2. Las ideas literarias de Baltasar Gracián y los escritores

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Las
y
ideas
los
literarias
de
Baltasar
e s c r i t o r e s
por
Ricardo
del
Gracián
a r a g o n e s e s
Arco
C. de la Real Academia Española
Ludwig Pfandl 1 ha incluido entre los aspectos del ilusionismo
barroco el enaltecimiento del individuo, la exageración de la individualidad. Cierta natural disposición a la agudeza y al buen sentido, a
lo sentencioso y epigramático en el pensar y en el hablar, se eleva bajo
la exaltada abundancia de grandes y pequeños talentos hasta un furor
ingenii, un prurito de individualismo y originalidad ingeniosa, sin
ejemplo en la Europa contemporánea y que vuelve a encontrar su
parecido en el impulso genial del romanticismo.
Hasta la época barroca, los españoles no llegaron a conocer el
verdadero concepto del ingenio. Para Baltasar Gracián, significa la
potencia real de la elevada fuerza de la inteligencia. Su teoría le parece a Pfandl que es, en cierta manera, una síntesis ecléctica del ingenio barroco y del ideal renacentista de la personalidad, a la manera de Castiglione.
Menéndez Pelayo ha trazado en pocas palabras la silueta intelectual de Baltasar Gracián: "Talento de estilista de primer orden,
maleado por la decadencia literaria, pero así y todo, el segundo de
aquel siglo en originalidad de invenciones fantástico-alegóricas, en
estro satírico, en alcance moral, en bizarría de expresiones nuevas y
pintorescas, en humorismo profundo y de ley, en vida y movimiento
y efervescencia continua; de imaginación tan varia, tan amena, tan
prolífica, sobre todo en su Criticón, que verdaderamente maravilla y
deslumbra, atando de pies y manos el juicio, sorprendido por las
raras ocurrencias y excentricidades del autor, que pudo no tener
gusto, pero que derrochó un caudal de ingenio como para ciento. El
que quiera hacerse dueño de las inagotables riquezas de nuestra lengua, tiene todavía mucho que aprender en el Criticón, aun después
de haber leído a Quevedo" 2 .
Al comenzar Gracián el discurso XLIII de la Agudeza, vindica al
juicio, diciendo: "Parecerá esta obra más del juicio que del ingenio;
pero de entrambos participa. Hay unas verdades realzadas, así por lo
sustancial como por lo extraordinario, cuya observación es acto rele1.
2.
Historia
Historia
de la literatura
nacional en la Edad de Oro, pág. 263. Barcelona, 1933.
de las ideas estéticas en España, t. II, edic. Madrid, 1884, pág. 535.
27
RICARDO DEL ARCO
vante de la capacidad... Consiste su perfección más en la sublimidad
del conocimiento que en la delicadeza del artificio" 3 . Por eso, en el
discurso LX añade que los conceptos son como u n fruto en el árbol,
vida del estilo, espíritu del decir, y tanto tiene de perfección, cuanto
de sutileza; mas cuando se junta lo realzado del estilo y lo remontado
del concepto hacen la obra cabal.
Para Gracián, el nervio del estilo consiste en la intensa profundidad del verbo, esto es, verbo preñado, no hinchado, que signifique,
no que resuene; verbos con fondo, donde se engolfe la atención, donde tenga en qué cebarse la comprensión. "Siempre insisto en que lo
conceptuoso es el espíritu del estilo".
En el discurso XXVIII pugnó por u n estilo sin afectación, sin violencia, y a lo natural, terso, claro, corriente, puro, igual; hablar con
seso. Este estilo natural nunca enfada, como el pan; gústase m á s de
él que del violento, por lo verdadero y claro; ni repugna a la elocuencia, antes fluye con palabras castas y propias 4 . "Por eso —comenta—
ha sido t a n leído y celebrado Mateo Alemán, que a gusto de muchos
y entendidos es el mejor y más clásico español" 5 . Antes (discurso LVI) había calificado de "gustoso" el estilo de Alemán. Es curioso
e interesante este juicio de Gracián. Mateo Alemán y Cervantes fueron contemporáneos. Sin embargo, el segundo no le llama la atención, antes bien, alude al Quijote despectivamente en la sátira "Contra la hazañería" de El Discreto6, cuando escribe: "Nace la hazañería
de una desvanecida poquedad y de u n a abatida hinchazón; que n o
todos los ridículos andantes salieron de la Mancha, antes entraron en
la de su descrédito. Parecen increíbles tales hombres, pero los h a y
de verdad" 7 . Y más tarde, en El Criticón, segunda parte, crisi 1.a, arremete contra los libros de caballerías, "trastos viejos", y los autores
de semejantes disparates "locos estampados". La invectiva ya fue corriente en el siglo xvi (por ejemplo, Palacios Rubios, y otros). A continuación, Gracián alude acremente a Cervantes, diciendo: "Replicaron algunos que para pasar el tiempo se les diese facultad de leer las
obras de algunos otros autores, que habían escrito contra estos primeros, burlándose de su quimérico trabajo, y respondióles la Cordura
3. Sigo la edición de Huesca, J u a n Nogués, 1649, según el ejemplar de la Biblioteca
Pública de aquella ciudad, que fue d e l . Colegio de l a Compañía de Jesús de H u e s c a .
"ex dono P . G r a c i á n " , en letra m a n u s c r i t a de l a época.
4. Discurso LXII.
5. Edic. cit., p á g . 376.
6. P á g . 392, t . I I , Obras, edic. d e M a d r i d , 1664.
7. E n la edic. cit. pone " a b a t i d a i n c l i n a c i ó n " . L l a m a r o n la atención s o b r e este
pasaje,
ADOLFO
PRAT en Historia
COSTER: Baltasar
de la literatura
Gracián,
española,
pág.
149. N e w
York-París,
1913, y
II, pág.. 479. Barcelona, 1937.
28
VALBUENA
LAS
IDEAS
LITERARIAS
DE BALTASAR
GRACIÁN
Y LOS
ESCRITORES
ARAGONESES
que de ningún modo, porque era dar de lodo en el cieno, y había sido
querer sacar del mundo una necedad con otra mayor"8.
Mateo Alemán había fallecido probablemente en 1614. Su Guzmán
de Alfarache obtuvo un éxito portentoso. La edición "princeps" es de
Lisboa, 1604, y en seguida se multiplicaron 9 . Cervantes, en La ilustre
fregona, elogió el tipo del pícaro, a propósito de Carriazo, afirmando
que "pudiera leer cátedra en la facultad al famoso de Alfarache". El
autor de La Pícara Justina, además de imitar constantemente a Alemán, casa a su protagonista con Guzmán, por parecerle que nadie
como él podía emparejar con su desenvuelta heroína. Estos testimonios podrían ser completados por otros, que demuestran hasta qué
punto el público del siglo xvii volvió los ojos a Guzmán como lugar de
referencia necesario del género picaresco 10 . Pero le estaba reservada
a Gracián la crítica elogiosa del estilo de Mateo Alemán por lo natural y jugoso. El concepto "classicus scriptor" como indicador de
aquel cuyas obras podían servir de modelo, ya se tuvo en tiempo
de Aulo Gelio; pero es interesante que Gracián se lo aplica a Alemán
en 1646, cuando redactaba Agudeza y Arte de Ingenio, treinta y dos
años después de fallecido aquel novelista, diputándolo "el mejor y
más clásico español". Claro está que a Gracián había de llamarle la
atención el estilo de Alemán, no precisamente en lo que tiene de
belleza externa, claridad y armonía, sino en lo "jugoso", es decir,
en su concisión, sobriedad y elegancia; en su técnica de contrastes,
en las moralidades conceptuosas que contiene en ese su dogmatismo
sentencioso y su insistencia moralizadora, en la ausencia total de
temas sentimentales; aquel ir derechamente, lanzado con mucha menos complejidad que Cervantes, en un solo sentido; aquel ideario,
que lejos de extenderse tiende a concretarse en sí mismo 1 1 . En el
elogio de Alonso de Barros a Mateo Alemán y su novela ya destacó
que en ella el autor nos convidó "con la graciosidad (el ingenio, de
Gracián), y enseñándonos con lo grave y sentencioso".
Valbuena Prat ha notado que Guzmán representa el cambio del
período amplio hacia la cláusula corta. Conciso, recortado sin la estilizada comprensión de Gracián, este artista del castellano ocupa
en su tiempo y moda un puesto análogo al de Fray Luis de León en
8. Edic. Cejador, I, p . 211. Sobre el p a s a j e l l a m ó la atención COSTER, op.
gina 180, y luego AZORÍN en Clásicos y modernos,
p . 122, Madrid, 1919. Sobre
Vega, véase mi o b r a La Sociedad española
en las obras dramáticas
de Lope
p á g i n a s 164-167, M a d r i d , 1942. Lope incluso hizo u n a p a r o d i a de Don Quijote y
en su c o m e d i a Los hidalgos del aldea.
9. Vid. R FOULCHÉ DELBOSC: Bibliographie
de Mateo Alemán, en Revue
t. XLII, 1918.
10.
S. GILI GAYA: Introducción
a la edic. de "Clásicos
Castellanos",
págs.
11. GILI GAYA, loc. cit., págs. 12-14.
29
cit., p á Lope de
de Vega,
Dulcinea
Hispaniqne,
7-8.
RICARDO DEL ARCO
la forma renacentista del medio del siglo xvi. Como documento de
lengua es Guzmán el modelo de su generación, como anteriormente
lo habían sido los Nombres de Cristo12. El alegado juicio de Gracián
comprueba este aserto. Y en Guzmán asoma alguna vez la alegoría,
preludiando a Gracián. Las notas moralizadoras no son algo superpuesto y forzado, sino la resultante de una experiencia amarga y fracasada de la vida, cosa que había de agradar a Gracián, lo mismo que
la agudeza sentenciosa de los refranes y las frases populares que
abundan en Alemán como en su contemporáneo Cervantes, y anteriormente en La Celestina.
Sin embargo, ya hemos visto el juicio sobre Cervantes, La tragicomedia de Fernando de Rojas no queda mejor librada en Gracián:
sus hojas son como las del perejil, "para poder pasar sin asco la
carnal grosería" 1 3 . "Et sic de coeteris"; las hojas de Quevedo son
como las del tabaco, de más vicio que provecho, más para reír que
aprovechar. El Padre Mariana es "español de cuatro cuartos", tan
tétrico, y escribirá con tanto rigor, que los mismos españoles han de
ser los que queden menos contentos de su entereza.
El gusto de Gracián fue ecléctico, dentro de su molde literario:
lo picante, lo popular, no lo apartó de lo sentencioso y profundo.
"No está vedada la pimienta —afirma—, antes se estima más que el
azúcar... La sal también está muy valida, pero sin lo útil no entra
en provecho... Están tan desacreditados los dulces, que aun la misma Panegvri de Plinio a cuatro bocados enfada. Ni hay hartazgo de
zanahorias como unos cuantos sonetos de Petrarca y otros tantos de
Boscán" 1 4 . Marcial censuró a un poeta malo porque no ponía un
grano de sal, ni una punta de hiel en sus versos. Y F r a y Jerónimo
de San José, aragonés, contemporáneo y amigo de Gracián, tratando de que el historiador ha de juntar lo útil con lo dulce, pide que
en el estilo mezcle un grano de pimienta y una p u n t a de agrio entre
lo dulce, atendiendo más al gusto que al provecho 15 .
Entre los plectros graves no le disgusta a Gracián ver tejuelas
picariles, donosas, con las cuales Marica espantaba sus dolores en
el hospital (alusión a Quevedo), ni conceptuosas folías de Camoëns,
ni las letras de baile de Gila al son de la gaita (alusión a Lope de
Vega, " m u s a princesa"), etc. 16 .
Las lecturas de Gracián fueron múltiples: sus obras lo revelan.
12.
13.
14.
15.
16.
Op. cit.,
Criticón,
Criticón,
Genio de
Criticón,
II, p . 88.
p a r t e II. c r i s i 4. a , edic. cit., pág. 270 del t. I.
edic. cit., pág. 214 del t. I.
la Historia, 2. a e d i c , pág. 158. M a d r i d , 1768.
edic. cit., págs. 261 y 262.
30
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
E r a hombre "de museo", es decir, de biblioteca, de curiosidades y
rarezas artísticas y naturales: "Sea hombre de museo, aunque ciña
espada", dijo en el Criticón17. Su pasión por los libros pudo satisfacerla con hartura en la librería de su mayor amigo y protector, el
patricio oscense Vincencio J u a n de Lastanosa, "gloria de los aragoneses por su ingenio" 18 . En el discurso XXII de la Agudeza asegura
que frecuentó el museo de Bartolomé Leonardo de Argensola, "y
cada vez admiraba más su profundidad, su seriedad; él era un oráculo en verso".
Aludiendo al museo del primero, escribió 19 : "¿Qué convite más
delicioso para el gusto de un discreto, como un culto museo, donde
se recrea el entendimiento, se enriquece la memoria, se alimenta la
voluntad, se dilata el corazón y el espíritu se satisface? No hay lisonja, no hay fullería para un ingenio como un libro nuevo cada
día" 2 0 . "¡Oh fruición del sentimiento!, exclama poco después; ¡oh
tesoro de la memoria, realce de la voluntad, satisfacción del alma,
paraíso de la vida! Gusten unos de jardines, hagan otros banquetes,
sigan éstos la caza, cébense aquéllos en el juego, rocen galas, traten
de amores, atesoren riquezas con todo género de gustos y de pasatiempos; que para mí no hay gusto como el leer, ni centro como una
selecta librería".
Es notorio el aragonesismo de Gracián, temperamental y de devoción a su tierra, a sus valores literarios 21 , a partir del "ingenioso
y entretenido" Marcial. "Gracián —ha escrito Farinelli— es maestro
inimitable del chiste, de la agudeza, de lo picante y salado, y, sin excepción alguna, el escritor más lacónico de España. "Lo bueno, si
breve dos veces bueno". En esto es el sucesor más digno de Marcial
en su patria. "A pocas palabras buen entendedor". No la superficie,
sino el interior de las cosas tiene importancia para él. Lo epigramático, lo sentencioso a la manera de Séneca, ha sido siempre una calidad nunca bastante reconocida y alabada de los españoles de la
Edad de Oro, a pesar de las quejas de algunos inocentes conocedores
de las cosas de España, que condenan sin más ni más toda la liter a t u r a española como producto de una retórica enfática, vacía, en el
sentido y en la forma. En lo epigramático y sentencioso, nadie h a
llegado a la perfección de Gracián. Su laconismo obstinado le hace
17. Ibid., pág. 215.
18. El Discreto: "De la c u l t u r a y el a l i ñ o . Ficción heroica".
19. Criticón, II, crisi IV.
20. Ibid., II, crisi IV, edic. R e n a c i m i e n t o , I, pág. 254.
21. Cfr. m i monografía Gracián y su colaborador
y Mecenas,
za, 1926.
31
págs. 23-29. Z a r a g o -
RICARDO DEL ARCO
decaer en lo enigmático y pecar de falta de claridad y de arreglo en
la forma" 2 2 .
En las obras de Gracián abundan las menciones de personajes y
cosas aragonesas. Dejemos aparte El Político (1640), panegírico del
Rey Católico iniciado en El Héroe (1637) (primor 1.°) y proseguido
sin interrupción. Todo El Discreto (1646) sabe al ambiente de las tertulias literarias de Lastanosa. "Hombre de plausibles noticias", razonamiento académico; "El hombre de todas horas", carta a Don
Vincencio de Lastanosa; " E l buen entendedor", diálogo entre el
doctor Juan Francisco Andrés y el autor, entrambos amigos y contertulios del oscense; "Hombre de buen dejo", carta al doctor Juan
Orencio de Lastanosa, hermano de aquél, con quien vivía; "El hombre en su punto", diálogo entre el autor y el canónigo oscense Manuel de Salinas y Lizana, de quien, a ruego de Lastanosa, incluyó en
Agudeza y Arte de Ingenio traducciones de epigramas de Marcial.
En El Criticón aludió al poeta Francisco Diego de Sayas: "Había
un vacío en buen lugar, y, notándolo Critilo, dijo: De aquí algún
gran plectro han robado. No será eso, sino que estará destinado para
algún moderno. ¿Si será, dijo Critilo, uno que yo conozco y estimo
por bueno, no por ser mi amigo, antes mi amigo por ser bueno?" 2 3 .
Y al historiador José Pellicer de Ossau y Tovar, y al cronista Uztarroz, de pluma "cortada de un girasol", etc. 24 .
La ideología de Gracián se nos ofrece siempre categórica y rectilínea. Una de las facetas de esta manera de componer con franqueza
y bizarría es su aragonesismo. En otras grandes figuras de la liter a t u r a de aquel complejo siglo xvii no se advierte tanto la condición
nativa. Gracián no puede —seguramente no quiso— disimular su calidad aragonesa; y esta alma enérgica, sesuda y viril se observa a
través de una urdimbre que tiene también mucho de aragonesa. Y
fue en Agudeza y Arte de Ingenio donde quiso rendir un tributo a
los poetas conterráneos, asociando sus nombres a los de otros alienígenas, excelsos algunos, como Garcilaso, Lope y Góngora. Por ello,
este libro de Gracián interesa particularmente a los aragoneses.
El máximo tributo es para Marcial, el extremado, entretenido y
salado Marcial. Otros poetas de la tierra, amigos, son ensalzados en
este libro: los cronistas Uztarroz, Dormer y Sayas; Pellicer, Morlanes, Salinas, Pedro Gracián, Diego de Fuentes, Liñán de Riaza ("en
todas sus obras juicioso, por no desmentirlo de poeta aragonés"),
22. Ensayos
y discursos
de
R o m a , 1925.
23. Edic. cit., I, pág. 263.
24. Ibid., pág. 266.
crítica
literaria
32
hispano-europea,
parte
2. a , pág. 203.
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
lbáñez de Aoiz, Jerónimo de San José, etc. No omite poetisas como
Ana Vincencia de Mendoza, Ana Francisca Abarca de Bolea y María
Nieto de Aragón. Y hay u n recuerdo para los preclaros varones de la
pléyade aragonesa del Quinientos: Verzosa, Sobrarias, Palmireno.
La predilección de Gracián vase hacia los Argensolas, "los dos
mellizos hijos de la más hermosa de las Nueve". Y da la razón:
"Frecuento estos grandes autores en los ejemplos, porque d a n alma
de agudeza a lo que dicen. Los que no propongo a la imitación no es
por haberlos visto casi todos, sino porque los hallo sin espíritu de
concepto; forman muchos libros, cuerpos, pero sin alma conceptuosa" 2 5 .
Encuentra a Bartolomé valedor del estilo desafectado; tanto, que
parecen prosa en consonancia sus versos; pero, con todo, "fué m á s
preñado su genio que el de Lupercio, su hermano" 2 6 . Halla todos sus
sonetos llenos de profundidad y enseñanza. "Filosofaba en el verso
este grave y profundo ingenio. Tiene muchos acertados, pero en las
epístolas estuvo su mayor eminencia, como en los tercetos" 2 6 b i s . " E n
las ponderaciones fué extremado, fué único Bartolomé Leonardo, imitador en esto del antiguo Horacio 27 . E r a gran ponderador este ilustre
poeta, y así son tan preñadas sus palabras, pues oírselas a él era otra
tanta fruición, porque les daba mucha alma" 2 8 . Antes 29 había afirmado
de él: "Era señor del decir", porque la facilidad de sus números era
tanta, " q u e en la prosa misma parece que no pudiera hablar con
menos violencia". "Gran filósofo en el verso, en quien se compitieron
lo ingenioso y lo prudente" 3 0 .
Después, en la segunda parte del Criticón31, escribió: "Estos (los
Argensolas), dijo, son graves por lo aragoneses. Puédelos oir el m á s
severo Catón sin nota de liviandad. E n el metro tercero (los tercetos)
son los primeros del mundo, pero en el cuarto (los cuartetos) ni a u n
quintos".
Vengamos a Agudeza y Arte de Ingenio. A fin del año 1641, Gracián había terminado Arte de Ingenio, tratado que apareció impreso
en febrero de 1642 32 , dedicado al príncipe Baltasar Carlos. Transcurrido no mucho tiempo, acaso por indicación de Lastanosa y para dar
lugar a las traducciones de epigramas de Marcial, que tenía hechas
25. Discurso XXVII: De las crisis
26. Discurso L X I I : Ideas de hablar
26 b i s . Disc. XLIII.
27.
Cfr
Horacio
28.
29.
30.
31.
Disc.
Disc.
Disc.
Disc.
XXII.
XVI.
XIV.
V.
en
España,
32.
Cfr.
COSTER, op. cit., p á g .
de
irrisorias.
bien.
MARCELINO
48.
33
MENÉNDEZ
PELAYO.
RICARDO DEL ARCO
el canónigo Salinas, pariente y amigo del primero, Gracián dispuso
una nueva edición de Arte de Ingenio, anteponiendo a este título la
palabra Agudeza. En 8 de abril de 1646 ya estaba el libro dispuesto
para la impresión, la cual no se consiguió hasta el comienzo del año
1648. La doctrina de las dos obras es la misma. La primera contiene
cincuenta capítulos, y la segunda sesenta y tres, porque algunos de
aquélla fueron desdoblados en ésta, dividida en dos partes (Agudeza
simple y Agudeza
compleja).
El carmelita F r a y Jerónimo de San José, elogiado por Gracián en
la obra, leyóla antes de darla a las prensas, y juzgóla como " u n general minero de muchos y varios tesoros, un cielo sembrado de estrellas, un campo de flores, una tienda de pedrería rica. Todo es muy
rico, precioso, frondoso y brillante"; pero en esta carta al cronista
Andrés de Uztarroz le confesaba que le habían llevado el gusto y admiración con mayor lisonja las traducciones de Salinas, y se deshacía
en elogios del canónigo, sin apenas conocerlo personalmente.
Todo hace suponer que el autor de Genio de la Historia no llegó
a penetrar en el verdadero intento del autor, de exaltación de lo conceptuoso, porque el juicio arriba inserto más parece indicado para
una obra cultista, como las aludidas por Fray Jerónimo en la suya,
de Hortencio Félix Paravicino o Góngora: "Este en el verso, y aquél
en el verso y prosa; aunque en la extravagancia desta fué más especialmente insigne el Hortensio, como el Góngora en la poesía, subiendo ambos el estilo hasta la celsitud del precipicio en el hablar y escribir" 33 . Algo parecido había escrito Gracián en el discurso LXII de
la Agudeza: Góngora "había remontado a su mayor punto la frase relevante y el modo de decir florido"; y Paravicino " j u n t ó lo ingenioso
del pensar con lo bizarro del decir, y es más admirable que imitable".
Con todo, quedó en el carmelita aragonés influencia de los puntos
de vista de la Agudeza. También él encumbra a Bartolomé Leonardo
de Argensola (Fray Jerónimo pone así: "de Argensola"; Gracián, no),
diciendo de él que España le debe "la más grave sustancial cultura de
la poesía y de la prosa; siendo en aquélla el Fénix de este siglo, y en
ésta la emulación de los antiguos, con que añadió un particular lustre
y fama a los cronistas de Aragón". De Lupercio alaba la grandeza de
su ingenio, la erudición y la singular elocuencia en prosa y verso, "admiración a nuestra edad". Y de entrambos encomia la introducción
de neologismos, verbi gracia, en Lupercio la voz " h a m o " , por anzuelo;
y en Bartolomé la voz "implume", "osadías poéticas" raras y claras
33.
Genio de la Historia,
edic. cit., p á g . 83.
34
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
en estos autores, que enseñan el tiento y destreza con que se debe introducir y usar la novedad de los vocablos 34 .
Defiende la alteza de estilo en el poeta, como dijo "osada y gravemente el gran ingenio de nuestra España y siglo Bartolomé Leonardo
en los tercetos de una Epístola". Es lícito enriquecer la lengua y estilo de nuevas voces y frases, como a los árboles cada año de follaje
nuevo. Es el uso el supremo árbitro y juez calificador de los lenguajes 35 .
Frente a los "buenos repentes", realzados por Gracián 36 , establece
que los ingenios repentinos y de veloz discurso no hacen cosa durable 37 . "Piensan mucho algunos para errarlo todo después —escribió
Gracián—, y otros lo aciertan todo sin pensarlo antes... Son plausibles
los prestos, porque arguyen prodigiosa capacidad: en los conceptos,
sutileza; en las obras, cordura".
En el prefacio de El Discreto (1646), del famoso jesuita, su protector Lastanosa elogió, como es lógico, el Arte de Ingenio, publicado
cuatro años antes, llamando al tratado "Arte de Agudeza", al que
adorna con el calificativo de prodigioso "por lo raro, erudito y ingenioso, que antes della se tenía por imposible hallarle arte al Ingenio".
Esto es, precisamente, lo que tiempo después enfadó al colector Antonio de Capmany, cuando, refiriéndose al "estilo remontado, enigmático y artificiosamente ingenioso, sembrado de agudezas de dos cortes
y de conceptos misteriosos" de Gracián, preguntaba: "Y ¿cómo podía
dejar de caer en esta manía un autor que redujo el ingenio y la agudeza a Arte, libro en que trata de propósito de sus géneros, especies,
diferencias y reglas con ejemplos buenos, malos y medianos?" 3 8
Lastanosa afirma luego que un genovés (Mateo Peregrini) lo tradujo al italiano, y aun se lo apropió 39 .
Ya se ha podido adivinar, por las palabras transcritas arriba, cuál
fue el juicio que le mereció el tratado a Capmany. Comentando la
frase gracianesca "que todo lo sazona la cordura", escribe que casi
ningún escritor de aquel tiempo dejó de pasar la raya, y " n i el mismo
que da el consejo las más veces conoció dónde estaba realmente, y de
esta incertidumbre se aprovechó su ingenio, que siempre quiso ir ganando tierra en el camino de su jurisdicción". No le perdona a Gracián "aquella antítesis, retruécanos y equívocos, en que no anduvo
34. Ibid., p á g . 105.
35. Ibid., p á g s . 74, 75 y 82.
36. Oráculo manual y arte de prudencia
(Huesca, 1647), edic. d e Alfonso Reyes. M a d r i d , 1918, pág. 203.
37. I b i d . , p á g . 135.
38. Teatro histórico
crítico de la elocuencia española, t. V, p á g . 187. Barcelona, 1848.
39. Sobre esta cuestión de la originalidad de l a Agudeza,
en relación con la Acutezze, de Peregrini,
v i d e COSTER, op. cit., cap. XVI.
35
RICARDO
DEL
ARCO
siempre comedido, ni feliz, ni atinado. Las gracias y los juegos vienen
a ser empalagosos y pesados, cuando no los llama la necesidad y los
rige la templanza. Pero volvamos a disculparle, si es posible, ya que
no del mal gusto, del uso inmoderado de estas agudezas nominales.
Al cabo de muchas reflexiones acerca del origen y causa de estos
vicios, he venido a sospechar que nuestra lengua, ora sea genio de
ella misma, o de la nación, es más ocasionada y apta que las otras
vulgares para las chanzas, ironías y lisonjas, que se encierran en palabras de doble sentido, cuyo número es infinito; y por consiguiente
muy propensa a tentar a los escritores jocoserios con sus mismas
riquezas, de que eran muy codiciosos los que escribían en prosa y en
verso en el reinado de Felipe IV, cuyo principal arte se cifraba en la
agudeza por la contraposición, la paronomasia y el equivoquillo" 40 .
Ticknor juzgó la obra de modo absurdo, pues la diputó " u n arte
poética, o más bien un tratado de retórica y poética, acomodado a la
escuela de Góngora", supuesto refutado después por Menéndez Pelayo; y añadió: "Obra de grande ingenio, y muy notable por la destreza con que el autor cita en ayuda suya a los poetas antiguos, como
D. Diego Hurtado de Mendoza, los Argensolas y hasta a Fray Luis
de León y al bachiller Francisco de la Torre" 4 1 .
Fitzmaurice-Kelly escribió: "Arte retórica conceptista no siempre muy original, pero de singular erudición, sutileza y sabor católico (?)" 4 2 .
Para Adolfo Coster, el más completo biógrafo de Gracián, el Arte
de Ingenio es esencialmente conceptista, que admite un cultismo
discreto, como complemento eficaz de la belleza del concepto, pero
que no constituye u n arte aparte. Gracián ha desempeñado incontestablemente el papel de vulgarizador del conceptismo y del cultismo,
y ha contribuido poderosamente al desarrollo del mal gusto, tanto
en Italia como en España. Y concluye que Gracián, como escritor, a
pesar de las invectivas que ha lanzado contra conceptistas y cultistas, pertenece a entrambas escuelas, y nada ha inventado en la
Agudeza43.
Arturo Farinelli, influido por la obra de Coster, enjuició: "Baltasar Gracián tuvo la desdicha de escribir un libro inferior a los otros
genialísimos que su pluma le había dictado, un libro pésimo tal vez,
obscuro más que agudo. Gracias a las circunstancias y al gusto corrompido del tiempo, únicamente éste halló en España celebridad y
40.
41.
42.
43.
Op. cit.,
Historia
Historia
Op. cit.,
p á g . 188 y 193.
de la literatura
española, pág. 431. M a d r i d , 1854.
de la literatura
española, edic. " L a E s p a ñ a M o d e r n a " , pág. 458.
c a p . XVII y págs. 290 y 304.
36
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
propaganda, menoscabando asi la fama de su autor" 4 4 . Y más adelante añadió que la Agudeza es substancialmente "italiana y no española" (alusión a Peregrini), y la denomina "biblia de la perversión
literaria de España en el siglo xvii" 4 5 .
Más ponderado y sereno nuestro Menéndez Pelayo, opinó que
Gracián, predominando en él demasiado las facultades intelectuales
y la vena de moralista, "no podía ser culterano, por más que algunos le consideren como tal, recordando pasajes ridículos de su poema
baladi Selvas del año, ni tampoco legislador del culteranismo. Su
fuerte era el ingenio o la ingeniosidad. En Agudeza y Arte de Ingenio
toma indistintamente los ejemplos de los culteranos y de los escritores de gusto más puro, tan pronto de Góngora como de Lope, o de
Fray Luis de León, o del infante D. Juan Manuel. Así como su erudición era extensa y variadísima, su gusto era ecléctico, y no rechazaba nada bueno o que le pareciese tal, ni de la antigua, ni de la
moderna literatura castellana, sin distinción de géneros, ni de escuelas. La Agudeza y Arte de Ingenio no es de ningún modo una Retórica culterana; es precisamente lo contrario: es una Retórica conceptista... Es el código del intelectualismo poético"46. Califícalo como
el peor de los de Gracián. Hubiera estado más en su punto decir que
era, si acaso, el menos bueno. No obstante, encontraba en él múltiples bellezas, juicios admirables de estética y preceptiva literaria,
hasta declarar que solía hojearlo con cierto deleite por descubrir en
él el grandísimo entendimiento del autor.
Gracián siente obsesión por lo juicioso. Entendimiento sin agudeza ni conceptos es sol sin luz, sin rayos. Quiere alma en el escritor.
Y cuando las materias son importantes conviene que se entiendan,
pero con sublimidad y con fondo. En otro lugar, insiste: " P r e ñ a d o
ha de ser el verbo, no hinchado; que signifique, no que resuene; verbos con fondo, donde se engolfe la atención, donde tenga en qué cebarse la comprensión". (Obsérvese que Gracián emplea con insistencia el vocablo "preñez", frente a "hinchazón", como indicador de
contenido sustancioso.)
Como éstos, se multiplican los preceptos en el que tradicionalmente ha sido llamado sin leerlo "código del mal gusto", como notó
Menéndez Pelayo. Y aun hay algo más en este orden: la diatriba
sensata contra el estilo culterano desaforado. Frente al estilo natural, liso, corriente, sin afectación, le repugna el estilo culto, pero el
44. Ensayos
y discursos
Roma, 1925.
45. Ibid., pág. 472.
46. Historia de las ideas
de crítica
estéticas
literaria
en España,
37
hispano-europea
(parte 2. a ), p á g . 450.
t. II, edic. Madrid, 1884, cap. X.
RICARDO
DEL
ARCO
bastardo y aparente, que pone la mirada en sólo la colocación de las
palabras, en la pulideza material de ellas, sin alma de agudeza, usando de encontrados y partidos conceptos (de alforja los apodaba Bartolomé Leonardo, porque lo mismo exprime el que va delante como
el que viene detrás). Esta es una enfadosa, vana, inútil afectación,
indigna de ser escuchada. El estilo aliñado, que tiene más de ingenio
que de juicio, atiende a la frase relevante, al modo de decir florido,
lo remontó a su mayor punto Góngora —afirma Gracián—, especialmente en "Polifemo" y "Soledades". "Algunos (alude a los secuaces
"cultetes", que dijo Lope de Vega) le han querido seguir, como Icaro
a Dédalo; cógenle algunas palabras de las más sonoras, y aun frases
de las más sobresalientes, incúlcanlas muchas veces, de modo que a
cuatro o seis versos reducen su cultura". Y agrega: "¡Oh, qué bien
los nota el juicioso Bartolomé Leonardo!:
Con mármoles de nobles inscripciones
(teatro un tiempo y aras) en Sagunto,
fabrican hoy tabernas y mesones.
Gracián aparece en nuestro último gran período del siglo xvii
— h a expuesto Valbuena Prat, recordando algunos puntos de vista
de Pfandl 4 7 — significando en la prosa la cima del mundo conceptual por el camino de la estilización y la alegoría. Como Calderón en la poesía, Gracián representaba una visión del hombre y de
la naturaleza en que lo individual ha desaparecido dentro de los
casilleros generalizadores del orden de los símbolos. Era un curioso
tipo de aragonés. Los grandes talentos de esta región áspera, agria
y fina a la vez, pueden caracterizarse por esas diversas y aun contradictorias condiciones de su ambiente y de su raza. Goya sería después el genio de Aragón áspero y brutal. Gracián lo era de la mueca
amarga, contraída en una fría sonrisa. Lo exquisito y lo conceptuoso
eran también muy aragoneses. Gracián no es sólo de Aragón por el
nacimiento, sino por sus meditaciones y estudios en el ambiente arqueológico, de libros y museo, de la Huesca de su amigo Lastanosa.
Agudeza y Arte de Ingenio ha sido juzgada muy a la ligera. Hurtado y González Palencia 48 , siguiendo las huellas de Coster, afirman
que fue sugerida por la obra de Peregrini Acutezze; " t r a t a de la teoría de esta materia, para lo cual cita ejemplos, viniendo a ser una
verdadera antología de poetas conceptistas y culteranos, sobre todo
aragoneses. En esta segunda refundición intercaló los epigramas de
47.
48.
Historia
Historia
de la literatura
de la literatura
española,
española,
t. I I , p . 471. Barcelona, 1937.
2. a edic. M a d r i d , 1825, pág. 776.
38
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
Marcial, traducidos medianamente por su amigo el canónigo Salinas, a quien Gracián mismo reprochó no saber latín, después que
se hubo disgustado con él. Por medio de este libro Gracián vulgarizó
el conceptismo y el culteranismo y contribuyó al desarrollo del mal
gusto. El Cannochiale Aristotélico de Tesauro, y los innumerables
Conceptos predicables, que tanto en Italia como en España dieron
pasto a los incontables Fray Gerundios, se derivan directamente de
las obras de Gracián. Fue siempre más conceptista que culterano, y
este gravísimo defecto es causa de que su obra no haya sido conocida como merece, por el vigor del ingenio y lo sutil de las ideas".
Es capital para conocer las ideas literarias y sobre el estilo de
Gracián. Su sentido del arte literario se funda en el "concepto" y en
la "agudeza''; el primero viene a ser la parte sólida, el contenido;
la segunda, el ornato, la elegancia. Procede un estudio detenido y
desapasionado de Agudeza y Arte de Ingenio para valorarlo debidamente. Es libro denso, apretado, donde se mantiene el estilo conciso,
correcto y vivaz de El Héroe, El Discreto y El Político, tratados que
le precedieron al menos en la refundición hecha después que el primitivo Arte de Ingenio.
El propio Gracián, en una de sus donosuras, juzgó la obra " m á s
sutil que provechosa", en el leve prefacio al lector de la primera parte
del Criticón (1651). ¿Significa esto una autocensura desfavorable, como de arrepentimiento, a los tres años de publicada la Agudeza? Creo
que no, sino que aludía al contenido del tratado, que, como no juntaba "lo seco de la filosofía con lo entretenido de la invención, lo
picante de la sátira con lo dulce de la épica", de que abundaba el
Criticón, consideró sutil, ligera, la Agudeza, no provechosa, esto es,
no moralizadora, sentenciosa ni alegórica. Lógico, porque se trataba
de un libro expositivo, de preceptiva y de crítica literaria.
E n torno a esta crítica literaria y a la comprobación de sus ideas
estéticas con los ejemplos de literatos aducidos, veo un interés primordial en Agudeza y Arte de Ingenio. En la primera redacción (1642)
Gracián se limitó a citar autores latinos, Marcial en particular, y
entre los modernos a Camoëns, Montemayor, Carrillo y Góngora, especialmente. Pero en la refundición no sólo dio cabida a las traducciones del canónigo Salinas, sino que formó como una antología de
poetas aragoneses, con marcada preferencia.
Siguiendo la línea de estos escritores aragoneses y reproduciendo sus composiciones poéticas —en mayoría, como he observado
atrás, las de los Argensolas—, voy a transcribir a continuación las
ideas literarias de Gracián en Agudeza y Arte de Ingenio, como con39
RICARDO
DEL
ARCO
t r i b u c i ó n a la v a l o r a c i ó n v i n d i c a d o r a de e s t a o b r a , h i j a de u n t a lento de p r i m e r o r d e n 4 9 .
" L o s a n t i g u o s h a l l a r o n m é t o d o al silogismo, a r t e al t r o p o ; sellar o n la agudeza, r e m i t i é n d o l a a sola la v a l e n t í a del i n g e n i o . C o n t e n t á b a n s e con a d m i r a r l a , p e r o n o p a s a b a n a o b s e r v a r l a . E r a n los conceptos h i j o s m á s del esfuerzo de la m e n t e q u e d e l sacrificio, p e r o
g r a n d e s " . A este p r o p ó s i t o p o n e el s i g u i e n t e s o n e t o a S a n Diego, en
el q u e p o n d e r a la h u m i l d a d con q u e r e h u s ó r e c i b i r las Ó r d e n e s
S a g r a d a s , escrito p o r L u p e r c i o L e o n a r d o de A r g e n s o l a :
Sin que contraste la humildad profunda,
con que huyó de la humana gloria Diego,
hoy ve altar en su nombre, y arder fuego,
de donde grato olor a Dios redunda.
El, que dió humilde el cuello a la coyunda,
y fué del siglo vano oprobio y juego,
vedlo gozando celestial sosiego,
y cómo de riqueza eterna abunda.
Póstranse las coronas y tïaras
a donde puso la desnuda planta,
y cumplen peregrinos votos sacros;
Vivo no osó tratar las santas Aras;
y muerto, Dios sobre ellas se levanta,
en eterna memoria y simulacro.
L a i m p r o p o r c i ó n es u n e x t r e m o d e la a g u d e z a . F ó r m a s e p o r a r tificio c o n t r a p u e s t o a la p r o p o r c i ó n , c o m o se ve en este l a u r e a d o son e t o de B a r t o l o m é L e o n a r d o de A r g e n s o l a a S a n L o r e n z o :
Cual cisne, que con últimos alientos
vive y muere cantando a un mismo punto,
y en el sepulcro y nido todo junto,
más vivos articula los acentos,
Tal en la dura cama en fuegos lentos,
el invicto español vivo y difunto,
levantó este divino contrapunto,
cercado de tiranos y tormentos.
Yo, celestial Señor, yo, aquel Laurencio,
a cuyo corazón fuerza enviaste,
para mayor martirio suficiente,
49. Menéndez y Pelayo indicó (Historia de las ideas estéticas en España, edi. cit.,
t. II, vol. II, pág. 536, nota) que así como la escuela conceptista tuvo su dogmatizador
en Gracián, la equivoquista, degeneración pedestre de aquélla, como que no atendía ya
a la sutileza del concepto, sino a la agudeza verbal, tuvo el suyo, al final del siglo, en
el oscense Francisco Antonio de Artiga, Olim Artieda, por su Epítome de la elocuencia
española, cuya primera edición fue, no en 1726, como creyó Menéndez y Pelayo, sino
en Huesca, año 1692. Aquélla, en Pamplona, fue la segunda. (V. mi monografía La Imprenta en Huesca. Apuntes para su historia, pág. 49. Madrid, 1911). Este libro, de otro
aragonés, no tiene ningún punto de contacto con la Agudeza de Gracián, y, como advirtió
aquel polígrafo, indica el punto extremo de la decadencia literaria y la urgente necesidad del remedio.
40
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
Y a quien tú visitaste en el silencio
de la noche, y con fuego examinaste,
ardiendo el alma en otro más ardiente,
Recibe este mi espíritu inocente,
y tú, tirano cruel, cruel Ceraste,
revuelve, y come de este lado abierto,
y da sepulcro vivo a un cuerpo muerto.
L a a g u d e z a p o r p o n d e r a c i ó n de dificultad consiste en l e v a n t a r alg u n a oposición o d i s o n a n c i a e n t r e dos correlativos, q u e r i g u r o s a m e n t e es dificultar. De e s t a s u e r t e p o n d e r a B a r t o l o m é L e o n a r d o en
este g r a n soneto la i n s o l e n c i a de u n m a l o y la t a r d a n z a del d i v i n o
castigo:
Si de Grecia sacaba el ostracismo
los buenos, por insignemente buenos,
contigo, por tan pérfido, a lo menos
¿no hicieran sus repúblicas lo mismo?
La de Corinto echárate del Istmo
(con ser viciosa) a límites ajenos,
y aun relegado en uno de los senos
más sordos y profundos del abismo.
¿Y andas entre nosotros con ofensa
de la virtud? Mas no me desconsuelo
de que dilate un rayo la venganza;
Que cuando en los castigos tarde el Cielo,
justamente irritado, su tardanza
después en el favor la recompensa.
Al h a b l a r en el d i s c u r s o VIII de l a s p o n d e r a c i o n e s de c o n t r a r i e dad, c u a n d o el a s u n t o del r e p a r o es g r a n d e , solicita el i n g e n i o a
d i s c u r r i r p a r a que m u l t i p l i q u e las soluciones v a l i e n t e s . V é a s e e n este
ingenioso soneto, p r e m i a d o e n Z a r a g o z a y d i s c u r r i d o en H u e s c a p o r
d o ñ a A n a V i n c e n c i a de M e n d o z a a la V i r g e n a p a r e c i d a a o r i l l a s del
Gállego:
Este, que acaso incierto es al cuidado,
la fe venere misterioso acierto,
sacro favor, que se vincula cierto,
al mérito feliz de imaginado.
De Madre, ¡oh Virgen!, es mayor agrado,
pues hoy de vuestro corazón advierto,
que por mostralle al hombre descubierto
al Hijo Dios le permitís negado.
Y si El es otro en vos, y no segundo,
diré que le aplicáis a la otra parte,
porque en entrambas el error le acierte.
Mas, ¡oh infelice cuanto ingrato mundo!
Este que arbitrio fué para ganarte,
tomas para disculpa del perderte.
E n la a g u d e z a p o r s e m e j a n z a , p o r ésta suele p a s a r el i n g e n i o al
exceso q u e h a c e el sujeto al t é r m i n o . De este m o d o D. Diego d e Mor41
RICARDO
DEL
ARCO
l a n e s , s u p e r i o r ingenio, y u n i v e r s a l , en u n culto p o e m a del i n c e n d i o
troyano, dijo:
La Fénix no sale ufana
entre cenizas deshechas,
como él entre ardientes llamas,
si toda Troya es un Etna.
E l i n g e n i o se vale con g r a n d e artificio de las s e m e j a n z a s p a r a sac a r u n a m o r a l i d a d p r o v e c h o s a ; p o n d e r a el t é r m i n o a s i m i l a d o c o n
s u s c i r c u n s t a n c i a s , y c o n c l u y e c o n v e n c i e n d o al sujeto. F e l i z m e n t e
c o n s i g u i ó s u i n t e n t o B a r t o l o m é L e o n a r d o en este g r a v e e p i g r a m a :
Cloris, este rosal, que libre, o rudo,
del arte huyó al favor de la floresta,
su arrogancia selvática depuesta,
vecinas flores le verán desnudo.
Nota esa rosa, que aun ahora pudo
abrir el paso a su niñez modesta,
para cuán breves términos apresta
la grana, que libró del verde nudo.
Vive su planta los estivos meses;
mas el honor de los purpúreos senos,
¡mísera edad! la madurez de un día.
Pues si lo raro ¡oh Cloris! dura menos,
la pompa de tu abril ¿por qué confía
que ha de reinar con hados más corteses?
E s e x t r e m a d a c o n t i n g e n c i a , y b i e n c o m e n t a d a , y h a c e la a l u s i ó n
t á c i t a a sucesos t r á g i c o s g r a n d e s , y a u n c o r o n a d o s . Sobre t o d o , c u a n d o la s e m e j a n z a va r e a l z a d a c o n el m i s t e r i o , y se le d a s a l i d a c o n
u n a g r a v e y s e n t e n c i o s a p o n d e r a c i ó n , es el t r i u n f o de e s t a a g u d e z a .
Relee, dice G r a c i á n , e s t i m a y a u n a d m i r a este e s p a ñ o l e p i g r a m a a
u n a f u e n t e , q u e de la de s u p e r e n n e i n g e n i o n o s c o m u n i c a D. M a n u e l de S a l i n a s y L i z a n a , c a n ó n i g o de la c a t e d r a l de H u e s c a , t a n
i n g e n i o s o en s u s p o e m a s c u a n p r o p i o en los a j e n o s :
Risueña, hermosa y cristalina fuente,
el empleo mayor de los sentidos,
sonora lisonjeas los oídos,
los ojos solicitas transparente.
De olor bañan tus flores el ambiente,
el gusto y tacto digan embestidos
de augusto Sol, si fueron socorridos
de tu helado raudal, dulce corriente.
Todo lo hermoso y agradable excedes;
pero ni en esto tus aplausos fundo,
que no repara en lo caduco el cuerdo.
Gloriarte sola, y justamente, puedes,
de que siendo perenne acá en el mundo,
de la eterna morada haces recuerdo.
42
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
La gustosa crisis se explica mucho por una semejanza. Usáronla
los satíricos y también los filósofos morales. Es digna de todo aprecio la de uno de los cisnes del Ebro, J u a n de Verzosa, el Horacio aragonés, por lo recóndito y sentencioso de sus epístolas, que escribió
a los mayores príncipes y personajes de Europa, dirigida al secretario Gonzalo Pérez. Alude a los cuatro libros de epístolas (Epistolarum libri IV), en número de 148; obra póstuma, edición de Palermo, año 1575, reimpresa en Alcalá dos años después. El cronista
Diego José Dormer, en Progresos de la historia en el reino de Aragón y vidas de sus cronistas, puso algunas cartas de Verzosa en castellano. "El logro de este gran autor, con otros muchos de los antiguos españoles, especialmente de nuestros aragoneses, en número y
calidad insignes, de quienes he tenido colmada fruición, si antes, ni
a u n noticia, reconozco, y estimaré siempre al copioso y culto museo
de nuestro mayor amigo don Vincencio Juan de Lastanosa, benemérito universal de todo lo curioso, selecto, gustoso, en libros, monedas,
estatuas, piedras, antigüedades, pinturas, flores, y en una palabra,
su casa es un emporio de la más agradable y curiosa variedad".
Cuanto a los conceptos por desemejanza, realzan ésta las contraposiciones y proporciones, que, como incluyen en sí tanto del artificio ingenioso, dondequiera que entran comunican su perfección.
Vanse alternando en este soneto que al Duque de Gandía, San Francisco de Borja, cantó el Padre Fray Pedro Gracián, " m i hermano,
religioso de la Santísima Trinidad, que murió en la flor de sus mayores esperanzas":
Entre cenizas hoy renace
la Fénix de gran día, y el gusano,
que no en cuna de aromas sale ufano,
si en túmulo fatal pálido nace.
El ser le da, y al otro morir hace,
gusano roedor del pecho humano;
con nueva vida, nuevo cortesano
quiere ser de Señor que nunca yace.
¡Oh Fénix, la más rara que produjo
brillante sol entre el incienso ardiente!
¡Santa transformación no comprendida!
Sólo el rayo de luz, sólo el influjo
te da el ser de aquel sol, que omnipotente
sacó de propia muerte ajena vida.
Hablando de la agudeza por paridad conceptuosa (discurso XIV),
sostiene que cuando la conformidad de circunstancias llega a ser
proporción, es mayor el sacrificio; porque la proporción, con su correspondencia bien fundada, realza la hermosura del concepto. Vese
43
RICARDO
DEL
ARCO
en este elegante, i n g e n i o s o y s u a v e soneto de B a r t o l o m é L e o n a r d o a
San Ignacio:
Cuelga Ignacio las armas por trofeo
de sí mismo en el templo, y con fe ardiente,
espera que las suyas le presente,
quien le infunde tan bélico deseo.
Que así en dejando el pastorcillo hebreo
el real arnés, le dió una fiel corriente,
limpias las piedras con que hirió en la frente
altiva, al formidable filisteo.
Salid, pues, nuevo rayo de la guerra,
a los peligros, que producen gloria;
oprimid fieras, tropellad gigantes.
Que si al valor responde la victoria,
no dejaréis cervices repugnantes,
ni en los últimos fines de la tierra.
" A l u d e al a r r o y o d e M a n r e s a , d o n d e el S a n t o se p r e v i n o de la
p i e d r a de la Iglesia y de la fe de P e d r o , p a r a c o n t r a s t a r a L u t e r o y
los d e m á s h e r e j e s de s u s t i e m p o s ; p a r e á n d o l e con el victorioso D a v i d ,
con g r a n d e a r m o n í a y p r o p o r c i ó n . "
Si el t é r m i n o de la c o m p a r a c i ó n es s u b l i m e y el f u n d a m e n t o d e
la c o n f o r m i d a d favorece, h a c e n u n concepto de p r i m e r a clase. T a l fue
éste al R e y D o n J a i m e el C o n q u i s t a d o r , del d o c t o r J u a n F r a n c i s c o
A n d r é s , c r o n i s t a del r e i n o de A r a g ó n , p o r a p l a u s o de s u s Cortes gen e r a l e s y a u t o r i d a d de su M a j e s t a d ; noticioso a n t i c u a r i o , elegante
h u m a n i s t a , culto p o e t a , g r a v e j u r i s c o n s u l t o , j u i c i o s o h i s t o r i a d o r ; p o r q u e n o le falte a este r e i n o s i e m p r e u n J e r ó n i m o Z u r i t a , c u y a g r a t a
m e m o r i a n o s la r e n u e v a Dios, p u e s , en sus elogios a los Reyes de A r a g ó n , con i g u a l e m i n e n c i a en el v e r s o q u e en la p r o s a :
De la suerte que el César escribía,
depuesto de la mano el duro acero,
las victorias y triunfos de aquel día,
así el Conquistador Jaime Primero,
no sólo le emuló en la valentía,
pero en ser coronista verdadero;
dudando a qué debamos mayor gloria,
a sus hazañas o a su docta historia.
H a c e el careo e n t r e los dos v a l e r o s o s c a m p e o n e s , f u n d á n d o s e en la
e s p e c i a l i d a d del e s c r i b i r e n t r a m b o s s u s h a z a ñ a s .
No sólo s i r v e n e s t a s i n g e n i o s a s p a r i d a d e s p a r a lo p a n e g í r i c o , s i n o
t a m b i é n p a r a la m o r a l i d a d ; y es g r a n f r u t o del c a r e o u n a bien p o n d e r a d a s e n t e n c i a . " S e a esta de a q u e l g r a n filósofo e n el verso, B a r t o l o m é L e o n a r d o , n u e s t r o a r a g o n é s , en q u i e n se c o m p i t i e r o n lo i n g e n i o s o
44
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
y lo p r u d e n t e . C a r e a dos m u e r t e s desiguales, p o n d é r a l a s p o r u n valient e r e p a r o y r e s p o n d e con u n a s e n t e n c i o s a m e t á f o r a :
Llegó a Guadalajara en este punto,
Marqués, a donde el clamor de los metales
piadosos, y las hachas funerales,
lloran a un Duque, y lo celebran junto.
Al hijo de mis huéspedes difunto,
saca también la Cruz de sus umbrales,
que un médico, sin máquinas murales,
es aquí otro Aníbal contra Sagunto.
Es mi cochero músico y poeta,
mas tal cual es, mirando bien la suerte,
de dos tan desiguales ataúdes:
Ahora está clamando, y dice: ¡Oh muerte!
¡Oh, mazo de batán, que así sacudes
el paño fino, como la bayeta!
" T o d o g r a n i n g e n i o es a m b i d e x t r o , d i s c u r r e a dos v i r t u d e s ; y d o n de la i n g e n i o s a c o m p a r a c i ó n n o t u v o l u g a r , da p o r lo c o n t r a r i o , y lev a n t a la d i s p a r i d a d c o n c e p t u o s a . F ó r m a s e la d i s p a r i d a d al c o n t r a r i o de
l a c o m p a r a c i ó n , p o r q u e t i e n e p o r f u n d a m e n t o la d i v e r s i d a d " . Y Grac i á n r e c u r r e de n u e v o a B a r t o l o m é L e o n a r d o , en u n a g r a n d e p o n d e r a c i ó n p o r e x t r e m a d a d i s p a r i d a d , a la m u e r t e del i n v e n t o r de l a v i d a :
Hoy, por piedad de su Hacedor, le ofrecen
prendas de sentimiento sus hechuras;
llama el sol a la noche, y las oscuras
sombras apriesa en tiempo ajeno crecen.
De la vida asaltadas se estremecen
atónitas las mudas sepulturas;
libran sus cuerpos a las almas puras,
y a los justos vivientes aparecen.
Las piedras se quebrantan, y a su ejemplo
visten los astros voluntario luto,
rómpese el velo místico del templo.
Da cualquier obra al llanto algún tributo,
y yo, siendo la causa, ¿lo contemplo
con pecho alegre y con semblante enjuto?
Hace el a r g u m e n t o de d i s p a r i d a d e n t r e el h o m b r e i n s e n s i b l e , siend o c a u s a de la m u e r t e de s u Criador, y las c r i a t u r a s y a sensibles, p u e s
h a s t a las p i e d r a s se p a r t e n de dolor; y es de c e l e b r a r en este g r a n
p o e t a la facilidad de s u s n ú m e r o s , q u e en la p r o s a m i s m a p a r e c e q u e
n o p u d i e r a h a b l a r c o n m e n o s violencia. E r a señor del decir.
E n un m i s m o acto p u e d e n entrar m u c h o s términos, de modo que
con u n o diga c o n f o r m i d a d el sujeto c o m p a r a d o , y con el o t r o oposición, y e n t o n c e s es d o b l a d o el careo. Y el escritor a p r o v e c h a l a c o y u n t u r a p a r a h a c e r u n elogio d e la c i u d a d de H u e s c a , c o m o m a d r e d i c h o -
45
RICARDO
DEL
ARCO
sísima de los dos ínclitos mártires San Lorenzo y San Vicente, " h o nor de España y gloria de toda la Iglesia... Así Huesca bien puede ser
que la hagan ventaja otras ciudades en edificios, jardines, puertos, alcázares, cortes, riqueza y número de moradores; pero si ella sale ladeada de sus dos hijos, de sus dos mártires, de sus Levitas Laurencio
y Vicencio, todos le han de ceder la ventaja y aclamar la Urbs Victrix
Osca, que es el timbre de sus antiguas monedas". Claro está que el
afecto de Gracián a Huesca estaba en mucho vinculado a su predilecto amigo y protector Lastanosa, mecenas oscense que le publicó la
Agudeza y Arte de Ingenio, como otras obras suyas, y en cuya biblioteca pasóse el escritor muchas horas entre seguidos deleites espirituales.
En el discurso XVII trata de las ingeniosas transposiciones. Puede
exprimir la semejanza para dar mayor confirmación al transformar,
y declararse más el concepto. "Fuélo este, y relevante, con que doña
María Nieto de Aragón fió eternidad a la feliz memoria de la reina
nuestra señora doña Isabel de Borbón, la deseada, y juntamente la
mereció por su noble ingenio:
Cede al sueño fatal, la que divina
ostentaba hermosura, cuando humana
a la inferior porción tan soberana,
que anduvo en sus dos mundos peregrina.
Hoy luciente farol la determina
el hilo que cortó Parca temprana,
disponiendo el ocaso en la mañana,
de rayos suspensión, mas no ruïna.
Debe a la muerte el luminoso imperio,
y a gozarle inmortal pisando estrellas,
hoy traslada su luz, que no la oprime;
Y cual sol que se opone al hemisferio,
sólo niega a los ojos luces bellas,
porque a la noche su deidad imprime.
Algunas veces no se transforma el mismo suceso, sino sus circunstancias, como sus causas, prohijándole a otras de las que se piensan. Con este artificio va ponderando Bartolomé Leonardo aquel prodigioso sudor de sangre de Cristo nuestro Dios en el Huerto, y da la
causa de él:
¿Qué estratagema hacéis, guerrero mío?
Mas antes que inefable Sacramento,
que os bañe en sangre sólo en pensamiento
de que se llega el plazo al desafío,
Derramad de vuestra alma otro rocío,
que aduerma, o arme al flaco sentimiento;
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LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
mas Vos queréis que vuestro sufrimiento
no cobre esfuerzo por cobrar más brío.
Que no es temor el que os abrió las venas,
y las destila por los poros rojos,
Sino como os viene ante los ojos
mi culpa, ardéis de generosa ira,
y en esta lucha aumento vuestras penas.
Hablando de la agudeza por exageración (discurso XIX), elogia a
José Pellicer de Ossau y Tovar, "erudito e ingenioso caballero, gloria
de Aragón por su ascendencia, y ornamento de Castilla por su nacimiento y asistencia; bien conocido en toda la Europa por sus raras
obras en su misma pluralidad". Inexplicable ignorancia, o distracción, la de Baltasar Gracián haciendo madrileño a su amigo Pellicer.
Al conocer éste el pliego correspondiente del libro Agudeza y Arte
de Ingenio, que le había remitido el cronista Uztarroz desde Zaragoza, elogió a Gracián en carta de Madrid 28 de septiembre de 1647 a
Uztarroz, diciendo: "...bien muestra cuánto le enriqueció Dios de
ambas cosas (agudeza e ingenio). Yo le veneraba antes por sus obras
raras, y ahora se me añade la obligación del favor que en ésta me
hace". Pero le escribiría para que "enmiende mi nacimiento, porque
me precio mucho de haber nacido en la Parroquia de San Gil de esa
ciudad" 4 9 bis. En efecto: Gracián corrigió el yerro en el discurso postrero (LXIII) de su obra, como después se verá.
Las traducciones de epigramas de Marcial por el citado canónigo
oscense Manuel de Salinas y Lizana, las une alguna vez a las de
autores contemporáneos o poco menos, como el valenciano Jaime J u a n
Falcó, poeta horaciano, a quien llama "el Marcial de Valencia". A este
propósito, Gracián (discurso XIX) diputa a Carlos V "César de todo
el m u n d o " ; y en el discurso XXI recoge con fruición el epigrama latino del mismo Falcó a la grandeza del rey de España: "Pide al mar
y a la tierra que pasen más adelante sus límites, para que puedan
caber los de la Monarquía española"; lo que es llegar a tanto el encarecimiento, que se atreve a lo imposible. He aquí la idea de Imperio por Gracián, en medio de la decadencia política. Otras veces la
hizo potente después en El Criticón. Da la versión castellana del
epigrama de Falcó por Salinas.
Refiriéndose el autor a la ponderación juiciosa (discurso XXII),
asegura que " e n las ponderaciones fué extremado, fué único Bartolomé Leonardo, entre muchas graves y de grande enseñanza; imitador en esto del antiguo Horacio. Oye esta donosa a nuestra Bílbilis,
47
RICARDO DEL ARCO
q u e t o d o s los f a m o s o s p o e t a s la c e l e b r a n d e a m e n a y deliciosa c o n
m u c h a r a z ó n , c e n t r o sin d u d a de F l o r a y A m a l t e a :
Bílbilis, aunque el dios que nació en Delos
te conserve fructífera sin daño,
y cuando sobre ti desciende el año,
sus guirnaldas te den todos los cielos.
Y aunque hagan preciosos arroyuelos
fuertes las armas con el noble baño,
y aunque eres patria del Cortés tacaño,
que en todas sus palabras puso anzuelos.
Si no encadenas los infieles canes,
que tu aduana a los viandantes suelta,
ni tu muro veré, ni tu camino.
Que para dar hasta Madrid la vuelta,
embarcarme en Colibre determino,
aunque la dé mayor que Magallanes.
" E r a g r a n p o n d e r a d o r este i l u s t r e p o e t a — i n s i s t e — , y así son t a n
p r e ñ a d a s s u s p a l a b r a s , p u e s oírselas a él era o t r a t a n t a fruición, p o r q u e les d a b a m u c h a a l m a . F r e c u e n t é su m u s e o , y c a d a vez a d m i r a b a
m á s su p r o f u n d i d a d , su s e r i e d a d ; él era u n o r á c u l o en v e r s o . "
El c o n c e p t o p a r a d o j a es u n a a g u d e z a q u e t i e n e p o r f u n d a m e n t o
el m i s m o q u e los e n c a r e c i m i e n t o s i n g e n i o s o s , p o r q u e es especie d e
e x a g e r a c i ó n , y la m á s e x t r a v a g a n t e y s o b r e s a l i e n t e . Del m i s m o caso
q u e s u c e d e c u a n d o es e x t r a v a g a n t e , t o m a el i n g e n i o p i e p a r a la exager a c i ó n p a r a d o j a , y como es la p o n d e r a c i ó n a la o c a s i ó n es m á s a g r a d a b l e . Así B a r t o l o m é L e o n a r d o , en o c a s i ó n de u n a sentencia, q u e se
dio algo f u e r t e y f u e r a de lo q u e se e s p e r a b a en u n pleito, d i s c u r r i ó
en este j u i c i o s o y p i c a n t e e p i g r a m a :
Señor, a eterno ayuno me dedico,
no llegue para mí opulento el día,
que por litigio y tribunales, rico.
Por aquella piedad te lo suplico,
con que abreviando en la flaqueza mía,
siendo la voz, que tierra y cielos cría,
temiste de la voz de un juez inico.
¿Cuán saca la bellísima inocencia,
aun cuando el juez la da la mano amiga
de las uñas causídicas el gesto?
¡Oh siglo, siervo de servil paciencia!
¿Cuál bruto, cuál frenético litiga,
si puede hacer que lo condenen presto?
L a c o r r e s p o n d e n c i a del n o m b r e es g r a n a p o y o p a r a f u n d a r t o d o
c o n c e p t o . Así p o n d e r ó el P a d r e F e l i p e Gracián, m i h e r m a n o , de la
M a d r e V i r g e n , q u e n o sólo fue c o n c e b i d a en gracia, sino q u e en llam a r s e A n a su m a d r e , q u e significa g r a c i a , dio a e n t e n d e r el cielo q u e
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LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
era menester que ella también estuviese en gracia, y aun la misma
gracia por renombre para concebir tan gran hija, que había de ser
Madre del mismo Dios. Hizo el reparo en el nombre de Ana, que es
gracia, y pasó a la valiente ponderación.
En la filosofía moral hay algunas paradojas muy plausibles. Extravagantes y paradojas fueron los dos encontrados sabios Demócrito
y Heráclito; aquél, de todas las cosas se reía; éste, de todas lloraba,
con que significaron bien la miseria de la vida humana. Alciato hizo
de los dos extremos un ingenioso emblema, pero no se determinó cuál
de los dos dictámenes abrazaría; pero sí, "el prudente en verso", Bartolomé Leonardo, cuando dijo:
De los dos sabios son estos retratos,
Nuño, que con igual filosofía,
llorando el uno, el otro se reía
del vano error del mundo y de sus tratos.
Mirando el cuadro, pienso algunos ratos,
si hubiese de dejar mi medianía,
¿cuál de los dos extremos seguiría
de estos dos celebrados mentecatos?
Tú, que de gravedad eres amigo,
¿juzgarás que es mejor juntarse al coro,
que a lágrimas provoca en la tragedia?
Pero yo, como sé que nunca el lloro
nos restituye el bien, ni el mal remedia,
con tu licencia, el de la risa sigo.
En la política, si no en la plática, se permiten las paradojas a la
especulación y disputa. "Oíle ponderar muchas veces a Francisco Gracián, mi padre, hombre de profundo juicio, y muy noticioso, que la
mayor capacidad de la más sabia mujer no pasa de la que tiene cualquier hombre cuerdo a los catorce años de su edad".
A propósito de la conocida paradoja de que el contento del morir
pueda darle la vida, dice que semejante a ésta fue aquélla en las obras
del aragonés Diego de Fuentes, célebre poeta por lo conceptuoso, "cuya noticia, con otras muchas, debo al curioso genio de nuestro gran
amigo Juan de Gárriz, veedor general de Navarra, varón de excelente
gusto, como lo muestra la gran copia de libros selectos que pueblan
sus eruditos camarines, y mucho más ilustra su cortesano entender":
Tristeza, si has de volver
donde ahora te partiste,
no lo tengo de saber,
que será tanto el placer,
que jamás pueda estar triste.
Añade aquí la repugnancia y contrariedad de que la tristeza le
49
RICARDO
DEL
ARCO
haya de dar eterno placer. Hizo él mismo la paradoja en contrario,
diciendo:
Pues que no se puede haber
lo que mi querer desea,
quiero lo que no ha de ser,
quizá con lo no querer,
posible será que sea.
Cuanto a los conceptos en que se pone algún dicho o hecho disonante, y se da la equivalencia y sutil razón, afirma que es crítica esta
agudeza, dando con su extravagancia mucho gusto a las mentes juiciosas. "Ponderaba el licenciado Antonio Gracián, mi tío, con quien
yo me crié en Toledo, que en los aragoneses no nace de vicio el ser
arrimados a su dictamen, sino que como siempre se hacen de parte
de la razón, siempre les está haciendo gran fuerza".
Para la agudeza crítica y maliciosa es menester que haya artificio
y destreza en el que obra, ya verdadero, ya interpretado, y el notar
aquella arte y segunda intención sutil con que obra, es la crítica
agudeza. De esta suerte Lupercio Leonardo le malicia la acción y la
intención a Cloris, en este epigrama:
Mirando Cloris una fuente clara,
donde otras veces afilar solía
las armas desdeñosas con que hería,
y en vano ahora contra mí repara;
Vio cómo el tiempo sus mejillas ara,
en señal de castigo y rebeldía,
sembrando sal donde el amor tenía,
para sacrificar las almas, ara.
Viéndose tal, con lágrimas y tierra,
enturbiaba la fuente por vengarse,
como si ella la causa hubiera sido.
Al fin, sacó este fruto de su guerra,
que vió poder las aguas aclararse,
mas no cobrarse el tiempo ya perdido.
Glósanse con grande sutileza los ministerios y reparos por unas
crisis, que es aumentar agudeza. "Ponderó sazonadamente el Padre
F r a y Pedro Gracián, mi hermano, religioso de la Santísima Trinidad,
el ponerse a servir la suegra de San Pedro luego que la curó el Señor;
y dijo que fué ya para ilustrar el milagro, ya para dar ejemplo a las
de su estado, pues toda la falta de paz con las nueras suele nacer
del querer mandar siempre las suegras; y así ella se pone a servir
para mostrar que la ha curado el Señor de enferma y de suegra."
En las crisis que Gracián llama irrisorias (discurso XXVII), la sutileza de estos conceptos consiste en notar en otros la simplicidad;
de suerte, que difiere esta especie de crisis de la pasada en que aquélla
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LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
c e n s u r a el artificio a j e n o en el p r o c e d e r ; é s t a l a f a l t a de él; a q u é l l a ,
la m a l i c i a ; é s t a , l a sencillez, o la n e c e d a d . G r a n e p i g r a m a éste, d e
Bartolomé Leonardo, para ejemplo:
El metal sacro en Julia Celsa suena,
émulo de proféticos alientos,
que nos previene a insignes movimientos
con propio impulso, y sin industria ajena.
Ofusca el sol su faz limpia y serena,
arrojando esplendores macilentos,
y sacudido el orbe de portentos,
se aflige y brama en su fatal cadena.
Y mientras que el horror de lo futuro
los ánimos oprime, o los admira,
tú, Cremes, obstinado en tus amores,
Remites a los cetros la gran ira,
y adulas a tu Pámfila con flores,
deshonesto, decrépito y seguro.
Sólo p u e d e c o m p e t i r l e este o t r o d e t a n i g u a l , c o m o de L u p e r c i o ,
t a n su h e r m a n o , q u e f u e r o n los dos mellizos h i j o s de la m á s h e r m o s a
de las N u e v e :
Llevó tras sí los pámpanos octubre,
y con iguales lluvias insolente,
no sufre Ibero márgenes, ni puente,
mas antes los vecinos campos cubre.
Moncayo, como suele, ya descubre
coronada de nieve la alta frente,
y al sol apenas vemos en Oriente,
cuando la opaca tierra nos lo encubre.
Sienten el mar y selvas ya la saña
del Aquilón, y encierra su bramido
gente en el puerto, y gente en la cabaña.
Y Fabio, en el umbral de Tais tendido,
con vergonzosas lágrimas le baña,
debiéndolas al tiempo que ha perdido.
Concluye floridamente con la e x t r e m a d a i m p r o p o r c i ó n , q u e h a c e
m á s p i c a n t e el c o n c e p t o . Y a q u í a d v i e r t e G r a c i á n : " F r e c u e n t o estos
g r a n d e s a u t o r e s e n los e j e m p l o s , p o r q u e d a n a l m a de a g u d e z a a lo
q u e d i c e n ; los q u e n o p r o p o n g o a la i m i t a c i ó n n o es p o r h a b e r l o s
visto casi t o d o s , s i n o p o r q u e los h a l l o s i n e s p í r i t u de c o n c e p t o ; form a n m u c h o s l i b r o s , c u e r p o s , p e r o sin a l m a c o n c e p t u o s a " .
L a s crisis t o m a d a s de la e s p e c i a l i d a d d e l a s c i r c u n s t a n c i a s son l a s
m á s i n g e n i o s a s , p o r q u e se c o n c e p t ú a con f u n d a m e n t o . De esta s u e r t e ,
el d o c t o r d o n J u a n O r e n c i o de L a s t a n o s a , c a n ó n i g o de la iglesia cat e d r a l d e la c i u d a d de H u e s c a , v a r ó n d e p r o f u n d o j u i c i o , conocida
v i r t u d , m u c h o saber, g r a v e m a d u r e z , p e r f e c t o y cabal eclesiástico,
5l
RICARDO
DEL
ARCO
suele p o n d e r a r q u e a n t e s la p i s c i n a e s t a b a a r r i m a d a al t e m p l o , con
q u e le i b a b i e n a s o m b r a de la l i m o s n a y c a r i d a d de los eclesiásticos;
p e r o a h o r a , la p i s c i n a de los h o s p i t a l e s se h a j u n t a d o a la s e n t i n a de
las c o m e d i a s , c o n q u e no le p u e d e ir b i e n , sino m u y m a l 5 0 . E s t á g r a n d e m e n t e p o n d e r a d o , y n ó t e s e el artificioso c a r e o d e los t é r m i n o s , la
c o n t r a p o s i c i ó n e n t r e ellos, p i s c i n a con h o s p i t a l , t e m p l o con t e a t r o .
No sólo se c e n s u r a el d e s a c i e r t o m o r a l , sino el m a t e r i a l t a m b i é n .
Así dijo B a r t o l o m é L e o n a r d o a u n a n a t u r a l belleza, d e s l u c i d a a n t e s
que a y u d a d a del a r t e :
Quita ese afeite, ¡oh Laïs!, que se aceda,
y él mismo en el olor su fraude acusa;
déjanos ver tu rostro, y si rehusa
el despegarse, quítalo con greda.
¿Qué tirano la ley natural veda,
o qué murtas el diestro acero atusa,
que alegren más que la beldad confusa
del bosque inculto, o bárbara arboleda?
Si lo blanco y purpúreo, que reparte
Dios con sus rosas, puso en tus mejillas
con no imitable natural mixtura,
¿Por qué con dedo ingrato las mancillas?
¡Oh, Lais!, no más que en perfección tan pura,
arte ha de ser el despreciar el arte.
L a s c r i s i s j u i c i o s a s califícanse u n a s veces e n c o m ú n , n o t a n d o el
d e s a c i e r t o g e n e r a l d e t o d o s . Así a q u e l e l o c u e n t í s i m o silenciario, q u e
a u n en el c a l l a r s u n o m b r e se a j u s t ó a s u s a g r a d o i n s t i t u t o , y m á s a
l a g e n e r o s a h u m i l d a d , el P a d r e D . Miguel de Dicastillo, en su grave,
i n g e n i o s a y c u l t a Aula de Dios, Cartuja Real de Zaragoza,
discurre y
p o n d e r a l a s f a l s a s o p i n i o n e s del m u n d o . Dice a s í :
El parlero se da por elocuente,
el temerario pasa por valiente,
el rígido por justo,
el lascivo por hombre de buen gusto,
y el que es un insolente,
pasa en nuevo lenguaje por corriente.
La mentira es ingenio y agudeza,
la sátira y el chiste sacudido,
y su autor es jovial y entretenido;
50. Alusión clara al Hospital de Nuestra Señora de Gracia, de Zaragoza, que en
1588 había solicitado del Concejo el arrendamiento de la Casa de Comedias para lucrarse de los beneficios que aquélla reportaba. No accedió el Concejo, limitándose a
ordenar al arrendatario de la Casa de Comedias que entregase al Hospital 20 sueldos, y
otros tantos los comediantes todos los días que hubiese función. Pero en el año siguiente, el Hospital levantó un teatro junto a su edificio, que fue reedificado en 1693 y
en 1769. Una fachada lateral daba al Hospital con un mesón intermedio. Este teatro
suponía un ingreso considerable para el célebre Hospital, que lo administraba. (Cfr. mi
obra Zaragoza histórica, pág. 165. Madrid, 1928).
52
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
la humildad es bajeza,
pundonor la venganza,
la afectada lisonja es alabanza;
la cautela es prudencia,
y el artificio del astuto es ciencia.
Llámase santidad la hipocresía,
el silencio ignorancia,
el valor arrogancia,
la prodigalidad caballería,
la detracción donaire,
el ser vicioso es gala,
y el no seguir esta opinión desaire,
estilo, que ni el bárbaro lo iguala.
Con tan falsos juïcios
dan color de virtudes a los vicios,
y creciente el abuso,
el modo de pecar se vuelve en uso,
y prosigue la culpa,
con apariencia vana de disculpa...51
¡Qué j u i c i o s a m e n t e c e n s u r a la n e c e d a d c o m ú n , con a c i e r t o b i e n
especial!, c o m e n t a G r a c i á n . A r g u y e n g r a n p r o f u n d i d a d de c a u d a l est a s p o n d e r a c i o n e s , p o r q u e n a c e n de u n a s u b l i m e p r u d e n c i a .
Califícanse en p r i m e r l u g a r l a s p e r s o n a s , y a en g e n e r a l , y a e n
singular. De esta m i s m a agudeza nace g r a d u a r las provincias. Y trad u j o M a n u e l de S a l i n a s .
Caballos de Andalucía,
hermosos, cuanto veloces,
toros Jarama feroces,
que en fondosos bosques cría.
Castilla al campo conduce
los capitanes valientes,
mas los Reyes excelentes,
sólo Aragón los produce52.
Mézclanse con m u c h a g r a c i a y artificio la crisis j u i c i o s a y l a i r r i soria, a q u é l l a p o n d e r a n d o y é s t a z a h i r i e n d o , c o m o se ve e n este m o r a l
soneto del filósofo de los p o e t a s , L u p e r c i o L e o n a r d o :
¿Quién casamiento ha visto sin engaños,
y más si en dote cuentan la hermosura?
Cosa que hasta gozalla sólo dura,
y deja al despertar con desengaños.
51. E s t a o b r a fue i m p r e s a en Zaragoza, año 1637. Publicóla Dicastillo, caballero
n a v a r r o de a l t a p r o s a p i a , bajo el s e u d ó n i m o de Miguel de Mencos. Ingresó en l a Cartuja
de Aula-Dei, cercana a Zaragoza, y p e r m a n e c i ó en ella muchos años con v i d a e j e m p l a r .
(Vide Bibliotecas
Antigua y Nueva de Escritores
Aragoneses,
de Latassa. Refundición de
Miguel Gómez Uriel, t. I, pág. 386. Zaragoza, 1884).
52. E n el p r i m o r VI de El Discreto,
Gracián h a b í a recogido este j u i c i o : "Aquel
Marte castellano, p o r q u i e n d i j o : " C a s t i l l a capitanes si Aragón r e y e s " , D. Diego Pérez
de Vargas, con m á s h a z a ñ a s que d í a s , retiróse a a c a b a r l o s en Jerez de l a F r o n t e r a . . . "
53
RICARDO DEL ARCO
O menos es la hacienda, o más los daños;
y al fin la que parece más segura,
no está sin una punta de locura,
y a veces con remiendos de otros daños.
Mucho debes a Julia, Fabio amigo,
que de tantos peligros te ha librado,
negándote la fe que te debía.
Tú, de que engañó al otro eres testigo,
y lloras no haber sido el engañado,
ríete, si no quieres que me ría.
El modo de censurar, y también su variedad y artificio, siempre
que se junta con el reparo es más artificiosa la crisis; porque, a m á s
de lo juicioso, concluye lo ingenioso. Suele ponderar don Vicencio Salinas y Azpilcueta, Justicia hoy de la ciudad de Huesca, meritísimo
por su gran prudencia, atención, integridad y eminentísimo caudal,
que en Aragón los jueces no se llaman jueces, como en otros reinos,
sino justicias, en significación que h a n de ser la misma justicia y rectitud en su formalidad.
La agudeza sentenciosa (discurso XXIX) es la operación máxima
del entendimiento, porque concurren en ella la viveza del ingenio y el
acierto del juicio. Las sentencias y las crisis sazonan la historia, q u e
sin estos dos resabios es insulsa la narración, especialmente a gustos
juiciosos, a profundas capacidades; y aunque cualquiera sentencia es
concepto, porque esencialmente es acto del discurso, u n a verdad sublime, recóndita y prudente. Pero las que son propias de este arte de
agudeza, son aquellas que se sacan de la ocasión, y les da pie alguna
circunstancia especial; de modo que no son sentencias generales, sino
m u y especiales, glosando alguna r a r a contingencia por ellas.
El no menos ingenioso que valiente zaragozano, el almirante don
Pedro Porter y Casanate, suele decir, que para valer, méritos y medios. Cuando estas líneas se imprimían, en enero de 1648, estaba en
Huesca Gracián; y en 12 del mismo mes escribía a su amigo J u a n
Francisco Andrés de Uztarroz u n a carta en la cual, a modo de postdata, le decía: "Hoy nos h a n leído u n gran elogio de su amigo de v. m. el
Almirante Porter, en un tomo que h a compuesto de las misiones de
Cinaloa el Padre Provincial de Nueva España. Con todo eso me atengo
al nuestro en el Arte53. Porter fue un famoso explorador del golfo y
península de California, durante dos años (1648 y 1649), a su costa, y
tratadista de náutica. En su patria, Zaragoza, imprimió Reparo a los
errores de la navegación, española, año 1634.
53.
Cfr.
ADOLPHE
COSTER: Baltasar
Gracián,
54
págs. 64 y 372. New Y o r k - P a r í s , 1913.
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
Realzó lo sentencioso con lo ingenioso, nuestro insigne bilbilitano Pedro Liñán, en todas sus obras juicioso, por no desmentirlo
de poeta aragonés, y entre más de cien epigramas, todos selectos y
conceptuosos, cantó así a un desengaño:
Si el que es más desdichado alcanza muerte,
ninguno es con extremo desdichado,
que el tiempo libre le pondrá en estado
que no tema, ni espere injusta suerte.
Todos viven pensando si se advierte,
éste por no perder lo que ha ganado,
aquél, porque jamás se vió premiado,
condición de la vida injusta y fuerte.
Tal suerte aumenta el bien, y tal le ataja:
a tal despojan, porque tal posea;
sucede a gran pesar, grande alegría.
Mas ¡ay!, que al fin les viene la mortaja,
al que era triste lo que más desea;
al que era alegre lo que más temía.
Son verdades célebres las sentencias, cuando son universales.
Dícense a modo de proverbios tal vez, como ésta de D. Baltasar Andrés, benemérito de todas las buenas letras, pero en las matemáticas, eminente: Que el Rey hace la Grey.
Así como hay sentencias que exprimen la profundidad de l a
mente, lo sustancial de la inteligencia, así hay dichos magnánimos,
que declaran con excelencia la grandeza del valor, la valentía del
corazón y la generosa majestad de un grande pecho. Osténtanse en
aquéllas la gran capacidad, en éstos el ánimo, dichos propios de
héroes. Todo este discurso XXX recuerda el primer tratado de Gracián, El Héroe. Y lo termina así: "Pero cuando un dicho de éstos,
que son máximas de la prudencia, junta también la agudeza, merece
doble la estimación. Así el ilustrísimo señor D. Esteban de Esmir,
obispo de Huesca, ejemplar universal de prelados, de doctos y de
santos, desempeñando bien el espejo de las armas de su noble y esclarecida prosapia con igual prudencia que agudeza, ponderada un
día: " q u e es menester gran seso para gobernar locos, y mucho saber para regir ignorantes".
La "agudeza nominal" (discurso XXXI) suele ser fecundo origen
de las otras especies de concepto, porque, si bien se advierte, todas
se socorren de las voces y de su significación. El nombre suele fecundar por la proporción; así el Padre F r a y Raimundo Gracián, mi
primo, ponderaba que el Cielo, que le dio el nombre a su gran Padre
Santo Domingo, de Señor, que eso significa Domingo, le había dado
también el Santo, y a su sagrada religión, las excelencias de Señor
55
RICARDO
DEL
ARCO
en la nobleza, en el ser señores de las cátedras, por sus muchas letras; señores de los púlpitos, por su apostólica doctrina; señores de
los confesionarios, confesando los mayores reyes; señores de las sillas y tribunales de la F e ; señores de los magisterios de los palacios
sacros; señores de las sedes y prelacías mayores de la Iglesia; señores en la virtud, en el trato, en el proceder; señores en la tierra, y
señores en el Cielo. Con esta tan realzada sutileza proporcionó la
significación del nombre con la correspondencia de los efectos de su
sagrada religión, y su gran Padre.
Reparó el Padre Felipe Gracián, de los Clérigos Menores, en el
mismo nombre de Ana, y que lo fuese de la que fue madre de la
Madre de Dios. Porque si Ana es gracia, ¿qué le queda a María?
¿Qué? El ser Gloria. Gloria es María porque nace de la Gracia; se
aumenta o alimenta con la Gracia y es heredera de la Gracia. Gloria
es María, pues es el centro, el paradero de Dios humanado. Gloria
es María, que hace santos y felices a sus devotos. Gloria es María
de todos, y de todas maneras.
Caréase el nombre, no sólo con el sujeto, sino con todas sus circunstancias, con todos sus adyacentes, hasta hallar con uno o con
otra la artificiosa correspondencia, la hermosa correlación. Así, en
esta décima a la reina nuestra señora Doña Isabel de Borbón, el
Padre Fray Pedro Gracián:
¡Oh, Belisa, bella flor,
por lo lindo Lis al fin,
que en el español jardín
logras el cuadro mejor!
Si la belleza y valor
te competen amazona,
no fué fin, sino Corona
el Bel que tu nombre sella,
primero te llamó Bella,
ya te define Belona.
Pondérase de ordinario la armonía que hace el misterioso nombre
con el sujeto, o con sus adyacentes, como son: causas, efectos, propiedades, contingencias, etc., y en descubriendo la artificiosa proporción, se exprime con primorosa sutileza. Así el doctor Juan Francisco Andrés, no menos ingenioso en la poesía que cuerdo en la historia, cantó a San Raimundo de Peñafort:
Peña fuerte es Raimundo en su apellido,
y rey del mundo el nombre le publica;
aquél su fortaleza santa explica,
y éste cuanto hay mortal muestra rendido.
56
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
El elemento más embravecido,
cuando el manto en las ondas su fe aplica,
el viento mansamente en él se implica,
hasta haberle en la playa conducido.
Triunfó del mar airado y de los vientos,
y cuando sus preceptos obedecen,
muestra el mundo menor sus movimientos.
En unos y otros, los prodigios crecen,
pues penden de su voz dos elementos,
y los hombres escuchan, y ensordecen.
No a r g u y e m e n o s sutileza d e s c u b r i r la p r i m o r o s a i m p r o p o r c i ó n
y r e p u g n a n c i a e n t r e el n o m b r e y los efectos o c o n t i n g e n c i a s del s u j e t o d e n o m i n a d o . A n t e s bien, e n t o n c e s se l e v a n t a el c o n c e p t u o s o rep a r o , y se p o n d e r a la dificultad en la r e p u g n a n c i a e n t r e los e x t r e m o s
del careo, y dásele la a c e r t a d a salida en u n r e l e v a n t e d e s e m p e ñ o .
E s t i m a este b i z a r r a m e n t e c o n c e p t u o s o e p i g r a m a del c a n ó n i g o D . Man u e l Salinas a su p a t r i a , y c o n c i u d a d a n o S a n L a u r e n c i o ; d i c e :
Hijo de Huesca, augusto ciudadano,
romano asombro, aragonés constante,
cortesano español, muerto galante,
que al Protomártir diste diestra mano,
Laurel que hizo el decreto soberano,
corona de la Iglesia militante,
oscense argento, y oro el más flamante,
acrisolado a incendios del tirano.
Pero, ¿Laurel y a rayos consumido?
¿No fuera más favor que os asistiera
como en la zarza Dios, y no os quemara?
Mas sois Fénix de amor envejecido,
y renovaros quiso en esa hoguera,
para que así el amor se eternizara.
C u a n d o el r e p a r o es con dificultad y c o n t r a d i c c i ó n e n t r e el n o m b r e y a l g u n a s de las c i r c u n s t a n c i a s o efectos del sujeto, i n c l u y e m á s
v a l e n t í a q u e a g u d e z a . D e e s t a s u e r t e el n o m b r e de Andrés, q u e significa Hombre, y m u y h o m b r e , lo c a r e ó con el m o r i r a s p a d o , o a s p a n d o
su c u e r p o , la m u y n o b l e e i l u s t r e s e ñ o r a d o ñ a A n a de Bolea, religiosa b e r n a r d a en el R e a l M o n a s t e r i o de Casbas, en A r a g ó n ; t í a del
m a r q u é s de T o r r e s , c o m p i t i é n d o s e la nobleza, la v i r t u d y su r a r o
ingenio, h e r e d a d o del i n s i g n e y e r u d i t o D. M a n u e l de Bolea, su p a d r e ,
c u y a s p o e s í a s h a n sido s i e m p r e a p l a u d i d a s y e s t i m a d a s . E n u n o , y
n o el m e n o s c o n c e p t u o s o de s u s m u c h o s y e l e g a n t e s p o e m a s , d i j o :
Víspera de aquel muy hombre,
que, sin hilar, murió aspando
la más sazonada vida
para el tejido más alto.
57
RICARDO
DEL
ARCO
E l d i s c u r s o XXXII lo i n t i t u l ó G r a c i á n : " D e la a g u d e z a p o r p a r o n o m a s i a , r e t r u é c a n o y j u g a r del v o c a b l o " . E s t a especie de c o n c e p t o — e s c r i b e — es t e n i d a p o r la p o p u l a r de l a s a g u d e z a s , y e n q u e
t o d o s se r o z a n a n t e s p o r lo fácil, q u e p o r lo s u t i l ; p e r m í t e s e a m á s
q u e ordinarios ingenios. E m p l e a r o n m u c h o s infelizmente en cosa t a n
c o m ú n c o m o c a u d a l de a g u d e z a , s i n a l c a n z a r los conceptos de m á s
a r t e ; y a c a b a r é e s t a c e n s u r a c o m e n z a n d o u n soneto de B a r t o l o m é
Leonardo:
Si aspiras al laurel, muelle poeta,
la docta antigüedad tienes escrita,
la de Virgilio y la de Horacio imita,
que el jugar del vocablo es triste seta.
C u a n d o el a n a g r a m a es fácil, y con a l u s i ó n a la r e a l i d a d del significado, es p l a u s i b l e . T o d a s e s t a s s u t i l e z a s n o m i n a l e s e n c e r r ó el P a d r e F r a y P e d r o Gracián, m i h e r m a n o , en u n p o e m a al s a n t o , g r a n d e
y d u q u e de G a n d í a . E n su c o n v e r s i ó n c a n t ó a s í :
Aquella altanera Garza,
cuyo nevado candor
era afrenta de las hebras
del más rubio y claro sol:
Embiste el fatal neblí,
nunca más, azor, azor,
y se ceba en la cabeza,
a quien la edad perdonó54.
Más a d e l a n t e , i n t r o d u c e el S a n t o h a b l a n d o con el c a d á v e r :
¡Oh, bella Belisa, dice,
con cuyo bizarro airón
adornaba su corona,
Carlos, mi rey y señor!
¡Ay, ave, cuya blancura
fué el blanco donde tiró
España, ya negro luto,
por quien yo en el blanco doy!
Alas de cándida cera,
que en la más alta región
os derretís, hoy las alas
quebráis a mi corazón.
Y aunque coronada tumba
os sea Granada, yo
digo que es todo gran nada,
Rey, Monarca, Emperador.
54. En el discurso XLIX estos cuatro últimos versos los repitió, pero en vez de "azor"
puso "azar, azor", y en lugar de "cabeza" puso "belleza".
58
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
E n el discurso XXXIII, hablando de los ingeniosos equívocos
asegura que incluye tal vez en un equívoco una sentencia grave, que
no siempre sirva a lo jocoso y burlesco. Así, el siempre de veras
Bartolomé Leonardo en este soneto:
Fabio, pensar que el Padre Soberano,
en estas rayas de la palma diestra,
que son arrugas de la piel, te muestra
los accidentes del discurso humano,
Es beber con el vulgo el error vano
de la ignorancia, su común maestra;
bien te confieso, que la suerte nuestra,
mala o buena, la puso en nuestra mano.
Di: ¿quién te estorbará ser rey, si vives
sin envidiar la suerte de los reyes,
tan contento y pacífico en la tuya?
Que estén ociosas para ti las leyes,
y cualquier novedad, que el Cielo influya,
como cosa ordinaria la recibes.
Puédese explicar el equívoco con otra palabra contraria; y entonces el concepto no se funda por correspondencia de la una significación con la otra, sino por oposición contraria. De esta suerte dijo
nuestro ingenioso aragonés Diego de Fuentes:
Zagal, no estés confiado
de mujeres, que te juro
que el amor de ellas más puro,
está dos veces aguado.
Es también grande artificio del equivocar cogerle el dicho a uno
y darle otro sentido que del que él pretendió. Del mismo modo se
retuerce la palabra al encomio. Ponderaba el Padre Felipe Gracián,
que parece que equivocó el autor supremo de la generación de Cristo
Señor nuestro: Líber Generationis Jesu Christi, aquella palabra Liber,
justamente dice Libro y Libre, que por el mismo caso que fue Libro,
María, donde se estampó la palabra de Dios, el Verbo Eterno había
de ser libre de culpa. Libro blanco, cuyas hojas fueron sus purísimas
y virginales entrañas.
Tratando en el discurso XXXIV de los conceptos por acomodación de verso antiguo, de algún texto o autoridad, advierte que ha de
ser célebre la autoridad que se acomoda, y muy sabia, para que tenga más gracia y salga mejor. Tal fue aquella con que D. Martín
Bautista de La Nuza, ornamento grande de Zaragoza, su patria, por su
nobleza y por su ingenio, llegando a leer de oposición en el augusto
teatro, vestido a lo soldado y con las insignias militares, porque se
daban en él las manos el valor de Marte y el saber de Minerva, de59
RICARDO
DEL
ARCO
p u s o al c o m e n z a r s u lección el t a l a b a r t e y la j i n e t a , d i c i e n d o : Cedant
arma togae, concedant
laurea linguae, con a p l a u s o u n i v e r s a l .
H á l l a n s e u n a s ficciones b r e v e s y de u n solo c o n c e p t o p a r a u n
e p i g r a m a , p a r a u n a o c a s i ó n ; y é s t a s son las q u e se e x p l i c a r á n e n
este d i s c u r s o (el X X X V ) ; en é s t a s , el artificio es m e n o r y sin p a r t e s ,
c o m o se ve en este soneto de B a r t o l o m é L e o n a r d o :
Dime, Padre común, pues eres justo:
¿por qué ha de permitir tu providencia
que arrastrando prisiones la inocencia,
suba la fraude a tribunal augusto?
¿Quién da fuerzas al brazo, que robusto
hace a tus leyes firme resistencia,
y que el celo, que más la reverencia,
gima a los pies del vencedor injusto?
Vemos que vibran victoriosas palmas
manos inicuas; la virtud gimiendo
del triunfo en el injusto regocijo.
Esto decía yo, cuando riendo,
celestial ninfa apareció, y me dijo:
Ciego, ¿es la tierra el centro de las almas?
Consiste el artificio de e s t a s ficciones en u n a i n v e n c i ó n f a b u l o s a
de a l g ú n s u c e s o o a l g ú n d i c h o ajeno, p a r a con ella e x p r i m i r b i e n el
s e n t i m i e n t o , a u m e n t a n d o con lo fingido la p o n d e r a c i ó n .
C u a n d o se finge lo q u e p u d o ser, es d i s c u r r i r c o n f u n d a m e n t o y
con t o d a p r o p i e d a d , d a s e c o r r e s p o n d e n c i a y p r o p o r c i ó n e n t r e la circ u n s t a n c i a o c o n t i n g e n c i a fingida y las v e r d a d e r a s , p r o c u r a n d o q u e
y a q u e se finge, sea con a g u d e z a . Glosó de e s t a s u e r t e B a r t o l o m é
L e o n a r d o la m u e r t e del f a m o s o A r q u í m e d e s :
Puédenos Grecia dar bastante excusa,
si no la que Arquimedes dar pudiera,
cuando ganó Marcelo a Siracusa.
Que saqueando la ciudad la fiera
legión, se entró un soldado embravecido
donde él con su compás; de tal manera
estaba en formar líneas divertido,
que no sintió el estruendo del asalto,
ni del romano el súbito ruïdo.
Pregúntale, ¿quién eres? Mas él, falto
de voz para nombrarse, sordo y ciego,
de puro atento, y no de sobresalto;
No borres esos círculos, te ruego,
dice al bravo romano, el cual, creyendo
que despreciaba su pregunta el griego,
pásale por el pecho el hierro, abriendo
postigo al alma, y con la sangre hirviente
borró sus mismos círculos muriendo.
60
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
T i e n e la a g u d e z a t a m b i é n s u s a r g u m e n t o s , q u e si en los d i a l é c t i c o s r e i n a la eficacia, e n los r e t ó r i c o s la elocuencia, en éstos la b e lleza. Ú s a n s e m u c h o en la p o e s í a p a r a e x p r i m i r y e x a g e r a r los sentidos. Es m u y ordinario dar conclusión conceptuosa a u n epigrama,
a u n soneto, a u n a d é c i m a , con u n bien p o n d e r a d o a r g u m e n t o . Sea
ú l t i m a sutileza el h a c e r a n t í t e s i s del m i s m o e j e m p l o , a r g u y e n d o en
c o n t r a p o s i c i ó n del u n t é r m i n o al o t r o . De esta s u e r t e a r g u y e , y a u n
c o n v e n c e , u n ingenio de m u c h a s e s p e r a n z a s , J u a n L o r e n z o I b á ñ e z ,
m o d e r n o cisne del E b r o 5 5 , en este soneto, bien h a b l a d o y bien conceptuado:
El costado de Cristo, que inhumana
fiereza rasga, lanza rigurosa,
desata rayos de jazmín y rosa,
equívoco raudal de nieve y grana.
El corazón se asoma a la ventana,
que en el pecho le abrió mano alevosa,
y para enriquecer su amada esposa,
despide perlas, y corales mana.
La ingratitud del hombre el mundo acuse,
pues el llanto detiene cuanto mide
Cristo en la Cruz un piélago de penas.
No por falta de lágrimas se excuse,
pues Jesús caudalosas las despide
en la sangre del alma y de las venas.
E n o t r a s m a n e r a s de a r g u m e n t o s conceptuosos, dice q u e c o n t i e n e
m á s sutileza c u a n d o al c o n t r a r i o de lo q u e otros p i e n s a n , se colige
u n a v e r d a d , y m á s si es p r u d e n t e y cierta. A u n o q u e c e l e b r a b a su
m u c h a felicidad, a r g u y ó el j u i c i o s o p o e t a B a r t o l o m é L e o n a r d o :
¿Es para ti la esfera de la luna,
Lico, esta patria universal del suelo?
¿Que no has visto la causa al desconsuelo,
ni llorado jamás, ni aun en la cuna?
No haber hecho de ti experiencia alguna
un caso adverso, ¿no te da recelo,
de que no te ha juzgado digno el Cielo
de vencer ni una vez a la Fortuna?
No acredita al piloto la bonanza;
el ejercicio sólo es el que puso
entre el valor y el ocio diferencia.
Mísero quien no da filos al uso
de la razón, haciendo resistencia
igualmente al temor y a la esperanza.
55. Es J u a n Lorenzo I b á ñ e z de Aoiz, zaragozano. Sus obras poéticas pueden
c i t a d a s en LATASSA.
61
verse
RICARDO
DEL
ARCO
E n el discurso XXXIX trata de los problemas conceptuosos y
cuestiones ingeniosas. Toda dificultad solícita es discurso, y es agradable paso de ingenio; con la proposición suspende, y con la ingeniosa salida satisface; pero entre todos los problemas morales y panegíricos suelen ser muy agradables y plausibles. Cuando el problem a tiene tres o cuatro términos que compiten la verdad, es más ingenioso y más gustoso, porque aquella competencia aumenta la
suspensión y hace más reñida la dificultad. De esa suerte comenzó
el Padre Felipe Gracián un sermón el día de la Concepción Purísima
de la Virgen Madre: "¿A quién toque más la fealdad moral de una
m a d r e : a su padre, o a su esposo, o a su hijo? Parece que redunda
m á s en los padres por la obligación que tienen de la buena educación de los hijos, y que las culpas de ellos condenan la falta de la
providencia. Con todo eso, parece que al esposo en la opinión común
le causa mayor nota, y llega a ser infamia. No se escapan los hijos,
antes quedan siempre herederos de aquel desdoro y perjuicio materno, echándoseles cada día en la cara". Después de bien ventilada
la moral cuestión con razones y autoridades, así sagradas como de
las leyes humanas, aplicó el discurso a la Reina de los Cielos probando que igualmente compitió el librarla de la mancha original a
las tres divinas Personas, por los tres títulos de Padre, Hijo y de
Esposo; que fue un discurso muy acepto, como bien discurrido.
Hay algunas preguntas problemáticas, que no se les da respuesta,
sino la misma admiración del objeto sirve de desempeño y respuesta,
como se ve en esta sazonada y sentida décima del gran ponderador
Bartolomé Leonardo:
Viéndose en un fiel cristal,
ya antigua Lice, y que el arte
no hallaba en su rostro parte
sin estrago natural,
dijo: Hermosura mortal,
pues que su origen lo fué,
aunque el mismo amor le dé
sus flechas para rendir,
viva obligada a morir,
pero a envejecer, ¿por qué?
El discurso XLIII versa sobre "las observaciones sublimes" y las
" m á x i m a s prudenciales". Parecerá esta obra —comienza— más del
juicio que del ingenio; pero de entrambos participa. Las filosóficas
observaciones, cuando son prácticas son muy recibidas, porque de la
admiración, que solicitan, pasan al provecho que acarrean. "Todos
los sonetos de Bartolomé Leonardo están llenos de profundidad y
62
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
e n s e ñ a n z a ; p e r o , e n t r e t o d o s , m e r e c e ser e s t u d i a d o éste, a los engañ o s de la e s p e r a n z a v a n a :
Si la ambición, que llega donde aspira,
no topa el gozo, que esperó Lamberto,
¿cuál ingenio, o por cauto, o por experto,
de la esperanza infiel, no se retira?
Corrido estoy de no poder, sin ira,
cantarte cuán a juego descubierto,
siempre que me abonó algún bien por cierto,
en la fiel posesión le hallé mentira.
Si esperado el placer, cuando se alcanza,
tan otro viene ya, que no le queda
sino aquella apacible semejanza,
Hágame Dios tan recto juez, que pueda
echar un lazo al cuello a mi esperanza,
por falsificadora de moneda.
" F i l o s o f a b a en el v e r s o este grave y p r o f u n d o i n g e n i o ; tiene m u chos a c e r t a d o s ; p e r o en l a s epístolas e s t u v o su m a y o r e m i n e n c i a ,
como en los t e r c e t o s . E s g r a n m é t o d o del e n s e ñ a r j u n t a r lo ú t i l con
lo d u l c e . O t r a s p o e s í a s e n t r e t i e n e n , p e r o d e j a n el á n i m o v a c í o ; éstas,
d e l e i t a n y a p r o v e c h a n . G r a n soneto fue é s t e :
Rompe la tierra, y en el centro afila
el buey pesado la esplendente reja;
de varias flores, la discreta abeja
en ruecas de oro rayos de sol hila.
No sólo labra el ruiseñor, perfila
nidos de paja, que en las ramas deja,
de hurtada hierba, la inocente oveja
nevados copos, al vellón destila.
Mano enemiga su labor desflora;
triunfan malos, y trabajan buenos;
discanta el grajo lo que el cisne llora.
Gozan por propios los que son ajenos;
que en los premios del mundo, no es de ahora,
que el que merece más alcance menos.
" L a s verdades útiles son m u y estimadas, noticiosas, provechosas,
como son a l g u n o s r e f r a n e s selectos. T u v o e x t r e m a d o g u s t o en recogerlos el e r u d i t o y m u c h o m á s q u e g r a m á t i c o , el j u i c i o s o a r a g o n é s ,
q u e p u d o h a c e r c é l e b r e la a m e n a y fértil Alcañiz, s u p a t r i a ; t u v o sabroso ingenio, c o m o se goza en s u s libros t a n g u s t o s o s , el
Estudioso
de la Aldea, el Estudioso
Cortesano, y o t r o s , d i g n o s d e l a l i b r e r í a del
V a r ó n D i s c r e t o " 5 6 . E s c u r i o s o q u e a q u í , c o n t r a su c o s t u m b r e , Gracián
56. Alusión de Gracián a su protector Lastanosa, el Varón Discreto. Este adjetivo de
"discreto" es el que más le aplica (Cf. en El Discreto. "Hombre de todas horas. Carta a
Don Vincencio Juan de Lastanosa"). Se deduce que Gracián examinó estas obras de
Palmireno en la librería de Lastanosa.
63
RICARDO
DEL
ARCO
alude s o l a m e n t e , n o n o m b r a , al m a e s t r o J u a n L o r e n z o P a l m i r e n o ,
alcañicense, n a c i d o h a c i a 1514 y m u e r t o h a c i a 1579. H u m a n i s t a de
la p l é y a d e a r a g o n e s a del siglo xvi, i m p r i m i ó en V a l e n c i a El
estudioso de la aldea (1568) y El estudioso cortesano (1573). E n t r a m b a s o b r a s
llevan al fin el p r o v e r b i a d o r o c a r t a p a c i o . L u e g o , en 1584, y en Valencia t a m b i é n , se p u b l i c ó Adagiae Hispanicae
in romanum
sermonen
conversa.
De P a l m i r e n o i n s e r t a G r a c i á n este b r e v e e p i g r a m a t r a d u cido p o r M a n u e l de S a l i n a s :
Carísimo Marcial, escucha atento,
lo que discurre el dulce pensamiento:
que ha de tener la vida descansada,
para llamarse bienaventurada.
Hacienda suficiente,
heredada del padre, o del pariente,
que del propio sudor es muy costosa,
fértil tierra, abundante y provechosa;
Fuego alegre y perenne,
día libre de pleitos; y si tiene
algún oficio urbano, no procure
que mucho tiempo dure.
Quieta la mente, la salud entera,
prudente candidez, y verdadera,
iguales los amigos,
y que nunca se vuelvan enemigos.
Ordinario el manjar, mesa sin arte,
sin ceremonia el gusto se reparte,
noche no vino lenta,
sino de afán y de cuidado exenta.
Blando lecho, y honesto,
ni triste, ni tampoco descompuesto,
que se mida el deseo
con la hacienda, los gustos y el empleo.
Sin que otra cosa más apeteciere
de aquello que tuviere,
y por última al fin, precisa suerte,
el no temer, ni desear la muerte.
" D e l a s s u s p e n s i o n e s , d u b i t a c i o n e s y reflexiones c o n c e p t u o s a s " , es
el t í t u l o del d i s c u r s o X L I V : E s g r a n e m i n e n c i a del i n g e n i o s o a r t i ficio llevar s u s p e n s a la m e n t e del q u e a t i e n d e , y no luego d e c l a r a r se; e s p e c i a l m e n t e e n t r e g r a n d e s o r a d o r e s e s t á m u y v a l i d a e s t a a r t e .
Comienza a e m p e ñ a r s e el concepto, d e s l u m b r a la e x p e c t a c i ó n , o la
lleva p e n d i e n t e , y d e s e o s a de ver d ó n d e v a a p a r a r el d i s c u r s o , q u e
es u n b i e n sutil p r i m o r , y d e s p u é s v i e n e a concluir con u n a p o n d e r a c i ó n i m p e n s a d a , c o m o se ve e n este v a l i e n t e soneto d e B a r t o l o m é
Leonardo:
64
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
Lice es aquélla; llega Fausto, y mira
cómo con el cabello dora el viento,
y el rostro juvenil, de donde atento,
invisibles Amor sus flechas tira.
Cuán bien con la piedad mezcla la ira
en el mirar risueño y el violento;
la boca, que entre perlas el aliento
de jazmín salutífero respira.
Juzga si yo, con más razón que Ticio,
que por Juno movió a los dioses guerra,
pudiera contra el Cielo rebelarme.
¿Has visto bien que no tiene la tierra
sujeto igual? Pues sabe que un adarme,
un adarme, no tiene de juïcio.
E n el discurso siguiente, "De la agudeza por desempeño en el
hecho", pone que este artificio no se sujeta a preceptos. Algunos de
estos desempeños hay por estratagema y por una rara extravagante
invención. Y cita la heroica traza "del nunca asaz admirado Don
Fernando, ínclito infante de Castilla (el llamado de Antequera, luego
rey de Aragón), cuando viéndose en el más urgente riesgo de su invencible fidelidad, pues le obligaba todo el reino a ser su rey, halló
medio superior para mayor corona 57 . Llegóse el día destinado para la
coronación; debajo de la púrpura, no real, sino leal, al verdadero
rey en los pañales, y descubriéndolo de repente lo entronizó sobre su
cabeza, diciendo: Este es vuestro rey, castellanos. Premió el Cielo
tanta virtud con las barras de Aragón, en misterio de lo que él le
había tirado en su lealtad. Envidióle Aragón a Castilla, pareciéndole
que u n varón tan grande no merecía menos que ser contado entre
sus coronados héroes y nunca bastante admirados reyes".
Un dicho heroico es cabal desempeño de un héroe, cual fue aquel
del determinado César, cuando llegó al Rubicón, de quien dijo Lupercio Leonardo:
Aquel rayo de Marte acelerado,
que tomó tantas gentes extranjeras,
y volvió contra Roma las banderas,
que Roma contra Francia le había dado;
En el corriente Rubicón parado,
revolviendo las cosas venideras,
detuvo el curso de sus huestes fieras,
del mismo caso que emprendió forzado.
Determinado al fin de ir adelante,
vamos, dijo, que echada está la suerte;
cuantas dudas ofrezcan, atropello.
57. Obsérvese que Gracián antepone en importancia la Corona de Aragón a la de
Castilla.
65
RICARDO DEL ARCO
Y resuelto una vez, como constante,
no quiso menos que victoria o muerte;
así dudé, y así pienso yo havello.
Hay acciones ingeniosas por invención, la cual ilustra este modo
de agudeza, pues exprime novedad artificiosa del ingenio y obra grande de la inventiva. Hay ejecuciones alegóricas, que declaran grandemente el intento; hizo siempre la agudeza célebres las hazañas, y
muchos hechos no tan heroicos como otros; fueron más memorables,
por ilustrarlos ella. Sonó mucho la Campana del rey Ramiro de
Aragón en Huesca, tocó a muerte para sus altivos vasallos, y para
él a inmortalidad de su cobrada reputación, acción que bastó sola
a hacerle tan conocido como lo fueron los Jaimes, los Pedros y Fernandos por sus hazañas.
Son los estratagemas lo más primoroso de todas las artes. Válese
de ellos la retórica; estímalos la pintura, para duplicar la perfección;
refiere mucho Plinio, el universalmente erudito; también el moderno
Carducho, tan elocuente en la pluma como diestro en el pincel; hace
memoria agradable de algunos muy bien pensados. No los desprecia
la arquitectura; pero donde se logran con fruición es en los jardines
y en los convites. Entre todos, aquel del rey Don Felipe, el Segundo
de las Españas, siempre prudente, y aquí ingenioso: mandó servir
por postre en una real merienda que dio a la reina, su consorte, y
a las damas, unos pastelones, que en vez de la vianda encerraban
cada uno, dorado por de dentro, una riquísima joya, compuesta y
fabricada por su misma mano y gusto, que era grande; estaban ya
con sus listones y todo aliño; comenzaron las damas a descubrir y
a d m i r a r su tesoro, y por lograrlo luego, se echaron al cuello, ésta una
cadena de diamantes; aquélla, una brocha de rubíes; una, un joyel
de esmeraldas; otra, una sarta de finísimas perlas, con que coronó
el provecho al gusto y la galantería a la gala. Acomodó este sublime
suceso el Padre Fray Pedro Gracián al convite del Sacramento, del
cual se levantan las almas engalanadas de virtudes, que sacan de
aquel P a n del Cielo, una con una rosa de esmeraldas de confianza,
otra u n a cadena de diamantes de fortaleza; ésta, una rastra de perlas
de lágrimas por sus pecados; aquélla, un corazón de rubíes, abrasado
en el divino amor.
Hay agudeza en los apodos, los cuales define Gracián como "sutilezas" prontas, breves relámpagos del ingenio, que en una palabra encierran mucha alma de concepto. Fórmanse de muchas maneras, ya
por semejanza, y cuando tiene el fundamento de alguna circunstancia especial son más ingeniosos.
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LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
De muchos apodos juntos se hace una artificiosa definición del
sujeto, que llaman los retóricos a conglobatis, y no son otra cosa que
muchas metáforas breves y símiles multiplicadas, como se ve e n
este epigrama de nuestro bilbilitano Liñán:
Es la amistad un empinado Atlante,
en cuyos hombros se sustenta el Cielo;
Nilo, por no regar su patrio suelo,
sale de madre, repartido ante:
Cristal, que hace el rostro semejante;
voluntad, que en dos almas vino a pelo;
arnés a prueba, temple sin recelo;
Iris divina de la fe triunfante.
Su madre es la igualdad, por ella vive;
del corazón ajeno se sustenta,
y el ajeno del suyo, hasta acabarse;
Si mucho puede dar, mucho recibe;
si poco, con lo poco se contenta;
ni sabe hacer ofensa, ni quejarse.
Las mismas reglas que se dan por las semejanzas conceptuosas,
se deben aplicar a los apodos que se fundan en ella; del nombre se
toma pie con grande artificio. Así uno decía del Rey Católico, Don
Fernando, que era el Quinto de Castilla y la quintaesencia de los
Fernandos, y por eso de todos los reyes.
Otros apodos hay donosos, que por gracia dicen mucho y dan
gran gusto; así a uno que le había hecho muy mal la barba y la
corona al Padre Dicastillo, varón muy docto e ingenioso, y sobre
todo gran religioso de la Compañía de Jesús, le apodó de esta suerte:
Tomás Oquendo, el sencillo,
con sus horribles manazas
hizo al Padre Dicastillo
la corona con cepillo,
y la barba con tenazas.
Graciosamente apodó la navaja y las tijeras.
Hay agudeza por alusión (discurso XLIX). Dos son los fundamentos de la alusión: la conveniencia o disconveniencia de lo que
se dice con aquello a que se refiere; pero no se declara del todo, sino
que se apunta, con lo cual se hace más preñado el concepto, y dobla
el gusto al que lo entiende. Cuando llega esta consonancia a ser proporción, da pie con mayor gracia y sutileza para aludir. De esta
suerte, el Padre Fray Pedro Gracián, en el poema al Duque Santo,
convertido al ver el cadáver de la emperatriz Doña Isabel:
67
RICARDO
DEL
ARCO
Embiste el fatal neblí
nunca más azar azor,
y se ceba en la belleza
a quien la edad perdonó.
Mirándolo está Francisco,
y aunque otras veces cerró
los ojos a su contento,
hoy los abre a su dolor.
Alude a la mortificación del Santo en la caza de halcones, a que
se dio siendo cortesano, por huir de otras recreaciones ilícitas, y porque el emperador Carlos V estaba entonces tan cebado en ella, que
solía socorrer a un jerifalte grullero, que el Duque tenía, y ser de los
primeros que llegaban al socorro, en u n caballo turco m u y ligero,
con un lebrel suyo favorecido, que llegaba hasta abocar la grulla.
Acontecióle al Santo algunas veces, al mismo punto que el halcón
hacía su presa y mataba la garza, bajar él sus ojos, y quitarles su
presa, y aquel contento que con tanto trabajo había buscado todo
el día.
Las negaciones irónicas incluyen artificio sutil; y aunque parece
un decir sencillo, encierra mucha afectación. Así dijo Marcial a Elia,
consolándola al despropósito. Es la traducción de Bartolomé Leonardo:
Cuatro dientes te quedaron,
si bien me acuerdo; mas dos,
Elia, de una tos volaron,
los otros dos de otra tos:
Segura puedes toser,
Elia, ya todos los días,
pues no tiene en tus encías
la tercera tos, qué hacer.
Las ponderaciones por epifonema son muy conceptuosas, y consisten en un encarecimiento, no hiperbólico, sino con mucho fundamento en lo que se va ponderando. Del troyano héroe cuando llegó
a los pies de la reina de Cartago pidiendo asilo, dijo D. Diego Morlanes, excelente ingenio zaragozano:
Reina, ampara a un perseguido
en el fuego, mar y tierra,
que en tan latos elementos,
aun no caben sus miserias.
El tratado segundo de la obra de Gracián comienza con el discurso LI sobre la composición de la agudeza en común, diciendo: "Destino al más juicioso examen aquella gran cuestión, que ya en la praxi
los príncipes de la sutileza decidieron: ¿Cuál sea más perfecto em68
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
pleo del ingenio? ¿La agudeza libre o la ajustada a u n dicurso? La
suelta es aquella en la cual aunque se levantan tres y cuatro y muchos asuntos de un sujeto, ya en encomio, ya en ponderación, pero
no se unen unos con otros, sino que libremente se levantan, y sin
correlación se discurren". Pone como ejemplo a "nuestro ingenioso
aragonés de Daroca, el Padre J u a n Antonio Usón, de la Compañía
de Jesús, de quien Nicolás Antonio, en su Bibliotheca, dijo que fue varón de "ingenio praestans".
" E n España —añade— siempre hubo libertad de ingenio, o por
gravedad, o por nativa cólera de la nación, que no por falta de inventiva. Sus dos primeros ingenios, Séneca en lo juicioso y Marcial
en lo agudo, fundaron esta opinión, acreditaron este gusto. Prudente
aquél, nunca pudo sujetarse a los rigores de un discurso, a la afectación de una traza; y si los émulos apodaron arena sin cal (menos
mal dijeran granos de oro sin liga) el raudal de su doctrina, los
apasionados lo aclamaron por gravedad española, opuesta en todo a
los juguetes de la invención griega. Escribió epístolas, que es el más
libre modo y más licencioso para decir cuánto hay, sin atarse, ni
obligarse; entra y sale, cómo y cuando quiere, que aunque no es de
tanto artificio, es de más gusto.
"Tributó nuestra Bílbilis a la gran emperatriz del mundo, no
monstruos, como el Africa, sino aquel que lo fué en el ingenio. Entró Marcial en Roma, destinado a la oratoria; mas su extremada prontitud, de sufriendo pihuelas de encadenada elocuencia se remontó
libre en todo género y modos de agudeza, cuantos se eternizan en
sus epigramas.
"Quedó vinculado este gusto (que no le llamo absolutamente
acierto) en esta ingeniosa provincia, hermosa cara del orbe; y nunca
más válido que en este feraz siglo, en que han florecido sus ingenios con su dilatada Monarquía, discurriendo todos a lo libre, así en
lo sacro, como en lo profano."
He aquí un admirable juicio sobre la agudeza española, sobre su
libertad de ingenio.
Hasta un epigrama es adecuadamente perfecto, cuando se vienen
a unir los conceptos y hacer un cuerpo atado con alguna traza. A
este propósito encomia uno "de todas maneras relevante por la pluralidad de conceptos y singularidad de cada uno; pero mucho más
por la trabazón y composición que todos ellos hacen. Halléle entre
las obras manuscritas del doctor y canónigo Francisco Antonio Fuser, bilbilitano, varón de tan excelente gusto como ingenio 58 . Dice así:
58.
Fue
preceptor del patricio oscense D. Vincencio J u a n de L a s t a n o s a .
69
RICARDO DEL ARCO
Longinos hiere a Dios, tres veces ciego,
ciego del cuerpo, como se ve claro,
ciego del alma, sin buscar reparo,
y ciego de la cólera y su fuego.
Llegó a la Cruz con gran desasosiego
para acabar un hecho feo y raro,
el cual, aunque costarle pudo caro,
le dió la vida y le causó sosiego.
El hierro de la lanza que llevaba,
le sirvió de eslabón, Cristo de piedra,
la Cruz de yesca para sus enojos.
Hirió en el pedernal con furia brava,
sacó fuego de amor, y tanto medra,
que vino a ser la lumbre de sus ojos.
Es la agudeza de proporción la primera entre las incompletas;
es el compuesto de tres o cuatro proporciones el más principal y
agradable; y si en sí grandes, por la conexión y trabazón parecen
mayores. De las improporciones y contraposiciones se compone con
igual primor y artificio; ellas dieron alma a este ingenioso epigrama
del doctor J u a n Francisco Andrés, ornamento de su imperial patria,
Zaragoza, que pudiera así llamarse, pues goza hoy de tan augustos
hijos. Fue a los dos santos hermanos, San Laurencio y San Orencio,
hijos ambos de la victoriosa Huesca. Pondera el ser martirizado el
uno en el fuego, y el martirizarse el otro en el hielo, donde se metía
el santo arzobispo de Aux para mortificarse; celebra su constancia y
su valor; concluye la razón al reparo de la ingeniosa contraposición,
aludiendo al equívoco del nombre de su santa madre, que fue Santa
Paciencia:
Del fuego abrasador la llama ardiente,
no conmina en Laurencio lo inflamado,
que el calor de las ascuas no ha quemado,
porque en su pecho incendio mayor siente.
La actividad de Orencio no consiente
que le resfríe del cristal lo helado,
porque el hielo, en pavesas transformado,
confiesa el vencimiento claramente.
Laurencio se acredita de animoso
en las llamas, y Orencio en los cristales,
rayos brilla el amor afectuoso.
Que venzan elementos desiguales,
no es mucho, cuando en parto prodigioso,
la Paciencia les dió fuerzas iguales.
El compuesto de encarecimientos no cede a cualquier otro. Úsase
de ellos raras veces, y sujetos que los requieran con el fundamento
de las extraordinarias circunstancias, que sin esta seguridad serían
libremente fingidos y sin apoyo de sutileza. Por este rumbo glosó el
70
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
Padre Jerónimo Alberite, de la Compañía de Jesús, aragonés, ornamento de la ciudad de Borja, su patria, eminente predicador, así en
las cosas, como en el decirlas, las dos partes esenciales del perfecto
orador, que tanto encomienda la retórica por estas dos palabras: la
invención y la elocución, que raras veces se juntan.
La semejanza o metáfora (escribe en el discurso LIII: "De los
compuestos por metáforas"), ya por lo gustoso de su artificio, ya por
lo fácil de la acomodación, por lo sublime a veces del término a
quien se transfiere o asemeja el sujeto, suele ser ordinaria oficina
de los discursos; y aunque t a n común, se hallan en ella compuestos
extraordinarios, por lo prodigioso de la correspondencia y careo. Pone
como modelo un fragmento del sermón del Padre Felipe Gracián sobre San Juan Bautista.
Lo más arduo y primoroso de los compuestos de ingenio, según
Gracián, es la unión entre los asuntos, conceptos y parciales. El arte
de hallarla sería superlativo primor de la sutileza. Esta conexión es
constante, que ha de ser moral y artificiosa, así como todo el compuesto lo es. En los discursos metafóricos es aún más fácil, pues
consiste en ir acomodando las partes, propiedades y circunstancias
del término con las del sujeto translatos, y cuanto más ajustada es
la correspondencia, campea más el discurso. Cuando el discurso es
por acomodación y semejanza, no es menester más trabazón que la
de las mismas partes del término acomodado al sujeto. La gustosa
semejanza se lleva consigo la unión y consecuencia grande, y así
éstos son los compuestos más bien concertados de todos, concluyendo con toda perfección.
Lo mismo que se dice de los discursos, se halla en los epigramas.
Sea ejemplar este verdaderamente bien discurrido, a la sagrada religión del Carmen, en metáfora de un acordado instrumento. Componíalo en las auroras de su lucido entendimiento, primicias de los
colmados frutos de su saber, el doctor D. Jorge Salinas y Azpilcueta,
prepósito de la Santa Iglesia Catedral de Huesca. Dice, pues:
Quiere el Cielo encordar el instrumento
del instituto sacro del Carmelo;
por cordón pone el abrasado celo
del que fué arrebatado al firmamento.
Cuartas hace del alto pensamiento
del que volvió a la madre su consuelo;
tercias del Bautista, del sol velo,
que hiere en uno y otro testamento.
La segunda es Andrés, que de la tierra
la Cruz como clavija le levanta,
para templallo al celestial sonido.
71
RICARDO
DEL
ARCO
La prima falta, sea quien destierra
la oscura confusión, y con su planta
deja al soberbio burlador vencido.
Y pues remate ha sido
de esta dulce armonía,
la Madre del segundo Adán, María,
este instrumento vencerá Aquerontes,
como el de Orfeo mudará los montes.
Otras veces, aunque el primer asunto, la primera propuesta no
es general, pero da pie y ocasión para levantar la segunda, y ésta
para la tercera. Así de la Reina de las Estrellas probó Fray Jerónimo
Andrés, monje del Real Convento de San Juan de la Peña, tan eminente en el púlpito como en la cátedra, que no se había conocido
j a m á s en esta Señora, ni vacío de naturaleza, con falta de alguna de
sus perfecciones, ni vacío de la gracia, ni de la gloria. Aquí las ventajas de la naturaleza dan pie p a r a los realces de la gracia, y éstos
para los complementos de la gloria.
Cuando se discurre sobre alguna virtud o vicio, es por sus principales efectos y actos; y cuando se unen con correspondencia al
mismo texto, es doblada la perfección. Ponderó el Padre Felipe Gracián en un sermón la hermosura grande de la caridad, y cuán linda
y agradable parece a Dios y a los hombres. Primero, porque tiene
bellísimo rostro, aun a los enemigos lisonjes, haciéndoles buena cara;
tiene lo segundo, hermosas manos, que es gran parte de u n a beldad;
agradable y dulcísima boca; y de todas estas perfecciones se proporciona una belleza consumada y cabal retrato del mismo Dios; al
fin, u n Sol de beldades.
"De la agudeza compuesta fingida en especial", es el objeto del
discurso LVI. Consiste también el fundamento de su artificio en la
semejanza o paridad, pero después el primor está en la entretenida
ficción con sus empeños y suspensiones, dándoles la extraordinaria
salida. Es la fábula. Entre muchas, merece toda estimación ésta de
Bartolomé Leonardo, así por la moralidad, como por la elegante descripción y propiedad de los epítetos. Dice:
El águila, juntó una vez sus aves,
porque se lo pidió la golondrina,
para tratar de ciertos puntos graves.
Atravesó la rústica gallina
el ligústico mar, y la africana
desamparó sus palmas y marina.
El pavo, raro un tiempo en mesa humana,
que la nueva y voraz gula española
tiene ya por comida cuotidiana,
72
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
Aquí sus varias plumas enarbola,
y las mirlas, y tordos alemanes,
de grandes alas y espaciosa cola.
El cisne, que el mayor de los afanes
lamenta, con dulcísima armonía,
y de Colcos vinieron los faisanes.
También sus francolines Jonia envía,
y tú, a quien la naranja y la pimienta
es tu bálsamo, y mirra, perdiz mía.
Aquí llegaste autorizada y lenta,
y el ansar fiel a los romanos gratos,
cuyo censor, primero las sustenta.
Las torpes ocas y silvestres patos,
y los muelles pichones, los palomos,
dichos torcazos, y en latín torquatos.
Las aves tardas, a quien los que hoy somos,
llamamos avutardas vulgarmente;
cigüeñas largas, y mochuelos romos.
Luego una escuadra de sonora gente,
ruiseñores, calandrias, y canaria,
remitió sus cantores obediente.
Gorriones, cuervos, y la solitaria
tórtola, lloradora de sus duelos,
la altiva garza en sus caprichos varia.
El falcón, y el azor, desde los cielos
se apean, no en alcándoras, ni en barras,
las primas, gerifaltes, y torzuelos.
Que todo el escuadrón de uñas bizarras,
muestra sin capirotes, ni piguelas,
pacíficas las frentes, y las garras.
Las grullas, que con diestras centinelas,
el ático carácter de su hueste
preservan de las súbitas cautelas.
La codorniz marítima, y la agreste,
y las armas de su cresta upupas,
y el fantástico pájaro celeste.
Tú aquí también, lechuza, asiento ocupas,
aunque a las sacras luces acometes,
lámparas quiebras, y el aceite chupas.
La Fénix no salió de sus retretes,
donde al honor del ataúd, o cuna,
apercibe pastillas y pebetes.
Mas de otras aves no faltó ninguna,
sino las que el derecho hizo excusadas,
a consultar de su común fortuna.
De todas las regiones apartadas,
volaron a las cumbres de Pirene,
por muñidores pájaros llamadas.
Allí, entre encinas y alcornoques, tiene
de Júpiter la insigne camarlenga
capaz teatro, a donde a Cortes viene.
73
RICARDO
DEL
ARCO
Habiendo, pues, con ceremonia luenga,
honrado a los veloces circunstantes,
la golondrina comenzó su arenga.
Dióles superlativos arrogantes,
para captar común benevolencia,
al uso de escolásticos pedantes.
Dijo, pidiendo al águila licencia,
que ella celaba el volador linaje,
y así le quiso dar cierta advertencia.
Como yo voy haciendo mi vïaje
sobre tantos países, dijo, advierto
lo que nos puede ser favor, o ultraje.
Un inmenso peligro he descubierto,
que aunque en la ejecución no está vecino,
basta para atajarlo el ver que es cierto.
Desde el mar de Helesponto hasta el Latino,
nace en los campos de la tierra grasa,
cierta semilla, que la llaman lino,
Que los esteriliza y los abrasa:
éste forma los lazos, y las redes,
cuando ya a estar hilado en nudos pasa.
Engaño, que en las plantas o paredes,
oculto con astucia no pequeña,
peligra el robador de Ganimedes.
Aquí acabó; mas la águila, risueña,
como si oyera al terenciano Traso,
la no superflua plática desdeña.
Las demás, con su ejemplo, ríen a paso,
mas luego suena pública la risa,
sin hacer del aviso ningún caso.
Y aun hubo quien votó, que con precisa
relegación se castigase luego
quien de cosas tan frívolas avisa.
Pero también pasó en donaire y juego,
y volando en desorden y en huida,
al aire se entregó el senado lego.
La golondrina, atónita y corrida
de hallarse sola, y que con arrogancia
quedaba su oración correspondida:
Alto, cedamos, dijo, a la ignorancia
universal, pues el ponerle enmienda
se intenta con oprobio, y sin ganancia.
Y cada cual a su interés atienda,
yo a lo menos de selvas enemigas
secrestaré en seguro mi vivienda.
Y en casas de hombres en las altas vigas
suspenderé mi nido, y los alados
senadores remedien sus fatigas.
Tiempo vendrá, en que presos y enredados
en su infortunio alabarán mi celo,
pues de sanos consejos despreciados
la venganza dió al tiempo el justo cielo.
74
LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
El mote es alma de la pintura; siempre ha de incluir agudeza.
Pero t a n clara puede ser la significación de la pintura, que no necesite de letra. Fue delicias del ingenio, la de aquel César, que fue
delicias del género humano, el humanísimo Tito Vespasiano, que para
declarar su innata clemencia grabó el rayo de Júpiter, dormido en
u n a cama y acostado, sin ruido de letra, ni estruendo de mote. Lógrase hoy en una moneda de plata, que entre millares escogidas de
todos los Césares, emperatrices, del Magno Alejandro, de Felipe, su
padre, y de otros muchos héroes, guarda el tesorero de la curiosa
antigüedad, D. Vincencio J u a n de Lastanosa, esclarecido caballero
en Aragón por su sangre, pues desciende del muy ilustre D. Gombal
de Lastanosa, criado muy favorecido del rey Don Jaime el Conquistador, y de D. Pedro de Lastanosa, camarero del rey Don Pedro el IV,
por su eminente ingenio, adornado de todas las buenas letras. Desempéñame el admirado y celebrado Museo de las monedas antiguas
de España, antes de los romanos y godos 5 9 ; obra exquisita que dio a
la estampa estos años; por su buen gusto, como lo decanta el doctor
J u a n Francisco Andrés, cronista de Aragón, en la descripción elegante, que intitula de las antigüedades y jardines de su casa 6 0 ; por su
heroico genio; aragonés mecenas de todos los varones estudiosos,
dando vida a sus obras modernas y resucitando las antiguas; merecedor insigne de una agradable y agradecida inmortalidad.
En el discurso LIX dice Gracián que no basta la sabia y selecta
erudición; requiérese lo más ingenioso y necesario, que es la acert a d a aplicación de ella. Puede reducirse a especie de agudeza, y de
las más importantes; pertenece a las de careo, porque se forma correlación y se ajusta entre el sujeto o materia de que se trata, y la
historia, suceso o dicho que se aplica.
Es eminencia de algunos entendimientos, que todo se lo hallen
acomodado, todo les viene a cuento; descubre la correspondencia y
conformidad entre los dos términos, el aplicado y el que se aplica.
Hácese, pues, el careo, búscase alguna correlación o consonancia
entre las circunstancias o adyacentes de entrambos términos, como
son causas, efectos, propiedades, contingencias y todos los demás
adherentes; y en descubriéndola, sirve de fundamento y de razón para
la aplicación de aquel término con el sujeto. De esta suerte Lupercio
59. Es el intitulado "Museo de las medallas desconocidas españolas", dedicado a
D. Bernardino Fernández de Velasco y Tovar, Condestable de Castilla y León. Va ilustrado con tres discursos del Padre Paulo de Rajas, de la Compañía de Jesús; del doctor
Juan Francisco Jiménez de Urrea, Cronista del reino de Aragón, y del doctor Juan Francisco Andrés de Uztarroz. Impreso en Huesca, por Juan Nogués, 1645. Vid. mi obra
La erudición aragonesa en el siglo XVII en torno a Lastanosa, pág. 277. Madrid, 1934.
60. El cronista Uztarroz hizo dos descripciones de la casa lastanosina, una en verso
y otra en prosa. Vid. mi cit. obra., págs. 162 y 221 y ss.
75
RICARDO
DEL
ARCO
L e o n a r d o a u n señor de E s p a ñ a , q u e p o r t e n e r m a d r a s t r a se le sig u i e r o n a l g u n o s t r a b a j o s , le consoló con la p a r i d a d y s e m e j a n z a de
A l c i d e s , e x h o r t á n d o l e a la i m i t a c i ó n de su v a l o r :
Al hijo fuerte del mayor planeta,
que al Cielo y a los dioses fué columna,
sierpes le acometieron en la cuna,
y llamas lo apuraron en Oeta.
Y hasta llegar a la región quïeta,
su madrastra le fué tan importuna,
que no pudo del techo vez alguna
colgar la maza en ocio, o la saeta.
Pero viendo la misma que los dioses
le daban con aplauso eterno asiento,
depuso la venganza, y aprobólo.
Así yo espero un tiempo en que reposes,
que pues concurren tantos a un intento,
no podrá contrastarlos uno solo.
P r o p ó n e s e t a l vez el t é r m i n o de la a c o m o d a c i ó n , p a r a q u e n o lo
sea, n i se l i m i t e ; p e r s u á d e s e la diferencia y d e s é a s e la i m p o r t a n t e
d i s p a r i d a d . Así, B a r t o l o m é L e o n a r d o :
Que ya para volar aparejados,
Dédalo al mozo Icaro le dijo:
por tierra estamos, y por mar cercados.
A vuelo habemos de librarnos, hijo,
mas vuela entre dos aires, no te arrojes
sino por el camino que yo elijo;
Que si la medianía por mí escoges,
del sol y el mar te librarán tus plumas,
digo, sin que te abrases, ni te mojes.
Pasó el viejo, y un templo fundó en Cumas;
cayó el rapaz y con el nombre suyo
intituló sus trágicas espumas.
Por esto no te admires si me excluyo
del tráfago, y me apelo a mi retrete,
donde a mi soledad me restituyo.
H a y t a m b i é n a p l i c a c i ó n de a p l i c a c i ó n ; esto es, el h e c h o q u e e s t a b a
a p l i c a d o en c o m ú n , se p u e d e s i n g u l a r i z a r a u n a o c a s i ó n especial. De
e s t a s u e r t e Alciato, p a r a d e c l a r a r la t e m e r i d a d de los q u e i n f e r i o r e s
se a t r e v e n a los g r a n d e s y p o d e r o s o s , t r a e a q u e l l a r i d í c u l a a r r o g a n c i a
d e l o s P i g m e o s , q u e v i e n d o a H é r c u l e s d o r m i d o , le e m b i s t i e r o n ; d e s p e r t ó el gigante, y sin e c h a r m a n o a su clava, a soplos, y e n t r e l a s
u ñ a s , r e v e n t ó m i l l a r e s , l l e n a n d o el capillo de su l e o n i n a c a p a de ellos,
m á s p a r a j u g u e t e q u e p a r a t r o f e o . E s t e g a l a n t e e m b l e m a aplicó D. H e r m e n e g i l d o L a s t a n o s a , h e r e d e r o de su p a d r e D. Vincencio, en t o d o ,
h a s t a en el b u e n genio, con n o m e n o s r a z ó n q u e agudeza, a n u e s t r o
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LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
español Alcides, grande en todo, sustentador del cielo de la Iglesia,
domador de monstruos, herejes y mahometanos, revestido de la piel
y coraje del león, triunfador despierto de pigmeos. Es sublime para
empresa. Gracián alude a Felipe IV.
Hablando de la perfección del estilo, afirma que son las voces lo
que las hojas en el árbol, y los conceptos el fruto. No fue paradoja,
sino ignorancia, condenar todo concepto. Ni fue Aristarco monstruo
el que satirizó la agudeza, antípoda del ingenio, cuya mente debía
ser el desierto del discurso. Son los conceptos vida del estilo, espíritu del decir, y tanto tiene de perfección cuanto de sutileza; mas
cuando se junta lo realzado del estilo y lo remontado del concepto,
hacen la obra cabal. Son muy diferentes unos de otros en la decencia, porque el que es nacido para un epigrama, no es decente para un
sermón. Tienen sus engastes los pensamientos, y no se deben baraj a r las crisis y ponderaciones de un grave historiador con los encarecimientos y paronomasias de un poeta. Pide m u y diferentes pensamientos y aun palabras una carta familiar, que una oración; ni
merece ser asunto principal de un sermón el concepto que es brillante para un soneto. En el mismo verso se han de acomodar con distinción, porque el método grave y heroico requiere conceptos graves,
como éste del conceptuoso y elegante en sus versos, erudito y docto
en sus discursos, noticioso y grave en sus historias, nuestro aragonés
y zaragozano el religioso Padre Fray Jerónimo de San José, carmelita
descalzo. Oye y admira a un ruiseñor cantando junto a una rosa:
Aquélla, la más dulce de las aves,
y ésta, la más hermosa de las flores,
esparcían blandísimos amores,
en cánticos y nácares suaves.
Cuando suspensa, entre cuidados graves,
un alma, que atendía sus primores,
arrebatada a objetos superiores,
les entregó del corazón las llaves.
Si aquí, dijo, en el yermo de esta vida,
tanto una rosa un ruiseñor eleva,
tan grande es su belleza y su dulzura,
¿Cuál será la floresta prometida?
¡Oh, dulce melodía, siempre nueva!
¡Oh, siempre floridísima hermosura!
Los adjuntos y epítetos son gran parte del aliño del estilo, circunstancias de agudeza, y aun cifras; sola la eminencia en esta parte
pudo dar crédito de ingeniosa elocuencia. Úsalos con grande arte y
propiedad Bartolomé Leonardo; como se ve en aquella carta al excelentísimo Sr. D. Fernando de Borja, nunca bastantemente blasonado héroe por su gran numerosidad de prendas. Dícele:
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RICARDO
DEL
ARCO
Para ver acosar toros valientes,
fiesta un tiempo africana y después goda,
que hoy les irrita las soberbias frentes,
Corre agora la gente al coso, y toda,
o sube a las ventanas y balcones,
o abajo en rudas tablas se acomoda.
Así miraron étnicas naciones
míseros reos en teatro impío,
expuestos al furor de sus leones.
Mas el nervio del estilo consiste en la intensa profundidad del
verbo. Hay los significativos, llenos de alma, que exprimen con doblada énfasis, y la sazonada elección de ellos hace perfecto el decir.
Esta eminencia, con la mucha sutileza ha puesto entre los de primera clase a nuestro aragonés, y casi bilbilitano 61 , D. Francisco Diego de
Sayas y Ortubia. Desempéñame con este digno epigrama a Cleopatra:
Sutilizando filos a la muerte,
en venenos fatales a la vida,
quiere Cleopatra, a su impiedad rendida,
dominar los orgullos de la suerte.
Observando el más dulce y el más fuerte
temido, a un áspid sordo se convida,
que cebado en la sangre de su herida,
al César tan gran púrpura divierte.
Así atrevida de su imagen triste,
al lento original trocó el semblante,
con beldad, que al estrago se resiste.
¡Oh, vengadora altiva de su amante!
Lo posible con todos excediste,
pues de despojo asciendes a triunfante.
Preñado ha de ser el verbo, no hinchado; que signifique, no que
resuene; verbos con fondo, donde se engolfe la atención, donde tenga
en qué cebarse la comprensión.
En "Ideas de hablar bien" (discurso LXII), sostiene que " h a y un
estilo culto, bastardo y aparente, que pone la mira en sola la colocación de las palabras, en la pulideza material de ellas, sin alma de
agudeza, usando de encontrados y partidos conceptos. De alforja los
apodaba Bartolomé Leonardo, porque lo mismo exprime el que va
delante, como el que viene detrás. Esta es una enfadosa, vana, inútil afectación, indigna de ser escuchada. Ornato hay en la retórica
para las palabras, es verdad; pero más principal p a r a el sentido, que
llaman tropos y figuras de sentencias. Siempre insisto en que lo conceptuoso es el espíritu del estilo. Esta eminencia ha hecho tan estimadas las cartas de aquel tan favorecido de la fama, cuan persegui61.
Nació en La A l m u n i a de Doña Godina, cerca de C a l a t a y u d .
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LAS IDEAS LITERARIAS DE BALTASAR GRACIÁN Y LOS ESCRITORES ARAGONESES
do de la fortuna, Antonio Pérez". He aquí una censura de Gracián
al culteranismo. Y sigue razonando: " E n este mismo género de estilo
natural, hay también su latitud: uno más realzado que otro, o por
más erudición, o por más preñez de agudeza, y también por más elocuencia natural. Que aunque este lenguaje es aquel que usan los
hombres bien hablados en su ordinario trato, sin más estudio, con
todo eso hay unos naturalmente más elocuentes que otros, y más
aliñados... Hablar en seso, y cuando las materias son importantes,
conviene que se entiendan, pero con sublimidad y con fondo. En lo
poético, aunque tan valedor del estilo desafectado Bartolomé Leonardo, que parecen prosa en consonancia sus versos, fue más preñado su genio que el de Lupercio, su h e r m a n o :
Si en los sucesos prósperos declina
¡oh, Hercinia! la virtud de los mortales,
y generosa crece entre los males,
produciéndole glorias su ruïna,
Más debes a la tierra peregrina,
que a la de tus Penates naturales,
así como el mejor de los metales
debe más a la llama que a la mina.
Que la felicidad no perfecciona
al alma, aunque la da noble materia
donde con vigilancia se ejercite.
Y los monstruos que guarda Celtiberia,
dignos de Alcides son, el cual no admite
de las manos del ocio la corona.
Hay uno como medio entre los estilos natural y culto, que ni del
todo se descuida, ni del todo se remonta, de frase sustancial y llena.
El estilo aliñado tiene más de ingenio que de juicio; atiende a la
frase relevante, al modo de decir florido. Fue Fénix de él, no tanto
por primero, pues ya en el latín Apuleyo, y en el español D. Luis
Carrillo lo practicaron, cuanto porque lo remontó a su mayor punto,
D. Luis de Góngora, especialmente en su Polifemo y Soledades. Algunos le han querido seguir, como Icaro a Dédalo; cógenle algunas
palabras de las más sonoras, y aun frases de las más sobresalientes
(como el que imitó el defecto de torcer la boca, del rey de Nápoles),
incúlcanlas muchas veces de modo que a cuatro o seis voces reducen
su cultura. ¡Oh, qué bien los nota el juicioso Bartolomé Leonardo!:
Con mármoles de nobles inscripciones,
(teatro un tiempo y aras) en Sagunto,
fabrican hoy tabernas y mesones.
En la prosa fue igual suyo el agradable Hortensio; juntó lo in79
RICARDO DEL ARCO
genioso del pensar con lo bizarro del decir; es más admirable que
imitable; con todo, es para pocos y singulares.
Agudeza y Arte de Ingenio termina (discurso LXIII) con otra mención aragonesa refiriéndose al pensar profundo, al decir majestuoso,
y pone por modelo "este epigrama grande, en el objeto, que fué a la
fiera que mató el rey nuestro señor, en el concepto, que fué del serenísimo señor infante don Carlos; nególo nuestro aragonés, y zaragozano (corrigiéndome de lo que dije en otra parte) D. José Pellicer, a su agradable Anfiteatro, a ruegos de su heroico autor, con
eficacia de mandatos; mas hoy le restituye a la fruición común, al
aplauso universal y felicidad mía. Dice:
De horror armado, de furor ceñido,
valiente lidia a más victoria atento
el bruto victorioso, cuyo intento
de más alto poder fué resistido.
Feroz en la campaña, es ya temido;
a toda fiera alcanza el escarmiento,
mayor aplauso debe al vencimiento,
pues fué la causa de quedar vencido.
Los postreros amagos de la vida,
se vieron antes que la ardiente llama
ejecutase el golpe de la herida.
Creció la admiración, creció la fama,
y el aplauso común, en voz debida,
deidad te adora, vencedor te aclama.
Gracián ha aludido al Amphiteatro de Felipe el Grande, de Pellicer, impreso en Madrid, año 1631, donde no incluyó el soneto del infante D. Carlos al toro que mató su hermano Felipe IV 62 , por expresa
prohibición del autor; pero fallecido éste, no había inconveniente en
que saliese en la obra de nuestro filósofo aragonés, que he comentado. Recuérdese lo que había escrito en el discurso XIX, alegado más
atrás.
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