1. Querido Mauricio Traté de escribir una larga carta pública a

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 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos “Querido Mauricio" es una publicación digital gratuita y periódica con textos de mi autoría sobre política y temas vecinos. Intenta no ser clásicamente política, por eso lo de "neopolítica". Es decir, busca integrar otras preocupaciones y otros modos de decir para contribuir a una actualización de la idea de política. Nadie sabe muy bien hoy qué es hacer política. En el nuevo escenario la eficacia de un deseo de transformación social requiere modificar pensamientos, actitudes y costumbres. Además, se trata de ideas que quieren algo, no de un trabajo puramente intelectual. El objetivo es lograr una visión que ayude a una intención de cambio en la Argentina. Aclarando puntos, liberando acciones, sumando partes de nuestras sensibilidades, dándole a nuestro hacer fuerza y alcance. Mi idea al lanzar este primer número es hacer unos pocos números más. Pocos textos, no muy largos, que se lean fluídamente. Vamos a ver cómo sigue la cosa. 2 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Quiero agradecer a Julieta Herrero, a Marcos Peña, a Nawel Vercellino y a Ezequiel Vinacour de publicaciones Hesíodo, que me ayudaron de distintas formas. 3 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos 1. Querido Mauricio Traté de escribir una larga carta pública a Mauricio buscando un formato de ensayo coloquial, que lo pusiera a él y su misión en el centro de la escena. Creo que muchas cosas merecen ser pensadas en ese eje transformador de un liderazgo necesario y distinto, de un liderazgo transgresor como lo es el suyo para un país demasiado acostumbrado a los jefes abusivos. Aquí el primer fragmento... UNO En otra época este texto se hubiera llamado “Carta Abierta a Mauricio Macri”, pero olvidate de seguir diciendo “carta abierta” después de la existencia de la conocida agrupación de intelectuales. Además, uno ya no le escribe cartas a nadie y menos a quien ve con 4 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos frecuencia. En todo caso, nos escribimos mails, siempre más cortos y directos, comunicación al pie. El único caso en el que uno le escribe cartas a alguien con quien habla en forma regular es cuando le escribe a su pareja, a su amor, para decirle cosas que no quiere o no puede decir directamente, o para decirle más, para explayarse, para deleitarse en decirlas escribiendo -­‐porque no siempre es lo problemático lo que impulsa una carta-­‐, o para lograr comunicarse con más claridad de la que es posible cuando uno se habla en medio de las cosas de todos los días. Claro, no todas las parejas lo hacen, pero yo lo he hecho, y mucho. Muchas veces en papel, y muchas otras en mails, largos o cortos, mails diciendo y volviendo a decir esas cosas que las parejas se dicen y vuelven a decirse, que se quieren y que no se quieren tanto, o bien que se quieren pero con reparos, dificultades, idas y vueltas. Es además un secreto de seducción o acercamiento, eso de escribirle a la persona buscada, deseada, conquistada o por conquistar, para decirle con palabras permanentes la emoción, las ganas de qué, porque el lenguaje es una caricia que toca esas partes del cuerpo 5 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos donde las manos no llegan, las formas del sentido o sea cuerpo también, tan cuerpo como todo, pero inasibles por vías demasiado directas. ¿Querés conseguir el amor de alguien, hacerla/lo tuyo, desplegar mundo conjunto?: escribile. Decile lo que querés y sentís por esta vía de palabras que parece antigua o elusiva pero es en realidad permanente y directa. Hay cosas que sólo se dicen diciendo, palabras que valen por mil imágenes, palabras emociones que desafían el lugar común de que hoy en día todo pasa por la imagen y que se trata de un mundo visual y no verbal. Nadie negaría sensatamente el valor de las imágenes, ¿por qué negar el valor de las palabras? De todas maneras, el núcleo de la cosa, dirigirse a alguien públicamente, es un truco válido y lindo. Le hablás por escrito porque le vas a decir otras cosas o porque querés que otros también escuchen o lean. Te dirigís públicamente a alguien para que ese decir tenga 6 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos testigos, para que sepan que dijiste y que el otro estaba. Es un juego, un juego retórico. Tamaña digresión, Mauricio, para decirte algunas cosas sobre tu posible futura presidencia, ¿no es mucho delirio? Es preferible que un texto político sea una digresión y no una desgracia. Además, no sabemos hoy qué es un texto político. En realidad no sabemos tampoco hoy qué es exactamente la política, porque las formas de la vida social han cambiado mucho en las últimas décadas. O también es posible que el delirio, o algo que no lo es pero a una mirada más formal puede parecérselo, sea el modo adecuado de tratar con algo tan anquilosado como la política. Un modo de rehacerla como queremos, de darle aire y vida, sacándola de las publicaciones especializadas, de las mentes entendidas a las que tantas cosas se les escapan, y sentarla en la vereda a mirar la gente que pasa. Perdoname que me fui un poco por las ramas. Te quería decir algunas pocas cosas. 7 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Quería decirte por ejemplo, cuál es, a mi entender, el objetivo de tu posible presidencia, porque parece que vas a ser presidente. Increíble, ¿no? Tantos años viniendo hacia este lugar y ahora estamos tan cerca. No es cosa hecha, por supuesto, pero si tengo que decir la verdad me parece que hoy es más posible que ganes a que no ganes. Falta, por supuesto, que el apoyo que mucha gente parece dispuesta a dar se confirme y se transforme en un apoyo masivo, pero creo que esa ola viene creciendo. ¿Objetivo de tu presidencia? Debe haber muchos modos de decirlo, y muchos buenos, pero el que tengo en mente es interesante, y no perdemos nada con ponerlo sobre la mesa, entre otros. Creo que el objetivo de tu presidencia debería ser el de producir una mutación psicológica del argentino. Crear las condiciones para que el individuo maduro, íntegro, capaz, responsable, sea una tendencia general y no una excepción. Establecer el marco para que las personalidades sean capaces de otras posiciones existenciales y tiendan a generar crecimiento propio y común más que a victimizarse, paralizarse, y negativizarse. Hay que ayudar a las personas con 8 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos problemas para crecer (probablemente todas, nosotros incluidos) y lograr que desarrollen su potencial particular, liberando las fuerzas dormidas e insatisfechas, dando lugar a caminos de crecimiento y maduración personal. Una sociedad bien planteada alienta a sus individuos a crecer, no los acogota ni aplasta. Los ayuda, no les suma obstáculos. Y un individuo que crece aporta su valor a una construcción social. Hay que desandar mucho tango, mucha melancolía, mucho narcisismo, desaprender el hábito de la acusación, de la objeción permanente, desactivar la estúpida veneración del impotente pensamiento crítico, esa inteligencia mal entendida, mal ejercida y mal vivida. Hay que deshacer la fascinación por el amor triste, la creencia de que la muerte es prueba de valor o de verdad, la paranoica y también narcisista idea de que hay siempre una maquinación en marcha, alucinadas corporaciones operando para destruirnos, como si la vida fuera un comic y estuviéramos siempre a punto de ser aniquilados por Lex Luthor. 9 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Es tal vez raro que proponga una observación psicológica antes que una económica, o institucional. Hasta una visión cultural parecería más adecuada, pero es que siento que es en ese espacio de sentidos personales, en esa configuración de estilos existenciales, donde se da la batalla básica, el cambio de los cambios, la matriz de una visión que podría osar más y poder más. Creo que siempre que hay comunidades sanas, capaces de más, éstas tienen su base en individuos capaces, capaces como personas dotadas de deseo y fuerza constructiva y capaces por lo tanto de ligarse a otras personas para hacer cosas juntas. Sí, para lograrlo deben usarse todo tipo de recursos y tocarse resortes muy variados. Es claro que son pertinentes y necesarias las observaciones que toman en cuenta tanto las cifras del movimiento económico como las que permiten pensar en cosas tales como la calidad educativa, la implementación de planes asistenciales, el cuidado de la salud infantil y familiar, y la generación de un cambio profundo en temas de seguridad. Pero más allá de todas estas estrategias parciales y necesarias imagino a un buen presidente como a un gran terapeuta comunitario, como una persona que ayuda a las 10 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos personas particulares a erguirse de una manera nueva y por eso hace posible fenómenos de crecimiento social. Como a alguien que piensa y ve, y siente, y opera, teniendo en cuenta este sentido principal. La política que hacés, Mauricio, que hacemos, y que queremos hacer cada vez más, es una que no pide la despersonalización de nadie, todo lo contrario. Queremos hacer un cambio en el país para que las personas que somos, todos los que vivimos aquí, podamos ser plenamente todo lo que somos, queremos y podemos ser. Vamos por el potencial, y el potencial aparece con la asunción plena de lo personal. No hay potencial impersonal. El “ir por todo” no es personal, es ambición suprapersonal, proyecto de poder que devora personas, mundo en el que no cabe nadie, visión desamorada al extremo, absoluto hecho de intervención dañina en una realidad que siempre es por el contrario relativa. El absoluto es el territorio de la muerte, en sus “todos” y “nadas” no hay espacio para nada vivo, con su aparición todo se hace tosco e irreal. Por eso es el reino de la historia, dimensión sólo poblada por muertos, mundo sólo representado, y por eso es tan patológica esa mirada que 11 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos hace primar antes que la pujante e indisciplinada vida, el orden del tiempo que ya fue. En la despersonalización el ser humano concreto tira por la borda todo lo propio para engancharse en una versión genérica que le permita tratar con sus cuestiones íntimas y difíciles de modo aceptable. El militante, el que se enajena con el sentido político, el que cree y dice como recitando un credo que "todo es política" suele tener una historia triste detrás, en su base, que lo hace salir corriendo de su realidad familiar, emotiva y real, para transmutarse en un ser de la historia. Y nadie es un ser de la historia. Tampoco creo que haya que criticar y malquerer a quienes les pasa de creerse más simbólicos que reales. Esos militantes suelen terminar sirviendo a procesos autoritarios e incapaces de crecimiento social auténtico, pero es necesario comprenderlos y ayudarlos. El militante, ese fanático que rechaza el mundo dado y el reino de lo posible para vivir en su mundo fantaseado y simbólico, padece de algo que lo hace rechazar esa realidad elemental con la que no puede tratar, a la que quiere curar por una vía demasiado indirecta para ser efectiva. 12 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Se pone violento, porque su idea del bien suele implicar la necesidad de eliminar y castigar a otros, a los que considera responsables de su malestar. Es víctima de un planteo sin solución, simplista al punto de la torpeza, pero no siempre está movido por malas intenciones ni es necesariamente un enemigo del crecimiento. Según el grado del problema, uno puede reconvertir ese camino de odio en un proceso generador y creativo. A veces esa necesaria trasmutación tiene lugar cuando el militante se da contra la realidad, cuando choca contra la evidencia, y decide bajar sus banderas e inicia el difícil camino de la realidad. DOS El otro día, Mauricio, cuando hablábamos de lo importante que era entender que hacer un gobierno es dar servicio a los proyectos personales de los habitantes de un país, te pregunté cuál era tu aspiración íntima, tu deseo, qué querías vos como persona. Me dijiste: "hacer historia". No como el historiador, estudiándola, está claro, sino pariéndola. Dejar una huella en el desarrollo del país, un aporte. Y cuando decís eso yo pienso: hay que estar loco, eh. 13 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos No sé qué historia familiar hay que tener en el prolegómeno de la vida propia para terminar, o seguir, queriendo hacer historia nacional, cambiar un país, afectar la vida de la comunidad, darle alas. ¿No estabas cómodo en tu vida privada? ¿No te gusta estar en casa, viajar, no sé, fundar una empresa? ¿No preferirías coleccionar estampillas, inventar un nuevo club de fútbol, aprender a tocar el piano o hacer artesanía en vidrio? ¿Qué tipo de inquietud o insecto interno hay que tener para aspirar a semejante trascendencia, pudiendo además -­‐vos especialmente dado tu nivel de vida-­‐ dedicarte al disfrute de los placeres posibles para los de posición acomodada? ¿Sos vos también, a tu modo, un militante de los que venía hablando, un despersonalizado que quiere dejar su huella en la forma humana? La verdad es que no parecés un despersonalizado en lo más mínimo, ni parece anidar en vos la exaltación de la historia, ¿aparecerá cuando seas presidente? ¿O es que hay un modo constructivo de estar alienado y poseído por deseos de trascendencia? Siempre pensé que había que estar un poco loco para querer ser presidente. Pero me decía también que no se trata tanto de curar a 14 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos un loco semejante sino de encontrar a uno que sirviera y de darle envión. Alguien tiene que hacer ese trabajo, ser presidente. Alguien tiene que ser cirujano, también. Si curamos de su trasfondo sádico al motivado por el bisturí, ¿quién nos arregla los cuerpos, después? Si curamos a los temerarios que aceptan patrullar las calles, cuidándonos a todos, ¿quién enfrenta a los delincuentes? Si curamos al trascendido que sirve, ¿a quién ponemos a hacer el difícil trabajo de ser presidente? ¿Quién se va a hacer cargo de las decisiones, quién va armar semejante equipo?. ¿Quién va a poner la cara para que lo puteen tanto sin que eso lo haga perder el rumbo o quién va a esmerarse para organizar el crecimiento? De todas formas ahora pienso otra cosa. Creo que tal vez el deseo de ser presidente no es tanto una expresión de locura como un modo de elaborar una locura incipiente y darle forma de logro. Así me represento tu historia: hijo de un padre poderoso, algo desafectivizado, padre que impulsa a su hijo al crecimiento siempre y cuando ese crecimiento ocurra en la dirección que ese padre quiere; vos cumpliendo pero al final hartándote y deseando hacer tu propia vida, desafiando a ese amor narcisista de padre que busca prolongarse en 15 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos otro a ser amor real que sabe apreciar la diferencia, yéndote de la empresa a Boca, y después, ya completamente delirado o en pleno trance de curación, volviéndote a la política, llegando a ser el mejor Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dos períodos consecutivos, dando vuelta toneladas de prejuicios, y ahora carreteando para ser el presidente del cambio. Y lo aclaro por si hay algún distraído leyendo: lo digo sin ironía, con inocencia, creyendo sinceramente en que si llegás a la presidencia, si el grupo en el que participo comprometidamente llega a gobernar el país, la Argentina hará un cambio importante, necesario, anhelado y visible. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Sos un impersonal alucinado que quiere hacer historia o un ciudadano capaz de un gran aporte? Como siempre, las cosas vienen mezcladitas, y a veces las mezclas permiten cambiar el sentido de las carencias y volverlas riquezas. Y otras veces lo contrario, claro. Vos serías el que necesita ir al plano de la historia para poder responder a un padre que te formó para algo que vos le estarías por demostrar que era poco, algo que era suyo y de lo 16 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos cual vos te diferenciás pudiendo algo más. Tal vez, aunque no conozco a Franco ni sé en realidad mucho de su historia industrial -­‐habiendo aprendido a desconfiar de las mil cosas que se dicen y pudiendo sin embargo creerlas todas si fueran probadas y ciertas-­‐ vos buscás demostrarle que se pueden hacer grandes cosas guiadas por el amor y por la preocupación por el otro. Probándole incluso al hacerlas que tu reproche de que fuera capaz de disfrutarte más sencillamente -­‐
entendiendo que un hijo es un hijo y no una parte de sí-­‐ tenía sentido y era posible. Vos le demostrarías a tu papá, con tu historia hecha, que más allá de la ambición económica, desesperada, tal vez necesaria en inmigrantes hambrientos y trastornados, hay una esfera de ambiciones más valiosas, superiores, en las que uno aporta mucho a la felicidad de una comunidad. El logro más alto no es amasar una fortuna y ponerse a salvo, sino tal vez saber que la verdadera –y siempre necesariamente relativa-­‐ salvación tiene que ver con ayudar a una comunidad a superar su pobreza y a desplegar su potencial. 17 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Son especulaciones, no ciencia, claro está. Probablemente especulaciones no del todo certeras porque aunque hemos hablado muchas veces de tu vida como hijo y de los pasos de tu crecimiento (y hemos hecho el paralelo de nuestras experiencias de hijos de padres fuertes y poco dados a aceptar la diferencia) habría que conocer el tema y los personajes a los que aludo más de lo que los conozco. Sin embargo creo que son valiosas especulaciones porque buscan donde hay que buscar para explicar, entender y lograr muchas cosas: en la esfera del sentido íntimo y de la historia emotiva personal. La digresión, decir algo que implica irse un poco por las ramas, parienta aceptable (a medias) de la asociación libre, hace que un texto político se mantenga dentro de la realidad. Nos cura de la racionalidad y nos permite ser plenamente humanos. Mantener la racionalidad como eje todo el tiempo da mucho trabajo. Hay que amoldarse a un modo de la existencia incompleto y muchas veces deformado. La vida se comprende y se pone en marcha cuando se entiende que la racionalidad es una capa de sentido pero no la clave de todas las claves, porque somos un fenómeno animal, natural, y no una idea desplegada. 18 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Y la política adolece de racionalidad y al hacerlo carece de recursos para entender la vida profunda de una comunidad. Podría parecer que no es así, que se trata de lo contrario: podríamos creer que nuestros problemas tienen que ver con la irracionalidad que padecemos, que la Argentina es un país desordenado y excesivamente informal. Bien considerada, sin embargo, la cosa tiene sentido: hay que entender que la racionalidad es un orden formal, inorgánico, y que las cosas funcionan cuando están armadas orgánicamente, teniendo en cuenta que el fenómeno considerado más abarcativamente es siempre la naturaleza, y que somos básicamente animales. Animales capaces, refinados, inteligentísimos, pero animales sujetos a los mismos impulsos que animan toda naturaleza. Lo que falla entre nosotros no es una falta de racionalidad sino el tipo de emotividad que nos ata al fracaso recurrente, a la victimización y la falta de responsabilidad, a las historias simples y falsas, al placer de lo autoritario y a la adoración de los malos. O a la 19 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos comodidad neurótica de un padecimiento seguro al que se prefiere antes que al camino más desafiante del desarrollo. Hay que entender que si tiene sentido aplicar racionalidad de ingeniero y estadista al manejo de las cosas públicas, antes hay que ser capaz de una irracionalidad del afecto, del querer, sin la cual la racionalidad pura y dura no termina de funcionar. Cada ingeniero que conozco dice de sí: "soy cuadrado, padezco de un exceso de racionalidad". Al mismo tiempo los veo avanzar, buscar en zonas que están más allá de su conocimiento y ser capaces de una visión osada y creativa. Está claro que en este caso, como en todos, la generalización es abusiva, pero así como no todos los filósofos renegamos de la practicidad y caemos en la trampa de la oscuridad y el rechazo del mundo real, no todos los ingenieros terminan por ser seres duros y cerrados. O sea que te escribo una especie de carta larga, como método para decir cosas de esas que decimos cuando trabajamos, vos como Jefe de Ciudad y yo como pensador adjunto, o como cuando, cercanos a la amistad, hablamos de mujeres e hijos, comentamos las noticias o 20 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos pensamos formas de poder más de lo que podemos. Escribir una carta pública es alimentar el voyeurismo general satisfaciendo el exhibicionismo propio. Satisfacemos dos trastornos con un solo movimiento. Pero como te hablo de cosas públicas, podríamos decir que se trata básicamente de un formato aceptable para un ensayo. A un ensayo que se quiere lo más cercano y realista posible, cosa que los ensayos tienen que aprender a hacer si quieren tener lectores. TRES Muchos hemos sentido en distintos momentos un desencanto por la política. Creemos que si hay una corporación viva en nuestro país esa es la corporación política. El grupo de "los mismos", renovadores tan renovadores que de toda renovación participan, mutan apenas para conservarse en el poder y repetir formas y estilos . El establishment, la reacción, es ese universo de dirigentes que tanto conocemos y tan poco han logrado, que tanto usan la cosa pública y tan poco pueden desarrollarla. 21 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Pero no toda política ha sido tan nefasta en la última década. El Gobierno de la Ciudad que lideraste tiene mucho que mostrar, y no me refiero a las exitosas e incuestionables pero frías cifras de una gestión llena de logros –hasta la gestión más exitosa puesta en cifras parece fría-­‐ sino a una nueva intención puesta en movimiento. O a una eterna intención puesta de nuevo en movimiento. El gobierno del PRO en la capital fue la puesta en marcha de una voluntad de cambio, de un cambio verdadero en la Argentina. Está a la vista, son hechos más allá de toda opinión, que muestran una realidad que resiste aún a las mentiras de sus críticos. Nuestro proyecto político es rebelde y está basado en un deseo colectivo. ¿Rebelde el PRO? Sí, exactamente, rebelde con todas las letras, rebelde porque reacciona contra el establishment del retro progresismo, contra la resignación paranoico crítica y contra el escepticismo tanguero depresivo y melancólico. Rebelde porque desafía la costumbre cínica, la falta de fe, la sensación de que todo es lo mismo y nada tiene solución; porque da poder al ciudadano, al que sirve y no usa; porque se anima a ser el blanco de la crítica de la mirada convencional entendiendo que eso es lo que le toca por osar ir más allá 22 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos de los límites que la costumbre política impone mediante el temor, la resignación, la mentira y el desamor. ¿Sabremos continuar este cambio, podremos completarlo? La tarea del desarrollo nunca termina, pero creo que estamos a la puerta de un notable cambio de estilo, de clima y de tendencia, que inicia una verdadera revolución en la Argentina. Sí, dije revolución, y no me tembló la mano. El PRO es un emprendimiento con ánimo de cambio, se enfrenta al establishment del pensamiento político convencional, de las ideologías neuróticas y sube la apuesta: logra ayudar a los más necesitados, aquellos que son constantemente aludidos por el discurso popular pero a los que los políticos que lo encarnan no logran nunca ayudar. ¿Porque no saben o porque no quieren? ¿Es el discurso progresista un paso ineficaz o una fachada para ocultar y justificar la mera delincuencia de la siempre presente corrupción populista?. Para algunos será lo primero, porque muchos apoyaron de buena fe, y para muchos otros lo segundo, un truco de ilusionismo, la delincuencia perfecta: representar el bien para hacer el mal en paz. Hay 23 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos de todo, hubo de todo y habrá de todo. Lo que importa es lograr poner en la dirigencia a gente sana y capaz. Tampoco creo que un gobierno nacional del PRO, como ningún gobierno humano, vaya a estar exento de problemas o vaya a poderlo todo, pero quiero creer que este grupo humano que no para de crecer es realmente algo distinto en nuestro país. Siento, creo, que vos, Mauricio, has creado, con esmero y con ayuda, buscando, errando y corrigiendo, esta ola de transformación necesaria y compartida. _ 24 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos 2. Festival del prejuicio Esta es la versión ampliada de un artículo del mismo nombre que publiqué en "La Nación" hace un tiempo. Ya sin el límite de la extensión del texto que impone neccesariamente un diario agregué unos cuantos prejuicios más... Todos los hombres que bailan clásico son homosexuales. Todos los políticos son corruptos. Todos los policías también, corruptos y padres y maridos golpeadores. Todos los jueces son sobornables. Todos los vendedores de autos usados son deshonestos y hacen cualquiera. Todos los empleados públicos son unos vagos, tratan de trabajar lo menos posible y pierden el tiempo. Todas las mujeres son muy sensibles, emotivas, amorosas, cariñosas y querendonas. Todas las mujeres son románticas. Todos los hombres están alienados por el 25 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos fútbol y son un poco toscos. Todos los hombres son infieles y ejercen una sexualidad depredadora sin límite. Todos los sindicalistas son tránsfugas, mentirosos y tienen problemas de sobrepeso. Todos los pobres son buenos. Todos los pobres son víctimas del sistema. Todos los que tienen mucha plata son malas personas. Todos los ricos le han sacado su riqueza a otros indebidamente y son insensibles a la necesidad de los que no tienen. Todos los adolescentes son vagos, están deprimidos y tienen amigos con los que hacen quilombo cada vez que pueden. Todos los viejos sufren, tienen mal humor, no entienden al mundo moderno y viven a las puteadas. Todos los niños son felices e inocentes. Todas las personas creen en Dios aunque digan que no. O si lo niegan es porque creen en otra cosa, pero todos creen porque en algo hay que creer. Todos los que son muy libres sexualmente son inmaduros o tienen un problema. O tienen miedo al compromiso. Todos los matrimonios producen aburrimiento y rutina, generan tedio y destruyen el amor. Todas las mujeres se hacen más cargo de las tareas del hogar que los hombres, aunque ellas trabajen y ellos no. 26 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Todos los norteamericanos son pavotes e ingenuos. Todos los que viven en el interior son personas simples y buenas. Todos los porteños están apurados y tienen mala onda. Toda acción enérgica contra la delincuencia es represión. Toda represión contra la usurpación del espacio público es fascista. Toda exigencia limita la libertad y debe ser denunciada como pretensión indebida. Toda obligación es ilegítima. Todos los curas son abusadores de menores. Todos los hombres religiosos son moralmente rectos y decentes. Todas las personas lindas son tontas. Todos las personas muy atractivas son histéricas y narcisistas.Todos los que se toman en cuenta a sí mismos son egoístas, y todos los egoistas son egoistas todo el tiempo, sin tregua. Todas las personas seguras en realidad son flanes que simulan no serlo, la seguridad es siempre una ficción representada con esfuerzo. Todos los camioneros son unos energúmenos y apoyan a un sindicato patotero. Todos los taxistas son escépticos y tangueros. Todos los izquierdistas son dogmáticos. Todas las empresas engañan a la gente. Toda la gente es engañada en su buena fe por los manejos del poder. Todos los poderosos son nocivos y sólo se preocupan por sí mismos. Todos los inteligentes son muy críticos de la situación nacional y del rumbo que 27 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos toma la civilización occidental. Todas las personas profundas están abrumadas por el desorden de la realidad, y sufren, sufren mucho porque ven la realidad que los que disfrutan no logran captar. Todos los orientales hacen meditación y rechazan las posesiones materiales. Todos los idealistas aportan algo al desarrollo de una comunidad. Todos los futbolistas son muy básicos y hablan mal. Todos los científicos son hiperracionalistas y niegan los sentimientos. Todos los plomeros son unos ladrones. Todos los rockeros son drogadictos. Todas las promotoras son atorrantas. Todas las industrias contaminan por demás y su preocupación por el medio ambiente es siempre fingida. Todos los cambios son difíciles y generan enormes riesgos. Todas las costumbres sociales son valiosas porque están consagradas por el hábito. Todas las simplificaciones son superficiales. Toda diversión es posible gracias a la inconsciencia. Toda limitación es mala. Todo deseo en libertad es muy peligroso y debe ser suplantado por una clara noción del deber. Todo miedo es valioso, todo temor es precaución necesaria. Todas las opiniones son igualmente respetables. Todo hecho pasado merece ser recordado cuidadosamente. 28 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Todo libro merece ser leído. Toda persona que lee hace crecer su inteligencia. Toda educación es positiva. Toda persona que trabaja trata de hacer el menor esfuerzo posible. Todo entusiasta se engaña a sí mismo. Toda positividad es sonsa. Todas las mentiras salen a la luz. Todo error es gravísimo y debe ser evitado. Todos los que se van a vivir afuera lo hacen porque están decepcionados de su país. Todos los que se van a vivir afuera extrañan a su familia. Todos los padres y las madres quieren lo mejor para sus hijos. Todos los hijos adoran a sus padres. Todos los días de sol son "días lindos" y los días de lluvia son "días feos". Todos los que trabajan en marketing inventan mentiras para aprovecharse de los consumidores. Todos los que no tienen trabajo querrían tenerlo. Todos los que hacen beneficencia son hipócritas que esconden algo. Todos los que trabajan duramente consiguen hacerse una buena situación. Todos los que no saben lo que quieren están perdidos para siempre. Todas las personas seguras carecen de temores y no dudan jamás. Todos los europeos son refinados. Todos los brasileños son felices. 29 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Es comprensible que hagamos conjuntos para resumir las tendencias, bloques estandarizados que nos ayuden a enfrentar las complejidades de la realidad, esas que de otra forma requieren tiempo y cualidades mentales (nunca sobrantes) para ser captadas y procesadas. Pero al mismo tiempo, ¡qué inadecuados son estos principios a la hora de tratar con nuestras concretas aventuras existenciales! Hay que hacer un esfuercito y salir de la visión sencillista. Nos haría bien a todos… _ 30 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos 4. 6 tweet ampliados Hay muchos modos de usar Twitter, todos legítimos, claro está. Yo lo uso como una libreta de conclusiones, publico frases que me esclarecen. El twit es un concentrado de idea, depurada y refinada, pero en este texto hago el camino inverso: abro alguna de esas ideas para que muestren su alcance, o para explicarlas. ¿Por qué hablar de amor en una publicación política? Porque la política es cosa de relaciones humanas, básicamente. Y porque buenas relaciones hacen buena política. @AlejRozitchner
El amor, que hace todo más fácil, es a veces tan difícil...
31 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos El amor hace todo más fácil. Cuando estás enamorado y tenés tu cómplice vital básico, enlazado a vos por una cercanía corporal disfrutada y excitante, tenés un plus de energía que allana muchas dificultades. Crecés más fácilmente, las cosas tienen más sentido. Tenés un motor extra, para poder lo que tal vez antes ni sabías que querías. Al querer y descubrir a otra persona te descubrís también a vos mismo, incrementado, avalado, potenciado por su confianza y su interés. Ese contacto almohadilla el mundo, te sentís más cálidamente involucrado con todas las cosas. Pero eso, que es cercanía gigantesca, a veces tiene movimientos tectónicos de placas, como los que producen los terremotos. Los deslizamientos del afecto pueden ser igualmente devastadores. Se derrumban los edificios en los que vivías. No hay manera de decirle a una placa que recorre centenares de kilómetros con la fuerza interna del planeta “quedate quieta”. “No 32 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos terremotes que se nos viene todo abajo”. “No hagas temblor que no sobrevivimos”. Las adecuaciones, o la búsqueda de adecuaciones, son de una dificultad extrema. Hay tanto en juego y tanta vulnerabilidad. Todo lo que era fácil gracias a esa presencia se vuelve incierto y difícil con la lejanía. Te desencontrás de vos mismo. Perdiste al otro y te perdés también un poco a vos. Sí, cabe la acusación de que eso pasa porque el amor era "simbiótico". Pero todo amor lo es, un poco, y sanamente. En independencia total no hay otro. No hay relación que sea puro deseo, también existe siempre una base lógica e inevitable de necesidad. @AlejRozitchner Querer a alguien es disfrutarlo.
En amor no se trata de sacrificios ni de valores, no es cosa de postergarse por el otro, ni de esfuerzos. Es posible que haya algún trabajo para sostener o desarrollar un amor, pero todo empieza y 33 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos adquiere sentido a partir del disfrute, que sigue presente mientras haya algo que pueda llamarse amor. Uno quiere al otro porque disfruta de su presencia, de su cercanía, de su ser. De cualquiera de las infinitas maneras en las que esto es posible. Esos disfrutes abren el camino de una relación y la establecen. Lo acariciás, al otro, no para hacerle un bien, sino para sentir el placer de tocarlo, de sentirlo. Sí, la cosa se enciende cuando además al otro le gusta que lo saborees, con tu mano, con tu piel entera, con tu boca, con tu presencia. Esa sensualidad compartida es el inicio y base del amor. No entiendo cuando una persona dice que “busca algo serio”. ¿Cómo se construye un amor sin la liviandad del disfrute de las pieles? Querer al otro es disfrutarlo quiere decir también que el otro te interesa. Te dan ganas. Ganas de que se manifieste. De tenerlo cerca. De ser el objeto de su atención. De que te deje meterte en su mundo. 34 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos El otro te da ganas también no sólo de él, sino de mundo. Llevado por el disfrute de su cercanía querés más mundo. A veces se pierde de vista este disfrute y el amor se convierte en un trabajo. Ya no se tiene una relación, se tiene un problema. No creo que el tiempo produzca siempre una pérdida del disfrute. Si se pierde debe ser por otra cosa. El tiempo puede incrementarlo, establecerlo, enriquecerlo. Hay que ver para qué está cada uno, si para disfrutar o para enredarse. Para qué está o qué puede. En determinado momento puede aparecer un enredo personal que te saque de la posibilidad de querer, de darte y tener a otro. @AlejRozitchner Somos un manojo de vulnerables.
Un teórico del psicoanálisis, Winnicott, sostenía que había que tratar al paciente como si fuera un nene chiquito. Me asombró al principio de mi terapia con Marcos que él se creyera tan importante. 35 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Suponía, por ejemplo, que yo estaba angustiado porque él me había cambiado el horario de una sesión. O que mi malestar era causado por una mudanza de consultorio que no me había gustado. Cosas así. "Este tipo está en pedo", pensaba / sentía yo. Ahora entiendo que tras esa aparente arbitrariedad hay un sentido válido. Reconoce el nivel básico de un contacto de intimidad. E intimidad es lo que hay que construir en el proceso de la terapia. Y en toda relación humana que se quiera importante. Esa actitud, esas interpretaciones descabelladas, le van tirando centros al inconsciente para que no se haga el boludo y se involucre, o mejor dicho, para que reconozca el involucramiento en el que las cosas se juegan siempre. No digo que debiéramos tener intimidad con todos. O sí. Podríamos pensarlo de esa forma: la intimidad es permanente y total, y no expresa tanto la cercanía con otros como la emanación del propio ser hacia todas partes. La intimidad es una forma de estar en el mundo, volcándose permanentemente en las cosas, sin miedo. O superando el 36 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos miedo inevitable. Lo que ahora llamamos intimidad, el acercamiento de dos personas, sucede cuando esas emanaciones se conjugan, cuando un deseo mutuo las proyecta una en otra, las junta y revuelve y hasta a veces retuerce un poco. Somos un atajo de vulnerables quiere decir: la verdad de toda persona es la sensibilidad extrema que expresa u oculta. Pero no hay vida sin involucración, no hay vida que no importe ser vivida. Cuando llega a esa falta de sentido, se da la supresión o suicidio, lento o puntual, pero aun en ese caso, ¿faltaban las ganas de vivir o se renunciaba a la vida por imposibilidad o por causas graves? @AlejRozitchner Hacer libera
Hay una rumiación permanente, normal y necesaria, del pensamiento que evalúa las opciones de vivir. Esa rumiación no puede evitarse, pero a veces se vuelve demasiado viciosa, no encuentra 37 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos solución, no corta su proceso para volcarse al mundo, a la acción y a los otros. La acción llega como la lluvia que alivia la tensión y la pesadez de la especulación evaluativa. Requiere decisión, o entrega. La acción nos salva a nosotros de nosotros mismos, de esas vueltas que sobrepasado el nivel de su utilidad, se vuelven excesivas, engañan, frustran, limitan. La acción libera, pone en movimiento las fuerzas antes representadas por las ideas, y al mismo tiempo trae otro nivel de elaboración o pensamiento. Los hechos son un proceso de develamiento, de construcción, que tiene las mismas características del pensamiento. Los hechos piensan, malabarean los sentidos, probando y dando densidad de mundo concreto a lo que en boceto antes habíamos considerado abstractamente. Sustraerse de la acción para situarse en una posición permanentemente evaluativa, hace que no pueda darse ninguna elaboración. No hay respuestas previas a la experiencia. 38 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos @AlejRozitchner Demasiada autoconciencia aniquila.
Uno existe más cuando se olvida un poco de sí mismo que cuando se ceba en buscarse. Por momentos, en determinadas épocas de nuestra vida, frente a problemas que nos exigen mucho, creemos que la forma de ser propia proviene de una decisión consciente. Es la visión racionalista, la del libre albedrio, la idea de que uno es como decide ser. La verdad es que no es así. Tenemos formas que resultan de un juego de realidad en el que no tenemos injerencia. Podemos, sí, luego hacer algo con ella, pero no cualquier cosa que se nos ocurra. No elegimos nacer hombres o mujeres, gustar de un sexo o de otro, la época en la que nacemos, el lugar, los padres, las características básicas de nuestro cuerpo, ni siquiera nuestros deseos. Todas esas cosas son determinaciones dadas de la realidad. No una cárcel sino la forma en la que se abre el juego. 39 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Podemos luego, sí, hacer algo con esas determinaciones. Podemos aceptar el tipo de deseo que tenemos o intentar negarlos. Pero no podemos inventarnos ni inventar qué queremos. La autoconciencia es el camino cebado de un pensamiento que cree que puede más de lo que puede. Que observa minuciosamente nuestro ser y queda como encallado en esa observación, sin poder perderse en el mundo y ser. @AlejRozitchner A veces hay que querer nada para que pase algo
Hay una escuela terapéutica que dice que hay que actuar en contra de los intentos de cambio que la persona hace para mejorar, porque son esos intentos los que paralizan la evolución. Raro, pero interesante. 40 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos Todos sabemos que la intención puede ser contraproducente, que querer mucho algo y presionar para obtenerlo a veces –a veces-­‐ obtura precisamente la aparición del resultado buscado. En otro twit puse un caso de esto: “si una persona busca pareja, no encuentra; si sale a divertirse, encuentra pareja”. O algo así. Es lo que podríamos llamar “logros indirectos”. Buscar algo demasiado directamente puede (puede) quitarle a la realidad su capacidad de producirlo o encontrarlo. La realidad que podría generar la satisfacción de ese deseo de manera natural se ve trabada por una intención demasiado cabezona, empecinada. Supongo que es contra esa intención que actúa la meditación, o la entrega a los hechos, la suspensión de la búsqueda que, paradójicamente, hace posible el encuentro. A veces hay que querer nada quiere entonces decir: la constante producción de realidades que cada uno de nosotros es tiene su ritmo y su sentido más allá de nuestra conciencia y decisión. Que 41 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos pase algo quiere entonces decir: la construcción de los resultados va sordamente preparándose y acontece cuando debe. _ 42 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos 4. 10 preguntas sobre política Dar por sentado que sabemos con claridad qué es hoy la política nos hace perder eficacia en la búsqueda del cambio que queremos. Pasa corrientemente: uno cree saber y cierra el campo, pasa por alto opciones disponibles. Estas preguntas abren el tema, un poco. 1. ¿Hay que saber qué es la política, para hacerla? *** 2. ¿Qué es hacer política? ¿Luchar por el poder, debatir ideas, conquistar corazones, transformar el país, buscar mejorar la vida social, lograr el desarrollo, derrotar a los malos, corregir la historia? *** 43 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos 3. ¿Hay que tener una definición, una imagen, un concepto de la política? ¿Para qué? ¿Es importante preguntarse qué es la política o conviene tratar de hacer lo que uno quiere con ella y, como el amor, es ella más una experiencia que un tema de pensamiento? *** 4. ¿Para hacer política hay que participar inevitablemente en un juego de poder con reglas eternas y a la vez cambiantes, juego que quien cree conocer demasiado bien juega en general mal, porque como guía para jugarlo funciona mejor un deseo o una angustiada y entusiasta necesidad de cambio que un conocimiento racional de ella? *** 5. ¿No hay una sobrevaloración de lo intelectual en la creencia de que la comprensión racional es la que determina los hechos sociales, en la idea de que la política es un camino de racionalidad? 44 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos *** 6. ¿No hay una falta de realidad en la idea de que debiera ser así, en la decepción frente a los hechos que prueban que la política está regida por otros mecanismos? ¿No hay una falta de vitalidad en creer que es la conciencia racional la guía adecuada para toda experiencia? *** 7. Esta limitación, esta tendencia a creer que las ideas suplantan o deberían suplantar al mundo, ¿será hija de una mala conciencia respecto del poder, hija de la creencia de que el ser humano tendría que ser otra cosa, lo que es desde todo punto de vista imposible pero parece ser para muchos una gran añoranza, tal vez testimonio más de una cierta depresión que de un deseo de progreso? *** 8. ¿Será pareja, esta valoración loca de lo intelectual, de la práctica de un poder desangelado, como si por un lado se diera rienda suelta al 45 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos idealismo y quedara después un realismo escéptico y abandónico como única opción posible? *** 9. ¿No es acaso absurdo creer los filósofos generan ideas que moldean la sociedad cuando lo que pasa es que meramente expresan ese cambio, siempre un poco después aunque parezca antes, simplemente porque todavía no había sido dicho nunca lo que ya había sucedido? *** 10. ¿No es por otra parte absurda la postura en que muchos se colocan o en la que muchos caen, cuando se esmeran en expresar descontento y decepción frente a todo pero no dan nunca un paso de involucración, crecimiento o apoyo a las mejoras reales, ensimismados en el mejor de los casos en esgrimir simbólos inútiles, pero espantados ante la perspectiva de ensuciarse sus ideológicas manos tratando las cosas reales de manera inmediata y sin velos intelectualistas? 46 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos *** 47 Querido Mauricio y otros textos neopolíticos http://queridomauricio.com 48 
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