1 USOOF IC IA L RESOLUCIÓN Nº 92 /2012 En Buenos Aires, a los

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RESOLUCIÓN Nº 92 /2012
En Buenos Aires, a los 17 días del mes de mayo del año
dos mil doce, sesionando en la Sala de Plenario del Consejo
de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación “Dr. Lino
E. Palacio”, con la Presidencia del Dr. Manuel Urriza, los
señores consejeros presentes, y
VISTO:
USO OFICIAL
El
expediente
otros
c/Dres.
Petra
Fernández”
434/2008,
López
y
caratulado
Cuitiño,
sus
Pereyra
acumulados
“Yanzón
González
Rodolfo
y
y
Demetrio
expedientes
72/2009,
99/2009 y 132/2009, de los que
RESULTA:
HECHO I:
1º) A fs. 1/7 obra la presentación ante este Consejo de
la
Magistratura
Escayola,
Viviana
efectuada
Pablo
Laura
Gabriel
Beigel
y
por
los
Salinas,
Rodolfo
Sres.
Carlos
Yanzón
Alfredo
Varela
contra
Alfredo Juan López Cuitiño, Carlos M. Pereyra
Julio
Demetrio
Federal
de
Petra
Fernández,
Apelaciones
de
integrantes
Mendoza,
en
de
Guevara
Álvarez,
los
Dres.
González y
la
virtud
Cámara
de
las
consideraciones que exponen en la denuncia.
El objeto de dicha denuncia se refiere a la conducta que
consistió
en
el
dictado
del
decisorio
de
fecha
18
de
septiembre del año 2008, por el que se dispuso la libertad
del Sargento del Ejército Osvaldo Benito Martel, acusado por
los delitos de
tormentos agravados en concurso
ideal con
lesiones leves en perjuicio de Margarita Rosa Camus, actual
Jueza de Garantías de la justicia sanjuanina y nieta del
entonces Gobernador de San Juan, Eloy Camus, quien también
fuera detenido.
Por este mismo hecho formuló denuncia contra los mismos
Magistrados el Secretario de Derechos Humanos del Ministerio
de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos -Dr. Eduardo Luis
1
Duhalde- con fecha 18 de marzo del 2009, la que fue agregada
a este expediente.
2º)
Dicho
decisorio
judicial
fue
agregado
a
estos
actuados y de él se desprende que con fecha 1 de septiembre
del 2008, con la firma de los Dres. Julio Petra Fernández y
Carlos Martín Pereyra González, y el voto en disidencia del
magistrado Alfredo López Cuitiño, se resolvió “REVOCAR el
procesamiento y prisión preventiva de Osvaldo Benito Martel y
dictar la falta de mérito del mismo por la presunta comisión
de los delitos de tormentos agravados en concurso ideal con
lesiones
leves
agravadas
en
perjuicio
de
Margarita
Rosa
Camus”. Además, el Tribunal de Alzada adelantó la resolución
al Juzgado Federal de intervención a fin de que arbitrara lo
necesario para otorgar la inmediata libertad en la causa al
encartado Osvaldo Benito Martel.
Ahora
bien,
valoración
que
previo
merece
ingresar
al
a
Consejo
este
tratamiento
el
de
la
decisorio
cuestionado, resulta forzoso destacar, al menos, parte de los
fundamentos a partir de los cuales el titular del Juzgado
Federal N°2 de San Juan resolviera decretar el procesamiento
y prisión preventiva de OSVALDO BENITO MARTEL en la causa
penal ya referenciada.
3º)
En
dicha
causa
se
investigan
los
tormentos
y
lesiones a que fuera sometida Margarita Rosa Camus, en el
curso
de
su
detención,
sospechada
de
violar
la
ley
que
sancionaba conductas subversivas destinadas a la toma del
poder político.
La descripción puntual de las torturas y vejámenes de
las que fuera víctima se tomó de sus denuncias y diferentes
declaraciones, debiendo agregarse que causaron en la Sra.
Camus una lesión permanente consistente en un descenso de su
riñón
izquierdo,
diagnosticada
inicialmente
como
poliquistosis renal, resultando en definitiva una ptosis de
génesis traumática.
Las pruebas valoradas por el Juez federal fueron
extraídas de los autos N°4661 “C/ Camus, Margarita p/ Inf. a
la ley 20.840”, reservados en Secretaría, cuyo instructor
prevencional fue el entonces Teniente Eduardo Daniel VIC de
los que resulta:
2
A fs. 3 se halla acreditada la detención de Margarita
Rosa Camus el día 25 de noviembre de 1976 en oportunidad de
presentarse voluntariamente ante las autoridades del R.I.M.
22 y su traslado ese mismo día al Instituto Penal de Chimbas.
Tal como surge a fs. 26/27 el día 17 de marzo de 1977 la
nombrada declaró ante el Juez Federal, y con relación al tema
indicó
“…los
Instituto
apremios
Penal
de
ilegales
Chimbas,
a
que
fue
sometida
consistiendo
los
en
el
mismos
en
golpes, amenazas con armas de fuego y la aplicación de la
picana eléctrica”.
A fs. 43 obra la denuncia por detención y torturas
efectuada
por
Camus
el
día
17
de
mayo
de
1984
ante
la
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, en la
USO OFICIAL
que manifiesta que fue detenida el 25 de noviembre de 1976
“por personal del Ejército a cargo del Teniente Olivera” y
“torturada
en
conociendo
a
el
dos
Penal
de
de
ellas
Chimbas”
a
por
quienes
cinco
denomina
personas
como
“el
Sargento Martel y el Teniente Víctor Hugo Vic”; iniciando el
Juzgado de Instrucción Militar
Nº 81 los
Autos Nº6606/85
“Denuncia por: Presunto Hecho Delictuoso (Subsec. de Derechos
Humanos)”-Expediente Letra: OB 5 0950/2760- Legajo Nº 8387,
Causa Nº 147, remitida y continuada ante la Cámara Federal de
Apelaciones de Mendoza bajo el Nº49.110 -C- 426.
A fs. 104/142 se agregan copias de parte de los autos
Nº4.661 “C/ Camus Margarita Rosa Por Presunta Infracción A La
Ley Nº 20.840 s/ Actividad Antisuversiva".
A fs. 144/145, en oportunidad de declarar Camus ante la
Instrucción Militar J.I.M. 81, radicado en Mendoza, ratifica
su denuncia de fs. 43/45 rectificando las circunstancias en
que fuera detenida, dando detalles de la detención y de los
tormentos padecidos, relatando que denunció ante el Juez los
apremios y torturas sufridas y las amenazas de muerte de las
personas que la torturaron. El juez le manifestó que no podía
hacer
nada
porque
estaba
205/206
Camus
bajo
dependencia
del
personal
militar.
A
fs.
declara
ante
la
Excma.
Cámara
Federal de Apelaciones de Mendoza, ratifica su declaración de
fs. 112/113 de la causa 49110-C-4263 y agrega que durante su
tortura en el Penal de Chimbas, luego de ser picaneada le
retiran la capucha y, habiéndosele corrido la venda por los
3
golpes recibidos, reconoce al enfermero Vargas (fallecido) y
ve
a
las
cuatro
o
cinco
personas
que
la
interrogaron
y
torturaron. También manifiesta que su abuelo el Profesor Eloy
P. Camus, Gobernador de San Juan hasta el 24 de marzo de
1976, estaba detenido pero sometido a un régimen distinto y
fue testigo de las veces en que fuera trasladada al lugar de
tortura. Asimismo, relata los problemas renales que sufrió
como consecuencia de los golpes recibidos y en virtud de los
cuales se le diagnosticó “poliquistosis renal” y que luego de
estudios realizados por el Dr. Gallo resultó que su riñón
derecho se había descolgado unos diez centímetros quien lo
atribuyó a los golpes recibidos. Manifiesta que vio llevar al
lugar
de
tortura
a
Hilda
Díaz,
María
Josefina
Casado
de
Nacif, Ana María García, Zulma Carmona y a Silvia Pont. A
Hilda Díaz y Ana María García las vio en malas condiciones.
Como responsables los detenidos nombraban al Teniente Gómez,
porque había trato directo con él, Martel y “el Turro”.
A fs. 285 se reinician estos actuados en virtud de lo
dispuesto en el punto VII de la resolución de fs. 987/989 de
los autos N°6204 “Denuncia por la presunta desaparición de
María Ana Erize”.
A fs. 316/318 y 339/340 se agregan las declaraciones de
Camus prestadas en los Autos N° 4767 y N°6481 que, sumadas a
las declaraciones prestadas en esta causa a fs. 323/327 vta.
y 344/345, reitera en lo fundamental los hechos ya narrados
aportando mayores datos consistentes en que el día 25 de
noviembre de 1976, en horas de la mañana, a raíz de una
citación de la autoridad militar, concurrió en compañía de
sus padres al R.I.M. Nº 22; allí la recibió el Teniente
Coronel Adolfo Díaz Quiroga, quien la llevó hasta una oficina
en la que estaba una persona que se identificó como Teniente
Olivera. Luego, Díaz Quiroga se retiró y fue interrogada a
cara descubierta por el Teniente Olivera respecto a su abuelo
Eloy Camus, quien había sido Gobernador de esta Provincia, y
sobre
la
actividad
que
la
nombrada
desarrollaba
en
la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de
San Juan, siendo preguntada también acerca de su vínculo con
algunas
de
sus
compañeras.
Olivera
la
arengaba
a
que
colaborara, y al no haber respuesta de Camus, finalmente le
dijo “has perdido la oportunidad que te hemos dado”.
4
El interrogatorio duró más de tres horas y Olivera le
manifestó
a
Camus
que
quedaba
detenida
por
presuntas
actividades subversivas.
Alrededor de las 14 hs. de ese día, fue trasladada por
sus padres al Instituto Penal de Chimbas, allí la recibió el
Subalférez Saller, ya que Gendarmería estaba a cargo de la
custodia
del
Penal,
quien
la
identificó
y
la
llevó
al
pabellón.
Después
de
dar
vueltas
en
círculos
dentro
del
Penal, la llevaron a un lugar en el que había un fuerte olor
a comida, que quedaba en un 1º piso y al que se accedía por
una
escalera
escuchó
caracol.
Camus,
En
había
dicho
sitio,
aproximadamente
por
las
cinco
voces
que
personas;
la
USO OFICIAL
sentaron frente a una mesa de madera sin vidrio con las manos
desatadas. Diez minutos después le preguntaron si sabía dónde
estaba, a lo que les contestó que se encontraba en el Penal,
le pegaron una trompada en la cara y la tiraron de la silla;
en ese momento comenzaron a patearla y tirarle el pelo. Una
persona que tenía tonada porteña y a la que los detenidos le
llamaban
“Turro”
porque
durante
los
interrogatorios
los
insultaba de esa manera, la desnudó; entonces la manosearon
varias
personas,
luego
la
ataron
con
las
manos
atrás
y
prosiguió el interrogatorio con golpes de puño y patadas. Los
interrogadores gritaban todo el tiempo, el que más lo hacía
era
el
perfume
“Turro”,
del
a
jabón
quien
que
podía
usaba
identificar
marca
por
el
fuerte
“Princesa”.
Los
torturadores la amenazaban con matarla, y le decían “te vamos
a dar con la 220”. Le aplicaron picana eléctrica en la parte
interna de los muslos, en la zona genital y en los pezones,
que
además
descompuso,
se
los
estaba
retorcían.
tirada
en
Después
el
piso
de
y
la
los
picana
se
torturadores
gritaban “a ésta no la podemos matar”. La tiraron en una
banqueta, le aflojaron la capucha y fueron a buscar a un
enfermero de apellido Vargas, al que luego reconoció cuando
estuvo internada en la enfermería del Penal; éste le levantó
más la capucha para darle una pastilla para el corazón, a lo
que Camus se negó porque creía que la iban a envenenar. En
ese momento, como la venda se le había caído por los golpes,
alcanzó a ver a Vargas y a otras tres personas respecto de
5
las cuales con posterioridad pudo saber, como se detalla más
adelante, que eran Vic, Martel y Lazo (fs. 324 vta.).
Aproximadamente
el
día
10
de
diciembre
de
1976
las
detenidas fueron llevadas –encapuchadas- al lugar de tortura
del
Penal,
donde
se
les
realizó
un
peritaje
caligráfico
(fs.144/vta.). Allí Camus escuchó las voces de algunos de sus
torturadores.
El
peritaje
se
tuvo
que
repetir
al
día
siguiente; Martel y Vic se presentaron en el pabellón a cara
descubierta, donde Camus nuevamente pudo ver el rostro de
ambos, enterándose de sus apellidos por otras detenidas y por
las celadoras. Al rato se fue Vic y llegó Malatto, de quien
supo su nombre porque se lo dijeron las celadoras y otras
detenidas, quienes lo conocían porque cuando éste iba a la
Alcaldía se presentaba con su nombre y grado.
Además,
Camus
vio
a
Martel
varias
veces,
desde
la
ventana de su celda, cuando llevaba su Renault Gordini color
blanco
a
arreglar
a
un
taller
que
tenía
un
interno
de
apellido Palacios, en el Penal, cerca del pabellón donde ella
se alojaba, en proximidades de la Capilla y Enfermería del
Penal.
Asimismo,
refirió
que
el
oficial
de
Gendarmería,
Subalférez Saller podría identificar a Osvaldo Benito Martel.
Del “Legajo de Fotos” formado y reservado en los autos
N°6204– “Denuncia por la presunta desaparición de María Ana
Erize”,
en
el
que
se
identifica
cada
foto
por
números
correlativos a un índice también reservado, reconoció la foto
Nº48, de Alejandro Víctor Lazo, a quien identifica como la
persona que la torturó y desnudó y al que le decían “turro”;
la foto N°7 de Gustavo Adolfo Lafuente, al que recuerda como
quien
dirigía
el
traslado
frustrado
de
marzo
de
1977
al
aeropuerto de Las Chacritas, donde trasladaron únicamente a
los hombres, y quien estaba acompañado de la persona cuya
foto luce el N°8 correspondiente a Daniel Rolando Gómez, al
que vio en varias ocasiones en el Penal; la N°9 de Juan
Francisco Del Torchio, como la misma persona que estaba en
las reuniones de grupo en casa de Elida Páez; la N°11 de
Eduardo Daniel Vic porque es la persona que llevó al pabellón
la pericia caligráfica y estaba en sus interrogatorios; la
N°17
de
Jorge
Fernández
Monjes,
a
quien
conoció
como
Interventor militar en la Universidad Nacional de San Juan;
6
la
N°29
de
Carlos
Luis
Malatto,
quien
fue
al
pabellón
uniformado en la oportunidad de hacer la pericia caligráfica;
la N°47 de Miguel Ángel Bergounian como la persona que estaba
en
el
traslado
definitivo
a
Buenos
Aires;
la
N°59,
de
Demetrio Nectvectailenko, por ser el médico que la asistió y
le dijo que tenía “el histérico”; la N°144, de Gustavo Ramón
Demarchi a quien reconoce de haberlo visto en el Penal; la
Nº146 del Sargento Osvaldo Benito Martel, como la persona que
la torturó y vio en la pericia caligráfica y en el Penal
cuando iba a arreglar su auto, era pelado, no tenía pelos en
la parte delantera de la cabeza.
Con relación a las lesiones referida por la damnificada
como consecuencia de los golpes y torturas, se acreditaron a
USO OFICIAL
través de los siguientes elementos probatorios:
A fs. 116 obra la Historia Clínica de la causante N°119093- extendida por las autoridades del Centro de Salud
“Dr. Marcial v. Quiroga” de la que surge: que el día 19 de
enero de 1977 Camus fue atendida en los Consultorios Externos
de dicho Hospital por un problema en los riñones; el día 26
de enero de 1977 fue internada en la cama nº19 del Servicio
de Urología del mencionado nosocomio por orden del Dr. José
Waisman
análisis
(fs.114);
allí
se
diagnosticándole
le
realizaron
“riñón
radiografías
multiquístico e
y
infección
urinaria”, siendo dada de alta el 31 de enero del mismo año.
Durante su internación no le permitieron ver a su familia,
estando custodiada por el Ejército y después por personal de
la Seccional Trece de la Policía de la Provincia.
El 9 de marzo de 1977 fue internada nuevamente en el
Servicio
de
Urgencia,
sala
nº22
del
Hospital
Rawson,
recibiendo el alta transitoria ese mismo día (fs. 97).
El día 16 de agosto de 1977, Camus declara ante la
Justicia
Federal
de
San
Juan
que
su
estado
de
salud
continuaba en similar situación respecto a su padecimiento de
una “poliquistosis de riñón izquierdo” y que el día 28 de
abril de 1977 le indicaron unos análisis y radiografías,
agregando
que
hasta
aquella
fecha
no
había
recibido
un
tratamiento específico para su dolencia, sino solo calmantes
por sus dolores (fs. 122).
Estando detenida en la Unidad Penitenciaria de Devoto es
atendida en el Consultorio Externo del Servicio Penitenciario
7
Federal
-Hospital
septiembre
de
Penitenciario
1978
como
Central
paciente
II-
con
el
19
de
diagnóstico
de
poliquistosis renal izquierda, diagnóstico de extrema rareza,
ya que la patología se caracteriza por su bilateralidad y ser
congénita, constando en el informe médico los estudios que se
ordenaron y la evolución de la enfermedad. (Informe Médicofs. 82/87).
A fs. 205 la causante manifiesta que fue examinada por
médicos de la Cruz Roja Internacional, quienes le dijeron que
necesitaría un transplante renal.
A fs. 127/129 vta. el 23 de noviembre de 1978, el Dr.
Hernán
Serra
Director
(médico
del
de
Hospital
planta
del
Penitenciario
H.
P.
C.)
Central
elevó
de
la
al
Unidad
Carcelaria Nº2 un informe sobre la evolución favorable de
Camus
respecto
de
su
poliquistosis
renal
y
remitió
su
historia clínica.
El 29 noviembre de 1978 fue trasladada a la Provincia de
San Juan a disposición del Juez Federal, quien autorizó que
se le efectuaran los análisis encomendados, los que fueron
realizados
por
el
Dr.
Carlos
Pedro
privada Sanatorio Mayo de San
Gallo
en
la
clínica
Juan, siendo reintegrada a
Devoto el día 4 de enero de 1979 (fs. 112/115 de los autos
nº4661).
A fs. 354/355 declara el Dr. Carlos Pedro Gallo cuya
especialidad es clínica médica, nefrología y medio interno,
quien
manifiesta
que
recuerda
que
en
noviembre
de
1978
atendió en el Sanatorio de Mayo a Margarita Camus, quien se
encontraba
detenida.
descendente
para
poliquistosis
Que
confirmar
renal,
el
le
o
ordenó
descartar
cual
era
el
una
un
pielografía
diagnóstico
diagnóstico
de
de
los
médicos que la atendían en la detención. Del análisis de
dicho estudio el dicente puede decir que no se veían imágenes
compatibles con poliquistosis renal y sí con una ptosis renal
derecha con descenso pronunciado del riñón derecho por debajo
de su nivel, aclarando que según la etiología de cada cuadro
la poliquistosis se trata de una enfermedad heredo familiar,
caracterizada
por
presencia
de
quistes
en
el
riñón;
en
cambio, la ptosis es una alteración de la posición del riñón
susceptible de haber sido precipitado por causas externas,
por ejemplo golpes tanto accidentales como intencionales, lo
8
cual
se
descarta
en
el
primer
caso.
En
cuanto
a
las
consecuencias, aclara que en la ptosis el riñón queda donde
se ubica y en el caso de la poliquistosis, evoluciona más o
menos lentamente y lleva a la insuficiencia renal. La ptosis
provoca dolores lumbares y en la fosa ilíaca, que eran las
manifestaciones de la nombrada y puede causar infecciones
urinarias crónicas que, en caso extremo, puede llegar a una
insuficiencia
renal
terminal.
Aclara
que
la
ptosis
no
compromete la función renal por sí misma; ésta se compromete
cuando se aúnan otras causales concomitantes. Un diagnóstico
de poliquistosis
condición
de
debe incluir un estudio familiar por su
enfermedad
genética
y
estar
a
las
manifestaciones clínicas posteriores.
USO OFICIAL
A fs. 350 obra el acta de la declaración de Víctor Hugo
Saller, quien como segundo del Alférez Julio Argentino Vargas
estuvo a cargo a partir de septiembre de 1976 de la seguridad
del Pabellón del Instituto Penal donde se alojaban detenidos
a disposición del Poder Ejecutivo Nacional y de la Justicia
Federal. Entre otros episodios, durante su gestión participó
de la inspección a uno de los pabellones -cree que el n°6que
hiciera
personal
de
la
justicia
producido apremios y torturas,
porque
en oportunidad
se
habían
de estar a
cargo de la llamada “inteligencia” del ejército.
Con relación al caso en examen recuerda haber custodiado
a Camus, quien llegó, conforme supo a su arribo de un franco,
“en muy malas condiciones de salud… recibiendo un parte con
la
descripción
de
su
salud
y
las
recomendaciones
para
tratarla, al punto que se la trasladaba al hospital para
tratamiento por males renales”; sin perjuicio de que a ella
no le comprendían las instrucciones que recibieran en el
sentido de “flexibilizar las condiciones de las detenciones,
lo que implicaba que ya no estuvieran vendados, mejorar el
plan de visitas y las condiciones generales, salvo algunas
excepciones que debían indicarse por escrito, como el caso de
la detenida Camus…”, aclaró luego que ello les fue comunicado
mediante instructivo del Jefe del Área 332 y que, cuando se
hicieron cargo de la seguridad, en el primer piso había unos
100 detenidos que presentaban diferentes dolencias físicas,
quienes le comentaban “que estaban en esas condiciones por
los golpes que habían recibido cuando el Ejército los había
9
interrogado, inclusive en el Instituto Pena, en un salón… que
quedaba en el primer piso en el cual había una mesada, arriba
de la cocina”.
A
fs.
379/393
lucen
copias
de
declaraciones
de
Eloy
Camus, hermano de la damnificada, quien en oportunidad de
declarar ante la instrucción militar, J.I.M. 81 radicado en
Mendoza y en diferentes autos en trámite por delitos de lesa
humanidad,
con
respecto
al
allanamiento
en
la
vivienda
familiar estando él, indicó que lo efectuaron, entre otros,
el Teniente VIC; que firmó una constancia de cosas que se
llevaron y el Teniente Olivera, quien ingresó cuando ya había
sido
reducido
estando
en
retiraron
el
por
la
fuerza,
suelo;
cuando
este
llegó
su
lo
último
padre,
interrogaba
y
lo
otros
que
y
golpeaba
oficiales
motivó
se
que
se
levantara el operativo, se firmara la constancia donde no
figuraban joyas, y luego le fuera devuelto su documento de
identidad (v. fs. 390).
A fs. 446 declaró Octavio T. Echegaray, quien cumplía su
servicio militar en el año 1977 y se desempeñó como asistente
del Teniente VIC, asignándosele un automóvil sin patente para
realizar tareas para él y su familia hasta que se trasladaron
a Buenos Aires. Le tocó participar del traslado de detenidos
desde San Juan a Buenos Aires junto a un subteniente que
Camus ha reconocido como Lazo, presenciando en el aeropuerto
de esta ciudad la feroz golpiza a que fueron sometidos los
trasladados por parte del personal de la fuerza de seguridad
que lo recibió en ese lugar, que vestía uniforme de fajina
azul y, según él, era de la Policía Federal. Sabe de la
existencia
de
una
oficina
de
“inteligencia”,
de
la
que
formaban parte los oficiales, entre ellos Cardozo, que por
comentarios
entre
los
conscriptos,
se
sabía
que
habían
abusado sexualmente de una detenida “muy linda, una pendeja
divina”. Dio referencias del carácter de Del Torchio; supo
del caso del conscripto JORGE BONIL, a quien le prestaba su
auto
para
los
francos
y
de
uno
de
ellos
no
regresó;
finalmente refirió detalles de un operativo que se hizo en el
departamento
Pocito,
supuestamente
destinado
a
detener
a
NORMA ARROSTITO, cuya captura estaba recomendada en la época.
A
fs.
481/484,
obra
la
declaración
del
Comandante
Ernesto Jensen, quien se desempeñó como Jefe de la Agrupación
10
X San Juan de la Gendarmería Nacional entre enero de 1976 y
abril de 1978, fuerza que se hizo cargo de la seguridad del
pabellón en que estaban alojados presos vinculados a causas
de la subversión, a partir de días después del golpe militar
del 24 de marzo de 1976. En el marco del cumplimiento de
dicha misión y contra la opinión del Jefe del Área 332,
Teniente Coronel Menvielle y el Jefe de la Brigada, General
Maradona, tomó contacto con el Juez Federal para saber las
condiciones legales de los detenidos, quien al igual que él
no tenía noticias ciertas. Solicitó que la movilización de
los
presos
fuera
del
penal
se
hiciera
con
autorización
escrita de Menvielle o el Juez, al punto de hacerle una nota
al segundo que no le fue hecha llegar, diciéndole Menvielle:
USO OFICIAL
“mire Jensen esta nota yo la voy a cajonear porque si el
General Maradona lee lo que esta escrito acá, lo va a relevar
de
inmediato
Oficiales
por
del
que
Ud.
Ejército…”.
le
está
Gestionó
dando
un
órdenes
espacio
a
los
dentro
del
penal para los interrogatorios, encargándose el personal de
gendarmería de llevarlos allí y traerlos a las celdas, sin
perjuicio
de
no
estar
en
la
diligencia.
Intentó
que
se
reviera la inclusión de antecedentes falsos en prontuarios
que le “hacían” a los “delincuentes subversivos”. Intervino
en lograr la visita de las esposas de los detenidos, pese a
la oposición de Maradona, así como en el sumario que se le
siguiera
al
Teniente
Demarchi
por
haber
violado
a
una
detenida, lo cual motivó su separación del ejército. Luego de
la desaparición de Víctor Hugo García, intentó que los jefes
de las cuatro fuerzas de seguridad fueran informados con
anticipación de los operativos que, evidentemente, estaban
llevando a cabo en San Juan “grupos de tareas”, ya que éstos
estaban
generalmente
a
cargo
de
suboficiales,
que
podían
aprovechar y “hacer procedimientos por encargo sin criterio
propiamente
antisubversivos”.
Recordó
que
oficiales
del
R.I.M. 22, entre ellos Malatto, Gómez, Cardozo y Olivera,
“preparaban procedimientos en la ciudad con la policía y el
ejército,
que
prestaba
la
seguridad
externa,
entrando
la
primera en las casas”, habiéndole comentado otros comandantes
que
“hacían
latrocinios
de
toda
índole”.
En
cuanto
a
procedimientos de detenciones ilegales, torturas y tormentos
en
general,
estimó
que
pueden
haber
ocurrido
con
11
desconocimiento de Menvielle, a quien considera una persona
recta, y que éste no supiera lo que hacían los oficiales, ya
que “la batuta de todo la llevaba el Teniente Olivera y
después un Oficial que estaba
muy obsesionado,
de nombre
Cardozo, pero siempre dirigió la batuta Olivera.”. En cuanto
a los lugares, indicó que son la gran incógnita, habiendo
sabido
tiempo
suboficiales
después
habían
por
tenido
el
que
Suboficial
dejar
de
Bona,
ir
a
que
la
los
llamada
Marquesita, sin saber por qué; estimó que a él se lo dejaba
de lado en los procedimientos con violación a los derechos
humanos por su oposición, refiriendo finalmente las palabras
que tuviera días antes del golpe militar el General Menéndez,
relativas a la inminencia del comienzo de una “guerra interna
contra
la
subversión
marxista”,
en
la
que
estarían
involucradas todas la fuerzas y subordinadas al ejército, ya
que la subversión debía ser aniquilada.
A fs. 533/534 obra el acta del reconocimiento en rueda
de personas efectuado por Camus de los imputados José Osvaldo
Martel y Víctor Alejando Lazo.
Interrogada en función de las previsiones del art. 271
C.P.P.N. la nombrada manifestó que a las personas indicadas
las
había
visto
en
las
oportunidades
citadas
en
sus
declaraciones, aclarando que con relación al reconocimiento
fotográfico efectuado en el Juzgado Federal, identificó a
tres
personas
tormentos
y
de
que
las
la
que
estaban
foto
cuando
publicada
en
fue
un
sometida
diario
a
local
corresponde a Lazo aunque se consigna el nombre de Martel.
Acerca
de
la
medida
en
sí
misma,
la
damnificada
reconoció a los imputados como las personas a quienes asigna
las conductas que indicó en sus declaraciones, es decir, como
algunos de los que la sometieron a tormentos. Respecto a
Martel, aclaró que “en cuanto a las diferencias y semejanzas,
hace 31 años Martel no tenía canas, ahora tiene canas y
algunas
arrugas
en
la
cara”
y
respecto
a
Lazo,
que
“obviamente la coloración del pelo ha cambiado, ahora es una
persona muy canosa, antes hace 31 años tenía el pelo bien
oscuro, obviamente los dos casos no vestían esa ropa, vestían
uniformes”.
En el descargo de fs. 535 Martel indicó que al tiempo de
los
12
hechos,
se
desempeñaba
a
las
órdenes
del
Teniente
Olivera; estuvo unos nueve meses en 1976 en el Penal de
Chimbas en una oficina de guardia recibiendo elementos que se
dejaban (anillos, relojes etc.) cuando llegaba un detenido,
los que llevaba luego al cuartel; estuvo siempre fuera del
penal
sabiendo
que
en
el
grupo
de
Inteligencia
estaban
Olivera y otros oficiales que nombra, entre ellos Vic; en el
R.I.M. 22 estaba en la banda de música; cuando no llegaban
detenidos, recorría el penal y charlaba con el personal, por
lo
que
supo
que
de
noche
iban
oficiales
a
hacer
interrogatorios a los detenidos; aclaró que la modalidad de
su
trabajo
era
ensobrar
lo
que
le
daban
los
detenidos,
llevarlo al R.I.M. y entregarlo a Olivera, sin recibo; que a
él
lo
designó
el
Jefe
de
la
Banda
Capitán
REGI;
a
los
USO OFICIAL
interrogatorios se llevaba a los detenidos encapuchados; los
guardias de la cárcel le comentaron que entraban al pabellón
los oficiales, por lo que suponía que interrogaban. No supo
nada
del
caso
de
Camus.
En
cuanto
al
traslado
de
los
detenidos vio que se hacían en una camionera “rastrojera” y
Renault
12
color
blanco;
reconoció
que
tuvo
un
Renault
Gordini blanco en 1978 y que el encargado del taller del
penal era un condenado de apellido Palacios, quien no le
atendió dicho auto; él iba allí a “pasar el tiempo” y vio un
Fiat y un Renault que no sabe de quien eran; en cuanto a
Lazo, supo que trabajaba en Finanzas del R.I.M. 22, donde
también estaba
un suboficial de apellido Nehín y explicó
dónde estaba la “mayoría”, dónde tenían sus oficinas el Jefe,
el Subjefe y Olivera.
En la resolución judicial a la que se está haciendo
referencia y en lo relativo a la condición de MARTEL frente a
los delitos, se concluyó en que se lo consideraba coautor.
Ello desde que, atendiendo a sus grados y funciones, si
bien no puede asignárseles un papel preponderante y decisivo,
tampoco puede sostenerse verosímilmente que no compartían los
objetivos y finalidades de la represión antiterrorista.
En cuanto a la identificación de los torturadores, cuya
fuente en el caso es lo aportado por la propia denunciante,
cabe señalar aquellos elementos que la dieron coherencia y
verosimilitud.
oportunidad
de
Al
respecto,
dictar
auto
dijo
de
el
Juez
procesamiento
de
Grado
en
respecto
de
Martel:
13
“…Desde un primer momento, es decir desde su declaración
ante
el
Juez
Federal
que
entendía
en
el
expediente
por
violación a la ley 20.840, Camus denunció las prácticas a que
había sido sometida, entre otras desconociendo el contenido
de la declaración prevencional y la obtención de su firma en
condiciones ilegales; las situaciones y modalidades en que
fue torturada se reiteran coherentemente, describiéndose en
cada caso de manera similar, particularmente los indicadores
sensoriales
que
le
permitieron
llegar
a
conectar
por
diferentes vías, las identidades de, entre otros, Martel y
Lazo como parte de aquellos que la torturaron…”.
Respecto
a
las
posibilidades
reales
y
concretas
de
identificación, la propia víctima se expide a fs. 344 vta.
/345
cuando
declara:
“Que
la
dicente
quiere
agregar
que
cuando una persona está privada de un sentido, en este caso
de
la
vista,
auditivo
y
se
agudizan
olfativo.
Con
los
otros.
respecto
a
Fundamentalmente
el
las
de
condiciones
detención, en San Juan estuvieron sometidas a un régimen en
el
que
no
tenían
visitas,
material
de
lectura,
radio
ni
televisión, por lo que estaban aisladas…”.
Tal reflexión, dijo el Juez, “…compatible con todas las
que se han efectuado de la modalidad con que se implementó el
plan antisubversivo, permite configurar un panorama en el que
las percepciones sensoriales son lógicamente confusas, como
resultado de un modo de accionar destinado a que así se
produjeran, en el marco del ocultamiento de los lugares y
personas que se buscaba.
Ponderó
en
este
punto
el
irrefutable
reconocimiento
hecho por la denunciante que, haciendo la salvedad de la
inevitable visión de la imagen de Lazo, que tuvo por un medio
gráfico aunque con el nombre de Martel, llevó a cabo con la
presencia de las partes sin merecer ninguna observación.
En este contexto probatorio las explicaciones de los
imputados no alcanzan a neutralizar la responsabilidad penal
que se les atribuye, en tanto por sí mismas y en función de
las
condiciones
de
imputabilidad
(v.
fs.
38)
no
son
suficiente descargo.
Las
condiciones
en
que
los
indagados
admiten
haber
estado vinculados al ejército argentino no son incompatibles
14
con el desarrollo de actividades como la que se les atribuye,
es decir, operadores prácticos del plan antisubversivo.
El
carácter
de
subalternos
no
es
suficiente
para
excluirlos de la posibilidad de haber tomado parte en los
interrogatorios
con
tormentos
que,
como
ya
se
indicó
constituyeron una modalidad habitual.
La ignorancia que esgrime Martel, pese a que desarrolló
tareas bajo la
dirección de Olivera y en el
Penal y la
permanencia absoluta en su ámbito de acción, la oficina de
finanzas, por parte de Lazo, no descartan la posibilidad de
cumplir roles activos y coadyuvantes con respecto a los de
los oficiales.
Ambos
USO OFICIAL
últimos
reconocen
que
la
actuaban
existencia
en
el
de
ámbito
un
grupo
del
de
R.I.M.
estos
22,
que
integraban la llamada “inteligencia” y a la cabeza de los
cuales estaba Olivera.
Si
bien,
como
lo
señala
Martel
éstos
iban
al
penal
generalmente de noche a interrogar a los detenidos, no se
descarta que a ellos o a otros oficiales de menor rango o
suboficiales, se los convocara para llevar a cabo tareas como
las que se han investigado…”.
Apelado el auto de procesamiento y prisión preventiva
dictado contra Martel por parte del Sr. Defensor oficial, y
radicada la causa ante la Cámara Federal de Mendoza, en fallo
dividido
los
Jueces
de
Cámara
Petra
Fernández
y
Pereyra
González, al referirse a la situación particular de Martel se
expiden en los términos que serán consignados textualmente
“…En
principio,
se
encuentra
acreditado
en
autos
que
el
encartado Osvaldo Benito Martel, al momento de los hechos
investigados se desempeñaba como suboficial en el Penal de
Chimbas de la provincia de San Juan.
Sin
embargo,
resulta
contradictorio,
o
al
menos
dubitativo el relato de la víctima, quien en su testimonial
de fs. 144/145 dijo no poder ver al sargento Martel durante
los tormentos a los que fue sometida ya que se encontraba
encapuchada y que posteriormente pudo reconocerlo al escuchar
su voz. En la testimonial de fs. 323/327 expresó: ‘por debajo
de la capucha, la venda ya se me había caído de los golpes,
alcancé a ver a Vic, a Martel, Lazo y Vargas. El enfermero me
15
levantó más la capucha para darme una pastilla, a lo que
negué…’.
Por lo que no existe el grado de convicción que exige
esta etapa procesal, de que el encartado habría participado
como
coautor
tormentos
en
la
agravados
presunta
en
comisión
concurso
ideal
de
los
con
delitos
lesiones
de
leves
agravadas, de las que resultara víctima Margarita Rosa Camus,
en el penal donde permaneció detenida en el período 19761977…”.
El
voto
en
contrariamente
disidencia
confirmar
la
del
Dr.
López
resolución
Cuitiño
que
propone
dispone
dictar
auto de procesamiento y prisión preventiva contra Osvaldo
Benito Martel.
4º) En oportunidad de efectuar su descargo a tenor del
art.
11
del
Reglamento
de
la
Comisión
de
Disciplina
y
Acusación, el Dr. Petra Fernández adelantó que la denuncia
radicada en su contra resultaba improcedente tanto desde el
punto de vista formal como sustancial.
En
lo
formal,
por
entender
que
su
pedido
de
juicio
político estaba motivado exclusivamente en el contenido de
las resoluciones judiciales, cuestión ajena a la competencia
de este Consejo.
Y en lo sustancial expresando, en lo que a este hecho
respecta,
que
“…son
las
pruebas
las
que
condenan
a
las
personas judicialmente y no el reproche mediático. En estas
causas
donde
treinta
se
años…
investigan
adquiere
un
hechos
valor
cometidos
hace
superlativo
más
la
de
prueba
testimonial… en el presente caso la única prueba de cargo en
contra de Martel eran las declaraciones de la víctima, que de
por sí son insuficientes para fundar un procesamiento… Las
declaraciones de la Sra. Camus no solo son insuficientes,
sino que también su relato resulta contradictorio o al menos
dubitativo”
(efectúa
idéntica
cita
a
la
de
su
decisión
judicial)”.
5º)
A
noviembre
través
de
de
la
la
Comisión
2009
Resolución
de
Nº101/2009,
Disciplina
y
el
19
de
Acusación
resolvió citar al Dr. Julio Demetrio Petra Fernández en los
términos del art. 20 del Reglamento de dicha Comisión.
En
el
descargo
que
al
efecto
realizara
por
escrito,
sustitutivo de su declaración, el Dr. Petra Fernández refiere
16
que
la
acusación
resulta
improcedente
tanto
formal
como
sustancialmente por lo cual debe ser desestimada en todas sus
partes. Afirma que “como surge de la denuncia, el pedido de
juicio político está motivado exclusivamente en el contenido
de
resoluciones
formalmente
judiciales,
inadmisible
y
por
lo
violatoria
que
de
resulta
la
ser
garantía
de
independencia judicial y la libertad de criterio con que el
juez debe desarrollar su tarea sin presiones indebidas, ni
amenazas de juicios políticos. Lamentablemente las denuncias,
los
pedidos
de
remoción
e
incluso
las
denuncias
penales
contra magistrados, vienen siendo moneda bastante corriente
en estos días, de la que echan mano algunas partes (como en
el
caso
bajo
examen)
USO OFICIAL
‘damnificadas’
por
que
el
se
consideran
resultado
‘perjudicadas’
adverso
de
una
o
decisión
judicial; al proceder así, aquellas partes ‘olvidan’, a pesar
del asesoramiento letrado con el que cuentan, que la única
manera
válida
de
cuestionar
y
lograr
la
revocación
o
modificación de una resolución judicial desfavorable es por
medio
de
los
judiciales
de
enjuiciamiento
recursos
procesales
revisión,
político
(…)
de
antes
sin
los
que
las
sea
magistrados
instancias
posible
como
modo
el
de
revisión o reparación de agravios…”.
Expresa el Dr. Petra Fernández que de la simple lectura
de la denuncia surge que fundan el supuesto “mal desempeño”
de
los
Magistrados
exclusivamente
en
el
resultado
de
resoluciones judiciales; y que los denunciantes, utilizando
este instituto constitucional, movilizados exclusivamente por
intereses personales, “…se olvidaron de las víctimas a las
cuales
representaban,
quienes
han
sido
las
mayores
perjudicadas con este actuar ilegítimo de los denunciantes,
se
olvidaron
también
de
los
derechos
humanos
que
supuestamente defendían y del respeto a las instituciones
democráticas, de las que tanto exigen…”.
A
su
vez,
refiere
que
la
denuncia
tampoco
procede
sustancialmente, ya que la resolución judicial atacada está
suficiente y correctamente fundada en derecho.
Manifiesta que en la Causa Nº84.218-H-1703, caratulada
“Recurso de Habeas Corpus a favor de Camus, Rosa Margarita”,
dictó la falta de mérito al Sargento Osvaldo Benito Martel ya
que como consecuencia de un acabado análisis de la causa y de
17
los elementos incorporados se
pudo apreciar que no había
quedado acreditada la responsabilidad y autoría que se le
atribuía a Martel respecto de los hechos investigados, toda
vez que el único elemento de cargo con que se contaba hasta
ese
momento
era
el
testimonio
de
la
propia
víctima,
que
resultó no ser prueba bastante según su criterio, por lo que
se ordenó continuar con la investigación al respecto.
Señala
condenan
a
el
magistrado
las
personas
que
son
las
judicialmente
pruebas
y
no
las
el
que
reproche
mediático. Agrega que en estas causas donde se investigan
hechos cometidos hace más de treinta años y donde no es
posible
contar
con
los
elementos
probatorios
ordinarios,
adquiere un valor superlativo la prueba testimonial, pero que
en este caso, no se contaba con testimonios coincidentes y
claros
que
pudieran
respaldar
procesamientos
de
tanta
trascendencia como es estimar que en principio tal persona
fue autor material de delitos de lesa humanidad. Afirma que
“en el presente caso la única prueba de cargo en contra de
Martel eran las declaraciones de la víctima que resultaron a
juicio
de
éste
magistrado
insuficientes
para
ordenar
un
procesamiento. Sin embargo se les dio bastante crédito ya que
no
se
sobreseyó
al
imputado
sino
que
sigue
perseguido
penalmente por este hecho. En estas cusas se les da especial
valor a las testimoniales, pero
requisitos:
objetividad,
deben reunir los mínimos
imparcialidad,
credibilidad,
concordancia y coincidencia…”.
Considera que las declaraciones de la Sra. Camus no sólo
son insuficientes sino que también su relato resulta al menos
dubitativo, porque en su testimonial de fs. 144/145 de los
autos principales dijo no poder ver al Sargento Martel ya que
se
encontraba
encapuchada
y
que
posteriormente
pudo
reconocerlo al escuchar su voz. Y en la testimonial de fs.
323/327 refirió que alcanzó a ver a Martel entre otros.
Continúa diciendo el Dr. Petra Fernández que se estimó
que
correspondía
revocar
el
procesamiento
y
prisión
preventiva dictada contra el imputado y dictar la falta de
mérito, al no existir elementos de convicción suficientes
para determinar la autoría y responsabilidad del imputado en
el hecho.
18
Por
último,
expresa
que
“…probablemente,
teniendo
en
cuenta el momento histórico en que se desarrolló, el hecho
ocurrió, lo que no puede determinarse es la responsabilidad
de Martel en el mismo, y la prueba en este punto no es
suficiente…”.
6º) Fue convocada a declarar testimonialmente ante la
Comisión
de
Disciplina
y
Acusación
Margarita
Rosa
Camus,
quien frente a preguntas que le fueran formuladas por el
entonces Consejero Informante Héctor Masquelet, refirió que
“…partir del 25 de noviembre del '76, oportunidad en que fui
detenida por personal del Ejército argentino, del Regimiento
22 de Infantería de Montaña, fui sometida a tormentos. No en
el Regimiento 22 de Infantería de Montaña sino en el Servicio
USO OFICIAL
Penitenciario Provincial, o Penal de Chimbas,
como se lo
denominaba en esa época… Bueno. Fui sacada ese día en horario
de... Yo ingresé al Penal cerca de las 2 de la tarde del día
25 y, en horario ya nocturno, vino la gente de Gendarmería
con una capucha, y una de las
celadoras, que
era de la
Policía provincial, que era la que tenía la custodia del
pabellón. Se dio un hecho fortuito: la celadora era hija de
un empleado de la finca de mi abuelo, entonces, me conocía,
lloraba, así que me tuve que vendar yo con la venda en los
ojos. Después el personal de Gendarmería me puso la capucha,
me sacó al pabellón, me hizo caminar. No me llevaron a ningún
auto, me hicieron subir unas escaleras, y ahí estuve un rato
en silencio. Hubo un silencio que a uno le pareció eterno, en
esas circunstancias… La primera pregunta que me hicieron era
si sabía dónde estaba. Era obvio que estaba en el Penal,
porque no me habían sacado del Penal. Después de esa primera
respuesta, de una trompada me caí de la silla en la que
estaba.
Y
ahí
empezó
el
interrogatorio,
entre
comillas,
porque en realidad era más lo que gritaban ellos y lo que
golpeaban, que preguntar o hacer un interrogatorio respecto a
mi actividad como estudiante de Sociología, a mi actividad
política o a la de mi abuelo. Fundamentalmente, muchísimas
cosas giraron en torno a las actividades de mi abuelo, que
era
el
gobernador
supuesto,
a
mis
depuesto
actividades
por
el
en
la
golpe
militar
Facultad
de
y,
por
Ciencias
Sociales, como alumna de la carrera de Sociología. Fue una
locura. Realmente, han pasado tantos años, pero una todavía
19
no
encuentra
palabras
para
describir
esta
situación.
Me
golpearon, me patearon. Yo al principio no estaba con las
manos atadas. Me desnudaron y, obviamente, cuando me pegaban
o me trataban de manosear, sin ver, una intentaba que no la
golpearan,
que
desnudarme,
con
no
las
la
manosearan.
manos
atrás,
Me
y
ataron,
siguió
después
todo
en
de
esas
condiciones; o sea, desnuda y atada con las manos atrás… Esa
primera noche a una le cuesta precisar cuánto duró, porque
realmente el tema del tiempo en esas situaciones es bastante
complicado para poder precisarlo. Pero esa primera noche,
aparte de los golpes y de los manoseos, me picanearon en la
zona vaginal, en los pezones, en las axilas. Yo me descompuse
cuando me picanearon. Me tiraron en una banqueta. Con las
piñas, obviamente, la venda que tenía en los ojos se me había
caído
a
esa
altura
del
partido,
pero
tenía
una
capucha,
porque siempre que nos sacaban nos ponían una capucha verde
oliva, que sería de alguna parte de un pasamontañas o una
bolsa del pan, pero era con tela del uniforme del Ejército.
¿Por qué digo lo del pan? Porque muchas veces nos pasaba
estar mirando por la ventana y ver que venían con la capucha,
y todos decíamos “¿a quién le tocará?”, y venían a buscar
pan, por ejemplo. Esto también creo que era parte de formas
de torturas también porque, evidentemente, cuando veíamos que
se acercaba algún personal militar con una capucha en la
mano, sabíamos que a alguno le tocaba. En esa oportunidad,
después de la picana, me tiran en una banqueta, me aflojan un
poco la capucha. Aparte de golpear, con la capucha... un olor
asqueroso el de la capucha. Realmente, si uno tuviera que
ponerle tal vez un olor al miedo y al terror, era el olor que
había dentro de esa capucha, realmente. Llamaron a... en ese
momento
no
sabían
quién
era,
después
supe
que
era
el
enfermero del Penal, una persona bajita, que me aflojó más la
capucha. Yo estaba tirada en la banqueta. Ahí alcancé a ver a
algunas de las personas que habían estado presentes y que
practicaron todos estos hechos que sucintamente describo. El
enfermero era de apellido Vargas, que después, obviamente,
cada vez que me llevaban a la enfermería -que era todos los
días-,Yo vi y supe cómo se llamaba. Yo en ese momento sí pude
ver
a
alguna
de
las
personas
que
estaban
presentes.
Obviamente, fue un tiempo corto, no fue... y, obviamente, fue
20
desde esa posición en que yo estaba, que estaba acostada. Ahí
pasó un rato. Me incorporaron, me querían dar una pastilla,
que yo, por supuesto, me negué a tomarla porque no sabía qué
era. Ellos, obviamente, cuando pasa todo esto, gritaban...
Todo el tiempo gritaban. Gritaban mucho, ponían música. Yo
supongo que también habré gritado, eso sinceramente no lo
recuerdo. Al tiempo que pasa esto, me siguieron golpeando,
preguntando, y me llevaron de nuevo al pabellón, a la celda.
Todos los traslados los hacía Gendarmería, porque la guardia
externa
de
los
presos
políticos
no
era
el
Servicio
Penitenciario Provincial, sino Gendarmería, en esta época en
que yo estoy relatando estos hechos. Y adentro del pabellón
era personal femenino de la Policía de la provincia de San
USO OFICIAL
Juan,
las
celadoras.
Porque
todos
los
pabellones
en
que
habitábamos los presos políticos estaban a disposición del
área 332 del Regimiento 22 de Infantería de Montaña, por lo
tanto, no participaba personal del Servicio Penitenciario.
Esto siguió esa noche. Las celadoras me quisieron dar agua,
yo me negué a tomarla. Al otro día, también me sacaron. Me
sacaron de día y me sacaron de noche. Fueron varios días, o
sea, desde el 25 de noviembre. Porque yo cumplo años el 4 de
diciembre, cumplía 21 años el 4 de diciembre. Me torturaron
hasta dos días antes de mi cumpleaños, por eso más o menos
este es el lapso de tiempo en que esto duró. Había veces que
me llevaban y me dejaban en ese lugar, encapuchada, atada, y
cada tanto hacían algún ruido y después un tiempo largo en
silencio. Después, una patada o una trompada. Esto fueron
varios días.
Tortura,
fusilamiento.
Me
me
hicieron
hicieron
dos
simulacros,
simulacros
aparte
de
de
los
golpes, picanas y manoseos, y esta sensación que es realmente
dura y difícil, que le repetían a uno -yo no era consciente
de ello-, que una estaba en manos de ellos y que podían hacer
con una lo que realmente quisieran. Al día de hoy, todavía no
encuentro palabras para describir esa sensación de que una
persona sea reducida a ese estado. Esto, más o menos, fue así
en
estos
términos.
Después
de
esto,
cuando
me
comunican
nuevamente con mis compañeras, o sea que puedo estar en el
pabellón
y
salir
de
mi
celda,
a
mediados
de
la
primera
quincena de diciembre, que para mí era el 10 de diciembre,
nos sacan de noche. Porque todavía no llegaba Hilda Díaz,
21
todavía no la traían, y por eso más o menos las fechas las
calculo de ese modo; la traen después del 15 de diciembre a
la celda de al lado de la mía…. A las compañeras que estaban
en las celdas de enfrente las empiezan a sacar encapuchadas.
Yo fui una de las últimas que llevaron, y nos llevan al mismo
lugar
donde
había
sido
torturada.
Ahí
nos
dictan...
Ahí
también está el tema del reconocimiento de las personas por
la voz. Porque, obviamente... esto lo digo, porque realmente
es impresionante, cuando uno no puede ver, cómo se agudizan
los otros sentidos. El tema del olfato; yo no pensé que los
humanos teníamos tanta memoria olfativa. Sinceramente se los
digo… Entonces, al otro día tuvieron que ir al pabellón y, a
cara descubierta ellos y a cara descubierta nosotros, de a
una, en la mesa que había en el pabellón, nos vuelven a
dictar el mismo texto.
Ahí por eso planteo el tema de los
que pude ver en algún momento y el tema de las voces que uno
reconoce,
y
los
vi
a
cara
descubierta,
entre
ellos,
al
sargento Martel. A Martel lo vi en la primera noche que a mí
me torturan, cuando relato este incidente en que participa
también el enfermero, que lo llaman al enfermero. Una de las
personas que veo es Martel. Martel era una persona bastante
alta, más alta que yo, pelado, con bigotes, y ahí lo pude ver
a cara descubierta a esta distancia mía en esa oportunidad. O
sea, las caras una las vio en muchas oportunidades también
después de estos hechos y, obviamente, las voces también, en
la medida que hablaban y dictaban el texto, una también podía
reconocer
y
cuando
mí
a
diferencia
recordaba
me
entre
habían
unas
las
voces
de
torturado.
cosas
y
los
Son
las
días
muy
otras,
anteriores,
pocos
días
de
entonces,
de
verlo... El texto que nos dictaron era bastante extenso, o
sea que no fueron dos minutos que nos estuvieron dictando
tres palabritas; no, era un texto extenso…. A raíz de las...
Yo empecé a orinar inmediatamente, desde los primeros días,
con sangre. Vino uno de los médicos... trajeron a uno de los
médicos, que yo después supe por las celadoras que era del
Regimiento. A los años, con posterioridad, en
el Juzgado
Federal, cuando exhibieron fotos, lo reconocí al médico que
me vio en mi celda. En el mes de diciembre del 76 me llevaron
al hospital público. Me hicieron análisis, que obviamente
nunca
22
conocí
los
resultados
de
esos
análisis.
Yo
tenía
fuertes
dolores
y
bastantes
dificultades
para
caminar
también… En marzo, a mediados de marzo, me llevan al Juzgado
Federal para prestar declaración indagatoria. Como era en esa
época, el Código de esa época, uno no podía hablar con su
abogado antes de declarar.
Ah,
me
había
olvidado
de
relatar, que obviamente la supuesta declaración o confesión
la firmé, obviamente, encapuchada y con una pistola acá (Se
señala la cabeza). O sea, no me la leyeron (…)
Yo permanecí
en el Penal de Chimbas hasta el 23 de septiembre del año 77,
que nos trasladan a Devoto (…) Martel era una persona que
estaba permanente, el sargento Martel -nosotros les decíamos
‘ojos de vidrio’ a los torturadores- estaba permanente en el
Penal. Lo veíamos. Cerca de donde nosotros estábamos del
USO OFICIAL
pabellón, un interno, un preso común, tenía un tallercito.
Martel
iba
veíamos
por
muy
la
seguido
ahí,
ventana….
entonces,
El
nombre
cuando
de
pasaba
varios
de
lo
los
militares… O sea, mis compañeras antes habían estado en la
alcaidía de mujeres, y ahí habían ido varios de los oficiales
del Ejército, vestidos de uniforme y sin que ellas estuvieran
encapuchadas, y se presentaban con nombre y grado. O sea que
el nombre de varios de los militares los sabían porque ellos
se habían presentado, como por ejemplo, Malato, con el nombre
y grado. A Olivera… en el relato no lo dije para señalar
esto. Yo sé que el caso de esta citación es por la falta de
mérito de Martel específicamente, pero no puedo escindirlo
porque estos son todos partícipes en los hechos…”
A la pregunta del Consejero Masquelet: “…Usted refirió
que esa primera oportunidad en la cual realizó la denuncia
era la primera vez que la llevaron al Juzgado Federal. ¿Usted
volvió a denunciar estos hechos en otra oportunidad o en
cuántas oportunidades lo hizo?” respondió: “- Sí, en varias,
después. Después fue en la época de la democracia, cuando
declaré ante la Conadep, esto después se giró a la VIII
Brigada, al Juzgado de Instrucción Militar. Yo declaré en el
Juzgado
de
declaré
en
bastante
Instrucción
el
duro,
Militar,
Juzgado
les
digo
de
en
el
Instrucción
sinceramente,
año
'86.
Militar,
porque
en
En
1986,
que
fue
la
VIII
Brigada de Infantería de Mendoza, obviamente, estaba yo sola
–no me podía acompañar nadie, porque no dejaban entrar a
nadie más– y todos los militares ahí presentes. Yo ya estaba
23
cursando…
Había
cambiado
de
carrera
cuando
salí;
dejé
inconclusa Sociología y empecé a estudiar Abogacía. Ya estaba
en sexto año de Abogacía, cuando fue esta declaración en el
Juzgado
de
Instrucción
pretendieron
Militar.
interrogarme
sobre
Estaba
eso.
mi
causa
Fue
2840
bastante
y
duro,
porque todo el tiempo ellos pretendían… Yo decía: “No, yo
vengo por otra cosa, estoy en otro carácter acá, no para que
me pregunten sobre esto”.
“Ahí en el Juzgado de Instrucción Militar fue bastante
difícil, porque todas las preguntas de ellos tendían a que, o
a
dejar…
Eran
Preguntada
bastante
por
el
Dr.
tendenciosas,
Masquelet:
les
“En
voy
a
decir…”.
oportunidad
de
la
declaración en la Cámara… ¿Usted recuerda el interrogatorio
de la Cámara? ¿En qué consistió? ¿Cómo fue?” Responde: “Sí.
Me preguntaron más de lo que me había preguntado el juez
Gerarduzzi. Me preguntaron mucho más sobre los hechos, cómo
habían sido, y ahí sí me preguntaron si yo podía identificar
a alguna de las personas. Lo marco como diferencia de la
primera
declaración
realmente
hubo
escuetamente,
que
que
a
hago
pelear
esa
ante
para
segunda
un
que
ante
juez
lo
la
federal,
insertara
Cámara,
y
donde
que
muy
me
preguntaron, el doctor González Macías, concretamente, si yo
podía describir a alguna de las personas o si sabía quiénes
habían sido. Sí, me preguntaron sobre eso”. El Dr. Masquelet
le
pregunta
“¿Y
usted
en
esa
oportunidad
identificó
a
Martel?”, a lo que responde “Sí, a Martel…..”
A la pregunta de la Consejera Conti para que dijera si
recordaba a partir de cuáles de sus exposiciones identificó a
Martel ya que en la primera dijo no haber podido, respondió:
“…No, porque fue una pelea para que insertaran por lo menos
dos renglones de lo que me había pasado. Ni siquiera me
preguntaron más nada. Sí, a Martel... En realidad, lo hice
también en la instrucción militar, que esto es lo que les
relataba antes también de identificarlo... Bueno, a Martel,
Olivera y a Vic. Esto también lo hice en la VIII Brigada y
después, bueno, posteriormente en la Cámara...”
Tras
lo
cual
el
Dr.
Masquelet
le
preguntó:
“…Yo
le
quiero hacer una pregunta que apela, ya no a la informalidad
de la audiencia, más allá de la calidad de testigo, que tiene
que ver con su experiencia actual de juez y de haber sido
24
protagonista de los hechos y de la declaración posterior ante
la
Cámara.
Digamos,
¿cuál
es
la
explicación
que
usted
encuentra a la decisión de la Cámara de haber descalificado
los dichos suyos cuando se indicó a Martel como uno de sus
victimarios
y
la
consecuencia
posterior,
que
fue
la
disposición de la libertad del imputado?”. Responde que “Sin
entrar en una cuestión muy técnica, pero creo que es un
problema que evidencia un poco la ideología de los camaristas
de
Mendoza
con
respecto
a
este
tipo
de
causas.
Porque
obviamente cualquiera desde... Si tomamos desde la causa 13
cómo se han merituado los testimonios de sobrevivientes a
cualquiera
de
las
causas:
en
Julián,
Rolón…
O
sea,
hay
precedentes en todo el país de cómo se han merituado o qué
USO OFICIAL
valor
se
le
ha
dado
como
prueba
a
los
testimonios
de
sobrevivientes. Yo creo que esto responde, precisamente… Para
mí fue un impacto muy fuerte -le digo sinceramente- cuando
dictaron la falta de mérito de Martel, porque dije: ¿De qué
modo probamos… qué pruebas tenemos que producir o qué pruebas
se necesitan para dar por acreditado lo que nos pasó? Y uno
dice, bueno, en esa época parece que no se entendiera, hay
como un discurso esquizofrénico cuando se habla de un plan
sistemático que se implementó de determinado modo en el país,
pero al momento de valorar las pruebas se nos descalifica a
los sobrevivientes. Esto es lo que yo sentí absolutamente,
doctor, cuando yo en todo momento… y aun yo soy consciente de
que pudo haberme pasado otra cosa. Yo después de esa primera
declaración en el Juzgado Federal… Alguien avisó del Juzgado
Federal lo que yo había dicho, porque a mí me volvieron a
llevar a la sala de torturas, que ¿por qué había denunciado?
y todo lo demás; lo que pasa es que evidentemente, tal vez,
no era la orden matarme. Pero hay cosas que a uno realmente
le afectan, y creo que en esto, por lo menos, en lo que
nosotros hemos vivido en todo este tiempo, incluso lo digo
como abogada con los juicios de la Verdad, que yo también
como abogada he participado de los juicios de la Verdad, como
nosotros dependemos de Mendoza… el Fuero Federal, y realmente
nos
costó
muchísimo.
Cuando
empezamos
uno,
que
íbamos
a
empezar lo del juicio del campo de Las Lajas nos atendió
Pereyra González, pero tuvimos que hacer toda una movida con
la gente en la calle para que nos recibieran. O sea, no son
25
de fácil acceso los camaristas federales en Mendoza, que uno
pueda pedir una audiencia y hablar con ellos. También firmaba
esto de Martel, pero ya sabemos, después de lo del juicio de
San
Luis,
que
pasó
con
él:
que
renunció.
Yo
creo
que
precisamente en esto lo que se nota es… No tengo otra manera
de interpretar lo que es… que esto quedó como… también como
gente que participó ideológicamente y comulgó con lo que se
hizo
durante
el
terrorismo
de
Estado
y
que
quedó
en
determinados lugares. Porque, sin entrar a merituar, doctor yo sé qué instancia es esta-, pero me parece que había más
que elementos suficientes en esta causa para
sostener el
procesamiento de Martel. Hasta la propia confesión de Martel,
por más que obviamente la da aggiornada, como si cada uno de
los presos éramos una joyería ambulante, llenos de joyas -que
esa era su tarea-, él mismo reconoce que estaba en el lugar
en que los hechos pasaron.
Hay
elementos
que
creo
que
cualquier juez puede merituarlos, que evidentemente algo a mí
me había pasado en el penal, que a mis riñones algo les había
pasado,
desde
internada…
el
momento
Medicación.
en
que
Cuántas
estoy
veces
me
ahí,
pues
sacaron.
estoy
O
sea,
elementos creo que había. Y que uno haya podido animarse,
porque esto también -tal vez-, por eso digo, con una mezcla
de
ingenuidad
y
de
inconsciencia
de
denunciarlos
en
ese
primer momento. Pero creo que no lo puedo atribuir a otra
cosa, doctor, que en esto… Y voy a tomar cosas más generales,
Mendoza no tiene ningún militar detenido. O sea, todos han
sido
excarcelados.
Es
la
única
provincia
en
que
no
hay
militares detenidos…”.
HECHO II:
7º) Con fecha 10 de mayo del 2010 se presentaron Alfredo
Guevara
Escayola,
Pablo
Gabriel
Salinas,
Viviana
Laura
Beigel, Diego Jorge Lavado y Carlos Varela Álvarez.
En esta ocasión imputaron al juez Petra Fernández la
causal de mal desempeño por haber violado su obligación de
inhibirse en la causa n°547-F caratulada “Compulsa en autos
084-F. c/ Menéndez p/ apelación” y haber practicado en ella
actos que excedieron los de mero trámite.
Aclaran
que
en
dichos
autos
los
presentantes
habían
recusado al Dr. Julio Demetrio Petra Fernández, toda vez que
26
éste había sido previamente denunciado ante el Consejo de la
Magistratura en el expediente en análisis, como así también
por declaraciones públicas efectuadas por dicho Magistrado.
Siguen diciendo que el Dr. Petra Fernández rechazó la
recusación por entender que esa vía estaba siendo utilizada
para elegir o separar a los juzgadores conforme criterios de
conveniencia y que, para resolver la incidencia, el Dr. Petra
Fernández había integrado la Cámara que habría de resolver
sobre su propia recusación con el Dr. Enrique Alfredo Sosa
Arditi y con el Dr. López Cuitiño.
Todos ellos fueron también recusados por el Movimiento
Ecuménico
por
los
Derechos
Humanos
y
Familiares
de
Desaparecidos.
USO OFICIAL
Afirman luego los denunciantes que al resolver sobre
estas recusaciones, con fecha 28 de abril del 2010, la Cámara
Federal de Mendoza resolvió, citando los fallos “Llerena” y
“Disier”, que en relación al Dr. Petra Fernández sostuvo que
“…encontramos que se haya cumplida la causal prevista en el
art. 55 inc. 10
del C.P.P.N. en tanto llevó a
cabo una
actividad extrajudicial de su opinión sobre el proceso que
tuvo y tiene a su conocimiento a la opinión pública, y por
ende a los interesados… el Dr. Petra personalmente intervino
en
conferencias
de
prensa
a
medios
periodísticos
en
los
cuales ensayó una suerte de defensa de la propia gestión en
el trámite de las causas a la vez que disparó una crítica
concreta no solo a lo que rotuló como “poder político” sino
que extendió la misma a los Organismos de Derechos Humanos
que precisamente
violaciones
a
son parte en
los
derechos
las causas principales por
humanos
y
cuyas
incidencias
estaban sometidas a conocimiento de la Sala de la Cámara
Federal que integra el Magistrado. Este comportamiento del
juez
recusado
constituye
una
pérdida
de
su
imparcialidad
desde una visión subjetiva…”.
8º)
La
Comisión
de
requerir
la
remisión
“ad
Disciplina
effectum
y
Acusación
vivendi”
a
resolvió
la
Cámara
Federal de Apelaciones de Mendoza las fotocopias certificadas
correspondientes a los autos n°547–F caratulados “Compulsa en
autos
084-F
Menéndez
p/
apelación”,
de
cuya
compulsa
se
desprende que:
27
Con fecha 4 de junio del 2009 los querellantes Pablo
Gabriel Salinas y Viviana Laura Beigel “recusaron por temor
de parcialidad” al Dr. Petra Fernández.
Con fecha 17 de junio del 2009, el Dr. Petra Fernández
entendió
que
la
Cámara
debería
rechazar
la
recusación
planteada desde que los fundamentos no se adecuaban a ninguno
de los extremos previstos por el art. 55 del C.P.P.N.
Con fecha 24 de junio del 2009, y tras la excusación
para intervenir en dicho expediente de los Dres. Romano y
Pura Arrabal, el Dr. Petra Fernández dispuso que se estuviese
a
lo
que
se
resolviera
en
el
planteo
de
nulidad
de
la
integración del Tribunal en la causa “Fiscal c/ Menéndez”.
Con fecha 10 de febrero del 2010 el Dr. Petra Fernández
dispone
hacer
saber
a
las
partes
la
designación
del
Magistrado jubilado Enrique Alfredo Sosa Arditi y que la Sala
quedará integrada por éste último, por el Dr. Alfredo López
Cuitiño y por el mismo Petra Fernández.
Con
fecha
19
de
febrero
del
2010
los
querellantes
recusan a los tres integrantes de la Sala. En lo que respecta
a Sosa Arditi, alegan que resulta ser el padre de Daniel
Arditi, abogado defensor del Comisario retirado Carlos Rico
Tejeiro,
acusado
por
los
organismos
de
Derechos
Humanos.
También recusan al Dr. Petra Fernández por las causales ya
invocadas.
Ninguno de los tres jueces aceptó su apartamiento de la
causa.
En lo que respecta al Dr. Petra Fernández, con fecha 1
de
marzo
del
2010,
resuelve
que
los
fundamentos
de
los
recusantes no encuadran en ninguna de las hipótesis previstas
en el art. 55 del C.P.P.N. y que la presunta denuncia en su
contra, no aparece, dentro de la ambigüedad de los términos
de la resolución de la Procuración, como tal.
Con fecha 9 de marzo del 2010, a pedido del Dr. Petra
Fernández, el Presidente de la Cámara Nacional de Casación
Penal integra la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza con
los Dres. Hugo Carlos ECHEGARAY, Alejandro PIÑA y Roberto
NACIFF (Integrantes de los Tribunales Orales en lo Criminal
Federal de San Juan N° 1 y 2 de Mendoza, respectivamente).
El 28 de abril del 2010 se expide al respecto la Excma.
Cámara Federal de Mendoza con la integración dispuesta por el
28
Presidente de la Cámara Nacional de Casación Penal, la que en
lo
que
respecta
al
pedido
de
apartamiento
del
Dr.
Petra
Fernández, refiere: “…En relación al Juez Dr. Petra Fernández
encontramos que se haya (sic) cumplida la causal prevista en
el art. 55 inc. 10 del C.P.P.N. en tanto llevó a cabo una
manifestación extrajudicial de su opinión sobre el proceso
que tuvo y tiene a su conocimiento a la opinión pública, y
por ende a los interesados.
Tal
como
lo
reclamara
la
defensa,
el
doctor
Petra
personalmente intervino en conferencias de prensa a medios
periodísticos en los cuales ensayó una suerte de defensa de
la propia gestión en el trámite de las causas a la vez que
disparó una crítica concreta no solo a lo que él rotuló como
USO OFICIAL
´poder político´ sino que extendió la misma a los Organismos
de Derechos Humanos que precisamente son parte en las causas
principales por violaciones a los derechos humanos y cuyas
incidencias estaban sometidas a conocimiento de la Sala de la
Cámara Federal que integra el Magistrado. Este comportamiento
del juez recusado constituye una pérdida de imparcialidad
desde una visión subjetiva, tal como lo ha señalado la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en el precedente ´Llerena´.
Pero además, (…) registra una denuncia en la Comisión de
Acusación y Disciplina del Consejo de la Magistratura de la
Nación, bajo el número 434/08 caratulada “Yanzón Rodolfo y
otros c/ Dres. López Cuitiño – Pereyra González y Demetrio
Petra
Fernández”
y
acum.
72/09,
99/09,
132/09
de
fecha
12/02/09 (cfr. www.pjn.gov.ar).
Es
así
que
son
precisamente
los
abogados
de
los
organismos de derechos humanos los denunciantes en esta causa
de promoción de destitución de los magistrados doctores Petra
Fernández y López Cuitiño, a lo que se agrega que dicha
denuncia ha sido interpuesta previamente al trámite de ésta
incidencia
(12/02/09)
que
tuvo
su
ingreso
en
la
Cámara
Federal de Apelaciones de Mendoza el 15/05/09.
Es claro el art. 55 inc. 8 del C.P.P.N. al disponer el
apartamiento
obligatorio
del
juez
cuando
previo
a
su
intervención en la causa hubiera sido denunciado por alguno
de los interesados, a tal punto que es un deber legal que
pesa sobre el magistrado en inhibirse de entender en la causa
al tomar conocimiento de las denuncias en su contra.
29
Así las cosas, siendo el pedido de destitución ante el
Consejo de la Magistratura previo al ingreso del incidente a
la Sala B de la Cámara Federal de Apelaciones, el juez Petra
debió inhibirse de intervenir por encontrarse denunciado por
la
querella
que
reúne
la
calidad
de
interesado
en
los
de
las
términos del art. 56 del C.P.P.N.
Creemos
necesario
destacar
que
según
surge
propias manifestaciones del juez Petra que vertiera antes los
medios periodísticos como lo expusiera la parte recusante y
que el magistrado en su descargo no refutó, el mismo sabía de
la denuncia en su contra ante el Consejo de la Magistratura
realizada por la parte interesada en esta causa, ya que él se
refirió a lo que considero una especie de presión en su
contra, aludiendo directamente a la promisión de denuncias
ante el Consejo de la Magistratura.
Y
son
los
propios
dichos
del
magistrado
los
que
evidencian el conocimiento que tuvo de la denuncia por los
interesados, y su negativa a cumplir con el deber legal de
apartarse,
continuando
interviniendo
en
la
causa
como
la
incidencia lo demuestra a través del firmado de resoluciones
que tituló de ´mero trámite´.
Es
que
no
puede
considerarse
decisiones
de
´mero
trámite´ la decisión del doctor Petra de designar de la lista
de conjueces al doctor Enrique Sosa Arditi, ya que se trata
de una decisión jurisdiccional consistente en la integración
de
un
tribunal
a
tal
punto
que
dicha
integración
puede
vulnerar garantías constitucionales (art. 18 C.N.), provocar
nulidades absolutas (art. 167 inc. 1 y 168 del C.P.P.N.) y
por causar un gravamen irreparable, suscitar una cuestión
federal suficiente para el conocimiento de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación por vía del recurso extraordinario
(Ley 48)…
En
segundo
término
se
advierte
que
también
debe
ser
apartado el juez Petra por la causal prevista en el art. 55
inc. 10 del C.P.P.N. al haber manifestado extrajudicialmente
su opinión en el proceso a la opinión pública en general y
por ende a los interesados; en el sentido de expresiones
verbales críticas hacia el Ministerio Público Fiscal, parte
de la causa principal y en la persona del Sr. Fiscal General
doctor Jorge Auat.
30
Nuevamente,
y
a
efectos
ilustrativos
se
constata
la
radicación en la Comisión de Disciplina del Consejo de la
Magistratura la formación del expediente N° 11 15/10 (Proc.
Gral. Nación) ´Remite expíe. Int. M. 3732/09 Petra Julio –
Romano Otilio – López Cuitiño s/ actuación´ 19/02/10…
Lo
hasta
aquí
relatado
pone
en
evidencia
la
exteriorización por parte del juez recusado de una relación
de tensión crítica con las partes del Ministerio Público
Fiscal y de la querella que da motivos sobrados para dudar de
su imparcialidad para resolver esta y otras incidencias que
versan sobre delitos de lesa humanidad.
Esta consideración se refuerza con el dato objetivo e
indiscutible de que las críticas hacia la intervención del
USO OFICIAL
juez fueron realizadas en fecha previa al ingreso de ésta
incidencia
en
el
Tribunal
que
integra,
con
lo
cual
se
descarta todo tipo de manipulación en la integración del
Tribunal que el juez le atribuyó a la querella y que hubiera
podido
afectar
la
garantía
de
juez
natural.
Es
que
precisamente todos los reclamos de la parte querellante y del
Ministerio Público Fiscal fueron previos a la intervención
del juez Petra en la causa.
En conclusión, por los motivos expuestos el señor Juez
de Cámara doctor Julio Demetrio Petra Fernández habrá de ser
apartado de la causa por haberse verificado las causales de
recusación previstas en el art. 55 inc. 8 y 10 del C.P.P.N.…
No
puede
soslayarse
que
el
trámite
dado
a
esta
incidencia implicó una dilación indebida del procedimiento.
Tal demora no es en modo alguno atribuible al recusante, al
pretender tener frente así un Tribunal imparcial sino a los
integrantes del Tribunal que frente a obvias circunstancias
que determinaban su apartamiento decidieron permanecer en el
carácter de integrantes del Tribunal.
Esta
temática
Internacional
de
tuvo
su
protección
repercusión
de
los
en
Derechos
el
ámbito
Humanos:
el
Comité de los Derechos Humanos de la Organización de las
Naciones
Unidas
en
su
98
periodo
de
sesiones
ordinarias
celebradas en la ciudad de Nueva York del 08 al 26/03/10, en
su
informe
motivos
de
anual,
en
el
preocupación
capitulo
y
titulado
recomendaciones”
“Principales
señaló
que:
“Aunque el Comité toma nota con gran agrado de los avances en
31
la tramitación de las causas de los responsables de graves
violaciones
a
los
derechos
humanos
durante
la
dictadura
militar, observa con preocupación la lentitud en el avance de
las mismas en las diferentes etapas, incluida la casación,
especialmente en algunas provincias como MENDOZA (Art. 2 del
Pacto)…”.
9º) A esta altura, se impone señalar que la primera de
las denuncias que registra el Dr. Petra Fernández y a la que
hace referencia el decisorio de la Cámara precedentemente
transcripto, es justamente la que se constituye en cabeza de
este expediente, deducida el día
oportunidad
en
la
que
los
12 de febrero del 2009,
abogados
de
los
organismos
de
derechos humanos promovieran la destitución de Petra.
En efecto, a fs. 1/7 obra la presentación ante este
Consejo efectuada por Alfredo Guevara Escayola, Pablo Gabriel
Salinas,
Carlos
Varela
Álvarez,
Viviana
Laura
Beigel
y
Rodolfo Yanzón contra los Dres. Alfredo Juan López Cuitiño,
Carlos M. Pereyra González, y Julio Demetrio Petra Fernández,
todos
miembros
de
la
Cámara
Federal
de
Apelaciones
de
Mendoza, en virtud de las consideraciones que exponen en la
denuncia.
Por idénticos hechos formuló denuncia contra los mismos
Magistrados el Secretario de Derechos Humanos del Ministerio
de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos -Dr. Eduardo Luis
Duhalde- con fecha 18 de marzo del 2009, la que fue agregada
a este expediente.
10º) Por su parte, surge de estas actuaciones que con
fecha 24 de febrero del 2009 se procedió a la notificación
personal del Dr. Petra Fernández a tenor del art. 11 del
Reglamento de la Comisión de Disciplina y Acusación y que, a
través de la Resolución Nro. 101/09, la Comisión resolvió
citarlo a tenor del art. 20 del mismo Reglamento, por la
causal de mal desempeño expresamente prevista en el art. 25
inc. 4to de la Ley del Consejo de la Magistratura, quien hizo
uso de la facultad de no comparecer y presentó descargo por
escrito sustitutivo con fecha 17 de diciembre del 2009.
En
el
descargo
realizado
por
escrito
el
juez
Petra
Fernández solicita se desestime cada uno de los cargos que le
fueran
atribuidos.
Refiere
que
los
denunciantes
están
de
alguna manera sorprendiendo la buena fe de los integrantes
32
del Consejo de la Magistratura al señalar que intervino en
procesos en los cuales ellos fueron denunciantes de este juez
en fecha anterior, porque a ellos mismos les consta que la
original radicación de las causas principales en la Cámara es
anterior
a
la
primera
de
las
denuncias
que
persiguen
su
destitución.
Entiende el magistrado que debe desestimarse la denuncia
en tanto se enmarca la cuestión en la causal del art.55 inc.
9º del C.P.P.N. Refiere que no existe ni existió el deber de
apartarse; que en todo caso se ejerció el derecho-deber, que
establecen
los
arts.
61
y
62
del
Código
de
forma,
que
establecen que el juez debe informar si le cabe o no la
causal de recusación que se le está atribuyendo.
USO OFICIAL
Por otro lado, admite haber controvertido con el Sr.
Fiscal General de la Procuración de la Nación en torno a la
gestión en materia de procesos de delitos de lesa humanidad
en la Cámara Federal de Mendoza. Refiere que se vio ante el
imperativo, como Presidente de dicha Cámara, de señalar que
las manifestaciones efectuadas por el Dr. Auat en medios de
comunicación resultaban antojadizas e infundadas. Agrega que
él se refirió a cuestiones generales relativas a la marcha
del proceso y a la conducta personal de un funcionario de la
Procuración, que francamente no advierte que ello pueda de
alguna manera rozar con la norma prevista en el art. 55 inc.
10 del C.P.P.N. referida a la causal de prejuzgamiento, y que
en ningún momento ha exteriorizado opinión alguna acerca de
la forma en que serían resueltas las cuestiones debatidas en
causa
alguna,
y
menos
aún
revelado
con
anticipación
cuestiones esenciales referidas al objeto de alguna sentencia
o resolución a dictarse.
Con relación a la designación del Dr. Soza Arditi como
Juez de Cámara, el Dr. Petra Fernández refiere que tal como
surge de la documentación pertinente, fue designado en el
marco de la Acordada Nº 37/09 de la C.S.J.N., por resolución
nº
1253/09
de
fecha
23
de
noviembre
de
2009,
Presidente de la Cámara Nacional de Casación
por
la
Penal, Dra.
Liliana E. Catucci; que él se limitó a proponer al referido
magistrado
en
su
condición
de
Presidente
de
la
Cámara
Federal.
33
CONSIDERANDO:
1º) Que, en primer lugar, cabe señalar que el objeto de
este expediente se encuentra circunscripto exclusivamente a
las
conductas
imputadas
al
Dr.
Julio
Demetrio
Petra
Fernández.
En efecto, con fecha 19 de mayo de 2011, por resolución
N°37/2011, el Consejo de la Magistratura resolvió declarar
abstracta la investigación respecto del Dr. Carlos Pereyra
González, ex integrante de la Cámara Federal de Apelaciones
de Mendoza, y desestimar la denuncia formulada contra el Dr.
Alfredo Lopez Cuitiño, integrante de la mencionada Cámara.
Asimismo, se resolvió en esa oportunidad, “proseguir la
investigación de las presentes actuaciones respecto del Dr.
Julio Demetrio
Petra, integrante de la Cámara
Federal de
Apelaciones de Mendoza, por ante la Comisión de Disciplina y
Acusación”, circunstancia que nos deja entonces en estado de
pronunciarnos respecto de aquél.
2º) Que mediante Decreto N° 634/2012 de fecha 26 de
abril del corriente año, el Poder Ejecutivo Nacional aceptó
la renuncia del Dr. Julio Demetrio Petra Fernández al cargo
de juez de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza.
Atento que las facultades previstas por los arts. 114
inciso 5° y 115 de la Constitución Nacional y arts. 7° inciso
7,
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y
concordantes
de
la
Ley
24.937,
se
refieren
exclusivamente a magistrados en actividad, cabe concluir que
se ha agotado la finalidad prevista por las normas indicadas.
Por tal motivo esta investigación ha devenido abstracta, lo
que así corresponderá a este Consejo resolver.
3º) Que, sin perjuicio de lo expuesto en el considerando
anterior, y ante el supuesto de que el ex-magistrado pudiera
eventualmente
retornar
a
la
función
judicial,
cabe
pronunciarse sobre el mérito de los elementos analizados al
momento de emitirse la presente resolución.
Al
respecto
cabe
aclarar
que
en
las
presentes
actuaciones se han cumplido todas las instancias procesales
que
prevé
Acusación.
el
Reglamento
Asimismo,
de
resulta
la
Comisión
oportuno
de
Disciplina
destacar
que
y
con
posterioridad al ingreso de las denuncias que hacen al objeto
del presente expediente, fueron realizadas ante este Consejo
de la Magistratura otras presentaciones, en las cuales se
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cuestiona la conducta del ex juez Petra Fernández, en su
mayoría, en torno a su actuación en causas en las que se
investigan delitos de lesa humanidad.
Se trata de denuncias que se encuentran acumuladas en el
expediente
348/2010,
caratulado
“Salinas
Pablo-
Beigel
Viviana y otros c/ Dres. Petra Fernández – Rago Gallo Y
Galvez Miguel”, a saber: expte. 355/2010 caratulado “Cam.
Nac.
de
Casación
Penal
–
Remite
Dcia.
Guevara
y
Guevara
Escayola c/ Dres. Galvez y Rago Gallo”; expedientes 403/2010
caratulado “Auat Jorge, (Fiscal Gral.) y otro s/ Act. Julio
Demetrio
Petra
(Int.
Cam.
Fed.
Apel.
Mendoza)”,
183/2011
“Camus Margarita s/ Actuación del Dr. Julio Demetrio Petra
Fernández
–Int.
Cam.
Fed.
Mendoza”;
174/2011
“Movimiento
USO OFICIAL
Ecuménico por los Derechos Humanos Regional Mendoza c/ Dr.
Julio
Demetrio
Petra”;
y
226/2011
“Somoza
Arturo
Roberto
(Rector Universidad Nacional de Cuyo) s/ Act. Petra Fernández
J.”.
Al efecto, debe remarcarse que en el expediente 183/2011
el hecho investigado consiste en la misma conducta denunciada
como hecho I en estas actuaciones.
En los otros casos se advierte un grado de similitud tal
que hubiera podido permitir analizarlos en conjunto, a fin de
establecer un mismo patrón de conducta.
4º) Que, en razón de lo expuesto en el considerando
anterior, no puede soslayarse
hechos
denunciados
constancias
en
este
probatorias
la extrema gravedad de los
expediente,
analizadas
así
hasta
el
como
de
las
momento.
Por
tanto, para el hipotético caso de haber continuado el Dr.
Julio
Demetrio
Petra
Fernández
ejerciendo
su
función
de
magistrado, no existen al momento, elementos de convicción
que permitan proceder a la desestimación de las denuncias
aquí formuladas.
5º)
Que,
no
obstante,
y
como
fuera
señalado
en
el
considerando 2º), en el presente caso no corresponde a este
Consejo de la Magistratura pronunciarse de otro modo que no
sea declarando abstracta la presente investigación.
Por ello, en la sesión del 17 de mayo del corriente año,
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SE RESUELVE:
1°) Declarar abstracta la denuncia formulada contra el
Dr. Julio Demetrio Petra Fernández, de conformidad con lo
referido en el considerando 2º.
2°) Tener presente lo expresado en los considerandos 3º
y 4º), en orden a la conducta del referido ex-magistrado.
Regístrese, notifíquese y archívese.
Firmado ante mí, que doy fe.
Fdo.: Manuel Urriza (Presidente) – María Susana Berterreix
(Sec. Gral.)
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