El Nacionalismo como tema de estudio es relativamente reciente

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Revista Relaciones Internacionales – Nº 25 (Segmento Digital)
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La Guerra de Yom Kippur y el Nacionalismo Israelí
Por María Eugenia Cruset*
Este año se cumplieron treinta años de la Guerra del Yom Kippur. Esto
motivó que se escribiera mucho sobre ella. Su importancia para el contexto
mundial, la introducción del petróleo como variable estratégica, su relevancia para
el mundo árabe. Nosotros, sin embargo, queremos abordarla desde otra
perspectiva. Nos interesa analizar que significado tuvo para la política interna del
Estado de Israel. Pero no en un contexto coyuntural, sino dentro de un proceso
de más larga duración: la estrategia del Estado para lograr una nación integrada
y unida.
Para hacerlo nos fundamentaremos en el estudio del “problema nacional”.
Estudiaremos sus vertientes y aplicaciones a nuestro caso concreto. Nuestra
hipótesis es que, para ciertas corrientes nacionalistas, un guerra puede ser el
mejor camino para lograr una Nación fuerte y unificada. Y, aunque desde el
punto de vista de la humanidad toda guerra es una tragedia, desde el punto de
vista político puede ser un gran logro. La guerra puede ser un catalizador que
acelere un proceso largo y logre objetivos a corto plazo. La Guerra del Jom Kipur,
con el enorme contenido simbólico que tiene, es idea1l.
La Guerra de Yom Kippur
El 6 de octubre de 1973, fiesta del Yom Kippur para el pueblo judío y, por
lo tanto, día de recogimiento y oración, Egipto cruza el Canal de Suez para
recuperar la península del Sinaí En el norte Siria avanza sobre la meseta del
Golán. Los dos territorios estaban bajo dominio israelí desde el fin de la Guerra de
los Seis Días en 1967.
La sorpresa causada por el ataque hizo que los primeros días tuviera una
actitud defensiva. Pero movilizó sus reservas y logró rechazar a los agresores y
llevar los combates dentro de los territorios de Siria y Egipto. Dos semanas más
tarde el Consejo de Seguridad de las naciones Unidas adoptó la Resolución 338
que pedía el alto al fuego.
*
Licenciada en Historia, Maestrando de la Maestría en Relaciones Internacionales,
Miembro del Departamento de Historia de las Relaciones Internacionales del IRI.
1
El Yom Kippur o Día del Perdón, es una de las fiestas más importantes del calendario
religioso judío. Es el día del arrepentimiento. Esto implica una actitud de recogimiento y
oración. Al ser atacados en esa fecha refuerza el sentimiento de originalidad nacional y la
necesidad de unidad frente al enemigo común.
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El Nacionalismo
El Nacionalismo como tema de estudio es relativamente reciente. Surge
como objeto en el período de entre guerras y se afirma en la segunda postguerra. Los tristes episodios ocurridos en los Balcanes en la década de 1990
dieron un impulso nuevo a estos estudios. Lo sucedido entonces debía ser
explicado y esa explicación debía provenir del estudio del problema nacional.
La mayor dificultad que tiene el nacionalismo es la de definir que es una
nación. Qué hace que un grupo de personas se diferencie de otras hasta el punto
de formar una comunidad distinta. Es evidente que a la hora de buscar esta
diferenciación elementos como la lengua, la religión, el origen étnico, la historia
en común son variables determinantes. No es un elemento sólo lo que marca la
diferencia es, más bien, la combinación original que cada pueblo realiza entre
ellos.
Hosbawn en la introducción a su libro Naciones y Nacionalismo desde
1780, plantea de forma muy gráfica y, hay que decirlo también, con una buena
dosis de fino humor inglés, las enormes dificultades que existen para descubrir la
esencia de las nacionalidades.
“Supongamos que un día, después de una guerra nuclear, un historiador
intergaláctico aterriza en un planeta muerto con el propósito de investigar la
causa de la lejana y pequeña catástrofe que han registrado los sensores de su
galaxia... Nuestro observador, después de estudiar un poco, sacará la conclusión
de que los últimos dos siglos de historia humana del planeta Tierra son
incomprensibles si no se entiende un poco el término “nación”... Este término
parece expresar algo importante en los asuntos humanos. Pero, ¿exactamente
qué?. Ahí radica el misterio.”2
Teniendo en mente esta gran dificultad debemos seguir avanzando para
tratar de comprender como es que se forman esas naciones. Es decir, dejamos
paso al tema sobre la esencia de una nación para avanzar hacia el modo de su
formación. Nosotros creemos que existen dos grandes vías las cuales se pueden
dar en estado puro pero también en diferentes combinaciones:
Por un lado está lo que algunos autores llaman el “nacionalismo
genealógico”3 y que nosotros llamamos “nacionalismo romántico”. Es el concepto
surgido a partir de este movimiento filosófico-cultural en Europa en la década de
1830. Para estos intelectuales la vuelta a los sentimientos, a las raíces más puras
del ser nacional. La esencia del Romanticismo era la exaltación de los instintos y
emociones en oposición al racionalismo exagerado de la Ilustración. Incluía otros
elementos como el amor a la naturaleza, la informalidad, el amor sentimental. En
2
HOBSBAWM, ERIC. Naciones y Nacionalismo desde 1780. Barcelona, Ed. Crítica,
1995. Pág.9.
3
PALTI, Elías. La nación como problema. Argentina, Fondo de Cultura Económica, 2002.
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Alemania el fenómeno se transforma en el Idealismo Romántico de filósofos como
Hegel y Kant y presentó el contexto ideológico para las reivindicaciones
nacionales.
El Idealismo Romántico debe su nombre a la combinación de la teoría
romántica con la concepción idealista del universo. Creían que el hombre carece
de importancia si no forma parte de un grupo social. Por lo tanto, se debía
procurar el bien del grupo primero y así el individuo podrá alcanzar también
beneficios. La sociedad y el estado son organismos sociales, producto de la
evolución natural. Surge de la idea herderiana de Volksgeist o “espíritu del
pueblo”. Concibe a la nación como una entidad objetiva independiente de la
voluntad de sus miembros.
Por el otro lado tenemos el “nacionalismo civilista” o “nacionalismo
jacobino” Este concepto correspondería a la Ilustración y tendría un carácter
artificial basado en un vínculo contractual. Según este concepto todos los
nacionales de un país son ciudadanos. La ciudadanía iguala y unifica. Todos son
iguales ante la ley sin importar su procedencia, lengua materna o religión. El
estado se compromete a tratar a todos por igual: les brinda un sistema educativo
en la lengua nacional (por lo general es un sistema escolar obligatorio en los
primeros años), separa la Iglesia del Estado y tiende a ser laico.
Por un lado vemos un nacionalismo “de abajo”, es el pueblo que toma
conciencia de su ser nacional y reclama- con éxito a veces-, su estado nacional.
Son naciones sin estado que buscan un sitio, generalmente el pedido es sobre la
tierra de sus ancestros, donde poder desarrollar sus originalidades religiosas,
lingüísticas, etc. Por el otro lado tenemos los “estados sin nación”, donde el
movimiento es de arriba hacia abajo. El Estado cumple la función de unificar e
igualar.
Sionismo
El origen de la palabra “sionismo” deviene del término bíblico “Tzion”,
usado como sinónimo de “Jerusalém” y de la “Eretz Israel”- Tierra de Israel. El
movimiento, como corriente política de corte nacionalista, nace en Europa a fines
del siglo XIX entre la intelectualidad juvenil judía. Al vincular sus aspiraciones con
Sión, no solo logran una ubicación física a sus anhelos sino que le imprimen una
legitimidad histórica a sus reclamos. En ambos casos lo que consiguen son
situaciones problemáticas a largo plazo.
Al remontar sus reivindicaciones por el retorno a su patria al exilio que
sufrieron en Babilonia hacia el 500 A.C. están, por lo menos, forzando un poco la
verdad. Si bien es cierto que los judíos se han reconocido siempre como un
pueblo identitariamente distinto y, aún superior – “el pueblo elegido”-, y que han
mantenido sus tradiciones y costumbres de forma endógena. Parecería no existir
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un deseo serio de un estado judío hasta el surgimiento de los movimientos
nacionalistas en Europa Occidental de mediados del siglo XIX. El famoso
historiador inglés Hobsbawm hace un comentario muy gráfico y crítico a la vez
sobre este tema:
“ Es totalmente ilegítimo identificar los vínculos judíos con la tierra
ancestral de Israel, cuyo mérito se deriva de las peregrinaciones a dicha
tierra...Sería lo mismo que argüir que los buenos musulmanes, cuya mayor
ambición es peregrinar a La Meca, lo que pretenden realmente al peregrinar allí
es declararse ciudadanos de lo que ahora es la Arabia Saudí”.4
La ubicación geográfica que los jóvenes sionistas eligen para la creación
del estado nacional judío es uno de los problemas más violentos y difíciles de
resolver de la política internacional de los estados centrales. Mucho tuvo que ver
el desconocimiento de la región y, tal vez, un cierto “contagio” de las ideas
imperialistas de la época. Los militantes de la Yishuv5 crecieron viendo como
Francia, Inglaterra, Alemania conquistaban enormes extensiones de tierras, con
multitudes de pueblos en ellas, sin que fuese un obstáculo moral. Más aún, su
formación estaba repleta de conceptos como “civilizados” y “bárbaros” y como los
primeros tenían el “deber moral” de subyugar a los segundos “por su bien”. Si la
región de Palestina era un territorio deshabitado mejor pero, si no era así,
tampoco era un gran problema para sus conciencias occidentales.
Theodor Herzl: Padre del Sionismo Político
Theodor Herzl nación en Budapest en 1860, en una familia sefardí que,
desde España, pasando por el imperio Otomano, llegó a Hungría. Sus padres
poseían una buena posición económica y un buen nivel cultural.
Hacia 1878 se mudan a Viena donde Theodor se gradúa de abogado y, al
poco tiempo, se casa. Las leyes no serán su fuerte y sí lo va a ser el periodismo.
Como corresponsal del diario “Neue Freie Presse” (Nueva prensa libre), vive en
España y Francia por varios años. Hasta su muerte trabaja en este diario como
redactor.
Justamente en Francia va a presenciar un hecho que le marcaría la vida: el
caso Dreyfus. Alfred Dreyfus era un militar ,de origen judío, de alto rango en el
ejército francés. Fue acusado injustamente de espionaje y encerrado en la famosa
prisión de la Isla del Diablo (Guyana francesa) por un tiempo hasta que se
descubrió su inocencia. Esta situación le marca a Herzl la realidad del
4
HOBSBAWM, Eric .Naciones y Nacionalismo desde 1780. Barcelona, Ed. Crítica, 1995.
Pag.56 y 57.
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Asentamiento judío en Palestina.
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antisemitismo incluso en la civilizada Francia y la necesidad de una respuesta a la
cuestión judía.
Aún antes que él lo planteara había una vaga noción de nacionalismo
judío. En 1885 el cirujano Leib Pinsker fundó en Odesa una organización llamada
“Jovevei Zion” que procuraba la inmigración paulatina y en pequeña escala, a
Palestina de aquellos sectores perseguidos. Sin embargo, solo su propuesta va a
tener un ideario concreto y práctico.
Sus conceptos fundamentales están expresados en su libro “El Estado
Judío” ahí dice:
“ La cuestión judía es una cuestión nacional; para solucionarla tenemos
que hacer de ella, ante todo, una cuestión mundial que ha de ser resuelta en un
Consejo de naciones civilizadas.”
Para lograr sus objetivos funda en 1897 el diario Die Welt (El Mundo) y
convoca, ese mismo año, al Primer Congreso Sionista en Basilea, Suiza. El
programa que allí surge es el de crear un hogar en Palestina para el pueblo judío.
En 1904 Herzl muere a los cuarenta y cuatro años. Si bien él no llegó a ver
plasmados sus ideales dejó sentadas las bases para que se llegara a crear el
estado de Israel.
Palestina
Hasta la Primer Guerra Mundial el territorio de Palestina constituía una
provincia de Turquía. Su población era 70 por ciento árabe y 30 por ciento judía
y cristiana. La relación entre las tres comunidades era buena. Con la derrota de
Turquía en 1918, se creó un mandato de la Liga de las Naciones, bajo la tutela de
Gran Bretaña. Al mismo tiempo los jóvenes sionistas de Inglaterra y Estados
Unidos, presionaban a la opinión pública y a sus gobiernos para que se convirtiera
a Palestina en el estado nacional judío. La respuesta a esto fue la Declaración
Balfour según la cual, el gobierno británico se comprometía a favorecer la
creación del hogar nacional judío y, al mismo tiempo, proteger los intereses de las
comunidades no judías en la región.
Palestina prosperó bajo la protección del mandato inglés y, salvo el motín
en Jaffa en 1921, las relaciones entre los distintos grupos era muy buena y
pacífica.
Hacia 1930 la composición de la población cambió y el equilibrio reinante
hasta ese momento también. Los judíos provenientes de Europa y Norte América
tenían una mejor educación y mayores recursos económicos. Con el tiempo
fueron apropiándose, por medio de la compra, de mayores extensiones de tierra.
Cuando el contexto económico mundial entra en crisis en la década del ’30 por el
quiebre de la Bolsa de Wall Street, la competencia entre la población árabe y
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judía se agudiza. En 1929, 1930 y 1931 tuvieron lugar ataques armados contra
establecimientos judíos, seguidos por asesinatos terroristas.
Con la llegada al poder de Hitler a Alemania y su persecución antisemita,
los cupos de ingreso de inmigrantes judíos a Palestina se acrecentaron. Legal o
ilegalmente llegaron al territorio más de 130.000 inmigrantes.
Desde ese momento el equilibrio étnico se rompe y la convivencia pacífica
desaparece. Poco antes de estallar la Segunda Guerra Mundial, Inglaterra dio a
conocer el llamado “Libro Blanco” (1939). Este era un proyecto del gobierno por
el cual, en el término de diez años, se crearía un estado palestino independiente.
Con un gobierno compartido por árabes y judíos, y la protección a los intereses
vitales de ambos grupos. Sin embargo, el plan fue rechazado por las partes
interesadas. Poco después grupos terroristas de ambos bandos se dedicarían al
saqueo, incendio y asesinato.
Creación del Estado de Israel
En abril de1947 el gobierno británico anunció a las Naciones Unidas que en
un año más daría por finalizado su mandato y abandonaría la zona. El 15 de
mayo de 1948 llegó a su fin el mandato. Ese mismo día un gobierno provisional
judío proclamó el establecimiento de un estado independiente en Israel. Se
efectuaron elecciones para la creación de una Asamblea Nacional Constituyente.
La Constitución emanada de esta Asamblea contemplaba un presidente débil, un
gabinete fuerte y un parlamento poderoso. Era claro que el Gabinete y el
Parlamento serían los verdaderos gobernantes del país. El Gabinete era investido
con la dirección del proceso legislativo y tenía la autoridad ejecutiva. El
Parlamento, Knesset, ejercería un poder legislativo independiente y podría
derribar gabinetes cuando éstos no contaran con su confianza. La Constitución
preveía la representación proporcional, un parlamento unicameral y el sufragio
universal tanto para judíos como para árabes. Un elemento único en el sistema
era la estrecha asociación entre la religión y el estado. El matrimonio y el divorcio
eran colocados bajo la jurisdicción de las cortes religiosas: judía, cristiana o
musulmana.
El Nacionalismo Israelí
El Nacionalismo del Estado de Israel es original en muchas formas. Su
fundamento ideológico es el Sionismo y, por lo tanto, se lo podría clasificar como
un “nacionalismo genealógico” o “de abajo”. De hecho, la ley de ciudadanía que
permite un movimiento inmigratorio importante, es una de las más amplias que
se pueden concebir. Esta ley llamada “Ley de Retorno”, dice en sus artículos más
importantes:
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1) Todo judío tiene derecho a hacer Alia (inmigrar) a Israel.”
“4) a) a) Los derechos de un judío según esta ley y los derechos del Olé
(inmigrante) según la Ley de Ciudadanía (1952), así como los derechos del Ole
según cualquier otra legislación, serán otorgados también al hijo y al nieto de un
judío, a la pareja de un judío, y a la pareja del hijo y nieto de un judío,
exceptuando a quien era judío.”
b) A los fines de esta ley, "judío" es todo aquel nacido de madre judía o
convertido al Judaísmo y que no es miembro de otra religión.” 6
Es este concepto tan flexible de ciudadanía el que ha permitido una
inmigración numerosa y variada. Hoy en día los grupos más importantes que
conforman la población son:
Estos son los principales grupos que conviven en Israel:
•
Askenazíes
Proceden de Europa central y oriental. Hablan yidish (judeoalemán). Son
de tendencia socializante y laicista. Forman la élite del país.
•
Sefardíes
Son descendientes de los judíos que vivieron en la Península Ibérica hasta
que fueron expulsados por los Reyes Católicos en 1942. Proceden sobre todo de
países árabes y del norte de África. Hablan el ladino (judeoespañol). Son muy
religiosos y más radicales que los askenazíes con los que difieren también en
leyes, costumbres y liturgia.
•
Judíos rusos
Son los nuevos inmigrantes, llegados tras el hundimiento de la URSS y
ascienden a casi 1 millón. Comparten con los askenazíes su origen europeo y su
laicismo pero son de ideología conservadora.
•
Judíos etíopes
Unas 75.000 personas. Sufren el racismo de los demás grupos, la política
los ignora y sus jefes tribales no son reconocidos por los rabinos.
6
El texto completo de la Ley está disponible en Internet.
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Estas características inmigratorias han forzado al estado a buscar caminos
de integración y homogeneización, del mismo modo que los “Nacionalismos
Civilistas” o “De arriba”. De todas las medidas que ha debido tomar, ninguna
más exitosa que la del Servicio Militar Obligatorio7.
La población en Israel debe servir en el Ejército a partir de los 18 años, hombres y mujeres-, los varones tres años y las mujeres dos. Finalizado este
período quedan en la reserva del ejército hasta los 51 años los varones y hasta
los 24 las mujeres solteras.
Las función integradora y asimiladora que tiene el servicio militar
obligatorio es conocida. Sin embargo, pocos países la han utilizado de una forma
tan exigente y extendida. El fundamento para esto es la situación de riesgo en la
cual se encuentra el estado de Israel frente a sus vecinos,- y enemigos-, árabes.
Es en este contexto que podemos afirmar que el estado de amenaza
permanente facilita la integración y cohesión interna del país. Sin embargo, un
sentimiento de temor en la población sólo puede mantenerse a largo plazo si es
real. Por eso, la Guerra del ´73 fue beneficiosa para Israel en términos de política
interna.
Toda guerra es en sí misma un fracaso para la humanidad pero nadie
puede dudar que en ciertos momentos de la historia pueden ser ventajosas para
algunos estados. Alemania tal vez no hubiera llegado a unificarse si no hubiera
existido la Guerra Franco-Prusiana. Israel tal vez no hubiera prosperado, a largo
plazo, sin las numerosas guerras que le sucedieron a su creación.
7
Para ver como se ha utilizado el Servicio Militar Obligatorio como instrumento de las
“naciones civilistas” para la homogeneización del país: el caso de Argentina en: CRUSET,
María Eugenia. Nacionalismo e Inmigración. II Taller de Interculturalidad. Santiago de
Chile, 2003.
Sección: Historia
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