta Provincia, y sobre la actividad que la nombrada desarrollaba en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan, siendo preguntada también acerca de su vínculo con algunas de sus compañeras. Olivera la arengaba a que colaborara, y al no haber respuesta de Camus, finalmente le dijo “has perdido la oportunidad que te hemos dado”. 4 El interrogatorio duró más de tres horas y Olivera le manifestó a Camus que quedaba detenida por presuntas actividades subversivas. Alrededor de las 14 hs. de ese día, fue trasladada por sus padres al Instituto Penal de Chimbas, allí la recibió el Subalférez Saller, ya que Gendarmería estaba a cargo de la custodia del Penal, quien la identificó y la llevó al pabellón. Después de dar vueltas en círculos dentro del Penal, la llevaron a un lugar en el que había un fuerte olor a comida, que quedaba en un 1º piso y al que se accedía por una escalera escuchó caracol. Camus, En había dicho sitio, aproximadamente por las cinco voces que personas; la USO OFICIAL sentaron frente a una mesa de madera sin vidrio con las manos desatadas. Diez minutos después le preguntaron si sabía dónde estaba, a lo que les contestó que se encontraba en el Penal, le pegaron una trompada en la cara y la tiraron de la silla; en ese momento comenzaron a patearla y tirarle el pelo. Una persona que tenía tonada porteña y a la que los detenidos le llamaban “Turro” porque durante los interrogatorios los insultaba de esa manera, la desnudó; entonces la manosearon varias personas, luego la ataron con las manos atrás y prosiguió el interrogatorio con golpes de puño y patadas. Los interrogadores gritaban todo el tiempo, el que más lo hacía era el perfume “Turro”, del a jabón quien que podía usaba identificar marca por el fuerte “Princesa”. Los torturadores la amenazaban con matarla, y le decían “te vamos a dar con la 220”. Le aplicaron picana eléctrica en la parte interna de los muslos, en la zona genital y en los pezones, que además descompuso, se los estaba retorcían. tirada en Después el piso de y la los picana se torturadores gritaban “a ésta no la podemos matar”. La tiraron en una banqueta, le aflojaron la capucha y fueron a buscar a un enfermero de apellido Vargas, al que luego reconoció cuando estuvo internada en la enfermería del Penal; éste le levantó más la capucha para darle una pastilla para el corazón, a lo que Camus se negó porque creía que la iban a envenenar. En ese momento, como la venda se le había caído por los golpes, alcanzó a ver a Vargas y a otras tres personas respecto de 5 las cuales con posterioridad pudo saber, como se detalla más adelante, que eran Vic, Martel y Lazo (fs. 324 vta.). Aproximadamente el día 10 de diciembre de 1976 las detenidas fueron llevadas –encapuchadas- al lugar de tortura del Penal, donde se les realizó un peritaje caligráfico (fs.144/vta.). Allí Camus escuchó las voces de algunos de sus torturadores. El peritaje se tuvo que repetir al día siguiente; Martel y Vic se presentaron en el pabellón a cara descubierta, donde Camus nuevamente pudo ver el rostro de ambos, enterándose de sus apellidos por otras detenidas y por las celadoras. Al rato se fue Vic y llegó Malatto, de quien supo su nombre porque se lo dijeron las celadoras y otras detenidas, quienes lo conocían porque cuando éste iba a la Alcaldía se presentaba con su nombre y grado. Además, Camus vio a Martel varias veces, desde la ventana de su celda, cuando llevaba su Renault Gordini color blanco a arreglar a un taller que tenía un interno de apellido Palacios, en el Penal, cerca del pabellón donde ella se alojaba, en proximidades de la Capilla y Enfermería del Penal. Asimismo, refirió que el oficial de Gendarmería, Subalférez Saller podría identificar a Osvaldo Benito Martel. Del “Legajo de Fotos” formado y reservado en los autos N°6204– “Denuncia por la presunta desaparición de María Ana Erize”, en el que se identifica cada foto por números correlativos a un índice también reservado, reconoció la foto Nº48, de Alejandro Víctor Lazo, a quien identifica como la persona que la torturó y desnudó y al que le decían “turro”; la foto N°7 de Gustavo Adolfo Lafuente, al que recuerda como quien dirigía el traslado frustrado de marzo de 1977 al aeropuerto de Las Chacritas, donde trasladaron únicamente a los hombres, y quien estaba acompañado de la persona cuya foto luce el N°8 correspondiente a Daniel Rolando Gómez, al que vio en varias ocasiones en el Penal; la N°9 de Juan Francisco Del Torchio, como la misma persona que estaba en las reuniones de grupo en casa de Elida Páez; la N°11 de Eduardo Daniel Vic porque es la persona que llevó al pabellón la pericia caligráfica y estaba en sus interrogatorios; la N°17 de Jorge Fernández Monjes, a quien conoció como Interventor militar en la Universidad Nacional de San Juan; 6 la N°29 de Carlos Luis Malatto, quien fue al pabellón uniformado en la oportunidad de hacer la pericia caligráfica; la N°47 de Miguel Ángel Bergounian como la persona que estaba en el traslado definitivo a Buenos Aires; la N°59, de Demetrio Nectvectailenko, por ser el médico que la asistió y le dijo que tenía “el histérico”; la N°144, de Gustavo Ramón Demarchi a quien reconoce de haberlo visto en el Penal; la Nº146 del Sargento Osvaldo Benito Martel, como la persona que la torturó y vio en la pericia caligráfica y en el Penal cuando iba a arreglar su auto, era pelado, no tenía pelos en la parte delantera de la cabeza. Con relación a las lesiones referida por la damnificada como consecuencia de los golpes y torturas, se acreditaron a USO OFICIAL través de los siguientes elementos probatorios: A fs. 116 obra la Historia Clínica de la causante N°119093- extendida por las autoridades del Centro de Salud “Dr. Marcial v. Quiroga” de la que surge: que el día 19 de enero de 1977 Camus fue atendida en los Consultorios Externos de dicho Hospital por un problema en los riñones; el día 26 de enero de 1977 fue internada en la cama nº19 del Servicio de Urología del mencionado nosocomio por orden del Dr. José Waisman análisis (fs.114); allí se diagnosticándole le realizaron “riñón radiografías multiquístico e y infección urinaria”, siendo dada de alta el 31 de enero del mismo año. Durante su internación no le permitieron ver a su familia, estando custodiada por el Ejército y después por personal de la Seccional Trece de la Policía de la Provincia. El 9 de marzo de 1977 fue internada nuevamente en el Servicio de Urgencia, sala nº22 del Hospital Rawson, recibiendo el alta transitoria ese mismo día (fs. 97). El día 16 de agosto de 1977, Camus declara ante la Justicia Federal de San Juan que su estado de salud continuaba en similar situación respecto a su padecimiento de una “poliquistosis de riñón izquierdo” y que el día 28 de abril de 1977 le indicaron unos análisis y radiografías, agregando que hasta aquella fecha no había recibido un tratamiento específico para su dolencia, sino solo calmantes por sus dolores (fs. 122). Estando detenida en la Unidad Penitenciaria de Devoto es atendida en el Consultorio Externo del Servicio Penitenciario 7 Federal -Hospital septiembre de Penitenciario 1978 como Central paciente II- con el 19 de diagnóstico de poliquistosis renal izquierda, diagnóstico de extrema rareza, ya que la patología se caracteriza por su bilateralidad y ser congénita, constando en el informe médico los estudios que se ordenaron y la evolución de la enfermedad. (Informe Médicofs. 82/87). A fs. 205 la causante manifiesta que fue examinada por médicos de la Cruz Roja Internacional, quienes le dijeron que necesitaría un transplante renal. A fs. 127/129 vta. el 23 de noviembre de 1978, el Dr. Hernán Serra Director (médico del de Hospital planta del Penitenciario H. P. C.) Central elevó de la al Unidad Carcelaria Nº2 un informe sobre la evolución favorable de Camus respecto de su poliquistosis renal y remitió su historia clínica. El 29 noviembre de 1978 fue trasladada a la Provincia de San Juan a disposición del Juez Federal, quien autorizó que se le efectuaran los análisis encomendados, los que fueron realizados por el Dr. Carlos Pedro privada Sanatorio Mayo de San Gallo en la clínica Juan, siendo reintegrada a Devoto el día 4 de enero de 1979 (fs. 112/115 de los autos nº4661). A fs. 354/355 declara el Dr. Carlos Pedro Gallo cuya especialidad es clínica médica, nefrología y medio interno, quien manifiesta que recuerda que en noviembre de 1978 atendió en el Sanatorio de Mayo a Margarita Camus, quien se encontraba detenida. descendente para poliquistosis Que confirmar renal, el le o ordenó descartar cual era el una un pielografía diagnóstico diagnóstico de de los médicos que la atendían en la detención. Del análisis de dicho estudio el dicente puede decir que no se veían imágenes compatibles con poliquistosis renal y sí con una ptosis renal derecha con descenso pronunciado del riñón derecho por debajo de su nivel, aclarando que según la etiología de cada cuadro la poliquistosis se trata de una enfermedad heredo familiar, caracterizada por presencia de quistes en el riñón; en cambio, la ptosis es una alteración de la posición del riñón susceptible de haber sido precipitado por causas externas, por ejemplo golpes tanto accidentales como intencionales, lo 8 cual se descarta en el primer caso. En cuanto a las consecuencias, aclara que en la ptosis el riñón queda donde se ubica y en el caso de la poliquistosis, evoluciona más o menos lentamente y lleva a la insuficiencia renal. La ptosis provoca dolores lumbares y en la fosa ilíaca, que eran las manifestaciones de la nombrada y puede causar infecciones urinarias crónicas que, en caso extremo, puede llegar a una insuficiencia renal terminal. Aclara que la ptosis no compromete la función renal por sí misma; ésta se compromete cuando se aúnan otras causales concomitantes. Un diagnóstico de poliquistosis condición de debe incluir un estudio familiar por su enfermedad genética y estar a las manifestaciones clínicas posteriores. USO OFICIAL A fs. 350 obra el acta de la declaración de Víctor Hugo Saller, quien como segundo del Alférez Julio Argentino Vargas estuvo a cargo a partir de septiembre de 1976 de la seguridad del Pabellón del Instituto Penal donde se alojaban detenidos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional y de la Justicia Federal. Entre otros episodios, durante su gestión participó de la inspección a uno de los pabellones -cree que el n°6que hiciera personal de la justicia producido apremios y torturas, porque en oportunidad se habían de estar a cargo de la llamada “inteligencia” del ejército. Con relación al caso en examen recuerda haber custodiado a Camus, quien llegó, conforme supo a su arribo de un franco, “en muy malas condiciones de salud… recibiendo un parte con la descripción de su salud y las recomendaciones para tratarla, al punto que se la trasladaba al hospital para tratamiento por males renales”; sin perjuicio de que a ella no le comprendían las instrucciones que recibieran en el sentido de “flexibilizar las condiciones de las detenciones, lo que implicaba que ya no estuvieran vendados, mejorar el plan de visitas y las condiciones generales, salvo algunas excepciones que debían indicarse por escrito, como el caso de la detenida Camus…”, aclaró luego que ello les fue comunicado mediante instructivo del Jefe del Área 332 y que, cuando se hicieron cargo de la seguridad, en el primer piso había unos 100 detenidos que presentaban diferentes dolencias físicas, quienes le comentaban “que estaban en esas condiciones por los golpes que habían recibido cuando el Ejército los había 9 interrogado, inclusive en el Instituto Pena, en un salón… que quedaba en el primer piso en el cual había una mesada, arriba de la cocina”. A fs. 379/393 lucen copias de declaraciones de Eloy Camus, hermano de la damnificada, quien en oportunidad de declarar ante la instrucción militar, J.I.M. 81 radicado en Mendoza y en diferentes autos en trámite por delitos de lesa humanidad, con respecto al allanamiento en la vivienda familiar estando él, indicó que lo efectuaron, entre otros, el Teniente VIC; que firmó una constancia de cosas que se llevaron y el Teniente Olivera, quien ingresó cuando ya había sido reducido estando en retiraron el por la fuerza, suelo; cuando este llegó su lo último padre, interrogaba y lo otros que y golpeaba oficiales motivó se que se levantara el operativo, se firmara la constancia donde no figuraban joyas, y luego le fuera devuelto su documento de identidad (v. fs. 390). A fs. 446 declaró Octavio T. Echegaray, quien cumplía su servicio militar en el año 1977 y se desempeñó como asistente del Teniente VIC, asignándosele un automóvil sin patente para realizar tareas para él y su familia hasta que se trasladaron a Buenos Aires. Le tocó participar del traslado de detenidos desde San Juan a Buenos Aires junto a un subteniente que Camus ha reconocido como Lazo, presenciando en el aeropuerto de esta ciudad la feroz golpiza a que fueron sometidos los trasladados por parte del personal de la fuerza de seguridad que lo recibió en ese lugar, que vestía uniforme de fajina azul y, según él, era de la Policía Federal. Sabe de la existencia de una oficina de “inteligencia”, de la que formaban parte los oficiales, entre ellos Cardozo, que por comentarios entre los conscriptos, se sabía que habían abusado sexualmente de una detenida “muy linda, una pendeja divina”. Dio referencias del carácter de Del Torchio; supo del caso del conscripto JORGE BONIL, a quien le prestaba su auto para los francos y de uno de ellos no regresó; finalmente refirió detalles de un operativo que se hizo en el departamento Pocito, supuestamente destinado a detener a NORMA ARROSTITO, cuya captura estaba recomendada en la época. A fs. 481/484, obra la declaración del Comandante Ernesto Jensen, quien se desempeñó como Jefe de la Agrupación 10 X San Juan de la Gendarmería Nacional entre enero de 1976 y abril de 1978, fuerza que se hizo cargo de la seguridad del pabellón en que estaban alojados presos vinculados a causas de la subversión, a partir de días después del golpe militar del 24 de marzo de 1976. En el marco del cumplimiento de dicha misión y contra la opinión del Jefe del Área 332, Teniente Coronel Menvielle y el Jefe de la Brigada, General Maradona, tomó contacto con el Juez Federal para saber las condiciones legales de los detenidos, quien al igual que él no tenía noticias ciertas. Solicitó que la movilización de los presos fuera del penal se hiciera con autorización escrita de Menvielle o el Juez, al punto de hacerle una nota al segundo que no le fue hecha llegar, diciéndole Menvielle: USO OFICIAL “mire Jensen esta nota yo la voy a cajonear porque si el General Maradona lee lo que esta escrito acá, lo va a relevar de inmediato Oficiales por del que Ud. Ejército…”. le está Gestionó dando un órdenes espacio a los dentro del penal para los interrogatorios, encargándose el personal de gendarmería de llevarlos allí y traerlos a las celdas, sin perjuicio de no estar en la diligencia. Intentó que se reviera la inclusión de antecedentes falsos en prontuarios que le “hacían” a los “delincuentes subversivos”. Intervino en lograr la visita de las esposas de los detenidos, pese a la oposición de Maradona, así como en el sumario que se le siguiera al Teniente Demarchi por haber violado a una detenida, lo cual motivó su separación del ejército. Luego de la desaparición de Víctor Hugo García, intentó que los jefes de las cuatro fuerzas de seguridad fueran informados con anticipación de los operativos que, evidentemente, estaban llevando a cabo en San Juan “grupos de tareas”, ya que éstos estaban generalmente a cargo de suboficiales, que podían aprovechar y “hacer procedimientos por encargo sin criterio propiamente antisubversivos”. Recordó que oficiales del R.I.M. 22, entre ellos Malatto, Gómez, Cardozo y Olivera, “preparaban procedimientos en la ciudad con la policía y el ejército, que prestaba la seguridad externa, entrando la primera en las casas”, habiéndole comentado otros comandantes que “hacían latrocinios de toda índole”. En cuanto a procedimientos de detenciones ilegales, torturas y tormentos en general, estimó que pueden haber ocurrido con 11 desconocimiento de Menvielle, a quien considera una persona recta, y que éste no supiera lo que hacían los oficiales, ya que “la batuta de todo la llevaba el Teniente Olivera y después un Oficial que estaba muy obsesionado, de nombre Cardozo, pero siempre dirigió la batuta Olivera.”. En cuanto a los lugares, indicó que son la gran incógnita, habiendo sabido tiempo suboficiales después habían por tenido el que Suboficial dejar de Bona, ir a que la los llamada Marquesita, sin saber por qué; estimó que a él se lo dejaba de lado en los procedimientos con violación a los derechos humanos por su oposición, refiriendo finalmente las palabras que tuviera días antes del golpe militar el General Menéndez, relativas a la inminencia del comienzo de una “guerra interna contra la subversión marxista”, en la que estarían involucradas todas la fuerzas y subordinadas al ejército, ya que la subversión debía ser aniquilada. A fs. 533/534 obra el acta del reconocimiento en rueda de personas efectuado por Camus de los imputados José Osvaldo Martel y Víctor Alejando Lazo. Interrogada en función de las previsiones del art. 271 C.P.P.N. la nombrada manifestó que a las personas indicadas las había visto en las oportunidades citadas en sus declaraciones, aclarando que con relación al reconocimiento fotográfico efectuado en el Juzgado Federal, identificó a tres personas tormentos y de que las la que estaban foto cuando publicada en fue un sometida diario a local corresponde a Lazo aunque se consigna el nombre de Martel. Acerca de la medida en sí misma, la damnificada reconoció a los imputados como las personas a quienes asigna las conductas que indicó en sus declaraciones, es decir, como algunos de los que la sometieron a tormentos. Respecto a Martel, aclaró que “en cuanto a las diferencias y semejanzas, hace 31 años Martel no tenía canas, ahora tiene canas y algunas arrugas en la cara” y respecto a Lazo, que “obviamente la coloración del pelo ha cambiado, ahora es una persona muy canosa, antes hace 31 años tenía el pelo bien oscuro, obviamente los dos casos no vestían esa ropa, vestían uniformes”. En el descargo de fs. 535 Martel indicó que al tiempo de los 12 hechos, se desempeñaba a las órdenes del Teniente Olivera; estuvo unos nueve meses en 1976 en el Penal de Chimbas en una oficina de guardia recibiendo elementos que se dejaban (anillos, relojes etc.) cuando llegaba un detenido, los que llevaba luego al cuartel; estuvo siempre fuera del penal sabiendo que en el grupo de Inteligencia estaban Olivera y otros oficiales que nombra, entre ellos Vic; en el R.I.M. 22 estaba en la banda de música; cuando no llegaban detenidos, recorría el penal y charlaba con el personal, por lo que supo que de noche iban oficiales a hacer interrogatorios a los detenidos; aclaró que la modalidad de su trabajo era ensobrar lo que le daban los detenidos, llevarlo al R.I.M. y entregarlo a Olivera, sin recibo; que a él lo designó el Jefe de la Banda Capitán REGI; a los USO OFICIAL interrogatorios se llevaba a los detenidos encapuchados; los guardias de la cárcel le comentaron que entraban al pabellón los oficiales, por lo que suponía que interrogaban. No supo nada del caso de Camus. En cuanto al traslado de los detenidos vio que se hacían en una camionera “rastrojera” y Renault 12 color blanco; reconoció que tuvo un Renault Gordini blanco en 1978 y que el encargado del taller del penal era un condenado de apellido Palacios, quien no le atendió dicho auto; él iba allí a “pasar el tiempo” y vio un Fiat y un Renault que no sabe de quien eran; en cuanto a Lazo, supo que trabajaba en Finanzas del R.I.M. 22, donde también estaba un suboficial de apellido Nehín y explicó dónde estaba la “mayoría”, dónde tenían sus oficinas el Jefe, el Subjefe y Olivera. En la resolución judicial a la que se está haciendo referencia y en lo relativo a la condición de MARTEL frente a los delitos, se concluyó en que se lo consideraba coautor. Ello desde que, atendiendo a sus grados y funciones, si bien no puede asignárseles un papel preponderante y decisivo, tampoco puede sostenerse verosímilmente que no compartían los objetivos y finalidades de la represión antiterrorista. En cuanto a la identificación de los torturadores, cuya fuente en el caso es lo aportado por la propia denunciante, cabe señalar aquellos elementos que la dieron coherencia y verosimilitud. oportunidad de Al respecto, dictar auto dijo de el Juez procesamiento de Grado en respecto de Martel: 13 “…Desde un primer momento, es decir desde su declaración ante el Juez Federal que entendía en el expediente por violación a la ley 20.840, Camus denunció las prácticas a que había sido sometida, entre otras desconociendo el contenido de la declaración prevencional y la obtención de su firma en condiciones ilegales; las situaciones y modalidades en que fue torturada se reiteran coherentemente, describiéndose en cada caso de manera similar, particularmente los indicadores sensoriales que le permitieron llegar a conectar por diferentes vías, las identidades de, entre otros, Martel y Lazo como parte de aquellos que la torturaron…”. Respecto a las posibilidades reales y concretas de identificación, la propia víctima se expide a fs. 344 vta. /345 cuando declara: “Que la dicente quiere agregar que cuando una persona está privada de un sentido, en este caso de la vista, auditivo y se agudizan olfativo. Con los otros. respecto a Fundamentalmente el las de condiciones detención, en San Juan estuvieron sometidas a un régimen en el que no tenían visitas, material de lectura, radio ni televisión, por lo que estaban aisladas…”. Tal reflexión, dijo el Juez, “…compatible con todas las que se han efectuado de la modalidad con que se implementó el plan antisubversivo, permite configurar un panorama en el que las percepciones sensoriales son lógicamente confusas, como resultado de un modo de accionar destinado a que así se produjeran, en el marco del ocultamiento de los lugares y personas que se buscaba. Ponderó en este punto el irrefutable reconocimiento hecho por la denunciante que, haciendo la salvedad de la inevitable visión de la imagen de Lazo, que tuvo por un medio gráfico aunque con el nombre de Martel, llevó a cabo con la presencia de las partes sin merecer ninguna observación. En este contexto probatorio las explicaciones de los imputados no alcanzan a neutralizar la responsabilidad penal que se les atribuye, en tanto por sí mismas y en función de las condiciones de imputabilidad (v. fs. 38) no son suficiente descargo. Las condiciones en que los indagados admiten haber estado vinculados al ejército argentino no son incompatibles 14 con el desarrollo de actividades como la que se les atribuye, es decir, operadores prácticos del plan antisubversivo. El carácter de subalternos no es suficiente para excluirlos de la posibilidad de haber tomado parte en los interrogatorios con tormentos que, como ya se indicó constituyeron una modalidad habitual. La ignorancia que esgrime Martel, pese a que desarrolló tareas bajo la dirección de Olivera y en el Penal y la permanencia absoluta en su ámbito de acción, la oficina de finanzas, por parte de Lazo, no descartan la posibilidad de cumplir roles activos y coadyuvantes con respecto a los de los oficiales. Ambos USO OFICIAL últimos reconocen que la actuaban existencia en el de ámbito un grupo del de R.I.M. estos 22, que integraban la llamada “inteligencia” y a la cabeza de los cuales estaba Olivera. Si bien, como lo señala Martel éstos iban al penal generalmente de noche a interrogar a los detenidos, no se descarta que a ellos o a otros oficiales de menor rango o suboficiales, se los convocara para llevar a cabo tareas como las que se han investigado…”. Apelado el auto de procesamiento y prisión preventiva dictado contra Martel por parte del Sr. Defensor oficial, y radicada la causa ante la Cámara Federal de Mendoza, en fallo dividido los Jueces de Cámara Petra Fernández y Pereyra González, al referirse a la situación particular de Martel se expiden en los términos que serán consignados textualmente “…En principio, se encuentra acreditado en autos que el encartado Osvaldo Benito Martel, al momento de los hechos investigados se desempeñaba como suboficial en el Penal de Chimbas de la provincia de San Juan. Sin embargo, resulta contradictorio, o al menos dubitativo el relato de la víctima, quien en su testimonial de fs. 144/145 dijo no poder ver al sargento Martel durante los tormentos a los que fue sometida ya que se encontraba encapuchada y que posteriormente pudo reconocerlo al escuchar su voz. En la testimonial de fs. 323/327 expresó: ‘por debajo de la capucha, la venda ya se me había caído de los golpes, alcancé a ver a Vic, a Martel, Lazo y Vargas. El enfermero me 15 levantó más la capucha para darme una pastilla, a lo que negué…’. Por lo que no existe el grado de convicción que exige esta etapa procesal, de que el encartado habría participado como coautor tormentos en la agravados presunta en comisión concurso ideal de los con delitos lesiones de leves agravadas, de las que resultara víctima Margarita Rosa Camus, en el penal donde permaneció detenida en el período 19761977…”. El voto en contrariamente disidencia confirmar la del Dr. López resolución Cuitiño que propone dispone dictar auto de procesamiento y prisión preventiva contra Osvaldo Benito Martel. 4º) En oportunidad de efectuar su descargo a tenor del art. 11 del Reglamento de la Comisión de Disciplina y Acusación, el Dr. Petra Fernández adelantó que la denuncia radicada en su contra resultaba improcedente tanto desde el punto de vista formal como sustancial. En lo formal, por entender que su pedido de juicio político estaba motivado exclusivamente en el contenido de las resoluciones judiciales, cuestión ajena a la competencia de este Consejo. Y en lo sustancial expresando, en lo que a este hecho respecta, que “…son las pruebas las que condenan a las personas judicialmente y no el reproche mediático. En estas causas donde treinta se años… investigan adquiere un hechos valor cometidos hace superlativo más la de prueba testimonial… en el presente caso la única prueba de cargo en contra de Martel eran las declaraciones de la víctima, que de por sí son insuficientes para fundar un procesamiento… Las declaraciones de la Sra. Camus no solo son insuficientes, sino que también su relato resulta contradictorio o al menos dubitativo” (efectúa idéntica cita a la de su decisión judicial)”. 5º) A noviembre través de de la la Comisión 2009 Resolución de Nº101/2009, Disciplina y el 19 de Acusación resolvió citar al Dr. Julio Demetrio Petra Fernández en los términos del art. 20 del Reglamento de dicha Comisión. En el descargo que al efecto realizara por escrito, sustitutivo de su declaración, el Dr. Petra Fernández refiere 16 que la acusación resulta improcedente tanto formal como sustancialmente por lo cual debe ser desestimada en todas sus partes. Afirma que “como surge de la denuncia, el pedido de juicio político está motivado exclusivamente en el contenido de resoluciones formalmente judiciales, inadmisible y por lo violatoria que de resulta la ser garantía de independencia judicial y la libertad de criterio con que el juez debe desarrollar su tarea sin presiones indebidas, ni amenazas de juicios políticos. Lamentablemente las denuncias, los pedidos de remoción e incluso las denuncias penales contra magistrados, vienen siendo moneda bastante corriente en estos días, de la que echan mano algunas partes (como en el caso bajo examen) USO OFICIAL ‘damnificadas’ por que el se consideran resultado ‘perjudicadas’ adverso de una o decisión judicial; al proceder así, aquellas partes ‘olvidan’, a pesar del asesoramiento letrado con el que cuentan, que la única manera válida de cuestionar y lograr la revocación o modificación de una resolución judicial desfavorable es por medio de los judiciales de enjuiciamiento recursos procesales revisión, político (…) de antes sin los que las sea magistrados instancias posible como modo el de revisión o reparación de agravios…”. Expresa el Dr. Petra Fernández que de la simple lectura de la denuncia surge que fundan el supuesto “mal desempeño” de los Magistrados exclusivamente en el resultado de resoluciones judiciales; y que los denunciantes, utilizando este instituto constitucional, movilizados exclusivamente por intereses personales, “…se olvidaron de las víctimas a las cuales representaban, quienes han sido las mayores perjudicadas con este actuar ilegítimo de los denunciantes, se olvidaron también de los derechos humanos que supuestamente defendían y del respeto a las instituciones democráticas, de las que tanto exigen…”. A su vez, refiere que la denuncia tampoco procede sustancialmente, ya que la resolución judicial atacada está suficiente y correctamente fundada en derecho. Manifiesta que en la Causa Nº84.218-H-1703, caratulada “Recurso de Habeas Corpus a favor de Camus, Rosa Margarita”, dictó la falta de mérito al Sargento Osvaldo Benito Martel ya que como consecuencia de un acabado análisis de la causa y de 17 los elementos incorporados se pudo apreciar que no había quedado acreditada la responsabilidad y autoría que se le atribuía a Martel respecto de los hechos investigados, toda vez que el único elemento de cargo con que se contaba hasta ese momento era el testimonio de la propia víctima, que resultó no ser prueba bastante según su criterio, por lo que se ordenó continuar con la investigación al respecto. Señala condenan a el magistrado las personas que son las judicialmente pruebas y no las el que reproche mediático. Agrega que en estas causas donde se investigan hechos cometidos hace más de treinta años y donde no es posible contar con los elementos probatorios ordinarios, adquiere un valor superlativo la prueba testimonial, pero que en este caso, no se contaba con testimonios coincidentes y claros que pudieran respaldar procesamientos de tanta trascendencia como es estimar que en principio tal persona fue autor material de delitos de lesa humanidad. Afirma que “en el presente caso la única prueba de cargo en contra de Martel eran las declaraciones de la víctima que resultaron a juicio de éste magistrado insuficientes para ordenar un procesamiento. Sin embargo se les dio bastante crédito ya que no se sobreseyó al imputado sino que sigue perseguido penalmente por este hecho. En estas cusas se les da especial valor a las testimoniales, pero requisitos: objetividad, deben reunir los mínimos imparcialidad, credibilidad, concordancia y coincidencia…”. Considera que las declaraciones de la Sra. Camus no sólo son insuficientes sino que también su relato resulta al menos dubitativo, porque en su testimonial de fs. 144/145 de los autos principales dijo no poder ver al Sargento Martel ya que se encontraba encapuchada y que posteriormente pudo reconocerlo al escuchar su voz. Y en la testimonial de fs. 323/327 refirió que alcanzó a ver a Martel entre otros. Continúa diciendo el Dr. Petra Fernández que se estimó que correspondía revocar el procesamiento y prisión preventiva dictada contra el imputado y dictar la falta de mérito, al no existir elementos de convicción suficientes para determinar la autoría y responsabilidad del imputado en el hecho. 18 Por último, expresa que “…probablemente, teniendo en cuenta el momento histórico en que se desarrolló, el hecho ocurrió, lo que no puede determinarse es la responsabilidad de Martel en el mismo, y la prueba en este punto no es suficiente…”. 6º) Fue convocada a declarar testimonialmente ante la Comisión de Disciplina y Acusación Margarita Rosa Camus, quien frente a preguntas que le fueran formuladas por el entonces Consejero Informante Héctor Masquelet, refirió que “…partir del 25 de noviembre del '76, oportunidad en que fui detenida por personal del Ejército argentino, del Regimiento 22 de Infantería de Montaña, fui sometida a tormentos. No en el Regimiento 22 de Infantería de Montaña sino en el Servicio USO OFICIAL Penitenciario Provincial, o Penal de Chimbas, como se lo denominaba en esa época… Bueno. Fui sacada ese día en horario de... Yo ingresé al Penal cerca de las 2 de la tarde del día 25 y, en horario ya nocturno, vino la gente de Gendarmería con una capucha, y una de las celadoras, que era de la Policía provincial, que era la que tenía la custodia del pabellón. Se dio un hecho fortuito: la celadora era hija de un empleado de la finca de mi abuelo, entonces, me conocía, lloraba, así que me tuve que vendar yo con la venda en los ojos. Después el personal de Gendarmería me puso la capucha, me sacó al pabellón, me hizo caminar. No me llevaron a ningún auto, me hicieron subir unas escaleras, y ahí estuve un rato en silencio. Hubo un silencio que a uno le pareció eterno, en esas circunstancias… La primera pregunta que me hicieron era si sabía dónde estaba. Era obvio que estaba en el Penal, porque no me habían sacado del Penal. Después de esa primera respuesta, de una trompada me caí de la silla en la que estaba. Y ahí empezó el interrogatorio, entre comillas, porque en realidad era más lo que gritaban ellos y lo que golpeaban, que preguntar o hacer un interrogatorio respecto a mi actividad como estudiante de Sociología, a mi actividad política o a la de mi abuelo. Fundamentalmente, muchísimas cosas giraron en torno a las actividades de mi abuelo, que era el gobernador supuesto, a mis depuesto actividades por el en la golpe militar Facultad de y, por Ciencias Sociales, como alumna de la carrera de Sociología. Fue una locura. Realmente, han pasado tantos años, pero una todavía 19 no encuentra palabras para describir esta situación. Me golpearon, me patearon. Yo al principio no estaba con las manos atadas. Me desnudaron y, obviamente, cuando me pegaban o me trataban de manosear, sin ver, una intentaba que no la golpearan, que desnudarme, con no las la manosearan. manos atrás, Me y ataron, siguió después todo en de esas condiciones; o sea, desnuda y atada con las manos atrás… Esa primera noche a una le cuesta precisar cuánto duró, porque realmente el tema del tiempo en esas situaciones es bastante complicado para poder precisarlo. Pero esa primera noche, aparte de los golpes y de los manoseos, me picanearon en la zona vaginal, en los pezones, en las axilas. Yo me descompuse cuando me picanearon. Me tiraron en una banqueta. Con las piñas, obviamente, la venda que tenía en los ojos se me había caído a esa altura del partido, pero tenía una capucha, porque siempre que nos sacaban nos ponían una capucha verde oliva, que sería de alguna parte de un pasamontañas o una bolsa del pan, pero era con tela del uniforme del Ejército. ¿Por qué digo lo del pan? Porque muchas veces nos pasaba estar mirando por la ventana y ver que venían con la capucha, y todos decíamos “¿a quién le tocará?”, y venían a buscar pan, por ejemplo. Esto también creo que era parte de formas de torturas también porque, evidentemente, cuando veíamos que se acercaba algún personal militar con una capucha en la mano, sabíamos que a alguno le tocaba. En esa oportunidad, después de la picana, me tiran en una banqueta, me aflojan un poco la capucha. Aparte de golpear, con la capucha... un olor asqueroso el de la capucha. Realmente, si uno tuviera que ponerle tal vez un olor al miedo y al terror, era el olor que había dentro de esa capucha, realmente. Llamaron a... en ese momento no sabían quién era, después supe que era el enfermero del Penal, una persona bajita, que me aflojó más la capucha. Yo estaba tirada en la banqueta. Ahí alcancé a ver a algunas de las personas que habían estado presentes y que practicaron todos estos hechos que sucintamente describo. El enfermero era de apellido Vargas, que después, obviamente, cada vez que me llevaban a la enfermería -que era todos los días-,Yo vi y supe cómo se llamaba. Yo en ese momento sí pude ver a alguna de las personas que estaban presentes. Obviamente, fue un tiempo corto, no fue... y, obviamente, fue 20 desde esa posición en que yo estaba, que estaba acostada. Ahí pasó un rato. Me incorporaron, me querían dar una pastilla, que yo, por supuesto, me negué a tomarla porque no sabía qué era. Ellos, obviamente, cuando pasa todo esto, gritaban... Todo el tiempo gritaban. Gritaban mucho, ponían música. Yo supongo que también habré gritado, eso sinceramente no lo recuerdo. Al tiempo que pasa esto, me siguieron golpeando, preguntando, y me llevaron de nuevo al pabellón, a la celda. Todos los traslados los hacía Gendarmería, porque la guardia externa de los presos políticos no era el Servicio Penitenciario Provincial, sino Gendarmería, en esta época en que yo estoy relatando estos hechos. Y adentro del pabellón era personal femenino de la Policía de la provincia de San USO OFICIAL Juan, las celadoras. Porque todos los pabellones en que habitábamos los presos políticos estaban a disposición del área 332 del Regimiento 22 de Infantería de Montaña, por lo tanto, no participaba personal del Servicio Penitenciario. Esto siguió esa noche. Las celadoras me quisieron dar agua, yo me negué a tomarla. Al otro día, también me sacaron. Me sacaron de día y me sacaron de noche. Fueron varios días, o sea, desde el 25 de noviembre. Porque yo cumplo años el 4 de diciembre, cumplía 21 años el 4 de diciembre. Me torturaron hasta dos días antes de mi cumpleaños, por eso más o menos este es el lapso de tiempo en que esto duró. Había veces que me llevaban y me dejaban en ese lugar, encapuchada, atada, y cada tanto hacían algún ruido y después un tiempo largo en silencio. Después, una patada o una trompada. Esto fueron varios días. Tortura, fusilamiento. Me me hicieron hicieron dos simulacros, simulacros aparte de de los golpes, picanas y manoseos, y esta sensación que es realmente dura y difícil, que le repetían a uno -yo no era consciente de ello-, que una estaba en manos de ellos y que podían hacer con una lo que realmente quisieran. Al día de hoy, todavía no encuentro palabras para describir esa sensación de que una persona sea reducida a ese estado. Esto, más o menos, fue así en estos términos. Después de esto, cuando me comunican nuevamente con mis compañeras, o sea que puedo estar en el pabellón y salir de mi celda, a mediados de la primera quincena de diciembre, que para mí era el 10 de diciembre, nos sacan de noche. Porque todavía no llegaba Hilda Díaz, 21 todavía no la traían, y por eso más o menos las fechas las calculo de ese modo; la traen después del 15 de diciembre a la celda de al lado de la mía…. A las compañeras que estaban en las celdas de enfrente las empiezan a sacar encapuchadas. Yo fui una de las últimas que llevaron, y nos llevan al mismo lugar donde había sido torturada. Ahí nos dictan... Ahí también está el tema del reconocimiento de las personas por la voz. Porque, obviamente... esto lo digo, porque realmente es impresionante, cuando uno no puede ver, cómo se agudizan los otros sentidos. El tema del olfato; yo no pensé que los humanos teníamos tanta memoria olfativa. Sinceramente se los digo… Entonces, al otro día tuvieron que ir al pabellón y, a cara descubierta ellos y a cara descubierta nosotros, de a una, en la mesa que había en el pabellón, nos vuelven a dictar el mismo texto. Ahí por eso planteo el tema de los que pude ver en algún momento y el tema de las voces que uno reconoce, y los vi a cara descubierta, entre ellos, al sargento Martel. A Martel lo vi en la primera noche que a mí me torturan, cuando relato este incidente en que participa también el enfermero, que lo llaman al enfermero. Una de las personas que veo es Martel. Martel era una persona bastante alta, más alta que yo, pelado, con bigotes, y ahí lo pude ver a cara descubierta a esta distancia mía en esa oportunidad. O sea, las caras una las vio en muchas oportunidades también después de estos hechos y, obviamente, las voces también, en la medida que hablaban y dictaban el texto, una también podía reconocer y cuando mí a diferencia recordaba me entre habían unas las voces de torturado. cosas y los Son las días muy otras, anteriores, pocos días de entonces, de verlo... El texto que nos dictaron era bastante extenso, o sea que no fueron dos minutos que nos estuvieron dictando tres palabritas; no, era un texto extenso…. A raíz de las... Yo empecé a orinar inmediatamente, desde los primeros días, con sangre. Vino uno de los médicos... trajeron a uno de los médicos, que yo después supe por las celadoras que era del Regimiento. A los años, con posterioridad, en el Juzgado Federal, cuando exhibieron fotos, lo reconocí al médico que me vio en mi celda. En el mes de diciembre del 76 me llevaron al hospital público. Me hicieron análisis, que obviamente nunca 22 conocí los resultados de esos análisis. Yo tenía fuertes dolores y bastantes dificultades para caminar también… En marzo, a mediados de marzo, me llevan al Juzgado Federal para prestar declaración indagatoria. Como era en esa época, el Código de esa época, uno no podía hablar con su abogado antes de declarar. Ah, me había olvidado de relatar, que obviamente la supuesta declaración o confesión la firmé, obviamente, encapuchada y con una pistola acá (Se señala la cabeza). O sea, no me la leyeron (…) Yo permanecí en el Penal de Chimbas hasta el 23 de septiembre del año 77, que nos trasladan a Devoto (…) Martel era una persona que estaba permanente, el sargento Martel -nosotros les decíamos ‘ojos de vidrio’ a los torturadores- estaba permanente en el Penal. Lo veíamos. Cerca de donde nosotros estábamos del USO OFICIAL pabellón, un interno, un preso común, tenía un tallercito. Martel iba veíamos por muy la seguido ahí, ventana…. entonces, El nombre cuando de pasaba varios de lo los militares… O sea, mis compañeras antes habían estado en la alcaidía de mujeres, y ahí habían ido varios de los oficiales del Ejército, vestidos de uniforme y sin que ellas estuvieran encapuchadas, y se presentaban con nombre y grado. O sea que el nombre de varios de los militares los sabían porque ellos se habían presentado, como por ejemplo, Malato, con el nombre y grado. A Olivera… en el relato no lo dije para señalar esto. Yo sé que el caso de esta citación es por la falta de mérito de Martel específicamente, pero no puedo escindirlo porque estos son todos partícipes en los hechos…” A la pregunta del Consejero Masquelet: “…Usted refirió que esa primera oportunidad en la cual realizó la denuncia era la primera vez que la llevaron al Juzgado Federal. ¿Usted volvió a denunciar estos hechos en otra oportunidad o en cuántas oportunidades lo hizo?” respondió: “- Sí, en varias, después. Después fue en la época de la democracia, cuando declaré ante la Conadep, esto después se giró a la VIII Brigada, al Juzgado de Instrucción Militar. Yo declaré en el Juzgado de declaré en bastante Instrucción el duro, Militar, Juzgado les digo de en el Instrucción sinceramente, año '86. Militar, porque en En 1986, que fue la VIII Brigada de Infantería de Mendoza, obviamente, estaba yo sola –no me podía acompañar nadie, porque no dejaban entrar a nadie más– y todos los militares ahí presentes. Yo ya estaba 23 cursando… Había cambiado de carrera cuando salí; dejé inconclusa Sociología y empecé a estudiar Abogacía. Ya estaba en sexto año de Abogacía, cuando fue esta declaración en el Juzgado de Instrucción pretendieron Militar. interrogarme sobre Estaba eso. mi causa Fue 2840 bastante y duro, porque todo el tiempo ellos pretendían… Yo decía: “No, yo vengo por otra cosa, estoy en otro carácter acá, no para que me pregunten sobre esto”. “Ahí en el Juzgado de Instrucción Militar fue bastante difícil, porque todas las preguntas de ellos tendían a que, o a dejar… Eran Preguntada bastante por el Dr. tendenciosas, Masquelet: les “En voy a decir…”. oportunidad de la declaración en la Cámara… ¿Usted recuerda el interrogatorio de la Cámara? ¿En qué consistió? ¿Cómo fue?” Responde: “Sí. Me preguntaron más de lo que me había preguntado el juez Gerarduzzi. Me preguntaron mucho más sobre los hechos, cómo habían sido, y ahí sí me preguntaron si yo podía identificar a alguna de las personas. Lo marco como diferencia de la primera declaración realmente hubo escuetamente, que que a hago pelear esa ante para segunda un que ante juez lo la federal, insertara Cámara, y donde que muy me preguntaron, el doctor González Macías, concretamente, si yo podía describir a alguna de las personas o si sabía quiénes habían sido. Sí, me preguntaron sobre eso”. El Dr. Masquelet le pregunta “¿Y usted en esa oportunidad identificó a Martel?”, a lo que responde “Sí, a Martel…..” A la pregunta de la Consejera Conti para que dijera si recordaba a partir de cuáles de sus exposiciones identificó a Martel ya que en la primera dijo no haber podido, respondió: “…No, porque fue una pelea para que insertaran por lo menos dos renglones de lo que me había pasado. Ni siquiera me preguntaron más nada. Sí, a Martel... En realidad, lo hice también en la instrucción militar, que esto es lo que les relataba antes también de identificarlo... Bueno, a Martel, Olivera y a Vic. Esto también lo hice en la VIII Brigada y después, bueno, posteriormente en la Cámara...” Tras lo cual el Dr. Masquelet le preguntó: “…Yo le quiero hacer una pregunta que apela, ya no a la informalidad de la audiencia, más allá de la calidad de testigo, que tiene que ver con su experiencia actual de juez y de haber sido 24 protagonista de los hechos y de la declaración posterior ante la Cámara. Digamos, ¿cuál es la explicación que usted encuentra a la decisión de la Cámara de haber descalificado los dichos suyos cuando se indicó a Martel como uno de sus victimarios y la consecuencia posterior, que fue la disposición de la libertad del imputado?”. Responde que “Sin entrar en una cuestión muy técnica, pero creo que es un problema que evidencia un poco la ideología de los camaristas de Mendoza con respecto a este tipo de causas. Porque obviamente cualquiera desde... Si tomamos desde la causa 13 cómo se han merituado los testimonios de sobrevivientes a cualquiera de las causas: en Julián, Rolón… O sea, hay precedentes en todo el país de cómo se han merituado o qué USO OFICIAL valor se le ha dado como prueba a los testimonios de sobrevivientes. Yo creo que esto responde, precisamente… Para mí fue un impacto muy fuerte -le digo sinceramente- cuando dictaron la falta de mérito de Martel, porque dije: ¿De qué modo probamos… qué pruebas tenemos que producir o qué pruebas se necesitan para dar por acreditado lo que nos pasó? Y uno dice, bueno, en esa época parece que no se entendiera, hay como un discurso esquizofrénico cuando se habla de un plan sistemático que se implementó de determinado modo en el país, pero al momento de valorar las pruebas se nos descalifica a los sobrevivientes. Esto es lo que yo sentí absolutamente, doctor, cuando yo en todo momento… y aun yo soy consciente de que pudo haberme pasado otra cosa. Yo después de esa primera declaración en el Juzgado Federal… Alguien avisó del Juzgado Federal lo que yo había dicho, porque a mí me volvieron a llevar a la sala de torturas, que ¿por qué había denunciado? y todo lo demás; lo que pasa es que evidentemente, tal vez, no era la orden matarme. Pero hay cosas que a uno realmente le afectan, y creo que en esto, por lo menos, en lo que nosotros hemos vivido en todo este tiempo, incluso lo digo como abogada con los juicios de la Verdad, que yo también como abogada he participado de los juicios de la Verdad, como nosotros dependemos de Mendoza… el Fuero Federal, y realmente nos costó muchísimo. Cuando empezamos uno, que íbamos a empezar lo del juicio del campo de Las Lajas nos atendió Pereyra González, pero tuvimos que hacer toda una movida con la gente en la calle para que nos recibieran. O sea, no son 25 de fácil acceso los camaristas federales en Mendoza, que uno pueda pedir una audiencia y hablar con ellos. También firmaba esto de Martel, pero ya sabemos, después de lo del juicio de San Luis, que pasó con él: que renunció. Yo creo que precisamente en esto lo que se nota es… No tengo otra manera de interpretar lo que es… que esto quedó como… también como gente que participó ideológicamente y comulgó con lo que se hizo durante el terrorismo de Estado y que quedó en determinados lugares. Porque, sin entrar a merituar, doctor yo sé qué instancia es esta-, pero me parece que había más que elementos suficientes en esta causa para sostener el procesamiento de Martel. Hasta la propia confesión de Martel, por más que obviamente la da aggiornada, como si cada uno de los presos éramos una joyería ambulante, llenos de joyas -que esa era su tarea-, él mismo reconoce que estaba en el lugar en que los hechos pasaron. Hay elementos que creo que cualquier juez puede merituarlos, que evidentemente algo a mí me había pasado en el penal, que a mis riñones algo les había pasado, desde internada… el momento Medicación. en que Cuántas estoy veces me ahí, pues sacaron. estoy O sea, elementos creo que había. Y que uno haya podido animarse, porque esto también -tal vez-, por eso digo, con una mezcla de ingenuidad y de inconsciencia de denunciarlos en ese primer momento. Pero creo que no lo puedo atribuir a otra cosa, doctor, que en esto… Y voy a tomar cosas más generales, Mendoza no tiene ningún militar detenido. O sea, todos han sido excarcelados. Es la única provincia en que no hay militares detenidos…”. HECHO II: 7º) Con fecha 10 de mayo del 2010 se presentaron Alfredo Guevara Escayola, Pablo Gabriel Salinas, Viviana Laura Beigel, Diego Jorge Lavado y Carlos Varela Álvarez. En esta ocasión imputaron al juez Petra Fernández la causal de mal desempeño por haber violado su obligación de inhibirse en la causa n°547-F caratulada “Compulsa en autos 084-F. c/ Menéndez p/ apelación” y haber practicado en ella actos que excedieron los de mero trámite. Aclaran que en dichos autos los presentantes habían recusado al Dr. Julio Demetrio Petra Fernández, toda vez que 26 éste había sido previamente denunciado ante el Consejo de la Magistratura en el expediente en análisis, como así también por declaraciones públicas efectuadas por dicho Magistrado. Siguen diciendo que el Dr. Petra Fernández rechazó la recusación por entender que esa vía estaba siendo utilizada para elegir o separar a los juzgadores conforme criterios de conveniencia y que, para resolver la incidencia, el Dr. Petra Fernández había integrado la Cámara que habría de resolver sobre su propia recusación con el Dr. Enrique Alfredo Sosa Arditi y con el Dr. López Cuitiño. Todos ellos fueron también recusados por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y Familiares de Desaparecidos. USO OFICIAL Afirman luego los denunciantes que al resolver sobre estas recusaciones, con fecha 28 de abril del 2010, la Cámara Federal de Mendoza resolvió, citando los fallos “Llerena” y “Disier”, que en relación al Dr. Petra Fernández sostuvo que “…encontramos que se haya cumplida la causal prevista en el art. 55 inc. 10 del C.P.P.N. en tanto llevó a cabo una actividad extrajudicial de su opinión sobre el proceso que tuvo y tiene a su conocimiento a la opinión pública, y por ende a los interesados… el Dr. Petra personalmente intervino en conferencias de prensa a medios periodísticos en los cuales ensayó una suerte de defensa de la propia gestión en el trámite de las causas a la vez que disparó una crítica concreta no solo a lo que rotuló como “poder político” sino que extendió la misma a los Organismos de Derechos Humanos que precisamente violaciones a son parte en los derechos las causas principales por humanos y cuyas incidencias estaban sometidas a conocimiento de la Sala de la Cámara Federal que integra el Magistrado. Este comportamiento del juez recusado constituye una pérdida de su imparcialidad desde una visión subjetiva…”. 8º) La Comisión de requerir la remisión “ad Disciplina effectum y Acusación vivendi” a resolvió la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza las fotocopias certificadas correspondientes a los autos n°547–F caratulados “Compulsa en autos 084-F Menéndez p/ apelación”, de cuya compulsa se desprende que: 27 Con fecha 4 de junio del 2009 los querellantes Pablo Gabriel Salinas y Viviana Laura Beigel “recusaron por temor de parcialidad” al Dr. Petra Fernández. Con fecha 17 de junio del 2009, el Dr. Petra Fernández entendió que la Cámara debería rechazar la recusación planteada desde que los fundamentos no se adecuaban a ninguno de los extremos previstos por el art. 55 del C.P.P.N. Con fecha 24 de junio del 2009, y tras la excusación para intervenir en dicho expediente de los Dres. Romano y Pura Arrabal, el Dr. Petra Fernández dispuso que se estuviese a lo que se resolviera en el planteo de nulidad de la integración del Tribunal en la causa “Fiscal c/ Menéndez”. Con fecha 10 de febrero del 2010 el Dr. Petra Fernández dispone hacer saber a las partes la designación del Magistrado jubilado Enrique Alfredo Sosa Arditi y que la Sala quedará integrada por éste último, por el Dr. Alfredo López Cuitiño y por el mismo Petra Fernández. Con fecha 19 de febrero del 2010 los querellantes recusan a los tres integrantes de la Sala. En lo que respecta a Sosa Arditi, alegan que resulta ser el padre de Daniel Arditi, abogado defensor del Comisario retirado Carlos Rico Tejeiro, acusado por los organismos de Derechos Humanos. También recusan al Dr. Petra Fernández por las causales ya invocadas. Ninguno de los tres jueces aceptó su apartamiento de la causa. En lo que respecta al Dr. Petra Fernández, con fecha 1 de marzo del 2010, resuelve que los fundamentos de los recusantes no encuadran en ninguna de las hipótesis previstas en el art. 55 del C.P.P.N. y que la presunta denuncia en su contra, no aparece, dentro de la ambigüedad de los términos de la resolución de la Procuración, como tal. Con fecha 9 de marzo del 2010, a pedido del Dr. Petra Fernández, el Presidente de la Cámara Nacional de Casación Penal integra la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza con los Dres. Hugo Carlos ECHEGARAY, Alejandro PIÑA y Roberto NACIFF (Integrantes de los Tribunales Orales en lo Criminal Federal de San Juan N° 1 y 2 de Mendoza, respectivamente). El 28 de abril del 2010 se expide al respecto la Excma. Cámara Federal de Mendoza con la integración dispuesta por el 28 Presidente de la Cámara Nacional de Casación Penal, la que en lo que respecta al pedido de apartamiento del Dr. Petra Fernández, refiere: “…En relación al Juez Dr. Petra Fernández encontramos que se haya (sic) cumplida la causal prevista en el art. 55 inc. 10 del C.P.P.N. en tanto llevó a cabo una manifestación extrajudicial de su opinión sobre el proceso que tuvo y tiene a su conocimiento a la opinión pública, y por ende a los interesados. Tal como lo reclamara la defensa, el doctor Petra personalmente intervino en conferencias de prensa a medios periodísticos en los cuales ensayó una suerte de defensa de la propia gestión en el trámite de las causas a la vez que disparó una crítica concreta no solo a lo que él rotuló como USO OFICIAL ´poder político´ sino que extendió la misma a los Organismos de Derechos Humanos que precisamente son parte en las causas principales por violaciones a los derechos humanos y cuyas incidencias estaban sometidas a conocimiento de la Sala de la Cámara Federal que integra el Magistrado. Este comportamiento del juez recusado constituye una pérdida de imparcialidad desde una visión subjetiva, tal como lo ha señalado la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el precedente ´Llerena´. Pero además, (…) registra una denuncia en la Comisión de Acusación y Disciplina del Consejo de la Magistratura de la Nación, bajo el número 434/08 caratulada “Yanzón Rodolfo y otros c/ Dres. López Cuitiño – Pereyra González y Demetrio Petra Fernández” y acum. 72/09, 99/09, 132/09 de fecha 12/02/09 (cfr. www.pjn.gov.ar). Es así que son precisamente los abogados de los organismos de derechos humanos los denunciantes en esta causa de promoción de destitución de los magistrados doctores Petra Fernández y López Cuitiño, a lo que se agrega que dicha denuncia ha sido interpuesta previamente al trámite de ésta incidencia (12/02/09) que tuvo su ingreso en la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza el 15/05/09. Es claro el art. 55 inc. 8 del C.P.P.N. al disponer el apartamiento obligatorio del juez cuando previo a su intervención en la causa hubiera sido denunciado por alguno de los interesados, a tal punto que es un deber legal que pesa sobre el magistrado en inhibirse de entender en la causa al tomar conocimiento de las denuncias en su contra. 29 Así las cosas, siendo el pedido de destitución ante el Consejo de la Magistratura previo al ingreso del incidente a la Sala B de la Cámara Federal de Apelaciones, el juez Petra debió inhibirse de intervenir por encontrarse denunciado por la querella que reúne la calidad de interesado en los de las términos del art. 56 del C.P.P.N. Creemos necesario destacar que según surge propias manifestaciones del juez Petra que vertiera antes los medios periodísticos como lo expusiera la parte recusante y que el magistrado en su descargo no refutó, el mismo sabía de la denuncia en su contra ante el Consejo de la Magistratura realizada por la parte interesada en esta causa, ya que él se refirió a lo que considero una especie de presión en su contra, aludiendo directamente a la promisión de denuncias ante el Consejo de la Magistratura. Y son los propios dichos del magistrado los que evidencian el conocimiento que tuvo de la denuncia por los interesados, y su negativa a cumplir con el deber legal de apartarse, continuando interviniendo en la causa como la incidencia lo demuestra a través del firmado de resoluciones que tituló de ´mero trámite´. Es que no puede considerarse decisiones de ´mero trámite´ la decisión del doctor Petra de designar de la lista de conjueces al doctor Enrique Sosa Arditi, ya que se trata de una decisión jurisdiccional consistente en la integración de un tribunal a tal punto que dicha integración puede vulnerar garantías constitucionales (art. 18 C.N.), provocar nulidades absolutas (art. 167 inc. 1 y 168 del C.P.P.N.) y por causar un gravamen irreparable, suscitar una cuestión federal suficiente para el conocimiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por vía del recurso extraordinario (Ley 48)… En segundo término se advierte que también debe ser apartado el juez Petra por la causal prevista en el art. 55 inc. 10 del C.P.P.N. al haber manifestado extrajudicialmente su opinión en el proceso a la opinión pública en general y por ende a los interesados; en el sentido de expresiones verbales críticas hacia el Ministerio Público Fiscal, parte de la causa principal y en la persona del Sr. Fiscal General doctor Jorge Auat. 30 Nuevamente, y a efectos ilustrativos se constata la radicación en la Comisión de Disciplina del Consejo de la Magistratura la formación del expediente N° 11 15/10 (Proc. Gral. Nación) ´Remite expíe. Int. M. 3732/09 Petra Julio – Romano Otilio – López Cuitiño s/ actuación´ 19/02/10… Lo hasta aquí relatado pone en evidencia la exteriorización por parte del juez recusado de una relación de tensión crítica con las partes del Ministerio Público Fiscal y de la querella que da motivos sobrados para dudar de su imparcialidad para resolver esta y otras incidencias que versan sobre delitos de lesa humanidad. Esta consideración se refuerza con el dato objetivo e indiscutible de que las críticas hacia la intervención del USO OFICIAL juez fueron realizadas en fecha previa al ingreso de ésta incidencia en el Tribunal que integra, con lo cual se descarta todo tipo de manipulación en la integración del Tribunal que el juez le atribuyó a la querella y que hubiera podido afectar la garantía de juez natural. Es que precisamente todos los reclamos de la parte querellante y del Ministerio Público Fiscal fueron previos a la intervención del juez Petra en la causa. En conclusión, por los motivos expuestos el señor Juez de Cámara doctor Julio Demetrio Petra Fernández habrá de ser apartado de la causa por haberse verificado las causales de recusación previstas en el art. 55 inc. 8 y 10 del C.P.P.N.… No puede soslayarse que el trámite dado a esta incidencia implicó una dilación indebida del procedimiento. Tal demora no es en modo alguno atribuible al recusante, al pretender tener frente así un Tribunal imparcial sino a los integrantes del Tribunal que frente a obvias circunstancias que determinaban su apartamiento decidieron permanecer en el carácter de integrantes del Tribunal. Esta temática Internacional de tuvo su protección repercusión de los en Derechos el ámbito Humanos: el Comité de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas en su 98 periodo de sesiones ordinarias celebradas en la ciudad de Nueva York del 08 al 26/03/10, en su informe motivos de anual, en el preocupación capitulo y titulado recomendaciones” “Principales señaló que: “Aunque el Comité toma nota con gran agrado de los avances en 31 la tramitación de las causas de los responsables de graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar, observa con preocupación la lentitud en el avance de las mismas en las diferentes etapas, incluida la casación, especialmente en algunas provincias como MENDOZA (Art. 2 del Pacto)…”. 9º) A esta altura, se impone señalar que la primera de las denuncias que registra el Dr. Petra Fernández y a la que hace referencia el decisorio de la Cámara precedentemente transcripto, es justamente la que se constituye en cabeza de este expediente, deducida el día oportunidad en la que los 12 de febrero del 2009, abogados de los organismos de derechos humanos promovieran la destitución de Petra. En efecto, a fs. 1/7 obra la presentación ante este Consejo efectuada por Alfredo Guevara Escayola, Pablo Gabriel Salinas, Carlos Varela Álvarez, Viviana Laura Beigel y Rodolfo Yanzón contra los Dres. Alfredo Juan López Cuitiño, Carlos M. Pereyra González, y Julio Demetrio Petra Fernández, todos miembros de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, en virtud de las consideraciones que exponen en la denuncia. Por idénticos hechos formuló denuncia contra los mismos Magistrados el Secretario de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos -Dr. Eduardo Luis Duhalde- con fecha 18 de marzo del 2009, la que fue agregada a este expediente. 10º) Por su parte, surge de estas actuaciones que con fecha 24 de febrero del 2009 se procedió a la notificación personal del Dr. Petra Fernández a tenor del art. 11 del Reglamento de la Comisión de Disciplina y Acusación y que, a través de la Resolución Nro. 101/09, la Comisión resolvió citarlo a tenor del art. 20 del mismo Reglamento, por la causal de mal desempeño expresamente prevista en el art. 25 inc. 4to de la Ley del Consejo de la Magistratura, quien hizo uso de la facultad de no comparecer y presentó descargo por escrito sustitutivo con fecha 17 de diciembre del 2009. En el descargo realizado por escrito el juez Petra Fernández solicita se desestime cada uno de los cargos que le fueran atribuidos. Refiere que los denunciantes están de alguna manera sorprendiendo la buena fe de los integrantes 32 del Consejo de la Magistratura al señalar que intervino en procesos en los cuales ellos fueron denunciantes de este juez en fecha anterior, porque a ellos mismos les consta que la original radicación de las causas principales en la Cámara es anterior a la primera de las denuncias que persiguen su destitución. Entiende el magistrado que debe desestimarse la denuncia en tanto se enmarca la cuestión en la causal del art.55 inc. 9º del C.P.P.N. Refiere que no existe ni existió el deber de apartarse; que en todo caso se ejerció el derecho-deber, que establecen los arts. 61 y 62 del Código de forma, que establecen que el juez debe informar si le cabe o no la causal de recusación que se le está atribuyendo. USO OFICIAL Por otro lado, admite haber controvertido con el Sr. Fiscal General de la Procuración de la Nación en torno a la gestión en materia de procesos de delitos de lesa humanidad en la Cámara Federal de Mendoza. Refiere que se vio ante el imperativo, como Presidente de dicha Cámara, de señalar que las manifestaciones efectuadas por el Dr. Auat en medios de comunicación resultaban antojadizas e infundadas. Agrega que él se refirió a cuestiones generales relativas a la marcha del proceso y a la conducta personal de un funcionario de la Procuración, que francamente no advierte que ello pueda de alguna manera rozar con la norma prevista en el art. 55 inc. 10 del C.P.P.N. referida a la causal de prejuzgamiento, y que en ningún momento ha exteriorizado opinión alguna acerca de la forma en que serían resueltas las cuestiones debatidas en causa alguna, y menos aún revelado con anticipación cuestiones esenciales referidas al objeto de alguna sentencia o resolución a dictarse. Con relación a la designación del Dr. Soza Arditi como Juez de Cámara, el Dr. Petra Fernández refiere que tal como surge de la documentación pertinente, fue designado en el marco de la Acordada Nº 37/09 de la C.S.J.N., por resolución nº 1253/09 de fecha 23 de noviembre de 2009, Presidente de la Cámara Nacional de Casación por la Penal, Dra. Liliana E. Catucci; que él se limitó a proponer al referido magistrado en su condición de Presidente de la Cámara Federal. 33 CONSIDERANDO: 1º) Que, en primer lugar, cabe señalar que el objeto de este expediente se encuentra circunscripto exclusivamente a las conductas imputadas al Dr. Julio Demetrio Petra Fernández. En efecto, con fecha 19 de mayo de 2011, por resolución N°37/2011, el Consejo de la Magistratura resolvió declarar abstracta la investigación respecto del Dr. Carlos Pereyra González, ex integrante de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, y desestimar la denuncia formulada contra el Dr. Alfredo Lopez Cuitiño, integrante de la mencionada Cámara. Asimismo, se resolvió en esa oportunidad, “proseguir la investigación de las presentes actuaciones respecto del Dr. Julio Demetrio Petra, integrante de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, por ante la Comisión de Disciplina y Acusación”, circunstancia que nos deja entonces en estado de pronunciarnos respecto de aquél. 2º) Que mediante Decreto N° 634/2012 de fecha 26 de abril del corriente año, el Poder Ejecutivo Nacional aceptó la renuncia del Dr. Julio Demetrio Petra Fernández al cargo de juez de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza. Atento que las facultades previstas por los arts. 114 inciso 5° y 115 de la Constitución Nacional y arts. 7° inciso 7, 25 y concordantes de la Ley 24.937, se refieren exclusivamente a magistrados en actividad, cabe concluir que se ha agotado la finalidad prevista por las normas indicadas. Por tal motivo esta investigación ha devenido abstracta, lo que así corresponderá a este Consejo resolver. 3º) Que, sin perjuicio de lo expuesto en el considerando anterior, y ante el supuesto de que el ex-magistrado pudiera eventualmente retornar a la función judicial, cabe pronunciarse sobre el mérito de los elementos analizados al momento de emitirse la presente resolución. Al respecto cabe aclarar que en las presentes actuaciones se han cumplido todas las instancias procesales que prevé Acusación. el Reglamento Asimismo, de resulta la Comisión oportuno de Disciplina destacar que y con posterioridad al ingreso de las denuncias que hacen al objeto del presente expediente, fueron realizadas ante este Consejo de la Magistratura otras presentaciones, en las cuales se 34 cuestiona la conducta del ex juez Petra Fernández, en su mayoría, en torno a su actuación en causas en las que se investigan delitos de lesa humanidad. Se trata de denuncias que se encuentran acumuladas en el expediente 348/2010, caratulado “Salinas Pablo- Beigel Viviana y otros c/ Dres. Petra Fernández – Rago Gallo Y Galvez Miguel”, a saber: expte. 355/2010 caratulado “Cam. Nac. de Casación Penal – Remite Dcia. Guevara y Guevara Escayola c/ Dres. Galvez y Rago Gallo”; expedientes 403/2010 caratulado “Auat Jorge, (Fiscal Gral.) y otro s/ Act. Julio Demetrio Petra (Int. Cam. Fed. Apel. Mendoza)”, 183/2011 “Camus Margarita s/ Actuación del Dr. Julio Demetrio Petra Fernández –Int. Cam. Fed. Mendoza”; 174/2011 “Movimiento USO OFICIAL Ecuménico por los Derechos Humanos Regional Mendoza c/ Dr. Julio Demetrio Petra”; y 226/2011 “Somoza Arturo Roberto (Rector Universidad Nacional de Cuyo) s/ Act. Petra Fernández J.”. Al efecto, debe remarcarse que en el expediente 183/2011 el hecho investigado consiste en la misma conducta denunciada como hecho I en estas actuaciones. En los otros casos se advierte un grado de similitud tal que hubiera podido permitir analizarlos en conjunto, a fin de establecer un mismo patrón de conducta. 4º) Que, en razón de lo expuesto en el considerando anterior, no puede soslayarse hechos denunciados constancias en este probatorias la extrema gravedad de los expediente, analizadas así hasta el como de las momento. Por tanto, para el hipotético caso de haber continuado el Dr. Julio Demetrio Petra Fernández ejerciendo su función de magistrado, no existen al momento, elementos de convicción que permitan proceder a la desestimación de las denuncias aquí formuladas. 5º) Que, no obstante, y como fuera señalado en el considerando 2º), en el presente caso no corresponde a este Consejo de la Magistratura pronunciarse de otro modo que no sea declarando abstracta la presente investigación. Por ello, en la sesión del 17 de mayo del corriente año, 35 SE RESUELVE: 1°) Declarar abstracta la denuncia formulada contra el Dr. Julio Demetrio Petra Fernández, de conformidad con lo referido en el considerando 2º. 2°) Tener presente lo expresado en los considerandos 3º y 4º), en orden a la conducta del referido ex-magistrado. Regístrese, notifíquese y archívese. Firmado ante mí, que doy fe. Fdo.: Manuel Urriza (Presidente) – María Susana Berterreix (Sec. Gral.) 36