Tema 19 - La coyuntura económica española

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TEMA 19: LA COYUNTURA ECONÓMICA ESPAÑOLA
1. INTRODUCCIÓN
Los datos que arroja la economía española sobre consumo, producción industrial,
turismo, crecimiento económico y empleo, en algunos casos mejorando las previsiones,
despejan las dudas que se venían apuntando sobre una posible recaída de nuestra economía.
La mejora de la confianza en la recuperación se refleja en el incremento de las
previsiones de crecimiento para 2014 que, durante los últimos meses, han elaborado los
principales organismos internacionales. En abril, el Fondo Monetario Internacional y el
Gobierno actualizaron sus previsiones, subiendo en 7 y 5 décimas respectivamente, en
comparación con las del otoño pasado. Este escenario contrasta con el observado en 2011
cuando, ante los primeros indicios de reactivación económica, las previsiones de crecimiento
permanecieron prácticamente ancladas. Los motivos del actual vuelco son varios, pero
destacan las mejoras de la gobernanza europea, una política monetaria más laxa y un mayor
reequilibrio de la economía española que ya permite avances de la demanda interna. Sin
embargo, el proceso de recuperación aún se encuentra en una etapa inicial, por lo que
mantener el esfuerzo reformador, tanto a nivel europeo como nacional, sigue siendo
imprescindible para garantizar su continuidad.
A pesar de que las últimas previsiones invitan al optimismo, la economía española
sigue padeciendo de problemas estructurales muy profundos. Aunque la crisis actual tiene
mucho que ver con la colosal crisis financiera internacional desatada en 2008, también está
muy relacionada con el conflicto básico existente entre el patrón de gasto y el modelo
productivo de la economía española, lo que podríamos denominar el “componente endógeno”
de la crisis española. Ya en 2007 se dan signos de agotamiento del largo ciclo expansivo
mantenido por la economía española desde 1995, siendo cada vez más patente la acumulación
de desajustes estructurales y macroeconómicos. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el
creciente endeudamiento de las familias y las empresas, el elevadísimo déficit exterior, son
manifestaciones de la contradicción entre el patrón de gasto (polarizado en la compra de
viviendas e intensivo en consumo final, con insuficiente esfuerzo en educación y tecnología)
y el modelo productivo (con pobre crecimiento de la productividad, derivado del insuficiente
desarrollo de la mayoría de las ramas avanzadas de la industria y los servicios).
Con tales patrón de gasto y modelo productivo, el crecimiento económico español no
podía sostenerse indefinidamente, pues a medida que avanzaba ponía las bases de su propio
final: generaba crecientes desequilibrios macroeconómicos y se hacía cada vez más
vulnerable, al ser incompatibles a largo plazo el patrón de gasto y el modelo productivo. Los
desequilibrios acumulados por el dispar comportamiento del gasto y el producto constituían
un caldo de cultivo de crisis.
A estos desequilibrios hay que sumar el problema laboral (paro estructural elevado y
empleo vulnerable, con tasas de paro que se disparan en periodos recesivos, precariedad), la
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dudosa viabilidad de las prestaciones del Estado del Bienestar, los desequilibrios en la
distribución de la renta (entre regiones de España y entre ciudadanos españoles), la pobreza y
el deterioro del Medio Ambiente.
Para asegurar un buen ritmo de crecimiento y de generación de empleo a medio y a
largo plazo es imprescindible mantener una agenda de reformas estructurales ambiciosa que
soluciones los problemas y desequilibrios que el crecimiento generó en la etapa anterior. En
este sentido, el Gobierno ha publicado el nuevo Programa Nacional de Reformas, que pivota
sobre cinco grandes ejes: la reforma fiscal, la lucha contra el paro, el fomento de la
competitividad, la modernización de las administraciones públicas y el restablecimiento de
las condiciones de financiación.
Con la intención de intentar corregir el déficit presupuestario, el Gobierno de la
Nación ha presentado el Programa de Estabilidad 2014-2017 del que destacan tres mensajes:
1. La mejora del contexto económico permite al ejecutivo revisar al alza el perfil de
crecimiento del PIB.
2. El Gobierno presenta una senda de ajuste fiscal más exigente para este año: reduce 3
décimas el déficit público previsto, hasta el 5,5% del PIB. Esta mayor corrección
responde, en gran medida, a la mejora del ciclo económico.
3. La mayor parte del ajuste fiscal vuelve a centrarse en las cuentas de la Administración
central y las comunidades autónomas, con reducciones del déficit de 8 y 5 décimas en
2014, respectivamente. Lo contrario ocurre con las corporaciones locales, para las que
se espera un superávit 4 décimas menor al del año pasado.
2. MERCADOS FINANCIEROS Y CONTEXTO ECONÓMICO INTERNACIONAL
2.1. Mercados financieros
Las condiciones de financiación en los mercados mayoristas han venido siendo
estrictas durante los últimos años. En 2012, las cifras de cierre de las cuentas públicas de
2011, la crisis de Bankia, y el riesgo de una ruptura de la zona euro derivaron en una
profunda pérdida de confianza de los inversores. Así, la prima de riesgo y la financiación
privada se encarecieron, y las cotizaciones bursátiles descendieron. Los No Residentes
redujeron sus posiciones en nuestro país, frente a lo cual se buscó financiación
principalmente en el Eurosistema. La acción de las autoridades europeas y nacionales
contribuyó a detener la caída de los mercados, redujo primas de riesgo, e impulsó la
recuperación de los principales índices bursátiles y la entrada de fondos extranjeros.
En este contexto, las entidades endurecieron ligeramente la concesión de nuevos
préstamos. Los problemas de fragmentación de los mercados financieros impidieron que la
política monetaria expansiva alcanzase de pleno a los costes de familias y empresas, que se
redujeron menos que en el mercado interbancario. Asimismo, la financiación para Pymes se
distanció más en costes de la de las grandes empresas.
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El proceso de desapalancamiento del sector privado ha proseguido en los últimos
años, impulsado por una contracción creciente de la deuda, y frenado por la debilidad de las
rentas.
A. Evolución Reciente (2013-2014)
La evolución de los mercados financieros desde finales del pasado año se ha
caracterizado por una mayor volatilidad debida a algunos episodios transitorios de mayor
incertidumbre, coincidiendo con las turbulencias en los mercados de divisas de las economías
emergentes, la decisión de la Reserva Federal (Fed) de reducir el ritmo de compra de activos
así como de mantener el tipo objetivo de los Fondos Federales en el rango del 0% y el
0,25%, y la inestabilidad en ciertos países (Rusia y Ucrania). No obstante, las mejoras de las
perspectivas económicas han impulsado los índices bursátiles y la cotización del euro al alza.
El Consejo de Gobierno del BCE dejó sin variación los tipos de interés de
intervención, manteniendo estables el tipo de las operaciones principales de financiación y
los tipos de las facilidades de crédito y de depósito. Asimismo, el organismo manifestó que
no es partidario de aplicar nuevos estímulos monetarios hasta no disponer de más
información sobre las perspectivas de crecimiento y la evolución de la inflación a medio
plazo.
B. Tipos del mercado interbancario y rentabilidad del mercado de deuda
Actualmente, en el mercado interbancario del área del euro, a pesar del menor
exceso de liquidez en el Eurosistema, los tipos de interés se mantienen prácticamente sin
cambios. En cuanto al mercado de deuda, continuó la estabilidad de los últimos meses
debido al aumento de la confianza de los inversores, las mejores perspectivas económicas y la
expectativa de que el BCE adopte en futuras reuniones medidas adicionales de estímulo
monetario ante la perspectiva de un periodo prolongado de baja inflación en la zona euro.
C. Los principales índices bursátiles repuntan
Los principales índices bursátiles retomaron la senda alcista en febrero de 2014, tras
una alta volatilidad en enero debida a las turbulencias en los mercados de divisas de las
economías emergentes. La recuperación se apoyó en la estabilidad en los mercados de deuda
(a pesar de la aversión al riesgo asociada a la situación en Ucrania); y fue impulsada por
declaraciones del Presidente del BCE y de la Presidenta de la Fed. Así, en el primer trimestre
de 2014, el índice estadounidense S&P 500 aumentó en más de un punto, de igual manera
que el Eurostoxx. En Japón, la inestabilidad en las economías emergentes y el anuncio de la
nueva retirada de estímulos por parte de la Fed explican una caída en el Nikkei 225.
D. Ligera depreciación del euro frente al dólar
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Las perspectivas de mejora de la economía estadounidense y la inestabilidad en los
mercados de divisas de las economías emergentes favorecieron al dólar frente al euro a lo
largo del mes de enero. Sin embargo, el euro recuperó posiciones durante el mes de febrero
tras conocerse la decisión del BCE de no aplicar nuevos estímulos monetarios, y por la
mejora de las perspectivas de crecimiento en la zona euro. Así, a pesar de las presiones a la
baja sobre la cotización del euro por las tensiones en Ucrania, que impulsaron la cotización
de monedas consideradas valor refugio, como el dólar, la divisa europea recuperó parte del
terreno perdido.
E. En España, la financiación al sector privado modera su caída
Según datos del Banco de España, la financiación al sector privado y la recibida por
las empresas descendió debido al menor retroceso de los préstamos bancarios, a pesar de la
desaceleración de los préstamos del exterior, y de los valores distintos de acciones. Por
último, la recibida por las familias también moderó ligeramente su caída en enero, por el
menor descenso de los préstamos bancarios destinados a vivienda. Por el contrario, los
préstamos bancarios destinados a otros fines acentuaron el ritmo de caída y los préstamos
procedentes del exterior se desaceleraron.
2.2. Contexto económico internacional de mercados financieros
En el año 2013, la economía mundial registró una tasa de crecimiento del 3%, cifra
prácticamente igual que la del año anterior. Las economías avanzadas crecieron un 1,3%,
mientras que el PIB de las emergentes aumentó un 4,7%, una décima y dos décimas,
respectivamente, por debajo de 2012. Esta similitud de los registros esconde, no obstante,
cambios notables en el escenario económico global.
Por un lado, un cambio de papeles entre economías avanzadas y emergentes en
cuanto a su contribución al dinamismo global y a la percepción de vulnerabilidades. El
primer grupo — liderado por Estados Unidos — ha ido consolidando su senda de
recuperación, si bien con ritmos e intensidades diferentes, tras haber progresado — también
de modo heterogéneo — en los ajustes impuestos por la crisis y en la corrección de los
desequilibrios previos.
Por el contrario, las economías emergentes — que resistieron relativamente bien
durante la crisis y se recuperaron con notable dinamismo, convirtiéndose en polo de atracción
de intensos flujos de capitales — han visto que su actividad se desaceleraba, al tiempo que
sus perspectivas económicas y la percepción de los inversores se deterioraban. En este
contexto, han aflorado muchas vulnerabilidades, algunas generadas durante el período de
bonanza, que habían quedado encubiertas en la recuperación.
Además, el cambio en la orientación de las políticas monetarias de las principales
economías anticipa — en particular, en el caso de la Reserva Federal (Fed) de Estados
Unidos — el principio del fin del prolongado ciclo monetario ultraexpansivo y no
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convencional que siguió a la crisis. En algunos países (Estados Unidos y Reino Unido, en
particular) esta nueva fase está asociada con las perspectivas de recuperación y el proceso de
normalización económica y financiera, y se produce en un entorno de inflación reducida, a
pesar de los estímulos monetarios acumulados.
A. Principales ajustes impuestos por la crisis en las economías avanzadas
 Saneamiento de los balances de hogares y empresas de los países más endeudados: el
proceso de ajuste de los últimos cinco años ha permitido una reducción considerable
de los ratios de deuda de estas economías, aunque con diferencias en el ritmo; más
marcada en EEUU y Reino Unido, y más lenta en la Eurozona.
 Gradual recuperación de los mercados Inmobiliarios: En EEUU y Reino Unido, a la
mejoría de los indicadores de demanda y oferta, se sumó un repunte de los precios de
la vivienda, que permitió, además de elevar la riqueza de los hogares, reducir
sustancialmente el porcentaje de hipotecas con un valor superior al de la vivienda
(underwater) en Estados Unidos. Por el contrario, en la Eurozona, la caída de los
precios de la vivienda continuó en 2013 en los países que partían de
sobrevaloraciones más pronunciadas en este mercado.
 Consolidación fiscal: las economías desarrolladas redujeron su déficit público en 1,5
puntos del PIB en 2013 y se prevé que en 2014 el ajuste sea algo menor. La excepción
a este perfil es Japón, donde el ajuste será mucho mayor, por el aumento previsto del
impuesto sobre el consumo.
 Mercados laborales: en 2013 se produjeron notables descensos en las tasas de
desempleo de las principales economías avanzadas fuera del área del euro. Al
contrario, en la zona euro, se mantuvo en el entorno del 12 %, en un contexto general
de continua moderación salarial. No obstante, aunque la reducción de las tasas de paro
en Estados Unidos y Reino Unido ha sido mayor que la prevista, ha venido originada
por desarrollos no totalmente favorables, como el fuerte descenso en la proporción de
población activa en Estados Unidos, o el mal comportamiento de la productividad en
Reino Unido.
B. Corrección de desequilibrios más importantes
Destaca la reducción del superávit de los países exportadores de petróleo, y, en
sentido contrario, el mayor superávit de la Eurozona, reflejo, fundamentalmente, de la
contracción de las importaciones en las economías bajo tensión financiera. Las expectativas
de normalización en la UEM, el estrechamiento del déficit en la balanza energética de
Estados Unidos (por el auge de los hidrocarburos no convencionales) y la posible contención
del superávit de China (al hilo de la reorientación de su modelo de crecimiento hacia la
demanda interna) sugieren que los desequilibrios se mantendrán contenidos en el corto y en el
medio plazo.
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C. La política monetaria en las economías avanzadas
Durante el año 2013, las políticas monetarias volvieron a tener un notable
protagonismo, esta vez ligado a las perspectivas de cambio de ciclo monetario, especialmente
en Estados Unidos. Aunque los tipos de interés siguen anclados en tasas muy cercanas a cero,
las tendencias de política monetaria apuntan ahora a la futura retirada de los grandes
estímulos aplicados a raíz de la crisis, en especial en Estados Unidos y Reino Unido. Con ello
se han abierto distancias en cuanto al tono de las políticas monetarias aplicadas por los
principales bancos centrales, pues el Banco de Japón está inmerso en una nueva y ambiciosa
fase de expansión cuantitativa; y el BCE volvió a reducir los tipos de interés y está valorando
la adopción de nuevas medidas no convencionales. Estas medidas no convencionales a
aplicar por el BCE podrían consistir básicamente en dos:
 Compra de bonos públicos y privados, similar a la que están haciendo la Reserva
Federal de EEUU, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra;
 Tasa de depósitos negativa: es decir, que el BCE pasase a cobrar a los bancos que
depositan en la entidad su exceso de liquidez. Eso significaría que, donde las
entidades tienen ahora una fuente de ingresos, pasarían a contar con un gasto. Así, los
bancos tendrían incentivos para prestar ese exceso de dinero.
D. Economías emergentes
El año 2013 se caracterizó por un empeoramiento en la percepción de las perspectivas
económicas y vulnerabilidades de las economías emergentes, que se intensifica a partir de
mayo, una vez iniciado el cambio de ciclo monetario mundial. Además, este cambio de
percepción parece persistente y se está incorporando a las perspectivas de evolución de las
economías emergentes — para las que se ha revisado a la baja su crecimiento potencial —, en
particular aquellas con posiciones exteriores más débiles (Brasil, India o Turquía). El elevado
atractivo relativo de estos mercados no sólo habían hecho pasar desapercibidas tales
vulnerabilidades previamente, sino que contribuyeron a incrementarlas.
Pueden identificarse, al menos, dos razones por las que los países emergentes han sido tan
sensibles a la percepción de un cambio en el ciclo monetario mundial:
 Por un lado, se venía de una fase marcada por la resistencia de las economías
emergentes a la crisis global y una rápida e intensa recuperación entre 2008 y 2010,
de tal modo que presentaban un mayor atractivo relativo respecto a las economías
avanzadas. En buena medida, esta percepción favorable se fundamentó en una
reducción de las vulnerabilidades tradicionales asociadas a los países emergentes,
como el excesivo endeudamiento en moneda extranjera, la debilidad del sistema
bancario, o los regímenes de tipos de cambio fijos artificialmente sobrevalorados.
 Por otro lado, desde 2011 se estaba produciendo una desaceleración en cierto modo
inesperada en las principales economías emergentes, cuyas tasas de crecimiento
defraudaron reiteradamente las expectativas de recuperación albergada por el
consenso de los analistas. Esta evolución ha terminado traduciéndose en una
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significativa revisión a la baja de las previsiones económicas y del crecimiento
potencial de las mismas. En el caso específico de China, la revisión ha venido influida
por el cambio de modelo de crecimiento que se estima necesario para corregir sus
desequilibrios internos y garantizar la sostenibilidad a largo plazo, y que pasa
probablemente por una menor velocidad en el ritmo de desarrollo económico..
Así las cosas, el inicio del cambio de ciclo monetario global y el menor diferencial de
crecimiento esperado entre economías emergentes y avanzadas se han conjugado durante
2013 para provocar una notable volatilidad en los mercados y una moderada reversión de
flujos de capitales, que podría interpretarse como una normalización. Desde esta perspectiva,
la situación no debe ser valorada necesariamente de modo negativo, puesto que la
consolidación de la recuperación de las economías avanzadas anticipa un horizonte
económico global más favorable y estable, y una mayor demanda externa para las economías
emergentes.
3. DEMANDA Y PRODUCCIÓN
En el cuarto trimestre 2013 la economía española prosiguió su senda expansiva
iniciada en el tercer trimestre, en un entorno de menores tensiones en los mercados
financieros y mejora de la confianza y del mercado de trabajo, cerrando el año 2013 con una
caída media anual del PIB de 1,2%, inferior en cuatro décimas a la de 2012.
En este contexto, los principales organismos internacionales han revisado al alza sus
previsiones de crecimiento sobre la economía española para este año: el FMI estima un
crecimiento del PIB en 2014 por encima de lo previsto, de igual manera que lo que estima la
CE. Como indicadores globales de actividad de los primeros meses 2014 destaca el avance en
las ventas en grandes empresas (por el repunte de las exportaciones y en menor medida por
las ventas interiores) y la moderación del ritmo de caída del consumo de energía eléctrica.
3.1. Agregados de demanda nacional
La tendencia de la demanda nacional se caracterizó por ser menos contractiva en los
últimos meses de 2013 debido en especial al gasto en consumo privado y a la inversión en
bienes de equipo. Por ello, habría que destacar que:

El consumo privado aumentó por tercer trimestre consecutivo en un entorno
caracterizado por la menor destrucción de empleo, la mejora de la confianza de los
consumidores y la ralentización de la caída de la renta bruta disponible de los hogares
así como un aumento de la riqueza financiera neta de los hogares (aumento de sus
activos y una reducción de sus pasivos). Además, se destaca el crecimiento en las
ventas interiores en grandes empresas de bienes y servicios de consumo, las
matriculaciones de automóviles y los indicadores de confianza del consumidor
(Comisión Europea y CIS).
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


El gasto en consumo de las AAPP se redujo en el cuarto trimestre de 2013 y en la tasa
interanual.
La formación bruta de capital fijo (FBCF) prolonga el perfil alcista como
consecuencia de la inversión en bienes de equipo y de la inversión en activos fijos
inmateriales. Los indicadores más recientes de inversión en equipo son: el favorable
comportamiento de las ventas interiores de equipo y software de las grandes
empresas, las matriculaciones de vehículos de carga, el componente de equipo de los
índices de cifra de negocio, entrada de pedidos en la industria e índice de producción
industrial, entre otros.
La inversión en construcción prácticamente se estabiliza en el cuarto trimestre de
2013 en términos intertrimestrales compensando la recuperación de la inversión no
residencial el descenso en el segmento residencial. La inversión residencial sigue
reduciéndose como lo indica la caída en el número de compraventas de viviendas
(más acusada en vivienda nueva que usada). Así el índice general de los precios de la
vivienda continuó descendiendo.
La contribución al crecimiento interanual del PIB de la variación de existencias fue
nula.
3.2. Demanda externa
Aumenta la aportación de la demanda externa al crecimiento intertrimestral del PIB
sumando 5 décimas como resultado de un incremento de las exportaciones de bienes y
servicios y un retroceso de las importaciones. En comparación con las principales economías
de la UE el alza trimestral de las exportaciones españolas fue inferior a las de Alemania,
Francia e Italia y mayor que la de Reino Unido.
Las exportaciones de bienes y servicios continuaron creciendo en los últimos meses
del pasado año a un ritmo moderado impulsadas por la recuperación de las principales
economías de la UE que ha compensado en parte el posible impacto de la ralentización de
algunas economías emergentes con importantes lazos comerciales con España. Al desglosar
las exportaciones en términos reales por productos y en tasas interanuales se observan
descensos en las de alimentos y bienes intermedios y un mayor dinamismo en las
exportaciones de bienes de capital y de consumo no alimenticio, destacando en este último
grupo las exportaciones de automóviles turismos.
3.3. Actividad productiva
En general la actividad productiva muestra síntomas de recuperación en el cuarto
trimestre de 2013 con un crecimiento del VAB en agricultura de más de 3 puntos
porcentuales, una estabilización en industria y la disminución del ritmo de desaceleración en
la construcción. El valor agregado bruto “VAB” o valor añadido bruto es la magnitud
económica que mide el valor añadido generado por el conjunto de productores de un área
económica, recogiendo los valores que se agregan a los bienes y servicios en las distintas
etapas del proceso productivo.
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Analizando en profundidad por sectores podemos señalar que en el caso de la
actividad industrial el Índice de Producción Industrial (IPI), en línea con el VAB presenta una
clara estabilización para 2013. Dicha situación se verá incluso mejorada en 2014 según los
indicadores ante el aumento de las ventas interiores en grandes empresas del sector industrial
y el indicador de confianza en la industria.
Respecto a la construcción, ésta modero su trayectoria descendente pero continua con
una trayectoria bajista. Finalmente el sector servicios muestra un continuo crecimiento de la
actividad. Así la cifra de negocios del sector creció en el último trimestre de 2013 tras ocho
trimestres de caídas consecutivas. En cuanto al turismo cabe destacar que muestra una
evolución expansiva. Encontramos un aumento tanto en el número de turistas extranjeros
como en el gasto de los mismos.
4. PRECIOS
En este apartado se va a exponer qué es el IPE, el índice de precios al consumidor, y
qué implicaciones tiene. Dicho índice mide la variación en el nivel de precios de
determinados bienes y servicios de consumo adquiridos por los hogares en una determinada
región. Debemos partir de la base de que todo IPC debe ser comparable, confiable y
representativo.
El IPC es un índice en el que se valoran los precios de un conjunto de productos
(conocido como "canasta familiar" o "cesta") determinado sobre la base de la encuesta
continua de presupuestos familiares (también llamada Encuesta de gastos de los hogares), que
una cantidad de consumidores adquiere de manera regular, y la variación con respecto del
precio de cada uno, respecto de una muestra anterior.
Por su parte, el IPCA, IPC armonizado, surge como consecuencia de la pérdida de la
capacidad para diseñar sus propios índices por parte de los países que han ingresado en la
Unión Europea, ya que deben hacerlo de acuerdo a las normas del Banco Central Europeo.
4.1. El IPC en 2014
El IPC es un gran indicador de la inflación/deflación. En los primeros meses de 2014
la inflación sigue moderándose, como consecuencia del agotamiento del impacto de la subida
de los tipos del IVA en 2012 y otros tipos de medidas de carácter fiscal llevadas a cabo por el
gobierno, que han generado una desaceleración que persiste en los primeros meses de 2014.
Con estos datos, el IPC encadena varios meses de reducida inflación, si bien el riesgo de
deflación actualmente no parece probable.
Un apunte que debemos remarcar es que el IPC en enero (todos los años es así), se
elabora con la actualización de las ponderaciones de las distintas partidas de la cesta de
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compra. Para 2014 las modificaciones son las siguientes: aumento del peso de los alimentos
no elaborados, y de los elaborados.
Las predicciones para el resto del año es que los niveles de inflación se mantengan
reducidos (salvo movimientos impredecibles del crudo y otras materias primas) como
consecuencia del contexto actual (crisis económica) y la caída de los costes laborales
unitarios (CLU). Este indicador el CLU, ha crecido respecto a 2013 debido a la recuperación
de la paga de funcionarios, y se espera mayor estabilidad para los próximos años.
4.2. El IPC por sectores
La alimentación sigue siendo el sector con mayor repercusión positiva en las tasas
del índice general, aumentando en enero de 2014 respecto a diciembre de 2013. Esta
desaceleración de los precios de la alimentación en enero se debe exclusivamente a la
alimentación elaborada, bebidas y tabaco. Por otro lado los precios de los alimentos no
elaborados aumentaron tanto su tasa interanual como intermensual; destacando el repunte del
pescado fresco, crustáceos, moluscos, legumbres, hortalizas y fruta fresca.
Los precios de los bienes industriales no energéticos (BINES) vienen registrando
tasas muy inferiores a las del resto de componentes del IPC desde hace años. Cuando
hablamos de BINES nos referimos a vestidos y calzados. También se incluye en esta partida
los medicamentos y productos energéticos.
Respecto a los servicios, presentó una tasa interanual ligeramente negativa en enero
de 2014. Ello se debe al transporte público urbano e interurbano y a la fuerte caída de los
precios del servicio telefónico.
4.3. La inflación de la UEM y el IPCAE
El Índice Armonizado de Precios de Consumo de la Unión Monetaria (IPCUM) se
mantuvo en el 0,8% del pasado diciembre. Por componentes, tuvo lugar una caída de las tasas
anuales de los precios de la energía y, en menor medida, de los alimentos y los bienes
industriales no energético.
La tasa anual del IPC Armonizado Español (IPCAE) permaneció en el 0,3% en enero
y, en consecuencia, también se mantuvo el diferencial de inflación favorable respecto a la
zona euro.
4.4. Principales indicadores de precio
El IPC total, como se ha explicado anteriormente, IPC son las siglas de Índice de Precios al
Consumidor, Índice de Precios de las marcas al Consumo o Índice de Precios al Consumo.
Existen índices de precios al consumo que se referencian con una serie limitada de los
productos que componen el IPC general. Los índices fundamentales son:
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El IPSEBENE es el índice de precios de los servicios y de los bienes elaborados no
energéticos. Su cálculo: IPSEBENE=IPC-alimentos no elaborados y bienes
energéticos. Se trata de conocer la evolución de los precios de los bienes en los que
puede influir el gobierno, dejando al margen los bienes en los que no tiene influencia.
El IPSEBENE puede ser mayor que el IPC cuando se presenta una disminución de los
precios en los bienes que se eliminan.
IPC sin alimentos ni energía: El subconjunto incluye sólo los bienes y servicios cuyos
precios son menos volátiles, en general trata de no tomar en cuenta a aquellos bienes y
servicios cuyos precios difieren de la tendencia general del resto de los genéricos que
forman el sistema general de precios de una economía. Habitualmente, para el cálculo
de la inflación subyacente se prescinde de los bienes y servicios administrados
(gasolina, electricidad y gas para uso doméstico), de los concertados (transporte local
y foráneo, telefonía, cuotas y licencias y otros), y de los agropecuarios (36 frutas y
verduras y otros 20 productos).
El IPRI, es el índice de precios industriales que mide la evolución mensual de los
precios de los productos fabricados por la industria y vendidos en el mercado interior
en la primera etapa de su comercialización.
Índice de valor unitario: El IVU es el índice de valor unitario para el comercio
exterior y es una aproximación a los índices de precios para las exportaciones e
importaciones, que permite conocer la evolución los flujos de comercio exterior de
una región en términos reales.
Precios percibidos por agricultores y ganaderos: Otro indicador es el de precios
percibidos por los agricultores y ganaderos cuyo objetivo fundamental es medir la
evolución de los precios que percibe el agricultor y el ganadero por la venta de los
productos agrarios.
Deflactor del Producto Interior Bruto: Este deflector es un índice de precios de los
bienes y servicios incluidos en el PIB que nos proporciona información sobre el
aumento de precios en un determinado año o sobre la evolución de los precios en un
período y permite calcular y medir el comportamiento promedio de todos los precios
(inflación/deflación) de los diferentes bienes y servicios finales producidos en un país.
Deflactor del consumo privado: Este índice es similar al anterior, pero mide el cambio
medio de todos los precios pagados en la compras privabas realizadas por los
consumidores a lo largo de un periodo de tiempo.
5. MERCADO LABORAL
5.1. Demografía
Para entender la evolución del mercado laboral en España es importante tener en
cuenta la evolución demográfica del país que, con la crisis, ha visto alterada su tendencia.
La situación económica de los últimos años ha tenido un fuerte impacto en la evolución de la
población española debido a que el crecimiento que esta experimentaba hasta 2008 estaba
sustentado en una alta tasa de inmigración.
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El año 2013 ha sido el primer año de la serie histórica1 en el que se ha llegado a
registrar un descenso de la tasa de población interanual. Como se observa en el gráfico, esta
nueva tendencia contrasta con la que se venía dando en los años previos a la crisis, en los que
se llegó a registrar un crecimiento del 2% gracias a la inmigración.
De acuerdo con las Cifras de Población, a 1 de julio de 2013 la población española
total se estimó en algo más de 46,6 millones de personas, lo que supone un descenso
interanual de 0,3% respecto a 2012. El Padrón Municipal ofrecía en enero de 2013 unas cifras
similares, estimando la población total española en 47.129.783 personas (lo que supone una
caída también de 0,3% respecto al mismo dato del año anterior). La cifra del Padrón es
ligeramente mayor porque este registro a veces tarda más en registrar las bajas que se
producen con la salida de población extranjera.
En relación con la composición de la población, de acuerdo con los datos del INE, a
1 de enero de 2013 un 10,9% del total de la población era de nacionalidad extranjera y los
últimos datos estimados cifran dicho porcentaje en 10,4%. Se confirma por tanto la tendencia
negativa en relación con la población extranjera, cambiando asimismo la distribución de
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Según datos de las estadística de Cifras de Población, difundida por el INE (1 de julio de 2013).
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nacionalidades de los inmigrantes. Actualmente la mayoría proceden de Europa (45%, se ha
producido un gran incremento, especialmente de inmigrantes de nacionalidad rumana),
América (28%, se ha producido un descenso) y Asia (20%, se constata ligero incremento).
La fuerte desaceleración de la migración neta que comenzó en 2008 basándose
principalmente hasta 2010 en el descenso en la entrada de inmigrantes, pero a partir de ese
año han cobrado importancia las crecientes salidas de emigrantes, llegándose a registrar una
entrada neta negativa. Se va incrementando la tasa de salidas de nacionales españoles, si bien
la propensión a emigrar de los españoles nacidos en España aún es reducida.
En relación con la composición de la población por edades, no se ha dado un
cambio de tendencia realmente respecto a la situación anterior a la crisis, pero sí se ha
acentuado gravemente el proceso de envejecimiento de la población al frenarse la entrada de
inmigrantes jóvenes característica del periodo anterior. De hecho, se observa una ligera
tendencia al envejecimiento de la población extranjera: se han incrementado las entradas de
mayores de 64 años descendiendo las entradas de población en edad de trabajar. Por tanto, el
descenso del colectivo en edad de trabajar que ya se venía experimentando en la población
nacional se ha extendido en 2013 a la población extranjera.
El INE, además de proporcionar todo tipo de estadísticas relativas a la demografía
española ofrece también proyecciones de población a diez años (Proyecciones de Población a
corto plazo, realizadas cada año) y a cuarenta años (Proyecciones de Población a largo plazo,
realizadas cada tres años). En esas proyecciones se prevé un descenso de la población de 0 a
15 años (afectado por el descenso de la inmigración) y de la población en edad de trabajar.
Por tanto, se espera que se agrave en los próximos años el proceso de envejecimiento de la
población.
En conclusión, el periodo de expansión demográfica previo a la crisis ha dado paso a
un proceso de ralentización e incluso descenso de la población. La caída de la población se
concentra en el colectivo de nacionalidad extranjera y tiene, por tanto, como principal
causa la crisis económica y la situación del mercado laboral español. En los próximos
años continuará esta tendencia de acuerdo con las previsiones, agravándose el proceso de
envejecimiento de la población.
5.2. Descripción de evolución y situación actual del mercado laboral
El mercado de trabajo inicia una fase de creación neta de empleo, frenando la fase de
destrucción de empleo. A ello no es ajena la Reforma Laboral de 2012, y algunos aspectos
claramente visibles de su efecto son la mayor flexibilidad interna de las empresas, un mayor
uso del trabajo a tiempo parcial y una intensificación de la moderación salarial.
a) Población activa:
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La población activa se define como la población en edad de trabajar y en condiciones
para hacerlo. Es la suma de la población ocupada más la que busca empleo. Hay dos
conceptos de importancia relacionados con la población activa:
 Tasa de actividad: relación por cociente, multiplicada por 100, entre la población
activa y la población total de un país.
 Tasa de ocupación: relación por cociente, multiplicada por 100, entre la población
activa empleada y la población activa total. La tasa de paro es el complemento a 100
de la tasa de ocupación.
La población activa prolongó la tendencia descendente iniciada hace más de dos años.
El retroceso de la población activa respondió, fundamentalmente, a una minoración de la
población en edad de trabajar (mayor de 16 años) y a un descenso de la tasa de actividad.
Como se explicó en el apartado de demografía, la caída de la población activa se debe
fundamentalmente a la salida de población extranjera ocurrida desde 2010 que incrementaban
esta cifra.
b) El empleo
Desde el inicio de la crisis en 2008, la destrucción de empleo se prolongó durante
cinco años consecutivos disminuyendo la cifra de empleados a una tasa anual entre el 3-4%,
pero en el último trimestre de 2013 la disminución fue del 1,2%, mucho menor a la que se
registraba en periodos anteriores.
Por ramas de actividad, el descenso de empleo se concentra en sectores no agrarios:
construcción e industria, aunque ambos han moderado el ritmo de caída. La agricultura
registró un aumento del número de empleados y el sector servicios lo mantuvo.
→ Reasignación sectorial de factores
productivos: Es interesante destacar que
durante la crisis, las reducciones de empleo
se han concentrado en determinados
sectores, produciéndose una reasignación de
recursos hacia sectores con mayor
productividad y potencial de crecimiento
(sector energético, reciclaje, productos
farmacéuticos, servicios a empresas…), que
han experimentado creación neta de empleo.
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El descenso de empleo es debido tanto
al sector privado como al público. En el
sector privado la caída se ha ralentizado,
situándose próxima a la estabilidad. Por lo que
respecta al sector público, la caída de empleo
permanece, pero es menos acentuada que la de
2012, que fue consecuencia de los planes de
recorte del empleo público.
Por tipo de contrato, el empleo asalariado perdido fue principalmente el de carácter
temporal, aumentando el empleo de contrato indefinido. Como resultado de esta evolución, la
tasa de temporalidad se ha reducido, y se sitúa en el 24%.
Según la jornada laboral, el empleo a tiempo parcial sigue ganando peso sobre el
total. Los ocupados con jornada completa han disminuido en un 2% y los trabajadores de
tiempo parcial han aumentado en un 5%, situándose la tasa de parcialidad en un 16%.
c) El desempleo
La tasa de paro se ha reducido en el último trimestre de 2013, y se sitúa en un 26%.
Ha disminuido en todos los sectores económicos, excepto en servicios. La tasa de paro
juvenil (Menores de 25 años) sigue manteniendo un nivel muy elevado. Además, el paro
sigue afectando en mayor medida a las personas con menor nivel educativo. Este leve
decrecimiento del desempleo se debe, en su totalidad, a una caída en el número de personas
que buscan empleo: a finales de 2013 hay casi 268.000 personas menos en la Población
Activa en España. La causa fundamental de esta caída es la salida de España de más de
160.000 extranjeros.
Otro de los mayores problemas se encuentra en el paro de larga duración, parados
que llevan más de un año buscando empleo, cuya tendencia sigue creciendo.
d) Los salarios
Las remuneraciones por asalariado aumentaron un 0,7% en 2013, siendo el sector
servicios el principal responsable de la aceleración del total de la remuneración por
asalariados. La remuneración por asalariado experimentó un avance muy significativo en el
último trimestre de 2013 (2,7%), respecto al de 2012, debido a la recuperación de la paga
extra de Navidad de los trabajadores del sector público, por lo tanto es transitorio.
15
La tendencia es que continúe la moderación salarial registrada en el trimestre
anterior (variación interanual del 0,5%), de manera que se disminuyan los costes laborales
unitarios y aumente la productividad aparente del trabajo, a medida que crezca el PIB.
También se observa un mayor grado de flexibilidad en el mercado laboral, en tanto en
cuanto el marco jurídico permite acompasar la organización interna de la empresa a las
condiciones del ciclo económico, y que los salarios evolucionen en función de las
condiciones del mercado. Esta tendencia a la moderación y la flexibilidad se ha visto
propiciada por las revisiones salariales de los Convenios Colectivos, que han establecido
incrementos salariales así como menor grado de indexación a la inflación. Todo ello, con
miras a la mayor creación de empleo.
6. BALANZA DE PAGOS
La balanza de pagos es el documento donde se recogen todas las transacciones
comerciales de bienes, servicios y capitales que se llevan a cabo en un país en relación con el
resto del mundo durante un periodo de tiempo determinado.
Actualmente, los países y sus economías se encuentran interconectados con las de
otros países, manteniendo así un sinfín de relaciones económicas y financieras entre ellos.
Por ello resulta muy importante disponer de una balanza donde se vea claramente si un país
está equilibrado en cuanto a sus ingresos y pagos. El registro de estos datos lo realizan los
Bancos Centrales de cada país.
La balanza de pagos está divida en subgrupos que engloban todas las transacciones
dinerarias entre el país en cuestión y el resto:
Cuenta corriente: registra los cobros y pagos procedentes del comercio de bienes y
servicios y las rentas en forma de beneficios, intereses y dividendos obtenidos del
capital invertido en otro país
-
Balanza comercial: registra los pagos y cobros procedentes de las
importaciones y exportaciones de bienes tangibles
-
Balanza de servicios: recoge todos los ingresos y pagos derivados de la
compraventa de servicios prestados entre los residentes de un país y los
residentes de otro, siempre que no sean factores de producción (trabajo y
capital) ya que estos últimos forman parte de la balanza de rentas
-
Balanza de rentas: recoge los ingresos y pagos registrados en un país en
concepto de intereses, dividendos o beneficios generados por los factores de
producción (trabajo y capital)
-
Balanza de transferencias: registra las transacciones sin contrapartida
recibidas o pagadas al exterior, tanto públicas como privadas
Cuenta de capital: recoge las transferencias de capital y la adquisición de activos
inmateriales no producidos
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-
Inversión extranjera directa
-
Inversión extranjera indirecta
Cuenta financiera: recoge los flujos financieros entre los residentes de un país y el
resto del mundo
-
Inversiones directas
-
Inversiones en cartera
-
Otras inversiones
-
Instrumentos financieros derivados
-
Variación de activos de reserva
Cuenta de errores y omisiones: se conoce como el capital no determinado, es un
ajuste por la discrepancia estadística de todas las demás cuentas de la balanza de
pagos
Cada uno de estos subgrupos tiene un saldo determinado que consiste en la diferencia
entre sus ingresos y gastos generados. Cuando se incluyen todos los componentes de la
balanza de pagos, el total debe sumar cero, sin posibilidad de que exista superávit o déficit.
Sin embargo, es posible que existan desequilibrios en las cuentas individuales que forman la
balanza de pagos.
6.1. Contexto económico internacional
En el año 2013 la economía mundial registró una tasa de crecimiento del 3 %, cifra
prácticamente igual que la del año anterior, si bien se observaron una notable heterogeneidad
regional y oscilaciones marcadas en el dinamismo de la actividad. Las economías avanzadas
crecieron un 1,3 %, mientras que el PIB de las emergentes aumentó un 4,7 %, una décima y
dos décimas, respectivamente, por debajo de 2012. Podemos observar una recuperación
progresiva de los países desarrollados más afectados por la crisis y la desaceleración del
crecimiento de los países emergentes.
El comercio mundial volvió a experimentar una notable debilidad en 2013, en línea
con la evolución de la actividad global, y solo creció un 2,9 %.
En 2013 se alcanzó un acuerdo de la Organización Mundial de Comercio en Bali
que simplifica las trabas aduaneras, y se intensificaron las iniciativas regionales, destacando,
en particular, un posible acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea, y el Acuerdo
Transpacífico. Destaca la reducción del superávit de los países exportadores de petróleo, y, en
sentido contrario, el mayor superávit del área del euro, debido a la contracción de las
importaciones en las economías bajo tensión financiera.
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Los flujos de capitales continúan deprimidos a escala global, y en particular entre las
economías avanzadas debido a la fuerte reducción en los niveles de interconexión
transfronteriza entre entidades bancarias, en especial las europeas. Esta tendencia obedece
tanto a factores coyunturales —relacionados con la profundidad de la crisis – como a factores
de carácter regulatorio, ante los mayores requisitos por parte de los reguladores nacionales en
relación con la actividad que desarrollan los bancos extranjeros.
A) Países desarrollados.
Las economías desarrolladas han sufrido un prolongado y profundo proceso de ajuste
tras la crisis, que ha dado lugar a un proceso de cambio que ha favorecido la reducción de la
incertidumbre en los mercados y la mejora general en la confianza de los agentes
económicos. En cuanto al panorama financiero, destacan tres rasgos en el proceso de ajuste:
el retraimiento de la actividad bancaria, la correspondiente expansión de la financiación a
través de los mercados de capitales, y la reducción de los flujos internacionales de
financiación.
B) Economías emergentes.
El año 2013 se caracterizó por un empeoramiento en la percepción respecto de las
perspectivas económicas y vulnerabilidades de las economías emergentes. El inicio del
cambio de ciclo global y el menor diferencial de crecimiento entre economías emergentes y
avanzadas se han conjugado provocando cierta volatilidad en los mercados y reversión de
flujos de capitales, que podría interpretarse como una normalización.
El crecimiento en las economías emergentes siguió basándose en la expansión de la
demanda interna, aunque se observó cierta moderación respecto al año previo. En general, la
actividad de las economías asiáticas mostró un perfil ligeramente descendente en la primera
parte del año, que tendió a revertir posteriormente, mientras que en América Latina no se
observó una tendencia definida a lo largo del año. En los últimos años las posiciones
corrientes y fiscales y el crédito de algunas economías emergentes (algunas asiáticas y varias
latinoamericanas) han tendido a deteriorarse.
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Las previsiones para las principales economías emergentes apuntan a una estabilización del
crecimiento (o ligeros avances) en Asia emergente (excluida China), América Latina y
Europa del Este y a cierta rotación hacia la demanda externa, apoyada en la mejoría de las
economías avanzadas.
6.2. Situación española
Centrándonos en la situación española, en 2013 la economía generó capacidad de
financiación frente al exterior, por primera vez desde 1997. En paralelo, la balanza financiera
registró entradas netas (inversiones del exterior en España – inversiones de España en el
extranjero) de capital extranjero, frente a las salidas netas de los dos ejercicios precedentes.
La situación de la balanza de pagos española en el ejercicio económico 2013 se caracteriza
por los siguientes aspectos:
- La balanza de pagos genera capacidad de financiación exterior por la mejora de los saldos
corriente y de capital: Las operaciones corrientes y de capital registradas en 2013
generaron un superávit conjunto equivalente al 1,4% del PIB. Esta corrección del
equilibrio exterior provino principalmente del superávit en las operaciones corrientes y, en
menor medida, de las de capital.
- Significativa corrección del déficit comercial, superávit en los servicios y déficits de rentas
y transferencias corrientes: Si entramos en detalle en la balanza por cuenta corriente, los
intercambios de bienes dieron lugar a un déficit comercial, aunque un 55% menor que el
año anterior. Por el contrario, la balanza de servicios acumuló un superávit un 9,1%
superior al de 2012, con gran protagonismo del turismo. La balanza de rentas acumuló en
2013 un déficit un 13,9% menor en términos interanuales, que sigue al recorte de 2012.
Por último, las transferencias corrientes contabilizaron en 2013 un saldo negativo un 35%
superior al del año anterior.
- Importantes incrementos de los flujos en la balanza de capital y financiera.: En cuanto a la
balanza de capital, en 2013 generó un superávit un 15,4% superior al del año anterior. En
el conjunto del año se produjo un cambio de signo en los flujos financieros con el exterior.
En 2012 se registraron saldos negativos, pero en 2013 se ha producido un cambio de
dirección. Como resultado, la balanza financiera acumuló entradas netas de capital. Se
recupera la inversión del exterior en España.
- Fuerte disminución de la posición neta deudora del Banco de España frente al
Eurosistema: Hay que tener en cuenta que los flujos de capital de 2012 estuvieron
influidos por los fondos otorgados por el Mecanismo Europeo de Estabilidad para
recapitalizar la banca española. Estos fondos no afectaron a los flujos netos totales
captados por la economía española en el exterior, pero modificaron su desglose.
Las operaciones corrientes, de capital y financieras, generaron un aumento de 100.000
millones de euros en los activos del Banco de España. Lo cual significa una fuerte
disminución de la posición neta deudora del Banco de España frente al Eurosistema.
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7. CONCLUSIÓN
La actual coyuntura económica en España parece mostrar ciertos indicios de
recuperación. Sin embargo, todavía adolece de grandes ineficiencias y problemas
estructurales como el patrón de gasto, los problemas del mercado de trabajo y modelo
productivo. Aunque algunas cifras son positivas, como el descenso en el número de parados o
el aumento en el consumo de algunas de las categorías de bienes, como pueden ser los
vehículos, es necesario que se siga en esta senda de reestructuraciones y reformas y se tomen
como ejemplo modelos que han logrado sobreponerse a la mala situación de sus económicas,
como son EEUU y Reino Unido.
8. BIBLIOGRAFÍA
● Informe del Mº de Economía y Competitividad, de febrero 2014. Síntesis de
indicadores económicos (Informe trimestral)
http://serviciosweb.meh.es/apps/dgpe/textos/ice/infotrim/icepub.pdf
● Boletín Económico del BE, mensual, el último de marzo 2014.
http://www.bde.es/f/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/InformesBoletinesRevistas
/BoletinEconomico/14/Mar/Fich/be1403.pdf
● Informes OCDE
● Informe anual del BE (se publicará en Mayo)
● Informes de FUNCAS sobre Coyuntura Nacional e internacional (6 informes desde
11/03/2014 a 17/03/2014).
● Informe mensual “La Caixa” de 12 de mayo de 2014 “La recuperación económica
convence”.
● http://lacaixaresearch.com/publicaciones/im/1405
● José Ramón Espinola, “Crecimiento y crisis de la economía española (1995-2008)”
(Editorial Universitas, Madrid 2009).
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