PDF - Revista Terral

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EDITORIAL
Estimados lectores de la revista Terral:
El número 9 de la revista Terral aparece con el nuevo año 2013 –año
preñado de malos augurios y pesimistas perspectivas: crisis económica,
desempleo, desahucios, violencia de género, violaciones a los derechos
humanos, guerras…; que no son acontecimientos nuevos, sino que
venimos arrastrando de atrás, desgraciadamente–.
¿Qué hacer ante tal cúmulo de penosas realidades? ¿Cómo editar una
revista literaria y cultural que no permanezca ajena a estos problemas?
En la sección de opinión algunos de nuestros colaboradores, tanto en
verso como en prosa, han mostrado su punto de vista en estos tiempos
convulsos. Y otros seguimos empeñados en que las letras y las artes se
hagan visibles para que la palabra sea un arma de presente y siembra de
futuro.
En las habituales secciones encontraréis conocidos autores y nuevos
creadores: en Teatro, Denis Rafter, actor y director teatral; en la sección
Trazos, la muestra de pintura de nuestro colaborador José Manuel
Velasco, que ilustra la portada de este número con su obra “cambio
climático”; y preciosos relatos, cuentos para los más pequeños, poesía,
trabajos de cine, estudios de flamenco…, que deseo os interesen y os
animen a seguir participando con nuevos trabajos.
El equipo de redacción cuenta, desde este número, con dos personas
más, conocidas por la mayoría: Erena B. Burattini y Ramón Alcaraz
García. Nos alegramos por el apoyo y asesoramiento que nos aportan.
Agradezco la aportación económica que algunos habéis hecho para que
la revista Terral continúe en la red. Igualmente damos las gracias a los
que con vuestro trabajo hacéis posible esta publicación.
Os dejo este correo para los que deseen confirmar su aportación
voluntaria. Después se les facilitarán los datos necesarios para efectuar
el ingreso.
[email protected]
Lola Buendía
Directora de la Revista Terral
www.revistaterral.com
Larga vida a terral, el viento que modela las nubes
Revista Terral N. 9
©Todos los derechos reservados
ISSN 2253-9018
Edición: Lola Buendía López _ Enrique Bodero Moral
Equipo de redacción: Enrique Bodero_Lola
Buendía_Ramón Alcaraz_Erena Burattini
Colaboradores en este número: (Página 1)
Cuadro de portada: José Manuel Velasco
Diseño de portada: Enrique Bodero
Editorial: Lola Buendía López
Cine: Ramón Alcaraz _ José Luis Casado _ Cine club Mas
madera
Opinión: Erena B. Burattini_ Ximo Tejado _Esperanza Liñán
Crítica literaria: Ricardo Guadalupe
Poesía: Teresa Oteo_Silvia Gallego_Rebeca Alvarez
Revista Terral N. 9
©Todos los derechos reservados
ISSN 2253-9018
Colaboradores en este número: (Pagina 2)
Relatos: María Monjas_Inmaculada García Haro_Rafael
Borrás_Maritza Ramirez_Carlos A. Torres_Emy Luna_Teresa
Oteo_ Carla O´Donnell_Esperanza Liñán
Infantil: Mar Solana_Erena B. Burattini
Flamenco: Rafael Silva Martínez
Trazos: José Manuel Velasco
Teatro: Denis Rafter
El viajero: Lola Buendía_Pablo Gutierrez Guy_Pepa J.
Calero_María José Moreno
Diseño digital : Lola Buendía_Carmen Guerrero_M. José
Moreno
Maquetación: Lola Buendía López
Diseño Web: Ana García – 644 26 28 80
CINEXPLICABLE
(Ramón Alcaraz García. www.tallerliterario.net)
¿Sabías que Marlene Dietrich fue el primer mito erótico creado para el cine?
Sin ser una gran belleza, como Greta Garbo, Ingrid Bermang, Rita
Hayworth o Ava Garner…, Marlene Dietrich fue convertida en el primer gran
mito erótico del cine clásico gracias a una elección cuidada de sus papeles,
que se fueron mezclando con hechos de su vida real. A ello contribuyó además
su increíble fotogenia, su mirada, el uso adecuado del maquillaje y el empleo
adecuado de los claroscuros del blanco y negro.
Su nombre completo era Marie Magdalene Dietrich von Losch, y nació en
Berlín en 1901. Quien la lanzó al estrellato fue el director Josef von Sternberg,
en la primera película sonora europea: El Ángel Azul, en donde interpretaba a
una cabaretera; en ella, Marlene fue una de las primeras mujeres que mostraba
a la cámara los muslos descubiertos, lo cual causó un enorme revuelo en los
años 30. Sternberg `fabricó’ para ella el papel de diva, del que no se
desprendería durante el resto de su vida. En sus primeras obras ya
interpretaba papeles de mujer fatal. Su
papel de mujer española resuelta y
desenfadada en El diablo era mujer
motivo la protesta de la II República
Española, que la prohibió en nuestro
país.
Recibió el calificativo de “la mujer de
las piernas perfectas”, que ella aseguró
por un millón de dólares. En su época,
fue la única capaz de hacer sombra a la
‘divina’ Greta Garbo, la gran estrella.
Entre ambas hubo un trato distanciado y
frío, rivalidad que parecía venir de una
relación lésbica que habían mantenido en
su juventud.
En la película Marruecos, su
primera en Hollywood, dejó su famosa
escena luciendo frac y sombrero de copa, en la que además besaba en la boca
a otra mujer. Por esta actuación recibió su única nominación a un premio
Oscar.
En 1937 se nacionalizó norteamericana y se convirtió en un símbolo para
las tropas estadounidenses en el frente. Popularizó en inglés la famosa canción
alemana “Lili Marlene”, que nada tenía que ver con su nombre pero que le vino
muy bien para que la asociaran con ella; un tema que trascendió a las barreras
de la guerra y que conocían y gustaba a los dos bandos.
Entre los años 50 y 70, recorrió los teatros de diversos países con un
espectáculo de cabaret, conservando su imagen de seducción hasta avanzada
edad, ya que se mantuvo en el
escenario hasta ya pasados los 70
años, cuando se rompió una pierna
en escena. Murió plácidamente en
París con 90 años y fue enterrada
en su ciudad natal, en el
cementerio de Berlin-Schöneberg;
tal como fue su deseo tras la
reunificación de Alemania. Una de
sus últimas frases la dirigió a un
amigo: «Lo quisimos todo, y lo
conseguimos, ¿no es verdad?».
Los estadounidenses siempre
la consideraron extranjera, y ante la
falta de interés de su legado y sus
pertenencias, todo fue vendido a la
Cineteca de la Fundación Alemana.
Marlene fue, además, un icono de
la moda, que popularizó el uso
entre las mujeres de los pantalones, entre otros detalles. También se
generalizaron los rumores sobre su vida sentimental y su bisexualidad. Su
leyenda de mujer fatal, enigmática y seductora en el cine se avivó en la
realidad con una lista interminable de amantes.
Lo que más le gustaba a Marlene Dietrich era hacer el amor con hombres
y mujeres, cocinar para sus amantes y tocar la sierra musical. La frase:
"Necesité muchos hombres en mi vida para llamarme Shanghai Lili", es
perfectamente aplicable a ella. Cuando una vez alguien criticó su bisexualidad,
la actriz dijo tajante: "En Berlín importa poco si se es hombre o mujer. Hacemos
el amor con cualquiera que nos parezca atractivo."
Una vez le escribió Ernest Hemingway: "La muerte es algo que a ti no te
concierne, Marlene. Tú eres inmortal".
SESIÓN DE CINE. PASE A CIEGAS
José L. Casado Toro
Dicen que, en esto del cine y la publicidad, está casi todo inventado. Nada más
incierto pues, en el día a día, comprobamos, para nuestra ilusión o desencanto,
nuevas posibilidades a fin de controlar la voluntad de ese público consumidor.
Vayamos, sin la mayor dilación, a esta curiosa historia de la que hemos sido
participantes.
Una poderosa cadena de exhibición cinematográfica oferta, vía on-line,
entradas gratuitas para la proyección, en pre-estreno, de una película. El
reclamo publicitario atiende por la enigmática frase de “PASE A CIEGAS”.
Efectivamente, el espectador sólo conocerá el título de este film, cuando
comience a vídeo-proyectarse en pantalla. Fue en el 12-12-12. Ese miércoles
soleado en diciembre, reúne, en la sala 11 del complejo Yelmo Vialia en
Málaga, a unos 400 asistentes, citados para las 7,30 aunque la proyección no
se inició hasta una hora más tarde. La mayoría de los presentes en la sesión
eran parejas de jóvenes, ya que se facilitaban dos entradas por gestión en
Internet. También había algunas madres que iban acompañadas de sus hijos,
menores de edad. Pero nadie sabía qué película íbamos a presenciar.
El lector de estas líneas se estará preguntando si, aquéllos que asistimos,
intentamos conocer con anterioridad el título de la obra fílmica que, como
regalo sorpresa, íbamos a disfrutar. Por supuesto que muchos lo hicimos. Pero
todos nuestros intentos resultaron baldíos. Porque, ni en la página Web, ni en
la taquilla de los multicines, ni el personal de atención al público, soltaban
prenda alguna o pista indicativa acerca de lo que nos esforzábamos e
interesáramos en conocer. Sólo teníamos en nuestro poder un dato. Se trataba
de un pre-estreno. De ahí que las cábalas indagatorias resultaran ciertamente
jugosas. Cada cual aportaba su opción, débilmente sustentada en la
información que ofrecen las páginas especializadas de cine, en ese mar
inmenso para la vida cultural que es la red de redes.
La espera, como ya se ha comentado, se hizo larga en el tiempo y tensa en la
curiosidad. Un porcentaje sustancial de parejas portaban en sus manos esos
paquetes enormes de palomitas. El menú se completaba con los no menos
grandes recipientes de cartón, llenos de ese atrayente refresco que se
hermana universalmente al maíz suculento, cuando contemplamos una
película. Los precios del “bolsón” de palomitas con la Coca Cola oscilan, en el
ambigú de la entrada, entre 6 y 9 euros. Sí, las dos entradas por participante
eran gratuitas. Pero entre aguas, refrescos y “rosetas blancas” la venta, en
euros, fue de un importante nivel. Hagamos un simple cálculo aritmético. Las
butacas estaban prácticamente ocupadas en su totalidad. Y el número de
compras de esos “menús” cinematográficos era visualmente elevado.
Y tras un anuncio del universal refresco de Cola, con el mensaje explícito de
las palomitas, se inicia la proyección. ¡Al fin el título! LAS SESIONES, dirigida
por Ben Lewin (Polonia, 1946) y protagonizada por John Hawkes (Minnesota,
1959) y Helen Hunt (California,
1963),
cine
independiente
USA, 2012. Se trata de una
comedia dramática sobre la
discapacidad,
con
sendas
nominaciones a los Globos de
Oro para sus dos actores
principales y premiada ya en
Sundance y en San Sebastián.
Ofrece una fase de la vida de
Mark O´Brien, un periodista
que ha de vivir vinculado a un
pulmón de acero, a causa de
un problema de polio en su
infancia (el director de la cinta,
también sufrió esa enfermedad
a los seis años de vida, por lo
que ha de usar muletas de manera permanente). A sus treinta y ocho años,
Mark quiere perder la virginidad, para lo que es ayudado por una terapeuta o
suplente sexual, Cheryl, en un proceso físicamente complicado, dada la
mayoritaria inmovilidad física del paciente (sólo puede mover su cabeza) pero
exitoso en sus resultados. Las escenas de sexo explícito son numerosas,
aunque tratadas con especial delicadeza. El personaje del Padre Brendan
(Willian H. Macy, Miami, 1950) tiene también una significativa y simpática
participación en una historia que habla de superación y fuerza en la voluntad,
ante las tragedias físicas y psicológicas que se presentan aleatoriamente en
nuestras biografías.
Sin duda, muchos de los asistentes a la sorpresiva proyección esperaban otra
película. A los 18 minutos desde la iniciación del metraje, habían abandonado
ya la espaciosa sala 18 personas (28 lo hicieron antes de su finalización). Entre
éstos, hubo algunas madres con sus hijos pequeños. Era más que evidente
que determinadas escenas resultaban inapropiadas para los niños que estaban
presentes ante la inmensa pantalla. El control (o advertencia) que hoy se
realiza, acerca de la asistencia a películas no adecuadas para menores, por
parte de las empresas de exhibición, es absolutamente inexistente. La
responsabilidad de la asistencia o no de los niños a estas películas se deja al
control discrecional de sus progenitores. Por otra parte, dentro de las salas no
hay responsable alguno por parte de las empresas cinematográficas durante la
proyección. Los que, tradicionalmente, llamábamos “acomodadores” ya no
existen. Cuando se apagan las luces, muchos han de usar la luz de sus
móviles, a fin de no rodar por las escaleras de las salas. Sólo vemos al
personal de limpieza que cumple limitadamente su función (por la premura del
tiempo), antes de que comience de nuevo a rodar la película. ¿Se han fijado
como quedan algunos asientos y el propio suelo cuando se encienden la luces,
tras el The End? Es un grave problema de educación cívica, dentro y fuera de
los cines o de otras salas para espectáculos. De todas formas, esta carencia
de control o vigilancia, prácticamente inexistente, es lamentable e injustificable,
especialmente cuando el espectador está pagando un coste significativamente
elevado por su asistencia. De viernes a domingos, o vísperas festivos, 8,40 €
por una entrada de cine, aquí en Málaga.
La experiencia de PASE A CIEGAS resultó interesante, cómo no. Imaginemos
otras modalidades para la ficción. Puedes ir a una librería a comprar un libro
del que sólo conocerás título, autor y contenido, cuando lo abras en la
comodidad de tu hogar o sentado en un banco del parque cuando la primavera
nos sonríe y gratifica. O aquel billete de tren o bus, que te va a llevar a un lugar
“misterioso” cuyo destino sólo sabrás a la llegada. Y en el cine, pues igual. Te
sientas en la butaca y ¡oh sorpresa! ¿Qué me van a poner en “la gran pantalla
de la sábana blanca”? Resulta lúdicamente estimulante esta última posibilidad.
Especialmente, cuando se te ofrece de forma gratuita. Y Ahora sería el
momento de profundizar en el análisis de la película. Pero apenas queda ya
espacio para la misma. He querido centrarme en el contexto social y subliminal
de la experiencia. Fue un miércoles prenavideño, en el mágico idilio del cine,
cuando…
http://www.jlcasadot.blogspot.com/
Programación de invierno
ENERO
10
¿Y SI VIVIMOS TODOS JUNTOS?
Dirección y guion: Stéphane Robelin.
Interpretación: Guy Bedos, Daniel Brühl, Geraldine Chaplin
Francia y Alemania. 2011. 97 min.
En “¿Y si vivimos todos juntos?” conoceremos a Annie, Jean, Claude, Albert y
Jeanne, amigos desde hace más de 40 años. Cuando la memoria falla, el corazón se
descontrola y aparece el fantasma de la residencia de ancianos, pero ellos se rebelan
y deciden irse a vivir juntos. A todas luces, una locura. Pero aunque la falta de espacio
moleste y despierte viejos recuerdos, empieza una genial aventura: compartir casa a
los 75 años.
17
MARTES DESPUES DE NAVIDAD
Dirección: Radu Muntean.
Interpretación: Mimi Branescu, Mirela Oprisor,
Rumania
2010. 99 min
Paul lleva 10 años compartiendo su amor, amistad y complicidad con Adriana, su
mujer. Tienen una simpática hija de 8 años y en general llevan una vida tranquila y
bien avenida en un Bucarest liberal de gente acomodada. Sin embargo, Paul lleva una
doble vida, ya que desde hace seis meses mantiene una relación paralela con Raluca,
la dentista de su hija, de la que está apasionadamente enamorado. Los días de Paul
pasan entre los equilibrios que debe hacer para repartir el tiempo entre su familia y su
amante. Un día lleva a la niña a la consulta dental y por una casualidad se produce un
encuentro entre Raluca y Adriana. Es entonces cuando la realidad cae pesadamente
sobre Paul.
24 TEATRO DE HUMOR
31 MIEL DE NARAJAS
Dirección: Imanol Uribe.
Interpretación: Blanca Suárez, Iban Garate,
España 2012. 101 min.
La historia de “Miel de naranjas” nos traslada a los años 50 en Andalucía. Por aquel
entonces, Enrique y Carmen son una joven pareja de novios. Carmen consigue,
gracias a su tío Eladio, que su novio se quede a prestar el servicio militar en un
juzgado de la ciudad. Enrique, a la vista de las injusticias que presencia cada día, se
da cuenta de que para cambiar el rumbo de las cosas tiene que actuar. Pronto se verá
involucrado en arriesgadas acciones que pondrán en peligro su vida y la de sus
compañeros.
FEBRERO
7 AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO
Dirección: Zhang Yimou.
Interpretación: Zhou Dongyu, Shawn Dou,
China. 2010. 121 min.
“Amor bajo el espino blanco” nos cuenta la historia de Jing, una colegiala ingenua de la
ciudad que debe trasladarse a un remoto pueblo en la montaña para su “reeducación”
durante la Revolución Cultural. Su padre ha sido encarcelado por “derechista” y su
madre lucha para alimentar a sus tres hijos. Jing sabe que tanto su futuro como el
bienestar de su familia dependen de su buen comportamiento en opinión de las
autoridades. Bastaría con un error para arruinar sus vidas.
14
LAS NIEVES DEL KILIMANJARO
Dirección: Robert Guédiguian.
Interpretación: Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin
Francia. 2011
107 min.
A pesar de haberse quedado sin trabajo, Michel es feliz con Marie-Claire. Hace 30
años que se aman. Sus hijos y sus nietos les miman. Tienen muy buenos amigos.
Se enorgullecen de sus luchas políticas y sindicales. Sus conciencias son tan
transparentes como sus miradas. Pero su felicidad se hará pedazos cuando dos
hombres armados y enmascarados les agreden, les arrebatan los anillos de boda y
huyen con las tarjetas de crédito.
21
EL HAVRE
Dirección y guion: Aki Kaurismäki.
Interpretación: André Wilms, Kati Outinen
Finlandia, Francia 2011. 93 min.
Marcel Marx, escritor y conocido bohemio, se ha autoexiliado en la ciudad de El Havre,
donde siente que está más cerca de la gente después de adoptar el honrado —aunque
no muy provechoso— oficio de limpiabotas. Ha enterrado el sueño de convertirse en un
reconocido autor y vive felizmente dentro de un triángulo compuesto por su bar preferido,
su trabajo y su esposa Arletty. Pero el destino provoca que se cruce con un inmigrante
menor de edad llegado del África negra.
MARZO
7
EL IRLANDES
Dirección y guion: John Michael McDonagh.
Interpretación: Brendan Gleeson, Don Cheadle,
Irlanda.
2011.
96 min.
En “El irlandés” conoceremos a Gerry Boyle (Brendan Gleeson), un policía de un
pequeño pueblo irlandés que posee una personalidad conflictiva y un sentido del humor
subversivo. Su madre se está muriendo, si bien ello no le impide disfrutar de su principal
“afición”: las prostitutas. No es de extrañar que, cuando su camino se cruce con el del
agente del FBI Wendell Everett (Don Cheadle), quien quiere capturar a una importante
banda que trafica con drogas, a Boyle le importe bien poco la resolución del caso… al
menos al principio.
14
EL PROFESOR
Dirección: Tony Kaye.
Interpretación: Adrien Brody, Marcia Gay Harden
USA. 2011. 100 min.
En “El profesor (Detachment)”, Adrien Brody interpreta a Henry Bathes, un profesor
que posee un auténtico don para conectar con los alumnos. Pero Henry prefiere
ignorar su talento. Al trabajar como profesor sustituto, nunca permanece bastante
tiempo en un centro como para mantener una relación afectiva con sus alumnos o sus
compañeros. Cuando llega a un instituto donde una frustrada administración ha
conseguido volver totalmente apáticos a los alumnos, Henry no tarda en convertirse en
un ejemplo a seguir para los adolescentes.
21 EL ARTISTA Y LA MODELO
Dirección: Fernando Trueba.
Interpretación: Jean Rochefort, Aida Folch,
España. 2012.
104 min.
“El artista y la modelo” cuenta la historia de un viejo escultor de fama, cansado de la
vida y de la locura de los hombres, que reencuentra, gracias a la llegada de una joven
española escapada de un campo de refugiados, el deseo de volver a trabajar y
esculpir su última obra, en la Francia ocupada de 1943. Mientras trabajan, la modelo y
el artista hablan con sencillez y cercanía de todo lo que les rodea: la vida y la muerte,
la sinrazón de la guerra, la juventud y la vejez, la búsqueda de la belleza en tiempos
de horror, el sentido y la necesidad del arte…
Todas las proyecciones se realizarán en la Casa de la Cultura
de Arroyo de la Miel
a las 21:00h.
Opinión
EL HOMBRE QUE PLANTABA ÁRBOLES
Ximo Tejado
Ya lo escribió un poeta
cubano hace muchos años: Hay
que sembrar un árbol, un ansia,
un sueño, un hijo. Por que la vida
es
eso:
sembrar,
sembrar
y
sembrar.
Elzeard
Bouffier,
el
personaje de este cuento corto
llamado El Hombre que plantaba
árboles, dedicó toda su vida a
plantar
semillas,
a
levantarse
cada día y, a pesar de las
inclemencias del tiempo y de la
vida que le rodeaba, crear un
mundo menos malo. Crear, sin esperar nada a cambio, un mundo menos
cínico, menos cruel y menos absurdo. Qué duda cabe que se trata de un
cuento con moraleja, pero si tengo que explicarla o significarla es que aún
queda mucho camino por leer, ver y escuchar. Podría hablaros de cómo
despertar una conciencia y tal vez, tocando las fibras del arpa, llegar incluso a
zarandearla y privarla de su inconsciencia, pero apenas serían unos segundos
y al cabo volvería a dormirse. Lo verdaderamente difícil, y eso es algo que le
compete a uno mismo, es mantenerla despierta. ¿Qué cómo se hace? No lo
sé. Podría hablaros de las verdades físicas y palpables que rodean nuestro
mundo consumista, de la violencia (en general), del hambre y sus hemisferios,
de la injusticia social y judicial, la desigualdad y la imposición de clases, del
mangoneo político, del paro, del sin sentido común, de los pobrecillos bancos
(los del parque y que no sean de color naranja, claro; por que los otros, en los
que estáis pensando, son unos hijos de su madre). Podría hacerlo. Pero no lo
haré. Pasar hambre no es comer dos horas más tarde de lo habitual; amar al
prójimo no es poseerlo y privarle de su libertad; el que paga no descansa ni
bajo tierra pues aún muerto seguirá pagando y el que cobra, además de cobrar,
se queda con tu casa y con los huevos y el futuro de tus hijos… en fin…De
todo eso que ya sabéis. Podría contaros tantas y tantas cosas que deberían
cambiar, girar o, directamente, erradicar que de poco serviría si primero no
cambiamos nosotros mismos. Esto lo dijo alguien y sería fácil buscarlo en
Internet. Ese es el problema, que todo es demasiado sencillo. Pero no lo voy a
hacer. Voy a luchar por recordarlo aunque no lo consiga.
Al hilo de lo que os hablaba al principio, este cuento, un medio metraje
que podéis encontrar en Youtube, trata de un ermitaño que le dio, al margen de
su labores diarias, por plantar diferentes tipos de semillas a lo largo y ancho del
territorio que rodeaba su casilla y, la verdad, poco más. Una vida sencilla pero
sin banda ancha. Este cuanto para adultos habla de la naturaleza y de los
valores del ser humano (y su naturaleza). Algo que en estos tiempos queda
como muy arcaico, medieval. ¿Valores? Mucho chocolate respondería alguno.
Ganó un Oscar en su categoría en el año ochenta y siete y esta vez acertaron
los de la academia. Pero antes de eso fue un pequeño relato escrito por Jean
Giono, que sabía y era consciente de que la temática no pasaría de moda. En
las ediciones más cercanas a nosotros el prólogo viene a cargo del mismísimo
José Saramago, que también lo sabía.
En media horita de nada lo tenéis visto y es recomendable hasta para el
que no lo es (ciertos políticos, ciertos banqueros y empresarios con garras en
lugar de manos).
Espero que os guste y este año que empieza (me cago en los Mayas)
suponga para todos un año distinto, mejor. ¡Coño, qué no es tan complicado!
Eso sí, hay que despertar ya, beber dosis de cafeína social y mantenerse
despierto.
P.E: Recomiendo, primero leer el cuento y después visitar Youtube y
visionarlo. Y segundo, y esto es opcional, hacérselo llegar al Conde de
Salvatierra (o a su madre) gran amante de la naturaleza y del trabajo bien
hecho, de sol a sol y no remunerado. Gracias.
P.E (2): Pues sigo sin recordar al susodicho que dijo la célebre frase.
Manda huevos. ¿Me habrán privatizado la memoria y ahora tengo que pagar
por recordar?
Sección: Opinión
LA PALABRA EN RETROCESO
Al principio fue el verbo
Erena B. Burattini
Estamos llegando a un nivel de comunicación casi inimaginable (virtual,
claro). Y mientras más se expande y diversifica, más se empobrece nuestro
lenguaje. Cuán lejana me resulta la primera frase de la Biblia que sirve para
reflejar la importancia de la palabra. Sí, nos estamos olvidando del potencial del
pensamiento cuando éste se hace audible.
Ayer me detuve a pensar en la cantidad de tiempo y energía, junto al
dineral que se tiende a gastar para mantener en forma el cuerpo, así como
para borrar las huellas del tiempo. En general, más que el buen funcionamiento
del cuerpo, lo que nos mueve es la misma obsesión de Dorian Grey: la eterna
juventud o, más bien, el narcisismo. Está claro, nos estamos dejando obnubilar
por los mandatos mercantiles.
Del contenido poco nos preocupamos. Nos basta con saber lo suficiente
como para tener acceso a todo eso que se supone debemos consumir. Me
pregunto, ¿y qué pasa con la palabra, esa necesidad humana de comunicarnos
con nuestros semejantes? Es verdad que de pequeños nos iniciamos en el
aprendizaje de uno o más idiomas. Hasta aquí todo muy bien. Solo que
después, mientras sepamos darnos a entender, poco más nos preocupamos, ni
siquiera la sociedad nos empuja a ello. Al contrario, el poder de la palabra
asociada al pensamiento es un arte peligroso.
Estudios de comunicación existen, faltaba más. Solo que en general van
dirigidos a la publicidad, al logro de ciertas metas, en el campo de la política,
etc. ¿Y en el cada día?
Me pregunto, una vez más, ¿qué es lo que nos lleva a perder el interés
por el uso de la palabra en el mejor de los sentidos? Me refiero al acercamiento
hacia el otro, al placer de la conversación, a la transmisión clara de ideas, a
ese intercambio que nos hace más humanos, y por tanto más comprensivos,
más tolerantes, y más… personas.
Por fortuna nos quedan poetas y escritores, e instituciones que
salvaguardan el lenguaje, aunque no parece que sea suficiente.
Ojalá esta burbuja narcisista se pinche pronto (como tantas otras
burbujas), y volvamos a tocar de pies al suelo, con más tiempo y perspectiva
para recuperar el goce y el poder de la palabra.
1
Cuento en clave de crisis
TRAPECIO
RICARDO HERNÁNDEZ DIOSDADO
Tuvo la sensación de que la barra cilíndrica le iba a segar los ojos. Fue
sólo un instante, una milésima de segundo antes de que la aferrara con fuerza
y, dejando a su cuerpo caer hacia adelante, como en el vacío, quedó
suspendido de ella, balanceándose hasta alcanzar el piso seguro de la
plataforma elevada en la que se posó como un ave en una alta rama. Los
aplausos sonaron abajo tal que en la lejanía de un sueño ignoto, de un sueño
de otro.
Desenganchó el nuevo trapecio y lo apretó con sus dedos firmes y
seguros antes de concentrase para iniciar el ejercicio más arriesgado: el triple
salto mortal, que algunas veces, y ésta era una de ellas, realizaba sin red, en
una imposición inicial que el director tuvo que aceptar como condición para
poder anunciar entre sus atracciones la más solicitada por el público, la que
llenaba su circo día tras día y sobre todo aquellos en que la proeza tenía lugar
sin protección como tributo a la morbosidad de las gentes.
La música enmudeció tras un redoble. El silencio se cortaba. Su
abstracción duró el tiempo de un relámpago; al instante arqueó su flexible
cuerpo hacia atrás, tomó impulso y se elevó muy alto hasta rozar la oscura
cúpula entoldada, proyectándose de inmediato en busca del portor, después de
ejecutar, con tal rapidez que casi no podían vislumbrarse, las tres vueltas
preceptivas en el aire denso, casi viscoso por la concentración de tantas
respiraciones ahora contenidas, de tanto aliento vaporoso en el frio navideño
de la fría ciudad continental.
Vio las manos del receptor preparadas como garras para recogerle en su
celérica caída y abrió las suyas para asirlas, para aferrarlas como un náufrago
a su salvador.
Y en ese decisivo y fugaz milisegundo su pensamiento voló lejos, se
distrajo, se evadió, perdió la conciencia del mortal peligro y no logró sino rozar
unos milímetros de piel humana, antes de comenzar a caer de espaldas hacia
el vacio desprotegido, a la espera de que su cuerpo se estrellara contra el duro
suelo.
Entonces pensó, como en un chispazo de su imaginación, si no había
llegado al fin el castigo divino por sus acciones casi perdidas en el olvido, por
su pecado, en el caso de que aquello que hizo en el cercano pasado lo hubiera
sido.
2
……………………………
Curro de la Vega nació en Málaga. Su padre era un pescador de El Palo
al que llamaban Paco el Jabegote, porque de joven había sido marengo. Curro,
hijo único, fue un niño despierto y sano, al que antes de cumplir los diez años, y
por su insistencia, Paco el Jabegote le dejó acompañarle en su barca de
mediano tamaño, que patroneaba durante las noches de pesca junto a sus
hombres en la idílica, no siempre, bahía malacitana. Curro se aficionó y al
menos dos veces por semana participaba en aquella singular aventura
piscatoria, que había iniciado años atrás, apenas con seis, ayudando, con sus
aún escasas fuerzas, a coger el copo, a arrastrar la red en las cálidas
madrugadas de las playas paleñas.
Así transcurrió feliz su primera infancia, truncada a los trece con la
muerte lenta de su madre por un cáncer de mama, que se la llevó en un año
escaso entre el dolor de Paco y el hondo hueco que dejo en el alma de su hijo.
Sin embargo, su habitual alacridad le permitió superar el trance y, no cumplidos
los quince, volvió a ser de nuevo un muchacho despierto, extrovertido y feliz. Y
también al tiempo responsable, obediente, más apegado ahora a su padre por
el consuelo y los cuidados que de él recibía. Inteligente y sagaz, de
constitución fuerte y muy aplicado, era al mismo tiempo desprendido con los
demás, sociable en extremo y muy dado a muestras de generosidad más allá
de lo habitual a su edad.
No era extraño que regalara sus juguetes o los libros en los que había
estudiado a niños que los necesitaban más, en aquellas zonas deprimidas en
que la pobreza hacía serios estragos entre la población. Con la edad esos
regalos se prodigaron y aumentaron en valor, alcanzando no sólo a pequeñas
dádivas, sino a más sustanciosas donaciones: de parte de la pesca recogida y
obsequiada a algunos a los que la penuria no los dejaba ni con qué
alimentarse, y a otros con entregas de su escaso y propio dinero, para ayudar a
familias enteras que vivían en la calle de la caridad pública. Se excedió, o así lo
consideró Paco el Jabegote, quien por esa época ya poseía tres barcos, y con
el que comenzó a tener pequeñas discusiones, que luego fueron tomando el
cariz de disputas y enfrentamientos, a consecuencia de los cuales, a los
dieciocho años, Curro se marchó de casa, embarcándose en un velero escuela
para aprender el oficio de marino.
Durante las travesías por los mares del mundo, pudo alardear de ser un
ágil y diestro marinero, con singular facilidad para subir por los obenques y
escalar las flechaduras sin el menor atisbo de vacilación, como si toda su vida
hubiera practicado esa actividad. “Parece un mono”, decían sus compañeros
cuando lo veían descolgarse por alguna de las jarcias como si fuera un
acróbata, o un equilibrista al correr por las botavaras desafiando la ley de la
gravedad.
Al año y medio regresó a casa de su padre. Paco era ya don Francisco y
su progreso le había llevado a poseer una pequeña flota pesquera, que ahora
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patroneaba desde un despacho en el centro de la ciudad. Allí se incorporó
Curro olvidadas las desavenencias y con el título de piloto. Hizo caso a su
padre y no se embarcó; por el contrario cursó con aprovechamiento estudios
económicos y empresariales, al tiempo que otros de informática, en la que ya
había hecho algunos pinitos en el barco escuela. Tenía un especial don y tres
años después era un experto conocedor de los secretos de un ordenador en
todos los sentidos.
Amistó durante este periodo con el que luego sería su inseparable amigo
Diego Jiménez, afincado en Málaga pero de origen madrileño. Coincidieron en
todo: en caracteres, gustos, aficiones, en su visión de la vida, en sus
inquietudes por las injusticias sociales y hasta en la edad, pues habían nacido
el mismo año con pocos meses de diferencia a favor de Curro. Diego era de
familia burguesa venida a menos económicamente y Curro le ayudó muchas
veces en que pasaba malos momentos, y con frecuencia le invitaba su casa o a
salir para divertirse cuando a Diego no le alcanzaba su modesto peculio. Éste
era también un experto en la informática y asimismo había cursado junto a
Curro estudios de economía.
Las conversaciones entre ambos no tenían desperdicio, y su inteligencia
y preocupación por los problemas sociales les hacia incidir en estos de manera
casi continua; se podía decir que era casi una obsesión para ellos. Curro, ahora
manejando más recursos propios por su sueldo en la empresa y algunos
beneficios adicionales en actividades paralelas que su padre le proporcionaba,
podía atender muchas necesidades de gentes próximas, o no tan próximas, a
su persona o al entorno de su amigo. A éste le hubiera gustado hacer lo
mismo, pero sus limitados recursos no se lo permitían.
—Estoy pensando en afiliarme al partido comunista —le decía Diego un
día a su amigo—. Ya está bien de contemplar sin hacer nada tanta injusticia
social. Es preciso actuar, pero no sé bien si éste es el camino.
—En teoría —contestó Curro —el comunismo proclama la igualdad
social, pero allí donde se ha aplicado y se aplica ha fracasado o lo está
haciendo. Los magnates han sido sustituidos en sus privilegios por los
dirigentes comunistas y las desigualdades han continuado. Acaso haya más
empleo, pero los trabajadores no están motivados, su escasa productividad no
les proporciona satisfacción y sus países no salen del subdesarrollo. La caída
de la URSS y sus satélites ha sido el mejor ejemplo.
—Pues tampoco —aseveraba Diego —la social democracia, de que eras
tan partidario, es la solución. Y ahora, tras una época de logros en España,
parece haberse entregado en manos del capital y cada vez colabora más,
cuando gobierna, a acentuar y ahondar en el capitalismo salvaje importado de
los Estados Unidos y que señorea la Unión Europea. Las crisis se multiplican y
son más frecuentes y profundas. Aquello, que dijo Marx, de que el capitalismo
lleva en sí el germen de su propia destrucción por la acumulación de capital en
menos manos, parece ser cierto. Cada vez hay menos ricos, pero lo son más, y
más pobres y también lo son más. Las clases medias en España tienden a
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desaparecer y la miseria se extiende como mancha de aceite. Últimamente
también te veo muy desanimado del socialismo, con el que coqueteaste.
—Cierto Diego. Estuve a punto de entrar en el partido socialista, pero me
abstuve y ahora no se me ocurriría. Lo mejor, pienso, es mantenerse al margen
de los partidos y así estar libre de criticar cuando y cuanto sea menester. Y
también de actuar en algún sentido si ello es posible.
—¿Y crees que lo será, Curro?
—Esperemos que sí. Veremos si hay algún resquicio por donde hacerlo.
Conversaciones semejantes a ésta se repetían con cierta frecuencia
entre ambos, mientras Curro, con más posibles, continuaba favoreciendo a
aquellos que le rodeaban. Había colocado en la empresa a varios empleados,
entre los conocidos o no tan conocidos, pero ésa era sólo una gota en el mar y
era consciente de ello. Él se ocupaba de la parte informática en la que nunca
quiso entrar Diego, no obstante sus reiterados ofrecimientos, pero su amigo
trabajaba en otra empresa y siempre le dijo que esa faceta la cubría Curro en la
suya tan bien o mejor que él. Su amistad se estrechaba y también sus deseos
de hacer algo y no quedarse con las manos cruzadas ante tanta injusticia.
Cuando se produjo la última crisis, con una recesión que golpeó a todo
el mundo desarrollado y en especial a Europa, con mayor intensidad en los
países mediterráneos, sus conversaciones eran casi cotidianas. Por ese
tiempo, de nuevo Curro se separó de su padre, dejando la empresa tras la
postrera pelea de las que últimamente eran frecuentes. Paco ya no era el
Jabegote y el lucro y el beneficio constituían su prioridad, y por ello no veía con
buenos ojos las prodigalidades de su hijo, que, si bien no ponían en riesgo la
estabilidad de la empresa, sí afectaban en pequeñas dosis a los beneficios, los
cuales, aún así, se mantenían estables y por el momento no estaban muy
disminuidos por la crisis.
A pesar de todo, Curro se fue. Los dos amigos tenían novia, pero no
pensaban casarse de inmediato, así es que Curro, que pronto encontró otro
empleo en la empresa informática de su amigo, marchó a vivir con éste a su
apartamento, compartiendo gastos y dejando un margen para ayudar a otros, lo
que a todas luces seguía siendo insuficiente para calmar su desasosiego por la
situación, que por momentos se agudizaba en el país y era ya claramente
dramática y sin visos de mejorar, a causa de las desacertadas medidas que
tomaban los gobernantes sucesivos, fueran del color que fueran, más
preocupados por los reajustes y el ahorro que por invertir y desarrollar la
economía. El paro era espantoso y el hambre alcanzaba a quienes nunca
habían imaginado padecerla. Y lo peor era que el horizonte estaba negro, lleno
de nubes oscuras, y sin ninguna luz ni una señal de que mejorara, en
lontananza.
—Mientras Alemania siga siendo la que dirija en este sentido la
economía europea no puede haber reactivación en España —aseguraba Curro
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—Y al final le alcanzará a ella misma. Si los demás nos hundimos por
completo, la arrastraremos en la caída. La economía mundial está
interrelacionada y todos en el fondo dependemos de todos, y más aún en
Europa.
—Ya, pero el capitalismo feroz lo dominan los especuladores, los
grandes financieros, las multinacionales, los poderosos banqueros y sus
corifeos: los políticos sean del signo que sean, que les hacen el caldo gordo y
se aprovechan del agua revuelta con corrupciones constantes. Lo han hecho
siempre, tanto en periodos de bonanza como en los malos tiempos. Quizá más
en estos, en los presentes. La justicia hace poco o no hace casi nada; las leyes
son insuficientes para castigar o no se aplican bien, en muchas ocasiones
porque aquella también está corrompida
—Pues habrá que hacer algo al respecto, y pronto ¿No te parece?
A Diego así se lo parecía. Tanto que se reunieron dos veces y trazaron
un plan basado en sus excepcionales capacidades informáticas. Tras un
esbozo previo, le dieron forma en unas horas, pendientes de determinar
objetivos con mayor detalle y tras más amplios estudios.
El resultado se pudo constatar unos meses después:
Un especulador, anónimo como la mayoría, pero no para los dos amigos
capaces de entrar en los sistemas informáticos de cualquier persona o entidad,
vio desaparecer varios cientos de millones de euros de su cuenta en un paraíso
fiscal, los cuales se perdieron en un entramado de sociedades que Curro y
Diego habían creado con ayuda de ciertos colaboradores, que desconocían el
origen de todo aquello y tan sólo eran sabedores de parte de la maraña
empresarial, pero no de donde procedían los medios. No trascendió, mas
pronto empresas radicadas en países extranjeros invirtieron en España en
sectores a los que no afectaba la crisis, y fueron recibidos con los brazos
abiertos por las autoridades municipales, autonómicas y centrales, porque con
su inversión hacían disminuir el paro. Al tiempo, diversas organizaciones
españolas no gubernamentales y otras religiosas, que atendían a
menesterosos sin hogar ni medios, fueron recibiendo donaciones anónimas
cuantiosas. El suceso inicial no fue conocido más que por el afectado, que no
quiso denunciar un hecho que lo hubiera llevado a la cárcel por evasión de
impuestos y exportación fraudulenta de capitales.
Tras ésta siguieron otras distracciones de numerario, en paraísos
fiscales, de financieros, traficantes de drogas o armas y políticos corruptos, que
tampoco pudieron denunciar. Pero comenzaron a trascender los hechos, pues
los dos amigos se encargaron de filtrar, anónimamente, algo a la prensa, de
momento como rumores sin confirmar, pero acompañados de datos fidedignos
de otras cuentas y personas, que los periodistas investigaron y consiguieron
sacar a la luz, llevando a varios políticos, traficantes y banqueros ante los
tribunales.
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Llegaron a detraer dinero de las cuentas de varios bancos, entre los más
significativos del país, que se vieron comprometidos ante sus corruptos
clientes, quienes desde luego lo eran y de eso se cuidaban mucho Curro y
Diego. Eso sí trascendió y, entre las entidades bancarias, las aseguradoras y
los clientes desposeídos, se organizó un buen rifirrafe, del que la prensa se
hizo sonoro eco, con repercusiones de toda índole y comentarios para todos
los gustos. Los periódicos y los políticos, de puertas afuera, condenaron el
hecho, pero en los corrillos del Congreso y en otras instituciones hubo más de
uno que aplaudió. Y desde luego entre la opinión pública la mayoría a favor fue
amplísima cuando se hicieron encuestas. Aquello las gentes afectadas por la
crisis lo consideraron un hecho insólito y muy bien recibido. Ahora todos los
sucesos interiores y exteriores, no sus consecuencias ni su monto de muchos
miles de millones en euros o dólares ni el entramado empresarial que seguía
siendo secreto, fue saliendo a la media luz y las gentes, ignorantes de quién o
quiénes eran los autores, los compararon con Robin Hood, Curro Jiménez o El
Coyote, entre otros.
—¿Te has fijado —le decía un amigo al otro —que por casualidad, tal
vez no tan casual, nuestros nombres y apellidos, Curro y Diego y de la Vega y
Jiménez, están cruzados con los de Curro Jiménez y Diego de la Vega (El
Coyote)? Singular y curioso, ¿no?
Curioso o no, el hecho fue que aquellos sucesos siguieron prodigándose
durante dos años más, al cabo de los cuales no se habían solucionado el paro
y el hambre, pero se había paliado el primero en varios puntos, con sus
inversiones en empresas de variados sectores y su efecto multiplicador sobre
la economía, y mitigado casi por entero la segunda con ayudas de todo tipo, a
las que llegaba parte de los beneficios de esas empresas, menos lo normal
para invertir de nuevo en otras, pero quedándose sus autores sólo con lo
imprescindible para su gastos normales. No obstante, ambos coincidían en que
la caridad no era la solución. Se inclinaban por la justicia social como medio de
combatir la crisis y las desigualdades. También estaban de acuerdo en que el
capitalismo, tal como era ya entendido, debería desaparecer.
—Hay quien confunde —decía Diego, ante la aquiescencia de Curro —
capitalismo y democracia, y no es lo mismo. Es más, la democracia, como
gobierno del pueblo, está reñida con el capitalismo salvaje. El pueblo no está
de acuerdo con él. Se lo imponen y le engañan los políticos elección tras
elección, en las que la participación ciudadana, con los sistemas electorales de
listas cerradas, está tan prostituida que no resulta representativa más que de la
voluntad y el amiguismo, o clientelismo, de los partidos. Pero en esto no sé si
podemos hacer algo. Quizá podamos intentarlo.
Y lo intentaron, pero no lo consiguieron. “Tanto va el cántaro al
fuente…”, dice el refrán. Y el cántaro se rompió, o al menos se quebró en parte.
Alguien del entorno cercano les traicionó, no tal vez por dinero, acaso por
envidia, quizá a cambio de algún favor. O bien las investigaciones de toda
índole, que el gobierno tenía en marcha, dieron algún fruto.
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Un día fue registrado uno de los diversos locales alquilados en que
efectuaban su labor los amigos. Apenas lograron encontrar nada en los
ordenadores, pues ellos tenían otros locales y otros aparatos, y la mayor parte
de la información la guardaban en discos exteriores y pendrives, a salvo en
cajas privadas de aquellos mismos bancos de los que descargaban en
ocasiones alguna cuenta. Parecía un regodeo.
Sin embargo, fue un toque de atención y algo más, pues, en el progreso
de las pesquisas, otros detalles se descubrieron. No el entramado de
empresas, ni claramente sus nombres, pero sí lo suficiente para que ambos
decidieran dar por terminado el asunto: no extraer más dinero de ninguna
cuenta y continuar con la maraña de sociedades en diferentes países,
prosiguiendo con el funcionamiento de las diversas empresas, cuyos beneficios
seguían siendo sistemáticamente distribuidos, lo mismo que antes al final de la
cadena, por ambos amigos, entre la gente que lo precisaba y también
invirtiendo en nuevas actividades empresariales. Pero ellos determinaron
desaparecer y esconderse. Diego prefirió retirarse, con pasaporte falsificado, a
un país sin extradición de Sudamérica. Curro no quiso abandonar España,
cambió ligeramente de aspecto y obtuvo documentación nueva, cosa nada
difícil con los recursos de que disponían.
Le llegaron entonces alarmantes noticias: era posible que su identidad
anterior fuera descubierta; había sido previsor. Pero el laberinto de sociedades
era tan perfecto que resultaba indetectable y podía proseguir, pues en la lejanía
y el anonimato uno u otro lo controlaban.
Para mejor ocultarse, y tal vez por afán de aventura y probar cosas
nuevas, Curro consiguió que uno de los mejores trapecistas del mundo, ya
retirado por edad, le enseñara el oficio para el que tenía especial
predisposición desde su época de marinero, y así logró en poco tiempo
hacerse un nombre – el Cóndor se llamaba en el mundo circense- que se fue
prestigiando hasta ser considerado como el más hábil y arriesgado del
momento.
………………………………
Y ahora, mientras caía de espaldas desde lo alto de la carpa de aquel
circo de provincias, Curro –el Cóndor- pudo alcanzar a pensar que no se
arrepentía de nada, que aquellos hechos, por algunos humanos calificados de
delitos, si es que lo fueron, no los consideraba pecados y sí una forma de
justicia social, quizá sui generis, tal vez limitada, pero ciertamente positiva. No,
no se arrepentía ni tenía que pedir perdón a Dios por ello. Él le juzgaría y por
tanto estaba tranquilo e iba a morir en paz.
………………………………..
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El aliento contenido de cientos de personas y el silencio absoluto ante la
inminente tragedia deviene instantáneamente en un casi mudo susurro o
asombro de incredulidad. Bajo el cuerpo, casi a punto de tocar el suelo, del
trapecista, aparece, como salida de la nada, una espesa malla o red
entrelazada de filamentos o hilos de oro, o tal semejan, mientras una música
que parece provenir desde las alturas –la orquesta está tan atenta al suceso
como el público- desgrana los acordes del Aleluya de Häendel. Al lado del
trenzado, que ahora soporta indemne y en posición tumbada al trapecista, unas
aves bellísimas y exóticas lo transportan suavemente, como si descansara en
la alfombra mágica de una fantástica escena oriental, y se lo llevan fuera de la
pista por la amplia puerta de artistas hacia el interior.
Poco a poco se quiebra el silencio y menudean los murmullos, los
comentarios sotto voce, nadie alza la voz, no hay gritos ni expresiones
estentóreas. El estupor es total entre los asombrados espectadores, que no
saben bien si han asistido a un truco extraordinario del ilusionista, que actuara
antes con números muy manidos y nada espectaculares, o lo que han
presenciado es un milagro, como si aquella función, que terminaba así, fuera
más bien la escenificación de un cuento de Navidad, en que el protagonista
principal había sido el impar artista del trapecio al que todos conocían como el
Cóndor y nadie como Curro de la Vega.
Sección: Crítica Literaria
El jinete polaco, de Antonio Muñoz Molina
Ricardo Guadalupe
¿Cómo alguien que escribe tan abrumadoramente bien puede llegar a resultar
aburrido? Esta es pregunta que me he estado haciendo mientras leía la novela.
Porque si escogiéramos al azar cualquiera de sus páginas, nos encontraríamos
la mayoría de las veces con textos de una calidad literaria formidable, por la
habilidad del autor para manejar el lenguaje, por su indudable conocimiento del
mismo y por la precisión artesana con la que describe personajes, situaciones y
el alma de vivencias en las que consigue que nos reconozcamos aún sin haber
vivido el lector algo parecido.
Pero como ya adelantaba con mi pregunta al inicio, esas páginas escogidas de
forma aislada no serían más que un espejismo. A una novela se le pide que
haya un hilo que tense y dé forma y cohesión a ese conjunto de islas que son
las páginas, por algo éstas van cosidas una detrás de otra. En El jinete polaco
es como si un costurero hubiera juntado todo aquello que le llegaba a las
manos mientras miraba distraído la televisión.
Carece de ganchos que promuevan la intriga en el que lee. Las idas y venidas
en el espacio temporal de la historia, volviendo a temas ya tratados, tampoco
favorecen la tensión narrativa, más bien transmiten la sensación de que no se
avanza, y esto en una novela que en su edición de bolsillo tiene 608 páginas se
puede hacer especialmente pesado.
Y fijaos que el argumento no tiene mala pinta, todo lo contrario, presenta la
evolución de un personaje desde su nacimiento hasta la edad adulta. Teniendo
en cuenta que tal personaje está fuertemente inspirado en el propio Antonio
Muñoz Molina, el interés de dicho argumento resulta notable. Reconozco mi
debilidad por las historias pseudoautobiográficas, sobre todo si son de
escritores.
En concreto, el alter ego de Muñoz Molina toma el nombre de Manuel, aunque
no es escritor sino traductor. Por tanto el autor no nos va a hablar de su
despertar literario y de su posterior oficio de escritor, lo va a hacer de sus
orígenes y de su tierra natal, se va a tratar principalmente de un relato familiar.
A Úbeda, ciudad de donde es natural Muñoz Molina, la va a llamar Mágina. Por
ahí deambularán desde el bisabuelo de Manuel hasta él mismo, pasando por
padres y abuelos. La primera de las tres partes de la novela, de unas
doscientas páginas cada una, está dedicada a sus ascendientes. Una saga
familiar que por el modo en que está contada, con vicisitudes propias del
realismo mágico, pareciera que tuviera como modelo a la saga de la novela
Cien años de soledad, en un intento de convertir así a Mágina en la versión
patria de Macondo. Mucho me temo que se queda muy lejos. Su relato se
acerca más al territorio de lo que popularmente se conoce como “los cuentos
de la abuela”. Y casi consigue el mismo efecto, que nos durmamos.
El primer punto de inflexión será el nacimiento de Manuel, de cuya
adolescencia se va a ocupar la segunda parte del libro. Mención especial
merece la descripción de su parto, violenta, desagradable y sucia, de lo
mejorcito del libro, de veras. De hecho hay otro parto más adelante en el que
de nuevo el autor va a demostrar su talento para describir de forma descarnada
este tipo de acontecimiento. Otros clímax literarios son el retrato que hace de la
gélida relación amorosa de sus padres, para lo cual además de talento hace
falta valentía, y las páginas que cuentan el descubrimiento del mundo a través
de sus ojos de niño.
La voz narradora es la de Manuel, que hace memoria de su pasado junto a su
amante, de nombre Nadia. Puede que el principal problema de la novela sea
que relata un espacio temporal demasiado amplio y con demasiados
personajes. La historia se centra en un pasado que parece que nunca llega a
ser presente. En cambio el narrador es más presente que pasado. Es decir, lo
que cuenta ya pasó, no lo está viviendo. Y de algún modo el que lo lee
tampoco.
Apenas comenzada la tercera parte, en la que toma protagonismo la relación
con Nadia, el estilo narrativo da un vuelco muy favorable. Se impone el tiempo
presente, de manera sostenida. Y gana en modernidad, algo que se echaba en
falta en la prosa de la novela hasta ese momento. Igual que se echaba en falta
el humor o la ironía. O al menos un humor e ironía modernos. Lástima que este
cambio de registro no dure hasta el final. La narración no tarda en volver por
sus fueros, a su cansino vaivén entre presente y pasado sin dirección ni
sentido.
A veces uno tiene la sensación de que en El jinete polaco no se piensa en el
lector. En mayor medida al principio del libro, donde ni siquiera se cuida el ritmo
de las frases, que se suceden sin prácticamente puntos, inundando de palabras
los párrafos como el que se deja un grifo abierto.
Y no estoy poniendo en duda la categoría de Muñoz Molina, quien ganó por
esta novela el Premio Nacional de Narrativa, además del Premio Planeta. Su
capacidad frente al papel es portentosa, se diría que nació para escribir.
Simplemente sigo buscando respuestas a la pregunta del inicio. La novela no
acaba de funcionar. Seguramente su extensión es tan excesiva como
innecesaria. Y a los problemas ya apuntados habría que sumar la escasa o
nula presencia de lirismo. La redacción es de corte netamente realista. No
facilita ese espacio paralelo a la historia que a tantos lectores nos gusta crear y
sobrevolar a partir, por ejemplo, de una metáfora.
El jinete polaco pone fin a sus páginas con una bonita declaración de amor de
Manuel a Nadia. Quizás un último intento por conquistarnos. Sin embargo,
como el jinete de la pintura de Rembrandt de la que el libro toma su título, será
mejor partir y abrir nuevos caminos.
Crítica literaria
La luz es más antigua que el amor
Manuel Martín Miras
Nos encontramos en Sansepolcro, en la Toscana
italiana, en el año 1420 y nace Piero di Benedetto
de Franceschi, al que el primer historiador de arte
italiano, Vasari, lo cita en 1550 como Piero della
Francesca. Desde entonces este será el nombre
por el que el pintor renacentista será conocido en
los ámbitos artísticos.
Olvidado durante mucho tiempo y recuperado en el
s. XX, Piero della Francesca fue un pintor que
proporciono una nueva orientación en la búsqueda
del lenguaje clásico en cuanto a proporción y
simetría y le dio un enfoque propio a la
representación de figuras, donde el tratamiento de
la luz es capaz de dar continuidad a las figuras y
vida a las transparencias con que viste a sus personajes.
No es casualidad que el castillo de esta ciudad, le sirva a Ricardo Menéndez
Salmon de nexo de unión para articular su obra “La luz es más antigua que el
amor” (2010). En ella nos traza episodios claves de la vida de tres pintores de
distintas épocas, dos inventados (Adriano de Robertis y Vsevolod Semiasin) y
uno real (Mark Rothko), que en distintos momentos y circunstancias visitan o
viven en el castillo y se ven atrapados por sensaciones que alteran su vida y su
pintura.
Considerado por él mismo como un escritor de obsesiones y después de haber
publicado la llamada “Trilogía del mal” (La ofensa, Derrumbe y El corrector), en
esta novela –ensayo Menéndez Salmon nos presenta un autentico tratado de
estética, donde la visión de tres pintores en la búsqueda de la belleza y el
amor, le permite tratar sobre la pureza del arte y su contaminación por el mal,
y la autonomía de las obras artísticas frente a normas y poderes externos.
Sigue a M. Foucault cuando nos dice que la locura es una categoría inventada
por la sociedad burguesa para tener vigilados a los que ponen en peligro sus
prerrogativas y la relaciona con la capacidad del creador, que modifica la
realidad, preservando un resplandor de esperanza para la condición humana. Y
esa es el término donde se consumen los tres pintores protagonistas, la locura
y el suicidio, y la imposibilidad de reflejar en sus lienzos la realidad.
La luz es más antigua que el amor (lux antiquior amore) es el tema de la
redacción escolar que al narrador (en todo momento alter ego de Menéndez
Salmon) le permite adentrarse en el mundo de la literatura y que le lleva, junto
con algunas referencias reales, propias de la autoficcion anticipativa, a recibir
el premio nobel en 2040.
A lo largo del libro la evolución estética queda en evidencia cuando de las
normas y las reglas se pasa la gusto subjetivo donde todo vale ( no solo la
belleza sino además la fealdad) y solo queda la mirada del espectador que es
el que dirimirá la validad de la obra de arte.
La construcción de la novela es fragmentaria y difusa al principio, con episodios
que se superponen pero que se van ensamblando conforme el narrador nos
describe su experiencia creadora (la gestación de su propia obra). A destacar
la riqueza lingüística y estilística puesta al servicio de la inmersión estética que
realiza el libro.
Poesía
CUANDO ACABE TODO
Teresa oteo
Cuando acabe todo lo que conocemos,
y el todo sea la nada perdida en la nada,
la soledad disuelta en cenizas,
el vacío intangible de la no existencia.
Cuando ya no tenga sentido la vida,
ni el poder, ni el más fuerte, ni el futuro, ni el éxito.
Y nos quede tan solo un instante fugaz
en el que aferrarnos a lo que más queremos
y apretarlo tan fuerte contra nuestro pecho
que apenas quede espacio para ese frío suspiro
que nos arranca el alma y hace dulce la muerte.
Cuando acabe todo lo que conocemos,
Quedaremos tú y yo para siempre
y un amor eterno.
Poesía
Silvia gallego
Teclea mi piel con asteriscos.
¡No imprimas tu dolor!
Que tu mensaje de texto
Déjalo atrapado en el Word,
sea voz en mi hueco.
que no cobre vida.
Que tu número anuncie
Ni http:// ni 3Ws.
besos de almohadilla.
No des a tu angustia
La web hoy se hace cómplice
formato .jpg o .ppt
en la línea que te busca.
Este final repetido
Adivinas mi textura
te anuba y te llueve.
con tu escáner.
La sonrisa pasó a mueca.
Si aparezco en tu pantalla,
no cierres la ventana que SOY.
El cosquilleo a vacío.
Poesía
Brindis
Rebeca Álvarez Casal del Rey
Mi juguetito rosa es un muñón,
no podría entregarse
aunque quisiera. No puede amar
(y no solo de ser de plástico
viene su incompletud).
Pero tú estás vivo. Me ofreces
tus órganos, los que palpitan. Todos.
Nunca ofreces solo un trozo-península de ti.
Déjame acariciar la víscera que mueve tu sangre,
vulnerable eres tan hermoso que casi da vértigo.
Ofréceme
corazón y sexo a un tiempo. Dame
a beber tu sangre más blanca.
Entrégate
sin rendirte. Mis dos muñecas
caben en tu mano;
esposada a tu cuerpo me excitan
tu fuerza y tu estatura.
Ofrécete, ven. Entra.
Labios-dientes-paladar-garganta.
En el papel yo doy las órdenes,
pero tuyo es el cetro en este tálamo
(y nuestros goces son tan complementarios
que colman todas las copas de mi cuerpo).
Relato
Cada noche
María Monjas, Madrid a 28 de noviembre de 2012
El día de la Amistad en Bolivia, 23 de julio, es un día realmente especial.
Este año organizamos un encuentro en la casa de acogida de mujeres, el
Pahuichi, al que se unieron muchas chicas con ganas de compartir y pasarlo
bien. Uno de los juegos que preparamos consistía en una serie de preguntas
que debían responder casi sin pensar, con las que tratábamos de conocerlas y
que se conocieran un poco más entre ellas. La tercera cuestión proponía lo
siguiente: “Elige entre la luna y las estrellas”. Una por una fueron respondiendo
a esta pregunta; y una por una, todas y cada una de ellas eligieron las estrellas.
Podría parecer un detalle sin importancia, pero a mí, que soy lunática por
naturaleza, me extrañó tan grande coincidencia. Aún más cuando la luna, allá,
en el hemisferio sur, dibuja una bonita forma de
sonrisa.
Ahora que he vuelto a Madrid, ahora que el
tiempo se traga las horas, que los paseos son de
asfalto y el éxito de las pequeñas cosas se
pospone para después, a veces intento mirar al
cielo para recuperar un poco de frescura y azul;
pero casi siempre es éste un cielo plomizo y gris
que se esconde entre la contaminación y los malos
humos. Regresan de golpe pedazos de Santa
Cruz, instantáneas y momentos guardados en la libreta de las emociones y es
entonces cuando comprendo por qué las chicas eligieron las estrellas…
Aquellos días de julio, cuando regresaba de la ciudad a la casa del
voluntariado en Mi Rancho, con el pelo lleno de polvo de arena y el corazón
fatigado de sorpresas, siempre salía a recibirme un pacífico mar de estrellas.
Pequeñas estrellas rutilantes, estrellas que chispeaban secretos al oído,
estrellas que improvisaban una canción de cuna para niñas grandes, estrellas
que se posaban sobre los toborochis, que se ordenaban costurando el cielo de
patujús y tiluchis, estrellas que relampagueaban como pequeños curucusís,
saltando de sueño en sueño, estrellas cómplices, amigas, traviesas, sencillas,
valientes, atrevidas.
Estrellas que acompañan, que iluminan los caminos tortuosos, los
lugares sombríos, que están ahí, que no se van, que repiten butaca en el cielo,
que son las mismas y diferentes cada vez, que lo llenan todo, que lo alumbran
todo, que regresan cada noche (la luna debería tomar nota), para brindar a las
chicas una nueva luz cargada de amistad y de esperanza.
“Háblame de la lluvia” es su primer poemario.
Relato
EL OBJETIVO
Inmaculada García Haro
Cuando aquella modelo de expresión hermética entró en la sala supo al
instante que sería imposible el más mínimo atisbo de relación con ella, lo que
no menoscabó la enorme atracción que sintió al verla sino todo lo contrario.
Haciendo gala de su profesionalidad, Laura Higgins,
se desenvolvía con total naturalidad bajo los focos,
iluminadores y fotógrafos. Para ella todos eran
instrumentos de su profesión, incluso el gato que se
utilizó para la sesión; lo manejaba con un mimo
especial al que el animal se rendía sin reservas.
Por eso en aquella campaña publicitaria que
realizaban para una cotizada marca de ropa de
abrigo tomó más fotos de las habituales y en casa las observaba durante
horas. Pero hubo una imagen que le atraía más que otras. No sabía por qué.
Tal vez fuese por el insinuante escote arropado por pieles de astracán que se
confundía con su oscura melena y con el pequeño felino. Sobre aquella
oscuridad destacaban los glaucos ojos del gato.
Tal fue su obsesión con aquella foto que llegó a ampliarla en numerosos
formatos hasta casi forrar las paredes de su estudio. Sumergido entre aquellas
imágenes se sentía arropado por una sensualidad casi lasciva. Paulatinamente
su carácter cambió. Sus compañeros de trabajo se extrañaban de la forma tan
compulsiva con la que usaba su cámara y la rapidez con la que se despedía.
En aquel estado permaneció durante meses. Perdió la noción del tiempo
hasta que un día supo que no podría tener las fotografías allí por más tiempo.
La policía andaba haciendo preguntas. Las destruyó todas menos una copia
en cartón pluma a tamaño natural que quiso esconder.
No supo cuánto tiempo tardó en llegar allí. Con la foto envuelta
torpemente en una manta atravesó las calles. Salió a las afueras y se adentró
en el bosque hasta encontrar el camino que le condujo a las ruinas de la
antigua abadía. Empujó la puerta de la iglesia, en el interior del recinto, y no
tuvo dificultad para entrar. Bajó las escaleras mientras reconocía el olor a moho
que subía por sus pies y accedió a la cripta sin ninguna dificultad.
Sintió un escalofrío al penetrar hacia el interior del habitáculo. Apoyó la
imagen sobre el muro desnudo y la despojó del sudario. La luna llena le
permitió observarla por última vez. Pero algo faltaba en la foto. Al principio no
sabía qué era hasta que cayó en la cuenta de que el gato ya no estaba allí. En
ese momento oyó un movimiento en el aire. Supo que era él que de un salto se
colocó junto al arco ojival que daba entrada a aquel conjunto mortuorio. Le miró
desafiante y rápidamente desapareció.
Marck, aterrorizado, ocultó su rostro con las manos al tomar conciencia
de su extraño hechizo. Recordó todas las modelos que había fotografiado
durante ese tiempo dudando si estarían también allí. Su cámara se convirtió en
un arma muy peligrosa desde que fotografió aquel gato.
Relato
LA PISTOLA
Rafael Borrás
Tal vez el último disparo que salió de su cañón lo hiciera nada menos que a
la altura de 1938. Una pistola Browning del 7,65. Estuvo sin ver el sol más de cuatro
décadas; dormía el sueño de los cachivaches inútiles desde que mi madre la heredó,
guardándola después en la casa de labranza de mis abuelos, allá por los años
sesenta del siglo pasado. Antes, mi padre la había llevado a inutilizar, un armero le
extrajo no sé qué pieza y finalmente quedó relegada al fondo de un armario de pared
en el patio cubierto del corral, junto con algunos otros retales de la nostalgia: una
biblioteca obsoleta de libros y enciclopedias mohosos, los sombreros de fiesta de mi
bisabuela, las llantas para cocer madalenas y tortas, las espuelas de mi tío Arturo el
caballista, unos juegos de mantelerías portuguesas, un par de cajas con fotos de
bordes ondulados y el arsenal de aparejos para ganado de tiro.
Después de muchos años mi octogenaria madre me sorprendió un día
pidiéndome que la conservara yo, como heredero de pleno derecho, puesto que soy
el mayor de los nietos. La tenía guardada en una bolsa de terciopelo marrón y me la
enseñó como quien muestra un diamante que ha sacado de la caja de caudales. La
miré con reserva antes de tomarla, apenas la recordaba y jamás me han interesado
las armas de fuego, ni siquiera en las películas del Séptimo de Caballería. Me llamó
la atención su peso para un objeto tan reducido. Según la versión -llamémosle
benigna- de cuando mis primos y yo éramos unos críos, la pistola la encontró en
medio del monte mi abuelo, recién terminada la guerra civil, cuando caminaba
escopeta en ristre detrás de las perdices. Un razonamiento realista y adulto nos
conduciría
a
una
interpretación
más
acorde
con
aquellas
circunstancias
tormentosas, crueles y beligerantes, en los que poseer un arma para defenderse
podía significar la frontera entre vivir o morir. Fue ésta una conclusión a la que llegué
por casualidad no hace demasiado tiempo.
En el momento de sopesarla, el tacto con el mango diminuto me puso la carne
de gallina y la cabeza bordeando el vértigo. Una superficie rasposa y fría, de acero
1
desgastado y algo corroído, con el número de serie casi ilegible; en la culata un
cargador con capacidad teórica para matar a diez personas. Un fantasma enano de
metal en el que acaso latieran episodios de dolor y amarguras. Un objeto sobrio y
rudo que representaba una minúscula fracción de la historia de insensateces
humanas. No obstante, como no quise eludir mis responsabilidades dinásticas, y mi
madre, a su edad, no entendía de remilgos, me hice cargo de su custodia. Si bien
acogiéndome luego a una solución salomónica. Para cumplir con mis antepasados, y
con el pleno convencimiento de que a mis descendientes directos el asunto les iba a
rebotar –para mis hijos la guerra civil española es un asunto de cariz prehistórico,
preocupante sólo como posible pregunta de examen-, una mañana de invierno di
sepultura a la pistola en una sencilla ceremonia sin testigos, discursos ni
pesadumbres. Sin un solo remordimiento. Dentro de la bolsa de terciopelo a modo
de sudario, bajo un grupo de eucaliptos que crecen a unos metros de mi casa. Como
no he dejado cartografía de su ubicación, esperaré a que se me olvide dónde la
enterré exactamente o a que el óxido la corroa del todo.
Ha sido mi humilde tributo a la convivencia de las dos Españas. Que buena falta
nos haría alcanzarla, y de una maldita vez por todas. Me temo que no bastará como
remedio a tanta monserga política como nos inunda, pero al menos a mí, como
consuelo, me sirvió. Estoy convencido de que las ideologías, como las patrias, en
realidad no existen, son un invento. Lo único que existe son los lugares donde
hemos sido felices. Como el corral de mis abuelos; por el que reímos, jugamos y
corrimos, tan cerca y sin saberlo, de un objeto que simbolizaba la desgracia.
2
Sección relatos
Amor en píxeles
Maritza Ramirez Suarez
Durante meses me dediqué con esmero a entregarle un poco de afecto,
sería injusto, me dije, desperdiciar todo ese amor que aún guardaba en mi. Su
abandono y sus nuevas aventuras, me tenían sin cuidado. Lo más difícil fue
hallar la foto exacta, pero luego de revisar las casi trescientas publicadas en su
Facebook, di con ella. Era perfecta. Con el cursor agrandé el tamaño para que
cubriera cada milímetro de la pantalla y me pregunté entonces con un poco de
envidia de cuantos píxeles sería la cámara. Por fin su rostro de tamaño natural
estaba conmigo y sin derecho a fuga. El ritual duraba algunas horas de la
noche, primero yo acercaba mi cara al computador y me quedaba allí, mejilla
con mejilla por unos minutos; él sintiendo mi piel ardiente de deseos y yo, la
fría pantalla. Recuerdo que me miró con un poco de inquietud, siempre fue muy
desconfiado. Ahora tengo claro que comenzó a temer, pero entonces no reparé
en su esquiva mirada. El rito continuaba con la yema de mis dedos acariciando
las líneas que nacían cerca de sus ojos y se perdían en la zona de las sienes.
A menudo mis dedos tropezaban con las marcas de esa peste cristal que tuvo
a los cinco años, entonces yo contaba cada huella, tal como hacía cuando
estábamos juntos. Los tres cráteres diminutos, dispuestos a morir con él,
seguían en su lugar. Por el comentario de un amigo supe que la fotografía era
del último verano en Buzios. De seguro tomada los primeros días, no había
rastros de sol ni arena en esa piel clara. Qué poco había cambiado desde
nuestro último encuentro, y al recordar su bello rostro sobre mi almohada,
unas lágrimas porfiadas caían de mis ojos y mojaban el teclado. Pero mis
manos, ávidas por retenerlo un poco más, continuaban su recorrido. En las
noches siguientes, descubrí una incipiente espinilla en la parte izquierda de su
frente; él las odiaba, y hasta reparé en un pelito desprolijo asomado por una
de sus narinas, que me incitó a buscar unas tijeritas y cortarlo, pero nunca
llegué a tanto. Otras veces masajeaba su cabello, le acomodaba la polera, lo
peinaba con las manos y le recomendaba la mejor hora para tomar el sol.
Discutíamos hasta la madrugada sobre bossa nova. Así nos pasamos el otoño:
yo frente y él dentro del computador, mientras sus ojos me miraban resignados,
hasta que hurgando en su Facebook lo supe. Una depresión lo tenía al borde
del colapso: el hombre bello y vanidoso se debatía entre la fatalidad y el
asombro, recorriendo todo Santiago, de clínica en clínica, de dermatólogo en
dermatólogo, gastando fortunas, por una psoriasis aterradora que lo mantenía
con el rostro cubierto de eczemas, escamado y con unas llagas que se abrían,
sin dar con ningún tratamiento que sirviera.
Me pregunté entonces, qué oscuras intenciones escondía ese ritual nocturno
de acariciar hasta el cansancio su rostro pixelado, y por primera vez, yo, una
joven católica y de buena familia, dudé de la generosidad de mi amor.
1
Relato
KARMA
Esperanza Liñán Gálvez
Nació y la bautizaron con unos nombres que sus padres, fieles devotos del santoral católico,
consideraron los más indicados para la niña, sin ser muy conscientes de la importacia que
puede tener un nombre para caminar por el mundo. Le pusieron María Angustias, Remedios,
Dolores del Perpetuo Socorro; posiblemente con las mejores intenciones y para quedar bien
con abuelas y bisabuelas; pero salir de fábrica con ese marchamo no le alegró la niñez a esa
pobre chica, aunque celebrara cinco veces al año los días de su santo.
Sus apellidos eran: Cruz Santamaría; en el colegio para abreviar la llamaban capicúa.
Unos nombres y apellidos con coincidencias nefastas para una criatura que fue creciendo con la
sensación de llevar a cuestas un enorme peso. Se hizo mayor y seguía firmemente convencida
de que aquello no era fruto de la casualidad, sino el producto de una velada intención, y no se
equivocaba. Los padres tenían la secreta esperanza de que su hija ingresara en un convento,
daba igual la orden, pero querían que fuera monja.
Las creencias de María Angustias, Remedios, Dolores del Perpetuo Socorro jamás
tuvieron esa inclinación; era muy devota, pero a los temas paranormales, esoterismo, mancias y
todo lo relacionado con el Más Allá.
Cuando estuvo completamente segura de su vocación y después de pasar toda la
vergüenza posible, a costa del nombrecito, cada vez que se inscribía en un curso de tarot,
astrología, runas o quiromancia, decidió cambiárselo; creía que no podía tener un buen karma
con un nombre lleno de sufrimiento como el suyo. Debía hacerlo en secreto, como secretas
eran las dotes que ya había advertido en su interior para el mundo de lo oculto; nada acorde
con la religiosidad de sus progenitores.
Después de varias visitas al registro y engañando a sus padres, consiguió cambiárselo
por uno sencillo y que desde niña le había gustado, Estrella, mondo y lirondo. Ya había estado
muchos años quedándose sin renglones en todos los impresos que tenía que rellenar para
cualquier trámite, ahora le sobraría sitio; ésa fue su primera satisfacción.
Estaba decidida a abrir una consulta de tarot y astrología, para lo que se consideraba
muy experta e intuitiva. Los arcanos mayores, las cartas astrales y la posición de los planetas
ya no tenían secretos para ella. Muchos amigos buscaban sus consejos y no solía equivocarse.
Se había corrido la voz en la facultad, donde para conformar a sus padres, estudiaba Psicología
como alumna aventajada.
2
Llegó una tarde a casa después de las clases y encontró a su madre mirando antiguas
fotos, con una expresión nostálgica que se acentuaba cada vez que sacaba alguna de la vieja
lata vacía de galletas, donde guardaba el pasado.
─Mamá, te veo muy triste, deberías dejar las fotos si te traen malos recuerdos.
─Solo estaba mirando la foto de tu bisabuela Dolores, porque cada día te pareces más a ella en
todo. ¿Nena, es verdad que te gusta el mundo del Más Allá?
─Si, pero qué tiene que ver éso con la bisabuela Dolores. Nunca escuché nada que la
relacionara con el tema.
─Claro que no, eran otros tiempos y muchas cosas se silenciaron; no creo que fuera feliz en el
convento, allí la llamaron Sor Estrella de María.
─¿Convento? Nunca me dijisteis que se había metido monja; pero entonces la abuela..., y el
celibato.
─Eso fue después de que su hija, tu abuela, se casara. Ya estaba viuda y entró con las
Teresianas cuando en el pueblo empezaron a hacerle la vida imposible. Primero predijo la
muerte de dos campesinos y después, creyendo hacerles un favor, avisó a sus familias de los
mensajes que los fallecidos querían darles; desde entonces se convirtió en la bruja oficial, con
las connotaciones que eso suponía en aquella época.
─Entonces, mamá, por lo que me dices era vidente y médium.
─Sí, y de las buenas. Supe de mayor que guardó ese don en secreto toda su vida, salvo en
aquella ocasión que no pensó en las consecuencias, sino en ayudar a sus vecinos.
─¿Mamá por qué nunca me habías contado esta historia?
─Tu abuela me dijo que se repetía el don cada tres generaciones...
─¿Y tú creías que me tocaría a mí? Pues...no lo tengo, pero si así fuera, jamás me metería a
monja para expiarlo. Son otros tiempos, he estudiado mucho esos temas porque me gustan y
unidos a mis estudios voy a convertirlo en mi futuro profesional, porque me siento capaz de
ayudar a muchas personas.
Besó a su madre en la frente y le dijo bajito al oído:
─Por cierto mami, le he dado un empujoncito a mi karma, ahora me llamo Estrella y te prometo
que brillaré...
Se fue corriendo a su dormitorio, dejando a su madre sin palabras, cerró la puerta y,
mientras encendía una vela blanca, exclamó al aire en tono de reproche: ─Así que eres tú,
siempre te has presentado como mi guía. ¿Cómo debo llamarte: Dolores o Sor Estrella de
María? Llevo viéndote con tu hábito desde los siete años a los pies de mi cama, y ahora me
entero por mi madre del parentezco. ¡Eso no se le hace a una biznieta heredera!
microrrelatos
Anatomía de una venganza
CARLOS ALBERTO TORRES
Se propagó entre los matorrales como un reguero de pólvora; pisoteó la
hierba de los prados y, mofándose de todo cuanto abrasaba a su camino, se
dirigió hacia las casas. Al llegar, se encaramó a una de las paredes lechadas,
ascendió sigiloso por la escaleras y acarició con sus manos la madera de las
puertas. Desde allí, bajó al salón, donde bailó de seguidas con una mujer hasta
que la depositó extenuada sobre el lecho más cercano. Cuando el cuerpo
exhaló su último aliento, se adentró en el patio y rompió cual tenaza el alambre
del corral, segando las vidas de los animales que yacían en su interior. Acto
seguido, continuó su danza por las veredas de la noche, riendo a carcajadas y
buscando entre los tejados de las viviendas un sitio donde descansar. Su
memoria ardió ruidosamente y en la combustión de sus entrañas solo quedaron
cenizas de odio y rencor.
Desde que tú estás
Emy Luna
Desde que tú estás, Diciembre no es tan triste como antes. Aunque no
soy una niña, disfruto como si lo fuera. Paseo por la Cornisa mirando
entusiasmada las grúas del puerto, porque desde que tú estás, no son simples
estructuras de acero: son árboles de Navidad; y sus luces de colores, bolas y
adornos que cuelgan del cielo como columpios de ángeles. Dibujando una
sonrisa sobre el Estrecho lloroso de Diciembre. Los barquitos de pesca fabrican
espumillones de nieve sobre las aguas de la bahía para adornar nuestro abeto.
Hasta las rocas de la playa de Los Ladrillos parecen montañas de cartón piedra
de un imaginario Portal de Belén. Desde la costa, nuestro árbol tiende
generoso sus ramas hacia los que llegan a nuestra ciudad, guiándoles con las
luces de la solidaridad en medio del temporal. Este año, aún estás conmigo.
Es Navidad.
Primer premio Cuento de Navidad "La ventana" Cadena Ser 2010
Microrrelatos
CORTE Y CONFECCIÓN
Teresa Oteo
“Se hacen todo tipo de arreglos” - leí en la puerta – y sin pensarlo más entré
con paso decidido.
-
Tengo los pespuntes descosidos, sueltos los hilvanes, las costuras
abiertas, el forro hecho jirones, deshilachado y varios rotos para zurcir …
- ¿cree que lo podrá arreglar?- pregunté
-
Tardará unos días, nos trae una prenda delicada. Aquí tiene el
resguardo, en una semana puede pasar a recoger su corazón.
Crisálida al alba
Carla O´Donnell
Dentro de mí está flotando, siento su aleteo constante y su zumbido.
Cuando balanceo las caderas al caminar, se mueve conmigo, la escucho y la
miro.
Me acaricio la tripa con temor y ternura, sin olvidar que ahora somos dos.
Antes del alba, en las horas de incertidumbre…, le canto una nana. Como
cada mañana, llega el hombre de blanco; nos miramos sin hablar y trata de
abrazarme pero no puede.
Me quedo aturdida mirando por la ventana agujereada. Veo los árboles
danzar con el viento, me escapo de la habitación de cristal y vuelo por el
bosque mágico: soy la mujer mariposa.
Cuento
La memoria de Tatú.
Por Mar Solana.
Muy enfadado, Tatú barritaba y sacudía la cabeza hacia todas partes. Sus
patas, unas gruesas moles, se movían sin control y temblaban igual que
columnas en un terremoto. Los rincones más cercanos a la gran carpa
retumbaban con un «tam-tam» muy parecido a los distantes redobles de un
tambor gigante. El público pateaba el suelo y arrojaba a la pista todo tipo de
objetos para demostrar su impaciencia. Querían ver a Tatú, el legendario
elefante y a Marla, su equilibrista. Por desgracia, sobre todo para el dueño del
circo, hacía tiempo que sucedía aquello y además, desconocían los motivos.
La trompa de Tatú, larga como una soga, se extendía y plegaba lo mismo
que un acordeón descontrolado. De pronto, en una de sus sacudidas, cayó al
suelo con gran estruendo un hermoso cenicero blanco que brillaba igual que
una perla en el mar. De manera sorprendente, no se rompió. Rebotó y dio unos
cuantos tumbos por la estancia
escupiendo todas las colillas y la
ceniza, parecía un dragón con un
ataque de tos. Marla comenzó a
recoger todo lo que Tatú había
tirado, ella sabía —lo conocía hace
muchos años—, que su elefante
estaba muy enfadado por algo,
pero… « ¿Por qué se alteraba tanto
Tatú minutos antes de salir para realizar su número circense?».
El señor Pika Josso, dueño y director del circo, acudió rápido al camerino
de la equilibrista al escuchar de nuevo los ruidos y el retumbar.
─ ¡Oh, qué desastre! —exclamó con las manos en la cabeza—. ¿Qué
pasa con su elefante, my lady? ¿Aún fumas tu cigarrillo?
─ ¡No, señor Pika, ni siquiera lo he encendido! Tal y como quedamos
usted y yo, hoy no he fumado el de antes de salir a la pista… No es el humo de
mi cigarro lo que irrita así a Tatú… —contestó Marla confusa y contrariada por
no tener aún una solución al comportamiento de su elefante.
─ ¡Pero no podemos seguir así, my lady!, ¡el público se enoja y pide su
dinero al final de la función! ¡Pagan por ver a Tatú! ─dijo el Sr. Pika Josso con
el semblante encendido y sin dejar de realizar aspavientos con las dos
manos─. ¡Quiero que controle usted a su elefante, señorita Marla, y debe
solucionarlo hoy! De lo contrario… me veré obligado a despedirla, muy a mi
pesar, créame… ─conminó, furioso, el dueño del circo; ahora sus mejillas eran
dos cerezas.
─Intentaré solucionar esto hoy mismo, señor Pika, se lo prometo… Por
favor, ¿podría dejarme sola un momento con Tatú? ─. El director se marchó de
allí murmurando palabras incomprensibles…
Marla se acercó a Tatú; aunque ya no estaba fuera de sí y bufaba con
menos estruendo, todavía daba pisotones con sus patazas, extendía y plegaba
la trompa y se movía inquieto. Le acarició su enorme y arrugada frente y se
abrazó por unos instantes a su gran cabezota. Tatú parecía ahora mucho más
tranquilo. Fue al otro extremo de la estancia y encendió un cigarrillo, todavía se
sentía nerviosa por las palabras del señor Pika, y las suyas, prometiéndole una
solución que aún ignoraba. Miró a Tatú, a pesar del humo de su cigarro
permanecía en calma. Observó su extraordinaria belleza y se fijó en los
colmillos, esas curiosas protuberancias que se abrían paso a cada lado de su
«trompa-nariz» de un precioso y radiante marfil; hoy lucían de una manera
especial. De repente, y cuando se disponía a sacudir la ceniza, el brillo del
cenicero iluminó sus recuerdos y le dio algunas pistas. Lo cogió entre sus
manos como si fuera un trofeo y se dirigió hacia Tatú, el animal comenzó de
nuevo a mover sus patas con violencia y a barritar sin control. Cuando Marla
consiguió tranquilizarlo otra vez, limpió los restos de tabaco acumulados en ese
curioso objeto que hacía muy pocos meses le había regalado su madre…
Mientras lo vaciaba, recordó su rostro emocionado y feliz el día que le contó su
romántica luna de miel en Kenia, su visita a aquella enorme manufactura de
marfil y cómo su padre le compró aquel souvenir.
Marla hizo un gesto a su elefante para que le siguiera y juntos salieron de
la estancia. Tatú con su caminar ceremonioso y elegante, y Marla con los ojos
humedecidos por la emoción. Cogió una rosa roja del rosal que crecía en la
valla que delimitaba el circo. Y allí mismo cavó un pequeño y profundo hoyo,
depositó el cenicero en su interior, volvió a echar toda la tierra dentro y lo allanó
antes de poner la rosa y dedicar una pequeña plegaria al cielo de los
proboscidios.
Ese día, Tatú hizo la mejor actuación de su vida.
Nota:
Gema García Ingelmo ha ilustrado este cuento. Es amiga personal
de Mar, y ambas autoras han querido compartirlo con vosotros como
regalo de Año Nuevo. Esta artista madrileña lleva desde los dieciocho
años dedicándose al mundo de la animación e ilustración. “Gema es
el ‘Eduardo manos tijeras’ del mundo del dibujo, en lugar de dedos
tiene pinceles y lápices…”
“El Rincón de garza”: http://gemagarciaingelmo.blogspot.com.es/
Leyenda
El Caleuche, un barco fantasma
Adaptación de la leyenda chilota, Chile.
Por Erena B. Burattini
Mi tío Gabriel acostumbraba a contarme historias algo extrañas; decía
que eran leyendas. Un día me contó una de los mares de Chiloé. Me dijo que
quería que la conociera por si
alguna vez, cuando fuera grande,
viajara por esa zona sureña.
Y esto es lo que me contó
mi tío:
“Hay una leyenda de la
que nadie sabe sus comienzos,
que habla de un barco fantasma
llamado Caleuche. Todos los que
han oído hablar de él le temen
porque dicen que es un barco
tripulado por brujos poderosos, y
que trae mala suerte. En noches
oscuras sin luna, se puede ver
este barco iluminado envuelto en
niebla que él mismo produce. Desde la costa se alcanza a oír una música que
pone la piel de gallina”.
-¿Y cómo es esa música? -quise saber.
-No sabría explicártelo -repuso-. Dicen que en el barco celebran fiestas
muy animadas con música, claro que ésta no suena como la que nosotros
conocemos, es como si viniera de ultratumba.
Mi tío Gabriel continuó con la historia.
“Se dice que el Caleuche navega bajo las aguas y va recogiendo a todos
los que se ahogan. Son los sirvientes del barco. Se cuenta también que los
tripulantes andan a saltitos, y eso es porque llevan una pierna doblada que se
la amarran a la espalda. Y además, a veces…”
Como no me explicaba por qué llevaban esa pierna amarrada le
interrumpí para preguntárselo.
-Vaya uno a saber las razones de lo que puede ocurrir en un barco
fantasma -contestó resoplando.
Y como si eso no tuviera importancia siguió con la leyenda en el mismo
punto donde le había interrumpido.
“Además, en ocasiones recogen a personas vivas que se les acercan en
alguna embarcación pequeña. Son las que se interesan en hacer tratos con los
tripulantes a cambio de parte de los tesoros que poseen en el fondo del mar.
Hay personas que se han vuelto muy ricas de la noche a la mañana. Si al
regresar a tierra contaran lo que han visto y lo que han recibido, en un posible
reencuentro les dejarían la cara tan revirada que
serían incapaces de
mostrarse en público”.
-Y ahora viene lo importante, lo que quiero que recuerdes
-me dijo
cambiando el tono de voz.
“El Caleuche no navega de día en la superficie del mar, solo aflora por la
noche cuando se acerca a la costa. Ya sabes que la tripulación no quiere que
nadie sepa lo que ocurre a bordo. Si te descubre mirando hacia el barco, hará
que la cara o la cabeza te queden torcidas. Son sus malas artes brujeriles”.
Al oír esto clavé mis ojos en el rostro deformado de mi tío, y creo que la
sangre se me heló. Siempre pensé que él había nacido así, con parte de su
cara mirando al este y la otra hacia el oeste. Mi tío Gabriel supo ver la ansiosa
pregunta en mis ojos, y sin decir nada solo movió la cabeza afirmativamente.
Entonces supe que mi tío había visto y observado al Caleuche con
desparpajo. En cuanto la tripulación se dio cuenta de su osadía, le aplicaron la
brujería de siempre. ¡Y así quedó mi pobre tío Gabriel!
Denis Rafter
Teatro “Siempre tengo mucha fe en el público”
Denis Rafter es irlandés y se formó como actor en elAbbeyTheatre,
teatro nacional de Irlanda y en elGuildhall, la prestigiosa Escuela de
Música y Drama de Londres, donde se licenció como profesor de
Voz y Drama. Es doctor en Teoría, Historia y Práctica del Teatro por
la Universidad de Alcalá de Henares (Suma Cum Laude, premio
extraordinario).
Ha vivido gran parte de su vida en España trabajando en diferentes
aspectos del teatro. Como director se ha hecho cargo de más de
cincuenta obras incluyendo a los clásicos españoles, ingleses e
irlandeses y a los autores contemporáneos. Fue nombrado
comisario general de Irlanda en la Expo 92 de Sevilla por el
Gobierno de su país, ofreciendo al mundo lo mejor de la cultura
irlandesa.
Durantetres años ha sido maestro de actores con la Compañía Nacional de Teatro
Clásico y dirigido y colaborado en varias ocasiones con dicho Centro.
Es autor de varios monólogos: Ha versionado a Brian Merriman
"TheMidnightCourt", Joyce "Ulises", Dickens "Canción de Navidad" y a varios
autores irlandeses en su denominada "Antología del Amor". Como actor destacan
sus papeles en obras de Synge, O'Casey, Stoppard, Chejov, Simón, Carroll, Wilde y
Shakespeare.
Con sus proyectos ha viajado por medio mundo y participado en varios festivales
internacionales: Festival de Edimburgo donde se alzó con el premio al mejor actor de
Monólogos, Mérida, Elche, Almagro, Sitges y Waterford -premio al mejor bailarín-.
En la actualidad dirige La decisión de John, de Mike Bartlett, con la Compañía
Teatro del Noctámbulo. Además tiene en cartel La Comedia de los Errores de
Shakespeare, El Pájaro Solitario de José María Rodríguez Méndez, Bienvenidos
a la Realidad, una obra escénica sobre la Guerra de la Independencia en Ciudad
Rodrigo y Caravana, de la Compañía Katua y Galea de Salamanca.
Sus trabajos más recientes como Director han sido entre otros "Las Cabeza del
Dragón" de Valle Inclán, una nueva versión de "Sueño de Noche de Verano" en el
Festival de Mérida, una nueva versión de "El Camarero Ausente" de Harold Pinter y
ha dirigido "Esperando a Godot" de Samuel Beckett en el Centro Penitenciario de
Aranjuez y ha estrenado su nueva obra-monólogo "Actor Busca Trabajo".
Denis Rafter aúna un profundo conocimiento de los recursos técnicos del actor, una
perspectiva constante de la función impactante y mágica del espectáculo teatral y un
especial talento para dar humanidad y llaneza a los personajes. Es, además, un
artista que encuentra en la sencillez del trabajo diario la genialidad y grandeza que
acapara el aplauso y el entusiasmo del público en el escenario.
En la última edición del Festival de Mérida ha dirigido con éxito de crítica y público la
obra Áyax de Sófocles con versión de Miguel Murillo y música de Roque Baños.
Denis Rafter y Vicente Mirón obtienen el premio a la mejor dirección y al mejor
actor del ciclo en el Certamen Garnacha de La Rioja. (el correo.com)
La puesta en escena de Áyax, planteada por Denis Rafter como un espectáculo
visual marcado por el ritmo en los movimientos, convirtió a Noctámbulo en el
ganador del Certamen Garnacha de Rioja. ( el correo.com)
www.denisrafter.com
SECCIÓN FLAMENCO
Rafael Silva Martínez
SOBRE LA APORTACIÓN GITANA AL FLAMENCO (y III)
Vamos a ir concluyendo en esta tercera entrega lo relativo a la aportación
gitana a nuestro Arte Flamenco, después de los antecedentes ya expresados
en los artículos anteriores. Recogiendo todo lo anterior, y a nuestro juicio, el
Flamenco debe poseer en sus orígenes, tanto de Andalucía como del pueblo
gitano, sin que se puedan o se deban deslindar netamente ambos factores. Ya
hemos dicho que debemos desconfiar por injustas de las posiciones
absolutistas a favor de una u otra postura, que reivindican el flamenco desde
una posición muy estrecha, y donde los componentes de exclusión y de
racismo se entreveran muy frecuentemente. Pero lo cierto es que aún quienes
se encuentran poco inclinados a admitir el carácter protagonista de los gitanos
en esta tarea fundacional, de manera más o menos velada se ven obligados a
reconocer que las influencias debieron ser mutuas, y que algo de mérito, o de
aportación propia, hay que reconocerle al pueblo calé.
Recojamos algunas declaraciones de varios autores, que han expresado
bastante bien este resultado de la interacción payo-gitana en cuanto al Arte
Flamenco: por ejemplo, en palabras de
Rafael Cansinos Assens, “Se diría que
toda la tradición artística de Andalucía
estaba aguardando al gitano para ser
plenamente comprendida y superada”.
Para este autor, el fenómeno de
integración cultural y gestación del
Flamenco supone una especie de
simbiosis entre ambos pueblos, en la que
cada uno aporta lo suyo para la confluencia
de valores y expresiones que hacen único
a este universal arte. Por su parte,
Fernando Quiñones afirma literalmente que
“El gitano andaluz, su peculiar y agitado
mundo constituyen la médula del flamenco
serio, y ya pueden obstinarse en demostrar otra cosa los artistas payos que,
empeñados por conveniencia en que no sea así, tratan de sustituir con
gesticulaciones, minucias y acaloramientos su falta de argumentos fehacientes
(…). Discutir la preeminencia del gitanismo en el flamenco y en su desarrollo,
sería como discutir la existencia del flamenco mismo”. Como se ve, son
posturas muy afines entre sí, que abordan la idea de una interacción mutua, no
excluyente, sino complementaria, entre la etnia gitana y el pueblo andaluz en la
gestación primigenia de este arte.
Los hermanos Carlos y Pedro Caba, ya referidos también en artículos
anteriores, tampoco ofrecen muchas dudas en esta materia, pues afirman
textualmente que “Una oscura simpatía atávica, efectivamente, debió hallar el
pueblo gitano en el andaluz para incorporarse en urgente metabolismo a su
espíritu, a pesar del odio que desde la pragmática citada
ha venido informando los textos legales españoles (…).
Y ese metabolismo gitano-andaluz, simbiosis si se
quiere, es innegable. Porque no sólo se agitana el
acervo musical andaluz y se habla (…) sino que también
se rastrean sus huellas y sus costumbres en el pueblo
andaluz, amasado ya con levadura africana, hebrea e
islámica y gitanos de remota cronología (…). Encontró el
gitano viejas resonancias de costumbres atávicas y
milenarias que reincorporó, y en cambio, él trajo otras
que se generalizaron pronto en toda Andalucía”. Quizá
hayan sido estos autores los que hayan ofrecido un
estudio más serio y completo de todo el carácter y la idiosincrasia del gitano
(andaluz) y del andaluz mismo, repasando un rosario de actitudes, prácticas y
creencias comunes, que se plasman en multitud de ejemplos, tales como la
quiromancia, el temor a los ofidios, las supersticiones, su rebeldía ante la vida,
su orgullo como pueblo, la ingeniosidad de sus gentes, o el culto a los muertos,
aspectos todos ellos que están presentes en las letras primitivas de los cantes
flamencos.
Y frente a todos los demás autores, Ricardo Molina, junto a Antonio Mairena,
son los más firmes defensores de esta teoría de gestación mixta. Recojo
algunas de sus afirmaciones textuales en relación al
tema: “Conviene aclarar el valor y el sentido de la
acción “creadora” de los gitanos referida a los
primitivos cantes flamencos (…). Cuando hablamos de
la “creación” del cante por los gitanos bajoandaluces
(…) el plano en que se mueve nuestro pensamiento es
el más humilde y complejo de los hechos humanos.
Los gitanos no crearon el cante ex−nihilo. El sentido
aproximado de su creación creemos que lo da un
término, bien expresivo por cierto: forja. Creación o
forja del cante. Pues ellos no trajeron el cante consigo
porque en ese caso quedarían rastros itinerantes.
Tampoco lo encontraron porque entonces quedarían reliquias isleñas. Ni
creemos surgiera casualmente, porque (…) los hechos de la cultura (…) se
traducen siempre por integración, al menos en su base. El cante (…) es fruto
de la integración de varios elementos. Pues bien, el medio en el que tal
integración se consumó fueron los gitanos bajoandaluces. Así, el término
“crear” no debe asustar a nadie, ni alarmar el acendrado patriotismo andaluz,
porque no excluye, ni mucho menos, la participación indígena de Andalucía.
Los gitanos crean o forjan el cante primitivo: son los agentes creadores. Pero lo
forjan con metales en su mayoría andaluces. Eso explica el fenómeno de que
sólo los bajoandaluces, y no los gitanos de otras regiones españolas o del
mundo, sean sus cultivadores y sus depositarios fieles”.
Continúan su razonamiento del siguiente modo: “…el primitivo cante flamenco
se ha debido formar lentamente (siglos XVI al XVIII) en las provincias de Sevilla
y Cádiz. En trescientos años, la aclimatación de los gitanos sedentarios fue
total. Es probable, por no decir seguro, que las tierras bajas de Andalucía
conservasen un numeroso porcentaje de moriscos, pese al decreto de
expulsión, y en todo caso, la entrañable tradición musical arábigo-andaluza
pervivió con fuerza y pureza en el campo. Los gitanos procedían de la India, y
en los cantes “propios”, muy alterados por sus seculares errancias, latían
melodías, ritmos, giros ornamentales, procedimientos característicos del
folklore oriental. En Andalucía encontraron un folklore hermano, que les
recordaba y refrescaba el suyo. Entonces, con su innata capacidad de
asimilación, absorben los cantos y danzas diseminados en el pueblo. Refunden
elementos dispersos y crean algo por completo nuevo: el flamenco
primitivo…Ellos aportaron su apasionamiento, su sentido trágico de la vida, su
tradición
cantora
llena
de
reminiscencias hindúes, su nativo
don del ritmo, y sobre todo, su arte
supremo de la forja, de la musical en
este caso”.
Y concluyen: “Hasta que no
empiezan a cantar los gitanos por
seguiriyas, soleares, cantes festeros,
corridas o romances, no se puede
hablar, en rigor, de cante flamenco.
Pero hasta que no llegan a
Andalucía y se asientan dos siglos
en Sevilla y Cádiz, los gitanos no
cantan nada parecido. Son, pues, dos términos que mutuamente se exigen, y
ello explica el hecho, nada sorprendente, de que los gitanos de ninguna otra
parte de España, ni del mundo, tengan nada parecido siquiera al cante
flamenco”. Efectivamente, compartimos al cien por cien esta visión del origen
de nuestro arte, y de la aportación de ambos pueblos para conducir la génesis
de esta original manifestación artística. Manifestación que, como decíamos en
los primeros artículos dedicados al Folklore, rebasa dicha dimensión, y se
constituye en un Arte de primer orden.
El viajero
La vida en otra parte
Lola Buendía
¿Quién no ha creído, al menos una vez, que la vida estaba en otra parte y que
otra existencia más generosa y más intensa nos estaba esperando a la vuelta
del camino?
Gustave Flaubert contemplando en Ruán el obelisco procedente del templo de
Luxor, que ascendía en un buque por el Sena, con destino a París, para ser
ubicado en su lugar actual de la Plaza de la Concordia, ansiaba viajar a Egipto.
Proyectaba sus fantasías orientales
en el libro “Rabia e impotencia”.
Soñaba con las mujeres de piel
morena, con el colorido, los sonidos
y el perfume de Oriente. ¿Por qué
conmovía tanto a Flaubert el caos y
la exuberancia que adivinaba en
Egipto?
Tal vez porque sentía gran insatisfacción de la vida en Ruán, la ciudad donde
pasó sus primeros años de adolescente y estudiante en una buhardilla de la
Calle de los Tintoreros. En ella, asomado a la ventana, veía correr los
arroyuelos teñidos de púrpura de sus aguas. Todo en esta preciosa villa de la
Normandía francesa, le resultaba aburrido y provinciano: “No doy una mierda
por Normandía ni por la belle France”-era la opinión que le merecía. Incluso
París, cuando marchó para proseguir sus estudios de Derecho por mandato de
su padre, le pareció tediosa.
Flaubert va a ser influido por escritores viajeros, amantes del exotismo de
Oriente, como Víctor Hugo (poemas orientales), Byron y Walter Scott, que
describen el colorido, la exuberancia y la sensualidad de países exóticos; por
el pintor Delacroix, que en 1832 realiza un viaje
de seis meses a Marruecos y Argelia, donde
descubre la deslumbrante luz y color de sus
paisajes y la sensualidad y el misterio de sus
gentes, que luego reflejará en su obra.
En Argel consigue, en secreto, entrar en un
harén, lugar en el que realiza varios dibujos
sobre la forma de vestir de las mujeres
musulmanas. Delacroix, con sus bellas odaliscas,
consigue exacerbar el deseo de Flaubert por viajar a esos países.
Pero, probablemente, fue Charles Baudelaire con su poema El viaje quien
influyó más en su apetito por viajar a Oriente:
“Algunos dichosos al huir de una patria infame;
Otros, del horror de sus orígenes, y unos contados,
Astrólogos sumergidos en los ojos de una mujer,
La Circe tiránica de los peligrosos perfumes”.
Flaubert, con este cóctel explosivo, escribirá en su libro “Memorias de un loco”
la añoranza que le provoca Oriente:
Me imaginaba joven, a los 20 años, rodeado de gloria; soñaba con viajes
lejanos a las regiones del sur; veía el Oriente y sus arenas inmensas, sus
palacios hollados por camellos y sus campanitas de bronce; veía las yeguas
dando saltos en el horizonte enrojecido por el sol; contemplaba las olas azules,
un cielo puro, una arena de plata; olía el perfume de esos Océanos tibios del
mediodía; y después, cerca de mí, debajo de una carpa, a la sombra de un aloe
con hojas largas, alguna mujer, que me rodeaba con sus brazos y me hablaba
en el idioma de las huríes.
La única manera que encontró el escritor de evadirse de la realidad fue
actualizar realidades primarias, violentas, bárbaras, en una época en que el
realismo alicorto daba demasiado la razón a una circunstancia asfixiante. Él se
estimulaba con ruidos, sonidos, con voces naturales, cuando el desencanto y la
desesperanza lo apartaban del verdadero sentido de la vida.
Su sueño se cumplirá al morir su padre dejándole una gran fortuna. Tenía 25
años y ahora disponía de sus propios recursos. Con su mejor amigo, Máxime
du Camp, recorrió Italia, Grecia, Egipto, Jerusalén, Constantinopla…Este viaje,
de 1849 a 1851, causó una gran impresión en la imaginación de Flaubert. Se
atiborró de colores, sabores, olores… y mantuvo relaciones con mujeres que le
parecieron sensuales –muy diferentes de las estiradas y estrechas burguesas
provincianas-. En realidad, Flaubert nunca fue muy afortunado en asuntos
amorosos.
A su regreso escribe una novela histórica, Salambó, escrita en 1862, con
personajes tanto históricos como ficticios; la acción transcurre en la ciudad
fenicia de Cartago, en el siglo III, a.C. El libro es largo, sensual, violento y
cargado de exotismo. Para escribir esta novela, se desplazó en dos ocasiones
a visitar las ruinas de Cartago para empaparse in situ de aquella cultura.
En 1872 perdió a su madre, y su buena situación económica empeoró. A
partir de entonces envejeció rápidamente y parecía un anciano cuando murió
en 1880, a la edad de 58 años. Está enterrado en el panteón familiar del
cementerio de Ruán.
Este rudo gigante estuvo secretamente corroído por la misantropía y el
disgusto por su ciudad. Soñó con una vida mejor, lejos de su tierra. Acaso la
alcanzó por un breve tiempo; pero al fin vino a encontrarse con la muerte en su
patria, Ruán.
Sección: El viajero
"Si tienes frío, el té te calentará. Si tienes calor, el té te refrescará. Si
estás deprimido, te animará. Si excitado, te calmará".
William Gladstone, primer ministro de la Reina Victoria de Inglaterra.
La hora del té
María José Moreno
En 1658, un comerciante de Londres llamado Thomas Garraway,
propietario de una tienda situada en Exchange Alley, en la City, publicó en el
periódico Mercurius Politicus el siguiente anuncio: “La excelente bebida de
china aprobada por todos los médicos y llamada Tcha por los chinos, Tay por
otras naciones, o más conocida como Té, de venta en Sultaness Head, Café
situado en Sweetings Rents, cerca del Royal Exchange, Londres.
En 1662, la consorte de Carlos II, Catalina de Braganza, portuguesa de
nacimiento, la instauró como bebida oficial en la Corte, signo distintivo de
Inglaterra y más tarde bebida popular. Cuentan que en el año 1791 se
consumieron más de seis mil toneladas de esta deliciosa infusión. Se tomaba a
cualquier hora del día y en especial, en la noche.
A principios del siglo XIX Anna, duquesa de Bedfor y dama de la reina
Victoria, llevaba tiempo sintiéndose indispuesta. Su estómago protestaba con
un ronroneo gatuno todos los días sobre las cinco de la tarde. Había
consultado con el médico de la corte sin que hallara nada anómalo que
justificara ese malestar estomacal. Aquel día, tumbada en la cama para aliviar
las molestias, más que dolor lo que experimentó fue una desagradable
sensación de desfallecimiento. Llamó a su criado y ordenó que le sirvieran en
sus aposentos un ligero tentempié. Le subieron una taza de té, bollos y
pequeños emparedados de pepino. La duquesa pasó la tarde mucho mejor y
su dolor desapreció; desde ese día, a las cinco tomaba siempre lo mismo. De
esa manera se instauraba tan tradicional ceremonia. Con el tiempo invitó a sus
amistades, incluso a la reina Victoria, que pronto adoptó esa nueva hora de
tomar el brebaje. El hábito se extendió a todos los hogares ingleses, se
convirtió en costumbre y se inmortalizó en el Afternoon Tea.
En un viaje tradicional a Londres, además de pasear por las famosas
calles, Picadilly, Oxford Street, ver el Big Ben y la abadía de Westminster,
navegar por el Támesis o montar en el London Eye, se debe tomar el té de las
cinco.
Dependiendo
del
poder
adquisitivo, se podrá reservar mesa
en alguno de los famosos hoteles
como el Ritz, el Savoy, el Claridge o el
Lanesborough; también es muy
conocido el té de Fortun&Mason y
algunos lugares de moda últimamente
como The Vintage Emporium Café, o
el café Museo Alberto y Victoria.
En esta ocasión me gustaría enseñaros un lugar poco conocido al que me
llevaron mi hija y su marido, que descubrieron gracias a una Guía secreta de
Londres. El lugar se llama Soho’s Secret Tea Roon, y está situado
en la parte de arriba de un famoso pub, The Coah & Horses, en el Soho
londinense.
Al entrar en el pub tienes que preguntar al camarero si hay mesa
disponible. Si ese es el caso, te levanta una parte de la barra de madera y por
detrás de la barra llegas una estrecha escalera de acceso a la primera planta
que desemboca directamente en el salón de té. Lo primero que adviertes es la
sensación de retroceder a los años 40. La decoración del saloncito, así como
por el atuendo, peinado y maquillaje de las camareras, crean una atmósfera
retro-vintage. De fondo, suave sin estridencias, se escucha la voz de Bing
Crosby que mana del vinilo que gira en una antigua gramola. Tazas, teteras y
tarteras de delicada porcelana china descansan sobre lindos manteles de hilo y
encaje junto a pequeños relojes de arena que marcan con precisión tres
minutos, necesarios para que las hojas de té suelten su apreciado extracto. La
ceremonia completa del Afternoon Tea se compone de la famosa bebida de los
tipos Earl Grey, el aromatizado con bergamota, un Darjeeling o Ceylan o una
mezcla de tés negros, con una jarrita de leche o unas rodajas de limón para
aromatizarlo, servido acompañado de los usuales pequeños sándwiches de
pan de molde de pepino, berros y huevo, salmón y crema, roastbeef y mostaza,
queso y tomate. En el apartado dulce se sirve algún tipo de pastel como el
pastel de café y nueces o pastelillos glaseados, y los famosos scones, unos
panecillos acompañados de mermelada de fresas o frambuesas y la excelsa
clotted cream, literalmente crema coagulada originaria del condado de Devon,
cuya cremosidad está entre la nata y la mantequilla y que, una vez probada, no
se olvida jamás.
Había almorzado mucho y tarde, no llegué a tomar el té completo. Es
más, ni siquiera tomé té, escogí una digestiva infusión de rosas. Me sorprendió
su delicado sabor.
Extasiarse con la música de fondo entre agradables aromas, contemplar
la belleza de la vajilla, una amena charla y un descanso para los pies después
de una intensa jornada turística en este establecimiento es algo imposible de
olvidar. Os lo recomiendo.
Sección: el viajero
EN ORIHUELA
Pepa. J. Calero
“Toda la poesía de Miguel Hernández es un viaje de vuelta a su pueblo”.
Francisco Umbral
En la Vega baja del Segura se alza Orihuela, junto a un lecho de palmeras,
huertas y montes, las mismas sierras que recorrió el universal poeta de las
desdichas.
Se acercaba el otoño, la estación en la que vino Miguel al mundo, cien años
atrás. En la glorieta, junto al templete de música, unas inquietas palomas
blancas corretean detrás de unos niños buscando unas migajas. Junto a ellos,
una fuente baila al son del arco iris. Dejo el agua mientras camino en busca de
los escenarios que habitó el bardo.
En el casino, aún huele a tertulia, a fiestas de azahares y, cómo no, al sabor de
los primeros versos que el ilustre trovador recitó en una regia sala tras las
grandes vidrieras. Cerca de allí se halla la casa del canónigo D. Luis de
Almarcha, el alfa y omega del artista, de cuya biblioteca Miguel tomaba los
libros que llevaba en su zamarra en su etapa de pastor.
Camino pensando en el hombre integro, de mirada franca y gesto leal, hasta
alcanzar su casa museo, donde vivió a partir de los cuatro años, la calle de
Arriba número 73. Por la puerta entra una corriente de aire que atraviesa el
umbral con su comedor a la entrada, los tres dormitorios, la salita y la cocina.
Las cortinas del dormitorio de su ventana volaban, igual que el sueño que el
joven vencía, leyendo a escondidas del padre, un padre que nunca aceptó el
extraordinario talento de su vástago.
En las paredes, reposan fotografías de su infancia, niñez y mocedad. El hijo, el
maestro, el soldado, el hermano, el novio, el padre, el preso, el creador de
versos; junto a pinturas, bocetos, cuadros y recuerdos. Puebla la casa el ajuar
doméstico de la época y el único mueble de los Hernández, un lavabo de
madera y palangana blanca. Sobre una silla descansa la maleta dormida y las
alpargatas del genial y cabal oriolano.
Salgo al patio, con su pozo, su pila y su
pileta, donde su madre lavaba la ropa
rodeada de pensamientos, geranios,
prímalas, azucenas. Subiendo unos
escalones, tras una portezuela azul se
llega a los corrales, unos pasos más y
alcanzo el pequeño huerto con sus tres
higueras.
1
A la salida, un tímido sol inunda de colores ocres las humildes fachadas de la
calle. Una pareja de turistas se detiene ante las puertas cerradas a cal y canto
de la sala de exposiciones Miguel Hernández. A mi lado, un niño persigue un
balón por los adoquines de la desvalida calle.
“Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela
cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra”.
Pablo Neruda
Cerca de allí se halla el colegio de Santo Domingo, antigua universidad del
siglo XVII, donde Miguel consiguió estudiar con una beca para pobres, hasta
cumplir los quince años, edad en la que tuvo que regresar para conducir el
ganado. Miro los hermosos claustros pensando en el zagal que escribía sus
versos en papel de estraza sobre el lomo de sus cabras. Me detengo en la
portada de la universidad para mirar la figura alegórica, en piedra, de la
sabiduría.
En la Plaza del marques de Rafal, el poeta leyó la conmovedora elegía a su
amigo del alma Ramón Sijé. Siguiendo la calle Mayor, se halla el templo donde
bautizaron a Miguel, la catedral. Un latido perenne de estilos góticos,
renacentistas, barrocos y neoclásicos confluye en el vetusto templo de las tres
puertas: la de Loreto, la de las Cadenas y la de la Anunciación. Tres entradas y
salidas, como sus tres heridas:
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor
Ay, el amor, el amor que buscaba cuando iba a la casa de su amada Josefina.
Llamada Casa del Paso, hoy sede de la universidad que lleva su nombre, en
cuyos sótanos se encuentra el museo de la muralla.
Junto al río Segura, en el que se bañaba, levanto los ojos al cielo siguiendo el
vuelo de las águilas y allí, en lo alto, se ven restos de la muralla en el Monte
San Miguel, donde se encuentra el seminario en cuyos sótanos Miguel estuvo
preso. Un puñado de nubes oculta el sol que apenas calienta.
En las esquinas, calles y plazas brotan abundantes, como naranjos, los
palacios. La ciudad es un remanso de iglesias, monasterios, colegios,
conventos, murallas y escudos heráldicos que huelen a limones y a jazmín. Un
ramillete de culturas desde la fenicia, romana, musulmana, cristiana y oriolana.
La Olaza de Gabriel Miró. El venerado pueblo del soldado y poeta. Orihuela.
Si queréis el goce de visión tan grata
que la mente a creerlo terca se resista;
si queréis en una blonda catarata
de color y luces anegar la vista;
si queréis en ámbitos tan maravillosos
como en los que en sueños la alta mente yerra
revolar, en estos versos milagrosos,
contemplad mi pueblo, contemplad mi tierra.
Miguel Hernández
2
Sección: El viajero
¿MIEDO YO?
Pablo Rodriguez Guy
Soy muy poco dado a los relatos y películas de miedo. Es más creo que
no siento miedo ni lo mínimamente aconsejable, rozando, a veces, lo
imprudente. Por eso tienen más importancia, para mí, los hechos que relato a
continuación.
Estaba yo viajando por el sur de la India, solo, con mochila al hombro y
deambulando donde los pasos me llevaran. Una tarde calurosa del mes de
febrero, en una ciudad del dravídico y maravilloso sur indio, tal vez era en
Trivandrum, no recuerdo bien, me encontré con un festival de música india y
me quedé. Fueron cinco o seis horas entre cantos religiosos, danzas y músicas
autóctonas. Eso sí, a un volumen ensordecedor y aumentado por la algarabía
de un grupo de jóvenes alegres y zorongazos, que en más de una ocasión tuve
que lidiar con ellos.
Al ritmo de las músicas se hizo noche entrada y decidí irme a mi hotel.
En esa ocasión y como mis existencias económicas iban mermando, (en esa
época no había cajeros automáticos como los hay ahora) había elegido un
hotel modesto y sencillo. Cuando llegué a mi hotel, el mozo nocturno me dio mi
llave y me ofreció algo en forma de susurro. Como no entendí bien lo que me
decía, pero por si acaso, le dije que no. El insistía. Y yo que no. Incluso
estando yo dentro de mi habitación cerrada por dentro con llave y cerrojo y
rejas en las ventanas, el mozo aun insistía levemente y susurrando desde fuera
con su ofrecimiento. Yo ya no respondí. Me metí en la cama y me dormí como
un lirón.
Pero hete aquí que a media noche me despierto en un duermevela con
algo en la mano que no era capaz de identificar con nada, la “cosa” era como
una serpiente con pelos, algo más grueso que un pene, rígido y blando a la
vez, frío y absolutamente irreconocible.
A oscuras y sin saber donde se enciende la luz, consciente de que estoy sólo
en la India, con el susurro lascivo del mozo nocturno del hotel aun resonando
en mi recuerdo y sin atreverme a soltar la cosa para buscar el interruptor de la
luz. Sentí miedo. Era la primera vez que sentía miedo en mi vida. Bueno miedo
no, pavor.
Y cual no fue mi sorpresa al descubrir que lo que tenía agarrado con mi
mano era mi brazo izquierdo completamente dormido, insensible y frío como el
brazo de un muerto.
www.rodriguezguy.com
CAMBIO CLIMÁTICO
JOSE MANUEL VELASCO
Desde la firma del protocolo de Kyoto (1997) a Bali (2007) la inmediatez
de las noticias que se suceden sobre el cambio climático en los últimos tiempos
son una verdadera avalancha de información, en unas ocasiones alarmista o
tenebrista, en otras banal o insustancial. Las diferentes miradas sobre el tema
pueden hacer prevalecer los enfoques tecnológicos y las decisiones de política
económica o energética, o bien las perspectivas jurídicas, ambientalistas,
sociológicas, sociales y territoriales. Pero estas visiones ofrecen datos,
fundamentos y recursos para formarse e informarse mejor ante el cúmulo de
noticias del día a día, cuyo impacto mediático a veces no esta acorde con el
rigor científico.
El cambio climático no es un error de cálculo de determinados
empresarios o políticos: es consecuencia
de decisiones a las que se arriba en
función de intereses muy particulares
que privilegian la visión de ganancias a
corto plazo en detrimento a lo que pueda
afectar a la vida de generaciones futuras.
Sus efectos directos e indirectos tienen
dimensiones temporales y espaciales
que impactan sobre la población,
nuestras maneras y formas de entender
la vida, y llegan a repercutir en todas las
naciones, independientemente de sus
sistemas políticos, desarrollados o no.
Obviamente, no comprometen a todos
los ciudadanos y países por igual. Como
la guerra, el hambre, las desigualdades y la injusticia social o la falta de
libertad, las amenazas del cambio climático se proyectan prioritariamente sobre
los sectores más vulnerables y la población más expuesta.
Hoy en día hay evidencias ciertas del calentamiento global, de sus
importantes efectos geofísicos en glaciales y casquetes polares, y de la
radicalización de determinados fenómenos meteorológicos, así como acerca
del paralelismo entre el incremento de temperatura media del globo y el
aumento de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmosfera como
consecuencia del empleo masivo de los combustible fósiles. Sin embargo, la
humanidad no ha abordado con decisión los cambios necesarios para
enfrentarse a las amenazas que en todos los órdenes aparecen como
consecuencia de una demanda de energía primaria incontrolada en cantidad y
calidad, que emplea unos recursos cuyos residuos parecen estar contra su
propia supervivencia.
La personalidad narcisista, que no conoce límites entre ella misma y el
mundo que exige la gratificación inmediata de sus deseos, así como de la
erosión de la vida íntima tenida lugar en la sociedad del espectáculo, el
“American way of life” aparece como el imperio de la seducción y de la
obsolescencia decretada; un sistema que rinde culto al fetiche de la mercancía
y la pornografía de la información , todo esto nos tiene que hacer ver que el
consumo no es, en absoluto, la base en la que descansa el progreso, sino más
bien la barrera que lo estanca o, al menos, lo lanza en la dirección contraria a
la de la mejora de las relaciones sociales.
Las soluciones pasan, en parte, por conseguir tecnologías alternativas a
las actuales, limpias en la medida de lo posible, pero, sobre todo, es importante
destacar que lo realmente necesario es un cambio gradual de la cultura
colectiva. La perspectiva de que el consumo masivo de bienes y servicios es
sinónimo de confort social debe ser sustituida por una visión del uso inteligente
de los recursos. El problema del planeta no reside sólo en el cambio climático,
el agua es un recurso escaso y se convertirá, según los expertos, en un eje de
tensión social a escala planetaria. Y el propio desarrollo de un gran número de
países es sin duda un reto de la misma dimensión ética y de la misma
gravedad.
No podemos, por tanto, ser superficiales y trivializar los problemas, tanto
para minorarlos como para dramatizar su dimensión. El proceso de
calentamiento del planeta tiene sin duda un potencial de peligro real, pero no
explica todo, ni es el responsable de todas las calamidades humanas.
Tampoco soluciones tácticas, parches o medidas coyunturales proporcionarán
un atisbo de solución.
En definitiva sólo una cooperación mundial en temas globales, como la
lucha contra el cambio climático, la estabilidad en la seguridad de
abastecimiento energético y la cooperación tecnológica entre países y regiones
geográficas nos podrá llevar a algunas soluciones.
Yo, como artista, analizo el mundo que me rodea y la realidad en que
vivo, por tanto no soy ajeno a todos estos problemas, y lo reflejo en mí obra. Ya
en mí trabajo anterior “RUPTURAS”, con un lenguaje nuevo, más abstracto de
lo que había hecho hasta ahora, trate de reflejar mi visión e inquietud sobre los
temas más candentes de la realidad social como la emigración, la integración,
el hambre, la pobreza…y, ahora en “CAMBIO CLIMÁTICO”, sigo en esa línea,
no de denuncia sino con el objetivo de llamar la atención para animar a una
reflexión, meditación y cuestionamiento sobre todos los aspectos de este
cambio climático. No trato de crear polémica. Es la mirada y expresión sensible
sobre una problemática tan conocida pero no muy comprendida.
En definitiva, como escribe Mariano de Blas sobre mi pintura: “ la obra
de Velasco es una llamada de atención a este impoluto edificio global
minimalista, de elegantes y puras formas que esconden bajo sus pulidas
epidermis la más bajas pasiones humanas….Es por ello el honesto alegato de
un artista cabal que se limita a reflejar el estado de la cuestión, independiente
de lo políticamente correcto, ajeno a modas y tendencias, buscador de su
verdad que, por ser sincera produce una pintura tan auténtica.”
JOSÉ MANUEL VELASCO.
Nace en Córdoba. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada.
www.josemanuelvelasco.com
[email protected]
- RUPTURA Y CAMBIO. Sala de exposiciones del Centro Cultural
Provincial.
Diputación Provincial. Málaga. (DEL 13 AL 18 DE ENERO DE 2012)
SELECCIÓN DE EXPOSICIONES ( DESDE LOS AÑOS 2007 -2012)
2012 - ARTEXPO MIAMI. Galeria Emma.Miami. (E.E.U.U).
- ARTE MALACITANO 2012.Diputación Provincial. Málaga
- VISION OF MEDITERRANEAN ARTISTS. Monserrat Contemporany
Art Galery. New York.
2010
- REBIRTH FOR LIFE. SAEMANGEUN FLAG FESTIVAL 2010. Seúl.
Corea
- 4/18 OESTE. Itinerante: Museo Pérez-Comendador Leroux, Hervás y
Centro Cultural Sta.Mª de
Plasencia. Cáceres.
- Espacio ARTE. Feria de Zaragoza
- RADIOGRAFIA DE LA LOCURA. Gran Casino de Extremadura.
Badajoz.
- MIRADAS: de Goya a la Vanguardia. Castillo de Ayud. Calatayud.
Zaragoza.
- FUNDACION DE ARTE. Palacio Ducal de Medinaceli. Soria.
- VIDA Y MUERTE. Museo de Arte Mazatlan. México D.F.
2009 - RUPTURA Y CAMBIO. Auditorio de Tarancón (Cuenca).
- ARTE VS. MUROS. Galería Gloria Events. Berlín (Alemania).
- I ARTEGAYMUNDIAL 2009. Caja Duero. Béjar. Salamanca
- EL INSTANTE Y LA DIVERSIDAD. Sala Pedro Morillo. Villavieja de
Lozoya. Madrid
- MAESTROS Y EMERGENTES. Galería Jorge Ontiveros. Madrid.
- Centro Cultural la Claras. Plasencia. Cáceres
2008 - CAMBIO CLIMÁTICO. Palacio de Villardompardo. Diputación de
Jaén.
- RUPTURAS. Galería a-rojo. Córdoba y Sala Municipal. Requena
(Valencia).
- IMPRESIONES. Sala Moreno Villa. Ayto. de Málaga. Málaga.
- EL BLANCO Galería Solimán Crear-t. Córdoba.
- HOMENAJE AL DOLMEN DE DALÍ, Museo Casa de la Moneda.
Madrid.
- CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO. Diputación-Cuenca.
DONACIONES. OBRA GRÁFICA 1998-2002. Biblioteca Nacional
Madrid.
- TRÓPICO DE GÉMINIS. Itinerante: Museo del Pescador. Santiago
del Teide.
(Tenerife). Casa Colón. San Sebastián de la Gomera.
2007 - RUPTURAS. Galería Jorge Ontiveros. Madrid.
- CAMINO A LA ABSTRACCIÓN. Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso.
Torremolinos.
(Málaga).
Palacio Ducal-Fundación Casa Medina Sidonia. Sanlúcar de
Bda.(Cádiz)
- Galería ART & FER PUR. Paris;
- MARBART O7. Galería dei Tempi. Barcelona-Italia.
- MARBART O7. Galería EDEA. Buenos Aires. Argentina.
- PRESENCIAS XII. El Bodegón en el Siglo XXI. Málaga
- MAESTROS Y EMERGENTES. Galería Jorge Ontiveros. Madrid.
MALAGA ARTE ACTUAL GENERACIONES 1950/2000. Edificio
Rectorado de la UMA
- EL DONCEL. Ermita de San Roque. Sigüenza. Guadalajara.
MUSEOS Y COLECCIONES:
.- Museo de Arte Contemporáneo Voluntariado de las Casas Reales. Sto.
Domingo.
República Dominicana.
.- Diputación de Córdoba
.- The Florida Museum of Hispanic and Latin American Art.
.- Museo de Arte Contemporáneo. La Habana. Cuba.
.- Colección “Fundación Banco Hispano Americano”.
.- Fundación Casa Medina Sidonia. Sanlúcar de Bda. (Cádiz)
.- Colección Arte Contemporáneo. Caja Postal.
.- Feria de Exposiciones. Valencia.
.- Museo Municipal de Castro del Río. Córdoba.
.- Fondo Cubano de Bienes Culturales. La Habana (Cuba)
..........-
Biblioteca Nacional de España. Madrid.
MEAC. Madrid.
Museo Pérez Comendador. Hervás (Cáceres).
Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente. Requena (Valencia).
Fundación Florencio de la Fuente. Huete (Cuenca).
Diputación de Málaga.
Fundación Unicaja. Málaga.
Ayuntamiento de Torremolinos. Málaga.
Museo del Pescador. Santiago del Teide. Tenerife.
Museo de Arte de Mazatlan. Méjico
PREMIOS Y OBRAS SELECCIONADAS:
.- 1º Premio del VI Certamen Nacional de Pintura Grupo CL. Madrid.
.- 1º Premio. II Certamen de Dibujo y Pintura Tivoli World. Benalmádena.
Málaga
.- 2º Premio del XVII Certamen de Pintura “Ciudad de Álora”
.- 2º Y 3º Premio del XVII Certamen Provincial de Arte. Diputación de Cádiz.
.- 3º Premio de Pintura “Primavera 2004”.Málaga.
.- Accésit del IV Certamen Andaluz de
Pintura Contemporánea “Ciudad de
Torremolinos”. Málaga.
.- II Certamen Internacional de Pintura
Costa del Sol. Marbella. (Málaga).
.- Seleccionado en el II Certamen
Provincial de Artes Plásticas. Málaga.
.- Seleccionado en el III Certamen
Provincial de Artes Plásticas. Málaga.
.- Seleccionado en el IV Certamen
Provincial de Artes Plásticas. Málaga.
.- Seleccionado en el V Certamen
Provincial de Artes Plásticas (Obra
adquirida). Málaga.
Reseña libros
“Cuentos que trajo el viento”
Cuentos que trajo el viento es una entretenida colección de doce buenas historias
para los niños. Los cuentos están envueltos en el humor, la fantasía, la ternura y la
sorpresa disparatada, excelentes ingredientes para atrapar la atención de los
niños lectores. Personajes inolvidables como un tal señor Corbatín acosado por
sus corbatas liberadas; Picky, una paloma de un vuelo tan veloz; un pirata y una
bruja tan desfachatados como divertidos; un pequeño besugo viviendo peligrosas
aventuras; las penurias de un Trocito de Espejo o el inolvidable Minotauro, que
aprende a vivir lejos de los oscuros pasajes de su
laberinto,
entre
tantos
otros personajes que
impregnan de colorido, vitalidad y fantasía a este
libro infantil.
María Barrionuevo Almansa (Málaga, España).
Licenciada en Periodismo en Madrid y Máster en
Técnicas de Escritura de Guiones Audiovisuales.
Es responsable de la sección infantil en la Librería
Luces de Málaga. Compagina su actividad como
librera con la realización de Talleres de Animación
a la Lectura y a la Escritura, que desarrolla en la
propia
librería
donde trabaja, en bibliotecas públicas y centros
escolares de Málaga. Le encanta la naturaleza y
todos los animales del mundo, salir al campo, dar
paseos por la playa, jugar con los niños, reírse y
conversar con su familia y amigos.
Ha publicado un libro de cuentos en España: Piel
de Nube y otros cuentos y en Chile, Cuentos que
trajo el viento.
Reseñas:
http://www.editorialeldesvan.com
Bajo los tilos, de María José Moreno. Primer libro digital editado por El
desván de la memoria, que ha alcanzado el puesto número 1 de libros más
vendidos en Amazon, y que lleva más de 6 meses en su Top 100. Su
argumento: María está embarazada cuando muere su madre en circunstancias
extrañas. Poco a poco reconstruye la vida de su progenitora, de atrás para
adelante, y se lleva la sorpresa de su vida al descubrir poco a poco las razones
que llevan a Elena, su madre, a morir entre dos continentes cuando estaba a
punto de ser abuela. Novela breve, intimista, intrigante y de lectura amena y
fluida.
Poeta sucumbiendo bajo un alud de ollas de acero inoxidable, de
Manuel de Mágina. Un poemario libre, prosa poética que atrapa en la lectura
desde los primeros versos; original e intensa. Primer libro editado por El desván
de la Memoria, una editorial que apuesta por la calidad a la hora de publicar y
por el descubrimiento de autores noveles. El libro tiene una presentación sobria
y elegante, y al abrirlo sorprende por la calidez de su textura y su acabado
artesanal. Cuidado hasta el último detalle, ya solo la experiencia de tenerlo
entre las manos nos despierta sensaciones. Un trabajo que, tanto por forma
como por contenido, merece la pena conocer.
Buenos días; primera novela de Alicia González, con la que fue
ganadora del Certamen de Novela Corta Princesa Galiana. Una obra que nace
de la estrecha relación como profesional en proyectos de apoyo a menores en
riesgo social, de los duros relatos escuchados de los chavales y sus familias,
de las confesiones a media voz, entre el miedo al reproche y la búsqueda del
perdón por los errores cometidos. En 2012, la editorial El desván de la memoria
la publica para dar difusión a la autora y a su obra premiada, y hacerla llegar al
mayor número de lectores. Se ha valorado de ella su realismo, la cercanía y la
original estructura narrativa que completa el conjunto como un puzle a través
de lo que cuenta cada uno de sus personajes.
Con Ojos de niña sobre el Estrecho, Emilia Luna Martín ofrece un
mosaico de memorias de infancia. Un paseo nostálgico por la Algeciras de los
años sesenta, donde la tristeza por una época perdida encuentra su bálsamo
en la mirada tierna de una niña. Podría ser la mirada de cualquiera, en un viaje
al interior del corazón. Sobre el escenario de una ciudad andaluza, recorrerás
calles empedradas, casetas de playa y ferias antiguas. Recordarás objetos,
hábitos, juegos y costumbres olvidadas. Historias que te harán reír, sentir,
recordar, soñar, en un libro que te transportará al pasado, te ayudará a
conocerte un poco mejor y a vivir con un poco más de optimismo.
63 claves para escribir buenos microrrelatos reúne los textos
finalistas, ganadores y seleccionados del primer Certamen Internacional
MundoPalabras de Microrrelatos. Cada microrrelato va acompañando de una
clave o consejo para mejorar la creación y transmitir técnicas de este género de
escritura breve. Este libro quiere ocupar un vacío que hasta ahora había en el
estudio y exposición de los recursos para aprender y mejorar la escritura de
este tipo de relatos, que tanto se han popularizado en los últimos años. Un libro
imprescindible para todos los que desean dominar la técnica del microrrelato.
I Antología poética de Pedro Jiménez de Castro. Primer libro publicado
de este poeta de Talavera de la Reina, que vivió entre 1886 y 1938. Excepto
sus textos en diarios y revistas de la época y algunas reseñas posteriores, la
obra de este autor ha permanecido hasta ahora inédita, y la editorial El desván
de la memoria la recupera en su apuesta tanto por dar a conocer a nuevos
autores como para rescatar y dar a conocer obra literaria que ha quedado en el
olvido. Justo homenaje a quien dedicó su vida a las letras.
Programación Literaria Biblioteca Arroyo de la Miel Primer trimestre 2013 ENERO 8 Martes Club de
lectura Biblioteca
Arroyo de la
Miel Read on! Fluent, coordinado
por Elise Freedman 19:00 h. Club de lectura en inglés. Se comentará
Lucky Jimde Kingsley Amis. Plazas libres hasta completar aforo.
10 Círculo de
Cercle de l'Histoire Jueves 19:00 h. Historia Presentación de una tertulia sobre Historia
en francés. Michel Gehin coordinará un
debate en torno al tema “Verdun 1916,
pourquoi Verdun”. En colaboración con UFE Costa del Sol. Plazas libres hasta completar aforo.
11
Foro de poesía Amigos de la poesía Viernes 19:00 h. Presentación de un foro dedicado a la poesía. Coordinado por Carmina Martínez.
15 Martes Club de
lectura 22 Martes Club de
lectura Costa del
Sol Biblioteca
Arroyo de la
Miel Biblioteca
Arroyo de la
Miel Biblioteca
Arroyo de la
Miel Club de lectura "Zenobia
Camprubí”, coordinado por Olga López de
Lerma 19:00 h. Inscripción previa en la Biblioteca. Se
comentará Sedade AlessandroBaricco. Plazas limitadas.
Biblioteca
Cercle de lecture Arroyo de la
Miel 19:00 h.
Tertulia literaria en francés en colaboración
con UFE Costa del Sol. Se comentará La
cathédrale de la merde Idelfono Falcones. Plazas libres hasta completar aforo. 29 Martes Club de
lectura Club de lectura Encuentro con los clásicos, Biblioteca
Arroyo de la
coordinado por Jesús Majada Miel 19:00 h. Club de lectura en español donde se analizan obras de la literatura
universal. Se comentará Pedro Páramode
Juan Rulfo. Plazas libres hasta completar aforo.
Club de lectura en finlandés “Minna Canth”, coordinado por Kimmo Shalman 31 Jueves Club de
lectura Biblioteca
Arroyo de la
Miel 19:00 h. Plazas libres hasta completar aforo
FEBRERO 1 Viernes Foro de
poesía 5 Martes Club de
lectura Amigos de la poesía 19:00 h. Presentación de un foro dedicado a la poesía. Coordinado por Carmina Martínez. Biblioteca
Arroyo de la
Miel Biblioteca
Arroyo de la
Miel Read on! Fluent, coordinado por Elise Freedman 19:00 h. Club de lectura en inglés. Plazas libres hasta completar aforo. 8 Viernes Presentación
de libro Presentación del libro Abriendo caminos a la Biblioteca
Arroyo de la
libertad 19:00 h. Miel Abriendo caminos a la libertad es un libro de
relatos escrito por varios autores con un nexo
de unión: narrar las vivencias de personas
represaliadas durante el régimen franquista. 12 Martes Club
lectura de Club
de
lectura
"Zenobia
Camprubí”, Biblioteca
Arroyo de la
Miel coordinado por Olga López
de
Lerma 19:00 h. Inscripción previa en la Biblioteca. Se comentará El cielo protectorde Paul
Bowles. Plazas limitadas.
de Cercle de l'Histoire 19:00 h. Tertulia sobre Historia en francés. D. Sananes
coordinará un debate en torno al tema “Jeanne
d'Arc, mythem et légende”. En colaboración con UFE Costa del Sol. Plazas libres hasta completar aforo.
de Cercle de lecture 14 Jueves Círculo
Historia 20 Martes Club
lectura Costa del
Sol Biblioteca
Arroyo de la
Miel Biblioteca
Arroyo de la
Miel 19:00 h.
Tertulia literaria en francés en colaboración
con UFE Costa del Sol. Rosario Perucha
Checa analizará “Chagrin D'école” de Daniel
Pennac. Plazas libres hasta completar aforo. 21 Jueves Club
lectura de Club de lectura en finlandés “Minna Biblioteca
Arroyo de la
Miel Canth”, coordinado por Kimmo Shalman 19:00 h. Inscripción previa en la Biblioteca. 22 Viernes Taller “Aprende a
leerte” Biblioteca
Taller “Iniciación al Tai chi chuan” 19:00 h. Arroyo de la
Este taller se presenta dentro del programa de Miel actividades del centro de interés “Aprende a
leerte”.Se basa en la práctica conjunta de unos
ejercicios de qigongpara la salud, además de
una introducción de Luis Molera sobre
principios y bases del tai chi chuan, para
finalizar con la práctica de algunos sencillos
movimientos de aproximación al tai
26 Jueves chi,basados en la forma Yang de 60
movimientos de William C. C. Chen (Nueva
York).
Biblioteca
Encuentro con los clásicos,coordinado por
Arroyo de la
Miel Club de
lectura Jesús Majada
19:00 h. Club de lectura en español donde se analizan obras de la literatura
universal. Se comentará La metamorfosisde
Franz Kafka. Plazas libres hasta completar aforo.
MARZO 1 Viernes Foro de
poesía 5 Martes Amigos de la poesía 19:00 h. Foro dedicado a la poesía. Coordinado por Carmina Martínez
Biblioteca
Arroyo de la
Miel Biblioteca
Arroyo de la
Miel Club de
lectura Read on! Fluent, coordinado por
Elise Freedman 19:00 h. Club de lectura en inglés. Plazas libres hasta completar aforo. 12 Martes Club
lectura de Club de lectura "Zenobia Camprubí”, Biblioteca
coordinado por Olga López de Lerm Arroyo de la
Miel a 19:00 h. Inscripción previa en la Biblioteca.
Se
comentará El niño con el pijama de rayasde
John Boyne. Plazas limitadas.
14 Jueves Círculo de Cercle de l'Histoire Biblioteca
19:00 h. Arroyo de la
Historia Tertulia sobre Historia en francés. Odile
Miel Blanchard coordinará un debate en torno al tema
“Les Acadiens”. En colaboración con UFE Costa del Sol. Plazas libres hasta completar aforo.
15 Viernes Conferencia Conferencia "Directoras de cine español: de Biblioteca
Elena Jordi a Pilar Miró"a cargo de la Arroyo de la
Miel historiadora Rosa Ballesteros. 19:00 h. A lo largo de febrero y marzo el cine ocupa un
lugar destacado en la Biblioteca. La conferencia
de la historiadora Rosa Ballesteros describe la
experiencia de las primeras mujeres que se
dedicaron profesionalmente a la dirección de
cine. 19 Martes Club
Biblioteca
de
Arroyo de la
lectura Miel Costa
del Sol Cercle de lecture
19:00 h. Tertulia literaria en francés en colaboración con
UFE Costa del Sol. Se analizará “La soumission à l'autorité” de
Stanley Milgram. Plazas libres hasta completar aforo. 20
Club
Miércoles lectura 21 Jueves Club de
lectura de Encuentro con los clásicos,coordinado por Biblioteca
Arroyo de la
Miel Jesús Majada
19:00 h. Club de lectura en español donde se analizan obras de la literatura universal de todos los tiempos. Se comentará El
mercader de Veneciade William Shakespeare. Plazas libres hasta completar aforo.
Club de lectura en finlandés “Minna Biblioteca
Arroyo de la
Miel Canth”, coordinado por Kimmo Shalman 19:00 h. Inscripción previa en la Biblioteca.
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